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CURSO SOBRE PIEDAD POPULAR

Introducción
Religión: Del latín religare “relacionarse” de los hombres entre sí, de los hombres con la
naturaleza, relación con Dios. La religión es un fenómeno natural humano, es algo que tuvo
que verse dado siempre y en todas partes. En todas las culturas, se ha dado esto de manera
cultural, es producto del ser humano. Algo que ha ocurrido dentro de la historia. Hay
diferencias entre una diferencia u otra.
Cultura: forma (palabra clave) en que los hombres tratan de relacionarse entre sí con Dios y
con la naturaleza. En esto si hay diversidad. Las diversas culturas son unas riquezas para la
humanidad.
Hay diversidad de religión. Todas las religiones en principio son buenas, porque buscan
relacionarse con Dios. Las religiones, primitivas son animistas. alma vida. Son religiones que
creen que hay vida en los ríos, plantas, humanos.
Religiones politeístas: Creen en la existencia de varios dioses: pueblos que adoraban al sol,
lluvia, luna viento. En Grecia y Roma hay diversidad de Dioses, Seus, Marte. En este
ambiente aparece Israel, con un Dios distinto y a la vez único. Con el avance de la civilización
estos dioses se convierten en literatura. Donde ahora si se conserva el politeísmo es en la
india.
Religiones monoteístas: en las que las personas creen en un solo Dios. Único, con cualidades
superlativo. Ya lo decía San Anselmo, Dios es lo más grande que te puedas imaginar. Tres
grandes religiones monoteísta “judaísmo, cristianismo, islam”.
Cristianismo: tiene tres grandes ramas: cristianos católicos, ortodoxos y el protestantismo. en
todas las religiones se dan tres aspectos: creencias (en lo que creemos, en un solo Dios para
nosotros el credo), el culto (su propia forma o expresiones de relacionarse con Dios) y la
Moral (cada religión tiene sus propias normas de conductas). Esto puede ser aplicado, solo
para la católica y la ortodoxa.
Para ser iglesia hay un elemento importante: aceptar a Cristo y el misterio de la trinidad.
Nuestro culto esta en la liturgia. En todas las religiones hay piedad popular. Esta es la manera
en que el pueblo expresa su adoración a Dios. La piedad popular debe ser ubicada en el
bloque del culto, la piedad popular no remplaza no sustituye a los sacramentos.
Libro: Directorio la piedad popular y liturgia
numerales 10, al 13 (Sacrosanto Concilium)
Según el Magisterio, la piedad popular es una realidad viva en la Iglesia y de la Iglesia: su
fuente se encuentra en la presencia continua y activa del Espíritu de Dios en el organismo
eclesial; su punto de referencia es el misterio de Cristo Salvador; su objetivo es la gloria de
Dios y la salvación de los hombres; su ocasión histórica es el "feliz encuentro entre la obra de
evangelización y la cultura". Por eso el Magisterio ha expresado muchas veces su estima por
la piedad popular y sus manifestaciones; ha llamado la atención a los que la ignoran, la
descuidan o la desprecian, para que tengan una actitud más positiva ante ella y consideren sus
valores; no ha dudado, finalmente, en presentarla como "un verdadero tesoro del pueblo de
Dios" (Directorio de piedad popular y liturgia).
La estima del Magisterio por la piedad popular viene motivada, sobre todo, por los valores
que encarna. La piedad popular tiene un sentido casi innato de lo sagrado y de lo trascendente.
Manifiesta una auténtica sed de Dios y "un sentido perspicaz de los atributos profundos de
Dios: su paternidad, providencia, presencia amorosa y constante", su misericordia. (Directorio
de piedad popular y liturgia).
