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Algunas reflexiones acerca

del formato escolar y su


influencia en las prácticas de
enseñanza
Cristina Ravazzani | Lic. en Ciencias de la Educación. Máster en Educación.

«Salir al encuentro, ponerse a buscar, huir de en función de ese “formato”. Lo que sí es


la inercia, es una posición no siempre confor- observable es que la problemática pasa por
table, pero ofrece la confianza de saber que, espacios, tiempos y contenidos diferentes, por-
en la búsqueda, algo podrá ser hallado. Para que las condiciones son distintas.
empezar la búsqueda sugerimos algunos pun- Los referentes teóricos que utilizamos en
tos de partida.» este planteo proceden de investigaciones que
Graciela Frigerio (2007) se relacionan con el tema y algunas publica-
ciones que refieren directamente al mismo,
Aspectos preliminares a tener en cuenta aunque lo aborden desde miradas diferentes;
La enseñanza, como profesión, se encuen- pero justamente ese es el propósito más im-
tra profundamente relacionada con los cam- portante, profundizar en la diversidad de
bios sociales, económicos y culturales que na- miradas que pueden darse en torno al tema.
turalmente condicionan el proceso educati- Las publicaciones ya editadas, aunque no son
vo. Por tanto, los problemas que pueden gene- muy abundantes, tienen un peso académico
rarse en este campo tienen carácter multidi- muy importante y profundizan las líneas de
mensional. En función de ello planteamos al- análisis que presentamos aquí, y aportan otras
gunas reflexiones con el objetivo de ayudar a sumamente interesantes. Los títulos de las que
pensar, desde una de esas dimensiones, la pe- llegaron a nosotros aparecen en la bibliogra-
dagógico-didáctica, lo que llamamos a modo fía de este artículo.
general el “formato escolar”, así como las po- Por otra parte, estas reflexiones no tienen
sibles implicancias que el mismo pueda tener el propósito de realizar prescripciones para
para optimizar las prácticas de enseñanza. su aplicación, sino que solo son interrogantes
Nuestro interés por el tema surge tiempo acompañados de algunas líneas de análisis
atrás, a medida que íbamos constatando que para su abordaje. Lo que implica que, como
los avances significativos que se han dado en contrapartida, se espera suscitar nuevos inte-
los campos psicológicos y didácticos no resuel- rrogantes y otras líneas de discusión que am-
ven totalmente, a nivel de los docentes de aula, plíen o descarten las nuestras. Consideramos
los problemas de enseñanza que se les plan- que, en este aspecto, lo fundamental será inte-
tean, más allá de sus conocimientos de carác- grar la mirada de los docentes de aula, refe-
ter teórico y práctico. Son problemas que afec- rentes directos de la práctica educativa. Una
tan tanto a docentes con experticia como a mirada tranquila, sin apuros institucionales,
novatos, aunque presenten distintos aspectos sin urgencias de aplicación, que tergiversen la
y enfoques. Afecta no solo a la educación de búsqueda.
gestión pública, ya que esta postura implica- La dimensión pedagógico-didáctica que
ría afirmar que la educación de gestión pri- mencionábamos, la entendemos como la in-
vada no tiene situaciones difíciles de resolver teracción entre los aspectos pedagógicos de los

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procesos de enseñar y de aprender, y los as- el que alberga el ritual de la transposición.
pectos didácticos, que implican las prácticas Ese “espacio aula” que habita tanto en el
de enseñanza que hacen a dichos procesos. Es imaginario como también, y en muchos ca-
de carácter didáctico y pedagógico también, sos, en la realidad de muchísimas situaciones
en el sentido de que se relaciona directamen- escolares, alberga, por un lado, un grupo de
te con la transmisión del conocimiento, pero alumnos organizados según criterios que ha-
se condiciona a nivel macro con el importan- cen a la edad, a los grados cursados o a otros
te rol educativo de las instituciones. Lo insti- criterios de homogeneidad, y que tienen
tucional planteado no solo desde la norma como finalidad la aprehensión de aprendi-
constitutiva, sino además por sus componen- zajes establecidos curricularmente. Se ubican,
tes, la evolución de su función y su concepto. en general, de determinada manera, a efec-
Es decir, la conjugación de lo global con lo tos de facilitar el proceso de aprehensión a
particular en el análisis de las situaciones de través del uso de pizarras, instrumentos,
enseñanza y sus complejidades, cuando se medios audiovisuales, entre otros.
