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Ateneu Barcelonés
BIBLIOTECA

n. £011

*
QUIMICA

APLICADA

A LA TINTURA.
Ateneu Barcelonés
BIBLIOTECA

Z JEME

*
APLICADA
*

A LA TINTURA.
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APLICADA

A LA TINTURA Y BLANQUEO

DE IA

LANA, SEDA, LINO, CÁÑAMO Y ALGODON

Y AL ARTE DE IMPRIMIR

Ó PINTAR LAS TSLAS.

CON LICENCIA.

BARCELONA: IMPRENTA DE J. RUBIÓ,

Véndese en la librería de Soi»i calle de la B"~


QUIMICA
APLICADA

A LA TINTURA Y BLANQUEO

DE LA LANA, SEDA, LINO, CAÑAMO Y ALGODON,

T AL ARTE DE IMPRIMIR Ó PINTAR LAS TELAS;

ESCRITA EN FRANCES

POR J.-B. F1TALIS

DOCTOR BN CIENCIAS DE LA UNIVERSIDAD DE FRANCIA, ANTIGUO


PROFESOR DE QUiMICA TECNOLÓGICA EN RUAN, SECRETARIO QUE FUÉ
DI LA ACADEMIA REAL DE CIENCIAS DE LA MISMA CIUDAD, MIEMBRO
DE DIFERENTES ACADEMIAS Y SOCIEDADES SABIAS DE FRANCIA
Y DE OTRAS NACIONES , CABALLERO DE LA ORDEN
REAL DE LA LEGION DE HONOR.

„ - / ' VERTIDA AL ESPAÑOL.

POR D. J.-R. TRULLAS.

CON LICENCIA

BARCELONA: IMPRENTA DE JOSÉ RUBIO,

Véndese en la librería de José Sola calle de la Boqueria.


Es propiedad del traductor, y todo ejemplar
que no sea numerado y señalado con su rúbri
ca y cifra se considerará como contrahecho. f

PROLOGO DEL TRADUCTOR.

¿a historia del arte de teñir se pierde en ta mas


remota antigüedad, -fa inclinacion que tiene el hombre
d imitar la naturaleza deéió } parece } sugerirle ; en
los primeros tiempos } la idea de trasladar á varias
sustancias los brillantes colores tjue se le presentaban
á cada paso. d?ero d pesar de este deseo natural } lo»
Aombres instigados por la necesidad procuraron prime
ramente faéncarse algunas clases de vestidos que cu
briesen su desnudez } y hasta que llegaron d conocer
ei modo de hilar y tejer } no pudieron apenas ade
lantar - un solo paso en el arte de teñir. ¿Por for
tuna las continuas tentativas de los hombres no fueron
infructuosas. Conocieron pronto ; segun leemos en la
/listona i los cuerpos que eran mas propios para ser
Aliados ; y desde entonces este importante descubrí"
miento se ha ido trasmitiendo ¿asta nuestros dias de
generacion en generacion.
Cn tiempo de 3f/loyses se cultivaba ya el Uno } y
sabemos por mil circunstancias que se empleaba esta
planta para hacer tela.
Diomero nos hace la descripcion de varias telas
blancas y de colores aue componían la antigua vesti
dura de los heroes y damas aue celebra en su poema
de la ¿filada } y mas remotamente aun el Qénesis nos
eita ejemplos del conocimiento de este arte en tiempo
de t/lbraJiam ¡ reusando este recibir los presentes del &tey
de Sodoma " no reciéiré } le dice ; ni siquiera un hilo
de la cinta de . un zapato puraque no digais aue habeis
enriquecido a OÍbraham.n
(Hediere Sl/loysés entre otras cosas aue ffieSecca se
tubrió con su velo hasta que vio d ¿Psaac } y que qui
tándose ¿Faraon el anillo de su dedo para ponerlo eu
el de tfosé } le revistió al mismo tiempo de una ropa
de tela fina. — ,' ' '
> » ¿Habla &ob en su libro Vil de la lanzadera del
tejedor.
Probada ya la antigüedad de las artes de tejer
y de blanquear } pues el segundo es una dependencia
del primero } demostrare con algunos ejemplos la ec-
sistencia en tiempos remotos del de teñir y pintar
los tejidos que sigue naturalmente á la fabricacion de
.estos.
Sllovido el hombre por el deseo de copiar la na
turaleza} trató desde luego de fijar en sus tejidos los
colores derivados de la luz y demostrados en el arco
iris. J?a misma Cscritura Sagrada nos da pruebas in
contrastables^ . . >.>...
(«O
Cl Pentateuco habla frecuentemente de los orna- ,
mentas del tabernáculo donde se vetan las mas her
mosas estofas azules } purpúreas ó escarlatas ; st atuendo
el orden y serie de los colores del prisma j y muchos
siglos despues ; segun dice el mismo liéro ; Salomon edi
ficó el templo de $erusalen y le adornó entre otras
muchas riquezas ; con telas de varios colores en el
mismo orden que en el tabernáculo. —
Cl profeta Czequtel describe la ciudad de tiro
como opulentísima por su comercio y fabricas de todas
clases y particularmente de telas pintadas de todos
colores ; añadiendo ademas que las velas de sus navios
eran } segun su propia espresion ; de hermoso lienzo de
Cgipto bordado.
Diomero que jiorecia 9o o años antes de Crist»
hablando de Bidon cita sus tejidos de todos colores
como una cosa magnífica.
Sabemos que los Qrieg'os aprendieron las artes de
¿os Coipcioe y tirios ; y los otomanos de los Griegos}
de lo que podemos convencernos por la ley Oppia que
prohibía d las damas romanas traer vestidos de dife
rentes colores. Nosotros hemos aprendido de los 9io-
m manos 7 y por consiguiente el conocimiento del arte
de teñir y pintar telas sube hasta la mas remota
mntiguedad.
ignoramos el origen de los progresos del arte de
teñir entre los ¿indios } pero (Alejandro el magno halló
«ntre ellos telas pintadas de los mas hermosos colo
res : sin embargo su proesimidad á la China 7 parecef
nos indica bastante que los habitantes de este ¿Pmperi»
fueron sus maestros.
Cl perfecto conocimiento de la tintura supone el
de ta química . pues ta primera no ecsiste sin la fe
cunda. Cn efecto j la química es la madre de casi
todas las artes como las matemáticas lo son de las
ciencias y de muchas artes, -Asi es que las naciones
lian adelantado en su comercio fábricas y manufac
turas en proporcion de su aplicacion á esas dos cien
cias. Saltemos que las matemáticas fueron siempre el
objeto del estudio de los imperios jiorecientes. J?os
Caldeos y los tAsirios , los »Persas } los Cgipcios } lo»
Qriegos y los (Romanos conocieron esta ciencia ; como
nos lo demuestran las grandes obras que de ellos nos
han quedado. JÜa química fué conocida por las nacio
nes fabricantes y comerciantes j los Cgipcios } los ¿Tirios
y los Cartaginenses que aprendieron de estos se aplica
ron al estudio de (a naturaleza . y la química es una
parte de este estudio.
¿Despues de la venida de Cristo las ciencias y
artes fueron en decadencia y d causa del trastorno y
revoluciones acaecidas en toda la estenston deí imperio
(Romano que dominada la mayor parte del orée cono-*
cido. -Ca inundacion de la Curopa y -Asia por Ios-
bárbaros salidos del norte aceleró la ruina y el olvi
do de tas ciencias . y todas las naciones yacieron se
pultadas en la mas sórdida ignorancia } hasta que ta
(Pglesia de Jesucristo gozó de la tranquila posesion del
orbe } por la conversion sucesiva de los gentiles.
J?a Italia fué la primera que se aplicó á tas
ciencias : de ella salió la chispa eléctrica científica que
inflamó toda la Curopa y hubiera tambien comunicad»
hasta el tdsia- y -Africa si el cisma de (Mahoma sa
lido de los desiertos de la (Arabia no se hubiese opuesto,
como una barrera invencible } al progreso de tas cien
eiat en aquellos países f antiguo asiento de la safadu
ría de los paganos.
J?a Italia fué } pues } en Curopa la cuna de las
ciencias y artes. JBos ¿buques de ¿Florencia hicieron
suéir la gloria de su reyno al mas alto grado por
su aplicacion y por la proteccion distinguida que die
ron á los safaos de todas naciones que quisieron esta-
élecerse en sus estados, imitaron los Venecianos el
ejemplo y siouiéron despues los Qenoveses ; y estas dos
tftepáélicas estendie'ron su comercio por todas las par
tes del gloSo. Xa ¿Francia Sajo el reynado de Carlos
magno se distinguió por su gusto al estudio de las
ciencias ; pero sus sucesores por su debilidad y sus
vicios envolvieron otra vez aquel pais en guerras civiles^
y por consecuencia cierta } en la ignorancia hasta (a
safada de los ¿Barbones en el trono. jCa Cspaña ; la
Inglaterra y mas tarde la ¡Alemania se aplicaron des-
oues sucesivamente al estudio de las ciencias y vemos
que han adelantado conforme ha sido su aplicacion d
ia Química y (Matemáticas. Cn el siglo pasado la In
glaterra elevó su comercio soére el de todas las nacio
nes por su constante estudio de estas dos ciencias. Cn
efecto j sus progresos en esta parte lian suóido casi al
olmo de la perfeccion y de a/ii se ha seguido la
prosperidad de su marina ; su comercio } su fabricacion de
todos los objetos mercantiles en general y la prepon
derancia que adquirió entre las demas naciones. jOa
¿Francia trató de rivalizar con ella y d fuerza de cons
tancia y estudio ha conseguido igualarse con la &n-
daterra y aun en muchas cosas sobrepujarla ¡ de
.>>odo que la preponderancia de que gozan estas dos'
naciones es hoy dia igual en la Balanza del eijuilibri*
(V.)
de los estados actuales. $Cal es la influencia y los efec
tos de la aplicacion á las ciencias y principalmente
á la auímica.
Cutre todos los artes qne deben su ser d la qul-
mica no hay otro que tenga relaciones mas estrechas
con esta ciencia ? ni que presente mas utilidad y ven
tajas que el de la tintura. Sus operaciones estan en
trelazadas de tal modo con los principios químicos
que seria impostóle obtener sucesos constantemente ecsac-
tos si se aislasen aquellas de la parte científica. 2¿
en efecto j ¿ como podrá juzgar el que se dedique
á la tintura de la éuena 6 mala calidad de las
sustancias que deSe emplear ¡ especialmente si son estas
minerales ; si na posee los conocimientos necesarios para
saberlas analizar ? ¿^o/no podrá apreciar los efectos
del calórico ; de la luz y de otros agentes capaces de
inducir mil variaciones en sus resultados } si no conoce
las propiedades de estos mismos cuerpos?
Cl estudio de la química es ; pues } tan indis
pensable para el que quiera instruirse en el arte de
la tintura ; como lo es el conocimiento de los cuerpos
celestes para el que pretenda dedicarse á la astro
nomía.
£al vez no hay otras artes que cooperen tanto á la
prosperidad del comercio como el de tenir y el de, im--
primir telas, oldemas del incalculable consumo de los
géneros tenidos y pintados y del subido precio que ad
quieren los tejidos despues de haber recibido diferentes
colores y ¿ cuantos otros recursos no facilita el ejercicio
de estos artes que ofrecen al comercio un manantial
inagotable de riqueza ? ¿ Cuantos cuerpos no necesitan
poner en accion que } sin el cultivo de estos interesantes
ramos y no tendrán valor aigima? Cn efecto '} nadie ig
nora la multitud de materiales que toa tr/disfensuétes
4 este arte} la cochinilla, el añil } el altsmBre } la
caparrosa y otras mil cuerpos que tanto lian contriBut-
do á poner el comercio de los ettranje/os en el estado
mas jlorectente.
£a aceptacion con que Aa sido reciBida en ¿Fran
cia esta oBra f por haBer erigido Vitalis su tratado
sobre los sólidos cimientos ijue le lia facilitado la
química ¡ es el único motivo que ha lucho nacer en
mí la idea de verter ¿ nuestro idioma su segunda y
última edicion con ti oéjeto de proporcionar un Be
neficio á nuestra íffacion. Cl método con que espone el
autor las nociones químicas que son necesarias para el
que desee ejercer la tintura ; los descubrimientos mo
dernos y del mayor ínteres que da á conocer y la
facilidad de ejecucion de los procederes no solo del
arte de teñir sino taméien del de faBncar indianas
que se deja ver en su oBra} me hacen lisonjear que
tendra esta la Buena acogida que ha merecido entre
los franceses.
J?os muchos años que ha tenido el autor d su car
go la enseñanza de química aplicada á las artes } lo»
progresos que ha hecho en la tintura durante su prác
tica de mas de treinta años } y la prontitud con que
han sido vendidas en su país dos ediciones de su obra
me dispensan de los muchos elogios que se pudieran
hacer de ella y que ofendieran tal vez la delicadeza
y modestia de Vitalis.
¿Me he tomado la UBertud de mudar el titulo
que dio el autor a esta oBra de Curso elementar
de tintura &c. en el de Química aplicada á la
tintura , a fin de que vea el púvlico desde luego que
la éase en que lia apoyado Vitalis m arte de tintura
es la química. Cspero pues que se me disimulará una
licencia que solo ha sido originada del deseo de pro
curarle una ventaja.
(IX)

PROLOGO DEL AUTOR.

La mas bella prerogativa de las ciencias es


la de iluminar la senda y de perfeccionar los
procederes de las artes.
Es útil, sin duda, observar los hechos, com
pararlos , juntarlos para estrechar el nudo que
los reune, y fundar sabias teorías; pero es mas
útil aun saber aplicar los principios, y espar
cir sobre la práctica la3 luces de la teoría.
Si todas las ciencias consideradas bajo este
respecto ofrecen al reconocimiento público títulos
mas ó ménos brillantes, mas ó ménos sólidos,
nadie disputará á la química los derechos mas
gloriosos y mejor fundados. Fecunda en recursos
y en medios, presta cada dia nuevos servicios
á nuestras manufacturas, á los talleres, á to
dos los géneros de industria , y facilita , ó des
arrolla el gérmen de útiles é importantes descu
brimientos para las necesidades de la sociedad.
Entre todas las aplicaciones que pueden ha
cerse de la química á las artes, no hay otra
tan bella como la que enlaza los procederes
del arte de teñir con los principios de esta cien
cia, y la misma tintura no ha merecido el nom
bre de arte, sino después que la química ha
alumbrado con su antorcha esta parte de la
industria.
(i)
No ecsiste, en efecto, el arte, sino mientras
está fundado sobre principios ciertos, sino mien
tras obedece á leyes constantes, y posee méto
dos cuyo écsito es independiente de los caprichos
de la rutina. El arte no camina á la aventura,
no sigue la primera ruta que se le presenta:
observa, estudia los hechos, toma por guia la
brújula de la esperiencia, calcula con cuidado
todas las circunstancias que pueden influir en
sus operaciones , y sabe prever los resultados,
porque son una consecuencia necesaria de los
medios que una razon ilustrada y una accion
premeditada le han sugerido.
No hay entre todos los artes que componen
el vasto dominio de la industria , otro cuya
teoría y práctica ofrezca mayores dificultades,
y ecsija por consiguiente conocimientos mas es
tensos que el de la tintura.
Esta proposicion parecerá sin duda una pa
radoja á los que, habituados á juzgar de las
cosas superficialmente, ven solo en este arte
operaciones mecánicas y manipulaciones groseras,
mas propias para ejercitar los brazos , que las
.facultades del entendiminto. Se pretendiera, sin
razón , confundir el arte sublime de la pintura
con el de moler los colores que emplea, ó con
el de preparar la tela que debe ser animada por
sus pinceles.
Sin duda merece la práctica una grande con
sideracion, no solo en el ejercicio de la tintura,
sino tambien en el de las demás artes , y me
guardaría bien de disputarle sus ventajas, y su
(n) t t -
utilidad. Pero ¿que seria la práctica separada
de los principios ? ¿ que sucesos podría prometer
sino estuviese apoyada sobre bases sólidas, sino
fuese dirigida por reglas seguras é invariables?
Sin la teoría , andaria la práctica con paso in
cierto y vacilante , y estaría espuesta continua
mente á caidas inevitables. La teoría es para
la práctica , lo que la luz para el ojo ; lo que
el genio que concibe é inventa para la máquina
que ejecuta. La primera manda, la segunda obe
dece; aquella traza la senda, estase limita á
seguirla lentamente, y sin medios para vencer los
obstáculos que le pudiera presentar. Separémos
un instante, en nuestro pensamiento, la teoría de
la práctica; el arte de la tintura deja de ecsistir;
no queda mas que un empirismo obscuro, un
titubeo pueril, recetas insignificantes, maniobras
ineptas y procederes ridículos.
Que los Griegos tuviesen por grosero el arte
de la tintura; que Plinio, que el mismo sabio
Plinio se desentendiese de describir sus proce
deres, por no considerarla, en nada, liberal (i),
es disimulable, tal vez, sise atiende á la época
en que estos pueblos vivían y al tiempo en
que el célebre naturalista dio á luz su inmor
tal obra. ¿Que era entonces el arte de la tin
tura? Puesta en manos inhábiles, abandonada
á esclavos ignorantes; ¿que interes podia escitar?
que estima podia tener? que precio podia darse
á prácticas rutineras , á ensayos imperfectos, á

(i) Hist. natur. lib. XXII. Cap. II.


(»«)
trabajos bastos, y i procederes absurdos y detes
tables por su inútil complicacion? Es de admi
rar si los griegos, nacion ligera y frivola , si
los romanos, abrasados por la sed de las con
quistas, y devorados por las discordias civiles, tra
taron el arte de teñir, como aquellas plantas
saludables que el viajero pisa sin respeto y sin
precaucion ?
Pero en el dia que la química le ha presta
do el socorro de sus medios , de sus recursos
de su poder, en el dia, que ha llegado, prin
cipalmente en Francia , á un grado de perfec
cion que es el objeto de una universal admi
racion; ¿podrá reusársele el aprecio que merece,
y dejará de convenirse con Chaptal , que el arte
de la tintura es uno de los mas útiles y ma
ravillosos que se conocen , y que si hay alguno
que pueda inspirar al hombre un noble orgullo
es tan solo él?
En efecto, ¿ecsiste otro por ventura que
suponga conocimientos mas profundos y varia
dos que presente mas dificultades, y ecsija com
binaciones mas sabias y delicadas? ¡Cuantas
ideas no ha sido necesario reunir, ya estudian
do las leyes de la naturaleza, ya meditando,
ya reflecsionando , antes de poder aplicar so
bretodo solidamente , á los tejidos los colores que
les dan tanto valor! ¿Que arte ofrece, al que
lo ejercita , un problema mas difícil de resolver,
que el de la tintura de algodon en encarnado
de Andrinópolis, ó el de la impresion de telas?
¿Ecsiste uno solo cuyas operaciones requieran
(«»)
ser dirigidas con mas orden, finura y sagacidad?
Se diferencia mucho una profesion química
de las artes mecánicas. Estas últimas solo tie
nen necesidad de algunas nociones cuyo círculo
es bastante limitado: bástales un pequeño núme
ro de principios y de conocimientos aislados.
Pero en tintura todo está ligado, todo está unido,
todas las partes están encadenadas íntima é in
dispensablemente con la ciencia que les sirve
de base y solo se descubre ordinariamente este
entrelazamiento después de largas y penosas in
vestigaciones , y aun unicamente se muestran
al que sabe reconocerlo.
Es verdad que suceden algunas veces aca
sos desagradables en las operaciones de la tintura,
pero no es ménos cierto que la química solamente
{mede hallar las causas por los efectos, reunir
os anillos que forman la cadena de estos pro
cederes fortuitos, describirlos con método, fi
jarlos con certitud, y, aun muchas veces, mo
lificarlos y simplificarlos de tal modo que ahor
ren á la vez el tiempo, el trabajo y el gasto.
El arte de teñir se divide en varías ramas
ó partes, sometidas todas á principios generales
como á un tronco comun. Estos principios están
fundados sobre las leyes de la química, y su
aplicacion supone el conocimiento de una mul
titud de agentes que el arte de la tintura pone
en accion, y que no pueden producir resul
tados útiles sino entre las manos de aquellos
(jue conocen bien sus propiedades y el modo
conveniente de emplearlos. Vemos cada dia que
3
(xiv)
aquellos que se entremeten en la práctica de
la tintura , sin estar de antemano familiarizados
. en algun modo con los agentes químicos de
que se hace uso en ella , salen frustrados en sus
empresas, y caen muchas veces en yerros que
les ocasionan daños de bastante consideracion.
El solo medio de evitarlos consiste en mar
char siempre á la luz de la antorcha que debe
iluminar sin cesar los pasos del tintorero ; no
se hallarán mas entonces esas anomalías cho
cantes, esas irregularidades molestas que es fácil
y cómodo atribuir á la casualidad , ó á causas
vagas y quiméricas; pero que no toman origen,
seguramente, sino de la ignorancia ó de la inob
servancia de las reglas que deben dirigir al
artista en su trabajo.
A fuerza de ver repetir un proceder de tin
tura , se logrará tal vez ejecutarlo bien por
sí mismo; pero este suceso maquinal, si puedo
espresarme así, no durará sino mientras se halle
colocado el sujeto absolutamente en las mismas
circunstancias que aquellas en que vid practicar
la operacion, y mientras podrá disponer de los
mismos agentes cuyo empleo habrá aprendido
á conocer.
Pero supongamos que algunas causas estrañas
cuya influencia no se conozca ó no se sepa
prever, vengan á cambiar los resultados; el tin
torero queda mudo y confuso, y se ve reducido
á guardar un silencio que le ecsaspera.
Supongamos, al contrario, que se sepa apre
ciar la influencia del ayre, de la luz, y del ca
(XV)
lórico; reconocer la buena ó mala, calidad de las
aguas; escoger los agentes que convenga emplear;
juzgar de su pureza ó de su alteracion, de su
grado de atraccion química, y de la energía
de sus combinaciones ; supongamos que se haya
estudiado bien la naturaleza y las propiedades
de las materias colorantes, el modo de estraerlas,
de fijarlas, sea inmediatamente, cuando es posi
ble, sea por medio de mordientes apropiados,
en todos los casos que puede ofrecer la práctica;
no se le presenta ya entonces ni obscuridad, ni
incertidumbre. El buen écsito se halla asegurado
porque los resultados son calculados con una
ecsactitud rigurosa y con la mayor escrupulosi
dad. Lo que sale bien hoy saldrá bien mañana,
porque se habrá previsto todo , y porque se
habrá procurado evitar cuanto pudiera impedir
la marcha de la operacion , y alterar los resulta
dos que se habían propuesto obtener.
¿Queremos pues que la práctica del arte de
la tintura sea tan segura como fácil? Apartémonos
de los senderos de la rutina, estudiémos los prin
cipios y sigámosles sin separarnos jamas de ellos.
Debemos, no obstante, convenir que este estudio
de los principios de la química en sus relaciones
con el arte de la tintura, presentaría á cuantos
quisiesen dedicarse á él, dificultades capaces de en
tibiar su zelo , ó tal vez de hacerles desistir desde
luego.
Solo con el objeto de hacer fácil este trabajo
á los jóvenes que se ocupen algun dia en ejer
citar el arte de la tintura, me he dedicado desde
veinte años a esta parte, siguiendo mi curso
de química tecnologica, á hacer una aplicacion
particular de los principios de las ciencias, al
arte de teñir. : , .
Obligado por la decadencia de mi salud, á
renunciar las penosas funciones de la enseñanza,
no puedo ya ser útil de otro modo, que por mis
escritos , habiendo solo emprendido bajo este res
pecto la obra que presento ahora al publico.
Me ensayé en 1810, con mi manual del
TINTORERO PARA HILADOS DE HILO Y ALGODON, (i)
La obra que presento en este momento, tiene un
objeto mucho mas estenso; es, no hay duda, un
tratado elementar, pero tan completo como me
ha sido posible hacerlo, del arte de teñir la lana,
la seda, el algodon, el lino, el cáñamo y de
imprimir las telas. Este tratado es á la vez
teórico y práctico: he puesto el mayor cuidado
en la esposicion de los principios que sirven
de base á la teoría.
Por lo que toca á la parte esperimental , pue
de estar cualquiera bien persuadido que casi todos
los procederes de tintura han sido repetidos mu
chas veces en mis cursos, y verá, yo lo espero,
que son presentados con toda la ecsactitud y
percision que es de desear.

(i) Véase la relacion que se hizo en el Boletín de Cien


cias de París; en el Estado de la biblioteca pública de Lion,
durante el curso del año i 8 i i , por M. Delandine , conservador^
en la obra de Bancroft intitulada : Researches concerning the
Philosophy of permanent colours , &c y en las Memorias de las
Academias de Ruán , de Caen , Cíe,
(xvn)
El curso elementar de tintura , está divi
dido en tres partes.
La primera dedicada al ecsamen de todas las
causas que ejercen una influencia notable sobre
los colores, y al estudio de los agentes químicos
que el arte emplea para fijarlos sobre los diversos
tejidos, era tanto mas difícil de describir, cuanto
debia hablar el lenguage severo de la química á
hombres que, por lo general, ignoran los princi
pios de esta ciencia, y que por esta misma razon
están muy inclinados á desdeñar sus lecciones, y
aun á negar su utilidad. Dos escollos debia evitar
á ñn de no hacer desistir los ánimos dispuestos
ya tan poco favorablemente; el primero de pene
trar demasiado en las profundidades de la cien
cia ; el segundo de sacrificar á esta consideracion
principios ó detalles cuya importancia ó utilidad
no podía, no obstante, ser puesta en duda.
Entre estos dos estremos he buscado un justo
medio no diciendo ni demasiado, ni muy poco,
y no he omitido nada, sobre todo, para ponerme
siempre al alcance de un lector inteligente. Si no
he tenido la facilidad de salir constantemente
bien en mi empresa, confio en la equidad de mis
jueces para creer que se harán cargo de las di
ficultades contra las que he debido luchar.
La segunda parte del curso elementar trata
de las operaciones del arte de la tintura sobre hila
dos de lana, seda, lino, cáñamo, y algodon, y se ha
procurado no admitir sino aquellos procederes
cuyo suceso está garantido por la esperiencia.
En la tercera parte espongo los principios del
( XVIII )
arte de imprimir las teias, y de fabricar toda es
pecie de indianas. Esta parte que he separado en'
te ra mente de las demás, es totalmente nueva, y
he procurado presentarla del modo mas claro y
mas metódico. Los sabios y los fabricantes de in
dianas decidirán si he tenido acierto en esparcir
algunos rayos de luz sobre la parte mas atractiva,
sin duda, pero la mas escabrosa del arte de la
tintura. En ella es donde el artista debe desple
gar todos los recursos de su genio y de su talen
to. En ella debe mostrarse á la vez dibujante
hábil, químico instruido y colorista consumado.
En ella, en fin, debe saber secundar con destreza
el poder de la imaginacion, para evitar ó vencer
los obstáculos que harto comunmente se oponen
á la ejecucion.
Tratando separadamente del arte de imprimir
las telas, he logrado la ventaja de poder esplicar
con mas estension un objeto que apenas habia
sido conocido hasta ahora, y sobre el cual solo se
han hecho bosquejos mas ó menos imperfectos y
que distan mucho todos de representar el verda
dero estado actual de este hermoso ramo de in
dustria, frances enteramente en el dia.
Era tan necesario poner este tratado del arte
de la tintura en armonía con los descubrimien
tos de que se ha enriquecido la química de al
gunos años á esta parte , como difícil se presen
taba su ejecucion; pero cualquiera que sea el
écsito de esta obra, me creeré suficientemente re
compensado de mi trabajo , si puede este contri
buir á hacer nacer otro mas útil y mas perfecto.
QUÍMICA

APLICADA

Á LA TINTURA

DE LA LANA , SEDA , LINO , CANAMO Y ALGODON.

' a e

PRIMERA PARTE.

El arte de la tintura tiene, en general, por objeto estraer las


partes colorantes que la naturaleza nos presta , y aplicarlas del
modo mas sólido que sea posible, sobre todas las especies de
hilados ó tejidos.
Para conducir á nuestros lectores i este fin, esponirémos pri
meramente los principios sobre que se apoya el arte de teñir, y,
despues de haber hablado de las causas que obran sobre los co
lores, harémos conocer los agentes que sirven para producirlos.

SECCION PRIMERA.

De los principios sobre que se afianza el arte de la tintura.

Estos principios son los de la química , que es la ciencia que


sirve de base al arte de la tintura. En efecto; las operaciones de
este arte no son sino aplicaciones continuas de los principios de
la química ; es decir una serie de análisis y síntesis , ó bien , en
otros terminos , de descomposiciones y composiciones que de
penden del juego muchas veces complicado y otras muy deli-
. cado de las atracciones químicas , y obedecen á leyes fijas ó
variables que limitan 6 modifican su accion.
Ayudado pues de los principios químicos , podrá el simple
práctico dejar de ir á ciegas en su marcha , y dirigir sus pasos
en medio del sin número de obstáculos que estan esparcidos por
su senda, y solo en las lecciones de la química es donde el
artista , animado del noble deseo de distinguirse en su profesion,
bailará la facilidad de añadir nuevos medíoi á bi que su arte
ya posee, ó de reducir el número de ellos.
Es pues indispensable , antes de todo , ofrecer i los que
quieran hacer algunos progresos en la tintura, un resumen de
los conocimientos químicos que deben procurar adquirir antes de
dedicarse á las operaciones de un arte que, si se aisla de la quí
mica , no parece otra cosa sino una rama separada del tronco
que le daba la ecsistencia.

Capítulo Primero— De/ objeto de la química y de sus medios.

La química, como todas ciencias naturales, se ocupa en ec-


■aminar las propiedades de los cuerpos ; pero se distingue de las
demas por el modo cpn que considera su objeto. Espliquemoa
nuestro pensamiento.
Se entiende por cuerpo todo lo que afecta ó impresiona nues
tros sentidos : la Vista , el oido , el olfato , el gusto , el tacto.
Todo lo que los cuerpos nos ofrecen de constante en su modo
de obrar, se llama propiedad.
Las propiedades de los cuerpos son generales si pertenecen
á todos sin escepcion , 6 particulares si se hallan tan solo en
algunas clases de ellos.
Los cuerpos son simples 6 compuestos. Los primeros son aque
llos que no pueden ser descompuestos por ningun medio quí
mico actualmente conocido. Los segundos son aquellos que están
formados de un número mayor 6 menor de cuerpos simples.
Los cuerpos compuestos se llaman binarios, ternarios, cua
ternarios, &c. segun que están formados de dos, de tres, de
cuatro cuerpos simples &c.
Las partes de un cuerpo simple, del azufre, por ejemplo, se
llaman partes ó moléculas integrantes , porque son todas de la
misma naturaleza. Las de un cuerpo compuesto, se llaman partes
6 moȎeulas constituyentes : estas son de naturaleza diferente. Asi
es que el compuesto llamado sulfuro . de arsénico , está formado
de azufre y de arsénico, cuyas partes respectivas son de natu
raleza diferente, (i)

(i) Importa mucho no confundir las moléculas integrantes


con las constituyentes. Aunque se han presentado los cuerpos
simples para dar á conocer las primeras , no dejan por esto dm
tenerlas los cuerpos eompuestos. Las moléculas de azufre y de
Él estudio de Iai propiedades de los cuerpos que tienen un
volumen perceptible á los sentidos, forma el objeto de la física
general , que se llama tambien física de las masas.
El estudio de las propiedades de los cuerpos reducidos á
moléculas tan pequeñas que escapan á nuestros sentidos , com»
sucede con las moléculas del azucar , d de una sal cualquiera
disuelta en el agua, constituye el objeto de la física molecular
6 de la química.
La química es , pues , la ciencia cuyo objeto abraza todos
los fenómenos que resultan de la accion íntima y recíproca que
las moléculas de los cuerpos ejercen entre sí.
Los medios que la química emplea en sus operaciones se re
ducen á dos , á saber : la análisis , y la síntesis.
La análisis es una operacion por la que se aislan las partes
constituyentes de los cuerpos, para poder estudiar mas facilmente
su naturaleza y propiedades. Los resultados de la análisis se lla
man productos.
La análisis es simple ó verdadera, complicada ó falsa.
Es simple ó verdadera , cuando da los principios del cuerpo
analizado , sin ninguna alteracion , de manera que , reuniéndolos,
se encuentra el mismo compuesto que aquel que los ha producido.
Se dice , al contrario , que la análisis es falsa ó complicada,
cuando los principios dados por la análisis estan de tal modo al
terados , que, combinándolos de nuevo, no pueden volver á for
mar el compuesto de donde habian sido estraidos.
Haciendo suceder á la análisis falsa nuevos medios de aná
lisis, se llega definitivamente á la análisis verdadera d simple.
La síntesis , que se llama tambien composicion ó combinacion,
es una operacion por la que se reunen muchos cuerpos para for
mar con ellos un compuesto.

Capitulo II. — De la atraccion química.

Todos los fenómenos que suceden en la análisis ó la síntesis,


dependen de una fuerza inherente á las moléculas de la mate-

arsénico consideradas aisladamente, son constituyentes del com~


puesto llamado sulfuro de arsénico , y estas mismas moleculas
reunidas , ó mejor , cada molecula del sulfuro compuesta de azu
fre y de arsénico, es integrante del sulfuro de arsénico. = Nota
del traductor.
.4
ría, y á la cual se ha dado el nombre de atraccion química.
Debe mirarse pues la atraccion química como una fuerza que
obra sin cesar para acercar las moléculas de los cuerpos que estan
desunidos , y retener , con mas ó menos energía á una distancia
muy pequeña y determinada , las que estan ya reunidas. Deci
mos á una distancia determinada , porque la diminucion de volu
men que tiene lugar en todos los cuerpos cuando baja la tem
peratura , prueba que no hay contacto in mediato- entre sus par
tes , sean integrantes , sean Constituyentes.
La atraccion se ejerce ó entre moléculas de una misma natu
raleza, ó entre moléculas de naturaleza diferente. En el primer
caso recibe la atraccion el nombre de cohesion, y en el segundo
el de afinidad.
La cohesion es , pues , la fuerza que tiene reunidas ó tiende
á reunir las moléculas integrantes de los cuerpos, que son to
das de una misma naturaleza. Esta fuerza está en proporcion
con el esfuerzo necesario para romper la union de las moleculas;
por consiguiente , es insensible ó imperceptible , en todo fluid»
elástico aeriforme ; por ejemplo , en el ayre atmosférico que res
piramos : es muy debil en los líquidos , y mas ó menos grande
en los sólidos segun la mayor ó menor resistencia qu» oponen
á la separacion de sus partes.
La cohesion no tiene lagar sino entre las moléculas muy
vecinas del contacto.
La cohesión es siempre un obstáculo para la combinacion, y
esta deja de efectuarse siempre que la cohesion es mayor que la
afinidad. Siguese de aquí que es predio muchas veces destruir
)a fuerza de cohesión para favorecer la de afinidad , y esto se
logra , i ? por medios mecanicos , sometiendo los cuerpos á Ja
accion de la lima , del martillo , del almirez , &c. ; 2? liquidán
dolos por el fuego, como se efectua con los metales, la cera, las
resinas &c. ; 3? disolviéndolos en el agua , como se practica con
las sales.
• La afinidad, segun hemos dicho ya , no se ejerce sino entre
moléculas de naturaleza diferente y tiende á reunirías, ó á mante
nerlas en su estado de union.
La afinidad ofrece fenómenos generales que deben parar por
un instante nuestra atencion.
i° Lst afinidad , del mismo modo que la cohesion, no obra
sino á distancias insensibles; es de. ir , sino cuando las molécu
las estan muy vecinas., del contacto.
2? La afinidad no se ejerce sino entre las últimas moUcu
las de los cuerpos; lo que supone que estai moléculas estan re
ducidas á su mayor grado de tenuidad.
3? La afinidad varía entre los diferentes cuerpos; á e«
otros términos, los cuerpos tienen diferentes grados de afinidad
los unos por los otros. Un cuerpo, A, por ejemplo, puede tener
méoos afinidad por un cuerpo B, que por un cuerpo C; de lo
que se sigue que podrá separarse mas fácilmente A de B, que
de C.
4? La afinidad se ejerce con mucha mas fuerza entre dos
cuerpos, siempre que .ambos ó á lo minos uno de ellos es lir
quido. En efecto; cuando un euerpo sólido, una sal, por
ejemplo, ha pasado al estado de liquidez, se lia reducido en
tonces á sus ultimas moléculas, ó al mas alto grado de division,
y liemos ya hecho ver que esta tenuidad estrema de las partes
de un cuerpo era una de las condiciones esenciales para que la
fuerza de afinidad pudiese tener su efecto.
Una division muy grande de partes en un cuerpo sólido,
como cuando se halla reducido á polvo impalpable , reemplaza,
hasta cierto punto, la liquidez; pero esta es siempre preferible,
no solo porque da á las partes mayor grado de tenuidad, sino
tambien porque sirve para multiplicar mas los puntos de con
tacto entre las moléculas de diversa naturaleza que deben obrar
reciprocamente entre sí.
5? En el momento en que la afinidad ejerce su accion so-
hre los cuerpos, cambia la temperatura. Se observa, en efecto,
que en toda combinacion la temperatura aumenta ó disminuye.
Se eleva , por ejemplo , cuando se hace una mezcla de aceite de
vitriolo y de agua: baja, al contrario, cuando se mezcla nieve
ó hielo con sal marina , ó comun. La esplicacion de este fe
nómeno se apoya en el principio que todos los cuerpos tienen
una capacidad de cale.rico diferente, de modo que, en el primer
caso , teniendo el compuesto de agua y de aceite de vitriolo , me
nos capacidad de calórico que el agua y el aceyte de vitriolo
tomados juntos , la porcion de calórico que este compuesto no
puede aúmitir entre sus partes, debe desprenderse en beneficio de
Jos cuerpos que le rodean. En el segundo caso teniendo el com
puesto de nieve y de sal marina una capacidad de calórico mayor
que la de la nieve y la sal tomados juntos, este compuesto ab-
sorve calórico en detrimento de los cuerpos que le circuyen.
6? Los compuestos formados en virtud de la afinidad tienen
propiedades nuevas y diferentes de las de los componentes. En
efecto, una multitud de esperimentos prueban que cuerpos, que,
(6)
antes de combinarse, eran insípidos, incoloros, inodoros., infu
sibles , volátiles , &c. , se vuelven , despues de la combinacion,
sápidos, colorados, olorosos, fusibles, fijos, &c, y al contrario.
7? La energía de la afinidad está en razon inversa de la
saturacion 6 mejor de la neutralizacion. El punto de neutraliza-
eíon debería ser aquel en que un cuerpo cesa de obrar sobre
otro y seria mejor emplear la palabra saturacion, para espresar
el punto en que un líquido cesa de obrar sobre un sólido para
disolverlo. No obstante, para indicar el punto en que un cuer
po ha dejado ya de obrar sobre otro , se emplea indistintamente
cualquiera de estas espresiones. Sentado esto , se ve que el sen
tido de la proposicion enunciada en este artículo es que la ener
gía de la afinidad es tanto mayor cuanto mas lejano está el
punto de saturacion ó de neutralizacion, y tanto irenor, cuanto
mas cercano está el uno ó el otro de estos témanos, ¿No es
evidente, por ejemplo, que cuanta mas agua habrá disuilro una
materia colorante cualquiera, ménos energía le quedará para di
solver una nueva cantidad?
8? La accion de la afinidad es permanente , y no puede
ser destruida sino por la accion de una fuerza estraña y opuesta.
Las fuerzas estrañas y opuestas de que se habla aqui , limitan
mucho el numero de las combinaciones. Se cuenta un número
bastante considerable de combinaciones entre dos cuerpos; se co
nocen menos entre tres , y con mayor razon entre cuatro , y
ecsisten muy pocas entre cinco ó seis cuerpos.
La afinidad, aun cuando se ejerza entre las mismas sustancias,
no es una fuerza uniforme y seguida de efectos invariables , pues
á cada paso son estos efectos modificados por ciertas circunstan
cias. Mr. el Conde Berthollet ha dado á conocer las principales
de que vamos hablar en el capítulo siguiente.

Capítulo III De las causas que modifican la accion de la


afinidad.

Las causas que modifican la accion de la afinidad son las


siguientes:
i? La cohesion. Esta fuerza opone resistencia i la afinidad,
y esta resistencia será tanto mayor cuanto mas fuerte sea la
cohesion. La cohesión puede, pues, impedir el efecto de atrac
ciones químicas realmente ecsistentes.
La cohesion puede tambien favorecer el efecto de la afinidad)
lo que sucede cuando se forma un nuevo compuesto sólido.
a* La cantidad de materia. Haciendo obrar dos partes de
un cuerpo , de una sal , por ejemplo , contra una parte de otra
sal, la afinidad obtiene su efecto, mientras que este efecto no
hubiera tenido lugar empleando partes iguales de estas mismas
■ales. Una cantidad mas grande de materia puede, pues, dar lugar
á mayor afinidad.
3o La insolubilidad. Puede considerarse simplemente como
el resultado de la cohesion con respecto al líquido en el que este
efecto tiene lugar ; ella opone á la accion química un doble
obstáculo , sea en virtud de la fuerza de cohesion , de la cual es
un efecto , sea impidiendo la contigüidad necesaria para el ejer
cicio de la insolubilidad.
La insolubilidad favorece, sin embargo, en ciertos casos, la
accion de la afinidad de dos cuerpos entre sí, lo que sucede
cuando se forma un nuevo compuesto insoluble.
4? El peso específico. Concurre este junto con la insolubi
lidad y la cohesion i impedir la combinacion, alejando uno de
los cuerpos que debia entrar en combinacion de la esfera de
actividad del otro. Esta causa puede igualmente ayudar á la afi
nidad , apartan Jo de su esfera de actividad el nuevo compuesto.
5o La elasticidud. Los Adidos elísticos aeriformes, que se
llaman mas simplemente gases , pueden unirse entre sí ó con
líquidos, pero en este caso solamente hasta el punto en que la
afinidad es balanceada por la elasticidad.
6? La temperatura. Esta causa favorece la afinidad dismi
nuyendo la cohesion , pero daña tambien i la misma afinidad
aumentando la elasticidad de los gases. Algunas veces produce la
combinacion, aumentando á la vez la elasticidad y disminuyendo
lo cohesion , de modo que la diminucion de esta se equilibra
con la desventaja del aumento de la elasticidad.
7o La presion. Esta causa favorece la afinidad de los gases
por los líquidos que pueden disolverlos, y al contrario se opone
algunas veces á los efectos de la afinidad , aumentando sin duda
la fuerza de la cohesión.
La accion molecular y recíproca de dos cuerpos no es , puís,
una fuerza absoluta y esclusivaT sino que está sometida á la ac
cion de las causas estrañas que acabamos de enumerar. Se sigue
de ahí que para conocer la accion molecular y recíproca que
tienen todos los cuerpos entre sí, debe necesariamente contarse
con la influencia de todas estas fuerzas estrañas en los resulta
dos que se obtienen , y que se quieren esplicar.
Busquemos , segun esta observacion , lo que debe sucede»
(8)
poniendo en contacto un cuerpo C, con nn compuesto Binario
A B, formado de dos otros cuerpos A y B.
i? Puede suceder que la accion sea nula , y esto se verifi
cará casi siempre que los cuerpos sean sólidos.
2o Suponiendo los cuerpos líquidos, ó i lo ménos uno de
los dos , puede acaecer que el cuerpo G , se combine con los
cuerpos A y B , resultando un compuesto ternario ABC.
3? Si el cuerpo G tiene mas afinidad por A que por B,
y roas de la que tienen A y B el uno por el otro , el cuerpo
C se combinará con A para formar el compuesto binario A C
y si B tiene muy poca afinidad por A G, y es al mismo tiem
po de tal naturaleza que sea sólido ó gaseoso , el cuerpo B se
separará ó bien precipitándose en el fondo del vaso, ó bien esca
pándose bajo ^la forma de Adido elástico aeriforme , porque la
cohesion de sus moléculas , ó su fuerza espansiva vencerá la afi
nidad de estas mismas moléculas por A C.
Raciocinando sobre A G, por medio de un cuerpo D, como
se ha hecho sobre el compuesto A B, á espensas de cuerpo C,
se obtendrá un nuevo compuesto binario C D , y el cuerpo A
será aislado á su turno.
Estando asi obtenidos separadamente los cuerpos A y B , se
pesan , y se sabe en que proporcion entran el uno o el otro en
el compuesto A B.
La operacion precedente nos ofrece un ejemplo general de
análisis.
Los principios que acaban de esponerse servirán igualmente
para esplicar los fenómenos que provienen de la accion de un
cuerpo sobre un compuesto ternario, ó bien de compuestos bi
narios, ó mas complicados entre sí.
Solo debemos ahora considerar las leyes segun las cuales se
combinan los cuerpos.
Ecsisten dos generos de combinaciones muy distintas entre
los cuerpos.
i? Los que tienen una grande afinidad no se combinan sino
en cierto número de proporciones, y forman nuevos cuerpos
que están sometidos por lo que toca á su composicion , á leyes
notables por su generalidad, y sobre todo por la simplicidad de
las relaciones que establecen entre las cantidades respectivas de
los elementos que concurren á formar los compuestos.
En este primer género de combinacion, las propiedades del
compuesto difieren mucho de las de los cuerpos que lo consti
tuyen.
3? Los cuerpos que solo tienen una afinidad muy débil pue
den combinarse en todas proporciones, ó á lo ménos con tal
que no se pase de los límites en que es posible su combinacion.
En este segundo género de combinacion , las propiedades del
compuesto difieren muy poco de las del componente. Ejemplo:
el agua y la sal marina, el agua y el alcool o espíritu de vi
no , el agua y el azúcar , &c.
Digamos una palabra de la medida de la afinidad. Siendo la
afinidad muy comunmente modificada por un número bastante
crecido de causas ó de fuerzas estradas, cuya influencia casi nun
ca se puede valuar ecsactamente, se sigue de esto que es suma
mente difícil, por no decir imposible, el medirla. Nosotros
nos guardaremos bien, por consiguiente, de entrar en el ecsámen
de esta cuestion , que parece haber ya ocupado , sin muy buen
suceso, la sagacidad de los químicos mas sabios. (Véase la Sta-
tique chimique de Berthollet.)

Capítulo IV. —De algunos cuerpos simples ponderabies y de


sus propiedades.

No ecsaminarémos aquí sino los cuerpos simples ponderables


cuyo conocimiento podrí sernos útil para esplicar los fenómenos
que tienen lugar en ciertas operaciones del arte de la tintura.

Artículo primsmo Dd ocsígeno . y del gas ocsígeno.

El ocsígeno es nrt cuerpo simple , pero ponderable , que ha


sido llamado así, porque .combinándose con un gran númtro de
cuerpos, los transforma en ácidos. En efe- to; la palabra ocsígeno
significa engendrador de los ácidos. Se creia , no hace mucho
tiempo , que esta propiedad de formar ácidos pertenecía esclu-
sivamente al ocsígeno; pero se sabe, en el dia, que el hidrógeno
goza igualmente de la facultad de hacer pasar al estado de
ácidos algunos de los cuerpos con quienes se combina. Ecsisten
pues dos clases de ácidos : á saber ; los ocsdcidos , es decir , les
ácidos formados por el ocsígeno , y los hidrácidos , ó los ácidos
engendrados por el hidrógeno.
El ocsígeno jamas se encuentra libre, sino siempre en un es
tado de combinacion. El mas simple , ¡. bajo el cual puede pre
sentarse , es combinado con el calórico , quien , por su elasticidad,
separa de tal modo sus moléculas unas de ótras , que no tienen
ninguna adherencia entre sí, y lo transforma en na fluido elát
(i0)
tico aeriforme, e» decir , samejante al ayre que rMpimaos. Se ha
convenido , para abreviar , en dar á todo fluido asi formado , el
nombre de gas , y el ocsfgeno combinado de este modo con el
calórico toma el nombre de gas oesigeno.
No debe pues confundirse el oesigeno con el gas oesigeno,
pues que el oesigeno es un cuerpo simple (i) mientras que el gas
oesigeno es un cuerpo compuesto, ó formado de oesigeno combi
nado con el calórico.
Veremos luego que se da el nombre de ócsido i todo cuer
po combustible combinado con el oesigeno en un grado insufi
ciente para hacerla pasar al estado de ácido. Todos los metale*

(i) Habiendose conocido la imposibilidad de conseguir en


estado libre los cuerpos que se llaman simples , por no ser ase
quible separarles enteramente los fluidos ó cuerpos imponderables
que tienen en combinacion en mayor ó menor cantidad , segun el
estado en que se hallan, se ha prescindido de estos y se ha da
do el nombre de simples á los cuerpos en que se ha encontrado
un solo principio ponderable. Asi es que se han puesto en esta
clase de cuerpos , el oesigeno , el hidrógeno y los demas que se
tienen en el dia por simples, y no se ha tratado de dar á cada
uno de ellos dos denominaciones , una de las cuales nos mani
fieste el cuerpo considerado hipoteticamente simple y la otra nos
lo esprese tal como se nos presenta en su estado de combinacion
minos compuesta. La química ecsamina los cuerpos de cuya ec-
tistencia nos pueden convencer los sentidos y de ningun modo de
los que solo ecsisten en nuestra mente.
Atendiendo , pues , á estas razones, no deberá ser tomada la
palabra oesigeno y las demos que son propias á cada uno de los
cuerpos simples gaseosos, en un sentido tan riguroso como quiere
Vitalis , y se podrán emplear , cuando convenga, sin temor de fal
tar á los principios químicos , á no ser que se trate de hacer
entender que el cuerpo gaseoso que se nombra se halla en su es
tado natural aeriforme en alguna mezcla 6 combinacion; en cuyo
caso se le deberá anteponer la palabra gas.
Se verá en el decurso de la obra que Vitalis sigue la misma
regla que se acaba de dar , y solo parece que considera princi
palmente los cuerpos gaseosos en un estado absolutamente libre,
en el que, segun él mismo dice, no ecsisten, para poder esplicar
mas sencillamente las teorias que espone, y por consiguiente para
ponerse al alcance de todos. = Nota del traductor.
('O
son susceptibles de formar dcsidos por su combinacion con el
ocsígeno y puede estraerse este gas de algunos de los dcsidos
metálicos , por ejemplo , del dcsido rojo de mercurio. Basta pa
ra esto calentar hasta el rojo este dcsido en una retorta de vidrio;
á esta temperatura, atraído el ocsígeno por el calorico, por cu--
yo fluido tiene mas afinidad que por el metal, abandona á este
y combinándose con el calórico se presenta en estado de gas;
se recoje este en campanas d frascos llenos de'agua, colocados so
bre la tablilla de una cubeta hidro, neumática, d de agua, (i)
El gas ocsígeno obtenido de este modo tiene propiedades muy
notables ; es perfectamente transparente é invisible ; no tiene co
lor , olor, ni sabor, y es algo mas pesado que el ayre atmosfé
rico. Se calienta y llega á ser luminoso por una fuerte presion,
en cuya propiedad estriba la invencion del eslabon neumático,
tan conocido en el dia. El calorico lo dilata sin descomponerlo.
Se diferencia sobretodo del ayre atmosférico por ser mas propio
que este último para la combustion y respiracion. Entre los mu
chos esperimentos que podríamos citar haremos solo mencion de
los siguientes :
i° Una vela encendida sumerjida en un frasco lleno de gas
ocsígeno arde rapidamente y con una luz tan viva que apenas se
puede suportar.
2o Un alambre de hierro con un poco de yesca inflamada
en un estremo, introducido en atmosfera de gas ocsígeno, arde con
la misma rapidez, despidiendo chispas tan brillantes que llegan i
deslumhrar.
3° Una vela acabada de apagar pero cuyo pábilo conserva

( i ) Caja rectangular de madera forrada de plomo y soste


nida por cuatro pies de madera. En su interior tiene una ta
bleta sobre la que se colocan las campanas en que se quiere hacer
pasar algun gas. Se llena esta cubeta de agua hasta la altura
de cuatro ó seis lineas sobre la tablilla. Se usa este aparato
para recojer los gases que son insolubles , ó muy poco solubles en
el agua.
Hay otra cubeta de una construccion semejante d la que queda
esplicada , pero Inucho mas pequeña y que se llena de mercurio^
llamada hidrargiro - neumática : es comunmente de pied a ó mar
mol y se emplea para recojer los gases que son muy solubles en el
agua. ( Si se desea una descripcion detallada de este aparato,
véanse los tratados de química. )
5

/
(i2)
algun punto en ignicion se vuelve á encender luego, produciendo
una ligera detonacion , si se sumerje en el mismo gas.
Es fácil concehir en estos tres esperimentos que el gas ocsí-
geno se descompone ; que el ocsígeno obra sobre el cuerpo com
bustible activando la combustion , y que el calorico , despren
dido de la combinacion en que se hallaba precedentemente , se
despide en mayor ó menor cantidad.
4° Si se escojen dos animales de la misma edad, del mis
mo secso , y, á corta diferencia , de la misma fuerza ó robustez,
y se coloca uno dentro de una campana llena de ayre atmosfé-
rico, y otro en otra campana de la misma capacidad, pero llena
de gas ocsígeno; se 'verá que el animal colocado debajo de la
segunda campana vivirá aun bastante tiempo despues que habrá
perecido el del primer vaso. El gas ocsígeno es, puef , el alimen
to de la respiracion , y tanto en este como en los esperimentos
precedentes , es descompuesto ; el ocsígeno es absorvido para lle
nar las funciones que no nos toca esplicar , y el calorico , puesto
en libertad, contribuye á conservar el calor animal en nuestros
órganos.
No obstante , para poder servir el gas ocsígeno sin inconve
niente para la respiracion , tiene necesidad de ser mezclado á otro
gas que modere la accion demasiado enérgica que tiene sobre el
pulmon. Asi es que la naturaleza ha compuesto el ayre atmos
férico con cerca una parte de gas ocsígeno, en volumen , y cua
tro partes, tambien en volumen , de un gas impropio para la
respiracion , y que por esta razon , se llama gas azoe , es decir
que priva de la vida.

Artícvlo zi. Del Azoe y del gas Azoe.

El azoe, del mismo modo que el ocsígeno, no se encuentra


puro , y la combinacion mas simple bajo la que se presenta es
unido con el calórico , que lo transforma en gas , segun hemos
esplicado en el artículo precedente, hablando dela formacion del
gas ocsígeno»
El gas azoe es tambien invisible, elástico, sin color, sin
olor , ni sabor ; pesa un poco menos que el ayre atmosférico , y
se distingue de él en que no puede servir ni para la combus
tion ni para la respiracion , porque apaga los cuerpos inflamados;
que se sumerjen en su atmósfera , y mata los animales que lo
respiran.
Es dilatado solamente por el calórico. No se combina con el
. ocsígeno sino cuando se hace pasar un gran número de chispas
electricas en una mezcla de estos dc-3 gases , á la que es preciso
añadir ademas un poco de agua y de potasa. El resultado de
esta operación e3 la formacion de un ácido que , segun las reglas
de la nomenclatura química , debería llamarse ácido azótico 6
azóico ó bien ácido azotoso ó azooso , pues que el azoe es su
radical; pero que se ha distinguido con el nombre de ácido
nítrico, porque es de igual naturaleza que el que se estrae del
nitro.
Cuando se pone el gas azoe en contacto con el gas ocsígeno
á una temperatura cualquiera , no hacen mas estos dos gases qu«
mezclarse sin combinarse , y de esta mezcla resulta el ayre at
mosférico , ó el que respiramos.
Se estrae el gas azoe del ayre atmosférico , separándolo del
gas ocsígeno que contiene , por medio de un cuerpo combusti
ble que se combine con él ; el cuerpo que queda es el gas azoe
puro.
Articulo ni. Del Hidrógeno y del gas Hidrógeno.

El hidrógeno es un cuerpo simple llamado así , porque, com


binandose con el ocsígeno, forma agua. La palabra hidrógeno sig
nifica , en efecto , engendrador del agua.
El hidrógeno no se encuentra sino en estado de combinacion
con algun otro cuerpo ; la mas simple en la que puede hallarse
es en la que forma con el calórico, que lo transforma en gas,
segun hemos esplicado ya.
Se obtiene facilmente el gas hidrógeno, mezclando el ácido
sulfurico ( aceyte de vitriolo del comercio ) destilado , con cua
tro ó cinco partes de agua y poniendo esta mezcla en contacto
con zinc, ó hierro, en un frasco que tenga un tubo de vidrio
para conducir el gas debajo de una campana llena de agua. En
esta operacion es descompuesta el agua en ocsígeno y en hidró
geno. El ocsígeno se apodera del metal que, transformándose en
ocsido , se une en este estado con el ácido sulfdrico para for
mar el sulfato de hierro ó caparrosa verde, y el hidrógeno
combinándose con el calórico, que se desprende por el efecto de
las afinidades , toma la forma de gas.
El gas hidrógeno es elástico , transparente , y sin color .- tie
ne un olor fétido ( i ); pesa de doce á quince veces ménos que un
volumen igual al suyo de ayre, segun su mayor ó menor pureza;

(i) El gas hidrógeno puro apenas tiene olor. — Nota del


traductor.
*
(M)
de aqui proviene el uso á que se destina , para llenar globos
aerostáticos que, por su ligereza, pueden elevarse á una grande
altura en la atmósfera, á pesar del peso de que van cargados.
El hidrogeno se dilata por el calor, y se inflama acercán
dole la llama de una vela , por cuya propiedad se le dió el
nombre de ayre inflamable. Es menester, no obstante , notar que,
aunque se inflama , no es propio para la combustion, pues apa
ga inmediatamente los cuerpos en ignicion que se sumerjen en
su atmosfera.
Es igualmente impropio para la respiracion, de modo que
mata con la mayor prontitud animales que se esponen á su ac
cion.
No se combina el hidrógeno con el ocsígeno á la tempera
tura ordinaria. Estos dos gases solo entran en combinacion á
la temperatura roja. La union se hace siempre en la proporcion
de dos volúmenes de hidrógeno y de uno de ocsígeno, ó en la
de ii, 7i de hidrógeno con 88, 29 de ocsígeno, en peso. El
resultado de la combinacion es agua; la produccion de este lí
quido va acompañada de calor y luz : el agua , pues , debe con
tener menos calórico y luz que sus principios en el estado ga
seoso.
Si se hace pasar una chispa eléctrica en una mezcla conve
niente de gas hidrógeno y de gas ocsígeno ó de ayre atmosféri
co encerrada en un vaso de metal, tapado con corcho , la com
bustion será acompañada de una detonacion mas ó menos vio
lenta, y el tapon será arrojado bastante lejos.
El gas hidrógeno tiene la propiedad de disolver cierta can
tidad de carbon cuando lo encuentra muy dividido, y forma en
tonces el gas hidrógeno carbonado ; cuerpo que se desprende muy
á menudo de los pantanos , ó por la combustion de la ulla ó
carbon de tierra. Puesto este gas en contacto con el ayre atmos
férico y encendido luego, esparce una llama muy viva. En esta
propiedad estriba- el nuevo sistema , cuya primera idea se debe
al difunto Le Bon ingeniero francés, para alumbrar los aposen
tos , las calles , y las plazas públicas. Los aparatos que sirven
para esta especie de alumbrado deben ser construidos con el ma
yor cuidado , si se quieren evitar detonaciones muy temibles y
harto frecuentes.
Los principios fundamentales que acabamos de esponer en
esta seccion, bastarán no solo para entender, sino tambien para
hallar por si mismo la esplicacion de todos los efectos químicos
que acaecen en la práctica de la tintura , tales como la descom
posicion del agua en un gran número de casos , la formacion
de los tosidos, de los ácidcs y de las sales que sirven para pre-
patar los mordientes y producir tas colores.
Advertiremos, por una sola vez, que la palabra infusum , cor
responde á lo que se llamaba antes infusion , y la de solutwn i
lo que se espresaba con el nombre ele disolucion. Las nuevas
espresiones que hemos adoptado con el Doctor Ohaussier , son
preferibles á las antiguas , porque caracterizan mas ecsactamente
el resultado de la infusion y de la disolucion , y distinguen , por
consiguiente, el efecto de la causa ó de la operacion que lo pro
duce.

SECCION SEGUNDA.

De las causas que egercen una influencia notable


sobre los colores.

Capítulo Primero. — De la luz.

La luz es un fluido imponderable , compuesto de moléculas


escesivamente tenues , muy elásticas , agitadas por un movimien
to muy rápido y despedidas por los cuerpos luminosos , el sol
y las estrellas , en los espacios celestes , con una celeridad de
80.000 leguas por segundo.
El carácter esencial de este fluido es de hacernos los obje
tos visibles, obrando sobre el órgano de la vista.
El esperimento del prisma, debido á Newton, demuestra
que un rayo de luz blanca está compuesto de siete rayos colo
rados , que son el rojo, el naranjado, el amarillo, el verde, el
azul , el purpúreo y el violado.
Entre los diferentes cuerpos de la naturaleza los unos absor-
ven los rayos de la luz, y los otros los reflejan á nuestra vista.
Los cuerpos blancos nos parecen tales , porque reflejan la reu
nion de los rayos colorados.
Un cuerpo negro , por lo contrario , absorve todos los rayos
y no envia á nuestra vista sino una porcion muy débil de luz.
En fin , un cuerpo nos parece tenido de un color particular,
porque refleja este color á nuestra vista y absorve todos los de-
mas. Un cuerpo rojo, por ejemplo, refleja el rayo rojo y absor
ve en su interior los otros.
Los físicos creen que esta propiedad de absorver ciertos ra
yos colorados y reflejar otros , depende de la naturaleza de las
sustancias coloradas, y del estado de sus superficies.
No puede negarse la accion química que egerce la luz sobre
(i6)
diversos cuerpos, ya sea descomponiendo muchos de ellos, ya
favoreciendo su imítua combinacion.
Todo el mundo conoce su modo de obrar sobre los colores
en general , y sobre los de falso tinte en particular. En efecto;
se observa que todos los tejidos colorados que se esponen á los
rayos de la luz, no tardan á descolorirse gradualmente. Vemos
cada dia , en prueba de esto , amortiguarse los colores de lai
cortinas de seda de nuestras habitaciones, y notamos una gra
duada descoloracion en las estofas de lana , de lino ó de algodon
teñidas con palo brasil , con campeche , con gualda , con cárta
mo , con orchilla ect. ect.
Siguese de esto que los colores de que se acaba de hablar
no podrán conservarse por cierto tiempo, sino se toma la precau
cion de privarlos de la accion directa y continua de los rayos
solares, y por consiguiente defecar á la sombra las telas que
los habrán recibido.
No es ménos real , aunque si , mucho mas débil y lenta la
accion que egerce la luz sobre los colores mas sólidos que el
arte puede producir. La degradacion mas ó ménos rápida , y pro
nunciada de todos los colores, en cualquier especie de tejidos que
esten fijados, nos comprueba esta verdad.-
Segun MM. Gay-Lussao y Thenard , la luz parece obrar so
bre los colores como lo haria un calor de i50 á 200 grados
del termómetro centígrado; pero los mismos químicos advierten
que no está rigurosamente probado que la luz obre sobre los
colores elevando la temperatura.

Capítulo II. — Del calórico.

