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BUIENCE
AGRICULTURE
KNOWLEDGE
LIBRARY o
fthe
OHIO STATE
UNIVER
SITY
BIBLIOTECA
DE
EL ARTE EN ESPAÑA .
SEGUNDO VOLUMEN .
TOMO PRIMERO .
ARTE
DE LA PINTURA ,
SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .
DESCRIBENSE LOS HOMBRES EMINENTES QUE HA HABIDO EN ELLA ASÍ ANTIGUOS COMO MODERNOS;
DEL DIBUJO Y COLORIDO ; DEL PINTAR AL TEMPLE , AL ÓLIO , DE LA ILUMINACION
Y ESTOFADO ; DEL PINTAR AL FRESCO; DE LAS ENCARNACIONES,
DE POLIMENTO Y DE MATE ; DEL DORADO BRUÑIDO
Y MATE , Y ENSEÑA Á PINTAR TODAS
LAS PINTURAS SAGRADAS.
VECINO DE SEVILLA .
DIRIGELA
D. G. CRUZADA VILLAAMIL .
TOMO PRIMERO .
MADRID ,
1866
IMPRENTA DE MANUEL GALIANO ,
PLAZA DE LOS MINISTERIOS , 2.
1 1
Excelentísimo Señor Don Antonio Cánovas del Castillo,
1. Setiembre de 1866.
2959
AUG
1
LICENCIA DEL ORDINARIO .
PRIVILEGIO .
TASSA .
Tasaron los Señores del Consejo Real este libro á quatro ma-
ravedis cada pliego.
LIBRO PRIMERO DE LA PINTURA.
SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .
CAPITULO PRIMERO .
Pintura es arte que enseña á imitar con líneas y colo- Definicion 2.ª
res . Esta es la definicion . Para explicacion de la cual
se ha de saber que toda definicion debe constar de
género y diferencia . El género , segun los lógicos ,
es una razon comun que se dice de muchos diferen-
tes en especie ; diferencia es todo aquello por lo cual
una especie se distingue de cualesquiera otra del
mismo género . Esto supuesto , la definicion de la
pintura consta de género y diferencia . Arte es el Explicacion.
género razon comun en que conviene con las de-
más artes diferentes de ella en especie . La diferen-
cia por la cual difiere de las demás, es que enseña á
imitar con líneas y colores todas las cosas imitables
del arte y de la imaginacion , y principalmente las
obras de la naturaleza y esto en todas superficies ,
pero más de ordinario en superficie llana , á diferen-
cia de la escultura , que si bien imita los efectos de
la naturaleza , no á lo menos como la pintura en
superficie llana con líneas y colores . Mas porque
podria alguno dificultar si la pintura es arte ó no,
quiero con la definicion de la misma arte brevemente
probarlo , por estar ya doctamente dilatado ( como di-
jimos) en nuestra lengua . Arte , segun el filósofo , es Libro 3 de la
noticia general de
un hábito que obra con cierta y verdadera razon ; por- las artes.
que: non est Ars quæ ad effectum casu venit , como Aristót. , lib . 6,
capitulo IV.
dice Séneca . No es arte la que acaso llega á su efec-
to . Pruébase tambien porque todas las cosas natu-
rales son la regla y la medida de la mayor parte de
las ciencias y artes del mundo ; porque siendo como
son hechas de Dios con suma sabiduría , consiguien-
12 ARTE DE LA PINTURA.
CAPITULO II.
opinion del mismo Plinio, fué primero que la esta- Lib . 34, cap. VII.
Lib. 5 , cap. XII.
tuaria. Antes con esta opinion prueban que es más
antigua la pintura , y juntamente más noble , puesto
que ambas artes imitan á la naturaleza : porque claro
es que en los cinco dias antes de la creacion del
hombre, con una sencilla muestra de su voluntad ,
24 ARTE DE LA PINTURA .
como refiere en otra parte que hacia el famoso Zeu- Lib. 35 , cap . 9 .
xis. A esta pintura llamaron monochramaton (esto
es de solo un color) . Ultimamente se fué la nuestra Quinta y última
pintura.
arte distinguiendo y halló luz y sombras, y los co-
lores se fuéron levantando y avivando entre sí, con
la diferencia y variedad , y el primero que segun
Aratho los halló fué Ceophanto , corinthio . Esto es
lo más puesto en razon que en los autores se halla,
dejando varias opiniones . Por donde se ve clara-
mente cuánto primero fué la pintura que la escul-
tura . Mas si pareciere á alguno, que aunque estos
y otros escritores hicieron memoria de las cosas que
pasaron antes de ellos , no pudieron tratar de ellas
con tanta certeza, y que tambien el primero de los
poetas por consentimiento comun dicen ser Homero ,
no porque antes de él no hubiese alguno , que sí
hubo, mas porque de aquel primero ( cual fué) es-
taba ya perdida la memoria , y que la antigüedad de
las cosas de egipcios y griegos , es igualmente du-
dosa como las antiguas nuestras . Digo , que todos
los varones doctos veneran la antigüedad , á quie-
nes justamente sigo, añadiendo á este discurso otras
firmes conjeturas en confirmacion de lo que se ha
dicho . Porque pienso yo que quien atentamente qui-
siere considerar, juzgará haber sido el principio de
aquesta arte la misma naturaleza , y el ejemplar ó
modelo la bellísima fábrica del mundo, y el maestro
aquella primera luz infundida por gracia singular en
nuestro entendimiento . La cual hace al hombre no
sólo superior á los otros animales , mas semejante al
mismo Dios. Y si vemos en nuestros tiempos (como
se puede mostrar por muchos ejemplos) que los sim-
30 ARTE DE LA PINTURA .
CAPITULO III.
gun refiere Plinio) que llamaba á la escultura hija Plin. lib. 35,
cap. XII.
de la plástica, la cual como hemos visto es hija de
la Pintura. Presupuesto pues el tan estrecho deudo
de estas dos artes, no será apasionada la contienda á
que darémos este capítulo . No es mi intento en él
definir ó sentenciar cuál de las dos artes , la pintura
ó escultura, sea más grande y excelente , ni mi pre-
suncion llega á sentenciar cosa , que tantos y tan doc-
tos hombres (puesto que han dado vivas razones de
ambas partes) han dejado pendiente . Ni tampoco me
debo contentar con la definicion que atribuyen á
Miguel Angel (sea admitido con el respeto que se Noticia general
de las Artes,
debe á tan ilustre varon ) en que igualó la escultura, lib. 3, cap . 1 .
pintura y arquitectura con tres círculos iguales que
tocaban en un punto ; porque es muy puesto en ra-
zon mostrar cómo debe la pintura ser preferida , ade-
más que me corre obligacion á defender esta vez su
causa como hijo suyo . Pero porque no parezca que
juego las armas solo , sin atender á repararme , pon-
dré á la vista de todos las razones que he hallado
en favor de la escultura, en los autores que yo he
visto, y las que he oido á escultores valientes , con-
tendiendo con pintores en defensa de su facultad , y
las respuestas de ellas manifestará la grandeza de
nuestra arte , con la brevedad posible , por pasar á
cosas mayores .