aspira a que estas sean efectivas en la obten- Por otro lado se observan uno o dos do-
ción de conocimientos en todos los niveles del centes que tienen la responsabilidad de brin-
sistema educativo. dar esos conocimientos a todo el grupo. Todo
A efectos de organizar los conceptos to- ello a partir de determinados supuestos de ubi-
mamos como premisa básica que el conoci- cación y pertinencia del saber y de la igno-
miento es una construcción histórica y social, rancia que, en otros tiempos, estuvieron per-
y que las “prácticas” sociales, por ende tam- fectamente distribuidos entre el docente y el
bién las de enseñanza, siempre responden a alumno respectivamente. También aparece la
demandas históricas. Se trata entonces de in- graduación como una característica identifi-
dagar tanto en el poder de lo instituido (lo catoria de la escolaridad. El formato escolar
existente, construido a partir de la “norma”) se caracteriza por presentar períodos anuales
como en el instituyente, o sea, lo que genera que suponen, para los que aprenden, sortear
cambios. dificultades específicas que llevan a la apre-
La forma de presentación que elegimos para hensión de determinados conocimientos que
el desarrollo de estas reflexiones es el cuestio- ofician como meta de aprendizaje anual.
namiento de formas que están solidificadas y Como contrapartida, el docente debe evaluar
sostenidas en el tiempo por las bondades que y acreditar estos conocimientos graduados y
otrora tuvieron en la alfabetización de los pue- distribuidos en períodos anuales, desde la óp-
blos. No se trata de recuperar el pasado en for- tica de la homogeneidad, tan apreciada den-
ma nostalgiosa, con la idea de repetirlo, o de tro del formato tradicional escolar.
buscar la mayor identificación con el mismo, Por tanto, en sentido amplio, este “forma-
sino que el objetivo apuesta a una recupera- to” tiene aspectos perfectamente visibles,
ción que apunte a la recreación de formas que como son la infraestructura y su distribución
se adecuen a la realidad actual y sus proble- física, y también no tan visibles ni físicos como
mas. Por tanto no es tarea fácil, menos aún son las funciones, acciones y creencias, que dan
“confortable”, como dice G. Frigerio (2007) al sentido a las formas escolares que conocemos
inicio de este artículo. y usamos, a lo mejor sin atrevernos a cuestio-
nar, presionados por esa “forma” que consi-
deramos inobjetable.
El formato escolar y su posible La complejidad de los procesos sociales,
incidencia en los procesos de aprender económicos y culturales, de los cuales la ins-
y de enseñar titución educativa actual es hija, nos induce
Un aspecto esencial del proceso de ense- a pensar que habría que investigar en el inicio
ñanza y de aprendizaje es la transposición de de este siglo, tal cual aconteció desde media-
conocimientos que realizan los docentes a tra- dos del siglo XIX y hasta bien entrado el si-
vés de la institución educativa, en un espacio glo XX, acerca de la pertinencia de las for-
especialmente diseñado para ello, desde el mas escolares. Un análisis retrospectivo de las
momento fundacional de la misma. Aunque funciones de la institución educativa, nos
ese espacio ha sido redefinido por los docen- permitiría adelantar que hay un formato es-
tes y, a veces, por los diseñadores de currícu- colar que permanece a través del tiempo y
los u otros agentes similares, hay siempre un sus transformaciones sociales y culturales, y
“espacio aula” en el imaginario social, que es que en muchísimos casos oficia como traba a

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la posibilidad de desarrollar a satisfacción las en donde confluyen distintas dimensiones: el
estrategias que los y las docentes construyen conocimiento disciplinar, el conocimiento di-
con muchísimo esfuerzo intelectual y hasta dáctico y los aspectos afectivo-volitivos de los
físico. directamente involucrados en el hacer esco-
Nos referimos al espacio, al tiempo, a la lar. De esta manera, cuando surgen dificulta-
transposición del conocimiento, a las formas des tanto en la enseñanza como en el apren-
de determinar lo curricular y su gestión, a los dizaje, los análisis, las investigaciones y los
vínculos, a lo institucional entendido como estudios, se dirigen a dimensiones que se ins-
formato macro que engloba toda la actividad criben en algunos de esos aspectos.
