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Las repercusiones económicas del conflicto entre Rusia y Ucrania

El presente escrito ha sido elaborado con el propósito de ahondar en las


repercusiones de índole económicas que genera el conflicto bélico entre Rusia y
Ucrania, consecuencias que afectan a ambos países como también al resto del
mundo. En un primer momento, menciona los principales eventos históricos que
dieron origen a este conflicto. Luego realiza un recuento de las sanciones
económicas impuestas a Rusia, sus respectivas situaciones económicas y algunos
indicadores. Seguidamente, intenta comprender las consecuencias de este conflicto
a nivel mundial, en dónde se tiene en cuenta sus implicaciones en otras esferas
sociales. Dentro de sus conclusiones destaca que el ámbito económico de este
afecta con mayor intensidad a los países más desfavorecidos, incrementa
desiguales ya presentes como lo son la seguridad alimentaria.

Antes de ingresar en la comprensión del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, sus
complejas consecuencias económicas en ambos países y en el resto del mundo, es
necesario remitirse a algunos eventos históricos que permiten percibir con mayor
claridad el origen de este conflicto a la vez que se profundiza su impacto en la
actualidad. De este modo, la historia de Ucrania, que inicia con el establecimiento
de la Rus de Kiev como Estado, es un asunto tanto de conquista como de
distribución de un territorio sumamente estratégico a cuenta de diversos imperios y
culturas.

Por consiguiente, el occidente de Ucrania ha tenido un desarrollo histórico diferente


a causa de su antiguo dominio austrohúngaro o polaco. Mientras que el oriente por
su dominio otomano y ruso presenta una población más ortodoxa con tendencias a
la lengua rusa (Teixeira, 2021). Es decir, que el desarrollo de este territorio estuvo
marcado por una diferencia entre ambos extremos, lo que conlleva a una
cotidianidad distinta del oriente y el occidente, que será marcada en las posiciones
de ambas partes frente al conflicto actual con Rusia.

De manera similar, la llegada de la revolución rusa en el siglo XX y la consecuente


creación de la Unión Soviética “absorbió las tierras de Ucrania Occidental y
conformó la República Ucraniana, transfiriéndole al mismo tiempo la península de
Crimea” (Montaña, 2022, pág. 1). Con ello, el gobierno soviético intento ejercer
cierta influencia rusa sobre Ucrania, sin embargo, no logró dominar la dimensión
cultural de este país, en el que creció un fuerte movimiento nacional en su zona
occidental. Luego de este fallido intento de dominación y el colapso de la Unión
Soviética en el año 1991, Ucrania obtuvo su independencia a través de un tratado
con Rusia (Teixeira, 2021).

No obstante, las antiguas diferencias culturales en términos de lengua, religión y


vínculo con Occidente incidieron en las dificultades para la creación de un Estado-
nación ucraniano, lo que de algún modo derivó en el consecuente conflicto bélico
con Rusia. Por lo demás, la destitución del entonces presidente ucraniano Víktor
Yakunovich, las rebeliones de la población, así como la anexión de la Península de
Crimea por parte de Rusia en el año 2014, desencadenaron en la guerra del
Donbás. Un conflicto que ha atravesado diferentes etapas, en donde las regiones de
Donetsk y Lugansk solicitaron su separación y anexión a Rusia.

Si bien es cierto que en el año 2015 “Ucrania, Rusia y representantes separatistas


de Donetsk y Lugansk firman el Protocolo de Minsk para poner fin a la guerra civil”
(Montaña, 2022, pág. 2). Este acuerdo fracasó y con el fueron reactivados los
combates hasta el día de hoy, en el que las tensiones entre ambos países han
presentado diferentes fluctuaciones. Aun así, estas se vieron intensificadas con el
arribo de las tropas rusas a Ucrania en febrero del año 2022, cuya pretensión fue
“invadir el país, controlar su territorio, derrocar el Gobierno y reintegrar este extenso
país a Rusia” (Patiño, 2022, pág. 2). La fuerte tensión en los territorios prorrusos,
desencadena hechos cuestionables sobre el papel del Estado Ucraniano en estos
lugares, dónde se han documentado violaciones a los derechos humanos mucho
antes de que empezará la gran guerra con Rusia.

Conforme con este breve recorrido histórico, se destaca el hecho de que Ucrania
esté ubicada en una zona de importancia estratégica para Occidente y Rusia, el
presente escrito, que pretende ahondar en las implicaciones económicas del
conflicto para ambos países y el resto del mundo, considera que la prolongación de
esto puede ocasionar graves efectos económicos en un gran número de países.
Efectos que claramente se trasladan a otras esferas sociales como lo son la
seguridad alimentaria, el medioambiente o incluso el bienestar de toda una nación,
lo que implica las repercusiones en sus habitantes.