La primera razon que en favor de la escultura Giorgio Vasari,
pone el Vasari en el proemio de sus obras , y ponen primera parte .
otros autores para probar su nobleza y antigüedad ,
es decir, que Dios fué el primero que la ejercitó ,
formando al primer hombre ; y por cuanto en el ca-
pítulo pasado hemos respondido á esto asaz , mos-
3
34 ARTE DE LA PINTURA .
CAPITULO IV .
5.a
5. No es menos material esta razon quinta que
las del capítulo pasado , á que se respondió bastan-
temente . Y así satisfarémos á esta conforme á nues-
CAPITULO V.
Ya
que nos vemos libres de la forzada obligacion
de responder por órden á tantas razones , no será age-
no de nuestro intento respirar un poco y espaciarnos
por este agradable campo de la pintura , prefiriéndo-
la á la escultura, con otras diferentes y verdaderas
razones . Los que siguen una opinion no muy admi-
70 ARTE DE LA PINTURA.
ridad . Porque dice Aristóteles que en todas las cosas Arist . lib. 2 de
Anima.
de la naturaleza y del arte (añado , y del arte) hay
partes esenciales y partes integrales .
Esenciales son aquellas que dan verdadero ser al
compuesto y faltando alguna no puede tener ser
real y verdadero . Integrales son las que sirven al or-
nato , y á la cumplida perfeccion del compuesto . Las
esenciales son forma y materia ; sea ejemplo : el
hombre es cosa natural , y consta de materia y for-
ma, que es alma y cuerpo , si le faltase el alma , no
seria hombre, sino cadáver, y faltándole el cuerpo
seria sustancia espiritual . Partes integrales son las
orejas , los ojos , las manos y los piés . Y si alguna
de estas faltase, no dejaria por eso de ser hombre .
Esta regla corre tambien en las cosas artificiales ;
que tampoco dejaria de ser un pintor valiente , te-
niendo forma y materia perfecta , ( y con ellas ha-
ciendo una figura desnuda ó vestida , ó una historia)
aunque careciese de algunas partes , que podemos
llamar integrales en la pintura; como la gracia en
retratar, en países , grutescos , tarjas y otros ador-
nos, de que han carecido algunos grandes pintores.
Pues teniendo cada arte su forma y materia , que
son partes esenciales , tambien las tiene la pintura y
la escultura . La forma de ambas artes es el dibujo
( aunque originalmente como probamos es de la
pintura) y la materia es distinta, porque la de la
escultura será madera, barro, cera ó mármol ; y la
de la pintura papel, lienzo , tabla y colores . Supues- cap. 3 de este libro.
to esto, veamos cuál de estas dos artes tiene partes
más excelentes y representativas . ¿ Si el alma es la
forma de la cosa mejor de la naturaleza , que es el
72 ARTE DE LA PINTURA.
Psal. 18. feta la quiso definir así, cuando dijo que la imágen
del cielo nos da noticia de la grandeza de Dios ; y
en sí nos manifiesta su infinito poder, su sabiduría
incomprensible y su bondad inmensa , porque en
ella luce y resplandece á la vista de todas las gen-
tes. Y en su conformidad dijo un filósofo que la imá-
gen es un rayo de luz que descubre el original, y
luce en él y nos lo pone ante los ojos . Imitando al
rayo de sol , que es la imágen del mismo sol y le
descubre en todo el universo . Y para que con más
evidencia y fuerza se eche de ver el fin maravilloso.
de la pintura en imitar á la naturaleza que da ser á
todas las cosas, será bien , con la debida reverencia ,
poner aquí esta semejanza, y decir :
Que así como Dios , que necesariamente se entien-
de, desde toda su eternidad se debuja y se pinta en
LIBRO PRIMERO , CAP. V. 79
•
sí mismo ; y despues, cuando le place, se retrata de El maestro
Fray Luis de Leon,
fuera ; y aquella imágen que en sí y de sí se pinta es lib . 3 eu el nombre
de hijo.
un eterno verbo, y el retrato que despues hace fuera.
de sí son las criaturas, así en cada una de ellas.
como todas juntas: y esta imágen de Dios , que es San Pablo Epist.
á los hebr. , cap . I.
su hijo , Cristo nuestro Redentor, es voz que mani-
fiesta á su Eterno Padre y rayo de luz que lo descu-
bre ; imágen y retrato vivo de todos sus atributos y
perfecciones ; resplandor de su gloria y figura de su
sustancia. Así la arte del pintar parece haber tam-
bien imitado á la naturaleza universal que es Dios ,
ordenando que se hiciesen imágenes, para manifes-
tar la noticia y memoria de sus originales . Donde
se debe notar la conclusion de este discurso (mayor
que nuestras fuerzas) que atento á que la escultura
no puede hacer una imágen perfectamente sin el de-
bujo, que es la parte esencial de la pintura, y sin
sus colores para que tenga hermosura y vida , queda
bastantemente probado, que respecto de la pintura
es pobre , oscura y muerta : y que la imágen pintada
tiene el ser de suyo , sin aprovecharse de la escul-
tura, y tiene los colores de suyo que le dan vida , y
es generosa y rica y fecunda; pues se comunica , no
sólo á la escultura , sino á tantas artes que de ella
proceden . De este abundante poder que tiene la for-
ma junta con la materia de la pintura nace una
cosa digna de considerar , y es : que grandes escul-
tores, aunque sumamente se esfuercen , no pueden
engañar con la vista de sus obras, como medianos
pintores con la imitacion de muchas cosas naturales
engañan á los más doctos, aun de su misma facul-
tad. Esta verdad tan clara ( demás de lo dicho en los
80 ARTE DE LA PINTURA.
CAPITULO VI.
