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DIVINA PASTORA

COGOMA SOFIA & MURRAY R. MICAELA


MATERIA : CATEQUESIS

Historia y leyenda conviven en un hermoso relato cuyo


origen se sitúa hacia el año 1740, cuando el vicario de la
Inmaculada Concepción de Barquisimeto quiso para su
iglesia una imagen de la Divina Pastora. Coincidió el
entusiasmo del párroco con el del cura del pueblo de
Santa Rosa del Cerrito, en ese momento Sebastián Bernal,
quién encargo al mismo escultor una pieza pero de la
Inmaculada.
Equivocación o milagro, lo cierto es que al abrir el cajón
con la imagen encargada, consiguió el padre Bernal a la
Divina Pastora y no a la Inmaculada solicitada. Al darse
cuenta del error, mandó a cerrar la caja y enviarla a
Barquisimeto.
Entonces ocurrió un hecho inusitado: ni la fuerza de mil
hombres pudo mover el cajón. La noticia corrió de boca en
boca y de otra cosa no se podía hablar.
El hermano nectario María cuenta que el padre Bernal
comunicó el hecho al Vicario quien afirmó estar
convencido de la voluntad de la Virgen de permanecer en
la iglesia de Santa Rosa.
No imaginaría quizás el padre José Macario Yépez que
aquel 14 de enero de 1856, cuando imploró a la imagen de
la Divina Pastora que acabara con la epidemia del cólera,
sus palabras quedarían grabadas en la historia, en la
memoria colectiva, en la tradición oral y en la fe de
muchas generaciones de barquisimetanos.
Desde el histórico año de 1856, la Divina Pastora recorre el
camino que une a Santa Rosa y Barquisimeto, repitiendo
una hermosa tradición.
El 14 de enero de 1906, en ocasión del cincuentenario de la
visita, la Virgen recibió un hermoso regalo: su Himno. Con
música de Simón Wohsiedler y letra del poeta Andrés
Delgado nació un homenaje poético y musical que no falta
en la cita de su viaje ni de su retorno.
El centenario de la procesión (1956) fue el año escogido
para realizar la Coronación Canónica de la Virgen, en ese
momento era el obispo de la Diócesis monseñor Críspulo
Benítez Fontúrvel.
 

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