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MODULO III

DERECHO DE FAMILIA
“Introducción”
INTRODUCCION:

El día 30 de Agosto del 2004 fue publicada en el Diario Oficial la Ley Nº


19.968 que creó los Tribunales de Familia, encargados de conocer los asuntos
de que trata la misma ley y los que les encomienden otras leyes generales y
especiales, de juzgarlos y hacer ejecutar lo juzgado.

Estos juzgados forman parte del Poder Judicial y tienen la estructura,


organización y competencia que la propia ley establece, rigiéndose en lo no
previsto en ella, por las disposiciones del Código Orgánico de Tribunales y las
leyes que lo complementan.

Cada Juzgados de Familia dispone de un determinado número de jueces,


quienes, no obstante lo cual no actúan como tribunal colegiado, sino que cada
juez ejerce unipersonalmente la potestad jurisdiccional respecto de los asuntos
que las leyes encomiendan a los mencionados juzgados.

La misma ley suprimió los Juzgados de Letras de Menores, cuya


competencia fue absorbida por los Juzgados de Familia, a lo cual se añadieron
ciertas materias que anteriormente competían a los Juzgados de Letras en lo
Civil, tal como causas por violencia intrafamiliar, demandas por divorcio,
nulidad y separación matrimoniales.

En aquellas comunas que carecen de Juzgados de Familia, la


competencia para conocer de sus asuntos se radica en los Juzgados de Letras,
los que aplican los procedimientos establecidos en la misma Ley N°19.968.

Es por lo expuesto que, además de crear nuevos tribunales, la ley


estableció nuevos procedimientos aplicables al conocimiento de los asuntos de
competencia de los Juzgados de Familia.

Estas nuevas formas de actuación, al contrario de las precedentes, se


caracterizan por alentar la búsqueda de soluciones colaborativas entre las partes
en conflicto, para lo cual a la conocida conciliación judicial se adiciona un sistema
de mediación voluntario. A ello se suma un procedimiento concentrado, informado
por los principios de la oralidad y la inmediación, lo cual debía redundar en una
administración de justicia más pronta.
El presente Programa de Especialización, se diseñó con el objeto de
entregar a sus participantes nociones generales de todas y cada una de las
materias tratadas en los actuales Juzgado de Familia y de los procedimientos
aplicables para el conocimiento, resolución y ejecución de lo juzgado en ellos.
Finalmente, esperando que este programa de especialización sea de
utilidad en el proceso de formación y una herramienta más para aquellos
profesionales interesados en las materias, ICEPH LTDA., les desea el mayor
de los éxitos en la realización del Diplomado de Especialización en materias de
Familia, Infancia y Adolescencia en la judicatura de los Juzgados de Familia.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“Concepto de Familia”
CAPÍTULO I: CONCEPTO DE FAMILIA

1.1 Etimología

Existen diversas teorías acerca del origen de la palabra familia. Una primera
teoría señala que la palabra familia provendría del sánscrito: de los vocablos
dhá (asentar) y dhaman (asiento, morada, casa), de acuerdo a esta teoría en
un principio la palabra familia, designaba la casa doméstica y en un sentido
más restringido, los bienes pertenecientes a esa casa. Una segunda postura se
inclina por un origen osco de la palabra, dividiéndose las opiniones, para unos
vendría del vocablo fames o famel, que quiere decir hambre, la conexión entre
ambas palabras sería que en la familia se satisface dicha necesidad. Para otra
vertiente el origen se encontraría en el término famulus,con el cual se
designaban a los que moraban con el señor de la casa en especial a los
esclavos. Por último algunos autores vinculan el vocablo famulus con el verbo
osco faamat, que significa habitar y sostienen que éste a su vez provendría del
sánscrito Vama (hogar, habitación). Familia entonces según lo anterior
significaría en sus orígenes, el hogar, comprendido por la mujer, los hijos, y los
esclavos domésticos.

1.2 Funciones

Para aproximarnos a un concepto de familia es primordial conocer las


funciones de ellas, entre las cuales existe consenso:

1-. Función de formación de la identidad personal


2-. Núcleo básico de la socialización primaria.
3-. Sustrato de la reproducción, entendida no sólo como fenómeno biológico
sino cultural.
4-. Unidad económica de consumo, dependiente del mercado para la
satisfacción de sus necesidades básicas.

Existe una quinta función que agrega la doctrina cercana al ius naturalismo:
Función moral y espiritual, que implica el cuidado común entre los integrantes
de la familia y la educación de los hijos si es que los hubiere. “La familia es el
núcleo de la organización social donde convergen, por así decir, la naturaleza y
la cultura; aquélla como arreglo biológico en el orden de la reproducción de la
especie y ésta como arreglo histórico en el orden de la socialización humana.”
Tomando a la familia como grupo social que es, encontramos entre sus
características ciertos rasgos que la identifican como un grupo social distinto
yesencial a la vida humana y con ciertas funciones que le son insustituibles
(ISIS 1994). Es “núcleo primario por cuanto posibilita , mantiene, transmite y
proyecta vida, constituyéndose en una estructura fundante de la sociabilidad
humana, resultado de una experiencia de género y de una convivencia
intergeneracional , de la cual se recibe la vida y en que ésta es sólo posible con
otros” (definición de David Popnoe)
Se ha otorgado una definición del concepto de familia por la Comisión Nacional
de la Familia que se le considera amplia por distintos sectores de las ciencias
sociales, y es, dentro de la investigación que realizamos, la definición más
idónea y completa:
“La familia es un grupo social, unidos entre si por vínculos de
consanguinidad, filiación (biológica o adoptiva) y de alianza, incluyendo
las uniones de hecho cuando son estables”.(C.N.F 1993)

El Consejo Nacional de la Familia además agrega “La familia requiere el


encuentro, la relación y el vínculo afectivo entre un hombre y una mujer y hacia
los hijos que surgen de su relación. Es una experiencia de relaciones entre
géneros y de convivencia intergeneracional” Especificando de esta forma que
la formación de la familia se basa en la comunión –no necesariamente
matrimonio- estable e íntima entre un hombre y una mujer, frente a lo cual se
plantea la interrogante de que una alianza afectiva perdurable en el tiempo,
entre personas del mismo sexo, ¿Podría constituir una familia?

1.3 Hogar- grupo familiar -familia

Un punto interesante que encontramos en las estadísticas censales y


encuestas se refiere a que en ellas se trabaja con el concepto de hogar y no
con el de familia como unidad de recolección de datos. De lo anterior se
desprende una clasificación de hogar entre los familiares, no familiares y
unipersonales
El hogar no se restringe al núcleo familiar, pues incluye a todos los miembros
que aportan sus recursos y capacidades para llevar a cabo las tareas de
producción y consumo necesarias para su mantenimiento cotidiano.
Razones demográficas, culturales, económicas o afectivas, determinan
distintas formas de organización de los hogares. De ahí nace el concepto de
grupo familiar, que se refiere a aquella familia que forma un hogar, para
diferenciarlo de grupos no familiares que comparten un hogar como sería un
convento o un internado.
Se perciben como conclusiones derivadas de estudios que tienen como fuente
al censo chileno de 2002, el reconocimiento de una variedad de formas de
organización de los hogares familiares, no como un proceso de
desorganización o descomposición familiar, sino como una agrupación que
busca cubrir las necesidades específicas de organización frente a
determinadas circunstancias.
1.4 Clasificación

a-. Composición:

a.1 Elementos : Parentalidad, conyugalidad, consanguinidad.


La conjugación de estos elementos tienen como consecuencia la diferenciación
en dos grandes ramas de la familia:

a.1.1 Familia nuclear: La cual está integrada por una pareja adulta con o sin
hijos o por uno de los miembros de la pareja y sus hijos .Este tipo de familia a
su vez puede ser:
- Simple: Compuesta por una pareja sin hijos.
- Monoparental: Integrada por uno de los padres y uno o más hijos
- Biparental: Integrada por el padre y la madre , con uno o más hijos en
común.
- Reconstituida (también conocida como ensamblada): Es la familia
compuesta por una pareja en la cual uno o ambos integrantes de ella tienen
hijos de una unión anterior.

a.1.2 Familia extensa: Corresponde a aquélla que está integrada por una
pareja sin hijos y por otros miembros, parientes o no.
Se subclasifica en:
- Simple: Integrada por una pareja sin hijos y por otros miembros parientes o
no.
- Monoparental: Integrada por uno de los miembros de la pareja, con uno o
más hijos, y por otros parientes.
- Biparental: Integrada por el padre y la madre, con uno o más hijos en común
y por otros parientes.
-Compuesta (o amplia): Integrada por una pareja o uno de los miembros de
ésta, con uno o más hijos, y por otros miembros parientes o no parientes.

b-. Ciclo familiar:


Otra clasificación de la familia apunta al ciclo familiar a través del cual la
familia cambia su composición y enfrenta distintas tareas bajo diversas
modalidades.

c-. Tipos de unión de pareja como causa generadora de la familia:


Una clasificación importante para nuestra investigación es aquélla que se funda
en la distinción que se realiza en la unión de pareja: si es unida por vínculo
matrimonial o no . Así encontramos:
c.1Matrimonial: Es la compuesta por un matrimonio, con o sin descendencia
que deriva de éste.
c.2 De hecho: Es la familia formada por la unión de un hombre y una mujer sin
vínculos de matrimonio, con o sin descendencia.
d-. Identificación sexual de la pareja
Respecto a la identificación sexual de la pareja que forma una familia se
distingue la familia cuyas cabezas forman una:
d.1 Unión homosexual
d.2 Unión heterosexual.

e-. Filiación
Desde el punto de vista de la filiación podemos distinguir, sin perjuicio de la
combinación de ellas, aquellas familias de:
e.1 Filiación natural: matrimonial y no matrimonial.
e.2 Filiación adoptiva.

CAPÍTULO II

REVISIÓN DEL CONCEPTO DE FAMILIA EN LA HISTORIA DE LA


SOCIEDAD OCCIDENTAL. RELACIÓN MATRIMONIO-LEGITIMIDAD -
FAMILIA

2.1. Antecedentes.

En el derecho de familia, se hace insoslayable enfrentar el problema de la


compleja relación entre los hechos que ocurren en el ámbito del derecho y las
prácticas sociales generalizadas. Según Otto Kahn-Freund, “Aquí más que en
ningún otro caso, ha de entenderse el derecho como fruto de determinadas
fuerzas sociales y como una fuerza que a su vez repercute en la sociedad, en
los hábitos y convicciones de la gente”
La autora del libro “Derecho y Familia” Mary Ann Glendon plantea que la familia
y el matrimonio son instituciones prejurídicas. En la actualidad se tiende a creer
que el matrimonio es anterior a la familia, siendo que es esta última la
institución primaria. El matrimonio entendido en el sentido de una relación
heterosexual altamente individualizada, es según se dice, apenas detectable en
algunas de las sociedades humanas más simples y en otras es visto como
irrelevante para la formación de la familia. Es útil especialmente en las culturas
contemporáneas en que el matrimonio y la procreación están cadavez más
diferenciados, distinguir entre la familia como grupo social que incluye más
personas que los partícipes del matrimonio -si lo hay- y el matrimonio, que
puede coincidir o no con la existencia de una familia. Decir que la familia es la
institución primaria, puede ser, pese a todo, engañoso a menos que se
especifique que las familias existen en una multiplicidad de formas. Es
importante, por tanto, no olvidar que existen diferencias legales y sociales entre
los conceptos de “familia”, y “matrimonio” según sean imaginadas y elaboradas
en el derecho y, como ellas son imaginadas y vividas en la sociedad.
Se puede observar así dos sistemas dinámicos que se relacionan entre sí: el
conjunto de leyes que afectan a la familia y los patrones de conducta que
constituyen la realidad familiar en una época y lugar determinados.
Es por las razones anteriormente expuestas que en este capítulo se analizará
la evolución de la familia en Occidente, observando como es entendida y
percibida por la comunidad a través del tiempo. Además, desde otro ángulo se
abordará la intervención del derecho, y la influencia ejercida por éste en la
concepción de familia que se tiene en determinada época. Nos centraremos en
la figura del matrimonio, como ejemplo claro de cómo costumbre y ley
interactúan entre si.

2.2. Costumbre, derecho y legitimidad

Es importante hacer la distinción entre el matrimonio como institución legal y


como institución social, lo que tiene por consecuencia que ciertas
representaciones imaginarias que operan dentro del derecho puedan en
ocasiones afectar la forma como la comunidad percibe y experimenta al
matrimonio, lo que nos conduce a la dicotomía “legalidad”- “legitimidad” La
“legalidad” consiste en la obediencia al conjunto de leyes vigentes en un
Estado concreto. Por otro lado, la “legitimidad” la podemos entender como un
“sentimiento jurídico”, es decir, la norma de derecho es apreciada y cumplida
por la ciudadanía; aquí la norma se justifica, y busca un fundamento en la
comunidad. Según Bidart Campos, existen tres tipos de legitimidad, para
efectos de nuestro estudio, sólo nos detendremos en las dos últimas:

1-. Legitimidad filosófica.


2-. Legitimidad legalizada.
3-. Legitimidad sociológica o empírica

La llamada legitimidad legalizada alude a aquélla que es recogida por el


derecho positivo de un Estado, por un sistema de legalidad impuesto (con o sin
coincidencia con el sistema de valores que maneja la sociedad). Mientras que,
la llamada legitimidad sociológica o empírica, ha de tener en cuenta otras
pautas culturales además de las legales, puesto que se entiende aquí la
legitimidad como aquélla aceptada socialmente en función de como se ve o se
representa en cada sociedad un concepto.

2.3. Desafíos contemporáneos.

Pese a que el sistema legal ha desplazado su foco de atención de la familia al


individuo, la sociedad descansa hasta hoy en la primera y espera aún que ella
juegue un papel crucial en el cuidado de los niños y jóvenes, los ancianos, los
enfermos, los discapacitados graves y los necesitados. Incluso en los Estados
benefactores más avanzados, las familias de todos los niveles
socioeconómicos son un recurso fundamental para el Estado, ya que
comparten con los organismos públicos en múltiples formas y en mayor o
menor grado, el peso de la dependencia. La relación entre Estado y familia en
esta perspectiva se orienta hacia objetivos materiales de necesidades de apoyo
y de tipo economicista.
Históricamente la mayoría de los programas de asistencia social se
desarrollaron sobre la premisa de que los individuos debían recibir ayuda
estatal sólo cuando su familia era incapaz de cuidar de ellos. Dicho supuesto
cambió en forma gradual. La capacidad de la familia para llevar a cabo esas
tareas que la sociedad le encarga, se ha visto alterada por los cambios en la
estructura familiar, en los índices de participación femenina, en la fuerza laboral
y en el carácter mismo de la dependencia. La familia moderna de dos
Proveedores con hijos, y en particular la familia de un único progenitor, que
debe lidiar con sus miembros dependientes, ha de descansar en mayor medida
en sistemas de apoyo externo. El problema de la ayuda familiar está ligado a
varias otras cuestiones problemáticas y relacionadas con la política
demográfica, con la igualdad de géneros y con la política laboral.
La gran mayoría de los países del Occidente están tratando de definir un
concepto de igualdad entre los sexos que tenga en cuenta el papel de la mujer
en la procreación y la crianza, sin que ello signifique perpetuar su
subordinación. Pese al hecho de que esa noción igualitaria ha sido una de las
influencias transformadoras más poderosas dentro del derecho de familia
moderno, los problemas fundamentales que aún queda por resolver dentro del
derecho de familia y la política familiar son los que se relacionan con la
situación de las mujeres que están criando sus hijos, puesto que ellas soportan
la carga de otras funciones hogareñas y trabajan al mismo tiempo en oficios en
que su paga, su status y su propia seguridad son inferiores a los de la mayoría
de los trabajadores varones.

Se han puesto en marcha modificaciones en la legislación interna de los países


para robustecer a la mujer en sus variados roles sociales puesto que de esta
forma actualmente se está protegiendo a la familia, que a nuestro entender, es
un grupo social en constante evolución al cual las leyes deben dar el margen
discrecional para autovalerse por si mismas. En la actualidad el derecho de
familia en diversos sistemas legales occidentales ha encontrado lineamientos
generales en común que se traducen en el repliegue progresivo de la
reglamentación oficial relativa a la constitución del matrimonio, a su disolución y
al manejo de la vida familiar, y por otro lado con una normativa creciente de las
consecuencias económicas y sobre los hijos, además de la reglamentación de
la cohabitación formal e informal. Han surgido nuevas imágenes jurídicas
respecto a los roles y relaciones familiares, las que son similares entre sí.
Principalmente desde el siglo XX, muchas normas tradicionales del derecho de
familia han sido incoherentes con los derechos incluidos en diferentes Cartas
Fundamentales o con las Convenciones Internacionales, en especial en lo
relativo a la igualdad en las relaciones familiares, por lo cual hay un proceso de
adecuación de la legislación interna con aquellas normas emanadas de la
Constitución y los Tratados internacionales. Se percibe un cambio en la
relación del Estado con la familia, eliminándose regulaciones donde antes
había un mayor control del Estado y, por otro lado, intensificando su
intervención en otras áreas.
CAPÍTULO III

LA CONSTITUCIÓN CHILENA Y EL TRATAMIENTO QUE SE LE DA A LA


FAMILIA

3.1 Tratamiento conferido a la familia en las Constituciones anteriores

En este apartado mostraremos cual ha sido el desarrollo del concepto de


familia en las Constituciones anteriores a la actual, partiendo por la de 1822
hasta la de 1925.

3.1.1. Constitución 1822


Artículo 9: “Todo chileno debe llenar las obligaciones que tiene para con Dios
y los hombres
siendo virtuoso, honrado, benéfico, buen padre de familia, buen hijo, buen
amigo, buen soldado, obediente a la Constitución y a la ley y funcionario fiel,
desinteresado y celoso. ”
Artículo 14: (Capítulo II de los Ciudadanos)
“Son ciudadanos: Todos los que tienen la calidades contenidas en el artículo 4º
con tal que sean mayores de veinticinco años o casados y que sepan leer y
escribir, pero esta última calidad no tendrá lugar hasta el año 1833.”

3.1.2 Constitución 1823


Artículo 258 (Título XXII Moralidad Nacional) “Se establecerán cuatro fiestas
cívicas en el año, decoradas de toda la pompa exterior e incentivos heroicos
posibles, en cuyos días serán también honrados y premiados los que se hayan
distinguido en las virtudes análogas a aquella fiesta. Ellas se dedicarán: (…)

3.1.3. Constitución 1828


Artículo 1º: (Capítulo I de la Nación) “La nación chilena es la reunión política
de todos los chilenos naturales y legales. Es libre e independiente de todo
poder extranjero. En ella reside esencialmente la soberanía y el ejercicio de
ésta en los poderes supremos con arreglo a las leyes. No puede ser el
patrimonio de ninguna persona o familia.” (El énfasis es nuestro)
Artículo 7 (Capítulo II De los Chilenos )
“Son ciudadanos activos: 1º Los chilenos naturales que habiendo cumplido
veintiún años o antes si fueren casados o sirvieron en la milicia, profesen
alguna ciencia, arte o industria o ejerzan un empleo o posean un capital en giro
o propiedad raíz de que vivir.”
Artículo 28: (Capítulo VI Del Poder Legislativo) “Para ser elegido diputado se
necesita:
1º Ciudadanía en ejercicio 2º Veinticinco años cumplidos siendo soltero o
antes siendo casado 3º Una propiedad, profesión u oficio de que vivir
decentemente.” (El énfasis es nuestro)
3.1.4 Constitución de 1833
Artículo 8: “Son ciudadanos activos con derecho a sufragio: los chilenos que
habiendo cumplido veinticinco años, si son solteros, y veintiuno, si son
casados, y sabiendo leer y escribir tengan alguno de los siguientes requisitos
[…] “ (El énfasis es nuestro)
En agosto de 1888 se realizó una reforma a la Constitución en la cual se señala
que son ciudadanos los chilenos mayores de veintiún años eliminándose el
requisito del matrimonio.
Artículo 12 : “La Constitución asegura a todos los habitantes de la República:
1-. La igualdad ante al ley. En Chile no hay clase privilegiada.
5-. La inviolabilidad de todas las propiedades, sin distinción de las que
pertenezcan a particulares o comunidades, y sin que nadie pueda ser privado
de la de su dominio, ni de una
parte de ella por pequeña que sea, o del derecho que a ella tuviere, sino en
virtud de sentencia
judicial; salvo el caso en que la utilidad del Estado , calificada por una ley , exija
el uso o enajenación de alguna; lo que tendrá lugar dándose previamente al
dueño la indemnización que se ajustare con él , o se avaluare a juicio de
hombres buenos .”
Respecto a la inviolabilidad de la propiedad no se le relaciona con el hogar ni
con la familia.
La ley de 13 de agosto de 1874, reforma las causales de suspensión y pérdida
de la ciudadanía, la adquisición de la nacionalidad y las garantías
constitucionales (modifica el derecho de petición y se agregan los derechos de
reunión y de asociación y la libertad de enseñanza). De este modo se incorpora
el derecho a la Libertad de Enseñanza

Artículo 12.
“La Constitución asegura a todos los habitantes de la República:
6º […](inciso 5 )La libertad de enseñanza.”

3.1.5. Constitución 1925


Se señala que ésta propenderá a la conservación de la familia
Artículo 10 nº1:
“La igualdad ante la ley. En Chile no hay clase privilegiada.”
Artículo 10 nº4:
“El Estado propenderá a la conveniente división de la propiedad y a la
constitución de la propiedad familiar .” (El énfasis es nuestro)
Artículo 10 Nº 7º:
“La libertad de enseñanza. La educación pública es una atención preferente del
Estado.
La educación primaria es obligatoria.
Habrá una Superintendencia de educación pública a cuyo cargo estará la
inspección de la enseñanza nacional y su dirección bajo la autoridad del
Gobierno”
Con la introducción de la ley 17398 de 1971 que se refiere al pacto de
garantías democráticas que realizó el gobierno de Allende por solicitud de la
Democracia Cristiana, en materia de educación se modifica el actual artículo ya
que se elimina de la Constitución la disposición relativa a que la educación es
una atención preferente del Estado y también la existencia de la
Superintendencia de Educación, quedando sólo en el texto constitucional lo
relativo a la libertad de enseñanza.

Artículo 10 Nº12:
“La inviolabilidad del hogar.: La casa de toda persona que habite el territorio
chileno sólo puede ser allanada por un motivo especial determinado por la ley y
en virtud de orden de autoridad competente.” (El énfasis es nuestro)

Artículo 10 Nº14 :
“La protección al trabajo, a la industria y a las obras públicas de previsión
social, especialmente en cuanto se refieren a la habitación sana y a las
consideraciones económicas de la vida, en forma de proporcionar a cada
habitante un mínimo de bienestar, adecuado a la satisfacción de sus
necesidades personales y a las de su familia. La ley regulará esta
organización.” (El énfasis es nuestro)
Según el profesor Silva Bascuñan, en la Constitución de 1925 existe un
rechazo al individualismo y la comprensión de una convivencia nacional, en la
cual la sociedad organizada en el Estado constituya un agente activo
preocupado de facilitarla y de velar por el interés de todos y particularmente del
de quienes están más desprovistos de medios. Claro Ejemplo de lo anterior se
contempla en el recién citado Nº 14 del art. 10

Artículo 18:
“En las causas criminales no se podrá obligar al inculpado a que declare bajo
juramento sobre hecho propio, así como tampoco a sus ascendientes,
descendientes, cónyuge y parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y
segundo de afinidad inclusive.”

3.2 Actual Constitución y su relación con los Tratados Internacionales


ratificados por Chile.

A diferencia de las Constituciones anteriores, encontramos el capítulo I llamado


“Bases de la Institucionalidad”, en la cual se establecen, según la mayoría de la
doctrina nacional, los principios orientadores de la Carta Fundamental.
No olvidemos que gracias a la reforma constitucional introducida en 1989 al
artículo 5 de la Constitución encontramos más normativas acerca de la familia
en los tratados de derechos humanos ratificados por Chile.
Las disposiciones en las cuales la Carta Fundamental se refiere a la familia en
forma expresa son:
3.2.1. Familia núcleo fundamental de la sociedad (artículo 1 inciso 2)
“La familia es el núcleo fundamental de la sociedad”

3.2.1.1 Tratados Internacionales relacionados con el concepto de familia


como núcleo fundamental de la sociedad.

3.2.1.1.1 Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948:


En su artículo 16.3 expresa:
”La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad”
59

3.2.1.1.2 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos:


En su inicio reitera idénticamente el texto citado de la Declaración
Universal de Derechos Humanos.

3.2.1.1.3 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del hombre:


En su artículo VI expresa que la familia es:
“[…] elemento fundamental de la sociedad”

3.2.1.1.4. Convención Americana sobre Derechos Humanos:


En su artículo 17.1 reitera lo expresado en el tema por la Declaración Universal
de los Derechos Humanos. Se agrega la protección que se le otorga a
la familia por parte del Estado y la sociedad:
“La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y debe ser
protegida por la sociedad y el Estado.”
Respecto al análisis que importa la caracterización de la familia en la
Constitución como elemento fundamental de la sociedad, algunos autores
como Barrientos Grandon lo interpretan de una manera literal recurriendo a la
Real Academia de la Lengua Española, por lo cual familia significaría “el
principio y cimiento en que estriba y sobre el que descansa la sociedad” de tal
forma que constituye “raíz, principio y origen”

3.2.2 .Familia como grupo intermedio (Artículo 1º inciso 3)


“El Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales
se organiza y estructura la sociedad y les garantiza la adecuada autonomía
para cumplir sus propios fines específicos”
Aunque existen diversos tipos de familia según sean sus causas generadoras,
es indiscutible que una sola persona no forma una familia, pues es un grupo el
que la forma, el cual estructura y organiza la sociedad. En vista de lo anterior
es que se presenta la familia también como grupo intermedio según lo
establecido en el artículo primero inciso tercero de la Constitución que
reconoce y ampara a aquellos grupos y les garantiza la adecuada autonomía
para cumplir sus propios fines específicos.

La familia hay que distinguir, no es como cualquier grupo intermedio, ya que


debido a su carácter de núcleo fundamental de la sociedad se diferencia del
resto. Así el profesor Silva Bascuñan expone: “Con estas expresiones se
reconoce indirectamente que hay en la sociedad muchos otros núcleos, varios
de los cuales están mencionados y considerados en el texto de la Carta, como
quedará expresado más adelante, de modo que lo que aquí se afirma es que
entre tales núcleos la familia es el fundamental”
El Estado reconoce, ampara y le garantiza a la familia su “adecuada autonomía
para cumplir sus propios fines específicos”. Lo anterior está vinculado a la
posición del Estado quien de acuerdo al principio de subsidiariedad, prohíbe la
intromisión estatal en los ámbitos que le son propios a la familia, pues según
señala Mario Verdugo, “el principio de subsidiariedad constituye un derecho de
las sociedades intermedias a realizar por su esfuerzo e iniciativa (autonomía) la
consecución de sus fines específicos, subordinados al bien común.”33 . Así
este principio se plasma en nuestra Constitución con:
-El derecho preferente y deber de los padres de “educar a sus hijos” (artículo
19 número 10 inciso 3)
-El derecho de los padres a “escoger el establecimiento de enseñanza para sus
hijos” (art 19 número 11 inciso 4)

3.2.3. Derecho preferente y deber de los padres de “educar a sus hijos”.


(artículo 19 Nº10 inciso tercero)
“Los padres tienen el derecho preferente y el deber de educar a sus hijos.
Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este
derecho”
Este inciso está dentro del numeral 10 del artículo 19, dedicado al derecho a la
educación. La Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza Nº 18.962 en su
artículo 2 inciso segundo se encuentra ligado a este concepto referido a la
preferencia que tiene los padres, y por lo tanto la familia, en cuanto al poder de
decisión y el deber de educar a sus hijos :

3.2.3.1 Tratados Internacionales relacionados con el derecho preferente y


deber de los padres de educar a sus hijos

3.2.3.1.1 Artículo 5 de la Convención sobre los Derechos del Niño:


“Los Estados Partes respetarán las responsabilidades, los derechos y los
deberes de los padres o, en su caso, de los miembros de la familia ampliada o
de la comunidad, según establezca la costumbre local, de los tutores u otras
personas encargadas legalmente del niño
de impartirle, en consonancia con la evolución de sus facultades, dirección y
orientación apropiadas para que el niño ejerza los derechos reconocidos en la
presente Convención. “
Con el mismo propósito de respeto del Estado en la dirección y orientación de
padres y madres encontramos los artículos 14,18, 27 de la Convención de los
Derechos del Niño

3.2.4 Derecho de los padres de escoger el establecimiento de enseñanza


para sus hijos (artículo 19 número 11 inciso 4) “Los padres tienen el
derecho de escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos”
Este derecho se encuentra resguardado por el recurso de protección, y ha
tenido un interesante desarrollo jurisprudencial en lo relativo a la negativa de
los colegios para matricular a un alumno o renovarles dicha condición , ante lo
cual los tribunales han fallado que se trata de un acto arbitrario e ilegal que
vulnera el derecho de los padres de escoger el establecimiento de enseñanza
para sus hijos.

3.2.4.1 Tratados Internacionales relacionados con el derecho de los


padres de escoger el establecimiento de enseñanza para los hijos
(artículo 19 Nº 11 inciso 4)

3.2.4.1.1 Artículo 13 Nº 3 del Pacto Internacional de Derechos económicos,


sociales y culturales.
“Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a respetar la
libertad de los padres y, en su caso de los tutores legales, de escoger para sus
hijos o pupilos escuelas distintas de garantía constitucional de los padres de
escoger el establecimiento educacional para su hijo, al negársele la renovación
de la matrícula, puesto que dicho derecho de elección supone continuidad y
permanencia en el tiempo. las creadas por las autoridades públicas , siempre
que aquéllas satisfagan las normas mínimas que el Estado prescriba o apruebe
en materia de enseñanza , a condición de que se respeten los principios
enunciados en el párrafo 1 y de que la educación dada en esas instituciones se
ajuste a las normas mínimas que prescriba el Estado .”

3.2.5. Protección estatal de la familia y deber de propender a su


fortalecimiento (Artículo 1 inciso quinto)
“Es deber del Estado resguardar la seguridad nacional, dar protección a la
población y a la familia, propender al fortalecimiento de ésta...”
En cuanto a este deber del Estado de dar protección y a la vez adoptar una
postura activa al propender al fortalecimiento de la familia , se ha suscitado el
debate en relación a cual familia es la destinataria de tal actividad por parte del
Estado .
Se armoniza este postulado con el principio de igualdad establecido en el
artículo 1º inciso 1 y 19º número 2 de nuestra constitución, debido a las
distintas causas generadoras de la familia, en especial a la nacida por el
matrimonio o por una relación estable de convivencia. Por lo tanto siguiendo los
postulados del principio de igualdad, existe la prohibición de establecer
diferencias arbitrarias, lo cual se vincula con el principio de proporcionalidad
que establece estatutos jurídicos distintos para diferentes situaciones, en este
caso realidades familiares diversas, todo lo anterior siempre que esta distinción
no se base en una distinción arbitraria. Sostenemos por tanto, que la protección
de la familia es respecto de una concepción amplia de ella en virtud del
principio de igualdad consagrado en la Carta Fundamental.
3.2.5.1. Tratados Internacionales que consagran la protección estatal de la
familia y el deber de propender a su fortalecimiento

3.2.5.1.1. Preámbulo Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos :


“Los Estados Partes en el presente Pacto,
Considerando que, conforme a los principios enunciados en la Carta de las
Naciones Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia
humana y de sus derechos iguales e inalienables […]

3.2.5.1.2. Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y


culturales.
Artículo 10:
“Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:
b)Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la
sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para
sus constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los
hijos a su cargo. El matrimonio debe contraerse con el libre consentimiento de
los futuros cónyuges.
1-.Se debe conceder especial protección a las madres durante un período de
tiempo razonable antes y después del parto. Durante dicho período, a las
madres que trabajen se les debe conceder licencia con remuneración o con
prestaciones adecuadas de seguridad social.
2-.Se deben adoptar medidas especiales de protección y asistencia a favor de
todos los niños y adolescentes sin discriminación alguna por razón de filiación o
cualquier otra condición.”
Artículo 11:
“1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda
persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia , incluso alimentación ,
vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las condiciones de
existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la
efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto la importancia esencial
de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento…”
Este deber del Estado de protección a la familia se concreta en el artículo 19º
números 4 y 5 de nuestra Constitución:

3.2.6. Respeto y protección a la vida privada y a la honra de la familia


(artículo 19º número 4)
“La Constitución asegura a todas las personas: El respeto y protección a la vida
privada y a la honra de la persona y de su familia.
Desarrolla el postulado anterior la ley 19.733 sobre libertades de opinión e
información y ejercicio del periodismo que define la esfera privada de las
personas entre las que se encuentra los hechos relativos a la vida sexual,
conyugal y doméstica.
3.2.6.1. Tratados Internacionales en los cuales se consagra el respeto y
protección a la vida privada y pública y a la honra de la familia

3.2.6.1.1. Artículo 11 Convención Americana sobre Derechos Humanos


Protección de la Honra y de la Dignidad.
“[…] 2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas de su vida
privada , en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de
ataques ilegales a sus honra o reputación.[…]

3.2.6.1.2. Artículo 17 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.


“1. Nadie será objeto de injerencia arbitrarias o ilegales en su vida privada, su
familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y
reputación. […] “

3.2.7. Inviolabilidad del hogar (artículo 19 número 5)


“La Constitución asegura a todas las personas:
La inviolabilidad del hogar y de toda forma de comunicación privada. El hogar
sólo puede allanarse y las comunicaciones y documentos privados
interceptarse, abrirse o registrarse en los casos y formas determinados por la
ley”
A través del recurso de protección, se ha ido formando jurisprudencia en el
sentido de que esta garantía se extiende también a las familias que se basan
en una unión de hecho.
Encontramos un fallo interesante en este sentido, dictado por la Corte de
Apelaciones de Valdivia en sentencia pronunciada el 19 de diciembre de 1997,
al conocer recurso de protección interpuesto por una mujer sobreviviente a su
conviviente, cuya relación duró cuarenta años, en contra de un tercero que le
impidió el ingreso al que había sido su hogar en el momento de regresar del
funeral de su pareja. La Corte estableció que: “El hechos descrito importa
privación del legítimo ejercicio del derecho que consagra el Nº 5 del artículo 19
de la Constitución Política de la República de Chile, que garantiza la
inviolabilidad del hogar , la que debe ser entendida en relación con quienes
ingresan a él como de quienes impiden el ingreso al mismo” (Considerando
segundo)

3.2.8 Derechos relacionados con el concepto de familia en Tratados


Internacionales ratificados por Chile.
Respecto a los Tratados Internacionales, vinculados al artículo 5º inciso 2 de
nuestra Constitución, encontramos en ellos una consagración de derechos
relacionados con la familia, ya sea en sus causas generadoras como es el
matrimonio: derecho a contraer matrimonio y fundar una familia, como también
la protección que se le da a los niños privados de su medio familiar y la no
discriminación de los niños por motivos de nacimiento o condición de sus
padres.
3.2.8.1 Derecho a contraer matrimonio y a fundar una familia.
Vinculado al principio de igualdad, se reconoce el derecho de toda persona a
optar por el vínculo matrimonial y a fundar una familia, éste último derecho,
según nuestra perspectiva, se refiere a las causas generadoras de la familia
como la convivencia y la filiación.

3.2.8.1.1. Artículo 23 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


“[…] 2. Se reconoce el derecho del hombre y de la mujer a contraer matrimonio
y a fundar una familia si tiene edad para ello.[…]

3.2.8.1.2. Artículo 17 Convención Americana sobre Derechos Humanos.


Protección a la Familia “[…] 2. Se reconoce el derecho del hombre y la mujer a
contraer matrimonio y a fundar una familia si tienen la edad y las condiciones
requeridas para ello por las leyes internas, en la medida en que éstas no
afecten el principio de no discriminación establecido en esta Convención. […]

3.2.8.2. Protección de los niños privados de su medio familiar


El Estado en su rol subsidiario frente al deber de propender al fortalecimiento y
protección a la familia, y a su vez, resguardando el Interés Superior del Niño,
asume la protección de aquellos niños o adolescentes que temporal o
permanentemente no tienen una familia que puedan protegerlos y cubrir sus
necesidades tanto materiales como espirituales.

3.2.8.2.1. Artículo 20 Convención de los Derechos del Niño


“1.Los niños temporal o permanentemente privados de su medio familiar, o
cuyo superior interés exija que no permanezcan en ese medio, tendrán derecho
a la protección y asistencia especiales del Estado […]”

3.2.8.3. Derechos del Niño- Deber de cuidado de la familia


Este deber de cuidado se encuentra vinculado al Interés Superior del Niño -el
cual procura el mayor bienestar material y espiritual posible para él- de esta
forma, la familia al ser el grupo en el cual el niño o adolescente se desarrolla y
encuentra protección, debe asumir un rol de cuidado en cuanto a él como
individuo en pleno desarrollo de sus facultades.

3.2.8.3.1. Artículo 24 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


“1. Todo niño tiene derecho, si discriminación alguna, por motivos de raza,
color, sexo, idioma, religión, origen social, posición económica o nacimiento, a
las medidas de protección que su condición de menor requiere, tanto por parte
de su familia como de la sociedad y del Estado.

3.2.8.3.2. Artículo 19 Convención Americana sobre Derechos Humanos


“Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de
menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado.“
3.2.8.4. Igualdad y no discriminación por nacimiento.
En virtud del principio de igualdad los seres humanos deben ser tratados como
iguales, a menos que haya un criterio relevante para un tratamiento
diferenciado. El núcleo del principio de igualdad queda establecido en términos
de la razón suficiente que justifique el trato desigual. La profesora Paulina
Veloso señala que existe convicción internacional respecto a que las
diferencias establecidas entre las personas por el criterio del nacimiento, es
decir el hecho de nacer dentro o fuera del matrimonio de los padres, “se
estiman todas cuestiones o circunstancias irrelevantes para los efectos de
establecer diferencias jurídicas”, y puede calificarse de discriminación arbitraria
porque no es justificable, no es racional ni proporcional.37

3.2.8.4.1. Artículo 2 Pacto Internacional de Derechos Económicos,


Sociales y Culturales.
“2. Los Estados Partes en el presente Pacto se comprometen a garantizar el
ejercicio de los derechos que en él se enuncian, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social.[…]

3.2.8.4.2 Artículo 2 Convención de los Derechos del Niño


“1. Los Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente
Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin
distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la
religión, la opinión política o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la
posición económica, los impedimentos físicos, el nacimiento o cualquier otra
condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales.

2. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar
que el niño se vea protegido contra toda forma de discriminación o castigo por
causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las
creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares.”

CAPÍTULO IV: DOCTRINA

Una visión desde las ciencias sociales, respecto del concepto de familia,
apunta a que más que buscar una definición de familia única, es mejor buscar
los elementos comunes a distintas definiciones, con el objeto de descubrir
características o aspectos de la familia cuya naturaleza sea más universal. Es
por este motivo que analizaremos las diversas posturas que hay en la doctrina
nacional respecto al concepto de familia para ver los elementos comunes y
divergentes que se encuentren en la comparación de ellas.
4.1-. Visión conservadora de la familia

4.1.1 Sergio Diez


Dentro de la doctrina nacional encontramos una visión conservadora por el
profesor Sergio Diez, quien señala respecto del concepto de familia:
“[Es] aquella primera sociedad natural perfecta que tiene como finalidad la
propagación de la especie humana sobre la base de la unión estable de un
hombre y una mujer”

Elementos primordiales que se desprenden de esta definición :


- Sociedad natural perfecta, es la primera sociedad: visión iusnaturalista de la
familia
- Finalidad de reproducción y perpetuación de la especie humana: basada en la
religión católica apostólica y romana.
- Unión estable
- Constituida por un hombre y una mujer.
El autor reconoce su vínculo en el concepto de familia que esboza con el
contenido en la Carta de los Derechos de la Familia de la Santa Sede, de fecha
22 octubre de 1983. La anterior definición deja fuera a aquellas uniones
estables de pareja que no tienen hijos por motivos de avanzada edad o
esterilidad, ya que ellos no pueden cumplir con el elemento de reproducción
como finalidad de la familia.

4.1.2-. Hernán Corral Talciani


Dentro de esta misma vertiente encontramos posturas que tienen como
fundamento de la familia exclusivamente al matrimonio. Así uno de sus
principales exponentes, el profesor Hernán Corral Talciani, postula que no es
posible englobar en una sola noción todas las figuras y relaciones que son
alcanzadas por el “fenómeno familiar” –nótese que también como en el caso de
la referencia al grupo familiar, se usan estas denominaciones vagas, en los
casos en que la familia propiamente tal no está basada en el matrimonio,
dando la idea de algo que es parecido o tiene relación con la “familia
propiamente tal”- proponiendo que para alcanzar una definición idónea
debemos entender las finalidades de la institución familiar : “la familia cumple
tres misiones y cumple tres finalidades : una natural , la de vincular al hombre y
la mujer y conservar así el género humano; otra económica , consistente en la
obtención de alimentos para todos los familiares y techo para los que convivan;
una tercera, moral y espiritual, es decir, el mutuo socorro de los familiares, la
comunidad de vida entre ellos y el cuidado y educación de la prole.
Así el autor propone la siguiente definición de familia:
“ Familia es aquélla comunidad que, iniciada o basada en la asociación
permanente de un hombre y una mujer destinada a la realización de los actos
humanos propios de la generación, está integrada por personas que conviven
bajo la autoridad directiva o las atribuciones de poder concedidas a una o más
de ellas, adjuntan sus esfuerzos para lograr el sustento propio y el desarrollo
económico del grupo y se hallan unidos por un afecto natural derivado de la
relación de pareja o del parentesco de sangre , el que las induce a ayudarse y
auxiliarse mutuamente.”
El autor se refiere en muchas oportunidades a la “familia de hecho” como grupo
familiar para evitar una confusión con el concepto de familia que se basa en el
matrimonio. Es importante tener este criterio presente a lo largo de nuestro
estudio, pues en algunas leyes de nuestro ordenamiento jurídico encontramos
referencia al concepto de grupo familiar más que a un concepto de familia, por
lo tanto hay que preguntarse si grupo familiar es lo mismo que familia.

4.1.3 Enrique Evans de la Cuadra


El constitucionalista Enrique Evans, quien formó parte de la Comisión de
Estudios de la Nueva Constitución, se basa en una interpretación literal de la
voz familia, recurriendo al diccionario para definirla: así familia es aquel “grupo
de personas emparentadas entre si, que viven juntas bajo la autoridad de una
de ellas”.
Estudia la oración consagrada en el artículo 1º de nuestra Carta Fundamental:
“La familia es el núcleo fundamental de la sociedad”, señalando que la
Constitución reconoce la existencia de diversos núcleos en nuestra sociedad
pero es la familia, aquel grupo de personas que es el fundamental pupilo ,
colateral consanguíneo hasta el cuarto grado inclusive , o esté bajo el cuidado
o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar que vive bajo
un mismo techo.”
También encontramos alusión al grupo familiar en la ley sobre maltrato de
menores ley 16.618
Art. 29 numeral 5 : Ordenar la suspensión de la habitación del presunto agresor
de la vivienda que constituye el hogar del grupo familiar …”
Propone que la familia como célula primaria de la sociedad garantiza bienes
jurídicos derivados de dos valores: la consolidación de la pareja humana y la
procreación de los hijos. Los bienes jurídicos a los que alude son:
- El derecho de fundar una familia dentro del orden jurídico vigente.
- El derecho intransferible de los padres de procrear, cuidar y educar a los
hijos.
- El derecho de exigir del Estado protección física y jurídica para el grupo
familiar.

4.1.4-. Alejandro Silva Bascuñán


Al analizar el concepto de familia en la Constitución, el autor aborda las
diferencias del capítulo I de la Constitución:”Bases de la Institucionalidad”- en el
cual se alude directamente a la familia- con el anterior capítulo I de la
Constitución de 1925: titulada “Estado, Gobierno y Soberanía”, la razón de este
cambio explica, es debido a que el actual capítulo I “describe sin duda
acertadamente la amplitud y densidad del contenido que ha querido dársele.
Los vocablos que se emplean reflejan bien la sustancia preceptiva”
Al revisar el concepto de “familia” realiza en primer lugar una interpretación
literal relacionando los vocablos “núcleo” y “fundamental”, de acuerdo a lo que
establece el diccionario.
Respecto a la familia como núcleo fundamental de la sociedad, señala que el
texto constitucional se refiere a la existencia de varios núcleos en la sociedad,
pero que la familia es el fundamental, en este punto coincide con Evans y
Barrientos Grandon. “Si la familia ha tenido y tiene hoy diversos orígenes ,
indiscutiblemente la fuente primordial de su fundación , de su objetivo y de sus
cualidades más características en beneficio de la perfección de sus integrantes
, es el matrimonio.”
Silva Bascuñán hace referencia al tratar el matrimonio al Código de Derecho
Canónico , específicamente a su artículo 1055, a las Encíclicas CastiConubii , a
la Constitución Apostólica Gaudiumet et Spes y a la Exhortación apostólica
Familiares Consorcio.
Respecto al deber del Estado de dar protección a la familia y propender a su
fortalecimiento, también señala otros preceptos constitucionales que
desarrollan esta idea: Artículos: 19 N°4, N°5, N°7 letra f, N°10 inciso tercero,
N°11 inciso cuarto.
Existe un párrafo digno de destacar en su Tratado de Derecho Constitucional al
referirse al concepto de familia pues señala: ”[…] debe adoptar todas las
medidas que estén a su alcance que propendan a robustecer las diversas
familias y a sus integrantes” ( Pág. 38). A propósito del párrafo recién citado
este autor reconoce los factores reales en los cuales se desarrolla la familia
actualmente, expresa que “numerosos hogares nacen y viven en forma de una
unión que no se estructura en base al matrimonio”.
Nuevamente se utiliza el término hogar cuando se hace referencia a familias no
matrimoniales.

4.2-. Javier Barrientos Grandon: Las causas generadoras de la familia


Una visión interesante de conocer es la que proponen Javier Barrientos
Grandon y Aránzazu Novales Alquézar,48 pues abordan el enfoque que se le
da a la familia según sean sus causas generadoras. Esta apreciación parte
desde el análisis histórico que se hace respecto del matrimonio como “base
principal de la familia”, planteando la interrogante de si el texto constitucional
consideró al matrimonio como la única causa posible de familia.
Los autores señalan que a partir de la introducción de las reformas filiativas de
la ley 19.585, ha nacido una jurisprudencia reciente respecto al concepto de
familia constitucional, que no sólo abarcaría a aquélla fundada en el
matrimonio, sino también a la no matrimonial. Así encontramos que la Corte de
Apelaciones de Antofagasta en el considerando 29 de su sentencia del 17 de
abril de 2003 señala que: “La Constitución Política de la República establece en
su artículo primero que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad,
concepto constitucional que no admite discriminación entre familias
matrimoniales y no matrimoniales, estando integrada la familia nuclear por una
pareja adulta con o sin hijos, lo que ha llevado al ordenamiento jurídico a no
discriminar entre los nacidos tanto dentro como fuera del matrimonio”
De igual forma encontramos en la Corte de Apelaciones de Santiago en
sentencia de 28 de octubre de1999 luego confirmada por la Corte Suprema el 8
de noviembre de 2000, en su considerando séptimo lo siguiente : “Nuestra
legislación civil no excluye la existencia de la convivencia, tan es así que en las
normas previsionales se le han reconocido derechos a la convivencia. Además
nuestra Constitución Política de la República, en su articulo 1º reconoce que la
familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Y un hombre, una mujer y un
hijo en común que viven juntos en un hogar, constituyen, sin ninguna duda, una
familia, la que es necesario proteger cuando el jefe de familia ha fallecido”
En el mismo sentido de las sentencias precedentes, la Corte de Apelaciones de
Concepción en el considerando 9º de su sentencia del 4 de diciembre de 2000,
confirmada por vía de casación por la Corte Suprema en sentencia del 5 de
marzo de 2002, declaraba: “Que la relación de convivencia por largos años del
actor […] con […], fruto del cual nacieron dos hijos, todos los cuales
conformaban una familia y un hogar normal y las estrechas relaciones de
parentesco y afección […]”
Así encontramos al matrimonio como causa generadora de la familia –la nueva
Ley de Matrimonio Civil la señala como la base principal de la familia, como
algunos autores sostienen, “principal” no significa única- pero también otros
hechos o actos jurídicos que la forman:
- La adopción como causa de la familia: en la cual encontramos la que se forma
entre una persona soltera y el adoptado, según cumplan con los requisitos de
la ley 19.620.
- La procreación como causa de la familia: en casos de filiación determinada
por uno de los padres y el hijo.
- La convivencia afectiva como causa de la familia: dentro de las cuales se
encuentran las convivencias afectivas homosexuales y heterosexuales.

4.3-. Gloria Baeza Concha y Marco Antonio Navarro Galaz: Familia


estructurada normalmente Los profesores Gloria Baeza y Marco Antonio
Navarro51 realizan un análisis de la sentencia sobre cuidado personal de las
menores López Atala, y en este contexto plantean que la familia como célula
básica de la sociedad es la instancia de socialización primaria donde la
persona humana inicia su relación con sus semejantes y debe ser tratado con
igual dignidad que ellos. Plantean la idea de bienes familiares, definiéndola
como las condiciones que permiten el desarrollo integral del menor. Ligando
este concepto con la sentencia en estudio señalan que en un juicio de tuición lo
importante es discernir cuál de las partes está en mejores condiciones para
otorgar los referidos bienes familiares.

Lo importante a dilucidar para estos autores es si dentro de nuestro


ordenamiento jurídico es posible privilegiar un “modelo tradicional de familia”
sobre otro. Entonces ¿Cuál es la familia tradicional? Plantean que si el
concepto de familia no se encuentra determinado, la declaración y deber del
Estado de proteger a la familia y propender a su fortalecimiento carecería de
sentido.
DIMENSIÓN JURÍDICA DE LA FAMILIA

El presente, es un texto extraído de:

LA FAMILIA Y EL MATRIMONIO
La Familia y el Matrimonio
Juan Andrés Orrego Acuña

I.- GENERALIDADES SOBRE LA FAMILIA.