de enseñanza, ya que es su función primor- Otra punta para el análisis la ubicamos en
dial. También refiere a la distribución de la la institución educativa, la que se visualiza
estructura física de la institución educativa. como el espacio y el tiempo necesarios, y en
Los edificios escolares registran parte de la muchos casos “suficientes”, para promover y
historia de la educación de un país, y nor- desarrollar aprendizajes y enseñanzas. Desde
malmente no cuestionamos la infraestructu- esta dimensión, cuando surgen los problemas
ra desde su potencial para enseñar, pero sí, cada que refieren a la enseñanza y su posibilidad
docente en su aula sabe cuánto impacta el de generar aprendizajes genuinos, se apela
ambiente de trabajo en la posibilidad de lle- desde diferentes estudios a la modificación
var a cabo sus estrategias, fundamentalmen- de algunos de los componentes que conforman
te cuando, a nivel de sociedad, se han produ- la institución educativa, adjudicándole así
cido cambios tan profundos que se reprodu- cada vez mayores funciones y diversificando
cen naturalmente en una institución, ya que sus objetivos.
la misma significa, por definición, un corte El otro punto de inflexión que podemos
de dicha sociedad. Sin embargo, en líneas ge- observar, refiere a los cambios curriculares y,
nerales se mantiene el mismo formato de otros en especial, a los programas oficiales que,
tiempos y otras realidades. muchas veces, reciben las culpas de los pro-
Propongo re-plantearnos ciertas situacio- blemas de la enseñanza, apelando a cambios
nes generadoras de dificultades para la ense- que generalmente son “actualizaciones” de
ñanza y el aprendizaje, que sugieren cierto los anteriores, sin que las formas curriculares
grado de complejidad y que, por estar integra- se alteren; por lo contrario, siempre lo que se
das al accionar docente diario, tal vez no lle- visualiza como necesario de cambiar es una
gan a visualizarse con claridad. La única cer- puesta al día de contenidos y procedimien-
teza a la que adherimos es la que plantea G. tos, sin cambios estructurales que alteren el
Frigerio (2007): «en la búsqueda algo podrá modelo conocido. En este caso, sí se alteran
ser hallado». muchas veces los formatos, pero estos no son
a los que nos referimos en este artículo, sino
Problemas, protagonistas: que los mismos guardan relación directa con
puntos para el análisis la presentación de sus contenidos, mientras el
“formato” conceptual permanece.
«…se debe seguir produciendo saber sobre la En este entramado de situaciones tan di-
enseñanza para dar respuesta a la compleji- versas, generadoras de problemas de diversa
dad de las situaciones que se plantean en el índole, irrumpen con muchísima fuerza, des-
presente de las escuelas primarias; y con la de distintos sectores, “las culpas y los culpa-
preocupación que produce constatar una y bles”. En algunos casos, las causas de la pro-
otra vez que ciertas lecturas banales del pro- blemática se atribuyen a los docentes y su
blema reducen la solución a una combina- preparación específica, pero también se llega
ción en dosis variables de responsabilidad, vo- a cuestionar su capital cultural; en otros ca-
luntad, vocación o compromiso de los docen- sos, a los alumnos y sus “supuestas incapaci-
tes por un lado, y recursos materiales provis- dades para aprender”, incapacidad que se re-
tos por el Estado, por el otro.» duce, en la mayoría de los casos, a los saberes
Flavia Terigi (2006) escolares, ya que bastaría ahondar en los avan-
ces de la ciencia y la tecnología, en la irrup-
Un primer punto de análisis lo ubicamos ción de nuevas disciplinas y campo de investi-
en la transposición del conocimiento. En este gación, para comprobar que esa supuesta “in-
sentido, generalmente “la enseñanza” se pien- capacidad” ha sido la responsable de los signi-
sa, y está bien que así sea, desde lo curricular, ficativos avances científicos que conocemos en

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y su influencia en las prácticas de enseñanza

este siglo XXI. También aparecen como cul- producido. Son saberes prácticos que perma-
pables, en algunos casos, la familia y su con- necen ocultos, o no hay interés de conocerlos
texto, y el reiterativo tema de la “pérdida de o de difundirlos. La educación como hecho
valores” con respecto al pasado. social mantiene las características que hacen
Es así que la educación en su conjunto y al mismo, por tanto los cambios y las perma-
sus protagonistas ocupan el banquillo de los nencias ofician a modo de telón de fondo de
acusados desde hace largo tiempo. En algu- los nuevos escenarios.