¿Admiras, peregrino,
que tengo vida yo , que aliento envio ,
noche de mármol frio?
Vivo; y el tiempo sólo tengo vida
que estoy aquí esculpida ,
y si no hablo y muevo el pié al camino
¿qué culpas la escultura?
muda y tarda es la noche por Natura.
t
LIBRO PRIMERO, CAP. VI . 105
CAPITULO VII .
de gli Ammannati .
CAPITULO VIII .
SONETO .
CAPITULO IX .
Plin. , lib . 34, tiguos pintores : digni tanta gloria artifices qui com-
cap. 8.
positis voluminibus condidere hæc miris laudibus cele-
brant . Artífices dignos de tanta gloria que los que
escribieron estas cosas en los libros , los celebran
con maravillosas alabanzas .
CAPITULO X.
Polid. Virg. , lib 2. dados de ella . Así por el mismo instinto se movie-
cap. 23. ron ' á tomar algunas imágenes ó simulacros , que
representando , como mejor les parecia , aquella su-
prema Deidad , conservase entre ellos más viva la
memoria de su grandeza . Mas viniendo á lo más
particular , han querido algunos que estuviese en
uso lo que habemos dicho , en tiempo de Abraham ,
cuando por mandado de Dios vino á la tierra de Ca-
Gén . cap . 12. naam , y cerca de Siquem edificó altar al Señor,
como dice la Sagrada Escritura , diciendo no ser
otra cosa que un retrato ó imágen de la patria ce-
lestial donde reina el Sumo Criador. Y despues el
Patriarca Jacob , viendo la escala que de la tierra
llegaba al cielo , pintando las piedras que sirvieron
de descanso á su cabeza , dice la Escritura que:
Gen. , cap . 38. Erexit lapidem in titulum . Y quieren los hebreos que
se entienda : Erexit Statuam ( que levantó una está-
tua ) . Y porque se conozca que fué causa sagrada ,
dice que pintó la Uncion santa y el Nombre reli-
S. Pag . , cap . 28 gioso, llamándola Casa de Dios . Que fué figura de
sob , el Gén. Tabernáculo que hizo Moisés . Despues se lee en el
Exodo que dijo Dios haber señalado á Beseled yOlíad ,
dándoles ciencia infusa para hacer el Tabernáculo ,
Exod . cap . 31. el Propiciatorio, el Arca, Mesa y Altar , con las
imágenes de los cherubines, y otras muchas cosas,
de pincel y relieve . Y en muchos lugares de la Es-
CAPITULO XI.
Beda de templo de tar. Por donde la llamaron los griegos , como ve-
Salomon . Tom. 8 mos , viva escritura . De manera que si vemos varios
cap. 19.
ejemplos de personas que habiendo leido un solo
Cap. 8. libro de repente mudaron la vida , ¿ por qué no nos
persuadirémos que mucho más eficazmente produ-
cirá esto de una imágen sagrada hecha devotamen-
te? Como nos lo mostró el ejemplo del Duque de los
Búlgaros , con la pintura del juicio . Cuenta Poticia-
Lib. 8 de su conf.
cap. 3. no en San Agustin , que algunos soldados de Valen-
LIBRO PRIMERO , CAP. XI. 191
CAPITULO XII.
Esto es :
Contemplaba su belleza ,
y admiraba cada parte
atendiendo siempre al arte,
nunca á la naturaleza .
CAPÍTULO PRIMERO .
Esto es :
LIBRO SEGUNDO, CAP . 1. 231
SONETO.
CAPITULO II .
SONETO.
CAPITULO III .
eius,
proverbi 16 . , Luego con propiedad se pinta el rostro del Juez mi-
psalo. . 144
sericordioso y alegre , pues en esa alegría se mani-
festará su clemencia y nuestra vida , que irémos ale-
gres á gozar para siempre . In hilaritate vultus regis
vita et clementia eius cuasi imber serotinus . De la mis-
CAPITULO IV .
en lasRivadeneira
Pedro vidas de das las
veces que han aparecido los Santos ha sido
los santos. de la misma manera que vivian en el mundo . Por-
que el Emperador Constantino Magno , habiendo
perdonado tres mil niños , que tenia determinado
.
matar para lavarse en su sangre , de la lepra ; aquella
noche se le aparecieron S. Pedro y S. Pablo , agra-
deciéndole la misericordia que habia usado . A quien
S. Silvestre , Papa , mostró las imágeues que tenia ,
y le confirmó el Emperador que cran los mesmos
que habia visto . Porque decian muy bien los retra-
tos con las personas que se le aparecieron .
Tambien ocho dias despues del martirio de Santa
Inés , perseverando sus padres en su sepulcro , vie-
ron una noche un gran número de vírgenes , rica-
mente adornadas , y entre ellas á su hija , triunfante y
gloriosa , abrazada con un cordero más blanco que la
nieve , en aquella edad y figura que habia pasado á
la gloria . Y fué tan ilustre esta revelacion , que vino
á noticia de todos los que vivian en Roma , y por
LIBRO SEGUNDO, CAP. IV . 297
CAPITULO V.
CAPITULO VI .
Primera par . del Cinco son las proporciones que habemos prome-
niño de un año . tido tratar, y para mayor facilidad de medidas usaré
de ocho tamaños , que formados á parte , sirvan al ar-
tifice con más brevedad y claridad .
De Alberto Durero El mayor es la cabeza (que en este niño será desde
fin del libro
tamaño 1 , ocho 10 alto del casco , al hoyuelo de la garganta) porque
s para medir.
por la parte frontera descubre casi el cuello : el se-
gundo su mitad . Luego el rostro , tres (que es
desde el nacimiento del cabello al fin de la barba)
y la mitad del rostro cuatro , un quinto tercio ( que
será del fin de la nariz al de la barba ) la mitad de
seis de un tercio . La tercera parte de siete un ter-
cio , y la cuarta parte de ocho un tercio ; que es la
última y menor medida .