El calórico es un Adido imponderable eminentemente sutil


y elástico , susceptible de acumularse en los cuerpos, de apartar
sus moléculas, y, por consiguiente, de aumentarles el volumen y
de disminuir su cohesion. Su carácter esencial es el de ocasio
nar sobre nuestros órganos una sensacion particular á la que se
ha dado el nombre de calor. No debe confundirse el calórico
con el calor : este es el efecto producido por el calórico.
Los cuerpos se ofrecen á nuestra vista bajo tres estados di
ferentes; á saber: Io en estado sólido y oponiendo á la separa
cion de sus partes una resistencia mas ó ménos considerable ; 2?
en estado liquido, y no conservando entonces entre sus moléculos
sino una débil cohesión que puede vencerse facilmente ; 3? en
estado fluido elástico aeriforme ó de gas, en el que no tienen
sus moléculas adherencia alguna, y no oponen , por consiguiente,
resistencia á su separacion. El agua y muchos metales son sus
ceptibles de ecsistir sucesivamente bajo uno ó otro de estos tres
estados.
Estos diversos estados dependen de dos fuerzas diametralmcn-
te opuestas en su modo de obrar. Una de ellas es la fuerza de
cohesion que tiene reunidas las partes adheridas entre si y tien
de i reunir las que se separan (i); la otra es la fuerza elástica
del calórico que , introduciéndose entre las moléculas de los cuer
pos , tiende necesariamente á separarlas , y, por consiguiente , á
romper su cohesion.
Los cuerpos estan en estado de solidez cuando la fuerza de
cohesion de sus moléculas supera mas ó ménos á la fuerza re
pulsiva del calorico.
Se hallan en estado líquido , cuando estas dos fuerzas se ba
lancean reciprocamente y están casi en equilibrio.
Finalmente toman ciertos cuerpos el estado gaseoso cuando
la fuerza repulsiva del calórico vence de tal modo á la fuerza
de cohesion, que no produce ya esta ningun efecto.
Ahora bien ; cualquiera que sea el estado en que ecsista un
cuerpo , prueba la esperiencia que puede ser dilatado por el caló
rico. Los metales , por ejemplo , entre los cuerpos sólidos j el
agua , el espíritu de vino , el mercurio , entre los líquidos ; el
ayre atmosférico , entre los gaseosos, son susceptibles de adquirir
mayor volúmen del que ocupan naturalmente , cuando se some
ten á la aceion del calórico.
Se ha aprovechado con gran utilidad la dilatacion de los lí
quidos, para construir instrumentos propios para medir los dife
rentes grados de calor, y que, por esta razón , se llaman ter~
mómetros. El termómetro contiene mercurio ó espíritu de vino;
el primero es preferible al segundo, no solo por las muchas ra
zones físicas que no toca esponer aqui , sino tambien porque es
de un uso mas estenso para el tintorero, que necesita tantas ve
ces consultar este instrumento.
La graduacion del termómetro de mercurio , ónico de que
hablaremos , depende de dos puntos fijos , á saber : la tempera
tura del hielo al derretirse, y la del agua hirviendo, i 28
pulgadas, ó 0,76 m, de presion atmosférica. La distancia entre
estos dos puntos, se llama intervalo fundamental.
Réaumur ha dividido este intervalo en 80 partes , y los ter-

._ (') Hacemos aquí abstraccion de la presion del


obra en el mismo sentido que la cohesion.
(i8)
mómetros graduados segun esta division , se llaman termómetros
de Réuumur , es decir, segun los principios de Réaumur. En otros
termómetros, está dividido el intervalo fundamental en i00 par
tes , y estas especies de termometros se llaman termómetros
centígrados.
Procurará tener el tintorero un buen termometro de mer
curio , cuya armazon tenga la escala de Réaumur en un lado,
y - la centígrada en el otro.
' Puede muy bien bastar la escala de uno de estos termóme
tros para conocer los grados del otro , atendiendo , á que 5 gra
dos de la escala centígrada , corresponder á 4 de la de Réaumur.
~ En ambos casos , será bueno que la plancha en que esté
montado el termómetro, conste de dos piezas; y que la inferior
tenga dos ó tres pulgadas de longitud , y que esté unida con
la mas larga por medio de una bisagra. Un termómetro arregla
do de este modo podrá introducirse en un baño, aun cuando esté
hirviendo , . sin deteriorarse el armazon.
El medio que se emplea en los talleres de tintura para
procurarse calórico , consiste en la combustion de la leña y
de otros cuerpos combustibles tales como el carbon vegetal ó
de tierra , en hornos en que están colocadas las calderas que de
ben servir para las operaciones.
La celeridad en el trabajo y la economía ecsigen igualmente
que el horno esté construido de modo que en el menor espacio
de tiempo facilite el grado de calor necesario , con la menor
cantidad de combustible que se pueda.
Nos dispensaremos de describir este género de construccion
muy conocido en el dia en Francia, á fin de no entrar en de
talles que nos alejarían demasiado de nuestro objeto, y que se
bailarán en los anales de manufacturas y artes y en otras obras
de esta clase. No hablaremos tampoco de la construccion de las
estufas o secaderos, en las que se acaba de secar el algodon en
Ruan , despues de cada una de las operaciones que se practican
en la tintura de encarnado de Indias, manteniendo una tempe
ratura de 50 á 55 grados, escala de Réaumur.
Nuestros talleres de tintura empiezan , en fin , á servirse del
medio económico propuesto mucho tiempo há por Mr. el Con
de de Rumfort y con el cual se llegan á calentar hasta la ebu
llicion muchos baños de tintes. Este medio no es otra cosa que
el vapor del agua que parte de una sola caldera, que pasando
por diversos conductos va á otras tantas cubas llenas de agua
fría y de diferentes sustancias de las que se pretende estraer la
materia colorante.
La influencia del calórico en las operaciones de la tmtura se
comprenderá facilmente observando, i? que apartándose, por
la accion de este agente , las moleculas filamentosas del hilo y
del algodon , se aflojan los lazos de su cohesion , y se facilita por
consiguiente su conbinacion con los mordientes ó con las partes
colorantes: combinacion que no podría efectuarse sin esta circuns
tancia ; 2o que por medio del solo calorico se estrae de las ma
deras, de las raices, &c. , que se usan en tintura, toda la can
tidad de materia colorante que estas sustancias pueden suminis
trar ; 3? que no hay operacion alguna de tintura, que no ecsi-
ja tener cuidado del grado preciso de calórico que le conviene,
pues que no llegando á este grado, ó pasando de él, no se ob
tiene, ó se echa á perder el color que se esperaba lograr ; 4?
que no es indiferente el gobierno del fuego en las operaciones
de la tintura , y que hay casos , el del enjebe de rubia , por
ejemplo, en que es indispensable graduar el calor de modo que
no se llegue al hervor sino en un espacio de tiempo dado.
Será facil ver , por estas reflecsiones , cuan importante es
conocer un agente que ejerce tan grande influencia en los fenó
menos que presentan las operaciones de la tintura.

Capítulo III. —Del aire atrrosférico.

Se da el nombre de ayre atmosférico , 6 de aire comun i


la masa de aire que rodea el globo que habitamos.
El ayre atmosférico , ó comun , es un fluido diáfano , insí
pido , inodoro , pesado , compresible , y perfectamente elástico.
Conserva su estado gaseoso á todas las temperaturas , y á cualquier
grado de presion que se le sugete-
Es muy interesante , sin duda , el conocimiento de sus pro
piedades físicas; sin embargo ofrece muchas menos utilidades al
tintorero que el de sus propiedades químicas; por cuya razon
hablaremos solamente de estas ñltimas.
Una analisis ecsacta del ayre ha demostrado, que i00 par
tes, en volúmen, de este fldido, estaban compuestas de 2i par
tes de gas ocsígeno, y de 79 de gas azoe.
El ayre atmosférico, debe llamar la atencion del tintorero,
principalmente por el ocsígeno que contiene.
En primer lugar se funda en las propiedades del gas ocsí
geno , la teoría de la combustion. Los cuerpos no son combusti
bles, sino mientras son susceptibles de combinarse con el ocsígeno,
y. solo la combinacion de este cuerpo con un combustible es lo
que constituye la combustion. Pero esta combinacion ecsige casi
(so)
siempre que el cuerpo combustible sea elevado á cierto grado
de temperatura. Asi es, que la lena, el carbon, los aceites, la3
grasas &c. no queman, sino cuando han sido primeramente mas
ó ménos calentados, y luego que han adquirido estos cuerpos
el grado de calor que les conviene, descomponen entonces el gas
ocsígeno : apodérase de este el cuerpo combustible, y queda el
calórico en libertad.
El principio que acabamos de esponer ha hecho distinguir á
los químicos dos clases de combustiones , á saber la combus
tion rápida , y la lenta. En la primera pierde el gas ocsígeno
prontamente la mayor parte de su calorico , y se produce en
tonces mucho calor, y aun muchas veces llama; tal es la com
bustion de la leüa, de los aceites, y de las grasas. En la segun
da , el calórico se separa muy lentamente , y en cantidad tan
pequeña , que es casi imposible apreciar ; tal es la combustion
que se opera en ciertos metales i la temperatura ordinaria.
En todos los casos, la cantidad de calórico que se desprende
proviene de muchas causas; las principales son el estado del
cuerpo combustible, y la afinidad y capacidad mayor ó menor
de este mismo cuerpo por el ocsígeno.
No será , pues , difícil esplicar porque es mas activa la com
bustion en el gas ocsígeno puro, que en el ayre atmosférico , y
porque razon se desprende en la primera mas calórico y luz que
en la segunda; porque la combustion es acelerada cuando una
chimenea tira bien, ó cuando se sujeta el fuego al- viento de ua
fuelle; porque es mas viva, cuando el ayre es mas denso, corno
sucede en tiempo de helada; y porque al contrario, no sa ve
rifica en el vacío , ó en un aire que no contenga ocsígeno libre.
Estos datos bastarán á un tintorero inteligente, para dar á
sus hornos la forma y dimensiones mas convenientes para dirigirlo
en la eleccion y economia de los combustibles.
En segundo lugar , aunque es verdad ,- en general , que mu
chas materias colorantes deben sus colores al ocsígeno ; conviene
sin embargo observar aquí, que el ocsígeno fija por decirlo asi,
en las sustancias organizadas , el principio de su descoloramiento,
y que, cuando está acumulado en ellas, tiende á hacerlas volver
blancas. Tal es, especialmente, el origen del método de blanqueo
de las telas crudas y de la cera amarilla, por la esposicion al
ay^e.
En tercer lugar, siendo siempre el ayre atmosférico mas 6
ménos húmedo, se sigue, que, para hacerlo mas propio para se
car el algodon mojado, es necesario quitarle esta humedad, ha
ciendole esperimentar la accion del calórico , segun se practica en
(20
los edificios llamados estufas, en las casas donde se refina el azú
car, o secaderos, y en los obradores de encarnado de Indias. El
ayre privado por el calórico de su humedad natural, se apodera
de h que contenia el algodon. Se consigue, auncpie ménos efi
cazmente, el mismo fin, esponiendo el algodon mojado, d simple
mente húmedo, á corrientes de ayre en todas direcciones, en
aposentos con claraboyas , ó en sotechados. La renovacion con
tinua del ayre produce, sin el ausilro del fuego , un grado de
desecacion bastante considerable , pero muchas veces insuficiente.
Como quiera que sea , la economía prescribe, empezar la deseca
cion en el ayre , y terminarla en seguida en el secadero ; tal es
la costumbre que se sigue en los. obradores de tintura.
En cuarto lugar, la análisis ha demostrado, que el ayre
contiene de 0,0 i á 0,02, de gas ácido carbónico, especie de
gas llamado asi , porque es producido por la combustion del
carbon puro, que los químicos conocen con el nombre de carbono.
Haremos, en otra parte, la aplicacion de «ta observacion.

• CAfVruto IV. — Del agua.

Se ha creído, por mucho tiempo, que el agua era un cuerpo


■imple, pero se ha reconocido, én el dia, que es el resultado de
la combustion de dos partes , en volumen , de hidrógeno , con
una parte , igualmente en volumen , de ocsígeno.
Él agua es susceptible de ecsistir bajo tres estados diferentes,
i? bajo la forma sólida , como la vemos en la nieve y el hielo;
2? bajo el aspecto líquido , en el cual la encontramos mas ordi
nariamente ; 3? en vapores , constituyendo entonces una espede
de gas que difiere de los gases propiamente dichos , en que estos
últimos conservan su estado gaseoso á una temperatura, y á una
presion cualquiera , mientras que el gas acuoso ó el vapor del
agua , comprimido ó enfriado hasta cierto punto , se condensa,
pierde su fluidez elástica aeriforme y vuelve á pasar al estado
líquido. Obsérvase cada dia este fenómeno en los talleres en que
se hace hervir agua; vense levantar vapores de las calderas en
que se tiene esta en ebullicion ; enfriarse luego que tocan las
paredes ó el techo del aposento , y reducirse últimamente á
gotas.
Siendo lis propiedades del agua, convertida en cuerpo soli
do , ó en hielo , mucho ménos interesantes para el tintorero que
las que posee en estado líquido y en el de vapor; nos deten
dremos principalmente en hablar de ella, considerada bajo estos
dos ultimas aspectos.
(22)
Observaremos solamente, con respecto al estado sóli lo que
afecta algunas veces el agua, que, cuando pasa esta al estado de
hielo, aumenta de volumen, y ocasiona, por consiguiente, la rup
tura de los vasos de vidrio ó de barro en donde sufre esta trans
formacion , sino se vacian un poco al venir las heladas , ó á lo
menos sino se colocan en un lugar algo caliente.
El agua, en el estado en que se halla mas ordinariamente
en nuestros climas , es un líquido transparente , incoloro , ino
doro , compresible , susceptible de mojar , y de disolver un gran
ndmero de cuerpos. Un centilitro de agua , á cuatro grados so
bre cero del termómetro centígrado , grado en el que el agua
tiene la mayor densidad posible , pesa un gramo.
Una de las propiedades mas titiles del agua, en tintura, es
la de poder servir para disolver las partes colorantes, los ácidos,
las sales de que se hace uso , y para tener las moléculas de estos
diversos agentes divididas de modo que puedan aplicarse facil
mente sobre los tejidos y combinarse con ellos , ó directamente,
como sucede en el tinte de azul por el añil, ó por el interme
dio de los mordientes , como se ve en el tinte en algodon de
encarnado de Indias, ó de Andrinópoli.
Esta facultad disolvente del agua, se halla muy comunmente
aumentada siempre que es ausiliada por la accion del calorico.
He aqui porque el tintorero opera raras veces en frio , es decir,
á la temperatura de la atmosfera. Es menester casi siempre ca
lentar mas o méuos el agua , ya para estraer las partes coloran
tes , ya para preparar los mordientes , y los baños de tintura.
Hemos dicho en otra parte, que el agua sometida á la accion
del calórico se dilataba ; pero esta dilatacion está circunscrita en
límites bastante estrechos.
Luego que ha llegado á ioo° centígrados , señalando el ba
rómetro 28 pulgadas de presion, se convierte el agua en vapor,
hierve , y adquiere un volumen cerca i 700 veces mayor que en
su estado de liquidez.
Este aumento considerable de volumen advierte suficientemen
te al tintorero que caliente sus baños liaste el grado de ebulli
cion en calderas cerradas como las que sirven para el avivo y
roseo del encarnado de Indias , y que disponga en la cober
tera de la caldera, un sopapo , ó válvula que pueda dar salida
al vapor que se forma , el cual por su fuerza de elasticidad le
vantaría indefectiblemente el tapadero de la caldera , y arrojaría
fuera no solo el líquido sino tambien el algodon.
Hemos supuesto hasta aquí que el agua era pura y no con
tenia ninguna sustancia cstrufia á su naturaleza, pero es muy
(»3)
raro encontrar una agua semejante. La de los pozos, la de los
mismos ríos y la de los arroyos está mas ó menos cargada de
partes salinas, ó de moléculas vegetales y animales disueltas, ó
bien tenidas en suspension. Estas especies de aguas dañan mas ó
menos á las operaciones de la tintura porque impiden que las
partes colorantes se apliquen solidamente á los tejí los ó son cau
sa de que precipitándose sobre ellas , despues de teñidas , em
pañen los colores. Por esta razon se desecharán todas las aguas
cenagosas y las que tengan en disolucion algunas sales metálicas
de hierro ó de cobre, por ejemplo, cuya ecsistencia manifiesta
bastante bien el solo órgano del gusto, y no se emplearán, mien
tras sea posible, sino aquellas aguas que no tengan ni olor ni
sabor, y que disuelvan bien el jabon. . ¡ •
Las que no ofrecen estos caracteres son duras ó crudas , y
es preciso correjirlas á fin de que sean propias para la mayor
parte de las operaciones de tintura , y para las lejías que sirven
en el blanqueo.
Para esto , se hará disolver una libra y media de sal de sosa
ó de buena potasa del comercio en media azumbre de agua;
cuando hierva la disolucion se le añadirá media onza, poco mas
ó menos , de jabon cortado en pedacitos , y se agitará la mez
cla hasta que el jabon esté disuelto completamente; lo que se .
conocerá por la viscosidad que adquiera la disolucion.
La proporcion que se ha indicado, es la que conviene para
45 6 50 azumbres de agua; asi pues se aumentará ó disminui
rá la cantidad de alcali ó de jabon, segun el volumen de agua
que se desee purificar.
Luego que hierva esta, agua se le mezclará la disolucion,
tambien hirviendo, de alcali y jabon, de que se ha hablado.
Se formará un coagulo que se verá nadar en la superficie y que
proporcionará el medio de poderlo separar con una espumadera.
Para lograr este efecto, se añade jabon á la disolucion alcali
na , porque entonces el precitado que se forma se apodera del
aceite del jabon , y le obliga á separarse mucho mas facilmente
que por cualquiera otro medio.
El agua dura correjida de este modo , se vuelve dulce , po
table , propia para cocer las legumbres , y para disolver el
jabon.
Corrijen algunos las aguas duras haciéndolas hervir con sal
vado puesto en un saco, ó con plantas mucilaginosas.
Entre los muchos usos del agua harémos conocer el que se
ha puesto en aplicacion para determinar el peso específico de los
cuerpos.
(H)
Se llama gravedad específica ó densidad de un cuerpo la
relacion de su peso con su volumen. Es tanto mayor la densi
dad cuanto menor es el peso y mas pequeño el volumen : est;í,
por consiguiente, la gravedad en razon directa del peso é inver
sa del volúmen. El platino, el oro, por ejemplo, no están do
tados de una gran densidad, sino porque pesan mucho bajo un
pequeño volúmen.
Siguese de la definicion que hemos dado de la gravedad es
pecífica , que si se pudiesen reducir todos los cuerpos á un
mismo volumen, bastaría pesarlos para conocer su densidad; pero,
eomo esto no solo seria siempre difícil , si que tambien muchas
veces imposible , han si lo necesarios otros medios para determi
nar las gravedades específicas.
El que ha sido generalmente adoptado, consiste en determi
nar la- relacion que hay entre el peso de un cuerpo cualquie
ra , sólido , ó líquido , y el de un volúmen igual de agua des
tilada.
A este efecto, se pesa primeramente el cuerpo, en una buena
balanza y en contacto del ayre, y despues en el agua destilada,
suspendiéndolo con un crin debajo de uno de los platillos de la
balanza que tenga un pequeño gancho. Está demostrado en físi
ca , que si se sumerje un cuerpo en el agua , pierde en ella una
parte de su peso , y que esta parte del peso que ha perdido el
cuerpo, es precisamente igual al peso del volúmen del agua de
salojada. La perdida del peso del cuerpo pesado en el agua re
presenta , pues , ecsactamente v el peso de un volumen de agua
igual al del mismo cuerpo ; de modo que para conocer la pesa
dez específica de un cuerpo, solo deberá hacerse la siguiente pro
porcion : suponiendo, por ejemplo, que se opere sobre un pedazo
de plomo; la gravedad específica del plomo es á la de un volu
men igual al suyo de agua, como el peso del plomo pesado en
el ayré, es á la pérdida del peso que esperimenta el plomo pe
sado dentro del agua, es decir, al peso de un voldmen igual
de agua.
Si se halla , por ejemplo , que el peso del plomo pesado en el
8-yíe , equivale á 7,i5 gramos, y que el de un volumen igual
al suyo de agua es de 0,^3 gramos, se dirá: el peso del plomo,
es al de un volúmen igual al suyo de agua, como 7,i5 gramos,
é« & 0,63 gramos, 6 como el n,35 es i i; lo que demuestra
que el plomo pesa ii,35 veces mas que un volúmen igual al
suyo de agua destilada.
8e practicaría lo mismo para determinar la gravedad especi
fica de cualquier otro cuerpo sólido , mientras no fuese suscep
(«5)
tibie de ser descompuesto , ó disuelto por el agua. En uñó , ú
otro de estos casos , que casi nunca se presentará al tintorero,
se pesaría el solido en un líquido diferente del agua , tal como
el aceite , el espíritu de vino , &c. , y conociendo la relacion d$
la gravedad especifica que tienen estos líquidos con respecto al
agua destilada , facil ser/a deducir la proporcion del peso del
cuerpo, con el de un volúmen igual al suyo de agua, ó, en
otTos terminos, el peso especifico que le es propio.
El método que se lia espuesto sirve igualmente para deter
minar la densidad de los líquidos , pero en los talleres se usan
solo, comunmente, los instrumentos llamados areómetros , ó pesa
licores, cuya construccion se debe al difunto Mr. Baumé, célebre
farmacéutico de París.
Se toma un tubo de vidrio , que tenga en toda su longitud
dos especies de esferas, una de las cuales termine el tubo y con
tenga mercurio para que no se la lee el instrumento. Se sumer-
je primeramente en el agua destilada á la temperatura de io°,
escala de Reáumur, que es la temperatura constante de las cue
vas, y se señala cero en el punto del tubo en que deja de bun-
dirse. Se introduce en seguida el instrumento en una disolucion
preparada con diez partes de sal marina ó co nun hi''ii pura, y
noventa de agua destilada, y se señala de nuevo, en el tubo, el
punto en que cesa de hundirse. Se traslada , por medio de un
compás , sobre una tira de papel , el intervalo entre el cero y
el punto señalados en el tubo. Se repite i0, ó á lo menos 7 d
8 veces, la dimension de este espacio á lo largo de la tira, y se
divide 4 cada uno de estos intervalos en i0 partes ó grados, for
mando una escala de i00 grados, si se lian tomado diez inter
valos; ó de 70, d 80, si se han tomado 7 d 8. Deberá pro-.
curarse, para la mayor »csactitud de la escala, que el calibre del
tubo sea igual en toda su longitud. Se introduce esta escala en
el tubo haciendo que coincida perfectamente ei cero de este
con el que se ha señalado en el papel. Se cierra el tubo fijando
en su estremidad un poco de lacre.
Es fácil comprender el uso de sste instrumento. Cuanto mas
denso ó pesado sea un líquido menos se sumerjirá en el aguaj
y al contrario , cuanto mas ligero sea , mas se hundirá el ins
trumento.
El areómetro de Baumé es muy util para conocer, con una
ecsactitud suficiente , el grado de concentracion de los ácidos,
de las lejías de potasa ó de sosa , de las disoluciones salinas y
de los mordientes de que se hace uso en tintura.
(26)

SECCION TERCERA.

De los agentes químicos que sirven, en el arte de teñir, para


a obtener los colores.

Estos agentes son los dcsidos metálicos , los ácidos, las sales,
los aceytes y el jaboa.

Capítulo primero.— De los metales y de los ócsidos metálicos,


considerados en general.

Los metales , en el estado actual de nuestros conocimientos,


son cuerpos simples que se distinguen de todos los demas por
una brillantez que les es propia ; por una gravedad específica
considerable , prescindiendo de algunas escepciones ; por una opa
cidad completa; por su insolubilidad en el agua; por la propie
dad de poderse combinar en una ó muchas proporciones con el
ocsígeno , dando nacimiento algunas veces á ácidos , es decir , á
productos que tienen un sabor agrio , y que enrojecen la tin
tura de girasol (i); pero mas comunmente á ócsidos, que no al
teran este color y hacen algunas veces pasar al verde el color

( i ) El girasol ó tornasol es una especie de materia coloran


te que se obtiene del jugo de una planta del genero croton , que
crece naturalmente en el mediodía de la Francia y que se cono
ce allí por el nombre de maurelle. Esta planta es el croton ds
tintura (croton tinctorium), cuyo tallo es herbaceo.
Se distingue en el comercio el girasol en paños, y el girasol
en panes.
El primero se prepara con trapos ó lienzos embebidos del ju
go de maurelle , y espuestos en seguida al vapor de la orina
mezclada con cal viva. Estos lienzos, transportados á Holanda,
son pulverizados en un molino , mezclándolos de antemano con
$psa, y reducidos á una pasta de la que se forman pequeños
prismas cuadrangulares que se hacen secar. Estos pequeños pris
mas , de color azul, se llaman girasol en panes: son ligeros, que
bradizos y producen con el agua un infusum de color azul vio
leta.
Para preparar este infusum se hacen hervir por un instante
10, ó i2 partes de agua destilada con una parte de tornasol en
pan reducido á polvo mas ó menos fino , y cuando el agua se ha
(•7)
aziil del jarabe de violetas ó el infusum de los petalos de esta
planta (i).

enfriado, se filtra el liquido y se conserva en un frasco bien


tapado. Puede igualmente ponerse el girasol en una muñeca de
lienzo fino , y dejarse esta en el agua destilada hasta que esté
suficientemente colorada.
Se coloran igualmente , con este infusum, tiras de papel, que,
despues de haber sido secadas á la sombra, sirven de reactivos
para descubrir la presencia de los ácidos.
El color azul violeta del girasol parece resultar de la com
binacion de un color rojo con un ócsido alcalino tal como la
potasa, la sosa, 6 la cal, por cuya razon echando un ácido en el
infusum se apodera del ócsido , y se manifiesta el color rojo
ó encarnado de la tintura , y si , al líquido enrojecido por un
ácido , se le añade un ócsido alcalino , el color azul vuelve á
aparecer. - '
El mejor papel de girasol es el que está preparado con pa
pel fino con cola , tal como el de escribir cartas (*), que no es
muy colorado , y qte indica de un modo muy sensible la pre
sencia de la mas pequeña porcion de ácido. El girasol tiene la
preciosa ventaja de ser enrojecido por el ácido carbonico cuando
la disolucion de aquel cuerpo es poco colorada , y de no alterarse
cuando se aplica el ácido sobre el papel que tenga un color mas
intenso , porque en este caso la disolucion ácida con que se
moja el papel por medio de una varilla de vidrio y que forma
una línea no es suficieute para que su ácido sature el alcali
que ecsiste en el girasol.

(*) El papel que se usa en Francia para escribir cartas es


el que conocemos aqui bajo el nombre de papel de Holanda,
pero que se fabrica en nuestro pais con toda perfeccion. Esta
clase de papel fino es la que , segun da á entender el autor,
es preparada con el girasol. = Nota del traductor.

(i) Para preparar el jarabe de violetas se cojen en la pri


mavera violetas sencillas , antes que esten muy abiertas ó mar
chitadas ; se les quita el cáliz , y se les echa encima un poco de
agua hirviendo ; se esprimen ligeramente á fin de despojar las
flores de un principio mucoso capaz de fermentar, y se arroja
7
(•8)
No son de ningun uso, en tintura, los metales , mientras se
conservan en su estado metálico ; pero sí , cuando se han hecho
pasar al estado de ocsidos , sea calentándolos mas ó ménos fuer
temente, en contacto del ayre , sea sometiéndolos á la accion del
agua ó de ciertos ácidos. Cuando obran sobre el metal el ayre,
el agua, ó el ácido, se ^descomponen estos cuerpos , cediendo i
aquel, la porcion de ocsígeno que ha necesitado para pasar al es
tado de dcsido.
Por ócsido metálico debe entenderse , pues , un producto for
mado por la combinacion de un metal con el ocsígeno, pero en
un grado insuficiente para hacer pasar el metal al estado de áci
do : esta combinacion del ocsígeno con el metal es una verdade
ra combustion en la que el peso del metal aumenta con el que
tenia el ocsígeno que ha entrado en su combinacion ; asi es, por
ejemplo, que si se calientan convenientemente, loo libras de
plomo en contacto del ayre, dan cerca ni libras de dcsido de
este metal.
Se han distinguido los diversos grados de ocsidacion de los
metales con los nombres de protócsido , deutócsido , tritócsido,

esta agua ; se colocan luego estas flores en un bote de loza ó


mejor en un vaso de estaño y se les echa encima el doble
de su peso de agua hirviendo; se dejan en infusion por i2 ho
ras á un suave calor, y se esprimen en una prensa poniendolas,
para esto , en un lienzo bien lavado. El licor deja deponer una
pequeña cantidad de fécula verdosa que se separa por decanta
cion, á fin de que no altere el color del jarabe. Se pesa el
líquido y se hacen disolver en él , en un baño maria , 3 2 onzas
de azucar refinado por i 7 onzas de líquido. Se agita el jarabe,
se espuma y se trasega en botellas que se guardan en un lugar
fresco.
Este jarabe bien preparado debe ser de un hermoso color
azul. El modo de emplearlo , para descubrir la presencia de los
ócsidos y de algunos carbonatas alcalinos , es muy sencillo. Se
pone sobre un plato de loza una gota de jarabe y se toca, en se
guida, con una varilla de vidrio mojada de antemano en el lí
quido que se quiere ensayar. Si este licor contiene un alcali , el
color azul del jarabe pasa inmediatamente al verde y es tanto
mas intenso el color, cuanto mas alcalino es el licor que se ecsa-
mina.
El simple infusum de los pétalos de violeta produce los mis
mos efectos.
(29)
tetrócsido, si el ocsígeno entra en la formacion del dcsido en
una , dos , tres , ó cuatro proporciones.
El dcsido en el que el ocsígeuo entra en la mayor propor
cion posible , se llama perdcsido.
Si solo puede un metal formar un dcsido con el ocsígeno se
llama simplemente ócsido , y es al mismo tiempo perócsido.
Cuando se combina un dcsido con el agua se da al com
puesto resultante el nombre de hidrato.
En general , los dcsidos metálicos son susceptibles de disol
verse en los ácidos y de formar con ellos ciertos compuestos, á
los que se ha dado el nombre de sales. Un metal cualquiera no
puede disolverse en un ácido, sino ha sido primeramente oxida
do , sea á espensas del mismo ácido d del agua que contiene
este , sea, muchas veces , á espensas de uno y otro cuerpo.
Ecsisten muy pocos dcsidos que sean solubles en el agua.
Se ha demonstrado por esperimentos bastante recientes que
las sustancias que se habían designado con el nombre de tierras
y de alcalis , y que se consideraban como cuerpos simples , son
verdaderos dcsidos metálicos , que llaman aun algunos, ócsidos fer
reos ú ócsidos alcalinos, denominacion que toma origen de su
antigua clasificacion.

Capítulo II De los ócsidos metálicos mas usados en tintura.

Estos ócsidos son: el dcsido de aluminio , d la alúmina; los


dcsidos de calcio , 6 la cal ; los dcsidos de potasio , ó la pota
sa ; los dcsidos de sodio , d la sosa ; el amoníaco , los ocsidos de
hierro , de estaño , de cobre y de plomo.

Artícvw primero— Ocsido de aluminio. ( Alúmina. )

La alúmina , segun indica su nombre químico , es una com


binacion del metal aluminio con el ocsígeno. Este metal solo
puede combinarse con el ocsígeno en una proporcion: unicamen
te ecsiste , por consiguiente , un dcsido de este metal , que es al
mismo tiempo perdcsido. Este dcsido representa, en el dia, la es
pecie de tierra que se llamaba alúmina.
El dcsido de aluminio ó la alúmina se encuentra, pero muy
raras veces, pura en la naturaleza. Entra en la composicion de
las arcillas y de diferentes sales, entre las cuales debe distinguir
se el alumbre, tan usado en tintura.
La alúmina pura es blanca , suave al tacto , insípida ; se pe-
ga á la lengua de modo que es preciso hacer un ligero esfuerao
(3°)
para desprenderla de ella ; en fin , es insoluble en el agua.
Combinada con este líquido constituye el hidrato de alúmi
na que se presenta como una jalea de color blanco.
Se obtiene la alúmina echando un esceso de potasa ó de amo
níaco en una disolucion de alumbre. La alúmina se precipita en
copos blancos , que se lavan y se hacen secar, á no ser que se
quiera combinar con los ácidos , á los que se une mas facilmente
cuando se les presenta este cuerpo en forma de jalea.
Combinada la alúmina con los ácidos forma diferentes sales
que son de la mayor utilidad en tintura.
r
Artículo II. Ocsido de calcio. ( Cal. )

Aunque admiten los químicos un prottícsido y un deutdcsido


de calcio , no hablaremos nosotros sino del primero de estos
dcsidos, por ser el único que necesita conocer el tintorero.
El protdcsido de calcio no se encuentra puro en la naturale
za ; pero si combinado muy comunmente con diferentes ácidos,
y sobre todo con el ácido carbonico y con el sulfúrico. Este protdc-
sido resultante de la combinacion del ocsígeno con el metal lla
mado calcio , d cal pura , es un cuerpo sólido , de un blanco
gris cuando está seco , y blanco cuando contiene agua , ó se ha
lla en estado de hidrato ; tiene un sabor acre y cáustico y enver
dece fuertemente el jarabe de violetas.
Espuesta la cal viva d pura al ayre, absorve primeramente
la humedad y se combina despues con el ácido carbonico de la
atmosfera transformándose en sub-carbonato mezclado con hi
drato.
Si se echa sobre la cal viva una pequeña cantidad de agua
es rápidamente absofvido este líquido, sin que la cal parezca mo
jada ; se desprende calórico y un vapor acre : la cal se hiende, au
menta de volúmen, se blanquea y se reduce á polvo. Se dice enton
ces que la cal está apagada ó muerta , y se halla así en es
tado de hidrato. Si se opera sobre una cantidad de cal algo con->
siderable , se desprende suficiente calórico para poder inflamar
pedazos de madera , como lo he visto suceder en mi laboratorio}
es , por consiguiente , muy peligroso conservar un gran volúmeri
de cal en parages que no. estén al abrigo de la lluvia, y que?
tengan cerca materias inflamables. i
Cuando la cal está apagada se llega á disolver en cerca 450
veces su peso de agua : el solutum, que se conoce con el nom
bre de agua de cal, no debe dejarse en contacto del ayre porque
no tardaría, en combinarse con el ácido carbónico para constituit
un carbonato, ó i lo menos un sub-carbonato de cal en forma
de una película que se renueva á medida que se rompen las que
se van formando.
Se obtiene la cal viva, en grande, calentando las piedras de
cal (carbonato calcareo) en hornos de una forma particular. El
carbonato es descompuesto por la accion del calórico ; el ácido
carbonico se desprende y queda la cal pura. i
Se emplea la cal en tintura para preparar el agua de cal, y
para volver cáusticas la potasa y la sosa , es decir , para robarles
el ácido carbónico, por cuyo cuerpo tiene mas afinidad.

Artículo III. — De los ócsidos de potasio . ( Potasa. )

Distinguen los químicos tres ócsidos de potasio : el protóc-


sido , el deutóesido , y el tritóesido ; pero solo trataremos del
segundo kde estos dcsidos , 6 del deutdesido , por ser- el único
que se usa en tintura. Este deutdesido está formado por
la combinacion del ocsígeno con un metal descubierto , algunos
años há , por Sir Humphry Davy , célebre químico inglés , quien)
le dió el nombre de potasio.
El deutóesido de potasio , ó mas simplemente la potasa , no
se encuentra pura en la naturaleza ; pero si combinada siem
pre con los ácidos ó con otros ócsidos metálicos.
La potasa perfectamente pura , es sólida , de un hermoso color
blanco , de un sabor muy cáustico : enverdece fuertemente el ja
rabe de violetas.
Espuesta al ayre atrae fuertemente la humedad de este, y se
convierte en una especie de líquido llamado antiguamente aceite
dé tártaro por deliquio ; el aire le cede al mismo tiempo el áci
do carbónico que tiene escondido entre sus moléculas , de modo
que resulta, de esta doble accion del aire sobre la potasa, un
sub-carbonato de deutdesido de potasio delicuescente. El agua es
absorvida por esta sal, y se forma hidrato de deuctóesido de pota
sio. ,
El agua disuelve á la temperatura ordinaria una gran canti
dad de potasa , desprendiéndose calórico en el momento de la
accion. El solutum es incoloro , cáustico : se apodera rapidamen
te del gas ácido carbónico de la atmósfera y se transforma en
sub-carbonato.
La alúmina se disuelve muy bien en la disolucion de pota
sa. M. Huussiuan ha propuesto , pero sin feliz écsito , el uso
de esta disolucion en la tintura del encarnado de Indias.
Los químicos se procuran la potasa pura por medios bastan
(30
te complicados y muy dispendiosos , para que el tintorero pue
da emplearlos ; pero felizmente las operaciones de la tintura no
ecsijen el empleo de este cuerpo en su estado de pureza. La po
tasa del comercio compuesta en gran parte de sub-carbonato de
potasa , mezclado con algunas otras sales , basta para todas las
necesidades de la tintura ; y se logra, tambien, quitar facilmente
el ácido carbónico á este sub-carbonato de potasa, tratándolo,
como se dirá mas adelante , por la cal viva , y se obtiene, un
deutdcsido de potasio en un grado de pureza y de causticidad
suficientes para el blanqueo y algunas operaciones de tintura.

Artículo IV. — De los óesidos de sodio. ( Sosa. )

Ecsisten tres para el químico: uno solo, el deutdcsido, debe


ser conocido por el tintorero. Está formado este dcsido por la
combinación del oes/geno con un metal llamado sodio , descu
bierto igualmente por Sir Humphry Davy.
El deutdcsido de sodio no se encuentra puro en la naturale
za , pero sí combinado con los ácidos.
Sus propiedades físicas son las mismas que las del deutdcsido
de potasio.
Puesto en contacto del aire atrae la humedad y el ácido car
bónico esparcidos en la atmósfera , y se transforma en deuto car
bonato de sodio , que esflorece prontamente, ofreciendo en su su
perficie una especie de polvo harinoso.
Absorve el agua, con desprendimiento de calórico , y se trans
forma en hidrato de deutdcsido de sodio.
Se prepara para los usos de tintura , del mismo modo que se
ha indicado mas atras para obtener el deutdcsido de potasio.

Artículo V. Del amoníaco. (Alcali volátil.)

Aunque nada anuncia hasta la actualidad , que sea el amonía


co un ócsido metálico , creemos , no obstante , poderlo colocar
aqui al lado de los dcsidos alcalinos precedentes, por llenar sus
funciones esenciales. En efecto , no solamente el amoníaco forma
diferentes sales combinándose con los dcsidos , sino que es tam
bien soluble en el agua como los dcsidos de calcio , de potasio
y de sodio , y divide ademas con ellos la propiedad de enverde
cer fuertemente el jarabe de violetas.
El amoníaco , llamado antiguamente alcali volátil , es incolo-
so , de un olor fuerte penetrante , y de un sabor muy cáustico.
Es mucho mas ligero que el aire atmosférico; apaga los cuerpos
(33)
inflamados , y mata los animales que lo respiran. Enverdece , co
mo se ha dicho , el jarabe de violetas. Se mezcla con el aire que
respiramos sin formar, con él, vapores. Es muy soluble en el agna,
de modo que esta, á la temperatura de i0? á i2?, y á una
presion de 28 pulgadas, puede disolver cerca 430 veces su volu
men. El gas amoníaco disuelto de este modo en el agua , cons
tituye el alca.li volátil d el amoníaco líquido , cuyas propieda
des no se diferencian esencialmente de las del gas amoniacal.
Se estrae de la sal conocida en el comercio, con el nombre
de sal amoníaco , y por los químicos , con el de hidroclorato d»
amoníaco.
Artículo VI De los ócsidos de estaño.

Ecslsten dos ; el protócsido , y el deutdcsido.


El protdcsido es blanco cuando está unido con el agua , j
gris negruzco cuando se baila seco. Se forma este cuerpo siem
pre que se hace calentar estaño muy dividido con el ácido hi-
droclórico líquido , y concentrado. Absorve facilmente el ocsíge-
no de la atmósfera y pasa al estado de deutdcsido ; pero no ab
sorve el ácido carbónico contenido en ella. Es insoluble en el
agua,* se disuelve en algunos ácidos, y en la disolucion de po
tasa pura.
El deutdcsido de estaño se encuentra en la naturaleza : es
blanco , y pasa al negro por la desecacion.
Se obtiene , tratando el estaño en granalla 6 polvo , por el
ácido nítrico hirviendo. Se descompone este y cede al estaño una
parte de su ocsígeno.
Espuesto al aire , no puede ya absorver mas ocsígeno, porque
está en el maximum de saturacion de este cuerpo. Es- insoluble
en el agua , pero se disuelve bien en la potasa ó sosa pura.
Tanto el protdcsido , como el deutdcsido de estaño , entran
la composicion de diferentes sales y disoluciones , que prestan
grandes servicios al arte de teñir.

Artículo VIL De los ócsidos de plomo.

El plomo es susceptible de formar con el ocsígeno tres dcsidos.


El protdcsido es conocido en el comercio bajo el nombre
de masicot ; es sólido y de color amarillo. Si despues de fun-
» dido , se deja enfriar lentamente , cristaliza en laminas brillan
tes amarillas d amarillas rojizas , y se vende entonces con el
nombre de litargirio , cuerpo poco soluble en el agua, pero que
se disuelve muy bien en. la potasa, eo la «osa, y en los acei
(34)
tes. Disuelto en el aceite de lino , por medio del calor , forma
el aceite de lino cocido , que sirve para preparar el betun graso,
de que se hace uso en el proceder del blanqueo por el cloro.
El protócsido de plomo se prepara haciendo calentar el plo
mo en contacto del aire.
El deutocsido de plomo es el minio del comercio. Es de
un hermoso color rojo. Es inalterable al aire é insolüble en el
agua , y se disuelve en la potasa y la sosa , pero menos facil
mente que el protdcsido. Se obtiene esponiendo el protdcsido de
plomo, en contacto del aire, á una fuerte temperatura , y dismi
nuyendo un poco el calor del horno.
El tritdcsido de plomo es de color de pulga. No tiene uso
alguno en tintura.
De los tres ócsidos de plomo solo el protdcsido puede com
binarse con los ácidos , de cuya combinacion resultan algunas
sales que ofrecen bastante utilidad al arte de teñir.

Artículo VIII. De los ócsidos de cobre.

Se conocen dos el protdcsido , y el deutocsido.


El protdcsido se forma tratando el cobre por el ácido hi-
droclórico en esceso, y separándolo en seguida de la disolucion,
por medio de la potasa o la sosa : es amarillo naranjado cuando
se halla en estado de hidrato ; absorve el ácido carbtínico del
ayre á una temperatura poco elevada , y pasa al estado de deu
tocsido.
El deutocsido de cobre es moreno negruzco; no ejerce accion
alguna sobre el gas ocsígeno; absorve el ácido carbónico del aire
á la- temperatura ordinaria , y, combinándose con el ácido sulfú
rico , forma el vitriolo azul , ó vitriolo de Chypre , conocido en
química con el nombre de deuto sulfato de cobre.

Artículo IX.— De los ócsidos de hierro.

Los químicos admiten tres.


El protdcsido se produce siempre que el hierro se disuelve
en el ácido sulfúrico , ó hidroclórico , debilitados uno y otro
con cuatro ó cinco veces su volúmen de agua; pero no se puede
obtener en estado seco porque se ocsida mas, cuando se hace
secar. »
El deutocsido se forma cuando se hace pasar agua en vapor
sobre hierro candente. El agua se descompone en esta operacion,
y cede al hierro suficiente ocsígeno para hacerle pasar al estado
de deutocsido.
(35)
Se obtiene el tritocsido tratando el hierro por el ácido ní
trico. Se descompone este ácido al obrar sobre el hierro , y
abandona una cantidad de ocsígeno que hace pasar el metal al
estado de tritdcsido.
Estos tres dcsidos son susceptibles de combinarse con dife-
ferentes ácidos , y de formar sales cuyo uso es muy precioso en
tintura.

Capítulo III—De los ácidos.

Se da el nombre de ácidos á cuerpos sólidos, líquidos 6 ga


seosos , cuyos caracteres esenciales son ; tener un sabor agrio , en
rojecer la tintura acuosa de girasol , y aun, algunas veces, el ja
rabe de violetas, y formar, con los dcsidos metálicos, com
binaciones salinas.
Los ácidos, cuyo conocimiento interesa al tintorero, son ; el
sulfuroso , el sulfúrico , el hidróclorico , el carbónico , el ace
rico, el cítrico, el ocsálico, el tartárico, y el gálico ó agálico.
Todos estos ácidos son el resultado de la combinacion de cier
tos simples con el ocsígeno, ó con el hidrógeno. Los cuerpos sim
ples acidificados de uno ú otro modo son llamados radicales da
los ácidos.

Artículo primero— Del ácido sulfuroso.

Puede obtenerse facilmente este ácido por la combustion del


azufre en el aire libre. En esta operacion , se combina el ocsí
geno con el azufre, y pasa este entonces al estado de ácido. Es
de advertir que en este ácido la proporcion del ocsígeno es me-
Hor que en el ácido sulfúrico; por cuya razon han espresado los
químicos esta diferencia , dando á la denominacion del primero
de estos ácidos una terminacion en oso, y á la del segundo otra
en ico. Esta regla de nomenclatura se observa, en general, en to
dos los ácidos que son susceptibles de ecsistir con dos proporcio
nes diferentes de ocsígeno ; la una mas debil y la otra mas fuerte:
la denominacion de los primeros termina en oso , y la de los
segundos en ico.
El azufre es un cuerpo simple que se encuentra muy abun
dantemente en las inmecliaciou.es de los volcanes. Es sólido , de
un color de limon, muy quebradizo, y sin sabor. No tiene olor
sensible, pero lo adquiere, aunque muy ligero, por el frote; cruje
y se rompe facilmente, cuando se aprieta con la mano, ó se ca
lienta un poco. No es alterado por el ayro á la temperatura or
8
(3*0 , '
dinaría y es insoluble en el agua. Entra en fusion á un calor
de i07 á i09 grados centígrados. Si despues de fundido se de
jan depositar las materias terreas que se hallan en el azufre en
bruto , y se vierte entonces en cilindros de madera resultará el
azufre en cation. Si se calienta el azufre , despues de fundido , se
volatiza y se fija sobre los cuerpos frios bajo la forma de un
polvo amarillento que se llama flor de azufre.
Solo se combina el azufre con el ocsígeno de la atmósfera á
un calor de i50 grados centígrados. A este grado de temperatura
arde presentando una llama de un blanco azulado, y produciendo
un gas cuyo olor promueve las lágrimas y la tos , y sufoca los
animales espuestos á su accion. Se produce este gas , llamado
por los químicos gas ácido sulfuroso , cuando se inflama el
azufre de una pajuela.
Ecsiste este cuerpo ácido bajo la forma de gas invisible,
siendo caracterizado principalmente por su sabor fuerte y desa
gradable , por su olor picante , por escitar la tos , como queda
dicho, y por su accion mortífera sobre los que lo respiran. Es
tas propiedades, y la de enrojecer, como los demas ácidos, pero
con mayor fuerza que algunos de ellos , la tintura de tornasol,
y ademas la de poder el agua á la temperatura de 20o y á la
presion de 76 centímetros (28 pulgadas) disolver 37 veces su
volumen , son las mas esenciales que ofrece este compuesto. El
ácido sulfuroso , disuelto , del modo dicho , en el agua , consti
tuye el ácido sulfuroso líquido, que sirve algunas veces en quí
mica, pero que apenas tiene uso en tintura.
Usase el ácido sulfuroso, regularmente en estado de gas, para
blanquear los tejidos de lana, y las sedas destinadas para la fa
bricacion de los tejidos de esta sustancia que deben quedar blan
cos. Describirémos mas adelante el proceder que conviene em
plear en uno ú otro caso.

Artículo II. — Del ácido sulfúrico. (Aceyte de vitriolo.}

Se llama asi este ácido porque está formado de azufre y de


ocsígeno , 6 en otros terminos , porque se obtiene por la com
bustion del azufre en cuartos de plomo.
Ecsiste bajo la forma de un líquido incoloro y de una consis
tencia oleaginosa que le ha originado el nombre impropio de
aceyte de vitriolo, por tener un sabor ácido muy fuerte, y aun
cáustico ó quemante. Su peso específico es de i,84, siendo i el
del agua. Solo le es propio este grado de pesadez especifica
cuando se halla en su, mayor estado de concentracion y corren
ponde al 66? grado del areómetro de Baumé que sirve para los
líquidos mas pesados que el agua (i).' Cuando no está el ácido
concentrado hasta este grado contiene, segun Cliaptal, un poco
de ácido nítrico que lo hace de peligroso empleo para disolver
el añil.
Hierve i 300o del termómetro centígrado ó á 240 del de
Reaumur. Sujetado á este grado >de calor puede el ácido sulfú
rico ser destilado, como se practica, en efecto, sea en retortas
de vidrio, sea en vasos de platino para despojarlo de las sus
tancias estrañas que alterarían su pureza, y separarle toda el agua
que puede abandonar; porque este ácido, aunque concentrado,
Insta el mayor grado que es posible , retiene siempre cerca el
cuarto de su peso de agua.
El ácido sulfúrico concentrado y puro, espuesto al ayre,
«trae la humedad de este y pierde su grado de concentracion,
debilitándose mas ó menos. Cambia ademas de color, se vuelve
moreno y aun muchas veces ennegrece , absorviendo las molé-
culas vegetales y animales que se hallan en suspension en la at
mosfera y convirtiéndolas en una materia carbonosa. Es preciso,
por esta razon , conservarlo en frascos tapados al esmeril ó me
jor en vasos de barro para sustraerlo de este modo de la accion
de la luz que parece obrar sobre él, colorándolo.
El ácido sulfúrico se combina con el agua en todas propor
ciones: en esta operacion disminuye sensiblemente el volúmen
de la mezcla, y se calienta al mismo tiempo tanto mas esta cuan
to mas predomina en ella el ácido. Si se mezclan partes iguales
de agua y de ácido sulfúrico concentrado , se eleva la temperar.
tura á 84o del termómetro centígrado. Cuatro partes del mismo
ácido y una de agua hacen subir el termómetro dicho á i0.5o.
Es , por esto , prudente , no hacer la mezcla de agua y de ácido
sulfúrico sino en vasos de plomo ó de madera , á fin de evitar
la ruptura de los de vidrio ó de barro. Se hará bien de echar
el ácido sobre el agua, y no esta sobre el ácido para impedir
una especie de esplosion que no dejaría de suceder si se obrase
sobre cantidades considerables. En fin , es menester procurar agi
tar la mezcla con un tubo de vidrio , ó á lo menos con una
varilla de madera , á fin de que sea mas homogénea. Sin esta
precaucion quedaría el ácido, por ser mas pesado, en el fondo del
vase ; no estaría combinado enteramente con el agua, y destruiría
las porciones de hilo ó de algodon que se sumergiesen en él.

(i) Este areómetro se llama pesa deidos.


*
Una mezcla de agua y de ácido sulfúrico se llamaba antiguamen
te espíritu de vitriolo.
Espuesto el ácido sulfúrico á una baja temperatura se so
lidifica , congelándose. El Duque de Agen demostró en i776 que
este ácido concentrado se habia congelado enteramente en el
espacio de 7 á 8 horas , por un frio de 20o del termómetro
centígrado , bajo cero. Chaptal ha encontrado ácido sulfúrico
concentrado, cristalizado en un grande vaso, á 8? 89 centígrados.
Los cristales eran prismas hecsaedros terminados por piramides
igualmente hecsaedras.
Se halla en el comercio una especie particular de ácido sul
fúrico conocido con el nombre de aceyte de vitriolo de Sajonia,
que se diferencia del ácido sulfúrico ordinario, i? por su color
negruzco; 2? por su densidad ó gravedad especifica que es de
2,i25, mientras que la del ácido sulfúrico mas concentrado de
Francia solo llega á i,800 , marcando este último 66?- en el
areómetro de Baumé, y el de Sajonia de 68 á 69? en el mismo
areómetro; 3? en que puesto en contacto del ajre deja despren
der vapores blancos y espesos ; 4? en que echado gota á gota en
el agua, produce un ruido semejante al que causa la inmersion de
un hierro caliente en este líquido; 5? en que poniendo en con
tacto del papel algunas gotas de ácido sulfúrico humeante y ana
diendo luego una gota de agua sobre la mancha ya carbonizada
por el ácido , se enciende al instante el papel presentando una
luz viva ; 6? en que disuelve mejor el añil , siendo al mismo
tiempo mucho mas rico y brillante el color de esta disolucion
que el de la que se obtiene tratando el añil por el ácido sul
fúrico ordinario. Por esta propiedad , á pesar del precio muy
subido que tiene en el comercio, es preferido por todos los tin
toreros , y sobre todo por los fabricantes de indianas , ya sea
para hacer azules delicados, ó ya para conseguir verdes claros y
brillantes.
Se debe á Mr. Bussy, preparador de la Escuela de Farmacia
de Paris, una escelente Memoria sobre el ácido sulfúrico de Sa
jonia ó de Nordhausen. Esta Memoria que ha sido premiada
por la Sociedad de Farmacia de la Capital ofrece resultados tan
curiosos é importantes para la ciencia y para las artes que cree
mos deber trasladarlos aqui en beneficio de los que no puedan
leer toda la Memoria. Este bello trabajo hace parte del número
VII del Journal de Pharmacie , Xe. année (Juillet i824.)
Mr. Bussy ha demostrado en ella, i? que el ácido sulfúri
co de Nordhausen , no es otra cosa que ácido sulfúrico ordina
rio que tiene en disolucion una cierta cantidad del mismo ácido,
(39)
pero anhydro ¡ es decir privado de agua, y al que debe su»
propiedades particulares. En estado solido , el ácido sulfúrico an
hydro es blanco, op;ieo; esparce vapores muy abundantes, si .se
baila en contacto ^lel ayre* absorve muy pronto la humedad de
este, y se liquida; .
2? Que el olor sulfuroso , y el color moreno que caracte
rizan ordinariamente al ácido sulfúrico de Sajonia, no son esen
ciales á este cuerpo : que el primero proviene de una pequeña
cantidad de ácido sulfuroso que tiene en disolucion , y que se
forma cuando se prepara, y que el segundo es del todo acciden
tal, y depende de las sustancias vegetales d animales que el
ácido descompone y disuelve en parte;
3? Que todos los sulfatos descomponibles por el calor, y
principalmente el de hierro, pueden servir para la preparacion
del ácido sulfúrico ordinario y del humeante de Nordliausen ó
de Sajonia, empleando el proceder indicado por el autor en su
Memoria;
4? Que entre las propiedades de este ácido humeante , que
se estrae de los sulfatos, la mas notable es la de disolver ins
tantanea y fácilmente, á la temperatura ordinaria, el añil; pero
en lugar de ser azul esta disolucion, como lo es la que se ob
tiene en el ácido sulfurico ordinario , presenta un color de púr
pura magnífico muy parecido al del vapor que deja desprender
el añil puesto sobre una lamina de hierro enrojecido por el
fuego. Esta propiedad de disolver el añil es inherente al ácido
sulfúrico anhydro , sin que contribuya en nada á ello el ácido
sulfuroso ; porque , por una parte , se opera muy bien la di
solucion en el ácido sulfúrico anhydro puro , y ofrece abso
lutamente el mismo color; y por la otra, el ácido sulfuroso an
hydro no disuelve porcion alguna de añil aunque esté muchos
dias en contacto de este cuerpo.
Cuando se espone al ayre la disolucion purpurea de añil,
atrae el ácido la humedad del mismo ayre , se convierte en áci
do ordinario , y la disolucion se vuelve azul ; lo mismo sucede
si en lugar de agua se le añade ácido sulfúrico ordinario : Mr.
Bussy opina , que en la disolucion purpurea se halla el añil
mucho mas dividido que en la azul, y que se presenta con
aquel color particular, que le es propio, por la misma ra- ,
zon porque siendo azul el añil visto en masa , se transforma en
encarnado cuando se sublima , reduciéndolo á moléculas por el
calor.
5? Que el uso del ácido sulfúrico de Sajonia, estaria mucho
mas generalizado , si pudiese obtenerse á un precio menos subido,
C4o)
fot poseer propiedades muy preciosas para los fabricantes de in
dianas, y para los tintes en general, pues que disuelve una cau-
tidad de añil mucho mayor que el ácido ordinario , y en pro
porcion muy superior á la de este con respecto á su acidez ; pero
como no puede emplearse en muchas circunstancias esta disolu
cion á-cida de aílil , á causa de la accion que ejercería sobre los
tejidos , ó sobre los colores , se transforma en acetato de añil,
echando acetato de plomo en la disolucion del añil hasta la sa
turacion completa del ácido sulfúrico.
Se emplea el ácido sulfúrico para estraer el gas que sirve
para blanquear el algodon ; para dar viveza á los azules de tina
Lechos en frío; para obtener hermosos matice» de azul con el
prusiato de potasa, y para disolver el añil.
Terminarémos este artículo con una tabla de las gravedades
específicas del ácido sulfúrico debilitado con diferentes proporcio
nes de agua, hecha para el uso de los fabricantes, por Vauquelin.

Número de Número Gravedad espe Grados en el


partes de ácido de cífica de la com areómetro de
á 6o? partes de agua. binacion acida. Baumé.

84,22 15.78 i,725 60o


74,32 i,6i8 55
66,45 33-.5S i,524 , 5o
58,02 4i,98 i,466 45*
50,4i 49,59 i,375 40
5(5,79 ',3*5 35
36'52 63,48 i,260 30
30,ia ^ 6*88 i,3 10 25
24,0i 75,99 i,i62 20
'7i39 82,6i i,i i4 i5
"'73 88,27 i,076 i0
6,60 93,40 1,023 5

Se ve por esta tabla que i00 partes de ácido, cuya gravedad


específica es de i,725 ó marcando 60o en el aredmetro de Bau-
ttié, están formadas de i5,78 partes de agua, y de 84,22 de
ácido muy concentrado.
Mr. Vauquelin solo ecsamind la composicion del ácido sul
fúrico debilitado con agua , de 5 en 5° del aredmetro de Baumé,
por cuya razon Mr. d' Arcet ha creído deber determinar coa
(40 .
esperimentos la composicion del ácido sulfúrico para los grados
intermedios , á lo ménos para los que eceije mas ordinariamen
te el empleo de este ácido. Hé aqui la tabla que con este obje
to ha publicaJo en los Annalcs de Chimie et de Physique tom. i .
pag. i98.

I
Grados del Cantidades de
Gravedades OBSERVACIONES.^
areómetro de ácido sulfúrico
específicas.
Baumé. á 66° por quint.

45 i,454 58,02 El ácido sulfú


46 i ,466 59,85 rico empleado se
47 i.482 6i,32 ñalaba 66° en el
48 i,500 62,8 areómetro de Bau-
49 i,5'5 64,37 m¿,y su gravedad
50 66,45 específica era de
5i i,55o 68,33 i,844.
52 i,566 69,3 & operé siem
i,586 pre á i2o del ter
' 53 7UW
54 i,603 7*-,7 mómetro deReau-
55 i,6i8 74,3* mur ó á i5 cen
60 *,7*7 82,34 tígrados.

Artículo III. —.Del ácido nítrico (agua fuerte.)

El ácido nítrico debe su nombre al nitro , ó salitre , sal de


la que se estrae por destilacion, baciendo obrar el ácido sulfú
rico sobre el nitro; está compuesto este ácido de ocsígeno y de
azoe; nunca se obtiene privado de agua.
El ácido nítrico puro es líquido , incoloro , transparente,
de un olor particular muy desagradable, y de un sabor escesiva-
mente ácido. Enrojece fuertemente el infusum de tornasol ; man
cha de color amarillo las materias vegetales y animales , y las
desorganiza con la mayor prontitud. Su gravedad específica, cuan-
no está muy concentrado, es de i,554 ó de 40? del areómetro
de Baumé; pero no se emplea en tintura á este grado de con
centracion; úsase solo á 28? ó 30? á lo mas. ,
Si se sujeta á un calor de i50? del termómetro centígrado,
entra en ebullicion y da vapores muy dañosos para la respira
cion.
ha luz del sol lo descompone en parte; toma entonces un
color primeramente amarillo y despues naranjado subido, pasando
al estado de ácido nitroso, por la pérdida de una parte de su
ocsígeno.
Espuesto al ayre húmedo desprende vapores blancos corrosi
vos; por cuya razon debe conservarse en botellas de vidrio ó de
barro bien cerradas con tapones de la misma materia.
Se mezcla en todas proporciones con el agua , y se debilita
mas d menos su grado de concentracion segun la cantidad de
'"Sgua que se le añade.
Empléase en tintura para disolver los metales ; el estaño , por
ejemplo.
El ácido nítrico del comercio casi no es otra cosa que ácido
nitroso mezclado muchas veces con ácido hidrocldrico; pero esta
mezcla perjudica poco á las operaciones de la tintura.

Articulo ir. — Del ácido hidroclórico. (Acido muriático,


espíritu de sal humeante. )

La composicion de este ácido ha sido, por largo tiempo, ig


norada por los químicos, y solo se ha llegado á descubrir, de al
gunos años á esta parte , que estaba formado de partes iguales,
en volúmen , de hidrogeno y de cloro ; de cuyo descubrimien
to proviene el nombre con que se conoce en química.
Se obtiene este ácido en estado líquido calentando en un
aparato conveniente sal comun d de cocina con ácido sulfúrico
de 66° debilitado con una tercera parte de su peso de agua.
Se desprende, un fluido aeriforme, un gas incoloro, transparente,
elástico, de un olor sufocante, de un sabor acre y cáustico, y
que enrojeee fuertemente la tintura de girasol. A medida que el
gas se desprende se recoje en frascos llenos , en parte , de agua
destilada. Guando no pasa ya porcion alguna de gas , se desmon
ta el aparato y se conserva el ácido en frascos de vidrio ó de bar
ro cerrados con tapones de la misma materia esmerilados. El áci
do hidrocldrico líquido, concentrado, señala de 2 2o. á 24? en el
aredmetro de Baumé, que corresponden á i,203 gravedad espe
cífica.
En este estado tiene un sabor muy ácido y enrojece fuerte
mente el infusum de girasol; desprende en la atmdsfera vapores
blancos muy espesos, por cuya propiedad se le did el nombre de
espíritu de sal humeante.
Sometido á la accion del calórico esparce muchos mas vapo
res blancos sufocantes, y se debilita mas y mas.
El ácido sulfúrico muy concentrado mezclado con el ácido-
(43)
hidrocldrico líquido , igualmente muy concentrado, se apodera del
agua que este contiene ; se eleva la temperatura , y se desprende
en parte el gas ácido hidroclíírico. La mezcla de estos dos áci
dos constituye el ácido misto , que algunos autores designan con
la denominacion de ácido murio- sulfúrico.
El ácido nítrico no hace mas que mezclarse con el ácido hi-
drocldrico cuando ambos ácidos se hallan debilitados; pero si loi
dos están concentrados , se descomponen en parte, aun en frio , y
resulta un líquido de un rojo amarillento conocido antiguamente
con el nombre de agua regia, porque disuelve el oro que los
alquimistas llamaban el rey de los metales. Este compuesto es
conocido en química, con el nombre de ácido nitro-hidrocltírico.
Sirve el agua regia para disolver un gran número de metales,
y sobre todo para preparar la disolucion de estaño llamada en
lai tintorerías, composicion mordiente de estaño.

Artículo V. Del ácido carbónico.