nos casos, la culpa se ubica en las metodolo-
gías; en otros, en los procedimientos; en mu- Posibles escenarios para el análisis:
chos casos, como dijimos, se atribuye a los esbozo de algunas características
alumnos una baja de nivel que se cataloga de Un primer escenario lo ubicamos en las ne-
preocupante, llamando a la nostalgia respec- cesidades actuales de la alfabetización básica.
to a épocas pasadas y sus bondades, tanto en Cuando un docente ingresa a una institución
lo que hace a los que enseñan como a los que educativa actual, ¿qué cambios habría percibi-
aprenden. En muchas otras oportunidades son do si hubiera tenido la oportunidad de cono-
los materiales y sus fallas; en otras, la falta de cer la institución de otras épocas, tal vez la que
conocimiento disciplinar o didáctico; y así recuerdan sus padres, abuelos o él mismo?
podemos seguir enumerando una larga lista La función que tiene que cumplir ese do-
de “culpas y culpables”, acerca de los resulta- cente es la misma de otros tiempos, y los es-
dos obtenidos en la educación de los niños y pacios institucionales físicos y curriculares
jóvenes. Queda claro que las culpas van pa- mantienen muchas de sus características, así
sando de unos a otros, mientras que habría como los tiempos y sus referencias también
que preguntarse, ¿existen culpables? O, como permanecen en sus formas primarias (grupos,
plantea F. Terigi (2006), son “lecturas bana- horarios, materias, graduación de clases, pro-
les” de los problemas. mociones y fracasos); sin embargo encuentra
El análisis de la problemática que propo- trabas al desarrollo de su labor, cuyas causas
nemos tiene que ver con los fines y funciones le son difíciles de entender tanto para él como
de la escuela, pero desde una mirada que tome para la sociedad en su conjunto. Una de las
en cuenta la actualidad de la realidad social, puntas para analizar esta dificultad puede
política y cultural. Desde esa mirada es que relacionarse con la pertinencia de los objeti-
nos preguntamos: ¿qué problemas pueden vos asignados a la educación primaria, es de-
avizorarse hoy, que impliquen rupturas o cir, a su función alfabetizadora. La misma,
contradicciones con el formato tradicional para ser efectiva, debería guardar relación con
de enseñanza? En muchos casos preferimos los cambios culturales, los avances científicos
llamarlo en sentido amplio “formato escolar y tecnológicos, y por tanto las necesidades de
tradicional”, con la aclaración de que no vin- aprendizajes que se generan hoy, tanto en ni-
culamos el término “tradicional” a un tipo ños como en docentes, son diferentes al pasa-
de pedagogía, sino más bien nos referimos al do. Los docentes “perciben” los cambios, más
formato que conocemos desde el inicio del allá de que puedan explicarlos, ya que las
funcionamiento de la institución educativa “permanencias” son muy fuertes, ofician
actual. ¿Este formato responde a las condi- como un corsé que impide la visibilidad de la
cionantes sociales, económicas y políticas ac- situación.