1.- Concepto de familia.

Tal como lo señala el artículo 1º, inciso 2º, de la Constitución Política, “La
familia es el núcleo fundamental de la sociedad”. A continuación, en el inciso
3º, se proclama que el Estado reconoce y ampara a los grupos intermedios a
través de los cuales se organiza y estructura la sociedad, garantizándoles la
adecuada autonomía para cumplir sus fines. La familia, sin duda, es uno de
tales “grupos intermedios”, con seguridad el más importante de todos. Además,
puesto que el Estado, en cuanto la familia es grupo intermedio, la “reconoce”,
ésta es anterior y superior a aquél. Se explica lo anterior, porque la familia “es
la primera forma de asociación. La familia es la asociación más elemental,
esencial, básica y necesaria que forman las personas por su propia naturaleza
sociable”.2 A su vez, en el inciso 5º, se deja en claro que es deber del Estado
“dar protección (…) a la familia” y “propender al fortalecimiento de ésta”. De
esta manera, la familia no es cualquier grupo intermedio, sino uno
especialmente privilegiado por el constituyente.

El artículo 1º, inciso 1º, de la Ley de Matrimonio Civil, replica la declaración del
inciso 2º del artículo 1º de la Constitución Política.

Ahora bien, ni la Constitución ni la Ley de Matrimonio Civil definen la familia.


¿Qué debemos entender entonces por tal? Para la profesora Angela Vivanco,
la familia debe ser entendida a la luz del pensamiento doctrinario que inspira al
inciso 1° del artículo 1°3, esto es, la doctrina cristiana. En efecto, de acuerdo a
las Actas de la Comisión Constituyente, “la estructura constitucional
descansará en la concepción humanista y cristiana del hombre y de la
sociedad, que es la que responde al íntimo sentir de nuestro pueblo…”. Desde
esta perspectiva, agrega la autora citada, “La noción de familia es considerada
por el Constituyente –como se ha dicho- según la tradición cristiano occidental,
basada en el matrimonio y, por tanto, compuesta por los cónyuges y los hijos.
Para la Constitución no constituyen familia, sin perjuicio de la adecuada
protección civil, las uniones extramatrimoniales.” Compartiendo el mismo
criterio, el profesor Hernán Corral Talciani (citado por la profesora Vivanco),
propone los siguientes argumentos para concluir que la familia ha de ser
aquella basada en el vínculo matrimonial:

1° La Constitución no precisó qué se refería a la familia legítima, porque le


pareció algo obvio que no requería explicitación. El Constituyente se quiso
referir al modelo paradigmático, tradicional y clásico de familia, que no es otro
que el de la familia legítima o matrimonial;

2° La conciencia de que se trataba de una realidad obvia y que se daba por


supuesta explica el silencio que sobre el punto se tuvo en la Comisión
Constituyente;

3° Los textos internacionales en ningún caso hablan de familia como una


realidad abierta y de carácter descriptivo. Más bien coinciden con el texto
constitucional en que la familia es una institución fundamental y fundada en la
misma naturaleza humana e íntimamente relacionada con el derecho a
contraer matrimonio;

4° Es absurdo pensar que constituya deber del Estado no sólo proteger, sino
propender al fortalecimiento de las uniones de hecho o de las parejas
homosexuales.

Con todo, la misma profesora Vivanco refiere que parte de la doctrina


considera que la Constitución comprende tanto a la familia matrimonial como
igualmente la no matrimonial, siendo deber del Estado dar protección y
propender al fortalecimiento de una y otra. Quienes sostienen una
interpretación “extensiva”, aluden al Pacto de San José de Rica, que establece
la igualdad de todos los hijos, prevé la protección de la familia y ordena no
discriminar entre los hijos nacidos dentro y fuera del matrimonio6. Resumiendo
la profesora Vivanco los postulados “liberales” de la familia (que no comparte),
señala: “Autores y organizaciones de otro signo consideran que las
transformaciones de la familia en la postmodernidad y la secularización
subsecuente de la institución familiar la han distanciado del matrimonio y del
esquema tradicional referido. En la actualidad, el modelo de ‘familia moderna’
es el que impera en nuestra cultura. Este se caracteriza por ser una realidad
secularizada. La familia ha roto su vínculo con la Iglesia y ha adoptado otro
nuevo, de naturaleza puramente humana, basado en el amor y el respeto; en
consecuencia, ha cambiado el concepto de matrimonio, que ahora se basa en
una decisión personal y no en una obligación moral; en su estructura interna,
se pone fin a la interdependencia de la que había en la ‘familia tradicional’ (…)
En cuanto a la ideología, la ‘familia moderna’ es más tolerante con las opciones
que eligen sus miembros y muestra, en general, un talante más democrático y
dialogador.” Concluye la profesora Vivanco advirtiendo: “Si bien ha resultado
clara la opción constitucional por la familia matrimonial, ello no significa que las
interpretaciones posteriores del texto constitucional en una perspectiva más
liberal, que sistemáticamente desatiende, objeta o directamente se contrapone
con la historia de la Constitución, no cobren cierta fuerza en algunos espacios
públicos y ejerzan una fuerte presión, que podría en el futuro traducirse en una
discusión legislativa acerca del reconocimiento legal de las uniones de hecho o,
incluso, sobre la posibilidad de uniones civiles entre personas del mismo sexo.”
El propio legislador lo entiende así, en la Ley número 20.066 (publicada en el
Diario Oficial de fecha 7 de octubre de 2005), denominada “Ley de Violencia
Intrafamiliar”, donde se protege explícitamente al conviviente (artículo 5°).
Aludiremos en mayor detalle a esta normativa, en la cuarta parte de nuestro
trabajo. Otro indicio de la dirección que está tomando nuestro legislador,
observamos en el artículo 108 del Código procesal Penal, que dispone: “Para
los efectos de este Código, se considera víctima al ofendido por el delito. En los
delitos cuya consecuencia fuere la muerte del ofendido y en los casos en que
éste no pudiere ejercer los derechos que en éste Código se le otorgan, se
considerará víctima: a) Al cónyuge y a los hijos; b) A los ascendientes; c) Al
conviviente….” La importancia de ser considerado “víctima”, se refleja en la
posibilidad de reclamar la pertinente indemnización civil, derivada de la
comisión del ilícito penal.

Desde el punto de vista del Derecho Civil, tradicionalmente se ha entendido la


familia como un conjunto de individuos unidos por vínculo de matrimonio o de
parentesco. Somarriva destaca que “El derecho de propiedad y la idea de
familia son los pilares en que descansa toda la estructura del Derecho Civil. El
primero constituye la institución básica del Derecho Patrimonial; la segunda, del
de Familia”.

Dos son en consecuencia las vertientes de la familia: el matrimonio y el


parentesco.

Tanto el parentesco por consaguinidad como el por afinidad, dan origen a la


familia y sirven de fundamento a las relaciones jurídicas que estudiaremos en
el ámbito del Derecho de Familia.

La definición tradicional de familia tiende a ampliarse en la doctrina


contemporánea. Desde ya, hay que tener presente que el artículo 1° de la Ley
de Matrimonio Civil establece que el matrimonio es la base principal de la
familia. La declaración es significativa, en orden a que puede advertirse que el
matrimonio no es, por ende, la única base de la familia, sino “la principal”, lo
que abre campo para sostener que desde un punto de vista jurídico, también
hay familia donde no hay matrimonio, sino una relación de convivencia que se
haya prolongado por un tiempo razonable. De ahí que se haya recalcado que
está pendiente la promulgación de una segunda ley, después de la
promulgación de la Ley de Matrimonio Civil en el año 2004, que regule el
estatuto jurídico de la familia no matrimonial, como acontece en casi todos los
ordenamientos jurídicos europeos. Por lo demás, junto a lo ya expresado
respecto de la Ley de Violencia Intrafamiliar y el Código Procesal Penal,
nuestro legislador reconoce formalmente la existencia de la familia tratándose
de una relación de convivencia, en el marco de la “Ley Indígena”: En efecto, la
Ley número 19.253, sobre Pueblos Indígenas, dispone en su artículo 14: “Tanto
en las enajenaciones entre indígenas como en los gravámenes a que se refiere
el artículo anterior, el titular de la propiedad deberá contar con la autorización
establecida en el artículo 1749 del Código Civil a menos que se haya pactado
separación total de bienes y, en caso de no existir matrimonio civil, deberá
contar con la autorización de la mujer con la cual ha constituido familia. La
omisión de este requisito acarreará la nulidad del acto.”

2.- Composición de la familia, desde un punto de vista jurídico.

Consignemos, seguidamente, algunos preceptos que se refieren, en distintas


materias, a la composición de la familia. En ellos, si bien el Código Civil no
define la familia, se desprenden suficientes elementos para caracterizarla; son
tales: artículos 42, 815, 988, 989, 990 y 992.

2.1. El art. 42 señala que dentro del término “parientes” se comprenden:


a) El cónyuge;
b) Los consanguíneos mayores de edad, sean en línea recta o colateral; y
c) Los afines, sean en línea recta o colateral.

2.2. El art. 815 establece un concepto similar de familia, disponiendo que la


forman:
a) El cónyuge;
b) Los hijos;
c) El número de sirvientes necesarios para la familia;
d) Las personas que viven con el usuario o habitador y a costa de éstos
(“allegados”); y
e) Las personas a quienes el usuario o habitador deben alimentos.

2.3. Los arts. 988 a 990 y el 992, al regular la sucesión intestada, señalan como
miembros de una familia para éstos efectos:
a) Al cónyuge;
b) Los parientes consanguíneos en la línea recta; y
c) Los parientes consanguíneos en la línea colateral, hasta el sexto grado
inclusive.-
La familia entonces, estaría compuesta por aquellas personas que, de alguna
manera, tienen derechos hereditarios en la sucesión intestada de una persona.
La lejanía en el parentesco, desprende de la familia a ciertas personas.
3.- La familia no es persona jurídica.
No tiene existencia propia como organismo jurídico. Los efectos legales
derivados de la relación de familia recaen sobre las personas que la integran.
Por ello, se dice que entre nosotros, la familia es un organismo social o ético,
más que jurídico.
II.- EL PARENTESCO.

1.- Definición y clasificación.

El parentesco es la relación de familia que existe entre dos personas.

Esta relación se establece atendiendo a dos vínculos diferentes:

a) Vínculo de sangre: que da origen al parentesco por consanguinidad.


Son parientes consanguíneos los que tienen la misma sangre, y esto ocurre
entre dos personas que descienden una de la otra o de un mismo progenitor,
en cualquiera de sus grados (art. 28).

b) El matrimonio: da origen al parentesco por afinidad.


Nace del matrimonio, y es el que existe entre una persona que está o ha
estado casada y los consanguíneos de su marido o mujer (art. 31).
Cabe consignar que este parentesco por afinidad no desaparece con la muerte
de uno de los que le dieron origen por medio del matrimonio o con la sentencia
de divorcio, como lo da a entender claramente el art. 31, al aludir a persona
“que está o ha estado casada”. Por lo tanto, el viudo o viuda o los divorciados,
siguen siendo pariente por afinidad, con los consanguíneos del cónyuge
fallecido o del cónyuge de quien se han divorciado.
También debe precisarse que no existe parentesco por afinidad entre los
consanguíneos de una de dos personas que se han casado y los
consanguíneos del otro. Así, por ejemplo, los consuegros o los concuñados no
son parientes entre sí.

* Los cónyuges no son parientes por afinidad.

Aun cuando el CC. no resolvió el tema expresamente, la doctrina ha concluido


que los cónyuges no son parientes afines entre sí. En efecto, no quedan
comprendidos en el art. 31 ni tampoco es posible computar el grado de
parentesco en que estarían si se aceptara la hipótesis de que fueran parientes.
Ello demostraría que no fueron considerados tales al crearse el sistema de
parientes afines.

Es cierto que en otras disposiciones legales, los cónyuges son comprendidos


entre los parientes -art. 42, por ejemplo-, pero para resolver la duda, se dice
que es necesario atender a las reglas normativas del fenómeno y no a aquellas
accidentales. En tal sentido, se agrega que el art. 42 sería más bien una norma
de carácter procesal.

Por lo demás, en otros artículos se distingue claramente entre parientes y


cónyuges: art. 15 número 2; art. 353, inciso 3º.
2.- Cómputo del parentesco.

El parentesco por consanguinidad se computa por la línea y el grado.


La línea es la serie de parientes que descienden los unos de los otros o de un
autor común. La línea puede ser ascendente o descendente

Atendiendo a la línea, el parentesco puede ser de línea recta o de línea


colateral. Son parientes en línea recta los que descienden unos de otros. Son
parientes en línea colateral los que sin descender unos de otros, tienen un
ascendiente común (art. 27).

La línea puede ser ascendente o descendente, según sea el caso, es decir,


desde el pariente en que nos situemos para el cómputo. El grado equivale al
número de generaciones que separan a dos parientes (art. 27): así, el padre es
pariente de primer grado en la línea recta del hijo y el abuelo de segundo grado
en la línea recta del nieto.

En el parentesco colateral, es necesario encontrar al ascendiente común y


subir hasta él para bajar después hasta el otro pariente. Así, por ejemplo, dos
hermanos son parientes en segundo grado, dos “primos hermanos” lo son en
cuarto grado y dos “primos en segundo grado” lo son en sexto grado. Como se
indicó, de conformidad al art. 992, regla 2ª, la línea colateral no se extiende,
para los efectos sucesorios y jurídicos en general, más allá del sexto grado. A
su vez, también debemos tener presente que en la línea colateral, nunca el
parentesco lo será en el primer grado; el más cercano, lo será en segundo
grado.

El parentesco en la línea colateral, puede ser de simple o de doble conjunción.


Es de simple conjunción, cuando el parentesco es sólo de parte de padre o
madre; es de doble conjunción, cuando los colaterales son parientes a la vez
en la línea paterna y materna, o sea, cuando proceden de un mismo padre y de
una misma madre (art. 41). Este distingo puede tener importancia para los
efectos sucesorios, cuando los llamados a suceder fueren los hermanos del
causante u otros colaterales hasta el sexto grado (artículos 990 y 992).

Al parentesco por afinidad, se le aplican las mismas reglas. Así, por ejemplo, el
yerno tiene con sus suegros el mismo grado que con sus propios padres. En
otras palabras, se ocupa ficticiamente el mismo lugar de la persona con la cual
se contrajo matrimonio (art. 31, inciso 2º).
3.- Importancia del parentesco.

El parentesco es sin duda la vinculación más importante que establece el


Derecho Privado. Sus efectos son tan amplios que abarcan toda la vida del
individuo. En orden de importancia, lo es más el parentesco por
consanguinidad que el de afinidad.

De tal forma, el parentesco:

a) Determina los derechos, los deberes y las obligaciones que nacen entre los
padres y los hijos.

b) Se debe alimentos a los parientes que señala el art. 321. Excepcionalmente,


se debe alimentos a quien no es pariente: al cónyuge y al que hizo una
donación cuantiosa no rescindida o revocada.

c) Es el parentesco el que determina quienes son llamados a la guarda legítima


de una persona (art. 367).

d) El parentesco determina quienes concurren y quienes son excluidos en la


sucesión de una persona.

e) Determina quienes deben otorgar el consentimiento a los menores de 18 y


mayores de 16 años para contraer matrimonio: artículo 107 (sanción: art. 114).

f) El parentesco puede constituir un impedimento para contraer matrimonio (art.


6°, Ley de Matrimonio Civil).

g) En materia contractual, es nulo el contrato de compraventa entre el padre o


madre y el hijo no emancipado (art. 1796).

h) El art. 1061 invalida las disposiciones testamentarias hechas a favor, por


ejemplo, de determinados parientes del notario, tanto por consanguinidad como
por afinidad.

III.- EL DERECHO DE FAMILIA Y LOS DERECHOS DE FAMILIA.


1.- Concepto de Derecho de Familia y de derechos de familia.

El Derecho de Familia, resalta Ramos Pazos, como toda rama del Derecho,
puede ser definido en sentido objetivo o subjetivo. En sentido objetivo, para
aludir al conjunto de normas que regulan las relaciones jurídicas de familia. Se
trata entonces del Derecho de Familia. En sentido subjetivo, para referirse a las
facultades o poderes que nacen de aquellas relaciones existentes entre los
miembros de la familia. Se trata en este caso de los “derechos de familia”.

Se entiende por Derecho de Familia, según Ferrara, “el complejo de las normas
jurídicas que regulan las relaciones personales y patrimoniales de los
pertenecientes a la familia entre sí y respecto de terceros”.

Se denominan derechos de familia las vinculaciones jurídicas establecidas por


la ley respecto de las personas que han contraído matrimonio, o que están
unidas por parentesco. El objeto de estas vinculaciones puede ser moral o
patrimonial, o ambos a la vez. Pero sea que el derecho de familia cree una
obligación puramente ética o económica, en ambos casos presenta caracteres
que lo diferencian de un derecho puramente patrimonial. Por eso, en lugar de
hablar de “obligaciones” (concepto propiamente patrimonial), en el ámbito del
Derecho de Familia, suele aludirse a “deberes”.

2.- Características del Derecho de Familia y de los derechos de familia.

a) Por regla general, el Derecho de Familia es de orden público. Queda al


margen de la autonomía de la voluntad; es el legislador el que consagra los
derechos e impone los deberes y las obligaciones y determina su alcance y
consecuencias, atendido a que predomina en el Derecho de Familia el interés
social por sobre el interés personal. Los individuos no pueden introducirle
modificaciones (sobre el particular, es interesante consignar que tras la
promulgación de la Ley número 19.585, los padres pueden pactar cual de ellos
tomará sobre sí la patria potestad, lo que altera la regla general enunciada).

b) Los derechos de familia son ordinariamente “intuitu personae”, de manera


que no pueden cederse ni renunciarse; tampoco son transferibles ni
transmisibles.

c) El derecho de Familia tiene un contenido eminentemente ético y por ende,


los derechos de familia no pueden ser ejecutados por medio de la fuerza
pública o por los otros procedimientos de apremio establecidos para ejecutar
los derechos patrimoniales. Efectivamente, el carácter esencialmente ético del
Derecho de Familia explica que en él se encuentran preceptos cuyo
incumplimiento carece de sanción o tienen una sanción atenuada. El acreedor
de un derecho de familia sólo puede compeler a su deudor por medios
indirectos (por ejemplo, el desheredamiento como castigo para el hijo menor
que se casa sin el consentimiento de sus ascendientes). Excepcionalmente,
pueden ejercitarse coacciones directas, tratándose de las derivaciones
patrimoniales del ejercicio del derecho de familia (apremios para obtener el
pago de una pensión alimenticia, por ejemplo).

d) El Derecho de Familia disciplina condiciones o estados personales,


inherentes a los individuos y que se imponen, como derechos absolutos, al
resto de la sociedad. De ahí que en materia de derechos de familia, los efectos
de la cosa juzgada son más amplios que tratándose de derechos patrimoniales.
Así, por ejemplo, el art. 315 establece cosa juzgada “absoluta” (y no relativa,
como usualmente ocurre conforme al principio general del art. 3) o efectos
universales al fallo que declara verdadera o falsa la paternidad o maternidad
del hijo.

e) Los derechos de familia no admiten, por regla general, adquisición


derivativa, como la tradición o la sucesión por causa de muerte: se radican
originariamente en el titular y desaparecen con él.

f) Los derechos de familia no se ganan ni pierden por prescripción. Por ello, son
imprescriptibles las acciones sobre reclamación de estado civil (artículos 195 y
320). Con todo, la ley establece ciertos casos en que el ejercicio del derecho de
familia está limitado por el tiempo; pero, por regla general, tales casos son de
caducidad y no de prescripción. Los derechos de familia caducan, no
prescriben. Encontramos un ejemplo en la impugnación de la paternidad a que
tiene derecho el marido (artículo 184 del Código Civil).

g) Los derechos de familia son irrenunciables, pues importando el ejercicio de


atribuciones que constituyen al mismo tiempo deberes, el titular no puede, por
su sola voluntad, no ejercitarlas o delegarlas en terceros.

h) Los derechos de familia son, al mismo tiempo, un deber o una obligación.


Salvo excepciones, el derecho, por una parte, y el deber o la obligación, por la
otra, van indisolublemente unidos en un solo titular. Así lo apreciaremos en las
relaciones jurídicas entre los cónyuges y entre los padres con sus hijos.

i) El Derecho de Familia exhibe gran mutabilidad. De todas las materias


reguladas por nuestra legislación civil, las normas del Derecho de familia son
las que han experimentado más reformas, y ellas sin duda continuarán
produciéndose en el futuro, teniendo presente los profundos cambios que se
advierten en nuestra sociedad. Considerando lo anterior, parece razonable
agrupar todas las normas del Derecho de Familia en un Código autónomo del
Código Civil, que sea más fácil de reformar que el último.

j) El Derecho de Familia posee una institucionalidad propia, que la distingue del


Derecho puramente Civil. En efecto, el primero tiene instituciones propias,
como el matrimonio o la filiación; tiene además estructuras o soluciones
particulares que se apartan en ciertos aspectos de la regulación común. Se
trata, en síntesis, de una rama autónoma del Derecho.
k) Los actos del Derecho de Familia no están sujetos a modalidades. Así se
observa, por ejemplo, tratándose del matrimonio (artículo 102), del
reconocimiento de un hijo (artículo 189), o del pacto sustitutivo del régimen
matrimonial (artículo 1723).

l) La mayoría de los actos del Derecho de Familia son solemnes. Así, por
ejemplo, en el caso del matrimonio, en el reconocimiento de un hijo, en la
repudiación de la filiación no matrimonial, en el pacto sustitutivo del régimen
matrimonial, en las capitulaciones matrimoniales, etc.

3.- El derecho de familia es Derecho Privado.

No obstante las características anotadas, el derecho de familia es una


vinculación que pertenece al Derecho Privado, porque ella se traba entre
individuos particulares. En el Derecho Público, el Estado es parte de la relación
jurídica.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“Introducción al Derecho de Familia”
INTRODUCCIÓN AL DERECHO DE FAMILIA

I. Las transformaciones del Derecho de familia, un proceso todavía en


desarrollo
El Derecho de familia es la rama del Derecho civil que más transformaciones ha
experimentado desde la promulgación del Código civil el año 1855, hecho que no
debe resultarnos extraño, si consideramos los profundos cambios habidos en su
objeto de regulación, la familia. En efecto, el modelo considerado digno de
protección por el codificador de 1855, en el contexto de una sociedad tradicional,
preferentemente agraria y religiosa como la chilena, supuso la consagración de un
ideal de familia que se había venido construyendo en el mundo occidental desde
la edad media, donde ésta se encontraba fundada en la existencia de un
matrimonio, celebrado según el rito religioso católico y cuya regulación quedaba
entregada íntegramente al Derecho canónico, dada su naturaleza sacramental, el
cual además de tener un carácter indisoluble, confería grandes poderes al marido,
cabeza de la familia, tanto sobre la persona y los bienes de su mujer, como sobre
la persona y los bienes de sus hijos, siendo una de sus misiones el asegurar un
espacio de certeza para la procreación y la transmisión de la propiedad a través
de la herencia.
En este contexto, debe destacarse el hecho que la primera gran transformación en
la regulación de la familia fuera de orden eminentemente político y estuviera
fuertemente influenciada por las doctrinas laicistas, desarrolladas a partir de la
Ilustración y reflejadas particularmente en la legislación francesa: acorde con ello,
a partir del año 1884 el legislador chileno afirmaría la competencia de las
autoridades civiles para dictar la normativa concerniente al matrimonio y conocer
de las causas que con su ocasión se susciten, privando a las autoridades
eclesiásticas de una potestad que venían ejerciendo casi sin contrapesos desde la
edad media8. De esta manera, dentro de las llamadas "leyes laicas" se aprobaría
la primera ley de matrimonio civil en Chile, regulación que se caracterizaría dos
importantes elementos: mientras, por una parte, su aprobación implicaba una
ruptura con la tradición, reflejada en el hecho que en el futuro solamente sería
protegida la pareja que contrajese matrimonio ante el oficial del registro civil; por
otra, la ley estaría construida sobre las mismas bases que la regulación canónica,
sin afectar de manera alguna el contenido de esta institución, hecho que queda
gráficamente expresado en el carácter indisoluble que tendría el vínculo
matrimonial hasta el año 2004.
Durante todo el transcurso del siglo XX seguirían suscitándose reformas en el
Derecho de familia. La primera de ellas, introducida por medio de la Ley N° 5.521
de 19 de diciembre de 1934, tuvo como finalidad mejorar la posición de la mujer
casada, bastante desmedrada en el Código. Así, se le reconoció el derecho a
ejercer la patria potestad en forma subsidiaria al padre; se le confirió plena
capacidad jurídica en aquellos casos en que se encuentre divorciada
perpetuamente o separada totalmente de bienes; reconociendo la progresiva
incorporación de la mujer al mundo laboral, se creó un patrimonio especial para
aquellos casos en que, encontrándose autorizada por su marido, ejerciera una
actividad profesional (los denominados bienes reservados de la mujer casada en
régimen de sociedad conyugal); y se permitió a los esposos pactar el régimen de
separación total de bienes en las capitulaciones matrimoniales, reforma que
implicaba un profundo avance frente a la situación vigente hasta la fecha, en que
la sociedad conyugal aparecía como un régimen necesario. Con posterioridad,
nuevas reformas serían introducidas a través de las Leyes N°s. 7612 y 7613,
ambas de 21 de octubre de 1943, y de la Ley N° 10.271 de 2 de abril de 1952, que
mejoraría en algo la posición del hijo nacido fuera del matrimonio que hubiera sido
reconocido por su padre, sin llegar a equipararlo con el hijo legítimo.
Sin embargo, sería en forma coincidente con el pleno restablecimiento de la
institucionalidad democrática que el proceso de modernización del Derecho de
familia chileno tomaría un nuevo y definitivo impulso: desde la igualación de los
cónyuges y el fin de la incapacidad relativa que afectaba a la mujer casada en
sociedad conyugal, ocurrida con la Ley N° 18.802 de 1989, el antiguo edificio
construido por don Andrés Bello ha ido dando lugar a una nueva forma de
concebir las relaciones familiares, que pone énfasis en una visión asociativa de
ésta, estructurada en torno a las ideas de igualdad y solidaridad entre sus
miembros, quienes se deben mutuo respeto y protección; lo cual se vería
complementado con el reconocimiento del interés superior de los niños como
principio que debe informar toda decisión que concierna a éstos, como
consecuencia de la entrada en vigencia en el país de la Convención de los
Derechos del Niño.
De esta forma, como consecuencia del proceso que en este momento se inicia,
podemos observar que la familia ha pasado de ser considerada por la legislación
chilena como una institución fundada exclusivamente en la existencia del vínculo
matrimonial, destinada a crear un marco único e indisoluble que permita la
procreación y crianza de los hijos, a constituir un espacio definido por la existencia
de vínculos de afectividad y solidaridad entre sus miembros, quienes comparten
sus vidas y encuentran en ella un sustento moral y patrimonial irremplazable para
su desarrollo personal; encontrándose todo este proceso determinado por la
irrupción de un nuevo paradigma en el Derecho privado mismo, definido por los
derechos fundamentales (y la noción moral de persona autónoma que a ellos
subyace) y por el propio cambio que ha existido en las concepciones sociales,
particularmente en lo que se refiere al ejercicio de la sexualidad y la forma como
las instituciones sociales deben reconocer y valorar las opciones autónomas que
cada persona adopta.
Este proceso de reforma de los principios reguladores de la familia chilena
reconocería como uno de sus puntos más significativos la reforma de las
relaciones paterno-filiales, ocurrido el año 1998 por medio de la Ley N° 19.585,
que vendría a estructurar los vínculos de filiación conforme al principio de igualdad
y al interés superior del niño, eliminando la distinción hasta entonces existente
entre hijos legítimos, ilegítimos y naturales, reconociendo los mismos derechos
para todos ellos, con una prescindencia casi absoluta acerca de cuál sea el marco
que rige la relación de pareja de los progenitores. Con esta reforma, es posible
advertir que el legislador chileno cesa en su pretensión de reconocimiento
exclusivo de un modelo de familia (legítimamente constituida, usando la antigua
terminología legal) para ampliar la protección hacia otras formas familiares,
existentes en la realidad, pero hasta el momento ignoradas o repudiadas por el
Derecho.
En efecto, esta transformación en la manera como se estructuran los vínculos de
filiación supone no solamente un reconocimiento de la vigencia del principio de
igualdad entre todos los niños, sino también de una profundización de la igualdad
en las relaciones de pareja, importando un reconocimiento legislativo en orden a
que existen múltiples bases sobre las cuales puede estructurarse la familia. Como
consecuencia de lo anterior, el matrimonio deja de constituir una institución
indispensable para la formación de ésta o para el desarrollo de los vínculos
parentales. En último término, este reconocimiento supone, en un plano simbólico,
que el matrimonio ya no es el único marco de ejercicio de la sexualidad tutelado
por el Derecho, abriéndose de esta forma nuestra legislación a la posibilidad de
regular y reconocer las nuevas estructuras familiares que desde hace largo tiempo
existían en nuestra sociedad. Este mismo criterio sería posteriormente reiterado
en la Ley N° 19.947 de matrimonio civil, que en su artículo 1° inciso 2° reconoce
expresamente la existencia de otras familias, no fundadas en torno a él, al señalar
que éste es la base principal (más no exclusiva) de la familia.
Precisamente, este importante paso en la actualización del Derecho de familia
chileno sería seguido el año 2004 por la aprobación de la Ley N° 19.947 que, a
diferencia de su antecesora de 120 años atrás, introdujo importantes
modificaciones en la regulación de esta institución, entre las cuales cabe destacar
particularmente el reconocimiento del divorcio vincular (art. 42 N° 4, extensamente
regulado en el Capítulo VI de la ley), tema central en el debate parlamentario. Si
bien se trató de una legislación de marcado carácter transaccional, cuya
tramitación en el Congreso tomó cerca de 9 años, puede estimarse que el
resultado final se aviene bastante bien con las expectativas que la sociedad tenía
cifradas en esta nueva regulación, lo que queda reflejado particularmente en las
condiciones establecidas para la procedencia del divorcio por cese de la
convivencia (forma de divorcio remedio) y en los razonables plazos estipulados
para su procedencia (tres años cuando sea solicitado de manera unilateral por uno
de los cónyuges, un año cuando se trate de una petición conjunta de los
cónyuges, art. 55 Ley N° 19.947).
De esta forma, la nueva regulación chilena refuerza con especial énfasis los
elementos asociativos del matrimonio y la individualidad de los cónyuges, para
quienes esta institución se presenta como un fundamental recurso simbólico, que
define su estatus familiar frente a toda la sociedad, y que además les permite
formar un proyecto de vida en común protegido por el ordenamiento, sin llegar al
extremo que su subsistencia sea protegida independientemente de cual sea su
voluntad futura: una vez que desaparece el proyecto de vida en común, el
Derecho cesa en la pretensión de subsistencia de la unión y se encarga de
reconocer este hecho, regulando sus consecuencias de una manera equitativa.
Sin embargo, es aún posible identificar una segunda mutación en la concepción
tradicional de matrimonio, que pone nuevamente énfasis en el carácter asociativo
de la unión. En efecto, una de las modificaciones de mayor contenido simbólico
introducidas por la nueva normativa matrimonial ocurrió en el plano del tratamiento
de la impotencia de uno de los cónyuges, trastorno que en la actualidad no
permite per se la declaración de nulidad del matrimonio (a diferencia de lo que
ocurría con la ley de 1884, donde era tratada como un impedimento dirimente
absoluto, arts. 4° N° 3 y 29 Ley N° 19.947), sino solamente fundar una eventual
nulidad por error, cuando el otro cónyuge no conociere de esta circunstancia (arts.
8° N° 2 y 46 letra b) ley N° 1 9.94 7). De esta manera, la actual regulación
matrimonial rompe la otrora necesaria relación entre matrimonio y procreación,
estableciendo que la imposibilidad objetiva de consecución de uno de los fines
todavía declarados por el artículo 102 CC no permite privar al matrimonio de sus
efectos, sino en la medida que esta anomalía, siendo ignorada por el otro
cónyuge, le impida realizar sus proyectos de vida, los cuales lo llevaron a contraer
matrimonio.
Conforme a lo expuesto, podemos afirmar que en las últimas décadas el
ordenamiento jurídico chileno ha enfrentado profundas transformaciones en todo
lo que concierne a la regulación del Derecho de familia, suponiendo estos cambios
una completa alteración de los principios que subyacen a esta normativa. Así,
hemos pasado de encontrarnos regido por un Derecho de familia inspirado en los
principios de protección de la familia legítima, estructuración jerarquizada de las
relaciones de familia y protección reforzada del vínculo matrimonial, a reconocer la
pluralidad de formas en que esta entidad puede organizarse, siempre en un marco
regido por la igualdad y el mutuo respeto entre sus miembros. Como bien lo
consigna el profesor Tapia, el Derecho chileno asume, cada vez más, una noción
de familia cercana a aquella identificada por el Decano Carbonnier como
característica de las sociedades modernas, donde ésta aparece antes como un
instrumento entregado a cada uno para el desarrollo de su personalidad, dejando
el Derecho civil de trazar normativamente un modelo de vida, y pasando a
preocuparse simplemente de remediar los conflictos (personales y patrimoniales)
que surgen cuando se frustran estos proyectos familiares.

II. Desafíos actuales del Derecho de familia en Chile. Principales Reformas


Sin embargo, y pese al amplio alcance de las modificaciones introducidas por las
leyes N°s. 18.802, 19.335, 19.585 y 19.947, esta tarea de actualización del
Derecho de familia parece todavía inconclusa: prueba de ello son las demandas
de reconocimiento y protección de otras realidades, que hoy no dudaríamos en
calificar de familiares, como ocurre con la convivencia entre personas de distinto y
del mismo sexo; a lo cual se suma la necesidad de eliminar los últimos vestigios
todavía existentes de la antigua legislación fundada sobre una distribución de roles
hoy considerada obsoleta, donde el marido aparecía no sólo como el proveedor,
sino también como el nexo entre la familia y el ámbito público, mientras a la madre
correspondía un dominio sobre el ámbito doméstico, reflejado particularmente en
la maternidad y la crianza de los hijos, modelo cuya subsistencia resulta contraria
a la igualdad reconocida en el artículo 19 N° 2. Cada una de estas demandas han
generado el inicio de distintos procesos legislativos: mientras la primera de ellas
ha sido recogida en el proyecto de acuerdo de vida en pareja (Boletín N° 7873-07),
las segundas se han reflejado en los proyectos de reforma de la sociedad
conyugal (Boletines N° 7567-07 y 7718-18) y en los que buscan establecer una
efectiva corresponsabilidad parental (Boletines N° 5917-18 y 7007-18). Cada una
de estas reformas será analizada por separado en las secciones siguientes.

1. Acuerdo de vida en pareja


Como se ha expuesto en la primera parte de este trabajo, la familia, cualquiera
sea la forma que ésta adopte, constituye un espacio personalísimo de asociación,
el cual, fundado en la existencia de una especial afectividad entre sus miembros e
inspirada en el mutuo respeto, solidaridad y consideración entre éstos,
proporciona a cada uno de ellos un soporte moral y material insustituible, hasta tal
punto, que es posible afirmar que no existe otra institución en la cual podamos
encontrar los bienes que nos proporciona. La familia constituye un espacio en el
cual desarrollamos una parte principal de nuestro plan de vida, hecho que es
reconocido por el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (art. 23.2) y
por la Convención Americana de Derechos Humanos (art. 17.2), que consagran el
derecho fundamental de cada persona a contraer matrimonio y a fundar una. En
términos generales, son tantos los beneficios asociados a su existencia, que
resulta particularmente gravoso e incomprensible excluir a determinadas personas
de su goce, o negar legislativa o judicialmente el reconocimiento y protección que
nuestra Constitución asegura a algunas de las formas que esta realidad puede
adoptar. En el caso chileno, este importante argumento de principio se ve
complementado por una imperiosa necesidad de política pública, reflejada en la
existencia de más un millón de parejas que han optado por construir su vida
familiar al margen del matrimonio, recurriendo a la convivencia, las cuales hasta el
momento no gozan de un estatuto de protección propio.
Son precisamente estas razones las que justificaron la presentación por parte del
Ejecutivo del proyecto de ley que establece la figura del acuerdo de vida en pareja
(Boletín N° 7873-07, en adelante AVP). En efecto, según señala el Mensaje, fue el
reconocimiento de la convivencia como uno de los sustratos fundadores de la
familia, y por lo tanto, como una realidad digna de respeto y consideración por
parte del Estado, que mira a las importantes funciones que a ésta le corresponde
desarrollar, y a los beneficios que su existencia implica, tanto para las personas
que la componen, como para la sociedad en general, lo que motivó la
presentación del proyecto de ley, que pone especial énfasis en el hecho que a la
celebración del acuerdo subyace una realidad que permite compartir el amor, los
afectos y vivir la intimidad, al tiempo que confiere a sus miembros un apoyo
emocional y material fundamental para el desarrollo de sus propios planes de vida.
Como puede apreciase, las descritas por el Ejecutivo son precisamente aquellas
ventajas sociales atribuidas por las visiones tradicionales del Derecho en forma
exclusiva al matrimonio, significando ciertamente este primer reconocimiento, en el
plano simbólico, un avance para la protección de todas las familias ante la ley.
Por la lógica que inspira al proyecto, creemos que la aprobación del AVP
significará un nuevo avance en lo que se refiere a la regulación de las relaciones
de pareja, que pretende por vía de la creación de una nueva institución, paralela y
distinta del matrimonio, proveer a las personas que deciden conformar un proyecto
de vida en común de un marco destinado a regular las consecuencias
patrimoniales de su relación. Sin embargo, por más que el proyecto esté centrado
en torno a este primer elemento, es imposible desconocer el hecho que las
ventajas que presenta el AVP en el plano de la regulación de las relaciones de
familia no se limitan a proporcionar protección a los miembros de la pareja. Por el
contrario, la introducción del AVP en la legislación chilena supondrá, desde un
plano simbólico, una afirmación intensificada del principio de igualdad en la
regulación de las relaciones de pareja, como consecuencia del carácter
doblemente igualitario que presenta esta institución: el AVP, además de disponer
de un marco regulatorio al cual tendrán acceso tanto las parejas de distinto como
del mismo sexo, no impone a sus miembros determinados derechos y deberes
sobre la base de una marcada distribución de roles, según cual sea su género. Es
por esta razón que, en este segundo sentido, la aprobación del AVP puede
suponer un importante desafío para la regulación matrimonial, desde el momento
que pondrá en evidencia las contradicciones que esta última presenta frente a los
principios que rigen la comprensión actual de las realidades familiares.
Sin embargo, este mismo carácter igualitario genera importantes problemas
técnicos al momento de definir cuál será el contenido de esta nueva regulación,
dificultades que derivan de la tensión existente a causa de los disímiles intereses
que pueden ser observados, según si se trate de parejas de distinto o del mismo
sexo. En este sentido, no puede olvidarse que, mientras para las parejas de
distinto sexo, que pueden acceder el día de hoy a la institución matrimonial, el
contenido de la nueva regulación debería considerar el establecimiento de claras
diferencias con aquella institución que no es utilizada, tanto en lo que concierne a
la forma de su celebración como a sus efectos; para las parejas de distinto sexo,
que en la actualidad no cuentan con otra forma de reconocimiento de su relación,
resulta relevante el establecimiento de una figura que les proporcione un acto que
marque simbólicamente el inicio de su relación, por todas las implicancias de
validación social que le están asociadas, al tiempo que presente un contenido que
sea lo más denso posible.
En el proyecto de ley esta primera problemática se resuelve, correctamente a
nuestro juicio, estableciendo que el AVP tiene por objeto regular las
consecuencias jurídicas que se derivan de la vida afectiva en común,
entendiéndose por tales, de acuerdo al desarrollo del proyecto de ley, aquellas
referidas al ámbito patrimonial de la pareja. Esto marca una importante diferencia
con el matrimonio, institución cuya regulación no sólo se refiere a los aspectos
patrimoniales de la vida en común, sino que incorpora importantes elementos de
naturaleza ética y carácter indudablemente familiar, los cuales quedan
comprendidos en las relaciones personales entre los cónyuges. De esta forma,
mientras en el matrimonio es posible identificar los deberes de fidelidad, de
socorro, de ayuda mutua, de respeto y protección recíproca, de vivir juntos, de
cohabitación y de expensas para la litis35, todos los cuales pertenecen
intrínsecamente a esta institución y resultan indisponibles para los cónyuges, dado
que se encuentran estrechamente vinculados a la idea de comunidad o consorcio
de vida que se genera entre ellos con el matrimonio, en el AVP solamente será
posible encontrar un genérico deber de ayuda mutua y una obligación de contribuir
a solventar los gastos generados por la vida en común (art. 7° Proyecto, en
adelante AVP), el cual está estrechamente vinculado con los efectos patrimoniales
del acuerdo, hecho que se confirma por su ubicación sistemática en el Título II del
proyecto.
Ahora bien, contrariamente a lo que puede pensarse, los efectos de esa diferencia
no quedan reducidos al ámbito de los principios, sino que afectan la manera
misma como se concibe la institución. Así, en un estatuto marcadamente
contractual como es el AVP, resulta coherente que su aplicación cese cuando las
partes de común acuerdo decidan poner término al acuerdo (art. 6° letra d) AVP),
o que incluso se reconozca como causal de término la declaración unilateral de
voluntad que realice una de ellas, derecho característico de las relaciones
contractuales de duración indefinida (art. 6° letra e) AVP), régimen libre de
terminación que pugnaría con la estabilidad que demanda el vínculo matrimonial y
el consorcio de vida que se forma con su celebración. En nuestro concepto, es
éste precisamente el punto central que permitirá diferenciar a ambas instituciones,
dotando a cada una de ellas de una individualidad propia dentro del Derecho de
familia, constituyendo un límite que no podría ser afectado por el legislador, so
riesgo de afectar la posición prominente que tiene el matrimonio como forma de
regulación de la relación de pareja y base de la familia.
Lo señalado anteriormente no significa que el nuevo estatuto deba excluir
cualquier regulación que escape al ámbito patrimonial, máxime si consideramos
que la realidad de base que está siendo regulada es familiar. Este hecho exige
moderar los efectos puramente contractuales del acuerdo, como de hecho el
proyecto lo hace, al reconocer derechos hereditarios al contratante superviviente
y, como creemos, debería hacerse incorporando reglas sobre parentesco por
afinidad, a fin de impedir que el AVP sea un instrumento que sirva para legitimar
relaciones que podrían calificarse de "incestuosas", como aquella que nazca entre
el hijo/hija de uno de los contratantes y el otro miembro de la pareja que, pese a
no ser su padre o madre, ha desarrollado un rol parental o cuasi-parental en el
seno de esa familia. Conforme a las reglas actuales del proyecto, siendo ambos
extraños absolutos, se encuentran en una posición donde nada impide que
puedan celebrar en el futuro un AVP (o incluso, de existir diferencia de sexo, un
matrimonio), situación que creemos debe ser remediada durante el debate
parlamentario.
En los términos expuestos, queda todavía por responder dos cuestiones. ¿Implica
la aprobación del AVP una desprotección o afectación del matrimonio? Siendo
ambas instituciones claramente distintas, no somos capaces de advertir de qué
forma la aprobación del primer estatuto produciría un efecto negativo sobre el
segundo. En último término, el problema de los incentivos para contraer
matrimonio dice relación con las ventajas que estén asociadas a esta institución,
no con impedir el reconocimiento y protección de otras formas de hacer familia.
¿Es la aprobación del AVP el primer paso para el reconocimiento del matrimonio
igualitario? La propia diferencia entre las instituciones hace que se trate de
discusiones completamente diversas, construidas sobre premisas diferentes:
mientras la discusión sobre el matrimonio igualitario gira en torno al acceso
igualitario a una institución social, confirmando su posición central en el Derecho
de familia, la discusión sobre el AVP lo hace sobre la necesidad de crear un
Derecho más pluralista, que desarrolle instituciones capaces de dar
reconocimiento y protección a las nuevas realidades familiares.
Habiéndonos referido a las particularidades que presenta el acuerdo frente al
matrimonio, y los límites que debería atender un proyecto que reconozca y proteja
esta realidad familiar subyacente, corresponde tratar el otro extremo: la relación
existente entre el AVP y las uniones de hecho. ¿Qué modelo de protección debe
seguir el legislador? ¿Un modelo factual o un modelo formal? Con todo, antes de
iniciar el análisis, creemos necesario hacer una prevención inicial: la adopción de
un modelo factual o de un modelo formal de regulación no ha sido, en la práctica,
irrelevante, desde la perspectiva del contenido previsto por cada legislador.
La diferencia existente entre estos dos modelos de regulación ha sido bien
expuesta por la profesora Domínguez Lozano, quien explica que "las soluciones
que responden al modelo fáctico sólo implican la ordenación legal de ciertos
derechos y efectos vinculados a la convivencia estable; sin crear, a diferencia de
un modelo formal, una figura legal, cuyo contenido pueda configurar un nuevo
status jurídico para los particulares. De tal manera que bajo el modelo fáctico la
unión de pareja sigue siendo 'unión de hecho', mientras que bajo el modelo formal
la unión de pareja se transforma en 'unión de derecho'; manteniéndose en ambos
casos, eso sí, como uniones extramatrimoniales". Acorde con lo expuesto, es
posible distinguir en lo que se refiere a las condiciones de aplicabilidad de un
estatuto de pareja entre dos modelos: aquellos que crean un estatuto formal, cuyo
perfeccionamiento depende del cumplimiento de una determinada solemnidad,
que hace las veces de condición necesaria para el desarrollo de las
consecuencias jurídicas previstas por la ley, como puede ser el registro de la unión
de pareja en una oficina determinada o su celebración ante un oficial público; y
aquellos que vienen a regular una situación de facto, condicionando la atribución
de determinados efectos jurídicos a la existencia de un hecho, como es la
convivencia.
Entre estas dos alternativas posibles, el AVP se inclina por la creación de un
estatuto formal, lo que se expresa especialmente en la regulación de las formas de
celebración del acuerdo: conforme a lo dispuesto en los artículos 3° y 4° del
Proyecto, el AVP puede ser celebrado ante el oficial civil o a través de una
escritura pública otorgada ante Notario; a lo cual se agrega un requisito adicional,
cual es la inscripción de la escritura o del acta dentro del término de 10 días
hábiles contados desde su otorgamiento en el registro especial de acuerdos de
vida en pareja que llevará el Servicio de Registro Civil. Con el fin de reforzar el
carácter de solemnidades que tienen las formalidades descritas, el artículo 5° del
proyecto se encarga de establecer que, en caso que no se proceda a la inscripción
del acta o de la escritura, según corresponda, el AVP no desarrollará efectos, ni
entre las partes, ni respecto de terceros.
Ciertamente, la adopción de esta solución legislativa puede ser criticada por
quienes consideran que esta regulación alternativa debe construirse en torno a un
hecho, como es la sola existencia de la convivencia, bien sea porque en nuestro
país el no acceso a la institución matrimonial no se produce como consecuencia
de un repudio ideológico al matrimonio como forma de organizar la familia, sino
simplemente por la existencia de una realidad que se encuentra en los márgenes
del Derecho, que no es alcanzada por sus mandatos (como lo ha hecho en
nuestro medio el profesor Varas); bien sea porque, en sí misma, la decisión
adoptada por una pareja en orden a convivir debe entenderse como expresión de
un deseo de formar una vida en conjunto, satisfaciéndose de esa forma el
sustento de base que legitima la intervención del legislador (como ha argumentado
la profesora Espada). Si bien reconocemos que se trata de críticas acertadas, que
no pueden ser desatendidas al momento de definir cuál será la regulación chilena
en la materia, creemos que la solución a la problemática planteada no pasa por
establecer un estatuto factual, en remplazo del estatuto formal actualmente
contemplado en la regulación del AVP, existiendo buenas razones, más allá de la
especial problemática de validación que concierne a las parejas del mismo sexo,
para mantener una visión formalizada como la recogida actualmente en el
proyecto, las cuales se relacionan, en términos generales, con el rol de las
formalidades en el Derecho.
En efecto, en esta materia el formalismo no sólo desarrolla las funciones
simbólicas propias de la celebración de un rito de inicio de la conyugalidad. Por el
contrario, existen importantes razones de seguridad jurídica que imponen la
existencia de un estatuto formal, lo que se refleja particularmente en la necesidad
de que exista un medio conclusivo de poder determinar la existencia de la unión
frente a terceros y el Estado. Para poder apreciar los alcances que desarrollan las
formalidades en esta materia, podemos simplemente preguntarnos ¿De qué otra
forma pueden los terceros tener noticia de su existencia al momento de celebrar
un contrato? ¿Cómo poder determinar qué convivencia de hecho será relevante
para efectos de conceder al miembro de la pareja sobreviviente derechos
sucesorios? O como se planteaba el profesor Garrido Melero, a propósito de la
aplicación de la Ley N° 10/1998 de Cataluña, ¿cómo podemos determinar, por
ejemplo, que la unión de hecho ha sido ininterrumpida o ha llegado definitivamente
a su fin? Todos estos problemas son solucionados de una manera simple cuando
existe una formalidad, caso en el cual nos basta con constatar la existencia del
acto que da origen para poder responder todas las preguntas planteadas,
liberando a los aplicadores del Derecho de la necesidad de tener que atender a
criterios sustanciales, de difícil apreciación, para efectos de poder definir cuándo
una pareja estará o no protegida.
Con todo, sin perjuicio de lo expuesto precedentemente, creemos importante que
durante la discusión parlamentaria se considere la inclusión de una regla a la
manera del artículo 515-8 del Code civil francés, a fin de validar los desarrollos
jurisprudenciales realizados con la finalidad de proteger a los miembros de las
uniones de hecho o convivencias desformalizadas, atendido su carácter de
realidades familiares dignas de protección, e idealmente, incorporar ciertas reglas
mínimas que se encarguen de regular la situación en que quedan una vez
producida la ruptura, y otras que les permitan acceder a beneficios proporcionados
por el Estado o que se encuentran dentro del ámbito de la seguridad social.