Medida frontera del Digo, pues , que tiene en su longitud cuatro cabe-
largo del niño. zas de las suyas. La mitad de su altura son las dos ,
Ancho del niño por Lo más ancho por los hombros, mirando frontero ,
la parte frontera . tiene una cabeza y un tercio . Tienen los pechos de
anchura un rostro y medio tercio. Por el principio
de los muslos tiene de anchura una cabeza . Y más
Medidas del brazo El brazo por el lado desde el nacimiento del hom-
por lado . Ancho bro hasta la muñeca tiene de largo lo que se ha di-
del brazo.
cho en la medida frontera, y la mano tiene el mes-
mo largo. Lo más ancho del brazo por el hombro
tiene medio rostro . Por lo alto del nacimiento del
molledo tiene poco menos de ancho . Por la sangra-
dera tiene de ancho lo mesmo que tiene el brazo
frontero , que es un tercio ; y por la muñeca poco
menos , como está dicho .
LIBRO SEGUNDO , CAP . VI. 327
Lo ancho del brazo por su nacimiento , estando de Ancho del brazo por
lado.
ladó , es de tercio y medio . Y por la sangradera y
codos tiene de ancho poco menos de un tercio . La
muñeca por lado tiene de ancho poco menos de
medio tercio. La mano , por lado , tiene lo mesmo .
Los largos , dijimos en el brazo frontero .
El último perfil del niño es mirado por la espal- Medidas por la es-
palda.
da . Y comenzando por la cabeza , desde la superfi-
cie del casco al hoyo del colodrillo , tiene de largo
un rostro . Y desde allí á la division del cuello y
los hombros tiene . de alto un tercio . Por lo alto de
El modo de medir esta proporcion del varon más Medidas por menor
de la figura frontera .
gallardo, como es la más seguida , cada cual la re-
parte como le parece : y es grande la confusion que
se halla entre los profesores de esta arte . Yo he de-
jado todas las opiniones aparte , y escogido ( á mi
ver ) la mejor proporcion , más hermosa y bien di-
bujada, que muestra Alberto Durero en su segundo
libro . Y seguido el modo más claro de medirla para
darme á entender . Si no lo he conseguido , será in-
felicidad de mi ingenio ; pero no falta de deligen-
cia. Así, digo , que de lo más alto de la cabeza y Alto de esta figura .
Arfe pierde el terc.
superficie del casco ( estando la figura derecha ) á más alto y mide los
la punta de la nariz se da un rostro . Y del fin de la 10 rostros desde el
nacimiento del cabe-
nariz al hoyo del cuello se da el segundo . Y de allí lio , no lo hace así
Alberto.
á la boca del estómago el tercero . Y el espacio que
hay de allí al ombligo contiene el cuarto . De allí al
principio de la parte natural el quinto ( y esta es
justamente la mitad de la altura) . Desde aquí con-
tiene el muslo hasta encima de la rodilla dos rostros.
Y de lo alto de la rodilla hasta la planta del pié los
otros. Ocupa de ellos un tercio la altura del pié ,
desde el fin de los dedos á lo bajo del tobillo .
El ancho de esta figura (supuesto que está dicha Ancho desta figura
frontera.
la medida de la cabeza y cuello ) por los hombros
son dos rostros . Por la cintura un rostro y un tercio .
Y por la cadera y nacimiento de las piernas tiene de
ancho un rostro y dos tercios . Cada muslo en su na-
cimiento tiene dos tercios y medio de ancho . Y por
medio donde se ciñe el lagarto tiene de ancho dos
tercios . Tiene por cima de la rodilla menos de me-
dio rostro. Y el mismo ancho por medio de la rodi-
lla. Por lo ceñido debajo de la rodilla donde co-
22
338 ARTE DE LA PINTURA.
CAPITULO VII .
Alto de la mujer Por la frente frontera tiene de alto once rostros me-
frontera .
nos medio tercio. Y dando los dos á la cabeza y cue-
llo ( porque no se han de repetir aquí sus medidas )
LIBRO SEGUNDO, cap. vii . 349
CAPITULO VIII .
Leon Bat. Alberto. « El pintor se fatiga sólo en imitar las cosas que
Lib. 1 de la Pint . » se pueden ver mediante la luz. Y no hay ninguno
»que ignore que las que no son comprendidas de la
» vista , no tienen que ver con la pintura . La vista es
» la perspectiva ; se hace mediante una pirámide
»compuesta de rayos . La cual es una figura de cuer-
>>po luenga de la basa de cual torcidas las líneas
LIBRO SEGUNDO, CAP. VIII . 369
CAPITULO IX .
CAPÍTULO X.
ENIGMA.
Es mi poder en el suelo
tan semejante al eterno,
406 ARTE DE LA PINTURA .
que puedo echar al infierno
y puedo llevar al cielo .
CAPITULO XI.
SONETO.
Plinio lib . 35 « Ahora más se trabaja por las riquezas que por la
cap. 7.
» virtud» que harta autoridad tienen los maestros á
quien siguen ; y que es valentía pintar mucho y ser
largos , sin tantas fatigas : y que los venecianos si-
guen este modo, y entre ellos hay muchos valien-
tes, y particularmente el Basano que tiene gran fa-
cilidad ; y que sus borrones valen más que lo muy
acabado de otros . (Y no ha faltado en España quien
ha querido honrar un modo particular de borrones ,
ni seguido antes, ni imitado despues de ninguno . )
Y pues nos viene á las manos esta cuestion , será
bien hacer verdadero juicio de estas pinturas, com-
parándolas con las de los maestros de la Academia
Ejemplo. Romana, por este ejemplo : agradable cosa sea en
una aldea ver una labradora hermosa , de la manera
que lo suelen ser , morena, de gracioso color , negros
los ojos , negro el cabello (como Anacreon deseaba)
vergonzosa , de buen entendimiento y discurso ,
adornada con la llaneza del uso de su pueblo, y to-
da aventajada á las demás ; pero no hay duda sino
que una princesa ó reina , con blanca y rosada tez ,
y cabellos de oro , y ojos de zafiros , como quieren
los más de los poetas , llena de discrecion , adornada
de varias telas , puesta junto de esta labradora , será
más agradable objeto á la vista, y más poderoso
para aficionar el ánimo , del que supiera hacer bue-
na eleccion . Y aunque parece haberme declarado,
aplicaré lo dicho al intento que sigo ; el Basano, gran
pintor , ¿quién lo duda? más de cosas pastoriles , de
animales , excelente hombre. Todas sus figuras si-
guen un traje , y este es moderno y sirve en todas
las historias , como sirven tambien las figuras, por-
LIBRO SEGUNDO , CAP. XI . 411
CAPITULO XII.