Los documentos del Magisterio ponen de relieve las actitudes interiores y algunas virtudes
que la piedad popular valora particularmente, sugiere y alimenta: la paciencia, "la resignación
cristiana ante las situaciones irremediables"; el abandono confiando en Dios; la capacidad de
sufrir y de percibir el "sentido de la cruz en la vida cotidiana"; el deseo sincero de agradar al
Señor, de reparar por las ofensas cometidas contra Él y de hacer penitencia; el desapego
respecto a las cosas materiales; la solidaridad y la apertura a los otros, el "sentido de amistad,
de caridad y de unión familiar". En las manifestaciones más auténticas de la piedad popular,
de hecho, el mensaje cristiano, por una parte, asimila los modos de expresión de la cultura del
pueblo, y por otra infunde los contenidos evangélicos en la concepción de dicho pueblo sobre
la vida y la muerte, la libertad, la misión y el destino del hombre.
El Magisterio subraya además la importancia de la piedad popular para la vida de fe del
pueblo de Dios, para la conservación de la misma fe y para emprender nuevas iniciativas de
evangelización.
Algunos peligros que pueden desviar la piedad popular
Presencia insuficiente de elementos esenciales de la fe cristiana, como el significado salvífico
de la Resurrección de Cristo, el sentido de pertenencia a la Iglesia, la persona y la acción del
Espíritu divino; la desproporción entre la estima por el culto a los Santos y la conciencia de la
centralidad absoluta de Jesucristo y de su misterio; el escaso contacto directo con la Sagrada
Escritura; el distanciamiento respecto a la vida sacramental de la Iglesia; la tendencia a
separar el momento cultual de los compromisos de la vida cristiana; la concepción utilitarista
de algunas formas de piedad; la utilización de "signos, gestos y fórmulas, que a veces
adquieren excesiva importancia hasta el punto de buscar lo espectacular"; el riesgo, en casos
extremos, de "favorecer la entrada de las sectas y de conducir a la superstición, la magia, el
fatalismo o la angustia".
Para poner remedio a estas eventuales limitaciones y defectos de la piedad popular, el
Magisterio de nuestro tiempo repite con insistencia que se debe "evangelizar" la piedad
popular, ponerla en contacto con la palabra del Evangelio para que sea fecunda. Esto "la
liberará progresivamente de sus defectos; purificándola la consolidará, haciendo que lo
ambiguo se aclare en lo que se refiere a los contenidos de fe, esperanza y caridad". En esta
labor de "evangelización" de la piedad popular, el sentido pastoral invita a actuar con una
paciencia grande y con prudente tolerancia, inspirándose en la metodología que ha seguido la
Iglesia a lo largo de la historia, para hacer frente a los problemas de enculturación de la fe
cristiana y de la Liturgia, o de las cuestiones sobre las devociones populares.
Dia #2
la devoción: es una manifestación de fe, pero no es toda la fe (confianza).
elementos: conocer, no se ama lo que no se conoce; la admiración; la gratitud, sentimiento de
seguirle o imitarle, la intercesión o ayuda, de esa persona que se admira.
quien es el sujeto de la piedad popular.
La Iglesia, al recordar que "la participación en la sagrada Liturgia no abarca toda la vida
espiritual" y que el cristiano "debe entrar también en su cuarto para orar al Padre en secreto;
más aún, debe orar sin tregua, según enseña el Apóstol", indica que el sujeto de las diversas
formas de oración es todo cristiano – clérigo, religioso, laico – tanto cuando reza
privadamente, movido por el Espíritu Santo, como cuando reza comunitariamente en grupos
de diverso origen o naturaleza.
Santo Padre Juan Pablo II ha señalado a la familia como sujeto de la piedad popular. La
Exhortación apostólica Familiaris consortio, después de haber exaltado la familia como
santuario doméstico de la Iglesia, subraya que "Para preparar y prolongar en casa el culto
celebrado en la iglesia, la familia cristiana recurre a la oración privada, que presenta gran
variedad de formas. Esta variedad, mientras testimonia la riqueza extraordinaria con la que el
Espíritu anima la plegaria cristiana, se adapta a las diversas exigencias y situaciones de vida
de quien recurre al Señor". Después observa que "Además de las oraciones de la mañana y de
la noche, hay que recomendar explícitamente...: la lectura y meditación de la Palabra de Dios,
la preparación a los sacramentos, la devoción y consagración al Corazón de Jesús, las varias
formas de culto a la Virgen Santísima, la bendición de la mesa, las expresiones de la
religiosidad popular".