2. Régimen de bienes del matrimonio: la reforma de la sociedad conyugal


Como anticipáramos, la primera demanda de igualdad que se ha formulado a la
actual regulación familiar chilena se refiere a la modificación de la sociedad
conyugal, régimen de bienes que, no obstante la reforma de 1989, sigue dejando a
la mujer en una posición desmedrada respecto de su marido, atendido el hecho
que la ley le niega la posibilidad de ser designada como la administradora
ordinaria de la sociedad conyugal y a que, incluso, pierde la administración de sus
bienes propios, circunstancia que llega a constituir una verdadera incapacidad
encubierta. Sin embargo, para poder comprender las razones que exigen su
reforma, es necesario hacer previamente unos breves comentarios generales
sobre la sociedad conyugal y su relación con los otros regímenes de bienes.
En la actualidad, la legislación chilena reconoce solamente una autonomía limitada
a los cónyuges al momento de definir cuál será el régimen de bienes al cual se
someterán durante su matrimonio, contemplando la existencia de tres sistemas,
cada uno de ellos estructurado según sus propias reglas: la sociedad conyugal,
régimen que pone énfasis en las ideas de comunidad de vida y solidaridad entre
los cónyuges, cuyo funcionamiento implica la formación de diversos patrimonios
para administrar los bienes que les pertenezcan al momento de la celebración del
matrimonio, o que adquieran con posterioridad, todos cuales serán administrados
por el marido durante la vigencia del régimen y deberán ser liquidados al momento
de su terminación; la separación de bienes, régimen de corte individualista, que
privilegia la autonomía patrimonial de cada uno de los cónyuges, quienes
conservan en todo momento la plena y libre administración de sus bienes, al
tiempo que omite cualquier mecanismo destinado a producir un reparto de las
ganancias que obtengan los cónyuges durante la vigencia del matrimonio; y la
participación en los gananciales en su variedad crediticia, régimen introducido en
1993, que durante la vigencia del matrimonio considera a los cónyuges como
separados de bienes para efectos de su administración, para luego, al momento
de su terminación, corregir el desigual incremento patrimonial que hubieren
experimentado durante su matrimonio por vía de establecer la existencia de un
crédito en beneficio de uno de los cónyuges en contra del otro.
Entre los señalados regímenes, especial relevancia cobra el de la sociedad
conyugal, por dos razones. En primer lugar, porque dado su carácter legal y
supletorio, presenta una prevalencia frente a los otros regímenes al momento de
celebrarse el matrimonio, sobre todo entre aquellas parejas que no cuentan con un
grado de cultura adecuado, que no disponen de acceso a información sobre las
características del régimen o a una asesoría letrada, o que no tienen la madurez
necesaria para poder discutir las consecuencias patrimoniales de la unión que se
está contrayendo, personas que son precisamente quienes conforman el grupo
más vulnerable y por tanto más necesitado de una protección adecuada. Sin
embargo, no debe olvidarse que existe una segunda razón por la cual la sociedad
conyugal es importante en nuestro ordenamiento: dentro de los regímenes
matrimoniales, la sociedad conyugal es el llamado a reflejar en el ámbito
patrimonial la comunidad de vida que se forma entre los cónyuges, debiendo en
consecuencia resaltar por su carácter solidario y protector del cónyuge que se
encuentra en una posición de debilitad, frente al predominio de la individualidad de
cada cónyuge que supone la separación de bienes y a las dificultades prácticas de
aplicación que han hecho del régimen de participación en los gananciales un
experimento fallido.
Pues bien, la sociedad conyugal desarrolla estos fines de manera poco
satisfactoria, pues al hacerlo compromete otros bienes que deben ser tutelados
por nuestro ordenamiento, como son la igualdad entre los cónyuges y la
protección de la individualidad de cada uno de ellos: en efecto, la actual regulación
desarrolla los fines comunitarios antes señalados sacrificando los intereses de uno
de los cónyuges (la mujer) quien por el hecho del matrimonio bajo este régimen
quedará privada de la administración de sus bienes propios (la cual quedará
radicada en su marido) y se verá impedida de poder administrar los bienes
sociales, aun cuando exista acuerdo de los cónyuges en este sentido, salvo en los
casos calificados previstos en los artículos 138 y 1758 del Código civil. Frente a
esta situación, el derecho que confieren a la mujer los artículos 150, 166 y 167 del
Código civil, en orden a tener un patrimonio reservado, no sujeto a la
administración del marido, no puede ser considerado suficiente, sobre todo porque
las complejidades propias del régimen generan incertidumbre entre los terceros
quienes, al no poder determinar fácilmente a cuál de los diversos patrimonios
pertenece el bien que será objeto de un acto o contrato, simplemente tenderán a
exigir indistintamente la comparecencia del marido, con el fin de resguardar su
validez. Ciertamente, las reglas expuestas resultan sumamente cuestionables
frente a los imperativos constitucionales e internacionales reconocidos por el país,
razón por la cual no es de extrañar que su conformidad fuera desafiada en el
sistema interamericano de derechos humanos, contexto en el cual el Estado de
Chile se comprometió el año 2007 en virtud de un Acuerdo de Solución Amistosaa
revisar su normativa interna. Considerando estos antecedentes, no podemos sino
concluir que la reforma de la sociedad conyugal es un tema de primera
importancia, que debe ser afrontado por el legislador a la brevedad, resultando
sumamente criticable la lentitud con que se ha buscado una solución a esta
situación.
Las propuestas que han sido sometidas a tramitación ante el Congreso por parte
del Ejecutivo han buscado la creación de un régimen que logre el cumplimiento de
tres objetivos, cuales son la igualdad ante la ley de marido y mujer, la plena
capacidad jurídica de ambos cónyuges, y la protección económica del cónyuge
que se ha dedicado al cuidado de los hijos o del hogar o que ha trabajado en
menor medida de lo que hubiese querido o podido por estas causas, pudiendo
caracterizarse este régimen como una reforma al actualmente existente,
centrándose el elemento igualitario en la libre designación de aquel de los
cónyuges que tendrá la calidad de administrador de la sociedad conyugal y en el
hecho que, a falta de designación, la administración sea conjunta, al tiempo que
los bienes propios de cada cónyuge son administrados por sus respectivos
propietarios.
Sin perjuicio de las buenas intenciones que inspiran el proyecto, éste adolece de
serias falencias. Por lo pronto, la necesidad de que exista un administrador de la
sociedad parece ser una medida que pugna con el respeto de la individualidad de
cada uno de los cónyuges, circunstancia que, atendido el bien jurídico que se ve
comprometido, no puede ser salvada por la mera referencia a la existencia de un
acuerdo en orden a cuál de ellos desarrollará esta función. Frente a esta
circunstancia, resulta aconsejable su revisión y reemplazo por un sistema de
administración conjunta o indistinta, conservando en el segundo caso las reglas de
autorizaciones destinadas a proteger los bienes de mayor significación económica.
Sin embargo, lo que parece más problemático en el proyecto es la subsistencia del
patrimonio reservado: con la finalidad de proteger a la mujer, el actual proyecto lo
contempla única y exclusivamente para aquellos casos en que el marido sea el
administrador de la sociedad, con lo cual es esperable que en la práctica se
mantenga en esencia el mismo régimen vigente hasta el momento. Como
contrapartida, en aquellos casos en que esta posición la ocupe la mujer, el marido
no contará con ningún mecanismo que le permita administrar los bienes que
adquiera durante el matrimonio, generándose una nueva suerte de incapacidad,
esta vez en perjuicio del hombre66. Finalmente, nos parece que el proyecto yerra
al pretender solucionar los problemas de administración por vía de mantener
instituciones cuestionables frente a las exigencias que impone el reconocimiento
de una solidaridad familiar y una efectiva comunidad de destinos entre los
cónyuges, lo cual queda bien reflejado en la subsistencia de la figura de la
renuncia a los gananciales que puede hacer el cónyuge no administrador.

3. Cuidado personal: la corresponsabilidad parental


En el Derecho chileno las relaciones entre padres e hijos tienen dos esferas de
regulación, diferenciándose por un lado el aspecto personal (que corresponde al
cuidado personal) y por otro el patrimonial (la patria potestad), de manera que se
mantiene hasta el día de hoy una división que no se justifica y que ha sabido
resistir las diversas reformas en materia de familia como un resabio legislativo,
hecho que ha sido criticado por la mayoría de la doctrina. En este sentido, se ha
señalado por el profesor Álvarez que "la separación que se mantiene en nuestra
ley entre autoridad paterna y patria potestad, reguladas en títulos distintos y como
instituciones diversas, carece hoy de justificación.
En efecto, la división actual no se funda en una cuestión de contenidos ya que
éstos se entrecruzan en forma permanente, sino que tal escisión arranca del
hecho de que el padre o madre legítima tiene respecto de su hijo tanto autoridad
paterna como patria potestad, mientras que el padre o madre natural sólo tiene la
primera, careciendo de la segunda".
Como puede apreciarse, esta división carece en la práctica de sentido, puesto que
supone la posibilidad de división del ejercicio de los derechos concernientes a la
relación paterno-filial entre los progenitores. Es sobre la base de esta división que
nuestra doctrina se ha encargado de definir la autoridad paterna con exclusión de
la patria potestad, señalando que se trata del conjunto de derechos funciones de
carácter personal, reservando el concepto de patria potestad para los que revisten
connotación patrimonial, cuestión que a raíz de su indeterminación puede resultar
problemática al momento de analizar el cuidado personal, puesto que el artículo
224 CC, tal como señala la profesora Schmidt, alude a un deber de carácter
genérico, que comprende en términos generales a todos aquellos que
corresponden a los padres frente a los hijos.
En Chile el sistema del cuidado personal se regula en el Título IX del Libro I del
Código civil, entre los artículos 222 y 242, disposiciones que se ven
complementadas por la Ley N° 16.618 (ley de menores) y la antes mencionada
Ley N° 19.947, que hace mención al cuidado personal cuando regula el contenido
mínimo que debe tener el acuerdo regulador en los casos de nulidad, separación y
divorcio. En cuanto al concepto de cuidado personal, se ha dicho por la doctrina
que éste no se puede delimitar claramente, pudiendo a lo más decirse que se
relaciona con la idea de qué progenitor convive con los hijos, sin determinar
mayoritariamente los derechos, deberes y limitaciones que ello conlleva75.
Sin embargo, esta situación se ha visto alterada por la Ley N° 20.680, normativa
que poniendo énfasis en el interés superior de los niños, incorpora en nuestro
Derecho el concepto de "corresponsabilidad parental", en virtud del cual "ambos
padres, vivan juntos o separados, participarán en forma activa, equitativa y
permanente en la crianza y educación de los hijos" (art. 224 inc. 1° CC), en
términos tales que parece restringir el antiguo concepto de cuidado personal a un
elemento más bien de carácter material, referido a quien vivirá de manera regular
con el niño y lo tendrá bajo su cuidado directo. En efecto, frente a este concepto
de cuidado personal, la corresponsabilidad aparece como un término amplio, que
exige un involucramiento directo y continuo de ambos padres en la crianza del
hijo, el cual abarca desde el derecho-deber que tiene cada padre de definir cómo
será criado su hijo y qué valores serán transmitidos en un ambiente de cariño y
que al mismo tiempo incentive su desarrollo intelectual, hasta la toma de
decisiones sobre su enseñanza, comprendiendo tanto aspectos académicos como
los sociales, incluyendo el saber compartir, el ser sociable, respetuoso, honesto y
tolerante. Estos derechos y deberes propios de la relación paterno-filial son tan
fuertes, que no es de extrañar que autores modernos pongan énfasis en su
carácter indisoluble.
Ciertamente, la afirmación de este principio de corresponsabilidad parental
presenta importantes ventajas, partiendo por el hecho que obliga a ambos
progenitores a involucrarse de manera activa en la crianza del niño, haciéndolos
también responsables de tomar las decisiones que le conciernan, pensando
siempre en su mayor beneficio; a lo cual se suma el hecho que su propio ejercicio
fomenta los vínculos paterno-filiales en virtud del contacto permanente, lo cual
disminuye el impacto psicológico que sufre el hijo o hija como consecuencia de la
ruptura de la relación de sus progenitores. Finalmente, desde la perspectiva de los
padres, se puede afirmar que la corresponsabilidad contribuiría no sólo a hacer
efectivo el principio de la igualdad ante la ley, al desarrollar una efectiva igualdad
parental, sino que también permitiría crear una sociedad más igualitaria, al
cambiar el paradigma ancestral bajo el cual se piensa que, una vez producida la
separación, los hijos e hijas deben ser criados por la madre, limitándose el padre a
desempeñar un rol de proveedor a través del pago de las obligaciones
alimenticias.
Ahora bien, en lo concierne propiamente al cuidado personal, la nueva Ley N°
20.680 no altera la regulación vigente hasta junio de 2013 en lo relativo a la
existencia de los tres mecanismos de atribución, distinguiéndose todavía entre una
vía convencional, legal y judicial. Por el contrario, como analizaremos a
continuación, lo que sí sufrió una profunda reforma son los elementos
considerados por la regla de atribución legal y los criterios conforme a los cuales el
juez debe resolver una contienda que verse sobre la atribución del cuidado
personal.
La primera de las reformas señaladas afectó a la regla de atribución legal del
cuidado personal, que hasta junio de este año disponía que, en caso que los
padres vivan separados, el cuidado personal corresponderá a la madre (art. 225
inc. 1° CC), siendo reemplazada por el nuevo inciso 3° del artículo 225 CC,
conforme con el cual "A falta del acuerdo del inciso primero, los hijos continuarán
bajo el cuidado personal del padre o madre con quien estén conviviendo". Para
poder comprender el sentido de esta modificación, es necesario exponer los
motivos sostenidos por los adherentes de la regla de atribución preferente en
beneficio de la madre y los argumentos desarrollados por quienes la rechazan.
En apoyo de la regla vigente hasta junio de 2013, se ha dicho que ésta no haría
sino constatar un hecho natural, como es el apego existente entre aquel de los
progenitores que engendra y el hijo, destacándose en este sentido que, mientras
la paternidad puede ser social o incluso inexistente, la maternidad es un vínculo
natural y necesario. Como correlato de esta situación, ahora desde la perspectiva
social, la realidad chilena demuestra que al ocurrir un quiebre en la relación de
pareja, se encuentre ésta basada en el matrimonio o en una unión de hecho, es la
madre quien asume el cuidado de manera inmediata, al permanecer junto a sus
hijos. Esta situación se ve extremada en el caso de las familias monoparentales,
donde habitualmente la única figura presente será la madre. Acorde con lo
expuesto, al reconocer la ley chilena este hecho estaría evitando la judicialización
de los conflictos, puesto que determina una atribución que se produce de manera
inmediata, sin que exista una "zona gris" o un vacío al momento del quiebre, en la
espera que los padres resuelvan sus conflictos personales.
Por otro lado, quienes criticaban esta solución esgrimían que era inconstitucional,
debido a que contiene un elemento discriminatorio, porque, por un lado, se
encasilla a la mujer en un rol de cuidadora, relacionado con una visión tradicional
que la pone al cuidado de los hijos; al tiempo que afectaba los intereses del padre,
quien se ve privado de la posibilidad de ejercer el cuidado personal por cuestiones
ajenas a sus capacidades e idoneidad. Dentro de la doctrina chilena, una de las
exponentes más claras de esta tendencia fue la profesora Lathrop, quien abogaba
por la inconstitucionalidad del artículo 225 inc. 1° CC, bajo los siguientes
argumentos: a) su falta de idoneidad, por cuanto no satisface al interés superior
del niño como interés constitucional preferente; destacándose además el hecho
que tampoco es consecuente con su rol de regla supletoria, por cuanto esas
reglas reproducen el supuesto arreglo a que habrían llegado los padres antes del
conflicto; b) su falta de proporcionalidad, por cuanto existen otros medios idóneos
para evitar que las partes lleguen a los tribunales, sin que sea necesario sacrificar
el principio de la igualdad de los padres; c) finalmente, porque sacrifica la igualdad
del padre, sin cumplir con el test de razonabilidad, ni de proporcionalidad,
infringiéndose por esta razón el artículo 19 N° 2 y los tratados sobre igualdad de
género suscritos por Chile. Como consecuencia de lo expuesto, la regla no sólo
afectaría al padre, sino también a la madre, dado que se estaría alterando la
igualdad material de la mujer al estereotiparse los roles de la familia, toda vez que
el diseño responde a un modelo donde el padre es el proveedor y la madre la que
se queda al cuidado de los hijos.
Con la finalidad de propiciar una revisión de estas reglas, con fecha 29 de junio de
2010 ingresó a la Cámara de Diputados el Boletín N°7007-18, que sería
posteriormente refundido con el Boletín N° 5917-18, antecedente de la Ley N°
20.680. En lo que concierne a la regla de atribución legal, el proyecto fue objeto de
modificaciones, defendidas y criticadas desde la doctrina, pasando desde la
conservación de la regla legal con el carácter de atribución provisoria del cuidado
personal a la madre (basada en el deseo de la Cámara de Diputados de evitar la
judicialización de los conflictos familiares), hasta arribar a la regla adoptada por el
Senado, que confería provisoriamente el cuidado personal a la persona con quien
resida el niño o niña, se trate de uno de sus padres o de un tercero, sujeto a un
control judicial.
La disparidad de criterios entre ambas Cámaras obligó a la formación de una
Comisión Mixta, la cual resolvió, siguiendo el criterio del Senado, atribuir el
cuidado personal a aquel de los padres con quien el niño esté conviviendo, en una
solución que no ha estado exenta de críticas, las cuales miran a lo desacertado de
utilizar una expresión propia del ámbito de la regulación de las uniones de pareja;
a que se trataría de una regla que exacerba el conflicto familiar, pues crearía un
incentivo para expulsar al otro padre del hogar común a fin de conservar el
cuidado personal de los hijos; a que crearía situaciones de inseguridad jurídica
para el niño, dada la imposibilidad en que se encuentran los terceros de poder
saber a ciencia cierta con quién éste convive; y a que, dada la realidad social
chilena, de manera encubierta y bajo un lenguaje neutro desde la perspectiva de
género se estaría manteniendo el privilegio materno.
Por otro lado, la segunda de las reformas introducidas por la Ley N° 20.680 mira a
los criterios que permiten definir la atribución judicial del cuidado personal.
Conforme a la legislación anterior, y dada la regla de preferencia materna, la
atribución judicial operaba sobre todo en aquellos casos en que el padre quisiera
revertir la atribución legal, por existir motivos que hagan inhábil a la madre para
ejercer el cuidado personal, conforme a lo dispuesto en el entonces inciso 3° del
artículo 225 del Código civil, en relación con el artículo 42 de la Ley N° 1 6.61 884.
Nuestro legislador, dejando de lado esta regla por considerarla discriminatoria y
contraria al interés superior del niño, derogó la preferencia con que contaba la
madre, poniendo a ambos padres en un pie de igualdad al momento de discutirse
judicialmente la atribución del cuidado personal (art. 225 inc. 4° CC), debiendo el
juez fundar su decisión en el interés superior del niño, considerando los criterios
establecidos en el artículo 225-2 CC85 y sin poder resolver únicamente
considerando la capacidad económica de los padres (art. 225 inc. 5° CC).
Finalmente, en la línea de propender a una efectiva corresponsabilidad parental y
de flexibilizar el rigor que supone la existencia de una regla de atribución legal a
favor de uno de los padres, nuestro legislador reconoció la figura del cuidado
personal compartido, caracterizándolo en el artículo 225 inc. 2° como "un régimen
de vida que procura estimular la corresponsabilidad de ambos padres que viven
separados, en la crianza y educación de los hijos comunes, mediante un sistema
de residencia que asegure su adecuada estabilidad y continuidad". Hasta la
entrada en vigencia de la Ley N° 20.680, si bien la figura gozaba en el país de
reconocimiento doctrinal y cierto respaldo jurisprudencial, no resultaba del todo
indubitada su procedencia, razón por la cual consideramos que la importancia de
la reforma radica precisamente en el expreso reconocimiento de la figura y en el
valor simbólico que tiene su afirmación legislativa, como un modelo de
parentalidad integrador después de la ruptura. Sin embargo, su aplicación en la
práctica estará condicionada a la efectiva existencia de un acuerdo entre los
padres, procediendo en consecuencia solamente como una forma de atribución
convencional del cuidado personal (art. 225 inc. 1° CC), encontrándose
imposibilitado el juez de imponer este régimen como una modalidad de cuidado
personal definido por una sentencia.
Sin perjuicio de las ventajas que son atribuidas a este régimen, expresadas en el
hecho que favorecen la continuidad de los vínculos familiares, y que hacen de la
ruptura de la relación de pareja entre sus padres un evento menos traumático para
los niños, debemos destacar el hecho que se trata de una institución no exenta de
críticas, las cuales han considerado, por ejemplo, la situación de inestabilidad en
que queda el niño (el llamado "síndrome de niño mochila"), con su consecuente
agotamiento provocado por la falta de pertenencia o raíces a un lugar89; así como
el hecho que su implementación, sin contar con la anuencia de los padres,
aumentaría los juicios motivados por los desacuerdos en la toma de decisiones
relativas a los hijos. Por esta razón, resulta elogiable la prudencia con que actuó el
legislador nacional, quien supeditó su aplicación a la existencia de un acuerdo
entre los padres, excluyéndose la posibilidad de que sea decretada por el juez.
Por su parte, en lo que concierne a la esfera patrimonial de la relación paterno-
filial, expresada en la patria potestad, la Ley N° 20.680 introdujo también
importantes modificaciones destinadas a reforzar la igualdad entre los padres: de
esta forma, en el caso que los padres vivan juntos, se reemplazó la regla que
confería a falta de acuerdo la patria potestad al padre (antiguo art. 244 inc. 2° CC),
por un sistema de ejercicio conjunto para todos los actos que no sean de mera
conservación, quedando estos últimos sometidos a un ejercicio indistinto (art. 244
inc. 2° y 3° CC). En caso de desacuerdo entre los padres, o cuando uno de ellos
esté ausente, o impedido, o se negare injustificadamente a prestar su
consentimiento para la realización de este acto, se requerirá autorización judicial
(art. 244 inc. 3° CC).
En aquellos casos en que los padres viven separados, la patria potestad
solamente podrá ser ejercida de manera conjunta cuando se haya acordado un
régimen de cuidado personal compartido (art. 245 inc. 1° CC): en todos los
restantes casos, corresponderá su ejercicio a aquel de los padres que tenga el
cuidado personal del niño, a menos que medie una resolución judicial que la
confiera al otro o que establezca un ejercicio conjunto (art. 245 inc. 2° CC). Como
puede apreciarse, la aplicación de esta regla no provocará mayores
inconvenientes en el caso que el cuidado personal sea atribuido por medio de un
acuerdo o de una resolución judicial, dado que en ambos casos deberá ser
subinscrito al margen de la inscripción de nacimiento del niño. Por el contrario,
cuando sea la ley quien atribuya el cuidado personal (art. 225 inc. 3° CC) se
reproducirán los mismos problemas que existían bajo la legislación anterior91,
habida consideración que los terceros no tienen por qué saber si los padres viven
o no separados, ni mucho menos con cuál de ellos efectivamente convive el niño,
lo cual llevará indudablemente en la práctica a que se solicite la autorización de
ambos padres para la realización de aquellos actos que, no siendo de mera
conservación, afecten el patrimonio del hijo.

III. Desafíos futuros del Derecho de familia en Chile


Una vez analizados cuáles son los principales desafíos que enfrenta actualmente
el Derecho de familia en Chile, nos interesa exponer sobre dos cuestiones que, si
bien han sido de objeto de debate a nivel ciudadano, todavía no se han reflejado
en iniciativas legales concretas: nos estamos refiriendo al reconocimiento y
protección de las familias ensambladas y al matrimonio igualitario, temas que
ocuparán las últimas páginas de este artículo.
Reconocimiento y protección de las familias ensambladas Como señalamos al
inicio de este trabajo, una de las reformas más importantes que ha experimentado
el Derecho de familia chileno fue la introducida por la Ley N° 19.585, que inspirada
en la plena vigencia del principio de igualdad, eliminó las diferencias hasta ese
momento existentes en cuanto a las categorías de filiación y supuso un importante
avance en el reconocimiento y protección de todas las familias ante la ley. Sin
embargo, más allá de este importante avance, su aprobación tuvo un paradójico
efecto en lo que concierne a las familias ensambladas, expresado particularmente
en el reformado artículo 228 CC, disposición conforme a la cual "La persona
casada a quien corresponda el cuidado personal de un hijo que no ha nacido de
ese matrimonio, sólo podrá tenerlo en el hogar, con el consentimiento de su
cónyuge". Como bien puede apreciarse, se trata de una regla que, con el objeto de
privilegiar el matrimonio, confiere un derecho absoluto al marido o a la mujer, que
le permite repeler al hijo de su cónyuge del hogar común, solución legislativa que
implica un menosprecio por la relación paterno-filial generada al alero de una
realidad familiar anterior (matrimonial, de convivencia o uniparental), que afecta
severamente tanto el interés superior del niño, como el derecho de éste a
desarrollar una vida familiar con sus padres, reconocidos en los artículos 3 y 9.1
de la Convención sobre los Derechos del Niño.
Ciertamente, si bien resultaba esperable que la señalada regulación no fuera
aplicable, atendido el hecho que muy probablemente el ejercicio de ese derecho
por parte de uno de los cónyuges desencadene una crisis en la relación de pareja,
no dejaba de resultar simbólica su permanencia en la legislación chilena, que
parecía todavía concebir la compleja red de roles y círculos que subyacen a la
familia ensamblada, estructurada bajo la lógica de la sustitución o de la
complementariedad de funciones96, como un imposible. Afortunadamente, esta
situación fue reformada: una de las novedades de la Ley N° 20.680 fue la
derogación de esta disposición.
Se trata de un importante y significativo primer paso en orden a reconocer a la
familia ensamblada como una realidad actualmente existente en la sociedad
chilena, que presenta sus propias características y demanda la existencia de
reglas de protección acordes a ellas. Sin embargo, es todavía deseable en el
futuro un mayor desarrollo legislativo, que incorpore reglas destinadas a proteger
el interés del niño ante las situaciones de crisis que esta familia pueda afrontar,
permitiéndole por ejemplo mantener una relación directa y regular con su padre o
madre afín y eventualmente poder demandar alimentos, si la ruptura implica un
detrimento en su calidad de vida. Sin embargo, en la actualidad no se percibe un
genuino interés por legislar sobre la paternidad social, y su efectivo
reconocimiento se ve ciertamente complicado por la revalorización del
iussanguinis como elemento determinante en las relaciones paterno-filiales,
debido al influjo del derecho a la identidad. Finalmente, no ha de descartarse que
la reticencia a regular esta materia diga relación con su posible conexión con otra
problemática, la referida a la homoparentalidad.

2. Matrimonio igualitario
Desde su promulgación en 1855, el Código civil chileno contiene una definición de
matrimonio en su artículo 102, que incorpora la diferencia de sexos entre sus
contrayentes como de uno de los elementos que permite definir la institución, en
términos tales que la doctrina ha entendido se trata de un elemento de la esencia
de este contrato, cuya ausencia implicará la inexistencia del matrimonio.
Considerando la evolución de la problemática en el Derecho comparado, el tema
sería retomado durante la discusión de la nueva ley de 2004, donde al menos en
dos oportunidades nuestros legisladores discutieron sobre la admisibilidad de esta
nueva figura por parte del ordenamiento jurídico chileno: cuando se trató de
determinar su procedencia de cara a la nueva regulación matrimonial que se
estaba creando, momento en que se descartó la aprobación de una regla especial,
por considerarse que se trataba de una precisión innecesaria, habida
consideración la definición vigente de matrimonio; y al momento de determinar los
efectos que el ordenamiento jurídico chileno reconocería a los matrimonios entre
personas del mismo sexo celebrados válidamente conforme a la legislación de un
país extranjero, instancia en que se acordaría la inclusión del actual artículo 80 de
la Ley N° 19.947, el cual exige la diferencia de sexos entre los contrayentes a fin
que este matrimonio pueda desarrollar sus efectos en Chile. A partir de esa fecha,
se presentarían por congresistas de derecha sucesivos proyectos de reforma
constitucional, destinados a incorporar en la carta fundamental la diferencia de
sexos como uno de los elementos que definen al matrimonio, en el contexto de
protección de la familia; y un único proyecto por parte de congresistas de
izquierda, destinado a cambiar la definición legal de matrimonio, a fin de eliminar
la diferencia de sexos como uno de sus requisitos esenciales. Sin embargo,
ninguna de las señaladas iniciativas legales sería siquiera objeto de discusión
parlamentaria, manteniéndose la situación legislativa descrita de forma inalterada.
Por su parte, la judicialización del debate sobre el matrimonio igualitario se
produciría en Chile como consecuencia de la interposición de una acción
constitucional de protección patrocinada por abogados vinculados al Movimiento
de Integración y Liberación Homosexual (MOVILH) en representación de cuatro
parejas de personas del mismo sexo, a quienes se les impidió, o bien iniciar los
trámites destinados a la celebración de su matrimonio conforme a la ley chilena, o
bien inscribir ante el Servicio de Registro Civil e Identificación su unión matrimonial
celebrada válidamente ante una jurisdicción extranjera, fundado en el carácter
arbitrario que tendría la actuación de la funcionaria del servicio requerido, que
lesionaba a juicio de los recurrentes el derecho a la igualdad ante la ley
reconocido en el artículo 19 N° 2 CPol. El Servicio requerido solicitó el rechazo de
la acción intentada, argumentando que el actuar de la oficial civil se encontraba en
perfecta concordancia con la normativa legal vigente, de forma que mal podría
hacerse un juicio de reproche (arbitrariedad) a su actuación. La Corte de
Apelaciones de Santiago, conociendo de estas alegaciones, advirtió que la
determinación de la arbitrariedad en el caso concreto suponía un pronunciamiento
respecto de la constitucionalidad de las normas legales que justificaban el actuar
del servicio público requerido: por esta razón, como medida para mejor resolver,
solicitó al Tribunal Constitucional un pronunciamiento sobre la constitucionalidad
del artículo 102 del Código civil (el artículo 80 de la Ley N° 19.947 no fue objeto
del requerimiento).
En este marco se dictó por el Tribunal Constitucional la sentencia de 3 de
noviembre de 2011, cuyo voto de mayoría resuelve rechazar el requerimiento por
una razón que, a primera vista, parece eminentemente formal, como es su
carácter inidóneo para reformular el contenido de toda una institución. Sin
embargo, más allá de esta primera impresión, creemos que el correcto
entendimiento de esta decisión supone considerar un elemento sustantivo
fundamental, como es la comprensión del rol que le corresponde a esta
magistratura en un sistema democrático. ¿Qué otra razón llevaría al Tribunal a
resolver el rechazo del requerimiento por este motivo, después de haber declarado
su admisibilidad formal por medio de otra resolución? ¿Qué otra razón explicaría
que los miembros del Tribunal que concurrieron al voto de mayoría, rechazando el
requerimiento por razones formales, hayan redactado extensas prevenciones,
dando cuenta de sus concepciones sobre las exigencias que plantea el principio
de igualdad, sobre la protección constitucional de la familia y sobre la posición
institucional del matrimonio en el sistema chileno?
Por estas razones, consideramos que la clave para entender el razonamiento del
voto de mayoría del Tribunal se encuentra en el considerando séptimo de la
sentencia, donde los Ministros, después de haber reconocido que la regulación del
matrimonio es un asunto entregado por la Constitución al legislador
(considerandos quinto y sexto), descartan la existencia de una exigencia
constitucional en orden a dotar a esta institución de un determinado contenido: la
regulación del matrimonio queda entregada institucionalmente a aquel órgano que
cuenta con una mayor legitimación política para adoptar esta decisión, como es el
legislador. Así, se señala en el considerando séptimo: "Que, a mayor
abundamiento, cabe precisar que los efectos y la regulación de las proyecciones
del matrimonio son propios de la reserva legal y no constitucional. Ello quedó en
evidencia en la discusión de la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución,
referida a la disolución del matrimonio la que, además, con posterioridad a la
entrada en vigencia de la Carta de 1980, fue aceptada y regulada bajo la forma del
divorcio vincular. Es así como las características de la discusión, referidas a la
protección y desarrollo de la misma, han podido mutar en virtud de diversas
normas de rango legal, las que han efectuado cambios en lo que atañe, por
ejemplo, al régimen de bienes, a la adopción y a la filiación, entre otros aspectos;"
Como se puede apreciar, la decisión adoptada por el Tribunal Constitucional
chileno sigue lo resuelto por la Corte Europea de Derechos Humanos en Schalk y
Kopf v. Austria y lo recientemente dictaminado por el Consejo Constitucional
francés en su Decisión 2010-92 (sentencias que son citadas en sus prevenciones
por todos los Ministros, salvo Bertelsen), presentando en el contexto de la
discusión sobre el matrimonio igualitario en Chile una importancia fundamental: la
razón por la cual se rechazó el requerimiento fue por considerarse que
corresponde al legislador definir si las parejas del mismo sexo deben o no tener
acceso al matrimonio y no por considerarse que existe una exigencia
constitucional en orden a que el matrimonio se construya considerando esta
diferencia. De esta forma, el Tribunal alteró el marco dentro del cual se estaba
desarrollando el debate, al negar uno de los puntos más férreamente sostenido
por los detractores del matrimonio igualitario, como es el que se trate de una
institución cuyo marco se encuentre previamente determinado por el constituyente.
Por esta razón, el principal efecto que sigue de la sentencia en comento es (en
principio) circunscribir la discusión sobre el matrimonio igualitario al ámbito legal,
reconociendo en el legislativo al poder competente para definir las condiciones
para acceder a la institución matrimonial, para establecer los requisitos que deben
ser satisfechos en su celebración, y para regular los efectos y proyecciones que
en el ordenamiento su celebración acarreará; en una solución que se encuentra
acorde con la primacía que debe ser atribuida a la legislatura, por su carácter
representativo, en un sistema democrático. En definitiva, la sentencia constituye
una invitación a definir la manera en que será entendida esta institución de
primera importancia social mediante un proceso deliberativo sujeto a las reglas de
las decisiones democráticas.

IV. Conclusiones
Según se ha expuesto en el presente artículo, la regulación del Derecho de familia
en Chile es una de las materias que más profundas transformaciones ha
experimentado desde la promulgación del Código civil en 1855, evolución que
avanza cada vez más hacia el reconocimiento de un verdadero Derecho de las
familias, de carácter pluralista, encargado antes de proveer protección a las
diversas formas en que esta realidad se puede expresar en la vida social, que a
trazar normativamente un modelo ideal de familia. Sin embargo, se trata todavía
de un proceso inconcluso, resultado del nacimiento de nuevas demandas de
regulación o simplemente debido al cambio de percepciones que se produce como
consecuencia de la evolución social, o del cada vez mayor influjo de los derechos
fundamentales en el ámbito del Derecho privado. Por esta razón, no es de
extrañar que en la actualidad se estén discutiendo importantes reformas, que
tocan tanto el ámbito de las relaciones de pareja (acuerdo de vida, sociedad
conyugal) como las relaciones paterno-filiales (cuidado compartido), las cuales
aparecen inspiradas por el pleno reconocimiento del principio de igualdad y por la
visión pluralista de familia antes señalada. Finalmente, se expuso acerca de dos
temas cuyo desarrollo futuro, si bien es esperable (la protección de la familia
ensamblada y el matrimonio igualitario), no puede considerarse a corto plazo, por
la existencia de fuertes resistencias a nivel político y social.
Como reflexión final, nos interesa destacar la necesaria coherencia que deben
tener todas estas reformas, tanto con los fines por ellas perseguidas, como con los
principios que inspiran esta particular rama del Derecho, a fin de poder concebir
los cambios que se van produciendo como un proceso de transformación evolutiva
que gira siempre en torno a una realidad social reconocible por las insustituibles
funciones de apoyo material y afectivo que está llamada a desempeñar en la vida
de cada persona.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“Tribunales de Familia 19.968”
TRIBUNALES DE FAMILIA LEY 19.968:

La ley de Tribunales de Familia,(19.968) promulgada el 25 de Agosto de 2004 y


publicada el día 30 de agosto del mismo año, consta de seis Títulos,cada uno de
los cuales se compone de un número específico de párrafos, ycontiene, además,
las normas transitorias necesarias para su puesta en marcha.
Para el logro de los objetivos antes señalados, ha debido concebirse
unaestructura orgánica sumamente innovadora para los tribunales de familia,
losque se crean a partir de la transformación de los actuales tribunales de
menores.
Recogiendo las tendencias modernas de organización de tribunales, los
tribunalesde familia tendrán el carácter de tribunales unipersonales de
composiciónmúltiple, lo que significa que constituirán verdaderas unidades
jurisdiccionalescompuestas por un número variable de jueces, calculado, en cada
caso, según lacarga de trabajo esperada, cada uno de los cuales detentará
separadamente lapotestad jurisdiccional plena.

TITULO I
a)Este Título regula la organización de los tribunales de familia a los que
seconcibe como una judicatura especializada, que forma parte del Poder Judicial.
Con el carácter de tribunales unipersonales de composiciónmúltiple, integrados
por el número de jueces que la ley determine para cadaterritorio jurisdiccional.
Regula, además, la organización y funcionamiento delpersonal que compone su
estructura orgánica, esto es, además de los jueces, elConsejo Técnico, el
administrador y el personal de secretaría.
b) El párrafo primero, establece algunas normas especiales relativas a losjueces
de familia. Entre otras, destaca la siguiente: existencia de un juezpresidente en
cada uno de ellos -cargo nuevo que se ejerce por orden deantigüedad de los
jueces del tribunal por períodos limitados de un año perorenovables.- Atendida la
nueva composición y organización de estos tribunales,las facultades económicas y
disciplinarias serán ejercidas por este juezpresidente.
c) Los párrafos segundos, tercero y cuarto de este Título I, se refieren alConsejo
Técnico, al administrador y a los oficiales de Secretaría, respectivamente.
Cada Tribunal de Familia tendrá un Consejo Técnico, que constituye un cuerpo
deasesoría especializada, compuesto por asistentes sociales y psicólogos.
Consejo asesorará al juez en la comprensión de los hechos y situaciones que
seventilen, permitiéndole tener una visión interdisciplinaria, de tanta
importanciacuando se trata de conflictos de familia.
Especial importancia reviste la creación de este órgano, indispensable para
elpleno logro de los objetivos de la jurisdicción de familia. La composición de
estecuerpo -siempre multidisciplinaria- varía en función del número de jueces
deltribunal y se establece que sus actuaciones deben ser públicas, en
concordanciacon el principio de la oralidad e inmediación presentes en esta
judicatura.
d)Con miras a garantizar un eficiente funcionamiento del tribunal y permitir a
losjueces dedicar el máximo de su tiempo a la labor propiamente jurisdiccional,
secrea la figura del administrador. Este se concibe como un auxiliar de
laadministración de justicia. Deberá contar con un título profesional del área
deadministración o finanzas, y será el encargado de la gestión administrativa
yfinanciera del tribunal.
El administrador será el superior jerárquico de los funcionarios de secretaría
deltribunal y él, a su vez, dependerá del juez presidente.
Como una consecuencia de lo anterior, el proyecto de ley se hace cargo delamplio
consenso existente en nuestra comunidad jurídica respecto de lasubutilización del
cargo de secretario del tribunal actualmente desempeñado porun funcionario
abogado. Es así como, recogiendo propuestas existentes sobre lamateria, se
elimina dicho cargo.

TITULO II
Fija la competencia de estos tribunales, concentrando en ellos el conocimiento
detodas las materias concernientes a las cuestiones de familia, con la
solaexcepción de las nulidades de matrimonio por vicios de forma y aquellas
deorden sucesorio.
Se ha estimado necesario excepcionar expresamente del conocimiento de
estostribunales las causas sobre nulidades de matrimonio basadas en la causal
deincompetencia del Oficial del Registro Civil ante quien se celebran, en atención
alas graves consecuencias sociales -de todos conocidas- que conlleva la
utilizaciónde esta norma. Sin perjuicio de lo anterior, se establece la obligatoriedad
de quelas partes resuelvan, por acuerdo directo o por decisión del tribunal de
familia,los aspectos concernientes a las condiciones económicas y personales de
la vidafutura de los hijos menores.
Les corresponde asimismo a los tribunales de familia, el conocimiento de
lascausas sobre infracciones juveniles a la ley penal, materia que en un
futurocercano será objeto de una nueva regulación a fin de adecuar nuestra
legislaciónen esta materia a la Convención sobre los Derechos del Niño.

TITULO III.
Este Título regula el procedimiento que se aplicará ordinariamente en lostribunales
de familia. Se ha dividido en cinco párrafos, a saber: PrincipiosFormativos, Reglas
Generales, Medidas Cautelares, Procedimiento Ordinario, Dela Mediación. Acorde
con los objetivos de esta judicatura y recogiendo lastendencias modernas sobre la
materia plasmadas en el Código Procesal Modelopara Iberoamérica, el proyecto
establece un procedimiento esencialmente oral,público, desformalizado y
concentrado.
a) Comparecencia de las partes. Estas podrán comparecer personalmente
sinnecesidad de patrocinio letrado. Sin embargo, si una de ellas designa
abogadopatrocinante, el juez debe ordenar que todas las demás cuenten
con la mismaasistencia. En esta materia, se adoptan medidas para
garantizar que también losintereses de los niños e incapaces se encuentren
debidamente representados.
b) Inicio del procedimiento. El procedimiento judicial se puede iniciar
pordemanda oral o escrita, siendo en ciertos casos -causas sobre
alimentos, tuicióny visitas- un requisito de procesabilidad el haber asistido
previamente amediación según se detalla más adelante. En caso de ser
oral, la demandadeberá protocolizarse en un formulario.
c) Audiencias. El resto del procedimiento deberá llevarse a cabo en
dosaudiencias sucesivas; la primera de ellas, de carácter preliminar, para
los efectosde preparar adecuadamente el juicio y provocar la conciliación
entre las partes sila causa no se ha derivado a mediación; y la audiencia
siguiente que sedenomina complementaria, cuyo objeto es que en ella se
rinda íntegramente laprueba que no se haya podido rendir con anterioridad.
d) Presencia del juez. Con el fin de fortalecer la vigencia del principio
deinmediación, se sanciona con nulidad insanable la ausencia del juez en la
prácticade las actuaciones que la ley le encomienda o la delegación no
autorizada de susfunciones.
e) Potestad cautelar. Con el objeto de posibilitar la adopción de
medidasurgentes cuando la situación lo amerite, se otorga al juez de familia
una potestadcautelar amplia, que puede ejercer tanto de oficio como a
petición de parte.
f) Oportunidad de la sentencia. En principio, el juez está obligado a
dictarsentencia en la misma audiencia en que se rinde la prueba, salvo
estrictanecesidad de decretar nuevas diligencias, caso en que deberá
fundamentar laresolución.
g) Soluciones cooperativas. Se promueve y fortalece, tanto antes comodurante
el proceso, la posibilidad de que las partes accedan a
solucionescooperativas. Para ello contarán con la ayuda de un tercero ya
sea el juez –comoconciliador- o el mediador.
Por primeravez en nuestra historia, se define y consagra normativamente la
mediación comoun sistema de resolución de conflictos no adversarial, en que un
tercero neutral, sin poder coercitivo, ayuda a las partes a encontrar por si mismas
una solución asu conflicto.
La mediación, tal cual existe en la legislación comparada, constituye unimportante
y adecuado sistema alternativo de resolución de conflictos,especialmente en
materia de familia. Esto, porque se trata de una técnica noadversarial que apunta
a que las partes involucradas puedan llegar por sí mismasa acuerdos
satisfactorios para ambas. De esta manera, se procura lograrsoluciones que
además de comprometer personal y espontáneamente a laspartes tenderán a
sentar las bases de una relación pacífica para el futuro.
El párrafo quinto del Título III establece que las causas que versen
sobrealimentos, tuición y el derecho de los padres e hijos que vivan separados
amantener una relación directa y personal, se someterán a un procedimientoprevio
de mediación. Las restantes materias podrán ser derivadas a mediaciónen
cualquier estado de la causa, hasta antes de la audiencia
complementaria,mediante resolución que pronunciará el juez, oyendo a las partes.
Sólo quedan, por principio excluidos de la mediación, los asuntos relativos
ahechos delictivos cometidos por menores de edad, maltrato de menores
eincapaces, adopciones, acciones de estado civil, interdicción, nulidad
dematrimonio y divorcio.
Se recoge los principios fundamentales que rigen el proceso demediación, tales
como, la igualdad de las partes, confidencialidad, imparcialidaddel mediador y las
normas de procedimiento aplicables cuando una causa esderivada a mediación.
Con el objeto de que la mediación sea una opción efectiva y eficaz para laspartes,
y considerando que se prevé su aplicabilidad a otros ámbitos. Dichotexto contiene
el diseño de un sistema de mediación anexo a los tribunales enmaterias de familia,
el cual equilibra razonablemente un criterio de especificidad-se trata de regular la
mediación para conflictos jurídicos en asuntos de familiaconla generalidad que
necesariamente debe tener un sistema cuyo uso interesapromover y estimular en
otro tipo de conflictos.
4. TITULO IV
En cuanto a las vías de impugnación de las resoluciones, el Título IV del
proyectoregula los recursos de Rectificación y Enmienda, Reposición, Apelación
yCasación respectivamente.
1) Específicamente, se introducen modificaciones en el tratamiento del
Recursode Apelación a efectos de guardar la debida armonía con los
principios deoralidad e inmediación que rigen en la primera instancia, de tal
manera que eltribunal adquem pueda tener también un conocimiento
inmediato y directo de loshechos más relevantes de la causa.
2) Asimismo, atendida la importancia y complejidad jurídica de las
materiassometidas al conocimiento de estos tribunales, procederá el
Recurso de Casaciónpor la causal de haberse dictado sentencia con
infracción de disposiciones legales o constitucionales o que se haya
pronunciado en un procedimiento en el que, conperjuicio del recurrente, se
hayan dejado de observar las garantías que aseguran un debido proceso.
Este recurso se regirá por las disposiciones establecidas en elTítulo XIX del
Libro Tercero del Código de Procedimiento Civil, con las modificaciones que
en el proyecto se consignan, las que, fundamentalmente,apuntan a
desformalizarlo, adaptándolo así a la naturaleza propia de los asuntosde
familia.

TITULO V
Este Título regula los procedimientos especiales que deberán
tratarsenecesariamente de acuerdo a normas específicas, a saber, la aplicación
judicialde medidas de protección de los derechos de menores de edad, la
violaciónintrafamiliar y los actos judiciales no contenciosos de familia.

TITULO VI
Por último, en un Título Final -Sexto- se recogen un conjunto de disposicionesque
modifican diversos cuerpos legales a fin de dar al proyecto la debidacoherencia y
armonía con el resto de nuestro ordenamiento jurídico.
Estamos conscientes que el logro de los objetivos que hemos planteado
significandesafíos adicionales para todos los involucrados, especialmente el Poder
Judicial -actor principal e insubstituible-. Sin embargo, nos asiste la firme
convicción deque este proyecto significa un avance sustantivo desde al menos dos
ámbitosrelevantes para la administración de justicia, esto es el mejoramiento del
accesoa la justicia de los ciudadanos, y la modernización y especialización del
PoderJudicial, elementos, ambos, insubstituibles en una política de estado para
elsector y en la que se requiere el concurso de todos los Poderes del Estado.
ESTRUCTURA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA
Para efectos administrativos, la estructura y las funciones de los nuevos Juzgados
de Familiaha seguido muy de cerca las previsiones de los Tribunales que forman
parte de la ReformaProcesal Penal, al extremo que son aplicables a los Juzgados
de Familia, en cuanto resultencompatibles, las normas del Código Orgánico de
Tribunales para los juzgados de garantía ytribunales de juicio oral en lo penal
sobre comité de jueces, juez presidente, administradores detribunales y
organización administrativa de los juzgados. Y, en lo relativo a la subrogación de
losjueces, se aplicarán las normas de los juzgados de garantía.
En efecto, a un número variable de jueces –que oscila entre 1 y 13 magistrados–
se agregan unComité de Jueces, presidido por un Juez Presidente, un
administrador y una planta deempleados u oficiales de secretaría que se
organizan en diversas unidades administrativas parael cumplimiento eficaz y
eficiente de sus funciones. Además, la ley contempla una instituciónnueva en el
marco de nuestra administración de justicia: el Consejo Técnico.
En el marco de las funciones administrativas de los nuevos tribunales la ley
establece distintosniveles de decisión en materias tales como: designación de
personal, evaluación de la gestión,calificación del personal, administración de
recursos financieros, etc.
El nivel superior de decisión estará a cargo de un Comité de Jueces, presidido por
un JuezPresidente a quien se le asignan funciones específicas de decisión y
coordinación, además derelacionarse directamente con el Administrador de
Tribunal.
Sobre cada uno de los órganos que componen la estructura de un Juzgado de
Familia nosextenderemos seguidamente.