DE LOS
Páginas.
CAPÍTULO I. -Qué cosa sea pintura , y cómo es arte liberal y su
difinicion y explicacion. 9
CAP. II. - Del orígen y antigüedad de la pintura y su primera in-
vencion. . 22
CAP. III. De la contienda entre la pintura y la escultura , y las
razones con que cada una pretende ser preferida . 32
CAP. IV. - En que se prosiguen las respuestas en favor de la
pintura. . 47
CAP. V. De otras, razones sueltas en que la pintura se aventaja
á la escultura . • • 69
CAP. VI . De las honras y favores que han recibido los famosos
pintores de los grandes Príncipes y Monarcas del inundo. 86
CAP. VII. - En que se lleva adelante la materia del pasado, y se
describe el túmulo hecho á Micael Angel. . · 106
CAP. VIII . De otros famosos pintores de este tiempo , favoreci-
dos con particulares honras por la pintura. • 129
CAP. IX. Santos que ejercitaron la pintura y de algunos efec-
tos maravillosos procedidos en ella. 144
CAP . X. - De las diferentes maneras de nobleza que acompañan
á la pintura y de la utilidad universal que trae. · • 166
CAP. XI. - De la pintura y de las imágenes y de su fruto, y la
autoridad que tienen en la Iglesia Católica . • 183
CAP. XII . - De tres estados de pintores , que comienzan , median
y llegan al fin. 205
432 ARTE DE LA PINTURA.
LIBRO SEGUNDO .
Y SEGUNDO VOLUMEN
DE
EL ARTE EN ESPAÑA .
TERCER VOLÚMEN .
TOMO SEGUNDO.
ARTE
DE LA PINTURA ,
SU ANTIGÜEDAD Y GRANDEZAS .
DESCRÍBENSE LOS HOMBRES EMINENTES QUE HA HABIDO EN ELLA ASÍ ANTIGUOS COMO MODERNOS ;
DEL DIBUJO Y COLORIDO; DEL PINTAR AL TEMPLE, AL ÓLIO , DE LA ILUMINACION
Y ESTOFADO ; DEL PINTAR AL FRESCO ; DE LAS ENCARNACIONES,
· DE POLIMENTO Y DE MATE ; DEL DORADO BRUÑIDO
Y MATE , Y ENSEÑA Á PINTAR TODAS
LAS PINTURAS SAGRADAS.
VECINO DE SEVILLA .
D. G. CRUZADA VILLAAMIL .
TOMO SEGUNDO .
MADRID ,
1866
IMPRENTA DE MANUEL GALIANO ,
PLAZA DE LOS MINISTERIOS , 2.
LIBRO TERCERO DE LA PINTURA .
DE EJERCITARLA .
CAPÍTULO PRIMERO .
CAPITULO II .
2 modo le temple. quien tiene de ella alguna noticia , dice ser así. Que
teniendo la templa que dijimos , ó el retazo de guan-
tes cocido como para yeso mate , y los colores mo-
lidos al agua , habiendo hecho la experiencia pro-
bando el color templado en el lienzo , y aguardando
á que se enjugue , para que no salgan los colores
muy oscuros , ó muy claros , sino como quiere el
artífice , porque en todos los mados de pintura á
temple se ha de hacer esta prueba : queriendo oscu-
recer con las primeras y segundas tintas , y realzar
su pintura, se vale el maestro de ir humedeciendo
CAPITULO III .
Que tales han de ser Los colores ya se ha visto que han de ser los me-
los colores.
jores , más finos , delgados y subidos ; lindo alba-
yalde de Venecia , bermellon famoso , genuli alegre,
y azarcon en grano , azules de cenizas finas y del-
gadas ; verde montaña y tierra sutiles , fina encor-
za , buenos ocres , sombra de Italia y negro de car-
bon, y si fuere menester algun agra de Levante todo
muy molido , lindo granillo, para ayudar los verdes
añil y orchilla para oscurecer los azules ; el carmin
será mejor de Florencia y la mezcla de la goma
con él , será más flaca , y en el azul algo más fuerte .
Modo de hacer En el órden de hacer las carnes hay dos diferen-
las carnes.
cias , ambas usadas de valientes hombres : unos se
valen del claro del pergamino ó vitela , y cón me-
dias tintas convenientes y suaves van manchando
las sombras y frescores de las cabezas y carnes dul-
cemente , y acabando y fortaleciendo con sutiles
puntos , hasta dejarlo con la fuerza que quieren , y
lo mismo hacen en las ropas , en cuanto les viene á
propósito .
Otros siguiendo el modo del temple antiguo, me-
ten carnes y ropas de sus colores naturales , y hacen
variedad de carnes , las oscurecen y realzan como
la buena pintura á óleo , cubriendo la vitela , si bien
con colores delgados y de poco cuerpo, y no acaban
con puntos , ni tratizadas las obras , sino unidas co-
mo hace el natural.
Avisos para el esto- Viniendo pues á la práctica digo que los colores
fado.
han de ser tales y tan escogidos como los que usa la
iluminacion , y se han de moler al agua , con la
misma limpieza que hemos dicho : salvo que en lu-
gar de la templa de la goma , se ha de usar de la
yema del huevo fresco , con medio cascaron de agua
dulce y clara , batido hasta que levante espuma .
Con esta templa se han de mezclar los colores para
el estofado sobre oro bruñido , emprimando con al-
bayalde todo lo que se ha de colorir , sean grutescos
sobre el oro , ó ropas metidas de varios colores , ad-
virtiendo que en los azules no sea el huevo tan fuer-
te como en el carmin , bermellon y ocre , y otros
colores de poco cuerpo ; y cuando el huevo templa-
do pasare de un dia se le añadirán unas gotas de
vinagre porque no se corrompa . Y si se hubiere de
CAPITULO IV .
SILVA .
No fué tan avaro el buen Juan de Bruxas del ma- Cómo se extendió
ravilloso secreto de pintar á óleo , que no lo comu- este género de pintar
á óleo , I par.,
nicase viviendo , y de mano en mano se extendiese cap . 21.
