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SOLICITA EXCARCELACION – FUNDAMENTA – SE APLIQUE DOCTRINA

PLENARIA – RESERVA CASO FEDERAL.

Sr. Juez:

José Rosales, T° xxx F°xxx, abogado, defensor de Ariel XXX, con domicilio
constituido en la calle Rosario 123, C.A.B.A., domicilio electrónico en CUIT 20998887776, en
el marco de la causa “…….s/……”, del registro del Juzgado XXXX, ante V.S. respetuosamente
me presento y digo:

I. OBJETO.

Que vengo por medio del presente y en atención al tiempo transcurrido en detención
por mi asistido sin que existan a la fecha riesgos procesales, a solicitar a V.E. la excarcelación de
Ariel XXX conforme las pautas que serán explicadas, y teniendo en consideración que no existe
en el caso de autos peligro concreto de fuga ni de entorpecimiento de la investigación como será
demostrado, únicos fundamentos válidos hoy en día para sostener una detención cautelar,
conforme a la jurisprudencia de la C.F.C.P. y C.S..J.N, y doctrina imperante en la materia.

Todo ello conforme a los arts. 18 CN, 316, 319 y subsiguientes del C.P.P.N.

Asimismo, no sólo abona la procedencia de este planteo la doctrina emanada del


Plenario N° 13 “Díaz Bessone, Ramón Genaro s/recurso de inaplicabilidad de la ley” de la
Cámara de Casación Penal, resuelto el 30/10/2008, sino que se solicita la aplicación del mismo al
caso de autos.

II. HECHOS.

Con fecha 2 de mayo del año 2020, en circunstancias que mi asistido circulaba a bordo
de su vehículo particular, marca Peugeot, modelo Partner, dominio colocado XXX, fue detenida
su marcha por personal policial de la Comisaría Vecinal XXXX, de la Policía de la Ciudad de
Buenos Aires, procediendo a su inmediata detención, la que fue sin mayores inconvenientes dado
a que mi pupilo procesal no opuso reparo alguno.

En dicho acto, se procedió a requisarlo y secuestrarle sus pertenencias, siendo alojado


en la Alcaidía N° xxx de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.
Posteriormente V.S. lo indagó a tenor del art. 294 del C.P.P.N. donde se puso en
conocimiento a mi asistido de su imputación por “XXXXX”, al haber sustraído un celular marca
Samsung, modelo A5, de color gris, al señor BAKER, amenazándolo con un cuchillo, en la fecha
antes indicada.

Que desde entonces mi defendido Ariel XXX se encuentra privado de su libertad,


donde es menester mencionar que, acorde a las constancias de foja 37 del expediente, mi asistido
puso en conocimiento de los problemas de salud que lo acoge, que tiene poca movilidad en uno
de sus brazos a raíz de que posee una planchuela en su interior, asimismo indicó ser diabético,
por lo que toma pastillas, y tener problemas en los riñones y vejiga. A todo ello, tiene indicado
un régimen especial de alimentación y de caminata diaria para mantener un buen estado de salud.

Cabe mencionar, que el supuesto damnificado, no pudo aseverar que mi defendido


haya sido quien le sustrajo sus pertenencias, habida cuenta que fue sorprendido por la espalda, y
consumado el hecho, lo perdió de vista, alcanzando a ver que su victimario ascendía a un
vehículo particular.

III. FUNDAMENTOS.

1) No existe en autos riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigación, ello a partir


de los siguientes parámetros, que deberán ser desvirtuados para resolver lo contrario, toda vez
que esta defensa está acreditando la inexistencia de dicho riesgo procesal:

 Carencia de antecedentes condenatorias de mi defendido.


 La existencia de arraigo.
 Nunca estuvo rebelde, ni posee causas en trámite, ni gozó excarcelaciones previas.
 No hay pauta alguna que permita presumir en autos que entorpezca el accionar de la
justicia, de hecho, V.S. toda la prueba ha sido ya recabada.
 Estado de salud actual.

2) En consecuencia V.S. negarle a mi defendido la posibilidad a la liberación, no solo


iría contra el mandato legal (art. 319 del C.P.P.N.), sino que demostraría la evidente sin razón
que se derivaría de impedir a quien no fue todavía condenado, el goce de la innegable atenuación
del rigor de su privación de libertad, cuando se trata todavía de un inocente y no existe a su
respecto ninguna pauta que permita presumir que no se presentará ante los llamados del
Tribunal, única pauta constitucional para denegar la libertad. En lo atinente a lo antedicho, se
constató en autos que mi pupilo fijó domicilio en la calle Murguiondo xxx de C.A.B.A., junto a
su madre (fs. 30), como también se acreditó en el expediente, conforme al informe del Registro
Nacional de Reincidencia, que mi defendido siempre se mantuvo a derecho, cada vez que se lo
requirió la justicia, tal como surge en el registro del oficial judicial de fecha 15/07/2013, en
oportunidad de un hecho acaecido en el año 2010, donde el magistrado interventor resolvió
suspender el juicio a prueba, en atención al art. 76 “ter” del C.P.P.N., por el término de un año,
por el que finalmente en mayo del año 2013, se decretó el sobreseimiento de Ariel XXX, en
virtud de encontrarse extinguida la acción penal por haber cumplido las cargas impuestas,
habiendo en tal circunstancia fijado domicilio en el mismo sitio que en la actualidad.

