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UN DICIFIL AÑO 2023 El verdadero problema para Colombia estallará

cuando la guerra entre Rusia y Ucrania termine.


Las previsiones no son buenas. Incluso los más optimistas creen que el 2023 será un año
difícil. El problema está en que la mayor parte de esas dificultades no estará en manos de
nuestros gobernantes, sino en manos de las grandes potencias. Hay consenso en que el
próximo año en el mundo será de extrema tensión política y máxima volatilidad
económica.

Comenzando por el escalamiento de la guerra de represalias y sanciones entre Moscú y


Washington, que desde hace más de 5 años está llevando las tensiones entre los dos
países a un nivel de riesgo tan alto que cada vez más los comunicados del Ministerio de
Relaciones de Rusia insisten en alertar de que las relaciones entre los dos países se
aproximan a un “peligroso punto de confrontación”, a los que responde la Secretaria de
Estado de Estados Unidos usando un tono similar.

La invasión rusa a Ucrania ha agravado las tensiones políticas entre los dos países. El
anuncio del Gobierno de Estados Unidos de ayuda militar por cerca de 2.000 millones de
dólares a Kiev ha llevado la situación con Moscú a la máxima alerta. Pekín se mueve
sigilosa, pues todo podría llevar a que los rusos decidieran vender a los chinos el gas que
antes vendía a los europeos, que ya trabajan para reducir la dependencia energética del
Kremlin.

Por más que Colombia asuma una posición neutral en este escenario (habrá que ver), la
grave situación política internacional va a golpear al país por dos vías concretas. Por una
parte, en el campo económico, semejante tensión política contribuirá a afectar las
expectativas económicas en un contexto de aumento de la inflación y las tasas de interés
en los mercados internacionales, haciendo más difícil y costosa la obtención de créditos a
plazos y tasas de interés razonables. Además será en el 2023 cuando podamos apreciar
cual fue la magnitud real del frenazo en seco que dieron empresarios e inversionistas a sus
inversiones tanto por la victoria de Petro en las presidenciales, como por los posteriores
anuncios de sus ministros. Por ahora, las tasas de interés están en el nivel más alto de los
últimos 20 años y no se percibe que vayan a bajar pronto o que dejen de subir. El aumento
de 16 % en el salario mínimo (que para los empresarios fue en realidad del 30 %) va a
presionar la inflación. Y si hay más inflación el Banrepública va a tener que seguir
subiendo las tasa de interés.

Ahora, en el campo político, el verdadero problema para Colombia va a estallar en el


momento en que la guerra entre Rusia y Ucrania termine, lo que podría suceder en
cualquier momento de 2023. En ese momento, las tensiones y conflictos entre
estadounidenses y rusos se desplazará al eje Caracas-Bogotá, como nuevo campo de
combate. La razón es simple. Desde que asumió la jefatura de Estado ruso, Putin ha
insistido en que la presencia de las fuerzas occidentales en Eurasia ha sido definitiva para
la ventaja que han tomado los países de occidente para tener de su lado a los países de
esa parte del mundo. Por tanto, sin el problema de Ucrania encima, Putin no dudará en
hacer presencia con tropas y ayuda militar (y ayuda económica) en Colombia y Venezuela,
como una factura que le cobra a occidente por su intromisión en esa región y como un
claro desafío a Washington. El punto está en cual será el curso de acción que defina Petro
en semejante escenario. Tomar partido por uno o por otro, o ir por el camino del medio
con el propósito de buscar beneficios de los dos.

“Además 2023 será un año electoral en los territorios. Y eso reduce la disposición de los
gobernantes a resolver los problemas que viven las comunidades, para dedicarse a ganar
las elecciones”. La agenda de ofertas y promesas de los políticos para ganar el apoyo de
los ciudadanos, será mayor en un momento en que no hay plata para cumplir con las
promesas. Difícil año para el Presidente Petro: Recesión económica, recesión política y
recesión electoral. Un año para medir su verdadera capacidad y la determinación de los
colombianos para aportar y evitar que esto se caiga.

Un abrazo para todos y a trabajar duro en 2023. Lo mejor para todos.

PEDRO MEDELLÍN

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