tuales? ¿Es posible pensar la enseñanza como Algunos de esos cambios se relacionan con
si transcurriera en un espacio y en un tiempo, el avance conceptual de la tecnología en tér-
independientes de los cambios sociales y cul- minos tanto de propuestas educativas como
turales, así como de los factores políticos y de la relación docente-alumno en la interpre-
económicos que caracterizan a estos tiempos? tación de las mismas. La relación saber y no
Una de las claves para abordar estos te- saber en este aspecto ya no es tan clara. Para
mas podría pasar por considerar algunos avan- algunos autores, la correlación de conocimien-
ces sociales, culturales y económicos, como tos y/o su posibilidad de adquisición se acorta
escenarios de ruptura respecto al escenario cada vez más entre docentes y alumnos, y
tradicional, y animarse a cuestionar acciones ello implicaría la introducción de nuevas va-
y proposiciones, así como rescatar y analizar riables en la enseñanza, como pueden ser la
las actividades que han dado satisfacción a cívica y la ética, pero en formatos también
los docentes en la resolución de los problemas bien diferentes a los manejados en el pasado.
que estos nuevos escenarios pueden haberles La introducción de esa tecnología pasa

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entonces por distintas situaciones según los “cambios en los contenidos de la alfabetiza-
casos. Pero de alguna manera están generan- ción básica”. Muchos estudios actuales mues-
do un proceso de ruptura entre modalidades tran las distintas conformaciones cognitivas
de trabajo. No le adjudico gran importancia de las nuevas generaciones respecto a la com-
al aspecto del uso y funcionamiento, ya que prensión del funcionamiento de las nuevas
entiendo que en muchos casos hay simplemen- tecnologías, aunque no pertenezcan a ambien-
te una brecha generacional que se puede acor- tes informatizados. El manejo de distintos
tar o corregir sin grandes esfuerzos cogniti- medios como son los juegos electrónicos, la
vos. La que no queda tan clara es la relación telefonía celular, etc., podría estar trasladan-
de las nuevas tecnologías con las buenas pro- do comprensiones potentes a otras situacio-
puestas de enseñanza. nes de enseñanza y de aprendizaje.
La idea refiere a por dónde empezar a in- Otro escenario de ruptura puede ubicarse
dagar para ubicar responsablemente al docen- en los avances que se han producido en el
te frente a la instalación de las nuevas tecno- conocimiento psicológico respecto a los sabe-
logías con respecto a las formas de selección res previos de los alumnos y su importancia
y al contenido de esa selección. Estas nuevas para asegurar aprendizajes significativos. Es-
formas de comunicar y de plantear el conoci- tos constituyen, para el docente, una dificul-
miento pasaron a integrar variables diferen- tad importante a la hora de elaborar estrate-
tes en la enseñanza. El peligro consiste en la gias que hagan posible obtener aprendizajes
posibilidad cierta de que estas variables que- significativos, tal cual lo plantea Ausubel
den encerradas en el formato tradicional y se (1998). Hasta la infraestructura de la institu-
transformen en simples rutinas de aplicación ción tiene mucho que ver con la posibilidad
de tecnología, desvirtuando así su verdadero de llevar adelante estrategias que demandan
valor como potentes fuentes de conocimien- los nuevos saberes educativos, ya que su dis-
to, entendiendo que dicho “conocimiento” es tribución y organización responden a las ne-
una ”permanencia” válida, pues continúa cesidades que provenían de otros saberes, en
siendo el sueño de niños y maestros. Para que especial a la concepción de “tabla rasa” res-
ello suceda se debe dar una ruptura o una pecto a los puntos de partida de los estudian-
adecuación conceptual respecto a escenarios tes dentro del proceso de aprendizaje.