1.- EL COMITÉ DE JUECES


El Comité de Jueces constituye el nivel superior de decisión dentro del tribunal,
integrado por unnúmero variable de tres a cinco Jueces, dependiendo de la
dotación del juzgado.
El Código Orgánico de Tribunales asigna al Comité de Jueces las siguientes
funciones:
a) Aprobar el procedimiento objetivo y general de distribución de causas entre los
jueces delos juzgados de familia y de distribución de las causas entre las diversas
salas. Ambos debenser aprobados anualmente, ya sea por el Comité de Jueces
del juzgado a propuesta del JuezPresidente, o sólo por este último, según
corresponda.
Sin perjuicio de que a las Cortes de Apelaciones corresponde, cuando en su
jurisdicción existamás de un Juzgado de Familia, determinar anualmente las
normas que regirán para ladistribución de las causas entre los juzgados.
b) Designar, de la terna que le presente el Juez Presidente, al administrador;
c) Resolver acerca de la remoción del administrador;
d) Designar al personal del juzgado o tribunal, a propuesta de terna del
administrador;
e) Conocer de la apelación que se interpusiere en contra de la resolución del
administradorque remueva a algún empleado del juzgado o tribunal;
f) Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que le presente el juez
presidente, para ser propuesto a la Corporación Administrativa del Poder Judicial,
y
g) Conocer de todas las demás materias que señale la ley.
De acuerdo a la ley, existirá Comité de Jueces en los Juzgados de Familia en los
que sirvantres o más jueces. El Comité se conformará de acuerdo a los siguientes
criterios:
- En los Juzgados de Familia compuestos por cinco jueces o menos, el Comité
seconformará por todos ellos.
- En los Juzgados de Familia compuestos por más de cinco jueces, el Comité
secompondrá por los cinco jueces que sean elegidos por la mayoría del tribunal,
cada dos años.
Tratándose de Juzgados de Familia en que se desempeñen tan sólo uno o dos
jueces, lasfunciones recién reseñadas se distribuyen de la siguiente manera: las
indicadas en las letras b),
c), y e) corresponderán al Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva. En
tanto que, lasatribuciones definidas en las letras a), d), f) y g) quedarán radicadas
en el juez que cumpla lafunción de Juez Presidente.
Los acuerdos del Comité de Jueces se adoptarán por mayoría de votos; en caso
de empate,decidirá el voto del Juez Presidente.
2.- JUEZ PRESIDENTE
El objetivo general del cargo es velar por el adecuado funcionamiento del juzgado.
El Código Orgánico de Tribunales establece que en el cumplimiento de su función,
el JuezPresidente tendrá los siguientes deberes y atribuciones:
a) Presidir el Comité de Jueces.
b) Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial en todas las
materiasrelativas a la competencia de ésta;
c) Proponer al Comité de Jueces el procedimiento objetivo y general de
distribución decausas entre los jueces de los juzgados de familia y de distribución
de las causas entre lasdiversas salas;
d) Elaborar anualmente una cuenta de la gestión jurisdiccional del juzgado;
e) Aprobar los criterios de gestión administrativa que le proponga el Administrador
deTribunal y supervisar su ejecución;
f) Aprobar la distribución del personal que le presente el administrador;
g) Calificar al personal, teniendo a la vista la evaluación que le presente el
administrador;
h) Presentar al Comité de Jueces una terna para la designación del administrador;
i) Proponer al Comité de Jueces la remoción del administrador.
El Juez Presidente es elegido de entre los miembros del Comité de Jueces, dura
dos años en elcargo, pudiendo ser reelegido hasta por un nuevo período.
En aquellos tribunales que no cuenten con Comité de Jueces se aplicarán los
siguientes criterios:
- En los Juzgados de Familia en que se desempeñe solo un Juez, éste tendrá
lasatribuciones de Juez Presidente, con excepción de las contempladas en las
letras a) y c)precedentes. Las atribuciones de las letras h) y j) las ejercerá el Juez
ante el Presidente de laCorte de Apelaciones respectiva.
- En los Juzgados de Familia conformados por dos Jueces, las atribuciones de
Juez
Presidente, con las mismas excepciones del caso anterior, se radicarán
anualmente en uno deellos empezando por el más antiguo.
En ambos casos, además de las funciones y atribuciones antes indicadas, el Juez
Presidentedeberá realizar ciertas atribuciones inicialmente asignadas al Comité de
Jueces. Estas son:
a) Aprobar el procedimiento objetivo y general de distribución de causas entre los
jueces delos juzgados de familia y de distribución de las causas entre las diversas
salas, en su caso;
b) Designar al personal del juzgado o tribunal, a propuesta de terna del
administrador;
c) Decidir el proyecto de plan presupuestario anual para ser propuesto a la
CorporaciónAdministrativa del Poder Judicial; y,
d) Conocer de todas las demás materias que señale la ley.

3.- ADMINISTRADOR DE TRIBUNAL


El administrador es un funcionario auxiliar de la administración de justicia
encargado deorganizar y controlar la gestión administrativa de los Juzgados de
Familia.
Sin perjuicio de las demás funciones que la ley le asigne, al administrador, de
conformidad conel Código Orgánico de Tribunales, le corresponden las siguientes:
a) Dirigir las labores administrativas propias del funcionamiento del tribunal o
juzgado, bajola supervisión del Juez Presidente del Comité de Jueces.
b) Proponer al Comité de Jueces la designación de los empleados del tribunal.
c) Proponer al Juez Presidente la distribución del personal.
d) Evaluar al personal a su cargo.
e) Distribuir las causas a las salas del respectivo tribunal, conforme a un
procedimientoobjetivo y general aprobado.
f) Remover al personal de empleados, en su caso.
g) Llevar la contabilidad y administrar la cuenta corriente del tribunal.
h) Dar cuenta al Juez Presidente acerca de la gestión administrativa del tribunal.
i) Elaborar el presupuesto anual, que deberá ser presentado al Juez Presidente a
mástardar en el mes de mayo del año anterior al ejercicio correspondiente. El
presupuesto deberácontener una propuesta detallada de la inversión de los
recursos que requerirá el tribunal en elejercicio siguiente.
j) Adquirir y abastecer de material de trabajo al tribunal, en conformidad con el
planpresupuestario aprobado para el año respectivo.
k) Ejercer las demás funciones que le sean asignadas por el Comité de Jueces o
el JuezPresidente o que determinen las leyes.
Según el propio Código Orgánico de Tribunales para el cumplimiento de sus
funciones, eladministrador de tribunal se atendrá a las políticas generales de
selección de personal, deevaluación, de administración de recursos materiales y
de personal, de diseño y análisis de lainformación estadística y demás que dicte el
Consejo de la Corporación Administrativa delPoder Judicial, en el ejercicio de sus
atribuciones propias.
El Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva califica a los administradores
de tribunalesde la jurisdicción, teniendo a la vista informes que deberán emitir por
separado el Comité deJueces correspondiente y la Corporación Administrativa del
Poder Judicial.
En cada Juzgado de Familia, sin importar su tamaño, existirá un administrador de
tribunalencargado de realizar las funciones antes señaladas.
En cuanto a las exigencias para ser administrador de Tribunal, se requiere poseer
un títuloprofesional relacionado con las áreas de administración y gestión,
otorgado por una universidado por un instituto profesional, de una carrera de ocho
semestres de duración a lo menos.

4.- UNIDADES ADMINISTRATIVAS


La ley que crea los Juzgados de Familia, define las unidades administrativas que
poseerá cadajuzgado para desarrollar las tareas de apoyo a las funciones
jurisdiccionales que le son propias.
Dichas Unidades son:

A. Unidad de Sala
Esta unidad será responsable de la organización y asistencia a la realización de
las audiencias.
B. Unidad de Atención de Público
Esta unidad será responsable de otorgar una adecuada atención, orientación e
información alpúblico que concurra al juzgado, especialmente a los niños, niñas y
adolescentes, a manejar lacorrespondencia del tribunal y a desarrollar las
gestiones necesarias para la adecuada y cabalejecución de las acciones de
información y derivación a mediación.
C. Unidad de Servicios
Esta unidad será responsable de desarrollar las labores de soporte técnico de la
redcomputacional del juzgado, de contabilidad y de apoyo a la actividad
administrativa, lacoordinación y abastecimiento de todas las necesidades físicas y
materiales para la realizaciónde las audiencias.
D. Unidad de Administración de Causas
Esta unidad será responsable de desarrollar toda la labor relativa al manejo de
causas yregistros de los procesos en el juzgado, incluidas las relativas a las
notificaciones; al manejo delas fechas y salas para las audiencias; al archivo
judicial básico, al ingreso y al número de rol delas causas nuevas; a la
actualización diaria de la base de datos que contenga las causas deljuzgado, y a
las estadísticas básicas del mismo.
E. Unidad de Cumplimiento
Esta unidad será responsable de desarrollar las gestiones necesarias para la
adecuada y cabal ejecución de las resoluciones judiciales en el ámbito familiar,
particularmente de aquellas querequieren de cumplimiento sostenido en el tiempo.
A la Corte Suprema, por intermedio de la Corporación Administrativa del Poder
Judicial, lecorresponde velar por el eficiente y eficaz cumplimiento de las funciones
a que se refiere esteartículo en los tribunales de letras con competencia en familia.
Será aplicable lo dispuesto en elartículo 26 del Código Orgánico de Tribunales.

5.- LOS CONSEJOS TÉCNICOS


El proyecto inicialmente presentado por el Gobierno para crear los Tribunales de
Familiacontemplaba la existencia de un tribunal colegiado y multidisciplinario; tal
propósito no prospero.
Sin embargo, la ley se ha cuidado de establecer un Consejo Técnico en cada
Juzgado deFamilia, órgano de carácter técnico e interdisciplinario, integrado por
profesionalesespecializados en asuntos de familia e infancia.
Los Consejos Técnicos, según el Código Orgánico de Tribunales, son organismos
auxiliares dela administración de justicia, compuestos por profesionales en el
número y con los requisitosque establece la ley, cuya función es asesorar
individual o colectivamente a los jueces concompetencia en asuntos de familia, en
el análisis y mayor comprensión de los asuntossometidos a su conocimiento en el
ámbito de su especialidad.
En particular, según el artículo 5° de la Ley Nº 19.968 que crea los Tribunales de
Familia, y sinperjuicio de demás atribuciones previstas en la ley, tendrán las
siguientes atribuciones:
a) Asistir a las audiencias de juicio a que sean citados con el objetivo de emitir
lasopiniones técnicas que le sean solicitadas;
b) Asesorar al juez para la adecuada comparecencia y declaración del niño, niña
oadolescente;
c) Evaluar, a requerimiento del juez, la pertinencia de derivar a mediación o
aconsejarconciliación entre las partes, y sugerir los términos en que ésta última
pudiere llevarse a cabo;y,
d) Asesorar al juez, a requerimiento de éste, en la evaluación del riesgo a que se
refiere elartículo 7º de la ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar , y
e) Asesorar al juez en todas las materias relacionadas con su especialidad.
Además, la misma ley prevé en las normas del procedimiento ordinario ante los
Juzgados deFamilia, que durante la audiencia de juicio, el juez procederá a
adoptar las medidas necesariaspara garantizar su adecuado desarrollo, pudiendo
disponer la presencia en ellas de uno o másmiembros del Consejo Técnico.
Por otro lado, una vez practicada la prueba y previo a dictar sentencia, siempre de
conformidadcon las normas de procedimiento ordinario, el juez podrá solicitar a un
miembro del ConsejoTécnico que emita su opinión respecto de la prueba rendida,
en el ámbito de su especialidad;ella podrá ser posteriormente objeto de
observaciones por las partes.
En el procedimiento de aplicación de medidas de protección de los derechos de
niños, niñas yadolescentes, la audiencia de juicio tendrá por objetivo recibir la
prueba y decidir el asuntosometido a conocimiento del juez. En ella podrán
objetarse los informes periciales que se hayanevacuado, pudiendo el juez hacerse
asesorar por el Consejo Técnico.
Los directores de establecimientos residenciales y responsables de programas en
que secumpla una medida de protección de los derechos de niños, niñas y
adolescentes tienen la obligación de informar periódicamente acerca del desarrollo
de la misma, de la situación en quese encuentra el menor y de los avances
alcanzados en la consecución de los objetivosestablecidos en la sentencia. Para
efectos de ponderar tales informes, el juez se asesorará poruno o más miembros
del Consejo Técnico.
En el procedimiento relativo a actos de violencia intrafamiliar, la Ley Nº 19.968 ha
establecidouna nueva causal de término del procedimiento, que supone la
existencia de un acuerdo entrelas partes, se trata de la suspensión condicional de
la dictación de la sentencia, sobre la cualvolveremos posteriormente. Para ello, el
juez debe hacerse asesorar por uno o más miembrosdel Consejo Técnico,
asegurándose de que las partes estén en capacidad para negociarlibremente y en
un plano de igualdad.
El procedimiento relativo a actos de violencia intrafamiliar también puede concluir
arequerimiento de la propia víctima si su voluntad fuere manifestada en forma libre
y espontánea,con tal de que el proceso se hubiere iniciado por demanda o
denuncia de un tercero; en talcaso, el juez de familia, durante la audiencia
preparatoria y previo informe del Consejo Técnico,podrá poner término al proceso.
Cuando por alguna causal de inhabilidad –implicancia o recusación– un miembro
del ConsejoTécnico no pudiere intervenir en una determinada causa, o se
imposibilitare para el ejercicio desu cargo, será subrogado por los demás
miembros del Consejo Técnico del tribunal a queperteneciere, según el orden de
sus nombramientos y la especialidad requerida.
En tanto que, si todos los miembros del Consejo Técnico de un tribunal estuvieren
afectadospor una implicancia o recusación, el juez designará un profesional que
cumpla con los requisitospara integrar un Consejo Técnico de cualquier servicio
público, quien estará obligado adesempeñar el cargo.
Para ser miembro del Consejo Técnico, se requiere poseer título profesional de
una carrera quetenga al menos ocho semestres de duración, otorgado por alguna
universidad o institutoprofesional del Estado o reconocido por éste, y acreditar
experiencia profesional y formaciónespecializada en materia de familia e infancia
de, al menos, dos semestres de duración,impartida por alguna de tales
instituciones.
El Código Orgánico de Tribunales establece que en el procedimiento de
nombramiento demiembros del Consejo Técnico, corresponde al Comité de
Jueces o Juez Presidente, según eltamaño del tribunal, la facultad de elaborar las
ternas del caso, debiendo ser éstas resueltas porel Presidente de la Corte de
Apelaciones respectiva.
Con todo, el ingreso a los cargos de miembro de Consejos Técnicos creados en
esta ley, porlos asistentes sociales y psicólogos, que prestan actualmente
servicios en Juzgados de Letrasde Menores, en Juzgados de Letras, en Cortes de
Apelaciones o en el Programa de Violencia
Intrafamiliar adjunto a algunos de los tribunales anteriores, se rige por las normas
especialesprevistas en el articulado transitorio de la Ley Nº19.968.
ASPECTOS ADMINISTRATIVOS EN LOS JUZGADOS DE FAMILIA

1.- GENERALIDADES
En virtud de la necesidad de establecer criterios uniformes de sustanciación para
los diversostribunales que tramitan con carpeta electrónica, y en ejercicio de las
facultades económicas deque se encuentra investida la Corte Suprema, y en
conformidad a lo establecido en los artículos82 de la Constitución Política de la
República y 96 N°4 del Código Orgánico de Tribunales, sedictó y aprobó la ACTA
Nº 91-2007 , que establece los procedimientos para los tribunales quetramitan con
carpeta electrónica.
Dicho cuerpo normativo tiene aplicación respecto de todos los tribunales sujetos a
procesos dereforma, es decir, Juzgados de Garantía, Tribunales de Juicio Oral en
lo Penal, Juzgados deFamilia, Juzgados de Cobranza Laboral y Previsional,
Juzgados Laborales y Juzgados Mixtosque cuenten con Sistema Informático.
En la mencionada Acta se contienen normas generales y especiales en relación
con cada unode los tribunales sujetos a procesos de reforma, ya señalados, y
aspectos vinculados con laimplementación de Ley N°20.084, sobre
Responsabilidad Penal Adolescente.
Además de lo anteriormente mencionado, se debe tener presente el Auto
acordado de laExcelentísima Corte Suprema sobre agendamiento de audiencia en
los tribunales de familia delpaís., contenido en la Acta N°51-2008, que surge a
partir de la necesidad de regular elfuncionamiento de los Tribunales de familia, por
medio de un sistema de programación de laagenda, que uniforme las prácticas
existentes y optimice la gestión judicial para satisfaceradecuadamente los
requerimientos de los usuarios.

2.- PRINCIPIOS GENERALES


La Corte Suprema al dictar la Acta 91-2007 estimó necesario explicitar aquellos
grandesprincipios, que permiten guiar la interpretación de las cuestiones y normas
de naturalezaadministrativa, existentes en el todos los tribunales sujetos a
procesos de reforma.
En efecto, el nuevo modelo de diseño organizacional de estos tribunales, supone
unaseparación entre las funciones propiamente jurisdiccionales, y las
administrativas, y por tanto,resulta esencial clarificar la definición conceptual entre
tales ámbitos.
Los principios señalados en la Acta 91-2007 son los que se indican a continuación:
2.1.- Principio de Responsabilidad
Conforme a este principio, los funcionarios deben responder administrativamente
por elcumplimiento de sus funciones. Sin embargo para que ello ocurra en la
práctica, tales funcionesdeberán estar suficientemente explicitadas y escrituradas
a fin de que sean conocidas por elloscon la debida antelación.
Corresponde al administrador del tribunal confeccionar un plan de trabajo del
tribunal, en que sedescriban los diagramas de flujo para el cumplimiento de este
objetivo, con una claradescripción de funciones para todas y cada una de las
posiciones laborales del respectivotribunal, y que además incorpore los conductos
y canales formales de relaciones internas.
En virtud de lo anterior, no puede sancionarse al funcionario que incurra en un
error motivadopor la falta de instrucciones que rigen sus funciones o por la falta de
claridad de las mismas,debiendo en caso de conflicto dirigirse sólo a la autoridad
funcional competente en el tribunal,entiéndase el administrador, jefe de unidad,
encargados de unidad u otro tipo de supervisión existente o definida al interior del
mismo-, teniendo en consideración la orgánica estructuraldefinida por diseño
organizacional, bajo el concepto de unidad de mando.

2.2.- Principio de Legalidad y Competencia


En la práctica significa que cada órgano de un tribunal debe obrar estrictamente
en el marco desu competencia, y por tanto, debe respetar la autonomía de los
demás, lo cual se traduce porejemplo, en que los jueces no pueden atribuirse
funciones administrativas, por cuanto laadopción de decisiones directivas de
carácter administrativo compete exclusivamente aladministrador de tribunal.
Para que ocurra lo anterior, el administrador del tribunal debe tener presente que
el ámbito deacción decisional derivará directamente de la descripción de funciones
contemplada en el plande trabajo del tribunal, en el que se propenda a la
uniformidad de procesos y a la utilización derecursos tecnológicos, en cuanto ello
permita el ahorro de otros recursos.

2.3.- Separación de Funciones


La separación se traduce en que le está prohibido a los jueces disponer
instrucciones decarácter administrativo, ya sean generales o particulares, o
establecer exigencias para laadministración que importen la modificación de los
criterios establecidos por ésta.
Por su parte, al administrador del tribunal le corresponde dirigir las labores
administrativaspropias del funcionamiento del juzgado y de coordinación con otros
tribunales.

2.4.- Principio de Eficiencia


El nuevo sistema de justicia laboral se basa en la especialización y
profesionalización de laslabores administrativas de apoyo a la gestión judicial, en
virtud de lo cual, se deben desarrollarlas tareas necesarias para que la gestión del
administrador del tribunal genere óptimosresultados en el manejo de los recursos.

2.5.- Principio de Eficacia


Bajo el entendido que los procesos administrativos son instrumentales en relación
alcumplimiento de los objetivos definidos para el Tribunal, los procesos
administrativos deben serflexibles para satisfacer adecuadamente las exigencias y
admitir las modificaciones einnovaciones ulteriores que los usuarios internos y
externos demanden.

2.6.- Principio de Equivalencia de Soportes


Los nuevos juzgados de familia funcionarán bajo la modalidad de carpeta
electrónica, lo cualsignifica que la tramitación de las causas se realizarán
directamente en Sistema Informático,proporcionado por la Corporación
Administrativa del Poder Judicial, en adelante CAPJ,eliminando así, los
expedientes escritos de los juzgados de familia.
Por tanto, los actos y documentos emanados y recibidos por el Poder Judicial, y
suscritosmediante firma electrónica –forma de validación de las actuaciones de
cada usuario del tribunal-, serán válidos de la misma manera y producirán los
mismos efectos que los expedidos por escrito y en soporte de papel, luego que
sean incorporados a la carpeta electrónica.

3.- ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL


En esta materia, le corresponderá al administrador del tribunal gestionar de forma
eficiente losrecursos humanos dispuestos por ley para cada juzgado.
Lo anterior apunta a que será de competencia del administrador, organizar las
vacaciones,permisos administrativos y comisiones de servicio de los funcionarios,
y coordinar aquellarelacionada con los jueces, con la debida anticipación, para
obtener una adecuadaredistribución de las cargas de trabajo, y gestionar
oportunamente ante la CAPJ elfinanciamiento de las suplencias e interinatos de
funcionarios. Por su parte, el Juez Presidentedel Comité de Jueces, a proposición
del administrador, debe aprobar la distribución del personaldel Tribunal,
asegurando el debido funcionamiento de éste, y su normal desempeño.
Todos los puestos de trabajo deben contar con un funcionario que tenga los
conocimientossuficientes para garantizar la continuidad del servicio mediante la
realización eficiente de laslabores correspondientes. En este sentido, será
responsabilidad del administrador del tribunalformular un plan de acción que
garantice que cada funcionario esté capacitado para desarrollarmás de una
actividad o desenvolverse en más de un puesto de trabajo, para lo cual debe
definirel programa de capacitación necesario para alcanzar tal fin.
Asimismo, es responsabilidad del administrador evaluar a todo el personal a su
cargo, acorde alas directrices y metodología que se instruya para el Poder
Judicial, y resguardar la carrerafuncionaria del personal del tribunal en la provisión
de concursos, en cuanto aquél cumpla conlas exigencias propias del perfil del
cargo. En este ámbito, el juez presidente al momento decalificar al personal,
deberá plasmar sus apreciaciones objetivas de manera escrita, en casoque
existieran modificaciones a la propuesta del Administrador realizadas en las
preevaluaciones.
Por último, la Acta 91-2007 regula en forma específica cuál es la jornada de
trabajo de nuevosjuzgados, disponiendo para tal efecto, una jornada de 44 horas
semanales, distribuidas de lunesa viernes entre las 8:00 y las 16:00 horas, y los
sábados entre las 9:00 y las 13:00 horas.

4.- USO DE MEDIOS TECNOLÓGICOS


4.1.- Sistemas Informáticos
Para la tramitación de las causas se utiliza en forma exclusiva el sistema
informático,prohibiéndose en consecuencia, la existencia de registros paralelos, ni
formará carpetas oexpedientes físicos para tal efecto.
En virtud de lo anterior, los jueces y funcionarios están obligados al uso de los
dispositivostécnicos disponibles en el sistema informático, para la correcta
individualización y suscripciónde documentos asignados para su desempeño.
En relación a la seguridad de los sistemas informáticos, le corresponde a la CAPJ
la principalresponsabilidad de proveer los mecanismos que proporcionen un
control efectivo y adecuadopara el acceso a la información y seguridad en los
casos de siniestros. Para tal efecto, sedeberán adoptar las medidas de seguridad
que sean necesarias, tales como el resguardo físicodel equipamiento crítico para
otorgar los servicios a los usuarios, mecanismos de respaldospara reconstitución
de datos ante pérdidas, existencia de claves propias, perfiles y privilegios
deacuerdo a cada usuario según su rol en el tribunal, así como la capacitación de
los funcionarios.

4.2.- De las comunicaciones por medios electrónicos


Para las comunicaciones se utilizan los medios electrónicos, sea correo
electrónico, vía sistemainformático –aplicable para comunicaciones entre
tribunales-, interconexión -respecto deaquellas instituciones con las cuales se
cuente con este mecanismo-, o cualquier otro medioelectrónico idóneo.
La Acta N°91-2007 promueve en forma explícita la suscripción de convenios o
acuerdosinterinstitucionales que correspondan a nivel local y operativo,
respetando los conveniosgenerales suscritos por la Corte Suprema, para que las
comunicaciones electrónicas seanrealizadas de la forma más expedita.
Por último, para que lo anterior se realice en forma efectiva y eficiente, la unidad
funcional delTribunal que determine el administrador, debe mantener actualizado
el registro de todas lasdirecciones, correos electrónicos, números telefónicos y de
fax de los intervinientes que optenpor estas vías de comunicación, siendo de
responsabilidad de éstos actualizar sus datos en elTribunal.
Para que ocurra ello, se debe promover que todo litigante, desde su primera
solicitud ocomparecencia ante el Tribunal, individualice un medio electrónico único
de notificación con elfin de facilitar la comunicación expedita de la información de
que se trate.

4.3.- De los Registros


Los registros administrativos deben efectuarse y almacenarse por medios
electrónicos,quedando reservado para casos muy excepcionales el uso de libros o
archivadores en formatoanálogo o de papel.
En tal sentido, y conforme al artículo 19 del Acta N°91-2007, existen ciertos
registros que debenefectuarse exclusivamente en formato digital, los cuales son:
a) registro de amonestaciones y medidas del artículo 531 del Código Orgánico de
Tribunales;
b) registro de visitas ordinarias y extraordinarias de Ministros y Fiscales Judiciales
alTribunal;
c) inventario y el registro de custodia de especies, sin perjuicio de lo dispuesto en
elartículo 517 del Código Orgánico de Tribunales;
d) cuenta corriente judicial;
e) Sistema de Contabilidad Gubernamental Unificado (CGU);
f) registro de ingreso de causas y el libro de decretos económicos.
En el caso de las sentencias, se debe llevar un registro en soporte escrito de
papel, firmado yautorizado.
Por su parte, en el registro digital de cada causa se agregan cronológicamente, sin
mayoresformalidades, los antecedentes necesarios que dan cuenta de trámites o
diligencias de lascuales legalmente debe dejarse constancia durante el curso del
procedimiento. Así, a modoejemplar, se registran las resoluciones que incidan en
presentaciones o solicitudes de losintervinientes, sea que se formulen a través de
éste o por otro medio digital, electrónico oanálogo que permita su incorporación al
registro en la misma forma; los oficios de organismos o instituciones que den
cuenta de trámites cuya información sea relevante mantener; losdocumentos que
se acompañen en determinadas presentaciones o solicitudes; las constanciasde
las notificaciones realizadas; y, en general, todas las resoluciones dictadas fuera
deaudiencia, o dentro de ella, en los casos que lo disponga la ley o instrucciones
de la CorteSuprema
En materia de informes estadísticos, a partir de los registros realizados por el
tribunal, lecorresponde a la CAPJ proporcionar las herramientas necesarias para
suministrar a laadministración, los informes estadísticos concernientes al
funcionamiento jurisdiccional yoperacional del Tribunal, sean de carácter general o
especial, necesarios para la adopción demedidas tendientes al mejoramiento de la
gestión. Sin perjuicio de lo anterior, el sistemainformático del tribunal, dispone de
mecanismos para elaborar -en forma interna y propia-,informes estadísticos que
permiten optimizar la gestión del tribunal.
Cabe hacer expresa mención que, en la medida que todos los funcionarios utilicen
en formaadecuada el sistema informático, registrando toda la información relativa
a la tramitación decada causa, se podrá contar con información en mayor cantidad
y calidad, lo cual se traduciráen mecanismos y antecedentes de seguimiento y
evaluación más certeros y pertinentes.
5.- ATENCIÓN DE PÚBLICO
Conforme se señaló en el capítulo anterior, la ley que crea los Juzgados de
Familia, define lasunidades administrativas que poseerá cada juzgado para
desarrollar las tareas de apoyo a lasfunciones jurisdiccionales que le son propias.
Entre ellas se encuentra la Unidad de Atenciónde Público
Esta unidad será responsable de otorgar una adecuada atención, orientación e
información alpúblico que concurra al tribunal y manejar la correspondencia y
custodia del tribunal.
La Acta N°91-2007 señala en forma expresa los siguientes aspectos principales,
respecto delos cuales debe suministrar oportuna respuesta:
a) Estado de la causa, para la cual se debe utilizar el sistema informático,
debiendo sercomunicada verbalmente, y sólo por excepción impresa, caso en el
cual deberá existir motivofundado;
b) Audiencias Programadas;
c) Copias, preferentemente en formato digital, para lo cual la parte deberá proveer
unsoporte apropiado. En caso que se solicite por alguna persona copia del registro
de audio de laaudiencia, se debe requerir al solicitante, la entrega de un soporte o
unidad de almacenamientoelectrónico;
d) Direcciones de entidades, instituciones y organismos relacionados con el
sistema dejusticia, atingente a su jurisdicción, preferentemente preimpresos;
e) Notificaciones y citaciones;
f) Pagos y multas;
g) Patrocinio y poder, en cuanto a oportunidad y modalidad de otorgamiento;
h) Presentación de escritos. En el caso de la recepción directa en el mesón, esta
se llevaráa cabo en horario de funcionamiento de atención de público. Por otra
parte, en caso depresentación por medios electrónicos, el Administrador deberá
determinar los procedimientosrelativos a las formas de presentación, procurando –
en el caso que lo amerite-, promoveracuerdos, criterios operativos y/o incentivos
con el objeto de estandarizar los horarios para la recepción de escritos. Y;
i) Estado diario.
Por último, el mismo cuerpo normativo dispone como horario de atención de
público:
a) lunes a viernes desde las 8:00 a las 14:00 horas,
b) sábado de 9:00 a 12:00 horas.

6.- TRAMITACIÓN
6.1.- Ingreso de Causas
Las presentaciones deben ser ingresadas directamente al sistema informático.
Por otra parte, el patrocinio y poder puede ser constituido de dos formas: la
primera, ante elministro de fe del Tribunal y, la segunda, en audiencia, ante el juez
que la dirija.
6.2.- Distribución de Causas
Una vez ingresada la causa al sistema informático, se le asigna en forma
automática un RIT(Rol de Ingreso Tribunal).
La distribución de causas entre los jueces que integren el tribunal, se regirá
conforme alprocedimiento objetivo y general propuesto por el Administrador y Juez
Presidente, y aprobadopor el Comité de Jueces.
Dicho procedimiento debe garantizar la adecuada resolución de los requerimientos
presentadosy el cumplimiento oportuno y eficaz de todas las funciones que por ley
le asignan a losmagistrados, considerando para ello la naturaleza del asunto o
materia, su complejidad yurgencia, el ingreso precedente o proyectado del
Tribunal y la disponibilidad de jueces que pararesolver las solicitudes presentadas,
requieran estas audiencias, en su caso.
La Acta N°91-2007 prescribe en su artículo 35, la no radicación de causas de un
juez, durantela tramitación y hasta su conclusión, salvo norma legal en contrario,
lo cual significa porejemplo, que no puede suspenderse o reprogramarse una
audiencia por ausencia del juez queconoció original o inicialmente la causa.
Sin perjuicio de lo anterior, si por razones de eficiencia administrativa resultare
convenienteradicar en un magistrado un requerimiento determinado, en el
procedimiento de distribución decausas se debe consignar el criterio de radicación
que eventualmente se adopte, garantizandola adecuada y oportuna resolución de
las solicitudes que en ella se presenten conforme alsistema de subrogación
interna y externa contemplado en la ley o en los Autos Acordados queregularen la
materia.
Relacionado con lo anterior, el Autoacordado de la Excelentísima Corte Suprema
sobreagendamiento de audiencia en los tribunales de familia del país, contenido
en la Acta N°51-2008 prescribe que la redacción de sentencias y la resolución del
despacho diario se deberealizar concluido el horario fijado para las audiencias
programadas, salvo que la urgencia delcaso amerite su resolución inmediata.
6.3.- Solicitudes y presentaciones
Las solicitudes y presentaciones pueden ser realizadas bajo tres modalidades:
a) Aquellas recibidas por medios electrónicos: se deben tramitar directamente en
el sistemainformático, por la Unidad responsable de ello, salvo que tal proceso se
verifique automatizadamente. Para facilitar la utilización de este medio, se deberá
mantener publicado enla Página Web, el correo electrónico actualizado del
TribunalEn caso que se requiera que el Tribunal solicite algún informe, si se
dispusiere del servicio deinterconexión con la institución requerida, se deberá
enviar el oficio por medios electrónicos, solicitando la remisión de respuesta por el
mismo medio.
b) Aquellas recibidas por medios físicos: antes de ser ingresadas al sistema
informático, debe verificarse que contengan la información básica requerida para
poder ser incorporadas ala causa. A continuación serán digitalizadas e ingresadas
al sistema informático.
c) Aquellas realizadas en forma previa (mismo día) a una audiencia fijada: deben
serresueltos e ingresados en la audiencia.
6.4.- Cumplimiento de Sentencias
Ejecutoriada una resolución que pone término definitivo al proceso, se deberá
llevar a cabo elprocedimiento establecido en la ley.
En caso que se impongan multas, el administrador deberá disponer de un
procedimiento a finde garantizar el oportuno cobro y pago de las multas que se
dispongan por resoluciónejecutoriada, empleando para tal fin el módulo
computacional disponible para ello.

7.- AUDIENCIAS
Como se revisará más adelante, la ley que crea los Juzgados de Familia establece
comoprincipio rector la oralidad. Ello significa, que en el nuevo procedimiento
aplicable ante losJuzgados de Familia, todas las actuaciones procesales serán
orales, salvo aquéllas que lapropia ley ha establecido expresamente que deberán
realizarse por escrito.
En este contexto, las audiencias son la oportunidad procesal privilegiada para
realizar lasactuaciones claves del nuevo proceso.
7.1.- Programación de audiencias
La Acta 91-2007 indica que la responsabilidad de la programación y control en la
fijación de lasaudiencias, le corresponde al administrador del tribunal, y por tanto,
los jueces del tribunal nopodrán modificar la programación señalada.
Lo anterior se entiende en la medida que se respeten los criterios de
programaciónpreestablecidos, por cuanto de lo contrario el juez estará facultado
para requerir la rectificaciónde la decisión administrativa pertinente.
Para la programación de las audiencias el juez presidente, a proposición del
administrador deltribunal, deberá determinar los criterios de programación, los
cuales seguirán las siguientespautas, de acuerdo a lo señalado en el artículo 41:
a) Eficiencia en el uso de las salas, verificando además que no coincidan jueces
en más deuna audiencia a la misma hora.
b) El horario en el cual las audiencias serán realizadas y su control.
c) Los tiempos intermedios entre cada audiencia, según su clase o naturaleza.
d) Los plazos máximos legales.
e) El número de audiencias mínimas que cada Sala deberá tener programada
conformeuna distribución equitativa de la carga de trabajo asociada a ellas.
f) La urgencia o necesidad de los requerimientos de los intervinientes.
Si una audiencia programada, no se verifica por falta de notificación de las partes
u otra causa,el Juez debe resolver en esa misma oportunidad, lo pertinente para
darle curso progresivo a losautos.
En esta materia, el Autoacordado de la Excelentísima Corte Suprema sobre
agendamiento deaudiencia en los tribunales de familia del país, contenido en la
Acta N°51-2008, señala que parala programación de la agenda, se deben tener
presente los parámetros siguientes:
a) Horario. La programación de audiencias se extenderá desde las 08:30 con la
primeraaudiencia, hasta las 13.30 horas con la última audiencia programada.
b) Salas. La programación diaria de audiencias deberá siempre considerar todas
las salas delos tribunales, sin que se permita el cierre o bloqueo de ninguna de
ellas, aunque el Tribunal seencuentre de turno, en su caso. No se dejarán salas
exclusivas para la atención de audienciasinmediatas, debiendo éstas ser
distribuidas entre todas las salas del tribunal de acuerdo al flujode ingreso diario y
a la disponibilidad que se produzca en cada una de ellas.
c) Ausencia de Jueces. Las audiencias asignadas a su sala deben ser
reprogramadas el mismodía y distribuidas entre las demás salas del tribunal.
d) Sala virtual. Para la programación de audiencias de carácter urgente se utilizará
una salavirtual, cuyas audiencias serán distribuidas el mismo día entre las demás
salas.
e) Distribución horaria de audiencias. De lunes a viernes hábiles de cada semana,
seconsiderará la siguiente distribución de audiencias:
a) Medidas cautelares: a lo menos 6 audiencias, entre las 08:30 a 09:30 horas
b) Audiencias preparatorias: a lo menos 6 audiencias, entre las 09:30 y 12:30
horas
c) Audiencias de juicio: a lo menos 2 audiencias, de 12:30 a 13:30 horas
Sin perjuicio de lo anterior, la Acta N°51-2008 señala respecto de la planificación
de la agenda, que los jueces presidentes y los administradores de los Juzgados de
familia, en conformidad almencionado artículo 41, podrán establecer parámetros
adicionales que permitan dar aplicacióna los principios de eficiencia y eficacia en
la administración de la agenda acuerdos que pondránen conocimiento del Ministro
Visitador respectivo. Las Cortes de Apelaciones podrán aprobarplanes de trabajo
conjunto para los juzgados de familia de su jurisdicción.
7.2.- Preparación de Audiencias
Con el objeto de preparar adecuadamente las audiencias programadas, el día
previo, unfuncionario, que determine el Administrador, entregará un listado con la
totalidad de lasaudiencias programadas en cada Sala diariamente.
Tratándose de las audiencias de juicio, se deberá verificar además, la recepción y
ejecución detodas las gestiones decretadas en la audiencia preparatoria,
particularmente en lo relativo a losinformes solicitados a instituciones.
Asimismo, se deberán verificar las citaciones y notificaciones a los terceros y las
partesintervinientes, de modo de evitar la suspensión de audiencias por este
motivo.
La revisión y verificación de estos antecedentes se debe realizar diariamente y con
la debidaanticipación a la fecha de realización de la respectiva audiencia a través
del sistemainformático, conforme a las instrucciones impartidas por el
administrador del tribunal, con elobjeto de subsanar la omisión, en su caso.
Si una de las audiencias programadas no se pueda realizar por motivos conocidos
conanterioridad, el administrador puede acordar con los intervinientes la
posibilidad de anticiparla.
Asimismo debe verificar el cumplimiento de los horarios de programación de las
audiencias, asícomo las razones que determinan la no realización o suspensión de
ellas.
En esta materia, el Autoacordado de la Excelentísima Corte Suprema sobre
agendamiento deaudiencia en los tribunales de familia del país, contenido en la
Acta N°51-2008, señala que: “losjueces de familia se abstendrán de realizar
entrevistas a las partes, ya sea de manera conjuntao separada, en forma previa a
la realización de una audiencia, correspondiendo que se enterende los
antecedentes del caso y de las solicitudes que formularán las partes
exclusivamentedurante la audiencia. De ser necesaria aluna entrevista previa, esta
será realizada por elConsejo Técnico.
Las salas de audiencia de los juzgados deben abrir audio a la hora en que está
fijado el iniciode la audiencia del Tribunal y hasta la conclusión del horarios que se
fijó para el funcionamientodel mismo en audiencia, dejando constancia de las
razones por las cuales no se realizan lasaudiencias, o se suspenden o interrumpe
por cualquier causa. Los administradores informaránmensualmente al Ministro
Visitador de las razones por las cuales no se instalaron las salas a lahora
programada, como también de las suspensiones e interrupciones por cualquier
causa,especificando la sala y el nombre del magistrado que incurrió en ellas.
En el evento que en la audiencia programada surjan nuevas peticiones, estas se
debenresolverse de inmediato, a menos que por su complejidad impliquen la
necesidad de fijar unanueva audiencia, caso en el cual, el funcionario encargado
procederá a indicar la fecha y horaen que ésta se practicará.
7.3.- Desarrollo de la Audiencia
De acuerdo a lo dispuesto en los artículos 42, 43 y 44 de la Acta N°91-2007, se
deben cumplirlas siguientes reglas:
En el momento que la audiencia programada no se verifique por falta de
notificación de laspartes u otra causa, el Juez resolverá en esa misma
oportunidad, lo pertinente para darle cursoprogresivo a los autos.
El Administrador podrá acordar con los intervinientes la posibilidad de anticipar las
audiencias,cuando alguna de las programadas no se pueda realizar por motivos
conocidos con anterioridad; motivos que se indicarán de manera expresa en el
sistema, junto con disponer elcurso progresivo de la tramitación.
En el evento que en la audiencia programada surjan nuevas peticiones, estas se
resolverán deinmediato, a menos que por su complejidad impliquen la necesidad
de fijar una nuevaaudiencia, caso en el cual, el funcionario encargado procederá a
indicar la fecha y hora en queésta se practicará.
Durante el desarrollo de la audiencia, el o los funcionarios designados por el
Administrador delTribunal deberán:
a) Verificar el buen funcionamiento del equipo computacional y de audio de la
respectiva Sala.
b) Verificar que los intervinientes se encuentren presentes antes de la hora de
inicio de laaudiencia y deberá llamarlos a viva voz cuando se inicie ella.
c) Registrar en el sistema informático las principales actuaciones decretadas en la
audiencia yla hora de inicio y de término de la misma.
d) Operar el sistema de registro de audio.
Para la asistencia de las partes, testigos y peritos a audiencias, el Administrador
del Tribunaldebe establecer un procedimiento general y único para el adecuado
orden en el ingreso delpúblico a las salas, de acuerdo a la infraestructura
disponible y a la arquitectura del recinto.
Según lo ordenado en el artículo 48 de la Acta N°91-2007, las actuaciones
realizadas enaudiencia deben ser registradas en el sistema de registro de audio.
Para los efectos de levantar actas de lo acontecido en audiencia, el Tribunal debe
hacer usoexclusivamente de las plantillas de actas provistas por el Sistema
Informático, incorporando almismo el marcado de las nomenclaturas o hitos de la
respectiva audiencia. En caso alguno,tales actas incluirán trascripción de las
declaraciones de testigos, peritos o de las propiaspartes.
Las resoluciones que se dicten en audiencia se ceñirán a los modelos
computacionalesdisponibles en el Sistema Informático.
Con todo, la resolución que recibe la causa a prueba deberá ser trascrita en forma
íntegra.
En relación con las actas, para su confección, se deben hacer uso exclusivamente
de lasplantillas de actas provistas por el Sistema Informático. En ningún caso,
pueden contenertrascripciones de las declaraciones de testigos, peritos o de las
propias partes.
Por otra parte, las resoluciones que se dicten en audiencia se ceñirán a los
modeloscomputacionales disponibles en el Sistema Informático

8.- NOTIFICACIONES
A partir del marco legal que regula a las notificaciones, en materia de procesos
administrativosal interior del tribunal, se debe utilizar el módulo creado para estos
efectos en el respectivosistema informático.
Las notificaciones que se realizan fuera del recinto en que funciona el tribunal
generan untrabajo que es posible dividirlo en las siguientes etapas:
a) Preparación: se debe recopilar todos los antecedentes requeridos para efectuar
lanotificación, incluyendo las formalidades y contenido de las mismas, sea que se
realice por un funcionario del mismo tribunal o por un auxiliar de la administración
de justicia externo. Elcumplimiento de este cometido supone la utilización de un
único formulario que contemple losdiferentes posibles resultados de la gestión del
ministro de fe, evitando el uso de certificacionesque relaten lo obrado por él en
cada caso particular.
b) Planificación: en caso que la notificación se realice por un funcionario del
tribunal, debeplanificar la ruta de notificación que permita maximizar el tiempo y
recursos del tribunal y delpropio ministro de fe.
c) Realización propiamente tal de la notificación: en el caso de la práctica de
notificacionespersonales ordenadas por el Tribunal, se deben adoptar las medidas
tendientes a garantizar laeficacia y eficiencia de la actuación.
d) Registro: ingreso de las certificaciones del ministro de fe en el sistema
informático, y quehacen constancia de sus actuaciones.
e) Control: revisión detallada de las actuaciones y certificaciones realizadas, así
como deaquellas pendientes.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 53 de la Acta N°91-2007: “Todo litigante
será llamado,desde su primera solicitud o comparecencia ante el Tribunal, a
individualizar un medioelectrónico único de notificación con el fin de facilitar la
comunicación expedita de la informaciónde que se trate. El Tribunal llevará un
registro destinado a ello, bajo la responsabilidad elfuncionario designado por el
Administrador”.

9.- DE LOS MINISTROS VISITADORES


Corresponde a los Ministros visitadores velar por el cumplimiento de las normas
establecidas enlos “Procedimientos para Juzgados de Reforma”, verificando las
estadísticas relativas a lagestión interna, las suplencias y permisos de jueces
registrados, y el cumplimiento de loshorarios y procedimientos de los Juzgados a
su cargo, entre otras materias.
COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA

1.- ANTECEDENTES
Previo a analizar las competencias de que están dotados los Juzgados de Familia,
es necesarioprecisar ciertos aspectos, a fin de comprender en qué materias y en
qué casos están llamadosa intervenir.
En primer término, debemos consignar la diversidad de fuentes normativas en el
derecho defamilia; a diferencia de otras materias, el tratamiento que efectúa
nuestro ordenamiento jurídicoen la materia no se encuentra unificado en un solo
cuerpo normativo, sino que, al contrario, suregulación se encuentra diseminadas
en diversas leyes, códigos e inclusive disposicionesreglamentarias, lo que exige
un esfuerzo de sistematización de las mismas, para establecer conclaridad cuál
será la competencia que se adjudican los tribunales de familia.
La Ley que crea los Juzgados de Familia ha procurado sistematizar las principales
materias decompetencia de tales tribunales; sin embargo, ella debe ser
complementada con las materiasque entrega a su conocimiento, entre otras, la
Ley Nº 14.908 sobre Abandono de Familia yPago de Pensiones Alimenticias, Nº
16.618 de Menores, Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar,Nº 19.620 sobre
Adopción de Menores, la nueva Ley de Matrimonio Civil, y otras disposicionesdel
Código Civil.
En segundo término, debemos puntualizar una peculiaridad propia de los asuntos
de familia: lamayoría de los conflictos que se generan en relación a niños, niñas y
adolescentes estánrelacionados directamente con el entorno, historia y vivencias
en las que se sitúan, para cuyaresolución con anterioridad a la Ley que instituye
los Juzgados de Familia se requería quemediaran pronunciamientos de diversos
tribunales y la tramitación previa de diversosprocedimientos, muchos de ellos
coexistentes.
La reforma que se introduce en nuestra administración de justicia en materia de
familia pretendeevitar la situación recién anotada y permitir que todas las materias
concernientes a niños, niñas,adolescentes, cónyuges y patrimonio, que exista en
un contexto familiar, sean conocidas por unmismo tribunal. De ahí que las
materias de que ya conocían los Juzgados de Letras de Menoressean radicadas
en los Juzgados de Familia, los que, de otra parte, han absorbido asuntos
cuyacompetencia se encontraba antes radicada en Juzgados de Letras en lo Civil.

2.- DE LA COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA


El Título II de la Ley sobre Tribunales de Familia se aboca a la determinación de
lascompetencias que tendrán los juzgados.
En tal sentido, se entiende que sólo podrán conocer aquellas materias que están
mencionadasen el extenso catálogo que establece el artículo 8°, en el cual se
recogen todos aquellosconflictos jurídicos en los cuales es necesario el
pronunciamiento del Juzgado de Familia,sistematizando las diversas
competencias que se encuentran diseminadas en distintos cuerposnormativos que
dicen relación directa con la familia, los miembros que la componen o
laproblemática derivada del patrimonio que la conforma.
Con todo, según veremos, ante la posibilidad de haberse omitido alguna materia
en el catálogode competencias que prevé la ley, se contempla una cláusula de
reserva general, mediante lacual se admite que “toda otra cuestión personal
derivada de las relaciones de familia” seatambién de competencia de los Juzgados
de Familia.
Pasemos, entonces, a analizar sobre qué materias están llamados a conocer los
Tribunales deFamilia.
1. Las causas relativas al derecho de cuidado personal de los niños, niñas
oadolescentes.
Según nuestro legislador, toca de consuno a los padres, o al padre o madre
sobreviviente, elcuidado personal de la crianza y educación de sus hijos.
¿A quién le corresponde el cuidado de los hijos cuando los padres no viven
juntos? Si lospadres viven separados, a la madre le tocará el cuidado personal de
los hijos. No obstante, mediante escritura pública, o acta extendida ante cualquier
oficial del Registro Civil, subinscritaal margen de la inscripción de nacimiento del
hijo dentro de los treinta días siguientes a suotorgamiento, ambos padres,
actuando de común acuerdo, podrán determinar que el cuidadopersonal de uno o
más hijos corresponda al padre.
Ahora bien, señala nuestro legislador que cuando el interés del hijo lo haga
indispensable, seapor maltrato, descuido u otra causa calificada, el juez podrá
entregar su cuidado personal al otrode los padres.
Pero los Juzgados de Familia deberán también pronunciarse en otras
circunstancias. Porejemplo, en el caso de inhabilidad física o moral de ambos
padres, podrá confiar el cuidadopersonal de los hijos a otra persona o personas
competentes. En dicha elección se preferirá alos consanguíneos más próximos, y
sobre todo, a los ascendientes.
Importa recalcar que el padre o madre que no tenga el cuidado personal del hijo
no será privadodel derecho ni quedará exento del deber, que consiste en
mantener con él una relación directa yregular, la que ejercerá con la frecuencia y
libertad acordada con quien lo tiene a su cargo, o, ensu defecto, con las que el
juez estimare conveniente para el hijo, lo que se analizará másadelante.
2. Las causas relativas al derecho y el deber del padre o de la madre que no tenga
elcuidado personal del hijo, a mantener con éste una relación directa y regular.
El derecho y el deber del padre o de la madre que no tiene el cuidado personal del
hijo amantener con éste una relación directa y regular –antes denominado derecho
de visitas–, es elmedio jurídico que hace posible sostener los vínculos afectivos
entre el niño y los adultos que leson más significativos, cuando ha existido alguna
situación que provocó una separación entreéstos, o bien cuando no ha existido
convivencia alguna entre los mismos.
Este derecho está consagrado en el Código Civil, el cual establece que el padre o
madre que notenga el cuidado personal del hijo no será privado del derecho ni
quedará exento del deber, queconsiste en mantener con él una relación directa y
regular, la que ejercerá con la frecuencia ylibertad acordada con quien lo tiene a
su cargo, o en su defecto, con las que el juez estimareconveniente para el hijo. Se
suspenderá o restringirá el ejercicio de este derecho cuandomanifiestamente
perjudique el bienestar del hijo, lo cual declarará el mismo tribunal.
En cuanto a los titulares de este derecho, lo básico es entender que está
concebido en favor delniño a efectos de mantener una relación con el padre o
madre que no tiene su cuidadopersonal; la propia Convención sobre Derechos del
Niño lo señala como uno de sus derechos.
Sin perjuicio de ello, serán el padre o la madre quienes accionarán ante
Tribunales, y en talsentido será aquél que no tenga el cuidado personal del hijo
quien tendrá el derecho a solicitarmantener con éste una relación directa y regular.
Además de lo anterior, el juez, luego de oír a los padres y a la persona que tenga
el cuidadopersonal del niño, niña o adolescente, podrá conferir el derecho a
visitarlo respecto de otrosparientes.
3. Las causas relativas al ejercicio, suspensión o pérdida de la patria potestad; a
laemancipación y a las autorizaciones a que se refieren los párrafos 2º y 3º del
Título X delLibro I del Código Civil.
Bajo la denominación “De la Patria Potestad”, el Código Civil regula las
atribuciones queconcede al padre o a la madre en relación a los bienes del hijo, la
facultad de administrar susbienes y el derecho a representarlo en actos judiciales
y extrajudiciales. Jurídicamente, nuestrolegislador considera que la patria potestad
es el conjunto de derechos y deberes quecorresponden al padre o a la madre
sobre los bienes de sus hijos no emancipadosEn el derecho de familia moderno, la
patria potestad, es una institución, que tiende a remarcarel deber de los padres
con los hijos, más que su derecho sobre ellos, considerando el beneficiode los
niños, su mejor desarrollo, crecimiento, personalidad y opinión propia; además, la
madreva teniendo mayor participación en su ejercicio, debido al reconocimiento
del principio deigualdad jurídica entre hombres y mujeres.
Las causas que se vinculen con el ejercicio de la patria potestad por los padres,
así como con lasuspensión o pérdida de la misma son de competencia del
Juzgado de Familia, quien tambiénconocerá de la emancipación, esto es, de las
circunstancias que ponen término a la patriapotestad, y de ciertas autorizaciones
judiciales que requiere quien la ejerce para celebrardeterminados actos o
contratos.
La patria potestad será ejercida por el padre o la madre o ambos conjuntamente,
según loconvengan y a falta de acuerdo, al padre toca el ejercicio de la patria
potestad. En todo caso,cuando el interés del hijo lo haga indispensable, a petición
de uno de los padres, el juez podráconfiar el ejercicio de la patria potestad al
padre o madre que carecía de él, o radicarlo en unosolo de los padres, si la
ejercieren conjuntamente.
Importa señalar que en el caso de los padres que viven separados, la patria
potestad seráejercida por aquél que tenga a su cargo el cuidado personal del hijo,
salvo acuerdo o resoluciónjudicial en contrario.