Ha sido este ácido llamado así, porque es el producto de la


combustion del carbon puro , ( carbono de los químicos ). Se pre
para , no obstante , ordinariamente este ácido, tratando el mármol
blanco pulverizado ( carbonato de cal ), por el ácido hidrocldrico,
y recojiendo el gas que se desprende en campanas llenas de
mercurio, 6 haciéndolo pasar dentro de un frasco lleno en parte
de agua, si se quiere obtener en estado líquido (i).
Como no se usa en tintura el ácido carbonico líquido har¿-
ínos solamente conocer las propiedades de que está dotado en
estado gaseoso.
El gas ácido carbonico , es incoloro , elástico , transparente,
de un olor picante, de un sabor un poco agrio; su gravedad es
pecífica es de i,5i96; considerando un volumen igual al suyo de
aire atmosferico , como á i . Enrojece el infusum de tornasol.
Apaga los cuerpos que están en oombustion , y mata los ani
males que lo respiran : por cuya razon es peligroso quemar car
bon en un aposento , sobre todo si es pequeño.
Se disuelve en el agua en tanta mayor cantidad cuanto mai
fria es.

( i ) Se obtiene mas economicamente el ácido carbonico , en


nuestro país , haciendo obrar sobre el mismo carbonato de cal,
el ácido sulfúrieo dilatado en ocho ó diez partes de agua. — No
ta del traductor.
9
(44)
Se combina facilmente con ciertos dcsidos metálicos, y los
hace pasar al estado de carbonutos.

Articulo VI. — Del ácido acético. ( Vinagre. ")

El ácido acético deriva su nombre de la palabra latina ace-


tum , vinagre , y se obtiene en efecto , destilando este cuerpo;
pero como el vinagre destilado sería de un precio muy subido para
los talleres de tintura, por esta razon no se emplea en ellos sino el
vinagre que se halla en el comercio , que es el producto de una
especie particular de fermentacion.
El vinagre es un liquido blanco d rojo segun el color del
vino que ha servido para prepararlo ; tiene un olor aromático par
ticular, y un sabor ácido agradable, y enrojece el infusum de
tornasol. Su gravedad específica á la temperatura de i 6o centígra
dos, es de i,003; que corresponde á cerca 2° del areómetro de
Bautné.
El vinagre es volátil ; entra en ebullicion á un calor algo
superior al del agua hirviendo , sin descomponerse ; cuya propie
dad permite que se pueda destilar.
Atrae la humedad del aire , y se disuelve perfectamente en
el agua.
Obra sobre los metales por el agua que contiene ; se descom
pone esta, se desprende el hidrógeno en estado de gas, y se fija el
ocsígeno sobre el metal, y, despues de haber pasado este al estado
de dcsido se combina con el ácido acético para formar un acetato.
Sirve el vinagre para preparar algunas sales muy empleadas
en tintura; tales como el acetato de hierro, el de cobre y el
de plomo. Harémos conocer mas adelante las propiedades de es
tos tres cuerpos.
Se fabrica de algunos años á esta parte , para los usos de las
artes , una especie de vinagre conocido con el nombre de ácido
piroliñico , y que se llama tambien vinagre de leña, porque se ob
tiene descomponiendo la lefia por el calor en vasos cerrados.
Mr. Mollerat es el primero que ha formado un establecimien
to en grande para obtener este vinagre. Copiarémos de M. P. L.
Dupuytren , la descripcion del proceder que' se sigue en el dia en
Cooisy - sur - Seine , cuyo objeto principal es la estraccion , á un
mismo tiempo , del vinagre y del carbon.
„Se ponen en una de las estremidades de un vasto edificio,
cuatro hornillas grandes destinadas para recibir grandes retortas
cuya parte inferior es de hierro colado , y las paredes de fuertes
chapas de hierro batido. A muy poca distancia del fondo de es
\ TU /
tas retortas se encuentra la boca de un tubo de cobre , del diá
metro de tres pulgadas , que se eleva contra las paredes , y se
ensancha , en su parte superior , á la manera de un embudo. Se
ajusta á este embudo un cilindro de cobre, de 8 ó 9 pulgadas
de ancho y i8 á 20 pies de largo, que sale de la pieza, se
encorva y va a sumerjirse en el fondo de un gran cubo lleno de
agua que se renueva sin cesar. Al llegar allí se descarga en un con
densador que tiene por un lado , una canilla para dar salida á I03
líquidos , y por el otro , un cilindro casi del mismo calibre que
el anterior que sube verticalmente , se encorva de nuevo , vuelve
á entrar en la pieza y á encorvarse , y va á abrirse en el hogar.
Arreglado este aparato , se llena la retorta de leña cortada
un año antes, y cuyos palos, en lo posible, sean derechos, lar
gos, y del grueso de una muñeca ; se colocan con orden, y cuan
do esti llena la retorta se cierra con su cobertera y se sugeta
esta con tornillos ; se enloda en seguida la retorta y se pone en
su hornilla por medio de una grua. Se cubre luego con mani
postería móvil, que se coloca y se quita tambien con el ausilio
de una fuerte grua. Se ajusta el cilindro á la retorta y se hace
fuego ; toda el agua contenida en la madera se disipa , y muy
pronto empieza la carbonizacion ; se desprende entonces ácido
carbónico , ácido piroliñico acompañado de mucha agua, y gas
hidrógeno carbonado , es decir , gas hidrógeno que tiene carbon
en disolucion , una materia aceitosa análoga á la brea , y tal
vez un poco de gas dcsido de carbono , formado de carbon com
binado con una pequeña cantidad de ocsígeno , y mantenido en
estado de gas por el calórico.
En cualquier punto de la retorta en que se efectue la des
composicion , se ven obligados todos estos productos á atravesar la
masa entera para buscar la boca del tubo de cobre que los lle
va al condensador, y despues de condensados allí el agua , f l ácido
piroliñico y la materia aceitosa , salen por la canilla ; mientras
que los gases marchan por el segundo cilindro para ir al hogar
en donde queman todos , á escepcion solamente del gas ácido car
bónico.
Cuando ha seguido la operacion por espacio de cinco horas
se dirijen , por medio de una llave de fuente los gases inflama
bles y los vapores aceitosos que les acompañan bajo otra retorta
en que se acaba de encender fuego. El calor de la hornilla y el
que despide la madera durante su descomposicion , son suficien
tes para terminar la carbonizacion de la leña contenida en la pri
elera retorta; sin esperar, para retirarla, que haya cesado el des
prendimiento de los gases y vapores, porque el carbon sería muy
desmoronadizo. *
(46)
Luego que la retorta inmediata empieza á dar productos ga
seosos, se quita la primera y se pega fuego á los productos ga
seosos que salen, á fin de no sentir su mal olor : la llama que
producen es del volúmen del cuerpo y se eleva muchos pies so
bre el tubo: dura cerca de melia hora.
Luego que se quita la retorta , se reemplaza por otra, y se
procede del modo que queda dicho.
Deben tomarse algunas precauciones en esta operacion. En
el momento en que se separa la retorta del horno ,\ está lleno
el cilindro de cobre de gases inflamables. Si se enlodase inmedia
tamente este con la nueva retorta que sigue , se mezclarían los
gases con el aire atmosférico contenido en ella , y la mas peque
ña chispa que penetrase por entre las rendijas de la retorta , in
flamaría la mezcla de gas hidrogeno carbonado , de gas dcsi-
do de carbono y de ocsigeno del aire atmosferico , y produciría
una violenta detonacion : no debe por consiguiente enlodarse el
aparato sino en el momento en que los vapores empireumáticos
se desprenden.
Las retortas son de la capacidad de 72 á i00 pies ciibicos.
Contienen unas dos carretadas de lena. Cuando esta es bien es-
cojida y de buena calidad da 28 por i00 de carbon, y de 240
á 300 litros (ii9 á i50 azumbres acorta diferencia) de ácido
piroiíñico mezclado con una duodécima parte de brea.
El carbon conserva la forma de la leña , y va mezclado con
una pequeña cantidad de polvo que proviene de las cortezas:
tiene todas las cantidades de un buen carbon : su combustion es
mas rápida y viva, y asi es que se necesita mucho menos para
hacer hervir los líquidos. Si se espone al contacto del aire gana
diez por ciento en el peso.
Las leñas duras dan resultados mas ventajosos; pero si son
blancas deben desecharse : se necesitan 5 ó 6 horas para la car
bonizacion, y 7 para enfriar el carbon.
Si se deja reposar por algunas semanas el ácido piroliñico ob
tenido por las operaciones precedentes , forma un deposito bas
tante considerable de una especie particular de brea que puede
ser de alguna utilidad en las artes. ( Véanse los Essais chimiques
de Samuel Parkes, to»n. 2, pag. 7 y siguientes)."
El vinagre de leña estraido del modo que se acaba de de
cir , es muy impuro ; es un líqudo de un amarillo rojizo , de
un sabor y olor empireumáticos , debidos á la presencia del
aceyte y de la brea que tiene en disolucion.
Para purificar este ácido se le mezcla primeramente tanta
creta, en polvo, como puede descomponer á la temperatura or
(47)
diñaría ; se forma una espuma negruzca que debe separarse con
cuidado. Se hace luego hervir el líquido y se acaba de saturar
con cal apagada, despues de cuya operacion se le añade una
cantidad conveniente de sulfato de sosa ; se forma acetato de
sosa soluble , y sulfato de cal que, precipitándose, arrastra consigo
mas ó ménos cantidad de brea. Cuando el sulfato de cal se ha
lla precipitado del todo , se decanta el acetato de sosa , se ha
ce evaporar hasta película , y por el enfriamiento se precipita
la sal en masa cristalizada.
Esta masa muy impura , y ennegrecida por una gran porcion
de bréa , se purifica haciéndola secar y esperiraentar la fusion
ignea , disolviéndola de nuevo en el agua , filtrándola, y hacién
dola cristalizar muchas veces. Por la fusion el aceyte y la brea
se carbonizan , y el acetato de sosa queda entdnces bastante puro.
En este estado se hacen disolver los cristales de este cuerpo
salino en la menor cantidad de agua que sea posible ; se des
compone la sal por un peso determinado de ácido sulfúrico; se
forma sulfato de sosa que cristaliza casi enteramente , y queda
el ácido acético sobrenadando. Se decanta el ácido , se destila en
vasos de barro , de vidrio , ó de cobre estañado , y se reco-
je en recipientes de plata.
El ácido acético es entdnces muy puro y muy concentrado.
Señala siete ú ocho grados en el areómetro, y puede emplearse,
debilitándolo con tres ó cuatro partes de agua, para sazonar los
alimentos; pero el ácido pirolíñico purificado sirve particular
mente para fabricar el acetato de plomo ( sal ó azdcar de sa
turno ) que tiene un gran consumo en las fabricas de indianas.
El vinagre de leña sin purificar sirve para la preparacion del
piroliñato de hierro, y para arreglar la tina para negro.

Articulo VIL — Del ácido cítrico.

Se encuentra este ácido en el limon , y en la naranja. Se


obtiene ordinariamente del jugo del limon por procederes ente
ramente químicos. Ciento sesenta libras del jugo pueden dar
cerca diez libras de cristales perfectamente blancos de ácido
cítrico.
El ácido cítrico es sólido, susceptible de cristalizar en pris
mas romboideos; tiene un sabor muy ácido, pero muy agrada
ble cuando se halla disuelto este cuerpo en una gran cantidad
de agua.
Sometido á la accion del calórico se descompone : no es alte
rado por ayre : tres partes de agua á 1 8? disuelven cuatro partes
(48)
de este ácido ; el solutum espuesto al ayre se cubre de moho,
por la descomposicion que esperimentaf por cuya razon, no de
be hacerse la disolucion de este ácido en el agua , sino en el mo
mento de servirse de ella.
Se combina facilmente con los dcsidos metálicos , y forma
con ellos un género de sales llamadas citratos.
Solo se emplea el ácido cítrico en tintura cuando se halla
disuelto en el agua. Sirve especialmente para teñir el algodon de
color de rosa, por medio del cártamo.

Articulo VIII. — Del ácido tartárico.

Este ácido llamado así porque puede obtenerse del tártaro


purificado , sal conocida en el comercio con el nombre de cre
mor de tártaro, es sólido, tiene un sabor agrio muy fuerte y
enrojece prontamente el infusión de girasol. Puede obtenerse en
láminas 6 prismas incoloros , achatados.
Funde por el calor, se hincha y no tarda en descomponerse.
No es alterado por el aire.
Se disuelve bien en el agua; espuesto el solutum al ayre se
cubre de moho , y se descompone.
Se combina con los dcsidos metálicos , formando con ellos
sales llamadas tartratas.
Este ácido , mucho m¿nos caro , que el cítrico , puede, algu
nas veces , usarse en lugar de este ultimo.

Articulo IX. Del ácido ocsálioo.

Este ácido se denomina de este modo porque se estrae de


una especie de acedera llamada en latin oxalis. Se prepara ordina
riamente tratando una parte de azúcar por cinco ó seis de ácido
nítrico á 2 2° del areómetro de Baumé; dividiendo el ácido en
tres porciones, y haciéndolas obrar sucesivamente sobre el azucar;
dejando un intervalo de una hora , á corta diferencia , entre ca
da tratamiento. Cuando calentando ligeramente no se desprenden
mas vapores rojizos, se evapora casi hasta consistencia de jarabe;
se echa el líquido en un lebrillo , y cristaliza el ácido por enfria
miento. Se decanta el agua madre; se hacen escurrir los crista
les en papel sin cola ; se vuelven á disolver luego en agua desti
lada para separarles enteramente el ácido nítrico que podrían re
tener , y se procede á una segunda cristalizacion , evaporando len
tamente como la primera vez.
El ácido oesálico cristaliza en prismas cuadranglares, sin co
(49)
lor, transparentes, y terminados en remates diedros; es muy ácido,
y enrojece fuertemente el infusum de tornasol.
Segun el mayor d menor calor á que se espone , funde , se
seca , se volatiliza, d se descompone enteramente. Es inalterable
al aire; se disuelve á la temperatura ordinaria en su peso de agua.
Descompone todas las sales calcareas solubles , y forma un pre
cipitado que es insoluble en un esceso de ácido ocsálico, y por
esta propiedad se emplea para descubrir la presencia de una sal
de base calcarea que esté disuelta en las aguas que hemos llama
do crudas , duras , ó indigestas , y que se denominan ordinaria
mente selenitosas.
Sirve el ácido ocsálico en la fabricacion de indianas , para des
truir los colores de base de hierro; úsase igualmente para quitar
las manchas de tinta.

Articulo X. Del ácido gálico , ó agálico , y de las


principales sustancias que lo prestan.

\ El ácido gálico deriva su nombre de la nuez de agallas, sus


tancia vegetal, que lo subministra mas abundantemente , que nin
guna otra. Se halla tambien en el zumaque , en la corteza de en
cina, en el palo campeche, en la corteza del álamo blanco, &c.
Se encuentra siempre unido con el tanino 6 principio curtiente;
cuerpo que sirve para curtir las pieles de los animales, y con
vertirlas en cuero. Esta materia, segun los esperimentos de Mr.
Chevreul , parece ser un compuesto de ácido gálico , de principios
colorantes , &c.
Como no se emplea en tintura el ácido gálico puro que seria
de un precio escesivamente subido, pero sí el ácido gálico uni
do con el tanino , haremos solo conocer el modo de obrar de
estas dos sustancias juntas en las operaciones de la tintura , en
las que se usan siempre simultaneamente.
Dirémos una palabra primeramente de las producciones natu
rales que contienen mas abundantemente y á la vez , el ácido
gálico , y el tanino : estas son la nuez de agallas y el zumaque.
La nuez de agallas es una escrecencia debida á la picadura
que hace un insecto en las hojas de encina sobre las cuales de
posita sus huevos. Esta escrecencia es redondeada, tuberculosa,
leñosa , algunas veces de un gris negruzco , y otras de un blan
co amarillento; ya se presenta llena, ya hueca y atravesada por
un pequeño agugero : su superficie es algunas veces lisa y otras
escabrosa. La mas estimada es la de Alepo ; es pequeña, de un
gris negruzco, y mas pesada que la que nos viene de Istria. S«
(50) .
distinguen en el comercio tres especies de agallas, á saber: las
negras, las blancas, y las agallas en suerte. Estas últimas no son
otra cosa que una mezcla casi de partes iguales de las dos pri
meras.
Segun Mr. Davy, 500 partes de agallas de Alepo estan for
madas de i30 partes de tanino , de 3i de ácido gálico , de i2 de
mucilago y de una materia que se vuelve insoluble por la evapo
racion, y de i 2 de materia salina , compuesta principalmente de
carbonato de cal y de mucho leñoso.
El zumaque ( rhus cariaria ) es un arbolillo que crece en el
Levante. Está formado principalmente de tanino y de una peque-
tía cantidad de ácido gálico. Así pues cuando se quiere sustituir
á las agallas, debe emplearse en una proporcion casi doble; á
no ser que se quiera asociar solamente á las agallas para ob
tener un matiz ordinariamente amarillo verdoso , que se da en
ciertos casos.
En cuanto á la corteza de álamo blanco , á la casca ó cor
teza de roble ó encina molida, y aun al serrin de encina, nos
bastará decir que estas sustancias contienen igualmente tanino ty
ácido gálico , pero en mucha menor cantidad que el zumaque,
y con mayor razon que las agallas ; y que estos dos últimos
cuerpos deben tener una preferencia sobre todos los demas.
Estas prevenciones son desechadas por ciertos tintoreros que,
atendiendo á la economía, creen poder abstenerse de emplear
las agallas ó á lo menos el zumaque, y usan solo las cortezas
de álamo blanco ó de encina y aun algunas veces los desechos
de agallas que compran á un precio sumamente bajo á los
tintoreros de encarnado de Indias. No nos detendremos en hacer
ver con razonamientos cuan opuesta está tal conducta á los
procederes del arte; se ve á primera vista que la economía
que combatimos aqui es enteramente en detrimento de la belleza,
y sobre todo de la solidez de los colores.
Es muy sencillo el modo de obtener al mismo tiempo el
tanino y el ácido gálico de las agallas. Se quebrantan estas en
un mortero de marmol y se hacen hervir con diez ó doce veces
su peso de agua hasta que se aplasten facilmente entre los dedos.
Se para entonces el fuego, y se pasa el decoctum por un tamiz
de crin destinado solamente para este uso. Esta decoccion se em
plea en el mas alto grado de calor que la mano puede aguantar.
En cuanto al zumaque no debe hacerse hervir; basta solo
ponerlo en infusion en el agua hirviendo. Se pasa en segui
da el infusum por un tamiz, y se emplea solo , ó mezclado al
gunas veces con decoctum de nuez de agallas, en ciertas propor*
ciones , que ordinarimente son , de una parte de zumaque y de dos
de agallas, ó bien de partes iguales de ambos cuerpos.
El uso del ácido gálico y del tanino , en tintura, está fun
dado en la propiedad que posee uno y otro, de tener i un
mismo tiempo mucha afinidad por ciertas materias colorantes y
por diversos tejidos , y de servir , por esta razon , para fijar en
ellas estos colores con mas d ménos sólidez ; de descomponer un
gran número de disoluciones salinas ; de unirse , por las leyes de
la afinidad, con los ocsidos metálicos, y de producir ciertos co
lores de bastante solidez. Asi es , por ejemplo , que mezclando
el decoctum de nuez de agallas con la disolucion de una sal fer
ruginosa se forma una combinacion del ácido gálico y del tanino
con el peróesido de hierro; combinacion que da un color azul
tan subido que parece negro , siendo al mismo tiempo muy
cálido.

Capítulo IV. — De las sales.

Todas las sales qoe se emplean en tintura están formadas por


la combinacion de un ácido con uno ó mas dcsidos metalicos, que
reciben entonces el nombre de bases. La única sal que se usa
en tintura en la que no se halle la base metálica , es la sal
amoníaco que tiene por base el amoníaco , compuesto formado de
hidrogeno y de azoe.
Se llama sal doble la que contiene dos bases; sal neutra la
que no enrojece el infusum de girasol y que no enverdece el ja
rabe de violeta; sobre-sal, la que tiene esceso de ácido y que,
por consiguiente, enrojece el infusum de tornasol; en fin, sub-sal
la que tiene esceso de base, y que hace volver á su color azul
el infusum de tornasol enrojecido por un ácido , y que enver
dece algunas veces el jarabe de violetas.
Ninguna sal es gaseosa; algunas son líquidas; la mayor parte
de ellas son sólidas; de un color y de una cohesion variables;
cristalizadas ó pulverulentas; con olor ó sin él; sápidas ó insí
pidas , y mas pesadas que el agua. Son solubles ó insolubles en
este líquido. La solubilidad de una sal en el agua depende de
eu afinidad por ella , y de su cohesion ; será tanto mas soluble
cuanto mayor sea esta afinidad , y menor la coyesion , y al con
trario. Ecsisten sales muy solubles , otras medianamente solubles
y otras, en fin, muy poco solubles ó insolubles. Las sales son, en
general, mas solubles en el agua caliente que en la tria; asi es
que cuando se ha disuelto en el agua caliente toda la sal de que
podía cargarse en este estado, una parte de esta sal, al enfriarse
el agua , se precipita en cristales , si la sal es cristalizable , 6 en
polvo, sino lo es. El agua que está saturada de una sal puede
disolver aun cierta cantidad de otra sal soluble, mientras las dos
sales no se descompongan.
Los cristales salinos contienen muy comunmento agua ora com
binada con cada una de las moléculas de la sal, y se llama en
tonces agua de cristalizacion, que equivale algunas veces á la
mitad del peso del cristal que le debe su transparencia y cohe
sion ; ora libre , ó simplemente interpuesta entre las moléculas
integrantes, en cuyo caso no influye en la transparencia del
cristal salino.
Todas las sales cuyos dcsidos no se hallan en su mayor gra
do de ocsidacion, son susceptibles, cuando se esponen al ayre,
de absorver el ocsígeno contenido en él. Tales son las sales de
hierro , de estaño , de cobre &c. Las sales cuya base se ha
ocsígenado mas adquieren nuevas propiedades , cuyo conocimiento
interesa mucho al tintorero.
El ayre produce igualmente sobre las sales , esceptuando las
que son insolubles , un efecto que reconoce por causa el vapor
acuose de que está mas ó menos cargado , y que se llama efecto
higrométrico , porque depende de la humedad del ayre.
Todas las sales solubles espuestas á una accion mas ó ménoi
prolongada del ayre, atraen la humedad de este , algunas vece»
con tanta fuerza, que pasan al estado líquido. En este último
caso se dice que las sales son delicuecentes.
Hay otras sales que si se dejan en contacto del ayre le ce
den su agua de cristalizacion , pierden su transparencia , y se
transforman enteramente , ó en parte , en un polvo blanco pare
cido á la harina. Estas sales se llaman , aunque impropiamente,
Sales eflorecentes.
En general , las sales delicuecentes ó eflorecentes contienen
mucha cantidad de agua de cristalizacion , de modo que llega á
lo menos á cerca la mitad de su peso.
Las sales eflorecentes y delicuecentes sometidas á la accion
del calórico , se funden en su agua de cristalizacion y esperimen-
tan entonces la fusion acuosa.
Si , despues, que estan secas , se sigue calentándolas , vuelven
muchas de ellas á fundir por la accion del fuego , y se llama
ésta fusion , fusion ígnea.
l*» Las sales que ni son eflorecentes ni delicuecentes, pero que
contienen un poco de agua , decrepitan ó chispean , produ
ciendo cierto ruido que se atribuye á la separacion precipitada
de sus moléculas. Muchas de egtas sales, despues de haber decre
(Si)
pitado, ton susceptibles de esperímentar la fusion ígnea; tal es
la sal marina ó comun. ' -
Ecsisten sales que pueden ser calentadas fuertemente sin des
componerse , y que se volatizan muy difícilmente; otras volátiles
que se subliman luego; otras, en fin, que se descomponen ya
antes , ya despues de haber esperimentado la fusion acuosa ó la
Ígnea.
La mayor parte de las sales son susceptibles de unirse á una
rnayor cantidad de su ácido , que la que es necesaria para cons
tituirlas en estado de sales neutras, y pasan entonces al de sobre
sales.
Siempre que se reunen dos sales disueltas , y que estas sales
estan formadas de elementos capaces de dar nacimiento á una
sal soluble y á otra insoluble, ó bien á dos sales insolubles,
Jas dos sales disueltas y mezcladas entre sí serán necesariamente
descompuestas , á no ser que puedan formar una sal doble solu-
ble. Este principio nos servirá para esplicar la proporcion de di
versos mordientes muy útiles en tintura.
> Las sales han recibido varios nombres que espresan su natu
raleza. Se cambia en ato la terminacion del nombre del ácido,
si termina este en ico , y se le añade el del dcsido : se dirá por
ejemplo sulfato de protóesido , de deutóesido , de tritáesido de
hierro , ó »nas brevemente , proto sulfato, deuto sulfato, trito sul
fato de hierro , para designar la combinacion del ácido sulfúrico
con cada uno de los tres dcsidos de este metal. Se dirá igual
mente carbonato ó sub carbonato de potasa, de sosa, &c. Se
llamará asimismo sobre sulfato de alumina , y de potasa , la sal
que forma el ácido sulfúrico combinandose á la vez con la alú
mina ú dcsido de aluminio en esceso y con la potasa ú dcsido
de potasio.

Artículo primero. Sulfatas.

Estas sales son el producto de la combinacion del ácido sul


furico con los dcsidos metálicos, ó con el amoníaco.

§. primero. — Sulfato de hierro. 'Caparrosa, vitriolo verde,


de hierro 6 de Marte.) .

Se conocen tres : el proto , deuto , y el trito sulfato. Se ob


tiene el primero haciendo disolver hierro , 6 sub proto carbona
to de este metal en el ácido sulfúrico debilitado con tres ó
cüartro veces su volúmen de agua ; se filtra la disolucion , se

(54)
evapora convenientemente, y se precipita la sal en cristales rom
boideos , de un hermoso verde de esmeralda , transparentes y
de un sabor análogo al de la tinta.
Espuesto al ayre absorven el ocsígeno de este , se eflorecen,
se cubren de manchas amarillentas y opacas de color de ocre,
y se transforma , en su superficie , en sub trito sulfato de hier
ro amarillo; de ahi la necesidad de conservarlos al abrigo del
ayre.
El proto sulfato de hierro se disuelve en dos partes de agua
fria y en los tres cuartos de su peso de agua hirviendo. El
soluium es transparente , de un bello color verde ; se des
compone prontamente por el contacto del ayre , absorve su oc
sígeno y pasa al estado de sub trito sulfato amarillo , que se
precipita , y de sobre trito sulfato rojo , que queda en disolu
cion; no debe pues disolverse la caparrosa siuo en el mismo
momento en que se necesitar
Calentado en un crisol ó en una olla de cobre , esperimenta
el proto sulfato de hierro la fusion acuosa, se hincha, pierde
su agua de cristalizacion y queda bajo la forma de una masa
blanca opaca , susceptible de ser descompuesta á una temperatu
ra mas elevada, y de producir tritócsido de hierro rojo.
La caparrosa sirve para hacer tinturas negras , grises , de co
lor de aceytuna, de violeta, los oscurecimientos, &c; entra
igualmente en la composicion de la tinta. Usase en fin para pre
parar las tintas de azul en frio.
Obtiénese el deuto sulfato de hierro haciendo hervir en va
sos cerrados deutdcsido de hierro con ácido sulfúrico debilitado
con dos veces su peso de agua.
Varía el color de esta sal segun la cantidad de deutócsido
que ha sido disuelto. Es primeramente de un amarillo de limon,
despues amarillo verdoso, amarillo pardo, amarillo rojizo, y en
fin rojo negruzco, cuando está el ácido completamente saturado.
Podría servir esta sal casi para los mismos usos que la pre
cedente , pero apenas se emplea en tintura.
El trito sulfato de hierro se forma en la superficie de los
cristales de caparrosa verde espuesta al ayre. Es amarilla naran
jada , de un sabor acerbo , soluble en el agua , é incristalizable.
El soluium acuosa de esta sal evaporado hasta sequedad , da una
masa que se disuelve en parte en el agua; la porcion disuelta
es sobre sulfato , y la otra insoluble es sub sulfato amarillo.
Esta sal es , igualmente que la precedente , poco empleada
en tintura.
Hemos creído deber dar mu idea de estas dos últimas sales,
(55)
i fin de ponet al tintorero en esta lo de conocer los cambio»
que esperiinenta la caparrosa cuando lia permanecido por curto
tiempo espuesta al ayre , y de guiarle para la eleccion que de
be hacer de las diferentes caparrosas que se venden en el co
mercio : así pues el tintorero para arreglar una tina azul de
añil en frió , no debera emplear sino la caparrosa verde que lla
man los químicos proto sulfato de hierro , porque estando me
nos cargada de ocsígeno convendrá mas para desocsigenar al añil
y hacerlo soluble en los dcsidos alcalinos. El deuto y trito sul
fato de hierro , al contrario , serán mejores en los tintes de ne
gro , gris , pardo de oliva , violeta , &c.
Se procurará sobre todo no emplear las caparrosas de un
color blanquizco, ó verde palido, porque contienen un esceso
de ácido sulfúrico que ataca el algodon y los tejidos , en gene
ral , y vuelve ásperas y fáciles de romper estas sustancias.
Ecsiste en el comercio una especie de caparrosa llamada vi
triolo de Sahbourg , que no debe confundirse con la caparrosa
verde. Este vitriolo , ademas del sulfato de hierro , contiene
sulfato de cobre. Se conoce facilmente la presencia de esta última
sal , sumerjiendo una lámina de hierro bien limpia en la disolu
cion del vitriolo de Salzbourg : al cabo de pocos instantes se cu
bre esta lamina de un polvo rojo, que no es otra cosa que cobre
muy dividido. Esta sal doble de Salzbourg, pues que es á la vez,
de base de hierro y de cobre , lejos de poder servir para pre
parar las tinas de añil en frio para obterrer el color azul , per
judicaría mucho , al contrario , en esta operacion , porque el
óesido de cobre cedería al añil el ocsígeno que le hubiese roba
do el hierro , y por consiguiente no podría el añil quedar en
el estado de desocsigenacion en que debe estar para hacerse so
luble en los alcalis ú dcsidos alcalinos ; tales como la cal , la
potasa , ó la sosa.

§. II. — Sulfato de cobre.

De los dos dcsidos que hemos hecho conocer, solo el deu-


tóesido puede combinarse con el ácido sulfúrico. Ecsisten tres
deuto sulfatos de cobre ; i saber , el deuto sulfato neutro , el
sub deuto sulfato, ó con esceso de base, y el sobre deuto sul
fato , ó con esceso de ácido.
De estas tres sales solo la última es empleada en tintura , y
por consiguiente hablaremos unicamente de ella.
El sobre sulfato de cobre (vitriolo azul, caparrosa azul, vi
triolo de Chipre), se prepara ordinaiiamente haciendo enrojecer
. (56)
en un horno particular láminas de cobre mojadas y polvoreadas
de antemano con azufre , sumerjiéndolas en el agua fria , y vol
viéndolas á poner en el horno con nueva cantidad de azufre. Se
hace evaporar la disolucion de la sal que se ha formado , y se
obtiene el vitriolo azul cristalizado.
Los cristales de esta sal se presentan en figura de prismas
irregulares; transparentes ó semi transparentes, de un azul su
bido , y de un sabor ácido metálico ; enrojecen el infusurn de
tornasol , son solubles en cuatro partes de agua fria y en dos
de agua hirviendo , y en fin , son ligeramente efiorecentes y en
este estado está cubierta su superficie de un polvo blanque
cino.
El vitriolo de Chipre se emplea en tintura para obtener una
multitud de colores , tales como el violeta , el lila , &c.

§. III. Sobre sulfato de alúmina y de potasa (Alumbre.)

La composicion del alumbre no es siempre la misma: es una*


veces esta sal un sulfato ácido de alumina y de potasa; otras,
Un sulfato ácido de alumina y de amoníaco, y otras, en fin,
que son las mas frecuentes, un sulfato ácido de alúmina, potasa
y amoníaco : en los dos primeros casos , constituye una sal do
ble , y en el tercero , una sal triple ; pero , cualquiera que sea
su composicion , no deja siempre de ser propia para los usos de
la tintura.
Se encuentra formado el alumbre en los alrededores de los
volcanes y principalmente en Solfatara , en Tolfa , cerca de Ci-
vita-vecchia , y en Piombino. El alumbre que tiene en el co
mercio el nombre de alumbre de Roma , es considerado como el
mas puro, y en efecto está enteramente privado de hierro, mien
tras que los alumbres de Inglaterra, de Suecia , de Esmirna, y
algunos otros que nos vienen de varias fábricas , contienen mas
ó menos cantidad de este metal. La presencia del hierro en el
alumbre es sumamente perjudicial , cuando se trata de obtener
el encarnado de Andrinápoli ; porque toma entonces este color
un tinte vinoso. Si se quiere descubrir la ecsistencia del hierro
en el alumbre , se hará disolver una pequeña porcion de esta
' sal en agua destilada , ó de lluvia , y se echará en la disolucion
algunas gotas de una sal llamada prusiato de potasa , mas cono
cida en el comercio con el nombre de sal prusiato. Si el alum
bre tiene hierro, se formará inmediatamente un precipitado tan
to mas abundante , y de Un color mas intenso , cuanto mas
hierro contendrá el :alun»bre.
Para purificar este alumbre se hará disolver en el agua
hirviendo; los cristales se precipitarán por el enfriamento , y
despues de haberlos separado de las aguas madres, es decir del
líquido en que se habran formado y que retiene en disolu
cion el sulfato de hierro que alteraba la pureza del alumbre, se
harán escurrir bien en papel sin cola.
El alumbre de Roma no es el único que posee el grado de
pureza necesario para las operaciones de la tintura. Los franceses
lian conseguido fabricar un alumbre que en nada cede al mejor
que nos viene de Roma, (i)
El alumbre puede cristalizar en octaedos regulares , transpa
rentes, incoloros y ligeramente eflorecentes: cristaliza tambien en
cubos , y se llama en este estado alumbre cúbico. Este alumbre
contiene mas - potasa que el primero. En el comercio no afecta
el alumbre ninguna de estas formas de cristalizacion; se presen
ta ordinariamente en fracmentos irregulares del tamaño de una
nuez.
El alumbre tiene un sabor algo dulce y muy astringente; en
rojece el infusum de girasol. Si se hace calentar funde en su
agua de cristalizacion, y forma, por el enfriamento, una masa
conocida con el nombre de alumbre de roca , que si se espone
al ayre se eflorece ligeramente. Se disuelve en i4 ó i5 veces su
peso de agua á i5o Reaumur, y en cerca su peso de agua hir
viendo.
El alumbre es una de las sales mas útiles en la tintura , de
modo que puede decirse que es, en cierto modo, el alma de este
arte. Sirve para preparar varios mordientes, y se emplea tambien
como uno de los mas preciosos mordientes para un gran número
de colores , por tener mucha afinidad por las partes colorantes,
y por los tejidos.

Artículo II. Nitratos.

Se forman estas sales por la combinacion del ácido nítrico con


los dcsidos metálicos ó con el amoníaco.
Los únicos nitratos que necesita conocer el tintorero sen el
de potasa y los de hierro.

(i) Tenemos en Cataluña una mina muy abundante de alum


bre , descubierta poco ha , que proporciona , mediante alguna
operacion, un alumbre tan puro como el mejor que compramos á
ios estrangeros,zz'íiota del traductor.
(58)

§. primero. —Nitrato de potasa. (Nitro ó salitre.)

El nitrato de potasa es blanco y tiene un sabor fresco y pi


cante. Cristaliza en prismas de seis lados terminados en diedros.
Sus cristales nunca son perfectamente transparentes, porque ape
nas contienen agua de cristalizacion. Muchas veces se hallan estos
cristales aplicados unos sobrs otros de modo que forman una
especie de candes. i
El nitro no es alterado por el ayre seco; se vuelve delicue-
cente cuando está en contacto con el ayre cargado de mucha
humedad. — ni
Espuesto al calor funde á cierta temperatura; vertidp en es
tado de fusion forma el cristal mineral de los -farmacéuticos.
Calentado hasta el rojo se descompone completamente, del mismo
modo que cuando se echa sobre carbones incandescentes, y produce
una infinidad de chispas. El ácido nítrico se descompone enton
ces : su ocsígeno, quedando en libertad. se fija rapidamente sobre
el carbon rojo, se combina con él, y aviva su combustion. Mez
clado con el azufre lo hace quemar con fuerza , si se echa la
mezcla en un crisol calentado hasta el rojo. Produce el mismo
efecto , ayudado del calor , sobre todos los cuerpos sólidos com
bustibles; de cuya propiedad nace un medio tan pronto como
fácil para ocsidar la mayor parte de los metales.
* Es mücho mas soluble en el agua caliente que en la fría.
El ácido sulfurico, por medio del calor, desaloja el ácido de
esta sal, y puede recojerse este en un aparato conveniente.
El ácido nítrico del comercio se obtiene en el dia por este
proceder, aunque no absolutamente puro, pues casi siempre
contiene ácido sulfurico, ácido hidroclórico, y un poco de cloro
que le da un color amarillento. Se purifica en química este ácido;
pero puede emplearse en tintura , tal como se encuentra en el
comercio.
El nitrato de potasa sirve para fabricar el ácido sulfurico,
y para facilitar el ácido nítrico. Se emplea algunas veces en la
preparacion de los mordientes para la impresion de las telas.
El nitro se forma natural ó artificialmente en la superficie
de ciertos terrenos , en los pedazos grandes de argamasa que
provienen de la demolicion de los edificios viejos y en las tier
ras que forman el suelo de las caballerizas y corrales. Se legivan
estas tierras, se saturan estas legías por la potasa; se evapora
en seguida, y se hace cristalizar, para lograr lo que se llama nitro
de primera cochura. Este nitro es colorado y contiene mu
(59)
chas «ales estrañas. Se separan estas por una segunda y tercera
cochura , y es entonces blanco y propio para la mayor parte de
los usos á que está destinado en las artes.

§. II. -¿.Nitratos de hierra

No ecsiste proto-nitrato de hierro. Este metal tratado por


el ácido nítrico, pasa al estado de deutdcsido ó de trittícsido.
El deuto nitrato de hierro se prepara haciendo obrar en frio
el ácido nítrico debilitado con dos veces su volumen de agua so
bre el deutdcsido de hierro , ó echando poco á poco hierro en
el ácido nítrico debil. -
Esta sal puede obtenerse en hermosos cristales. Se disuelve fa
cilmente en el agua. Espuesta al ayre absorve el ocsígeno de
«ste y pasa con prontitud al estado de trito nitrato ; en el que
se convertiría igualnente por poco que se espusiese al calor.
Se obtiene el trito nitrato de hierro tratando las limaduras
de este metal por el ácido nítrico debilitado con cerca su igual
peso de agua. Debe tenerse cuidado en echar el ácido poco á
poco sobre el hierro ; se produce una gran efervecencia y des
prendimiento de calórico : pasa el hierro al estado de tritocsido
y se disuelve en parte. Se deja obrar por algun tiempo el ácido
sobre el hierro, á fin de que la disolucion esté cargada de tanta
cantidad de metal como sea posible 3 se filtra en seguida, y se
decanta el líquido.
Este hquido tiene un color moreno rojizo , y no cristaliza
por mucho que se concentre. Evaporado hasta sequedad se des
compone la sal que contenia ; se desprende el ácido , y queda
el dcsido bajo la forma de un polvo rojo moreno.
El deuto y el trito nitrato de hierro son muy empleados en
la impresion de las telas para preparar los mordientes de negro.
Debemos prevenir á los tintoreros que quieran preparar por
sí mismos estas dos sales , que solo hagan esta operacion debajo
de la campana de una chimenea, á fin de preservarse de los va
pores que se desprenden , y que seria peligroso respirar.

Artículo III. Hidrocloratos.

Se forman estas sales por la combinacion del ácido hidroclá-


rico coa los dcsidos metálicos , d con el amoníaco.

(I
(6o)

§. primero Hidroclorato de sosa (salde cocina, sal comun,


sal maiina.)

Se encuentra en mucha cantidad en el agua del mar, y en


un gran número de manantiales. Ecsisten masas enormes en Po
lonia , en Rusia , en Esparta-, fice. »-i•./..•: v -. i.
Cristaliza en cubos; tiene un sabor fresco y salado; no e»
alterada por el ayre cuando es pura, pero se vuelve delicuecente
cuando se halla en estado de sal gris, tal como se vende en,
el comercio, porque contiene entonces sales estrañas que atraen
la humedad del ayre. Si se calienta hasta curto grado , decre
pita. Una parte de agua á i 5o centígrados disuelve dos partes y
media de esta sal; es muy poco mas soluble en el agua hirviendo.
Se emplea para preparar el cloro, sea gaseoso, sea. líquido;
vísase de este último modo en Ruan, bajo el nombre de Bertho-
llet que le ha dado Mr. Descroizilles , para blanquear el hilo y
el algodon. Se estraen tambien en el dia del hidroclorato de
sosa ó sal marina los cristales de sosa , conocidos en las oficinas
de tintura con la denominacion de sal de sosa. . o , • •

§. II. -i Hidroclorato de amoniaco, (sal amoníaco.) . .


• • - -. ii) . t. .11.
Por largo tiempo el Egipto ha suministrado á las artes toda
la cantidad de esta sal que han necesitado. Se obtiene en aquel
pais haciendo quemar el estiercol de los camellos secado al sol,
y calentando el hollin que resulta de esta operacion , en un apa
rato conveniente en el que se sublima la sal. En el dia se ob
tiene en Francia y en otras partes por medios mas ó menos ;en-
cillos que han hecho disminuir mucho el valor que tenia.
.La sal amoníaco de Egipto es de un color blanco amarillento
y conserva un poco de hollin ó de materia carbonosa que hace
presentar de aspecto negruzco algunos puntos de su superBcie.
La sal amoníaco de nuestras fábricas, mas pura que la preceden
te, es blanca, y tiene, como la de Egipto, un sabor acre, pi
cante y u rinoso ; es un poco elástica y aun ductil , lo que la
hace difícil de pulverizar, á no ser que se tome la precaucion
de secarla primeramente á un suave calor. Se humedece un poco
dejándola en contacto del ayre; y se disuelve en algo menos de
tres partes de agua á i5o; el agua hirviendo disuelve mucha
mas. Espuesta á la accion del fuego , funde y se sublima.
Entra la sal amoníaco en la preparacion de algunos mordien
tes , y sirve tambien para hacer la disolucion de estaño.
•i
(6i)

(¡. 727. —.Hidrocloratos de estaño.

Se distinguen dos: el proto y el deuto hidroclorato. El pro-


to hidroclorato se obtiene haciendo calentar el estaño puro y
muy dividido, con el ácido hidroclorico líquido y concentrado o
humeante. La sal formada cristaliza por el enfriamiento.
Se presenta esta sal en forma de pequeñas agujas blancas , de
un sabor muy estíptico ; enrojece el infusum de tornasol , y es
muy soluble en el agua.
Espuesta esta sal al ayre , absorve el ocsígeno de este y
pasa al estado de sub-deuto bidroclorato de estaño ; sal muy di
ferente de la que precede , pues que es insoluble.
La sal de estaño, empleada en la tintura, no es un simple
proto hidroclorato de estaño ; pero sí una mezcla de proto hi
droclorato y de sub deuto hidroclorato. Acabamos de decir que
esta última sal , que es mas oesígenada que la primera , es in
soluble en el agua , y en efecto se observa que cuando se quie
re disolver la sal de estaño del comercio en este líquido, se en
turbia el agua y se depone un. precipitado mas ó menos abun
dante. Se evita en parte este inconveniente, conservando en lo
posible el proto hidroclorato de estaño , al abrigo del ayre.
El proto hidroclorato es un agente muy útil en la tintura;
sirve para dar mas solidez á ciertos colores , y para cambiar el
matiz de otros. Su uso principal es en el roseo del encarnado
de Andrindpoli^ como se dirá al tratar del proceder de este
hermoso color. ....
El deuto hidroclorato de estaño es igualmente un producto
del arte. Se prepaia tratando el estaño por el agua regia que,
segun hemos dicho ya, es una mezcla de ácido nítrico y de áci
do hidroclorico , ó bien añadiendo sal amoníaco al ácido nitrico
que se hace obrar sobre el estaño. Por cualquiera de estos dos
procederes , se oxigena mas el estaño , que si se hace disolver
en el ácido hidrocldrieo solo.
El deuto hidroclorato cristaliza como el proto hidroclorato,
en pequeñas agujas, tiene un sabor estíptico, y enrojece el in
fusum de tornasol ; pero se diferencia de esta última sal en que
es delicuescente.
El deuto hidroclorato de estaño sirve casi para los mismos
usos que el proto hidroclorato. La primera de estas dos sales
es aun mas empleada como mordiente que la segunda.
El modo de preparar este mordiente varia en todos los talle
res de tintura. Se podrá juzgar de ello por las preparaciones
(6«)
siguientes que hemos numerado para distinguirlas cuando con
venga.
Disolucion de estaño , número i ?

En diez y seis onzas de ácido nítrico, de 24 grados del


areómetro de Baumé , háganse disolver primeramente dos onzas
de sal amoníaco , y despues sucesivamente y por pequeñas por
ciones, dos onzas de estaño puro, en granalla. Hecha la disolu
cion , se deja reposar por algunas horas , se decanta la parte lí
quida , y se le añade un cuarto de su peso de agua pura.

Disolucion de estaño, número 2?

Hágase disolver dos onzas de estaño en una libra de agua


regia, ó de ácido nítrico hidrocltírico, preparado con cinco onzas
de ácido nítrico á 24 grados, y once onzas de ácido hidroclórico á
22 ó 24 grados.
Disolucion de estaño , número 3?

Disuélvase una onza de estaño en una de agua regia , com


puesta con cuatro onzas de ácido nítrico y dos de ácido hidro
cltírico , y debilitada con dos onzas de agua.

Disolucion de estaño, número 4?

Acido hidrocldrico 6 onzas.


Acido nítrico 8
Agua pura 4
Estaño en granalla 4
Sal de saturno i
Mézclense en una vasija de vidrio ó de barro los ácidos con
el agua ; échese en la mezcla el estaño por pequeñas porciones,
observando como en las disoluciones precedentes , que debe es
perarse la completa disolucion de las primeras, antes de añadir
las demas. Terminada la disolucion del estaño, agreguésele la sal
de saturno , remuévase el todo y tómese la parte clara. Sirve prin
cipalmente esta disolucion para los amarillos.

Disolucion de estaño, número 5?

Hágase disolver sal de estaño en el agna y añádase suficiente


cantidad de ácido nítrico para volver clara y transparente la di
solucion acuosa.
Se emplea con especialidad esta disolucion para los encar
nados del palo Brasil.

Disolucion de estaño , número 6?

Xcido nítrico 32 onzas.


Acido hidrocldrico .48
Estaño i4
Sal de saturno .6
Hágase disolver el estaño poco á poco en los ácidos , mez
clados de antemano, decántese en seguida, y empléese la disolu
cion á 6 grados.
Cenviene esta disolucion para hacer los encarnados del Bra
sil , de Santa Marta y de Nicaragua.
Pretenden los químicos modernos que preparando la disolu
cion por el intermedio del ácido nitro- hidroclorico , contiene so
lo hidroclorato de estaño , y se fundan en que el ácido nítrico
*e descompone completamente y que su ocsígeno se emplea en
teramente para ocsidar el metal, á escepcion de una porcion de
este ocsigeno que se desprende en combinacion con el azoe bajo
la forma de gas nitroso.
Pero parece cierto , al contrario , que el ácido nítrico nunca
se descompone completamente en esta operacion. En efecto; no
hay tintorero alguno que deje de observar cuanto se diferencia
la disolucion nitro- hidrocldrica de estaño por sus propiedades
físicas, y por los efectos que produce como mordiente, sobre
todo en la tintura de escarlata , de una disolucion del mismo
metal en el ácido hidroc-ldrico solo. Bancroft (i) da muchas ra
zones que creemos deber citar aquí. ,. , ,i '
En primer lugar, la disolucion de estaño preparada con una
mezcla de ácido nítrico y de ácido hHrocldrico , ecsala siempre,
durante algun tiempo, el olor del gas nitroso, aunque la mez
cla conste de partes iguales de los dos ácidos ; lo que prueba
evidentemente que el ácido nítrico solo habia sido descompuesto
en parte.
La primera disolucion de que se ha hablado se diferencia
ademas de la segunda , ya porque no da cristales por la evapo
racion , como los presenta la otra, ya porque al cabo de algun
tiempo se vuelve opaca y gelatinosa , lo que nunca sucede á la
disolucion hidrocldrica de estaño, ya en fin, porque aun cuan-

(1) Philosophy of jpermanent colours, tome i, p. 508.


do se emplee en esceso, no ataca tanto á los tejidos, como lo
hace uu esceso de disolucion de estaño en el ácido hidroclorico.
Una de las causas de esta diferencia parece puede depender
de la produccion de amoníaco , que se obserya siempre que se
disuelve estaño en el ácido hidroclorico. Berthollet ha demostra-
trado hasta la evidencia que se produce amoníaco en el momen
to en que se opera por grados la mezcla de los dos ácidos, y
este hecho le sirve pura esplicar , porque en las operaciones de
la tintura hay menos diferencia de la que pudiera creerse, entre
los efectos de una disolucion de estaño , hecha por la simple
mezcla de los dos ácidos , y los de una disolucion por el ácido
nítrico , á la que se haya agregado la sal amoníaco.
Piensa Mr. Berthollet que á esta primera produccion de
amoníaco , sigue otra en las operaciones de tintura , luego que
se aprocsima el grado de calor al del agua hirviendo, y que esta
doble produccion de amoníaco sirve para hacer la disolucion de
estaño mucho menos ácida. Esto manifiesta porque , en general,
no 80 alteran las materias propias para ser teñidas , y en parti
cular la lana cuando se le da el color escarlata por el proceder
comunmente seguido , mientras que el ácido nítrico ó el hidro
clorico solo , aunque se hallen dilatados en agua , producen sobre
ellas efectos muy dañosos. La teoría va aquí perfectamente de
acuerdo con la esperiencia , pues resulta de los ensayos de Ban-
croft que la disolucion de estaño por el ácido hidroclorico, em
pleada como mordiente , deteriora en gran manera las estofas,
porque en esta disolucion no puede haber produccion de amo
níaco.
. Es facil hallar la razon de la produccion de amoníaco, que
tiene lugar siempre que se prepara una ú otra de las dos diso
luciones de estaño de que se acaba de hablar. En efecto; cuando
para disolver el estaño se emplea el ácido nítrico, y se añade á
este ácido sal amoníaco, una parte del ocsigeno del- ácido nítrico
se une con el hidrógeno de una parte del ácido hidroclorico para
formar agua ; por consiguiente se desprende cloro ,. y el amo
níaco puesto en libertad se combina con ti ácido nítrico bo des
compuesto y disminuye su acidez.
Cuando se disuelve el estaño por la mezcla de los ácidos ní
trico é hidroclorico, el azoc que se desprende por la descom
posicion de una porcion del ácido nítrico se une con el hidró
geno que proviene de la descomposicion de una porcion del
ácido hidroclorico para formar amoníaco. Este amoníaco se une
con la parte no descompuesta de uno y otro- ácido, y modera
por consiguiente su acidez. ' . » » '„.
(65)
Por cualquiera de estos dos modos de o:lrar pasa el estado
solamente al primer grado de ocsidacion ; y solo se lleg-i á obtener
e\ secundo grado de que es susceptible el estaño , tratando este
metdl por el ácido nítrico hirviendo, o haciendo pasar una cor
riente de agua en vapor sobre el metal calentado hasta el rojo.
La disolucion de estaño se vuelve muy pronto opaca y gela
tinosa. Este efecto, segun advierte Berthollet , proviene de que
continua el estaño ocsidándose á espensas del ocsígeno del ayre
atmosferico , d del que le cede el ácido nítrico no descompues
to, y de que se forma en el mismo instantf una cantidad ma
yor de amoníaco : no pudiendo el estaño quedar por mas tiem
po en disolucion en el ácido , se precipita. El calor favorece
este efecto, y por esto se conserva la disolucion por ménos tiem
po en verano que en invierno ; por cuya razon no debe prepa
rarse la disolucion de estaño sino poco antes de haberla de usar.
Una constante observacion ha enseñado , añade Berthollet,
que cuando la disolucion de estaño se hace rapidamente des
prendiéndose muchos vapores, hace obtener un color ménos vi
vo y agradable que si la disolucion se efectua lentamente y
sin efervecencia, de manera que, principalmente para las tinturas
de luna , es muy del caso que el estaño se halle en el menor
grado de ocsidacion. No queda en este estado, y parece que pasa
á un grado mayor de ocsidacion en la misma operacion de la tin
tura ; de otro modo , no daria una base blanca al color.

Artículo If. Acetatos.

Resultan estas sales de la combinacion del ácido acetico , ó


del vinagre puro , con los dcsidos metálicos.

§. primero— Acetato de plomo. (Sal de Saturno, azucar de


Saturno, azucar de plomo.)

Para obtener esta sal, se hace calentar en calderas de plomo,


litargirio ( protoesido de plomo ) , con un esceso de vinagre des
tilado; se evapora la disolucion, y se forman cristales por al
enfriamento del líquido. v
El acetato de plomo cristaliza , las mas veces , en pequeñas
agujas blancas brillantes, é inalterables al ayre, aun cuando este
se halle húmedo. Tiene esta sal un sabor dulce y astringente, y
es muy soluble en el agua.
Sirve especialmente para la preparacion del acetato de alúmi
na , de que vamos á tratar en el párrafo siguiente.
(66)

§. II. — Acetato de alúmina. [Mordiente de encamado de los


impresores de telas.)

El acetato de alúmina puro se obtiene haciendo obrar, por


diez ó doce horas , ácido acético concentrado sobre alúmina en
forma de jalea á una temperatura que no esceda de 25 grados
del termómetro centígrado.
Erta sal es líquida é incristalizable ; enrojece el infusum de
girasol; es de sabor. astringente y azucarado: evaporada hasta se
quedad , se descompone , y se transforma en sub acetato , por
que pierde una parte de su ácido que se volatiza por el calor.
El acetato de alúmina, obtenido del modo dicho, sería de
un precio demasiado subido para poder ser empleado en las ope
raciones de la tintura. Por esta razon se prepara del modo si
guiente: se disuelven tres partes de alumbre y una de acetato de
plomo (sal de saturno) en ocho de agua caliente, se añade lue
go á la disolucion un octavo de parte de potasa , é igual canti
dad de creta. Se agita muchas veces la mezcla por algunas horas,
se deja formar bien el poso, y se decanta en seguida en un fras
co el líquido claro y transparente, que debe marcar de 7 á 8 gra
dos en el areómetro de Baumé. Se forma en esta operacion ace
tato de alúmina que queda disuelto , y sulfato de plomo que se
precipita en polvo muy blanco. Como la cantidad de acetato de
plomo es insuficiente para descomponer todo el alumbre, se aña
de , por esta razon , creta y potasa que terminan la descomposi
cion. El acetato de alúmina obtenido por este método no es
puro ; contiene sulfato de potasa ó de amoniaco , si el alumbre
es de base de potasa , ó de amoniaco ; pero felizmente la mezcla
de estas sales estradas con el acetato de alúmina no perjudica á
los colores que se fijan por este mordiente.
Pudiera descomponerse todo el alumbre sin añadir potasa ni
creta, pero en este caso deberían emplearse, en vez de una, tres
partes y media de acetato de plomo.
Mr. Gay-Lussac es el primero que ha observado que cuando
se calienta una disolucion de acetato de alúmina, se enturbia al
llegar á los 50o centígrados , y deja deponer una gran cantidad
de alúmina; pero que si se hace enfriar el líquido, se vuelve á
disolver poco á poco el precipitado , y se restablece la transpa
rencia. Este fenómeno se esplica facilmente. Como la precipitacion
de la alúmina no depende de la volatilizacion del ácido , pues
que entonces la alúmina no podría entrar otra vez en combina
cion y volverse á disolver, de ahí debe ser atribuido precisa
, (6?)
mente este fenómeno al calorico cuyo Adido separando la» molé
culas de ácido y de alúmina las Jleva mas allá de su esfera de
actividad , y determina su segregacion, al paso que si disminuye
el calor las mismas moléculas vuelven á entrar de nuevo en su
esfera de actividad, y se combinan.
Esta observacion de Mr. Gay.Lussac nos advierte que en la
preparacion del mordiente de encarnado , á fin de evitar la pre
cipitacion de una gran cantidad de alúmina que ocasionaría una
pérdida , es menester , antes de decantar ó filtrar , dejar enfriar
completamente la mezcla de las disoluciones calientes de alumbre
y de acetato de plomo , y agitarla muchas veces para que en
tre otra vez la alúmina en combinacion. (Bulletin de Pharmacie,
tom. 2 , pag. i 27. )
El acetato de alúmina sirve para reemplazar el alumbre
en algunas circunstancia» que indicarémos. Este mordiente se
aplica siempre en frio , es decir , á la temperatura de la atmos
fera, 6 á lo mas á i5 ó 20 grados centígrados ; se emplea prin
cipalmente en la impresion de las telas.
'
cristalizado, y cardenillo.)

Para preparar esta sal se disuelve el cardenillo, que es un


compuesto de acetato de cobre y de deutocsido de cobre hidra
tado , en vinagre , ayudando la accion por el calor : el vinagre
disuelve el deutocsido de cobre y se reune el resultado , que es
acetato de cobre con el que contenía el cardenillo; de modo que
solo ecsiste en el líquido acetato de cobre : se evapora la diso
lucion , y se depositan los cristales por el enfriamiento.
Estos cristales son romboideos , de un verde azulado , lige
ramente eflorecentes , de un sabor azucarado y estíptico , y so
lubles , sin dejar residuo , en cinco partes de agua hirviendo.
Sometida esta sal á la accion del fuego , decrepita , se seca
y se vuelve blanca.
Es muy venenosa y será bueno cubrirse las narices y la bo
ca con un pañuelo, cuando se trate de pulverizarla.
El acetato de cobre entra en la composicion de diferentes
mordientes , y sirve ademas para cambiar ciertos colores. Aunque
puede ser reemplazado en todos los casos por el sulfato de co
bre , se prefiere no obstante á esta última sal , porque cede
mas facilmente su base á los tejidos.
El acetato de cobre ó verdete cristalizado, de que acabamos
de hablar, apenas es conocida por los tintoreros, quienes, en su
lugar , se sirven regularmente del cardenillo porque es mas ba
i2
(68)
rato , y porque , empleándose en mayor cantidad , produce lo»
misa:os efectos que el acetato de cobre. Se prepara el verdete en
Grenoble y en Mompeller del modo siguiente: se disponen al
ternativamente láminas de cobre no muy gruesas sobre camas de
orujo. Al cabo de cinco ó seis semanas se hallan las láminas de
cobre cubiertas de una capa azulada y pulverulenta , que se se
para con un cuchillo de madera. La fermentacion del orujo da
nacimiento á la formacion del ácido acético que se combina
con una parte del dcsido de cobre que se ha formado al mismo-
tiempo , por la accion del ayre ; pero como la cantidad de vina
gre formado no es suficiente para saturar todo el dcsido de co-
hre , resulta que la materia separada de las láminas de cobre
está compuesta, á la vez, de acetato de cobre soluble en el agua,
y cristalizable , y de dcsido de cobre insoluble en el mismo lí
quido. Por esto se observa que el cardenillo nunca se disuelve
completamente en el agua; solo queda disuelto el acetato de co
bre que contiene , y se precipita el dcsido del- mismo metal. Si
se recoje este precipitado y se hace hervir con vinagre , se con
vertirá en acetato de cobre soluble.
El cardenillo puede , pues , emplearse en lugar del verdete
cristalizado ; pero es menester , para que produzca el mismo re
sultado, usarlo en mayor cantidad; es decir, tomando una tercera
d cuarta parte mas.

§. IV. Acetatos de hierro (Licor de hierro viejo , ó tina para


el negro. )

Se distinguen dos especies de acetatos de hierro, á saber; el


acetato de protócsido de hierro , y el acetato de tritócsido ó de
perócsido de hierro.
Se prepara el primero poniendo hierro en contacto de ácido
acetico ó del vinagre : el agua se descompone , se desprende el
hidrogeno , y el hierro ocsidado se disuelve en el ácido. Esta
sal es liquida, y se transforma rapidamente, por el contacto del
ayre , en acetato de perdcsido soluble.
Se obtiene el segundo directamente, esponiendo al ayre hier
ro con ácido acético puestos en un tonel. Se dejan estos cuer
pos en contacto por espacio de ocho dias , pasados los cuales
se saca cada dia una porcion de líquido que se deja al contacto del
ayre hasta el dia siguiente en el que se vuelve á echar en el
tonel. Al cabo de quince dias ó tres semanas se logra un licor
rojizo, de un olor particular, que señala 5 ó 6 grados en el
areometro de Baumé.
(h)
La tina así preparada , y a la que añaden algunos tintore
ro» cortesa de álamo blanco , se llama tina para el negro , y ti
líquido que contiene , licor de hierro vieja.
Sustituyen algunos al vinagre puro , de algun tiempo á esta
parte, el que proviene de la destilacion de la lefia el cual con
tiene cierta cantidad de aceyte que se lia formado durante la
destilacion. Este ácido se llamaba antes pirolmico , porque se es
trae de la madera por medio del calor , y su combinacion con
el hierro se conocia con el nombre de piroliñato de hierro; pero
esta sal no es otra cosa que un acetato de hierro aceytoso , cu
yos efectos , á corta diferencia , son los mismos que los del
acetato de hierro obtenido con el vinagre comun; y me parece
aun que el acetato de hierro ordinario me ha dado negros mas
hermosos y monos faciles de enrojecerse. Sea como fuere, no
faltan medios á la química para separar del vinagre de madera
el aceyte que tiene en disolucion , y este Vinagre así purificado
podrá usarse en lugar del vinagre comun : atendiendo solamente
á que como el de leña señala 607 grados en el areómetro de
Baumé, se deberá debilitar con dos ó tres partes de agua, antes
de hacerlo obrar sobre el hierro.
El licor de hierro viejo, d el acetato d» perdesido de hierro
es rojo é incristalizable; se une en todas proporciones con el agua;
y soto debe emplearse á un grado de calor, á lo mas, como el
que tiene la leche acabada de ordeñar, pues á una temperatura
mayor se descompondría.
s muy precioso en la tintura.

Artícvto V.Sub-carbonatos.

Los sub carbonatos son debidos á la combinación del ácido


carbonico con los dcsidos metálicos.

§. primero. — Sub-carbonato de potasa. [Potasa del >comercio.)