y formas anteriores, en este caso se deben pro- Hoy en día no tenemos manera de volver
ducir “cambios” importantes. atrás respecto a los saberes producidos en el
Por eso, lo más difícil es la postura crítica campo de la psicología y la didáctica, porque
no para desechar, sino para seleccionar, inter- sería desconocer la evidencia empírica como,
pretar, discriminar y, por tanto, organizar la por ejemplo, que el acceso al conocimiento está
enseñanza. Hoy en día, otra de las caras de la mediatizado por lo que el alumno ya conoce
“ignorancia” que nos afecta es la de no poder por su interacción con el mundo y con otros
abarcar la infinidad de desafíos que plantean conocimientos. Por tanto, el aula es hoy un
las nuevas tecnologías, tal vez por efecto de espacio “diverso” al respecto y esta situación
una fuerte impregnación del tradicional for- ya está en conocimiento de los docentes, se
mato escolar que, en lugar de crear nuevos acepte o no la situación como problemática.
espacios y situaciones para su ubicación, tra- Un tercer escenario posible alude a la si-
ta de atrapar lo nuevo de estas tecnologías en tuación particular y propia de los tiempos
esquemas anteriores, sin cuestionamientos que corren y es el aumento de la masifica-
acerca de la pertinencia de los mismos en las ción social, acá en nuestro medio y en toda
actuales condicionantes históricas y sociales. América Latina. Podemos decir que así como
La función alfabetizadora de la escuela los escenarios anteriores nos plantean pro-
tiene hoy facetas bien diferentes a las de me- blemas presentes en cualquier aula, este nos
diados del siglo XIX, el saber docente de hoy ubica directamente en ese espacio al que los
está optimizado tanto por los importantes docentes han ingresado prácticamente sin
avances de la investigación en distintos cam- herramientas poderosas para la puesta en
pos del conocimiento como por la producción marcha de las prácticas de enseñanza. La
de tecnología, lo que ha causado variaciones comprensión del fenómeno de masificación
sustanciales en la producción de conocimien- a nivel social tendría por lo menos, a nivel
to y, para algunos investigadores, también en político, que cuestionar la pertinencia de al-
las formas de pensamiento de las nuevas ge- gunas formas escolares, de manera que lo que
neraciones, que podrían estar significando debiera ser un “encuentro cultural” no sea

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un “desencuentro”, en donde la posibilidad Encontrábamos que los aprendizajes que


de comprensión y aceptación de nuevas rea- significaban un largo camino para la mayo-
lidades no quede atrapada en concepciones ría de los niños de contextos socioculturales
rígidas o cristalizadas. de riesgo, estaban instalados ya desde el ini-
Una forma de acceso a la problemática cio de la enseñanza sistemática en otros ni-
podría ser la de investigar qué problemas se le ños, en general pertenecientes a un contexto
generan al docente para diseñar sus clases en muy favorable en lo que refiere a los aspectos
espacios áulicos comprometidos en una situa- económicos y sociales de la población, pero
ción sociocultural bien diferente a los espa- también se daba dentro del mismo contexto
cios áulicos tradicionales. La “narrativa” de y hasta dentro de un mismo grupo de alum-
los directamente involucrados, en torno a su nos. ¿Qué significa eso?
“saber pedagógico” (S. Gudmundsdottir, 1998), Las metas de aprendizaje estipuladas cu-
se perfila hoy como un medio de acceso al rricularmente no significan el mismo recorri-
conocimiento que podría servir al efecto, ya do ni esfuerzo para distintos alumnos, a pesar
que supone las modalidades bajo las cuales de pertenecer al mismo grupo etario y presen-
los maestros conocen y comprenden su cam- tar antecedentes educativos similares. Es de-
po de acción. cir, a pesar del esfuerzo por la homogeneidad,
En este escenario también confluyen otros la distancia a recorrer por algunos niños en
potenciales aprendices que por distintos mo- un tiempo pre-establecido no es la misma. Sin
tivos, en general económicos, se encuentran embargo observábamos que se adjudica el
por fuera del sistema escolar, o casi afuera, y mismo tiempo e igual “forma” de transposi-
no parecen tener urgencias por integrarse. Es ción, a veces hasta los mismos ejemplos, las
que las nuevas modalidades de superviven- mismas “rutinas estables” (Perrenoud, 1996).