á muchos , como cuenta el Vasari . Primero á Ruge-
ro de Bruxas su discípulo, á quien siguió Ause,
criado de Rugero , que hizo despues algunas obras
en Italia á la ilustrísima casa de los Médicis ; de la
misma suerte á Ludovico de Luano y Pedro Crista
y maestro Martino , y Justo de Guanto , y Hugo de
Anveres , que hizo una tabla en Santa María nueva
de Florencia , todos de nacion flamencos. Hasta que
esta arte se trasladó á Italia por Antonello de Mesi-
na (segun se tocó arriba y refiere su vida) , el cual Jorge Vasari,
parte, fól. 374.
era de agudo ingenio y práctico en el arte , y se
habia ejercitado algunos años en el dibujo en Roma,
y retirado á su patria confirmaba con las obras su
buena opinion . Llegando pues á su noticia , estando
en Nápoles , la tabla que se habia traido al Rey
Alfonso , pintada á óleo , de mano de Juan de Enci-
na , procuró verla , y maravillado de la viveza de los
colores , de su dulzura y union , y de que se pudie-
se lavar, poniendo aparte todos sus cuidados y ocu-
paciones , se resolvió de pasar á Flándes . Llegado á
la ciudad de Bruxas , con mucha humildad trabó
amistad con Juan , presentándole algunas cosas cu-
riosas , y muchos dibujos á la manera italiana , con
que le obligó por la buena correspondencia (hallán-
dose ya viejo) á que le viese pintar, y el órden de
su colorido á óleo ; de suerte que no dejó Antonello
aquella ciudad hasta haber aprendido el modo que
tanto deseaba . Y habiendo pasado de esta vida el
que le dejaba rico y acrecentado en su arte , dió la
64 ARTE DE LA PINTURA .
CAPITULO V.
CAPITULO VI .
CAPITULO VII.
Cap. 3 de este to . Verdad sea que su lugar era antes de los estofa-
tercero libro . dos , pero no vendrá mal en este, y lo primero y más
importante es dar razon de los aparejos, conforme
al uso de los más experimentados , como fundamen-
to principal del bien dorado .
Conviene para el acierto , ante todas cosas, el co-
nocimiento del temple de las tierras donde se halla-
re el maestro ; si son calientes ó frias, para aplicar
los engrudos convenientemente . Y porque venga-
mos más de espacio al uso de nuestra Andalucía nos
desocuparémos del modo que se tiene en Castilla ,
en Leon, Búrgos y Valladolid, y tambien en Gra-
Aparejos nada . Por ser partes frias acostumbran , para dar for-
de Castilla.
taleza al engrudo cuando se cuece , añadir al retazo
ordinario el de pergamino , y á veces de orejas de
carnero , cabra ó macho, y despues de helado le qui-
tan con un cuchillo el sebo que tiene encima , y con
lo demás tiemplan sus yesos gruesos y mates . Usan
tambien moler el yeso mate en la losa y templarlo
sin colarlo, y echarle un poco de aceite de linaza,
LIBRO TERCERO, CAP. VII. 107
CAPITULO VIII.
CAPITULO IX .
» ces . » Efectos (digo yo) que no menos alcanza glo- Lib . 1 , cap . 6.
riosamente la pintura . ¿No vimos al grande Apéles
corrido y confuso en la presencia del rey Tolomeo ,
airado contra él por haber entrado adonde comia sin
su licencia? ¿Y cómo se valió de las armas del arte?
Dibujando en la pared con un carbon el retrato del
criado del rey que lo habia introducido , de manera
que todos le conocieron , sirviéndole de padrino el
ingenio y la destreza de la mano para granjear la
gracia y la honra debida á su persona .
A esta traza se cuenta en las vidas de pintores de Jorge Vasari , p. 2 .
Italia , de fray Felipo , carmelita , pintor florentino
que habiéndole cautivado los moros y siendo escla-
vo diez y ocho meses , un dia le vino capricho de
retratar á su amo, y con un carbon que tomó del
brasero lo dibujó en la pared todo entero , vestido á
la morisca : y viéndolo el amo (porque á todos aque-
llos - bárbaros parecia milagro ) se movió á soltarle
de la cadena y darle libertad . Verdaderamente gran-
de gloria de la virtud del arte ; y habiendo hecho
148 ARTE DE LA PINTURA .
Un martillo es la señal
en las tablas de mi mano ,
y del poder del tirano
dueño de mudanza tal.
LIBRO TERCERO, CAP. IX . 151
Así cuando el duro acero
de Eneas, el Mantuano
describe, muestra á Vulcano
más diestro pintor que herrero.
Su falta de habilidad
satisfizo con matallo ;
de suerte que murió el gallo
por sustentar la verdad.
CAPITULO X.
Temp . Salom. tran valientemente estos dos lugares (de que hemos
cap. 9 , tom . 8. hecho mencion á otros propósitos) . « La vista de las
LIBRO TERCERO , CAP. X. 171
CAPITULO XI .
Lib. 5
>>contra las herejías . Y no favorece á esta pintura la
en la heregía 5.
» Sagrada Escritura , porque el lugar de Isaías, capí-
>> tulo 49, verso 16 : Ecce in manibus meis descripsi. Si
» se toma en sentido propio sólo se entiende del ver-
>>bo encarnado y sus manos heridas por nuestro amor,
>> sirviendo de letras las roturas que hicieron los cla-
»vos y lanza, sin que tiempo ni eternidad las pueda
>>borrar. Y así lo entienden San Agustin , San Am- Solilo . 2 , lib. 6
de exim., cap. 5.
>>>brosio y San Cirilo sobre este lugar . Y supuesto que
» sólo se deba entender esta autoridad de Cristo Nues-
primera.
Esto es lo que pertenece á esta historia. Y dejan-
do á la Santísima Virgen en el templo en sus sobe-
ranos ejercicios , por haber sido largo , pido licencia
para proseguir en el capítulo siguiente con el inten-
to comenzado .
CAPITULO XII.
Infancia 1.
Habemos visto que la Santísima Vírgen fué pre-
sentada al templo en la primera edad de tres años ,
Puerici 2.
y estuvo hasta la segunda, once: de manera que
salió á desposarse con el Santo José siendo de ca-
torce años, y San José poco más de treinta . No se s. Gregor. orac .
de Nativ.
hallaron sus padres al desposorio , que á los once
2
años eran muertos . Esto es lo más probable (como Suarez tom. in 3
p. q. 29 y la
dice Cedreno) undecim annos nata parentes aiset. v. 26.