Con todo, este conflicto que ha materializado su crueldad en vidas humanas y


expone inminentes riesgos geopolíticos para Europa, ha sido de algún modo
contrarrestado con una serie de sanciones económicas dirigidas a Rusia, que desde
los Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y otras naciones tiene por
objetivo limitar sus acciones armadas. Estas sanciones contemplan el cierre del
sistema financiero occidental con la prohibición de realizar transferencias
internacionales por medio de SWIFT; la limitación de acceso a créditos
internacionales; la “presión a las empresas rusas en los mercados bursátiles
internacionales” (Montaña, 2022, pág. 4), y la paralización de los activos del Banco
Central de la Federación Rusa, además de sus bancos de carácter privado y
público.

En consecuencia, las exportaciones e importaciones rusas de petróleo, gas,


minerales y otros bienes han sido obstaculizadas, su moneda oficial - el rublo - ha
caído en una rápida depreciación, así como el valor en bolsa de sus bancos y
empresas. Siguiendo a Doménech (2022) dichas sanciones y sus efectos van más
allá de las fronteras de estos países para ser expresados en tres canales. El primero
de ellos que corresponde al sistema financiero, deja entrever como las empresas
rusas posiblemente realicen impagos o reestructuren sus deudas, lo cual “provoque
ondas que se expandan a través del sistema financiero global” (Doménech, 2022,
pág.1).

En un segundo canal relacionado con la confianza, es posible observar como la


caída de los mercados bursátiles ha producido de cierta manera una salida de
capitales de algunos mercados y un aumento en el precio del dólar frente a otras
monedas de economías desarrolladas y emergentes. Por último, el tercer canal
referido al aumento en los precios de la energía, principalmente del gas, ha
provocado “un significativo shock de oferta negativo, que aumenta la inflación y
reduce el crecimiento del PIB” (Doménech, 2022, pág. 1). Afectando así las
decisiones alrededor del consumo y la inversión tanto de hogares como de
empresas, especialmente en Europa.

Indudablemente, el país más afectado es Ucrania por la gran perdida de vidas


humanas, el desplazamiento de aproximadamente ocho millones de personas, la
destrucción de su infraestructura, el daño a su economía y el tiempo que tardará en
recuperarse. En segundo nivel, estará Rusia por los costos de su intervención militar
en Ucrania, las sanciones económicas y las frágiles relaciones comerciales
internacionales. Asuntos que ya están siendo evidentes con la caída del 30% de su
rublo como moneda oficial (Doménech, 2022). Las cotizaciones de algunos de sus
bancos que “han pasado de 15 dólares a un centavo, [mientras] Rusia observa que
la demanda mundial de su petróleo y gas disminuye mientras aumenta la de otros
productores” (Doménech, 2022, pág. 1).

De manera similar, en indicadores macroeconómicos Ucrania presenta al igual que


varios países una disminución considerable con la llegada de la pandemia por el
Covid-19 (Ver gráfica 1). Asimismo, su economía que está basada en la producción
de diversos cereales, según el medio DW (2022) caerá en un 30% para finales del
año 2022. Por su lado, el desarrollo del PIB de Rusia que también se ha visto
influenciado por la guerra de Donbás en el 2015 y la llegada de la pandemia (Ver
gráfica 2), caerá en un 10% de acuerdo con el Banco Europeo de Reconstrucción y
Desarrollo.

Gráfica 1. PIB de Ucrania expresado en miles de millones de dólares.


Fuente: Elaboración propia, datos tomados del Banco Mundial

Gráfica 2. PIB Rusia expresado en billones de dólares.

Fuente: Elaboración propia, datos tomados del Banco Mundial

Ahora bien, estas consecuencias en materia económica que también conllevaron


cierta volatilidad financiera y riesgos a nivel mundial fueron de cierta manera
atendidas con políticas monetarias contractivas que incluyeron alzas en las tasas de
interés y reversión en los estímulos monetarios. De esta manera, los países
altamente endeudados serán impactados negativamente por su limitado acceso al
financiamiento para renovar su deuda o por el incremento de su valor neto.
Asimismo, “el aumento de las tasas también deteriorará la situación financiera del
sector corporativo no financiero” (CEPAL, 2022, pág. 4).