Forma parte esta sal de las cenizas de casi todos los vegetales,
j en particular de los leñosos, ya sea que ecsista enteramente
formada en ellos , d ya que se produzca durante 6U 'incinera
cion (i). Constituye la base de las diferentes especies de potasas

(i) Han demostrado varias análisis que en la savia de los


vegetales cuya incineracion facilita el sub carbonato de potasa,
no eesiste formada esta sal, pero si el acetato de potasa. Pa?
(7°)
conocidas en el comercio con los nombres de potasa de Rusia^
de América, de Trieste, de Hungria, de Tréveris, de Dantzick,
de los Vbsgios , de potasa- perlada , y , en fin , de cenizas grave-
ladas que provienen de la combustion del tártaro, y de las he
ces de vino.- .- .
Distan mucho las potasas del comercio de ser puras. Ademas
del sub-carbonato de potasa que forma la base de ellas , y que
en las mejores es el cuerpo que predomina , contienen mas ó
ménos cantidad de sulfato y de hidroclorato de potasa , de sal
marina ó comun, de arena, de alúmina, de sílice, de sulfuro de
potasa (combinacion de azufre con potasa), de ócsido de hierro
ó de manganeso , de carbon , &«.
El sub carbonato puro es blanco; pero la potasa del comer
cio es , ya blanca , ya gris , ya rojiza , segun la alteracion que
ha sufrido por las mezclas de que se acaba de hablar.
Sea como fuere , *el sabor de la potasa del comercio es acre,
y algunas veces cáustico ó quemante.- .
Tiene la propiedad , como los demas alcalis , de enverdecer
el jarabe de violetas.
Dejada en contacto del ayre atrae la humedad de este , y
se convierte en un líquido espeso que se llamaba antiguamente-
aceyte de tartaro por deliquio. Absorve tambien el ácido carbó
nico de la atmósfera; es saturada por él y pierde su causticidad.
Es muy soluble en el agua ; dos partes de este líquido son
suficientes para disolver á la temperatura ordinaria una parte y
aun mas de potasa. . i > .. •
La potasa perlada , y la de Rusia y América son las que
ofrecen mas ventajas á todas las artes y especialmente al de la
tintura, porque, al fabricarlas, han sido despojadas de algunas
de las sustancias- que alteraban su pureza , y que pudieran pro
ducir muy malos resultados en ciertas operaciones en que se
emplean.

rece , pues , que el carbonato de potasa que se estrae de las ce


nizas de varias plantas se forma durante la calcinacion de estas
á beneficio del ácido carbónico que se produce por la descampo*
sicion de las mismas, y que va apoderándose de la potasa, á
medida que venciendo el calor á la fuerza de afinidad rompe
la union del ácido acético con la potasa, y penetra al mismo
tiempo entre las moléculas constituyentes de este ácido y de toda
la planta , separándolas para volverlas á reunir luego , y formar
con ellas una multitud de combinaciones nuevas que nos hacen
distinguir la descomposicion vegetal. — Hoto, del traductor.
Despues de haber hecho quemar las plantas que suministran
las diferentes potasas, hasta reducirlas á cenizas, se lejivan estas,
trata-ndolas por el agua caliente; se evapora el líquido hasta seque
dad , y se calienta la masa hasta el rojo para destruir las mate
rias carbonosas que siempre contiene.
Las cenizas graveladas son igualmente mas ó ménos ricas en
sub-carbonato de potasa, segun la calidad de las heces de vino
que haya servido para prepararlas.
EstanJo tan lejos las potasas del comercio de ser puras , es
necesario poder conocer, á lo ménos aprocsimativamente, su gra
do de pureza. Se han propuesto con este objeto diferentes me
dios , pero ninguno ofrece mayor prontitud para este ecsamen
que el que ha ideado Mr. Descroizilles , muy conocido por los
muchos servicios que ha hecho á las artes industriales. Se verá
una esposicion muy detallada acerca del particular en sus Noti'
ties sur V alcalimetre et autres tubes chimico-métriques 6fc. se
gunda edicion, corregida y aumentada— París, junio de i8i8.
Mr. Descroizilles presenta igualmente la tabla de los resulta
dos alcali-métricos ordinarios , por el orden siguiente:

Potasa perlada de América, i? calidad. ... 60 á 63centesim.


Potasa cáustica de América, en mazas rojizas, .
i? calidad. 60 á 63
Potasa perlada de América s? calidad 50 á 55
Potasa cáustica de América , en masas roji
zas, 2? calidad 50 i 55
Potasa blanca de Rusia , 52 á 58
Potasa blanca de Dantzick 45 á 52
Potasa azul de Dantzick . ... 45 á 52
El autor de las noticias alcali- métricas ha encontrado pota
sas perladas á 66 y potasas de América de i? calidad á 72 ; pero
estos , segun él mismo dice , son casos estraordinarios.
Mr. Darcet da los resultados siguientes sobre las cenizas de
la leña quemada en chimeneas.
Cenizas de leña nueva. . 84
Cenizas de leña traida por los ríos 4i
Muchas vece3 se necesita quitar al sub-carbonato de potasa
que se encuentra en la potasa del comercio , el ácido carbonico
que contiene ; á fin de hacerle cáustico , ó como se dice en las
tintorerías , para darle mordiente. Mr. Descroizilles ha indi
cado , para lograr este objeto , el proceder siguiente que nos ha
salido siempre bien. 1
Tomense cuatro partes de cal viva, diez de buena potasa de
(72)
comercio , por ejemplo, potasa blanca de Rusia ó perlada da
América de i? calidad, y setenta partes de agua pura, Apáguese
la cal con una porcion del agua, y disuélvase la potasa- en la
porcion que queda. Mézclese en seguida el todo; hágase hervir
por dos ó tres minutos; déjese enfriar y añúdasele una cantidad
de agua igual á la que baya marchado por la evaporacion; mézclese
bien el todo y dejese reposar. Clarifíquese y consérvese en un
vaso bien tapado ; pues , por su esposicion al ayre , volvería el
lkJui(Jo: a robar de la atmósfera el ácido carbónico que la cal le
habia quitado. * • * . .t
Este licor alcalino cáustico sirve en particular para lejivar el
algodon y prepararlo de este modo para el blanqueo. Debemos
advertir que no ha de hacer perder la transparencia al agua de
cal porque nos indicada en este caso que contiene ano ácido
carbónico.
§. H.~-Sub^ carbonato de sosa. (Sosa del comercio.)

Está contenida esta sal en casi todas las cenizas de las plan
tas que crecen en las orillas del mar, y particularmente en el
salsola soda de Linneo. Entra igualmente en la composicion del
uatro ó anaína, producto salino que se encuentra en algunos la
gos de Egipto, de Hungría, &c. Las mejores sosas del comercio
resultantes de la incineracion de las plantas marítimas, nos vie
nen de Alicante , de Cartagena , y del Lenguadoc. No hablarémos
de la sosa de vareo en bruto ó refinada, porque la sosa que con
tiene no está libre , sino «asi enteramente combinada con el ácido
sulfúrico ó con el.hidroelorico.
Las sosas fabricadas con el salsola soda, y otras plantas de
la misma especie han sido por mucho tiempo las únicas conoci
das en el comercio y empleadas en los talleres. Pero habiendo
eido esta sosa muy rara en i808, y por consiguiente muy cara,
te ocuparon los químicos franceses en hallar medios para estraer
la de la sal marina, y felizmente fueron coronados sus esfuer
zos por los mas satisfactorios resultados; y ha llegado el arte á
adelantar tanto sobre este punto que podríamos procurarnos en
el día mucha mas sosa de la que ecsige nuestro consumo.
La sosa estraida de la sai marina, y que se llama sosa arti
ficial , no es sub-carbonato de sosa puro : contiene sosa cáustica;
iuh-Carbonato de sosa , sulfato de cal (combinacion del azufre

(i) Estas dos últimas sales estan formadas , la i? por la


y carbon. Péro se hace pasar facilmente la sosa artificial al esta
do de sub-carbonato de sosa por el proceder siguiente.
Despues de reducida á polvo se trata por el agua fria, se
decanta el líquido , se evapora hasta sequedad , y se espone el
residuo al ayre por espacio de doce ó quince dias. La sosa cáus
tica , combinándose con el ácido carbonico esparcido en Ja at
mósfera , pasa al estado de sub-carbonato de sosa, y aumenta
por consiguiente la cantidad de esta sal que constituía parte , y
que se hallaba enteramente formada en la sosa artificial. Este
sub-carbonato, que se eflorece por su esposicion al ayre, se vuel
ve á disolver en el agua , y por una evaporacion conveniente se
obtienen cristales conocidos en el comercio con el nombre de
cristales de sosa, y que no son otra cosa que sub-carbonato
de sosa. , ».
Estos cristales son blancos , de figura romboidea ; tienen un
sabor acre y algo cáustico , y enverdecen el jarabe de violetas.
Se eflorece esta sal cristalizada , si se deja en contacto del ayre.
Calentados estos cristales en un crisol experimentan sucesi
vamente la fusion acuosa y la ignea. Despues de esta fusion
pierden su agua de cristalizacion, y se convierten en una especie
de polvo.
Dos partes .de agua i io° bastan para disolver una parte
de esta sal;, el agua hirviendo disuelve mucha mayor cantidad.
Resulta de los «sperimentos hechos por Vauquelin y por
Descroizilles sobre las diferentes sosas del comercio que la sosa
de Alicante es la mejor de todas, si se esceptua la sal de sosa
cristalizada, que es sin duda la mas rica en alcali.
Se hace volver cáustico el sub carbonato de sosa por el mis»
mo proceder que se ha detallado para hacer pasar el sub-carbo
nato de potasa al estado de causticidad.
La sosa tiene mucho uso en el tinte de encarnado de An-
drinópoli, segun se verá mas adelante. En Francia se emplea la
«osa artificial despojada de su agua de cristalizacion,

§. IIJ. ^ Sub-carbonato de hierro. (Orin.)

Se prepara esta sal esponiendo por algun tiempo hierro viejo


al contacto del ayre húmedo. Se convierte primeramente el hierro

combinacion neutra de la sosa con el ácido sulfuroso , y la 2?


por la combinacion del mismo ácido con un esceso de la misma
¿tase. Esta última sal es por consiguiente un súb-sulfato.
en tritócsido , y se combina luego con el ácido carbónico de la
atmosfera , pero sin saturarse completamente de este cuerpo.
No cristaliza esta sal; se presenta bajo la forma de un polvo
amarillo rojizo ; es insípido é insoluble en el agua.
Disuelto por el vinagre sirve para preparar la tina para el
negro.
§. IV. Sub-carbonato de cal. [Creta.)

Esta sal es muy abundante en la naturaleza. Constituye la


creta , la piedra de cal , los mármoles , las estalácticas , los ala
bastros, &c.
De todas estas sustancias el marmol blanco y la creta lava
da son las que se presentan en mayor estado de pureza.
El sub-carbonato de cal es sólido , blanco , insípido , inalte
rable al ayre , insoluble en el agua, descomponible, por la ac
cion del fuego , en ácido carbonico , que se desprende , y en cal
que queda en los hornos en que se hace cocer la piedra de cal.
El sub-carbonato de cal puede correjir la demasiada acidez
de algunas disoluciones en que entra el ácido sulfúrico , segun
se habrá podido notar en la preparacion del acetato de alúmina.

. - * ¡ Articulo VI. —De los tariratos.

Estas ¿ales estan formadas por la combinacion del ácido tartá


rico con los ócsidos metálicos : algunas de ellas tienen esceso de áci
do y se llaman por- esta razon tartratos ácidos ó sobre tartratos.
Entre estos últimos casi unicamente se emplea en tintura el
tartrato ácido de potasa , conocido en las tintorerías con el nom
bre de tártaro cuando se halla en bruto, y con el de cremor
de tártaro cuando está purificado.
El tártaro es la costra que se depone en las paredes de los
toneles despues de la fermentacion del vino. Como en este estado
contiene algunas sustancias estrañas , es decir un. poco de heces
y de tartrato de cal, se llama por esta razon tártaro en bruto.
Se distinguen en - el comercio el tártaro rojo y el blanco : el
primero proviene de los vinos tintos, y el segundo de los blancos;
ambos se presentan bajo la forma de pequeñas escamas crista
lizadas, y solo se diferencian por una mayor ó menor cantidad
de materia colorante.
Se purifica el tártaro en Mompeller por el procedimiento
siguiente: se reduce á polvo el tártaro en bruto y se hace di
solver en el agua hirviendo; se echa la disolucion en vasos en
que la sal, casi sin color, se depoue por el enfriamento. Se vuel
re á disolver en agua hirviendo , á la que se debe mezclar de
antemano cuatro ó cinco por ciento de una tierra arcillosa y
arenosa , y se hace evaporar hasta que se forme película. En
esta operacion se apodera la arcilla de la materia, colorante , y
por el enfriamiento del líquido se deponen cristales blancos que
se dejan por algunos dias sobre telas , en contacto de los rayos
del sol, á fin de darles aun ata blancura.
Los pequeños cristales que forman la película en la superfi
cie del líquido se llaman cremor de tártaro , y se da el nom
bre de cristales de tártaro i lus cristales gruesos que se depo
nen en el fondo de la caldera.
Podría obtenerse mas paro el tártaro disolviéndolo nueva
mente en el agua hirviendo, y haciendolo cristalizar otra vez,
por el enfriamiento del líquido.
El tártaro así purificado tiene un sabor ligeramente ácido;
cristaliza en prismas tetaedros cortados en bisel en sus dos estre-
midades. El agua de cristalizacion que contiene forma apenus la
vigésima parte de su peso: se pulveriza facilmente; no es alte
rado por el ayre: se disuelve en i5 veces su peso de agua hir-
Viendo, y en 60 de agua fría. La disolucion enrojece fuerte
mente ía tintura de tornasol; abandonado este solutum á sí
mismo , se descompone.
Espuesto á la accion del color funde el tartrato ácido de pota
sa; se hincha, se vuelve moreno, desprende un olor áci lo, picante,
empireumático , y deja por residuo un carbon pesado que con
tiene potasa : se descompone la sal por consiguiente. Puede lo
grarse igualmente su descomposicion destilándola en una retorta
de barro. Esta última descomposicion va acompanada de fentíme-
iios particulares , cuyo detalle interesa mucho al químico , al
paso que apenas es de ninguna utilidad para el tintorero.
El tartrato ácido de potasa es muy empleado en el tinte de
las lanas , en cuya operacion sé agrega casi siempre con el
alumbre.
Articulo VII.— De los prusiatos.

Estas sales se forman por la combinacion del ácido prúsico


con los ocsidos metálicos ó con el amoníaco. {i) Los únicos pru-
siatos que conviene conozca el tintorero son el prusiato de hierro

(i) Para ponernos mas al alcance de la mayor parte de


aquellos á quienes está destinada esta ohra, conservare*mos al
azul de Prusia y á los prusiatos sus antiguas denominaciones. ,
13
(7^)
(azul de Prusia), y el prusiato de hierro y de potasa, llamado
eu el comercio , prusiato de potasa ó tal prusiato.
Fué descubierto el azul de Prusia en i704 por Diesbach y
por Dippel ; el primero fabricante de colores ; el segundo farma
céutico en Berlin ; de ahí el nombre de azul de Berlin que se
da alguaas veces al azul de Prusia.
Para preparar este importante producto se sigue generalmente
el proceder que vamos á detallar:
Despues de haber hecho una mezcla de partes iguales de po
tasa del cQmercio y de 6angre seca, ó de raspaduras de cuerno,
de cuero &e. se calcina el todo en una caldera de hierro colado
hasta que se vuelva pastoso, lo que se verifica á la temperatura
roja. Se echa entonces por partes en i2 ó i5 veces su peso de
agua , se deslie y se deja en contacto con ella por el espacio de
media hora, agitando de cuando en cuando. Se filtra luego sobre
tma tela y se echa al mismo tiempo en el líquido una solucion
caliente de dos á cuatro partes de alumbre y otra solucion igual
mente caliente de una parte de sulfato o mejor de nitrato de
hierro, y se continua echan lo de estas disoluciones en el líqui
do hasta que este no se enturbie ya , ni por la una , ni por la
otra. Cuando el precipitado que se ha formado se ha depuesto
enteramente se decanta el líquido que sobr«nada, y se lava en
seguida el poso coa una gran cantidad de agua limpia que se
renueva de i2 en i2 horas.
El color del precipitado pasa sucesivamente del moreno ne
gruzco al moreno verdoso , luego al moreno azulado , despues í
un azul mas decidido, y finalmente á un azul mny intenso; lo
que no se verifica ha¿ta el cabo de 20, 6 t$ dias de lavarlo.
Se junta entonces el precipitado sobre un lienzo, se deja escurrir1,
y se divide en pequeñas masas que se hacen secar para venderlo
ta el comercio.
El azul de Prusia preparado del modo que se acaba de es-
plicar, es sólido, de un azul muy subido, sin sabor, ni olor,
y mucho mas pesado que el agua.
Destilándolo se descompone.
Si se espone al ayre por mucho tiempo se altera por la ac
cion del ocsígeno , y se enverdece.
Toma igualmente el color verde poniéndolo en contacto del
cloro ( i ) pero vuelve á pasar luego al azul por la accion de los

( i ) El cloro es la base del gas que , disuelto en el agua , sirve


para blanquear el algodon, como se verá al tratar del blanquea.
cnerpes desocsigenuntes , tale», por ejemplo, como el proto sul
fato de hierro, y el bidroclorato de protocsido de estaño.
El azul de Prusia es insoiuble en el agua y en el alcool ó
espíritu de vino.
Tratado por las disoluciones , principalmente hirvientes , de
potasa, de sosa, y de cal , se descompone prontamente y pierde,
á la vez, el ácido que entra en su composicion, y su color azul.
El amoníaco empleado en frio obra del mismo modo sobre
el azul de Prusia.
Los ácidos dilatados en agua no tienen en general accion al
guna sobre el azul de Prusia. Muchos ácidos concentralos lo al
teran : el ácido hidrocldrico líquido le desprende su ácido á la
temperatura ordinaria, (i)
Se conocen muy pocas sales que sean susceptibles de alterar
el azul de Prusia.
Sirve el azul de Prusia para teñir el algolon de azul ligero
per» poco sólido. Emplease igualmente en la impresion de las
telas para hacer un azul muv hermoso de aplicacion.
Usase igualmente el azul de Prusia para preparar una sal
muy íítil para descubrir la presencia del hierro en una disolucion,
salina cualquiera y principalmente en una disolucion de alumbre.
Esta sal es el prusiato de potasa del comercio (2).
El prusiato de potasa se presenta bajo la forma de cristales
cuadrangulares ó cúbicos de color de limon. No tiene olor, pero
sí, un sabor acre; es mas pesado que el agua. Contiene frece
por ciento de agua de cristalizacion; cuando se halla privado de
esta agua se vuelve blanco.
Se descompone al calor rojo.
Se eflorece por el contacto del ayre. Es insolubJe en el al
cool, pero muy soluble en el agua, principalmente caliente.
Los ácidos sulfurico y nítrico concentrados , con fel ausilia
del calor lo descomponen. El ácido hidrocMrieo concentrado pro
duce el mismo efecto á la temperatura ordinaria. Los ácidos

(i) Thenard, tom. IV. pag. 488.


(2) Nunca se prepara en el comercio el prusiato de potasa
descomponiendo el azul de Prusia , pues tendria entonces aquella
sal un precio tan alto que muy pronto dejaria de ser empleada
en la tintura. Solo en los laboratorios de química se obtiene á
veces pw ei proceder indicado por el Autor. Si se desea saber
el modo de fabricarla véanse tos tratados de gw:/w/ca=:Nota del
traductor. • -- . -
(7«)
sulfúrico y nítrico dilatados en agua no atacan esta sal á la tem
peratura ordinaria ; pero si se eleva esta , se descompone.
La disolucion de prusiato de potasa no es enturbiada por los
ócsidos ni por las sales alcalinas, pero sí por casi todas las
demas disoluciones salinas. Los precipitados resultantes ofre
cen varios colores. Advertiremos solamente que echado el pru
siato de potasa en una disolucion de proto sulfato de hierro,
produce un precipitado blanco y abundante; que el precipitado
es igualmente abundante , pero de un azul claro , con el deuto
sulfato de hierro; y que con el trito sulfato de hierro es el
precipitado tambien en mucha cantidad y de un azul subido.
Segun esto se ve que ensayando una disolucion de alumbre
ferruginoso por el prjasiato de potasa , se formará necesariamente
uno ú otro de los tres precipitados de que se acaba de hablar,
segun el estado de ocsidacion en que se halle el hierro en la
sal ferruginosa que altere la pureza del alumbre.
El prusiato de potasa disuelto en el agua es el reactivo que
da á conocer mas sensiblemente la presencia del hierro ; sirve
igualmente para dar á la seda y al algodon un azul magnífico,
pero poco sólido.

Capítulo V De los sulfuros de arsénico.

El azufre puede unirse con el arsénico y formar dos. sulfu


ros , el oropimmte y el rejalgar. • , .,
El oropimente se halla en la naturaleza; en Hungría , en
Transilvania, en Georgia, en Valaquia, en Natolia, &c. Es só
lido , de un hermoso color de limon ; insípido , inodoro , y de
un. tejido laminoso.
Es mas fusible que el arsénico , y cuando ha fundido no-
tarda en vcJatilizarse,* ... -n ;
Calentado en contacto del ayre ó del gas ocsígeno se trans
forma , á una temperatu.a elevada, en gas ácido sulfuroso, y en
dcsido blanco de arsénico.
Es insoluble en el agua y soluble en el amoníaco.
La fuerza con^ que tiende á apoderarse del ocsígeno , lo hape
emplear para desocsigenar el añil y hacerlo soluble en los alcalis.
Empléase su disolucion en el amoníaco Jíquido y concentrado pa
ra dar un hermoso amarillo á la lana, á la seda, y al algodon.
El oropimente e» venenoso y se deben tomar por consiguiente, •
las debidas . precauciones , cuando se trata de reducirlo á polvo.
El rejalgar parece que contiene ménos azufre, pero mas arsé
nico que el oropiinente.
El rejalgar se presenta en masa solida, de un color anaranjado,
■in sabor sensible, pero no obstante es venenoso. Es mas fusible
que el arsénico, y mas que el oropimente. Como ejerce, igual
mente que este último cuerpo , una grande atraccion sobre el
Ocsigeno , se emplea tambien para desocsigenar el añil.
Se epcuentra en los alrededores de los volcanes; ecsiste en la
China , en la Transilvania , en Sajonia , Bohemia , &c.
El oropimente y rejalgar se preparan tambien eu los labora
torios de química , pero las artes emplean tan solo los sulfuros
de arsénico. naturales.

Capítulo V.I. — De los aceytes en general y de algunos aceytes


grasos en particular.

Se da el nombre de aceyte á sustancias mas ó menos líqui


das , insolubles en el agua , combustibles , y que producen una
llama viva durante su combustion.
Se distinguen dos especies de aceytes: los fijos y los volátiles.
El aceyte 6jo tiene por caracter distintivo el no levantarse facil
mente y sin alteracion, en vapor, por la accion del fuego; lo que
lo hace diferenciar del aceyte volátil.
El aceite fijo se llamaba antiguamente aceyte graso y aceyte
dulce, porque es graso al tacto y tiene ordinariamente un sabor
dulce ', se le daba igualmente el nombre de aceyte por espresion,
porque se obtiene esprimiendo semillas , frutos , y en general,
las partes vegetales que lo contienen.
El aceyte fijo, que es el único que se eiríplea en tintura, y
el único, por consiguiente, de que debemos hablar aqui, estrai-
do de los vegetales por espresion , va siempre mezclado , y aun
tal vez combinado con algunas sustancias estrañas , y especial
mente con mucilago , almidon y materia colorante. Muchas veces
estos tres cuerpos y sobre todo los dos últimos se depositan es
pontaneamente al cabo de ciwto tiempo, separándose del líquido
aceytoso , y en fin el mucilago es el último que se precipita;
pero el solo reposo no es siempre suficiente para purificar los
aceytes fijos, y la química, para despojarles las sustancias es
trañas que les acompañan , y para hacerlos mas puros y mas
completamente combustibles , ha hecho conocer medios de que
no debemos hablar por no ser de nuestro objeto.
El aceyte fijo es ordinariamente un líquido espeso ó viscoso
que forma estrias que se adhieren al vidrio; es de un sabor
dulce ó insípido, y algunas veces un poco acerbo ó análogo al de
la planta de que proviene , sin olor propio , aunque tiene ca,sj
(8o)
siempre el Je la semilla que lo ha suministrado.
El aceyte fijo casi nunca ecsiste sin color; muchas veces es
verJoso y otras amarillento. En general es mas ligero que el
agua, en cuya superficie nada; su gravedad especifica varia
entre 0,9403 para el aceyte de lino, y 0,9i53 para el de
olivaos; siendo espresado por i el peso especíüco de un volumen
igual al suyo de agua.
Espuesto el aceyte al frío se congela y toma por el enfria
miento , una forma sólida y granujienta ; pero esta propiedad
varia singularmente segun las especies de aceytes. Algunos
se coagulan á cinco ó seis grados sobre cero del termometro
y otros, al contrario, no se congelan sino á diez ó doce gra
dos bajo cero , y hay aun algunos que no se solidifican por el
frio. Se observa generalmente que los que se hielan con mayor
prontitud, como el aceyte de oliva, son los ménos alterables, y
que los que , al contrario , son muy difíciles de congelarse estan
mas sujetos á echarse á perder y á enranciarse.
Espuesto el aceyte fijo á la accion del fuego no se volatiza
sino cuando hierve ; cuya propiedad le hizo dar el nombre de
aceyte fijo. Al volatilizarse se altera y tiende á descomponerse.
Los fenómenos que acompanan la combustion del aceyte cuan
do se calienta en contacto del ayre, son los mismos á corta di
ferencia que los que se observan en la volatilizacion ; solamente
la descomposicion es mas rápida y mas completa.
Espuesto el aceyte fijo al ayre , sin ser calentado , se espesa
poco á poco , se vuelve concreto , opaco , blanco , granugiento,
y toma la consistencia y el aspecto del sebo d de la cera. .
El aceyte fijo no se une sensiblemente con el carbon , pero
filtrándolo con este cuerpo se purifica y se blanquea.
Algunos aceites fijos aceleran la ocsidacion de los metales que
son fáciles de ocsidar ó que se combinan facilmente con el oc-
sígeno; pero esta ocsidacion es casi siempre débil y lenta.
Los ócsidos metálicos egsrcen una accion muy notable sobre
los aceytes fijos ; ayudados del calor, una parte del dcsido se di
suelve en el aceyte y le da consistencia, y otra porcion del dc
sido parece que le cede ocsígeno y que aumenta tambien sil
consistencia. Los aceytes tratados de este modo reciben el nom
bre de aceytes cocidos ; asi es como se prepara el aceyte de line
para componer , mezclándolo con la arcilla muy seca y reduci
da á polvo , un betun llamado betun graso , que se usa para
enlodar las junturas de los vasos que sirven para el des*
prendimiento de ciertos fluidos aeriformes , ó gase», y entre
otros del cloro empleado, para blanquear el liflo , cañamo y
algodon.
(8í)
A este fin se nace hervir i6 onzas de aceyte de linaza con
1^ de litargirio reducido á polvo muy fino, en una olla de
hierro colado, cuya capacidad sea á lo menos doble del volumen
de las materias empleadas. Cuando el aceyte se vuelve negro y
un poco espeso, se para el tuego, se deja enfriar, y se echa
el aceyte de lino cocido en un vaso de barro que se coloca en
lugar fresco.
Para preparar el betun graso se echa en un almirez cierta
cantidad de una arcilla bien grasa, seca y reducida á polvo muy
fino , y se vierte por encima una suficiente cantidad del aceyte
de linaza para formar una especie de pasta : se agita esta con
ia mano del almirez por espacio de algunas horas, añadiendo un
poco de aceyte, si la pasta es demasiado seca, d de arcilla si
es demasiado blanda , y se- continua agitando hasta que pueda
amasarse la pasta en la mano sin adherirse con ella. Se despega
entonces la pasta del almirez , se forma de ella un cilindro , y
se envuelve con pergamino untado con aceyte, para impedir
que se seque.
El agua no egerce accion alguna sobre los aceytes fijos. Cuan
do se agitan con este líquido se enturbian , se vuelven blancos
y forman una especie de emulsion. El agua disuelve una porcion
de su mucilago gomoso, y favorece la separacion de la materia
colorante ; empléase este medio para purificar los aceytes , y para
hacerlos mas combustibles.
Los ácidos, principalmente si se hallan concentrados, son sus
ceptibles de descomponer los aceytes.
Los desidos alcalinos egercen mas accion sobre los aceytes
fijos. Con la mayor parte de estos y una legía de sosa caustica
concentrada , ayudando la accion por el calor , se fabrica un
compuesto que se llama jabon que se endurece con el tiempo;
cuando se emplea legía de potasa se obtiene solamente jabon
blando.
El genero de los aceytes fijos comprende dos especies, sí sa
ber ; los aceytes grasos y los secantes.
Los aceytes grasos ofrecen el caracter distintivo de solidifi
carse mas d meónos prontamente por el frio , de espesarse con
mucha lentitud en contacto del ayre, y de convertirse, en ette
caso, en sebo ó en una especie de cera. Tales son el aceyte de
olivas, el de almendras dulces, el de nabo silvestre ó nabina, el
de colsa , el de linaza.
El aceyte de olivas que es el que se usa solamente en tin
tura, es igualmente el único de cuantos se conocen que se estrae
de la pulpa de un fruto esterior al hueso ó de una especie de
corteza. Se distinguen tres clases; la i? es el aceyte virgen que?
se separa esprimiendo en frio las aceytunas antes que feraienten.
Es de un color verdoso , de un sabor bastante perceptible , y
es el mejor para sazonar los alimentos. La 2? es el aceyte de
olivas comun que se dstrae prensando el burujo que queda por
la separacion del aceyte virgen , despues de haberlo rociado con
agua hirviendo. La 3? es el aceyte de olivas que se saca de las
aceytunas fermentadas, usado solamente para hacer jabon, y em
pleado con preferencia para componer los baños jabonosos que
sirven en el tinte de encarnado de Andrinópoli. Contiene mucho
mucilago ; por cuya razon se prefiere para esta operacion al acey
te de olivas virgen y al comun.
Debe conservarse el aceyte en un lugar fresco á fin de que
la fermentacion que se origina en él , á cierto grado de tempe
ratura, no destruya el principio mucilaginoso.
El aceyte de olivas se congela í diez grados sobre cero , y
esta propiedad puede ayudar á distinguirlo de los demas aceytes
ó del aceyte de olivas mezclado con otros aceytes grasos. Mr. .
Poutet farmacéutico ha manifestado en el Jourflal de Pharmacie,
tom 6 , la composicion y el modo de usar un reactivo propio
para reconocer la falsificacion del aceyte de olivas por el de se
millas. Podrán ver esta Memoria los lectores que posean algu
nos conocimientos químicos , y los que carezcan de ellos hallarán
en la siguiente operacion un medio muy sencillo para conocer si
el aceyte de olivas que quieran emplear para preparar los baños
jabonosos es d no de buena calidad. >
Tomense de 36 á 40 partes, en peso, de legía de .buena
sosa que señale i grado ^, i grado 5, i grado | del areóme
tro , y dehese esta legía sobre una parte del aceyte que se trate
de ensayar ; el aceyte , combinándose con la sosa , forma al ins
tante un baño jabonoso muy blanco que presenta mucha espu
ma. Remuévase este baño, algunas veces, á fin de que se ope
re completamente la combinacion : déjese luego reposar , y si en
el espacio de 5 6 6 horas queda homogéneo y sin copos , y el
aceyte no se separa de la legía para subir á la superficie del
baño se deducirá que el aceyte tiene las calidades convenientes.
Bn el caso contrario sería cierto qte el aceyte se hallaba mezcla
do con cierta porcion de otros aceytes grasos que no se com
binan tan facilmente con la legía , que se supone ser de buena
calidad.
El grado á que debe emplearse la legía depende de la .calidad
del aceyte , y no puede determinarse sino por un ensayo.
La segunda especie de aceyte fijo comprende los aceytes se-
cantes , que tienen por caracter distintivo , el secarse al ayre
sin perder su transparencia , y sin tomar la consistencia y el as
pecto del sebo ó de la cera ; el no fijarse y solidificarse por el
frio y el no formar tan facilmente jabones con los ócsidos alcali
nos (la potasa ó la sosa). Los aceytes secantes parece que con
tienen menos mucilago que los grasos. A esta especie pertenecen
el aceyte de linaza , el de nueces , el de adormideras y el de
canamones. Estos aceytes no tienen uso alguno en tintura. Algu
nos tintoreros han probado , pero sin buenos resultados , susti
tuir al aceyte de olivas algunos otros aceytes grasos para prepa
rar los baílos blancos que se usan en el encarnado de Audrincípoli,
pero el color ha salido constantemente menos sólido y menos
hermoso.
MÍH. Ghevreul y Braconnot han hecho ver que los aceytes
y las grasas estan compuestos de dos clases de materias , uní
sólida y de la consistencia del sebo , que por esta razon ha sido
llamada Stearina, de la voz griega stmr , sebo; y la otra líqui
da como el aceyte , que ha recibido el nombre de Elaina , de
la palabra griega elaion , aceyte ; pero como este descubrimiento,
muy importante para la ciencia, no ofrece utilidad alguna al ar
te de la tintura no creemos por lo mismo deber hablar mas acerca
del particular.

Capítulo VII.— De los jabones.

Se da el nombre de jabones i la combinacion de un aceyte


fijo, del sebo, ó de la grasa con -la potasa ó la sosa, y de aqui
provienen los jabones de base de sosa, ó los jabones duros, y los
jabones de base de potasa, ó jabones blandos.

Artículo primero—.Jabones de base de sosa, ó jabones duros.

Estas clases de jabones resultan de la accion de la sosa cáus


tica sobre un- aceyte fijo, el sebo ó la grasa.
No todos los cuerpos grasos se saponifican con igual facili
dad al unirse con la sosa. Por esta razon han sido colocados-
por MM. Pelletier , Darcet y Lelievre segun el orden siguien
te: i9 los aceytes de olivas y de almendras dulces; 2? el sebo,
la grasa de puerco, la manteca y la grasa de caballo. 3? el acey
te de colsa y de nabina; 4? los aceytes de fabuco y de ador
mideras; pero es necesario mezclarlos con el de -olivas ó con las
grasas para poder lograr jabones duros; 5? los aceytes de pescado;
6? el aceyte de canamones; 7? los aceytes de nueces y de lina-
i4
(84)
za; estos tres últimos producen siempre jabones grasos y pega
josos.
En Francia , en Italia , y en Espana se usa casi tan solo el
aceyte de olivas para saponificar la sosa; mientras que en Alema
nia , en Inglaterra y en Prusia , no se usa mas que sebo y grasa.
Vamos á describir el modo de operar la saponificacion por
el aneyte de olivas.
Se obtienen primeramente lejías cáusticas de sosa de dife
rentes grados, desde 25 hasta i0, y aun 5 grados del areóme
tro de Baumé.
Se ecba la lejía mas floja en una gran caldera, en cuyo fon
do hay un tubo llamado la espita ó sangradera; se le va intro
duciendo poco á poco cierta cantidad de aceyte, y se calienta
la mezcla basta hacerla hervir; empieza la reaccion y ofrece el
líquido el aspecto de una orcbata ; se le añade sucesivamente
legía débil y aceyte, y se procura que esté siempre la masa bien
incorporada , es decir , que ni tenga legía en el fondo de la cal
dera ^ ni aceyte en la supsrficie del líquido. Tiene entonces el
jabon esceso de aceyte; se añade poco á poco legía primeramen
te de i0, y despues de 20 ó 25 grados, y cuando la saponi
ficacion es completa se ve separarse el jabon del líquido y pre
sentarse en la superficie. Se suspende entonces el fuego y se deja
salir todo el líquido por la- espita, llamada tambien en algunas
fabricas, pitorro. A fin de asegurarse de que el aceyte se halla
saturado de sosa se *echa en la caldera que contiene el jabon, una
nueva cantidad de legía fuerte , y se vuelve á hacer hervir has
ta que el jabon se separe segunda vez por sí mismo del líquido,
que se vacía luego abriendo la espita.
El jabon que resulta de estas operaciones presenta un azul
subido que tira á negro y contiene i6 por ico, de agua. Su
color es defyido á la presencia de algunas sustancias estrañas, y en
particular del dcsido de hierro y de alúmina.
Puede considerarse este jabon como un compuesto de dos ja
bones; uno blanco, y otro alumino-ferruginoso negruzco.
* Para separar el jabon -blanco se deslie poco á poco la niasa
jabonosa en legías débiles ; se calienta suavemente, y se cubre la
caldera. El jabon negruzco se precipita luego , porque á esta
temperatura es insoluble en las legías flojas; se separa entonces
el jabon blanco y se vierte en unas especies de cajas d puestos,
en donde se solidifica por el enfriamiento ; se corta en ladrillos
y entra asi en el comercio con el nombre de jabon blanco. Con
tiene en 100 partes:
<85)
Sosa 4, 6
Aceyte . 50, 2
Agua. 45i a

IOQ,

Este es el jabon que se emplea en el tinte de encarnado de


Andrinápoli ó de las indias , que se lija sobre el algodon.
Guando no se puede separar el jabon blanco, se hace con la
mezcla de los dos jabones de que se ha hablado mas arriba,
un jabon que se vende en tel comercio con el nombre de jabon
jaspeado. Para lograr esto , se añade á la masa jabonosa , com
puesta de jabon blanco y de jabon negruzco , una cantidad de
legía de sosa muy debil que sea tan solo suficiente para que el
jabon colorado se separe del que es blanco, y por un movi
miento que se dé á la masa por medio de una pala , mezclán
dose los dos jabones , formen vetas mas ó menos grandes , qne
imiten un jaspeado azul aplicado sobre na fondo blanco. Es cla
ro que no saldría bien la operacion si se emplease demasiada
legía, porque se precipitaría entonces todo el jabon negruzco en
el fondo de la caldera. El jabon jaspeado contiene en i00
partes : •
Sosa. 6 . -
Aceyte 64
Agua. , . 30

i00

El jabon jaspeado contiene, pues, bajo el mismo peso, mas


jabon que el que es blanco.
Algunos tintoreros aseguran que puede emplearse este último
jabon en el tinte de encarnado de Andrindpoli , pero estamos
muy lejos de asentir á su opinion porque el deslio de hierro
que contiene nos parece debe necesariamente perjudicar á dicho
encarnado que, como no se ignora, es un color sumamente delicado.
Los jabones de sosa son sólidos , duros , incoloros *tí calora
dos , mas pesados que el agua , y de un sabor ligeramente al
calino.
Espuestos á ia accion del calor se funden, se esponjan y se
descomponen.
Si se dejan en contacto del ayre se secan , principalmente si
el ayre se renueva de continuo. Se disuelven muy bien en el
agua hirviendo ; pero si se deja enfriar esta, se transforma el ja^
(86)
bon en una jalea- semitransparente que , al secar*» , se reduce 4
películas de un blanco amarillento..
El jabon de sosa se disuelve , aunque ménos bien , en el
agua fria con tal que esta sea pura ; es decir que no tenga en
disolucion sales de base de cal, porque entonces solo disuelve
el jabon muy difícilmente , y forma grumos , aun cuando el *
agua esté hirviendo. Se procurará pues no emplear aguas de po
zos para disolver el jabon , porque todas ellas contienen sales
calcareas. Las aguas de fuente , de rio , ó de lluvia son las óni
cas propias para este. uso. . ......
El jabon blanco sirve en tintura, para avivar diversos colores.

Artículo II. Jabones de base de potasa. {Jabones blandos,


• - . jabones verdes.) •

- Los jabones blandos se preparan con los aceytes de semillas


y la potasa.
Se procede á la saponificacion de los aceytes de semillas por
•la potasa , del modo como hemos dicho hablando de los jabones
de base de sosa. - ,:-.»-
Cuando se ha echado toda el aceyte en la caldera y presen
ta el jabon un color blanco sucio y opaco , se disminuye el
fuego , se agita de continuo la masa con grandes espatulas , y
se añade legía mas cáustica que la que ha servido hasta enton
ce?. El jabon adquiere transparencia., se vueLve mas consistente
y se echa en toneles.
Suele contener en loo partes:
Potasa 9, 5
Aceyte. 44,
Agua . 46, 5
.- .' -• . . -• i00, o • .
: i . t i- • i, " - V i
Este jabon posee casi las mismas propiedades que el de base
de sosa , y se emplea particularmente para terminar las opera
ciones del blanqueo del hilo y del algodon , como se dirá mas
adelante. ... .

Capítulo YÍH—De-las materias colorantes en general.

Estas materias se hallan esparcidas en todas las partes de las


plantas , en las raices , los troncos , las ñores , las semillas , las
cortezas, las maderas &c. Hayt de todos colores, pero las mas co-
muñes son rojas, amarillas, y verdes.- La naturaleza nos las
presenta, las mas veces, combinadas entre sí, ó unidas con algu
nos principios particulares ; la mayor parte de ellas contienen
mucho • carbon , y algunas azoe.
El calor de las materias colorantes varia infinito : todas pa
rece son sólidas , insípidas , é inodoras.
Todas se amortiguan , y aun se destruyen por el contacto del
ayre húmedo, y de la luz. Un calor de i50 á 200 grados centí
grados produce sobre ellas los mismos cambios que la luz del sol.
El cloro las destruye todas , aun cuando se emplee en di
solucion; se apodera de su hidrógeno, y pasa al estado de ácido
hidroclórico.
La mayor parte- de ellas son solubles en el agua, pero hay,
no obstante, algunas que solo se disuelven en el espíritu de vino
(alcool), en el eter, ó en los aceytes. Casi siempre toman estos
disolventes el calor de la materia colorante sobre que obran.
Los ácidos concentrados y los dcsidos metálicos alcalinos
cáusticos, tales como la potasa, la sosa, y el amoníaco puro, d
en -estado de causticidad , pueden destruir la mayor parte de
las materias colorantes : pero estos mismos agentes se hacen sus
ceptibles de disolver algunas, ya sea cuando los ácidos se hallan
dilatados en agua , ya cuando los ocsidos metálicos alcalinos han
perdido enteramente ó en parte su causticidad. En ciertos casos
pueden hacerse volver á su estado natural sirviéndose de un ocsido
alcalino, si el cambio es por el efecto de un ácido; o de un
ácido, si el cambio es debido á un ocsido alcalino; -"•• 1 •.
Se distinguen especialmente las materias colorantes de las de-
mas sustancias vegetales por las atracciones químicas que egercen
sobre los ácidos , ocsidos , disoluciones metálicas , ocsígeno y
diversos tejidos. Es tal su atraccion por los desidos metálicos
qne los quitan muchas veces á los ácidos, y, separándose de su
- disolvente comun , se precipitan junto con ellos sobre :las estofas.
Su union con estas bases modifica su color , lo. cambia con fre
cuencia , pero lo hace , p-or una parte ,- mas fijo y permaneute
de lo que era antes , y por la otra , menos atacable por la ac
cion del ayre y de los demas agentes susceptibles de alterarlo d
destruirlo. •.•-.-*-. •
Dejamos para la segunda parte de esta obra el ecsamen de
las materias colorantes en particular, debiendo notar aqui que es
de^la mayor importancia para el tintorero el conocimiento de
las propiedades generales de las materias colorantes ; pues que es
]a sola guia que debe seguir , ya sea para estraer las materias
colorantes de las sustancias que las contienen , ya sea para fijar
(83)
las del modo mas stílido posible sobre los hilados y tejidos.
Entre las materias colorantes unas se aplican sobre los tejidos,
y se les adhieren mas ó menos por el simple efecto de su atrac
cion con las sustancias que se tillen, y otras no pueden combinar
se inmediatamente con los mismos tejidos, á lo menos con algun
grado de solidez , sino por el intermedio de ciertos agentes que
se han distinguido con el nombre de mordientes. Los efectos
producidos por estos medios ausiliares van á ser manifestados en
el capítulo siguiente.

Capítulo IX De los mordientes.


. í
Se da en tintura el nombre de mordientes á todas las sus
tancias , que , dotadas de la doble atraccion por las estofas , y
por las materias colorantes , pueden servir de intermedios entre
unas y otras, haciendo que se fijen mas d menos solidamente so
bre estos tejidos ciertas materias colorantes, qne, sin este medio,
riQ, serian susceptibles de poderse aplicar inmediatamente, por
que la naturaleza les ha reusado la atraccion, 6 el grado nece
sario para operar tul union.
Solo ecsiste un pequeno número de materias colorantes que
tengan suficiente tendencia para combinarse inmediatamente con
los tejidos y para adherirse bien á ellos sin el socorro de los mor
dientes : por esta razon es tan frecuente el empleo de estos agen
tes en las operaciones de la tintura. . ! , ,
La teoria de los mordientes es, pues, una de aquellas de
que necesita penetrarse mas el tintorero, sino quiere ir á ciegas
en su marcha y desea asegurar el buen écsito de la práctica de
su arte. No vacilaremos tampoco en decir que la ciencia del tin
torero consiste principalmente en la eleccion, preparaciou y uso
conveniente de los mordientes: lo demas se reduce á manipulacio
nes que el hombre mas ordinario y ménos instruido puede llegar
á ejecutar con habilidad. > ••,í
Muchas veces, combinándose los- mordientes con los tejidos,
experimentan una descomposicion que da nacimiento á nuevas
combinaciones, cuyo juego las mas veces es muy delicado, y por
consiguiente muy difícil de penetrar. Bajo este respecto el arte
de la tintura andaria aun á tientas, si la química no le hubiese
servido de guia en todas sus pasos..
Mr. I5ertho.Het es el primero que ha dado á conocer la teoría
de los mordientes; que ha indicado sus verdaderos caracteres, y
que ha puesto en estado de poderlos elegir y emplear con acier
to siempre que se ofrezca. Jv
(89)
Hay algunas sustancias colorantes que pueden disolverse en el
ngua y unirse inmediatamente con los tejidos ; tales son ciertas
partes colorantes leonadas estraidas de la corteza verde de nuez,
de las maderas ó leños, de las cortezas y de las raices: estas ma
terias colorantes se aplican con bastante solidez sobre las esto
fas aun sin el socorro de los mordientes.
Otras materias colorantes solo se disuelven en ciertos dcsidos
alcalinos (la potasa y la sosa), y para conseguir que la parte
colorante se fije sobre el tejido , basta saturar por un ácido el
alcali en que estaba disuelta esta parte colorante ; ó bien sumer-
jir el tejido en el baño colorante, sin necesidad de emplear un
ácido. Vemos un ejemplo del primer caso en el cártamo ó ala
zor, y otro del segundo en el achiote. El añil, cuando se ha
lla privado de ocsigeno por los medios que se darán á conocer
nías adelante , se disuelve tambian en los alcalis , y se adhiere
sin intermedio á las estofas, del mismo modo que el achiote; con
la sola diferencia que la disolucion alcalina de este último cuer
po conserva el color que es propio de esta materia colorante; al
paso que el añil , disolviéndose en un alcali , pierde su colar
azul, y ne lo vuelve á recobrar, sino volviéndose á apoderar en
la atmósfera del oes/geno que habia perdido.
A pesar de todo esto la mayor parte de materias colorantes
solo se combinaría en pequeña cantidad con los tejidos , y se
adheriría á estos con muy poca fuerza , sino hubiese el ausilio
de los mordientes. Veamos ahora cuales son los agentes quími
cos que constituyen los mordientes.
Los ácidos pueden en general disolver las materias coloran
tes, pero como tienen poca tendencia á combinarse con los te
jidos, no pueden servir de intermedio, pues robm á estos or
dinariamente las partes colorantes que habian retenido , y si con
tribuyen en algun modo en la fijacion del color es solo porque
obran como alterantes, es decir, modificando el color, con quien
•íe unen en pequeña cantidad.
Entre los dcsidos metálicos algunos pueden obrar tan solo de
un modo análogo al de los ácidos, es decir, ó como alterantes,
segun se acaba de ver, ó como disolventes ; porque, si el dcsido
es muy soluble esta disposicion para disolverse se conservará tam
bien en las combinaciones que forme , como lo ha notado Mr.
Berthollet. Asi pues los dcsidos que gozan de una gran solubi
lidad , como la potasa y la sosa , formarán combinaciones solu
bles con las sustancias colorantes por las que tengan afinidad.
Lo mismo debe decirse del amoníaco pues que egerce todas las
funciones de los dcsidos alcalinos;
(9°)
La cal y algunos otros ócsidos alcalinos mucho ménos solu-
. bles que los precedentes, y mas dispuestos, por consiguiente, á
formar combinaciones sólidas , no pueden servir tampoco de mor
dientes propiamente dichos , porque tienen rouy poca afinidad
por los tejidos, y no podrián , por esta razon, determinar la pre
cipitacion ele las partes colorantes sobre estos mismos tejidos. En
Jugar de favorecer esta precipitacion serian al contrario perjudi
ciales, porque se combinarían esclusivamente con las materias co
lorantes alterándoles al mismo tiempo el color á causa de las
propiedades alcalinas que son propias á cada uno de ellos.
" -,3olo pues seguramente podramos encontrar verdaderos mor
dientes entre los dcsidos metálicos insolubles ; y como . no es da
ble en la práctica aplicar estos cuerpos á no ser que se hallen
disueltos por un ácido , vanarán por consiguiente los efectos de
los dcsidos metálicos ó de los mordientes, i? segun el color del
dcsido; 2? segun que sean de tal naturaleza que solo cedan la
cantidad de ocsígeno necesaria para producir el efecto que se tra
ta de conseguir; 3? segun la mayor ó menor facilidad con que
podrán separarse de los ácidos que los tenían en disolucion.
Ecsaminemos las causas que determinan estas variaciones en
los efectos de los mordientes.
En primer lugar, entre los ócsidos metálicos unos son inco
loros y otros no. Los primeros , ofreciendo á las materias colo
rantes una base blanca , conservan toda la pureza . del matiz , y
sirven aun para darle brillo. Por esta razon , entre todos los mor
dientes, el dcsido de estaño, que tiene por otra parte mucha afi
nidad por los tejidos y que se separa facilmente de sus disolu
ciones , es el que, con respecto á la blancura, está colocado en
primer- lugar. El ócsido de zinc, aunque de un blanco bastante
hermoso, no ofrece la misma ventaja, porque tiene ménos afi
nidad por los tejidos y por las materias colorantes , y abandona
mas facilmente los ácidos que le tienen en disolucion.
Por lo que toca á los dcsidos colorados, como los de bismuto,
3e plomo, de cobre , &c. se ve claramente que por la mezcla
de su color con el.de la materia colorante, debe esta sufrir una
alteracion proporcionada á la intensidad de la coloracion del óc
sido; y en efecto se ve nacer algunas veces íle esta mezcla, una
multitud de matices mas ó menos agradables. Por ejemplo, con
el ócsido de hierro pueden producirse modificaciones ventajosas,
pero subordinadas al grado de ocsidacion del dcsido, y, por con
siguiente , al color de este mismo ócsido. En segundo lugar pa
rece cierto que los ócsidos metálicos, combinándose con las ma
terias colorantes, les ceden una porcion de su ocsígeno, y romr
(90
piéndose de este modo el equilibrio entre los elementos de las
materias colorantes, se hace predominante el carbono que entra
en la composicion de estas materias, y sufre el color, por esta
misma razon , una alteracion mayor ó menor.
Siguese del principio que se acaba de sentar, que los dcsidos
metálicos que retienen con poca fuerza el ocsígeno , como los
dcsidos de oro , de plata y de mercurio no son propios para for
mar los mejores mordientes. Los dcsidos que llenan con mas
ventaja este objeto son los que guardan el ocsígeno con cierta
fuerza , y que despues de haber perdido una porcion de este
cuerpo apenas cambian de color; tal es, segun hemos insinuado
ya , el dcsido de estaño.
En tercer lugar , será tanto mas propio un dcsido metálico
para servir de mordiente, cuanto mas facilmente podrá separarse
del ácido que lo tenga en disolucion. En efecto , cuanta menos
«traccion tendrá por el ácido, mas la egercerá sobre las materias
colorantes , y , por consiguiente , será mas susceptible de. formar
«on ellas y el tejido una combinacion duradera y permanente.
Por esta razon, en tolos los casos en que se quiera emplear el
dcsido de hierro , deberá preferirse cuando se halle disuelto en
el ácido aeético ó el vinagre , á la disolucion del mismo dcsido
por el ácido sulfúrico; es decir, el acetato de hierro, á la diso
lucion del sulfato de hierro o caparrosa. Por otra parte quedando
en el baño el ácido separado , y siendo entonces un alterante,
se sigue que la alteracion producida por el vinagre será incompa
rablemente menos temible para el color y para el tejido, que la
que se originaria del ácido sulfúrico , cuya energia es tan grande,
aun cnando se halle dilatado en agua.
De cuanto acabamos de decir sobre los mordientes , segun
el célebre Berthollet , parece debe resultar, i? que los ácidos
no pueden jugar otro papel en tintura que el de disolventes ó
alterantes ; que comunican esta propiedad á todas las disolucio
nes metálicas, en las que se hallan en esceso, y por consiguien
te en las sobre sales; que de todos estos compuestos, los que
son menos susceptibles de alterar fuertemente los colores , son
las sobre sales que son menos solubles, y de ahí el uso tan fre
cuente del sobre-tartrato de potasa ( tartaño , cremor de tartaro),
en la tintura de las lanas ; 2? que lo mismo sucede con los dc
sidos metálicos solubles tales como la potasa , la sosa , y aun
el amoníaco ; cuyos cuerpos no deben considerarse sino como
disolventes ó alterantes que pueden ser útiles en ciertos casos-.
Resulta 3? que los dcsidos metálicos insolubles son los únicos
compuestos susceptibles de prestar mordientes propiameote dichos;
(9»)
4? que el mejor mordiente es el dcsido que tiene una gran ten
dencia á upirse con las materias colorantes , y con los tejidos,
y que solo se adhiere debilmente á los ácidos. La alúmina, base
del alumbre , posee en grado eminente todas estas propiedades:
tiene una grande afinidad por las materias colorantes y por los
tejidos ; realza por su blancura el brillo de los colores sin cau
sarles la menor alteracion ; en fin se separa con una estrema fa
cilidad de los ácidos que la tienen en disolucion. El acetato de
alúmina goza de las mismas propiedades que se han esplicado,
aun en grado mayor que el sobre sulfato de alúmina y de pota
sa ó el alumbre ordinario , porque el ácido acético se separa
mas facilmente de la alúmina que el ácido sulfúrico, y porque,
por otra parte, quedando el primero de estos ácidos en el baño
de tintura , obra menos sobre el color que el segundo.
M. M. Roard y Thenard han hecho el ecsamen de los mor
dientes mas usados en el arte de teñir y han deducido de sai
investigaciones,
i? que en el alumbrado ó enjeve de todas las materias ve
getales y animales con el alumbre , no es la alúmina la que se
combina con ellas , pero sí el alumbre , y que en los casos en
que estas materias contuviesen cal seria descompuesta una parte
del alumbre por este dcsido de calcio;
2? que todos íos desidos alcalinos y terreos tratados por las
disoluciones de alumbre lo descomponen y lo transforman en sul
fato ácido de potasa y en una sal ménos ácida que el alumbre,
que puede convertirse, lavando estos cuerpos muchas veces, en
alumina pura, en sulfato de potasa, y en alumbre;
3? que el acetato de alúmina se combina tambien enteramen
te con la lana , seda , algodon , lino d cánamo , pero que rete
niendo este compuesto debilmente el ácido acético, pierde una
porcion de él por la sola esposicion al ayre , y que se transfor
ma entonces en acetato ácido de alúmina que es separado poi
el agua , y en alúmina que queda sola en los tejidos;
4? que el alumbre y el tártaro no se descomponen, pero que
es aumentada, la solubilidad de este por su mezcla , y que en
los alumbrados de las lanas , ya sea por el tártaro , ó ya por
este y el alumbre, se 'descompone solamente el tártaro; que el
ácido tartárico y el alumbre se combinan con ellas, y que el
tartrato de potasa queda en el bano;
5? que los ácidos mas enérgicos gozan de la propiedad, com
binándose con las lanas , de determinar la fijacion de las mate
rias colorantes ; cuya propiedad posee en alto grado el tartrato
ácido de alúmina.
(93) •
6? que el alumbre y el tártaro no pueden ser empleados in
distintamente para todos los colore», y que las proporciones de
penden de la naturaleza de las materias colorantes; que el tiem
po del alumbrado no debe durar mas de dos horas , y que el
dejar los tejidos en un lugar húmedo despues de la aplicacion de
los mordientes, parece inutil para aumentar su accion d para dar
intensidad á los coloíes; -
7? que Tas escarlatas no son compuestos de óesidos de estano
y de cochinilla , pero sí de cochinilla y de ácido tartárico , do
ácido muriático (hidroclórico), y de dcsido de estaño muy oc-
sidado.
Estos resultados son susceptibles de felices aplicaciones en la
combinacion de los mordientes con los tejidos, y de producir me
joras en diversos procederes de tintura.
Los mordientes que debemos á la química no son los únicos
de que podemos disponer. La naturaleza nos ofrece algunos no
ménos preciosos en ciertas materias animales sólidas o líquidas;
en algunos aceytes grasos, y sobre todo en las agallas, el zuma
que , &c. Muchas veces el tintorero para dar á los colores el
mayor grado de solidez que puede esperar sobre las materias ve
getales , se ve obligido á reunir todos estos medios y adoptar
todos los recursos que el arte y la naturaleza ponen á su dispo
sicion. Hallaremos un ejemplo de esto , digno de ser notado , en
el tinte del algodon ó del lino en encarnado de Indias ó de An-
drinópoli. Las materias animales , mas dispuestas por su natura
leza á unirse con las partes colorantes, no ecsijen tan gran número-
de mordientes. El alumbre solo basta ordinariamente para la se
da ; la lana solo necesita los mordientes de alumbre y de tártaro
para recibir solidamente la mayor parte de colores que se le
aplican. Se puede economizar del mismo modo el empleo de los
mordientes cuando el lino ó el algodon deben solo recibir colo
tes que no son muy permanentes , ó bien cuando no se trata
de darles el mayor grado de solidez; en cuyo caso basta el aga
llado y alumbrado y algunas veces un simple alumbrado.
En ciertos casos se mezcla el mordiente con las partes colo
rantes ; en otros se aplica á los tejidos antes de pasarlos por el
baño de tinte. Otras veces se reunen ambos medios.
La mayor parte de los mordientes se aplican en caliente , es
decir , á una temperatura mas ó ménos superior á la de la at
mósfera , que tendremos cuidado de determinar á medida que
se ofrecerá la ocasion : algunos otros se dan en frio ó á ia tem
peratura de la atmósfera,
Cuando las operacionas de tintura ecsijen el empleo de di
(94)
versos mordientes no es indiferente el drden con que deben
aplicarse , y no dejarémOs , por consiguiente , de advertir lo que
convenga practicar acerca del particular.
En general antes de teñir los tejidos que han recibido mor
dientes, se debe hacerlos secar , porque el hquido empleado para
la disolucion de los mordientes, teniendo afinidad por el tejido,
haria disminuir la que tuviese el mordiente por este mismo tejido.
Esta regla ofrece algunas escepciones que haremos conocer en su
respectivo lugar.
SECCION CUARTA.

De las materias propias para ser teñidas y , de las preparaciones


que ecsijen antes de recibir el color.

Capítulo primero. —Z)e la lana.

