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BUIENCE
AGRICULTURE
KNOWLEDGE

LIBRARY o
fthe

OHIO STATE

UNIVER
SITY
BIBLIOTECA

DE

EL ARTE EN ESPAÑA .

SEGUNDO VOLUMEN .

TOMO PRIMERO .
ARTE

DE LA PINTURA ,

SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .

DESCRIBENSE LOS HOMBRES EMINENTES QUE HA HABIDO EN ELLA ASÍ ANTIGUOS COMO MODERNOS;
DEL DIBUJO Y COLORIDO ; DEL PINTAR AL TEMPLE , AL ÓLIO , DE LA ILUMINACION
Y ESTOFADO ; DEL PINTAR AL FRESCO; DE LAS ENCARNACIONES,
DE POLIMENTO Y DE MATE ; DEL DORADO BRUÑIDO
Y MATE , Y ENSEÑA Á PINTAR TODAS
LAS PINTURAS SAGRADAS.

POR FRANCISCO PACHECO

VECINO DE SEVILLA .

SEGUNDA EDICION QUE SE HACE DE ESTE LIBRO FIELMENTE COPIADA


DE LA PRIMERA Que dió á la esTAMPA SU AUTOR
EN SEVILLA EL AÑO DE 1649.

DIRIGELA

D. G. CRUZADA VILLAAMIL .

TOMO PRIMERO .

MADRID ,
1866
IMPRENTA DE MANUEL GALIANO ,
PLAZA DE LOS MINISTERIOS , 2.
1 1
Excelentísimo Señor Don Antonio Cánovas del Castillo,

ex-ministro dela Corona, etc., etc. , etc.

MUY SEÑOR MIO : Cuando se hacian las primeras ediciones de li-


bros como este, era general costumbre de sus autores ó editores
dedicarlos á algun ilustre personaje . Yo veo en V. E. el hombre
de Estado, el gran orador parlamentario, el historiador grave , el
literato ameno, el aficionado á las bellas artes : ¿ qué mucho , pues ,

que siguiendo yo aquella antigua costumbre , dedique á V. E. este


2.

libro en testimonio de la admiracion que V. E. me inspira ?


De V. E. afectisimo servidor Q. S. M. B.

GREGORIO CRUZADA VILLAAMIL .

1. Setiembre de 1866.
2959
AUG
1
LICENCIA DEL ORDINARIO .

Nos el licenciado D. Christóval de Matilla , provisor y vicario


general de Sevilla y su arzobispado . Por la presente y por lo que à
nos toca , damos licencia para que se pueda imprimir y imprima el
Libro intitulado , Antigüedad y grandezas de la Pintura , com-
puesto por Francisco Pacheco , atento nos consta , no hay en él cosa
contra nuestra Santa Fe, y buenas costumbres, segun las censuras ,
I parecer que han dado personas doctas, á quien lo hemos remitido :
dada en Sevilla, en 24 de Diciembre de 1641 .

PRIVILEGIO .

Tiene privilegio de los Sres . del Consejo Real Francisco Pa-


checo, para poder imprimir este libro por tiempo de diez años .

TASSA .

Tasaron los Señores del Consejo Real este libro á quatro ma-
ravedis cada pliego.
LIBRO PRIMERO DE LA PINTURA.

SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .

CAPITULO PRIMERO .

QUÉ COSA SEA PINTURA Y CÓMO ES ARTE LIBERAL , Y SU DEFINICION


Y EXPLICACION.

Habiendo de tratar de la pintura, es cosa conve-


niente para mayor claridad , de lo que acerca de

ella se dijere, comenzar de su definicion , y expli-


carla en este primer capítulo , para que sirva de fun-
damento á las grandezas de sus excelencias , y dis-
ponga el ánimo de sus aficionados á la atenta con-
sideracion de lo que en este discurso se tratare ; y
porque el Maestro Francisco de Medina ( en cuya
muerte perdieron las buenas letras gran parte de su
valor), no hallándose satisfecho de ninguna de las
definiciones que de la pintura habia visto , á instan-

cia mia escribió una , con su explicacion , me pareció


justa cosa ponerla aquí , por honrar este discurso
con la autoridad de varon tan docto , y por el gusto
que suele causar la diferencia . Dice de esta manera .
10 ARTE DE LA PINTURA.

Definicion 1.a « Pintura es arte que con variedad de líneas y co-


a
»> lores representa perfectamente á la vista lo que ell
>> puede percibir de los cuerpos . »
Explicacion. «་་ La vista percibe de los cuerpos , el tamaño , la
» proporcion, la distancia , los perfiles , los colores ,
>> sombras y luces , el relieve , las figuras y posturas ,
>>y los varios gestos , ademanes y semblantes que
»aparecen ; segun son varios los movimientos , ac-
>>ciones y pasiones del cuerpo y del alma . >»
«
Los cuerpos cuyas imágenes representa la pintura
» son de tres géneros ; naturales , artificiales ó forma-
»dos con el pensamiento y consideracion del alma . »
<<Los naturales son los que crió Dios al principio del
> mundo , ó los que la naturaleza produce en la univer-
sidad de él , con la fuerza que Dios le da ; los artificia-
>> les son casi infinitos segun es casi infinita la mu-
» chedumbre y variedad de artífices que los forman . »
« Los cuerpos del pensamiento son los que la ima-
» ginacion forma : sueños , devaneos , de grotescos y
» de fantasías de pintores . Y son asimismo los que
» figura el entendimiento con sábia consideracion .
» Angeles, virtudes, potencias, empresas, hieroglífi-
>>cos, emblemas ; á este último género se reducen las
>> visiones imaginarias ó intelectuales que percibie-
>>ron y revelaron los Profetas y suelen los pintores
>>representarlas con su arte . »
Hasta aquí el Maestro Medina . Esta definicion no
es diferente de la mia en lo esencial ; pero los que

tuvieren gusto en las letras verán fácilmente que el


Maestro Medina describe antes el arte de la pintura
que la define : la definicion que yo hago parece más
Libro I de Pintura, regular . Parte de ella escribo de la opinion de Paulo
capítulo I.
Lomazo , de quien me he valido en mucho de este
LIBRO PRIMERO , CAP . I. 11

capítulo , si bien en algo de lo importante me apar-


to como verémos .

Pintura es arte que enseña á imitar con líneas y colo- Definicion 2.ª
res . Esta es la definicion . Para explicacion de la cual
se ha de saber que toda definicion debe constar de
género y diferencia . El género , segun los lógicos ,
es una razon comun que se dice de muchos diferen-
tes en especie ; diferencia es todo aquello por lo cual
una especie se distingue de cualesquiera otra del
mismo género . Esto supuesto , la definicion de la
pintura consta de género y diferencia . Arte es el Explicacion.
género razon comun en que conviene con las de-
más artes diferentes de ella en especie . La diferen-
cia por la cual difiere de las demás, es que enseña á
imitar con líneas y colores todas las cosas imitables
del arte y de la imaginacion , y principalmente las
obras de la naturaleza y esto en todas superficies ,
pero más de ordinario en superficie llana , á diferen-
cia de la escultura , que si bien imita los efectos de
la naturaleza , no á lo menos como la pintura en
superficie llana con líneas y colores . Mas porque
podria alguno dificultar si la pintura es arte ó no,
quiero con la definicion de la misma arte brevemente
probarlo , por estar ya doctamente dilatado ( como di-
jimos) en nuestra lengua . Arte , segun el filósofo , es Libro 3 de la
noticia general de
un hábito que obra con cierta y verdadera razon ; por- las artes.
que: non est Ars quæ ad effectum casu venit , como Aristót. , lib . 6,
capitulo IV.
dice Séneca . No es arte la que acaso llega á su efec-
to . Pruébase tambien porque todas las cosas natu-
rales son la regla y la medida de la mayor parte de
las ciencias y artes del mundo ; porque siendo como
son hechas de Dios con suma sabiduría , consiguien-
12 ARTE DE LA PINTURA.

temente tienen en sí todas las perfecciones esencia-


les que convino tuviesen obras de tales manos ; y
Epistola 26. por esto pueden ser regla de las cosas artificiales . De
donde se infiere claramente que la pintura es arte ,
pues tiene por ejemplar objetivo, y por regla de sus
obras à la misma naturaleza , procurando siempre
imitarla en la cantidad , relieve y color de las co-
sas, y esto hace valiéndose de la geometría , aritmé-
tica , perspectiva y filosofía natural, con infalible y
cierta razon . Mas porque de las artes algunas son
liberales y algunas mecánicas , no será fuera de
propósito tocar brevemente á cuáles de ellas deba
ser enumerada la pintura . Esta cuestion , si con au-
toridad hubiese de ser decidida , presto se determina-
ria ; porque Plinio , hablando de Panphilo pintor ,
dice que, en Cicyon (ciudad principal del Pelopone-
so , que hoy llaman la Morea) , y despues en Grecia ,
Lib . 35, cap. x. el arte del dibujo (que era la parte de pintura que
estaba entonces descubierta ) vino á recibirse en el
primer grado de las artes liberales, y siempre tuvo
esta honra de que los nobles la ejercitasen , prohi-
biéndose por edicto perpétuo que se enseñase á es-
clavos . Y adviértase que esto no se introdujo por
costumbre de bárbaros , sino por ley , entre la gente
más docta de cuantas ha habido en el mundo . Lo
Plat. 10, et 5 mismo siente Platon , y Aristóteles muestra clara-
de Repub.
Arist. 8 Polit., mente que en su tiempo el arte del dibujo se tenia.
cap I1 et sequen. por liberal ; y otros muchos autores son de esta opi-
nion; y tambien con razones se puede fácilmente
.
probar, porque si bien el pintor no puede conseguir
su fin sino obrando mano y pincel , claro está que
en este ejercicio se halla tan poco trabajo y fatiga
LIBRO PRIMERO , CAP. I. 13

corporal que no hay hombre noble á quien tal arte


no agrade y deleite , como se lee de muchos prínci-
pes así antiguos como modernos que la ejercitaron Cap . 9.
(como se dirá en su lugar) porque veian que en seme-
jante ejercicio no hay nada de servil ó mecánico :
mas todo él es libre y noble . Y á la verdad , ¿ quién
habrá en el mundo que no tome gusto de imitar con
el pincel á la naturaleza y al mismo Dios en cuanto
es posible? Tambien vemos que aunque el geóme-
tra ocupa las manos trazando líneas , formando círcu-
los , triángulos , cuadrángulos y otras semejantes
figuras , ninguno por esto ha dicho jamás que la
geometría es arte mecánico , y lo mismo es en la
música y otras artes; porque aquella obra de manos
es tan poca y ligera , que no seria justo decir que es
ejercicio servil . La misma razon corre en la pintura.
Además que ella tiene ciertas conclusiones , las cua-

les prueba con principios mediatos é inmediatos:


mediatos, porque las cantidades , tamaños y propor-
ciones tocantes á la simetría de las cosas la toma
de la Matemática y otras artes : inmediatos, porque
tiene tambien principios propios que componen
esencialmente una pintura, con tal materia y tal
forma, sea en dibujo, sea en colores , comenzando
por las partes , una boca , un ojo , una oreja, y
enseñando cómo se deban hacer. Y así por estas y
otras razones debemos concluir que es arte liberal ;
qué grado de arte liberal tenga se podrá entender
fácilmente , si primero, por comprender todas sus
circunstancias la describiéramos algo más exten-
didamente y luego fuéramos explicando en par-
ticular cada una de ellas. Dije , pues, que la pin-
14 ARTE DE LA PINTURA .

tura era arte que imitaba con líneas y colores los


efectos de naturaleza , del arte y de la imaginacion ,
pero hase de entender que las líneas han de ser
proporcionadas, y los colores semejantes á la pro-
piedad de las cosas que imita , de manera, que si-
guiendo la luz perspectiva, no sólo represente en el
llano la groseza y el relieve suyo, mas tambien el
movimiento ; y muestre á nuestros ojos los afectos y
pasiones del ánimo . La corpulencia y relieve de las
cosas manifiestas , no exceptuando alguna , sea na-
tural ó artificial , ni de la imaginacion , porque ha-
biéndose el pintor ejercitado en imitar y ver obras
de otros algun tiempo (dejo los que de su inclinacion
natural sin ser maestro dibujan ) viene á hacer caudal
suyo, de suerte que inventa varias cosas, muchas de
las cuales no ha visto ; como diversidad de vasos ,

de tarjas, de ornatos de arquitectura, grotescos con


variedad de sierpes, de sirenas, de mascarones, de
animales, compuestos de diversas especies, y otras
quimeras é infinitas cosas y pensamientos formados
primero en la imaginacion , que ni el arte, ni la na-
turaleza los fabricó . Del arte , porque el pintor pin-
ta edificios y templos , y todas las obras de arquitec-
tura y de escultura , de piedra , plata y oro ; y en
suma , todas las obras que en todas las profesiones
obran los hombres con sus manos y por arte, que
referirlas seria largo cuento . De naturaleza, como
se verá en todo este capítulo y en muchas partes de
estos libros , porque ella es el principal ejemplar ob-
jetivo de la pintura , representando la figura en el
llano . Y así se distingue de la escultura , como hemos
dicho, por la diversidad de la materia . Demuestra
LIBRO PRIMERO , CAP . I. 15

tambien á nuestros ojos el movimiento corporal ; lo


cual es tanta verdad , que se ve claramente en las
obras de los valientes hombres en este arte . Porque
¿cuál movimiento puede hacer un cuerpo, y en qué
modo se puede poner (dice Paulo Lomazo) que no se Lib. 1 , cap. de la
Pintura.
vea en la famosa pintura del juicio universal de la
mano del divino Micael Angel , en la capilla del
Papa en Roma? Allí se ve la gloriosa Vírgen , San
Juan y otros santos con el encogimiento y temor que
tienen de ver á Cristo airado contra los malos , casi
encubrirse por no ver su faz terrible y toda encen-
dida en furor . Vénse los condenados , que ocupados
del gran temor , parece que se quieren poner en
huida y procuran esconderse en las oscuras grutas
y profundas cavernas. De la otra parte se ven los
justos, que en cierto modo parece que acaban en-
tonces de resucitar y que van subiendo por el aire
á sentarse á la mano derecha de Cristo . En lo alto
se ven unos ángeles descender del cielo con el es-
tandarte de la Santa Cruz; y en otra parte otros lle-
van las almas bienaventuradas al lugar puesto á la
derecha mano del Señor . En conclusion , no hay
movimiento corporal de frente , de espaldas, de lado ,
de diestro ó siniestro , arriba ó abajo , que no se
vea expreso en esta artificiosa y admirable obra .
Pues si revolvemos á los afectos y pasiones del áni-

mo, con no menor artificio y maravilla se ven de la


misma manera ejecutado en el mismo juicio, espe-
cialmente en Cristo , el cual muestra en el semblan-

te una tan grande indignacion y enojo , que parece


que todo lo quiere acabar y consumir . Y en los san-
tos
y en los condenados, en los cuales ( todos páli-
16 ARTE DE LA PINTURA ,

dos y confusos) se esparce visiblemente el temor y


espanto que tienen del Juez airado (aunque con cau-
sas diferentes ) ; en suma, muchos movimientos , así
del cuerpo como del ánimo , se ven en esta profun-
da pintura, y en las del excelente Rafael de Urbino ,
y de otros famosos pintores antiguos y modernos ,
así de amor como de odio , así de tristeza como de
alegría y de cualquiera otra pasion ó afecto . Toda
esta demostracion dije hace la pintura con líneas
proporcionadas . Donde se ha de advertir, que el
pintor dibujando no forma estas líneas sin razon ,
proporcion y arte, como han querido decir algunos
viendo que los imperitos proceden con poca razon .
In Arte . Poet . Porque si bien Horacio dice , que el pintor y el poeta
tienen igual licencia de hacer con libertad lo que
quieren , esto se entiende cuanto á la disposicion
de las figuras ó historias, con el modo y proporcion
que quieren, mostrando ( pongo ejemplo ) á Julio
César en la guerra farsálica en un acto, que por
ventura no hizo, ó cosas de este género ; pero fuera
de esto es obligado el pintor á proceder en todas sus
obras con proporcion y arte . Porque antes de linear
y dibujar un hombre, es necesario sepa su cantidad
y estatura; que seria grande error hacer un hombre
que ha de ser de diez rostros , que sea de once ó
doce; y qué proporcion tiene la frente con la nariz, y
la nariz con la boca y barba , y todo el rostro con el
cuello , y así en todo lo demás . Y en suma , ha de pro-
curar saber la proporcion de todas las cosas natura-
les y artificiales . Y porque parece casi imposible que
Plin. ,lib. 35, un hombre solo pueda saber todo esto , solia el pru-
cap. X. dentísimo Apéles , despues que habia pintado alguna
LIBRO PRIMERO , CAP . I. 17

cosa, la cual queria que fuese perfecta , ponerla en


público y esconderse, atendiendo á lo que se juzga-
ba de la proporcion y arte de su pintura; y segun
que cada uno hablaba de aquellas cosas de que te-
nia conocimiento y práctica, así la iba reformando ;
y por el contrario refutaba el juicio de aquellos que
querian juzgar de las partes que no pertenecian á
su profesion, como hizo al zapatero , que no conten-
to de haber discurrido acerca del calzado de una fi-
gura, queria hacer juicio de otras cosas, diciéndole :
Nesutor ultra crepidam . El zapatero no debe juzgar
mas que del calzado . Demás de esto ha de usar el .
pintor estas líneas proporcionadas con cierto modo
y regla, la cual no es otra que aquella que usa y
con que procede la misma naturaleza en hacer un

compuesto ( como enseña la filosofía ) que primero


presupone la materia , que es una cosa informe é in-
diferente , y despues introduce en ella la forma , que
la determina al ser de este ó de aquel compuesto .
Así hace el pintor , el cual toma una tabla ó lien-
zo que en la haz no muestra sino una superficie ó un
llano informe é indiferente á recibir esta ó aquella
forma, y con el yeso ó carbon la determina lineando
y dibujando en ella un hombre , un caballo, una co-
lumna, formando y puliendo sus partes y contornos .
Y en suma imitando con las líneas la naturaleza de
las cosas que pinta , así en la largueza como en la
anchura, corpulencia y groseza . Y prosiguiendo en
nuestra descripcion , resta aquella parte que dice que
la pintura representa las cosas con colores semejan-
tes á las cosas naturales . En que se ha de conside-
rar que siendo el pintor cual conviene , ha de proce-
2
18 ARTE DE LA PINTURA .

der (como se ha dicho) segun el modo de la natu-


raleza que presupone la materia y despues de la for-
ma. Mas porque el hacer y criar la sustancia de las
cosas procede de potencia infinita , es necesario que
el pintor tome alguna cosa en vez de materia . Esta
(por hablar con más propiedad y distinguir el dibujo
de la pintura de colores , conforme al estilo de este
tiempo) será en el dibujo , el papel , lienzo, tabla ó
pared , y el carbon , lápiz ó cosa semejante que se
dibuja. Y á diferencia del dibujo será materia de la
pintura de colores , los mismos colores , la tabla, pa-
red ó lienzo ; y la forma en el dibujo será la que in-
troduce el ingenio del pintor con líneas proporcio-
nadas . Y en la pintura de colores la continuacion de
esta misma forma , imitando lo natural en los colores
varios , y en el relieve y viveza de las cosas . Y digo
Paulo Lomazo, (no como dijo Lomazo) que el dibujo , que son las
lib. 1.º de Pint., líneas proporcionadas, era materia sustancial de la
cap. I.
pintura: antes lo llamo forma sustancial. Y por esto
adviertan los de esta profesion que cuando sean ex-
celentes y milagrosos en colorir, si no tienen dibujo
no tienen la forma de la pintura , y consiguiente-
mente son privados de la parte sustancial de ella .
No se niega que no sea grandísima la fuerza del co-
lorido; porque así como los hombres particulares
si no constasen de otra cosa que de un modo propor-
cionado ( en lo cual todos convienen , sin añadir la
variedad en los lineamientos de los rostros ) , no se
veria en el mundo aquella diferencia tan agradable ;
así, si el pintor dibujase un hombre proporcionado
igual al natural, por cuanto se hallan muchos hom-
bres iguales en cantidad , cierto es que por ella sola
LIBRO PRIMERO , CAP. I. 19

no seria aquel hombre conocido . Mas cuando además


del perfecto dibujo junta el color semejante , enton-
ces da la última forma á la figura , y hace que cada
cual que la ve discierna más facilmente de qué hom-
bre es, y diga que es del Emperador Cárlos V , ó de
Felipe su hijo , que es de hombre melancólico ó
flemático , de sanguíneo ó colérico , que ama ó que
teme . En conclusion , procurará el pintor con todo
estudio , ser valiente coloridor, pues en esto consiste
la última perfeccion del arte .
Ultimamente dice la descripcion que el pintor si-
gue la luz perspectiva , porque cuando quiere pin-
tar imitando los cuerpos naturales , que comunmen-
te son redondos , (y en lo redondo se recibe la luz
diversamente que en la primera y más alta parte ,
hiere más la luz, y así queda más realzada que las,
otras , y en la segunda queda un poco más amorti-
guada, y en la tercera casi muerta ) ; por esto con-
viene que el pintor haga el mismo efecto que hace
la luz en ellos ; así con las líneas como con los co-
lores . Mas no se ha de entender que siempre es ne-
cesario que donde alcanza más luz se pinte más
cerca de nosotros , porque muchas veces la figura
está de lado y la luz hiere en la parte más distante
á nuestra vista . Y si me dice alguno que cómo la
parte que tiene menos luz parecerá más cerca? res-
pondo: que la perspectiva hace que estando la figu-
ra de lado, muestre la parte más cerca de nosotros
conlíneas más grandes , y por esto viene á nuestros
ojos el fin de la pirámide con más obtuso y mayor
ángulo, y la que está más apartada , con líneas más
pequeñas y ángulos más agudos. Demás de esto con
20 ARTE DE LA PINTURA .

los colores declara el pintor dos cosas , la primera el


color de lo natural ó artificial : la otra la luz del sol ,
ó de otra luz ; el color semejante declara , digamos , el
color azul de una ropa con otro azul ; el color verde
de un árbol, con otro verde semejante . Y porque el
Arist.libro del color (que no es otra cosa, segun el filósofo , que la
sentido y lo sensible
cap. 3. superficie clara en el cuerpo opaco , ó la extremidad
de lo claro en el cuerpo terminado) no se puede ver
sin luz , por esto es importante que el pintor que as-
pira á ser excelente coloridor, sea peritísimo en los
efectos que hace la luz , cuando da en los colores ;
porque aunque el azul en una ropa sea en toda ella
igual el color , cuando es lustrada hace un efecto
en la parte donde la luz hiere con más fuerza, y
otro en la donde no resplandece tanto . Y para imi-
tar el azul de toda la ropa, basta que se haga un co-
lor igual, mas para el azul donde da la luz es nece-
sario mezclar tanto de color claro , cuanto hay de
luz en aquella parte , y menos ó más conforme se
va la luz amortiguando, y así lo oscuro proporcio-
nalmente . En la cual observacion , de los diversos
efectos que hace la luz con los colores , fuéron ex-
celentes Rafael de Urbino , Leonardo de Vinci , An-
tonio Corregio y Ticiano , los cuales con tanta arte
y prudencia imitaron la luz y los colores , que sus
figuras parecen antes naturales que artificiales ; mos-
trando en las carnes ciertas manchas y tintas que
los imperitos no alcanzan ; y entre estos (por senten-
cia comun) principalmente Ticiano , por conseguir
mayor gloria, ha querido engañar los ojos de los
mortales . Y así como Micael Angel , para mostrar
el perfecto conocimiento que tenia de la anatomía ,
LIBRO PRIMERO , CAP. I. 21

quiso inclinar un poco al extremo , revelando algo


más los músculos en los cuerpos , aun donde la na-
turaleza los mostró con más dulzura y suavidad
como en mancebos y hombres delicados y otros se-
mejantes ; así Ticiano , por mostrar con los colores
la grandeza de su ingenio en la parte del cuerpo
donde hiere la luz con mayor fuerza , solia mezclar
un poco más de claro que no mostraba la luz, y allá
donde estaba ofuscada un poco más de oscuro , lo
cual hace relevar mucho una figura . Y cuando las
primeras partes del cuerpo salen afuera, y las últi-
mas huyen adentro , consigue el pintor admirable-
mente el fin que pretende : y queda ( conforme á
nuestras fuerzas) dada á entender y declarada nues-
tra definicion . Con el cual fundamento darémos prin-
cipio á las partes y grandezas de nuestro arte : de las
cuales hallándose cercado Pablo de Céspedes , y du-
dando por cuál de ellas comenzaria dice elegante-
mente en el principio del libro de su pintura en las
dos estanzas , con que damos fin á este capítulo :

Mueve al alma un deseo que la inclina Lib. 1 de la Pintura .


á seguir desigual atrevimiento ;
ardor, que nos parece ser divina
inspiracion, de pretendido intento ,
si el despierto vigor , donde se afina
en mí avivase el fugitivo aliento ,
diria el artificio soberano
sin par, do llegar pudo estudio humano .

Cuál principio conviene á la noble Arte ?


el dibujo, que él solo representa
con vivas líneas , que redobla, y parte
22 ARTE DE LA PINTURA.

cuanto el aire , la tierra , y mar sustenta?


el concierto de músculos ? y parte
que á la invencion las fuerzas acrecienta ?
el bello colorido , y los mejores
modos con que florece ? ó los colores ?

CAPITULO II.

DEL ORIGEN Y ANTIGUEDAD DE LA PINTURA , Y SU PRIMERA INVENCION .

Dos cosas (entre otras) son las que ilustran , y en-


noblecen al hombre , la nobleza y claridad de sus
progenitores, y juntamente la antigüedad de ellos .
Así todas las ciencias son tanto más ilustres y cla-
ras , cuanto más ilustres y antiguos son sus inven-
tores . Por esta causa es muy a propósito tratar al
principio de este libro ( despues de su definicion ) de
la antigüedad y origen de la pintura . Y no nos val-
drémos en esta ocasion del favor que le hace Leon
Lib. 2 de la Pintura . Bautista Alberto en su libro , cuando dice: «yo afirmo
entre mis amigos que el inventor de la pintura fué
(segun sentencia de poetas) aquel hermoso Narciso ,
que se convirtió en flor ; porque siendo la pintura la
flor de todas las artes , bien parecerá que toda la fá-
bula de Narciso se acomode á ella solo . Porque , qué
otra cosa es pintar qué abrazar y hurtar con el arte
aquella superficie de la fuente ? » Mas dejando estos
pensamientos políticos , habiendo de tratar de lo que
LIBRO PRIMERO, CAP. II . 23

habemos propuesto , es forzoso que se nos oponga


luego la escultura , porque quieren algunos de sus
profesores ser en esto preferidos , y que sea tenida
por más antigua, tomando su orígen no desde que
la inventaron hombres, sino desde que Nuestro Se-
nor Dios formó el primer hombre en el Paraíso . Di-
ciendo, que esta fué la primera escultura , pues de
aquella masa de barro (á guisa de diestro escultor )
labró aquella figura redonda tan acabada y perfec-
ta . Y concediendo con ellos en esta consideracion
de que me entiendo valer , me parece á mí , que
puesto que Dios hizo al hombre de barro , no imitó

el trabajo y fatiga del escultor , cuyo nombre, to-


mado en rigor, es derivado de esculpir con instru-
mentos de hierro y golpes de martillo en maderos ,
mármoles y otras piedras duras , como lo hicieron
los antiguos inventores de la estatuaria . Además
que el labrar y relevar de barro es comun , y lo ha
sido siempre, á pintores y á escultores , pues no sólo
en los pintores modernos ha habido muchos que han
labrado de barro con eminencia, mas antiguamente

Demáfilo y Gorgaso fuéron celebrados en labrar de


barro, y en la pintura como dice Plinio . Y pertenece Lib. 35 , cap . XII ,
esta obra más propiamente á la invencion , que los
Griegos llaman Plástica , y los Latinos Fictoria, que
es labrar de barro como hemos dicho ; que , segun

opinion del mismo Plinio, fué primero que la esta- Lib . 34, cap. VII.
Lib. 5 , cap. XII.
tuaria. Antes con esta opinion prueban que es más
antigua la pintura , y juntamente más noble , puesto
que ambas artes imitan á la naturaleza : porque claro
es que en los cinco dias antes de la creacion del
hombre, con una sencilla muestra de su voluntad ,
24 ARTE DE LA PINTURA .

hizo Dios el cielo , la tierra , las aguas , y todas las


demás cosas : adornando el cielo de sol, luna y estre-
llas ; la tierra de yerbas y flores , los árboles de hojas
y fruto: crió variedad de animales, de peces, de aves,
Génes. cap. I. dividiendo la luz de la sombra : Et divisit lucem á tene-
bris, appellavitque, lucem diem, et tenebras noctem: en
que parece que vemos más vivamente representada
la pintura . Porque mediante la variedad de los co-
lores se dividen las cosas entre sí. Y no habrá quien
no confiese aquí al Criador que da mayores mues-
tras de pintor en esta grande obra , pues si todas es-
tas cosas criadas fueran de solo un color, no tuvie-
ran el agrado y perfeccion que muestran , con la
variedad y distincion de tantos colores. Con este
mesmo sentimiento prosiguió galantemente Pablo
de Céspedes en su libro , despues de las dos estan-
cias ya referidas:

Comenzaré de aquí , Pintor del mundo ,


Lib. I de la Pintura.
que del confuso caos tenebroso
sacaste en el primero y el segundo
hasta el último dia del reposo
á luz, la faz alegre del profundo ,
y el celestial asiento luminoso
con tanto resplandor y hermosura,
de varia y perfectísima pintura .

Con que tan lejos del concierto humano


se adorna el cielo de purpúreas tintas,
y el traslucido esmalte soberano
con inflamadas luces y distintas:
muestras tu diestra y poderosa mano,
cuando con tanta maravilla pintas
los grandes signos del etéreo cláustro ,
de la parte del Elice y del Austro.
LIBRO PRIMERO , CAP. II. 25
35
Al ufano Pavon, alas y falda
de oro bordaste y de matiz divino,
de vivo rosicler do la esmeralda
reluce y el zafiro alegre y fino ;
al fiero pardo la listada espalda ;
la piel al tigre en modo peregrino,
y la tierra amenísima , que esmalta
el lirio y rosa, el amaranto y calta .

Todo fiero animal por tí vestido


va diverso en color del vario velo ;
todo volante género atrevido
que el aire y niebla hiende en presto vuelo ;
los que cortan el mar, y el que tendido
su cuerpo arrastra en el materno suelo,
de ti, mi inculto ingenio , enfermo y poco ,
fuerzas alcance; yo á tí solo invoco .

Dice maravillosamente ; porque sólo el pintor


imita con perfeccion todas estas cosas , pues los co-
lores son la vida del relieve , y vése claramente , pues
estando el cuerpo de Adan hecho ( como ellos di-
cen) de escultura, el soplo del Señor dándole vida ,
lo pintó y retocó de variedad de colores , poniendo
lo blanco , lo negro, lo rojo y todos los demás mez-
clados entre sí, haciendo una perfectísima encarna- 3
cion mate, y abriendo divinamente sus ojos , dando
el color de la barba y cabello con tanto lustre y de-
coro, que todo junto hiciese una criatura como cifra
y suma de todo lo que habia creado antes . Casi esto
mismo (bien que con estilo y ornato poético ) dijo el
mismo Pablo de Céspedes en dos estanzas .

Un mundo en breve forma reducido , Lib. I de la Pintura.


propio retrato de la mente eterna,
hizo Dios, que es el hombre, ya escogido
26
26 ARTE DE LA PINTURA .

morador de su régia sempiterna;


y la aura simple de mortal sentido
inspiró dentro en la mansion interna,
que la parte exterior avive , y mueva
los miembros frios de la imágen nueva .

Vistiólo de una ropa que compuso


en extremo bien hecha y ajustada,
de un color hermosísimo, confuso,
que entre blanco se muestre colorada ,
como si alguno entre azucenas puso
la rosa en bella confusion mezclada ,
ó del indio marfil trasflora y pinta
la limpia tez con la Sidonia tinta .

Con que queda amparada bien la nobleza de la


pintura y que es vida de la escultura, pues con el
Génes . cap . 20. soplo divino se crió juntamente cuando se infundió
el alma, que es la vida del cuerpo . Mas á todo este
discurso pueden responder los escultores , que es
mucho menos pintar sobre la escultura que hacerla ,
y que tiene mucha menor parte el pintor en ella ; y
no se puede negarse esto, y que no es este el prin-
cipal estudio de la pintura . Pero tampoco se negará
que esta última perfeccion toca al pintor, y que está
la figura necesitada de ella para conseguir la ver-
dadera imitacion de lo natural, y que segun el gra-

do en que estuviere el pintor, así ayudará á la es-


cultura bien ó mal . Mas ni los escultores y pintores
es justo se valgan de la formacion de Adan para
probar la antigüedad de sus artes, pues si fué aque-
lla la primera escultura, fué tambien pintura como
he dicho, porque han de hacer distincion de esta
obra que Dios hizo como criador , y de la naturaleza
LIBRO PRIMERO, CAP. 11. 27

y del arte. Pues segun ha dicho la definicion en el


capítulo pasado , la pintura es arte que imita con
líneas y colores . Pero dejando esto aparte , traido
por satisfacer á los que tan de atrás quisieren enno-
blecer su arte, digamos lo que hace á nuestro pro-
pósito , tomando la antigüedad de las artes desde
que las ejercitaron hombres, que es más conforme
á nuestro intento .

En los escritores antiguos hay diversas opiniones


acerca de esto (que no son de este lugar), porque no
ha faltado entre ellos quien afirmase que fué Rey el
primer inventor de la pintura, y ya que no lo fuese,
verémos adelante que muchos príncipes , reyes y Cap. 8.

emperadores la ejercitaron . Pero los egipcios , como


testifica Plinio, afirman que este arte se inventó en- Lib . 35 , cap. 3.
Serian años lunares,
tre ellos seis mil años antes que se pasase á Grecia . 6 años de 3 meses .
Y luego parece que lo niega , no sé con cuánta razon , Cap. 56.

pues antes de esto en el sétimo libro dice : « Giges


Lidio halló la pintura en Egipto ; y en Grecia Pirro ,
pariente de Dédalo , segun Aristóteles ; y segun Teo-
frasto Polignoto ateniense . Y puso primero al egip-
cio y luego al griego , pues es cierto que las más
de las artes aprendieron los griegos de los egipcios,
como dice Diodoro en su Biblioteca . Principalmente Lib. I, fól . 63 de
que ellos hacian demostracion de sus principales la edicion de Claudio
Marnio.
sentimientos y misterios con la pintura geroglífica .
Pero todos concuerdan (dice Plinio ) en que fué pri- Lib. 35 , cap. 3.
meramente imitada de la sombra del hombre . Y es
conforme la opinion de Atanágoras, aunque difiere Atanágoras en la
en los inventores . La adumbracion , dice , inventó alegacion por los
cristianos.
Saurias, sámio , cubriendo ó manchando la sombra Primera pintura,
de un caballo , mirado á la luz del sol . La pintura Adumbracion ,
28 ARTE DE LA PINTURA .

(esto es los perfiles) inventó Craton, lineando en una


blanca tabla la sombra de un hombre y de una mu-
jer, con diferencia y distincion . Y la coroplástica
(que es el arte de vaciar ) inventó Cora y su padre
Dibutades , sycyonio. Este , amando un mancebo y
habiéndose de partir, la noche antes dibujó la som-
Segunda pintura, bra que causaba dél la luz del candil en la pared ,
linear.
Monogramon . y su padre labrando en fondo dentro de aquellas
líneas , hinchó el espacio de barro , y salió una fi-
gura que despues coció . » Y luego poniendo la escul-
Pone en tercer tura , dice : « Dédalo y Teodoro sucedieron á estos , é
lugar la escultura.
Lib. 35 , cap. 3. inventaron la estatuaria . » Esto es de este autor . La
pintura que llama Plinio primera , y podemos (se-
gun se ha dicho) llamar segunda , fué la linear ; que
fué el perfil de la sombra . Debió de ser con algun
carbon ó lápiz , ó cosa semejante , formando el todo
Tercera pintura . de afuera, y fué llamada monogramon . La tercera
yendo en mayor aumento, fué formar otras líneas
dentro de los perfiles , determinando las partes del
cuerpo humano. La cual invencion ejercitaron los
Lib. 35 , cap . 3. Ardices corintho y Telaphanes de Sycyon . Este gé-
nero de pintura vió Pablo de Céspedes en Roma ,
cuyas palabras referirémos en el siguiente y cuarto.
capítulo , por ventura , ó mejor propósito : y pasando
Cuarta pintura . adelante dijo , que la cuarta invencion , fué pintar
Monochromaton . de solo un color, que debió de ser ya dibujada la fi-
gura con las dos maneras que hemos dicho , bañarla
toda con algun color líquido , á temple , de manera
que imitase á la piedra, ó bronce ( pero sin sombras
y manifiestos los perfiles) unas veces con el sinaba-
Lib. 33, cap . 7. ris, que segun dice Plinio era la sangre del dragon
mezclada con la del elefante , otras de solo blanco,
20
LIBRO PRIMERO, CAP . 11 . 29

como refiere en otra parte que hacia el famoso Zeu- Lib. 35 , cap . 9 .
xis. A esta pintura llamaron monochramaton (esto
es de solo un color) . Ultimamente se fué la nuestra Quinta y última
pintura.
arte distinguiendo y halló luz y sombras, y los co-
lores se fuéron levantando y avivando entre sí, con
la diferencia y variedad , y el primero que segun
Aratho los halló fué Ceophanto , corinthio . Esto es
lo más puesto en razon que en los autores se halla,
dejando varias opiniones . Por donde se ve clara-
mente cuánto primero fué la pintura que la escul-
tura . Mas si pareciere á alguno, que aunque estos
y otros escritores hicieron memoria de las cosas que
pasaron antes de ellos , no pudieron tratar de ellas
con tanta certeza, y que tambien el primero de los
poetas por consentimiento comun dicen ser Homero ,
no porque antes de él no hubiese alguno , que sí
hubo, mas porque de aquel primero ( cual fué) es-
taba ya perdida la memoria , y que la antigüedad de
las cosas de egipcios y griegos , es igualmente du-
dosa como las antiguas nuestras . Digo , que todos
los varones doctos veneran la antigüedad , á quie-
nes justamente sigo, añadiendo á este discurso otras
firmes conjeturas en confirmacion de lo que se ha
dicho . Porque pienso yo que quien atentamente qui-
siere considerar, juzgará haber sido el principio de
aquesta arte la misma naturaleza , y el ejemplar ó
modelo la bellísima fábrica del mundo, y el maestro
aquella primera luz infundida por gracia singular en
nuestro entendimiento . La cual hace al hombre no
sólo superior á los otros animales , mas semejante al
mismo Dios. Y si vemos en nuestros tiempos (como
se puede mostrar por muchos ejemplos) que los sim-
30 ARTE DE LA PINTURA .

ples muchachos, y rústicamente criados en los bos-


ques, con el ejemplo sólo de aquella agradable pin-
tura de la naturaleza y con la viveza de sus inge-
nios , por sí mismos han comenzado á dibujar (como
Giorgio Vasari se cuenta de Andrés Mantegna , que fué excelente
en la vida de este
artifice. pintor) cuanto más se puede y se debe pensar , que
los primeros hombres , cuanto estaban menos léjos
de su principio, tanto eran más perfectos y de más
aventajados ingenios . Y que estos por sí mismos, te-
niendo á la naturaleza por guia , por maestro el en-
tendimiento , por ejemplo el hermoso modelo del
mundo , hayan sacado á luz esta nobilísima arte y
de pequeño principio conducídola finalmente á
perfeccion . Y que haya sido ella el principio y orí-
gen de todas las artes del dibujo , y principalmente
de la escultura, como hemos probado con razon y
autoridad de los antiguos . Pues fuéron pintores
quien halló los perfiles , las sombras y los colores ; y
á estos sucedió el labrar de barro y últimamente la
estatuaria ó escultura . Pero si lo que hasta aquí se
ha dicho no es bastante , dos excelentes autoridades
Epif. panar, lib . x. de San Epifáneo lo serán , para dar fin á este capí-
tulo gloriosamente , pues tratando del principio de
la idolatría dice : «Phaleg engendró á Ragau, y Ra-
gau á Sarug ; en cuyo tiempo comenzó entre los
hombres la idolatría , no en las estátuas y escultu-
ra de piedra, madera, plata y oro ó de otra materia ,
mas sólo por imágenes de colores . Nació al mismo
Sarug un hijo llamado Nachor, y Nachor engendró
á Thare ; desde este tiempo comenzaron á labrar las
Epif. Anacefa. estátuas de barro en la arte figural , por industria de
este Thare . » Y en otro lugar ; « en los tiempos de Sa-
LIBRO PRIMERO, CAP . II . 31

rug comenzó el error de la idolatría , poniendo imá-


genes de hombres á quien imitaban y pretendian
hacer dioses , pintándolas de colores al principio ,
para tener presentes á los que en otro tiempo fué-
ron entre ellos merecedores de honra . Despues , en
el tiempo de Thare , padre de Abraham , se continuó
el mismo error por la adoracion de las estátuas ,
honrando con ellas á sus padres y á aquellos que an-
tes habian fallecido , y extendiéndose más las artes
labraban figuras de piedra , de madera , oro y otros
metales . >>

¿ Podíanse por ventura desear lugares que con


más autoridad y claridad declarasen la antigüedad
de la pintura que estos de este doctísimo y antiguo
santo? á mi ver no por cierto ; pues segun la cuen-
ta de Josepho, nació Thare, padre de Abraham , dos- Josepho,
lib. 1 , de las antig.
cientos y veinte y dos años despues del diluvio , si Judaie, cap . 14 .
engendró á Abraham , siendo de setenta años (como
expresamente dice) y nació el mismo Abraham dos-

cientos y noventa y dos años despues del diluvio .


De manera que desde el tiempo de Sarug , en que
fué la pintura , hasta el de Thare su nieto que dió
principio á la escultura , se coligen , por los naci-
mientos , 85 años de diferencia y sólo faltarán los que
podrian tener de edad . Esto es siguiendo el cómpu-
to más moderno de un docto varon de la Compañía , Jacobo Tirino,
tom. I , de su cró-
que segun la cuenta ( que da por probable ) hasta el nica, cap. 12.
año presente de 1634 que ha que comenzó la pin-
tura 3785 años menos los que tendria de edad Sa-
rug. Finalmente , quedando esto tan bien probado ,
trataré en el siguiente capítulo la cuestion antigua
entre la pintura y escultura.
32 ARTE DE LA PINTURA .

CAPITULO III.

DE LA CONTIENDA ENTRE LA PINTURA Y LA ESCULTURA , Y LAS RAZONES


CON QUE CADA UNA PRETENDE SER PREFERIDA .

Con un lugar de Plinio, de que se pudieran valer


los escultores acerca de su antigüedad (notado agu-
damente de Rafael Borgini) darémos principio á este
Lib. 1 de
capítulo . Dice así: « No es de pasar en silencio que
sus Diálogos.
esta arte ( conviene saber la marmoraria ) haya sido
más antigua que la pintura ; pues aquella comenzó
Plin. lib. 36. con Fidias en la Olimpiada ochenta y tres , trescien-
cap. V.
tos treinta y dos años despues de la fundacion de
Roma, y no advierte que ha dicho antes de esto que
Plin. lib. 35 , Candaule, rey de Lidia, compró por tanto oro cuanto
cap. VIII.
pesaba, una tabla de mano de Bularco , pintor famoso ,
en que estaba pintada la guerra de los Magnates ;
y que este rey murió en la Olimpiada diez y ocho ,
añadiendo que el arte de la pintura estaba ya en su
perfeccion , porque sus principios fuéron más an-
tiguos . »
Con esto ya no podrán negar los aficionados á la
escultura y los profesores de ella ser esta nobílisima
arte nieta de la pintura , por lo que se ha dicho en
el capítulo pasado , y por el testimonio de uno de
Plin. lib . 35 , los más excelentes escultores que tuvo la antigüe-
cap . XII.
dad, que fué Praxiteles, de quien decia Varron (se-
LIBRO PRIMERO , CAP . III . 33

gun refiere Plinio) que llamaba á la escultura hija Plin. lib. 35,
cap. XII.
de la plástica, la cual como hemos visto es hija de
la Pintura. Presupuesto pues el tan estrecho deudo
de estas dos artes, no será apasionada la contienda á
que darémos este capítulo . No es mi intento en él
definir ó sentenciar cuál de las dos artes , la pintura
ó escultura, sea más grande y excelente , ni mi pre-
suncion llega á sentenciar cosa , que tantos y tan doc-
tos hombres (puesto que han dado vivas razones de
ambas partes) han dejado pendiente . Ni tampoco me
debo contentar con la definicion que atribuyen á
Miguel Angel (sea admitido con el respeto que se Noticia general
de las Artes,
debe á tan ilustre varon ) en que igualó la escultura, lib. 3, cap . 1 .
pintura y arquitectura con tres círculos iguales que
tocaban en un punto ; porque es muy puesto en ra-
zon mostrar cómo debe la pintura ser preferida , ade-
más que me corre obligacion á defender esta vez su
causa como hijo suyo . Pero porque no parezca que
juego las armas solo , sin atender á repararme , pon-
dré á la vista de todos las razones que he hallado
en favor de la escultura, en los autores que yo he
visto, y las que he oido á escultores valientes , con-
tendiendo con pintores en defensa de su facultad , y
las respuestas de ellas manifestará la grandeza de
nuestra arte , con la brevedad posible , por pasar á
cosas mayores .
La primera razon que en favor de la escultura Giorgio Vasari,
pone el Vasari en el proemio de sus obras , y ponen primera parte .
otros autores para probar su nobleza y antigüedad ,
es decir, que Dios fué el primero que la ejercitó ,
formando al primer hombre ; y por cuanto en el ca-
pítulo pasado hemos respondido á esto asaz , mos-
3
34 ARTE DE LA PINTURA .

trando claramente que Dios no obró allí como es-


cultor , ni pintor, mas como criador, pasarémos á
otras razones , y sea en primer lugar :
1.ª 1. Que arguye mucha mayor grandeza la escul-
tura por el mucho menor número , no sólo de los ex-
celentes , mas de los ordinarios escultores, respecto
del infinito número de pintores , que son para uno
ciento ; porque los hombres eminentes de esta profe-
sion son tan únicos en la tierra como el sol en cielo ,
y si este se eclipsa por una hora, ellos por un siglo ;
y de los que profesan la pintura , vemos los reinos ,
las ciudades y aun lugares pequeños llenos ; y ape-
nas en todo lo descubierto se halla un hombre ó dos
famosos en esta facultad . Porque dicen que requiere
la escultura una cierta y aventajada disposicion y
gallardía de ánimo y de cuerpo , que raras veces se
hallan juntas , y que es apetecida de pocos por su
gran dificultad . Y que la pintura se contenta de
cualquiera débil y humilde sujeto , y por esto tantos
Plin . lib . 36, se aplican á ejercitarla . Concluyendo de esto ser de
cap. 5. más precio la escultura por algunos casos sucedidos ,
que particularmente cuenta Plinio , del amor causa-
do de la maravillosa belleza de algunas estátuas, de
quien se enamoraron algunos hombres . Y del juicio
del que hizo la estátua de la escultura de oro y la
que representaba la pintura de plata , y puso aquella
á la mano diestra como más principal y esta á la
siniestra , denotando el más precio y valor de la es-
cultura .
2.a 2. Alegan tambien ( y sea la segunda razon ) la
dificultad de hallar la materia sujeta á su arte, y el
mayor precio de ella , como las maderas , marfil ,
LIBRO PRIMERO, CAP . III. 35

mármol , metales y otras piedras preciosas y duras .


Y por el contrario , la facilidad con que halla el pin-
tor las tablas , lienzos , muros y colores con poco
precio y en cualquier lugar. Y despues de esto la
gran fatiga de labrar la madera, el marfil, el már-
mol, el bronce y otro metal ó piedra , por la grave-
dad y dureza suya y de los instrumentos , respecto
de la ligereza del lápiz, carbon, pluma ó pincel .
Demás de esto que en la escultura se fatiga el áni-
mo con todas las partes del cuerpo , y es cosa gra-
vísima, comparada á la quieta y ligera obra del áni-
mo y de la mano del pintor . Y que de esta facilidad
nace poder los pintores copiar las obras de otros fa-
mosos, valiéndose de los perfiles , que es modo usa-
do de quien tiene poco dibujo, lo cual no se puede
hacer en escultura . Porque el contrahacer de relie-
ve tiene mucha más dificultad , y quiere más maes-
tría; y por esto no andan muchas cosas de buena es-
cultura copiadas , como vemos que comunmente se
hallan de pintura . Todo lo cual procede de la mu-
cha dificultad que la arte de la escultura tiene de
ponerse en obra.

3. La tercera razon prueba que la escultura es 3.a


mucho más dificultosa que la pintura , porque el
yerro que en ella se hace no se puede enmendar y
mudar con tanta facilidad , especialmente en el mar-
fil, mármol , bronce y piedras, que no admiten pie-
zas ensambladas , y si una figura se yerra, es menes-
ter hacer otra de nuevo . Y si es forzoso por la bre-
vedad ó por otra causa , que esta figura de mármol
se labre sin hacer primero modelo , quiere más que
el ordinario juicio, y una absoluta maestría y pron-
36 ARTE DE LA PINTURA .

ta resolucion para compartir la historia ó figura en


la piedra, porque estos yerros no tienen remedio . Y
si no se enmiendan , siempre testifican la ignorancia
del escultor. Lo cual no sucede al pintor, porque de
Ovid , lib . 1 , cualquier yerro de dibujo ó pincel que haya hecho ,
de remedio de amor.
sin hacerlo de nuevo es fácil cosa , quitando ó po-
niendo , enmendarlo , mejorando siempre .
4.a
4. Dicen tambien que la escultura abraza y tiene
muchas más cosas sujetas á sí que la pintura, como
el bajo relieve , labrar de barro , y la invencion mo-
derna de labrar y retratar con cera y colores , en que
admirablemente juntando pintura y escultura se
imitan las cosas naturales : el labrar de estuco , de
yeso , en madera , en marfil , en mármol , en bronce,
en oro, en plata : el vaciar de todos metales todo
género de cosas , labrar en fondo y relevar en las
piedras finas , historias y figuras , y edificios, cielos
y léjos . Que sólo saber manejar tanta variedad de
materias es negocio de mucha dificultad de inge-
nio . Demás de esto abraza tambien la verdadera no-
ticia y estudio de la buena y hermosa manera de las

reglas de la perspectiva práctica , de la arquitec-


tura, de sus órdenes y proporciones y gracia, y otras
muchas cosas que en número y materia dejan atrás
las de la pintura .
5.a 5. Otra razon, que hace fuerza, tocante á su du-
racion y eternidades , que siendo estas dos artes in-
ventadas para conservar la memoria de las cosas pa-
sadas , la escultura es de mayor estima, porque se
mantiene y se conserva más, en servicio y beneficio
de los hombres , y que por esto sin duda es más útil
y más digna de ser estimada , pues guarda más en
LIBRO PRIMERO , CAP. III . 37

sí el nombre de quien es celebrado de ella . Y cuan-


do sucediera otro general diluvio , en que perecieran
las demás obras de los hombres , los simulacros y
estátuas en mármol y en bronce vivirian en honra
de sus artífices, como vemos en las reliquias de la
antigüedad en Roma y en otras partes del mundo ,
que despues de tantos siglos duran y se sustentan
contra las injurias del tiempo . Lo cual no sucede á
la pintura , que por sí , sin accidentes de fuera , bien
que dure algun tiempo , perece y se acaba en la más
segura y guardada parte .
6. Y pasando adelante á la poderosa razon , dicen 6.a
que , imitando estas dos artes á naturaleza, la escul-
tura es más noble , porque hace esto más perfecta-
mente , sacando de lo natural con más propiedad en
la madera , mármol ó bronce , una figura desnuda ,
en la cual con todos los miembros redondos y maci-
zos con justa medida y proporcion y verdad de ana-
tomía y músculos ; y que se ve en redondo por todas
partes y por todos cuatro perfiles , y esto lo hace á
un tiempo y de una vez . Haciendo la verdadera for-
ma del hombre y aventajándose en esto á la pintu-
ra cuanto la verdad á la mentira . Y esta gran difi-
cultad de la escultura redonda, manifiesta lo que se
cuenta de Berruguete , famoso escultor español , que
mirando otros sus figuras , viendo que no satisfacian
igualmente por todas partes , y dándoselo á enten-
der, él , con algun despecho decia: ¿ Cuatro perfiles ? Nota.
á Miguel Angel . Ponderando cuán rara cosa era acu-
dir á esta tan grande obligacion . Pero la pintura no
muestra sino lo de encima en una superficie llana,
manifestando á una luz un solo lado ó apariencia, y
38 ARTE DE LA PINTURA.

con líneas simples y colores engaña la vista, la cual


no es el más cierto sentido ; antes cuando vemos al-

guna cosa y dudamos si es ó no es , nos servimos ,


para certificarnos del tacto cuyo desengaño no se
Lucr., lib . 2. puede negar, como exclamó Lucrecio . Y sabemos

que este halla en una estátua todo lo que ven los


ojos , lo cual falta en la pintura . Porque de dos co-
sas que hay en todos los cuerpos , que son la sustan-
cia y los accidentes , los escultores imitan más la

sustancia, y los pintores los accidentes . Por donde,


la figura de relieve, tiene más de lo natural cuanto
á sustancial , y así la escultura tiene el ser , y parece
Benedicto que es más capaz de movimiento y vida ( si fuera
Barqui , disput . 2. posible) , y estaria á cargo del escultor la voz de las
figuras , relinchos de los caballos , y otras acciones
naturales, y no al del pintor . Y por esto los ídolos
de los antiguos eran de relieve, para engañar me-
jor, y quien quiso hacer creer que hablaban , se
aprovechó de la escultura , como se vió en Egipto .
7.a 7. A todas estas razones añadirémos la última

que escultores modernos dan, y será la sétima, por-


que en todo esforcemos su parte para quitar toda
sospecha de pasion . La escultura, dicen , es original
de la pintura y de la arquitectura: porque si todos
los libros que hoy hay escritos faltasen , y la no-
ticia de los buenos edificios , en una figura de es-
cultura hecha con el artificio que se requiere , se ha
de hallar, y con ellas se ha de reducir á esa profe-
Nota. sion, como dice Vitrubio que se hizo al principio de
su invencion . Mas (á esto respondan los arquitectos)
por el mismo camino quieren que vaya la pintura,
y que si se perdiese la buena manera del dibujo , con
LIBRO PRIMERO, CAP. III. 39

la escultura se habia de volver á reformar, pues en


ella están las buenas medidas , la verdad del desnu-
do, los escorzos, las luces y sombras , y así es la
fuente de estas profesiones y particularmente de la
pintura , como se ve en las Academias de Roma , y de
otras partes donde han salido hombres tan famosos ,
que despues de elegida una bella figura de escul-
tura, cercándola todos en contorno , se ponen á imi-
tarla, y siendo esto verdad , averiguada cosa es que
el principal ejemplar objetivo de la pintura es la es-
cultura, y de esta manera será el verdadero original
y la pintura la copia . Además que los famosos pin-
tores en Italia y en España hacen primero modelos
de bulto y los imitan y ponen en pintura . Miguel
Angel es cosa muy sabida que hasta la edad de cin-
cuenta años labró escultura y la tuvo por principal
profesion , y con las muchas fuerzas de sus estudios y
fatigas, luego que se puso pintó de tal suerte , que ni
la parte esencial que fué el dibujo y desnudo , ni an-
tiguo ni moderno le pudo ni podrá igualar ; y de
este divino varon hacen regla para facilitar la pintu-
ra, diciendo que con más facilidad y brevedad po-
drá hacerse un pintor el escultor , que el que pinta
relievar. Otras muchas razones añaden á estas , pero
en lo esencial las que hacen más fuerza son las que
pongo aquí, á que será tiempo responder por orden
con la templanza y brevedad que es justo , aunque
responden los pintores italianos no sin desden , como
dice Vasari .
1.ª
1. A la primera razon , de que el menor número Giorgio Vasari,
de escultores engrandece la escultura , y hace la proemio del 1. °lib
Respuesta
pintura más vulgar y de menos estima , se respon- de las Artes.
40 ARTE DE LA PINTURA.

de : que de los profesores de muchas artes y cien-


cias nobilísimas hay grande número , como de mé-
dicos, juristas y teólogos , y de oficios muy humil-
des y bajos suele haber pocos , y no por eso dejan
de ser estimados aquellos y tenidos estos en poco.
Mas porque la pintura es más dispuesta á el uso de
los hombres , y acomodada al adorno de casas , ca-
marines , edificios nobles y templos y á infinitos me-
nesteres , más vistosa y alegre y no de tanto trabajo
corporal, por eso es apetecida de tantos , y es mucho
mayor el número de los pintores . Y por esta causa
tambien (como se dirá en particular capítulo) los fi-
lósofos , los nobles , los príncipes , los emperadores y
monarcas del mundo (de quien no se lee que apren-
diesen la escultura), ejercitaron la pintura en todas
las edades , por la quietud del ánimo , limpieza y de-
leite que hallaron en ella , y la eligieron en medio
de sus importantes ocupaciones por alivio de sus
mayores cuidados , y noble y virtuoso entreteni-
miento . Además , que no se ha de tratar en esta oca-
sion de los muchos ó pocos , sino de los que la ejer-
citan perfectamente ; porque estos son tan raros como
los escultores valientes , y sucederá ( no digo de
una ciudad , ni una provincia,, pero en un reino) no
hallarse seis que merezcan el nombre de valientes.
Y la gallardía , disposicion y fuerzas corporales no
son tan á propósito á las artes liberales como á las
Xenof. en la eco- mecánicas , como sintieron los sábios antiguos , an-
nom. Salust. de tes les conviene más la excelencia del entendi-
Conjur. de Cat.
en el exordio. miento, la viveza del ingenio y fuerza de imagina-
cion; porque lo principal de ellas se ejercita con la
especulacion de las potencias del alma , y esto se
LIBRO PRIMERO , CAP . III. 41

halla antes en sugetos delicados, que en robustos .


Omnes artes in meditatione consistere: todas las artes Vegio, lib . 2. °,
cap. 22.
consisten en meditacion , dijo divinamente Vegio .
Y los casos sucedidos en favor de la escultura son
pocos (como verémos) respecto de los innumerables
que favorecen á la pintura. Y los que vieron y toca-
ron las estátuas (ejemplos indignos ) como llevados Plin . , lib . 36 ,
cap. 5.
de desordenada pasion , carecen de toda razon y es-
tima . El que hizo la estátua de la escultura de oro ,
y la de la pintura de plata , dando el mejor lugar á
la escultura, era escultor, que á ser de otra facultad
trocara los lugares y los metales . Y porque estas ra-
zones hasta ahora son aparentes, pasemos á respon-
der á las demás .
2. La que se sigue y trata de preciosos materia- 2.a
les , y de la dificultad del obrar en la dureza de
ellos , no ennoblece la escultura , porque la materia
(aunque sea preciosa ) no da alabanza al arte, que su
valor lo recibe de la naturaleza . Y el mayor trabajo
del cuerpo (como se ha dicho ) antes la hace más

servil . Porque pregunto yo , ¿seria mejor escultor el


que labrase marfil , mármol ú otra piedra dura , ó
metal precioso , que el que labrase madera , cera ó
barro? Claro es que el que diese mejor forma á su fi- Arist. lib. 7,
del Metha .
gura y la hiciese más valiente y más semejante á lo
natural, seria mayor escultor ; porque es tanto más
noble la forma que la materia , cuanto lo es el alma
respecto del cuerpo . Lindo es ( á mi ver) lo que pasó Nota .

al Bacho Bandinelo á este propósito , en un Adan y


Eva de mármol ; de quien preguntando á una dis- Tercera parte
creta señora, qué le parecia de aquellos desnudos , de Giorgio Vasari .
respondió: que del varon no podia juzgar, pero que
42 ARTE DE LA PINTURA.

la hembra tenia dos cosas de estima , que era ser


blanca y dura . Alabanza sólo de materia , pero re-
prension ingeniosa del arte . Juan Bernardino , en
Nápoles, labró admirablemente , de cera, las imáge-
Parte 2.ª
nes de las cuatro postrimerías, y Torigiano labró el
de Giorgio Vasari.
San Gerónimo famoso de barro que se ve en el con-
vento (fuera de esta ciudad de Sevilla ) de su reli-
gion y de su nombre : y serán valentísimos esculto-
res en la memoria de los hombres , aunque no hayan
trabajado en materia más dura . Porque el ingenio y
perfeccion de sus formas vence á los que labraron
infelicemente la piedra ó el metal ; como no será
mayor pintor el que pintase en lámina de bronce,
plata y oro , ó gastase ultramarino y otros preciosos
colores y metales , que el que obrase sobre baja ma-
teria, como tabla , lienzo ó pared , con tierras y colo-
res de poco precio . Tambien la ligereza y facilidad
en el obrar, y humildad de la materia , hace mayor
la profesion de la pintura y más semejante à Dios ,
Plin., lib. 35 , que de nada hace cosas preciosas . Díganlo tantas
cap 7 y 8.
obras de antiguos y modernos pintores pagadas por
precios increibles . Y entre ellas la tabla (de que hi-
Cap. 6. cimos mencion arriba) que pagó el Rey de Lidia al
famoso Bularco , pesándola en oro (de que se hablará
largamente en otra ocasion) , y acabemos con que
tambien se sacan y copian infinitas cosas de la es-
cultura antigua y moderna, y se reducen á modelos
pequeños que corren por el mundo , y se vacian in-
finitas cosas que es más fácil modo de copiar y de
menos ingenio que las copias de pintura . De que si
se copia mucho es por ser más acomodado para
adornar varios lugares, como lo tocamos en la res-
LIBRO PRIMERO, CAP. III. 43

puesta antes de esta , tratando de los muchos pin-


tores .
3. A la tercera digo , que no errar los grandes ar- 3.ª

tífices seria mejor y excusaramos la respuesta . Mas


en la pintura hallamos la mesma dificultad en el
temple y fresco , que si no es lavando la tela ó pared ,
ó desencalando lo pintado , no se puede enmendar
el yerro ; y de esto sirven los cortones del tamaño
de lo que se pinta . Y servirán al escultor los mode-
los y las medidas y cuadrículas , para no errar . Ade- Nota.

más que es falso decir , que el marfil y mármol y


bronce no admiten piezas , pues vemos en todas estas
materias excelentes reparos . ¿ Por ventura no están
muchas de las estátuas antiguas de la casa del
duque de Alcalá reparadas con diferentes piezas de
mármol ? ¿ No vemos los seis reyes que hizo Juan F. Iosef de Siguen-
Bautista Monegro en el atrio de San Lorenzo el Real , za , lib. 4 de san
Gerónimo, desc. 2.
figuras valentísimas , de diez y siete piés de alto con
su zócalo , cuyas cabezas y carnes son de blanquí-
simo mármol y sólo lo restante de otra piedra ? ¿Y
que refiere el Vasari en muchas partes de su historia,
3. part .
particularmente en la vida del Bacho , que enmen- de Gior . Vasari
daba sus estátuas con piezas , y en una figura muy
grande de Caco á los piés de Hércules que está en
Florencia , añadió la espalda y una pierna de otro Nota.
mármol? Pues de los valientes escultores que se han
conocido , y que mereció por eso ( sobre ser noble)
que el invictísimo Cárlos V le diese el hábito de
Santiago, y de los antiguos , se cuenta que ensam- Plin . , lib . 35 ,
cap. 1.
blaban en las piedras y mármoles otros de otro color
á manera de animales , y otras formas que parecian
de una pieza Bueno seria por cierto que los que
44 ARTE DE LA PINTURA .

han labrado en barro y cera, y los que labraron ma-


dera comunmente como Berruguete , Becerra y los de
nuestro tiempo , que son honra de nuestra nacion y
patria , que por ensamblar piezas en su escultura no
mereciesen ser contados entre los valientes esculto-
res . Pues Gerónimo Fernandez en el Cristo de Resur-

reccion que está en San Pablo de Sevilla , en solo


el brazo derecho , puso tantas piezas , que no se co-
nocia la madera principal . Y si se remedia fácilmen-
te en la pintura al ólio el yerro ó descuido , no es
así en otro modo de pintar , y lo mesmo sucede en
la cera , barro ó madera ( como se ha dicho) y no por
eso son mejores escultores los que labran el marfil ,
mármol ó bronce .
4.3
4. No sé yo, cómo abraza la escultura más cosas
que la pintura , pues de las muchas que la pintura
tiene debajo de su jurisdiccion , se podria hacer un
libro y no pequeño . Pero descubramos con brevedad
algo de esta respuesta cuarta ( y dejemos lo del
bajo relieve para mejor ocasion) . La invencion de las
historias copiosísimas , cercos de ciudades , disposi-
cion de campo y ejércitos de escuadrones de gente
á pié y á caballo , de batallas en mar y tierra , de
juicios , de infiernos , de glorias , que seria nunca.
acabar , cosas de que usa pocas veces la escultura .
Luego la dificulad de los escorzos , figuras é histo-
rias del aire, que vuelan , suben ó bajan , que es ter-
rible . La noticia de todos los cuerpos de la arquitec-
tura y sus diferencias de ornatos y tarjas . El poner
los suelos en casamento y edificios , tantos y tan va-
rios , en perspectiva , cosa dificultosísima , de que
casi siempre estará excusado el escultor . El colorir ó
LIBRO PRIMERO, CAP. III. 45

temple, que es de pocos ; el labrar al fresco , cosa


tan difícil ; la dulcísima invencion de pintar á ólio ,
en lienzos , tallas y piedras y láminas de todos me-
tales . El iluminar sobre pieles blanquísimas , modo
al parecer separado de los demás : la pintura agra-
dable de los países : la ingeniosa y útil de los ma-
pas ; el estofado sobre oro , con diversidad de ca-
prichos las labores grabadas en variedad de cosas:
las pinturas de vidrieras tan vistosas : el esgrafiar
las fachadas de las casas sobre cal fresca , dibujan-
do grandes historias (como se ve en nuestro alcázar) ,
el nielar y el trasflor de que usan los plateros , y el
esmaltar. La pintura mosáica de piedras de colores ,
los damascos y labores tejidas de las sedas , telas y
brocados . El tallar en todos los metales y en cobre ,
tanto para estampar ; el dibujar con grafio y agua
fuerte las labores y pinturas del guadamecí, el di-
bujar sobre madera , marfil y otras piedras . La pin-
tura de los azulejos y vasos de barro y vidrio , con
historias y figuras y otras cosas ; la bellísima inven-
cion de los paños de córte , donde con tanta propie-
dad se imitan las obras más perfectas de la natura-
leza ; y con tanta comodidad y grandeza se lleva
semejante adorno á cualquier ciudad ó casa de cam-
po . Los bordados riquísimos de seda y oro matizados ;
tanta labor , tanta figura ó historia en los costosos
ornamentos , con tanta viveza y perfeccion como se
ven en el Escorial . Y finalmente , mucho número
de cosas de este género que abraza la pintura , y
son miembros y arroyos que la componen ó proce-
den de ella, más entretenidos y útiles al uso huma-
no. Y porque no se pase en silencio la escultura de
46 ARTE DE LA PINTURA .

cera de colores , advierto , que los valientes que te-


nemos noticias que han hecho esto milagrosamente,
son de profesion pintores ; y así lo hizo Pablo de
Céspedes aventajadamente en Roma , y Juan Ber-
Nota. nardino en Nápoles . A lo del dibujo respondo (y
nótese esto ) que es propio del pintor , y de ello han
tomado todas las demás artes . Lo primero , porque

Cap . II de este libro. como hemos probado ( con autoridad de Atanágoras


y Plinio ) fuéron pintores los que primero hallaron
los perfiles y sombras : lo segundo , porque el dibu-
Cap . I de este libro. jo ( que entonces se llamaba pintura , como vimos)
constituyeron los antiguos en el número de las ar-
tes liberales . Lo tercero , porque de dos partes que
tiene la pintura , esta es la más principal , porque el
colorido no hace más que acrecentar con accidentes
la forma sustancial del dibujo , de claro y oscuro ; y
de ninguna suerte puede haber pintura sin que haya
dibujo . Pero el escultor puede comenzar relevando
su obra , ó haciendo modelos en bulto , como hacia
Plin. " lib . 35 , en todas sus obras el famoso Praxiteles , y lo hacen
cap . 12 .
hoy muchos valientes escultores . Y las reglas de la
perspectiva quedan á los pintores que las ejercitan
siempre. Y porque no cansemos al curioso , ni per-
damos lo mucho que se ha visto á este propósito ,
acabe aquí este capítulo y en el siguiente se respon-
derá á las tres razones últimas , que son las más fuer-
tes , y pido que se lean y consideren con atencion .
LIBRO PRIMERO , CAP. IV . 47

CAPITULO IV .

EN QUE SE PROSIGUEN LAS RESPUESTAS EN FAVOR De la pintura.

5.a
5. No es menos material esta razon quinta que
las del capítulo pasado , á que se respondió bastan-
temente . Y así satisfarémos á esta conforme á nues-

tra obligacion . Mejor y más perfecto es lo eterno oratio, lib . 4 ,


oda 7.
que lo temporal. ¿ Quién lo duda ? Pero , ¿ hay cosa
debajo del sol , durable ni permaneciente? Mas si la
duracion en las cosas naturales ó artificiales aquis-
tara mayor nobleza , las piedras , los árboles , los
animales , los edificios y simulacros se aventajaran
al hombre. Porque la luenga vida de un peñasco
entre las piedras , de un pino entre las plantas , de
un ciervo entre los animales , de una columna y de
una estátua, no es más excelente que la del hombre ,
que tan poco dura, como lo muestran elegantemen-
te estos dos tercetos del insigne maestro Fray Luis
de Leon , traducidos de la sagrada Escritura :

Cuanto menos al hombre que compuso


de polvo , que en terrena casa mora ,
que el ócio le entorpece y gasta el uso .
Que nace como flor para el aurora
y en la tarde, marchita desparece
y no queda de él rastro en breve hora.

Y este privilegio de la duracion ( demos que lo


48 ARTE DE LA PINTURA.

tuviere la escultura) no hace más noble á la arte de


lo que es de suyo , por ser simplemente de la mate-
ria. Pero si yo probase que la pintura es tan durable
como la escultura, y no sólo esto pero que hecha en
materia más frágil , es más perpétua , y hace que la
mesma escultura se conserve más tiempo , no habria
andado mal . Pues prúebolo evidentemente , y quie-
ro comenzar por la antigüedad y traer del racionero
Carta de Pablo Pablo de Céspedes , la duracion de las pinturas que
de Céspedes.
él cita Plinio refiere de algunas pinturas de un
templo de ciudad de Ardea , que fuéron más anti-
guas que Roma , y que estando sin techo á cabo de

tan luengo tiempo , parecian nuevas y recien pinta-


Plin , lib . 35 , das. Tambien en Lanubio , ciudad no léjos de Roma,
cap . 3.
estaban Atlante y Helena pintados desnudos , de ex-
celentísima forma , y se mantenian frescos aunque
el templo estaba arruinado . Y de otras tablas pinta-
das hace memoria , mucho más antiguas , que aún
Plin . , lib. 35, duraban . Y más adelante dice : Fabio , ilustrísimo
cap. 4.
romano , el primero que dió sobrenombres de pin-
tores á sus descendientes , pintó el templo de la Sa-
lud en Roma, y sus pinturas duraron 450 años hasta
el imperio de Claudio , en que se acabaron en un
incendio , y nos acordamos de ellas . Y dice Céspe-
En su carta . des ; y no me maravillo que durase tanto si estaba
en tabla , y al temple bien labrada , porque yo he
Nació Juan Cimabue visto alguna de Cimabue bien conservada , que ha
año de 1240. casi los mesmos años . Y otra pintura del tiempo de
Petrarca , á fresco , harto bien tratada . Demás desto ,

una figura ó historia dibujada en piedra , abierta por


quien sepa cortar la piedra , será tan durable como
la mesma piedra ; y lo formado en ella , le dará el
LIBRO PRIMERO , CAP . IV. 49

valor que no tiene la materia. Algunos piensan que


es nuevo el retocar la escultura y pintar sobre pie-
dra : pues dice Plinio, que preguntando á Praxiteles Plin. lib. 35 ,
cap . 1.
¿qué obras suyas de mármol aprobaba? respondia:
que aquellas en que Nicias ( famoso pintor ) habia
puesto la mano . Tanto atribuia á su pintura . De
suerte que Nicias pintaba ó retocaba la escultura de Nota.

Praxiteles . Despues dice : pasó á los romanos la in-


vencion de pintar sobre piedra , y se halló en el
principado de Claudio . Esto , claro es que seria du-
rable. La pintura del mosaico de variedad de piedras
menudas, (de que hay en Roma cosas antiquísimas,
particularmente la imágen de San Sebastian Patron
de Roma, cuya autoridad trae por ejemplo á los pin-
tores el doctísimo Baronio , testifica con otras mu- En su martirol .
20 de Enero.
chas la duracion que tiene á par de la escultura . Una
imágen de este género se ve hoy en la Cartuja de
Sevilla , que trajo el piísimo Marqués de Tarifa á la Nota.

capilla de su entierro ; y el dia de Todos Santos del


año 1631 , vide en un camarin del Duque de Alcalá ,
dos piedras de esta pintura mosáica , la una un San
Francisco en un país y la otra un papagayo entre
unas cerezas y flores . Y de este género de pintura
trata el Vasari largamente en su libro . Primera par. de
Giorgio Vasari.
Vamos á lo segundo , ¿ cómo es más durable en
materia frágil ? Si es en pared ó sobre barro y ma-
dera , claro está que es materia más frágil que el
bronce ó piedras duras . Pues en Roma en tiempo Fr. Ioseph de Si-
güenza lib. 4 de
del emperador Cárlos quinto , Juan de Udine y Ra- San Gerónimo,
fael de Urbino entraron en las grutas de San Pedro , disc . 51 .

y hallaron algunos pedazos de pintura que los dejó


admirados , y mucho más que el tiempo no hubiese
50 ARTE DE LA PINTURA .

quitado el lustre y viveza á los colores (desto se ha-


blará más largo en su lugar) .
Estaba en pared sobre encalado , que es material
frágil pero tan durable como las estátuas . Tras esto
las pinturas de Mérida antiguas en los acueductos :
Cap. 3 del 3 lib. y las que se ven en Sevilla la Vieja, ó Itálica, cuyos
colores están fresquísimos . Tambien dice Pedro Me-
jía, escribe Plinio de Zeuxis , que hasta su tiempo se
conservaban en Roma muchas cosas pintadas de su
mano, habiendo ( segun cuenta Eusebio ) quinientos
Silva de varia y ocho años que era muerto Zeuxis cuando Plinio
leccion, cap . 7. escribió . Añado á esto una pintura nuevamente ha-
llada en Roma, que sólo bastaba por ilustre ejemplo
de duracion . Cuya descripcion me envió el Exce-
lentísimo Sr. Duque de Alcalá , que la hizo copiar
cuando fué por Embajador del rey Felipe IV á dar la
obediencia á la santidad de Urbano octavo , que dice
de esta manera .
Discurso del Duque.
« La historia es un esponsalicio donde se ven los
novios medio desnudos , sentados sobre la cama ó

Toro genial , y sentado en tierra arrimado á ella,


asiste el Genio de las bodas coronado de flores . »
«A la parte izquierda están los que ofrecen el in-
cienso para el sacrificio de aquella accion, ayudada
de unas citaristrias . A la parte derecha están calen ·
tando el agua lustral para los piés de la esposa . >>
« La pintura es de colores al fresco en una pared .
Hallóse en Roma siendo pontífice Clemente VIII ,
abriendo unos cimientos el cardenal Aldobrandino

en un jardin ó viña que tiene cerca del palacio de


Monte Caballo . Y sacando la pared entera se aco-
modó en un comedor del mismo jardin donde hoy
LIBRO PRIMERO, CAP. IV. 51

está , defendido con unas puertas de madera . Cuyos


colores, cuando se descubrió , estaban tan vivos como
los que se pudieran ahora poner . >»
La copia de esta pintura que tendrá de ancho casi
tres varas y dos de alto , mandó hacer el Duque de
Alcalá hallándose en Roma el año 1625 y la trajo á
sus casas de Sevilla.

No hay razon de cuándo se pintó , pero supuesto


que no es moderna , no puede tener menos que mil
trescientos años de antigüedad . Antes que las artes
descaeciesen con el imperio , que desde que se pasó
á Constantinopla , hasta que Micael Angel y Rafael
remataron la pintura , no se halla de aquel medio
tiempo cosa que no sea abominable de pintura y
escultura.

Pues sobre el barro ya se ve la invencion de los


azulejos y vasos de Pisa , de Talavera y China , que
tambien usaron los antiguos ; como refiere Céspe- Carta de Pablo
des, diciendo : « Tal suerte de pintura vi yo en el es- de Céspedes.
tudio de Tomao del Cavallero , ilustre romano , en un

vaso antiguo de barro , bien grande , labrado el vien-


tre de follajes y alrededor del cuello estaba Troya
en figurade una grave matrona y puestos por órden
aquellos héroes que asistieron en aquella guerra ,
con unas letras griegas en que cada una tiene su
nombre, »

«Mas lo que excede todo encarecimiento , son las


pinturas sobre pared , lienzo ó tabla que por antigua
tradicion se conservan en la iglesia por de mano
del glorioso evangelista S. Lúcas (de que escriben
doctos varones ) y particularmente la imágen de
Santa María la Mayor, donde nuestro santísimo padre
52 ARTE DE LA PINTURA.

Paulo V ha hecho un suntuosísimo adorno para su

entierro , pues pintura es , y de igual antigüedad á


los discípulos de Cristo . Y de su duracion y de lo
que promete no puede haber duda . »
Resta que la pintura preserve á la escultura , pues
claro está que si para que el hierro no se consuma
con el orin , y para que la madera no se pudra con
el agua, y resistan á las inclemencias del tiempo se
pintan y dan de colores las rejas , los balcones, ven-
tanas y puertas , que lo mismo hace sobre la escul-
tura y la defiende y ampara y conserva más tiempo
con el color á ólio . Muchas imágenes antiguas de
devocion hay en España , como la de Guadalupe,
hechas de madera , que con la encarnacion de poli-
mento, y mucho mejor que con la de mate, se con-
servan y aquella la defiende estando por de dentro
la madera carcomida y hecha polvo : de manera que
Nota. no sólo corre á las parejas con la escultura , pero la
vence . Pues sobre bronce tambien se pintaba , que
Anto . Agust . , dá- á las monedas antiguas , como nota Antonio Agusti-
log. 5 de las mo-
nedas. no , se las daba de verde ó de otros colores , que se
ven en algunas , en virtud de lo cual se sustentan ,
estando interiormente el metal hecho ceniza.
Pero otro más alto modo de conservarse tiene la

pintura á imitacion de las historias antiguas y de la


misma Escritura sagrada, que es el cuidado de reno-
var y trasladar é imitar las pinturas oponiéndose á las
injurias del tiempo y del olvido ; y algunas veces
este cuidado suele ser con ventajas, porque con me-
jor luz de arte se restaura y renueva la antigua de-
vocion . Como creo yo que se ha hecho en algunas
imágenes antiguas de pintura en España . Y hoy vi-
LIBRO PRIMERO, CAP . IV . 53

mos la imágen de Nuestra Señora de la Granada, ori-


ginal y antigua, pintada en la pared en el Sagrario
antiguo aventajadamente trasladada á la que pintó
en tabla Juan Bautista Vazquez , insigne escultor y
pintor . Y cuando a todo esto se opusiera que la escul-
tura generalmente dura más en la memoria de las
gentes, siendo mala y dañosa como lo fué la que in-
trodujo la idolatria, seria perniciosa por su ejemplo á
los venideros ; pues lo fué en sus principios , y hoy
lo es entre Japones y Chinos herederos de la ciega
gentilidad. Y aunque le hubiera ayudado la pintura
siendo antes , por ser menos durable , por la mayor
parte hiciera menos daño , pero todo lo acaba y lo
consume el tiempo , como al principio de esta res-
puesta propusimos . Y otro general diluvio es im-
posible que sea , por estar la palabra de Dios de por Génes . cap . 9 .
medio , que no puede faltar.
De la poca duracion y fin de las cosas humanas
(argumento comun de los poetas ) de lo mejor que
he visto es lo que escribió en su libro de pintura
Pablo de Céspedes , tratando de la eternidad de la
tinta , de que pondré aquí algunas estanzas para
dar valor á estos discursos . Dicen así :

Una ampolla de vidrio cristalina Lib. 1 de la Pintura.


que el perfecto barniz guarde , distinta
de otra , do se conserva y do se afina
ólio , con que más cómodo se pinta.
Con estas otra , que á la par destina
á la letra y dibujo , oscura tinta ,
de caparrosa hecha, agalla y goma
con el licor que da la fértil Soma.
54 ARTE DE LA PINTURA.
Tiene la eternidad ilustre asiento
en este humor por siglos infinitos :
no en el oro , ni el bronce, ni ornamento
Pário , ni en los colores exquisitos :
la vaga fama con robusto aliento ,
en él esparce los sonoros gritos ,
con que celebra las famosas lides
desde la India á la ciudad de Alcides.

¿ Qué fuera (si bien fué segura estrella


y el hado en su favor constante y cierto)
con la soberbia sepultura , y bella ,
de la ceniza del esposo muerto ,
la magnanima reina ? Si en aquella
noche oscura de olvido y desconcierto ,
la tinta la dejara y los colores
de versos y eruditos escritores?

Los soberbios alcázares alzados


en los latinos montes hasta el cielo ,
anfiteatros y arcos levantados
de poderosa mano y noble celo ,
por tierra desparcidos y asolados ,
son polvo ya que cubre el yermo suelo ;
de su grandeza apenas la memoria
vive , y el nombre de pasada gloria.

De Priamo infelice sólo un dia


deshizo el reino tan temido y fuerte :
crece la inculta yerba do crecia
la gran ciudad , gobierno y alta suerte :
viene espantosa con igual porfía
á los hombres y mármoles la muerte :
llega el fin postrimero , y el olvido
cubre en oculto seno cuanto ha sido .
LIBRO PRIMERO, CAP. IV. 55

Humo envuelto en las nieblas, sombra vana


somos , que aún no bien vista desparece ;
breve suma de números , que allana
la Parca, cuando multiplica y crece ,
tirana suerte en condicion humana
que con nuestros despojos enriquece ,
deuda cierta nacemos y tributo
al gran tesoro del hambriento Pluto .

Todo se anega en el estigeo lago ,


oro esquivo , nobleza , ilustres hechos .
El ancho imperio de la gran Cartago
tuvo su fin , con los soberbios techos ,
sus fuertes muros , de espantoso estrago
sepultados encierra en sí , y deshechos ,
el espacioso puerto donde suena
ahora el mar en la desierta arena .

Espantoso su nombre fué , espantoso


el hierro agudo , á la ciudad de Marte ;
ella lo sabe y Trasimeno Ondoso,
que su sangre hervió,de parte á parte.
Caverna ahora del leon velloso ,
do Aspe sorda y Cerasta se reparte ,
á do no humano acento , mas bramido
de fieras resonantes son oidos .

Vos sentistes tambien menos amigos


los tristes hados con discurso extraño ,
no tanto por los golpes enemigos
mas por vuestro valor último daño :
¡oh Numancia, oh Sagunto, que testigos
ahora sois de humano desengaño !
Caisteis; mas quitó vuestra venganza
al vencedor la palma y la esperanza .
56 1 ARTE DE LA PINTURA.

Que si la edad hambrienta lleva


las peñas enriscadas y subidas,
el fiero diente y su crueza ceba
de piedras arrancadas y esparcidas ,
las altas torres con extraña prueba
al tiempo rinden las eternas vidas ;
hiendese y abre el duro lado en tanto,
el mármol liso , el Simulacro Santo.

Del gran Señor la omnipotente mano


que las ruedas formó del ancho mundo ,
y cuanto adorna el pavimento humano ,
y el mar, y cuanto asconde en el profundo ,
no vemos que refrena ó va á la mano
de la natura al gran poder segundo ,
pues todo cuanto á luz sacar le place
acaba, y con morir , su curso hace .

¡ Cuantas obras la tierra avara asconde


en ya ceniza y polvo las contemplo !
¿Dónde el bronce labrado y oro , y dónde
atrios y gradas del asirio templo?
¿A cual de otro gran rey nunca responde
de alta memoria peregrino ejemplo ?
Sólo el decoro que el ingenio adquiere
se libra del morir, ó se difiere .

No creo que otro fuese el sacro rio ,


que al vencedor Aquiles y ligero
le hizo el cuerpo con fatal rocío
impenetrable al homicida acero ,
que aquella trompa y sonoroso brio
del claro verso del eterno Homero,
que viviendo en la boca de la gente
ataja de los siglos la corriente .
LIBRO PRIMERO , CAP. IV. 57

Como se opuso con igual aliento


el verso grande de Maron divino ,
cuando con paso audaz de ilustre intento
de la aura eternidad halló el camino .
Puso en el trono del purpúreo asiento
la noble tinta del poeta Andino
al magnánimo Eneas, no el iníco
pasaje y la creciente de Numico.

6. A la razon más fuerte que trata de lo redondo, 6.a


se responde que es verdad que ambas artes fingen y
ambas imitan (que no se puede negar), porque hacer
vivas las figuras no es de la arte sino de la natura-
leza , ó de su autor . Y tambien habemos de confesar

que el escultor y pintor obran en superficie cada


cual con sus instrumentos diferentes . El escultor la-

bra su figura en superficie redonda , y la materia re-


donda que toma no es obra de la arte sino de la na-
turaleza (como advierten los doctos) como tambien Carta del Broncino .
lo es la superficie llana , en que forma el medio y bajo
relieve , y aquella en que el pintor hace sus obras .
El cual, si no hace en una figura cuatro perfiles á un
tiempo, no es porque los ignora , ni por defecto del
arte , mas porque no es capaz dello la superficie
llana; (y esto es de parte de la materia) y hacerlo en
cuatro figuras (como se va ejecutando en la sime-
tría de Alberto Durero, aun con solos los perfiles) y

que vengan al justo en un cuerpo desnudo , á mi


ver, es más difícil que hacerlos la escultura en un
cuerpo redondo á un tiempo . Y basta que en mate-
ria llana y lisa esté en mano del pintor poner una

figura por la parte que quiere que se vea , y le dé


con el artificio de las sombras el relieve , de suerte
58 ARTE DE LA PINTURA.

Paulo Pino, Diálog. que engañe , y haga demostracion de todo lo que la


de Pint.
vista natural puede ver de una vez . Porque los cua-
tro perfiles del escultor hechos á un tiempo , no los
podemos ver sino de cuatro tiempos . Y á más , po-
drá un escultor hacer en un mármol dos ó tres figu-
ras redondas, y los pintores hacen muchas en una
tabla ó pared, como en la pintura de un juicio , con
tantos y tan varios perfiles y vistas que vencen las
Giorgio Vasari, que puede mostrar el escultor, recompensando con
proemio de la 1.ª
parte. la variedad de posturas , escorzos , y acciones de
ellas, el trabajo de andar á la redonda, y aún pudo
en semejante contienda un valiente pintor vencer
esta dificultad artificiosamente , que por celebrarlo
tantos escritores de Italia , es caso digno de que yo
Giorgio Vasari, lo refiera, escribiendo de esta suerte : « contendiendo
primer volúmen
de la 3. parte. con pintores de su tiempo el excelente maestro de
Ticiano, Giorgio de Castelfranco , mostró ser de opi-
nion que una historia de pintura ( como se ha di-
Rafael Borghini, cho ) manifestaba de una sola vista todas las suertes
lib. 1. de sus
que puede hacer un hombre ; cosa que á la escul-
Diálogos.
tura redonda no es posible sino mudando el sitio .
Demás de esto propuso á los escultores que en una
figura sola de pintura queria mostrar á un tiempo
todos cuatro perfiles , hizolo de esta manera: pintó
Paolo Pino , Diálog . un hombre desnudo , ó segun otros , un San Jorge,
de Pint.
vuelto de espaldas á quien le miraba, delante del
cual, en la tierra, fingió una fuente ó estanque de
clarísima agua, en la cual se veia la parte frontera
del pecho ; de un lado tenia un bruñido coselete de
que parecia haberse despojado , donde se mostraba
el lado izquierdo , y de otra parte estaba un hermo-
so espejo, dentro del cual aparecia el otro lado de
LIBRO PRIMERO, CAP . IV . 59

la figura . Mostrando con esta gallarda invencion,


la excelencia y poder de la pintura . » Y encarece este
hecho el Vasari diciendo : Opera fu somamente loda-
ta é admirata per ingegnosa é bella . Que fué grande-
mente alabada y admirada esta obra por su ingenio
y hermosura .

A esto se añade otro mayor artificio , el cual es


hacer aquellas partes que se escorzan y disminuyen
á proporcion de la vista , con la verdadera razon de
la perspectiva (de que está excusado el escultor) , la
cual por la fuerza de las líneas proporcionadas, de
las luces y sombras, demuestra en un llano de co-
sas redondas, apartadas más ó menos como le agra-
da, y no es pequeña excelencia que pintándose un
lado ó la mitad de un cuerpo , tengan tanta fuerza ,
que con la bondad y proporcion de aquella parte que
muestra , supla lo restante que no se ve , y que se
haga esto como lo hace Alberto con solas las líneas ,
que á mi ver es lo que dice Plinio (y quedará en- Plin, lib. 35 ,
cap. 10.
tendido este lugar bien dificultoso ) . « Hacer los perfi-
les de afuera é incluir en ellos el fin de la figura ,
que es todo su relieve, es cosa rara en el arte, por-
que la misma extremidad se debe cercar en torno y
acabar de manera que prometa , despues de sí , las
demás partes que no se ven , y muestre las que
encubre. Esta gloria concedieron Antígono y Sano-
crates (que escribieron de pintura) á Parrasio » ; hasta
aquí este autor . Mas que la escultura haga la ven-
tája que la verdad á la mentira , y que el ser, al pa-
recer, contradice su misma definicion , porque siendo
arte que imita á la naturaleza ha de parecer y no
ser, y ha de ser mentira forzosamente ; y aunque
60 ARTE DE LA PINTURA .

imita la forma humana, es muerta , y no con la vida


de la pintura como verémos . Y el ejemplo de Berru-
guete es en nuestro favor, porque si bien con un buen
lado ó perfil suple el pintor todos los cuatro ( como
se ha dicho) mayor grandeza es que tener necesidad
de que todos cuatro sean buenos como lo tiene el
escultor. La verdad de anatomía , en músculos , ner-

vios y venas , y la justa medida y proporcion , todo


anda estampado en dibujo que es parte esencial de
la pintura, por Becerra , y por Alberto Durero doctísi-
mamente . Por manera que no se pueden ignorar los
buenos pintores . Pero en razon de lo redondo pido
que me estén atentos los escultores á esto, que no
he hallado en ningun autor, y será gallarda cosa
convencerlos con su misma arte . ¿Por ventura, me-
rece mayor gloria de valiente escultor , aquel que
hiciese una figura redonda aunque fuese desnuda,
que otro que hiciese una historia de medio relieve
con mucha variedad de figuras , arquitectura, y lé-
jos con reglas de perspectiva y dificultosos escor-
zos? Y cuando el otro manifiesta cuatro perfiles ma-
nifestase él cuatrocientos ? Demos que cada cual es
valiente y capaz de todo lo tocante á el arte ; claro
está que todos los escultores confiesan, como algu-
nos de los mejores me lo han manifestado , ser más
dificultoso y requerir más ingenio la historia , que la
figura suelta . Porque aunque no hace á un tiempo
cuatro perfiles , el que hace el medio relieve es por
que obra en materia llana , pero no ignora los perfi-
les de los redondos, pues con tanta variedad y dife-
rencia los ejecuta en su historia; pues este medio y
bajo relieve es muy inferior á la pintura , no digo á
LIBRO PRIMERO, CAP. IV. 61

la de colores , más aún , de blanco y negro, ó al solo


dibujo de pintor, como se puede ver clarísimamente
puesta una historia de aguada y realce , ó de otro
modo , de claro y oscuro , en contraposicion de la de
medio relievo . En esta se manifiestan las sombras,
no formadas del escultor, con tanta simpleza y des-
mayo que no es necesario decir cuánto relievo tie-

ne cada figura, porque ella lo muestra , pareciendo


de una cuarta ó de un dedo , ó más ó menos de grue-
so si no tiene más, y algunas cosas tan bajas que
si no es de muy cerca no se pueden juzgar . De ma-
nera, que aun teniendo la materia relieve de suyo , no
consigue el imitar lo redondo de lo natural y queda
muy atrás con grande intérvalo opuesta á la pintu-
ra, la cual con los perfiles y sombras muestra todo
el redondo de las cosas naturales , manifestando lo
que no se ve, como dijo galanamente nuestro poeta :

De estas historias tales variadas Garcilaso


eran las telas de las dos hermanas , Egloga 3.a
las cuales con colores matizadas
claras las luces de las sombras vanas,
mostraban á los ojos reveladas
las cosas, y figuras que eran llanas,
tanto, que al parecer el cuerpo vano
pudiera ser tomado con la mano.

Y esforzándolas con tanta verdad que salen del


papel ó cuadro las figuras , ó partes así esforzadas ,
y por la fuerza de la perspectiva asimismo se apar-
tan todo lo que quiere el pintor , unas figuras de
otras, con no ayudarse de cosa que tenga relievo ,
sino obrando en un llano con la fuerza del ingenio
y del arte. Y si en lo más artificioso de la escultura
62 ARTE DE LA PINTURA .

que es el medio relievo , sucede esta conocida ven-


taja, concluida queda en lo redondo , donde no hay
escorzos, ni perspectiva , ni perfiles , ni sombras .
Resta ahora ver cómo la pintura es aparente y en-
gaña; y lo que halla el tacto en la escultura , y cómo
es la escultura sustancia y cómo pertenece al re-
lievo la voz y las demás acciones . No puede la es-
cultura á solas sin la vida de la pintura engañar,
porque se ve la materia de que es formada , ni aun á
los animales ; y pienso que si alguna vez lo ha he-
cho ha sido estando ayudada del pintor con el color
natural de las cosas . La pintura á solas sí puede ha-
cer estos engaños á la vista , que es admirable ex-
celencia, como hizo Zeuxis engañando las aves con
las uvas, y Apeles con el caballo , y Parrasio con el
lienzo , y otros muchos modernos , obligando á los
animales y á los hombres y á los grandes artífices á
hacer sentimiento á su modo . Tampoco puede enga-
ñar con el tacto porque halla en el madero , mármol ,
y bronce la misma dureza que en la tabla ó lámina
de pintura , que ni rehuye blanda y suavemente , y
hace hoyo al toque como lo hace la carne natural
y viva , antes en vez de engañar desengaña , de
suerte que ni se ve carne ni se toca tampoco .
Porque si bien son los cuerpos redondos y los miem-
bros macizos , que es obra de la naturaleza , de nin-
guna manera puede este grosero sentido juzgar de
la perfeccion de la pintura ó escultura , y queda el
juicio al mejor y más noble que es la vista , tan aven-
tajado á las demás cuanto el sol á las estrellas , como
Calfurnio. dijo elegantemente un poeta ; y queda tambien el
exámen á la razon , y al entendimiento , como lo en-
LIBRO PRIMERO , CAP. IV , 63

señó el ciego que tocando una figura redonda , y una


pintada en la tabla lisa diciéndole que en perfec-
cion eran todas iguales , antepuso el ingenio del que
con plana superficie habia conseguido la imitacion
de la figura viva, donde la fuerza del ingenio y del
arte haciendo algo donde no parecia posible hacer Nota .
nada .

Demás de esto , llamar á la escultura sustancia


es error, porque la sustancia de las cosas no se ve ni
se percibe, aunque se supone, y en esta parte lo
mismo corre en la pintura ; porque considerando la
una y la otra como labor ó figura, lo que se ve que
es el color de la madera , piedra ó tabla es cantidad
proporcionada. Y así propiamente hablando no se
puede decir que el escultor imita con su arte la na-
turaleza perfectamente ( como advirtió un escritor
toscano ) porque parece que no se fatiga en otra Paulo Loma . lib . 1. °
cap. 1.º
cosa que en hacer que su figura tenga la misma me-
dida que la natural , que él imita en su forma, y así
antes parece que la hace igual que semejante . Por- Arist . en los predic .
que dicen los filósofos que en la cantidad no se halla cap . 8 dad.
de la cali-
propiamente la semejanza , mas solamente en la
calidad ; y los colores que añade el pintor, como di-
rémos, son calidad y son tambien accidentes que
llega la pintura á la perfeccion . Porque cualquier Arist. , lib. 1. °
de Ani.
cosa que sobreviene á la compuesta de materia y
forma, es accidente , y así muestra con más perfec-
cion los afectos y pasiones ; á Hércules furioso , á
Lucrecia vergonzosa, á César muerto, y todo lo de-
más , y por eso da á la figura la misma similitud ,
haciéndola más parecida á la natural que es verda-
dera y propia calidad .
64 ARTE DE LA PINTURA.

Pues siendo más parecida ( supuesto que ambas


partes trabajan por parecer como se ha visto ) no tie-
ne más sér la escultura que la pintura . Si hablaron
las estátuas, ó hicieron otras acciones de vida, no es
mucha alabanza que el demonio las tomase por ins-
trumentos, y les añadiese la voz para engañar á los
hombres ciegos en sus errores, pues la muchedum-
bre de las figuras de los falsos dioses , hechas por
sus manos, los pudieron muy bien desengañar. Y si
no ha hablado en las pinturas no nos ha hecho pe-
queña honra, pues será nuestro engaño menos per-
judicial y dañoso, y más ingenioso y noble .
7.a 7. Bien pudiéramos no responder á muchas cosas
despegadas y sin fuerza, particularmente á la pos-
trera razon de los modernos ; pero porque la respues-
ta dará enseñanza á unos y satisfaccion á otros , no
será culpable . Alegar, pues, que perdiéndose la ar-
quitectura y pintura se volverian á restaurar miran-
do una figura perfecta de escultura, y probarlo con
la autoridad de Vitrubio, no tiene fundamento , por-
que sus palabras dicen así: « Consta la buena com-
posicion de los edificios de medida, cuya razon de-
ben tener los arquitectos . Nace esta de la proporcion
Vitrubio, lib . 3. llamada en Griego analogía, la cual es consonancia
de una parte de los miembros con todo el cuerpo de
la obra . Así como se manifiesta en un hombre bien

proporcionado . » É interponiendo algunas palabras


luego más abajo torna y prosigue : «Tambien coli-
gieron los antiguos de los miembros del cuerpo hu-
mano las razones de las medidas en que todas las
obras son necesarias , como el dedo , palmo , pié ,
codo , etc. >>
LIBRO PRIMERO, CAP . IV. 65

De manera que el hombre vivo , principal obra de


la naturaleza es , segun este Autor , el que ha de
ser ejemplo original y verdadero á todas estas artes . Lib . 3, cap . 4 .
Y así, perdiéndose la pintura ó la buena manera en
ella (como en efecto ha sucedido y verémos) habien-
do hombres , no será necesario recurrir á la escultu-
ra . Si no los hay, ni habrá quien restaure las artes
ni para que sean restauradas . Y no neguemos (pues

ya se ha dicho) que la pintura es imitadora , como


lo dice por galana manera el mayor Filostrato ; si Lib . de las imá-
genes .
alguno inquiere el nacimiento de esta arte, la imita-
cion es invencion antiquísima y casi de igual tiem-
po á la naturaleza . Por lo cual , si es nobleza y cali-
dad ser imitadas de ella todas las obras artificiales ,
grandes y pequeñas , bien se pueden atribuir á sí
mismas , el ser originales de la pintura , pues las imi-
ta todas: siendo muchas de ellas (que no hay para

qué traerlas aquí) muy inferiores á ella en nobleza y


antigüedad . Pero porque principalmente la pintura
imita las cosas animadas , se le da aquella definicion Cap. I de este libro .
tan propia suya .

Y no será dificultoso , últimamente, librar á la pin-


tura de tener por ejemplar objetivo ó formal las
obras de relieve, valiéndonos de las propias armas y
ejemplos de las Academias , donde nunca jamás se
acostumbra , para aquel tiempo que se recogen á es-
tudiar, tener los académicos figura de escultura á
quien imitar, porque el caudal , aunque fuese mucho ,
además de ser cosa muy pesada , no bastaria á traer
alguna estátua antigua de bronce ó mármol sacán-
dola de su lugar propio . De suerte que el órden que Estilo
tienen de estudiar es tener un hombre acomodado á de las Academias .
5
66 ARTE DE LA PINTURA .

este menester, á quien le dan un tanto del caudal


de todos, de donde se paga la estancia á propósito ;
tambien esto puede ser á costa de algun principal
sugeto á quien tienen por patrono : este hombre le
desnudan ciertas horas de la noche que tienen desti-
nadas á este ejercicio , y puesto en la disposicion que
elige el mejor maestro , cada semana , cercándole en
rededor cada cual le contrahace por su diferente
perfil haciendo de una figura muchas . Pues segun
vemos , por esta parte no tiene fuerza esta razon .
Mas apretándolo más, yo quiero conceder que las
academias ó juntas sean en casas ó jardines de al-
gun gran príncipe ó caballero , como en la vida de
Giorgio Vasari ,
prim.
1.ª vol de la Torregiano se dice , que concurrian en Florencia él
par. te.
y Miguel y otros muchos pintores y escultores , al
jardin del viejo Lorenzo de Médicis (donde sucedió
aquella desgracia ó crueldad tan mal ferida, que el
Torregiano , invidioso de la gloria de Micael Angel ,
un dia , llevado de su natural fiereza , no parando en
solas palabras , le dió , cerrado el puño , tan gran
golpe que le quebrantó las narices , dejándole seña-
lado por toda la vida) : ó digamos que sea así (lo que
vimos ya incierto) que se traiga á la sala y estudio
de la academia, la mejor antigualla : y aún quiero
(si es posible) que sea el Cristo de la Minerva , que
excede todo lo que se puede encarecer, siendo de
Micael Angel : veamos ¿ cómo será esta figura origi-
nal de la pintura, pues sólo contiene un movimien -
to? Y un solo movimiento ¿ cómo podrá servir á los
infinitos que se le ofrecen al pintor? Si es muerta
esta figura ¿ cómo alzará el brazo , abrirá la mano ,
encogerá la pierna, levantará la cabeza? ó ¿cómo

LIBRO PRIMERO , CAP. IV. 67

hará todo lo contrario? Si cualquier movimiento ha-


ce diferencia en los músculos ¿podrá una composi-
cion que el otro á su propósito hizo , ser original de
tantas como son necesarias? Pues ¿ dónde habemos de
buscar el lindo modo de gastar los colores? Claro es
que en otro original . Luego este no lo es de toda la
pintura . Porque ya seria falsa nuestra definicion si

la arte imitase al arte solamente y no á la naturale-


za . ¿Quién sin nuevo color en el rostro osa afirmar
cosa semejante? ¿Y dónde , veamos , halló Micael An-
Diálog. dicho
gel aquel modo ricercato , que dice el Dolce , y nos- el Aretino.
otros buscado , con que se aventajó á los Antiguos ,
cuyos trabajos tenia ante los ojos? ¿Por ventura en
otro original que las maravillosas obras de Dios?
Pues viendo á uno que con gran codicia pasó á Ita-
lia á estudiar, confiado en las estátuas antiguas , le
preguntó: ¿hay hombres y animales vivos en Espa- Advertencia
ña? Así descubrió el tesoro de donde se deben enri- de Micael Angel.

quecer . Y si el que dió más luz á estas profesiones


nos remite á lo natural , claro está que defiende
nuestra opinion . Si los pintores hacen modelos de
bulto para sus ocasiones , costándoles trabajo el
componerlos y elegir las luces y batimentos á su
menester, no lo niegan, ni hacen mal en imitarlos ,
siendo obra de sus manos , que antes esto es mayor
demostracion de su ingenio (yo huelgo de haberlos
hecho algunas veces) ni menos el contrahacer de
los agenos ha de ser en menoscabo de su facultad,
siendo de grandes maestros y elegidos para el fin
que se hicieron, si tienen verdad en sí por haberse
imitado del vivo. Porque no todas veces tienen tan
á la mano lo natural ; y es medio fácil, para subir á
68 ARTE DE LA PINTURA .

cosas mayores los que comienzan . Mas en contra-


posicion de esto tambien los pintores hacen cartones
y debujos de cuyos trabajos , puestos en estampa ,
vemos que se valen casi todos los escultores del
Pesquera, universo . Yo ví dos valientes en esta profesion , la-
Batis . Vazquez .
brar en esta ciudad algunas historias de piedra por
estampas de Tadeo y Federico Zúcaro ; y no por eso
diré que la pintura es original de la escultura . Si
Micael Angel labró escultura la mayor parte de su
vida , tambien fabricó obras insignes de arquitectura
y joh si fueran más! dicen muy bien que con la fuer-

za de sus estudios pintó cuando se puso á ello . Pero
no con la facilidad que piensan algunos , que hartas
veces dió en tierra con grandes pedazos de pintura
de fresco , por no poderla sujetar, como queria. Y
gracias á nuestro debujo , que lo hizo tan grande en
estas profesiones : y así quien tiene más parte en él
somos los pintores , por lo dicho ; y porque la obra
que lo ha hecho famoso en el mundo fué la pintura
del Juicio, y la que le dió más trabajo y más nombre ;
aunque no se aventajó en ella (si es permitido ha-
blar así) mas que en la mitad, dejando á otros la be-
lleza y gracia del colorido . Mas ¿ á dó hallarémos
otro Micael Angel , con quien se excedan las leyes
de Naturaleza?

Pintar los escultores con más facilidad que los


pintores relevar, la experiencia muestra lo contra-
rio en nuestro favor, porque sin duda alguna exce-
den en número los pintores que han labrado en bul-
to ( antiguos y modernos ) á los escultores que han
pintado, los cuales serán como cinco ó seis , de los
que se tiene noticia , y estos han labrado crudamen-
LIBRO PRIMERO , CAP. V. 69

te, sin alcanzar el buen modo en los colores . Es tan-

ta verdad esta, que mostrando á Micael Angel una


pintura del Bacho , dijo que le espantaba mucho que
siendo tan buen debujador sacase de su mano una
pintura así, cruda y sin gracia , y que habia visto de
muchos pintores ignorantes obras hechas con mejor
manera; y que no era esta arte para el Bacho : y por Georg . Vasari , 3.ª
parte de su historia.
este dicho solo dice el Vasari que se resolvió á no pin-
tar más en su vida . Saco siempre de este número á
Micael Angel , con cuya gloria se han ilustrado estas
artes. Y acabo mi discurso (hecho más por ejercitar
el ingenio que por emulacion) como propuse al prin-
cipio , habiendo entrado en esta contienda como ami-
go de saber y amador de la verdad , sin atenerme á
mi parte en más que lo que toca á la razon , como
se habrá entendido de nuestro largo razonamiento .

CAPITULO V.

DE OTRAS RAZONES SUELTAS EN QUE LA PINTURA SE AVENTAJA


Á LA ESCULTURA .

Ya
que nos vemos libres de la forzada obligacion
de responder por órden á tantas razones , no será age-
no de nuestro intento respirar un poco y espaciarnos
por este agradable campo de la pintura , prefiriéndo-
la á la escultura, con otras diferentes y verdaderas
razones . Los que siguen una opinion no muy admi-
70 ARTE DE LA PINTURA.

tida, tienen por gran consuelo emparejarse con la


opuesta, y que tengan ambas igual reputacion en la
estimacion de los hombres . Por tanto, los escultores
quedarán bastantemente satisfechos si dijeramos
que las dos artes eran hermanas, sin atribuir más ex-
celencia á la una que á la otra , ó que eran ambas
una sola . Porque enseña la experiencia que con esto
parten mano de las cuestiones , y se nos muestran
más amigos . Y en esto viene el que ( á mi ver) más
docta y valientemente ha defendido su causa , ha-
Benedicto Barqui, blando de esta manera : « Digo (procediendo como
disp. , pat. 2 .
»filósofo) , que tengo por cierto que sustancialmente
» la escultura y la pintura son una sola arte ; y tan
»noble la una como la otra: porque todas las artes
»que tienen un mismo fin son una misma, si bien en
>>los accidentes pueden diferenciarse . Y estas lo son ,
»no sólo porque el fin es uno (por la artificiosa imi-
»> tacion de la naturaleza) , mas tambien por el prin-
» cipio de que proceden , que es el dibujo . Y no es
>>maravilla que tantos y tan peregrinos ingenios no
>>lo hayan advertido hasta ahora . De aquí ha nacido
»que algunos escultores , queriendo probar la noble-
»za de su arte, ó tratan de la dificultad, ó de la ri-
»queza, ó de la eternidad , ó de otros accidentes , no
» variando la sustancia . Pero así como un hombre
»feo , bajo é ignorante y un hermoso , noble y docto
>> ambos son uno mismo en la sustancia (aunque va¯
>> rian en los accidentes), por tener ambos ánima in-
>>telectiva , así estas dos artes en sustancia son una,
»porque tienen un solo fin . » Esto es de este autor,
con cuyo sentimiento no me conformo por no ser
concluyente, como lo manifestaré con razon y auto-
LIBRO PRIMERO , CAP. V. 71

ridad . Porque dice Aristóteles que en todas las cosas Arist . lib. 2 de
Anima.
de la naturaleza y del arte (añado , y del arte) hay
partes esenciales y partes integrales .
Esenciales son aquellas que dan verdadero ser al
compuesto y faltando alguna no puede tener ser
real y verdadero . Integrales son las que sirven al or-
nato , y á la cumplida perfeccion del compuesto . Las
esenciales son forma y materia ; sea ejemplo : el
hombre es cosa natural , y consta de materia y for-
ma, que es alma y cuerpo , si le faltase el alma , no
seria hombre, sino cadáver, y faltándole el cuerpo
seria sustancia espiritual . Partes integrales son las
orejas , los ojos , las manos y los piés . Y si alguna
de estas faltase, no dejaria por eso de ser hombre .
Esta regla corre tambien en las cosas artificiales ;
que tampoco dejaria de ser un pintor valiente , te-
niendo forma y materia perfecta , ( y con ellas ha-
ciendo una figura desnuda ó vestida , ó una historia)
aunque careciese de algunas partes , que podemos
llamar integrales en la pintura; como la gracia en
retratar, en países , grutescos , tarjas y otros ador-
nos, de que han carecido algunos grandes pintores.
Pues teniendo cada arte su forma y materia , que
son partes esenciales , tambien las tiene la pintura y
la escultura . La forma de ambas artes es el dibujo
( aunque originalmente como probamos es de la
pintura) y la materia es distinta, porque la de la
escultura será madera, barro, cera ó mármol ; y la
de la pintura papel, lienzo , tabla y colores . Supues- cap. 3 de este libro.
to esto, veamos cuál de estas dos artes tiene partes
más excelentes y representativas . ¿ Si el alma es la
forma de la cosa mejor de la naturaleza , que es el
72 ARTE DE LA PINTURA.

hombre, supongamos que esta alma es en dos ma-


neras ; una que da ser á todas las cosas , otra que lo
da á parte de ellas : ¿ cuál será de mayor virtud y po-
testad? No se puede negar , que la que da ser á to-
das las cosas . La forma de la pintura ( que es el di-
bujo ) lo puede dar á todas las cosas representativas ,
de la imaginacion , de las artes y de la naturaleza ,
Cap. I. (como se ha dicho en su definicion ) á las piedras , á
las plantas , á los animales , á los metales , á los ele-
mentos , á lo diáfano , á lo sólido , y á lo lúcido , por-
que la materia suya es acomodada, y existe para la
representacion de todas las cosas dichas . Lo cual no
puede hacer la forma, ni la materia de la escultura,
sino alguna parte , porque no es capaz de ello . Ni
puede representar el agua, ni el fuego , ni los rayos
del sol , ni otras infinitas cosas . Con esto se prueba
evidentemente que la forma y materia de la pintu-
ra, como principio universal , abraza y comprende
por imitacion todas las cosas posibles , á semejanza
del entendimiento . Por lo cual las partes esenciales
de la pintura son mucho mayores en potestad y ex-
celencia, porque son sin término ni limite ; y las de
la escultura son cortas y limitadas, que no pueden
pasar á muchas cosas . Pues no conformando en la
materia, que es parte esencial , ni comprendiéndose
ambas partes en la misma definicion , no pueden ser
una misma aunque tengan por fin la imitacion de
la naturaleza , como lo tienen otras artes que pro-
ceden de la pintura : la poesía tambien á su modo
imita con palabras, aunque no como el pintor con
líneas, y colores : y tal vez se llama el poeta pintor
y pintor el poeta ,
LIBRO PRIMERO, CAP. V. 73

Y el mismo que vimos que quiso igualar ambas Benedito Barqui .


dis. 2.
artes , y hacerlas una , confiesa que los doctos de
Italia sentenciaron en favor de la pintura ( á lo me-
nos yo no he visto lo contrario) , y hace memoria de
dos que valen por muchos . Del primero que escribió
eruditamente de estas dos artes y de la arquitectu-
ra pondré aquí el fin de sus palabras, que autoricen
este discurso , y las diré en su lengua, porque no Leon Batis . Alberto,
lib. 2 de Pint.
pierdan la gracia ; dice antes : son la pintura y escul-
tura artes conjuntas , y parientas ; y luego prosigue:
Ma io anteposso sempre lo ingegno del pittore, come
quello che si affatica in cosa molto piu difficile. Quiere
decir ; « mas yo antepondré siempre el ingenio del
pintor, como aquel que se fatiga en cosa mucho más
difícil . » El segundo de sus diálogos comienza su dis-
curso de esta manera . « ¿Pareceos que sea de poco mo- El Castell., lib . 1
de Cortesanol.
mento la imitacion de los colores naturales en con-
trahacer las carnes, los paños y todas las otras co-
sas coloridas? esto no lo puede hacer el escultor . Ni
menos exprimir la graciosa vista de los ojos negros,
ó zarcos, con el esplendor de aquellos rayos amoro-
sos ; no puede mostrar el color de los cabellos rubios ,
no las luces de las armas, no una oscura noche , no
la tempestad del mar , no los relámpagos y rayos,
no el incendio de una ciudad que se quema , no el
nacer de la aurora de color de rosa con rayos de oro

y de púrpura ; no puede en suma mostrar el mar ,


tierra, montes, selvas, prados , jardines , rios, ciuda-
des, casas y otras muchas cosas , lo cual hace el
pintor . » Y añade luego : Per questo parmi la pittura
più nobile, et piu capace di artificio che la marmoria .
Esto es : « por esto me parece la pintura más noble y
74 ARTE DE LA PINTURA.

más capaz de artificio que la escultura . » Añadamos


otro testigo , y aunque pintor tambien lo fué Leon
Batista , mas sus verdades libran á los dos de sospe-
Paulo Pino en su cha, dice así: « La pintura y la escultura fuéron pro-
Diálogo.
ducidas del entendimiento humano á un propio fin
y á un solo efecto , que es imitar y fingir las cosas
naturales y artificiales . Al cual fin los pintores nos
llegamos y acercamos más perfectamente que los
estatuarios, porque ellos no pueden dar á una figura
otra cosa que la forma , que es el ser; mas nosotros
demás de esto , la ornamos enteramente del buen
ser. Esto es , que juntamente fingimos la forma com-
puesta de carne donde se discierne la diversidad de

las complexiones : los ojos distintos del cabello , y


de otros miembros , no digo sólo en debujo , mas de
colores como están en vivo . Hacemos ver una au-
rora, un tiempo lluvioso y las cosas artificiales , co-
nocer una armadura , un ropaje de seda ó lino , un
carmesí separado de un verde , y cosas semejantes .
Si decis que estos son efectos de los colores , res-
pondo que no lo son . Porque el verde hará bien to-
das las cosas verdes , pero no con la diferencia del
terciopelo , al paño de lana ; que los colores no pue-
den hacer de sí tales efectos , sin el artificio del
maestro . »

Cap. I de este libro. Los escultores obran imperfectamente , pues no


pueden distinguir una cosa de otra , sino sólo en los
contornos . Tampoco pueden formar cosa ninguna
derechamente ni por el órden comun como nosotros ;
porque cuando un pintor forma una figura, comien-
za del centro , como enseña la naturaleza , en el ór-
den de su obrar; que de las cosas simples viene á
LIBRO PRIMERO , CAP . V. 75

las mixtas . Así ordena primero los huesos y luego


cubre de carne, distinguiendo los músculos de las
venas, y las ligaduras de las demás partes , reducién-
dolo todo por verdadero camino á su entera perfec-
cion. Mas el escultor procede al revés , y obra la arte ,
opuesta á la misma naturaleza . Y despues de otras
razones concluye : et senza dubio la Pittura e piu per-
feta . «Y sin duda la pintura es más perfecta . » De lo
dicho parece claro que lo primero y postrero con
que la Escultura se asemeja á lo natural , y todo lo
que imita, lo recibe de la pintura ; porque la forma
sustancial, que es el debujo , lo toma della , y los
colores de las cosas tambien. Y aunque quisiese el
escultor, con el mesmo debujo á solas , imitar todas
las cosas que el pintor imita, por faltarle la materia
y los colores, no podria fingirlas perfectamente como
en la pintura . En quien de camino se ha descubier-
to la gran capacidad suya y cuanta emulacion y
competencia tenga con la mesma naturaleza . Que
por haberlo dicho ingeniosamente D. Juan Antonio
de Vera, conde de la Roca y embajador de Venecia,
en una silva en que me anima á pintar un retrato ,
pondré aquí algunos versos della , para honrar mi dis-
curso:

Pintas el cielo , y gira ;


pintas el sol y enciende llama bella;
si al Noto, brama; si al Favonio , espira;
si al rayo, centellea ;
si en la noche cerrada
y entre nubes tejidas mal celada
estrella se aparece ,
distinta y trepidante resplandece .
Filomena en tus láminas se queja;
76
76 ARTE DE LA PINTURA.

y en el aire las aves contendiendo


tal, si quieres , se aleja ;
tal , si quieres , bajando va ó subiendo .
Si dilatas del líquido elemento
crespa ó lisa corriente ,
nacer y proseguir vemos la fuente ,
y escuchamos su agudo ó ronco acento .
Cediendo sus despojos
al diestro engaño , las orejas y ojos.

Pero paso adelante : manifiesto es que como los


pintores valientes para hacer alguna imágen , que
es el fin de la pintura, forzosamente han de comen-
zar por el debujo ó la idea , ora se fabrique en el en-
Lib. 2. ° , cap. II. tendimiento , ora en alguna simple materia . Este ,
como verémos, para ser perfectamente regulado , no
se puede hacer sino por medio de la arte con que se
forma y se pinta que es el que da preceptos para la
Cap. I. imitacion de la naturaleza ( como habemos dicho en
su lugar) : y porque este nombre naturaleza es una
voz tan general y tan repetida en este libro y que
no sólo abraza todas las cosas naturales, que en este
mundo criado tienen sus especies , sino que se ex-
tiende hasta significar la esencia divina, como pa-
Epist . 2 C. rece en aquello que escribe el Apóstol S. Pedro ut
per hæc efficiamini divinæ consortes naturæ , será bien
advertir aquí, por excusarlo adelante , que en cuatro
maneras se toma aqueste nombre naturaleza : la
primera por lo que es Dios, que es principio y causa

de todas las cosas ; la segunda , por lo que es la sus-


tancia de las cosas , que es cualquiera sustancia na-
tural, que tiene ser específico , y esta se dice par-
ticularmente naturaleza ; la tercera por la órden in-
LIBRO PRIMERƆ , CAP. V. 77

mutable, que en las cosas naturales se halla, con-


que unas siguen á otras , y las obedecen . Finalmente ,
este nombre naturaleza se toma por aquella virtud
que Dios imprimió en cada cosa , desde que le dió el
ser, para que con aquella virtud obrase . Pues digo
así : que la pintura á que da preceptos para imi-
tar, los da para imitar á la segunda naturaleza que
llamamos particular , la cual , por la razon del filó-
sofo no sube de la haz del primer móvil, que es el
décimo cielo . Y así la define Aristóteles : «Naturale- Arist, en el 2 de
los l'hisic.
za es un principio y causa de mover el compuesto
natural , en quien está principalmente por sí, y no
segun accidente . » Y de la misma manera que se dice ,
que la naturaleza es principio natural , porque no
hay cosa que le anteceda , y que por este principio
entendió Aristóteles el principio activo , que obra
como forma , así el dibujo es un principio artificial ,
á quien no hay ni puede haber cosa extraña que le
anteceda.

Tambien dijimos arriba que se ordenaba á la eje-


cucion de alguna imágen , y será forzoso decir qué
cosa sea imágen: digo , pues, que es una materia de- Definicion de la
imágen .
terminada en quien se pasó la figura de la cosa ori-
ginal por la obra de la arte . Y parece ser esta defi-
nicion derivada de lo mesmo que pasa en la natura-
leza ; porque así como el engendrador de los hijos
es hacer unos retratos vivos que como en tabla dis-
puesta, por su virtud secreta , los va figurando seme-
jantes á su principio , desta manera el pintor que
imita, mira al original , y por la obra de la arte para
sus figuras en la imágen que hace . Y así como la na-
turaleza (porque vamos con el ejemplo) ordenó que
78 ARTE DE LA PINTURA .

hubiese hijos para que en ellos , como en retratos


del todo semejantes , lo corto de la vida se extendie-
se, y lo limitado se perpetuase y resplandeciese en
la vista de todos , así la arte del pintor ordenó que
se pintasen imágenes de las cosas para que en ellas
estuviese su figura y semejanza , y se perpetuase su
memoria y se extendiese su conocimiento y noticia .
Como vemos que lo hicieron las imágenes antiguas
y lo hace una imágen de Cristo nuestro Redentor
y de la Vírgen Nuestra Señora y de los demás san-
tos , con tanta veneracion de nuestra católica reli-
En su Retórica. gion y de la Iglesia Santa . Así Aristóteles definió á

la imágen de esta manera : Imago est vox rem in se


figuratam exprimens, et manifestans . « Es una voz que
nos exprime y manifiesta , quién sea la cosa que tie-
ne figurada en sí. » Y tambien parece que el real pro--

Psal. 18. feta la quiso definir así, cuando dijo que la imágen
del cielo nos da noticia de la grandeza de Dios ; y
en sí nos manifiesta su infinito poder, su sabiduría
incomprensible y su bondad inmensa , porque en
ella luce y resplandece á la vista de todas las gen-
tes. Y en su conformidad dijo un filósofo que la imá-
gen es un rayo de luz que descubre el original, y
luce en él y nos lo pone ante los ojos . Imitando al
rayo de sol , que es la imágen del mismo sol y le
descubre en todo el universo . Y para que con más
evidencia y fuerza se eche de ver el fin maravilloso.
de la pintura en imitar á la naturaleza que da ser á
todas las cosas, será bien , con la debida reverencia ,
poner aquí esta semejanza, y decir :
Que así como Dios , que necesariamente se entien-
de, desde toda su eternidad se debuja y se pinta en
LIBRO PRIMERO , CAP. V. 79

sí mismo ; y despues, cuando le place, se retrata de El maestro
Fray Luis de Leon,
fuera ; y aquella imágen que en sí y de sí se pinta es lib . 3 eu el nombre
de hijo.
un eterno verbo, y el retrato que despues hace fuera.
de sí son las criaturas, así en cada una de ellas.

como todas juntas: y esta imágen de Dios , que es San Pablo Epist.
á los hebr. , cap . I.
su hijo , Cristo nuestro Redentor, es voz que mani-
fiesta á su Eterno Padre y rayo de luz que lo descu-
bre ; imágen y retrato vivo de todos sus atributos y
perfecciones ; resplandor de su gloria y figura de su
sustancia. Así la arte del pintar parece haber tam-
bien imitado á la naturaleza universal que es Dios ,
ordenando que se hiciesen imágenes, para manifes-
tar la noticia y memoria de sus originales . Donde
se debe notar la conclusion de este discurso (mayor
que nuestras fuerzas) que atento á que la escultura
no puede hacer una imágen perfectamente sin el de-
bujo, que es la parte esencial de la pintura, y sin
sus colores para que tenga hermosura y vida , queda
bastantemente probado, que respecto de la pintura
es pobre , oscura y muerta : y que la imágen pintada
tiene el ser de suyo , sin aprovecharse de la escul-
tura, y tiene los colores de suyo que le dan vida , y
es generosa y rica y fecunda; pues se comunica , no
sólo á la escultura , sino á tantas artes que de ella
proceden . De este abundante poder que tiene la for-
ma junta con la materia de la pintura nace una
cosa digna de considerar , y es : que grandes escul-
tores, aunque sumamente se esfuercen , no pueden
engañar con la vista de sus obras, como medianos
pintores con la imitacion de muchas cosas naturales
engañan á los más doctos, aun de su misma facul-
tad. Esta verdad tan clara ( demás de lo dicho en los
80 ARTE DE LA PINTURA.

Ejemplo. dos capítulos pasados) se verá por un ejemplo : su-


pongamos que á un escultor y á un pintor se les
pide una imágen de Cristo crucificado para un al-
tar, que sea del tamaño de un hombre, y sea muer-
to, por ser más dificultoso que vivo , á juicio de los
doctos , con cuyo parecer me conformo, porque lo
vivo puede tener movimiento , que da gracia á la
figura, y el muerto no , que por ser figura simple tie-
ne mayor dificultad . El escultor y el pintor eligen
No se cuenta en por modelo un lindo natural (como hizo Micael An-
su vida.
gel, cuando le levantaron que mató un hombre; y
es impiedad pensar esto de un tan virtuoso y pio ;
debió de introducirse por encarecimiento por la pro-
piedad y perfeccion con que acababa sus figuras),
demos que el escultor hace su imágen , ó redonda ó
de medio relieve, que todo puede ser, y para esto
acomodado su barro , ó su madera ó mármol , y el
pintor su lienzo , tabla ó pared : el uno hace aquella
parte que el dueño quiere ver, que es la frontera, y
el otro aquella y las demás . Concedo que el escul-
tor, con más trabajo temporal y más tiempo , hará
esta figura, pero no con más ingenio y estudio ; por
que si hace redondo (ya se ha dicho qué), es redon-
da la materia, pero hacer redonda esta figura en
Cap. II de este materia llana , con las luces y sombras, y darle aquel
libro.
relieve de que está excusado el escultor ¿ quién no
ve que es de mayor ingenio? Esto dijo en pocos ver-
sos Antonio Ortiz Melgarejo, del hábito de San Juan ,
lucido ingenio de Sevilla , en una silva á un cuadro
mio , que tendrá adelante su lugar : la parte que de
ella en este hace á mi intento dice :
LIBRO PRIMERO , CAP . V. 81

En plana superficie el cuerpo entero,


por virtud de las sombras , relevado
verás tan verdadero
que puede ser en torno rodeado ;
con viveza y accion tal, cual no ha sido
jamás á la escultura concedido .

Y ya que convengan ambas artes en la forma

esencial, que es en el debujo , acreciéntase la prácti-


ca de los colores , con que se imita la variedad de
las tintas de un muerto en un cuerpo humano , y en
los extremos de él , que son piés y manos . De tal
suerte que da pavor y miedo , como me ha sucedido
á mí tal vez , con pinturas de Maese Pedro , temien-
do estar solo en una capilla oscura viendo un des-
cendimiento de la cruz , de este famoso hombre . En Santa Cruz
Pues cuanto más fuerza de arte tenga esto, véalo de esta ciudad .
quien está libre de pasion : y vea tambien que es
tanta la grandeza de la pintura , que de un entendi-
miento tan superior como el de Micael Angel, no
se dejó vencer, porque siendo consumadísimo ar-
quitecto, tanto que no se le puede con razon ante-
poner ninguno, corrigiendo y reformando fábricas
de los mayores arquitectos de su tiempo (como lar-
Giorgio Vasari
gamente se cuenta de su vida ) y habiendo sido jus- último volumen
de la tercera parte.
tamente, por sentimiento de los más doctos , el ma-
yor escultor que se ha conocido en ninguna edad
(como lo mostró el suceso de una estátua suya, en-
terrada por algun tiempo , que trayéndola por su in-
dustria á Roma como cosa antigua , confesaron todos
los artífices ser aventajada á cuanto se habia visto
hasta entonces ), no sólo en algunas partes de la pin-
tura es inferior á sí mismo , pero á muchos pintores
6
82 ARTE DE LA PINTURA .

Diálogo de Ludovico de este y de su tiempo . Y no es sentimiento mio,


Dole.
sino de los mesmos italianos , que admiran suma-
mente sus obras . No alcanzó la variedad en el his-

toriado , la hermosura de los rostros, la gracia de


los trajes y vestidos , la linda composicion del paño ,
el deleite y agrado de los países , la alegría de los
cielos y nubes , y otras infinitas cosas que otros con
menos nombre y arte han alcanzado . Y si esto se
dice, con razon , de un varon tan insigne como Mi-
cael Angel , ¿que se dirá de todos los demás artífi-
ces á quien tantas veces confesamos por inferiores
en el discurso de esta obra? ¿Por ventura , este nues-
tro juicio nace de ánimo de calumnia? ó de querer
menospreciar las obras de nuestros mayores? ó re-
dunda este discurso en desestimacion del valor de

su ingenio? No por cierto : antes en gloria de la gran-


de y dificultosa arte de la pintura, de quien se pue-
de con verdad afirmar, que ningun artífice triunfó
del todo , siendo en todas las partes de ella aventa-
jado y eminente: como lo puede ser en la arquitec-
tura y escultura . Esto principalmente sucede á la
pintura, por sus infinitas obligaciones y por ser tan
grande la jurisdiccion de su imperio . Por lo cual
fué maravillosamente honrada de los antiguos con
Lib . 2 de la Pintura. este favor ( como dice Leon Batista) , que siendo casi
la mayor parte de los otros artífices llamados Fabros

entre los latinos , que es lo mesmo que oficiales me-


cánicos , el pintor solo no fué contado entre los fa-
bros , ni llamado con este nombre . Otras razones nos
ofrece la antigüedad , en que parece claro ser prefe-
rida la pintura á la escultura : una es el edito que
cuenta Plinio que hicieron los de Grecia en favor de
LIBRO PRIMERO, CAP. V. 83

la pintura, poniéndola en el primer grado de las Lib . 35, cap . 12.


artes liberales, y prohibiendo que no la aprendiesen
esclavos, sino gente libre y noble. Lo cual no ve-
mos que se hizo en favor de la escultura , no porque
no la tuviesen por arte , pero á lo menos su nobleza
no está expresada y declarada en la antigüedad así
como la de la pintura .
La otra razon es que en la misma antigüedad , to- Nota.

dos los escritores tienen por más principales artes


aquellas que llaman subalternantes ; y estas llaman
los filósofos latinos con nombre griego arquitectóni-
cas ó señoras . Porque se comunican y enriquecen á
otras, que dependen de ellas , á quien llaman subal-
ternadas ó inferiores . Pues segun hemos dicho (pro-
bándolo con razon y autoridad) el debujo y líneas ,
que es parte esencial de estas dos artes, lo recibe la
escultura de la pintura , como de inventora; y recibe
tambien los accidentes , que son los colores , para
conseguir perfectamente la verdadera imitacion de
todas las obras principalmente de la naturaleza.
Tambien la calidad de muchos de los profesores
de la pintura, descubre la ventaja que hace á la es-
cultura, fundada en la misma autoridad de los es-
critores antiguos , que contando tantos varones no-
bles, reyes y emperadores, que ejercitaron en pintar,
(como verémos adelante) , no se acordaron de poner Cap . VIII de este
libro.
en este número alguno que se hubiese aplicado al
ejercicio de la escultura . Parece que se podrá esto
atribuir á la dificultad y grandeza de aquel arte, y

á mi ver no es así, porque se aplicaban ' á todas las


demás artes liberales , aunque fuesen muy dificulto-

sas, y antes me parece que no la debian apetecer por


84 ARTE DE LA PINTURA .

lo que tiene de trabajo corporal , tan parecido á las


artes mecánicas, y por esto ejercitaban la pintura,
por ser obra más espiritual y de mayor deleite .
Cap. X de este Vemos asimesmo , que en las sentencias que se
libro.
traen en favor de las imágenes sagradas , así de
Santos antiguos, como de concilios, en el fin de este
primer libro se ve más declarada y favorecida la
pintura, por ser más viva su representacion por la
virtud y fuerza de los colores . Como lo muestran
valientemente los lugares de Metatrastes , San Basi-
lio , San Gregorio Niceno y San Epifáneo , que allí
se ven .
César Ripa en su Ultimamente para remate de este capítulo , á esta
Iconologia, 429.
ilustre y generosa arte que (en beneficio comun )
pinta todas las cosas tantas veces, la pintarémos
una con la pluma, como ingeniosamente la descri-
be un curioso de Italia , añadiendo ó quitando á
nuestro modo en esta forma .
Una matrona bellísima con cabellos negros , en-
sortijados y esparcidos ; las cejas marcadas, en señal
de los fantásticos y profundos pensamientos ; cu-
bierta la boca con una banda enlazada tras las ore-

jas ; adorne su cuello una cadena de purísimo oro ,


de la cual penda una hermosa máscara , que tenga
escrito en su frente : IMITACION .
Tendrá en la mano derecha el pincel y en la
otra un tablon de colores : la vestidura será de seda,
de un alegre cambiante, y tan luenga que cubra los
piés. A los cuales se pondrán varios instrumentos de.
la pintura; y entre ellos una redoma de óleo de lina-
za (invencion admirable) , una regla y compás , una
figurita de anatomía, y un cuadro equilátero , con la
LIBRO PRIMERO, CAP. V. 85

red ó cuadrícula, como importantísimo instrumento .


Píntase hermosísima, porque la hermosura es se-
ñal de nobleza ( que á la una y á la otra llamó Ho-
mero dignas de imperio) y ambas mueven y enamo-
ran: pues segun opinion de filósofos las buenas cua- .
lidades del cuerpo descubren por la mayor parte las
del ánimo . Tiene cabellos negros, crespos y suel-
tos , por los contínuos revueltos y vagos pensa- Cap. I de este
libro.
mientos de la imitacion del arte , de la naturaleza y
la imaginacion, en todos los efectos visibles ; causa
eficaz de mucha melancolía, que engendra adustion ,
como dicen los médicos . Las cejas levantadas mues-
tran admiracion de tantas y tan sutiles investiga-
ciones como se le ofrecen , con que aquista profunda
maravilla .

La boca cubierta es indicio de la importancia y


necesidad del silencio, porque no hay arte que me-

nos se deba aprovechar de las palabras , donde las


obras son tan manifiestas . Tambien denota la soli-
citud y cuidado de encerrarse en lugar retirado y
secreto; no por temor de la reprension que trae la
imperfeccion de las obras, antes por la quieta com-
templacion del arte .
Tiene la máscara de hermosa hembra , asida fuer-
temente á la cadena, para mostrar que la imitacion
se junta á la pintura inseparablemente , y que finge
las cosas como son en realidad , y esto dice la faz
humana.

La igualdad y perfeccion de los eslabones mues-


tran tambien la conformidad y correspondencia de
unas cosas con otras , así en el todo como en las

partes: de cuyo órden y proporcion encadenada re-


86 ARTE DE LA PINTURA.

sulta la gracia y hermosura . La calidad del oro es


señal que cuando la pintura es favorecida de la ri-
queza y nobleza, crece y se levanta, y faltándole el
premio y la estimacion , fácilmente se pierde .
La veste cambiante , pomposa y larga , con que
cubre los piés , significa la variedad que particular-
mente engrandece á la pintura . Los piés cubiertos
dicen que los fundamentos de la pintura , la pro-
porcion, la perspectiva , la anatomía , y los principa-
les preceptos del dibujo , se deben encubrir Ꭹ disi-
mular con la dulzura del colorido . Y así como los

oradores tal vez fingen saber hablar sin arte , así


parezca en los pintores obrar de modo que muestren
el agrado y facilidad ; pero que no se encubra la
dificultad á los más inteligentes y doctos : atendien-
do á la buena opinion y fama con todos , nacida de
un contínuo estudio y verdadera virtud .

CAPITULO VI.

DE LAS HONRAS Y FAVORES QUE HAN RECIBIDO LOS FAMOSOS PINTORES DE


LOS GRANDES PRINCIPES Y MONARCAS DEL MUNDO.

El argumento que al presente se nos ofrece tratar ,


refieren todos los que escriben de pintura , por ser
arte que siempre estuvo en honra y estimacion y
que descubre grandemente su nobleza: y así no lo
podemos excusar en este lugar. Trabajarémos em-
LIBRO PRIMERO, CAP . VI. 87

pero en darle nueva disposicion con claridad y bre-


vedad : si bien pedia largos discursos . En cuánta ve-
neracion hayan tenido los reyes y monarcas del
mundo á los grandes artífices y á sus obras , mani-
fiestan en la antigüedad muchos escritores griegos
y latinos, que referirlos seria largo cuento . Pero di-
rémos algo de lo más particular, remitiendo á los
doctos á sus originales . Ya se sabe lo que pasó al Plin . , lib . 35 ,
cap. 10.
Rey Demetrio, que teniendo cercada la ciudad de
Rodas, y pudiendo tomarla con poner fuego en la
parte donde estaba una pintura de Protógenes , qui-
so antes perder esta ocasion que quemar la pintura ,
conservando en medio del furor bélico la obra de
tan insigne artífice. Y no paró aquí su liberalidad ,
porque hallándose en aquella sazon Protógenes
fuera de los muros de la ciudad , cerca del real de
los enemigos, en un huerto suyo entretenido en su
pintura, sin ser parte el rumor y estruendo de la
guerra para perturbar la quietud de su ánimo , ni de-
jar la obra comenzada , y dando sobre él de repente
los soldados y llevándolo ante el Rey, pregúntale ,
con qué seguridad estaba fuera de los muros de la
ciudad: respóndele , que bien sabe que tiene guerra
contra los Rodianos , pero no contra el arte . Alé-
grase el Rey, y tiene por gloria poder conservar
aquella mano que habia ya perdonado . Y ponién-
dole una escuadra de soldados de guardia, venia á
visitarle frecuentemente , mientras se combatia en
la ciudad, estimando por agradable entretenimiento
verle pintar .
Pues ya los exce
sivos premios que otros famosos Cap . 3 , de este
libro.
artífices recibieron por sus tablas , será justo contar
88 ARTE DE LA PINTURA.

Plin. lib . 35 , c . 8, algunos de los que no calla la historia . Ya se ha


у сир . 10 . dicho (á otro propósito) que Candaule, rey de Lidia,
compró á peso de oro una tabla de mano de Bular-
co , donde estaba pintada la guerra de los Magnates .
Valor del sestercio, Tambien el rey Atalo compró por seis mil sestercios.
y talento griego . otra pintura de Baco de mano de Arístides , y otra
Sestercio mayor,
250 reales . por cien talentos . Pero no quiso Nicias ateniense
Talento,
6.000 reales. (como dice el mismo autor en otra parte) venderle
una tabla de su mano á este propio rey , ofreciéndole
por ella sesenta talentos, porque era hombre pode-
roso y rico, y gustó antes de presentarla á su mes-
ma patria.
P. Andrés Escoto . Mas ¿qué mucho, si ha dicho antes Plinio, de Ape-
Cap. 11.
Cap. 7. les , Echion , Melaquio y Micomacho , pintores clarí-
Cap. 10. simos , que cada tabla suya valia una ciudad? Y que
Pamfilo , el primero en la erudicion y doctrina de la
pintura, no enseñó esta arte menos que por un ta-
lento y en diez años , y este premio le dieron Melan-
thio y Apeles . Julio César estimó tanto á Timoma-
cho bizantino , que le dió por un cuadro de Ayax y
Cap. 11. Medea ochenta talentos . Augusto César trajo una
tabla de la conquista de Alejandría de mano del
mismo Nicias , la cual su heredero Tiberio puso en
el templo de Diana con gran veneracion .
Vengamos, pues , al más celebrado de la antigüe-
dad, Apeles , natural de la isla de Chio , que flore-
Cap. 10. ció en la olimpiada ciento y doce , y venció á los
que fuéron antes y despues de él, y él solo halló
más cosas que todos los otros pintores juntos , escri-
bió libros del arte, y fué grande la hermosura de su
pintura. Era agradable en la conversacion , y muy
grato á Alejandro Magno , que venia muy de ordi-
LIBRO PRIMERO, CAP . VI . 89

nario á su obrador á entretenerse : y, tal vez, dispu-


tando imperitamente de la pintura , Apeles con agra-
dable y cortés modo le dijo : que mudase su majes-
tad de plática, porque no diese ocasion de reirse á
los muchachos que molian los colores . Tanta fué la
autoridad de Apeles con Alejandro . Honrólo de ma-
nera que habiéndole mostrado la más hermosa de

sus amigas para que la retratase , sintiendo que Ape-


les se habia aficionado de ella, se la entregó ; que
no fué la menor de sus victorias .
Y porque este hecho refirió galanamente el licen-
ciado Enrique Duarte en un soneto , será justo hon-
rar con él mi discurso :

Admira Apeles de Campaspe bella


la perfeccion divina , la áurea frente ,
la púrpura que envidia el rojo Oriente ,
cándida nieve , y una y otra estrella .
De esta suave luz una centella
vibró en su pecho amor con rayo ardiente .
Arde felice; y al rigor que siente,
tiembla la mano , y el pincel en ella .
El Griego héroe , que igual incendio mira
al fiero que padece , de sus glorias
piadoso, y de su dulce bien se priva.
Tu fama, inclito jóven , siempre viva,
magno por tantos triunfos y victorias :
mayor por esta, que á celeste aspira.

Fué Apeles benigno con sus émulos , y el primero


que hizo que Protógenes fuese estimado en Rodas ;
porque habiendo tenido competencia con él , conoció
su gran valor. En la privanza que como se ha dicho
tuvo con Alejandro , alcanzó aquella singular mer-
90 ARTE DE LA PINTURA.

ced de prohibir que no le retratase otro, por ser el


más insigne de su tiempo . Cuando gozaba de esta
felicidad fué poco amigo de Tolomeo , que reinando
poco despues en Alejandría , y habiendo arribado
Apeles en aquel puerto libre de una tempestad , un
criado suyo le llevó donde habia de comer el rey, y
se apartó de allí , el cual , reparando en él, movido
á ira le preguntó quién le habia convidado ; enton-
ces Apeles , tomando un carbon del fuego , debujó
el rostro del criado en la pared , con tanta destreza
que fué de todos conocido , cuyo ilustre hecho no
sólo templó el furor del rey, pero lo volvió á su gra-
cia, y dende lo estimó y honró mucho . Pintó asimis-

mo prudentemente el retrato del rey Antígono, que


era ciego de un ojo , y por encubrir la falta lo hizo
de medio perfil por la parte que no tenia defecto ,
para que lo que faltaba al rey no lo descubriese su
pintura.
Estos ejemplos , no vistos ni experimentados antes
ni despues de los profesores de ninguna de las de-
más artes nobles y liberales , traidos de la venerable
antigüedad, basten ahora para la certeza de nuestro
intento , y acerquémonos á la era felice de nuestro
glorioso emperador Cárlos V , en que refloreció esta
gloriosa arte , llegando á su última perfeccion por
la diligencia de los valientes sugetos de quien
harémos memoria . Y sea el primero Leonardo de

Jorge Vasari, Vinci , maestro de Rafael Urbino , insigne pintor


1 volúm . de la 3. * de su tiempo, muy estimado de todos los prínci-
parte.
pes , particularmente de Ludovico Esforza duque
de Milán , y de Iulano de Médicis duque de Floren-
cia, y del rey Francisco Valesio de Francia. Entre
LIBRO PRIMERO, CAP. VI . 91

las otras famosas obras que hizo , pintó una Cena de


Cristo Nuestro Señor en el convento de Santo Do-
mingo de Milan, cuya vista puso en gran deseo al
rey de pasarla á su reino , intentándolo con arqui-
tectos y maquinistas , por llevarla seguramente ,
aunque por ser grande la pared y casi imposible ,
desistió de su intento . Aunque pasado algun tiempo
llevó al artífice por gozar de sus famosas obras, el
cual enfermando en su casa lo visitaba muchas veces

benignamente, y sucedió un dia que habiendo reci-


bido el Santísimo Sacramento fuera del lecho , con

mucho sentimiento y lágrimas, le sobrevino un des-


mayo como mensajero de la muerte , y llegándose
el rey ȧ sostenerle la cabeza , parece que en aquella
ocasion reconoció su noble alma que no podia subir

á mayor honra, y dejando el cuerpo en los brazos


de aquel magnánimo señor , voló á los del Eterno ,
despues de setenta y cinco años , gastados en hones-
tos ejercicios . No menos honrada fué la persona del
gran Ticiano de Acador y sus famosas obras , no fal-
tando varon señalado ó puesto en dignidad que no
tuviese alguna pintura ó retrato de su mano, por ser

tan aventajado en esta parte . Retrató al duque Al- Giorgio Vasari ,


último volúm.
fonso de Ferrara, á Federico Gonzaga de Mántua, á de la 3.a parte.
Francisco María duque de Urbino , al marqués de
Vasto, al de Pescara , á Francisco de Sforza duque
de Milán, á Antonio de Leiva, á D. Diego de Men-

• za, al Aretino , al Bembo , al Fracastorio , á Fernan-


dorey de Romanos y á su
á su hijo Maximiliano , ambos
emperadores, al papa Sixto IV , Iulo II , Paulo III y
hasta el emperador de los turcos Solimano y á la
Rosa su mujer, compitiendo cada cual en premiarle .
92 ARTE DE LA PINTURA .

Pero quien excedió á todos en la estima de este va-


liente artífice fué nuestro inclitísimo emperador Cár-
los V. Premióle un mediano cuadro en dos mil du-

cados, no permitiendo jamás que otro lo pintase,


como hizo Alejandro con Apeles , estimólo en tanto
Nota. que lo armó caballero , señalándole doscientos du-
cados en Nápoles . Hizo despues muchas obras á
nuestro católico rey Filipo II , que no quedando in-
ferior á su padre en honrarlo, despues de haberlo
retratado , le dió otros doscientos ducados de renta ,
además de trescientos que tenia de la Señoría de Ve-
necia. Hizo tanta estima de él , que colocó su retra-
to entre los de su real casa de Madrid . Y nuestro Fe-

lipe III , siguiendo el ejemplo de su padre y abuelo ,


cuando se quemó la casa del Pardo , año 1604 , donde
perecieron en el fuego muchas pinturas originales ,
Nota. sólo preguntó por un cuadro de Ticiano , diciendo
que importaba poco que se quemasen los demás .
¿Qué dirémos, pues , del divino Miguel Angel? No
pudo artífice alguno llegar al grado de honor y es-
tima que llegó, que parece increible . Séame lícito
por esta vez alargarme en un sugeto con quien el
cielo anduvo tan liberal , por ser forzoso tocar en los
principales casos de su vida, de que se tiene poca
Giorgio Vasari, noticia. Tuvo Micael Angel por patria Florencia ; na-
la 3. avolum.
deúltinio parte. ció el año 1474, de la antigua familia de los condes
de Canosa . La fuerza de su inclinacion obligó á sus
padres á permitir se aplicase al debujo , aunque por
no conocer la calidad de este ejercicio les parecia
indigno de la nobleza de su casa .
Era cuando entró á la arte de catorce años , fué su

primer maestro Domingo de Guirlandayo , pintor


LIBRO PRIMERO, CAP. VI . 93

tenido en buena reputacion . Creció la virtud con la


persona , fuera del órden comun , porque no sólo
igualaba á sus condiscípulos , pero al mismo maes-
tro, pues tal vez sus debujos de pluma, no sólo los
corregia, mas los mudaba en otra mejor manera ,
con admiracion de todos . Tenia en aquel tiempo
Lorenzo de Médicis ( cabeza ilustre de aquellos Du-
ques) un famoso jardin junto á la plaza de San Már-
cos, adornado de muchas y muy bellas antiguallas ,
compradas por grandes precios y traidas con mucha
costa, y por guarda á Bertoldo escultor . Y por el
amor que este príncipe tenia á la arte de la pintura
y escultura deseaba hacer allí una escuela ó acade-
mia donde los buenos ingenios se ejercitasen . Yá
este fin pidió al Girlandacho algunos de sus discí-
pulos , entre los cuales le envió á Micael Angel ,
(concurria aquí tambien el Torrijiano , y á quien
ocurrió el atrevimiento contra Miguel Angel ya re-

ferido) que fué siempre más que todos favorecido y


honrado de este insigne varon , que le hizo grandes
favores y lo pidió á su padre, diciéndole queria te-
nerlo consigo, como á uno de sus hijos , y dándole
aposento en su misma casa , comia con ellos á la
mesa en compañía de otros nobles caballeros que le
asistian, y por su respeto dió á su padre un honrado
oficio . Este fué el principio de sus favores . Sucedió á
este príncipe su hijo Pedro Médicis , que honró no
menos á Micael Angel . Paso en silencio muchas fa-
mosas obras que hizo en su juventud, las cuales ini-
ciaron al Cardenal de San Dionisio , llamado Ró-
vano, de nacion francés , á dejar de sí una ilustre
memoria, de mano de tan raro artífice , y en tan fa-
94 ARTE DE LA PINTURA.

mosa ciudad como Roma, que fué una imágen de la


Piedad, de mármol , toda redonda , que se puso en
San Pedro , en la capilla de Santa María de las Fie-
bres : en la cual se descubre todo el valor del arte .
La Vírgen está sentada y tiene á Cristo muerto en
su regazo , desnudo , hermosísimo y buscado , con
aire dulce en la cabeza , y en todo él movimiento y
gran concordia en las partes , y la Sagrada Madre
con gravísimo sentimiento . Hizo Micael Angel en
esta obra lo que en otra ninguna, y fué grabar su
nombre en una cinta que atraviesa los pechos de
Nuestra Señora . Ha sido siempre esta imágen cele-
bradísima de gentiles espíritus conversos , y por ha-
berme parecido ingenioso un madrigal del Marino
(famoso poeta de este tiempo) pondré aquí dos ver-
siones suyas , una mia, y primero la de mi amigo
Jerónimo de Chaves, que dijo así :

No es piedra aquesta figura.


que al muerto hijo llorosa
tiene en los brazos piadosa ,
para darle sepultura .
Tú sí que eres piedra dura,
pues no llegas á gemir
su piedad, pues al morir
piedras le lloraron bien ,
que de las piedras tambien
el llanto suele salir .

Yo dije de esta manera:

No es piedra esta Señora


que sostiene piadosa, reclinado
en sus brazos, al muerto hijo helado :
más piedra eres ahora
LIBRO PRIMERO, CAP. VI. 95

tú, cuya vista á su piedad no llora:


antes eres más duro ,
que á muerte tal las piedras con espanto
se rompieron, y aún suelen hacer llanto .

Creciendo pues la famá de Micael Angel á los Julio II.


veinte y nueve años de su edad fué llamado del
Papa Julio II para labrarle su sepulcro , hizo el mo-
delo
que en grandeza y hermosura , riqueza y or-
nato, sobraba toda imperial fábrica . Con que creció
el ánimo al Pontífice , y se resolvió á rehacer de
nuevo la Iglesia de San Pedro de Roma . Hizo en-
tonces una puente levadiza para que desde los cor-
redores de su casa pudiese el Papa venir á verle la-
brar á su obrador las figuras de su entierro . Estos
crecidos favores trajeron grandes persecuciones á
Miguel Angel ( por la envidia de sus contemporá-
neos), el cual queriendo visitar un dia al Pontifice
como solia , y hallándole ocupado , volvió otro se-
gunda vez y diciéndole un portero que tuviese pa-
ciencia , que no tenia comision para que entrase,
aunque le advirtió un Obispo quién era , no bastó
con él . De lo cual se disgustó mucho Micael Angel ,
diciéndole
que dijese á Su Santidad , cuando le man-
dase buscar que se habia ausentado . Y tomando una
posta se marchó á Florencia, dejando órden á sus
criados que vendiesen las cosas de casa y le siguie-
sen . Llegaron cinco correos del Papa que por rue-
gos y por cartas le mandaba tornar á Roma , pena
de su desgracia, y él no queria darse por entendido .
Mas lo que pudieron alcanzar fué que respondiese
por escrito á Su Santidad , y así lo hizo , diciendo
brevemente que lo perdonase , que no se hallaba
96 ARTE DE LA PINTURA.

para volver más á su presencia , pues habia permi-


tido que como hombre vil se pusiese con tanta des-
comodidad en camino , cosa que no habian merecido
sus servicios ; que eligiese otro en su lugar. Y dis-
pusóse acabar su carton famoso para su ciudad , pero
vinieron tres breves á la Señoría uno en pos de otro,
para que sin dilacion lo enviasen á Roma . Por lo
cual , viendo el sentimiento del Papa , estuvo dispues-
to á pasarse á Constantinopla, por medio de unos
religiosos de San Francisco, para hacer una famosa
puente al Turco , que lo deseaba mucho . Mas per-
suadido de sus amigos volvió á Roma. Y para más
asegurarlo , como á persona pública, le dieron título
de Embajador de la ciudad de Florencia . (La causa de
enojarse el Papa y ausentarse Micael Angel , se cuen-
ta de otra manera , menos conforme á la virtud de tal
varon. ) Arribado á Bolonia, donde á la sazon estaba
el Pontífice , en compañía del Cardenal Soderino y
de otro Obispo , se postró ante él de rodillas , y mi-
rándole su Santidad severamente le dijo : en vez de
venir á buscarnos , has esperado á que te busquemos?
(infiriendo que Bolonia está más cerca de Florencia
que de Roma) . Micael Angel pidió á Su Santidad
perdon , excusándose de lo hecho . El Obispo repetia
que por ser hombre ignorante lo perdonase , enojóse
el Papa con él, y apartólo de sí con el extremo del
Nota. báculo diciendo : Tú eres el ignorante, que esas pala-
bras aún nosotros no las decimos : y desahogado de
aquella cólera el Pontífice , bendijo á Micael Angel
y entretenido con dones y esperanzas honrosas es-
tuvo en Bolonia hasta que Su Santidad le ordenó
lo que habia de hacer. No paró aquí el honor debido
LIBRO PRIMERO, CAP . VI . 97

á su rara virtud , porque sus émulos , por oscurecer


su nombre que la fama del sepulcro engrandecia,
persuadieron al Papa le hiciese pintar la vuelta de
la capilla pontifical : él lo rehusaba por acabar lo
comenzado, pero mientras más se excusaba , más in-
sistia el Papa; al fin se dispuso á servirle debajo de
su firma por precio de quince mil escudos . Y donde
pensaban que por la poca práctica de pintar á fresco,
perdiera su reputacion , la ganó tan aventajada-
mente, que no dejó lugar á ninguno , ni á la mesma
envidia, porque esta obra de tanta invencion y va-
lentía es, como dice el Vasari , la luz de nuestra
arte, y ha sido bastante á alumbrar el mundo, ciego
por tantos años en las tinieblas de la ignorancia.
Porque en tanta historia , tanta sibila , tanto profeta ,
en tan diversos movimientos y de todas edades , ma-
nifestó cuán superior era á los presentes y pasados .
Con esta ocasion, engrandecido el Pontífice y co-
brando mucho ánimo para mayores empresas , re-
muneró liberalmente á Micael Angel . Poco despues ,
teniendo un pequeño desabrimento con él , temiendo
no se volviese á Florencia , le envió con su camarero
quinientos escudos , excusándose con que todos eran
favores. Muerto este Pontífice le sucedió Leon X , el San Lorenzo.
cual con no menos valor y ánimo deseaba que un
tal artifice y su ciudadano hiciese una famosa facha-
da en San Lorenzo de Florencia , templo de la casa
de Médicis , y con esta ocasion paró la sepultura de
Iulio. Gastó mucho tiempo Micael Angel en hacer
sacar mármoles para esta fábrica, y hizo el modelo
de ella, pero todo cesó con la muerte del Papa Leon,
que sólo los fundamentos quedaron abiertos . Suce-
7
98 ARTE DE LA PINTURA .

dióle Adriano VI ; en cuyo tiempo asistió Micael


Angel en Florencia á la sepultura de Iulio II . Muerto
3. Clemente VII . Adriano y criado Clemente VII , no menos deseoso
de dejar fama en la arquitectura , escultura y pin-
tura, sucedió en su tiempo el saco de Roma, y Mi-
cael Angel por mandado de la Señoría de Florencia,
fué enviado á Ferrara á ver la fortificacion del
Duque Alfonso I , de quien recibió mucha cortesía ,
rogándole encarecidamente que , con su comodidad
le hiciese alguna obra de su mano . Dispúsose á pin-
tar un cuadro á temple , cosa excelentísima ; pero en
lo que ganó más nombre como obra pública fué en
las figuras de mármol que hizo para el sepulcro del
Duque Juliano y Cosme de Médicis . Una fué la no-
che , otra el dia , otra la aurora , otra el crepúsculo , con
bellísima forma, acciones y artificio de músculos ;
y los dos duques armados ; todas seis figuras bas
tantes á restaurar el arte si se perdiera. Pero para
abreviar diré lo que refiere de una de ellas el Vasari
con encarecidas palabras : « ¿ Qué podré yo decir de la
noche , estátua no sólo rara , mas única? ó quién ha-
brá en algun siglo visto en tal arte figura antigua
ó moderna que le iguale?» En cuya alabanza se hi-
cieron muchos versos latinos y vulgares como estos
de quien no se sabe el autor, que vueltos á nuestra
lengua dicen así :

La noche, que en accion dulce , al reposo


rendida ves , de un Angel fué esculpida
en esta piedra, y dale el sueño vida;
llámala y hablará , si estás dudoso.

En persona de la noche respondió Micael An-


LIBRO PRIMERO , CAP. VI. 99

gel con la grandeza de su ingenio de esta manera :

Dormir y aun ser de piedra es mejor suerte


mientras la envidia y la vergüenza dura ,
y no ver ni sentir me es gran ventura ;
calla, pues , ó habla bajo, no despierte .

Tambien el Marino , de quien hicimos memoria,


compuso otro madrigal , que traducido por Antonio
Ortiz Melgarejo dice así, como si hablara la fi-
gura:

¿Admiras, peregrino,
que tengo vida yo , que aliento envio ,
noche de mármol frio?
Vivo; y el tiempo sólo tengo vida
que estoy aquí esculpida ,
y si no hablo y muevo el pié al camino
¿qué culpas la escultura?
muda y tarda es la noche por Natura.

Si la enemistad entre la fortuna y la virtud no


impidieran el fin glorioso de esta obra , pudiera la
arte mostrar á la naturaleza cómo , tal vez , alcanza
de ella victoria. Estorbólo el cerco de Florencia , el
año de 1525, por haber dado cargo á Micael Angel
de la fortificacion de la tierra, y vuelto él todo su
pensamiento á la defensa de la patria, y habiendo ,
como diputado, prestado para esto mil escudos á la
república . Viéndola estrechar poco y faltar la espe-
ranza del socorro , y crecer la dificultad de mante-
nerse y cerca de darse á partido , por asegurar su
persona se deliberó de ausentarse de secreto á Ve-
necia, llevando consigo un criado suyo y otro ami-
go, con muchos escudos de oro . Llegados á Ferrara
100 ARTE DE LA PINTURA .

y parados en un meson , sucedió que por las sospe


chas de la guerra y liga del emperador y del papa ,
que tenian cercada á Florencia , el duque Alfonso de
Este habia dado órden para saber secretamente los
nombres de los forasteros que posaban en las hoste -
rías, y de qué nacion eran . Luego avisaron al duque
que estaba allí Micael Angel , que se alegró mucho
por serle muy amigo y aficionado . Envió algunos
caballeros de su casa que de su parte lo llevasen á
él, á sus criados y caballos á palacio . Hízole el du-
que amoroso acogimiento, rogándole que mientras
duraba la guerra no se partiese de su compañía ,
ofreciéndole cuanto era su poder. Micael Angel , no
queriendo ser vencido en cortesía , se lo agradeció
mucho, y volviéndose á los dos que lo acompañaban
dijo que había metido en Ferrara doce mil escudos ,
que allí estaban con su persona para servirle . El
duque lo llevó paseándose , como solia , por su pala-
cio, mostrándole las cosas curiosas y de estima, y
Nota. un retrato suyo de mano de Ticiano , que calificó
Micael Angel . Y con su licencia se volvió á la hos-
tería , donde estuvo recogido , enviándole aquel prín-
cipe muchos regalos , sin que le costase nada la po-
sada , y cuando le pareció se partió á Venecia . Duró
poco en ella, que luego fué llamado con grandes
ruegos á su patria , encomendándole apretadamente
no dejase la empresa comenzada ni la olvidase , y
enviándole salvo -conducto. Vencido al fin , no sin

peligro de la vida , volvió y estuvo escondido mu-


chos dias en casa de un amigo suyo, por no ser lla-
mado de un comisario del papa Clemente, hasta que
el pontífice , acordándose de su valor y virtud , man-
LIBRO PRIMERO , CAP. VI . 101

dó hacer diligencia por él con órden de que no le des-


gustasen en nada , antes que se le tornasen sus provi-
siones y que atendiese á la obra de San Lorenzo . Poco

tiempo despues deseó el papa tenerlo cerca de sí y


hacer la fachada de la Capilla , donde habia pintado
la vuelta á Iulio II , en el cual queria que donde es-
taba el altar se pintase el juicio universal . Porque Nota.
Micael Angel mostrase en aquella historia todo lo
que la arte del debujo podia hacer . Estorbaban los
agentes del duque de Urbino , diciendo que habia re-
cibido diez y seis mil ducados de Iulio II para su
sepultura . Esto , al fin , se compuso bien y como él
quiso, y el pontífice le hizo atender al carton del
juicio. Sucedió el año de 1539 la muerte del papa
Clemente y paró la obra de Florencia. Creyó Micael
Angel estar del todo libre y acabar su sepultura,
mas siendo criado Paulo III lo mandó llamar , y ha- 4 Paulo III.
ciéndole grandes caricias y ofrecimientos le mani-
festó sus intentos . Rehusaba Micael Angel, por el

contrato hecho al duque de Urbino de acabar la se-


pultura de Iulio . Encolerizado el papa , le dijo :
«Treinta años há que he tenido este deseo ¿y aun
siendo papa no lo he de conseguir? Yo romperé el
contrato , porque estoy resuelto que me sirvas . »
Viendo esta determinacion Micael Angel, estuvo
tentado de partirse de Roma, pero temiendo como
prudente, lo entretenia con buenas razones . El pon- Nota.
tífice , que deseaba hacer alguna obra señalada, fué
á visitarlo un dia con diez cardenales , y quiso ver
todas las estátuas de la sepultura de Iulio , que le
parecieron milagrosas , particularmente el Moisés,
de quien dijo el cardenal de Mántua que aquella fi-
102 ARTE DE LA PINTURA.

gura sola bastaba á honrar al papa Julio II . Y vis-


to el carton y debujos que ordenaba para la capilla ,
le mandó con instancia que prosiguiese , prometién-
dole de componerlo con el duque . Resolvióse al fin ,
(no pudiendo hacer otra cosa) de servir al papa Pau-
lo , sin alterar en la invencion nada de lo que esta-
ba ordenado de Clemente , teniendo respeto á la vir-
tud de aquel pontífice, á quien tuvo tanto amor y
reverencia. Porque deseando Su Santidad, que de-
bajo del Jonás de la Capilla donde estaban las ar-
mas del papa Iulio se pusiesen las suyas, por no
agraviar á Iulio y á Clemente , no lo hizo Miguel
Angel , diciendo que no estarian bien . Y se satisfizo
Su Santidad , por no disgustarle , conociendo su bon-
dad y cuánto amaba lo justo sin atender á la adula-
cion . Y porque de esta gran pintura del juicio se ha
Cap. I , de este dicho algo , y se dirá en particular capítulo , pasa-
libro.
rémos á las demás cosas honrosas de este insigne
Libro 2. ° , cap. 5. artífice . El mismo Paulo III , inspirado del cielo , le
eligió para la fábrica de San Pedro; y le hizo un
motu propio en que le criaba cabeza de aquella fá-
brica, con ámplia autoridad de hacer y deshacer ,
quitar y añadir á su voluntad , y que todos los de-
más ministros estuviesen á su órden . Viendo , pues ,

Micael Angel la confianza que de él hacia el pontí-


fice, pidió á Su Santidad declarase en el motu pro-
pio que servia á la fábrica por amor de Dios y sin
algun premio, si bien el papa le habia señalado seis-
cientos ducados de salario . Fué aprobado finalmen-
te del papa el modelo que habia hecho Micael An-
gel , y desechado el de Bramante y de Sangallo .
Hizo tambien por mandado de este pontífice una
LIBRO PRIMERO, CAP. VI . 103

puente sobre el Tíber, que desde el Sacro palacio


atravesaba á un famoso jardin , para que de una vez
se viese la fuenté y la estrada Julia . Digna del jui-
cio y debujo de Micael Angel . Sucedió el año 1549
la muerte del pontífice , y despues de la creacion de
Julio III, que le sucedió , el cardenal Farnesio orde-
nó de hacer un gran sepulcro á Paulo III en el pri-
mer arco de la iglesia de San Pedro , debajo de la 5. Julio III.
tribuna . Micael aconsejó que no convenia, porque
impedia la hermosura del templo , y no era aquel su
lugar. En aquel tiempo se hallaba Jorge Vasari en
Roma, que fué el año santo , y el papa Julio III , por
el respeto y amor que tenia á Micael Angel , dispu-
so con ambos que visitando á caballo las siete igle-
sias ganasen los perdones doblados . Tuvieron en
esta estacion muchas conferencias y conclusiones
del arte, de que Vasari compuso su diálogo . Auten-
tizó de nuevo el papa aquel año el motu propio de
su antecesor sobre la fábrica de San Pedro, contra

los opuestos á Micael Angel . Y diciéndole un dia el


pontifice que los cardenales diputados ponian algu-
nas dificultades en la fábrica cerca de la luz, en su

presencia le respondió (volviendo á uno de ellos )


que su oficio era proveer de dineros , y el suyo cui-
dar de la fábrica. Y vuelto al papa dijo : « Vea vues-
» tra Santidad lo que yo adquiero en asistir al go-
» bierno de esta obra ; y si no me ha de aprovechar
» al cuerpo ni al alma , yo pierdo el tiempo y el tra-
D
bajo . » El papa, que lo amaba y estimaba mucho,
poniéndole la mano sobre el hombro le replicó: « Vos

ganais para el alma y para el cuerpo, sin ninguna


duda. Y mandóle que al dia siguiente le viese en
104 ARTE DE LA PINTURA.

la viña Julia, para conferir sus disinios con él (por-


que no hacia cosa sin su parecer) . Fué en compañía
del Vasari , y hallando á Su Santidad con doce car-
denales junto á la fuente del Agua Vírgen, y lle-
gando á hacerle profunda reverencia , quiso el papa
que por fuerza Micael Angel se sentase á su lado ,
aunque él humildemente lo rehusaba ; honrando
La mayor honra cuanto era posible su virtud . ¿Puedese encarecer
que alcanzó artifice
alguno. este hecho con palabras, ó es cosa esta para quedar
en silencio? Piénselo quien tiene noticia de la ma-
jestad y grandeza del pontífice y del modo con que
es acatado de los mayores monarcas del mundo .
Mandóle el papa (en aquella sazon) hacer un mo-
delo para una fachada del lado de San Roque , que-
riendo servirse del mausoleo de Augusto , para el

resto de la muralla . (Este modelo vino despues á


manos del duque Cosme de Médicis que lo presentó
al papa Pio IV . ) Tuvo tanto respeto Paulo III á Mi-
cael Angel , que tomó su proteccion y su defensa á
su cargo , contra algunos cardenales y otros émulos
que le pretendian calumniar; gustando siempre que
los demás artífices por valientes que fuesen le bus-
casen y consultasen en su mesma casa . Guardándo-
le tanto decoro que le descargaba de muchas cosas
que podia hacer por no cansarlo . Muerto Julio III
y criado Marcelo , los contrarios de Micael Angel se
6 Paulo IV. levantaron para afligirlo . Pero sucedióle Paulo IV
deseoso de dar fin á la fábrica de San Pedro , con

que se excusó de servir al duque de Florencia que


lo solicitaba . Fué este pontífice de parecer que re-
parase la pintura del Juicio , cuanto á la honestidad .

Ocupólo tambien en la fortificacion de varias partes

t
LIBRO PRIMERO, CAP. VI . 105

de Roma, porque en aquel tiempo se le acercó el


ejército de los franceses . Siguió á este pontífice
Pio IV, que hizo nuevos favores á Micael Angel, 7 Tio IV.

confirmando el motu propio de sus tres antecesores


sobre la fábrica de San Pedro . Algunos dias despues
llegó á Roma el duque Cosme de Médicis con la du-
quesa Leonor su mujer , á quien visitó Micael An-
gel, y el duque le hizo sentar cabe sí, con mucho
amor, dándole cuenta de todas las obras de arqui-
tectura, escultura y pintura que habia hecho en
Florencia. Sintiendo mucho Micael Angel no poder-
lo servir por su mucha edad . Viólo muchas veces
mientras estuvo en Roma, y lo mismo hizo D. Fran-
cisco de Médicis , su hijo ; de quien se agradó Mi-
cael Angel por el cortés recibimiento que le hacia ,
porque siempre le habló con la gorra en la mano y
con el respeto debido á un tan raro hombre . Final-
mente, por no cansar al lector , acabarémos lo que
propusimos al principio de este , en el siguiente ca-
pítulo. Concluyendo que la virtud de Micael Angel
(sobre todos los artífices de la antigüedad y de
nuestros tiempos) fué conocida y estimada mientras
vivió ( cosa que sucede á pocos ) , pues Julio II ,
Leon X , Clemente VII , Paulo III , Julio III , Pau-
lo IV y Pio IV, Sumos Pontífices , no quisieron apar-
tarlo jamás de su córte, honrándolo de la manera

que se ha dicho . Y otros grandes príncipes lo desea-


ron mucho , como los duques de Florencia , la Seño-
ría de Venecia , Soliman emperador de los turcos ,
Francisco Valesio rey de Francia , y nuestro empe-
rador Carlos V , de gloriosa memoria . Preciándose
de sus íntimos amigos el cardenal Polo, el cardenal
106 ARTE DE LA PINTURA.

Farnesio (que fué despues papa Marcelo) , el carde-


nal Rodolfo , el cardenal Maseo , el cardenal Bem-
bo y otros muchos obispos y prelados y nobles ciu-
dadanos , y señaladamente D. Julio Clovio y Tomás
del Caballero y otros infinitos .

CAPITULO VII .

EN QUE SE LLEVA ADELANTE LA MATERIA DEL PASADO , Y SE DESCRIBE


EL TUMULO HECHO Á MICAEL ANGEL.