En relación con el continente europeo, el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia,


además de implicar un cambio sustancial en la geopolítica, conlleva una
preocupación por la pérdida o encarecimiento de los productos energéticos,
fundamentalmente del gas. Dado que Rusia es “uno de los mayores productores
mundiales de energía y otras materias primas clave, y el principal proveedor de
estos productos para muchos países europeos” (De la Fuente, 2022, pág. 1). Esta
situación supone un significativo shock negativo en la oferta, que puede acarrear
una estanflación similar a la de los años setenta. Dicho de otra manera, una
economía con elevados índices de desempleo acompañada de un incremento
considerable en la inflación.
Con respecto a la economía mundial, este conflicto bélico representa una nueva
fuente de incertidumbre, en la que Estados Unidos, China y la Unión Europea como
principales socios comerciales han observado una dinámica deteriorada en su PIB.
Para los Estados Unidos, el crecimiento este indicador económico sería de 2,8%,
esto es, “1,2 puntos porcentuales por debajo de lo que se proyectaba en diciembre
de 2021” (CEPAL, Sistema de la Reserva Federal, 2022). En tanto que China
pronostica un dinamismo inferior para sus sectores exportadores e inmobiliarios, lo
que también estaría conectado con las graves afectaciones que atravesó por la
pandemia del Covid-19.

En este orden de ideas, la Unión Europea en comparación con el resto del mundo,
es la zona que proyecta una mayor baja en su crecimiento económico. La cual,
“crecería un 2,8%, es decir, 1,4 puntos porcentuales menos de lo esperado antes
del inicio de la guerra” (De la Fuente, 2022, pág. 3). Así, el alza en los precios de
productos energéticos, en los productos básicos y en los costos de transporte
internacional, devela considerables problemas de oferta y un incremento en la
demanda interna de economías desarrolladas. Igualmente, redunda en una inflación
de carácter global.

Ahora bien, en el caso de América Latina y el Caribe, la influencia que puede tener
el conflicto entre Rusia y Ucrania está enlazada con los estragos ocasionados por la
pandemia derivada del Covid-19. Así, las economías de la región han enfrentado
una coyuntura difícil, caracterizada por una desaceleración económica, una lenta
recuperación de los mercados laborales y un incremento en la inflación. A pesar de
todo, la distribución de los daños relacionados con el conflicto Rusia y Ucrania
presenta una magnitud desigual, debido a que el “grado de dependencia de cada
país en materia de petróleo, gas y otros productos primarios determina los impactos
de la ruptura del suministro” (CEPAL, 2022, pág. 5).

Si bien, el elemento en común en América Latina y el Caribe está ligado al aumento


de la incertidumbre y sus repercusiones en materia de inversión. El incremento en el
precio del petróleo, el carbón y el gas puede beneficiar a los países exportadores de
productos energéticos (CEPAL, 2022). Aun así, algunos de estos países al ser
importadores de los productos derivados de hidrocarburos pueden percibir un efecto
contrario. Por su parte, “los países que son importadores netos de energía serán
afectados negativamente por presiones en su balanza comercial, en especial los
países del Caribe de habla inglesa o neerlandesa y los de Centroamérica” (CEPAL,
2022, pág. 9).

En otro aspecto, el tema del incremento en los precios de los productos energéticos
su incidencia en los costos del transporte a nivel internacional y el hecho mismo de
que Ucrania sea uno de los mayores productores de cereales y fertilizantes junto
con Rusia surte efecto en la crisis alimentaria. Dado que el impacto en la reducción
de exportaciones podría rondar entre 10 millones y 43 millones de toneladas para el
año 2023, “la ingesta calórica de un total de entre 60 millones y 150 millones de
personas” (CEPAL, 2022, pág. 14) está en riesgo. Concretamente, este asunto
puede ser aún más agudo para América Latina y el Caribe, debido a su continuo
aumento en los índices de subalimentación ocasionados por la pandemia.

Adicionalmente, es relevante mencionar que para el año 2020 “un 88% de las
importaciones regionales de fertilizantes a base de nitratos y fosfatos provino de la
Federación de Rusia, al igual que el 74% de las compras de nitrato de amonio”
(CEPAL, 2022, pág. 17). De esta forma, una escasez en los fertilizantes implica un
alza en costos agrícolas y una insuficiencia en su aplicación disminuye los
rendimientos por hectárea o el área sembrada de algunos cultivos. Un ejemplo de
esto reside en Argentina, donde “un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario
(2022) estimó que, en un escenario crítico de escasez de fertilizantes, los
rendimientos en la producción de maíz y trigo podrían caer un 19,4% y un 25,9%,
respectivamente” (CEPAL, 2022, pág. 17).

Respecto al caso colombiano, vale la pena señalar que los vínculos comerciales con
Ucrania y Rusia no son muy fuertes. Sin embargo, su conflicto repercute de manera
positiva el valor en dólares de las exportaciones de productos como el petróleo,
carbón, níquel y oro. Al mismo tiempo, el hecho de que un gran número de
importaciones de fertilizantes provenga de Rusia y sean comprados a Ucrania
productos agrícolas como el trigo, maíz y la cebada, altera el precio en “las
importaciones necesarias para la producción nacional y amenaza con incrementar
las presiones inflacionarias en Colombia” (Banco de la República, 2022, pág. 89).

