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QUÉ ES UN RELATO MITOLÓGICO? El término “mito” puede ser entendido de varias maneras.

Una
de ellas se refiere al uso coloquial de esta palabra como sinónimo de ilusión, invención o ficción,
para calificar algo como falso, imposible o equivocado; por ejemplo: “Es un mito creer que tomar
una gaseosa y comer caramelos al mismo tiempo puede ser fatal”. También se utiliza este término
como un adjetivo para referirse a personajes o hechos sobresalientes; por ejemplo: “Don Evaristo
es un personaje mítico del teatro nacional”. Una tercera definición de mito, que es la que se utiliza
aquí, se refiere a las narraciones creadas por diversos pueblos del mundo, por medio de los cuales
se da explicación a fenómenos naturales o se cuentan acontecimientos relacionados con sus dioses
y sus héroes. Estas historias nacen como relatos orales que se transmiten de generación en
generación. El conjunto de estas narraciones se conoce como “mitología”. En este sentido, “mito”
se puede definir como “una narración o un relato tradicional, memorable y ejemplar,
paradigmático, de la actuación de personajes extraordinarios […] en un tiempo prestigioso y
lejano”.1 Según esta definición, un mito es un relato que se “hereda” de los antepasados, no es
una creación reciente, y se transmite y conserva gracias a la memoria colectiva de un pueblo. Se
dice que es paradigmático porque muestra ejemplos del comportamiento humano, tanto positivos
como negativos, por medio de la actuación de los protagonistas de esas narraciones. Los hechos
relatados no pertenecen al tiempo presente sino a un tiempo muy antiguo, en el que se dice
existían seres fantásticos o sobrenaturales, capaces de hazañas increíbles. El tiempo de estos
relatos puede ser primordial, es decir, de los orígenes, de la creación y la aparición de los dioses y
los seres humanos, o un tiempo más reciente, el de los héroes y sus hazañas. Todas las culturas y
pueblos poseen su mitología. Algunas de ellas se han perdido debido a la desaparición de los
pueblos a los que pertenecen y al no quedar registradas en forma escrita. Otras mitologías, como
la griega o la incaica, no solo han perdurado sino que han influido en forma decisiva en épocas
posteriores, pues son referentes a los cuales vuelven los pueblos para ejemplificar o explicar
conceptos. Una explicación de la importancia de los mitos es porque estos responden a preguntas
que siempre han inquietado al ser humano, como el origen y sentido de la existencia, la vida y la
muerte. Otra es que los mitos resuelven la angustia que causan a los humanos las contradicciones,
como las oposiciones destrucción-construcción, vida-muerte, etc. Y otra más es que, ante la
curiosidad natural del ser humano por el origen de las cosas y al no disponer de otros medios para
explicarlas, los mitos resolvían esas inquietudes, que en la actualidad son resueltas por la ciencia.
Glosario paradigmático. Que sirve como ejemplo o modelo de algo. 1. Carlos García Gual,
“Mitología y literatura en el mundo griego”, en
www.ucm.es/info/amaltea/documentos/seminario2/ Seminario2_Grecia_GarciaGual.pdf). 20 5.
Leo este texto y escribo en mi cuaderno una síntesis de las ideas principales. LOS MITOS COMO
HISTORIAS SAGRADAS Los mitos que cuentan el origen de algo, por ejemplo, del universo, de un
territorio, una especie vegetal o un comportamiento humano, pertenecen a una cultura específica,
para la cual son historias sagradas y sirven para explicar por qué hoy el mundo es como es. El
conjunto de estos relatos se denomina “mitología” y forman parte del sistema de creencias
religiosas de un pueblo o cultura. Los personajes de estos mitos son seres sobrenaturales cuyas
acciones tienen lugar en el tiempo “de los comienzos”. En ellos se describe la actividad creadora y
la manifestación de los poderes sagrados de esos seres. Se cree que es gracias a sus intervenciones
que existe el mundo y que tiene la forma actual. En muchas culturas, estos mitos solo pueden ser
transmitidos a unas pocas personas que merecen conocerlos: sacerdotes, curanderos o chamanes,
pues se cree que tienen un poder mágico-religioso. Conocer el mito es conocer el origen de las
cosas. Este conocimiento da a esas personas dominio sobre las plantas, los animales, los espíritus y
las personas; en consecuencia, les posibilita actuar sobre la naturaleza para transformarla, curarla
y remediar los males. Para el resto de las personas, vivir los mitos a través de los relatos de los
ancianos y chamanes es una experiencia religiosa, diferente de la experiencia cotidiana. Se deja de
existir en el mundo de todos los días y se penetra en una realidad distinta, impregnada de la
presencia de esos seres, que se desarrolla en el tiempo sagrado de los orígenes. Mitos de origen
Cosmogónicos Intentan explicar la creación del mundo o el universo, ya sea por las acciones de
gigantes o de dioses, o por el surgimiento desde algún océano, el caos, la oscuridad, la tierra.