Prosiguiendo en el intento propuesto , paramos


en las honras de que gozó nuestro grande artífice
viviendo , dirémos las que se hicieron á su muerte ,
por no ser vistas en otro de su calidad . Porque el
túmulo hecho á las exequias de Micael Angel , por
la ciudad de Florencia, no han faltado hombres cuer-
dos, que lo han preferido al que hizo Sevilla á las
de Felipe II , Rey de España . Pero dejando compa-
raciones odiosas , concederémos á lo menos , que á

señor particular, que no sea Rey ó Pontífice , no se


ha hecho cosa de tanta majestad y grandeza . Y así
es justo describirlo en órden á nuestro intento , dis-
curriendo un poco por lo precedido antes . Pasó á
mejor vida este insigne varon en 17 de Febrero del
año de 1564 , en la famosa ciudad de Roma , á los
90 años de su edad (que fué la principal causa de su
LIBRO PRIMERO, CAP. VII. 107

muerte ) , acompañaron muchas obras de caridad á


las tres nobles artes que ejercitó . Socorrió muchos
pobres , casó muchas doncellas secretamente , enri-
queció á quien le ayudaba , premió á quien le servia
con tanta liberalidad que de una vez díó dos mil du-
cados á un criado suyo . Y pinturas , papeles y mo-
delos á otros , con que remediaban su miseria . Depo-
sitaron su cuerpo (acompañándole toda la ciudad)
en el templo de los Santos Apóstoles , y trataba su
Santidad de hacerle particular memoria , y darle hon-
rosa sepultura en la iglesia de San Pedro , cuando
llegó por la posta su nieto , con órden del Duque de
Florencia ( que no habiendo podido honrarlo vivo ,
pretendia honrarlo en su muerte) para que excusado
el rumoró el impedimento , con todo secreto (á guisa
de mercadería) se tragese á su patria . Pero antes
que el cuerpo viniese , sabida su muerte , se junta-
ron los principales pintores , escultores y arquitectos
florentinos, en la casa de D. Vicencio Borgini , Te-
niente de su Academia, por el Duque Cosme de Mé-
dicis, á tratar el modo que se habia de tener en
honrar á Micael Angel , como á primer Académico.
y cabeza de todos . Eligiéronse cuatro de los más an-
tiguos y graves para disponer lo que convenia; que
fuéron Angelo Broncino y Jorge Vasari , pintores ;
Benvenuto Cellini y Bartolomé Amanato , esculto-
res. Ofreciéndose todos los demás mozos y viejos á
hacer cada cual en su profesion lo que se le pidiese .
Ordenaron que el Teniente y los diputados propu-
siesen en nombre de la Academia al Duque ( como
protector suyo) les diese el favor necesario , y se sir-
viese que las exequias se celebrasen en San Lorenzo ,
108 ARTE DE LA PINTURA.

templo de su ilustrísima casa, por estar allí la ma-


yor parte de las obras de Micael Angel . Y que tu-
viese por bien que Benedito Barqui recitase la ora-
cion funeral : porque la virtud de tan grande artífice
fuese celebrada de tan elocuente varon . El cual por
estar en servicio de su excelencia no admitiria sin

su mandamiento semejante cargo . Presentóse una


Verase en el Vasari, peticion ( que yo excuso aquí) representando las obli-
último libro
de la 3. parte. gaciones que todos los profesores de las tres artes

tenian al difunto , y las que él tenia á la memoria de


aquella ilustre casa , como hechura del magnífico
Lorenzo de Médicis . Respondió el Duque con mucho
amor y liberalidad al memorial , no sólo concedien -
do lo que se le pedia, mas mandando ser avisado en
trayendo el cuerpo , para honrarlo con su presencia ,
y de toda su córte . En tanto que esto pasaba en Flo-
rencia , Leonardo Bonarrota , nieto de Micael Angel,
informado de Danielo de Volterra (que se habia ha-
llado á su muerte ) de que el venerable viejo le ha-
bia rogado que su cuerpo se llevase á su querida
patria , con el secreto dicho lo dispuso y trajo á
Florencia . Fué puesta la caja en la iglesia de San
Pedro , y el dia siguiente los maestros de las tres
profesiones con todo recato se juntaron , llevando
sólo un paño de terciopelo negro guarnecido de
oro, y una imágen de un Crucifijo para poner en-
cima. Y á media hora de la noche cercando el cuer-

po , todos los viejos encendieron gran cantidad de


hachas blancas , y los mancebos con toda priesa
asiendo de la caja procuraban ponerla sobre sus
hombros, teniéndose por más dichoso el que tenia
mejor lugar, por gloriarse adelante de haber llevado
LIBRO PRIMERO , CAP. VII. 109

el cuerpo del mayor hombre de su arte . Ya se habia


divulgado por la ciudad que Micael Angel habia lle-
gado y se llevaba á Santa Cruz, y en poco espacio
se llenó la iglesia de suerte que con dificultad se
pudo llevar, y pasar á la sacristía , para ponerlo en
su depósito . Acabadas las ceremonias , el Teniente
de la Academia por satisfacer á los circunstantes se
determinó de abrir la caja, y creyendo hallarle ya
corrompido , por haber veinte y cinco dias que era
muerto, pareció entero, sin ningun mal olor, y como
si estuviera durmiendo ; sólo el color era de difunto
.
de pocas horas ; fué necesario por la muchedumbre
del pueblo tenerlo algunas descubierto . Fuese dis-
poniendo su túmulo para dia determinado , el cual
se procuró que tuviese más de invencion y espíritu ,
que de riqueza y vanidad por honrar al artífice con
arte.

Y así en la nave de enmedio del templo de San


Lorenzo, frontero de las dos puertas de los lados ,
una que va fuera y otra al cláustro , se levantó el
suntuoso túmulo .

El cual tenia cincuenta y seis varas de alto , Descripcion


del túmulo
desde la superficie de la tierra hasta la cabeza de la de Micael Angel .
Fama, en que remataba . Y por la frente que mira al
altar mayor y su correspondiente, tenia de ancho
trece varas, y por las que miran á las puertas cola-
terales tenia veinte y dos , cuya altura iba distri-
buida en esta forma .

El banco de este edificio tenia con basa y sota-


basa cinco varas de alto , y encima hácia la puerta
principal dos grandes estátuas recostadas .
El primer cuerpo, que venia sobre este pedestal ,
110 ARTE DE LA PINTURA.

tenia con basa y cornisa trece varas de alto , y en


disminucion era la cantidad que convenia para que
el vuelo de su basa guardase el vivo del pedestal .
Era un cuerpo sólido , y en cada testero de sus cua-
tro estaba un recuadro bizarramente adornado , don-
de se pintaron cuatro historias .
El segundo cuerpo con zócalo y cornisa , tenia de
alto once varas, y en las cuatro esquinas, en el mis-
mo zócalo , habia cuatro resaltos , donde estaban cua-
tro figuras de escultura en pié , que en grandeza
correspondian al todo del edificio, y cada una tenia
otra rendida á sus piés . Este cuerpo era asimismo
sólido y en disminucion proporcionalmente . Tenia
otros cuatro recuadros adornados como los prime-
ros, para sus historias de pintura .
Venia sobre este segundo cuerpo un zócalo , que
formaba cuatro resaltos á las esquinas, donde esta-
ban sentadas cuatro figuras de escultura . Y encima
de él un pedestal con su cornisa: y uno y otro
tenian tres varas de alto , y disminuido en propor-
cion, y en sus planos escritas unas letras á pro-
pósito .
Seguíase luego una media naranja y pirámide ,
que remataba en una bola, que todo tenia de alto
veinte varas , y sobre esta bola estaba la Fama, de
cuatro varas de alto .

Esta era la disposicion de la fábrica y arquitectu-


ra . Resta describir en particular las historias y figu-
ras de pintura y escultura , y su pensamiento y le-
tras, para que se vea la grandeza de este ilustre
mausoleo .

Sobre el banco, á la parte que dijimos , estaban


LIBRO PRIMERO , CAP. VIL. 111

recostados dos grandes rios que representaban , uno


el Arno, y otro el Tíber : aquel tenia su cornucopia
llena de flores y frutos (significando la abundancia,
que en estas profesiones ha producido Florencia) ,
este, alargaba la mano recogiendo parte de la ri-
queza del compañero . ( Porque Micael Angel con los
estudios de su patria , enriqueció á Roma . ) Arno te-
nia por insignia el leon ; Tíber , la loba con los dos
muchachos: imitaban los dos colosos al mármol . El
uno hizo Benedito de Castello discípulo del Bacho , y
el otro Bautista Benedito discípulo del Amanato ,
mancebos ambos de grandes esperanzas .

En el cuerpo primero al lado de los rios , en el


primer cuadro , se veia pintado de blanco y negro
Lorenzo de Médicis el viejo , que recibia en su jar-
din á Micael Angel (como se ha dicho ) el cual le
mostraba algunos debujos . Era esta pintura de Mi-
rabelo y Jerónimo de Crucifisayo , ambos compañe-
ros de gentil espíritu . Veiase el magnífico anciano
retratado del natural con grave alegría, y Micael
Angel, muchacho lleno de viveza y respeto .
En la segunda historia , continuando el mesmo ór
den, hácia la puerta que sale fuera , estaba figurado
el papa Clemente que, contra la opinion del vulgo ,
le encomendaba la obra de San Lorenzo . Este cua-
dro era de mano de Federico Paduano , pintado con
mucha dulzura y destreza ; estaba Micael Angel
mostrando al papa la planta de la sacristía y algu-
nos ángeles volando con varios modelos , trazas y
figuras , todo maravillosamente conducido .

El tercer cuadro , que miraba al altar mayor , era


un ilustre epitafio latino def doctísimo maestro Pe-
112 ARTE DE LA PINTURA.

dro Victorio, que para nuestro intento es justo po-


nerlo aquí . Decia de esta manera : Colegium pictorum,
Statuariorum, Arquitectorum, auspicio, opeque sibi
prompta Cosmi Ducis, autoris suorum commodurum sus-
piciens singularem virtutem Micaelis Angeli Buonarro-
tæ. Intelligensque cuanto sibi auxilio semper fuerint
preclara ipsius opera, studuit se gratum erga illum
ostendere, summum omnium, qui unquam fuerunt P. S. A.
Ideoque monumentum hoc suis manibus estructum , mag-
no animi ardore ipsius memoria dedicavit .
Que en nuestra lengua sonará de esta suerte :
" La Academia de los pintores, escultores y arqui-
tectos , con el favor y ayuda del duque Cosme de
Médicis, su insigne protector y cabeza, admirando
la excelente virtud de Micael Angel Bonarrota , y
reconociendo el beneficio recibido de sus ilustres
obras , ha dedicado este monumento , procedido de
sus manos y de la ardiente aficion de su pecho , á
la memoria del mayor artífice que han tenido jamás
las tres profesiones . »
Tenian este epitafio dos ángeles que con el sem-
blante lloroso lamentaban la pérdida de tan raro in-
genio .
El cuadro frontero de la puerta del cláustro era
cuando en el cerco de Florencia Micael Angel hizo
la fortificacion , que fué tenida por invencion inex-
pugnable . Esta historia pintó Lorenzo Sciorni , he-
chura de Broncino , como se podia esperar de un
jóven gallardo .
En el primer pedestal de los cuatro, sobre el zó-
calo , á mano derecha del altar mayor , estaba una
estátua de escultura mucho mayor que el natural ,
LIBRO PRIMERO, CAP. VII. 113

que tenia otra de la mesma grandeza como vencida


y sujeta á los piés , pero revuelta con vario movi-
miento , que era un mancebo esbelto y gallardo
lleno de espíritu y viveza , figurado por el ingenio ,
con alas en el sombrero á guisa de Mercurio , y otras
insignias á propósito . La figura que tenia al pié con
luengas orejas representaba la ignorancia, enemi-
ga mortal del ingenio . Estas dos estátuas eran de
mano de Vicencio Dante, tan raro en sus tiernos
años cuanto muestran sus obras .

Sobre el otro pedestal de este lado hacia la sa-


cristía estaba una matrona venerable figurada por

la piedad cristiana, que es un agregado de todas las


virtudes y la que principalmente adorna un hombre .
Tenia á su capital enemigo el vicio rendido debajo
de sus piés con movimiento valiente . Obra de Va-
lerio Simon , alentado mancebo y diligente es-
cultor.

A la mano izquierda de esta, estaba colocada otra


figura hecha judiciosamente que era la Diosa Mi-
nerva, porque despues de la bondad y santidad tiene
el primer lugar el arte , pero como el nombre y ma-
yor excelencia padece más contradicion , tenia al pié
la envidia, la cual era una vieja fea , con ojos torci-
dos, ceñida de sierpes y una víbora en la mano .
Estas dos figuras eran de mano de Lázaro Calameti ,
de poca edad
aunque de mucha destreza en pintar
esculpir .

De mano de Andrea, discípulo de Amanato exce-


lente artifice , eran las dos estátuas del cuarto pe-
destal frontero del órgano : la principal significaba
el estudio (que los que obran floja y tímidamente no
8
114 ARTE DE LA PINTURA.

pueden venir á ser sencillos en aprecio , ni una obra


sola es bastante á hacer un hombre famoso , porque
las manos é ingenio de Micael Angel desde 15 á 90
años nunca cesaron de enriquecer el mundo , más
que muchos artífices juntos . ) Era un mancebo alen-
tado y diligente, tenia cerca de la mano derecha
dos alas pequeñas , por la velocidad del obrar , y en
tierra tenia como aprisionada la pereza y ociosidad,
que era mujer soñolienta y de tardo movimiento :
estas ocho figuras que parecian de mármol daban
gran majestad al túmulo .
En los cuatro testeros del segundo cuerpo , diji-
mos que habia otras cuatro historias de pintura de
claro y oscuro como todas las demás, y en los cua-
tro resaltos sobre las esquinas cuatro figuras de re-
lievo sentadas , cada una mayor que el natural , to-
das de mujeres que por los instrumentos que tenian
eran conocidas por la pintura , escultura, arquitec-
tura y poesía . Porque Micael Angel juntó á las
obras de sus manos muchas composiciones llenas
de gravedad y de ingenio, por lo que mereció digno
lugar entre los de esta facultad.
Enfrente de la puerta principal en el primer cua-
dro , por honra de la arquitectura , estaba pintado
diestramente cuando Micael Angel mostraba á la
Santidad de Pio VI el modelo de la cúpula de San
Pedro con increible admiracion del Papa y los cir-
cunstantes . Era este cuadro de mano de Pedro Fran-

cia, pintor Florentino , y la estátua de la arquitec-


tura á la mano izquierda de Juan Bautista de Bene-
deto, cuyo era el Tíber .
En el segundo cuadro hácia la puerta que va
LIBRO PRIMERO, CAP . VII . 115

fuera (por la pintura) se veia á Micael Angel aten-


der á la historia del ( nunca bastantemente loado )
juicio, ejemplo ilustre de todas las dificultades del
arte . Este cuadro labró Juan Miguel de Rodolfo con
tanta gracia y valentía como se puede presumir, y
la estátua que le correspondia Juan Bautista de Ca-
ballero.

En el tercer cuadro que venia sobre el epitafio ,


(por la escultura) se mostraba á Micael Angel razo-
nando con una matrona que por las señales se co-
nocia ser la escultura , y parecia que se aconsejaba
con ella . Tenia el ala redonda , algunas de sus fa-
mosas obras de relievo y ella en la mano una tabla
con unas palabras de Boecio donde habla del mundo
fabricado del Sumo Dios conforme á su divina idea,

que dicen así: Simili sub imagine formans . Esto es :


formando á semejante imágen . » Este cuadro obrado
con gran juicio é invencion era de Andrea de Min-
ga, florentino , y la estátua de la escultura que venia
al lado de Antonio de Gino .

En la cuarta historia (por la poesía) estaba Micael


Angel atento à escribir alguna composicion y en
torno de él las nueve musas , como son descritas de
los poetas, y Apolo coronado de laurel con otra co-
rona semejante en la mano , para poner á Micael
Angel , con un mote del Dante :

Conducemi Apollo, et nove Muse me


dimostran l'orse .

Apolo me guia, y las nueve Musas


me descubren las Ossas .

Era esta pintura de Iuan María Boterio , y la es-


116 ARTE DE LA PINTURA.

tátua de la poesía de Dominico Pogini mancebo di-


ligentísimo .
En el zócalo ó pedestal de la pirámide que se le-
vantaba sobre este cuerpo , se leian estas letras :

Sic ars extollitur arte.


Así el arte se levanta con el arte .

En los dos testeros de la pirámide el uno al altar


mayor y otro á la puerta principal, habia dos óvalos
relevados y en ambos el retrato al natural de Micael
Angel de mano de Santi Buglioni . Remataba la
pirámide en una bola á proporcion , donde se fingia
estaban las cenizas del gran varon .

Sobre la bola ó globo estaba de pié una figura de


la fama, como dos veces el natural , que parecia que
volaba, con una trompa de tres bocas , con que lle-
vaba el nombre y alabanza por todo el mundo . Esta
figura fué de mano de Zanobi Lastricati . Esta es bre-
vemente la descripcion desta insigne máquina .
Por demás de esto estaba todo el templo entre
columnas y pilastras , que son de hermosa piedra ,
colgado de paños negros , y sobre ellos en los va-
cios sus cuadros de pintura de blanco y negro , que
hacian maravillosa correspondencia , de esta ma-
nera .
En el espacio de la primera capilla hácia la sa-
cristía vieja , estaba un cuadro de doce varas de alto
y diez y seis de ancho , en el cual con invencion
poética , parecia Micael Angel en los Campos Elíseos ,
y tenia en la derecha mano , demás que el natural ,
los más celebrados pintores y escultores antiguos ,
cada cual con su insignia ó señal . Praxiteles , el sá-
LIBRO PRIMERO , CAP. VII . 117

tiro que está en la viña del Papa Iulio III ; Apeles ,

el retrato de Alejandro ; Zeuxis , una tabla con las


uvas; Parraxio, con el velo fingido . A la mano iz-
quierda estaban los más ilustres de nuestra edad :
Cimabue, Gioto, con el retrato del Dante Masacio ,
Donatelo, Francisco Salviati y otros muchos . Al pié
de Micael Angel estaba el rio Arno , recostado sobre
su urna con figura doliente. Dispusóse esta historia
á imitacion del Dante cuando fingió á Virgilio en
medio de todos los demás poetas, como más princi-
pal, y dijo estos versos .

Tutti l'ammiran, tutti honor gli fano.


Todos le admiran , todos le hacen honra .

Era este cuadro de mano de Alejandro Allori , dis-


cípulo del Broncino , y digno de tal maestro .
En el vacío de la capilla del Santísimo Sacramen-
to, se veia en un cuadro de diez varas de alto toda
la escuela del arte, de mancebos de poca edad hasta
los veinte y cuatro años , que ofrecian las primicias
de sus estudios á Micael Angel, como á cosa sa-
grada, así de pintura como de escultura y arquitec-
tura. Y él los amaestraba cortésmente, mientras
con atencion le escuchaban ; con acciones y sem-

blantes graciosos y varios . Leíanse estos versos lati-


nos de Lucrecio .

Tu, pater es rerum inventor, tu patria nobis,


Suppeditas præcepta, tuis rex inclite, chartis.

"Tu, padre inclito , eres inventor de estas cosas ,


tú (para bien ejercitarlas) nos das á manos llenas
"paternales preceptos en tus escritos y debujos. »
i18 ARTE DE LA PINTURA .

Este cuadro era de mano de Batista, discípulo del


Pontormo, no menos estudioso que modesto .
Caminando de este lugar á la puerta principal de
la iglesia , en el llano de una capilla ( del tamaño
del pasado ) estaba pintado en otro cuadro el ex-
traordinario favor que hizo el Papa Iulio III á la rara
virtud de Micael Angel ( que referimos en su lugar)
cuando en su vista lo hizo sentar á su lado , para co-
municarle sus intentos , mientras los Cardenales y
otros grandes personajes estaban á la redonda en pié.
Este hecho se veia con tan buena intencion y relievo
(que por ventura no fuera mejor de un muy ejercitado
maestro ) de mano de Jacobo Zuqui , discípulo de
Jorge Vasari .

No muy distante sobre el mismo lado y el órga-


no , habia Juan Estrada, flamenco , dentro en la pin-
tura, hecho otro cuadro de doce varas de ancho y
de alto ocho , cuando Micael Angel en el tiempo del
cerco de su patria pasó á Venecia y le envió Andrea
Griti , gran Dux, y la Señoría , algunos gentiles hom-
bres á visitarlo , y hacerle grandes ofrecimientos .
Mostraba esta historia gran juicio y arte en su dis-
posicion.
Tornando pues al altar mayor, hácia la sacristía
nueva , en el primer cuadro, de grandeza correspon
diente á los demás , en el vano de la primera ca-
pilla , estaba de mano de Santi Tidi ( jóven de gran
ingenio y bien ejercitado) otro señalado favor hecho
á Micael Angel del Duque de Florencia (ya referido )
que hallándose en Roma tres años visitándolo Mi-
cael Angel, se levantó en pié, por honrar aquella
reverenda vejez , queriendo que se sentase en su pro-
LIBRO PRIMERO , CAP. VII. 119

pia silla por oirlo con la atencion que un hijo á su


padre. Al pié del príncipe estaba un muchacho con
la corona ducal, y algunos soldados vestidos á lo
antiguo ; todo conducido con mucha diligencia y
hermosa manera .

En otro cuadro de diez y ocho varas alto y veinte


y cuatro de ancho, frontero de la capilla del Sacra-
mento , Bernardo Timante , muy favorecido del Du-
que, habia con gallarda invencion figurado los rios
de las tres partes del mundo , venidos á lamentar
con el Arno el comun daño : el Nilo , el Ganjes y el
Pó . El primero estaba coronado de espigas, y tenia
junto á sí un cocodrilo ; el segundo de piedras de
valor, y acompañado de un grifo ; el otro coronado
de ambar negro, y un cisne á su lado . Venian guia-
dos de la fama que volaba en alto : estaba el Arno co-
ronado de ciprés con el vaso levantado y un ramo
del mesmo árbol en la otra mano , y debajo de sí un
leon; y en un resplandor en el cielo un ángel pe-
queño que subia, significando el alma del difunto ,
con este verso lírico .

Vivens orbe peto laudibus ætherea .


Viviendo en el mundo voy al cielo con alabanza .

A sus lados estaban dos figuras sobre dos basas


que tenian dos santos de la cortina, en que se veia.
esta pintura. A mano derecha de los rios estaba Vul-
cano , con una hacha encendida en la mano y otra
figura debajo de los piés, que significaba el odio ,
en acto furioso , y un buitre por insignia con esta
letra:

Surgere quid properas odium crudele? jaceto . « Odio


120 ARTE DE LA PINTURA.

» cruel , por qué das priesa á levantar? Vuelve á yacer


»en la tierra . »

De la otra parte estaba Aglaya, una de las tres


gracias, mujer de Vulcano, y por significar la pro-
porcion , tenia en su mano un lirio ( por ser flor á
propósito á ella y á la muerte), la figura que tenia á
los piés, fingida por la desproporcion , tenia por in-
signia una mona, y este verso .

Vivis et extintus docuit sic sternere turpe.


Vivo y muerto enseñó á rendir así la fealdad.

Y debajo de las seis estaban estos versos .

Venimus Arne tuo confixa en vulnere mæsta


flumina, ut ereptum mundo ploremus honorem .
Venimos Arno , los tres rios , atravesados con tu herida
á llorar la honra que al mundo se le ha quitado .

Este cuadro por la invencion y doctos versos fué


juzgado por digno del favor del Duque . Porque el
artífice, no por comision sino libremente, habia hon-
rado á Micael y á su patria .
Contamos en el capítulo pasado la fuga que hizo
de Roma Micael Angel , en tiempo del Papa Iulio II,
y cómo le envió la república de Florencia con título
de embajador y pareció ante Su Santidad en Bolo-
nia, y lo que medió con un Obispo que le excusó
delante del Pontífice . Todo este caso se pintó en es-
pacio de doce varas de ancho y ocho de alto , que-
riendo salir por la puerta principal , cerca de la que
va fuera á la mano izquierda . Por mano de Tomás
de Sanfriano , con valiente manera y mucho relievo .
Sobre esta puerta de la epístola se pintó otro
LIBRO PRIMERO, CAP. VIL. 121

cuadro de la mesma grandeza del pasado , de Esté-


fano Pieri , discípulo del Broncino , mancebo dili-
gente y estudioso . Micael Angel sentado al lado del
Duque de Florencia, razonando ; como sucedió mu-
chas veces el tiempo que asistió en Roma, que es-
cribimos en su lugar .
Además de todo lo referido , sobre los paños ne-
gros, se veian muchas empresas y varios geroglí-
ficos , calaveras , y en particular un esqueleto ó
muerte, en pié, de perfecta composicion de líneas,
que habiendo arrojado la hoz en tierra , parecia que
se dolia de ser forzada á hacer el presente daño ; y
se excusaba con este mote :

Cagit dura necesitas .


Forzó la fiera necesidad .

Tenia un mundo en la mano y un lirio que nacia


de él , con tres flores y quebrado el tronco . Inven-
cion de Alejandro Allori. Habia otras muertes con
otros pensamientos : y. entre ellas, una postrada en
tierra, y la eternidad con palma de victoria le ponia
el pié sobre el cuello , con accion de desden , como
dando á entender que no habia hecho nada, pues
mal grado suyo , la memoria de Micael Angel seria
perpétua . Y era este el mote:

Vicit inclita virtus.


Venció la gloriosa virtud .

Esta era traza de Jorge Vasari, citado tantas ve-


ces en este libro , á cuya inteligencia son deudores.
todos los que profesan estas artes .
Por decir algo de las empresas es de saber que
122 ARTE DE LA PINTURA.

Micael Angel, viviendo usó por señal ó cifra tres


círculos unos dentro de otros , por sus tres profesio-
Nota. nes, ligados entre sí. Y la Academia los dispuso en
tres coronas ó guirnaldas entretejidas , y con esta
letra tomada de Horacio:

Ter gemines tollit honoribus.


Con tres dobladas honras lo levantan.

El púlpito donde el Barqui hizo la oracion fune-


ral ( que tambien se imprimió ) no tuvo adorno por

ser de bronce de historias de bajo relievo del va-


liente Donatelo : donde cualquier ornamento fuera
menos hermoso . Encima tenia un cuadro de ocho

varas de alto y cuatro de ancho , donde estaba pin-


tada la fama con su trompa con la diestra mano y
el tiempo y la muerte en los piés . Hizo esto Vicente
Dante, valiente y gallardo ingenio .
Tal era el aparato de la iglesia de San Lorenzo ,
para honrar las exequias . Callo la muchedumbre de
luces que así en el túmulo y en torno como en el
altar ardian, estando el templo lleno de innumera-
ble gente de la ciudad , que cerradas las tiendas sin
cuidar de otra cosa , asistian á este suntuoso espec-
táculo . Entraron en órden el lugarteniente de la

Academia , acompañado del capitan y alabarderos


de la guardia del duque , porque no fuera posible
entrar de otra manera . Los cónsules , los académi-
cos, y ordenadamente todos los pintores y esculto-
res y arquitectos de aquella ciudad , que entre el
túmulo y el altar mayor les esperaban sentados gran
copia de señores y caballeros , que segun el mérito
de cada uno le acomodaban junto á sí . Dióse prin-
LIBRO PRIMERO, CAP. VII. 123

cipio á una solemnísima misa de difuntos, que can-


tó el prior de San Lorenzo , con las más solemnes
ceremonias, música y voces que se pudo desear.
Acabada la misa , apareció el Barqui en el púlpito ,
por órden del duque , y hizo su elegante oracion ,
refiriendo las alabanzas , los méritos , las obras y vir-
tudes de Micael Angel , con que se dió remate á tan
ilustre pompa . No dejaré de contar que no pudién-
dose hallar el duque en Florencia, por causas forzo-
sas, una mañana visitó todas las partes donde se
prevenia el aparato , y vió menudamente las está-
tuas y pinturas y quién las hacia , animando á los
artífices , y mandando que no se descompusiese nada
hasta verlo despacio . Y lo mesmo hizo el príncipe
su hijo . Y vinieron despues y lo vieron todo puesto
por su órden muy de propósito ,, porque estuvo mu-
chos dias armado . De suerte que no sólo lo gozó la
ciudad de Florencia , pues concurrieron de todas las
ciudades y lugares circunvecinos .
De todo lo cual se conoce el premio debido á la
rara virtud . Y porque he visto muchos versos latinos
y vulgares á este intento , por ahora me satisfago
con un soneto de una señora florentina de gentil es-
píritu, cuyo argumento en nuestra lengua es este :

Soneto á la muerte de Micael Angel , de Laura Batiferra

de gli Ammannati .

Razon es ya que el mármol duro , helado ,


que espíritu de ti recebió ardiente ,
vierta lágrimas tristes , pura fuente
vuelto, de vida y honra despojado .
Razon es que el color vil ó preciado ,
124 ARTE DE LA PINTURA.

que á tanta forma ministró valiente ,


persuadiendo verdad en lo aparente
sin valor muera en su primer estado .
Razon es ya, que el alto ilustre templo.
que adornaste con sacro y real decoro ,
oscuro quede del dolor vecino ,
Y que lloroso de Aganipe el coro
viva , pues no de hoy más (cual raro ejemplo)
versos te oirá cantar : Angel divino .

Antes de pasar adelante me parece responder á


dos cosas en que se pueda haber reparado de nues-
tro discurso : una es si se encarece sobradamente lo

que hemos contado ; otra ¿por qué una cosa de tan-


ta grandeza como la escultura y pintura de esta fá-
brica se encomendó á mancebos , debiendo emplear-
se en ella los más ejercitados maestros? A lo prime-
ro respondo que respecto de la gravedad y extension
con que el Vasari y otros escritores cuentan lo que
tengo referido , quedo muy corto, como podrá ver
quien tiene noticia de la lengua . A lo segundo digo ,
que por huir la emulacion y conservar la union en-
tre si, tomaron este prudente acuerdo los más an-
cianos , dejando la competencia á la edad juvenil ,
no excusando por esto el ayudar y amaestrar á sus
discípulos , y por su mano sacar á luz sus con-
ceptos .
Esto basta por ahora, y veamos si se acabaron los
favores y honras con Micael Angel . Bien es verdad
que llegar á lo que se ha dicho , no es posible . Pero
mucho hemos visto en nuestro tiempo, pues halla-
mos seis pintores en Italia nobles y caballeros de
hábito: Micael Angel Caravacho (valiente imitador
LIBRO PRIMERO , CAP. VII. 123

del natural) ; Pablo Guidoto y Domingo Pasiñano ,


Gasparo Celio, el Ballon y el Josefino , que los tu-
vieron por merced de nuestro católico rey Felipe III ;
el del caballero Josefino alcanzó la santidad de Cle-
mente VIII de nuestra reina Margarita, cuando la
desposó en Ferrara con el duque de Sessa , en nom-
bre de su majestad . De maese Pedro de Campaña , En su elogio.
ilustre pintor flamenco , se hizo tanta estimacion
que puso Bruselas , despues de muerto , su retrato en
las casas de cabildo de la ciudad por honra de su
nacion y patria . Pero ¿ qué nos cansamos en ejem -
plos de fuera teniéndolos en nuestra casa? El rey Ca-
tólico D. Fernando el V, ocupado en guerras , no se Noticia de las artes,

olvidó de honrar á Rincon , natural de Guadalajara , lib . 3, cap. 5.


por ser pintor famoso , con darle un hábito de San-

tiago . Tambien los reyes de Portugal han hecho lo


mesmo con algunos profesores de esta arte , y par-
ticularmente D. Juan el III hizo merced á Cristóbal
Lopez del hábito de Avis , y á Cristóbal de Utrech
del de Cristo . La majestad augusta de Cárlos V (ya
dijimos lo que hizo con Ticiano) , á Berruguete , pin-
tor y escultor insigne , le dió la llave de su cámara .
Pues su invictísimo hijo Felipe II ¡cuánto honró á
todos los artífices de su tiempo! A Urbina , á Becer-
ra, valientee spañol que tanta luz dió de la buena ma- Lib . de Elogio de
ilustres varones.
nera en España; al singular retratador que conoci-
mos en nuestros dias, á quien en sus cartas intitula-
ba Ticiano : « al muy amado hijo Alonso Sanchez
Coello , excelentísimo pintor de la majestad católi-
ca» . Este noble artifice , habiendo servido en Portu-
gal al príncipe D. Juan y princesa doña Juana , her-
mana de nuestro rey Felipo II , siendo viuda lo re-
126 ARTE DE LA PINTURA .

comendó á Su Majestad , que lo honró con extraordi-


narios favores en su córte de Madrid . Aposentólo en
unas casas principales junto á palacio, donde, te-
niendo él solo la llave, por un tránsito secreto , con
ropa de levantar, solia muchas veces entrar en su
casa á deshora y asaltarlo comiendo con su familia ,
y queriendo levantarse á hacerle la debida reveren-
cia como á su rey, le mandaba que se estuviese que-
do , y se entraba á entretener en su obrador . Otras
veces le cogia sentado pintando , y llegando por las
espaldas le ponia las manos sobre los hombros , y
viéndose Alonso Sanchez tan favorecido de Su Ma-

jestad, y procurando con justo comedimiento poner-


se en pié, le hacia sentar y proseguir su pintura .
Retratólo muchas veces , armado , á pié y á caballo ,
de camino, con capa y gorra , y asimismo diez y
siete personas reales entre reinas , príncipes é infan-
tes , que lo honraban y estimaban en tanto , que se
entraban á festejar y recrear en su casa con su mu-
jer y hijos . No menos le honraron por fama los ma-
yores príncipes del mundo ; hasta los pontífices Gre-
gorio XIII y Sixto V, el gran duque de Saboya , el
de Florencia , el cardenal Alejandro Farnesio , her-
mano del duque de Parma . No faltó á su mesa ja-
más un título ó principal caballero , porque siendo
tan favorecido de tan gran monarca , muchos se fa-
vorecian de él . Fué su casa frecuentada de los ma-
yores personajes de su tiempo : del cardenal Gran-
vela, del arzobispo de Toledo D. Gaspar de Quiroga,
de D. Rodrigo de Castro arzobispo de Sevilla . Y lo
que más es del señor D. Juan de Austria y del Prín-
cipe D. Cárlos , y de infinitos señores títulos y em-
LIBRO PRIMERO, CAP. VII. 127

bajadores de tal manera , que muchos dias , los ca.


ballos , literas , coches y sillas , ocuparon dos gran-
des patios de su casa, y siendo el pintor más lucido
de su tiempo , ganó más de cincuenta y cinco mil
ducados .
Pues nuestro Apeles Juan Fernandez de Navarre-
te, el Mudo, cuánto lo estimó el mismo rey, y á sus
excelentes obras y cuántas veces lo visitaba en su
oficina en el Escorial , notorio es á todos . Y como
una vez le mostrase la cena de Ticiano , traida para
el refectorio del convento , y por no cortarla (que
era más alta que el sitio) intentase que el Mudo hi-
ciese una copia , él se ofreció por señas á copiarla en
seis meses ó dar la cabeza . Resolvió el Rey (por no
esperar) á cortar el lienzo , lo cual sintiendo el Mudo,
haciendo instancia , significaba á su majestad que
haria otra y que en remuneracion lé honrase con su
hábito , haciendo la señal en su pecho . Y se tie-

ne por cierto que lo alcanzara si viviera , por ser


tan calificado y tan insigne pintor. Así dijo Su Ma-
jestad muchas veces que no habia sido conocido el
Mudo , viendo que los que venian á pintar al Esco-

rial , no igualaban con los originales de su mano .


Honró tambien á Bartolomé Carducho , dándole dos- En sus elogios.
cientos ducados de renta , demás de sus gajes, sin-
tiendo que era llamado , por su embajador , del rey
de Francia . A Peregrin de Bolonia , que fué el que
pintó el cláustro y librería , le premió de manera que
llevó cincuenta mil ducados del Escorial , y una

plaza de senador de Milan para su hijo . Y aprecian-


do la pintura del coro á Lúcas Cangiaso en ocho
mil ducados, le dió doce mil. A una señora llamada
128 ARTE DE LA PINTURA.

Laviana Fontana , florentina, por un cuadro de una


media imágen con el niño dormido , le mandó dar
mil ducados . Antes de pasar de aquí haré memoria
de otras famosas mujeres pintoras italianas , como
Sofonisba (que retrató al príncipe D. Carlos , hijo de
Varia lec. cap. 17. Felipe II) , Artemisa , que vive hoy en Roma (de
quien trajo el duque de Alcalá algunas pinturas) ; y
de la antigüedad hace mencion de otras Pedro Me-
jía. Timareta , hija de Nicon ( que pintó una famosa
tabla de Diana que se venera en Efeso ) , Irene , Ca-
lipso , Calicicena , Olimpias y otras, y señaladamen-
Lib. 2 , cap . 7. te Marcia , hija de Varron , que nombrarémos ade-
lante .
Pero (siguiendo lo comenzado) más me admira lo
que oigo á graves personas de un cuadro de Corre-

gio , que está en Roma ( de vara y cuarta de largo ,


del desposorio de Santa Catalina mártir , de figuras
de medio cuerpo ) en poder del cardenal Sforza , que
ofreciéndole por él D. Francisco de Castro (embaja-
dor de España y virey de Sicilia) cuatro mil duca-
dos , no los estimó en nada . El año 1629 se trajo de
Osuna á esta ciudad un cuadro grande pintado so-
bre tabla , de Nuestra Señora , el niño Jesus y San

Juan Bautista, de mano de Rafael de Urbino , que


presentó el duque de Florencia al de Osuna , siendo
Nota. virey de Nápoles, que pagó por él D. Gaspar de
Monteser à la duquesa , mil y seiscientos ducados , y
hoy está en poder de D. Diego Mejía, marqués de
Leganés , en Madrid . Hace memoria de esta pintura
Jorge Vasari en la vida de Rafael .
Ultimamente , vemos á nuestro íntimo amigo Vi-
cencio Carducho, gentilhombre de Florencia, her-
LIBRO PRIMERO, CAP. VIII . 129

mano de Bartolomé Carducho , heredero de su opi-


nion y honroso título de pintor de la Majestad de
Felipo III , estimado de tan gran monarca , y que
acabó la pintura de la casa del Pardo , cuya tasacion
he visto, que llega casi á veinte mil ducados .
Añado á esto (por relacion de mi yerno , de este
año 1632) que estando el caballero Josefino descon-
tento de su hábito por ser como los demás , lo mejo-
ró con otro que con una cadena de oro y una espa-
da le envió el rey de Francia; yo pienso que es de
San Miguel. Y Josepe de Ribera (que en Nápoles
acredita con famosas obras la nacion española) lo
trae de Cristo , por merced del Pontífice .

CAPITULO VIII .

DE OTROS FAMOSOS PINTORES DE ESTE TIEMPO , FAVORECIDOS


CON PARTICULARES HONRAS POR LA PINTURA.

No es ageno de este honorífico discurso lo más


cercano á nuestros dias , sucedido á Diego de Rómu-
lo Cincinato, natural de Madrid , hijo de otro famoso
Rómulo, pintor del rey D. Felipo II. Pasó este lucido
mancebo á Roma, en servicio del Excelentísimo se-

ñor don Fernando Enriquez de Rivera, tercero duque


de Alcalá (en la embajada extraordinaria que hizo á
dar la obediencia á la Santidad de Urbano VIII por
la Católica Majestad de Felipo IV , rey de España )
el cual, no hallando retrato propio de Su Santidad,
9
13 0 ARTE DE LA PINTURA .

procuró que lo retratase su pintor: hízolo tan á sa-


tisfaccion en tres veces que le dió lugar Su Santi-
dad , que el papa lo estimó mucho . Y habiéndole
acabado uno entero sentado en su silla , con bufete
y otros varios adornos ( que celebraron los duques
de Pastrana y Alcalá y los señores y pintores de
Roma) y queriendo el Santo Padre honrarle, le en-
vió á su casa con un camarero suyo una cadena de
oro de mucho valor, con una medalla de su retrato
de medio relievo , con su reverso , y por hacerle ma-
yor favor ( como á hombre noble y honrado artífice) ,
le dió el hábito de Cristo de Portugal . Y cometió al
cardenal Trexo de Paniagua , español (que fué des-
pues presidente de Castilla , y murió obispo de Má-
laga) que se lo pusiese y le armase caballero , lo
cual hizo en presencia de su dueño el duque de Al-
calá, y de toda su familia y amigos , en casa del
mismo cardenal , que le tuvo prevenida otra lucida
vuelta de cadena de oro , y pendiente de ella el há- ·
bito . De donde con grande aplauso y gusto de to-
dos le volvieron á su casa , en 14 de Diciembre
de 1625. ¡Oh breve gloria humana! Murió de ahí á
poco , y fué enterrado en la iglesia de San Lorenzo
de Roma, con las insignias de caballero de aquella
órden , y con la pompa debida á un gran sugeto .
Otro digno de memoria ( aunque su elogio está á
cargo de los de su nacion, por ser del número de los
valientes pintores de ella) es Pedro Pablo Rubens ,
natural de la famosa ciudad de Amberes , nacido en
mucha nobleza y abundancia . Su padre fué persona
de grandes partes, y Secretario de un gran Príncipe
de Flandes . Tuvo un hermano llamado Filipo Rube-
LIBRO PRIMERO, CAP. VIII. 131

niano, doctísimo en letras humanas , á quien por ex-


celencia intitularon segundo Lidsio , cuyos libros
acreditan á faz sus estudios y murió Secretario de la
ciudad de Amberes . El Pedro Pablo Rubens , siendo
aventajado discípulo de Octavio Venio , valiente
pintor flamenco , pasó á Italia en su juventud , don-
de estuvo más de doce años , y volviendo muy apro-
vechado á su patria, labró unas grandiosas casas en
que hoy vive . Sus Altezas el Archiduque Alberto
y la Señora Infanta D. Isabel su mujer, le estima-
ron siempre mucho , porque habiendo hecho , recien
venido, dos famosos retratos de los dos , sentados en
sus sillas, la Señora Infanta en presencia de su ma-
rido le ciñó la espada, y puso al cuello una riquísi-
ma cadena de oro, llamándole honra de su patria .
El Archiduque le sacó un hijo de pila que hoy vive,
y le pusieron por él , Alberto , y muchas veces le
venia á ver á sus casas cuando asistia en Amberes .

Hará algunos años que pasó de Flándes á Paris , á


donde enriqueció con bellísimas pinturas de su mano
todo el nuevo Palacio que labró la Reina madre.
Al Rey de Inglaterra y Emperador de Alemania y el Rey su hijo
lo armó segunda
hizo muchos y muy excelentes cuadros . Despues vez caballero.
habiendo venido á Francia el Duque de Boquingan
para tratar el casamiento del Rey de Inglaterra (de
quien era muy valido ) con la hermana del de Fran-
cia (que se efectuó el año 1625), comunicó muy es-
trechamente con él (por su mucha capacidad y le-
tras), discurriendo sobre las paces de Inglaterra y
España de parte de su Rey , de donde se originó su
venida á Madrid, por órden de su Alteza la Señora
Infanta D.' Isabel , de quien ( como se ha dicho ) es
132 ARTE DE LA PINTURA .

muy estimado , la cual le envió á llamar , y le des-


pachó por la posta desde la córte de Bruselas á la
de España , donde llegó por el mes de Agosto de
1628. Trajo á la Majestad de nuestro católico Rey
Felipe IV ocho cuadros de diferentes cosas y tama-
ños, que están colocados en el salon nuevo , entre
otras pinturas famosas . En los nueve meses , que
asistió en Madrid , sin faltar á los negocios de im-
portancia á que venia, y estando indispuesto algu-
nos dias de la gota , pintó muchas cosas , como ve-
rémos ( tanta es su destreza y facilidad ) . Primera-
mente retrató á los Reyes é Infantes de medios cuer-
pos , para llevar á Flándes ; hizo de Su Majestad
cinco retratos , y entre ellos uno á caballo con otras
figuras, muy valiente. Retrató á la Señora Infanta
Nota. de las Descalzas de más de medio cuerpo , é hizo de
ella copias de personas particulares hizo cinco ó
seis retratos copió todas las cosas de Ticiano que
tiene el Rey, que son los dos baños , la Europa, el
Adónis y Vénus , la Vénus y Cupido , el Adan y Eva
y otras cosas : y de retratos , el del Lansgrave , el del
Duque de Sajonia, el de Alba , el del Cobos , un Dux
Veneciano , y otros muchos cuadros fuera de los que
el Rey tiene : copió el retrato del Rey Felipe II en-
tero y armado . Mudó algunas cosas en el cuadro de
la Adoracion de Reyes de su mano , que está en Pa-
lacio: hizo para D. Diego Megía (grande aficionado
suyo) una imágen de Concepcion de dos varas ; y á
D. Jaime de Cárdenas , hermano del Duque de Ma-
queda, un San Juan Evangelista , del tamaño del
natural . Parece cosa increible haber pintado tanto
en tan poco tiempo, y en tantas ocupaciones. Con
LIBRO PRIMERO, CAP. VIII. 133

pintores comunicó poco , sólo con mi yerno ( con


quien se habia antes por cartas correspondido) hizo
amistad, y favoreció mucho sus obras por su mo-
destia, y fuéron juntos á ver el Escorial .
Finalmente , todo el tiempo que estuvo en la córte ,
su Majestad y Ministros mayores , hicieron mucha
estimacion de su persona y talento . Y Su Majestad
le hizo merced de un oficio de Secretario del Con-

sejo privado en la córte de Bruselas , por toda su


vida, y de la futura sucesion del para su hijo Alberto ,
que vale mil ducados cada año .
Acabados los negocios cuando se despidió de su
Majestad, le dió el Conde Duque de parte del Rey,
una sortija que valia dos mil ducados . Partió por la
posta á 26 de Abril del año siguiente de 1629 , y fué
derecho á Bruselas á verse con la Señora Infanta ; y
de allí á Inglaterra , donde acabadas las paces el
Rey Carlos I, honrando su persona y conocida no-
bleza , estimando su diligencia , su talento y letras
y eminencia en la pintura, le armó tercera vez ca-
ballero , y vuelto á Amberes siendo de cincuenta Nota.
años, poco más o menos , y con cien mil ducados de
hacienda casó segunda vez el año pasado de 1630 .
Bien se ve por este discurso tan honorífico como
(á lo que pude alcanzar) verdadero , que sobre to-
dos los talentos de este insigne pintor , quien le
engrandece , quien le acredita, quien inclina á los
Reyes y grandes Príncipes á levantar á porfía tan
ilustre sugeto, es la grandeza , hermosura y caudal
de su ingenio , que resplandece en sus pinturas , y
quien le da la mano y le enriquece , es la suya pro-
pia, merecedora justamente de tanta honra .
134 ARTE DE LA PINTURA.

2. Diego de Silva Velazquez mi yerno, ocupa ( con


razon) el tercer lugar , á quien despues de cinco años
de educacion y enseñanza casé con mi hija , movido
de su virtud, limpieza y buenas partes, y de las es-
peranzas de su natural y grande ingenio . Y porque
es mayor la honra de maestro que la de suegro , ha
sido justo estorbar el atrevimiento de alguno que se
quiera atribuir esta gloria, quitándome la corona de
mis postreros años . No tengo por mengua aventa-
jase el discípulo al maestro (habiendo dicho la ver-
Math. cap . 10. dad que no es mayor) , ni perdió Leonardo de Vinci
en tener á Rafael por discípulo, ni Jorge de Castel-
franco á Ticiano , ni Platon á Aristóteles , pues no le
quitó el nombre de Divino . Esto se escribe no tanto
por alabar el sugeto presente (que tendrá otro lu-
En su elogio. gar) , cuanto por la grandeza del arte de la pintura ,
y mucho más por reconocimiento y reverencia á
la Católica Majestad de nuestro gran Monarca Fe-
lipe IV, á quien el cielo guarde infinitos años ; pues
de su mano liberal ha recibido y recibe tantos fa-
vores .

Deseoso pues de ver el Escorial , partió de Sevilla


á Madrid por el mes de Abril del año de 1622. Fué
muy agasajado de los dos hermanos D. Luis y
D. Melchor del Alcázar, y en particular de D. Juan
.
de Fonseca , sumiller de cortina de Su Majestad
(aficionado á su pintura) . Hizo á instancia mia un
retrato de D. Luis de Góngora, que fué muy cele-
brado en Madrid , y por entonces no hubo lugar de
retratarlos Reyes, aunque se procuró . El de 1623 fué
llamado del mismo D. Juan (por órden del Conde
Duque): hospedóse en su casa , donde fué regalado
LIBRO PRIMERO, CAP. VIII. 135

servido , é hizo su retrato . Llevólo á Palacio aque-


lla noche un hijo del Conde de Peñaranda , camarero ·
del Infante Cardenal , y en una hora lo vieron todos
los del Palacio, los Infantes y el Rey, que fué la
mayor calificacion que tuvo . Ordenóse que retratase
al Infante, pero pareció más conveniente hacer el
de Su Majestad primero , aunque no pudo ser tan
presto por grandes ocupaciones : en efecto se hizo
.
en 30 de Agosto de 1623 , á gusto de Su Majestad ,
de los Infantes y del Conde Duque , que afirmó no
haber retratado al Rey hasta entonces ; y lo mismo
sintieron todos los señores que lo vieron . Hizo tam-
bien un bosquejo del Príncipe de Gales , que le dió
cien escudos .

Hablóle la primera vez su excelencia el Conde


Duque, alentándole á la honra de la patria, y pro-
metiéndole que él sólo habia de retratar á Su Majes-
tad y los demás retratos se mandarian recoger . Man-
dóle llevar su casa á Madrid , y despachó su título ,
último dia de Octubre de 1623 , con veinte ducados
de salario al mes y sus obras pagadas , y con esto ,
médico y botica: otra vez por mandado de Su Ma-
jestad, y estando enfermo , envió el Conde Duque el
mismo médico del Rey para que lo visitase . Despues
de esto habiendo acabado el retrato de Su Majes-
tad á caballo , imitado todo del natural hasta el
país, con su licencia y gusto se puso en la calle
Mayor enfrente de San Felipe , con admiracion de
toda la córte y envidia de los del arte , de que soy
testigo. Hiciéronle muy gallardos versos , algunos
acompañarán á este discurso . Mandóle dar Su Ma-
jestad trescientos ducados de ayuda de costa y una
136 ARTE DE LA PINTURA .

pension de otros trescientos , en que para obtenerla


dispensó la Santidad de Urbano VIII , año de 1626 .
Siguióse la merced de casa de aposento que vale
doscientos ducados cada año .
Ultimamente hizo un lienzo grande con el retrato
del Rey Felipe III , y la no esperada expulsion de
los moriscos , en oposicion de tres pintores del Rey,
y habiéndose aventajado á todos , por parecer de las
personas que nombró Su Majestad ( que fuéron el
Marqués Juan Bautista Crecencio , del hábito de
Santiago , y fray Juan Bautista Maino , del hábito de
Santo Domingo , ambos de gran conocimiento en la
pintura) le hizo merced de un oficio muy honroso en
Palacio; de ugier de cámara con sus gajes : y no sa-
tisfecho de esto le añadió la racion que se da á los
de la cámara, que son doce reales todos los dias para
su plato, y otras muchas ayudas de costa . Y en cum-
plimiento del gran deseo que tenia de ver á Italia ,
y de las grandiosas cosas que en ella hay, habién-
doselo prometido varias veces , cumpliendo su real
palabra y animándole mucho le dió licencia, y para
su viaje cuatrocientos ducados en plata , haciéndole
pagar dos años de su salario . Y despidiéndose del
Conde Duque le dió otros doscientos ducados en oro
y una medalla con el retrato del Rey y muchas car-
tas de favor.

Partió de Madrid , por órden de Su Majestad , con el


Marqués de Espínola , embarcóse en Barcelona dia.
de San Lorenzo del año 1629 ; fué á parar á Venecia
y á posar en casa del Embajador de España , que lo
honró mucho , y le sentaba á su mesa , y por las
guerras que habia , cuando salia á ver la ciudad , en-
LIBRO PRIMERO, CAP.VIII . 137

viaba sus criados con él que guardasen su persona .


Despues , dejando aquella inquietud , viniendo de
Venecia á Roma pasó por la ciudad de Ferrara don-
de á la sazon estaba , por órden del Papa , gober-
nando el Cardenal Saquete, que fué Nuncio en Es-
paña, á quien fué á dar unas cartas y besar la mano ,
dejando de dar otras á otro Cardenal . Recibióle muy
bien, y hizo grande instancia en que los dias que
allí estuviese habia de ser en su palacio y comer
con él: él se excusó modestamente con que no comia
á las horas ordinarias, mas con todo esto si su Ilus-
trísima era sentido obedeceria y mudaria de costum-
bre . Visto esto mandó á un gentil hombre español
de los que le asistian , que tuviese mucho cuidado
dél , y le hiciese aderezar aposento para él y su
criado y le regalasen con los mesmos platos que se
hacian para su mesa, y que le enseñasen las cosas

más particulares de la ciudad . Estuvo allí dos dias ,


y la noche última que se fué á despedir dél, le tuvo
más de tres horas sentado tratando de diferentes.

cosas, y mandó al que cuidaba dél , que previniese


caballos para el siguiente dia y le acompañase diez
y seis millas , hasta un lugar llamado Ciento , donde
estuvo poco, pero muy regalado, y despidiendo la
guia siguió el camino de Roma , por Nuestra Señora
de Loreto y Bolonia , donde no paró ni á dar cartas
al Cardenal Ludovico ni al Cardenal Espada que es-
taban allí .

Llegó á Roma donde estuvo un año muy favore-


cido del Cardenal Barberino , sobrino del Pontífice ,

por cuya órden se hospedaron en el Palacio Vati-


cano. Diéronle las llaves de algunas piezas , la prin-
138 ARTE DE LA PINTURA .

cipal de ellas estaba pintada á fresco , todo lo alto


sobre las colgaduras , de historias de la Sagrada Es-
critura de mano de Federico Zúcaro, y entre ellas
la de Moisés delante de Faraon , que anda cortada de
Cornelio . Dejó aquella estancia por estar muy atras
mano y por no estar tan solo, contentándose con
que le diesen lugar las guardas para entrar cuando
quisiese á debujar el juicio de Micael Angel , ó de
las cosas de Rafael de Urbino , sin ninguna dificul-
tad , y asistió allí muchos dias con grande aprove-
chamiento . Despues viendo el Palacio ó Viña de los
Médicis que está en la Trinidad del Monte , y pare-
ciéndole el sitio á propósito para estudiar y pasar
allí el verano, por ser la parte más alta y más airo-
sa de Roma, y haber allí excelentísimas estátuas
antiguas de que contrahacer, pidió al conde de Mon-
terey , Embajador de España , negociase con el de Flo- .
rencia le diesen allí lugar, y aunque fué menester
escribir al mesmo Duque, le facilitó esto , y estuvo
alli más de dos meses , hasta que unas tercianas le
forzaron á bajarse cerca de la casa del Conde , el
cual en los dias que estuvo indispuesto le hizo gran-
des favores , enviándole su médico y medicinas por
su cuenta, y mandando se le aderezase todo lo que
quisiese en su casa , fuera de muchos regalos de dul-
ces, y frecuentes recuerdos de su parte .
Entre los demás estudios hizo en Roma un famoso
retrato suyo, que yo tengo , para admiracion de los
bien entendidos y honra del arte . Determinóse de
volver á España , por la mucha falta que hacia, y á
la vuelta de Roma paró en Nápoles , donde pintó un
lindo retrato de la Reina de Hungría , para traerlo á
LIBRO PRIMERO, CAP . VIII. 139

Su Majestad . Volvió á Madrid despues de año y me-


dio de ausencia y llegó al principio del de 1631. Fué
muy bien recibido del Conde Duque , mandóle fuese
luego á besar la mano á Su Majestad , agradecién-
dole mucho no haberse dejado retratar de otro pin-
tor, y aguardándole para retratar al Príncipe , lo
cual hizo puntualmente , y Su Majestad se holgó
mucho con su venida . No es creible la liberalidad
·
y agrado con que es tratado de un tan gran Mo-
narca. Tener obrador en su galería y Su Majestad
llave dél, y silla para verle pintar despacio , casi to-
dos los dias . Pero lo que excede todo encarecimiento
es, que cuando le retrató á caballo , le tuviese tres

horas de una vez sentado , suspendido tanto brio y


tanta grandeza . Y no parando el pecho real en tan-
tas mercedes , en siete años ha dado á su padre tres
oficios de Secretario en esta ciudad , que cada uno
le ha valido mil ducados cada año ; y á él , en menos
de dos, el de guarda ropa y de ayuda de cámara en
este de 1638, honrándolo con su llave , cosa que de-
sean muchos caballeros de hábito . Y mediante el
cuidado y puntualidad con que procura aventajarse
cada dia en servir á Su Majestad , esperamos el au-
mento y las mejoras en el arte por quien lo ha me-
recido, y los favores y premios debidos á su buen
ingenio, el cual empleado en otra facultad sin duda
alguna no llegara á la altura en que hoy se halla :
y yo, á quien cabe tanta parte de su felicidad , doy
fin á este capítulo con los versos siguientes :
140 ARTE DE LA PINTURA.

Elogio al retrato del Rey nuestro Señor & caballo que


pintó Diego de Silva Velazquez, pintor de Su Majestad .
De don Jerónimo Gonzalez de Villanueva, florido
ingenio sevillano .

A tu semblante inclinan soberano


joh! gran señor, de la cristiana gente !
(cuando en fuerte bridon de acero armado
feliz te imita el que tu nombre adora) :
el persa fiero la indomada frente ,
la diestra amenazante el otomano.
Ya nueva luz de amaneciente aurora ,
ya César español como africano,
la quinta esfera de tus rayos dora .
Tiemblen tu acero fuerte
invidia, tiempo y muerte;
y hoy que al trono difícil de la fama
vuelas seguro sin temor de olvido ,
tu rostro esclarecido
benigno inclina á la triunfante España;
fiel ya deudora del afecto pio
con que levantas su postrado brio,
con que feneces tanta heróica hazaña .
Por cuanto Tétis baña,
Febo ilumina, y la triunfante luna,
suene tu nombre , y la real espada
con ira noble y con belleza airada ,
árbitra de la muerte y de la vida ,
de el polo ardiente hasta la Cithia helada
ostente de tu enseña conducida
la feroz gente , y con valor profundo ,
pues no primero , Macedon segundo ,
vibra el acero que al primer ensayo
de Elegra imita el fulminante rayo ,
que te avasalla al uno y otro mundo.
Huya el rebelde que negó obstinado
al blando yugo de la Fe suave
LIBRO PRIMERO, CAP . VIII. 141
el yerto cuello, que ya el peso grave
rinde de opresion dura,
con vida y libertad tan mal segura ,
que apenas mire por la iniesta lanza
término entre la ofensa y la venganza .
Huya el que de rigor y envidia armado
vanamente fiado
en la distancia de tu imperio augusto ,
conservar osa con aliento injusto
la fuerte plaza cuyo fuerte muro
pisa tan mal seguro,
que honrando tus católicos pendones ,
dando á la vida por la infamia el paso ,
obra el temor en el dificil caso
lo que desacordada empresa fuera
de Xerxes á las hórridas naciones .
Que mucho , si con alta providencia
por los índicos mares no domados
y llega por la tierra más oculta
la roja cruz de tu estandarte ufano ;
ydonde tu corona dificulta
la esperanza á los ciegos y obstinados,
que tu sólio amenazan castellano .
Y en circo bello en que mintió algun dia
primaveras la gala y valentía ,
(donde premiaba amor con aspereza
amorosos alientos de belleza ,
del que manchando con marcial decoro
el limpio fresno en el sangriento toro
inmortalmente sin morir moria) .
Ya con fingidas veras el acento
de la trompa animada con el viento
á sacudir la paz infructuosa
los ánimos enciende, accion gloriosa
de el Atlante señor en quien se inclina ,
(merced quizá divina)
de tu gloria el humano firmamento .
A cuya duracion así dispensa
142 ARTE DE LA PINTURA .
que en este hecho acreditar procura
no sin admiracion de la ventura
que ya señor te sobra la defensa;
que ya te espera con devota planta
la opresa ciudad santa ,
que vió violadas las purpúreas rosas
del sol divino , que con pecho fuerte
quiso morir para vencer la muerte.
Pica el caballo que el dorado freno
tascar parece que oprimida gime
del grave peso la pintada selva,
y que él, de orgullo y de arrogancia lleno,
el rostro al cielo ó á la tierra vuelva ,
que perdona tal vez si el viento oprime
bruto no irracional , tan obediente
los afectos te cuente ,
que la rienda fiada al albedrío
haga con nuevo empleo
freno la voluntad , rienda el deseo ;
y Bucéfalo ya más venturoso,
signo del sol hermoso ,
ó Frois ó Flegon con presto vuelo
por sendas de oro y círculos de cielo ,
de Filipo el gran nombre repetido
sea el flamante carro suspendido .
No forzada verdad al dulce engaño
de los ojos , te miro ,
copia feliz de Numa ó de Trajano ;
pues cuando de tus ojos me retiro
y busco en el trasunto el desengaño,
á tí te adoro y tu retrato admiro.
Gentilica opinion juzgar pudiera
tu copia verdadera ,
si al lienzo lo que al ave , al pez , al bruto
filósofo discurso concediera ;
y prevenido al hecho si no astuto
al artífice viera en dulce calma
pasar al lino desde el cuerpo la alma.
LIBRO PRIMERO , CAP. VIII . 143
Pero á Deidad camina
lisonja tan divina:
que sin partir la union que viva eterna,
cuanto al respeto la lealtad le mueve ,
alma espira el pincel , alma le de be
la línea más sutil que le gobierna .
Muévese el sauce , y las olientes flores ,
con parleros olores ,
y con trinos las aves
publican lo que sabes,
eternizar tu nombre,
Velazquez , que á tu mano
debe el afecto humano
crédito más que de hombre .

A DIEGO DE SILVA VELAZQUEZ ,

pintor de nuestro católico Rey Felipe IV, habiendo


pintado su retrato á caballo , le ofreció su suegro
Francisco Pacheco , estando en Madrid, este

SONETO .

Vuela, oh jóven valiente , en la ventura


de tu raro principio, la privanza
honre la posesion, no la esperanza,
del lugar que alcanzaste en la pintura .
Animete la augusta, alta figura
de el Monarca mayor que el orbe alcanza ,
en cuyo aspecto teme la mudanza
aquel que tanta luz mirar procura.
Al calor de este sol templa tu vuelo,
y verás cuánto extiende tu memoria
la fama, por tu ingenio y tus pinceles.
Que el planeta benigno á tanto cielo,
tu nombre ilustrará con nueva gloria ,
pues es más que Alejandro y tu su Apeles .
144 ARTE DE LA PINTURA.

CAPITULO IX .

SANTOS QUE EJERCITARON LA PINTURA , Y de algunos EFECTOS


MARAVILLOSOS PROCEDIDOS DE ELLA.

Estas honras y favores (que hasta aquí habemos


contado) no las alcanzan los ordinarios pintores,
aunque sean ricos, por ser premios debidos á los es-
tudios, de que ellos voluntariamente se privaron ; si
bien vemos que se amparan á la sombra de esta
arte . A cuyos profesores ( como se ha visto) no sólo
honraron los nobles , los príncipes y reyes, pero lo
que es más, se honraron ellos de profesalla , ejerci-
tándola por sus manos y prefiriéndolas á otras artes
liberales , como verémos , comenzando de la anti-
güedad.
Porque acerca de los griegos fué esta arte muy
estimada y de la misma suerte de los latinos , pues

á los Fabios , linaje ilustrísimo , el primero de ellos


les dejó por herencia este renombre de pintores, que
Plin . , lib . 35 , fué llamado Quinto Fabio patricio ; que siendo gran
cap. 4.
jurisconsulto y gran historiador, quiso antes llamar-
se Fabio pintor. Y así puso su nombre en el templo
de la Salud, que pintó en Roma cuarenta y cinco
años despues de edificada . La cual pintura pereció
quemándose el templo en el principado de Claudio.
Fué en aquel tiempo tambien Turpilio , caballero ro-
mano de la region de Venecia, que hizo en Vero-
LIBRO PRIMERO, CAP . IX . 145

na muchas y muy ilustres obras : pintaba con la


mano izquierda , aplicándose más á cosas pequeñas ,
y murió de venerable y luenga edad . Fué pintor
Atherio Labeon , pretor y procónsul de la provincia
de Narbona. Lucio Manilio, ciudadano de Roma, y Leon Batista Albert .

Pacuvio , poeta, hijo de una hermana del famoso lib . 2 de la pint .


Enio, cuya celebrada pintura enriqueció el templo
de Hércules. Fuéron pintores otros muchos excelen-
tes poetas, oradores y filósofos , como Sócrates , Pla-
ton, Eschines, Pirro, Eurípides, Demóstenes . Y asi-
mismo es celebrada entre los escritores Marcia , hija
de Varron, por la excelencia de su pintura ; Amulio , Plin . , lib . 36 ,
ilustre y grave pintor, que las pocas horas del dia cap . 10.
que pintaba era siempre con toga : sus obras no fué-
ron muchas, empero muy estimadas, pues se colo-
caron en la casa Aurea con gran veneracion .
Y pasando adelante Plinio , dice , que habiendo Plin ., lib . 35 ,
vencido Lucio Paulo á Persseo , pidió á los atenien- cap. 11 .
ses le enviasen el más docto filósofo para enseñar
la juventud, y un famoso pintor para adornar su
triunfo; y le enviaron á Metrodoro , pintor y filósofo
de gran autoridad en la una y otra disciplina . Tam-
bien Paulo Emilio y otros ciudadanos romanos hi-
cieron enseñar á sus hijos á pintar . Pero lo que es
más, Quinto Pedio , nieto de Quinto Pedio , varon
consular y triunfal , co- heredero dado por Julio Cé-
sar al emperador Octaviano Augusto su sobrino , por
ser mudo , con parecer de Mesala orador , aprendió
el arte de la pintura , pero murió de poca edad , aun-
que con grandes esperanzas , ¿ De dónde procedió
esto sino de ser esta arte noble y real? Que por serlo

la ejercitaron muchos reyes y emperadores , como Suet .en Neron .


10
146 ARTE DE LA PINTURA.

Neron , de quien dice Suetonio que tuvo en la pin-


tura no mediano estudio . Elio Adriano, Marco An-
tonio el filósofo que tuvo por maestro á Diógenes ,
pintor insigne, Valentiniano, Alejandro Severo , dis-
cípulo tambien de Ulpiano, jurisconsulto , y última-
Sigisb . , en su cró- mente, el emperador Constantino Octavio , que des-
nica, 913 .
pojado del imperio en el año 918 se sustentó con el
ejercicio noble de esta arte.
Y porque de la antigüedad se ha hablado asaz ,
digamos de algunos modernos que nos ocurrieren á
Diálogo del Dolce . la memoria de los muchos de quien se tiene noticia ,
que principalmente se deleitaron en el debujo . Flo-
Paolo Lomazo, reció en Italia monseñor Bárbaro , patriarca de Aqui-
lib. 1 , cap. 1 .
leya ; el docto Francisco Maria Morsino , gentilhom-
bre veneciano ; el magnífico Alejandro Contarino ;
Tomás del Caballero y D. Julio Clovio , único en la
iluminacion , ambos íntimos amigos de Micael An-
gel (como habemos ya dicho ) . Francisco I , rey de
Francia , muchas veces se entretenia en dibujar y
pintar . Y lo mesmo han hecho otros príncipes , y
entre ellos Cárlos Emmanuel , duque de Saboya , el
cual , así en esta como en otras artes liberales , imitó
felicemente al rey Francisco , su abuelo materno .
No menos en España muchos nobles caballeros y
señores se han preciado de este honroso y entrete-
nido ejercicio . Uno de estos fué Juan Perez Florian ,
del hábito de Cristo , secretario de D. Cristóbal de
Mora , y de la Cámara del rey D. Felipo II . D. Ge-
rónimo de Ayanza, tan conocido por su ingenio y
buenas partes; D. Gerónimo Muñoz , digno de mayor

elogio por el lugar que tiene en lo especulativo y


práctico de esta profesion; uno con hábito de Alcán-
LIBRO PRIMERO, CAP . IX . 147

tara y otro con hábito de Santiago . Y D. Juan de


Fonseca y Figueroa, hermano del marqués de Ore-
llana , maestre escuela y canónigo de Sevilla , y des-
pues sumiller de cortina del rey Filipo IV, que con
la agudeza de su ingenio y mucha erudicion, no
tuvo en poco el ejercicio noble de la pintura .
Pues en nuestra felice patria he conocido muchos
caballeros y hombres principales , de aventajado lu-
gar en el debujo , entre los cuales se debe contar
D. Francisco Duarte, presidente que fué de la con-
tratacion , y su hermana D. Mariana ( eminentísi-
ma en la parte del escribir) , de quien yo he visto
maravillosos diseños de pluma . Diego Vidal , á
quien pudiéramos poner con los pintores santos , y
su sobrino del mesmo nombre, ambos racioneros de
esta santa iglesia. Y D. Estéban Hurtado de Men-
doza, del hábito de Santiago , en sus tiernos años ,
estando su padre por Asistente de esta ciudad , dió
raras muestras de su ingenio en esta facultad . El
marqués del Aula y nuestro duque de Alcalá, virey
de Barcelona, que ha juntado al ejercicio de las le-
tras y armas el de la pintura , como cosa digna de
tan gran príncipe . Pues D. Juan de Jáuregui noto-
rio es á todos que con virtuosa emulacion ha gran-
jeado aventajado lugar y nombre entre los mesmos
que profesan esta arte, de cuyo elevado espíritu con
razon se deben esperar siempre ilustres demostra-
ciones . Pero la más aventajada grandeza de esta
profesion es (á mi ver) que nuestro Felipo II y III Noticia delas artes,
(como es opinion de muclros ) no carecieron de esta lib. 3, cap. 19.

gloria y ejercicio del debujo . Y de nuestro gràn


monarca, cuarto de este nombre ( siendo príncipe ).
148 ARTE DE LA PINTURA.

tengo un San Juan Bautista mancebo en el desierto ,


abrazado con el cordero , de muy gallarda y diestra
pluma, que envió á Sevilla su gran valido el Conde-
Duque el año de 1619 , á cuyo diseño hizo D. Juan
de Espinosa una silva digna de su gran juicio y de
la gravedad del sujeto , que me pareció cosa justa
comunicarla á los aficionados á estas letras . Dice
de esta manera :

Esta es la imágen del mayor profeta


que imágen fué de Dios la mas perfeta ;
de la arte aquí ningun favor desea :
dióle Filipo su divina idea .
Filipo , alta promesa de los hados ,
y glorias de Occidente ,
por las vivas señales
con que previene hazañas inmortales,
y culto de los héroes consagrados ,
no adulacion presente
del pincel raro y del ingenio ardiente .
Pero pues el decoro
de divino sujeto ,
en bronce no consiste ó tabla de oro ,
es justo que el objeto
tengamos en la parte
que augusta ofrece y venerable la arte .
Si decirlo presumo
¿qué sera lo primero , y qué lo sumo?
¿Serán líneas valientes
con suavidad unidas y obedientes
á los precetos de la docta Grecia ?
¿O espíritu elevado.
al origen de formas naturales,
y ardor que agena imitacion desprecia?
O figuras iguales à lo mesmo imitado
con pertinaz engaño del sentido?
LIBRO PRIMERO, CAP. IX . 149

Arido está el desierto , y no vestido


de alegre pompa y grata diferencia;
un tronco añoso lo acompaña apenas;
pero ¿cuándo buscó la penitencia
soledades amenas ?
Horrores santos el lugar espira
adonde se retira
la negacion del siglo y la abstinencia;
el ánimo consiente
el anuncio severo,
índice del supremo sacrificio ,
que alegre está y propicio ;
y expresas dulcemente
relevan del cordero
las ondas breves del candor primero .
Pero cuando él intente
¡oh claro imitador de tus pasados !
á figurar llegó de los sagrados
miembros la proporcion y el movimiento;
en términos mayores
llegaron á milagros los primores .
No que imite tu mano
trabajos fabulosos del Tebano ,
ni á espectáculos bárbaros nos llame
y ciegas luchas de la arena infame ;
sino al piadoso ejemplo
de macerada juventud , que arguye
rigor de eterna ley al apetito ;
y cuando la contemplo
el alma la obedece, aunque rehuye
la carne infecta del primer delito .
No más mi ruda musa ; otra prosiga
que dignos versos y eruditos diga .
Sólo diré admirado
que no sólo tendrás el principado
en las ilustres obras de pintura,
sino en cuantas coloca peregrinas
soberbia la escultura :
150 ARTE DE LA PINTURA .
y oprimen hoy de Italia las ruinas .
Permite , oh César, que el afecto hispano
(bien que sublimes alabanzas fundas
de acciones liberales y fecundas)
te celebre, y de glorias enmudezca
que el aplauso perdones ;
para que del monarca soberano
tu invicto padre , en inclitas acciones
la majestad heróica resplandezca ;
hasta que un áureo siglo te merezca
para animar la laxitud de Hesperia ,
y oiga el Jordan tu nombre entre el ruido
de trompas y de clásicos marciales ,
que te den de asiático apellido ,
y tú des á las musas naturales
de lograda esperanza alta memoria .

Y pues habemos visto la animacion y respeto que

han tenido los poderosos del mundo , à las obras de


los famosos artífices , y cuántos de ellos se han ejer-
citado en la pintura , en todas edades , veamos ahora
Apoc . cap. 5 y otros príncipes y reyes ( pues así los llama la Sa-
cap. 20.
grada Escritura ) que levantarán de punto este dis-
curso : que son los amigos de Dios y Santos . Con
que se califica por todas partes la nobleza de esta
arte , y se aumenta nuestra oracion .
Pero no es mi intento hacer catálogo aquí de in-
finito número de religiosos , de todas las órdenes
que han sido , y algunos aventajados , como fray
Vicente de Santo Domingo, de la órden de San Je-
rónimo, que fué maestro del Mudo . Ni de fray An-
drés de Leon ; ni fray Julian su discípulo , excelen -
tes iluminadores de la misma órden . Ni de fray
Diego del Salto , no inferior á ellos en la ilumina-
LIBRO PRIMERO , CAP . IX . 151

cion, fraile de San Agustin y natural de esta ciu-


dad; y fray Pedro de Montoya , tambien agustino .
Y de la Orden de la cartuja D. Francisco Galeas,
que fué prior de Sevilla; y el P. Juan Sanchez, fraile
lego que en Granada ha hecho en su convento obras
famosas, con la imitacion de lo natural . Y el vene-

rable monje de la mesma religion D. Luis Pascual


Catalan , que ha enriquecido esta casa de Sevilla
con historias dignas de su caudal . Ni de Adriano,
donado de los descalzos carmelitas , valiente pintor
que vivió y murió en Córdoba . Ni de fray Juan Bau-
tista Maino, pintor famoso de la órden de predica-
dores que enseñó á debujar (siendo príncipe) á nues-
tro católico Rey Felipe IV . Ni de otros muchos que
por ventura tendrán adelante lugar . Antes pondré-
mos los que pone el cardenal Palerto en su libro Lib. 1 cap . 3.
de las imágenes, mezclando otros algunos .
De un pintor romano llamado Pedro Cavallino ,
discípulo de Gioto, se escribe, que además de la ex- Jorge Vasari prim.
parte.
celencia de la arte que comenzó á ilustrarse en su
tiempo , fué devotísimo y amicísimo de los pobres ,
y creciendo en la edad madura se dió tanto á la vir-

tud, haciendo vida muy ejemplar, que fué tenido en


opinion de santo . Hizo de su mano el devoto cruci-

fijo que hoy se ve en la iglesia de San Pablo fuera


de Roma. El cual habló á Santa Brígida cerca del
año 1370. Y pintó otras santas imágenes y una de
la Santísima Vírgen, famosísima en todo Italia, por
quien Dios ha hecho infinitos milagros .
De Alberto Durero , pintor y geómetra clarísimo Al principio del
en Germania (de quien se hace mencion en muchas lib. deToscan
simetría
. la
partes de esta obra) cuenta su vida que con tan ar-
152 ARTE DE LA PINTURA.

diente ánimo procuró la honestidad de la vida , y la


alteza de las virtuosas costumbres , que toda ella vi-
vió libre de reprension . Y tuvo tanta suavidad y gra-
cia en las palabras, que los que lo oian no quisieran
ver el fin de su plática , y en la severidad y gravedad
de anciano no fué molesto , porque no despreció lo
que pertenece á la suavidad y alegría . Con su he-
róica virtud ganó el favor de los príncipes y reyes,
particularmente del Emperador Maximiliano y de su
nieto Cárlos V. Fué diligentísimo en guardar la
piedad y vergüenza , como pintor católico , y santo ;
careciendo sus obras de toda licencia y descompos-
tura ; mostrando en todas la castidad y pureza de su
ánimo . Hizo muchas historias de la vida y pasion de
Cristo y de su Santísima Madre ; de quien debujó y

talló excelentes imágenes , cubriendo siempre con


lo largo de la ropa sus sagrados piés . Con razon se
tiene su derecha mano en veneracion en su patria ,
por sus insignes obras y bienaventurada vida
En su elogio. Nuestro Luis de Vargas , hijo ilustre de esta ciu-
dad y raro ejemplo de pintores cristianos , despues
de haber gastado en Italia veinte y ocho años en
sus estudios , los que vivió en Sevilla, manifestaron
.
su rara virtud . Confesaba y comulgaba á menudo ,
era humildísimo y sufrido con sus émulos , hurtá-
base algunos ratos del dia á sus forzadas ocupacio-
nes, y en su estudio , á puerta cerrada , tendido en
un ataud , con la profunda consideracion de su
muerte, componia su vida . Fué devotísimo del santo
nombre de Jesus, por lo cual le sucedieron cosas
milagrosas : halláronse á su muerte asperísimos ci-
licios y disciplinas ; la fama de su virtud obligó á
LIBRO PRIMERO, CAP . IX. 153

un grave y docto varon á que ( yendo á predicar á


otro intento) publicase sus alabanzas . Estas predi-
can hasta hoy sus pinturas sagradas (manifestando
el espíritu de donde procedian), principalmente la
historia de Cristo con la cruz á cuestas , que está en
gradas á las espaldas del Sagrario antiguo de la
iglesia Mayor, y la pintura de la torre , que acabada
murió año de 15 € 8 , de edad de sesenta y dos años .
De Juanes , pintor de opinion , valenciano , se Suric . tom . 5 fól .
195 .
cuenta que hizo imágenes de mucha devocion , por-
que demás de ser persona de conocida virtud , se
preparaba con la confesion y comunion antes de
pintarlas .
De otro pintor llamado Eucratio refiere la vida de
San Cornelio Centurion , que habiendo mandado pin-
tar la imágen de este santo, y mostrando poca vo-
luntad de hacerlo, enfermó gravemente ; aparecióle
el mesmo santo mostrándole su verdadera efigie, y
el pintor arrepentido de su negligencia y yerro
con muchas lágrimas propuso de retratarlo ; y suce-
dióle felizmente , hallándose del todo libre de aque-
lla dolencia .

En la crónica de la órden de los Servitas se hace Fól. 14.


mencion de un pintor que en el año de 1252 , estan-
do envuelto en pecados, probó muchas veces á pin-
tar el rostro de la venerada imágen de Nuestra Se-
ñora de la Anunciacion de Florencia , pero jamás
pudo; por lo cual sintiendo que lo impedian sus cul-
pas, resolvió de purgarlas con el sacramento de la
confesion . Hecho esto y preparados los colores y
pinceles para hacer la obra, al punto ¡oh cosa mara-
villosa ' que se acercó á pintar , halló la cabeza y el
154 ARTE DE LA PINTURA.

rostro de la imágen perfectamente acabada, que se


juzgó haber sido por ministerio de los ángeles y
como á tal concurrió todo el pueblo con admiracion
á verla . Hace creible este suceso otro no menos ad-

Breviario Rom . in mirable . En tiempo de San Silvestre papa y de Cons-


dedic Basil. Salvat.
tantino emperador, apareció (sin que interviniesen
ingenio ó manos de hombre ) la imágen de nuestro
Salvador pintada en la pared del templo de San
Juan de Letran , á vista del pueblo romano, con que
se confirmó en la veneracion de las sagradas imá-
genes .
Suric. tom. 6 fól. Escribe Metatrastes en la vida de San Eustachio ,
182
patriarca constantinopolitano , que habiendo un man-
cebo perito en la pintura borrado y raido de la pa-
red una pintura de una diosa Vénus, para poner en
su lugar otra imágen de un santo; el demonio , que
guardaba la figura, tomando venganza en la mano ,
se la hinchó y llagó de manera que le puso en pe-
ligro de perder la vida . Mas el pintor , celoso y de-
voto , con el divino favor fué librado por medio de
aquel santo . Y su agradecimiento del beneficio
recibido , dejó en el mismo lugar pintada su imá- ·
gen, para que la mano que habia recibido la cura
fuese testigo de su médico .
No es menos regalado el ejemplo que trae Lope
de Vega en su Peregrino, en beneficio de otro devo-
to artífice , que pasó así : en una capilla de un tem-
plo pintaba un pintor famoso una imágen de la Ma-
dre de Dios, y habiendo hecho el rostro, medio
cuerpo y un brazo , estando pintando la mano que
Le, de Vinc . Belvac, Sostenia al niño , el tablado se desenlazó de los ma-
Espejo hist.
Lib. 7 cap. 104 deros en que cargaba, y viendo el turbado artífice
LIBRO PRIMERO, CAP. IX. 133

que se iba á precipitar (por la mucha distancia de


donde estaba al suelo ) , con grande fe dijo á voces á
la santa imágen : « Vírgen , tenedme . » ( ¡ Oh estupenda
maravilla!) ; apenas la turbada lengua pronunció es-
tas palabras, cuando la piadosa Señora sacó el bra-
zo pintado de la pared y asió el del pintor y le tuvo
firme. El andamio con los vasos y colores vino á
tierra con gran ruido , que todos los que allí se ha-
llaron , creyendo que el techo de la capilla se venia
abajo, levantaron los ojos y vieron á la Vírgen , aún
no pintada, con un brazo fuera de la pared , tenien-
do al venturoso hombre, y clamaron misericordia ,
alabando á la madre de ella : y puestas escaleras ,
habiendo bajado al suelo al pintor , la imágen vol-
vió á encoger el brazo ..
Dejo de dilatarme en los favores que imágenes de
pintura han hecho á santos varones (de que se ha-
blará adelante ) , aunque no es de pasar en silencio
la santa imágen de Nuestra Señora del natural , que
causa gran temor y reverencia á quien la mira ; que
está en la provincia de Cataluña en el convento de
la Cartuja , llamado Escala Dei, que habló al bien-
aventurado D. Juan Fort , monje de aquella casa .

Y la imágen del Santo Crucifijo , tambien de pincel ,.


de Santo Domingo de Nápoles , que habló al angé-
lico doctor Santo Tomás aprobando sus escritos .
Mas volviendo á nuestro intento , en la vida de
San Gregorio papa , se cuenta de un monje pintor Juan Diac. lib . 4
núm . 35.
dicho Saturnino , que entre otras virtudes suyas, era
devoto de San Gregorio , y pintó su imágen en me-
dio de los dos apóstoles San Pedro y San Pablo . Y
agradó tanto esta devocion á Nuestro Señor, que
156 ARTE DE LA PINTURA .

quiso privilegiar milagrosamente aquella pintura,


de tal manera , que algunas veces se hallaba delan-
te de ella una vela ardiendo sin que alguno la hu-
biese encendido .

Cap. 8. Del bienaventurado fray Nicolás Gator , natural


de Valencia , de la órden del seráfico padre San
Francisco , se cuenta en su vida que por ser de vivo
Cap . 25 . ingenio fué excelente pintor , y que viviendo en el
convento del valle de Jesus pintó muchas imágenes
de la Santísima Vírgen , de quien fué grandemente
regalado , y á las que hallaba pintadas les ponia
.
versos latinos en su alabanza.

Fray Juan de la Miseria , fraile lego de los carme-


litas descalzos , varon de rara virtud , hizo del natu-
ral el primer retrato de Santa Teresa de Jesus , que
está en el convento de sus monjas en esta ciudad ,
de cuyas copias han resultado tantas maravillas en
gloria del soberano Señor.
Fray Seraf. Rizzi. Anumérese á estos santos artífices el venerable

fray Juan de Fiosele , florentino , de la órden de Pre-


dicadores , pintor insigne y célebre en toda Europa.
Muy estimado del duque Cosme de Médicis y del
papa Nicolao V , pues vacando el arzobispado de
Florencia se lo quiso dar, por sus letras y santidad :
y por sus ruegos y aprobacion lo dió á San Antonino .

Giorgio Vasari 2 Fué llamado padre verdaderamente angélico , y de


part.
singular humildad y simplicidad , como lo mostró
convidándole el mesmo Pontífice , pues hizo con-
ciencia de comer carne sin licencia de su prior , no
atendiendo á la autoridad de quien se lo mandaba .
Hizo muchas pinturas dignas de eterna alabanza ,
no queriendo jamás pintar otra cosa que imágenes
LIBRO PRIMERO, CAP. IX. 157

santas . No tomaba el pincel si primero no habia he-


cho oracion , ni hizo ninguna imágen de Cristo cru-
cificado sin bañar en lágrimas su rostro . Por esto
muestran todas sus figuras particular aire de santi-
dad y la bondad de su ánimo ; murió de sesenta y
ocho años, en el de 1455 ; está sepultado en el con-
vento de la Minerva en Roma .
De otros muchos religiosos hace memoria el Va- 1

sari, que fuéron famosos pintores . Como D. Lorenzo ,


monje camaldulense , en el convento de los Ange-
les de Florencia , cuyas obras fuéron por los años
de 1529, y otros monjes de su religion , que florecie-
ron antes y despues de él .
De fray Bartolomé , excelente pintor , que siendo Giorgio Vasari,

en el siglo quieto y temeroso de Dios y amigo de


oir su divina palabra , entró en la religion de Santo
Domingo , donde atendió cumplidamente á la ob-
servancia de su regla y juntamente hizo varias
pinturas sagradas , dignas de memoria , que en los
rostros muestran no sé qué de divinas .
Otro ilustre ejemplo cuenta Cedreno de otro sier- En el comp. de su
hist. fol. 443
vo de Dios, monje y pintor , natural de Roma , por núm . 40.
nombre Methodio, que con el artificio de su pintura ,
acomodándola á conceptos cristianos y provechosos ,
fué causa que el duque de los Vúlgaros , siendo gen-
til, se redujese á nuestra sagrada religion . Y dícelo
de esta suerte, vuelto en nuestra lengua : « que ha-
biendo edificado este Príncipe un nuevo y suntuoso
palacio , mandó á este santo monje que lo adornase
de historias de pintura en los espacios convenien-
tes . Y sucedió , por divina traza , no señalarle nada
de lo que habia de hacer , dejándolo á su eleccion :
158 ARTE DE LA PINTURA.

sólo le mandó fuesen cosas terribles y espantosas .

El monje pintó la segunda venida de Cristo á juz-


gar el mundo ; porque pensó , y bien , que no habia
cosa más temerosa y horrenda . El Príncipe admira-
do de este espectáculo , viendo por una parte la glo-
ria de los justos y por otra las penas y tormentos
de los condenados , y enseñado del pintor lo que
aquello representaba, al punto, tocado de Dios , de-
jó la vana supersticion , y se convirtió : é instruido
en las cosas de nuestra fe por un santo obispo , á
media noche recibió el santo bautismo . Y rebelán-
dose los grandes y el pueblo , intentando matarle,
con pequeño ejército lo resistió y desbarató . Y con
aquel suceso impensado , y admirable mudanza ,
asombrados los vasallos , se convirtieron muchos . >>
A éstos se junta un valeroso monje llamado Lá
zaro, señaladísimo pintor, que habiéndolo el Empe-
rador Teodosio perseguido con rabioso furor, porque
se deleitaba en pintar las sagradas imágenes , y
despues de muy crueles azotes y tormentos , encer-
rándole en una oscura cárcel , renovando su atroci-
dad contra el santo monje , sucedió lo que cuenta la
historia, cuyo sentido es este .
Zonar . llb. 3 de Estando sano de las heridas el bienaventurado artí-
sus Anal . Fól . 118. fice , volvió á su acostumbrado y piadoso ejercicio ,

por lo cual el tirano mandó de nuevo á los verdugos


que le abrasasen las manos con láminas encendi-
das, porque los fieles no adorasen los trabajos de
elias . Y el constante varon , despues de tantos mar-
tirios recibidos de la gracia divina , pintó otras
imágenes de gran veneracion , y despues de muerto
su perseguidor , pintó una imágen de nuestro Sal-
LIBRO PRIMERO, CAP. IX. 159

vador, que habiéndose borrado con el tiempo, ahora


se ve de nuevo restituida .

Remate gloriosamente este número el evangelista


S. Lúcas , patron divino de los pintores , con quien
justamente pueden estár ufanos entre los demás pro-
fesores de otras artes . Pues la mano que escribió el
santo Evangelio pintó las sagradas imágenes de
que haremos memoria , refiriendo primero brevemen-
te su vida, de quien la trata con más autoridad .
Fué este glorioso Santo de la ciudad de Antio- Pedro de Rivad .
18 de Octubre fől .
quía, de novísima familia , vírgen perpétuo , doctí- 722.

simo en todas las buenas letras y en la medicina :


aprendió el arte de pintar para entretener el tiempo
honestamente . Muchos son de opinion que fué de
los setenta y dos discípulos ; pero no parece tan
fundada, antes ( como dice Rivadeneira ) S. Ireneo ,
Tertuliano, Eusebio , S. Gerónimo y S. Agustin ,
Doroteo, Beda y Pedro Damiano dicen lo contrario .
Y si se ponderan las palabras que el mismo San
Lúcas dice , hablando de sí en el principio de su
Evangelio , fácilmente se echará de ver que lo es-
cribió de oidas. Lo cierto es que fué discípulo y
compañero de S. Pablo en sus trabajos y peregri-
naciones ; aunque no luego , sino pasado algun
tiempo. Escribió su Evangelio en griego , en ele-
gante estilo, para dar luz à los de aquella nacion,
á quien S. Pablo predicaba . No sólo fué enseñado
de él , sino de los demás Apóstoles , especialmente
de la Santísima Vírgen , con la cual hizo mucha fa- Grego. Naci. orat . I.
miliaridad : acabó su vida como insigne mártir , se- in Julia
Paulin ad sever.
gun la opinion de graves doctores . Epist. 12 y otros.
Entre las cosas famosas que hizo , fué una las
1
160 ARTE DE LA PINTURA .

imágenes de Cristo , Nuestro Salvador , y de la Sa-


cratísima Vírgen, su Madre, y de los Apóstoles San
Pedro y S. Pablo , y dejarlas á la Iglesia católica
para consuelo de todos los fieles . Y porque son mu-
chas las que se atribuyen á nuestro glorioso pintor,
y mucha la autoridad de los que de ellas tratan ,
discurrirémos un poco acerca de ellas ( debajo de la
correccion de los doctos) . Tres imágenes de la San-
tísima Vírgen se veneran en Roma por originales
de su mano ; una es Santa María la Mayor , otra del
Pópulo , otra de Araceli , en los templos de sus mis-
mos nombres. Decimos que S. Lúcas fué compañero
del Apóstol S. Pablo , y siguiendo esta opinion , de-
cimos que habiendo subido Cristo Nuestro Señor á
la diestra del Padre , y bajado el Espíritu Santo so-
bre el sagrado colegio , teniendo los Apóstoles con-
sigo á la Vírgen Nuestra Señora , á quien particu-
Crónic. lib . 3 de larmente suministraba el gran evangelista Juan
N. " Señora cap. 21 ( antes que S. Dionisio la viniese á visitar , y pror-
rumpiese en aquellas sentenciosas palabras llenas
de admiracion que tantas veces hemos oido) , siendo
San Agustin lib . de S. Lúcas ya fiel discípulo del Apóstol , por órden
Concordia.
del Cielo vino á Jerusalen á ver aquel arca de los
tesoros divinos , que tuvo en sus entrañas , al que
no comprende lugar alguno . Y despues de haber tra-
tado con ella muchas cosas de los misterios sagra-
dos, que no escribieron los demás Evangelistas, de
Nicef. lib. 14 , que ella sólo habria sido testigo , inspirado de Dios ,
cap . 2. intentó retratarla por medio de S. Juan evangelis-
ta. El cual se la mostró, como escribe un docto mo-
derno , estando en altísima contemplacion : las ro-
dillas en tierra , los ojos en el cielo , la mano dere-
LIBRO PRIMERO, CAP. IX . 161

cha levantada al modo de los sacerdotes , en señal


de sujecion y confianza ; la otra arrimada al pecho , Yo vi una copia de
esta manera,
teniendo el manto de color nativo , de que estaba
cubierta . Retrató á el Santo en aquella misma edad
y compostura . Y dice Niceforo , que despues la mis- Lib. 15 cap. 14 .
ma Señora la vió y aprobó, y que pasados algunos
años la hizo traer Pulcheria , hermana del Empera-
dor de Constantinopla , desde Antioquía , para po-
nerla en una iglesia que edificó á su nombre . De
estas tres imágenes que se ven en Roma , la que
conforma con esta descripcion es Santa María de
Aracoeli . Y de esta habla fray Francisco Jimenez ,
obispo y patriarca de Jerusalen , en un libro que se
imprimió en Granada por mandato del santo Arzo-
bispo , año de 1496. Y en una parte de él dice , ha- Fray Hernado de
Talavera primer .
blando de Nuestra Señora : « Y yo estando en arzobispo .
Roma ví su santa imágen pintada en el monasterio
de los frailes menores , que llaman Santa María
de Aracoeli . » Y luego describe sus facciones y par-
tes. Segun esto, el Evangelista S. Lúcas , si bien
pintó, como es cierto , las demás imágenes con el
niño Jesus en sus brazos , no fué porque retratase á
Cristo en aquella edad de la infancia , teniéndolo
presente como tuvo á la Vírgen ; sino á semejanza
de la Madre , y por informacion de ella ó con par-
ticular favor y valiéndose del retrato primero hizo
otras imágenes , y tenia la Vírgen cuarenta y nueve
años de edad (aunque de menos edad que tendria el
original ) como la de Santa María del Pópulo y la
Mayor , que está aventajadamente conocida por de
S. Lúcas : por quien el Señor ha obrado muchos
milagros . Y es la que S. Gregorio , Papa, llevaba en
11
162 ARTE DE LA PINTURA .
Pedro de Rivad . en su procesion por la ciudad de Roma , cuando cesó
1 o
Marzo 18
Metaf. de Oc- el castigo de la peste , y el ángel sobre el castill
fol . 248
tubre en S. Lucas . envainó la espada . Que hiciese la imágen de Cristo
ro Señor, en edad de varon perfecto , tampoco
43. . 2 Cap. Nuest
Nicef. Lib

tiene duda : por ventura sacada por alguna de las


que milagrosamente pintó Su Majestad , como ve-
rémos ; pero no del natural , como la de la Vírgen
Santísima , por no haberlo comunicado viviendo ,
como se ha dicho ; pero a S. Pedro y S. Pablo más
fácilmente los pudo retratar , y de unos y otros origi-
nales hacer tantas imágenes de pintura y escultura
cuantas están recibidas por de su mano en toda la
Iglesia santa; y pues ninguno de los autores señala
cuál sea el retrato que inmediatamente se sacó de
la Vírgen Nuestra Señora , de las tres imágenes de
Roma que habemos dicho , ni de otras que están en
otras partes veneradas por de S. Lúcas , bien pode-
mos pensar lo que es más conforme á razon , y te-
nerlas por de su mano ; pues á todas se les debe
igual estima y crédito , siendo como parecen de
igual antigüedad y agradecer al Señor la merced
que ha hecho á nuestra profesion , ilustrándola con
tales y tan santos artífices . A quien más justamen-
te se debe la exclamacion de Plinio , que á los an-

Plin. , lib . 34, tiguos pintores : digni tanta gloria artifices qui com-
cap. 8.
positis voluminibus condidere hæc miris laudibus cele-
brant . Artífices dignos de tanta gloria que los que
escribieron estas cosas en los libros , los celebran
con maravillosas alabanzas .

Ya parece que habemos levantado la pintura á


tanta honra y grandeza cuanto puede ser ; y que no
nos faltó sino poner al mesmo Dios en este núme-
LIBRO PRIMERO, CAP. IX. 163

ro, para no poder pasar más adelante . Dijimos al Cap. 2.


principio de este libro que le convenia propiamente
el nombre de pintor ahora dirán esto (y á mi ver En el Pimandro ,
valientemente) los lugares de la antigüedad . Aquel cap. 5 .

gran filósofo , Hermes Trismegisto , hablando de Dios,


dice : « Si lo quieres investigar por los usos morta-
»les , ya de la tierra , ya de la profundidad de las
»aguas , mira , ó hijo , al hombre fabricado en el
vientre , y escudriña exactamente la arte de esta
fábrica ; y aprende quien formó la hermosa y di-
»vina imágen suya . Quién pintó los ojos , quién
»abrió las narices y orejas , quién la boca , quién
atendió los nervios y los ató. » Y Philon , hebreo , Lib . de los sueños .
hablando de la pintura , dice así : « Pero yo no sólò
» á ella , más aun su nombre admiro , y mayormente
cuando contemplo las partes de la tierra , las esfe-
ras del cielo , las diferencias de animales y plan-
»tas, y estas varias contexturas del orbe , me es for-
"zoso tener por uno mismo al que fabricó esta ad-
miracion del mundo , y al que inventó á la arte de
»la pintura . Y así , venero al inventor , honro la in-
» vencion y admiro la obra . »
¿Puedese añadir más á este discurso ? Parece que
no ; por ser Dios Nuestro Señor remate y fin de él .
Con todo esto , como su amor halló traza para en-
grandecer al hombre, enviando á su Hijo al mundo ,
tambien ese mesmo Señor , vestido de nuestra carne

la halló , para engrandecer la pintura , por maravi-


llosa y nueva manera .

Cuenta Laurencio Surio que Abagaro , Rey de Sur . en el lib . 4,


Edesta , teniendo noticia de los milagros de Cristo fól. 714.
Nuestro Redentor , deseó traerlo á su tierra para que
164 ARTE DE LA PINTURA.

le curase de la enfermedad de lepra que tenia , y


así , le escribió una carta pidiéndole que se dignase
de reunirse con él , ofreciéndole su ciudad , en que
vivirian ambos en paz , porque huyese la perse -

cucion y ódio de los hebreos , y dándole órden al


mensajero, que se llamaba Ananías , hombre diestro
en el arte de pintar , que si no quisiese venir lo re-
tratase y le trajese el retrato junto con la respues-
ta . El cual , venido á la presencia de Cristo , y ha-
llándose en presencia de mucha gente , no pudien-
do llegar á él , se subió sobre una piedra que estaba
en lugar conveniente , de donde lo descubria más
bien , y poniendo en él los ojos , lo comenzó á re-
tratar ; pero no pudo por la luz que de su divino
rostro salia . Entendido esto del Señor, envió á San-
to Tomás apóstol , que lo trajese ante él . Y habien-
do leido la carta de Abagaro , y viendo cuánto de-
seaba verle, se lavó el rostro en el lienzo joh cosa
admirable ! con que enjugaba el agua , y estampó su
imágen perfectísimamente . Y diólo á Ananías para
que lo llevase á su Señor, con una carta respuesta,
con la cual imágen , llevada al Rey , sucedieron
grandes maravillas y milagros . La autoridad de esta
historia , que es muy grande , y los autores que la
tratan se podrán ver en el Cardenal Baronio , y en
el Flor Santorum del P. Rivadeneira , donde están
las dos cartas traducidas . Yo hice, siendo mancebo ,
Baronio, tom. I,
fól. 615 . una copia de una tabla de esta santa imágen que se
Rib. en la vida
1 Cristo, lib. I. hizo en Roma, á quien llaman Sacio Volto , que te-
nia una letra en el cuadro que decia así : Imago
Christi salvatori ad imitationem ejus quam misit Aba-
garo, quæ Romæ habetur in monasterio Sancti Silves-
LIBRO PRIMERO , CAP. IX . 165

Iri. Imágen de nuestro Salvador Jesucristo , á imi-


tacion de la que envió á Abagaro , que está en Roma,
en el monasterio de San Silvestre .

La segunda ocasion en que nuestro Redentor hizo


otra imágen suya, fué el dia de su pasion , yendo al
Calvario á morir por nosotros , agravado con el peso
de la Cruz y de nuestras culpas . Seguíale infinita
gente , y muchas piadosas mujeres que derramaban
abundantes lágrimas de compasion . Entre las cua- Baron . , tom . I ,
fól. 102.
les se halló una llamada Verónica , que dió el velo
de su cabeza al Señor para que se enjugase el sudor
y sangre de su rostro . Y porque obra de tanta pie-
dad no careciese de premio , imprimió Cristo nues-
tro bien , segunda vez milagrosamente su rostro , en
tres dobleces que tenia la toca , que fué figurar tres
imágenes suyas. No sin causa hizo el Señor este
doloroso retrato , para que no se aparte de nuestra
memoria el soberano beneficio de nuestra reden-

cion ; pues el ser de la imágen es traernos á conoci-


miento de su original . Esta historia ha sido en todos.
tiempos predicada por autoridad de la Iglesia ro-
mana , que tiene una de las tres imágenes de la
Santa Verónica , llamada así por la piadosa mujer,
á cuya dedicacion celebra fiesta en 4 de Febrero en

la capilla que edificó el Papa Juan VII en la iglesia


de San Pedro en el Vaticano , como afirma Pedro En el Martirol. ,
agre. XI.LL ..
Galesino, donde se muestra esta santa imágen con
universal devocion : como tambien la casa de la di- Method. Antig. ,
cronografic.
chosa mujer , entre los otros lugares de la Tierra
Santa.

La tercera y milagrosa pintura que Cristo Nues-


tro Señor hizo de su divina persona , fué despues de
166 ARTE DE LA PINTURA .

muerto , cuando le envolvieron en la limpia y sacra


sábana, para ponerlo en el sepulcro . Donde impri-
mió no sólo su figura, sino sus llagas, azotes y san-
gre preciosa , como se ve en el santo sudario que
guardan en Turin con gran veneracion los Duques
de Saboya . Y como tambien lo afirma Sixto IV en
el tratado que escribió de la sangre de Cristo , y
Julio II en la Bula de aprobacion del sacro sudario .

Lib. de Stigmatib. Todo lo cual trata largamente el arzobispo Paleoto


g. sacris . y Daniel Malonio. De manera que concluimos que
en vida y en muerte de Nuestro Redentor Jesucristo ,
autorizó y honró la pintura de las imágenes sagra-
das con los sucesos milagrosos que habemos conta-
do . Por donde se ve cuán justa cosa es que los pin-
tores católicos , protectores de tan ilustre arte , si la
tratasen como deben , sean estimados , pues toma
Dios las obras de sus manos por medio , para ser
más conocido y reverenciado de los hombres , y ad-
quiere la pintura tan alta calidad y nobleza, y es de
tanta utilidad , como verémos adelante .

CAPITULO X.

DE LAS DIFERENTES MANERAS DE NOBLEZA QUE ACOMPAÑAN Á LA PINTURA


Y DE LA UTILIDAD UNIVERSAL QUE TRAE .

Dijimos en el capítulo primero y segundo de este


libro, tratando de la difinicion y antigüedad de la
pintura, algo de su nobleza , pero brevemente. Aquí
parece que nos ofrece la ocasion alargarnos más , des-
LIBRO PRIMERO , CAP . X. 167

pues de haber hecho tan ilustre catálogo como el de


sus profesores, en los tres capítulos de arriba . De
donde la deducirémos , pues se ha descubierto bas-
tantemente en ellas su utilidad y nobleza . Remitien
do á quien quisiere ver esto tratado más extendida-
mente , al libro intitulado Noticia general de las ar- Del Licenciado Gas-
tes, donde se defiende el ser liberal y noble la pin- par Lib.
de los3.Rios .
tura, con autoridad de filósofos y conforme á dere-
cho , porque de ella se conocia extraordinariamente ,
y ser arquitectónica y digna de aventajadas honras ,
y por otras muchas razones y títulos . Por donde me
da licencia su autor á que pase á las cosas más con-
venientes á mi intento , y hable por otro camino de
su nobleza .

Pues dejando aparte varias opiniones de juriscon- Paleoto, lib . 4 de


sultos y filósofos , tocaré solas dos , las más univer- las imág . , cap . 6.
sales; una, segun los doctos y sábios del mundo ;
otra, segun la disciplina y enseñanza cristiana , á
fin que de una y otra quede más claro el honor y
prez de la pintura .
Dicen los primeros que la nobleza de una cosa se
debe considerar en dos maneras , la una que nace

de la aprobacion de los hombres , que pende de jui-


cio ageno , que se llama nobleza extrínseca ó por ac-
cidente. La otra, que consiste en la naturaleza y per-
feccion propia de la cosa , á la cual llaman nobleza
intrínseca, porque nace de sí misma y participa de
la filosofía, ó á lo menos le pertenece . Pero á mi pa-
recer ambas dos noblezas se pueden atribuir á el

arte de que hablamos , porque la primera , naciendo


de una clara noticia que se tiene de la calidad de
las cosas, toma su dignidad de la estima y reputa-
168 ARTE DE LA PINTURA.

cion en que son tenidas . Y porque esta varía mu-


chas veces (segun el lugar y costumbres) le han
llamado nobleza accidental ó civil . Así los juriscon-
sultos se resolvieron en decir que se habia de lla-
mar noble el que era reputado por tal en su patria .
Y si pareciese extraño que el pueblo sea censor de
la dignidad de un arte de la cual juzga ciegamente ,
se responde que en esto se conoce la diferencia de
la nobleza intrínseca (de que hablarémos despues) .
Pero esta primera , aunque parece incierta , por la
mayor parte es justa, pues vemos por experiencial
que esta variedad de ser más estimada la pintura en
una parte y en otra menos , no nace principalmente
de la ignorancia del pueblo , antes de la calidad de
los que la ejercitan y de las cosas que obran . Así
como el resto de las demás artes y ciencias, que
cuando son tratadas de sujetos doctos y excelentes
son grandemente estimadas ; y por el contrario , ma-
nejadas de autores bajos é ignorantes quedan des-
preciadas y viles . Así aviene á la pintura, que sue-
le ser estimada segun el saber y la opinion de sus

Cicer. pro lex . profesores ; como sucedió á la agricultura á princi-


Rosc.
pio de la república romana, siendo ejercitada de per-
sonas graves , pero despues, en poder de plebeyos
fué tenida por vil . De aquí podemos inferir que de la
calidad de los artífices , recibe la pintura su mayor ó
menor ornamento, hallándose entre ellos gran dife-
rencia, no sólo cuanto al ingenio y suficiencia , mas
cuanto a la invencion y sujeto en que se ocupan .
Porque entre los antiguos algunos imitaban las co-
sas más excelentes , otros las más humildes y bajas ,
otros las comunes y vulgares ; la cual diferencia
LIBRO PRIMERO, CAP . X. 169

tambien acaece en nuestra edad . Así que , cuanto


pertenece á la excelencia de la pintura y el precio
y estimacion que ha tenido en todo tiempo , hemos
visto bastantemente en los discursos pasados juntos
con los ilustres sujetos que la han abrazado . Y así
pasarémos á la segunda nobleza , llamada intrín-
seca .
Esta tambien digo que conviene muy bien á esta
arte, porque asemejándose á la poesía en cierto
modo, toma de ella regla, pues dice Aristóteles :
que los excelentes pintores deben imitar los exce- Arist . en la poet .
»lentes poetas » ; y siendo ella anumerada á las artes
nobles, así lo debe ser la pintura . Y como la poesía,
describiendo los hechos ilustres de los varones y
hembras da ejemplo de buen vivir, que es ejercicio.
de arte noble y moral , de la misma suerte la pintu-
ra, representando ante los ojos á los que con alguna
virtud fuéron excelentes , viene á amaestrar y á in-
citar los ánimos á su imitacion . Además que como
todas las profesiones de los estudios y ciencias son.
honrosas , así esta de pintar imágenes , que sirve de
enseñanza al pueblo ( segun su grado) , debe ser te-
nida por muy noble y digna de estimacion . Tanto
más cuanto aquellas artes , que sirven á la filosofía
activa y contemplativa (donde , segun los antiguos , Plin.. lib. 35
estaba puesta la felicidad humana ) fuéron tenidas cap. 10.

siempre por ingénuas y liberales : pues enseñaban


á libres y nobles , como las siete . A cualquiera de las
cuales, mayormente á la geometría , sirve la pintu-
ra, como aquella que con el debujo y líneas se va
manifestando á todos y se refiere (en cierto modo) á
la filosofía, y por esto es arte noble y liberal .
170 ARTE DE LA PINTURA.

Pero si alguno se opusiese diciendo que por us ar


esta arte colores y pinceles , cosas materiales, debe
llamarse mecánica , se responde : que por ser estos
instrumentos necesarios al arte no le quitan su va-
lor, así como la tinta y papel al abogado para escri-
bir sus pareceres y consejos ; ó al teólogo para com-
poner homilías ó sermones ; ó al astrólogo , la regla,
compás y astrolabio , pues nada de esto oscurece la
excelencia de estas profesiones ; porque todas las
facultades tienen necesidad de algunos instrumen-
tos para conseguir su fin . Y los autores (como queda
dicho en otra parte) han llamado mecánicas y viles.
las artes , que no sólo fatigan y rinden al cuerpo ,
mas embarazan y humillan el entendimiento , como
Cap. 3. dijo Aristóteles . En el cual número no es compren-
Aristcap, . lib
2 .. 8 , dida la pintura segun escribe Galeno , habiendo di-
Galen ., en la exort. Vidido las artes serviles de las honestas y liberales
á las buenas art.
por estas palabras : «A estas se puede añadir la pin-
»> tura y la plástica , porque aunque tienen necesidad
» de las manos del artífice , con todo eso no la tienen
>>de las fuerzas juveniles . » Así que juntando la una
y la otra nobleza decimos , que si el precio de una
cosa, la dificultad de hacerla , la utilidad que trae,
el honor que se la atribuye de las personas gran-
des , el incitar á la virtud , la disciplina y enseñanza
que causa en el pueblo , son partes para hacer un
arte , ó un artífice verdaderamente noble , no hay duda
que concurriendo todas juntas en esta de que habla-
mos , será de menos precio , dignidad y esplendor . Y
Lib. 3 , cap 7. pasando adelante con Paleoto , demás de las dos no-
blezas políticas ( que se han referido) resta la cris-
tiana, tanto más ilustre y sublime , cuanto la ley
LIBRO PRIMERO , CAP. X. 171

evangélica vence en perfeccion cuantas ha habido

jamás . La cual nobleza digo que viene justamente


al arte de la pintura . Pero no me muevo á decir es-
to por ser inventada de Dios (como se tocó arriba), Cap . 8.
por que se seguirá de aquí , que todas las cosas del
mundo sean indiferentemente nobles , como prece-
didas de un mesmo autor. Que aunque lo sea de to-
daslas cosas, ha, empero , criado con diferencia cada
una en su grado , unas superiores y otras inferiores ,
unas más y otras menos perfectas . Y juntamente ha Corint . 12
instituido diversas órdenes de personas y de oficios Corint . 15 .

mayores y menores: que así convenia á la hermo-


sura y perfeccion del universo . Como vemos entre
los miembros del cuerpo , que unos son más nobles
que otros , como dijo el apóstol . Muévome , pues , por
el privilegio de la ley cristiana que con modo ma-
ravilloso y supremo ilustra y ennoblece sus cosas :
y esto en dos maneras, la una que es general á to-
das las que cristianamente obramos , la otra que es
particular y propia de esta arte y de algunas otras
operaciones, y ambas juzgo que convienen á nues-
tro propósito . Y para mejor inteligencia de la pri-
mera es de saber, que todas aquellas cosas que pue-
den ser comunes aun á gentiles é infieles , como
son los bienes de naturaleza llamados externos , ó
aquellas que son acciones puramente morales , que
cerca de la religion cristiana no son de mucho pre-
cio ,
porque con ellos no se gana el reino del cielo .
Y tambien aquella nobleza que se ha dicho arriba,
si no se acompañan todas de espíritu cristiano y se
usa de ellas á gloria de Dios , quedan vanas y sin
fruto : como advierten los doctores ; y San Gerónimo Gerón . lib . 1 ,
Epist . 14,
172 ARTE DE LA PINTURA .

á Celancia largamente. De aquí se ve que nuestra


sagrada religion mide las cosas de otra manera que
las otras leyes : porque no se contenta de la forma
exterior ni de la cantidad intrínseca ni de otras cir-
cunstancias con que son hechas las obras, si no son
acompañadas de caridad y pura intencion de servir
á Dios , y ofrecidas á él como sacrificio de nuestras
manos . Porque cuando son enderezadas á este fin ,
él las adorna y les imprime el carácter de la celes-
tial nobleza , como supremo artífice . Y por el con-
trario , todas las otras cosas , si bien nos parecen
grandes y hechas de ilustres personas, no siendo
acompañadas de su gracia , son viles y de ningun
valor. Como lo significó Cristo señor nuestro di-
Juan, cap . 15 .
ciendo : « Si alguno no estuviere en mí será cortado
>>como sarmiento , y se secará , y echado en el fuego
>>arderá . )) De todo lo dicho se infiere, que pudién-
dose por este camino ennoblecer todas las cosas,
aunque sean pequeñas y bajas, mejor se ennoble-
cerá la pintura ejercitada con la regla cristiana . Y
se podrá decir con verdad , que mucho más ilustre y
altamente puede hoy un pintor cristiano hacer sus
obras que Apéles ni Protógenes , ni otros famosos de
la antigüeded . Mas porque esta nobleza puede ser
comun á todas las artes, pintarémos otra propia de
esta, la cual se descubre manifiestamente del for-

mar y representar ante los ojos, personas dignas de


merecimientos , que por su ejemplar vida, llena de
toda virtud, han sido agradables á Dios . Lo cual
viene maravillosamente á ilustrar la fatiga y la in-
dustria de esta profesion y todo el cuerpo de la
obra . No pudiendo el ingenio humano ocuparse en
LIBRO PRIMERO , CAP . X. 173

cosa más honrosa y más digna que levantar ( des-


pues de Dios) á los que son participantes de la di-
vina excelencia .
Aquí se llega á otra principal razon , sacada al fin
del Altísimo, que se pretende con las cristianas pin-
turas (de que se tratará en su lugar) ; porque viendo
todas las acciones propias de aquella virtud , á cuyo Cap . 11.
fin son ordenadas, y no teniendo otra mira todas las
sagradas imágenes ( mediantes los actos religiosos
que presentan) que unir los hombres con Dios , que
el fin de la caridad , manifiestamente se sigue que
el ejercicio de formar imágenes se reducia á la
misma caridad , y por esto será virtud dignísima y
nobilísima. Y si llegase la vana curiosidad á pensar
que teniendo los cristianos verdadera luz de fe y co-
nociendo cuán inferiores son las cosas artificiales á

las verdaderas no debian bajarse á ellas , mas levan-


tarse á la contemplacion del soberano artífice : Res-
pondo, que nuestra fragilidad , ordinariamente , no
sufre
que podamos subir á considerar las cosas altas
sin el fundamento de estas superiores. Y esta arte es
como medio y instrumento para volar más alto , y en
esto consiste principalmente su dignidad . Así como
alguna virtud mediana comparada á otra mayor , no
carece por eso de la compañía de las demás virtu-
des: y por la necesidad que hay de ella es preciada.
y honrada. Ultimamente , por todas estas razones se
ha visto claro, cuánto sea la dignidad y excelencia
de la pintura , pues se halla adornada de cuatro
títulos de rara singular nobleza : dos segun el sen-
timiento de los sábios del mundo , y dos segun nues-

tra verdad evangélica . Como hemos manifestado


174 ARTE DE LA PINTURA.

en los varios ejemplos de los capítulos pasados .


Pues viniendo á la utilidad , si es verdad que
cuanto un bien es mayor, tanto es más divino , por-
que se avecina más al que universalmente suele
Dios comunicar á todas las criaturas , será verdad
que la utilidad que nace de la pintura es más divi-
na que otra alguna, que suele proceder de las otras
artes ó mecánicas ó liberales ; por lo cual, si hace-
mos comparacion entre esta y aquellas , verémos
clarísimamente que no sólo cada una , mas todas
juntas (fuera de pocas que tienen algunos fines ) le
son grandemente inferiores . ¿No es verdad que las
otras artes, en cualesquier operaciones, no miran ni
consideran otra cosa que la comodidad , buscada
con teson por los hombres , en beneficio de sus cuer-
pos? Pues unas le conservan el vivir , otros le apa-
rejan el vestir, otros la habitacion , otros el mante-
nimiento y regalo, otros el ornato de estas cosas,
otros los instrumentos para poder ejercitarlas , otros
sólo traen deleite á estos sentidos , que brevemente
se han de acabar ; pero la pintura , como obra divina,
entra por los ojos como por ventanas de nuestra
alma mientras está encerrada en esta prision , y re-
presenta en nosotros aquella luz por naturaleza in-
mortal . Y así penetra en la más secreta parte , que
la hace dolerse , alegrarse , desear y temer, segun
la diversidad de las cosas que por los buenos pinto-
res aparecen representadas en líneas y colores , como
los ejemplos referidos demuestran .
Paliot. lib.
Mas llegando á tratar de la invencion de la pin-
cap. 12.
tura y de su fruto universalmente , comenzando de
la profana se hallará que es derivada de cuatro prin-
LIBRO PRIMERO , CAP. X. 175

cipales causas : la una es la necesidad , la otra la


utilidad , la tercera el deleite y la última la virtud ;
las cuales cuatro cosas convienen tambien á la pin-
tura sagrada, por otros respetos que se dirán des-
pues .
La necesidad se muestra , porque siendo el hom- La necesidad, 1 .
bre de su naturaleza comunicativo y conversable,
y que por su flaqueza tiene necesidad de ser ayu-
dado, es forzoso significar sus menguas á otros , y
no pudiendo hacer esto con las palabras solas , por-
que no pueden ser entendidas sino de quien le oye,
y tiene conocimiento de su mismo idioma , por esto
fué necesario que hubiera invencion , ó instrumen-
to que supliese á uno y otro defecto , que fué el
formar imágenes de las cosas creadas , ora de ani-
males , ora de plantas , ora de artificios , ó varias
partes del cuerpo humano , con que los antiguos re-
presentaban sus conceptos , no siendo conocidos los
caractéres de las letras , de que dan testimonio mu-
chos graves autores, que hablando de diversos pue-
bros , hacen fe que se servian de figuras en lugar de
letras ; y por evitar proligidad , basta referir lo que
dice uno de ellos , por estas palabras : « Las letras de Diodor . Sicul.
lib. 4.
los etiopes son semejantes á varios animales y ex-
tremidades de los hombres , ó instrumentos , mayor-

mente de los artífices , porque sus palabras no se


explican en letras ó composicion de sílabas , sino
con formas de imágenes , dado por tradicion su sig-
nificado en el uso á la memoria de los hombres . »
Además , que en nuestra edad , los que han obser- Alonso de Castro
vado las cosas del nuevo mundo , cuentan que se contra los Ereg.
han hallado por luengo espacio de tierra gran nú-
176 ARTE DE LA PINTURA .

mero de pueblos sin convencimiento alguno de le-


tras , antes en vez de ellas se servian de figuras y
retratos de las cosas ; y viniendo despues á ser estos
lugares de cristianos , aprendieron los caractéres y
modo de escribir, y los ejercitau felizmente . De ma-
nera que si los hebreos por tener antiquísima noti-
cia de las letras no tuvieron tan apretada necesidad
del uso de las imágenes , no se sigue por esto que
el resto universal de tantas naciones de hombres ,
en la primera edad del mundo , no tuviese necesi-
dad de semejante remedio para servirse cómoda -
mente , por ser la naturaleza humana inclinada á la
imitacion de las cosas .

La utilidad , 2. De la segunda causa de introducir las pinturas é


imágenes , que se atribuye á la utilidad , claramen-
te puede ser juez cada uno discurriendo consigo ,
considerando el alivio y el reparo que este arte
trae hoy á los hombres , ya en renovar las cosas an-
tiguas , cubrir las disformes , hacer parecer ricos los
pobres , ilustrar las despreciadas , y enriquecer con
poco coste, por medio de los pinceles , lo que no se
rodria con mucho oro : á que se junta toda la utili-
dad que se halla en la guerra y en la paż , de re-
presentar los sitios , las regiones, las provincias, los
reinos y todo el mundo , y poner en dibujo ante los

ojos todas las letras que deseamos ver : y lo que


más importa , hallar admirable enseñanza , por me-
dio de este arte , en el conocimiento de las cosas
naturales, que figuradas y coloridas vivamente , dan
verdadera noticia de árboles , plantas , aves , peces ,
animales , piedras y otras mil diferencias de cosas
varias y peregrinas . Sin lo cual habria mucha difi-
LIBRO PRIMERO, CAP. X. 177

cultad y oscuridad en el conocimiento de ellos ,


como se experimenta . Por donde podriamos con ra-
zon decir, no sólo que es más útil que las otras pro-
fesiones, pero que no hay arte ó ciencia que no re-
ciba de la pintura grandísimo provecho : y como
cosa tan conocida de los antiguos , los incitaba á
abrazarla y ejercitarla en tanta diligencia por ser
de maravilloso fruto .

Mas ¿ qué dirémnos del deleite y gusto que causa, El deleite, 3

que pusimos en tercer lugar ? Antes , ¿ qué no diré-


mos, pudiéndose decir infinitas cosas ? Sin duda al-
guna que el entretenimiento , que tanto agrada á
los ojos, que procede de las historias y pinturas , así
por la emitacion , como por la hermosura y variedad
de colores , y por otros maravillosos efectos que de
verlas nacen , ha sido siempre estimada y apetecida
de todos. Mayormente siendo combinados con el
ejemplo de la naturaleza ; que sin ayuda de hom-
bres forma por sí misma las imágenes de todas las
cosas creadas en los cuerpos lúcidos . Y nos las re-
presentan con sus colores y movimientos , como se
ve en los espejos , en las armas, en el cristal , en el
agua, dando á nuestra vista infinito deleite . A que
incitados los hombres comenzaran , como se ha di-
Cap . 2.
cho, á imitar tanta variedad con el arte del diseño y
la diferencia de las tintas .

Resta, para conclusion de este discurso , la última La virtud, 4.


causa que se atribuye al origen de la pintura , la
cual nace de virtud : porque sucede muchas veces
que los hombres, por beneficios recibidos ó por con-
seguir cosas importantes , ó por estima grande que
hacen de otros , sientan dentro de sí una ardiente
12
178 ARTE DE LA PINTURA.

voluntad de dar á conocer estos nobles y justos


pensamientos , y no entendiéndose de hacer esto en
palabras solas , procuran juntar otras demostracio-
nes más durables y gloriosas . De aquí comenzaron
muchos motivos de grandes respetos ( á su parecer
dignos de memoria ) á formar las imágenes y está-
tuas en honor de otros ; manifestando lo que tenian
concebido en el ánimo . Otros hubo que conociendo
lo que se podia entender de la noticia de las cosas
por medio de las imágenes, como por libros, procu-
raron figurar y pintar variedad de historias , y des-

cripciones de maravillosos hechos de guerra , de


historias, de embajadas y retratos de grandes per-
sonas , figuras de animales y de instrumentos , que
primero eran ignorados de muchos ; para que vi-
niendo por esta vía á su conocimiento , se inflama-
sen los ánimos á estimar las imágenes y figuras , y
multiplicarlas en sus pueblos . Tambien se pueden
llegar á esta otros respetos de virtud nobilísima , que
dieron ocasion á las imágenes ; como fué honrar por
este medio al soberano Señor en su celestial gerar-
quía, é ilustrar su Iglesia santa . Mas esto pertenece á
las sacras imágenes de que nos viene á cuento tratar .
Y comenzando de su primer orígen , lo probaré-
mos en diferentes ejemplos de los que trajimos en
Cap. 2. otra parte , no valiéndonos ahora de los que algu-
nos escribieron , diciendo que el mismo Dios fué el
autor , en su misma persona , al principio que crió
esta máquina del mundo . Que apareciendo en forma
humana , habló con Adam y Eva , y con la serpien-
te . Tocaré , por guardar brevedad , algunos de los
muchos lugares de la Escritura , con los que siguen
LIBRO PRIMERO, CAP. X. 179

este pensamiento , tratando en comun de la inven- Paleot . , lib . 1 °.


cap. 17.
cion de las imágenes. Que discurriendo probable-
mente dicen, que así como comenzaron los hombres
con la hambre interior á saber apacentar los ani-
males , cultivar la tierra , coger los frutos , edificar
ciudades, gobernar familias , y poco despues ejercitar Gen.cap . 4.
el arte fabril , la música y otras obras (como los dos
hijos de Lamech , Jubal y Tubal Cain ) que es muy
verosímil que labrándose ya varias cosas con ins-

trumentos necesarios , se sirviese tambien de formar


imágenes , tan importantes á diversas necesidades
de la vida humana, principalmente haciéndose tanta
Gén . cap . 5.
mencion por Moisés de estas palabras : Imágen y se-
mejanza . Además , siguiéndose despues la narracion
de aquella fábrica , compuesta con tan maravilloso
artificio por mandado de Dios , que fué el arca de
Gén. cap. 6.
Noé , que no parece haber sido otra cosa que una
imágen ó pequeño modelo de la universidad de la
tierra , concedida por habitacion á todos los anima-
les. Otros han dicho que hacer imágenes para el
culto divino , nació de una lumbre secreta, impresa
en nuestra naturaleza , de honrar y reverenciar
aquella causa superior , á la cual cada uno piensa
estar sujeto, llamada comunmente Dios , si bien no
conocida igualmente de todos . Porque así como el
ofrecerle sacrificio le dice ser comun por ley natu- s . Tho . 22 q. §5.

ral á todas las gentes , que conociendo con la luz art. 1.


interior no ser poderosos á suplir las necesidades de
otros , recurrian por oculto instinto á otra superior
naturaleza , haciendo con actos exteriores , ó de sa-
crificios , ó de oblaciones , ó de otros ritos , demos-
tracion clara de serle sujetos , y de esperar ser ayu-
180 ARTE DE LA PINTURA.

Polid. Virg. , lib 2. dados de ella . Así por el mismo instinto se movie-
cap. 23. ron ' á tomar algunas imágenes ó simulacros , que
representando , como mejor les parecia , aquella su-
prema Deidad , conservase entre ellos más viva la
memoria de su grandeza . Mas viniendo á lo más
particular , han querido algunos que estuviese en
uso lo que habemos dicho , en tiempo de Abraham ,
cuando por mandado de Dios vino á la tierra de Ca-
Gén . cap . 12. naam , y cerca de Siquem edificó altar al Señor,
como dice la Sagrada Escritura , diciendo no ser
otra cosa que un retrato ó imágen de la patria ce-
lestial donde reina el Sumo Criador. Y despues el
Patriarca Jacob , viendo la escala que de la tierra
llegaba al cielo , pintando las piedras que sirvieron
de descanso á su cabeza , dice la Escritura que:
Gen. , cap . 38. Erexit lapidem in titulum . Y quieren los hebreos que
se entienda : Erexit Statuam ( que levantó una está-
tua ) . Y porque se conozca que fué causa sagrada ,
dice que pintó la Uncion santa y el Nombre reli-
S. Pag . , cap . 28 gioso, llamándola Casa de Dios . Que fué figura de
sob , el Gén. Tabernáculo que hizo Moisés . Despues se lee en el
Exodo que dijo Dios haber señalado á Beseled yOlíad ,
dándoles ciencia infusa para hacer el Tabernáculo ,
Exod . cap . 31. el Propiciatorio, el Arca, Mesa y Altar , con las
imágenes de los cherubines, y otras muchas cosas,
de pincel y relieve . Y en muchos lugares de la Es-

3. Reg. 6. critura Sagrada se hace mencion del famoso templo


de Salomon , adornado de variedad de figuras de
pintura y escultura . Fuera de esto , vemos que man-
Núm. 21 . dó Dios á Moisés que hiciese una serpiente de me-
tal y la levantase en alto , para que quien la mirase
fuese libre de la venenosa mordedura de las ser-
LIBRO PRIMERO , CAP . X. 181
Josué , 22
pientes . Tambien los hijos de Rubem y de Gad , en-
trando en la tierra de Canaam , edificaron cerca del
Jordan un altar muy grande , en testimonio que ado-
raban al verdadero Dios . Juntamente está escrito

que Dios se mostró en diferentes figuras algunas


veces á los Profetas , y particularmente á Daniel , en Dani . 7.

forma de anciano , sentado en un trono de Majestad ,


con vestiduras blancas y cabello y barba de la mis-
ma suerte. Y así como fué descrita su figura de los
Profetas , es de creer que los artífices la podian repre-
sentar al pueblo en sus pinturas . Y esto baste en co-
mun de las sagradas imágenes de los antiguos siglos .
Pero viniendo el tiempo de la gracia , habiendo
Dios abierto las entrañas de su misericordia envian- Paleot. lib. 1 .
cap. 18.
do su unigénito Hijo al mundo para nuestra reden-
cion, quiso usar más copiosamente de todos los me-
dios con que nuestro entendimiento se rindiese ,
nuestra voluntad se aficionase y nuestra memoria
se enriqueciese . Y con los ejemplos maravillosos de
sus obras fuesen los hombres enseñados , con su ley
de amor aficionados , y con su doctrina evangélica
alumbrados. Y viendo que muchos de los fieles no
serian capaces de las cosas sagradas , ni aptos para
entender la Santa Escritura , y que habria muchos
á quien las palabras no harian suficiente impresion
en su entendimiento y otros que por las tinieblas de
las aficiones humanas , fácilmente se olvidarian de
tantos beneficios ¿qué remedio podia hallar el Espí-
ritu Santo à tanta variedad de menguas ? Ninguno
verdaderamente más proporcionado ni más univer-
sal á todos, que el uso de las sagradas imágenes
No ya debajo de velo , ni en figura , más clara y
182 ARTE DE LA PINTURA .

abiertamente , como se dice en el Concilio Niceno,


y confirmado con tantas maravillas, y con la autori-
dad de Cristo Nuestro Señor . Ayudando á las tres
potencias de nuestra alma (como dijimos) y comen-
zando del entendimiento , quien no ve como lo ins-
truyen, y sirven de libros populares , porque el vul-
go entienda por la pintura lo que los doctos leen en
los sagrados libros , ó toma ocasion de ella para
preguntar á los más sábios . Como dice Germano ,
Sinod . , 7. Oct, 4. obispo de Constantinopla, « las imágenes dan , por lo
f. 119.
»menos, motivo y causa para preguntar á otros , y
>> hacerlos discurrir . » Cuanto á la voluntad , no hay
duda que el ver las imágenes piamente hechas acre-

cienta los buenos deseos, hace aborrecer el pecado ,


y mueve nuestra voluntad y afecto á imitar las vi-
das de los gloriosos santos que vemos representados
De temp . Salom . ( como por los ejemplos pasados hemos visto) . « La
cap . 7. tomo 8. )) vista de las imágenes ( dice el venerable Beda )
» suele dar algunas veces gran compuncion y de-
» vocion á los que las miran , y aquellos asimes-
> mo que no saben leer , y ser como lesion viva del
>>
» Señor, ¿Qué dirémos de la memoria? Sabiendo que
de la que llaman artificiosa está puesta la mayor
parte en el uso de las imágenes , y así no es mara-
villa que las sagradas de que hablamos tanto más
Sinod. 7 .. a t. 4. las refresquen , como se lee en el referido Concilio

de este tenor, « para que considerando pintadas his-


torias antiguas, traigan á la memoria quién fuéron
aquellos que de veras y con fidelidad sirvieron á
Dios Nuestro Señor . » Y San Gregorio, para remate
Lib. 7. , epist . 53 de nuestro discurso : « Trayéndonos á la memoria la
» pintura (no menos que la escritura) á el Hijo de
LIBRO PRIMERO, CAP. XI . 183

» Dios , ó alegra nuestra alma con su resurreccion , ó


» la mueve y ablanda con su pasion . »

CAPITULO XI.

DE LA PINTURA DE las imágenes y DE SU FRUTO , Y LA AUTORIDAD


QUE TIENEN En la iglesia CATÓLICA.

Para tratar del fin de la pintura ( como habemos Paleot .. lib. 1 .


cap. 19.
propuesto ) es necesario valernos de una division
usada de los doctores , que sirva en la claridad de
este intento ; dicen que uno es el fin de la obra y
otros el del operante . Y siguiendo esta doctrina digo
que uno es el del pintor y otro el de la pintura . El
fin del pintor, como solo artífice , será con el medio
de su arte ganar hacienda , fama ó crédito , hacer á
otro placer ó servicio , ó labrar por su pasatiempo ó

por otros respetos semejantes . El fin de la pintura


(en comun) será, mediante la imitacion , representar
la cosa que pretende con la valentía y propiedad
posible, que de algunos es llamada la alma de la
pintura, porque la hace que parezca viva, de ma-
nera que la hermosura y variedad de colores y
otros ornatos son cosas accesorias . De donde dijo Arist. en la Poética

Aristóteles que de dos pinturas, una adornada de


belleza de colorido y no semejante , y otra formada
de líneas simples , pero muy parecida á la verdad ,
aquella será inferior y esta aventajada ; porque aque-
184 ARTE DE LA PINTURA.

lla contiene los accidentes y esta abraza el funda-


mento y la sustancia , que consiste en representar,
mediante el buen debujo , con perfeccion lo que se

quiere imitar . Pero considerando el fin del pintor


como de artífice cristiano (que es con quien habla-
mos), puede tener dos objetos ó fines, el uno prin-
cipalmente y el otro secundario ó consecuente . Este
menos importante será ejecutar á su arte por la
ganancia y opinion y por otros respetos ( que ya
dije arriba ) pero regulados con las debidas cir-
cunstancias, lugar, tiempo y modo . De tal manera,
que por ninguna parte se le pueda argüir que ejer-
cita reprensiblemente esta facultad , ni obra con-
tra el supremo fin . El más principal será por me-
dio del estudio y fatiga de esta profesion , y estando
en gracia alcanzar la bienaventuranza , porque el
cristiano, criado para cosas santas , no se contenta
en sus operaciones con mirar tan bajamente , aten-
diendo sólo al premio de los hombres y comodidad
temporal, antes levantando los ojos al cielo, se pro-
pone otro fin mucho mayor y más excelente, libra-
A. Ephes.,, cap. 6. do en cosas eternas . Y esto es lo que muchas veces
advirtió San Pablo á los siervos y á todos los demás
hombres que ministrando á otros se acordasen de
hacer esto principalmente por Dios , diciendo : « Los
» que sois siervos obedeced á vuestros señores tem-
»porales, no por cumplimiento ó para bien parecer ,
» sino como siervos de Cristo , que saben que cada
» cual recibirá del Señor su galardon conforme fue-
A. Colos. >>ren sus obras . » Y en otra parte : « Todo lo que hi-
Cap. 5.
>> ciéredes hacerlo de corazon como quien lo hace en
>> servicio y no de los hombres , sabiendo que de su
LIBRO PRIMERO, CAP. XI . 185

» Divina Majestad habeis de recibir el premio de todo


»ello . » Y si del fin de la pintura (considerada sólo
como arte) deciamos que es asemejante á la cosa
que pretende imitar con propiedad , ahora añadimos
que ejercitándose como obra de varon cristiano ad-
quiere otra más noble forma, y por ella pasa al ór-
den supremo de las virtudes . Y este previlegio nace
de la grandeza de la ley de Dios : por cuyo medio
todas las acciones (que por otros serian tenidas por
viles) hechas con deliberacion y enderezadas al fin
eterno, se acrecientan y adornan de merecimientos
de virtud. Y no por esto se destruye ó contradice el
fin de la arte sola , antes se ensalza y engrandece y
recibe nueva perfeccion . Así que , hablando á nues -
tro propósito , la pintura , que tenia por fin solo el
parecerse á lo imitado , ahora como acto de virtud
toma nueva y rica sobreveste ; y demás de aseme-
jarse, se levanta á un fin supremo , mirando á la
eterna gloria; y procurando apartar los hombres de
los vicios , los induce al verdadero culto de Dios
Nuestro Señor .

Tambien vemos que las imágenes cristianas no


sólo miran á Dios, mas á nosotros y al prójimo . Por-

que no hay duda, sino que todas las obras virtuosas


pueden servir juntamente en la gloria de Dios , á
nuestra enseñanza y á la educacion próxima . Y tan-
to más deben ser estimadas cuanto mejor abrazan
estas tres cosas , en las cuales consiste la suma de
la perfeccion cristiana . Donde pudiendo pintar esta
de las imágenes sagradas , parecerá más clara la
grandeza de su precio . El modo como se reduce al
número de las más nobles virtudes ya lo hemos vis-
186 ARTE DE LA PINTURA .

to , porque la causa principal de haberse introducido


las imágenes antiguamente fué por honrar á aque-
llos á quien se dedicaban . Y así la ciega gentilidad ,
queriendo celebrar á Júpiter, Minerva y Neptuno y
otros, ningun camino halló mejor que fabricarles
estátuas, y simulacros en gran número . Este mesmo
estilo guardaron los griegos y romanos y otras na-
ciones para engrandecer á sus emperadores y á
otros varones dignos de memoria, y lo mesmo han
hecho todas las gentes , por instinto de naturaleza,
que queriendo mostrar alguna señal de reverencia
y de gran observancia cerca de algun gran prínci-
pe ó eminente varon, le pusieron su estátua en pú-
blico . Y así no es maravilla que la ley cristiana , va-
liéndose del mismo medio (pero con fin divino y sa-
crosanto) haya admitido el uso de las sagradas imá-
genes, para honrar al verdadero Dios en sus santos ,
y con este medio extender más su infinito poder,
misericordia , justicia y sabiduría , y difundir por to-
dos los confines de la tierra la gloria y majestad de
su nombre .

Decimos tambien que sirven á nosotros mismos ,


porque pretendiendo nuestro señor Dios ser adorado
de cada uno con alma y cuerpo , ayudan las imáge-
nes , como cosa del culto exterior, á protestar la
reverencia que tenemos en nuestro afecto interior
dedicándola á Dios , como oblacion y especie de
sacrificio . Con lo cual damos testimonio de las
obligaciones que le tenemos de sujecion , obedien-
cia y esperanza eterna . Y el no medido gozo que
vive en nosotros de ver á su Divina Majestad ,
representada por la pintura , delante de nuestros
LIBRO PRIMERO, CAP. XI. 187

ojos, y á todas horas , como á padre y señor nuestro .


1. Ayudan, otrosí, maravillosamente á la utilidad Arist . , lib. 8 .
y edificacion del próximo . Porque si queremos mi- eth . cap . 3. 1 .
rar las tres suertes de bienes tratadas de los sábios ,
lo deleitoso , lo útil , lo honesto , los contienen todos
universalmente ; pues los conseguimos por medio de
las imágenes santas . Viéndose por experiencia que
cuanto á deleitar , ninguna cosa comunmente ha-
blando agrada asi á nuestros ojos , dándoles recrea-
cion suavísima, cuanto las cosas de pintura acaba-
das con perfeccion : como se ha dicho y parece de
este insigne lugar del Petrarca : « El deleite que be remed . de amb.
»causa una tabla bien pintada si nos rigiéramos por fortum., lib. 1
cap. 40.
»razon, nos habia de levantar al amor celestial , en-
» señándonos su orígen divino . Porque ¿ quién hay
»que apetezca el pequeño arroyo , y aborrezca la
»fuente de donde nace? »>

2. Cuanto á lo útil , dejando las infinitas comodi-


dades que traen las deformidades que cubren, apa-
centando maravillosamente los sentidos , dejando el
esplendor y belleza que reciba todo lugar de su or-
namento; pues no hay ninguno por bajo ó vil que
sea, que adornado de ellas, no quede dignamente •

ilustrado. Y dejando aparte la conservacion de la


antigüedad, pues muchas cosas estarian ya olvida-
das sin su representacion , y dejando la utilidad uni-
versal (referida) que traen al pueblo , sirviendo de
libros , y finalmente , dejando otras muchas cosas,
pasarémos á los bienes honestos .
3. No se puede cabalmente declarar el fruto que
de las imágenes se recibe. Amaestrando el enten-
dimiento, moviendo la voluntad , refrescando la me-
188 ARTE DE LA PINTURA.

moria de las cosas divinas. Produciendo juntamente


en nuestros ánimos los mayores y más eficaces efec-
tos que se pueden sentir de alguna cosa en el mundo .
Representándose á nuestros ojos , y á la par impri-
miendo en nuestro corazon actos heróicos , magná-
nimos , ora de paciencia , ora de justicia , ora de cas-
tidad, mansedumbre, misericordia y desprecio del
mundo . De tal manera , que en un instante causa en
nosotros deseo de la virtud y aborrecimiento del
vicio ; que son los caminos principales que condu-
cen á la bienaventuranza .

Además de lo que se ha dicho , hay otro efeto de-


rivado de las cristianas pinturas , importantísimo ,
tocante al fin del pintor católico , el cual , á guisa del
Paleot. lib . 1 , orador se encamina á persuadir al pueblo , y llevar-
cap. 21.
lo , por medio de la pintura, á abrazar alguna cosa
conveniente á la religion . Pues para mayor claridad ,
segun han escrito los doctos del arte oratoria , se ha
Cicer. in lib . 1. de hacer diferencia entre el oficio y el fin de un
orador . Llamo oficio todos aquellos medios que se
abrazan para conseguir el fin ; y fin aquello que es
su principal y último intento . Y así como el oficio
del orador es hablar convenientemente y á propó-
sito , así el fin será el persuadir lo que pretende . El
cual fin no está en su mano si bien lo están los me-
dios proporcionados á este fin . Como ni el médico es
poderoso á sanar el enfermo , que es el fin de la me-
dicina, aunque lo sea para curarle científicamente .
Así el pintor, cuanto à la parte en que conviene con
el orador, tendrá obligacion á formar la pintura de
suerte que consiga el fin que se pretende con las
sagradas imágenes ; aunque el efeto falte algunas
LIBRO PRIMERO, CAP. XI . 189

veces. Vean los pintores de este tiempo á lo que


están obligados ; mas cuántos son capaces de enten-
der estos mis documentos? ¡oh lástima sin esperanza
de reparo! Este fin , si bien es uno siempre en persua-
dir, serálo segun los varios sugetos que les vienen
á las manos : á ejemplo del orador que , teniendo
obligacion de persuadir al auditorio , y traerlo á su
opinion, esta persuasion empero será encaminada
ora á la guerra , ora á la paz , ó al castigar , ó al ab-
solver, ó premiar ó cosas semejantes . Por lo cual el
fin del pintor respecto de esto podrá ser vario segun
la diversidad de las cosas que representa . Mas ha-
blando de las imágenes cristianas, digo que el fin
principal será persuadir los hombres à la piedad y
llevarlos á Dios . Porque siendo las imágenes cosa
tocante á religion , y conviniendo á esta virtud que
se rinda á Dios el debido culto , se sigue que el ofi-
cio de ellas sea mover los hombres á su obediencia ,
y sugetos . Si bien pueden con estos concurrir otros
fines particulares ; como son inducir los hombres á .
penitencia, á padecer con alegría , á la caridad ó al
desprecio del mundo ó á otras virtudes, que son to-
dos medios para unir los hombres con Dios , que es
el fin altísimo que se pretende con la pintura de las
sagradas imágenes , de que á mi ver se ha hablado
bastante. Ahora convendrá decir algo de su fruto , y

de la estima y aprecio que de ellas hace la iglesia


católica: con autoridad de la escritura, de los conci-
lios y santos .

La parte no sólo propia sino más principal á que Paleot .lib. 7


pág. 25 .
se encamina la pintura , es mover el ánimo de quien
la mira, y tanto mayor alabanza le da, cuanto más
190 ARTE DE LA PINTURA .

noble es el efecto . Que si el orador (como ya se tocó)


por saber con la facultad del decir , volver los age-
nos afectos á esta ó aquella parte , merece eterna ala-
banza, ¿quién duda que la pintura cristiana acompa-
ñada de la belleza y consideracion espiritual , tanto
más eficaz y noblemente podrá conseguir este obje-
to , respecto de la muchedumbre , que universal-
mente es indocta? y que el fin á que ella mira es
más sublime y glorioso como dice el poeta lírico en
esta sentencia :

Horat. enla poética. Signius irritant animum demissa per aures,


quam quæ sunt oculis subiecta fidelibus .

Que yo volví de esta suerte:

Las cosas percibidas


de los oídos , mueven lentamente ;
pero siendo ofrecidas
á los fieles ojos , luego siente
más poderoso efeto
para moverse, el ánimo quieto .

Por donde podemos decir que representa la pin-


tura á la vista las cosas en el modo propio que pa-
saron, mejor que por la leccion las que oimos con-

Beda de templo de tar. Por donde la llamaron los griegos , como ve-
Salomon . Tom. 8 mos , viva escritura . De manera que si vemos varios
cap. 19.
ejemplos de personas que habiendo leido un solo
Cap. 8. libro de repente mudaron la vida , ¿ por qué no nos
persuadirémos que mucho más eficazmente produ-
cirá esto de una imágen sagrada hecha devotamen-
te? Como nos lo mostró el ejemplo del Duque de los
Búlgaros , con la pintura del juicio . Cuenta Poticia-
Lib. 8 de su conf.
cap. 3. no en San Agustin , que algunos soldados de Valen-
LIBRO PRIMERO , CAP. XI. 191

tiniano , emperador , habiendo leido la vida de San


Antonio , ermitaño , súbitamente tomaron nueva
determinacion de servir à Dios . Y el mismo glorio- Lib. 3.
so doctor , en el mismo libro , dice de sí, que con el
Ortensio de Ciceron se mudó totalmente , por estas
palabras : « Aquel libro mudó , Señor , mis afectos , y
trocó mis deseos , y hizo que enderezase mis oracio-
nes á vos : todas las vanas esperanzas me parecian
bajas y viles .» Pues si tanta eficacia tienen las pa-
labras que se oyen ó leen , para mudar nuestros
afectos , con mucha mayor violencia penetrarán
dentro de nosotros aquellas figuras que inspiran
piedad , modestia , devocion y santidad . De quien
dice S. Gregorio : « Mientras se atraen interiormen-
te las especies de las cosas exteriores , casi se pinta
en el corazon, lo que con deliberacion se piensa en
las fabricadas imágenes . » Y si el sentimiento , cuan-
do se refiere al martirio de un santo, el celo y cons-
tancia de una Vírgen y la pasion del mismo Cristo ,
de veras toca en lo interior del alma , ver ante los

ojos con el arte y vivos colores , el santo martiriza-


do, ó la Vírgen combatida, á Cristo clavado en la
Cruz, bañado en su sangre preciosa , es cierto que
acrecienta tanto la devocion y compunge las entra -
ñas, que quien con semejantes objetos no se mueve,
ó es de piedra ó bronce. Por esto escribe S. Basilio : Homil. del 40 mar-
Las flores de la pintura en la Iglesia , me atraen á ty.
mirar : contemplo la fortaleza del mártir , considero
los premios de las coronas , y como en fuego me
abraso, con deseo de la imitacion ; y postrado y hu-
milde, adoro áDios por su martirio , y recibo salud . »
Y Metatrastes , en la vida de S. Tarasio , valiente Surio, tom. 1 .
192 ARTE DE LA PINTURA.

defensor de las santas imágenes , contra la rabia de


los iconómacos , dice elegantemente : «¿Quién vien-
do representado , con los vivos colores , al mártir que
pelea y desprecia las nubes de los azotes , y la llama
confiado en su Hacedor , no se baña en lágrimas?

¿ Quién, viendo aquel que se entregó por Cristo á los


ministros del suplicio , y persevera firme en los tor-
mentos, no admira su paciencia y la vencida virtud
de su excelso ánimo ? ¿ Quién , atendiendo al otro
que no abrió la boca para decir una palabra des-
compuesta , sufriendo verse despedazar los costados
y espaldas , no se extremece de compasion ? ¿ Quién ,
mirando con atencion al que es entregado á los
leones, para ser entre sus dientes deshecho , no quer-
rá participar de aquel espiritual convite ? ¿ Y quién
que contemplando estas cosas no sólo en los varo-
nes sino tambien en las delicadas hembras , no des-

eche el temor mujeril , y se fortalezca con la con-


fianza divina ? » Asi, no es de creer que ninguno sea

tan insensato que no conozca la conveniencia y


simpatía que nuestra naturaleza tiene con las imá-

genes cuando están hechas vivamente y con espí-


ritu . De donde escribe el grande Agustino , que se
les debe advertir su culto y veneracion á los enfer-
mos antes de morir, demás de las cosas que creen .
San Agus. de visit. « Hay ( dice ) algunas imágenes exteriores que tal vez
los enfer. e. 3.
despiertan fe perezosa , y casi estampan en lo interior
arrepentimiento y dolor. Las cuales quiere que se
guarden, la cristiana religion , y huelga la devocion
de los amigos , que visitan los enfermos que se cum-
pla con ellas . Y pasa adelante á hablar de la imá-
gen de Cristo crucificado , cuanto ayuda á este fin .
LIBRO PRIMERO, CAP. XI . 193

Mas porque deseamos mostrar que los efectos cor-


responden á todas las razones referidas , y de la propia
experiencia parecen claramente las obras maravi-
llosas que por las imágenes se han visto , excusamos
los ejemplos ( cuya muchedumbre podria impedir-
nos , contentándonos con los referidos arriba ) de
milagros que contínuamente se han obrado por me-
dio de ellas , en la Iglesia santa . Por los cuales ma-
nifiestamente se ve , cuán agradables son al infinito
poder de Dios , por las cosas sucedidas admirables
y estupendas . Como el dar salud ; el librar los hom-
bres de inevitables peligros ; el conservarse las imá-
genes sin lesion , en medio de las encendidas lla-
mas ; el defender las ciudades oprimidas de enemi-
gos, y otras muchas cosas milagrosas . Que siendo
todos efectos sobrenaturales , es argumento infalible
de la virtud celestial con que obraron .
Y para mayor demostracion de nuestro intento ,

podriamos alegar lo que afirman médicos y filóso-


fos, diciendo , que segun los varios conceptos , que
aprende nuestra fantasía de las formas diferentes ,
se hace en ella tan firme impresion , que causan
movimientos y señales notables en los cuerpos hu-
manos : como enseña la experiencia , y dice Plinio
por estas palabras : « Mayor es la diferencia que hay Plin ., lib. 7,
>en el hombre , que en todos los demás animales ; cap. 12.
"porque la velocidad del pensamiento , la presteza
del ánimo y la variedad de ingenio , imprime notas
»de diversas maneras , viendo en los demás animales
inmóviles los ánimos . » Estando , pues , nuestra ima-

ginativa dispuesta á recibir tales impresiones , ¿quién


duda no haber instrumento más fuerte ó más eficaz
13
194 ARTE DE LA PINTURA.

que las imágenes vivamente pintadas , que casi vio-


lentan los sentidos incautos ? Y dejando muchas
cosas que se pudieran referir á este propósito , viene
Appia . lib . 2. bien lo que se escribe del retrato de Julio César : que
la imágen del muerto expresa en la cera, movió los
Quint. , lib. 6 , ánimos del pueblo á la venganza de la muerte . Y lo
cap . 1.
que cuenta Quintiliano , que solian traerse á juicio
en presencia de los magistrados las imágenes de
aquellos por cuyas partes juzgaban : pareciéndoles
Salust . en Lugur . medio poderoso á mover el ánimo del juez. Así los
antiguos senadores romanos solian decir : que vien-
do las imágenes de los mayores se les encendia el
ánimo con mayor eficacia á la virtud .
Para remate de estos ejemplos de la impresion
que causa la vista , nos debe bastar por ahora el que
Génes . , cap. 32. trae la Sagrada Escritura de las ovejas de Jacob , á
quien puso el Dante las varas descortezadas , de
donde resultó á una parte del ganado las agradables
manchas .
Pero volviendo á las pinturas sagradas , escribe
S. Gregorio Nicino , alegado muchas veces , en la
sétima sínodo , que la historia de Abraham, cuando
quiso sacrificar á Isaac , su hijo, por estar tan piado-
sa y vivamente pintada , muchas veces que la mira-
ba, se mudaban interiormente , sin poder detener las
Sinod. 7. art . 4. compasivas lágrimas. « Vi , dice , muchas veces la
imágen de la inscripcion , y no pude pasar sin lá-
grimas : por poner la pintura ante los ojos tan efi-
cazmente la historia . » De donde infirieron aquellos
En el mesmo lugar. Santos Padres del Concilio : « Si á tan gran maestro
dió lágrimas y utilidad , cuán más útil será á los
hombres rudos . » Y en el mesmo sínodo cuenta San
LIBRO PRIMERO , CAP. XI . 195

Asterio, obispo de Amasea, de una pintura del mar-


tirio de Santa Eufemia , donde estaba tan propia-
mente demostrada la crueldad de los tormentos y la

grandeza de su valor, que enternecia el corazon y


enmudecia el rostro . « Lágrimas , dice, derramo por- Sinod . 7. act . 4 .
que tan perfectamente pintara el artífice las gotas
de la sangre corriendo , que juraras caian de los lá-
bios . 10 De Santa María Egipciaca se leen en este
propio lugar , que viendo un dia numeroso pueblo
entrar en el templo , y que ella , por oculta fuerza
era detenida, acordándose de la libertad de sus cos-
tumbres , alzó los ojos á una imágen en la Santa
Cruz, y á otra de la gloriosa Vírgen , y le pareció Sinod . 7. act. 4 .
que de ellas salian dardos agudos , que le atravesa-
ban el corazon, y dijo estas sentidas palabras : « Em-
bistióme un horror y arrebatamiento del ánimo , Ꭹ
comencé á temblar toda y perturbarme. » Y siguie-
ron luego aquella admirable conversion é inusitada
penitencia suya . S. Gregorio Nacianceno en sus
elegantes versos describe , que una mujer perdida
queriéndose entrar en casa de un mancebo descom-

puesto , acercándose á la puerta abrió los ojos , y S. Gregor . Nac .


Sinod . 7. act. 4.
viendo la imágen de Palemon , filósofo , varon de
virtuosas costumbres y ejemplar vida , luego mudó
su vil determinacion ; y volviendo atrás dejo total-
mente los pensamientos deshonestos . Los versos la-
tinos dilató dichosamente en una silva D. Juan de
Arguijo , Veinticuatro de Sevilla , que los traigo
aquí para ilustrar estos escritos .
Fácil al blando ruego ,
y en vil precio obligada
á ser víctima impura de amor ciego ,
196 ARTE DE LA PINTURA.
cudiciosa ramera
corria apresurada
á los profanos lares
de el impúdico jóven que la espera :
mas apenas pisó de la primera
puerta el umbral , cuando ocupó sus ojos
la imágen venerable y flel trasunto
de el grande Palemon , que al mesmo punto
con eficaz modestia (bien que mudo)
su culpa acusar pudo ;
y usurpȧndole á Vénus los despojos ,
enfrenó el libre paso ,
reprimió el torpe afecto ,
venció al ardor lascivo ;
¿qué otro mayor efecto
esperarse debiera ,
si presente estuviera ,
si la mirara vivo ?

Cuenta el abad Teodoro , que teniendo uno gran


devocion con una imágen de la Madre de Dios , que
tenia su Hijo en los brazos , no cesó el demonio de
fatigarle de diversas maneras para que la quitase
de su casa , y de las cosas maravillosas que de esta
ocasion sucedieron . S. Bernardo y S. Francisco , con
otros muchos Santos , ya se sabe la devocion y ar-
dor de espíritu que muchas veces concibieron dentro
de su ánimo , viendo la imágen de Cristo Crucifica-
do . Demás de los ejemplos que hemos visto , y pu-
diéramos traer, rematarémos con el que cuenta Pa-
Paleot . lib . 1. leoto , que sucedió en su tiempo . Un señor de Milan
cap. 26.
habiendo hecho firme propósito de matar un enemi-
go suyo, entró en una iglesia, y viendo una imágen
de un Crucifijo , sintió súbitamente conmoverse en
lo interior de su alma , y postrado ante él de rodi-
LIBRO PRIMERO, CAP . XI. 197

llas , trocó aquel pensamiento en arrepentimiento y


lágrimas . Otros semejantes efectos creemos que su-
ceden á muchos (por la misericordia de Dios ) con la
piadosa vista de las sagradas imágenes , de cuya
autoridad será tiempo que hablemos ( dejando á los
doctores el tratar de esta materia dogmáticamente
contra la obstinacion de los perseguidos herejes ) bas-
tando á los ánimos pios el general sentimiento de
la Iglesia católica .
Vemos que en la antigua ley mandó Dios muchas Paleot . lib . 1 .
cap. 26.
veces que se formasen imágenes , y aun las habian
de ser, de leones , de bueyes y palmas ; y la escultura
del candelero y querubines y del propiciatorio , y Exod. c. 25
Núm. c. 7.
otras muchas cosas , Y si Dios no manda cosa que no Ezeq . cap. 41.
sea útil y necesaria , ¿ quién podrá negar que el uso
de las imágenes , mandado por él en todos los luga-
res, no sea conveniente y provechoso ?
Viniendo despues al mundo nuestro Salvador á
predicar su evangélica doctrina, y despues de Él
sus santos apóstoles y discípulos, estando ya en uso
las imágenes sagradas, fué por Él y por ellos con-
tínuada su observancia . Como parece del cánon del

Concilio Apostólico antioqueno , y la tradicion ecle-


siástica demuestra, que nos sirven de ciertísima ley:
como testifica el concilio Niceno segundo , por es- Sinod. 7, act . 2.
tas palabras: «Nosotros confesamos unánimes , que
"queremos tener por válidas y decretadas las ecle-
siásticas tradiciones, ya en escrito, ya en costum-
»bre ; de cuyo número es la formacion de las imáge-
nes.» Y en la misma sínodo dice Euthimeo , obispo
sardence, á quien siguen otros obispos ( de que allí
se hizo mencion) : « Yo recibo de todo corazon las sinod. 7, act. 2 .
198 ARTE DE LA PINTURA .

»> imágenes santas, no como nuevo dogma inven-


Sinod . 7, act . 6. » tado recientemente , pero conociendo con claridad
»que se nos enseñó de tradicion apostólica y man-
» dado de los santos doctores de la Iglesia . » Y en
otro lugar dice S. Epifanio : « No es la fábrica de
>> las imágenes invencion de pintores, mas ley y tra-
» dicion aprobada de la Iglesia católica: del pintor
» sólo es la arte , empero el órden , de los santos pa-
S. Basil. epis. »dres.» Y lo mismo confirman S. Basilio , Damas-
ad Juliam.
Damas . lib . 4 c . 17 ceno, y comunmente los santos doctores ; de tal

suerte, que no fué necesario publicar otra ley uni-


versal . Y cuando apuntaba alguna mala semilla, ó
pérfida planta , contra esta tradicion apostólica, lue-
go se arrancaba, y cortaba, por la autoridad de los
mismos Pontífices , generales ó nacionales conci-
lios, y santos padres , como se lee en varias epís-
s . Gregorio lib. 7. tolas de S. Gregorio , y se hace mencion en otros
yS.libAnt. pat. .39.. autores . Y comenzando despues á descubrirse abier-
. 5. Epist
tit. 22 . tamente los sacrilegos herejes , favorecidos de los
malvados príncipes de aquel tiempo, para destruir
totalmente las imágenes, no faltaron muchos Pontí-
fices santísimos que congregaron luego sínodos ge-
nerales para oponerse á tanta impiedad , descomul-
gando á los impugnadores de las santas imágenes ;
confirmando y canonizando el uso de ellas . Cuenta
Lib . 18 his . Long. Paulo Diácono , que el Papa Constantino despachó
diversas provisiones en favor de las imágenes san-
tas , ofendidas de Filípico , emperador herético . Su-
cedió despues Gregorio II , del cual refiere Adriano
Tom . 3 de concil . Papa : « Que predicando en Concilio de setenta y
fól. 216 .
>>nueve obispos , ante la confesion de S. Pedro, ha-
»biéndose referido muchos testimonios de muchos
LIBRO PRIMERO , CAP . XI . 199

»santos padres , se determinó que las sagradas imá-


"genes fuesen reverenciadas y adoradas. » Muchas
cosas cerca de esto cuenta Atanasio Bibliotecario,
Nicéforo, Zonaras y otros. Al Papa Gregorio II, su-
cedió Gregorio III , y despues muchos santísimos
Pontífices , Zacarías , Estéfano II , Estéfano III y
Paulo I. Que, como parece en la misma sínodo , pro- Sinod . 7. act. 2 .
curaron todos varias cosas en favor de las santas
imágenes . Despues de los cuales el Papa Adriano I
ordenó aquella famosa y notable sínodo , llamada
Nicena II, y Ecuménica VII , en el año de 789 , en la
cual además de otros muchos decretos se leen estas
palabras : «Estamos instruidos por tradicion de pro- Sinod . 7 act . 1 .
«fetas , apóstoles y padres que esta es la verdad y
"piedad, dar reverencia y culto á las venerables imá-
"genes en los sagrados templos . » Esta sentencia así
eficazmente y con tanta viveza, fué de aquella santa
sínodo aceptada . Y entre los padres , aquel gran Sinod . 7, act. 3.
griego Pensionista dejó cierta aquella notable sen-
tencia: que no se contase por iglesia aquella que no
tuviese imágenes: como las sinagogas de los he-
breos, las mezquitas de los turcos y moros, y las
modernas escuelas de los herejes , desnudas de toda
pintura. Y entre las exclamaciones que se hacen aca-
bada la sínodo, se leen estas palabras : «Todos tene- Sinod . 7, actio 7.
mos una misma cosa y la creemos , y de comun con-
sentimiento la firmamos de nuestros nombres: esta

es la fe de los apóstoles , esta es la fe de los anti-


guos padres , esta es la fe de los católicos , esta fe
es la que sustenta y tiene en pié á todo el mundo . »>
Despues de esta sínodo en tiempo del mismo Adria-
no, fué celebrado la Francfordiense, con detestacion
200 ARTE DE LA PINTURA .

de los iconómacos . A la piedad de este pontífice se


juntó despues Leon III cerca del año 800 , que con
ayuda del emperador Cárlo Magno , dejó muy esta-
blecido este dogma en la Iglesia católica. Despues
el Papa Nicolás I escribió , entre otras , dos epístolas
á Micael , emperador de los griegos , diciendo en la
Nicol . p . 1. epist. primera : «Habemos tomado á nuestro cargo , el ha-
17.
»cer que se guarde la antigua tradicion de los san-
>>tos padres nuestros predecesores , que tuvieron la
» silla apostólica despues del apóstol S. Pedro , la
>> cual , entera y sin mancha defiende la santa Iglesia
>> católica y apostólica ; finalmente conviene que las
>> venerables imágenes de Cristo Señor nuestro , y de
>> su Santísima Madre y de los bienaventurados após-
>>toles , y de todos los santos sean honradas y vene-
»> radas . » Y en la epístola confirma lo mesmo : por
donde sus decretos fuéron muy encomendados de
Leon IX como en sus epístolas se muestra. Y des-
pues Adriano II que congregó la ocho sínodo gene-
ral , quiso de la misma materia publicar algunos cá-
Sinol . 8 , cán . 5. nones , entre las cuales se leen estas palabras : « De-
>>terminamos que la sagrada imágen de Jesucristo
»> Señor Nuestro y Salvador de todos , se adore con
» igual honra que el libro de los Santos Evangelios ;
»porque por medio de la pintura , y colores de las
»> imágenes , así los sábios como los ignorantes todos
El mesmo sinol . 7. »> saquen utilidad , de aquello que está manifiesto . » Y
en otro cánon habla de lo mesmo : y despues en la
sínodo universal florentina, fué decretado con estas
Concil s. Floren . palabras : « Los infieles no haciendo diferencia al-
se . 5.
» guna entre la piedad , piensan que las imágenes de
>>Cristo y de sus santos , son representaciones de sus
LIBRO PRIMERO , CAP. XI. 201

»ídolos, ó de los demonios : pero nosotros, adorando


»como adoramos al verdadero Dios, uno en esencia
»y trino en personas, tenemos tambien obligacion
» de adorar sus imágenes, y los que así no lo hicie-
»ren, sean apartados de la iglesia , como herejes y
»descomulgados . » Ultimamente en el concilio Tri-
dentino , está aprobado y ratificado lo mesmo ; con
admirable asenso de todos los padres, diciendo en-
tre las otras cosas : « Cierto es que se saca gran fruto Concil . Trid .,
ses. 15, tit . 2.
»de todas las sacras imágenes , no sólo porque se
"avisa al pueblo de los. beneficios y dones que de
»Cristo recibió , mas tambien de los milagros de
»Dios, y saludables ejemplos por los santos , se po-
»nen ante los ojos de los fieles , para que den por
» ellas gracias a Dios y compongan su vida y cos-
» tumbres á su imitacion y se despierten á adorar y
D amar á Dios y reverenciar la piedad . » Finalmente ,

por conclusion de este discurso , referirémos la mis-


ma oracion que la Santa Iglesia antiguamente ha
observado en la bendicion de las imágenes sagra-

das : « Todopoderoso y sempiterno Dios , que no pro- En lib. pontif. fól.


»hibiste que se pintasen las imágenes , y se escul- 16 8. Athan . San
Greg. Nis. S. Teod.
"piesen las figuras de los santos , para que tantas Márt . y otros much .
»veces nos animemos á mostrar sus ejemplos y san-
»tidad de vida, cuantas los vemos con los ojos cor-
»porales; humildemente pedimos que esta imágen á
»honra y memoria de tal santo , etc. » De estas au-
toridades se puede clarísimamente probar cuál haya
sido siempre el sentimiento , y ordenacion de la San-
a Iglesia Católica, en el recibir y venerar las sa-
gradas imágenes , dejando otros innumerables testi- Paleot . lib. 1,
monios de autores y santos griegos y latinos . Pues cap. 30.
202 ARTE DE LA PINTURA.

sea lo postrero , necesario á este discurso ( si bien


.
breve en palabras , importante en las cosas ) las tres
maneras de adoracion que se dan á las imágenes sa-
gradas .
Primer adoracion . La primera, llamada Latria , débese sólo á Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo , á sus divinas imáge-
nes y al Santísimo Sacramento del altar. Porque no
siendo otra cosa adorar que exhibir la debida reve-
rencia á alguna cosa por su gran excelencia, y pu-
diéndose considerar ó de perfeccion absoluta reco-
gida en sí mesma , independiente de otro , ó de per-
feccion participada y dividida , que es muy inferior
á la primera . Muestra el nombre de Latria propia-
mente el culto que se debe á la excelencia de per-
feccion absoluta, la cual se halla sólo en el primer
principio de todas las criaturas , que es el grande
Dios , autor, hacedor y gobernador del universo . Esta
misma adoracion se debe tambien á la más pequeña
parte del madero de la Santísima Cruz en que nues-
tro Salvador murió, aunque no tenga forma de ella ,
por cuanto concurrió con él en la obra de nuestra
redempcion, y por el contacto de su santísimo cuer-
po y sangre preciosa ; y sí tiene figura de cruz, por-
que representa al mesmo Señor clavado en ella. Y
de la mesma manera, por esta tercera razon , debe-
mos la mesma reverencia y adoracion Latria á todas
las demás cruces , de cualquier materia que sean ,
porque son figuras , no sólo de la en que el Señor fué
puesto , pero de su mesma persona divina .
Segunda adoracion. La otra especie de honor que se debe á la criatu-
ra por la perfeccion participada , que es cuando el
sumo bien le ha comunicado algunos dones de su
LIBRO PRIMERO, CAP. XI . 203

grandeza y dignidad , suele ser de dos maneras, la


una mayor, llamada Hiperdulia, con que se adora y
reverencia la inmaculada Vírgen y madre de Dios ,
y su imágen. La cual , por ser tan singularmente
privilegiada y llena de gracia desde el primer ins-
tante de su purísima concepcion , con indecibles fa-
vores de la eterna bondad , omnipotencia y sabidu-
ría ha merecido como madre de Nuestro Señor Je-
sucristo y abogada de los hombres, ser honrada y
reverenciada del pueblo cristiano con grado de ma-
yor alteza que el que se da comunmente á los otros
santos .

La tercera especie , que se llama Dulia , es una ve- Tercer adoracion.


neracion y señal de reverencia que se da á los san-
tos y á sus imágenes , en las cuales se manifiesta la

divina excelencia participada ; pero no reverencia-


mos sus imágenes por sí mismas ó por su materia ,
ni menos por aquella causa general sola , que es
ayudarnos á la contemplacion de las cosas celestia-
les, porque aquesto puede suceder en la figura del
cielo, del sol , de los animales, de las plantas y de
todas las cosas criadas , que es lo que dijo el profe-
ta : Cæli enarrant gloriam Dei, et opera manum eius Praf. 18

anunciat firmamentum . Más principalmente venera-


mos estas imágenes , porque la intencion de los fie-
les se encamina á honrar la memoria de los santos,

y con aquella señal exterior reverencia la gloria de


aquellos que fuéron en la tierra sagrarios del Espí-
ritu Santo y vasos puros de la gracia divina . Y en
consecuencia , se siguen los efectos maravillosos que
habemos dicho, que aun Platon, con estar tan léjos
de la luz de la fe, tuvo esta opinion cuando escribió :
204 ARTE DE LA PINTURA.

Platon lib. 11 de « De verdad no vemos los dioses, pero fabricamos


leyes.
» imágenes suyas , y honrándolas, aunque muertas ,
»nos prometemos por esto que los mesmos dioses vi-
>>vientes nos han de ser agradecidos y favorables . >>
Y por no extendernos más, basten las razones de
Sinod . 7 act . 2. Adriano papa : «A todos los príncipes , bien que sean
>>malísimos pecadores , los adoramos y saludamos con
» reverencias . ¿ Qué es , pues , lo que veda que no sea
» lícito venerar tambien los santos ministros de Dios

»y en memoria de ellos poner y levantar imágenes? »


Con la cual sentencia habrémos dado cima al

más ilustre y grande argumento de nuestro libro .


Finalmente , remitimos al curioso que quisiere saber
más de las sagradas imágenes , al docto libro de Juan
de Molano , y al que escribió el reverendísimo car-
denal Paleoto Obispo de Bolonia, y al compendioso
(aunque breve) del P. Martin de Roa , de la Compa-
ñía de Jesus . Y aunque parezca haberme apartado de
mi intento á tratar la materia de las imágenes (pues
tambien competen á otras artes ) , hago saber que si
no son todo el empleo de la pintura, son , empero , la
parte más ilustre y majestuosa y que le da mayor
gloria y esplendor , empleándose en las historias sa-
gradas y misterios divinos que enseña la fe, de las
obras de Cristo y de su Santísima Madre , vidas y
muertes de los santos , mártires , confesores, y vír-
genes, y todo lo que á esto pertenece ; y es la más
dificultosa parte que ejercita esta noble arte , por las
obligaciones forzosas que tiene de verdad , propie-
dad y decoro , en que tan pocos aciertan , aunque
sean grandes pintores, como se verá largamente en
el segundo libro .
LIBRO PRIMERO, CAP. XII . 205

CAPITULO XII.

DE TRES ESTADOS DE PINTORES, QUE COMIENZAN , MEDIAN


Y LLEGAN AL FIN.

Antes de dar principio á la division de la pintura


y de tratar de la diferencia de sus partes, será nece-
sario mostrar tres caminos , estados que se hallan
en los que la profesan, que son de principiantes
aprovechados y perfetos ; y para proceder con ór-
den, el estado primero ( segun lo más usado ) es el
de los que sujetos al debujo del maestro , que se les
pone por dechado, trabajan con todas sus fuerzas
por imitar lo que ven , conformando , en cuanto pue-
den, el traslado con su original . En cuya conformi-
dad (probando ser arte la pintura ) dijimos en su lu-
gar que tiene principios propios suyos de que esen- Lib. 1 , cap . 1 .
cialmente se compone ; comenzando por sus partes ,
una boca, un ojo , una oreja, y enseñando el modo
con que se deben hacer. Porque aunque es verdad
que para ser uno pintor (conforme al estilo que se
tiene en aprender otras artes) debiera saber muy
bien la teórica , como fundamento que enseña la
práctica (segun enseña Leonardo de Vinci) , y que ha Docum. 18.
dicho antes él mesmo : « Primero se debe aprender Docum. 1 .
"perspectiva , despues las medidas de todas las co-
"sas ,y luego imitar las obras de mano de valientes
»maestros, para vestirse de la buena manera . »> Con
206 ARTE DE LA PINTURA.

todo (siguiendo sus documentos), es cosa más segu-


ra y recibida (por la poca capacidad de los sugetos) ,
el comenzar por la práctica ó ejercicio de la mano,
y por una sencilla imitacion ; porque siendo ejercita-
dos en trasladar de cosas buenas , y diestros debuja-
dores , por la luz y conocimiento que adquieren ,
halla en los mejores asiento y lugar la dotrina, y
son más capaces de los buenos preceptos , como más
Docum . 6.
adelante lo aconseja el autor citado diciendo : «Debe
» el pintor, para adiestrar la mano , contrahacer los
» debujos de valientes maestros , y con el juicio y
»parecer de su preceptor, pasar á retratar las cosas
»>> buenas de relievo . » Bien que tal vez podria el que
intenta el estudio de la pintura ser capaz de los
preceptos antes de sus principios prácticos , mas
esto es raro, y menos usado; no por defeto del arte ,
antes de lo que lo intentan , que contentos con sa-
berlo hablar, aborrecen el trabajo y ejercicio de la
mano, y son molestos á los artífices . Y así segui-
mos en esta parte la doctrina más comun , enseñada
de nuestros mayores y referida de Pablo de Céspe-
des en sus elegantes versos :

Primero romperás lo menos duro


desta arte poco á poco conquistando ,
procura un órden por el cual seguro
por sus términos vayas caminando ;
comienza de un perfil sencillo y puro
por los ojos y partes figurando
la faz; ni me desplugo de este modo
á un tiempo linear el cuerpo todo .

Un dia y otro dia, y el contino


trabajo hace práctico y despierto
LIBRO PRIMERO , CAP. XII . 207

y despues que tendrás seguro el tino


con el estilo firme y pulso cierto ,
no cures atajar luego camino ,
y por allí te engañe cerca el puerto ;
cedan, que el deseado fin consigas,
pereza y confianzas, enemigas .

Así la universal naturaleza ,


cuantos produce al esplendor de cielo ,
no primeros los armas de firmezas
ni con osado pié huellan el suelo ;
el sabor de la leche y la terneza
funde y condensa del corpóreo velo,
y como va creciendo el alimento
refuerza con igual mantenimiento .

Hasta que ya crecido allega el punto


adulta edad, de más perfeto estado,
el sustento dispone y dalo junto
al cuerpo y al vigor acomodado .
No quieras adornar más tu trasunto
que lo que conviniere al primer grado ,
que cuanto más en él te detuvieres
irás más pronto á el otro á que subieres .

Maravillosamente describe el Racionero cómo se

debe comenzar por las cosas pequeñas y fáciles ,


para hacerse diestro en la mano con el ejemplo de
la naturaleza, que acomoda el manjar conforme á la
edad del sugeto . Porque no es bien que acometa el
que es principiante las cosas que exceden sus fuer-
zas que por no seguir este saludable consejo ,
aviene á muchos lo que cuenta Esopo ; que viendo Lib. 2. Fábul . 20.
la rana pacer un buey aventuró á quererle igualar ;
y hinchándose reventó neciamente .
208 ARTE DE LA PINTURA .

