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Aporte literario
El texto más famoso de Baquíjano, pronunciado en 1781, es su Elogio
del virrey Agustín de Jáuregui, una velada crítica de las reformas
hispánicas que habían perjudicado la hegemonía comercial limeña en
Sudamérica. A raíz de este escrito fue censurado por las autoridades
españolas y años más tarde, en 1786, tuvo que suscribir unas
retractaciones públicas. Escribió algunos textos sueltos, entre los cuales se
puede mencionar su Relectio extemporánea ad explanationem legis
phamphilo XXXIX delegatis et fideicomissis III quam in puvlici certamine pro
primaria legum cathedra pronunciavit D.D.Josephus Baquijano et Carrillo (Lima,
1788).
Presidente de la Sociedad de Amantes del País y uno de los fundadores
del Mercurio Peruano en 1791, el impreso ilustrado peruano más
importante del siglo XVIII. En dicho medio escribió varios artículos bajo el
seudónimo de “Cephalio”, entre los cuales pueden mencionarse: “Historia
de la creación y establecimiento de esta Real Audiencia” (tomo I, fol. 185-190,
1791), “Historia de la fundación, progresos y actual estado de la Real
Universidad de San Marcos de Lima” (tomo II, fol. 160-167, 172-180, 188-198 y
199-204, 1791) e “Historia del descubrimiento del Cerro de Potosí, fundación de
su imperial villa, sus progresos y actual estado” (tomo VII, fol. 25-32, 33-40 y
41-48, 1793).
Funciones Judiciales
Baquíjano ejerció, por otro lado, funciones judiciales. Luego de numerosas
solicitudes -que incluyeron donativos a la Corona- fue nombrado oidor de la
audiencia de Lima en 1806. Empero, ya había ejercido cargos menores en
este tribunal. Así, fue protector interino de naturales desde 1778 y alcalde
del crimen en 1795. Como protector de naturales ejerció la defensa del
curaca de Pisac (Cuzco), Bernardo Tambohuacso, quien había sido acusado
en 1780 de estar complicado en la conspiración de Lorenzo Farfán de los
Godos en el Cuzco.
Viajes a España
Durante su vida emprendió tres viajes a la metrópoli. La primera estadía se
produjo entre 1773-1777, ocasión en la cual Baquíjano intentó ser
nombrado oidor de la audiencia limeña. Empero, en vista de sus licencias y
afición desmedida por el juego, que habían sorprendido inclusive al
hermano de su protector en España, fue enviado de vuelta a Lima. El
segundo viaje fue emprendido en 1793 al recibir una comisión de la
Universidad de San Marcos. Además, fue instruido para exponer ante la
Corona las quejas de los comerciantes limeños contra el reglamento de
libre comercio y sugerir, por otro lado, la creación del primer Colegio de
Abogados en Lima. El último de sus viajes se produce en 1813 cuando es
nombrado consejero de Estado, hecho que desencadenó un verdadero
estallido popular entre todas las clases sociales limeñas. Luego de este
viaje, fallecería en Sevilla el 24 de enero de 1817.
Paradigmas de Baquíjano
La historiografía peruanista ha apreciado la trayectoria pública de
Baquíjano en atención a dos paradigmas. El primero de ellos, de corte
nacionalista, lo presenta como uno de los prohombres de la emancipación
peruana y uno de los forjadores de la nacionalidad. El principal propulsor
de esta visión fue el historiador limeño José de la Riva-Agüero y Osma
(1885-1944), descendiente del propio Baquíjano. El segundo paradigma, en
cambio, aprecia a Baquíjano como un buen ejemplo de las estrategias
desplegadas por los criollos americanos para obtener honores y
reconocimiento por parte de la corona española. El libro del historiador
norteamericano Mark Burkholder, Politics of a colonial career. José Baquíjano
and the Audiencia of Lima (Albuquerque, 1980), es el principal exponente de
esta literatura. Al margen de estas aproximaciones, Baquíjano fue un
destacado hijo de su tiempo y un vivo ejemplo del criollismo ilustrado
en la América española.