La lana es la especie de pelo de que está cubierto el car


nero. La Vicuña, cuadrúpedo particular del Perú, proiluoe igual
mente lana que , con la de la provincia de Cachemira , limítro
fe del Tibet , es la mas estimada.
Cuando se corta la lana , todas las partes quedan adheridas
entre sí y forman lo que se llama un vellon.
La lana se halla naturalmente cubierta de una materia mo
rena , llamada mugre, que sirve para preservarla de la polilla, y
por esto es necesario dejar la lana en este estado , ó sin lavar,
cuando se trata de guardarla por algun tiempo en los almacenes.
Mr. Vauquelin que ha ecsaminado el mugre lo ha encontra
do formado, i? de un jabon de base de potasa , que es el que
forma su principal parte; 2? de una pequeña porcion de carbo
nato, de acetato y de hidroclorato de potasa; 3? de cal combi
nada, cuyo estado de combinacion se ignora; 4? de una materia
animal á la que debe su olor particular.
Cuanto mas fina es una lana tanto mas mugre contiene. En
la lana de los merinos forma los dos tercios de su peso , mien
tras que en las comunes solo constituye una cuarta parte ; así
es que las primeras son mas coloradas que las segundas.
Se emplea la lana para fabricar paños , gorros , medias , ta
pices , y otros varios objetos.
La lana se tiñe en vellon ó en rama, 6 bien despues de hi
lada , ó bien despues de transformada en paño. En todos estos
casos no se pasa la lana por los tintes hasta que ha sufrido la
operacion llamada desengrasado^ que sirve para separarle el
barniz que la cubce. , .
- (95)
Se desengrasa la lana por dos procederes diierentes : el i?
consiste en sumerjirla en agua , que contenga la cuarta parte de
su peso de orines podridos , agitando esta mezcla , y procuran
do calentarla hasta un grado de temperatura tal que apenas pueda
tenerse la mano dentro del baño.
Al cabo de un cuarto de hora se saca la lana de la caldera,
se deja escurrir, y se la lava en el rio, en grandes cestos, has
ta que el agua sale limpia; se deja escurrir de nuevo, y se hace
secar al sol.
El 2? proceder se diferencia del primero en que no se em
plean orines ; en cuyo lugar puede emplearse , segun Vauquelin,
una pequeña cantidad de jabon.
Se tiñe la lana en vellon ó en rama , cuando se quiere des
tinar para paños de colores mezclados. Debemos advertir que la
lana en vellon ó sin hilar, cuyos filamentos estin aislados, ab-
sorve mas materias colorantes que cuando se halla hilada , y
que esta ecsije tambien mayor cantidad de las mismas que cuan
do se halla convertida en paño. La lana en vellon necesita una
cuarta parte mas de principios colorantes del mismo peso del
del paño, y la lana hilada consume, á corta diferencia, una
quinta parte mas que el paño.
No pueden fijarse estas proporciones de un modo invariable,
pues deben ser modificadas , segun la mayor ó menor finura y
tupidez del tejido del paño ; y asi es que el baño deberá ser
mas ó menos caliente , y tendrá la lana de permanecer en él
por mas ó menos tiempo &c. , segun sean estas circunstancias.
En general las sustancias animales son, entre todas las mate
rias propias para ser teñidas , las que tienen mas tendencia i
unirse con las partes colorantes y las que forman con ellas com
binaciones mas solidas y duraderas. Vemos cada dia que la lana
se tiñe mucho mas fácil y solidamente que las sustancias vegetales,
tales como el algodon , el lino ó el cáñamo , y aun observamos
que llega á aventajar á la misma seda , á pesar de ser esta una
materia animal; seguramente sucede asi porque la animaliza-
cion de la seda, si puedo espresarme de tal modo, se halla mé-
nos adelantada.
La lana , na obstante , para ser susceptible de recibir la ma
yor parte de los colores, necesita ser preparada por un bano
particular llamado enjebe , en el que entra cierta cantidad de
alumbre y de tártaro. Las proporciones que se emplean mas co
munmente son , relativamente al peso del paño , J de la prime
ra sal, y | de la segunda. Lejos de ser constantes estas propor
ciones, varían segun la naturaleza de los tejidos y la especie de
(96)
los Colores ; no nos olvidaremos , por lo mismo , de advertir l js
cantidades respectivas de alumbre ó de tártaro que convengan eir
las operaciones que ecsijan el empico de estos cuerpos , ni los
casos en que deba suprimirse el tártaro.
Guando no necesita la lana ser preparada para el tinte por
medio del enjebe, es preciso calarla ó mojarla bien con agua ti
bia, y espri mirla luego ó dejarla escurrir á fin de que penetre
mas el color , y se distribuya con mas igualdad en todas sus
partes.
La lana no puede combinarse con los mordientes y partes
colorantes sino por medio de un calor mas ó menos fuerte y
prolongado. El enjebe de tártaro y de alumbre nunca debe- durar
menos de dos horas (i). Los baños de tinte se dan tambien,
por lo regular, al grado de ebullicion, por el espacio de una ó
dos horas según el gínero de color ó matiz que se quiere ob
tener.
Cuando los tejidos de lana deben quedar blancos se les da
el mayor grado de blancura posible por medio del azufrado, ope
racion que se describirá en el capítulo siguiente. ,

Capitulo II De la seda. f

La seda es el hilo fino y sólido de que está formado el ca


pullo en que se encierra el gusanillo llamado en latin bomhyx, ó
gusano de seda, cuando va á transformarse en palomilla. Este ca
pullo es oval y tiene cerca de una pulgada de altura , y eh hilo
que entra en su construccion no baja de mil pies en longitud.
Los antiguos conocían este hilo precioso y lo habian llamado
sericum (seda), nombre que proviene de Sérica, pais que se
baila situado mas allá del Ganges, y de donde les venían los
objetos que se fabricaban con dicha sustancia; pero ignoraban
de que modo se producía la seda; hablaban solamente de ella
como de ricos vellones , de que se cubrían las hojas de los árbo
les en el pais de los Séricos (a).
En el siglo sesto bajo el reynado de Justiniano, fueron trai-

(i) En algunos tálleres se dejan reposar las lanas que han


pasado por el enjeve de alumbre y de tártaro por tres 6 cuatro
días , antes de someterlas á la tintura. Esta precaucion nos pare
ce inútil.
(a) Amm. Marcell. lib. 23. Firgil. Georg. lib. 2. v. i2i.
Plith lib. 6. cap. i7.
dos de la India , por varios monjes , huevos de gusano de seda,
con la morera, cuyas hojas sirven de alimento á este gusano, y
se establecieron en poco tiempo varias fábricas de tejidos de se
da. Se esparcieron estas poco á poco en Sicilia y en Italia, y
Lacia el fin del i 3? siglo , los Papas retirados en Aviñon , hi
cieron fabricar allí una especie de tejidos , cuyo urdiembre era
de lana y la trama de seda, y que se llamaban doucettes.
Estableciéronse despues operarios genoveses en el condado Venai-
sin que fabricaron luego tejidos lisos y adamascados, compues
tos solamente de seda.
Luis XI y su hijo Carlos VIII protejiéron este nuevo géne
ro de industria y lo estendiéron en toda la Francia, haciendo
plantar moreras en su parque de Plessis-les Tours , y llamando
de Genova, de Florencia y de Venecia, fabricantes de tejidos de
seda , que estableciéron sus obradores en Tours. Francisco I y
Henrique IV fomentaron tambien el cultivo de la morera y se
pusieron muy florecientes , b»ijo el ministerio de Colbert , las
fábricas de Tours, de Leon , de Nimes y del mediodía de la
Francia. '>
La seda es en el dia un manantial inmenso de industria para
los departamentos del mediodía de la Francia en los que se crian
gusanos de seda , se preparan sus capullos , y se convierten en
medias , en guantes , en pañuelos y otros diversos tejidos ; y
mezclando la seda con el algoJon, forman tejidos que ofrecen la
mayor variedad. Las sedas para coser y para tapices dan tambien
un grande beneficio á los talleres de tintura. l
La seda está naturalmente cubierta de una sustancia que
parece ser de naturaleza gomosa y i la que debe su rigidez y
elasticidad ; contiene ademas una materia colorante amarilla.
La mayor parte de los usos á que está destinada la seda
ecsije que se le separe antes su capa gomosa y su principio co
lorante. Se llena el primer objeto por medio de la desgomadura,
y el segundo por el cocido. A estas dos operaciones se añade
otra tercera que es el blanqueo , si la seda debe quedar blanca.
La desgomadura se hace manteniendo los mazos de seda me
tidas en caílas en una disolucion de 30 partes de jabon por i00
de seda: esta disolucion deba ser tan caliente como sea posible,
pero sin que llegue á hervir. Se dejan en el baño hasta que ha
yan adquirido blancura y flecsibilidad ; se separan en seguida de
él , y se tuercen á clavija.
Para cocer las sedas se introducen en sacos ó bolsas de tela
grosera , capaces de contener cada una de 24 á 30 libras de se
da, y se hacen hervir por espacio de una hora y media en un
(93)
baño de jabon mas débil que el precedente , y en el que solo
se emplean ¿o partes de jabon por -roo de seda. Es menester,
durante el curso de la operacion , agitar los sacos , de modo
que se bagan pasar sucesivamente, y con la mayor igualdad po-
6¡¡<le, del fondo de la caldera á la superficie, á fin de que el
calor no obre con demasiada fuerza, sobre los que queden cerca
del fondo. Cuando se halla cocida la seda se sacan las bolsas, se
echan sobre una barca , se descosen , y se ecsamina si quedan
algunas paites que no hayan sido suficientemente atacadas por
el jabon, lo que se conocerá por el color amarillo que presenten;
en cuyo caso es preciso volver á meter las sedas en el baño de
•jabon , y hacerlas hervir en él por una hora , y aun mas si es
necesario. Se retiran en seguida las bolsas, se sacan las sedas, se
las da uno ó dos batidos en el rio para separarles bien el jabon,
y se ponen á secar.
El blanqueo tiene por objeto dar á la seda un ligero matiz
que haga mas agrabable su blanco. Se distinguen cinco matices
principales de blanco para la seda, á saber: el blanco de China,
ti de las Indias , el de pasta llamado tambien blanco de leche,
.el de plata , y el azulado.
El proceder general del blanqueo de la seda consiste en te
nerla , despues que ha sufrido la operacion de la desgomadura
Íque ha sido cocida, en un baño muy caliente, pero sin que
ier.va, de una libra, 6 libra y media de jabon con veinte y
cinco ó treinta cubos de agua clara , y en voltear la seda en
este baño hasta que haya tomado el blanco que se desea.
Para conseguir este fin , no basta el solo baño jabonoso , sino
que es menester añadir á este ciertas sustancias colorantes.
Para el blanco de China , que tiene un ligero viso rojizo se
añade solamente al baño jabonoso de blanqueo, un poco de ba
ño de achiote. <
Para los demas blancos es menester emplear el azur no solo
en el baño de blanqueo sino tambien en el de desgomadura.
Hé aquí el modo como debe prepararse el azur. Se lava dos
ó tres veces añil fino en agua un poco caliente ; se machaca lue
go en un mortero ; se echa por encima agua hirviendo , y se
deja reposar. El líquido que sobrenada y que solo tiene en sus
pension las partes mas pequeñas del añil , es la que se llama
azur. Es inútil advertir que las cantidades convenientes de azur
que deben emplearse, ya sea en la desgomadura, ya en el
blanqueo , han de ser proporcionadas al matiz blanco que se
quiera lograr. El hábito y la esperiencia ensenarán mas respecto
á este objeto , que todo cuanto podríamos decir.
(99)
Cuando las sedas han adquirido el matiz que se desea se
tuercen y se hacen secar.
El blanqueo de la seda se ejecuta en Leon de un modo di
ferente. Se desgoma y se cuece la seda segun costumbre , pero
no se pasa por el baño de jabon que sirve para el blanqueo or
dinario. Despues de cocidas las sedas , se lavan , se esponen al
vapor del azufre en combustion, y se termina pasándolas por el
azur puesto en suspension en agua de rio perfectamente clara.
La operacion del azufrado es muy sencilla. Se disponen las
iedas que deben azufrarse en perchas , sostenidas á unos ocho
piés de altura sobre el suelo de un cuarto sin chimenea cuyas
ventanas puedan abrirse , sin necesidad de entrar en él. Por cien
libras de seda , se toma de una libra y media á dos libras de
azufre en canon quebrantado groseramente, y se coloca, en una
cazuela d olla de hierro cuyo fondo esté cubierto de una peque
ña porcion de ceniza. Se enciende un pedazo de azufre i la lla
ma de una vela , y con él se comunica despues la ignicion á
otros diferentes pedazos que componen el monton de azufre pues
to sobre la ceniza. Se cierran bien las puertas y las ventanas,
dejando quemar el azufre durante la noche ; y el dia despues
se abren las ventanas para dar salida al ácido sulfuroso que
queda en el cuarto y que ahogaría al instante á las personas que
se espusiesen por algun rato á su accion deletérea.
A medida que se escapa el gas ácido sulfuroso se establece,
teniendo abiertas las ventanas, una corriente de ayre que es sufir
cíente por si sola , en verano , para secar las sedas.
En invierno, luego que el olor sufocante del gas se ha disi
pado, se cierran las ventanas y se hacen secar las sedas por me
dio de estufillas cargadas de brasas.
El azufrado de las lanas se ejecnta del mismo modo que el
de las sedas.
En i76i, creyendo la Academia de Leon que el jabon al
teraba el lustre de la seda , propuso hallar un proceder por me
dio del cual pudiesen desgomarse ó desentelarse las sedas sin ja
bon. Se dití el premio á Rigaut de San-Quintin , quien propuso
sustituir al jabon una disolucion de sub-carbonato de sosa dilata
do en la suficiente cantidad de agua para que no alterase la se
da ; pero la esperiencia ha heeho justicia de este proceder , des
terrándolo de todos los talleres de tintura por los resultados poco
ventajosos que ha ofrecido.
Lo mismo ha sucedido con el proceder del Collomb que pre
tendía emplear tan solola accion del agua hirviendo, para,descru-
dm las sedas. - -;. »
i6
(ico)
Mr. Roard ha presentado despues al Instituto de Francia
una Memoria para desgomar las sedas, de la cual resulta i? que
las sedas descrudadas con el jabon son mas blancas , mas brillan
tes, mas suaves y mas sólidas, que cuando han sido tratadas
por cualquier otro medio ; 2? que toman colores mas vivos y
decididos. : .
La mayor parte de la seda que cojemos tiene un color ama
rillo: la que nos viene de la China es de un blanco brillante, y
sirve esclusivamente para fabricar las ropas de seda que deben
quedar blancas. ¿La seda de la China es naturalmente blanca 6
toma solamente este color por un proceder del arte ? Esto es lo
que se ignora completamente. Parécenie que Mr. Roard nos ha
puesto en estado de resolver la cuestion, demostrándonos, haberse
convencido por esperimentos ciertos que las sedas crudas blancas
se vuelven mas blancas por su esposicion al sol , y que por esta
misma acción las hermosas sedas crudas amarillas pierden entera
mente su color.
A pesar de esto hace notar que las sedas de un color ama
rillo sucio y empañado conservan siempre un viso rojizo. De es
tos hechos deduce Mr. Roard que cuando las sedas , despues de
descrudadas por el jabon, tienen aun un ligero color amarillo
puede hacerse desaparecer este por cuatro ó cinco dias de espo
sicion al sol.
Cuando las ropas de seda deben quedar tiesas ó fuertes como
si hubiesen sido almidonadas ó engomadas , no se emplea para
su fabricacion sino sedas crudas, es decir, que tienen su rigidez
y elasticidad naturales. Las sedas que sirven para fabricar estas
clases de ropas, como las blondas, las gasas, &c. no deben pues
ser ni desgomadas , ni cocidas , y deben sujetarse á todas las
operaciones de tintura que ecsijan , sin sufrir antes ninguna de
las preparaciones de que se acaba de hablar ; pero es menester
procurar escojer las sedas que son naturalmente mas blancas, de
jarlas en el agua tibia, torcerlas en seguida, azufrarlas, darles
el azur en agua muy clara, torcerlas de nuevo, y azufrarlas por
segunda vez, pues que el azufrado no priva á la seda de recibir
todos los colores que se le quieran dar.
Algunos artistas pretenden conseguir el mismo fin dando á la»
sedas el blanqueo ordinario , es decir , con el jabon , y azulándo
las , si es necesario , con tal que al salir del baño , se laven en
el rio, en donde vuelven á adquirir la rigidez que habian perdi
do en el baño de jabon; despues de lavadas se tuercen y se
azufran.
Las sedas que se destinan para teüirse do necesitan ser des
( 'oí )
gomadas con tanta perfeccion como las cfne deben quedar blan
cas, si bien que debe variar el modo de descrudarlas, segun los
colores que se les quiera aplicar. Para la mayor parte de . colo
res , basta hacerla cocer por tres ó cuatro horas en una disolu
cion de jabon compuesta de 20 partes de jabon por i00 partes
de seda ; procurando reemplazar por nueva agua la que se con
vierte en vapores , á fin de tener siempre á corta diferencia la
misma cantidad de baño. Podría cocerse igualmente la seda , si
se quisiese teñir de color azul, de pardo obscuro, de punzo, ce
reza, ú otros colores, delicados que resultan tanto mas hermosos
cuanto mas blanco es el fondo que los recibe ; se cuece tambien
por tres ó cuatro horas á fin de suplir la desgomadura , que
puede dejar de hacerse en particular.
El alumbrado es otra de las operaciones generales que debe
ordinariamente preceder al tinte de las sedas, y que hace, á la
vez , que los colores que ellas reciben sean mas sólidos y mas
hermosos. ; >
Para preparar el baño de alumbrado , se echan 40 ó 50 li
bras de alumbre muy puro en una caldera llena de agua calien
te. Hecha la disolucion se traslada á una cuba d barca en que se
han echado de antemano 40 ó 50 cubos de agua. A medida
que se va trasladando la disolucion se procura agitar bien la mez
cla á fin de impedir la cristalizacion del alumbre , que pudiera
verificarse , al bajar la temperatura del agua de la cuba.
Arreglado esto asi. y despues de despojadas las sedas por un
batido del jabon de que se han impregnado mientras se han co
cido , y torcidas aun despues á clavija se pasan las madejas en
cuerdas y por medio de cañas ó volteadores se meten en el baño
de alumbre y se dejan en él por ocho ó nueve horas*; pasado
cuyo tiempo se separan de él , se tuercen con las manos encima
de la cuba, y se lavan en el rio.
La cantidad de alumbre que hemos indicado basta para i50
libras de seda.
Cuando se nota que el sabor del líquido del baño disminuye;
y que, por consiguiente, se debilita su fuerza, se le vuelve esta
añadiendole 20 ó 24 libras de alumbre, observando lo que que
da dicho , y se va reforzando ó aumentando del mismo modo
hasta que empieza á ecsalar un olor fétido ; se apura entonces
pasando por él las sedas destinadas para recibir algunos colores
obscuros , y se arroja luego para preparar un baño nuevo.
El alumbrado de las sedas debe siempre hacerse en frio, por
que , segun enseña la esperiencia , pudieran perder en un baño
caliente una parte de su lustre
*
(ios)
Las sedas ecsijen tambien, aunque raras veces, ser pasadas
por un baño de agallas. Esplicarémos esta operacion cuando lo
ecsijan las circunstancias.

Capítulo III Del algodon.

El algodon es una especie, de pelusa , borra , d vello de que


se hallan envueltas las semillas de una planta herbácea del mis
mo nombre , que se cultiva principalmente en el Asia , en el
Africa , y en la América. Su cultivo en Europa , solo ofrece
buenos resultados en ciertos puntos en que se esperimenta un
grado de calor , á corta diferencia , igual al de los demas de
las otras tres partes del mundo en que se coje.
Se divide ordinariamente el algodon del comercio, en algo-
don de las islas , y en algodon del Levante.
El primero recibe diferentes nombres , segun las islas de don
de procede. Asi es que se distingue el algo ion de Guadalupe, de
Santo Domingo, de Cayena, de Marañon, de Gonaives , de San
ta Lucía, de Marie- Galante , de San Eustaquio, de Barbiel , de
Sjnto Tomas, de Surinam, y de Ysequebo. Todas estas especies
de algodon nos vienen en borra ó rama, es decir, tal como sale
de las cápsulas que lo contienen. Esta borra es nías ó menos
pura y limpia , y su grado de limpieza determina muchas veces
una parte de su precio, pues que cuando el algodon se halla su
cio se hila mal , ocasiona una pérdida considerable , se blanquea
dificilmente , y no recibe bien el tinte.
El algodon llamado de Marañon (nombre de una provincia
del Brasil), pasa por el mas hermoso y el mejor del nuevo con
tinente; ,se le da aun la preferencia sobre el de Cayena que tie
ne tanta estima á causa de su blancura y ñnura. El algodon dt
Surinam es ménos estimado que los dos precedentes, pero lo es
mas que el de Santo Domingo. Este último es blanco, suave, y
se hila muy bien. El algodon de Guadalupe es inferior al prece
dente , pero está sin embargo muy en uso en la fábrica de len
cerías de Kuan.
El algodon del Levante conocido en el comercio bajo el nom
bre genérico de algodon de Chipre , es generalmente ménos esti
mado que el de las islas , porque aun cuando tenga un hermoso
blanco , es , no obstante , siempre muy impuro , algo tieso y seco,
lleno de nudos que lo esponen á que se rompa , y no admite
ser hilado con mucha finura , ni recibe bien el tinte.
Se distinguen cerca treinta especies de algodon que proceden
del Levante 5 los unos se conocen coa el nombre de algodones
(*o3)
de tierra , y los otros con el de algodones de mar. Los prime
ros son los de la Natolia; los segundos vienen de las islas del
Archipiélago , y se llaman tambien algodones de Salonica , de los
Dardanelos , de GaUpoli. La primera caliilad de este algodon es
la mus estimada y la mas fina.
El algodon es un objeto de la mayor importancia para la
industria francesa , sobre todo desde que ha llegado á aplicarle,
solidamente esos colores variados, ricos y brillantes, que llegan
á decuplicar su valor. La fábrica de Ruan debe en gran parte
su riqueza y prosperidad á la superioridad de los procederes que
emplea para teñir el algodon. Los tejidos que salen de sus talle
res son buscados en todas las partes del mundo por el brillo y
solidez de sus colores; de modo que ha merecido la preferencia
en este genero de fabricacion , y le bastará esmerarse , como ha
hecho hasta el dia , en los procederes de tintura, para conservar
la reputacion que goza en Francia y en el estrangero. ; i
Para preparar el algodon para el tinte se sugeta á tres ope
raciones preliminares que son la de la desgomadura ^ la del aga
llado , y la del alumbrado.
La desgomadura del algodon tiene por objeto despojarlo , á
lo menos en parte, del color que tiene naturalmente, y que va
ria desde el amarillo blanquizco hasta el amarillo rojizo. No sa
quita al algodon el color natural que presenta sino para dispo
nerlo á recibir mejor el que se aplica por los procederes del
arte. . >. .
Para desgomar el algodon, se hace hervir por cuatro 6 cinco
horas en agua de sosa algo cáustica que marque un grado en el
areómetro de Baumé; es menester emplear á lo nrínos de 250
á 300 azumbres de lejía por i00 libras de algodon. Se ha ter
minado el cocido cuando el algodon se hunde por sí mismo en la
caldera. Se saca entonces y se coloca encima de unas angarillas
puestas al traves sobre la caldera ; se deja escurrir , se lava bien
en seguida en agua corriente , se tuerce á clavija , y se hace se
car al ayre.
El algodon destinado para recibir colores ligeros no ecsije ser
hervido en agua de sosa, sino simplemente en agua comun bien
clara y limpia.
La preparacion del baño de agallas para el algodon se hace
ordinariamente en la proporcion de tres ó cuatro onzas de aga
llas por diez y seis de algodon. Esta proporcion varía , no obs
tante , segun el género é intensidad del color que se trata de
darle.
Hé aqui el modo de preparar el baño de agallas.
. . (i04)
Se cuecen las agallas groseramente molidas , en una caldera
de cobre, con cerca 70 ó 75 azumbres de agua por i00 libras
de algodon , y cuando las agallas se aplastan facilmente entre
los dedos, se suspende la ebullicion , se deja enfriar un poco el
líquido y se pasa por un tamiz de crin destinado solamente á
este uso. Se deja enfriar el baño hasta el punto de no poder
.apenas tener dentro la mano, y se va pasando por él el algodon
dividido en varias partes á fin de que quede bien impregnado
de la decoccion; con cuyo objeto se darán dos o tres batidos al
algodon teniendo cuidado en cada uno de ellos de esprimirlo h>
geramente encima del baño , con los dedos medio cerrados. Se
tuerce luego despues con la mano , y algunas veces á clavija , y
se tiende en seguida al ayre libre , si el tiempo es bueno , ó ea
un cobertizo , si es húmedo ó lluvioso. Cuando la parte de al
godon, sobre que se opera está bien agallada , se toma otra por
cion y se pasa del mismo modo por el resto de la decoccion,
despues de haberla aumentado con una nueva cantidad de la mis
ma decoccion para reemplazar la que se haya consumido por la
operacion anterior , y así consecutivamente.
Algunas veces , despues de haber pasado el algodon por el
baño de agallas, segun queda dicho, se deja por una ó dos ho
ras en la decoccion.
Se pasa del mismo modo el algodon por la infusion de zu
maque, ya sea solo , ya mezclado con la decoccion de agallas,
procurando siempre que esté el baño tan caliente como sea po
sible.
En ciertos casos se da el agallado en dos veces, y se hace en
tonces secar en el intervalo de las dos operaciones.
Por medio del agallado se carga el algodon de un mordiente
enérgico , pues segun hemos dicho en otra parte el ácido gálico
y el tanino que forman parte de la decoccion, tienen uno y otro
mucha afinidad por el algodon, y por aquellas materias colorantes
que no pueden aplicarse á esta sustancia sin este medio ausiliar.
El alumbrado se egecuta despues del agallado y se da casi
siempre, como este último, empleando de 3 ó 4 onzas por i 6
de algodon , si bien que esta proporcion puede tambien variar
como la de las agallas.
Despues de pulverizado el alumbre se hace disolver en una
cantidad de agua caliente , pero que no hierva , suficiente para
poder manejar en ella el algodon , y Cuando está hecha la diso
lucion y solo está tibia , se trabaja en ella el algodon como en
la decoccion de agallas , se tuerce con la mano y se hace secar
á la sombra.
En algunos casos se da tambien el baño de alumbre en dos
vects y se hace entonces secar antes del segundo alumbrado.
Es útil algunas veces dejar diez ó doce horas el algodon mo
jado por la disolucion del alumbre , antes de llevarlo si ten
dedero.
En todos los casos es muy importante no dar el alumbrado
sino á un ligero grado de calor, como de 20 á 25 grados de
la escala de Reaumur, á fin deque el alumbre pueda combinarse
poco a' poco con las agallas y con el mismo algodon , porque á
un grado de calor fuerte una parte de la decoccion de agallas
abandonaría al algodon, y daria lugar con el alumbre, en medio
del líquido, á una combinacion poco favorable al algodon.
Muchas veces se sustituye al alumbre comun , el acetato de
alúmina, que se emplea á 5 ó 6 grados del pesalicor, y á corta
diferencia al mismo grado de calor que el alumbre.
El alumbre, aplicándose sobre el hilo de algodon, de lino y
de cáñamo, no se descompone, como algunos han supuesto. La
descompo&icion del alumbre no se verifica sino en el tinte, por
la atraccion de la alúmina por las materias colorantes, con las
que entra es combinacion sólida.
Advertiremos ahora , para cuando se ofrezca , que el algodon
que ha recibido el alumbrado debe ser muy bien lavado des
pues de seco y antes de entrar en el tinte, á fin de separarle
la porcion de alumbre que estaña solo superpuesta y no combi
nada. Este esceso de alumbre , descomponiéndose en el baño de
tintura , precipitaría en el fondo de la caldera , ocasionando una
pérdida , cierta porcion de materia colorante.

Capítulo IV— Del lino y del cáñamo.

Reunimos estas dos sustancias en un mismo capítulo, porque


presentan las mismas circunstancias relativamente al arte de te
ñir. Aunque en verdad tienen una y otra menos afinidad por las
materias colorantes que el algodon, se tiñen las dos no obstante,
por los mismos procederesj que se usan para teñir este último;
debiendo prevenir ahora que los procederes que describirémos en
la segunda parte de esta obra para teñir el algodon se aplican
igualmente al tinte del lino y del cáñamo.
El lino comun (linum usitatissimwn , Linneo) , es una planta
anual que se cultiva en toda la Enropa, y en otros paise»,
ó bien por su semilla , 6 bien por la corteza de su tallo. En
ciertos parages se prefiere el lino de tallo elevado j que da mu
chas hebras , y en otros , e{ lino de tallo mediano y de hebra
(io6)
fina. En estos diferentes casos el cultivo del lino varia como se
podrá consultar en el Nouveau cours complet d' Agriculture théo-
rique et pratique, edicion de Deterville.
El lino , antes de ser convertido en hilo y en telas , ecsijí
ciertas preparaciones, en cada una de las cuales, despojada mas
y mas su corteza de sus partes gomosa y leñosa , se pone suave
por grados , y es , en fin , propio para ser hilado.
La primera de estas preparaciones es la enriadura , opera
cion que tiene por objeto disolver la materia glutino-gomosa,
que no solamente une las fibras del lino entre sí , sino que las
tiene al mismo tiempo pegadas á la parte leñosa de su tallo.
Por la fermentacion que se establece en la enriadura y segun el
inodo como se práctica esta opera ron se disuelve el gluten mas 6
menos facilmente. Lo que importa mas es determinar «l grado
de fermentacion necesario para despojar el tallo sin alterar las
hebras. Si el lino ha sido enriado ó embalsado por demasiado
tiempo se pudre y las hebras se rompen facilmente , y sino lo
ha sido bastante , una parte del gluten se le queda pegada , y
las operaciones sucesivas que debe recibir son mas engorrosas y
de mayor gasto.
Despues de enriado el lino se lava con cuidado á fin de se
parar bien el gluten , y se le hace en seguida secar al sol vol
viéndolo de tiempo en. tiempo. Despues de seco , se separan las
hebras de la 'parte leñosa , ya sea golpeándolo sobre un banco
de midera muy liso con una pala de lavandera , ya sea por
medio de un instrumento llamado agramadera, ó de molinos de
madera ó de piedra puestos en movimiento por el agua , por el
viento d por un caballo. Se sacuden despues por muchas veces
las hebras que salen ; y solo necesitan entonces ser rastrilladas.
Despues que ha recibido el lino las preparaciones de que se
acaba de hablar, se halla ya en estado de poder ser hilado.
El mejor lino es suave y pegajoso al tacto , fuerte y lus
troso. > . .., r
Se fabrican con el hilo de lino las mejores telas y los en
cajes , y entra igualmente en la composicion de otros diferentes
tejidos.
El cáñamo cultivado (cannabis sativa, Linneo ), parece ser
originario de las Indias; crece naturalmente en Persia. Como es
muy cultivado en Europa desde mucho tiempo, se ha casi na
turalizado en ella principalmente en Italia , en el Piamonte , en
Suiza , en Francia y en España. Es una planta anual cuyo tallo
se eleva desde cuatro hasta ocho pies. El vulgo llama impropia
mente cánamo macho al que tiene la semilla , y cánamo hem
(I07)
J>m al que solo da flore»; de uno y otro ge emplean lo» filamen
to! de la cortesa para hacer cuerdas , reías para las embarca
ciones, y telas mas ó menos finas.
Antes de poder hacer servir el cáñamo para los usos que se
han indicado, ecsije , del mismo modo que el lino, ser embal
sado , agramado , y en fin rastrillado. Estas diversas preparacio
nes se practican por procederes análogos á los que hemos dicho
hablando del lino.
La semilla del cáñamo se llama cañamon- Se estrae de ella por
espresion un aceyte bastante dulce que se emplea para diferentes usos.
Antes de teñir el liuo y el cáñamo se deben tambien suje
tar á las operaciones de la desgomadura , del agallado , y del
alumbrado- Las dos últimas operaciones se egecutan absolutamen
te del mismo modo que con el algodon. En cuanto á la prime
ra, es menester, antes de dar la legía, macerar el lino ó el cá
ñamo por dos ó tres dias en verano y p«r mas tiempo en in
vierno , en cubas llenas de agua tibia , á fin de facilitar , por
un principio de fermentacion , la separacion de la materia colo
rante. Se deja escurrir, se lava bien en agua corriente, y se ha
ce en seguida hervir, en una lejía de sosa algo cáustica , y que
marque un grado y medio en el areómetro ; algunas veces se
hace hervir por segunda vez en la misma lejía pero de un grado
solamente de fuerza. El resto de la operacion se termina como
hemos dicho hablando del algodon.

Capítui-o V.^Del blanqueo del algodon, del lino y del cánamo.

El proceder del blanqueo hubiera podido ser colocado inme


diatamente despues de haber tratado del modo de desgomar el
algodon, capítulo III; pero hemos creído deber reservarle un
capítulo particular á fin de poder entrar con mas facilidad en
todos los detalles de que necesita este objeto.
Se da el nombre de blanqueo á una serie de operaciones por
medio de las cuales se consigue quitar al algodon , al lino , y
al cáñamo , el color gris , amarillento ó negro que tienen natu
ralmente , y darles un blanco mas ó menos perfecto.
Desde treinta años , poco mas ó menos } á esta parte , se ha
sustituido al antiguo proceder de blanqueo, que ecsijia mucho
tiempo y que consistía en someter las materias vegetales por i5
6 18 veces á la accion repetida y alternativa de las lejías alcali
nas y del ayre , otro muy preferible por todas las razones , idea
do por Mr. Berthollet , y llamado en honor de este ce'lebre quí
mico , proceder Bertoliano,
(io8)
Este proceder mucho mas simple y económico que el anti
guo , solo ecsije , á lo mas , una ó dos lejías é igual número de
inmersiones en un líquido llamado primeramente ácido muriáti-
co ocsigenado liquido , que se ha visto en el dia ser una solu
cion de cloro (especie particular de cuerpo simple y gaseoso).
Si á estas dos operaciones que forman la parte esencial del pro
ceder Bertoliano , se añade un bario de agua acidulada por el
sícido sulfúrico , un ligero enjabonado , y ultimamente un baño
propio para dar al algodon blanqueado un pequeño viso azul, se
tendrá una idea general del nuevo método.
Este método está fundado sobre dos principios : el primero,
que las lejías quitan por si solas la parte de la materia coloran
te que es soluble en los alcalis, y el segundo que, obrando ve
rosímilmente la solucion de cloro sobre el hidrógeno de la ma*
teria colorante que ha resistido á la accion de los alcalis, acaba
de separar enteramente al algodon esta materia.
Entremos ahora en el detalle de las operaciones.
i
primsr.4 operacion. De las lejías.

A fin de dar mayor actividad á las lejías se hacen cáusticas


por medio de la cal viva. Se emplea á este fin una parte de
buena cal viva recientemente apagada en el agua y reducida á
polvo fino , y dos partes de potasa del comercio de buena cali
dad , reducida tambien á polvo. Se mezclan bien estos cuerpos
y se les echa encima de 24 á 30 partes en peso de agua por
cada parte de potasa que se ha empleado; se agita de tiempo en
tiempo en el espacio de 24 horas con un palo , se deja en se
guida deponer, y se decanta el líquido claro que marca poco mas
6 ménos un grado y medio en el areometro de Baurné.
Preparada la lejía alcalina del modo que se acaba de espli-
car (i), se emplea del modo siguiente.

( 1 ) En lugar de la lejía que indica Vitális , se emplea


mucho mas comunmente la que se obtiene tratando por i5 ó 20
partes de agua , una mezcla de 5 á 6 partes de buenas cenizas
comunes y de i parte de cal viva recientemente apagada, y re
ducida á polvo fino. Para la preparacion de este líquido alcalino
podrá seguirse lo que dice el autor acerca la obtencion de la le
jía que él propone.
Lográndose , como se logran , con las dos lejías los mismos
resultados en las operaciones del blanqueo , parece debe prefertr~
(io9)
En una caldera de cobre de capacidad suficiente, se echa
una cantidad de lejía tal que sobrepuje de dos ó tres dedos
al algodon. Se calienta por grados hasta la ebullicion y se man
tiene esta por cuatro horas ; pasado cuyo tiempo se separa el
algodon de la caldera , se deja escurrir sobre unas angarillas
colocadas al través encima de la caldera , se lava bien en agua
corriente , se tuerce á clavija , y se «tiende al ayre libre si el
cielo está sereno , ó en cobertizos , si estuviese nublado ó lio-
viese. , .
segunda operacion. — Estraccion del cloro.

El cloro es un cuerpo simple que se consideraba, hace poco


tiempo , como un compuesto de ácido muriátioo y oesígeno , por
cuya razon se le daba el nombre de ácido muriático ócsigenado.
Pero esperimentos recientes han probado que no ecsiste este
pretendido compuesto , y han dado origen á una nueva teoría
por la que se considera el antiguo ácido muriático ocsigenado como
un cuerpo simple que se presenta siempre en estado gaseoso, y
que , en razon de su color , ha sido llamado cloro , derivado
de una palabra griega que significa verde , o que tira á verde.
Las propiedades del cloro son tan importantes que no pode
mos prescindir de hacer conocer á lo menos las principales.
El cloro es un gas de un color amarillo verdoso, de un sa
bor desagradable, de un olor acre y sufocante; no puede respi-
rarse , aun cuando esté mezclado con el ayre atmosférico , sin es-
peri mentar al momento una tos convulsiva, y una especie de
dilaceracion en el pecho que seria muy pronto seguida de la
muerte sino sa remediasen con presteza los terribles efectos que
produce este cuerpo. Este gas pesa cerca una vez y media mas
que un volumen igual al suyo de ayre comun. En lugar de
enrogecer el azul del tornasol , como lo hacen los ácidos , des
truye su color, trasformándolo en amarillo de hoja seca; obra del
mismo modo sobre todos los colores vegetales y animales , segun
lo ha notado primeramente el ilustre Scheele , á quien se debe
ademas el descubrimiento del gas de que hablamos. El cloro
apaga las velas encendidas , y no puede , por consiguiente , man
tener la combustion.
\ Espuesto á la accion del calórico en vasijas cerradas no es-
perimenta alteracion alguna cuando se halla perfectamente seco,
ni cambia tampoco de estado por el frio mas intenso, hallándose '

se la última, en beneficio de la economía. s:Nota del traductor-


(no)
bajo la misma circunstancia; pero cuando está humedo se con
gela aun antes de llegar á cero del termómetro.
No es tampoco alterado por la luz cuando se halla en es
tado gaseoso y bien seco; pero si contiene agua, se descompone
esta , el cloro se une con el hidrógeno para formar ácido hidro-
clórico , y el ocsígeno , otro principio del agua, se desprende en.
parte , mientras que la otra porcion del mismo cuerpo forma
con el cloro , ácido cldrico.
El gas ocsígeno no egerce accion alguna sobre el cloro.
El gas hidrogeno puede combinarse con el cloro , como aca
bamos de ver ; y de esta union resulta el ácido conocido anti
guamente bajo el nombre de ácido muriático , que los químicos
llaman en el dia con razon ácido hidroclórico , porque resulta
de la combinacion del hidrógeno con el cloro.
Con el azufre y algunos otros cuerpos simples no metáli
cos forma compuestos que se denominan cloruros.
El agua á la temperatura de 20o y á la presion de 28
pulgadas disuelve una vez y media su volómen.
La disolucion del cloro en el agua tiene el color, olor y
sabor del cloro gaseoso , y destruye del mismo modo el color
del girasol y de todas las sustancias vegetales y animales ; eo
cuya propiedad ha fundado Mr. Berthollet la aplicacion de esta
disolucion al blanqueo del algodon del lino y del cánamo.
Espuesta esta solucion de cloro á una temperatura de algu
nos grados sobre cero , y , con mas razon á una temperatura mas
baja , se transforma en una masa de cristales luminosos de un
amarillo bastante subido que contiene mucho mas cloro que la
misma solucion.
Es tal la afinidad del cloro por el hidrógeno que , aunque
se halle disuelto en el agua , descompone todos los cuerpos hi
drogenados, con la misma facilidad que si se hallasen en estado
gaseoso. No es por lo tanto estraño que obre el cloro líquido
con tanta energía sobre las sustancias vegetales y animales , pues
que segun las análisis que se han hecho de ellas , resulta estar
las primeras casi todas compuestas de ocsígeno, de hidrógeno,
y de carbono , y las segundas ordinariamente de ocsígeno , de hi
drógeno , de carbono y de azoe.
El cloro disuelto en el agua descompone este líquido, ya sea
al calor rojo , ya sea por la accion de los rayos del sol ; la luz
difusa ba&taria tambien para efectuar esta descomposicion en un
tiempo bastante corto. Es menester pues guardar la solucion de
cloro en un lugar oscuro y en vasos que no puedan permitir el
paso á la luz.
(m)
Para obtener la solucion del cloro en el agua se usa iJe
un aparato que consiste en un matraz de plomo , fundido si
es posible de una sola pieza , á fin de evitar los inconve
nientes de la soldadura. Su figura debe ser casi oval y
puede tener de i5 á i6 pulgadas de diámetro en su mayor
estension.
Este matraz tiene en su parte superior un cuello de 4
á 5 pulgadas de abertura por la que se introducen las ma
terias de que se hablará luego , y que sirve ademas para poder
retirar facilmente lo que queda en el fondo, despues de la ope
racion. Esta abertura se cierra con un tapon de plomo que entra
en ella por frote , y que está retenido en su situacion por medio
de un fuerte tornillo de presion adaptado al cuerpo del cuello.
A derecha y á izquierda del cuello y á cerca dos ó tres pul
gadas de distancia se encuentra un tdbulo de una pulgada y me
dia de diámetro y de otra pulgada y media de elevacion.
Una de estos tdbulos recibe un tapon de corcho atravesado
por un tubo de plomo sin soldadura, ó bien de vidrio, de me
dia pulgada á lo menos de diámetro. Uno y otro de estos tubos
deben ser encorvados dos veces en angulos rectos de manera que
formen dos brancas verticales separadas entre si por otra horizon
tal , que será de una longitud proporcionada á la distancia que
haya entre el tdbulo y el recipiente, 6 cuba en que debe ope
rarse la solucion del cloro. Una de las brancas verticales solo
debe tener la longitud necesaria para poder entrar una ó dos
pulgadas en lo interior de uno de los tdbulos. La segunda bran
ca vertical debe ser bastante larga para poderse introducir hasta
dos 6 tres líneas cerca del fondo del recipiente , ó bien descansar
sobre su mismo fondo interior, pero en tal caso es menester ha
cer cinco ó seis agujeros de una ó dos líneas de diámetró, en
la circunferencia de la estremidad inferior de esta branca verti
cal, á fin de que el cloro pueda pasar libremente al recipiente.
.. Este recipiente es una cuba formada de fuertes duelas de
madera de abeto con cercos de hierro ; tiene de cinco á seis pies de
diámetro , y de ocho ó diez de altura : á cierta distancia de su
borde tiene un fondo superior atravesado i? por un agujero su
ficiente que sirve para dar paso á la branca vertical mas larga;
2? de otro agujero mas estrecho en el que entra un pequeño
tubo encorvado que se hace sumerjir en un vaso que contenga
una solución de potasa , ó simplemente agua destinada para ab-
sorver el gas que dejase de disolverse en el agua de la cuba.
El segundo tdbulo de que se ha hablado , sirve para echar
en el matraz el líquido ácido que, por. »u accion, debe dete»
(IIS)
minar el desprendimiento del cloro en estado gaseoso. Este tñ
butó se cierra en seguida con un tapon de corcho, y se cubre
este, igualmente que todas las junturas, con la especie de betun
llamado betun graso , cuya preparacion hemos dado á conocer
en el capítulo IV. de la 2? Seccion , d mas simplemente con un
betun que he sustituido al que precede , compuesto de arcilla
grasa amasada con un poco de agua y de borra de vaca. Se cu
bre uno y otro de estos betunes con tiras de vegiga de cerdo
reblandecidas en el agua , ó bien de lienzo viejo , barnizadas con
engrudo ya de harina , ya de almidon , y se sujeta el todo con
hilo de bramante. • • . -. -i, • i
Es muy importante enlodar con el mayor cuidado to Jas las
junturas á fin de evitar los efectos peligrosos del cloro sobre la
economía animal. En efecto , si se respira este gas se produce uaa
-tos violenta y convulsiva, se llega algunas veces á arrojar san
gre por la boca , y sigue tambien la muerte sino se procuran re
mediar con prontitud los accidentes á que da lugar. El medio
mas simple de detener sus progresos consiste en beber una gran
cantidad de leche , y en usar por algun tiempo las bebidas
emolientes y mucilaginosas. , . . - i . ¡
Suponiéndose colocado el matraz en una caldera de hierro
colado puesta sobre un horno y que contenga suficiente arena
fina para que el matraz pueda sumerjirse en ella hasta f ó de
Su- altura , se carga de las materias que sirven para la estrac-
cion del cloro. -, . . ^- . •.(. ,.- - •! • . ¡
Estas materias, son i? el dcsido negro de manganeso conoci-
,do en el comercio con el nombre de manganeso; 2? la sal ma
rina ó comun ; 3? el aceyte de vitriolo concentrado á 66? del
areómetro de Baumé. ».
Las mejores proporciones que pueden emplearse para un mo
yo de agua de 288 pintas de París ( i33 azumbres) de capaci
dad, son las siguientes. •- .
Ocsido negro de manganeso , en polvo fino. . i libra.
sal comun * 3 id.
aceyte de vitriolo 2 id.
El aceite de vitriolo debe ser debilitado de antemano, no
con su peso, sino con su volumen de agua. Esta mezcla de
ácido y de agua se hace en una vasija de plomo, ó en su de
fecto de madera , echando poco á poco el ácido en el agua y
-agitando bien con una varilla de plomo ó de madera á fin de
operar ecsactamente la mezcla de los dos líquidos. Esta mezcla
determina un grado de calor bastante considerable para romper
los vasos de vidrio ó de barro que la contienen. ••. :.. i:
("3)
Hecho esto , se mezclan bien eí dcsido de manganeso y la
sal marina , uno y otro reducidos á polvo fino ; se introduce la
mezcla en el matraz por la abertura de su cuello , y se cierra
en seguida esta con su tapon de plomo.
Se adapta el tubo conductor á uno de los tdbulos, y se en
loda ecsactamente en el punto en que penetra en el recipiente,
que se tendrá cuidado de llenar con la cantidad de agua conve
niente. ; ( •-
Se echa en fin por el segundo tdbulo y por medio de un
embudo de plomo , el ácido sulfúrico dilatado en agua segun se
ha dicho. Se cierra luego este túbulo por medio de un tapon
de corcho que entra en ella por frote , y que se cubre prime
ramente con betun , y despues , con tiras de vegiga de cerdo 6
de lienzo viejo engrudado , sugetando luego el todo con hilo bra
mante.
Cargado de este modo el matraz , hácia el anochecer , se de
ja así por toda la noche sin poner fuego debajo de la caldera
que sirve de baño de. arena, para que, calentándose el aparato
y obrando con demasiada precipitacion unos cuerpos sobre otros,
no se hinchen las materias y no obstruyan el tubo conductor, ó
tal vez pasen por este tubo al recipiente; lo que debe procurar
evitarse , no llenando á este efecto el matraz sino hasta las tres
cuartas partes de su capacidad.
El dia despues po.r la mañana se enciende fuego debajo del
baño de arena y se mantiene de modo que las burbujas de gas
salgan sin interrupcion , lo que podrá conocerse facilmente por el
oido.
Cuando no se desprenden ya mas burbujas , o se ha calen
tado de un modo sensible el tubo conductor, se le quita el be
tun inmediatamente, separando tambien el mismo tubo á fm de
impedir que el agua del recipiente pase dentro del matraz;
efecto que no dejaría de producirse por la presion del aire sobre
el agua de la cuba , cuando esta presion nb fuese vencida o á lo
menos equilibrada por el desprendimiento del cloro en estado de
fluido elástico.
Finalmente se cierra la abertura destinada para dar paso al
tubo conductor , y se conserva de este modo la disolucion de
cloro , propia ya para ser empleada. A fin de poderla hacer pa
sar comodamente á las cubas que la deben contener, se coloca
-en la parte inferior del recipiente , una cantimplora á la que se
adapta un tubo de vidrio ó de plomo que la conduce á las cu
bas de inmersion.
Para impedir que la solucion de cloro dañe por su olor á ¡tos
(»4)
trabajadores se acostumbra poner en el fondo del recipiente cer
ca de una libra de creta reducida á polvo grosero , por cada moyo
de agua. Se debe este medio á M. Descroizilles mayor , tan co
nocido por lo mucho que ha perfeccionado el arte del blanqueo
Bertoliano. Diré no obstante que empleando ecsactamente las
proporciones de materias y de agua que he recomendado , se po
drá prescindir de recurrir al uso de la potasa ó de la creta. El
líquido que se obtiene blanquea bien, y no incomoda á los
que lo mmejan. Se puede tambien , en caso necesario , debili
tarlo con la cuarta ó quinta parte de su volumen de agua or
dinaria. I.
Despues de ter»ninida la estraccion del cloro se vacía el
matraz echando las materias que contiene , que no son ya de
valor alguno , en un hoyo destinado al efecto , y se enjuaga bien
este vaso antes de emplearlo para otra operacion.
Es útil tener á lo ménos dos matraces para cuando uno de
los dos ecsija algunas reparaciones.
Es fácil saber con bastante ecsactitud. lo que sucede en el
proceder que acabamos de esponer para estraer el cloro , si se
tiene presente que , por el efecto de las atracciones químicas, el
hidroclorado de sosa ( sal marina ) es descompuesto per el ácido
sulfúrico , que se apodera de la sosa , base de esta sal , para for
mar sulfato de sosa ; y que , por consiguiente , el ácido hidro-
clórico queda en libertad. Una parte de este ácido es descora-
puesta por el dcsido de manganeso; de que se sigue que por
una parte, se forma agua por la combinacion del ocsígeno que
presta el perócsido de manganeso con el hidrógeno del ácido
ludrocldrico ; y que , por otra , el cloro separado del hidrógeno
se une con el calórico , y se desprende en estado de Adido elás
tico aeriforme , ó de gas , que se disuelve en el agua del reci
piente. Queda en el matraz proto sulfato de sosa , y proto hi-
droclorato de manganeso, mezcla salina de la que se ba pre
tendido en vano hasta el dia sacar alguna utilidad.
M. Thenard cree que la sal marina , que considera como
un proto cloruro de sodio , pasa al estado de hidroclorato de la
misma base por la descomposicion del agua que se mezcla coa
el ácido mlfúrico , y añade , que esta agua es necesaria para
retener el ácido hidrocltírico , i medida que se forma , á fin de
darle tiempo de obrar sobre el dcsido negro ó perócsido de man
ganeso , que , despues de la operacion , pasa al estado de protóc-
sido.
Se puede igualmente estraer el cloro, calentando suavemen
te ta un baño de arena una libra de perócsido de manganeso en
r

0>5)
polvo muy fino , con cinco d seis libras de ácido hidroclóriee
concentrado , ó muy humeante , colocados en un matraz de bar
ro. Estas proporciones son suficientes para saturar un moyo de
agua. El resto de la operacion se practica como en el primer
proceder. En esta operacion , el ácido hidrocldrico se divide en
dos partes ; la una se descompone , cede su hidrógeno al ocsí~
geno que suministra el perócsido de manganeso , y hay á la vez
produccion de agua y desprendimiento de cloro , segun hemos
esplicado mas atrás , y la otra parte no descompuesta se une con el
protoesido de manganeso y forma un proto hidroclorato de esta base.

tercera oPERAciom. — Inmersion en cloro liquido.

Habiendo sido bien lejivado, escurrido, torcido y secado el


algodon, se coloca en cubas de madera blanca, cruzando alternati
vamente las madejas.
Se coloca la primera cama de algodon sobre varillas de ma
dera blanca, ó sobre bolas de tierra cocida; se forma una segun
da cama disponiendo las Madejas de modo que formen casi un
ángulo recto con las de la primera cama , y así sucesivamente.
Estando ya la cuba cargada de algodon se hace pasar en ella
cloro liquido hasta que suba este algunos dedos encima del algo-
don , y se deja obrar el liquido por el espacio de una ó dos ho
ras. Pasado este tiempo se estrae el liquido por medio de la can
timplora colocada en la parte inferior de la cuba , y. se reemplaza
por agua clara que se lleva consigo la mayor parte del cloro li
quido. Se saca entonces el algodon de la cuba, se lava bien con
agua limpia y corriente , se tuerce á clavija , y se hace secar
bien en el tendedero.

cuarta operacion— Baño de aceyte de vitriolo.

Este baño se prepara con sesenta partes de agua , en peso , y


una parte de ácido sulfúrico de 66 grados. Se mezclan bien estos
dos líquidos , segun se ha dicho ya en otra parte , y se sumerje
y deja en él el algodon por una hora , á lo mas , procurando
impedir que sobrenade.
El algodon , al salir de este baño ácido , debe ser lavado in
mediatamente con cuidado y muchas veces , en agua corriente. Sin
esta precaucion , el ácido se concentrarla por la evaporacion y
quemaría el algodon : se tuerce en seguida á clavija y se hace secar.
El baño de aceyte de vitriolo sirve para quitar las partes
colorantes amarillentas que provienen de algunas partículas de
i8
(lió)
¿csido de hierro casi siempre contenilas en las aguas, y que
habiendo resistido á la accion de las lejías y del cloro liquido,
no tardarían i volver á aparecer , sino se emplease el baño ácido.

QUINTA OPERACION Baño de jabon.

Como es muy raro que los filamentos del algodon no


estén algo adherentes entre sí, se da al algodon un baño de
jabon muy debil que tiene la doble ventaja de purgarle hasta
del menor átomo de cloro y de ácido sulfúrico, y de darle ade
mas ñecsibilidad y suavidad ; lavando bien en seguida.

sesta operacion Baña de azur.

Esta última operacion contribuye mucho á realzar la blan


cura del algodon, y se practica del modo siguiente:
Se deslie en una corta cantidad de agua clara el mejor azur
(dcsido de cobalto) del comercio, reducido á polvo muy fino.
Se echa una porcion del agua cargad^ de azdr sobre un tamiz
de seda colocado encima de una cubeta llena de agua muy lim
pia , y cuando por un ensayo sobre una madeja de algodon,
se ve que el agua está suficientemente cargada , se pasa sucesi
vamente por ella todo el algodon esprimiéndolo luego , y aña
diendo azul de tiempo en tiempo , á fin de que el matiz sea
uniforme: se tuerce en seguida, y se hace secaral ayre.
Por medio de las seis operaciones que se acaban de descri
bir se consigue dar al algodon el mayor grado de blancura.
Se distinguen en el comercio dos clases de blanco , á saber:
el blanco comun y el blanco de plata ó superfino.
Se logrará el primero practicando las operaciones por el or
den siguiente:
i? Lejia fuerte;
2? Inmersion en el cloro liquido;
3? Baño de ácido sulfúrico ;
4o Baño ligero de jabon, lavado, etc.
Si se quiere un blanco fino , se hará del modo siguiente:
i? Lejia de un grado y medio;
2? Inmersion en el cloro liquido;
3*9 Inmersion un poco mas débil que la precedente;
4o Baño de ácido sulfúrico ;
5o Baño de lejia muy débil, de sosa;
6? Baño de azdr.
£I blanqueo de los hilos de lino y de cáñamo se ejecuta
("7)
del mismo modo que el del hilo de algodon. Es menester sola
mente , antes de dar la lejía , tener en el agua loi hilos de lino
ó de cáñamo por dos ó tres días, á fin de reblandecer la ma
teria colorante, y de disponerla á ceder mas facilmente, en se
guida , á la accion de la lejía y de las inmersiones.
Dos ó tres lejías é igual número de inmersiones son sufi
cientes ordinariamente para blanquear los hilos de lino y de cá
ñamo ; el resto de la operacion se practica como para el blanco
fino sobre algodon.
El blanqueo de las telas de algodon y sobre todo el de las
telas de lino ó de cáñamo ofrece mas dificultades.
Solo hablaremos aquí del blanqueo de las telas de algo Ion
crudas, llamadas en Francia calicoís , que se destinan para ser
pintadas. ,
He aquí la marcha que se ha seguido siempre , tanto en la
fábrica de Jouy como en la de Essone.
Se ponen las telas en masa en agua fria. Despues de estar
bien limpias se van introduciendo en baños de agua caliente por
cuatro horas , y en la última de ellas el agua debe estar hir
viendo.
Primera lejía , conteniendo , en alcali puro, el equivalente de
dos centesimos y un tercio del peso de las telas ; esta lejia se
cuela por siete horas , y en cuatro de ellas hirviendo.
Paso por el ácido sulfúrico dilatado en i25 partes de agua
por una hora.
Segunda lejía, con dos centesimos de alcali puro; seis ho
ras de colar , y en tres de ellas hirviendo.
Inmersion en una . solucion fuerte de cloro , hasta que el
líquido no se debilite ya.
Tercera lejia , con dos centésimDS de alcali puro ; cinco
horas de colar y en dos de ellas hirviendo.
Inmersion algo minos fuerte que la precedente.
Cuarta, lejía, con un centésimo y medio de alcali puro;
cuatro horas de colar, y en una de ellas hirviendo.
Inmersion, como la precedente, pero de corta duracion.
Paso por el ácido sulfúrico , como la primera vez , pero por
el espacio de doce horas.
Cuando se han de blanquear telas cuya cadena ó urdiem
bre es de lino , se dan dos Ljias con dos centesimos de alcali
puro cada una , y dos inmersiones mas que para blanquear las
telas de algodon , y se dejan cuatro dias en el prado despues de
cada lejia. i . * ..
. . . .El blanqueo de las telas de Hno y de cáñamo se egecuta
(iie)
casi del mismo modo.
Desde algun tiempo á esta parte se hace en el blanqueo un
empleo útil de ciertos cloruros.
Se da en química el nombre de cloruros á las combinacio
nes del cloro con todas las bases con las que es susceptible de
unirse.
Las combinaciones de este género que debemos solamente
considerar aqui, son- las que forma el cloro con algunos meta
les ó con sus dcsidos; lo que da nacimiento á dos clases de clo
ruros , á saber ; los cloruros metálicos , y los cloruros de ócsido.
Los cloruros metálicos , que son los verdaderos cloruros , no
son permanentes á no ser que sean insolubles en el agua ; pues
que inmediatamente que se hallan en contacto de ella la des
componen en sus dos elementos , que son , segun hemos dicho
en otra parte , el ocsígeno y el hidrogeno. El ocsígeno se una
con el metal y e¿ hidrogeno con el doro para formar ácido hi-
droclórico , y este ácido , uniéndose con el metal ocsidado , da
nacimiento á hidrocloratos que no ejercen accion alguna sobre
íos colores. * .. i - •
Los cloruros de dcsido tienen un modo de obrar enteramen
te diferente , pues , aunque solubles en el agua , no descompo
nen este líquido ; conservan sí su estado primitivo , y tienen
mucha accion sobre las materias colorantes.
MM. Knox y Tennant , químicos ingleses han sido los pri
meros que han introducido en el blanqueo el uso de los cloru
ros de dcsidos bajo el nombre de polvo para blanquear.
Estos cloruros ofrecen, sin la menor duda, mis ventajas que
la disolucion del cloro. En efecto ; el claro, combinándose con
los dcsidos , pierde no solamente su estado gaseoso y su color,
•ino tambien su olor, que, como es sabido, ejerce una impre
sion tan peligrosa sobre los órganos de la respiracion ; y ade
mas está demonstrado ya que una cantidad dada de cloro com
binada con un dcsido metálico , el de calcio , por ejemplo,
goza del mismo poder descolorante que la misma cantidad de
cloro disuelta en el agua.
Este último hecho está apoyado sobre los esperimentos de
Welter , y permite al comercio una economía considerable en
el transporte del cloruro comparada con el de la disolucion del
cloro. . ' .
Siendo el cloruro de cal, entre todos los cloruros de dc
sido , el que tiene mas uso en el blanqueo del algodon y de
las telas de esta sustancia , creemos , por esta razon , deber de
tenernos en el modo de prepararlo, en la naturaleza de su
composicion y en el empleo que tiene.
El modo de preparar el cloruro de cal es diferente si debe
servir en el mismo lugar en que se fabrica , d si se ha de
transportar á otro algo distante.
En el primer caso , se hace pasar todo el cloro gaseoso que
puede desprenderse de cuatro libras de dcsido de manganeso, on
ce de sal marina , y nueve de ácido sulfúrico dilatado en su
volumen de agua, en ocho libras de cal diluida en el agua,
y puesta en un vaso cualquiera , en un tonel , por ejemplo.
En el segundo caso se opera del mismo modo , pero se re
cibe el gas por entre la cal , apagada de antemano en el agua
en cuyo estado se llama cal hidratada.
Debemos advertir que si el desprendimiento del cloro por
entre la cal hidratada , que suponemos tambien contenida en
nn tonel , se hiciese con demasiada rapidez, se produciría , por
la absorcion casi instantánea del gas , un calor tal que no solo
una porcion del cloruro formado seria descompuesta , sino tam
bien la misma agua. El ocsígeno , uno de sus principios , se es
caparía hacia la atmdsfera , y el hidrógeno apoderándose del cloro,
formaría ácido hidroclórico , que , uniéndose con la cal , datia
nacimiento á un hidroclorato de cal; sal que no sirve para blan
quear. ...
Se evita el inconveniente de que se acaba de hablar, agi
tando la masa de cal hidratada , por medio de una especie de
molinillo colocado en el tonel , que se hace mover durante todo
el tiempo del desprendimiento del cloro.
Luego que la operacion está terminada , lo que se conoce por
la cesacion del desprendimiento de cloro , se saca el cloruro de
cal, y se mete en toneles, que se cierran bien en -seguida, y
se transporta de este modo á los puntos que convenga al comer
cio. Se hace , al contrario , disolver en el agua si se quiere em
plear en el mismo lugar en que ha sido fabricado. -
Estos detalles nos parecen suficientes para poner á todo lec
tor inteligente , en estado de ejecutar bien la operacion de que
acabamos de tratar. Si se desea tener noticias mas estensas,
se podrá consultar una Memoria del Dr. Ure de Glascow , so
bre la fabricacion del cloruro de cal , que se halla inserta en
los Anuales de V Industrie nationale et étrangere , redactados
por MM, de Mauléon y Sebastian Lenoimand , sabios profeso
res de tecnología , tom. XI, pag. 88.
Todos los químicos convienen en que el cloro no puede con-
binarse con la cal seca ; pero no parece que esten aun del todo
conformes acerca la composicion del cloruro de cal seco. Algu
(iso)
nos lo consideran no como un cloruro neutro de cal , fino como
un sub-cloruro de esta base , y se fundan en que cuando se po
ne el cloruro de cal seco en contacto con el agua , se descompo
ne , dicen, en cloruro neutro soluble y en cal que se precipita
en el fondo del -vaso {Aunales de chinde et de Physique). Otros
creen que el precipitado calcareo que se forma cuando se trata
por el agua el cloruro de cal seco , proviene , ó de que la sa
turacion del cloro por la cal es incompleta, ó de que siendolo
la estincion de la cal en el agua , se encuentran a)gunas porcio
nes de ella que no habiendo sido penetradas por el líquido han
quedado en estado seco ó casi seco , y no han podido por esta
razon entrar en combinacion con el cloro ; y en efecto , si se
llenan las dos condiciones de que se ha hablado, se obtiene
un cloruro de cal seco que se disuelve enteramente en el agua,
á escepcion de un pequeno residuo formado por algunas mate
rias estrañas contenidas en la cal.
Se logrará una saturacion completa de la cal por el cloro
siguiendo las proporciones que hemos indicado mas arriba para
preparar el cloruro de cal , y se conocerá , por otra parte , que
la cal se halla convenientemente hidratada si se emplea el pro
ceder que ha hecho conocer Berzelius. Segun este ilustre quími
co, el verdadero hidrato de cal está formado de calseca, roo
Agua 34, 8,
y no puede obtenerse sino añadiendo á la cal apagada primera
mente por los medios ordinarios , un esceso de agua , que se
reduce en seguida á la cantidad precisa que la cal es suscepti
ble de absorver , esponiendo esta á una temperatura algo mas
elevada que la del agua hirviendo.
El cloruro de cal seco , segun los esperimentos de Grouvelle,
Thompson , y otros químicos , parece estar compuesto de partes
iguales , á corta diferencia , de hidrato de cal y de cloro.
En cuanto al modo de emplear el cloruro de cal seco para
blanquear el algodon hilado ó tejido bastará decir que debe di
solverse en el agua en razon de cen a cuatro onzas por azumbre
de agua , separar el líquido claro del poso que se forma en el
fondo del vaso , y pasar en seguida por él los hilados ó tejidos
de algodon del mismo modo que por la disolucion de clero.
Se ve claramente lo que debería practicarse si el cloruro hu
biese sido obtenido en estado líquido.
Se logra el cloruro de magnesia por uno y otro de los dos
- procederes que sirven para fabricar el cloruro de cal.
El cloruro de magnesia casi no se emplea sino en la fabri
cacion de las telas pintadas para obtener blancos sobre fondos
(«O
teñido» con rubia , á otros : hay ciertos colores sobre los que
«ste cloruro no ejerce accion alguna.
Puede tambien combinarse el cloro con la potasa ó con la
sosa de modo que no se formen con estos cuerpos , sino clo
ruros; á cuyo efecto se debe dilatar en mucha agua la disolu
cion de estos ócsidos , pues que , sin esta precaucion , se obterif
drian solo cloratos é hidrocloratos de estas bases. La esperiencia
acredita , en efecto , que si las disoluciones no contienen un gran
volumen de agua, al pasar el cloro por ellas produce la des
composicion de este líquido en sus principios constituyentes. El
ocsígeno se apodera de una porcion del cloro suficiente para for
mar con él ácido dórico , y el hidrógeno . combinándose con k
otra porcion de cloro lo cambia en ácido hidroclórico. Estos
dos ácidos , uniéndose cada uno por su parte con la potasa , for
man , el uno clorato, y el otro hidroclorato de potasa, sales que
no tienen la propiedad de destruir los colores y que no pue
den , por consiguiente , servir para el blanqueo.
Para preparar en grande el cloruro de potasa, podrá seguirse
el proceder que sigue :
En medio azumbre de agua en que se harán disolver cua
tro onzas de mb-carbonato de potasa , se recibirá toda la can
tidad ,de cloro que pueden suministrar :
Ocsido negro de manganeso. ....... i onza
Sal marina 3
Acido sulfúrico debilitado 2 .
El ácido debe ser dilatado en su volumen de agua de llu
via , de rio , ó de fuente.
Este cloruro de potasa , que solo puede obtenerse en estado
líquido , es conocido en las artes bajo el nombre de agua ó lejía
de Javela , porque fué preparado este líquido por primera vez
en la fa-brica de Javela cerca de París. Seríala seis ó siete grados
en el areómetro y tiene algunos usos de que hablaremos en su
debido lugar.
El cloruro de sosa se prepara del mismo modo que el de
potasa y podría servir para los mismos usos.
Terminaremos este capítulo por algunas observaciones que
ayudarán á hacer comprender mejor la teoria del blanqueo.
El cloro no limita, su accion á cambiar la naturaleza de la
materia colorante apoderándose de su hidrógeno; se combina tam
bien con ella , y los alcalis sirven no solamente para disolver la
porcion de materia colorante que ha recibido la accion del cloro,
sino tambien para quitar el cloro que se ha fijado.
La luz predispone la materia colorante á combinarse con el
( Í22 )
ocsígeno , y 66 favorece particularmente esta combinacion man
teniendo la tela siempre húmeda. Tal vez la luz obra aqui del
mismo modo modo que lo haría una temperatura elevada.
Se cree generalmente que la materia colorante , se transfor
ma en un verdadero ácido , y que los alcalis son necesarios espe
cialmente para separar este ácido.
La utilidad de los baños ácidos empleados en el blanqueo
consiste en que quitan el carbonato calcareo producido por la
reaccion del alcali sobre las sales de base de cal contenidas en
el agua , y que se fijan sobre los filamentos de los hilados ó de
los tejidos; sirven ademas, i? para separar la porcion de alcali
introducido en el tejido ; 2? para disolver ciertos dcsidos metá
licos , y especialmente el de hierro , que forman parte de la
materia vegetal y que la ensucian.
Una tela cruda dejada en este estado á la humedad , se al
tera con bastante prontitud sino se ha sometido antes á la ac
cion del alcali ; por esta operacion , pues , adquiere la propie
dad de durar mucho tiempo mas.
No puede establecerse ecsactamente el número y duracion
de las operaciones; pues que deberá esta, variar segun la fuerza
de la tela, y la temperatura y estado de la atmósfera o de la
estacion. La observacion y esperiencia enseñarán á cualquiera las
modificaciones que convenga hacer sobre el particular.
Los baños acidulados que terminan el blanqueo, se prepa
ran en, las proporciones siguientes :
Acido sulfúrico concentrado i onza
Agua tibia i6 libras
("3)

SEGUNDA PARTE.