4. Las causas relativas al derecho de alimentos.


Dichas causas se refieren a todo lo concerniente a la solicitud del derecho de
alimentos y lasrelacionadas con ella, tales como demandas por ampliación, rebaja
o suspensión. Asimismo,será competencia del Juzgado de Familia establecer la
forma en la que debe hacerse efectivo elpago de los mismos y adoptar las
medidas de apremio para el caso que incumplimiento de suobligación por parte del
alimentante.
En cuanto a su significado, nuestro legislador no ha definido el derecho de
alimentos y se limitaa señalar que éstos deben habilitar al alimentado para
subsistir modestamente de un modocorrespondiente a su posición social. En tal
sentido, el derecho de alimentos se puede definircomo aquél que “la ley otorga a
una persona para demandar de otra, que cuenta con los mediospara
proporcionárselos, lo que necesite para subsistir de un modo correspondiente a
suposición social, que debe cubrir a lo menos el sustento, habitación, vestimenta,
salud,movilización, enseñanza básica y media, aprendizaje de alguna profesión u
oficio” (RenéRamos Pazos).

Para estar en presencia de una relación alimentaria, es necesario que se den los
siguientesrequisitos:
a) Que exista un estado de necesidad en el alimentario, esto es, que no pueda
sustentar suvida con sus propios medios;
b) Que el alimentante tenga las condiciones para otorgarlos; y, por último,
c) Que exista un vínculo legal entre alimentante y alimentario. Por ejemplo, entre
cónyuges,así como entre padres e hijos.
Decíamos, además, que el Juzgado de Familia deberá velar por el cumplimiento la
resoluciónque ordenó el pago de alimentos y para lo cual dispone de ciertos
mecanismos, como, porejemplo, imponer al deudor como medida de apremio, el
arresto nocturno entre las veintidóshoras de cada día hasta las seis horas del día
siguiente, hasta por quince días. Esta medidapodrá ser repetida hasta obtener el
pago íntegro de la obligación.
Asimismo, es importante consignar que los Juzgados de Familia también deberán
abocarse alconocimiento de las causas que se refieran a la obtención de
alimentos en el extranjero, quetienen por finalidad facilitar a una persona que se
encuentra en el territorio de un país obtenerlos alimentos que pretende tener
derecho a recibir de otra persona, que está sujeta a lajurisdicción de otro país.

5. Los disensos para contraer matrimonio.


En nuestra legislación existen ciertos requisitos para poder contraer matrimonio.
En tal sentido,no podrá procederse a la celebración del matrimonio sin el asenso o
licencia de la persona opersonas cuyo consentimiento sea necesario.
Dichas personas podrían negarse a la celebración del matrimonio, lo que en
derecho sedenomina disenso, ya sea por la existencia de cualquier impedimento
legal; el no habersepracticado alguna de las diligencias relativas a las segundas
nupcias; que exista grave peligropara la salud del menor a quien se niega la
licencia; la vida licenciosa, pasión inmoderada aljuego, embriaguez habitual, de la
persona con quien el menor desea casarse; o haber sidocondenada esa persona
por delito que merezca pena aflictiva; o, por último, no tener ningunode los
contrayentes medios actuales para el competente desempeño de las obligaciones
delmatrimonio.
Por ejemplo, el curador y el oficial del Registro Civil pueden negar su
consentimiento para lacelebración del matrimonio de un menor y estarán siempre
obligados a expresar la causa, y, ental caso, el menor tendrá derecho a pedir que
el disenso sea calificado por el juzgadocompetente, que en este caso será el
Juzgado de Familia.
6. Las guardas, con excepción de aquellas relativas a pupilos mayores de edad,
yaquellas de los que digan relación con la curaduría de la herencia yacente y sin
perjuiciode lo establecido en el inciso 2º del artículo 494 del Código Civil.
Las tutelas y las curadurías o curatelas son cargos impuestos a ciertas personas a
favor deaquéllos que no pueden dirigirse a sí mismos o administrar
competentemente sus negocios, yque no se hallan bajo potestad de padre o
madre, que pueda darles la protección debida. Laspersonas que ejercen estos
cargos se llaman tutores o curadores y, genéricamente,guardadores.
Por nuestro legislador se han definido con precisión las diferentes especies de
guardas, comoserían la que afectaría a los impúberes, los menores adultos, los
que por prodigalidad odemencia han sido puestos en entredicho de administrar
sus bienes, entre otros; las causas queinhabilitan o excusan para ejercer estos
cargos, sus facultades administrativas, sus deberes,sus emolumentos, sus
responsabilidades.
Ahora bien, en lo tocante a la competencia de los Juzgados de Familia, lo
importante esentender que toda tutela o curaduría debe ser discernida. Se llama
discernimiento al decretojudicial que autoriza al tutor o curador para ejercer su
cargo. Para que el tribunal la autorice se requieren además de procedimientos
previos, como son, en algunos casos, el otorgamiento dela fianza o caución a que
el tutor o curador esté obligado, o bien que preceda inventariosolemne.
La ley también hace una distinción entre, por un lado, los curadores adjuntos que
son los que sedan en ciertos casos a las personas que están bajo potestad de
padre o madre, o bajo tutela ocuraduría general, para que ejerzan una
administración separada y, de otro lado, el curadorespecial, que es el que se
nombra para un negocio particular.
Precisamente, la alusión al inciso 2° del artículo 494 se refiere a los curadores
para pleito o adlitem, que serán determinados por la respectiva judicatura que
conoce del pleito, y si fuerenprocuradores de número no necesitarán que se les
discierna el cargo.
Este numeral exceptúa como competencia de los Juzgados de Familia la
curaduría de laherencia yacente, que es la que tiene lugar si dentro de quince días
de abrirse la sucesión no sehubiere aceptado la herencia o una cuota de ella, ni
hubiere albacea a quien el testador hayaconferido la tenencia de los bienes y que
haya aceptado su encargo, en cuyo caso el juez en locivil deberá nombrar a un
curador que vele por el destino de dicha herencia.

7. Todos los asuntos en que aparezcan niños, niñas o adolescentes


gravementevulnerados o amenazados en sus derechos, respecto de los cuales se
requiera adoptaruna medida de protección conforme al artículo 30 de la Ley de
Menores.
En este caso se refiere a circunstancias en las cuales un niño, niña o adolescente
puedeencontrarse en una situación en que se vean gravemente vulnerados o
amenazados susderechos, siendo necesario que el tribunal adopte alguna medida
de protección conforme alartículo 30 de la Ley de Menores.
En estos casos, así como en los previstos en el número anterior, el juez podrá
decretar lasmedidas que sean necesarias para proteger a los menores de edad
gravemente vulnerados oamenazados en sus derechos. En particular, el juez
podrá:
1) Disponer la concurrencia a programas o acciones de apoyo, reparación u
orientación alos menores de edad, a sus padres o a las personas que lo tengan
bajo su cuidado, paraenfrentar y superar la situación de crisis en que pudieren
encontrarse, e impartir lasinstrucciones pertinentes, y
2) Disponer el ingreso temporal del menor de edad en un Centro de Tránsito
oDistribución, hogar substituto o en un establecimiento residencial.

8. Las acciones de filiación y todas aquellas que digan relación con la constitución
omodificación del estado civil de las personas, incluyendo la citación a
confesarpaternidad o maternidad a que se refiere el artículo 188 del Código Civil.
El derecho a la identidad es la facultad de que goza todo ser humano a ser uno
mismo, en sucompleja y múltiple diversidad de aspectos alcanzando de esta forma
su propia identidad,suponiendo así un conjunto de atributos y calidades, tanto de
carácter biológico, como losreferidos a la personalidad que permiten precisamente
la individualización de un sujeto ensociedad. El hecho que tengamos derecho a la
identidad, implica necesariamente tener lalibertad de investigar una parte tan
esencial de ésta como lo es el origen biológico. Es por esoque se establecen las
acciones de filiación, que son aquéllas que tienen por objeto obtener elestado de
hijo y correlativamente el de padre o madre, determinando la
filiacióncorrespondiente, o bien impugnar un estado de hijo y su correlativo de
padre o madre,desplazando a las personas que detentaban una afiliación que no
era la suya. Estas accionespueden ser:
1.- Acción de Reclamación, que está destinada a que el tribunal declare la
existencia de unadeterminada filiación, es decir, la declaración del estado civil de
hijo respecto de determinadapersona y correlativamente el estado civil de padre o
madre (reglamentada en los artículos 204y siguientes del Código Civil);
2.- Acción de Impugnación, que busca que se declare inexacta una filiación ya
determinada,en otras palabras tiene por objeto que se deje sin efecto un estado
civil que se ejerce respectode determinada persona (reglamentada en los artículos
211 y siguientes del Código Civil); y, porúltimo,
3.- Acción de Desconocimiento, que busca desvirtuar la presunción legal de
paternidadestablecida por nuestro legislador (regulada por los artículos 184 y 212
del Código Civil).
Todas las acciones de filiación y, en general, relacionadas con el establecimiento
o modificacióndel estado civil de una persona serán de competencia del Juzgado
de Familia.

9. Todos los asuntos en que se impute la comisión de cualquier falta a


adolescentesmayores de catorce y menores de dieciséis años de edad, y las que
se imputen aadolescentes mayores de dieciséis y menores de dieciocho años, que
no se encuentrencontempladas en el inciso tercero del artículo 1° de la ley N°
20.084 .
Tratándose de hechos punibles cometidos por un niño o niña, el juez de familia
procederá deacuerdo a lo prescrito en el artículo 102 N.
En este caso se refiere a aquellas materias en que adolescentes se puedan ver
involucrados enalgún delito o cuasidelito. La Ley N°20.084, que establece un
sistema de responsabilidad de losadolescentes por infracciones a la ley penal
regula la responsabilidad penal de los adolescentespor los delitos que cometan, el
procedimiento para la averiguación y establecimiento de dicharesponsabilidad, la
determinación de las sanciones procedentes y la forma de ejecución deéstas.
Para estos efectos se considera como adolescente a quienes al momento en que
se hubieredado principio de ejecución del delito sean mayores de catorce y
menores de dieciocho años.
La competencia para el conocimiento de estos asuntos, le corresponde al tribunal
del lugar enque se hubiere ejecutado el hecho. Tratándose de hechos punibles
cometidos por un niño oniña, será competente el tribunal del domicilio del niño o
niña, sin perjuicio de la potestadcautelar que pudiere corresponder al tribunal que
inicialmente conozca del asunto en razón dellugar donde se cometió el hecho.
10. La autorización para la salida de niños, niñas o adolescentes del país, en los
casos enque corresponda de acuerdo con la ley.
La salida de menores desde Chile se encuentra regulada en la Ley Nº 16.618
sobre Menores,en la cual se prevé que si la tuición del menor no ha sido confiada
por el juez a alguno de suspadres ni a un tercero, aquél no podrá salir sin la
autorización de ambos padres. Confiada por eljuez la tuición a uno de los padres o
a un tercero, el hijo no podrá salir sino con la autorizaciónde aquél a quien se
hubiere confiado.
Este permiso a que hace referencia la ley deberá prestarse por escritura pública o
por escrituraprivada autorizada por un Notario Público y dicho permiso no será
necesario si el menor saledel país en compañía de la persona o personas que
deben prestarlo.
La intervención de los Tribunales de Familia tiene lugar en el caso de que no
pudiere otorgarseo sin motivo plausible se negare la autorización, evento en el
cual podrá ser otorgada por elJuzgado de Familia del lugar en que tenga su
residencia el menor. El juez, para autorizar lasalida del menor en estos casos,
tomará en consideración el beneficio que le pudiere reportar yseñalará el tiempo
por el que concede la autorización.

11. Las causas relativas al maltrato de niños, niñas o adolescentes de acuerdo a


lodispuesto en el inciso segundo del artículo 62 de la Ley Nº 16.618.
Esta causas se refieren a hipótesis de maltrato que resultan de una acción u
omisión queproduzca menoscabo en la salud física o psíquica de niños, niñas y
adolescentes, tales comoocuparles en trabajos u oficios que los obliguen a
permanecer en cantinas o casas deprostitución o de juego, espectáculos públicos
en que menores de dieciséis años haganexhibiciones de agilidad, fuerza u otras
semejantes con propósito de lucro, así como en trabajosnocturnos.
Para dichos casos el legislador contempla una serie de sanciones, tales como:
a) La asistencia del agresor a programas terapéuticos o de orientación familiar,
bajo el controlde la institución que el juez estime más idónea o conveniente, tales
como el Servicio Nacionalde la Mujer, el Servicio Nacional de Menores, el Centro
de Diagnósticos del Ministerio deEducación o los Centros Comunitarios de Salud
Mental Familiar;
b) La realización de trabajos determinados, a petición expresa del ofensor, en
beneficio de lacomunidad, para la Municipalidad o para las corporaciones
municipales existentes en la comunacorrespondiente a su domicilio, análogos a la
actividad, profesión u oficio del condenado orelacionados con ellos, sin que estos
trabajos alteren sus labores habituales; y,
c) Multas, a beneficio municipal, cuyo monto fijará prudencialmente el juez.
Es importante, además, tener en consideración que en todos los casos en que los
hechosdenunciados ocasionen lesiones graves o menos graves, los antecedentes
serán remitidos a losórganos de persecución criminal.

12. Los procedimientos previos a la adopción, de que trata el Título II de la Ley Nº


19.620.
Antiguamente, la tramitación de las adopciones era engorrosa y lenta, al
contemplarse dentrodel procedimiento, la declaración de abandono del menor y
distinguirse además entre diversasformas de concretarse. En la actualidad rige la
Ley Nº19.620, que establece un sistema único:
Corresponde a la forma de adopción plena o legitimante, es decir, aquélla que
finge que eladoptado es un hijo del adoptante y que sólo se acepta para menores
de edad.
Es importante destacar que el procedimiento de adopción está radicado en los
tribunales, perosin perjuicio de ellos existen instituciones que participan
activamente en todo el proceso. En talsentido, el actual sistema otorga una
importante intervención al Servicio Nacional de Menores, yse reconoce también la
participación de instituciones provenientes del sector privado, aunquese establece
que ellas deben ser acreditadas ante el señalado servicio público.
Estasinstituciones son, actualmente: la Fundación San José, la Fundación Chilena
de la Adopción yel Instituto Chileno de Colonias y Campamentos, todos los cuales
tienen equiposmultidisciplinarios para ejercer su labor.
Particularmente en relación al procedimiento previo a la adopción, la ley innova al
separar lasgestiones para la declaración de susceptibilidad del menor del proceso
mismo de adopción.
En relación a la declaración de susceptibilidad, procederá la declaración judicial de
que elmenor es susceptible de ser adoptado, sea que su filiación esté o no
determinada, cuando elpadre, la madre o las personas a quienes se haya confiado
su cuidado se encuentren en una o más de las siguientes situaciones: se
encuentren inhabilitados física o moralmente para ejercerel cuidado personal, que
no le proporcionen atención personal o económica durante el plazoque indica la
ley, o por último, en caso que lo entreguen a una institución pública o privada
deprotección de menores o a un tercero, con ánimo manifiesto de liberarse de sus
obligacioneslegales.
El procedimiento que tenga por objeto declarar que un menor es susceptible de
ser adoptado,se iniciará de oficio por el juez, a solicitud del Servicio Nacional de
Menores o a instancia de laspersonas naturales o jurídicas que lo tengan a su
cargo.

13. El procedimiento de adopción a que se refiere el Título III de la Ley 19.620.


Como decíamos anteriormente, una vez declarado que un niño, niña o
adolescente essusceptible de ser adoptado se pasa a un segundo procedimiento,
del cual también conocen losJuzgados de Familia, el cual confiere al adoptado el
estado civil de hijo de los adoptantes, contodos los derechos y deberes recíprocos
establecidos en la ley, y extingue sus vínculos defiliación de origen, para todos los
efectos civiles, salvo los impedimentos para contraermatrimonio establecidos en la
Ley de Matrimonio Civil, los que subsistirán.

14. Los siguientes asuntos que se susciten entre cónyuges, relativos al


régimenpatrimonial del matrimonio y los bienes familiares:
a) Separación judicial de bienes.
En nuestro país, por el solo hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes
entrecónyuges, y toma el marido la administración de los de la mujer según las
reglas que seestablecen en el Código Civil.
De lo señalado se entiende que la sociedad conyugal surge por el sólo ministerio
de la Ley, anteel silencio de los contrayentes, ya que estos pueden optar por un
régimen patrimonial delmatrimonio distinto, tal como participación en los
gananciales o separación de bienes.
Ahora bien, la separación de bienes puede ser: legal, cuando es establecida en la
ley, porejemplo al declararse el divorcio entre cónyuges casados en sociedad
conyugal; convencional,cuando lo pactan los cónyuges, sea en las capitulaciones
matrimoniales que preceden almatrimonio o precisamente en tal momento, o bien
que se convenga con posterioridad entreambos; o judicial, cuando emana de una
sentencia judicial decretada por concurrir una causallegal a petición de la mujer.
Este último es precisamente el caso que será de competencia delos Juzgados de
Familia.
b) Las causas sobre declaración y desafectación de bienes familiares y la
constitución dederechos de usufructo, uso o habitación sobre los mismos.
El inmueble de propiedad de cualquiera de los cónyuges que sirva de residencia
principal de lafamilia, y los muebles que la guarnecen, podrán ser declarados
como “bienes familiares”. Eneste caso, el Tribunal de Familia deberá participar
tanto en su declaración como en sudesafectación, fundado en que el mismo no
está actualmente destinado a los fines indicados, oen caso de que el matrimonio
sea declarado nulo o por muerte de alguno de los cónyuges.
Una vez declarado el bien como familiar, no podrá enajenarse ni gravarse sino con
laautorización del cónyuge no propietario. Dicha voluntad podrá ser suplida por el
juez en caso deimposibilidad o negativa que no se funde en el interés de la familia.
15. Las acciones de separación, nulidad y divorcio reguladas en la Ley de
MatrimonioCivil.
Según la nueva Ley de Matrimonio Civil, será competente para conocer de las
acciones deseparación, nulidad o divorcio, el juzgado con competencia en
materias de familia del domiciliodel demandado.
Por lo tanto, el Juzgado de Familia deberá resolver dichas cuestiones,
conciliándolas con losderechos y deberes provenientes de las relaciones de
filiación y con la subsistencia de una vidafamiliar compatible con la ruptura o la
vida separada de los cónyuges.
Como podemos observar, dicho numeral distingue entre separación, nulidad y
divorcio, constituyéndose en la principal innovación que introdujo la nueva Ley de
Matrimonio Civil.
Analizaremos cada una de estas situaciones.
En primer término tenemos la nulidad, en virtud de la cual se deja sin efecto el
matrimonio porun error de forma existente a la época de su celebración,
retrotrayéndose las partes al estadoen que se encontraban al momento de
contraer el vínculo matrimonial. Lo más importante, encuanto a las consecuencias
es dejar claro que el matrimonio nulo produce los mismos efectosciviles que el
válido respecto del cónyuge que, de buena fe y con justa causa de error,
locontrajo; y que, con todo, la nulidad no afectará la filiación ya determinada de los
hijos, aunqueno haya habido buena fe ni justa causa de error por parte de ninguno
de los cónyuges.
El divorcio pone fin a las obligaciones y derechos de carácter patrimonial cuya
titularidad yejercicio se funda en la existencia del matrimonio, como los derechos
sucesorios recíprocos y elderecho de alimentos. Por lo tanto, el divorcio pone
término al matrimonio, pero no afectará enmodo alguno la filiación ya determinada
ni los derechos y obligaciones que emanan de ella. Encuanto a la solicitud de
divorcio la ley distingue en: divorcio por falta, divorcio de comúnacuerdo, o divorcio
por falta de convivencia.
El divorcio podrá ser demandado por uno de los cónyuges, por falta imputable al
otro, siempreque constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que
les impone el matrimonio,o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que
torne intolerable la vida en común.
También podrá ser solicitado por ambos cónyuges de común acuerdo y decretado
por el juez siacreditan que ha cesado su convivencia durante un lapso mayor a un
año. En este caso, loscónyuges deberán acompañar un acuerdo que, ajustándose
a la ley, regule en forma completay suficiente sus relaciones mutuas y con
respecto a sus hijos. Se entenderá que es suficiente siresguarda el interés
superior de los hijos, procura aminorar el menoscabo económico que pudocausar
la ruptura y establece relaciones equitativas, hacia el futuro, entre los cónyuges
cuyodivorcio se solicita.
También habrá lugar al divorcio cuando se verifique un cese efectivo de la
convivencia conyugal durante el transcurso de, a lo menos, tres años, salvo que, a
solicitud de la parte demandada, eljuez verifique que el demandante, durante el
cese de la convivencia, no ha dado cumplimiento, reiterado, a su obligación de
alimentos respecto del cónyuge demandado y de los hijoscomunes, pudiendo
hacerlo.
Por último, además de la nulidad y el divorcio, también será de competencia de los
Juzgados deFamilia lo concerniente a las separaciones de hecho. En tal sentido,
si los cónyuges sesepararen de hecho, podrán, de común acuerdo, regular sus
relaciones mutuas, especialmentelos alimentos que se deban y las materias
vinculadas al régimen de bienes del matrimonio; peroa falta de acuerdo,
cualquiera de los cónyuges podrá solicitar que exista pronunciamientojudicial.
La separación judicial podrá ser demandada por uno de los cónyuges si mediare
falta imputableal otro, siempre que constituya una violación grave de los deberes y
obligaciones que lesimpone el matrimonio, o de los deberes y obligaciones para
con los hijos, que torne intolerablela vida en común.
Importa destacar que los Juzgados de Familia también intervendrán cuando se
produzca el divorcio o se declare la nulidad del matrimonio, y sea necesario se le
compense a uno de loscónyuges el menoscabo económico sufrido por esta causa.

16. Los actos de violencia intrafamiliar.


Para nuestro legislador, se entiende por acto de violencia intrafamiliar, todo
maltrato que afectela vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya
tenido la calidad de cónyuge delofensor o una relación de convivencia con él; o
sea pariente por consanguinidad o por afinidaden toda la línea recta o en la
colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de sucónyuge o de su actual
conviviente.
También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta recién referida ocurra
entre los padresde un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad o
discapacitada que se encuentrebajo el cuidado o dependencia de cualquiera de
los integrantes del grupo familiar.
Hasta antes de la creación de los Juzgados de Familia, los conflictos a que daban
origen lacomisión de actos de violencia intrafamiliar eran de conocimiento del Juez
Letrado de turno enlo civil, dentro de cuyo territorio jurisdiccional se encontraba
ubicado el hogar donde vivía elafectado. Ello conducía a algunas situaciones
inapropiadas, porque el procedimiento eraempleado como contención para
conocer de todas las materias que se relacionaban con unconflicto familiar, más
allá de los abusos psicológicos o físicos inclusive, tales como problemasde
alimentos, visitas o tuición, lo que se tradujo que dicho procedimiento se
desdibujara yperdiera el sentido para el cual fue creado.
La situación recién descrita ha sido corregida y la ley actualmente entrega a los
Juzgados deFamilia el conocimiento de las causa de Violencia Intrafamiliar,
siempre que no constituyandelitos.

17. Toda otra materia que la ley les encomiende.


La enumeración de materias de competencia de los Juzgados de Familia
contemplada en elartículo 8° no es taxativa; el legislador incluyó una cláusula
abierta que permite incorporar todasaquellas materias no mencionadas
expresamente, pero que de alguna u otra manera dicenrelación directa con un
aspecto esencial: las relaciones de familia.

DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR

1.- CONCEPTO Y GENERALIDADES


La Ley que crea los Juzgados de Familia instituye un procedimiento que confiere
primacía a lassoluciones no adversariales del conflicto familiar, ya que, como
acertadamente sostiene elMensaje Presidencial que acompañaba al entonces
proyecto de ley, éste reclama solucionescooperativas, es decir, soluciones que
acrecienten el bienestar de todas las partes del conflicto.
Con dicho fin, la ley no sólo admite la posibilidad de que el conflicto pueda ser
objeto deconciliación judicial, sino que ha instituido además un sistema de
mediación, mediante el cualse pretende aumentar los niveles de información
disponibles y los canales de comunicaciónentre la partes, fomentando las
soluciones autocompositivas.
Para los efectos de la ley, se entiende por mediación aquel sistema de resolución
de conflictosen el que un tercero imparcial, sin poder decisorio, llamado mediador,
ayuda a las partes abuscar por sí mismas una solución al conflicto y sus efectos,
mediante acuerdos.
El mediador es, pues, una persona que no es partícipe del conflicto como parte,
sino quealguien que carece de interés directo en él, y que asiste a las partes en la
resolución del mismo.
Sin embargo, a diferencia del juez en el trámite de conciliación, en teoría el
mediador no brindaa las partes bases o propuestas de solución, sino que les
asiste con miras a que ellas mismasalcancen una solución a su conflicto
adoptando los acuerdos que fueren del caso.
El legislador ha creído conveniente precisar ciertos principios que informan la
mediación, asaber:
a) Equilibrio entre partes. El mediador debe cerciorarse de que los participantes se
encuentrenen igualdad de condiciones para adoptar acuerdos. Si no fuese así,
propondrá o adoptará, ensu caso, las medidas necesarias para que se obtenga
ese equilibrio. De no ser ello posible,declarará terminada la mediación.
b) Voluntariedad. Los participantes podrán retirarse de la mediación en cualquier
momento. Sien la primera sesión, o en cualquier otro momento durante el
procedimiento, alguno de losparticipantes manifiesta su intención de no seguir
adelante con la mediación, ésta se tendrá porterminada.
c) Confidencialidad. El mediador deberá guardar reserva de todo lo escuchado o
visto duranteel proceso de mediación y estará amparado por el secreto
profesional. La violación de dichareserva será sancionada con la pena prevista en
el artículo 247 del Código Penal.
Nada de lo dicho por cualquiera de los participantes durante el desarrollo de la
mediación podráinvocarse en el subsiguiente procedimiento judicial, en caso de
haberlo.
Con todo, el mediador quedará exento del deber de confidencialidad en aquellos
casos en quetome conocimiento de la existencia de situaciones de maltrato o
abuso en contra de niños, niñas, adolescentes o discapacitados. En todo caso,
deberá dar a conocer previamente a laspartes el sentido de esta exención.
d) Imparcialidad. Los mediadores serán imparciales en relación con los
participantes, debiendoabstenerse de promover actuaciones que comprometan
dicha condición. Si tal imparcialidad seviere afectada por cualquier causa, deberán
rechazar el caso, justificándose ante el juzgado quecorresponda.
Los involucrados podrán también solicitar al juzgado la designación de un nuevo
mediador, cuando justifiquen que la imparcialidad del inicialmente designado se
encuentra comprometida.
e) Interés superior del niño. En el curso de la mediación, el mediador velará
siempre para quese tome en consideración el interés superior del niño, niña o
adolescente, en su caso, pudiendocitarlos sólo si su presencia es estrictamente
indispensable para el desarrollo de la mediación.
f) Opiniones de terceros: en virtud del cual, el mediador velará para que se
consideren lasopiniones de los terceros que no hubieren sido citados a la
audiencia, a quienes también podrácitar.
Si no existiese tal igualdad de condiciones, el mediador propondrá o adoptará las
medidasnecesarias para que se obtenga tal equilibrio. Y, de no ser ello posible,
declarará terminada lamediación.
Por supuesto, sin perjuicio de lo dicho respecto del mediador, las partes podrán
designar decomún acuerdo una persona que ejerza entre ellas sus buenos oficios
para alcanzaravenimientos en las materias en que sea procedente de acuerdo a la
ley.

2.- PROCEDENCIA DE LA MEDIACIÓN


Para que proceda la mediación en necesario satisfacer dos requisitos: primero,
debe tratarse deuna materia susceptible de ser mediada y, segundo, el trámite
debe ser aceptado por ambas partes.
En cuanto a las materias susceptibles de ser mediadas, la regla general es que
todas aquéllasde competencia de los Juzgados de Familia pueden ser sometidas
a un proceso de mediaciónacordado o aceptado por las partes.
Respecto de algunas materias, las causas deberán someterse a un procedimiento
de mediaciónprevio a la interposición de la demanda, las cuales son:
a) Derecho de alimentos
b) Cuidado personal
c) Derecho de los padres e hijos e hijas que vivan separados a mantener una
relación directa yregular, aun cuando se deban tratar en el marco de una acción
de divorcio o separación judicial,salvo que se trate de un procedimiento de divorcio
por culpa del otro cónyuge.
El legislador ha establecido que las partes quedarán exentas del procedimiento
demediaciónprevia, si acreditaren que antes del inicio de la causa, se sometieron
el mismo conflicto amediación ante mediadores inscritos o si hubieren alcanzado
un acuerdo privado sobre estasmaterias.
Las causas que inciden en materias de mediación prohibida son:
a) La declaración de interdicción;
b) Las causas sobre maltrato de niños, niñas o adolescentes;
c) Los procedimientos regulados en la Ley Nº 19.620, sobre Adopción, a los que
ya se haaludido;
d) Los asuntos relativos al estado civil de las personas, salvo en los casos de
excepcióncontemplados por la nueva Ley de Matrimonio Civil.
Por lo que toca al consentimiento de las partes para acudir a mediación, la ley ha
establecido un mecanismo de derivación y designación de mediador, el cual
pasamos a revisar.
Tratándose de algunas de las materias que son de mediación previa, las partes,
de comúnacuerdo, comunicarán al tribunal el nombre del mediador que elijan de
entre los mediadorescontratados conforme al procedimiento que más adelante se
tratará, mediante una presentaciónque contenga la individualización de los
involucrados y la mención de la o las materiasincluidas.
A falta de acuerdo en la persona del mediador o si las partes manifiestan su
decisión de dejarentregada la designación a la resolución del juez, éste procederá
a nombrar al mediadormediante un procedimiento objetivo y general, que
garantice una distribución equitativa entre loscontratados para prestar servicios en
ese territorio jurisdiccional y un adecuado acceso a lossolicitantes. En todo caso,
siempre se hará presente al requirente la posibilidad de recurrir, a sucosta, a un
mediador de los inscritos en el Registro de Mediadores. Estas actuaciones
podránllevarse a cabo ante cualquier tribunal de familia y para ellas no se requiere
patrocinio deabogado.
En cambio, si la acción judicial versa sobre alguna de las materias de mediación
voluntaria, eljuez ordenará que, al presentarse la demanda, un funcionario
especialmente calificado instruyaal actor sobre la alternativa de concurrir a ella,
quien podrá aceptarla o rechazarla. Del mismomodo, ambas partes podrán
solicitar la mediación o aceptar la que les propone el juez, duranteel curso de la
causa, hasta el 5° día anterior a la audiencia del juicio y podrán, en este
caso,designar al mediador de común acuerdo. Si no se alcanzare acuerdo, el juez
procederá adesignarlo, de inmediato, de entre quienes figuren en el Registro de
Mediadores, mediante unprocedimiento que garantice una distribución equitativa
de trabajo entre los registrados.
La designación efectuada por el tribunal no será susceptible de recurso alguno.
Con todo,deberá revocarse y procederse a una nueva designación si el mediador
fuere curador opariente, por consanguinidad o afinidad en toda la línea recta y
hasta el cuarto grado en la líneacolateral, de cualquiera de las partes, o hubiere
prestado servicios profesionales a cualquiera deellas con anterioridad, a menos
que los hubiese prestado a ambas en calidad de mediador.
Las solicitudes de las partes que tienen por objeto la designación de un nuevo
mediador, en elcaso que justifiquen que la imparcialidad del inicialmente
designado se encuentracomprometida, así como la revocación y nueva
designación a que se refiere el inciso anterior, serán tramitadas en audiencia
especial citada al efecto por el tribunal competente.
Una vez realizadas las actuaciones mencionadas precedentemente, se deberá
comunicar almediador su designación por la vía más expedita posible. Dicha
comunicación incluirá, además, la individualización de las partes y las materias
sobre las que versa el conflicto.

3.- PROCEDIMIENTO DE MEDIACIÓN


El mediador designado fijará una sesión inicial de mediación, a la cual citará,
conjunta oseparadamente, a los adultos involucrados en el conflicto, quienes
deberán concurrirpersonalmente, sin perjuicio de la comparecencia de sus
abogados. En tal sesión, se instruye alos participantes acerca de la naturaleza y
objetivos de la mediación, los principios que lainforman y el valor jurídico de los
acuerdos a que puedan llegar.
Tratándose de casos que versen, en todo o parte, sobre el derecho de alimentos,
el mediador,en la primera sesión, deberá informar al alimentario de su derecho de
recurrir en cualquiermomento directamente al tribunal para la fijación de alimentos
provisorios. De esta actuacióndeberá dejarse constancia escrita firmada por el
mediador y las partes. Sin perjuicio de lo cual,las partes podrán adoptar
directamente un acuerdo sobre la materia.
Si el requerido, citado por una sola vez, no acude a la primera sesión de
mediación y no justificasu ausencia, el requirente quedará habilitado para iniciar el
procedimiento judicial.
El proceso de mediación no podrá durar más de sesenta días, contados desde
que se comunicaal mediador su designación por parte del juzgado de familia. No
obstante, los participantes, decomún acuerdo, podrán solicitar la ampliación de
este plazo hasta por sesenta días más.
Durante ese plazo, podrán celebrarse todas las sesiones que el mediador y las
partes estimennecesarias, en las fechas que de común acuerdo se determinen.
Podrá inclusive citarse a losparticipantes por separado.
Si las partes llegan a un acuerdo sobre todos o algunos de los puntos sometidos a
mediación,se dejará constancia de ello en un acta de mediación, la que, luego de
ser leída por losparticipantes, será firmada por ellos y por el mediador, quedando
una copia en poder de cadauna de las partes.
El acta deberá ser remitida por el mediador al tribunal para su aprobación en todo
aquello queno fuere contrario a derecho, pudiendo el juez en todo caso, subsanar
los defectos formales quetuviera, respetando en todo momento la voluntad de las
partes expresada en dicha acta.

Aprobada por el juez, tendrá valor de sentencia ejecutoriada.


En cambio, si la mediación se frustrare el acta dejará constancia del término del
trámite y, deser posible, será firmada por los participantes. Se entregará copia de
ella a aquél de ellos que lasolicite. Además, se remitirá el acta al tribunal
correspondiente, con lo cual terminará lasuspensión del procedimiento judicial o,
en su caso, el demandante quedará habilitado parainiciarlo.
La ley misma entiende que la mediación se frustra por inasistencia de las partes -
si alguno delos participantes, citado por dos veces, no concurriere a la sesión
inicial, ni justificare causa-cuando éstas han manifestado su voluntad de no
continuar en la mediación, y, en general, encualquier momento en que el mediador
adquiera la convicción de que no se alcanzaráacuerdos.

4.- EL REGISTRO DE MEDIADORES


La mediación familiar sólo podrá ser realizada por personas inscritas en el
Registro deMediadores que mantendrá, permanentemente actualizado, el
Ministerio de Justicia a través delas Secretarías Regionales Ministeriales, con las
formalidades establecidas en el Reglamentodictado al efecto.
En el Registro, se individualizan los mediadores, consignándose el ámbito
territorial en queprestarán sus servicios y, en su caso, su pertenencia a una
institución o persona jurídicadeterminada. Él ámbito territorial deberá
corresponder, a lo más, al territorio jurisdiccional deuna Corte de Apelaciones o de
varias, siempre que se encuentren en una misma región y a lomenos, a todo el
territorio jurisdiccional de un tribunal de primera instancia con competencia
enasuntos de familia.
El Ministerio de Justicia proporcionará a las Cortes de Apelaciones la nómina de
los mediadoreshabilitados en su respectivo territorio jurisdiccional. Asimismo,
deberá mantener en su páginaweb dicha nómina, la cual deberá ordenar a los
mediadores por comunas y contener los datosbásicos de cada uno de ellos.
Para inscribirse en el Registro de Mediadores se requiere poseer título profesional
de unacarrera que tenga al menos ocho semestres de duración, otorgado por una
institución deeducación superior del Estado o reconocida por éste; acreditar
formación especializada enmediación y en materias de familia o infancia, impartida
por alguna universidad o instituto quedesarrolle docencia, capacitación o
investigación en dichas materias, y no haber sidocondenado por delito que
merezca pena aflictiva, por alguno de los delitos contemplados en losartículos 361
a 375 del Código Penal, ni por actos constitutivos de violencia intrafamiliar.
Además, deberá disponer de un lugar adecuado para desarrollar la mediación en
cualquiercomuna donde tenga jurisdicción el juzgado ante el cual se acuerde la
respectiva mediación.
Eliminación del Registro y sanciones. Los mediadores inscritos serán eliminados
del Registro,por el Ministerio de Justicia, en caso de fallecimiento o renuncia.
Asimismo, serán eliminadosdel Registro en caso de pérdida de los requisitos
exigidos para la inscripción o por lacancelación de la misma, decretadas por la
Corte de Apelaciones competente.
En caso de incumplimiento de sus obligaciones o abuso en el desempeño de sus
funciones, elmediador inscrito podrá ser amonestado o suspendido en el ejercicio
de la actividad por unperíodo no superior a los seis meses. Asimismo, en casos
graves, podrá decretarse lacancelación de la inscripción. Impuesta esta última, no
podrá volver a solicitarse la inscripción.
Las sanciones serán ordenadas por cualquiera de las Cortes de Apelaciones
dentro de cuyoterritorio ejerciere funciones el mediador, a petición del interesado
que reclamare contra losservicios prestados, de la institución o persona jurídica a
que pertenezca el mediador, decualquier juez con competencia en materias de
familia del territorio jurisdiccional de la Corte, ode la respectiva Secretaría
Regional Ministerial de Justicia.
La Corte resolverá con audiencia de los interesados y la agregación de los medios
de pruebaque estimare conducentes para formar su convicción.
Las medidas que en ejercicio de estas facultades adoptaren las Cortes de
Apelaciones, seránapelables, sin perjuicio del derecho del mediador para pedir
reposición.
La resolución será comunicada a la correspondiente Secretaría Regional
Ministerial de Justiciapara su cumplimiento, el que se hará extensivo a todo el
territorio de la República.
Impuesta la cancelación, el mediador quedará inhabilitado para actuar, debiendo
proveerse unanueva designación respecto de los asuntos que tuviere pendientes.
Por su parte, impuesta unasuspensión, el mediador deberá continuar, hasta su
término, con aquellos asuntos que se lehubieren encomendado en forma previa.
En caso de que sean eliminados del Registro por la pérdida de los requisitos, la
Corte deApelaciones respectiva seguirá el mismo procedimiento señalado
precedentemente.
Costo de la mediación. Los servicios de mediación respecto de las materias a que
se debensometer un procedimiento de mediación previo serán gratuitos para las
partes.
Excepcionalmente, podrá cobrarse por el servicio, total o parcialmente, cuando se
preste ausuarios que dispongan de recursos para financiarlo privadamente. Para
estos efectos se debeconsiderar, al menos, los siguientes puntos:
- Nivel de ingresos;
- Capacidad de pago; y,
- Número de personas del grupo familiar que de ellos dependan
Para las restantes materias, los servicios de mediación serán de costo de las
partes y tendráncomo valores máximos los que contemple el arancel que
anualmente se determinará mediantedecreto del Ministerio de+ Justicia. Con todo,
quienes cuenten con privilegio de pobreza o seanpatrocinados por las
corporaciones de asistencia judicial o alguna de las entidades públicas oprivadas
destinadas a prestar asistencia jurídica gratuita, tendrán derecho a recibir el
serviciogratuitamente.
Para proveer los servicios de mediación sin costo para las partes, el Ministerio de
Justicia velarápor la existencia de una adecuada oferta de mediadores en las
diversas jurisdicciones de los tribunales con competencia en asuntos de familia,
contratando al efecto los servicios depersonas jurídicas o naturales, a fin de que
sean ejecutados por quienes se encuentren inscritosen el Registro de Mediadores.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“Procedimiento Aplicable o Aspectos Procesales
en los Juzgados de Familia ”
3.- DEL PROCEDIMIENTO APLICABLE O ASPECTOS PROCESALES EN LOS
JUZGADOS DE FAMILIA

1.- GENERALIDADES
Como anticipábamos precedentemente, el legislador no sólo ha instituido una
jurisdicciónespecializada en asuntos de familia, sino que también ha creído
conveniente establecer normasespeciales de procedimiento aplicable para el
conocimiento de los asuntos de competencia delos nuevos Juzgados de Familia.
Dos de los títulos de la Ley se ocupan de cuestiones procedimentales: el III que,
bajo elepígrafe “Del procedimiento”, trata de los principios que le informan, de las
reglas generalesaplicables, de la prueba y del procedimiento ordinario de
aplicación general ante los Juzgadosde Familia; por su parte, el título IV trata de
los procedimientos especiales, tales como aquélaplicable para la adopción de
medidas de protección de los derechos de niños, niñas yadolescentes, el aplicable
para la sanción de los actos constitutivos de violencia intrafamiliar y elprevisto para
los actos judiciales no contenciosos y un procedimiento contravencional.
Con todo, ellos no serán los únicos procedimientos mediante los cuales los
Juzgados de Familiaconocerán, resolverán o harán ejecutar lo resuelto. En efecto,
la propia ley deja en claro lasubsistencia de determinados procedimientos; así, por
ejemplo acontece con losprocedimientos previos a la adopción y la adopción
misma, o con los procedimientos destinadosa apremiar al alimentante que no ha
cumplido con su obligación como tal, por mencionaralgunos.
En lo que sigue, ateniéndonos a la estructura de la propia ley, se realiza una
revisión a lasnormas procesales aplicables ante los Juzgados de Familia, para
continuar con el examen delos procedimientos que ésta ha dejado subsistentes y
que resultan de habitual aplicación, comoson el procedimiento ejecutivo,
particularmente el de apremios o arresto por no pago de pensiónalimenticia, y los
procedimientos previstos en la ley de adopción.
1.1.- Principios del procedimiento
Los principios del procedimiento corresponden a conceptos que permiten
caracterizar unsistema procesal para diferenciarle de otros. Su utilidad pedagógica
es acentuada por el hechode ser presentados en pares opuestos; así, por ejemplo,
se sostiene que un procedimiento esoral, por oposición a uno escrito, para poner
énfasis en que en tal proceso las actuaciones delas partes, las decisiones del
tribunal y, en general, la intervención de terceros se verifican pormedio de la
palabra y no de la escritura, lo cual no obsta a disponer de ciertos registros
quepermitan conservar los actos.
Sin embargo, la comprensión de los principios es también necesaria para la
adecuadainterpretación de las normas procesales; así, por ejemplo, ante una duda
respecto de lostérminos en que debe entenderse una norma de procedimiento,
acudir a los principios nos seráútil para obtener una respuesta armónica con los
propósitos de la reforma procesal. De hecho,el propio legislador ha admitido su
empleo, pues en lo no regulado por la propia ley, haceaplicables las disposiciones
comunes a todo procedimiento establecidas en el Código deProcedimiento Civil,
salvo que ellas sean incompatibles con la naturaleza de los procedimientosque
establece, particularmente en lo relativo a la exigencia de oralidad. Similar alcance
formulael legislador respecto de la impugnación de las resoluciones judiciales a
través de recursos, yaque ellos se tramitan conforme las disposiciones
establecidas por el Código de ProcedimientoCivil, siempre que ellas no resulten
incompatibles con los principios establecidos en la propialey.
En el caso de la Ley que crea los Juzgados de Familia, el legislador se ha
encargado de explicitar los principios fundamentales que informan el
procedimiento. Al efecto, sostiene que élserá oral, concentrado y desformalizado,
prevaleciendo los principios de inmediación, actuaciónde oficio y búsqueda de
soluciones colaborativas entre las partes.

1.1.1.- Principio de la oralidad


Hasta antes de la entrada en vigencia de la Ley que crea los Juzgados de Familia,
losprocedimientos mediante los cuales los Juzgados de Letras en lo Civil y de
Menores conocían yresolvían de tales asuntos se caracterizaban por ser
esencialmente escritos: la demanda, lacontestación a la demanda, el ofrecimiento
de pruebas, la emisión de informes periciales, laspropias resoluciones judiciales
sólo tenían validez si se verificaban por escrito; las actuacionesorales eran
prácticamente marginales, tales como los alegatos en un recurso de apelación.
El nuevo procedimiento aplicable ante los Juzgados de Familia invierte la
importancia de laoralidad con respecto al procedimiento antiguo: todas las
actuaciones procesales serán orales,se realizarán verbalmente, tanto si son
efectuadas por las partes, por terceros o por el propiotribunal.
Sin embargo, el legislador ha debido admitir que, aun cuando de manera
excepcional, ciertasactuaciones no se verifiquen oralmente, se trata de
circunstancias determinadas expresamenteen la ley. En algunas ocasiones la ley
faculta para que ciertas actuaciones se realicenverbalmente o por escrito; por
ejemplo, la ley permite que el proceso pueda iniciarse pordemanda oral o escrita y,
a su vez, autoriza al demandado que desee reconvenir –contrademandar–, para
hacerlo por escrito, aunque también admite que se realice verbalmente.
En otras oportunidades, la escrituración resulta forzosa; por ejemplo, el recurso de
apelacióndebe ser interpuesto por escrito, y tratándose de la dictación de
sentencia, si bien el juez puedecomunicar a las partes su decisión tan pronto haya
concluido el debate, indicando losprincipales fundamentos que ha tomado en
consideración para dictarla, debe redactar –auncuando de manera resumida– el
fallo dentro de cinco días, ampliable por otros cinco días más.
La oralidad de un procedimiento contribuye a su celeridad y brinda garantías
suficientes si estáasociada a la inmediación judicial. Sin embargo, en
determinadas ocasiones puede sernecesario disponer de una reproducción de las
actuaciones procesales, como acontece cadavez que una resolución judicial es
recurrida en apelación; en tales casos, la simple oralidadconstituiría un
entorpecimiento que impide la práctica de un trámite o actuación posterior, en
elcaso de la apelación que la Corte de Apelaciones conozca adecuadamente los
hechos sobrelos cuales incide el recurso.
En razón de lo precedentemente expuesto, si bien nuestro legislador ha optado
por que lasactuaciones procesales se verifiquen oralmente, ha previsto algún
resguardo, pues, sin perjuiciode la oralidad de las actuaciones, el Juzgado de
Familia deberá llevar un sistema de registro deéstas. Se trata de dejar constancia
del acaecimiento de las actuaciones para el evento derequerirse su revisión, tanto
por las partes como por los propios tribunales.
El sistema de registro puede tener lugar por cualquier medio, con tal de que
satisfaga tresexigencias:
1.- Que se trate de un medio apto para producir fe, esto es, que garantice la
fiabilidad;
2.- Que el medio permita garantizar la conservación de las actuaciones; y,
3.- Que el medio escogido permita la reproducción de su contenido, vale decir, la
posibilidad deejecutar nuevamente la actuación, por ejemplo, tratándose de
registros de video o de audiomediante su visualización o audición.
En el caso de la conciliación que pudiere producirse en las audiencias orales, el
legislador haexigido que ella sea consignada en extracto, esto es, mediante un
resumen en el cual seexpresan en términos precisos únicamente lo más
sustancial, siempre que él mantenga fielmente las condiciones del acuerdo al que
han llegado las partes.
En los hechos, tal cual ha acontecido en los tribunales de la Reforma Procesal
Penal, el sistemaregistral aplicable en los Tribunales de Familia será
esencialmente informático, ya que suflexibilidad, su preservación y su fiabilidad
satisfacen las exigencias impuestas por el legislador.
1.1.2.- Principio de la concentración
El principio de la concentración apunta a observar la mayor agregación de
actuaciones en eltiempo, evitando la dilación de los actos procesales y eliminando
los trámites innecesarios.
En los procedimientos seguidos ante los Jueces de Letras en lo Civil y de Menores
era habitualque entre la práctica de una diligencia y otra mediaran varias
semanas, y hasta meses, con elconsiguiente desgaste para las partes y para la
misma función judicial.
En el caso del procedimiento aplicable ante los Juzgados de Familia, las
actuaciones se hanconcentrado sustancialmente en dos audiencias: una audiencia
preparatoria, en la cual tienelugar la discusión entre las partes, se promueven la
mediación y conciliación, se delimita elobjeto del juicio y determinan las pruebas a
ser rendidas, entre otros cometidos; y, una segundaaudiencia, en la cual el tribunal
recibe la prueba, escucha las alegaciones de las partes y dictasentencia.
En aras de la concentración, el legislador ha dispuesto que el procedimiento debe
desarrollarseen audiencias continuas, esto es, sin que medie interrupción entre
ellas, y puede prolongarse ensesiones sucesivas, hasta su conclusión, de ser
necesario.
Con todo, el tribunal está facultado para reprogramar una audiencia, en casos
excepcionales yhasta por dos veces durante todo el juicio, si no está disponible
prueba relevante decretada porel juez. La nueva audiencia deberá celebrarse
dentro de los 60 días siguientes a la fecha de laanterior. Así, por ejemplo, en el
caso de ser imprescindible disponer de la declaración de untestigo que no ha
comparecido, podrá disponerse la reprogramación de la audiencia de juicio
aefectos de asegurar su asistencia al Juzgado.
De la misma forma está facultado para suspender el desarrollo de una audiencia
hasta por dosveces, durante su desarrollo, hasta por dos veces solamente y por el
tiempo mínimo necesariode acuerdo con la causa invocada, por motivos fundados
diversos del señalado en el incisoprecedente, lo que se hará constar en la
resolución respectiva.
Ahora bien, la reprogramación se notificará conforme a la forma que haya indicado
las partes ensu primera actuación realizada en el proceso, cuando corresponda,
con a lo menos tres díashábiles de anticipación. Por su parte, la resolución que
suspenda una audiencia fijará la fecha yhora de su continuación, la que deberá
verificarse dentro de los treinta días siguientes, y sucomunicación por el juez en la
audiencia que se suspende se tendrá como citación ynotificación suficientes.
1.1.3.- Principio de la desformalización
La ley sostiene que el procedimiento será desformalizado; sin embargo, no precisa
el sentidoque se pretende atribuir con tal característica.
Aparentemente el propósito ha sido acentuar que las cláusulas sacramentales o
fórmulasrituales no pueden constituirse en un obstáculo para la prosecución del
procedimiento; sinembargo, ello no ha de importar la absoluta ausencia de formas
procesales para la realizaciónde las actuaciones procesales y el cumplimiento de
las diligencias judiciales.
La historia de la tramitación legislativa permiten atribuir tal significado a la
desformalización delprocedimiento, ya que el propósito del legislador era facultar
al juez para, ante el silencio de laley, determinar la forma en que se verificarían las
actuaciones, si bien garantizando el adecuadoresguardo de los derechos
reconocidos por la ley y la más pronta y justa decisión de lacontroversia.

