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Nany Ramírez
3º AÑO
La pérdida de identidad del objeto artístico tradicional fue el objetivo tácito de varios artistas
informalistas, entre ellos Alberto Greco. Para sus pinturas trabajaba sobre chapas, maderas,
materiales no convencionales. Sus materiales eran café, vino, pasta de dientes, hasta su propia
orina. Si utilizaba algunos óleos los dejaba a la intemperie para que la lluvia o cualquier variable
de la naturaleza hicieran su trabajo. Esta etapa constituye un testimonio de lo que el informalismo
significaba para Greco: no tanto un alejamiento de la forma pictórica, como de las formalidades
y los formalismos del mundo del arte.
A partir de 1959 comienza con una nueva etapa en la que incluye al espectador activamente en
sus obras, por ejemplo, sacando a la calle cuadros que estaba exponiendo en una galería para
ver la reacción de la gente que pasa, llenando una esquina de Buenos Aires con afiches
publicitarios en los que se lee: “Alberto Greco que grande sos!, detiene a las personas por la
calle y las encierra de un trazo en un círculo de tiza (acción conocida como Vivo Dito*). Señala
con carteles a las personas y envuelve a todo el pueblo con un gran rollo de papel. En 1963 trata
de romper las barreras entre los actores y el público en una obra de teatro sin guion, sin actores
profesionales y bajo una improvisación total.
Para Greco, nunca se trató de otra cosa más que de llevar vida al mundo del arte, así, como
también señalar el arte en el dominio mismo de la vida.
*Vivo Dito: El arte vivo y la aventura de lo real. Del gesto pictórico Greco pasó a la acción directa
en la calle, que consistía en señalar dibujando con tiza en torno a una persona cualquiera y firmar
a sus pies como una obra propia. “El artista enseñará a ver, no con el cuadro, sino con el dedo.
(…) Debemos ponernos en contacto directo con los elementos vivos de nuestra realidad:
movimiento, tiempo, gente, conversaciones, olores, lugares, situaciones.” (1962, Manifiesto del
Arte Vivo)
Vivo dito Madrid (1963)
Junto con Rubén Santantonín, creó “La menesunda”, que se presentó en el Instituto Di Tella en
1965. El visitante debía atravesar dieciséis salas con diferentes ambientaciones y actores, y
experimentar diversas sensaciones. En 1966 Minujín obtuvo una beca Guggenheim y viajó a
Nueva York. Desarrolló una serie de happenings sobre el impacto de los medios de
comunicación, que se desarrollaron en la galería Bianchini (1966), la Howard Wise Gallery (1967)
y el Museum of Modern Art de Nueva York (1970).
La artista ha creado piezas comestibles monumentales: El Obelisco de pan dulce (Buenos Aires,
1979), La Torre de pan de James Joyce (Irlanda, 1980) y una serie de figuras simbólicas efímeras
cubiertas de comida. El Partenón de libros: una obra-performance de arte público y espíritu
colaborativo, descomunal y efímera, construido en Buenos Aires en 1983 y repetido en Kassel
(Alemania) en 2017. Una réplica del templo de Atenea hecha con libros que habían sido
prohibidos durante guerras y dictaduras militares. Además de símbolo de resistencia contra la
censura, el Partenón de libros prohibidos se puede pensar como una obra de gestión, en la que
la dificultad, que está en el centro de la vida, no es ajena al arte sino que lo constituye. Y
encuentra la felicidad en atravesarla.
Sus obras siempre poseen un carácter público y efímero, en las cuales el público participa tanto
de manera lúdica como colaborativa y conceptual. Algunas de las más reconocidas: Operación
perfume (1987 y 2008 Bs. As. 2009 Cali) Galería Blanda (1973, Washington. 2008, Nueva York
y Vancouver) Rayuelarte (Bs. As, 2009), entre otras.
"Yo creo que a Marta Minujín no se la recordará por una obra determinada y mantenida en un
museo, sino por toda su actitud, sus espectáculos de arte, por la incorporación del show y la
alegría a un terreno excesivamente sacralizado intelectualmente”. (Orlando Barone, “Todo es
posible para marta Minujín”, 1984)
Actualmente Marta es la artista plástica más popular en Argentina con proyección internacional,
continúa trabajando activamente en su taller ubicado en el barrio porteño de Belgrano.
“La menesunda” 1965