Así muchas veces sucede á estos , pareciéndoles


que pueden inventar y hacer de suyo lo que ven á
los nuestros , que están en otro más alto grado ; y
engañados de su presuncion, mueren á la estima de
los hombres cuerdos . De manera que en este grado
de principiantes , que consiste en imitar justamente
el ejemplar (como se ha dicho) conviene arrimarse á
cosas determinadas, y bien entendidas y buenos ar-
tífices: por evitar la infelicidad de nuestros tiempos,
y la miserable servidumbre de los aprendices de él :
atados á contrahacer lienzos ordinarios por perfiles
perdidos , sin aspirar á cosa que tenga camino . ¿ Pero
de qué sirve hablar de lo que no puede tener en-
mienda? Volviendo pues á nuestro intento vimos en
los versos referidos de cuánta importancia sea con-
trahacer la figura por sus partes, para que mejor las
comprenda el principiante . Díjolo antes ( con su
Docum. 3. acostumbrada viveza) Leonardo de Vinci : « Si quie-
»res tener noticia de las formas de las cosas , co-

>> mienza por sus pequeñas partes y no pases á las


» segundas si primero no tienes en la memoria la
»primera, y si lo haces de otra suerte alargarás el
« estudio . » Claro está que si olvida el que estudia las
partes de que ha de hacer el todo, aunque haya tra-
bajado un ojo , ó una oreja , cuando haga un rostro se
hallará remoto y distante ; si no lo retiene y guarda
en la memoria. Y que segun se ha dicho en el do-
cumento referido , muy á la larga alcanzaria el su-
frimiento que pretende de sus estudios . Tambien si
no lo he pensado mal , pertenecen á este estado todos
los que , ó debujando , ó pintando de colores , están
siempre pendientes de las cosas agenas , sin acau-
LIBRO PRIMERO, CAP. XII . 209

dalar para si cosa alguna. De manera que aunque


tengan defetos los originales , no tienen fuerzas para
corregirlos; y juzgo tambien de este grado (aunque
con alguna ventaja) á los que imitan el bulto y los
modelos , y aun el mesmo natural , si con el arte
no son señores de apartarse de lo seco y desgracia-
do , y si no alcanzan con los preceptos la libertad
para hacer buena eleccion como dirémos adelante .

Y esto baste al primer estado de los que comien-


zan, que ordinariamente encierra en sí el mayor nú-
mero de pintores ; y pasarémos al segundo por no
alargar nuestro discurso .

Enriquecida la memoria , y llena la imaginacion Grado, 2.


de las buenas formas que de la imitacion ha criado ,
camina adelante el ingenio del pintor al grado se-
gundo de los que aprovechan, y teniendo muchas
cosas juntas , de valientes hombres , así de estampa
como de mano , ofreciéndosele ocasion de hacer algu-
na historia se alarga á componer de varias cosas de
diferentes artífices, un buen todo ; tomando de aquí
la figura , de acullá el brazo , de éste la cabeza , de
aquel el movimiento , del otro la perspectiva y deci-
sion, de otra parte el país ; y haciendo un compues-
to , viene á disimular á veces de manera esta disposi-

cion, que (respecto de ser tantos los trabajos agenos


y tan innumerables las cosas inventadas) se recibe
por suyo propio lo que en realidad de verdad es age-
no . Y esto , tanto más , cuanto mejor ingenio tiene el
que lo compone, para saberlo disimular , valiéndose
de cosas menos ordinarias y comunes . Y por decir
lo
que siento , muchísimos , en grande opinion de
maestros , no pasan de este camino y se contentan
14
210 ARTE DE LA PINTURA .

con saberlo encubrir , y duermen descuidados de


muchas invenciones , porque en cuanto se les ofrece
hallan socorro en los trabajos y estudios de los pa-
sados con sobrada abundancia . Y yo he conocido
algunos, de bizarro talento , para pasar adelante con
propios estudios y caudal , y por hallar siempre de
qué valerse , no temieron el juicio y cargo de los
más doctos en esta facultad ; y se contentaron con el
aplauso comun que examina estas cosas muy super-
ficialmente. No se condena en ninguna manera el
seguir este camino y ejercitarse en él mucho tiempo ,
mientras un hombre no se halla con el suficiente.
caudal ; condénase , empero , la negligencia en no
aspirar á lo mejor y más perfecto los que tienen
lindo natural y gallardo espíritu de pintores . Por-
que se ha de atender siempre , como dice Leonardo
Docum . 1. de Vinci : « A confirmarse en la razon de las cosas,

»y hacer hábito para obrar de práctica cuanto han


»> imitado y visto . » Mas , joh miserable edad la en que
vivimos ! do la necesidad es contrapeso de la virtud ;
y se ve lo que pintó Alciato en su ingenioso emble-
ma , en un mancebo con alas , levantada la mano al
cielo y una gran peña por contrapeso , y esta
letra :

Ut me pluma levat , sic grave mergit onus .

Esto es :

Cuanto me alzan las alas hasta el cielo


tanto me abate el grave peso al suelo.

Mas por servir al lector le hago gracia de toda la


emblema, con la docta traduccion del P. Francisco
LIBRO PRIMERO, CAP. XII . 211

de Castro , de la compañía de Jesus , y digna de su


ingenio :

Dextra tenet lapidem, manus altera sustinet alas


ut me pluma levat , sic grave mergit onus .
Ingenio poteram superas volitare per arces
me nisi paupertas, invidia deprimeret.
Esto es :

La diestra mano tiene una pesada


y dura piedra, que me abate al suelo ,
la izquierda con dos alas remontada
por esos aires me levanta al cielo .
Pudieran sublimarme á la estrellada
cumbre, mi ingenio, mi arte y mi desvelo,
si la pobreza de envidiosa y fiera
á la ganancia vil no me abatiera .

Pero la virtud es premio á sí mesma , y los que


han aspirado á saber, enamorados de la perfeccion
del arte, no están mal premiados con alcanzar lo que
pretendieron , si bien no les faltó lo necesario con
buena reputacion . Bien es verdad que vituperan
los ignorantes á los tales , ostentando con arrogancia
en oprobio suyo la comodidad y riqueza , opuesta
á la templanza y sobriedad de los estudiosos . Mas
oigan los tales al doctísimo Leon Batista Alberto : Lib. 2 de pin.
"Justo será (dice ) acordarse que siempre la avaricia
»ha sido enemiga de la honra . » Y luego : « El ánimo
»atento á la codicia raras veces alcanzará el fruto
» de la posterioridad . » Y más adelante : « Yo he visto
"algunos en lo más lucido de sus estudios , súbita-
"mente darse á la ganancia , y por esto no han al-
"canzado hacienda , ni fama alguna ; los cuales si
»con el estudio hubieran ejercitado el ingenio , fá-
212 ARTE DE LA PINTURA .

>> cilmente se hicieran famosos , y hubieran alcanza-


»> do riquezas y deleites . » Este pleito antiguo deja-
rémos, con dos versos de Petrarca , cuya sentencia
suena así :

Sonet. 7. Pobre y desnuda vas , Filosofía ,


dice la turba, á vil ganancia atenta.

¿ Qué importa, pues , la calumnia ? Aquí no trata-


mos sino de la perfeccion á que se ha de caminar
en esta arte , juntando á la composicion de varios
pedazos de grandes artífices cosas valientes de re-
lievo , cabezas , brazos , piés , y tal vez del mesmo
natural . Advirtiendo una cosa que me parece espe-
cial , y es , que elija , el que está en este camino,
siempre la manera , que es el modo de hacer , más
conforme á su natural y aficion ; pues hay tanta va-
riedad en las cosas de buenos artífices, ya fuertes y
valientes , ya suaves y blandas , ya hermosas , ya
feas , ya con manchas , ya con más dulzura , ó ya
mezcladas de todos . Y convierta lo que pintare de
varios en un modo , ó siga un solo artífice en sus
obras, que es lo más seguro . Debe tomar ejemplo en
Prim . volúm. de la Rafael de Urbino , singular en la pintura , que con
3 part.
ser tan excelente varon , refiere el Vasari en su vida,
que habiendo hecho de muchas maneras de valien-
tes maestros , una sola que fué siempre tenida por
suya propia y estimada grandemente de los artífi-
ces ; que se vió con perfeccion ejecutada en las Sibi-
las y Profetas que hizo en el templo de la Paz en
Roma. Viendo la obra de Micael Angel en la capilla
del Papa, quiso seguirle , y dice el autor : « Que si
»Rafael se hubiera estado firme en su manera y no
LIBRO PRIMERO, CAP. XII. 213

> hubiera intentado de variarla y engrandecerla, por


»mostrar que entendia el desnudo tambien como Mi-
»cael Angel , non si sarebe tolto parte di quel buen
nome, che aquistalo se habeva . » Esto es : « No hubiera
»perdido parte del buen nombre que hasta entonces
» se habia ganado . » Que todo este cuidado y dili-
gencia toca á este segundo estado . Esforzándose ,
como se ha dicho , á llevar adelante el honroso inten-
to comenzado hasta llegar al grado postrero , con
el ardor y ánimo que nos pone esta estanza de Pa-
blo de Céspedes :

Ya que l'aura segunda de la suerte Lib. 1 de pint.


descubre en tu favor felice agüero ,
no puede , segun esto, sucederte
menos el resto , que el sudor primero.
Por ende con ahinco anteponerte
pretende entre los otros delantero ;
llevando siempre , y vencerás , por guia
la libre obstinaciou de su porfía.

Ultimamente, despues de haber pasado ( con apro- Estado 3.

vechamiento ) por el primero y segundo camino , se


llega al tercero de perfectos ; donde con propio cau-
dal se viene á inventar y disponer la figura ó histo-
ria que se les pide , con la manera ó modo á que se
han aficionado y seguido . Y esto , práctica y expe-
ditamente , con destreza y facilidad . De suerte que
donde quiera que se hallare el tal artífice , sin par-
ticulares cosas , ni originales agenos , con solo su
ingenio y mano, tiene la sabiduría y riqueza compe-
tente para obrar libremente , y lleva sus bienes con-
sigo , sin aparato de cosas exteriores . Mas viniendo
á tratar en particular lo que pertenece á este grado,
214 ARTE DE LA PINTURA.

de la libertad y señorío que le concedemos á este


Juan Batis . Armen. Sugeto , junto con la presteza : « debe usar con pru-
cap. 9. » dencia ( segun dice un autor italiano ) y en urgen-
»tes necesidades ; como en arcos triunfales , fiestas ,
>>túmulos ó cosas de este género, que suelen de im-
>>proviso ordenar las repúblicas , en recibimientos ,
»muertes de grandes Príncipes y Monarcas . Con
» cuya solicitud , presteza y aplauso del pueblo , se
» suele adquirir fama de valientes pintores y ganar
>>honrados premios . » Las cuales obras no duran mu-
cho tiempo como el túmulo de nuestro católico
Rey Felipe II que hizo ésta ciudad de Sevilla el año
de 1598 , con tanta demostracion y aparato , en cin-
cuenta dias . De cuya pintura me cupo la cuarta
parte, en que me sucedió llevar una figura estudia-
da, en competencia de otro pintor de opinion y de
respeto, mudarse de intento , y ser necesario hacer
sin prevencion otra cosa , en el mesmo lugar. Aquí
vale la destreza y facilidad de ella : como tambien
le valió á Maeso Pedro Campaña , caminando á
En su elogio . Roma, en Bolonia , á la coronacion del emperador
Carlos V el año 1530 , que siendo mancebo de vein-
tisiete años y extranjero , descubrió la facilidad y
bizarría de su ingenio en un arco triunfal que le
cupo en suerte , siendo tan mirado y envidiado de
italianos . El acertar en esta ocasion , es , « por haber
Documento 3. »> ( como dice Leonardo de Vinci ) aprendido primero
»> la deligencia que la presteza . » ( Sentencia digna
de su autor. ) ¿Qué sea diligencia ? Ya se ve ; saber
dibujar y pintar un hombre en todas edades , una
mujer, un caballo , un leon , un edificio , un país , y
componer y adornar estas cosas en lo general , con
LIBRO PRIMERO , CAP. XII. 215

buena proporcion , manera y práctica : que es de


muy pocos . Esta facilidad ayuda mucho , lo que
aconseja el autor de arriba, diciendo así : « Advierto Juan Batis. Armen.
cap. 9.
»que tengais por costumbre inviolable hacer cada
» dia algun dibujo , para que con mayor facilidad
» ejecuteis las cosas que hubiéredes imaginado . » Y
así llenará aquel dicho de Apéles : Nulla dies sine Plin. lib. 35,
linea : « lo cual no se entiende en el modo que mu- cap. 10.

chos creen, mas del rasguño de la figura ó histo-


ria . » Pero porque en su lugar se ha de tratar de la
invenciony de sus partes , pasarémos adelante en
confirmacion de esta prontitud . Gerónimo Fernan-
dez, nuestro arquitecto y escultor famoso , vimos, En su elogio.
que en todas las dificultades de artífices que se ofre-
cian , así de arquitectura como de escultura y pin-
tura , con lápiz ( de que siempre andaba prevenido)
hacia facilísima demostracion de la verdad de lo que

se trataba , allanando y definiendo las dudas y difi-


cultades con gran prontitud , que es una singular
ventaja . ¿ Pues qué diré del divino Micael Angel , á Juan Bat . Armen.
cap. 9.
quien sucedió que paseándose cerca de San Pedro
en Roma , acariciando cortésmente á un mancebo
ferrarés por haberle servido en cierta ocasion , ad-
mirado el mozo de la cortesía de tan grande ar-
tífice , trajo luego un papel , y le pidió que le dibu-
jase un Hércules en pié . Y tomándolo Micael y Nota.

apartándose á una parte cómoda , se asentó , y sus-


pendido un poco , se puso luego á debujar ; y aca-
bando en breve, llamó al mancebo que estaba algo
distante
y se lo entregó : fué tal y tan maravilloso
el diseño, que parecia obra de mucho más tiempo .
De que se puede juzgar el señorío y prontitud de su
216 ARTE DE LA PINTURA.

invencion . Algunos artífices , contentos con lo prác-


tico que, como se ha dicho , es necesario , y los cons-
tituye en valiente estado , haciéndoles señores de su
caudal, no pasan adelante ; luego ¿ pueden pasar de

aquí ? Digo que no ; porque este es el postrer esca-


lon . Pero cesando las ocasiones repentinas referidas
en obras públicas de camarines , de templo y de cua-
dros y pinturas á óleo que se hacen para eternizar-
se , cuyo exámen es riguroso y más luengo , con-
vendrá para hacerlos , lo que hizo Rafael , Micael y
otros de su genio , y caminar en seguimiento de ta-
les guias, que las invenciones de las figuras ó his-
torias se ajusten y perfeccionen con la imitacion de
las cosas mejores de la naturaleza . Porque este
ejemplar no se ha de perder de vista jamás. Y
este es el lugar donde prometimos hablar de este
punto . Y toda la fuerza de estudios no echa fuera
Cap. 1 . este original (como lo dice nuestra definicion) , por-
que con los preceptos y la buena y hermosa manera
viene bien el juicio y eleccion de las bellísimas
obras de Dios y de la naturaleza . Y aquí se han de
ajustar y corregir los buenos pensamientos del pin-
tor. Y cuando esto faltare , ó no se hallare con la
belleza que conviene , ó por incomodidad de lugar ó
de tiempo , viene admirablemente el valerse de las
hermosas ideas que tiene adquiridas el valiente artí-
Carta fól . 224. fice . Como lo dió á entender Rafael de Urbino escri-
biendo al Conde Baltasar Castellon, que le encare-
ció mucho la figura de la Galatea que habia pintado
al fresco . Diciendo de esta manera : Ma essendo ca-
restia, e de buoni giudecij, et de belle donne, io mi servo
di certa iddea, che mi viene nellamente ; si questa ha in
LIBRO PRIMERO , CAP . XII. 217

se alcuna escellenza d'arte, io non so : ben me affatico


di haberla . Quiere decir : « Mas careciendo de buen
juicio de hermosas mujeres , yo me sirvo de cierta
idea que se me ofrece á la imaginacion ; si esta
tiene alguna excelencia en el arte , no lo sé ; pero
bien me fatigo para alcanzarla . » De manera que la
perfeccion consiste en pasar de las ideas á lo natu-
ral , y de lo natural á las ideas : buscando siempre
lo mejor y más seguro y perfecto . Así lo hacia tam-
bien su maestro del mismo Rafael, Leonardo de Vin- Juan Bat . Arme.
cap. 9.
ci, varon de sutilísimo ingenio , atendiendo á seguir
los antiguos ; el cual primero que se pusiese á in-
ventar cualquier historia , investigaba todos los efec-
tos propios y naturales de cualquier figura , confor-
me á su idea. Y hacia luego diversos rasguños , des-
pues se iba donde sabia que se juntaban personas
de la suerte que las habia de pintar y observaba el
modo de sus semblantes y vestidos y movimientos
del cuerpo ; y hallando cosa que le agradase , con-
forme á su intento , lo dibujaba en el libreto que
siempre llevaba consigo (verémos adelante sus pa-
labras conforme á este intento ) y de esta manera
acababa sus obras maravillosamente . Esto es final- Cap. 6.
mente lo que conviene hacer en este último grado ,
con el ejemplo del antiguo Zéusis , que para la be-
llísima Helena que se le ofreció pintar al pueblo de
Agrigento , eligió cinco hermosas doncellas , y de Plin . lib. 35 .
cap . 9.
cada una de ellas fué escogiendo lo más perfecto
para hacer una figura igualmente acabadísima, aven-
tajando la arte á la misma naturaleza : pues pintó
en un sugeto la hermosura que apenas se hallaba
en muchos . Galanamente pintó este caso ( aunque
218 ARTE DE LA PINTURA.

atribuido á Protógenes) D. Melchor del Alcázar, flo-


rido ingenio sevillano , que murió en la córte de
treinta y siete años , el de 1625, en estas coplas cas-
tellanas :

Intentó con osadía ,


Protógenes, los pinceles
vencer, y la arte de Apéles
y su ufana valentia.

Para lo cual sábiamente


de la Grecia las más bellas
y apuestas cinco doncellas ,
buscó y halló diligente .

Del ornato las despoja ,


y libres de compostura,
descubrió su hermosura ,
sin dejarles ni una hoja.

Contemplaba su belleza ,
y admiraba cada parte
atendiendo siempre al arte,
nunca á la naturaleza .

La gracia y color sacó,


de esta, y la parte más bella
y artificiosa de aquella;
y una imágen acabó .

Tal, que á Vénus , que el hermoso


velo estrellado oscurece ,
por trasunto se la ofrece
de Apéles victorioso .

Pero si atrevido osara


hoy la luz de mi cuidado
retratar, de ella abrasado
tabla y pincel arrojara.
LIBRO PRIMERO, CAP. XII. 219

Y de sus rayos rendido


ufano de padecer,
no cuidara de vencer,
cuidar de ser vencido .

Mas ni por lo que se ha dicho, ni por todo lo que

(en órden á ello) se pudiera decir y probar, se pre-


sume estrechar á estas leyes ó caminos á los que
pretenden subir á la cumbre de esta arte : porque
habrá otros modos (por ventura más fáciles y mejo-
res) . Lo que hemos ejercitado y hallado en los auto-
res , bastantemente autorizado , eso escribimos , sin
poner tasa ó límite á los buenos ingenios .
El modo como podrá el pintor cristiano imitar á Lib. 2, cap 7.
Zéusis , para la perfeccion de sus obras , tendrá lu-
gar en otra parte del siguiente libro , á que será

tiempo dar principio .

FIN DEL LIBRO PRIMERO .


LIBRO SEGUNDO DE LA PINTURA .

SU TEÓRICA, Y PARTES DE QUE SE COMPONE .

CAPÍTULO PRIMERO .

DE LA DIVISION DE LA PINTURA Y SUS PARTES.

Habiendo de hablar en este segundo libro de las


partes de la pintura , y de su division , es conve-
niente cosa valernos de la autoridad de los escrito-
res toscanos , y entresacar de sus razones lo que es
á propósito de nuestro intento . Y por evitar confu-
sion pondrémos distintamente las palabras de cada
uno, por donde se verá la variedad de caminos que

se tomaron. Y porque Jorge Vasari , no trató de esto


ni la dividió al principio de sus obras , lo doy á este
capítulo , con las palabras de Paulo Lomazo , milanés ,
que dicen así.

« Divídese la pintura en teórica y práctica. La Lb. 1 de la pint.


2 y division.
»teórica da preceptos generales , que debe observar cap.
»cualquiera que quisiere ser excelente y famoso en
" esta facultad . La práctica da reglas de prudencia
222 ARTE DE LA PINTURA.

»y de juicio ; enseñando cómo se ha de poner en


» obra lo que se ha dicho , ó imaginado general-
>> mente . Divídese la teórica en cinco partes : la pri-
» mera trata de la proporcion : la segunda de la po-
>> sicion ó situacion de la figura : la tercera de los co-
>> lores : la cuarta de la luz : la quinta de la perspec-
»><tiva. » De la práctica no hace division, y así paso
á otro autor, dejando el parecer de este. Leon Ba-
tista Alberto , doctísimo florentino , da principio á
las partes de esta noble arte, en esta manera .
Lib. 2 de la pint. (( Nosotros dividimos la pintura en tres partes , la
2 division.
>>cual division sacamos de la mesma naturaleza .

»> Porque trabajando esta arte en representar las co-


» sas que se ven , consideramos en qué modo vienen
» á nuestra vista . Y así , cuando miramos cualquier
>> cosa , vemos ser un cierto que ocupa lugar , y
>>el pintor va cercando el espacio de aquello que
>>ve, y aquel modo de linear los contornos le llama-
>> rémos ( con vocablo conveniente ) circunscricion ,
>> esto es dibujo .
>>Despues de esto , en el mirar, consideramos en
» qué modo se unen entre sí las superficies diversas
» del cuerpo que se ve, y diseñando el pintor esta
»junta de superficies en sus lugares , podrá bien lla-
>>marlo el órden , ó la composicion .
» Ultimamente , en lo que vemos discernimos, más
» distintamente, los colores de la superficie . Porque
>> la representacion de las cosas, en la pintura , re-
»> cibe casi siempre toda su diferencia de la luz que
»da en ellas . »

De manera, que estas tres cosas , lineamentos ó


contornos, el órden ó composicion , y recibimiento
LIBRO SEGUNDO, CAP. I. 223

de la luz, dice que hacen perfecta la pintura , y más


abajo, confirmando lo dicho prosigue:
«En el cual debujo, afirmo que conviene ejerci-
»tarse con vehemencia , porque ninguna composi-
»cion, ningun recibimiento de luces será alabado
»jamás sin debujo ; antes él solo , las más veces es
»agradabilísimo . »
>
Esta division , para los pintores es tan oscura ó
filosófica, como lo muestra este ilustre varon , en
todo lo que escribe de esta arte ; y así por la autori-
dad suya la traigo , si bien me parece más clara la
que se sigue de incierto autor , que hallé entre los Incierto autor.

papeles que quedaron de Fernando de Herrera; y es


esta:

« Para ser la pintura perfecta y excelente , se re- 3 division.


» quieren cuatro partes principales en ella : buena
»invencion, buen diseño Ꭹ buen colorido y bella
>>manera .
»>La invencion procede de buen ingenio, y de ha-
»ber visto muchos ; y de la imitacion , copia y va-
»riedad de muchas cosas, y de la noticia de la histo-
»ria ; y mediante la figura y movimiento de la sig-
»nificacion de las pasiones , accidentes y afectos del
» ánimo , guardando propiedad en la composicion y
» decoro en las figuras . »

Síguese en cuarto lugar la que pone Ludovico


Dolce , más breve y más sustancial , la cual me place
seguir . Sus palabras son estas :
« La suma de la pintura ( á mi juicio) se divide en Division 4.
»tres partes : en invencion , dibujo y colorido . La in- El Dulce en el Dia-
logo llamado el
» vencion es la fábula ó historia que el pintor elige , Aretino.
»de su caudal ó del ageno, y la pone delante en su
224 ARTE DE LA PINTURA.

»> idea por dechado de lo que ha de obrar. El dibujo


» es la forma con que representa la misma historia .
>>El colorido sirve en vez de las varias tintas con
» que pinta la naturaleza , y se imitan todas las
>> cosas . »
Y última division Sobre este fundamento tan excelente , dilatándolo
de toda la pintura . algo más , dividirémos estas tres cosas : la invencion
en tres partes, que serán ; noticia , caudal y decoro :
el dibujo en otras cuatro partes ; buena manera, pro-
porcion , anatomía y perspectiva: el colorido lo di-
vidirémos en tres partes : en hermosura, suavidad y
relievo.
Con declarar cada una de estas partes extendida
y claramente , habrémos (á mi ver) cumplido con
todo lo que pertenece á la grandeza de este intento ;
y comencemos de la invencion , y luego tratarémos
de sus partes . Y primero supongamos (y atiéndase á
este discurso que doctamente trató el padre Diego
Melendez, de la compañía de Jesus ) .
Que no es la pintura cosa hecha acaso, sino por
eleccion y arte del maestro . Que para mover la mano
á la ejecucion se necesita de ejemplar ó idea anterior,
la cual reside en la imaginacion y entendimiento .
Del ejemplar exterior y objetivo que se ofrece á sus
ojos ; pues ninguna cosa pasa al entendimiento que
primero no se registre en los sentidos , ella ó algo se-
mejante que dé motivo á que la imaginacion imagine
y el entendimiento entienda ; tal es la corresponden-
cia de estas potencias ; y explicando esto más por me-
nor, lo que los filósofos llaman ejemplar llaman los
Tul . Lib . 1 teólogos idea . (Autor de este nombre -fué Platon , si
tusculam. Sénec.
epist. 66. creemos á Tulio y á Séneca . ) Este ejemplar, ó idea ,
LIBRO SEGUNDO, CAP. 1 . 225

ó es exterior ó interior , y por otros nombres objeti-


vo ó formal . El exterior es la imágen, señal ó escri-
to que se pone á la vista ; de este habló Dios cuando Exod. , cap . 25.
dijo á Moisés : « Mira y obra segun el ejemplar que
has visto en el monte . » El interior es la imágen que

hace la imaginativa, y el concepto que forma el en-


tendimiento : ambas cosas encaminan al artífice á

que con lápiz ó pincel imite lo que está en la ima-


ginacion ó la figura exterior : en este sentido dicen
los teólogos que es la idea de Dios su entendimiento ;
viva representacion de las cosas posibles ; tal que á
nuestro modo de entender, dirigió la mano de este
Señor para que las sacase á luz, pasándolos del ser
posible al actual , labor maravillosa que cantó Boccio :

Tu cuncta superno, Lib. de consolat.


ducis ab exemplo pulcrum, pulcherrimus ipse, metro 9.
mundum mente gerens.

Tú, que el modelo de tu sacra idea


sacas á luz cuanto los ojos miran
y al orbe bello en tu concepto vivo ,
tú, más hermoso retratado tienes .

En consecuencia de esto , define la idea Santo Q.


g . 2 , de veritate .

Tomás , ó interior ó ejemplar , diciendo : « Idea es la


»forma interior que forma el entendimiento , y á
"quien imita el efecto, por voluntad del artífice . »
De donde se infiere que no tienen ideas sino los
agentes intelectuales , ángeles y hombres ; y estos
no se aprovechan de ellas sino cuando libremente
obran .

Es, pues , segun lo dicho , la idea un concepto ó Nota.


imágen de lo que se ha de obrar , y á cuya imita-
15
226 ARTE DE LA PINTURA.

cion el artífice hace otra cosa semejante , mirando


como dechado la imágen que tiene el entendimien-
to . De suerte que cuando el artífice mira un templo
segun su arquitectura ó materialidad , entiende el
templo ; mas cuando entiende la imágen que ha
formado su juicio del templo, entonces entiende la
idea de él .

Acaece tal vez que el ejemplar exterior no sea en


la forma que se imagina , como es una quimera ó
monstruo formado de cabeza humana, de cuello de
caballo, con plumas de ave: el motivo para esta fic-
cion es ver las partes dichas distintas y la eminen-
cia de nuestras potencias , para unir fingiendo lo
que vieron desunido . Haciendo interior imágen de
mónstruo ó imposible, que ni le crió la naturaleza
ni lo hay en el mundo . Por esto enseña la filosofía
comun que lo imaginable se alarga más que lo po_
sible, porque hay mónstruos que es imposible que
sean, y es posible imaginarse .
La formacion de las imágenes é ideas camina por
los pasos que diré: cuanto se ofrece á los ojos envia
de sí especies á la vista , que forma imágenes de los
objetos presentes ; lo mismo hacen los otros sentidos
exteriores , si bien no se vale el pintor más que de
lo que entra por los ojos ; que como no imita sino
con líneas y colores , no puede imitar sino lo visible .
Lib . 25, cap. 10. Y aunque Plinio dice que pintó Apéles lo que no se
puede pintar, relámpagos y rayos no se pintaron
sino en la forma que son visibles ; el relámpago con
luz escasa, el rayo con fuego y humo . A este modo ,
cuando el artífice pinta la historia ó caso que oyó ,
es debajo de aquella forma que se deja ver . Es la
LIBRO SEGUNDO , CAP. I. 227

pintura historia de los ojos , cuyo objeto , mediante


la luz, son líneas y colores, y consiguientemente,
lo que no es visible cae fuera de la esfera de esta
arte .

Las imágenes de los ojos pasan al sentido comun,


este las traslada á la imaginacion, que hace imáge-
nes ó simples de las cosas como son, ó compuestos de
objetos imposibles y quimeras . De aquí suben al
entendimiento, cuyos actos son vivas representacio-
nes de cuanto se imagina, con tal dependencia , que
cuanto más viva y tenaz la imaginativa tanto mejor
se vale el artífice de la idea espiritual, fundándose
en la trabazon de las potencias, de suerte que al
punto que la imaginacion hace imágen de lo que
llegó á los ojos , el entendimiento linéa el mismo
objeto en sus actos .
Formada ya la idea en el entendimiento é imagi-
nativa, elige el artífice , juzgando su juicio que la
idea que tiene presente se puede ó debe imitar, con
tal modo y circunstancias .
A la eleccion sigue el querer imitar , acto eficaz
de la voluntad del artífice . A esta eficaz resolucion

obedece mano , lápiz ó pincel ; debujando y sobre-


poniendo los colores . Imitando á la naturaleza con
viveza tal, que afecta no ser parto de la arte , sino
del soberano artífice ó de su sostituto .
Sacó Dios á luz cuanto vemos, imitando su idea;

en tanto pintor , en cuanto dirigido de su viva imá-


gen daba sér á lo exterior, á semejanza de su inte-
rior modelo, favoreciendo tanto las imágenes , obje-
to y fin de la pintura . Pues las potencias más no-
bles del alma, así corpóreas como espirituales , que
228 ARTE DE LA PINTURA .

pertenecen á la parte cognocitiva , todo su empleo


es pintar naturalmente, no siendo sus actos sino
糞 imágenes vivas de los objetos que representan .
Dió nombre á la imaginativa el hacer imágenes,
y el entendimiento que le acompaña es pintor por
naturaleza ; retratando en sus conceptos lo que per-

cibe tan al natural , que no hay poder en la natura-


leza , quedando la imágen para borrar lo que repre-
senta como se hace en la tabla capaz de que se
borre su pintura .
Y agradado el Pintor Artífice Dios , de tan exce-
lente modo de pintar, el mayor bien nuestro , que es
la gloria, lo libró en la pintura . En una imagen que
hará nuestro entendimiento representativa de Dios ,
como es en sí mismo , tal que nos hará semejantes á
él, en cuanto se compadece semejanza , entre dos
tan distantes extremos , como son Dios y el hombre .
Y aunque á esta imágen faltan colores , porque no
le hacen al caso, tiene luz y luces á quien la teolo-
gía cristiana , llama lumbre de gloria . Que cuanto
es mayor, segun la mayor excelencia de nuestros
méritos , tanto es mas lucida la imágen, represen-
tando más de los atributos de Dios , y haciendo al
dueño más semejante á su autor . » Hasta aquí este
docto varon .
Habiendo satisfecho asaz, á los que saben con la
declaracion del oficio de nuestras potencias, donde se
fabrica la invencion , descenderémos á la primera de
estas tres partes en que se divide , que es la noticia.
La noticia, 1 parte, Para lo cual fuera conveniente que los artífices su-
de la invencion.
pieran, no medianamente letras humanas, y aun divi-
nas, para acertar en la manera con que han de pin-
LIBRO SEGUNDO , CAP . I. 229

tar las cosas que se les ofrecen , con ejemplo de mu-


chos pintores antiguos y modernos . Antígono y Xe-
nócrates en la antigüedad escribieron de pintura ; y plin , lib . 35 ,
Eufranor Istmio compuso libros de simetría; y Me- cap . 1 y cap. 11 .
trodoro fué excelente pintor y filósofo , y Apéles el
más famoso de aquella edad escribió doctísimamente
de esta arte y de otros muchos. Y en nuestro tiempo.
Jorge Vasari ; Leon Battista Alberto ; y el profun-
dísimo Alberto Durero, y otros que habemos cono-
cido, como nuestro Pablo de Céspedes . De suerte
que no es ajeno del estudio de la pintura el de las
letras , por hablar de esto tanto los historiadores y
poetas . Pero no pudiendo todos los que se aplican á
esta facultad , ser doctos en esta parte , suplirá mu-
cho el buen juicio y la mucha comunicacion con los
sábios en todas facultades , y la noticia de los libros
toscanos y de nuestra lengua , donde se puede ha-
llar mucho , de lo que se ofrece pintar , escrito con
verdad y decoro . Que no es justo que los buenos

pintores excluyan el parecer de los escritores y de


los bien entendidos , que les pueden dar buena no-
ticia de las fábulas , historias ó misterios que se les
han de ofrecer.
Yo, desde mis tiernos años , siempre procuré con
particular inclinacion y afecto , inquirir y saber por
los libros y por varones doctos , muchas cosas para
la noticia de la verdad y puntualidad de las fábulas
ó historias. Dos ejemplos sucedidos (cuando la luz
era menor) en una fábula y en una Historia Sagra-
da , harán evidente la necesidad que de esta parte
tiene un artífice , para acrecentar su opinion y huir
de ser pintor vulgar .
230 ARTE DE LA PINTURA.

Ocasionóse en la fábula de un tercero del Petrarca


en los triunfos , que dice así:

Triunfo de amor , Perseo era l'uno; et volli saper come


cap. 1. Andromeda gli piache in Etiopia,
vergine bruna, y begli occhi et le chiome.

Perseo era el uno ; y quise saber cómo


Andrómeda le agrada en Etiopía,
virgen negra, y cabello , y lindos ojos .

Consulté en aquella sazon á Francisco de Rioja ,


como tan erudito , y escribió un papel cuyas pala-
bras son estas:

Andrómeda hija de Cepheo y de Caliope , dice


Apolodoro , que fué echada á la ballena, porque su
madre se glorió de tener mayor hermosura que las
Nereidas . Higino , en el Poético Astronómico , que
porque su madre antepuso la hermosura de su hija
á la de las Nereidas . Que fuese negra muestra Ovidio
en sus Transformaciones , diciendo : que Perseo vivo
en Etiopía, y en los campos de Cepheo , halló su hija
atada á la roca . Y Plinio , Estrabon , Higino y Apolo-
doro , dicen que pasó en Etiopia donde era rey
Cepheo . De donde se colige claro que era negra,
pues era Etíope . Ovidio en la Epístola de Safo á
Faon dice claramente que era negra.

Sum brevis; at nomen quos terras impleat omnes


est mihi, mensuram nominis ipsa fero
candida si nom sum placuit Cepheia Perseo
Andromede patriæ fusea colore suæ.
Et varijs alba iunguntur sæpe columba,
et niger á viridi turtur amatur ave .

Esto es :
LIBRO SEGUNDO, CAP . 1. 231

Pequeña soy, pero mi nombre excelso


es tan grande que el ancho mundo ocupa ,
y vengo á ser con él igual en todo .
Si no soy blanca , Andrómeda á Perseo
agradó, aunque en color patrio teñida .
Tambien se junta cándida paloma
con la que está teñida en color vario.
Y la tórtola negra de la verde
ave, vive ligada en dulce lazo .

De aquí lo trasladó el Petrarca , cuando dijo :


Vergine bruna.

El Vellutello , intérprete suyo , lo declara bien di-


ciendo: Costui amó á Andromeda, figliola de Cepheo,
avengache tuta bruta é negra fose. Hasta aquí Fran-
cisco de Rioja . »
No ofreciéndoseme ocasion en pintura , seguí en
verso esta opinion en un soneto , moralizando esta
fábula, que para descanso y divertimiento gustoso ,
se puede referir aquí sin ambicion. -

SONETO.

La virgen del color patrio teñida ,


en duro lazo aguarda en alta roca,
por la voraz armada, horrible boca,
el triste fin de su fatal partida.
Por azabache y perlas conocida,
pluvia y cabello que la cubre , y toca
fué del jóven rendido , á quien provoca
por no morir, á darle dulce vida .
Y mi parte inmortal, por culpa oscura
del dragon casi ya en la boca fiera,
aún á su libertad niega el deseo .
Y aunque fuerza del cielo le asegura
ni el daño teme, ni el remedio espera :
tanto es ingrata al celestial Perseo .
232 ARTE DE LA PINTURA .

Ya vemos esta fábula declarada doctísimamente

contra el uso comun de la pintura, que hace á An-


drómeda blanquísima y hermosísima, siendo natu-
ral de Etiopía . Pero las mentiras que las acrecien-
tan los pintores no es tanto de maravillar aunque
descubren su poca noticia . Donde no se pueden to-
lerar es en las historias ó misterios de nuestra fe.

El otro caso sucedido en historia sagrada pasó así


el año de 1593 , queriendo hacer un debujo de inven-
cion, para pintar en cierta competencia, la degolla-
cion del apóstol San Pablo (que hoy tengo debujado
en vitela, y és el debujo mio de mayor reputacion).
Y buscando cosas que fuesen conforme á la verdad ,
comuniqué en San Pablo de Sevilla al doctísimo
maestro fray Juan de Espinosa , de la órden de Santo
Domingo, el cual , por desembarazarse de cosa que
(al parecer) le habia de dar cuidado , me remitió á
una pintura á fresco de esta historia , que está en el
cláustro , de mano de Vasco Pereira , como se pinta
comunmente . No satisfecho de esto , consulté en la
casa profesa de la compañía de Jesus al padre Juan
de Soria (que tenia particular aplicacion y estudio
en esta parte) : trajo un libro ( á mi ver de César
Baronio) , de donde escribí lo que junto con lo
que dice el doctor Villegas y anotó D. Francisco
de Medrano (ilustre ingenio de Sevilla) , y es lo que
sigue :
«El apóstol San Pablo fué degollado , que era
>>muerte de gente principal y noble , por quererle en
» esto guardar el previlegio de ciudadano romano .
» Al tiempo que le quisieron cortar la cabeza dijo
>>con gran ternura el nombre de Jesus, de que fué
1
LIBRO SEGUNDO, CAP. 1 . 233

>>tan devoto en vida, que por quinientas veces le


>>nombra en sus Epístolas .
»> Fué degollado en la vía Ostiense , que ahora lla-
>>man las Tres Fontanas, y en el mesmo lugar se
>> edificó un suntuosísimo templo de su nombre .
»Despues de su glorioso martirio , Dionisio , su dis-
"cípulo , que se halló presente , escribió una carta á
>>Timoteo , discípulo tambien del apóstol , y hace
»contándola doloroso llanto , y entre otras palabras
» dice estas :

»¿Dónde está, hermano carísimo, tu santo y ben-


»dito padre Paulo, maestro y doctor de las gentes,
»predicador de la verdad , padre de los pobres, hom-
»bre del cielo , gloria de los apóstoles? Ya no te es-
» cribirá con su santa mano : Ven, carísimo hijo .
»Ya no recibirás cartas con la firma : « Paulo , indig-
»no siervo de Jesucristo . » Ya no escribirá de tí á las
» ciudades : « Recibid á mi hijo carísimo Timoteo , y
»tratadle como á mí. » Cierra y sella los libros de los
"profetas, pues ya no tenemos quien nos los declare . »
Nicéforo Calixto , en el lib . 2 , cap . 37, dice del s . Crist . dice que
fué de 3 codos de
apóstol S. Pablo que « era pequeño de cuerpo , algo alto. Homil. de los
acorbado , el rostro blanco y que mostraba ancia- principes del Após-
tol, tomo 5 , que fué
nidad ; la cabeza pequeña y calva , los ojos gracio- calvo y de nariz
sos, las cejas largas y caidas sobre ellos , la nariz aguileña . Lucian. in
Philop.
aguileña, acorbada y larga. La barba luenga y muy
poblada ; aparecia en ella y entre los cabellos algu-
nas canas . Su vista era venerable y provocaba á de-
vocion, dando claros indicios de ser vaso de la di-
vina gracia » .
Su venturosa conversion fué á 25 de Enero, año
del Señor 35, imperando Tiberio .
234 ARTE DE LA PINTURA.

Su dichoso martirio á 29 de Junio año de 70 y el


último de Neron ; siendo de edad (segun S. Crisós-
tomo) de sesenta y ocho años, y su discípulo San
Dionisio obispo , de sesenta.
San Crisóst . Oracion Háse de pintar la cabeza con un velo trasparente ,
de los princip. de vendados los ojos , que era la toca de Plautila , ma-
los Apost . tomo 5.
San Lino. p. en trona principal á quien lo pidió para este efecto el
martirio
blo. DedeaquíS. Palo santo apóstol , el cual vino despues á manos de San
trasladó Baronio en Gregorio papa . Convirtió á tres soldados S. Pablo
sús anales.
en el camino , que fuéron despues mártires , cuyos
nombres son Longino , Acesto y Megisto .
Dice S. Ambrosio en el sermon 78 que manó le-
che en vez de sangre de su santo cuello , y así no
quedó ensangrentado , sino blanqueado ; y S. Cri-
sóstomo que saltó al vestido del verdugo que lo hi-
rió; y por esta causa se convirtió él y treinta y cinco
compañeros , quedando con grande alegría y deter-
minacion de dar la vida por Cristo .

E. Martilog. Roma. Al primer golpe que dió la sagrada cabeza en el


Vida. de U.
suelo salió en una fuente de agua viva, y á otros.
dos saltos otras dos , que hoy se llaman las Tres Fon-
tanas en Roma , como dijimos .
Conforme a lo que determinaba la ley antigua de
las Doce Tablas , para hacerle degollar fué primero
azotado con varas ; y así , se debe pintar con señales
de azotes .
Sin duda perdieron los artífices deseosos de saber
las particularidades de esta sagrada historia si no lo
hubiéramos descrito extendidamente , para ejemplo
de muchas que se pueden ofrecer . Con que habrémos

cumplido bastantemente (habiendo puesto por ejem-


plo una fábula y una historia verdadera ) con la
LIBRO SEGUNDO , CAP. 1 . 235

primera parte de la invencion , que es la noticia .


Resta en segundo lugar el caudal, y este ha de 2 parte de la in-
ser en el debujo , trayendo á la memoria todo lo re- vencion el caudal .

ferido en el capítulo antes de este . Particularmente


el mucho ejercicio y uso en los dos estados prime-
ros de principiantes y aprovechados ; porque de lo
mucho que se ha imitado y visto de valientes pinto-
res, estátuas y natural , se cria este gran caudal
para la invencion , y así discurre admirablemente el
Vasari diciendo :
«De este conocimiento nace un concepto y juicio Jorge Vasari 1 parte
»que forma en la mente aquella tal cosa, que des-
"pues expresada con la mano se llama debujo . » Por Cap. 6.
donde se puede concluir que no es otra cosa el de-
bujo (como se dirá adelante) que una aparente ex-
presion y declaracion del concepto que se tiene en
el ánimo , y de aquello que se ha imaginado en la
mente y fabricado en la idea.
Con mucha gracia explicó esto Baltasar del Alcá-
zar en dos coplas castellanas del elogio que hizo á
mi retrato, que si bien pedian mejor empleo , ten-
drán aquí su debido engaste :

Allí sujetó la idea


de su arte , no vencida;
deseada, mas no habida
jamás de quien la desea.

Y él, glorioso de tenella


con ingenio soberano,
va sacando de su mano
divinos traslados de ella .
236 ARTE DE LA PINTURA .
Y así no es de humano intento
lo que Pacheco nos pinta ;
de otra materia es distinta
de celestial fundamento .

Pues con destreza invencible


lo que es espiritual
dándole retrato igual
le forma cuerpo visible..

Y más abajo prosigue el Vasari . « Mas sea como


»fuere este debujo , tiene necesidad cuando busca á
» la invencion , de gran parte del juicio , y que la
>> mano sea mediante el estudio y ejercicio de mu-
>> chos años , suelta y apta á diseñar, y exprimir bien,
>> cualquier cosa creada de la naturaleza , con el car-
»> bon , con la pluma , con el lápiz ó con otra cosa .
>>Porque cuando el entendimiento saca á luz los con-
»
> ceptos apurados , la mano que ha muchos años ejer-
» citado el debujo , hace conocer la perfeccion y exce-
>> lencia de la arte y la sabiduría del artífice . » Hasta
aquí el Vasari . Y no menos doctamente Ludovico
Dialog . llamad . Dolce dice : « Conviene tambien advertir que cuando
Aretino .
"el pintor va intentando en los primeros rasguños
>> los pensamientos y disposiciones que engendra en
>> su mente , ó imaginacion , de las historias , no se
» debe contentar de una sola cosa , mas buscar más

»y más , y despues hacer eleccion de la que mejor


>>fuere . Considerando todas las cosas juntas , y cada
>> una apartada . Como solia hacer Rafael de Urbino ,
» el cual fué tan rico en esta parte , que hacia siem-
>>pre cuatro ó seis diferencias de intentos , para una
» historia , y todos valientes y con gracia. Y sobre
1
LIBRO SEGUNDO, CAP. 1 . 237

» todo guardarse el pintor de no incurrir en el vicio


»de aquellos, que habiendo comenzado bien, acaba-
»ron mal . Esto digo , porque sucede imaginar una
}>buena invencion , y no tener fuerzas para proseguir-

>> la . Por lo que se ha dicho parece claro que la in-


>>vencion procede de dos partes , de la historia y del
» ingenio del pintor . De la historia , tiene la materia,
»del ingenio , demás del órden y la conveniencia ,
» tiene las acciones y la variedad (y por decir mejor) ,
» la energía de las figuras. Y así , basta decir que en
»ninguna parte de la invencion sea el pintor descui-
»dado , ni elija más figuras que un número conve-
»niente . Considerando que las representa á los ojos
>>de todos , las cuales se pueden confundir y enfadar
»de la multitud. Ni es acertado representarles á
»un tiempo muchas cosas juntas . » Hasta aquí el
Dolce . Y añade el Vasari : « Adviértase que cada
"parte corresponda al todo de la obra , de manera ,
»que cuando se mire esta pintura , se conozca una
» concordancia unida , que muestre terror en la furia ,
» y dulzura en los afectos alegres . Y represente la
» intencion del pintor, y no lo que no pensaba . » Hasta
aquí este autor. Lo demás que resta á la invencion
se dirá en el capítulo siguiente , que trata del decoro ,
más extendidamente como parte tan importante .
238 ARTE DE LA PINTURA .

CAPITULO II .

DE LA ORDEN , DECENCIA Y DECORO QUE SE DEBE GUARDAR


EN LA INVENCION .

3 parte de las in- Porque el padre de la elocuencia romana trató ex-


venciones el decoro. tendidamente esta materia , pondrémos sus razones

y disposiciones , para fundamento de esta parte tan


esencial y tan poco usada en la pintura, dejando las
que no son á nuestro propósito . Comienza elegante-
mente de esta manera :
Ciceron, lib. 1 , « Resta que digamos en la cuarta parte, de la ho-
de Ofici.
" nestidad , en la cual consiste y se incluye la ver-
»güenza y casi todo el ornamento de la vida . La
>>templanza, la modestia , el refrenar las pasiones y
»perturbaciones del ánimo , y la moderacion y me-
» dida de todas las cosas . Debajo de lo cual se con-
>>tiene aquello que llaman los latinos DECORO , y los
»griegos PREPON ( que podemos interpretar decencia) ,
>>cuya fuerza y naturaleza es tal , que no se puede

» distinguir ni apartar, de lo honesto . Porque lo que


» es decente es honesto , y lo que es honesto es de-
» cente . Empero cuál sea la diferencia entre lo ho-
>>nesto y lo decente , más fácilmente se puede enten-
» der que declarar , porque aquello que es decente ,
» entonces parece serlo cuando anteviene y precede
la honestidad . Y así, no solamente en esta parte de
LIBRO SEGUNDO , CAP . H. 239

»honestidad de que habemos de tratar , mas en las


>>tres referidas parece claramente cuál sea el DECORO .
»Porque decente y conveniente cosa es usar de ra-
»zon y hablar prudentemente, y hacer lo que hicie-
»res consideradamente, y ver en todas las cosas cuál
>>sea la verdad y defenderla . Y por lo contrario no
» verla , errar, resbalar , dejarse engañar, es cosa tan
»indecente como salir de seso . Y por abreviar, todas
» las cosas justas son decentes , y las injustas así
>>como son torpes y feas , son indecentes . Y esta
» mesma razon se da en la fortaleza , porque todo
» aquello que se hace varonilmente , y con ánimo
»fuerte y grande , nos parece ser digno y decente al
hombre , y lo contrario no . Y así se prueba que esto
»que llamamos decente pertenece á toda la honesti-
»dad . Porque en todas las cosas hay una decen-
» cia ó bien parecer ; la cual se extiende á toda vir-
» tud , y esta es diferente de la virtud , más por la
};
imaginacion que por el efecto . Porque así como la
» frescura y hermosura del cuerpo no se puede apar-
»tar de la buena disposicion, mas puédese bien en-
»tender la diferencia : así esta decencia de que ha-
»blamos toda ella está envuelta y mezclada con la
» virtud , pero con el juicio é imaginacion se distin-
" gue . Esta decencia se divide en dos partes, la una
» es general , la cual consiste en toda la honestidad ,
y la otra es particular y sujeta á ésta , y pertenece
ȇ cada una de las partes de la honestidad . La pri-
> mera se suele definir de esta manera: DECORO ó de-

»cencia es una virtud correspondiente á la excelencia


»del hombre : segun aquella propiedad en que por
"su naturaleza difiere de los otros animales . Y la
240 ARTE DE LA PINTURA .

» otra parte que es sujeta á la general , definen así :


Definicion del decoro >> DECORO es aquello que así es correspondiente á la
en general .
» naturaleza, que en ello hay una moderacion y tem-
» planza con una cierta apariencia liberal . Y que lo
>> entiendan así los filósofos se puede conjeturar por
Definicion del decoro " el DECORO que siguen los poetas, que entonces guar-
especial. -dan la decencia cuando aquello que se dice y se
>>hace es correspondiente y digno de la condicion de
»la persona que introducen . Como si el Rey Eaco ó
»el Rey Minos dijesen :
Oderint dum metuant.

Aborrezcan con tal que teman.

O si dijesen lo que dijo Atreo :

Aut natis sepulcrum enim


ipse est parens .

Sepulcro de los hijos es el mismo padre .

Estas razones parecerán indecentes, porque sabe-


mos que estos Reyes primeros fuéron justos ; pero si
Atreo las dijese , parecerian bien á todos porque
estas sentencias son dignas de un Rey cruel . Aun-
que los poetas, por la razon de las personas, juzga-
rán lo que les conviene . Mas á nosotros la natura-
leza nos ha proveido de una razon dotada de grande
excelencia , con diferencias de todos los otros anima-
les, y nos ha dado las partes de la constancia, de la
moderacion , templanza y vergüenza ; y nos enseña
que no nos descuidemos , y cómo nos habemos de haber
con los hombres .Y de aquí se conoce y ve cuán larga-
mente se extiende esta decencia y DECORO , que perte-
nece á toda la honestidad , y lo que se requiere en
LIBRO SEGUNDO , CAP. II. 241

todogénero de virtud . Como la hermosura del cuerpo ,


la cual si es bien proporcionada , con perfeccion de
miembros, mueve y atrae á sí los ojos ; y esto es por-
que todas las partes se corresponden entre sí , con
linda gracia ; así pues esta decencia que resplande-
ce en la vida de alguno , mueve y atrae á sí todos
los hombres con quien trata , para que la aprueben ;
y esto por la órden , constancia y moderacion que
tiene en todos sus dichos y hechos . Habemos, pues,

de tener una reverencia y vergüenza con todos los


hombres, así con los buenos como con los malos .
Porque no cuidar uno que digan del bien ó mal ,
no sólo es soberbia, mas disolucion . Tambien se ha
"
de saber que hay diferencia entre la justicia y la
vergüenza : que las partes de la justicia son no mal-
tratar á nadie ; las partes de la vergüenza no escan-
dalizar ni desagradar . En lo cual consiste principal-
mente toda la fuerza del DECORO . Que pienso que
queda declarado con lo que habemos dicho . Y pa-
sando adelante , dice : el oficio que deste DECORO pro-
cede, tiene una cierta senda que nos guia á la con-
veniencia y conservacion de la naturaleza . La cual ,
si como á nuestro capitan seguimos , nunca nos
apartarémos del camino derecho de la razon , y se-
guirémos aquello que es agudo y sutil en la natu-
raleza, por la prudencia ; y aquello que pertenece
al provecho y compañía de los hombres , por la jus-
ticia y aquello que es animoso y fuerte , por la for-
taleza . Pero la mayor parte del DECORO y decencia
consiste en esta parte de la templanza de que habla-
mos . Porque no solamente debemos procurar que
sean aprobados los movimientos y obras del cuerpo,
16
1

242 ARTE DE LA PINTURA .

que pertenecen á la naturaleza , mas mucho mejor


los del ánimo , que son aplicados y apropiados á
ella.
Y con esto acaba este discurso del primer libro .
Y adelante en muchos lugares , extiende la materia
del DECORO que deben guardar toda suerte de perso-
nas en los vestidos , en la habitacion , en las pala-
bras y acciones ; en particular y en general . El que
pertenece al mancebo , al anciano , en los dichos,
hechos y hasta el movimiento y asiento del cuerpo .
Todo lo cual concluye que consiste en tres cosas :
en la hermosura , en la órden y en el decente ata-
vio . Conforme á esta doctrina será la que aplicaré-
mos al DECORO que se debe guardar en la pintura ,
así en lo general de las historias, como en lo parti-
cular de cada familia . Y por decirlo en una palabra,
del DECORO natural pasarémos al artificial . Y antes
que yo diga mi sentimiento , pues habemos oido á
Ciceron , oigamos lo que escribe doctamente Ludo-
vico Dolce , por estas palabras :

Diálogo dicho « Comenzando de la invencion , digo , que tiene


el Aretino.
» muchas partes , entre las cuales son de las princi- .
» pales la órden y la conveniencia , porque si el
>>pintor (pongo por ejemplo) ha de pintar á Cristo ó
» á S. Pablo predicando , no hará bien en pintarlo
>>desnudo , ó vestido como soldado , ó marinero..Por
» que es necesario que consideremos hábito conve-
» niente al uno y al otro . Y principalmente ha de
» dar á Cristo un aspecto grave , acompañado de una
>>amable benignidad y dulzura : y asimesmo ha de
>>hacer á S. Pablo , con el semblante que conviene á
» tan grande apóstol . De modo que quien los mira
LIBRO SEGUNDO , CAP . 11 . 243

>>le parezca que ve un verdadero retrato , así del


» dador de la salud , como del vaso de la eleccion .
>>Y por esto , no sin causa , fué dicho á Donatelo Jorge Vasar.
part. 1 , fól. 328.
» ( el cual habia hecho un Cristo de madera ) que
» habia puesto en la cruz un palanquin , aunque en
» la arte de la escultura, en su tiempo, no tuvo igual ,
»cogió á Micael Angel por superior.
>>De la misma manera habiendo de pintar á Moi-
»sés, no ha de hacer una figura encogida y desauto-
» rizada , antes llena de grandeza y majestad , y te-
»niendo siempre atencion à calidad de las personas
»y no menos á las naciones , costumbres , lugar y
»> tiempo . Así como se pinta una batalla de César ó
» de Alejandro Magno , no conviene que arme los
» soldados en el modo en que hoy se acostumbra,
»porque de una suerte hará las armas á los macedo-
»nios , y de otra á los romanos . Y si este ofrece re-
»> presentar una batalla moderna , no conviene que
» las divisas sean á lo antiguo. Y queriendo figurar
»á César, seria una cosa ridícula adornarle la cabe-
»za con un turbante de turco ó una birreta venecia-
» na . Por esto dijo bien Horacio , que en una come-
» dia importa mucho se considere cómo ha de hablar
el siervo , ó el señor , y toca las condiciones que se
»han de observar en Aquiles, y las que en Orestes ,
»y en Medea y otros .
>> Erró en la convenieneia no sólo de los trages,
»mas tambien de los rostros . Alberto Durero , el
» cual, por ser tudesco , debujó en muchas partes á la
Madre de Dios con hábito de aquella tierra , y jun-
» tamente á las demás santas mujeres que la acom-
» pañaban . Ni dejó de dar á los judíos figuras de tu-
244 ARTE DE LA PINTURA .

>>descos , con los mostachos y cabelleras bizarras que


>>traen , y con los vestidos que usan . Mas con todo esto
»fué valiente pintor, y en la parte de la invencion es-
»tupendo . Y si como nació en Germania naciera en
>> Italia, donde en diversos tiempos han florecido no-
»> bilísimos ingenios , no fuera inferior á ninguno . Y
>>en testimonio de esto afirmo, que el mesmo Rafael
»no se avergonzaba de tener sus estampas en su es-
>>tudio , y las alababa grandemente . Y cuando no
>>hubieran tenido otra excelencia , en las que talló

» en cobre , que la propiedad con que representó lo


>> verdadero de la naturaleza , lo hiciera inmortal , pues
» no parecen sus cosas debujadas , mas pintadas , y
»no sólo pintadas , mas vivas . »
Cuanto al órden , es necesario que el pintor vaya
disponiendo el suceso de la historia que pretende
pintar, con tanta propiedad , que los que la vieren
juzguen que no pudo suceder de otra manera de
como él la pintó . Ni ponga lo que fué antes des-
pues , ni lo que fué despues antes , sino ordenada-
mente las cosas como pasaron . Esto mesmo enseña
Aristóteles en su poética á los escritores de come-
dias y tragedias . Por esto Timantes, uno de los fa-
mosos pintores antiguos , pintó á Efigenia , hija de
Agamenon (de quien Eurípides compuso una famosa
tragedia) delante del altar donde esperaba ser ofre-
cida en sacrificio á Diana, y habiendo el pintor ex-
presado en los rostros de los sacrificantes diversa-
mente la imágen del dolor , incierto de poderla
mostrar mayor en el semblante del afligido padre,
hizo que él mesmo se cubriese con el manto de la
vestidura . Observando admirablemente la conve-
LIBRO SEGUNDO, CAP. 11 . 245

niencia , porque siendo padre le parecia no po-


der sufrir ver con sus propios ojos la muerte de
su querida hija . Parrasio , tambien ilustre pintor de
aquella edad , hizo dos figuras , una de las cuales
habiendo contendido y peleado , parecia que sudaba ,
y la otra se desarmaba y.mostraba claramente que
estaba anhelando . Estos dos ejemplos de antiguos
pintores bastan para mostrar de cuánta importancia
sea la propiedad en la invencion , porque de algo se
derivan todas las buenas partes del debujo . Y no de-
jaré de decir adelante de algunos pintores moder-
nos . No menos debe imaginar el pintor los sitios y
los edificios semejantes á la calidad de las provin-
cias ; de manera que no atribuya á unas lo que es
propio de otras. En esta parte no mostró ser pruden-
te el pintor que pintando á Moisés , que con la vara
tenia la piedra , de donde salió milagrosamente la
agua tan deseada de los hebreos , fingió un país
fértil, hermoso , ceñido de hermosas montañas : así
porque la historia sagrada dice que sucedió este mi-
lagro en el desierto , como porque en lugares férti -
les hay siempre abundancia de agua. Y por esto es
necesario que el pintor tenga florido ingenio, y no se
duerma en propiedad . ¡Cuán bien Horacio , en el prin-
cipio de su Poética , queriendo hablar de la inven-
cion, y tomando la semejanza del pintor, por ser la
poesía y la pintura hermanas , representa la descon-
veniencia en estos versos que hizo castellanos An-
tonio Ortiz Melgarejo !

Si al cuello de caballo unir quisiese


algun pintor una cabeza humana
y de diversas plumas la cubriera,
246 ARTE DE LA PINTURA.

haciendo el cuerpo en forma tan extraña


que entre otros varios cuerpos rematase
en una cola de disforme pece ,
la faz acompañando de un semblante
de dulce y hermosisima doncella :
¿podríades , llamados á ver esto ,
caros amigos , detener la risa?

Esto á mi juicio denota que con todo el com-


puesto de la historia , la cual abraza muchas figu-
ras, se haga un cuerpo que no discorde en nada,
como seria si se pintase la pluvia del maná en el
desierto : donde convendria que todos los hebreos
que en tal caso se representan con varias acciones ,
recogiesen este celestial manjar mostrando alegría
y deseo grandísimo , como se ve en la estampa de
Rafael . El cual imaginó un verdadero desierto , con
edificios y tiendas de madera convenientes al tiem-
po y al lugar. Y dió á Moisés efigie grave , vis-
tiéndolo de hábito luengo , y haciéndolo de estatura
grave y augusta ; usando tambien en los judíos de
vestes recamadas y con orlas , como ellos traian . Pero
no se debe callar la historia pintada de Ticiano , de la
descomunion hecha por el Papa Alejandro al Em-
perador Federico Barbaroja , que habiéndola repre-
sentado en Roma, puso ( á mi parecer desconvenien-
temente ) muchos senadores venecianos que asisten
á ver el hecho , cosa que no tiene verdad ni hace al
propósito . Pero observó divinamente la convenien-
cia en otra historia cerca de esta, donde el mismo
.
Federico se inclina á besar el santo pié al Pontífice ,
habiendo retratado judiciosamente al Bembo , al Na-
vajero y Sanázaro , que están mirando . Porque
LIBRO SEGUNDO, CAP. II. 247

aunque esta pintura fué muchos años adelante ,


no desconviene que uno de los primeros pintores
del mundo dejase en sus obras publicar la memoria
de los más doctos y primeros poetas de su edad , los
dos gentiles hombres venecianos , y el otro tan afi-
cionado á Venecia , que la antepuso en un epígra--
ma suyo á Roma, si bien careció de buena conside-

racion , cuando pintó la Santa Margarita , como á


caballo sobre la serpiente , y desnuda casi toda la
pierna hasta más arriba de la rodilla , como se ve
hoy en San Gerónimo de Madrid .
Mas volviendo á la materia de la invencion , diré
algunas razones, como que cada figura es bien que
haga lo que hace, ó pretende el artífice que haga.
Que la que está sentada, parezca que lo está cómo-
damente, y si está en pié , se plante con tal firmeza
que no parezca que se cae ; y si se mueve , sea el
movimiento fácil y con las circunstancias que to-
caré adelante .
«Es imposible (dice) que el pintor sea señor de las
"partes que tocan á la invencion , así de la historia
como de la conveniencia , si no es práctico en sa-
>» ber las historias y las fábulas de poetas . Porque
>>así como es útil á un letrado el saber debujar , para
» dar á entender las cosas que pertenecen á escribir
» bien , así será muy importante á la profesion del
" pintor el saber letras ; pero si no es letrado , sea á lo
>> menos bien entendido de las historias y poesías , co-
>> municando hombres doctos . » (Como se ha dicho ) . En el cap . anter.

" Habiendo pues estrechado al pintor debajo de estas


» leyes del órden y conveniencia, con todo eso algu-
"nas veces podrá tomar alguna licencia , pero de
248 ARTE DE LA PINTURA .

» manera que no decline al vicio , porque no será bien


»que se acompañen las cosas apacibles con las fie-
» ras , como las serpientes con las aves , y los corde-
»ros con los tígres . » Hasta aquí el Dolce .
Que bastaba al cumplimiento de este punto del
Decoro. Pero no perdamos lo que habemos en esta
parte trabajado , y comencemos por una carta que
yo envié á D. Fernando de Córdoba , describién-
dole una pintura de Cristo , tomando su vestidura
despues de azotado , con que se acabará este ca-
pítulo .
«Para que justamente siendo vuestra merced due-
ño de este cuadro de pintura , lo sea de algunas razo-
nes con que satisfacer á los curiosos ingenios que lo
miraren , me pareció tomar un poco de trabajo en
escribirlas , porque se entienda bien el tacto y con-
sideracion que se tuvo en su disposicion .
Esto supuesto, una de las cosas más importantes
al buen pintor es la propiedad , conveniencia y de-
coro en las historias ó figuras atendiendo al tiempo ,
á la sazon , al lugar, al efecto y afecto de las cosas
que pinta, para que la pintura con la verdad posible
represente con claridad lo que pretende . Para inte-
ligencia de lo cual , diré dos palabras sobre cada
una de estas cosas .
Lo primero, cuanto al tiempo , se debe guardar el
uso de la antigüedad de él , en los trajes y en las
cosas : cuanto á la sazon , si lo que se quiere pintar
sucedió tal ó tal tiempo del año , en la noche ó el
dia; es cosa conveniente acomodarse con la verdad ,
pues cuanto al lugar ya se ve que no se ha de pin-
tar en Turquía lo que pasó en Roma ó España: tam-
LIBRO SEGUNDO , CAP. II. 249

bien cuanto al efecto y accion si una figura saluda


á otra no ha de parecer que la amenaza , ni menos
ha de hacer lo contrario ; y de esto habia mucho que
decir. Pues el afecto de cada figura, tambien ha de
ser conforme á su representacion , con propiedad , ó
triste ó alegre, ó airado ó suave . Brevemente se ha
dicho, pero no así se pone en ejecucion .
Esta parte en la pintura como procede más del
buen juicio del pintor , que de los preceptos de su
arte, es tan poco usada aun de los valientes pinto-
res, que de ordinario quieren caminar libres en sus
pensamientos . Y de aquí vemos en las obras de mu-
chos , más valentía que decoro. Y si esto es tan ne-
cesario generalmente en todas las obras de pintura,
cuanto más en los misterios de nuestra fe y reden-
cion, (concedidos pintar con acuerdo del cielo, en la
Iglesia Católica) los cuales han de ser verdaderos
libros á los ánimos sencillos de los fieles . Porque ,

¿qué cosa más ajena del respeto que se debe á la pu-


reza de la Vírgen Nuestra Señora, que pintándola
asentada , ponerle la una rodilla cargada sobre la
otra, y muchas veces los sagrados piés descubiertos
y desnudos? ( gracias á la Santa Inquisicion que
manda corregir esta libertad . ) ¿Y de la majestad y
grandeza del Hijo , padeciendo en otro paso , ó atado
á la columna, con accion y movimiento impaciente ,
siendo el espejo y dechado de toda mansedumbre y
humildad? Y por aquí todos los descuidos ó cuida-
dos inconsiderados de los profesores de esta arte.
Por estas razones (como hago siempre) lo primero
en que yo cargué el peso de la consideracion en
esta figura (porque comenzamos por lo principal)
250 ARTE DE LA PINTURA.

fué cómo se moveria en busca de su vestidura , con


cuánto encogimiento y vergüenza , y sobrados do-
lores, un hombre grave y delicado, habiendo reci-
bido tantos y tan crueles azotes . Y haciendo prueba
con el ingenio , muchas veces de movimientos dife-
rentes , intentando con la pluma ó lápiz , vine á parar
en este que me pareció más á propósito ; ó por evitar
la fealdad ó desgracia de estar muy baja la figura ,
usé de medio en que levantase con el cuerpo la ropa .
Y quien con estos ojos y consideracion no mirase á
esta imágen, por ventura le desagradará , deseando
en ella otro movimiento más airoso , de más brio y
gracia; lo cual aquí no convenia . Esto es cuanto al
todo , que es lo primero que se ofrece á la vista .
De las partes digo: que en la principal , que es el
rostro , moví la vista á donde se ha de poner el què
ha de ver este cuadro , que es un poco á la parte si-
niestra , porque el encuentro de ellas causa grandes
efectos ; y en los ojos exprimí el sentimiento con la
gravedad que á mí fué posible , como en parte donde
más se demuestra la alegría ó tristeza. Y aunque la
boca quisiera abrirla más, porque ayuda esto mucho
á representar la amargura del ánimo , no fué posible
por ir el rostro tras el cuerpo , y estar baja la fi-
gura. De las demás partes, ellas hablan que dirán
mejor que yo lo que se estudió en ellas y en parti-
cular el cuerpo y lado , que en dificultad no pe-
queña, se eligió entre tantos naturales .
Vengamos á las señales de los azotes de todo el
cuerpo, cosa que excusan mucho los grandes pinto-
res , por no encubrir la perfeccion de lo que tanto les
cuesta , á diferencia de los indoctos, que sin piedad
LIBRO SEGUNDO , CAP . II . 251

arrojan azotes y sangre , con que se borra la pintura


ó cubren sus defectos : pero huyendo de extremos ,
usé de medio que representase las señales , y más
donde menos dañasen á la bondad de la figura , que

es en los oscuros y particularmente en la espalda ,


no sin buena consideracion , pues es la parte donde
consideran los santos que cayeron la mayor parte
de los azotes : y de esto no más .
De las vestiduras pinté una la más particular, que va esta en la Igles.
es la túnica interior sin costura alguna que algunos deConstantinopla
San Juan de:
dicen que fué de púrpura , considerando que las de- año 1403 .
más están sin órden , esparcidas por la Sala ó Preto-
rio , que se puede imaginar ser muy grande ; pues la
columna no muestra toda su altura , ni descubre el
capitel por la estrecheza del lienzo , donde era forzoso
muy gran espacio para hacer demostracion de otras
columnas del mismo órden dórico correspondientes ,
que le acompañasen , ayudándole á sustentar un
edificio noble y como de casa principal .
De los instrumentos y diferencia de ellos , con que

azotaron al Señor, puse sólo cuatro , dejando muchos


y muy varios , que consideran los autores y santos ,
de que hace mencion el Arzobispo Alfonso Paleoto ,
en un libro de Stigmatibus Sacris . Uno, las varas con Tit. Liv . lib. 6
que azotaban á los delincuentes los romanos ; otro , Die 3. Térenc. in
Adelp. Act. 20.
las correas de vaca, de que tambien se hace memo-
ria en la antigüedad . Estos dos modos de azotes
usan de ordinario los pintores : tercero , las espinas.
ó zarzas , como contempla S. Vicente , y el azote
de puntas ó estrellas de hierro, fijas en los cordeles ,
imitado del que debujó en el dicho libro Paleoto
del IV de las Revelaciones de Santa Brígida cap . 70 .
252 ARTE DE LA PINTURA .

De la columna podrá alguno preguntar, que por


qué no pinté aquella parte que hoy se muestra en
Roma, en la Basílica de Santa Práxedes ; la cual es

á modo de balaustre antiguo , con una argolla de
hierro en lo alto . Digo que en otra semejante oca-
sion la pinté , y en esta con mejor acuerdo me pare-
ció pintarla alta , de quien refiere largamente el ar-
zobispo ya dicho, que hablan muchos y muy graves
autores y en particular S. Gerónimo , en el tomo 1. ' ,
Nota. epístola 27 ad Marcellan , diciendo : « Mostrábase una
>>columna que sustentaba el portal del Señor , ro-
» ciada con sangre , donde se dice que fué azotado . »
Y los que con más autoridad describen la Tierra
Santa, y en particular Cristiano Adricomio , núme-
ro 6 , enseña que una parte de esta columna se mos-
traba en el monte Calvario y otra se trasladó á Cons-
tantinopla, y de ahí se llevó á Roma, y está en la 1
Basílica Vaticana . Y de las revelaciones de Santa
Brígida se colige claramente haber sido la columna
alta ; pues le dijo la Vírgen Nuestra Señora que su
hijo la habia abrazado de su voluntad y luego le ha-
bian ligado á ella . Tambien para sustentar un pór-
tico de tan magnífico edificio , como el que edificó
Santa Elena, no podia ser aquella la columna , y la
parte que hay en San Pedro (como he dicho) lo mues-
tra . Basta que la razon que yo tuve fué seguir lo
más recibido en esta parte , y de quien hablan todos
los autores . De la pequeña , piensa con razon Pa-
leoto , que es donde estuvo el Señor atado en la casa
de Caifás , cercado de sus enemigos, toda aquella
noche de sus mayores escarnios y afrentas .
De todo lo que habemos dicho se infiere de cuán-
LIBRO SEGUNDO, CAP. II. 253

ta importancia sea el decoro y propiedad que diji-


mos al principio , pues demás del intento principal
que se tiene en la pintura del Misterio , se mueve el
ánimo aficionado á la virtud que allí resplandece ;
el cual principal intento toca muy altamente el
maestro Juan de Avila, cuyas palabras añadiré á
este discurso para darle lustre y autoridad . Dice así
en el cap . 73 de su Audi filia :
«Sabed que; pues el Altísimo Dios se hizo hombre
visible para que con aquello visible nos metiese
dentro donde está lo invisible , no se debe pensar
sino que fué
muy provechosa cosa mirarle con ojos
corporales , para poderle mirar en los espirituales ,
que son de la fe , y no fué pequeña merced para los
que lo vieron gozar de tal vista , de la cual muchos
reyes y profetas desearon gozar y no lo alcanzaron .
Y aunque los que despues venimos no gozamos de
esta merced tan cumplida, no podemos dejar de
aprovecharnos de ella en lo que pudiéramos . ( He re-
ferido esto para decir lo que sigue . ) Y á este inten-
to nuestra madre la Iglesia nos propone imágenes
del cuerpo del Señor, para que despertados por ellas
nos acordemos de su corporal presencia, y se nos co-
munique algo mediante la imágen de lo mucho que
se nos comunica con la presencia . »
Y más adelante , en el cap . 75 , tratando de la ora-
cion , dice : « Y podeis tener algunas devotas imáge-
»nes , bien proporcionadas , de los pasos de la Pa-
» sion , en las cuales, mirando algunas veces, os sea
)
alivio, para que sin mucha pena las podais vos
sola imaginar . »

Y esto baste para dar alguna luz de mi intento ,


254 ARTE DE LA PINTURA .

en que parece haberme alargado . Y acabo última -


mente mi discurso , poco bastante á impedir lo que.
con razon se le pudiera oponer á esta pintura . Por-
Apologia del Con- que no presumo tanto (como dijo de sí Fernando de
destable.
Herrera) que niegue lo que consideró (en sí primero
y despues en los demás ) el que dijo que no acertar
es de cualquiera de todos los hombres. Porque está
esta nuestra naturaleza tan cercada y ceñida de er-
rores , que ni aun los varones más sábios , cuya men-
te parece separada destas cosas naturales , se hallan
libres de este contagio . Porque así como la vida de
los hombres no puede ser perpétua vigilia, tampoco
puede ser su estudio y trabajo verdad y sabiduría .

Siendo esto así, no será maravilla que un entendi -


miento tan corto como el mio haya errado ; pero serálo
que no merezca perdon de los hombres cuerdos y que
saben los vicios y flaquezas de la naturaleza humana .
Finalmente, echará vuestra merced de ver cuánto
ha favorecido el cielo mi deseo en el remate de esta
obra, con los versos del cuadro hechos por el padre
Luis de Alcázar , y dignos de su gran erudicion , el
cual , antes que se viese la pintura con sola la rela-
cion de ella , los dispuso tan á propósito que pare-
ce, á juicio de los más doctos , que por ellos se pin-
tó el cuadro : (tanto puede la fuerza del ingenio) .
Abrazan admirablemente todo el pensamiento de
esta historia , cuyo intento ( si no me engaño), es
decir, el Señor , que une estrechamente consigo
aquella veste inconsutil que representa sus escogi-
dos , estando bañado en su propia sangre , para

que teñida en la flor de ella quede hecha púrpura


real . Los versos latinos dicen así :
LIBRO SEGUNDO , CAP . II . 255

Dilectos optata meos hæc vestis adumbrat,


in duo quam proprio membra cruore madens
sic ea sanguineo poterit mihi glutine jungi.
Et flore ebibito purpura regis erit.

Despues de estos versos , osaré poner un soneto


que yo hice, seguro de sospecha de contienda , por
ser muestra de mi voluntad y aficion , y por la di-
versidad del pensamiento . Dice así :

SONETO.

Pudieron numerarse las señales


que en vuestra carne delicada y pura
joh imágen de la eterna hermosura!
el reparo imprimió de nuestros males .
Aunque fuéron en sí tantas y tales ,
que al ingenio, no sólo á la pintura,
vencen; y tú ¡ oh sagrada vestidura ! "
á trasladar en ti su gloria vales .
Mas el amor que cela el rojo velo
¿ quién no podrá contar ? Si aun el efeto
la arte noble à formarlo no es bastante .
Fué sin principio , eterno será ¡ oh cielo !
¿Cómo á tan grande amor no me sujeto ?
¿ Qué hago ¡ oh piedra ! en deuda semejante ?

Nuestro Señor guarde à vuestra merced: de esta su


casa á 13 de Octubre de 1609. -Francisco Pacheco . >>
256 ARTE DE LA PINTURA .

CAPITULO III .

EN QUE SE PROSIGUE LA MATERIA DEL DECORO.

Mucho de lo que toca al decoro habemos visto en


el discurso referido, y de la carta pasada lo que per-
tenece á una figura sola , pero si representamos la
mayor y más copiosa historia que puede ofrecerse á
un pintor , en ella veriamos cumplidamente las con-
diciones con que en las demás se ha de proceder, y
habriamos cumplido bastantemente con lo que á
esta parte conviene . Y así porque el año de 1614 yo
acabé un lienzo grande de la historia del Juicio
universal en precio de setecientos ducados para el
convento de Santa Isabel de esta ciudad , donde está ;
con describir el pensamiento que seguí en su dispo-
sicion y en lo que me aparté del comun de los pin-
tores, trayendo el ejemplo del más aventajado jui-
cio que se ha pintado jamás (que es el de Micael
Angel) , descubriendo la razon que tuve para histo-
rias así, sacarémos de todo apurado el fin de este
punto.
Y dando principio á este discurso (que no será pien-
so de poco gusto á los que hubieran visto la ejecu-
cion de este cuadro ó el dibujo que yo tengo de él) ,
digo que observé y vi todas las invenciones que yo
pude y andan en estampa ( que son muchas ) de esta
copiosa historia , y vi particularmente la de Micael .
LIBRO SEGUNDO, CAP. In. 257

Y hice conceto de una gran copia , y así , pasan de


ochocientas las figuras que en él se ven , que hasta
ahora no tengo noticia de otra de mayor número .
Y antes de pasar adelante , parece conveniente
hacer memoria de algunas impropiedades de los
pintores en esta historia , de que yo me aparté , no
tocando en el juicio de Micael Ángel hasta el fin
de este discurso .

1. La primera pintan á la parte derecha de


Cristo un ramo de oliva por señal de misericordia,
y á la izquierda una espada , que significa la justi-
cia ; y esto está bien , aunque falta lo que yo añado .
2. Lo segundo , que está en uso comunmente , es
pintar la Virgen de rodillas á la mano derecha , y á
S. Juan Bautista de la misma manera á la izquier-
da, como intercediendo ambos , y debajo á los Após-
toles sentados , acompañados de todos los demás
santos.

3. La cruz y otros instrumentos de pasion en ma-


nos de ángeles , que los traen por el aire , suelen al-
gunos pintar , si bien con poca autoridad.
4. A S. Miguel Arcángel en el medio del cuadro
armado, pesando las almas , y el demonio á los piés
como queriendo asir la que está más baja .
5. Suélese tambien pintar de ordinario , al tiempo
que están sentados los santos , y el juez Cristo Nues-
tro Señor , la resurreccion de los muertos ; unos que
salen de la sepultura , otros ya fuera , con diferentes
trages y mortajas ; habiendo de resucitar á un tiem-
po antes de ser juzgados , todos , justos y pecadores.
Juntando estos dos artículos de fe , distintos el uno
del otro .
17
258 ARTE DE LA PINTURA .

6. Pintan tambien diferentes figuras de demo-


nios atormentando á los malos con variedad de
tormentos , y algunos indecentísimamente , confor-
me á los pecados que cometieron lo cual represen-
tan antes de estar juzgados , ni de haber acabado de
resucitar.

7. Asimesmo se pone una boca del infierno , como


de sierpe ó mónstruo , con llamas de fuego que
recibe á los condenados , y otras mil imaginaciones
de pintores , á su albedrío , y sin fundamento , sólo
siguiendo unos á otros . De todo lo cual yo me apar-
té , como verémos adelante con el parecer y senti-
miento de hombres doctos .
Viniendo , pues , á nuestra historia , en lo alto se
muestra Cristo Nuestro Señor, Juez universal , asen-
Luc . , cap . 21. tado cum potestate manga et majestate : con grande
majestad y poderío . En el arco del cielo la cabeza
cercada de una grande claridad de rayos de luz que
bañan de gloria á muchos serafines . A su mano de-
recha , algo más baja , está sentada la Santísima
Psal . 44. Vírgen, segun dice el Profeta : astitit regina á dex-
tris tuis . Al lado derecho de la Virgen un ángel que
representa la Misericordia, y á la izquierda otro que
representa la Justicia. Luego otros ocho montones
de ángeles niños , cuatro á cada parte adorando sus-
Luc. cap . 21. pensos la majestad de Cristo . El pensamiento en
esta primera parte del cuadro es este .
Parecióme pintar el semblante de Cristo Nuestro
Señor apacible , vuelto á los buenos á diferencia de
Micael Angel que lo puso en pié, y airado y vuelto
á los malos , por ser (á mi ver) más poderosa la sua-
vidad y blandura á inclinar los ánimos de los hom-
LIBRO SEGUNDO , CAP . III. 259

bres . Cristo es hermosísimo : Speciosus forma . Mues- Psal. 44.


tra sus llagas , adórnale un manto rojo . La Vírgen
asentada, tiene agradable apostura , inclinada á los
buenos y los brazos cruzados sobre el pecho , mos-
trando agrado del caso ; no de rodillas rogando
(como los más pintores la ponen ) . Pues dice San Medit. cap. del Jui-
Buenaventura, que estará aquel dia el juez tan en- cio universal.
tero en hacer justicia , que aunque la Virgen de ro-
dillas le ruegue , no será parte para moverle . Por-
que no es dia de ruegos , antes de atencion y si-
lencio .
El ángel, ó virtud de la Misericordia , está vuelto
á la Vírgen , Madre de ella , vestido de verde claro,
coronado de oliva, y con un hermoso ramo del mes-
mo árbol en la mano . El que representa la Justicia
está armado á lo romano , con morrion con plumas
y coracina encarnada y ropa anaranjada de color de
llama, espada ó montante de fuego en la mano de-
recha : la vista vuelta al rostro del juez ( pareció ad-
mirablemente al maestro Francisco de Medina este

pensamiento , alabólo , diciendo que habia acrecen-


tado y mejorado el uso de nuestros ancianos y mayo-
res que pintaban el ramo de oliva y la espada suel-
tos) . Montones de serafines , de niños , de nubes , de
luces , adornan este pedazo de pintura .
La segunda parte más abajo se compone así : en
medio está el arcángel S. Gabriel , á pié con la cruz
del Señor levantada ; dos ángeles arrodillados á
los dos lados , y detrás de ellos otros muchos sen-
tados y de rodillas que hacen estado á la cruz . So-
bre estos ángeles hay dos coros de Apóstoles ; el de
la mano derecha de la cruz comienza del príncipe
260 ARTE DE LA PINTURA.

de ellos , S. Pedro ; y el de la mano izquierda co-


mienza el Apóstol por antonomasia S. Pablo . De-
trás de los Apóstoles se muestran los fundadores de
la religion y varones apostólicos más conocidos de
la devocion del pueblo . Parecen léjos por entre la
cruz los principales Profetas . Digamos ahora lo par-
ticular de esta segunda parte .
Pareció por justa causa ( supuesto que es opinion
más pía ) que fuese la figura de la mesma cruz en
que el Señor padeció , y que tuviese sus clavos , y su
título en tres lenguas , y que el alférez , ó sustituto
de S. Miguel fuese S. Gabriel , por ser este Arcán-
gel el que comenzó y ministró los misterios de la
sacratísima humanidad de Cristo . Y que siendo este
el último acto de ella , trajese su divino estandarte
y enseña delante de Rey en la manifestacion de la
Sobre la 1. a Epist . gloria y majestad suya . Este fué parecer del maes-
de S. Pablo á los tro Francisco de Medina , además que dice el padre
Tesalonicienses
cap. 4. Cornelio, de la compañía de Jesus , que S. Gabriel
anunciará á todo el mundo la venida de Cristo á

juzgar . Pintélo coronado de rosas , y una azucena


como insignia propia suya en la mano derecha . Ves-
tido de azul y encarnado , con alas de águila, y con
un cendal entre sus manos y la cruz , por la reve-
rencia de no tocarla. Y tres serafines que sirven de
peana á esta divina bandera de los ángeles que asis-
ten, no tengo que decir más , de que muestra afec-
tos de reverencia y respeto junto con ser hermosos
y varios . En los colores de las ropas se correspon-
den como de librea los de un lado con los del otro .

A la cruz cerca un resplandor imperceptible en for-


ma ovalada, que baña de luz los Profetas y los des-
LIBRO SEGUNDO, CAP. III. 261

via del coro de los Apóstoles con agradable dismi-


nucion . Oso decir que no ha puesto ninguno ( en
pintura semejante) hasta hoy la cruz con mayor ma-
jestad . Vengamos al coro de los Apóstoles , los cua-
les están sentados como jueces : Sedebitis et vos su- Math. Cap. 16 .
per sedes duodecim . Tienen todos sus insignias en
las manos , cada cual con admiracion y respeto . El
Apóstol S. Pedro tiene á su - lado izquierdo al gran
Batista sentado , haciendo el oficio que hizo en el
mundo, que es mostrarnos el cordero de Dios . Pa-
recióme ser este más conveniente lugar que el
que le dan otros pintores en este paso , poniéndolo
sobre los Apóstoles , al lado que corresponde á la
Vírgen .
Entre estos dos tan aventajados santos , puse al
glorioso Patriarca S. José , porque no hubiese entre
sus devotos competencia . Síguense los demás Após-
toles , y luego S. Francisco , Santo Domingo , San
Bruno y otros fundadores de religiones , mártires ,
confesores y vírgenes . El otro coro , que comienza
del Apóstol S. Pablo , corresponde á S. Pedro ; al
lado izquierdo de la cruz tiene á su mano derecha
al discípulo amado , el gran evangelista S. Juan , y
cae en el mesmo lugar que suele , debajo de la
cruz . Síguese S. Andrés y los demás Apóstoles , y
á ellos S. Agustin , S. Gerónimo, S. Benito , S. Ber-
nardo, S. Basilio y S. Ignacio , padres de sus ilus-
tres religiones , y otros innumerables santos . Los
Profetas son ; David , Moisés , Elías y los demás prin-
cipales, que hacen número de doce . Rodean la cruz
muchos serafines, cercados de resplandores y nubes
agradables . Y sobre los claros están de dos en dos
262 ARTE DE LA PINTURA.

admirados . Ya tenemos la mitad de nuestra historia


descrita con la brevedad posible.
Bajemos á cuatro ángeles , que conforme al texto
Math . cap . 24. evangélico à quatuor ventis , están vueltos á las cua-
tro partes de la tierra con sus trompas . Tiene singu-
lar arte y mucha dificultad poner en superficie llana
semejante demostracion . Están tambien de librea en
las alas y vestidos , dos de un color y dos de otro ,
y puestos en cruz , y el uno , que se mira por los piés ,
es de los más ingeniosos del cuadro , y aun de lo
que se ha pintado . El campo de estas cuatro figuras
es un cielo , á la parte derecha de los buenos alegre
y apacible , y á la de los condenados oscuro y nu-
Peal. 96. bloso, segun el lugar del psalmo .
Lo último de figuras mayores y de mayor demos-
tracion , son dos hazes ó ejércitos de figuras desnu-
das , el de la parte diestra de los justos , y el de la.
siniestra de los pecadores , llevados de ángeles , pero
con diferencia . En medio de estos dos ejércitos tan
diversos está S. Miguel Arcángel , figura de seis
cuartas de alto que no pudo ser mayor, porque para
disponer una historia tan llena y de tanto número
de figuras , la más cercana á nuestra vista no puede
tener más grandeza . Lo particular de esta vasta parte
no es de pasar en silencio .
A la parte de los buenos hay tres montones de
figuras, unas más léjos que otras las pequeñas se
van entrando por detrás de una nube en dos escua-
drones, cercado de una claridad de sol que les ama-
nece muy alegre . Orietur sol justi . Guíalas un ángel
con una palma en la mano izquierda , y con la dere-
cha les muestra luz . El otro golpe de figuras está
LIBRO SEGUNDO , CAP . III. 263

en lo alto de un monte, vánse entrando entre nubes,

y de este ejército se levantan dos en el aire , y vue-


lan por camino de luz . Varones y hembras muestran
en los rostros variedad , y entre su muchedumbre se
ven abundancia de religiosos . El monton que está
más cerca de nuestra vista desta parte derecha , con-
tiene nueve figuras grandes , con variedad de eda--
des , de carnes y de rostros . La principal y entera está
de espaldas ; es un mancebo hermosísimo junto á
una hermosa mujer , y entre estos dos puse mi re-
trato frontero hasta el cuello (pues es cierto hallar -
me presente este dia) , y tambien siguiendo el ejem-
plo de algunos valientes pintores que en ocasiones
públicas entre otras figuras pusieron la suya , y de
sus amigos y deudos . Y principalmente Ticiano , que
se retrató en la gloria que pintó para el Rey Feli-
pe II que yo he visto en el Escorial . Guia y enca-
mina este dichoso escuadron un ángel vestido de
blanco y azul con su palma en la mano , vuelve el
rostro á mirar á S. Miguel , como quien está á su obe-
diencia y órden . El S. Miguel hace figura de capi-
tan general , armado á lo romano de su coracina y
grecas, con morrion de varias plumas , con baston
en la mano derecha y espada ceñida , con ademan
airoso y bizarro, y ropaje de lindos colores. En po-
nerlo aquí se siguió el voto del maestro Francisco
de Medina , por los apellidos y oficios que tiene .

Llámase Prepósito y Príncipe de la Iglesia , premia-


do del cielo , cabeza de todos los ángeles , alférez
del Supremo Emperador, capitan fortísimo y recibi-
dor de las almas y juez de ellas , vencedor del gran
dragon , y á quien toca acabar la batalla que co-
264 ARTE DE LA PINTURA .

menzó en el cielo , encerrando al demonio para


siempre , y ejecutando el mandato y decreto del
Fray Gerónimo eterno Juez . Y si es capitan de la Iglesia , tenga
Gracian. lib . 2 de
S. Josef Cap. 1 . baston y cargo de los ejércitos de ella , como dice
un autor moderno . Llámanse los ángeles soldados,
militia celestis , del Señor de los ejércitos , y de ellos
es capitan S. Miguel . De manera que le toca justa-
Luc. Cap. 2. mente hacer este oficio por muchns causas y ra-
zones .

Síguese lo último de la mano izquierda , que es


una cuadrilla innumerable de condenados , con ac-

ciones y gestos afligidos , medrosos , impacientes , á


quien dos ángeles ( no demonios , como hacen otros.
pintores ) apartan de entre los justos y llevan más
que de paso con espadas de llamas, mezclados hom-
bres y mujeres , y demonios entre ellos . Cércalos un
fuego, y por algunas aberturas de la tierra salen
volcanes y en contraposicion de los que se levan-
tan en el aire de la parte diestra se abre la tierra , y
entre sus bocas y quiebras parece que los recibe ,
en vez de la boca del infierno que ponen otros . Uno
con horrible figura , cercado de un demonio ser-
piente ó quimera , dando crueles gritos , que eriza
el pelo, imita una de las almas , y es la del infierno ,
que hizo de cera de colores Juan Bernardino de Ná-
poles , insigne pintor , que es horrible à la vista . La
figura principal de este lado tiene las manos en los
oídos , y con melancólico y lloroso semblante derra-
ma lágrimas sin fruto . Puso así Micael Angel una
figura en la barca de Caron , cuya postura del medio
cuerpo arriba yo seguí por honrar mi pintura con
algo de tan valiente hombre , á quien es gloria imi-
LIBRO SEGUNDO , CAP. III 263

tar en el arte (no en el decoro , como verémos ) , como


lo han hecho otros mayores artífices , y lo he visto ,
particularmente de Pelegrin , en la Librería del Es-
corial y de Pablo de Céspedes , en el famoso retablo
de la compañía de Jesus de Córdoba . Últimamente.
se ven en todas estas figuras desnudas, buscada con
arte y gracia la honestidad , porque los ojos castos
y píos no se ofendan : y más en conventos de mon-
jas, y en altar donde se ha de celebrar el santo sa-
crificio de la Misa . No parezca de pequeña impor-
tancia lo dicho, ni pesada esta digresion . Cierto re-
ligioso, pío y grave , de la órden de San Agustin , me
contó ( siendo ya obispo ) que celebrando un dia ante Ejemplo.
un famoso cuadro desta historia, que está en su con-
vento , en Sevilla ( de mano de Martin de Vos ) , va-
liente pintor flamenco , acabado el año de 1570 , es-
tando á la mitad de la Misa levantó los ojos y vió
una figura frontera de mujer con harta belleza , pero
más descompostura , y fué tanta la fuerza que hizo
á su imaginacion , que se vió á punto de perderse ;
hallándose en el mayor aprieto y afliccion de espí-
ritu que jamás tuvo . Y por haber navegado á las
Indias , afirmaba con encarecimiento que tomara
antes estar en el golfo de la Bermuda en una tem-
pestad deshecha , que en tal paso . Y cobró tanto
miedo al cuadro, que no se atrevió jamás á ponerse
en semejante ocasion : y que tenia tan presente el
caso , que habiendo. pasado algunos años , aún le
duraba el temor. Reirse han muy despacio de esto
los pintores valientes ó licenciosos ; pero no valga
para ellos esta advertencia .

No hay en este cuadro boca de infierno , como he


266 ARTE DE LA PINTURA.

dicho, ni cuerpos que resucitan , porque lo uno no


se ha de ver, y lo otro ha precedido ya en todos ge-
neralmente . Pues el fin de esta demostracion fué

una accion sola , que es el juicio hecho, acabado , y


cómo cada uno camina á recibir el premio debido á
sus obras. Tiene una bizarra inscripcion , escrita en
una piedra fingida , del ingenio felice del maestro
Francisco de Medina , que tendrá lugar al fin de este
discurso . Todo lo demás es un campo sin yerba , he-
lado , algo más verde á la parte de los buenos , y
seco y estéril á la parte de los condenados .
En la variedad de las edades , seguí la figura y

retrato que tuvieron los apóstoles y santos en el


mundo, y los vestidos , ropajes é insignias ; demás
de ser esta la comun manera que usa la Iglesia en
la pintura de esta historia , seguí esta opinion por
las razones que diré adelante .
Paréceme justo y no ajeno de la pintura ( aunque
se dilate algo más este discurso ) poner aquí lo que
escribieron hombres doctos en favor de la disposi-
cion de esta historia (algo más brevemente que ellos)
para darle valor y autoridad sobrada , nombrándolos
en este lugar.
Parecer 1 . Aprobó directamente el pensamiento de haber
puesto dos figuras con la oliva y espada , el padre
Bernardino de los Angeles , de la órden de San Fran-
cisco, en su largo discurso , de que entresacaré lo
más importante , en esta manera :
«Francisco Pacheco , hispalense (tan conocido por
su pluma y pincel ) , en el cuadro del Juicio que
pintó en el insigne convento de Santa Isabel de
Sevilla, mejoró la espada y la oliva que los an-
LIBRO SEGUNDO , CAP. III. 267

tiguos pintores ponian solas , á la mano diestra y


siniestra de Cristo Señor Nuestro , juzgando el mun-
do, antiguos símbolos de su justicia y misericordia;
poniéndolos ahora en mano de dos ángeles , vestidos
á propósito en trajes y colores , como ministros eje-
cutores de su piedad y castigo : que son almas de
cosas que estaban antes con su vida . »
" Cierto es y fundado en toda buena antigüedad de
letras divinas y humanas haber símbolos y geroglí-
ficos de las cosas . Y es évidente prueba de la acer-
tada pintura de este paso , sobre lo antiguo y comun
de pinceles y púlpitos , de la justicia y misericordia
divina , que han traido hasta ahora estos atributos
como desnudos y huérfanos , como está la yedra sin
olmo á que arrimarse ; y como las cosas que no se
mueven han menester manos agenas para andar, así
no era menester más prueba en este caso , que ser
oliva y espada , para que las haya de tener alguien .
¿Y quién como los ministros de Dios ? »
«Un serafin labró con fuego del templo los labios
de Esaías , un querubin dice Ezequiel que dió de
sus brasas al vestido de blanco , que no habian de
irse por su pié á la boca del profeta y manos de
Cristo . Aunque su voluntad es mano divina y la vo-
luntad de sus ángeles manos que la ejecutan . San
Juan, entre otros ángeles con varias cosas , vió uno
con espada , que es la del juicio , y como la espada y
el ramillete se hicieron para las manos y no pueden
estar sin ellas, así el ramo de oliva de las buenas
entrañas de Dios y la espada de su rigor pedian por
fuerza manos que las tuviesen , y de ángeles ejecu-
tores y ministros de sus divinos atributos . »
268 ARTE DE LA PINTURA.

« Los reyes y grandes del mundo no ejecutan sus


voluntades sino por criados y ministros , que aun el
hablar y oir ha de ser por terceros . Y así es comun
.
sentimiento de sábios y teólogos que nunca vió ni
habló Dios á hombre en la tierra sino por medio de
los ángeles ; particularmente que ángel sentenció
en su nombre á los primeros hombres y los echó del
Paraíso . Cherubin sábio que enseña con caridad,
dice Agustino , porque no fuese espada en manos de
locos , fué un montante de fuego que lo andaba todo
como el viento , y por todas partes ofendia como
quemaba . Y así entiendo la palabra versatilem en
el hebreo , aunque la gloria tiene otros sentidos , y
no hay en nuestro español palabra que igualmente
diga sus muchos cortes . Esta es la que en una mano,
siendo de dos y de mil , vibra Cristo en su final jui-
cio por mano del ángel que la ostenta . Simbolo fué
aquel paso de este, y profecía de que todos habian
de pagar al fin del mundo lo que comenzaba á pa-
gar al principio su fundador . »
"Ángel señaló á Cain ; ángel dió á Noé la traza del
arca ; ángeles recogieron en ella las aves y anima-
les ; ángeles vió Abraham , y estos sacaron á Lot de
Sodoma y á su mujer y hijas como por fuerza , mi-
sericordia de aquel gran juicio , y oliva de aquella
espada de tanto fuego . Ángeles hablaban á los pro-
fetas, y por eso decian todos : Ego Dominus, yo el
Señor; como si él mesmo hablara en todos ; ángel
mató la infinita multitud de gente de Senaquerib,
que estaba sobre Jerusalem, y claro está que lleva-
ria espada aparente para espantarlos , aunque no la
habia menester. »
LIBRO SEGUNDO , CAP. III. 269

«Como es cierto de las historias españolas que la


traia nuestro patron Santiago contra los moros , apa-
reciéndose á caballo en las batallas las muchas ve-
ces que destruyó en nuestro favor sus ejércitos . Aún
á mi padre S. Francisco , diz en nuestras corónicas ,
que le dió S. Pablo su espada , estando pintados
ambos en las vidrieras de una iglesia , para castigar
un obispo que perseguia su órden , y amaneció á la
mañana siguiente el apóstol con la cruz de Francis-
co y él con la espada del apóstol y degollado el
obispo . Que hasta en estas ocasiones aparentes y
milagrosas , quiere Dios que corran naturalmente,
llevando espada Francisco con que al parecer le de-
gollase y que se le quedase en la mano , siendo
solo Dios el que le quitó la vida , y no la figura de
la vidriera . Pues ¿ cuánto más propio es dar ángel á
la pintura de la espada en el divino juicio , para
que tenga dueño y mano , sin lo cual no puede
estar como debe?»>
" ¿Qué más claro testimonio de esta pintura que la
que nos ofrece el cap . 22 de los Números , que pare-
ce traslado suyo ? Iba Balaan , profeta en desgracia
de Dios , á maldecir su pueblo en una jumentilla ;
envia contra él un ángel que le salió al camino y
se le puso delante con una espada desnuda , estor-
bándole el paso sin que él lo viese : Vidit angelum
estantem in via evaginato gladio . >»
"¿Qué tiene que ver este rigor con el último? Si un
angel lleva espada desnuda , y la muestra á un ani-
mal manso y sin culpa , mejor mostrará otro la es
pa desnuda á tanto soberbio , cuyos filos han de
segar sus gargantas . Así pinta Ezequiel , capítulo 9,
270 ARTE DE LA PINTURA.

los ángeles haciendo carnicería en ellos aquel dia . »


« Este espíritu y alma tienen los dos ángeles con
la espada y oliva en las manos , para que mirándolas
todos como obras de tal artífice, cobren sus pinceles
aliento y el nombre que desean . » Hasta aquí este
autor .
Parecer 2. Acompañó este parecer el licenciado Antonio de
Santiago, capellan mayor de San Clemente el Real ,
digno hijo de Sevilla , por sus estudios y virtud, y es
el que sigue :
« Vi un cuadro de pintura del último juicio de mano
de Francisco Pacheco , cuya valentía y belleza que
tal sea, él lo está diciendo en público , como todas
las obras de sus manos . Reparé muy despacio en él ,
el estudio y modos de pintura , con alguna particu-
laridad diferente de los demás juicios . De donde vi
tomar ocasion á algunos curiosos para levantar -
cuestiones y dudas . Y por tocar esto á mi facultad ,
quise responder á ellas , aprobando con algunos lu-
gares de la Sagrada Escritura y Santos el pensa-
miento y disposicion de la pintura . »
«Y lo primero despues de haber discurrido la vista
.
por tanta variedad de cosas , poniendo los ojos en
particular en el Juez Cristo Señor Nuestro , le ve-
mos no con rostro severo y riguroso como dicen
habia de estar, sino blando , suave y amoroso , que si
bien el dia es terrible y espantoso , como lo significa
esta voz juicio , porque habiendo de ser juzgados
aun los justos pueden estar temerosos : pero no es
bastante eso para pintar el rostro del Juez terrible
y espantoso , aunque sea el dia de castigo y ven-
ganza ; pues ese dice Isaías es obra agena y pere-
LIBRO SEGUNDO , CAP. 11 . 271

grina de Dios. Ut faciat opus suum . Y luego : Alienum Isai. cap. 2.


opus eius, peregrinum opus eius ab eo . Pues si es obra
agena y peregrina en Dios (aunque atributo suyo)
por ser la causa que le mueve á la ira y castigo ,
cosa tan agena y desviada de Dios como son los pe-
cados, que ellos son los que irritan y mueven su vo-
luntad para que la ejercite , que si no hubiera peca-
dos no hubiera en Dios enojo y venganza , y por eso
es como ajeno de Dios , pero el mostrarse piadoso y
blando es propio suyo . Y notan algunos Santos so-
bre el Evangelio del Juicio por qué llamó Cristo Se-
ñor Nuestro primero á los escogidos para darles el
premio, Venite benedicti etc. , y despues á lo último Mat. 25.
envió á los condenados al fuego eterno? Fué la fuerza
de la misericordia y piedad en Dios , que primero
(como tan propio suyo ) le hizo usar de ella , antes
que del castigo y aspereza : luego más propiamente
se debe pintar el rostro de Jesucristo suave y mise-
ricordioso, pues por haberlo sido tanto, parece que
aquel dia la misericordia ha de realzar y engran-
decer al juicio . El glorioso apóstol Santiago en su
Canónica , nos confirma ese pensamiento , como si al
propósito lo tratara . Super exaltat misericordia judi- Jacob. c. 2.
cium . Engrandece en aqueste capítulo las obras de
misericordia de Dios , la cual como si se dijera, en-

grandecérá y subirá de punto al juicio ; y si segui-


mos la significacion del verso griego más lo prueba
y confirma ; que es lo mismo que alegrarse y rego-
cijarse en competencia , como el vencedor se alegra
y salta de contento en la victoria , de suerte que
será este el sentido , si han traido contienda la jus-
ticia y la misericordia de Dios en aquel dia de jui-
272 ARTE DE LA PINTURA.

cio parece se alegrará y mostrará más regocijada la


misericordia , de haber salido como vencedora por
Super omnia opera haberse mostrado más sobre todas las obras de Dios .

eius,
proverbi 16 . , Luego con propiedad se pinta el rostro del Juez mi-
psalo. . 144
sericordioso y alegre , pues en esa alegría se mani-
festará su clemencia y nuestra vida , que irémos ale-
gres á gozar para siempre . In hilaritate vultus regis
vita et clementia eius cuasi imber serotinus . De la mis-

ma manera que el rocío de la tarde alegra y revive


las yerbas y flores del campo despues que el rigor
del sol con su ardor las ha dejado tristes y marchi-
tas, así los justos viendo el rostro de su Rey y Se-
ñor, manso, alegre y amoroso , volverán á cobrar
nuevo aliento y vida , despues de haber pasado los
Luc. 21 . aprietos y sinsabores que prevendrán el juicio . »
«Y si queremos seguir la comun opinion de los que
ponderan y ahondan más esta duda, que es decir
que aquel dia parecerá el rostro de Cristo Señor
nuestro suave y apacible para los buenos , y junta-
mente terrible y espantoso para los malos , y así que
se pinte de una ó de otra suerte es á propósito la
pintura . Digo pues (supuesto que se ha de elegir el
uno de los dos modos) ¿ por qué se ha de dejar el más
propio y ejercitado de las entrañas de Dios? ¿ Y en
donde más se muestra, en cuanto á sus efectos de
suave y misericordioso , y elegir el ageno y pere-
grino de su condicion como es ser justiciero y rigu-
roso? Y no me contento aún con esto si no probamos
que aparecerá el rostro de Jesucristo aquel dia suave
Psal. 144 . y apacible á todos . David : Suavi Dominus universis . Y
aquí á nadie excluye , con todos habla, de suerte que
el mostrarse suave y benigno , que se entienda aun
LIBRO SEGUNDO, CAP. III, 273

con los mismos condenados , pues no serán castiga-


dos con todo aquel rigor que sus delitos merecen ; y
el ver el rostro apacible y alegre , no será gloria ni
consuelo para ellos , sino más tormento , viendo lo
que pierden para siempre, que llaman los teólogos , Geneb. in P. sal .
pæna damni.

2. No alegra menos el apacible rostro y hermo-


sura de la Vírgen Nuestra Señora y Madre del juez
Dios hombre , consuelo y regocijo para todos los
santos y justos , como quien en su vida fué su am-
paro y defensa, así le llama S. Ephrem en una ora-
cion , vallum fidelium ; si bien está su divino rostro
grave y sereno , indicio de que en aquel tiempo ya s . Ephr. in orat.
virg.
no habrá lugar de admitir ruegos , ni amparar , ni
defender. Donde á propósito el glorioso S. Geróni-
mo trae en sus comentarios sobre Osías aquel lugar,
nocte tacere feci matrem tuam . En la noche hice ca-
llar á tu madre . Y llama noche á aquel dia para los
malos ; pues se les encubrirá para siempre la vista
del verdadero sol de justicia , quedando en perpétua
oscuridad y tinieblas . Y aunque va hablando el
santo en sentido alegórico , no deja de poner las se-
ñales del Evangelio del juicio ; porque en sentido
literal habla Dios en aquel lugar de Oseas contra
los hijos de Israel , donde en la noche de las tri-
bulaciones y trabajos que les habia de enviar por
el castigo de su idolatría , y por haber dejado
á su Dios por seguir sus ídolos , hará callar á su
Madre la sinagoga , confusa con bastante razon .
Mas en espíritu lo trae el santo para el dia del
juicio , donde la Reina de los cielos y Madre del
Juez está con rostro y semblante sereno mostrando
18
274 ARTE DE LA PINTURA .

el silencio que tendrá y guardará en aquella hora.


3. Dije que aquel dia será noche para los malos ,
así como dia claro y resplandeciente para los justos,
porque entonces les saldrá aquel verdadero sol de
justicia , para nunca jamás ponerse ni perdello de
vista. Así dice el Evangelista S. Juan en su Apo-
calípsis , que aparecerá el rostro de Jesucristo como
Joan in Apo. cap. 1 el sol resplandeciente , et facies eius sicut sol lucet in
virtute sua ; su rostro como el sol lucirá en su vir-
tud. Y para entenderlo bien , dice el original griego
que es resplandeciente en toda su fortaleza , como
si dijésemos al punto de medio dia , cuando los ojos
no se pueden fijar en el sol . Y si un cuerpo de un
bienaventurado , dice S. Mateo , resplandecerá como
Mat. cap. 13. el sol , dice Isaías de Cristo , et lux solis erit septem-
Isai . 30.
pliciter sicut lux septemdierum ; dando á entender la
gran luz y resplandor del rostro de Jesucristo en
aquel dia ; que así lo sienten S. Gerónimo , Santo
Tomás y Beda , y lo entienden del dia del juicio .
4. Y en cuanto á la voz que dispertará y levanta-
rá á los muertos, significada de ordinario en las di-
vinas letras por la trompeta referida tantas veces
Apocal. cap . 3 y 4 por S. Juan en el Apocalípsis , y por el Apóstol San
Paul ad corint. 15 Pablo , la cual sonará no sólo para juntar y llamar
ad Tesead . 4. los hombres al juicio , sino porque tambien la trom-
peta es aparato real que suele ir delante de la
persona del Rey como muestra de majestad y gran-
deza ; y tambien para suspender y atemorizar los
ánimos . Estilo de que han usado muchas veces los
Soph. 1 Isalas 8 , Profetas, véase á Sophonías y á Isaías , que por evi-
tar proligidad no los refiero . Ni gastemos tiempo en
lo que está tan recibido en Escritura y Santos . Y
LIBRO SEGUNDO, CAP. III . 275

los pintores antiguos usaron pintar á un ángel con


una trompeta dispertando los muertos . Mas lo que
Causa alguna novedad en este cuadro , es haber pues-
to cuatro ángeles con cuatro trompetas , lo cual no
le parecerá novedad sino conforme á la Escritura,
á quien se acordare del lugar del Evangelista San
Mateo , que habla tan á propósito como se verá. Dice
pues, en el mismo Evangelio donde nos refiere todo
10 que sucederá el último dia : et tunc mittet angelos Math. 24 .
suos cum tuba et voce magna , et congregabunt electos`
eius equatuor ventis . Y entonces enviará á sus án-

geles con trompeta , con voz grande , y juntará á


sus escogidos de los cuatro vientos . Segun esto , ya
tenemos que no será un ángel sólo , sino más , los
que vendrán con trompeta , ó á dar aquella voz
grande, que es lo mismo , como lo dice Euthymio y
se colige de la traslacion griega. Luego si han de
ser más de uno los ángeles que llamarán al juicio ,
por el mismo lugar de S. Mateo se colige que se-
rán cuatro , pues señala tocarán las trompetas , ó
darán la voz á los cuatro vientos , que quiere decir
á las cuatro partes principales del mundo . Y por
ellas se entiende de todo el universo . In quatuor
ventos cæli dispersi vox : por los cuatro vientos del
cielo os desparcí ; quiere decir por toda la tierra,
por todas las gentes . Habla en los moradores de Je-
Zach. 2.
rusalem, queriéndolos juntar en Sion . Y hay otros
muchos lugares en la Escritura que aluden á este .
Y todos prueban haber Dios Nuestro Señor de lla-
mar ó juntar á sus escogidos de las cuatro partes
del mundo , significados por los cuatro principales
vientos . Oriente , á quien en toscano llamamos Le-
276 ARTE DE LA PINTURA .

vante y Occidente ó Poniente ; el tercero Aquilon ó


regañon, á quien los griegos llaman Boreos , y el
cuarto el Austro ó Zéfiro , que sopla del Mediodía .
Y á este propósito diré solamente un lugar á la le-
Isai. 43. tra Ab Oriente adducam semen tuum , et ab Occidente
congregabotle, dicam Aquiloni da et Austro noli prohi-
bere, affer filios meos de longuinquo et filias meas ab
extremo terræ . Habla Dios en los pueblos del judais-
mo , que creyeron en él , y les promete su fe y favor
con seguridad, en cualquiera parte del mundo que
estén, porque allí les acudirá , y de allí los llamará.
Y esto significa por los cuatro vientos referidos . Y no
falta figura en la divina Escritura de la venida del
Hijo de Dios á juzgar el mundo con estos aparatos
Núm . cap . 10. y circunstancias . En los números , cuando le mandó

Dios á Moisés hiciese trompetas , á cuyo clamor se


juntasen en la puerta del tabernáculo los hijos de
Israel , que estaban alojados hácia las cuatro partes
del mundo . Así , aquí dice el Evangelista : serán
enviados ángeles con trompetas , para que llamen
hácia los cuatro vientos . Que es como he dicho á
todo el universo . Y no contradice á esto el lugar de
S. Pablo , pues dice habrá voz de ángel y sonidos

Faul. ad Thess. de trompeta ; no dice una ni cuántas . Y así , á pro-


s. 4. pósito y conforme al Evangelio , se pueden pintar
cuatro ángeles con trompetas, y no uno solo . No es,
pues, para pasar en silencio , sino digno de notar,
que habiendo de resucitar y parecer todos , buenos y
malos, tan solamente se hace memoria de los bue-
nos y escogidos , y cuán poco caso se hará de los
miserables condenados , indignos de que se haga
memoria de ellos . Cosa maravillosa que el mesmo
LIBRO SEGUNDO , CAP. 111. 277

sonido de las trompetas que despertará á unos para


eterna memoria, ese mismo sepultará á los otros en
el olvido eterno . David : Periit memoria eorum cum Psal . 9.
sonitu . En el punto que se oiga el sonido ó clamor
de las trompetas , perecerá su memoria , y entonces
se abrirá la tierra , arrojando por las aberturas lla-
mas de fuego abrasador que servirán como de boca
de infierno , por donde recibirá á los condenados á
sus tormentos eternos .

5. Algo de esto nos dice el profeta Naum en Naum. cap . 3 .


figura de los de Nínive , y los castigos que les espe-
raban ; y el bienaventurado S. Gerónimo y Tertu-
liano , aplican este lugar al dia del juicio . Véanse
sus comentarios , donde refieren las señales que pone
el mesmo Evangelio de S. Lúcas . Dice , pues , el
Profeta Inimicis tuis ad apercione pandentur por te
terræ tuæ , devorabit ignis vectes tuos . Para que tus
enemigos hagan aquella entrada tan peligrosa é in-
felice para ellos , se abrirán las puertas de la tierra ,
y el fuego abrasará sus cerraduras y cerrojos ( va
siguiendo la metáfora) , que es lo mismo que abrirse
á la tierra, y el fuego se mostrará sus aberturas , ha-
ciendo lugar por donde recibir á los condenados
para el infierno . Y confirmando esto con razon , así
se debe entender , pues sus cuerpos no tendrán el
dote de sutileza , como los de los bienaventurados .
Y así, forzosamente será necesario se abra la tierra
para entrar á su miserable lugar para siempre .
Alguna luz y figura de esto tenemos en las divi- rsal . 10. 5 .
nas letras el real profeta David , refiriendo el cas-
tigo que Dios habia de hacer contra Datam y Abiron ,
por haber querido alzarse maliciosamente con el
278 ARTE DE LA PINTURA .

sacerdocio, dice : Aperta es terra , et deglutivit Da-


tham . Abriráse la tierra y tragarse ha á Datham .
Figura de los malos é inobedientes , en esta vida
á su Dios . Los cuales habiendo de ser castigados
con infierno para siempre , como Datham y Abiron ,
se abrirá la tierra en aquel dia, haciendo puertas y
bocas, por donde entren los misérables condenados
en el infierno .

Y pues esto es así , sírvase la Divina Majestad de


Dios de dar luz á nuestro entendimiento , para que
sepamos librar nuestras almas de tan infelice esta-
do . Pues deseamos vivir en compañía de los bien-
aventurados , gozando del apacible rostro de nuestro
Rey y Señor ; esforcémonos amando la virtud , Ꭹ
obrando conforme á ella .

Vivere volens ne facias morte digna.

CAPITULO IV .

EN QUE SE CONCLUYE LA APROBACION DE LA PINTURA DEL JUICIO


Y LA MATERIA DEL DECORO .

Porque no me obligué á escribir para solos pin-


tores , aunque trabajé por abreviar mucho y bueno,

no quise ocultar los dos pareceres que restan , para


cumplimiento de tan importante doctrina , y de mi
obligacion . Y comienzo por el que dió el doctor
Alonso Gomez de Rojas , canónigo de la Santa Igle-
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV . 279

sia , tan estimado por uno de los ilustres hijos de


Sevilla , por su virtud , erudicion y púlpito .
«Aunque bastaba decir que este nuevo pensamien- Parecer 3.
to de poner al Arcángel S. Gabriel teniendo el es-
tandarte Real de la cruz , en el juicio , lo habia sa-
cado á luz, quien es tan amigo de apurar verdades
en su arte , y más en sagradas historias, como Fran-
cisco Pacheco , insigne pintor de nuestros tiempos ;
guardando , con la excelencia de sus dibujos, el de-
bido decoro , mas para los que nos consta de esto,
ó para los que no les satisfaciere , pondrémos otros
fundamentos que califiquen esta verdad . »
« Cosa es cierta y recibida , en la santa Iglesia ca-
tólica , que para el juicio universal aparecerá la
santa Cruz en el cielo ; ó la verdadera (como es más
probable) ó la señal de ella . Colígese esto del capí-
tulo 24 de S. Mateo , donde hablando Cristo Nues-
tro Señor á la letra de este acto , en que ha de ser su-
premo Juez , dice : entonces aparecerá la señal del
Hijo del hombre : Tunc aparebit signum filii hominis .
Donde lo comun de los santos entienden por esta
señal la Santa Cruz , Crisóstomo , Hierónimo , Hila-
rio , Beda , Santo Tomás , Eutimio , Teofilato , Ca-
yetano . Y así canta la Iglesia : Hoc signum crucis
erit in cœlo cum dominus ad judicandum venerit . »
« 2. No hay lugar en la sagrada Escritura ni en
los Santos que diga señaladamente quién ha de
traer la santa Cruz al juicio . Sólo hallamos en San
Agustin , sermon 49 , que todos los ángeles juntos la
han de traer ; lo mismo tiene S. Julian , arzobispo
de Toledo , lib . 3 de su Pronóstico , cap . 5 , y lo re-
fiere de S. Juan Crisóstomo . »
280 ARTE DE LA PINTURA.

«3. Y aunque es verdad que en la venida al juicio


traerán los ángeles la Cruz , pero no consta quién
la ha de tener mientras se hace el juicio. Y así, pa-
rece que sólo puede estar este oficio entre S. Mi-
guel, como supremo Arcángel , ó S. Gabriel como á
quien se dió privilegio para anunciar la Encarna-
cion , que es principio de nuestra redencion ; la cual
se acabó y perfeccionó en la Cruz . »
« 4. Pues á S. Miguel no le pertenece este oficio .
Porque se ha de suponer que el juicio es fin de guer-
ra , que contra los malos ángeles , empezaron los
buenos , en el segundo instante de su creacion . Dán-
dole S. Miguel el oficio de capitan general contra
ellos, y así tuvo el título y nombre de Dios , que
fué el que se dió en esta batalla , llamándose ¿ Quid
sicut Deus? ¿ Quién cómo Dios ? Quitando de la alte-
za á los que no correspondian , confesando á su Dios
por único Señor . Pues siendo el juicio donde se ha
de rematar esta conquista contra el demonio , no se
le ha de quitar á S. Miguel el primer oficio , antes
aquí principalmente le conviene . Pues aquí alcan-
zará últimamente la victoria . Encarcelando á los
demonios y á los condenados , que les ayudaron á
hacer guerra á Dios . »
« 5. S. Miguel es el príncipe de celestial milicia
en órden á recibir todas las ánimas de los hombres .
Y así le canta la Iglesia en nombre de Dios , en la
tercera antífona de Laudes , de su oficio ; Arcangele
Michael constitui te principem super omnes animas sus-
cipiendas. Y claro está que esta general recepcion
ha de ser admitiendo las de los justos para el cielo,
y apartándolas de los condenados para el infierno .
LIBRO SEGUNDO, CAP. III. 281

Y si esta division ha de ser pública y visible , San


Miguel , como príncipe , ha de acudir entonces á
hacer este oficio . Y así, con admirable acuerdo , está

en este cuadro como capitan general ; y por propia


insignia el baston en la mano derecha , prisionando.
los demonios , y como príncipe de las almas , divi-
diendo los justos de los pecadores . >>
«6. De todos estos principios se infiere que el ofi-
cio de tener la cruz , que es el estandarte real de
aquel acto del juicio , se debe dar y es propio del ar-
cángel S. Gabriel . Pruébase esto porque nuestro
glorioso arzobispo S. Isidoro, en el libro 2 de sus
Orígenes , en el cap . 5 , hablando de este santo ar-
cángel, dice : Gabriel hebraice in lingua nostram ver-
titur fortitudo Dei ubi erat potentia Divina vel forti-
tudo manifestatur. Gabriel mittitur unde et eo tempore
quo erat Dominus nasciturus , et triunphaturus de mun-
do Gabriel mittitur ad Mariam . »
«Este nombre hebreo Gabriel significa en nuestra
lengua fortaleza de Dios ; porque donde se manifiesta
el poder y fortaleza suya, envia la Majestad á Ga-
briel, y así en el templo que el Señor habia de nacer
y alcanzar victoria del mundo , fué enviado Gabriel

á la Santísima Virgen María Nuestra Señora , de


donde se coligen dos razones : »
«La primera que si donde se hace demostracion del
poder y fortaleza de Dios , y le conviene por el buen
nombre ser enviado , ¿ dónde más se manifestará el
infinito poder de Dios , comunicado á su hijo hecho
hombre, que en el juicio ? Pues para decir el mismo
Cristo el gran poder que tenia , hizo memoria del
juicio universal : Potestatem dedit ei judicium face-
282 ARTE DE LA PINTURA.
0.
re, quia filius hominis est . Ioan . 5. Muriendo ganó en
la cruz jurisdicion en todos los hombres, con la for-
taleza que en ella tuvo (aunque encubierta ) para
ejercitar en ellos esta potestad . Que á la letra se
entiende de esto la profecía de Abacú , cap . 3. Cornua
in manibus eius ibi abscondita est fortitudo eius ; como
lo interpreta S. Cipriano , S. Agustin , S. Gerónimo
y otros muchos . Luego manifiesto es que quien ha
de tener la cruz este dia ha de ser S. Gabriel , pues
tiene siempre comision en las obras donde se mani-
fiesta el poder y fortaleza de Dios .
La segunda razon si S. Gabriel fué enviado cuan-
do habia de triunfar Cristo Nuestro Señor del mun-

do, y este triunfo alcanzó en la cruz, como lo afir-


ma S. Pablo ad Colose, cap . 2. Luego cuando se pro-
ponga la cruz, para publicar este triunfo que hasta
aquel dia se va haciendo , á nadie le conviene tener-
la como á S. Gabriel , que fué el que dió noticia y
lo anunció .

Ultimamente , S. Gregorio papa , homilia 34 in


evangelio, interpretando el nombre de S. Gabriel,
dice : Gabriel Dei fortitudo nominatur . Per Dei qui
fortitudine nuntiandus erat, qui virtutem Dominus et po-
tens in praelio ad debellandas potestates aereas venie-
bat. Gabriel se llama fortaleza de Dios, y bien ; con-
venia que fuera anunciado por la fortaleza de Dios ;

el que como señor de las virtudes y poderoso en ba-


tallas , venia á desbaratar con guerra á los demonios,
pues en el alcance de esta guerra no hubo más ar-
mas sino la cruz . Domuit orbem in ferro sed ligno,
dijo S. Agustin . Y así en lo último de esta victoria
contra los demonios, ha de estar presente el instru-
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV. 283

mento que los sujetó . Luego quien lo ha de tener


ha de ser S. Gabriel , que fué el que publicó la
guerra.
Sólo falta responder á que la Iglesia Santa en el
ofertorio de la misa de difuntos llama á S. Miguel
Signiferario. Signifer Santus Michael . Que se puede
interpretar el cruciferario. Digo que este título es
comun de todos los ángeles , pues todos han de
traer ( como vimos núm . 2 ) la cruz . Y si alguno di-
jere que este es título particular de S. Miguel , se
responde que de un gran capitan se dice que trae
en su ejército tantas banderas , y no las trae él , sino
los que tienen oficio de alférez. Y si se dice que trae
el estandarte real , no es porque lo ha de tener él ,
sino porque lo trae en su ejército ; que el tenerlo es
del alférez real , que es S. Gabriel , que él sólo lo
cogerá á los ángeles que lo han de traer , para asis-
tir á aquel acto . Y así está bien pensado poner en
este cuadro muchos ángeles arrodillados á la Santa
Cruz que S. Gabriel tiene , puesto en pié.
Además que en los ejércitos se da señal para co-
nocer cuáles son propios soldados, y cuáles espías ;
que en nuestro español se dice dar el nombre, que
con toda propiedad pertenece al rey , si está en el
ejército , y él lo revela al capitan general. Y como
San Miguel es de los ángeles , revelóle Dios su se-
ñal llamándole Miguel Quid ut Deus . Al cual quien
no corresponde se tiene por enemigo . Por esto le
llama la Iglesia Signifer, el que trae la señal , y el
que da el nombre . Confírmase esto con decir la Igle-
sia : Signifer Sanctus Michael representet eas in lucem
sanctam . Pidiendo que S. Miguel, que es quien tie-
284 ARTE DELA PINTURA.

ne el nombre , represente las almas que hubiesen


correspondido á él , en la luz santa de la gloria, que
es el premio de los buenos soldados de este ejército .
El mismo doctor Alonso Gomez de Rojas , escribió
otro discurso doctísimo en que dilató la aprobacion
de las cuatro trompetas , y la de las aberturas de la
tierra para recibir los condenados, con muchas au-
toridades de escritura , santos y doctores , que yo ex-

cuso, por haberlo ya dicho . Sólo añado á su apro-


bacion el favor que hace al pensamiento del sol que
amanece á los justos , que dice así :
<< El lugar en que se funda esta particularidad es

el cap . 4 del profeta Malaquías , donde desde el


principio de él habla á la letra del juicio universal .
Y en el núm . 2 dice : Et orietur vobis timentibus no-

men meum Sol justitiae, et sanitas in pennis eius . Y os


saldrá á vosotros que temeis mi nombre el Sol de
justicia , y tiene salud en sus plumas . Lo cual se
entiende literalmente de la alegre y buena vista
que dará Cristo Nuestro Señor en el dia último . Ra-
yando claras luces á los ojos de sus escogidos , de-
mostradoras del amparo y favor que en él han de
tener por toda la eternidad . Así lo interpretan San
Gerónimo , la interlineal , Nicolao de Lira en este
lugar, y en sus escolios Batablo núm. 7. Y Euse-
bio Cesariense , Remigio Altisidorense , comentando
este profeta, dijo estas admirables palabras , aunque
parte de ellas son de S. Gerónimo : « Este Sol de
»justicia es Cristo á quien el Eterno Padre dió el
»juicio universal , el cual juzgará todas las cosas
»justamente . » De suerte que como tan clara luz no
permitirá que queden escondidos ni cubiertos ni los
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV. 285

vicios ni las virtudes . Y este sol amanecerá á los te-

merosos de Dios , pero pondráse y oscurecerse ha á los


malos y condenados . Y así dirán lo que está escrito
en el libro de la Sabiduría, cap . 5: Lumen justitiae
non luxit nobis , et Sol non est ortus nobis . La luz de
justicia no nos alumbró y el sol no salió para nos-
otros . Y las alas ó rayos de este sol tienen en sí sa-
lud para amparar y favorecer á los sanos por la pe-
nitencia, y moverlos á llevar en sus hombros á los
apriscos ó hatos de su manada . Conforme á lo que
está escrito en el Deuteronomio : expandit alas suas
et asumpsit eos atque portavit in numeris suis . Abrió
sus alas y encargóse de ellos , y llevólos sobre
sus hombros .

En cuya demostracion se advirtió muy bien pin-


tar el Oriente del sol , que á la parte de los justos
está amaneciendo para ellos . Que junto con la ver-
dad tiene mucha y muy aguda novedad , que hasta
ahora no se ha visto en pinturas antiguas ni mo-
dernas , con ser tan comunes las del juicio univer-
sal . » Hasta aquí este autor . Resta lo que prometimos
al fin de nuestra descripcion cerca de la diferencia
de edades , que será el último parecer , por la satis-
faccion de los que la aprobaron .
El padre Gaspar de Zamora , de la compañía de Parecer 4.
Jesus , natural de Sevilla ( que murió en la clase
profesa de ella , año 1621 , de 78 años de edad , cin-
cuenta y tres de religion , á quien yo comuniqué y
tuve por padre espiritual cuarenta años ) , el cual
escribió doctísimamente sobre Ezequiel , y otro libro
de concordancias muy estimado de los doctos , que
se estampó en Roma este año de 1627 , entre algu-
286 ARTE DE LA PINTURA .

nas cosas particulares que estudió , escribió una apo-


logía en que trata el punto de la resurreccion uni-
versal , ocasionada de la pintura de mi cuadro , en
que yo abrevié este discurso , siguiendo su opinion .
Que aunque no ha faltado quien escribiese contra
ella, ha sido favorecida y estimada de muchos hom-
bres doctos , hijos de Sevilla, á quien la comuniqué ;
como fuéron el doctor Sebastian de Acosta ; el doctor
Gonzalo Sanchez Lucero , canónigo de la magistral
de Granada ; el doctor Gabriel de Torres y Salto , de
la de Badajoz ; el padre fray Damian de Lugones ,
de la seráfica órden ; D. Alonso de la Serna , racio-
nero de la santa iglesia de Sevilla , administrador
del hospital del Cardenal, y consultor del Santo Ofi-
cio ; Francisco de Rioja , bibliotecario y cronista
del Rey Felipe IV , y el maestro Francisco de Medi-
na, varon de gran juicio y eleccion , y otros muchos
hombres doctos de esta ciudad y de Madrid ( algu-
nos de los cuales escribieron en su favor ) , y es la
que se sigue :
"Apología en defensa del bienaventurado Santo
Tomás , contra los que dicen que todos habemos de
resucitar de edad de treinta y tres años , que así lo
dice S. Pablo á los de Efeso , cap . 4. »
« Pregúntase ¿en qué edad de años , cantidad de es-
tatura y calidad de colores resucitarémos todos el
dia del juicio ? »
A lo cual se suele comunmente responder que
resucitarémos en la edad, estatura y aspecto en que
Cristo N. S. resucitó, porque lo afirma el lugar
citado .

Acerca de la respuesta digo ( para mayor clari-


LIBRO SEGUNDO , CAP. IV. 287

dad ), que en lo dicho se tocan dos puntos : el pri-


mero, la pregunta propuesta ; el segundo , que San
Pablo haya respondido en la manera referida . Y pára
averiguar si lo dice. S. Pablo, ó no , es necesario
poner sus mismas palabras , traducidas en romance
fielmente digo , pues , que tratando el Apóstol de
la Iglesia militante , dice así :.
« Puso Dios en su Iglesia Apóstoles , Profetas , Testo de 5. Pablo
» Evangelistas , pastores y doctores , para que por ad Ephe . cap, 4.
>>el ministerio de ellos se cumpla el número de los
» santos y predestinados , y para la edificacion , cons-
>>truccion y ayuntamiento en el cuerpo de Cristo,
»que es su Iglesia . Y esto dure y permanezca en
» ella hasta tanto que todos , con unidad de fe , y un
»mismo conocimiento del Hijo de Dios , hagamos y
» constituyamos un varon perfecto , á la semejanza y
» medida de la edad y plenitud de gracia que tuvo
» Jesucristo . Y para que ya no seamos como niños
>>inconstantes que nos traigan de una parte á otra,
»con cualquiera asunto de doctrina . »>
Esto supuesto, digo que al Apóstol no le pasó por
pensamiento en este lugar tratar de la resurreccion
final . Lo cual probarémos con autoridad y razones .
Lo primero pruebo con la de todos los exposito-
res de S. Pablo , que siguieron unánimes ; S. Anto-
nio , S. Gerónimo , S. Clemente Alejandrino , San
Atanasio , S. Agustin y S. Crisóstomo , sobre este
lugar ( cuyas sentencias y citas pone el autor , que
yo excuso por la brevedad ) , en que dicen todos
que el Apóstol habla del tiempo presente , de la
Iglesia militante . Y el maestro de las sentencias ,
habiéndolos visto á todos en el lib . IV, distincion 44,
288 ARTE DE LA PINTURA .

y con él todos los teólogos escolásticos , dice así :


«Varon perfecto llama por metáfora el cuerpo mís-
»tico de la Iglesia , el cual antes del fin del mundo
>> ha de alcanzar aquella unidad de fe y conocimien-
»to de Dios . Y quien quisiere ver esta exposicion
muy á la larga, vea al padre Sebastian Barradas , de
nuestra compañía de Jesus , y en su Concordia
evangélica , tomo II , lib . VII , cap . 15. Y al padre
Alonso Salmeron , sobre el mesmo lugar de San
Pablo. >»
Viniendo á las razones de las palabras del Após-
tol , habemos de reparar en seis puntos :
El primero , que por medio de los ministros que
Dios puso en su Iglesia se cumplirá el número de
los escogidos .
El segundo , que se cumplirá la edificacion y fá-

brica del cuerpo de Cristo .


El tercero , que todos en unidad de fe y conoci-
miento del Hijo de Dios , harémos un varon per-
fecto .
El cuarto , quién y cuál ha de ser este varon , si

será físico y real , ó metafórico y místico.


El quinto , para que no seamos como niños in-
constantes, que nos traigan de una parte á otra con
varias doctrinas .

El sexto , juntar las primeras palabras con las úl-


timas , diciendo que puso Dios en su Iglesia Após-
toles , Evangelistas , pastores y doctores , para que
todos resucitemos de la edad de Nuestro Señor Je-
sucristo.
De todos estos seis puntos se averigua que S. Pa-
blo en ninguna manera habla de la resurreccion , sino
LIBRO SEGUNDO , CAP . IV . 289

de la Iglesia militante . Y esto es claro en los dos


primeros apuntamientos , porque dice (como de fu-
turo) que el ministerio de los ministros que Dios puso
en su Iglesia, ha de durar hasta que se cumpla el
número de los predestinados , y hasta que se acabe
de fabricar el cuerpo místico de Cristo . Y es de fe
que al tiempo de la resurreccion ya estará el número
cumplido . Luego no se puede entender de los cuer-
pos físicos y reales .
Lo tercero porque ya en la resurreccion , no ten-
drémos unidad de fe , que habrá cesado , pues vemos
por los ojos lo que ella nos enseñaba . Ni tampoco
podemos aprovechar en el conocimiento del hijo de
Dios , porque habremos llegado al fin de él . Luego
no habla de aquel tiempo .
Lo cuatro se deben considerar las palabras de fu-
turo (que no se pueden entender de este dia) hasta
que hagamos un varon perfecto, de la edad de Cris-
to, porque el dia de la resurreccion, ya estará hecho
éste varon, que es el mismo Cristo .
Los que dicen que S. Pablo habla de nuestra re-
surreccion, están obligados á decir, que se ha de en-
tender de varon físico y natural , que así se entiende
el artículo , carnis resurrectionem . Tambien es de fe
que habemos de resucitar cuantos habemos de ser
juzgados, y no uno por todos , pues ¿quién es este
varon perfecto? porque el apóstol no habla en nú-
mero plural , sino en singular .
Lo cinco que se ha de notar son las palabras « para
que ya no seamos inconstantes como niños » , porque
ya para siempre cada cual tendrá la suerte que le
hubiere cabido, y no hay para qué prevenir esta in-
19
290 ARTE DE LA PINTURA .

constancia, ni que haya apóstoles que la impidan .


Lo seis y último es la mala trabazon de las razo-
nes, porque juntando el efecto con la causa, habemos
de leer: « puso Dios en su Iglesia apóstoles , evange-
listas , etc. » Para que todos resucitemos de edad de
Cristo . Porque la resurreccion es obra de sólo Dios y
no de los apóstoles, ni de otros, pues ellos han de
ser tambien resucitados . Ni los puso Dios en su Igle-
sia para este efecto .
Habiendo probado suficientemente que no se ha
de entender el texto de S. Pablo de la resurreccion
de la carne , sino de la Iglesia militante , de lo cual
se verifican todas sus palabras , para responder á la
duda principal habemos de suponer que en cualquier
individuo de la naturaleza se pueda considerar una de
cuatro cosas (que del sexo no hay que disputar, por--
que hombres y mujeres resucitarán como vivieron ) .
La primera , cuanto á la edad , si el individuo
vivió pocos ó muchos años , ¡ en cuál de estas eda-
des ha de resucitar?

La segunda , la cantidad y estatura de su cuerpo ,


la cual corresponde á cada uno segun su comple-
sion, por cuanto no sólo en diversas naciones , mas
en una ciudad y casa se suelen hallar dos personas
de una misma edad, una mucho mayor de cuerpo
que otra.
La tres , los accidentes , naturales y comunes,
como son blanco , negro, rubio, etc. Y todos los que
han tenido , tienen y tendrán todos los hijos de
Adan . Dije naturales , porque los casuales , como
ser tuerto , cojo y manco , no se verán allí aunque
sea en los condenados.
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV. 291

La cuatro , que considera en un hombre (que es


la más principal) es el entendimiento , la discrecion ,
juicio y prudencia, aliento , vigor y fuerzas corpora-
les . Cosas porque podemos decir que uno es más
hombre que otros, y que se toman por edad .
Resolucion de la cuestion . Todos resucitarán , aun-

que sean los condenados , sin defecto alguno , en es-


tado de edad perfecta, en la estatura y edad debida ,
con el mismo rostro , forma y accidentes naturales
que tenian cuando se llegó el tiempo de su muerte :
la cual conclusion tiene partes .

La I trata de la inmunidad y limpieza , de todos


los defectos y faltas , así naturales como casuales
(que yo excuso , con todo lo demás que pone docta-
mente este autor) de que sólo hace á mi propósito lo
que pertenece á la diferencia y variedad .
Esto dice así; todos , chicos y grandes , niños y
viejos , resucitarán en estado perfecto : el viejo con
sus venerables canas , con toda capacidad, discre-
cion , prudencia y fuerzas corporales , cuantas tuyo
ó pudo tener en lo mejor de su edad : y asimismo el
niño recien nacido , resucitará con la habilidad , dis-
crecion y todo lo demás que tuviera , si hubiera lle-
gado á la flor y entera perfeccion de su edad .
Esta doctrina declara muy á la larga Ferrariense,
sobre Santo Tomás , en el lib. 4 contra Gentiles,
cap . 28, la cual interpretacion , que por edad perfec-
ta se ha de entender estado perfecto, se ha de tomar
por regla universal, para entender al mismo Santo
Tomás, y para seguir esta opinion . Esto enseña San
Agustin en dos palabras en el lib . de la Ciudad de
Dios, cap . 16 : « Resucitarán los hombres en la edad
292 ARTE DE LA PINTURA .

»juvenil, aunque no les faltará nada si entonces su


» figura fuera de niño ó viejo ; por lo cual si alguno
»dijere que todos han de resucitar , con el modo y
»> manera de cuerpo en que murieron , no hay para
»qué contradecirlo . » De donde segun este Santo,
cualquiera edad ó figura, se compadece con estado
de varon perfecto , y siguiendo este parecer Santo
Tomás dice en el cuatro de las Sentencias, distin-
cion 44 (y es á mi ver ilustre lugar) respondiendo al
primer argumento : « No se dice que todos han de
>> resucitar en una misma edad , porque en todos se
>>halle la misma cantidad de años , sino porque en
>>todos ellos se hallará un mismo estado de perfec-
» cion , el cual estado puede hallarse en grande y
>>pequeña cantidad . Y más adelante ; cuando se dice

>> varon perfecto , no se dice por la edad viril y per-


»fecta , sino por la virtud y fortaleza del ánimo , la
»cual se hallará en todos . »
De manera que en cualquier edad de los que re-
sucitaren se hallará una universal perfeccion , que
conviene á toda la naturaleza humana en diversas
maneras . La blandura y llaneza de la niñez , la for-
taleza y animosidad de la juventud , la prudencia y
madurez de la vejez , y todas las demás perfec-
ciones convenientes á aquel estado perfecto .
Y en el mismo lugar citado dice Santo Tomás que
Adan fué criado en edad de varon perfecto , la cual
perfeccion tuvo luego , desde el primer dia, dice , que
fué criado. Y el ejemplo es muy á propósito , porque
tambien el infante luego que hubiere salido á luz
puede tener la tal perfeccion . Y esto no es cosa nueva,
porque Jesucristo la tuvo desde el instante de su
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV. 293

concepcion. Y S. Juan Bautista despues de seis


meses : y así no será maravilla que á un niño muy
pequeño de Dios tanto entendimiento y capacidad,
cual tiene un varon perfecto . Y que sea más conve-
niente hacer esto que pide un sólo milagro , que lo
que dice la comun sentencia que pide mucho.
De manera que no resucitando todos de una misma
.
edad , tampoco resucitarán de una misma estatura,
sino chicos y grandes , segun que murieron , para
que tornen á ser los mismos que antes fuéron .
Esto se prueba en S. Juan en su Apocalípsi , ca-
pítulo 20 , donde hablando del dia del juicio , dice :
" Vide los muertos , grandes y chiquitos , que esta-

>>ban en pié delante del Trono . » Dos cosas afirma:


la primera, que vió grandes y chicos ; la segunda,
que habian estado muertos y ya estaban vivos ; de
lo cual se sigue que resucitarán unos y otros . Esta
exposicion , pone Andrés Cesariense , obispo de Ca-
padocia , en la Biblioteca de los Padres , tomo I , y
el maestro de las sentencias en el libro IV , distin-
cion 44, tomada de S. Anselmo .
Paréceme que con otros tres insignes lugares de
santos , bastará á probar esta variedad , por no ser
prolijo . El primero es de S. Anselmo , sobre el lu-
gar citado de S. Pablo , por estas palabras : « No
»dice á la medida del cuerpo ó estatura , sino medi-
»da de edad ; porque no es lícito decir que cuando
» venga el dia de resurreccion , los cuerpos hayan
»de tener aquella magnitud que no tuvieron , y si
» dijéramos que los cuerpos grandes se han de redu-
>>cir al tamaño del cuerpo de Cristo , faltará mucho
»de los cuerpos de muchos ; habiendo prometido el
294 ARTE DE LA PINTURA.

>>mismo Señor que ni aún un solo cabello de sus ca-


» bezas ha de perecer . »
>
Y S. Gregorio Niceno tiene la misma sentencia ,
más claramente , en la disputa del ánima y la re-
surreccion , diciendo : « Cuando otra vez tornare
»nuestro cuerpo á la vida , saldrá á luz un cierto.
»pueblo de hombres , de tal manera , qué nada le
»> falte , ni criatura , ni niño , ni muchacho , ni
>>mancebo , ni varon , ni padre , ni viejo , ni alguna
» de las edades que hay entre medias de las dichas . »
La misma conclusion pone S. Justino , mártir , en
un tratado que se intitula : Respuestas para los cris-
tianos, en la cuestion , en donde dice así : « Muchas
>> causas hay por las cuales los que han de resueitar ,
>> sea necesario que se resuciten en su misma figu-
» ra , la primera, para que el grande conocimiento y
>> ciencia de Dios sea manifiesta ; pues en tan innu-
» merable multitud de los que resucitarán , puede á
>>cada uno volverle su misma figura ; lo segundo ,
»porque no piense que no ha resucitado los muer--
>>tos , sino criado otros de nuevo , y por tanto cada
>> cual de ellos tendrá su propia figura antigua . » No
se podia desear lugar que con más claridad favore-
ciese esta opinion .
Tambien S. Clemente Romano , libro V de las
Constituciones apostólicas, siente lo mismo al prin-
cipio del cap . 8 , del cual lugar se puede colegir,
haber sido este parecer de S. Pedro y de los demás
Apóstoles . Y cita otro testimonio más antiguo de
las Sibilas . Sobre lo cual se puede ver al padre
Francisco Turiano , de nuestra compañía de Jesus .
Y en la Sagrada Escritura tenemos algunos lu-
LIBRO SEGUNDO , CAP. IV . 295

gares en que probar nuestra conclusion : en el Exo-


do , cap . 21 , dice el texto sagrado : « Si comprares
» algun esclavo hebreo , habiéndote servido seis
» años , al séptimo saldrá libre , y con la vestidura
» que entró en tu servicio , y si tuviere mujer , de la
»misma manera.» Y vuelve á decir: « Saldrá con su
»vestido . Y el Profeta en el cap . 2 refiere una pro-
mesa de Dios Nuestro Señor , que dice : «Yo os res-
>>tituiré los años que os comió la langosta y el pul-
» gon . » De manera que explicando el primer lugar,
todos los hijos de Adan , entramos por el pecado ,
debajo de la cantidad de la muerte ; pero por la re-
surreccion saldrémos libres de su poder , con los
mismos vestidos , mujer é hijos , con que entramos
en él , que no será otra cosa que cuanto al alma ,
la amistad ó enemistad con Dios , y cuanto al cuer-
po , el sexo , rostro y los demás accidentes . Del se-
gundo lugar, es cosa clara que la langosta todo lo
tala ; pero el pulgon no come sino los pámpanos
tiernos y las yemas que van abriendo ; por lo cual
se entiende la muerte apresurada y temprana , y por
la langosta la de la gente ya madura ; y promete
Dios que nos restituirá lo uno y lo otro á todas eda-
des , en aquel estado perfecto que se ha dicho .
Finalmente ; se podrá decir en favor de los acci-
dentes, lo que dice S. Pablo en la segunda carta á
los de Corinto , cap . 1 : « Como fuisteis compañeros
>> en las tribulaciones y trabajos , así tambien lo se-
» reis en las consolaciones . » Y pues ellos entraron
en la pelea juntamente con tal cuerpo y tal alma ,
y todos juntos alcanzaron la victoria , por esto es
justo que ellos mismos sean participes del premio y
296 ARTE DE LA PINTURA.

bienaventuranza , la cual todos alcancemos . Amen . »


Hasta aquí este autor .
Traido para probar cuán justa cosa es pintar á los
Santos en el cielo con el aspecto que tuvieron vi-
viendo , é insignias de su martirio , para que sean
conocidos del pueblo cristiano ; y como es opinion
.
segura , y que se puede tener , entender que ha de
haber en el ciclo , aquella agradable variedad que
vemos en este mundo . Pues dicen todos los teólo-

gos que la bienaventuranza es un estado perfecto ,


con la union y junta de todos los bienes que perte-
necen á todas las edades , y á cada una en particu-
lar. Y parece muy conforme á esta opinion , que to-

en lasRivadeneira
Pedro vidas de das las
veces que han aparecido los Santos ha sido
los santos. de la misma manera que vivian en el mundo . Por-
que el Emperador Constantino Magno , habiendo
perdonado tres mil niños , que tenia determinado
.
matar para lavarse en su sangre , de la lepra ; aquella
noche se le aparecieron S. Pedro y S. Pablo , agra-
deciéndole la misericordia que habia usado . A quien
S. Silvestre , Papa , mostró las imágeues que tenia ,
y le confirmó el Emperador que cran los mesmos
que habia visto . Porque decian muy bien los retra-
tos con las personas que se le aparecieron .
Tambien ocho dias despues del martirio de Santa
Inés , perseverando sus padres en su sepulcro , vie-
ron una noche un gran número de vírgenes , rica-
mente adornadas , y entre ellas á su hija , triunfante y
gloriosa , abrazada con un cordero más blanco que la
nieve , en aquella edad y figura que habia pasado á
la gloria . Y fué tan ilustre esta revelacion , que vino
á noticia de todos los que vivian en Roma , y por
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV . 297

esto la celebra la Iglesia con fiesta particular el dia


que sucedió que fué el 28 de Enero ; y bastan estos-
dos excelentes ejemplos para probar nuestro inten-
to , donde se pudieran traer muchos .
Ya que habemos salido de lo que los doctos es-
cribieron ( excusando el parecer del insigne padre
Luis de Alcaráz , por no dilatarme ) en aprobacion
de mi pensamiento con tan gustosa y varia erudi-
cion , volviendo á concluir este capítulo , restan las
razones que hallan los doctos italianos contra el
juicio que pintó el divino Micael Angel , y á que
prometimos satisfacer al fin de este discurso (si pue-
de tener necesidad de nuestra defensa ) . Estas pone
Ludovico Dolce en el diálogo llamado Aretino . Y
antes de entrar en ellas , diré las que él no toca y
yo he observado , cerca del decoro en esta famosa
.
pintura , con la brevedad y modestia debidas á tan
grande artífice , en que me parece que no tiene dis-
culpa .
Pintó la barca de Caron , fingida de los poetas ,
con almas que van pasando en ella , á imitacion del
Dante. Cosa, á mi ver, culpable , poner en un artícu-
lo de fe que se representa al pueblo cristiano , men-
tiras gentílicas , de que no hay necesidad , habien-
do de ser la pintura libro verdadero .
La resurreccion de los cuerpos , en algunas figu-
ras , como notamos arriba , habiendo ya pasado á
todos los hombres á un tiempo .
Los condenados en el aire , siendo de fe que han
de carecer de los cuatro dotes de gloria , y por esto
no tendrán el de la agilidad , ó ligereza , los cuales
están peleando unos con otros , y de algunos tiran
298 ARTE DE LA PINTURA.

los demonios . Ya se ve el inconveniente que tiene


esta demostracion .

Los ángeles sin alas , los santos sin vestidos, que


aunque no los tienen los unos , ni los han de tener
los otros, como no son conocidos sin alas los ánge-
les , y para ver los santos tan desnudos no nos han
dado los ojos que entonces , sin duda ofende esta
falta .
Diálogo llamado Todas estas razones parecen livianas comparadas
Aretino.
á las que pone el Dolce , comenzando primero por
el decoro debido á la variedad , y con estas .
1. No ha observado Micael Angel la convenien-
cia, si bien se ve en su pintura , por las cabezas , la
distincion en general por la edad y sexo ( cosa que
todos deben hacer ) ; pero no se hallará esta distin-
cion en los músculos . Porque aunque en el debujo
que es la primera parte de la pintura ( considerando
al hombre vestido y desnudo ) se puede afirmar que
en el desnudo Micael Angel fué estupendo y sobre-
humano , sin que haya habido alguno que se le
aventajase ; se ha de entender en una manera sola ,
que es en hacer un cuerpo musculoso y buscado ,
con escorzos y movimientos fieros , para mostrar
menudamente la dificultad del arte . Y cada parte
de estas , y todas juntas son de tanta excelencia ,
que oso decir que no se puede imaginar cosa más
perfeta . Mas en las otras diferencias es no sólo mc-
nor á sí, pero á otros muchos . Porque no supo ó no
quiso observar (en particular en las carnes) aquella
diversidad de las edades ( que se ha dicho ) , en la
cual fué tan admirable Rafael de Urbino. Y por de-
cirlo en una palabra, quien ve una figura de Micael
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV . 299

Angel , las ve todas . Advirtiendo que él tomó del


desnudo la forma más terrible y más buscada , y
Rafael la más agradable y graciosa . Por donde al-
gunos han comparado á Micael Angel al Dante , y
á Rafael al Petrarca . » Y más abajo.
«2. Mas ¿ qué direis de la honestidad ? ¿ Paréceos
á vos que conviene para mostrar toda la dificultad
de la arte descubrir siempre sin respeto , aquellas
partes de las figuras desnudas que la vergüenza y
la honestidad encubren? ¿No teniendo atencion ni á
la santidad de las personas que representa , ni al
lugar donde están pintadas ? Y prosigue .
3. ¿ Quién osará afirmar que sea bien hecho que
la Iglesia de S. Pedro, Príncipe de los Apóstoles, en
una Roma donde concurre todo el mundo , en la ca-
pilla del Pontífice ( el cual representa á Dios en la
tierra ) se ven pintados tantos desnudos , que de-
muestran indecentemente la haz y envés ? Cosa á la
verdad ( hablando con toda sumision ) indigna de
aquel sagrado lugar . Y luego .
4. ¿Si las leyes prohiben que no se estampan li-
bros deshonestos , cuánto más se deben prohibir se-
mejantes pinturas ? ¿ Paréceos que se moverá la
mente de los que las miran á devocion , ó la alcan-
zarán á la contemplacion de las cosas divinas ?
5. ¿ No es cosa ridícula haber imaginado en el
cielo entre la multitud de almas bienaventuradas
algunas que tiernamente se abrazan y besan ? Donde
deberán estar atentos , con el pensamiento levanta-
do á la divina contemplacion , y á la futura senten-
cia ; principalmente en un dia así terrible y tremen-
do, como creemos que ha de ser el del juicio.
300 ARTE DE LA PINTURA.

6. Pues qué sentido místico se puede sacar de


ver pintado á Cristo Nuestro Señor desbarbado ? ¿ Y
de ver un demonio que tira fuertemente hácia abajo
de los testículos de una gran figura que con dolor
y rabia se muerde su mesma man o?
7. No me parece mucha alabanza que los ojos de
los mancebos , de las matronas y doncellas vean
abiertamente en aquellas figuras la deshonestidad
que demuestran . Y sólo los doctos entiendan la
profundidad que esconden : mas podré decir lo que
dijo un docto y santo varon de Persio , poeta satírico ,
el cual es oscuro sobre manera . « Si no quieres ser en-
tendido , ni yo quiero entenderte. » Y con estas pala-
bras lo arrojó en el fuego , haciendo conveniente sa-
crificio dél á Vulcano . Así , digo ahora, que pues que

Micael Angel no quiso que sus invenciones sean


entendidas , sino de pocos y doctos , yo que no lo
soy, dejo á ellos el entenderlas . »
Este es el cargo que hace el Dolce á Micael An-
gel , que á algunos ha parecido demasiadamente
Y 4á D. Juan de atrevido , y entre ellos á Pablo de Céspedes ; pero
Jáuregui. teniendo más respeto á la verdad , á mi juicio le
culpa con mucha razon , cuanto á esta parte de la
decencia y piedad . Y no es lícito á nosotros defen-
derle ni seguirle en ella . Y este fué mi principal in-
tento en poner aquí esta censura , infiriendo que si
á tan gran artífice no se perdonó , ni faltó quien le
culpase , más justamente se hará con nosotros , si no
guardáramos la decencia y el decoro debido . Mas
como este autor no toca en lo esencial de la arte (co- .
mo verémos) , el mesmo que le culpa en aquella par-
te, lo engrandece sumamente en esta , porque dice :
LIBRO SEGUNDO , CAP. IV. 301

«Así como Homero es el primero entre los poetas


griegos , y Virgilio entre los latinos , Dante entre
los toscanos , así Micael Angel entre los pintores y
escultores de nuestra edad ; porque es un raro mi-
lagro de la arte y de la naturaleza y aquellos que
no admiran sus cosas , carecen de verdadero juicio,
mayormente acerca de la parte del dibujo , en la
cual sin duda es profundísimo . Y todo aquello que
se procura en hacer un desnudo con perfeccion, cosa
que no fué vista antes de él . Así que la excelencia
de Miguel Angel es tanta , que sin dejar atrás la
verdad , se puede comparar á la luz del sol , que con
grande intervalo vence y oscurece otra luz . » Hasta
aquí el Dolce .
Recibida esta partida á cuenta del descargo que Ultimo volúmen de
la 3.ª parte.
prometí , pongo otra de Jorge Vasari en la vida de
este artífice, con que me voy desempeñando .
Tratando de la pintura del juicio final , dice : « No
»vendré á lo particular de la invencion y composi-
» cion de esta historia , porque se han imitado y es-
>> tampado tantas grandes y pequeñas , que no pare-
» ce necesario ocupar el tiempo en describirla . Basta
"que se vea claramente que la intencion de este sin-
" gular varon no fué otra que pintar la perfecta pro-
"porcion y composicion del cuerpo humano en di-
>> versísimas ocasiones . Y solo aquesto , mas justa-
>>mente los afectos de las pasiones del ánimo . Bas-
»tándole satisfacer en aquella parte en que era supe-
» rior á todos sus artífices , y mostrando cuanto al-
>> canzó en la dificultad del dibujo . Y atendiendo á
»aqueste fin solo, dejo á una parte la hermosura de
»los colores , y otras invenciones y ornato y nue-
302 ARTE DE LA PINTURA.

>> vas fantasías . Partes que aún otros pintores jun-


>>tos no alcanzan . Mas Micael Angel estando firme
» siempre en la profundidad de la arte, ha mostrado
» que los que saben mucho deben aspirar á lo mejor
»y más perfecto , que es la imitacion del cuerpo hu-
» mano desnudo . » Pero no dejaré de apuntar algo
contra el decoro , refiriendo .
Bien que no enten- Tenia ya gran parte de la obra acabada , cuando
dian de pintar este
juicio. entró á verla el Papa Julio III con Micer Diagio de
Sesena , maestro de ceremonias , hombre virtuoso , á
quien preguntó el Papa , ¿ qué le parecia? A lo cual
respondió, que era cosa muy indecente en un lugar
tan santo haber pintado tantos desnudos , tan des-
- honestamente descubiertos . Que no era obra de ca-
pilla del Papa , más de caños ó de meson . Desagra-
dó esto á Miguel Angel , y queriéndose vengar , así
como él fué , lo retrató al natural y no teniéndolo
delante , en el infierno , en la figura de Minos , en
una gran sierpe revuelta , entre muchedumbre de
demonios sin que aprovechase quejarse al Papa,
donde quedó por memoria hasta hoy . Otros lo cuen-
tan de otra manera . »

Habiéndose quejado que habia puesto su retrato


en el infierno , que fuese servido de mandarlo quitar
de allí, le respondió el Pontífice : no tengo faculta-
des para ello á estar en el purgatorio , bien lo pu-
diera hacer. »
་ Trabajó en acabar el juicio ocho años , y lo des-

cubrió el de 1541 , dia de Natividad de Cristo . » Hasta


aquí el Vasari .

Concluyendo en pocas palabras , la disculpa que


prometí, que aunque breve , se debe pesar y ponderar.
LIBRO SEGUNDO , CAP. IV. 303

Asentando primero , que la pintura del juicio de


Micael Angel ha sido y será la primera y mayor
obra que se ha hecho en el mundo ; y que quitó á
los venideros la esperanza de igualarle en artificios ,
profundidad y sabiduría . Y así , Micael Angel no
pecó contra la perfeccion del arte ( y en esto no se
atreverá á culparle ningun hombre de seso ) , ni
contra el fin que tiene en general , que es represen-
tar con viveza lo que quiere ( como se ha dicho) , an-
tes si se perdiera el arte le habia de restaurar en
esta obra. Porque la gran manera , certeza de escor-
zos, valentía de perfiles y movimientos , y trabazon
de músculos , ninguno lo alcanzó como él , en la
perfeccion del cuerpo humano desnudo que es la
parte más difícil de la pintura. Y por no faltar á
ella , dando eterna luz y estudio á todo el mundo ,
faltó á la modestia y decoro que pide la piedad cris-
tiana , y el fin de las imágenes sagradas : que es
mover el ánimo á la compostura y devocion .

Lo que habló D. Juan de Jáuregui será de mucho gusto,

en un libro de epistolas italianas que recogió Berdino


Pino , impresas año 1574. Tuve á gran hallazgo en-
contrar una escrita por Micael Angel Bonarrota al
tiempo que pintaba su gran historia del juicio, en res-
puesta á un amigo suyo , que es la que sigue:

«Mi señor hermano : Al recibir vuestra carta me

halló juntamente con alegría y con dolor ; héme


alegrado por ser vuestra, que sois único en el mun-
do, y tambien me he dolido asaz , porque teniendo
acabada gran parte de la historia no puedo poner en
304 ARTE DE LA PINTURA .

obra vuestra imaginacion , la cual es de manera


que si el dia del juicio hubiese pasado y vos lo
hubiésedes visto no se figurarian mejor vuestras
palabras , pues los Reyes y los Emperadores tienen
por suma dicha que vuestra pluma los nombre . En
tanto si en mí hay algo de vuestro gusto , os lo
ofrezco de todo corazon . ― Micael Angel Bonarrota . »
Despues de esta carta dice Don Juan de Jáuregui .
« La mayor cosa porque escribo estos cortos renglo-
nes es porque estimo la mucha luz que dan en esta
materia, donde reconoce Miguel Angel contra sí,
no haberse prevenido de suficientes estudios ; infié-
rolo así, porque habiéndole escrito y demostrado tan
divinamente aquel doctísimo varon lo que debe su-
ceder y ocurrir en el dia último , para que segun su
relacion se gobernase , afirma haberle dolido tanto
llegase tan tarde su aviso que no pudiese seguirlo
por estar muy adelante lo pintado . No se doliera
así á reconocer que desviaba de la representacion
que pide aquella espantosísima historia . En su abono
pondero la gran modestia en descubrir sencillamente
su dolor , por la falta que hacia llegar tan tarde el
informe . » Hasta aquí D. Juan de Jáuregui .
Y así en lo que pretendió es justo que le sigan
todos los que quisieren ser grandes artífices . Pero
(como habemos referido ) no sólo no le han de seguir
en la licencia , pero será culpable y digno de re-
prension quien le imitase en la disposicion y decoro
de las cosas sagradas . Porque con buena paz se pue-
de y debe hermanar lo uno y lo otro , como hizo el

gran Rafael , divino en esta parte de la decencia y


propiedad.
LIBRO SEGUNDO , CAP. IV. 303

Acabado el capítulo , viene bien por honroso rema-


te, el que dió á mi cuadro del juicio el insigne maes-
tro Francisco de Medina , con la inscripcion de la
piedra, en que puse el nombre y la fecha de él , me-
recedora por cierto de emplearla en mejor sugeto ; y
despues de ella la ingeniosa silva que se hizo en
alabanza del mesmo cuadro . El letrero que se puso
latino es este :

Futuram ad finem sæculorum judicium.


Franciscus Paceicus Romulensis depingebat
Sæculi á Iudices , natuli XVII
Anno XI.

Volvióla así á nuestra lengua su autor.


«Francisco Pacheco de Sevilla pintaba el juicio
que ha de ser al fin de los siglos , el año onceno del
siglo decimosétimo , despues del nacimiento del
Juez . »

Silva de Antonio Ortiz Melgarejo del hábito de S. Juan


al cuadro del juicio.

Ya el antiguo pincel al nuevo y raro


de Pacheco cedió , ya la edad nuestra,
sólo hará memoria
de los Zéuxis y Apéles ,
para admirar que el grande nombre y gloria
por tantos siglos claro
queda oscuro á su nombre y sus pinceles.
De ellos naturaleza solamente
imitada se vió, de tí vencida
(artifice excelente)
que tu en lo figurado espiras vida,
y las famosas obras de su mano
á perfeccion más alta las reduces
20
306 ARTE DE LA PINTURA.
y la arte soberano
y ser casi divino la introduces.
Vemos en la gran tabla
do presentas al vivo
el postrimero dia vengativo
de justicia y rigores,
vemos, digo , obedientes los colores
cualquier afecto humano ,
la soberbia en el vano ,
la ira en el cruel , en el avaro
la hidrópica ambicion, y que acompaña
al vengativo la traidora saña :
y al justo en otra parte con glorioso
semblante, paz, piedad , alma y reposo.
Alli oirás (ó juzgarás que oyes ) .
los rebeldes aullidos ,
contra el mesmo juez enfurecidos ,
y afirmarás que sientes
chispar el fuego y rechinar los dientes ,
y el horrendo metal de las cadenas
sonar en torno á las eternas penas .
Aquí alternar los ecos celestiales
alabanzas en himnos inmortales ,
y de gloria cercados
entre los serafines abrazados
triunfantes asistir los escogidos ,
á la deidad suprema embebecidos .
Y aquí y allí traerás à la memoria
tormento y gozo , del infierno y gloria .
En plana superficie el cuerpo entero
por virtud de las sombras relevado ,
verás tan verdadero
que puede ser en torno rodeado,
con viveza y accion tal cual no ha sido
jamás á la escultura concedido .
¿Y á quién la multitud que por distancia
tan larga de la vista se retira
sin envidia no admira?
LIBRO SEGUNDO , CAP. V. 307
Los varios movimientos,
la union, la belleza y el decoro ,
de pocos conseguido
de todos pretendido.
Mirando del juez la faz serena
¿el imperio de tí libre no entregas
al temor y al respeto?
¿Mas cómo si á ver llegas
la majestad, la gloria, el trono inmenso,
escaparás de enmudecer suspenso?
¿No ves las cuatro partes
del cielo que heridas
de las voces sonoras
son por el metal cóncavo impelidas?
¿No ves los cuatro espíritus alados
tener con nuevo efecto peregrino
los ojos engañados ?
Tales, pintor divino,
cuales los figuraste
en tu capaz idea, los pintaste.
De hoy más serán sus trompas de tu fama,
porque no haya en el suelo
donde no alcance de tu nombre el vuelo .
Ya el antiguo pincel al noble y raro.
de Pacheco cedió ; su nombre es claro .

CAPITULO V.

DEL DIBUJO Y DE SUS PARTES.

Despues de la invencion se sigue el dibujo , que Segunda parte de


es la segunda parte de la pintura . Al antes que yo la pintura, el debujo:
pin-.
1 de4. laDibujo
Lib. cap.
hable de él , veamos brevemente lo que sienten los tura
308 ARTE DE LA PINTURA.

Advertencia nueva autores italianos y otros . Juan Bautista Armenio


del P. Pepro de
Esquivel de la com- dice así :
pañía , sobre el lu-
gar de Plinio. Lib. «Tiénese por proverbio comun , cuando una cosa
35 cap. 10. » es de extremada belleza , decir que pintada no po-
Quetomó
se esta del
voz Box en >> dia ser mejor ; en que se muestra bien que con la
debujo

que dice se debujata >>pintura se puede y debe manifestar la belleza de


antiguamente y de
aqui la pintura im- )) todas las cosas . Pues porque se conoce mejor en el
perfecta . se
bosquejo llama » hombre que en otra especie, por ser formado con
Diografie
)
hoc est pintura in mayor perfeccion de la mano poderosa de Dios ,
buxo. Diografia, esto
es, pintura en el boj. " para ser regla y medida de todas las cosas criadas,
>>se concluye que aquel que con mayor más perfec-
»> to dibujo supiere formar, podrá vencer las demás
>> cosas, como menores que esta . >»
Lib. 2 de la pint . Pero con mayor brevedad se acerca á nuestro
intento Leon Batista Alberti por estas palabras :
Y Segismundo Gle- " El debujo no es otra cosa que cercar los contor-
nio sobre Plinio.
con-
Diografeta bella bu- » nos con varias líneas, en el cual afirmo que
>>
jea . Por su lisura y viene ejercitarse con gran perseverancia , porque
dureza Céspedes la
llamaba debujo . »ninguna composicion ni ningun recibimiento de
»> luces será alabado jamás si falta el debujo . »
Y Leonardo de Vinci , maestro de Rafael, lo expli-
ca no menos doctamente :

« La pintura se divide en dos partes principales :


» la primera se llama figura, esto es , las líneas que
>> distinguen los cuerpos y lo particular de ellos . >»

(Aquí, á mi ver, lo dice por el debujo . ) « La segunda


» es el color contenido en aquellos contornos . » (Esto
es el colorido . ) Y más adelante, ponderando la ne-
cesidad del debujo , se declara más.
Doc. 40. « Observa » , dice , « en las acciones naturales que
>>hacen los hombres la prontitud , nacida de la pode-
rosa aficion de sus afectos , y haz prestamente me-
LIBRO SEGUNDO, CAP. V. 309

>>moria con el debujo en tu librete , para servirte de


>> ellas en la ocasion que se ofreciere valerte de las Doc. 47.
>>mismas acciones . » Tambien incierto autor filosófi-
camente discurre así :
"Así como en las cosas naturales la forma es un Incierto antor
hablandodel debujo.
>>principio natural que da ser á la cosa y la hace que
» sca en acto , y se reduzca á alguna de las especies ,
» así el debujo es un principio activo artificial y
» esencial que da ser y forma á la figura, y la redu-
»ce á alguna de las especies particulares, para que
»se pinte y se esculpa . Y no sólo da la forma , sino
»el órden , la proporcion , el sér y la razon de todo lo
» que debe hacer el pintor y escultor . Y se puede Definicion
del debujo .
>> definir así : el debujo es un principio y causa de
» formar al compuesto artificial en quien está prin-
» cipalmente , y no segun accidente . » Y Carlo Van-
mander, en tres preceptos breves y sustanciales ,
dice :

En el primero, « el debujo es el alma y el colorido Lib . de pintura en


verso flamenco
» el cuerpo ; » en el segundo, « el arte de la pintura cap . 2.
» se encierra en el debujo , y es la luz de todas las
>> demás artes ; » y es el tercero, « el que alcanza el de-
»bujo con natural y estudio , tiene el fundamento
» necesario que pertenece á toda la pintura . » Pero,
á mi juicio , más claro que todos y más propiamente
lo describe Ludovico Dolce, y por esto pongo su pa-
recer el último , que es el que sigue :
«El debujo es la forma que da el pintor á las cosas Diálogo dicho el
Aretino.
» que va imitando ( ó de la imaginacion ó del arte ó
»de la naturaleza), y es propiamente un revolver de
»varias líneas por diversos caminos , con las cuales
» se forman las figuras , donde es necesario que el
310 ARTE DE LA PINTURA .
>> pintor ponga todo su cuidado y sudor . Porque una
»figura imperfecta borra toda la alabanza de una
>>buena invencion . Pues no basta ser gran inventor,
>> si no es igualmente valiente debujador . Porque la
> invencion se representa á nuestra vista por la
»
»forma, y la forma no es otra cosa que el debujo . »
Hasta aquí los autores que dan lugar á mi discurso .
Venido habemos á tratar de la parte más esencial
de la pintura , cosa que requeria otras fuerzas que
las mias ; pero conforme á la luenga experiencia , al
contínuo ejercicio y á lo observado en varios auto-
res , diré algo de lo mucho que su grandeza pide . Es
Lib. 1 cap. 1 . el debujo (como se dijo al principio de esta obra) la
forma sustancial de la pintura . Es alma y vida de
ella , sin el cual seria muerta , sin gracia ni hermo-
sura y movimiento . Es la parte que tiene más difi-
cultad de vencer, antes no tiene la pintura en rigor
(si así se puede decir) otra dificultad . En la cual es
menester grande perseverancia y fortaleza . Es con
quien los grandes gigantes pelean toda su vida, sin
que les sea permitido soltar por breve tiempo las
armas de las manos . Es cosa en que los más valien-
tes hallan siempre repugnancia y resistencia . Es el
caudal universal de la pintura , como dijo bien Pa-
blo de Céspedes en la estanza segunda que trajimos
en el primer capítulo :

Lib. 1. ¿Cuál principio conviene á la noble arte?


¡ El debujo que sólo representa
con vivas líneas que redobla y parte
cuanto el aire , la tierra y mar sustenta!

Porque todo lo imita el debujo del pintor ; que es


LIBRO SEGUNDO, CAP. Y. 311

el de donde se enriquecen casi todas las artes y ejer-


cicios convenientes al uso de los hombres . Y prin-
cipalmente la escultura , arquitectura , platería , bor-
dadura, arte de tejer y otras innumerables tocantes
á traza y perfiles. Y para significar de cualquier cosa
la hermosura y buena gracia de su forma , vemos que
se dice que tiene debujo . Por ser aventajado en él
Rafael de Urbino, Andrea del Sarto , Perin del Vaga,
el Parmesano, Polidoro Caravagio ( el cual no quiso
pintar jamás de colores , sino de blanco y negro , pa-
reciéndole que el arte de la pintura consistia en el
claro y oscuro del debujo ) alcanzaron estos y otros
infinitos, antiguos y modernos , el nombre eterno en
sus obras . Y sobre todos , por haber sido en esta parte
excelente y sobrehumano , Micael Angel , principal-
mente en lo que toca al cuerpo desnudo , es absolu-
tamente llamado el mayor en pintura y escultura ,
de los antiguos y modernos . Habiendo algunos
(como se ha dicho) que en el colorido, historiado y
decoro le hicieron ventaja . Mas el debujo le hizo
dueño de los demás, y le adquirió justamente el
nombre de divino que le da el Ariosto en el Fu-
rioso :

E quel, ch'apar sculpe, e colora, Canto 33.


Michel, pu che mortal, angel divino.

Y aquel que juntamente esculpe y pinta


Miguel, más que mortal , ángel divino .

Y esta imitacion , hablando de él y de sus mara-


villosas obras (particularmente del juicio ), dice Pa-
blo de Céspedes en su libro , tratando del debujo :
312 ARTE DE LA PINTURA .

Lib. 1 . La elegancia y la suerte graciosa


con que el diseño sube al sumo grado ,
no pienses descubrirla en otra cosa
aunque iudustria acrecientes y cuidado ,
que en aquella excelente obra espantosa,
mayor de cuantas se han-jamás pintado ,
que hizo el Buonarrota de su mano
divina en el etrusco Vaticano .

Pintura deljuicio. Cual nuevo Prometheo , en alto vuelo


alzándose extendió las alas tanto,
que puesto encima el estrellado cielo
una parte alcanzó del fuego santo
con que tornando enriquecido al suelo,
con nueva maravilla y nuevo espanto ,
dió vida con eternos resplandores
á mármoles , á bronces , á colores .

Era perpétua noche , y sombra oscura


la ignorancia que tanto ocupa y tiene ,
cuando con llama relumbrante y pura
esta luz clara se aparece y viene ;
vistióse de no vista hermosura
En tiempo del em el siglo inculto y rudo, á quien conviene.
perador Carlos
quinto. en título vencer debido y justo
la afortunada edad del gran Augusto .

