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Antes de ingresar en la comprensión del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, sus
complejas consecuencias económicas en ambos países y en el resto del mundo, es
necesario remitirse a algunos eventos históricos que permiten percibir con mayor
claridad el origen de este conflicto a la vez que se profundiza su impacto en la
actualidad. De este modo, la historia de Ucrania, que inicia con el establecimiento
de la Rus de Kiev como Estado, es un asunto tanto de conquista como de
distribución de un territorio sumamente estratégico a cuenta de diversos imperios y
culturas.
Conforme con este breve recorrido histórico, se destaca el hecho de que Ucrania
esté ubicada en una zona de importancia estratégica para Occidente y Rusia, el
presente escrito, que pretende ahondar en las implicaciones económicas del
conflicto para ambos países y el resto del mundo, considera que la prolongación de
esto puede ocasionar graves efectos económicos en un gran número de países.
Efectos que claramente se trasladan a otras esferas sociales como lo son la
seguridad alimentaria, el medioambiente o incluso el bienestar de toda una nación,
lo que implica las repercusiones en sus habitantes.
En este orden de ideas, la Unión Europea en comparación con el resto del mundo,
es la zona que proyecta una mayor baja en su crecimiento económico. La cual,
“crecería un 2,8%, es decir, 1,4 puntos porcentuales menos de lo esperado antes
del inicio de la guerra” (De la Fuente, 2022, pág. 3). Así, el alza en los precios de
productos energéticos, en los productos básicos y en los costos de transporte
internacional, devela considerables problemas de oferta y un incremento en la
demanda interna de economías desarrolladas. Igualmente, redunda en una inflación
de carácter global.
Ahora bien, en el caso de América Latina y el Caribe, la influencia que puede tener
el conflicto entre Rusia y Ucrania está enlazada con los estragos ocasionados por la
pandemia derivada del Covid-19. Así, las economías de la región han enfrentado
una coyuntura difícil, caracterizada por una desaceleración económica, una lenta
recuperación de los mercados laborales y un incremento en la inflación. A pesar de
todo, la distribución de los daños relacionados con el conflicto Rusia y Ucrania
presenta una magnitud desigual, debido a que el “grado de dependencia de cada
país en materia de petróleo, gas y otros productos primarios determina los impactos
de la ruptura del suministro” (CEPAL, 2022, pág. 5).
En otro aspecto, el tema del incremento en los precios de los productos energéticos
su incidencia en los costos del transporte a nivel internacional y el hecho mismo de
que Ucrania sea uno de los mayores productores de cereales y fertilizantes junto
con Rusia surte efecto en la crisis alimentaria. Dado que el impacto en la reducción
de exportaciones podría rondar entre 10 millones y 43 millones de toneladas para el
año 2023, “la ingesta calórica de un total de entre 60 millones y 150 millones de
personas” (CEPAL, 2022, pág. 14) está en riesgo. Concretamente, este asunto
puede ser aún más agudo para América Latina y el Caribe, debido a su continuo
aumento en los índices de subalimentación ocasionados por la pandemia.
Adicionalmente, es relevante mencionar que para el año 2020 “un 88% de las
importaciones regionales de fertilizantes a base de nitratos y fosfatos provino de la
Federación de Rusia, al igual que el 74% de las compras de nitrato de amonio”
(CEPAL, 2022, pág. 17). De esta forma, una escasez en los fertilizantes implica un
alza en costos agrícolas y una insuficiencia en su aplicación disminuye los
rendimientos por hectárea o el área sembrada de algunos cultivos. Un ejemplo de
esto reside en Argentina, donde “un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario
(2022) estimó que, en un escenario crítico de escasez de fertilizantes, los
rendimientos en la producción de maíz y trigo podrían caer un 19,4% y un 25,9%,
respectivamente” (CEPAL, 2022, pág. 17).
Respecto al caso colombiano, vale la pena señalar que los vínculos comerciales con
Ucrania y Rusia no son muy fuertes. Sin embargo, su conflicto repercute de manera
positiva el valor en dólares de las exportaciones de productos como el petróleo,
carbón, níquel y oro. Al mismo tiempo, el hecho de que un gran número de
importaciones de fertilizantes provenga de Rusia y sean comprados a Ucrania
productos agrícolas como el trigo, maíz y la cebada, altera el precio en “las
importaciones necesarias para la producción nacional y amenaza con incrementar
las presiones inflacionarias en Colombia” (Banco de la República, 2022, pág. 89).
De acuerdo con estos dos casos y con el papel crucial que ejercen tanto Rusia
como Ucrania en el abastecimiento de los mercados de productos alimenticios, la
FAO destaca como en marzo del 2022 el índice de precios de los alimentos alcanzó
un máximo histórico a nivel mundial. Esto es, “un 12,6 % más que en febrero y un
33,6 % más que un año antes y un 15,8 % por encima del máximo anterior,
alcanzado en febrero de 2011” (FAO, 2022, pág. 1). Lo que afecta de manera
desproporcionada a los países menos desarrollados, de ingresos bajos y con un
déficit ya conocido de alimentos.
De este modo, países del África septentrional, Asia occidental y central se verían
perjudicados por su dependencia en cuestión de importaciones del trigo derivado de
Ucrania y Rusia. Igualmente, serían afectados los países de Egipto, Turquía,
Bangladesh y la República Islámica de Irán, quiénes representan el 60% de las
importaciones de trigo procedentes de los mencionados países en conflicto. Por otra
parte, Ucrania como uno de los mayores exportadores de maíz a nivel mundial, al
estar en situación de guerra ejercerá un impacto de carencia de suministros en
países como China, Egipto, Turquía y gran parte de la Unión Europea.
Para otros sectores como los productos de índole forestal, la Unión Europea
prohibió la importación de madera y otros productos derivados de esta, procedentes
de Rusia. En respuesta a esto, Rusia introdujo “una prohibición a la exportación de
madera en rollo de uso industrial, viruta de madera y hoja para enchapados con
destino al Canadá, los Estados Unidos de América, el Japón, la UE y otros países”
(FAO, 2022, pág. 9). Lo que ocasionó dificultades en el comercio internacional,
interrumpiendo así los productos forestales para el resto del mundo y afectando los
flujos económicos.
En conclusión, este conflicto que tiene un origen de larga data manifiesta sus
consecuencias de diversas maneras y en diferentes escalas. Aun cuando los
efectos plenos sobre la economía mundial siguen siendo inciertos y dependen de
distintas variables, es evidente que los países más vulnerables se verán gravemente
perjudicados por las actuaciones económicas de otros países y por el incremento de
la inflación, que persiste a pesar de superar la pandemia del Covid-19. Por su parte,
el paquete de sanciones económicas aplicado para Rusia excede las posibles
consecuencias en este país y se traslada de cierto modo a otros.
Referencias bibliográficas
DW. (2022, Mayo). PIB de Ucrania caerá un 30 por ciento en 2022, según
reporte.