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SINCRONIZAR EL MUNDO REAL CON EL MUNDO SISTEMA

“Estamos en graves problemas aquí, esta es la tercera semana


seguida que se nos pierde un computador de un cliente(S). Si
tenemos que seguir comprando otros para reponerlos, vamos a
quebrar ...

“de alguna manera, tenemos que mantener un registro de quién


trajo cual aparato. Y cuándo. Y cuándo lo retiraron. Y ya que
estamos en esto, deberíamos tener registrado cuál de nuestros
técnicos trabajó en cada aparato, y cuánto se demoró. ¡Que
desorden!
“Bueno, déjeme ser más específico. Tom allá en el banco(s) tres
(el grandote del medio) se está robando equipos, estoy seguro. Ah
sí, todo el equipo está numerado (empezamos con el 1001 hace
como seis años), pero nunca podemos recordar dónde lo pusimos.
Necesitamos que cada empleado registre cada herramienta(s)
cuando la saca, y la registre también cuando la devuelve – y sólo
una herramienta a la vez. Así, el último que la sacó paga si falta. Y,
le aseguro, ese Tom allá.... Sí, señor...
“Ahora Bill tuvo una buena idea el mes pasado. Él es el de ese
banco de allá... ¡Ah, demonios! Lo cambié a otra parte, pero no
recuerdo dónde. Esa es otra cosa que tenemos que saber – quién
está ocupando cual banco. A veces pienso que hubiera sido mejor
no crecer tanto...
“Bueno, en todo caso, él tuvo esta gran idea. Podríamos ponerle
un timbre con número a cada aparato cuando el cliente lo trae.
Luego lo pondríamos en la repisa y, cuando alguien necesitara
trabajo, lo retiraría de la repisa y firmaría por él. Así, sabríamos
quién fue el último que lo tuvo. Si él no pudiera repararlo, lo
devolvería a la repisa y firmaría al devolverlo. Pero sólo después de
anotar cuanto rato trabajo en él...
“Bueno, era una estupenda idea. Hice imprimir estas tarjetas
rosadas, y todos anotaban todo en ellas, y funcionó muy bien. Hasta
que se acabaron las tarjetas rosadas, y la imprenta estaba cerrada.
Así que los llamamos a ustedes. Pensamos que podrían instalar
una de esas terminales allá junto a la repisa y podríamos escribir
todo ahí y no necesitaríamos las tarjetas rosadas. ¿Pueden hacer
eso? Bien...

“Sabe, el otro día un tipo apareció aquí con los brazos llenos de
aparatos – computadores, celulares, notebook – en fin, tenía un
cuanto hay. Créame, fue una tremenda historia. Tuvimos que escribir
su nombre y número de teléfono en 15 tarjetas rosadas. ¡15 veces!
Tiene que haber una mejor manera de hacerlo. Y sabe, algo por el
estilo, vino un día una señora que se puso muy molesta cuando le
pedimos su nombre y número de teléfono. Pensaba que teníamos
que recordarlo ya que había estado aquí solo la semana anterior ...”

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