DE LAS OPERACIONES DE LA TINTURA.

— zi(~ m i •
l

Tratarémos primeramente de los colores simples , y luego des


pues de los compuestos. Los colores simples son el azul, el en
carnado , el amarillo , el leonado y el negro.
Se llaman colores compuestos los que resultan de la mezcla
de dos ó mas colores simples entre sí.

SECCION PRIMERA.

De los colores simples.

Capítulo primero. —Del azul.

Se tiríen los tejidos de azul por medio del indigo (i), del azul
de Prusia y del palo de Campeche , pero solo el indigo , entre
estas tres sustancias , puede facilitar azules solidos.

Artículo primero— Del indigo.

E! indigo solamente se ha encontrado hasta ahora en algu


nas especies del género indigofera, en el isatis tintaria, (pastel
ó glasto) y en algunas especies del género Nerium (adelfa ó
baladre)»
Es sumamente sencillo el proceder que se emplea para es
traer la materia colorante de las- plantas indigtíferas.

(i) Se usará desde aqui la palabra indigo siempre que se


trate de espresar la materia colorante que se estrae del anil., y
se empleará la voz añil cuando se refiera á la planta que faci
lita dicha, materia. — Nota del traductor,- , , ¡
19
El aparato necesario para esta operacion consiste en tres cu
bas colocadas de modo qne cada cuba inferior pueda recibir co
modamente el líquido que caiga de la superior.
Despues de haber segado la pJanta se ponen las hojas por
capas ó por hacecillos en la cuba superior llamada pudridero ó
primer pilon la cual tiene una espita cerca del fondo. Se llena
hasta sus tres cuartas partes , se cubren las hojas del añil con
tablas que se cargan de piedras , y se echa agua por encima
hasta que llegue á la altura de cuatro ó cinco pulgadas sobre
la superficie de las hojas. Algunos añileros cierran la cuba su
perior con una cobertera bien sugetada. Arreglado todo de este
modo no tarda á manifestarse la fermentacion por el despren
dimiento del gas ácido carbónico , y del gas hidrógeno. La fer
mentacion es algunas veces tan violenta que levanta y aun llega
á romper la cobertera.
Se conoce que- la fermentacion se halla bastante adelantada
cuando el lí juido que gotea por una abertura heclia á proposito,
y que -se tiene cuidado de no cerrar ecsactamente con su tapon,
pasa del verde al rojo de cobre , lo que suceda ordinariamente
al cabo de diez horas ó algo mas tarde. Si se prolongase la fer
mentacion mas allá del término que se acaba de indicar, seria
infaliblemente destruido el color, y, por consiguiente, saldria
mal la operacion.
Si el líquido que cuela tuviese un olor ácido seria menes
ter hacerle pasar luego , por medio de la espita de la cuba
superior, á la cuba inferior llamada batidero, bateria ó segundo
pilon , y añadirle una cantidad de agua suficiente para absorver
el ácido formado.
Despues de haber hecho pasar al batiderp el liquido verde
del primer pilon se agita fuertemente por medio de largos tra
vesanos fijados en un arbol vertical que tiene en tu parte supe
rior una linterna ó rueda que encaja en otra rueda á la que
da movimiento un caballo.
Este movimiento sirve para evitar la fermentacion putrida y
para facilitar la combinacion de la materia colorante con el oc-
.sigeno. Esta materia se precipita en copos purpúreos al princi
pio ligeros , pero que se condensan en seguida mas y mas. El
color pdrpura que adquiere la fécula es el indicio mas cierto del
buen eesito de la operacion.
Despues de haber dejado reposar por espacio de dos horas
se pasa ¡el líquido á otra tercera cuba que se llama diablotin,
reposadero., pilon de reposo ó de asiento; se dejan aposar en ella
las partes colorantes y se hace salir despues el liquido que so
(t9$)
brenada por medio de dos espitas ó llaves colocadas una encima
de la otra.
Se deja escurrir el precipitado ó el indigo y se hace secar
i la sombra.
Tratando el pastel 6 el glasto por un proceder análogo pue
de obtenerse un indigo de muy buena calidad (i). Mi res-
petable amigo Mr. Benjamin Pavie tintorero muy hábil de Ruan
lo ha fabricado de tan superior calidad que en nada cede al
mas hermoso indigo del comercio (2).
Es bastante probable que seria menester obrar casi del mis
mo modo para estraer el indigo del Nerium tinctorium : el
indigo obtenido por estos procederes es el que se vende en el
comercio.
Se fabrica el indigo en la China , en el Japon , en las Indias,
en Egipto , y en algunas islas. La abundancia y riqueza de su
Color dependen del esmero con que se ha hecho su preparac ion,
por cuya razon nos presenta el comercio diferentes especies de
indigo, del que harémos conocer aquí las principales.
£1 mejor indigtf es el goatemala que no» viene de la Nueva
Esparta y cuya primera calidad es conocida con el nombre de
índigo flor; es de un azul vivo, no tiene corteza, presenta en
su superficie el mismo color que en su interior; se halla en pe
queños fracmentos y es específicamente mas ligero que el agua. Se
distinguen en el comercio otras dos calidades de indigo goate
mala , algo inferiores á la precedente ; á saber : el sobresaliente
y el corte.
Despues del goatemala viene el índigo de Santo Domingo
del que hay dos clases principales : el azul y el de color de
cobre.
El primero de estos se diferencia del indigo flor en que su
azul es menos perfecto, pues tira un poco á moreno d castaño;
Su piedra es mas gruesa, y se halla cubierta de una corteza de
.un azul mas pizarreño que el interior; su testura es algo mas
compacta , pero es no obstante específicamente mas ligero que
el de agua.
El indigo color de cobre se llama asi porque presenta cuan-

(i) Véase el tratado de Mr. Puymaurin sobre la fabricacion


dií indigo estraido del pastel , y la Memoria de Mr. Pavie,
( Mémoires de V Academie royale de Rouen , année i 8 i r . )
(2) £/ índigo fué fruido rfe la India a la Europa á me
diados dél siglo XFí.
(.,6)
do se rompe e] color del cobre de roseta; su corteza es de un
azul aun mas pizarreño que el precedente ; es mas compacto , y
6u gravedad específica es mayor que la del agua.
Entre el azul y el de color de cobre se fabrican en Santo
Domingo dos especies de indigo que participan mas ó ménos
de las calidades de estas dos clases principales : tales son el
violeta y el columbino ó atornasolado ; ambos son superiores
en calidad al de color de cobre. El violeta es un poco mas
duro que el azul. El columbino ofrece, al romperlo, una mez
cla de muchos colores; su matiz es de color violeta purpureo.
En fin , el indigo pizarreno y el picado de blanco , son consi
derados , en la misma isla ,. como -las calidades mas inferiores.
En la tercera clase de indigo se- coloca el de la Carolina,
que es de un azul muy pizarreño tanto en su interior como
en su esterior. * .. - ,-.:
Las dos Indias y el Africa , producen otras especies de in
digo , que llevan los nombres de los lugares en que han sido fa
bricados : tales son el de Java , el de la Jamayca , el de Benga
la, el de Guadalupe, etc. (i).
Las hermosas especies de indigo de España son las tfnicas
que pueden dar azules vivos y claros. Se reservan los de otros
países, y especialmente los de Santo Domingo para los azules
subidos que deben quedar de este color. , ,
Se falsifica muchas veces el indigo mezclándole arcilla , cal,
pizarra bien molida, etc. Se conoce facilmente esta alteracion so
metiendo el indigo á la accion del fuego en una pala de hierro
calentada hasta una temperatura inferior al calor rojo; las sus
tancias terreas quedan en la pala , mientras que el mejor in
digo solo deja por residuo carbon que se reduce ultimamente á
ceniza.
Se incorporan tambien algunas veces con el indigo materias
combustibles tales como el hollin , betunes , etc. El olor y el
humo que estas materias ecsalan cuando queman , descubren in-
anediatamente su presencia.
Hay otros fraudes muy comunes , pero que se descubren
fácilmente rompiendo los pedazos de indigo ; en cuyos casos el
interior no corresponde al esterior seductivo que el artificio le
ha sabido dar. ....
M. Chevreul que ha analizado diferentes clases de indigos
del comercio ha encontrado que el indigo flor , á pesar de ser

(i) Véase el Nouveau Dictionnaire d" Histoire naturelle.


(i2?)
el mas rico de todos , solo contenia cuarenta y cinco por oicnt»
de materia colorante azul pura.
Esta materia colorante á la que ha dado el nombre de indi
gotina, posee las propiedades siguientes : , ...
Es sólida, de un color de pdrpura , sin sabor, sin olor,
y susceptible de cristaliíar en agujas ; cristalizada de este modo,
presenta el aspecto metálico.
Calentada en vasos cerrados se divide en dos partes ; la una
se volatiliza en vapores purpureos que se condensan en el cue
llo de la retorta, y la otra se descompone y da mucho amo
níaco. ,
Si se calienta al contacto del ayre á una temperatura que
no llegue á la del calor rojo, se volatiliza mucho mas que en
el caso precedente; pero si el calor es rojo absorve rapidamen
te el ocsígeno de la atmósfera con desprendimiento de calórico
y de luz; se descompone y deja un carbon voluminoso.
El ayre no la altera; es insoluble en el agua; se disuelve
sensiblemente en el alcool hirviendo y le hace tomar un color
azul; pero se precipita en gran parte á medida que el liquido
*e va enfriando.
Reducida á polvo y puesta en contacto con nueve ó diez
partes de ácido sulfúrico concentrado , se disuelve , especialmen
te á un calor suave ; pero parece que en esta operacion, espe-
ri menta alguna alteracion , pues pierde la propiedad de volatili
zarse , y se puede disolver en ciertas sustancias que no tenían
antes accion sobre ella.
El ácido nítrico , aun dilatado en agua , la descompone y la
transforma en materia resinosa , y en dos sustancias ; una amar
ga, y otra detonante.
El ácido hidroclórico no obra sobre ella á la temperatura
ordinaria pero mediante el calor le comunica un color amarillen
to , debido á una pequeña porcion de indigotina que se ha des
compuesto.
Los alcalis obran sobre ella casi del mismo modo que el áci
do hidrocldrico.
El cloro la hace amarillear en poco tiempo.
Muchas sustancias ávidas de ocsigeno , como el sulfato de
protdcsido de hierro , una mezcla de potasa y de protdcsido de
estaño, 6 de potasa y de sulfato de arsénico, etc., la despo
nen en frio y en caliente , se apoderan de una porcion de su
ocsígeno, y la transforman en indigo muy amarillo, que se po
dría llamar indigotina al minimum de ocsigenacion. Esta varie
dad de indigotina es soluble en el agua , y sobre todo con- el
(i28) , . ^
tusílio de los alcalis : si se espone al ayre absorve ocsígeno y
para al estado de indigotina azul , insoluble en el agua aun
cuando está contenga una pequeña porcion de algun alcali.
Haremos luego uso de esjos principios para espHcar lo que .
stíeede en el modo de tenir de azul ion el indigo.
Se obtiene facilmente la indigotina por el proceder siguien
te. Mézclense bien cinco decigramos (diez granos) de añil en
un pequeño crisol de plata ; tápese bien con su cobertera , y
coloquese sobre carbon hecho ascuas. La indigotina se sublima
rá y adherirá en forma de cristales como agujas , á la parte
media del crisol.
El indigo propiamente dicho raras veces se emplea solo : se
le asocia casi siempre el pastel ó glasto.

articulo II. — Del pastel.

El pastel es "una planta que se cultiva en grande en el Len-


guadoc , en Provenza, en la Turingia y en la Calabria. Se ha
cen ordinariamente cuatro cosechas al año ; y , si fes posible,
en tiempo seco. Luego despues se llevan las hojas al molino,
para reducirlas á pasta , procurando que esten antes un poco
mustias. Se coloca esta pasta en pilas y se comprime y une
bien con pies y manos. Se forma en su superficie una costra
negruzca que se entreabre muchas veces. Se liga de nuevo la
pasta y se vuelve á unir con cuidado.
Despues de diez á quince dias de fermentacion , se abre la
pila , se amasa eh pastel entre las manos, y por medio de moldes
de madera se forman cocas ó bollos ó especies de pelotas pro
longadas por los dos estrenios opuestos; cuando están bien se
cos, se embalan. Antes de emplearlos se dejan en agua por es
pacio de algun tiempo.
En lugar de servirse del pastel fermentado de este modo,
es mucho mas ventajoso usarlo en estado de simple desecacion
.Segun está probado por los esperimentos de M. Pavie , y por
los de algunos tintoreros del mediodía de la Francia. Las tinas
montadas con el pastel sin fermentar son mas fáciles de gober
nar y están mános espuestas á los accidentes de que hablare
mos mas adelante.

articulo III. -- Bel vovedo.

_ El vovedo ej una especie de pastel qne se cultiva especial


mente «n la Baja-Normandia. Se le feaeia antes esperimentár
( Iz9)
fermentacion como al pastel; pero las razones que hemos dado
mas arriba han hecho abandonar este uso. Solo se hace ahora
secar , y se conserva en parages que no sean húmedos.
Ei pastel ó el vovedo dan sin el indigo- un color azul sin
brillo pero sólido ; ambos suministran mucha menos materia co
lorante que el indigo.

articulo IV. — Del modo de preparar las tinas para teñir


de azul sólido.

Se tifie de azul sólido por medio de tres especies de tinas , i


saber : por la de pastel ó de vovedo , por la de la India , y por
la de vitriolo llamada tambien tina en frio.

§. primero. — Tina por el glasto ó pastel , ó por el vovedo.

Para preparar este tina se pone á calentar agua en una cal


dera de veinte moyos de capacidad , y luego que hierve ó va
i hervir, se trasiega á otra tina de cerca cuarenta moyos. En
algunos obradores está compuesta esta tina de fuertes duelas de
encina muy buena sujetadas por cercos de hierro. Se hunde en
tierra hasta la altura de barandilla ; se cubre bien su fondo de
cal y cimento y se coloca en un lugar construido de modo que
pueda conservar por largo tiempo el calor.
En otros talleres se prefiere en el dia , con razon , una tina
de cobre qae se mete en tierra y se coloca en el mismo lugar
que la precedente, pero de modo que solo se halle hundida de
dos pies empezando por su fondo. Se construye en esta altura,
un hornillo sin reja destinado á calentar todo el rededor de
la caldera , á fin de mantener constantemente el baño á un
calor de 30o á 35? A este efecto, se deja entre las paredes
de la caldera y la mamposteria que la sostiene por su borde,
un espacio de cuatro pulgadas que comunica con una chimenea
colocada en la parte opuesta del hornillo , procurando reservar
en tres puntos de , la mamposteria algunas aberturas para po
der quitar facilmente la ceniza y el hollín que se depositan á
lo largo del espacio de que se ha hablado, y cuya acumula
cion impediría que la chimenea tirase bien.
Estas últimas calderas presentan grandes ventajas sobre las
primeras; permiten mantener .facilmente el baño á la temperatura
conveniente, y dispensan por consiguiente del engorro de la es
tufilla , garantizando al mismo tiempo de los inconvenientes de
esta operacion, en k que una cantidad notable de Índigo des
( '3° )
¿csigenado vuelve á tomar en la atmósfera el ocsígeno que de
be perder para poder disolverse en los alcalis y ter aplicado i
los tejidos.
Mientras pasa el agua dentro la tina se echan en esta unas
150 libras de bollos de pastel, reblandecidos de antemano en
el agua y bien desechos , y se añaden i 2 libras de indigo mo
lido en un molino 6 pila con la menor cantidad de agua posi
ble, de modo que tenga la consistencia de puches espesos.
Durante la maniobra precedente se palea la tina á fin de
mezclar bien las materias.
Luego que la tina está llena se echan poco i poco en su
superficie 6 libras de rubia de Provenza de buena calidad , 4
libras de cal apagada , y cerca 3 celemines ó una cuartilla de
salvado ; se cubre en seguida con su tapadera, sobre la que se
entienden mantas espesas , y se deja reposar por 6 horas.
Se palea de nuevo la tina de tres en tres horas por el es
pacio de media hora en cada vez, hasta que se adviertan ve
nas azules en su superficie.
Se palea aun dos veces mas en el espacio de 6 horas y al
fin del último paleje se echa poco á poco en su superficie me
dia libra de cal , á corta diferencia. Despues de haber paleado
la tina se cubre del modo que queda dicho.
Al cabo de tres horas se vuelve á palejar sin añadir la cal
i no ser que la ferme itacion que se manifiesta por un ruido
sordo y ligero se adelante demasiado; lo que se conoce por el
pie que sube á la superficie. Guando sucede esto se le agrega,
al concluir el, paleje, una libra y media de cal, poco mas 6
ménos, y se cubre la tina.
En esta ¿poca el baño debe presentar un color amarillo de oro.
Cuando se agita la tina con el tiraz , el pie ó la pasta que se
coje con la paleta del instrumento , no debe ser ni áspera , ni
grasa al tacto ; su color , que es verdoso , debe oscurecerse al
ayre ; las burbujas que se reunen en la superficie deben tardar al
gun tiempo á romperse. El olor de la tina ni debe ser demasiado
suave , ni muy picante. Este último señal indicaría que hay
demasiada cantidad de cal. No debe , pues , ponerse esta sino
con mucho tino y prudencia.
Se conoce tambien que la tina se halla en buen estado , cuan
do se ven aparecer en su superficie venas azules, una espuma
ligera de un hermoso azul que se llama película ó tela de los
barios, o florada , y ademas manchas de. color de cobre.
Se palea entonces la tina de tres en tres horas hasta que
una muestra , dos horas despues del paleje , presente al salir
de la tina un hermoso verde , y lo earabia prontamente por el
contacto del ayre , en azul. , ,
Se palea entonces la tina por ültima vez, y tre» horas des
pues se halla ya en estado de teñir; haciendo su abertura del
modo que diremos luego. - -¡ .
; El método que acabamos de esponer para arreglar la tina
con el pastel ó glasto , ó con el vovedo , no es el que siguen
ordinariamente los tintoreros. . . - ;
Segun este último método despues de haber llenado la cal
dera de agua , se echan en ella 6 libras de rubia y cerca 3
celemines de salvado y se calienta hasta la ebullicion, que se
mantiene por media hora. i . -... ¡
Se trasiega el baño á la tina; se añaden las cocas de pas
tel reblandecidas de antemano y bien desechas, y cuando se
ha empleado ya todo el pastel se cubre la tina y se deja re^-
posar por 6 horas. . .
Se palea en seguida de tres en tres horas por media hora
cada vez, hasta que se presenten unas venas azules en la sur
perficie del baño. Se añaden entonces 4 libras de cal , é inme
diatamente despues i 2 libras de indigo molido en un molino,,
procurando palear durante esta operacion ; se tapa la tina y se
deja reposar.
Se palea de nuevo dos veces en el espacio de 6 horas ; un
poco antes de terminar el segundo paleje , se añade media libra
de cal, y despues de haber paleado se tapa la tina. .. i-..-.
Se palea tambien tres horas despues , pero sin agregar cal,
á no ser que la fermentacion se adelante demasiado, en cuyo
caso se añadiría una libra ó libra y media de cal , segun lo ec-
sijiese el grado de fermentacion , y se concluiría la operacion del
modo indicado.
Creemos con M. Pavíe , que se ha servido comunicarnos el
primer método , que hay ventaja en no hacer hervir el salvado
y la rubia porque uno y otro de estos agentes deben esperi-
mentar á este grado de temperatura un principio de descompo
sicion que perjudica á los efectos que deben producir ulterior
mente. La esperiencia prueba por otra parte que administrándo
los, segun hemos prescrito, aparece bien la tina con mayor se
guridad y prontitud. ¡
Es indtil decir que en un grande obrador no puede prescin-
dirse de tener cinco ó seis tinas mas ó menos cargadas de in
digo ya sea para obtener azules mas ó méuos subidos, ya para
aumentar los matices , pasando de la tina mas débil á la mas
cargada.
(*32)
Es fácil establecer la teoría de la tina preparada con el pas
tel ó coa el vovedo. El indigo que en su estado natural, y que
mientras conserva todo el ocsígeno á quien debe su color es in
soluole en el agua y en los alcalis , es desocsigenado aquí por
la accion simultanea del pastel , de la rubia y del salvado que
han fermentado en la tina , y que se han apoderado de una
parte de su ocsígeno. El indigo desocsigenado de este modo to
ma un color amarillo verdoso , y como se ha vnelto soluble en
los dcsidos alcalinos, es mantenido por consiguiente en disolu
cion por la cal que entra en la composicion de la tina. Esta
solucion es verde y los tejidos que se sumerjen en ella salen
del mismo color; pero luego que se hallan espuestos al ayre, el
indigo de que se hallan impregnados recobra en la atmósfera el
ocsígeno que le habia sido quitado y vuelve á pasar al color
azul. - >• - •
Es un error el creer que la rubia , á mas del efecto que le
hemos atribuido mas arriba, haga volver al tejido susceptible de
recibir un azul mas intenso , con una cantidad menor de indigo;
pues que la fermentacion que ha sufrido la rubia, y la pérdida que
ha hecho- de una parte de su hidrógeno , que se ha eombinado
con el ocsígeno del indigo para formar agua , deben alterar ne
cesariamente su parte colorante.
La tina de vovedo fermentado se arregla absolutamente del
mismo modo que la tina de pastel que tambien ha fermentado;
pero ambas tinas se gobiernan con mucha mas facilidad cuando
se hace uso de pastel ó de vovedo simplemente setos. El grado
mas ó irnínos considerable de fermentacion que se hace esperi-
mentar de antemano á estas dos plantas y que es imposible co
nocer ecsactamente , ocasiona en la marcha de las tinas ciertas
irregularidades que confunden algunas veces .al oficial mas hábil
y esperimentado.
Ciento veinte libras de pastel ó de vovedo seco bastan para
preparar una tina de cuarenta moyos de capacidad.
El buen écsito de la operacion depende principalmente de
la cantidad de cal empleada para preparar la tina. Asi es que
si se emplea demasiada cal se perjudica al movimiento de fer
mentacion que debe originarse; y si - se emplea poca da lugar
á que se eleve hasta tal grado la fermentacion que produzca la
putrefaccion de la pasta y por consiguiente de la tina.
55 Por desgracia , dice M. Pa^ie, ( Memorias de la Academia
real de lluan, año i8ir, pagina 72), no puede determinarse
la cantidad de cal que debe emplearse en razon, de la de indigo
ni de la de pastel d de vovedo. Esta cantidad está sujeta al gra-
•-1

1
do de fermentacion que le origin» naturalmente en la tina, y
depende, por consiguiente, de la cantidad y calidad de las ma
terias que la producen , del Citado de la atmósfera , del mayor
Ó menor calor del baño , del enfriamiento mas ó m¿nos grande
y pronto, y de la cantidad y calidad de los tejidos que se
tiilen. "i . .
» Casi todos los tintoreros acostumbran considerar el sentido
del olfato como el único medio que puede guiarles para cono
cer si se debe ó no añadir cal : pero , ¿ se ignora acaso que la
sensibilidad de este órgano varia segun los individuos, y que,
por otra parte , la menor indisposicion de que estuviese afec
tado podría ocasionar . errores muy crasos , y esponer al tintorero
á grandes perdidas? .. ..
»Creo deber comunicar algunas observaciones que tengo be-
chas y por medio de las cuales será fácil conocer el verdadero
estado de la tina , y, por consiguiente , de que modo se le debe
administrar la cal.
» Cuando en los primeros dias de calentar una tina se pre
senta de un color de oliva amarillento con venas azules muy mul
tiplicadas y prolongadas, adheridas entre sí, y cubiertas de una
película rojiza de color de tornasol , y se observa ademas que
soplando en el baño se dividen las venas rompiéndose en el
mismo punto en que se sopla; que se reunen con la misma ra
pidez con que se separan; que forman en el parage de su reu
nion un punto azul en forma de nudo ; que la florada esta bien
reunida y ofrece un color azul cobrizo muy vivo ; que imita
el aspecto de muchos racimos amontonados ; que burbujeando
el baño con un palito , las ampollas que se forman en su su
perficie permanecen algunos minutos sin romperss ; que puesta
una gota de líquido del baño sobre el dorso de la mano se pre
senta al instante de un color verde muy vivo , que pasa prime
ramente á verde muy subido y despues á azul negruzco que
dando impreso un matiz azul en la epidermis; que el pié, de
color de oliva amarillento se vuelve verde azulado si se espoae
al ayre ; todos estos indicios son señales ciertos de que la tina
se halla en el mejor astado posible , y es menester entonces go
bernarla con mucha moderacion.
r> Si , al contrario, no se observa la película rojiza atornaso
lada; si las venas son mas abundantes y anchas en ciertos pun
tos que en otros ; si soplando encima se reunen con mucha len
titud, ó no se reunen; si la florada esta mas ó menos desparra
mada y baja; si burbujeando el baño con un palito se rompen
coa mucha rapidez las ampollas que se forman; si, puesta una
(»34)
gota de baño sobre el dorso de la ruano , aparece de un verde
oliva amarillento , que pasa primeramente á verde botella y des
pues á azul; si se imprime este color ligeramente sobre la epi
dermis; si espuesto el pié al ayre toma un color verde botella:
todos estos caracteres son otras tantas pruebas de que la tina
tiene un sabor muy dulce y de que debe darsele gobierno , es
decir , !cal.
» El observador podrá notar un fenómeno singular cuando ad
ministre la cal á las tinas de que se acaba de hablar. En el
primer caso, en el que se ha considerado. la tina en buen esta
do , permanecerá la cal por algunos instantes en la superficie del
baño como si la tina reusase recibirla ; en el segundo caso se
apoderará la tina de la cal con una rapidéz aúmirable , de ma
nera que la primera y segunda porciones de cal desaparecerán
al momento.
» Se conocerá , al palear una tina á la que se dé cal , si se
halla suficientemente provista , por una película gaseosa de color
gris que nada, como un cuerpo graso, en la superficie del bañe,
á pesar del movimiento que se ocasiona cuando se palea. Es me
nester en este caso suspender todo gobierno continuando esta
suspension si se observa lo mismo al volver á palear la tina;
pues que , sin esta precaucion , se pondría en estado de no po
der trabajar impidiendo que se efectuase la fermentacion. Se co
noce este mismo estado de la tina por el olfato, cuando el olor
amoniacal de que se ha hablado precedentemente , se deja perci
bir en la garganta." . . ,
Como seria en vano , el que se supiese arreglar ó preparar la
tina ignorando el modo de gobernarla y de mantenerla siem
pre en estado de teñir , hemos creido deber, señalar . las ' reglas
que será del caso observar relativamente á este objeto.>
Cuando se está seguro de que se halla la tina en buen es
tado, se introduce en ella una especie de red formada de cuer
das y puesta sobre un cerco de hierro , que se llama en Fran
cia champagne , á fin de evitar que toquen los tejidos el depó
sito que se forma en el fondo llamado suelos, asientos, pie, pas
ta, etc., lo que enturbiaría el baño. . >, .
Se destapa la tina y se meten en ella de 42 á 43 varas de
paño ó el equivalente de su peso de lana desgrasada , y se pa
sa siempre cubierta de baño d entre dos aguas por el espacio
de media hora ó un poco mas. Se tuerce el paño por medio de
un torno que ha servido para sumerjir la lana , en el baño. Si el
paño ó la lana , despues de haber perdido en contacto del ayre
su color verde, no tuviesen un matiz bastante fuerte, se le
('35)
daría una ó dos vueltas en el baño de la tina , segun la inten
sidad de azul que se desease.
Se lavan , en seguida , bien en el rio y se hacen pasar los
. tejidos por el batan con un poco de jabon , que no altera el
color azul. Algunos tintoreros los pasan ademas por una solucion
caliente de alumbre. ... . > ,
Despues de esta primera abertura de la tina , se palea y se
gobierna con cal , si se ve que tiene necesidad de ella por los
caracteres indicados mas arriba. En general , se le debe aúminis
trar , al anochecer , una libra de cal , empezando desde el dia
en que se halla la tina en estado de servir. . . t ...
Si está la tina en buen estado se pueden pasar en ella tres
ó cuatro partidas de paño , tí de lana en rama como la que se
ha pasado en la primera abertura , en el primer dia , y dos d
tres al dia siguiente.
Si se halla la tina en el tercer dia notablemente disminuida
se le añade agua caliente hasta que llegue á cuatro pulgadas cer
ca del borde.
En los últimos días de la semana se hacen los azules mas
bajos , y el sábado por la noche , despues de haber paleado la
tina , se gobierna un poco mas de lo ordinario á fin de que pue
da conservarse hasta el lunes , dia en que es indispensable ca
lentarla. ', . ' . . / , ,: . ,
El calentamiento dela tina, se ejecuta trasegando cerca los
dos tercios del baño de la tina á una caldera , y haciéndolo ca
lentar á la temperatura de 75 grados del termómetro de Réau-
mur. Cuando ha recibido el baño el calor que necesita se vuel
ve á pasar á la tina , y á medida que se va .echando en ella se
palea removiendo tambien los suelos d la pasta y se le añaden
al mismo tiempo de dos á tres libras de indigo y de cuando
en cuando un poco de pastel , de salvado , y de .granza , y se
tapa despues de haberla llenado hasta cuatro pulgadas cerca de
iu borde. Al cabo de tres horas se mete y se deja en ella por
una hora una muestra; y si pierde esta perfectamente al ayre el
color verde se teñirá del modo arriba dicho.,; despues de haber
paleado y dejado reposar la tina por dos 6 tres> horas.
Esta tina calentada> se gobierna como la primera vez y pue
de durar mucho tiempo, es decir. , muchos años, cuando se ha
lla bien manejada. Solo es menester quitar , cuando la necesidad
lo ecsija , algunas pulgadas de los suelos d pasta á fin de evitar
que suba demasiado.> ¡ ; ,., ,
Cuando la tina no trabaja, es. preciso palearla A lo, ¡menos
dos veces por semana y gobernarla añadiendo la cal de modo
que pueda siempre mantenerse en buen estado.
(136)
Sise adopta el uso de las tinas de cobre se ahorrará la ma
niobra del calentamiento; maniobra que no solamente es dispen
diosa y engorrosa , sino que tambien daila mucho al baño , por
que hallándose espuesto este al ayre vuelve á apoderarse en su
contacto del ocsígeno ' que las materias desocsigerantes le habían
quitado , y cesando en este estado de sur soluble se precipita
al fondo de la tina. , ¡
La administracion de las tinas de pastel ó de vovedo ecsije
cuidados tan repetidos y delicados , que la menor negligencia bas
ta para esponerlas á accidentes que debe conocer bien el tintore
ro para poderlos remediar. " ' '
Las tinas pueden sufrir tres alteraciones diferentes: pueden
ser i? tiesas, empedernidas, fuertes ó cargadas; a? descompuestas;
3? pueden ser atacadas del verde mudado ó alterado.
Habiendo tratado M. Pavie, en la Memoria que hemos ci
tado mas atrás de estas tres alteraciones creemos será lo mejor
trasladar aqui lo que él nos dice acerca de esto.

Tinas empedernidas. ' ' '. ',

r> Se conoce que una tina se halla empedernida cuando al día


despues de haberla calentado, se presentan el baño y la pasta
de color de oliva oscuro , las venas de la superficie del baño son
muy delgadas aunque la florada sea abundante , las burbujas que
aparecen en la superficie, agitando la tina con el meneador , per
manecen mucho tiempo sin romperse, el olor es acre, y parece el
baflo ligeramente áspero al tacto. Una tina que reuna estos ca
racteres está ligeramente empedernida , es decir , demasiado go
bernada de cal : es menester pues suprimir esta al palear la tina
y dejarla siete ií ocho horas en réposo y algunas veces mas á
fin de que se restablezca la fermentacion. Si, al contrario, se
palease de tres en tres horas como se practica cuando las ti
nas se hallan en buen estado , podria tardar muchos dias á res
tablecerse ; lo que prueba que las tinas no deben ser paleadas
sino en los casos necesarios.
Pero cuando al dia después del calentamiento , no presenta
el baño ningun matiz de color determinado , y se observa al
mismo tiempo que puesta una gota entre el ójo y. la luz parece
clara como agua ; que la pasta bq varia su color moreno rojizo
esponiendola al contacto del ayre ; que no tiene olor alguno ; que
el baño y la pasta ó los suelos son ásperos al tacto; que las
burbujas que aparecen en la superficie, agitando la tina, son de
un blanco gris y dejan sentir una especie de silbido ; que no
('37)
hay ni venas azules , ni florada , se puede entonces estar cierto
que se halla la tina enteramente empedernida.
Una tina en este estado ha burlado, algunas veces, i tinto
reros que las han tratado como si hubiesen» sido tinas descom
puestas , porque creen que no puede resultar la alteracion sino
de la demasiada cantidad absoluta de cal que se ha administrado
á la tina , siendo asi que una libra de cal es muchas veces una
cantidad relativa considerable. t ;
Se emplean diversos medios para restablecer una tina empe
dernida ; me limitaré á citar uno que me parece merecer la aten
cion y sobre el que me- tomaré la libertad de hacer algunas re-
flecsiones* ; . .. . • . ,:..-.!.. .
Se mete cerca de una fanega de salvado en un saco al que
se ata un peso de doce libras para obligarle i bajar sobre la
pasta ; se deja en la tina de seis á doce horas , regulando el
tiempo segun fuere el estado de la tina. Luego que el saco se
eleva por sí mismo á la superficie del baño á pesar del peso de
doce libras que tiende i retenerlo en el - fondo , el que vigila
este movimiento debe aprovecharlo al instante quitando inmedia
tamente el saco de la tina. Por este medio se pierde mucho ba
ño que está cargado de bastante cantidad de sustancia colorante.
El motivo que determina á seguir esta práctica es el creer que
hallándose el saco en el fondo de la tina ha debido apoderarse
de la sobreabundancia de cal que contenia.
Se apoya esta opinion, en que se observa un licor blanque
cino que se escapa del saco al separarse del baño, y en que ec-
sala un olor fuerte y desagradable. •. .. ...!, - .. •i».. c«t:- .u
Se opina tambien que sino se aprovechase el momento en
que el saco se presenta en la superficie , restituiría , volviendo á
bajar, toda la cal de que, segun se cree, ha debido cargarse.
Estoy muy lejos de asentir á esta opinion. Con el objeto
de darme razon de esta operacion y de ecsaminar sus efectos,
he empedernido enteramente una tina en mi . propia casa, AI
cabo de nueve horas y quince minutos , el saco de salvado su
bid á la superficie del baño, en el que se sostuvo por siete
minutos antes de bajar. Cuarenta y cinco minutos despues se
elevó' de nuevo , pero solo se sostuvo cuatro minutos. Al ba
jar por segunda vez hizo subir á la superficie del baño burbu
jas llenas de ayre que presentaban un color azul celeste bastan
te vivo , lo que anunciaba que habia producido un buen efecto,
y que la tina no solo necesitaba ser paleada 6ino tambien go
bernada ; sin embargo nada de esto hice , pues para instruirse
es menester algunas veces hacer sacrificios. Eran entonces las on
(133)
ce de la noche; deje el saco en la tina hasta lar cinco de la
mañana del dia despues , y lo encontré en la superficie del ba
ño con una cantidad considerable de pasta que habia arrastrado
consigo; si lo hubiese dejado por algunos instantes mas hubie
ra sido la tina completamente descompuesta ó pasada. . \
Es fáiil , atendiendo á este esperimento . apreciar el efecto
que produce el saco de salvado en una tina anteriormente em
pedernida. .-,.!- . . •
El salvado , susceptible de fermentacion , se constituye por
el ausilio del calor un principio de fermentacion para el isatis.
De esta fermentacion combinada , ó tal vez de la del salvado so
lamente , resulta la formacion del ácido acético ó vinagre. La
cal espedente , saturada por este ácido , no se opone ya á la fer
mentacion que se restablece entonces con fuerza , y determina en
la masa de líquido un idovtmiento suficiente para hacer ascender
y sostener el saco por algunos minutos en la superficie.
El olor pdtrido del saco , despues de la fermentacion del sal
vado, es el mismo que el de la agua sura ó grasa de los almi
doneros, y se esplica por los mismos principios.
El grado de fermentacion determinado por el efecto del sal
vado es algunas veces tan violento que sino se moderase por la
accion de la cal , cambiaría muy pronto la fermentacion pútri
da que ocasionaria la pérdida total de la tina.
Los señales para reconocer una tina empedernida mientras
esta trabajando , es decir , despues de algunos dias que ha sido
calentada , no son los mismos que los que se observan en una
tina simplemente empedernida. El baño y el pié se presentan en
formas muy diferentes. En el primer caso el baño y la pasta apa
recen de un color oliva amarillo rojizo ; y en el segundo de un
color oliva verde pardo. Las venas en ambos casos son muy
delgadas , y si se sopla encima para dividirlas no se reunen , ó
á lo menos lo hacen muy lentamente ; colocado el baño entre
el ojo y la luz ofrece solo un matiz muy débil de oliva bajo
y deslucido ; espuesta la pasta al ayre varia muy poco , y tan
to esta como el baño son asperas al tacto, y ademas el olor es
acre : de todo lo que debe deducirse que la fermentacion no tie
ne lugar.
Las circunstancias obligan algunas veces á trabajar en estas
tinas , las que á mas de no dar sino azules empañados y poco
decididos, suelen alterarse aun mas por añadirse al daño de la
tina empedernida la de verde alterado : en cada operacion men
guan hs tinas de tal modo que en menos de veinte y cuatro
horas no producen matiz alguno. . ;
(*39)
Tina pasada ó descompuesta.

»La tina pasada es muy fácil de reconocer por su olor pú


trido despues de algunos dias que se ha calentado. Llega por
grados al estado de descomposicion y solo se advierte esta cuan*
do el baño y la pasta aparecen de color de arcilla rojizo, y es-
puestos al ayre adquieren un verde amarillento. El baño es sua
ve al tacto y la pasta blanda ; las venas son muy anchas y so
plando encima de ellas se dividen y se reunen muy lentamente.
El olor es suave , y es indispensable cuando se manifiestan en
la tina estos caracteres administrarle dos libras de cal.
Si en lugar de recalentarla se hace trabajar , será digno de
admiracion ver que esta tina hallándose alterada, produzca ma
tices mas brillantes é intensos que los que daba antes , aun
que menos sólidos ; lo que me hace presumir que , por una
fermentacion forzada , tendría la tina en suspension mayor can
tidad de indigo.
i Despues de haberla hecho trabajar se hallará muy pronto
descompuesta totalmente y en muy poco tiempo, en putrefac
cion completa , despidiendo un olor fétido muy desagradable ; lo
que ha hecho decir á diversos autores que han tratado de ,esta
materia que era menester apresurarse á echarlas al rio. A la
verdad , ecsaminando con cuidado la pasta y el baño de estas
tinas , cualquiera que sea la cantidad de indigo que contengan,
es imposible descubrir en ellas ni un solo átomo. Si se tratan,
no obstante , del modo que se acaba de decir no se pierde ni
la mas mínima porcion de indigo ; la esperkneia me lo ha acre
ditado constantemente. He sido llamado muchas veces en Lisieux,
en Louviers , y en Ruan , para restablecer tinas pasadas, y siem
pre me ha salido perfectamente bien el método que he indica
do. Se debe , empero , observar una cosa muy esencial relativa
mente á la administracion de la cal cuando hay dicho estado de
descomposicion que consiste en no pasar de un estremo a! otro: la
cal en una tina detiene , es verdad , la fermentacion , pero si se
administra en esceso añade nuevos accidentes á los que ya había.

Feide mudado ó alterado.

»Esta alteracion de las tinas es poco conocida de los tin


toreros pues muchos de ellos solo lijan su atencion en la tina
empedernida y en la pasada , viéndose muy embarazados cuan
do encuentran el verde mudado. ¿Se le dará gobierno ó no? Cual
2i
(Mo)
quiera que sea el partido qne se tome se está espuesto á em
pedernir ó á descomponer la tina.
El verde alterado es producido por muchas causas; i? cuando
se emplea vovedo ó pastel que ha fermentado demasiado durante su
preparacion, o vovedo de segunda corta cojido en fermentacion; 20
cuando se hace trabajar una tina que no se halla aun en esta
do de poder servir, ó bie/i se hace trabajar por mucho tiempo
ó muy repetidamente , aunque esté en buen estado ; 3° cuando
se deja de darle gobierno ó bien se le da con demasiada abun
dancia.
Todos estos medios tienden á turbar el movimiento de fer
mentacion conveniente á estas clases de tinas.
Se conoce este estado de la tina por las señales siguientes:
si se esponen "al ayre el baño y la pasta, que son de color de
oliva muy oscuro , no varían ,de matiz ; no hay , ó hay muy
poca florada ; las venas son casi imperceptibles; no se ofrece sua
vidad ni aspereza al tacto ; no se percibe olor determinado ; las
burbujas de ayre que se levantan cuando se agita la tina son
de color gris , y la ropa que se tifie en ella sale de color azul
gris muy deslucido. Luego que se notan algunas de estas señales
es menester calentar la tina sin darle cal ; se le podrí sola
mente distribuir algunas libras de isatis cojido sin fermentacion,
y se restablecerá completamente esta en menos de doce horas.
Se ve por lo que se acaba de decir, que la menor inter
rupcion en el movimiento de fermentacion, por cualquiera causa
que sea , pone la tina en peligro.
Hay un medio' muy sencillo para precaver todos estos acci
dentes, que consiste en hactr uso de isatis ó vovedo recojido sin
fermentacion.
Una tina preparada de este modo presenta grandes ventajas;
se halla mas pronto en estado de servir; se puede teñir en ella
tanto la lana como la seda , el lino como el algodon , y dura
todo el tiempo que se quiere , al paso que con el pastel fer
mentado solo dura un año ó año y medio á lo mas; al cabo
de cuyo tiempo se ha de echar el baño y la pasta al rio.
Es mas fácil por otra parte moderar la fermentacion que
promoverla."

§. II. — Tina de la India.

Se da este nombre á una tina preparada con el indigo solo


f en la que no entra el vovedo ni el pastel. Se llama tambien
algunas veces tina de potasa, porque se emplea la potasa en
lugar de la cal para disolver el índigo despues de desocsigenado.
Se llena de agua una caldera ordinaria de cuatr» á cinco mo
yos de capacidad ; se echan en ella doce libras de buena potasa
del comercio, cuatro libras de salvado, igual cantidad de rubia
de Provenza , y se calienta por grados el baño hasta que llegue
á 75o de Réaumur.
Teniendo ya el baño esta temperatura se echa junto con el
poso ó suelos en una tina de cobre semejante á la que hemos
descrito al tratar de la tina de pastel, y dispuesta como esta
última de modo que pueda ser calentada ea todo su ruedo. Se
meten inmediatamente en esta tina , que puede contener de. sie
te á odio moyos, diez ó doce libras de índigo muy bien mo
lido; se acaba de llenar la tina con agua caliente hasta que
llegue el baño á seis dedos de su borde ; se palea bien por me
dia hora; se tapa la tina, y se enciende el fuego suficiente para
mantener el baño entre 30 y 35 grados.
Se palea de nuevo doce horas despues, y se continua de es
te modo de doce en doce horas, hasta que lia tina se presente
bien , es decir , que el baño de la tina sea de color amarillo
verdoso y que se formen en su superficie manchas de colar de
cobre , venas azules y una florada de un hermoso azul , lo que
sucede ordinariamente al cabo de cuarenta y ocho horas.
Se introduce entonces en ella la red 6 champagne, como en
la tina de pastel , y se destapa del mismo modo.
Se hace un grao uso de esta tina , en Elbeuf y en Louviers
para teñir los paños.
Cuando se debilita el baño se hace calentar hasta 75 grados
tres libras de potasa , una libra de salvado , y otra de rubia en
seis á ocho cubos de agua ; se echa despues el todo en la tina
y se palea. >
Se añade tambien á la tma de tiempo en tiempo algunas li
bras de indigo para reemplazar el que se ha consumido en el
tinte de las ropas; el salvado y la rubia son las sustancias que
sirven aqui para desocsigenar el índigo y la potasa para disolverle v
en seguida.
Cuando cesa de dar la tina azules vivos es menester vaciarla
enteramente y preparar otra nueva.
La tina de la India es, sin dada, mas cara que la de pas
tel , pues que todo el azul es suministrado por el índigo ; pero
ofrece grandes ventajas sobre esta última: es mucho mas fácil de
dirigir, y no está sugeta á los accidentes que provienen de la
falta 6 del esceso de cal ; siendo la potasa mas soluble que la
eal, se halla el baño mas cargado de color, y los paños con
(i4»)
servan mas suavidad que en la tina preparada con la cal. Fi
nalmente puede emplearse esta tina para teñir de azul sólido
no solo los tejidos de lana, si que tambien la seda , el lino y el
algodon.
Para teñir la seda de azul basta una tina de capacidad de
tres moyos solamente; y en este caso se disminuye cerca de la
mitad de las cantidades de potasa, de rubia, de salvado y de in
digo que hemos prescrito mas arriba.
Cuando la tina de la India destinada para teñir la seda ha
llegado ya i azul , se acostumbra administrarle dos libras de
potasa y cuatro onzas de rubia, se palea y pasadas cuatro lloras
se tiñe. La tina de pastel y las otras clases de tinas no la colo
ran con tanta prontitud.
La unica preparacion que ecsije la seda es la de haber sido
cocida con cerca treinta partes de jabon por ciento de seda j de
hallarse bien limpia y privada del jabon por el agua corriente.
Se sumerje entonces la seda en el baño de la tina por peque
ñas porciones á fin de obtener un color mas unido , y despues
de haberla pasado por el baño un número suficiente de veces se
esprime con fuerza sobre el baño; se espone al ayre para que
pierda el color verde y se echa en seguida en agua pura ; se
tuerce luego por algunas veces á clavija y se hace secar con
mucha prontitud, empleando el calor de una estufa si el tiem
po ó la estacion lo ecsijen.
El baño de la tina de la India no seria suficiente , por muy
cargado que fuese de indigo , para dar á la seda los matices mas
fuertes de azul tales como el turquí, 6 el de rey. Es menester,
para llegar á estos matices, preparar la sedaren el primer caso,
por un baño muy fuerte de orchilla , y en el segundo , por otro
baño menos cargado.
Se puede tambien obtener el azul de rey sobre la seda
sustituyendo la cochinilla á la orchilla. El matiz de azul que
resulta de este modo se llama azul fino.
Las sedas crudas se tiñen del mismo modo, mientras se
tenga la precaucion de escojer las que son naturalmente blancas,
y de remojarlas bien en agua antes de pasarlas por la tina. Por
otra parte , como las sedas crudas toman mas facilmente el tinte
que las sedas cocidas, será mejor pasar primero por la tina
las sedas cocidas antes que las crudas. Por lo que toca á los
matices subidos se practicará lo que queda indicado anterior
mente,.
(*43)
<j. III. — Tina de caparrosa ó de vitriolo.

Esta tina que se llama tambien tina en frio se prepara del


modo siguiente.
Se llena de agua, hasta casi la mitad de su capacidad , una
cuba de 400 á 500 litros (200 á 250 azumbres), se añaden
seis libras de proto sulfato de hierro (caparrosa verde del co
mercio) de cuatro á cinco libras de indigo molido en un mo
lino , tres libras de cal apagada en agua , y una libra de sosa
ó de potasa del comercio ; se palea por un, .cuarto de hora y
se deja reposar dos ó tres horas. Cuando ha adquirido el ba
ño un color verde amarillento , y se descubren venas azules en
su superficie , y al mismo tiempo manchas de color de cobre
con una hermosa florada , se llena enteramente la tina de agua,
se palea , se deja reposar cinco ó seis heras y se tiñe.
Si en lugar de agua fria se- emplea agua caliente entre 35 y
40 grados , se adelanta la tina algunas horas.
Las proporciones de los ingredientes pueden variar un poco
segun que el índigo sea mas ó menos rico en materia colorante;
que la cal sea reciente y de la mejor calidad , y que el pro
to sulfato de hierro sea mas puro , es decir , que contenga me
nos cantidad de deuto sulfato del mismo metal , ó caparrosa
amarilla. En efecto, cuanto menos ocsidado se hallará el hierro,
tanta mas energía tendría para quitar el oes/geno al índigo : es
pues esencial no emplear , mientras sea posible , sino la ca
parrosa verde. Sí la caparrosa fuese amarilla en su esterior,
contendría entonces deuto sulfato de hierro , y seria menester,
en este caso , aumentar de una tercera ó cuarta parte la can
tidad de caparrosa. '.. . '.'
Hé aqui lo que tiene lugar en el juego de las atracciones
químicas que se originan en esta tina. El sulfato de hierro es
descompuesto por una porcion de la sosa y de la cal , y se
forma sulfato de sosa que queda en disolucion en el baño y
sulfato de cal que se precipita , la mayor parte en el fondo
de la tina. El protócsido de hierro quedando 'encubertad des
poja al índigo del ocsigeno que>debe perder, y pasa á lo menos
al estado de deutdcsido'j' en fin el índigo desocsigenado se vuel
ve verde y se disuelve en la porcion de los dos álcalis que
no ha sido empleada para la descomposicion del sulfato de
'hierro. , . .
El número de las tinas en frie debe estar en razon del tra
bajo que se ha de hacer. Estas tinas pueden prepararse en sün-.
(i44)
pies toneles desfondados por un estremo y colocados sobre gra
das , uno tras otro en dos tres d cuatro hileras paralelas entre
sí, y suficientemente espaciadas para que se pueda circular fa-
eilmente al rededor. Se procura distribuir el inJigo en todas
estas tinas de modo que empezando por las mas débiles , se
hallen todas progresivamente mas cargadas , á fin de que pa
sando sucesivamente de las unas á las otras pueda llegarse fa
cilmente al matiz mas fuerte. Los azules claros se pasan sola
mente en las primeras tinas, es decir, en las mas débiles, y se
tienen en ellas menos tiempo que si debiesen obtenerse azulea
de matiz mas subido, \
La tina en frio es destinada especialmente para teñir de azul
el hilo y el algodon.
Suponiendo que el algodon ha sido hervido de antemano
en agua pura, ó á lo mas en una lejia muy debil de potasa
ó (fe sosa , de \ de grado por ejemplo ; bien lavado en seguida,
secado , y calado en agua tibia , se pasan los mazos en bastones
ó cañas puestas transversaluaente sobre el borde de la tina y se
sumerjen en el baño , del que es menester separar primeramen
te la florada. Se hacen correr entonces los mazos de una estre-
midad á otra de la tina , por dos ó tres minutos ; se entra en
la tina la parte de los mazos que estaba afuera y se pasa del
modo ma,s igual que sea posible cada mitad de estos mazos,
teniéndolos sumerjidos en la tina por el mismo espacio de tiem
po , que , segun hemos dicho , es de dos ó tres minutos. Se cojen
entouees los mazos y se tuercen á clavija sobre una cubeta co
locada al lado de la tina , á fin de no enturbiar el baño de
esta. Se ventea por ajgunos minutos el algodon para hacerle
perder el color verde, y se lleva al tendedero.
Si se trata de lograr azules muy subidos , se da primera
mente á los mazos un pié fuerte de azul , pasándolos en tres
ó cuatro tinas cuya fuerza va siempre aumentando, y se ter
mina pasándolos por una tina nueva y muy cargada de indigo.
Se tuerce, se ventea, y se hace secar.
,,¡ iJ^0 i*oaíS* 19S Cas°s , cuaudo el algodon está seco y ha per
dido bien «« color verde,, no se debe nunca dejar de pasar por un
baño de ¡agua acidulada. con una-tóP? o ,-6o? parte de su peso de
áciiJo sulfúrica concentrado ,- que se mezala bien con el agua (i).:

(i) Parece seria preferible pasarlo por un baño de agua li


geramente, acidulada, portel. áeido Mdroelórico en las mismas
proporciones que indica el autor ; pues . que , en este caso, no
('45)
El efecto de este bailo es quitar la cal que queda siempre adhe
rida al algodou y que ofusca su azul. Al salir de este baño se
lava inmedtetamenta el algodon en agua corriente ; se tuerce y
se hace secar al ayre libre, si el tiempo es bueno, y mejor
aun con el calor de una estufa ; por cuyo medio se aumenta y
se solida mas el azul.
Luego que se ha concluido de teñir, se palean las tinas y
se dejan reposar.
Guando empieza á debilitarse el baño se gobierna la tina
añadiéndole dos ó tres libras de caparrosa, y dos libras de cal apa
gada en agua , á fin de volver á disolver la porcion de indigo
que se ha reocsigenado por su contacto con el aire atmosférico
bajo la forma de florada que se echa en la tina antes de pa
learla; pues que habiéndose vuelto insoluble este indigo se pre
cipita en el fondo de la tina. Se añadirá tambien de tiempo
en tiempo mas indigo para reemplazar el que se habrá consu
mido durante el tiempo que se haya teñido.
Repetirémos otra vez que la tina de azul en frio conviene
mucho para lograr azules vivos y claros sobre el algodon y que
estos azules en frío dam con el amarillo Verdes mas brillantes
que los azules en caliente.
Los principales grados de azul son el azul blanco , que es
el mas bajo , el celeste , el de rey , el obscuro, subido o fuerte : en
tre estos matices hay muchos otros que se designan en los ta
lleres por los nombres de los precios á que se pagan.
El algodon en rama se tiñe muy bien en la tina en frio;
cardándole con algodon blanco 6 con lana , é hilando en segui
da la mezcla se fabrican tejidos que son en el dia muy bus
cados.
Se tiñen tambien en la /tina de azul en frio las telas de lino,
de cañamo y de algodon , pero se construyen en tal caso las ti
nas de pedernal , cal y argamasa. Sus paredes no deben tener
menos de seis pulgadas de espesor. La argamasa debe ser de
buena calidad y pasada por tamiz, debe mezclarse con cierta can
tidad de cal apagada al ayre y es menester esperar que se ha
llen estas tinas perfectamente secas antes de servirse de ellas.
La forma de estas tinas es un cuadrado de tres á cuatro

se formaria una sal insoluble corno sucede empleando el ácido


sulfurico , y por -consiguiente seria mucho mas fácil de separar
por medio del lavado ; al paso que el tejido quedaria mucho
mas suave y con un color mas hermoso. — Nota del traductor.
(i46)
] iiiis por la lo : su profundidad es ordinariamente de cinco á
seis pi»is ; no deben salir de tierra sino hasta la altura de baran
dilla.
El tinte de telas ecsije que se tenga un cierto número de
tinas de diferentes grados dispuestas paralelamente entre sí. Cada
tma puede contener seis moyos de agua.
Se colocan de trecho en trecho potencias movibles sobre su
eje las cuales permitan bajar las telas en la tina , y sacarlas en
seguida para llevarlas á otra tina.
Se sujetan las telas por sus orillas en cuadros guarnecidos de
clavitos de gancho que empiezan en un estremo y concluyen en
el otro. Las barras que se encuentran en lo alto de estos cua
dros son movibles en correderas , á fin de poder ser fijados poi
medio de clavijas segun la longitud de la tela. Se sugetan lot
cuadros en una cuerda con la que , por medio de la potencia,
se levantan , se bajan y se cambian de tina á voluntad. Siete ú
ocho minutos por cada inmersion son suficientes, porque en es
te espacio de tiempo recibe la tela todo el azul de que pue
de cargarse. Cuando se ha conseguido el matiz que se desea se
levanta y se deja escurrir encima de la tina, y se pasa luego
despues en un baño de ácido sulfúrico para quitarse la cal que
queda siempre sobre la tela, aunque en pequeña porcion. Se lava
en seguida en agua corriente y se lleva al tendedero.
Una tina de la dimension que queda dicho se prepara con
20 libras de cal viva, 36 de caparrosa, y 18 ó 20 de indigo.
El indigo debe ser macerado de antemano por ocho dias en
una lejía cáustica de sosa de 20 á 25 grados del areometro, y
despues de haberlo molido en un molino, se echa en la tina pa
sándolo por un tamiz.
Se palea la tina siete ú ocho veces en todo el dia ; se deja
reposar por 33 ó 36 horas, pasado cuyo tiempo puede ya te
ñirse.
Esta tina se gobierna del modo que hemos dicho mas atrás.
Cuando se observa que no da venas azules ó que se pone negra
se le añaden cuatro libras de sulfato de hierro y dos de cal, y
se palea dos veces. Se disminuye el gobierno por grados í medi
da que se debilita la tina; se debe dejar de teñir en ella luego
que el baño comienza á enturbiarse , y luego que se pone cla
ro se empieza de nuevo á teñir. Se puede de este modo agotar
una tina de toda su materia colorante. Los matices que son ca
da vez mas bajos sirven para obtener ciertos otros ó forman on
pie de azul para matices mas subidos.
Al salir de li tina los hilos y las telas tienen un color ama
(U7)
rHIo igual al del baño, que pasa luego al verde por la mezcla
del amarillo y del azul , y finalmente al azul puro por la re-
ocsigenacion completa del indigo á espensas del ocsígeno de la
atmósfera. ... .|
Bergtnan y Scheffer describen una tina que es muy propia
segun ellos para teñir de azul stílido el lino y el algodon. La
sustancia empleada en esta tina para desocsigenar el indigo es el
oropimente ó sulfuro de arsénico amarillo.
Hé aqui el modo de arreglarla. Se hace hervir por media
hora en i00 partes de agua 6 partes de potasa y 3 de, cal
viva á fin de volver la potasa cáustica ; se añaden en seguida 8
partes de oropimente reducido á polvo muy fino y pasado por
tamiz; se continua la ebullicion por un cuarto de hora teniendo
cuidado de agitar continuamente el baño. Se deja enfriar un
poco la caldera y se echan en ella 8 partes de indigo bien mo
lido en un molino y se agita de nuevo hasta que el indigo
se haya disuelto. Cuando se manifiestan las venas azules, las
manchas de color de cobre y la florada , se para el fue
go , y se halla ya la tina en estado de teñir. Esta tina tiene
un olor desagradable , y como por otra parte el empleo del
oropimente no está ecsento de peligro , Bancroft ha tratado de
reemplazarlo primeramente por el azucar refinado , despues por
el azucar negro, y asegura haber logrado un buen écsito
Se prepara por un proceder análogo al que se acaba de in
dicar un azul que sirve para imprimir ó estampar las telas,
llamado azul de aplicacion , del que se hablará en la tercera
parte de esta obra.
No creemos deber hacer mencion de las tinas de azul por los
/¡rines, ya preparadas en frío, ya en caliente, porque valen mueho
menos que las precedentes y no pueden por otra parte convenir
sino en pequeños obradores. Los que quieren tener un conocimiento
de ellas podrán consultar el Arte de la Tintura por Mr. Hellot,
paginas 88 y siguientes.
Se ve desde luego que no puede ser disuelto el indigo en
estas tinas sino á espensas del amoniaco que se forma por la
descomposicion de la orina. i
La tina que nos parece merecer mas atencion es la que ha
descrito Bancroft , segun creo, antes que ningun otro autor , pero
que la he puesto en práctica en mis lecciones mucho tiempo
antes de conocer lo que se habia dicho de ella , y por un pro*

(r) Philosophy of pennanent colours to/n. i pagin. ,2i^. ,


£2
(i48)
ceJer diferente y tal vez mas seguro. En efecto , Bancroft se
propuso disolver el indigo por el dcsido de estaño, y es evi
dente que no podía conseguirlo sino por el protdcsido de este
metal : sabiendo que el estaño solo se combina con el ácido ní
trico en estado de protdcsido , preparo un proto nitrato de
Cstaño que descompuesto en seguida por un alcali , le dio el
protdcsido de estaño que deseaba.
Mi método era un poco diferente : descompoaiendo el proto
hidroclorato de estarlo por el amoníaco obtenía el protdcsido
de estaño en estado de hidrato blanco , y lo empleaba de este
modo despues de haberlo bien lavado y hecho escurrir , y no
en estado seno y sólido como lo hacia Bancroft. r.
Para arreglar esta tma con los ingredientes de que Bancroft
no indica las proporciones, mezclaba yo tres partes de protdc
sido de estaño hidratado , con una parte de indigo molido del
modo ordinario , y añadía por cada media onza de indigo tres
litros (una azumbre y media) de una disolucion de potasa cáus
tica de ilos grados y medio del areómetro.
Una tina arreglada de este modo da azules muy vivos, pero
solo puede facilitar azules claros.
El precio subido á que resultaría me ha impedido seguir mas
adelante en mis investigaciones sobre el uso que se pudiera ha
cer de ella. Diré solamente que los azules teñidos en esta tina
me han dado con el amarillo verdes bastante sólidos y muy
agradables.

articulo V. Del azul de medio ó pequeno tinte.


\ • . ,
*v §. primero Del tinte de azul de Sajonia.