¡ Oh, más que mortal hombre ángel divino !


Instrumentos Jel ¡Oh! ¿Cuál te nombrare? No humano cierto
dibujo y colorido
el estilo y pincel. es tu sér, que del cerco impíreo vino
al estilo y pincel , vida y concierto ;
tú mostraste á los hombres el camino
por mil edades escondido , incierto ,
de la reina virtud : á ti se debe
honra que en cierto dia el sol renueve .

Maravillosamente dicho , pero debido á la gran-


LIBRO SEGUNDO , CAP . V. 313

deza de Micael Angel , por ser padre del dibujo y


superior en él á todos . Es el dibujo , como probamos
en el capítulo del primer libro , con autoridad de
Aristóteles y Plinio , á quien los antiguos constitu-
yeron en el número de las artes liberales. Porque el
proceder con reglas y preceptos infalibles , razon y
cuenta por las matemáticas, perspectiva , simetría ó
proporcion, á él pertenece , y por él se llama la pin-
tura y es arte liberal . Veamos dónde están ahora los
que dicen que para ser pintores no han menester
estudiar en el dibujo . Estos hijos bastardos de la
pintura, llamados nuevamente empastadores y man-
chantes. Pues quitado á la pintura el dibujo , será
oficio comun como los demás , y como lo es en estos
que así lo ejercitan , y con razon son llamados ofi-
ciales , y tratados así ; no artistas , porque proceden
sin razon ni arte , ó poco más o menos , como lo
muestran sus obras , en que sólo atienden al vil
guadaño, haciéndose indignos de llamarse pintores ,
de que se dirá adelante . Diferentemente hablan los
valientes y entendidos en esta parte . Que dice del
dibujo Jorge Vasari :
>>
Convendrá ( despues de haber adiestrado la mano Primera parte
cap . 5.
» en dibujar y exprimir los conceptos del ánimo ,
»para venir á ser más inteligente en esta arte) que
»se ejercite el pintor en imitar figuras de relieve
» de piedra , ó de mármol , ó de yeso , vaciadas del
>>vivo, ó de alguna estátua antigua, ó que haya mo-
»delos de barro , ó desnudos ó vestidos , porque es-
»tas cosas siendo inmóviles son acomodadas , por

» estar firmes al que dibuja , lo que no sucede en las


"Cosas vivas, que se mueven ; y cuando en esto haya
314 ARTE DE LA PINTURA.

>>hecho buen uso y asegurado la mano , retrate cosas


» naturales , y en esto trabaje lo posible, por alcan -
» zar una buena y segura práctica , porque las cosas
»que vienen del natural , verdaderamente son las
» que dan honor a quien se fatiga en ellas , porque
» además de cierta gracia y viveza que nace de
»aquello simple , fácil y dulce, propio de la natura-
»leza , lo que de sus obras se imita , y no de las del
»> arte , es más abundante y mejor . Y téngase por
» cierto que la práctica que nace del estudio de mu-
» chos años , es la verdadera del dibujo , y lo que hace
"excelentes los hombres . "

Y más adelante vuelve á repetir casi lo mismo :


« El cual debujo no puede tener buen orígen si no
»se ha dado el artífice continuamente á retratar co-

» sas naturales y estudiando en pintura de excelen-


» tes maestros , y de estátuas antiguas , de relieve :
»mas, sobre todo , lo mejor son los desnudos de hom-
»bres y mujeres vivos . Y de esto haber recogido en
»la memoria , por el contínuo uso , los músculos del
»cuerpo , de la espalda , de las piernas y brazos , y
» tener certeza , por el mucho estudio , de poderlos
>>formar sin tener delante el natural, de su fantasía
» en diferentes acciones , y por todos perfiles ; y ha-
>>ber visto los hombres justiciados y descuartizados ,
»para saber cómo están los huesos , y los músculos
»y nervios , con toda la anatomía , para poder con
» mayor seguridad situar los miembros en el hom-

» bre . Porque quien estudia la pintura de esta ma-


» nera , viendo y entendiendo el vivo , necesariamen-
>>te ha de haber hecho buena manera en el arte . »

Esta principal parte de la pintura , que es el di-


LIBRO SEGUNDO , CAP. V. 315

bujo , se compone de otras , que reducirémos á cua-


tro ( como dije en el capítulo segundo de este sc-
gundo libro ) : la primera es buena manera ; la se-
gunda, proporcion ó simetría : la tercera , anatomía ;
la cuarta , perspectiva . Y comenzando por la prime- Primera parte del
dibujo la buena
ra , esta parte que los italianos llaman bella y vaga manera.
manera , es un término comun y muy usado entre
los artífices pintores , escultores y arquitectos . Sig-
nifica lo mismo que en el escribir la elegancia del
estilo , el buen modo de decir , en que fué excelente
en la lengua griega Demóstenes , en la historia Ci-
ceron , y en la nuestra española Fernando de Her-
rera. Esta manera y estilo es una importantísima
parte para que luzcan los estudios del dibujo ; don-
de por un rasguño se conozcan los valientes hom-

bres (como por la uña el leon) . Esta excelente parte


faltó al gran Alberto Durero , por no haber visto á
Italia ni las buenas estátuas antiguas , y si la hu-
biera alcanzado , no sé quién se le igualara . Faltó á
Leon Bautista Alberto ( aunque italiano de nacion),
y con haber sido ambos tan doctos en la ciencia del
pintar , en las matemáticas y arquitectura , como
muestran sus libros , por faltarles la belleza de la
manera no son sus obras seguidas ni imitadas de los
grandes artífices , ni tan estimadas como lo que es-
cribieron y generalmente siendo esta manera cria-
da en Flandes , si no abraza y sigue el buen camino
de los italianos ( como han hecho muchos flamen-
cos ) , se debe huir y aborrecer. Y por esto cuando
una pintura es fea , y sin fuerza y brios, decimos que
es flamenca ; que se huya de aquella manera , por-
que tiene poca fuerza y mucha simpleza . Faltóle
316 ARTE DE LA PINTURA.

tambien esta manera italiana á nuestro Maese Pedro


Campaña, que con haber estado veinte años en Ita-
lia , y sido discípulo de Rafael de Urbino , no pudo
desechar el modo seco flamenco , aunque tan gran

dibujador . Aventajósele en esta parte Luis de Vargas


(y por esto fué de tanto fruto á sus discípulos) . Esta
hermosa manera ó modo, generalmente se ha de to-
mar de las buenas estátuas antiguas , particular-
mente de los escultores griegos , y de todas las
excelentes obras de Rafael de Urbino , porque en
todas fué gracioso y lleno de gran decoro y majes-
tad, y de los valientes que siguen su camino , que
habemos nombrado aquí y en otros lugares . Pero
sobre todas las maneras de todos , tuvo en la gran-
deza y fuerza del desnudo Micael Angel grande su-

perioridad. Y así en esta parte sus pinturas y debu-


jos apocan y disminuyen lo que se les pone al lado ,
como por experiencia he visto ( con una figura de
aguada de su mano que yo tengo ) y así se vió en
Roma queriendo hurtar la manera Rafael de Urbino
viendo su obra , estando ausente Micael Angel , que
fué cogido con el hurto pintando una figura del pro-
feta Daniel , con mayor grandeza y valentía que
hasta allí se habia visto . Conociendo por esto Mi-
En las vidas de cael Angel el haber visto su obra (como cuenta
estos dos artifices. Giorgio Vasari cuyas palabras habemos referido ) . De
suerte que en la entereza de los perfiles , en la va-
lentía de los músculos , en la verdad de los escor-
zos , en la gracia y variedad de los contornos , de
las figuras desnudas, quien quisiere aprovecharse ha
de estudiar de las maravillosas obras del divino Mi-
cael Angel, y con aquella luz podrá ir á imitar las
LIBRO SEGUNDO , CAP. V. 317

cosas naturales , y sin aquella manera se perderá .


Porque de haber hecho la vista á los perfiles hermo-
sos y enteros de Micael Angel , sabrá elegir de lo
natural lo mejor y desechar lo seco y desgraciado .
Esta manera crió y alcanzó con infinito estudio Mi-

cael Angel por privilegio especial del cielo , en las


mejores estátuas antiguas y en lo natural, y eligió
y pintó lo más hermoso y bien proporcionado en un
sugeto , excediendo en esto á la naturaleza que lo
reparte entre muchos . Tambien en esta mesma fuen-
te de antiguallas y natural todos los grandes hom - `
bres de Italia , hicieron manera cada cual con-
forme á su talento y estudio . Y para mayor confir-
macion añado á esto , que ha sido tan conocida la
ventaja que han llevado á todos los demás artifices
los que han seguido la gran manera de Micael An-

gel (que como se ha visto fué la luz del dibujo ) que


Gaspar Becerra quitó á Berruguete gran parte de la
gloria que habia adquirido , siendo celebrado no sólo
en España, pero en Italia, por haber seguido á Mi-
cael Angel y ser sus figuras más enteras y de ma-
yor grandeza. Y así imitaron á Becerra y siguieron
su camino los mejores escultores y pintores espa-
ñoles . Lo mesmo vemos en Peregrin de Peregrini
(aunque con superioridad) que en medio de tan va-
lientes hombres como los que pintaron para el Esco-
rial , él sólo es el dueño del arte, y superior á todos
los demás en la grandeza del debujo . Y á la manera
suya como reina de las demás que mejor que nin-
guno aprendió del divino Micael Angel , lo levanta á
tan bello grado . De suerte , que por haberse adelanta-
do en la parte del debujo á ejemplo de su gran maes-
318 ARTE DE LA PINTURA.

tro, le constituye por mayor pintor no siéndolo en el


colorido . Por donde me maravillo mucho ( y perdó-
neseme este cuento traido no por emulacion) que
Opinion singular del preguntando yo á Dominico Greco el año de 1611 ,
Griego.
¿cuál era más difícil el debujo ó el colorido? me res-
ponde que el colorido . Y no es esto tan de maravillar
como oirle hablar con tan poco aprecio de Micael
Angel (siendo el padre de la pintura) diciendo que era
un buen hombre y que no supo pintar . Si bien á quien
comunicó con este sugeto , no le parecerá nuevo
el apartarse del sentimiento comun de los demás ar-
tífices , por ser en todo singular como lo fué en la
pintura . Así que en el debujo del desnudo cier-
tamente yo seguiria á Micael Angel , como á más
principal, y en lo restante del historiado, gracia y
composicion de las figuras , bizarría de trajes , de-
coro y propiedad á Rafael de Urbino . A quien ( por
oculta fuerza de naturaleza) desde mis tiernos años
he procurado siempre imitar movido de las bellísi-
mas invenciones suyas . Y de un papel original de la
escuela de su mano de aguada ( que vino á mis ma-
nos y he conservado conmigo muchos años) debu-
jado con maravillosa destreza y hermosura . Y cuan-
to á la manera en el debujo basta lo que se ha di-
cho. Y de la manera de alcanzarla dirémos más en

la tercera parte de esta obra tratando de la práctica .


Vengamos á la proporcion que es la segunda
parte; esta es muy importante en la pintura , no sólo
porque de un buen proporcionado comportamiento
de partes resulta la hermosura tan necesaria , mas
porque no se puede imitar la naturaleza con perfec-
cion y propiedad sin proporcion y medidas, pues to-
LIBRO SEGUNDO , CAP . V. 319

das las cosas creadas tienen sus medidas y tamaños ,


con què demás de su forma se diferencian unas de
otras . Reduciendo pues á brevedad las infinitas pro-
porciones que se ofrecen en la variedad de los cuer-
pos humanos , de todas edades , así de hombres como
de mujeres y niños , por haber tratado de esto co-
piosa y doctamente Alberto Durero , pondré solas
nueve , las cinco de hombres y las cuatro de animales ,
y quien de esto quisiere más podrá ver al dicho autor .
Y aunque es cosa sabida que no carezco tanto de
la noticia del debujo , que pueda . rehusar poner en
este libro una figura desnuda por tres perfiles , en
que señalar las medidas, y en que formar los múscu-
los ciertos de la anatomía ( habiéndolo hecho Juan
de Arfe) todavía por la veneracion que se debe al
príncipe de la pintura Alberto Durero , que con tan
gran debujo y excelencia de perfiles lo manifestó en
su libro de simetría . Y por el respeto á nuestro va-
liente español Gaspar Becerra que hizo tan gran
demostracion de lo que sabia de músculos ( como
singular imitador de Micael Angel ) en el libro de
anatomía de Valverde , me pareció que bastaria dar
razon con claridad de lo más necesario de las medi-
das ; y
remitir á las figuras de Becerra y de Prós-
pero y sobre todo á los desnudos de Micael Angel,
la verdadera noticia y situacion de los músculos .
Teniendo por más seguro encaminar á los estudiosos,
á la luz de tan ilustres varones , que osar contender
con sus gloriosos trabajos . Y aunque parezca este
retiro á muchos ignorancia ó temor , importará poco.
si á los pocos pareciere cordura y cortesía justa .
La mesma razon me mueve en la declaracion pun-
320 ARTE DE LA PINTURA .

tual de la perspectiva práctica conveniente al arte


de la pintura de que han tratado doctísimos hom-
bres y escrito libros enteros , con admirables y cla-
ras demostraciones , particularmente Alberto Durero
y Juan Batista Alberto y otros muchos , á quien re-
mito á los lectores, por tratar en este libro otras co-
sas de la pintura . Dejando á otros más doctos bas-
tante campo donde se puedan espaciar en tan gran-
de arte, pues no todo lo puede abrazar un ingenio,
ni tratar un solo libro .
Pero viniendo á otro caso , imposible es haber per-
feccion ( como se ha dicho) donde falta proporcion
y medida , á la cual llamaron los griegos simetría ,
porque sin esta no puede haber órden y concierto .
Esto se ve claro en todas las obras de la naturaleza .
Considérense los cielos que con sus movimientos
guardan siempre un órden y una tan concertada
consonancia , que en el aire, en la tierra y en las
aguas , causan perfectos y ordenados efectos . Así
cuando á la voz de Josué se detuvo el sol , todos los
Josué. c. 10. cielos refrenaron su movimiento , para que su órden
y proporcion no cesase . Considérense los animales ,
plantas, piedras , todo con determinada medida . Y
finalmente todas las cosas que tuvieron invencion
por arte , que carecian de él faltándoles la propor-
Aristóteles; lib . 10 cion Ꭹ medida . Y así dijo Aristóteles que la mensura
Metaf, sef. 8. es la primera cosa que se considera en la cantidad .

De la proporcion se sigue la hermosura, que para


tenerla el cuerpo humano ha de ser perfectamente
medido ; esta comenzó á tratar Plinio , como verémos
adelante. De manera que proporcion no es otra cosa
que una correspondencia y consonancia de las par-
LIBRO SEGUNDO , CAP. VI . 321

tes entre sí mismas con el todo . Y esta consonancia


es llamada de Vitrubio conmodulacion , porque mó-
dulo se dice aquella medida que se toma primero ,
con lo cual se miden las partes y el todo de la ar-
quitectura. Plinio hace á Parrasio (natural de Efeso ) Plin . lib. 35
cap. 10
el primero que usó la simetría en la pintura , y que
por confesion de los artífices llevó la palma en los
perfiles de afuera . Y más adelante la atribuye á Eu-
franor Istimio , añadiendo que compuso libros de si-
metría y de colores . He dicho que por evitar proli-
jidad, trataré de solas cinco proporciones las más
comunes, añadiendo al fin otras cuatro, de los ani-
males más usados de los pintores. Las primeras se-
rán, dos de niños , dos de varones y una de mujer . Un
niño de un año, otro de tres años , un mancebo de
treinta, otro de poca más edad hombre robusto y
fuerte, y una mujer gallarda y bien dispuesta . De
los animales trataré despues , y uno y otro remito al
siguiente capítulo .

CAPITULO VI .

EN QUE SE PROSIGUEN LAS PARTES DEL DIBUJO.

La simetría y proporcion , que es la segunda parte Segunda parte del


del debujo , tratarémos en este capítulo , comenzan- debujo, la propor
do por cion.
el niño de un año , mirado por la parte fron-
tera, el cual tiene de largo la tercera parte de la
altura de su madre .
21
322 ARTE DE LA PINTURA .

Primera par . del Cinco son las proporciones que habemos prome-
niño de un año . tido tratar, y para mayor facilidad de medidas usaré
de ocho tamaños , que formados á parte , sirvan al ar-
tifice con más brevedad y claridad .
De Alberto Durero El mayor es la cabeza (que en este niño será desde
fin del libro
tamaño 1 , ocho 10 alto del casco , al hoyuelo de la garganta) porque
s para medir.
por la parte frontera descubre casi el cuello : el se-
gundo su mitad . Luego el rostro , tres (que es
desde el nacimiento del cabello al fin de la barba)
y la mitad del rostro cuatro , un quinto tercio ( que
será del fin de la nariz al de la barba ) la mitad de
seis de un tercio . La tercera parte de siete un ter-
cio , y la cuarta parte de ocho un tercio ; que es la
última y menor medida .

Medida frontera del Digo, pues , que tiene en su longitud cuatro cabe-
largo del niño. zas de las suyas. La mitad de su altura son las dos ,

desde su superficie del casco al ombligo . Las otras


dos desde allí á la planta del pié . Y determinando
donde llega cada cabeza , digo que la primera que
comienza desde la superficie del casco , acaba en el
hoyuclo de la garganta ; la segunda como he dicho
llega al ombligo ; la tercera del ombligo al princi-
pio de la rodilla ; y la cuarta de allí á la planta .
Ocupa de ella desde la garganta del pié á la planta ,
un tercio.

Ancho del niño por Lo más ancho por los hombros, mirando frontero ,
la parte frontera . tiene una cabeza y un tercio . Tienen los pechos de
anchura un rostro y medio tercio. Por el principio
de los muslos tiene de anchura una cabeza . Y más

abajo, por lo más ancho de ellos , una cabeza y


medio tercio .
Desde la parte natural hasta la planta del pié (que
LIBRO SEGUNDO , CAP. VI . 323

es lo que se mueve) , diré la anchura de cada pierna .


Tiene por la parte más alta del muslo , debajo de la

parte natural, la mitad de la cabeza, poco más . Su


anchura por la rodilla, donde acaba el perfil del
muslo , es medio rostro . Y por lo ancho de la pan-
torrilla poco menos de otro medio . Y sobre la gar-
ganta del pié y principio del tobillo tiene un ancho
de un tercio . Tiene de anchura el pié frontero plan-
tado tercio y medio .
El brazo tiene de largo desde su nacimiento hasta Largo del brazo
frontero.
la muñeca una cabeza y un tercio y la tercera parte
de otro ; de manera , que tiene desde el hombro has-
ta la sangradera, un rostro de largo . Y de la san-
gradera á la muñeca la mitad de la cabeza y la ter-
cera parte de un tercio .
Tiene el brazo frontero de ancho por su nacimien- Ancho del brazo
to, donde comienzan los pechos, un tercio . Por la frontere...

sangradera tiene de ancho otro tercio ; y más abajo,


por lo más ancho , poco menos de tercio y medio . Y
por la muñeca tiene ancho poco menos de un ter-
cio. Y la mano tiene de largo por su nacimiento de Mano por la palma .
la muñeca al fin del dedo más largo , medio rostro
y tercera parte de un tercio, y de ancho, por la par-
te más ancha , tercio y medio .
Las medidas de la cabeza por menor son de esta Medida de la cabeza
frontera.
manera : desde la superficie del casco al nacimiento
del cabello hay medio tercio y la cuarta parte de un
tercio . Desde el nacimiento del cabello al entrecejo
y principio de la nariz hay tercio y medio . Desde el
entrecejo al fin de la nariz hay un tercio . Del fin de
la nariz al de la barba hay otro , que dividido en
dos partes, el medio ocupa la barba hasta el fin del
321 ARTE DE LA PINTURA .

lábio bajo . Y el otro medio de allí al fin de la na-


riz . Del fin de la barba al hoyuelo de la garganta
(que es la papada) hay poco menos de otro medio
.
tercio de largo .
Ancho de la cabe- Tiene de ancho esta cabeza frontera por lo más
za frontero. ancho de las sienes y perfil de la oreja , un rostro.

y medio tercio . Tiene de ancho el rostro sin lo que


sale la oreja, su rostro (que se toma del nacimiento
del cabello al fin de la barba) . Del fin del ojo al fin
de la oreja hay un tercio de ancho . Tienen los ojos
de ancho desde el fin del uno al otro , medio rostro.
Ꭹ la cuarta parte de un tercio de ancho . Que partida
esta medida en tres partes iguales , dando á cada
ojo la suya , queda entre uno y otro la mesma an-
chura del ojo . Y esta tiene de ancho la nariz por lo
más ancho, y la boca la misma anchura , y la barba
consiguientemente. Tiene el cuello de ancho medio
rostro y la tercera parte de un tercio . Esto es lo que
pertenece á la cabeza frontera.
Cabeza de lado del Las medidas por el lado ó medio perfil , comenzan-
niño.
do por la cabeza, son de esta suerte : tiene de alto.
desde la superficie del casco hasta el hoyuelo que
hace la garganta , lo mesmo que hemos dicho de la
cabeza frontera , y los tercios , divisiones y medidas
en su altura son las mesmas que están referidas ar-
riba. La anchura de la cabeza es conforme á su altura

y cuadrada . Retírase á dentro del cuadrado la mitad


de la cuarta parte de un tercio, y la nariz la tercia
parte de la cuarta de un tercio . La oreja comienza de
la parte del rostro en la mitad del cuadrado , y tiene
de ancho hasta la punta de la nariz poco menos de
media cabeza . De largo tiene la oreja otro tanto como
LIBRO SEGUNDO , CAP . VI . 325

hay del fin de la nariz al de la barba, que es un


tercio , y tiene medio de ancho .
Dijimos en la cabeza frontera que desde el naci- su anchura por el
lado .
miento del cabello á la superficie del casco habia
medio tercio y la cuarta parte de otro eso mesmo
tiene por el medio perfil ; y desde el perfil de la
frente al principio del cabello de la sien hay medio
rostro y la tercera parte de un tercio , y otro tanto
desde este cabello á la coronilla de la cabeza . Des-

de el perfil del entrecejo, al principio del cabello


donde comienza la oreja, hay medio rostro y la cuar-
ta parte de un tercio de ancho . El largo de la nariz
y de la barba está dicho arriba . Tiene de largo la
ceja medio tercio y la cuarta parte de otro . Desde
el perfil debajo del entrecejo al principio de la ni-
ñeta del ojo hay la tercia parte de un tercio, y otro
tanto tiene el ojo de medio perfil . Desde el fin del
ojo al principio de la oreja tiene de ancho un tercio
y la tercia parte de otro . Desde el fin del ancho de
la oreja al perfil de la cabeza , arriba del colodrillo ,
hay medio rostro . Desde el colodrillo á la abertura
de la boca hay media cabeza y un tercio . Tiene de
ancho la nariz por lado menos de medio tercio , y la
boca la cuarta parte de un tercio . Desde el perfil de
afuera de la barba al hoyuelo de la garganta , por
debajo de la papada , hay un tercio . Tiene el cuello
de ancho por el lado medio rostro y medio tercio .
Y con esto queda medida la cabeza por el lado .
Y por cuanto el altura está ya expresada en las
medidas de la parte frontera , tratarémos del ancho
que tiene el cuerpo por el lado .
Tiene de ancho por donde comienza el pecho y la Ancho
piernasdel
porcuerpo
el lado.y
326 ARTE DE LA PINTURA.

espalda , poco más abajo del hombro, media cabeza


y la cuarta parte de un tercio . Por lo más relevado
de la tetilla y espalda tiene de ancho un rostro. Tie-
ne de ancho por la cintura y sobre el vientre la mi-
tad de la cabeza y un tercio . Por lo más alto del
vientre y nacimiento del asiento tiene poco más de
un rostro . Desde lo más relevado del asiento á lo

hondo debajo del vientre , tiene otro tanto de ancho .


Y tiene un rostro desde el nacimiento de la parte
natural al perfil del asiento . Desde donde acaba el
asiento y más abajo de los testículos, parte más an-
cha del muslo , hay media cabeza y la tercera parte
de un tercio . Del perfil sobre la rodilla á lo alto de
la corva hay de ancho medio rostro . Por debajo de
la rodilla y fin de la corva tiene poco menos de me-
dio rostro . Tiene de grueso por lo más alto de la
pantorrilla medio rostro, que es poco más de la me-
dida referida . Por la garganta del pié tiene un ter-
cio y la cuarta parte de otro . Al pié le da de largo
Alberto Durero la mitad de la cabeza y medio ter-
Pit por lado. cio , porque él usa de piés largos en todas sus pro-
porciones, y me parece bastará la mitad de la ca-
beza .

Medidas del brazo El brazo por el lado desde el nacimiento del hom-
por lado . Ancho bro hasta la muñeca tiene de largo lo que se ha di-
del brazo.
cho en la medida frontera, y la mano tiene el mes-
mo largo. Lo más ancho del brazo por el hombro
tiene medio rostro . Por lo alto del nacimiento del
molledo tiene poco menos de ancho . Por la sangra-
dera tiene de ancho lo mesmo que tiene el brazo
frontero , que es un tercio ; y por la muñeca poco
menos , como está dicho .
LIBRO SEGUNDO , CAP . VI. 327

La anchura de la mano por el lado tiene la mes- Mano por lado.


ma medida de la muñeca .

Resta la tercera vista y último perfil . El círculo Medidas por la


espa'da.
del casco por el colodrillo desde la superficie hasta
donde remata el cabello tiene de alto un rostro , y

desde allí al principio del cuello tiene de alto me-


dio tercio, y otro tanto la altura del cuello . Desde ·
el fin del cuello, bajando al fin de los lomos hay un
rostro y medio tercio y la cuarta parte de un tercio,
y de aquí á lo alto del asiento hay un tercio . Tiene
de alto todo el asiento hasta el fin él , media ca-
beza y poco menos de un tercio . Desde el fin del
asiento al medio de la corva tiene de alto medio rostro

y la tercia parte de un tercio , y desde aquí al fin


de la pantorrilla tiene media cabeza de altura . Des-
de el fin de la pantorrilla al perfil de la planta tiene
medio rostro de alto ; y el calcañar ocupa un tercio .
Su ancho en todo lo demás es el mismo que en Pié por detrás.
las medidas de la figura frontera , salvo en el na-
cimiento de los brazos y principio de la espalda ,
que tiene de ancho un rostro y poco menos de un
tercio .
Con que se remata la proporcion de este niño pri- Albert . Durero fin
mero que pone Alberto en su libro . del lib. 1.0
Cap. XVI.
La segunda proporcion que prometimos del niño
de tres años ( en la mitad de su crecimiento , segun
Plinio , libro 7 , que es la más usada ) por no haberla
puesto Alberto Durero , y dudar de la de Juan de Arfe,
fué forzoso acudir al natural , buscando un niño de
Segunda proporcion
esta edad bien proporcionado en lo alto y ancho , en del niño de 3 años ,
tomada del natural.
quien hacer las mismas diligencias , siguiendo el
estilo del primero , cuyas medidas se pueden usar
328 ARTE DE LA PINTURA.

más seguramente que las que pueda dar algun es-


cultor , y son estas :
Medida frontera del Tiene de alto por la parte frontera desde la su-
de todo el perficie del casco á la planta del pié , cinco cabe-
largo niño.
zas de las suyas : la mitad de su altura es de la su-
perficie del casco á más abajo del ombligo, menos
de medio tercio , y la otra mitad desde allí á la
planta .
Las cinco cabezas de su altura se reparten de esta
manera la primera , desde la superficie del casco al
fin de la barba ; la segunda desde allí hasta la boca
del estómago ; ( en esta medida entra la altura del
cuello , que remata en el hoyuelo de la garganta,
que tiene medio tercio ) : la tercera cabeza es desde
la boca del estómago al fin del vientre ; la cuarta ,
desde allí al medio de la rodilla , y la quinta, desde
allí á la planta : de esta ocupa el alto del empeine
del pié menos de un tercio .
Largo de la cabeza De la coronilla al nacimiento del cabello hay me-
y rostro por menor. dio tercio ; del nacimiento del cabello al entrecejo
tercio y medio , que es la frente ; el largo de la na-
riz es un tercio ; y otro de la nariz al fin de la barba ,
que divide éste en dos partes , la una ocupa la bar-
ba , y la otra de allí al fin de la nariz : ya se ha dicho
la altura del cuello .
Ancho de la cabeza Tiene de ancho la cabeza , por lo más ancho de
frontera.
las sienes , un rostro ( que viene á ser cuadrada ) , y
vuelan las orejas , un tercio , que es medio cada una .
Tiene de ancho del fin del ojo al fin de la oreja (con
lo que escorza ) un tercio . Del fin de un ojo al del
otro hay dos tercios . Que dividida esta medida en
tres partes , dando una á cada ojo , queda en medio
LIBRO SEGUNDO, CAP. VI. 329

de ambos la misma cantidad ; tienen de ancho las


narices la cantidad de un ojo ; tiene de largo la boca
lo que hay del fin de la barba á la abertura de la
misma boca ; tiene de ancho la barba un tercio, por
donde se señala el perfil de los carrillos : tiene de
ancho por los carrillos la misma anchura de las sie-
nes , que es un rostro .
Habiendo dicho el largo del niño , y el largo y Medidas del ancho
del cuerpo y piernas.
ancho de su cabeza , dirémos la anchura de él , por
la parte frontera .
Tiene de ancho por la parte de los hombros una
cabeza y un tercio ; el ancho de los pechos es un
rostro ; por el principio de los muslos tiene de an-
cho una cabeza y la cuarta parte de un tercio ; y
más abajo , por lo más ancho de los muslos , tiene lo
mismo ; tiene de anchura cada muslo , por debajo
de la parte natural , la mitad de esta medida , que
viene á ser poco más de media cabeza ; su anchura
por la rodilla , donde acaba el perfil del muslo , es
medio rostro y algo menos de la cuarta parte de un
tercio . El ancho de la pantorrilla tiene medio ros-
tro. Y sobre la garganta del pié y principio del to-
billo tiene un tercio . El ancho del pié , frontero
plantado , tiene un tercio y la tercera parte del otro .
Tiene de largo el brazo por la parte frontera, des- Largo del brazo
frontero.
de el nacimiento ( que es lo más alto del hombro )
á la sangradera , una cabeza . Y de allí al nacimien-
to de los dedos otra . Y los dedos tienen un tercio .
Tiene de largo la mano , por todos tres perfiles, dos
tercios y la sexta parte de otro . A los dedos se da
un tercio ( como he dicho ) , y los demás á la palma .
Tiene de ancho por la parte del hombro un ter- Ancho del brazo
frontero.
330 ARTE DE LA PINTURA .

cio , y por la sangradera un tercio y la cuarta parte


de otro . Por la muñeca tiene de ancho un tercio
menos la sexta parte dél . El ancho de la mano (por
lo más ancho ) es un tercio y la cuarta parte de
otro .
Medida por el lado. El niño por el lado nos excusa las medidas y di-
visiones de su altura , porque son las mesmas que
habemos dicho por la parte frontera , y así trataré-
mos de su anchura , comenzando de la cabeza .
Ancho de la cabeza Tiene de ancho la cabeza , de medio perfil , desde
de lado.
lo más relevado de la frente á lo más relevado del

cerebro , una cabeza . Y desde la punta de la nariz


al principio del cuello , un rostro y la sexta parte
de un tercio. El ancho desde la nariz al perfil de
afuera de la oreja es un rostro menos la cuarta
parte de un tercio . Desde el principio de la nariz ,
por la parte alta , al nacimiento de la oreja , tiene
de ancho dos tercios y la cuarta parte del otro .
Desde el fin de la ventana de la nariz al principio de
la nariz , tiene de ancho otros dos tercios menos la
cuarta parte dél . Desde el fin de la barba á la gar-
ganta, por debajo del rostro , hay un tercio de ancho .
Tiene la oreja de ancho un tercio . Y de ancho me-
Ancho del niño por dio . La anchura del cuello por el lado , por lo más
lado.
ancho , tiene medio rostro. La anchura del cuello.
por el lado tiene medio rostro . Las tres medidas de
ojos, narices y boca , por lado , vienen á ser la mi-
tad de las medidas fronteras en su ancho .
Lo ancho de los pechos y espalda es un rostro . Y
por la cintura y el vientre , más arriba del ombligo ,
otro tanto . Desde lo más relevado del asiento al fin
de la parte natural tiene otro rostro de ancho . Por
LIBRO SEGUNDO , CAP. VI . 331

el fin del asiento y principio del muslo tiene dos


tercios . Por encima de la rodilla tiene de ancho ter-
cio y medio , y por debajo de la rodilla y fin de la
corva tiene un tercio y la cuarta parte de otro . Lo
ancho de la pantorilla , por lado , es algo más de
tercio y medio . Por la garganta del pié tiene de an-
cho un tercio y la octava parte de otro . Tiene por
lado el pié de largo un rostro menos la cuarta parte
de un tercio.

Lo ancho del brazo por su nacimiento , estando de Ancho del brazo por
lado.
ladó , es de tercio y medio . Y por la sangradera y
codos tiene de ancho poco menos de un tercio . La
muñeca por lado tiene de ancho poco menos de
medio tercio. La mano , por lado , tiene lo mesmo .
Los largos , dijimos en el brazo frontero .
El último perfil del niño es mirado por la espal- Medidas por la es-
palda.
da . Y comenzando por la cabeza , desde la superfi-
cie del casco al hoyo del colodrillo , tiene de largo
un rostro . Y desde allí á la division del cuello y
los hombros tiene . de alto un tercio . Por lo alto de

los cornijales tiene la cabeza un rostro . Del fin del


suelo , de una oreja á otra , hay una cabeza . Tiene
desde el fin del cuello al fin de los lomos una cabe-
za y un tercio de alto . Del fin de los lomos al fin
del asiento hay de largo un rostro . Tiene de largo
el muslo , desde su nacimiento al fin de la corva ,
un rostro menos la cuarta parte de un tercio. Desde
- allí á la planta ha de tener una cabeza y medio ter-
cio . Aquí entra la altura del calcañal , que es un Pié por detrás.
tercio menos la cuarta parte de él . Y de ancho tiene
el calcañal otro tanto . El ancho por la espalda,
debajo de los hombros y nacimiento de los bra-
332 ARTE DE LA PINTUR A.

zos , es una cabeza y la cuarta parte de un tercio.


Con que se acaba esta medida : el ancho de las
demás partes es el que está dicho en la figura fron-
tera .
Tercera proporcion, Habiendo puesto en primer lugar las dos pro-
del varon gallardo
de 30 años. De porciones de los niños , tratarémos en este de la

Alberto Durero, más importante y más usada de los artífices , que


Lib. 2 , pág. 14.
Silba de varia es del varon de treinta años (y es conforme á razon
el
lecion, cap . 17. memorarla , pues hasta los veintiun años crece cl
hombre en altura , y no pasa de allí , porque lo
demás ensancha ; como notó doctamente Pedro
Plinio lib. 7 , Megía en un lugar de Plinio ) . Cuya medida de
cap. 17. los antiguos y despues de los modernos llamaron
quíncupla , que es la que tiene el dos con el diez .
Porque al ancho de la figura daban dos tamaños ,
y alto diez . De esta hablaron Plinio y Vitrubio . El
lugar de Plinio, dice brevemente : «Cuanto hay de
»la planta del pié á la coronilla de la cabeza, tanto
» hay , extendidos los brazos , de la punta del dedo
» de enmedio de la una mano al mesmo de la otra ; »
pero antes dél más larga y elegantemente lo dijo
Vitrubio por estas palabras :
Vitrub. cap . 16 « El cuerpo del hombre , de tal manera le compu-
lib . 1 .
>> so la naturaleza , que el rostro desde la barba hasta
» lo alto de la frente, que es el nacimiento del cabe-
>> llo , fuese la décima parte de su altura . Y la palma
»de la mano , desde la muñeca al fin.del dedo de

» enmedio , otro tanto . » Y prosigue : « El medio y


>>centro del cuerpo es el ombligo , porque poniendo
»> la punta del compás en él y formando un círculo
>>tocará en los extremos del dedo más largo de las
>>manos y de ambos los piés . Tambien es el cuerpo
LIBRO SEGUNDO , CAP . VI . 333

cuadrado , porque si se mide desde los piés á lo


>>alto de la cabeza , la mesma medida se hallará , ex-
»tendiendo los brazos , del extremo del un dedo al
»otro ; de manera que tiene igual altura y anchura .
>>Número perfecto llamaron los antiguos al 10 , y así
>> le plugo á Platon . » Hasta aquí Vitrubio .
Esta proporcion de los rostros entresacó Juan de
Arfe de las muchas que pone Alberto . Y estas pa-
rece que insinúa Pablo de Céspedes en su libro , por
ser del hombre más gallardo y bien proporcionado ,
y la más usada de los valientes de Italia , como lo
dicen estos versos :

Y aunque en la proporcion generalmente Lib. 2 de la •


Pintura.
de los antiguos , muchos difirieron ,
una intentó seguir , la más corriente ,
que en las mayores obras eligieron .
Yo la ví y observé en aquella fuente
de perenne saber , de do salieron
nobles memorias de valiente mano
que ornan la alta Tarpeya y Vaticano . En Roma.

Del alto de la frente do el cabello


se comienza á espesar oscurecido.
hasta donde adornado de su vello
el perfil de la barba es más crecido ,
y do más bajo se avecina el cuello ,
en tres partes iguales dividido ,
la medida será , con que midieres
grande ó pequeña imágen que hicieres .

Que aunque se puede medir el cuerpo del hom-


bre, como dice Vitrubio , dándole seis tamaños del
largo del pié, que otros quieren con razon que sean
siete , Pablo de Céspedes toma por principal medi- Lib . 3. cap . 1 .
334 ARTE DE LA PINTURA .

da el rostro ; porque es más noble y digna , y más


usada de graves autores : y bastaba seguirla Alberto
Durero y Leon Batista en su libro segundo . Y por
ella comienza Ludovico Dolce sus medidas , hablan-
Diálogo Aretino. do así : « Habiendo prudentemente la naturaleza for-
>>mado la cabeza del hombre como fortaleza princi-
» pal de esta admirable fábrica ( llamada mundo me-
» nor ) , y puéstola en la más alta parte del cuerpo ,
» es cosa conveniente que todas las demás partes de
»él tomen de ella su medida . »

Con esta autoridad , comenzaré por las medidas


de la cabeza y cuello en redondo , por sus tres per-
files , hasta el nacimiento de los hombros . Y ser-
virán estas medidas á las tres proporciones que ten-
go prometidas , para mayor claridad de nuestro in-
tento .
Largo de la cabeza La cabeza, por la parte frontera , se divide su al-
frontera.
tura en cuatro tercios ; el uno desde la superficie
del casco hasta el fin del cabello de la frente : el
segundo desde el cabello al principio de la nariz y
cejas ; el tercero , todo el largo de la nariz ; el cuar-
to y último , desde el fin de la nariz al de la barba.
El de la frente se tiene por señal de la sabiduría ;
el otro de la hermosura , el tercero de la bondad .
Dánse al cuello de largo otros dos tercios , desde la
barba al hoyo que tiene el fin de él .
Ancho del rostro Su anchura es , dando una línea á plomo por me-
frontero.
dio del rostro desde esta línea al final del ojo , un
tercio . Desde el fin del ojo al oído la mitad de un
tercio , desde el oído al vuelo de la oreja , la cuarta
parte de un tercio . Y el cuello tiene de anchura
dos tercios por lo alto . Estas medidas están consi-
LIBRO SEGUNDO , CAP. VI. 335

deradas con lo que escorza el rostro , estando fron-


tero .
Pero mirándolas más menudamente , tiene el ojo Medidas más parti-
culares por menor.
de altura medio tercio . Y de anchura otro tanto , y
entre uno y otro la mesma cantidad . El tercio del
fin de la nariz al de la barba , dividido en tres par-
tes, se da una , de la nariz á la abertura de la boca.

Otra de la abertura de la boca al hoyo donde co-


mienza á rematar la barba ; y el otro al fin de la
barba . Al largo de la boca da Arfe un tercio , y Al- Nueva medida de la
boca.
berto el largo de la barba, entre estos dos extremos ,
con autoridad de antiguo y hermoso natural , le doy
lo que hay del fin de la barba á la abertura y divi-

sion de la boca , que es menos que el uno y más


que el otro . Desde el lagrimal del ojo hasta el fin
de la ventana de la nariz hay la mesma cantidad .
Otra medida es , partido el tercio de la nariz en dos
partes , dar la una de la altura del ojo y otra de allí
á la ventana de la nariz .

Desde la punta de la nariz al fin del perfil redon- Cabeza y rostro de


medio perfil.
do del colodrillo , que sale más en la cabeza , hay
cuatro tercios de anchura . El principio de la nariz
por lo alto , que es el entrecejo, y tambien la barba ,
se retiran adentro , el primero menos de medio ter-
cio, y el segundo más de medio tercio . Desde la
punta de la nariz al fin del perfil de afuera de la
oreja hay un rostro, que son tres tercios . Y de allí
al perfil de la cabeza ( como he dicho ) otro tercio .
Y otro desde el perfil de afuera de la barba , por de-
bajo, hasta la nuez del cuello . Tiene el cuello por
lado de anchura otros dos tercios . Y de largo un

rostro , desde la oreja al hoyo del mesmo cuello .


336 ARTE DE LA PINTURA.

Desde el cabello de la sien al entrecejo hay tercio y


medio . Desde el redondo que hace la ventana de la
nariz hasta el nacimiento de la oreja hay otro tercio.
y medio de anchura.
Medidas de la cabe- Tiene de altura el redondo de la cabeza , desde la
za por detrás.
superficie alta del casco al fin del colodrillo , un
rostro , que son tres tercios . Tiene de ancho otro
rostro, y vuela la oreja afuera la tercia parte de un
tercio . Tiene de largo el cuello , desde el colodrillo
al principio de los hombros , dos tercios . Y otros dos
tercios de ancho por la parte más delgada.
Medidas por mayor Habiendo dado razon de las medidas de la cabe-
de esta figura fron-
tera. za, antes de entrar á darlas en particular del varon
esbelto y gentil , por si alguno fuere tan colérico
que no quiera medir la figura en tantas partes ,
tomemos esta medida por mayor en forma de
cruz. Que son dos líneas iguales , una recta atra-
vesada y otra perpendicular, y cada cual tenga en
sus fines dos puntos , y uno en medio ; y sean estas
líneas del largo que se quiere dar á la figura. Del
punto más alto de la línea perpendicular comenza-
rá la superficie de la cabeza . Y de allí al del medio
sobre la parte natural será la mitad de su altura ; y
desde aquí al punto último donde planta, la otra mi-
tad. Luego, á la parte derecha del fin de la línea
recta al punto del medio , que será el hoyuelo de la
garganta, la otra mitad . El otro lado contiene otro
tanto . Y cada mitad de estos cuatro tiene cinco ros-
tros (cuatro en cada brazo y dos en los pechos) , que
viene á ser lo mesmo de altura que de anchura
Lib . 3. cap . 1. ( como dijo el lugar de Vitrubio) , con que queda
esta medida cabal .
LIBRO SEGUNDO , CAP. VI. 337

El modo de medir esta proporcion del varon más Medidas por menor
de la figura frontera .
gallardo, como es la más seguida , cada cual la re-
parte como le parece : y es grande la confusion que
se halla entre los profesores de esta arte . Yo he de-
jado todas las opiniones aparte , y escogido ( á mi
ver ) la mejor proporcion , más hermosa y bien di-
bujada, que muestra Alberto Durero en su segundo
libro . Y seguido el modo más claro de medirla para
darme á entender . Si no lo he conseguido , será in-
felicidad de mi ingenio ; pero no falta de deligen-
cia. Así, digo , que de lo más alto de la cabeza y Alto de esta figura .
Arfe pierde el terc.
superficie del casco ( estando la figura derecha ) á más alto y mide los
la punta de la nariz se da un rostro . Y del fin de la 10 rostros desde el
nacimiento del cabe-
nariz al hoyo del cuello se da el segundo . Y de allí lio , no lo hace así
Alberto.
á la boca del estómago el tercero . Y el espacio que
hay de allí al ombligo contiene el cuarto . De allí al
principio de la parte natural el quinto ( y esta es
justamente la mitad de la altura) . Desde aquí con-
tiene el muslo hasta encima de la rodilla dos rostros.
Y de lo alto de la rodilla hasta la planta del pié los
otros. Ocupa de ellos un tercio la altura del pié ,
desde el fin de los dedos á lo bajo del tobillo .
El ancho de esta figura (supuesto que está dicha Ancho desta figura
frontera.
la medida de la cabeza y cuello ) por los hombros
son dos rostros . Por la cintura un rostro y un tercio .
Y por la cadera y nacimiento de las piernas tiene de
ancho un rostro y dos tercios . Cada muslo en su na-
cimiento tiene dos tercios y medio de ancho . Y por
medio donde se ciñe el lagarto tiene de ancho dos
tercios . Tiene por cima de la rodilla menos de me-
dio rostro. Y el mismo ancho por medio de la rodi-
lla. Por lo ceñido debajo de la rodilla donde co-
22
338 ARTE DE LA PINTURA.

mienza la pierna , tiene de ancho tercio y medio . Por


lo ancho de la pantorrilla medio rostro ; y por el fin
de ella poco menos de tercio y medio . Por medio
del tobillo tiene de ancho un tercio, y por lo ceñido
de la garganta del pié la mitad de medio rostro . El
pié frontero plantado tiene de ancho un tercio y la
mitad de otro.

Largo del brazo El brazo desde su nacimiento, tercia parte de ter-


froutero.
cio más abajo del hombro, hasta el fin del dedo más
largo , tiene cuatro rostros , porque se da uno 1á la
mano y los tres al brazo . De suerte que de la mu-
ñeca de la mano á la sangradera hay un rostro y un
tercio . Y desde la sangradera á lo alto del brazo un
rostro y dos tercios ; que sin la mano hacen tres ros-
tros y con ella cuatro . En esta medida varian mu-
Lib. 2. f. 31. chos artífices , pero esta es la más segura , segun el
lugar de Alberto Durero .
Ancho del brazo Tiene de ancho el brazo desde el hombro hastad on-
frontero .
de comienza el perfil del cuerpo , que es la parte más
ancha de él , dos tercios ; y por el principio del mo-
lledo poco más de un tercio . Por lo más ceñido antes.

de la sangradera tiene un tercio , y por lo más ancho


del brazo , más abajo de la sangradera un tercio y
la tercera parte de otro . Por la parte de la mano y la

muñeca tiene medio tercio y la tercera parte de otro .


Mano por meuor El largo de la mano , que tiene un rostro , medido
frontera alto y ancho por menor, tiene desde el nacimiento de la muñeca
por la parte de
dentro . al nacimiento del dedo de enmedio , medio rostro .
Parte de fuera de Y de allí al fin del mesmo dedo otro medio . Tiene
la mano.
de ancho por la parte más ancha, y nacimiento de
los dedos un tercio y la mitad de otro . Estos mis-
mos tres tamaños tiene la mano por la parte de fue-
LIBRO SEGUNDO , CAP . VI . 339

ra, Y porque veo á pocos artífices rematar los dedos


con la gracia que lo hace Alberto Durero, y mues-
tra el natural , pondré con puntualidad el fin y re-
mate que guardan entre sí .
Comenzando por el dedo pulgar por la palma , este Medidas de los
ocupa la mitad del espacio del dedo que señala , an- dedos por dentro .
tes de llegar á la coyuntura baja de enmedio . El que
señala llega á ocupar , pasando de la coyuntura alta
del dedo del medio , más de la mitad de su cabeza .
El de los anillos llega al del medio , pasando de la
coyuntura última de tres partes, las dos de su cabe-
za ; dejando libre la cantidad de la uña . El menor
pasa poco más arriba de la coyuntura última del de
los anillos , dejando libre lo demás de la cabeza .
Por la parte de fuera llega la cabeza del dedo pul- Medidas de los
dedos por defuera.
gar cerca de la coyuntura del dedo de señalar , que
está junto por él . Y el fin del dedo que señala llega
casi hasta el nacimiento y principio de la uña del
dedo de enmedio . Y el dedo de los anillos que llega
el fin á la mitad de la uña del dedo de enmedio . El
dedo menor llega á rematar á la mitad de la última
coyuntura del dedo de los anillos . Y la mano por
lado por lo más ancho tiene de grueso un tercio .

Con que está medida toda en redondo , y se excu -


san las medidas de ella en las dos proporciones que
restan del ancho de los dedos , no pongo medida
porque segun fuere la mano carnosa ó seca , así se
buscará á la gracia y groseza de ellos .
Las medidas de esta proporcion del varon de trein- Medida de la figura
ta años , por el lado que tocan á su altura quedan por lado ó melio
perfil.
ya referidas en la figura frontera , dirémos su an-
chura menos la cabeza.
340 ARTE DE LA PINTURA.

Por lo más ancho de los pechos y espalda tiene


cuatro tercios, que es una cabeza . Por más abajo de
los pechos la cintura tiene de ancho un rostro . Por
la parte del ombligo y principio del franco otro
tanto . Tiene de ancho desde el nacimiento y prin-
cipio de la parte natural , á lo más alto del perfil del
asiento , un rostro y la tercera parte de un tercio .
Tiene de ancho por el principio del muslo y fin del
asiento dos tercios y medio ; por encima de la rodi-
lla tiene de ancho dos tercios y por medio de la ro-
dilla poco menos . Por lo más ancho de la espinilla
y pantorrilla tiene de ancho dos tercios . Y por el
fin de la pantorrilla tercio y medio . Por lo ceñido
de la pierna tiene poco más de un tercio de ancho .
Largo del pié : me- Hemos dicho que Vitrubio da al largo del pié la
dida de él.
sexta parte de la altura del hombre ( bien que la
tomó del natural) pero es pié grandísimo el de á
tercia, bueno para pié geométrico, pero no para un
jóven gallardo y bien proporcionado . Siente lo mis-
Silva de varia mo Pedro Mejía , por estas palabras: «Y por esto con
leccion cap . 19.
»Vegecio quiero entender á Vitrubio , que sean piés
»>geométricos de los que habla . » Tambien Alberto ex-
cede siempre en esta parte, y usa de piés grandes y
siguiendo el natural de su nacion .
El largo del pié ha de ser de un rostro y un ter-
cio (esto siguen muchos doctos) que es una cabeza .
O ha de ser la sétima parte de la altura de la figura
Medida nueva que es algo menos : esta medida tengo ajustada en
del largo del pié. lindos naturales de mancebos nobles, muy bien he-
chos , y la aprueban hoy muy grandes sujetos .
Largo de los dedos Del largo que he dado al pié en esta nueva me-
del pié. dida, se sacará el de sus dedos , que guardan este ór-
LIBRO SEGUNDO, CAP. VI . 311

den. El dedo menor acaba donde comienza el pul-


gar. El que está junto á él acaba donde comienza la
coyuntura del pulgar. El del medio acaba en el prin-
cipio de la uña del dedo más largo . El dedo más
largo lo es poco más que el pulgar, y á veces igual
con él . Y el pulgar tiene de largo un tercio . Con
que se excusa la medida del pié adelante .
La largura del brazo está dicha atrás, y así en
este por lado bastará poner su anchura.
Tiene por lo más ancho del hombro dos tercios . Medida del brazo
de lado.
Por el principio del molledo tiene de ancho tercio y
medio . Por la sangradera y principio del codo tiene
poco más de un tercio . Por lo ancho debajo de la
sangradera tiene un tercio y la tercera parte de otro .
Por la muñeca tiene de ancho de las tres partes de
un tercio las dos ; y la mano por lado , por lo más
ancho (como se dijo arriba), tiene un tercio .
Las medidas de la espalda son de esta manera : la Medid. desta fig.
por la espalda.
mitad de la altura de este varon es desde la superfi-
cie del casco al intestino, y la otra mitad de ella á
la planta (porque la cabeza y cuello está medida por
el colodrillo) ; así que desde donde comienzan los
hombros hasta el fin de las paletillas hay un ros-
tro , y
desde allí, bajando al fin de los lomos hay
otro rostro, y la tercia parte de un tercio . Desde el
fin de los lomos al principio y nacimiento del asien-
to hay medio rostro . Desde allí ocupa todo el asien-
to hasta el fin de él un rostro y la tercera parte de
un tercio . Desde el fin del asiento á la corva , que

es el largo del muslo , hay rostro y medio y un ter-


cio ; y desde allí al fin de la pantorrilla hay un ros

tro y la tercera parte de un tercio . Desde el fin de


342 ARTE DE LA PINTURA.

la pantorrilla hasta pasados los tobillos , al principio


del calcañar, hay otro tanto ; y desde allí al fin de la
planta hay un tercio . Las medidas del largo y ancho
del brazo por el codo , se hallarán en las del frontero
y de lado . Lo que toca al ancho por la espalda está
ya referido en la figura frontera, y yo he concluido
en esta con la más importante proporcion . Y tomo
licencia (por no cansar) para dar fin á este capítulo .

CAPITULO VII .

EN QUE SE CONCLUYEN LAS PROPORCIONES PROMETIDAS .

Cuarta proporcion No estoy arrepentido de haber excusado poner en


del varon fuerte de esta obra figuras ( como lo dije en el capítulo del
Alberto Durezo.
Lib. 2 proporcion 1 dibujo) y más cuando me pongo á considerar de la
manera que Alberto Durero debujó las de su libro ,
que no se cansan de admirar los artífices , y particu-
larmente Pablo de Céspedes , racionero de Córdoba ,
viendo con solos los perfiles , sin sombras , una figura
redonda y de carne . Pero donde (á mi ver) se exce-
dió este ilustre varon , fué en esta del hombre robus-
to, por tres partes , donde está tan léjos de parecer
flamenco , que (á mi juicio) parecen estas figuras de-
bujadas con la gran manera de Micael Angel , ó de
su mesma mano . Y así me maravillo que habiéndolas
visto se haya atrevido alguno á estampar otras á este
mesmo intento (saco de este número á Becerra, por -
que le fué forzoso para demostracion de los múscu-
LIBRO SEGUNDO , CAP. VII. 343

los) . Esta proporcion pongo en segundo lugar, aun-


que su autor le da el primero , poniéndola antes de
la que tenemos descrita del varon de treinta años .
Así que este varon fuerte tiene de altura nueve Alto del varon ro-
busto fronteru..
rostros de los suyos ; los dos comenzando de la su-
perficie del casco acaban en el hoyo del cuello.
(como habemos dicho en las medidas de la cabeza
frontera de la pasada proporcion) , salvo que el cue-
llo es algo más corto . Desde allí al fin de los pe-
chos hay un rostro . Desde el fin de los pechos á más
abajo del ombligo y principio del franco hay otro
rostro . Y desde allí al fin de la parte natural otro .
Y de ésta parte á lo ceñido de la pantorrilla , debajo
de la rodilla , hay otros dos rostros , y de allí á la
planta otros dos , y de estos ocupa la altura del pić
un tercio .

Supuestas ya las medidas de la cabeza (en la pro- Anchura de esta fi-


gura frontera .
porcion antes de esta) lo que tiene de ancho esta fi-
gura por el nacimiento de los brazos es un rostro y
dos tercios , y por lo más ancho de los hombros dos
rostros y un tercio , y la tercera parte de otro . Tiene
de ancho por el nacimiento de los pechos un rostro
y dos tercios , y poco menos por la cintura . Por el
principio del franco tiene de ancho dos rostros me-
nos medio tercio, y por el nacimiento de los muslos
dos rostros . Por el fin de los testículos tiene cada
muslo de ancho un rostro . Por medio de la rodilla.
tiene poco menos de dos tercios de ancho . Por lo
más ancho de las pantorrillas tiene de ancho dos
tercios . Por lo ceñido de la pierna y fin de la pan-
torrilla tiene de ancho tercio y medio . Por medio.
de los tobillos tiene de ancho algo más de un ter-
344 ARTE DE LA PINTURA.

cio . La anchura del pié plantado por los dedos , tie-


ne poco menos de dos tercios .
Largo del brazo Tiene de largo desde el nacimiento del hombro
frontero.
tres rostros y dos tercios , hasta el remate del dedo
más largo . El uno se da al largo de la mano y des-
de allí á la sangradera el otro rostro y dos partes de
un tercio, y de allí al nacimiento del hombro un
rostro y un tercio y la tercia parte del otro .
Ancho del brazo Tiene de ancho el brazo en su nacimiento por de-
frontero.
bajo de los pechos medio rostro . Por lo ceñido del
brazo , más arriba de la sangradera , tiene poco me-
nos de medio rostro, y por lo más ancho , abajo de
la sangradera , tercio y medio ; por la muñeca tiene
de ancho un tercio . El ancho de la mano ya está
dicho arriba en las medidas del varon de treinta
años , pero aquí es más de tercio y medio .
Aucho del varon Esta figura robusta por lado es su altura la mes-
fuerte por el lado
ó medio perfil. ma que la de la figura frontera, y contiene las mes-
ma medidas , y así bastará describir su anchura me-
nos la cabeza . De suerte que la anchura de la gar-
ganta por debajo de la barba tiene dos tercios . Y
por el hoyo del cuello y principio de la espalda tie-
ne de ancho dos tercios y medio . Por medio de los
pechos y perfil de la espalda , tiene de ancho una
cabeza , que son cuatro tercios . Por debajo de los
pechos y fin de la espaldilla tiene otros cuatro ter-
cios . Por la cintura tiene tres tercios y medio . La
anchura desde el nacimiento de la parte natural y
perfil más relevado del asiento tiene cuatro tercios .
Por el fin del asiento y nacimiento del muslo tiene
de ancho un rostro y la tercia parte de un tercio .
Por lo más ancho del muslo tiene lo mesmo de an-
LIBRO SEGUNDO, CAP. VII. 345

cho. Desde el nacimiento de la rodilla y principio


de la corva tiene dos tercios y la cuarta parte de
otro de ancho . Por el fin de la rodilla y principio de
la pantorrilla tiene de ancho dos tercios . Por el ce-
ñido debajo de la pantorrilla y la espinilla tiene
otros dos tercios . Por la garganta del pié tiene de
ancho tercio y medio . La largura del pié por lado
.
(que es un rostro y un tercio) y la razon de la distri-
bucion de los dedos , remitimos á la proporcion del
varon, antes de esta.

La altura por mayor y menor está ya dicha en la Medidas del varon


figura frontera; convendrá medir su altura por dife- fuerte , de espaldas.
rente camino , por la espalda , menos la cabeza , de
que se ha dado razon en redondo , en la proporcion
primera del varon .
Desde el fin del cuello y lo más alto del hombro
hasta donde comienza el cuerpo á dividirse de los
brazos hay tres tercios y medio de alto . Y porque
la anchura de esta parte no se ve en la figura fron-
tera, la refiero aquí , que son dos rostros cabales . Y
prosiguiendo con lo alto , desde la parte referida en
que se divide el cuerpo de los brazos hasta el prin-
cipio del asiento , y perfil alto de él, hay tres ter-
cios y medio . Desde allí al fin del asiento donde
comienza el muslo , tiene tres tercios y la tercera
parte de un tercio . Desde aquí al medio de la corva ,
que es todo el largo del muslo , hay cuatro tercios
y otras dos partes de tres tercios . Y desde allí á la
planta del pié hay dos rostros y un tercio , que es la
altura del calcañal . La medida de la mano por to -

das partes y proporcion de los dedos está dicha ya


en la proporcion del varon esbelto , antes de esta , á
346 ARTE DE LA PINTURA.

que nos remitimos , y concluimos con esta cuarta del


robusto y fuerte .
Antes de entrar en la última proporcion parece

que estamos obligados á decir algo de los partes de


la hermosura y belleza corporal ( que resplandece
principalmente en la mujer ) , la cual redujeron los
Hermosura y sus sábios y santos que tratan de esto á tres partes : In-
partes.
tegridad de miembros , proporcion en sus partes ,
hermoso y agradable color . Lo primero , que no les
falte ninguno de ellos ; lo segundo , que entre si
tengan union y correspondencia ; lo tercero , color
resplandeciente y gracioso . Aristóteles añade , pri-
Arist . 4. perip . mero esta parte (magnitudo) . Quiere decir , que no sea
el cuerpo pequeño , sino de conveniente gentileza
( algo menor que el varon ) . De color advierto , que
ni sea muy blanco ni muy rojo , sino de color de rosa ,
y que la tez eche de sí lustre y claridad . Porque sin
contradiccion , entre todos los cuerpos elementados ,
la más perfecta belleza es la del cuerpo humano , y
Anot . en Garcilaso . de todo él ( como dice Fernando de Herrera ) la ma-
F. 171 .
yor es en el rostro , y de todas sus partes se aventajan
los ojos , por la diversidad de colores, y porque en
ellos se trasluce la hermosura del ánimo . Y todo
esto viene á ser objeto de los nuestros , que gozan
solos de la belleza corporal . De su inconstancia y
poca duracion han dicho muchos elegantemente ;
pero yo ( aunque no es de mi intento ) hurtaré estos
versos de una epístola que envié á D. Juan de Jáu-
regui estando en Roma , y pasen por variedad y por
pintura .
¡ Cuán fragil eres , hermosura humana !
Tu gloria en esplendor es cuanto dura ,
LIBRO SEGUNDO , CAP . VII . 347
breve sueño , vil humo , sombra vana ,
eres humana y fragil hermosura
â la mezclada rosa semejante ,
que alegre se levanta en la luz pura.
Pero , vuelta la vista , en un instante
cuanto cambia el azul el puro cielo ,
las hojas trueca en pálido semblante .
Yace sin honra en el humilde suelo ;
¿ quién no ve en esta flor el desengaño ?
que abre , cae , seca el sol , el viento , el hielo.

Y pasando adelante , dice Dolce : « Débese empero Diálog , dicho el


Aretino.
» elegir la forma más perfecta , imitando la natura-
» leza , lo cual hacia Apéles cuando retrató su tan
» celebrada Vénus , que salia del mar (de quien dijo
>>Ovidio que si Apéles no la hubiera pintado , se hu-
» biera quedado sumergida entre las ondas ) , sacada
»de Frine , famosísima cortesana de su edad . Y de
» ella trasladó Praxiteles (insigne escultor) la hermo-
» sa estátua de Vénus Gnidia . Tambien se deben imi-

>>tar las hermosas figuras de mármol y bronce de


los antiguos ; con la perfeccion de las cuales po-
}) drá seguramente el pintor corregir muchos defectos

» de la naturaleza . Siendo , pues , el principal fun-


damento del debujo la proporcion , quien mejor
» la observare será mejor maestro . » Esto es deste
autor .

Aunque se ha dado (en lo dicho) bastante luz , el


conocimiento y eleccion de la verdadera y perfecta
belleza es de muy pocos . Este sentimiento tuvo el
gran Alberto Durero , varon consumado , cuyas pa-
labras son dignas de gran ponderacion , y de que
los doctos las adviertan y consideren profunda-
mente .
348 ARTE DE LA PINTURA.

Lib. 3 de Simetría. «Si alguno pregunta , ¿ qué razon de hermosura


»hay en las imágenes ? Dirán por ventura muchos ,
» las que los juicios de los hombres aprobaren . Co-
» sas que otros no concederán : ni á mí me parece jus-
>
» to , si el juicio se permite á los necios . Pero ¿ quién
» determinará la discrecion que es bastante ? Porque
»yo estoy en esta opinion ; que ningun viviente
>>puede comprender en su ánimo la suma perfeccion
» del animal más abatido . Cuanto menos pensaré
"que pueda hacer esto en el hombre . El cual fabricó
>>Dios con singular consejo , y quiso que fuese señor
>> de los demás animales . » Y prosigue :
(( No negaré que muchas veces la imágen conce-

»> bida en el ánimo es exprimida con la mano más


>>aventajadamente de uno que de otro ; pero no por
» eso se llegará á la suma perfeccion , de manera
»que no se pueda hacer otra cosa mejor. El no com-
>>prenderse esto con fuerza de ingenio humano , la
>> divina mente lo sabe.

>>Esta es regla de verdad , que aquella medida será


>> hermosísima y convenientísima , á la cual es nece-
»seria una cierta cosa , y no muchas . >>
Así hablan los sábios , contra la audacia ó atrevi-
da locura de la ignorancia vulgar. Vengamos , pues ,
á nuestro intento .

Quinta proporcion La proporcion de mujer que elegí yo y mi amigo


de la mujer del
lib. 2. de Alberto Juan Martinez Montañés , famoso escultor , es la se-
Durero. gunda que pone Alberto Durero , despues del varon
Prop . 16.
de treinta años.

Alto de la mujer Por la frente frontera tiene de alto once rostros me-
frontera .
nos medio tercio. Y dando los dos á la cabeza y cue-
llo ( porque no se han de repetir aquí sus medidas )
LIBRO SEGUNDO, cap. vii . 349

quedan desde el hoyo de la garganta á la planta los


nueve menos medio tercio . La mitad de su altura

viene á ser donde acaba el perfil del vientre , sobre


la parte natural , poco más abajo del principio del
muslo . Y la otra mitad desde allí á la planta .
Y su altura por menor. Habiendo dado los dos
rostros á cabeza y cuello , se da el tercero desde el
hoyo del cuello á la boca del estómago , entre los
pechos , medio tercio más abajo del nacimiento de
ellos. Y bajando desde allí acabo el cuarto rostro ,
medio tercio más arriba de la cintura . El quinto,
comenzando ( como he dicho ) más arriba de la cin-
tura viene el medio á parar justamente al ombligo ,
y el otro medio al vientre frontero del ancho de las
caderas . Desde aquí por más abajo , el fin de la par-
te natural , y principio del muslo , ocupa el sexto
rostro. Y bajando desde allí á lo ceñido de la mitad
del muslo , es el rostro sétimo . Llega el octavo
hasta poco más arriba del medio de la rodilla . Y el
noveno más arriba del fin de la pantorrilla . El déci-
mo no llega á lo más ceñido de la pierna . Y el un-
décimo, menos medio tercio , hay de allí á la planta .
Desta ocupa la altura del empeine del pié frontero ,
hasta el principio del tobillo , un tercio . Y esta es
justamente su altura .
La anchura es en esta manera ( dejando la cabe- Anchura de esta fig.
frontera.
za ) mirada frontera , por los hombros y nacimiento
de los brazos , hay del perfil de afuera del uno al
otro, de ancho, dos rostros y medio tercio . Por más
abajo del perfil de afuera del molledo , enfrente del
nacimiento de los pechos , tiene dos rostros y medio
de ancho . Por el nacimiento de los pechos , de-
350 ARTE DE LA PINTURA .

bajo de los sobacos ( sin los brazos ) tiene el cuer-


po de ancho rostro y medio y la tercera parte de un
tercio . Los pechos tienen cada uno de ancho la mi-
tad de la cabeza . Y entre el uno y el otro hay medio
tercio y la cuarta parte de otro . Por lo ceñido de la
cintura tiene de ancho una cabeza y medio tercio .
Por lo ancho de las caderas y nacimiento de los
muslos es su anchura dos rostros y un tercio . Por
debajo de la parte natural y lo más ancho del mus-
lo tiene cada uno de ancho un rostro y la tercera
parte de un tercio . Por medio del muslo , donde se
ciñe la mitad de su perfil , hay de ancho un rostro
menos la cuarta parte de un tercio . Por encima de
la rodilla y remate del muslo hay poco más de me-
dia cabeza de ancho . Por debajo de la rodilla y prin-
cipio de la pierna hay media cabeza justa . Por lo
ancho de la pantorrilla hay algo más de media ca-
beza . Por lo ceñido de la pierna sobre el tobillo hay
un tercio de ancho . Y por el tobillo poco más . El
pié frontero plantado tiene otra media cabeza , que
son dos tercios de ancho .
Largo del brazo
El largo del brazo frontero , desde su nacimiento
f:ontero.
y perfil del hombro hasta el remate del dedo más
largo , tiene cuatro rostros y un tercio . Repartense
de esta suerte ; el uno se da al largo de la mano .
Uno y medio desde el nacimiento de la mano á la
sangradera . Uno y medio y un tercio de la san-
gradera al hombro . Y supuesto que esto es lo cierto
y seguido , con licencia de Alberto Durero, ejemplo
del natural y autoridad de valientes hombres , yo
usaria en la mujer de mano más pequeña , especial-
Así lo ejecutaba
Pablo de Céspedes, mente en las vírgenes , quitándole medio tercio de
LIBRO SEGUNDO, CAP. VII. 351

largo , y dándole lo demás al brazo , como se ha dicho .


Tiene de anchura el brazo frontero , por el naci- Ancho del brazo
frontero.
miento de los pechos y molledo , medio rostro . Por
lo ceñido arriba de la sangradera un tercio y la cuar-
ta parte de otro . Y por lo más ancho , abajo de la
sangradera, poco más de medio rostro . Por la muñe-
ca tiene un tercio de ancho . La mano tiene medio
rostro por lo más ancho . Y si se le da un rostro de
largo , el medio ocupa el dedo más largo , y el otro
la palma hasta la muñeca . Y si (como he dicho) se
hace más pequeña , se le darán las dos partes al
largo y la una al ancho . Esto es lo que toca á la fi-
gura frontera.
En la figura de lado , ó medio perfil , no es nece-
sario medir su altura, porque la acabamos de referir ,
y así como hemos hecho en las demás proporciones ,
tratarémos del ancho , menos la cabeza y cuello .
La primera medida del ancho , desde el hoyo de Medidas por el lado
del ancho.
la garganta al principio de la espalda que le corres-
ponde , es medio rostro y un tercio . Y por encima del
hombro, del pecho á la espalda , tiene de ancho poco.
menos de un rostro . Desde el nacimiento de los pechos
á lo más relevado del perfil de la espalda , hay una
cabeza de ancho . Por debajo de los pechos al perfil
que le corresponde de la espalda , es el ancho un
rostro y medio tercio . Por lo ceñido de la cintura y
sin los lomos tiene de ancho poco más de un rostro .
Algo más abajo del ombligo , á la espalda , tiene de
ancho poco menos de una cabeza . Por lo más rele-
vado del vientre al perfil del asiento tiene de ancho
una cabeza y medio rostro . Por encima de la parte
natural , donde acaba el perfil de vientre á lo más
352 ARTE DE LA PINTURA .

relevado del asiento tiene una cabeza y un tercio


de ancho . Debajo del asiento á lo más relevado del
principio del muslo tiene de ancho una cabeza menos
la tercia parte de un tercio . Por encima de la rodilla

al principio de la corva tiene de ancho poco más de
media cabeza . Por medio de la rodilla tiene media
cabeza de ancho. Por el fin de la rodilla y principio
de la pantorrilla hay otro tanto y por el fin de la
pantorrilla hay otra media cabeza . Por el ceñido de
la pierna sobre el tobillo tiene de ancho medio ros-
tro . Al largo del pié de lado le da Alberto una cabeza
y algo menos de un tercio ; y bastará que tenga una
cabeza , ó la sétima parte de la altura de esta figura .
Medida nueva del Como dijimos el pié del varon de treinta años , donde
pié.
se hallará tambien el órden y medida de los dedos .
El brazo de lado, por haberse dicho en el frontero
su largura, tratarémos de su ancho . Por lo alto del
hombro tiene de ancho media cabeza . Por el naci-
Brazo de lado. miento del molledo tiene de ancho medio rostro , y
la tercia parte de un tercio . Por lo más relevado del
molledo tiene media cabeza de ancho . Por lo ceñido
de la sangradera al codo hay de ancho un tercio y
la cuarta parte de otro . Por lo más ancho de la san-
gradera en la tabla del brazo tiene medio rostro de
ancho . Por donde se ciñe el perfil más bajo , y co-
mienza la muñeca , tiene de ancho un tercio . Y por
la muñeca y nacimiento de la mano , tiene medio
tercio y la tercia parte de otro . Por lo más ancho de
la mano de lado , hay un tercio . El largo que se ha
de dar á la mano, y las demás medidas suyas diji-
mos en la frontera , con que quedan expresados los
dos perfiles frontero y de lado .
LIBRO SEGUNDO , CAP. VII. 353

El último perfil y vista de esta figura, es por la Medidas por la es-


palda.
espalda ; tiene la mesma altura que los otros dos que
se han dicho , que son once rostros menos medio
tercio. La mitad de su altura es desde la superficie
del casco á la mitad y division del asiento . Y la otra
desde allí á la planta . Y porque tenemos dada la ra-
zon de la medida de la cabeza y cuello tratarémos
de lo demás . Desde donde comienzan los hombros
hasta el fin de las paletillas , tiene de alto una ca-
beza menos la tercia parte de un tercio . Y de ancho,
rostro y medio y medio tercio . Y desde allí al fin de
los lomos, poco más abajo de la cintura , hay una
cabeza de alto . Lo ancho de la cintura está ya dicho
en la figura frontera . Del fin de los lomos á lo alto
del perfil del asiento hay medio rostro , tiene todo
el asiento de alto en cada mitad , una cabeza y me-
dio tercio . Desde el fin del asiento á la mitad de la
corva que contiene todo el muslo hay dos rostros de
largo menos la tercia parte de un tercio . Y desde
allí á la planta hay dos cabezas y la tercia parte de
un tercio . Ocupa de esta medida el carcañal un
tercio de alto y otro de ancho . Todos los demás an-
chos y largos , de cuerpo , brazo y mano están ya
referidos en la figura frontera . Con que (á mi ver)
he cumplido con mi promesa , y con la importunidad
de tantas medidas y repeticiones ; de que se can-
sarán no poco los que no son de esta profesion , pero
podrán pasar á lo que les entretuviere con más gus-
to porque yo no lo pude excusar. Y podria ser no
hallarse tan presto otro trabajo igual en nuestra
lengua .

Acabada la proporcion de la mujer no será fuera


23
354 ARTE DE LA PINTURA.

de propósito , enseñar la manera que ha de tener el


pintor cristiano en la imitacion del natural , si se le
ofrece alguna figura de mujer desnuda, pues lo pro-
Lib . 1. cap . 12. metimos refiriendo que Zeuxis sacó de cinco donce-
llas la figura famosa de Elena . Lo cual dijimos ten-
dria lugar en otra parte , y será en esta . Y supon-
drémos lo cierto que no puede tener el pintor va-
liente ( sea en buenhora modesto ) excusarse de la
noticia, y perfeccion del desnudo de una figura de
mujer , por ser parte tan principal de la pintura. Y
cosa que obligó á Alberto Durero ( siendo varon de
tan conocida virtud) á poner tanto cuidado en sus
diferentes proporciones , para dar luz á los demás .
Porque muchas veces se ha de ofrecer hacer demos-
tracion en una Eva , en una Susana, en martirios ó
historias sagradas, principalmente en un juicio uni-
versal donde se debe pintar con la grandeza y her-
mosura que todas las demás cosas , si bien con la
honestidad y decoro debido ( que hablamos en otro
Lib. 2. cap. 4. lugar ) . Dejo aparte los famosos pintores , que se
han extremado en la licencia , expresion de tanta di-
versidad de fábulas ; y hecho estudio particular de
ellas , con tanta viveza ó lascivia , en debujo y colo-
rido . Cuyos cuadros ( como vemos) ocupan los salo-
nes y camarines de les grandes señores y príncipes
del mundo . Y los tales artífices alcanzan no sólo

grandes premios , pero mayor fama y nombre . Que


yo (séame lícito hablar así ) en ninguna manera les
envidio tal honra y aprovechamiento . Estas tan
Epistola á D. Nuño libres como celebradas pinturas reprende Bartolomé
Mendoza.
Leonardo de Argensola ( ilustre ingenio de España )
hablando de la córte : versos que tenia puestos en
LIBRO SEGUNDO , CAP. VII. 355

este libro cuando los vi despues en el de Carducho ;


pero no me pareció por esto quitarlos .

Luego comienza á conocer los senos


desta gran poblacion , de sedas y oro,
y de pinturas admirables llenos.
Que en ley de l'arte valen un tesoro ,
en la de Dios , él sabe lo que cuesta ;
Leda en el cisne; Europa sobre el toro ;
Vénus pródigamente deshonesta ;
sátiros torpes, ninfas fugitivas ,
Diana entre las suyas descompuesta ;
que las tendria por figuras vivas
quien juzgarlo á sus ojos permitiese,
y en la descompostura son lascivas
pero que ni unos pámpanos creciese
el pincel descortés, ni otro piadoso
velo que á nuestra vista estorbo hiciese .

Por no tenerlo se vió en gran peligro y congoja


(como dijimos) el religioso de la órden de S. Agus- Lib . 2. cap . 3.
tin diciendo misa en la capilla del Juicio , en la igle
sia del mismo santo en esta ciudad .

Tambien es de reparar en la censura que el Dolce Lb. 2. cap . 4.


hizo al que pintó Micael Angel , acerca de la hones-
tidad ; pues no perdonándosele á tan valiente artífi-
ce, menos se debe perdonar á los demás . Paréceme
que oigo á alguno que dice : « Señor pintor escru-
puloso, que poniendo ejemplos de antiguos que des-
nudaban las mujeres para imitarlas perfectamente,
y obligándonos á pintarlas bien ¿ qué remedio nos
da? » Diré, señor licenciado , lo que yo haria : del
natural sacaria rostros y manos con la variedad y
belleza que lo hubiese menester, de mujeres hones-
356 ARTE DE LA PINTURA.

tas, que á mi ver no tiene peligro, y para las de-


más partes me valdria de valientes pinturas, pape-
les de estampa y de mano, de modelos y estátuas
antiguas y modernas, y de los excelentes perfiles
de Alberto Durero . De manera que eligiendo lo más
gracioso y compuesto evitase el peligro ; porque es
Nota. justo que nos diferenciemos en esto los pintores ca-
tólicos de los gentiles, por estar de por medio la ley
de Dios , que nos prohibe todo lo que nos puede pro-
vocar á mal , no sólo á nosotros , pero á los demás ,
con el objeto de cosas deshonestas . Encarecida es
( con mucha razon) la honestidad loable de aquella
gran pintora Marcia , hija de Varron , de la cual se
lée que nunca quiso pintar ningun hombre desnudo ,
por no obligarse á manifestar alguna parte inde-
cente . Y si este parecer y sentimiento no fuere á
propósito, no puedo asegurar el ejemplo de Zeuxis
Estado de las almas y ni el de Apéles , ni el de los que le siguen . Y po-
del Purgat.
dria sucederles lo que cuenta el padre Martin de
Cap. 12.
Roa de un pintor que en su mocedad hizo (á ins-
tancia de un caballero) una pintura deshonesta , la
cual fué ocasion de que padeciesen muchos en el
infierno . Y haciéndole riguroso cargo ante el tri-
bunal de Cristo , por la intercesion de los santos
que habia pintado , se lo libraron en grandes pe-
nas en el Purgatorio , hasta que se quemó la pin-
tura por orden del caballero , que con arrepenti-
miento y buenas obras le grangeó al pintor la li-
bertad . De lo dicho se infiere (como dice docta-
mente el padre Francisco Castro, de la Compañía)
En una obra suya . el daño grande que los pintores cristianos hacen á
sus almas y á las agenas pintando figuras ó histo-
LIBRO SEGUNDO , CAP. VII . 357

rias lascivas, que no menos incitan á la sensualidad ,


que las santas á la virtud y devocion. En lo cual
repararon aun los mesmos gentiles , pues Propercio
atribuye á las pinturas obscenas la corrupcion de
las costumbres en materia sensual , diciendo :

Quæ manus obscenas, depinxit prima tabullas Lib. 2 Eleg. 4.


et possuit casta turpia visa domo.
Ille puellarum ingenuos corrupit ocellos ,
nequit aeque sua noluit esse rudes.

« La primera mano que pintó tablas obscenas y


adornó la casa honesta con torpes objetos de lascivas
pinturas, deslumbró los ojos castos de nobles donce-
llas , estragó su pureza , desfloró su honor y las hizo
sabidoras y partícipes de sus torpezas . » « Por lo cual Lib. 7. Polit .
cap. 17.
Aristóteles prohibe el mirar semejantes pinturas , y
avisa que tengan mucho cuidado los magistrados de
que no haya tales cuadros , ni historias , ni fábulas im-
púdicas, ni de pincel ni de bulto , en las ciudades ,
villas y lugares de su gobierno, por el grave daño Terent. en Eunuch.
(dice Donato ) que causa en las costumbres de los
hombres y mujeres, que suelen ser total ruina y des-
truccion de las casas , de los pueblos , de las provin-
y reinos . Si este sentimiento tuvieron los varo-
cias y

nes sábios de la antigüedad sin luz divina, sólo con


la humana ¿ cuál debe ser el nuestro , que vemos el
daño de tales pinturas y el singular provecho de las
devotas y santas ?» Hasta aquí este autor .
Habiendo dado remate (conforme á mis fuerzas),
á las cinco proporciones racionales con la de la mu-
jer, parece que nos convida Pablo de Céspedes con
dulzura y elegancia á las de los animales : y aun-
358 ARTE DE LA PINTURA .

que yo no ponga más que las que prometi, tendrán


primero lugar sus dos estancias :

Lib. 2 de la pint. El estudio no menos y el cuidado


que pusiste en humanas proporciones ,
á cualquier animal representado
aplicarás , por partes y razones :
al corzo ligerísimo , al venado, .
pero en particular á los leones,
con fuerte garra y con lanudas crines ,
y cierta ley de rigurosos fines.

El hermoso lebrel, el crudo alano


pintado, ser de grande ornato hallo ;
el jabalí espumoso , el tigre hircano ,
y otros en grande número que callo ;
mas sobre todos ten siempre á la mano
el bizarro debujo del caballo ,
con que tanto enriqueza la pintura
el aliento , caudal y hermosura .

Lib. 3 de Simetría. Las cuatro proporciones de animales más usadas


de los pintores , tomé de Juan de Arfe, donde las
escribe brevemente por mayor ; si bien siempre que
se ofreciese debujarlos ó pintarlos es cosa acertada
valerse del natural ó tenerlos estudiados para las
ocasiones que se ofrecen .
Y comenzando de el rey dellos , que es el leon,
Proporcion de Leon.
cuya condicion es noble y cuya fiereza grande ,
es de mediana estatura , tiene vara y sesma de la
planta á lo alto del anca ; el color es leonado , ó
más claro ó más oscuro , toda la piel lisa en todo el
cuerpo, con el cuello y vientre más largo, envede -
jado y oscuro el pelo ; la cola llega como de los
brazos á las ancas, cuatro dedos en cada mano y el
LIBRO SEGUNDO, CAP. VII. 359

pulgar más alto ; las uñas largas ; alza mucho los


piés y manos cuando camina .
El toro se ofrece pintar muchas veces , y con poca Proporcion del
Toro.
diferencia ; el buey á S. Lúcas , y en el nacimiento
de Cristo, y no hay animal más aparejado, ni que
más aguarde por su imitacion . Es el toro animal
cruel , corto de cuello , muy colgado de arrugas , los
cuernos agudos , pardos y negros á las puntas ; suele
tener manchas ; los piés hendidos y las canillas se-
cas ; su altura es vara y media desde el suelo á lo
alto del anca. El buey se diferencia en que parece
algo mayor, más tibio y flaco , y más abierto de
cuernos , como muestra el natural .
Entra en tercer lugar la reina de las aves, el águi- Proporcion del águi-
la real.
la real , que lo es en su condicion , pues lo que caza
lo come en compañía de las otras aves ; es su color
pardo oscuro , el pico ancho y encorvado, los piés
gruesos , los dedos y uñas largas y fuertes, y tiene

tal fuerza en la vista que mira al sol sin que le ofen-


da ; hay muchas varias y diferentes , pero la real
tiene dos tercios de alto , estando derecha, desde el
suelo al nacimiento de las alas .
Con esto me parece será bien no alargar más este
capítulo, y dar principio con la proporcion del ca-
ballo (que será la última) al siguiente , en que me
pienso dilatar algo más ; y en él concluiré con las
demás partes del dibujo .
360 ARTE DE LA PINTURA.

CAPITULO VIII .

DONDE SE ACABAN LAS PROPORCIONES Y PARTES PERTENECIENTES ,


AL DIBUJO .

Del caballo (último animal de los cuatro que pro-


meti) han hecho grandes demostraciones yalientes
pintores, y entre ellos Juan Estradano y Antonio
Tempesta ; pero quien sobre todos ha estudiado el

español con más puntualidad y puesto en modelos


de todo relievo en proporcion y graciosas partes es
Rutilio Gazi , caballero italiano , Azor hoy de Su Ma-
jestad, pero más estimado por famoso escultor . El
cual hermoso animal , por ser tan comun , puede casi
siempre imitar del natural su dibujo y diversos co-
lores , porque hay unos blancos , otros morcillos ,
Proporcion del ca-
ballo. castaños , rucios , tordillos , alazanes y bajos ; tiene
vara y tres cuartas desde la planta á lo alto del
anca: es brioso , alegre , vivo y firme de cuerpo : las
costillas largas y estrechas , las ancas redondas y
partidas, el pecho ancho , los muslos gruesos, el pié
seco y firme, pequeña y seca la cabeza , las orejas
cortas y agudas , los ojos grandes, las narices an-
chas, el cuello alto , las crines largas, y la cola re-
donda y que llegue al suelo .
Pintólo maravillosamente Pablo de Céspedes en
sus versos ( á imitacion de Virgilio) despues de las
dos estanzas arriba referidas , y tomando ocasion de
él , se arrebató en las alabanzas de D. Pedro Fernan-
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII .^ 361

dez de Córdova y Aguilar, tercer marqués de Prie-


go, señor que tratá siempre de agradecer con obras
' grandes los servicios qué se le hacian ( con quien
tuvo estrecha amistad ) , y fué siempre su casa seña-
lada en hacer criar los mejores caballos de España ,
para servir con ellos á sus reyes.
Dijo de esta manera :

Muchos hay que la fama ilustre y nombre Libr. 2 de Pint.


'por estudio más alto ennobleciera
con obras famosisimas , do el hombre
explica el artificio y la manera:
sólo el caballo les dará renombre
y gloria en la presente y venidera
edad, pasando del debujo esquivo
á descubrirnos cuanto muestra el vivo .

Que parezca en el aire y movimiento


la generosa raza do ha venido
salga con altivez y atrevimiento ,
vivo en la vista, en la cerviz erguido ;
estribe firme el brazo en duro asiento
con el pié resonante y atrevido ,
animoso , insolente, libre , ufano ,
sin temer el horror de estruendo vano.

Brioso el alto cuello y enarcado,


con la cabeza descarnada y viva :
llenas las cuencas, ancho y dilatado
el bello espacio de la frente altiva :
breve el vientre rollizo , no pesado
ni caido de lados, y que aviva
los ojos eminentes ; las orejas
altas, sin derramarlas y parejas.
362 ARTE DE LA PINTURA .
Bulla hinchado el fervoroso pecho,
con los músculos fuertes y carnosos :
hondo el canal , dividirá derecho :
los gruesos cuartos limpios y hermosos ,
llena la anca y crecida , largo el trecho
de la cola, y cabellos desdeñosos ,
ancho el hueso del brazo y descarnado,
el casco negro , liso y acopado.

Parezca que desdeña ser postrero ,


si acaso caminando ignota fuente
se le opone al encuentro : y delantero
preceda á todo el escuadron siguiente ;
seguro, osado, denodado y fiero
no dude de arrojarse á la corriente
rauda con que las ondas retorcidas
resuena en las riberas combatidas .

Si de léjos de alarma dió el aliento


ronco, la trompa militar de Marte :
de repente estremece un movimiento
los miembros, sin parar en una parte ;
crece el resuello y recogido en viento
por la abierta nariz ardiendo parte ;
arroja por el cuello levantado
el cerdoso cabello al diestro lado.

Tal las sueltas madejas extendidas


de la fiera cerviz con fiero asalto ,
cuando con los relinchos encendidas
el aire y blanca nieve , á Pelio alto ,
las matas más cerradas esparcidas
al vago viento igual , de salto en salto
en el encuentro de tu ninfa bella
Saturno volador delante de ella .
LIBRO SEGUNDO , CAP. VIII . 363
Tal el gallardo Cylaro iba , en suma,
y los de Marte atroz iban y tales ;
fuego espiraba la albicante espuma
de los sangrientos frenos y bozales .
Tal, con el tremolar de tibia pluma,
volaban por los campos desiguales
con ánimos y pechos varoniles,
los del carro feroz del grande Aquiles .

A los cuales excede en hermosura


el Cisne volador del señor mio :
que la vitoria cierta se asegura
de otra cualquiera en gentileza y brio.
Va delante á la nieve helada y pura
en color, y en correr al Euro frio,
y á cuantos en su verso culto admira
la ronca voz de la pelasga lira .

Salve , gran madre, á quien dichoso parto


digno engrandece de corona y cetro ,
cuyo esplendor se extiende y crece harto
más vivo y puro que el diurno electro ,
rendido el persa, el agareno y partho
á su valor con sonoroso plectro :
si el cielo tiene aún , quien venza y quiebre
de Smirna y Roma el presumir, celebre .

Cuales en torno al carro levantado


de uncidos ferocisimos leones
van al abrigo del materno lado
de estrellas los ardientes escuadrones :
no menor gozo sienta el pecho amado ,
ver, salir de tí tales varones ,
cuya virtud, cual el celeste fuego ,
reluce, y más el gran marqués de Priego.
364 ARTE DE LA PINTURA.
Este, por quien de gloria coronada
viste el eterno honor mil ornamentos,
Córdoba, de laureles adornada ,
y de palmas sus altos fundamentos ;
luz de su ilustre patria levantada
encima á cualesquier merecimientos ,
y es bien razon, que en serlo de ella , sea
de cuanto alumbra el sol y el mar rodea .

Y si tú, grave citara, pretendes


seguir este subido heróico intento ,
y el valor celebrar, donde te inciendes
tanto y alzar tu voz al claro asiento,
no consienten tus fuerzas lo que emprendes ;
que pocas son, y el ya cansado aliento
vuelve , vuelve y conoce la carrera,
que ya tomaste, á proseguir primera .

Arte lib. 2 de Los demás animales, perros , corderos y otros que


Suet. se ofrecen , podrá ver quien quisiera en el autor de
que nos hemos valido , y cuando hallare el natural
para imitarlos , se aprovechará de los de Basano , que
los pintó excelentísimamente , que yo con estos
cuatro me desembarazo, y paso á cosas mayores .

Tercera parte del La Anatomía , que es la tercera parte que perte-


dibujo.
nece al dibujo , sitio , verdad y número de músculos
convenientes á la pintura , se hallarán en Andrés
Vesalio , el cual sobrepujó á todos sus antepasados .
Pero mucho mejor es el doctor Juan de Valverde,
de Amusgo , médico del reverendísimo Sr. D. Fray
Juan de Toledo, cardenal y arzobispo de Santiago , y
discípulo en esta facultad del gran Realdo Colom-
bo. Cuya historia se imprimió en Roma, año de 1556,
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII. 365

debujadas las figuras valientemente de manos de


Gaspar Becerra, ilustre ingenio español . Y fuera de
estas, otros perfiles suyos por tres partes, que andan
casi en las manos de todos los pintores y escultores ,
y otras muchas de Italia . Hallarase tambien en las
anatomías redondas de Juan de Bolonia y en la de
Próspero Brejano (estudiosísimo en esta parte ) , que
corre vaciada de bronce . Y en el Cristo de cuatro

clavos de Micael Angel . Y cuando esto faltara , los


desnudos del Juicio que pintó en Roma , son los
más ciertos músculos y la más segura anatomía ; y
no ha menester el pintor otra más descubierta . Y
así, sobre ellos tirando diestros perfiles nuestro Ge-
rónimo Fernandez, hizo excelentes pedazos de ana-
tomía, de que yo tengo algunos , á quien siguió fe-
lizmente Gaspar Nuñez Delgado , su discípulo, como
lo muestra un brazo y pierna de cera suyos .
Dada esta general noticia de la Anatomía por
mayor, á los más valientes y diestros , y habiéndoles
señalado las fuentes donde se han de enriquecer,

será justo que los menos escrupulosos y presumidos Lib . 2 titul. 5 .


se aprovechen de lo que trabajó Juan de Arfe y Vi-

llafañe , pues no se halla tanto junto en otro autor


maestro que si bien no tuvo tanta gracia en los
perfiles de afuera , como se valió de buenos auto-
res, escribió con verdad en la materia de los múscu-

los ; trabajo que no se debe despreciar , y que los


que no son tan aventajados deben seguir segura-
mente.

La cuarta y última parte perteneciente ( segun Cuarta parte del


nuestra distribucion ) á la grandeza del dibujo , es dibujo.

la Perspectiva , á quien los italianos llaman pros-


366 ARTE DE LA PINTURA .

petiva , y á su imitacion el maestro Francisco de


Medina , Pablo de Céspedes y Fernando de Herrera,
á quien yo pudiera sin nota seguir ; pero en nuestra
lengua se ha de llamar como digo , con la autori-
En su vocabulario. dad del gran Antonio de Lebrija y de muchos doc-
tos . Difinióla un autor moderno , en un libro , de
mano maestra .
Andres García de « La perspectiva no es otra cosa que poner en de-
Céspedes.
» bujo todo aquello que al hombre se le represente
»delante de la vista , estando firme en su lugar y
>> estando firme la vista. » De esta parte habla así el
Giorgio Vasari Vasari : « Basta que las cosas puestas en perspectiva
lib. 1 cap. 16 » sean hermosísimas, tanto cuanto más se muestran
»ajustadas á nuestra vista , y huyendo de ella se
»> alejan , y cuando son acompañadas con varios y
>>gracioso órden de estamentos . Conviene tambien
»que el pintor atienda á hacerlas disminuir con la
>>dulzura de los colores, lo cual nace del gran juicio
»y discreccion . >>
Semejante á esto es lo que dice en sus ilustres
Docum. 127. documentos Leonardo de Vinci , maestro de Rafael :
si bien yo le añado algo de más claridad .
«La Perspectiva necesaria en la pintura se divide
» en tres partes principales : la primera es la dismi-
»nucion que hacen los cuerpos inanimados en diver-
» sas distancias : la segunda es aquella que dismi-
»nuye las figuras vivas , que se muestran en varios
»términos y lugares ( esto es lo que toca al debujo ) :
»> la tercera es la parte que trata de la disminucion
» de los colores . » En todo aquello de que se ha de
hacer demostracion , y de esta última no hay regla
infalible, porque cae ( como se ha dicho ) debajo de
LIBRO SEGUNDO , CAP. VIII. 367

la prudencia del artífice . Deste documento hizo.


otra declaracion el docto ingenio de D. Juan de
Jáuregui , que pongo aquí para honrar estos es-
critos .
« La Perspectiva , arte que se extiende y obra en Docum . 127.
» toda la pintura , se divide en tres partes principa-
» les , de las cuales la primera es la disminucion que
» hacen las cantidades ó tamaños de los cuerpos en
» diversas distancias . Porque segun pretende el pin-
»tor que parezcan apartados de la vista , así los
» debe mostrar disminuidos en lo pintado . La segun-
»da parte es aquella que trata de la disminucion de
» los colores de estos cuerpos . Porque todo color en
» cualquier materia, cuanto más se aparta de la vis-
>>ta , tanto más va perdiendo de su fuerza y su lus-
"tre lo blanco parece menos blanco , lo negro me-
»nos negro , lo rojo menos encendido , y así los de-
>> más colores pierden y amortiguan lo vivo , lo efi-
>>caz, lo brillante al parecer de nuestra vista ; hasta
>>no conocer de qué color sean las cosas ; y en esta
» conformidad debe representarlos el pintor. La ter-
»> cera parte es aquella que disminuye la noticia de
»tos de las figuras ó cuerpos , y de sus términos ó
>> contornos en varias distancias . Porque de léjos no
» se conoce á los bultos , si es hombre ó árbol , pie-
dra ó animal y asimesmo no se distingue aque-
»lla circunferencia y extremidad en que termina el
" objeto ó cuerpo mirado , si es redondo , prolon-
»gado, cuadrado ó en otra forma que si se distin-
» guiera, no juzgáramos el árbol hombre, á la oveja
>>peñasco, ó la torre choza , y otros engaños y am-
> bigüedades , en objetos tan diferentes y tan des-
»
368 ARTE DE LA PINTURA.

>> conformes en sus perfiles , términos ó contornos.


>>Y con esta misma confusion deben pintarse más ó
» menos , segun la distancia á que se pretenda
>> situar. >>
Hizo tambien memoria de la perspectiva Pablo de
Céspedes , con su acostumbrada grandeza , en estas
dos estancias :

Lib. 2 de la Pint. Si enseñarte pudiese los concetos


escritos , y la voz presente y viva
los primores abriera y los secretos
que encierra en si la docta Perspectiva ;
como extendidos por el aire y retos
los rayos salen de la vista esquiva ;
como al término llegan de su intento ,
do paran como en base y fundamento.

Osaré confesar que alguna parte


el contínuo trabajo alcanzar puede ,
por gastar largo tiempo en aquesta arte
Ꭹ la esperanza audaz que al fin sucede ;
de mirar donde acaba y donde parte
el corte de las líneas, y do quede
señalado el escorzo, con certeza
en la leve forma y con mayor belleza.

Explícala más el doctísimo Leon Batista Alberto


en esta manera :

Leon Bat. Alberto. « El pintor se fatiga sólo en imitar las cosas que
Lib. 1 de la Pint . » se pueden ver mediante la luz. Y no hay ninguno
»que ignore que las que no son comprendidas de la
» vista , no tienen que ver con la pintura . La vista es
» la perspectiva ; se hace mediante una pirámide
»compuesta de rayos . La cual es una figura de cuer-
>>po luenga de la basa de cual torcidas las líneas
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII . 369

» de afuera, acaban en una punta , la basa en el cen-


1) tro de la vista de la pirámide , es la superficie de

>> la cosa que se ve , los lados son los rayos visivos


>>que llamamos los últimos . El principio y cabeza
»de todos es el del medio , llamado rayo cén-
>> trico . >>

Discurriendo pues (para mayor claridad) sobre lo


dicho , toda la pureza y perfeccion de la pintura
despues de la práctica y destreza en la mano , adqui-
rida del contínuo ejercicio del diseño ( como se ha
dicho) consiste en el gran conocimiento y uso de la
perspectiva . Y tanto será un artífice más perfecto ,
cuanto en ella fuere más resoluto : como se conoce

en la gran fuerza y perfeccion que Rafael de Urbino


y otros valientes hombres han mostrado en sus
obras , por haber puesto tanto estudio y diligencia
en la perspectiva . Y que de ella procede la fuerza y
bondad en la pintura , la razon es clara, porque el
intento y último fin del pintor no es otro que repre-
sentar y fingir en una superficie plana con delinea-
ciones, sombras y colores, todas las formas y figuras
visibles , y hacerlas parecer con la fuerza del arte ,
en aquel modo y grandeza que segun su postura ,
sitio , movimiento y distancia, proporcionadamente
aparecen á la vista, regulada de un punto donde ne-
cesariamente ha de considerar el ojo que ve el modo
del ver la cosa vista . La distancia, el recibimiento
de las luces, la proyeccion de las sombras, y la im-
presion de los colores . Todas estas partes son el pro-
pio sujeto de la perspectiva, porque el ojo es como
punto y centro de la vista, y es el principio de ella ,
y á quien se refiere la general denominacion suya,
24
370 ARTE DE LA PINTURA.

y á esta causa fué llamada de los griegos ciencia


óptica. El modo de ver se hace mediante la luz , en
forma pirámide , tomada de los rayos visuales que
proceden de la vista , donde es la puerta de la pirá-
mide, y por estos rayos los simulacros é imágenes
de las cosas visibles se imprimen en la potencia vi-
siva . La cosa vista cuya imágen se representa , vie-
ne á ser la basa de esta pirámide , y así forzosamente
ha de ser cantidad sensible, respecto de la superficie
del ver . La distancia entre la vista y lo que se ve ha
de ser proporcionada y conveniente porque siendo
muy remota, ó muy propincua, las cosas visibles no
pueden ser reprendidas de la vista ni representadas
de la pintura . Y así la distancia ha de responder á
la vista con cierta razon y proporcion de ángulos ,
porque la grandeza de las cosas que vemos tanto
parece mayor ó menor, cuanto de mayor ó menor
ángulo viene comprendida de la vista . Y esta gran-
deza de los ánimos visuales se altera mudándose la
distancia, y se viene á variar el aspecto . Y por esta
causa se ha de tener entera noticia de la figura y
cantidad que tienen los cuerpos en su propia forma,
para saber los que disminuyen y si se acortan á la
vista por la distancia y variedad de los ángulos . El
recibimiento de las luces y la impresion de los co-
lores son entre sí tan conjuntas , que en lo que toca
á la vision es imposible dividirse : así de la altera-
cion de la luz proceda la alteracion de los colores ,
recibiendo en los cuerpos mayor impresion de los
colores , aquellas partes que más rectamente ex-
puestas al luminoso : y por el contario quedando
más oscuras las que más oblicuas estuvieren . Y en
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII. 371

los intermedios de estos extremos , las impresiones


serán tanto más , ó menos intensas , cuanto más ó
menos participaren de esta direccion y oblicuidad . Y
esta misma razon es en la proyeccion de las som-
bras, porque echando la luz sus rayos por líneas rec-
tas continuadas , bañando de su resplandor la diafa-
nidad del aire ( si no halla impedimento de algun
cuerpo opaco que le resista ) dejando á sombradas
aquellas partes donde no pueden tocar, y circuns-
cribiendo el cuerpo con los mismos rayos , forma la
sombra dél , la cual sigue la figura del cuerpo hum-
broso , de cantidad mayor ó menor segun la propor-
cion que el luminoso tuviere al opaco . Son estas lu-
ces de diversas calidades , y así hacen varias impre-
siones en los colores ; porque unas son primarias ,
otras redundantes , ó son de cuerpos celestes , ó de
fuegos artificiales , y así requieren grandísima dis-
crecion en el fingir y sitiar la luz, para que los cuer-
pos descubran sus golpes y sentidos con suavidad y
hermosura en la pintura . Y si los grandes matemá-
ticos y perspectivos , como Alhacen , Vitellion , Eu-
clides, Ptolomeo y el Comandino , y otros muchos ,
que de perspectiva , así práctica como especulativa-
mente han tratado con tanto ingenio y dificultad ,
hacen las demostraciones de esta ciencia sobre al-

gun cuerpo simple y de regular composicion : bien


se sigue cuán maravilloso ingenio y artificio se re-
quiere, para concordar y proporcionar tanto núme-
ro de cosas y ponerlas en perfeccion , representando
y fingiendo en la superficie que se pinta ; la cual se
imagina ser la basa y comun seccion de la univer-
sal pirámide visiva , regulada de un punto ; y en es-
372 ARTE DE LA PINTURA.

ta superficie y comun seccion quedan representadas


las imágenes de todas las cosas visibles que pueden
ofrecerse , donde se fingen tanta diversidad de cuer-
pos , de tan extrañas y diferentes figuras y especies,
cuantas naturaleza y arte producen : unos animados ,
otros inanimados ; unos regulares, otros irregulares ;
rectos y oblícuos, opacos y trasparentes , lúcidos y
tersos, y cada uno compuesto de varias superficies
y en diferentes sitios , inclinados y revueltos á di-
versas partes, y que previenen á la vista con tanta
diversidad de aspectos . Y por ser variamente toca-
dos é iluminados de la luz y colores , causan unos
con otros varias interposiciones y oscuraciones, re-
flejos y reverberaciones ; pues de la perfecta dispo-
sicion de estas cosas puestas en rigor precisamente,
aplicando á las leyes y preceptos de la perspectiva
la observancia del natural , y la facilidad en la prác-
tica, se viene á conseguir con suma perfeccion el fin
deseado en la pintura , mostrándonos en el plano las
formas y figuras fingidas , tan al vivo , que realmente
parecen por la semejanza de la verdad , que tienen
cuerpo y movimiento ; y con deleite y satisfacion
del ánimo dejan la vista engañada como dijo nues-
Lib. 2 , cap . 4. tro poeta (cuya sentencia habemos traido á otro pro-
pósito).

Garcil. églog 3. Tanto , que al parecer el cuerpo vano


pudiera ser tomado con la mano .

La gloria de las demostraciones se queda á Leon


Bautista Alberto , á Alberto Durero, á Jácome Viño-
la y otros muchos, y últimamente á Juan Uredeman
Frisio, en sus doctos libros impresos año 1604 que
LIBRO SEGUNDO , CAP. VIII . 373

tratan esta materia de propósito , lo cual ocupará sin


dula todo este volúmen . A ella pertenecen los es-
corzos de que hablaré más un poco , ó los valientes
de Italia , despues de haber oido á Pablo de Cés-
pedes .

Acórtase por esto y se retira Lib. 2 de la pintura .


el perfil que á los miembros ciñe , y parte ,
asimismo escondiéndose á la mira, Reparo del P.
y desmiente á la vista una gran parte : Pedro Esquivel .
donde una gracia se descubre y mira
tan alta, que parece que allí la arte
ó no alcanza de corta , ó se adelanta
sobre todo artificio , ó se levanta .
Posserino en su
Esto llaman escorzo , introducido , Biblioteca dice , que
Escorzado viene de
que en la habla comun se entienda y nombre ,
la palabra latina,
de tierras extranjeras conducido decurtare, que es
trajo con la arte misma é mismo nombre : acortar porque se
ora, pues, ni el trabajo conocido pone aquella parte
en breves líneas.
tal vez te haga acobardar , ni asombre ,
ni la dificultad severa pueda
romperte el paso á la sublime rueda .

¿Qué dice el Vasari ?


Giorgio Vasari.
«Han hallado nuestros artífices en los escorzos lib . 2 cap. 17.

>>una maravillosa advertencia, que es hacer que las


» cosas parezcan de mayor entidad que ellas son ,
»porque siendo á nuestra vista una cosa dibujada en
» pequeño espacio y que no tiene la altura ó anchu-
»ra que muestra, con la groseza , perfiles, sombras y
» luces , lo hace parecer mayor, y que sale afuera
» del cuadro . En esta parte no ha habido jamás pin-
>>tor igual á nuestro Micael Angel , ni ninguno lo po-
»drá mejor ejecutar , habiendo hecho divinamente
374 ARTE DE LA PINTURA.

» sus figuras, que parecen de relieve , en virtud de


» los modelos formados primero en barro ó cera ,
>>como cosa que aguarda firme más tiempo que el
» vivo. De allí sacó los contornos, luces y sombras,
»con que se aventajó á todos los demás . Nuestros
»viejos ( como amadores del arte ) hallaron modo.
»para poner las figuras en perspectiva por vía de
>> líneas . »

Hasta aquí este autor .


En estas últimas razones parece que habia visto
el libro de Alberto Durero , que más felizmente que
ninguno trató científicamente de los escorzos , por
líneas paralelas ; á quien siguió despues Juan de
Arfe, cuyas palabras importa referir para lo que he
de decir despues :
Juan de Arfe Lib. «Escorzo se llama el relieve que se muestra por
2 uit. 4.
»arte perspectiva en las cosas dibujadas segun se
»oponen á la vista , cuya demostracion tratarémos
»por una regla infalible que escribió más largamen-
>>te Alberto Durero , aleman, clarísimo pintor, y muy
» ejercitado en las ciencias matemáticas , en su cuar-
»to libro de Simetria y recta forma del cuerpo huma-
no . » Hasta aquí Arfe .
Lo que quiero decir es que , de este cansancio y
multitud de líneas ( como afirmaba el doctor Juan
Arias de Loyola , insigne matemático), ahorró Mi-
cael Angel en sus escorzos , valiéndose de la red ó
cuadrícula , puesta delante de sus modelos, á quien/
este docto varon llama instrumento mecánico , pero
ciertísimo y usado de muchos valientes , como ade-
lante verémos . Y en cuanto al uso de los escorzos ,
oigamos al Dolce , que tiene linda eleccion , como
LIBRO SEGUNDO , CAP. VIII. 375

nos lo ha mostrado en tantas partes de esta obra .


Dice así :
« Sucede tal vez que las figuras ó alguna parte de Ludovico Dolce ,
« ellas escorcen , lo cual no se puede ejecutar sin Diálogo Aretiuo.
»gran juicio y discrecion , y así se deben usar los
» escorzos raras veces , porque cuanto son más raros ,
>>tanto causan mayor admiracion . Y mucho más.
» cuando el pintor, obligado de la estrechez del si-
>>tio, hace en pequeño espacio una gran figura , por
»>mostrar que no ignora esta parte . » Y pasa ade-
lante :
«Conviene que sepais que el pintor no ha de al-
» canzar alabanza de una parte sola, mas de todas
»aquellas que acompañan á la pintura , y más de las
» que más deleitan ; porque siendo la pintura ejerci-
>>
»tada principalmente para deleitar, si el pintor no
>>deleita queda oscuro y sin nombre . Este deleite no
» lo entiendo de aquello que agrada al vulgo, ni aun
»á los entendidos , á la primera vista ; mas de aque-
» llo que se descubre y engrandece cuanto más se
» mira y se torna á mirar, como acontece en los bue-
»nos poemas , que mientras más se leen tanto más

>> deleitan , y más acrecientan el deseo de volverlos


» á leer. Los escorzos son entendidos de pocos , y así
» deleitan á más pocos , y á veces á los entendidos
» cansan más que deleitan . Pero sé decir que cuando
» están bien ejecutados engañan la vista del que
>> mira, estimando mucho que aquella parte peque-
» ña tenga toda su grandeza y proporcion : que es 10 plin . lib . 35 cap .
10.
"que leemos en Plinio cuando Apéles pintó á Ale-
»jandro Magno en el templo de Diana Ephesia, con
>>un rayo en la mano, que parecia que los dedos
376 ARTE DE LA PINTURA .

»eran de relieve y que el rayo salia fuera de la ta-


>>bla ; lo cual no podia fingir el artífice sino por vía
} de escorzo . » Hasta aquí el Dolce.

No olvidó Pablo de Céspedes esta famosa tabla,


con otra obra de Apéles , en sus elegantes versos ,
pues dijo en la estanza 74 :

Lib. 2 de la pint. ¿Qué dire de la tabla que desvia


el fulminante brazo , y los colores ?
Vivo parece, y viva fuerza envia
el golpe, entre fingidos resplandores ,
al cual se rindió l'Asia , y la porfia
de los Parthas , huyendo vencedores .
¿Y la pintura tan subida y nueva
que con relinchos su caballo aprueba ?

Cierro este punto (de los escorzos) con el parecer


del gran Leonardo Vinci , por si alguno lo quisie-
re seguir : dice de esta suerte :
Docum 52. (( Haciendo una figura sola , huye del escorzo así de .

» las partes como del todo , por no combatir con


» la ignorancia de los indoctos del Arte . Mas en las
>> historias , principalmente en las batallas , usa de

> ellas en todos los modos que te ocurrieren . »


Lib. 2 de la pint. Del instrumento de la cuadrícula , tan celebrado
de los italianos ( particularmente de Leon Batista
Alberto ) , y del modo de usar de él , habló el buen
racionero con tanta gracia y claridad como de las
demás cosas , y así , será mejor oírselo á él , y más
sabroso el fin de este capítulo :

Lib. 2 de la pint. Bien hay donde extender la blanda vela


por ancho campo , donde el fin no es cierto ;
y traer mil precetos , que la escuela
tuvo de los antiguos, y concierto ;
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII. 377
377
mas mientras la intencion más se desvela
más cerca pide el deseado puerto ,
con todo descubrir el fin se debe
del camino más fácil y más breve.

Y para mayor luz sabrás , que hay una


industria con que muchos han obrado ,
y acudiendo el favor de la fortuna
y el suceso al estudio, y el cuidado ;
sus pinturas ilustres una á una
las colocaron en tan alto grado
tan firmes , que la fuerza no ha podido
del tiempo oscurecerlas, ni el olvido .

Harás de cuatro listas bien labradas


que entre sí puedan encajarse un cuadro ,
y por iguales trechos señaladas
á la redonda sean del recuadro
de señal á señal atravesadas
vayan las hebras á encontrarse en cuadro :
cual el vario Axedrez suele mostrarse
y de ébano y marfil diferenciarse .

Pondrás como quisieres la figura


en tabla ó en papel representarla :
en la cual se descubra en la Escultura
un movimiento vivo en que mirarla ,
de suerte la acomoda en la postura
que habrás despues con tintas de pintarla ;
si aspira el noble pecho á la alta gloria
que da de siglo á siglo la memoria .

El ya dicho instrumento en medio puesto


de esta figura y de la opuesta vista ,
la membrana ó papel tendrás dispuesto ;
de tu debujo con razon consista ,
378 ARTE DE LA PINTURA.

un trazo sube por derecho enhiesto ,


y corra por través la ciega lista
con otros tantos cuadros y señales
todas al justo , ó todas desiguales .

Y luego mirarás por donde pasa


cierto el contorno de la bella idea ;
de rincon en rincon , de casa en casa ,
de aquella red que contrapuesta sea ;
á tus cuadrados los perfiles casa
Lápiz negro . con oscura Ematite do se vea
el escorzo tan justo con efecto
igual en todo al imitado objeto .

Por no haber hecho hasta ahora mencion, de la

Arquitectura, y excusarlo adelante , y ser tan forzo-


sa á nuestra arte , viene bien rematar con ella las
partes del Debujo . Muchos valientes pintores la han
estudiado de propósito , y si dijese que han sido los
mejores arquitectos , no me parece erraria . Y así,
digo, que como fuese sin menoscabo de las demás
partes de la pintura (que habemos dicho) , seria útil
el estudiarla de propósito para los edificios , tem-
plos y casas que se ofrecen poner en ejecucion . Te-
niendo buena noticia de las cinco órdenes , de las
medidas , diferencias de miembros y ornatos que á
cada una de ellas pertenece . Porque el que es aven-
tajado debujador ( cosa cierta es ) enriquece y ador-
na más gallardamente sus trazas , siendo de ordina-
rio los que estudian la Arquitectura canteros, alba-
ñiles y carpinteros , los cuales aprenden de los li-
bros las medidas ; pero no los adornos ni la gala de
los recuadros , cartelas , tarjas y ornatos caprichosos ,
bizarría de remates , festones , grutescos , mascaro-
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX. 379

nes y serafines , y otras mil galas que usan los pin-


tores y escultores, como Gerónimo Fernandez , Fran-
cisco Merino , Pablo de Céspedes y Antonio Mohe-
dano en su Arquitectura . Y de esto no hay nada La Anatomia , la
perspectiva , la ar-
escrito ni estampado , de que poderse aprovechar , quitectura no la po-
si bien en lo demás puede seguir cada uno el autor diaqueyosus
tratar mejor
mesmos
que más le agradare (pues son muchos ) , á quien le autores . Y por esta
remitimos . causa la dejo en sus
manos por más
Veneracion .

CAPITULO IX .

DEL COLORIDO Y DE SUS PARTES .

Es el colorido la tercera y última parte de la pin-


tura (como se dijo en el capítulo primero de este
segundo libro) . Es la parte con que más se declaran
y distinguen las cosas naturales y artificiales , y aun-
que no cae debajo de preceptos infalibles como el
dibujo (y por esta causa está reducido á opiniones
y caminos diferentes ) todavía los grandes artífices
han hablado y escrito mucho de él , para guiar á
los demás , de cuyos pareceres y sentencias haré-
mos una rica tela , para dar bastante luz de este
arte . Pero será justo comenzar por los colores ,
cuántos y cuáles sean los verdaderos , y de esto oir
á quien habla más científicamente , que es Leon Ba-
tista Alberto , en esta manera :

1. « Dícese que Eufranor, pintor antiguo, escribió Lib. 1 de la pint.


380 ARTE DE LA PINTURA.

» de colores , mas estos escritos no existen . No des-


»precio á los que filosofando disputan que la espe-
»cie de los colores son siete , y que el blanco y el
»negro son los dos extremos , entre los cuales hay
>>uno en el medio ; y que entre estos dos extremos y
» el medio de cada parte hay otros dos , y uno de
>>estos dos se acerca más al extremo .>>
2. «Mas bástale al pintor saber cuáles son los co-
» lores , y de qué modo se haya de servir de ellos :
»yo no queria ser reprendido de los que saben más,
» los cuales ( siguiendo á los filósofos ) dicen que en
>>naturaleza de las cosas no se hallan sino los ver-
>> daderos colores , que son el blanco y el negro : y to-
» dos los otros nacen de la mezcla de estos . Yo , como
»>pintor , lo entiendo de esta manera , que mediante
»juntarse entre sí , nacen otros muchos . »
3. « Pero acerca de los pintores, cuatro son el gé-
»nero de los colores , como son cuatro los elemen-
» tos , de los cuales se sacan muchas especies , por-
»que lo que parece al fuego es colorado , y al aire
>>el azul , y al agua el verde, y á la tierra el pardo ó
>>ceniciento ; y todos los demás salen de estos . »
4. «Son el género de colores ( como se ha dicho)
» cuatro, los que con el blanco y el negro se engen-
» dran innumerables especies ; vemos las hojas de
los árboles verdes perder tanto de su color , que
»poco a poco quedan blancas : lo mismo vemos en
» el aire , el cual tal vez por tomar algun vapor blan-
>>co del horizonte, participa su propio color : demás
>> desto vemos las rosas , algunas de las cuales son
» tan encendidas , que imitan al carmin , otras pare-
» cen á las mejillas de las doncellas , otras á la blan-
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX . 381

» cura del marfil . Hasta la tierra toma el color en


>>virtud del blanco ó del negro . »
5. «No , pues, el ajuntamiento del blanco muda el
» género de colores , mas producè y cria otra especie,
»y con la misma fuerza lo hace el negro, aunque de
»este nacen muchas especies . Porque este color me-
» diante la sombra se altera , aunque primero se vea
"manifiesto . Así, creciendo las sombras , la claridad
»y blancura del color falta, y creciendo la luz apa-
» rece más cándida . Y por esto se puede persuadir al
"pintor que el blanco y el negro son verdaderos co-
» lores y alteradores de los demás . » Y concluye :
6. «Puesto que el pintor no ha hallado más que
» el blanco , mediante el cual pueda exprimir el úl-
>>timo candor de la luz, ni con que pueda represen-
>>tar la oscuridad de las tinieblas mejor que con el

» negro, así, tú no hallarás más en alguna parte que


» estos dos , libres de los otros . »
No menos doctamente discurre Leonardo de Vin-

ci en el grado de los colores , y con más brevedad y


claridad dice :

«El blanco es el primero en el órden de colores sim- Docum . 60.


» ples , el amarillo el segundo , el verde el tercero ,
>>el azul el cuarto , el colorado el quinto, y el negro
» el último . El blanco por la luz , el amarillo por la
>>tierra , el verde por el agua , el azul por el aire , el
>>colorado por el fuego , y el negro por las tinieblas
»y oscuridad . » Y más abajo :
« El azul y el verde no son simples por sí , porque Docum . 62.
» el azul es compuesto de luz y de tinieblas . El ver-
» de es hecho de un simple y de un compuesto , esto
» es de azul y amarillo . »
382 ARTE DE LA PINTURA .

Volviendo , pues , al colorido (como el que habló


tambien de todo) , comenzará Ludovico Dolce así :
Diálog. Aretino. «Vengo al colorido ; de cuánta importancia sea,
» nos dan bastante ejemplo aquellos pintores que no
>> sólo á las aves y caballos engañaron , mas á los
»mesmos artífices . » Y luego :
« Esto nos da á entender el mucho cuidado que
» ponian los antiguos en el colorir , porque sus cosas
»imitaran á las verdaderas . Es cierto el colorir de

» tanta importancia y fuerza que cuando el pintor va


»> imitando bien las tintas , la morvidez de las car-
»nes , y la propiedad de cualquier otra cosa, hace
»parecer sus pinturas vivas, y tales que no les falta
»más que el respirar. »
Cap. 1 de este 2 Hicimos division del colorido en tres partes , con-
libro. Parte 1 del viene á saber: hermosura , suavidad y relievo : de la
colorido.
LA HERMOSURA . primera parte que es la HERMOSURA , se ha hablado .
asaz en muchas partes de esta obra, conforme á las
ocasiones y propósitos que se han ofrecido : ahora
conviene acomodarla al colorido . Porque es cierto
que la pintura hermosa, con la propiedad que tiene
cada sugeto , es la que entre todas se lleva la ven-
taja, y generalmente agrada á todos , sábios é igno-
rantes como lo vemos en el natural , que una mujer
hermosa, un lindo niño , un viejo ó vieja de buena
gracia y agradable semblante , lleva los ojos de to-
dos tras sí, y lo feo y oscuro es desagradable , aun-
que sea natural . Así lo dice Leon Batista Alberto .

Lib. de la pint. 7. 7. «Nosotros habemos aprendido mediante el uso


» de pintar, que la naturaleza aborrece lo oscuro y lo
hórrido , y cuanto más sabemos tanto más inclinamos.
>>la mano á la gracia y gentileza, y así naturalmen-
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX. 383

»te amamos las cosas claras y abiertas . » Y más ade-


lante :

«Yo querria que el género y especie de colores


» en todo cuanto se quisiere hacer , se viesen con
» cierta gracia y gallardía en la pintura . Y entonces
»> sucederá esto , cuando los colores se juntaren unos
ȇ otros con advertida diligencia : como si pintase
»á Diana que guia un baile ó danza , entonces seria
>> conveniente vestir la ninfa que está más cerca de
»un trapo verde claro , la otra de blanco , la otra de
»rojo y la otra de amarillo . Y demás de esto ( por
»medio de la diversidad de colores) de tal manera
» estén vestidas , que siempre los colores claros se
»junten con los oscuros ( aunque sean de diverso
» género) y de aquel ayuntamiento proceda ( me-
» diante la variedad ) mayor gracia y ( mediante la
» competencia) mayor belleza . » Y prosigue :
8. « Verdaderamente entre los colores hay una
» cierta amistad , que junto el uno con el otro , le
» acrecientan más HERMOSURA , porque si se mete el
» color rojo enmedio del azul , y del verde , les aña-
» den un nuevo lustre y decoro . El color cándido ,
» no solamente al pardo ó cenizo causa alegría, mas
>>casi á todos los colores . »
9. « Los colores oscuros están , no sin dignidad ,
» entre los claros ; y de la misma manera los claros
»se colocan bien entre los oscuros . »
<<
Dispondrá pues el pintor para la historia esta va-
» riedad de colores tan convenientes que habemos
» dicho . »>

La union y suavidad es lo segundo importantísi- 2 parte del culorido


LA SUAVIDAD.
mo á la pintura.
384 ARTE DE LA PINTURA.

1 part . cap . 18. « La union (dice el Vasari) es una discordancia de


» colores diversos,-juntos y acordados entre sí ; los
>> cuales muestran diferentemente las partes de las fi-
"guras como las carnes distintas de los cabellos , y
» los paños de diferente color separados unos de otros . »
« Cuando estos colores se ponen en la obra encen-
» didos ó muy vivos , con una discordancia desapa-
» cible, y tal que son teñidos y cargados de mucho
» cuerpo (como usan algunos pintores) el dibujo vie-
» ne á ser ofendido , de manera que las figuras antes
» parecen metidas de aquel color, que pintadas con
»el pincel : el cual las realza y asombra, y hace pa-
» recer de relievo y naturales . » Y pasa admirable-
mente adelante .

Todas las pinturas sean á óleo ó fresco ó temple,


se deben hacer de tal manera unidos sus colores ,
que aquellas figuras que en la historia son las prin-
cipales, estando delante , se conduzcan sus colores
claros , y los paños de la mesma suerte , y las que
van disminuyendo y entrándose más adentro , va-
yan pareciendo poco á poco en el color de la carne
y en las ropas más oscuras , y principalmente se tenga
grandísima advertencia de poner siempre los colo-
res más alegres , deleitables y hermosos , en las fi-
guras principales , y que justamente son enteras y
no medias y las más vistas y consideradas . Y las
otras que sirven casi siempre por campo de ellas ,
sean coloridas con colores más fuertes , que así ha-
cen parecer más vivas las que están á su lado . Por-
que los colores melancólicos y pálidos , hacen más
alegres los que tienen junto á sí y de una resplan-
deciente belleza .
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX. 385

No se deben vestir los desnudos de colores tan

cargados, y de tanto cuerpo , que dividan la carne


del paño cuando el paño atraviesa el desnudo , más
el color de las luces del paño sea claro y semejante
á la carne , ó amarillo , ó rosado , ó violado , cambian-
do los fondos oscuros con verde , azul ó morado . Que
unidamente se acompañen en el girar de las figuras
en su misma sombra , de la suerte que vemos en el
vivo , que las partes que se avecinan más á la vista
tienen más de luz, y las otras pierden de ella y del
color.

Así en la pintura se deben gastar los colores con


tanta union que no se deje un oscuro y un claro
desagradablemente oscurecido , ó realzado , de ma-
nera que hagan discordancia, ó desunion desapaci-
ble , salvo en los batimientos , que son las sombras
cortantes que hacen las figuras que están delante la

una de la otra, cuando la luz hiere en la primera y


asombra á la segunda . Y aún en esta ocasion quie-
ren ser las sombras unidas con dulzura, porque quien
hace esto sin órden hace antes un tapete ó una pin-

tura de naipes , y no carne neida , ó paño mórbido ,


ó cosa esfumada, delicada y dulce .
Ejemplo.
Porque de la suerte que las orejas quedan ofendi-
das de una música que hace estruendo y disonancia ,
así quedan los ojos ofendidos de los colores muy
cargados , ó muy crudos , porque siendo muy encen-
didos ó muy vivos ofenden el dibujo , como lo de-
masiadamente soplado parece cosa vieja y muerta ,
pero ha de caminar siempre entre estos dos extre-
mos, usando de dulzura y fuerza .
Tambien se han de variar las carnes, haciendo los
25
386 ARTE DE LA PINTURA .

niños y mancebos más frescos que los viejos , jun-


tando lo tierno y lo carnoso con lo seco y arrugado ,
que hace una maravillosa consonancia .
En esta pintura dulce y unida, se conocerá la in-
teligencia del artífice, y con la suavidad del colo-
rido saldrá la bondad del dibujo , dando á la pintu-
ra belleza y relieve .

Hasta aquí el Vasari y prosigue el Dolce .


Dialog. Aretino. Es la principal parte del colorido la contraposi-
cion que hace la luz á la sombra , á que se da un
medio que une el un contrario con el otro , y hace
parecer las figuras redondas, y más ó menos distan-
tes (segun la necesidad) debiendo el pintor advertir
que al colocarlas no hagan confusion . En que es
forzoso igualmente el conocimiento de la perspecti-
va para el disminuir de las cosas que se apartan y
fingen léjos . Mas conviene atender siempre á las
tintas principalmente de las carnes y á la suavidad ,
porque muchos hacen algunas que parecen de jaspe
así en el color como en la dureza , y las sombras son
tan crudas que las más veces acaban en puro negro .
Otros las hacen demasiado de blancas , otros dema-
siado de rojas ; yo gustaria que fuese el color algo
trigueño , antes que desconvenientemente blanco , y
desterraria de mis pinturas las mejillas encendidas
y lábios de coral , porque tal vez parecen máscaras .
Lo moreno claro fué muy usado de Apéles , y por
esto Propercio , reprendiendo á su Cintia que se afei-
taba, le dice, que deseaba que mostrase tal limpieza
en el color cual se veia en las tablas de Apéles .
Verdad es que las tintas se deben variar conside-
rando la edad y sexo ; porque un color conviene á la
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX. 387

doncella , otro al mancebo , otro á la mujer anciana,


otro al viejo : y no conviene al trabajador, el que á
un delicado gentil hombre .
Es necesario tambien que la pinta de los colores
sea unida y suave , de modo que represente el na-
tural y no ofenda á los ojos con los perfiles de afue-
ra ( los cuales no hace la naturaleza ) ni con la ne-
grura de las sombras crudas y desunidas .
Así la principal dificultad del colorido está en la
imitacion de las carnes , y consiste en la variedad
de las tintas y en la suavidad y morbideza de ellas .
Conviene despues saber imitar los colores de los pa-
ños , sedas y oros de todas calidades , con tanta des-
treza que se vea la ternura ó dureza más ó menos ,
segun que á la condicion y variedad de cada cosa
conviene . Háse de saber fingir el lustre de las ar-
mas, la oscuridad de la noche, la claridad del dia ,
los relámpagos, fuegos y lumbres , agua, tierra, yer-
bas , peñas , árboles , prados, flores , frutas, edificios.
y animales , y tantas cosas y tan vivas, que no har-
ten jamás los ojos de quien las mira .
Ni crea alguno que la fuerza del colorido consiste
en la eleccion de hermosos colores, como lindo car-
min , lindo azul ó lindo verde y otros semejantes,
porque estos colores son hermosos de por sí, sin que
se pongan en la obra ; consiste , empero , en el sa-
berlos manejar convenientemente . Ultimamente ,
procure el pintor que sus figuras muevan los áni-
mos , algunas turbándolos , otras alegrándolos , otras
inclinándolos á la piedad, otras al desprecio, segun
la calidad de las historias . Y faltando en esto pien-
se no haber hecho nada.
388 ARTE DE LA PINTURA .

Todo esto es del Dolce :


Lib. 1 . cnp. 4. Que atribuye, con razon , tanta variedad de afec-
tos y pasiones á los colores, porque ( como habe-
mos dicho) cualquiera cosa que sobreviene á la
compuesta de materia y forma es accidente, y los
colores son accidentes que llevan la pintura á su
última perfeccion . ¿ Qué dice Leonardo de Vinci
del colorido y suavidad ?
Docum . 5. «Tú que quieres agradar á diversos juicios, harás
en una historia que haya cosas de grande oscuridad
notoria la
y de gran dulzura de sombras , haciendo
causa de esta diferencia . »
25. « Las figuras de cualquier cuerpo se obligan á se-
guir la luz en la cual tú finges que están, si mues-
tras que están en el campo cerca las de gran suavi-
dad de luz , no habiéndose descubierto el sol , y si el
sol sale á verlas, serán muy oscuras sus sombras
respecto de la parte iluminada . »
24. « Si finges la figura dentro de una caja oscura y la
miras de afuera, harás esfumadas las sombras, que
le dan mucha gracia, y honor á su imitador, por ser
de gran relieve , y sombras dulces y suaves , princi-
palmente en aquella parte donde se ve menos la os-
curidad de la habitacion . »
44. « No hagas el fin de las figuras de algun color di-
ferente del propio campo , porque no cause perfiles
oscuros entre las figuras y el campo . »
160. «Donde la sombra confina con la luz tendrás res-

peto donde es más clara que oscura, y donde ella es


más o menos esfumada, respecto de la luz . Y sobre
todo te acuerdo que en los mancebos no la hagas
determinada ó desunida , como hace la piedra, por-
LIBRO SEGUNDO , CAP . IX . 389

que la carne tiene un poco de lustre trasparente ,


como se ve en una mano puesta delante del sol , que
parece más encarnado y resplandeciente ; y si quie-
res ver qué sombra conviene á la carne, la harás
sobre la pintura con tu dedo, segun la quisieres
más clara ó más oscura, más cerca ó más léjos . >>
«Usa de la regla que causan los rayos del sol en 57.

el arco celeste si quieres hacer que la variedad de


un color dé gracia á otro , porque se acrecienta la
hermosura del claro junto al oscuro . »
«Yo he observado este documento con atencion colores del arco del
en los colores del íris , y los pondré aquí para quien cielo.

los quisiere imitar con puntualidad , que están ma-


ravillosamente compartidos . Comienza en un mora-
do alegre, llégasele el carmin y blanco , que hace
un gracioso rosado ; júntase con el bermellon y
blanco mezclado entre sí, y á este el hermoso ama-
rillo gualdado , al amarillo el verde claro, luego el
lindo azul , que remata en otro morado , como co-
menzó ; únese con tanta suavidad el un color con
el otro, que se pierde en tocando á su compañero ,
contendiendo cada cual en aventajarle en viveza y
hermosura . » Añade Leonardo :
« Demuestra la variedad de los colores , cerca de 59.
la parte iluminada , y los campos de las figuras ,
con advertencia, que si es la figura clara sea el .
campo oscuro, y claro si la figura es oscura . Con-
vienen bien entre sí el verde , el colorado y el mo-
rado, y el amarillo y azul . »
Y porque acabemos este capítulo dulcemente, 115.
pues trata de la hermosura y suavidad del colorido ,
sea el Dolce quien ponga la última mano en él ,
390 ARTE DE LA PINTURA .

pues la tiene tal . Pone tres valientes coloridores ,


por ejemplo , para que siguiendo cada uno al que
fuese más conforme á su inclinacion y natural , se
acreciente y mejore en esta parte tan ilustre ; irán
por el órden que los pone , dejando otros muchos á
quien se podrá tambien seguir.
Dice así :
Dialogo Aretino. «Sobrepujó en el colorido el gracioso Rafael de
>>Urbino á todos cuantos pintaron antes de él ; así á
» óleo como á fresco, y á fresco mucho más ; y afir-
>mo que sus cosas pintadas en pared vencen al co-
»
>>lorido á óleo de muchos valientes maestros ; y son

>> esfumadas y unidas con bellísimo relievo, ' y con


>>todo aquello que puede hacer el arte . »
Y haciendo memoria de Iulio Romano , discípulo
del mismo Rafael , dice :
« Mas fué vencido del colorido y de la gentil ma-
» nera de Antonio Corregio , hermosísimo maestro .
>> Del cual en Parma se ven pinturas de tanta belle-
»za , que parece que no se pueden desear mejores .
» Es verdad que fué más hermoso coloridor que de-
>» bujador. » Y concluye :
« A Ticiano sólo se ha de dar la gloria del perfeto
» colorir, la cual no alcanzó ningun antiguo, y él
>>caminaba á la par con la Naturaleza , y todas sus
» figuras son vivas, y se mueven, y las carnes tiem-
»> blan. No ha mostrado en sus obras hermosura vana,

»mas propiedad conveniente de colores ; no ornatos


afectados , mas solidez del maestro ; no crudeza ,
»mas lo pastoso y tierno del natural, y en sus cosas
»>< la luz y sombra se pierden y disminuyen con aquel
»mesmo modo que lo hace la mesma Naturaleza ; y se
LIBRO SEGUNDO , CAP. IX. 391

conoce claramente que ella lo hizo pintor . Y final-


>>mente , es en la pintura divino y sin par , y no se
» desdeñara el mesmo Apeles, si viviera, de honrar-
>> lo . » Todo esto es de Dolce .
Si no los he entendido mal , ilustremente nos han
enseñado en la materia del colorido los cuatro va-

lientes sugetos presentes . Y todos nos encaminan á


la imitacion del natural ( como lo habemos dicho
en muchas partes destos tratados , y lo contrario se
debe tener por sospechoso) , y así Pablo de Céspe-
des , grande imitador de la hermosa manera de An-
tonio Corregio , y uno de los mayores coloridores
de España , á quien puedo decir con razon que le
debe la Andalucía la buena luz de las tintas en las
carnes , como lo tiene mostrado en esta ciudad , y
en Córdoba, su patria , en el famoso retablo del co-
legio de la compañía de Jesus de aquella ciudad,
en el cuadro principal del entierro de la gloriosa
Vírgen Santa Catalina mártir , donde se ven ánge-
les bellísimos , y tales , que parece que bajaron del
cielo al monte Sinai á hacer las exequias de aque-
lla Santa Vírgen . Este gran pintor español ( de quien
hablo más largamente en otra parte) acabo con sus
elegantes versos este capítulo , quedando para el
siguiente la parte última del colorido , que trata del
relievo.

Y pues ya sale y resplandece y dora


Lib. 2 de la pint.
(con belleza de luz el nuevo dia)
el cielo oscuro la florida aurora
y alza la faz rosada á l'aura fria :
á vos llamo, y á vos conozco ahora,
ilustre y animosa compañía,
392 ARTE DE LA PINTURA .

que conmigo entendido aquella parte


habeis de los principios de aquesta arte.

Mas, ¿qué me canso de pintar , si al vivo


desfallece el matiz y apenas llega ?
¿Si con humilde ingenio lo que escribo
mal el verso declara ó mal despliega?
Del natural pretende alto motivo
seguir, que á solo estudio no se entrega ,
Del natural recoge los despojos
de lo que pueden alcanzar tus ojos.

Busca en el natural, y (si supieres.


buscarlo) hallarás cuanto buscares ,
no te canse mirarlo , y lo que vieres
conserva en los diseños que sacares ,
en la honrosa ocasion y menesteres
te alegrará el provecho que hallares,
y con vivos colores resucita
el vivo , que el pincel é ingenio imita .

No me atrevo á decir ni me prometo


todas las bellas partes requeridas
hallarse de continuo en un sugeto
todas veces , sin falta recogidas :
aunque las cria sin ningun defeto
(á todas en belleza preferidas)
naturaleza ; tu entresaca el modo ,
y de partes perfetas haz un todo .
LIBRO SEGUNDO , CAP. X. 393

CAPÍTULO X.

EN QUE SE PRosigue la MATERIA DEL colorido.

La más importante de las tres partes en que divi-


dimos el colorido es esta postrera, que es el RELIEVO ,
de que se hablará en este capítulo : digo que es la
más importante, porque tal vez se hallará alguna
buena pintura que carezca de hermosura y de sua-
vidad , que por tener esta parte de la fuerza y re-
lievo, y parecer redonda como el bulto y como el
natural , y engañar á la vista saliendo del cuadro,
se le perdonan las otras dos partes : las cuales no
son de tanta obligacion como esta . Porque muchos
valientes pintores pasaron sin la hermosura y sua-
vidad , pero no sin el relievo , como el Vasari , Mi-

cael Angel , Caravagio y nuestro español Joseph de


Rivera ; y aún tambien podemos poner en este nú-
mero á Dominico Greco , porque aunque escribimos
en algunas partes contra algunas opiniones y para-
dojas suyas, no lo podemos excluir del número de
los grandes pintores , viendo algunas cosas de su
mano tan relevadas y tan vivas ( en aquella su ma- En su elogio.
nera) , que igualan á las de los mayores hombres
(como se dice en otro lugar ) , y no sólo se ve la
verdad de lo que vamos diciendo en estos pocos que
hemos puesto por ejemplo , pero en otros muchos,
que los siguen: que no sólo no pintan cosas hermo-
394 ARTE DE LA PINTURA.

sas, mas antes ponen su principal cuidado en afec-


tar la fealdad y fiereza .
Comiencen, pues , á autorizar nuestra doctrina los
valientes hombres de Italia , de quien nos hemos
valido hasta ahora , y á quien no podemos recusar
por apasionados : y sea el primero Leon Batista Al-
berto, que dice de esta manera :
Lib. 2 de la pint. « Yo afirmo que la variedad y la abundancia de
» colores da mucha gracia y gentileza á la pintura.
>>Más querria que los grandes pintores juzgasen
»que se debe poner toda industria y arte en colocar
>>bien el blanco y el negro , y que en acomodarlos
» se ha de aplicar todo el ingenio y diligencia . Esta
>> alabanza fué atribuida antiguamente á Nicias , pin-
»tor ateniense .
>>La primera cosa que ha de desear el maestro ha
»de ser que sus pinturas parezcan de gran relievo .
»
> Cosa que ( como al primero ) se atribuye á Zeusis,
>>nobilísimo y antiquísimo pintor.
»Yo haré estimacion y alabaré mucho aquellos
»rostros pintados , que á los doctos é ignorantes pa-
>>recen de relievo , y que salen fuera de la tabla. Y
>> por el contrario tendré en poco los que no mues-
»tran el arte sino en los perfiles .
>>Mas porque importa imitar las luces con el blan-
» co y las sombras con el negro , te advierto que
»pongas tu principal estudio en conocer aquellas
»superficies , que son tocadas ó de la luz ó de la
»sombra, esto imitarás admirablemente del natural
»y de las mismas cosas.
>> Ayudarate con gran facilidad á conocer esto
»> (como escogido juez) un claro y lindo espejo . Por-
LIBRO SEGUNDO , CAP. X. 395

"que no sé en qué modo las cosas pintadas alcan-


» zan cierta gracia en el espejo , donde aparecen sin
" algun defecto ; ultra de esto es cosa maravillosa,
»que los defectos de la pintura parecen en el espejo
más feos . Enmienden , pues , las cosas retratadas Maravilloso medio
» del natural , mediante el juicio del espejo . » Así lo el espejo.
siente tambien Leonardo de Vinci.
« Si te falta la práctica , no recuses el retratar del
»> natural , mas debes tener un espejo llano cuando Docum . 10 .

» pintes , y á menudo mirar dentro de él tu obra , la


cual sea cotejada con el opuesto original , y así
» conocerás mejor tus yerros . Y entonces será bien
» dejarla y tomar un poco de solaz ó entretenimien-
» to , para que volviendo á ella tengas más libre y
>> mejor disposicion .
112.
» Si finges las figuras al Sol , haz oscuras las som-
»bras y gran plaza de luz ; y en el suelo las som-
>>bras sean determinadas . Si es el tiempo nubloso,
>>haya poca diferencia de la luz de las sombras , y
" excusar las de los piés . Y si pones la figura dentro
>> de casa , haz gran diferencia de la luz resplande-

» ciente y poderosa , y las sombras oscuras y deter-


» minadas en paredes y en el suelo . » Atiéndase á este
documento , que es maravilloso .
« La primera intencion del pintor es hacer que en 158.
»una superficie plana se muestren los cuerpos rele-
» vados y apartados del plano . Aquello que en tal
» arte más excede á los otros , aquello merece mayor
>>alabanza . Y esta investigacion (antes la corona de
>>tal ciencia ) dan las sombras y luces , ó el claro y
>> oscuro . De suerte que si huyes de las sombras , huyes
>> la gloria del arte acerca de los buenos ingenios ,
396 ARTE DE LA PINTURA .

»y la alcanzas de los ignorantes y del vulgo . Los


>> cuales no desean otra cosa que la hermosura de
>>los colores , no conociendo el RELIEVO y bondad de
>> tal ciencia .
19.
»Y pues ves por experiencia , que todos los cuerpos
» son creados de luz y sombra , tú , pintor , acomoda
»que aquella parte que es alumbrada acabe en cosa
.
>> oscura, y asimesmo por la parte del cuerpo som-
>» brosa , acabe en cosa clara . Y esta regla ayudará
>>grandemente á RELEVAR tu figura .
49. » Las figuras parecerán más relevadas de su cam-
>> po , cuando fuera claro ú oscuro el color con la va-
»riedad posible . Y en los fines se observará la dis-
»minucion de la claridad en el blanco , y de la os-
>> curidad en el color oscuro . » Hasta aquí Leonardo
de Vinci . Y confírmalo el Dolce lindamente .
« Estas luces y sombras puestas con juicio y arte,
Diálogo Aret.
>> hacen redondear las figuras y les dan el relievo
» que se pretende. Del cual las que carecen de él
»parecen pintadas , y se queda plana la superficie.
»> Porque quien alcanza esta parte tiene una de las
»más importantes al pintor. »
Es esto tan verdad , que vemos á cada paso cómo
nos engañan gloriosamente las cosas de los valien-
tes pintores en esta parte , pareciendo redondas y
vivas. Pero ¿ qué mucho ? Si los que no son tales lo
consignan tal vez ; y nos hacen dudar ( como se ex-
perimenta ) aún faltando la buena proporcion y los
verdaderos perfiles : por estar la figura en campo
negro, ó por la comodidad de la luz escasa . Hasta
un estofador con una puerta fingida en la pared, en-
frente de otra verdadera , nos hizo creer que no era
LIBRO SEGUNDO , CAP. X. 397

pintada y nos convidó á entrar por ella . Tanta es


la virtud del RELIEVO .

Paréceme que habré satisfecho bastantemente á


las otras cosas que atribuí al colorido , con lo que
traje en el capítulo pasado , y en este , de pareceres
escogidos de tan grandes hombres . Y que añadir á
lo que tan doctamente explican , es atrevimiento ;
porque sin duda se recibirá mejor lo que ellos di-
cen . Y yo pasaré á otras cosas , dejando al último
libro de la Práctica y ejercicio del pintar , lo par-
ticular del colorido .

Y aunque en el capítulo siguiente se haya de tra-


tar algo este propósito , no será fuera dél advertir
en este que las tres partes en que habemos dividido
el colorido , que son hermosura, suavidad y relievo ,
autorizadas con el parecer de tan grandes sugetos,
por la mayor parte acompañarán ( como tan forzo-
sas) á los grandes pintores que ejercitaren la parte
más grave y más honrosa de la pintura , que perte-
nece á la expresion de las sagradas imágenes y di-
vinas historias, que es el fin ilustre (como se ha di- Lib . 1. cap . 1 .
cho) de los pintores católicos . Digo que la mayor
parte, porque no hay regla que no tenga su excep-
cion, y no es mi intento limitar este punto , ni com-
prender en esto á muchos valientes hombres , ni á
los que puse al principio de este capítulo , atribu-
yéndoles el RELIEVO . Porque hasta en la antigüedad
hubo esta diferencia entre los artífices , porque Pli- Lib 35 cap. 10 .
nio hace mencion de un pintor llamado Pireico, que
lo fué de cosas humildes (pero en aquel género de
mucha fama ) , pintaba barberías , tiendas de oficia-
les, animales, yerbas y cosas semejantes , de donde
398 ARTE DE LA PINTURA.

le llamaron Riparógrafo. Pero fuéron muy estima-


das y premiadas sus obras . Que era como los que
en este tiempo pintan pescaderías , bodegones , ani-
males , frutas y países : que aunque sean grandes
pintores en aquella parte , no aspiran á cosas ma-
yores , con el gusto y facilidad que hallan en aque-
lla acomodada imitacion : y así , las repúblicas y
reyes no se valen de ellos en las cosas más honro-

sas y de mayor majestad y estudios , y no les hace


mucha falta la hermosura y suavidad , aunque el re-
lievo sí mas á los que están obligados á pintar án-
geles , vírgenes y santos , y sobre todo á Cristo

Nuestro Señor y su Santísima Madre , y todas las


sagradas historias , bien se ve la suavidad , belleza ,
decoro y todo lo demás que pertenece á los tales
artifices . Y pasando adelante, traigo una curio-
sidad de Leonardo de Vinci en uno de sus docu-
mentos.

Docum. 21. " He probado (dice) algunas veces no ser de poca


»utilidad cuando te halles solo á oscuras en tu cama

» andar con la imaginacion repitiendo los linea-


» mientos superficiales de las formas estudiadas , para
>>confirmar las cosas más en la memoria . »>
Yo paso este laudable consejo tambien al colori-
do , y digo : piensa atentamente en las famosas pin-
turas que has visto , y en las cosas naturales , co-
tejando lo uno con lo otro : inquiriendo y buscan-
do en aquella retirada quietud lo más perfecto y
hermoso, dulce y relevado . Porque haciendo la ima-
ginacion este sabroso ejercicio , se retiene , guarda ,
y confirma en tu memoria mucha variedad de cosas
de las que has visto .
LIBRO SEGUNDO , CAP. X. 399

Parece que quiso decir esto el racionero Céspedes


en éstas dos octavas :

En el silencio oscuro su belleza


Lib. 2 de la pint.
desnuda de afectadas fantasías ,
le descubre al pintor naturaleza
por tantos modos y por tantas vias :
para que el arte atienda á su lindeza
con nuevo ardor , cuando en las cumbres frias
la luna embiste blanca y en cabello
al pastorcillo desdeñoso y bello.

Las tristes espeluncas escondidas


de árboles silvestres y sombríos ,
los sacros bosques , selvas extendidas ,
entre corrientes de cerúleos rios ,
vivos, largos y perlas esparcidas,
entre esmeraldas y jacintos frios ,
contemple, y la memoria entretenida
de varias cosas quede enriquecida .

Y pues no es ageno del intento , y nos acercamos


al fin de este libro segundo, lograré algunos precep-
tos generales de los que escribió en lengua flamen-
ca Carlo Vanmander , natural de la ciudad de Har-
lem , en Holanda , en su libro de pintura impreso
año de 1604, de quien hemos hecho ya mencion , y
la harémos adelante .
No encamines la cabeza á la parte donde inclina cap . 4 precet. 8.
el cuerpo en la figura plantada .
En la figura que trabaja , trabajen todas sus par- 17.
tes y músculos .
No se ha de encubrir en la ropa la gracia de los 17 .
perfiles del desnudo .
400 ARTE DE LA PINTURA.

18. En la figura de rodillas antes junten los piés que


las rodillas , para mejor gracia .
22. No siga la figura en brazos y piernas un mismo
movimiento .
23. No tengan los movimientos demasiada violen-
cia , porque no parezcan las figuras desvergon-
zadas .
22. Al brazo que sale afuera en la figura le ha de
corresponder la pierna contraria , sacándola tambien
afuera para mejor movimiento .
19. Piés y piernas en la mujer , estando plantada , no
se han de apartar, porque es contra la honestidad .
23 . El demasiado escorzo en una figura es desgra-
ciado .
25. No se ha de levantar la cabeza más de cuanto
pueda mirar derecha y descansada al cielo .
26. No vuelva la cabeza más de hasta poner la barba
enfrente del sobaco .
25. No se doble la figura de manera que los hombros
bajen del ombligo .
27. En la figura cargada , la pierna que correspon-
de al peso se ha de reservar de caminar , de ma-
nera que la más descargada ayude libremente á la
figura.
28. En la figura que camina no ha de haber más que
un pié de claro entre los dos .
20. En la figura que corre , parezca en todos los
miembros aquella agilidad y ligereza con que se
ayudan unos á otros .
35. Represéntese en cada figura el movimiento y cfec-
to que su edad pide, el viejo como viejo, y el ma-
ncebo como mancebo .
LIBRO SEGUNDO , CAP. X. 401

No se le apliquen á la figura de mujer las fuer- 36.


zas en el movimiento y accion como al varon , por-
que sus movimientos son más flacos .
En las figuras de mujeres no se les ha de dar el 37.
semblante y compostura á las vírgenes que á las
matronas de más edad .

Y generalmente los movimientos de las mujeres 38.


han de ser honestos y recogidos , en cualquiera plan-
tado que tengan .
Los hombres robustos y fuertes han de tener así 39.
los movimientos, y los mancebos más suaves y con
más ligereza .
En el historiado conviene hacer montones de 15 .
figuras, unos cerca y otros desviados, sentados unos
y otros en pié, descubriendo campo entre unos y
otros ; y en léjos , como en una batalla , se vean al-
gunas figuras por entre las demás .
Micael Angel más atendió en el juicio á cada 17.
figura de por sí, que á la disposicion del historiado ,
y así usó de pocas disminuciones y apartamientos .
Es cosa loable que todas las historias tengan 9.
armonía y consonancia en la disposicion y en las
figuras, y que guarden en todo hermosura en la va-
riedad y diferencia .
Guárdese en el historiado que unas figuras en- 21 .

tren y otras salgan , y haya unas fronteras, otras


de medio perfil , unas sentadas, otras de rodillas y
otras que se van á sentar ó á levantar, conforme á
la historia ; mirando arriba y abajo , y en suma se
guarde en todo variedad y diferencia.
Siempre se excusa en las historias lo que algu- 24 .
nos usan , que es poner delante medias figuras de
26
402 ARTE DE LA PINTURA .

hombres ó de animales para hacer la historia ma-


yor, si no le obliga el haber delante algun campo
ó historia que signifique impedir la vista de toda la
figura .
23 . Hánse de poner en las historias figuras de todas
edades , niños , varones, mancebos y mujeres con
diferentes animales , edificios y países por léjos , que
es lo más agradable .
28 . No pidiéndolo la historia, es enfadosa cosa la
muchedumbre de figuras sin necesidad , que estor-
ban las unas á las otras .

33. No estando bien acabado lo que á la historia per-


tenece no es agradable , porque muchas cosas dife-
rentes bien hechas dan sumo gusto á la vista.
34. Tambien se debe usar en las historias , para que

se gocen las figuras , poner unas altas y otras bajas ;


35. otras subidas en árboles, y sobre las columnas de
los edificios asidas con ellas, y sobre diferentes sue-
los y campos levantados .
36. Las figuras principales y de mayor autoridad se
pongan siempre delante , ó en pié ó asentadas, para
que la historia sea luego conocida , conforme lo
pide la razon ; y los que con ellas hablan ha de ser
con humildad y respeto .
36. Es cosa conveniente que cada figura haga el efec-
to que se pretende , y represente (como sucede en
una comedia) la parte que le pertenece, ó de grave-
dad , ó de humildad.
37: En suma, todas las acciones y efectos que hace
el natural se han de procurar en los efectos de
pintura .
41. Y que alguna figura en particular advierta al
LIBRO SEGUNDO, CAP. X. 403

que mira del misterio de la historia . En esto sigue


á Leon Batista Alberto .

Estando una figura delante de otra , conviene que 42.


los claros de la que está detrás sean más muertos , y
menos la fuerza de sus oscuros , para que se aparte
una de otra .

Y si habiendo muchas figuras hasta el fin fue- 43.


ren oscureciéndose , conviene que el campo tenga
la claridad conveniente para desviarse una cosa de
otra suavemente sin crudeza ; imitando en todo los
efectos del natural , porque los pintores y poetas
este es su principal fin .
En algunas historias convendrá haber figuras 44 .
de igual hermosura, como en la de Abraham con los
tres ángeles . A diferencia del juicio de Páris , donde
las dos diosas son vencidas de la hermosura de Vé-
nus. Y así á este modo de otras.
Tiene mucha dificultad el pintar un rostro riendo 36 .

y otro llorando , porque en ambas acciones se le-


vantan las cejas hácia la frente, y de los ojos salen
arrugas pequeñas hacia las orejas .
El rostro que llora no levanta las mejillas , antes 37.
las baja, y la boca declina el perfil hácia abajo, en
arco abierto, los ojos algo cerrados , y las cejas en
sus principios inclinadas arriba : ejemplo es Laocoon-
te y sus hijos, y el natural .
Y para mostrar tristeza sin lágrimas , esté la cabe- 44.
za inclinada sobre el pecho , y la mano sobre el co-
razon.

La boca del que rie va la línea al contrario , 45


levantando los extremos y haciendo arco hacia aba-

jo, y relevando y hinchando los carrillos y mejillas .


404 ARTE DE LA PINTURA .

46. En los incendios se ha de atender à la diferen-


cia de los fuegos para el colorido , para que las lla-
mas sean de diferentes colores y el humo tam-
bien, conforme á la cosa que se quema ; y las luces
han de cercar el perfil de las figuras de la parte que
vienen, de lo más oscuro , conforme al colorido de
las llamas : esta diferencia se ve en el natural con

distincion . Hasta aquí este autor .


Pienso que algunos me agradecerán el haberles
comunicado estos preceptos , que aunque parecen

fáciles y vulgares tienen (á mi ver) viveza y espíri-


tu como de hombre advertido, los cuales pudieran
haber tenido otro lugar, pero hallélos despues en el
aparato de mis papeles y para los de esta facultad
donde quiera tendrán estimacion . Por todo lo que
habemos escrito en el primero y segundo libro , se
manifiesta cuán grande es esta noble arte de la pin-
tura , y cuán dificultosa de alcanzar, como lo pon-
deró gravemente el doctísimo Alberto Durero , con
cuyas palabras darémos honroso remate á este ca-
pítulo .
Dice así :

Lib. 3. de Sime- « Mas nadie se maraville que tantas y tan diversas


tría .
>> cosas puedan venir á la memoria al enseñado artí-
» fice, á las cuales el espacio de la vida no basta,
»porque la brevedad de ella nos constriñe á dejar-
» las, por ser las que ocurran innumerables. » Y más
adelante :
« Pero muchas veces cae en suerte á alguno tal
»ingenio y tal suceso de obra , que ni en su siglo ni
» en otros siguientes tenga semejantes . Lo cual se
»puede entender de las reliquias de los antiguos,
LIBRO SEGUNDO , CAP . X. 405

» en cuyos pedazos, que ahora se sacan á luz, hay


,»tanto de artificio que nada de nuestras cosas puede
»ser comparada á ellos . »
Adviértase con qué humildad habla un Alberto
Durero , donde descubre las grandes obligaciones
que tienen los artífices , y la ventaja que hacen las
obras de los antiguos á las nuestras, contra la opi-
nion vulgar .
Y porque el instrumento de tan grandes obras es
el pincel , á quien se atribuye de ordinario todo el
poder del ingenio del pintor, acabo con este enig-
ma que yo le hice :

ENIGMA.

De un humilde animal vengo ,


soy blando de condicion ,
y , sin lengua, doy razon
de todo, aunque no la tengo.

Y aún parece más que humano


de mi poder la grandeza ,
porque otra naturaleza
hago al que me da la mano.

Lo que estimo sobre todo ,


que no sólo artificiales
pero sobrenaturales
cosas hago de alto modo .

Todo cuanto quiero hago


y lo vuelvo a deshacer ;
un término es mi poder
y sin término mi estrago .

Es mi poder en el suelo
tan semejante al eterno,
406 ARTE DE LA PINTURA .
que puedo echar al infierno
y puedo llevar al cielo .

Y, aquí para entre los dos,


llega mi poder à tanto,
que no sólo haré un santo ,
pero haré al mismo Dios.

CAPITULO XI.

QUE DECLARA ENTRE VARIAS MANERAS DE PINTAR


CUAL SE DEBE SEGUIR .

De la manera que la naturaleza se diferencia en


los rostros (por causa de la variedad de accidentes
que de tal manera se halla en unos que no se halla
en otros), así las varias inclinaciones llaman á los
pintores á que sigan diversos caminos , imitando á
los maestros que más se conforman con su natural
inclinacion . Y así por esta causa será bien dar algu-
na luz entre tantas opiniones, á los que tienen de
ella necesidad . Fundada , no en mi autoridad, mas
en la de los antiguos y modernos más ilustres que
los han seguido . Que estos son los doctores á quien
se ha de dar crédito en esta doctrina, en cuanto se

conformaren con la razon , guia de todas artes . Con-


siderando el camino que estos siguieron , aunque de
varias naciones , moderando cada uno su natural in-
clinacion , y poniéndola debajo de la verdad del
arte . Y comenzando por los primeros y más anti-
guos, colígese con evidencia de los casos raros , su-
LIBRO SEGUNDO , CAP. XI. 407

cedidos á estos artífices , que refiere Plinio y otros.


autores, que el modo de pintar de Apéles, Protóge-
nes , Parrasio , Zeuxis y los demás era acabado como
lo es el natural, pues los engaños que de la vista
de sus obras se sucedieron fuéron de cerca y no de
léjos. Y que no eran sus pinturas á borrones ni con-
fusas . Porque claro es que para engañar los pájaros Plin . lib. 35 ,
y obligarles á picar las uvas, si de muy cerca no lo cap. 10.

parecieran fuera disparate hacernos creer cosas se-


mejantes ; y que Zeuxis dijo á su competidor Parra-
sio levantase el lienzo ó él lo fuese á levantar,
teniendo el pintado por natural ; pareciéndole que
debajo de aquel velo estaba la pintura , lo cual era
muy determinado y dulce-
imposible si no estuviera muy
mente colorido . Contienda que á mi ver escribió ga-
llardamente el doctor Enrique Vaca de Alfaro ( cuya
temprana muerte nos privó de mayores cosas ) en
este

SONETO.

Pudo el pintor de Eraclia, en ingenioso


certámen, abatir al fiel modelo
de las ópimas aves , en su vuelo
escuadron de avecillas numeroso ;
Mas á idea tan diestra , á tan glorioso
pincel, burló , engaño , mentido velo ,
que seca tabla, no estrellado cielo
ni bosque de Diana cela umbroso .
La victoria se arroja dignamente
el efesio pintor, ni se la niega
el culto Zeuxis de su patria gloria .
Pues vencer al artífice prudente ,
más que de torpes aves copia ciega
digno es de fama, digno es de memoria .
408 ARTE DE LA PINTURA .

Y por esta causa las pinturas antiguas es de creer


que fuéron acabadísimas, porque la buena manera
de pintar á temple no permite menos que mucha
union y dulzura. Y que en esto fuéron iguales á las

estátuas y simulacros de los escultores excelentes


de aquel tiempo . Pero dejando los de Apéles , Pro-
tógenes , Timantes y otros infinitos , de quien están
llenas las historias , cuyas obras ó la mayor parte de
ellas acabaron ya , no por falta de la arte , porque esta
corrió á par con la escultura como hermanas naci-
Lib 1 , cap . 2. das de un mismo principio ( aunque como tenemos
probado, fué primero la pintura) sino por falta de las
tablas , lienzos y muros , donde fué hecha . Al fin he-
mos visto ya por sus obras lo que basta para dar luz
á este discurso . Mas viniendo á lo que es más veci-
no á mi intento, y al siglo de oro que gozó Italia,
sea pues, el divino Micael Angel el primero , sigale
Rafael de Urbino , Alberto Durero , Ticiano , Antonio.
Corregio, Andrea del Sarto , Polidoro , Federico Ba-
roico , Tadeo Zúcaro y otros de esta escuela . La ma-
nera que estos siguieron es la principal que ha de
defender nuestra opinion . Y su acertado juicio el que
ha de sujetar el nuestro . Estos pues , fuéron verda-
deros imitadores de las estátuas antiguas , y por me-
jor decir de la naturaleza. Y no presuma ninguno
temerariamente ni tener mejor juicio que ellos , ni
mejor eleccion , ni mejores maestros que las reli-
quias antiguas y el natural . Esto bastaba para qui-
tar de dudas, y de falsas opiniones á todos los que
en la luz de media andan en tinieblas . Pues vemos
en las obras de estos artífices referidos , todo lo con-
trario que los más siguen hoy : lo primero mucho
LIBRO SEGUNDO, CAP. XI . 409

debujo, mucha consideracion y conveniencia , mu-


cha profundidad de pensamiento , mucho conoci-
miento y estudio de anatomía , mucha propiedad y
verdad en los músculos , mucha diferencia en los
paños y sedas , mucho acabado en las partes, así en
el debujo como en el colorido , mucha belleza y va-
riedad en los rostros , mucho artificio en los escor-
zos y perspectiva , mucho ingenio en las luces, con-
forme á los sitios y lugares donde colocan sus obras ;
y finalmente mucho cuidado y diligencia en descu-
brir y manifestar en toda la dificultad de la arte las
cosas más terribles de vencer . Todo lo contrario de
esto, por miserable negligencia , siguen hoy la ma-
yor parte de los pintores , á quien con mayor razon
dirémos vulgo : pues cada uno como las zorras de
Sanson, sigue su diverso camino instruyendo ó des-
truyendo los simples discípulos en tomar perfiles de
pinturas de otros maestros , sin haberse ejercitado en
debujar luengo tiempo , como era razon , imitando
las cosas buenas de otros , para venir á alcanzar los Lib. 1 , cap . 12 .
grados que ya tengo dicho. Y yo conocí un sugeto
(y no de los que se preciaron de menos ingenio) que
mandaba á sus discípulos que no debujasen imitan-
do, y les prohibia esto con grandísimo rigor, y daba
lugar á que de suyo sin género de principio ni de
luz , ni de imitacion , debujasen los disparates que
les venian á cuento ( peregrino modo de enseñar ) ;
pero dirá toda la muchedumbre de los que trabajan
por la facilidad de la pintura , atendiendo más al
provecho de la ganancia que al honor de la cien-
cia ( cosa que lamentaba el otro sábio hablando de
su tiempo ) , casi por las mesmas palabras diciendo :
410 ARTE DE LA PINTURA .

Plinio lib . 35 « Ahora más se trabaja por las riquezas que por la
cap. 7.
» virtud» que harta autoridad tienen los maestros á
quien siguen ; y que es valentía pintar mucho y ser
largos , sin tantas fatigas : y que los venecianos si-
guen este modo, y entre ellos hay muchos valien-
tes, y particularmente el Basano que tiene gran fa-
cilidad ; y que sus borrones valen más que lo muy
acabado de otros . (Y no ha faltado en España quien
ha querido honrar un modo particular de borrones ,
ni seguido antes, ni imitado despues de ninguno . )
Y pues nos viene á las manos esta cuestion , será
bien hacer verdadero juicio de estas pinturas, com-
parándolas con las de los maestros de la Academia
Ejemplo. Romana, por este ejemplo : agradable cosa sea en
una aldea ver una labradora hermosa , de la manera
que lo suelen ser , morena, de gracioso color , negros
los ojos , negro el cabello (como Anacreon deseaba)
vergonzosa , de buen entendimiento y discurso ,
adornada con la llaneza del uso de su pueblo, y to-
da aventajada á las demás ; pero no hay duda sino
que una princesa ó reina , con blanca y rosada tez ,
y cabellos de oro , y ojos de zafiros , como quieren
los más de los poetas , llena de discrecion , adornada
de varias telas , puesta junto de esta labradora , será
más agradable objeto á la vista, y más poderoso
para aficionar el ánimo , del que supiera hacer bue-
na eleccion . Y aunque parece haberme declarado,
aplicaré lo dicho al intento que sigo ; el Basano, gran
pintor , ¿quién lo duda? más de cosas pastoriles , de
animales , excelente hombre. Todas sus figuras si-
guen un traje , y este es moderno y sirve en todas
las historias , como sirven tambien las figuras, por-
LIBRO SEGUNDO , CAP. XI . 411

que el viejo , el mancebo , el niño , la mujer, es una


figura misma, introducida en todos los actos de sus
historias, donde gasta más ropa que desnudo , más
zapatos que piés , que apenas descubre uno : y pues-
to que sea excelente como lo es, representando una
hermosa labradora, ¿qué tiene que ver con la pro-
fundidad y grandeza de un desnudo de Micael An-
gel? ¿Qué con la conveniencia del historiado y pin-
turas hermosísimas de Rafael? ¿Qué con la ciencia y
caudal de Alberto? ¿Qué con el colorido y propiedad
de Ticiano? ¿Qué con la belleza y dulzura de Corre-
gio? Finalmente con esta reina y señora tan difícil
de conquistar, por su grandeza , no es justo poner la
labradora en competencia . Además que en la facili-
dad ó dificultad del copiar la pintura de los unos ó
de los otros hay gran diferencia ; porque la del Ba-
sano y de los que siguen su camino , muchos en cual-
quier estado que estén la imitan fácilmente , ó á lo
menos lo que hacen parece bien ; que el dibujo no
les hace allí falta, que casi sin él se les pega aquel
modo sin mucho trabajo , y valga en prueba de esto
la experiencia . Mas la pintura de Micael no así, an-
tes en Roma prohiben el imitarla á los mancebos ,
porque no se pierdan en aquel Océano de su profun-
do juicio; pues para imitar las de Rafael y de los
demás de su bando , es menester debujar toda la vida ,
para venir á alcanzar algo de aquella manera , y para
copiar una pintura de estos apenas con mucho traba-
jo se llega á la suavidad , relieve y gracia que con-
tiene en sí: y no es menester fuerte argumento para
ver, que todos los grandes hombres que ha tenido
España en la escultura y pintura, un Berruguete,
412 ARTE DE LA PINTURA .