1.1.4.- Principio de la inmediación


El principio de la inmediación pretende garantizar la relación directa del juez con
los actos delprocedimiento; mientras que, por oposición, el principio de la
mediación, admite que lasactuaciones del proceso se puedan llevar a efecto sin su
presencia, sino que a través omediante la intervención de funcionarios judiciales o
auxiliares de la administración de justicia.
Hasta la entrada en vigencia de la Ley que crea los Juzgados de Familia, los
procedimientosaplicables en los Juzgados de Letras en lo Civil y de Menores
estaban informadossustancialmente del principio de la mediación: las partes
comparecían ante un actuario, lostestigos declaraban ante un receptor, el juez se
imponía de lo sucedido mediante la lectura delexpediente respectivo.
En cambio, el procedimiento previsto en los nuevos Juzgados de Familia está
informado delprincipio de la inmediación: las audiencias y las diligencias de prueba
se realizarán siempre conla presencia del juez. De hecho, con el fin de fortalecer
la vigencia de tal principio, la ley prohíbela delegación por el juez de sus
funciones, sancionando con nulidad su ocurrencia.
A mayor abundamiento, el legislador afirma que el juez formará su convicción
sobre la base delas alegaciones y pruebas que personalmente haya recibido; de
modo que un juez no podráservirse de las alegaciones efectuadas, ni las
probanzas suministradas por las partes ante otrojuez. En consecuencia, por
ejemplo, los exhortos o comunicaciones dirigidas de un tribunal aotro no podrán
tener por objeto la práctica de diligencias probatorias ante el juez exhortado,sino, a
lo sumo, la realización de gestiones previas, tales como la notificación de un
testigo paracomparecer a audiencia ante el juez que sustancia la causa.
Sin perjuicio de lo anterior, es posible que se haya recibido excepcionalmente, y
por motivosjustificados, prueba durante la audiencia preparatoria, y no en la
audiencia de juicio, que es elmomento procesal fijado para ello. En tal caso, dicho
evento se debe hacer presente en laaudiencia de juicio para que el juez que le
corresponda dictar sentencia, lo incorpore dentro delas consideraciones
correspondientes.
Cabe señalar que el legislador en este último caso, ha previsto que en el caso de
la pruebadocumental que se rinda en la audiencia preparatoriano radicará la causa
en la persona del juezque la reciba. Por contraposición entonces debe entenderse
que la prueba testimonial siprovoca la radicación de la causa en el juez que la
recibe.

1.1.5.- Principio de la oficialidad


En general, la tramitación de los procedimientos ante los Juzgados de Letras en lo
Civil y deMenores se caracterizaba porque el impulso procesal era de las partes:
las partes quienesponían en movimiento a los tribunales, mediante la interposición
de una demanda; las partesquienes solicitaban al tribunal la práctica de diligencias
probatorias; las partes quienesrequerían del tribunal la dictación de determinadas
resoluciones; y, en último término, las parteseran las dueñas del procedimiento.
La ley que crea los Juzgados de Familia cambia tal perspectiva, obligando al
tribunal a darcurso progresivo a los autos y hacer avanzar la tramitación procesal
hasta el término mismo dela causa. Al efecto, dispone la ley que promovido el
proceso y en cualquier estado del mismo, eljuez deberá adoptar, de oficio, todas
las medidas necesarias para llevarlo a término con la mayor celeridad.
El principio de la oficialidad suele ser excepcional en nuestra administración de
justicia,acudiéndose a él cuando la importancia del asunto sometido a la decisión
de los tribunalesobliga a adoptar una actitud más comprometida con el destino del
juicio, prescindiendo, enalgunos casos, de la propia voluntad de las partes. Así
sucede, por ejemplo, en el abandono delprocedimiento, el que, como veremos, en
determinados casos no procede, pese a lainasistencia de ambas partes a las
audiencias del procedimiento.
El legislador ha estimado importante explicitar aquellos casos en que este principio
debeobservarse especialmente:
a) Respecto de medidas destinadas a otorgar protección a los niños, niñas y
adolescentes y alas víctimas de violencia intrafamiliar.
b) El juez deberá dar curso progresivo al procedimiento, salvando los errores
formales yomisiones susceptibles de ser subsanados, pudiendo también solicitar a
las partes losantecedentes necesarios para la debida tramitación y fallo de la
causa.

1.1.6.- Principio de la colaboración


La ley sostiene que en el procedimiento aplicable ante los Juzgados de Familia
primará elprincipio de la búsqueda de soluciones colaborativas entre las partes;
esto es, durante elprocedimiento y en la resolución del conflicto, se buscarán
alternativas orientadas a mitigar laconfrontación entre las partes, privilegiando las
soluciones acordadas por ellas.
El proyecto de ley consignaba el carácter esencialmente adversarial que reviste la
soluciónjudicial de los conflictos, en circunstancias que el conflicto familiar reclama
solucionescooperativas, es decir, soluciones que acrecienten el bienestar de todas
las partes del conflicto,razón por la cual la ley instituye un procedimiento que
confiere primacía a las solucionesautocompositivas del conflicto familiar.
En efecto, la ley promueve y fortalece, tanto al inicio como durante el proceso, la
posibilidad deque las partes accedan a soluciones cooperativas. Para ello,
además de contar con instanciasde conciliación, en la cual el juez –con la
asistencia de los profesionales del Consejo Técnico–procura un acuerdo entre las
partes, la ley consagra la mediación como un sistema alternativode resolución de
conflictos, en que un tercero neutral, sin poder coercitivo, ayuda a las partes
aencontrar por sí mismas una solución a su conflicto.
Mediante la promoción de soluciones cooperativas, se procura lograr soluciones
que, ademásde comprometer personal y espontáneamente a las partes, tenderán
a sentar las bases de unarelación pacífica entre las partes hacia el futuro.

1.1.7.- Publicidad
Uno de los principios rectores de la actuación de los Tribunales de Justicia es el
de la publicidadde sus actos, sólo por excepción determinadas actuaciones
pueden revestir un carácter secreto,ya sea respecto de terceros o de las propias
partes.
En el caso del procedimiento aplicable ante los Juzgados de Familia, la ley no
establecido queexcepcionalmente -y a petición de parte-, cuando exista un peligro
grave de afectación delderecho a la privacidad de las partes, especialmente niños,
niñas y adolescentes, el juez puedadisponer una o más de las siguientes medidas:
a) Impedir el acceso u ordenar la salida de personas determinadas de la sala
donde se efectúa la audiencia.
b) Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de
diligenciasespecíficas.
Se trata de salvaguardar de la intromisión de terceros el acceso a determinada
información y lapráctica de determinadas diligencias.
Por supuesto, esta norma es sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales; así,
por ejemplo,el Código Civil establece un caso de secreto relativo respecto de la
acción de filiación, pues sólotendrán acceso al proceso las partes y sus
apoderados judiciales; lo propio acontece con la Leyde Adopción, la cual prevé el
carácter reservado de las actuaciones judiciales y administrativasa que dé lugar la
adopción.

1.1.8.- Interés superior del niño y derecho a ser oído


La Constitución impone a los órganos del Estado el deber de respetar y promover
los derechosfundamentales que emanan de la naturaleza humana, sea que ellos
se encuentren garantizadosen la propia Carta Fundamental, así como en tratados
internacionales ratificados por Chile yque se encuentren vigentes. Entre estos
últimos, resulta pertinente considerar la Convención deDerechos del Niño.
La Convención de Derechos del Niño aboga por que las decisiones concernientes
a los niñosque tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los
tribunales, lasautoridades administrativas o los órganos legislativos, tomen
consideración primordial al “interéssuperior del niño”, ello implica que él debe ser
considerado no como una propiedad de suspadres, sino como un sujeto de
derechos, una persona que tiene derecho de protección,asistencia y educación.
El concepto de interés superior del niño ya había sido acogido por nuestro
legislador en ladenominada Ley de Filiación, siendo ahora elevado a la condición
de principio informante delprocedimiento que se debe seguir en los Juzgados de
Familia; de ahí que la ley disponga quesu objetivo es garantizar a todos los niños,
niñas y adolescentes que se encuentren en elterritorio nacional, el ejercicio y goce
pleno y efectivo de sus derechos y garantías.
El interés superior del niño, niña o adolescente, y su derecho a ser oído, son
principios rectoresque el juez de familia debe tener siempre como consideración
principal en la resolución de losasuntos sometidos a su conocimiento.
Finalmente, para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser
humano que no hacumplido los catorce años y, adolescente, desde los catorce
años hasta que cumpla losdieciocho años de edad.
1.2.- Reglas generales
La ley que crea los Juzgados de Familia se ha encargado de establecer ciertas
reglas generalesaplicables a todo procedimiento que se substancie en ellos. Tales
reglas son las siguientes:
I.- La acumulación necesaria de asuntos. Uno de los reparos que se formulaba
frecuentementea nuestra administración de justicia en materia de familia era la
desagregación de causas y detribunales competentes para resolver los distintos
asuntos. En efecto, mientras una causa pornulidad matrimonial era de
competencia del Juzgado de Letras en lo Civil, la tuición, losalimentos menores y
la regulación de la relación regular y directa entre los hijos y el padre quecarecía
de la tuición eran de competencia del Juzgado de Letras de Menores,
substanciándosecada asunto en un procedimiento distinto; ello ocasionaba un
mayor desgaste para las partes y para los propios tribunales, además de riesgos
de que se adoptarán decisiones judicialescontradictorias.
La ley que crea los Juzgados de Familia pretende poner término a los
inconvenientes originadosde la multiplicidad de procedimientos y tribunales
competentes para conocer de los asuntos defamilia, razón por la cual obliga al
juez de familia a conocer conjuntamente, en un solo proceso,de los distintos
asuntos que una o ambas partes sometan a su consideración, siempre que
sesustancien conforme al mismo procedimiento.
Sin perjuicio de lo anterior, la acumulación procederá incluso entre asuntos no
sometidos almismo procedimiento:
1) Si se trata de la situación regulada por el inciso final del artículo 9º de la ley Nº
20.066, sobreViolencia Intrafamiliar, que dice relación con la facultad que tiene el
juez en dicho procedimientode fijar en la sentencia definitiva, los alimentos
definitivos, el régimen de cuidado personal y derelación directa y regular de los
hijos si los hubiere y cualquier otra cuestión de familia sometidaa su conocimiento
por las partes
2) Las materias relacionadas con las causas relativas al derecho de cuidado
personal de losniños, niñas o adolescentes; aquellas relativas al derecho y el
deber del padre o de la madreque no tenga el cuidado personal del hijo, a
mantener con éste una relación directa y regular; y,los asuntos en que aparezcan
niños, niñas o adolescentes gravemente vulnerados oamenazados en sus
derechos, respecto de los cuales se requiera adoptar una medida deprotección.
La acumulación y desacumulación procederán sólo hasta el inicio de la audiencia
preparatoria yserán resueltas por el juez que corresponda, teniendo especialmente
en cuenta el interéssuperior del niño, niña o adolescente.
II.- Comparecencia de las partes en juicio. En los procedimientos que se sigan
ante losJuzgados de Familia, las partes deberán comparecer patrocinadas por
abogado habilitado parael ejercicio de la profesión y representadas por persona
legalmente habilitada para actuar enjuicio, a menos que el juez en caso necesario
las exceptúe expresamente, por motivosfundados, en resolución que deberá dictar
de inmediato.
Ambas partes podrán ser patrocinadas y representadas en juicio por las
Corporaciones deAsistencia Judicial. La modalidad con que los abogados de las
Corporaciones de AsistenciaJudicial asuman la representación en dichas causas
se encontrará regulada por el reglamentoque debiera dictar para estos efectos el
Ministerio de Justicia.
En caso de renuncia del abogado patrocinante o del apoderado, ello no los libera
de su deberde realizar todos los actos inmediatos y urgentes que sean necesarios
para impedir laindefensión de su representado. En tal evento, o de abandono de
hecho de la defensa, eltribunal deberá designar de oficio a otro que la asuma, a
menos que el representado se procureantes un abogado de su confianza. Tan
pronto éste acepte el cargo, cesará en sus funciones eldesignado por el tribunal.
La obligación señalada en el inciso primero no regirá tratándose de los
procedimientostratándose de la solicitud de medidas de protección de niños, niñas
y adolescentes. En estoscasos, las partes podrán comparecer y actuar sin
necesidad de mandatario judicial ni deabogado patrocinante, salvo que el juez lo
estime necesario.
Cuando aparezcan involucrados intereses de niños, niñas, adolescentes, o
incapaces, el juezdeberá velar porque éstos se encuentren debidamente
representados.
Para ello, el juez debe designar a un abogado perteneciente a la respectiva
Corporación deAsistencia Judicial o a cualquier institución pública o privada que
se dedique a la defensa,promoción o protección de sus derechos, en los casos en
que carezcan de representante legalo cuando, por motivos fundados, el juez
estime que sus intereses son independientes o contradictorios con los de aquél a
quien corresponda legalmente su representación.
La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña, adolescente o
incapaz, por elsolo ministerio de la ley, y su representación se extenderá a todas
las actuaciones judiciales,incluyendo el ejercicio de la acción penal prevista como
un derecho de la víctima en el nuevosistema de justicia penal.
III.- Suspensión de la audiencia y abandono del procedimiento. La ley admite
que las partes, decomún acuerdo y previa autorización del juez, podrán suspender
hasta por dos veces laaudiencia que haya sido citada.
Por otra parte, ante el evento de que el día de la celebración de las audiencias
fijadas no acudaninguna de las partes que figuren en el proceso, y el demandante
o solicitante no pidiere unanueva citación dentro de quinto día, el juez de familia
procederá a declarar el abandono delprocedimiento y ordenará el archivo de los
antecedentes.
Sin embargo, en determinados asuntos, a pesar de la ausencia de las partes a
una audiencia, eljuez no puede disponer el abandono del procedimiento ni el
archivo de los antecedentes de lacausa, sino que debe citar a las partes, en forma
inmediata, a una nueva audiencia bajoapercibimiento de resolver de oficio. Tal
situación tiene lugar en los siguientes casos: cuando lacausa se refiere a la
adopción de medidas de protección del niño; cuando se trata de accionesde
filiación y estado civil; cuando se impute la comisión de cualquier falta a
adolescentes;tratándose de maltrato infantil; y, cuando se trata de los
procedimientos previos a la adopción.
En todos ellos, el juez proseguirá la tramitación de la causa y, finalmente, dictará
sentenciaconforme al mérito de los elementos de prueba y antecedentes de que
disponga, les sean o nosuministrados por las partes.
En las causas sobre violencia intrafamiliar, de verificarse las circunstancias
previstas en elinciso primero, el juez ordenará el archivo provisional de los
antecedentes, pudiendo eldenunciante o demandante solicitar, en cualquier
momento, la reapertura del procedimiento.
Transcurrido un año desde que se decrete el archivo provisional sin haberse
requerido lareanudación del procedimiento, se declarará, de oficio o a petición de
parte, el abandono delprocedimiento, debiendo el juez dejar sin efecto las medidas
cautelares que haya fijado.

IV.- Potestad cautelar. Con el objeto de posibilitar la adopción de medidas


urgentes cuando lasituación lo amerite, se otorga al juez de familia una potestad
cautelar amplia, que puedeejercer tanto de oficio como a petición de parte, de
manera que en cualquier etapa delprocedimiento, e inclusive antes de su inicio, y
considerando la verosimilitud del derechoinvocado y el peligro en la demora que la
tramitación importa, pueda decretar las medidascautelares que estime
procedentes, tales como el ingreso a un programa de familias deacogida, y la
prohibición de salida del país de determinada persona, entre otras.
Cuando existan razones graves para ello y el tribunal así lo ordene expresamente,
las medidascautelares podrán inclusive llevarse a efecto aun antes de notificarse a
la persona contra quiense dicten.

V.- Notificaciones. La ley establece algunas reglas especiales relativas al sistema


denotificación de las resoluciones judiciales.
La primera notificación a la demandada se efectuará personalmente por un
funcionario quehaya sido designado para cumplir esta función por el juez
presidente del comité de jueces, apropuesta del administrador del tribunal. Dicho
funcionario tendrá el carácter de ministro de fepara estos efectos. La parte
interesada podrá siempre encargar, a su costa, la práctica de lanotificación a un
receptor judicial.
En los casos en que no resulte posible practicar la primera notificación
personalmente, por noser habida la persona a quien se debe notificar, y siempre
que el ministro de fe encargado de ladiligencia establezca cuál es su habitación o
el lugar donde habitualmente ejerce su industria,profesión o empleo y que se
encuentra en el lugar del juicio, de lo que dejará constancia, seprocederá a su
notificación en el mismo acto y sin necesidad de nueva orden del tribunal,
dejándosele copias íntegras del acta de notificación con otra persona.
El ministro de fe dará aviso de esta notificación a ambas partes el mismo día en
que se efectúeo a más tardar el día hábil siguiente, dirigiéndoles carta certificada.
Cabe señalar que la omisiónen el envío de la carta no invalida la notificación, sino
que sólo acarrea eventualmenteresponsabilidades para el ministro de fe.
Cuando la demanda deba notificarse a persona cuya individualización o domicilio
sean difícilesde determinar, el juez dispondrá que se practique por cualquier medio
idóneo que garantice ladebida información del notificado, para el adecuado
ejercicio de sus derechos.
Las restantes notificaciones se practicarán por el estado diario, esto es, a través
de su inclusiónen un listado que debe formarse y fijarse diariamente en el propio
tribunal, en el cual se indicanlas causas en las cuales se ha pronunciado alguna
resolución judicial en un día determinado.
Sin embargo, cuando se trate de sentencias definitivas y de las resoluciones en
que se ordenela comparecencia personal de las partes que no hayan sido
expedidas en el curso de alguna delas audiencias, la notificación se realizará
mediante carta certificada, las que se entenderánpracticadas desde el tercer día
siguiente a aquél en que fueron expedidas.
Excepcionalmente, y por resolución fundada, el juez podrá ordenar que
determinadasnotificaciones no sean practicadas por funcionarios del Tribunal o por
receptor judicial, sino porpersonal de Carabineros o de la Policía de
Investigaciones.
Ahora bien, los patrocinantes de las partes, en la primera actuación que realicen
en el proceso,deberán indicar otra forma de notificación que elijan para sí, que el
juez califique como expeditay eficaz, bajo apercibimiento de serles notificadas por
el Estado diario todas las resolucionesque se dicten en lo sucesivo en el proceso .
Tal disposición permite que ciertas resolucionessean notificadas a las partes
mediante llamado telefónico, el envío de fax o de correoelectrónico.

VI.- Nulidad procesal. Las actuaciones judiciales sólo podrán declararse nulas
cuando hanocasionado un perjuicio en la parte que solicita su declaración –por
ejemplo, cuando unadeficiente notificación le ha impedido participar de la
audiencia preparatoria–. Sin embargo, nose necesita que haya perjuicio cuando se
trata de la nulidad de una actuación desarrollada sinla presencia del juez, ya que
tal situación siempre es sancionada con nulidad.
Por supuesto, la parte que ha dado origen al vicio o participado en su
materialización no puedesolicitar la nulidad. Y, por su parte, si la parte perjudicada
no reclama oportunamente, o haaceptado tácitamente los efectos del acto y la
actuación ha conseguido su fin respecto de todoslos interesados, no procederá
declarar la nulidad. En este último caso, el tribunal tampoco podrádeclarar de
oficio la nulidad. Por ejemplo, si pese a no haberse notificado a una de las partes
dela realización de la audiencia preliminar, ella acude sin manifestar reparos.

VII.- Incidentes. Durante la tramitación del procedimiento puede que las partes
discutan otrosasuntos distintos de aquéllos que motivan la causa, por ejemplo
quién debe asumir los costosdel juicio, qué pruebas no deben practicarse, sobre
qué puntos debe extenderse en informe deun perito, entre otros; este tipo de
cuestiones se denominan incidentes.
Los incidentes deben promoverse durante el transcurso de las audiencias en que
se originen yse resuelven inmediatamente por el tribunal, previo debate. Con todo,
cuando para la resolucióndel incidente resulte indispensable producir prueba que
no hubiere sido posible prever conanterioridad, el juez determinará la forma y
oportunidad de su rendición, antes de resolver. Lasdecisiones que recayeren
sobre estos incidentes no son susceptibles de recurso alguno.
Excepcionalmente, y por motivos fundados, se podrán interponer incidentes fuera
de audiencia,los que deberán ser presentados por escrito y resueltos por el juez
de plano, a menos queconsidere necesario oír a los demás interesados. En este
último caso, el juez debe citar, a mástardar dentro de tercero día, a una audiencia
especial, a la que concurrirán los interesados contodos sus medios de prueba, a
fin de resolver en ella la incidencia planteada. En el evento dehaberse fijado la
audiencia preparatoria o de juicio para una fecha no posterior al quinto día
deinterpuesto el incidente, se resolverá en ésta.
Si el incidente se origina en un hecho anterior a una audiencia sólo podrá
interponerse hasta laconclusión de la misma.

VIII.- Normas supletorias. En todo lo no regulado por esta ley, serán aplicables
las disposicionescomunes a todo procedimiento establecidas en el Código de
Procedimiento Civil. Así, porejemplo, tratándose del recurso de apelación la ley no
establece los trámites que debenproducirse ante el tribunal de primera instancia ni
ante la Corte de Apelaciones para suconocimiento y fallo, de manera que debe
acudirse a las disposiciones del Código deProcedimiento Civil para resolver tales
aspectos de tramitación.
Sin embargo, no se aplicarán las disposiciones del mencionado Código cuando
ellas resultenincompatibles con la naturaleza de los procedimientos que establece
la ley, particularmente enlo relativo a la exigencia de oralidad. En tal caso, será el
juez quien determinará la forma en quese practicará la actuación.

IX.- Facultades del juez en la audiencia. El juez que preside la audiencia tiene
facultades paradirigir el debate, ordenar la rendición de las pruebas y moderar la
discusión. Asimismo puedeimpedir que las alegaciones se desvíen hacia aspectos
no pertinentes o inadmisibles, pero sinque ello coarte el ejercicio de los litigantes
para defender sus respectivas posiciones.
También puede limitar el tiempo de uso de la palabra a las partes que deban
intervenir duranteel juicio, fijando límites máximos igualitarios para todas ellas o
interrumpiendo a quien haga usomanifiestamente abusivo de su facultad.
Además, tiene facultades disciplinarias destinadas a mantener el orden y decoro
durante eldebate y, en general, para garantizar la eficaz realización del mismo.
La ley prescribe expresamente que aquellos que asistan a la audiencia deben
guardar respeto ysilencio mientras no estén autorizados para exponer o deban
responder a las preguntas que seles formulen. No pueden llevar armas ni ningún
elemento que pueda perturbar el orden de laaudiencia, como tampoco pueden
adoptar un comportamiento intimidatorio, provocativo ocontrario al decoro.
Quienes infrinjan lo anterior, o aquello dispuesto sobre la publicidad tratadas
anteriormente,pueden ser sancionados de conformidad con los artículos 530 ó 532
del Código Orgánico deTribunales, según sea que se trate de público o de
aquellas personas las personas que ejercenfunciones concernientes a la
administración de justicia y que se hallan sujetas a su autoridad.
En el primero de los casos, las sanciones pueden ser amonestación, multa o
arrestos -en eseorden y sólo podrán hacer uso del último en caso de ineficacia o
insuficiencia de los primeros y en el segundo de los casos, las sanciones pueden
ser: amonestación, censura, multa ysuspensión hasta por un mes de sus
funciones, en el mismo orden y condiciones expresadasprecedentemente.
Todo lo anterior, es obviamente sin perjuicio de la facultad del tribunal para
expulsar a losinfractores de la sala.

1.3.- Admisibilidad y etapa de recepción


Se ha creído importante incorporar normas relacionados con un control de
admisibilidad de lasdemandas, denuncias y requerimientos que se presenten al
tribunal.
Si en dicho control –que es ejercicio por uno o más jueces que componen el
tribunal- seadvierte que la demanda presentada no cumple con los requisitos
formales, el tribunal ordenaráse subsanen sus defectos en el plazo que el mismo
fije, bajo sanción de tenerla por nopresentada.
Con excepción de las acciones de filiación o de aquellos requerimientos o
denuncias con motivode violencia intrafamiliar, si se estimare que la presentación
es manifiestamente improcedente,la rechazará de plano, expresando los
fundamentos de su decisión. La resolución que larechace será apelable en
conformidad a las reglas generales.
Además, el juez debe declarar de oficio la incompetencia del tribunal para seguir
conociendo elasunto.
Admitida la demanda, denuncia o requerimiento a tramitación, el juez procederá
de oficio o apetición de parte, a decretar las medidas cautelares que procedan,
incluyendo la fijación dealimentos provisorios cuando corresponda. Luego de ello,
citará a las partes a la audienciacorrespondiente.
En esta etapa corresponde además, que el tribunal conozca los avenimientos y
transaccionescelebrados directamente por las partes, los que aprobará en cuanto
no sean contrarios aderecho.
Por último, si en el acta de mediación consta que el proceso de mediación resultó
frustrado,dispondrá la continuación del procedimiento judicial, cuando
corresponda.
1.4.- Normas sobre la prueba.
La ley establece como principio general la libertad probatoria, esto implica que
todos los hechosque resulten pertinentes para la adecuada resolución del conflicto
familiar sometido alconocimiento del juzgado podrán ser probados por cualquier
medio de prueba producido enconformidad a la ley.
Al efecto, las partes podrán ofrecer todos los medios de prueba de que dispongan,
pudiendosolicitar al juez de familia que ordene, además, la generación de otros de
que tenganconocimiento y que no dependan de ellas, sino de un órgano o servicio
público o de terceraspersonas, tales como pericias –por ejemplo, un examen de
ADN para establecer la paternidaddel demandado–, documentos –por ejemplo, la
exhibición o agregación de registrosconservatorios–, certificaciones –por ejemplo,
certificado de rentas emitido por Tesorería, o deemolumentos emitido por el
empleador– u otros medios aptos para producir fe sobre un hechodeterminado.
Asimismo, las partes tendrán plenas facultades para solicitar a los órganos,
servicios públicos, oterceras personas, la respuesta a los oficios solicitados en la
audiencia preparatoria y quehayan sido admitidos por el tribunal, a fin de que
puedan ser presentados como medios deprueba en la audiencia del juicio .
Además, el juez, de oficio, podrá ordenar que se acompañen todos aquellos
medios de pruebade que tome conocimiento o que, a su juicio, resulte necesario
producir en atención al conflictofamiliar de que se trate.
Sin embargo, a efectos de evitar una sobreabundancia de elementos de prueba,
que a la postredilate el desarrollo del juicio y con ello la decisión del asunto, la ley
admite, según veremosposteriormente, que las partes puedan pactar
convenciones probatorias y, a su vez, faculta aljuez para excluir determinadas
pruebas.
En cuanto a la valoración de la prueba, la ley no confiere un valor preestablecido a
loselementos de convicción que se agregan a la causa, al contrario, otorga la
facultad a los juecespara apreciar la prueba de conformidad con las reglas de la
sana crítica. Esto no implica unalibertad absoluta, pues la valoración no podrá
contradecir los principios de la lógica, ni lasmáximas de la experiencia o los
conocimientos científicamente afianzados. Además, obliga aljuez a expresar en la
sentencia la fundamentación de toda la prueba rendida, incluso de aquéllaque
hubiere desestimada, indicando en tal caso las razones que ha tenido en cuenta
paradesestimarla.
La ley incluye ciertas normas especiales respecto de algunos elementos de
convicción: laprueba de testigos, la prueba de peritos, la confesión de las partes y
alguna alusión respecto demedios de prueba no regulados expresamente.
Consideremos brevemente algunos de talesaspectos.
I. De la prueba testimonial
La ley establece un deber de comparecencia y declaración por toda persona
citada a declararcomo testigo, salvo que se encontrare legalmente exceptuada. En
casos urgentes, la ley admiteque los testigos sean citados por cualquier medio –
por ejemplo, mediante llamado telefónico–haciéndose constar el motivo de la
urgencia en la resolución.
Si el testigo no compareciere sin justa causa, podrá ser apercibido con arresto e
imponérsele elpago de las costas provocadas por su inasistencia. En tanto que si
se negare a declarar, sinjusta causa, podrá ser sancionado con pena privativa de
libertad, de 541 días a cinco años,inclusive.
En el caso de las personas legalmente exceptuadas de acudir a declarar, serán
interrogadas enel lugar en que ejercieren sus funciones o en su domicilio. A tal
efecto, ellas mismas propondránoportunamente la fecha y el lugar
correspondientes. Si así no lo hicieren, los fijará el juez. Encaso de inasistencia del
testigo, se aplicarán las normas generales. A la audiencia ante el jueztendrán
siempre derecho a asistir las partes. El juez podrá calificar las preguntas que
sedirigieren al testigo, teniendo en cuenta su pertinencia con los hechos y la
investidura o estadodel deponente. Esta es la situación, por ejemplo, de ciertas
autoridades públicas y de quienesestuvieren imposibilitados de acudir por
enfermedad grave u otro impedimento. Con todo, estaspersonas podrán renunciar
a su derecho a no comparecer y prestar declaración conforme lasreglas generales.
En tanto que tratándose de chilenos o extranjeros que gozaren en el país de
inmunidaddiplomática, en conformidad a los tratados vigentes sobre la materia,
declararán por informe, siconsintieren a ello voluntariamente. Al efecto se les
dirigirá un oficio respetuoso, por medio delministerio respectivo.
Todo testigo tendrá el derecho de negarse a responder aquellas preguntas cuya
respuestapudiere acarrearle peligro de persecución penal por un delito a sí mismo
o a sus próximos. Setrata de una concreción del principio de no autoincriminación.
Además, antes de comenzar adeclarar, todo testigo, salvo excepciones, deberá
prestar juramento o promesa de decir verdadsobre lo que se le preguntare, sin
ocultar nada de lo que pudiere conducir al esclarecimiento delos hechos; pudiendo
el juez instruir al testigo sobre el sentido del juramento o promesa, sobresu
obligación de ser veraz, y sobre las penas con las cuales la ley castiga el delito de
falsotestimonio.
El testigo comenzará por individualizarse, para enseguida responder las preguntas
que laspartes le formularen para demostrar su credibilidad o falta de ella, la
existencia de vínculos conalguna de las partes que afectaren o pudieren afectar su
imparcialidad, o algún otro defecto deidoneidad. No existirán testigos inhábiles.
Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales declarare,
expresandosi los hubiere presenciado, si los dedujere de antecedentes que le
fueren conocidos o si loshubiere oído referir a otras personas.
Enseguida, la ley establece reglas especiales para la declaración de testigos
niños, niñas oadolescentes, los que sólo será interrogado por el juez, debiendo las
partes dirigir las preguntaspor su intermedio, salvo autorización excepcional del
juez; de testigos sordos, mudos osordomudos, evento en el cual serán
interrogados o contestarán por escrito o bien medianteintérprete, el que prestará
previamente el juramento o promesa prescritos para los testigos; detestigo que no
supiere el idioma castellano, el que será examinado por medio de intérprete.
La comparecencia del testigo a la audiencia constituye justificación suficiente
cuando suasistencia fuere requerida simultáneamente en cumplimiento de
obligaciones laborales,educativas o de otra naturaleza y, dispone la ley, no le
ocasionará consecuencias jurídicasadversas bajo circunstancia alguna.

II. La prueba pericial


Las partes podrán recabar informes elaborados por peritos de su confianza y
solicitar que éstossean citados a declarar a la audiencia de juicio, acompañando
los antecedentes que acreditarenla idoneidad profesional del perito. Asimismo, el
juez, de oficio o a petición de parte, podrásolicitar la elaboración de un informe de
peritos a algún organismo público u organismoacreditado ante el Servicio Nacional
de Menores que reciba aportes del Estado, y que desarrollela línea de acción
relacionada con la modalidad de atención de diagnóstico, cuando lo
estimeindispensable para la adecuada resolución del conflicto.
Sin perjuicio del deber de los peritos de concurrir a declarar ante el juez acerca de
su informe,éste deberá entregarse por escrito, para ser puesto en conocimiento de
las partes. Dichoinforme escrito deberá contener:
a) La descripción de la persona, hecho o cosa examinado, su estado y modo en
que sehallare;
b) La relación circunstanciada de todos los procedimientos practicados y su
resultado, y
c) Las conclusiones que, en vista de tales datos, formularen los peritos conforme a
losprincipios de su ciencia o reglas de su arte u oficio.
El juez admitirá la prueba pericial cuando, además de los requisitos generales
para laadmisibilidad de las solicitudes de prueba, considere que los peritos
otorgan suficientesgarantías de seriedad y profesionalismo. Con todo, el tribunal
podrá limitar el número de peritos,cuando resultaren excesivos o pudieren
entorpecer la realización del juicio. En tal caso, loshonorarios y demás gastos
derivados de la intervención de los peritos corresponderán a la parteque los
presente.
Los peritos, al igual que los testigos, no podrán ser inhabilitados. No obstante,
durante laaudiencia podrán dirigírseles preguntas orientadas a determinar su
objetividad e idoneidad, asícomo el rigor técnico o científico de sus conclusiones.
Las partes o el juez podrán requerir alperito información acerca de su
remuneración y la adecuación de ésta a los montos usualespara el tipo de trabajo
realizado.
La declaración de los peritos en la audiencia se regirá por las normas establecidas
para los testigos, inclusive en lo correspondiente a los apremios por falta de
comparecencia y penasprivativas de libertad por negarse a declarar.
A petición de parte, los peritos deberán concurrir a declarar ante el juez acerca de
su informe.
Sin perjuicio de lo anterior, cualquiera de las partes puede requerir fundadamente,
que al peritose le exima de la obligación de concurrir a prestar declaración,
admitiendo en dicho caso elinforme pericial como prueba. Todo ello, no obsta a la
obligación del perito de entregar suinforme por escrito, con tantas copias como
partes figuren en el proceso, con la finalidad deponerlo en conocimiento de
aquéllas, con cinco días de anticipación a la audiencia de juicio, a lomenos.

III. La declaración de las partes


La ley admite que cada parte pueda solicitar al juez la declaración de las demás
sobre hechos ycircunstancias de los que tengan noticia y que guarden relación
con el objeto del juicio.
Si la parte, debidamente citada, no comparece a la audiencia de juicio, o
compareciendo senegase a declarar o diese respuestas evasivas, el juez podrá
considerar reconocidos comociertos los hechos contenidos en las afirmaciones de
la parte que solicitó la declaración. En lacitación se apercibirá al interesado acerca
de los efectos de tales circunstancias.
La ley reglamenta el tipo de preguntas que podrán formularse a la parte,
facultando al juez pararesolver las objeciones que se formulen, previo debate,
referidas a la debida claridad y precisiónde las preguntas y a la pertinencia de los
hechos por los cuales la parte haya sido requeridapara declarar.
Concluida la declaración de las partes, el tribunal podrá dirigir todas aquellas
preguntasdestinadas a obtener aclaraciones o adiciones a sus dichos.
IV. Otros medios de prueba
Tratándose de medios de prueba no regulados expresamente, tales como
películascinematográficas, fotografías, fonografías, video grabaciones y otros
sistemas de reproducciónde la imagen o del sonido, archivos informáticos,
versiones taquigráficas y, en general,cualquier medio apto para producir fe, el juez
determinará la forma de su incorporación alprocedimiento, adecuándola, en lo
posible, al medio de prueba más análogo.

2.- PROCEDIMIENTO ORDINARIO ANTE LOS JUZGADOS DE FAMILIA


La ley establece un procedimiento ordinario aplicable ante los Juzgados de
Familia, ello implicaque él será el utilizado en todos aquéllos asuntos en que el
conflicto entre las partescorresponda a estos tribunales y no haya un
procedimiento distinto establecido en la misma leyo en otras leyes. Así, por
ejemplo, tratándose de una demanda por entrega inmediata, la ley noprevé un
procedimiento especial, por lo cual deberá aplicarse precisamente el ordinario.
Con todo, cuando esta ley u otra establecen un procedimiento especial, pero en su
regulaciónse omiten determinados trámites, las normas sobre procedimiento
ordinario se aplican también,aunque sólo supletoriamente. De tal forma acontece
con el procedimiento por actos de violenciaintrafamiliar, en él una vez recibida la
demanda o la denuncia, el juez debe citar a la audienciapreparatoria; sin embargo,
la ley no precisa qué debe suceder en tal audiencia en tal proceso,de manera que
debemos acudir a las reglas sobre audiencia preparatoria del
procedimientoordinario para respondernos la pregunta.
La demanda deberá cumplir con todos los requisitos establecidos en el artículo
254 del Códigode Procedimiento Civil, los cuales son:
1º. La designación del tribunal ante quien se entabla;
2º. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante y de las personas que
lorepresenten, y la naturaleza de la representación;
3º. El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandado;
4º. La exposición clara de los hechos y fundamentos de derecho en que se apoya;
y
5º. La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión de las peticiones
que sesometan al fallo del tribunal.
Tratándose de las causas de mediación previa –derecho de alimentos, cuidado
personal y elderecho de los padres e hijos e hijas que vivan separados a mantener
una relación directa yregular- se deberá acompañar un certificado que acredite
que se dio cumplimiento alprocedimiento de mediación previo, dispuesto en el
artículo 106 de la Ley N°19.968, que crealos tribunales de familia.
El demandado deberá contestar la demanda por escrito, con al menos cinco días
deanticipación a la fecha de realización de la audiencia preparatoria. Si desea
reconvenir, deberáhacerlo de la misma forma, conjuntamente con la contestación
de la demanda y cumpliendo contodos los requisitos establecidos en el artículo
254 del Código de Procedimiento Civil. Deducidala reconvención, el tribunal
conferirá traslado al actor, quien podrá contestarla por escrito, uoralmente, en la
audiencia preparatoria.
En casos calificados, el juez, por resolución fundada, podrá autorizar al
demandado a contestary reconvenir oralmente, de todo lo cual se levantará acta
de inmediato, asegurando que laactuación se cumpla dentro del plazo legal y
llegue oportunamente a conocimiento de la otra parte.
Al examinar las reglas generales aplicables en el procedimiento ante los Juzgados
de Familia,sosteníamos que existe una acumulación necesaria de asuntos. Es
precisamente por talcircunstancia que la demanda reconvencional continuará su
tramitación conjuntamente con lacuestión principal y, finalmente, ambas serán
resueltas en la sentencia definitiva.
La Notificación. Admitida la demanda, el tribunal citará a las partes a una
audienciapreparatoria, la que deberá realizarse en el más breve plazo posible.
Esta resolución se notificaa ambas partes, al demandante por el estado diario,
mientras que al demandado, por tratarsenormalmente de la primera notificación en
el proceso, según lo que hemos revisado conanterioridad, personalmente.
La notificación de la resolución que cita a la audiencia preparatoria deberá
practicarse siemprecon una antelación mínima de 15 días.
En la misma resolución que cita a audiencia preparatoria se hace constar a las
partes que ellase celebrará con quienes asistan, afectándole a la inasistente todas
las resoluciones que sedicten en la audiencia, sin necesidad de ulterior
notificación.
La audiencia preparatoria. El resto del procedimiento se lleva a cabo
esencialmente a través dedos audiencias sucesivas: la primera de ellas, de
carácter preliminar, tiene por objeto prepararadecuadamente el juicio y provocar la
conciliación entre las partes si la causa no se ha derivadoa mediación; y la
audiencia siguiente, denominada de juicio, cuyo objeto es que en ella se
rindaíntegramente la prueba, se formulen alegaciones por las partes y se dicte
sentencia.
Las partes deberán concurrir personalmente a la audiencia preparatoria y a la
audiencia dejuicio, patrocinadas por abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión y representadas por persona legalmente habilitada para actuar en juicio,
a menos que el juez en caso necesario lasexceptúe expresamente, por motivos
fundados, en resolución que deberá dictar de inmediato
De la misma forma, el juez podrá eximir a la parte de comparecer personalmente,
lo que debehacer por resolución fundada.
Por aplicación del principio de concentración, la ley ha establecido diversos
trámites dentro dela audiencia preparatoria. Ellos son:
1) Relación breve y sintética, que harán las partes ante el juez, del contenido de la
demanda, dela contestación y de la reconvención que se haya deducido, y de la
contestación a lareconvención, si ha sido hecha por escrito.
2) Contestar la demanda reconvencional, en su caso.
Las excepciones que se hayan opuesto se tramitarán conjuntamente y se fallarán
en lasentencia definitiva. No obstante, el juez se pronunciará inmediatamente de
evacuado eltraslado respecto de las de incompetencia, falta de capacidad o de
personería, de las que serefieran a la corrección del procedimiento y de
prescripción, siempre que su fallo puedafundarse en antecedentes que consten en
el proceso o que sean de pública notoriedad.
3) El tribunal podrá decretar las medidas cautelares que sean necesarias, de oficio
o a peticiónde parte, salvo que ellas ya se hubieren decretado con anterioridad,
como medidasprejudiciales, evento en el cual el tribunal resolverá si las mantiene
o no.
4) Promover, en los casos en que proceda, ya sea iniciativa del tribunal o a
petición de parte,que las partes resuelvan el conflicto a través de mediación
familiar, evento en el cual sesuspenderá el procedimiento judicial hasta concluida
la mediación, según lo que veremos másadelante.
5) El tribunal promoverá la conciliación entre las partes, ya sea sobre todo o parte
del conflicto,conforme a las bases de acuerdo que el propio tribunal proponga a
las partes.
El juez podrá hacerse asesorar por los profesionales del Consejo Técnico, a
efectos de derivara las partes a mediación o aconsejar la conciliación entre ellas,
para lo cual ellos podrán sugerirlos términos en que ésta pudiere tener lugar.
6) Enseguida, el tribunal procederá a delimitar los términos de la litis, esto es, a
determinar elobjeto del juicio, las pretensiones de las partes que serán objeto de
prueba y consideradas parasu resolución en la sentencia.
7) Una vez fijado el objeto del juicio, el tribunal procederá a fijar los hechos que
deben serprobados. El propósito es concentrar el esfuerzo probatorio de las partes
sobre los hechossustanciales, pertinentes y controvertidos, evitando la abundancia
de prueba innecesaria oimpertinente; para estos efectos, se permitirá que las
propias partes puedan formular acuerdossobre la prueba.
En efecto, durante la audiencia preparatoria las partes podrán acordar
convencionesprobatorias, solicitando conjuntamente al juez de familia que dé por
acreditados ciertos hechos,que no podrán ser discutidos en la audiencia de juicio.
El juez de familia podrá formularproposiciones a las partes sobre la materia,
teniendo para ello a la vista las argumentaciones dehecho contenidas en la
demanda y en la contestación.
El juez aprobará aquellas convenciones siempre que no sean contrarias a
derecho, teniendoparticularmente en vista los intereses de los niños, niñas o
adolescentes involucrados en elconflicto. Asimismo, el juez verificará que el
consentimiento ha sido prestado en forma libre yvoluntaria, con pleno
conocimiento de los efectos de la convención.
8) Determinar las pruebas que deberán rendirse al tenor de la propuesta de las
partes y disponer la práctica de las otras que estime necesarias.
Al efecto, el juez de familia, después de examinar la admisibilidad de las pruebas
ofrecidas porlas partes, de resolver las convenciones probatorias y de escuchar a
las partes que hubierencomparecido a la audiencia preparatoria, mediante
resolución fundada ordenará la exclusión deaquellas pruebas que fueren
manifiestamente impertinentes, tuvieren por objeto acreditarhechos públicos y
notorios, resulten sobreabundantes o hayan sido obtenidas con infracción
degarantías fundamentales. Las demás serán admitidas y se ordenará su
rendición en laaudiencia de juicio respectiva.
9) Excepcionalmente, y por motivos justificados, recibir la prueba que deba
rendirse en esemomento. La documental que se rinda en esta oportunidad no
radicará la causa en la personadel juez que la reciba.
10) Fijar la fecha de la audiencia de juicio, la que deberá llevarse a efecto en un
plazo nosuperior a treinta días de realizada la preparatoria. Sin perjuicio de ello, el
juez podrá, previoacuerdo de las partes, desarrollar la audiencia de juicio
inmediatamente de finalizada la preparatoria.
En caso de advertir la existencia de niños, niñas o adolescentes gravemente
vulnerados oamenazados en sus derechos, el juez, de oficio o a petición de parte,
podrá decretar la aperturadel procedimiento especial previsto para la aplicación de
medidas de protección y citar a laaudiencia respectiva, o incluir estos hechos para
los efectos de los números, procediendo a laacumulación necesaria, pudiendo
decretar en todo caso medidas cautelares.
En caso de citación a audiencia de juicio, las partes se entenderán citadas por el
solo ministeriode la ley, audiencia que se llevará a efecto con las partes que
asistan, afectando a la parteinasistente todas las resoluciones que se dicten, sin
necesidad de notificación posterior.
Al término de la audiencia preparatoria, en caso de no haberse producido una
solución delconflicto por mediación o conciliación, el juez dictará una resolución
por la cual citará a juicio, laque contendrá las menciones siguientes:
a) La o las demandas que deban ser conocidas en el juicio, así como las
contestacionesque hubieren sido presentadas, fijando el objeto del juicio.
b) Los hechos que se dieren por acreditados por aplicación de convenciones
probatorias.
c) Las pruebas que deberán rendirse en el juicio, sin perjuicio de prueba no
solicitadaoportunamente a que el juez acceda en la audiencia de juicio
d) La individualización de quienes deberán ser citados a la audiencia respectiva.
Con todo, a petición de alguna de las partes, el tribunal podrá ordenar la recepción
de pruebasque ella no hubiere ofrecido oportunamente, siempre que justifique no
haber sabido de suexistencia sino hasta ese momento.
Además, si con ocasión de la rendición de una prueba surgiere una controversia
relacionadaexclusivamente con su veracidad, autenticidad o integridad, el tribunal
podrá autorizar lapresentación de nuevas pruebas destinadas a esclarecer esos
puntos, aunque ellas nohubieren sido ofrecidas oportunamente y siempre que no
hubiere sido posible prever su necesidad.
La audiencia de juicio. La audiencia se llevará a efecto en un solo acto, pudiendo
prorrogarseen sesiones sucesivas si fuere necesario, y tendrá por objetivo recibir
la prueba admitida por eltribunal y la decretada por éste.
El día y hora fijados, el juez de familia se constituirá, con la asistencia del
demandante y eldemandado, asistidos por letrados cuando corresponda. Además,
estarán presentes losprofesionales del Consejo Técnico que hubieren sido citados
a efectos de emitir las opinionestécnicas que les sean solicitadas.
Durante la audiencia, el juez procederá a: verificar la presencia de las personas
que hubierensido citadas a la audiencia y declarar iniciado el juicio; señalar el
objetivo de la audiencia,advirtiendo a las partes que deben estar atentas a todo lo
que se expondrá en el juicio; disponerque los testigos y peritos que hubieren
comparecido hagan abandono de la sala de audiencia; y,adoptar las medidas
necesarias para garantizar su adecuado desarrollo, pudiendo disponer lapresencia
en ella de uno o más miembros del Consejo Técnico.
El juez, con miras a salvaguardar el interés superior del niño, niña o adolescente,
podrá ordenarque éste mismo u otro miembro del grupo familiar se ausente de la
audiencia durantedeterminadas actuaciones.
En cuanto a la producción de la prueba, ella se rendirá de acuerdo al orden que
fijen las partes,comenzando por la del demandante. Rindiéndose en último término
la prueba ordenada por eljuez.
Durante la audiencia, los testigos y peritos serán identificados por el juez, quien
les tomará eljuramento o promesa de decir verdad. A continuación, serán
interrogados por las partes,comenzando por la que los presenta. Los peritos
deberán exponer brevemente el contenido ylas conclusiones de su informe y luego
se autorizará su interrogatorio por las partes.
El juez también podrá efectuar preguntas al testigo o perito, así como a las partes
que declaren,una vez que fueren interrogadas por los litigantes, con la finalidad de
pedir aclaraciones oadiciones a sus dichos.
Los documentos, así como el informe de peritos en su caso, serán exhibidos y
leídos en eldebate, con indicación de su origen. En tanto que las grabaciones, los
elementos de pruebaaudiovisuales, computacionales o cualquier otro de carácter
electrónico apto para producir fe,se reproducirán en la audiencia por cualquier
medio idóneo para su percepción por losasistentes. El juez podrá autorizar, con
acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial oresumida de los medios
de prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y seasegurare el
conocimiento de su contenido. Todos estos medios podrán ser exhibidos a
losdeclarantes durante sus testimonios, para que los reconozcan o se refieran a su
conocimiento.
Practicada la prueba, el juez podrá solicitar a un miembro del Consejo Técnico que
emita suopinión respecto de la prueba rendida, en el ámbito de su especialidad.
Finalmente, las partes formularán, oralmente y en forma breve, las observaciones
que lesmerezca la prueba y la opinión del miembro del Consejo Técnico, así como
sus conclusiones,de un modo preciso y concreto, con derecho a replicar respecto
de las conclusionesargumentadas por las demás.
La sentencia. Una vez concluidas las alegaciones de las partes, el juez
comunicará deinmediato su resolución, indicando los principales fundamentos
tomados en consideración paradictarla. Excepcionalmente, cuando la audiencia de
juicio se hubiere prolongado por más de dosdías, el juez podrá postergar la
decisión del caso hasta el día siguiente hábil, lo que se indicaráa las partes al
término de la audiencia, fijándose de inmediato la oportunidad en que la
decisiónserá comunicada.
La redacción del fallo podrá ser pospuesta hasta por un plazo de cinco días,
ampliables porotros cinco por razones fundadas, fijando la fecha en que tendrá
lugar la lectura de la sentencia,la que podrá efectuarse de manera resumida.
En el caso que el juez ante el cual se desarrolló la audiencia de juicio no pudiera
dictarsentencia por causa legal sobreviniente, aquella deberá celebrarse
nuevamente.
En caso de nombramiento, promoción, destinación, traslado o comisión del juez
ante el cual sedesarrolló la audiencia del juicio, éste sólo podrá asumir su nueva
función luego de haberdictado sentencia definitiva en las causas que tuviese
pendientes.
En cuanto al contenido de la sentencia, la ley se encarga de precisar sus términos:
1) El lugar y fecha en que se dicta;
2) La individualización completa de las partes litigantes;
3) Una síntesis de los hechos y de las alegaciones de las partes;
4) El análisis de la prueba rendida, los hechos que estime probados y el
razonamiento queconduce a esa conclusión;
5) Las razones legales y de doctrina que sirven para fundar el fallo;
6) La resolución de las cuestiones sometidas a la decisión del juzgado; y,
7) El pronunciamiento sobre pago de costas y, en su caso, los motivos que tuviere
eljuzgado para absolver de su pago a la parte vencida.
Los recursos. Las resoluciones judiciales pronunciadas pueden ser impugnadas
por las partes através de los recursos procesales y en las formas que establece el
Código de ProcedimientoCivil, siempre que ello no resulte incompatible con los
principios del procedimiento queestablece la presente ley, y sin perjuicio de las
modificaciones que la propia ley consigna, asaber:
1) En el caso del recurso de reposición, la solicitud deberá presentarse dentro de
tercero día denotificada la resolución reclamada, a menos que dentro de dicho
término tenga lugar unaaudiencia, ya que en tal caso deberá interponerse y
resolverse durante ella misma. En tantoque, tratándose de una resolución
pronunciada en audiencia, el recurso de reposición debe serinterpuesto por la
parte y resuelto por el juez en el acto.
2) En cuanto al recurso de apelación, la ley limita el tipo de resoluciones
apelables, de maneraque sólo lo son la sentencia definitiva de primera instancia,
las resoluciones que ponen términoal procedimiento o hacen imposible su
continuación –por ejemplo, la que decreta el abandonodel procedimiento o acoge
la excepción de incompetencia del tribunal–, y las que se pronunciensobre
medidas cautelares.
La apelación deberá entablarse siempre por escrito y se concederá en el solo
efecto devolutivo;ello implica que el recurso no impedirá que se cumpla desde ya
con lo resuelto por el fallo, porejemplo, que el alimentante deba pagar una
determinada suma de dinero por pensiónalimenticia, pese a que está pendiente la
resolución del recurso intentado contra el fallo que locondenó a pagar.
Sin embargo, hay casos de excepción en que la interposición del recurso de
apelación impediráque se lleve a cabo lo resuelto en primera instancia, hasta en
tanto la Corte de Apelacionesrespectiva haya resuelto el recurso; así sucede en
los siguientes asuntos: acciones de filiación yestado civil; autorización para la
salida de niños del país; en el procedimiento de adopción; y, enlas acciones sobre
separación, nulidad y divorcio reguladas por la Ley de Matrimonio Civil.
La Corte de Apelaciones respectiva conocerá y fallará el recurso, sea que las
partes o susrepresentantes comparezcan o no ante ella.
3) El recurso de casación en la forma procederá según lo establecido en el Código
deProcedimiento Civil, aunque con las siguientes modificaciones: sólo podrá
intentarse en contrade las sentencias definitivas de primera instancia y de las
interlocutorias de primera instanciaque pongan término al juicio o hagan imposible
su continuación; se reducen las causales que lohacen procedente; y, se atenúa la
exigencia de patrocinio de abogado, la que se entenderásatisfecha por la sola
circunstancia de interponerlos el abogado que patrocine la causa.
Trámites Especiales en demanda de alimentos. Tratándose de una demanda de
alimentos, elprocedimiento a aplicar es el ordinario ante los Juzgados de Familia.
Sin embargo, el legisladorha previsto diversas reglas especiales orientadas a
hacer más efectivo el procedimiento, una deellas va orientada a disponer
prontamente de elementos de prueba acreditativos de los ingresosdel demandado.
El juez, al proveer la demanda, ordenará que el demandado acompañe, en la
audienciapreparatoria, las liquidaciones de sueldo, copia de la declaración de
impuesto a la renta del añoprecedente y de las boletas de honorarios emitidas
durante el año en curso y demásantecedentes que sirvan para determinar su
patrimonio y capacidad económica. En el evento deque no disponga de tales
documentos, acompañará, o extenderá en la propia audiencia, unadeclaración
jurada, en la cual dejará constancia de su patrimonio y capacidad económica.
Si el demandado no acompaña los mencionados antecedentes, o si el tribunal lo
estimanecesario, deberá solicitar de oficio al Servicio de Impuestos Internos, a las
Instituciones deSalud Previsional, a las Administradoras de Fondos de Pensiones
y a cualquier otro organismopúblico o privado, los antecedentes que permitan
acreditar la capacidad económica y elpatrimonio del demandado.
El ocultamiento de cualquiera de las fuentes de ingreso del demandado, efectuado
en juicio enque se exija el cumplimiento de la obligación alimenticia, será
sancionado con la pena de prisiónen cualquiera de sus grados. Del mismo modo,
el demandado que no acompañe todos oalgunos de los documentos requeridos o
no formule la declaración jurada, así como el que presente a sabiendas
documentos falsos, y el tercero que le proporcione maliciosamentedocumentos
falsos o inexactos o en que se omitan datos relevantes, con la finalidad
defacilitarle el ocultamiento de sus ingresos, patrimonio o capacidad económica,
seránsancionados con las penas del delito de falso testimonio. Y, finalmente, la
inclusión de datosinexactos y la omisión de información relevante en la
declaración jurada del demandado seránsancionadas penalmente.
Los actos celebrados por el alimentante con terceros de mala fe, con la finalidad
de reducir supatrimonio en perjuicio del alimentario, así como los actos simulados
o aparentes ejecutadoscon el propósito de perjudicar al alimentario, podrán
revocarse, sin perjuicio de laresponsabilidad penal que corresponda.