Teogónicos Se refieren al origen y la historia de los dioses, quienes suelen ser muy similares a los
seres humanos, ya sea físicamente o en su comportamiento. Antropogónicos Explican la aparición
del ser humano, cuyo origen puede ser una planta, un puñado de tierra o un animal. Etiológicos
Relatan el origen de los animales, plantas, astros, procesos biológicos, y mencionan cómo
ocurrieron las cosas por primera vez. Fundacionales Narran el nacimiento de una población
humana o de las ciudades, pero desde un origen mágico, sobrenatural o fantástico en vez de
histórico. Morales Explican el origen del bien y del mal en las acciones humanas. Mitos de
transformación De renovación Explican cómo se renueva el mundo ya creado después de haberse
deteriorado o destruido. De fenómenos naturales Narran las causas de los terremotos, erupciones,
inundaciones, etcétera. Escatológicos Dan profecías sobre el fin del mundo o de los tiempos, que
se anuncia por medio de eclipses, terremotos, o cualquier otra catástrofe natural. De retorno
Describen qué pasa después de la muerte. Tipos de mitos 21 6. Leo este mito e identifico a qué
tipo corresponde. Justifico mi elección con citas del mismo texto. lEctura La creación Mito nórdico
En un principio solo existía el vacío. No había océano que ocupara su vasto imperio, ni árbol que
levantase sus ramas o hundiera sus raíces. Hacia el norte se formó una región de nubes y sombras
llamadas Niflheim. En el sur se formó la tierra del fuego, Muspellsheim. El abismo se llenó de
gélida escarcha. El aire cálido que soplaba desde el sur empezó a derretir la escarcha y de las
amorfas aguas surgió Ymir, un gigante helado, el primero de todos los seres vivientes. Del hielo
surgió una gran vaca llamada Audumla. Ymir apagó su sed en uno de los cuatro manantiales de
leche que fluían de la criatura. Cada uno de estos seres primarios tuvieron hijos de forma asexual:
Ymir a partir de su propio sudor y Audumla lamiendo el hielo. El matrimonio de Bestla, hija de
Ymir, con Bor, nieto de Audumla, trajo a los tres dioses, Odín, Vili y Va, quienes muy pronto se
volvieron en contra de los gigantes. Al derretirse el hielo, los tres dioses sacaron el cuerpo inerte
de Ymir fuera de las aguas y crearon la tierra, a la que llamaron Midgard, la Principal Morada. De
los huesos de Ymir se crearon las montañas y su sangre llenó los océanos. Su cuerpo se convirtió
en tierra y sus cabellos en árboles. Con su calavera los dioses formaron la bóveda de cielo, que
llenaron de brillantes chispas de los fuegos de Muspellsheim. Estas chispas son las estrellas y los
planetas. Del suelo brotó Yggdrasill, el árbol de la vida, cuyas poderosas ramas separaban los cielos
de la tierra y cuyo tronco constituía el eje del universo. Son tres sus raíces. La primera llega hasta
Nifheim, tierra de sombras o infierno y toca la fuente Hvergelmir de donde mana los doce ríos de
la región del Norte. La segunda entra en la tierra de los gigantes helados y bebe de la fuente de la
sabiduría custodiada por Mimir. La tercera se extiende por los cielos donde discurre la fuente de
Urd, el más sabio de los Nornos. Sus raíces y ramas mantienen unidos los diferentes mundos:
Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspellheim, Svartalfheim, Alfheim, Vanaheim y Jötunheim.
De los gusanos del cuerpo pútrido de Ymir, los dioses crearon la raza de los enanos, destinados a
morar en las profundidades de la tierra durante toda la eternidad. El hombre y la mujer fueron
creados a partir de los troncos de dos árboles inertes. Odín les infundió la vida. El dios Hoenir les
dotó de alma y capacidad de juicio. Lodur les dio calor y belleza. El hombre fue llamado Ask
(fresno) y la mujer Embla (olmo), y de ellos desciende la raza humana.

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