3) Debemos señalar también que la libertad caucionada en procedente con sustento en


el principio de inocencia y a la regla de libertad durante el proceso, en tanto exigen que la dura
respecto de si corresponde o no aplicar una medida restrictiva de la libertad se resuelva siempre
en favor de su no imposición. A tal efecto, no importa la etapa procedimental por la que atraviese
la causa, pues la duda en la órbita del favor libertatis tiene idéntica fuerza a lo largo de todo el
proceso al momento de indagar, de procesar, de elevar a Juicio o de dictar sentencia. De modo
que el favor libertatis, a diferencia del in dubio pro reo, constituye un concepto rígido
(SOLIMINE, Marcelo, Tratado sobre las causales de excarcelación…,Ad-Hoc, Bs. As., 2003, p.
133).

Todo ello, por aplicación de lo dispuesto en las normas constitucionales del art. 18
de la Constitución Nacional y arts. 9.3 y 14.2 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos, y 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Pacto de San José de
Costa Rica, que dan base a lo estipulado en los arts. 1, 2, 280, 316 y 319 del C.P.P.N., de
aplicación en la materia y que en definitiva sostienen la presunción de inocencia.

4) Debemos señalar también que se ha acreditado a lo largo del presente la


inexistencia de peligros procesales, por lo cual solicitamos que se aplique la doctrina plenaria
emanada del Plenario N°13 de la C.N.C.P. “Díaz Bessone, Ramón Genaro s/recurso de
inaplicabilidad de la ley” del 30/10/2008, en el que se resolvió que: “No basta en materia de
excarcelación o eximición de prisión para su degeneración la imposibilidad de futura condena de
ejecución condicional, o que pudiere corresponderle al imputado una pena privativa de la libertad
superior a ocho años (arts. 316 y 317 del C.P.P.N.), sino que deben valorarse en forma conjunta
con otros parámetros tales como los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los fines
de determinar la existencia de riesgo procesal”.

Pareciera que, en el caso de autos, el único argumento para sostener el encierro de Ariel
XXX es la pena en expectativa, sin otro parámetro de carácter procesal que avale la detención
cautelar, siendo ello contrario a la doctrina plenaria de la C.F.C.P., la C.S.J.N. y los Organismos
Internacionales de Derechos Humanos (Corte IDH y Comisión IDH).

Es así que – con notorio acierto – la Cámara Federal de Casación Penal, al analizar las
reglas contenidas en los arts. 316 segundo párrafo e inc. 1° del art. 317 del C.P.P.N., sostuvo:
“…la ley no puede ser inteligida –a riesgo de incoherencia– como desprendida de la regla
básica del art. 280 recordado, ni del principio de inocencia, y del modo de interpretación de las
disposiciones limitativas de la libertad personal a los que subordinan las “restricciones” del
art. 319 también precitado. Es que si bien debe recordarse –como lo hizo la Sala in re “Oviedo,
Mario Marcelo s/recurso de casación”, c.n°1938, reg.2430, rta. 16/10/98–, que uno de los
motivos más poderosos entre los que pueden inducir al imputado a intentar eludir la acción de
la justicia, es la gravedad de la amenaza de privación de libertad que se cierne sobre él, en
virtud de la pena conminada para el delito que se atribuye; y que la existencia de esa grave
amenaza hará indispensable el encarcelamiento preventivo, porque éste será el único modo de
neutralizar el peligro de aquél que intente burlar los fines del proceso, estas conclusiones, que
importan en presunciones en el sentido de que el beneficiario intentará sustraerse a la acción de
la justicia o entorpecer sus investigaciones, deben ser razonables y tener sustento bastante, pues
de lo contrario se transformarían en hipótesis irrefregables –juris et de jure– aún en los casos
en que por sus especiales circunstancias sea posible invocar y demostrar que es posible
descartar aquel riesgo procesal sin cuya presencia carece de legitimidad la privación de
libertad con fines cautelares”. (C.N.C.P., Sala I, “Vicario, Antonio Ángel s/recurso de
casación”, rta. 14/04/00).

IV. RESERVA CASO FEDERAL.

En virtud de la eminente cuestión federal involucrada, claras garantías constitucionales


(derecho a la libertad, defensa en juicio, debido proceso) dejo planteada la reserva de interponer
recurso ante la Cámara Nacional de Casación Penal y de ocurrir por la vía del art. 14 ley 48 a la
Corte Suprema de Justicia de la Nación.

V. PETITORIO.

Por todo lo expuesto, de V.S. solicito que:

1. Me tengo por presentado en legal tiempo y forma.


2. Se me tengan presente las reservas formuladas.
3. Haga lugar a la excarcelación de Ariel XXX, bajo la caución y las reglas de
conducta que V.S. estime más adecuadas (art. 18 C.N., arts. 316, 317, 319 y
concordantes del C.P.P.N.).

Proveer de conformidad que,

SERÁ JUSTICIA.

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