También son sujeto igualmente importante de la piedad popular las cofradías y otras
asociaciones piadosas de fieles. Entre sus fines institucionales, además del ejercicio de la
caridad y del compromiso social, está el fomento del culto cristiano: de la Trinidad, de Cristo
y sus misterios, de la Virgen María, de los Ángeles, los Santos, los Beatos, así como el
sufragio por las almas de los fieles difuntos.
Con frecuencia las cofradías, además del calendario litúrgico, disponen de una especie de
calendario propio, en el cual están indicadas las fiestas particulares, los oficios, las novenas,
los septenarios, los triduos que se deben celebrar, los días penitenciales que se deben guardar
y los días en los que se realizan las procesiones o las peregrinaciones, o en los que se deben
hacer determinadas obras de misericordia. A veces tienen devocionarios propios y signos
distintivos particulares, como escapularios, medallas, hábitos, cinturones e incluso lugares
para el culto propio y cementerios.
La Iglesia reconoce a las cofradías y les confiere personalidad jurídica, aprueba sus estatutos y
aprecia sus fines y sus actividades de culto. Sin embargo, les pide que, evitando toda forma de
contraposición y aislamiento, estén integradas de manera adecuada en la vida parroquial y
diocesana.
Los ejercicios de piedad
Los ejercicios de piedad son expresión característica de la piedad popular, los cuales, por otra
parte, son muy diferentes entre sí tanto por su origen histórico como por su contenido,
lenguaje, estilo, usos y destinatarios. El Concilio Vaticano II ha tenido en cuenta los ejercicios
de piedad, ha recordado que están vivamente recomendados, indicando, además, las
condiciones que garantizan su legitimidad y su validez. A la luz de la naturaleza y las
características propias del culto cristiano, es evidente, ante todo, que los ejercicios de piedad
deben ser conformes con la sana doctrina y con las leyes y normas de la Iglesia; además deben
estar en armonía con la sagrada Liturgia; tener en cuenta, en la medida de la posible, los
tiempos del año litúrgico y favorecer "una participación consciente y activa en la oración
común de la Iglesia".
Los ejercicios de piedad pertenecen a la esfera del culto cristiano. Por esto la Iglesia siempre
ha sentido la necesidad de prestarles atención, para que a través de los mismos Dios sea
glorificado dignamente y el hombre obtenga provecho espiritual e impulso para llevar una
vida cristiana coherente. La acción de los Pastores respecto a los ejercicios de piedad se ha
realizado de muchas maneras: recomendaciones, estímulo, orientación y a veces corrección.
En la amplia gama de ejercicios de piedad, hay que distinguir: ejercicios de piedad que se
realizan por disposición de la Sede Apostólica o que han sido recomendados por la misma a lo
largo de los siglos; ejercicios de piedad de las Iglesias particulares que "se celebran por
mandato de los Obispos, a tenor de las costumbres o de los libros legítimamente
aprobados";otros ejercicios de piedad que se practican por derecho particular o tradición en
las familias religiosas o en las hermandades, o en otras asociaciones piadosas de fieles, con
frecuencia, estos han recibido la aprobación explícita de la Iglesia; los ejercicios de piedad
que se realizan en el ámbito de la vida familiar o personal.
A algunos ejercicios de piedad, introducidos por la costumbre de la comunidad de los fieles, y
aprobados por el Magisterio, se han concedido indulgencias.
Criterios generales para la renovación de los ejercicios de piedad
La Sede Apostólica no ha dejado de indicar los criterios teológicos, pastorales, históricos y
literarios, conforme a los cuales se deben reformar -cuando sea preciso- los ejercicios de
piedad; ha señalado cómo se debe acentuar en ellos el espíritu bíblico y la inspiración
litúrgica, y también debe encontrar su expresión el aspecto ecuménico; cómo se deba mostrar
el núcleo esencial, descubierto a través del estudio histórico y hacer que reflejen aspectos de
la espiritualidad de nuestros días; cómo deben tener en cuenta las conclusiones ya adquiridas
por una sana antropología; cómo deben respetar la cultura y el estilo de expresión del pueblo
al que se dirigen, sin perder los elementos tradicionales arraigados en las costumbres
populares.
