Está en la página 1de 3

ANTECEDENTES DE LOS DERECHOS HUMANOS

Fueron los Revolucionarios Franceses, inmersos en su sed de cambios y de


refundar el sistema, quienes por primera vez en la historia hablaron de Derechos
Humanos Universales. Para ello, la Asamblea Nacional recién constituida llevó
adelante la Proclamación de los Derechos del Hombre en Sociedad, retomando un
concepto expuesto antes por Thomas Paine en su obra The Rights of Man (“Los
derechos del hombre”) de 1792.
A pesar del fracaso de la Revolución Francesa, las cosas nunca volvieron a ser
como antes. La idea de los Derechos Humanos fue recogida por los movimientos
políticos obreristas, sindicalistas y socialistas del siglo XVIII y XIX que, frente al
sistema capitalista industrial, pujaban por cambios y nuevas libertades, tal y como lo
había hecho en los siglos anteriores la burguesía.

El trauma social y cultural de la segunda guerra mundial fue tal, que en 1945 nació
la Organización de las Naciones Unidas para procurar que nada similar volviera a
producirse.
La Asamblea General de este organismo adoptó, el 10 de diciembre de 1948, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue el primero de muchos
tratados internacionales en la materia, como son la Convención Europea de
Derechos Humanos de 1950, los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de
1966 o la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969.
Estos numerosos acuerdos en materia de Derechos Humanos, por desgracia, no
impidieron ni impiden en tiempos recientes que se sigan violentando los derechos
fundamentales de la humanidad. Sin embargo, hoy son entendidos como
universales (sin discriminación alguna por ningún tipo de criterio social, político,
étnico o religioso), inalienables e irrenunciables, es decir, comunes a cualquier ser
humano en cualquier lugar del mundo.
Pero incluso así, es cierto que por primera vez en la historia el concepto de dignidad
humana tiene quien lo defienda. Además, es importante que hoy la violación a los
Derechos Humanos de una persona es tenida como un delito punible en cualquier
lugar del planeta y que no prescribe sin importar cuánto tiempo haya pasado.

● Caso de Iguala y la desaparición de los estudiantes

Autoridades violaron el derecho a la verdad de las víctimas al formular o difundir


declaraciones sesgadas o información parcial o falsa, pues sin contar con
evidencias comprobadas se dio por sentado que los 43 estudiantes desaparecidos
habían sido asesinados.

Entre las principales violaciones documentadas, probadas y denunciadas por la


Comisión Nacional se encuentran las siguientes:

Criminalización de la protesta social


Uso de la fuerza
Empleo excesivo de armas de fuego
Privación de la vida
Lesiones
Tortura
Imputación indebida de hechos
Detención arbitraria
Tratos crueles
Violación a los derechos del niño y de la mujer
Indebida preservación y alteración del lugar de los hechos
Inadecuada atención a las víctimas
Inadecuada atención a la problemática prevaleciente en la escuela normal rural
Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero.
Obstáculos a la investigación y al deber de investigar efectivamente los hechos

Derivado de la documentación de este conjunto de violaciones, la CNDH emitió


treinta recomendaciones que en su conjunto dan cuenta de la responsabilidad de
autoridades federales y estatales por actos de omisión o comisión, mismos que
constituyen graves violaciones a los derechos humanos tutelados en los tratados
internacionales y en el propio ordenamiento jurídico nacional.

● Caso Ines y Valentina

Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú, dos mujeres indígenas


me’phaa, fueron torturadas y violadas en 2002 por soldados mexicanos en el estado
de Guerrero.

La detención de los presuntos responsables representa una victoria importantísima


para estas mujeres que han luchado contra todo para obtener justicia, incluyendo
amenazas, demoras y retrocesos en sus casos, y el desprestigio por parte de las
autoridades a lo largo de sus esfuerzos.

La Corte resolvió que el Estado era responsable de la violación de los derechos a la


integridad personal, a la dignidad, a la vida privada, a las garantías judiciales y a la
protección judicial en perjuicio de las señoras Inés Fernández Ortega y Valentina
Rosendo Cantú, y la violación de los derechos del niño en perjuicio de esta última.
Asimismo, el Estado resultó responsable de la violación de los derechos a la
integridad personal y a la vida privada en perjuicio del esposo e hijos de la señora
Fernández Ortega, y del derecho a la integridad personal de la hija de la señora
Rosendo Cantú.

Por ejemplo, respecto de la impartición de justicia con perspectiva de género y


etnicidad, el nuevo proyecto podría considerar lo que se desprende de las
sentencias de la Corte IDH respecto pautas de actuación muy concretas para los
juzgadores que dirimen casos de tortura sexual, en aspectos tan específicos como
la valoración de la prueba. Estas obligaciones, vale decir, no se agotan con
“medidas administrativas” ni con la programación de cursos para funcionarios
judiciales, ni tampoco con la reseña de las tesis ya existentes, sino que por el
contrario suponen deberes sustantivos que tendrían que ser incorporados en la
actuación de los órganos jurisdiccionales del país, así como implican priorizar la
atracción de casos donde se diriman estos temas. Así lo tendría que señalar el
proyecto modificado.

Por ello, es de suma importancia la resolución del expediente varios 1396/2011.


Porque si se modifica este proyecto para maximizar sus alcances, como en su
momento lo hizo la mayoría que resolvió el expediente varios 912/2010; porque si se
analizan integralmente las sentencias, más allá de rastrear obligaciones únicamente
en los resolutivos; porque si el cumplimiento de las resoluciones interamericanas se
entiende en el marco del diálogo jurisprudencial y no sólo en el de la impartición de
capacitaciones; entonces, la discusión que viene sin duda aún puede contribuir a lo
que Valentina Rosendo demandó al asistir a la sesión de la Corte: que la puerta de
la justicia se abra más para las mujeres indígenas. Eso es lo que está en juego
ahora que será modificado este proyecto de sentencia.

● Caso Rosendo Radilla

Sus acciones y cuestionamientos lo colocaron en la mira del Gobierno, y el 25 de


agosto de 1974 fue desaparecido por los militares. Eran los tiempos de la Guerra
Sucia. Rosendo viajaba en autobús con su hijo, desde Chilpancingo hacia Atoyac.
Entre Cacalutla y Alcholoa, un retén militar de la Secretaría de la Defensa Nacional
(SEDENA) detuvo al camión. Uno de los militares lo reconoció y no le permitió
continuar su viaje. Cuando Rosendo les preguntó de qué se le acusaba, los militares
le respondieron “De componer corridos a Lucio Cabañas”. Se lo llevaron preso al ex
Cuartel Militar de Atoyac de Álvarez… donde fue visto por última vez. Víctima de
desaparición forzada, nada se sabe aún de su paradero.
En ella, éste fue hallado responsable de la violación a los derechos a la libertad, a la
integridad personal, a la vida y al reconocimiento a la personalidad jurídica de radilla
pacheco, así como los derechos a la integridad física y mental. a las garantías
judiciales y a la protección judicial de sus familiares. Además, señaló que el proceso
ante la jurisdicción militar no respetó los estándares internacionales en materia de
debido proceso.
El caso Radilla tuvo un gran impacto en el sistema jurídico mexicano y propició
avances significativos en materia de derechos humanos: Es la primera sentencia por
violaciones a derechos humanos en contra del Estado mexicano

También podría gustarte