3.- PROCEDIMIENTO PARA LA APLICACIÓN JUDICIAL DE MEDIDAS DE


PROTECCIÓN

DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS, NIÑAS O ADOLESCENTES


La nueva ley que crea los Juzgados de Familia establece también un nuevo
procedimientoaplicable para aquéllos casos en que la ley exige o autoriza la
intervención del tribunal paraadoptar alguna de las medidas de protección
jurisdiccionales establecidas en la ley, a efectosde proteger los derechos de los
niños, niñas o adolescentes cuando éstos se encontrarenamenazados o
vulnerados.
Este procedimiento será siempre necesario cuando la medida de protección que
se pretendeadoptar consista en la separación del niño, niña o adolescente de uno
o ambos padres o dequienes lo tengan legalmente bajo su cuidado.
Como anticipábamos anteriormente, las disposiciones previstas en el
procedimiento ordinariode aplicación general ante los Juzgados de Familia
también son aplicables en este tipo deprocesos, cuando en éste no se prevén
determinadas actuaciones. Así, por ejemplo, en relación con las diversas
actuaciones que tienen lugar en las audiencias preparatoria y de juicio.
Al considerar los principios que informan el procedimiento que se debe seguir ante
los Juzgadosde Familia, señalábamos que el juez debe velar por el interés
superior del niño y su derecho aser oído. En este procedimiento, la ley insiste en
tal cometido del juez, ya que le obliga a tenerdebidamente en cuenta las opiniones
de los niños, niñas o adolescentes, considerando su edady madurez; para tal
efecto, el juez podrá escucharlos en las audiencias preparatoria o de juicio,o bien
en otra audiencia especial fijada al efecto, en un ambiente adecuado y cautelando
susalud física y psíquica.
El procedimiento podrá iniciarse a solicitud del mismo niño, niña o adolescente, de
sus padres,de las personas que lo tengan bajo su cuidado, de los profesores o del
director delestablecimiento educacional al que asista, de los profesionales de la
salud que trabajen en losservicios en que se atienda, del Servicio Nacional de
Menores o de cualquier persona que tengainterés en ello; tal solicitud no requiere
de formalidad alguna, bastando con la sola petición deprotección para dar por
iniciado el procedimiento. Por supuesto, el procedimiento también podráiniciarse a
instancias del propio tribunal, sin que haya mediado requerimiento de
personaalguna.
Medidas cautelares especiales. En cualquier momento del procedimiento, inclusive
antes de suiniciación, a solicitud de la autoridad pública o de cualquier persona, e
incluso de oficio sinmediar tal solicitud, el juez podrá adoptar medidas cautelares
cuando sea necesario paraproteger los derechos del niño, niña o adolescente; tal
medida cautelar no podrá durar más denoventa días.
Entre tales medidas, la ley prevé las siguientes:
a) La entrega inmediata del niño, niña o adolescente a sus padres o a quienes
tenganlegalmente su cuidado;
b) Confiar su cuidado en una persona o familia en casos de urgencia. En tal caso,
el juezpreferirá, para que asuman provisoriamente el cuidado, a sus parientes
consanguíneos o aotras personas con las que tenga relación de confianza;
c) El ingreso a un programa de familias de acogida o centro de diagnóstico o
residencia,por el tiempo que sea estrictamente indispensable. En este caso, de
adoptarse la medida sin lacomparecencia del niño, niña o adolescente ante el
juez, deberá asegurarse que ésta severifique a primera hora de la audiencia más
próxima;
d) Disponer la asistencia de niños, niñas o adolescentes, sus padres, o las
personas quelos tengan bajo su cuidado, a programas o acciones de apoyo,
reparación u orientación, paraenfrentar y superar las situaciones de crisis en que
pudieren encontrarse, e impartir lasinstrucciones pertinentes;
e) Suspender el derecho de una o más personas determinadas a mantener
relacionesdirectas o regulares con el niño, niña o adolescente, sea que tales
condiciones de relaciónhayan sido establecidas por resolución judicial o por
acuerdo entre las partes;
f) Prohibir o limitar la presencia del ofensor en el hogar común;
g) Prohibir o limitar la concurrencia del ofensor al lugar de estudio del niño, niña
oadolescente, así como a cualquier otro lugar donde éste o ésta permanezca,
visite o concurrahabitualmente. En caso de que concurran al mismo
establecimiento, el juez adoptará medidasespecíficas tendientes a resguardar los
derechos de aquéllos;
h) La internación en un establecimiento hospitalario, psiquiátrico o de tratamiento
especializado,según corresponda, en la medida que se requiera de los servicios
que éstos ofrecen y ello sea indispensable frente a una amenaza a su vida o
salud; y,
i) La prohibición de salir del país para el niño, niña o adolescente sujeto de la
petición deprotección.
La ley se encarga de prohibir que, como medida de protección, se ordene el
ingreso de un niño,niña o adolescente a un establecimiento penitenciario para
adultos.
Para el cumplimiento de las medidas de protección de los derechos de niños,
niñas yadolescentes decretadas, el juez podrá disponer el auxilio de Carabineros
de Chile.
Audiencia preparatoria. Una vez iniciado el procedimiento, el juez deberá fijar una
audienciapara dentro de los cinco días siguientes a la iniciación, a la cual citará al
niño, niña oadolescente, a sus padres, a las personas a cuyo cuidado esté, y a
todos quienes puedanaportar antecedentes para una acertada resolución del
asunto.
Al adoptar una medida cautelar antes del inicio del procedimiento, el juez, también
deberá fijarla fecha en que deberá llevarse a cabo la audiencia preparatoria, la que
tendrá lugar dentro delos cinco días siguientes, contados desde la adopción de tal
medida.
Durante la audiencia, el juez informará a las partes acerca del motivo de su
comparecencia, susderechos y deberes, y responderá a las dudas e inquietudes
que les surjan. Los niños, niñas oadolescentes serán informados en un lenguaje
que les resulte comprensible.
El juez indagará sobre la situación que ha motivado el inicio del proceso, la forma
en que afectaal niño, niña o adolescente y sobre la identidad de las personas que
se encuentren involucradasen la afectación de sus derechos.
Los citados expondrán lo que consideren conveniente y, una vez oídos, el juez, si
contare contodos los elementos probatorios dictará sentencia, a menos que estime
procedente la aplicaciónde la medida contenida en el numeral 2) del artículo 30 de
la ley N° 16.618, que dispone elingreso del menor de edad en un Centro de
Tránsito o Distribución, hogar substituto o en unestablecimiento residencial, caso
en el cual citará a audiencia de juicio. Además, se recibiráinmediatamente la
prueba que sea posible rendir desde ya, en su caso.
Audiencia de juicio. Esta audiencia tendrá por objetivo recibir la prueba y decidir el
asuntosometido a conocimiento del juez. En ella podrán objetarse los informes
periciales que se hayanevacuado, pudiendo el juez hacerse asesorar por el
Consejo Técnico. En lo demás, se aplicanlas disposiciones del procedimiento
ordinario ante los Juzgados de Familia.
Sentencia. La ley insiste en la adopción de soluciones colaborativas como
principio que informael procedimiento ante los Juzgados de Familia, y, en este
caso, admite que aún antes depronunciar sentencia, el juez procure que las partes
acuerden la forma más apropiada para laresolución de la situación que afecta al
niño, niña o adolescente. Pero si no fuere posible llegara tal solución por acuerdo,
el juez, en la sentencia, fundamentará la necesidad y convenienciade la medida
adoptada, indicando los objetivos que se pretenden cumplir con ella
ydeterminando el tiempo de su duración.
La sentencia será pronunciada por el juez oralmente una vez terminada la
audiencia y en elladeberá explicar claramente la naturaleza y objetivos de la
medida adoptada, sus fundamentos ysu duración.
Ahora bien, si la medida consiste en la separación del niño, niña o adolescente de
sus padres ode las personas bajo cuyo cuidado se encuentren, tan sólo podrá ser
adoptada si esestrictamente necesario para salvaguardar sus derechos y siempre
que no exista otra medidamás adecuada. En tal caso, el juez preferirá a sus
parientes consanguíneos o a otras personascon las que aquél tenga una relación
de confianza y, sólo en defecto de todos ellos, lo confiaráa un establecimiento de
protección.
Cumplimiento de las medidas adoptadas. El director del establecimiento o el
responsable delprograma en que se cumpla una medida de protección tiene la
obligación de informar acerca desu desarrollo, de la situación en que se encuentra
el niño, niña o adolescente y de los avancesalcanzados respecto de los objetivos
previstos en la sentencia. Tal informe será trimestral, salvoque el juez señale un
plazo mayor, que no podrá exceder de seis meses.
Por su parte, cuando los padres, personas responsables o cualquier otra persona
impidan laejecución de la medida acordada, el organismo responsable de su
ejecución o seguimientocomunicará al tribunal la situación para que éste adopte
las medidas que estime conducentes ypropondrá, si fuera el caso, la sustitución
por otra medida que permita alcanzar los objetivosfijados. El tribunal determinará
la sustitución de la medida, o bien ordenará los apremiospertinentes para el
cumplimiento forzado de ella.
Sin perjuicio, de los informes periódicos que el director de un establecimiento o
responsable deun programa en el cual se cumple una medida de protección, los
jueces de familia tienen laobligación de visitar personalmente los establecimientos
residenciales, existentes en suterritorio jurisdiccional, en que se cumplan medidas
de protección; tales visitas podrán realizarseen cualquier momento, siempre que
no medien más de seis meses entre una y otra, pudiendohacerse por turnos
cuando hay más de un juez de familia en el territorio jurisdiccional.
Durante tales visitas, el director del establecimiento debe facilitar al juez el acceso
a todas susdependencias y la revisión de los antecedentes individuales de cada
niño, niña o adolescenteatendido en él. Asimismo, deberá facilitar las condiciones
que garanticen la independencia ylibertad de ellos para prestar libremente su
opinión.
Después de cada visita, el juez evacuará un informe que contendrá las
conclusiones derivadasde la misma, el que remitirá al Servicio Nacional de
Menores y al Ministerio de Justicia.
Ahora bien, los jueces de familia podrán siempre visitar los centros, programas y
proyectos decarácter ambulatorio existentes en su territorio jurisdiccional, y en que
se cumplan medidas deprotección.
Mientras se encuentre vigente una medida de protección judicial a su respecto, los
niños, niñasy adolescentes tienen derecho a que el juez los reciba personalmente,
sea que lo soliciten porsí o a través de otra persona.
Suspensión, modificación y cesación de medidas. En cualquier momento en que
lascircunstancias lo justifiquen, el juez puede suspender, modificar o dejar sin
efecto la medidaadoptada, de oficio, o bien a solicitud del propio niño, niña o
adolescente, de uno o de ambospadres, de las personas que lo tengan bajo su
cuidado o del director del establecimiento oresponsable del programa en que se
cumple la medida.
De ser necesario para resolver, el tribunal podrá solicitar un informe psicosocial
actualizado delniño, niña o adolescente. Asimismo, podrá citar a una única
audiencia destinada a escuchar alas partes, recibir los antecedentes y, si
corresponde, la declaración del perito que hayaelaborado el informe respectivo, el
que deberá ser entregado con 5 días de anticipación a laaudiencia fijada.
Con todo, las medidas cesan cuando el niño, niña o adolescente cumpla los 18
años de edad, obien transcurra el plazo por el cual se adoptó sin que se haya
modificado o renovado.
Deber de información del Servicio Nacional de Menores. Para efectos de la
aplicación de lasmedidas cautelares especiales mencionadas precedentemente,
así como las que se imponganen virtud de sentencia definitiva, el Servicio
Nacional de Menores, a través de sus DirectoresRegionales, informará
periódicamente y en forma detallada a cada juzgado de familia la
ofertaprogramática vigente en la respectiva región de acuerdo a las líneas de
acción desarrolladas, sumodalidad de intervención y la cobertura existente en
ellas, sea en sus centros deadministración directa o bien en los proyectos
ejecutados por sus organismos colaboradoresacreditados.
Si el juez estima necesario decretar una medida respecto de la cual no existe en la
Regiónoferta de las líneas de acción indicadas en la ley orgánica del Servicio
Nacional de Menores,N°20.032, comunicará tal situación al Director Nacional del
Servicio Nacional de Menores, quiendeberá adoptar las medidas tendientes a
generar tal oferta en el menor tiempo posible.
En el caso que el juez decrete la cautelar relacionada con la internación en un
establecimientohospitalario, psiquiátrico o de tratamiento especializado, el Servicio
Nacional de Menoresdeberá darle cumplimiento de inmediato y sin más trámite.

4.- PROCEDIMIENTO RELATIVO A ACTOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR


La Ley que crea los Juzgados de Familia derogó de la Ley Nº 19.325 las
disposiciones sobrecompetencia y procedimiento aplicable para la sanción de los
actos de violencia intrafamiliar,materia que regula en el párrafo segundo de su
Título IV sobre Procedimientos Especiales.
Posteriormente, la Ley N°19.325 ha sido reemplazada por la nueva Ley N°20.066
sobreviolencia intrafamiliar.
El conocimiento de los conflictos originados de los actos de violencia intrafamiliar
será decompetencia del Juzgado de Familia dentro de cuyo territorio jurisdiccional
tenga residencia odomicilio el afectado. Pero, como se ha precisado con
antelación, tal competencia se extiendesólo a los actos de violencia intrafamiliar
que no son constitutivos de delitos.
Sin embargo, a efectos de brindar protección al afectado, cualquier tribunal que
ejerzajurisdicción en asuntos de familia, un fiscal del Ministerio Público o un juez
de garantía, quehayan tomado conocimiento de una demanda o denuncia por
actos de violencia intrafamiliar,deberán, de inmediato, adoptar las medidas
cautelares del caso, aun cuando no seacompetente para conocer de ellas; ello es
igualmente válido cuando entre las víctimas figurenpersonas mayores y niños,
niñas o adolescentes.
El procedimiento se iniciará por demanda o por denuncia, la que podrán interponer
la propiavíctima, sus ascendientes, descendientes, guardadores o personas que la
tengan a su cuidado.
La denuncia, además, podrá hacerse por cualquier persona que tenga
conocimiento directo delos hechos que la motiven.
Sin embargo, hay ciertas personas que están obligadas a denunciar los hechos
que pudierenconstituir violencia intrafamiliar de que tomen conocimiento en razón
de sus cargos, tales como: los miembros de Carabineros, de la Policía de
Investigaciones y de Gendarmería; los fiscales yempleados públicos; los jefes de
puertos, aeropuertos, estaciones de trenes o buses y otrosanálogos; los
profesionales de la medicina y establecimientos de salud; y, los
directores,inspectores y profesores de establecimientos educacionales. También
lo están quienes ejercenel cuidado personal de aquéllos que en razón de su edad,
incapacidad u otra condición similar,no pudieren formular por sí mismos la
respectiva denuncia. En caso de no cumplir talobligación, el responsable será
sancionado con pena de multas.
En caso de que el acto de violencia intrafamiliar se esté cometiendo actualmente,
o antellamadas de auxilio de personas desde el interior de un lugar cerrado u otros
signos evidentesde que se está cometiendo violencia intrafamiliar, Carabineros e
Investigaciones deberán entraral lugar, detener al agresor, si procediere, e
incautar las armas u objetos que pudieren serutilizados para agredir a la víctima, a
la cual deben, además, prestar ayuda inmediata y directa.
En tal caso, el detenido será presentado inmediatamente al tribunal competente, o
al díasiguiente si no fuere hora de despacho, considerándose el parte policial
como denuncia. Si nofuere día hábil, el detenido deberá ser conducido dentro del
plazo máximo de 24 horas ante eljuez de garantía del lugar, a fin de que éste
controle la detención y disponga las medidascautelares que sean procedentes, a
las cuales se aludirá enseguida.
En el caso de los profesionales de la salud al realizar los procedimientos y
prestacionesmédicas que hubieren sido solicitados, deberán practicar los
reconocimientos y exámenes para acreditar el daño físico o psíquico ocasionado a
la víctima, conservando las pruebascorrespondientes. Para ello levantarán acta,
en duplicado, del reconocimiento y de losexámenes realizados, la que será
suscrita por el jefe del establecimiento o de la respectivasección y por los
profesionales que los hayan practicado. Una copia se entregará a la víctima, oa
quien la tuviere bajo su cuidado y la otra, así como los resultados de los
exámenespracticados, se remitirá al tribunal competente, si lo requiriese.
La demanda junto con designar el tribunal ante el cual se presenta, identificará al
demandante,a la víctima y a las personas que integran el grupo familiar, narrará
los hechos y designará aquien o quienes pudieren haberlos cometido, si ello fuere
conocido. La denuncia contendrá lanarración de los hechos y, si le consta al
denunciante, los demás puntos.
Si la denuncia se formula en una institución policial y no señala la identidad del
presunto autor,ésta deberá practicar, de inmediato, diligencias destinadas a
determinarla. En su caso, talesmedidas podrán ser decretadas por el tribunal, e
inclusive por el Ministerio Público. Al efecto, semantendrá en reserva la identidad
del denunciante o demandante.
En caso de que los hechos en que se fundamenta la denuncia o la demanda sean
constitutivosde delito, el juez deberá enviar de inmediato los antecedentes al
Ministerio Público.
Si de los antecedentes examinados en la audiencia preparatoria o en la del juicio
aparece quelos hechos corresponden al ejercicio habitual de violencia física o
psíquica, el tribunal losremitirá al Ministerio Público.
Cuando exista una situación de riesgo inminente para una o más personas de
sufrir un maltratoconstitutivo de violencia intrafamiliar, aun cuando éste no se haya
llevado a cabo, el tribunal,con el solo mérito de la denuncia, deberá adoptar las
medidas de protección o cautelares quecorrespondan.
Se presumirá que existe una situación de riesgo inminente cuando haya precedido
intimidaciónde causar daño por parte del ofensor o cuando concurran además,
respecto de éste,circunstancias o antecedentes tales como: drogadicción,
alcoholismo, una o más denuncias porviolencia intrafamiliar, condena previa por
violencia intrafamiliar, procesos pendientes ocondenas previas por delitos contra
las personas, violación, estupro y otros delitos sexuales, porinfracción a la ley de
control de armas, o antecedentes psiquiátricos o psicológicos que
denotencaracterísticas de personalidad violenta.
Además, el tribunal cautelará especialmente los casos en que la víctima esté
embarazada, setrate de una persona con discapacidad o tenga una condición que
la haga vulnerable.
Iniciado el procedimiento por demanda o denuncia, el juez solicitará al Registro
Civil, por la víamás rápida y efectiva, el extracto de filiación del denunciado o
demandado y un informe sobrelas anotaciones que tuviere en el registro especial
que establece la Ley Nº20.066 sobreviolencia intrafamiliar.
En el caso de que el proceso se inicie por denuncia o demanda de un tercero,
previo a larealización de la audiencia preparatoria, el juez la pondrá en
conocimiento de la víctima. E,igualmente, el juez podrá recoger el testimonio del
demandante o denunciante, antes de lacitada audiencia.
Medidas cautelares en protección de la víctima. El juez de familia está obligado a
dar proteccióna la víctima y al grupo familiar. Al efecto, debe cautelar su
subsistencia económica e integridadpatrimonial. Para ello, en el ejercicio de su
potestad cautelar y sin perjuicio de otras medidasque estime pertinentes, podrá
adoptar una o más de las siguientes:
1) Prohibir al ofensor acercarse a la víctima y prohibir o restringir la presencia de
aquél enel hogar común y en el domicilio, lugar de estudios o de trabajo de ésta,
así como en cualquierotro lugar en que la víctima permanezca, concurra o visite
habitualmente. Si ambos trabajan oestudian en el mismo lugar, se oficiará al
empleador o director del establecimiento para que adopte las medidas de
resguardo necesarias.
2) Asegurar la entrega material de los efectos personales de la víctima que optare
por noregresar al hogar común.
3) Fijar alimentos provisorios.
4) Determinar un régimen provisorio de cuidado personal de los niños, niñas
oadolescentes, y establecer la forma en que se mantendrá una relación directa y
regular entre losprogenitores y sus hijos.
5) Decretar la prohibición de celebrar actos o contratos.
6) Prohibir el porte y tenencia o incautar cualquier arma de fuego. De lo cual
informará a laDirección General de Movilización, a la Comandancia de Guarnición
o al Director del Serviciorespectivo.
7) Decretar la reserva de la identidad del tercero denunciante.
8) Establecer medidas de protección para adultos mayores o personas afectadas
poralguna incapacidad o discapacidad.
Estas u otras medidas cautelares podrán decretarse por un período que no
excederá los 180días hábiles, renovables, por una sola vez, hasta por igual plazo
y podrán, asimismo, ampliarse,limitarse, modificarse, sustituirse o dejarse sin
efecto, de oficio o a petición de parte, encualquier momento del juicio.
El juez, para dar protección a niños, niñas o adolescentes, podrá, además, adoptar
las medidascautelares especiales aplicables en procedimientos de protección de
sus derechos, antesmencionadas, cumpliendo con los requisitos y condiciones
previstas en la ley.
Para garantizar el cumplimiento de las medidas cautelares decretadas, el juez las
pondrá enconocimiento de la víctima otorgándole la certificación correspondiente.
Además, el juez podrárequerir el auxilio de la fuerza pública, disponer su
intervención con facultades de allanamientoy descerrajamiento y ejercer, sin más
trámite, los demás medios de acción conducentes para elcumplimiento de tales
medidas.
En caso de incumplimiento de las medidas cautelares, el juez pondrá los
antecedentes enconocimiento del Ministerio Público para los efectos del delito de
desacato, sancionado conpena privativa de libertad, de 541 días a cinco años,
inclusive. Sin perjuicio de ello, impondrá alinfractor, como medida de apremio,
arresto hasta por quince días.
Audiencia preparatoria. Recibida la demanda o denuncia, el juez citará a las partes
a laaudiencia preparatoria, la que en este caso tiene previsto un plazo de
realización dentro de losdiez días siguientes.
En todo caso, el denunciado o demandado deberá comparecer personalmente,
debiendo paraestos efectos citarlo el tribunal bajo apercibimiento de arresto.
En cuanto a los trámites que tienen lugar en la audiencia preparatoria, así como
en lo que tocaa la oportunidad y contenido de la audiencia de juicio, se aplican las
disposiciones delprocedimiento ordinario ante los Juzgados de Familia.
Término del proceso. El proceso puede terminar de cuatro formas: a) por
requerimiento de lavíctima; b) por sentencia; c) por suspensión condicional de la
dictación de la sentencia; y d) por archivo. Examinemos brevemente cada una de
ellas.
a) Requerimiento de la víctima. Cuando el proceso se hubiere iniciado por
demanda o denunciade un tercero, el juez de familia, durante la audiencia
preparatoria y previo informe del ConsejoTécnico, podrá poner término al proceso
a requerimiento de la víctima, siempre que su voluntadsea manifestada libre y
espontáneamente.
b) Sentencia. La sentencia contendrá un pronunciamiento sobre la existencia de
hechosconstitutivos de violencia intrafamiliar, establecerá la responsabilidad del
denunciado odemandado y, en su caso, la sanción aplicable.
La nueva ley de violencia intrafamiliar establece que el maltrato constitutivo de
violenciaintrafamiliar, atendida su gravedad, será sancionado con una multa de
media a quince unidadestributarias mensuales a beneficio del gobierno regional
del domicilio del denunciante odemandante, cuyo importe será destinado a los
centros de atención de víctimas de violenciaintrafamiliar existentes en la región
respectiva y que sean de financiamiento público o privado.
El condenado deberá acreditar el pago de la multa dentro de los cinco días de la
notificación dela sentencia, salvo prórroga decretada por el juez. En caso de
incumplimiento el tribunal remitirálos antecedentes al Ministerio Público, para
efectos del delito de desacato.
Además de lo sanción de multa, la nueva ley de violencia intrafamiliar impone al
juez el deberde aplicar en la sentencia una o más de las siguientes medidas
accesorias:
a) Obligación de abandonar el ofensor el hogar que comparte con la víctima.
b) Prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o de
estudio. Si ambostrabajan o estudian en el mismo lugar se oficiará al empleador o
director del establecimientopara que adopte las medidas de resguardo necesarias.
c) Prohibición de porte y tenencia y, en su caso, el comiso, de armas de fuego. De
ello seinformará, según corresponda, a la Dirección General de Movilización, a la
Comandancia deGuarnición o al Director de Servicio respectivo, para los fines
legales y reglamentarios quecorrespondan.
d) La asistencia obligatoria a programas terapéuticos o de orientación familiar. Las
institucionesque desarrollen dichos programas darán cuenta al respectivo tribunal
del tratamiento que debaseguir el agresor, de su inicio y término.
El juez fijará el plazo de estas medidas, que no podrá ser inferior a seis meses ni
superior a unaño, prorrogable, a petición de la víctima, si se mantienen los hechos
que las justificaron. En elcaso de la letra d), la duración de la medida será fijada, y
podrá prorrogarse, tomando enconsideración los antecedentes proporcionados por
la institución respectiva.
Sin perjuicio de lo anterior, según cuanto hemos expresado al referirnos a la
acumulaciónnecesaria, el juez, en la sentencia definitiva, fijará los alimentos
definitivos, el régimen decuidado personal y de relación directa y regular de los
hijos si los hubiere y cualquier otracuestión de familia sometida a su conocimiento
por las partes.
En caso de incumplimiento de las medidas cautelares o accesorias decretadas,
con excepciónde aquella prevista en la letra d) precedente, el juez pondrá en
conocimiento del MinisterioPúblico los antecedentes para los efectos del delito de
desacato, sin perjuicio de imponer alinfractor, como medida de apremio, arresto
hasta por quince días. Además, la policía deberádetener a quien sea sorprendido
en quebrantamiento flagrante de las medidas antes mencionadas.
Adicionalmente, la sentencia establecerá la obligación del condenado de pagar a
la víctima losdesembolsos y perjuicios de carácter patrimonial que se hubieren
ocasionado con la ejecucióndel o los actos constitutivos de violencia intrafamiliar
objeto del juicio, incluida la reposición endinero o en especie de bienes dañados,
destruidos o perdidos. Estos perjuicios serándeterminados prudencialmente por el
juez.
Una vez ejecutoriada la sentencia –esto sucede, grosso modo, cuando ya no
procede recursoalguno contra el fallo– el tribunal debe oficiar al Servicio de
Registro Civil, individualizando alcondenado, señalando el hecho sancionado y la
medida aplicada, a efectos de que elmencionado servicio ingrese los datos en el
registro de personas condenadas por actos deviolencia intrafamiliar.
En caso de concurrir conjuntamente como víctimas de violencia intrafamiliar
personas mayoresy niños, niñas o adolescentes, el juez podrá siempre adoptar
medidas de protección enconformidad a la ley.
c) Suspensión condicional de la dictación de la sentencia. Se trata de una
innovación dellegislador en la materia. Si el denunciado o demandado reconoce
ante el tribunal los hechos encuestión y existen antecedentes que permiten
presumir fundadamente que no ejecutará actossimilares en lo sucesivo, el juez
podrá suspender condicionalmente la dictación de la sentencia,siempre y cuando
se cumpla cualquiera de las siguientes condiciones:
a) Que se hayan establecido y aceptado por las partes obligaciones específicas y
determinadassobre sus relaciones de familia y aquéllas de carácter reparatorio a
satisfacción de la víctima.
b) Que se haya adquirido por el demandado o denunciado, con el acuerdo de la
víctima, elcompromiso de observancia de una o más de las medidas cautelares
previstas en la ley por unlapso no inferior a seis meses ni superior a un año.
En todo caso, el tribunal, previo acuerdo de las partes, podrá someter a mediación
el conflictopara los efectos de cumplir con lo previsto en la letra a) precedente. En
tal evento, aprobada elacta de mediación, el juez suspenderá condicionalmente la
dictación de la sentencia.
Para efectos de la suspensión condicional, el juez debe ser asesorado por uno o
más miembrosdel Consejo Técnico, asegurándose de que las partes estén en
capacidad para negociarlibremente y en un plano de igualdad.
La resolución que apruebe la suspensión de la sentencia será inscrita en el
registro especialque para estos procesos mantiene el Servicio de Registro Civil e
Identificación, al igual que lasentencia.
No procederá la suspensión condicional de la dictación de la sentencia en los
siguientes casos:
i) Si el juez estima conveniente la continuación del proceso;
ii) Si ha habido denuncia o demanda previa sobre la comisión de actos de
violenciaintrafamiliar en contra del denunciado o demandado, cualquiera que haya
sido la víctima deéstos; y
iii) Si el demandado o denunciado hubiere sido condenado previamente por la
comisión dealgún crimen o simple delito contra las personas, o por los delitos de
violación, estupro, incestoy delitos sexuales, en general.
El efecto de la suspensión condicional la dictación de la sentencia, es que si ha
transcurrido unaño desde su adopción, si el denunciado o demandado ha dado
cumplimiento satisfactorio a lascondiciones impuestas, el tribunal dictará una
resolución reconociendo tal hecho, ordenando elarchivo de los antecedentes y
disponiendo la eliminación de la anotación en el registro depersonas condenadas
por actos de violencia intrafamiliar.
En cambio, en caso de incumplimiento por el denunciado o demandado de las
obligacionesacordadas, el juez dictará sentencia y atendida su naturaleza,
decretará su ejecución. Y, si elincumplimiento se refiere a alguna de las medidas
cautelares, el tribunal establecerá tal hecho ydictará sentencia.
Además, si el denunciado o demandado incurre en nuevos actos de violencia
intrafamiliardurante el período de suspensión condicional, se acumularán los
antecedentes al nuevoproceso, debiendo el tribunal dictar sentencia
conjuntamente respecto de ambos.
d) Archivo. Si llegado el día de la celebración de la audiencia respectiva, no
concurriere ningunade las partes que figuren en el proceso, y el demandante o
denunciante no pidiere una nuevacitación dentro de quinto día, el juez de familia
ordenará el archivo provisional de losantecedentes, pudiendo el denunciante o
demandante solicitar, en cualquier momento, lareapertura del procedimiento.
Transcurrido un año desde que se decrete el archivo provisionalsin haberse
requerido la reanudación del procedimiento, se declarará, de oficio o a petición
departe, el abandono del procedimiento, debiendo el juez dejar sin efecto las
medidas cautelaresque haya fijado.

5.- PROCEDIMIENTO EN ASUNTOS NO CONTENCIOSOS


Los actos judiciales no contenciosos son aquellos en los cuales, no obstante no
existircontroversia alguna entre partes, requieren la intervención de los tribunales;
algunos de ellosson de competencia de los Juzgados de Familia, tal como la
emancipación voluntaria del hijo defamilia, el nombramiento y discernimiento de
los cargos de tutores y curadores, y la rectificaciónde partidas, por mencionar
algunos.

Cuando el conocimiento de un asunto no contencioso corresponde a los Juzgados


de Familiase rige por las normas de la ley que los instituye y, en lo no previsto en
ésta, por el Libro IV delCódigo de Procedimiento Civil, a menos que resulten
incompatibles con la naturaleza de losprocedimientos establecidos en la ley,
particularmente en lo relativo a la exigencia de oralidad.
La solicitud podrá ser presentada por escrito y el juez podrá resolverla de plano, a
menos queconsidere necesario oír a los interesados. En tal caso, citará a una
audiencia, a la queconcurrirán con todos sus antecedentes, a fin de resolver en
ella la cuestión no contenciosasometida a su conocimiento.
La misma ley se encarga de precisar cómo se han de ajustar algunos
procedimientos nocontenciosos a sus disposiciones, particularmente en lo
concerniente a la oralidad de lasactuaciones. Así, por ejemplo, sucede con la
emancipación voluntaria, cuya solicitud no esnecesario formular por escrito,
bastando la presentación de los interesados ante el juez, quienresolverá previo
conocimiento de causa. Lo propio acontece al suprimir el trámite de “vista
aldefensor”, tratándose de las causas para conferir guardas, pues tal auxiliar de la
administraciónde justicia deberá acudir a la audiencia citada al efecto. También la
ley establece disposicionesespeciales para el procedimiento de adopción, según
veremos posteriormente.
6.- PROCEDIMIENTO CONTRAVENCIONAL
Las faltas cometidas por adolescentes constituyen contravenciones de carácter
administrativopara todos los efectos legales y su juzgamiento se sujetará al
procedimiento contravencional.
Sin embargo determinadas faltas -por ejemplo, provocar o tomar parte en
desordenes en unespectáculo público, amenazar a otro con armas blancas o de
fuego, causar lesiones leves, ofaltas asociadas a ley que sanciona el tráfico ilícito
de estupefacientes y sustanciaspsicotrópicas cometidas por adolescentes
mayores de 16 años, se sujetarán a lo previsto por laley que regula la
responsabilidad penal de los adolescentes.
En el proceso contravencional se aplican supletoriamente las disposiciones sobre
principios delprocedimiento, reglas generales y prueba previstos en la Ley
N°19.968, en lo que no seaincompatible con lo que seguidamente se explica y con
la naturaleza infraccional de las faltas ajuzgar.
El tribunal competente para conocer de estos asuntos es aquel del lugar en que se
hubiereejecutado el hecho. Tratándose de los asuntos en que se imputa un hecho
delictivo a un niño,niña o adolescente exento de responsabilidad penal, será
competente el tribunal del domiciliodel menor, sin perjuicio de la potestad cautelar
que pudiere corresponder al tribunal queinicialmente conozca del asunto en razón
del lugar donde se cometió el hecho.
El procedimiento podrá iniciarse con el solo mérito del parte policial que dé cuenta
de ladenuncia interpuesta por un particular o de la falta flagrante en que se haya
sorprendido a unadolescente.
En ambos casos la policía procederá a citar al adolescente para que concurra a
primeraaudiencia ante el tribunal, lo que deberá quedar consignado en el parte
respectivo. Losparticulares también podrán formular la denuncia directamente al
tribunal.
La realización de la primera audiencia a que deba comparecer el imputado deberá
notificarsetambién a sus padres o a la persona que lo tenga bajo su cuidado, y al
denunciante o alafectado, según corresponda. Todos quienes sean citados
deberán concurrir a la audiencia consus medios de prueba.
Si el adolescente no concurriere a la primera citación, el tribunal podrá ordenar
que seaconducido a su presencia por medio de la fuerza pública. En este caso se
procurará que ladetención se practique en el tiempo más próximo posible al
horario de audiencias del tribunal.
Al inicio de la audiencia, el juez explicará al adolescente sus derechos y lo
interrogará sobre laveracidad de los hechos imputados por el requerimiento. En
caso de que el adolescentereconozca los hechos, el juez dictará sentencia de
inmediato, la que no será susceptible derecurso alguno. En la sentencia se podrá
imponer la sanción de amonestación si ésta resultaproporcionada a la gravedad
de los hechos y a la edad del adolescente para responsabilizarlo
por la contravención, a menos que mediare reiteración, en cuyo caso deberá
imponerse algunade las restantes sanciones contravencionales previstas en la
ley.En cualquier caso, la ley garantiza el derecho del adolescente a guardar
silencio. Más aún, si eladolescente niega los hechos o guarda silencio, se realizará
el juzgamiento de inmediato,procediéndose a oír a los comparecientes y a recibir
la prueba, tras lo cual se preguntará aladolescente si tiene algo que agregar. Con
su declaración o sin ella, el juez pronunciarásentencia de absolución o condena, la
cual será inapelable.
El juez podrá imponer al adolescente únicamente alguna de las siguientes
sancionescontravencionales:
a) Amonestación;
b) Reparación material del daño;
c) Petición de disculpas al ofendido o afectado;
d) Multa de hasta 2 Unidades Tributarias Mensuales;
e) Servicios en beneficio de la comunidad, de ejecución instantánea o por un
máximo detres horas, y
f) Prohibición temporal de asistir a determinados espectáculos, hasta por tres
meses.
El tribunal podrá aplicar conjuntamente más de una de las sanciones
contempladas en esteartículo, lo que deberá fundamentarse en la sentencia.
El juez, a solicitud de parte, podrá sustituir una sanción por otra durante el
cumplimiento de lamisma.
En caso de incumplimiento de la sanción impuesta, el tribunal remitirá los
antecedentes alMinisterio Público para los efectos del delito de desacato.
Por último, en aquellos casos en que un niño, niña o adolescente inimputable
incurra en una conducta ilícita, el juez de familia deberá citar a su padre, madre o
a quien lo tenga a su cuidadoa una audiencia, para los fines de determinar si éste
o ésta se encuentra en situación demenoscabo de salud o de su desarrollo
personal, y decretar eventualmente alguna de lasmedidas cautelares especiales
tratadas a propósito del procedimiento para la aplicación judicialde medidas de
protección de los derechos de los niños, niñas o adolescentes .
7.- PROCEDIMIENTOS PREVISTOS EN LA LEY DE ADOPCIÓN
A efectos de obtener la adopción de un niño, la actual Ley Nº 19.620 sobre
Adopción deMenores establece dos procedimientos dentro del proceso: uno previo
para la declaración deque un niño es susceptible de ser adoptado y otro posterior
para la constitución de la adopciónpropiamente tal.
Para conocer de estos procedimientos es competente el juez con competencia en
materia defamilia correspondiente al domicilio o residencia del menor, el que
también tendrá competenciapara conocer de las medidas de protección que se
soliciten respecto del mismo menor. Y, en sucaso, si hubiese procesos de
protección incoados relativos al menor, el juez ordenaráacumularlos al de
susceptibilidad o adopción, sin perjuicio de tener a la vista los antecedentesde los
procesos terminados en relación al mismo.
Durante los procedimientos a que se refiere la Ley Nº 19.620, el juez debe tener
debidamenteen cuenta las opiniones del menor, en función de su edad y madurez.
En caso de ser menoradulto, es necesario su consentimiento Con todo, pese al
rechazo por el menor, la ley admiteque el juez, dejando constancia de las razones,
excepcionalmente y por motivos sustentados enel interés superior del niño,
resuelva seguir el procedimiento encaminado a su adopción.
El juez podrá confiar el cuidado personal del menor a quienes hayan manifestado
al tribunal suvoluntad de adoptarlo, para lo cual citará a una audiencia para dentro
de quinto día, debiendoconcurrir los solicitantes con los antecedentes que avalen
su petición. El procedimiento seráreservado respecto de terceros distintos de los
solicitantes.
La resolución que apruebe dicha solicitud producirá sus efectos sólo una vez
ejecutoriada lasentencia que declare que el menor de edad es susceptible de ser
adoptado. Sin embargo, porexcepción, podrá autorizarse el cumplimiento de ella
durante el curso del respectivoprocedimiento, evento en que el juez informará
personalmente a los interesados acerca delestado del procedimiento,
advirtiéndoles sobre la eventualidad de que, en definitiva, se deniegue la
declaración del menor como susceptible de ser adoptado.
La tramitación de los procedimientos previstos en la Ley de Adopción se sujeta a
lo dispuestoen la misma y, en lo no previsto en ella, a las reglas sobre
procedimiento ordinario ante losJuzgados de Familia.
Todos los trámites, tanto judiciales como administrativas y la guarda de
documentos a que délugar la adopción, serán reservados, salvo que los
interesados en su solicitud de adopciónhayan requerido lo contrario.
Antes de considerar los procedimientos contemplados en la Ley de Adopción, es
necesarioprecisar quiénes pueden ser adoptados, ya que la ley ha establecido
algunas normasespecíficas según quién lo sea.
Sólo pueden ser adoptados los menores de 18 años que se encuentren en
algunas de lassiguientes situaciones:
a) El menor cuyos padres no se encuentran capacitados o en condiciones de
hacersecargo responsablemente de él y que expresen su voluntad de entregarlo
en adopción ante eljuez de familia.
b) El menor que sea descendiente consanguíneo de uno de los adoptantes,
deconformidad con el procedimiento establecido en la ley.
c) El menor que haya sido declarado susceptible de ser adoptado por resolución
judicial deltribunal competente, de acuerdo al procedimiento legal.