cia económica han representado para muchos Alumnos que iniciaban el primer año de
de ellos y sus familias, romper con concepcio- la escolaridad primaria, y que ya dominaban
nes acerca de las bondades de la concurren- la lectura y la escritura, pasaban por las mis-
cia a la escuela y, en especial, con el formato mas experiencias que los que desconocían esas
actual de la misma que implica todo lo que habilidades en el inicio del proceso. En esas
hemos venido detallando. ¿Cómo podría rea- situaciones se observó un fenómeno interesan-
lizarse el encuentro del niño con el conoci- te, mientras algunos niños “actúan” como si
miento? ¿Qué pasa con la valoración del mis- no supieran lo que les están planteando como
mo? ¿Qué características tendría que tener ese aprendizaje, otros realizan un arduo trabajo
encuentro? ¿En qué condiciones podría efec- de aprendizaje.
tuarse? ¿Cuál sería el papel del docente? ¿Cómo A la hora de evaluar, las mejores promo-
incorporar la experiencia que esos niños han ciones las obtuvieron los que ingresaron con
desarrollado fuera de la institución educati- un caudal muy grande de conocimientos res-
va, en las plazas, en las esquinas, limpiando pecto a los saberes escolares. Lo curioso es que
parabrisas y haciendo un sinfín de activida- esos conocimientos de base no sufren cambios
des no escolares? significativos de importancia a lo largo del
Estos son solo algunos escenarios de los año escolar. Por ejemplo, los textos que escri-
muchos que pueden estudiarse, en los que las bían los niños al inicio del primer año, no
formas establecidas como válidas en otros habían mejorado sustancialmente con relación
tiempos, hoy deberían ser revisadas y discuti- a la potencialidad demostrada por el alum-
das para ver de qué manera articular nuevos no. Mientras que los que ingresaron con me-
conocimientos didácticos, psicológicos y pe- nor caudal de conocimientos, pero que reco-
dagógicos con la creación de espacios y tiem- rrieron un camino difícil y en muchos casos
pos legítimos para la enseñanza. obteniendo aprendizajes genuinos, aunque no
alcancen las metas propuestas curricularmen-
El formato del fracaso escolar te, reciben calificaciones que determinan la
El cuestionamiento a lo establecido cu- no acreditación del curso y, por ende, pasan a
rricularmente como meta de aprendizaje lo integrar el formato del fracaso escolar.
discutíamos en un trabajo de investigación El denominado “fracaso escolar” tiene un
que realizamos hace un tiempo (CIPES, 2005), formato rígido, cristalizado en concepciones
donde constatábamos que los puntos de par- provenientes de otras épocas en donde el co-
tida de los alumnos de primer año eran muy nocimiento acerca de los procesos de aprendi-
dispares. zaje se basaba en el supuesto de la “tabla

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rasa”. Los conocimientos actuales ponen en formatos y posibilitar a los docentes llevar a
tela de juicio dicho supuesto. Sin embargo, el cabo sus cursos de acción, pensados desde su
formato establecido equipara el fracaso esco- saber hacer. Son saberes que permanecen ocul-
lar con la no aprobación del grado escolar tos y que, según S. Gudmundsdottir (1998),
correspondiente. conforman un “saber pedagógico” que tiene
Políticamente, la repetición se ve como un naturaleza narrativa. Estas narraciones se
gran problema institucional, ya que la misma caracterizan entre otras cosas por tener carác-
tiene connotaciones económicas grandes para ter interpretativo. El saber pedagógico conte-
una nación, pero la realidad informa que nido en los relatos de los docentes puede con-
muchas veces no se trata solo de fracaso o tribuir a confeccionar un nuevo bloque teóri-
impedimento de aprendizaje, sino que hay un co de conocimientos no con la finalidad de
manejo del tiempo inmovilizado en paráme- prescribir sobre el hacer escolar, sino para
tros no actualizados y que determina la per- enriquecerlo, a la vez que ese saber sirva a la
manencia de “formas rituales” que contradi- construcción de análisis más complejos que
cen la esencia misma del problema. permitan dar cuenta de las múltiples dimen-
El formato establecido atrapa de tal ma- siones de los problemas que deben atender las
nera a los nuevos conocimientos que ni siquie- prácticas de la enseñanza en la actualidad.