Becerra , Machuca , el Mudo , maese Pedro , Luis de


Vargas, gloria de nuestra patria , despues de haber
con increibles trabajos consumido lo mejor de sus
vidas en Italia , aspirando con sus ingenios más que
humanos á dejar de sí memoria eterna, escogieron
como nos muestran sus obras, el camino de Micael
Angel y Rafael de Urbino y de los de esta escuela ,
lleno de dibujo , de suavidad , de hermosura , profun-
didad y fuerza , apartándose de las pinturas borradas
_ confusas y que no imitan el modo de los anti-
y
guos , ni la verdad de lo natural , en los trajes y des-
nudos . Con esto enriquecieron á España, con esto
nos dieron luz admirable, con esto fuéron estimados.
de los Príncipes y Reyes y Monarcas del mundo . En
estos pues , como en cristalinos espejos , hemos de
mirar nuestros defectos , y este es el camino que será
justo seguir entre tanta confusion de opiniones , y si
es lícito traer ejemplo más cercano á nuestro tiem-
po, bien vemos en las famosas obras de Pablo de

Céspedes el vivo espíritu de Corregio , y con cuánta


suavidad , belleza y excelente colorido , y grandeza
de dibujo , confirma esta verdad tan importante , res-
tituyendo en este tiempo la pintura á su primera
dignidad y estima . Mas para mayor confirmacion
de lo que se ha dicho pondré algunas objeciones , de
las que pueden formar los que siguen otras opinio-
nes . Y sea la primera que , la mayor parte de los
pintores siguen lo contrario de lo que yo apruebo,
y que lo que está en uso de tantos que se llaman
maestros de esta profesion , tiene fuerza de ley , y
esto es tenido en nombre de mayor destreza , por la
mayor facilidad ; y aunque tocamos algo arriba con
LIBRO SEGUNDO , CAP . XI. 413

el ejemplo de Basano , responderémos aquí otras


diferentes razones . Otra objecion más fuerte que la
primera, es afirmar que la pintura á borrones, hecha
para de léjos , tiene su particular artificio y acuerdo ,
en los que la ejercitan bien ; y tiene mayor fuerza y
relieve que la acabada y suave . Tambien ponen otra
fortísima, que parece imposible impugnarla , con el
ejemplo de Ticiano, uno de los más excelentes co-
loridores que ha tenido Italia, y cabeza de la Aca-
demia Veneciana , y casi de todos confesado por el
mayor; pues se tiene por adagio cuando la pintura
no es acabada , llamarla borrones de Ticiano , con
que se califica sumamente este camino y aunque
puede haber otras muchas objeciones , segun lo que
yo alcanzo, á solas estas tres , que parecen las ma-
yores, se pueden reducir las demás por guardar bre-
vedad. Y procediendo por órden digo que , lo que es Lib . 35 , cap . 7 .
usado de los más no es lo mejor , pues son menos
siempre (segun toca Plinio) los más doctos y sábios ,
en cualquier facultad; y así en la pintura es lo mis-
mo ; y el uso si es malo viene á ser abuso , y en esta
parte deja de ser ley y es secta, porque la facilidad
en obrar sin atencion y estudio , la tiene introducida
la miseria y pobreza, y como por esta parte la pin-
tura no puede tener calidad , suplen con la cantidad
esta mengua, haciendo muchos cuadros en el tiem-
po que se debe dar á uno . Esta inconsiderada des-

treza reprendió Apéles cuando uno de estos confia-


damente le mostró una pintura , y le encareció la
brevedad diciéndole : « aunque callaras, tu obra dice Erasm . A. popht.
Lib . 6.
cuán presto la has pintado . » A la objecion segunda ,
que la pintura tiene particular estudio para de léjos ,
414 ARTE DE LA PINTURA .

yo no lo he hasta ahora alcanzado , ni menos oido


practicar á grandes hombres que he tratado , antes
este modo ha procedido, á mi juicio , de querer fa-
cilitar y ahorrar de tiempo y de fatiga en la pintura
y crecer en hacienda , ó por defecto de la edad , que
cansada la vista no puede durar mucho tiempo en la
dulzura de los colores. Y esto ha sucedido á algunos
grandes maestros , que como supieron ejecutar el
arte labrando dulcemente en la juventud , tambien
lo ejecutaron en los borrones que dan siendo viejos ;
y esto no procede de nueva maestría que no la hay,
y si la muestran es por hacer ostentacion de la faci-
lidad , aunque les cueste trabajo : que tenga más re-
lieve que la pintura acabada y dulcemente colori-
da , no hay causa con que se pueda probar ( como
hemos visto ) porque el que labra puede dar á su
pintura toda la fuerza que quisiere , como se ve en
las pinturas de Leonardo de Vinci , de Rafael de Ur-
bino , que son acabadísimas, y en las de nuestro
Maese Pedro Campaña, discípulo del mismo Rafael,
que no sólo de léjos , pero de cerca sucede pensar
que es relieve siendo pintura . Y respondiendo á la
objecion última , digo que Ticiano es verdad que
aún siendo mozo no acabó las pinturas tanto como
otros . Y para esto antes de pasar adelante supongo,
que en dos maneras se puede entender ser una pin-
tura acabada; (entre otras) la una es , por no faltarle
nada de lo esencial en las partes , ni en el todo , y
en este sentido llamamos una mujer muy acabada
en hermosura, cuando la frente , ojos y boca, y las
demás partes tienen entre sí correspondencia en la
perfeccion y proporcion : así en una pintura el di-
LIBRO SEGUNDO , CAP . XI . 415

bujo , colorido y buena eleccion la componen de


manera que se puede decir acabada ; y en esta parte
de acabar entran todos los grandes maestros y hom-
bres de opinion, y si careciesen de ella poseerian in-
dignamente el nombre , porque á todo buen artífice
le obligan á saber la verdad de todo lo que pone en
ejecucion, determinando las partes del cuerpo hu-
mano y los demás primores con distincion y no con-
fusamente. Esta parte tuvo Ticiano , como tan gran-
de artífice , y sus borrones no se toman en el senti-
do que suenan , que mejor se dirian golpes dados en
el lugar que conviene con gran destreza . Y adviér-
tase que sus mejores y más estimadas pinturas (que
yo he visto en el Pardo y Escorial) son las más aca-
badas y las que hizo en lo mejor de su vida : y asi
siendo muy viejo (como referia un hermano de Alon-
so Sanchez, valiente retratador de Felipe II que es-
tuvo en su casa) daba borrones sobre cosas excelen-
tes , con lástima de los que las miraban . Y habiendo
con esto respondido á todas las objeciones, prosigo:
que la segunda manera que se llama acabada una
pintura (á que desobligamos á los que se desobligan
por su inclinacion y opinion , como guarden la pri-
mera ) es una manera de dulzura y asiento de colo-
res, que con grande suavidad y limpieza se ven en
el cuadro de pintura, y partes muy determinadas
en las figuras, que de cerca y de léjos deleita , ale-
gra y entretiene ; cosa en que los flamencos han sido
excelentes . De este acabado al primero hay esta di-
ferencia ; que este abraza al otro , porque de este se
pasa al otro fácilmente, pero quien por el otro co-
mienza dificultosamente se reduce á la suavidad y
416 ARTE DE LA PINTURA.

blandura de este. Y así , da buenas esperanzas quien

en sus principios acaba mucho las pinturas , de ser


gran pintor, y de dar si quisiere despues , en pintar
menos acabado . Y aunque digo que este segundo
modo abraza la perfeccion del otro , entiéndese en
los grandes maestros . Que muchos hay y ha habido
que han pintado dulcemente, y para muy cerca á
quien falta lo mejor de la arte y el estudio del de-
bujo , y aunque han tenido nombre, no ha sido entre
Ejemplo. los hombres que saben; ejemplo es Morales, natural
de Badajoz . Confirma lo que vamos diciendo lo que
sucedió á cierto pintor en esta ciudad el año de 1607
que estaba en opinion de acabar mucho sus pintu-
ras . Sacáronle con violencia un cuadro que tenia á
cargo, para un lugar público y honroso : certifican-
do él que estaba por acabar. Y convocando la parte
pintores, uno de los más aventajados , que seguia el
contrario camino , juzgó no faltarle nada . Y con esta
determinacion se puso en lugar conveniente, á pesar
de su artífice, que certificaba faltarle más de un mes
de ocupacion para perfeccionar su obra . Bien pasa-
dos cuatro años , con ocasion de mudarse á otro sitio
se acabó esta pintura , y con la satisfaccion que
dió creyeron á su autor. Caso pocas veces sucedido
y que descubre bien la distancia de un camino al
otro . Tambien pudiera poner ante los ojos para prue-
ba de este discurso , muchas otras pinturas á fresco
y óleo , de las que he visto y observado y de
las de nuestro Luis de Vargas , donde claramente se
manifiesta la verdad de mi opinion . Pero traeré á la
memoria una sola que el año referido , trajo de la
córte á esta ciudad D. Mateo Vazquez , Arcediano
LIBRO SEGUNDO, CAP. XI . 417

de Carmona (de que haré mencion á otros propósi-


tos), ahora por el acabado , es un cuadro que pintó en
Roma Cipion Gaetano el año de 1581 , presentado del
Cardenal D. Ascanio Colona á su tio Mateo Vazquez
(Secretario que fué de Felipe II ) de cinco cuartas
de alto y siete de ancho de figuras de medio cuerpo .
Un Cristo con la cruz á cuestas cercado de crueles

ministros, y la Vírgen Nuestra Señora , San Juan y


la Magdalena, que afligidos le siguen . Está miran-
do con grave y varonil compasion el Redentor á la
Sagrada Vírgen , y ella á él , con tanto afecto y ter-
nura que moverán á piedad las piedras . Donde ma-
ravillosamente ejecutó el pintor la semejanza del
rostro del Hijo y de la Madre , particularmente en
los ojos, que á mi ver no se ha pintado cosa más
viva, ó no he visto ( por decirlo mejor ) de ningun
artífice , ojos que así me admiren . Vése el acabado
de la barba del Salvador con tanta paciencia que en

sutileza de pelo sobra á las pinturas de Alberto Du-


rero (por decir más que de Morales), pues las manos
del Señor con que abraza la cruz son de hombre
vivo . Parecen en ella las varias tintas que hace la
carne natural , y la distincion del color de ella y de
las uñas con tanto primor que no puede ser más . Es
pintura de dientes y uñas porque se defiende con la
dificultad de su acabado , que es tal , que el madero
de la cruz , teniendo la mano sobre él y tocando el
lienzo, todavia está un hombre dudoso si es natural
ó pintado . Cuando ví esta pintura dije osadamente,
como aquí, mi sentimiento : y cuánto confirmaba
este cuadro mi opinion y el camino que desde mis
principios he seguido . Pero no se ha de inferir de lo
27
418 ARTE DE LA PINTURA.

dicho que antepongo á Cipion á los valientes hom-


bres traidos en este discurso, y en muchas partes de
esta obra, porque hablo de un particular ó dos y no
de lo general de la pintura . En el cual pudo muy
bien aventajarse, siendo inferior en valentía y gran-
deza de arte á los demás .
Y no parecerán exageraciones las particularidades
y menudencias del acabado de este cuadro á quien
hubiere visto lo que refiere Plinio del famoso Apé-
les, que excede todo encarecimiento . « Pintaba (dice)
Lib. 35. cap . 10. » los rostros de los hombres tan puntualmente , tan
>>acabados que , Apion Gramático escribe que uno de
» los que dicen las cosas venideras por las rayas de
»> la frente, llamados Metopóscopos, viendo las imá-
"genes de algunos pintadas de su mano , dijo por
>> ellas los años de la pasada vida ó de la futura muer-
»te de sus originales . Por do se manifiesta ser la
pintura acabadísima .
Y no es mucho pintar las rayas del rostro , pues
ha habido quien pintase el sutilísimo vello del cuer-
po humano, y hasta los poros de la misma carne . Y
porque será ya tiempo de acabar este capítulo y de
pasar adelante , en comprobacion de cosa tan clara
Arte poêti. dice divinamente Horacio : Ut pictura poesis erit.
La poesía será como la pintura . ( Que antes del Si-
mónides, por ser tan parecidas estas dos artes , lla-
mó á la pintura Poesía muda . y á la poesía Pintura
que habla . ) Prosigue, pues , Horacio , y dice : « Hay
>>una que te deleitará más, si estás más cerca , y hay
» otra que te parecerá bien , si estás de léjos . Esta
>>última ama la oscuridad , pero la que es hecha
»para de cerca, quiere ser vista á la luz , porque no
LIBRO SEGUNDO, CAP . XI . 419

>>tiene ni rehuye al ingenio agudo del juez que la


>>mira aquella , basta mirarla una vez , está puesta
» á lo claro , vista muchas veces , agrada . » Hasta
aquí Horacio, y concluye , que hay poesías que son
para léjos, para oidas de paso y no consideradas ; y
otras , que el mayor exámen las engrandece más,
por tener en sí mucho bueno que considerar ; de
manera que la pintura hecha para de cerca , porque
sus partes sufren mayor prueba, es aquí más alaba-
da del poeta, y comparada á buena poesía con mu-
cha razon ; pero no le ha de faltar la fuerza y relie-
ve, ni la consideracion del sitio para donde es , que
con esto será buena para ambas partes . Esto es cuan-
to al colorido y modo de pintar , en que fué incom-
parable Antonio Corregio , á quien , sin emulacion ,
yo holgara imitar más que otro alguno en el colo-
rido . Teniendo en esta parte el sentimiento que tuvo Prim . volúm. de
Giorgio Vasari , cuando dice en la vida de este ex- la 3. parte, fól . 16 .
celente varon lo que suena así en nuestra lengua:
«Tengan por muy cierto que ninguno mejor que él
»trató los colores , ni con mayor hermosura , ni con
»mayor relieve pintó algun artífice : tanta era la
>> suavidad y dulzura de las carnes que hacia y la
"gracia con que acababa sus obras . » Finalmente ,
porque concluyamos con la sentencia general del
filósofo , que no tiene réplica , traida á nuestro pro-
pósito: Ars imitatur naturam. El arte imita la natu- Arist. Lib. 2.
Phisi. cap. 1.°
raleza . Sea la pintura semejante á lo natural , aca- test. 22.
badísima de cerca , y de léjos relevada , y que salga
del cuadro y léjos y cerca parezca viva , y que se
mueve . Porque si una pintura engaña de léjos , y
otra de léjos y cerca, será esta mejor que la otra,
420 ARTE DE LA PINTURA.

pues le lleva aquella parte tan principal de ventaja .


Lib. 2 de la pin- Esto da á entender el doctísimo Leon Batista Al-
tura.
berto en estas palabras : Ma lodiamo quella pittura
che á gran relievo et che si paia molto simile á corpi che
ella à da representare : esto es : Alabamos la pintura
que tiene gran relieve , y que es muy semejante á
los cuerpos que quiere representar. Que es decir en
una palabra: la mejor pintura y más digna de ala-
banza y estima , es la que no lo parece , porque de-
jando de ser pintura es viva . Ultimamente favorece
tambien mi opinion toda la filosofía , pues enseña
que mientras las cosas más se acercan á nuestra
vista , más se descubren , pues el que estando dis-
tante sólo parecia un bulto , acercándose más es
hombre , y más cerca Juan ó Pedro , hasta llegar á
juzgar la perfeccion ó imperfeccion de sus partes .

CAPITULO XII.

POR QUÉ ACIERTAN SIN CUIDADO MUCHOS PINTORES , Y PONIÉNDOLO NO


CONSIGUEN SU INTENTO .

No por perder el tiempo y las palabras con el


vulgo, antes por satisfacer á los doctos (que a veces
llevados de la comun opinion fatigan los ánimos de
los artífices ) determiné dedicar un capítulo á sólo
apurar este punto . Hállanse dos maneras de obrar
en la pintura , la una por arte y ejercicio , que es
científicamente , la otra por uso solo, desnudo de
LIBRO SEGUNDO , CAP. XII . 421

preceptos . Donde á los comprendidos debajo de es-


tos dos modos de obrar les sucede diferentemente

en la ejecucion . Y procediendo de menor á mayor,


clara cosa es que los pintores que ejercitan casual-
mente el pintar con inferior conocimiento , y son so-
lamente prácticos , cuando pongan muchadiligencia
por hacer alguna cosa con cuidado , no todas veces.
les sucederá bien , por falta de la certeza de los pre-
ceptos ; y otras no poniéndolo acertarán , como lo
vemos por experiencia . Pero estos no obran verda-
deramente como artífices, ni es arte en ellos la pin-
tura ; y se verifica en los tales la opinion singular
de que no lo es , seguida de Dominico Greco, contra Ath. lib. 6,
la de Aristóteles y todos los antiguos (con que di- cap.4.

mos principio á esta obra ) y en estos es acaso el


acertar ó errar ( no negamos aquel error que sigue plin . Lib . 35 ,
á la condicion humana de que no están libres los cap. 10.

varones sábios) . Pero si la pintura es arte (como he-


mos probado ) y este es un hábito efectivo con ver-
dadera razon ( aunque de cosas que no son necesa- Plat . 10 y 5 de
rias ) , y las artes son infalibles , esto es , no yerran Reipubl.

jamás y siempre consiguen su intento , todas las


veces que el artífice aplicare los medios convenien-
tes y usara de los preceptos y reglas del arte , al-
canzará gloriosamente lo que pretende , que es la
perfeccion de su obra . Verdad es que algunas cosas
que vemos obrar son semejantes en la composicion
á los nidos de las aves y á las telas de las arañas ,
que parecen hechas artificiosamente , siendo antes.
por instinto natural que por razon ni por arte , como
no se puede llamar artífice cualquiera que hiciese
algo de pintura , haciéndolo acaso ó por industria
422 ARTE DE LA PINTURA .

Jorge Vasari . Séti- de maestro , como se mostró en aquel cantero , el


mo volumen
3 part.de la cual habiendo , por órden de Micael Angel , desbas-
tado un término de la sepultura de Julio II , apartó
un mármol para labrar una figura, imaginándose ya
escultor . Dícese arte de las cosas que no son nece-
sarias , porque todas las artes se ejecutan en cosas
contingentes , que suelen ser y no ser, y en esto son
Berredit Barqui dis- diferentes de las ciencias (segun dice doctamente el
puta 1 de la no-
bleza de las artes. Barqui ) , porque todas las ciencias tratan de cosas
necesarias , que en esto se distinguen las cosas ar-
tificiales de las naturales ; que estas tienen su prin-
cipio en sí mismas , y las artificiales en otro , que es
el artífice . Pues ¿de qué manera se podrá conocer la
nobleza de un arte ? Decimos que como la nobleza
de las ciencias se conoce en dos cosas , del sugeto

de que tratan y de la certeza de las demostracio-


nes , y de esta manera aquella ciencia , que es más
cierta, tiene el sugeto más digno ó más noble , así
en el arte se debe atender principalmente á consi-
derar el fin , y segun fuere fin , más ó menos digno ,
así el arte será más o menos noble ; y , como cual-
quier ciencia , toma su unidad de un sugeto , y es
una sola y distinta de todas las otras , por tener un
fin sólo distinto de los demás . Curiosamente descri-
be esta diferencia el Ripa , pintando al arte y á la
ciencia. La imágen del arte es una mujer vestida
Iconología á lo antiguo , en la mano derecha tiene un pincel
de Ces. dira.
fol. 31 471. y un cincel , y la izquierda arrimada á un madero

fijo en la tierra, y ligada á él , una planta nueva : el


pincel y cincel significan la imitacion de la natu-
raleza , que se ve expresa , particularmente en el
pintar y esculpir . Júntase con esto el palo fijo en
LIBRO SEGUNDO , CAP. XII . 423

tierra, el cual con su rectitud hace que por la fuer-


za del arte crezca la planta torcida y tierna . La imá-
gen de la ciencia hace una matrona gallardamente
apuesta , con alas en la cabeza , en la mano diestra
un espejo , en la siniestra una bola y un triángulo
de punta sobre ella : píntase con alas en la cabeza,
porque no hay ciencia donde el entendimiento no
se levanta á contemplar ; el espejo , porque en él se
ve la forma accidental de las cosas que existen , y
se considera su esencia ; el globo muestra que la
ciencia no tiene opiniones contrarias , como en el
orbe celeste no hay contrariedad de movimientos .
El triángulo manifiesta que como los tres lados ha-
cen una sola figura , así tres términos en la propo-
sicion causan la demostracion en la ciencia . Y pa- mayor
Y
2 menor.
sando adelante , por cumplir en la materia del arte 3 consequencia.
y excusarla en otro lugar , diré algunas razones
convenientes , y primero que cualquier arte , no Arist. lib . 2 de
imitando á la naturaleza con estas cuatro causas : los Phisi. cap. 2.
la material , la formal , la eficiente y la final , pues
en la pintura la material es aquella de quien se hace
todo lo que toca á esta arte , como los colores , el
papel , lienzo ó tabla donde se pinta ; la formal es la
que da la forma y el ser á la cosa , y hace que sea
antes hombre que caballo ; la eficiente es el mismo
que la hace, esto es , el artífice ; y la final es expri-
mir y representar cualquier cosa por forma y seme-
janza , mediante la imitacion . Y como la causa for-
mal no puede ser sin la material , así la misma for-
mal no puede ser sin la agente , sin el artífice , ni
el agente sin la final . La cual es la más noble de
todas , y á quien todas las otras sirven . Porque todas
424 ARTE DE LA PINTURA .

las cosas que obran así natural como voluntaria-


mente , obran por el fin . Platon junta á estas cuatro
otras dos , la ejemplar (llamada de él idea ) y la ins-
trumental , las cuales sin duda se comprenden de-
Lib . 1 cap. 11. bajo de las cuatro ; porque la ejemplar se puede re-
lib. 2 de Benefi.
ducir á la formal , y la instrumental se reduce á la
eficiente . De la causa final de la pintura, y cuán
noble es por esta parte , muchas veces se ha dicho
en este libro, y en capítulo particular . De la ejecu-
cion de este fin saca el artífice tres frutos (segun
dice Séneca ) , el primero , el conocimiento de las
reglas del arte , y este cogió y gozó al punto que
acabó la obra : el segundo, el de la fama y opinion
que ganó en ella ; el tercero la utilidad , que es , ó
el interés ó la gracia, de quien la estimó ó le dió su
debido precio . Mas dejando esto aquí, y tornando á
lo que al principio propuse á los mancebos y nue-
vos pintores , por la mayor parte , es á quien sucede
Arist . lib. 7 Ethic. errar, porque no son perfectos artífices (segun el di-
cho del filósofo , que puede más la fortuna donde la
prudencia es menor) , porque á la perfeccion del arte
conviene la doctrina , esto es , el conocimiento uni-
versal de las cosas pertenecientes á esta profesion
y el uso y ejercicio del mismo arte . Porque si la
doctrina adelgaza el entendimiento , el ejercicio
perfecciona la mano , y así requiere no menos tiem-
po que estudio . Sentencia es de un valiente pintor
Leonardo Vinci do- que la pratica deve essere edificata sopra la buona teo-
cum . 20. Este do-
cumento tomó de rica . Por lo cual , con los doctos pintores no vale
aquí Carducho por esta opinion de muchos , que tal vez sale felizmente
estar impreso.
una pintura con pequeño cuidado del artífice , y tal
sucede, aplicando con atencion y estudio las fuer-
LIBRO SEGUNDO, CAP. XII. 425

zas de su caudal , no conseguir lo que pretende .


Haciendo suerte , lo que tiene certidumbre de parte
del arte (como dijimos ) pues aquello que consigue
acaso en efecto no se puede llamar arte , conforme
al testimonio de Séneca . Y no es contrario á esto

haber unas veces más disposicion y más prontitud


en el obrar, por la templanza del órgano del alma Epist . 26.
y la igualdad del temperamento ; pero no es esta
variedad causa para errar ó acertar en lo esencial
del arte cuando la mano está sujeta al ingenio del
artífice, como lo muestra el primer cuartel de aquel
celebrado soneto del divino Micael Angel :

Non ha l'ottimo artista al cum concetto


ch'un marmo solo in se non circonscriva
col suo soverchio, et solo á quello arriva
la mano, che ubbidesce all'intelletto.

Quiere decir : no tiene el buen artífice concepto


alguno que no lo comprenda en sí un mármol , de-
bajo de su superficie, y sólo á aquello llega la mano
que obedece al entendimiento .
La declaracion del Barqui sobre este soneto es
esta ; todas las cosas que puede obrar el artífice, no Disp. I
sólo están en potencia en la materia de que hace
sus obras, pero están en la más perfecta forma que
se puede pensar , conforme á la hermosura de la idea
modelo que tiene en la fantasía ; pero faltando el arte
y práctica, podrá imaginar bien y obrar mal (segun
la mejor doctrina de Aristóteles) ; pero conviene
saber primero, que el ser es de dos maneras , uno
se llama potencial y otro real. El ser potencial de
cualquiera cosa es aquel que no ha venido al acto,
426 ARTE DE LA PINTURA .

mas está escondido en la materia , sea cera ó barro ,


ó mármol (siguiendo el ejemplo del soneto) , porque
de él se pueden formar variedad de figuras , las
cuales cuando hayan venido al acto , mediante el
artífice , tendrán el ser real . De manera que todo lo
que está en el agente en potencia activa, está en la
materia en potencia pasiva . Así , no forma el singu-
lar artífice , no imagine en la fantasía cosa , que un
mármol sólo (que es la materia del escultor) no en-
cierre dentre de sí , debajo de su corteza ó superfi-
cie ; pero esto sólo se concede á quien tiene arte y
práctica , porque sólo lo alcanza aquella mano que
sabe exprimir lo que ha concebido , esto es , que
obedece á la imaginacion , que esta virtud ó poten-
cia se forma en este lugar por el entendimiento , se-
gun este expositor. Mas recogiendo lo que hemos
dicho , si el arte es un hábito del entendimiento , y
tiene todas las razones de su parte, y la fortuna no
tiene razon ninguna , sino que obra por accidente ,
porque dice Aristóteles en el 6 de las Éticas , ale-
gando el verso de Agaton , « el arte ama la fortuna ,
y ella el arte . » Algunos creen que el verso de Aga-
ton se debe entender y referir por los pintores , que
no pudiendo (como se ha dicho) hacer alguna cosa
con arte , la hicieron al acaso , como se lee en Plinio y
en Valerio Máximo . Pongamos el lugar de Plinio á
la letra , y responderémos á él ; hablando de Protó-
Plin. lib . 45 cap . genes , dice : « Pintó un perro maravillosamente he-
10. Valerio Máxi- >> cho del arte y del caso . Porque pareciéndole ha-
mo lib. 8 cap. 11.
>>>berse satisfecho en todo , no podia pintar la espu-
»ma procedida del cansancio, porque procuraba que
» no pareciese pintada , y deseaba lo verdadero y no
LIBRO SEGUNDO, CAP . XII . 427

»lo verificaba , y mudaba una y otra vez los colores


»cnjugando el pincel ; finalmente, airado contra el
» arte , refregó la esponja con que limpiaba los pin-
» celes de varios colores en la pintura , y acaso por
» la mezcla que tenia hizo lo que él deseaba , y por
» esto la fortuna obró en su pintura lo natural que él
» procuraba . » Y más abajo : « Lo mismo sucedió á
»Nealte en la espuma de un caballo ; á quien favo-
reció tambien la fortuna . » Hasta aquí Plinio .
Parece que esta autoridad desbarata nuestro edi-
ficio y autoriza la comun opinion ; pues sucedió á
dos valientes artífices , principalmente á Protóge-
nes , tan celebrado en la antigüedad y tan alabado
y estimado de Apéles . Séame lícito decir en su de-
claracion mi sentimiento , teniendo más respeto á la
verdad . Sin duda ninguna ( en buena razon ) más
difícil habia de ser á Protógenes pintar un perro

que pareciera vivo , que formar la espuma que le


salia de la boca, porque para la forma de un animal
se habia de ayudar de la naturaleza y del arte en
sus preceptos , y para pintar la espuma bastaba una
simple imitacion de lo natural , y la espuma del ani-
mal, aunque no la tuviera presente , la podia artifi-
ciosamente contrahacer ó fingir ; pues hay poca di-

ferencia de una espuma á otra , siendo toda blanca,


y para la viveza de su pintura no era esto lo esen-
cial. Y á mí no siendo Protógenes (recíbase esto con
más humildad que suenan las palabras) , no me die-
ra tanto cuidado la espuma como el perro . Además ,
que es imposible que una esponja teñida en varios
.
colores pueda formar una espuma blanquísima , por-
que habia de hacer un jaspe variado ; y cuando es-
428 ARTE DE LA PINTURA .

tuviera manchada de solo blanco , tampoco podia


con ello hacer la espuma con el imperio y gallardía
que con el pincel : la salva que me parece más dig-
na de la veneracion de este lugar , es ( á mi juicio)
estar esta nobilísima arte en sus principios y no ha-
ber llegado en la experiencia y ejecucion de mu-
chas cosas menores á su perfeccion , aun en los
hombres de tan grande opinion ; porque no sujetar
un famoso artífice cosa tan fácil , no se puede creer
aún de los medianos de este tiempo : y no por esto
pierde Plinio de su autoridad , porque como histo-
riador refiere el caso que en muchos lugares de este`
libro de la pintura es admirable y digno de ser creido .
Pero con todo lo que se ha dicho, á un doctísimo
varon de este tiempo que con debido culto veneraba
la antigüedad , le pareció templar esta censura excu-
sando al arte y al artífice (que estaban entonces en
tan alto grado) con el ejemplo de otros famosos que
habiendo alcanzado las cosas mayores de esta pro-
fesion , tuvieron en poco inclinar la grandeza de su
ingenio á las menores ; y no permitia que la espuma
se hiciese por arte ó caso , sino naturalmente , con
forzar la esponja bañada del humor líquido en la
superficie llana ; y los varios colores salvaban con
poder estar tocada de blanco solo por aquella parte ,
culpando antes al historiador que al pintor . Pero
porque con este parecer (aunque docto) no satisfago
á los de mi profesion, me place por ahora seguir el
intento del primero , por ser, á mi ver , más literal ,
y cuando concedamos que se hizo la espuma ó na-
tural ó pintada, refregando la esponja en el cuadro ,
y que pasó como lo dice el lugar citado . ¿Leemos ,
LIBRO SEGUNDO, CAP. XII. 429

por ventura, que se hiciese así una figura, ó cabeza ,


ó mano? Claro está que no : luego no hace fuerza
este ejemplo para estribar en él : de manera que
concluimos este capítulo con que el arte no obra
acaso; y con que clarísimamente el buen artífice tie.
ne cierto el fin honroso de sus pinturas , y aun antes
que las comience , en su idea las ve perfectamente
acabadas, fundado en los medios convenientes y re-
glas y preceptos de su profesion , y finalmente que
no es lícito , en particular á los hombres doctos por
este solo ejemplo de los antiguos pintores , favorecer
esta opinion , y así en confuso , sin distincion algu-
na publicar que aciertan acaso los profesores de este
arte , si no tienen por verdad el ingenioso y poético
pensamiento de Libiano , sofista griego , traido á
nuestra lengua en una valiente silva por D. Fran -
cisco de Rioja, honra de esta ciudad , que , porque á
mi ver viene aquí muy á propósito , con él darémos
glorioso remate á este discurso .
Introduce , pues , un famoso pintor que habiendo
salido gloriosamente con su intento en sus obras,
se queja en una donde queriendo pintar la imágen
de Apolo, y poniendo toda la industria de su arte ,
la tabla de laurel sobre que pintaba le resistia , no
admitiendo semejante forma , dice así :

Mancho el pincel con el color en vano


para imitar ¡ oh Febo ! tu figura
en tabla de laurel ; ó los colores
no obedecen la mente , ni la mano ,
ó huye tambien Dafne tu pintura,
árbol, aún no olvidando tus amores ;
430 ARTE DE LA PINTURA.

perdió la grana y nieve que solia


teñir su boca y frente,
el casto afecto no con que vivia,
pues aún lo guarda en la cortina dura
Si perdió solamente
color y hermosura ,
y anima el rudo tronco Dafne esquiva
en tu desden aun á tu imágen viva.
A la aurora pinté en el horizonte
entre inflamadas nubes y distintas
con puras luces y rosado arreo.
De la ninfa que habita el hueco monte
menti con los pinceles el deseo ,
cuerpo dando á la voz con varias tintas.
Y tú, Marte soberbio , aunque guerrero ,
contra mí no vibraste el limpio acero,
porque con los colores te mostrara
espirando ficreza ,
sola esta virgen prueba su dureza
en mí, porque intentara
que leño informe Apolo le abrazara.
Dafne el arte ha vencido ,
venció ya Dafne el arte .
¡Oh Cintio! culpa tuya.
¿Dó está el arco? ¿ dó está el divino aliento?
A tan flaco poder mengua es que huya
y que de él se remita alguna parte .
Dime , la antigua llama
con imperio en tu sangre se derrama
que el desden sólo puede en un rendido.
Ya tu desprecio y no el del arte siento ,
que si queda sin gloria ( intonso Apolo)
tu, fábula, y sin lustre al mundo , solo .

FIN DEL LIBRO SEGUNDO .


TABLA

DE LOS

CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE LIBRO PRIMERO .

Páginas.
CAPÍTULO I. -Qué cosa sea pintura , y cómo es arte liberal y su
difinicion y explicacion. 9
CAP. II. - Del orígen y antigüedad de la pintura y su primera in-
vencion. . 22
CAP. III. De la contienda entre la pintura y la escultura , y las
razones con que cada una pretende ser preferida . 32
CAP. IV. - En que se prosiguen las respuestas en favor de la
pintura. . 47
CAP. V. De otras, razones sueltas en que la pintura se aventaja
á la escultura . • • 69
CAP. VI . De las honras y favores que han recibido los famosos
pintores de los grandes Príncipes y Monarcas del inundo. 86
CAP. VII. - En que se lleva adelante la materia del pasado, y se
describe el túmulo hecho á Micael Angel. . · 106
CAP. VIII . De otros famosos pintores de este tiempo , favoreci-
dos con particulares honras por la pintura. • 129
CAP. IX. Santos que ejercitaron la pintura y de algunos efec-
tos maravillosos procedidos en ella. 144
CAP . X. - De las diferentes maneras de nobleza que acompañan
á la pintura y de la utilidad universal que trae. · • 166
CAP. XI. - De la pintura y de las imágenes y de su fruto, y la
autoridad que tienen en la Iglesia Católica . • 183
CAP. XII . - De tres estados de pintores , que comienzan , median
y llegan al fin. 205
432 ARTE DE LA PINTURA.

LIBRO SEGUNDO .

CAPÍTULO I. De la division de la pintura y sus partes. 221


CAP. II. De la órden , decencia y decoro que se debe guardar
en la invencion. 238
CAP. III . En que se prosigue la materia del decoro. 256
CAP. IV. En que se concluye la aprobacion de la pintura del
juicio y la materia del decoro . 278
CAP. V. -Del dibujo y de sus partes . 307
CAP. VI . - En que se prosiguen las partes del dibujo . 321
CAP. VII. — En que se concluyen las proposiciones prometidas . 342
CAP. VIII.- Donde se acaban las proposiciones y partes perte-
necientes al dibujo . • · 360
CAP. IX. - Del colorido y de sus partes. · 379
CAP. X. - En que se prosigue la materia del colorido. 393
CAP. XI. Que declara , entre varias maneras de pintura , cuál
se debe seguir . 406
CAP. XII . - Por qué aciertan sin cuidado muchos pintores , y
poniéndolo no consiguen su intento. 420

FIN DEL TOMO I DEL ARTE DE LA PINTURA,

Y SEGUNDO VOLUMEN

De La Biblioteca DE EL ARTE EN ESPAÑA.


BIBLIOTECA

DE

EL ARTE EN ESPAÑA .

TERCER VOLÚMEN .

TOMO SEGUNDO.
ARTE

DE LA PINTURA ,

SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .

DESCRÍBENSE LOS HOMBRES EMINENTES QUE HA HABIDO EN ELLA ASÍ ANTIGUOS COMO MODERNOS ;
DEL DIBUJO Y COLORIDO; DEL PINTAR AL TEMPLE, AL ÓLIO , DE LA ILUMINACION
Y ESTOFADO ; DEL PINTAR AL FRESCO ; DE LAS ENCARNACIONES,
· DE POLIMENTO Y DE MATE ; DEL DORADO BRUÑIDO
Y MATE , Y ENSEÑA Á PINTAR TODAS
LAS PINTURAS SAGRADAS.

POR FRANCISCO PACHECO

VECINO DE SEVILLA .

SEGUNDA EDICION QUE SE HACE de este LIBRO FIELMENTE COPIADA


DE LA PRIMERA Que dió á LA ESTAMPA SU AUTOR
EN SEVILLA EL AÑO DE 1646 .
DIRIGELA

D. G. CRUZADA VILLAAMIL .

TOMO SEGUNDO .

MADRID ,
1866
IMPRENTA DE MANUEL GALIANO ,
PLAZA DE LOS MINISTERIOS , 2.
LIBRO TERCERO DE LA PINTURA .

DE SU PRÁCTICA Y DE TODOS LOS MODOS

DE EJERCITARLA .

CAPÍTULO PRIMERO .

DE LOS RASGUÑOS , DIBUJOS, Y CARTONES Y DE LAS VARIAS MANERAS


DE USARLOS .

Discurrido habemos hasta aquí ( conforme á nues-


tra pequeñez), ó ilustres artífices, honra de la nacion
española, en lo general del arte de la pintura, de
que no necesitan la grandeza de vuestros ingenios ;
abriendo puerta á la luz superior de vuestra doctri-
na, ahora con vuestra licencia humanarémos el estilo

en pro de los humildes que carecen en la ejecucion


de alguna enseñanza, y darémos valor, con vuestra
autoridad á este libro tercero de la práctica, á que
doy principio por los pensamientos y rasguños , con
que se han de prevenir para la ejecucion de lo que
se les ofrece pintar. No seguiré el consejo licencio-
so, el cual permite al pintor envestir con el cuadro
6 ARTE DE LA PINTURA.

de figura, ó historia, y comenzar á dibujar lo que


ha pensado , en el lienzo , ó tabla, sin más preven-
cion opinion seguida del venerable monje cartujo
D. Luis Pascual , y favorecida de algunos , si bien
expuesta á conocidas desigualdades y descuidos .
Seguiré, empero , el seguro camino de los que as-
piraron al glorioso y alto lugar en la pintura , dejan-
do á cada uno en su libertad y opinion , para elegir
lo que quisiere . Dicho se está que con los que no
saben más que contrahacer (y han de seguir los ori-
ginales , buenos ó malos , sean estampas, dibujos ó
pinturas) no hablamos aquí , que estos tocan al pri-
Lib. 1 , cap . 12. mer estado , como habemos visto . Todavía los del

segundo podrian valerse de estos documentos, que


al fin juntan de varias cosas una , por estar más
aprovechados , y así podrán estos , cuando se les
ofrezca pintar alguna figura ó historia , elegir de las
estampas, dibujos de mano , ó pinturas , una cabeza
de uno, media figura de otro, una ó dos de otro,
brazos , piernas , paños , edificios y países , y juntarlo
en uno , de suerte que se les deba por lo menos la
composicion , y de tantas cosas agenas hagan un
buen todo . Yo usaba, siendo muchacho , en un lienzo
pequeño , ó de blanco y carmin , ó de blanco y negro,
hacer esta junta para una historia ó figura , pintán-
dolo al óleo como cosa más fácil de unir y acomo-
dar, quitando y poniendo, y de este pequeño modelo
lo pasaba al tablero ó lienzo grande , á veces dibu-
jándolo á ojo , á veces por la cuadrícula : esto usan
hoy algunos con no mediano nombre de maestros ,
y quien lo sabe mejor acomodar y reducir á su ma-
nera alcanza más fama . Pero yo como aficionado al
LIBRO TERCERO, CAP . I. 7

dibujo (por no aborrecerlo ni olvidarlo del todo) como


parte siempre dificultosa , usaria de hacer esta jun-
ta con papeles , con el modo que me pareciese : así
lo vi hacer á valientes escultores, para sus historias
de piedra ó madera , con la pluma , ó el lápiz . LO Pesquera y Geróni-
cierto es, que el hacer rasguño , dibujos y cartones , mo y Fernandez .
derechamente pertenece á los pintores que están en
el tercer grado y último de la pintura , porque estos
están más obligados á hacer cosas nuevas , apartán-
dose en cuanto pudieren de no encontrarse con nada
de lo hecho, no solo de otros , pero de sí mismos, y
esto lo ejecutan de varios modos ; y así pidiéndoles
una figura , ó historia antigua ó moderna , procuran
enterarse de cómo se ha de pintar, ó por informacion
de sábios , ó por leccion de libros , y en su idea fabri-
can un todo , y en papeles con carbon , con lápiz ó
pluma, hacen los primeros intentos, los movimien-
tos, los semblantes y acciones , pertenecientes á la
vida de aquella pintura que se les pide , y de tres ó
cuatro intentos eligen (ó por su parecer ó de los
doctos) el que deben seguir y aquel poner en lim-
pio , ya con lápiz negro como hacia Becerra, tomado
del gran Micael Angel , ya con negro y rojo como
hacia Federico Zúcaro (de quien yo vi el David de
la Anunciata dibujado de esta suerte) que tambien
usan otros , ya de aguadas suaves en papel blanco ,
como hacia Polidoro y el divino Rafael ; ya de aguada
y realce , valiéndose del papel teñido de cualquier co-
lor , que sirve de media tinta , al albayalde con goma
con que se realza , como se ven muchas cosas de va-
lientes y usó nuestro Vargas y Maese Pedro , por lo
Vasari, prime-
cual dijo el Vasari : Questo modo è molto alla pitto - aparte, cap. 19 .
8 ARTE DE LA PINTURA.

resca, é mostra piu l'ordine del colorito . Este modo es


muy á lo pintoresco y manifiesta más el órden del
colorido . Y añade otro primor: «Usan muchos maes-
»tros antes de hacer las historias en el carton , hacer
» un modelo de barro en un gran plano y plantar en
» él todas las figuras redondas , para ver los bati-
>>mientos de las sombras , que de una luz á propósito
»se causan , y de aquí retratan el todo de la his-
» toria y las sombras que hieren de una en otra figu-
>>ra, y por este medio alcanzan más perfeccion, fuer-
»za y relieve sus obras , porque los cartones se hacen
» para compartir la obra que venga justa y me-
» dida . Y cierto quien halló tal invencion tuvo
>>extremado pensamiento , atendiendo á que en los
>> cartones se ve la buena eleccion y juicio de la obra
»toda junta, y se ajusta y borra hasta estar bien, lo
>> cual en la obra no se puede hacer. » Y en el mismo
lugar dice : « Muchos pintores hay que para las
» obras al óleo huyen de hacer cartones del mismo
>> tamaño , mas para las obras al fresco no se pueden
>>huir : y así de los dibujos pequeños se copian los
>> cartones grandes en la cuadrícula . » Hasta aquí
este autor: aunque se ha declarado harto bien el Va-
sari , con todo darán mucha luz á este intento los

ejemplos de los valientes hombres que nos ocurrie-


ren á la memoria , poniendo delante lo que ellos hi-
Jorge Vasari, último cieron , y comencemos por el mayor . El divino Mi-
volún de la 3 parte. cael Angel , como consta de su vida y de lo que de
él se refiere , hizo un carton (habiendo de concurrir
con Leonardo de Vinci) de la guerra de Pisa , en el
cual puso muchos desnudos que estándose bañando
en el rio Arno por el calor, tocaban al arma en el
LIBRO TERCERO , CAP . 1 . 9

campo, donde se veian unos con la prisa comenzar


á ponerse las armas para ayudar á sus compañeros ,
mientras los otros á caballo combatian , y entre tan-
tas figuras y posturas diferentes, estaba un viejo
coronado de yedra , que se sentó á ponerse una cal-
za, y por tener la pierná húmeda hacia gran fuerza
(oyendo el ruido de las cajas y soldados ) , torciendo
la boca y músculos con gran valentía ; veíanse otros
infinitos movimientos y escorzos , con carbon y real-
ce de blanco , queriendo mostrar en este dibujo
cuanto sabia en el arte , con que los artífices queda-
ron admirados y confésaron que ningun ingenio po-
dia arribar á tanta grandeza . Llevóse á la sala del
Papa, con gran rumor y gloria de Micael Angel,
donde estuvo para estudio de naturales y forasteros
mucho tiempo . Estudió de él Aristóteles Sangallo ,
Rodolfo , Guirlandayo , Rafael de Urbino , Francisco
Granacio, Bacho Bandinelo , Alonso Berruguete (es-
pañol) , Andrea del Sarto , Perin del Vaga y otros
muchos de allí fué llevado á la casa de los Médi-
cis, y al cabo los pedazos se conservan en algunas
partes de Italia con grande veneracion , y por él al- ·
canzó gran fama Micael Angel , siendo de veinti-
nueve años .

Para la vuelta de la capilla que pintó al fresco y


para la gran historia hizo cinco ó seis figuras des-
nudas, redondas, como de su mano , y escorzándolas
como le parecia variar los perfiles fronteros , de es-
paldas y lado , se salia de ellas , haciendo diferentes
figuras en dibujos muy acabados , poniendo delante
Ia red ó cuadrícula , para que los escorzos le saliesen
ciertos (como dijimos en otra parte) y de estos dibu- Lib. 2, cap. 8 .
10 ARTE DE LA PINTURA.

jos pequeños hacia los perfiles en cartones grandes


del tamaño que habian de tener en la pared ; y este
tenia por el más cierto camino , para conservar su
ilustre nombre . Becerra , honra de nuestra nacion ,
discípulo é imitador de su gran manera , hacia lo mis-
mo ; y para la pintura del Pardo , que hizo en compa-
ñía de Rómulo , que yo he visto , dibujó un famoso
Mercurio volando , por un valiente modelo suyo que
mostró á la Majestad Católica de Felipe II , que le
dijo : ¿ No habeis hecho más que esto ? con que él se
entristeció mucho . Peregrin de Peregrini ( mayor
imitador de Micael Angel) para la famosa librería
que pintó en San Lorenzo el Real , hizo muchos di-

bujos muy acabados y muchos escorzos por modelos


de bulto , y de ellos cartones grandes , para valerse
de los perfiles en la misma obra , que todos se los
hurtaron cuando la acabó , y se quiso volver á Italia,
y no parecieron más, de que se lamentaba mucho .
Bartolomé Carducho y su hermano Vicencio Cardu-
cho , los usaron tambien en ocasiones de desnudos , y
de ellos y del natural se valian en sus obras , como
yo lo he visto. Mateo Perez de Alesio trajo á Sevilla
muchos dibujos acabados de su mano, de lápiz y de
aguada, y tambien entre ellos uno de aguada y real-
ce de la muerte de Moisés , el cual , viéndolo Geró-
nimo Fernandez , le dijo que si era aquel papel de
su mano le admitiese por su discípulo , de que él se
afligió sobre manera, porque se dudaba que lo hu-
biese hecho ; y la causa de aventajarse aquel dibujo
á los demás era por haberlo pintado al pié del Juicio
de Micael Angel y revestidose de su gran manera ;
pero averiguóse ser suyo por esta causa y por infor-
LIBRO TERCERO , CAP . I. 11

macion de algunos que habian estado en Roma y


visto la misma pintura . Y para el San Cristóbal que
tiene pintado en esta santa iglesia, y acabó el año
de 1584 , hizo muchos dibujos pequeños (y yo tengo
uno) y el carton del mismo tamaño no sólo los per-
files, pero muy acabado, oscurecido y plumeado con
gran destreza, y lo tuvo puesto en una gran sala del
Alcázar Real de esta ciudad ( donde yo lo vi siendo
mozo) , y es la mejor figura de pintura de que se tie-
ne noticia en España , pues tiene treinta piés de alto
desde la superficie de la cabeza al pié que planta
fuera del agua. Pablo de Céspedes , racionero de la
santa iglesia de Córdoba , que estuvo en Italia dos
veces, y estudió tanto de las obras de Micael Angel
y tuvo estrecha amistad con Federico Zúcaro y co-
municó los más valientes hombres de ella en sutiem-
po , tambien hacia modelos de bulto (como tan va-
liente escultor, pues hizo á la estátua de Séneca una
cabeza de mármol que apareció un dia puesta en
Roma, y le rotularon Víctor el Español ) . Vi yo al- En un elogio.
gunos modelos de cera y barro para imitar en sus
pinturas y dibujos , y no solo en pequeño , las histo-
rias y figuras de lápiz negro y rojo , pero cartones
grandes para las pinturas al óleo , de que doy fe, di-
bujó dos muy diestramente de carbon , y muchas ca-
bezas coloridas al óleo del natural para copiarlas en
sus obras y Antonio Mohedano hacia lo mismo , y
los paños por un maniquí, y los desnudos , manos y
piés, en los dibujos por el natural . Dominico Greco
me mostró el año 1611 una alacena de modelos de

barro de su mano para valerse de ellos en sus obras ,


y , lo que excede toda admiracion , los originales de
12 ARTE DE LA PINTURA .

todo cuanto habia pintado en su vida, pintados al


óleo en lienzos más pequeños , en una cuadra que
por su mandado me mostró su hijo . ¿Qué dirán á esto
los presumidos y flojos? ¿Cómo no se caen muertos
oyendo estos ejemplos? ¿Cómo alegan facilidades y
prestezas los enanos , siendo estas diligencias en los
gigantes? Bien he visto y conocido algunos que sin
pensamientos , sin dibujos ni cartones hacian sus
obras al óleo y fresco , pero ¿ qué importa, si no las
hemos de seguir ni imitar, y ellas mismas manifies-
tan la poca noticia y arte con que se hicieron? Val-
ga en mi favor el sentimiento de uno de los más
doctos pintores de Italia , Leon Bautista Alberto . Es-
Lib. 3 de la pint. cribe así en sus comentarios : « Cuando se nos ofrece
>>pintar una historia, lo primero andarémos pensan-
>> do profundamente con qué órden y con qué modo
>> harémos la composicion de ella para que sea per-
» fecta y bellísima , y haciendo rasguños é intentos
» en papeles , examinarémos toda la historia y cual-

»quier parte de ella , pidiendo consejo á nuestros


>> amigos ; finalmente , nos fatigarémos en que todas
» las cosas sean de nos pensadas y miradas , de ma-
»nera que en nuestra labor no se halle cosa alguna
»que no la sepamos muy bien y sea muy conforme
»y á propósito á la parte donde se hubiere de colo-
» car nuestro cuadro . » Este mismo sentimiento (aun-
Docum. 4. que oscuramente explicado ) parece el de Leonardo
de Vinci ; al principio de sus documentos : « La suerte
» del pintor se debe de contínuo trasformar en tantos
» discursos cuantas son las figuras de los notables
»> objetos que se le ponen delante, y en ellas firmar
» el paso y notar y hacer sobre ellas reglas, con-
LIBRO TERCERO, CAP. 1. 13

>> siderando el lugar, las circunstancias, luces y som-


>>bras . >>
Con todo no faltarán algunos que concediendo todo
lo que se ha dicho hasta aquí , hallen alguna réplica
diciendo que, tal vez en la guerra , no sujetándose á
la órden y preceptos de ella , conforme á la ocasion
que se ofrece , aventurándose atrevidamente , se al-
canza alguna gran victoria , como muchas veces ha
sucedido , que lo mismo será en la pintura : y para
esto se valdrán del ejemplo de Tintoreto , famoso
pintor veneciano , de quien se cuenta , que intentan-
do aquella gran república hacer pintar en una gran
sala de un cabildo una victoria suya , ó en que ha-
bia tenido parte , hizo ( lo que fuera justo que hicie- Ejemplo raro.
ran todas, para honrar á sus ciudadanos ) convocar
á todos los valientes pintores que habia en aque-
lla famosa ciudad , y teniéndolos juntos , proponerles
su intento y deseo , y animarlos á que cada uno hi-
ciese un dibujo ó carton para este propósito, prome-
tiéndoles á todos honroso premio de su ocupacion y
al que mejor hiciese entregarle la misma obra , dán-
dole por ella todo lo que valiese , con lo cual que-
dando todos muy satisfechos , cada uno se dispuso
á hacer su diligencia , y poner por obra lo que se le
habia mandado . Entre los que se hallaron á esta
junta vino Jacobo Tintoreto , muy conocido por sus
obras ; el cual , ora fuese porque temiese la carrera
y competir con los demás en la parte del dibujo, y
no quisiese poner en condicion su causa , ó (como
me parece más cierto) atreviéndose á su mucha des-
treza y facilidad , apartándose de los demás pinto-
res , considerando y midiendo la grandeza del sitio
14 ARTE DE LA PINTURA.

se resolvió á armarles á sus amigos , y dejarlos lin-


damente burlados haciendo su carta por nuevo ca-
mino . Y disponiendo un lienzo del mismo tamaño
del testero de la sala donde se habia de poner la
historia , la dibujó y pintó de colores poniendo (co-
mo es de creer) toda la diligencia y estudio que le
fué posible . Llegado el dia en que habia él y todos
los demás de manifestar sus cartones , habiendo ve-
nido todos al llamado de la Señoría , para hacer de-
mostracion cada uno de lo que habia trabajado , el
Tintoreto tuvo industria para poner su lienzo acaba-
do en la misma sala donde habia de servir ; y ha-
biendo los demás manifestado sus cartones , con ad-
miracion del Senado , él propuso que su carton era
un poco grande , y no se podia ver allí con buena
comodidad , que suplicaba á aquellos señores y los
demás artífices se dignasen de entrar más adentro
para verlo . Abrieron la pieza , y apareció el lienzo
pintado con tanta valentía y espíritu , que todos
quedaron admirados y los pintores fuera de sí, vien-
do que en el tiempo que ellos habian tomado para
dibujar sus papeles , hubiese Tintoreto dibujado y
pintado una historia tan grande y tan digna de ad-
miracion ; y la Señoría viendo su deseo cumplido y
acabada su obra , cuando pensaba comenzarla , con
aprobacion de todos los artífices premió altamente
á Tintoreto, y los demás quedaron corridos y confu--
sos, y él aclamado y conocido por merecedor de
grande honra y estimacion .
Paréceme que podemos responder que , el pintor
que se hallare con iguales fuerzas , podrá imitar la
osadía que se muestra en este singular ejemplo, que
LIBRO TERCERO, CAP. 1 . 15

yo no me hallo con caudal para poderlo ejecutar


ni acnosejar ; pues no tengo por menos valientes á
los demás artífices traidos en este discurso en abo-

no de mi opinion , cuanto más que , quién sabe si


hizo para este lienzo Tintoreto , algun carton pinta-
do de blanco y carmin al óleo , como yo he visto , y
tenido parte de él , para un crucificamiento copioso
que anda en estampa suyo.
Y pasando adelante digo que , otros muchos sobre
los modelos desnudos de barro , ó cera , con papel

mojado componen las ropas y trazos , para contra-


hacer de allí de lápiz negro ó colorado las figuras
vestidas (cosa que le vi hacer á Mateo de Alecio y
á otros escultores). Repruébalo Leonardo de Vinci
en sus documentos diciendo : « no hagas hábito , co- Docum . 150 .
>>mo hacen muchos , cubriendo los desnudos con pa-
>> pel , ó pergamino sutil que te engañarás mucho . »
No da la razon , pero debe de ser por causar las cas-
cadas crudas y demasiadamente yertas y esquina-
das , que ni la seda , ni el lienzo ó paño lo hacen ,
si no se pegan al desnudo con más suavidad .
Tambien me parece que aun el maniquí vestido
no le da mucha vida á la figura , como es cosa
muerta , si bien para aguardar es más á propósito
que el natural ; pero yo me atengo al natural para
todo, y si pudiese tenerlo delante siempre y en todo
tiempo, no sólo para las cabezas , desnudos , manos
y piés , sino tambien para los paños y sedas y todo
lo demás seria lo mejor . Así lo hacia Micael Ange-
lo Caravacho, ya se ve en el crucificamiento de San
Pedro (con ser copias) , con cuánta felicidad : así lo
hace Jusepe de Rivera ; pues sus figuras y cabezas
16 ARTE DE LA PINTURA.

entre todas las grandes pinturas que tiene el duque


de Alcalá , parecen vivos y lo demás pintado , aun-
que sea junto á Guido Boloñes ; y mi yerno que sigue
este camino , tambien se ve la diferencia que hace
á los demás , por tener siempre delante el natural .
Ultimamente concluyo este capítulo con lo que yo
hago de más de 40 años á esta parte , no tanto por
honrarme en la compañía de tan valientes hom-
bres, cuanto por manifestar el fruto que he sacado de
su doctrina, que el que le agradare podrá con segu-
ridad seguir. De dos ó tres rasguños que sirven de
intentar la invencion , ó de uno solo , las cabezas
que me vienen á cuento en el natural para mi histo-
ria ó figura , las pintó al óleo en papeles ó lienzos
imprimados escogiendo las más hermosas y agrada-
bles , sean de niños , de mancebos , de varones , de
viejos ó de mujeres , en las posturas que las he me-
nester, conforme á mi pensamiento ; y manos , bra-

zos , piernas , piés y desnudos , dibujo del natural


en papeles teñidos con el carbon , ó lápiz negro ,
y rojo , realzando con ocreones blancos hechos
de yeso blanco y albayalde en seco , porque son
prestos y se unen bien , y las ropas , paños ó sedas ,
vistiendo el natural con túnicas ó capas , haciendo

los pedazos que he menester para mi historia ó figu-


ra , la cual acreciento haciendo el todo de ella , en
el lienzo ó tabla grande, del tamaño que quiero , sin
cuadrícula , por tener alguna facilidad ganada en
esta parte y por este medio y camino he pintado
muchas cosas en público , particularmente los seis
cuadros que están en el cláustro grande de la Mer-
ced de esta ciudad , entre los de Alonso Vazquez, y
LIBRO TERCERO, CAP. I. 17

el lienzo grande del juicio de Santa Isabel , y ahora


de lo postrero , el San Miguel con el demonio á los
piés en San Alberto , todo esto al óleo, y la obra del
camarin del duque de Alcalá al temple , que con-
tiene ocho fábulas con grutescos y otros adornos .
En nada de esto he usado de cartones del mismo ta-
maño , sino de dibujos pequeños , el mayor en pliego
abierto de marca mayor .

Añado á esto, que todos los valientes hombres


traidos en este discurso si les preguntáramos cuál
modo usariamos en ocasion semejante , es cierto
que nos dijeran lo que hemos visto que ejercitaron
ellos y pusieron por obra en las ocasiones que se les
ofrecieron ; porque ninguno pretende encaminar á
los otros sino por el camino que él ejercita , y con
lo que se halla bien , de suerte que podemos hacer
cuenta que lo que no escribieron nos enseñan , y
dicen con su manera de obrar , con la cual ganaron
el glorioso nombre que les dan sus famosas obras .

CAPITULO II .

DE LA PINTURA AL TEMPLE , SU ANTIGÜEDAD Y DIFERENCIAS ,


Y CÓMO SE HA DE OBRAR.

Mucha veneracion y respeto se debe á la pintura


al temple , por haber nacido con la misma arte y
ser la primera que se usó en el mundo y en la que
los famosos artífices antiguos hicieron tantas mara-
2
18 ARTE DE LA PINTURA .

villas como refieren los autores , particularmente


Plinio, lib . 35. Plinio , como habemos visto : y para probar su anti-
güedad no se puede ofrecer mejor testimonio que
los excelentes lugares suyos , traidos y declarados
por uno de los más doctos pintores que ha tenido
España , que fué Pablo de Céspedes , Racionero de la
Santa Iglesia de Córdoba , cuyas letras honran asaz
nuestros libros , el cual hablando de este intento ,
dice así :
Cart. de Pab. de «De que ni en las obras de Plinio , ni otro autor
Céspedes.
antiguo se haga mencion de pintura al óleo, es
cierto . De que expresamente diga que se pintaba al
temple algunas veces lo hace » y más abajo .
1. «Para que fuesen las pinturas de aquellos tiempos
Lib. 35 , cap . 6. al temple es menester saber que habia dos suertes
de colores , unas floridas y otras austeras : las flori-
das era obligado á dar al pintor el señor de la obra
(por ser muy costosas) ; las austeras ponia el pintor
de su casa. Entre las floridas entraba el minio , co-
lor de muy gran precio, que corresponde á nuestro
bermellon , excepto que era aquel natural y el nues-
tro es artificial . » (Es de advertir que tambien lo hay
natural en nuestra España ; como nota el padre
Lib . 1 , cap . 1. Juan de Mariana en su Historia , que se halla mu-
cho en el Almaden , y yo lo he visto y gastado ,
Lib . 35 , cap . 6. pero no es tan alegre como el artificial . ) Prosigue
el Racionero ; « dice pues Plinio en el lugar citado
que para hurtar del minio el pintor , aunque estu-
viese el dueño presente , que hartaba bien de minio
el pincel y luego lo lavaba en la maceta del agua,
como que hubiese de tomar otro color con el mismo
pincel , y á muchas de estas hallaba el minio asen-
LIBRO TERCERO, CAP . II . 19

tado en el fondo , de donde lo cogia despues . Bien


se deja entender que si lavaba el pincel en el agua,
no era la pintura al óleo, luego forzosamente habia
de ser al temple . » Y prosigue .
2.
« Tambien parece poderse inferir que las obras ex-
Lib. 35 , cap. 7.
celentísimas de Apéles , y de los otros valientes
pintores , que , cada una de ellas valia todas las ri-
quezas de una ciudad , se hicieron con cuatro colo-
res solos de los colores blancos con sólo el Melino
ó tierra melina ; de los amarillos, con el sil áthico ; de
los colorados , con la tierra sinópide pontica ; de los
negros , con el atramento color oscuro (cual se sea)
no usaron más que de estos cuatro colores , y todos
son fuertes de tierras : y aunque los tres de ellos se
podrian gastar al óleo (aunque mal , porque oscure-
cen) como el ocre, almagra y negro, la tierra me-
lina en ninguna manera . Era esta tierra de la isla
de Melo, una de las Esporades , como dice Dioscóri-
des y Plinio , la cual era buena para las pinturas ,
por cuanto conservaba más tiempo la firmeza de los
colores ; y esto atribuiria yo á que era más magra

que otras tierras blancas ; pues refregándola entre


los dedos crugia , y por esto tenia más cuerpo ; em-
pero al óleo muriera luego su blancura .
Además de esto entre los colores muy preciosos 3.
era uno el Indico (retiene en Italia el mismo nom- Lib. 35 , cap. 6.

bre) , que acerca de nosotros se llama añil : gastado


al óleo se muere á dos dias ( como ha hecho á mí) ;
empero al temple cuando es bueno se conserva me-
jor y en aquellos tiempos , lo debia de ser : venia de
la India Oriental , y moliéndolo parecia negro, mas
despues , hechas sus mezclas hacia maravilloso co-
20 ARTE DE LA PINTURA .

lor mixto de púrpura y azul : esta mixtura no vemos


que al óleo la hace .
4. Plinio en el mismo capítulo claramente nos
Lib. 35 , cap. 6. dice que eran las pinturas al temple (donde no
hay necesidad de discurso , ni de buena conjetura)
dice que pintaban con sandier (era color semejante
á nuestro azarcon) y bañándolo ó velándolo , despues
con purpuriso mezclado en templa de huevo , hacia
aquella alegría ó esplendor del minio, y si querian
hacer color de púrpura , pintaban con azul y encima
bañaban con purpuriso templado con huevo . ( Pur-
puriso era color que imitaba nuestro carmin) bien
claro lo ha dicho ahora ; pues dos veces repite el
estar templado con huevo , y no habia de estar de-
bajo pintado al óleo , si lo habian de pintar al
temple .
«Y no se han de entender que esta manera de tem-
ple era como la que vemos en lienzos que hacen
Flamencos , porque esta se llama pintura Aguayo,
y tiene nombre de por sí : el temple que digo era so-
bre tablas aparejadas y con tan delicada manera
que no hay iluminaciones que lleguen á ellas.
« Dícenme hombres que comunicaron con Micael -
Angel , que solia el santo viejo llorar viendo que se
dejaba la manera al temple , y que todos abrazaban
el óleo ; y decia que ya la pintura era fenecida y
acabada. Lo que yo me atrevo á decir es que , si no
se hubiera introducido la manera al óleo que hubie-
ra menos pintores malos (segun barrunto) . Enten-
diendo siempre usándose aquella buena manera al
temple que usaron aquellos grandes hombres y el
mismo Micael Angel . »
LIBRO TERCERO, Cap. II. 21

La causa (á mi ver) de este justo sentimiento era ,


porque lo varonil y esforzado de la pintura , la reso-
lucion y uso del dibujo decaia , con la comodidad
de poder quitar y poner fácilmente como en óleo
sucede , porque el temple es como la piedra , que si
se yerra no tiene enmienda , y sin duda alguna si se
usara (como dice Céspedes) hubiera menos pintores ,
pero más aventajados , y la misma dificultad de la
materia los hiciera más estudiosos . Lleguemos pues
al modo de ejercitarla .
Y comenzando por el primero , y el más usado y 1i modo de temple .
comun que vi ejercitar á mi maestro Luis Fernandez
y á muchos buenos pintores de su tiempo , y aun
cuando se usaba mucho la pintura de las Sargas ,
por donde comenzaron muchos buenos maestros de
la Andalucía , y en Sevilla , Pedro Villegas , Anto-
nio de Arsian , Luis de Valdivieso , y el insigne Luis
de Vargas ; y aun en este modo de pintura de las
Sargas se crió y la ejercitó muchos dias Alonso
Vazquez, siendo muchacho, y en Antequera , Anto-
nio Mohedano y Juan Vazquez tambien , pero aven-
tajadamente en sus principios , y aun se tenia por
opinion que para pintar diestramente y con facilidad
al óleo era necesario haber pasado primero por la
pintura de las Sargas , para soltar la mano .
Esta pintura pues , se ejercitaba de esta manera :
los colores finos que ahora se gastan y muelen mez-
clados con óleo de linaza , ó de nueces se molian
con agua y se echaban en escudillas , y porque no
se secasen los cubrian de agua limpia ; el blanco
era hecho con una pella de yeso muerto , no de mu-
chos dias como el mate fino duro , como el de los
22 ARTE DE LA PINTURA.

modelos : este servia en las Sargas de blanco , moli-


do al agua y mezclado con la templa de la cola ó
engrudo (como dirémos ) ; el negro era del carbon
ordinario molido al agua , ocres claro y oscuro , los
amarillos eran de yalde , los azules en cosas de me-
nos consideracion los hacian con añil y blanco , ú
oscurecido con el mismo añil , ó con orchilla echa-
da en agua , y los azules se gastaban en obras
de consideracion ó eran cenizas , ó segundos finos,
y los colorados , bermellon y carmin fino . Aunque
en las Sargas usaban de azarcon de la tierra y ba-
ñaban con brasil en lugar de carmin , y el blanco
era yeso muerto y molido , como habemos dicho ;
pero en las buenas pinturas , á dos partes de yeso ,
usaban una de albayalde ; la templa del engrudo
con que se desataban estos colores , era de esta ma-
nera lo más ordinario : la cola ó engrudo de tajadas
echado en agua y en estando tierno se le daba un
hervor al fuego añadiéndole el agua conveniente
para que no estuviese ni fuerte ni flaco (de esto no
hay regla mas que la experiencia) : tambien se pue-
de usar de cola de retazo de guantes cocido y cola-
do (aunque es más embarazoso) . Con esta templa
daban primero el lienzo ó pared , y mezclaban colo-
res , y para haberlos de gastar siempre se tenia el
fuego á la mano , para calentarlos cuando se hela-
ban , en cazuelas pequeñas , particularmente en
tiempo de invierno . Algunos usan para excusar esta
molestia echar en la templa del engrudo un poco
de estiércol de palomas . ( Yo lo he hecho , pero no se
deja de helar.)
Disposicion
de la pared. Añado á esto que , si la pared sobre que se ha de
LIBRO TERCERO, CAP . II . 23

pintar al temple es antigua y no muy limpia , se


mezcle con la templa del engrudo una poca de hiel
de vaca, ó unos dientes de ajos molidos con agua,
contra la grasa de la pared : tambien le podrian dar
encima una mano de yeso grueso cernido con ceda-
zo muy delgado , y á los lienzos si son gruesos de la
misma suerte . Mas las tablas usaban los viejos des-
pues de enervadas ó encañamadas por las juntas ,
ponerlas un lienzo delgado pegado encima con cola
.
más fuerte , y aparejarlas de yeso grueso y mate,
despues de muy bien lijadas , pintar en ellas á tem-
ple ; dibujándolas y perfilándolas sobre el blanco, y
luego metiendo sus colores limpiamente carnes y
ropas con variedad , y oscurecer con sus medias tin-
tas en seco , á la manera de las aguadas , y despues
ir apretando con los oscuros más fuertes , hasta de-
jarlo en su perfeccion : esto se hacia en seco ,
pared , en lienzos ó sobre tablas , y era lo más
usado .
En las ocasiones que á mí se me han ofrecido de
paredes ó lienzos , así lo he hecho , y las historias
que me cupieron del túmulo del Rey Felipe II , año
de 1598 , sobre un color de ocre las iba dibujando con
carbones de mimbre y perfilando con una aguada
suave , y oscureciendo y manchando á imitacion del
bronce , y realzando con yalde y yeso las últimas
luces . Así tambien comencé el año de 1603 á pintar
de colores los lienzos de fábulas del Camarin de don
Fernando Enriquez de Rivera , tercero duque de
Alcalá , á la sazon que Pablo de Céspedes estaba en
Sevilla, el cual quiso ver cómo manejaba el temple,
y yo le mostré el primer lienzo que hice para mues-
24 ARTE DE LA PINTURA.

tra , porque quise concertar esta obra (como era di-


ficultosa , y todos eran escorzos y figuras en el aire
que bajaban ó subian , ó estaban sentadas en nubes)
habiendo hecho la prueba primero y visto el efecto
que me hacian en el sitio ; esta era la fábula de Dé-
dalo y su hijo Ícaro , cuando derretidas las alas cae
al mar por no haber creido á su padre , y me acuer-
do que viendo el desnudo del mancebo pintado ,
dijo Céspedes que , aquel era el temple que habian
usado los antiguos y que él se acomodaba al que
habia aprendido en Italia , llamado aguazo , de que
hablarémos luego ; pues este lienzo en el techo vi
que conseguia lo que habia deseado , concerté la
obra en mil ducados y ofrecí con el lienzo un soneto
al Duque que por descansar y dar gusto al lector lo
pongo aquí .

Osé dar nueva vida al nuevo suelo


del que cayendo al Piélago dió fama ,
Príncipe excelso , viendo que me llama
el honor de volar por vuestro cielo .
Temo á mis alas, mi subir recelo ,
¡ó gran Febo ! á la luz de vuestra llama ,
que tal vez en mi espíritu derrama
esta imaginacion un mortal yelo .
Mas promete al temor la confianza
no del jóven la muerte , antes la vida
que se debe á una empresa gloriosa,
y esta por acercarse á vos se alcanza ,
que no es tan temeraria ini subida ,
puesto que es vuestra luz más poderosa .

Veamos (antes de pasar adelante ) lo que dice el


1 par , cap . 20. Vasari de la pintura á temple : « Desde antes de Ci-
LIBRO TERCERO, CAP . II . 25

» mabue y despues acá se ven obras labradas de Grie-


» gos sobre tablas al temple , y algunas en pared las
» cuales usaron (estos maestros viejos), temiendo que
» no se abriesen por las juntas las tablas , cubrirlas
>>con cola fuerte y un lienzo de lino , y sobre él en-
»yesaban para pintar encima y templaban los colo-
» res con la yema de huevo, á todo el huevo batido , Nodice si le echaban
agua.
»y dentro un ramo de higuera , para que la leche de
» él se mezclase con lo demás, y con esta templa ha-
>>cian sus obras : usaban de colores de minas , parte
» artificiales de alquimistas , y parte de las que se
»> hallaban en las aberturas de la tierra : no usaban
>>del blanco de la cal por ser fuerte . Y á esta manera
» de pintar llamaban colorir á temple : solos los azu-
» les templaban con cola de guantes , porque lo ama-
>>rillo del huevo los hacia parecer verdes , y la cola
>>los mantiene en su color y lo mismo hace la goma;

>>y sobre las tablas , enyesadas ó no, y sobre la pa-


»red seca , daban una ó dos manos de cola caliente ,
»y luego con sus colores templados (como se ha di-
>> cho) remataban gloriosamente sus obras : y quien
quisiese templar ahora los colores con cola , obser-
» vando lo mismo que con la templa del huevo , no
» será por eso la pintura menos buena ; porque hoy
» se ven de nuestros antiguos maestros cosas á tem-
>>ple mantenidas centenares de años con gran fres-
» cura , y belleza , y algunas cosas de Gioto en ta-
» blas de más de doscientos años muy bien conser--
>> vadas . »
Todo esto es del Vasari.
La pintura aguazo que hoy usan los flamencos é
italianos , y Céspedes dice que aprendió en Italia ,
26 ARTE DE LA PINTURA.

2 modo le temple. quien tiene de ella alguna noticia , dice ser así. Que
teniendo la templa que dijimos , ó el retazo de guan-
tes cocido como para yeso mate , y los colores mo-
lidos al agua , habiendo hecho la experiencia pro-
bando el color templado en el lienzo , y aguardando
á que se enjugue , para que no salgan los colores
muy oscuros , ó muy claros , sino como quiere el
artífice , porque en todos los mados de pintura á
temple se ha de hacer esta prueba : queriendo oscu-
recer con las primeras y segundas tintas , y realzar
su pintura, se vale el maestro de ir humedeciendo

el lienzo por detrás en lo que va haciendo , mandan-


do que una persona le vaya bañando con agua la
parte que quiere acabar, y así , va uniendo entre sí ,
fácil y dulcemente , cualquier género de pintura ,
sean cielos , países , ropas , ó carnes ; y particular-
mente es aventajado este modo , cuando lo que se
pinta es de blanco y negro , ó de color de bronce : y
verdaderamente dijo bien un italiano , que la pin-
tura aguazo era de casta de patos , porque todo es
agua y más agua , y con ella se sujeta la sequedad
de la materia , y hace el pintor lo que quiere : de
manera que habiendo en fresco realzado y oscure-
cido , puede despues de seco , si le parece , volver á
oscurecer y realzar, para dar más fuerza y relieve
á su pintura . Y por esta causa las experimentadas
tienen por más conveniente , en esta pintura agua-

zo, la cola , ó engrudo de guantes , ó el de tajadas


aguado, que no el huevo ; porque además de ser
costoso , con el agua se enflaquece , y si es muda
la pintura será menos costosa la templa del en-
grudo .
LIBRO TERCERO , CAP. II . 27

Y aunque yo no he experimentado este modo, me


parece bien y lo venero, por ser tan usado de va-
lientes hombres en Italia y en Flándes , donde tan
dulcemente , con tanta destreza y hermosura de co-
lores se ejercita ; si bien no se puede usar el aguazo
sobre tablas, ni sobre paredes , como el primer modo
que dije arriba , y el postrero que diré luego , que
son más universales como enseña la experiencia . De
los colores hemos dicho , añadiendo ahora el verde
montaña , verde tierra , y verde granillo , que todos

tres se usan en todo género de temple .


Aunque varias veces se me ofreció (en el discur-
so de más de 25 años ) pintar sobre lienzo á temple ,
por haber en medio de estas ocasiones pasado tanto
tiempo y ser el óleo más acomodado á los cuadros ,
retablos y cosas graves , ejercitaba en el temple
muy de paso lo que pide aquella labor, de más lar-

go uso y experiencia ; y (como tengo dicho) ofreció-


se ocasion en el túmulo que hizo esta ciudad , sien-
do yo uno de los cuatro elegidos para gobernar esta
obra , y aunque en el tiempo de cincuenta dias que
duró , pude experimentar dos ó tres modos de pintar
á temple, buscando la suavidad y unido de los co-
lores (que es lo principal que á este género perte-
nece) con todo eso como todas las historias , gero-
glíficos y figuras , fuéron de un color imitando á
bronce , ejecutábase el dibujo , pero no el colorido y
variedad de tintas que pide la imitacion de lo natu-
ral . Por tanto me pareció escribir lo que hallé des-
pues en más larga experiencia , antes de acabar la
pintura del camarin del Duque ( siguiendo el con-
sejo del maestro Francisco de Medina), porque en un
28 ARTE DE LA PINTURA.

año entero que duró hasta el de 1604 , asistia á este


género de pintura con sumo trabajo y diligencia,
experimentando algunos modos de pintar y unir los
colores , en los cielos , nubes , ropajes y varias car-
nes de diferentes figuras. Y de uno en otro (que se-
ria cansancio referirlos ) vine á hallar el que me pa-.
rece usar siempre , no dándolo por regla á los demás
pintores , porque podria haber otras maneras que
por ventura consiguiesen mejor este fin , que es
pintar suavemente el temple y muy parecido al óleo
y este que se sigue .
3 modo de temple. El lienzo bien estirado en su bastidor darle dos ó
tres manos de cola , no flaca ni fuerte de guantes , ó
de la de tajadas aguada pero helada y espesa , de
suerte que los poros del lienzo se cubran y pasarle
piedra pomis despues de seco , si está áspero y es
grueso el lienzo . Lo segundo dibujar en él lo que
se supone que está trabajado en papeles y cartones
hechos á propósito, porque todo es razon que se lle-
ve estudiado (que no es pintura que admite pintar
uno sobre otro) , así que con carbones suaves de
mimbres se dibujará toda la intencion de lo que se
ha de pintar en el lienzo . Lo tercero con carmin y
negro juntamente , se ha de perfilar la figura ó figu-
ras , y sacudido el polvo del carbon se han de co-
menzar á meter los colores en esta forma .

Templar un huevo entero , clara y yema, con me-


dia escudilla ordinaria de agua y echar dentro una
hoja de higuera y con un palo batirlo de suerte que
levante cantidad de espuma , y con esta templa se
pueden mezclar y desatar todos los colores , que ya
han de estar molidos con agua. Ahorrase con esta
LIBRO TERCERO , CAP. 11 . 29

templa la importunidad de calentar los colores el


dia que se pinta con cola, y es pesada y estorbosa en
tiempo de invierno , pero el huevo es tambien usado
de muchos (como vimos en Plinio y el Vasari) .
Despues de esto se han de pintar primero los cie- Aviso importante .
los , los países y campos de las figuras ó historias ,
advirtiendo que haya suficientes cantidades templa-
das que antes sobren , porque despues es trabajoso
de imitar el color que falta y casi imposible ajustar-
se con él.

Templados sus claros , oscuros y medias tintas


(como para el óleo se hace en el tablon , pero acá
en escudillas) se va un tiempo dando el claro , las
medias tintas y oscuros , todo en fresco , una y dos
y tres veces hasta reducirlo á suavidad , á hermosu-
ra y cubierto ; y despues de seco con los mismos
colores se vuelve á pasar, oscurecer y realzar donde
conviene , y esto se debe guardar generalmente en
todo .
Mas viniendo á tratar en particular de las carnes,
que es lo más difícil , digo que , la industria y des-
treza del maestro ( como señor que ha de ser de este
modo de pintar, como de los demás) si son las car-
nes de viejo , de mozo , de niño , ó de mujer, puede
variarlas en el color y sombras , templando (como he
dicho) sobrada cantidad de la encarnacion más cla-
ra , ó del color hermoso ó tostado que pretende ha-
cer y con esta , y negro de carbon y sombra de
Italia ó colores semejantes , hacer sus sombras , ó
claras , ú oscuras , sus frescores ó partes más rojas
con bermellon y carmin , y el color de carne como
viere que conviene , ó de almagra de Levante (que es
30 ARTE DE LA PINTURA.

admirable para sombras y para todo) y un poco de


ocre claro . Pero antes de esto ha de meter las car-
nes de un color solo sobre el cual ( por ir suelto ) se
parecen las líneas del dibujo , y esto tambien es
bueno en las ropas , porque sobre aquel color propio
cubre mejor lo que se pinta en fresco (como lo tengo
referido arriba).

Este es el modo que yo usaria (por haber en él


conseguido lo que deseaba) aunque no es el más
breve ni menos costoso . Ahora resta advertir que en

los colores templados que otro dia han de servir,


será bien echar fuera la templa del huevo , y en lu
gar de ella agua clara , porque vaciándola , otro dia
se pueda templar aunque algo más flaca con el hue-
vo, que de ordinario se fortalece y corrompe pasan-
do algun tiempo.
De esta manera hice dos ó tres lienzos del car-
min , que fuéron los últimos (uno de los cuales fué
la caida de Faeton ) más presto , más dulce y alegre-
mente coloridos , y juzgo que se puede con este
modo hacer un cuadro de estudio y ostentacion ,
con no menos fama y gloria que si fuese labrado
á óleo .

Tambien se puede ofrecer pintar algo sobre raso


ó tafetan , por más brevedad a temple , y lo primero
ha de ser blanco y puesto en su bastidor , echar á
cocer en agua dulce un poco de alumbre , y estando
deshecho y frio , con un pañito limpio bañar el raso
ó tafetan , y despues de enjuto perfilar lo dibujado
ó el tarcido con tinta , dándole sus aguadas de co-
lores templadas con goma flaca , pero han de ser las
que no tienen cuerpo como azafran por amarillos
LIBRO TERCERO, CAP. II . 31

con unas gotas de aguardiente , por azul añil ú or-


chilla , por colorados carmin , por verdes granillo ,
sombra de Italia y encorza , y estas aguadas sirven
por ambas partes y los amarillos parecen oro .
Últimamente , las brochas , trinchetas y pinceles
que se usan en el temple son de ordinario de sedas.
(como las escobillas) de que se hacen grandes y pe-
queños , y por maravilla se usa de pincel de punta
sino fuese para ojos y bocas , ó cosas sútiles . Los
más ásperos se acomodan mejor en la pintura de los
lienzos , los más blandos sobre tablas , y sobre pa-
ό
red ; donde podrán servir los de cabra , de pexe , ó
de meloncillo , y algunos de punta . Los más de los
pintores no usan de tiento en la pintura á temple ,
pero esto no es cosa esencial ni daña , y así yo me
valgo de él en estas ocasiones . Y porque esto se es-
cribe para personas que tienen bastante noticia de
la pintura, excusarémos particularizar más esta doc-
trina , dando fin á este capítulo .

CAPITULO III .

DE LA ILUMINACION, ESTOFADO Y PINTURA Á FRESCO, Y DE SU ANTIGUEDAD


Y DURACION.

Si la iluminacion es pintura á temple , y la buena


pintura á temple ( como se ha dicho) es semejante á
la iluminacion , serán de igual principio y orígen .
No hallo ningun lugar antiguo en que se haga
32 ARTE DE LA PINTURA .

mencion del uso de ella sobre papel y pieles , y así


tengo por moderna su invencion . Pero sea en buen
hora antigua ó moderna , lo que nos toca (para
cumplir con lo prometido) es declarar el modo más
usado y corriente de su ejecucion , dejando varie-
dad de opiniones y caminos , porque unos han usa-
do de cola de pexe y pergamino, y otros de miel , y
azúcar de redoma (que sirve de entretener las mos-
cas , deshaciendo por una parte lo que ellos hacen
por otra) todo lo cual además de ser perjudicial á la
duracion , sucede resecarse ó revenirse , saltar del
papel ó pergamino, ó pegarse á lo que tiene más
cerca de sí y no se puede usar en ejecutorias, ni co-
sas que se traen en el pecho , aunque se excuse el
lustre que ellos por este medio pretenden que ten-
ga ; por tanto los más ejercitados y más diestros,
Temple para ilumi- convienen en que la templa con que se han de mez-
nar. clar los colores de la iluminacion , ha de ser sólo de
goma y agua. La goma ha de ser arábiga , la más
limpia , pura y blanca que se hallare , y quebranta-
da y cubierta de agua clara , y habiendo pasado dos
dias se colará por un lienzo espeso : podránse tener
dos redomas de ella , una á la manera de miel cor-
riente más fuerte , y otra más flaca y delgada , en un
medio que se pueda hacer y templar con ella y los
colores salgan sin fortaleza en la vitela ó papel :
servirá la más fuerte para moler, ó quebrantar con
ella algunos colores que tuvieren necesidad de pu-
rificarse como hacen algunos .

Cómo se purifican Los colores que se apuran y lavan sin molerse


los colores. son las cenizas de azul , el albayalde , genuli y azar-
con , y puestas en sus escudillas vidriadas , echan-
LIBRO TERCERO, CAP . III. 33

do de la goma más fuerte , con el dedo pulgar las


van moliendo é incorporando con ella , y despues
cebándoles con agua clara , van deshaciendo la
goma hasta que esté muy suelta , y asentada , por un
credo se le muda el agua en otra escudilla, y
echándole agua limpia esté un cuarto de hora : mu-
dada esta agua, estará una noche asentándose , y
aquel asiento del color que queda lavado y purifi-
cado, despues de seco se guardará en papeles para
templarlo con la goma con que se ilumina , que es
la más flaca .
Los que se muelen en la losa con la goma fuerte Los colores que se
mudan con la goma .
para limpiarlos son el azul de cabeza , y segundo
el bermellon , y verde tierra , los cuales se lavan ,
como se ha dicho . Tambien los ocres se pueden mo-
ler en goma fuerte , para guardarlos algun tiempo ,
humedeciéndolos con agua al tiempo de gastarlos ;

pero la encorza se muele con zumo de limon , y se


usa de ella con la goma flaca. Otros no quieren pu-
rificar los colores ni molerlos con goma , porque su-

ponen que han de ser los más finos y puros que se


hallaren los de la iluminacion , y así los muelen en
la losa muy limpiamente con agua clara , y los van
acomodando en sus salseretas ó conchas ; pero al

cogerlos los embeben cada uno de por sí , en un al-


godon , y lo exprimen en la salsereta , y queda en
el algodon lo grueso y mal molido , y por este ór-
den suelen quedar los colores limpios y más delga-
dos y sin cuerpo . Cuando se me ha ofrecido algo de

este género, sólo los muelo al agua limpiamente y


están frescos cuando se ha de iluminar , templándo-
los despues con la goma flaca aparte .
TOMO II.
34 ARTE DE LA PINTURA .

Que tales han de ser Los colores ya se ha visto que han de ser los me-
los colores.
jores , más finos , delgados y subidos ; lindo alba-
yalde de Venecia , bermellon famoso , genuli alegre,
y azarcon en grano , azules de cenizas finas y del-
gadas ; verde montaña y tierra sutiles , fina encor-
za , buenos ocres , sombra de Italia y negro de car-
bon, y si fuere menester algun agra de Levante todo
muy molido , lindo granillo, para ayudar los verdes
añil y orchilla para oscurecer los azules ; el carmin
será mejor de Florencia y la mezcla de la goma
con él , será más flaca , y en el azul algo más fuerte .
Modo de hacer En el órden de hacer las carnes hay dos diferen-
las carnes.
cias , ambas usadas de valientes hombres : unos se
valen del claro del pergamino ó vitela , y cón me-
dias tintas convenientes y suaves van manchando
las sombras y frescores de las cabezas y carnes dul-
cemente , y acabando y fortaleciendo con sutiles
puntos , hasta dejarlo con la fuerza que quieren , y
lo mismo hacen en las ropas , en cuanto les viene á
propósito .
Otros siguiendo el modo del temple antiguo, me-
ten carnes y ropas de sus colores naturales , y hacen
variedad de carnes , las oscurecen y realzan como
la buena pintura á óleo , cubriendo la vitela , si bien
con colores delgados y de poco cuerpo, y no acaban
con puntos , ni tratizadas las obras , sino unidas co-
mo hace el natural.

El primer modo de obrar la iluminacion valién-


dose del color de la vitela en las carnes , tiene mu-

cha y muy grande autoridad por los que la han


usado , como verémos , haciendo aquí epílogo de al-
Iluminaciones
señaladas. gunas famosas iluminaciones. Las de Fray Andrés
LIBRO TERCERO, CAP. III . 35

de Leon y de Fray Julian su discípulo , ambos reli-


giosos de la Orden de San Gerónimo, que enrique-
cieron los libros de San Lorenzo el Real con este

género de pintura , de la cual afirma Fray Josef de Historia de S. Ger .


Sigüenza , que no se ha visto tanta ni tan buena lib. 4 , disc. 13 .

junta en España ni en Italia , y aunque yo no la ví


cuando estuve en el Escorial , pero por las obras
sueltas que despues he visto de Fray Julian , juzgo
que siguió esta manera y la tomaria de su maestro.
Y si fuera igual en el dibujo , dice el autor citado ,
que le podriamos poner en el número de los prime-
ros iluminadores del mundo ; porque es en el acaba-
do muy superior . Fray Diego del Salto , de la Orden
de San Agustin, siguió tambien este camino si bien.
con más dibujo, no con tanta suavidad en el colori-
do ; manifiestalo un Descendimiento de la Cruz que
tiene el duque de Alcalá , y fué del maestro Fran-
cisco de Medina . Cuatro ó cinco cuadros de ilumi-

nacion dice Fray Josef que se guardan en el Esco-


rial (entre otras cosas preciosas de este género anti-
guas y modernas) de mano de D. Julio Clovio, ca-
ballero romano que ha sido el mayor iluminador
que se ha conocido , de cuya valiente mano diré lo
que he visto . En poder de D. Francisco de Tejada
que fué presidente de la casa de la Contratacion de
Sevilla , vi en un cuadro de media vara , un Gani-
medes arrebatado de Júpiter en forma de águila, con
un lindo país , en que estaba un perro grande y otras
menudencias : excelente iluminacion hecha por un

dibujo de mano de Micael Angel , cuyo original yo


tengo, que fué del doctor Benito Arias Montano .
Segundo dia de Páscua de Espíritu Santo, 31 de
36 ARTE DE LA PINTURA .

Marzo de 1632 , en la Cartuja de Sevilla vi un cua-


dro de una cuarta de alto y un geme de ancho ;
guarnecido en ébano , con su cristal delante , de
mano del mismo D. Julio por dibujo de Micael An-
gel , de Cristo con la cruz á cuestas y nuestra Seño-
ra , mirándose los dos San Juan y la Magdalena , y
Simon Cirineo , grandemente acabado , así en dibujo
como en pintura , con mucha fuerza y relieve . El
Cristo con una ropa morada y la imágen de la Vir-
gen, ambas ropas azules de lindo ultramarino , y las
carnes aprovechando el color de la vitela, pero no pi-
cadas sino unidas dulcemente como pintura . Here-
dolo el mismo doctor Benito Arias Montano de Pedro

de Villegas , pintor de esta ciudad, grande amigo


suyo, y dejolo á la Cartuja , y está en el Sagrario ,
detrás del altar mayor (con otras láminas , y cosas de
gran precio) en suma veneracion . Es de las mejores
cosas que hizo D. Julio . Tambien vi aquel dia, en la
sacristía de este convento , otras iluminaciones de
Italia, hechas de este modo , pero punteadas .
Además de esto , goza esta ciudad un retrato pe-
queño sacado del natural de un muchacho inglés ,
Singular ilumina que hoy tiene el Racionero Diego Vidal , guarneci-
cion .
do en marfil ; es ovado en campo azul , con unas le-
tricas de oro molido ; está hecha la cabeza con tanta
destreza , fuerza y suavidad que (á mi ver) , deja
atrás , con grande intérvalo , cuanto de este género
se ha visto . Y digo verdad que me parece que
no puede pasar más adelante la iluminacion, y que
acabó allí el arte . El maestro que lo hizo era inglés ,
pero no se tiene noticia de su nombre , que por esto
sólo se le debia eterno .
LIBRO TERCERO, CAP. 111. 37

El segundo modo de iluminar á la manera del


temple antiguo, con que se hacian las tablas famo-
sas , lo vi en la Cartuja el dia que tengo citado ar-
riba , en un libro de historias y parábolas del Evan-
gelio , con el modo de Alberto y Lúcas la mayor
parte de ellas : dejolo allí el excelentísimo marqués
de Tarifa . Exceden estas iluminaciones en la fineza
de colores á cuanto se puede encarecer, así los azu-
les , como los verdes y colorados ; pero son las car-
nes varias , metidas , oscurecidas y realzadas con-
forme á la mejor pintura , y acabadas y unidas por
excelencias como si fueran á óleo, huyendo los plu-
meados y los puntos , y conformándose en todo con
la verdad . Tienen las viñetas gran variedad de pá-
jaros , flores y frutas del natural , y gran primor y
propiedad en el colorido y parece que aunque los
artífices modernos no han seguido este estilo en la
iluminacion , está bastantemente autorizado con las
pinturas antiguas que hoy se ven , y así confieso
(venerando como se debe los maestros del primer
camino ) que me contenta más este segundo , por ser
más conforme á mi inclinacion y á la verdad : y así

lo segui una vez que se me ofreció hacer dos planas.


en precio de 80 ducados , con sus figuras , viñetas y
adornos , en una ejecutoria de Pedro Lopez de Ve-
rastegui , probando este modo de pintar que cele-
braron entonces Antonio Mohedano y Alonso Vaz-
quez .
Resta advertir que antes de comenzar la ilumi- Preparacion
de la vitela .
nacion , si el pergamino ó vitela mostrare tener al-
gun bello ó pelo por el envés ; con una esponjita
mojada y medio enjuta en la goma de la templa
38 ARTE DE LA PINTURA.

flaca con que se mezclan los colores , se pase por


encima sin humedecer demasiado , para que asiente
el pelo, porque para la cal que tiene por la haz bas-
El dibujo. tará pasar un lienzo limpio . El dibujar, ó será con
carbon , lápiz ó pluma , pero mejor será con un plo-
mo sutil ; y luego meter cielos , léjos y campos , an-
tes de comenzar las figuras ; para todo lo cual ser-
virá el primer modo de pintar á temple del capítulo
pasado . Esto es lo que se me ofrece acerca de esta
parte de la iluminacion , á la cual es anejo el uso
del oro molido , y será conveniente poner aquí dos ó
tres maneras de molerlo , que han llegado á mi no-
ticia, antes de pasar adelante .
1er. El primer modo de moler el oro es de esta suerte :
modo de moler oro . tomárase tanta cantidad de sal cocida (de paneci-
llos) cuanto fuere el oro que se hubiere de moler, y
teniendo la losa muy limpia , se molerá muy bien
en polvo, y poco a poco se irán revolviendo los pa-
nes de oro , y moliendo siempre en seco con mucha
fuerza , por espacio de una hora ó más ; y para saber
si está molido , poniendo una pequeña cantidad en
el borde de la porcelana , ó en otra concha , se
echará una gota de agua , y viendo que se deshace
y se pone líquido , es señal cierta de que está bien
molido . Despues de esto, pondrán todo este oro en
otra escudilla ó porcelana limpia , y lo irán lavando
con agua dulce y clara , mudándola hasta que pier-
da el sabor de la sal , y estando muy bien lavado se
pondrá en una concha grande cerca de la lumbre
de brasas sin humo á enjugar, y despues de seco se
usará de él , con el agua de goma flaca de iluminar,
Ꭹ el mismo órden se guarda en el moler de la plata.
LIBRO TERCERO, CAP . II . 39

Otro nuevo modo de moler oro es , tomar la can- 2.º


tidad de panes que se han de moler , y en una taza modo de mo'er oro .
vidriada y limpia , echar primero las onzas de ja-
rabe rosado bastantes , y con el dedo deshacerlos en
él hasta que estén muy bien mezclados , y luego
molerlo en la losa muy limpia, cebándole con agua
clara como se fuere secando , una tras de otra, hasta
que parezca que está ya muy bien molido . Despues
de esto se puede coger y lavar muy bien la losa con
agua , echándole con lo que se cogiere agua bas-
tante que lo cubra, y habiendo hecho asiento el oro
se le han de ir mudando las aguas claras y limpias ,
dejándolo asentar tantas veces hasta que pierda el
jarabe lo dulce , advirtiendo que la última agua
con que se ha de lavar , ha de ser caliente , y des-
pues de asentado y sacada el agua se pondrá la taza
ó escudilla sobre el rescoldo , para que el oro cobre
su natural color , y estando seco se podrá usar de
él con la goma flaca en lo que se ofreciere . La plata
se muele de la misma suerte , pero ha de ser acaba-
da de batir , echándole unos granos de cal . A estos
modos, aunque no carecen de autoridad y de expe- :
riencia , añadirémos el tercero y último como más
usado .
El oro que se ha de moler para la iluminacion ha 3er.
de ser mandado hacer sin mezcla de yeso y de lo modo de moler oru .
más puro que pudiere ser ; y echando en agua la
cantidad de goma arabiga bastante de la más limpia
y blanca, se aguardará á que quede tan espesa como
una poca de miel corriente ; esta se ha de colar por
un lienzo delgado . La losa ha de estar limpísima
con arena, ó polvo de ladrillo , echáse luego la can-
40 ARTE DE LA PINTURA .

tidad de goma que se puede moler y rodear en ella


á placer , y el oro poco á poco , á dos , á cuatro , á
seis panes, y se va revolviendo con la moleta y la
goma . Y en estando desechos los panes de oro y
incorporados en la goma, se echará á doscientos
panes poco menos de la mitad de media onza de so-
liman crudo como viene de la tienda , moliéndolo
todo calientemente : veráse que está molido cuando
llegando una gota de agua á la moleta no llevare
el oro trás si , antes queda pegado á la moleta . Es-
tando bien molido se echará en una taza grande de
vidrio, ó vidriada , y menearlo han con una brochita
de sedas muy limpias de manera que se incorpore
uno con otro: háse de cubrir luego de agua limpia
y menearlo con la brochita y cubrirlo y dejarlo
asentar , hasta que pase tiempo de doce horas , y al
cabo de ellas vaciar la agua y echarle otra limpia
volviendo á menearlo otra vez , y esperar otro tanto
tiempo á que se asiente . Y esto se ha de hacer tan-
tas veces hasta que la agua quede tan clara como se
echó: y luego se ha de colar con un lienzo espeso y
muy limpio en la concha ó escudilla donde ha de
quedar para gastarse . De allí cuando se gaste se ha
de mezclar con unas gotas de agua clara , esto se
entiende habiendo de gastarlo sobre otro color, pero
si se gasta sobre la vitela sola , se dará debajo con
el agua de goma con que se ilumina y un poquito
de azafran . La plata va por el mismo camino menos
el soliman . Con esto pasarémos á tratar del Estofado ,
Del estofado. Bizarra fué la invencion que hallaron los pintores
viejos para adornar las figuras de relievo y la ar-
quitectura de los retablos dorados de oro bruñido , á
LIBRO TERCERO, CAP. III . 41

quien llamaron estofado : en la cual fuéron introdu-


ciendo los gallardos caprichos de los grutescos usa-
dos de los antiguos , de que hablarémos primero ,
los cuales son nuevos en España , y aun en Italia no Grutescos.

há mucho que resucitó este modo despues de luen-


gos años . Aunque Vitrubio lo reprende como qui-
meras impropias , y entre otras razones dice : «que Vitrub , lib . 7,
cap 5.
»no deben ser aprobadas las pinturas , que no son
>> semejantes á la verdad . » Con todo eso en las partes
donde las usaron los antiguos tienen gala y bi-
zarría .

Dice el P. Fray José de Sigüenza , que en tiempo Hist de S. Gerón .


lib. 4, disc. 6.
del Emperador Cárlos V. , se comenzó á favorecer
todas las buenas artes, y á restaurar las ruinas de los
godos, enemigos del imperio y de los ingenios ro-
manos . « El modo cómo se tornó á usar esta pintura
fué que Juan de Udine y Rafael de Urbino , insignes
pintores (como se ha dicho á otro propósito) entraron Lib . 1 , cap . 1 .
una vez entre otras , con la codicia de desenterrar
los primores antiguos en su arte , en los soterraños ,
ó grutas de San Pedro ad Víncula , donde decia fué

el palacio de Tito , y encontraron allí con algunos


pedazos de esta manera de pintura , y quedaron
grandemente admirados de su extrañeza y hermo-
.
sura de ver, que el tiempo , ni el lugar no hubiesen
sido parte para quitarle el lustre y la perfeccion de
los colores . El Juan de Udine con particular aplica-
cion , comenzó á contrahacerlos , probando tantas
maneras de cal , estuco y colores que vino á hacer
cosas excelentes en este género de pintura . Y por
haberla hallado en aquellas grutas la llamaron gru-
tesco , y otros brutescos porque ven en ella diferen-
42 ARTE DE LA PINTURA .

cias de animales y mónstruos , como sátiros , silva-


nos , ninfas , leones , tigres y mezcla de unos y de
otros . Y dice el autor citado, á mi parecer mejor la
llamaran egipcia ; de donde creo la trajeron los ro-
manos , que variaron todo lo bueno del mundo para
ennoblecer sus ciudades . Porque los egipcios figu-
raban con los símbolos de animales , ahora segun la
propia naturaleza de cada uno , ahora componiendo
unos con otros , haciendo mónstruos , sus misterios ,
y la filosofía que no querian comunicar con todos ,
ponian en las paredes de los templos y en columnas
y obeliscos (que para esto levantaban) y en otros
lugares sacros , estas figuras que llamaron ellos.
notas sagradas , que servian de adorno y de doctri-
na . Esto se ve en algunas reliquias y ruinas que se
han conservado por la diligencia de sus anticuarios ,
y otra gente amiga destas antigüedades . Y en Roma
particularmente las conservan ahora .

Redujeron esto los romanos á mejor forma , aun-


que no tan significativa , á lo menos más galana : y
usaron de ella para adornar las paredes de sus exe-
dras y grutas , donde tenian sus baños y casas de
recreacion . De Italia se ha traido á España, y se ha
extendido por Europa . » Hasta aquí este autor .
De aquí pienso yo que se enriquecieron Julio y
Alejandro ( si ya no es que fuesen discípulos de
Juan de Odine ó de Rafael de Urbino) los cuales
valientes hombres vinieron de Italia á pintar las ca-
sas de Cobos , secretario del Emperador, en la ciu-
dad de Úbeda : y de allí á la casa real del Alham-
bra en Granada (en una y otra parte á temple y
fresco) la cual pintura ha sido la que ha dado la
LIBRO TERCERO , CAP . III. 43

buena luz que hoy se tiene , y de donde se han


aprovechado todos los grandes ingenios españoles .
De aquí Pedro Raxis , Antonio Mohedano , Blas de
Ledesma y otros muchos , que han sido aventajados
en esta parte y un Antonio de Arfian que comenzó
en esta ciudad á levantar el género del estofado á
imitacion de lo de Julio , como se ve en muchas
obras suyas, particularmente en dos suvientes de co-
lores sobre blanco , en el altar de San José de la
Casa profesa.
Algunos se aficionaron tanto á los grutescos , que
no contentándose con adornar los retablos en los

frisos , pilastras y recuadros , revestian todas las figu-


ras de bulto y ropas de ellas de este género de fo-
llaje, sin perdonar cosa alguna , y todo era punta de
pincel y más punta de pincel ; sin más atencion que
henchir las obras de aquello en que les parecia
aventajaban á los otros sin usar de otros géneros de
grabados , telas ó primaveras , que imitan lo natural .
Otros por el contrario han desterrado los grutescos
y cohollos y cosas vivas , y todo es catalufas , flo-
res , arabescos , y grabados ; huyendo del trabajo é
ingenio de lo que tiene estudio , invencion y debujo .
Esto hacen los de Castilla y yo lo he visto en Ma-
drid (aquellos dos años que viví allí ) donde se tiene
muy poca noticia de las cosas de Granada, y siguen
otros modos de labores y hojas fuera de la buena
manera .
Justo será pues , despues de la enseñanza de este .
género de pintura, dar un medio de lo que se debe
seguir, dejando en su libertad á cada uno , como lo
habemos hecho hasta aquí.
44 ARTE DE LA PINTURA.

Avisos para el esto- Viniendo pues á la práctica digo que los colores
fado.
han de ser tales y tan escogidos como los que usa la
iluminacion , y se han de moler al agua , con la
misma limpieza que hemos dicho : salvo que en lu-
gar de la templa de la goma , se ha de usar de la
yema del huevo fresco , con medio cascaron de agua
dulce y clara , batido hasta que levante espuma .
Con esta templa se han de mezclar los colores para
el estofado sobre oro bruñido , emprimando con al-
bayalde todo lo que se ha de colorir , sean grutescos
sobre el oro , ó ropas metidas de varios colores , ad-
virtiendo que en los azules no sea el huevo tan fuer-
te como en el carmin , bermellon y ocre , y otros
colores de poco cuerpo ; y cuando el huevo templa-
do pasare de un dia se le añadirán unas gotas de
vinagre porque no se corrompa . Y si se hubiere de

hacer algun follaje , ó subiente con patron por guar-


dar la igualdad de las mitades , despues de estarci -
do sobre el oro , se podrá perfilar con carmin , y em-
primarlo despues de seco con blanco , porque sobre
él se descubren los perfiles del debujo , y se podrá
meter de sus colores varios con más limpieza . Tam-
bien se advierta que si se hacen grutescos de colo-
res sobre otro color, será forzoso emprimarlos tam-
bien con blanco, porque más limpiamente se metan
los colores . Admite este género de temple todas las
diferencias de tintas de que habemos hablado asaz
en el capítulo pasado, de todo lo que usa la ilumi-
nacion . Algunos templan el blanco , para realzar el
estofado , con agua de goma , pero de la templa del
huevo se puede valer para todo .
Prudente consejo. El medio que se debe tener entre los dos extremos
LIBRO TERCERO, CAP . III . 45

que apuntamos , en el adorno de las ropas de los


santos y figuras de escultura , supuesto que en los
frisos , cornisas , pilastras , columnas , pedestales,
banco y recuadros , no se puede huir de los graba-
dos y grutescos , aunque se debe guardar el decoro
no pintando mascarones , sátiros ni bichos , en los
templos ni en las cosas sagradas : reservando esto
para los Camarines , Casas Reales y de campo (si
bien será lícito adornar con serafines , niños , pájaros
y frutas) será conveniente no ser tan pródigos de
los grutescos y punta de pincel , usando de ello en
azanefas , guarniciones y ropas principales , y en
partes donde luzca y se goce y sea estimado, y en
las demás cosas en veces , y lugares menos impor-
tantes usar de telas , flores y primaveras naturales
que engañen y labores de grabados menos deteni-
das y costosas , y en capas de coro , brocados ricos
del natural y azanefas que imiten al buen bordado ,
y algunas con figuras de santos , ángeles y sera-
fines .

Así lo he hecho yo en las ocasiones que de este


género se me han ofrecido , particularmente en Ma-
drid , como se ve en la imágen de nuestra Señora
de la Espectacion , que el año de 1625 me encargó
Juan Gomez de Mora , maestro mayor del Rey, para
la condesa de Olivares , y concertó la pintura y do-
rado en dos mil reales con dos meses de término.

(aunque tardé cuatro) la cual yo adorné lo más cos-


tosamente que pude , despues de estar toda dorada .
La túnica ó saya era rosada , bañada con carmin de
Florencia , y con lindo naranjado de color de oro ,
hecha una tela de Italia por patron , y toda rayada
46 ARTE DE LA PINTURA .

campo y obra. El manto era de excelentísimo azul


' metido todo y una labor en él por patron , de punta
de pincel , de azul más claro oscurecido con orchilla ,
y realzado con blanco : entre los cogollos á trechos
salian de unas flores todas las virtudes que resplan-
decieron en la Vírgen, de medios cuerpos , del mis-
mo color; los campos de esta labor iban rayados , y
parecia una riquísima tela azul . La azanefa que ca ia
en la delantera (á modo de capa de coro) era ancha,
con dos fajas á las orillas más angostas , y sobre un
color morado unas viñetas de punta de pincel de
todos colores y sobrepuestas á trechos unas piedras
cuadradas naturales á modo de diamantes . La faja
de en medio más ancha tenia este órden : dos dife-
rencias de tarjetas con otro tanto espacio en medio ,
sobre color de ocre pintadas de colores y dentro de
cada una un atributo de la Concepcion , como el
ciprés , y en el otro lado le correspondia la palma,
y á la fuente la torre , unos enfrente de otros con
sus cielos y léjos : entre una y otra tarja habia un
serafin , con unos cogollos y flores de punta de pin-
cel de colores y el campo de todo ojeteado . Las en-
carnaciones , mates de rostro y manos , eran muy
hermosas , y cada mano pintada de por sí toda en
redondo, que despues se juntaban : un niño muy
pequeño en el vientre , con un cristal delante, muy
bien encarnado , los cabellos del hijo y de la madre,
que eran muchos , realzados , y peleteados de oro
molido con mucha paciencia y distincion . Recibióse
esta obra en la Córte de los bien entendidos y mejo-
res artífices como podrán testificar Francisco de Rio-
ja , y D. Juan de Jáuregui , y la estimó Eugenio
LIBRO TERCERO , CAP . III . 47

Caxés , pintor. de su Majestad , en quinientos duca-


dos . Quien me tuviere por encarecedor la podrá ver
hoy en Olivares , en el altar mayor del convento de
Recoletos de San Francisco , que fundó allí la con-
desa , y á donde se trajo .
Aunque parece haberme alargado , diré lo que se Pintura á fresco .
me ofrece de la pintura á fresco (por no faltar á lo
propuesto) y de su antigüedad y uso . De lo primero
oigamos á Pablo de Céspedes . « Yo me hallé en Ro- Carta de Pablo
ma con pintores muy doctos y prácticos , los cuales de Céspedes.
porfiaban que no sólo no hubo pintura á óleo anti-
guamente , pero que los pintores antiguos no alcan-
zaron el arte de pintar á fresco , sino sólo á temple,
cosa nueva para mí , y parece bien considerado , 'que
se pueden traer por una y otra parte algunas razo-
nes . Que la hubiese , lo testifican algunas pinturas
halladas en Roma en grutas y bóvedas subterráneas ,
de donde se dijo pintura grutesca : á esto responde
que , bien mirado no están hechas á fresco sino á
temple : y aunque yo he visto algunas no me sabria
determinar, á mi me parecieron á fresco , y púdome
engañar la mucha antigüedad , y no estar tan ente-
ras que se pudiese bien discernir. Tambien confirma
esta opinion lo que dice Plinio hablando del negro Lib . 35 , cap . 6.
y cómo se usaba de él , que si era para escribir se
mezclaba con goma , y si para pintar sobre las pa-
redes se mezclaba con cola ó engrudo . Llamaban
esta manera de pintar sobre el muro ; opus tectorium .
Y es cosa clara que á fresco no se gasta color nin-
nuno con otra cosa que con agua pura ; y tambien

que el negro de humo (que es de quien trata Plinio


en este lugar) no es á propósito para el fresco.
48 ARTE DE LA PINTURA.

Lib. 35 , cap . 3. Que hubiese pintura á fresco parece que se puede


colegir de lo que el mismo Plinio en el cap . IIl re-
fiere de tres pinturas en la ciudad de Ardea ( de que
hablamos ya respondiendo á la quinta razon de la
escultura , trayéndolas por ejemplo de la duracion
de la pintura) las cuales faltándoles el techo habian
durado muchos años , y asimismo en Lanuvio , ciu-
dad cerca de Roma ; de suerte que siendo pintadas
en la pared , las unas sin techo y de tanta antigüe-
dad como afirma , y las otras con haber padecido el
templo alguna ruina (segun él da á entender) man-
tenerse tan frescas , son indicios que no eran á tem-
ple ; pues habiendo tantos años que estaban hechas
se habian conservado en su primera hermosura .
Lib. 35, cap. f. Nota asimismo en el capítulo IV que Fabio , ilus-
trísimo romano (que se honró con el nombre de
pintor) pintó el templo de la Salud en Roma y sus
pinturas duraron hasta el imperio de Claudio Empe-
rador , y que un incendio las acabó ; y por lo menos se
conservaron trescientos años . » Hasta aquí Céspedes .
Concordando pues estas opiniones , respondo á los
que son de parecer que fué sólo temple ; que debajo
de este nombre se comprende el fresco, porque todo
lo que no es óleo ha de ser temple forzosamente : y
en rigor es el fresco una especie de temple particu-
lar. Y que no se puede negar haber usado el fresco
los antiguos , por la mucha duracion de sus pintu-
ras . Así lo siente el Vasari , cuyas palabras nos sa-
Prim . parte, can de duda : Era degli antiqui molto usato il fresco .
cap. 10. Et i vechi moderni ancora l'hanno poi sequitato . De los
antiguos fué muy usado el fresco, á quien despues
han seguido los viejos modernos .
LIBRO TERCERO , CAP. III . 49

Viniendo pues á su ejecucion . De todos los modos Grandeza del fresco .


que los pintores.usan , el pintar en pared á fresco es
el más magistral , de mayor destreza y espedicion ;
consiste en pintar en un dia y de una vez lo que de
las otras maneras dura mucho y se puede retocar .
Quiere gran certeza y resolucion , sus yerros no son
remediables , si no se vuelve á desencalar y derribar
lo hecho . Es la pintura más varonil y más eterna, y
así , á los que la ejercitan bien se les debe mayor
reverencia y estima , como á mayores maestros .
La pared ó muro ha de estar muy seco , fuerte y
libre de toda humedad y xaharrado de muchos dias,
y la cal con que se ha de encalar para pintar , muy
muerta , habiéndola tenido en agua dulce más tiem-
po de dos años mezclada con arena delgada , tanto
de uno como de otro . Hase de encalar solamente lo

que se pudiere pintar en un dia , estando siempre


fresca la cal .
Los colores han de ser de tierras naturales , el Colores del fresco.
blanco de linda cal , ó de Portugal , ó de Marchena ,
muy blanca y de mucho cuerpo , muerta en tinaja
con agua dulce , donde ha de estar muchos dias , y
hecha en pellas se conserva muchos años . Esta se
muele con agua dulce , y en una olla se cubre con
la misma agua , y sirve en lugar de albayalde , mez-
clada con los demás colores . El ocre claro y oscuro

quiere ser de mucho cuerpo , tal es el de Flándes y


de Portugal . De junto à Castilleja de la Cuesta lo
gastaba Luis de Vargas en la pintura de la torre . El
claro envuelto con la cal sirve en lugar de genuli
para los amarillos , la almagra de Levante suple por
el bermellon, en las carnes y en ropas alegres , y el
Томо II.
50 ARTE DE LA PINTURA.

albines , el carmin que usa este género de pintura ,


de donde se hacen los rosados y morados mezclados
con el esmalte , que es el azul que se mantiene en

el fresco por ser de vidrio y abrazar lo mejor la cal.
Es el color más dificultoso de gastar , y lo primero
que se ha de acabar . Usase de él de esta suerte ;
para hacer el azul claro se ha de mezclar con la le-

checilla que hace el agua de la cal molida , me--


neándola hasta estar razonablemente turbada, Ꭹ las

medias tintas y oscuras de la misma manera , y es


el modo más seguro ; pero queriendo oscurecer con
el esmalte puro suelen algunos retocar el dia si-
guiente ó con el huevo con agua y hoja de higue-
ra, ó con la yema, como para estofar, ó con la leche
de cabras sola . Lo mismo se hace con el verde, si es
verde tierra ó verde montaña , si bien el verdacho re-
cibe mejor la cal en fresco , y se aclara con ella cuan-
to quieren, y se oscurece con el negro : la sombra or-
dinaria es la de Italia , y el negro el del carbon ;
pero mi maestro, que fué muy práctico en este gé-
nero, usaba del negro de baño , el cual no se halla-
rá en todas partes .

Advertencia impor- Y es de advertir , que en las templas de los colo-


tante. res se considere cuánto han de aclarar con la cal

despues de seca la pintura , y para esto vale sólo la


experiencia ; pero siempre sobran templas para pro-
seguir la pintura que ha de ser de un color , porque
apenas se puede ajustar despues .
Preparacion antes La preparacion que se suele hacer antes de co-
de pintar.
menzar á pintar , acabada de encalar la pared , es
bañarla con una brocha grande con agua dulce y
clara, para que se cierren algunas grietas que suele
51.
LIBRO TERCERO, CAP. III.

hacer el encalado, antes de dibujar lo que se ha de


pintar , ó de estarcir el patron que se hubiere hecho
para el efecto , que es lo más seguro y aun algu-
nos tienen delante no sólo dibujos trabajados , pero
cabezas pintadas á óleo del natural , para que su
obra salga mejor ; porque dibujar con lápiz sobre la
pared , y pintar de práctica lo que saliere , no es
para conservar la opinion , ni para cosas de honra .
Despues de estarcido ó dibujado se le ha de dar un
baño con la cal molida y una poquita de almagra ,
como un color de carne claro ; salvo donde ha de

haber azul ó verde , que allí se puede usar de cal


sola . Y comenzar á meter sus varios colores , ha-
ciendo las templas sueltas , porque encima de esto
se van gastando bien las segundas tintas , como
quien da aguadas .
En cuanto á retocar á temple despues de seca la Del retoque en seco.
pared, hay muchos de parecer contrario , no obstan-
te que lo usaron valientes hombres , como Mateo Pe-
rez Alesio en el San Cristóbal y puerta del Carde-
nal : Antonio Mohedano y Alonso Vazquez en el
cláustro de San Francisco : Peregrin en el Escorial,
y otros muchos . Pero dice bien quien llama bos-
quejo á lo pintado al fresco , cuando es acabado al
temple . Yo en ninguna manera lo apruebo , antes
digo que el fresco sea fresco, y el temple temple .
Porque los colores del retoque unos aclaran y otros Primera parte,
oscurecen . Pero quien lo reprende ásperamente´es cap 16 .

el Vasari , diciendo : « Los que procuran pintar en


pared , labren varonilmente á fresco , y no reto-
»quen al seco . Perche oltra l'esser cosa vilisima.

»rende piu corta la vita á la pitture . ( Porque además


52 ARTE DE LA PINTURA.

» de ser vilísima cosa, acorta la vida á la pintura. ) »


Concluyo el capítulo con que los pinceles han de
ser de sedas de escobillas , largos y de punta , gran-
des y pequeños , porque no los destruya la cal : y
las brochas de la misma suerte , usando á su vez de
las comunes y pequeñas.
Manejaron este género de pintura en nuestros
dias con gran destreza y satisfaccion ( entre otros)
César de Arbasia en el Sagrario de Córdoba ; Mateo
Perez de Alesio , Antonio Mohedano y Alonso Vaz-
quez y en Castilla Bartolomé Carducho y su her-
mano, y Peregrin ; pero á ninguno debe nada en el
tratado de los colores nuestro sevillano Luis de

Vargas , como lo mostró en el arco del Sagrario ,


torre y Cristo de gradas , y á él debemos todos ser
el primero que la trajo á Sevilla , y la primera de-
mostracion hizo el año de 1555. Es una imágen del
Rosario en óvalo grande que está en un pilar del
convento de San Pablo , que por renovarla la echa-
ron á perder.

CAPITULO IV .

DEL TIEMPO EN QUE FUÉ HALLADA LA PINTURA Á ÓLIO Y DE SU PRIMER


INVENTOR.

Antes de tratar de la maravillosa invencion de


pintar á ólio , que tanta comodidad y honor ha dado
á la arte de la pintura, y tanta utilidad ha traido al
mundo , será justo y conveniente ( para mayor cla-
ridad de lo que habemos de decir ) dar noticia por
LIBRO TERCERO, CAP. IV. 53

extenso de la vida del que la descubrió : pues aun-


que no nos obligamos á escribir vidas de otros ar-
tífices , este sólo merece que quede de él eterna me-
moria pues nos dió lo que no alcanzó toda la anti-
güedad , acrecentando tan gran lustre, y perfeccion á
esta facultad. Y aunque Jorge Vasari trata en su his-
toria bastantemente de él , me pareció valerme de la
que escribió en flamenco (entre las de otros famosos
artífices) Carlos Vanmander , por haberse extendido
á cosas más particulares , y corregir en cuanto al
tiempo al Vasari .

VIDA DE HUBERTO Y DE JUAN VAN EYCK ,


Ó JUAN DE ENCINA , A QUIEN COMUNMENTE Lib. de la Pintura
LLAMAN JUAN DE BRUJAS . en flamenco.

La invencion ó secreto que ni griegos , ni latinos ,


ni otras naciones (haciendo grandes diligencias ) no
pudieron alcanzar ni descubrir en la pintura , halló
en Flandes Juan de Encina , natural de la ciudad
de Mastric , sobre el famoso rio Mase . Por la cual
hazaña ha competido con el gran Tíber. Porque en
sus orillas levantó una luz tan famosa y clara , que
la ilustre Italia admirada , volvió la cabeza á ver y
seguir sus pisadas , creciendo con la leche que reci-
bió en Flandes de los pechos de este ingenioso ar-
tífice . El cual fue desde sus tiernos años de grande
ingenio y gentil espíritu , y muy aficionado al arte
del debujo , de tal manera , que fué igual en la pin-
tura á su hermano Huberto , tambien valiente pintor,
y algunos años mayor en edad . Mas , quién haya sido
maestro de Huberto , no se sabe , si bien es cierto
54 ARTE DE LA PINTURA.

que en aquella tierra estéril habia pocos pintores y


poca noticia de pintura . Parece haber nacido Hu-
berto por el año 1366. Y el Juan algunos años des-
pues. Y haber sido el padre de estos dos insignes
varones pintor : porque su casa fué siempre ilustra-
da con esta arte . De suerte que su hermana Marga-
rita de Encina fué tambien famosa en pintar , y fué
otra Minerva y Diana en la ciencia y virginidad,
hasta la muerte .

Y es bien saber que antes vino la pintura á estas


provincias , heredada de les romanos ; pero á temple
con cola ó huevo . Y esto comenzó despues en Ita-
lia en la ciudad de Florencia , año de 1250 poco
más , como se lee en la vida de Juan Cimabue , que
fué de los primeros que restituyeron la pintura en
Jorge Vasari, I parte Italia . Estos dos hermanos , Huberto y Juan Van
fol . 82.
Eyck, hicieron muchas obras á temple con engrudo
ó huevo , porque no se sabia entonces otro modo de
pintar, si bien en Italia se usaba la pintura al fres-
co. Y como la ciudad de Brujas ( en la provincia de
Flándes) fué antiguamente muy poderosa y rica por
la contratacion de diferentes naciones que allí con-
currian con tanta variedad de mercaderías , en que
se aventajaba á las demás ciudades . Y la pintura se
premia y estima donde hay riquezas , por esta causa
el segundo hermano , Juan de Encina , se fué á vi -
vir á aquella ciudad , entendiendo que tendria allí
mejor premio de sus obras ; donde hizo muchos cua-
dros de tablas á temple , por donde fué muy cele--
brado por grande artífice en diferentes provincias á
donde fuéron llevadas . Y como era tan sábio ( en la

opinion de todos ) de cosas varias , y curioso y dili-


LIBRO TERCERO, CAP. IV. 55

gente, en buscar secretos y experiencias para hacer


colores , usaba para este efecto de destilaciones y
pruebas de alquimistas . Y tanto buscó y probó , que
halló diferentes modos de barnices hechos de acei-

tes , con que daba lustre y barnizaba las pinturas á


temple, y con aquel lustre y hermosura que daba á
sus tablas , se llevaba tras sí la aficion de todos los
que veian sus obras. Y aunque muchos en Italia ha-
bian trabajado por alcanzar algo de esto , no lo ha-
llaron. Sucedió . pues , una vez que Juan de Encina
habia hecho un cuadro en que habia gastado mucho
tiempo (porque sus cosas eran muy acabadas y con
gran limpieza ) y habiendo acabado este cuadro , y
con su nueva invencion barnizándolo y puesto al
Sol para que se secase , ora fuese porque las juntas
de la tabla no estaban bien pegadas , ó fuese mucha
la fuerza del Sol , el tablero se abrió por diversas
partes de lo cual quedó muy afligido y disgustado ,
de que todo su trabajo y diligencia habia sido sin

provecho . Y así, hizo firme propósito de buscar al-


gun secreto para prevenir este daño . Dándose á
buscar un barniz que se secase en cualquier parte
sin ponerlo al Sol , y á riesgo su pintura . Y habien-
do inquirido y probado las calidades de muchos
aceites, vino á hallar el aceite de linaza y de nueces ,
como los más secantes de todos ; y cociendo estos
con otras cosas , hizo el mejor barniz que hasta allí
habia hecho . Y así , con su buen ingenio buscando
cada dia más y más , halló que los colores mezcla-
dos y molidos con estos aceites se dejaban templar
muy bien ; y se secaban de manera que podia re-
sistir al agua. Y tambien el mesmo aceite avivaba
56. ARTE DE LA PINTURA.

y daba más alegría á los colores , y quedaban con


tanto lustre que no era menester barnizarlos . Y lo
que más le contentó fué que los colores á ólio se de-

jaban unir entre sí y envolver mucho mejor que los


colores á témple , y que no era menester que la pin-
tura fuese tan perfilada . De este hallazgo quedó
Juan de Encina muy contento y satisfecho , y con
mucha razon . Porque de aquí nació una nueva ma-
nera de obrar , de grande consideracion en la pintu-
ra. La cual se extendió por muchas provincias , par-
ticularmente por Italia .
Este secreto famoso faltaba solamente á la pintu-
ra , para conseguir con mayor perfeccion la imita-
cion de lo natural , y si los antiguos griegos , Apé-
les y Zeuxis hubieran alcanzado á verla , lo celebra-
ran con admiracion ; de la misma suerte que si
Aquíles y Alejandro, y otros valerosos guerreros de
la antigüedad hubieran visto la invencion de la ar-
tillería , hallada por Bartoldos Seguart , monje de
Dinamarca , año 1354 , y no menos celebraran los es-
critores antiguos la arte de la imprenta , hallada en
Harlem , de que se precian mucho , por ser en el
mesmo tiempo que Juan de Encina halló la arte de
pintar á ólio, que con gran diligencia he observado
El año quse halló ser el año de 1410. En lo cual se erró el Vasari ó su
el modo de pintar impresion , poniendo este hallazgo cien años des-
al ólio.
pues , no habiendo llegado Juan de Encina á vivir
tanto como escribe el Vasari ; aunque no murió
mozo, segun algunos autores .
En suma , estos dos hermanos tuvieron guardado
este secreto ; con que hicieron muchas obras, ó jun-
tos ó de por sí , antes que se comunicase á otros .
LIBRO TERCERO , CAP . IV. . 57

Bien que Juan de Encina ( aunque más mozo ) se


aventajó en el arte á su hermano Huberto . La me-
jor obra que ambos hicieron fué un retablo en Gan-
te , en la iglesia de San Juan , por mandado del
Conde Filipo Charlois , 31 hijo del Duque Juan Di-
gion , que gobernó por los años 1420 , cuyo retrato
está en una de las puertas , pintado á caballo . Al-
gunos tienen por opinion que lo comenzó Huberto
y lo acabó su hermano ; pero yo tengo por cierto
que ambos lo empezaron , y lo acabó Juan , por la
muerte de Huberto , que murió en Gante el año
de 1426 , y está enterrado en la misma iglesia , con
un ilustre epitafio en su sepultura , El cuadro del
medio es del Apocalipsi , donde los ancianos adoran
el cordero ; tiene muchas figuras y muy bien aca-
badas . Y encima del cuadro grande viene otro con
la coronacion de nuestra Señora el Cristo tiene
una cruz grande de cristal adornada de pedrería , y
junto á la imágen muchos ángeles cantando , de
manera que se ve en las acciones la voz que hace

cada uno en la música . En la puerta derecha , alto


de este retablo , está Adan y Eva significando el te-
mor de haber quebrantado el mandamiento de Dios .
En la otra está Santa Cecilia ; en las puertas del
cuadro de enmedio hay otras historias del Apoca-
lipsi , correspondientes á la que se ha dicho . Por la
parte de afuera de estas puertas se ve el retrato á
caballo referido ; en la otra los dos hermanos , Hu-
berto y Juan , el mayor á la mano derecha por su
antigüedad , y parece de mucha más edad , con un
extraordinario tocado de pelos, como se ve en sus
retratos de estampa, y el Juan otro tocado á mane-
58 ARTE DE LA PINTURA.

ra de turbante , ambos con ropas negras , pero el


Juan con un rosario colocado al cuello y una me-
dalla pendiente. En suma , este retablo en inven-
cion , dibujo , colorido y acabado es lo mejor de
aquel tiempo , y el paño muy semejante á la mane-
ra de Alberto Durero . Y todos los colores están tan
vivos , que parecen recien pintados . Este famoso
pintor fué de tanta consideracion y juicio , que pa-
rece quiso sobrepujar á lo que escribe Plinio , que
en haciendo los pintores número de cien rostros ó
menos , comunmente se parecen algunos el uno al
otro , no pudiendo alcanzar aquella diferencia que
muestra el natural , que entre mil no se parece uno
á otro ; mas en esta grande obra , habiendo mas de
trescientos rostros enteros , ninguno se parece al
otro , haciendo todos diferentes efectos, y estando
todos con gran devocion . En el país de este cuadro
hay muchos árboles de diferentes especies, que dis-
tintamente se conoce su variedad , y lo mismo suce-
de en todas las yerbas , que se ven sus diferencias .
Los cabellos de las figuras y crines de los caballos
están tan acabados , que se pueden contar los pelos ,
con admiracion de todos los artífices . Muchos Prín-
cipes , Reyes y Emperadores lo han visto y celebra-
do con grande aficion y estima . El Rey Filipo ,
Conde de Flandes 36 , por no despojar la ciudad de
Gante de esta joya , lo hizo copiar á Miguel Coxia ,
gran pintor de Malinas , el cual lo copió extrema-
damente, y por no hallarse tan lindo azul, como tie-
ne el original , envió á Ticiano , que estaba en Ve-
necia, por él , y fué un azul natural que se halló en
Hungría , el cual era antiguamente más fácil de ha-
LIBRO TERCERO, CAP. IV. 59

llar , antes que el turco fuera señor de aquella pro-


vincia , y costó el del manto de la imágen 30 duca-
dos. El que lo copió mudó algunas cosas en su ma-
nera, como es la Santa Cecilia , y esta copia se tra-
jo á España .
El retablo original tenia el banco pintado á tem-
ple , en que estaba un infierno y los condenados
humillados al Santísimo nombre de Jesus , y por

limpiarlo algunos pintores ignorantes lo han bor-


rado .

Estos dos hermanos (como se ha dicho) están pin-


tados á caballo en las puertas , en compañía del
Conde Filipo, que fué Duque de Borgoña , y fuéron
de él muy queridos y estimados , y en particular el
Juan de Encina , por ser tan gran artífice y de tan
aventajado juicio ; por lo cual mereció ser su secre-
tario y estar en compañía del Conde , privado con
él como el antiguo Apéles con Alejandro . Estas fa-
mosas tablas no se ven ni se abren , sino es á peti-
cion de grandes señores , ó dando al portero gran-
des presentes , ó en las grandes fiestas del año : y
concurre tanta gente que apenas las pueden ver de
cerca , porque en la capilla donde se muestran se
llena de todos los artífices y toda suerte de perso-
nas , que acuden como las abejas á la dulzura de la
miel ; y esta capilla de Adan y Eva en la iglesia de
San Juan es muy afamada por este retablo , enfren-
te del cual está una oda en alabanza de esta obra,
compuesta por Lúcas de Hiere , pintor y poeta de la
ciudad de Gante, que yo excuso de poner aquí .
Despues que Juan de Encina acabó este retablo ,
se volvió á su casa á la ciudad de Bruxas , donde
60 ARTE DE LA PINTURA.

dejó otra obra memorable de su mano . Otras mu-


chas cosas hizo que se llevaron á diversas partes
por medio de los mercaderes , las cuales vieron mu-
chos artífices de aquel tiempo, y unos las celebra-
ban , y otros las envidiaban , con deseo de poder al-
canzar aquel modo de pintar á óleo . Pero sólo lo
ejercitaban en Flándes , por tenerlo más á la mano ,
hasta que el Duque de Urbino Federico 28 alcanzó
una pintura de Juan de Encina , que era un baño
muy bien acabado , y Lorenzo de Médicis en Floren-
cia , un San Gerónimo y otras cosas. Tambien mer-
caderes florentinos enviaron á Nápoles al Rey Al-
fonso el primero una famosa pintura del mismo ar-
tífice , con muchas y muy excelentes figuras , de
que el Rey se admiró mucho , y más de la novedad
del modo . Y hizo gran ruido entre los pintores , y lo
mismo corrió en todas las partes á donde se llevaron
sus obras .

Y aunque los italianos hicieron grandes diligen-


cias por descubrir este secreto , viendo si por el olor
de las pinturas y colores mezclados con el aceite ,
podian descubrir algo , fué toda su diligencia en
vano, hasta que un Antonio de Mesina en Sicilia
deseoso de saber y aprender la pintura á óleo , se
dispuso á partirse á Flándes , á la ciudad de Bruxas,
para verse con el inventor de este secreto ; y habién-
dolo comunicado y aprendido de él , lo llevó á Ita -
lia , como cuenta el Vasari en su vida . Tambien

habia en la ciudad , y por otra pintura de mano de


Juan en la iglesia mayor , que contenia el glorio-
so tránsito de San Martin Obispo , y otra de una
imágen de Nuestra Señora , con un retrato de un
LIBRO TERCERO , CAP . IV . 61

Abad arrodillado y las puertas de esta tabla no es-


taban acabadas , sólo dibujados algunos atributos
de Nuestra Señora , como la zarza de Moisés , el Ve-
llocino de Gedeon y otros semejantes , obra que más
parecia divina que humana .
Hizo tambien muchos retratos del natural , con

gran perfeccion y propiedad y muy acabados (en


que gastaba mucho tiempo) acompañados de exce-
lentes países . Su bosquejo era más acabado que lo
muy acabado de otros . Yo vi un retrato pequeño en
casa de mi maestro Lúcas de Here , en la ciudad de

Gante , de una mujer con un país , tan acabado co-


mo lo más del mundo : hizo en una tablita dos re-
tratos á óleo de un hombre y una mujer, trabados
de las manos , como á quien desposa la Fé que los
junta . Esta joya se halló en poder de un barbero de
la ciudad de Bruxas , la cual fué vista de D. Ma-
ría , tia del Rey de España , viuda de Ludovico , Rey
de Hungría (que murió en una batalla contra el Tur-
co). Esta noble señora tenia tal aficion al arte de la
pintura , que dió al barbero por esta tabla , un oficio
que le valia cada año cien florines . Algunos dibu-
jos he visto suyos muy bien acabados , y con gran
limpieza. Murió Juan de Encina en la ciudad de
Bruxas , siendo de mucha edad, y está enterrado en
la iglesia de San Dionisio , cuyo epitafio está escri-
to en lengua latina , en una columna de la misma
iglesia , y dice así :

Hicjacet eximia clarus virtute Joannes,


in quo picturæ gratia mira fuit.
Spirantes formas et humumflorentibus herbis
Pinxit et ad vivum quodlibet egit opus.
62 ARTE DE LA PINTURA.

Quippe illi Phidias et credere debet Apelles:


Arte illi inferior ac Policretus erat.
Crudeles igitur, crudeles dicite Parcas,
Quæ talem nobis cripuere virum.
Actum sit lachrymis incomutabile fatum,
Vivat ut in cælis jam deprecare Deum .

Finalmente , en la estampa que yo tengo de este


insigne varon (entre otros famosos pintores de Flán-
. des) se ve una epígrama latina , que hizo castellana

el doctor Enrique Vaca de Alfaro , con que darémos


sabroso fin á este discurso.

Al retrato de Juan de Bruxas , inventor de la pintura


á óleo:

SILVA .

Yo el artífice soy, yo el excelente,


cuya gloriosa frente
la edad corona de inclitos honores ,
pues con mi diestra mano ,"
y de Huberto mi hermano ,
misturé con el óleo los colores:
El óleo que de lino
da la rubia simiente , peregrino
pensamiento, debido á mis pinceles,
ignorado aún de Apéles ,
¡oh cuánto pudo , cuánto á la pintura!
dar lustre , dar belleza tal mistura !
Mi nueva industria admira mi destreza
la Bélgica nobleza ,
que la fama reparte,
(celebrando mi ingenio único y sólo
con gloria no pequeña de mi arte)
de gente en gente, y de uno en otro polo.
LIBRO TERCERO , CAP . IV . 63

No fué tan avaro el buen Juan de Bruxas del ma- Cómo se extendió
ravilloso secreto de pintar á óleo , que no lo comu- este género de pintar
á óleo , I par.,
nicase viviendo , y de mano en mano se extendiese cap . 21.
á muchos , como cuenta el Vasari . Primero á Ruge-
ro de Bruxas su discípulo, á quien siguió Ause,
criado de Rugero , que hizo despues algunas obras
en Italia á la ilustrísima casa de los Médicis ; de la
misma suerte á Ludovico de Luano y Pedro Crista
y maestro Martino , y Justo de Guanto , y Hugo de
Anveres , que hizo una tabla en Santa María nueva
de Florencia , todos de nacion flamencos. Hasta que
esta arte se trasladó á Italia por Antonello de Mesi-
na (segun se tocó arriba y refiere su vida) , el cual Jorge Vasari,
parte, fól. 374.
era de agudo ingenio y práctico en el arte , y se
habia ejercitado algunos años en el dibujo en Roma,
y retirado á su patria confirmaba con las obras su
buena opinion . Llegando pues á su noticia , estando
en Nápoles , la tabla que se habia traido al Rey
Alfonso , pintada á óleo , de mano de Juan de Enci-
na , procuró verla , y maravillado de la viveza de los
colores , de su dulzura y union , y de que se pudie-
se lavar, poniendo aparte todos sus cuidados y ocu-
paciones , se resolvió de pasar á Flándes . Llegado á
la ciudad de Bruxas , con mucha humildad trabó
amistad con Juan , presentándole algunas cosas cu-
riosas , y muchos dibujos á la manera italiana , con
que le obligó por la buena correspondencia (hallán-
dose ya viejo) á que le viese pintar, y el órden de
su colorido á óleo ; de suerte que no dejó Antonello
aquella ciudad hasta haber aprendido el modo que
tanto deseaba . Y habiendo pasado de esta vida el
que le dejaba rico y acrecentado en su arte , dió la
64 ARTE DE LA PINTURA .

vuelta á su patria , para hacer á Italia partícipe de


tan cómodo , útil y hermoso secreto ; y habiendo es-
tado pocos dias en Mesina , se partió á Venecia , y
por ser persona entretenida y alegre , determinó
acabar allí su vida . Y poniendo mano á la labor hizo
muchos cuadros á óleo , segun habia aprendido ,.
que están esparcidos por las casas de muchos genti-
les hombres de aquella ciudad ; los cuales por la
novedad del modo fuéron asaz estimados , y otros
que fuéron enviados á diversos lugares , con que
aquistó gran fama y nombre, y fué estimado y aca-
riciado de toda la nobleza mientras vivió . Entre los
pintores acreditados que á la sazon habia en Vene-
cia , era tenido en mucho un maestro Dominico Ve-
neciano : este le hizo grandes caricias y cortesías,
como á estrechísimo amigo ; mas Antonello que no
quiso ser vencido de ellas , pasados algunos dias le
enseñó el secreto y modo de pintar á óleo , con que
hizo famosas obras : aprendiólo despues Andrea del
Castaño , Pedro Perugino, Leonardo de Vinci y Ra-
fael de Urbino , que la levantaron al sublime y alto
lugar en que hoy se halla. Murió Antonello de cua-
renta y nueve años en Venecia , donde le fué puesto
un honroso epitafio , como á quien debe Italia y el
mundo haber dilatado el colorido á óleo que Juan
de Bruxas halló en Flándes .
Habiendo dado noticia bastantemente de la in-

vencion de la pintura á ólio , y de cómo se di-


lató en tantas partes , no será fuera de propósito
discurrir un poco cerca del género que usaron los
antiguos, para suplir la falta de ella , lo cual nos
Carta de Pablo dirá doctamente Pablo de Céspedes , con otras
de Céspedes.
LIBRO TERCERO , CAP. IV . 65

cosas dignas de saberse , suponiendo ( como se ha


dicho ) que si hubieran alcanzado tan provechoso
y universal modo como el óleo , excusaran la mo-

lestia y embarazo de la pintura, que nos manifiesta


diciendo :
« Habia otra suerte de pintura llamada encáusti- Pintura encaustica.
>>ca , la cual se hacia con ceras mezcladas con colo-

» res de cualquier suerte , principalmente de las finas : Plin . , lib_35 ,


cap . 7.
» que llamó Plinio Floridas ; de la cual no usaban en
»paredes , sino solamente en las galerías y naves .
» Esto era porque otra cualquier pintura la quitara
» y lavara el agua , y más salada , y la cera podia re-
>>sistir estas tales mezclas de pinturas y colores se
>>hacian con fuego . De donde consta que si se hu-
»biera hallado el pintar á ólio no usaran de pintura
>>tan enfadosa y bien se ve que el ólio fuera de
>> mejor expedicion que la cera, y secara presto, que
>>la cera no podemos decir que seca, mas que se en-
»durece con el tiempo . Y me parece á mí que real-
»mente en aquellos tiempos no se habia hallado esta
» nuestra manera de óleo , porque si se hubiera des-
>> cubierto , no usaran del gastar los colores con cera
>> al fuego ; con lo cual no conseguian su intento ,
» ni se podian unir tan bien , siendo tan mala de gas ™
>>tar y tratar la cera . Ha de entender v . m. pintura
>> lisa y llana, y no figuras de medio relievo como
>>se hacen ahora estos retratos de cera de colores .

» Porque además que los autores las llaman pintu-


»ras, no eran á propósito para pintar ni adornar las
>>naves y armadas , que á ser de relievo , en cual-
>» quiera cosa que se tocaran se deshicieran y quebra-
»ran y no era lo que ellos pretendian eso , sino la
TOMO II. 3
66 . ARTE DE LA PINTURA .

»perpetuidad, y que estuviesen seguras que el agua


» no las habia de quitar. »
« Segun lo que de estas razones puedo conjeturar,
ellos carecieron de la manera á ólio , hasta los tiem-
pos de Constantino Magno , que entonces todavía
duraba la manera el pintar con ceras , y por consi-
Lib. Ide la vida guiente la del temple . Hace mencion de ella Euse-
del Emperador . bio Pamphilo Cesariense , tratando del cuidado vano
de los hombres , con procurar conservar las memo-
rias de sus antepasados : ora con pinturas hechas
con cera, ora con imágenes de otra materia , imitan-
do los movimientos con escultura , parte con letras
en columnas y otros mármoles . » Y pone el racione-
ro todo el lugar en latin , que yo excuso , y prosi-
gue «Y aunque todo este lugar no hace á nues-
>>tro propósito , sino aquello que trata de pintura ,
>>todavía lo he puesto hasta el cabo , por ser (á mi pa-
>>recer) bueno para considerar nuestra vanidad y en-
»gaño en pensar perpetuarse los hombres con obras
»caducas y sujetas al cuchillo del tiempo . »>
« Tornando , pues , á lo que tratábamos de la pintu-
ra , oso afirmar que usándose hasta los tiempos de
dicho Constantino la pintura á temple y la encáus-
tica de ceras de colores , y no la del óleo , que tam-
poco se usó en los años que se han seguido , hasta
cerca de los nuestros . >>

Caida de la pintura «Desde el tiempo de este Emperador comenzaron


y escultura . las artes buenas de pintura y escultura á caer, de
manera que casi se puede decir que entonces fuéron
sepultadas ; y así se ve por las obras de escultura
• que en Roma se ven de su tiempo , que con
dificul-
tad se pueden ver peores . Vénse por aquellas ruinas
LIBRO TERCERO , CAP. IV. 67

de Roma algunas pinturas hechas algunos años


despues , de imágenes de Nuestra Señora y de otras.
de devocion , tan fuera de manera de pintura , que
casi no hay rastro de ellas es bien verdad que en
algunas hay cierta polideza y asiento de colores á
fresco ( segun me parecia ) que se holgaba de mirar-
las, aunque pocas . Siguiéronse despues los tiempos
de los godos y longobardos , donde se remató del
todo . A cabo de años vinieron unos griegos á Roma
que pintaron y enseñaron una tal manera , á su mo-
do , que fué bastante para desterrar del mundo la
buena manera . Hasta que Cimabue , que nació
en 1240 , apartándose de la que estos habian intro-
ducido , comenzó á sacar de tales tinieblas la pobre
pintura, y despues Gioto y Masacio á levantarla de
punto , y despues de ellos otros , cultivándola más ,
hicieron obras milagrosas á temple y á fresco . Has-
ta que el gran Bonarrota la puso en su perfeccion . >>
Aquí llegó este autor , y en su abono dice Plinio :
«Pamphilo , maestro de Apéles , usó el arte de la Plin , lib 35,
cap. 10.
pintura encáustica , y là enseñó , si bien era más
antigua. >>
Acabando este capítulo , se me ofrecieron á la me-
moria cuatro octavas que predijo de sí en los veni-
deros tiempos , el mismo racionero (que me pudiera
juntamente aplicar , si la igualara ) en que parece
tocar esta instabilidad que tuvo la pintura antigua-
mente, y la que puede sucederle , y será ilustre re-
mate de su discurso .

Si dispusiese el soberano cielo, Lib.2 de la pintura.


cuyo imperio corrige y ley gobierna
68 ARTE DE LA PINTURA .
cuanto á luz manifiesta el ancho suelo ,
y el estado mortal siguiendo alterna ,
que despues que dé vuelta el leve vuelo
del tiempo que consume y desgobierna
cuanto produce y cria el universo ,
viviese la memoria de mi verso .
Será quizá que entre otros desvarios
en que dan los que aquesta humana senda
huellan , mirase los preceptos mios
uno que alzarse á la virtud pretenda :
y añadiendo al cuidado nuevos brios
levantar á su antiguo honor emprenda
esta arte, ya perdida y desechada
sin honra en el olvido sepultada.
Cómo , no puede ser? un tiempo estuvo
(y pasaron mil años ) ascondida ,
en tanto que la niebla oscura tuvo
de la ignorancia la virtud sin vida :
hasta que aventajadamente hubo
quien la ensalzó do ahora está subida ;
mas (como todas cosas) nunca puede
firmarse donde permanezca y quede ..
No asienta en nada el pié , ni permanece
cosa jamás criada en un estado :
este hermoso sol que resplandece
y el coro de los astros levantado
al vago aire y sonante , y cuanto crece
en la tierra , y el mar de grado en grado ,
mueven como ellos cambian vez y asientos ,
y revuelven los grandes elementos.
LIBRO TERCERO, CAP. V. 69

CAPITULO V.

DEL MODO DE PINTAR Á ÓLEO EN PARED , TABLAS Y LIENZOS ,


Y SOBRE OTRAS COSAS .

Para pintar á óleo sobre pared , tratarémos antes Ararejode la pared .


de disponerla , y lo primero conviene que esté libre
de humedad , y seco el encalado ( de cal ó yeso ) de
muchos dias ; y si no estuviere muy limpia y lisa ,
sin hoyos ni aberturas , se le podrá dar una mano de
cola de retazo de guantes , caliente , con una poca
de hiel de vaca , ó unos dientes de ajos molidos ; y
despues de seca plastecer con yeso grueso muy cer-
nido todos los hoyos y grietas que tuviere. Y ha-
biéndole pasado la lija , despues de seca, se le podrá
dar otra mano del mesmo yeso cernido , templado
con cola caliente ; y estando seco volverle á pasar
la lija. Y calentando bien la cantidad de aceite de
linaza , que basta , con una brocha grande bañarla
toda, á lo menos el espacio que se pretende pintar :
Algunos bañan
y habiendo pasado el tiempo. conveniente para em- dos veces.

beberse en la pared y secarse bien , si es verano


como cuatro dias , si es invierno diez ó doce , se po-
drá dar una mano de imprimacion , moliendo con el
aceite de linaza el albayalde competente con un

poco de azarcon por secante y sombra de Italia, que "


no quede muy oscura . Háse de dar esta primera
mano un poco suelta y corriente , pareja y estirada ,
con brocha corta y no áspera : la cual pared , des-
70 ARTE DE LA PINTURA.

pues de seca , se puede doblar , dándole otra mano


con un poco de más cuerpo y menos aceite de lina-
Lib. 22, cap . 22. za . Y estando bien seca y pasándole un papel áspe-
ro , se podrá pintar en ella . Otras disposiciones es-
cribe el Vasari y otros para aparejar el muro ó pa-
red en que se pinta ; pero esto baste , como menos
prolijo, con que pasarémos adelante .
Aparejo de las ta- Las tablas en que se suele pintar á ólio ( de borne
bias.
ó cedro ) despues de enervadas ó encañamadas por
detrás las juntas , se les da una giscola de guantes
con sus ajos , no muy fuerte , y templando su yeso
grueso , vivo y cernido se le dan tres ó cuatro ma-
nos, aguardando á que se seque cada una , y plas-
teciendo los hoyos se templa el mate , no muy fuer-
te, con que se le dan otras cinco ó seis manos , de
manera que tenga cuerpo ; y despues de bien seco
se lija y roe muy bien con un cuchillo agudo y
parejo de filos , hasta que quede como una lámina :
y con albayalde y sombra de Italia se hace un color
no muy oscuro y con harto aceite de linaza , molida
y templada la imprimacion , con una brocha gran-
de, cortada y blanda , se da todo el tablero de una
mano igualmente ; y despues de seco , pasándole un
papel , se debuja y pinta .
La invencion de pintar á óleo sobre lienzo fué
muy útil, por el riesgo que tienen de abrirse las ta-
blas , y por la ligereza y comodidad de poderse lle-
Aparejo de les Var la pintura á diversas provincias , y muy grandes
lienzos.
lienzos se aseguran de la humedad estirados , y cla-
vados sobre tablas gruesas , donde se conservan
muchos . Varios modos suelen usar los pintores en

el aparejo de los lienzos , segun los lugares en que


LIBRO TERCERO, CAP . V. 71

se hallan algunos apuntarémos para que se huya


de unos, aprobando otros , conforme á lo que habe-
mos experimentado en muchos años . Unos aparejan
con gacha de harina ó de harijas , aceite de comer
y una poca de miel ( que casi se puede comer sin
apetito ) , desto dan una mano al lienzo bien estira-
do, como que quedan tapados los poros , y despues
de seco se dan con la piedra pomiz y empriman al
óleo con una ó dos manos de esa emprimadura . Otros
aparejan con cola de guantes , y estando seco le dan
despues con la mesma templa con yeso cernido , y
acabado de dar con la brocha , con un cuchillo lo
dan extendiendo y cubriendo los hilos , y despues
de enjuto vuelven á darle de piedra pomiz , y lo
impriman con una brocha una ó dos veces . Otros
aparejan los lienzos con cola de guantes y ceniza
cernida en lugar de yeso , procurando que quede
parejo , y esto dan con brocha y cuchillo , y seco ,
y dado de piedra pomiz , empriman con sólo al-
magra comun molida con aceite de linaza ; esto
usan en Madrid . Otros se valen de imprimadura de al-
bayalde , con azarcon y negro de carbon , todo á ólio
con aceite de linaza sobre el aparejo del yeso . Pero
la experiencia me ha enseñado que todo aparejo de
harina , de yeso ó de ceniza, se humedece y pudre
con el tiempo el mismo lienzo y salta á costras lo
que se pinta ; y así , tengo por más seguro la cola El mejor aparejo
de guantes flaca, dando un par de manos con ella para los lienzos .
al lienzo estando helada, y con un cuchillo que sir-
va de tapar los poros ó lo ralo de la tela , dejarlo
bien descargado , y dándole de piedra pomiz des-
pues de seco , empremiar encima . No tengo por malo
72 ARTE DE LA PINTURA .

antes de darle de cola , estando el lienzo bien esti-


rado , pasarle la piedra pomiz , quitando las hila-
das y luego darle cola . La mejor emprimacion y
más suave es este barro que se usa en Sevilla , mo-
lido en polvo y templado en la cola con aceite de
linaza , dando una mano con cuchillo muy igual , y
despues de bien seco , al lienzo ; la piedra pomiz , le
va quitando todas las asperezas y desigualdades , y
lo dispone para recibir la segunda mano , con la
cual queda más cubierto y parejo , acabando des-
pues de seco de alisarlo con la piedra para recibir la
tercera. A la cual si quieren pueden añadir al barro
un poco de albayalde , para darle más cuerpo , ó
usar de sólo el barro : estas tres manos se han de
dar con cuchillo . Tambien digo que sin cola se
puede muy bien aparejar un lienzo con las tres ma-
nos de emprimadura , que habemos dicho , aunque
la cola flaca lo hace más suave .

Esta es la mejor emprimacion , y la que yo usaba


siempre sin más invenciones ; porque veo conserva-
dos mis seis lienzos del cláustro de la Merced , sin
haber hecho quiebra ni señal de saltar desde el año
de 1600 que se comenzaron, que me basta para pro-
bar la seguridad de este aparejo de barro .
Aparejo de las lá- Las láminas se empriman (estando lisas y lim-
minas y piedras. pias ) con albayalde y sombra á óleo , de una sola
mano muy delgada , la cual se da y extiende con
los dedos , y no con brocha . Y las piedras ó pizar-
ras (aunque pocos pintan en ellas en España) se im-
primirán con dos manos de imprimacion á ólio , la
segunda con más cuerpo .
Teniendo todas las cosas en que se ha de pintar
LIBRO TERCERO , CAP. V. 73

aparejadas y dispuestas , podrémos dar órden cómo


debujar lo que se nos ofreciere , y comenzar á bos-
quejar y á pintar de la primera vez , por el órden que
dirémos.

El que se ha de guardar en los cartones y debu- Cap . I.

jos , habemos dicho al principio de este tercer libro,


y pocas veces se hacen cartones iguales del mesmo
tamaño de los cuadros que se han de pintar á ólio ;
y así por los debujos pequeños , ó por cuadrícula, ó
á ojo , teniéndolos delante , se podrán debujar las
figuras , ó historias sobre pared, tablas ó lienzos , lá-
minas ó piedras (que en esto no hay diferencia más Modo de dibujar
lo que se ha de
que en los ocreones ) . Si son grandes las cosas quepintar á ólio.
se han de pintar , del tamaño del natural ó mayo-
res, se harán ocreones largos con puntas sutiles de
yeso mate duro , y preparando una caña de tres
cuartas ó de vara en largo , se encajará en ella uno
de acomodado tamaño , que esté firme en el hueco
de la caña, que sirve de toca lápiz , y tener otra del
mesmo tamaño con un manojo de plumas de galli-
na atado en el hueco , que sirva de borrar y limpiar
lo que fuere mal encaminado , y saliere de los lími-
tes de la razon del arte . Con la primera caña , des-
viándose la distancia conveniente , se vaya abultan-
do el todo de la figura , ó historia , apartándose á
menudo , quitando y poniendo hasta ajustarse con
el patron ó diseño que está presente y en esto de
compartir el todo de la historia ó figura , que satis-
faga, está el acierto y buena gracia de toda la obra .
Porque es cosa cierta que en los perfiles de, afuera
consiste toda la dificultad de la pintura . Despues de
estar bien compartida en el todo con las demás pun-
74 ARTE DE LA PINTURA.

tas , ó afinando y llegando las partes de las figuras


con perfeccion , así de las carnes como de las ropas,
y los demás ornatos convenientes á lo que se pre-
tende .

Hagamos cuenta que tenemos ya debujado y pues-


to en razon con perfiles ciertos todo lo que preten-
El medio de bos- demos pintar, y queremos dar principio al bosquejo:
quejar. esto se hace de varias maneras ; porque unos bos-

quejan con blanco y negro , ó con blanco y carmin ,


revuelto con sombra de Italia , y es modo fácil , y
acomodado para los que no tienen mucha resolucion
y certeza y quieren variar y apartarse de los debu-
jos , mudando lo que les parece ; y se borra y re-
vuelve uno y otro más facilmente , para ponerlo á
su gusto y esto han usado algunos valientes hom-
El mejor bosquejo. bres . Pero yo tengo por más acertado (habiendo
certeza y estando ya digerido lo que se ha de obrar)
comenzar á bosquejar de todos colores , por las ca-
bezas y carnes de las figuras , y más si son del na-
tural : las carnes hermosas con blanco y bermellon

y poco ocre claro, y las no tanto con almagra de


Levante y ocre , y poco más poco menos , conforme
quisieren variar las sombras . Habiendo sombra de
hueso y de Italia , y negro de carbon ó de humo,
espalto y la almagra , se hacen las diferencias de
tintas convenientes , valiéndose tambien del carmin
en algunos oscuros : los frescores hermosos de ber-

mellon y carmin , y los menos mezclando el ber-


mellon con la almagra . Algunos acaban bien el
bosquejo y lo dejan llegado : otros lo manchan no
más , y lo dejan confuso : aténgome á los primeros ,

y aunque se haga en el bosquejo cuanto se pudiere


LIBRO TERCERO , CAP. V. 75

de la primera vez , porque con el retoque se en-


crudecen muchas cosas , y por esta causa decia Cés-
pedes , que no sabia retocar, sino volviendo á labrar
segunda vez las cosas . Pero bien sabemos que la
excelencia y ventaja de la pintura á óleo es poderse
retocar muchas veces , como hacia Ticiano . Otros
labran el bosquejo, y al acabado usan de borrones,
queriendo mostrar que obran con más destreza y
facilidad que los demás , y costándoles esto mucho
trabajo , lo disimulan con este artificio . Porque ,
quién creerá que Dominico Greco trajese sus pintu-
ras muchas veces á la mano, y las retocase una y
otra vez , para dejar los colores distintos y desuni-
dos , y dar aquellos crueles borrones para afectar
valentía . A esto llamo yo trabajar para ser pobre ;
de esto ya se ha dicho en otro lugar. De suerte que Lib. I , cap .

lo primero que se ha de bosquejar son las carnes , y


lo postrero que se ha de acabar y retocar en los
cuadros . Advirtamos tambien que se han de acabar
primero (despues de estar bosquejado el cuadro, y
lavado con una esponja y agua) los cielos , los léjos ,
los edificios y campos , y todo lo que es ornato de
las figuras , y luego vestirlas de sus varios colores ,
conforme conviene á cada cosa ( como dirémos) de-
jando para lo último acabar rostros y carnes .
Con esto tratarémos de los colores para las ropas Como se templan
más en particular, y antes de tratar de ellos advier- los colores para las
ropas.
to , que algunos de los que nombrarémos se han de
moler primero al agua , y todos despues templar y
moler á ólio con aceite de linaza ó de nueces .
Y comenzando por el blanco con que se ha de Del color blanco .
pintar á ólio y mezclar los demás colores , ha de ser
76 ARTE DE LA PINTURA .

el mejor albayalde que se hallare , y lo es sobre to-


dos el de Venecia , que muestra dureza y se quiebra
como lajitas cortadas con cuchillo ; en lo cual lo
deshacen algunos con las manos en mucha agua, y
estando asentada la tierra y las pajas , vacian aque-
lla leche en otra vasija y lavándolo así dos ó tres
veces , se excusa el molerlo al agua , y los asientos
sirven para imprimar . Lo más ordinario es molerlo
al agua muy bien , y ponerlo á secar al sol en pane-
citos y despues molerlo con aceite de linaza ó de
nueces , que sea fresco y que no quede ralo , y cu-
brirlo con un lienzo delgado y limpio y conservarlo
en un librillo vidriado lleno de agua dulce , con su
tapadera , por el polvo , y refrescarle el agua limpia
cada ocho dias .

Lábranse algunos paños blancos como de lienzo ,


y será bien advertir (no á los que pintan del natu-
ral ) que para los oscuros y medias tintas es mejor
el negro de carbon y más suave , porque han de ser
las sombras muy blandas , y lo más oscuro con mu-
cha menos fuerza que los paños de . otros co-
lores , ayudando en lo más oscuro el carbon con una
poca de sombra de Italia . Lindamente los pintó
Maese Pedro , pero mejor el racionero Céspedes . Y
los que tienen buen gusto en el colorido, lo mani-
fiestan en un lienzo blanco bien pintado .
De los amarillos. Suelen algunos valerse del talde , ú oropimente
para los amarillos finos á ólio , búscase el más su-
bido de color, el cual se muele muy bien al agua y
se pone á secar, ó para templarlo en el tablon con
el aceite de linaza , ó para molerlo con él , tiene ne-
cesidad de secante : algunos le echan vidrio , te-
LIBRO TERCERO , CAP. V. 77

niéndolo molido al agua : otros se valen del aceite


de linaza revuelto con azarcon en polvo , habiéndo-
se engrasado algunos dias , y es el mejor secante .
Tambien usan algunos del alcaparrosa molida en
polvo , tomando de él la cantidad que basta : húya-
se del cardenillo como de pestilencia , porque es su
mayor enemigo . Suele oscurecer con el mesmo tal-
de quemado en una paleta de hierro sobre las bra-
sas , hasta ponerse corriente y de color de miel , y
entonces está quemado y sirve en la segunda tinta ,
molido primero tambien al agua , haciendo los más
oscuros con ocre oscuro , ó con sombra y almagra,
y más oscuro con carmin y espalto . Haráse naran-
jado ó con el mesmo talde , quemado ó revuelto con
azarcon de la tierra , ó con bermellon en las tintas
segundas , ayudadas con los mesmos colores dichos .
El talde no se echa en el agua ; es de mal olor, da-
ñoso á la cabeza y bástale ser veneno para huir de
él . El genuli , si es muy bueno, es más seguro de
gastar á ólio , molido ó templado con el aceite de
linaza , admite sus segundas tintas de ocres claros
y oscuro, y ayudado del azarcon y bermellon tem-
plados á ólio : tambien se oscurece con ancorza y
ocre , y los más oscuros con sombra de Italia : sufre
mezclarse con el albayalde , si lo quieren más claro
para el color de gualda : no puede excusarse en
ninguna manera en los países . Yo gasto genuli
(por buena suerte) , que deja atrás al color del mejor
talde en viveza y hermosura , venciéndole su segu-
ridad , consérvase en el agua como el blanco y es
muy secante.
Los verdes labran algunos con blanco y negro á De losvariedad
verdes. y su
78 ARTE DE LA PINTURA.

ólio , y despues lo bañan con cardenillo molido con


aceite de linaza ; suélese para esto purificar el car-
denillo , moliéndolo primero al agua con vinagre y
unas hojas y cogollos de ruda , colado por tela de
cedazo , y despues de seco, molido (como se ha di-
cho) al ólio . Y suelen , despues de bañado la prime-
ra vez , volverlo á oscurecer y tornarlo á bañar,
echándole un poco de barniz , y queda muy lucido .
Otras veces se labra con el cardenillo y blanco , y
se trasflora con el mismo cardenillo , y otros echan
al blanco un poquito de genuli , que no esté muy
amarillo , y labran con esto y el cardenillo , y des-
pues lo bañan : otras veces se labra con verde mon-
taña molido á ólio , aclarándolo con blanco y oscu-
reciendo con negro de humo y se trasflora dos veces
El verde más seguro. y queda muy lindo color . Yo no uso del cardenillo
sino con cenizas de azul delgadas y alegres : con
buena ancorza hago el verde oscuro , como me pa-
rece , ayudando lo más oscuro con negro , y para
los claros me valgo de buen genuli , con un poquito
de blanco, y hago verde muy gracioso : y se pueden
hacer en los claros los cambiantes que quisiere , y se
une muy dulcemente , ó haciendo los claros de ge-
nuli У
y blanco ó de otros colores varios y más claros .
De la variedad de El carmin para pintar á ólio es mejor de Floren-
colorados.
cia que de Indias , y es más seguro y durable, aun-
que no es malo el de Honduras . Y si se ha de la-
brar alguna ropa de rosado con blanco y carmin,
será más perpétuo su color si se bosqueja debajo con
bermellon y luego se labra con el carmin y blanco ,
ó para quedar sin bañar, ó para bañado . Pero si se
pretende hacer un paño carmesí, ó de grana, ó de
LIBRO TERCERO , CAP. V. 79

terciopelo, se ha de templar el bermellon y el car-


min junto, haciendo un color alegre igual , del cual
se han de sacar los claros, mezclándolo con el alba-
yalde más o menos , conforme se pretende : y si el
carmin puro no es bastante á oscurecerlo se ayuda -
rá con un poco de negro . Sobre este color seco se
podrá bañar una ó dos veces con buen carmin de
Florencia y un poco de aceite grueso de linaza ó de
nueces y siempre el carmin lleve un poco de secante,
ó de vidrio , ó de litargirio , que es aceite de linaza co- Secantes diferentes
á ólio.
cido con un poco de almártaga en polvo , la cual se
mezcla estando cocido el aceite y apartado del fue-
go . Muestra estar cocido echando un poco de pan y
saliendo tostado . Es un secante ordinario que no
mata el carmin : tambien es bueno el del aceite gra-
so de azarcon, que acomodamos al talde, y la alca-
parrosa molida á ólio ó templada en polvo . Yo he
hecho con este color algunos terciopelos bien imi-
tados ; pero todos quedan atrás con la de mi com-
pañero Alonso Vazquez , que ninguno le igualó en
esta parte . Otros suelen labrar ropas con el berme-
llon puro por claro, oscurecido con carmin y ayu-
dado con negro, para las medias tintas de carmin y
bermellon. Tambien algunos acostumbran labrar
cortinas ó paños , que han de ser bañados con alma-
gre de Levante , ó con albin y blanco , oscureciéndo-
las con carmin y un poco de negro : pero soy de
opinion que las cosas aunque hayan de ser bañadas
se labren con buenos colores, porque es más perpé-
tua y durable la pintura , y que en todo caso se bañe
dos ó más veces , como se ha dicho , habiendo lava-
do el cuadro para que corra el color .
80 ARTE DE LA PINTURA.

Demás de los bañados se pueden doblar todos los


colores en la pintura á ólio ( cuando ha de estar no
muy guardada ) poniendo una capa sobre otra hasta
cuatro veces, para que tenga el tiempo que gastar ;
pero no en el temple (como dijo Plinio que hacia
Protógenes) porque corre gran riesgo de saltar . El
Plin , lib . 35, lugar dice así : « Protógenes, para prevenir á las in-
cap. 70.
»jurias del tiempo , sobrepuso en esta pintura cua-
>>tro veces los colores, porque viniendo á menos los
» de encima sucediesen los demás para su dura-
>> cion . ">

Azul y cómo se labra El azul (entendemos por el de Santo Domingo ,


á ólio.
no el ultramarino , que ni se usa en España ni tie-
nen los pintores de ella caudal para usarlo) es color
más delicado y más dificultoso de gastar, y á mu-
chísimos pintores buenos se les muere ; advertiré-
mos empero el modo cómo se ha de labrar á óleo
con limpieza para quedar lucido . Dicen los más

que despues de ser el azul de lindo color , delgado y


bien afinado y limpio se temple , en el tablon con
aceite de nueces fresco , y recien sacado ; pondráse
aparte cantidad de blanco molido con aceite de
nueces, y de él y del azul se hará el azul claro ,
Nueva opinion . la cantidad bastante, y luego sus medias tintas . Yo
soy de opinion que los azules se labren claros , y que
lo más oscuro sea el mismo azul puro , y cuando
mucho se ayude lo más oscuro, no con negro , no
con morado de carmin y menos con añil, sino con
un poco de buen esmalte , delgado y de lindo color,
revuelto con el azul puro , que lo abraza muy bien.
La causa que me mueve á aconsejar que sean claros
los azules es , porque el azul con el tiempo oscurece
LIBRO TERCERO , CAP . V. 81

y tira á negro (como muestran los países) y veo por


experiencia muchas ropas que fuéron azules, vuel-
tas en una mancha negra, sin que se determinen los
trazos del paño , y siendo claro siempre es azul y se . En el lienzo de la
Encarnacion
ven sus claros y oscuros . Así lo he observado con de la Casa Profesa.
atencion en las pinturas de Mohedano , que siguió
esta opinion .
Conviene que los pinceles sean suaves y de pun-
ta, grandes y pequeños , y que con mucha paciencia
se vayan los claros metiendo limpiamente , exten-
diéndolo de manera que quede descargado y muy
igual , y sus medias tintas por el consiguiente , ca-
sando uno y otro hasta llegar al azul puro ; no ha Documento
importante.
de ser demasiado de espeso , porque se pueda fácil-
mente extender y unir suavemente sin revolver uno
con otro . Y pienso , sin duda , que en esto principal-
mente ( siendo el azul de buen color ) consiste su Aun con olio de
perpetuidad ; á lo menos , los que yo he gastado á nueces
se lesy muere
espliego
.
par de otros pintores , se rebeben y quedan lucidos
y conservan su lindo color, muriendo á manos de los

otros . Y en esta parte algunos italianos que han


visto mis azules se han persuadido que son ultra-
marinos, procurando ver con qué secreto los gasta-
ba ; y lo que más admira, que no ven mis azules ni
mis blancos el aceite de nueces tan reverenciado de
todos , porque nunca lo uso , ó muy pocas veces . El
de linaza no me huele mal , aunque hay quien diga
que no ha de ver el azul ni el blanco este aceite . Y
no tengo por malo mojar el pincel en el de espliego
cuando se va pintando , porque ayuda á rebeberse .
Tambien soy de opinion que el bosquejo y acabado
sea con un mismo azul fino ó poco menos, si hay
TOMO II. 6
82 ARTE DE LA PINTURA.

Particular consejo. falta de él es buena advertencia que si se labra en


verano , se ponga en una parte fresca (no vuelto á
la pared) para que no se seque apriesa y se vaya em-
bebiendo con la tardanza de secarse . Este color

ama el aire, el sereno y el sol . Los azules bañados


no los apruebo sino es con ultramarino , y así tengo
por mejor que habiéndolo de retocar se vuelva á
cubrir y labrar ; si de la primera vez quedase lus-
troso en el bosquejo y seco , se pasará el cuchillo
agudo por la pintura y se lavará con una esponja
mojada en agua antes de labrar segunda vez , y.
vuelvo á repetir que no se meta con brochas ni pin-
celes de cabra, ni cortados , ni de pexe , sino con
pinceles de vero y de punta , grandes ó pequeños ,
conforme fuere el espacio , y la ensolvedera sea muy
blanda y suave (todo esto se entiende cuando se
pintan ropas, pero no cielos), y últimamente el azul

ha de ser del mejor color, y más delgado de ceni-


zas, huyendo de segundos y gruesos, que se unen
con dificultad , que por tener tanta este ilustre color
y ser tan noble no se deja tratar de todos y nos ha
obligado á alargarnos . Oí á Céspedes quejarse mu-
chas veces de no poderse averiguar con el azul , es-
timando más que debia mis azules .
Morados. Este color morado es delicado y difícil de conser-
var, mézclase con buen azul y carmin de Florencia,
y con el blanco se hace del color que se pretende ,
claro y oscuro , pero habiendo de ser puro morado y
durar en su lindo color, imitando alguna seda , raso ,
tafetan ó terciopelo , se ha de bañar por fuerza, ó
sobre azul y blanco bueno , ó sobre el mismo morado
que se ha labrado ; y tengo por mejores los morados
LIBRO TERCERO , CAP . V. 83

hechos con buen esmalte delgado y subido de co-


lor , pero de todas maneras para que quede alegre
conviene bañarlo , y si se baña dos veces mejor , ex-
cepto en los cambiantes morados , aunque se han de
labrar dos veces y retocar si fuere menester . Esto es
lo general que de los colores á olio se puede decir
en comun ( de las carnes ya se ha dicho ) : los que
pertenecen al agua para no secarse, es el blanco , el
genuli , la almagra , la sombra , el negro , el azul
bajo ó de ceniza y otros de este género : el carmin
no ve el agua, ni el ocre , ni la ancorca , ni el carde-
nillo , ni el espalto, ni otros semejantes .
Lo que hubiere faltado en este capítulo acerca de
los colores, se hallará en el del colorido de nuestro Lib . 2 , cap . 9 .
segundo libro, y aquí añadirémos cómo se purificará
el aceite de linaza para quitarle la amarillez y que
sirva al blanco azul . Tómese una redoma de vidrio cómo se purifica el
aceite de linaza .
y á una libra de aceite de linaza limpio y claro se
le echen tres onzas de aguardiente fina , que lla-
man de cabeza , y dos onzas de alhucema, ó espliego
en grano, y póngase al sol fuerte quince dias , me-
neándolo dos veces cada dia , y de esta manera que-

da claro y purificado , y colándolo en otro vidrio se


pueden aprovechar de él en los blancos , azules y
carnes . Puédese hacer más o menos cantidad de una
libra , echándole las demás cosas al respecto de
como se ha dicho .
Y para que no nos quede nada que desear, diré- cómo se limpian las
mos una palabra en razon de restituir y alegrar los pinturas viejas .
lienzos ó tablas antiguas á olio , oscurecidas con el
humo y barniz , limpiándolas sin riesgo de la pin-
tura . Si fueren lienzos que no tengan peligro de sal-
84 ARTE DE LA PINTURA.

tar, se pondrán al sol medio dia , si tablas , al sereno


dos noches , y cerniendo por tamiz una poca de ce-
niza comun , lavando la pintura con agua , se le
echará el polvo de la ceniza , y con ella y una es-
ponja se lavará blandamente , más o menos como
fueren aclarando los blancos, y lavando la esponja
á menudo en agua limpia , lo dejará en el estado
que le pareciere , y guardense de apretar la mano
demasiado, porque suele llevar la pintura; y esto es
reservado sólo para la pintura á ólio , que si es tem-
ple, aunque sea barnizado, no sufre esta limpieza.
Tal debia de ser la tabla que cuenta Plinio que
Plin . lib . 34 , borró un ignorante pintor por limpiarla , á quien la
cap. 10. entregó Marco Junio , Pretor , sin poder valerle ser
de mano del famoso Arístides Tebano , pues total-
mente la perdió . Quedando la pintura vieja limpia,
de esta suerte se podria barnizar, y darle lustre con
un barniz delgado de los que habemos escrito .
La materia del colorido á ólio trató hermosísima-
mente Antonio Corregio ( á quien yo soy muy afi-
cionado ) y sobre todos el gran Ticiano, de que en
nuestros tiempos dió harta luz al Andalucía Pablo
de Céspedes , y ahora tiene el primado en pié en la
práctica de los colores Jusepe de Rivera, llamado
en Italia el Españoleto . Los instrumentos necesarios
á este menester dirá elegantemente el Racionero,
con quien concluirémos este capítulo .

Lib. 1 de la pintura Será entre todos el pincel primero


en su cañon atado y recogido
del blando pelo del silvestre Vero ;
Pinceles. (el Bélgico es mejor y en más tenido)
LIBRO TERCERO , CAP. › V. 85

sedas el javalí cerdoso y fino


Brochas.
parejas ha de dar al más crecido ,
será grande ó mayor, segun que fuere
formado á la ocasion que se ofreciere .

Un junco que tendrá ligero y firme Tiento .


entre dos dedos la siniestra mano ,
do el pulso en el pintar se afirme ,
y el teñido pincel vacile en vano :
de aquellos que cargó de tierra firme ,
entre oro y perlas , navegante ufano ,
de ébano ó de marfil , hasta que se entre Astasde los pinceles.
´por el cañon , hasta que el pelo encuentre .

Demás un tabloncillo relumbrante Tablon de peral ó


de boj.
del árbol bello de la tierna pera,
ó de aquel otro que del triste amante
imitare el color en su madera;
abierto por la parte de delante,
do salga el grueso dedo por defuera:
en él asentarás por sus tenores
la variedad, y mezcla de colores .

Un porfido cuadrado llano y liso , Losa.


tal que en su tez te mires limpio y clara,
donde podrás con no pequeño aviso
trillarlos en sutil mistura y rara :
de tres piernas la máquina de Aliso , Caballete.
de una á otro poco más que vara,
las clavijas pondrás en sus encajes
donde á tu mano el cuadro alces ó bajes .

De macizo nogal y sazonado Regla.


derecha regla, que el perfil recuadra;
tendrás tambien de acero bien labrado
(no faltará ocasion) la justa escuadra, Escuadra.
86 . ART DE LA PINT .
E URA
Compás. y el compás del redondo fiel travado ,
á quien el propio nombre al justo cuadra,
que abriéndose ó cerrando no se sienta
el salto donde el paso más se aumenta.

Cuchillo de templar Demás de esto un cuchillo acomodado,


colores.
de sus perdidos filos ya desnudo.
Y otro agudo que encorpore el color, y otro delgado
de plumas. que corte sin sentir fino y agudo,
los despojos del pájaro sagrado ,
cuya voz oportuna tanto pudo
de la tárpea roca en la defensa
cuando tenerla el fiero gallo piensa.

Colores en sus con- Sea argentada concha , do el tesoro


chas dentro y fuera
del agua . creció del mar, en el extremo seno,
la que guarde el carmin y guarde el oro,
el verde , el blanco y el azul sereno :
un ancho vaso de metal sonoro
de frescas ondas trasparentes lleno ;
de molidos á ólio en blando frio
del calor los defienda y del estio.

Barniz y aceite. Una ampolla de vidrio cristalina,


que el perfecto barniz guarde distinta
de otra do se conserva y do se afina
Hase escrito otra vez ólio, con que más cómodo se pinta:
esta estancia à pro-
pósito de la tinta con estas otras que á la par destina
y su duracion . á la letra y dibujo oscura tinta,
de caparrosa hecha agalla y goma,
con el licor que da la fértil Soma.
L
LIBRO TERCERO , CAP. VI. 87

CAPITULO VI .

EN QUE SE PROSIGUE LA PINTURA Á ÓLIO SOBRE OTRAS MATERIAS ,


Y DE LAS ENCARNACIONES DE POLIMENTO Y DE MATE .