7.1.- PROCEDIMIENTO PREVIO A LA ADOPCIÓN


Tratándose de alguno de los menores cuyos padres no se encuentran capacitados
o encondiciones de hacerse cargo responsablemente de él y que expresen su
voluntad deentregarlo en adopción ante el juez de familia, el procedimiento se
iniciará con dichadeclaración y se procederá de la siguiente forma:
1. La audiencia preparatoria se llevará a cabo entre el décimo y el decimoquinto
día posterior ala presentación de la solicitud. Al ratificar la declaración de voluntad,
el juez informarápersonalmente al o los solicitantes sobre la fecha en que vencerá
el plazo de treinta días quetienen para retractarse, contados desde la fecha en que
hayan declarado esa voluntad ante eltribunal. Vencido este plazo, no podrán
ejercitar tal derecho.
2. Si la solicitud ha sido presentada sólo por uno de los padres, el juez ordenará
que se cite a laaudiencia preparatoria al otro padre o madre que hubiere
reconocido al menor de edad, bajoapercibimiento de que su inasistencia hará
presumir su voluntad de entregar al menor enadopción. En dicha audiencia podrán
allanarse o deducir oposición respecto de la solicitud.
La citación se notificará personalmente, si el padre o la madre tiene domicilio
conocido. Paraeste efecto, si no se conociera el domicilio, el tribunal requerirá tal
información al ServicioElectoral y al Servicio de Registro Civil e Identificación para
que, dentro de quinto día, informenel último domicilio de dicha persona que conste
en sus registros. De no establecerse eldomicilio, o de no ser habido en aquél que
hubiere sido informado, la notificación se efectuarápor medio de aviso que se
publicará en el Diario Oficial.
3. El Tribunal comprobará que los padres del menor de edad no se encuentran
capacitados oen condiciones de hacerse cargo responsablemente de él. Al efecto,
podrá servirse del informeque haya emitido y presentado en audiencia alguno de
los organismos acreditados paraintervenir que patrocine al padre o madre
compareciente, o, si no mediare tal patrocinio, con elque el tribunal ordene emitir a
alguno de tales organismos, para ser conocido en la audiencia de juicio.
4. Si el padre o la madre que no ha formulado la solicitud hubiere fallecido o
estuviereimposibilitado de manifestar su voluntad, bastará la sola declaración del
compareciente. Endicho caso, así como cuando no se deduce oposición, el
tribunal resolverá en la audienciapreparatoria, en tanto cuente con la rendición del
informe a que alude el numeral precedente yhaya transcurrido el plazo de
retractación.
5. En su caso, la audiencia de juicio se llevará a cabo dentro de los quince días
siguientes a laaudiencia preparatoria. Pero si el plazo de retractación sigue
pendiente, la audiencia de juicio seefectuará dentro de los cinco días siguientes a
su vencimiento.
No podrá suspenderse el desarrollo de la audiencia de juicio ni decretarse su
prolongación enotras sesiones por el hecho de no haberse recibido los informes u
otras pruebas decretadas porel tribunal el día previsto para su realización.
6. La notificación de la sentencia definitiva a los comparecientes, en todo caso, se
hará porcédula en el domicilio que conste en el tribunal, salvo que sea posible
efectuarla en formapersonal en la audiencia respectiva.
El procedimiento podrá iniciarse inclusive antes del nacimiento del hijo, caso en el
cual seefectuarán los trámites que correspondan, y sólo quedará pendiente la
ratificación de la madre yla dictación de sentencia. La ratificación deberá
producirse dentro del plazo de treinta días,contado desde el parto, y, si no lo
hiciere, se la tendrá por desistida de su decisión. Con todo, sila madre falleciere
antes de ratificar, será suficiente manifestación de su voluntad de dar almenor en
adopción la que conste en el proceso. Una vez producida la ratificación, el juez
citaráa la audiencia de juicio para dentro de los cinco días siguientes.
En caso que el menor sea hijo de uno de los adoptantes, y sólo ha sido reconocido
por él o ella,se aplicará directamente el procedimiento de adopción. En tanto que
si el hijo ha sidoreconocido por ambos padres o tiene filiación matrimonial, será
necesario el consentimiento delotro padre o madre, aplicándose, en lo que
corresponda, el procedimiento previsto cuandopadres del menor no se encuentran
capacitados o en condiciones de hacerse cargoresponsablemente de él.
A falta del otro padre o madre, o si éste se opusiere a la adopción, el juez
resolverá si el menores susceptible de ser adoptado conforme al procedimiento
establecido al efecto, a que nosreferiremos seguidamente. Mismo procedimiento,
o el establecido en el caso de menores cuyospadres no se encuentran
capacitados o en condiciones de hacerse cargo responsablemente deél y que
expresen su voluntad de entregarlo en adopción, en caso de que uno de los
solicitantesque quieran adoptar sea otro ascendiente consanguíneo del padre o
madre del menor, segúncorresponda.
Finalmente, será necesario proceder a la declaración judicial de que el menor es
susceptible deser adoptado, sea que su filiación esté o no determinada, cuando el
padre, la madre o laspersonas a quienes se haya confiado su cuidado se
encuentren inhabilitados física omoralmente para ejercer el cuidado personal, o no
le proporcionen atención personal oeconómica, o lo entreguen a una institución
pública o privada de protección de menores o a untercero, con ánimo manifiesto
de liberarse de sus obligaciones.
El procedimiento de declaración de susceptibilidad, se iniciará de oficio por el juez,
a solicituddel Servicio Nacional de Menores o de quien lo tenga a su cargo. El
juez, a la brevedad posible,citará a los ascendientes y a los otros consanguíneos
del menor, hasta el tercer grado en lalínea colateral, siempre que la filiación
estuviere determinada, para que concurran a laaudiencia preparatoria a exponer lo
que sea conveniente a los intereses de aquél, pudiendooponerse a la solicitud,
bajo apercibimiento de que, si no concurren, se presumirá suconsentimiento
favorable a la declaración de que el menor es susceptible de ser adoptado.
Asimismo, deberá citarse al menor, en su caso, a la o las personas a cuyo cuidado
esté y atodos quienes puedan aportar antecedentes para una acertada resolución
del asunto, que hubieren sido mencionados en la solicitud.
La citación se notificará personalmente a los padres del menor, y por carta
certificada a lasdemás personas; todo ello, en cuanto tuvieren domicilios
conocidos. Si no se conocieran losdomicilios, el tribunal requerirá tal información al
Servicio Electoral y al Servicio de Registro Civile Identificación para que, dentro de
quinto día, informen el último domicilio de dichas personasque conste en sus
registros. De no establecerse el domicilio de alguna de ellas, o de no serhabido en
aquél que hubiere sido informado, el juez ordenará de inmediato que la
notificaciónse efectúe por medio de un aviso en el Diario Oficial. De igual forma se
citará a losascendientes y consanguíneos del menor de edad cuya filiación no esté
determinada.
A las personas que no comparecieren se las considerará rebeldes por el solo
ministerio de laley, y respecto de ellas las siguientes resoluciones surtirán efecto
desde que se pronuncien.
La audiencia preparatoria y la audiencia de juicio se llevarán a cabo en los mismos
términosque tratándose de alguno de los menores cuyos padres no se encuentran
capacitados o encondiciones de hacerse cargo responsablemente de él y que
expresen su voluntad deentregarlo en adopción ante el juez de familia, según lo
visto precedentemente.
El juez resolverá acerca de la veracidad de los hechos y circunstancias que se
invocan parasolicitar la declaración de que el menor es susceptible de ser
adoptado, en especial laimposibilidad de disponer de otras medidas que permitan
la permanencia del mismo en sufamilia de origen y las ventajas que la adopción
representa para él.
Si no se dedujere oposición y se contare con los antecedentes de prueba
suficientes paraformarse convicción, el Tribunal dictará sentencia en la misma
audiencia preparatoria.
La sentencia que declare que el menor puede ser adoptado se notificará por
cédula a losconsanguíneos que hayan comparecido al proceso, en el domicilio que
conste en el mismo,salvo que sea posible efectuar la notificación en forma
personal en la audiencia respectiva.
La sentencia será apelable y, en ciertos casos, de no ser apelada, será elevada en
consulta a laCorte de Apelaciones.

7.2.- PROCEDIMIENTO DE ADOPCIÓN


La adopción propiamente tal es un procedimiento no contencioso, en el cual no es
admisible laoposición.
La solicitud de adopción deberá ser firmada por todos los solicitantes,
acompañando losantecedentes en que la fundamentan, entre los cuales se debe
incluir un informe de evaluaciónde idoneidad física, mental, psicológica y moral del
o los solicitantes, emitido por el ServicioNacional de Menores o alguna de las
instituciones acreditadas al efecto.
Si distintas personas solicitan la adopción de un mismo menor, las solicitudes
deberánacumularse, a fin de ser resueltas en una sola sentencia.
Recibida por el tribunal la solicitud de adopción la acogerá a tramitación, una vez
verificado elcumplimiento de los requisitos legales. En la misma resolución
ordenará agregar losantecedentes del proceso previo de susceptibilidad para la
adopción y citará a los solicitantes,con sus antecedentes de idoneidad y medios
de prueba, a la audiencia preparatoria, que sellevará a cabo entre los cinco y los
diez días siguientes. Se deberá, asimismo, citar al menor, ensu caso.
Si sobre la base de los antecedentes expuestos se acreditan las ventajas y
beneficios que laadopción le reporta al menor, el juez podrá resolver en la misma
audiencia. En caso contrario,decretará las diligencias adicionales que estime
necesarias, a ser presentadas en la audiencia de juicio, la que se realizará dentro
de los quince días siguientes. Las diligencias no cumplidas ala fecha de
realización de la audiencia se tendrán por no decretadas y el tribunal procederá
adictar sentencia, sin más trámite.
Si los solicitantes no tienen el cuidado personal del menor, deberán solicitarlo
conjuntamentecon la adopción, procediendo el juez a resolver en la audiencia
preparatoria, pudiendo disponerlas diligencias que estime pertinentes para
establecer la adaptación a su futura familia.
El juez, en cualquier etapa del procedimiento, podrá poner término al cuidado
personal delmenor por los interesados, cuando así lo estime necesario para el
interés superior de aquél. Entodo caso, cesará de pleno derecho si el tribunal
denegare la solicitud de adopción, de lo que sedejará constancia en la misma
sentencia, la cual dispondrá además la entrega del menor aquien confíe su
cuidado en lo sucesivo.
La sentencia se notificará por cédula a los solicitantes, en el domicilio que conste
en el proceso,salvo que sea posible efectuar la notificación en forma personal en
la audiencia respectiva. Y,en contra de ella procederá el recurso de apelación.
Cuando la adopción sea requerida por personas no residentes en Chile, sin
perjuicio de lasreglas especiales previstas en la misma ley, se constituirá de
acuerdo a los procedimientosexaminados y se sujetará, cuando corresponda, a las
Convenciones y a los ConveniosInternacionales que la regulen y que hayan sido
ratificados por Chile.
Si bien la adopción es irrevocable, la ley admite que el adoptado, por sí o por
curador especial,pueda solicitar su nulidad cuando ella ha sido obtenida por
medios ilícitos o fraudulentos; talacción será conocida por el juez con competencia
en materias de familia del domicilio oresidencia del adoptado, en conformidad al
procedimiento ordinario previsto en la ley que crealos juzgados de familia.

8.- PROCEDIMIENTO EN MATERIA DE ALIMENTOS


La Ley que crea los Juzgados de Familia también introduce modificaciones en la
Ley Nº 14.908sobre Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias, la
que posteriormente ha sidomodificada por la Ley 20.152 de 9 de enero de 2007.
La actual normativa establece nuevas normas sobre competencia, ya que a la
fecha de entradaen vigencia de la Ley existían dos tribunales eventualmente
competentes para conocer de lasdemandas de alimentos: el Juzgados de Letras
de Menores o en lo Civil, según si se trataran dealimentos menores o mayores,
respectivamente.
La ley innova en la materia, pues de los juicios de alimentos –sea que ellos sean
requeridospara los hijos menores de edad o no– conocerá el juez de familia del
domicilio del alimentante odel alimentario, a elección de este último, los que se
tramitarán conforme a las normas delprocedimiento ordinario establecido en la ley
que crea los juzgados de familia en lo no previstopor la Ley Nº14.908. Será
precisamente también el mismo juez que decretó la pensión o el delnuevo
domicilio del alimentario, a elección de este, quien dispondrá de competencia
paraconocer de las demandas de aumento de pensión alimenticia. En cambio, de
las demandas derebaja o cese de la pensión conocerá el tribunal del domicilio del
alimentario.
La madre, cualquiera sea su edad, podrá solicitar alimentos para el hijo ya nacido
o que estápor nacer. Si aquélla es menor, el juez deberá ejercer designarle
representante en interés de lamadre.
La demanda podrá omitir la indicación del domicilio del demandado si éste no se
conociera. Porsu parte, el demandado deberá informar al tribunal todo cambio de
domicilio, de empleador y delugar en que labore o preste servicios, dentro de
treinta días contados desde que el cambio sehaya producido, en caso contrario, se
le impondrá, a solicitud de parte, una multa a beneficio fiscal.
En los juicios en que se demanden el juez deberá pronunciarse sobre los
alimentos provisorios,junto con admitir la demanda a tramitación, con el solo
mérito de los documentos yantecedentes presentados, en caso contrario, incurrirá
en falta o abuso. No obstante, eldemandado tendrá cinco días para oponerse al
monto provisorio decretado, debiéndoseleinformar de ello con la notificación de la
demanda. En caso de mediar oposición, el juezresolverá de plano, salvo que del
mérito de los antecedentes estime necesario citar a unaaudiencia, la que deberá
efectuarse dentro de los diez días siguientes. En cambio, si no existeoposición, la
resolución que fija los alimentos provisorios causará ejecutoria.
El tribunal podrá acceder provisionalmente a la solicitud de aumento, rebaja o
cese de unapensión alimenticia, cuando estime que existen antecedentes
suficientes que lo justifiquen.
La resolución que decrete los alimentos provisorios o la que se pronuncie
provisionalmentesobre la solicitud de aumento, rebaja o cese de una pensión
alimenticia, será susceptible delrecurso de reposición con apelación subsidiaria, la
que se concederá en el solo efectodevolutivo y gozará de preferencia para su vista
y fallo en la Corte de Apelaciones.
Toda resolución que fije una pensión de alimentos deberá determinar el monto y
lugar de pagode la misma, pudiéndose verificar mediante retención judicial por el
empleador del alimentante.
El monto de la pensión no podrá ser una suma o porcentaje que exceda del
cincuenta porciento de las rentas del alimentante. Y, cuando ella sea fijada en una
suma determinada, éstase reajustará por el tribunal semestralmente de acuerdo al
alza que haya experimentado elÍndice de Precios al Consumidor.
El juez podrá también ordenar que el deudor garantice el cumplimiento de la
obligaciónalimenticia, por ejemplo mediante la constitución de una hipoteca o
prenda sobre bienes delalimentante o con otra forma de caución. También
procederá el otorgamiento de garantía,cuando el alimentante pretenda ausentarse
del país, de manera que mientras no la rinda quedearraigado.
Toda resolución judicial que fije una pensión alimenticia, o que aprueba una
transacción quecumpla con los requisitos legales, tienen mérito ejecutivo. Y, en
caso de incumplimiento, serácompetente para conocer de la ejecución el mismo
Juzgado de Familia que dictó la resolución oel del nuevo domicilio del alimentario.
En su caso, el requerimiento de pago se notificará personalmente al ejecutado,
salvo que eljuez disponga otra forma, con tal que garantice la debida información
al demandado para eladecuado ejercicio de sus derechos.
En estos casos sólo será admisible la excepción de pago y siempre que se funde
en unantecedente escrito; si no fuera opuesta oportunamente, o fuere declarada
inadmisible, elacreedor –alimentario– podrá requerir la aplicación del
procedimiento de apremio del juicioejecutivo.
Cuando se tratare de alimentos retenidos judicialmente, si la persona que deba
hacer laretención no cumple la orden judicial será sancionada con multa, sin
perjuicio de seguirseadelante con el cumplimiento de la resolución sobre
alimentos.
La Ley de Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias establece
además normasante el término de la relación laboral del alimentante con el agente
que practica la retención,haciendo aplicable tal medida inclusive sobre las
indemnizaciones laborales a que hubierelugar.
Retención judicial. Las resoluciones judiciales que ordenen el pago de una
pensión alimenticia,provisoria o definitiva, por un trabajador dependiente
establecerán, como modalidad de pago, laretención por parte del empleador. La
resolución judicial que así lo ordene se notificará a la persona natural o jurídica
que, por cuenta propia o ajena o en el desempeño de un empleo ocargo, deba
pagar al alimentante su sueldo, salario o cualquier otra prestación en dinero, a
finde que retenga y entregue la suma o cuotas periódicas fijadas en ella
directamente alalimentario, a su representante legal, o a la persona a cuyo
cuidado esté.
El demandado dependiente podrá solicitar al juez, por una sola vez, con
fundamento plausible,en cualquier estado del juicio y antes de la dictación de la
sentencia, que sustituya, por otramodalidad de pago, la retención por parte del
empleador, siempre que dé garantías suficientesde pago íntegro y oportuno.
De existir incumplimiento, el juez, de oficio, y sin perjuicio de las sanciones y
apremios que seanpertinentes, ordenará que en lo sucesivo la pensión alimenticia
decretada se pague medianteretención judicial nuevamente.
Además, la Ley 20.152 ha previsto nuevos mecanismos para forzar el pago de las
pensionesalimenticias, tales como orden de retención de devolución anual de
impuestos a la renta, y lasuspensión de la licencia para conducir vehículos
motorizados.
Aplicación de medidas de apremio al alimentante. Si decretados los alimentos por
resoluciónque cause ejecutoria en favor del cónyuge, de los padres, de los hijos o
del adoptado, elalimentante no hubiere cumplido su obligación en la forma pactada
u ordenada o hubiere dejadode pagar una o más cuotas, el tribunal que dictó la
resolución deberá, a petición de parte o deoficio y sin necesidad de audiencia,
imponer al deudor como medida de apremio, el arrestonocturno hasta por quince
días. Tal medida tendrá lugar entre las veintidós horas de cada díahasta las seis
horas del día siguiente. Además, el juez podrá repetir la medida hasta obtener
elíntegro pago de la obligación.
No obstante, si el alimentante infringe el arresto nocturno o persiste en el
incumplimiento de laobligación alimenticia después de dos períodos de arresto
nocturno, el juez podrá apremiarlocon arresto hasta por quince días. Y, en caso de
que procedan nuevos apremios, podrá ampliarel arresto hasta por 30 días.
Para los efectos de aplicar apremios, el tribunal ordenará a la fuerza pública que
conduzca alalimentante directamente ante Gendarmería de Chile, a fin de darle
cumplimiento. Si elalimentante no fuere habido en el domicilio que consta en el
proceso, el juez adoptará todas lasmedidas necesarias para hacer efectivo el
apremio.
En las situaciones antes indicadas, el juez dictará también orden de arraigo en
contra delalimentante, la que permanecerá vigente hasta que se efectúe el pago
de lo adeudado. Tantolas órdenes de apremio como de arraigo expresarán el
monto de la deuda, y podrá ser recibidoel pago por la unidad policial que les dé
cumplimiento, debiendo entregar comprobante aldeudor.
La Ley de Abandono de Familia y Pago de Pensiones Alimenticias finaliza
estableciendonormas sobre suspensión de apremios y arresto –por ejemplo,
cuando el alimentante carecierede medios necesarios para el pago, o padece
invalidez–, responsabilidad solidaria en el pagode la obligación alimenticia y
precisando otros efectos del incumplimiento.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“La Ética en la Familia”
LA ÉTICA EN LA FAMILIA

Las TIC al servicio de la Educación

Publicado 11th June 2011 por John Alexander Cossio Moreno

La ética en el contexto educativo no sólo se hace cargo de la instrucción ética en


el modelo de enseñanza. Cada sociedad forma una idea de aquello en que
consiste la riqueza del hombre y cual vida es digna o indigna de llamarse humana.

LA ÉTICA EN LA FAMILIA

Hablar de la ética en la familia, implica partir de lo que la ética misma hace


referencia y de la moral. Partimos de que los valores son elementos muy centrales
en el sistema de creencias de las personas y están relacionados con estados
ideales de vida que responden a nuestras necesidades como seres humanos,
proporcionándonos criterios para evaluar a los otros, a los acontecimientos tanto
como a nosotros mismos (Rokeach, 1973 en García, Ramírez y Lima, 1998). Por
su parte, La moral da pautas para la vida cotidiana, mientras que la ética es un
estudio o reflexión sobre qué origina y justifica estas pautas. Pero las dos, si bien
son distinguibles, son complementarias porque tienen en común a la persona
como ente social. Del mismo modo que la teoría y práctica interaccionan, los
principios éticos regulan el comportamiento moral, pero este comportamiento
incide alterando los mismos principios. A menudo, cuando se presentan los
conflictos de normas morales que aparecen cuando tenemos que tomar
decisiones se convierten en el motor que nos impulsa a una reflexión de nivel
ético.

Así pues, cada individuo va forjándose una imagen de lo que es y quisiera llegar a
ser en una sociedad que es competente y que cada vez más, está sumergida en
situaciones de riesgo, en cuanto a la identidad individual de las personas. Es ahí,
donde la familia juega un papel importante, porque parten infundiendo los valores
que son los que nos orientan en la vida, nos hacen evaluar nuestras acciones,
comprender y ayudar a quienes nos rodean, mas aun cuando la sociedad nos
obliga a crearnos un prototipo de imagen por las tendencias de la moda, de
programas de televisión, culturas, en fin, una serie de eventos que facilitan el
intercambio cultural entre sociedades.

Según otros autores (Schwartz, 1990) los valores son representaciones cognitivas
inherentes a tres formas de exigencia universal: las exigencias del organismo, las
reglas sociales de interacción y las necesidades socio-institucionales que
aseguran el bienestar y el mantenimiento del grupo. De esa manera, según
Schwartz los sistemas de valores se organizan alrededor de tres dimensiones
fundamentales: el tipo de objetivo (trascendencia o beneficio personal;
conservación o cambio), los intereses subyacentes (individuales o colectivos), el
dominio de la motivación (tradición, estimulación, seguridad). Las teorías implícitas
que todos los padres tienen y que se relacionan con lo que los mismos piensan
sobre cómo se hacen las cosas y por qué se hacen de tal o cual manera ofician
“de filtro” en la educación en valores.

Estas ideas y teorías dan a entender que la familia como un organismo social, es
la primera escuela de educación de los individuos, al compartir ciertas
características comunes con quienes conviven. Sin embargo, esta no es el único
contexto donde se educa en valores, es una realidad que el ambiente de
proximidad e intimidad que en ella se da la hace especialmente eficaz en esta
tarea. Todos formamos parte del mismo sistema de valores éticos o morales al
interactuar día a día en los espacios de estudio o de trabajo, contagiándonos de la
diversidad de pensamiento y cultura en los distintos grupos sociales.

No solo se han venido dando transformaciones a nivel tecnológico y ambiental,


sino también a nivel social-familiar. La familia ha tenido cambios importantes a lo
largo de la historia porque las costumbres, pensamientos, necesidades e intereses
variaron en los contextos donde se desenvuelven, pero en las últimas décadas
estos cambios han sido aun mayores. No puede hablarse ahora de un tipo único
de familia, donde los roles principales serian el del papá que trabaja para el
sostenimiento, estudio y progreso, la mamá que se encarga de los oficios
domésticos y del cuidado de los hijos que obedecen. Así mismo la familia ha
cambiado en su tipología, nos encontramos ahora comúnmente con familias
extensas ( conformadas por padres, hijos, tíos, abuelos que conviven en la misma
casa), familias reconstituidas ( uniones de padres que anteriormente estuvieron
casados o con otra relación y de las cuales quedaron hijos, por lo tanto existe la
figura de madrastra, padrastro, hijastro) así como también es frecuente encontrar
la familia monoparental (donde los hijos conviven solamente con uno de los
padres, mamá o papá).
En cada uno de los casos, los roles y funciones son asumidos de forma distinta,
por miembros diferentes y en ocasiones, un miembro del grupo familiar debe
asumir varios a la vez, como en el caso de la familia monoparental. Quizá sea este
un factor que incide en el deterior de la sociedad y la ética.

Teniendo en cuenta lo anterior, es importante indagar y decir, ¿qué nos pasa,


hoy? Se oye decir -El modelo de familia actual es diferente; o -La familia está en
crisis, el concepto de familia ha cambiado, y esto en gran parte se debe a que
nuestra época actual ha atravesado múltiples cambios a nivel social, político y
económico, los cuales introducen nuevas coordenadas a nuestros
comportamientos, valores y pensamientos, esto nos hace pensar que hablamos de
un nuevo mundo y por qué no decir de un nuevo individuo. No cabe duda,
entonces, que la familia debe de recuperar su esencia, es decir, sus valores,
costumbres y estilos de vida propios.

Puesto que el proceso formativo de una persona se inicia en el hogar y busca


integrar al hombre con el mundo exterior. Los buenos modales, las buenas
relaciones y valores sociales tienen su origen en el ambiente familiar. El correcto
manejo dado a estos valores permite unas relaciones interpersonales armoniosas,
seguridad personal, deseo de superación y espíritu emprendedor.
El hogar es la primera escuela de socialización, es decir, la vida familiar brinda
unos elementos que son complementados en la escuela, por eso este binomio,
influyen decisivamente en la formación integral de la persona. En ambos
ambientes se pretende ofrecer las condiciones, elementos y herramientas
necesarias para que el ser humano se desenvuelva en los distintos campos de la
vida.

Publicado 11th June 2011 por John Alexander Cossio Moreno


MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“La Ética de la Mediación Familiar”
LA ÉTICA DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR

Por María de los Ángeles Oyarzún Farías


María de los Ángeles Oyarzún Farías. Trabajadora Social.

Durante las últimas décadas hemos sido testigos de las importantes


transformaciones que se hanpresentado en nuestro país en cuanto a la legislación
en familia, entre éstas es posible destacar lacreación de los Tribunales de Familia
(Ley N° 19.968 publicada el 30.08.2004) y la Nueva Ley deMatrimonio Civil (Ley
N° 19.947 publicada el 17.05.2004), dado el impacto que han tenido para lavida de
miles de personas. Es así como la implementación de los Tribunales de Familia
trajoconsigo el surgimiento, del tema que nos convoca en este Ensayo, la
Mediación, la cual seconsagró legalmente en el Título V de la 19.968 por medio de
las modificaciones orgánicasefectuadas según Ley 20.286 del 2008.
De acuerdo al Artículo 103 de la Ley citada “se entiende por Mediación aquel
sistema deresolución de conflictos en el que un tercero imparcial, sin poder
decisorio, llamado mediador,ayuda a las partes a buscar por sí mismas una
solución al conflicto y sus efectos, medianteacuerdos”.
La ley contempla una serie de requisitos para quienes desean inscribirse como
MediadoresFamiliares, entre éstos destacan: poseer título profesional de una
carrera que tenga al menos 8semestres de duración; acreditar formación
especializada en mediación y en materias de familia oinfancia (a lo menos 180
horas teóricas de las cuales un mínimo de 80 horas deben estar centradasen el
proceso de mediación y 40 horas de práctica efectiva); no haber sido condenado
por delitoque merezca pena aflictiva y disponer de un lugar adecuado para
desarrollar la mediación.
De acuerdo a N. Aylwin y M.O. Solar “la práctica de la mediación ha tenido un gran
crecimientoen estas dos últimas décadas debido a su efectividad, por el hecho de
que ha logrado acuerdosperdurables y satisfactorios para las partes” (Aylwin y
Solar, 2009: pág. 242), pero cómopodemos dar garantías que el proceso de
mediación fue desarrollo adecuadamente por el mediador.
Ante los requisitos señalados en el párrafo precedente pareciera que no es tan
difícil llegar a ser unMediador y comenzar a desarrollar así procesos de mediación
familiar, pero ¿será así?, ¿serásuficiente con el dominio teórico del tema de la
mediación?, ¿logrará el Mediador ser realmente“un tercero imparcial” en el
proceso?, ¿serán las partes los verdaderos protagonistas en elencuentro de
mediación?, ¿en qué medida sus propios valores, sus prejuicios, sus experiencias
devida, puedan afectar la mediación?; en definitiva ¿podrá el Mediador cumplir
con los principios dela mediación? y para esto ¿será necesaria una ética en la
mediación familiar?
En mi calidad de Trabajadora Social y Mediadora Familiar, me parece muy
relevante reflexionarsobre estas materias, considerando que por el hecho de
trabajar directamente con personas debeexistir un respeto indiscutible por la
dignidad de éstas.
Tanto la bibliografía existente en materia de mediación como la Ley vigente en
Chile concuerdanen los Principios que dan las bases a la Mediación, entre éstos
de destacan la voluntariedad, elprotagonismo de las partes, la confidencialidad y la
imparcialidad.
De acuerdo a la Ley 19.968 la imparcialidad “implica que los mediadores serán
imparciales enrelación con los participantes, debiendo abstenerse de promover
actuaciones que comprometandicha condición” (Artículo 105), cuando lo leemos y
estudiamos parece casi obvia esta condición,en atención a la ideología del
proceso de mediación, pero en la práctica no sé si esto será tan obvio,cómo
garantizar que el Mediador no sea colonizado por algunas de las partes, no
podemos olvidarque al fin y al cabo en la Mediación se establece una Relación
Sujeto-Sujeto, como dice C. Rogersse establece una relación de persona a
persona, en la cual es casi imposible poder garantizar que lapropia realidad del
mediador no entre en juego en el proceso de mediación, como asegurar que
susvalores, sus prejuicios, sus actitudes, sus costumbres no afectarán la
mediación. En este sentidopodríamos entender tal vez que esta imparcialidad
requiere entonces de una objetividad de parte delmediador para tratar de
mantener esta neutralidad que es esencial para garantizar un
correctoprocedimiento de mediación.
Relacionado con lo anterior, aparece otro elemento que es crucial, el
protagonismo de las partes enel proceso de la mediación, de acuerdo a
MarinésSuares “ser protagónico implica considerarseautor, agente de las acciones
que se desarrollan y de los discursos y narrativas que seconstruyen” (Suares,
2005: pág. 31). En este sentido entonces el Mediador debe ser un profesionalque
ayuda a las partes que están empantanadas en un conflicto, debiendo ser un
facilitador en elproceso, promoviendo el diálogo entre las partes, tratando que
éstas sean capaces por sus propiosmedios de solucionar su conflicto. Pero podrá
ser así, puede el Mediador ser sólo un facilitador,podrá renunciar a ese poder que
de por sí representa su condición de experto, entregaráverdaderamente el
protagonismo a las partes, y por otra parte, estarán las partes dispuestas ahacerse
cargo de sus problemas y responsables de sus decisiones, sin esperar que otro
les diga loque tienen que hacer. Por otro lado, para lograr el protagonismo de las
partes también esfundamental validar y legitimar sus discursos, ya que cada
persona vive su propio espacio deexistencia y se mueve en este mundo desde sus
preferencias, emociones, creencias y valores, por loque los discursos entre las
partes no tendrían por qué ser coincidentes, e incluso no sería elMediador el
llamado a buscar la verdad, ya que ambas partes tienen la verdad pero desde
susmundos particulares, en este caso lo fundamental es que el Mediador pueda
promover el diálogoentre las partes. Del mismo, es importante que el Mediador
esté consciente de su propia voz, la cualtambién está en juego, ya que ésta tiene
que estar siempre orientada a facilitar y guiar el proceso.
El análisis efectuado de estos dos principios nos evidencia, que pese a la
existencia de un marcolegal y teórico que rige la Mediación Familiar en Chile, es
finalmente en el ejercicio de laMediación donde el profesional, en su actuar, en su
discurso, debe ser capaz de llevar a la prácticaestos principios. Sin duda que no
es una tarea fácil, y es en este sentido donde creo que la Éticatiene un papel
fundamental, vamos a ver por qué.
Bien es sabido que el ser humano por el uso de la razón, “es capaz de advertir de
modo natural labondad o maldad de sus actos” (Sada, 2007: pág. 1), en este
sentido podríamos asumir que losMediadores podrían distinguir de una manera
casi intuitiva cuando han obrado adecuadamente enuna mediación y cuando no; y
si es así por qué sería necesario apoyarse en la Ética.
De acuerdo a R. Sada la Ética “es la ciencia que estudia la moralidad del obrar
humano; es decir,considera los actos humanos en cuanto son buenos o malos”
(Sada, 2007: pág. 1), esto implicaentonces que si bien la persona tiene un saber
espontáneo de lo bueno y lo malo, la Ética permiteagregar profundidad y solidez a
los principios, y resulta de mucha utilidad en la orientación de laconducta del
hombre, sin este saber científico que aporta la Ética, sería aún más complicado
para elser humano superar algunos obstáculos que encuentra en sí mismo, en el
ambiente, en el mundolaboral, etc.
Actualmente nos encontramos en una época, la Postmodernidad, donde de
acuerdo a Enrique Rojasha surgido el hombre light, el cual “carece de referentes,
tiene un gran vacío moral y no es feliz,aun teniendo materialmente casi todo”
(Rojas, 1992: pág. 12), esto asociado al relativismoexistente en la sociedad, donde
nos encontramos más bien ante una ética de bolsillo, no hay nadaabsoluto, nada
totalmente bueno ni malo, donde las reglas son presididas más por la
subjetividadque por la moralidad. Hoy prevalece una cultura nihilista, en la que el
materialismo, el hedonismo,la permisividad, el relativismo y el consumismo, son
actores claves.
Ante este escenario no cabe duda, que necesitamos de la Ética para guiar los
actos de las personas yreencontrarse con los valores esenciales del ser humano.
Así también y considerando que laMediación no está ajena a este escenario, ya
que en ésta participan personas, estimo que esfundamental la Ética en la
Mediación ya que ésta ayuda a transitar desde la moralidad subjetiva,que puede
presentar cada Mediador, a una moralidad objetivada, que establece normas de
conducta,valores, principios comunes para todos los mediadores, lo que permite
un encuadre en el ejercicioprofesional y ayuda a tomar decisiones en aquellos
dilemas morales que se pueden presentar en lapráctica diaria.
Es así que me parece de suma relevancia la reciente aprobación del Código de
Ética del Colegio deMediadores de Chile el cual tiene por objeto procurar un
pronunciamiento frente a planteamientos,consultas, dudas y dilemas, que ameriten
una opinión calificada susceptible de servir de orientaciónde conducta para los
mediadores y público en general.
En atención a los antecedentes expuestos es plausible concluir que hemos sido
testigos en Chile delsurgimiento de una nueva profesión, la Mediación, la que sin
duda está teniendo un impacto en lavida de muchas familias en nuestro país.
Pareciera que no es difícil cumplir con los requisitos para llegar a un ser un
Mediador Familiar,pero la práctica nos demuestra que desarrollar esta labor exige
del profesional una formaciónteórica muy importante sobretodo en materias de
familia, pero sin duda también le demanda unrespeto por los principios de la
mediación lo que se traduce por ejemplo en: dejar fuera susprejuicios y valores,
recibir sin ruidos ni interferencias internas los discursos de las partes,empoderar a
las personas para que sean verdaderos protagonistas de su historia, adecuado
manejodel poder. En fin son enormes los desafíos y exigencias que tiene esta
profesión y que - sin duda creo que no se podrían cumplir si no estuviese presente
la Ética en la Mediación.
La Ética cumple un papel crucial, es el derrotero que necesita el navegante para
llegar a puerto,entrega las directrices, da las pautas de conducta, marca
verdaderamente el rumbo que debe seguirel mediador en el desarrollo de la
mediación, ya que no podemos olvidar que el Mediador no debebuscar a priori el
acuerdo de las partes, sino más bien tiene que ocuparse por realizar
unprocedimiento correcto. Si la Ética no estuviese presente en la Mediación,
podríamos estar comoun barco a la deriva, donde el viento y las olas van haciendo
el camino, lo que no asegura unallegada a puerto.
Así entonces parece fundamental que los Mediadores realicen acciones con el fin
de fortalecer unaÉtica Aplicada a la profesión, ya sea manteniendo espacios de
encuentros con el fin de compartirexperiencias, identificar y debatir dilemas éticos,
definiendo cursos de acción, entre otros.
Pero por otra parte, estimo que además es crucial el tema del autocuidado de los
profesionales, yaque es una labor que implica un tremendo desgaste emocional
por lo que es importante que losprofesionales adopten medidas personales con el
fin de cuidarse, pero también sería convenienteque a nivel de colectivo, de gremio,
se ejecutaran acciones de autocuidado, donde los mediadorespudiesen compartir
-en un espacio protegido- todas las emociones, las frustraciones,
alegrías,temores, que pueden emergen en el ejercicio de esta profesión.
MODULO III
DERECHO DE FAMILIA
“Organismos Vinculados a la Labor
de los Tribunales de Familia”
ORGANISMOS VINCULADOS A LA LABOR DE LOS TRIBUNALES DE
FAMILIA

1.- SERVICIO NACIONAL DE MENORES (SENAME)


El Servicio Nacional de Menores, es un servicio público quetiene por misión
contribuir al desarrollo del sistema de protecciónsocial de la infancia y
adolescencia a través del ejerciciode derechos y la reinserción social y/o familiar
de niños,niñas y adolescentes vulnerados en sus derechos e infractoresde ley,
mediante una red de programas ejecutados directamenteo por organismos
colaboradores del Servicio.
El Serviciodesarrolla sus actividades de acuerdo a las instruccionesque le indican
los Tribunales de Justicia a través del país. Todaslas prestaciones, salvo las
Oficinas de Protección de Derechos,están ligadas a la justicia y los niños, niñas y
adolescentes queson atendidos han sido enviados directamente por los
Tribunalesde Justicia con conocimiento en materia de Familia.
El Servicio Nacional de Menores organiza sus principalesprestaciones en base a
tres áreas de atención que son:
¾ Área de Responsabilidad Penal Adolescente: área que se ocupa de prestar
servicios relacionados con los niños, niñas o adolescentes infractores de
ley, de acuerdo a lo establecido en la Ley Nº 20.084 de Responsabilidad
Penal Adolescente.
¾ Área de Protección de Derechos y Primera Infancia: área que se ocupa de
atender a los niños, niñas o adolescentes vulnerados en sus derechos, que
son sometidos a procedimientos de protección o se les aplica alguna
medida ordenada por el Tribunal de Justicia con competencia en materia de
familia.
¾ Área de Adopciones: área encargada de llevar el registro de personas
interesadas en la adopción de un menor de edad, residentes o extranjeros,
y el registro de personas que puedan ser adoptadas. El Servicio Nacional
de Menores es la institución a la cual la ley le encarga intervenir en los
programas de adopción, constituidos por el conjunto de actividades
tendientes a procurar al menor una familia responsable, ya sea
directamente o a través de organismos acreditados ante el mismo servicio.
Área Protección de Derechos y Primera Infancia
El Departamento de Protección de Derechos se preocupa de los niños/as con
vulneración, y lo que hace su política de protección es definir algunos de los
principios básicos que la orientan: integralidad en la atención y el interés superior
de los niños, niñas y adolescentes. Fundamentalmente, representa la definición
del tipo de prestaciones que se proporcionarán en la ejecución de esta política en
líneas de promoción, protección y reparación de derechos.
Como complemento al accionar del Estado, el servicio ha establecido en su
intervención tres niveles, cada uno de acuerdo a la complejidad que pueden
presentar los problemas que afectan a la población infanto-adolescente. La
complejidad es un concepto que ayuda a entender la gravedad de las
vulneraciones que sufren los niños/as que llegan a la red Sename, en la práctica
su utilidad es vital para entender la naturaleza de estas vulneraciones, siempre a
través de los tres niveles de complejidad.

Área de Adopciones
El Servicio Nacional de Menores es la institución a la cualla Ley Nº 19.620 le
encarga intervenir en los programas deadopción, que son el conjunto de
actividades tendientes aprocurar al niño, niña o adolescente una familia
responsable.
Estas actividades la realizarán exclusivamente el ServicioNacional de Menores y
los organismos acreditados ante éste a través de profesionales expertos y
habilitados enesta área. Comprende principalmente el apoyo y la orientacióna la
familia de origen del menor, la recepción y el cuidadode éste, la evaluación técnica
de los solicitantes y lapreparación de éstos como familia adoptiva, a cuyo efectoles
corresponderá acreditar la idoneidad requerida. El ServicioNacional de Menores
deberá llevar dos registros: uno, depersonas interesadas en la adopción de un
menor de edad,en el cual se distinguirá entre aquellas que tengan residenciaen el
país y las que residan en el extranjero; y otro, depersonas que pueden ser
adoptadas.
El Proceso de Adopción es un procedimiento con varias etapasque básicamente
establece procedimientos previos ala adopción que tienen por objeto declarar al
niño, niña oadolescente susceptible de adopción y el Procedimiento deAdopción
propiamente tal que finaliza con una sentencia deltribunal que declara al menor
adoptado.
El Servicio Nacional de menores y los organismos acreditadosante el mismo, son
los únicos que pueden participar enlos programas de adopción y tienen una serie
de tareas yobligaciones que la ley les encomienda en esta área.
2.- SERVICIO MÉDICO LEGAL (SML)
El Servicio Médico Legal es una entidad pública, dependiente del Ministerio de
Justicia, cuyo objetivo es asesorar técnica y científicamente al Ministerio Público y
a los Tribunales de Justicia del país, en materias médico legales, ciencias
forenses y otras propias de su ámbito. Además, desarrolla investigación científica,
docencia y extensión relacionados con estos temas.
El organismo se rige por la Ley 20.065 de Modernización, Regulación Orgánica y
Planta del Personal del Servicio Médico Legal, la que establece las funciones de la
institución, su organización, sus atribuciones y las disposiciones generales que
norman su desempeño.
El Servicio Médico Legal como organismo asesor de la Justicia, la labor del
Servicio Médico Legal se centra en realizar pericias de alto nivel a través de sus
distintos Departamentos y especialidades. Su quehacer se centra en cuatro
grandes áreas:
o Tanatología.
o Clínica.
o Laboratorios, y
o Salud Mental.
Además responde a materias específicas como de identificación forense en
fallecidos de larga data, ya sean casos asociados a víctimas de violaciones a
los derechos humanos, situaciones de emergencia y desastres masivos o en
materias criminales.
Además de los casos de Filiación, los Tribunalesde Justicia solicitan al Servicio
Médico Legal larealización de pericias de varios tipos, a fin deobtener información
relevante para tomar en cuentaal momento de resolver las causas que se
sometena su conocimiento por ejemplo exámenes psiquiátricos.
GENDARMERÍA DE CHILE (GENCHI)
Gendarmería de Chile (GENCHI) es la institución penitenciaria de Chile encargada
del orden, seguridad, reinserción social, cumplimiento de condenas en las
prisiones y el resguardo de los Tribunales de Justicia. Creada el 30 de noviembre
de 1921, su lema es "Deus Patria Lex". Del latín "Dios, Patria, Ley". Su símbolo es
un castillo, y su actual nombre deriva del nombre francés Gend" armes"; que
significa gente de armas
Se relaciona con los Tribunales de Familia, mediante el siguiente mecanismo de
apremio:
9 Arrestos nocturnos como medida de apremio por no pago de pensiones
alimenticias.
La ley Nº 14.908, actualizada, establece que ante elincumplimiento en el pago de
una pensión alimenticia,el juez de oficio o a petición de parte podrá imponer
aldeudor como medida de apremio, el arresto nocturnoentre las veintidós horas de
cada día hasta las seishoras del día siguiente, hasta por quince días. El juezpodrá
repetir esta medida hasta obtener el íntegropago de la obligación
SERVICIO NACIONAL DE LA MUJER (SERNAM)
El Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) es un servicio público chileno,
funcionalmente descentralizado, dotado de personalidad jurídica y de patrimonio
propio, que se relaciona con el presidente de la República por intermedio del
Ministerio de Desarrollo Social, cuya misión es promover la igualdad entre mujeres
y hombres; una vez que entre en vigencia la ley que crea el Ministerio de la Mujer
y la Equidad de Género, lo hará a través de éste último.
Es el organismo encargado de colaborar con el Ejecutivo en el estudio y
proposición de planes generales y medidas conducentes a que la mujer goce de
igualdad de derechos y oportunidades respecto del hombre, en el proceso de
desarrollo político, social, económico y cultural de Chile, respetando la naturaleza
y especificidad de la mujer que emana de la diversidad natural de los sexos,
incluida su adecuada proyección a las relaciones de la familia.
Fue creado mediante la ley 19023, del 3 de enero de 1991, firmada por el
presidente Patricio Aylwin, reemplazando a la Secretaría Nacional de la Mujer
creada en 1972 por Salvador Allende y transformada en organismo
propagandístico por el Régimen Militar.
Se relaciona con los Tribunales en materia de Violencia Intrafamiliar mediante los
siguientes servicios:
¾ Centros de la Mujer
Están orientados a mujeres que son o han sido víctimas de violencia intrafamiliar,
fortaleciendo sus capacidades personales para enfrentar este problema a través
de:
Información.
Contención.
Protección.
Estabilidad emocional.
Apoyo social, legal y sicológico.
Estos centros también realizan talleres grupales para reforzar lazos entre las
mujeres, reduciendo el aislamiento en que suelen encontrarse cuando sufren
violencia. Además, promueven el apoyo mutuo, a fin de mejorar su autoestima y
autonomía.
La intervención tiene un tiempo promedio de seis meses, que puede variar
dependiendo de las necesidades de cada mujer.
La atención es personalizada, a través de un sicólogo y profesionales con los que
cuenta cada centro. También dispone de un abogado que brinda asesoría jurídica.
El programa contempla acciones de promoción, prevención socioeducativa y
capacitación dirigidas a establecimientos educacionales, organizaciones
comunitarias, funcionarios públicos, entre otros.
¾ Programa Hombres por una Vida sin Violencia
Cuyo objetivo es proporcionar atención psicosocioeducativa especializada a
hombres que ejercen o ejercieron violencia en contra de sus parejas mujeres.
Su eje fundamental es la protección a las mujeres víctimas de violencia de pareja
y la detención, eliminación o disminución de ésta, así como de las posibilidades de
su reincidencia, fomentando a que los hombres que participan del programa
renuncien a su violencia y se relacionen de manera equitativa, afectiva y
respetuosa.
Durante el año 2012 se desarrolla el modelo de intervención de SERNAM para
Hevpa (Hombres que Ejercen Violencia de Pareja) a través de 15 Centros de
Hombres ubicados en todas las regiones del país, con una cobertura total
proyectada de 1016 atendidos.
La intervención consta de las siguientes etapas: sesiones de evaluación individual
y de intervención psico y socioeducativa individuales y grupales con cada hombre
participante del programa
Beneficiarios:
Hombres mayores de 18 años que cumplan con los siguientes requisitos:
9 Motivación para participar en la atención.
9 Reconocer que ha ejercido alguna forma de violencia contra la pareja o ex
pareja.

REGISTRO CIVIL E IDENTIFICACIÓN DE CHILE (SRCel)

El Servicio de Registro Civil es un servicio público funcionalmente descentralizado,


con personalidad jurídica y patrimonio propio, sometido a la supervigilancia del
Presidente de la República a través del Ministerio de Justicia, encargado de velar
por la constitución legal de la familia, regido por la Ley 19.477.
La Dirección Superior del Servicio está a cargo de un Director Nacional, quien
tiene su representación judicial y extrajudicial, debiendo desarrollar todas las
funciones necesarias y tomar todas las decisiones pertinentes para la buena
marcha del mismo. Entre otras funciones, debe formular políticas generales; dirigir,
organizar, coordinar y administrar los recursos físicos y humanos; y asesorar e
informar al Ministerio de Justicia en las materias de competencia del Servicio
El Servicio de Registro Civil es un organismo que cumple con múltiples servicios a
la comunidad, servicios públicos y entidades privadas, se relaciona con los
Tribunales de Familia principalmente en las siguientes materias:
™ Registro de Nacimiento.
Inscribir los nacimientos, mantener actualizadas las bases de datos,
dejando constancia de los hechos y actos jurídicos que los modifiquen,
complementen o cancelen, como la inscripción de cuidado personal en
favor de uno de los padres y otorgar Certificados que den fe de los hechos
y actos jurídicos que consten en él.
™ Registro de Matrimonio.
Celebrar, inscribir los matrimonios, mantener actualizadas las bases de
datos, dejando constancia de los hechos y actos jurídicos que los
modifiquen, complementen o cancelen, como es el caso de la
subinscripción de divorcio de acuerdo a lo establecido en la Ley 19.947 y
otorgar Certificados que den fe de los hechos y actos jurídicos que consten
en él.
™ Registro de Violencia
Intrafamiliar. Inscribir a infractores, llevar el Registro Nacional e Informar a
Tribunales de Justicia y al interesado bajo las modalidades que determine
la Ley.
™ Celebraciones de Acuerdo
de Vida en Pareja (APV). Es el contrato que pueden celebrar las parejas a
través del cual el Estado reconoce su nuevo estado civil y regula diversos
aspectos familiares, patrimoniales y de derechos de salud, laborales y
previsionales de su relación. Los contrayentes que celebren el Acuerdo de
Unión Civil pasan a adquirir el estado civil de convivientes civiles.
- En caso de que termine el Acuerdo de Unión Civil, existe el derecho de
demandar compensación económica si uno de los convivientes civiles no
pudo desarrollar una actividad remunerada o lucrativa mientras duró el
Acuerdo de Unión Civil.
- Serán los Tribunales de Familia competentes los que resolverán las
controversias derivadas del Acuerdo de Unión Civil.
™ Informe o Constancia de
cese de convivencia. Mediante esta acta se deja constancia de la voluntad
de uno de los cónyuges de poner fin a la vida en común. Uno de éstos
concurre al Registro Civil e Identificación de Chile (SRCeI) con su cédula de
identidad para realizar dicha constancias. Según lo definido en el Artículo
N° 55 de ley de matrimonio civil, las personas pueden solicitar el divorcio
después de un año de común acuerdo y puede ser solicitado
unilateralmente después de acreditar 3 años de cese de convivencia. El
SRCeI entrega una copia del acta de cese de convivencia de manera
gratuita.
1. Cuando el acta ha sido extendida ante el oficial Civil, por la declaración
unilateral de uno solo de los cónyuges, el otro cónyuge debe ser notificado
en una gestión judicial voluntaria, que no requiere la comparecencia de un
abogado. Lo mismo, se aplica si esta declaración se hubiera dado ante
Notario o ante el tribunal competente.
2. La responsabilidad por la referida notificación le corresponde siempre al
cónyuge que extendió el acta y en ningún caso al Servicio de Registro Civil
e Identificación.
3. Cuando el acta ha sido extendida ante el oficial Civil, por mutuo acuerdo
de los cónyuges, esta debe contener además el acuerdo relativo a las
siguientes materias:
a. Relativos a sus relaciones mutuas:
i. Alimentos que se deban entre los cónyuges
ii. Materias vinculadas al régimen de bienes del matrimonio

b. Relativas a las relaciones de los comparecientes con los hijos menores


i. Cuidado personal
ii. Alimentos
iii. Relación directa y regular que mantendrá con los hijos aquel de los
padres que nos los tuviere bajo su cuidado.
™ Informe de antecedentes.
Por ejemplo señalando el último domicilio que registra una persona en sus
registros para los efectos de notificaciones de demanda u otros.

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