Así lo siente un docto de la Compañía siguiendo á Razones
in vitadeCristi.
Fonseca
los antiguos . Dije que su esposo era de poco más de
treinta años porque la buena razon no lleva que San
José fuese viejo, y por esto la glosa ordinaria y Nico-
206 ARTE DE LA PINTURA .
CAPITULO XIII .
S. Cris . Hom . 4 De suerte que abrirse el cielo fué efecto merecido por
in Math.
la oracion de Cristo despues de bautizado y fuera
del agua, dando á entender que los efectos milagro-
sos que se habian de seguir , de la aparicion del Es-
píritu Santo y sonido de la voz del Padre , no se
habian de atribuir al bautismo de San Juan , sino á la
oracion de Cristo . Otra razon da Eutimio y otra el
Cardenal Toledo , además de las dadas para nuestra
enseñanza . Mas esto nos debe bastar para el intento .
no) . Dos son las vestiduras que siempre le pone el vit. Chr. f. 98 .
P. Gerónimo Nadal en sus estampas , la túnica in-
consutil ceñida que, como hemos dicho , hizo y le puso
su Santísima Madre en la niñez, y el manto con que
se cubrian los hebreos . Y estas dos vestiduras fuéron
Lib. 3 c. 12.
las que dividieron los verdugos entre sí despues de
Joan cap. 1 . Juan dijo más que todos los oradores : Et vidimus
gloriam eius, gloriam quasi unigeniti á Patre . Entró
y salió del sepulcro estando cerrado y sellado , que
así nació de la Vírgen sin detrimento de su integri-
dad, y despues entró en el cenáculo cerradas las
puertas por el Don de la sutilidad . Con esta majes-
tad y hermosura se ha de pintar Cristo Nuestro
Señor, con su manto rojo, y paño blanco , descubier-
tas y gloriosas sus llagas con grandes resplandores
de luz y no excusemos su bandera triunfante , y
acompañamiento de ángeles y serafines como lo puso
G. Nadal . föl . 13. el P. Gerónimo Nadal . El sepulcro ha de estar cer-
rado y sellado y los guardas durmiendo . Y así dice
Fonseca vit Chris. Fonseca, « y aun los guardas que tenian cuidado de
cap. 30. eso no vieron al Señor resucitar , porque cuando el
CAPITULO XIV.
1 part . dis. 12. en los que pintó para el Escorial . De quien Fr. José
de Sigüenza, que, segun están hermosos y graves
parece que tornaron á bajar del cielo enviados de su
maestro á predicar de dos en dos por el mundo .
Acerca del calzado de Cristo y los Apóstoles , ad-
vertirémos que tienen opiniones sus valedores , como
saben los doctos , aunque la de traer sandalias pare-
ce estar más favorecida, y así podrán los pintores
Epis . ad Eustord . usar lo uno ó lo otro , porque las sandalias no con-
crat 1 de pre
Sup LueLuc ,. p . 7. tradicen la descalcez . Yo usaria lo más recibido pin-
tando á Cristo y sus Apóstoles descalzos , como sien-
ten San Gerónimo , San Gregorio Nacianceno y San
Buenaventura . El P. Nadal en todas sus estampas
pone descalzo á Cristo Nuestro Señor .
Riv. 23 Julio.
Justo será reparar despues de los Apóstoles en al-
gunos Santos que tienen algo que advertir, guardan-
do en el órden su antigüedad . Y el que se nos ofrece
primero es el glorioso mártir San Cristóbal , el cual
fué cananeo de nacion , y siendo cristiano vino á la
provincia de Licia para manifestar á Cristo ; armán-
dose primero con la oracion contra las dificultades-
y batallas que se le habian de ofrecer . Comunmente
se pinta con el Niño Jesus en el hombro , como que
le pasa por un rio (dice el P. Rivadeneira) , y no hallo
qué fundamento tenga el pintarlo así . Y antes de
esto no dice que era gigante , si bien que era de gen-
til disposicion y alta y grande estatura (aunque no
Tenia el de la Iglesia tanto como se pinta ) y que traia una vara en la mano,
mayor de Sevilla 33
pié de alto que y habiéndola hincado en la tierra súbitamente re-
son 11 varas.
verdeció y floreció , y visto este milagro , muchos se
PINTURAS SAGRADAS. 287
DEO SACRUM .
Cristifer est fortisque gigas, cui lucet cuncti
In tenebris operosa fides, larvasque minaces
Non timet, atque ullis rerum immersabilis undis .
Nititur usque Deo, talem te maxime divum
Credimus, exemplumque piis ad lumina templi
Ponimus, et meritos aris adolemus honores .
A.CIC.IC-XXCIIII.
Distico 15. c . Sant. consta del decreto que hizo San Geloso Papa contra
Rom.
los libros apócrifos por ser compuestos de herejes .
Y por esto en el Breviario reformado por Pio V, no
se ponen lecciones particulares de San Jorge , ni se
hace mencion de su vida y martirio por no tener
por seguro lo que se halla escrito . Pero siguiendo lo
más cierto de lo que eligió el cardenal Baronio, San
Bar. Mártir . 23 Jorge fué natural de Capadocia, hijo de padres no-
Abril.
bles y ricos . Desde su niñez criado en la religion
.
cristiana , y siendo mozo de gentil disposicion y
grandes fuerzas , siguió la guerra y por su gran valor
fué maese de campo en el ejército del Emperador
Diocleciano (no sabiendo que era cristiano) , el cual
siendo cruel perseguidor de la fé de Cristo , se opuso
San Jorge á sus decretos valerosamente, padecien-
do muchos y muy crueles tormentos de que salió
victorioso con demostraciones del cielo, venciendo
todas las máquinas del tirano y echando por tierra
CAPITULO XV.
Hibi carnifices
In lignum quadrilaterum sublime super terram
Erectum extenderunt contringentes vis
Volantes utrinque ferreo quodam vinculo
Manus inmense transfixum singulari clavo
Magnum animo habentem uno perforatum impetu,
Pedibus conexit rigidum vinculum mortis.
Ultimo dia de Páscua de Espíritu Santo , del año ciɔ icɔ xix .
apud gerundam
clavibus transfixi
Martirium passi
sunt,
FRANCISCO PACHECO.