Han usado nuevamente los italianos , pintar en


varios jaspes historias y figuras , reservando las
manchas naturales , unas que parecen resplandores y
nubes y otras que parecen sierras , montes y aguas ,
acomodando la historia ó figura en que se puede
aprovechar la pintura natural de las piedras : y aun
dicen que hay personas señaladas en Roma á quien
se llevan y les pagan porque hagan eleccion de lo
que será á propósito para cada género de jaspes . Y
cuando están pintadas de buena mano , y bien ele-
gidas las historias , parecen muy bien , y son muy
estimadas . Algunas han venido á mis manos , que
habiéndose quebrado y pegádolas con encarnacion
de polimento, se repararon excelentemente , por ser
la pintura de ellas de calidad . En el Sagrario del
colegio de San Hermenegildo de la Compañía de
Jesus de esta ciudad , hay dos piedras de este géne-
ro, de muy lindas manchas , que halló el P. Juan
de Pineda, por cuya órden yo lo doré , estofé y pinté ,
el año 1620 , con otros dos tableros pequeños de
Nuestra Señora, y el arcángel San Gabriel, de me-
dios cuerpos . En las dos piedras se acomodaron dos
historias á los lados del Sagrario, muy á propósito ,
la primera á la mano derecha , del bautismo de Cris-
88 ARTE DE LA PINTURA .

to Nuestro Señor, por mano del Bautista ; dió la


piedra linda ocasion , con un resplandor y nubes
naturales hácia el Sagrario , enmedio del cual se
pintó el Espíritu Santo en forma de paloma , y en
más lindas aguas Cristo ; las ropas y el San Juan
sobre un peñasco , acomodados por léjos algunos ár-
boles y países agradables . En la de mano izquierda
se pintó á Cristo sentado á la mesa en el desierto ben-
diciendo el pan, cuando los ángeles le ministran la
comida despues del ayuno , y un ángel como maes-
tre sale con una tohalla al hombro y un cuchillo en
la mano diestra , pan y agua en la mesa , y en un
resplandor y nubes que hace la piedra , dos ángeles
que traen dos platos cubiertos del cielo ; los peñas-
cos y países casi los dió el jaspe , el cual formó á
un lado de la misma piedra unos fuegos agraciados
y vivos , en que se pintó el demonio cayendo ven-
cido, en figura de un mal viejo ermitaño , con su
báculo á manera de garabato . Estas fuéron las pri-
meras piedras que yo he pintado , pero de lo mejor
que he hecho en mi vida : diré el modo que tuve de
manejar esta pintura .
Cómo se pinta sobre Debujé las figuras abultándolas con un yeso ma-
el jaspe á olio .
te duro y sutil, y con una sombrita suave y con poco
carmin las perfilé , luego limpiadamente bosquejé
el Cristo desnudo en el lugar que habia de estar , de
manera que se unia con el cielo y aguas , haciendo
las carnes de la primera vez lo más acabadas que
pude : luego las ropas y figura del Bautista , arro-
dillado como se acostumbra y levantada la mano
derecha sobre la cabeza de Cristo , con una venera

de agua, y la paloma en el resplandor con sus ra-


LIBRO TERCERO , CAP . VI . 89

yos encaminados al Señor, todo con mucha limpie-


za . Y luego con colores de países y de árboles fuí
acompañando la historia , uniéndolo todo con sua-
vidad , con las manchas y pinturas de la piedra,
perdiéndolo con la imitacion de los colores de la
misma piedra y despues de seco volvi á retocar y
unir segunda vez , doblando los colores , y bañando
las ropas , donde convenia , realzando las sierras ,

los árboles , los cielos y resplandores . Volviendo ter-


cera vez donde era necesario igualar y unir más la
pintura y avivar más los colores ; los cuales aunque
quedan con lustre , á partes se rebeben-, y es forzoso
pasarle con un poco de barniz claro , para que igua-
le el lustre y polimento de la piedra . Por este mis-
mo órden se pintó la segunda historia , aventaján-
dose á la primera, que el estar en público me excu-
sa de exageraciones ; si bien todo el Sagrario es de
"
lo mejor que tiene Sevilla .
Otro género de pintura á ólio es el que se ejecu- Cómo se pinta á olio
y se dora
ta sobre seda , tafetan , raso ó damasco , que tiene sedas sobre
diferentes.
su particular modo , como verémos . Suelen en algu-
nas ocasiones de fiestas hacerse algunas libreas muy
lucidas , con labores y follajes de plata y oro perfi-
lados , á manera de bordado , que lucen de noche
admirablemente , en que por la brevedad suelen
ocuparse muchos oficiales ; y á los maestros pintores
les suelen ser de provecho. Y es bien saber qué gé-
nero de sisa usan sobre el tafetan , faso ó damasco
de colores , por no aguardar á la que se hace á ólio ,
aunque es más durable . Despues de debujadas ó es-
tarcidas las labores , fajas ó flores, que van sembra-
das en los vestidos , y cubiertas de los caballos , lo
90 ARTE DE LA PINTURA .

que ha de ser oro se imprima con ocre al temple , y


lo que ha de ser plata con albayalde , lo uno y lo otro
templado con cola no muy fuerte , porque no se ar-
rugue ; y sobre el blanco y el ocre seco se da una
mano de cola más fuerte , que queda con un poco
de lustre , y estando seco se sisa . Tomando cola de
tajadas que hayan estado en agua , y cociéndola al
fuego con un poco de alquitira , de manera que se
deshaga y tenga bastante cuerpo , y se pueda exten-
der, y se le echa una poca de miel y revuelta , muy
bien al fuego , queda con lustre y mordiente, y
aguarda para ir dorando y plateando aprisa : y des-

pues de dorado , y plateado y seco , se limpia muy


bien con su algodon . Si se hubiere de perfilar la
labor, ha de ser un negro de carbon molido al agua ,
templado con cola como la del blanco y ocre , y con
una brochita delgada , ó trincheta se puede perfilar
y recortar. Otros usan para la sisa sobre seda y para
la brevedad, de la sal amoniaco (que es un género
de goma ) molida con vinagre en la losa , con un
poco de cuerpo , y con él van sisando sobre el apa-

rejo que habemos dicho, yendo uno por una parte


sisando , y otro dorando ó plateando, y es buena y
lustrante sisa , y aguarda y seca muy bien ; y se
puede perfilar encima despues de seco y limpio
(como se ha dicho ) : de esta suerte se hace tambien
en banderas de priesa , y en otras cosas de este gé-
nero . Esto vi hacer muchas veces á mi maestro y á
otros , y lo he ejercitado en algunas ocasiones .
El mejor modo de Pero hay otro género de pintura y dorado sobre
pintar y dorar á olio
sobre seda. seda , más durable que se hace en cosas de más con-
sideracion y con más atencion y espacio , como en es-
LIBRO TERCERO , CAP. VI. 91

tandartes reales que se pintan para la flota de Nueva


España y Tierra Firme , y por haber experimentado y
hecho los que diré , daré razon del estilo que guar-
dé en ellos .

Cinco fuéron los que pinté demás de otras cosas ,


en tiempo de D. Francisco Duarte , uno en pos de
otro desde el año de 1594. Los cuatro para la Nueva
España y el postrero para Tierra Firme , y todos de
damasco carmesí ; los cuatro de á treinta varas , y el
postrero de cincuenta : pintábase cerca del asta un
bizarro escudo de las armas reales , con toda la
grandeza y majestad posibles , enriquecido de oro
y plata y de muy finos colores todo á ólio . En el es-
pacio restante hácia el medio círculo , en que rema-
taba la seda , se pintaba el apóstol Santiago patron
de España , como el natural ó mayor, armado á lo
antiguo, la espada en la mano derecha levantada y
.
en la izquierda una cruz , sobre un caballo blanco
corriendo, y en el suelo cabezas y brazos de moros .
Demás de esto se hacia una acenefa por guarnicion
en todo el estandarte , de más de cuarta de ancho en
proporcion , con un romano de oro y plata , perfilado
con negro y sombreado donde convenia : la espada y
morrion de plata , la empuñadura , riendas , tahalí,
estribos y otras guarniciones y diadema del Santo
de oro : lo demás pintado á ólio con mucha arte y
buen colorido . Y todo lo que habia de una parte
habia de la otra , si bien las armas en ambas iban á
derechas . El Santo por seguir el mesmo perfil venia
á tener por la una parte la espada en la mano iz-
quierda , por no manchar la seda con la mudanza
del brazo . Apreciábase en más de doscientos duca-
92 ARTE DE LA PINTURA .
• dos la pintura , conforme la calidad y corta que te-
nia . El modo con que se doraba y se pintaba , que
es lo que hace á nuestro propósito , era de esta
suerte .
Estirada y extendida bien la seda , con cañas lar-
gas y gruesas por bastidor, cosido con su hilo de

acarreto y puesto en parte que gozase de la luz por


ambas bandas , y del aire para secarse . Se estarcia
un patron de la labor de la cenefa por la una parte
dentro de dos fajas , emprimando con ocre á temple,
con cola no fuerte , todo lo que habia de ser dorado ;
y lo que habia de ser plateado ó pintado á óleo de
colores , con albayalde y cola (como se dijo arriba)
y despues de seco se le daba una mano de cola más
fuerte de tajadas , que tuviese lustre , y esto sirve
por imprimacion para sisar y pintar ólio encima .
Asimesmo se debujaba el escudo de armas con
ocreones de yeso mate duro , puestos en su toca lá-
piz de caña , como en el debujo de los lienzos gran-
des : y dibujado el escudo con su regla y compás, y
perfilado ; y de la misma suerte el Santiago, se em-
primaba todo con blanco y ocre á temple lo que
habia de ser dorado , plateado y pintado á ólio, y
despues de dado de cola más fuerte se sisaba y do-
raba y plateaba primero que se metiesen los colores
en las armas , y primero que se bosquejase de sus
colores el Santiago y todo lo que le pertenecia,
habiéndolo limpiado primero muy bien con el algo-
Cómose hace la sisa don y una brocheta blanda . La sisa ha de ser ó de

sombra de Italia y blanco molido á ólio , ó de colo-


res viejos , cociéndola al fuego la una y la otra con
aceite de linaza , y colando la de colores viejos
LIBRO TERCERO, CAP. VI. 93

por un paño basto , echándole despues un poco de


barniz de guadamacileros , ó hecho en casa (como
dirémos adelante) . Estando en este estado por.una
banda , por la otra siguiendo los mismos perfiles, se
va emprimando y prosiguiendo por el mismo órden
la cenefa , armas y figura de Santiago , ó de la
imágen que se hubiere de hacer en la bandera ó es-
tandarte , letras ó tarjas , oscureciendo la plata con
añil á ólio , y el oro con sombra de Italia . Esto es lo
que se me ofrece en este género de pintura .
De las encarnaciones de las figuras de bulto hay De las encarnaciones
de polimento.
mucho que decir ( que es parte de la pintura á ólio ,
y no se deben tener en poco ) y comenzando por las
encarnaciones de polimento , como más antiguas ,
es bien averiguar si las que se ven en imágenes de
relievo de muchos años , fuéron como las que nos-

otros usamos ahora . Porque si lo fuéron , en vano


nos habremos cansado probando el año que se halló
la invencion de pintar á ólio , que , como se dijo ,
fué el de 1410 , y los lugares que se han traido de cap . 2 y cap . 4.
que los antiguos no alcanzaron este género de pin-
tura. Y para esto traigamos por ejemplo entre tan-
tas , sólo una , y era la Santísima imágen de Nues-
tra Señora de Guadalupe , de quien dice Fray José
de Sigüenza : « No sé yo que haya habido en el mun- Parte 2 , fól . 121 .
»do cosa más célebre , pues que todas ó casi todas
» cuantas causas pueden hallarse para que la piedad
>>cristiana adore una imágen más que otra , ó le
»tenga mayor devocion , las hallarémos en esta. Si
» por la antigüedad , es antiquísima , por lo menos
» del tiempo del Papa San Gregorio , el primero que
>>vivia por los años 600. Y si creemos la tradicion
94 ARTE DE LA PINTURA .

»que corre desde el tiempo de los Apóstoles , es de


>>mano del evangelista San Lúcas , como lo creen
» muchos piamente , la cual envió el Santo Pontífice
» á su amigo San Leandro desde Roma . Estubo des-
»pues debajo de tierra más de setecientos y treinta
»años , y se halló el de 1341.» Que San Lucas hiciese
imágenes , no sólo de pintura , sino tambien de es-
cultura, lo prueba la imágen del santo Crucifijo de
cedro, clavado con cuatro clavos , que se venera en
Sirol , cerca de Ancona , que la trae entre otras anti-
guas el obispo Tagastense, y adelante hallarémos de
Fray Angelo Roca ella memoria . Juntado pues á lo dicho otras muchas
de Partio. Crucis.
imágenes antiquísimas de escultura , y las mismas
tablas y pinturas veneradas , por ser de San Lucas
( segun lo que nos es posible conjeturar ) , habemos
de confesar que no hallando los antiguos, ni descu-
briendo la pintura á ólio , que todas estas imágenes
están encarnadas á temple ( si ya no es que entre
aquel tiempo y este fuéron renovadas ) y las tablas
pintadas de San Lucas de la misma suerte . Y para
persuadirme á ello, no hallo dificultad de parte del
arte, si el temple fué ( como hemos visto) lo más an-
tiguo . Y si se mira con atencion el modo con que
están muchas encarnadas , el color , y abierto de los
ojos negros , y la pintura de las cejas, en la crude-
za y poca union de todo , se verá que es temple.
Y de la mesma suerte en las labores doradas y dia-
demas de las copias y tablas de San Lucas se pue-
de tambien descubrir. ¿ Pues qué será aquel lustre
y resplandor de las encarnaciones y de las tablas
de pintura que el tiempo ha puesto tan morenas?
Será sin duda cierto género de barniz , de algunas
LIBRO TERCERO, CAP. VI . 95

gomas ó resinas de árboles , con que les daban aquel


lustre despues de pintadas á temple , como se hace
hoy en algunas imágenes del pópulo , y en escrito-
rios de Alemania : y era fuerza con el barniz oscu-
recer la candidez del color claro á temple, y más
con tanta antigüedad . Y todo esto pudo ser muy
bien sin aceite de linaza ó de nueces , pues vemos
que Juan de Encina que lo halló , probó primero
otros muchos barnices ó gomas para dar lustre á sus
tablas . Y me parece que confirma esto un lugar (no
tocado hasta ahora) de Plinio ; dice de esta manera :
« Una cosa no se pudo imitar de Apéles , que acaba- Plin . , lib . 35 ,
»da la tabla la bañaba con cierto atramento ó bar- cap. 10.

» niz , que lucia á los ojos y la conservaba contra el


»polvo y otros daños . Pero de tal manera , que el
» resplandor no ofendiese la vista , y dejando la pin-
» tura como una lustrosa piedra, daba oculta grave-
» dad á los colores floridos . » Lo cual siendo temple
no puede ser de otra suerte . Esto se me ofrece á mí
para sacar la verdad en limpio ; otro podrá discur-
rir mejor y con más viveza.
Las encarnaciones de polimento á ólio , que des- cómo se hacen las
pues, de los pintores antiguos se fuéron continuan- encarnaciones de
polimento que se
do , se hacen de esta manera . Si los rostros y lo de- usan hoy.
más en la madera está labrado toscamente ó en la

pasta, se apareja primero con la giscôla , y luego


con sus dos ó tres manos de yeso grueso muy bien

cernido , y se plastece y empareja , y se le da


otras dos ó tres de mate , y se lija muy bien, y últi-
mamente se le da una mano ó dos de albayalde
molido al agua , con cola no muy fuerte de guan-
tes , y estando seco se le da una mano de cola de
96 ARTE DE LA PINTURA .

tajadas ; no demasido fuerte , limpia y colada, de


manera que quede lustroso , y aquella mano sirve
de emprimadura, y sobre ella , estando seca , se en-
carna de polimento . Tomando el albayalde muy
bien molido al agua , y seco en panecillos , y mo-
liéndolo con muy limpio aceite graso , cuanto se pue
da rodear la muleta , ó con barniz muy claro, como
el de guadamacileros , hecho en casa como se dirá;
aunque siempre es mejor para encarnaciones her-
mosas de imágenes ó niños el aceite graso y si es
naturalmente engrasado con el tiempo , será mejor
Cómo se hace el y más si se purifica como enseñamos y si lo que-
aceite graso para
encarnar luego remos hacer para que sirva luego , tomando la can-
con él tidad conveniente de aceite de linaza claro en una

olla , y unos dientes de ajos mondados y una


miga de pan con un poco de azarcon en polvo , se
le puede dar un hervor al fuego hasta que el pan y
los ajos se tuesten , y colarlo despues de frio y usar
luego de él . Si es verano; y se quiere hacer más
.
despacio, echándole al aceite albayalde y azarcon
en polvo , y teniéndolo quince dias al sol fuerte en
una redoma de vidrio , meneándolo cada dia , y co-
lándolo despues , será muy bueno . Si la encarna-
cion ha de ser hermosa , se temple con bermellon
solo, y si más tostada , se le puede echar buena al-
magra y ocre á olio : y si los ojos , cejas y boca , se
abren en fresco , será mejor porque todo se seca , y
queda igualmente con lustre : y si no hay tanta des-
treza en esto , se abre despues de seca la encarna-
cion . Los coretes para pulirla blancos y de guantes ,
se han de tener en agua siquiera dos dias, haciendo
uno como cabeza de dedo del que señala , hasta la
LIBRO TERCERO, CAP . VI. 97

mitad y otro suelto , que parte de él se pueda revol-


ver en un pincel para polir los hondos antes de
esto se extiende y da con brochas ásperas , crispién-
dola y poniéndola igual : y es bien usarla en mala
escultura, porque con las luces y resplandor se disi-
mulan sus defectos . Acostumbraban algunos dorar
de oro mate los cabellos de las imágenes , y de los
niños , y oscurecerlos despues con la sombra de
Italia á ólio ya se va esto dejando y se hace por
mejor camino en las encarnaciones mates que hoy
se usan , porque ya pocas cosas se encarnan de po-
limento , habiéndolo usado buenos y malos pintores
en sus obras, de más de cuarenta años á esta parte .
Quiso Dios por su misericordia desterrar del mun- De las encarna-
ciones.
do estos platos vidriados , y que con mejor luz y
acuerdo se introdujesen las encarnaciones mates,
como pintura más natural , y que se deja retocar
varias veces , y hacer en ella los primores que ve-
mos hoy, bien es verdad que algunos de los moder-
nos (entre los antiguos y nosotros ) las comenzaron
á ejercitar, y las vemos en algunas historias suyas
de escultura en retablos viejos ; pero el resucitarlas
en España , y dar con ellas nueva luz y vida á la
buena escultura , oso decir con verdad , que, yo he
sido de los que comenzaron , si no el primero desde
el año 1600 á esta parte , poco más á lo menos en
Sevilla , porque el primer Crucifijo de bronce de
cuatro clavos de los de Micael Angel , que vació del
que trajo de Roma Juan Bautista Franconio (insig-
ne platero) lo pinté yo de mate en 17 de Enero del
dicho año . Y se comenzó á introducir de manera

que fuéron todos los demás artífices siguiendo este


TOMO II. 7
98 ARTE DE LA PINTURA.

modo . Seria proceder en demasía hacer memoria de


muchas cosas señaladas de Gaspar Nuñez Delgado ,
y de Juan Martinez Montañés , que tiene esta ciudad,
ayudadas de mi mano ; pero no se excusa nombrar
algunas, pues no tenemos otras mayores ni mejores ,
con que hacer prueba ni autorizar esta invencion.
El San Juan Bautista de San Clemente ( y otros
Ecce-homos de barro) que hizo Gaspar Delgado , el
Santo Domingo de Portaceli de Juan Martinez , y
las dos cabezas de San Ignacio y San Francisco
Javier de la casa profesa , el Cristo que dió D. Ma-
teo Vazquez al convento de la Cartuja , y sobre todo
el San Gerónimo en la penitencia de San Isidro del
Campo del mismo artífice , cosa que en este tiempo
en la pintura y escultura ninguna le iguala . De
donde han tomado atrevimiento algunos que pintan

bien , para decir que , los valientes pintores lo suje-


tan todo , y si se quieren poner á encarnar , lo harán
con los piés mejor que los que lo usan siempre . Y
se engañan en esto, porque cuando lo hacen , no es
con la gracia y limpieza que los que de ello tratan ,
porque no lo usan , y lo desprecian , ni hacen de
ello estudio , como se puede hacer. Y es cosa cierta,
que de la manera que se imita el natural en una ca-
beza de un retrato bien hecho, y se hacen las tintas
y primores en los ojos y bocas , y dulzura del pelo ,
se puede sobre la buena escultura hacer lo mismo,
con admiracion , como lo confiesan todos en las que
ven de mi mano pintadas de mate , y el ser esto tan
público me excusa de encarecimientos : vengamos á
la práctica de ello .
El modo como se Siempre habemos de suponer que , si las mejores
LIBRO TERCERO, CAP. VI. 99

cosas de escultura se pintan de mate , que estarán hacen las encarna-


ciones mates.
más bien acabadas y lijadas en la madera , y excu-
sarán al pintor los muchos aparejos (á lo menos en
las de Delgado y Martinez así sucedia) , y bastará
que dando á las carnes una mano de giscola (ha-
biéndole pasado la lija) con yeso muerto de mode-
los , y un poco de albayalde , molido todo al agua,
y mezclado con cola de retazo , poco más fuerte que
templa de bol , se le den dos ó tres manos , volvién-
dolo despues de seco á lijar una ó dos veces , hasta
quedar todo cabello y barba , y todos los altos y
hondos sin un granito y muy amoroso y liso al pa-
sar de la mano : emprimando encima con colores á
ólio de carnes , y un poco de azarcon ó itargillo por
secante , todo lo que ha de ser encarnado de mate,
y esto ha de ser lo primero que se ha de disponer en
las figuras de bulto ; ó bien se hayan de dorar
y estofar, ó bien se hayan de pintar á ólio ; de
suerte que el aparejo de rostros , manos , piés y car-
nes ha de ser lo primero que se disponga y empri-
me , y cosa que pase por los ojos , y por las manos
del maestro que lo tuviera á su cargo , porque
es lo más principal de su obra . Ha de ser tam-
bien lo postrero que se ha de acabar en las figu-
ras , y donde ha de descansar el artífice . Despues
de bien seca la imprimacion , se templarán con los
colores molidos , como para pintar á ólio las carnes :
si es imágen ó niño serán hermosas , mezclado el
blanco y el bermellon entre sí solamente , porque el
tiempo hace en el aceite el efecto del ocre , que es
tantica de amarilla . Si son de varones penitentes ó
de viejos , se podrá mezclar tal vez del ocre , ó de la
• 100 ARTE DE LA PINTURA .

almagra de Levante , y con estas acomodando los


frescores conforme lo pide el sujeto : si es imágen ó
niño con bermellon y un poco de carmin de Floren-
cia , y si es más tostado el color, con la almagra y
poco de bermellon , se irán uniendo y bosquejando ,
usando en los fondos de ayudar el frescor con algu-
na sombrilla , como cuando se pinta ; y cuando los
cabellos se juntan con la carne de la frente , ó del
cuello , se use de una media tinta hecha con la mis-
ma encarnacion , y una sombrita , manchando hácia
.
la carne , porque no quede cortante y crudo , y sobre
esto vienen bien despues los cabellos peleteados ,
sin hacer crudeza , como se ve en el natural y en
las buenas pinturas , aunque sean negros los cabe-
llos ; y por no guardar este órden vemos de ordina-

rio unos peleteados muy desabridos en algunos


niños , donde suelen usar algunos realzar con oro
molido sobre un color muy negro que parecen
cabellos de bronce , ó azofar, debiendo conside-
rar que las luces de los cabellos han de ser
de la casta del color de todo el pelo, y que el oro

como última luz se ha de unir con lo que está de-


bajo, como sucede en los cabellos rubios de las bue-
nas pinturas : yo lo he usado , pero no bañado , sino
peleteado en lugar de color claro , si bien ya no
usaré de oro en nada , pudiendo con colores imitar
lo que quiero ; porque hablando en general de los
pintores que se ayudan del oro en sus cuadros (como
hacia Roelas) dice doctamente Leon Bautista Alber-
Lib. 2, fol . 147. to : « Hay algunos que se sirven en la pintura del
>> oro sin alguna modestia , porque piensan que el
oro da alguna majestad á la historia , pero yo no
LIBRO TERCERO , CAP. VI . 101

>> lo alabo ; antes si pintase aquella Dido de Virgilio


» que llevaba la aljaba de oro , los cabellos ligados
>>con oro , la veste con ataduras y cintas de oro, y
» era elevada de caballos con frenos de oro , y que en
>>todo resplandecia el oro , yo me inclinaria antes á
»> imitar todo esto con los colores , que con oro, por-
>>que esto es de mayor alabanza y gloria en el ar-
»tífice. »

Estando bosquejado y seco , se pasará por ello una


lija blanda , y se comenzará á dar segunda mano
con la encarnacion , que ha de permanecer ; advir-
tiendo que , del color de la frente , y del cuello y
manos , fuera de los frescores (que es la mayor can-
tidad y espacios ) se temple tanta encarnacion , que
siempre sobre , aunque esté la figura acabada ; por-
que siempre está en disposicion de volver á retocar
sobre lo hecho, y ensuavecer algunas cosas , dán-
dole muchas vueltas y en los frescores se guarde
lo mismo , que siempre sobren. Y el color de los ca-
bellos últimamente se ha de guardar , y con él acla-
rando el color , se ha de realzar, como se hace en
la buena pintura y peletear con él suavemente so-
bre la carne . Háse de comenzar siempre por la fren-
te y ojos , bosquejándolo todo suavemente ; las cejas
se han de manchar primero en fresco , uniendo la
mancha en los fines , para que el pelleteado lo halle
suave . Yo no uso de pestañas porque encrudecen la
escultura , sino de manchas unidas dulcemente .
Otra cosa más he hallado con la experiencia y es
que , en las historias de medio y bajo relieve , no he Nuevo modo de ayu-
dar el medio relieve.
visto hasta ahora á ninguno usar en las encarnacio-
nes de sombras , como lo usan en las ropas de todas
102 ARTE DE LA PINTURA.

las figuras , para que (como en las historias de pin-


tura) parezcan las figuras redondas aunque se finjan
apartadas de las otras ; pero considerando que pare-
cen chatos los rostros sólo simplemente encarnados,
por el poco relieve que tienen , no sólo en las ropas ,
sino tambien en las carnes mates he usado de som-
bras , más o menos suaves , conforme á lo que se
aparta una figura de otra ; y en esta parte (segun
mi opinion) soy tambien el primero . Así convoqué á
los pintores la primera vez que lo ejecuté , que fué
en las historias de medio relieve del retablo de San
Juan Bautista , de San Clemente . Añadiendo á esto
que suelen los grandes maestros acrecentar cabezas
y medios cuerpos , figuras enteras , por léjos , arqui-
tecturas , y países á las historias de esculturas, y de
medio relieve que están pobres . Así lo hizo en el
retablo de San Pedro Antonio de Arsian , en la Visi-
tacion de Nuestra Señora á Santa Isabel , añadiendo
cabezas con los estofados que parecen de bulto y en
la conversion de San Pablo , figuras á caballo por
léjos , con que aumentó la historia : y Vasco Pereira
en el retablo de San Leandro , en un azotamiento de
Cristo trabó con la columna un pedazo de arquitectura
muy bien relevado , y Alonso Vazquez en el retablo
de la Santísima Trinidad en la historia del Naci-

miento , añadió por léjos la aparicion del Angel á los


pastores (cosas que no pueden hacer los estofado-
res) todo lo cual es digno de imitarse . Y siguiendo
mi intento digo que , tambien en este tiempo con la
demasía de cosas vaciadas , particularmente de Cru-
cifijos y de niños , se ha introducido el encarnar de
mate sobre todos metales ; y es de advertir, que si
LIBRO TERCERO, CAP. VI . 103

están las figuras bien reparadas , y son pequeñas ,


bastará emprimar una ó dos veces lo que se hubie-
re de encarnar , con blanco y sombra á ólio , pasán-
dole en seco una lija gastada ; mas siendo cosas
mayores y niños ó imágenes grandes y no muy re-
paradas , además de la emprimacion espesa y con
cuerpo, de sombra y blanco, y por secante un poco
de azarcon , y con lo mismo más duro con el alba-

yalde en polvo , habiendo plastecido los hoyos y


hondos mal reparados , no me desagrada , para dis-
poner las cosas mejor, y que queden más lisas, en-
carnar primero de pulimento , como se hace ; si bien
yo lo excusaria todas las veces que pudiere , que en
efecto tiene cuerpo y encubre los sentidos ó golpes
de la buena escultura. Y en las cosas de madera de
todo punto no lo haria , como no lo he hecho nun-
ca , aunque con detencion en el aparejo y lijado .
Ultimamente , despues de muy secos los rostros en-
carnados de mate , en cualquiera materia viene bien
con un barniz de sombra muy claro barnizar los ojos
solamente es seguro el barniz de clara de huevo
para esto , dado dos veces , porque como todo lo res-
tante está mate , parecen vivas las figuras , y luce
lo cristalino de ellas .

Y pues hacemos memoria del barnizado de los De varias suertes de


ojos , será justo dar aquí alguna luz de las diferen- barnices, y cómo
se hacen.
cias de barnices que han llegado á mi noticia , para
que cada uno se aproveche del que más le cuadrare .
Y comenzando por el más comun , que usan los
guadamacileros , es de esta manera.
I. Tomando media libra de aceite de linaza en

una olla vidriada , y poniéndolo á cocer sobre bra-


104 ARTE DE LA PINTURA .

sas bien encendidas de carbon , estando bien calien-


te se le echen tres cabezas de ajos mondados , que
cuezan con él , y en estando dorados sacarlos fuera,

y meter una pluma de gallina para ver si está coci-


do , y en saliendo quemada , échale cuatro onzas
Dioscorides, de grasa molida en polvo (que es la goma del ene-
cap 33.
bro, que los árabes llaman Sandaraca) y cueza hasta
que en el cuchillo parezca que tiene el cuerpo que
basta , y á mayor cantidad de aceite se le eche el
recaudo respectivamente , y si se quisiere hacer me-
jor, puede ser el aceite de espliego ó alhucema sin
echarle ajos .
2. Otro barniz se hace de almáciga molida en
polvo y pasada por cedazo , y cubierta del aceite de
nueces y puesta en una olla al fuego manso , se ha
de ir meneando hasta que esté deshecha , y en qui-
tándola del fuego echarle un poco de aceite de Al-
hucema, y se podrá hacer la cantidad que quisieren
de este barniz .
3. Otro barniz se hace tomando en una olla la
cantidad conveniente de aceite de espliego y grasa

molida en polvo, con un paño atado dentro de al-


máciga molida y al rescoldo y fuego manso ; estan-
do deshecha la grasa apartarlo del fuego y sacar el
paño , y echarla una poca de aguardiente de la más
fuerte ; más o menos, conforme quisiéremos que esté
suelto .
4. El cuarto será cualquier barniz de sombra ; li-
quidarlo y adelgazarlo con aceite de espliego al sol .
5. Otro se hace poniendo en una ampolla de vi-
drio dos onzas de aguardiente buena y una onza
de almáciga molida muy sutil y ponerla al fuego
LIBRO TERCERO, CAP . VI . 105

lento hasta tanto que se incorpore uno con otro ; y


estando apartado del fuego y frio, echarle dos onzas
de petróleo y taparlo muy bien .
6. Otro barniz de esta suerte : toma dos onzas de
grasa en polvo muy delgada y dos onzas de aguar-
diente de siete cociduras , y media onza de aceite
de espliego, y ponlo al fuego manso hasta que se
mezcle bien, y es maravilloso sobre tablas .
7. Para cuadros hay otro muy buen barniz con
dos onzas de aceite de linaza y otras dos de goma
de pino y una de aceite de sapo , todo deshecho al
fuego manso .
8. Otro se hace de esta manera : una onza de

menjui y dos de aguardiente de siete cociduras y


encorporarlos con fuego lento , y estando caliente
echarle media onza de trementina de veta blanca.
9. El último con que darémos fin á este capítulo
es así : á una onza de aguaras otra onza de tremen-
tina de veta de Francia que sea muy clara ; háse
de tener la trementina de por sí en un vasito, el cual
se ha de poner al calor de la lumbre de carbon
mansa hasta que esté deshecha , y luego apartarla
del calor y echarle el aguaras y con un palito lim-
pio menearla muy bien hasta que se encorpore lo
uno con lo otro ; conservarse há líquido y bueno á
lo más largo un mes, y es mejor hacerlo fresco para
cada cuadro .
106 ARTE DE LA PINTURA.

CAPITULO VII.

DEL DORADO BRUÑIDO Y MATE SOBRE VARIAS MATERIAS , Y DE la pintura


DE FLORES , FRUTAS Y PAÍSES .

Razon será hacer memoria de lo que pertenece al


dorado de oro bruñido y mate, pues es anejo á la
pintura ; arroyo que salió de este mar, é invencion
de pintores, para que no falte nada á nuestro inten-

Cap. 3 de este to . Verdad sea que su lugar era antes de los estofa-
tercero libro . dos , pero no vendrá mal en este, y lo primero y más
importante es dar razon de los aparejos, conforme
al uso de los más experimentados , como fundamen-
to principal del bien dorado .
Conviene para el acierto , ante todas cosas, el co-
nocimiento del temple de las tierras donde se halla-
re el maestro ; si son calientes ó frias, para aplicar
los engrudos convenientemente . Y porque venga-
mos más de espacio al uso de nuestra Andalucía nos
desocuparémos del modo que se tiene en Castilla ,
en Leon, Búrgos y Valladolid, y tambien en Gra-
Aparejos nada . Por ser partes frias acostumbran , para dar for-
de Castilla.
taleza al engrudo cuando se cuece , añadir al retazo
ordinario el de pergamino , y á veces de orejas de
carnero , cabra ó macho, y despues de helado le qui-
tan con un cuchillo el sebo que tiene encima , y con
lo demás tiemplan sus yesos gruesos y mates . Usan
tambien moler el yeso mate en la losa y templarlo
sin colarlo, y echarle un poco de aceite de linaza,
LIBRO TERCERO, CAP. VII. 107

lo cual puede ser causa de vidriarse el aparejo y sal-


tar . Doran en tiempo de invierno con vino tinto en
vez de agua, porque se les cuaja y hiela. La calidad
del bol de Llanos es casi negro, duro de moler y muy
fuerte , y requiere la templa más flaca . La madera
ordinariamente que se labra en arquitectura es de
pino y suele llover resina , particularmente en los
nudos, que los tienen muy grandes , y á veces sale
sobre el mesmo aparejo . Y para prevenir este daño
ha enseñado la experiencia que el mejor remedio es
echar sobre los nudos lienzas con engrudo muy

fuerte , despues de la giscola , y aparejar encima,


porque no basta haberlo primero picado, quemado y
dado con ajos.
Lo que se practica en nuestra Andalucía cerca de Aparejos del
Andalucía.
los aparejos es en esta forma : el retazo de carnero
se echa en agua poco antes de lavarse ; despues se
lava en cuatro ó cinco aguas hasta que sale el agua
bien clara, porque la limpieza en esta parte es cosa
muy esencial , hasta en las vasijas . Cubrirse há bas- El cocer de ergrudo.
tantemente de agua dulce , por tener de ordinario la
de los pozos algun salitre y corromperse más presto
la cola . Cocerá y hervirá hasta tanto que esté bien
fuerte y se pruebe en las palmas de las manos asiendo
una con otra. El retazo de carnero tiene más vigor
que el de cabritilla, aunque este se cuece más presto
y se deshace, pero aquel no se deshace y es más lim-
pio . Colarse há con cedazo de cerdas no muy espeso
en un lebrillo ó maceton , y despues de helado se verá
mejor su fortaleza y si ha menester agua por estar
fuerte, ó algunas tajadas de engrudo por estar flaco .
En el modo de usar la giscola se halla alguna va- La giscola.
108 ARTE DE LA PINTURA .

riedad en los maestros , porque unos la quieren fuer-


te y otros flaca, por ser comunmente la madera ó
borne ó cedro . Los que siguen la primera opinion
dicen que á tanta cantidad de engrudo de retazo
cocido se le eche otro tanto de tajadas y que cueza

todo junto , y con una cabeza de ajos mondados y


majados echados en la olla estando bien caliente ,
se dé la madera (habiéndolo colado) para que se des-
engrase . Otros se contentan con el engrudo de re-
tazo bien cocido sólo con los ajos bien majados me-
tidos en la olla en un paño , para que comunique su
jugo , sin echarle ninguna agua , y esto bien calien-
te les sirve de bañar muy bien las piezas de la ma-
dera. Los segundos , que quieren que sea flaca , á una
olla de engrudo bien cocido le echan un cuartillo ó
más de agua dulce y tres cabezas de ajos bien ma-
jados , y colada y bien caliente lavan muy bien la
madera, desengrasándola y pasando por los clavos
y nudos para que haga bien el aparejo , y le echan
un poco de yeso grueso cernido . Este temple últi-
mo de la giscola me agrada más y es el que yo se-
guiria siempre , si bien se debe usar más fuerte en
el invierno . Tambien hay quien no quiere que la
giscola tenga ningun yeso , pero á mi ver un poco
no daña y abraza mejor la primer mano del aparejo.
Las lienzas. Mucho huyen los doradores de este tiempo de en-
lenzar las aberturas y juntas de las piezas de la ar-
quitectura y escultura , pareciéndoles que si la ma-
dera ha de abrir , que no son parte para detenerla . Y
parece á prima faz excusado el enlenzar . Diré mi
sentimiento , teniendo respeto á la verdad : cosa
cierta es que los viejos tuvieron gran curiosidad en
LIBRO TERCERO, CAP. VII. 109

los aparejos y en el dorado , como se ve en muchas


obras suyas , y en esto de enlenzar pusieron gran
cuidado , previniendo lo que podia suceder . Yo con-
cedo que en juntas y aberturas grandes será mejor
alegrarlas y acuñarlas con rajas de madera y cola
fuerte, pero no se excusan del todo las lienzas en
partes , si bien han de ser de lienzo nuevo y recio.
que detengan, y plastecidas por los fines . Y se pue-
den tambien echar sobre lo acuñado , añadiendo fuer.
za á fuerza , reservando el plastecido para cuando
se da la primera mano de yeso grueso , que se va pa-
sando la brocha y emparejando con la madera . Tam-
bien los tableros se han de encañamar todas las jun-
tas por detrás (aunque tengan barrotes y bisagras)
y algunos tambien lo usan por delante, y aun otros
en Castilla encañaman todo el tablero que ha de ser
pintado , y despues de dadas tres ó cuatro manos de
yeso grueso, les dan el mate grueso con paleta . Los
antiguos añadian en los tableros sobre los nervios
unos lienzos y aparejaban encima , pero era broma,
pues siendo hoy los tableros de cedro ó borne basta-
rá encañamar las juntas por detrás .
El yeso grueso conviene que sea vivo y fresco, y El yeso grueso.
se cierna con tamiz ó cedazo , muy delgado, y apar-

tando del engrudo de carnero que se ha cocido la


cantidad conveniente , que antes sobre , estando en
buena templa bastantemente caliente y fuerte , se va
templando , dejándolo reposar un poco hasta ver si
crece , que es señal de ser el yeso vivo , y si no crece
es señal que está muerto y quiere más fortaleza el
engrudo . Y estando bien seca la giscola se da la pri-
mera mano caliente y no espesa , crispada, pasándo-
110 ARTE DE LA PINTURA .

le últimamente la brocha de llano . En esta primera


mano se suelen recorrer con el plaste algunos ho-
yuelos, y secándose bien se van dando hasta cuatro
ó cinco manos de grueso (que nunca pasan de aquí)
guardando siempre antes de doblarlas que esté el
aparejo enjuto . Si estuviera igual ( despues de seco )
se le quitarán con el cuchillo los granos , ó se lijará
con lija nueva para que quede parejo , y siempre es
bueno pasarle al yeso grueso la lija , no de suerte
que se engrase .
El yeso mate. Con la misma cola y templa del yeso grueso se
da el yeso mate , templando de una vez (para una ó
dos ollas) la cantidad que es menester, yendo des-
haciendo las tejas á pedazos con las manos en un
lebrillo , digo que sea con el mesmo engrudo del
grueso, porque la flaqueza del yeso mate modera la
fortaleza de la cola y lo deja en el ser que es me-
nester . Templado, no muy ralo ni muy espeso , se.
colará en las ollas por un cedazo ó tamiz muy del-
gado : echaráse de ver si está espeso , si se arrolla al
darlo, y si corre y queda parejo está en buen pun-
to. La primera mano se dará como críspido y refre-
gando sobre el grueso para que asga bien . Y las de-
más se irán continuando moderadamente calientes ,
hasta cinco ó seis manos , sin aguardar á que esté
muy seco, y siempre se ha de traer en el yeso mate
la mano ligera y la brocha llana á una y otra parte,
la cual ha de ser suave y blanda . Tienen algunos
por bueno echarle un poco de aceite de comer al
yeso mate, particularmente en el invierno, para evi-
tar los ojetes que suele hacer. Tambien he visto á
buenos doradores echar el de linaza , pero muy poco .
LIBRO TERCERO , CAP. VII . 111

Ni del uno ni del otro usaria yo en mis aparejos por


ningun caso. Despues de bien seco , si no bastare
quitarle los granos con un cuchillo , se le pasará una
lija blanda para dejarlo más igual .
El bol que se gasta en la Andalucía es más suave Temple de bol :
el darlo.
y amoroso que el de Castilla ; quiere ser muy bien
molido en losa muy limpia, y no estar muchos dias
antes molido y en agua , porque se enflaquece de-
masiado. La templa para embolar suele ser lo más
dificultoso de acertar en el aparejo , y requiere mu-
cha experiencia , pero darémos alguna luz para que
no se yerre. A una escudilla de engrudo de lo que
se templó con el yeso mate se le echarán tres de
agua dulce : y si es verano cuatro, porque con el ca-
lor se fortalece . Hácese esta templa de antenoche y
queda al sereno y á la mañana amanece helada ; con
ella caliente se templa el bol para la primera mano ,
la cual se da refregada ; si está flaca se ve en que
sale muy colorada y no cubre : si fuerte , se pone el
bol negro y entonces está en tiempo de poderse re-
mediar, ó añadiendo agua ó cola . Algunos echan
al bol un poco de lápiz- plomo molido muy bien al
agua, para hallar suave el bol , y que al bruñir cor-
ra la piedra sin rozar : pero ha de ser muy poco , y
si está bueno el aparejo puede pasar sin él como
pasan en Castilla , que no lo usan . Como se fueren
dando las demás manos se irá calentando la cazue-

la, añadiéndole bol para que vayan cubriendo, y las


últimas tendrán más cuerpo , que llegarán hasta
cinco . Y en el lustre y suavidad que seca , pasándo-
le la uña despues de scco , se descubre la bondad de
la templa y de todo el aparejo .
112 ARTE DE LA PINTURA .
El modo de dorar.
Despues de tantas advertencias , y prevenciones
antes de dorar las piezas se las quitará el polvo con
unas plumas y con un paño limpio, y con su poli-
dor de cerdas áspero se les dará lustre en seco , usan-
do en los hondos de otro más pequeño , ó de brocha
áspera, pero han de ser muy limpios , y puesta la
pieza de suerte que tenga el agua su corriente , y
despues de empaletados los panes de oro con el
agua dulce y clara y con pincel grande y blando ,
se irá mojando la cantidad que bastare, y se irá do-
rando limpiamente , ayudándose del vaho , del algo-
don ó coleta de conejo para dejarlo bien asentado ,
advirtiendo que al mojar se recorte con el agua
ajustada al oro, y que no suba por encima de él . En
el verano es bueno dorar con agua de pozo , porque

refresca el aparejo , y en tal tiempo lo que se dora


por la mañana se bruñe á la tarde , y en tiempo más
templado el otro dia : y si es húmedo y lluvioso se
ha de esperar que esté bien seco , probando primero
si se puede apretar la piedra , y si sale con lustre .
Comose hace el yeso Antes de pasar de aquí ( para concluir lo que toca
mate.
al otro bruñido ) enseñaré cómo se hace el yeso
mate, siguiendo el mejor modo. La menor cantidad
de yeso que se puede hacer será un quintal , ó una
carga : ha de ser de espejuelo , fresco y bien moli-
do , cernido con cedazo , ó tamiz muy delgado , en
un librillo grande ; tendráse media tinaja de agua
dulce , y con un plato se irá echando en la tinaja, y
otra persona con un palo redondo que lo sujete irá
meneando á una mano muy fuertemente . Hase de
tener cerca otra basija con agua para echarle más
si creciere, y despues que esté todo en la tinaja , no
LIBRO TERCERO, CAP . VII . 113

se ha de dejar de rodear en buen rato en una mano :


hase de menear dos veces al dia , y el agua que sube
arriba hase de sacar cada dia y echarle otra limpia
por espacio de diez dias ó de quince á lo más largo .
Algunos le echan el primer dia medio cuartillo de
aceite de comer para limpiarlo y ponerlo más sua-
ve ; y yo no lo apruebo ni lo usaria . Habiendo pa-
sado este tiempo se le saca el agua , y teniendo las
tejas limpias y lavadas , se va echando á ellas con
un plato , y poniéndolas al sol á secar , y se guardan
por muchos dias .
Suele ofrecerse , demás de lo dicho , sobre una pie- Otro bruñido sobre

za dorada de mate á ólio , querer que se dore encima varias materias .


del bruñido y tambien sobre piedra , sobre hierro y
bronce, sobre barro cocido , sobre yeso y vidrio y So-
bre cera ó sebo . Dirémos pues por su órden la pre-
vencion que se debe hacer en esta diversidad de
materias para asegurar los aparejos que no salten y
dorar encima de oro bruñido . Si es de priesa y tiem-
po de invierno , se puede en la giscola (que no esté
flaca ni fuerte ) echar una poca de hiel de vaca y
sus ajos majados : y si no se halla hiel se le puede
echar un poco de acibar molido , y con esto bien ca-
liente puede dar la primera mano , y aparejar enci-
ma de todas las dichas cosas , con el grueso mate y
bol , como se ha dicho . Menos en la cera , el sebo y
el vidrio, porque en estas tres cosas se ha de tomar
un poco de alcaparrosa, quemada en una paleta de
hierro hasta que quede blanca , y molerla con aceite
linaza, é impriman con ella en cualquiera de estas
tres materias ; y luego espolvorearla con yeso vivo
cernido en tamiz , y aguardar á que se enjugue , y
TOMO II. 8
114 ARTE DE LA PINTURA .

proseguir con los demás aparejos . Y si es verano,


todas las demás cosas referidas , hierro , bronce , pie-
dra, barro y yeso , se pueden emprimar con sombra
y blanco á ólio , y echarle encima el yeso cernido
en polvo, y estando seco limpiarlo con una brocha
áspera , y darle sus cuatro ó cinco manos de yeso
grueso , y otras tantas de mate , y de bol (como so-
bre la madera) con que se podrá seguramente dorar
y brunir.
Estofar sobre oro Tambien es bien saber de camino , que se puede
fingido. estofar sobre plata bruñida haciendo que parezca
oro : la cual poniéndola al sol se le darán dos ó más
manos de doradura, hasta que imite el color subido
del oro, y despues de seca la pieza con una brocha
blanda , se le dará una mano de orines , y estando seca
se podrá estofar como sobre oro, y raxar y grabar sin
miedo de que salten los colores . Y esto se hace en
muchas partes de Castilla, ó por ahorrar de oro ó
por falta de él .

Limpieza. Sobre todo , lo que habemos dicho , se tenga cui-


dado con las ollas del aparejo , que no se asiente el
grueso ó el mate, porque se suele requemar , y se
guarden de los aprendices que no hagan en ellas de
las suyas.
Del oro mate sobre Ya habemos hablado en el capítulo antes de este,
diferentes materias.
algo acerca del oro mate , tratando del dorar á ólio
sobre cera, y la manera de hacer la sisa ; y así , lo
excusarémos aquí, dando razon solamente del dora-
do de mate sobre madera , cobre , hierro , piedra y
vidrio, y sobre yeso y barro cocido , cera y sebo.
Aparejo de los cua- Y comenzando de las cosas de madera, se advier-
dros.
te que cualquiera imágen , guarniciones ó cuadros
LIBRO TERCERO , CAP . VII . 115

que se hayan de dorar, de oro mate , se han de apa-


rejar , ó con yeso grueso y mate de dos manos , ó
más de cada cosa , lijando el uno y el otro para que
esté amoroso y liso ; ó con yeso de modelos , y li-
jándolo muy bien . Tras esto se seguirá la emprima-
cion de sombra y blanco , y un poco de azarcon por
secante , molido todo con aceite de linaza . Pero si
los cuadros estuvieren bien lisos y no tuviere poros
la madera , bastará darles ( por más brevedad ) dos
manos de negro de carbon , bien molido al agua,
templado con cola no muy fuerte , habiéndole dado
primero una mano de cola flaca con sus ajos á la
madera ; lijarse han luego , y dándoles otra mano de
cola más fuerte , se podrá sisar , estando secos , lo
que ha de ser de oro mate , ó labores y estando do-
rados , recortar el oro y darles de negro de humo al
ólio, con su secante y un poco de barniz . La misma
imprimacion á ólio servirá sobre todas las otras ma-
terias dichas que se han de dorar de mate , y donde
fuere materia esponjosa , como piedra , yeso ó barro,
se imprimará dos veces , aguardando á que cada
mano se seque muy bien. Y lo que se hubiere de
dorar (estando seca la imprimacion ) se sisará la tar-
de antes: pero no más de lo que se pudiere dorar el
dia siguiente . Y poniendo el oro en sus paletas , con
una pluma ó pincel blando , y su algodon , se irá asen-
tando ayudándose del vaho , sobre la sisa mordien-
te , limpiándolo luego con un algodon limpio , y
mientras más seca se halla la sisa ( como pegue el
oro ) queda más lustroso y más lindo .
Úsase del oro mate en cosas que han de estar al
agua, ó que corren riesgo de humedad, en rejas, en
116 ARTE DE LA PINTURA .

encalados y sobre yeso y barro, y sobre cuadros se


hacen variedad de labores , sisadas sobre negro á
temple fuerte, y barnizadas despues por ahorrar el
recortado . Pero sobre negro ó otro color á óleo , es-.
tando bien seco , espolvorándolo primero con vidrio
molido , se suele sisar y dorar cómodamente , recor-
tando algo despues , como se hace en las labores de
la imágen de nuestra Señora del Antigua , y en
otras cosas . Con esto habrémos acabado con toda

suerte de dorado ( como propusimos en este capítu-


lo ) y pasarémos á otras pinturas de más entreteni-
miento y gusto .
Pintura de flores . Es muy entretenida la pintura de las flores imita-
das del natural en tiempo de primavera y algunos
han tenido eminencia en esta parte , particularmen-
te en Flandes el famoso Horacio , cuyo retrato se ve
entre los ilustres pintores flamencos . Y la antigüe-
dad no careció de esta gracia , que el primero en
esta especie de pintar fue Pausias Sicionio, el cual
en su juventud aficionado á Glisera , su ciudadana
Plin., lib. 35 , (inventora de las guirnaldas ) , á su imitacion redu-
cap . 11 .
jo al arte una innumerable variedad de flores , y
pintó á su dama sentada componiendo una guirnal -
da, la cual pintura fué llevada á Stephanopolis ,
porque Glisera sustentaba su vida á vender guir-
naldas. Y Lucio Luculo compró por dos talentos en
Aténas una copia de esta tabla . Tampoco falta en
este tiempo quien se aficione al entretenimiento de
esta pintura, por la facilidad con que se alcanza , y
el deleite que causa su variedad . Y entre los que lo
han hecho con fuerza y arte , se puede contar
Juan de Vanderhamen , arquero del rey Filipo IV.
LIBRO TERCERO, CAP . VII. 117

La pintura á ólio es más acomodada á este género ,


porque se puede retocar muchas veces , y subir con
la fineza de los colores á la verdadera imitacion de
las flores naturales . Puede haber maestría en los

vasos de vidrio , barro , de plata y oro , y cestillos en


que se suelen poner las flores , y en la eleccion de
las luces y disminucion y apartamiento destas co-
sas entre sí . Y alguna vez se pueden divertir en
ellas buenos pintores , aunque no con mucha gloria ;
como verémos adelante , tratando de la calidad de
estas pinturas .
Por el mismo camino va la pintura de las frutas : Pintura de frutas.
si bien pide más caudal y tiene más dificultad su
imitacion , por servir en algunas ocasiones á graves
historias . Pintólas muy bien Blas de Prado, y cuan-
do pasó á Marruecos por órden del Rey , llevaba
unos lienzos de frutas ( que yo ví ) muy bien pinta-
do . Y su discípulo el P. Juan Sanchez antes de ser
religioso en la Cartuja de Granada , tenia mucha
fama en esta parte . Pintólas muy bien Antonio Mo-
hedaño, como muestran los festones que hizo á fres-
1
co en el cláustro de San Francisco , y Alonso Vaz-
quez no quiso quedarse atrás , haciendo demostra-
cion en el famoso lienzo de Lázaro y el Rico ava-
riento , que tiene hoy el duque de Alcalá : donde en .
un aparador de vasos de plata , vidrio y barro , puso
mucha diversidad de colaciones y otras frutas, y un
frasco de cobre puesto á enfriar , todo pintado con
mucha destreza y propiedad. Pero hizo lo que no
hacen otros pintores de frutas , que dió á las figuras
igual valentía que á las demás cosas . Tambien he
probado este ejercicio y el de las flores , que juzgo
118 ARTE DE LA PINTURA.

no ser muy difícil . Juan de Vanderhamen las hizo


extremadamente y mejor las dulces , aventajándose
en esta parte á las figuras y retratos que hacia , y
así , esto le dió ( á su despecho ) mayor nombre . Por
esto me parece que tal vez las podrán usar grandes
pintores en sus historias , procurando poner mayor
cuidado en las cosas vivas, como figuras y anima-
les , donde se conserva mayor opinion . Y porque no
se pueden dar reglas á esta pintura mas de que se
use de finos colores y de puntual imitacion , pasaré-
mos á la entretenida pintura de los léjos, y acabaré-
mos este capítulo .
Pintura de paises. Cosa muy usada es en este tiempo ( con cuya
parte se han contentado muchos ) el ejercicio de
pintar países , á que los flamencos especialmente
han sido muy inclinados , usándolos á temple y ólio ,
por la disposicion de su cielo , de sus provincias ,
campos , jardines y rios . Y entre los muchos que lo
han ejercitado , ha sido muy celebrado Paulo Bril ,
baron de mucha invencion y caudal , y alegre colo-
rido y no ha carecido Italia de esta gloria , pues
tuvo á Gerónimo Muciano , cuya manera ( segun el
sentimiento comun ) fué lo más grande en hacer
países ; y lo siguió diestramente César de Arbasio ,
y es parte en la pintura que no se debe despreciar .
El órden que se tiene para pintar un país (estando
el lienzo dispuesto) es dibujarlo, repartiéndolo en
tres ó cuatro distancias ó suelos : en el primero don-
de se pone la figura ó santo , se hacen los árboles y
peñas mayores , teniendo respeto á la proporcion de
la figura en el segundo se hacen los árboles , y
casas menores y en el tercero mucho menos , y en
LIBRO TERCERO, CAP . VII . 119

el cuarto , donde se juntan las sierras con el cielo ,


se remata en mayor disminucion . Al dibujo le sigue
el bosquejo , ó metido de colores que , algunos sue-
len hacer de blanco y negro ; aunque tengo por

mejor pintarlo de la primera vez porque el esmalte


queda más alegre ; y templando la cantidad que es
menester, y antes más , con el aceite de linaza ó de
nueces , poniendo bastante blanco , se hará una tem-
pla alegre , no oscura ; antes se inclina más á clara
(porque el tiempo lo oscurece ) y de esta templa ma-
yor se sacarán en el blanco otras dos claras , pero
una más que otra , de suerte que se vengan á dife-
renciar. Luego con carmin y blanco se hará una
templa de rosado , más claro que las del azul , y si se
pretende que sea puesta ó salida de sol se podrá ha-
cer una templa más clara que las que hemos dicho ,
con blanco y ocre . Y estando templados los colores
se irán repartiendo así : en el horizonte arrimado á
las sierras la templa de ocre y blanco , y de allí há-
cia arriba se arrimará á esta templa la del rosado ,
otra tanta cantidad , poco más o menos : tras de esta
se seguirán las del azul , rematando lo más alto con
lo más oscuro ; advirtiendo que todas se han de
unir unas con otras , dejándolas con grande suavi-
dad . En este cielo podrá haber nubes alegres , aña-
diendo á la templa del esmalte un poco de carmin ,
y á otras un poco de negro , dándole sus luces del

mismo rosado , y á partes con el blanco y ocre, y


será donde miran al horizonte (como luz participa-
da de él ) . Hecho el cielo , que es el medio lienzo de
arriba , se sigue hacer la tierra , comenzando desde
las sierras que se juntan con él , las cuales se harán
120 ARTE DE LA PINTURA.

con templa más clara del esmalte y blanco , que


viene á ser algo más oscura que el horizonte (por-
que la tierra es siempre más oscura que el cielo)
mayormente estando el sol en aquella parte . Estas
sierras tendrán su claro y oscuro , porque en ló bajo
se suelen formar (despues al acabado) ciudades ó
árboles pequeños . Tras de esta se sigue bajando las
casas ó ciudades y árboles mayores , haciéndolos
con azul fino , porque se pegue más con esta distan-
cia. Este azul ha de ser templado con blanco , y para
que algunos se diferencien , se les echará un po-
quito de genuli , que verdeguea un poco en aquella
parte , y si se hacen aquí casas se les echará un
poco de negro ó tierra roja , de manera que se dife-
rencie de lo de arriba y convenga con esta parte:
acercándose más á la primera , se han de hacer los
árboles y las casas mayores , y si quisieren podrán
subir más que el horizonte . Podrán ser estos árboles
de color verde , hecho con cenizas ó costras , y ha-
biendo algunos oscuros , lo que bastare á desviarse
de lo de otras , podrán cargar algunos claros sobre
ellos con ancorza y genuli para darles alegría ; y si
hubiere agua al pié de ellos , podrán reverberar en
ella , como en espejo cristalino ; y lo mismo si hay
casas , yerbas ó peñas que se han de ver al revés , y
las piedras tendrán sus luces , pareciéndose otro
tanto dentro del agua ; y si hubiera en esta parte
figuras , han de ser proporcionadas , en la manera
que parece una figura junto á un árbol , ó á una
casa , y no han de ser muy determinadas , ni los
árboles muy picados , ni los colores tan oscuros co-
mo en la primera distancia , pero más que los de
LIBRO TERCERO, CAP. VII . 121

atrás. La primera distancia donde se planta la figu-


ra (que es lo primero que se dibuja y lo postrero que
se bosqueja y se acaba) , por ser la parte superior en
grandeza y la más principal con que se concluye .
Los árboles que en ella se pintan han de subir des-
de el suelo todo lo que sube el cielo ; porque suje-
tan todas las demás distancias , como parte mirada
primero . Podránse bosquejar ó manchar con ne-
gro y sombra y un poco de cardenillo y an-
corza y sus claros , no haciendo forma de hojas ,
porque , despues se sale más afuera formándolas , y
en esto se suele usar en el picado de un modo prác-
tico , mezclando algunas secas entre las verdes ;
pero si parecieren á las hojas naturales de árboles
conocidos , será mucho mejor, y en los troncos de
la misma manera , por ser en la parte principal y
estar allí la figura . Y que las yerbas del suelo sean
naturales en este lugar por ser más cerca , es digno
de mayor alabanza .
El acabado de los países ha de ser con los mis-
mos colores , haciendo en las sierras algunos bar-
ranquillos ó puntas con el esmalte y blanco más cla-
ro, y levantando algunos arbolillos ó ciudades del
mismo color aunque más claros ó más oscuros , con
algunas luces de rosado , y partes de blanco y ocre ,
y en las sierras tambien como retocados de la luz
del horizonte , hasta venir más abajo á hacer los de
azul y blanco algo más formados : luego se segui-
rán los de verde , los cuales serán más determina -
dos , y las casas más acabadas , encaminando los
edificios á cierto punto , advirtiendo siempre que se
ha de comenzar á retocar desde el cielo y desde lo
122 ARTE DE LA PINTURA.

más léjos , bajando por sus distancias lo más cerca.


Y esto se hace á fin que los colores vayan sobrepu-
jando unos á otros , en alegría , claro y oscuro : no
se olvide que los cielos y sierras se han de meter
con limpieza de la primera vez , y las nubes tam-
bien , porque despues con un retoque quedan aca-
badas , porque si el esmalte se mete dos veces (como
apuntamos ) se pone verde . Algunas veces se
pinta una tormenta en el mar, donde el cielo ha de
ser triste , con blanco y negro y nubes de lo mismo ,
las aguas azuladas con azul bajo y ondas muy cres-
pas y levantadas, rematando en espumas , exten-
diéndose á las orillas , que suelen ser arenales , que
se harán en sombra y blanco y á partes con negro ,
blanco y tierra roja, con algunas conchas ó caraco-
les . Tambien se hacen incendios de ciudades , como
Troya , y luces en mar y tierra y en las naves , que
requiere gran destreza y observancia , donde se ha
de guardar el órden en las disminuciones y diferen-
Lib. 1 , tit. 10. tes luces , como tocamos en otra parte. Hácese un
país nevado , y en los apartamientos se guarda el es-
tilo que en los demás ; salvo que se demuestran los
árboles sin hojas y los troncos secos ; pero los altos
de todas las cosas son realzados de blanco , aunque
guarden sus oscuros las sierras son de esmalte y
blanco, mostrando en las distancias la fuerza en la
que está más cerca , y la disminucion en la que se
aleja, como en los demás países , en que fuéron muy
diestros tres flamencos que honraron esta ciudad,
Martin , Tomás y Adrian . Acreciéntase á esto la vis-
tosa pintura de diferentes naves y armadas , en que
fué diestrísimo Enrique Vrom , flamenco , de quien
LIBRO TERCERO, CAP. VIII . 123

se cuenta que siendo rico mercader y perdiéndose


su hacienda en su presencia en un naufragio , se dió
á pintar navíos y tormentas , y salió el más famoso
de su tiempo en esta parte ; y por tal acompaña su
retrato á los famosos pintores de Flandes . No se ol-
vidó de este género de pintura la venerable anti-
güedad , pues Ludio fué el primero que halló con
alegrísimo modo el pintar villas , pórticos y lugares Plin . , lib . 35 ,
cap . 10 .
ornados de árboles y jardines , selvas y collados ,
pesquerías , rios , aguas , batallas , y todo lo que se
podia desear de este género ; en que se veian varias
formas de los que navegaban , ó caminaban por mar
y tierra , sobre naves , carros y caballos ; quién pes-
caba , cazaba ó vendimiaba y otras muchas cosas , si
bien (para que los pintores aspiren á cosas más al-
tas) concluye Plinio con estas graves palabras: « Mas
poca gloria tuvieron estos artífices , respecto de los
que pintaron tablas , que estos alcanzaron mayor
reverencia entre los antiguos . » Y añade : « Ni habia
en las paredes pintura de Apéles , ni se agradaba de
pintar en ellas . »

CAPITULO VIII.

DE LA PINTURA DE ANIMALES Y AVES , PESCADERÍAS Y BODEGONES ,


Y DE LA INGENIOSA INVENCION DE LOS RETRATOS AL NATURAL.

El capítulo pasado acabó en un lugar de Plinio,


en que Apéles no tuvo gusto de pintar en paredes ,
ora fuese á temple ó fresco , y tiene su disculpa :
124 ARTE DE LA PINTURA.

porque tan gran artífice no reusaria este trabajo


por miedo de la dificultad del arte, siendo el mayor
Lib. 1 , cap 62. pintor de su tiempo ( como hemos dicho ) y está la
pintura más varonil y de mayor resolucion . Por
ventura lo dejó por la descomodidad de los anda-
mios y el trabajo corporal , escogiendo la quietud
que se halla en asistir con autoridad en un obrador
escondido, favorecido y visitado muy á menudo de
Alejandro Magno , y no era justo faltar á tan gran
Rey .
Siguiendo pues nuestro intento , se nos ofrece
tratar de cuán importante es al pintor que ha de
ser universal , la verdadera imitacion de tanta varie-
Pintura de animales dad de aves y animales , y algunos de ellos tan or-
y aves.
dinarios en la pintura , que es imposible pasar sin
ellos , como el caballo , el leon , el toro , el águila y
otros , de cuyas proporciones y partes hemos dicho.
atrás . Los cuales el diligente maestro ha de tener
estudiados del natural en pedazos de lienzos para
las ocasiones que se le pueden ofrecer ; porque por
pintar un cordero no pinte (como algunos) un gato ,
ó un perro ; y estas no son cosas que se hacen bien
de práctica, so pena que ha de recurrir á las pintu-
ras del Basan , excelente hombre en esta parte , y
tan excelente, que á veces es más seguro imitar sus
animales , que el natural , por tenerlos reducidos á
una manera fácil y práctica : y si los quiere el pin-
tor hacer por el natural , seguirá aquel modo de co-
lorido , de que no sólo tenia hecho estudio en toda
suerte de animales, aves y peces, pero de las calde-
ras de cobre y diferentes vasos , y tambien de las
figuras del muchacho , de la mujer, del varon y del
LIBRO TERCERO, CAP. VIII . 125

anciano . Y de estos usaba en todas sus historias


( como se ha dicho otra vez ) aunque fuesen varias Lib. 2 , cap. 11.
(en lo cual no le hemos de seguir) y lo mismo ha-
cia con los animales , con la viveza que vemos , es-
pecialmente en los famosos seis lienzos originales
que tuvo en esta ciudad don Melchor Maldonado ,
donde me acuerdo siempre de un gato maullando
sobre las aguas del diluvio .
Este género de pintura ha acreditado en España
nuestro Pedro Renté , aunque se diferencia en el
modo del Basan, y hace manera suya conocida, por
el mismo natural , con nueva alabanza y gloria ;
pues ha sido provechoso no sólo á sí, pero á muchos
pintores que se sustentan con sus copias , usando
de valientes países , á lo italiano , y muy naturales .
Otros se han inclinado á pintar pescaderías con
mucha variedad ; otros aves muertas y cosas de
caza ; otros bodegones , con diferencias de comida y
bebida ; otros figuras ridículas , con sujetos varios y
feos para provocar la risa : y todas estas cosas hechas
con valentía y buena manera entretienen y muestran
ingenio en la disposicion y en la viveza . Verdad
sea que los peces y aves y cosas muertas más fácil-
mente se alcanza su imitacion , porque en la postura
que se elige al principio , guardan todo lo que
3 quiere el pintor, y en todas las cosas de comer ó

beber, sucede lo mismo, como en los vasos y frutas .


Pero siendo las cosas vivas , peces, aves ó anima-
les, dan más cuidado al pintor , por haber de hacer
los movimientos naturales . Los caballos corriendo y
relinchando , los perros anhelando con la espuma y
acometiendo á las cabezas de ternera ( como hace
126 ARTE DE LA PINTURA .

un nuevo pintor flamenco inclinado á estas cosas) .


La pelea de un perrillo y gato sobre un hueso ( en
el cuadro de Santa Ana del Mudo) celebra fray José
de Sigüenza , que estaban tan aferruzados y pro-
Historia de S. Gerd- pios , que les pudiéramos decir lo del otro agudo
nimo, disc. 1.º,
lib. 4. poeta , é introduce dos versos de Marcial al retrato
1 de Issa , su estimada perrilla , que me pareció aña-
dirle cinco antes para dar mayor viveza á este pen-
samiento , y rematar con la feliz version de nuestro
Antonio Ortiz Melgarejo :

Nanc ne lux rapiat suprema totam,


picta Publius exprimit tabella,
in qua tam similem videbis Issam,
ut sit tan similis sibi nec ipsa.
Issam denique pone cum tabella :
aut utramque putabis esse veram,
aut utramque putabis esse pictam .

Y por que robarla toda


no pueda el último dia ,
Publio en animada tabla
quiere darle nueva vida.
Adonde tan semejante
podrás conocer á Issa ,
que aun ello mismo no es
tan semejante á sí mismo .
Cotéjalas , y dirás
( si das crédito á vista )
ó que entrambas son pintadas ,
ó que son entrambas vivas .

¿ Hallarémos acaso algun pintor antiguo que se


inclinase á estas cosas ordinarias y de risa ? Parece
Lib. 35, cap. 10. que sí , pues Plinio hace mencion de uno llamado
LIBRO TERCERO, CAP. VIH . 127

Dionisio , por sobrenombre Antropógrafo , que pintó


solamente figuras con nombre jocoso , y entre ellas
un hombre notable , que se decia Grilo , en hábito
ridículo ; de donde nació que á este género de pin-
tura la llamasen de allí adelante Grilo . Y en el
mismo lugar, tambien Pireico pintó cosas humildes ,
como barberias , tiendas , comidas y cosas semejan-
tes , por lo cual le pusieron por nombre Riparogra-
fo. Estas pinturas causaban gran deleite , y en esta
parte alcanzó el artífice suma gloria. Tambien se
deben celebrar las pinturas de noche , en que se es-
meró el Basan y otros , de que nuevamente hace de-
mostracion un famoso flamenco en las negaciones
de San Pedro , cosa dificultosa . Pues qué , ¿ los bo-
degones no se deben estimar ? Claro está que sí ; si
son pintados como mi yerno los pintó ( alzándose
con esta parte , sin dejar lugar á otro ) y merecen
estimacion grandísima ; pues con estos principios y
los retratos (de que hablarémos luego) halló la ver-
dadera imitacion del natural , alentando los ánimos
de muchos con su poderoso ejemplo ; con el cual
me aventuré una vez á agradar á un amigo estando
en Madrid , año de 1625 , y le pinté un liencecillo
con dos figuras del natural , flores y frutas y otros
juguetes que hoy tiene mi docto amigo Francisco
de Rioja, y conseguí lo que bastó para que las de-
más cosas de mi mano pareciesen delante de él pin-
tadas . Cuando las figuras tienen valentía , dibujo y
colorido y parecen vivas, y son iguales á las demás
cosas del natural , que se juntan en estas pinturas
que hemos dicho , traen sumo honor al artífice . Nota.
Pues en el cuadro del Mudo , donde puso la contien-
128 ARTE DE LA PINTURA .

da ó juguete del gato y perro , pintó tambien una


perdiz , que dice el mismo autor que si llegamos á
cogerla ha de volar ; pero ha dicho antes maravi-
llosas alabanzas de las figuras y cabezas del cua-
dro , particularmente de Santa Ana y San José . De
la Santa dice , que con significarse de mucha edad
se ven muestras de haber sido hermosa , que es mu-
cho pueda hacer esto la pintura, que apenas lo hace
la naturaleza y la cabeza de San José nunca se
acaba de loar : dicen que es del natural , y no sé yo
si despues del mismo Santo , hizo la naturaleza tan
Plin. , lib. 35 , linda cosa. Esto es de este autor . No le sucedió así
cap. 10.
á Zeusis cuando pintó el muchacho que llevaba
unas uvas sobre la cabeza , á las cuales volaban á

picar los pájaros , por donde airado contra su obra,


dijo : « Mejor he pintado las uvas que el muchacho ,
porque si estuviera perfecto , las aves tuvieran mie-
do de llegar á ellas. » Bien se ve por este hecho cuán
impacientemente llevan los grandes pintores que
los que miran sus cuadros reparen y celebren las
cosas menos importantes y se olviden por las niñe-
Silva, devar.lec . rías de lo principal . Cuenta Pedro Mexio , que re-
cap. 17.
fiere Estrabon en el libro catorceno , que Parrasio
pintó en la isla de Rodas un Sátiro junto á una co-
lumna , y encima de ella una perdiz , lo cual hacia
tanta ventaja á todo lo demás , que todo el pueblo
dejaba de mirarlo por alabar la perdiz , y trayendo
otras vivas , reclamaban y cantaban á la pintada ; lo
cual no pudiendo sufrir el artífice , pidió licencia
para raerla , porque deshacia la otra pintura , con
ser tan excelente ; y porque no falte ejemplo mo -
derno , el Racionero Pablo de Céspedes , pintó un fa-
LIBRO TERCERO, CAP. VIII. 129

moso cuadro de la cena de Cristo Nuestro Señor ,


que yo he visto en la iglesia mayor de Córdoba , y
teniéndolo en su casa , los que lo venian á ver cele-
braban mucho un vaso que estaba pintado en ella, sin
atender à la valentía de lo demás ; y viendo que se
les iban los ojos á todos á aquel juguete, enfurecido
daba voces á su criado ; « Andrés , bórrame luego este
jarro, y quítamelo de aquí . ¿ Es posible que no se
repare en tantas cabezas y manos , en que he puesto
todo mi estudio y cuidado , y se vayan todos á esta
impertinencia ? >»
Bastante documento para que se haga caso de las
cosas mayores, y más dificultosas, que son las figu-
ras , y se huya de semejantes divertimientos, des-
preciados siempre de los grandes maestros ; aunque
algunos los buscan de propósito , como sucede en
los ingeniosos caprichos de Gerónimo Bosco, con la
variedad de guisados que hizo de los demonios , de
cuya invencion gustó tanto nuestro Rey Filipo II ,
como lo manifiesta lo mucho que juntó de este gé-
nero . Pero ( á mi ver ) hónralo demasiado el padre 4 part . de la histo-
ria de S. Gerónimo .
Fray José de Sigüenza , haciendo misterios aquellas
licenciosas fantasías , á que no convidamos á los
pintores . Y pasemos á la gustosa materia de los re-
tratos , donde cortarémos más delgada la pluma;
pues hallarémos bien en qué emplearla .
Tiempo será (habiéndonos desembarazado de tan- De la ingeniosa in-
tas cosas) que tratemos de la parte de retratar , tan vencion de los re-
tratos y sus partes.
agradable en la pintura , y tan digna de que los
buenos ingenios la abracen . Y lo primero que se nos
ofrece es averiguar si es parte esencial al buen pin-
tor hacer retratos . Cosa cierta es (si hemos de hablar
TOMO II. 9
310 ARTE DE LA PINTURA .

científicamente y con puntualidad) que la grandeza


de esta arte no está atada á esta limitacion del re-
tratar, como hemos visto en todo el discurso de

nuestros libros ; porque los grandes estudios del di-


bujo , ejercitados en tantas academias , la grandeza
de las imaginaciones , y bellísimas ideas , la noticia
de la anatomía en los cuerpos humanos , la simetría
y proporcion de las partes con el todo, la perspecti-
va para la disminucion de las cosas , la noticia de
la arquitectura , tanta abundancia de preceptos en
el dibujo y colorido , aspiran á cosas mayores y más
dificultosas que hacer una cabeza del natural . Y ha
habido muchos y muy valientes pintores que no se
les ha dado nada por tener nombre de retratadores,
y lo han alcanzado grandísimo en las invenciones
de las historias sagradas y profanas . Y bastaba el
gran Micael Angel , el cual se abrazó con las ma-
yores dificultades de la pintura , escultura y arqui-
tectura , volando como ángel superior á las cosas
más terribles de vencer, como á los primores del
cuerpo humano, músculos , contornos , perfiles y
dificultosos escorzos . No fué retratador Polidoro ,
pintor de gran caudal , no Julio Romano , el Perino ,
el Parmesano, Andrea del Sarto , Corregio, Carava-
cho , Jacobo, Tintoreto , ni en Flándes , Francisco
Flores , Homesquerque , y otros muchos . Ni el Mu-
do, ni Peregrin de Bolonia (padre del dibujo entre
todos los del Escorial ) ni Becerra , Berruguete , ni
Bartolomé Carducho . ¿Dejarémos por esto de tener-
los por grandes pintores ? Luego no es esencial á un
gran pintor esta parte , si cumple con las demás ;
aunque no falta quien se desagrade de que se hable
LIBRO TERCERO, CAP . VIII. 131

así , y quiere que se diga que no hicieron los tales


pintores retratos , porque no los supieron hacer, lo
cual me parece rigor. Hablo de esta manera porque
el nombre y fama que alcanzó Apéles en la anti-
güedad , Rafael de Urbino y el gran Ticiano en su
tiempo , no les vino de parte de los retratos (aunque
fuéron maravillosos) sino de las invenciones , cau-
dal y grandeza de sus historias . Pero verdadera-
mente no podemos negar que el retratador nace
como el poeta , y que no faltando á las demás obli-
gaciones grandes de la pintura , que es esta una
parte que la ilustra y la enriquece , y le hace lugar
entre los mayores Monarcas del mundo, y no pier-
den los que la ejercitan bien de los méritos de gran-
des pintores , como no perdieron gran número de
artífices , no inferiores á los que hemos nombrado
(sacando al gran Micael Angel ) los cuales han sido
en todo grandes : grandes en las ideas , grandes en
el dibujo é historiado , grandes en el colorido en to-
das materias. ¿Quién como Apéles en la antigüe- Plin , lib . 35,
cap. 10.
dad? el mayor pintor y el mayor retratador , pues lo
fué de Alejandro Magno . ¿Quién igualó á Leonardo
de Vinchi , maestro de Rafael , para que entre sus
profundas obras no hiciese maravillosos retratos?
¿Quién se puede comparar á Rafael de Urbino , que
igualó en bondad los retratos á las demás obras su-
yas ? pues al del Conde Castellon se arrojaba de los
brazos del ama un niño hijo suyo . Sin los muchos
que hizo en historias públicas de eminentísimos
hombres y el suyo mismo . Hizo tambien el del papa
Julio II , y Leon X , que lo quiso honrar con un ca- Dialog . del Dolce.
pelo , no sólo por la excelencia de su pintura , pero
132 ARTE DE LA PINTURA.

mucho más por su virtud y nobleza . ¿ Quién como


Alberto Durero, varon tan docto , de tan grande in-
vencion y tan excelente retratador en pintura y di-
bujo ? ¿Qué tales son sus retratos tallados en estam-
pa de su mano? ¿Qué dirémos pues del gran Ticiano,

fuente del colorido , cuyos pinceles son otra natura-


leza? ¿ Impidió á sus grandes obras por ventura la
eminencia en el retratar? Tres veces retrató al invic-
Lib. 1 , cap . 6. tísimo emperador Cárlos V, y los muchos que pintó
vimos en otra parte . Nuestro Maese Pedro y Luis de
Vargas , retratadores valientes fuéron . Luego (con-
cluyendo este punto) justo es que quien se halla
favorecido del cielo en esta parte , que la siga feliz-
mente , con el ejemplo de tantos , y tan grandes
artifices. Y el que su natural inclinacion no le llama
á este ejercicio con la igualdad que á lo demás , se
consuele con los famosos pintores que no trataron de
este menester .

Dos obligaciones Y acercándonos al modo de obrar (si no lo he pen-


del retrato. sado mal ) á dos cosas se obliga el que retrata, que
si cumple con ambas es digno de alabanza. La pri-
mera es á que el retrato sea muy parecido á su ori-
ginal , y este es el fin principal para que se hace y
con que queda satisfecho el dueño . A esta se obligan
buenos y malos pintores , y de no conseguirla no se
ha hecho nada. La segunda obligacion es que , esté
el retrato bien dibujado y pintado con buena mane-
ra de colorido , fuerza y relieve . Y esta segunda
obligacion tiene valor y crédito entre los del arte,
porque sin que sea el dueño conocido , en razon de
buena pintura es estimado ; porque tal vez sucede
que un pintor ignorante y simple haga retratos pa-
LIBRO TERCERO, CAP . VIII . 133

recidos á sus dueños , y que los conozcan luego á la


primera vista , siendo pegados y como cortados de
papel , con crudeza y falta de arte, y no tienen en
razon de pintura ningun valor . Y suelen estar tan
anchos y ufanos los que los han hecho, con verlos

celebrar del vulgo , que los pueden atar , siendo á


los que saben materia de risa y entretenimiento .
¿Qué dirémos pues de tales retratadores ? Parece
que á esto tiraba aquella celebrada y graciosa para-
doja de Pablo de Céspedes , que notándole cierto
amigo suyo que un retrato que acababa de dibujar
de lápiz no era muy semejante á su original , se lo
dijo . A que respondió el Racionero con gran des-
cuido : « ¿ahora sabe V. M. que los retratos no se han
» de parecer ? Basta señor mio , que se haga una ca-
>> beza valiente . » Y aunque la respuesta parece des-
propositada , por ser de semejante sujeto me hace
reparar, si en su opinion pudo ser mejor la cabeza
buena , que la parecida á su dueño . Y en cuanto á
cumplir con el arte , si hubiera de servir para otro
intento , no habia dicho mal ; pero para ser retrato,
no tuvo razon . Saco de aquí ( hablando con pun-
tualidad ) que habiendo de faltar á lo parecido , ó á
lo bien pintado (si no se pueden juntar ambas cosas)
se cumpla con lo parecido , porque este es el fin del
retrato . Que es el mismo con que definimos la imá-
gen diciendo : « que es una materia , en quien se cual es el fin del
retrato.
>>pasó la figura del original . » Estando siempre firmes
en esta verdad , que á ninguno de los grandes maes-
tros que alcanzaron esta gracia , no sólo los que
hemos nombrado arriba , pero otros muchos (de que
nombrarémos algunos ) jamás les faltaron estas dos
134 ARTE DE LA PINTURA .

partes , porque como tan grandes dibujadores no


pudieron ignorar los perfiles del todo , y de las par-
En qué consiste tes , en que consiste la certeza de lo parecido . Y así
lo parecido.
en los retratos que hicieron que quedaba vivo el
original , y el pintor, quiero decir el Rey, ó Pontífi-
ce á qué sólo faltaba la voz y el alto lugar á que
habia llegado el artífice , y así decia el retrato , quién
era el uno y el otro .
Dije que en los perfiles consistia la verdadera
imitacion de los retratos , que es decir , que sin dibu-
jo no se pueden conseguir ; de suerte que los que
fueren aventajados dibujadores lo serán en esta par-
te . De aquí nació al famoso Alberto Durero la exce-
lencia que muestran sus retratos , dibujados y cor-
tados en estampa con tanto primor y sutileza ; el del
duque de Sajonia, sus dos conocidos Bibaldo y Eras-
mo , el del emperador Maximiliano , de quien fué
muy favorecido , como verémos . Retrató en un lien-
zo blanco de aguadas al emperador Cárlos V sien-
do mancebo , que se lo envió á Rafael de Urbino é
hizo de él gran estimacion . Pero honró su nombre
Famoso retrato Lucas Kiliano , extremado cortador , con un retrato
de estampa.
del mismo Alberto el año 1608 , que en sutileza de
buril lo venció cosa que si no se ve no se puede
creer , de que he visto solos dos . Seis años despues
salió una estampa grande del emperador Matías con
bizarros ornatos, trofeos y despojos , dibujada y ta-
llada de Egidio Sadeler , no tan sutil como el de
Alberto, pero muy valiente . Mas en delgadeza que
se pierde de vista callen todos con el retrato del
Milagro en la sutileza Conde de Fuentes ( gran capitan español) de mano
del dibujo.
de Juan Vieres , flamenco , á quien el conde daba un
LIBRO TERCERO, CAP. VIII . 135

escudo de oro todas las horas que dibujaba . Hizo


este retrato de medio cuerpo , armado , con la pluma
solo , sobre una vitela pequeña ; las sombras del ros-
tro con puntos tan menudos , que no se pueden de-
terminar sino es acrecentando antojos que aumen-
ten mucho . Y en lo grabado de las fajas del coselete
se muestra un muro batiéndolo , con piezas de arti-
llería, y otras figuras de virtudes y adornos que de-
jan atrás todo buril por delicado que sea . Estuvo
esta joya más de veinte años en mi poder, celebrada
como milagro del arte , hasta que el de 1624 vino
con apretadas diligencias al de D. Juan de Espina ,
. para darle cárcel perpétua , que lo enseñaba por
cosa rara. Hizo tambien retratos en dibujo el gran
Leonardo de Vinci , Federico Zúcaro , Enrique Gol-
zio, el caballero Josefino ; pero quien ha hecho más
estudio en Roma ha sido el Paduano , no perdonan-
do á ninguna persona puesta en dignidad que no di-
bujase de lápiz en papel azul con su realce, con que
adornaba su obrador, y por ellos los pintaba de co-
lores despues . Don Juan de Xáuregui , trabajador
perpétuo , mediante sus retratos en dibujo , tiene el
lugar que sabemos en los coloridos tan acertados
que ha hecho . Con esta doctrina se crió mi yerno
Diego Velazquez de Silva siendo muchacho , el cual
tenia cohechado un aldeanillo aprendiz que le ser-
via de modelo en diversas acciones y posturas, ya
llorando, ya riendo , sin perdonar dificultad alguna .
É hizo por él muchas cabezas de carbon y realce en
papel azul , y de otros muchos naturales , con que
granjeó la certeza en el retratar . Haré memoria de
los mios de lápiz negro y rojo ( si es permitido ) to-
136 ARTE DE LA PINTURA .

mando por principal intento entresacar de todos


hasta ciento , eminentes en todas facultades, hurtan-
do para esto el tiempo que otros dan á recreacio-
nes , peleando por vencer las dificultades de luces y
perfiles , como entretenimiento libre de obligacion.
Bien pasarán de ciento y setenta los de hasta aquí,
atreviéndome á hacer algunos de mujeres . De su
calidad podrán hablar otros cuando desaparezcan
estas vanas sombras . Ahora oigamos cómo celebra
uno un ilustre hijo de Sevilla:

Á un retrato en dibujo, de mano de Francisco Pacheco .

A tí, oh Cintia mia,


Pacheco , sábio pintor,
un atrevido temor
y una cobarde osadía,
que á nueva gloria lo guia
de fingir tus resplandores ;
pero ya que sus primores
se atrevieron á pintarte ,
no tenga ornamento el arte
ni arrogancia los colores .

Ni menos fuera razon


(sino por modo eminente)
sujetar en lo aparente
sombras de tu perfeccion :
sólo una imaginacion
que fué capaz de tu idea
pudo causar que se vea
(con fuerza pura y secreta)
tu figura tan perfeta
que se adore y que se crea.
LIBRO TERCERO, CAP . VIII . 137
No desdeñes la pintura,
Cintia, de tan docta mano ,
ni á mí, si pretendo en vano
celebrar tu hermosura :
que aunque tengas por locura
tan atrevido deseo ,
esta imágen es trofeo
del mismo que la pinto,
y mayor la alcanzo yo ,
que la gozo y la poseo.

Y quien tu belleza imita


ó presume su alabanza,
de la parte que no alcanza
merece gloria infinita ;
el intento se acredita
que á tus rayos se avecina,
Cintia, y de esfera divina
aunque caiga no se infama,
que el esplendor de la llama
es honor de la ruina.

Yo, que á ninguna comparo


la luz cuya sombra abrasa,
y cuando á mi pecho pasa
no hay defensa , ni reparo;
venero el ingenio claro
que (no con alas de cera)
llegó á la cumbre postrera;
y que no sólo llegó ,
sino que tambien robó
fuego de tan alta esfera .

Con estas prevenciones y fundamentos , el lienzo El modo como


se ha de retratar.
emprimado y dispuesto , nos acercarémos á comen-
138 ARTE DE LA PINTURA.

zar el retrato si fuere entero y se cansare el retra-


tado de estar en pié , se bajará en el bastidor en dis-
tancia que pueda estar sentada la persona que se ha
de retratar y el pintor, y se arrollará á lo bajo del
lienzo . La luz será más durable y templada al Nor-
te ó Septentrion, dejando las otras tres partes por la
crudeza de la luz ó del sol . La hora quieren algunos
que sea por la tarde , porque el vivo esté en perfecto
color ; yo me acomodo mejor á la mañana para mi
disposicion , no habiendo precedido otra ocupacion
alguna que divierta el entendimiento . De las nueve
á las doce se podrá dibujar y bosquejar la cabeza,
y si quedare algo , otro día á la misma hora se puede
rematar . Háse de tomar primero el largo del rostro
con un compás y estando alta la luz y las sombras
no muy fuertes , puesto el pintor en distancia pro-
porcionada , ni muy cerca ni muy lejos, pero de
suerte que se pueda desviar á menudo á ver el na-
tural y su pintura . Observará con atencion si tira el
rostro á largo ó á redondo , y qué forma guarda el
todo y sus partes, y con el yeso mate , hecha una
larga punta, hará las líneas de afuera con tanta des-
treza y propiedad como si hubiese de quedar así : y
no se pase adelante hasta estar el pintor satisfecho
que se parece mucho á su dueño en los perfiles, y si
es posible se examine antes de templar los colores :
porque no tengo por seguro librar lo parecido á los
pinceles, queriendo ir ganando poco a poco al bos-
quejo y acabado . A mí me sucede darlo á conocer
en las líneas solas , mas ¿ cómo hará esto quien no
dibuja en todo el año? Porque tengo observado aten-
tamente que los que tienen sólo el retratar por ofi-
LIBRO TERCERO, CAP. VIII. 139

cio y no por estudio , nunca hacen las partes del re-


trato con puntualidad , sino un todo de él ( como si
dijésemos, el aire de aquella persona) y todos los
retratos siguen un modo y tienen un parentesco en-
tre sí en el dibujo y colorido , y en algunas de sus
partes no hay diferencia , como en las orejas , que
pocas veces se retratan . Pero los que son valientes
cumplen con esta variedad y diferencia de los natu-
rales, por la ventaja que tienen en el conocimiento
y ejercicio del dibujo . Templará el pintor sus colo-
res , algo más claros que el natural , porque casi
siempre oscurecen ; advirtiendo que sobren siempre
colores de las encarnaciones claras y medias tintas
cotejadas por el natural , y con ellos se comience
por la frente y ojos , que vencida esta parte las de-
más no es tan dificultoso : y retratados bien los ojos ,
como manifestadores del ánimo , se acredita el pin-
tor mucho . Háse de dejar en el bosquejo suave y re-
dondo , y no muy fuertes las sombras . Algunos es-
crupulosos les parece que se puede usar de la cua-
drícula ó red (que hemos alabado) en los retratos
grandes, y en los chicos del antojo , que reduce á
menor el natural , y me parece falta de libertad ó de
dibujo para usarlo de ordinario . Antes es bien se
haga el artífice en el mirar y aprender pronto y
diestro , pues en el buen ojo está librado el acierto ,
como oí decir al gran Alonso Sanchez, á quien ví Dicho de Alonso
Sanchez.
retratar, y aun despues de acabados los retratos re-
tocarlos en ausencia de sus dueños muchas veces ,

sin tocar en los perfiles . Las sombras (especialmen-


te en retratos de mujeres y niños ) no han de ser
fuertes , como hacia Ticiano , y su mayor imitador
140 ARTE DE LA PINTURA .

en todas las reinas y príncipes de España que hizo,

escogiendo siempre por ellos al lado izquierdo , por


la hermosura y suavidad de las luces, y por estar
más léjos de la importunidad y molestia de las mu-
jeres en esta parte de las sombras . En lo cual quedó
Dialog . de pintura , vencido Paulo Pino, italiano, retratando una seño-
ra, que acercándose su madre le dijo : « Maestro , esta
1)
» mancha debajo de la nariz no la tiene mi hija.
Respondió el Pino : « Mediante la luz se causa esta
>>sombra del relieve de la nariz . » Dijo entonces la
vieja : « ¿Cómo puede ser que la lumbre haga som-
>> bra?» Confuso el pintor replicó : « Esto , señora, es
>>» otra cosa que hilar . » Ella , dando una palmadita

en el rostro de la moza (como haciendo burla de él),


dijo : « Y esta es otra cosa que pintura . ¿No veis que
>>en tan linda cara no hay un lunar ? ¿ Cómo habrá
» mancha tan grande y negra?

El cuerpo y plan- Acabada la cabeza á satisfaccion de todos , estan-


tado en los retratos . do la persona retratada á pié , se ha de dibujar el
cuerpo tomando las medidas y el aire del mismo
natural, no siempre de una manera , sino con va-
riedad y posturas diferentes , porque hay algunos
que parecen estarcirlos por unos mismos perfiles, y
que los retratos en el movimiento van contraha-
ciéndose unos á otros , como quien toma leccion de

Lib. 2 , cap. 7. danzar . Descuido en que caen muchos . Ya se ha di-


cho que hay diferencia en el plantado de los varo-
nes , de las hembras y niños . Algunos dispensan con
las mujeres , perdonando algunas cosas contra la
hermosura , que aunque se ha de prometer , no es
justo que se haga , porque todo lo que se aparta de
lo natural , pierde de su buena opinion , como me
LIBRO TERCERO, CAP. VIII . 141

ha sucedido una vez por condescender con una muy


gran señora , aventurar á caer en desgracia de su
padre .
Las faltas no se han de disimular en los retratos ,
aunque es alabado Apéles en haber retratado de
medio rostro al Rey Antígono , que era ciego de un
ojo, poniéndolo de la parte del sano: y al otro capi-
tan que tenia luenga la cabeza , lo retrataban todos
los antiguos armado de una celada . Esta es pruden- Nota.
cia que se puede usar con personas graves , sin de-
trimento de la verdad ; porque de ordinario los ma-
los retratadores rabian por poner á los retratos los
defectos notables , para que sean conocidos y cele-
brados, porque tienen librada en esto su fama.
Paréceme haber advertido lo que basta acerca de
los retratos , y con traer á la memoria algunos fa-
mosos artífices que los ejercitaron , y algunas va-
lientes cabezas que he visto , daré fin á este capítu-
lo . Luis de Vargas, ilustre hijo de Sevilla , entre los
muchos que hizo , fué uno el del Chantre en el ban-
co del retablo de Adan y Eva , que está en nuestra
iglesia mayor, junto á la capilla del Antigua , á la
puerta que sale á la Lonja , donde se ponia el Chan-
tre á rezar sus horas , y le cercaban muchachos mi-
rando el retrato pintado , y al original con admira-
cion. Pintó el de D.ª Juana Cortés , segunda Duque-
sa de Alcalá , que parece de mano de Rafael de Ur-
bino, lindo retrato á maravilla . Pintó en Amberes
Guillermo Cai , habrá más de sesenta años , dos re-
tratos de Márcos Nuñez Perez , y de D. ' Inés Perez
su mujer, tios del veinticuatro Diego Nuñez Perez,
con gran semejanza y acabados por excelencia, que
142 ARTE DE LA PINTURA .

yo vi en poder de su hijo Antonio Nuñez Perez . He


visto una copia que tiene hoy el Duque de Alcalá ,
del que hizo del Rey Felipe II entero ( cuando pasó

á San Quintin ) , el gran retratador suyo Antonio


Moro , maestro de Alonso Sanchez. Vi tambien un
retrato sentado en una silla , con un niño de la
mano, de la Duquesa de Módena , hija del Duque de
Saboya, y nieta de Felipe II , admirablemente pin-
tado , de mano de Santos Peranda , cuyas dos cabe-
zas tengo copiadas en mi poder. De Alonso Sanchez
he visto grandes retratos pintados por extremo , y
su discípulo , Felipe de Liaño , los pequeños , que
son de grande estima. Pero en este tamaño (aunque
de iluminacion , como se ha dicho ) no he visto cosa
igual al retrato del inglés que tiene hoy el Racio-
Singular retrato nero Diego Vidal . Callo más de ciento y cincuenta
de iluminacion .
mios de colores ( diez de ellos enteros , y más de la
mitad chicos, diez de Marquesas , tres de Condes , si
bien el mejor de todos es el de mi mujer , frontero
en una tabla redonda) . Por mostrar el de mi yerno

Diego Velazquez de Silva , hecho en Roma y pinta-


do con la manera del gran Ticiano ( y si es lícito
hablar así ) , no inferior á sus cabezas . Tambien he
visto celebrar ( con razon ) dos retratos , de medios
cuerpos , que Cipion Gaetano hizo en Roma, de los

dignísimos padres del gran Conde-Duque , por los


cuales le enviaron al artífice trescientos escudos

para colores , y respondió que los recibia , pero no


por paga.
Resta decir que tal vez aprovecha la fuerte ima-
ginacion que se reconoce en algunos que hacen re-
tratos de personas ausentes que vieron , ó conocie-
LIBRO TERCERO, CAP . IX . 143

ron, como hacia D. Francisco de Ávila , criado del


Arzobispo D. Pedro de Castro . Á mí me ha suce-
dido retratar para mi libro alguno que conoci , y
otro que no conoci , por relacion , por no privarlos
de tan honroso lugar ; pero esto no suele ser muy
puntual , y en personas feas se consigue más pres-
to, porque los rostros hermosos son más dificultosos
de retratar, como enseña la experiencia.

CAPITULO IX .

CÓMO LA PINTURA ILUSTRA Y ADELGAZA EL ENTENDIMIENTO " TEMPLA


EL FUROR Y DUREZA DEL ANCIANO , HACE AL HOMBRE BLANDO , Y
COMUNICATIVO Y DE LA DIFICULTAD DE CONOCERLA Y JUZGARLA .

Con muchos ejemplos se pudiera autorizar cuán-


to se perfeccionan los pintores con el ejercicio de
su noble arte , á quien llamó Tulio arte de pruden- Lib . 1 de offic.
cia , que es lo mismo que del entendimiento . De
Apéles refiere Plinio , que era tan noble que reco - Lib . 35 , cap . 10 .
nocia ventaja en Ausion , en cuanto al disponer , y
en Asclepiodoro en las medidas . Y con ser el mayor
pintor de su tiempo y no igualarle ninguno en la
hermosura y gracia de la pintura, que los Griegos
llaman Charis , y habiendo buscado y vencido á
Protógenes en la sutileza y primor de las líneas de
diferentes colores , primera y tercera vez ( como lo Nota.
confesó el mismo Protógenes ) sabiendo que daba
sus obras por poco precio , le ofreció por una cin-
144 ARTE DE LA PINTURA.

cuenta talentos, con que movió á los Rodeanos que


le estimasen y premiasen sus pinturas de allí ade-
lante y no paró en esto , pues reconoció que le
igualaba Protógenes en todo , menos en que no sa-
bia levantar la mano de la pintura ; mostrando que
tal vez daña la mucha diligencia . Tuvo ( como to-
dos los grandes artífices ) grandes competidores,
pero apeló de ellos á las bestias , y pintó un caballo
(entre los que ellos habian pintado ) á que sólo re-
lincharon los caballos vivos, con que desmintieron á
sus émulos . Fué tan docto , que escribió libros de
este arte. Escribieron tambien Euphranor y Perseo ,
discípulo del mismo Apéles ; pero el primer pintor
Lib . 35 , cap . 10. erudito en toda doctrina (segun Plinio) fué Eupom-
po , natural de Macedonia , que dividió la pintura en
partes . Zeuzis Eracleote , que entró por la puerta del
·
arte que él mismo abrió . Parrasio , grande en los
perfiles de afuera , y Temantes , que tan prudente-
mente se hubo en el sacrificio de Efigenia, cubrien-
do con el velo el rostro del doloroso padre , por no
poder expresar la grandeza del sentimiento , suceso
que tocó elegantemente Bartolomé Leonardo de
Argensola , en la mejor de sus obras .

Elogio a la muerte . Extienda Euterpe el ingenioso velo


del conde de Gelves. con que antiguo pincel en igual caso
nos descubrió el paterno desconsuelo .

De otros famosos artífices se celebran sus agudos


dichos y sentencias, como se podrá ver en Plinio y
otros autores ; todo lo cual procede de la natural
nobleza de este arte, y de que en ella se aviva el in-
genio y la razon.
LIBRO TERCERO , CAP. IX. 145

Manifiéstalo la artificiosa invencion de la Calum-

nia, pintada del famoso Apéles , de que es autor Lu-


ciano en sus Diálogos, y la refieren algunos, parti- Lib . 4, c. 5.
cularmente Francisco Patricio de Reino y Leon Bau- Lib. 3 de lapintura .
tista Alberto , de esta suerte :
«Antiphilo, pintor , movido de envidia , acusó á
Apéles ante Tolomeo, rey de Egipto, levantándole
que se habia conjurado contra él , por lo cual fué
puesto en prision , mas hallándole inculpable le dió
libertad. Con esta ocasion , acordándose Apéles del
peligro en que se habia visto , pintó una tabla inge-
niosamente dispuesta . Veíase en un trono real un Calumnia pintada
de Apéles.
hombre con dos grandes orejas , levantadas á la ma-
nera del rey Midas ; cerca de él dos mujeres, que de
ellas se colegia ser una la Ignorancia y otra la Sos-
pecha : daba la mano á otra que venia hácia él , que
se llamaba Calumnia , muy hermosa y aderezada ,
pero descubria en el rostro su malicia y astucia . Te-
nia en la siniestra mano un hacha encendida , y en
la diestra, pendiente de los cabellos , un muchacho
con ambas manos levantadas , como pidiendo favor
al cielo delante de ella venia un hombre amarillo
y flaco , con turbios y airados ojos , que parecia sa-
lir de alguna grave enfermedad , de cuya figura se
podia entender que era el Livor, hermano de la En-
vidia ó efecto suyo . Acompañábanle dos mujeres,
llamadas la una Fraude y la otra Traicion . No muy
lėjos estaba otra muy triste, tan pobre y llena de re-
miendos que parecia hermana del Pesar ; tan confu-
sa que no osaba alzar los ojos á otra grave y severa
matrona llamada Verdad . Muy vivamente se decla- .
ra en esta pintura la Calumnia que atizada de la
TOMO II . 10
146 ARTE DE LA PINTURA.

Envidia acusa al inocente , y despues con el pesar


de su maldad se muestra triste , huyendo siempre la
clara luz de la verdad . Declara tambien el grande y
sutil ingenio de Apéles, pronto , no sólo á grandes
pinturas, pero á levantadas meditaciones y pensa-
mientos . >>
Calumnia de A cuya imitacion (aunque diferente en figuras é
Federico Zúcaro .
intento ) hizo Federico Zúcaro un valiente dibujo,
que halló en estampa Cornelio , en el cual se ve el
príncipe sentado con luengas orejas , y en torno de
ella el Fraude , la Envidia , la Asechanza y otros
mónstruos terribles . Está acompañado del Furor,
pero detenido de Palas, por la mala informacion
dada de la Calumnia , que con ardiente hacha le in-
cita contra un jóven vestido de piel de buey, coro-
nado de pámpanos, amparado de la Inocencia y de
Mercurio , y á sus piés un yugo roto . En la orla pa-
recen otras ingeniosas moralidades, en que se des-
cubre la profundidad ingeniosa del artífice, con que
se prueba que no sólo los antiguos se alzaron con
la erudicion y que en nuestro siglo ha habido varo-
nes doctos , no sólo en la pintura , pero en letras hu-
Lib . 2, cap 1. manas (de que se ha hablado asaz), como Micael
Angel , de quien se leen muchas composiciones en
verso, Leonardo de Vinci , el Broncino, Jorge Vasa-
ri, Dominico Greco, que fué gran filósofo, de agu-
dos dichos , y escribió de la pintura , escultura y ar-
quitectura . Pablo de Céspedes, racionero de Córdo-
ba (como hemos visto en tantas partes ) , Miguel
Barroso, pintor del Escorial . El gran Alberto Dure -
ro, que puede competir en las letras y erudicion con
todos los antiguos . Leon Bautista Alberto, maese Pe-
LIBRO TERCERO, CAP . IX. 147

dro , y nuestro Luis de Vargas , que mostrándole un


pintor ignorante un Cristo vivo y pidiéndole su pa-
recer le consoló con estas palabras : «Paréceme que Agudeza de Leis
de Vargas .
» está diciendo : Perdónalos, Señor, que no saben lo que
>>hacen. » Podriamos celebrar de pintores muy agu-
dos dichos y sentencias , pero pasemos á lo segundo .
Haciendo memoria el padre fray José de Sigüen- La pictura modera
la aspereza ,
za de las pinturas de la librería del Escorial , dice: lib. 4 , dist. 9.
« Está la Retórica pintada de Peregrin , en figura de
»> una gallarda matrona ; tiene un leon al lado , para
"significar que con la elocuencia y con la fuerza
» del bien hablar se amansan los ánimos más fero-

» ces . » Efectos (digo yo) que no menos alcanza glo- Lib . 1 , cap . 6.
riosamente la pintura . ¿No vimos al grande Apéles
corrido y confuso en la presencia del rey Tolomeo ,
airado contra él por haber entrado adonde comia sin
su licencia? ¿Y cómo se valió de las armas del arte?
Dibujando en la pared con un carbon el retrato del
criado del rey que lo habia introducido , de manera
que todos le conocieron , sirviéndole de padrino el
ingenio y la destreza de la mano para granjear la
gracia y la honra debida á su persona .
A esta traza se cuenta en las vidas de pintores de Jorge Vasari , p. 2 .
Italia , de fray Felipo , carmelita , pintor florentino
que habiéndole cautivado los moros y siendo escla-
vo diez y ocho meses , un dia le vino capricho de
retratar á su amo, y con un carbon que tomó del
brasero lo dibujó en la pared todo entero , vestido á
la morisca : y viéndolo el amo (porque á todos aque-
llos - bárbaros parecia milagro ) se movió á soltarle
de la cadena y darle libertad . Verdaderamente gran-
de gloria de la virtud del arte ; y habiendo hecho
148 ARTE DE LA PINTURA .

despues algunas cosas de colores, lo envió el moro


seguramente libre á Nápoles ; y fué despues muy
estimado del papa Eugenio IV, en cuyo tiempo flo-
reció, por los años de 1463 .
Lib. 1 , cap. 6. Cuanto más se encarece la fuerza de la pintura
en moderar el bélico furor ( aunque se haya dicho),
con el ejemplo de Demetrio sobre Rodas se prueba .
Un rey armado , furioso y pretensor , en medio de la
guerra le detiene una tabla de Protógenes, y á los
soldados extraños , ajenos de humanidad y cortesía,
les pone veneracion y respeto su persona ; y está en-
tre ellos y sus máquinas de guerra pintando , más
seguro y quieto que entre sus mayores amigos . ¿A
quién no admira la grandeza de tal arte ?
Caso raro. Ablanda no sólo el corazon pero el hierro duro , y
el yunque y martillo convierte en la suavidad y
blandura de los pinceles . Solicitada una honesta
doncella en Flandes de un pintor y un herrero afi-
cionado á la pintura , quisiera que trocaran oficios
por admitir al herrero por marido , que era gentil
mancebo de hasta treinta años ; el cual no esti-
mó , sintiendo él esto mucho , por conseguir su vir-
tuoso intento se aplicó á la pintura, aunque era fa-
moso en su oficio ; si bien el autor de su vida pone
antes otra causa de hacerse pintor, pero inclínase
más á esta, movido de una epígrama latino que doc-
tamente escribió Lampsonio debajo de su retrato de
estampa, en el libro de los famosos pinto es de Flán-
Cárlos Vanmander des que yo tengo ; en ella habla el mismo Quintino
lib . de la pintura Mesio , que así era el nombre de es ilustre ingenio .
en flamenco.
Veamos , pues, adónde llegó en ambos ejercicios : en
la ciudad de Amberes ( donde era natural y sucedió
LIBRO TERCERO , CAP. IX. 149

el caso) se conservan dos pozos con su coronacion ,


ó media naranja, adornados de unos follajes , seña-
ladamente el que está en el cimiento de la iglesia
mayor, tiene cuatro columnas de hierro, y encima,
á manera de cimborrio , un famoso remate adornado.
de molduras , y unas hojas de parra artificialmente
entretejidas , y sobre cada columna hay una figura
de una tercia y en medio otra de una vara vestida á
lo romano, que es insignia de aquella ciudad , todo
de hierro y de brra invencion y dibujo ; venerado
por de su mano ; esto es , en la materia del hierro .
En la pintura no quiso ser inferior , pues dándose
con gran fervor y estudio á ella, en breve tiempo
vino á ser bizarro maestro , y alcanzó el casamiento
que pretendia . Entre las famosas obras que hizo se
ve en la ciudad de Amberes , en la iglesia mayor,
un retablo de su mano , muy estimado de los maes-
tros del arte ; tiene el tablero de en medio un Cristo
bajado de la cruz hecho por el natural, y las demás.
figuras de Nuestra Señora , las Marías y otras , pin-
tadas con grande propiedad y sentimiento . En la
una puerta está San Juan en la Tina , con los ver-
dugos, y algunas figuras á caballo maravillosamen-
te conducidas . En la otra está danzando Herodías

delante del rey por la cabeza de San Juan Bautista .


Todas las figuras son mayores que el natural y muy
diestramente coloridas al óleo : parece desde afuera
muy acabado, aunque de cerca no lo es tanto . En
efecto, es tal esta pintura que hallándose el Rey Fe-
lipe II en Flandes , hizo diligencia por traerla á Es-
paña, pero no la quisieron soltar los flamencos . Vino

á ser despues de los ensambladores, y en la última


150 ARTE DE LA PINTURA.

rebelion , año 1577 (por órden de Martin de Vos) , se


la compró la ciudad y dió por ella mil y quinientos
florines, y con el dinero compraron los ensambla-
dores una casa para hacer sus cabildos y juntas.
Otras cosas pintó este insigne varon que se repar-
tieron por diversas partes ; harémos adelante memo-
ria de una . Ahora se debe reparar (como dije al
principio ) en que la pintura produjo estos efectos
maravillosos (que la epígrama atribuye al amor),
pues la aficion de esta arte á la doncella ocasionó
el generoso aliento en Quintino para deponer la hu-
mildad y dureza del hierro y levantarse á tan aven-
tajado lugar en el nobilísimo ejercicio de la pintu-
ra . Las dos traducciones de la epígrama , para dar
sabor al cuento , tienen aquí su lugar, honrando este
discurso por la erudicion de sus autores .
Traduccion de D. Francisco de Calatayud :

Quintino Mesio, pintor.

Herrero y amante fuí :


tuve por competidor
en mi aficion un pintor,
á quien preferido vi .

Sus colores envidié


y por si el arte obligaba
á la que me despreciaba ,
el hierro en pincel cambié.

Un martillo es la señal
en las tablas de mi mano ,
y del poder del tirano
dueño de mudanza tal.
LIBRO TERCERO, CAP. IX . 151
Así cuando el duro acero
de Eneas, el Mantuano
describe, muestra á Vulcano
más diestro pintor que herrero.

Traduccion de Francisco de Rioja :

Quintino Mesio, pintor .

El cántabro metal formé en la llama


que impelido y secreto soplo alienta,
cual Cíclope, en el monte que alimenta
los eternos incendios que derrama ;
y amor que raras glorias dió á quien ama ,
mi pecho ardió con lucha violenta ,
y con desden solicitó mi afrenta
en la soberbia lumbre que me inflama .
Pintor émulo amante preferido
ví, y al hierro sonante , el pincel mudo
pintar me hizo amor , mis tablas muestra .
Breve martillo ¡ oh Publio ! así en tí pudo
ser Vulcano pintor introducido ,
cuando á Eneas Dione armó la diestra .

Dije que el gran Felipe II deseó traer de Amberes


la famosa pintura de Quintino, y que haria memo-
ria de una obra suya, y para cumplir con ambas
cosas dice fray José de Sigüenza , hablando de las Lib . 4 , disc. 7 ,
Sacrist.
pinturas de San Lorenzo el Real : «En el zaguan de
>> la misma sacristía está un cuadro de San Geróni-
» mo milagroso : yo le oí decir á Jacobo de Trezzo ,
>> que lo presentó á su Majestad , lo habia pintado un
>> herrero de Flandes, y fue de lo primero que sacó á
>> luz . Pudiéramos decir lo del otro poeta : ut sic re-
»pente, poeta prodirem . » Hasta aquí el autor citado .
152 ARTE DE LA PINTURA.

En fin , llegó á manos de tan gran rey una obra de


tan gran artífice , la cual tuvo en mucha estima . Yo
la ví el año 1611 , entre las famosas pinturas de
aquella octava maravilla del mundo .
Dificultad en cono- Mucho he deseado poner paz entre algunos pin-
cer y juzgar
la pintura. tores confiados , y otros que no lo son , pero atraidos
acerca del juzgar y hablar en la pintura , en que
los unos y los otros necesitan de freno . Los prime-
ros en no admitir parecer de nadie ; los segundos
en arrojarse atrevidamente á dar su voto en lo que
no alcanzan . Punto es digno de ser advertido , y
será la enseñanza de él de provecho y gusto á los cu-

Ludovic. Dolce. riosos . « No debe recusar el pintor ( dice un docto


Dialog . Aretin. italiano) mientras dibuja ó pinta , el juicio de cual-
»quier persona ; porque sabemos que un hombre
»aunque no sea pintor tiene noticia de las formas
» naturales , y sabe si uno es corcobado , si es cojo ,
»si tiene gran boca ó nariz , y otros defectos y si
»nos parece que puede juzgar las obras de natu-
» raleza , ¿ cuánto mejor podrá juzgar nuestros er-
>> rores ? >>

Plin. , lib. 35 , Sobre este fundamento vemos que siendo Apéles


cap. 10.
tan insigne en la pintura, la ponia á vista de todos ,
para ser advertido en aquello de que el que miraba
podia ser juez , y así , admitió el parecer del zapate-
ro , en cuanto habló en la propiedad del calzado
(como se ha dicho), pero viéndole tomar más licen-
cia y meterse en lo que no entendió , lo reprendió.
Ovid . , lib . 13, Tambien el pastor Paris , hecho juez de las tres
Epist . de Paris. diosas, supo acertadamente elegir la mayor belleza,
dando á Vénus la manzana , como á más hermosa. Que

para esto, aunque se ignore en qué consiste la per-


LIBRO TERCERO, CAP. IX. 153

feccion, por no saber la proporcion de las partes con


el todo , como es objeto de la vista , se viene luego
á ella lo mejor . Tambien pueden los doctos , aunque
no sepan pintar , juzgar en la eleccion y disposi-
cion de una historia , admitiendo lo más convenien-

te en letras y razon , y guiar á los pintores en esta


parte, juzgando con reglas de prudencia. Pueden dar
parecer en los trajes , en la hermosura y gentileza ,
mejor que un pastor ; en la perfeccion de los ani-
males , cuál es mejor caballo y más digno de imi-
tar ; en la eleccion de los vasos de oro y plata, cuál
es más gracioso y más conforme al uso ; en los edi-
ficios , y en lo general de todo lo demás : y su pa-
recer estiman y siguen muchas veces los grandes
pintores acerca del decoro . Yo tuve un amigo sa-
cerdote de tan lindo juicio , que habiendo hecho ex-
periencia de su buen gusto , le ponia delante los
pensamientos de las historias que habia de pintar,
y él eligió el más á propósito ; y daba de esto tan
buena razon , que sujetaba mi parecer al suyo segu-
ramente . Y cuando esto se experimenta , bien debe
el pintor rendir su juicio , al parecer del que no lo
es , y acertará en seguir su consejo ; si bien tales
sujetos se hallan dificultosamente .
Doctos atrevidos que se toman la mano para en-
señarnos hallarémos muchos ; á los cuales volveré-
mos la plática, y es forzoso que sea con mucho fun-
damento, porque no nos arguyan . Comencemos por Plut. , lib . 21 ,
de forti.
aquí , en lo que tiene uno por oficio y ejercicio , en
eso es sábio , y puede bien hablar, quilibet ad eo ido-
neus est, in quibus sapit . Tres insignes varones conocí
y traté, de los mayores de este tiempo , que como no
154 ARTE DE LA PINTURA .

redunda en menoscabo de sus letras y grandes in-


genios , la falta de conocimiento en la pintura , ni
ellos están tan obligados á tanta puntualidad en
arte ajeno , con su ejemplo amainaron las velas los
presumidos . El primero es Arias Montano , el se-
gundo Fernando de Herrera , el tercero el maestro
Francisco de Medina . Y por decir verdad , este últi-
mo fué el hombre de mayor conocimiento y buen

juicio en la pintura de cuantos he conocido y co-


municado . Montano celebró á Villegas , no sólo en
sus graves escritos , pero en Italia y Flándes , de-
lante de los mayores pintores : que fué un pintor
que ni en vida ni en muerte se habló de él , y así
le engañó en la estimacion de tal sujeto , ostentan-
do sus pinturas , contra la gran reputacion de sus
letras . A Fernando de Herrera le puso una vez en
las manos Gaspar Delgado dos modelos , cansado
de oirle hablar en la escultura, y eligió el peor, con
que confirmó su flaqueza . Vengamos al de mayor
conocimiento, el maestro Medina , á quien engaña-
ron , con unas moderadas copias , por originales de
Maese Pedro , y yo le desengañé , aunque dudo si
quedó satisfecho .
Saco de aquí que no dan las letras el cabal cono-
cimiento de este arte, si no se frecuenta la comuni-
cacion de un grande artífice ; en cuya presencia es
cordura moderar sus pareceres , y estar sujetos á
ellos , y no tener á todos los pintores por ignoran-
tes . Llega á tanto tal vez su confianza , que se ha
atrevido algun docto á quitarme el pincel de la
mano, para manifestar su sentimiento , y yo he te-
nido flema para sufrirlo . Mucho me edificaba en el
LIBRO TERCERO , CAP . IX . 155

rendimiento y modestia , en esta parte el maestro


Fray Juan Farsan , y un Príncipe tan grande y tan
bien entendido como el Duque de Alcalá .
Entró una vez Aníbal , valerosísimo capitan y tan Plutar. , in comp.
ejercitado en las armas como todos saben , en la es- Hanib . et Escip .
cuela del filósofo Phormion , residente en Éfeso ; y
viendo el Griego tan buen oyente ( con más presun-
cion que debiera) comenzó á tratar del oficio de ca-
pitan general en la guerra, del asiento de un cam-
po , del gobierno de un ejército , del huir y acome-
ter de los enemigos , y de todas las demás particu-
laridades que en ello pasan, con tales veras y ahin-
co , como si toda su vida se hubiera criado en la

guerra. Oyóle con mucha paz y sosiego el Aníbal ,


y siendo preguntado , ¿ qué le habia parecido ? res-
pondió : que un gran loco , pues hablaba así de lo
que no sabia.

Pasa tan adelante , en algunos de estos presumi-


dos, la satisfaccion del conocimiento de la pintura
que llegan á decir solemnísimos disparates , dignos
de salir á luz , para sacarles colores al rostro . Estan- Simplezas
do dibujando ciertos discípulos de un pintor, entra- de presumidos.
ron dos religiosos , y queriendo el uno ver lo que
hacian, le dijo el compañero presumiendo de enten-
dido : « Déjelos , padre , que son frontispicios de mo-
»zos que comienzan ahora .» Otro, alabando una ca-
beza de escultura , dijo : « Cierto que tiene este rostro
muy buena arquitectura . » Y satisfecho del nuevo
término , el que le acompañaba llevó la razon ade-
lante . Viendo otro caballero un Santo de relieve,

dijo admirado : « ¿ De madera es ? yo pensé que era


de bulto . Otro pedia en unas armas por condicion
156 ARTE DE LA PINTURA .

que fuese el escudo abovado , porque apercibia mal


el ovado. Escorzonado , por escorzado , decia otro, pero
mejor el que convidaba á un pintor para ver un
Cristo alcorzado que en efecto es más dulce . Fachata
dicen algunos cultos en italiano , por no decir fa-
chada en español ( que viene á ser hablando propia-
mente , un muro ó lienzo de pared de un edificio, ador-
nado de arquitectura) . Tambien los de esta calidad ,
alabando una cabeza pintada , dicen en italiano que
es buena testa ; pero en español testa es la del java-
lí , como lo dijo elegantemente nuestro poeta :

Garcilas, eglog . 2 . La colmilluda testa ora llevando


del puerco javali , cerdoso y fiero ,
del peligro pasado razonando .

Anot , fol. 553. Sobre lo cual dijo Fernando de Herrera : « descri-


»be hermosamente la cabeza del javalí , que el Tos-
>> cano llama testa . » Anaglifos , por Triglifos llevó
adelante un gran ingenio de España , pero acudimos
tarde , y así pasará ; aunque impresos se llenan mal
estos yerros .
Fray Fernando del Castillo , en la vida de San
Enrique Suson , dijo así : « y comenzando el pintor
»á bosquejar con un carbon. » Véase cómo se bos-
queja en su lugar y que no se hace con carbon .
Lib 3, c. 5. Mas donde falta el sufrimiento es , cuando se pone

uno muy de propósito , á estampar libro para ense-


ñar á los predicadores los modos con que han de
discurrir en las facultades ajenas : veamos el libro
El Doctor Cristóbal llamado Plaza universal de todas las ciencias , donde
Suarez de Figueroa . trata de la pintura : trasladado fielmente para po-
nerlo aquí , dice de esta manera : « sírvese hoy la
LIBRO TERCERO, CAP . IX . 157

>pintura de todos colores por excelencia ; su perfec-


» cion consiste en buena proporcion , y buenas luces ;
»> intervienen en su magisterio colas , mordiente , Discurso 881 .
>>barnices , piedras de moler, pinceles gruesos ó finos .
» Sus acciones son moler colores , componerlos, tem-
» plarlos ó al temple ó al óleo , dar cola , dar una
» mano ó más de yeso , emprimar , pintar á claro y á
» oscuro , lustrar , embarnizar, iluminar, retratar del
>>natural , y otras semejantes . Obrase en lienzos , se-
» das , plata y oro , metales y tablas , piedras y pape-
» les , causando la perfecta increible admiracion , fue-
»ra de que tiene estrechísimo comercio con la poe-
>>sía. » Y luego dice : «hace con curiosidad escorzos
»y de otro género figura un rostro en frontispicio ,
>forma una cara en perfil . » Y más adelante : Es la
»
»que forma gruesos y nervios , y la que esprime la
carne .» Y pone entre los famosos pintores á Baltasar
Lopez y á Juan Chirinos .

Conciértenme ahora estos órganos , y la contes-


tura y trabazon de este discurso , para el predicador
simple que se ha de aprovechar de él , pues ni ata
ni desata . Con cuánta razon exclamarémos aquí con
el comun adagio : Tractent fabrilies fabri. Cada uno
trate de su oficio , y nadie del ajeno , y siendo for-
zoso el tratarlo, no consultarán estos libros los in-
signes predicadores que yo he conocido , un Salucio ,
un Cabrera , un Farfan y un Ortensio . Consultaban Francisco de Rioja
en los avisos al
empero los grandes artífices , y así hablaban con
predicador.
acierto en esta como en las demás facultades , cual
si hubieran oido el sano consejo que les da nuestro
docto Sevillano en esta manera : « De algunos artes
»como escultura , pintura y arquitectura , es razon
158 ARTE DE LA PINTURA.

» que se tenga noticia , siquierde de lo especulativo ,


»para tratar las cosas que de ellas se ofrecieren ati-
>> nadamente . »

Podráseme preguntar si he observado algunas bo-


berías ó disparates de malos pintores , y respondo
Ignorancias que muchas y diré algunas que pasan la raya. En
de pintores.
Córdoba tengo noticia que penitenciaron un pintor,
porque pintó á Nuestra Señora al pié de la Cruz con
verdugado y jubon de punta, y toca azafranada ; y á
San Juan con calzas atacadas , y jubon con aguje-
tas y preguntado qué le habia movido á hacer se-

mejante disparate, respondió que se usaba ya pin-


tar los santos á la Marquesota : bien merecido cas-
tigo . No andaba léjos de este el que pintó un cua-
dro con sus puertas , que yo reparé año 1610 de
D. Pedro de Sandoval (pintura á mi ver de más de
ciento y treinta años , pero muy vivos los colores) ,
el tablero de en medio contenia un Cristo crucifica-
do muerto , entre los dos ladrones , con mucho
acompañamiento de figuras . Estaba pintado Longi-
nos dándole la lanzada , sobre un caballo rucio , con
una ropa larga colorada y una como muceta de doc-
tor azul , y en la orla de ella por los hombros esta
letra : « Longinos mató á Cristus Capellan . » Y en la
diadema de San Juan Evangelista de la puerta iz-
quierda en que se mostraba como al pié de la Cruz
(correspondiente á la Vírgen) estaba escrito : Sancte
Joannes Baptista . Menos perjudicial , si bien gracio-
sa , fué la letra de una imágen de Nuestra Señora,
de antigua pintura , que renovó Cristóbal Gomez,
que solia estar en un pilar de San Vicente de esta
ciudad (de que el maestro Francisco de Medina me
LIBRO TERCERO , CAP . IX. 159

dió noticia) la cual tenia esta letra debajo: « Santa


>> María de Belem, de cómo da la teta al niño Jesus . >>
Para que se animen los pintores ignorantes , á que
si hubiere duda en conocer las cosas que pintan , lo
remedien fácilmente , con escribir lo que son , co-

mo lo dice esta epígrama que yo hice al mismo in-


tento :

Sacó un conejo pintado


un pintor mal entendido ,
como no fué conocido
estaba desesperado .

Mas halló un nuevo consejo


(para consolarse) y fué,
poner de su mano al pié
(de letra grande) CONEJO .

Más cruel medio tomó otro pintor semejante , que


sino es verdadero el cuento es mejor la epígrama y
no pierde por habérmela impreso .

Pintó un gallo un mal pintor ,


y entró un vivo de repente ,
en todo tan diferente
cuanto ignorante su autor.

Su falta de habilidad
satisfizo con matallo ;
de suerte que murió el gallo
por sustentar la verdad.

En San Isidro del Campo, cerca de la puerta del


claustro que sale á la iglesia , está pintada una Să-
lutacion de mano de Juan Sanchez , pintor, en que

puso al Arcángel San Gabriel una capa de coro, en


160 ARTE DE LA PINTURA .

la acenefa bordada , los apóstoles y en el pecho á


Cristo resucitado , de medio cuerpo , dentro del se-
pulcro y la Vírgen tiene pendiente en la pared un
rosario decenario , unos antojos y otras cosas .
Habiendo visto las ignorancias de algunos que no

son pintores , y las de los que lo son de sólo nom-


bre, sacarémos en limpio á quién se le debe conce-
der el juzgar por entero de lo dificultoso y miste-

rioso de la pintura , porque ( en mi opinion ) no sólo


á los que no la profesan, pero á muchos que la ejer-
citan se les debe negar esta honra . Pues llegan á
ignorar si una pintura está acabada ó bosquejada ,
como me ha sucedido á mí con ellos , en un cuadro
Lib. 2, c. 11. de consideracion puesto en público ( de que se ha-
bló otra vez) : y no es dificultoso de persuadir á los
doctos, que no todos los de una facultad (aunque la
estudien ) pueden hacer juicio de lo mejor y más
profundo de ella ; ni en la medicina , ni en la juris-
prudencia, ni en la sagrada teología . Pues las difi-
cultosas cuestiones y el conocimiento perfecto de
estas ciencias y artes, queda siempre á los mejores.
y mayores sujetos , en quien se hallan las partes
convenientes para penetrarlas . Y lo mismo venimos
á conceder en la pintura (cuyo juicio no es menos
dificultoso ) remitiéndonos á los que más valiente-
mente la ejercitan : porque quien no alcanza si una
pintura está acabada , cómo juzgará de la buena dis-
posicion de una historia , de la propiedad de las ac-
ciones , de las medidas y simetría de cada figura,
de la perspectiva y disminucion de las cosas , de la
verdad de los perfiles y dificultad de los escorzos,
y de las obligaciones del decoro y otras infinitas?
LIBRO TERCERO , CAP . IX . 161

Confimaré con un raro ejemplo la verdad de esta


doctrina. El año 1605 me entregó el Excmo . Se- Dificultad en cono-
cer una piutura
ñor D. Fernando Enriquez de Rivera , tercer Duque
original .
de Alcalá, una famosa tabla de mano de Maese Pe-
dro Campaña , que habia hallado venturosamente
en esta ciudad , en poder de Pedro de Yebenes , mer-
cader curioso y rico , y á mucha costa y ruegos se
lo habia sacado ( porque hacia gran estimacion de
ella) : era un crucificamiento de Cristo entre los dos
ladrones , la Vírgen y San Juan al pié de la Cruz ,
y muchas figuras pequeñas por léjos , de lo mejor y
más estudiado de este gran artífice . Yo se la repa-
ré, y restituí el azul del manto de Nuestra Señora,
los colores del cielo que estaban gastados , y le doré
la guarnicion ; y llevándoselo me dijo que habia
visto otra de la misma manera y tamaño en casa de
cierto caballero de esta ciudad , que le afirmó que
la habia heredado de sus abuelos . Hice instancia
con su excelencia la mandase traer , trájose luego :
y estando juntas , con mucha atencion Ꭹ dificultad

se pudo conocer entre ellas diferencia alguna , por-


que cabalmente contenia la una lo que la otra , y
era una misma cosa el dibujo y el colorido , salvo

que parecia la del Duque menos antigua , y yo la


califiqué por copia de la otra , si bien juzgué por
mejor la copia ( cosa que sucede pocas veces ) y si
me dieran á escoger , escogiera sin duda la del Du-
que , y así , le supliqué pusiéramos el nombre de
Maese Pedro en su tabla , de que él quedó satisfe-
cho, porque era copiada de mano de valiente maes-
tro, que en el colorido tenia más hermosa manera,
y más suave que Maese Pedro ; y le pegó al buen
TOMO II. 11
162 ARTE DE LA PINTURA.

dibujo mayor gracia. Esta es la cosa más dificulto-


sa de juzgar de cuantas se me han ofrecido en mi
vida, donde temblara cualquiera en conocer las pin-
celadas originales del primer maestro , y así con-
cluyo este capítulo dejando esta gloriosa empresa
en manos de los mayores pintores , à quien se debe
justicia.

CAPITULO X.

EN QUE SE CONCLUYE LA MATERIA DE LA PINTURA, Y LAS RAZONES DE SU


NOBLEZA Y SU MAYOR ALABANZA .

Polit. Cristia., El que priva á la virtud de la honra que se le


c. 13. debe, priva á los hombres de la virtud , dijo Caton .
Digo yo el que priva á la pintura de la honra ( po-
demos decir que ) , es falto de razon . Honrosa é in-
Cic , lib. 1. génua le llamó Tulio , es á saber de libertad natu-
de ofic.
ral y generosa , porque el alimento propio suyo es
la honra, y hacer á sus profesores honrados y gene-
rosos , de buena y suave condicion , como se ha vis-
Ovid , lib. 2, to, y lo cantó Ovidio diciendo : « Las artes liberales
de Pont.
ablandan y corrigen las costumbres , y no las de-
jan ser fieras ni bestiales . » Dijéronse liberales, por-
que sólo se permitian ȧ hombres libres esto quiere
decir la palabra griega Eleupheras y la latina libe-
rales . Artes propias de hombres libres . Los mecáni-
cos, porque se ejercitan con el cuerpo , se dijeron
LIBRO TERCERO, CAP . X. 163

serviles , y dignas de gente sujeta . Mecánico en len- Exord . conjur.


Catel.
gua griega ( entre otras significaciones ) quiere de-
cir cosa de cuerpo , porque consiste en fuerzas del
cuerpo , á quien Salustio llama parte sirviente.
Son las artes y la pintura hábitos maravillosos Noticia general
del entendimiento , que es la parte libre é inmortal de las artes, lib . 1 ,
c. 3.
del hombre , y Quintiliano lo confirma con varios
ejemplos de pintores insignes que fuéron famosos ,
uno en esta parte y otro en aquella ; de donde se
echa de ver que la pintura es de profunda ciencia .
Y esto nos significa los antiguos , escribiendo al pié
de sus pinturas , faciebat ó pingebat . Fulano hacia ó
pintaba esto , porque ninguno puede llegar al pre-
térito perfecto , es á saber : Fulano acabó é hizo esto ,
porque siempre hay más que saber. Cuéntase de un
famoso pintor , que porque siempre hallaban faltas
en sus obras , estudió la medicina, dando por discul-
pa que si erraba en ella , la tierra lo cubriria , lo
que no sucede á la pintura .
La cual es llamada noble, porque pintando y con-
siderando sus obras, se les pega en el ánimo un tér-
mino honroso y noble, siendo digna de ejercitarse
por gente libre y noble . Pues en Grecia y Roma les
era prohibido á los tales usar de ejercicios que no
fuesen liberales , y usaban la pintura por ser noble .
Como sucedió á Fábio, gran jurisconsulto é historia-
dor, que sólo se honró con el nombre de pintor . Como
habemos visto , notorias son las honras que hizo Ale- Plin. , lib . 35,
c. 10.
jandro y Fhilippo , su padre, á los pintores Augusto
y Trajano , y las que dió Demetrio á la pintura y
persona de Protógenes . Las que D. Fernando el Ca-
tólico y el Emperador Cárlos V en nuestros tiempos .
164 ARTE DE LA PINTURA.

Carlos Vaumander En la vida de Alberto Durero se encarece que fué


lib. de Pint .
en flamenco . estimadísimo no sólo del vulgo , pero de los hom-
bres más sábios y mayores príncipes de su tiempo ;
particularmente del Emperador Maximiliano , abue-
lo de nuestro gran Cárlos V ( cuyo retrato anda de
estampa de su mano ) . Y refiere el autor de ella una
cosa que parece increible , la cual yo no me atreve-
ria á traerla aquí sino estuviera estampada en su
vida . Cuentan que Maximiliano quiso un dia que
dibujase Alberto alguna cosa grande en su presen-
cia en una pared de palacio , y como no pudiese al-
canzar á lo alto , mandó á uno de los caballeros que
le asistian que le sirviese de escabel , en que él al-
canzase á escalar su dibujo : el caballero propuso
al Emperador ser mengua de la nobleza estar á los
Sentencia piés de un pintor . Respondió el Emperador que no
de Maximiliano. sólo Alberto era noble, pero mucho más, por su in-

genio y arte , y que él podia hacer de un pastor un


caballero, pero no podia hacer de un caballero tan
grande artífice como Alberto . Tanto puede la afi-
cion de lo extraordinario en los poderosos. Y en
prueba de esto le dió entonces las armas de los pin-
tores, para que de allí adelante se honrase con

Armas ellas, que son tres escudos de plata en campo azul


de los pintores. (armas que usan hoy todos los pintores de Flandes).
Tambien es de notar la gran estimacion que hizo
de él el eminentísimo Cárlos V , por el aventajado
lugar que tuvo en la pintura . Pues oyendo la fama
que corria de Rafael de Urbino , le envió su mismo
retrato de mancebo de mano de Alberto Durero , en
Lib. 3 , cap . 8. un lienzo blanco , dibujado de aguada ( como se ha
dicho otra vez ) , y nuestro prudentísimo monarca
LIBRO TERCERO , CAP . X. 165

Filipo II, estimó grandemente sus dibujos : ( yo al-


cancé uno de su mano , de un libro que fué de Su
Majestad , digno de suma veneracion ) y dicen que
tenia en grande estima las tablas originales de todo
el Apocalípsis, cortadas de mano de Alberto, que se
guardan hoy en el Escorial .
Demás de lo dicho con autoridad y verdad se Noticia general
de las artes .
prueba por otro argumento ser arte nobilísima la
pintura conforme á derecho , porque de ella se co-
nocia extraordinariamente . Que en el privilegio que
tenian los profesores de las artes liberales (segun
Ulpiano) se usaban en Roma dos géneros de conoci-
mientos de las causas ó pleitos : el uno ordinario y
el otro extraordinario . El primero cuando los preto-
res las remitian á jueces pedáneos ó de Poyo , el se-
gundo cuando ellos mismos conocian de ellas , por
sus mismas personas . Que se conociese así de las Lib . 13 del Código
causas de los pintores y que no entrasen en el nú- Teodosiano, t . 4 .
mero de los oficiales mecánicos , ni de hombres de
negocios , se prueba claramente de la imperial cons-
titucion de tres emperadores , cuyas palabras vueltas
en castellano , dicen así :
«Los Emperadores Augustos Valentiniano , Va-
» lente y Graciano á Chilon , Lugarteniente de
»África .

»Los profesores de la pintura , siendo libres é hijos


» de libres , hemos constituido que no sean empadro-
» nados por su cabeza , ni que en nombre de sus mu-
»jeres ni hijos estén sujetos á los tributos y pechos ;
» que no sean obligados á registrar sus esclavos bár-
>> baros en el registro censual ; que asimismo no
sean llamados para la colacion y contribucion de
166 ARTE DE LA PINTURA .

>> los tratantes y negociadores , con tal que traten en


»aquellas cosas que son de su arte , que puedan tener
» en lugares públicos sus tiendas y oficinas , sin pa-
»gar alquiler, con que ejerciten y usen en ellas su
»propia arte . Hemos mandado tambien que contra
» su voluntad no reciban huéspedes ; que no estén
»sujetos á jueces pedáneos , que puedan estar en la
» ciudad que escogieron que no sean llamados para
>> acompañar , ó llevar caballos , ni para trabajar, ó
»dar jornaleros , ni los jueces los puedan forzar á
»que pinten los rostros de los Emperadores , ni á
» refrescar las obras públicas sin pagarselo . Todo
»esto les concedemos , de manera que si alguno vi-
» niere contra lo que en su favor se ha establecido
»sea castigado , y sujeto á la pena que los sacríle-
"gos . Dada á 18 de Junio , siendo Cónsules Gracia-

»no, Augusto tres veces y Equicio .


Cayo , jurisconsulto , favorece tambien mucho la
pintura : su sentimiento suena así en nuestra lengua:
Prosigue, cap. 12. " Las letras aunque sean de oro ( entiéndese ha-
» ciéndose en papel ajeno) se hacen del señor del
"papel ó pergamino , de la manera que se hace del
» señor del suelo lo que se siembra , y edifica en él :
»y así si en vuestros papeles , ó pergamino , escribo
» algun verso, historia ú oracion de esta obra que
>> hago , no se entenderá que soy yo el señor, sino
"Vos , etc.
»Pero no como las letras y lo que se escribe lo
»que se pinta en tablas ajenas es del señor de las
»tablas ; antes por el contrario está constituido , que
» de las tablas ( aunque sean ajenas ) se hace señor
>el que hizo la pintura , etc. »
LIBRO TERCERO , CAP . X. 167

Pasa adelante Gaspar Gutierrez de los Rios , que Noticia general


de las artes,
los profesores de las artes del dibujo no entran en lib. 3, cap. 13.
el número de oficiales , conforme á la costumbre de
España , lo cual prueba por tres provisiones gana-
das en juicio en diferentes tiempos : como muestra
una que llegó á sus manos del Emperador Cárlos V
y de D. Juana su madre , dada en la villa de Ma-
drid a treinta dias del mes de Setiembre de 1552
años , á peticion de Baltasar Alvarez Platero , sobre
el traer de las sedas , en nombre de los plateros de
la ciudad de Palencia, que pone á la letra en el lu-
gar citado . Otra del mismo Emperador y su madre,
vino á mis manos , que ganó en la ciudad de Avila ,
Pedro de Salamanca , escultor de imaginaria , por
los de su arte , sobre el mismo intento del traer de
la seda , dada en veintiocho dias del mes de Setiem-
bre de 1558 y en ambas se hace mencion de la di-
ferencia que hay del oficio al artificio , y que no son
comprendidos en las pragmáticas los artistas ima-
ginarios , ni los artífices y plateros , donde está cla-
ramente amparada la pintura , por ser de no menos
artificio que las referidas . Y es cierto que estas dos
artes defendieron la causa de los pintores , querien-
do defender la suya propia . Así lo entienden los dos
doctos jurisconsultos , y á los unos y á los otros se
les mandaron volver las prendas y darlos por libres .

Confírmase el haberse de entender esto así , por lo


que pasó á los pintores últimamente los años pasa-
dos en la Córte , en los repartimientos que por vía
de oficios se hicieron para vestir soldados ; donde se
vió con cuánta benignidad la Majestad del religio-
sísimo y santo Rey Felipe III , encomendó este ne-
168 ARTE DE LA PINTURA .

gocio muy de veras á su Real Consejo , que habién-


dolos oido la mayor parte de la mañana se mandó
que volviesen á todos los artífices sus prendas , co-
mo á profesores de artes honrosas : así lo testifica
el autor citado , que se halló presente , en el mismo
libro y capítulo . De que fuera bien que hubieran sa-
cado los pintores un testimonio para su defensa . De
la emulacion y competencia que tiene la pintura
con todas las artes liberales , poesía , música , gra-
mática , retórica , dialéctica, matemática , medicina
y filosofía , trataron en nuestra lengua docta y lar-
gamente Gaspar Gutierrez de los Rios y D. Juan de
Butron , profesores de ambos derechos : el primero
en el libro intitulado Noticia general de las artes , del
año 1600 ; el segundo Discursos Apologéticos del
de 1626 , ambos impresos en Madrid , á que remito
al curioso lector, donde hallará asaz satisfaccion y
prueba de la ingenuidad del arte de la pintura . Aña-
diré que , tambien parece que favorecen su nobleza
los casuistas , separando á la pintura de los oficios
mecánicos , como escribió el padre fray Bartolomé
de Medina , catedrático de Prima de Salamanca , en
Instruccion de con- esta manera : « así como el pintar es obra libre y no
fesores, fol. 23.
» servil , y por su pasatiempo puede uno pintar el dia
» de fiesta. 1) A quien siguen Luis Lopez , Azor , An-
gelo , Silvestro , Armillas , Rosella y otros ; tenien-
do clarísimamente por lícito el pintar en dia de
fiesta por entretenimiento . Cuánto más lícito será
por estudio y por aventajarse en tal arte , cosa que
tengo muchos años há , consultada y allanada con
varones doctísimos , por opinion segura .
Ilustre Y última Además de esto , en esta alabanza postrera , pro-
LIBRO TERCERO, CAP . X. 169

curaré satisfacer á los doctos , comparando la pin- alabanza


de la pintura.
tura á la sagrada teología , que es lo más á que
puede subir. Por dos cosas será justo reparar en este
último discurso ( con que acabamos el libro ) por la
novedad de él y por estar ilustrado con la erudicion
del P. Feliciano de Figueroa , lector de escritura del
colegio de la Compañía de Jesus de esta ciudad .
La sagrada doctrina , que por otro nombre ( toma-
do de los griegos ) comunmente se llama teología ,
es una facultad y ciencia que tiene por empleo pro-
pio tratar de Dios contemplando sus perfecciones ,
y principalmente en unidad de esencia y trinidad
.
de personas. Y así con razon San Anastasio Sinaita ,
tom . I , Biblioth . lib . 9. °, exámen , llamó á los teólo-
gos (que son los dedicados al estudio de esta divi-
na facultad) águilas , por cuanto tienen clavados los
ojos de su entendimiento en Dios , sol verdadero de
justicia .
Y si esta ciencia baja tambien la vista á las cria-
turas , es como á materia y sujeto menos principal
de su consideracion , mirándolas sólo segun que de
ellas se conoce alguna verdad , por lumbre y prin-
cipios de fe divina ; los cuales como arte de artes,
tiene por norte seguro de sus discursos y resolucio-
nes . Si abate el subido vuelo á la especulacion de
los ángeles y de los hombres , creacion y procrea-
cion de las demás cosas del universo , luego da ge-
nerosos resultados á un principal blanco y término ,
que es Dios ; reduciendo á su majestad las criatu-
ras como á su original , de donde fuéron copiadas .
Si trata de las virtudes , es para unirnos por medio
de ellas con nuestro último fin , que es Dios ; y si
170 ARTE DE LA PINTURA.

se trata de los vicios , es afeándolos y declarando


sus abominables efectos . Tiene por fin dar á cono-
cer á Dios , predicar la palabra divina , declarar los
altísimos misterios de nuestra santa fe .

A una parte de la pintura llamó San Dionisio teo-


logía simbólica , como si dijésemos á la que repre-
senta las virtudes , los enigmas y geroglíficos , la

figura del cordero por Cristo Nuestro Señor , y la


Celestial gerarquía, de la paloma por el Espíritu Santo ; y en otra parte
cap. 1 , epist . 131 .
favorece más la pintura , diciendo : « Primera parte
»de la divina y teológica doctrina es la que por
»> imágenes y pinturas sensibles , nos da a conocer
> las cosas espirituales y divinas . >>
»
Y en el cap . 2.° de este mismo libro la llama :
« Género de sacrosanta expresion y tradiciones mís-
»ticas y escondidas. »
De suerte que se dice con mucho fundamento que
este arte por la ejecucion y manifestacion de las
imágenes sagradas y misterios de nuestra fe , en su
manera hace lo mismo que la sagrada teología , sir-
viendo á la Iglesia poderosa y eficazmente . Por esto
la definió San Agustin llamándola arte digna de
hombre cristiano , que nos lleva al conocimiento de
la verdadera sabiduría , y tal vez ha hecho y hace
mayores efectos en la conversion de algunas almas,
que la misma predicacion ; ó representando el mar-
Lib. 1 , cap . 9. tirio de un Santo , ó un misterio de la pasion de
Cristo Nuestro Señor , como hemos visto en tantos
Lib . 1 , cap . 10. ejemplos y se puede ver en otros muchos de que
están llenas las historias de los santos , y lo mues-

Temp . Salom. tran valientemente estos dos lugares (de que hemos
cap. 9 , tom . 8. hecho mencion á otros propósitos) . « La vista de las
LIBRO TERCERO , CAP. X. 171

»> imágenes ( dice el venerable Beda ) suele dar mu-


chas veces gran compuncion y devocion á los que
>> la miran , y ser como leccion viva de la historia
» del Señor . »
Leccion viva llama á la pintura, pero mejor S. Ba-
silio , dándose por vencido de la pintura , exclama así :
« Levantáos ahora, ilustres pintores , y magnificad Homil . de S. Bar-
laam Mártir.
»con los primores de vuestra arte la arruinada imá-
»gen del Emperador, que con la rudeza de mi inge-
»nio yo he pintado . Yo me doy por vencido de vos-
»otros en la pintura de los valerosos hechos del
» mártir . Huélgome hoy haberlo sido de vuestro va-
»lor con tal victoria . Veo las manos en el fuego , y
» la batalla pintada con más perfeccion y propiedad .
» Veo al luchador y soldado fuerte pintado más ilus-
»> tremente en vuestra imágen . » Hasta aquí pudo lle-
gar la grandeza de este arte.
Paso más adelante á otra mayor ponderacion y
alabanza . El altísimo Dios es soberano artífice de

hacer santos, y quiere y ordena que se les dé par-


ticular reverencia y adoracion . Los pintores católi-
cos le imitan , haciendo imágenes de los mismos
santos y de su divina Majestad . Y aunque es infini-
ta la diferencia que hay del Criador á la criatura ;
pero casi igual ( oh soberana alteza y favor de la
pintura ) en la veneracion y respeto y adoracion , el
Santo que hizo su Majestad , á la imágen que á su
imitacion hizo el pintor . Con esta declaracion y de-
ferencia ( dice el P. Feliciano) enseña Santo Tomás ,
que nunca es lícita la adoracion de la imágen sin
que en algun modo sea adorado el ejemplar que 3. p. q . 25 ,
ar. 3.
ella representa ; pues las cosas inanimadas no son
172 ARTE DE LA PINTURA .

capaces por sí de honra ó deshonra , sino en cuanto


tocan á persona ó naturaleza intelectual. Sentado
esto como cosa cierta , si queremos hacer compara-
cion entre la adoracion que se da á los ejemplares ,
y la que se hace á sus imágenes , se ha de reparar
en que de dos maneras se puede juntar lo represen-
tado con su imágen , la primera de modo que lo uno
y lo otro se considere unido , como si fuera una mis-
ma cosa , hallando presente con nuestra considera-
cion en la imágen aquello que representa , cosa que
muy frecuentemente practican los fieles (y lo trata-
Lib . 1 , cap. 11. mos en las tres maneras de adoracion , en otra par-

te ) como notó Leoncio , Padre antiguo de la Iglesia ..


Todos los cristianos , dice , cuando abrazamos y besa-
mos las imágenes de Cristo y sus mártires, hacemos
cuenta que abrazamos y besamos á los mismos már-
tires . Y si de esta manera adoramos las santas imáge
nes , considerándolas á ellas y lo representado per
modum unius, como hablan los escolásticos , no hay di-
ficultad , sino que la adoracion que se da á la figura
es de la misma calidad y grado que la que se da á
lo figurado , y así , quien en el Crucifijo considera y
adora á Cristo Nuestro Señor , adora á ambas cosas
con adoracion de Latria ; al modo que quien respeta
al rey vestido de púrpura , respeta tambien la púr-
pura ; á que con razon motiva , y está como cosa
conjunta .
Pero si miramos las imágenes en cuanto por ser
imágenes de Cristo y sus Santos participan de una
sagrada excelencia , si por esta excelencia las adora-
mos , esta adoracion es inferior à la que se da á las
mismas personas adoradas en sí mismas : y así dijo
LIBRO TERCERO, CAP. X. 173

el octavo Sínodo general en el cánon tercero : « Dig-


>> na cosa es , » dice « que por la honra que se da á los
»ejemplares se honren tambien y adoren las imáge-
>> nes derivativamente ; » la cual palabra declara que,
las imágenes participan razon de adoracion y vene-
racion de sus ejemplares , y como esta excelencia
sea participada , es fuerza que la honra que por ella
se les da no sea igual á la que se les da y merecen
las personas por sí mismas .
Sea lo uno ó lo otro , para la grandeza de la pin- Singular alabanza .
tura debe bastar que ningunas obras de ningun ar-
tífice como no sean imágenes sagradas de pintura
y escultura , llegan á ser adoradas las rodillas por
tierra , no sólo del pueblo , pero de los mayores
príncipes y monarcas del mundo , seculares y ecle-
siásticos y de la suprema cabeza de la Iglesia el
Sumo Pontífice . ¡Oh cuán grande , oh cuán noble, oh
cuán ilustre es este arte ! ¡ y cómo debieran los que
le ejercitan ser aventajados á los demás , en virtud
y pureza de vida ! Consuélennos empero los Santos
que la ejercitaron ( de quien hemos hecho mencion)
y nuestro sagrado patron el Evangelista San Lúcas,
que con el santo Evangelio que escribió , y pin-
turas sagradas que hizo , manifiesta altamente la
gloria de Dios . Cosas que puso en igual estima y
reverencia el santo Concilio que congregó Adria-
no II ; pues en uno de sus cánones dice estas graví-
simas palabras : « Determinamos que la sagrada imá- SinoJ. 8, Cánon 3 .
»gen de Jesucristo , Señor nuestro y Salvador de
» todos , se adore con igual veneracion que el libro de
» los santos Evangelios ; porque por medio de la pin-
>>tura y colores de las imágenes , así los sábios como
174 ARTE DE LA PINTURA.

» los ignorantes , todos saquen utilidad de aquello


»que está manifiesto . »
Juntemos á esto cómo las autoriza Dios con ma-

ravillas y milagros , para mostrar cuánto le agra-


dan ; por donde se ve claro que ninguna arte ó cien-
cia en esta parte se puede igualar á la pintura con
grande intervalo . Finalmente advirtamos otra vez
por despedida , la grande obligacion que corre á los
pintores , de pintar las imágenes con devocion;
pues quien lo considerare atentamente verá que
casi todas las que el cielo ha señalado con maravi-
llas y milagros , tienen más de santidad y devocion
que de valentía y fuerza de arte , así las de pincel
como las de relieve . No pretendemos excluir á los
grandes artífices de pintar imágenes sagradas , an-
tes inclinarlos á esta parte de que se saca mayor
fruto y gloria de Dios . Valiente pintor fué Luis de
Vargas , pero sus imágenes muestran cuánto cuida-
do puso en esto , como se ve en el Cristo que lleva
la cruz á cuestas , á las espaldas del Sagrario anti-
guo de esta santa Iglesia . Y Maese Pedro Campaña
fué excelente pintor de imágenes de pasion . Y más
que los dos nuestro Apéles, español , Juan Fernan-
dez , mudo , de quien dice Fray José de Sigüenza
hablando de sus cuadros , que están en el cláustro
Lib. 4, disc. 5. alto de San Lorenzo el Real : «" por sólo gozar de

» ellos merece esta casa que la vengan á ver de lé-


»jos ; al fin son al parecer de todos, los que guardan
» mejor el decoro , sin que la excelencia del arte pa-
» dezca , sobre cuantos nos han venido de Italia : y
>> verdaderamente son imágenes de devocion donde
» se puede y aún da gana de rezar ; que en esto en
LIBRO TERCERO , CAP. XI . 175

» muchos que son tenidos por valientes hay gran


» descuido , por el demasiado cuidado de mostrar el
>> arte . » - Hasta aquí este autor.
Pero sobre todos los pintores , el gran Rafael
de Urbino dió á sus imágenes divina sencillez y
majestad incomparable ; lo cual nos debe bastar por
único ejemplo y á mí por glorioso remate de mi-
obra.

CAPITULO XI .

DE ADVERTENCIAS IMPORTANTES EN ALGUNAS HISTORIAS SAGRADAS ,


ACERCA DE LA VERDAD Y ACIERTO CON que se debeN PINTAR ,
CONFORME Á LA ESCRITURA DIVINA Y SANTOS DOCTORES.

Aunque parece que queda bastantemente encare-


cida, en muchas partes de estos libros , la puntuali-
dad que se debe guardar en pintar las sagradas his
torias , conforme fuéron dictadas por el Espíritu
Santo y los doctores santos las declaran , no serán
sobradas las advertencias propuestas , en especial á
los artífices menos inteligentes (porque los más ca-
paces no sólo aman la libertad , pero sacuden con
impaciencia el yugo de la razon) . Animarse han
los varones doctos , sobre estos humildes principios,
á extender gloriosamente sus plumas , pues como
dije poco há Tractent fabrilia fabri; cada uno trate
de su oficio . Servirán mis avisos de saludables con-
176 ARTE DE LA PINTURA.

sejos en 70 años de edad, y lo mejor y más acertado


de ellos se deberá principalmente á la sagrada reli-
gion de la Compañía de Jesus , que los ha perfec-
cionado . Hállome á la sazon rico de apuntamientos
y observaciones consultadas y aprobadas de los más
sábios , desde el año 1605. Y así no parecerá ajeno
de mi profesion advertir á los pintores cristianos el
acierto con que deben proceder y más hallándome
honrado con particular licencia , por el Santo Tri-
bunal de la Inquisicion , para dar noticia de los des-
cuidos cometidos en semejantes pinturas, por igno-
rancia ó malicia de los artífices , cargo que se des-

pachó y firmó en 7 de Marzo de 1618. Algunas de


Comision. sus palabras dicen así : «Por tanto que la satisfac-
>> cion que tenemos de la persona de Francisco Pa-
>>checo , vecino de esta ciudad , pintor excelente y
>>hermano de Juan Perez Pacheco , familiar de este
»> Santo Oficio , y teniendo atencion á su cordura y
» prudencia , le cometemos y encargamos que de
>>aquí adelante tenga particular cuidado de mirar y
>>vigilar las pinturas de cosas sagradas , que estu-
>>vieren en tiendas y lugares públicos : » y en suma
advierte , que hallando en qué reparar en ellas , las
lleve ante los señores inquisidores para que vistas
se provea lo que convenga . Y acaba : « y para esto
>> le damos comision cual se requiere de derecho . »

PINTURA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD .

Comenzando pues en el nombre de la Santísima


Trinidad, por la pintura de este sacrosanto misterio,
Lib. de imagin . el P. Martin de Roa reprende una imágen de él , en
c. 3.
LIBRO TERCERO , ČAP. XI . 177

que se representa un hombre con tres rostros ó ca-


bezas , á la manera de Jano ó Gerion , con que se
escandaliza la gente cuerda y hace errar á los ig-
norantes . Pero Juan Molano la afea mucho más,
llamando á esta pintura ficcion diabólica , y cuenta
que se apareció el demonio en esta forma á un san-
to religioso , año 1221 , asegurándole que era la San-
tísima Trinidad , mas él con luz del cielo , reconoció
el engaño , y maldiciéndolo lo echó de sí . Tam-
bien se reprueba el pintar la Santísima Trinidad en
el vientre de Nuestra Señora , como si todas las tres
divinas personas se hubieran vestido de nuestra
carne . Otra pintura de este misterio es poner tres
figuras sentadas con un traje y edad , con coronas
en las cabezas y cetros en las manos , con que se
pretende manifestar la igualdad y distincion de las
divinas personas ; y parece que está favorecida esta Gen. 18.
imágen en la aparicion de los ángeles en forma de
peregrinos al Santo Patriarca Abraham , cuando
viendo tres adoró uno solo . Y aunque la admite el
P. Martin de Roa , por significar la Divinidad sola-
mente , todavía me parece que no satisface del todo
á los ignorantes ; pues necesita de particular señal
de atributo, en que se conozca cada persona , y de
la colocacion de los lugares, y si ha de estar el Es-
píritu Santo en medio.
2.º Tambien se pinta el Padre Eterno sentado como 2.

venerable anciano, que tiene delante de sí á Cristo


Nuestro Señor crucificado y muerto , puestas las
manos en los brazos de la Cruz , como manifestando
el amor con que le dió al mundo, y el Espíritu San-
to sobre la cabeza ó en el pecho en forma de palo-
TOMO II. 12
178 ARTE DE LA PINTURA.
3.
ma ; y tal vez se suele figurar la sacrosanta perso-
na del Padre con tiara y traje de Pontífice Sumo ,
sentado sobre nubes , y en una sábana blanca tiene
á su soberano Hijo muerto (como cuando lo bajaron
de la Cruz) con sus cardenales y llagas , y la terce-
ra persona en figura de paloma , y ángeles con los
instrumentos de la pasion . Los cuales dos modos pa-
recen decentes á la pintura de este misterio : así lo
vemos en estampas de Alberto Durero.
Mas antes que haga mencion de la pintura más
usada y más clara de este sagrado misterio , referiré
las graves palabras de Molano al mismo intento ,
Lib . 2 , cup . 3. que dicen así : « Primero que me atreva á tratar de
»las imágenes santas , acabaré de referir las de la
» Santísima Trinidad , por honor suyo , siguiendo
»siempre por maestro el Sínodo tridentino , que dice.
» así : Si alguna vez aconteciere pintarse historias
» sagradas , siendo esto provechoso al pueblo igno-
»> rante, se le advierta que no se puede por ellas re-
>>presentar al vivo la Divinidad , de la suerte que se
>>mira con los ojos corporales, ni se puede vivamen-
»te retratar en la pintura ; » y viene á conceder que
es fuerza que se represente Dios , conforme se ha
aparecido en el viejo y nuevo Testamento . Y tiene
mucha razon , porque habiendo de pintar á su Ma-
jestad no le podemos pintar mejor que como se pin-
El modo más claro tó él mismo en la sagrada Escritura . Conforme á
de
simarintar la Santi-
Trinidad desde esto , la más recibida pintura de la Santísima Trini-
que la Iglesia usa dad ha de ser pintar al Padre Eterno en figura de
imágenes.
un grave y hermoso anciano , no calvo , antes con
cabello largo y venerable barba , y uno y otro blan-
quísimo, sentado con gran majestad , como se apa-
LIBRO TERCERO , CAP. XI. 179

reció á Daniel , profeta , con alba que tenga los cla-


ros blancos y los oscuros columbinos , y manto de
brocado , ó de otro color grave , como la túnica de
azul claro , y el manto de morado alegre ; y á su
mano derecha sentado Cristo Nuestro Señor , como
lo dice David y lo afirma la santa Iglesia en el Cre-
do (aunque los doctos saben cómo se ha de enten-
der en Dios esto de la mano derecha , en la pintura
se ha de ejecutar como suena ) ; píntese de 33 años
de edad, con hermosísimo rostro y bellísimo desnu-
do , con sus llagas en manos , piés y costado , con
manto rojo , arrimado á la cruz , ó que ambos sostie-
nen el mundo , y bendicen los hombres . Y en lo alto
en medio el Espíritu Santo en forma de paloma (que
si bien apareció en otras formas , esta es la más co-
nocida y usada , como se vió sobre Cristo en el Jor-
dan despues del bautismo ) , y para esto usaba an-
tiguamente la Iglesia de palomas de plata y oro so-
bre las pilas del bautismo y por custodias del San-
tísimo Sacramento , como consta de las Epístolas de
San Paulino y de otros autores , (y si damos al Padre
y al Espíritu Santo la figura que no tiene , ¿ por qué
no al Hijo la que tiene y tomó por nuestro amor?)
Acompáñase este misterio con resplandores, ángeles
y serafines que asisten con admiracion y respeto . Yo
añado á toda esta pintura una luz que sale del pe-
cho del Padre Eterno, y otra del pecho del Salva-
dor, que paran en el Espiritu Santo, para significar
que procede de ambas personas. Puédese á la re-
donda hacer un círculo perfecto de resplandor , que
denota que Dios no tiene principio ni fin . El trián-
gulo formado de tres líneas iguales que se pone por
180 ARTE DE LA PINTURA.

diadema en la cabeza de Dios Padre (á diferencia de


las potencias de Cristo) es tambien símbolo de la San-
tísima Trinidad , como lo aplicó ingeniosamente el
En su eleg . maestro Francisco de Medina en su mismo epitafio .
El P. Pedro Tyreo ,
Esta pintura de la Santísima Trinidad , afirma un
de apariciones de
ángeles. docto de la Compañía , que tiene gran acierto y ve-
neracion y más de mil años de antigüedad . Vuelvo
á decir que se pinte el Salvador sin túnica y mani-
fiesta la hermosura de sus llagas, porque vi en Ma-
drid , año 1625 , una pintura de este misterio , en que
KI P. Feliciano de tenia el Padre Eterno á Cristo crucificado ( como se
Figueroa, cap. 10.
ha dicho) y no se contentó el pintor con poner lla-
gas á Cristo , sino tambien en las manos del Padre
Eterno ; novedad que impugnó doctamente un hijo
de la Compañía , de quien yo hice memoria y haré
gracia al lector de sus palabras , que son estas :
«Tengo esta pintura por atrevida y escandalosa,

» por ser contra el uso comun de la Iglesia ; y des-


>>cendiendo más en particular , digo que tiene graví-
>> simo inconveniente , que es favorecer la herejía de
» los sabelianos , que enseñaron que en Dios no habia
» más que una persona , nombrada con diferentes
» nombres . De donde inferian que tambien el Padre
>> Eterno habia padecido heridas y muerte por nos-
Hist . ecle. c. 29. » otros , por no saber distinguir en Dios lo absoluto
>>de lo personal , y la sustancia del subsistente .
>>Como habló tratando de este punto Eusebio Cesa-
>>riense y por esta desatinada doctrina fuéron lla-
Lib. coutra les
>>mados herejes Patripassianos ; el cual error siguió
herej. , cap 70.
» despues Prisciliano como nota San Agustin . Y esta
>> herejía la condenó Leon Papa , primero de este nom-
»bre , Epístola 71 , véase Fray Alonso de Castro
LIBRO TERCERO, CAP. XI. 181

Lib. 5
>>contra las herejías . Y no favorece á esta pintura la
en la heregía 5.
» Sagrada Escritura , porque el lugar de Isaías, capí-
>> tulo 49, verso 16 : Ecce in manibus meis descripsi. Si
» se toma en sentido propio sólo se entiende del ver-
>>bo encarnado y sus manos heridas por nuestro amor,
>> sirviendo de letras las roturas que hicieron los cla-
»vos y lanza, sin que tiempo ni eternidad las pueda
>>borrar. Y así lo entienden San Agustin , San Am- Solilo . 2 , lib. 6
de exim., cap. 5.
>>>brosio y San Cirilo sobre este lugar . Y supuesto que
» sólo se deba entender esta autoridad de Cristo Nues-

»tro Señor, con grande impropiedad y atrevimiento


» la extendió el pintor al Eterno Padre , á quien ni
> propiamente conviene tener manos , ni menos heri-
»das en ellas , porque no todo de lo que se dice de
» Dios en la Sagrada Escritura se puede atribuir á
>>cualquiera de las divinas personas . Y así el célebre
» lugar de Isaías Egoʻipse qui loquebar, ecce adsum, en cap. 52 , ver. 6.
»>todo rigor se entiende de la segunda persona, pues ,
» encarnando , fué la que vino al mundo . Y menos fa-
>> vorece esta pintura el lugar de Zacarías : His plaga- cap . 13 , ver. 6 .
» tus sum in domo eorum, qui diligebant me, porque dado
»que se hayan de entender estas palabras de alguna
»persona divina (lo cual niega San Cirilo y otros au-
>>tores , entendiendo este lugar de un falso profeta
» que allí se introduce) , se debe entender de la se-
"gunda y no de la primera , como lo emitió Santo
»Tomás sobre el psalmo 21 , y Ruperto Galatino y
>> otros sobre este lugar de Zacarías . »
Y porque fuera lástima en cosa tan grave perder
este lugar, paso adelante á otra pintura.
182 ARTE DE LA PINTURA.

PINTURA DE LOS ANGELES .

De la de los ángeles vendrá bien tratar en segun-


do lugar, por la ventaja de su naturaleza y por ser
tan cabal imágen de su Hacedor . Muchos pintores
usan hacer en ellos figuras y rostros de mujeres , no
sólo adornadas las cabezas con rizos y trenzas feme-
niles en los cabellos , sino tambien con pechos cre-
cidos, cosa indigna de su perfeccion .
El aspecto y rostro que se saca de las divinas le-
tras y aprueban los concilios y santos es el de varo-
nes (y no de hembras) , y por eso se les da este nom-
bre , Viri , comunmente en la Sagrada Escritura ,
Alonso de como siente un docto de la Compañía , cuya es la
El P.Flores.
fineza de estas observaciones . Y por eso oigo decir
que muchos intérpretes sagrados no se conforman
con el parecer de Arias Montano , donde concede á
uno de los dos querubines á los lados del arca del
Testamento figura y rostro de mujer, que denota fla-
queza ; por ser cosa indecente á los espíritus angé-
licos sustancias espirituales y valientes.
Lib de Cle ge. rar.
Débese pintar, pues , en edad juvenil , desde diez
e 15.
á veinte años , que es la edad de en medio ; que como
dice San Dionisio , representa la fuerza y valor vi-
tal que está siempre vigoroso en los ángeles . Man-
F. Herrera
cebos sin barba , como pintó nuestro poeta un her-
en Lausino.
moso jóven :

Y el oro que en la frente relucia


la purpurea mejilla aún no vestia.

De hermosos y agraciados rostros , vivos y res-


LIBRO TERCERO , CAP. XI. 183-

plandecientes ojos ( aunque á lo varonil) , con va-


rios y lustrosos cabellos , rubios y castaños ; con ga-
llardos talles y gentil composicion de miembros ,
argumento de la belleza de su sér ; como siente San Ser . 14 de Nat .
del Señor.
Agustin que apareció el arcángel San Gabriel cuan -
do trajo la embajada á la Santísima Vírgen . Y en
esta edad y hermosura de mozos gallardos han apa-
recido más de ordinario en el Viejo y Nuevo Testa-
mento , donde se hace de ellos mencion . Y tal vez
en figura de niños hermosísimos , como se cuenta
en la vida de Santa Dorotea , vírgen y mártir : « Que El P. Ribaden. Feb.

» apareció un ángel en figura de un niño , que traia


» una cestilla y en ella tres manzanas hermosísimas
»> y tres rosas admirables, que enviaba la santa del
»jardin de su esposo á Teófilo . » Y en la vida de
Santa Francisca Romana : « Mostrábasele un ángel EP. Et P. Martin de Roa
» como un niño de diez años , mirando al cielo , los libde. 1los, Angeles ,
cap . 16.
>>brazos cruzados sobre el pecho , el cabello crespo
» como madejas de oro , con una túnica blanca que
»á veces parecia azul de color de cielo . »
Los querubines del arca eran tambien niños (nom-
bre que les da la Escritura ) , y rostros de niños se
deben pintar en los serafines . Si ya no se habiendo
de suplir por alguna persona ausente, que entonces
parecerá en su mesma figura. Demás de esto , segun
la voluntad de su Señor , las necesidades de los
hombres y variedad de ministerios que ejercitan , así
toman los ángeles los trajes, ya de capitanes, ya de
soldados armados , ya de caminantes , ya de peregri-
nos, ya de guias y pastores, ya de guardas y ejecu-
tores de la divina justicia , ya de embajadores y
mensajeros de alegres nuevas , ya de consoladores ,
184 ARTE DE LA PINTURA.

ya de músicos , acomodando los instrumentos con-


venientes á cada ejercicio de estos .
Apoc . 12. gen . 3. Así San Miguel en la batalla con el demonio , así
4 Reg.
Tob . 5. el que guardaba el paraíso , así el que mató los pri-
Gen. c. 18 . mogénitos y el que asoló el ejército de Senacherib ,
Luc. cap. 12.
el que acompañó á Tobías , los tres que aparecieron
á Abraham y abrasaron las ciudades , así los del
Nacimiento , Resurreccion y Ascension del Señor .
Acertarán los pintores , empero , que usaren de los
trajes é instrumentos , conformándose con la verdad
de la historia.

Y advierto que es cosa asentada entre doctos que


se han de pintar en historias antiguas, con armas
romanas y coracinas , ángeles ó virtudes ó geroglí-
ficos, huyendo de lo que ahora se usa ; deste pare-
cer fué siempre el maestro Francisco de Medina , y
el licenciado Francisco Pacheco , mi tio (así lo hizo
Rafael de Urbino en el San Miguel , al rey de Fran-
cia ; Peregrin de Boloña en el del Escorial á Feli-
pe II , y otros valientes hombres de la Italia , á quien
yo seguí) , si ya no fuesen historias de España , en
que aparecen ángeles armados con coseletes y cru-
ces rojas sobre caballos blancos .
Puédese usar tambien de ángeles niños desnudos ,
adornados con algunos paños , volando con decen-
cia y honestidad , de brazos y pechos desnudos en
los ángeles mayores , y calzados antiguos de cotur-
nos, y tambien descalzos . Y generalmente en las
túnicas talares de los pacíficos de sedas ó linos de
varios colores cambiantes, que siempre tiren á can-
didez y blancura resplandeciente , porque muchas
veces aparecieron con vestiduras blancas, símbolo
LIBRO TERCERO , CAP . XI . 185

de su inocencia y pureza ; apretada la cintura con


ricos ceñidores sembrados de piedras preciosas , en
señal de su prontitud en servir á su señor, por indi-
cio de su gran castidad .
No es bien en ocasion alguna pintar los ángeles
barbados , que respecto de su sér y naturaleza dice
indecencia é impropiedad . A mí me ofendió mucho
ver los tres que pintó el Mudo , que hospedó Abra-
ham , en la portería de San Lorenzo el Real (alaba- Lib . 4 , discur. 3 .
dos con razon del padre Sigüenza , por la semejan-
za que tenian entre sí rostros y vestiduras) , pero no
la tuvo el pintor en vestirlos con ropas moradas na-
zarenas , debiendo parecer en traje de peregrinos , y
mucho menos en pintarlos con barba . Ya se ve cuán
atrevida cosa fué el pintar así á San Gabriel .
Hánse de pintar ordinariamente con alas hermo-
sísimas de varios colores , imitadas del natural . Y es Homil . 3.
alabada esta pintura de San Crisóstomo , no porque
Dios los haya criado con ellas , sino para dar á en-
tender su levantado sér , la agilidad y presteza de
que están dotados , cómo bajan del cielo libres de Nota . Un poquito
de bozo en los
toda pesadumbre corpórea , y tienen siempre fijas ángeles valientes no
sus mentes en Dios . Entre nubes , porque el cielo es contradice al decoro
ni á la hermosura .
su propia morada, y para que nos comuniquen tem-
pladamente la inaccesible luz de que gozan .

PINTURA DE LOS DEMONIOS .

. De los malos ángeles dirémos algo (por no poder


excusar su pintura ) refiriendo las palabras formales El P. Alonso de
Flores.
del autor citado , por su mucha erudicion .
Los demonios no piden determinada forma y tra-
186 ARTE DE LA PINTURA.

je , aunque siempre se debe observar en sus pinturas


representen su sér y acciones ajenas de santidad, y
llenas de malicia, terror y espanto . Suélense y dé-
bense pintar en formas de bestias y animales crue-
les y sangrientos , impuros y asquerosos , de áspides ,
De imag . c. 14. de dragones , de basiliscos , de cuervos y de milanos;
nombres que les da Bruno . Tambien en figuras de
leones , nombre que les da San Pedro , 1 , Epist . ca-
pítulo V. En figura de ranas , Apoc . , 19 y 13. La
pintura más comun es de dragon y serpiente , que
esta figura tomó él para engañar á nuestros prime-
ros padres, y como le salió tan bien el engaño , lo
repite ; y toma este aspecto ( dice San Agustin , li-
bro 11 de Génes . ad lute 28 ) para acreditar su pri-
mera hazaña, y porque tiene no sé qué género de
familiaridad con estas bestias ; y porque esta forma
es de su naturaleza horrible , monstruosa y fuerte , y
está dotada de una vigilancia grande y aguda vis-
ta . Y se dice dragon porque ve mucho : y así le
llama muchas veces la divina Escritura (Apoc ., 12
y 13. Isai . 27 y Job 40 , 20. Psal . 90 , 13. Psal . 103 , 26. )
Y juzgaban los antiguos que el dragon era de una
naturaleza inmortal , como refiere Philon . Bibliot.
Añado que tambien se pinta en otras varias for-
mas, y en figuras humanas de hombres desnudos ,
secos y oscuros , con luengas orejas , cuernos , uñas
de águilas y colas de serpientes , como lo hizo Mi-
cael Angel en su celebrado Juicio , y otros grandes
pintores .
LIBRO TERCERO , CAP. XI . 187

PINTURA DE SAN JOAQUIN Y SANTA ANA EN LA PUERTA DORADA .

Habrémos de dar principio á la pintura de los


Misterios de Nuestro Salvador Jesucristo por la vida
de su madre Santísima ( con la luz que nos ofrece P. Auto. de
quien ha hecho de ello particular estudio ) , cuando Quintañadueñas .

retirados sus benditos padres , el santo Joaquin y la


gloriosa Ana, uno al campo y otro á su casa ( por
haberles el sacerdote expelido del templo por esté-
riles ) tuvieron revelacion del cielo , por medio del
arcángel San Gabriel , de la concepcion purísima de
Nuestra Señora y del nombre santísimo que le ha-
bian de poner . Encontráronse , pues , los dos santos
ancianos, segun las más acreditadas historias, á la
puerta Áurea de Jerusalem , llamada así por estar s . Geron. de ort .
virg .
toda dorada (como la pintó Peregrin en el Escorial ) ,
que tambien se llamaba Oriental , por mirar al Orien-
te del templo , entre la puerta de la Fuente y del
Cristian .
Valle ( como refieren los que describen la Tierra
Andricom. 57.
Santa). Débese pintar San Joaquin como de sesenta
y ocho años , aunque Santa Ana de menos edad ,
hermosos y venerables ; en fin, viejos , que esto es
lo más cierto ; ya muerta la sangre y frio el calor
natural . Así lo sienten los padres Canisio , Bonifa- Loto vic.
Itenev. 6 , 11 .
cio, Espinelo , Suarez y Castro , todos de la Compa-
ñía de Jesus, y, lo que es más , San Gregorio Nice-
no dice de San Joaquin que habia envejecido sin hi-
jos : consenuerat autem sine liberis . El traje ha de ser s . Gregor . Nice.
el de Nav. Christi.
que usan los pintores más cuerdos , tomando por
ejemplar al Gran Alberto Durero en la vida de
Nuestra Señora , estampada en madera . Yo los he
188 ARTE DE LA PINTURA.

pintado en este paso ambos de rodillas , muy ale-


gres, dando gracias á Nuestro Señor , mirando una
luz que les aparece en el cielo, ó , como es más pro-
bable, abrazándose con gran compostura y modes-
tia , que esto es muy decente y conforme á santos
casados . Pero no dándose ósculo de paz , por evitar
el ignorante error de unas antiguas mujercillas , que
Juill. Parisiens . ser. afirmaban ( segun un grave autor ) que por aquel
dė S. Ana..
beso, sin otro medio , fué concebida la Vírgen Nues-
tra Señora . Algunas pinturas antiguas solian poner
dos ángeles vestidos de blanco sobre la puerta ó en
el aire , mirando á Santa Ana , los cuales la saluda-

Breria . Seylllano ban diciendo : « Alégrate, Ana , de ver tu esposo que


impreso, año 1531 }) viene á visitarte » , lo cual tiene bastante autori-
dad . Y muestra esto más decencia , habiendo de pin-
tar ángeles , que pintar uno en medio de los dos san-
tos (como se hace de ordinario) puestas las dos ma-
nos en los hombros de ambos , como juntándolos
por fuerza . Tambien se pueden pintar uno ó dos
pastores ó zagales de la parte de San Joaquin con
algun regalo del campo, como dos cabritos, ó un
cordero , ó cosa semejante , y á Santa Ana acompa-
ñada de una ó dos criadas ; ejecutólo así felizmente
maese Pedro Campaña , insigne artífice , las veces
que se le ofreció pintar esta historia .

PINTURA DE LA PURÍSIMA CONCEPCION DE NUESTRA SEÑORA .