ra se habilitan, para la discusión, preguntas
como estas: ¿no fracasa el niño que, disponien-
do de un caudal importante de conocimien-
tos al inicio de un grado escolar, no logra avan-
ces significativos? ¿Qué es lo que se califica, el
potencial o el proceso realizado? Esto implica
una mirada diferente de la evaluación, de
manera que genere conocimiento que permita
al docente, más que averiguar acerca de lo Bibliografía
que el niño no sabe o se piensa que no sabe, AUSUBEL, David P.; NOVAK, Joseph D. y HANESIAN, Helen
(1998): Psicología educativa: un punto de vista cognosciti-
indagar en torno a su potencial para el apren- vo. México: Ed. Trillas.
dizaje escolar, y de esta manera aparecerán BAQUERO, Ricardo; DIKER, Gabriela; FRIGERIO, Gracie-
las distancias a recorrer. la (2007): Las formas de lo escolar. Buenos Aires: del estante
editorial.
La recreación del nuevo formato de la
BAUDELOT, Christian; ESTABLET, Roger (1998): El nivel
evaluación pasaría por constituirse en aliado educativo sube. Madrid: Ed. Morata.
inseparable de las propuestas de enseñanza, lo CIPES (2005): Brechas de aprendizaje en Uruguay. El caso
que implica también cambios profundos a Carrasco Norte. Montevideo: Ed. Trilce.
nivel institucional y a nivel de las concepcio- DUSCHATZKY, Silvia y BIRGIN, Alejandra (comps.) (2001):
¿Dónde está la escuela? Ensayos sobre la gestión institucio-
nes educativas, en donde también cabe anali- nal en tiempos de turbulencia. Buenos Aires: FLACSO -
zar la pertinencia actual de la escuela gra- Manantial.
duada no para que desaparezca y se supla por FELDMAN, Daniel (1999): Ayudar a enseñar. Relaciones
otra modalidad, sino para analizar sus posibi- entre didáctica y enseñanza. Buenos Aires: Aique Grupo Editor
S.A.
lidades de ayudar a la enseñanza a concretar
FERNÁNDEZ, Lidia M. (1994): Instituciones educativas.
sus esfuerzos o a permitir bucear por otras Dinámicas institucionales en situaciones críticas. Buenos
propuestas que pueden resultar válidas en Aires: Ed. Paidós. Colección Grupos e instituciones.
determinadas situaciones socio-históricas. GUDMUNDSDOTTIR, Sigrun (1998): “La naturaleza na-
rrativa del saber pedagógico” en H. McEwan y K. Egan
(comps.): La narrativa en la enseñanza, el aprendizaje y la
A modo de cierre investigación. Buenos Aires: Amorrortu editores.
Consideramos que investigar sobre el for- LITWIN, Edith (1998): “La evaluación: campo de contro-
versias y paradojas o un nuevo lugar para la buena enseñan-
mato escolar y su incidencia en los procesos za” en A. R. W. de Camilloni, S. Celman, E. Litwin y M. del
de aprender y de enseñar, puede ser una de C. Palou de Maté (1998): La evaluación de los aprendizajes
las líneas clave para entender aspectos que en el debate didáctico contemporáneo. Buenos Aires: Ed.
Paidós.
permanecen ocultos al propio hacer docente,
LITWIN, Edith y otros (2000): Tecnología educativa. Barce-
aunque es desde este “hacer” que se producen lona: Ed. Paidós.
llamados de “alerta” al respecto y es adonde MEIRIEU, Philippe (2001): La opción de educar: ética y
hay que ir a buscar los datos. pedagogía. Barcelona: Ediciones Octaedro.
Lo expuesto exige debate, creatividad y PERRENOUD, Philippe (1996): La construcción del éxito y
del fracaso escolar. Madrid: Ed. Morata.
un gran esfuerzo para romper con las rutinas,
TERIGI, Flavia (comp.) (2006): Diez miradas sobre la escue-
pero existen posibilidades reales de recrear la primaria. Buenos Aires: Fundación OSDE/Siglo XXI.

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