352 ADICIONES Á
CAPITULO XVI .
PRIMERA APROBACION .
Á FRANCISCO PACHECO . S.
SEGUNDA APROBACION.
TERCERA APROBACION .
CUARTA APROBACION.
stantem super altare, dice otras que por ser tan graves
y explicar clara y evidentemente esta opinion es
fuerza el escribirlas todas . Magna vere visio per os-
tendit, dice, querinus ergo ubi, vel quando factum sit
tale, quid cuius insignum stans dominus super altere vi-
deri debuerit. Quærentibus autem in toto Christi evan-
gelio l. in omni evangelicæ gratiæ sacramento nihil tam
magnum, nihil tam evidens, secundum huius visionis
QUINTA APROBACION .
SEXTA APROBACION.
APROBACION SÉPTIMA.
Pågs.
Pintura de la Santísima Trinidad . • · 176
Pintura de los Angeles . • · • 182
Pintura de los demonios .. 185
Pintura de San Joaquin y Santa Ana á la puerta dorada. 187
Pintura de la Purísima Concepcion de Nuestra Señora. • 188
Pintura de la Natividad de Nuestra Señora . 192
Pintura no usada de Señora Santa Ana . • 195
Pintura de Santa Ana dando leccion á Nuestra Señora. • 198
Pintura de la Presentacion de Nuestra Señora en el templo. 201
Pintura del Desposorio de Nuestra Señora . • . 205
Pintura de la Anunciacion de Nuestra Señora. . 208
Pintura de la Visitacion de Nuestra Señora á Santa Isabel . 214
Pintura de San José cuando quiso dejar á la Virgen Nues-
tra Señora.. 213
Pintura del nacimiento de Cristo Nuestro Señor . • • • 216
Pintura de la Circuncision del Niño Jesus. 220
Pintura de la adoracion de los Reyes Magos á Cristo Nues-
tro Señor.. 225
Pintura de la Purificacion de Nuestra Señora y Presenta-
cion del Niño Jesus en el templo . . 229
Pintura de la huida que hizo la Virgen con su Hijo y Es-
poso á Egipto. 234
Pintura de la disputa del Niño Jesus en el templo entre
doctores. · · • 239
Pintura del bautismo de Cristo á los treinta años de su
edad . · 243
Pintura del ayuno del Salvador y tentaciones del demonio . 246
380 INDICE DE PINTURAS .
Págs .
Pintura de la coronacion de espinas de Nuestro Redentor
Jesucristo .. 250
Pintura de cuando Cristo fué mostrado al pueblo y dijo
Pilatos Ecce Homo. • 252
Pintura de Cristo con la cruz á cuestas camino del Cal-
vario, y de Simon Cirineo que le ayudó . · 254
Pintura de la gloriosa resurreccion de Cristo Nuestro Se-
ñor.. 258
Pintura de la primera aparicion de Cristo resucitado á su
Santísima Madre . • 261
Pintura de la Asuncion de Nuestra Señora. 263
Pintura de San Miguel Arcangel . · € 268
Pintura de San Juan Bautista.. 269
Pintura de San Pedro y San Pablo . 277
Pintura de San Juan Apóstol y Evangelista.. . 280
Pintura de San Felipe y Santiago el Menor . 282
Pintura de los Apóstoles y Discipulos.. 283
Pintura de San Cristóbal. 286
Pintura de San Sebastian . 289
Pintura de San Jorge armado á caballo . 291
Pintura de San Antonio Abad .. . . 293
Pintura de San Gerónimo, Doctor de la Iglesia.. . 295
Pintura del glorioso Patriarca Santo Domingo.. " 300
Pintura del seráfico San Francisco. 303
Pintura de Santa Catalina de Sena.. • 307
Pintura de San Ignacio fundador de la Compañía de Jesus . 312
TABLA
DE LOS
Págs.
CAPÍTULO I. - De los rasguños, dibujos, cartones y de las varias
maneras de usarlos. . 5
CAPÍTUTO II . De la pintura al temple, su antigüedad y diferen-
cias y cómo se ha de obrar. 17
CAPITULO III . De la iluminacion , estofado y pintura al fresco , y
de su antigüedad y duracion . · • 31
CAPÍTULO IV. Del tiempo en que fué hallada la pintura al ólio
y de su primer inventor. • • • 52
CAPÍTULO V. -Del modo de pintar al ólio, en pared , tablas y
lienzos y sobre otras cosas .. 69
CAPÍTULO VI . - En que se prosigue la pintura al ólio sobre otras
materias y de las encarnaciones de polimento y de mate. 87
CAPÍTULO VII. -Del dorado, bruñido y mate sobre varias mate-
rias, y de la pintura de flores, frutas y países . . 106
CAPÍTULO VIII. De la pintura de animales y aves y pescaderías
y bodegones y de la ingeniosa invencion de los retratos del
natural. 123
CAPÍTULO IX. -Cómo la pintura ilustra y adelgaza el entendi-
miento, tiempla el furor y dureza del ánimo , hace al hombre
blando y comunicativo , y de la dificultad de conocerla y
juzgarla. · 143
CAPÍTULO X. -En que se concluye la materia de la pintura y las
razones de su nobleza y de mayor alabanza. . . 162
CAPÍTULO XI . De advertencias importantes en algunas historias
382 TABLA DE CAPÍTULOS .
Págs.
sagradas acerca de la verdad y acierto con que se deben pin-
tar, conforme á la escritura divina , y Santos Doctores. . . 175
CAPÍTULO XII . -En que se prosiguen las advertencias á las pin-
turas de las historias sagradas.. • . 205
CAPÍTULO XIII . —En que se pasa adelante en el acierto de las sa-
gradas pinturas. . 243
CAPÍTULO XIV. De las pinturas verdaderas de algunos Santos de
los más conocidos . • 268
CAPÍTULO XV.- En favor de la pintura de los cuatro clavos con
que fué crucificado Cristo Nuestro Redentor. . 319
CAPÍTULO XVI.P - En que se refiere el sentimiento y aprobaciones
de estas dos cartas por hombres doctos que las censuraron . 352
Y TERCER VOLUMEN
FEB 21 1969
C
I
R
C
U
D
L
O
A
O
E
T
T
S
Demco- 293