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Trastornos del Comportamiento Alimentario. Tratamientos Eficaces


Miguel Angel Vallejo Pareja

RESUMEN
Los trastornos alimentarios, y en especial la anorexia, tienen cada día una mayor relevancia sanitaria y social. Es por ello que hay un renovado
interés por mejorar cualitativa y cuantitativamente los recursos terapéuticos disponibles. Esta mejora se hace más necesaria en el caso de la
anorexia. En efecto, en este trastorno aún queda por demostrar empíricamente cual es el tratamiento más adecuado. Uno de los motivos que
justifican este estado de desconocimiento es, probablemente, la consideración multicausal del trastorno. Al centrarse en la gran cantidad de
factores posiblemente desencadenantes del problema, en atención a la complejidad de éste, se parte de tal cúmulo de influencias o variables
relevantes que dificulta determinar qué aspectos son los principales a la hora de abordar el trastorno. En este sentido se llama la atención sobre la
necesidad de tener una visión más parsimoniosa, restrictiva y decidida de las causas del problema, aun cuando se corra el riesgo de ser tildada de
reduccionista.

Esta situación no se da, por contra, en el caso de la bulimia. Aquí sí hay amplia evidencia empírica que señala a la terapia cognitivo conductual
como el tratamiento de elección del trastorno. El problema en este caso no es la ausencia de un tratamiento eficaz, sino que dicho tratamiento no es
utilizado. Dos de cada tres psicólogos clínicos o psicoterapeutas no utilizan la terapia cognitivo conductual. El que los profesionales no apliquen los
tratamientos de demostrada eficacia es un grave problema que trasciende al tratamiento de los trastornos alimentarios.

El trabajo surge, en parte, como respuesta a una medida tomada por el Ministerio Danés de Salud, Bienestar y Deporte, en torno al tratamiento de
los trastornos de la alimentación. Con el objetivo de mejorar el abordaje de estos problemas y de reducir las listas de espera, plantea la creación de
unidades especializadas ubicadas en hospitales. La autora del trabajo critica esta medida al considerar que esto no mejora la asistencia sanitaria
del problema. Por contra, propone que se invierta en formar a los profesionales en el uso y aplicación de los tratamientos empíricamente validados
para dichos trastornos, a través de cursos y de supervisión de casos.

Finalmente, se plantea la necesidad de cambiar el punto de vista sobre el tipo de tratamientos a utilizar. Los tratamientos deben ser menos
complejos y con menor número de componentes. Entre otras cosas porque no está demostrado que la mayor complejidad y diversidad resulte en
mayor efectividad. La referencia a modelos multifuncionales, multicausales, multi..., lejos de ayudar a encontrar tratamientos eficientes dificulta la
parsimonia e impide distinguir los factores importantes de los accesorios, aunque también puedan influir sobre el problema. Todo ello, redunda en
último término en conseguir tratamientos más sencillos y aceptados por los profesionales que tienen que aplicarlos.

1 de 1 01/07/2010 20:07

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