RELATOS ALUMNAS 5to

SOY JUANA AZURDUY

…Me enamora la patria en agraz
Desvelada recorro su faz
El español no pasará
Con mujeres tendrá que pelear
MACACHA GUEMES
Soy Macacha, hermana de Martín Miguel de Guemes-muchas veces hice
de espía para la causa patriota. Se cuenta que cruzaba la ciudad llevando
mensajes cosidos en mi pollera sin que nadie lo descubriera.
SOY PASCUALA MENESES…
Soy de Mendoza, vengo, vengo a pelear
No tengo joyas, no tengo más que mi voluntad.
Quiero cruzar los Andes, mi General
Y ver el sol más grande cuando usted expanda la libertad
¡A su pago otra vez
vuélvase usted se lo dijo Las Heras, la Cordillera no es de mujer!.
Corte de pelo al ras
Nadie se asombre
Botas y un uniforme
Que ahora mi nombre será Pascual.
A mitad de camino
Cambió el destino mi identidad
SOY MARTINA CHAPANAY…
Cuando me enteré de que San Martín se preparaba para cruzar los
Andes, me presenté para ofrecer mis servicios como chasqui, mensajero
del Ejército. Era valiente, buena baqueana y una jineta
extraordinaria. «Conocía como nadie el terreno.
SOY MARIA REMEDIOS DEL VALLE…
Fui auxiliar de los patriotas que combatieron a los ingleses durante las
Invasiones, en la Revolución de Mayo, acompañé a mi marido y a mis hijos
en la primera expedición militar al Alto Perú. Participé en victorias y
derrotas, fui herida de bala, tomada prisionera por los realistas y sometida
a azotes públicos. Por mis acciones heroicas me otorgaron el grado de
sargento mayor del Ejército.
JOSEFA TENORIO
Fuí una mujer de raza negra que serví en la gesta Sanmartiniana en
Mendoza. Por mi condición de esclava podía entender mejor que nadie la
importancia de la empresa libertadora, la oferta de liberar a los negros que
se enrolaran me animó a vestirme de hombre para que me aceptaran.
FRANCISCA PANCHA HERNANDEZ
Marché a Chile con el regimiento, acompañando a mi marido en la
expedición libertadora del Perú. Armada de sables y pistolas, salvé en dos
oportunidades su vida, dando muerte a sus enemigos.
MANUELA PEDRAZA
Cuando logré vencer a los ingleses durante las invasiones, les saqué los
fusiles y se los entregué al virrey Liniers como si fueran un trofeo.