Se obtiene este azul de una disolucion de indigo por el ácido


sulfúrico : se le ha dado el nombre de azul de Sajonia porque
fué descubierto en Sajonia hacia los años de i7i0 por el con
sejero Barth. »
En su origen no era el azul de Sajonia una simple solucion
de ácido sulfúrico; pero el ecsamen que han hecho los quími
cos de esta composicion los ha conducido á deducir que con
sistía esencialmente en la combinacion del indigo con el ácido
sulfúrico , y que todas las sustancias que se añadían entonces á
esta solucion eran , cuando menos , inútiles.
Pero, en tanto se bailan acordes las opiniones sobreeste pun
to , en cuanto- discordan sobre la preparacion del azul de Sajo
nia y sobre 1» teoría de esta operacion.
(M9) , . ,
Las proporciones de ácido sulfúrico y de indigo varian tanto
en todos los obradores como- en los escritos de los Químicos f
de los tintoreros mas distinguidos , tales como Berginan , Qua-
tremere , Bancroft , Poerner , etc.
Bergman aconseja emplear ocho partes de ácido sulfúrico
concentrado sobre una parte de indigo reducido á polvo tino.
Qaatremere ecsije solamente seis partes sobre la misma can- .
tidad de indigo y quiere además que se añada á la disolucion
tanta potasa como indigo se ha empleado á fin de que penetre
el tinte en lo interior del tejido.
Poerner opina que bastan cuatro partes de ácido por una de
indigo y adopta la adicion de potasa propuesta por Quatremere.
Bancroft se aparta -enteramente de la opinion de Poerner
pero seria , nos parece, un error creer con el químico ingles que
se pueda debilitar el ácido- sulfúrico por medio de cierta canti
dad de agua. La esperiencia demuestra sin dejar duda que
cuanto nus concentrado es este ácido mayor es su accion sobre
el indigo y que aun cuando sea muy poca la cantidad de agua
que se le añada no se opera la solucion sino con lentitud y de
un modo muy- imperfecto. Por esta razon en las fabricas de telas
pintadas se prefiere el aceyte de vitriolo de Sajonia por tener este
ácido cerca de tres grados mas de concentracion que el ácido
sulfúrico ordinario segun hemos dicho en otra parte.
Nos hemos convencido por las investigaciones que hemos
liecho sobre el particular de que el- proceder de Poerner
era el mas sencillo y el mejor de todos. Consiste en echar cua
tro partes de ácido sulfúrico concentrado sobre- una parte de in
digo pulverizado finamente ; en desleír poco á poco el polvo en
el ácido de modo que se forme una especie de puches muy ho
mogéneos; en calentar el todo por algunas horas en una vasija
de vidrio , -ya .sea en baño de arena ya en baño maria , á una
temperatura de 25 á 30 grados de Réaumur; en dejar enfriar y
en añadir entonces una parte de potasa del comeres de buena
calidad, seca y reducida á polvo; y ultimamente en agitar bien
el todo y en dejar reposar por 34 horas. *
El color de esta disolucion esvde un azul tan subido que ca
si parece negro; pero se le hace ; tomar el matiz de azul que
se desea , añadiendole una cantidad de agua mas ó menos
grande. ~ --» " • -
Buchoz encarga el proceder siguiente :
- incido sulfúrico de Sajonia 2 partes.
Acido sulfúrico ordinario i
Indigo en polvo fino.- . . . -. . „' . . . £
( i5o)
i Despues de haber mezclado estas sustancias entre sí , se ca
lientan , segun liemos indicado mas atra's , por algunas horas,
Ó bien se dejan digerir en frio por 24 horas agitando de tiempo
en tiempo , y se dilata en seguida en la cantidad de agua con
veniente. El autor del proceder no habla de la adicion de
potasa.
Este proceder se diferencia muy poco del que sigo para Io-
. grar con el amarillo verdes de primavera sobre el algodon ; dir
fiece, no obstante, i? en que empleo el ácido sulfúrico de
Sajonia sin mezclarle ácido sulfúrico ordinario; 2? en que hago
obrar cuatro partes del primero de estos ácidos sobre una parte
de indígo.
En algunos obradores se hace uso de la composicion si
guiente:
Acido sulfúrico concentrado i6 on zas.
Indigo en polvo fino . . 2
Estas proporciones son las de Bergman. El tintorero que las
adopta añade ordinariamente en el baño del tinte una libra ó
libra y media de solucion de estaño por cada media libra d»
índigo empleado. . ..
La lana y la seda son las únicas sustancias que se pueden te
ñir de azul por medio del azul de Sajonia.
Tinte de los panos. Se hacen hervir ordinariamente en un
baño en que entran cuatro o cinco partes de alumbre por una
de tártaro ; se pasan en seguida en un baño que tenga solo un
calor de 60 grados, y en el que se haya desleido suficiente can
tidad, de solucion de indigo para darles el matiz que se quiera
obtener. , . . , . . . .
Los matices claros deben hacerse en un baño reciente. Para
lograr colores subidos se echará la disolucion en el baño, en
diferentes intervalos , sacando el paño cada vez. Se lavan en se
guida en agua corriente. : ' ' .
Cuando^ se añade solucion de estaño al baño de tintura, se
ahorra dar el hervor de tártaro y de alumbre.
Tinte de la seda. Se cala la sida en agua caliente y se pasa
despues del modo ordinario en el baño que tenga un grado de
calor que la mano pueda soportar. Se le dan en seguida uno d
dos batidos y se lava bien. »,:,..
El azul de Sajonia sobre la lana ó sobre la seda es mucho
menos sólido que los azules de tina; lo que depende sin duda
de que sufre el índigo una alteracion mayor ó menor por la ac
cion del ácido sulfúrico.
La naturaleza de esta alteracion no es. aun bien conocida.
(«ó»)
( Segun Haussman ( i ) mientras se opera la disolucion del in
digo se desprende un poco de ácido sulfurico y de gas hidrd-
geno. El ácido sulfúrico , pues , segun él , se descompone , y el
hidrógeno que se desprende del indigo se combina con el ocsí-
geno resultante de la descomposicion del ácido sulfúrico. Noso
tros podemos asegurar que jamás hemos advertido el fenómeno
de que habla Haussman. ,
Mr. Berthollet propone una teoría que nos parece es mas
conforme con los hechos que se manifiestan y aun con lo que
se observa preparando el azul de Sajonia. 55 Parece, dice este
ilustre químico , que es menester aplicar á la accion del ácido
sulfúrico sobre el indigo las observaciones que se han hecho so
bre el: azucar, y -las demás sustancias vegetales y animales (2), pu-
diendo decir que determina la produccion de un poco de agua
formada á espensas de una porcion del ocsígeno y del hidrogeno
- que entran en la composicion del indigo , y esplicando por ahí
el grande calor que se produce , sin que se forme ácido sul
furoso; el estado de concentracion en que debe estar el ácido
sulfúrico, y el porque, otros ácidos enérgicos y concentrados no
pueden efectuar esta disolucion." ,
Sea como fuere, la alteracion que esperimenta el indig»
cuando se trata por el ácido sulfúrico concentrado, es susceptible
de diferentes grados que dependen de la concentracion mas ó
menos fuerte del ácido , de la cantidad mayor ó menor de este
cuerpo que se emplea para hacer la solucion , y sip duda , tam
bien de la temperatura á que se opera. Será pues prudente no
separarse de la. cantidad de ácido sulfúrico prescrita por Poer-
ner , y no calentar con demasiada fuerza.
No podemos dejar de recomendar el empleo . de ácido sul
fúrico que haya sido concentrado hasta los 66 grados del areó
metro; de Baumé. A . un grado inferior á este contiene siempre el
-ácido sulfúrico ácido nitroso que altera de tal modo el in
digo que no le permite disolverse en el ácido sulfúrico. Soy
testigo de diferentes hechos de esta naturaleza, y he publicado
uno en las Memorias de la Academia Beal de Ruan.
Creemos útil la adicion de la potasa en la solucion, pero
opinamos al mismo tiempo que es menester usar de ella con
moderacion y no traspasar les limites que hemos fijado, pues
que es un hecho reconocido que el alcali tiene la propiedad de

(i) Dict. de Chim. par Klapoth torn. IV", pag. 35i.


(2) Essai de Stat. chim. torn. JK, pag. 530.
('50
disolver las moléculas azules que han sido precipitadas del ácido
sulfúrico.

§. II. — Del tinte por el azul de Prusia.

Mas de quince años há egeeuto por dos procederes dife


rentes este género de tintura, que no conviene- sino al- lino y
al algodon. ".
El primero consiste en no desleír el azul de Prusia de la me
jor calidad y reducido á polvo, en tres o cuatro veces su peso
de ácido hiJrocltírico , y en dejarlo en digestion en frio por
veinte y cuatro horas, teniendo cuidado de agitarlo cinco o seis
veces durante este tiempo. El azul de Prusia , tratado de este
modo , da una composicion- de azul magnifico. Hé aquí el mo
do como la uso:
Blanqueo primeramente el algo Ion, y lo paso en seguida
por el mordiente de acetato de alúmina que señale dé^5 á 6
grados en el areómetro , y que esté tibio. Hago secar, y des
pues de haber bien lavado para separar el mordiente , echo una
cantidad suficiente de la composicion dicha , en veinte ó veinte
y cinco veces su peso de agua caliente; mezclo bien agitando
con la mano,- y cuan lo ti liquido puesto entre el ojo y la luz
me parece del matiz conveniente , sumerjo en él el algodon y
lo volteo bien al principio para unir el color ; lo hundo en
seguida en el baño y lo tengo sumerjido en él hasta que no to
ma ya color. -Lo saco entonces, lo tuerzo, lo venteo por un
cuarto de hora , lo lavo y lo pongo á secar ; formo en seguida
un baño de agua acidulada por J5 de ácido sulfúrico , lo . in
troduzco en él , lo tuerzo de nuevo , lo lavo con cuidado , y lo
bago secar. "1
Este proceder me da- en el algodon matices de azul muy
finos y delicados que seria casi imposible obtener por cualquier
otro medio. . -- i , -i-.- *...;•-• ? i-i . ,-.
El segundo proceder que he anunciado se ejecuta del modo
siguiente : -y
i? Se da al algodon un pie mas d menos fuerte de ama
rillo de orin pasándolo alternativamente dos ó tres veces en una
disolucion de sulfato de hierro de tres ó cuatro grados , y en
tina lejía de potasa de dos grados ; se saca, se esprime , se ha
ce secar y se lava.
2? Se hace disolver prusiato en agua caliente en cantidad
de y'^- del peso del algodon ; se añade Ti5 de ácido sulfúrico
concentrado; se mezcla bien y se pasa en este baño el algodon
que tiene pié de orin^ teniendo cuidado da añadir prusiato de
potasa y ácido cuando sube el azul con lentitud, y dejando el
algodon sumerjido hasta que no aumenta de color.
3? Se ventea por una hora , se lava , y se hace secar.
Es claro que en esta operacion se forma un prusiato de
hierro que se precipita sobre el algodon , y le da el color
azul.
El algodon teñido de azul por este proceder recibe matices
tan hermosos y tan brillantes que no pueden comparárseles de
ningun modo los mejores que se logran en los baños de tina. Por
desgracia. la solidez del color no corresponde á su brillo: los
alcalis quitan completamente este color sin que quede el menor
vestigio de él.
Se le daría tal vez mas solidez alumbrando el algodon an
tes de pasarlo por el baño; pero no lo he probado y por consi
guiente no estoy cierto de ello. .
Para teñir la teda por el prusiato de potasa es menester se
gun Mr. Raymond antiguo profesor de química de Lyon , des
pues de desgomada sumerjirla por un cuarto de hora á la tem
peratura ordinaria en agua que contenga cerca de la 20? parte
de su peso de hMroclorato de tritóesido de hierro , lavarla , te
nerla por media hora en un baño de jabon casi hirviendo, la
tirla de nuevo y meterla en frio en una disolucion muy debil
de prusiato de potasa acidulada con el ácido sulfúrico ó hidro-
cldrico. Inmediatamente que se sumerje en ella la seda se vuel
ve azul y solo necesita, al cabo dfi un cuarto de hora, ser lavada
y secada.
§. III. — Del tinte de azul por el palo de Indias 6
v de Campeche. . . > ¡ .
Este género de tintura conviene casi esclusivamente á la
lana.
Se emplea el jugo ó mejor la decoccion de un palo que nos
viene de las Indias orientales, y principalmente de la Labia de
Campeche ; las islas de la Jamayca , de Santa Cruz , de Santo
Domingo, de la Martinica, de Granada etc. lo suministran
tambien al comercio.
Este palo es el del hcematoxilurn campechianum , nombre
derivado de la palabra griega auna , sangre. Nos viene de Amé
rica en troncos de un volúmen mas o menos considerable. Es
de un moreno rojizo; duro, compacto, pesado, susceptible de
ser pulido bastante bien , y casi incorruptible. Tiene uu sabor
054)
dulce primeramente , y despues amargo y astringente. Su olor
es ligeramente aromático ; hace tomar á la saliva un color vio
lado.
Mr. Ghevreul ( ann. de chim. tom. 8 i ) , ha conseguido se
parar la parte colorante de este palo , de todas las demas sus
tancias con quienes está unida , y ha dado á esta parte colo-
lorante el nombre de hematina. Hé aqui el proceder que he
seguido. Despues de haber hecho digerir, durante algunas horas
el palo de Campeche reducido á polvo , en agua á 40 ó 45 gra
dos (Réaumur ), ha filtrado el solutum que ha sido en seguida
evaporado hasta sequedad. El resultado ha sido puesto en con
tacto del alcool de 36 grados; al cabo de 24 horas, se ha fil
trado y la solucion aIcotilica ha sido evaporada hasta la consis
tencia de jarade espeso. Se ha añadido entonces un poco de agua
se ha evaporado de nuevo á un calor suave para separar el al
cool , y se ha dejado enfriar. Se han formado cristales de hema
tina , que han sido lavados con alcool , y despues secados.
La hematina se presenta en pequeñas escamas de un blanco
rosado , de un sabor ligeramente astringente , amargo , y acre.
Es poco soluble en el agua fria , mucho mas soluble en el
agua hirviendo , la cual toma un color púrpura , que se trans
forma en amarillo por el enfriamiento. La solucion evaporada
produce cristales de hematina. . /
Los ácidos hacen pasar esta solucion al amarillo , y despues
al rojo : los álcalis le hacen tomar un color purpúreo; un gran
de esceso de álcali la cambia en azul violeta , despues en rojo
parduzco, y en fin en amarillo pardo. En este estado se des
compone la hematina y no puede hacerse ya volver á aparecer
por los ácidos.
Diversos ócsidos metálicos, entre ellos el protdcsido de es
taño, se unen con la hematina y la coloran de azul mas ó me
nos violado. El deutdcsido de estaño obra sobre ella del mismo
modo que los ácidos minerales.
Precipita el solutum de gelatina ó cola*
El arte de teñir no emplea la hematina en el estado de pu
reza , pero ecsistiendo en el palo de Campeche entra necesaria
mente en todos los colores que facilita este palo. Estos colores
son principalmente el azul y «l violeta.
Para teñir la lana de azul con el campeche se hace hervir
por una hora una parte de este palo por seis de lana , con quin
ce á veinte partes de agua ; se sacan los pedazos y se echa en
el baño de parte de cardenillo diluido en una porcion de
baño : se agita bien , y se sumerje despues en él el tejido. Se
(153)
lene dentro del baño por una hora , le lava en seguida y ge
hace secar.
El algodon tratado por el mismo proceder solo toma un
azul sucio , débil y sin solidez.
El palo campeche se emplea frecuentemente en tintura ya so
lo para hacer los violetas , los azules , los grises , el negro , ó
el carmesí ; ya unido con el palo de Brasil para obtener una
infinidad de matices bastante hermosos pero que no tienen so
lidez.
§. IV. De tinte azul realzado.

Es de desear que estas clases de azules sean enteramente des


terradas de nuestros obradores ; pero como el comercio los pide
algunas veces creemos nos será permitido detenernos un momen
to en hablar de ellos. .
Para lograr estos azules ya sobre lana ya sobre algodon se da
primeramente un pié mas ó ménos fuerte de azul sólido ó de
tina , y se realza en seguida el color por medio de baños de
campeche con cardenillo , repetidos hasta que se haya conseguido
el matiz qu« se desea ; se lava luego ligeramente y se hace secar.
Se da un poco mas de solidez al azul realzado sobre algodon,
agallando despues de haber recibido el pie de azul sólido.
Se descubre facilmente que estos azules son de tinte falso,
mojándolos en agua acidulada por algunas gotas de ácido sulfú-
rico. El azul realzado desaparece y solo queda el pie de azul
sólido.
Capítulo segundo. Del encarnado.

Las principales sustancias que se emplean para teñir de en


carnado son : la granza ó rubia , la cochinilla , la laca , el ker
mes , la orchilla , el palo de Brasil , y el cártamo ó alazor.

Artículo primero. De la rubia y de la tintura por la rubia.

La rubia (rubia tinctorum), es la raiz preparada de una


planta que ha dado su nombre á la familia de las rubiaceas.
Se dejan las raices de rubia bajo tierra por tres años. Aun- .
que pueden emplearse recientes , es costumbre, antes de repar- -
tirlas en el comercio y de emplearlas para teñir , hacerles es-
perimentar las operaciones siguientes : se hacen secar al ayre ó
al calor de una estufa ; se revuelven muchas veces con una
horca y se baten ligeramente para separarles la epidermis, la
tierra y los demas cuerpos que les son estraños y se criba lo
23
(i56)
que queda en el suelo que es un compuesto de tierra , de epi
dermis, de corteza y de joquenas raices.
Despues de haber limpiado las raices se reducen i polvo
ya en una muela de piedra , ya por medio del almirez ó del
molino comun del tabaco. Se pasaba entonces la rubia por una
criba para separar los restos de tierra , de epidermis , ete. y se
consigue la rubia llamada de primera suerte Se vuelve á moler
y á cribar el residuo como la otra vez y se obtiene la rubia de
segunda suerte, y finalmente se repite por tercera vez la mis
ma operacion y se logra la rubia- de tercera suerte; esta últi
ma es la que se considera como de la mejor calidad. Solo se
hace ordinariamente una calidad ; pero cuando se quiere obte
ner rubia de un hermoso color debe separarse la calidad mas
interior por una primera molienda , y se emplea en tintura el
producto de la segunda , que es conocida con el nombre de
rubia grapa, apiñada, ó de forma de racimo.
El comercio presenta la rubia ya en polvo que se eHcierra
en toneles bien secos, en los que se aglutina ó apelmaza al ca
bo de algun tiempo tan fuertemente que es preciso dividirla
con el hacha ; ya en raices enteras y se le da entonces en Ruan
el nombre de lisary ( lízari ). Antes de emplear estas raices es
preciso dividirlas.
Se cultiva la rubia en Esmima, en la isla de Chipre, en
el Levante, en Francia, en España, en Inglaterra, en Holanda,
en Suiza , y en Alemania.
Las rubias de Alsacia y de Holanda tienen un color amari
llo azafranado ; las de Esmirna y de Chipre un color more
no , y las de Provenza un color rojo.
Estas diferentes especies de rubia no se emplean indistinta
mente en el arte de la tintura. Las rubias de Alsacia y de
Holanda sirven para teñir las lanas; se reservan las de Esmirna,
de Chipre y de Provenza , para teñir el algodon. Estas últimas
ecsijen aun ciertas veces ser mezcladas entre sí para producir
varios matices , tales como el encarnado , el cereza , y el rosa.
Todas las rubias tienen un sabor azucarado , y un olor fuer
te , pero que no es desagradable. El color varia segun Jas espe
cie*, como hemos advertido ya.
La rubia atrae la humedad del ayre , por cuya razon debe
conservarse en un lugar seco , y, si es posible , privada del con
tacto del ayre.
Parece que la rubia contiene partes colorantes muy diferen
tes : una de ellas leonada muy soluble en el agua , y otra roja
mucho menos soluble en el mismo líquido.
(w)
Se han ideado* algunos procederes con él objeto de no fijar
sobre los tejidos sino la parte roja y da lograr de este modo
colores mas vivos. M. Thenard dice hacer sabido por M. Roard
que tratando primeramente la rabia por el agua cargada de sub-
carbonato de sosa , á fin de separar la materia colorante leona
da , y en seguida por una disolucion de hidroclorato de estaño
y de cremor de tártaro , se obtiene un baño que da un color
encarnado muy hermoso no solo á la lana sino tambien á la se
da , alumbradas una y otra de antemano.
Despues de la primera edicion del Cours élementaire de Teinc-
ture , M. Kulhmann profesor de química tecnológica , en Lila,
ha dado en los Armales de Chimie et de Physique ,ía análisis quí
mica de la raiz de la rubia.
Los principios constitutivos de esta raiz son los que siguen:
Materia colorante roja.
Materia colorante leonada.
Leñoso.
Acido vegetal.
Materia mucilaginosa.
Materia vegeto-animal. . ,
Goma.
Azucar.
Materia amarga.
Resina olorosa.
Materias salinas de las cenizas.
Hé aqui las propiedades de la materia colorante roja.
i? Es muy soluble en el alcool , y Comunica á este un
hermoso color rojo. Su disolucion se conserva bastante bien; sin
embargo se altera por fin , y la materia colorante se precipita
en forma de copos morenos.
S° Es bastante soluble en el agua ; pero concentrando la
disolucion , la materia colorante se altera y se precipita.
3° Los alcalis facilitan mucho su disolucion en el agua , y
apenas cambian su matiz.
4? Los ácidos precipitan esta materia colorante de sus di
soluciones; el alcool, sin embargo, la retiene bastante bien en
disolucion , á pesar del esceso de ácido ; pero su color se vuelve
anaranjado.
Sobre la poca solubilidad de la materia colorante roja en el
agua acidulada , fundo el autor el proceder para obtenerla aislada.
M. Kulhmann advierte que la materia azoada y la mutila*
ginosa parece facilitan mucho la precipitacion de la materia co
lorante roja; lo que esplica facilmente la eficacia de los baños
('38)
de estiercol y de los mordientes aceytosos , en el tinte de
encarnado de Andrinópoli. > '/ « . i
El autor lia hecho todos los esperimentos con la rubia de
Alsacia , habiéndole tambien suministrado las otras especies de
rubia casi los mismos resultados.

§; I. — Tinte de enearnado sólido sobre lana por medio


de la rubia. ' l¡ j

Ninguno de los encarnados que se obtienen sobre la lana,


es tan sólido como el que se logra con la rubia.
El proceder que se sigue para teñirla es muy sencillo. Se
da primeramente al tejido un hervor de cerca dos horas , con
la cuarta parte de su peso de alambre y la décimasesta de tár
taro : se prepara en seguida un baño fresco , y cuando el agua
está caliente de modo que no se pueda aguantar en ella la ma
no , se le echa una cantidad de rubia grapa ó apiñada de buena
calidad, que equivalga al tercio del peso del tejido y se añade
de disolucion de estaño dilatado en su igual peso de agua.
Se agita á fin de operar bien la mezcla , se hunde en seguida,
y se mantiene en él la lana á una temperatura que debe llegar
gradualmente á 75o en el espacio de una hora. Se termina la
operacion haciendo hervir tres ó cuatro minutos.
Los encarnados de rubia solo convienen á los tejidos comu
nes y de ningun modo i la seda. . ¡'
La rubia , al contrario, se emplea con bastante utilidad no
solo para dar al algodon , lino y cáñamo un color encarnado
mas ó menos sólido y brillante , sino tambien para otros colores
que se obtienen por mordientes particulares , como diremos en
otra parte.
Distinguiremos aqui dos especies de encarnado de las Indias
6 de Andrinopoli. . . :

§. II— Tinte de encarnado de rubia en el algodon.

Para dar al algodon un encarnado bastante bueno , se agalla


á razon de tres á cuatro onzas de agalla en suerte por libra de
algodon ; se dan en seguida dos alumbrados sucesivos con el
acetato de alúmina ( mordiente de encarnado de los impresores
de indianas ) dilatado en suficiente cantidad de agua un po
co caliente , para que el licor marque de 5 á 6 grados ; se tiñe
luego con doce onzas de rubia de Provenza por libra de algo-
don. Entremos en algunos detalles sobre el modo de dirijir la
(i59)
operacion. Cuando el agua de la caldera está tibia , se le dis
tribuye la rubia , y se agita con un palo , á ñn de dividirla ; se
sumerjen entonces en el baño las madejas, metidas de antemano
en cañas ó bastones ; se agita por algunos minutos la parte hun
dida , teniendo cuidado cada vez de meter en seguida la parte
que estaba fuera; se eleva por grados la temperatura hasta que
haya llegado al punto de la ebullicion , lo que debe verificarse
en el espacio de cerca de una hora. Se sacan las madejas de los
bastones, se sumerjen enteramente en el baño, y se continua
hirviendo de diez á doce minutos ; se dejan enfriar , se lavan, y
.se les da un segundo baño semejante al primero ; se sacan , se
escurren , se tuercen , se lavan en el rio , se tuercen á clavija
y se hacen secar.
Se aviva el color dando por algunos minutos un ligero ba
ño de jabon. » ' . , ', '
Se seguiría el mismo proceder para el lino ó cáñamo hilados,
suponiendo que tuviesen ya un medio blanco.
El encarnado de rubia en el algodon no se usa en la fábrica
de Ruan , aunque pudiera ejecutarse en ella ventajosamente.

:: TIL — Tinte de encarnado de Indias ó de Andrinópoli


en el algodon. ' (.

Este color tan sólido como brillante , parece tomó su origen


de la India, de alli pasó al Levante, en donde los Griegos con
centraron, por mucho tiempo, el comercio del algodon teñido de
encarnado.1
Todas las fábricas de Francia sacaron del Levante hasta el
año i747 los algodones teñidos de este rico color; época en
que M M. Fesquet , Goudard , y d' Haristoy , hicieron venir á
Francia tintoreros griegos , y formaron dos establecimientos , el
uno en Darnetal cerca de Ruan , y el otro en Aubenas , en el
Lenguadoc. ., ,
Nueve años despues , otro . particular llamado Flachat , que-
vivid mucho tiempo en el imperio Otomano , condujo operarios,
con los que formó en Saint-Chamont, cerca de Lyon , una ter
cera fábrica de tinte de encarnado de Andrinópoli.
No pudimos saber, durante mucho tiempo, el secreto que
usaban estos estrangeros en su proceder. No se hizo al princi
pio con tanta perfeccion como ellos , pero la industria francesa
llegó no solo á imitarlos , sino tambien á superarlos.
El gobierno vio la importancia de este nuevo manantial de
trabajo, de gtoria y de prosperidad para sus fábricas, y publicó
(lío) -
en i 765 los detalles del proceder para teñir el algodon de en
carnado de Andrinópoli. Desde este tiempo se vieron formar es
tablecimientos numerosos en el mediodía y en el norte de k
Francia, pero particularmente en Rpan y sus alrededores, en cuya
industriosa ciudad es donde el encimado dela Indias ha adqui
rido el grado de perfeccion en que se ve hoy dia.
La operacion d«l roséo que da tanta viveza y brillantez al
color , fué ideada y ejecutada por primera vez en Ruan.
Somos tambien deudores á las tintorerías de la misma ciudad,
ilustrada por las luces de la química moderna , de la rica va
riedad de colores sólidos tales como el de rosa, el lilas, el vio
lado, el mordoré etc., con cuyo ausilio compone el fabricante
los diversos tejidos distinguidos con el nombre de ruanes [rouen-
neries ) que son muy conocidos y estimados en el comercio.
( Véase mi Ensayo sobre el origen y los progresos del arte de
la tintura en Francia; Memoria que se imprimió á espensas de
la Sociedad de industria y comercio de Ruan de la que ten
go el honor de ser miembro honorario ).
Insiguiendo esta memoria y la que publiqué sobre el tinte
del lino y cáñamo de encarnado de las Indias , esplicaré del me
jor modo que me sea posible , el proceder de este género de
tintura , tratando de las operaciones de que se compone y si
guiendo el orden bajo el cual deberá ejecutarse cada una de ellas.

primera operacion. — Desgomadura del algodon.

Se cuece ó desgoma el algodon haciéndolo hervir por cinco


6 seis horas en una lejia de sosa que señale un grado en el
areómetro. Se hace escurrir en seguida encima de la caldera ; se
lava bien en agua corriente y se hace secar al ayre.
En los obradores de encarnado de las Indias se sustituye
i la lejia de sosa, las aguas del desengrasado de que se habla
rá luego.
segunda operacion. Baño de estiercol.

Esta operacion tiene por objeto animalizar en. algun modo


el algodon y comunicarle hasta el grado posible la propiedad que
tienen las sustancias animales de entrar mas facilmente en com
binacion con las materias colorantes , y de formar con ellas com
puestos mas stílidas y permanentes.
El estiercol que se emplea en esta operacion es el de ove
jas que contie'ne cierta cantidad de albúmina y de materia ani
mal particular. Se toman ordinariamente de 25 á 30 libras por
ciento de algodon.
I

Se principia por dejar el estiercol algunos días en una le


jía de sosa de ocho tí diez grados ; se deslie en seguida en cer
ea de 500 pintas (unos 232 azumbres ) de lejia menos
fuerte, deshaciéndolo al mismo tiempo con la mano en una va
sija de tierra o de cobre euyo fondo está lleno de agujeros. Se
echa el líquido en una cubeta en que se han vertido cinco ó
seis libras de aceyte, y se mezclan bien las materias agitando
hasta que el líquido sea bien homojeneo y tenga un mismo co
lor en todas sus partes. .
Estando el baño preparado de este modo se impregna de él
el algodon , pasándolo madeja por madeja , como para agallarlo
ó alumbrarlo; se tuerce á clavija y se dejan las madejas sobre
una mesa por diez ó doce horas teniendo cuidado de no poner
mas dos ó tres una encima de otra , para evitar que el mismo
peso haga derramar el baño; se llevan despues al tendedero en
donde se colocan^ sobre perchas sacudiendo y volviendo de tiem
po en tiempo las madejas á fin de que pueda secarse el algodon
con la mayor igualdad posible. Despues que el algodon se ha
enjugado hasta cierto punto se traslada al secadero calentado hasta
la temperatura de 50 de Réaumur , en donde pierde el resto de
humedad que ha conservado y que le impediría combinarse
con los demas mordientes que debe recibir en seguida. Se aña
de al baño siguiente lo que queda de este.
Se dan al algodon dos y aun tres baños de estiercol cuando
se trata de obtener colores muy llenos.
Cuando ha recibido el algodon los baños de estiercol debe
procurarse, no dejarlo amontonado por mucho tiempo para im
pedir que se inflame , como ha sucedido muchas veces á causa
de la fermentacion que se origina.

tercera operacion. -- Baños de aceyte ó batios blancos. .

Se prepara este baño echando en seis libras de" aceyte cin


cuenta pintas (unos 23 azumbres) de agua de sosa á un
grido , y algunas veces menos , segun sea la calidad del aceyte.
Se mezcla bien agitando con una pala , ó trasegando diferentes
veces el baño de una cubeta á otra. Se conoce que se halla
el baño en su debido punto cuando la lejia de sosa queda com
binada con el aceyte por cuatro ó cinco horas y aun mas, y
que no sube el aceyte i la superficie ; se pasa entonces el algo-
don del mismo modo que en el baño de estiercol ; se deja- diess
ó doce horas sobre la mesa ; se tiende y se hace secar.
(,60
Debe repetirse el baño blanco do» , tres ó mas veces segun
el color mas ó menos lleno que se quiera obtener.

-i CUARTA OPERACION. — SüleS.

Se añade á lo que haya quedado de los baños blancos cer


ca de ioo pintas (unos 46 azumbres) de lejia de sosa de dos
ó tres grados; se menea bien el todo y se pasa el algodon co
mo en los baños precedentes. Se acostumbraba antes dar dos,
tres , y aun cuatro sales ; pero una ó dos son suficientes.

quinta operacion. — Desengrasado.

Se deja por cinco- ó seis horas el algodon en una disolucion


tibia de sosa de un grada, i lo mas, del areometro, se pone en
segunda i escurrir sobre unas angarillas, se le echa agua encima
repetidas veces á fin de calarlo bien , y al cabo de una hora
se lava madeja por madeja con, el objeto de separarle enteramente
el aceyte que no se le ha combinado , y que si quedase pega
do á su superficie le impedirla tomar bien la agalla ; se tuerce
en seguida á clavija con garrote y se hace secar.
Al salir el algodon del desengrasado debe tener un hermo
so blanco. , . i
Lo que queda de las aguas del desengrasado, sirve para co
cer el algodon. .,

sesta operacion. — Agallado ó enjebe de agallas.

Para cien libras de algodon se hacen cocer de veinte i vein


te y cinco libras de agallas en suerte y quebrantadas en unas
cien pintas ( uno3 46 azumbres) de agua, hasta que se aplas
te facilmente entre los dedos. Se echan entonces en la caldera
50 pintas (unos 23 azumbres) de agua fría; se pasa la decoc
cion por un tamiz de cerda espeso y se procede al agallado á
una temperatura tal que pueda apenas soportarse el calor del
baño en la mano. La manipulacion es la misma que para los
baños aceytosos : se lleva inmediatamente el algodon al tendedero,
dejándolo al ayre libre si el cielo lo permite d en un sotechado si
el ti&oipo estuviese humado ó llovioso. Se tomarán en cuanto
á lo demas las precauciones que hemos advertido para lograr una
desecacion igual , á fin de que no resulten , por el baño de ru
bia r desigualdades en el color.
Puede hacerse el agallado en dos veces aunque con la mis
ma cantidad de agallas, y haciendo iecar concluido cada agallado-
Este método tiene la ventaja de contribuir á dar un color
mas lleno y unido. .. .
Se reemplaza algunas veces , para economizar , una parte de
agallas por el zumaque , llegándose á obtener por este medio
matices particulares que son bastante estimados.

séptima operacion— Alumbrado.


. - í
El alumbrado de i00 libras de algodon ecsije de 25 á 30
libras de alumbre puro , es decir , bien despojado-- de sales fer
ruginosas. Por esta razon es esencial no emplear para esta ope
racion sino el alumbre de Roma, o bien el alumbre de primera
calidad que sale en el día de las fábricas francesas , y que en
nada cede al de Roma. La presencia de una pequeña cantidad
de una sal de base de hierro en el alumbre haría tomar al
encarnado de rubia un color vinoso, y por consiguiente perju
dicaría al objeto que se quisiese conseguir. Es preciso pues, ante
todas cosas, cerciorarse de la pureza del alumbre haciendo di
solver una pequena porcion en agua y añadiendo á la disolucion
algunas gotas de la de prusiato de potasa. Si en el espacio de
algunas horas no determina esta sal en el líquido un precipitado
azul, se podrá emplear el alumbre, pero, en el caso contrario
seria el alumbre de mala calidad y no se debiera usarv por
consiguiente , á no ser que se purificase, del modo que hemos
ensenado en otra parte. •. •-, • .;; i,,.-. -i- :-. 7-i: ,• I
No basta que el alu mbre sea perfectamente puro; es menes
ter además correjirle el esceso de ácido que contiene , echando
en el agua que lo tiene en disolucion cierta cantidad de agua
de sosa; darémos en otra parte la razon de esta adicion alcalina
al baño de alumbre. . -i .: i , . - i.. - mu
Esto supuesto se procede al alumbrado del modo siguiente:
se hacen disolver, sin hervir, de 25 á 30 libras de alumbre
en cerca de i00 pintas (unos 46 azumbres) de agua de lluvia
ó de rio , y luego de estar disuelto se va echando en el baño
poco á poco una solucion de sosa preparada con TL en peso de
alumbre. No se echa una segunda porcion de la solucion alear
lina hasta que ha cesado enteramente la efervecencia causada
por la primera, porcion , y asi sucesivamente. De este modo no
h¿iy que temer que una efervecencia demasiado precipitada y
viva haga salir una. porcion del baño "fuera de la caldera. Se
ve que la efervecencia es debida aqui al desprendimiento del
ácido carbónico . que estaba unido con la sosa , y que el esceso
24
(í«4)
del ácido sulfúrico contenido en el alumbre pone en libertad-
Debemos advertir tambien que empleando la sosa en pro
porcion mayor que la que hemos prescrito se descompondría
tal vea; el alumbre , cuya base, es decir, ia alumina, se pre
cipitaría entonces en la caldera en forma de copos blancos.
Se pasa el algodon por el baño de alumbre saturada tibio
como se ha hecho en el baño de agallas ; se procura impreg
narlo bien y se hace secar , atendiendo á las precauciones que
hemos señalado varias veces.
Los tintoreros que agallan en dos veces, hacen lo mismo
con el alumbrado. :• - i r * •i i - ,: -.•-•-:(
:.!>.•.• . i* • . i - i , • •- , :.l
OCTAfA OPJSRACION Lavado. .T

Para despojar el algodon del alumbre que no se le ha cení-


binado intimamente, se deja en agua por algunas horas y des
pues de haberlo escurrido bien se lava madeja por madeja tres Á
cuatro veces en agua corriente, se tuerce á clavija, y se hace secar
-.-(.. . - - "'- ' • - • .<.-:. v • í
nona opbracion. Baño de rubia. ' .•• . - .1
. . ' -
Esta operacion debe ser dirijida con el mayor cuidado sí
se quiere obtener un color unido : se ejecuta del modo si
guiente.
No se tiñen mas de cincuenta libras de algodon á la vez.
Lo mas ordinariamente se tiñen solo veinte y cinco libras, bajo
cuya última suposicion describirémos el proceder.
Se usa comunmente una caldera cuadrilonga ; se echan en
ella cerca de 400 pintas (unos i845- azumbres) de agua, y
25 pintas (unos ii § azumbres) de sangre de vaca ó de carne
ro que se mezcla bien con el agua. Luego que empieza esta á
ponerse tibia se añaden 50 libras de rubia que se deslíe con
cuidado en el baño. Inmediatamente despues se mete en él el
algodon colocado en cañas o bastones que se llaman volteadores;
se ponen ordinariamente dos mazos en cada caña ó volteador. Se
agitan succesivamente las madejas en el baño por medio de las
cañas y se voltean de tiempo en tiempo de uno á otro estrenuo
á tin de que el color pueda aplicarse con igualdad. Se con
tinua esta maniobra por una hora ó algo mas , dirijiendo el fue
go de modo que llegue el baño á hervir en este espacio de
tiempo. Se saca entonce* el algodon de las cañas y se mete en
la caldera colgando cada mazo por medio de una cuerda que
está atada á unos palos ó bastones que descansan atravesados
f-
('65)
«ohre los bordes de la caldera; se hace hervir cerca de tres
cuartos de hora ó de una hora á lo mas ; se separa en seguida
el algodon de la caldera , se deja escurrir , se lava en el rio
hasta que el agua salga clara y se pone á secar.
Se acostumbra teñir en dos veces dividiendo tambien en dos
partes la cantidad de rubia prescrita mas arriba. Se obtiene por
este medio un color mas unido ; no es necesario secar entre las
dos operaciones ; basta lavar bien. -. • *
El bafio de rubia que sirve en esta operacion se prepara or
dinariamente con la rubia de Provenza ; pero para obtener ma
tices finos y mas ó menos rosados , se mezcla algunas veces la
rubia de Provenza con la de Esmirna , de Chipre , etc. ya sea
en partes igualas , ya en la proporcion de dos partes de la pri
mera y de dos de la segunda ó de la tercera.

DÉCIMA OPBRACIOf- — AviVO. .

Se ejecuta el avivo de diferentes modos.


i? Se hacia hervir antiguamente á un ligero calor el algo-
don teñido de encarnado de rubia en lo que quedaba del últi
mo baño blanco , al que se añadían cuatro ó cinco libras de ja
bon blanco de Marsella, disuelto en úna cantidad de agua tal que
el todo reunido formase cerca de 600 pintas (unos 277 azum
bres ) de líquido. Se tapaba bien la caldera , pero se dejaba una
salida para el vapor ya sea por medio de telas ordinarias inter
puestas entre los bordes de la caldera y su tapadera , ya por
medio de una válvula adaptada á la misma cobertera. Este mé
todo parece está abandonado en el dia.
2? Despues de teñido el algodon se prepara un baño blan
co ordinario que se conoce con el nombre de sikiou. Se pasa eri
él el algodon lavado ó despojado de la rubia que no se le ha
bia combinado , y se hace secar. Luego que está seco se hace
hervir, como se ha dicho mas atrás, en un baño de seis á ocho
libras de jabon. -
3? Se prepara siempre el baño de avivo para cien fibras de
algodon con cuatro ó cinco libras de aceyte , seis libras de ja
bon blanco de Marsella y 600 litros (unos 298 - azumbres) de
agua de sosa i dos grados. Se hace el resto de ía operacion si
guiendo el primer método;- - *v, . • i-, . • -.» -,\
Cuando por una muestra que se saca de la caldera se ve
que se presenta el encarnado bien decidido y manifiesto se para
el fuego, se deja enfriar el algodon en la caldera, se esprime
en seguida, se lava bien en el rio, se tuerce á clavija, y se pro*
pede inmediatamente á la operacion del xoséo sin necesidad de
hacer secar. • . • ¡ . - . .. i « - .i r
1 • .- : . • • .i |..*,..
UNDÉCIMA OPERACION.-- ROSÍÍO.

Esta operacion tiene por objeto dar brillo y viveza al color.


¡ . P?ra ejecutarla se emplea una caldera semej nte á la del avi
vo. Se echan en ella cerca de -6ob pintas (unos 277 azumbres)
de agua en la que se hacen disolver de i6 á .i8 libras efe ja
bon blanco. Cuando está el jabon bien disuelto y ha dado el
baño algunos hervores se echa poco á, poca en 41 la disolucion
de oeíea de. una, libra y media de sal de estaño en dps ¡pin-:
tas (una azumbre á corta diferencia) de agua tuda, y á la que.
se han añadido de . 6 á 8 onzas de¡ ácido, nítrico de ao grados.
Mientras se va echando esta disolucion , se agita el baño con un
palo á íin de mezclarla, bien con el de jabon. Se mete entonces
en él el algodon dividido de antenuno en cierto número de lios
ó madejas y se hace hervir 4 fuego lento como en el avivo
basta que esprimiendo una muestra que . esté bien impregnada
presente un color vivo muy hermoso. Se saca entonces el al
godon de la caldera , se lava estando aun caliente , se hace secar
y queda concluido el algodon. , ¡ ,¿ ...
Siguiendo el mismo proceder se consigue teñir de un her
moso encarnado de Andríndpoli el hilo de lino y de cáñamo
con tal que se les dé á lo menos un medio blanco, antes de
sujetarlos á la preparacion aceytosa que deben sufrir ( Véase en
el Précis analytique des travaux de V Académie royale de Rouen
pour V année i8i4 , el detalle de las operaciones á que he so
metido el hilo de lino para teñirlo de encarnado de Turquía, en
virtud de la demanda de S., E. el Ministro de las fábricas y
del comercio , que me fué transmitida por el Conde de Girardin
Prefecto entonces del Sena-Inferior. Se hallará igualmente á con
tinuacion la ¡relacion que hicieron á la Academia M. M. Benja
min, Pavié y Lancelevée, sobre las -muestras que tuve el honor
de presentar á tan sabia compañía.) -,, .
, El sistema de operaciones que se ha espuesto hasta aquí, que
«s esencialmente ti mismo que se publicópor orden del. Gobier
no , y que se baila descrito en .el Essai sur XxArt- de la Tein-
rure , por Mr. Scheffer , comentado por Bergman , en el Art de
la Teinture des fils et etoffes de coton , por Le Pileur d' Aplig-
ny, y en el Traité du rouge des ludes , por el Conde Chaptal; este
sistema,, repito , ;no es el único que se puede seguir. Eesiste
o,tro al .gue ,se ,da. la preferencia en algunos obradores y qu>
M. Berthollet da á conocer detalladamente (Elementos de I' Art
de la teinture toar». 2. pag. i37)* ' i
Estos dos .sistemas son conocidos en Ruan bajo el nombre
de marchas. La primera se llama marcha al gris , y la segunda
marcha al amarillo, . ,.' .
La marcha al gris deriva su nombre de la operacion que se
hace esperi mentar al algodon sometiéndolo al enjebe de rubia
inmediatamente despues de liaber recibido las preparaciones acey-
tosas y los . mordientes de agallas y de alumbre j lo que le da
un color gris. /..-..' » . «i
La marcha al amarilh. se . llama así porque^ segun este sis
tema, despues de haber recibido el algodon por primera vez las
preparaciones con el aceyte , como tambien los mordientes de
agallas y de alumbre no es sometido al enjebe de rubia hasta
que ha recibido por segunda vez las mismas preparaciones y los
mismos mordientes ; lo que le da un color . amarillo. * >
La tabla siguiente ofrece la diferencia que ecsiste entre las
dos marchas. >, ' ¡- - '' u¡ . ...v.. .>>..; .'
' >:-:'. . '. i vi . 1 .v ¡. \> ! . . . , . >' ¡ i.v
Marcha al gris. i . ! Marcha al amarillo.
. .< 1
. j.. »-. . '. ' ' . >i. f .
Coccion. » Cocción, i.' '
Baños de estiércol. Baños de estiercol.
Baños blancos. . .. >. « > ; Baños blancos.
Sales. i r. >i ,.>b Sales* ,' . ' .
Desengrasado. > Desengrasado.
Agallado. Agallado.
Alumbrado. . n» ¿; v. Alumbrado. . > . . .
..Lavado, i k- . «... ..» ,.». , ¡¡ , r¡. Lavado. >, ', . « « .¡.
Enjebe de rubia. >,i .;, Baúos blancos. j „ ;
. Avivo. l 'i; .ib tr>r i ' j í,j [..-. Sal.' . > '' ,, > ,' l
Roséo. ,» >-)í . »1í: ¡ Desengrasado.
.t j i : '¡ H ií ' 1 .Agallado.
, >\\ , : . ,> h. .> «. - 1. 1-,, . Alumbrada.. ;„. i '.,.?«.(;
¡' ' '>. ra;. . >.i. rfwt». tu f¡ titii t, iit Lavado. \. a
vu .»« t...f. n i.'t o« (i r .Enjebe s de rubia. >.-¡r >,
. ' ;...::>tii n. ».>>; !». i . '"¡ «'..,;« iAvjvO.; i."¡> . I. v-ÜI >
¡ .... 1 1! ^ \ ( ^Rofléo.. , i'.i
¡ ».,.''! ,
' \ - 1i 'í» I » > ¡ .!»i
¡ Las marchas al gris y al . amarillo son susceptibles de un
gran adinero de operaciones y' variedades ya sea en el orden ya
(i68)
en el número de las operaciones relativas á cada una de ellas.
Presentamos varios ejemplos con esplicaciones que no pueden
dejar de interesar á los tintoreros.
. . ¡ . ' . . .' . j ...
Marcha al gris para i00 libras de algodon.

Coccion , en una agua de sosa á un grado y medio del areó


metro ó bien con las aguas del desengrasado que señalan ordina
riamente dos grados. . .
Baño de estiercol , con veinte y cinco libras de estiercol j
seis de aceyte; secar en la estufa. .*.>
Baño de estiercol , ;iilem ; secar del mismo modo.
Baño blanco , con cinco libras de aceyte y agua de sosa á
nn grado y medio ó dos grados; secar.
Baño blanco, idem ; secar.
Una ó dos sales , la primera á dos grados , y la segunda í
tres ; secar. . . . ». - ' ,« i. :' L> i '.
Desengrasado , en el agua pura que tenga una temperatura
igual á la de la atmósfera, en verano, y entre quince y diez y ocho
en invierno : se tendrá el algodon en el agua por una ó dos
horas ; se >sacará en seguida , se torcerá á clavija , y se liará secar.
Baño blanco , como el que queda dicho mas arriba.
Baño blanco , idean ¡ . ' « ,
Baño blanco 4 idem. i ' > »v . i
Desengrasado , como mas arriba , con la diferencia qne «
lava bien antes de torcer; despues se hace secar.
Primer .agallado , con siete libras de agallas en suerte , i
de agallas de Istria-; secar.
Segundo agallado , con catorce libras de zumaque al que
se hace dar uno á dos hervores; se refresca el baño, sepas»
por un tamiz , lo mas caliente posible ; se hace secar. ' '.
Primer alumbrado , con trece libras de alumbre purificado;
en seguida se lava ligeramente, y no se seca.
Segundo alumbrado, con doce libras del mismo alumbre que se
puede reemplazar por el de Roma; se lava, se tuerce, y no se seca.
Enjebe de rubia ,> con siete cuartos de libra de lizari de Pro-
venza por libra' de algodon; no se tiñen mas que veinte y c'n'
co libras de una vez; se aguarda que el algodon sacado de la
caldera se enfrie , para lavarlo ; se tuerce y no se hace secar.
Avivo, con agualde sosa á un grado y medio ó con lo que
queda del baño del desengrasado , al que se pueden añadir tres
d cuatro libras de jabon blanco." Se hace hervir el algodon por
cuatro ó cinco horas en una caldera tapada con su' cobertera,
(r69)
pero de modo que pueda darse salida al vapor; se mantiene la
ebullicion hasta que una muestra que se tiene cuidado de mi
rar de tiempo en tiempo llegue al grado conveniente ; se deja
enfriar el algodon en la caldera, se esprime bien , se lava en el
tio, se tuerce á clavija., y, sin necesidad de secarlo, se proce
de á la última operacion.
'. Roseó , con. doce libras de jabon blanco que se hace .disolver
en una cantidad de agua suficiente. Cuando se ha hecho la so
lucion de jabon , se le echa otra solucion de una libra ó libra
y media de sal de estaño que se ha hecho disolver en dos pin
tas (un azumbre á corta diferencia) de agua tibia, á la que se
ha añadido cerca de un tercio de botella de ácido nítrico de
36' grados del areómetro; Se hace hervir por. cuátro ó cinco
horas , y se saca el algodon cuando una muestra tiene la vive
za que se desea.
Si por el primer roseo no se puede lograr que llegue el
algodon al punto conveniente se dará un segundo roseo como
-el primero , y en el que solo se emplearán ochó libras de jabon.

Marcha al amarillo ambien.para i00 libras de algodon.

Coccion, como en la rriarcha al gris.


Das baños de estiércol, con cinco ó seis libras de aceyte cada
uno; hacer secar.
Dos baños blancos, con seis ó ocho libras de aceyte cada
uno; secar. . ' ' ,.
Dos sales , cada Una á dos grados del pesalicor de Baumé.
Desengrasado , del modo ordinario ; lavar y despues - hacer
secar.
Primer agallado, con ocho libras de agallas; hacer secar.
Primer alumbrado , con trece libras de alumbre puro>; lá-
var , sin secar, despues torcer, y hacer secar. .>.
Tres baños blancos , cada uno con seis libras de aceyte ;' ha
cer secar. ..
Dos sales , á dos grados cada una ; hacer secar.
Segundo agallado , con ctfatro libras de agalla, y doce de
zumaque ; secar.
Segundo alumbrado, con trece libras de alumbre puro; ha
cer secar.
Lavado ; se tuerce , y se hace secar si se quiere.
Enjebe de rubia, con dos libras de lizari de Provenza , por
libra de algodon.
Avivó ; come* en la marcha al gris. > ;-
('7°)
.i Primer roséo , como en la marcha al gris. -.• .
Segundo roséo (en caso necesario), como en la marcha al
gris. . .,; . ,
El sistema de operaciones indicado en una y otra de las mar
chas arriba citadas , nos parece, de tal modo preferible á los de-
mas, que invitamos á los tintoreros á que lo sigan , dejándoles
la libertad de dar; los baños un poco mas cargados de aceyte,
.mas repetidos, algunas sales, mas , etc. . uiir • .I
Se sigue ordinariamente la marcha al gris para hacer los en
carnados de Andrinópoli comunes y ordinarios, y se reserva la
marcha al amarillo para los encarnados de primera calidad, por
la doble ventaja de brillo y solidez,; ... V . ( .i, . ¡ -
. , Es menester también tratar el lino y el cánamo por la . mar
cha, al amarillo como lo he hecho yer en <il proceder para te
ñir estas sustancias de encarnado de Anlrinópoji. ( Precis analy-
tique des travaux de l' Aeadémie royale de Rouen , pour I' an-
ne'e i8 i4). • .t-
Por lo que toca á las precauciones que deben tomarse pa
ra asegurar el suceso de las operaciones concernientes al encar
nado de Andriaopoli , tales como la -eleccion de, tos ingrediente»,
el modo de emplearlos , etc. se hallarán los detalles que se
pueden desear acerca de este objeto , en mi Manuel du Tein-
turier sur fil et sur coton files ; á la que me remito. Se podrá
tambien saear mucho provecho de lo que M. Berthollet escribid
sobre este objeto , segun los principios del conde Caaptal , Elemen
tos del arte de teñir tomo 2.
, . .Ensayemos ahora la teoría de teílir de encarnado de Andri-
ndpali ó de Turquía, segun los procederes que acabamos de de
tallar.
Nada puede contribuir tan eficazmente á los progresos de
un arte , como el conocimiepta ecsacto de los medios que se em
plean en su práctica. Aunque una larga esperiencia puede servir
á reunir muchos hechos, no obstante si se ignoran las causas de
que se originan , se está continuamente espuesto á hacer falsas
aplicaciones ; se siguen procederes semejantes en casos que difie
ren esencialmente entre sí ; se confian mejoras, á la casualidad,
fundándose muchas veces sobre falsos principios.
Aunque distamos mucho de pensar que por el efecto de la
coccion se dilaten los poros de las materias que se han de .te
ñir, ó se despojen de ciertos cuerpos que los obstruyen, con
sideramos no obstante que el motivo que ha obligado á ejecutar
esta operacion , es el de separar primeramente á las sustancias
que se tratan de teñir , una materia aceytosa d resinosa que cu
0?0
bie sus fibras, y llena los intersticios esparcidos entre sus fila
mentos. De esta materia aceytosa d resinosa depende que seau
estas sustancias menos blancas y que tengan menos afmidad por
el agua y materias colorantes que deben recibir. Hé aqui por
que , en general, cuando se quieren conseguir los colores mas
brillantes y se trata de darles el último grado de viveza es in
dispensable no detenerse en la coccion y en el blanqueo luego
que se observe que estas dos operaciones puedan perjudicar á
las materias que se quieren teñir quitándoles una parte de su
solidez ; pues que tanto la coccion como el blanqueo arrastran
siempre consigo una pérdida de sustancia mas ó menos conside
rable , y que es imposible de evitar.
No es necesario, á la verdad, blanquear perfectamente el
algodon antes de teñirlo de encarnado de Andrinopoli , pero es
te color sale tanto mas bien sobre el lino, ó el cáñamo, cuan
to mejor se ha separado á estas dos sustancias la materia re
sinosa que colora sus superficies , y es muy verosímil que la
coccion en el agua de sosa basta tan solo el algodon porque
está meuos cargado de materia resinosa de la que se le despo
ja por medio del alcali , el cual la disuelve, principalmente si se
ayuda la accion con el calor.
Los baños de estiercol ni tienen ni pueden tener otro ob
jeto que acercar mas el algodon , el lino y el cánamo , que son
sustancias vegetales, á las de naturaleza animal, ó. como se
espresa ordinariamente , animalizarlas en algun modo, combinán
dolas con la materia grasa que forma parte del estiercol de los
cuadrúpedos rumiantes, y por consiguiente del de carnero ú ove
ja. Esta materia animal disuelta en la lejia alcalina de sosa , se
tialla entonces tambien en su mayor estado de division, y, por
consiguiente , en el estado mas favorable para combinarse con
el algodon. He demostrado esto en una Memoria que tuve el
honor de presentar , en i 806, al Instituto de Francia , que
fué insertada en seguida en el Journal de Physique. El arte ha
querido tauii)ien imitar esta vez , á la naturaleza, y la esperien-
cia acredita que no han salido buriadas sus tentativas.
Los baños blancos que siguen á los de estiercol dejan so
bre el algodon la materia mucilaginosa mezclada con el acey-
te, el cual, segun hemos visto mas atras , concurre con la ma
teria azoada suministrada por los baños de estiercol á precipitar
irías facilmente ia parte colorante encarnada de la rubia en el al
godon. La propiedad de que goza el principio aceytoso de com
binarse con la materia colorante da bastante motivo para pensar
que este principio produce tambien por si solo un efecto útil.
('7»)
Se comprenderá facilmente , atendiendo á esto , porque el
algodon estará tanto mas dispuesto á cargarse de la parte co
lorante de la rubia cuanto mejor se haya hecho su prepara
cion por un cierto número de baños mas bien débiles que
fuertes , dados en diversas veces á fin de que pueda el algodon
impregnarse facilmente poco á poco de esta especie de mordien
te y absorver á la larga un» cantidad mayor hasta que se ha
lle satisfecha su afinidad , ó haya llegado al punto de satu
racion conveniente : lo que deberá tenerse presente siempre que
se trate de obtener colores cargados y llenos.
Por cuidado que se tenga en torcer el algodon aunque sea
á clavija con girrote , es imposible que despues de haber sa
lido de los hartos aeeytosos ó de los de estiercol no retenga
cierta cantidad de estos hartos que solo esté adberente á la superficie
del algodon sin haber contraído union con él ó formado una
verdadera combinacion química ; y es facil ver que la parte su-
perflua de estos banos perjudicaría mucho á la combinacion de los
mordientes que deben seguir sino se tomase la precaucion de
separarlos por medio del desengrasado : operacion mucho mas
importante de lo que comunmente se cree y que ecsije ser eje
cutada con todo el esmero que hemos recomendado. Los lava
dos tiene en general el mismo objeto que el desengrasado y
deben tambien hacerse con mucho cuidado.
En cuanto á la desecacion que debe tener lugar en el ma
yor número de las operacioues se deja conocer á primera vista
su utilidad considerando que la humedad -que se ha fijado en
el algodon por la aplicacion de un primer mordiente , será ne^
cesariamente un obstáculo para la aplicacion y combinacion de
un mordiente subsecuente; Por esta razon no basta siempre ha
cer secar al ayre sino que es menester conclmr la desecacion en
una estufa que tenga un calor de 50 á 55 grados de Reaumur, prin
cipalmente en invierno y mayormente si el tiempo está cargado
de vapores húmedos.
Será imposible formarse un juicio ecsacto de la operacion del
agallado hasta que se sepa bien cuales son los principios facili
tados por las agallas. Parece cierto que contienen un ácido par
ticular llamado por esta razón ácido gálico; pero ¿que es ese
taninb que se ha dicho acompañaba siempre al tal ácido ?
¿ Son tal vez mas bien conocidas en el dia su naturaleza y com
posicion que en tiempo de Berthollet , cuyo célebre químico
lo consideraba como un principio astringente , que nadie ha
podido aun obtener? ¿No debemos acaso convenir que sucede
lo mismo coa el t añino qae los mas hábiles y sabios quími
co« no han podido basta ahora separarlo de las lustaiieia» en
tradas á su composicion ?
A pesar del velo que nos cubre la naturaleza de los pro
ductos de las agallas no es menos cierto tampoco que estos pro
ductos , cualesquiera que sean, hacen el olicio de un mor
diente muy enérgico obrando poco á poco directamente sobre
el algodon que ha recibido las preparaciones de aeeyte , ó tail
vez sobre el mordiente de alumbre , seguu vamos á esponer
Juego.
Hemos dicho , al hablar del alumbre , que suministraba esta
sal á la tintura uno de los mordientes mas energicos , y
en efecto desempeña un papel muy importante en el tinte del
encarnado de Andrinópoli ; pero de que modo ? Este es un
punto que no puede aclararse hasta que se conozca perfecta
mente lo que sucede cuando se pone en contacto con los prin
cipios contenidos en el decoctum de agallas, ¡áe sabe bien que
si se echan algunas gotas de solucion de alumbre en .este
decoctum deterqpnan inmediatamente en ella un ' precipita
do .de color blanco que, segun M. Henrv , químioo ingles (i),
no es otra cosa que la alúmina que ha sido separada del ácido
sulfúrico. Se podria pues admitir que cuando se pasa algodon
agallado por una solucion de alumbre es descompuesta esta sal
de modo que la alúmina abandona al ácido sulfúrico que tenia
en combinacion, para unirse con los principios que provienen
de las agallas y que han sido lijados en el algodon por medio
del agallado.
Puede deducirse de esto que para operar la precipitacion de
la alúmina, y la combinacion con los productos de las 8gallas
en el mismo algodon es menester alumbrar á un grado de ca
lor de i8 ó 20 grados á lo mas, porque. á un grado mayor,
de temperatura, precipitándose la alúmina con demasiada pronti
tud, y abundancia, no tendría el tieriipo de combinarse con las
agallas y dejaria por consiguiente , una gran parte , de unirse
con ellas.
Resulta tambien de lo dicho que la combinacion de la
alúmina con las agallas forma un nuevo mordiente compuesto
que se une con los mordientes que el principio aceytoso y el
estiercol han suministrado ya.
Advertiremos ademas que, en el alumbrado del algodon
que se trata de teñir de encarnado de Andrindpoii , no se aña-

(i) Repertory of Arts and Manufactures, t. II , p. 262.


(>74)
de , sin razon , al alumbre ordinario cierta cantidad de alcali
(cerca de una onza de sosa por libra de alumbre). En efecto,
siendo el aluiiibre una sobre sal ó una sal con esceso de ácido,
saturando este esceso de ácido por la sosa, se impide que obre sobre
el algodon y que lo altere. Resulta ademas de esta practica la
ventaja de que la afinidad de la alúmina por las agallas aumenta
á medida que se halla menos retenida por la afinidad que tiene
por el ácido sulfúrico, de que se sigue que la nueva combinacion
que debe formarse se efectúa con mas facilidad.
Podría pues precindirse de saturar el alumbre en el caso
en que se diese al algodon un gran número de sales y sobre
todo de un grado fuerte, segun se practicaba antiguamente.
Tal vez los baños aceytosos que ha recibido el algodon an
tes de pasarlo por el alumbre contribuyen tambien en algun
modo á la descomposicion del alumbre; en cuyo caso resultaría
un jabon aluminoso que fijándose en el algodon sería muy so
lido por ser enteramente insoluole en el agua.
Macquer , en la palabra tintura de su diccionario de quími
ca da sobre -las causas de la solidez del encarnado de las Indias
una opinion sobre la que creemos debe fijar por un momento
la atencion.
» Ecsaminando , dice , los efectos de tolas las operaciones
complicadas en que consiste el proceder del Levante ó de An-
drinópoli para hacer recibir al algodon, un encarnado de rubia
incomparablemente mas hermoso que el que se puede lograr
por el proceder ordinario , me he sorprendido' de una singula
ridad que ofrece el alumbrado de este proceder del Levante,
y que consiste en mezclar una gran cantidad de alcali fijo coa
la disolucion de alumbre antes de impregnar con él el algodon.
» Como el alumbre en esta operacion es seguramente descom
puesto por el alcali fijo , he querido descubrir cual era el re
sultado y he visto que el alcali fij'o , al mismo tiempo que pre
cipitaba la tierra del alumbre , disolvia una porcion considera
ble de este cuerpo y que la sal alcalina terrea de alumbre era
la que se transformaba en verdadero mordiente en el proceder
de tintura de que se trata. Me he cerciorado en efecto
por los esperimentos convenientes, i? que los alcalis volá
tiles y fijos sobre todo si son cáusticos , podían disolver y po
ner en estado salino una cantidad bastante grande de la tier
ra de alumbre , aun por la via humeda , y- que por la calci
nacion podían los alcalis fijos disolver una cantidad aun algo
mas considerable de esta misma tierra ; 2? que esta sal al
calina terrea se descomponía por el agua sola y aua mejor por
075)
la decoccion de rubia y otras tinturas estractivas, de la que
su tierra ^ la alúmina) robaba el color, y con la que formaba
una laca ó un precipitado colorado, como lo hacen los mor
dientes compuestos de un ácido y de una tierra ó de un me
tal; 3? he probado por un gran número de esperimentos,
que impregnando algodon ó hilo de una fuerte disolucion de
este mordiente alcalino , sin otra preparacion preliminar qne la
de la desgomadura y la del agallado , sacaban estas sustancias
en el baño de rubi;i un encarnado mucho mis lleno y hermoso
que el que pueden adquirir por el alumbre, y que por consiguien
te debía principalmente el encarnado de Andrinópoli su su
perioiidad á este alumbrado alcalino y que si las demas pre
paraciones del proceder del Levante contribuyen á la belleza y
solidez del color es -tan solo porque disponen el hilo y el al
godon para recibir y retener mayor cantidad del mordiente
alcalino de base de tierra de alumbre , que, es por decirlo asi el
alma de esta tintura. "
A pesar del respeto que nos infunde la autoridad de Mac-
quer , no podemos sin embargo adherirnos enteramente á su
opinion en cuanto á este particular.
Admitimos , con este ilustre químico, que la saturacion del
alumbre por un alcali, ó mejor que la adicion de un alcali al alum
bre produce buenos efectos en el alumbrado empleado para el en
carnado de las Indias, segun lo hemos advertido nosotros mismos mas
atrás; pero esta modificación que se hace en el empleo del alumbre,
aunque muy útil, nonos parece ser, como lo pretende Macquer,
la causa principal do la superioridad de color que redil, el algo-
don teñido de encarnado por el proceder de - AndrinopoM.
En efecto, la cantidad de sosa que se anade, al alumbre*
aun cuando se suponga igual á la octava parte del peso de
esta sal , seria apenas suficietite para saturar el esceso de ácido
sulfúrico que se halla en el alumbre. El alumbre no puede pues
volverse un mordiente alcalino capaz de disolver una gran can
tidad de alúmina , si se atiende , sobre todo , á que el alca
li añadido al alumbre, muy lejos de ser cáustico como deberia
serlo segun Macquer para que pudiese disolver y poner en es
tado salino una cantidad bastante grande de la tierra del
alumbre , está al contrario combinada con una cantidad notable
de ácido carbonico , ó, sirviéndome de las espresiones de la anti
gua química se halla en estado de alcali aereo.
Puede citarse , en apoyo de esto , un hecho decisivo. Si se
trata el algodon desanidado ó desgomado, y agallado , por el
alumbre preparado segun el método de Macquer , jamás se.
1*7*)
conseguirá dar al algodon por el baño de rubia un enramado
tan vivo y sólido romo el que recibe en el mismo baño el algo
don despues de haber sido tratado por las preparaciones aceyto
sas en las que comprendemos los baños de estiercol y los blan
cos , y creemos tener fundamento para decir que el encarnado
hecho por el proceder del Levante debe principalmente á estas
preparaciones su superioridad sobre el encarnado de rubia aplica
do al algodon que no ha sido preparado por los baños aceytosos.
Dispuesto el algodon, al contrario, por el proceder de An-
drintípoli se apodera con fuerza de la parte colorante en la
operacion del enjebe de rubia , suponic'ndola bien dirigida , es de
cir, segun las reglas que hemos dado anteriormente. El color
estraido de la rubia se rija solidamente sobre el algodon por el
intermedio de los mordientes que ha recibido, y con los que ha
«ido combinado enteramente de antemano; á saber: la materia
gra?a y el estiercol , el principio aceytoso , el mordiente de aga
llas y el alumbre á los que es menester añadir la albumina que
suministra la sangre que se agrega al baño de rubia , y tal vez
otras materias animales y algunas de las sales que contiene este
líquido , pues está bien probado que la sangre no obra p»r la
materia colorante que Je es propia , y que nada añade tampoco á
la de la rubia.
.El algodon no recibe en el baño de rubia sino un encarnado
sucio y obscuro que tira mas d menos á moreno y que nada
ofrece de agradable i la vista; ha sido pues preciso idear un me
dio capaz de quitar este viso sombrío y de darle un encarnado
míis vivo y decidido. Se ha conseguido esto por medio de la
operacion del avivo cuyo efecto es descubrir el color encarnado
encubierto por una materia colorante morena que el baño del
avivo disuelve y separa del algodon. El encarnado descubierto de
este modo empieza ya á ser agradable y por mucho tiempo se
han contentado de este encarnado , al que se daba un poco mas
de viveza, esponie-ndolo por algunos dias en el prado. Hay aun
algunos obradores en Francia y en otros payses en que se
contentan en avivar de este modo el encarnado de las Indias.
Pero por medio de una última operacion .llamada roseo, ad
quiere el algodon un brillo y viveza mucho mas superior á la qae
podia darle el avivo. Para obtener este efecto se hace, hervir el
algodon por cuatro ó cinco horas, segun queda dicho, en una
solucion de jabon blanco á la que se añade una solucion de sal
de estaño ( hidroclorato de estaño), y con la que se acostumbra
mezclir cierta cantidad de acido nítrico de 36 grados. Parécenos
que en esta operacion se descomponen mutuamente el jabon y da
sal de estaño; que el acido hiuroclorieo igualmente que el acido
nitrico que se lia añadido, se apoderan de la sosa que hacia
yd:te dei jabon; que el accyte separado del alcali se unexron el
ücsido de estailo para formar un jabon metálico acido que acaba
de aclarar el color y le da el brillo y hermosura que Jo hace
tan agradable á nuestra vista.
No es Menester otra prueba de la necesidad de estar instrui
do en química para egercer bi»n el arte de la tintura que
el egemplo que se ofrece aquí en el proceder del encarnado de
Andrindpoli. Ensayando una teoría de este proceder Ua compli
cado en sus operaciones no he dejado de conocer la dificultad del
trabajo ni dejarán de sentirla tampoco cuantos conocen la que
se presenta en aplicar los principios de la Química á la» attes y
principalmente al arte de teñir. .
Sometiendo el algodon á las preparaciones del encarnado de
las Indias ó de Andrindpoli se consigue dar ciertos matices de
encarnado que son muy estimados en la fabricacion de los manes,
y entre los que distinguiremos el encarnado ahumado y el rosa.