El culto a la virgen María
Por el magnifica empieza el culto a María “me llamarán dichosa”. el verdadero culto a María
es cual, lleva a Cristo. Los evangelios nos la presentan como una colaboradora de la
salvación. Ella ora junto a los apóstoles, a ella no se la puede separar de Jesús. Nos invita a la
búsqueda espiritual a Dios. Su ejemplo como madre es tomado como un ejemplo como
modelo cristiano.
El Papa Pablo VI publicó una Magistral Encíclica títula "Marialis Cultus", sobre cómo debe
ser el verdadero culto a María por parte de los cristianos.
Según la Exhortación Apostólica Marialis Cultus (El Culto Mariano) de Pablo VI, en 1975,
retomada constantemente por el Magisterio de la Iglesia, el culto de veneración mariano debe
tener las siguientes notas:
1. ANTROPOLÓGICO.
Es decir, María plenamente mujer, más cerca de nosotros (por su ser creatural), que de Dios
(que es infinito). La mujer de nuestro siglo, de nuestro país, de nuestra provincia, nuestra
ciudad, nuestro barrio. ¿Cómo sería María hoy, llena de gracia, en el siglo XXI, en las
actuales circunstancias de América, Asia, África, Europa, Oceanía? Sin duda cumpliendo la
Voluntad de Dios, pero de manera distinta a la de Palestina hace 20 siglos, por la diversidad
de circunstancias que le tocarían vivir. ¿Cómo sería María hoy en el hogar, en la empresa, en
la oficina, en la política, en los emprendimientos sociales, en su concepción de la economía de
los pueblos? ¿Cómo aplicaría su genio femenino, según la acertada expresión de Juan Pablo
II, tan necesario para que la humanidad sea más humana y justa? Eso quiere decir María
plenamente mujer.
2. Otra nota del culto mariano es que debe ser BÍBLICO.
Más que arrancar de leyendas, florecillas, apariciones y/o visiones, el verdadero y sólido culto
mariano debe tener su fundamento en la Sagrada Escritura. Y no faltan motivos para ello.
María, la primera y la más perfecta discípula del Señor, que mantuvo su Sí desde la
concepción hasta estar de pie sufriendo con su Hijo al pie de la Cruz. La que arrancó su
primer milagro a Jesús en Caná de Galilea, cambiando por su pedido el agua de la Antigua
Alianza en el vino de lo que sería la Nueva Alianza sellada por Su sangre. La que recibió el
piropo de su Hijo de ser feliz por escuchar la Palabra de Dios y cumplirla, más que por su
maternidad en la carne. La que solicita a los discípulos de su Hijo que todo “hagan lo que Él
les diga La que, en fin, es entregada como Madre a los cristianos al pie de la Cruz. ¿No hay
suficiente fundamento en la Sagrada Escritura, fuente de Revelación escrita de nuestra fe, que
debemos buscar en otros lados
Sin duda, que revelaciones y visiones, siempre son privadas, aún las aceptadas por la Iglesia
(cfr. Catecismo Nº 67), y AYUDAN a vivir la Revelación Pública (Sagrada Escritura y
Tradición Viva) en una época determinada de la historia, pero nunca sustituyen ni superan la
Revelación, sino que están a su servicio, y no van más allá de ella.
3. Otra nota del culto mariano de veneración es que debe ser LITÚRGICO.
El culto mariano debe manifestarse principalmente a través de la liturgia. Las devociones
privadas pueden ayudar (el ángelus, el rosario, los primeros sábados, advocaciones
particulares, triduos y novenas, y, es más, son recomendables), pero siempre deben conducir y
desembocar en la oración pública de la Iglesia, en la Liturgia. Las fiestas marianas del
calendario litúrgico que señalan sus prerrogativas singulares, los tiempos litúrgicos fuertes
como los de Adviento y Navidad, que tienen una fuerte presencia suya, deben servir no sólo
de apoyo, sino de cumbre de nuestra oración y devoción hacia la Madre de Jesús y nuestra
Madre.
