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Daniel Goleman nos enseña en el libro “El espíritu creativo” cuáles son las etapas de la creatividad: preparando el
camino, incubación, soñar despiertos, iluminación. Como conclusión a la hora de resolver un problema puedo decir:
“piensa mucho, luego relájate y permítete soñar”.
1. Preparando el camino
2. Incubación
Ésta es la etapa de incubación, en que digieres todo lo que has reunido. Mientras que la
preparación exige un trabajo activo, la incubación es más pasiva, un estado en que mucho de
lo que sucede se desarrolla fuera de tu conciencia enfocada, en el inconsciente. Como suele
decirse, “lo consultas con la almohada”. Por tanto la respuesta puede darse en un sueño o en
un estado nebuloso, semejante al sueño, en el que estás apunto de dormirte o en cuanto te
despiertas, por ello se recomienda siempre tener algo cerca donde apuntarlo. Porque nuestra
mente continúa buscando soluciones aunque estés o no pensando en forma consciente en
ello. Nuestro inconsciente es un almacén de todo lo que sabemos y conocemos, incluso cosas
que no puedes evocar rápidamente a nivel consciente. El problema es que a menudo
subestimamos el poder del inconsciente, pero este es mucho más fértil para las iluminaciones
creativas que el consciente, porque nuestra inconsciencia nos habla de manera que va más allá
de las palabras, abarca los sentimientos más hondos y las exuberantes imágenes que abarcan
la inteligencia de los sentimientos.
3. Soñar despiertos
Cuando estamos más abiertos a la inventiva del inconsciente es en aquellos momentos en que
no pensamos en nada en particular. Es por eso que «soñar despierto» es tan útil en la
búsqueda de la creatividad. Cualquier momento en que podamos soñar despiertos y relajarnos
es útil para el proceso creativo: una ducha, un largo trayecto en coche, una caminata en
silencio. Simplemente debemos de encontrar nuestro espacio donde poder liberarnos de la
mente ocupada.se dice mente ocupada a esos momentos de la vida moderna que no nos
permite soñar despiertos como en la familia, en el trabajo, en la escuela, mientras miramos la
televisión, la mente de otro controla lo que pensamos.
4. Iluminación
Es el momento que la gente anhela y ansía, aquel en que exclamamos “¡Eureka!”. Pero el
pensamiento solo, aunque sea todo un hallazgo revelador, todavía no es un acto creativo. Con
la suerte, la inmersión y el soñar despierto llevan a la iluminación, cuando de repente se te
ocurre la respuesta como salida de la nada.
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