De acuerdo con estos dos casos y con el papel crucial que ejercen tanto Rusia
como Ucrania en el abastecimiento de los mercados de productos alimenticios, la
FAO destaca como en marzo del 2022 el índice de precios de los alimentos alcanzó
un máximo histórico a nivel mundial. Esto es, “un 12,6 % más que en febrero y un
33,6 % más que un año antes y un 15,8 % por encima del máximo anterior,
alcanzado en febrero de 2011” (FAO, 2022, pág. 1). Lo que afecta de manera
desproporcionada a los países menos desarrollados, de ingresos bajos y con un
déficit ya conocido de alimentos.

De este modo, países del África septentrional, Asia occidental y central se verían
perjudicados por su dependencia en cuestión de importaciones del trigo derivado de
Ucrania y Rusia. Igualmente, serían afectados los países de Egipto, Turquía,
Bangladesh y la República Islámica de Irán, quiénes representan el 60% de las
importaciones de trigo procedentes de los mencionados países en conflicto. Por otra
parte, Ucrania como uno de los mayores exportadores de maíz a nivel mundial, al
estar en situación de guerra ejercerá un impacto de carencia de suministros en
países como China, Egipto, Turquía y gran parte de la Unión Europea.
Para otros sectores como los productos de índole forestal, la Unión Europea
prohibió la importación de madera y otros productos derivados de esta, procedentes
de Rusia. En respuesta a esto, Rusia introdujo “una prohibición a la exportación de
madera en rollo de uso industrial, viruta de madera y hoja para enchapados con
destino al Canadá, los Estados Unidos de América, el Japón, la UE y otros países”
(FAO, 2022, pág. 9). Lo que ocasionó dificultades en el comercio internacional,
interrumpiendo así los productos forestales para el resto del mundo y afectando los
flujos económicos.

En conclusión, este conflicto que tiene un origen de larga data manifiesta sus
consecuencias de diversas maneras y en diferentes escalas. Aun cuando los
efectos plenos sobre la economía mundial siguen siendo inciertos y dependen de
distintas variables, es evidente que los países más vulnerables se verán gravemente
perjudicados por las actuaciones económicas de otros países y por el incremento de
la inflación, que persiste a pesar de superar la pandemia del Covid-19. Por su parte,
el paquete de sanciones económicas aplicado para Rusia excede las posibles
consecuencias en este país y se traslada de cierto modo a otros.

Con ello, el Fondo Monetario Internacional (2022) pronostica como el crecimiento


económico mundial se verá ralentizado debido a la guerra, “pasando del 6,1 %
estimado en 2021 al 3,6 % en 2022 y 2023, lo cual representa 0,8 y 0,2 puntos
porcentuales menos que lo previsto en enero para 2022 y 2023” (FAO, 2022, pág.
15). En efecto estas cifras junto con las devastadoras consecuencias para Ucrania
acentúan otras dinámicas sociales como las mencionadas a lo largo de este escrito
sobre la agricultura y la seguridad alimentaria. Dinámicas que expresan un valioso
pilar para las economías más desfavorecidas y en desarrollo, que inciden en el
bienestar nutricional de miles de personas y abren interrogantes alrededor de los
sectores agroalimentarios.

Referencias bibliográficas

Banco de la República. (2022). Invasión de Rusia a Ucrania: consideraciones


sobre el contexto económico internacional.

CEPAL. (2022). Repercusiones en América Latina y el Caribe de la guerra en


Ucrania: ¿cómo enfrentar esta nueva crisis? (pp. 2–26).

De la Fuente, Á. (2022). ¿Cómo afecta la guerra de Ucrania a las economías


europeas? Algunos indicadores preliminares. Apuntes, 1–8.

DW. (2022, Mayo). PIB de Ucrania caerá un 30 por ciento en 2022, según
reporte.

Doménech, R. (2022). Consecuencias económicas de la guerra en Ucrania.


BBVA Research .

FAO. (2022). Repercusiones del conflicto entre Ucrania y la Federación de


Rusia en la seguridad alimentaria mundial y asuntos conexos en
relación con el mandato de la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Montaña, C. (2022). El Conflicto Ruso-ucraniano, las claves para entenderlo.


Asuntos Internacionales IEERI, 1–6.

Patiño, C. (2022). Guerra en Ucrania. Origen, contexto y repercusiones de


una guerra estratégica de impacto global. Debate.

Teixeira, P. (2021). Dosier: Guerra Rusia - Ucrania. BCDOC Defensa.

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