4. Y la última nota que señala Pablo VI en Marialis Cultus, y que siempre es retomada por el
Magisterio de la Iglesia, es que el culto mariano de veneración deber ser
ECUMÉNICO.
María, la Madre de Jesús, es la Madre de todos los cristianos.
No sólo de los católicos.
Cristianos son los católicos, ortodoxos, evangélicos en general, anglicanos, luteranos,
calvinistas, etc.
(No consideramos aquí a las sectas no cristianas, como los Testigos de Jehová, Mormones y
New Age).
Si los cristianos en general son hermanos de Jesús, los hermanos tienen, como consecuencia,
una misma Madre. Por eso María es amada, de distintos modos y con distintas
manifestaciones, por católicos, ortodoxos y evangélicos.
Y ninguno tiene que minusvalorar o despreciar la forma en que el otro la ama y le manifiesta
su amor.
Al principio dijimos que, para ello, no hay que caer ni en el “maximalismo mariano”
(exageración en el culto y sus manifestaciones) ni en el “minimalismo mariano” (no tenerla en
cuenta).
El culto ecuménico tiene en cuenta al cristiano de otra denominación, y busca no ofenderlo ni
con las expresiones ni con las manifestaciones, ya sea por su exageración o por no querer
tenerla en cuenta.
Siempre en el equilibrio está la virtud, y no debemos escandalizarnos unos a otros en las
manifestaciones de fe. Ya dijo Jesús sobre lo que correspondía a los que escandalizan a los
“pequeños” (cristianos) que creen en Él (Mc 9, 42 y //).
VOCACIÓN UNIVERSAL A LA SANTIDAD.
Esta vocación, anticipada en la Inmaculada y consumada en la Asunción, es la vocación de
todos los fieles cristianos, según el capítulo V de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia,
del Concilio Vaticano II.
ICONO ESCATOLÓGICO DE LA IGLESIA.
(Catecismo 972 Lumen Gentium 68-69
María Inmaculada, con su Asunción en cuerpo y alma glorificada a los cielos, es figura final
de lo que seremos todos los cristianos.
Imitémosla en su santidad, y con ella seremos glorificados junto a su Hijo Jesús.
Santo Rosario
Es una practica muy marcada en el pueblo santo de Dios. Es un resumen o síntesis de la vida
de Jesús. Es una oración que se hace a la Virgen María por Jesús. Se pide gracias y favores de
parte de Jesús.
El Rosario puede rezar comunitario o solo, es perfectamente bíblico, hay oraciones y
devociones que van con un instrumento.
Las bendiciones
El bien decir equivale al bien querer, en Dios se da de su palabra en obras, Dios siempre va a
querer el bien. Los sacramentos pertenecen al culto de la Iglesia Católica. En la misa, la
bendición al final. La bendición con la custodia da una cierta solemnidad.
El conjuro no existe dentro de la Liturgia, el exorcismo es otra cosa distinta, no es lo mismo.
La misa típica del Niño es el niño quien bendice a la familia, no la familia al niño.
San Judas Tadeo
Su devoción nace en Miami EE. UU, en el siglo pasado. Se pide su intercesión por los casos
imposibles, enfermedad entre otros. La gente le ofrece cosas, para alcanzar su intercesión. La
gente da algo material a cambio de ese milagro. En la actualidad la imagen está en el
presbiterio a lado derecho por petición de los fieles. (en la parroquia Santo Domingo Quito).
Generalmente los devotos de San Judas lo tienen en primer lugar ante que la Virgen María.
San Martín de Porres
El trato de los Frailes cante Martin de Porres era un poco con desprecio y fuerte. Destacó por
su caridad hacia los pobres y más necesitados. Muchas personas acudían a el para pedir
consejos. La devoción hacia este santo en la actualidad sigue siendo muy importante.