Pocos dias despues de la historia pasada se con-


sidera que llegó el dichoso dia de la inmaculada
concepcion de la Santísima Vírgen , en cuya pintu-
ra se debe advertir que algunos quieren que se
LIBRO TERCERO , CAP . XI . 189

pinte con el niño Jesus en los brazos por hallarse


algunas imágenes antiguas de esta manera ; por
ventura fundados (como advirtió un docto de la El P. Alonso de
Flores.
Compañía) en que esta Señora gozó de la pureza
original en aquel primer instante , por la dignidad
de Madre de Dios , aunque no habia llegado el tiem-
po de concebir en sus purísimas entrañas al Verbo
eterno . Y así desde aquel punto (como sienten los
Santos) era Madre de Dios , y en ningun tiempo dejó
de serlo , y tal que no fué posible ser mejor, como s . Thom . c. 25,
art . 6.
no fué posible tener mejor hijo . Pero sin poner al
pleito la pintura del niño en los brazos (para quien
tuviere devocion de pintarla así ) nos conformaré-
mos con la pintura que no tiene niño , porque esta
es la más comun , como lo muestran las medallas
que á instancia de la sagrada órden de San Francis-
co (antigua defensora de este misterio) bendijo
Leon X , concediéndoles muchas gracias é indul- Murió este Pontifice
afio 1521 .
gencias : no tiene niño en los brazos , antes tiene
puestas las manos , cercada del sol , coronada de ·
estrellas y la luna á sus piés , con el cordon de San
Francisco á la redonda . Y aún se esfuerza más esta

opinion viendo que (en la nueva religion militar de


este misterio instituida en Roma con autoridad de
la Santidad de Urbano VIII) , se envió á 22 de Julio
de 1626 , con el título de Embajador á la Majestad
Católica , á D. Enrique de Guzman , caballero sevi-
llano , la estampa con el hábito , que es una cruz
muy galana , y en medio la imágen de Nuestra Se-
ñora , con el niño Jesus en los brazos . Y despues se
estampó otra segunda sin él , reformando la prime-
ra , las cuales puedo mostrar, cosa que me hace mu-
190 ARTE DE LA PINTURA.

cha fuerza , por haberse enviado en tiempo tan ad-


vertido . Esta pintura (como saben los doctos) es to-
Aoac.c. 12. mada de la misteriosa mujer que vió San Juan en el
cielo , con todas aquellas señales ; y así la pintura
que sigo es la más conforme á esta sagrada revela-
cion del Evangelista , y aprobada de la Iglesia Ca-
tólica con la autoridad de los santos y sagrados in-
térpretes ; y allí rro sólo se halla sin el niño en los
brazos , más aún sin haberle parido, y nosotros aca-
bada de concebir le damos hijo . En cuya conformi-
Serm. in. Apoc. dad el regulado Bernardo , humedecidos sus labios
en dulcísima leche virginal , llama á la Virgen ,
señal milagrosa ; porque lo fué en el primer instan-
te de su concepcion ; pues hizo alarde en ella la
Majestad de Dios de su infinito poder, de su ardien-
te amor y profunda sabiduría , no dejando llegar la
culpa original , milagro que pasmó á los espíritus
angélicos y confundió al mismo infierno .
Háse de pintar, pues , en este aseadísimo misterio
esta señora en la flor de su edad de docè á trece

años , hermosísima niña , lindos y graves ojos , na-


riz y boca perfectísima y rosadas mejillas , los be-
llísimos cabellos tendidos de color de oro , en fin
cuanto fuere posible al humano pincel . Dos hermo-
suras hay en el hombre , conviene á saber de cuerpo
y alma , y ambas las tuvo la Vírgen incomparable-
Canis . lib . 3 de mente ; porque la corporal fué un milagro (como
N. Señora, c. 21. juzgó San Dionisio) y no hubo criatura más pareci-
da á su hijo , que fué el modelo de toda la perfec-
cion . Los demás hijos diviértense en la asimilacion
del padre y de la madre , como de diferentes princi-
pios ; pero Cristo , Señor Nuestro , como no tuvo pa-
LIBRO TERCERO , CAP . XI. 191

dre en la tierra , en todo salió á su madre , que des-


pues del hijo fué la criatura más bella que Dios
crió y así la alaba el Espíritu Santo (cuya letra se
aplica siempre á esta pintura) , tota pulchra es ami- Cant. 4.

ca mea . Háse de pintar con túnica blanca y manto


azul , que así apareció esta Señora á D. Beatriz de
Silva , portuguesa , que se recogió despues en Santo
Domingo el Real de Toledo , á fundar la religion de
la Concepcion Purísima , que confirmó el Papa Ju-
lio II , año de 1511. Vestida del sol , un sol ovado de Fr. Vicent Justin .
en defensa de
ocre y blanco, que cerque toda la imágen unido dul- S. Luis Bertran.
cemente con el cielo , coronada de estrellas , doce es-
trellas compartidas en un círculo claro entre resplan-
dores , sirviendo de punto á la sagrada frente , las
estrellas sobre unas manchas claras formadas al seco
de purísimo blanco , que salga sobre todos los rayos .
Pintólas más bien que ninguno D. Luis Pascual ,
monje , en la historia de San Bruno para la gran
cartuja . Una corona imperial adorne su cabeza , que
no cubra las estrellas . Debajo de los piés la luna ;
que aunque es un globo sólido (tomó licencia para
hacerlo) claro y trasparente sobre los países , por lo
alto más clara y visible la media luna , con las
puntas abajo . Si no me engaño pienso que he sido
el primero que he dado más majestad á estos ador-
nos , á quien van siguiendo los demás . En la luna
especialmente he seguido la docta opinion del pa-
dre Luis del Alcázar , ilustre hijo de Sevilla , cuyas
palabras son estas : « suelen los pintores poner la Sobre el c. 12 del
>> luna á los piés de esta mujer hácia arriba . Pero es Apoc . vers . 1 .
» evidente entre los doctos matemáticos , que si el sol ,
»y la luna se carean , ambas puntas de la luna han
192 ARTE DE LA PINTURA .

» de verse hácia abajo, de suerte que la mujer no


» estaba sobre el convexo. » Lo cual era forzado para
que alumbrara á la mujer que estaba sobre ella, re-
cibiendo la luna la luz del sol . Y plantada en un
cuerpo sólido , como se ha dicho , aunque lucido,
habia de asentar en la superficie de afuera . Suélese
poner en lo alto del cuadro Dios Padre ó el Espíritu
Santo , ó ambos, con las palabras del esposo , ya re-
feridas . Los atributos de tierra se acomodan acerta-

damente por país , y los del cielo si quieren entre


nubes . Adórnase con serafines y con ángeles ente-
ros que tienen algunos de los atributos . El dragon ,
enemigo comun , se nos habia olvidado , á quien la
Vírgen quebró la cabeza , triunfando del pecado
original . Y siempre se nos habia de olvidar. La ver-
dad es que siempre lo pinto de mala gana , y lỏ
excusaré cuanto pudiere , por no embarazar mi cua-
dro con él . Pero en todo lo dicho tienen licencia los
pintores de mejorarse .

PINTURA DE LA NATIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA .

Una cosa sola tengo que observar en la pintura


de esta Sagrada historia tocante al decoro . Y antes
hablaré en otra muy usada de los pintores . Causame
gran complacencia ver al niño Jesus desnudo en
brazo de su madre Santísima : cosa que no pudo su-
ceder en ningun tiempo . Bueno es que estén la so-
berana Señora y su esposo vestidos decentemente
(como es razon) y tengan al Santísimo Niño en car-
nes , al calor y al frio ; siendo así que del amor,
providencia y honestidad de la Santísima Vírgen
LIBRO TERCERO , CAP . XI . 193

no se puede pensar ni creer cosa semejante . Por-


que en buena razon siendo como era el glorioso
San José oficial , no pudo su pobreza obligarle á lo
que no sucede á los que mendigan por las puertas .
El pintor se disculpa con que conforme al arte es
más hermoso un niño desnudo que vestido : el pia-
doso con que se representa con esto más la pobreza
del Señor, y ambos no tienen razon ni fundamento .
Sintiólo así el docto Juan Molano , por parte de la
honestidad , y alargóse en este pensamiento , de que Lib. 2, cap. 42.
yo tomé lo preciso á mi propósito . « Cosa sabida es »
dice « que los pintores pintan al niño desnudo , pero
"por esto son reprendidos de varones prudentes y
» devotos. » ¿Quid enim in hæc nuditate ese potest ædi-
ficatione? ¿Qué puede haber en esta desnudez de
edificacion y enseñanza ? Y trae á este propósito
la sentencia de Cristo Nuestro Señor . « Ay de aquel Mat. 18.

»hombre que es causa de escándalo . » Y prosigue :


« A la verdad , si se miran las antiguas pinturas fácil-
>>mente se conocerán con cuánta decencia y hones-
>>tidad se pintó antiguamente. » Esto á mi ver dice
por las imágenes que pintó San Lucas (que son las Lib . 1 , cap . 6.
más antiguas de la Iglesia) de quien hablamos en
otra parte. En las cuales pintó al niño Jesus en
brazos de Nuestra Señora , vestido , no sólo con tú-
nica , pero con manto y sandalias . Y salido de que
poco más de un año trajese otras envolturas, de allí
adelante estará bien con su túnica nazarena , ó veste
inconsútil que le hizo su madre .
Paso á la natividad de la Santísima Vírgen , no
sólo alegría de la casa de sus padres , más de todo
el mundo : á quien dió antes esperanzas de su bien .
ТОМО II. 13
194 ARTE DE LA PINTURA,

Por esto se compara á la mañana hermosa , porque


como la alba avisa que viene el sol , así la Vírgen
llenó el mundo de esperanzas de la venida del sol
de justicia , cuyos dos nacimientos profetizó Isaías :
Isa. c. 11 , ver. 1. » Nacerá una vara de la raíz de Josef y de ella una
» flor . » Anda una estampa cortada de Cornelio de
esta historia , del año 1568 , donde se ve Santa Ana
en una bizarra cama con las cortinas alzadas , con
semblante melancólico ; parecen dos criadas razo-
nando detrás de la cama , y otras tres mujeres que
puestas de rodillas en una como tina de madera tie-
nen la santa niña desnuda lavándola , descubierto
el medio cuerpo, y otra criada á su lado calentando
un paño ; un ángel niño de rodillas con otro en las
manos , otro en pié con una canastilla de ropa , y
otro, medio de rodillas desenvolviendo una faja . Es
todo de lo mejor que se ha visto en estampa . Pensó
mejor Vilamena en otra más pequeña , poniendo la
niña en brazos de San Joaquin , y este de rodillas
ofreciéndola al cielo , y Santa Ana en la cama , y
otras criadas que la acompañan . Pero mejor que
ambos Maese Pedro de Campaña en un tablerito
pintado de un banco de retablo en San Lorenzo de
esta ciudad : la santa está en la cama y tiene junto
á sus pechos envuelta en paños la Santísima Niña ;
San Joaquin sentado junto á la cama , vestido como
se suele pintar con túnica y mantas , y dos criadas
ocupadas en los menesteres convenientes ; una pe-
lando una gallina y otra barriendo el aposento . Yo
dispusiera esta historia de esta manera : Santa Ana
en la cama sentada arrimada á las almohadas , con
tocas y ropas blancas de lienzo , abrigada con una
LIBRO TERCERO , CAP . XI . 193

mantellina , y una criada que le lleve en un plato


algo de comer. San Joaquin sentado á la cabecera y
otra mujer anciana que le muestre la niña envuelta
en sus mantillas, y el santo viejo mirando su bellí-
sima hija con alegría y admiracion . Advirtiendo
con esto , se huya en todo caso de pintar á Nuestra
Señora desnuda (como hacen los más) . Y esto es lo
que dije al principio que tenia que advertir en esta
pintura. Y si lo excusamos en el niño Jesus , en la

Vírgen su Madre con más razon por ser mujer.


No sé qué disculpa tiene el pintor que hoy dia en
el martirio de Santo Tomás Cantuariense en el Cole-

gio Anglico , pintó en un ángel niño que trae


guirnalda y palma al santo mártir, conocidamente
una muchacha desnuda , cosa que se debiera cubrir
por la ofensa de los ojos castos . Acabe pues Molano
(donde comenzó) esta advertencia . « Reprueba » dice
« el Sínodo tridentino , los libros que enseñan co-
sas lascivas , ¿ cuánto más se deben prohibir en las
pinturas , y más en las imágenes sagradas? » La
lengua habla á los oídos , la pintura habla á los ojos,
mucho más persuade la pintura que la oracion .

PINTURA NO USADA DE SANTA ANA .

En un tiempo estuvo muy válida la pintura de la


gloriosa Santa Ana asentada con la Santísima Vír-
gen y su hijo en brazos , y acompañada de tres ma-
ridos, de tres hijas y de muchos nietos , como en al-
gunas estampas antiguas se halla . Lo cual hoy no
aprueban los más doctos , y lo deben excusar justa -
mente los pintores cuerdos, porque como dijo con
196 ARTE DE LA PINTURA.

Tert . de vel . Virg. razon Tertuliano : « El tiempo aumenta la sabiduría,


De Sta. Ana,
exc. 6, c C.. 15 . y descubre las verdades en la Iglesia . » Así vemos
hoy favorecido el último matrimonio de Santa Ana
y San Joaquin como verdad cierta y segura , la cual
defiende doctamente el padre Antonio de Quintana-
dueñas al fin del tratado tercero que esperamos . De

cuyas razones me valdré en esta anotacion , porque


á las que dan los que siguen la contraria opinion ,
pretendiendo fundar en los lugares del Evangelio
que Nuestra Señora tuvo otras hermanas , me excu-
so con razon , por desembarazarme presto de lo que
no toca á mi profesion . Respondan en buen hora los
piadosos y sábios de nuestra parte antiguos y moder-
nos de que nombraré algunos : Euthimio , Teofilato ,
Tritemio , Lypomano , Santo Tomás , San Fulberto
Carnotense y otros innumerables de la Compañía de
Jesus ; Salmeron , Canisio, Suarez, Barradas , Sorino
y Castro . Y ninguno de esta religion ha dicho lo
contrario, porque todos niegan los dos últimos casa-
mientos de Santa Ana . Y aunque dicen que hubo
revelacion de la Santa en favor de sus dos casamien-
tos , los doctos no la admiten . Y esto de llamar her-
manos entre los hebreos á los más cercanos parien-
Gén. 12. tes, está muy favorecido en la Sagrada Escritura,
Gén. 13.
Gén .29. segun sienten Epifanio , Gerónimo y Agustino .
La primera razon de esta verdad es el general
sentimiento de los Santos Padres, que veneran á la
Vírgen Señora Nuestra por hija única de Santa
Ana y San Joaquin y singular heredera de sus bie-
Dam . v . 1 , n.º 5. nes . Hable por todos Damasceno : Tu unigenitam, ac
primogenitam exterili matre produxit. La segunda , el
comun parecer de sus coronistas Niceno , Damasce-
LIBRO TERCERO , CAP. XI . 197

no, Ildefonso , Gerónimo , Beda, Meratraste , Nicéfo-


ro, Cedreno y otros muchos , que afirmaron haber
sido la Vírgen prenda de la última vejez de sus pa-
dres . Ana tenia sesenta y siete años y Joaquin se-
tenta y ocho cuando , por milagro , tuvieron esta
hija . Pues ¿quién creerá de la santidad , castidad y
prudencia de Santa Ana que de tan crecida edad se
casase segunda y tercera vez? ¿ Quién que concebida
María ó recien nacida murió San Joaquin , y que lue-
go se casó? ¿ Qué , tan en breve murió el segundo
marido? ¿Y que despues de las primeras bodas que-
dase apta para en segundas y terceras tener suce-
sion? Pues aun cuando alcanzó á la Virgen era in-
capaz por su vejez y esterilidad de tenerla? De más,
que las que son estériles y viejas, cuando conciben
un hijo no gozan otros , como se vió en las madres
de Isaac, Sanson y el Bautista .
La tercera razon , que bastaba, es el indecoro que
en las matronas principales y honestas se descubre
en pasar á las segundas, y mucho más á las terce-
ras bodas ; porque arguye en ellas no tanta pureza .
Y así, perseverar en la viudez primera ( como dijo Tom 5.
Santo Tomás) es señal de castidad : Vidua unius veri, Tom . 5 .
laudabile signum castitatis .
Segun esto ¿quién dudará de la castidad de la glo-
riosa Santa Ana , que fué la más pura (fuera de su Hija)
que esposa alguna ha tenido? ¿Quién de la estima y
amor que á San Joaquin tuvo , que fué el mayor que
mujer alguna tuvo á su esposo? ¿Quién del aprecio
que de la Santísima María encerraba su pecho, que
fué superior al que todos los padres y madres juntos
alcanzaron de su sucesion, para que celebrase se-
198 ARTE DE LA PINTURA .

gundas y terceras bodas? ¿Que buscó otro esposo?


¿Que apareció otra hija? Indigno era por cierto tal
pensamiento de su mucha pureza . Y de desear pren-
das de otro marido , ni aun del mismo Joaquin , ad-
quirida la Vírgen, y más sabiendo que habia de ser
madre de Dios , que tantas oraciones y lágrimas la
habia costado, y tanto aparato hizo el cielo con re-
velaciones del arcángel San Gabriel, y tan grandes
maravillas obró en su Purísima Concepcion .
Paréceme que esto sobra , para que los pintores no
renueven semejante pintura, antes la borren de su
memoria para siempre .

PINTURA DE SANTA ANA DANDO LECCION Á NUESTRA SEÑORA .

Con menos fundamento y más frecuencia se pinta


hoy la bienaventurada Santa Ana, enseñando á leer
á la Madre de Dios , cuya pintura es muy nueva,
pero abrazada del vulgo . Digo nueva , porque he
observado que hará veinte y cuatro años poco más
ó menos que comenzó, hasta este de 1636, de una
Santa Ana de escultura que estaba en una capilla
de la Iglesia parroquial de la Magdalena, la cual
acompañó despues un escultor moderno con la niña
leyendo . De donde pintores ordinarios la extendie-
ron, hasta que el licenciado Juan Roelas (ducho en
el colorido aunque falto en el decoro) la acreditó
con su pincel en el convento de la Merced de esta
ciudad ; donde está la Vírgen arrodillada delante de
su madre leyendo casi un misal , de trece á catorce
años, con su túnica rosada y manto azul , sembrado
de estrellas y corona imperial en la cabeza . Tiene á
LIBRO TERCERO , CAP. XI . 199

su lado Santa Ana un bufete con algunas colacio-


nes del natural , y debajo un gatico y perrillo . Junto
á la Vírgen está una canastilla de labor con otros
juguetes . Y aunque es verdad que ha parecido á
algunos doctos no haber fundamento bastante para
reprender semejante pintura, de lo mucho que al 1

autor de la advertencia pasada sobra , nos valdrémos


en esta , poniendo primero las razones con que se El P. Ant. de
Quintanadueñas .
disculpa esta pintura .
La primera, porque autores antiguos expresamen-
te dicen que la Vírgen aprendió las letras hebreas .
Así lo afirman San Anselmo y San Epifáneo casi
con unas mismas palabras : Maria cum adhuc pater Epif. de lau. , vrg.
viveret, hebraicas literas didicit . Que lo que especula-
tivamente sabia por ciencia infusa , lo supo práctica-
mente . Y en esto convienen muchos santos como
San Bernardo . Y esto tiene más sólido fundamento
en San Lucas y en San Pablo : el uno dice del niño
Dios: « que se iba aprovechando y creciendo en sa- Ber. for. 51 .
Luc. 2,
biduría >» Y el otro : « que Cristo aprendió obediencia , ad Hebr . 5 .
con las cosas que padeció » No porque la ignorase ,
sino porque la ejercitó y pusó en práctica . Así que
aunque sea verdad que la Vírgen no aprendiera de
su madre, pero que en lo exterior se llegaria á pe-
dirle leccion y querria que pareciese que le enseña-
ba , por hacer aquel acto de humildad y atribuir
aquella gloria á su madre; pues como notó San
Epifáneo : Erat docilis et amans doctrinæ . Y como
Cristo Nuestro Señor, con ser Dios, por dar ejemplo
de humildad y rendir á sus padres esta honra : erat
subditus illis . Y como sienten autores graves , ayuda-
ba á San José en el oficio de carpintero . Por todas
200 ARTE DE LA PINTURA .

estas razones y otras muchas que yo excuso , bien se


compadece pintar á la santa niña leyendo delante
de su madre .

Para responder á lo dicho , entremos ahora un


poco en la ponderacion , de que esta Señora es madre
de Dios , y que le debemos atribuir lo más ilustre,'
Dam. ser. 1 et 2 realzado y glorioso , como dijo Damasceno : qui om-
de Ass . nia illustria et gloriosa dixerit de Virgine, numquam á

veritates scopo aberravit . No hay duda sino que es


más glorioso y perfecto en la Vírgen que no juz-
guemos de ella que necesita del magisterio de las
puras criaturas , porque llegar exteriormente á tomar
S. Ant . Ip . t . 15 leccion de su madre , arguye imperfeccion y denota
ignorancia de aquello de que se la da . Pues Dios.
amontonó en ella aventajadamente todos los privi-
legios que esparció entre todas las criaturas; desde
el primer instante de su Purísima Concepcion tuvo
perfecto uso de razon , libre al vedrío y contempla-
cion y
vió la divina esencia ; fuéle infundida çien-
cia natural Ꭹ sobrenatural, más que á Adan y á Sa-
lomon : aumentóse con la enseñanza del Espíritu
Santo , leccion de escritura y experiencia: fué maes-
tra de los Apóstoles , tuvo más perfecta ciencia de
los misterios de la Trinidad y Encarnacion : tuvo
don de lenguas : enseñó por escrito : fué maestra de
8. Bern. Ser . 61. los ángeles y aun del mismo Cristo , como dijo San
Bernardo .

Además que el lugar de San Epifáneo citado, no


dice que sus padres le enseñaron las letras hebreas
sino que las aprendió estando ellos vivos . Pero ni á
labrar, bordar , leer, ni escribir tuvieron lugar de
enseñarla , pues la apartaron de sí y entró en el
LIBRO TERCERO, CAP . XI. 201

templo de menos de trece años ( como verémos luego)


y así impropiamente se pinta aprendiendo , pues en
tan tierna edad era naturalmente incapaz de este
ejercicio . Mas , entrada en el templo (enseñada del
cielo) luego leia en todos los libros sagrados y pro-
fetas , como testifica Mantuano en sus versos . Y así Mant lib. 1.
concluyo en que con más razon rendirémos la gloria
de este magisterio al Espíritu Santo , pues lo ejercitó
más en la Vírgen Nuestra Señora que en ninguna
otra pura criatura , y quedará logrado mi discurso y
desaficionados los devotos de esta pintura.

PINTURA DE LA PRESENTACION DE NUESTRA SEÑORA EN EL


TEMPLO .

Antes de dar noticia del acierto con que se debe


pintar esta sagrada historia, pondrémos delante de
los ojos el desacierto que usó Cornelio en su estam-
pa del año 1570 donde está un pobre de espaldas ,
desnudo el medio cuerpo (porque de este papel se
valen muchos pintores ) . Puso en el templo tres
gradas grandes y dos pequeñas : la imágen de Nues-
tra Señora la lleva Santa Ana , puesta la mano en
las espaldas , de edad de quince ó diez y seis años ,
el cabello tendido hasta más abajo de la cintura ,
con sola una túnica y con mucha indecencia , si más
que los piés descalzos , sin más acompañamiento . El
sacerdote está en lo alto cercado de algunas figu-
ras, parte de ellas desnudas : ni Santa Ana ni la
Vírgen tienen diademas, para diferenciarse de los
demás ; ni se conoce entre los que acompañan al sa-
cerdote su padre San Joaquin con ser necesario en
202 ARTE DE LA PINTURA.

esta historia. Mejor la dispuso Alverto en la vida de


Nuestra Señora de estampa de madera, sólo que se
puso á la niña una gran cabellera ; y muestra tener
más de diez años de edad , pero con sobrado acom-
pañamiento á Santa Ana y San Joaquin .
El hecho pasó de esta suerte : siendo la Santísima
Vírgen de tres años (algunos dicen que de menos)
la llevaron sus padres al templo de Jerusalen para
ofrecerla á Dios como lo habian prometido para que
P. de Rivad . Nov. se sacrificase con las otras vírgenes . Habia una es-
calera que tenia quince gradas para subir al altar ,
y puesta la santísima niña en la primera con extre-
mada gracia, ligereza y alegría , sin que nadie la ayu-
dase ni llevase de la mano , subió por sí sola hasta lo
alto , no sin grande admiracion de todos los que es-
taban presentes espantados de ver la extremada be-
lleza y gracia de la niña , y más del contento y
prontitud con que se despedia de sus padres y se
dedicaba al Señor. Recibióla el sacerdote que fué el
Santo Zacarías con grande amor y estima, dejándo-
la á él y los demás sacerdotes muy encargada sus
padres . Allí fué la primera que consagró su purísi-
ma virginidad con voto perpétuo al Señor (algunos
quieren que haya sido condicional) . Estuvo en el
templo hasta entrar en los catorce años , y á los once
murieron sus padres muy viejos , sin tener más hijos.
Allí se empleaba en hilar lana y lino , y coser y
lavar las vestiduras sacerdotales , y todo lo que era
menester para el culto del templo y para despues
servir y regalar á su precioso hijo, y hacerle la tú-
nica inconsútil . Aprendió las letras hebreas , leia
las divinas escrituras y las entendia perfectamente :
LIBRO TERCERO , CAP. XI. 203

era visitada y regalada de los ángeles y del mismo


Señor . Y hay autores graves que dicen que los án- Greg. Nic . hom
oblas 45.
geles la traian de comer, para que estando desemba-
razada pudiese vacar á Dios .
Yo pinté esta historia para un convento de mon- Cedronin temp .
Hist.
jas del Puerto de Santa María, año 1634, como me
parece que se debe pintar : un pedazo de templo sun-
tuoso con una autorizada escalera de quince gradas ;
á más de la mitad hácia lo alto la gloriosa niña su-
biendo sola , de edad de tres años, muy hermosa : sus
manos juntas, su túnica rosada y mantillina azul , el
cabello como coleta, corto , conforme á su poca edad,
como de color de oro , una cinta rosada ceñida por
él , sus zarcillos en las orejas , y calzada con sus za-
paticos azules (ambas cosas favorecidas en la escri-
tura sagrada) , un pié de puntillas en un escalon , el
otro levantado y asentado en el más alto . El sacer-
dote vestido ( como dirémos) con los brazos abiertos ,
como deseando que llegue para cogerla en ellos :
acompañado de otras figuras de autoridad como mi-
nistros del templo ; á la parte derecha su madre
Santa Ana con otras matronas viéndola subir con
admiracion y alegría ; á la parte izquierda su padre
San Joaquin acompañado de otros venerables varo-
nes , con el sombrero en la mano derecha en señal
de reverencia, puestos los ojos en la bendita niña .
Que fuese el padre del Bautista el sacerdote que
la recibió y cuáles las vestiduras que se le han de
poner, dice un docto de la Compañía : « Sentencia p . Quintanadueñas.
es » dice « de San Germano arzobispo de Constanti-
nopla, y de San Giorgio arzobispo de Nicomedia,
que fué el Santo Zacarías : y lo mismo afirman
204 ARTE DE LA PINTURA .

muchos de la Compañía de Jesus ; Castro , Barradas ,


Morales y otros escribiendo la vida de Nuestra Se-
S. Germ . crat. de ñora . » Las palabras de San Germano dicen así: In-
oblat. Mar.
tueamur quemadmodum Propheta Zacarias eam sua
manu accipit et adducet in adita . Y supuesto que fué
Zacarías resta saber si era sumo sacerdote , ó uno de
los comunes, y aunque por ambas partes hay califi-
cados autores , el comun parecer es que era uno de
S. Luc. cap . 1. los inferiores , y se colige del Evangelista San Lucas ,
diciendo de Zacarías que era sacerdote de los de la
vez de Abdias . Y los de esta opinion advierten que
si fuera sumo sacerdote , no hay duda, sino que lo
dijera el Evangelista . Y prueban que si lo fuera se
hallára en el catálogo de los Sumos Sacerdotes de
Israel que cuenta Josefo . Antes se halla por sumo
pontífice aquel año que fué presentada la Vírgen ,
en los anales hebreos, Simon, hijo de Bocci , segun
repara Baronio . Viniendo al traje que usan los sa-
cerdotes comunes , cuatro eran las cosas particula-
res que traian ; y dejando la una que eran los calzo-
nes que llamaban fernoralia (porque los cubria la
alba) . La primera de las tres era esta , que se llama-
ba túnica lívea, sobre la que venia la pretina ó ce-
ñidor que se llamaba Balteu ó Zona ; la tercera era

Exod . 23. la mitra llamada cedaris, como lo dijo Dios á Moisés .


Esta túnica era muy estrecha y larga, blanca y
llena de lienzo doblado , y las mangas justas de lo
mesmo . La cinta ó pretina de cuatro dedos de ancho ,
de lino , entretejida de varias flores , y sembrada de
piedras preciosas, y despues de dar dos vueltas á la
cintura llegaba al suelo . La mitra ó tiara , era á mo-
delo de un morrion ó medio globo , de lino muy del-
LIBRO TERCERO, CAP. XII . 205

gado y cubrian la parte superior : cercábala una


venda de otra tela de lienzo , que daba algunas
vueltas á la cabeza y cubria las costuras de la

primera.
Esto es lo que pertenece á esta historia. Y dejan-
do á la Santísima Virgen en el templo en sus sobe-
ranos ejercicios , por haber sido largo , pido licencia
para proseguir en el capítulo siguiente con el inten-
to comenzado .

CAPITULO XII.

EN QUE SE PROSIGUEN LAS ADVERTENCIAS Á LAS PINTURAS DE LAS


HISTORIAS SAGRADAS.

PINTURA DEL DESPOSORIO DE NUESTRA SEÑORA .

Infancia 1.
Habemos visto que la Santísima Vírgen fué pre-
sentada al templo en la primera edad de tres años ,
Puerici 2.
y estuvo hasta la segunda, once: de manera que
salió á desposarse con el Santo José siendo de ca-
torce años, y San José poco más de treinta . No se s. Gregor. orac .
de Nativ.
hallaron sus padres al desposorio , que á los once
2
años eran muertos . Esto es lo más probable (como Suarez tom. in 3
p. q. 29 y la
dice Cedreno) undecim annos nata parentes aiset. v. 26.
Así lo siente un docto de la Compañía siguiendo á Razones
in vitadeCristi.
Fonseca
los antiguos . Dije que su esposo era de poco más de
treinta años porque la buena razon no lleva que San
José fuese viejo, y por esto la glosa ordinaria y Nico-
206 ARTE DE LA PINTURA .

lao de Lira le aplican la profecía de Isaias, habitavit


iuvenis cum Virgine . Que la desigualdad trae graves
inconvenientes , y si la edad no era para tener hijos,
mal se puede salvar la buena fama de la Vírgen , y
un hombre de 80 años no habia de tener fuerzas para
caminar y peregrinaciones, y sustentar su familia
con el trabajo de sus manos . Tambien convienen los
doctores en que despues de su desposorio hizo voto
s . Anselmo de exc . absoluto de castidad (que antes la Vírgen y él lo
Virg. c. 4 .
habian hecho aunque perpétuo condicional) y no
venia bien hacerlo de tanta edad, y en aquel pueblo
era novedad estar á tal hora por casar . Y por esto
Lúc , c . 1 . San Lucas le llama baron: ad virginem desposatam
viro; que es la mejor de las edades , entre la juven-
El P. Ant. de tud y la virilidad . Eran muertos San Joaquin y
Quint. vet . S. Ana . Santa Ana , y á su muerte y exequias asistió la
Vírgen, como era costumbre de los hebreos , á
ejemplo de Isaac y Jacob : porque no es creible pri-
vase de esta honra á tan ilustres y venerables padres .
El sepulcro de los dos fué despues suyo, junto á
Jerusalen, entre el monte Sion y el de las Olivas,
De Terra S. n . 198. Segun Andricomio, y el general sentimiento de an-
tiguos y modernos , San Gerónimo , Josefo , el Abu-
lense y Lira .
Declarándose , pues , esta señora al Sumo Sacerdote
que así habia hecho voto de virginidad , mandó se
hiciese oracion , sobre ello , salió una voz del propicia-
torio en que se le diese esposo , segun la profecía de
Isai . cap . 11 Isaias (1 Egreditur virga de radici Jesé, et flos de radia
vers. 1.
eius ascendit, et requiescet super eum spiritus Domini.
Vinieron todos los mancebos del linaje de David,
con sus varas y entre ellos San José , cuya vara flo-
LIBRO TERCERO, CAP . XII . 207

reció, brotando unas hermosas flores de almendro ,


sobre las cuales se puso el Espíritu Santo en figura s . Ger . ort . mar.
de una blanquísima paloma .
La Vírgen y San José se han de pintar muy her-
mosos en la edad referida , vestidos decentemente
con sus túnicas y mantos , como se acostumbran
pintar dándose las manos derechas con grande ho-
nestidad . Y en medio el sacerdote bendiciéndolos ,
con el traje que pintamos á Zacarías cuando recibe
á la Vírgen en el templo . No falta quien diga que
fué el Santo Simeon , pero lo cierto es que fué uno
de los comunes sacerdotes, que es la más probable
opinion . Háse de pintar esta historia en un suntuoso
templo, con grande acompañamiento de ministros
y de gente popular de todas edades, y mancebos Barrad . 1 y 2
S. Mateo.
con varas en las manos .

Y es razon advertir que al ejemplo de la santidad


y pureza que se desposaba con el Santo José , más
para obedecer á los altos intentos de Dios que para
parecer bien á los hombres , no es cosa decente pin-
tarla en traje profano . Y lo debiera excusar el reli-
gioso baron D. Luis Pascual , en el cuadro que pintó
de esta sagrada historia , en el coro del convento de
la Cartuja , en que muchos han reparado . Está la
imágen de Nuestra Señora sin manto, con una saya
grande veneciana muy metida en cintura, llena de
muchas lazadas de cintas de colores y con mangas

grandes de rueda : traje á mi ver, indecente á la


gravedad y alteza de esta soberana Señora.
Estos fuéron los mejores desposorios que vió el Fonseca, vit . Cris.
cielo , aunque el de nuestros primeros padres donde
fué Dios el cura y casamentero . Que fuese verda-
208 ARTE DE LA PINTURA.

dero este matrimonio es de fe , como afirman los


D. Th. 3 p. doctores escolásticos . Que esto quiere decir el Evan-
Mat. c. 1 de
sS.. Jos lib. 1. gelista llamando á la Vírgen conjugem meum . Dice
Gracian desposada y velada con todas las ceremo-
nias y bendiciones que entonces usaban los sacer-
dotes .

PINTURA DE LA ANUNCIACION DE NUESTRA SEÑORA .

Grac. lib. de Vueltos los Santos desposados del templo, la


S. Josep cap. 1. primera noche se descubrieron los corazones , y con
acuerdo de ambos hicieron de nuevo voto absoluto
de castidad, permaneciendo vírgenes para siempre .
Vivian juntos en Nazaret en una casa que habia sido
Canis. lib. 1 de los padres de la Vírgen, donde ella nació y se
de N. S.
crió y Dios se hizo hombre (que trajeron despues
ángeles á Loreto) . San José ejercitaba el oficio de
carpintero y la Vírgen, con suma perfeccion , los de
la vida activa y contemplativa . Como escogida de
S. Luis de Gran . Dios para la mayor dignidad que pudo caber en pura
Adic.
criatura .
A los cuatro meses de su desposorio llegó el ven-
turoso tiempo determinado ab æterno de la divina
bondad y tan deseado de los patriarcas y profetas .
Villeg. f. 23 , 21 Viernes 25 de Marzo en la sexta edad del mundo , al
y 25
anochecer (que por esto usa la Iglesia tocar de
noche el Ave María) , entre cerradas las puertas , el
arcángel San Gabriel, enviado de Dios con la em-
bajada á la Sacratísima Virgen . La cual estaba le-
Lib. 2 in lu. yendo y meditando la profecía de Isaias Ecce Virgo
concipiet, en el más alto grado de contemplacion ,
como afirma San Ambrosio y lo confirma San Agus
LIBRO TERCERO , CAP . XII . 209

tin. Que tambien dice en otra parte que apareció el


ángel en forma humana de un mancebo hermosísi- Serm . de Tempa
mo y resplandeciente, honesto en su traje, y grave Serm. 54 de Natio .
en su paso . Saludóla , llamándola llena de gracia;
más que maravilla . Si estaba ya Dios con ella , con
espiritual asistencia , que se habia dado más prisa Hom. 1 Sup . Missus
que el ángel, á quien se anticipó como notó San Ber- est. P. Alvaro Arias .

nardo , cuyo lugar logró un docto moderno de la Com-


pañía en esta festividad .
Duró la plática hasta la media noche , ó el tiempo
competente en que se acabó aquel misterio , y dió la
Virgen el consentimiento , pues á la misma hora
desde há nueve meses nació el Redentor. Ha de
estar la Santísima Señora de rodillas (que es lo más Molan lib. 2
cap. 19.
probable) con una manera de bufete , ó sitial delante ,
donde tenga un libro abierto , y á un lado un candil
de mesa, porque habiéndose recogido de su labor al
anochecer, es más conforme á su pobreza y á la sa-
grada escritura , alumbrarse con olio ( así lo aprobó
el venerable Padre Juan Gerónimo de la Compañía
en una pintura de mi mano) . El ángel no ha de
venir cayendo ó volando , y descubiertas las piernas
(como hacen algunos) , antes ha de estar vestido de-
centemente , con ambas rodillas en tierra con gran
respeto y reverencia delante de su reina y Señora ,
y ella humilde y vergonzosa (de la edad que habe-
mos dicho de catorce años y cuatro meses ) bellí-
sima; su cabello tendido y con un sutil velo sobre
él ; manto azul y ropa rosada , ceñida con su cinta,
como era costumbre de los hebreos y lo usó Cristo
(esta zona de la Vírgen, afirma San Germano en un El P. Anto. de
Quintanadueñas .
sermon que se veneraba en Constantinopla donde él
TOMO II. 14
210 ARTE DE LA PINTURA.

fué arzobispo) . Traerá el ángel vistosas alas y ropas


cándidas, de alegres cambiantes como le puso judi-
ciosa y acertadamente con decoro y majestad Federi-
co Zúcaro en la Anunciata de Roma. Podránsele po-
ner unas azucenas en la mano izquierda , que por tra-
dicion se le pintan desde el tiempo de los Apóstoles .
Luego dirémos lo que significan . Tenga nuestra Seño-
ra las manos puestas, ó cruzados los brazos como di-
Luc. cap. 1 . ciendo las últimas palabras : Ecce ancilla Domini , pues
acabadas de pronunciar se obró el sacrosanto mis-
terio de hacerse Dios hombre en sus entrañas . En lo
alto se suele pintar una gloria con el Padre Eterno,
y muchos serafines y ángeles y el Espíritu Santo en
figura de paloma echando de sí rayos resplandecien-
tes de luz . Húyase de pintar algun ángel que pueda
competir con San Gabriel , por no confundir su sa-
lutacion . Y aunque lo dicho será bastante, para
mayor claridad advertirémos algunas licencias usa-
das de pintores en esta historia , porque se excusen de
aquí adelante , observadas en los mayores hombres .
Micael Angel y Ticiano que las dejaron estam-
padas; el primero puso á la Vírgen en pié como que
quiere huir del ángel, y el otro haciendo melindre
de quererse cubrir con la toca cuando entra, y
ambos al ángel muy desnudo . Pero quien andubo
atrevido es el autor de una estampa sin nombre
que se conocerá por un lugar de la Escritura que
tiene al pié , dice así: Et suscitabo David germen jus-
tum , Serem . 23. Que en lugar del Espíritu Santo
(que es tan forzoso en este paso) puso un resplandor
sobre la cabeza de la Vírgen, y en él un niño Jesus
desnudo , con una cruz sobre el hombro, y una
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 211

gloria de ángeles con Dios Padre . La cual pintura


no sólo es ocasion de error peligroso , por herético
como advirtió Molano . Porque se conforma con el Molan. lib. 1
cap. 23.
parecer de Valentino y sus secuaces á quien la Igle-
sia Santa há muchos años que condenó por hereje ,
porque enseñó que Cristo nuestro Señor trajo el
cuerpo del cielo . Y por esto San Antonino reprende 3 par . tit . 3 .
con rigor esta pintura, porque es de fe que el Espíritu
Santo formó el cuerpo de Cristo nuestro Señor de la
sustancia de la sacratísima Vírgen en sus purísimas
entrañas . La azucena en la mano del ángel (confor-
me á la Escritura sagrada) significa la exaltacion de
la Vírgen de un estado humilde al más alto y le-
vantado de reina del cielo y Madre de Dios, como lo Alcázar. tom. 2
de su Apocalip.
explica un docto de la Compañía de Jesus .

PINTURA DE LA VISITACION DE NUESTRA SEÑORA Á SANTA


ISABEL .

Inflamada ya la zarza que vió en el monte Moisés , Exod. 3 .

sin perder el verdor de su virginal pureza , despedi-


do ya el celestial paraninfo, quedóse la Vírgen en
una profundísima contemplacion , y acordándose de
las palabras del ángel , que su prima Isabel estaba
preñada, levantándose de la oracion se puso en ca-
mino . Acompañóla Dios escondido en sus entrañas , Razones de Fonseca
in vita Cristi.
y en lo de fuera su esposo José . Porque es cosa
cierta haria esta jornada la Vírgen , de manera que
no ofendiese á los ojos humanos la novedad de ver
sola belleza tan soberana, y por el decoro debido á
su tierna edad. De este parecer es el cardenal Caye-
tano , San Buenaventura y el P. Suarez .
212 ARTE DE LA PINTURA.

3 p. q. 29 in Habia desde Nazaret á la montaña donde tenia su


med. c. 5 tom . 2
in. 3 p. q. 33. casa Zacarías (siguiendo la opinion más cierta)
treinta y dos leguas y media , las cuales andubo la
Cast . hist . Dei. Vírgen diligentemente (que estos son efectos del es-
cap. 6 .
píritu) no á pié como quieren algunos, antes á Lira
y al Cartusiano les parece que sentada en una ju-
mentilla la cual dice un docto moderno que tenia
Grac. lib. 4 de San José para los ministerios de su oficio , y en que
S. José cap. 4.
llevaba lo forzoso á la necesidad corporal . Él cami-
naba á pié, guiándola por tan largo y áspero cami-
no . Así lo estampó el P. Nadal en su Visitacion en
la letra B.
Algunos pintores ponen esta historia en el cam-
po , inconsideradamente , diciendo el Evangelis-
Lúc . cap . 1. ta : « Entró en la casa de Zacarías y saludó á Elisa-
bet. » De suerte , que se debe pintar esta visita , en el
patio de la casa, y la santa anciana que sale á la
puerta de una sala á recibir á la Santísima Vírgen,
de revuelta, no con manto , si bien con las ropas que
usaba en su casa, y la soberana señora vestida como
se ha dicho , con sombrero de palma á las espaldas ,
para defensa del sol , hermosísima y sonrosada del
camino . Y abrazándose las dos con grande alegría y

una y otra sin criada ; porque la Vírgen no la tuvo


por su pobreza, y cuando la tuviera la excusara en
camino tan largo; y las criadas de la santa aún no
habian sido menester . No hubo testigos delante, por-
que las palabras y misterios que allí pasaron, ni aun
San José estuvo presente á ellas , que á la sazon ó cui-
daba de alguna cosa de importancia ó ( como es lo más
cierto) , saludaba al santo Zacarías como al señor de
la casa . Y así estarán bien los dos apartados alabando
LIBRO TERCERO , CAP . XII . 213

á Dios, en distancia que no pudiesen atender à la


conversacion primera de las dos primas . Así los dis-
puso el P. Nadal en la letra G y el P. Lúcas Pinelo ,
ambos de la Compañía , en sus estampas . Y viene bien
que salude la Vírgen á la mujer (porque su honesti-
dad pedia que sólo conversase con mujeres) , y San
José al varon . Como hicieron los ángeles en la casa
de Abraham que le saludaron á él y no á Sara . Por- Gen. 12 .

que si San José hubiera oido las palabras de Santa


Isabel , y las de su esposa no extrañara en su vuelta
la preñez de la Santísima Vírgen , pretendiendo dejar
su compañía como verémos luego . Y los autores.
que privan á San José de este viaje, por ventura lo
excusan con esto de la duda que tuvo despues de ver
á la Vírgen preñada . Otras muchas baratijas acomo-
dan pintores (como si se mudaran de una casa á
otra) que se pueden excusar en esta sagrada historia .

PINTURA DE SAN JOSÉ CUANDO QUISO DEJAR Á LA VÍRGEN


NUESTRA SEÑORA .

En el nacimiento del Bautista se suele pintar la


Vírgen nuestra Señora con él en los brazos , siguien-
do la opinion de los que dicen que se halló en él .
Pero yo me conformo con los que dicen que no se
halló , por las razones que da Teophilato : que no v s . Lúc. cap . 1.
convenia que se hallase la Vírgen en el parto de
otra mujer, y por la mucha inquietud de gente que
habia de acudir á ver las maravillas que habian pa-
sado . En que reparó muy bien el P. Lúcas Pinelo , Vida de Nuestra
Señora .
y así como á él , me hacen más fuerza las palabras
Lúc. cap. 1.
del Evangelista , que dicen : « Que estuvo la Vírgen
214 ARTE DE LA PINTURA.

casi tres meses en compañía de Isabel » (de suerte


que no eran cumplidos); y adelante en su parto
dice: Implectum est tempus pariendi, que parió á los
Nota. nueve meses . En que da á entender que hubo
tiempo en medio . En el cual volvieron á su casa de
Nazaret, de la misma suerte que habian ido , y suce-
Mat . c. 1 . dió lo que cuenta San Mateo . Que estando la Vírgen
de tres meses y no sabiendo José lo que habia pasa-
do entre el ángel y ella, comenzó á dudar : esta irre-
solucion , esta niebla , este mar de sospechas , es una
Grac. lib. 4 de de las mayores congojas que pasan los Santos . Y
8. Josécap . 4 . esta fué tan grande que de la compasion que tuvo la
Vírgen á su esposo , vino á afligirse de suerte que el
Padre Eterno le envió al ángel San Gabriel que la
Revel. lib . 6 c . 9. consolase y certificase que luego sacaria á José de
esta perplegidad . Así lo reveló la misma Señora á
Santa Brígida .
Cris . hom. ap. Y dejando varias opiniones de este caso , me aco-
imper. modo á la de San Juan Crisóstomo , cuyas palabras
son: «¡Oh inestimable alabanza de María ! más creia

José á su castidad que á su vientre : más á la gracia


que en ella estaba escondida , que á lo que la natu-
raleza manifestaba. Pareciále ser más posible que la
Vírgen concibiese quedando vírgen , que no que
pudiese pecar. » Y más viendo lamudanza de su di-
vino.semblante despues de haber concebido , y sụ
Revel . lib. 6c. 59. resplandor y olor celestial ; de que dió parte á Santa
Brígida.
Grac. lib. 3 de En esta ocasion le llama el Evangelio , justo (con
8. Joséc. 4. razon) porque mostró la suma justicia en este hecho ,
queriéndola dejar. Lo primero , por no hacer agravio
á nadie, especialmente á su esposa , de quien tenia
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 215

tanta opinion, que ni quiso acusarla, ni jamás le dijo


palabra sentida , ni la ofendió con el pensamiento ,
antes quiso quitar la ocasion de juzgar temeraria-
mente . Esto es lo sumo de la justicia, no hacer
agravio con obra, palabra ni pensamiento .
Antes de describir esta historia probarémos que
San José fué carpintero . Y para esto bastaba el uso Mat . cap. 13 .
de Nuestra Madre la Iglesia , fiel secretaría del Es-
píritu Santo, conformándose con lo que nota el
Evangelio . Con esta opinion procede Lira, Santo
Tomás y el Cartusiano, y casi todos los Doctores
eclesiásticos y positivos . Y Justino filósofo y mártir
dice, que José ejercitó el oficio de carpintero , y en s. Just .de al . cun .
Tribh.
él le ayudó Cristo Señor nuestro . El cual lo conti-
nuó despues de los dias de José para sustentar á su
madre, y esto mismo afirman San Basilio y San An-
selmo , y la misma Vírgen lo reveló así. Acull . lib. 6 c. 5.
En la capilla de la Anunciata del colegio de San
Hermenegildo , al lado de la Epístola , está pintada
esta historia de mi mano (que á mi ver puede ser
ejemplar) . Un pedazo de casa pobre y junto á ella un
banco de carpintero cercado de astillas y San José
sentado sobre un zoquete de madera , con la túnica
y manto y recostado sobre el brazo derecho en él ,
vencido de la congoja y del sueño : junto á sí está
una talega con ropa atada con una cuerda , y arri-
madas á la casa algunas herramientas de su oficio ,
las más forzosas : una sierra , azuela , cepillo , marti -
llo , barrena y formon , todo atado con un cordel , y
su báculo arrimado para caminar . Detrás está el
ángel muy hermoso tocándole en la cabeza con la
mano derecha y con la siniestra señalando á la
216 ARTE DE LA PINTURA .

casa, mirándolo (despues de haberle desengañado y


Mat . cap . 1. dicho) Joseph fili David, noli timere, accipere Mariam
conyugem tuam, que habiéndole declarado el miste-

rio y dejádolo consolado se volvió . Lo restante del


lienzo es un país y un alegre cielo .

PINTURA DEL NACIMIENTO DE CRISTO NUESTRO SEÑOR .

P. Lucas Pinel Pasados poco más de seis meses , habiendo la Vír-


V. de N. S.
gen Nuestra Señora prevenido (segun su pobreza)
los pañales y mantillas para el nacimiento del infan-
te, estando ya cercana al parto , dice San Lúcas, que
Lúc , cap , 2 . se publicó un edicto de Augusto César, que manda-
ba que se empadronase todo el mundo , para pagar-
le cada uno tributo en su patria. Caminaron pues
María y José, de Nazaret á Belem , ciudad de David ,
de cuya progenie y familia eran, y donde habia na-
Cast. histor. cido José . Fué este viaje muy trabajoso , por ser de
Deip . c. 7.
veinte y nueve leguas, en invierno y por montañas,
con frio , nieves y tempestades . El buey y el asno dice
Lib. 4 de S. José Gracian que sientan algunos autores que los lleva-
c 4.
ba San José consigo . Concedámosle , empero , la as-
nita siendo propia , como en la Visitacion , pues era
casi tan largo el camino , y el tiempo más riguroso,
y tenia aquí más necesidad de ella la Santísima
Vírgen por estar más vecina al parto y llevar para
él su prevencion . Si bien por ningun modo agravaba
como las demás mujeres . Tambien la puso en su as-
V. de Ntra . Sra . nita el P. Lúcas Pinelo en sus estampas , y San José
llevándola del diestro .
Revel. lib. 7
Llegaron de noche y cansados á Belem, hallaron
p. 21. Bed . de
loc. 3 cap . 6. ocupados todos los lugares donde se habian de alber-
Crist. de Castro
bist . Dei . cap. 7. gar, y fué forzoso salir fuera de la ciudad, y recoger-
LIBRO TERCERO , CAP. XII . 217

se en una cueva cavada en la muralla (lugar comun


donde solian acudir los pastores) de quien dijo Sa-
nazaro .
No sé si por humana industria hecha, Farto Virg.
ó por naturaleza fabricada .

La cual servia de establo donde se amparaban las Brecard in descrip.


terrac. Sant .
bestias, y para este efecto estaba á una parte de ella a
1. part. c. 7.
un pesebre cavado en la piedra , como afirma Brocar- Nis . in orat . de
resurr . Cristo
do . Aquí parió aquella dichosa noche la Santísima Bers . 4 in Nativ. D.
Vírgen á Cristo Nuestro Señor, Dios y hombre ver-
dadero . En el cual parto afirman Niseno y Bernardo
que la Vírgen no sintió dolor ni trabajo alguno ,
antes suma alegría y gozo . Y los pastores de aquella
region que estaban velando , avisados de ángeles ,
que les cantaron la gloria , vinieron al pesebre y
devota y humildemente adoraron al niño Dios .
Tenia Nuestra Señora entonces poco más de quin-
ce años , porque hubo entre la encarnacion y na-
cimiento nueve meses cabales , como consta de la Fonseca in vita
Christ. cap . 12 .
tradicion eclesiástica , que conforme á la cuenta
comun hacen doscientos y setenta y dos dias. Fué
el misterio del nacimimiento en Domingo 25 de Di-
ciembre, como lo notó San Agustin, y así lo celebra
la Iglesia desde el tiempo de los Apóstoles . La hora Ang . S. 8 de Nat .
y punto de él, fué á la media noche , y por esto se le
acomodan las palabras de la sabiduría : Et nox in
suo cursu medium iter haberet . Nació el niño hermosí- Sap cap. 3.
simo y limpísimo , quedando su Madre de la misma
suerte, como elegantemente lo dijo Sanazaro : Parto Virg.
En tanto se llegó el dichoso instante ,
Y del vientre purísimo y sellado ,
Sale el divino y sacrosanto Infante
Dejando el limpio tálamo cerrado .
218 ARTE DE LA PINTURA .

Vengamos á la pintura de este misterio , que há


muchos años que deseo hablar en ella.
Dos nacimientos pone en sus estampas el P. Na-
dal . En el primero está el niño acabado de nacer ,
desnudo , puesto en la tierra sobre el heno donde le
adora la Vírgen y San José y los ángeles . Que de allí
lo levantó para envolverlo y ponerlo en el pesebre
(habiéndole dado el pecho) donde le hallaron los pas-
tores. Y porque casi no vemos nacimiento sin ellos ,
sea este segundo el que habemos de pintar siempre .
Píntese á la Vírgen , dentro de la cueva arrodillada
con su túnica y manto y San José asimismo ; el niño
fajado y envuelto , el rostro divino descubierto , re-
clinado en el pesebre; los dos animales calentándole
con su aliento , ángeles cantando y apareciendo á
dar las nuevas á los pastores . Y porque vamos con
Lúc. el sagrado texto , que dice así : Peperit filium suum
primogenitum pannis eum involvit, et reclinavit eum in
presæpio. Ya vemos que es de fe católica que prime-
ro que lo pusiese en el pesebre , lo envolvió la Vír-
gen, y esta fué la señal que se les dió á los pastores
Luc. para que lo conociesen : Invenietis infantem pannis
involutum . ¡Aquí de Dios ! ¿ Cómo lo pintan casi todos
los pintores desnudo? Dirán que así representa más
la pobreza, y que es más hermoso un niño desnudo
Nativ. del S. que envuelto (como tocamos en otro lugar) ; respondo
que más hermosa es la verdad , y lo que pretendió
el Espíritu Santo con los profundos Misterios que en
estos paños se encierran . Y así es más seguro bajar
la cabeza y conformar la pintura con la Escritura .
¿Bueno es que pongamos á pleito á los pintores
por la falta de los paños del pesebre? Siendo algu-
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 219

nos tan pródigos como Roelas , en el nacimiento , de


la casa profesa de esta ciudad . Donde ( á mi ver ) puso
una sábana y no pequeña por cama al niño Jesus ,
en las manos de la Vírgen su madre, imitando al
Basan , dejándose el niño desnudo . ¿ Supuesto lo
dicho , cómo se atreven á pintarlo así? Respondo que
á mi no me toca más que advertirlo . Lo cierto es ,
que cuando no lo dijera el texto sagrado , no sé
quién presumiera tal providencia y piedad en su
Santísima Madre , que lo expusiera en tan riguroso
tiempo y á la media noche á las inclemencias.
del frio .

¿Hay algun santo ó doctor en la Iglesia , que diga


que la Vírgen puso el sagrado niño en el pesebre
desnudo? ¿ Cómo lo puede haber diciendo el Evange-
lio lo contrario, con que todos se conforman? Oiga-
mos á San Bernardo y á San Agustin ( traidos en S.El P. Juan
Bern. fer.Mendez
1 de
esta festividad por dos insignes sugetos de la Com- Nat.
pañía ) el primero dice : « Hombre no temas , llega,
mira un infante sin voz , y si da alguna vez un
quejido que no causa temor sino compasion . Los
tiernos miembros del niño los faja y liga su madre ,
ya no tienes de hoy más que temer . » El segundo
exclama: " Estos son los dichosísimos paños con que El P. Andrés de
Cañizares.
limpiamos las manchas de nuestros pecados , de los
cuales se asió Jeremías para salir del profundo
Eug . sob . el c . 38
lago . »
de Jerem.
Ultimamente vinieron los pastores al alba ( que
hay quien diga que fuéron tres ) avisados de San

Gabriel, de junto à la torre de Ader, que es 10 Haym . s. el c. 2 .


de S. Lúc .
mismo que de ganado ( á donde lo habia guardado
antes Jacob ) la cual estaba mil pasos de la ciudad
220 ARTE DE LA PINTURA .

de Belem . Hallaron al infante envuelto entre el buey


y la jumenta, y puesto en el pesebre , y adorándolo ,
saludaron á José y á la recien parida, y piadosamen-
P. Gero . Nadal. te ( como dice Nadal ) se puede entender que le ofre-
cieron semejantes dones , uno un cabrito , otro unas
tortas , otro un canastico de diferentes frutas secas,
otro castañas y nueces y otras cosas de este género .
Aunque á otros les parece que no ofrecieron
dones, por ser hora desacomodada y por la priesa
Fr. Pablo Torreño. Con que vinieron , que apenas se acordaban de sí.
Si no es que queremos mediar estos pareceres con-
cediéndoles que traigan alguna cosa de las con que
se hallaban en aquella sazon , para mostrar su buena
voluntad . Estos informaron á los demás pastores , y
fuéron los primeros predicadores del Evangelio .

PINTURA DE LA CIRCUNCISION DEL NIÑO JESUS .

En esta historia tengo mucho que advertir á los


pintores , por ser (á mi juicio) una de las que ejerci-
tan con mayor ignorancia : en el lugar, en el acompa-
ñamiento , en el ministro y en otras circunstancias .
Notarémos primero sus descuidos , y luego seguiré-
mos la más probable opinion . Maése Pedro Campa-
ña , estudioso pintor ( de quien hacemos memoria en
estos libros) , la tiene pintada en San Pablo de esta
ciudad en una capilla junto al capítulo . Y siendo uno
de los más cuidadosos artífices en la parte del deco-
ro, confundió el misterio de la circuncision con el de
la purificacion ; el uno sucedió á los ocho dias y el otro
á los cuarenta : Nuestra Señora en pié tiene el niño
Jesus en el templo ó sinagoga , á San José detrás,
y sobre una mesa lo circuncida el sumo sacerdote,
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 221

con sus insignias y pectoral : acompañánlo otras


cuatro figuras ; una mujer anciana tiene una vela
encendida en la mano , está delante una criada de
rodillas que tiene una canastica con dos palominos .
Por esta sola pintura se pueden censurar todas las
demás , y las muchas estampas de este misterio . Que
como no habla el Evangelio, en las circunstancias Fonseca , de acta
Chris. c. 13 .
de él , aun los escritores toman licencia para variar.

Porque tres modernos asaz doctos , el uno por no


sacar del pesebre á la Vírgen antes de tiempo,
quiere que ataviado el niño con su pobreza , lo dé
á su esposo San José para que lo lleve á cir-
cuncidar á la sinagoga y lo entregue á los mi-
nistros de aquel sacramento: quedando por aquel
espacio de tiempo sin su hijo y con abundantes lá-
grimas . El otro pone la circuncision en la sinagoga El P. Ger. Nadal.
con sacerdotes y ministros , candelero con seis luces ,
dos niños con vasos ricos sirviendo : el niño Jesus en

una fuente grande sobre una mesa ; la Virgen y


San José presentes con gran sentimiento ; y el
nombre de Jesus en lo alto cercado de gloria y
resplandor. Y por léjos cómo se vuelven con él sus L. Villeg. v. de
Ntra. Sra. fol. 35.
padres á la cueva de Belem . El último no quiere que
salgan del pesebre , y que se circuncide à una parte
de la cueva, por mano de un ministro acompañado
de otra gente, el cual hace su oficio diligentemente
en presencia de la Vírgen y San José , que llenos de
compasion le asisten . Y aunque venero la erudicion
de todos , por esta vez no me conformo con sus pa-
receres .
Y así digo: que la Santísima Vírgen cumplió la ley
perfectísimamente como su bendito hijo, y no salió
222 ARTE DE LA PINTURA .

Suar. V. Chri. de la cueva hasta que se fué á purificar al templo de


Barr. lib. 9 c. 1.
Castr . hist . Deip. Jerusalem . Y que ella misma circuncidó al niño Jesus
cap. 9.
por su mano y le puso el nombre en el mismo lugar ;
no habiendo más testigos que su esposo San José y
los ángeles del cielo . Que la Vírgen hiciese este oficio
es opinion constante de muchos Santos y autores
(y la que pretendo seguir ) la cual he oido predicar
á muchos varones doctos , y entre ellos al P. Juan
de Pineda en la casa profesa ; y en su favor tengo
muchos papeles ( estudiados á instancia mia ) de
hombres muy eruditos , que excuso por no ser largo .
Pondré una pequeña parte de sermon de uno de la
Compañía que ( venturosamente ) vino á mis manos
(despues de haberlo oido) y viene aquí nacido : dice
así :

El P. Diego de Con gran razon comienzan los años nuevos en la


Rivera .
Iglesia, de la novedad del dia de hoy, en el cual
vemos á la Santísima Vírgen Madre del Niño Jesus
que le tiene delante de sí , levantada la mano y en
ella el cuchillo para cortar la carne tierna y derra-
mar la sangre preciosa de su bendito hijo . Que
siendo sentencia de San Gerónimo , San Bernardo y
San Buenaventura como dice el abulense era lícito
Tost . 9 Sup. José.
á las madres circuncidar á sus hijos . Como de di-
versos lugares de la Sagrada Escritura consta , no
habiendo por ley señalado ministro de este sacra-
Exod. 4. mento . Y que el primero á quien se dió el precepto ,
Gen. c. .17. que fué Abraham como cabeza de su casa , se cir-
cuncidó á sí mismo , y luego á toda su familia . Y es
de creer piadosamente que la Santísima Vírgen hizo
este oficio . Porque si el precepto obligaba á los
padres, aunque corria por el Santo José (como cabe-
LIBRO TERCERO, CAP. XII . 223

za de la casa) no teniendo parte en el niño , lo remi-


tiria á la madre verdadera. Y como el derecho de los
padres naturales , que era el de poner nombre á los
hijos , se pasó á la Santísima Virgen por no tener
padre natural el Niño Jesus en la tierra, y á ella
dijo el ángel : Vocabis nomem eius Jesum : así el cir- Luc. e. 3.

cuncidarle , que era á cuenta del padre, corrió por


cuenta de la Vírgen que hoy hace esta santa cere-
monia ; hasta aquí pudo llegar su valor y constancia
y aun su dolor . »
Lindamente ha mostrado este autor el fundamen-

to de nuestra opinion . Porque no se pudo hallar


mejor ministro ni sacerdote, ni manos más puras y
limpias para circuncidar al niño Dios , ni persona
humana mayor ni más digna para ponerle el dulcí-
simo nombre, ni quien lo pronunciase con mayor es-
tima y reverencia, ni quien con más diligencia y
valor ejecutase la voluntad Divina . Excelente lu-
gar á este propósito es el que refiere San Antonino ,
siguiendo á San Anselmo , hablando de la Vírgen
en el monte Calvario . « Estaba , » dice, « avergonza- s . Antonino p. 4
t. 15
da , modesta, llena de lágrimas y sumergida en do- Libit. 12.cap. 15..
Exod 44
lores , pero tan conforme con la divina voluntad que M. Fr. A. Osorio.
Dom. San Epif.
(como dice San Anselmo) si fuera menester para Ho . 20. s. Ger .
cumplirla , ella misma pusiera á su hijo en la cruz, Epist.18 y14,
27.
17 ,
y lo sacrificara . Porque , sin comparacion , fué ma- s . Agus . Ser. 2
de Epif.
yor su obediencia que la de Abraham . S. Crisós. Humi . 6
El no poder salir de la cueva la madre ni el hijo Tol . S.y 7. Lúc . An .
hasta ir al templo (conforme á la ley) probó clara- 1. 37.
Baron. tom 1
mente contra el parecer de Nicéforo Calisto , un c. 9 f. 428 .
docto moderno , citando algunos lugares de los
Santos y autores que lo defienden que pongo aquí:
224 ARTE DE LA PINTURA.

San Epifanio, San Gerónimo , San Agustin , San


Crisóstomo , el Cardenal Toledo y el Cardenal Baro-
nio y todos conforman en que no habia lugar se-
ñalado .
Confírmalo la circuncision del Bautista que con
S. Lúc. cap. 1. ser sus padres ricos , lo circuncidaron á los ocho dias

en su misma casa . Y por esto advirtió el autor citado ,


que dijo San Lucas: Venerunt . Y si fuera en el templo ó
F. Pablo Torreño, sinagoga dijera : tulerunt. Y hay quien sienta docta-
marqués de Tarifa. mente, que por estar Zacarías impedido , permitió

que lo circuncidase su madre Elisabet, pues le puso


primero el nombre . Y que no se infiere del venerunt
que hubiese ministro ó sacerdote señalado ; porque
M. P. Guerrero. todos convienen en que no le hubo . Y los que visi-
taron la tierra Santa afirman , que en la cueva hay
tres lugares señalados con indulgencias, el del Na-
cimiento , Circuncision y Adoracion de los Reyes .
Finalmente habiendo de confirmar la pintura con
la segura opinion de tan graves Santos y autores,
me parece más acertado pensamiento significar la
circuncision ya hecha y acabada, para mayor de-

cencia y decoro, en esta forma .


La Santísima Vírgen en un asiento bajo con su
túnica rosada ceñiḍa y manto azul (como se pinta
de ordinario) con semblante grave y lloroso, pero
con hermosura , acallando entre sus brazos y pecho
al sagrado niño circuncidado : que con pucheros y lá-
grimas manifiesta su dolor , medio desenvuelto pero
no sin su camisita ( pues no hay necesidad de estar
todo desnudo) , y sobre un paño blanco manchado de
su sangre preciosa . Delante San José de rodillas con
admiracion y sentimiento. Junto á la Vírgen un
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 225

plato con el cuchillo ensangrentado, y muchos án-


geles y serafines que asisten alrededor de rodillas ,
y en el aire , con reverencia y compasion : y el
nombre dulcísimo de Jesus en un resplandor y gloria
en lo alto.

Si pareciere nuevo el modo de pintar este miste-


rio, y no lo es el escribirlo y predicarlo tantos y tan
doctos varones , seguramente se podrá ejecutar de
aquí adelante , siendo tan conforme á razon , al sen-
timiento de los Santos y Escritura sagrada.

PINTURA de la adoracion de los reyes mAGOS Á CRISTO


SEÑOR NUESTRO .

Dice el Evangelista , que habiendo nacido Jesus Nath . 2.


en Belem en tiempo del rey Herodes, luego acudie-
ron los Magos de Oriente . Que esta majestad trae
consigo la persona de un rey, haciendo córte del Fonseca v . Cris .
cap. 14.
lugar donde reside , aunque sea en ciudad tan pe- Mat. 2.
queña como Belem . Comienza diciendo Ecce Magi,
palabra de admiracion , lo primero , que á un niño en
un pesebre vengan pastores de aquella region con
humildes dones, no es mucho , pero que vengan
reyes de Oriente, cargados de tesoros, y le reciban
por Rey y Señor suyo , eso admira y espanta .
Que fuesen reyes (y no de un mismo linaje como
dice Molano) es parecer de muchos Santos (que ex- Mol. lib. 3 c. 3.
cuso por no ser largo) y lo confirma la Iglesia en el
oficio de este dia , mostrando haberse cumplido la
profecía de David : Reges Tarsis et insulæ munera Psal. 71 .

offerent. Y la de Isaías : Ambulabunt gentes in lumine Esai. 60.


tuo, et Reges in splendore ortus tui. Entonando estas Mol . lib. 3 cap. 3 .
antífonas más há mil quinientos años , á pesar de
TOMO II . 15
226 ARTE DE LA PINTURA.

Lutero, que niega que fuéron reyes , y hace incierto


su número .

Si alguno dificultare, cómo pudieron venir de


tierras tan remotas en trece dias ( como es el comun
sentimiento de los Santos y tradicion de la Iglesia)
responde Fonseca que la Arabia estaba de Belem
trescientas leguas , para las cuales bastaba este tiem-
po porque venian en dromedarios que ( como dice
Aris. lib . 9 de Ani . Aristóteles) son velocísimos , y Filostrato , que ca-
minaban cada dia cuarenta leguas, y les pudo sobrar
Phil. de v Apol. tiempo . La estrella que les guió era muy diferente de
Rivadeneira. las del cielo : fué creada en el mismo punto que
Enero.
nació el Salvador, en llegando á la cueva se paró ,
dando mayores rayos de luz, como señalando que
allí estaba el Señor que buscaban, y en cumplien-
do con su oficio se resolvió en la materia de que era
criada.
Fonseca ubi supra. Hallaron al niño en los brazos de su Madre ( no
como los pastores en el pesebre , que como á pobres
se les quiso mostrar pobre) lugar de su mayor ma-
jestad y gloria , porque no podia Dios poner su hijo
en mejor trono.
Malh. 2 . Et prodicentes adoraverunt eum . Y echados por tier-
ra le adoraron , besando los piés del niño , y las
manos de la madre : y sacando sus tesoros le ofrecie-
ron oro, incienso y mirra . El primero y más anciano
(segun este autor) de cabello y barba blanca, se lla-
maba Melchor , este ofreció oro , confesando al niño
por Rey. El segundo mancebo rubio y de poca barba,
le ofreció incienso , confesándole por Dios . El terce-
ro , que era de mediana edad y moreno, le ofreció
mirra, confesándole por hombre mortal . Presentá-
LIBRO TERCERO, CAP . XII. 227

ronle estos dones en nombre de toda la gentilidad , ge-


neralmente, como lo siente San Crisóstomo , ofrecien- S. Crisós. Ser.
de Ascen.
do cada uno el suyo , segun el parecer de San Agus-
S. Agus. Serm .
tin . ¿ Qué tal fué en este paso la alegría de los reyes , de Epif.
Fr. Luis de Granada
la de la Vírgen y la del niño? Cuando acabada su Adi.
peregrinacion , siguiendo la guia del cielo , hallaron
aquellas dos lumbreras del mundo , aquel Hijo y
aquella Madre? ¿ Cuánto mayor seria la de la Santí-
sima Vírgen, viendo las lágrimas, los presentes .
la devocion y la fe de aquellos santos varones , y
viendo comenzar á extenderse el reino de Dios? ¿Y
si tanta fué la de la madre , cuánto mayor seria la de
aquel amador de los hombres , que bajó del cielo á
la tierra por ellos, y habia de decir adelante : « Mi
manjar es hacer la voluntad de mi padre , que es la Joan . 4.
conversion de los pecadores »?
No son pocos los doctores que (por no decirlo el
Evangelio) les parece que no se halló presente á esta
manifestacion el glorioso San José . Así lo siente el
P. Maldonado, y el P. Nadal es tambien de este pa-
recer, y lo pone así en sus estampas notándolo por
misterio: pero Maldonado da la razon de esto dicien- Mald . S. Math .
do: Sucedió estar ausente José, porque no pensasen Nadal S. Math.
los Magos que era padre natural del Niño Dios . » Pero
venerando tan graves sentimientos, no desfavorez-
camos la compañía de San José en esta ocasion ,
• que demás de ser lo más comun pintarlo en esta his-
toria, la aprueba el Dr. Arias Montano con decir que
bien sabian los reyes, que el niño no tenia padre en Mont . Sup Math.
la tierra . Y pues ni tiene inconveniente , ni es con-
tra el texto , sigamos su parecer y el de San Bernar-
do, que exclama así : « ¿ Qué haceis , sábios? ¿ A un
228 ARTE DE LA PINTURA .

niño adorais , aposentado en una choza , envuelto en


pobres pañales? ¿Es por ventura palacio el establo y
silla el pesebre ? ¿ Y la compañía de cortesanos
José y María? » Y añade á esto Gracian , que José
como apóstol enviado de Dios declaró á los Magos
Grac. v . de José la divinidad y humanidad de Cristo . Y que algunos
1. 4. cap . 1 . Santos escriben, que de parte de Dios les avisó para
que no volviesen por donde estaba Herodes .
La pintura será en esta manera . La Santísima
Virgen sentada á la boca de la cueva, como la puso
Nadal, muy alegre y hermosa, vestida como se ha
referido, y á San José de la misma manera, á su
lado en pié , con regocijo ly admiracion , y el Niño
Jesus bellísimo y risueño en brazos de su Madre ; y
añado , contra la comun pintura , envuelto en sus
pañales y mantillas como ha dicho San Bernardo y
Fr. Luis Granad. pondera Fray Luis de Granada , « ¡ Oh maravillosa
Vit. Christ.
niñez! á cuyos pañales velan los ángeles , sirven las
estrellas y se inclinan los seguidores de la sabi-
duría. »

Los Santos Reyes , todos tres postrados en tierra,


ó de rodillas , vestidos con gala y autoridad . El pri-
mero besando el pié derecho al niño , que le tenga
descubierto alzadas las envolturas . Pero ninguno
esté en pié, ni los criados que están cerca . El viejo
que adora primero , tenga descubierta la cabeza y el
tocado con su corona y el presente ó don , juntó á sí
en el suelo : los otros dos tengan los dones en las
manos, y sus tocados y coronas puestos . Parezcan
en lo oscuro, dentro de la cueva, los dos animales .
La estrella esté baja y rayando luces sobre el niño .
Ya he dicho y probado que fué en la cueva este mis-
LIBRO TERCERO, CAP. XII. 229

terio, aunque le llamó San Marcos casa et intrantes Mat. 2.


M. F. Alonso
domum . Mas como advirtió un docto, es frase comun
Osorio.
de la Sagrada Escritura hablando de cualquier ha- Psalmo . 5.
Eulh. 5.
bitacion , por pequeña que sea , pues al nido de las S. Math.
aves le llamó así . Por lo cual , como dice Euthimio ,
está bien refutado Niceforo .
Ultimamente , despues de aquella adoracion , ha-
biendo sido avisados que no volviesen á Herodes ,
despidiéndose con devotas lágrimas , del Hijo y de
la Madre y de San José , y dejando sus corazones y
espíritus en aquel portal , se partieron á su patria,
desviándose del camino ordinario . Llegaron á sus
tierras y dieron noticia de todo lo que habian visto .

Y dejando los regalos y comodidades , por imitar


mejor la pobreza del Redentor , le predicaron . Y fi-
nalmente fuéron muertos por Cristo , y alcanzaron la
corona del martirio , y sus cuerpos fuéron traidos de
aquellas regiones á Milan , donde estuvieron algun
tiempo . Y cuando el Emperador Barbarroja destru- Salm . tom . 3 in
Evang
yó aquella ciudad , fuéron trasladados á la de Colonia
donde están al presente tenidos en gran veneracion .

PINTURA DE LA PURIFICACION DE NUESTRA SEÑORA , Y PRESEN-


TACION DEL NIÑO JESUS EN El templo .

Cumplido el número de los cuarenta dias que se- Luc. c. 2 .


ñalaba la ley, despidiéndose la Vírgen y San José Fr. Luis de Granad .
Adi.
de aquel Santo pesebre , dejándolo lleno de lágrimas
y de gracias para la devocion de los fieles , se par-
tieron para Jerusalem .
Habemos dicho , con autoridad de Fray Gerónimo Grac . lib . 4 de San
Jos. c. 4.
Gracian, que San José tenia de suyo una jumentica ,
y no seria maravilla que con su gran caridad aco-
230 ARTE DE LA PINTURA .

modase en ella á la Vírgen , para llevar el niño en


sus brazos, y la ofrenda al templo, estas dos leguas
Hier. de loc. que habia de Belem á Jerusalem . Además que ha-
Hebraic.
Brochar. p. 1 c. 7. bian de volverse desde el templo á su casa de Na-
P.
Nuestra v . de zaret. Y por esto el P. Nadal en la letra L de esta
NadalSeñora.
Castro. hist. historia pone , cómo se vuelven aquellas veinte y
Deip. c. o.
siete leguas y media y á la Vírgen en su asnita . Lo
Fr. Luis de Grana . cual piadosamente confirma San Luis de Granada:
Adicion.
« Entra » dice « la Vírgen por las puertas de Jerusa-
lem con su hijo en los brazos : » Esta es Señor la tela
donde habeis de justar , paseadla para que tengais
reconocidos sus paseos ; ahora la paseareis á caballo
y despues á pié: ahora llevándoos la Virgen envuel-
to en sus brazos , despues llevando la cruz en vues-
tros hombros . Hoy sereis redimido con cinco siglos ,
y despues lo será el mundo con cinco llagas : hoy
sereis ofrecido en los brazos de Simeon , y despues
en los de la cruz .
Estar Cristo Señor Nuestro libre de la ley, por

Exod . 13. ser Dios , es verdad infalible ; porque mandaba le pre-


Fonseca . V. Chr . sentasen el primogénito que hizo camino para salir
cap. 15.
de las entrañas de su madre , y no haciéndolo Cristo ,
le excitaban las palabras de la ley . Así lo siente el
venerable Beda y Cirilo Jerosolimitano . Tambien la
Vírgen salia de esta obligacion porque decia la ley:
Livit . 12 . « la mujer que por virtud de varon concibiere hijo ,
Fr. Arias. im . de
N. S. cap. 35. se purificará á los cuarenta dias, ofreciendo sus sa-
crificios . >> Como si dijera: Esta ley no obliga á la
que ha de concebir por obra del Espíritu Santo , y
Fonseca ubi sap. ha de parir perseverando vírgen . ¿Pues por qué es-
tando desobligado Cristo fué su presentacion conve-
nientísima? Convenia , dice este autor , que se nos
LIBRO TERCERO, CAP. XII . 231

diese en sacrificio en muchas maneras y que no so-


lamente nos redimiese , sino que fuese de nosotros
redimido , y que en su niñez honrase la casa y tem-
plo , como lo tenia prometido por sus profetas .
«Vendrá el deseado de las gentes , y el dia que lo
presentare su madre , llenará el templo de gloria . » Agei. 2 .
Malach . 3.
Hoy cumple Dios esta profecía y la de Malaquias
venet ad templum Sanctum suum dominator , quem vos Levit. 12.
queritis . Estaba libre la Vírgen de la segunda ley,
no solamente por ser la misma limpieza , sino por
exceptuarla de ella el Espíritu Santo (como notaron
Origenes y San Bernardo ) . ¿ Cómo puede purificarse Fonseca ubi Sup .
la pureza? ¿ Esclarecerse la luz y hermosearse la be-
lleza? Llegó el dia de la purificacion segun la ley,
pero no segun la Vírgen, porque segun ella no podia
llegar. Muchas cosas se han de hacer por el buen
ejemplo, pues como el hijo se circuncida, así se pu-
rifica la madre, y el mismo Dios hace caso del qué
dirán .

Mandaba tambien la ley á la madre que ofreciese Fr. Aris. U. S.


un cordero en holocausto por su hijo, y si fuese po-
bre ofreciese una tórtola , ó un palomino por su hijo
y otro por su pecado : y vemos que la Vírgen ofreció
dos tórtolas ó dos palominos, y si tuviera con qué
comprar cordero , como en lo demás guardó la ley,
tambien guardára en esto . Mas como dice el Abulen- Abulan.
se, ofreció la ofrenda de pobres , por manifestar el Levit. 12 q . 29 .
amor que ella y su hijo tenian á la pobreza . Pues
veamos no habia veinte y siete dias que habia reci-
bido de los Magos gran cantidad de oro y de otras
cosas de valor ? Porque cierto es que siendo reyes
que lo que ofrecian habia de ser de notable cantidad .
232 ARTE DE LA PINTURA.

Y así lo significa el Evangelista, Apertis thesauris suis


Math. que eran los cofres en que traian sus riquezas . Pues
¿qué se hizo de todo? Admitió la Vírgen la ofrenda de
los reyes, porque así convenia al misterio ( dice el pa-
Fr. Arias. n. s. dre Arias) mas luego por medio de San José lo repar-
tió todo á los pobres , y se quedó como estaba de an-
tes, conforme al consejo de Cristo . Por esto dijo San
S. Buenaven. Buenaventura: « ¿qué pensais que se hizo aquel oro?
in. v. Cris. c. 9.
(que era en grande cantidad) . ¿Guardólo la Vírgen?
en ninguna manera : antes como amadora de la po-
breza y llena de caridad , lo dió todo á los pobres. »

F. Luis de Gra. Lo mismo sintió Fray Luis de Granada en el libro


Adic.
de sus adiciones .
Cuando el Santo José y la Vírgen, con el niño
envuelto en sus brazos , entraron por las puertas del
templo , bañándolo de gloria , en aquella misma hora
entraba el Santo viejo Simeon traido del Espíritu
Santo . Y dice el P. Lúcas Pinelo (por parecer de Ti-
Lic . Pin . v. de moteo obispo Jerosolimitano ) que Simeon conoció
Ntra . Sra.
Timot. in orat. de luego á la Vírgen viéndola cercada de una gran luz
Prof. Sem . y resplandor, y no consintió que se adelantase mujer
alguna de las otras mujeres , que se venian á purificar
*
Fonseca u. s. diciéndolas que hiciesen lugar á su Señora . Y reci-
biendo el niño en sus brazos , viendo que tenia en
ellos el mayorazgo de Dios , la esperanza de su pue-
blo, la lumbre de la gentilidad y el remedio de todo
el linaje humano , como cisne divino entonó aquel
dulce cántico : Nunc dimittis servum tuum domine se-

cundum verbum tuum in pace. Hallóse presente la


Santa viuda Ana, hija de Samuel , de ochenta y cua-
tro años de edad , que nunca se apartaba del templo,
ocupada en ayunos y oraciones , y hablaba altamen-
LIBRO TERCERO, CAP . XII . 233

te á todos los que esperaban la redencion de Israel .


¿Qué haria el Santo Simeon? ¿Qué rios de lágrimas Fr. Luis de Gra .
Adic.
correrian por sus venerables canas? ¿Con qué regaria
el rostro del Santísimo niño que en sus brazos tenia?
¿Qué de besos le daria? ¿Cómo le apretaria con su pe-
cho , profetizando los grandes trabajos y contradic-
ciones que el mundo le habia de hacer, y el cu-
chillo de dolor, que habia de traspasar el ánima de
su sacratísima madre , de que no cupo poca parte á
su esposo José?
Vengamos pues á la pintura . Ayudará mucho á la Grac . v. S. José
descripcion de esta historia, la estampa del P. Geró- lib . 4 cap. 4.
nimo Nadal , y la que pintó Maese Pedro en la
iglesia mayor á la entrada del cabildo, con tanta
grandeza . El P. Nadal puso un suntuoso templo , que
será el que habemos de seguir , de ilustre arquitec-
tura, con doce columnas tortuosas galanamente re-
vestidas como las del templo de Salomon, seis á
cada parte , con tres puertas , y en medio del arco
principal pendiente un candelero con seis luces en-
cendidas y una mesa cuadrada en medio . Detrás de
ella estará el Santo Simeon vestido con el traje que En la presentacion
Virgen.
pusimos á Zacarías, porque fué de los sacerdotes co- de la
munes como él (segun San Epifáneo , San Cirilo , el
P. Canisio y Castro) y por esto los bendijo . Tendrá
el niño apretado consigo con grande afecto y ternu-
ra, como le pinta Maese Pedro , si bien acompañado
de otros ministros . Al lado derecho, la Santa viuda
Ana, vuelta á mucha gente señalando al niño , que
tiene Simeon . La Vírgen Nuestra Señora de rodillas ,
con túnica rosada ceñida y manto azul y velo
sobre la cabeza . Estará delante de Simeon con una
234 ARTE DE LA PINTURA.

como jaula redonda en las manos con la ofrenda de


las dos tórtolas , ó dos palominos , como que la ofrece .
Su Santo esposo José , vestido como se acostumbra ,
con manto y túnica , contando con la mano derecha :
en la derecha de un ministro los cinco ciclos ( cuyo
valor de nuestra moneda era cuatro reales , como dice
Fonseca u. s. Fonseca) . Tendrá en la mano izquierda una bolsica
pobre ( así le puso el P. Nadal ) . Pueden acompañar
dentro del templo figuras de varones y mujeres , al-
gunas con niños en los brazos , y á las puertas algu-
nos pobres ó como puso Maese Pedro, uno antes de
subir á las gradas donde están las demás figuras
principales . Concluyo con mi historia con lo que
dice el Evangelista : « Despues que acabaron todo lo
que mandaba la ley, se volvieron á la provincia de
Lúc : c . 2 . Galilea , á su ciudad de Nazaret, y el Niño crecia y
era confortado y lleno de sabiduría, y la gracia de
Dios estaba en él. »

Fonseca v. Chr. PINTURA DE LA HUIDA QUE HIZO LA VIRGEN CON SU HIJO


Y ESPOSO Á EGIPTO .

Despues de haber templado la saña del pecho del


Eterno Padre , la Santísima Vírgen con la inestima-
P. Lúc . Pinel v . de ble ofrenda de su hijo y vuelto á Nazaret de donde
Ntra. Sra.
era vecina , creciendo cada dia la fama del niño
Jesus, así de la revelacion del ángel á los pastores,
como de la venida de los Magos, aparicion de la
nueva estrella y voz que el recien nacido era Rey de
los judíos, y últimamente de lo que habian publica-
do Simeon y Ana delante de tanta gente en el tem-
plo , Herodes como tirano , con la sospecha y temor
de perder su reino , mandó matar los niños de Belem
LIBRO TERCERO, CAP . XII . 235

y su comarca, pensando entre ellos quitar la vida á


Cristo .
Avisando antes Dios á José al primer sueño de la
noche por medio de un ángel que se partiese luego
con el niño y su madre y huyese á Egipto , con
toda la diligencia lo puso por obra , como refiere San
Mateo, y lo pondera Cayetano diciendo : « En la S. Mat. 2.
Caietano in Mat.
misma noche ejecutó lo que le amonestó el ángel . » cap. 2.
Levantóse la Santísima Señora, y levantó á su Y. Villegas v. de
Ntra . Sra.
querido hijo , no sin lágrimas que él derramaria ,
siendo el despertarlo antes de tiempo : ayudando tam-
bien la madre á derramarlas , que como orientales
perlas caerian sobre el rostro del Niño , viendo cómo
ya comenzaban á cumplirse las profecías del Santo
viejo Simeon . Mas la que tan bien sabia estimar el
tesoro que tenia, no haria caso de perder todas las
cosas, por asegurar tan gran bien . Por otra parte el
Santo José solícito y temeroso , aparejaba su asnilla , F. P. Arias in v.
de Ntra. Sra.
que aquí era menester, para poner en cobro sus ama- F. Luis de Gran.
das prendas . Y así dice Molano : « Probable cosa es Adi.

que la tierna y delicada Virgen llevando á su hijo Molanolib . 5 c . 19 .


bendito , no pudiera andar á pié tan luengo camino ,
y por esto los pintores la acomodan la jumenta , que
de ordinario suelen llevar los más pobres , porque es

animal quieto , que ni á sí ni á quien lleva fatiga; y


á San José, acostumbrado al trabajo , lo pintan
ȧ pié. »
En efecto , dejando su pobre casa , sin despedirse
de nadie , ni disponer de hacienda , ni buscar ropa ni
mantenimiento, comenzaron á caminar tan áspero y
peligroso camino . Otra razon principal de esta fuga
toca el Evangelista diciendo que fué cumplimiento Mat. 2 .
236 ARTE DE LA PINTURA.

Fonseca v. V. de la profecía de Oseas . Ex Egipto vocabi filium


Oseas . 15.
meum . Pues si no huyera Cristo , no le pudiera llamar
de Egipto su Padre .
¡Qué trabajos padecieron aquellos piadosos ca-
minantes , qué lágrimas de compasion iria derra-
P. F. Arias in vi. mando la Vírgen, por todo el camino ! Que para
de Ntra. Sra.
buenos caminantes como dice el P. Arias , habia doce
ó quince jornadas , y para quien con tanta incomodi-
S. Her. in v. dad caminaba , habia camino de cincuenta dias , ó de
Hilario.
dos meses ; especialmente yendo tan mal preveni-
dos por su pobreza y por la prisa de la partida . Pero
siguiendo otra opinion , era camino de doce ó catorce
dias, y el espacio de setenta leguas y lo demás de
ellas por desierto . Todo lo cual estaba profetizado
Isac. 19. antes por Isaías : Ascendet Deus super nubem et ingredi-
tur Egiptum, et commovebuntur omnia simulacra . Por la
Procop . n . Itai. nube entiende Procopio la Vírgen que lo llevaba en
Nece. 1. 10 c. 31. sus brazos ; y caerán los ídolos , porque los demo-
nios huyeron turbados y temerosos ó porque efecti-
vamente cayeron los ídolos de los templos como lo
refiere la historia eclesiástica .
La pintura de esta huida será así : Nuestra Señora
sentada en su asnita con su manto azul , ropa rosada
y toca en su cabeza, y sombrero de palma puesto : el
niño envuelto en sus brazos que descubra algo del
rostro . San José delante, faldas en cinta , con su
báculo llevando del diestro la jumenta, y un ángel
volando delante, enseñándoles el camino , aunque
Peregrin lo puso en el cláustro del Escorial , cami-
nando sobre una nube . Tambien se puede pintar un
ángel como hizo Alberto en sus estampas de madera:
y si quiere alguno podrá pintar esta historia de
LIBRO TERCERO, CAP . XII . 237

noche, á las luces de la luna, como yo lo he visto


por cumplir con el rigor de aquella primera jorna-
da, aunque será más dificultoso , y así tengo por más
seguro y más agradable pintarla de dia , por excusar
la crudeza de las luces y sombras .
Siete años permaneció la Vírgen y su hijo y espo- r. G. Gracian v. de
so desterrados en Egipto, entre Babilonia y Hielopo- S. José lib 4 c. 4.
lis, tres leguas de una y cuatro de otra , en una
aldea que ahora se llama Maturca , donde se verá un
pozo de cuya agua usaba la Vírgen para lavar los Brocard . in descrip.
Aegip.
pañales de su niño . Vivian entre gente idólatra, sin
que tuviesen pariente ni amigo ni otro favor huma- P. F. Arias in de
Ntra. Sra. c. 15.
no que el trabajo de su esposo y el suyo para ayu-
darle ; léjos de su patria, echando de menos el tem-
plo y sus solemnidades y sacrificios de él , viendo
tantas abominaciones de idolatrías y vicios con que
era injuriada la majestad de Dios . Aquí como el
niño iba creciendo , entre sus ocupaciones de manos
(es de creer) que tejió la Vírgen la túnica inconsú-
til para su hijo , como siente Eutimio : Ex traditione Euth. in Mat. 27
Patrum accipimus tunicam inconsutilem Cristi opus cap. 67.
P. Antonio
fuisse Dei Matris á superioribus partibus contextam . La de Quintanadueñas .
cual le puso en su infancia , desde que dejó los pa-
ñales ; y así siendo muy niño la traia y fué creciendo
con él , segun lo dice Godfrido . Puero crescente recrevit .
Esta vivienda y habitacion en Egipto á aquellos
siete años , podrá pintar cada uno , con algunas pias
consideraciones , á su modo , yo la dispuse así siendo
mancebo. En una casa pobre por cuya puerta se ve
calle, San José acepillando una tabla sobre su banco
de carpintero; su sombrero colgado en la pared,
sierra y compás pendientes de un cordel, por el
238 ARTE DE LA PINTURA .

suelo entre las astillas y virutas otras herramientas ,


como el azuela, cartabon y martillo . El niño Jesus
de un año ó dos, con su túnica , sentado en tierra

junto á su madre mirando una cruz de dos palitos


atada con un hilo . La Santísima Virgen sentada y
vestida con su túnica y manto , haciendo labor en
su almohadilla, y una canastica, par de sí , con sus
paños blancos , tijeras é hilo . Y para que se conoz-
ca ser en Egipto , parezcan en la calle algunas casas
y jitanas que acuden por las calles , unas acompa-
ñadas de varones y otras con jitanillos en la mano .
Mat. Pasados los siete años , siendo ya muerto Herodes ,
P. Rivad. vit. el ángel apareció á San José en sueños , y le mandó
Chris.
que volviese á Judea con el hijo y con la madre , y
él lo hizo . Y sabiendo que Archelao reinaba en
lugar de su padre , desvió su camino y se volvió á
Nazaret: la Santa Iglesia hace memoria de esta
vuelta, y la celebra el 7 de Enero .
La cual vuelta me parece que se puede extender
á más de una historia y dividirse en dos , porque se
podrá poner en un entresuelo á San José durmiendo

sobre una tarima y el ángel que le avisa que se


vuelva, y abajo por principal , cómo se despiden de
los vecinos y otros conocidos . San José en pié te-
niendo del diestro la jumenta aparejada y quitando-
se cortésmente el sombrero, y la Vírgen en pié y
vestida como se suele pintar compasiva y hermosa ,
con la mano en el pecho, junto á sí el niño Dios de
siete años, muy lindo , con su túnica inconsútil , que
lo abraza una jitana vieja , medio de rodillas , y él la
mira con agradable semblante ; y otros jitanos y jita-
nas mozos llorando .
LIBRO TERCERO, CAP. XII . 239

Cuando vemos pintada á la Vírgen Nuestra Seño-


ra con el niño grandecito de la mano y á su esposo
con la asnita ó descansando en el campo, como lo
pintó el Barrocio, habemos de entender, que es la
vuelta de Egipto despues de los siete años, porque
siendo el niño de aquella edad , á ratos andaria á pié ,
á ratos sentado en la asnita delante de la Santísima
Vírgen, como yo puse , y con el cabestro ó rienda en
la mano, y su madre con su sombrero de palma to-
cado, que con ambas manos lo va sosteniendo , y
San José delante con gran cuidado y vigilancia ,
encaminándolos por el mejor camino : y en viaje
largo (como consideró Gracian) tambien llevaria á
ratos el Santo niño consigo de la mano, ó en sus
brazos . Y esto basta á la descripcion de las cuatro
historias pertenecientes á la huida á Egipto deján-
dolos en Nazaret .

PINTURA DE LA DISPUTA DEL NIÑO JESUS EN EL TEMPLO ENTRE


LOS DOCTORES .

Mandaba Dios en la ley, que tres veces al año , en Deut . 16.


las tres Páscuas , pareciesen delante de él todos los
hijos varones, y por ello la Sacratísima Vírgen , como Exod . 23.

tan obediente , aunque no estaba obligada , llevó á su


querido hijo á Jerusalem, á presentarlo á su Eterno
Padre . Habia como hemos dicho , veinte y siete leguas
y media, y no quiere el P. Nadal que las anduviesen P. Nadal v. de
Ntra . Sra .
á pié . Era el Santo niño de doce años , que es el más
gracioso y florido tercio de la vida, y como se que-
dase en el templo y lo echase menos á la primera
jornada, creyendo la Vírgen que venia en compañía F. LuisAd.
de Gran .
de su esposo, segun la usanza de los hebreos, que
240 ARTE DE LA PINTURA.

Beda in Luca c. 2. en aquellas estaciones (como dice Beda) iban las


mujeres apartadas de los varones, y era lícito á los
niños ir con unos ó con otros . Tornó con José á Je-
rusalem . El lugar donde se hallaron sin él, dice un
autor moderno , que es una ciudad en la provincia de
Pedro Gallardo Judea, llamada Vira, tres leguas de Jerusalem , á
itim . lib. 2 C. 5.
P. Nadal v. de quien el P. Nadal llamó aldea , de un dia de camino .
Ntra . Sra. Sea lo uno ó lo otro , el sentimiento de la Vírgen fué
el mayor que tuvo pura criatura , porque nunca con-
currieron en el mundo tantas y tan preciosas causas:
era único y solo, madre sin compañía de padre y el
L. Villeg. v. de amor de naturaleza grandísimo : pintábase el de gra-
Ntra. Sra. cia, que por habérsele comunicado en más alto
grado , estaba obligada á amará Dios más que todas
ellas . A estos dos amores acompañaba otro de justi-
cia y es el que se debe á Dios , por razon de sus per-
fecciones porque las conocia mejor por estar más
cerca de él .

Tres dias fuéron los que la Soberana Señora y su


esposo le buscaron entre parientes y conocidos y
toda la ciudad sin hallar nuevas de él , en los cuales
no se cerraron ni enjugaron sus ojos , no comiendo
otro pan sino lágrimas de dia y de noche. No la
Psal. 41 . podia consolar el Santo José su esposo, estando tan
falto de consuelo : sintiendo por una parte lo que la
Vírgen sentia, y por otra culpando el poco cuidado
que habia tenido en guardar aquel precioso tesoro,
que le habia sido encomendado .

Pues queriendo el Espíritu Santo , dar fin á este


dolor , ordenó que lo fuesen á buscar en su propia
S. Villegas . casa, que era el templo . Cuando la Vírgen alzó la
vista, y vió aquella luz que tanto deseaba , ¿quién
LIBRO TERCERO , CAP. XII . 241

podria explicar esta alegría? Quedáronsele las lá-


grimas en sus ojos, mas mudóse la causa de ellas. Eclesiastici
cap. 35 , v. 16.
Hermosa es la misericordia de Dios , en el tiempo de “p. 35 ,
la tribulacion dice el sábio . Llegóse la madre donde
estaba asentado en medio de los Doctores , oyéndo-
les y preguntándoles ; y era tan grande la sabiduría
de sus respuestas , que estaban admirados todos y
suspensos , porque la Divinidad encerrada en aquel
pequeño cuerpo echaba rayos de sí . Por esto reparan
bien algunos escritores , que con referir el Evangelio P. Auto.
de Quintana Dueñas .
tantas ocasiones en que Cristo , como maestro ense_
ñaba, ninguno refiere que como discípulo manifes-
tase que aprendia . Pues aquí Cristo de doce años en
medio de tan grandes Doctores hablaba como maes-
tro. Invenerunt illum in templum sedentem in medio Lúc . cap . 1 .
Doctorum. audientem illos et interrogantes eos. Y
aunque los preguntaba era como maestro , para en-
señarles : no como discípulo para aprender , segun
notó Orígenes . Interrogabat autem non ut addiceret sed Orign . hic.
ut interrogans erudiret: ex uno quippe doctrinæ, fonte
manat interrogare et respondere . Por tanto está jus-
tamente condenado por San Ireneo el error de los Iren. cont.
Heres. c. 87.
Gnóticos ó Valentinianos que afirmaban , que Cristo ,
siendo niño iba á la escuela con su alfabeto de letras
del A. B. C.

Finalmente, llegando á él su madre le dió aquella


amorosa queja á que respondió el Señor con entere-
za y gravedad . Pero dice luego el Evangelista que Lue. c. 2.

se fué con ellos y que les era obediente en todo lo


que le mandaban , y concluye que crecia en ciencia y
edad, y en gracia acerca de Dios y de los hombres.
Dice en ciencia y háse de entender experimental
TOMO II. 16
242 ARTE DE LA PINTURA .
S. Villegas cuanto á sus efectos y no cuanto á la ciencia infusa .
V. Ntra . Señora
p. Rivade . Vivió en la casa donde fué concebido, y fué llamado
v. de Cris.
Nazareno que quiere decir florido Santo y apartado .
P. Nad. La pintura de este misterio será de esta manera .
v . de Nira . Señora . Pintase una espaciosa exedra, aula ó sala grande
junto al pórtico del templo de Salomon antes de en-
trar en él (en la cual solian disputar los maestros y
enseñar la ley de Moisés), un nicho entre columnas
con su asiento sobre algunas gradas levantado , en
medio el niño Jesus muy hermoso (con su cabelle-
ra Nazarena , túnica inconsutil ceñida y manto ) sen-
tado en él con un libro abierto y mucha majestad .
Y al uno y otro lado, seis ú ocho Doctores sentados
con bizarros trajes hebreos que lo tienen en medio ,
algunos con libros en las manos , y todos con sem-
blantes de admiracion y espanto , y la Vírgen Nues-
tra Señora y San José vestidos como se ha dicho , el
santo esposo que se vuelve á ella señalando el niño ,
y ambos con grande alegría, y por cuanto está muy
bien dispuesta la estampa del P. Gerónimo Nadal
se pudo seguramente seguir y yo dar remate á este
capítulo con lo que añadió un docto segun San Am-
P. Juan Mendez. brosio , 1 , corintios , 4, como refiere Barradas sobre

este Evangelio , los menores discípulos y niños se


asentaban en el suelo sobre esteras ó alfombras á los

piés de los maestros , y así pudo estar el niño cerca-


do de los Doctores con toda esta humildad .

FIN DEL LIBRO TERCERO .


ADICIONES Á PINTURAS SAGRADAS .

CAPITULO XIII .

EN QUE SE PAsa adelante EN EL ACIERTO de las sagrADAS PINTURAS.

Hasta aquí he seguido por órden la pintura de los


misterios de la niñez é infancia del Salvador y de
su madre Santísima , igualando los doce capítulos
del libro tercero con los dos libros primeros : en este
tomarémos licencia de alargarnos á otros dos capí-
tulos más , por no dejar tan importante materia cor-
tada é imperfecta y lograr lo que tengo observado
tocando en algunas historias sagradas y pinturas de
santos particulares sin guardar órden .

PINTURA DEL BAUTISMO DE CRISTO Á LOS TREINTA AÑOS DE SU


EDAD.

En esta sagrada historia añado á la comun pin-


tura siguiendo al P. Gerónino Nadal , ó por decir
mejor al texto de los Evangelistas , el poner á San P. Ger. Nadal
Juan Bautista bautizando á Cristo (despues de haber- ▾ . de Cristo f. 12 .
lo conocido por divina revelacion ) como se suele
pintar, dentro del rio Jordan , vestido como se dirá en
su pintura , arrodillado sobre una peña y mucha gente
que acompaña la ribera que vienen á ser bautizados
por su mano (dice un autor moderno que en rigor el M. la
D. Serna
Alonso. de
244 ADICIONES À

modo antiguo de bautizar era sumergiendo al bau-


tizado en las aguas lo cual ni lo contradigo ni
sigo). Lo que yo añado , cerca de la orilla á Cristo
Nuestro Señor vestido con su túnica y manto , de
rodillas en oracion y el Padre Eterno en el cielo de-
bajo de una luz trasparente y un rayo de ella que
viene encaminado á Cristo , donde se significa, que
suena la voz del Padre y el Espíritu Santo en forma
de paloma sobre su cabeza , y puede estar San Joa-
quin detrás de Cristo tambien de rodillas en oracion .
Y aunque pone esto el P. Nadal por principal en esta
historia, y el bautismo más apartado , se puede trocar
este intento , pintando el bautismo por principal, y
las dos figuras de rodillas algo más pequeñas y
apartadas. Autoriza la certeza de esta verdad el Sa-
grado texto .
Math . c. 3. Baptizatus autem Jesus, confestim ascendit de aqua
et ecce aperti sunt ei cœli et vidit spiritum Dei descen-
dentem sicut columbam, et venientem super sé, et ecce
vox de cœlis dicens: hic est filius meus dilectus in quo
mihi complacui.
San Lucas parece se declara más en esta circuns-
Luc. c. 3. tancia: Factum est autem cum baptizaretur omnis popu-
lus, et Jesu baptizato et orante apertus est cœlum : et
descendit Spiritus Santus corporali specie sicut columba
in ipsum: et vox de cælo facta est : Tu es filius meus
dilectus, in te complacuit mihi .
Fr. Luis de Gran . Confirma esto Fray Luis de Granada en los tres
3 p. de Orac . y tratados en alabanza de la oracion , del ayuno y li-
medit.
mosna; en el primero alabando la oracion dice: «Y
no es pequeño argumento de esta verdad ver que
aquellas dos tan principales glorias y testimonios de
PINTURAS SAGRADAS. 245

Cristo que se descubrieron en su gloriosa transfigu-


racion y bautismo, acaecieron estando en oracion ,
porque de la transfiguracion dice San Lúcas, que es-
tando orando se le mudó la figura del rostro y co-
menzó á resplandecer como el sol y sus vestiduras
se pararon blancas como la nieve , y del bautismo
cuenta el mismo San Lucas que acabándose de bau- Lúc . c . 3 .
tizar y estando en oracion se le abrieron los cielos y
descendió el Espíritu Santo sobre él en especie de
paloma . » En lo cual se nos da á entender que es-
tando los hombres en oracion , son espiritualmente
transfigurados en otros hombres , por virtud de la
devocion y gracia que allí se les da .
Pasó adelante un docto moderno en un tratado de
mano : « cosa asentada es (dice) segun los Evangelis- M. T. Alonso
Osorio.
tas, que luego que fué el Señor bautizado con pres-
teza salió del agua y se puso en la tierra en ora-
cion , y estando en ella se abrieron los cielos , y
descendió el Espíritu Santo en forma de paloma
y últimamente sonó la voz del Padre . » Este es el
órden de la historia , el cual claramente va supo-
niendo Santo Tomás donde dice : «Despues del bau- Sto. Tom .
3. p. q. 39.
tismo es necesaria al hombre la oracion para entrar
en el cielo , porque aunque por el bautismo se

quitan todos los pecados, no se quita el fomes peca-


ti.» Y por esto se nota; et Jesu baptizato et orante Luc . c. 3.

apertum est cælum . Y tambien dice el Santo Doctor:


" despues de bautizado abrirse el cielo fué por virtud
de la oracion de Cristo Nuestro Señor » y trae el lu-
gar de San Mateo diciendo que advertidamente se
dice que: aperte sunt ei cæli . A todos por él . Lo cual
refiere hasta aquí Santo Tomás de San Crisóstomo .
246 ADICIONES Á

S. Cris . Hom . 4 De suerte que abrirse el cielo fué efecto merecido por
in Math.
la oracion de Cristo despues de bautizado y fuera
del agua, dando á entender que los efectos milagro-
sos que se habian de seguir , de la aparicion del Es-
píritu Santo y sonido de la voz del Padre , no se
habian de atribuir al bautismo de San Juan , sino á la
oracion de Cristo . Otra razon da Eutimio y otra el
Cardenal Toledo , además de las dadas para nuestra
enseñanza . Mas esto nos debe bastar para el intento .

PINTURA DEL AYUNO DEL SALVADOR Y TENTACIONES DEL DEMONIO .

S. Pauld Galat 3. Moisés, Elias y Cristo Nuestro Señor ayunaron

cuarenta dias para enseñarnos la ley ; los Profetas y


Evangelio , que crucifiquemos la carne con sus vicios
y apetitos . Este número de cuarenta fué consagrado
en la Escritura Santa , cuarenta años sustentó el
Landulf de Saxon, Señor á los hijos de Israel en el desierto ; cuarenta
f. III .
meses predicó Cristo en el mundo ; cuarenta sema-
nas estuvo en el vientre virginal ; cuarenta dias
ayunó en el desierto , y cuarenta horas estuvo en el
sepulcro .
Pues como hubiese ayunado cuarenta dias y cua-
renta noches, no quiso pasar adelante porque no
pareciese fingida la carne que tomó por nosotros, y
Math. 4. la virtud de la divinidad fuese ascendida al de-
monio .

Por esto dice el Evangelista que despues de haber


ayunado, por su voluntad , tuvo hambre, y sintiendo
S. Greg. in
Homil . 16. esto el enemigo se acercó á él . Tentóle (como dice
San Gregorio) por las mismas tres cosas con que habia
vencido al primer hombre . Por gula , vanagloria y
PINTURAS SAGRADAS . 247

avaricia ; gula, en la manzana vedada ; vanagloria


diciendo: sereis como dioses ; avaricia ( que es codicia
desordenada de la ciencia), proponiéndoles sereis sa-
bedores del bien y del mal . Seguirémos en la pintu-
ra de esta historia.como en la pasada , al P. Gerónimo
Nadal . Cristo está sentado á la boca de una cueva de

grandes peñascos , con su túnica y manto : acompá-


ñanle algunos animales , el demonio aparece en figu-
ra de ermitaño anciano, mostrándole las piedras del
suelo , si bien , como dice Molano , parece más proba- Molan lib. 2 c. 19
ble las que tenia en las manos , porque es verosímil
que se las puso delante para que las convirtiese en
pan . Este tentador (segun San Agustin) fué Lucifery s . Agus . Ques .
novis estam .
tomó cuerpo y forma de varon religioso, por el
tiempo de las tres tentaciones , para que pudiese
mejor hablar con Cristo y llevarlo de un lugar á otro,
y así fuéron en forma visible ( como siente la glosa) :
acompaña al demonio una zorrilla y un erizo en la
estampa . Y por léjos parece la historia primera del
bautismo (como se ha dicho) , ángeles están arrodi-
llados en el cielo , y demonios cercan la cueva,
unos y otros esperando el fin de esta batalla .
Comenzó el enemigo con estas palabras : Si filius Math . 4.
Dei es , dic ut lápides iste panis fiant. Venciólo el Señor
con autoridad de la Sagrada Escritura : porque como
dice Beda, en vano trabaja el que piensa defenderse Beda homel super
Luc.
de los otros vicios si primero no refrena la gula .
Entonces el adversario diria entre sí (segun San s . Crisós . s . Mat .
Crisóstomo) este hombre , santo parece y los tales si
no son vencidos de la gula muchas veces lo son de
la vanagloria; y tomándolo en sus manos ( así de-
claran algunos ) Assumpsit eum (y así lo dibujó
248 ADICIONES Á

Nadal ) . Llevólo á la santa ciudad de Jerusalem . Por


sobrada paciencia ( dice el santo Doctor ) y no por
falta de poder , se permitió llevar en brazos del
S. Greg. enemigo corporalmente . Y no es maravilla ( como
in hom. 16.
explica San Gregorio) ser así llevado del que es ca-
beza de los malos , el que sufrió ser crucificado de
los que fuéron sus miembros.
Tres eran los andenes y corredores dice el Cartu-
jano, y el tercero y más alto era llano , de altura de
cuarenta estadios , y estos son llamados pináculos ,
Leand de Saxon y dijóle : Si filius Dei es, mittete de orsum , alegando
fól. 12.
el salmo 90. La cual autoridad no fué á propósito
Gerón .. psal . (como notó San Gerónimo ) ni se entiende de Cristo
nuestra cabeza , más de los miembros , porque el
redentor no anda en las manos de los ángeles que
es sobre todos ellos , antes con su virtud lo sostiene
y á toda criatura . Por esto dice la glosa hablando
del varon justo : á sus ángeles ha mandado Dios que
te traigan en sus manos porque no caigas y te
lastimes el pié. Y aplicó el astuto la parte de esta
autoridad que hacia á su propósito , y dejó la que
era contra él . A esto respondió el Señor como pa-
cífico Maestro , con otra autoridad de la Escritura Sa-
grada. Y tomándolo segunda vez en brazos , lo llevó
á un altísimo monte dos millas del desierto y mostróle
Luc. 3. en un momento todos los reinos del mundo y la glo-
ria de ellos . Momento , es la cuarentena parte de una
hora, en que está figurada la presteza con que pasan
Landulf Saxon V. los bienes de esta vida , como sintió San Ambrosio,

prometióle los que no estaban en su mano dicien-


Chr. fol . 112 do : Hæc omnia tibi dabo si cadens adoraveris me . Fué

Luc. Super tentacion aunque de avaricia , de idolatría , y ata-


S. Ambrosio
PINTURAS SAGRADAS. 249

jóle el Señor amenazándole con autoridad divina, y


echólo de sí para que no volviese más á tentarlo por sí
mismo . Y habiéndole sufrido las dos primeras tenta-
· ciones contra su persona, no sufrió la que era inme-
diatamente contra Dios : para nuestro ejemplo . Ven-
cido Satanás dice el texto , et ecce Angeli accesserunt Math . 4
el ministrabant ei. Llegarónse los ángeles y como á
triunfador le servian , habiéndolos tenido ausentes
porque osase llegar el demonio , y porque su victoria
fuese más excelente venciendo sólo al enemigo,
servianle trayéndole de comer , haciéndole reveren-
cia, adorándolo humildemente como á su Dios y
Señor nunca vencido , dice San Bernardo . Pintó

Pablo de Céspedes con valentía esta historia en el s . Bern . Ser . de


le jun Dni.
refectorio de la Casa profesa de esta ciudad , por ser
muy propia de aquel lugar, y yo en el de San Cle-
mente el Real año de 1616 , de la cual describiré la
disposicion mia por si se ofreciere ejecutarla . A la
boca de una cueva de peñascos una mesa sobre uno
de ellos , y en medio de lo más ancho sentado Cristo
en otro , con su túnica y manto carmesí y azul , le-
vantados los ojos al cielo , y las dos manos bendi-
ciendo la mesa y el pan al modo antiguo , como el
sacerdote en la Misa . Y por ser antes de la comida ,
con un pan de á libra sobre la servilleta , cuchillo y
salero , agua en un vaso de barro , con uvas en un
plato por principio . A la cabecera de la mesa y detrás
de ella un ángel principal en pié con su toalla al hom-
bro , como maestre sala , con un cuchillo en la mano
derecha, y con la siniestra alzando la cubierta de un
plato con dos róbalos cocidos que trae un ángel que
está delante de rodillas , y otro detrás con unas vi-
250 ADICIONES Á

najeras de Talavera señaladas con aceite y vinagre .


Al lado derecho de Cristo tres ángeles en pié con
instrumentos músicos, arpa , laud y lira grande , en-
treteniendo y solazando á su Señor, y cantándole la
victoria. Dos ó más ángeles niños en el aire espar-
ciendo flores sobre la mesa, una claridad en el cielo

á la parte izquierda del cuadro por donde bajan án -


geles volando con platos cubiertos de postres . Y un
alegre país , demás de la gran cueva y desierto , con
algunas fieras y animales cerca y léjos . Paso todos
los demás misterios de Cristo por no alargarme y
notar sólo lo que tengo observado .

PINTURA DE LA CORONACION DE ESPINAS DE NUESTRO REDENTOR


JESUCRISTO .
P. F. Aria trat 8
del homild . Despues de los crueles azotes del Señor, los tres-
cap. 31. cientos soldados de la guardia de Pilatos , lo saca-
Joan . 19.
c
Mar . 15 . ron al patio del Pretorio , que estaba lleno de gente ,
Math . 27.
y como quien representa una comedia ridícula para
regocijar al pueblo , quitándole sus propias vestidu-
ras, le pusieron sobre el cuerpo desnudo y sangrien-
to un manto abierto y raido de púrpura (á quien San
Crist. Adrier. Mateo llama clamide coccinea , hábito militar que usa-
núm. 248.
ban los Reyes) y sentándolo en una media columna
de helado mármol, que hoy se conserva en Roma en
la iglesia de Santa Cruz, de Jerusalem, le pusieron
sobre su sagrada cabeza una corona de espinas tan
récias y agudas , que le penetraban hasta los huesos,
bañando de sangre cabellos , cuello y rostro, y po-
niéndole en la mano derecha una caña dura, aunque

hueca, para representar al vivo con estas insignias ,


que era Rey aparente y de burla ; para más escarne-
PINTURAS SAGRADAS. 251

cerlo se hincaban de rodillas ante él diciendo : Averex


Judæorum . Y escupiendo su venerable rostro , le daban
en él bofetadas y con la caña sobre la corona, pre-
tendiendo con estos desprecios y golpes, atormen-
tarlo de nuevo y provocar á risa á los circunstantes .
De estos escarnios habla San Anselmo de esta ma- 5. Anselm . lib. de
Stim . amoris.
nera . » Fué el Señor vestido de púrpura real , pero
mayor fué el menosprecio que recibió con ella ; fuéle
puesto cetro en la mano, mas con él fué herida su
reverenda cabeza ; adorabánle de rodillas llamándo-
le Rey, y escupian en su divino rostro , y cruelmente
atormentaban sus mejillas .

Esta es la pintura dolorosa de este paso . De la cali-


dad de la corona y su hechura dirémos lo que parece
más probable , porque se pinte de aquí adelante acer-
tadamente . Un docto moderno se opone á que no fué D. Lucas d. Soria

la corona de juncos marinos , que es lo más comun de trat . 4 confid. 3 .


los autores con la autoridad del cardenal Baronio , di- Baron. in Anal . an.
Crist . 34.
ciendo así: « la propia significacion y literal sentido de
las palabras de los sagrados Evangelistas , que dicen
que fué de espinas, lo da bien á entender, porque los
juncos marinos no son verdaderas espinas , aunque
pueden herir como ellas, y así es cierto que la corona
fué de un género de zarza , muy comun en la provin-
cia de Judea que en latin se llama Ramno y en cas-
tellano Cambron, donde nacen unas zarzas blancas

cuyas ramas están llenas de muy fuertes y grandes


puntas y son muy flexibles para fabricar la forma de
la corona , que no sólo rodeó las sienes como se pinta
de ordinario , sino que cubrió toda la cabeza como la
lans . concor.
consideró muy bien Cornelio Iansenio diciendo que evang. c. 14. -

no fué ponerle una sencilla y ordinaria forma de co-


252 ADICIONES Á

rona, sino hacerle uno como casco fabricado de es-


pinas , que rodeó y cubrió toda su sacratísima cabe-
za . Haciendo en ella una dolorosísima impresion ,
cubriendo tambien sus sienes en redondo, y sintió
S. Bernar . de Pass, así el glorioso San Bernardo diciendo que como
cap . 30. estos ministros de maldad aborrecieron de todo co-
razon á la verdad , no sólo pretendieron la irrision
y afrenta , sino tambien causarle á nuestro Redentor
S. Vicent. un grandísimo tormento . Y añade San Vicente Fer-
Sem . unic . de Pass . rer, que la corona de espinas que estos nefarios fa-
bricaron fué compuesta á la manera de un capacete
ó bonete redondo , que se pudo asentar sobre toda la
cabeza , hiriendola toda con agudísimo dolor, y lo
Lans . orat . 19 mismo afirman Lauspergio y Echio , autores de gran
53 de Pass . piedad y no menos erudicion . Y parece que este sen-
et hom .Ioan.
timiento puede confirmarse con lo que la Vírgen
Echi . Serm . de Nuestra Señora reveló á Santa Brigida en que le dice
Pass. art. 4.
la gran cantidad de sangre que descendia al rostro
de su hijo . Y en otra revelacion en que le habla el
S. Brig . 1. 4 c. 70. mismo Señor á quien le pusieron esta corona, ver tex
S. Brig. in. rev .
extrau . cap. 51. meus, et capultorum puneturis spinarum lacerabatur .
Lo superior de mi cabeza y toda ella se heria con
Trat . 30 de Spinas las puntas de las espinas . Esta sagrada corona se
coru.
guarda hoy con religioso decoro, en una capilla de
Trat. 40 la ciudad de Paris , lo cual refiere San Antonio , Ar-
de Spinearorum .
zobispo de Florencia .

PINTURA DE CUÁNDO EL SEÑOR FUÉ MOSTRADO AL PUEBLO Y


DIJO PILATOS: Ecce homo.
Ioan cap. 19. Acabada la coronacion , dice el santo Evangelista
que dijo Pilatos sacando á Cristo fuera , al pueblo que
lo miraba con tan grande abatimiento y desamparo ,
PINTURAS SAGRADAS . 253

sin responder nada en su defensa : Ecce aduco vobis


eum ut cognoscatis quia nullam invenio in eo causam .
Aquí os le traigo para que conozcais que no hallo
en él causa para condenarlo.
Salió Cristo Señor Nuestro desnudo , cubierto con D. Lucas de Soria

la clámide , ó manto rojo que le cubria las espaldas trat . 4 cons . 7.


hasta el pecho, y como no era cerrado manifestaba
su sagrado cuerpo todo herido y sangriento , y su
ánimo encogido con el horror de la vergüenza ; y
haciendo demostracion pública les dijo por ventura
hablando con menosprecio : Ecce homo : mirad qué
hombre, como si dijera ; bien os debe bastar para
amansar vuestra ira , ver un hombre tan mal tra-
tado.
Y aunque el sagrado texto no haga mencion de
más insignias que la corona y púrpura, es de creer P. F. Arias
trat. 8 de humild .
que salió con su caña en la mano derecha , en lugar
cap . 31 .
de cetro, para la cabal representacion de que aspi-
raba á ser Rey de Judea, como lo sintió el P. Fran-
cisco Arias cuando dijo : salió á vista de todo el pue-
blo coronado de espinas, vestido por escarnio de una
púrpura, mal tratada , y con una caña en la mano por
cetro , y las carnes abiertas de los azotes . Acompaña
este parecer el piadoso Cartujano, por estas palabras :
« y salió luego Jesus por mandamiento de Pilatos ,
trayendo en su cabeza corona de espinas , y un manto
de púrpura encarnado , y un cetro de caña en la ma-
no » . Y más adelante : « pues mira ahora cómo tu Señor
andaba de una parte á otra tan deshonrado vestido ,
y coronado , y puesto en su mano cetro de vituperio ,
con el rostro inclinado á tierra, temblando y cor-
riendo sangre, delante tanta multitud de naciones » .
251 ADICIONES Á

Y para prueba de que Cristo Señor Nuestro sacó


todas las insignias reales con que le habian poco
antes escarnecido , lo confirma adelante segunda
vez el Evangelista San Juan cuando les dijo Pila-
Ioan . cap . 19. tos : Ecce Rex vester . Veis aquí vuestro Rey. Todo lo
cual habia de verificar el traje que sacó : Y yo he
probado para advertir á los pintores lo que tengo
notado, en especial en un Ecce homo que pintó
Pablo de Céspedes , en el retablo de la Compañía de
Córdoba, y en algunos de Morales el de Badajoz,
pintados sin caña en la mano . Y aún Morales tomó
más licencia , que pintó algunos sin corona de espi-
nas , con solas las señales de las heridas, y tambien
llevando la cruz á cuestas , usó de esta libertad ó
falta de decoro en lo historial . Con este espantoso y

sangriento espectáculo , que bastaba á enternecer las


S. Crisist . Super. piedras como dice San Crisóstomo , no sólo no se
Joan. hom . 83. movieron los crueles enemigos á compasion , antes á

grandes voces pidieron que fuese crucificado .

PINTURA DE CRISTO CON LA CRUZ Á CUESTAS CAMINO DEL


CALVARIO, Y DE SIMEON CIRINEO QUE LE AYUDÓ.

En esta piadosa historia tengo notadas dos cosas ;


la una es en las vestiduras de Cristo Nuestro Señor,
y la otra el modo con que le ayudó á llevar la cruz
el Cirineo . Y para más claridad me valdré de los
que tratan esto más de propósito , y principalmente
del texto sagrado . De que se ha de pintar el Salvador
con sus propias vestiduras que trajo , y usó siempre
no es menos que de fé , dicenlo dos Evangelistas
Mat. cap. 27.
Slarc. cap. 15. San Mateo y San Marcos, y son sus palabras: Exue-
PINTURAS SAGRADAS . 255

runt eum chlamydem : et induerunt eum vestimentis eius ,


et duxerunt eum, ut crucifixerent . El segundo dice :
Exuerunt illum púrpura, et induerunt eum vestimentis Marc. cap. 15.
suis et ducunt illum ut crucifixerent eum . Dada la sen-
tencia de muerte , antes de sacarlo al Calvario , qui-
tándole el manto purpúreo, le pusieron sus propias
vestiduras ; porque cuando lo llevasen á ajusticiar
fuese más conocido de todos ( como dice el Cartuja- Laudulf. de Saxon

no) . Dos son las vestiduras que siempre le pone el vit. Chr. f. 98 .
P. Gerónimo Nadal en sus estampas , la túnica in-
consutil ceñida que, como hemos dicho , hizo y le puso
su Santísima Madre en la niñez, y el manto con que
se cubrian los hebreos . Y estas dos vestiduras fuéron
Lib. 3 c. 12.
las que dividieron los verdugos entre sí despues de

crucificado , partiendo el manto en cuatro partes, lle- Ioan. c. 19.


vando cada uno la suya . Y echando suertes sobre
la túnica sin costura, que no se pudo dividir . Que
significa la unidad de la Iglesia , ó la caridad , como
sintió San Agustin . La cual se dice que está en la S. Agust . super .
ciudad de Treveris en Alemania . Lo mismo de las Joan. trat trat.. 113
T. Terra. S..
dos vestiduras dice el P. Maldonado de la Compañía
pág. 18.
sobre San Juan , en el lavatorio de los piés , y sobre
el psalmo: Diviserunt sibi vestimenta mea, et super Psal. 21.
vestem meam miserunt sortem. Que en el griego dicen ,
que está en ambas partes en singular.
De suerte que no pintó bien Luis de Vargas el
Cristo de gradas, en pintarle una sola túnica , y Al-
berto Durero acertó en ponerle dos vestiduras , manto
y saya . Pues saliendo el Señor y prosiguiendo su
camino de Jerusalem al Calvario llevando su cruz , .

cosa que no se hacia con los malhechores, ni se hizo


con los ladrones que le acompañaban. En los dos
256 ADICIONES Á

lugares donde encontró á su madre, y se volvió á las


mujeres , parecen hoy las señales de dos iglesias que
Laudulf. de Saxon allí fuéron hechas, y dice el Cartujano que pasando
v. Chr. f. 101 .
más adelante , como por causa de los tormentos pa-
decidos estuviese el Redentor tan quebrantado y en-
flaquecido que casi no se podia mover, cayó con la
cruz en tierra , y dejóla para poder respirar. Y este es
Viaje del marqués lugar señalado con siete años y siete cuarentenas de
de Tarifa.
perdon . Temiendo los que lo llevaban su muerte ó
que Pilatos revocase la sentencia , alquilaron á Si-
mon Cirineo y le forzaron , ut tolleret crucem eius,
Mat. c 27. dicen San Mateo y San Márcos . si bien San Lucas
Marc. c. 15. habla más claro: et imposuerunt illi crucem portare
Luc. c. 23 .
Ubi . supra. post Jesum. Todo lo cual probó el Cartujano dicien-
do que ninguno queria tocar la cruz por ser muy
aborrecible su nombre, y por eso casi por fuerza hi-
cieron que la llevase el Cirineo , recien convertido de
la gentilidad, encontrando con el afligido y fatigado
Jesus, y la llevó hasta el lugar donde fué crucifica-
do . Lo cual no hicieron los adversarios de compasion ,
antes porque más presto llegase donde habia de
Molan 2 c. 30. morir . Que fuese alquilado para ayudarle á llevar la ·
P. Ger . Nadal cruz, ó que fuese para llevarla él solo , lo segundo
fólios 124, 125 parece más conforme al texto de San Lúcas . Y como
y 126.
advirtió Molano es opinion de San Gerónimo , de San
Leon, y de Teofilato . El P. Nadal dividió esta en
tres historias : la primera cuando carga con ella el
Señor en casa de Pilatos : la segunda cuando sale con
toda la tropa por la puerta de la ciudad : la tercera
cuando está caido en tierra y detrás de él el Cirineo
solo , con la cruz sobre sus hombros ; y dice que es
presuncion de piadosos que llegó con ella al Calva-
PINTURAS SAGRADAS . 257

rio, de donde sacamos por conclusion que no se debe


reprender el pintarlo de la una ó de la otra manera .
Porque si es ayudando á Cristo detrás de él , llevan-
do el cabo de la cruz, se va con los Santos que favo-
recen no haberla dejado Cristo hasta el Calvario . Si
el haberla pasado al hombro del Cirineo para que la
llevase solo , se favorecen los pareceres de los Santos
que hallan en este caso misterio . Como probó
muy á la larga D. Antonio de Guevara obispo de
Mondoñedo , de quien pondrémos algunos lugares Monte Cal , c. 18 .
que cita. Cirilo sobre San Juan dice : « Si en traspa -
sar Cristo la cruz de su propio hombro al del Cirineo
no se significara algun gran misterio ó sacramento ,
como la llevó hasta la mitad del camino , tambien la
llevara hasta el monte Calvario . Mas quiso el Re-
dentor del mundo, y á pesar de todos , traspasar
su cruz al Cirineo , que era darla á su pueblo cristia-
no. Crisóstomo de laudibus crucis dice : « oh inaudito

sacramento , en que así como debajo de los brazos


cruzados del gran Jacob , perdió el niño Manases su
Gen. 42.

herencia , así debajo de la cruz de Cristo perdió Is-


rael su preeminencia » . Y prosigue piadosamente el
obispo de Mondoñedo : « es la cruz de todo el mundo
y no la confias de otro sino de Cirineo . No la con-
fias sino de uno que es el que cree la unidad de tu
esencia; no la confias sino de uno que es el que de-
fiende la fe de tu Iglesia ; no la confias sino de uno
que es del que tiene caridad con su hermano ; no
la confias sino de uno que es del que tiene cuenta
contigo solo » . La glosa de Remigio dice : « no dió
el hijo de Dios su cruz á quien se salia de Je- Marc. 15 .
Lúc . 23 .
rusalem para ir á la aldea , sino al que se salia
TOMO II . 17
258 ADICIONES Á

de la aldea para ir á Jerusalem, » pues dice el


texto « quod Simon veniebat de villa, para darnos á
entender que no tienen parte en su muerte y
cruz los herejes que apostatan de su Iglesia sino
los fieles cristianos que permanecen en ella » . Hila-
rio en una homilia dice : « cosa es para espantar que
siendo Cirineo hombre pagano y los que allí iban
hebreos y que él era solo y los otros infinitos , le tomó
Monte Calv. c. 19. Cristo por su compañero para llevarle la cruz en
aquel camino, sin hacer caso de todo el pueblo ju-
dáico » . Y concluye este autor altamente este punto,
cuando el hijo de Dios dijo : Tollat crucem suam . « No
sin alto misterio llamó á su preciosa vida cruz mia
y no cruz suya, porque por manos del Cirineo nos la

traspasó y renunció en el camino del Calvario , que


fué hacernos gracia de todo lo que en ella merecia . »

PINTURA DE LA GLORIOSA RESURRECCION DE CRISTO SEÑOR


NUESTRO.

Fonseca vit. Chr. «Resucitar un muerto , dice Fonseca , es la mayor


cap. 30. prenda del poder de Dios ; por eso queriendo que
Ezul . 57. el profeta Ezequiel persuadiese á su pueblo que
tenia brazos para reparar su caida, le resucitó un
campo de cuerpos muertos, como quien dice , pues
ves que puedo lo más, bien les puedes asegurar lo
menos . Y aunque cualquiera resurreccion trae con-
sigo gran dificultad , pero el resucitarse á sí mismo
la trae mayor , cuanto es más dificultoso el levan-
tarse sin ayuda , que con ella » .
En este artículo estriba nuestra fe y nuestra espe-

ranza: nuestra fe , porque creemos sus verdades, por


habérnoslas revelado el hijo de Dios , y creemos que
PINTURAS SAGRADAS . 259

es hijo de Dios por haber resucitado de los muertos :


nuestra esperanza , porque á este fin se enderezaron
todas las obras de Cristo Nuestro Señor. « El princi-
pio de nuestra resurreccion , dice San Leon Papa, Serm. 1 de Resur.
comenzó en Cristo, porque en aquel Señor que mu-
rió por todos nosotros está el modelo y la seguridad

de nuestra esperanza . No dudamos por la descon-


fianza, ni estamos inciertos , si será ó no será: antes
habiendo recibido en Cristo el principio de sus pro-
mesas , con los ojos de la fe ya vemos lo que espera-
mos, y tenemos lo que creemos » . Hasta aquí este Fonseca vit . Cris.
cap 30.
Santo . Por eso conceden los teólogos que Cristo Se-
ñor Nuestro fué causa ejemplar de nuestra resurrec-
cion, y faltando el original no es posible haya tras-
lados.
Cuarenta horas estuvo muerto Cristo Nuestro Señor
L
dice el Cartujano , y San Agustin lo confirma que- Laudulf.de Saxon
vit Cris. cap. 59.
riendo haya estado en el sepulcro treinta y seis ho-
ras, que sumadas por Fonseca son de esta manera : del Fonseca vit. Cris .
viernes en que murió cuatro ; de la noche siguiente , cap. 30.

doce ; del sábado, doce ; y de la noche siguiente otras


doce que son por todas cuarenta: y quitando de este .
número cuatro que se gastarian en pedir licencia á
Pilatos , en descender el Santo cuerpo de la cruz y
en enterrarlo , vino á estar en el sepulcro treinta y
seis horas . Resucitó al tercero dia segun las escri-
turas (y si es figura sinecdoque cuando se toma la Flox . Santor.
parte por el todo) por primero dia la postrera parte Sevillano . impr.
año 1572 .
del viernes , por segundo todo el sábado y por terce-
ro la primera parte del domingo . Pues advirtiendo
en la pintura de este soberano misterio , llegada la
hora en la cual Nuestro Redentor tenia determinado
260 ADICIONES Á

resucitar , vino su preciosa alma el domingo antes de


amanecer, con mucha multitud de ángeles al mo-
numento , acompañada de las ánimas de los justos que
habia sacado del Limbo : y previniendo el sol divino
al natural , envistiendo el ánima gloriosa al cuerpo
helado y frio , afeado con llagas y cardenales , quedó
hecho un cielo estrellado con los cuatro dotes de

claridad , impasibilidad , agilidad y sutilidad . La cual


hermosura no alcanza la elocuencia humana . San

Joan cap. 1 . Juan dijo más que todos los oradores : Et vidimus
gloriam eius, gloriam quasi unigeniti á Patre . Entró
y salió del sepulcro estando cerrado y sellado , que
así nació de la Vírgen sin detrimento de su integri-
dad, y despues entró en el cenáculo cerradas las
puertas por el Don de la sutilidad . Con esta majes-
tad y hermosura se ha de pintar Cristo Nuestro
Señor, con su manto rojo, y paño blanco , descubier-
tas y gloriosas sus llagas con grandes resplandores
de luz y no excusemos su bandera triunfante , y
acompañamiento de ángeles y serafines como lo puso
G. Nadal . föl . 13. el P. Gerónimo Nadal . El sepulcro ha de estar cer-
rado y sellado y los guardas durmiendo . Y así dice
Fonseca vit Chris. Fonseca, « y aun los guardas que tenian cuidado de
cap. 30. eso no vieron al Señor resucitar , porque cuando el

ángel revolvió la piedra, ya el Señor habia resuci-


tado . Y si cayeron amortecidos no fué de la vista de
Cristo , que no la merecian , sino del resplandor del
ángel , y del terremoto (causado en señal de alegría,
como el de su muerte en señal de tristeza) » y así es
disparate notable lo que comunmente se pinta , los
guardas acometiendo al Redentor con las espadas y
alabardas como queriéndolo ofender , ó defenderse
PINTURAS SAGRADAS . 201

con los escudos . Ignorancia que advirtió doctamente


un autor moderno . El modo con que se pinta y escul-
pe culpablemente la resurreccion es de esta suerte :
«Un sepulcro cuadrado con la losa que lo cubre D. F. José
de S Maria Frior
medio abierta, y Cristo con la una pierna sobre la de la Cartuja .
losa y sacando la otra del sepulcro , por la abertura
de él ; alrededor los guardias despavoridos cubrién-
dose unos las cabezas con sus escudos y otros echan-
do mano á las espadas, lo cual pintan y esculpen
con tanta indecencia que quitan la devocion . Este
modo de pintar contra la verdad del Santo Evange-
lio se ve en el último capítulo de San Mateo , cuan- Mat. c. 28.
do llegó el ángel con la majestad que allí nos repre-
senta, y revolvió la piedra y se sentó encima , y los
guardas cayeron como muertos con el terremoto , de
suerte que no vieron la losa entreabierta , ni salir por
ella á Cristo resucitado. Porque estuvo cerrado y
sellado hasta que llegó el ángel, y vueltos en sí
fuéron á dar las nuevas de lo que pasaba , y les acon-
sejaron que dijesen que estando ellos durmiendo lo
habian hurtado sus discípulos » . Hasta aquí este autor .
Esto del sepulcro abierto y Cristo sacando una
pierna de él para salir, lo he visto muchas veces
pintado , y en Jerez de la Frontera en la puerta del
convento de las Recogidas , está esculpida en piedra . Lib . 2. cap . 27.
Yerro que no se le pasó por alto á Juan Molano en
su libro de Imágenes Sagradas .

PINTURA DE LA PRIMERA APARICION DE CRISTO RESUCITADO Á SU


SANTÍSIMA MADRE .

Pues como esta gloriosa reina estuviese orando y


llorando , el domingo en amaneciendo acabado de
262 ADICIONES Á

resucitar le apareció Cristo , hijo suyo, glorioso y res-


plandeciente . Digna cosa era que el Señor visitase
y apareciese primero que á los otros á su madre ,
pues que ella le amó sobre todos y se dolió más de
su muerte. Y aunque no lo dicen los Evangelistas
(porque no convenia traer á la madre por testigo de
su resurreccion) no queriendo escribir lo que habia
de ser creido sin contradiccion , mas apruébalo la
Iglesia Romana , celebrando la estacion este dia en
Santa María la Mayor diciendo allí misa solemne
autorizando este primer aparecimiento . Y San
Flor . son . Sevillano Ambrosio lo afirma en el tercero libro de las Vírge-
impreso año 1372 .
nes , y Sedulio en sus versos pone este aparecimien-
to primero y lo mismo siente San Ignacio Mártir di-
ciendo : « el Señor despues de su resurreccion , primero
apareció á su madre que á otro ninguno, y la con-
soló y llenó de gozo espiritual . Lo cual generalmen-
te conceden todos los Doctores católicos . Mostróse-
la á los Patriarcas y Profetas que le acompañaban ,
que habian hablado de ella, los cuales con universal
Fonseca vita Chr . alegría le daban la enhorabuena . El traje del Salva-
cap. 30 . dor ya está dicho , y el acompañamiento tambien .

P. Nadal fól . 135. El P. Nadal lo pone en sus estampas de una misma


suerte en estas dos historias y aventajadamente Al-
berto Durero en las suyas de madera . Y advierto
aquí que en todas las apariciones de Cristo resucita-
do se ha de pintar con su manto rojo y cuerpo be-
llísimo , desnudo , con sus llagas resplandecientes,
lleno de inmensa luz ; menos en dos que es á la Mag-
dalena en figura de hortelano y á los discípulos que
iban á Emaus, en figura de peregrino ó caminante,
porque en estas no quiso luego ser conocido . Y
PINTURAS SAGRADAS . 263

aunque en todas las apariciones despues de resuci-


tado lo pone el P. Nadal , vestido de sus dos ropas
como andaba antes de padecer , será acertado que si-
gamos el traje de resucitado , descubierto su bellí-
simo cuerpo y llagas , hasta que subió á los cielos y
se asentó á la diestra del Eterno Padre .

PINTURA DE LA ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA .

En esta última observacion nos valdrémos de las


estampas y doctrina del P. Lúcas Pinelo y del
P. Pedro de Rivadeneira, ambos de la Compañía de
Jesus, y de los autores que ellos citan . Y comienzo Vida de Ntra. Sra .
con el célebre lugar del apóstol , que á mi ver viene ad Felip .
cap . 1 .
muy á propósito . Desiderium habens disolvi et esse cum Rivad Agosto.
Christo : «deseo ser desatado y verme con Cristo lle-
vado de ansias amorosas. » Pues, ¿qué diria la Santí-
sima Vírgen, donde excedió el amor al de todos los
hombres y ángeles, pasados setenta y dos años
menos veinticuatro dias (como es la más probable
opinion) con los ansiosos deseos de ver á su querido
hijo? Esta dicen los Santos, que fué la causa de su
muerte sin enfermedad , en la ciudad de Jerusalem y
casa de San Juan Márcos en el monte Sion . Escribe

Niceforo y Metafrastes que el Señor le envió un ángel Damasco. Nicef.


el cual la dió la alegre nueva de su glorioso trán- hist . Ecle. 1. 2 .
cap. 23 .
sito y dándole un ramo de palma le predijo el dia de En Metba . in hec
su muerte . Fué esta nueva para la Vírgen de suma fest . Rivad. Agosto .
alegría, y llena de gozo comunicó á sus devotos la
revelacion haciendo dar dos túnicas suyas á dos
doncellas pobres que habian vivido en su compañía .
Acercándose el tiempo de su dichosa muerte, no
faltó Dios en hacer á su madre nuevos favores : ha-
264 ADICIONES A

Arcop. dedio . nom . lláronse en su glorioso tránsito , los apóstoles y dis-


cap 3.
Orat. 2 D 21 cípulos traidos milagrosamente para su consuelo y
fect. 2 in Mari. para que les echase su bendicion , como afirman
lib . 6 cap 62. muchos Santos , y San Dionisio Areopagita que
estuvo presente, y lo que es más , hallóse Cristo
Señor Nuestro , hijo suyo, corporalmente segun dice
San Juan Damasceno, con quien tuvo un tiernísimo
coloquio que acabado espiró como advirtió el doc-
tísimo Suarez . No murió de enfermedad ninguna ,
que no la tuvo jamás como afirman muchos , y
entre ellos Alberto Magno , sino de un ardientísimo
deseo de verse con su hijo , como consta de las re-
velaciones de Santa Brígida .
En espirando la Reina del cielo entregó su alma
bienaventurada en manos de su hijo con inefable
gozo . Ungieron con olorosos ungüentos (conforme á
la costumbre de los hebreos) los apóstoles el Santo
Nicef. lib. 2 c. 63. cuerpo , y decentemente compuesto, cubierto de oloro-
sísimas flores (como dice Niceforo) aunque la fra-
gancia que salia de él era superior , lo pusieron en sus
andas y comenzaron los ángeles á cantar himnos
que prosiguieron los apóstoles y demás fieles , orde-
nóse una lucidísima procesion . Algunos de los após-
toles delante con cirios blancos en las manos , otros
llevando las andas (como antiguamente los sacer-
dotes el arca del Testamento ) : los demás fieles si-
guiendo, fuéron vistos en el aire gran multitud de
ángeles que acompañaban á su Reina . Caminaron á
Getsemaní donde habia ordenado la Santísima Se-
ñora ser sepultada .
Metah. orde Virg. Describe esta fúnebre pompa Metafrastes y San
Dam.in crat de dor.
Ms. dei Red . de loc. Juan Damasceno , y habiendo sucedido muchos mi-
PP TURAS SAGRADAS . 265

lagros en el camino , llegó esta procesion al huerto


de Getsemaní donde fué sepultada junto al sepulcro
de San José (como dice Beda) y ahora hay un sun-
tuoso templo que hizo Santa Elena . El santo Obispo
Juvenal dice , que los apóstoles perseveraron acom- s . cap . 68. Javen.
in veteribus
pañando el sepulcro de la Vírgen tres dias, oyendo hist Eutemi.
suavísimos cánticos de sagrados himnos de ángeles .
Despues al tercero dia , por consuelo de Tomás que
no se habia hallado á la muerte de esta Señora, para
que viese el Santo cuerpo , abriendo el sepulcro no
lo hallaron , más solamente los lienzos y la sábana
en que fué envuelto ; la cual besaron con gran de-
vocion , sintiendo un olor suavísimo y celestial .
Que al tercer dia resucitase la Virgen y subiese
en cuerpo y alma al cielo , no hay que dudar en
esta verdad . Que puesto caso que no está definida
por la Iglesia, pero está recibida con la fiesta que
con nombre de la Asuncion celebra á Nuestra Señora ,
fundada en la doctrina de muchos Santos , y graví-
simos doctores griegos y latinos , antiguos y moder-
nos , y en la piedad del pueblo y en toda buena razon .
Dice el P. Rivadeneira , refiriendo el hecho así : Rivad. Agat.
« bajó del cielo al sepulcro su mismo hijo acompañado
de innumerables ángeles , y del alma de la misma
Vírgen, y dió vida al cuerpo muerto, volviéndolo
á juntar con su alma gloriosa y lo vistió de inmor-
talidad y de una claridad admirable, y le adornó de
las dotes que tienen los cuerpos glorificados . Sobre
todo lo que se puede explicar con palabras y com-
prender con entendimiento humano .
Este triunfo inenarrable desde el sepulcro á lo P. S. 2 tom . ?
6.37 art t.
más alto del cielo se llama Asuncion . Ya dvirtió el P
266 ADICIONES Á

P. Suarez, que el mismo dia que resucitó la Vírgen


subió á los cielos y que se llama en vulgar romance
esta fiesta Asuncion y no Ascension como la de
Cristo, porque aquella virtud de subir en cuerpo y
alma al cielo no le era connatural ni debida á la
Vírgen como á Cristo , sino por privilegio . Aunque
en la Escritura se truecan algunas veces los nombres ,
Márc . 16 .
y la subida de Cristo se llama Asuncion . Assumptus
Contit S. est in cœlum y la de María Ascension . Quæ est ista quæ
ascendit. Lo segundo, que pintar en esta subida á la
Vírgen rodeada de ángeles que parece que le están
ayudando y levantando su cuerpo, no es porque con
la virtud de los ángeles subiese , ni fuese esta menes-
ter, pues un cuerpo glorioso por su virtud y dotes lo
puede hacer , sino para dar á entender que estos
divinos espíritus le acompañaban en la subida con la
P. Quent. Puas.
pompa y gloria debida á su majestad . Con la cual
fué recibida en el cielo de toda la Santísima Tri-
nidad. De esto están llenos los Santos Atanasio ,
Sofronio, Damasceno , Bernardo, Agustino y otros
muchos .
P. Rival . Agosto.
Iba recostada sobre su querido , dice el Padre Ri-
vadeneira, por cuya virtud y por la de su alma bien-
aventurada, y de su cuerpo glorioso , subia por los
aires con gran velocidad sin tener necesidad que los

angeles le ayudasen á subir , ni la llevasen , aunque


todos la acompañaban , asistian y servian . Eso
B. erm . de esta canta la Iglesia ; Exaltata es Sancta Dei genitris super
fiesta.
choros Angelorum ad celestia Regna . Lo mismo sintió
el P. Fray Juan Navarro , de la órden de San Fran-
cisco . Y esta es nuestra advertencia . Que le acom-
pañaban los ángeles con reverencia y música celes-
PINTURAS SAGRADAS . 267

tial , pero que no la lleven asida ni manoseada como


se pinta indecentísimamente . Puédese pintar como ha
dicho el P. Rivadeneira , plantada en una nube res-
plandeciente subiendo á la mano derecha de su hijo
y puesta la izquierda de la Vírgen en el hombro de-
recho de Cristo . Acompañados los dos de muchos
ángeles y serafines . Así lo dibujó el P. Nadal en su
libro conforme al lugar de los cantares . Pero puso
á Cristo con dos túnicas , debiendo ponerlo como re-
Fol. cantic .
sucitado y como se pinta en el misterio de la Tri-
nidad . Si bien lo más comun es pintar á la Vírgen
sola puestas sus manos acompañada de ángeles , no
asidos , que es lo que corregimos de nuevo, advir-
tiendo tambien que es muy puesto en razon que se
pinte muy hermosa , y de mucha menos edad que
tenia, por cuanto la virginidad conserva la belleza
y frescura exterior ; como se ve en muchas religiosas
ancianas , además que esta soberana Señora careció
de toda enfermedad y de accidentes que pudiesen
marchitar su hermosura , y así se debe pintar como de
treinta años, juntándose á esto los dotes de gloria
despues de su admirable resurreccion . En este yerro
cayó el Mudo en el cuadro primero de la Asuncion
de Nuestra Señora en el Escorial . Y quisiera, si el
rey le diera licencia, borrarlo y hacer otro , porque
le pareció que la Santísima Vírgen iba muy apreta-
da de los ángeles que la llevaban , y tan envuelta
con ellos , que fué poca autoridad y poca gracia ,
como notó bien el P. Sigüenza . Hist . de S Ger.
dis .
Aquí restaba rematar con la pintura del juicio
universal ; pero todo lo que teniamos que advertir en

ella está tratado bien á la larga, en nuestro segundo


268 ADICIONES Á

Lib. 2 caps . 3 y 4. libro , hablando de la parte del decoro , donde remi


timos á los lectores .

CAPITULO XIV.

DE LAS PINTURAS VERDADERAS DE ALGUNOS SANTOS DE LOS MAS


CONOCIDOS.

PINTURA DE SAN MIGUEL ARCANGEL .

De la pintura del arcángel San Miguel , príncipe


de la celestial milicia , habiamos de tratar antes de
las pinturas de los demás santos , y esta se hallará
en el tercer capítulo del segundo libro , donde se des-
cribe un cuadro del juicio final . Y asimismo en la
pintura de los ángeles en el capítulo II , de este
libro tercero, con que excusarémos la repeticion de
unas mismas cosas , si bien no se excusará decir algo
de la insignia comun que se pinta , que es el peso , de
Molon. lib. 3 que trató Molano largamente . El cual se pinta para
cap 39.
que entiendan los ignorantes , que tiene poder para
Abad de Fitero recibir las almas de los hombres , y pesar sus méri-
sobre el cap.. 116
Sta. Juana de tos . Que es decir, que en el juicio particular como
Ede.
hom . 8 d . S. Mig. recto juez despues de haberlos ponderado , pronun-
cia la sentencia, como dice Juan Echio y otros doc-
tores . Siendo así que en el cielo no puede entrar el
alma que no fuere pura y sin mancha . Pero signifi-
case por esta pintura que debemos estar libres de
todo peso de pecado que nos oprime y agrava, para
que el Santo arcángel Miguel nos presente libres
ante la luz eterna . Significa tambien que con recta
PINTURAS SAGRADAS . 269

justicia tenemos de ser juzgados , y de este peso se


hace mencion en la Escritura Santa, en el capítulo
quinto de Daniel fué pesado en balanza y pareció
más liviano. Iob. cap. 13. Púsome en balanza igual,
y sabe Dios mi inocencia . De la cual frase usan los
Santos Padres de la Iglesia ; San Dionisio Areopa- SGirDion.
ar. capAreop
.4.
gita: « Sujetará su vida al divino peso : » Y San
Agustin, "¿pregúntese si pena un alma injustamen- Agus . serm. de
Jem .
te, tomando el peso en la mano de la justicia? » Pín-
tase junto á la balanza más baja , el demonio que
quiere coger el alma , significando que es calumnia-
dor y fiscal de los hombres que han hecho malas
obras. Pero la más célebre pintura de San Miguel ,
es, cuando se pinta peleando con el demonio , y
cuando venció este dragon y lo derribó del cielo y
á todos los que lo siguieron . Factum est enim prae- Apoc. cap . 12.
lium magnum in cœlo . Este el príncipe que peleó an-
tiguamente contra el rey de Persia en defensa del
pueblo de Dios , y ahora es el defensor de la Iglesia .
Esta imágen dió valor y honra á los franceses , sien-
do fundador de esta órden Ludovico XI rey de
Francia, año de 1469 .

PINTURA DE SAN JUAN BAUTISTA .

Comenzaré por San Juan Bautista por ser el


primer santo que la Iglesia pone en su letanía ,
despues de la madre de Dios : reduciendo brevemen-
te á cuatro cosas lo que pretendo advertir . La pri-
mera, su edad y semblante : la segunda , sus vestidu-
ras : la tercera, sus insignias : la última , las ocupa -
ciones y ejercicios en que se debe pintar .
570 ADICIONES Á

Del aspecto y rostro del Bautista, si bien no se


halla quien trate de él en particular , se puede con la
buena razon sacar de lo que apuntan hombres
doctos . Y no iria fuera de propósito quien lo ase-
FI
v. de. elS.Horose.
Ioan. mejase al Salvador, especialmente en el modo y
color de la barba y cabello , siendo Nazareno como
él, y primo segundo suyo , pues las madres de ambos,
F. Joan de Pineda , fuéron hijas de dos hermanas . Débese pintar el rostro
lib de S. Joan.
largo, bien proporcionado , flaco y penitente por la
F. Joan Farfan gran abstinencia , el color tostado y moreno , por los
Serm de S. Juan .
grandes soles é inclemencias de los tiempos , pero
con gracia y hermosura ; el cabello y barba no com-
puesto y crecido : los ojos vivos y encendidos , señal
de gran celo y espíritu de Elias : las cejas gran-

des, enarcadas y graves: y en suma todo el sem-


blante de hombre nobilísimo , pues descendia de la
tríbu real y sacerdotal como Cristo . Quien ha visto
su cabeza en San Silvestre de Roma , dice que tiene
estas señas . Háse de pintar en edad de veintinueve
á treinta años, que es en la que se manifestó , y co-
menzó con tanto peso y autoridad á predicar. Que
pues en la juventud no habla de él la sagrada his-
toria y callan misteriosamente los Evangelistas

(como lo hicieron de Cristo) no lo manifieste la pin-


tura. Y así , no soy de parecer que se pinte ó esculpa
mancebo , sino ó bien niño , para admiracion y ejem-
plo al principio de su inimitable penitencia , ó varon
perfecto , cuando el cielo con notable aparato lo
Lúc. cap . 5. descubre . Y aparece sobre las riberas del Jordan.
F. Anselm . S. el 3
de S. Luc. predicando el reino de los cielos y la venida del
Salvador, que de aquellos años y edad quieren los
santos que sean los predicadores y confesores .
PINTURAS SAGRADAS . 271

Lo segundo que prometimos fué las vestiduras, en F. Cipro . de Ayano


su tentac. Christi.
que pienso que no han advertido hasta ahora los pin- Th. 3 p. q. 19
tores : á lo menos yo no lo he visto . Y uno de los lu- art. 3.

gares del Evangelio que tratan de esto, es este: ipse


Mal. cap 3 .
autem loannes habebat vestimentum de pilis camelorum,
et zonam peliceam circa lumbos suos . Un varon docto
sobre este lugar dice: « pensad que San Juan es sin- F. Joan de Pin.
lib 2 de S. J. an.
· gular en sus cosas , por eso si de ellas quereis tratar sea
con singular sentimiento , con singular lenguaje , con
singular espanto pues se viste de pelos de camellos y
no de la lana de ellos ; y mucho menos de los pelle-
jos como le pintan con general ignorancia de la di-
ferencia que hay entre los significados de estas dos P. Pedro de Rival.
en la y de S. Juan.
palabras ; pillis ó pellibus . Otro de no menos autori-
dad de la Compañía de Jesus dice así: « vestidos sus F. Joan Farfan de
S. Juan .
delicados miembros de un cilicio de cerdas de came-

llo y ceñido con un ceñidor de pellejos . » Otro de


nuestro tiempo : « vestido de un saco de cilicio aspe-
rísimo , hecho de cerdas de camello , y con un cinto
de pieles apretado á raíz de las carnes . Y el P. Juan
Maldonado , de los más doctos expositores del Evan-
gelio, dice , que San Juan se vestia un cilicio corrido
y con puntas de las mismas cerdas que le lastima-
ban: y cita por esta opinion á Eusebio Emiseno y á

San Anselmo . El lugar de San Anselmo es este : S. Anselm .


sob. S. Mat. c 3.
« Era el vestido de San Juan Bautista un cilicio

hecho de pelos de camellos , que con facilidad se


hacia por los muchos que habia en aquella region . »
Y añade: « vestido vil , tosco , cerdoso , áspero y es-
pantable para usar de él ; ninguna cosa tenia de
blando y suave . Imitó este santo en esto y en otras
muchas cosas, al santo profeta Elias de quien dice
272 ADICIONES Á

la Escritura Sagrada que era varon peloso, y se


ceñia con cinto de pellejos de animales » . Hasta
aquí este santo . De manera que en conformidad de
esto se le ha de pintar un saco que llegue á la
mitad de las piernas y de los brazos , de un cilicio
tejido de pelo de camello , que se vea en su aspere-
za que lo es, maltratada la carne , donde remataba, y
ceñida esta vestidura con ceñidor de la piel de una
cabra , ó de un becerro ó de otro animal . Y como
dice Fray Juan de Pineda: « ya que no puede andar
sin ropa por la honestidad , procura á lo menos
F. Juan de Pin . traerla lo más encubierto que puede : y por esto se
lib . de S. Joan . viste de ropa vil , pequeña y áspera » . Segun esto,
bien ha dicho el mismo autor, que es ignorancia de

los pintores pintarle con piel como se hace comun-


mente : pues por la una parte ó por la otra no es ves-
tidura áspera, antes suave y blanda, y acomodada á
diversos tiempos . Y habiendo dicho el Señor , ha-
blando del Bautista , que las vestiduras blandas , no
en el desierto , sino en los palacios de los reyes se
Mat . cap . 11. habian de hallar, va más conforme al Evangelio
quien le pintare un cilicio áspero ( como hemos
dicho) y más léjos de los herejes que dijeron que los
J. Joan Farf. pelos de camello era un regalado vestido . Y para
serm. de Joan más adorno no será culpable añadirle como se acos-

tumbra , un manto rojo , por ornato y señal de su glo-


rioso martirio .
Hablando de sus insignias en tercer lugar, es una
el cordero, que por haber señalado á Cristo hecho
hombre , les parece á algunos que no se debe pintar
en figura de cordero por ser figura mística , y lo que
es más, porque hubo concilio en que se mandó que
PINTURAS SAGRADAS . 273

no se pintase á San Juan señalando , y dejando esta C. Constantinop.


averiguacion para los doctos, brevemente satisfaré- can. 82 à 622.
mos, porque á lo más dificultoso acerca del concilio Fr. Corin . capude
en su serm .
responde un autor moderno que este concilio no fué ano 1623 .
legítimo , ni universal , porque como dice Anastasio
Bibliotecario : nunca sus cánones fuéron recibidos de

la iglesia Romana. Y habiendo pasado en el año Anas Bib en la


cart. que escribió á
de 692 , en Constantinopla, se aprueba despues la Joan Par Ifice 7.
pintura del cordero en la carta que el Papa Adria-
no I , envió á Tarasio , Patriarca de Constantinopla ,
en el concilio celebrado en Nicea el año 781 , la

cual se refiere en el pontifical en la vida de este


Pontífice. Antes parece que la Iglesia ha ido apro-
bando con el uso esta imágen que representa á
Cristo , como la pintura del Espíritu Santo , en figu- Math. 3.

ra de paloma por haber así aparecido . Así la del cor- Márc. 1 .


dero que tantas veces vió San Juan Evangelista en Luc. 3.
su Apocalipsis , y se vió en los brazos de Santa Inés P. Mart . de Rea
despues de su glorioso martirio, y es tan antigua en lib. de imag. c. 18 .
la Iglesia esta tradicion que no se sabe su principio,
hasta que há más de ochocientos años que el Papa Esai . c. 53 .
F. Luis de Leon
Leon III envió un Agnus Dei al emperador Cárlos Mag- en el N. de cor .
no y lo recibió con la debida reverencia y devocion . 1 pc. t. 2.
Y el cordero es uno de los ilustres nombres de Cristo

como lo llamó Isaías . Y dice tres cosas , segun expli-


ca el maestro Fray Luis de Leon, mansedumbre de
condicion , inocencia y pureza de vida y satisfaccion
de sacrificio y ofrenda como juntó San Pedro ha-
blando de Cristo . Y así se ha de pintar con sus res-
plandores y rayos de luz , aunque en aquella figura
de cordero porque representa á Cristo , á quien San
Juan Bautista llamó Agnus Dei , Cordero de Dios , Iuan c. 1 .
TOMO II. 18
274 ADICIONES Á

aunque le vió en figura de varon perfecto . Pintar-


lo á San Juan no tiene inconveniente ninguno ,
Mo'an. lib . 2 porque lo permite la Iglesia , y así lo aprueba Mo-
cap. 11. lano con autoridad de la carta referida de Adriano
á Tarasio .
La otra insignia es la cruz ; algunos no son de pa-
recer que se le pinte tampoco á San Juan , y no soló
no lo permiten , mas lo reprenden diciendo : antes de
haber padecido en ella el Salvador, no lo habia de
traer San Juan en su caña ó báculo con veneracion .
Y debieran considerar que además de la antigüedad
Mat. cap. 11 .
que tiene el pintarle así, San Juan no sólo fué profe-
ta como los demás, pero más que profeta, como dijo
la verdad divina y la perfeccion de la profecía
abraza los tres tiempos , pasado, presente y porvenir.
Y no se le encubrió ninguna de las que á los pro-
fetas antiguos desde el principio del mundo se les
Psal . 91 . manifestaron y veneraron tan de léjos . « David : el
Señor reinó: y añade la Iglesia desde el madero . Y la
esposa. Que se sentó á la deseada sombra del árbol y
Cántic . 2 . que gozó de la dulzura de su fruto . Y Isaías: Que lleva-
Esai. 9 .
ria Cristo el principado sobre sus hombros (esto es la
cruz) y otros muchos lugares y figuras , como el
árbol de la vida , el arca de Noe, la encina á cuya
Gén. 2. sombra recibió Abraham los tres ángeles . El báculo
Gén. 12. de Jacob, y la vara de José su hijo , cuyo remate
Gén . 47. adoró el mismo Patriarca . Y últimamente el ma-
Núm . 21 . dero que levantó Moisés en el desierto en que puso
Joan. c. 3. pendiente la serpiente de metal para salud univer-
sal del pueblo . Cuya ilustre figura citó el Señor en
el Evangelio, y en muchos lugares de él habla de la
cruz. Y todo lo que hemos dicho tocante á su an-
PINTURAS SAGRADAS 275

tigüedad, cantó el divino poeta español en los versos


que comienzan : Crux ista Cristi. Y como no se puede Prub . num
de San . 10
Rom.
reprender pintar á Cristo niño abrazado con la cruz
(pues la tuvo presente desde el primer instante de su
Concepcion ) ó durmiendo sobre ella, ó entretenido.
con ella en los brazos de su Santísima madre , por esta
misma razon á su precursor San Juan se le puede y
debe pintar en todas edades . Pues juntamente con
Cristo , en ella contemplaria y con ella tendria sus
coloquios, y predicaria teniéndola en sus manos, y
el poco sueño de su áspera penitencia , le ocuparia
puesta entre sus brazos, por memoria de Cristo . Pues
la tuvo presente con él antes que naciese , y supo el
misterio que se obró en ella , estimando como amigo
del esposo su querida prenda y la preciosa llave de
loan c. 3.
David con que Cristo habia de abrir el cielo . Ultima-
Esai . 22.
mente, porque tenia ante sí el Agnus occissus ab ori- Apocalip.
gene mundi. De manera que cordero y muerto en
Cruz , desde el principio del mundo , con admirable
acuerdo vienen á ser las dos insignias inseparables
de San Juan.

Resta lo último , que son las acciones y ejercicios


en que se debe pintar, cuales eran en el desierto los
que los pios y doctos consideran en el Bautista,
dice un ilustre escritor. En aquel desierto moraba el
santo ermitaño , allí ayunaba contínuamente , cuyo en
F. laAlfonso
v. de S.Horosc
Juan..
manjar eran langostas y miel silvestre , su vestidura
un cilicio de cerdas de camello , la cama el suelo
duro , padecia gran calor en el verano , sufria extre-
mo frio en el invierno , oraba , contemplaba, arreba-
tado su espíritu en Dios . Y en otro lugar , conoció al
hijo de Dios humanado, que venia en las entrañas
276 ADICIONES Á

de la Vírgen Santísima, y conociéndolo luego le


amó de todo corazon . En manera que Dios hecho
hombre era el retrato que traia dibujado en su me-
moria sin cesar. De este Rey pensaba , con él habla-
ba y con él descansaba, acompañándole en aquella
soledad . Una cosa osaré decir, que ni el desierto , ni
la desnudez , ni el continuo ayuno , no llegaron a lo
mucho que padeció en la ausencia de nuestro Sal-
vador . Esto dice porque no lo vió desde que lo
adoró en el vientre de su madre , hasta que lo bau-
Juan . c. l. tizó en el Jordan, como explica el Evangelio , y así
pintarlo entretenido con Cristo , ambos niños , es sim-
Serm. de S. Juen. pleza é ignorancia . Y el venerable Fray Juan Far-
fan dice: fué su vida un retrato de la del cielo , allá
ni comen , ni beben, no entienden sino en contem-
plar y amar á Dios , y así dijo de él el Salvador : ve-
Math. 1 . nit enim Joannes nec manducans nec bibens . Porque su
comida era tal y tan poca que no merecia nombre de
comida (nótese este punto) , hombre empleado de dia
y de noche en la oracion y amor divino . De ma-
nera que fuera de pintarlo predicando á muchos,
aconsejando á toda suerte de gentes , y en todas las
historias que cuenta de él el Evangelio , y en su pri-

sion y degollacion , en que se ha de guardar el tenor


de la letra, habiéndolo de pintar solo , ha de ser
en consideracion profunda ó en oracion y contem-
placion, ó señalando , ó abrazado con el cordero, ó
predicando . No comiendo , no descompuesto , no
bebiendo de un peñasco tendido de pechos , como
lo pintó alguno licenciosamente porque es ejem-
plo singular de la abstinencia , y así como Cristo
aunque fué convidado algunas veces no se ha de
PINTURAS SAGRADAS . 277

pintar comiendo ó bebiendo, sino obrando mara-


villas en los convites . Así se ha de huir de pintar á
San Juan Bautista , en accion que no sea conforme
á la alteza y gravedad de su vida .
Gr.g Nazian.
En pié señalando al cordero , junto al Jordan , y
Due. A las virg.
con el semblante , edad , vestiduras , é insignias que Geron . Epist . àEust
tengo dicho le pinté para el religioso Convento de S.S. S. Crisóst . Hom.
Márc. San
la Cartuja de Sevilla el año de 1623 , por ser antigua Bernar . serm.
del Baptista.
devocion de aquella órden como el primero de todos
los ermitaños de la ley de Gracia , á quien llaman
los santos , Capitan y guía de los monjes .

PINTURA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO.

De los Príncipes de los Apóstoles es conveniente


cosa tratar en este lugar ( pero más brevemente que
lo dicho) porque de ordinario se pintan juntos , y
por esta causa trata Molano largamente del lugar Mol . lib . 3 c. 24 .
que se ha de dar á cada uno , y las razones que favo-
recen que San Pablo ha de estar á la mano derecha,
las tomó del cardenal Pedro Damiano , obispo de Ostia
escritas en el año de 500 á Desiderio Abad . A mí no

me toca averiguar esta cuestion , antes en la pintu -


ra de estos dos grandes santos , será acertado seguir
lo más recibido , valiéndome tambien de las razones
del P. Rivadeneira, y del mismo Molano . Porque Rivaden. Lucio .
Pedro fué á quien Dios escogió por su vicario en la
tierra y por único y universal Pastor de toda su igle-
sia , á quien dió las llaves del tesoro de ella, y la
dispensacion del precio de su sangre y de nuestra
redencion . Y consta primeramente que Pedro se Molan lib . 3 c . 24
prefiere á Pablo justamente . Y esto observaron di-
278 ADICIONES À

Rivad. Junio. versos pontífices y tambien hoy se ve en monedas


romanas. Lo cual se verifica más en la tabla antigua
Esta es la que San pintada en tiempo de Constantino que guardan con
Silvestre mostró
en Const. cuidado los canónigos de la iglesia de San Pedro (de
que si algunas copias, y una á mi ver está en la sa-
cristía de la casa profesa de la Compañía de Jesus)
pero bástame á mí (para seguir esta opinion) haber
pintado San Lucas á San Pedro á la mano derecha,
como lo muestra la copia de los verdaderos retratos
de estos Santos Apóstoles , que los serenísimos Reyes
Católicos dejaron entre las reliquias de su capilla
real de Granada . De esta hay una copia en Sevilla
que fué del cardenal Nuño de Guevara . Y otra co-
pia menor puso en la sacristía de San Pablo más

há de cincuenta años el P. maestro Fray Pedro


Arias, grave religioso de la órden de predicadores
á quien la dió la duquesa de Medina Sidonia , mujer
de D. Alfonso Perez de Guzman el Bueno , duque
séptimo de aquella casa . Porque pide el buen órden
Molan . lib . 1 de las cosas ( dice Molano ) , que Pedro Príncipe del
cap. 24 .
Senado apostólico , tenga el lado derecho del Señor .
En estas más antiguas y venerables pinturas de la
Iglesia del tiempo de Constantino y de San Lucas
Evangelista se funda y asegura bastantemente no
haberse de pintar calvo á San Pedro (como es lo más
comun aunque otros digan otra cosa ) sino poblada
la frente de cabello no largo con su coleta, si bien
juntamente con la barba redonda , cana , crespa y
Rivad . Junio. espesa ( esta efigie siguió Rafael en sus apóstoles).
Otras señas añade el P. Rivadeneira hablando de
San Pedro que fué alto de cuerpo , blanco , descolori-
do , los ojos negros y teñidos en sangre , las cejas no
PINTURAS SAGRADAS. 279

muy pobladas, la nariz algo remachada y no muy


viejo, aunque de más edad que San Pablo y menos
que San Andrés su hermano . Ha de tener la túnica
azul ceñida y el manto naranjado ó de color de
ocre , como lo muestra el retrato . Con sus dos llaves
en las manos , y quizá no se ha observado hasta
ahora por qué le pintan la una de oro y la otra de
plata , como se ven en muchas iglesias de Italia y
Roma . Por la llave de oro se entiende la potestad de
la absolucion , por la de plata la de excomunion ,
porque esta es inferior y aquella superior .
En lo que toca al modo de crucificarle (despues Rivad Junio.
de ser azotados él y San Pablo en dos columnas que
se muestran en Santa María Traspontina , iglesia
de Carmelitas en Roma) advertirémos que aunque
algunos le pintan atado á la cruz con cordeles , fué
crucificado como Cristo con clavos como afirman

los Santos y autores . Y es demostracion evidente


sacada de la costumbre de los romanos , y así Ege- San Crisús.
de Pedro y Pal.
sipo dice que llegado á la cruz pidió que lo encla- Agust. serm . 149 .
varan al revés porque era indigno de ser crucificado Euti.sob. 3. 22 .
como su maestro . Y esto significa el verbo affigere-
tur, ser enclavado . Y así lo sintió Tertuliano que
padeció del mismo modo que Cristo . Y Pedro Ricar-
do , doctor pariscense afirma (segun Molano) que un Molan, 1 cap . 22 .
clavo se muestra en Lemovice en la capilla de San
Marcial, y otro en Mortanig, en el Monasterio de
monjes del Cister . Y en Roma se ve San Pedro, de
escultura , clavado en una cruz con cuatro clavos ,
del tiempo del Papa Eugenio IV.
Del apóstol San Pablo, de su efigie, edad y marti- Lib. 2 cap . 2 .
rio hemos hablado asaz en otro lugar donde se puede
280 ADICIONES Á

ver; sólo añadirémos aquí algo en su conversion ,


cuando se pinta caido en tierra, que no se pinte á
Dios Padre con barba y cabello blanco que se habla
(como lo he visto ignorantemente ejecutado) sino á
Cristo Nuestro Señor como resucitado , desnudo , con
sus llagas y manto rojo : que es el que le apareció
en el camino de Damasco, lleno de gloria y majes-
tad , manifestándole su dulcísimo nombre . Píntasele
el montante , por su martirio ó por la fuerza de su
predicacion, y palabras divinas y valor de su diestra .
Túnica verde ceñida y manto rojo , como muestra
el retrato ; y libro en la mano izquierda por las epís-
tolas sagradas que escribió . Dijimos arriba que con-
forme á la pintura de San Lucas no fué calvo San
Pedro , lo mismo decimos de San Pablo , antes en la
frente se muestra el cabello partido á lo Nazareno ,
y negro él y la barba, si bien del rostro es el color

blanco más que el de San Pedro .

PINTURA DE SAN JUAN apóstol y evangelista .

Actor 1. San Lucas despues que Cristo subió á los cielos


en el órden que guarda en el Cenáculo pone á Pedro,
Juan y Diego, y luego á los demás apóstoles . De
suerte que despues de San Pedro pone á San Juan,
así viene bien en este lugar tratar de su pintura , á
quien los romanos pintan mancebo , como advierte
Molan . lib . 3 Molano . Y de esta pintura dice : « recogió muchas
cap. 58.
razones Pedro Sutor, cartujo , diciendo que andan los
pintores prudentes en estó, porque cuando fué llama-
do al apostolado era mozo, y el menor de todos los
Baro f. 2 . >>
apóstoles . Y era, como apunta Rivadeneira segun
PINTURAS SAGRADAS . 281

Baronio, de veinte y dos años . Y en todos los pasos


de su vida antes de la cena, y despues en la pasion , y
al pié de la cruz y en la resurreccion , siempre se ha de
pintar mozo , y conforme á las historias se le ha de dar

la edad . Lo segundo , se pinta mancebo por su per-


"pétua virginidad , y para proponer á los tales un de-
chado de pureza , aficionándolos á consagrar á Cristo Molan ut supra .
la flor de su juventud . Tiene en la mano un cáliz
por la palabra de Cristo: Calicem quidem meum bibetis .
Siendo verdadero mártir al pié de la cruz ( como
la Vírgen) porque allí muriera sin duda si el Señor Math . cap . 20
no lo confortara , y en la tina , en las cárceles ,
azotes y destierros que pasó por Cristo , no faltando
de su parte al martirio . Y por lo que escribe San
Isidoro, bebiendo el mortal veneno sin lesion suya
y resucitando á los que por haberle bebido murieron . s . sid . de par .
nov. test.
Despues de haber cumplido con su oficio apostólico ,
su principal cuidado fué acompañar y servir á la Sa-
cratísima Virgen (á quien habia recibido por madre)
en Jerusalem y en Judea y la llevó consigo á Efeso ,
cabeza de la provincia de Asia , donde le cupo por Rivad 97 de
Diciem
suerte sembrar la semilla del cielo . Y estuvo con
él como se saca de una epístola del Concilio Efe-
sino . Este cuidado le duró todo el tiempo que duró
la vida de la Vírgen (que segun la más probable opi-
nion) fuéron veinte y tres años despues de la muerte
del Salvador . Segun esto se le ha de acrecentar la
edad á San Juan hasta los cuarenta y cinco en su
pintura . Siguióse despues de esto, el ser martirizado
por mandado de Domiciano , azotado primero de ju-
dios y gentiles , y entró en la tina de aceite hirvien -
do con ánimo de morir por Cristo, de donde salió
282 ADICIONES Á

más puro y resplandeciente, y habiéndolo guarda-


do el Señor , y perdonado el fuego abrasó á muchos
de los que le atormentaban . Fué desterrado despues
por el mismo tirano á la isla de Patmos, donde pa-
deció grandes trabajos y tuvo admirables ilustra-
ciones y revelaciones y escribió el Apocalipsi . En
todas estas historias se ha de pintar anciano y vene-
rable . No sé qué movió al gran Alberto Durero á
pintarlo mozo en su Apocalipsi ; no lo hizo así el
Lic . Ville. Diem. doctísimo Luis del Alcázar , porque entonces era de
mucha edad, y cuando escribia de noventa años su
Evangelio y Epístolas, y como dice San Gerónimo
llegó á tan viejo que lo llevaban en brazos á la
iglesia, y apenas podia hablar cuando repetia : « hijos ,
amaos unos á otros . » Su muerte (segun la más cierta
opinion) fué á los 27 de Diciembre año del Señor de
Baron . t. 2. 101 , imperando Trajano, de noventa y tres años de
edad, como dice Baronio . Píntese con túnica ceñida

y manto , la cual yo pinto siempre blanca por su pu-


reza , y el manto rojo . San Gregorio Papa hubo esta
Jua Dist . y Greg . preciosa túnica de San Juan Evangelista (como refie-
lib. 3.
re Juan Diácono) , por quien Dios obraba grandes y
contínuos milagros en la pintura de su hermano San-
tiago , Patron de España ; no tengo más que advertir .

