Comenta con un compañero qué piensas sobre las siguientes
consideraciones:
En algunos casos, los niños crecen en hogares donde el ambiente es
alfabetizador y se relaciona con lo que habrán de vivir en la escuela: hay libros, periódicos… una diversidad de textos con los que pueden interactuar. Los padres o hermanos escriben, inventan historias, leen, les leen y comentan e intercambian ideas u opiniones sobre sus lecturas y escritos; en estos contextos
¿Se formarán lectores y escritores competentes?, ¿por qué?, ¿será
posible que tengan éxito en la vida académica?
En muchos otros casos la historia es distinta: los padres y hermanos no leen,
no escriben, casi no hablan, dialogan poco, no tienen libros (o no los leen), etcétera. En consecuencia,
¿qué podría suceder con estos niños en la escuela y el aula?
Aunque ciertamente el acercamiento con la lectura y escritos es primordial
y un buen comienzo para que los niños se interesen por ello, de nada sirve tener los libros ni los materiales si no se mantiene un ambiente alfabetizador conlleva a que los padres son el principal ejemplo que tienen los hijos para que se fomente el interés y la escuela o la lectura no se vea como un castigo o algo que deba ser obligatorio como muchos niños lo ven ahora.
Es necesario involucrar al niño de una manera divertida, creativa e
innovadora para que a pesar de que en casa no se lea o no se tenga un ambiente lector, el niño pueda interesarse y sea participe de esto por si solo en el aula.