Religiosidad popular
Toda la espiritualidad popular necesita una simbología. Esta es una respuesta a lo que Dios le
revela a cada uno de los pobres. La espiritualidad popular, en los pobres buscan ser liberados.
Evangelio Gaudium
Desafíos de la inculturación de la fe
68. El substrato cristiano de algunos pueblos —sobre todo occidentales— es una realidad
viva. Allí encontramos, especialmente en los más necesitados, una reserva moral que guarda
valores de auténtico humanismo cristiano. Una mirada de fe sobre la realidad no puede dejar
de reconocer lo que siembra el Espíritu Santo. Sería desconfiar de su acción libre y generosa
pensar que no hay auténticos valores cristianos donde una gran parte de la población ha
recibido el Bautismo y expresa su fe y su solidaridad fraterna de múltiples maneras. Allí hay
que reconocer mucho más que unas «semillas del Verbo», ya que se trata de una auténtica fe
católica con modos propios de expresión y de pertenencia a la Iglesia. No conviene ignorar la
tremenda importancia que tiene una cultura marcada por la fe, porque esa cultura
evangelizada, más allá de sus límites, tiene muchos más recursos que una mera suma de
creyentes frente a los embates del secularismo actual. Una cultura popular evangelizada
contiene valores de fe y de solidaridad que pueden provocar el desarrollo de una sociedad más
justa y creyente, y posee una sabiduría peculiar que hay que saber reconocer con una mirada
agradecida.
69. Es imperiosa la necesidad de evangelizar las culturas para inculturar el Evangelio. En los
países de tradición católica se tratará de acompañar, cuidar y fortalecer la riqueza que ya
existe, y en los países de otras tradiciones religiosas o profundamente secularizados se tratará
de procurar nuevos procesos de evangelización de la cultura, aunque supongan proyectos a
muy largo plazo. No podemos, sin embargo, desconocer que siempre hay un llamado al
crecimiento. Toda cultura y todo grupo social necesitan purificación y maduración. En el caso
de las culturas populares de pueblos católicos, podemos reconocer algunas debilidades que
todavía deben ser sanadas por el Evangelio: el machismo, el alcoholismo, la violencia
doméstica, una escasa participación en la Eucaristía, creencias fatalistas o supersticiosas que
hacen recurrir a la brujería, etc. Pero es precisamente la piedad popular el mejor punto de
partida para sanarlas y liberarlas.
70. También es cierto que a veces el acento, más que en el impulso de la piedad cristiana, se
coloca en formas exteriores de tradiciones de ciertos grupos, o en supuestas revelaciones
privadas que se absolutizan. Hay cierto cristianismo de devociones, propio de una vivencia
individual y sentimental de la fe, que en realidad no responde a una auténtica «piedad
popular». Algunos promueven estas expresiones sin preocuparse por la promoción social y la
formación de los fieles, y en ciertos casos lo hacen para obtener beneficios económicos o
algún poder sobre los demás. Tampoco podemos ignorar que en las últimas décadas se ha
producido una ruptura en la transmisión generacional de la fe cristiana en el pueblo católico.
Es innegable que muchos se sienten desencantados y dejan de identificarse con la tradición
católica, que son más los padres que no bautizan a sus hijos y no les enseñan a rezar, y que
hay un cierto éxodo hacia otras comunidades de fe. Algunas causas de esta ruptura son: la
falta de espacios de diálogo familiar, la influencia de los medios de comunicación, el
subjetivismo relativista, el consumismo desenfrenado que alienta el mercado, la falta de
acompañamiento pastoral a los más pobres, la ausencia de una acogida cordial en nuestras
instituciones, y nuestra dificultad para recrear la adhesión mística de la fe en un escenario
religioso plural.
preguntas:
1. ¿Qué es lo característico de la piedad popular con relación a la liturgia?
2. ¿Cuál es el sentido y objetivo de toda bendición?
2. ¿En qué consiste lo que llamamos devoción religiosa?
4. ¿Cuál es el objetivo verdadero de culto a María la madre del Señor?
5. ¿En qué sentido se entiende espiritualidad de la piedad popular?

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