PINTURA DE SAN FELIPE Y SANTIAGO EL MENOR .

Estos dos santos no fuéron hermanos (si bien los


celebra la Santa Iglesia 1.° de Mayo , dia en que
padecieron martirio ) porque San Felipe fué natural
de Bersaida (de donde fuéron San Pedro y San
Andrés) , dado desde la juventud al estudio de las
PINTURAS SAGRADAS . 283

letras sagradas : y así cuando le llamó el Señor le


fué más fácil conocer que era el verdadero Mesías .
Cúpole en la predicacion la provincia del Asia su- Rivad. Mayo.
perior : padeció en la de Frigia en la ciudad de Hie-
polis, crucificado como Cristo , con maravillosas se-
ñales del cielo , en el año 54 del Señor . Aunque al-
gunos autores griegos y latinos dicen que tuvo
hijas, se ha de entender esto de San Felipe Diáco- Melas . in sixit .
no. Porque como dice San Gerónimo, ninguno de Hier cent vinea .
los apóstoles fué casado sino San Pedro . Reparo en
que algunos pintores ( sin tener fundamento) lo
pintan Enucho, aludiendo por ventura al que se apa-
Actor &
reció al criado de la reina Cádaces, y le declaró el
Esai . 53.
lugar de Isaías y lo bautizó ( que tampoco lo pudo
ser) como si se pegara esta enfermedad con el
nombre, todo lo cual no se cuenta en la vida del
apóstol, y se atribuye á San Felipe el Diácono ,
como dice Baronio y otros , y así no tiene funda- Baron in mártir.
6 jun.
mento el pintar eunuco al Santo apóstol , sino como
lo pintó con buen acuerdo el Mudo en el Escorial
(siguiendo á Rafael) á vista del rey Felipe II , y de
tantos varones doctos . Que es un anciano venerable ,
Flor . Sant.
de edad de ochenta y siete años , como dicen al-
sevillano, impreso
gunos. en 1572 Ma o.
Santiago el Menor , obispo de Jerusalem , llamado
el justo y hermano del Señor, fué natural de Cana
de Galilea y hermano de San Judas Tadeo . Llámase
hermano de Cristo, principalmente porque en las fac-
ciones del rostro se le parecia mucho, y no falta Fonseca v Chris.
cap 22.
quien diga que por esto Judas en la prision del Señor ,
dió el besarlo por señal , porque no echasen mano de
Santiago . Y despues de la subida de Cristo al cielo ,
284 ADICIONES Á

es cosa cierta que venian muchos cristianos á Jerusa-


lem á verle, pareciéndoles que veian al Salvador .
Flor . Sant. Llamase el Menor respecto de Santiago el Mayor , no
Sev. 1372.
por haberlo sido en la dignidad y santidad, sino
porque fué llamado despues al apostolado . Llámase
el justo por la excelencia de su vida ; pues como es-
Epif 78 actor 15. cribe Epifáneo fué perpétuamente vírgen : no comió
carne ni bebió vino y siempre anduvo descalzo , y
fué tanta su autoridad que en el primer concilio que
hicieron los apóstoles acerca de la circuncision
(siendo obispo de Jerusalem) dijo su parecer con
tanta resolucion que todos los demás apóstoles le
siguieron . Era tan grande su santidad , que dias y
noches asistia en el templo con tan singular privile-
gio que él solo entraba á orar en el Santa- Sanctorum .
Ordenando pues los judios que les predicase un dia el
sentimiento que tenia de la persona de Cristo Nues-
tro Señor, y habiéndoles desengañado con gran cla
ridad y alteza , vueltos contra él tomaron piedras
para matarlo, derrivándolo de la cátedra , y estando
tan maltratado no se olvidó de la oracion que hizo
su maestro en la cruz , por los que le daban la muer-
te. Los cuales habiéndose de enternecer con tan
dulces palabras , con un grueso tronco le esparcie -
ron los sesos por tierra, y con este martirio entregó
su espíritu en las manos de Dios ; habiendo gober-
nado su iglesia treinta años , segun Baronio , de se-
senta y seis años de edad .
Baron . 20 En la pintura de este santo Apóstol se ha de seguir
pah. 591 .
la imitacion del rostro de Cristo Nuestro Señor pun-
tualmente : algo más crecido cabello y barba , pues
de esta semejanza tomó el nombre de hermano suyo ,
PINTURAS SAGRADAS . 285

cuya opinion autoriza San Pablo diciendo : « pasados


tres años vine á Jerusalem á ver á Pedro y estuve
quince dias en su compañía ; empero de los demás Epis . ad . Gulat .
cap. 1 .
apóstoles no vi á otro Nisi Jacobum fratrem Domini,
si no es á Diego , hermano del Señor . Por donde me
maravillo que siendo esto tan recibido de los doctos ,
reprenda Molano esta pintura diciendo : Jacobum non Molan. lib. 3
pingendum esse facie Cristo simillimum . Que no se debe cap. 16 Mayo.

pintar á Santiago muy parecido á Cristo : no leyén-


dose en algun autor grave y fidedigno . ¿ Qué autor
lo puede ser más que San Ignacio mártir? el cual Epis. ad Joanem.
dice que pensaba ir á Jerusalem á ver á Santiago . »
Y tambien aquel venerable Diego que llaman el
Justo, de quien se dice que es muy semejante á
Cristo , así en el rostro como en la vida y modo de
conversar, como si fueran hermanos de un vientre y
nacidos de un mismo parto, y que verlo es ver al
mismo Jesus, segun los lineamientos de su cuerpo .
De suerte, que se debe seguir seguramente con tanta
autoridad esta pintura, como lo afirma el P. Pedro
de Rivadeneira , de la Compañía de Jesus . Las dos Mayo.
insignias son una cruz de San Felipe y una porra á
Santiago . Añadiendo aquí en general algo en la
pintura de los demás apóstoles y discípulos del Señor .

PINTURA DE LOS APÓSTOLES Y DISCIPULOS .

Píntanse, empero, con hábito simple paliar, como Molan lib . 4 c. 27 .


notó Tertuliano, manto y túnica ceñida como Cristo
Nuestro Señor, reduciendo á dos sus vestidos , va-
rios en los colores . Siguiendo en el dibujo á los
que hizo Rafael de Urbino y despues de él al Mudo
286 ADICIONES A

1 part . dis. 12. en los que pintó para el Escorial . De quien Fr. José
de Sigüenza, que, segun están hermosos y graves
parece que tornaron á bajar del cielo enviados de su
maestro á predicar de dos en dos por el mundo .
Acerca del calzado de Cristo y los Apóstoles , ad-
vertirémos que tienen opiniones sus valedores , como
saben los doctos , aunque la de traer sandalias pare-
ce estar más favorecida, y así podrán los pintores
Epis . ad Eustord . usar lo uno ó lo otro , porque las sandalias no con-
crat 1 de pre
Sup LueLuc ,. p . 7. tradicen la descalcez . Yo usaria lo más recibido pin-
tando á Cristo y sus Apóstoles descalzos , como sien-
ten San Gerónimo , San Gregorio Nacianceno y San
Buenaventura . El P. Nadal en todas sus estampas
pone descalzo á Cristo Nuestro Señor .

PINTURA DE SAN CRISTÓBAL .

Riv. 23 Julio.
Justo será reparar despues de los Apóstoles en al-
gunos Santos que tienen algo que advertir, guardan-
do en el órden su antigüedad . Y el que se nos ofrece
primero es el glorioso mártir San Cristóbal , el cual
fué cananeo de nacion , y siendo cristiano vino á la
provincia de Licia para manifestar á Cristo ; armán-
dose primero con la oracion contra las dificultades-
y batallas que se le habian de ofrecer . Comunmente
se pinta con el Niño Jesus en el hombro , como que
le pasa por un rio (dice el P. Rivadeneira) , y no hallo
qué fundamento tenga el pintarlo así . Y antes de
esto no dice que era gigante , si bien que era de gen-
til disposicion y alta y grande estatura (aunque no
Tenia el de la Iglesia tanto como se pinta ) y que traia una vara en la mano,
mayor de Sevilla 33
pié de alto que y habiéndola hincado en la tierra súbitamente re-
son 11 varas.
verdeció y floreció , y visto este milagro , muchos se
PINTURAS SAGRADAS. 287

convirtieron á la fé de Cristo Nuestro Señor . Esto de

pintarle con el Niño en los hombros , que es su ordi-


naria pintura, por donde es conocido , no se puede
1 huir, pero tambien lo pone en duda Molano , dicien- Molan lib . 3 c . 27
do no sé si esto es cierto , aunque lo propone el

autor de Aurea legenda , de donde lo sacaron al-


gunos que escriben su vida . Pero no lo dice su his-

toria manuscrita , y así se debe contar esta pintura


entre las que son probables y significativas en la
Iglesia. Lo principal de ella explican los doctos en-
caminando su significacion , y diciendo que llevar á
Cristo en los hombros es que fué en el nombre y en
el hecho, verdadero Cristóbal ó Cristifero , que signi-
fica el que lleva á Cristo, no sólo porque lo llevó
en su corazon , pero como dicen los Martirologios ,
convirtió á la fé de Cristo con su predicacion ȧ
Aniceta y Aquilina , que eran mujeres públicas y Ambrosio in prefa .
alumbró cuarenta y ocho mil almas que estaban en
las tinieblas de la gentilidad, llevándolas á Dios
(como dice San Ambrosio en la prefacion de la Misa) .
« Del pasar por el mar, dijo en su alabanza Geróni-
mo Vida, poeta cremonense , en un himno pintante ó
ilustre , Cristóbal llevando á Cristo en los hombros
porque lo tenias en tu corazon , y porque llevándolo
en tu alma padeciste muchos trabajos por él . Repre-
sentan , que pasar á pié por el hondo mar , y no pu-
diendo hacer esto sino con cuerpo grande , te pintan
gigante que no cabe sino en grandes templos . Pó-
nente verde palma en las manos , porque como ven-
cedor triunfante , venciste todas las dificultades . Lo
que puédete dar la arte, no pudiendo pintar la misma
verdad . » Hasta aquí este autor. Añadiremos que el
288 ADICIONES A

ermitaño con su linterna es la luz de la buena doc-

trina y de la fé que lo guió ; y la rueda de molino.


el contrapeso y lastre de la humildad . Pasemos al
testimonio de Nicéforo , que dice que fué mártir con
varios y crueles tormentos, y asaeteado y al cabo
Baron . 2 p. 421. degollado en tiempo de Decio en la ciudad de Samos,
año del Señor de 254, como dice Baronio .
Y porque abrazan el intento de esta misteriosa
pintura los elegantes versos latinos que puso en él
San Cristóbal de la Iglesia mayor de esta ciudad,
« ap .
Lib. 3 ap. 1. de que hablamos otra vez, que pintó Mateo Perez de
Alecio , el licenciado Francisco Pacheco , mi tio ,
canónigo de la Santa Iglesia , celebrados de los bue-
nos ingénios, haré gracia de ellos al lector :

DEO SACRUM .
Cristifer est fortisque gigas, cui lucet cuncti
In tenebris operosa fides, larvasque minaces
Non timet, atque ullis rerum immersabilis undis .
Nititur usque Deo, talem te maxime divum
Credimus, exemplumque piis ad lumina templi
Ponimus, et meritos aris adolemus honores .
A.CIC.IC-XXCIIII.

Traduccion enmendada de Francisco de Rioja :


Cristóbal y fortísimo gigante
Es á quien caminando en las tinieblas
La fé de maravillas obradora
Amanece , no teme de las sombras
Las vanas amenazas , ni anegarse
En las hondas inmensas de las cosas:
Estriba siempre en Dios . Tal te creemos
Oh grande entre los Santos : y del templo
Te ponemos , ejemplo á los piadosos ,
En los sacros umbrales, y á tus aras
Ofrecemos honores merecidos .
PINTURAS SAGRADAS . 289

PINTURA DE SAN SEBASTIAN.

Baronio reprende á los pintores que pintan man- Baron . in márt. 20


Enero.
cebo á San Sebastian , debiéndolo pintar con aspecto

y barba de viejo , conforme á la imágen antigua de


mosaico que hoy se conserva entera en la Iglesia de
San Pedro Advíncula en Roma . Fué advertencia del
maestro Francisco de Medina , en un cuadro de San
Sebastian, que le consulté , de que haré aquí memo-
ria. Y despues he visto algunas imágenes antiguas
de este glorioso mártir de treinta ó cuarenta años de
edad, y en especial la que está en una vidriera sobre
la puerta de la torre de nuestra iglesia mayor, seme-
jante al retrato del emperador Cárlos V, con barba
redonda , como de cincuenta años .
La historia que yo pinté año de 1616 , por parecer
del maestro Medina, fué para un hospital de San Se-
bastian de Alcalá de Guadaira , donde hay una co-
fradía de la Misericordia , que viste algunos pobres ,
cura y da medicinas á naturales y forasteros , y hace
una solemne fiesta el dia de la Invencion de la Cruz,
(3 de Mayo) . Y por ser pensamiento de tan insigne
varon que comprende todo lo referido , lo manifestaré
á los curiosos . Pintóse en el medio del cuadro en
una cama á San Sebastian como de cuarenta años ,
sentado , con una escudilla y cuchara de lamedor
rosado, y aquella Santa viuda Irene que le curó de
las heridas, que en pié le asiste. Una mesa á la ca-
becera con un vasico de bálsamo y algunas hilas en
un plato que trae una criada : la Santa matrona tiene
en la mano derecha un ramo de oliva con que apar-

ta las moscas, insignia de la paz, cuyo nombre sig-


Томо II . 19
290 ADICIONES Á

nifica el de Irene, insignia tambien de la misericor-


dia. Junto á la cama algunas saetas atadas con paños
ensangrentados del Santo . Asimismo vestidos pací-
ficos y nuevos sobre un taburete, de que le vistió
para su segundo martirio . En la pared una ventana
por donde se ve al Santo en el campo atado á un ár-
bol donde le están asaeteando . A un lado , sobre la ca-
beza, colgado un escudo con su tarja, que sea tambien
de defensa; en medio de él una cruz roja en campo de
oro, que representa su caridad y martirio : por timbre
en lo alto dos saetas cruzadas á modo de aspas, y un
feston á la redonda de flores y frutas de Mayo . Abajo
dos palos nudosos pendientes , instrumentos del úl-
timo martirio, con que acabó por mandado de Diocle-
ciano . Sobre el escudo una letra en un carton que
diga Defensor Ecclesiæ. Pintarle varon de cuarenta
años ó más, es puesto en razon , porque fué primero
valeroso soldado , por donde mereció ser capitan de
Rivad. 20 de la primera cohorte del Emperador ( cargo que no se
Enero. daba á mancebos , sino á varones de ilustre sangre) .
Vivia como cristiano pero encubierto , por poder fa-
vorecer mejor la causa de Cristo, y ayudar á los
cristianos y animarlos en sus tormentos . Hallóse al
martirio de dos caballeros romános, Marco y Marce-
lino hermanos de un vientre , combatidos fuertemente

de sus padres, mujeres é hijos, y á peligro de volver


atrás. Llegó el tiempo de manifestarse con milagros y
valerosas palabras confirmando su vida una luz celes-
tial , en que vieron todos los cristianos siete ángeles
acompañando á Cristo que dió ósculo de paz á Se-
bastian. Vino á noticia del tirano: reprendido , man-
dóle poner una tablilla al cuello ; él decia que era
PINTURAS SAGRADAS .. 291

cristiano y que fué asaeteado . Desnúdanle en el


campo , llueven tantas saetas sobre él , por los fle-
cheros del Emperador , que parecia un erizo . Estan -
do su bendita alma en medio de estas penas entre -
tenida con Dios , la noche siguiente la mujer que
habia sido del santo mártir Cástulo llamada ( como
se ha dicho ) Irene , acercándose para enterrar su
cuerpo lo halló vivo: curóle y quedó sano . Viéndole
despues el Emperador se embraveció de manera , que
lo mandó azotar y apalear hasta entregar su alma
al Señor . Su santo cuerpo se conservó limpio en un
lugar inmundo donde lo echaron . Aparecióse á la
santa matrona Lucina , que lo enterró á los piés de
los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo . Fué
su martirio á los 20 de Enero , año del Señor 286. Es
el primero, San Sebastian , que tuvo título de defen-
sor de la fé por Sede Apostólica , dado por San Cayo
Papa . Pintarlo la Iglesia en el primer martirio lleno Bar. márt. Rom .
de saetas y heridas (como dice Molano) , es que está 23 de Abril.
mostrando cada herida , y clamando por tantas bocas
al cielo pidiendo misericordia para nosotros , y nos
libre del mal contagioso . Es patron de Roma , con
otros Santos y se invoca en las batallas como San- Molano. lib. 3,
tiago en España. cap. 6.

PINTURA DE SAN JORGE ARMADO Á CABALLO .

Una de las vidas de los Santos que han procurado


oscurecer los herejes mezclando fábulas (como notó Rivad. 23 Abril.
el P. Rivadeneira ) , es la del glorioso mártir San
Jorge, de que testifica el sexto sínodo, mandando Sexto Sinod. 3.
que tales libros no se publiquen ni lean : esto mismo
292 ADICIONES Á

Distico 15. c . Sant. consta del decreto que hizo San Geloso Papa contra
Rom.
los libros apócrifos por ser compuestos de herejes .
Y por esto en el Breviario reformado por Pio V, no
se ponen lecciones particulares de San Jorge , ni se
hace mencion de su vida y martirio por no tener
por seguro lo que se halla escrito . Pero siguiendo lo
más cierto de lo que eligió el cardenal Baronio, San
Bar. Mártir . 23 Jorge fué natural de Capadocia, hijo de padres no-
Abril.
bles y ricos . Desde su niñez criado en la religion
.
cristiana , y siendo mozo de gentil disposicion y
grandes fuerzas , siguió la guerra y por su gran valor
fué maese de campo en el ejército del Emperador
Diocleciano (no sabiendo que era cristiano) , el cual
siendo cruel perseguidor de la fé de Cristo , se opuso
San Jorge á sus decretos valerosamente, padecien-
do muchos y muy crueles tormentos de que salió
victorioso con demostraciones del cielo, venciendo
todas las máquinas del tirano y echando por tierra

sus ídolos . Ultimamente fué degollado en Persia en


la ciudad de Dióspoli , por mandado de Diocleciano,
año del Señor de 297.
Lic. Ville, en 23 Lo que advierte Molano acerca de su pintura (la
Abril.
cual parece permitir la Iglesia por su significacion ,
y nosotros la usamos porque por ella es conocido
este Santo mártir) en su armadura de caballero , de-
fendida doncella y dragon muerto , es porque libró
á muchos de la boca del dragon infernal , que pasa-
ron á la gloria por el martirio , sacrificando á Dios
sus propias vidas . Y con la señal de la cruz echó el
demonio del ídolo de Apolo , y convirtió á la fé á la
emperatriz Alejandra, mujer de Diocleciano: y por
esto se le atribuye la espada y lanza . Otros le pintan
PINTURAS SAGRADAS . 293

una doncella con su cordero . Por esta alegórica pin-


tura (dice Molano) se nos enseña que debemos tra- Mol . 1. 3 c . 14 .
bajar como soldados de Cristo para atraer otros á la
fé, contra la oposicion de los herejes , é infieles ,
sus enemigos, y en primer lugar defender la Iglesia,
vírgen y esposa del cordero inmaculado . Añádese
en comprobacion de la pintura de caballero armado
lo que se cuenta en la historia antioquina, y en las
crónicas de Aragon . En la primera que trata de la
conquista de la Tierra Santa de Jerusalem, y en la
segunda del cerco de la ciudad de Huesca por el rey 23 Abril, Flox .
D. Pedro I. En ambas ocasiones se aparece San Jorge Sant . 1572.
Sevill . uup.
armado de armas blancas en un caballo blanco con

una cruz roja en la mano y otra en el pecho : ambas


victorias contra los moros , que en la segunda mu-
rieron treinta mil de ellos . Y por esto en sus batallas
le tienen algunas naciones por abogado . La Iglesia
romana suele invocar á San Jorge , á San Sebastian Baron. in mart .
23 Abril .
y á San Mauricio , como especiales protectores con-
tra los enemigos de la fé . Fuera de estas apariciones
se puede usar en la pintura de armas romanas , por
la veneracion de la antigüedad , como advertirémos
en la pintura de los ángeles . Así lo hizo Julio RO - Lib. 3 cap. 11 .
mano y Pompeyo Aquilano y otros en sus estampas .

PINTURA DE SAN ANTONIO ABAD .

De este Santo y de sus insignias habló doctamente Mol lib. 3 c 5.


Enero.
Juan Molano diciendo : « píntase á este Santo confe-
sor el fuego porque con su intercesion tiene poder
para librar de las infernales llamas , y esta causa da
Santo Tomás de Aquino y la sigue Escalígero . » Pero
294 ADICIONES Á

yo añado otra , por ventura primera porque libra á


otros del fuego , y de la enfermedad de él . Píntanle
un puerco para que sepan los plebeyos que preserva
á sus ganados . Y puede ser que pintarle nuestros pa-
sados este animal fuese atendiendo á sus tentaciones ,

porque los demonios con propiedad son significados


por los puercos. Y quizá por esto quiso entrar en

ellos aquella legion con licencia del Salvador, como


cuenta el Evangelio, y así cuando se consagró la
Iglesia de los Arrianos salió della visiblemente uno
Már. cap . 5. destos animales inmundos : mostrando la piedad di-

vina que salia el súcio habitador de aquel lugar.


Tambien añade que á unos herejes que ultrajaron la
imágen del glorioso Santo , los castigó Dios de im-
proviso con peste que llaman de San Anton , y los
cristianos lo invocan para que los libre de ella . El
libro en sus manos significa que sin estudiar supo
la escritura sagrada, siendo interiormente enseñado
del Señor . Escribió epístolas y disputó con herejes .
Píntasele tambien el Tau en el pecho por señal de
la cruz, porque con ella resistió á las tentaciones

del demonio . Y pintándoles á otros Santos la cruz


cuadrada, á él se le pone el Tau triangular que vul-
garmente se llama cruz de San Anton , y pienso
que la causa principalmente de esta pintura, es por
haber sido egipcio, los cuales tuvieron la cruz en
esta forma de Tau. Y esto me parece lo más proba-
ble.» Hasta aquí Molano.
Rivad. Enero.
Siendo de treinta y cinco años como dice su vida
y habiéndole maltratado los demonios cruelmente ,
le apareció Cristo Nuestro Señor , á quien se quejó
amorosamente, y él le animó diciendo : « que allí
PINTURAS SAGRADAS. 295

estaba y mediante su favor habia vencido y que le


haria famoso en el mundo . » Desta historia hay una
valiente estampa de Tintoreto del año 1582 , pero
falta de decoro . El Santo todo desnudo , ya anciano ,
• mirando al cielo en que se le aparece Cristo (aunque
no lo parece por estar con túnica y manto y sin se-
ñales de llagas), en pintura de colores lo he visto
imitado hecho Dios padre , con cabello y barba blan-
ca (grande ignorancia del pintor) , tiene á los lados
cuatro figuras de demonios con apariencia y sem-
blante de mujeres desnudas , y una cabeza de jabalí
junto á sí, decenario , quebrado , campanilla , báculo ,
y bonete de clérigo á los piés . Ha de ser Cristo
como he dicho el que se le aparece como resucitado
con sus llagas , desnudo con solo su manto rojo . El
Santo ha de estar siempre vestido , porque fué obser-
vantísimo de la honestidad . Y ya que se pinte viejo
porque sea conocido , parezca de cuarenta años . Y
fuera de esta historia habiendo de estar solo , se le ha
de pintar un cilicio de cerdas , debajo de la túnica ,
la cual ha de ser tejida de pelos de cabra , y el man-
to raido y viejo , todo pardo , con su Tau azul en él ,
y los piés descalzos y un libro y báculo en la mano
derecha, y el puerco junto á sí : píntase muy viejo
pues murió de ciento cinco años , el de 358 . Bar. 3. p. 685.

PINTURA DE SAN GERÓNIMO, DOCTor de la iglesiA .

Dos cosas tengo que advertir en la pintura de este


glorioso Santo . La una en su penitencia en el desierto
que es la comun, y la segunda en su traje de Carde-
296 ADICIONES Á

nal . Y en ambas nos dará bastante luz Fr. José de


F. José de Sigüenza
v. de S. Gerón. Sigüenza, insigne escritor de su historia y de su
órden . La cual sacó de sus mesmas epístolas , y
cuanto á la primera de la penitencia , referida por el
mesmo Santo . Cuando se pinta hiriéndose con una
piedra en los pechos todo desnudo y descalzo , ad-
Epist . 22 ad vierto que los Santos amaron mucho la honestidad,
Eust.
y no es necesario para darse en el pecho , desnudarlo
hasta los zapatos , porque basta descubrir aquella
parte dejando lo demás vestido de un saco, como él
dice, que antes parece ostentar los pintores lo difi-
cultoso de su arte y conformarse con la razon y ver-
dad . Y es de saber que cuando le sucedia esto á
San Gerónimo , era mozo de treinta años poco más ó
menos, y se pinta viejo impropiamente, lo cual por
Fr. José de Sigüen . estar tan recibido y usado no parece remediable . Pero
V. 2de S. Ger. lib. es bien saber esta verdad para si se ofrece pintar su
disc. 41 .
vida, por los pasos de ella, y darle los ejercicios que
á cada parte de edad pertenecen , entonces tocará la
penitencia del desierto de Siria , á la juventud como
. el mismo Santo Doctor lo escribe de sí á Nepo-
ciano de esta suerte : « cuando era mancebo ó por
decirlo así, casi muchacho y refrenaba los ímpetus
de la edad lasciva con la dureza del yermo , escribí
una epístola á tu tio Eliodoro. » Donde se ve que
hace memoria de la epístola que escribió estando
en el yermo haciendo penitencia, siendo de treinta
años y se llama muchacho . Píntasele una calavera,
crucifijo ó cruz y calvario y una trompeta al oído ,
por la contínua memoria de la muerte y juicio
Rivad en su V. Se- final . Y muchos libros porque en aquella soledad
tiemb.
le ayudaban los estudios, junto con la mortificacion
PINTURAS SAGRADAS. 297

de su carne, y tambien se han de guardar para otra


ocasion, donde se pinta escribiendo y estudiando
lenguas, pues siempre lo ejercitaba .
Del leon dice Sigüenza , el autor de la vida de San Fr. José de Sig . V.
de S. Ger. lib . 5.
Gerónimo, que anda entre sus obras (que por haber desc . 8 fol. 645.
más de cuatrocientos años que anda en tan buena
compañía , se le puede dar algun crédito ) , cuenta
que estando un dia rodeado de sus monjes , entró un
leon y mostrándole la mano traspasada de una es-
pina y habiéndosela sacado el Santo , en agradeci-
miento se quedó en el monasterio ocupado en acom-
pañar un jumento que traia leña , y que durmiéndose
el leon se lo hurtaron . Y en penitencia le ocupó el
Santo en el mismo ejercicio, y despues que apareció
permaneció en el convento . Y por esta causa lo
pintan en su compañía . Aunque este suceso se atri-
buye á otro monje llamado Gerasimo , y pudie-
ron trocarse los nombres . Pero sea como fuere , esta
pintura está tan recibida de más de quinientos
años que no seria San Gerónimo conocido sin ella ,
Del leon no se halla otra cosa auténtica, antes dice Mol. lib. 3 cap.
42 .
Molano que San Gerónimo lo atribuye á San Márcos
Evangelista, porque comienza su Evangelio de la so-
ledad diciendo : «voz del que clama en el desierto . " Rivad. en su vid.
Setiemb.
Y en él significa lo mismo , por haber habitado en
una gran soledad , donde gastó cuatro años en la
penitencia y leccion de los sagrados libros . Añaden
los pintores la piedra con que se hiere el pecho , por
lo que dice de sí : « acuérdome haber juntado el dia Epis 22 ad . Eust .
con la noche , clamando y suspirando y hiriendo sin
cesar mis pechos . » Tambien propiamente le pintan
una vela encendida , pues á la luz de ella (aun en
298 • ADICIONES Á

la senectud ) dictó algunos escritos en las hurtadas


horas de la noche.
Fr. Joséde Sig. vid . A lo segundo del traje de Cardenal , satisfaré
de S. Ger fól . 269.
con las palabras del padre Sigüenza que no pueden
ser más graves : « Háse de advertir que este oficio
que encargó á San Gerónimo San Dámaso Papa ( que
fuéron los negocios más graves de la Iglesia ) era
responder á todas las dudas , cuestiones , dificultades
y controversias de la fe , que venian de todo el mun-
do á la Sede Apostólica . Y esto de responder á las
cartas sinodales y á todos los negocios de las iglesias
es lo mismo que ser cancelario, lo que ahora decimos
canciller, y era oficio de tanta dignidad que no se
daba sino al presbítero de mayor autoridad y doctri-
na: y algunas veces se daba á obispos (como Casio-
doro declara) . Escribir las cartas en nombre del sumo
pontífice y responder á todos los sínodos que los pa-
triarcas y obispos hacian en su diócesis ; notar los de-
cretos que habian de guardar los sacerdotes romanos .
Tenia tambien á su cargo y debajo de su mano todos
los Datarios y Secretarios , todos los negocios y es-
crituras , secretos y almarios del papa , con quien se
descuidaba en todo . Todo arguye con gran firmeza,
que haya sido San Gerónimo cardenal. Que como
entonces no estaban las dignidades en el punto que
ahora, hacia esto el presbítero cardenal de más
autoridad y más suficiencia . Inocencio IV cerca de
los años de 1254 ordenó en el concilio Lugdunense ,
que los cardenales trajesen el Pileo, que es el Ca-
pelo , que llamamos en castellano sombrero , de color
rojo, y que sus ropas y las guarniciones de sus ca-
ballos fuesen del mismo color. De suerte que este
PINTURAS SAGRADAS. 299

ornato es tan nuevo que fué más de mil años despues


de San Gerónimo; y así parecerá sin propósito pin-
tarle con él, y con insignias de cardenal . Yo digo
que tendrán razon de reprender esto , si no hubiese
otras muchas cosas recibidas de esta manera y con
la licencia se disimula y con razon . ¿ Quién duda que
tuvieron siempre los obispos , cardenales y diáconos
algun hábito ó señal con que se distinguian de los
otros , en especial cuando ejercitaban sus oficios en
la Iglesia? Para mi téngolo por cierto . Mas demos
que por la sinceridad de los primeros tiempos no la
tuvieron, á lo menos cuando creció el número, y la
autoridad nadie lo puede negar ; sino que la hubo .
Admitamos que no . Pregunto ¿ cómo se puede sig-
nificar (ahora que están con hábito distinto todas.
las dignidades ) las que habia en aquellos tiempos ,
que sin duda eran las mismas , á los que solamente
saben leer en las pinturas y no tienen noticia de más
letras , sino conforme á lo que ven con sus ojos , que
se usa en la Iglesia? ¿ Cómo sabrá ahora el pueblo
rudo , para quien sirve mucho la pintura , que era papa
San Pedro, San Estebany y San Lorenzo diáconos ; San

Ambrosio y San Agustin obispos , si no los pintasen


como los pintan? ¿Habia en tiempo de San Pedro tia-
ras ni mitras como con la que le pintan ? ¿ Habia en
tiempo de San Esteban , dalmática , alba , cordones , co-
mo nos lo muestran , ni aún en los tiempos de San Lo-
renzo , trescientos años poco menos despues ? Por eso
ni están mal pintados ni reprende nadie esta licencia.
Los herejes sí la reprenderán porque ninguna distin- Fr. José de Sig. Vid .
cion de la Iglesia les agrada , ni aun las pinturas de des. Ger.fol . 269 ,
los Santos . Mas los fieles ninguna razon tienen . Pues
300 ADICIONES Á

siendo el mismo oficio el que ejercitaba San Geró-


nimo que el que hoy ejercitan los cardenales, bien
es que le pongan la misma ropa , cruz y libro, para
tom . 5. p. que todos lo entiendan así. » Hasta aquí Sigüenza .
Baron. 472.

PINTURA DEL GLORIOSO PATRIARCA SANTO DOMINGO .

Por no tener que advertir en la pintura de otros


muchos Santos y porque requeria esta materia un
libro entero, paso á la del bienaventurado Santo Do-
mingo , fundador de la sagrada órden de predicadores,
sacada de su historia , si bien el abad Joaquin que
fué años antes , con espíritu profético dejó pintada
en Venecia en la iglesia de San Marcos su imágen
Cronic. de los men. y retrato de obra mosáica, en compañía del Seráfico
1Ipar . lib . 10. cap . Padre San Francisco . Prediciendo muchas cosas
3.
prodigiosas de estos dos escogidos compañeros y de
sus ilustres religiones . Viniendo pues á nuestro

Fr. Fernan . del Cas- Santo , lo que se halla en su historia , de su natural


tillo, lib. I de su disposicion, es que era mediano de cuerpo , pero muy
hist. c. 56.
hermoso, el rostro largo y aguileño , la barba y el
cabello algo rojo , el color del rostro muy blanco ,
con pocas canas, algunas más en la cabeza que en
la barba, el cerquillo y corona muy poblado de ca-
bello , sin muestras ni entradas de calvo . Flaco de
su complexion , y con las penitencias más acabado
de lo que pedian sus años . De los ojos y frente pa-
recia que salian como rayos de luz , que le hacian
respetar de los que le oian y trataban . Murió de
edad de cincuenta y un años , el de 1221 , á 6 de
Agosto . Goza su santo cuerpo la ciudad de Bolonia .
Estas señas (menos la blancura del rostro ) favo-
PINTURAS SAGRADAS. 301

recen el retrato que se trajo ( con otros de su órden )


al convento de la Cartuja de Sevilla, hará unos cin-
cuenta años , copiados de los archivos de Roma , de
donde se sacó el que tiene hoy Regina Angelorum
en Sevilla . Pero lo más admirable en esta adver-
tencia, es la milagrosa imágen de Santo Domingo
Soriano, donde vemos que quiso Dios honrar aquella
pequeña aldea en el reino de Nápoles con esta sa-
grada pintura año de 1530 á 15 de Setiembre ; apa- Fr. Jacinto Loque-
rio. lib. viscere ma-
reciendo la Santísima Vírgen Nuestra Señora, acom- terna. Dei pari. cap.
27.
pañada de Santa María Magdalena y de Santa Ca-
talina mártir, una noche al P. Sacristan de aquel
convento, á quien entregó un lienzo arrollado , con
el retrato del glorioso Patriarca. El cual no se ha
podido jamás copiar perfectamente , por el resplan-
dor que sale de esta celestial pintura , pero á lo que
se puede juzgar, conforman bien las señas con las
que dice la historia . Tiene el cuerpo del Santo cinco
palmos y medio de alto ; en la mano derecha un
libro, en la izquierda unas azucenas , símbolo de su
virginal pureza (aunque esta insignia es comun á
otros Santos) , la suya es un perro blanco manchado
de negro , con una hacha encendida en la boca, y
una vara, cruz y bandera en la mano derecha , hirien-
do la boca de una zorrilla rendida á sus piés . Es este
retrato de aspecto hermoso y venerable , el rostro
algo largo, la nariz aguileña, el pelo de barba y
cabello entre cano y rojo, el color del rostro muy
blanco tirante á pálido , los ojos grandes y serenos ,
que de cualquier parte parece que está mirando con
agradable severidad ; los hábitos cortos que descu-
bren el calzado . Está colocado en el lugar señalado
302 ADICIONES Á

por la Vírgen, y son innumerables los milagros que


hace Dios por esta pintura del cielo .
Y porque no sólo el retrato , sino tambien el há-
bito primitivo de este insigne Santo, sea por revela-
cion de la Madre de Dios , refiere San Antonio en un
libro extraordinario que cuando Santo Domingo co-
menzaba á juntar compañeros para su sagrada reli-
gion, apareció la Santísima Señora al Santo fray
Reginaldo estando muy enfermo , y le mostró el
hábito entero hasta la correa, y dejándoselo allí , se
lo vistió despues Santo Domingo y otros de la misma
hechura á sus religiosos , comenzando de Riginaldo
(porque antes vestian el hábito de canónigos regu-
Sermona . de S. An- lares) el cual era túnica , escapulario y capilla blan-
tonio serm . de Sto. ca , con su correa , capa y capilla negra , todo de
Domingo. prer. 7.
y corto . Como lo dicen
Ant. estameña grosera, estrecho
lib. 5. S.Alberto.
Leandro
p.3. ut . 29.cp.4. todas las crónicas de su órden, y en especial Leandro
Alberto, y el mismo San Antonino en otra parte . Y
en confirmacion de esto el Santo Fr. Juan Gil, hijo
del convento de Santarem, yendo á Bolonia al capí-
tulo , que allí se celebró año de 1238 , donde fué
electo por General el Santo Fr. Raimundo de Peña-
fort con su licencia y del reverendísimo Fr. Jordan,

difunto, trajo la capa negra entera , esto es , cuerpo


y capilla (que entonces andaban cosidas juntas) del
glorioso Santo Domingo , que es de estameña gruesa
muy descolorida por la antigüedad, la cual es muy

corta y con capucho como de Cartujano , y está


guardada en una caja de plata en Santarem .

Lib. 2. c. 29 . y Refiérelo el padre maestro Fr. Luis de Souza , hijo


43 . del convento de Bensica en la historia de la provin-
cia de Portugal . Además de lo dicho , testifica el
PINTURAS SAGRADAS . 303

padre maestro Fr. Domingo de Molina, haber visto de aquí ha quedado


costumbre en la re-
dos imágenes antiguas, una de escultura , de piedra, ligion de Sto. Do-
en el cláustro de Santo Domingo en Perpiñan , y mingo en toda la
provincia de Portu-
otra en el convento Viterbo , que está á la puerta de gal de usar ambas
la ciudad por donde salen para Roma, que es en un capillas blanca y ne-
gra de poca punta
cuadro en el refectorio de la hospedería en que está menos que los capu-
chinos.
pintado el bienaventurado Santo Domingo y frailes
arrodillados de una y otra parte , y en ambas está
con capa corta y capucho Cartujano en la forma que
se ha dicho ; y en otras ciudades de Italia se ve de la
misma manera. Yo tuve un rasguño de esta última
pintura y un retrato de Santo Domingo pintado en
Roma, con Crucifijo en la mano con mucha devo-
cion , conforme al hábito y al retrato de esta des-
cripcion , que será bien que sigan los pintores de
aquí adelante .

PINTURA DEL SERÁFICO PADRE SAN FRANCISCO .

En la vida de Margariton , antiguo pintor y escul-


tor Aretino, cuenta el Vasari que en un convento de Giorg. Vasari de
frailes del Zócolo en la ciudad de Arezo , patria suya: pint. 1. p. 1
f. 115.
Fece in una tabola un S. Francesco ritrato de Naturali,
ponendovi il nome suo , que hizo en una tabla un San
Francisco retratado del natural , poniendo en él su
nombre . Si es este el segundo retrato que hay en
Italia del glorioso San Francisco , no pudo este artí-
fice hacerlo , teniendo presente al mismo Santo .
Porque vivia por los años 1275 , y San Francisco
murió el de 1226 , que por lo menos hay de anterio-
ridad 49 años , si no es que lo sacó de otro retrato
que se hizo viviendo el Santo . O por el que quedó
304 ADICIONES Á

en Venecia con sus llagas del tiempo del Abad Joa-


quin, como dijimos hablando de Santo Domingo .
Y así será forzoso observar en su imágen lo que di-
cen sus crónicas .
Coronic. de los men. Era el P. San Francisco de estatura mediana, más
lib. 2. c. 13.
pequeño que grande , la cabeza redonda y proporcio-
. nada, el rostro un poco largo , la frente llana , los

ojos negros y apacibles y no grandes ; tenia los ca-


bellos de la cabeza y de la barba negros , la nariz
igual y delicada y las orejas pequeñas . Era de rostro
alegre y benigno , no blanco, más moreno . Tenia los
dientes juntos é iguales , y era de muy pocas carnes
y delicada complexion . Y su espíritu más parecia
del cielo que de la tierra . Cierto que si Antonio Mo-
hedano hubiera seguido estas señas que ( á mi ver)
fuera el mejor pintor de este Santo que se hubiera
conocido en este tiempo . Pero dejarémos esta gloria
á Dominico Greco , porque se conformó mejor con lo
que dice la historia . Mas aunque lo vistió áspera-
mente de jerga basta como recoleto , no fué este su
hábito , como verémos con puntualidad . Si bien los
pintores se acomodan en esto con lo que les piden
los dueños : aunque los italianos se llegan más á la
verdad, y entre ellos Gerónimo Muciano , gran pin-
tor de países . Sabemos de cierto que el hábito pri-
mitivo que usó San Francisco fué capuchino , como
doctamente prueba el reverendo P. Zacarías Boberio ,
Tom . 1.º de sus historiador de su órden . El cual pone cuatro hábitos
anal . demostra . de estampa, que se conservan por reliquias en va-
rias ciudades de Italia, dos en Asís, uno en Pisa y
Chron 1. p . c. 4. otro en Florencia. Y una de las razones (entre mu-
chas que da) es que aquel primer hábito que se vistió
PINTURAS SAGRADAS. 305

San Francisco estando delante del Obispo de Asís ,


tenia la forma de cruz , y el capucho piramidal , como
hoy lo usan los padres capuchinos (y esto no suce-
dió acaso sino con particular Providencia de Dios) .
Pruébalo tambien con capítulo de su misma regla en
que manda que traigan el hábito con capucho . Y
esto lo confirma con la autoridad de muchos autores
antiguos y modernos , de que hace mencion en su
sexta clase. El primero Bartolomé Pisano, autor de
las conformidades , Sedulio en la vida de San Fran-
cisco , San Angelo Clareno , Juan Reuserio, Márcos
Ulisiponense , Alfonso Chacon de la órden de Santo
Domingo . Y esta causa está sentenciada en Roma,
en el pleito que se levantó en Milan , sobre el hábito
que se habia de poner á San Antonio de Pádua , en
cumplimiento de la última voluntad y testamento de
un principal caballero . La causa de haberse perdido
aquel primer hábito, dejo , porque no es de mi
intento.
Resta advertir cómo se han de pintar las llagas en
manos, piés y costado (en que comunmente faltan los
pintores) tocando brevemente el caso . Una mañana
cerca de la fiesta de la Exaltacion de la Cruz, 14 de Cropic. lib. 2, 2.
Setiembre, estando en el monte Alvernia en oracion , ca p . 5 5 .

el glorioso padre , abrasado en amor divino , vió


descender del cielo una semejanza de serafin con
seis alas ( como la que vió Isaias ) encendidas en
fuego, echando rayos de luz resplandeciente , y lle-
gando al lugar donde estaba , apareció entre las alas
un hombre , piés y manos extendidos y clavados en
la cruz, y en el costado derecho la lanzada ; las dos
alas de arriba tenia sobre la cabeza , y con las dos
ΤΟΜΟ ΙΙ . 20
306 ADICIONES Á

del medio extendidas volaba en forma de cruz , y las


otras dos traia recogidas , con que encubria el cuerpo
y los piés . En esta aparicion se imprimieron en las
manos piés y costado del seráfico Padre las llagas .
Y habiendo desaparecido la celestial vision , queda-
Ton unos como clavos de la misma carne dura, cuyas
cabezas eran redondas y negras, que se echaban de
ver en las palmas de las manos , y en los piés por la
parte alta del impeine , y las puntas que salian á la
otra parte eran largas y retorcidas y como redobla-
das con martillo , y por el hueco de las puntas podia
entrar un dedo . Y el costado derecho tenia herido.

como con lanza, y una llaga reciente abierta , que


casi siempre manaba sangre , en tanta abundancia
Chron . lib. 10 cap . que manchaba la túnica y paños menores . Las cuales
1.
vieron muchos despues, en especial Santa Clara y
el Papa Nicolao IV. Finalmente la Santa Iglesia
romana las ha aprobado y hace conmemoracion de
Bar . Setienb . 17. ellas el Martirologio á 17 de Setiembre por mandado
de Sixto V.

Escribieron de las llagas de San Francisco , San


Buenaventura, San Antoniano y San Vicente Ferrer.
Háse de pintar á la redonda de los clavos sangre
que todos los dias se refrescaba , y un golpe en el
hábito por donde se descubra la llaga del costado,
que así se lo dieron al que le vistieron despues que
murió de edad de cuarenta y cinco años . ¿Cómo
está milagrosamente en Asís en pié despues de tantos
años como si estuviera vivo? Ya se sabe por las pin-
turas , como se ve en San Francisco de Madrid en la

primera estacion del cláustro , aventajadamente pin-


tado de mano de Eugenio Caxes . Pero si las pinturas
PINTURAS SAGRADAS 307

han de testificar la verdad , ¿ por qué Bartolomé Car-


ducho siendo tan gran pintor, en San Gerónimo de
Madrid, en la segunda capilla á mano derecha pintó
año 1600, en las palmas de las manos de San Fran-
cisco recibiendo las llagas , las puntas de los clavos
(como yo lo he visto año 1625) , debiendo pintar las
cabezas, conforme testifica la historia? Cosa que si
yo fuera su hermano hubiera reparado fácilmente
por su reputacion y por ser el cuadro tan valiente.

PINTURA DE SANTA CATALINA DE SENA .

Del retrato verdadero de esta Santa Vírgen se


halla noticia ( 1 ) en una historia , con lo cual da li-
cencia que los pintores imaginen una hermosura
angélica . Pero de las palabras de algunos autores p . Rivad . Abril f.
314.
se saca que fué hermosa , porque cuando se opuso á
sus casamientos dice uno , inspirada del Señor se
cortó el cabello , que lo tenia lindo por extremo . Y
otro dice , los padres y parientes de la Santa Vírgen
todos mandados eran de casarla , porque siendo de
tan buen parecer y conocida hermosura, tenian por
mal caso que no se lograse dándole marido . Y más Obisp . de Monop .
adelante, y por esto tuvo dificultad admitirla al há- vida de S. Catal . 6,
c. 110f. 205.
bito de las sorores, por moza y hermosa , todo lo
cual venció con su sabiduría sobrehumana , porque
parecia que el Espíritu Santo estaba en ella : siendo
la primera de las vírgenes que profesaron esta órden ,
como dice el obispo de Monopoli . El hábito que c. 113. r. 206 .
trajo es el de las beatas que usan hoy en España ,

(1) Haila, pues se vació la mascarilla.


308 ADICIONES Á

pero su camisa era de lana que suplia por un áspero


cilicio, túnica y escapulario de sarga blanca ceñida ,
corta y angosta, que se venera hoy en su convento
de Sena junto á la plaza : tocas largas y manto
negro de paño sin tundir que cubria la cabeza , sobre
que caia la corona de espinas .
Cap. 112. f. 206. Viniendo á las llagas (aunque no fuéron visibles)
es cosa llana que se han de pintar en su imágen
como verémos ; trató esta cuestion el maestro Fray
Vicente Justiniano en un tratado que se imprimió
en Valencia (acerca de las imágenes de esta Santa) ,
año de 1538. Y de este y de las historias tomarémos
las razones forzosas para este intento . El primero
que escribe el caso que fué su confesor ( Fray Ray-
mundo de Cápua á quien la Santa Vírgen lo comu-
nicó) lo cuenta de esta manera : «Estando un domin-
go orando en la iglesia de Santa Cristina de la
ciudad de Pisa , despues de haber comulgado vió
Vida de Sta . Catali- venir á nuestro Redentor Jesucristo Crucificado , por
na lib. 2. c. 22. el aire , y que de sus cinco rayos salian cinco rayos
de sangre, que venian á dar á sus piés , manos y cos-
tado . Y como advirtió la insigne merced que Dios le
hacia, y la gran autoridad que le daba delante de
los hombres, dijo con profunda humildad : Oh Señor,
no permitais que estas llagas se vean en mi cuerpo . Y
así los rayos que antes parecian sangrientos se con-
virtieron en rayos de luz á medio camino , y cuando
llegaron á ella le penetraron de manera las cinco
partes que quedó su cuerpo atravesado con grandes
dolores , y para que no desfalleciese le proveyó
Dios de nuevo esfuerzo . » De lo dicho se infieren tres

cosas, las cuales probarémos . Que no hubo llagas


PINTURAS SAGRADAS . 309

exteriores ; que se le deben pintar, y el modo de


pintarlas con acierto . Lo primero prueba Roberto de Serm . de Sta . Cata-
lina de Sena.
Licio, de esta manera : pintar á Santa Catalina con
visibles señales en los piés , manos y costado , si se
hace para dar á entender que tuvo en aquellas partes
los dolores de la pasion de Cristo , bien se puede sufrir,
pero si se hace para que el mundo entienda que tuvo
las llagas como San Francisco en modo visible y
palpable , no lleva camino . Confirma esto mismo el
maestro Fray Fernando del Castillo despues de F. Fernando del Cas-
tillo 2. P de la
haber referido este maravilloso favor . Esta fué la v. de Sta . Catalina.
c. 41.
sustancia de sus llagas, no que tuviese heridas pe- Lo mismo escribe el
netrantes y sangrientas, como el bienaventurado obispo de Monopoli
cap . 121. f. 220.
San Francisco tuvo la de su costado milagrosa y
singularmente , sino como unos rayos de oro , y
como resplandores del sol que reverberan en un es-
pejo . Y Fray Vicente Justiniano declarando en su
tratado el breve de Sixto IV dado el año 1472 , donde
prueba estar derogado , dice estas formales palabras :
«
Yo creo que la causa de dar aquella censura el Pon-
tífice fué quitar un concepto falso de los ánimos de
todos los que veian la figura de Santa Catalina con
llagas , pensando que las tuvo visibles y palpables
para los otros como el P. San Francisco, lo cual es
falso . Pero en este primer punto echemos el fallo
con un testigo de más marca que trae el P. Rivade- P. Rivad Abri f .
321. S. Ant. p.
neira en la vida de esta Santa, acabando de referir 3. uit 23. c. 14.
esta merced , aunque como dice San Antonino arzo-
bispo de Florencia, estas llagas fuéron interiores y
no exteriores , porque ella misma se lo suplicó al
Señor . Lo segundo que se le debe pintar , prue-
ba Justiniano en el tratado referido diciendo :
310 ADICIONES Á

si Santa Catalina no tuvo llagas visibles para los


otros , ¿por qué se las pintan ? Respondo que las cosas
invisibles no se pueden pintar sino con señales vi-
sibles . Dios en cuanto Dios , y los ángeles no tienen

cuerpos y se les pinta, y no tienen los ángeles alas y


su ligereza y velocidad se significa con ellas . Y el
alma no es visible y si quieren pintarla como sale del
cuerpo la pintan visible: lo mismo digo de las llagas .
Y yo añado que los penetrantes dolores que la Santa
tuvo en aquellas cinco partes , no se pueden significar
menos que con señales exteriores, y por esto quiere
el Señor que se los dió que no se borren . Y si fuera
contra la divina voluntad de él pintarlas , no se hu-
bieran experimentado los terribles castigos que se
cuentan contra los celosos que se han atrevido á
borrarlas . Ni consintieran los Pontífices vender sus

imágenes públicamente en Roma con las señales de


las llagas , lo cual es consentimiento tácito ó ex-
preso de la silla Apostólica, y en cosas de derecho
positivo tolerar es conceder . Y lo que es más , si no
quisiera Dios que se le pintase señales para signifi-
car el sentimiento que tuvo de su sagrada Pasion,
no las dejara en los lugares de su Santísimo cuerpo ,
y hoy parecen en la mano que tienen en Roma en el
convento de monjas de su órden llamado Majar - Ná-
poli. Y para más confirmacion ahora de nuevo á ins-
tancias del eminentísimo cardenal Borja, arzobispo
de Sevilla, se pinta y estampa recibiendo las llagas
y con ellas, por decreto de la sagrada Congregacion
de ritos, de los breviarios nuevos impresos en Roma
año 1631 donde la he visto. Resta el modo cómo se

han de pintar las llagas referido brevemente , Vimos


PINTURAS SAGRADAS . 311

que los rayos sangrientos se convirtieron en rayos.


de luz, y así amonesta Justiniano : « Ruego á los pin-
tores que cuando pinten la imágen de Santa Cata-
lina de Sena , no pinten las llagas sangrientas sino
doradas ó con rayos de oro , como dice Razzi al fin
de la vida de esta Santa , añadiendo una cosa que
me dió mucho contento , es á saber: que este ha sido
el parecer de muchos sumos Pontífices . Y esto llamó

Fray Fernando del Castillo : como resplandores de


sol que reverberan en un espejo . » Yo las pinto así.
En las palmas de las manos sobre la piel una man-
chita rosada y en medio una como estrella resplan-
deciente con sus rayos de luz y lo mismo en las
demás partes , como señalando dónde tuvo los in-
tensos dolores . La corona de espinas sobre las tocas V. de S. Catal. 6.
y manto , pues se sabe que se la sacó de las manos á p. cap. 19. 1. f.
207.
su esposo, cuando le dió á escoger, y se la puso con
tanta fuerza en la cabeza, que muchos dias le dura-
ron las señales y el dolor, y más el contento de
verse tan favorecida , como dice el obispo de Mono-
puli, «un crucifijo que sale de su corazon en la mano
derecha , » pues Cristo se lo sacó del pecho, y una
azucena en la otra en señal de su virginal pureza
son las insignias cabales de esta gloriosa Santa . La
cual murió en Roma año del Señor 1380, siendo de

casi treinta y tres años , y está su cuerpo sepultado


en el convento de la Minerva de la órden de pre-
dicadores .
312 ADICIONES A

PINTURA DE SAN IGNACIO, FUNDADOR DE LA COMPAÑÍA DE


JESUS .

Antes de hablar del retrato verdadero del bien-

aventurado Patriarca San Ignacio , tratarémos de la


principal historia de su vida , en que se pinta la apa-
Lib. 3. c. 11. ricion de la Santísima Trinidad (porque acabemos
con el misterio que comenzamos estas advertencias)
describiendo primero algunas de las que tengo ob-
servadas, dispuestas por diferentes caminos . Porque
quede asentado el modo más cierto, como se debe
pintar, comenzando de la que estampó el P. Riva ·
deneira en las historias de su vida , la cual está dis-
puesta de esta suerte : en el campo se le aparece
Cristo caminando por la tierra hácia él , coronado de
espinas y la cruz sobre sus hombros , llagas en
manos y piés y con solo la túnica interior . Y en lo
alto sobre una nube se ve al Padre Eterno , de medio
cuerpo , mirando á su hijo que señala á Ignacio , y
Cristo pronuncia las palabras en su favor. Está por
léjos la ermita, y los dos compañeros en pié en el
campo . Otra está en el altar mayor de la casa pro-
fesa, diferente ; el Padre Eterno á la mano derecha.
´de Cristo , y Cristo á la izquierda , ambos sentados,
el Salvador glorioso con sus cinco llagas y manto
rojo, como resucitado , y la cruz levantada y arri-
mada á sí, y el Espíritu Santo en figura de paloma
en medio de los dos, que aparecen á San Ignacio
acompañados de ángeles y serafines , el cual está de
rodillas y puestas las manos . Y en su mismo altar
hay otra de escultura donde están sentados Padre ,
PINTURAS SAGRADAS. 313

Hijo y Espíritu Santo en medio , pero ambos ves-


tidos y Cristo con la cruz abrazada y levantada, y
sin corona de espinas .
La estampa primera no conforma con lo que escribe
el P. Rivadeneira, antes parece á la aparicion que
hizo el Salvador á San Pedro camino de Roma , cuan-
do dejó la cárcel y el Apóstol le preguntó : Domine,
quo vadis? La segunda reformó el racionero Pablo de
Céspedes donde aparece Cristo desnudo , glorioso con
sus cinco llagas y sin corona de espinas ; tiene algo
de la aparicion á San Esteban en su martirio cuando
dijo: Vidit gloriam Dei et Iesum stantem à dextris Dei . Gregor . in Psal . 4.
actr . 7.
Si bien el Salvador habia de estar á la derecha del -

Padre Eterno, y puesto en pié sin cruz . Y así será


justo que se pinte ahora como doctísimamente se
escribe en la historia , por el P. Andrés Lúcas en
este último libro de su vida (que es lo que habemos
de seguir) . Caminaba el Santo á la ciudad de Roma, P. A. Lucas,
cuando con un júbilo y extraordinaria devocion , se lib. 4 , cap. 1
sentia llamar á la contemplacion de Dios . Entró á
hacer oracion en las ruinas de un templo desierto
que distaba algunas millas de Roma, y postrado en
tierra encomendaba á Dios su pequeña familia, y
arrebatado en éxtasis , vió con los ojos del alma que
el Eterno Padre con una gravedad propia de Dios,
hablaba con su hijo, y con entrañable amor le en-
comendaba á Ignacio y sus compañeros , como á
hijos muy queridos . Apareció el Salvador del
mundo con traje y semblante muy lastimero, todo
llagado y doloroso , cubierto de cardenales , la ca-
beza coronada y traspasada de espinas , con una cruz
muy pesada encima de sus hombros . Recibiólos el
314 ADICIONES A

benignísimo Jesus debajo de su patrocinio , clavó


los ojos en San Ignacio , y con blando y amoroso
Vida antigua suma semblante le dijo : Ego vobis Roma propitius ero .
de los Procesos. f.
45. Vuelto en sí San Ignacio llena el alma de gozo , y
los ojos de lágrimas , buscó á sus discípulos , que le
estaban fuera esperando , que eran los dos maestros
Frabro y Laines y manifestóles con mucha humil-
dad la revelacion con todas sus circunstancias .

Esta es la pintura de esta historia (bien diferente


de la que habemos referido) en que considero al
Padre Eterno sentado con gran majestad , y á Cristo
Nuestro Señor de rodillas á su mano derecha , con
su manto rojo, y desnudo el medio cuerpo , manifes-
tando sus llagas, cardenales , azotes y corona de es-
pinas, con su cruz á cuestas , hablando con San Igna-
cio . Y el Espíritu Santo entre los dos, y ángeles y
serafines que acompañan esta gloria . Y San Ignacio
arrebatado, caidos los brazos (que las manos pues-
tas no son á propósito para tan superior vision ) y
casi el manteo , el sombrero y báculo en tierra, con
admiracion y lágrimas , dentro del templo y ruinas ,
y los compañeros en el campo que le aguardan sen-
tados . Lo misterioso de esta vision dirá erudita-
mente el autor citado . Que á mí no me toca más
que encaminar la pintura sobre este fundamento con
el acierto y cordura debida .
P. Rivad. lib. 4. Acerca de su verdadero retrato nos valdrémos de
c. 18.
lo que escribe el P. Rivadeneira , en su vida, que lo

conoció y trató tanto tiempo ; píntalo de esta suerte :


« Fué de estatura mediana ó por mejor decir algo pe-
queño , tenia el rostro autorizado , la frente ancha y
sin arrugas, los ojos hundidos y encogidos los pár-
PINTURAS SAGRADAS. 315

pados por las muchas lágrimas que derramaba , las


orejas medianas , la nariz alta y convada , el color
vivo y templado , con la calva de muy venerable as-
pecto . El semblante.del rostro alegremente grave,
con su serenidad alegraba á los que lo miraban , y
con su gravedad los componia. Y porque tratamos
aquí de su disposicion , quiero avisar que no tenemos
ningun retrato suyo tan al propio que en todo le pa-
rezca, porque aunque se deseó mucho , nadie se atre-
vió á hablar de ello . Los retratos que andan suyos
son sacados despues de él muerto . Entre los cuales
el más propio es el que Alonso Sanchez (retratador
excelente del rey Felipe II) hizo en Madrid año
de 1585 , estando yo presente y supliendo lo que el
retrato nuevo no podia decir » : hasta aquí el P. Ri-
vadeneira.

De manera que este retrato muerto que tenia en


Madrid de cera y reparado el P. Rivadeneira , se
vació del Santo en Roma cuando murió , año 1556 ,
de sesenta y cinco años de edad . Y de este vaciaron
algunos despues los escultores de Madrid , y yo al ❤
cancé uno de yeso , que por lo menos conserva la
perfecta forma de los perfiles , y todos cuantos hay
se parecen á este , y de este sacó Pedro Perete , ta-
llador del Rey en Madrid , el que anda en estampa de
su mano en un óvalo que tiene cuatro historias por
orla, y lo colorido se añade por el que pintó Alonso
Sanchez, con que no se puede de manera ninguna
errar . Mas despues acá , no me parece atrevimiento
anteponer á los muchos , el de pintura que hice en
pié para el colegio de San Hermenegildo de esta
ciudad , año de 1613 , y está puesto en un testero de
316 ADICIONES Á

la escalera principal , donde me vali del modelo de


yeso. Pero á pesar de la envidia , la cabeza y ma-
nos del que está vestido en su altar de la casa pro-
fesa, que hizo de escultura en su beatificacion Juan
Martinez Montañés (pintado de mi mano) , estoy per-
suadido que se aventaja á cuantas imágenes se han
hecho de este glorioso Santo , porque parece verda-
deramente vivo : hízolo el año 1610.

Con esta pintura damos fin á nuestras adverten-


cias (y pedimos perdon de habernos alargado tanto )
observando que mientras se hallare retrato verdadero
de algun Santo que se haya hecho muerto ó vivo , ó
por algun camino, ó se supieren las señas de su ros-
tro por la historia ó informacion de quien le conoció,
se le ha de dar á todo lo dicho más crédito que á la
amaginacion . Y así es gran consuelo seguir muchos
retratos que de los Santos de nuestros tiempos se
tienen en veneracion . Como el de Santa Teresa de

Jesus, hecho por mano de Fr. Juan de la Miseria , el


de San Luis Beltran , y del Santo Fr. Nicolás Factor.
El del Santo Fr. Pablo de Santa María que yo hice
muerto, el del P. Rodrigo Alvarez , y de su discípulo
Fernando de Mata , vivos , y otros muchos . Porque no
todos los Santos resisten el retratarlos , y los fines
que tienen en esto no los podemos alcanzar, como
Molan . lib. 2. cap. lo muestra el admirable ejemplo del gran San Gre-
62.
gorio, Papa, que refiere Molano de esta manera :
Dice Juan Diácono en la vida de San Gregorio

Cap. 84. escribiendo á Juan sétimo : « Claramente se ve que

Gregorio estando vivo quiso que se pintara su retra-


to , á quien sus monjes pudieran ver más á menudo,
no por vanagloria ni soberbia , sino previniendo la
PINTURAS SAGRADAS . 317

santidad de la vida en ellos con cautela . Esta imá-


gen no tuvo diadema, por estar vivo el santo Pon-
tífice, y de aquí se saca cuán antigua costumbre es
en la Iglesia pintar á los Santos despues de muertos
y calificada su vida , con diadema redonda . Y con
licencia del lector haré una breve digresion acerca
de esto con la autoridad de Molano . Píntanse los Mol. lib . 4. c. 26.
Santos con diadema en la cabeza , lo primero , porque
adquirieron corona de gloria y vida que no puede
marchitarse ; la cual prometió Dios á los que le
aman, á que se añaden resplandores y rayos de luz á
manera de círculo, segun aquello .«vosotros sois la Petr. 5.
Jacob. 1 .
luz del mundo » dícelo gallardamente Durando en Apoc. 27.
su racional . Todos los Santos se pintan coronados Mat . 5. lib . 1 .
cap . 3.
porque los justos recibirán reino bienaventurado y
la diadema de hermosura de la mano de Dios . De

donde cantan agradecidos : « Coronastenos con es-


cudos de buena voluntad » y Santo Tomás comenta
así el salmo : « que la buena voluntad de Dios es como
un escudo contra todos los males. » Los antiguos ro- Psal. 5.
manos usaban de escudos en que tenian puesta la
esperanza de la victoria . Y de allí se pintan los
Santos con los escudos en las cabezas habiendo

triunfado de todos los enemigos , y los tienen en


lugar de corona . Y por esta razon hacen mal los pin-
tores que no adornan las cabezas de los Santos con
diademas y resplandores como es costumbre , dife-
renciándolos de los demás hombres . Y tambien de

la diadema triangular del Padre Eterno y de las tres


potencias de Cristo Señor Nuestro y de los resplan-
dores de la Vírgen Nuestra Señora . Todo lo cual
guarda la Iglesia para cuando los Santos están bea-
318 ADICIONES Á

tificados y canonizados . Y volviendo á lo de los re-


tratos , digo , que leyéndose aquí que San Gregorio
Magno dejó su retrato á sus monjes , se sigue con
evidencia, que no todos en general dejan sus retra-
tos en el mundo para ostentar vanidad . » Hasta aquí
este autor.

Mucho nos pudiéramos alargar en esta materia,


pero con lo que se ha dicho hasta aquí bastará para
dar luz en todo lo que se ofreciere , consultando los
pintores los libros y personas doctas. Dejando mu-
chas cosas que pudieramos declarar, como las cruces
de los dos ladrones , que fuéron puutualmente como
la de Cristo , menos el título , y ellos crucificados con
clavos , pues fué menester milagro para ser conocida
la cruz verdadera . Que esta fué de quince piés de alto
y los brazos de ocho y labrada y llana no tronco
Anselm . in dialog Ccomo la muestra el brazo de Santo Toribio . Y fué de
de l'ass.
Nonn . in Joan . Bed. Cuatro extremos y maderas, el madero mayor de
in Comettan , etc. ciprés y los brazos de pino ú olivo , y la tabla donde
florib.
se escribió el título , de box, y el zoquete ó supedá-
neo de cedro . Tambien la cena del Señor si fué re-

costados como la puso el P. Prado , conforme á la


costumbre de los hebreos , ó sentados á la mesa (que
es lo más comun) como lo pone el P. Nadal ( con que
me conformo por estar tan recibido y huir la dema-
siada extrañeza, que no es para los pintores media-
nos) . El excesivo pasmo y desmayo de Nuestra Se-
ñora cuando encontró á Cristo con la cruz , cuando

le vió desnudo y cuando fué herido con la lanza ; y


el haberse de pintar en pié con suma fortaleza en el
Calvario al pié de la cruz . Cristo vivo con lágrimas
en la espiracion con la autoridad de San Pedro . La
PINTURAS SAGRADAS. 319

llaga del costado pintada con sangre y agua que se


vea distintamente , de que da testimonio el amado
discípulo , y otras muchas cosas de este género . Y
en los Santos la pintura de Santa Lucía abogada de
los ojos, no porque se los sacó y envió en un plato .
La pintura de la vestidura de palma de San Pablo ,
primer ermitaño ; la pintura de Santa Polonia mártir
pintada moza siendo vieja . La de San Estéban ves-
tido de diácono en su martirio, por las razones que

se traen en la de San Gerónimo , como le apareció


Cristo en pié como resucitado á la diestra del Padre
(como dijimos) : que todo es bien que cuando se
pinta se recurra á la verdad de la historia . Y rema-
taré con la segura opinion de los cuatro clavos de
Cristo crucificado, por haber renovado en mi tiempo
esta venerable y antigua pintura, y desear mucho
que se comuniquen á todos estas dos cartas , con sus
doctas aprobaciones, de que harémos dos capítulos
con que darémos fin á esta obra .

CAPITULO XV.

En favor de la pintura de lOS CUATRO CLAVOS CON QUE FUÉ


CRUCIFICADO CRISTO NUESTRO REDENTOR .

D. FRANCISCO DE RIOJA Á FRANCISCO PACHECO .

Este discurso escrito en defensa de los cuatro clavos de Cristo


Nuestro Señor, me ha parecido no sólo conveniente peroforzo-
so dedicarlo á V. M. asíporque lo ejecuta con tanta facilidad en
las imágenes que pinta, como por ser (puédolo decir sin atrevi-
320 ADICIONES Á

miento) el más diligente en la parte del decoro, de cuantos ejer-


citan el arte de la pintura . Guarde Dios à V. M. muchos años.

En la verdad que tienen las pinturas de Cristo


Nuestro Señor crucificado con cuatro clavos , quiero
hablar por la autoridad y valimiento que tienen en
los escritores antiguos y tuvieron en la tradicion
de la Iglesia ; que para semejante averiguacion no
se pueden hallar pruebas ni más calificadas ni más
ciertas . San Cipriano dice en el libro de Passione
Cristi que consideraba las obras de Cristo Nuestro
Señor y temblaba . Mayormente que callase en la
atrocidad de las heridas ; cuando clavos le penetra-
ban los sacros piés , y tenia rotas las manos . Conside-
rabi opera tua , et espavi . Clavis sacros pedes tere-
brantibus fosis ; manibus de vulnerum atrocitate non
loqueris . Y habla en esto sin advertencia , ó circuns-
tancia particular. De que se puede presumir que
tenia uso entonces el castigo , y verdad la pintura
por la imitacion . Así entiendo el lugar de San Jus-
tino mártir en el diálogo con Trifon , que dice : Cuan-
do le crucificaron hincando clavos le clavaron sus

manos y piés. Quando crucifixerunt eum infigentes cla-


vos, manus et pedes ejus foderunt . Porque habla de los
piés de la misma manera que de las manos, y así
pienso que dice lo mismo que San Cipriano . Que
como en cosa corriente , ni quitó á los piés circuns-
tancia ni la puso . Y es de advertir que dice esto in-
terpretando el lugar del salmo 21. Foderunt manus
meas et pedes meus . Los versos de Plauto en la come-
dia Mostellaria , acto 2. °, escena 1. , muestran con
certeza el uso de los cuatro clavos : Ego dabo ei ta-
lentum, primus qui in crucem escucurrerit sed calege, ut
PINTURAS SAGRADAS. 321

afligantur bis pedes bis brachi . Que aunque sea la sen-


tencia, como quiere Lipsio que Tranio decia que daria
un talento al primero que subiese en la cruz , pero con
condicion que le habian de clavar dos veces los bra-
zos , esto es con cuatro clavos , y dos veces los piés .
Lo interpreto yo de esta manera. El comun uso era
clavar cada pié y mano con un clavo , y Tranio dijo
que daria el talento con que le pusiesen dos clavos
en cada pié y mano . De manera que de la ordinaria
explicacion consta claramente el uso : y de la de
Lipsio , que me parece más cierta , se colige tambien
con facilidad . Alejandro Monaco , en la oracion que
hizo de la Invencion de la Cruz, afirma que fuéron
cuatro los clavos de Cristo Nuestro Señor por estas
palabras : Clavorum quosdam propriæ galea incudi iusit
quosdam equi lupato misceri . Georgio Hamartolo en
su Cronicon es de este mismo parecer y lo dice casi
con las mismas palabras: clavorum quosdam propriæ
galeæ incudi jusit quosdam misceri lupato ipsius . Rufino
tambien es de este sentimiento en el libro primero de
su Historia eclesiástica : clavos quoque quibus corpus

dominicum fuerat affixum, portat ad filium ex quibus ille


frænus composuit quibus uteretur ad bellum, et ex alliis
galeam nihilominus belli usibus aptam fertur armasse.
Teodoreto lo afirma de la misma suerte en el libro
primero de la Historia eclesiástica cap . 18. Ira regis
mater voti compos quosdam clavorum in regiam galeam
sustulit filiis capitis provida ut hostilia tela depelleret;
y de la misma manera se ha de entender Sozomeno
cuando dice de Constantino : Proditum est regem ex

his galeam sibi confecise et frænum equorum . De todos


estos lugares manifiestamente se colige haber sido
TOMO II. 21
322 ADICIONES Å

cuatro los clavos : á lo menos más de tres, y cierto es

que no fuéron cinco . Porque si dicen que unos se


pusieron en el morrion y otros en el freno, cosa es
evidente que habian de ser más de tres . Zonaras es
tambien de este séquito , y Nicéforo lo da á entender
claramente cuando refiere que Elena le envió á
Constantino uno de los sacros clavos que hallara en
el monumento , y con que el cuerpo de Cristo habia
sido penetrado , y que el uno de ellos puso en el
morrion y el otro en el freno . Misit etiam illa ad eum
ex sacris clavis quosdam quos tum ad monumentum repe-
rerat, illis porro Corpus Christi transfixum fuerat, quo-
rum altero ille sibi fertur galeam instruxise, alterum
equi frenis inservise . Así lo dice en su Historia de la
Iglesia en el libro 8, en el cap. 29. De suerte que
aunque difiere de los demás en cuántos fuéron los
que puso Constantino en el freno y morrion , no em-
pero en que fuéron más de tres , porque dice : envióle
algunos de los sacros clavos . Y San Ambrosio de
esta manera se ha de interpretar, porque cosa es llana
que no habia de tener por opinion que fueran dos los
clavos, sino que no habla de los otros con que se quedó
la reina . Gregorio Turonense en el libro I. de gloria
martirum, cap . 6, dice haber sido cuatro, porque le
clavaron dos en las manos y dos en los piés . Clavo-
rum ergo dominicorum gratia quod quatuor sint hæc est
ratio , duo sunt affixi in palmis , et due in plantis . El
sentimiento pues de Inocencio, Papa III, no se debe
pasar en silencio, que en el sermon primero de un
mártir lo dice expresamente : Fuerunt et clavi quatuor
quibus manus confixe sunt, et pedes affixi sint. Y más
abajo dice : En estos dos leños debe clavar el cris-
PINTURAS SAGRADAS . 323

tiano dos piés y dos manos con cuatro clavos : In


his duobus lignis duos pedes et duas manus, quatuor
clavis debet configere christianus . Santa Brigida tres
veces dice en sus revelaciones que crucificaron á
Cristo Nuestro Señor con cuatro clavos : pondré lo
que dice de los piés , pues no es otra cosa lo que se
dificulta, que los brazos cierto es que se clavó cada
uno con su clavo . En el libro I , cap . 10 , dice así :
Deinde dextrum pedem cruxifiserunt et super hunc sinis-
trum, duobus clavis . Y en el libro IV, cap . 70 : Et
pedes similiter ad foramina sua distenduntur cancellatis
et quasi infra atabiis distincti, duobus clavis ad crucis
slipitem per solidum ossicut et manus erant configuntur
Tambien lo dice en las revelaciones extravagantes,
capítulo 51 : Pedes deorsum tracti et duobus clavis per-
fosi non habebant aliud sustentaculum nisi clavos .
Esto siente tambien Nono Panopolitano en la pará-
8
frasis que hizo del Evangelio de San Juan , cap . 19 ,
versos 76 y 77.

Erectus hic pereat forriferis á clavis


Ligneæ mortis extensus quadruplici vinculo.

Así suenan los versos griegos traducidos palabra


por palabra, que de industria los volvi de esta ma-
nera, porque se vea con puntualidad cómo sintió
Nono claramente que fué crucificado Cristo Nuestro
Señor con cuatro clavos ; y antes en el mismo capí-
tulo , versos 29 y 30 :

Cruci affixus hic sublimis erectus sit ,


Et pedibus, et manibus ferrea spicula feres.

Y luego dice que les respondió Pilatos :


Vos cuadrivia torquete hunc morte.
324 ADICIONES Á

Dando á entender lo que ellos le pedian , que era


que le pusiesen con cuatro clavos . Esto es de ma-
nera cierto de las palabras de Nono, que no dejarán
dificultad á quien las leyere aun con ánimo indife-
rente, no digo inclinado á este sentir . Que á los re-
sueltos á no persuadirse ninguna cosa tan clara y
cierta que su mismo aserto no envuelva en tinieblas
y dificultad . Sólo me espanto que haya habido hom-
bres doctos que viendo estos lugares en este autor,
verdaderamente manifiestos , digan que sintió lo con-
trario: por un lugar que debieron interpretar por esto
otros y no persuadir que se habia de contradecir un
escritor en tan pocos renglones . Mas para que se vea
el lugar con que se prueban su sentimiento , lo pondré
traducido á la letra así como yo lo entiendo , que
Francisco Nausio no me parece que lo entendió .

Hibi carnifices
In lignum quadrilaterum sublime super terram
Erectum extenderunt contringentes vis
Volantes utrinque ferreo quodam vinculo
Manus inmense transfixum singulari clavo
Magnum animo habentem uno perforatum impetu,
Pedibus conexit rigidum vinculum mortis.

La sentencia es que lo extendieron sobre la cruz ,


y con violencia le clavaron las manos con una ata-
dura de hierro; y que aquel grande y majestuoso
ánimo, con cada un clavo fué traspasado , y no sólo
con uno, sino con un golpe , y que en los piés que
tenia juntos estaba la rígida atadura de la muerte;
de nada de esto se puede colegir que tuvo un clavo
en ambos piés . Porque de la misma suerte se pudiera
decir que este autor sintió que con un clavo le ha-
PINTURAS SAGRADAS. 325

bian clavado ambas manos , porque dice: Ferreo


quodam vinculo . De manera que si es lenguaje figu ·
rado el que usó cuando habló de las manos , ¿por qué
no pensaré que fué así el que usó cuando habló de
los piés? Mayormente diciendo el mismo autor , como
vimos expresamente que fuéron cuatro los clavos,
siquier por no dar en tan grande inconveniente
como decir que se contradijo . Mas porque no digan
que yo interpreto en este lugar la palabra etor de
otra manera, probaré.cómo Francisco Nansio no la
interpreta bien . Él dice que significa aquello car-
noso que está en la planta del pié junto á los dedos .
Y fúndado en Exiquio , que dice : Etor psiche, thymos,
stethos, y stethos significa el pecho , y tambien
aquella parte carnosa que está entre la puente del
pié y los dedos ; con lo cual juzgó Nansio que la pa-
labra etor en estos versos del Nono queria decir esta
parte del pié que llaman pecho los griegos ; pero á
mi parecer sin fundamento ni autoridad . Porque He-
siquio dice que etor significa el pecho pero no añade
del pié. Ni hay escritor antiguo ni moderno que diga
cosa semejante . Y cuando no se añade ¿ quién hay que
no entienda el pecho significado propiamente y no
el significado por traslacion? De manera que cuando
sè habla del pecho , para que se entienda del pié, ó
es menester hablar en la materia , ó que se le añada
del pié ; porque de otra suerte es imposible dejar
de entender el pecho propiamente significado . De
ambas cosas hay ejemplos en la antigüedad, lo pri-
mero dice Hipócrates , en el IV de las Epidemias :
Pedis digiti in pectore . Aquí no añade pedis porque
habla del pié y no era necesario . Pero en los demás
326 ADICIONES Á

lugares siempre lo añade , como en el libro de arti-


culis Pectore pedis terræ insistunt. Y así lo dice Ga-
leno en el comento 3.º á este libro . Dejo los testimo-
nios de Julio Polux , de Rufo Efesio , del autor del
médico , de Eustacio en la Iliada , del mismo Hipó-
crates en el V de las Epidemias ; que podrá ver quien
deseare mayor satisfaccion . De manera que cuando
dice Esiquio que etor significa el pecho así abso-
lutamente, es engaño pensar que entiende el del pié.
Porque si lo entendiera añadiera palabra con que nos
lo declarara . Luego Nansio no tiene autor ni funda-
mento con que se atreva á interpretar la palabra etor
como lainterpreta, y así se engaña manifiestamente.
Y los doctos que le han seguido , como no exami-
naron esto mucho engañáronse con él . De manera
que no se espantará nadie que yo vuelva esta voz
etor, en ánimo , siendo la verdadera significacion .
Pero volviendo á lo de arriba digo , que en la parte
de la contradiccion viene á suceder casi lo mismo.
con un lugar de la tragedia de Gregorio Nacian-
ceno intitulada Christus patiens . Que siendo así que
en otra parte en la misma tragedia dice:

Tenderunt, extenderunt, fixerunt manus,


Pedes infra fixerunt in compacto ligno.

Lugar de donde se puede colegir que de la manera


que clavaron las manos clavaron tambien los piés ,
y más diciendo que se clavaron en supedáneo ,
porque sólo se ponia en la cruz para que pusiesen
los piés los justiciados , y no uno sobre otro , sino ex-
tendidos y juntos . Y así es imposible se clavasen
con un clavo . Añadese á esto que no hay escritor
PINTURAS SAGRADAS. 327

en la antigüedad que diga lo contrario . Porque


todos dicen que fuéron cuatro los clavos : y los que
no lo dicen expresamente , dícenlo no diferenciando
los clavos de los piés y de las manos , como cosa or-
dinaria y vulgar . El otro lugar que traen de esta
tragedia dice así :

Nudum tri clavi yacentem ligno natus.

Con estas palabras de Josef prueban que fuéron


tres los clavos , no habiendo otro lugar en la anti-
güedad de donde se pueda probar. Y á mi parecer
no se ha entendido bien . Porque para llamar á la
cruz , leño de tres clavos , así era menester que todas
tuvieran tres clavos , cosa que en ninguna manera
fué. Pues si esta particular tuvo tres no más ¿cómo
se puede decir en general leño de tres clavos para
dar á entender la cruz? Si dijera el cuerpo tri clavi,
fuera el lugar más manifiesto porque no tuvo más
en su opinion . Y la cruz, en cuanto cruz tenia
muchos clavos , y era imposible que escritor tan
docto la llamase tri clavi por haber tenido los clavos
con que clavaron á Cristo Nuestro Señor . A mi pa-
recer el lugar no se entiende , que San Gregorio le
llamó leño con nombre general; y para declarar
cuál fuese dijo , el de muchos clavos . Dando á en-
tender los pedazos de que se componia el leño que
era cruz. Porque tenia el palo que estaba de pié de-
recho, y el atravesado y en la cabeza que se levan-
taba sobre éste el título , y en medio el supedáneo ,
en que ponia y tenia los piés clavados el crucifi-
cado . Que lo dice Josefo Escaligero en las notas á
la Cronología de Eusebio, del palo en que estaba
328 ADICIONES Á

como á caballo el ajusticiado , es engaño manifiesto ;


y no entender el lugar de Justino , ni el de Julio
Firmico, como lo advierte bien Pedro Lanselio . Digo
pues que la cruz tiene todos estos pedazos clavados
y que por eso le llamó San Gregorio el leño de
muchos clavos , esto es , clavado por muchas partes :
y así interpretó la palabra griega Triselo por autoridad
de Hesiquio que dice Tris epitu pollacis , que es lo
mismo que muchas veces Y más abajo pone estos
ejemplos: Tris audemon, tris macaristos , tris olbios.
que son lo mismo que muy dichoso , muy aventurado ,
muy rico. De manera que así se ha de interpretar el
lugar de Nacianceno , diciendo que le llamó docta-
mente leño de muchos clavos á la cruz , por las
partes de que constaba, que todas tenian necesidad
de clavos para fijarse seguramente . Con esto se ave-
rigua que los que siguen la otra opinion , no tienen
fundamento ni en escritor antiguo ni en otra cosa

alguna . Y bien debiera bastar el ejemplo de San


Francisco, pues Cristo Nuestro Señor le estampó las
señales suyas y se veian en sus manos y piés cuatro
clavos formados de manera que la carne habia cre-
cido y abultado cabezas á los clavos y puntas : bien
debiera persuadir este testimonio cuando no bastara
el de tan ilustres y antiguos escritores . Mas porque
no parezca que esto no tiene autoridad quiero referir
lo que dice Lúcas Tudense contra Albigenses ,
libro II cap . 11 : habla de San Francisco para probar
que fuéron cuatro los clavos dice así : Etenim vero ut
in eius sacra reperitur legenda et multorum religiosorum
clericorum laicorum et secularium qui manibus contrec-
tare meruerunt, vel corpore esoculis ante quia quennium
. PINTURAS SAGRADAS. 329

aspexerunt pium perhibet testimonium in manibus et pe-


dibus beati Franciscii quatuor apparuerunt signa clavo-
rum in Christi milite demostrantes perfectam de lucta-
mine victoriam, et suis regis Jesu Christi sequelam exis-
tere: signo quatuor clavorum dominicæ passionis . Y
más abajo : Manus et pedes eius in ipso medio clavis
confixa videbantur clavorum capitibus in interiori parte
manum, et superiori pedum apparentibus , et eorum
acuminibus existentibus ex adverso . Erant signa illa
rotunda interius in manibus exterius ave oblonga ca-
runcula quædam apparebat quasi summitas clavorum
retorta, et repercusa quæ carnem reliquam excede at
Six , et in pedibus impresa erant signa clavorum , et
á carne reliqua elevata . Así dice esto Lúcas Tudense
que tambien le parece que es tradicion de los padres
antiguos el uso de los cuatro clavos en las imáge-
nes: y no sólo dice que es tradicion , pero que las de
tres clavos las introdujeron los herejes Albigenses
por burla; como tambien imágenes de Nuestra Se-
ñora con un ojo , mintiendo licenciosamente esto ,
por introducir en los ánimos sencillos que Cristo
Nuestro Señor se humilló tanto, que por la salud
del humano linaje escogió para madre la más fea
mujer. Fingian milagros para acreditar sus pinturas ,
y muchos aun de los sacerdotes engañados por la
piedad las hacian copiar . Entonces dice tambien que
pintaron la cruz con tres brazos y en ella la imágen
de Cristo Nuestro Señor con un pié sobre otro, y
clavada con tres clavos . Y que argüian á los minis-
tros de Dios despues de haber recibido contra el uso
antiguo estas pinturas , ya por los milagros acredi-
tadas , descubriéndoles los engaños que habian
330 ADICIONES Á

hecho , y diciéndoles que, si era verdad lo que cre-

yeran de la cruz hasta entonces , no lo era lo que


adoraban ya, y que si era verdad no fué cierto lo
que antes enseñaban . El lugar de Lúcas Tudense es
del libro II, cap . 9 , que pondré enteramente aun-
que largo .
In derisum etiam , et opprobium crucis Christi ima-
ginem crucifixi unum pedem super alium uno clavo
figentes, aut evacuare aut in dubium ducere fidem santis-
sime crucis , et santorum Patrum tradiciones novitatum
diversitate super inducta contendut quod clarius demos-
trabimus. si quod actum est in confinio galliarum in
castro quod monculis dicitur ut relato partese et in
mediam proferamus, cum Manicheorum hærexis in ga-
lliarum partibus nostres temporibus pullularet, et erro-
ris virus serperet per diversa quidam hæreticorum cre-
dentes erronei diabolico stimulati consilio Santísimæ Dei
genitricis sumpserunt imagines monoculas ac diformen
hoc reddentes quasi rationi in perditionem animarum
corum procaciter mentientes, videlicet quod dominus
noster Jesus Cristus in tantum se humiliaverit pro
salute generis humana, turpisimam feminam præelege-
rit. Hæc malicia cecati cogitaverunt , et erraverunt ut
facilius simplices possent decipere , et illorum men-
tes, et studia á devotione gloriosisima Dominæ nostræ
perpetuæ Mariæ Virginis revocare egerunt, etiam ut se
similantes agritudinibus variis laborare coram prædicta
imagine miraculorum operatione viderentur curari. Di-
vulgabatur fama ac si vera essent miracula per civita-
tes , et castella , et multi etiam presbiteròrum pietate
seducti, imagines consimiles facientes in suis eclesiis co-
locabant, quod videntes hæreticis factum quod diu ocul-
PINTURAS SAGRADAS. 331

laverant denudantes ceperunt deridere populorum turmas


quæ devotionis gratia ad predictam imaginem consue-
bant . Fecerunt tunc temporis supradicti hæretici crucem
cum tribus brachis tantum, in qua erat imago uno pede
super allium tribus clavis eidem cruci affixa que bra-
chio eminenciori carebat, quam venientes populi loco
crucis Cristi devotisimæ adorabant . Veritatis autem
adversarirete quod oculte tetenderant detegentes male
a
simplicium animas capiebant , et etiam Dei ministros
argüebant dicentes : si vera sunt quæ de cruce hactenus
credidistis, non est verum quod nunc adoratis, et si verum
est quod nunc creditis, falsa sunt quæ prius docebatis .
Todo este lugar he querido poner entero por la
novedad que tiene , y porque enseña que las imágenes
de Cristo crucificado con tres clavos fuéron error y
malicia de los herejes Albigenses . Y no parece que
se confirma levemente lo que dice de ser tradicion
la pintura de las otras imágenes , con lo que se pue-
de hoy rastrear de la antigüedad, pues ninguna
imágen vemos de las muy antiguas que no tenga
cuatro clavos . Como se ve en la medalla que trae
Lepsio y Gredsero del Emperador Enrico , y como
está el Cristo que se ve hoy en Salamanca llamado
de las Batallas que fué del Cid , y trajo de Valencia
D. Gerónimo Visquio entonces obispo de allí , y des-
pues de Salamanca , nombrado por D. Ramon , y
D. Urraca, padre del Rey D. Alonso el VII . Que
tiene más de quinientos años de antigüedad . Y hoy
en los templos de Grecia se ve con cuatro clavos . En
Tréveris se guarda un clavo que en las memorias
antiguas dicen ser del pié derecho . Y en la iglesia
Mayor de este lugar hay dos imágenes con cuatro
332 ADICIONES Á

clavos y en la iglesia de Santa María tres , en la de


San Simon dos , en la de San Paulino una y en otra
iglesia de la Santísima Vírgen , una en Verdun , en la
iglesia Mayor que es antiquísima está una y otra en
San Pablo , en Confluencia en varios templos hay
tres , en Colonia muchos , en la iglesia Mayor tres, en
San Severino tres, en San Cuniberto otras tantas ,
en San Gereon una, en los doce Apóstoles dos, y las
hay tambien en San Pantaleon, en Santa Ursula ,
en Santa María de Capitolio, en el cementerio de
San Jorge, en las Indulgencias , en las Clarisas , en
San Mauricio , en un Hospital , y en otras muchas
partes deste lugar, con que se confirma bien lo que
dice Lúcas Tudense . Francisco Pacheco , insigne
pintor, diligentísimo sobre cuantos ha habido en la
parte del decoro de la pintura , y persona á quien
los estudiosos y sus vigilias están en muchas obli-
gaciones, ha sido el primero que en estos dias en
España ha vuelto á restituir el uso antiguo , con
algunas imágenes de Cristo que ha pintado de cuatro
clavos , ajustándose en todo á lo que dicen los escri-
tores antiguos ; porque pinta la cruz , con cuatro ex-
tremos , y con el supedáneo en que están clavados
los piés juntos vése plantada la figura sobre él , como
si estuviera en pié ; el rostro con majestad y decoro ,
sin torcimiento feo ó descompuesto , así como conve-
nia á la soberana grandeza de Cristo Nuestro Señor .
Lo plantado de la figura y supedáneo y modo con
que estaba, dice Gregorio Turonense en el libro I de
gloria martyrum cap . 6. Sed in stipide erecto foramem
factum manifestum est pes quoque parvule tabulæ in
hoc foramen insertus est super hanc vero tabulam tan-
PINTURAS SAGRADAS . 333

quam stantes hominis sacre afisa sunt plantæ. Qué fué


de los sagrados clavos despues de Constantino no
es de mi instituto tratar ; á quien deseare saberlo
podrá ver á Lúcas Tudense y á Gregorio Turonense ,
en los lugares citados ; ni menos satisfacer á los he-
rejes que se burlan de ellos , por ser mayor el número
que se halla, como si la piedad desmereciera, ó el
amor por el respeto que hace y estimacion á las co-
sas no sólo originales, pero que se tocaron á ellas .
En los afectos nada se debe condenar, porque quien
ama , aún en las sombras halla veneracion ; y esto
¿por qué será injuria de lo amado ni risa de los otros ,
sino admiracion ? Lo cierto es que para injuriar no es
menester más que malignidad y desvergüenza , que
la verdad y la razon son de poca importancia , por
más que sean conocidas .
Yo quisiera ¡ oh sacros Santos clavos ! que os calen-
tastes y tenistes en la sangre de Cristo , que obraseis
en mí nuevos afectos , nueva vida, para seguir con
verdadera imitacion al Señor, cuyas manos y piés

penetrasteis por mi remedio .


FRANCISCO DE RIOJA.

Ultimo dia de Páscua de Espíritu Santo , del año ciɔ icɔ xix .

RESPUESTA DE FRANCISCO PACHECO Á FRANCISCO DE RIOJA .

Hállome tan favorecido con el discurso en com-

probacion de los cuatro clavos de Cristo Nuestro


Señor que V. M. me dedica , que por no parecer in-
grato manifestaré á V. M. lo que cerca de esto tengo
observado en lo poco que he visto , que ha sido bas-
331 ADICIONES Á

tante causa para inclinarme á seguir esta opinion


en la pintura , renovando la venerable antigüedad
de esta sagrada imágen , que tan doctamente defien-
de V. M.

Las razones , gravedad de autores y antiguo uso


de esta pintura son las cosas con que se puede justa-
mente acreditar, en que V. M. tan altamente ha dis-
currido . Y así digo comenzando por las que á mí
me ofrecen, que no hay duda , sino que tiene suma
dificultad (no dando lugar á milagro) clavar un pié
sobre otro, junto con el madero de la cruz , sin que
al romper el clavo con la violencia de los golpes ,

se quiebren los huesos de los pies (siendo de fé lo


contrario), y es cosa que á doctísimos hombres de
nuestro tiempo les hace no pequeña repugnancia .
Tambien en las Memorias de todos los escritores

antiguos y modernos (aunque sean de la opinion de


los tres) no se halla este clavo más largo , ó desigual
á los demás , que forzosamente lo habia de ser, para
pasar los dos piés juntos y el madero de la cruz, y
poderse doblar la punta . Antes vemos que se halla
el del pié derecho , en la ciudad de Tréveris , como
V. M. dice y todos los doctos afirman , que aseguran

que fuéron uno en cada pié ,


Otra razon es la costumbre de los romanos , y ser
entre ellos lo más comun crucificar con cuatro cla-

vos, como muestra bien el lugar de Plauto ; y ser


esta obra, cosa que estuvo á su cargo como gentiles
y ejecutores de semejantes actos y tan celosos de
guardar sus leyes .
Pero á mi ver no es menos fuerte la de los cuatro

clavos impresos por Cristo Nuestro Señor en las


PINTURAS SAGRADAS . 335

manos y piés del bienaventurado San Francisco , que


notó Lúcas obispo Tudense , como escritor de aquel
tiempo , en el excelente y nuevo lugar que V. M.
halló , pues siendo vivo retrato de Cristo , y mostrando
en cada pié su clavo , favorece admirablemente esta
verdad. Que no se le escapó al P. Juan de Pineda
de la Compañía de Jesus , que con su conocida erudi-
cion la tocó en el sermon de las llagas de San Fran-
cisco por estas palabras :
« Háceme reparar ver aquí cuatro clavos , y se debe
notar y apuntar con las demás conjeturas de otros
no menos graves antiguos y santos que afirman
haber sido cuatro los clavos y que cada pié del Sal-
vador estuvo por sí enclavado . » Y declarando ade- Historia
lante la forma que tenian , trae un lugar de San de S. Francisco.
Buenaventura , cap . 13, muy parecido al de Lúcas
Tudense , que pudo ser haberlo visto el Santo Doctor,
como quien escribió más de cincuenta años despues ;
pero no parece que oido el otro de los Albigenses ,
pues siguió la opinion de los tres clavos , hallando
cuatro á su padre San Francisco . Póngolo aquí , por
que se confieran ambos :

Acumina oblonga, retorta et quasi, repercussa , quæ


de ipsa carne sargentia carnem reliquam excedebant .
Otras razones puede haber que prueben bastante-
mente esta opinion , pero por no alargar mi discurso
pasaré á los autores .
En los cuales es de advertir que los más antiguos
como Rufino , Zonaras , Nicéforo , San Ambrosio , y
particularmente Nono Panopolitano y San Gregorio
Nacianceno, de quien algunos doctos modernos se
valen en favor de los tres clavos , los halle V. M. de
336 ADICIONES A

su parte y en favor de los cuatro . Dos razones se me


ofrecen con que me persuado ser esto así.
La primera ser autores griegos, en cuya lengua
(como es notorio) tiene V. M. tanta destreza que sin
recurrir á interpretes , podrá alcanzar la fuerza y
propiedad de sus sentencias, que es gran ventaja .
La segunda porque me parece imposible que autores
tan doctos y antiguos , no hablasen en favor de la
imágen más antigua en la Iglesia de Cristo crucifi-
cado con cuatro clavos (como verémos adelante) , por
que los escritores es cierta cosa celebrar lo que tuvo
veneracion y crédito en su tiempo.
Ahora pues, quien se persuada que fuéron tres los
clavos y quiera seguir esta opinion no me culpe , pa-
reciéndole que me muevo livianamente , y considere

la antigüedad y gravedad de tantos autores y Santos


y la muchedumbre de doctos modernos que los si-
guen , de que es forzoso hacer aquí demostracion
trayendo á la memoria los que V. M. pone prime-
ro . San Cipriano, y San Justino , ilustrísimos márti-
res, los dos Gregorios Nacianceno y Turonense , y el
bienaventurado San Ambrosio , Nono Napolitano , el
Santo Pontífice Inocencio III, las revelaciones de
Santa Brigida , y de historiadores eclesiásticos Teo-
doreto , Nicéforo , Sozomeno , y Zonaras , junto con
Alejandro Monaco , Rufino, Giorgio , Hamartolo , y
Lúcas Tudense .

A que añado el número de los que yo hallo cita-


dos en el libro de Cruz , del maestro Fray Pedro de
Medina, en el sermon de las llagas del P. Juan de
Pineda, y en el tratado de Particula Crucis, de Fray
Angulo Roca , obispo tagastense , impreso en Roma
PINTURAS SAGRADAS. 337

año de 1609 , y dedicado á la Santidad de Paulo El reverendísimo


Sr. Obispo Tagas-
quinto, y son estos . tense fué confesor
Juan Lanspergio , Fray Bartolomé de Medina sobre de Clemente VIII y
Paulo V, y sacristan
la tercera parte de Santo Tomás , los doctos carde- de ambos y doctisi-
mo varon de los Er-
nales Baronio y Toledo , Guillermo Durando , Jacobo mitafios de S. Agus-
Getfero, Lindano , el Abulense , Barradas , Salmeron , tin.
Costeto , Gallonio , Jansenio , Gabriel Biel , Juan Ta-
lentonio , Gonzalo Durando , Juan Molano , Fray
Gaspar de Torres obispo de Medauro , Alonso Palcoto
arzobispo de Bolonia . Y de los antiguos historiado-
res á Tritenio . Y rematemos con dos que valen por
muchos, uno el antiguo y Santo Ireneo (que en este
sentimiento lo citan Molano y Belarmino ) , otro el
gran padre San Agustin . El primero escribiendo
contra el impio Valentiniano , libro 2 , cap . 42 , viene
á decir la misma hechura de la cruz , tiene cinco
cabos ó extremos, dos en la longitud , dos en la lati-
tud y uno en medio , donde descansa el que está
fijado con clavos . Y San Agustin más claramente en
el libro de sus Meditaciones en el capítulo 6 hace
mencion de los dos clavos de los piés con estas pa-
labras :

Inmaculato vestigia Cristi diris confixa clavis .

Finalmente , todos los doctos modernos , en lle-


gando á este punto quieren favorecer la certeza de
esta pintura , como lo muestra el insigne cardenal
Roberto Belarmino en el prólogo del tratado de las
Siete Palabras , que salió en Roma año de 1618, por
estas que yo refiero aquí .
De structura igitur crucis comunio veterum, sententia
est, quod ex tribus lignis constiterit; uno oblongo, in quo
TOMO II. 22
338 ADICIONES Á

corpus crucifixi extendebatur ; altero transverso, in quo


manus fingebantur; tertio affixo ad partem inferiorem in
Indal. cum Triphon . quo pedes crucifixi quiescebant sed clavis confixi, ne di-
Lib.Valenti
res . ha- moveri possent, ita tradunt patres antiquisimi Sanctus
5 , ad nvers
Justinus et Sanctus Ireneus . Qui auctores satis aperte
indicant utrumque pedem supra scabellum stetisse, non
unum pedem super alterum . Ex quo sequitur clavos
Christi quator fuisse : non tres tantum, ut multi exis-
timant; qui ea de causa pingunt Christum Dominum ita
cruci affixun, ut unum pedem super alterum habeat . Sed
apertissime contra sentir Gregorius Turonicus et confir-
matur eius sententia ab antiquis pictoris . Vidi ego ipsi
Parisiis in Biblioteca Regia antiquisimos Evangeliorum
libros manuscriptos, in quibus pictus erat frecuenter
Christus crucifixus et semper cum quatuor clavis.
Este lugar (tomando de V. M. licencia) repetiré en
nuestra lengua, para algunos de los que han de ver
este papel . «Tratando de la hechura de la cruz , la
comun sentencia de los antiguos es que fué hecha
de tres maderos , uno largo en el cual se extendia el
cuerpo del crucificado , otro atravesado en que se
clavaban las manos, y el tercero fijo y clavado en la
parte inferior, donde descansaban los piés, pero cla-
vados con clavos porque no se pudiesen apartar ni
mover. Así es tradicion de los PP . antiquísinos San
Justino y San Ireneo , los cuales clara y abierta-
mente dan á entender que el uno y el otro pié estu-
vieron sobre el escabelo ó supedáneo , que es el ma-
dero inferior y no el un pié sobre el otro . De que se
sigue que los clavos de Cristo fuéron cuatro y no tres
tan solamente , como muchos piensan , y por esta
causa pintan á Cristo Nuestro Señor así crucificado ,
PINTURAS SAGRADAS. 339

teniendo el un pié clavado sobre el otro ; pero clarí-


simamente siente lo contrario Gregorio Turonense ,
y se confirma su sentencia de las pinturas antiguas .
Vide yo en Paris en la Biblioteca Real antiquísimos
libros de los Evangelios manuscritos , en los cuales
frecuentemente estaba pintado Cristo crucificado, y
siempre con cuatro clavos . » Hasta aquí este autor .
- Habiendo hablado asaz de la autoridad, con casi
cuarenta autores antiguos y modernos, resta poner
delante las imágenes de Cristo de escultura y
pintura que existen hoy con cuatro clavos , y la
veneracion que tienen en la tradicion y uso de la
Iglesia desde sus primeros principios . Porque á los
indoctos artífices no les parezca novedad y rehuyan
de poner esta imágen en ejecucion . Y acrecentando
el número de las que V. M. con tanta diligencia
describe en su papel que se deben recibir en cuenta ,
con las que acaba de referir el cardenal Belarmino .
Fray Pedro de Medina en el libro I de la Cruz cap . 45
dice así :
(( Hoy parecen en el principio del Sacro cánon de

algunos misales romanos , impresos en Búrgos año


de 1578 , algunas imágenes antiguas de Cristo cruci-
ficado con cuatro clavos . » Y en el cap . 48 Lindano en
su Panoplia prueba esta opinion , con muchas imá-
genes antiquísimas de la ciudad de Lovaina y Paris ,
y de toda la Alemania , y con muchas tablas antiguas
labradas en Grecia , que dice que tenia en su Museo ,
y en el mismo capítulo , el maestro Fray Juan Gu-
tierrez que fué provincial de Nuestra Señora del
Cármen, en la historia de Santa Elena dice : que vió
en algunos lugares muchos crucifijos de laton anti-
340 ADICIONES A

quísimos , crucificados con cuatro clavos, dos en las


manos y dos en los piés, y con una corona real en
la cabeza, en lugar de la de espinas .
Dice tambien que hay dos ( aunque no señala el
del Cid) en Salamanca , con cuatro clavos y el zo-
quete , uno en el monasterio de San Vicente , y otro
en la Iglesia parroquial de Santiago . Hállanse otros
dos así de mucha antigüedad, con gran veneracion ,
en San Lorenzo el Real ; uno de relieve en marfil y
otro de pincel , que se tiene por San Lúcas, enviado
de Roma al Rey Felipe II . Y otro nuevamente colo-
cado en el convento de Atocha de Madrid, copiado
del de Nicodemus, del que tratarémos adelante.
Media legua de la ciudad de Alcaraz, en el arzo-
bispado de Toledo , en una ermita de San Salvador
en que asisten frailes agustinos , está una imágen
muy antigua de piedra del tamaño del natural , de
Cristo crucificado con cuatro clavos y los piés sobre
el supedáneo : es obra de griegos , y tiene sobre la de
espinas otra corona de rey.
Otro crucifijo antiquísimo , como este puntual-
mente (aunque con sola la corona real) se ve hoy en
Arenillas , término de la villa de Cisneros, junto al
Solar de la Mota que es de D. Pedro de Reinoso
Sr. de Autillo ,

Hay otro crucifijo antiguo, mayor que el natural ,


como el que hizo Nicodemus, en Portugal , en una
villa que se llama Matusiños , como dos leguas de la
ciudad de Oporto, en la iglesia mayor . Está sin ropa
y con corona de espinas , y los piés de por sí cla-
vados en la misma cruz con dos clavos .
Alberto Durero diligentísimo, docto y santo artí-
PINTURAS SAGRADAS . 341

fice , habrá casi cien años que dibujó un crucifijo,


que yo hallé en un libro de cosas de su mano, que
fué de nuestro católico Rey Felipo II, con cuatro
clavos y el supedáneo , bien así como yo lo ejecuto.
Cuya autoridad en pinturas sagradas es de grande
veneracion , y poderosa á que se siga su imitacion .
Micael Angel , clarísima luz de la pintura y escul-
tura hizo para modelo un crucifijo de una tercia con
cuatro clavos, que gozamos hoy . El cual trajo á esta
ciudad vaciado de bronce Juan Bautista Franconio ,

valiente platero , el año de 1597. Y despues de haber


enriquecido con él á todos los pintores y escultores,
dió el original á Pablo de Céspedes , racionero de la
Santa iglesia de Córdoba que con mucha estimacion
lo traia al cuello .
Siguió felizmente la postura de sus piés (conforme
á las revelaciones de Santa Brígida) en cada uno su
clavo, nuestro contemporáneo Juan Martinez Mon-
tañés , en el famoso Cristo que dió á la Cartuja Don
Mateo Vazquez , Arcediano de Carmona . Y me afirma
que su maestro Pablo de Rojas hizo en Granada,
habrá más de cuarenta años , uno de marfil con cuatro
clavos, para el conde de Monteagudo. Pintó otro
así, en Antequera Antonio Mohedano (á quien se
debe honrosa memoria) para el doctor Alvaro Pica-
ño de Palacios , que me certificó él mismo que tenia
esta opinion, por ser de todos los Santos Griegos .
Del que está en Venecia , y en una ermita de
Nuestra Señora junto á Dueñas , testifica de vista el
Maestro Illescas, en la primera parte y primer libro
de la historia Pontifical.
Juan Scuerio de Vera en el Viaje de la Tierra Santa
342 ADICIONES A

en el cap. 2 tratando de la santa casa de Loreto ,


escribe que el sagrado aposento tiene una ventana
y en ella un crucifijo que pintó San Lucas , los piés
clavados cada uno por sí . Que viene admirablemente.
á conformar con otro suyo de relievo , de que ha-
blarémos adelante .

D. Fernando Enriquez de Ribera, tercer duque de


Alcalá, favoreciendo doctamente esta pintura , dice
en un papel que escribió el año 1622 , acrecentando
á este número otras tres imágenes de mncha anti-
güedad: « En la abadía de Bañolas, en el principado
de Cataluña , está una imágen de Cristo de madera,
con cuatro clavos, poco menor que el natural . Y sin
duda tan antigua como su casa , que es fundacion
del emperador Carlo Magno . En San Pedro de Ar-
lanza Monasterio de Benitos en Castilla la Vieja, á
donde está sepultado el conde Fernan Gonzalez ,
guardan una cruz grande , que el mismo conde traia
en las batallas , de madera cubierta de plata , con un
Christo del mismo metal, con cuatro clavos . Y el
conde, segun parece por un privilegio que dió á la
casa en cuyos archivos le leí, vivia en la era de
novecientos que há 862 años »
«Tengo en mi poder una tabla de marfil de cinco
dedos de alto , y tres de ancho , en la una parte tiene
rebajada una cruz ancha, y dentro de ella de medio
relieve una imágen de Christo con cuatro clavos .
En la otra parte están esculpidas en la forma que
aquí se ponen estas letras:

Hæc sunt reliquiæ


Sci. Romani Sci.
Tome martirum qui
PINTURAS SAGRADAS . 343

apud gerundam
clavibus transfixi
Martirium passi
sunt,

« Algunos de los católicos que en la pérdida de


España salian de ella , porque las reliquias de los
Santos no viniesen á poder de los infieles, las escon-
dian con títulos , que cuando Nuestro Señor fuese
servido que pareciesen dijesen cuyas eran : pusieron
esta inscripcion á las espaldas de la imágen . Hallóla
un labrador junto á la ciudad de Gerona ( que es la
Girunda antigua de quien la tabla hace mencion) , y
dióla á los padres de la Compañía, y ellos á mí, lle-
gando á visitar la casa que allí tienen . Téngola en
grandísima veneracion y por una de las mayores
antiguallas que en este género se podrian hallar. »
Hasta aquí el Duque .
Fray Angelo Roca en el libro citado, de Particula
crucis, dice que en el archivo de la Basílica de San
Pedro , se guardan dos cuadernos escritos de manos ,
muy antiguos, en los cuales se ve una imágen pin-
tada de nuestro Señor Jesucristo clavado en la cruz
con cuatro clavos . Y que en Alejandría se halló
antiguamente otra de plata , crucificado así en una
cruz de madera , y detrás se leian unas palabras ta-
lladas , que hacian memoria de los 13 dias del mes
de Febrero y del reverendo P. Martiniano . Esta imá-
gen fué presentada al cardenal Comense de la Santa
Iglesia de Roma, donde se guarda hoy . Y más ade-
lante dice :
" Demás de esto , me acuerdo haber visto el mismo
modo de crucificar no sólo en infinitas partes de
344 ADICIONES Å

Roma, sino en muchas de Italia , visitando la reli-


gion de San Agustin con el P. Maestro Espíritu Vi-
centino General de la misma órden . Y desta manera

dice que está aquella antiquísima imágen que se


muestra en Baviera , en el Monasterio Chiemense. »
Y prosigue :
«Tambien se halla en Roma una imágen de Cristo
pintado con cuatro clavos en el Gradual antiquísimo
de San Gregorio, escrito en pergamino , adornado
de cosas de música, por do parece haber sido de
esta opinion , cuyo traslado está en la librería angé-
lica en Roma, y es del año de 1029 ; pero el original
que dijimos, adornó y compuso San Gregorio Mag-
no , que reformó la música de la Iglesia en diversas
partes, principalmente en Francia é instituyó capi-
lla de música en la Basílica de San Pedro y de San
Juan de Letran, como dejó escrito en su vida Juan
Diácono. Y consta con evidencia haber sido este
gradual de San Gregorio por un título escrito en el
principio de él , de este tenor . Gregorius Papa et
composuit hunc libellum musicæ artis scholæ cantorum,
anni circuli. Así que la crucificacion del Señor se ve
claramente que en tiempos de San Gregorio , que fué
por los años 590 , se pintaba con cuatro clavos .
A este modo se representa tambien en la bóveda
de la iglesia de San Clemente , adornada de obra
antigua á lo mosaico y de la misma suerte en las
cisternas de San Nicolás .
Y tambien se ve con cuatro clavos , en el entierro
del papa Julio I que está en la heredad de los er-
mitaños de la órden de San Agustin .
De la propia manera está en un templo antiquí-
PINTURAS SAGRADAS . 345

simo de Santa Constancia , hija del Emperador Cons-


tantino Magno , junto á Santa Inés , y en muchos
lugares .
Además de las que he referido , este autor, al prin-
cipio del mismo libro , pone cortadas de estampa de
-madera cuatro imágenes de Cristo , de mucha anti-
güedad, que podrá ver en mi poder quien quisiere ,
las cuales hacen fe de manera que ellas solas son
bastantes : porque para prueba de este intento no se
puede traer cosa de más autoridad. Diré algunas de
sus razones , que hacen más á nuestro propósito ,
comenzando por la imágen menos antigua .
Carlo Magno emperador augusto , á quien coronó
Leon III en Roma en el año del Señor de 815 , ofre-
ció á la Basílica de San Pedro entre otras cosas un
crucifijo de plata clavado con cuatro clavos , los
piés sobre el supedáneo , cuya altura es de siete pal-
mos , y la cruz tiene de brazos once y de alto trece;
tiene el Cristo á la mano diestra un cetro y en la si-
niestra un globo que es entendido por el mundo . A
los dos lados á Nuestra Señora y á San Juan Evan-
gelista, y en lo inferior á San Pedro y San Pablo .
Esta imágen no fué conocida de los soldados cuando
Roma fué saqueada en tiempo de Clemente VII
y por estar tan denegrida. Mas despues por la gran
falta de cosas de la Iglesia se deshizo en tiempo de
Julio III , año del Señor 1551 , cuyas rentas y oben-
ciones eran en aquel tiempo pobres y se aprovechó la
plata en cálices , en una cruz, en dos candeleros
grandes y seis pequeños , y en dos imágenes de San
Pedro y San Pablo . Y en lugar del crucifijo de plata
se hizo una copia de estuco , del mesmo tomaño
346 ADICIONES Á

muy semejante al primero : que se clavó con cuatro


clavos á la mesma cruz del original . Y está hasta
hoy guardada en el Sagrario de la misma Basílica ,
llamada antiguamente el templo redondo de San
Andrés, y despues de Santa María de las Fiebres .
Parte de lo dicho es sacado de Onufrio Panvinio ,
en el libro 7 de Præstancia, y de las cosas antiguas
de la Basílica de San Pedro en el cap . 3 y parte del
libro de gasto que comunmente llaman libro de
obras y mandatos , de suerte que esta imágen es del
año 815 .

Asimismo junto á lo que quedó de la antigua


Basílica de San Pedro á las espaldas del Sagrario ó
altar que llamaban del Santo Sudario en la parte más
interior, habia un hermoso oratorio de insigne obra
á lo mosáico , edificado en honra de la inmaculada
siempre Vírgen Madre de Dios, por Juan VII en el
año del Señor de 706 , como lo da á entender un

rótulo que estaba en la misma obra con estas pala-


bras : Ionnes indignus Episcopus fecit, santo Deigeni-
trix servus .
Que esta obra se hiciese por órden de este Ponti-
fice testifican Anastasio , Platina y Panvinio . En este
oratorio entre otras muchas imágenes que hoy se
guardan en la librería Angélica, está una de Nues-
tro Señor Jesucristo , clavada en la cruz con cuatro
clavos. Y desde el cuello hasta el empeine del pié
vestido con una cierta túnica de color castaño , los
piés y brazos desnudos , sin corona , pero la cabeza
adornada con su diadema y una cruz en medio del
círculo . Buena antigüedad es la del año 706. La
otra imágen más antigua , de Cristo Señor y Salva-`
PINTURAS SAGRADAS. 347

dor nuestro, dicen que la hizo el evangelista San


Lúcas esculpida en cedro y clavada en la cruz con
cuatro clavos . Guárdase en Sirol , lugar juntó á An-
cona (donde estaba una ciudad marítima llamada
Numana, que antiguamente fué destruida de los
godos), y unas veces se ve desnuda y otras vestida .
Y cuéntase por tradicion que es milagrosa esta dife-
rencia . Escriben tambien que despues que los godos
derribaron por los cimientos esta ciudad , estuvo en-
terrada esta imágen más de 300 años , y cavando
una vez la hallaron por voluntad divina y la pusie-
ron en Sirol , donde se ve hoy dia con suma venera-
cion de todas las provincias.
Presenta á Cristo vivo antes que la lanza abriese
su costado ; tiene la barba y cabello muy semejantes
á la imágen que está en Lúca (de que hablarémos
luego) ; tiene en la cabeza una corona real en vez de
la de espinas, y en lo alto de la cruz su título .
Y siendo (conforme á la más cierta opinion) San Baron . , tom . 1 ,
pág . 254 .
Lúcas discípulo del apóstol San Pablo , que lo fué
de Cristo á los treinta y seis años de su nacimiento , y
el segundo despues de su gloriosa ascension , bien
se ve la reverencia y crédito que se debe á esta imá-
gen por la grandeza de su antigüedad y santidad de
su artífice , que no pudo ignorar el modo con que
crucificaron á Cristo Nuestro Señor ; y si no lo es-
cribió en su Evangelio, muéstranoslo esculpido y
pintado de su mano.
Pero la imágen , que sólo bastaba sin otra prueba
á calificar nuestro intento, por ser la más antigua
y primera y labrada y hecha de escultura de cedro
por las manos de uno de los principales hombres
348 ADICIONES Á

de Judea y discípulo oculto de Cristo, que fué Nicode-


mus (que vido y consideró muy bien los cuatro clavos,
como quien desclavó y descendió á Nuestro Redentor
de la cruz) se guarda en Lúca, ciudad de Etruria. La
cual tiene los piés de por sí clavados con dos clavos ,
y calzadas y de color de avellana , cabello y barba,
no larga, mas suavemente partida, como se ve en la
carta á Tiberio César firmada de Léntulo , y confor-
me á lo que dejó escrito Nicéforo en el libro I de su
historia eclesiástica . Tiene una túnica negra de al-
godon, y la orla y ángulo bordado de oro de aguja
á uso de Asia ; tiene una corona de emperador , y en
el título dos letras del abc griego que son de esta ma-
nera alpha y homega , por las cuales se da á
entender que Dios es el principio y el fin . Los za-
patos son de plata dorados , y en ellos señalada la
cruz . Cuentan que la misma imágen milagrosamen-
te arrojó el zapato derecho á un hombre que con
instancia le pedia favor , y luego pusieron un cáliz por
consagrar debajo del pié para que el zapato se sus-
tentase, porque jamás pudieron calzarlo todo, como
se ve hasta hoy, y al hombre dieron el valor de él .
Pero la vestidura y zapato dice la historia que no
añadió Nicodemus , sino que algunos devotos de la
imágen , con voluntad de Dios manifestada por un
ángel, pusieron esto al Crucifijo . Entre el pecho y
la espalda, al lado derecho , tiene un relicario con
su reja, donde se guardan preciosas reliquias que
Nicodemus puso en él .
De este Santísimo Crucifijo está un retrato en
Roma en la librería de Ángelo . Hasta aquí este
autor . Otra copia de él , como dos veces el natural,
PINTURAS SAGRADAS. 349

con su túnica morada y corona imperial , está en el


Asseo de la ciudad de Valencia, y tambien está así
el que hemos dicho del convento de Atocha .
Estas dos imágenes de Cristo con cuatro clavos
que hicieron San Lúcas y Nicodemus , tienen hoy
suma veneracion , y son visitadas de los fieles con
frecuencia y devocion grandísima . Lo uno por ser
tales los artífices , y lo otro por los muchos milagros
que en diversos tiempos ha obrado Dios por ellas .
Mas la de Nicodemus está autorizada no menos
que por San Atanasio , en el libro que escribió de la
pasion de la imágen de Cristo , que fué crucificada
en Siria, en la ciudad de Berito . Cita este libro por
de San Atanasio Pedro obispo de Nicomedia , en la
accion cuarta del segundo concilio Niceno, donde
refiere enteramente el caso . En que muchedumbre
de hebreos que habia en aquella ciudad , crucifica-
ron la imágen de Cristo , repitiendo todos los tor-
mentos de la pasion , hasta venir á darle la lanzada
de cuya herida salió sangre y agua, así como suce-
dió á Cristo Nuestro Señor.

Y dando razon en el capítulo 4. ° de cómo vino de


unos en otros á su poder, heredándola de sus padres
dice que Nicodemus el cual habia venido de noche
donde estaba Jesus , la habia hecho con sus propias
manos y que muriendo se la dejó á Gamaliel , y Ga-
maliel , maestro de San Pablo doctor de las gentes ,
viendo que se acercaba su fin, la dejó á Santiago, y
Santiago á Simeon y Simeon á Zaqueo , y así por los
sucesores de los tiempos duró en Jerusalem hasta
que llegó la destruccion de aquella ciudad á los
cuarenta y tres años despues de la subida de Cris-
350 ADICIONES Á

to Nuestro Señor á los cielos . Y más abajo dice :


Que dos años antes que Tito y Vespasiano destru-
yesen la misma ciudad, avisados por el Espíritu
Santo, los fieles y discípulos de Cristo , que la des-
amparasen y se pasasen al reino del rey Agripa , que
saliendo de ella llevaron consigo todas las cosas que
pertenecian al culto de nuestra fé y religion , y en-
tonces fué llevada esta imágen á Siria, donde duró
hasta su tiempo , y cuando sus padres pasaron de esta
vida se la entregaron y dejaron por herencia .
Pero volviendo á la imágen de los tres clavos , ó
sea invencion de quien manifiesta el lugar de Lúcas
Tudense (como tambien lo dice el P. Gabriel Vazquez
en el libro de adoratione imaginum) ó sea introduc-
cion de gente devota y pia , pareciéndoles este modo
de crucificar más cruel ó sea disposicion y arbitrio
de pintores y escultores ( como siente Gretsero )
que tomaron esa licencia por ventura , buscando
mejor gracia en sus figuras (si puede tanto su indus-
tria) que nada de esto le puede dar autigüedad y
gravedad que hemos visto en la nuestra , como
V. M. dice admirablemente en su papel , que ningu-
na imágen vemos hoy de las antiguas que no tenga
cuatro clavos de que hemos hecho evidencia , con
tan gran demostracion . Pues la de los tres clavos
vemos que se comenzó á ejecutar en el tiempo de
Lúcas Tudense y del bienaventurado San Francisco ,
que floreció por los años 1200 , teniendo la silla pon-
tifical Inocencio III, y la del imperio Oton IV (ó
como sienten otros algunos años antes) . Y esta de
cuatro clavos comenzó con la Iglesia, y la ejecuta-
ron primeramente los discípulos de Cristo, teniendo
PINTURAS SAGRADAS . 351

fresca la memoria de su sagrada pasion y presentes


tantos testigos de vista.
De manera que concluyendo nuestro discurso La hechura del clavo
es un dedo menos de
digo: que pintar la imágen de Cristo crucificado con un xeme de largo,
cuatro clavos (como habemos visto) , no es introdu- redonda la cabeza á
manera de hongo: el
cir novedades ni invenciones propias, antes es reno- hasta cuadrada de
var las imágenes antiguas , que tienen tanta auto- cuatroesquinas : con-
orme á los que se
ridad y veneracion en la Iglesia católica . Y si es raen de Roma .
lícito que lo sientan y escriban así los doctos en los
libros que sacan á luz, y lo prediquen y enseñen con
tanta aceptacion , ¿ por qué no será lícito que confor-
mándose con ellos los doctos pintores y escultores
(aunque son pocos los que merecen este nombre)
pinten y esculpan para enseñanza del pueblo lo que
parece más verdadero y autorizado? Y ¿por qué siendo
alabado en los buenos escritores no lo será tambien
en los buenos artífices? A lo menos yo aspiraré
siempre á que se me pueda decir con verdad , lo que
dijo á otro propósito el Petrarca, hablando de Ho-
mero , en el tercer capítulo del Triunfo de la Fama:

Primo pittor de lle memorie antiche.

Juzgo que he sido largo en este papel (si bien no


le debe parecer el que no dice más de lo necesario ,
aunque hable mucho ) pero no que haya cumplido
con la obligacion de lo que prometí : el exámen y la
eminencia toca á V. M. á quien Nuestro Señor dé
muchos años de vida : 18 de Mayo de 1620 .

FRANCISCO PACHECO.
352 ADICIONES Á

CAPITULO XVI .

EN QUE SE refiere el SENTIMIENTO Y APROBACIONES DE ESTAS DOS


CARTAS, POR HOMBRES DOCTOS QUE LAS CENSURARON.

Antes de poner las aprobaciones que dieron hom-


bres doctos á estas dos cartas , añadiré á esta pintura
Mola . lib . 4, dos cosas forzosas (porque no dejemos nada por ad-
cap. 7.
vertir) las cuales notó Molano en Cristo crucificado .
La una es la corona de espinas y la otra el paño
blanco con que fué cubierto.
La corona de espinas en la cabeza de Cristo cru-
cificado es antiquísima tradicion , para significar que
el verdadero rey de los judios fué coronado con es-
pinas : porque á los que pedian se mudase el título ,
Jun. 19. fué respondido : quod scripsi, scripsi . Lo que escribí
quede escrito . Y es tan probable esta pintura (que la
pudieramos defender largamente) que bastará por
ahora la oracion que empieza : Christus patiens de
San Gregorio Teólogo y la primera de Pasione domini
de San Gregorio Magno. ¡Oh Señor Jesucristo , adó-
rote pendiente en la cruz y coronada la cabeza de es-
pinas! Y Tertuliano , vecino al tiempo de los apósto-
les , atendió á esto diciendo , rodeada una corona de
espinas á su divina cabeza. Aunque San Paulino ha-
bla de otra corona florida en las epígramas que escri-
bió á las pinturas de la iglesia de Nola , explicándo-
se asimismo por estas palabras :

Duro spondentem celsa labori


Premia: tolle crucem qui vis auferre coronam .
PINTURAS SAGRADAS . 353

Esto es tu que quieres llevar corona pon al


hombro la cruz que promete levantados premios al
duro trabajo . Píntase corona real é imperial (como
se ha dicho) dando á entender que Cristo es verda-
dero Rey de los reyes , Señor de los señores , cuyo
reino no tiene fin . Pero claramente consta tener en

la cruz la de espinas (de cuya hechura hablamos


en su lugar) de las revelaciones de Santa Brigi-
da y palabras de la Vírgen Nuestra Señora vol-
viéndole á poner la corona de espinas para cruci-
ficarlo, que le habian quitado para desnudarlo ; la
cual hirio tan fuertemente su cabeza que sus ojos,

orejas y barba , quedaron bañados de nuevo en


sangre.
El paño blanco con que fué cubierto Cristo Nues-
tro Señor es muy justa cosa pintarlo , aunque muchos
escritores (como advierte Molano) digan que estuvo
desnudo como nació . Ya hemos dicho de algunas
imágenes antiguas vestidas con túnicas por especial
inspiracion , si bien las más ordinarias y más usadas
y que levantan más el espíritu á la devocion ( dice
Molano) son las que están cubiertas con su paño
blanco . Como á Santa Brigida se lo refiere la San-
tísima Vírgen : «Estando mi hijo desnudo , se llegó
uno y le dió un pequeño lienzo, con el cual con ín-
timo consuelo suyo se cubrió por medio del cuerpo .
Y no deja de ser argumento que confirma esta
verdad (dice un docto moderno) la piedad religiosa D. Lucas de Soria ,
con que de tantos años á esta parte se guarda y ve- Tra . 5 , Confe. 3.
nera en la ciudad novilísima de Aquisgram, este
sagrado lienzo, con que cubrió el Señor su desnu-
dez el cual se muestra al pueblo de siete en siete
TOMO II. 23
354 ADICIONES Á

Molan , lib. 4, años . Agradanme mucho las razones de Molano ,


cap . 4. cuando dice : la misma naturaleza tiene horror de esta
maldad . Y el mismo Cristo Nuestro Señor en cuya
voluntad estuvo el padecer, no se puede creer que
habia de permitir estar totalmente desnudo delante
de su dulcísima madre y de las otras santas muje-
res , porque en la cruz era Pontífice sumo y sacrifi-

cio grato. En este mismo capítulo confirma este pa-


recer con lo que escribe San Gregorio Turonense en
el libro de gloria Martyrum, que pasó en Narbona .
En una iglesia antigua donde están las reliquias de
San Genesio , estaba pintado un crucifijo descubierto
y sin paño , el cual apareció en vision á un sacerdote
llamado Basilio y le reprendió ásperamente y mandó
que lo cubriesen luego con un lienzo de pintura,
con que se ve hoy ceñido .
Y porque remate este punto con sello real referiré
brevemente lo que sucedió á este propósito en el
Escorial. En el altar del trascoro de San Lorenzo el

Real está un crucifijo de mármol del natural ( de


mano de Benvenuto Cellini, famoso escultor) que
el gran duque de Florencia envió á la majestad de
Felipo II . El cual vino sin paño y todo perfecta-
mente acabado . Y entrando S. M. á verlo y en su
seguimiento las dos infantas de Saboya y Flandes
con su acompañamiento , antes que llegáran , el rey
(como tan prudente y prevenido) sacó un pañizuelo
grande y cubrió las partes que se debian cubrir del
Santo Cristo, porque sus hijas no se ofendiesen de
su indecencia. Y en memoria de tan piadoso hecho
se quedó allí el lenzuelo de S. M. , aunque adorna-
ron despues el crucifijo con paño mayor. Refirieron-
PINTURAS SAGRADAS . 355

me el caso los religiosos , estándolo mirando yo y


los que iban conmigo , año de 1611 .

PRIMERA APROBACION .

Á FRANCISCO PACHECO . S.

He visto este papel en defensa de los cuatro clavos


con que Jesucristo Nuestro Señor fué crucificado que
V. M. me mostró , y si bien la materia es embarazosa
por la variedad de las pinturas, y el poco seguro de
la antigüedad de las unas y principio de las otras , y
por la poca claridad con que los escritores antiguos
hablan , los primeros que lo dejaban por negocio no-
torio y los que se siguieron porque no cuidaban de

que fuese de una ó de otra manera , y que así pudieran


hacerse muchas réplicas á las autoridades que en
defensa de los cuatro clavos se refieren (lo que no es
mi intento) digo : que V. M. se ha desembarazado bas-
tantemente de la dificultad de este punto , y que hace
muy probable su pintura las que refiere . Por la auto-
ridad de los autores tan graves que las abonan á
quien se debe dar entero crédito , y porque verdadera-
mente lo natural y forzoso parece haber de clavarse
con dos clavos los piés , y casi imposible clavarlos
con uno, á lo menos haciendo la postura que de or-
dinario se ve ; así me ha parecido su papel de V. M.
digno de que todos le vean y de que se le den
gracias y loores de lo que escribe y de lo que ejecuta
en sus pinturas . Guarde Dios á V. M. - De mi casa
á 5 de Enero de 1622.

D. MANUEL SARMIENTO DE MENDOZA .


356 ADICIONES Á

SEGUNDA APROBACION.

Mucho me he holgado de ver cuán bien funda V. M.


el parecer que sigue del modo de crucifixion de

los piés de Cristo Nuestro Señor , cada uno con su


clavo distinto en la tablilla supedánea sobrepuesta
á la cruz . Por mi curiosidad he visto los originales
de casi todos los más de los autores que V. M. cita
en su favor, cuyas notas podrá ver el curioso incré-
dulo en los comentarios que hizo el doctísimo Da-
niel Mallonio , catedrático de Sagrada Escritura en
la universidad de Bolonia , al libro que hizo el arzo-
bispo boloniense, Alfonso Paleoto de Expositione Sa-
cræ sinodis, cap . 19 ; y en el primer tomo de tres que
hizo sobre los Psal . el P. Joan Lorino . Psal . 21 circa

illa verba foderunt manus meas et pedes meos . De las


imágenes de Alcaraz y Búrgos que V. M. refiere doy
fé por vistas de ojos . Y últimamente á la autoridad
de mi glorioso P. San Agustin , que V. M. trae en
su favor añado yo otra del mismo libro : Medit. ca-
pitulo 41 circa medium . Cur ó anima mea, te presertim
non trasusffixit gladius, doloris acutisimi, cum videre
nequires violari clavis pedes et manus tuis plasmato-
ris. Es pues sin duda la opinion que V. M. sigue es-
peculativa y prácticamente piadosa y católica y
muy defensible . Así la censura el docto Mallonio en
el lugar citado , no desfavoreciendo la de los más
seguida, cuyas palabras formales son las siguientes :
Utraque sententia pia et catholica est Cristum ergo l.
tribus l. quatuor clavis poterit quis cruci affixum medi-
PINTURAS SAGRADAS . 357

tari, prout magis se affici , aut ad pietatem magis ac-


cendi pius noverit contemplator .
Aficionado servidor de V. M. que S. M. B.
EL MAESTRO FR. LUIS MORENO.

TERCERA APROBACION .

Habiendo leido el discurso que me comunicó V. M.


y el de nuestro ciudadano y amigo Francisco de
Riója, cuyas buenas letras he estimado siempre ,
digo sin miedo de errar , que pintar á Jesucristo
Nuestro Señor crucificado con cuatro clavos no es
introducir novedades , sino restituir antigüedades en
nuestra edad á su primer ser, y no pequeño bien
seria dar el uno y otro papel á la estampa . Para satis-
facer del todo á los curiosos no sólo de la Andalucía,
sino tambien á la de fuera, viendo este argumento tra-
tado con tanto peso de autoridad y razon como que
no hay en él cosa supérflua que quitar, no hay cosa
falta que poder añadir . El P. Alonso Salmeron es-
critor diligente , asaz, que V. M. cita sin decir donde,
en el tomo diez de sus obras , en el tratado 31 se in-
clina á este nuestro sentimiento con razones y auto-
ridades tantas que bastaban dar alma á esta opinion,
aun cuando se hallara destituida del presidio y de-
fensa de quien tan sobrada se halla . El P. Francisco
Xuarez, cuya autoridad en cualquier materia pesa
tanto , en el tomo 2. ° sobre la 3. ' parte de Santo
Tomás, disp . 36, sect . 3 , no halla en esta opinion
cosa que tropezar, y menos la habrá de aquí ade-
lante ejecutado ya y sacada á público por beneficio
del pincel de V. M. , á quien guarde Nuestro Señor
358 ADICIONES Á

con salud mucha en el cuerpo, y gracia en el


alma , etc .-- De esta casa profesa de la Compañía de
Jesus , Abril 20 de 1622 .
DIEGO MELEndez .

CUARTA APROBACION.

Fray Francisco Freile , corrector del colegio de San


Francisco de Paula y consultor del Santo Oficio .
Hame hecho V. M. muy gran favor en que viese
estos dos tratados en defensa de los cuatro clavos

con que crucificaron á Cristo Señor Nuestro, porque


há muchos dias que tengo por cierta esta verdad, y
ahora la veo tan grave y doctamente confirmada
con tanta variedad de Santos y antigüedad, que efi-
cazmente convence al entendimiento y con ternura.
mueve la voluntad . Y porque siempre en materias
tan graves deseo hallar fundamento en la Sagrada
Escritura, á quien soy notablemente aficionado , así
porque allí hallaron los santos los fundamentos só-
lidos de todo lo que dijeron , como porque siendo la
pasion de N. S. tan importante no hubo circunstancia
de ella que no estuviera maravillosamente figuraday
profetizada , unas veces por palabras expresas y otras
escondidas y encubiertas con los velos y sombras de
las figuras antiguas . Y siendo esta tan grave no
habia de faltar lugar con que ilustrarla, y como en
el discurso de estos dos tratados no veo algun Santo
que apoye su sentencia con algun texto santo , me
alegré notablemente cuando vide la exposicion del
doctísimo abad Ruperto , el cual explicando aquellas
primeras palabras del cap . 9 de Amos , vidi Dominum
PINTURAS SAGRADAS. 359

stantem super altare, dice otras que por ser tan graves
y explicar clara y evidentemente esta opinion es
fuerza el escribirlas todas . Magna vere visio per os-
tendit, dice, querinus ergo ubi, vel quando factum sit
tale, quid cuius insignum stans dominus super altere vi-
deri debuerit. Quærentibus autem in toto Christi evan-
gelio l. in omni evangelicæ gratiæ sacramento nihil tam
magnum, nihil tam evidens, secundum huius visionis

propietatem nobis ocurrit, quam scame : 1. habitus Do-


mini N. J. C. crucifixi, crucifixus namque et sacrifilium
pro nobis factus super altare crucis stetit, stacione difi-
cilii, stacione laboriosa sibi diligenter animadvertendum
neque unquam oculis mentis nostre debet abesse stacio-

nis illius spataculum pendebat, et stabat manibus ad


crucis coruna confixis: pedibus ligno suppedaneo per cla-
vorum fixuram coharentibus in modum stantis. Tulifer
stans ipse, hostia, crux vero altare erat . Adonde ex-
presamente habla del supedáneo que VV. MM. tan
ingeniosamente tratan , y para que no hubiere difi-
cultad en los clavos dijo : Per clavorum fixuram.
Y así le miraba el profeta en el altar de la cruz
estando en pié que aquel stans era la figura de los
que crucificaban con supedáneo , á donde estribaban
los piés . Y no sé si fué este el espíritu de mi glorioso
Padre San Francisco de Paula , el cual viendo que
San Pablo , ad Gal. 2 dice , que para estar muertos al
mundo es menester estar crucificados con Cristo en
la cruz , est Deo vivan Cristo crucifixus sum cruci .
Queriendo que todos muriéramos al mundo , ordenó
que los clavos, que son los votos fueran cuatro, por
que así se dijera que estabamos crucificados á la
semejanza de Cristo en el altar de la cruz : con que
360 ADICIONES Á

del todo me parece queda llana esta verdad , y segun


mi sentimiento digna de ser venerada por cierta, y
que V. M. con la bizarría y propiedad que suele
continúe la nueva pintura que ahora ha sacado á
luz (digo nueva porque lo mismo es resucitar lo que
ya con la antigüedad estaba olvidado , que si de
nuevo se inventara) , de los cuatro clavos de Nuestro
Señor Jesucristo crucificado : que siempre está
estampado en nuestras almas y corazones . De este
colegio 14 de Julio de 622 .
FR. FRANCISCO FREILE , CORRECTOR .

QUINTA APROBACION .

Debo á V. M. , Sr. Francisco Pacheco , el cumpli-


miento de un desco grande que tenia por ver el trata-
do que envió á V. M. Francisco de Rioja, probando
ser dos los clavos de los piés de Cristo Señor Nues-
tro, que con los dos de las manos se manifiestan ser
cuatro los con que fué crucificado . Nacióme este
desco, no porque el asunto me causase novedad,
que siendo como soy discípulo del muy reverendo y
venerable Padre Maestro Fray Pedro de Medina,
dignísimo provincial de esta provincia del Andalu-
cía, y á quien yo , sin merecerlo sucedí en la misma
dignidad , no pude dejar de tener noticia de este
.
punto tratado doctamente en sus libros de la victoria
y excelencia de la Cruz , libro 1. ° , cap . 45 y 48 , sino
por el conocimiento que tengo de la erudicion y
buenas letras de Francisco de Rioja su autor , á quien
deben los doctos uno de los primeros lugares por ser
de los más eminentes sujetos en todas materias , que
PINTURAS SAGRADAS . 361

ilustran nuestra edad , siendo en él iguales su sabi-


duría singular y su singular virtud : de este segun-
do dirá más quien más le tratare : de lo primero
cuando no hubiera otros muchos testimonios , bas-
tante era la curiosidad ingeniosa , la viveza y estu-
dio con que prueba el intento en este (si breve) pre-
cioso tratado, V. M. lo estime en mucho , que sin
duda merece perpetuarse , para útil de los siglos que
fueren sucediendo .

En igual grado me ha deleitado la respuesta


de V. M. tan bien trabajada y tan fundada que
debiera por sólo ella ser tan estimado V. M. pòr la
pluma, cuanto lo es por su pincel . Por ambos trata-
dos veo cuán acertadamente ha procedido V. M. en
la pintura de Cristo Señor Nuestro crucificado, y
cuánto lo andarán todos los de su arte que le imita-
ren en ello . Y sin duda me alegré cuando vi cita-
ba V. M. en su respuesta á mi padre maestro Medi-
na, porque habiendo impreso su libro año de 604 y
Francisco de Rioja , y V. M. echó sus discursos el
de 19 á 20, se dé la gloria , al que antes disputó el
punto tan gloriosamente, que se pudo despues aña-
dir poco , que él no hubiese tocado en los lugares
que V. M. alega.
Vea V. M. tambien la primera y segunda tabla
de estampa fina que trae Antonio Galonio en el libro
que intitula de Sanctorum martyrum cruciatibus,
donde he observado que entre otros modos de cruci-
ficar usados por la antigüedad entre judíos y genti-
les , trae algunos diferentes , pero ninguno sin que
los dos piés estén en dos clavos , y esto sin añadir
supedáneo ó zoquete . Crece el crédito de esta opi-
1
362 ADICIONES À

nion ver vencida en Justo Lipsio la indiferencia y


duda con que se halla entre estos dos pareceres , de
si fuéron tres , ó si fuéron cuatro clavos con que fué
crucificado el Señor, libro 2 de Cruce , cap. 9 ; pues
en las notas que hizo despues á este capítulo que se
pusieron al fin del libro , Remel inspecta, se deter-
mina y confiesa que la opinion de los cuatro clavos
es la que le agrada más por ser más verdadera y por
el consiguiente la que debe seguirse .
Sólo antes de concluir este mi sentimiento , suplico
á V. M. corrija aquel lugar que se cita de Santa
Brígida libro 1 , cap . 10 por el manuscrito que está
en la librería Farnesia, y como dice : De inde dextrum
pedem crucifixerunt et super hunc sinistrum duobus
clavis : diga , deinde dextrum pede crucifixerunt et in
super sinistru duobus clavis ( id est) primo dextrum,
deinde sinistrum . Con que despenará V. M. á muchos,
quedando el crédito que se debe á la revelacion , se
hallan embarazados en declarar , cómo sobre el pié
derecho enclavado se puede poner el izquierdo con
dos clavos .

Si mi aprobacion tuviera valor alguno y el cuida-


do puesto fuera considerable, el sabor y gusto que
ha recibido el alma leyendo estos discursos , era
premio sobrado . El eterno y verdadero que consiste
en la vista clara de la divina esencia , conceda Nues-
tro Señor á V. M. y en el ínterin ocasiones de mere-
cerlo . En nuestro convento grande de Sevilla del
Órden de Nuestra Señora de la Merced , Redencion
de cautivos , etc.
EL MAESTRO FR . HERNANDO de Rivera .
PINTURAS SAGRADAS . 363

SEXTA APROBACION.

Gustando V. M. , Sr. Francisco Pacheco , de mi


parecer , acerca de estos tratados y clavos de los piés
de Jesucristo Nuestro Señor en la Cruz , me entro-

meto aquí entre tanto y tan bueno dicho y tan del-


gados discursos , no por añadir sino acudir al gusto
de V. M. que por su curiosidad en pintar con pro-
piedad , excederán sus obras al más valiente pincel :
acerca de los dos clavos en los piés de Cristo Nues-
tro Señor digo : que desde que leí antiguos autores ,
me incliné á dar crédito à esta pintura por más con
forme al original . Diciéndolo así tan graves docto-
res como están alegados en estos tratados á que me
refiero , y sólo añadiré dos cosas que me hacen fuer-
za , la una es de San Bernardo , que aunque pasa
adelante con el pensamiento harto delgado, no pu-
diera fundarlo si no tuviera por constante el haber
sido clavado con cuatro clavos Jesucristo Nuestro
Señor . Homil . de duobus discipulis cuntibus in Emaus :
más adelante del medio dice el Santo : Crux facta
est statera el cum adhuc in cruce erectus staret; vaci-
lare videbatur statera, nec plane cognoscebatis quæ parte
caderet, cum inclinato capite emisit spiritum ; ut cala-
mitas præponderando caderet. La cruz fué el peso de
dos balanzas , en la una estaba nuestra miseria , y
cuando Cristo estuvo levantado en la cruz el cuerpo
derecho , estaban las balanzas iguales , que ni col--
gaban más á una parte que á otra ; llegó á inclinar
la cabeza y entonces inclinó el peso á la parte donde
estaba la balanza de nuestra miseria y cayó . Este
364 ADICIONES Á

pensamiento todo , se funda en que Cristo estuvo de-


recho en la cruz , y no pudiera estarlo si tuviera los
piés clavados con un clavo ; porque era necesario
estuviera el cuerpo inclinado á la parte de la pierna
que más estirada estaba , para poder doblar los piés
uno sobre otro , y estando cada pié con su clavo ,
pudo estar el cuerpo derecho . Sácase pues por
buen discurso que San Bernardo sentia que fuéron
clavados los piés con dos clavos : diránme que no
lo dice claro, pero no negarán que es grande funda-
mento para decir que el Santo lo sentia así , y si de
propósito tratara esta opinion para lograr su pensa-
miento, era fuerza que habia de poner dos clavos en
los piés .
Lo otro que me inclina á este parecer , es que si
fuéron clavados los piés, estando el uno sobrepuesto
al otro, el clavo habia de ser muy largo, y notable-
mente más grueso en la parte anterior que hácia la
punta, y así de fuerza habia de hacer tanta batería
en el pié sobrepuesto , que rompiera casi toda la
puente, lo cual no hemos visto en pintura ninguna ,
ni ningun Santo ha dicho cosa tan notable de esta
manera de rotura en alguno de los piés , y así es
muy verosímil que cada pié se clavó con un clavo ,
y que fueron iguales .
Otra cosa sobre esto me hace más persuadido en
este punto, y es que habiendo de clavar un pié sobre
otro, á golpe de martillo , cuando bajara el clavo al
pié que estaba debajo , sin duda encontraria con al-
gun grueso y lo haria pedazos ; pues naturalmente
no podia estar igualmente correspondiente el un pié
al otro, que fuera penetrando por la carne salvando
PINTURAS SAGRADAS 365

los huesos , sino que si comenzaron en el pié supe-


rior á clavar entre hueso y hueso, en el inferior era
fuerza topar con el hueso que seria contra lo decre-
tado , os non comminuctis ; si no es que digamos que
hulo milagrosa providencia para que el clavo fuera
salvando los huesos ; y si sin esta milagrosa pro-
videncia se pudieron clavar los piés sin quebrar los
huesos , esto hemos de entender que fué clavando
cada uno de por sí , buscando los sayones la coyun-
tura entre los huesos para que con más facilidad
penetrara el clavo .
Este es mi parecer, si Dios se ha servido que atine
con la verdad , y de mi buen deseo de acertar con
ella se sirve V. M. De este convento de San Pablo,
29 de Abril 1629 .
EL MAESTRO FR. VICENTE Durango.

APROBACION SÉPTIMA.

Mucho me holgara ( Sr. Francisco Pacheco) , que


estos papeles tan doctos y de tan lucido estudio to-
cantes al número de clavos con que Cristo Señor
Nuestro estuvo clavado en la cruz, llegaran á mis
manos á tiempo que me hallaran menos impedido
que ahora estoy, para ocuparme solamente en hacer
copiosos elogios , loando los varones doctos y sábios
autores de ellos , especialmente al Sr. Licenciado
Francisco de Rioja , que tan de propósito trata la
materia, probando el parecer de V. M. eruditísima-
mente en esta parte . Cuyo discurso , sin que sea otro
necesario , basta y sobra para que se continúe lo
por V. M. ahora sacado á luz de las tinieblas del ol-
366 ADICIONES Á

vido y que los del arte que V. M. profesa sigan los


pasos de varon tan insigne en ella, conocido por el
Apeles de nuestra edad , sin que se busquen otros ;
pues es cierto que ningunos han de decir más que el
Sr. Francisco de Rioja dice , ni cuando en ello se
embarquen harán otra cosa que mudar ó trocar tan-
tico el estilo , conformándose en la sustancia de todo
punto con quien tan profundamente apeó la dificul-
tad , de raíz la trató , y con tanta agudeza la resol-
vió. Pero ya que V. M. gusta y con amistad obliga
que yo tambien ponga mi cornadillo en este Gazo-
filacio , más movido por la singular devocion que
V. M. tiene al hábito que visto , que porque se halle
para el caso necesitado de más pareceres que los tan
doctos y de tanta estima , que V. M. tiene en estos
papeles , juzgándolos en cierta manera solos sin el
de un hijo de San Francisco nuestro padre, que por
haber tenido las mismas llagas que Cristo Señor
Nuestro en piés , manos y costado , es debido que
traigamos más de ordinario præ manibus , que todo
lo que á esta materia toca : y á los instrumentos ,
clavos, martillos y lanza que abrieron estas llagas
en el costado , manos y piés de Cristo Señor Nues-
tro. Aunque es atrevimiento grande , y osadia teme-
raria que la hormiga se meta entre los elefantes , y
el murciélago vuele pareja con las águilas , donde
es cierto que aquella muera pisada y este despeda-
zado , y al primer golpe perezca . Por acudir al pio
afecto de V. M. y que no se entienda que un hijo de
San Francisco mi padre excusa hablar lo que tiene
tanta obligacion de saber (digo señor) lo primero ;
que son dos los lugares de la Sagrada Escritura, en-
PINTURAS SAGRADAS . 367

tre otros , que tuvieron indubitable cumplimiento


con todos los demás, al tiempo de la pasion y muerte
de Cristo Señor Nuestro , el uno de David en el sal-
mo 21. Foderunt manus meas et pedes meos . El otro
del Exodo en el cap . 12. Nec os illius confringetis, re-
petido por San Juan en el cap . 19 de su Evangelio ;
os non comminuetis ex eo . Y hallo por mi cuenta que
el de David , segundo en tiempo , hace lindamente
la salva al del Exodo en el modo y estilo, con que
habla ; porque habiendo dicho el primero , no le que-
brareis hueso alguno al tiempo de su muerte , dice
la misma Escritura en el segundo , foderunt manus
meas et pedes meos ; claváronme los piés y las ma-
nos, lo mismo es aquí fodere , que stimulis pungere,
lenguaje de Martial en el lib . I , picar con instru-
mento agudo de punta afilada ; este cuando hiere
no quiebra hueso , si bien rompe y agujerea la carne
blanda , que en topando en hueso duro antes se le
embota la punta y no pasa adelante , solamente hace
camino por lo blando . Lira dice : foderunt manus meas
et pedes, perforando clavis , agujereándolas con clavos
y lo mismo Titelman ; y pienso que el legítimo ro-
mance del perforare es taladrar con un instrumento
que va haciendo rotura redonda , y esta no quiebra
ni desgarra ; así fué forzoso que sucediese en la cru-
cifixion de Cristo Señor Nuestro , para cumplimiento
del lugar os non comminuetis ex eo , ni los clavos , ni
los martillos ni algun otro de los instrumentos de la
pasion le quebraron hueso alguno , si bien los clavos
taladraron las manos y los piés, pasando con rotura
redonda de una parte á otra si eran redondos , ó cua-
drada , ó triangular, conforme la forma y hechura
368 ADICIONES Á

suya. Habiéndose pues cumplido indubitablemente


estos dos lugares de la crucifixion de Cristo Señor
Nuestro, no le quebrando hueso alguno de las san-
tísimas manos y piés divinos , y habiéndoselos tras-
pasado con clavos de una parte á otra , viene á ser
ciertísimo que los clavos fuéron cuatro y no tres ,
como ahora muestra la comun pintura , porque cua-
tro clavos , dos en las manos y dos en los piés , pu-
dieron taladrar y traspasar las manos y los piés ,
como lo hicieron de hecho , en cumplimiento del
lugar de David , sin quebrar en las manos ni en los
piés hueso alguno : porque iban con el golpe del
martillo, perforando stimulis, agujereando y picando
con lo agudo de las puntas la carne blanda , divi-
diéndola en su contiguidad con dolor inmenso ; pero
un clavo solo en los piés , puesto el un pié sobre el
otro, en la forma que ahora los vemos en las cruces ,
habiendo de ser este clavo para esta obra , mucho
mayor que los otros en la longitud y en la grosedad ,
hablando moralmente y obrando naturalmente , tie-
ne imposibilidad sin milagro , que no hay para qué
ponerlo . El traspasar los dos piés juntos , el uno so-
bre el otro , sin quebrar en el uno ó en ambos los
huesos que hay allí y hacerlos pedazos con que
viniera á faltar el cumplimiento del lugar del Exodo
nec os comminuetis ex eo ; y quedará desmentido el
Evangelista que dice se cumplió indubitablemente ;
ut scrituræ impleretur os non comminuetis ex eo ; y el
de David de la misma manera ; porque aunque así
quedaron cuatro roturas y desgarros en las manos y
piés de Cristo Señor Nuestro , las de los piés por lo
menos hechas con un clavo solo , no fueran ni pare-
PINTURAS SAGRADAS. 369

cieran tan solamente llagas y heridas hechas en la


carne , sino desgarros , roturas , quebraduras de los
huesos y destruccion de ellos . Pues qué mayor ab-

surdo puede darse que ponerse en la pintura , ó en


la talla las imágenes de Cristo Señor Nuestro con
los tres clavos , poniendo con esa forma en duda el
cumplimiento indubitable de estos dos lugares de la
Escritura, teniendo necesidad para decir que se cum-
plieron con los tres clavos , de recurrir á milagro :
porque esta crucifixion se hizo de la manera que la
usaron hacer los gentiles ejecutores de ella , y ellos
la hacian con cuatro clavos, dos en las manos y dos
en los piés , asentando estos en la tabla que fijaban
al asta de la cruz ; y esta crucifixion así manifiesta
el certísimo cumplimiento de los dos lugares de la
Escritura referidos ; y la crucifixion con tres clavos
se opone á todo lo que consta de la antigüedad , así
en lo escrito como en lo pintado , y en las figuras
de Cristo entalladas más antiguas , y nos obliga á
dudar en el cumplimiento de la Escritura Sagrada .
Luego absurdo es introducido , ó por aparente devo-
cion, ó por calificada malicia lo de los tres clavos ,
de cuatrocientos años á esta parte como consta de
historias ; y digno de loa y estimacion el artífice que
en estos tiempos pinta y entalla á Cristo Señor
Nuestro en la cruz con cuatro clavos por ser cierto
y muy conforme á la razon , y al cumplimiento de la
Escritura que con cuatro clavos fué crucificado , dos
en las manos y dos en los piés .
Lo segundo, pasando de la Escritura Sagrada al
ejemplo (digo Señor) que lo es y de verdad indubi-
table la crucifixion de San Francisco mi padre ,
TOMO II. 24
370 ADICIONES Á

hecha por el mismo Cristo en la persona de Fran-


cisco, en cuyo cuerpo vivo estuvieron dos años
contínuos , y en el cuerpo muerto están 400 años há
las cinco llagas de Cristo Señor Nuestro de la mis-
ma manera y de suerte que Cristo Señor Nuestro las
tuvo al tiempo que padeció y murió en la cruz. Y
llamó á estas llagas de mi padre glorioso de verdad
indubitable , porque no menos que con nueve bulas de
diferentes Pontífices están dadas por ciertas y verda-
deras ; á las cuales será conocido error el oponerse ,
afirmando el doctísimo P. Fray Bartolomé de Pisa
en el libro 3. ° Aureo de las conformidades de Fran-

cisco con Cristo Señor Nuestro en el fruto 3 , que el


que hoy se opusiere ó impugnare la verdad y certeza
de las llagas de San Francisco debe ser castigado
por la Santa Inquisicion con nota de hereje . Siendo
pues estas llagas tan ciertas, ciertísimo es que las re-
cibió San Francisco mi padre , y las conserva hoy
en su cuerpo de la manera que las recibió , y que el
recibirlas y tenerlas es de la manera y suerte que
Cristo Nuestro Señor las tuvo cuando estuvo en la

cruz . Viendo como se ven en los dos piés de Francisco


y estando como están en ellos en las dos llagas dos
clavos negros formados de la misma carne que am-
bos les traspasan los piés , y en la planta tuercen las
puntas y las remachan en forma redonda, ¿quién
puede dudar, ó duda , en que los clavos de los piés
de Cristo , Señor Nuestro hayan sido dos , como los
de las manos? Pues es ciertísimo que este divino
Señor él mismo apareciéndole á Francisco de la
misma manera crucificado que estuvo en el Calvario ,
de aquella misma manera le imprimió las llagas en
PINTURAS SAGRADAS . 371

las manos , en el costado y en los piés ; y que las de


Cristo Señor Nuestro en esta crucifixion de Francis-
co hayan venido de allá del cielo crucificados cada
uno de por sí con diferente clavo , para crucificar así
á Francisco ; dando lindamente á entender las pala-
bras de San Buenaventura , doctor y seráfico refirien-
do este caso el cual dice : Apparuit inter alas efigies
homnis crucifixi in modum crucis manus, et pedes extens-
sos habentis et cruci affixos . Nótese la palabra pedes
extenssos . ¿Qué cosa son, pregunto, piés extendidos?
¿Por ventura son un pié sobre otro como ahora se
pintan los Cristos? No por cierto, sino cada pié de
por sí , asentado sobre alguna cosa : de esta manera
vino del cielo Cristo Señor Nuestro á crucificar á

Francisco, y luego dice el Santo doctor en confir-


macion de estas palabras : Statim in manibus eius et
pedibus apparere ceperunt signa clavorum quem ad mo-
dum paulo ante in efigie illa veri crucifixi conspexerat.
De manera que de la suerte que lo vió bajar del cielo
crucificado que fué los piés extendidos dividido el
uno del otro , de esta misma suerte aparecieron en
las manos y en los piés de Francisco las llagas y
los clavos . Pregunto : ¿ cómo le vió Francisco? como
pedes extenssos habens et cruci afixos . Los piés exten-
didos , asentados, como si dijera , en el supedáneo y
allí clavados con dos clavos . No le vió un pié sobre
otro atravesados ambos con un clavo , sino extendi-
dos los piés asentados , con igualdad ambas plantas,
como las tiene un hombre que está en pié en postura
grave y majestuosa ; pues así como le vió , así apa-

recieron en sus piés y manos cuatro llagas y cuatro


clavos , y así está hoy el cuerpo de Francisco en su
372 ADICIONES A

sepulcro en pié , cada pié de por sí sentadas las


plantas con igualdad , y en cada un pié un clavo , no
puesto el un pié sobre el otro , y ambos pasados con
un solo clavo . Si esto apareció en el cuerpo de Fran-
cisco y esto es lo que vió el Santo bajar del cielo ,
¿ quién puede ahora dudar en el número de los
clavos con que fué crucificado Cristo Señor Nuestro?
Dirá alguno pudo bajar de esa suerte del cielo y
aparecerle así á San Francisco y crucificarle de ese
modo . Pero en el Calvario cuando le crucificaron los

verdugos el un pié le pusieron sobre el otro, y con


un solo clavo los pasaron y fijaron ambos á la cruz .
Fuerza alguna hiciera la objecion si no dijera el
doctor santo citado : descendit Franciscus de monte se-
cum ferens imaginem crucifixi : bajó Francisco del
monte trayendo en sí mismo la imágen del crucifijo ,
que es lo mismo que decir la imágen de Cristo cru-
cificado en el monte Calvario . Aquella misma es la
que traia y tiene en sí; como allí estuvo Cristo en la
cruz sin mudar ni tocar un pelo , así está Francisco
y bajó del monte . Y la Iglesia santa nuestra madre
en la coleta del oficio dice : Deus qui frigescente mundo
in carne beatissimi patris Francisci passionis tuæ sacra
stigmata renovasti . Las llagas de la pasion padecida
en el Calvario , esas mismas con todas sus circuns-
tancias y particularidades, las renovó Cristo en Fran-
cisco al tiempo de esta crucifixion bajando á ella
de la suerte que estuvo en la cruz en el monte Cal-
vario . Que no habia de mudar algo de aquello para
venir á crucificar á Francisco , siendo el fin principal
de esta crucifixion renovar en Francisco las llagas
de su pasion y darlas á ver á los hombres de la ma-
PINTURAS SAGRADAS . 373

nera y modo con que él las padeció en su santísimo


cuerpo ; y así es ciertísimo que el mismo número de
clavos con que fué crucificado , y la misma postura
con que estuvo en la cruz, trajo, y eso es lo que pa-
rece se ve y halla en el cuerpo de Francisco. En
Francisco crucificado por Cristo se ven cuatro
clavos, en las manos dos , y dos en los piés, y los
piés extendidos y asentadas las plantas , y así clava-
das con los clavos , no hay con esto género de duda
en que los clavos fuéron cuatro, y que Cristo Nues-
tro Señor no fué crucificado el un pié sobre el otro
sino los piés extendidos y asentados en el supe-
dáneo , como se ve en las antiguas imágenes de
Cristo . Que los dos piés de Francisco estén pasados
con dos clavos , dícelo admirablemente Francisco
Mauro, insigne poeta, en el libro 12 de su Francis-
quiada, con estos versos además de las Bulas Ponti-
ficales :

Vulnus agens, plantasq, fodit, palmasq, terebrat


tarns fixaq. manus, simulq, vestigia acutis
vectibus apparent, transutaq. vulnera ferro.

Nótese la palabra acutis vectibus, y la otra simulq,


vestigia, que significan dos piés y dos clavos agu-
dos en ellos . Crucificó los dos piés de Francisco de-
jándole en ellos dos clavos por testimonio , que con
dos clavos fuéron los suyos crucificados . Ahora,
sobre esto quiero servir à vuestra merced con una
advertencia mia , valga lo que valiere . Las pinturas
ordinarias y comunes de Cristo crucificado que apa-
recen en el aire para crucificar á Francisco , muestran
cinco rayos , salen de las manos , del costado y piés
374 ADICIONES Á

de Cristo y vienen derechos á las manos , costado y


piés de Francisco para imprimirle las cinco llagas
en ambas sus manos , sus piés y su costado . De ma-
nera, que cada rayo de aquellos viene nacido de uno
de los clavos que están en las manos y los piés de
Cristo ; y vienen como si dijéramos , no solamente á
abrir llaga, sino á dejar en cada una de ellas una
semejanza del clavo que está fijo en la mano de
Cristo y en el pié, como de hecho la dejan . Luego
cuatro clavos es fuerza que confiesen los pintores
modernos que pintan un pié sobre el otro, de los cua-
les salen estos cuatro rayos que ellos ponen y con
que crucificaron á Francisco . Que si fueran tres solos
los clavos , del de los piés no habia de venir más que
un solo rayo en buena propiedad : vienen dos como
de las dos manos . Luego así como en las dos manos
hubo dos clavos, de donde vienen dos rayos , así
tambien hubo dos clavos en los piés , de donde vie-
nen otros dos rayos á los piés de Francisco . Pues dos
clavos en los piés no han de estar, ni pueden estar ,
en un pié sobre otro, que fuera eso hacer en solos
los dos piés cuatro llagas ; luego han de estar como
estuvieron en dos piés extendidos y asentados de
planta en el supedáneo . Y si respondieren á esto que
pintan dos rayos que salen de los piés de Cristo no
siendo más que uno el clavo , porque vienen á encla-
var los dos piés de Francisco , que no estaban juntos
el uno sobre el otro, dígoles que pintan impropia-
mente pintando más que un solo rayo : lo uno , por-
que con los dos rayos dan á entender que los clavos
de los piés son dos como los de las manos , sin que
ellos hayan llegado á saber ni entender esto , confe-
PINTURAS SAGRADAS. 375

sándolo á su pesar con la misma pintura , aunque


lo niegan, ó no lo creen con el entendimiento . Lo
otro hacen dos golpes en los dos piés de Francisco
que estaban divididos el uno del otro con un solo
clavo , que tienen , ó ponen ellos en los piés de Cris-
to . Con que diferencian la crucifixion del Santo de
la de Cristo Nuestro Señor, y es absurdo grande ,
nacido de ignorar que en los piés de Francisco están
de su misma carne formados dos clavos , parecidísi-
mos en el color, en la hechura, en la longitud y gro-
sedad á los dos de los piés de Cristo , que dan testi-
monio ciertísimo de los dos clavos de los piés , como
las manos de los dos de ambas manos .
Ahora, despues de todo esto , siguiendo los pasos
de varon tan docto y maestro tan sábio como el se-
ñor licenciado Francisco de Rioja , ya que su merced
se valió de los escritos del obispo de Tuy D. Lúcas,
de tanta autoridad y tan dignos de estimacion , va-
liéndome yo de los mismos , quiero ponerle aquí á

V. M. las palabras que él dijo de nuestro padre


San Francisco , y de sus llagas en el libro II con-
tra Albigenses , que está en el tomo XIII de la bi-
blioteca Sanctorum patrum, porque dan gran fuerza
y valor al parecer de V. M. y sus tan acertadas y
primas pinturas . Y le aseguro á V. M. que las dijo
y escribió sólo tres años despues de la muerte de
San Francisco , mi padre , volviendo el buen obispo
de Jerusalem por Asís , y habiendo comunicado
mucho á los compañeros de nuestro padre , y sa-
bido de ellos la certeza de todo , en particular de
fray Elias , general de la órden , de quien el obispo
fué singular amigo , y de quien él dice muchos
376 ADICIONES À

loores ; vea V. M. si los testigos que presenta el


buen obispo son de pequeño crédito y autoridad .
Pongo el lugar en latin y dejarelo así por no alar-
garme .
0 quam laudalibus est, beatisimus iste sanctus , in
O
quo tanta bona cælestia redundarunt ut spirituali pleni-
tudine terrena sapientia sere simplicis hominis et indocti
totus orbis bonorum abundantia spiritualiam quasi mul-
tarum aquarum inundantia se gaudeat abundare. Ubique
per eum veritas fulget evangelis sanctorum scripturarum
inundantia repletur t rra, et evanescit astutia falsita-
tis . Decenter et pulchre ad creatura laudatur, quem
creator nostris temporibus tanta excellentia decoravit.
Præcete is enim sanctis signis passionis Dei et hominis
autonomastice sublimatus , velut sol meridianus torpen-
tia corda hominum calore fidei inflamavit . Signa passio-
nis Christi, fide sensibili demonstravit, ne stigmata hu-
manæ redemptionis vetustate de fidelium mentibus de-
lexentur. Jam enim multi retro ibant veritati contraria

sentientes mitabant plures , qui etiam videbantur Docto-


res, et quasi somniantes convertebantur ad fabulas , et
superfluas novitates . Suscitabit autem dominus miseri-
corditer beatisimos Franciscum et Dominicum sanctisimi
ordinis predicatorum primum, per quos mundo pro mag-
na parte in errorum , et ambiguitatis tenebris consti-
tute lumem veritatis illuxit , de cordibus singulorum sce-
lerum labes detersit clementia Redemptoris et obstruxit
diverticula falsitatis . Maxima quidem pars mundi ad
falsa vel dubia dibertebat . Alis diversis erroribus im-
plicati procaciter contendebant Christum in vera carne
non fuisse passum . Alis nulla futti autoritate asserebant
tribus tantum clavis crucifisse asfisum, et non destrum
PINTURAS SAGRADAS . 377

latus eius, sed sinistrum lancea vulneratum , sed omni-

potens Deus qui infirma mundi elegit , ut sortia quæque


confundat per servum suum literarum elementi, fere ru-
dem Franciscum oculta fide, ita illorum ilusit argu-
menta fallecia , ut etiam inusti cedant manifestissime
veritati. Si autem quis forsitan adhuc audeat dicere,
ista miramculose et non instar Passionis Christi in beato

Francisco fuisse gesta, audiant quodint eius legitur ma-


nifeste. Resultabat in eo revera forma crucis et Passio-
nis agni inmaculati qui lavit crimina mundi dum quasi
recenter é cruce videretur depositus, manus et pedes cla-
vis confixos haberis et destrum latus quasi lancea vulne-
ratum .
ÍNDICE

DE LAS PINTURAS QUE SE ENSEÑAN EN Este libro .

Pågs.
Pintura de la Santísima Trinidad . • · 176
Pintura de los Angeles . • · • 182
Pintura de los demonios .. 185
Pintura de San Joaquin y Santa Ana á la puerta dorada. 187
Pintura de la Purísima Concepcion de Nuestra Señora. • 188
Pintura de la Natividad de Nuestra Señora . 192
Pintura no usada de Señora Santa Ana . • 195
Pintura de Santa Ana dando leccion á Nuestra Señora. • 198
Pintura de la Presentacion de Nuestra Señora en el templo. 201
Pintura del Desposorio de Nuestra Señora . • . 205
Pintura de la Anunciacion de Nuestra Señora. . 208
Pintura de la Visitacion de Nuestra Señora á Santa Isabel . 214
Pintura de San José cuando quiso dejar á la Virgen Nues-
tra Señora.. 213
Pintura del nacimiento de Cristo Nuestro Señor . • • • 216
Pintura de la Circuncision del Niño Jesus. 220
Pintura de la adoracion de los Reyes Magos á Cristo Nues-
tro Señor.. 225
Pintura de la Purificacion de Nuestra Señora y Presenta-
cion del Niño Jesus en el templo . . 229
Pintura de la huida que hizo la Virgen con su Hijo y Es-
poso á Egipto. 234
Pintura de la disputa del Niño Jesus en el templo entre
doctores. · · • 239
Pintura del bautismo de Cristo á los treinta años de su
edad . · 243
Pintura del ayuno del Salvador y tentaciones del demonio . 246
380 INDICE DE PINTURAS .
Págs .
Pintura de la coronacion de espinas de Nuestro Redentor
Jesucristo .. 250
Pintura de cuando Cristo fué mostrado al pueblo y dijo
Pilatos Ecce Homo. • 252
Pintura de Cristo con la cruz á cuestas camino del Cal-
vario, y de Simon Cirineo que le ayudó . · 254
Pintura de la gloriosa resurreccion de Cristo Nuestro Se-
ñor.. 258
Pintura de la primera aparicion de Cristo resucitado á su
Santísima Madre . • 261
Pintura de la Asuncion de Nuestra Señora. 263
Pintura de San Miguel Arcangel . · € 268
Pintura de San Juan Bautista.. 269
Pintura de San Pedro y San Pablo . 277
Pintura de San Juan Apóstol y Evangelista.. . 280
Pintura de San Felipe y Santiago el Menor . 282
Pintura de los Apóstoles y Discipulos.. 283
Pintura de San Cristóbal. 286
Pintura de San Sebastian . 289
Pintura de San Jorge armado á caballo . 291
Pintura de San Antonio Abad .. . . 293
Pintura de San Gerónimo, Doctor de la Iglesia.. . 295
Pintura del glorioso Patriarca Santo Domingo.. " 300
Pintura del seráfico San Francisco. 303
Pintura de Santa Catalina de Sena.. • 307
Pintura de San Ignacio fundador de la Compañía de Jesus . 312
TABLA

DE LOS

CAPITULOS QUE CONTIENE ESTE LIBRO TERCERO .

Págs.
CAPÍTULO I. - De los rasguños, dibujos, cartones y de las varias
maneras de usarlos. . 5
CAPÍTUTO II . De la pintura al temple, su antigüedad y diferen-
cias y cómo se ha de obrar. 17
CAPITULO III . De la iluminacion , estofado y pintura al fresco , y
de su antigüedad y duracion . · • 31
CAPÍTULO IV. Del tiempo en que fué hallada la pintura al ólio
y de su primer inventor. • • • 52
CAPÍTULO V. -Del modo de pintar al ólio, en pared , tablas y
lienzos y sobre otras cosas .. 69
CAPÍTULO VI . - En que se prosigue la pintura al ólio sobre otras
materias y de las encarnaciones de polimento y de mate. 87
CAPÍTULO VII. -Del dorado, bruñido y mate sobre varias mate-
rias, y de la pintura de flores, frutas y países . . 106
CAPÍTULO VIII. De la pintura de animales y aves y pescaderías
y bodegones y de la ingeniosa invencion de los retratos del
natural. 123
CAPÍTULO IX. -Cómo la pintura ilustra y adelgaza el entendi-
miento, tiempla el furor y dureza del ánimo , hace al hombre
blando y comunicativo , y de la dificultad de conocerla y
juzgarla. · 143
CAPÍTULO X. -En que se concluye la materia de la pintura y las
razones de su nobleza y de mayor alabanza. . . 162
CAPÍTULO XI . De advertencias importantes en algunas historias
382 TABLA DE CAPÍTULOS .
Págs.
sagradas acerca de la verdad y acierto con que se deben pin-
tar, conforme á la escritura divina , y Santos Doctores. . . 175
CAPÍTULO XII . -En que se prosiguen las advertencias á las pin-
turas de las historias sagradas.. • . 205
CAPÍTULO XIII . —En que se pasa adelante en el acierto de las sa-
gradas pinturas. . 243
CAPÍTULO XIV. De las pinturas verdaderas de algunos Santos de
los más conocidos . • 268
CAPÍTULO XV.- En favor de la pintura de los cuatro clavos con
que fué crucificado Cristo Nuestro Redentor. . 319
CAPÍTULO XVI.P - En que se refiere el sentimiento y aprobaciones
de estas dos cartas por hombres doctos que las censuraron . 352

FIN DEL TOMO II Y ULTIMO DEL Arte de la Pintura,

Y TERCER VOLUMEN

DE LA BIBLIOTECA DE EL ARTE EN ESPAÑA.


1
Date Due

FEB 21 1969

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Demco- 293

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