Se llama encarnado ahumado un encarnado de las Indias su


cio ó empañado y sin brillo que se asemeja al encarnado que
mado de los pañuelos de las Indias. Para dar este color, se hará
lo siguiente:
j? Preparaciones del encarnado de Andrindpoli, siguiendo
la marcha al gris, hasta el enjebe de rubia inclusive.
2? Despues de lavado y secado el algodon se le dará un
fuerte mordiente de acetato de alumina; es decir de 6 grados del
areómetro de Baumé y á una temperatura de i5 i i8 grades
de Reaumur; se hará despues .secar y se dará en seguida un
buen lavado.
3? Se pasará en un baño mas o menos fuerte de quercitron.
4? Despues de haber hecho secar y haber lavado bien , se
avivará en el agua de sosa y en el jabon.

§ IV. --Tinte del algodon de color cereza y rosa.

Se obtiene con bastante seguridad el color de cereza siguien


do el proceder que vamos á indicar.
Coccion.
Baño de estiercol.
Tres baños blancos; cada uno de ellos con seis ú ocho
libras de aceyte.
(i78)
Una sal de dos grados.
Desengrasado hecho con cntdado.
Agallado con la decoccion de cinco libras de agallas a la
que se afiadj la infusion de veinte libras de zumaque.
Alumbrado can treinta y seis libras de alumbre muy puro.
Lavado hecho con cuidado á fin de separar el alumbre.
Enjebe de rubia de Chipre ó de Esmirna con una libra
i una libra y media á lo mas , por libra de algodon. Puede
mezclarse ademas un tercio de rubia de Provenza con dos ter
cios de rubia de Esmirna ó de Chipre.
- Avivo haciendo hervir el algodon por cinco ó seis horas
en la legía de sosa de un grado y medio , y en la que se han
hecho disolver de ocho á diez libras de jabon; se deja enfriar el
algodon en la caldera y se lava (i)
Roseo. Demos algunos detalles 6obre esta operacion que
decide particularmente del color.
Se hace Jiervir primeramente el algodon por media hora, en
600 pintas (277 azumbres á corta diferencia) de agua ea la que
se ha hecho disolver una libra y media de sal de estaño y se ha
vertido una botella de acido sulfúrico de 30 grados de densidad;
se lava con cuidado al salir de la caldera ; se hace despues her
vir de nuevo por tres cuartos de hora en una disolucion de
quince á diez y seis libras de jabon blanco.
Para lograr el color rosa se aumenta un poco la fuerza del
avivo y se emplea en el roseo un poco mas de acido sulfurico
primeramente , y despues de jabon en el baño que sigue.
El avivo en el agua de Javela parece conviene aquí mucho.
Se podría tambien, para el rosa, dar preparaciones aceytosís
menos cargadas , menos de mordientes , y , por consiguiente , me
óos rubia en el baño de tintura.
Un poco de esperiencia es lo que mas servirá para allanar todos
los obstáculos.

articulo II. De la cochinilla y de los colores que da .


al arte de teñir.

La cochinilla , coccus cacti , es un insecto muy pequeño que


vive sobre diferentes especies de opuncia ( cactus ) De todas las

( i ) El avivo se hace igualmente muy bien y sencillamente


pasando por algunos segundos el algodon en frio , por la legia
ó el agua de Javela , d un grado del areómetro
('79)
clases de cochinilla, solo se emplean dos en las artes , y particular
mente en el de teñir. Estas dos especies son la cochinilla Jina y la
silvestre. La primera nos viene de Misteea , en Id provincia de
Honduras, lo que le ha hecho dar e) nombre de cochinilla mis-
teca. Se consigue por los cuidados que se tiene de criarla en va
rias plantas y sobre todo en el nopal. La cochinilla silvsstre se
coja sobre unos arbustos que crecen sin cultivo alguno. Esta ul
tima es de un precio mas bajo que la precedente porque da me
nos color. La cochinilla es originaria de Mejico y principalmen
te da los alrededores da Guajaca y Ojaca. A mas de criarse en es
tos puntos se cojen tambien las dos especies en santo Domingo,
en la Carolina meridional , en la Georgia , en la Jamayca y en el
Brasil ( i )•
Para hacer la cosecha de la cochinilla , se despegan , á cierta
época , los insectos del nopal ó del arbusto sobre el cual vivie
ron ; se les hace morir en agua hirviendo, se secan al sol, y
se criban á fin de separar la pelusa del algodon de las larvas
de los machos.
La cochinilla fina y la cochinilla silvestre cojida de este mo
do se presenta en forma de granitos irregulares. Los españoles
dan el nombre de grana fina á la primera y de grana silvestre
ó granilla á la segunda. Los granos de cochinilla tina tienen un
color gris pizarreno mezclado de rojizo y están cubiertos de un
polvo blanco; los de cochinilla silvestre son mas pequeños y
cubiertos de pelusilla parecida al algodon , la cual aumenta su
peso, y absorve una parte del color.
M. Boutron Charlard , farmacéutico de París , hizo insertar
en el Journal de Pharmacie , en el mes de enero de iÍJ24, una
nota muy interesante sobre la cochinilla negra y jaspeada del
comercio , de la que daremos un corto resumen.
Segun dice este farmacéutico , la cochinilla de color gris ó
jaspeado no es otra que la negra , pero que ha recibido una pre
paracion dictada unicamente por la codicia. Esta preparacion con
siste en dejar la cochiuilla negra por espacio de 36 á 48 horas
en una cueva; la poca humedad que esta sustancia es susceptible
de atraer , basta para que, poniéndola en un saco con cierta can
tidad de talco de Venecia hecho polvo, agitando bien de arriba

( i ) En la costa de Murcia y Málaga se cultiva en gran


de el Cactus coccinilifer y los demas generos de opuncias , en los
cuales crian nna escelenie cochinilla que circula tambien en -el
comercio, ¿z Nota del traductor.; .. ,, . ... .
26
(i8e>)
abajo , haciéndola secar, y pasjnloh por la criba para quitar
ei talco superfino , tome de este molo un aspecto nacarado.
La cochinilla de color gris o jaspeado no contiene, pues,
mayor cantidad de materia coloraote que la cochinilla negra,
pues que la primera se prepara jumo con la segunda. Puede
decirse, al contrario, que á igualdad de peso , la. negra da muchas
veces mas color, por constituir el talco, en la primera, una parte
del peso. Esto demuestra bastante el lucro que da el proceder
que se sigue aun en algunas cusas de comercio , sobre todo cuan
do l* cochinilla es muy cara, como lo era en i808 y i809, en
cuyos artos llego' á costar de 80 á i00 francos la libra.
Analizando la cochinilla misteca , M M. Pelletier y Caventou
han descubierto que se componía de una materia particular co
lorante que han distinguido con el nombre de carmina por cons
tituir la base del carmin (i), de una materia animal en un es
tado particular, de una materia grasa, y de una pequena can
tidad de diferentes sales. (Vease Journal de Pharmacie tom.
IV. pág. i93 á sa3-)
El principio colorante de la cochinilla (carmina) despues de
separado , por medio del éter y del alcool , de todas las sustancias
con las cuales estaba mezclado ó combinado ( a ) , tiene un color

( i ) M- John ka llamado^ con mas propiedad ctfchiniüna, al


principio colorante de la cochinilla. La análisis que ha hecho John
de esta materia ha demostrada hallarse compuesta de cochinili-
na . 50 ; de gelatina i 0,5 de grasa ceriforme , i0; de moco ge
latinoso , i4; de sustancia membranosa, i4; de fosfatos é hi-
droclotatos alcalinas y ferreos, i,5; total i00. Nota del tra
ductor.
(2) Para aislar el principio colorante de la cochinilla y con
seguirlo enteramente privado de todas las sustancias estrams que
le . acompañan obran MM. Pelletier y Caventou del modo si
guiente :
Se hace macerar la cochinilla en el éter á fin de despojarla
de una materia grasa que contiene ; se trata despues varias ve
ces por el alcool"- hirviendo \ en cada decoccion se forma un de
pósito granugiento de un hermoso color encarnado. Si se abando
na d una evaporacion espontanea el líquido que sobrenada conti
nua formando depósito : toma entonces un aspecto cristalino. Es*
ta materia así obtenida es la carmina casi en estado
de pureza; sin embargo retiene aun un poco de materia grasa
para cuya separación prescriben, los autores de este descubrinuen
(í8i)
encarnado purpúreo muy vivo, y un aspecto granugiento como
cristalino ; no se altera al aire , y no atrae sensiblemente la hu¿i
«íedad. Espuísto i la accion del calorico se funde á 40 grados
de Reaamur ; calentado mas fuertemente se bincha y descompo
ne como las sustancias vegetales que no contienen aíoe.
La carmina es muy soluble en el agoü; el licor toma por
la evaporacion el ^aspecto de jarabe, pero no produce cris
tales.
El color de la disolucion acuosa de carmina es de un her
moso encarnado que tira un poco á carmesí. El alcool cuanto
menos rectificado se halla tanta mas cantidad de carmina disuel
ve. El éter no la disuelve ; los acidos débiles la disuelven , pero
«l agua sola no puede producir este efecto. Ningun ácido, en es
tado de pureza, precipita la carmina , escepto cuando va acompa
ñada de la materia animal contenida en la cochinilla.
Aunque los acides no tienen la propiedad de precipitar la
carmina , egercen no obstante sobre ella una especie de accion
que consiste en mudar so color, que pasa del encarnado ligera
mente carmesí al encarnado vivo, despues al encarnado amari
llento, y en fin al amarillo. Cuando los ácidos no se hallan muy
concentrados no se altera el principio colorante en su composi
cion , porque , saturando el ácido por medio de una base salifi-
cable , se restablece el color primitivo con tal que no se sature
demasiado.
El ácido sulfúrico concentrada destruye y carboniza la car
mina; el ácido hidroclorico la descompone sm carbonizarla ; la
acción del ácido nitrico es aun mas rápida y activa.
El cloro pone amarillento y destruye enteramente el princi
pio colorante de la cochinilla; no produce precipitado en su di
solucion , cuando esta no contiene porcion alguna de materia ani
mal. El cloro sirve, pues, para conocer la presencia de la ma
teria animal en el principio colorante.
Los álcalis , vertidos en una disolucion de carmina , cambian
su color en violado carmesí ; Saturando al instante el alcali se
restablece el color , y el principio colorante aparece sin alteracion

to volver á disolver la carmina en el alcool que señale 40 gra


dos, añadiéndole en seguida una porcion de éter sulfúrico- igual á la
del alcool. Esta mezcla se enturbia al principio; pero al cabo
de algunos dias se encuentran las paredes del vaso Cubiertas de
una materia colorante magnífica : esta sustancia es la carmina
pura. — Nota del traductor.
(.82)
en sus propiedades principales ; sin embargo parece que la carmi
na ha sufrido algunas modificaciones, porque cuando se la pone
despues en contacto con cuerpos que son susceptibles de reac
cion sobre ella , los resultados son diferentes en algun modo de
los que se hubieran producido antes de la accion de los álcalis.
Si , en lugar de sustraer con prontitud la carmina á la accion
del álcali , se prolonga esta accion ó su aumenta su efecto , ele
vando la temperatura, se disipa entonces el color violado y vuel
ve al encarnado , despues al amarillo , y queda la materia colo
rante del todo alterada.
Si se echa alúmina recientemente precipitada en una solucion
acuosa de carmina , qs arrastrada esta aJ instante por la alúmina;
el agua pierde su color , y se logra una laca de un hermoso en
carnado, si se opera á la temperatura comun; pero si se calien
ta el licor en el que se forma la Lica , pasa el color al carmesí,
y el matiz se va haciendo mas violado á medida qne se eleva
la temperatura y se continua la ebullicion.
La mayor parte de las sales tienen sobre el principio colo
rante de la cochinilla una accion que se manifiesta muy bien por
las mudanzas que producen en el matiz de un color; pero hay
muy pocas que puedan precipitarle cuando se halla en un estado
de pureza perfecta. Trataremos aquí solamente de la accion de
las sales, cuyo conocimiento convenga á los tintoreros.
Las sales de estano tienen una accion notable sobre la ma
teria colorante de la cochinilla. El hidroclorato de protdesido de
estallo forma en el licor un precipitado, violado muy abundante,
cuyo precipitado tira al carmesí si el agua contiene un esceso
de ácido. El hidroclorato de deutocsido de estaño no produce
precipitado, pero hace pasar el color al escarlata; si se añade
entonces un poco de alumina en jalea , se consigue un precipita
do de un hermoso encarnado , que no se cambia en carmesí por
la ebullicion.
Las sales alcalinas terreas ó metálicas hacen mudar el prin
cipio colorante de la cochinilla , las primeras en violado y las
segundas en carmesí; este último efecto es igual al que produ
cen las sales aluminosas en dicha materia colorante, aun cuando
estén ligeramente aciduladas, sobre todo por medio del calor.
Lis sales alcalinas , con esceso de ácido , hacen pasar el color al
escarlata ; citaremos aquí , por egemplo , el sobre tratrato de
potasa.
Los hechos que acabamos de esponer bastarán para poder es-
plicar lo que tiene lugar en el tinte de escarlata ó carmesí en la
na por medio de Ja cochinilla.
(i83)
El primero de estos colores se consigue con un baño de co
chinilla , al que. se añaden cantidades determinadas de sobre tar-
trado de potasa (cremor de tártaro , d tártaro purificado del co
mercio ) , y de hidroclorato de deutdcsido de estano.
Hemos dado ya á conocer ej efecto de estas dos sales; la
primera , en razon de su esceso de ácido , tiende i enrojecer el-
color y á precipitarle junto con la materia animal. La .segunda
obra del mismo modo ; primero por su esceso de acido * despues,
por el dcsido de estaílo que se precipita tambien con la carmi
na y la materia animal, y se fija sobre el tejido con el que
tiene ya mucha tendencia á unirse. No olvidemos de advertir
con los sabios autores de la Memoria que presentamos aquí en
resumen , que , para lograr un hermoso matiz , ha de hallarse el
hidroclorato de estaño al maximum de ocsidacion ; cuyo estado
es el que debe tener en la disolucion de estaño que sirve para
esta clase de tintura. Se ha de evitar con gran cuidado el -uso
del alumbre , porque esta sal tiende siempre á hacer pasar el
matiz á carmesí. Lo mismo sucede con el empleo de los alcalis
y sales terreas. - -¡ • ,,, . ¡- i * , ,•, .,
Para obtener, el carmesí, basta añadir alumbre al baño de. co
chinilla ó hacer hervir el escarlata en una solucion de alumbre.
Se ve claramente que conviene disminuir entonces la cantidad de
sal de estaño , pues que se opone á la accion del alumbre. •
Para hacer pasar el escarlata al carmesí no deben emplearse
los alcalis, porque volvería el carmesí á su primitivo, color en»
carnado por la accion de los acidos , y no, sepia por ,otra parte
el carmesí de buen tinte. . .. ,,. I, ... i,, • •.- «t .! 1
Solo se trata ahora de esponer por menor todos los detalles
.del proceder para teñir de escarlata y de carmesí por medio de
la cochinilla. ;; , , ; .. t * , f , ,• , . •.- , - , -. i
I I k ...- ,».t- . : . . f. U - ! / c- -»".!.! !.- .
, . §. X. — Tinte de escarlata en lana con la cochinilla^,.-. ;

Esta tintura se ejecuta por dos operaciones : el hervor y el


enrojado. • , , ^
: . • . •. . : , ; ;. . i 1 •*. .i-i . ••. i \.
HERVOR DE ESCARLATA PARA CIEN LIBRAS DE TEJIDO. ...
• . . .-i i.-l . •.. ; • . . .:.:.}:-. . . -. r h
En una caldera de cobre estañada, o de cobre de roseta que
tenga en su interior un cesto de mimbre muy claro, se hace
calentar un poco de agua igual á diez y seis ó diez y ocho ve
ces el del tejido, hasta que esté un poco mas que tibia; se echan
entonces en la caldera seis. libras de tártaro purificado; se agita
('84)
el baño y cuando está algo mas caliente se añade media libra
de cochinilla en polvo que se deslie con cuidado en el aiismo
baño , y luego despues se le agregan y mezclan bien cinco libras
de disolucion de estaño muy clara, preparada como hemos dicho
en la primera parte de esta obra. Cuando se observa que el ba-
fío principia á hervir se hace circular en él el paño con mucln
rapidez y despues de haber dado dos d tres vueltas se va pasan
do con mas lentitud. Al cabo de dos horas de ebullicion se sa
ca el paño , se ventea y se lava bien en el rio.
Se vacia despues la caldtra para preparar el enrojado.

ENSOJADO DB ESCARLATA.

Estando ya limpia la caldera se llena con cerca la mitad me


nos de agua que la que se empleó" para la operacion precedente,
y cuando el baño va ya á hervir , se echan en él cinco libras
y media de cochinilla en polvo y pasada por tamiz, mezclándola
bien con el agua del baño ; y cuando despues de haber conclui
do de agitarle se abre por sí sola en varios puntos la costra que
se habia formado en su superficie , se vierten poco á poco en la
caldera catorce libras de disolucion de estaño , cuidando al mis
mo tiempo de refrescar el baño con agua fria si se saliese de la
caldera por el hervor. Cuando la disolucion está bien incorpora
da con el agua del baño, se su-merje y se hace circular en él
el paño dándole dos 6 tres vueltas con rapidefc ; se deja hervir
por una hora hundiéndole con palos en el baño si la fuerza del
hervor le levantase : se saca despues , se lara bien en el vio y se
hace secar. *
Las proporciones de cochinilla y de estaño que entran ya en
el baño del hervor, ya en el del enrojado varian segun el gus
to del tintorero y el matiz mas ó menos subido que se trata de
lograr. Se deja ver tambien que la calidad tanto de la cochinilla
como de la disolucion de estaño , debe influir necesariamente so
bre estas proporciones. Las que hemos indicado pueden conside
rarse , en general , como las mejores.
Cuando se quiere dar al escarlata un viso de color de fuego
se ponen en el baño del hervor algunas astillas de palo fustete
6 bien un poco de curcuma ó tierra merita. El tino práctico y
la esperiencia decidirán -sebre la mayor ó menor cantidad que
se deberá emplear de una ó otra de estás dos sustancias.
Despues del escarlata se sacan comunmente los colores de
cereza , de rosa y de carne. Para conseguir el de cereza se da
primeramente un nuevo hervor con el tártaro y disolucion de
estaño , y despues un enrojado con el mismo baño que
sirvió para el escarlata , al que se añade tártaro , disolucion de
estaño y un poco de cochinilla. No se dejará el tejido en el ba
ño sino la mitad del tiempo que ecsijen las mismas operaciones
para el tinte de escarlata. Se disminuirá, igualmente el tiempo á
proporcion de la delicadeza de los matices que se quiera conseguir.
Para el color de rosa se da el hervor con el baño del color
de cereza, y si el enrojado con un poco de tártaro y de di
solucion de- estailo y una pequeña cantidad de cochinilla. Se
puede subir mas ó menos el color, pasando el paño por agua
caliente inmediatamente despues de teiiidp.
El color de carne se obtiene luego despues del enrojado,
echando una porcion del baño y reemplazándolo con igual can
tidad de agua : se hunde el paño , y se calienta has ta el her
vor que se mantiene por algunos minutos.
El enrojado que ha servido para el escarlata ae emplea, al
gunas veces para hacer los grises vinosos : basta refrescar ó re
novar el baño , como acabamos de decir , y añadirle primero
agallas y despues un poco de caparrosa.

. §, II. Tinte de carmesí en lana, por medio de la cochinilla.

El carmesí puede lograrse de un matiz de escarlata , pero el


carmesí que se sacaría , pasando el paño teñido de escarlata por
un baño de jabon ó por una disolucion alcalina, no seria de
buen tinte.
Para obtener un carmesí sólido , se ha de teñir directamenr
te de este color. , .' . ,
Se prepara el tejido haciéndole" hervir, por espacio de dos
horas, en un mordiente compuesto de tres onzas y media de
adumbre y una onza y media de tártaro por cada libra de lana;
se tiñe despues en un baño preparado con una onza de cochi
nilla por cada libra de materia que se ha de teñir y un poco
de disolucion de estaño.
Se cacan matices menos vivos de carmesí en la lana,
reemplazando la mitad de la cochinilla por la rubia y dando el
hervor y el enrojado que convienen i cada uno de ellos.

§. III. — Tinte de carmesí fino en seda con la cochinilla^

Se da al carmesí en seda obtenido por medio de la cochini


lla el nombre de carmesí fino, para distinguirle del carmesí
falso que se hace con el palo del Brasil..
(i86)
Despues de cocida la seda con veinte libras de jabon sola
mente, para cien libras de seda, se lava bien en el rio, se le da
después un fuerte alumbrado en el que se deja sumerjida por
«spacio de ro á it lloras, se lava despues- y se lai da dos ba-
tiJos en el rio. "
El baño de tintara se prepara como sigue-: se Hena de agua
una caldera basta la mitad ó las dos terceras partes de su ca
pacidad . y cuando el agua hierve se echa dentro de media á
dos -onzas de agalla machacada por libra de seda ; despues de al
gunos hervores, se pone en la caldera de una octava hasta una
quinta parte del peso de la seda , de cochinilla molida y: pasa
da por tamiz, segun la gradacion que se quiera sacar; se añade
despues al baño una décima sesta parteóle tartaro, yi cuando este
está disuelto se agrega otro tanto de disolucion de estaño pre
parada con una libra de ácido nítrico de 30 grados , cuatro on
zas de sal amoniaco, seis onzas de estaño y doce onzas de
agua. . .i>< . u.i ¡vil i--. w n
Despues de bien mezcladas las materias se acaba de llenar
la caldera con agua fria , de modo que el baño esté en la pro
porcion de unos cinco azumbres por libra de seda. Se sumerjen
entonces las sedas en el baño y 6e va volteando hasta que el
color sea bien igual. Se aumenta entonces el fuego y se deja
hervir el- baño por ^espacio de dos horas volteando las sedas de
tiempo en tiempo. Se quita despues la lumbre y se hunden las
sedas en el baño, ea el que se dejan por cinco ó seis horas; se
sacan , se baten dos veces en el rio y se hacen secar sobre perchas.
Se obscurece el carmesí , pasándolo por una disolucion de sul
fato de hierro á la que se añade un poco de cocimiento de palo
de fustete , si se le quiere dar un viso de amarillo.

§. — Tinte de carmesí fino en el algodon por medio


de la cochinilla.

Llamamos carmesí fino el que se logra en el algodon por me


dio de la cochinilla para distinguirle del carmesí falso que se ob
tiene por medio del palo brasil. .: . - . .
Para lograr el carmesí fino se prepara primeramente un fuer
te baño de alumbre que se satura con una onza de sosa por li
bra de alumbre, y que se hace disolver en una suficiente canti
dad de agua para que señale el baño de 5 á 6 grados. Cuando
el bailo está tibio se pasa en él el algodon y se deja dentro por
espacio de diez á doce horas. Se saca despues , se tuerce con la
mano y se lava con cuidado en el rio. Solo falta entonces hacer
(.87)
hervir el algoion preparado de este modo , por quince d" veinte
minutos, en un baño en el que se echa onza y media ó dos
onzas de cochinilla en polvo fino; se saca despues, se lava y se
hace secar.
Se fija con mas solidez el color , calando el algodon , despues
de teáido de carmesí, en un baño de agua de cal.
Un bailo de cocimiento de agalla aviva el color , y , al con
trario, pasándolo por una ligera disolucion de sulfato de hierro
se obscurece.
articulo IIJ. Del Kermes ó quermes.

El quermes es nn insecto que se coje en el Lenguadoc, en


la Provenza , en el mediodía de España , etc. y que crece sobre
unos arbolillos que los españoles llamamos coscojas. Los árboles
frutales y sobre todo los melocotones se cubren de tal modo de
estos insectos que todas sus ramas llegan á parecer sarnosas.
Todas las clases de quermes que se conocen > se hallan en
Europa : forman un 'género que contiene unas veinte especies,
entre las que las principales son, i? el quermes oblongo del me
locoton , Kermes persica oblongus ; «9 el quermes de la pequeña
encina llamada coscoja , Kermes Mieis , coceas illicis; 3? el quer
mes matizado , Kermes variegatus ; 4? el quermes del olmo,
Kermes ulmi , coecus ulmi.
El quermes de la coscoja es el que sirve con particularidad
en los tintes. Nada diremos del coecus polonicus , insecto muy
pequeño y redondo que vive sobre las raices de una especie de
polygonum (sclcrantus perennis), y que se recoje en algunas
provincias de Polonia. No se usa en Europa; lo emplean sola
mente en Turquía para teñir la lana, la seda y el crin.
Luego que la hembra del insecto se halla fecundada se ensan
cha por el desarrollo de los huevos y se presenta bajo una forma
esférica , en razon de la cual , habiendo sido considerada por
mucho tiempo como la semilla del árbol en que vive recibid el
nombre de grana de quermes con que se conoce tambien esta
casta de insectos. . .
El quermes está fijado sobre la corteza del árbol por medio
de una pelusa cotonosa blanca propia del mismo insecto.
Para despegar el quermes se rascan las ramas con las uñas,
<í bien con una espátula 6 euchillo de madera ; se echa en
vinagre 6 bien se espone al vapor de este ácido , y se hace se
car á la sombra colocándolo encima de telas. Es preciso recur
rir al vinagre para impedir que los hijuelos salgan de I0s huevos-.
27 '
(i88)
El quermes que ha llegado hasta su completo crecimiento
tiene un volumen que varia desde el de un grano de pimienta al
de un guisante. /- r
Tiene un color rojo obscuro que está cubierto de. un polvo
ceniciento. El quermes del comercio presenta un color viscoso
debido á la accion del vinagre. . . . -
Para teñir con el quermes el paño se hace primero hervir
este por media hora en agua con salvado ; luego , por espacio de
dos horas , en un baño nuevo con -¿^ de alumbre , ^f-, de tárta
ro; algunos tintoreros añaden al baño cierta cantidad de agua
sura , d^gria de los almidoneros. Estando el paño preparado de
este modo se echa en un baño tibio media libra ó tres cuartos
de libra de quermes, y, al primer hervor, se hunde el paño y
no se saca hasta que no aumenta mas el color.
Debemos advertir aquí que siendo la lana hilada- menos den
sa que el paño, necesita una cuarta parte mas de sales en el
hervor, y de quermes en el baño de tintura.
El encarnado de quermes es mucho menos vivo que el de
cochinilla, pero es mas sólido; de modo que se le pueden qui
tar las manchas de grasa sin alterarle. Se ve aun en el dia el
encarnado de quermes en el rojo de sangre que se nos pre
senta en ciertos puntos de los tapices antiguos.
El encarnado de quermes se llama tambien, algunas veces,
escarlata de grana , por creerse en otro ,tiempo que el quermes
era una semilla ó grana segun tenemos dicho : se le ha dado
tambien el nombre de escarlata de Venecia, por prepararse
principalmente en dicha ciudad esta clase de encarnado.
Empleando la mitad de quermes y de rubia se logra un en
carnado conocido con el nombre de escarlatin; el cual aunque
es muy sólido no tiene viveza ni brillo , y tira siempre mas ó
menos al color de sangre.
El quermes mezclado con la rubia sirve para teñir los cas
quetes ó gorros de Turquía al estilo de los de Tunez. Esta cla
se de tintura se ejecutaba antes esclusivamente en Orleans.
Por ,algunas noticias que he adquirido sobre la naturaleza
del tejido , y con el ausilio de una serie de esperimentos prac
ticados mas de veinte y cinco años ha , he llegado á descubrir
el proceder que debe seguirse para dar á los casquetes de Tur
quía el color que los distingue.
La eleccion de la lana no es del todo indiferente para el do
ble efecto de la hermosura del color y de la economía.
La lana que forma el tejido es una mezcla de dos terceras
partes de la de Rosellon y una tercera parte de la de ovejas
madres de España.
(.89)
Despues de cardada, se hila en la rueca y se reparten los ovi
llos á mugeres acostumbradas á hacer esta clase de casquetes á
punto de aguja ; se pasan despues por el batan para separarles
la grasa y se enfuerten de modo que las dimensiones disminu
yan á lo menos tres cuartas partes.
Cuando han adquirido un blanco bastante hermoso se dispo
nen para ser tenidos echándolos en una caldera de agua tibia
en la* que se limpian perfectamente. Se baten 6 golpean ,bien, y se
lavan despues en nueva agua tambien caliente , y muchas veces
en la misma agua de salvado que ha servido ya para otro avivo.
Se les da despues un hervor de tártaro y de alumbre y se
añade á estos cuerpos cdrcuma ó tierra merita en las proporcio
nes siguientes:
Alumbre ;'. .' 5 onsas
Tártara, j . .. ., . i id.
' . Cúrcuma . . 2 adarmes.
Se hace calentar hasta unos 50 grados; se sacan entonces los
casquetes por medio de palas ; se dejan escurrir en el suelo del
mismo obrador; se les despoja. «l dia siguiente del esceso de
mordiente, y se hace despues el baño de rubia con cuatro on
zas de esta sustancia por libra de materia que se ha de teñir.
Cuando han estado los casquetes el tiempo competente en
este último baño se sacan de la caldera , se lavan y se baten ; se
prepara despues un baño de grana quermes en la proporcion de
Una onza por libra de materia que deba teñirse y se añade al
guna vez un poco de rubia de Aviñon. ' :;
Despues de un ligero hervor los casquetes quedan ya teiíidos,
pero se aviva el color pasándolos por el agua de salvado.
Se sacan luego con cuidado y se hacen secar en formas de
barro cocido cilindricas y vacias; se tuercen y se les pasa sua
vemente la cardencha. ' »
Se pone en la punta de cada casquete una borla de seda
blanca; se doblan y se sugetan á la accion de una prensa cuya
plancha inferior sea de hierro á fin de poderla calentar por de
bajo. Al salir los casquetes de la prensa se ponen ya en circu
lacion en el comercio.

articulo IV. Del tinte de escarlata por la laca.

La laca que se llama tambien en el comercio , aunque itrl-


propiamente , goma laca , es una goma resina de un rojo amari
llento, semi-transparente, seca y frágil, depuesta en las ramas
de varios árboles por el insecto llamado coecus lacea.
(»9°)
Estos insectos viven en cuatro especies de árboles; unos que
crecen en la parte montañosa del Indostan y en una y otra orilla
del Ganges , y los otros en Madras y en la costa de Coroman-
del. Estos arboles son i? el ficus religiosa, Linn.; en el Indos-
tan , pipal , ó la higuera aúmirable de los Pagodas.
2? El ficus indica , Linn. ; en el Indostan Bhur , o la hi
guera de la India,
3? El plaso; Hort. malabárico , llamado Praso por los na
turales del pais;
4? El rammus jujuba, Linn.; en el Indostan, Beyr, ó
manzano de la India.
Algunos autores aseguran que se encuentren tambien en el
eroton lacciferum.
Cuando se hace una incision .á. las higueras de que se acaba
de hablar , dan un jugo lechoso, que se. coagula al instante for-
Niando una sustancia viscosa y fila/neutesa , que , endurecida al
ayre , se asemeja á la celdilla ó alveolo que forma el coecus lacea.
Se saca por incision del árbol Plaso un jugo medicinal tan
semejante á la goma laca , que podría facilmente engañarse cual
quiera; los insectos mudan pues con facilidad la savia de estos
árboles en la sustancia de que forman sus celdillas.
Rara vez se encuentra la goma laca en el rammus jujuba y
es muy inferior á la que se halla en los demas árboles. >
La laca es tan abundante que suponiendo diez veces mayor
su comsump siempre se encontraría con abundancia en el co
mercio.
Los ingleses distinguen cuatro especies de laca;
i? La laca en barras ó palillos (stick lac ) , ó la laca ad
herida á las ramas pequeñas y tiernas. Esta es propiamente la
laca cu su estado natural , de la cual proceden todas las demas.
Esta especie es tambien la mas rica en color.
> 2.V La, le»ca en granos ( seed lac )T que son los fracmentos
de las cu 1 lillas separadas de los tallos.
3o La laca en panes (lump lac) que es la laca en granos
derretida al fuego y transformada en panes;
4? La laca en escamas ( shell lac ) , que es la laca en gra
nos derritida , filtrada y puesta en láminas delgadas y transpa
rentes, .j... ;,, ' > . 4 - .
Lja laca tratada por el alcool da una tintura encarnada fuer
te. La laca sirve , segun se dice, en la India para teñir las te
las, y en ej Levante para dar al .marroquim el color encar
nado.
La laca forma tambien la base del lacre. , ,
(lor)
Lo que hace i ta laca mas preciosa es el uso á que se pue
de destinar para teñir de encarnado los tejidos de lana. El co
lor que se saca no es á la verdad tan brillante como el de la
cochinilla pero tiene la ventaja de ser mucho mas sólido. La
esperiencia ha probado tambien que mezclandola con la cochini
lla en cisrtas proporciones se podia lograr un color escarlata no
menos hermosb que el que resulta con la cochinilla , y al mis
mo tiempo mucho mas sólido.
,Jara la tintura debe preferirse la laca en granos, reducida á
pol . o antes de ponerla en uso.

(j.. I. Tinte de escarlata por la laca natural.

El proceder para teñir de escarlata con la laca es el mismo


que para el de cochinilla. La operacion ha de dividirse en dos
partes del mismo modo , i saber : el hervor , y el enrojado ; por
que estamos bien ciertos por repetidos esperimentos que el color
hecho de una sola vez como lo propone Bancroft ( i ) , es mu
cho menos hermoso y sobre todo menos igual. Las ónicas modi
ficaciones que requiere el empleo de la laca son i? aumentar
la cantidad de disolucion de estaño de una cuarta ó quinta par
te; 2? despues de haber echado la laca en el baño del enrojado,
calentar á una temperatura muy moderada, sin cuyo requisito se
teñiria la lana de un modo desigual ; 3? lavar Jos paños al salir
de la caldera ¡estando aun muy calientes, porque las partes resi
nosas que se les han fijado son difíciles de separar cuando se han
enfriado. . .: ,t.t „¡. ,.,

§. II. Tinte de escarlata con lacas artificiales (2). ,

,. . /,De unos diez años á esta parte, se conocen en el comercio


dos especies de lacas artificiales : la una bajo el nombre de lac-
lake y la otra bajo «el d-e-lac-dye. El Doctor Bancroft, Miem
bro de la Sociedad Real de Londres , ha dado en la obra que
liemos citado poco há algunas noticias sobre estas dos clases de
preparaciones, cuyo estracto , que presentamos aquí, nos agra
decerán sin duda nuestros lectores.
Luego que se vid que el coccus lacea podia dar un color útil
:U,. ti-r - ;. • s ! -?r • i¡i- -n • . - • -• :ri-:io

*(*-). Philosophy óf permanent colours tom. i pagin. 454.


(2) Se habla aquí solamente de las lacas que ¡e obtienen tra
tando de varios modos la resina laca, ,-. -.
. , , . (r92)
at arte de la tintura, lo que aconteció en la e'poca en que los
portugueses hicieron el descubrimiento de las indias Orientales
doblando el cabo de Buena Esperanza , se buscaron los medios
para estraer la parte colorante de la laca separándola de todas las
sustancias estrañas.
Pero este trabajo presentaba grandes dificultades porque la
materia, tolorartte de la laca estaba unida con cie/ta cantidad
de resina andoga á la que se llama en el comercio resina ani
mada, y tenia ademas una pequena porcion de cera de la clase
de la que se saca de las bayas del myrica cerifera. ( Véanse los
esperimentos y observaciones que M. Hatchett ha publicado so
bre esto en las Transactions philosophiques , para el año i804.)
Era posible , sin duda , apoderarse de la resina por medio
del alcool, ó de un alcali, dela sosa por egemplo ; pero el prime
ro de estos disolventes hubiera sido demasiado caro y el otro
liabría presentado el inconveniente de disolver al mismo tiempo
la materia colorante , que , por su combinacion con la resina,
hubiera sido muy difícil poder emplear en tintura , como dire
mos mas adelante. ' í- , .•. • '
1 Era entonces de desear que se hubiese podido atacar la ma
teria colorante con el agua sola calentada suficientemente para
disolverla sin alterarla. Evaporando despues la masa de agua em
pleada en la operacion , se hubiera logrado la materia colorante
-en -forma- de tm polvo cuyo uso en tintura habria sido tan sen
cillo •orno el de la cochinilla; pero parece que el proceder no
'ha ofrecidoi buenos resultados; ' " - " *•-!--•
Hacia el año i793 la compañía inglesa de las Indias Orien
tales dirijid al Doctor Bancroft una materia, colorante bas
tante parecida á la cochinilla en polvo , la cual se conocia
con el nombre de cochinilla de las Indias Orientales. Este sa
bio vió al momento que este polvo, preparado por M. Stephens
cirujano de la factoría de la compañía de Keerpoy , no era otra
cosa que la materia colorante del coccus Idcca, disuelta prime
ro en agua y precipitada enteramente ó en parte por el alumbre.
Tal es el origen de las fábricas que se formaron con tanta
rapidez en las Indias Orientales y que han dado al comercio
desde .entonces acá ,' la inmensa cantidad de sustancia llamada
*eti el cliá tác-láke-, ó ¿en español laca de resina laca ó de laca,
denominacion por la que se debe entender la materia colorante
" del coccus lacea puesta en forma de laca.
Para producir este precipitado , hacían disolver la materia co
lorante del coccus lacea en el agua hirviendo cargada de cierta
cantidad de sosa , y se precipitaba despues con el alumbre. Este
í . . (i93)
producto contenía por lo menos dos sustancias muy dañosas:
porque á mas de la resina cuyas moléculas , precipitadas en el
bailo de tintura , se fijan tan fuertemente en el tejido , que es
muy difícil separarlas sin perjudicar al mismo tejido ó sin alte
rar el color , conserva una cantidad bastante considerable de
alumbre cuyo efecto es quitar el brillo al color de escarlata. Es
verdad que se puede remediar este inconveniente con los ocsi-
dos de estarlo que tienen por la materia colorante de la laca,,
igualmente que por la de la cochinilla , mas afinidad que la alú
mina ; pero es indispensable entonces usar una cantidad de óesi-
do suficiente para que pueda apoderarse de toda la materia co
lorante. :
Se asegura que los fabricantes de la laca ó lac-lake añaden á
esta preparacion una pequeña cantidad de corteza de un árbol de
Ja India llamado alli lodu. ¿De que utilidad puede ser esta cor
teza ? Es una cuestion que no puede resolverse hasta que la
naturaleza de este árbol esté bien conocida. Se añaden igualmen
te porciones considerables de arena y materias terreas para au
mentar su peso-
La introduccion del lac-lake en el comercio no tardó á ser
seguida de otra preparacion de la misma clase á la que se dió
el nombre de lac-dye, ó laca propia para la tintura.
Se debe la introduccion de dicha laca á Mr. Turnbull ciruja
no al servicio de la compañía inglesa de las Indias orientales.
Este nuevo producto solo parece diferir del primero en qne
suministra á la tintura un poco mas de materia colorante ; ventaja
que le da alguna superioridad sobre la laca de laca ó lac-lake. Sin
embargo el lac-dye no parece ser otra cosa que el resultado de
Ja materia colorante precipitada por los mismos medios emplea
dos para producir el lac-lake, pero dirijidos sin duda de un mo
do mas sencillo ó con mas tino é inteligencia.
En efecto tanto el lac-lake como el lac-dye producen en- los
tejidos de lana un color escarlata bastante bueno , siendo ademas
casi igual el modo de emplear una y otra de estas lacas , segun
resulta de una instruccion que el Doctor Banero ft habia pro
metido dar á luz y que en efecto lo ha hecho algunos años há.
Luego que se publicó esta instruccion me apresuré á hacerla co
nocer á los tintoreros franceses en una traduccion que la Aca
demia Real de Ruan creyó deber insertar en sus Memorias del
año i8»6, y que, despues de revista con cuidado, presento
aqui á h^s lectores.
» Estando la materia colorante de la laca , á causa, del pro
ceder empleado en la preparacion del lac-lake y del lac-dye,
(194).
combinada con una porcion de resina que forma casi la tercera
parte de su peso , resulta que el agua no puede disolver la mas
mhuma cantidad de dicho principio colorante ni aun por medio
de una larga ebullicion. Ayudando la accion del agua con la de
un alcali se disuelve, en verdad, inmediatamente la materia colo
rante , pero la resina que se disuelve al misino tiempo impide
que pueda aplicarse al tejido la parte colorante , sino se neutra
liza de antemano el alcali por medio de un ácido. Suponiendo
pues que se haya llenado esta condicioii , la resina que habia si
do disuelta por el alcali volverá á tomar sus propiedades y se
reunirá formando grumos que contendrán bastante cantidad de
materia colorante. Esta materia quedará perdida , -y si no se se
paran las moleculas resinosas por medio de un filtro d de un
tamiz , se adherirán á los tejidos que se hallen dentro de la cal
dera , sufriendo estos igualmente que el color una alteracion mas
6 menos fuerte. . . .
fistos inconvenientes son mas que sobrados para no hacer
apreciar las ventajas que podrían esperarse de los alcalis emplea
dos para estraer la materia colorante contenida en el lac-lake d
en el lac-dye. Sin embargo si este medio fuese preferido debe
mos advertir que la sosa ó el amoniaco convendrían mas que la
potasa porque el color que da este alcali es menos hermoso que
el que se consigue con los dos primeros.
Una serie de experimentos me ha enseñado que los ácidos
son , sino los únicos agentes , á lo menos los mejores que se
pueden usar para que la materia colorante del lac-lake o del
lac-dye sea soluble en el agua, y pueda aplicarse á los tejidos;
pero no todos los ácidos son igualmente propios para este ob
jeto. El ácido nítrico es el que menos conviene porque obra de
tal mojo sobre el color que solo presenta este un matiz muy
ligero de amarillo. Los ácidos vegetales son en general demasia
do caros y su accion por otra parte demasiado dtibil , cuando
no estan muy concentrados. Los ácidos sulfúrico 6 hidroclórico no
«frecen los inconvenientes que acabamos de citar; pero el segun
do presenta otros que diremos mas adelante. El ácido sulfúrico
debe ser preferido á los demas tanto por lo que se acaba de de
cir como porque, dividiendo la resina, le impide fijarse sobre el
tejido y alterar el baño de tintura.
Para poner el ácido sulfúrico en estado de ejercer una accion
suficiente , aun empleándolo en las proporciones mas pequeñas,
es de la mayor importancia el presentarle el lac-lake^ó el lac-
dye reducidos á polvo sumamente fino , y como estas dos sus
tancias, y principalmente el alac-ilake , no contienen siempre la
(J95)
misma proporcion de materia colorante ( defecto de que tam
poco está ecsento el índigo ), será bueno mezclar entre sí muchas
cajas de estas dos lacas-, antes de reducirlas á polvo, á fin de
obtener por esta operacion una calidad media que posea propieda
des uniformes , y que ponga al tintorero , despues de algunas
pruebas , en estado de juzgar bien del mal resultado de sus
operaciones, y de evitar inconvenientes á que podria, sin esto,
hallarse espuesto.
El medio empleado por los tintoreros de Londres para mo
ler el lac-lake ó el lad-dye me parece el mejor de cuantos
conozco. Los reducen primeramente á polvo grosero haciendo
obrar sobre ellos una muela de piedra vertical que da vueltas
en un pilon de la misma materia y de forma circular. Para
evitar la pérdida' que tiene lugar ordinariamente en la pulve
rizacion de las sustancias secas se humedece este polvo grosero
hasta darle la consistencia, pero no la tenacidad de una pasta
ligera. Se hace entonces pasar el polvo entre dos pares de mue
las colocadas horizontalmente , semejantes i las que se usan
para moler el trigo pero mas pequeñas , y de las que un par
se halla puesto directamente encima del otro; de manera que,
despues de haber esperimentado el polvo humedecido la accion
del par de ruedas superiores , cae entre las muelas del par de
ruedas inferiores y sale de ellas en polvo muy fino. Es llevado
en seguida este polvo por medio de un pilon de madera á cu
bas de la misma materia en donde se deja deponer á fin de sa
car despues el agua incolora que le sobrenada. Hecho esto , se
traslada el poso d sedimento á una vasija de plomo de capaci
dad conveniente para tratarlo en seguida por el ácido sulfúrico
dilatado en agua , ya sea que se quiera obtener una disolucion
clara y limpia de la materia colorante aislada de toda sustancia
resinosa , terrea ó de cualquier especie que sea , y susceptible de
aplicarse á los tejidos ; ya sea que se quiera emplear sin sepa
rar la materia resinosa , puesto que el ácido sulfúrico impide
que perjudique la resina al tejido ó al color : efecto que pro
duce mejor que el ácido muriático ó hidroclórico.
En el primer caso se tomarán tres libras de ácido sulfú
rico concentrado de 66 grados del areometro de Baumé por cua
tro libras de lac-lake , pesado estando seco antes de molerlo.
Esta cantidad de lac-lake, despues de haber sido humedecida
y molida, apenas contiene mas de dos veces su peso de agua;
se echa por encima el ácido sulfúrico y se mezcla perfectamen
te con este polvo embebido de agua , removiendo y agitando
con una varita de vidrio ó de plomo. Pero si el lac-lake ha
28
(i96)
sido pulverizado sin haberse humedecido será menester, antes de
añadirle ácido , diluirlo en dos. veces su peso de agua. Estando
hecha la mezcla se dejará en reposo por 24 horas en verano
y por 48 en invierno : se añadirán entonces cinco pintas ( algo
mas de dos azumbres) de agua hirviendo por cada libra de lac-
lake , pesado estando seco , y se mezclarán bien las njaterias
agitándolas. Al cabo de veinte y cuatro horas se trasegará el
líquido que será claro y muy colorado á un segundo vaso de
plomo. Se echarán de nuevo sobre el residuo otras cinco pintas
de agua hirviendo y después de haber dejado reposar doce ho
ras se decantará el líquido colorado como la primera vez. Se con
tinuará lavando del mismo modo el residuo hasta que se vea
que no estrae el agua mas materia colorante. Cuando se ha lle
gado á este punto se mezcla un poco de residuo con la mitad
de su peso de carbonato de sosa disuelto en un poco de agua,
y si queda aun materia colorante que no haya sido estraida por
las operaciones precedentes , se volverá rojo este residuo y au
mentará de color. Si la intensidad del color indicase que hay
en el residuo una cantidad notable de materia colorante se le
mezclaría de un sesto á un cuarto de la cantidad de ácido sul
fúrico primeramente empleado y despues de haberlo dejado re¡)0-
sar por doce horas se lavaría con agua hirviendo , segun queda
diclro. Se reunirán entonces en un mismo vaso todos los líquidos
colorados , y se añadirán dos libras de buena cal viva reducida
á polvo fino por cada cinco libras de ácido sulfdrico contenido
en el líquido , y se agitará el todo á fin de mezclar bien las
materias. Esta cantidad de cal bastará para neutralizar cerca los
f del ácido , y para determinar un precipitado que no conten
drá ni un solo átomo de materia colorante. El quinto restan
te del ácido que no está neutralizado , servirá para que el lí
quido que tiene en disolucion á la materia colorante separada
del sulfato de cal que se ha precipitado , sea susceptible de
penetrar mejor en el tejido; distinguiré por el n? i? este so-
lutum de la parte colorante del lac-lake, aislada de toda mate-
ha resinosa , terrea ú otras.
Si para facilitar la estraccion del color se emplease ácido hi-
droclórico en lugar del sulfúrico resultaría el inconveniente que,
siendo soluble el hidroclorato de cal que se formaría , quedaría
en disolucion en el líquido y le quitaría la propiedad de te
ñir de escarlata. La potasa, la sosa y el amoníaco tampoco con
vendrían para neutralizar el ácido muriático , porque las sales
que se formarían entonces empañarían el color.
El solutum. n? i? puede servir para teñir de escarlata, ya
O 97)
sea en una sola operacion , ya en dos , llamadas , la primera
hervor, y la segunda enrojado , como cuando se tiríe por la co
chinilla , empleando los mordientes y medios ausiliares de que
se hablará luego.
Para estraer el color del lac-dye, bastará emplear los dos
tercios de la cantidad de ácido sulfúrico que ha sido prescrita
para el lac-lake.
Aunque el proceder que se acaba de esponer no es muy
complicado tal vez los tintoreros tendrán por mas sencillo tra
tar solamente el lac-lake d el lac-dye por el ácido sulfúrico
sin separar la materia colorante de las partes resinosas , terreas,
ú otras sustancias estrañas ; pues , segun hemos advertido , él
ácido sulfúrico tiene la propiedad de dividir de tal modo la
resina que sus moléculas no sean ya capaces de atacar ni al
tejido ni al color. En este caso , la materia colorante se disol
verá en el baño de tintara.
Para este efecto bastará echar una libra de ácido sulfúrico
concentrado de .66?, sobre- dos libras de lac-lake (pesado estan
do seco ), y los dos tercios de una libra del mismo ácido pa
ra dos libras de lac-dye ( tambien pesado seco ). Estando hu
medecida y rudHda cada una de estas sustancias , segun se ha
dicho precedentemente, se mezclará en un vaso da plomo con
la proporcion de ácido sulfúrico que acaba de indicarse. Des
pues de haber agitado bien diferentes veces las materias se de
jarán reposar por 24 horas en verano y por triple espacio de
tiempo en .invierno. El líquido podrá emplearse inmediatamente
(i) del modo que se espondrá mas adelante.
Esta preparacion que designaremos por el número 2, no sal
drá á mas de veinte céntimos ( 25|f maravedis), hecha abs
traccion de los gastos de moler.
Dos ó tres libras de lac-lake , segun la calidad , y tal vez
un poco menos de lac. dye , pueden producir el efecto de una
libra de cochinilla ; pero para dar mas viveza al color será me
nester echar en la caldera un sesto ó un octavo mas de nitro-hi-

(i Si no se ha de emplear inmediatamente el lac-lake 6


el lac-dye , combinado segun se ha dicho aqui con el ácido sul- ■
fúrico , podrán conservarse por muchos meses sin alterarse ; pe
ro no se lograría este objeto si se quisiesen guardar en estado
húmedo sin hallarse combinados con el ácido sulfúrico , porque
no tardarían entonces uno y otro á dar señales de putrefaccion,
sobretodo si estuviesen en un lagar caliente. Nota del Autor.
*.
('98)
droclorato de estaño ú otra disolucion de este metal , del que
se emplea usando la cochinilla , porque la alúmina por la que
la materia colorante ha sido disuelta y retenida por el ácido
sulfúrico que se ha empleado en la operacion que se acaba
de describir , daria al color un viso carmesí , á no ser que
se ponga el tícsido de estaño en tanta cantidad , que pueda,
por la superioridad de su accion , destruir la de la alumina,
é impedir que se una con el tejido y con la materia colorante.
Está probado que el color conseguido por la laca resiste
mucho mejor i, los ácidos que el que se estrae de la cochinilla,
y proporciona al mismo tiempo dicha materia la ventaja de po
der servir para teñir con ella de escarlata á menor precio , por
una sola operacion (i).
A este efecto , se echará en una caldera de estaño fino una
cantidad suficiente de agua dulce y pura en la que se hará di
solver una libra de tártaro ó mejor de cremor de tártaro para
diez libras de tejido que se trate de teñir : se añadirá al mis
mo tiempo igual cantidad, de quercitron en polvo , ó bien de
palo de fustete ( Rhus cotinus ) en pedazos que se pondrán uno
ú otro en un talego , para dar el color amarillo necesario al
tinte de escarlata por medio de la cochinilla. Cuando hierva el
licor cargado con estos ingredientes , se pondrá en la caldera ni-
tro-hidroclorato de estaño (2), ó cualquiera otra disolucion de
este metal , con la cantidad conveniente de color de lac n? i
ó n° 2. Despues de bien mezcladas estas materias en el baño
se sumerjirá. en él el tejido muy limpio y un poco húmedo, y se
hará mover segun se acostumbra hasta que el color haya ad
quirido la debida llenura y lustre , lo que se consigue por
lo regular en el espacio de una hora , si se tiene cuidado de
mantener la ebullicion.
Si la cantidad del líquido n? i ó n° 2 no basta , se sa-

(i) No seguimos acerca del particular la opinion de Ban-


croft , y creemos que el color de escarlata por estas lacas será
constantemente mas unido y hermoso siempre que se ejecute la
operacion en dos tiempos.
(2) Si para hacer soluble la materia colorante del lac , se
ha empleado el ácido hidroclórico en lugar del sulfúrico , no se
usará entonces el nitro- hidroclorato de estaño , porque produci
ría el mal efecto insinuado en la página 473 del primer tomo
de mis Recherches esperimentales sur la philosophie des cou-
leurs fixes.
(T99)
cará el tejido del baño arrollándolo como se usa ; se añadirá
entonces una nueva cantidad de color que se mezclará con cui
dado con el agua del baño; se sumerjirá otra vez el tejido
y se procederá Como en el principio de la operacion.
Pero , para evitar esta interrupcion , será mejor emplear nn
poco mas del color de lac del que rigorosamente se necesita
porque el escedente podrá aprovechar para otras piezas de te
jidos que se tengan de teñir.
Cuando está concluida una operacion y se han sacado y lavado
las piezas de ropa del modo acostumbrado , se vuelven á poner
en el baño de tintura cantidades suficientes de tártaro , de cor
teza de quercitron d de fustete y de líquido colorante n? i, ó
n? 2, como la primera vez., y se pueden teñir otras piezas en
este baño. Se puede todavía teñir una d dos veces del mismo
modo , d hasta que el baño no esté tan turbio d cargado de
materias insolubles del lac-lake d del lac-dye que no pueda
ya servir.
Esto sucederá despues de un pequeño número de operacio
nes , si se emplea solamente la preparacion n? 2 ; pero no ha
brá este inconveniente con la solucion n° i, empleada sola. Sin
embargo en ningnn caso se debe echar el baño hasta que la
materia colorante haya sido enteramente agotada por los tejidos.
Si se creyese del caso neutralizar una parte (i) del ácido
sulfúrico empleado en la preparacion n° 2, para impedir que los
tejidos se hagan ásperos al tacto, efecto que se supone produci
do por la accion de los ácidos fuertes , se podría añadir poco
á poco , durante la operacion , al líquido colorante una libra
y media ó dos libras á lo mas de carbonato de sosa por cada
libra de ácido sulfúrico.
El sulfato de sosa que resulta de esta adicion , lejos de
perjudicar al color escarlata sirve al contrario para mejorarlo.
No sucede asi con el hidroclorato de sosa , d con cualquiera
otra sal neutra que pueda formarse; y este es otro motivo
para preferir el ' ácido sulfúrico al hidrocldrico.
En Inglaterra y demas países en que no es muy caro el
ácido hidrocldrico por los derechos impuestos á la .sal ma
rina , se podría disminuir considerablemente el gasto , sin

(i) Si en lugar de neutralizar solamente una parte del


ácido , se neutralizase la totalidad , no se estraeria con tanta
abundancia la materia colorante en la caldera, y penetraría
mucho menos los tejidos. — Nota del autor.
(zoo)
qrse se perjudicasen los tejidos en lo mas mínimo, reemplazando
el nitro-bidroclorato de estaño ó la composicion ordinaria de
los tintoreros por el hidroclorato del mismo metal. La razon
consiste en que el ácido sulfúrico empleado en las operaciones
n? i y 2 transformará en la caldera el hidroclorato en suifo-
hidroclorato de estaño. Esta sal , que descubrí antes que na
die, mas de veinte anos há y que un gran número de tinto
reros de la Gran Bretaña emplean en el dia con mucha venta
ja bajo diversas denominaciones , no puede ocasionar ningun
perjuicio.
Cuando el ácido bidroclorico , que supongo contener muy
poco hierro , y pesando especificamente T¿5 ó Ti5 ha sido
completamente saturado de estaño, bastarán doce libras de es
ta solucion para teñir cien libras de materia.
Si en lugar de teñir de una sola vez, como se acaba de
decir , se quisiese teñir en dos veces segun se practica con la
cochinilla ( aunque estoy bien persuadido que no ofrece venta
ja alguna ), aconsejaría á los tintoreros que principiasen ponien
do en el agua de la caldera la mitad del tártaro y de la di
solucion de estaño y de la préparacion n° i ó n? 2 que se
necesite ; añadir despues una cantidad suficiente de quercitron
ó de fustete ; mezclar bien todos estos ingredientes ; sumerjir *
las piezas en la caldera; manejarlas en ella por tres cuartos de
liora hasta que la materia colorante del líquido estuviese casi
del todo agotada ; se sacarían entonces las piezas y sin lavarlas
se pondrían en otra caldera del mismo metal que se llenaría
de agua y en la que se echaría la otra mitad del tártaro , so
lucion de estaño y líquido colorante n? i d 2, que se mez
claría bien ; se calentaría despues , y se concluiría la operacion
con este baño por el método ordinario.
Lo que quedase del baño en cada opeíacion podría servir
de nuevo del mismo modo , despues de haber añadido una
cantidad suficiente de ingredientes necesarios , hasta que este
baño sobrecargado de las partes inútiles de la preparacion n? 2,
íe hiciese del todo impropio para ser empleado. Si se disminu
ye la preparacion n? i ó 2 de una cuarta parte , y se ponen
hacia el fin de la operacion cuatro adarmes de cochinilla por ca
da libra de materia que se deba teñir se' logrará un color igual
en hermosura y lustre al escarlata sacado unicamente de la co
chinilla.
Cuando se tiñe un tejido con el Iac.lake á fin de que su
matiz tire despues al color de rosa vivo , al carmesí ó al púr
pura no se' ha de emplear ni quercitron ni fustete; no se debe
emplear tampoco mas que la mitad de la cantidad acostumbrada
de tártaro. Despues de teñidas y bien lavadas ¡as piezas se pon
drán en una vasija llena de agua caliente en la que se habrá
liecho disolver un poco de carbonato de sosa, ó de agua car
gada de amoníaco ( álcali volátil ), que se estrae de la sal amo
níaco ó de los orines podridos. En cuanto á-lo demás se se
guirán los procederes acostumbrados para producir los mismos
colores con la cochinilla ; se manejarán en el baño del modo
ordinario , y si el color púrpura no saliese tan decidido como el
que se puede lograr con la cochinilla , se añadiría al baño alca
lino de que se acaba de hablar un poco de orchilla , traba
jando las piezas como antes.
Pero como el color dela orchilla no es muy sólido , se pue
den lograr matices que tiren mas ó menos í púrpura de una
hermosura y solidez suficiente , añadiendo al licor colorante del
n? i, ó 2, una proporcion conveniente de cocimiento - de palo
campeche. Esta adicion sin embargo se ha de hacer solamente
al fin de la operacion ; y cuando se emplea el campeche no
debe usarse quercitron ni fustete ; pero será siempre útil el
tártaro para asegurar un poco el color del campeche , siendo
además indispensable emplear la disolucion de estaño. Se ha
de tener cuidado en sacar fuera del licor el tejido , arrollado
del modo sabido, antes de añadir el cocimiento de campeche,
T de mezclar bien este cocimiento con el baño de tintura.
Si. para teñir se emplean las preparaciones n? i y 2, se
añade al baño bastante cal en polvo para neutralizar el ácido,
y se mantiene el hervor durante un cuarto de hora , se po
drá lograr un carmesí sólido , sin disolucion de estaño y sin
echar mano de los demas ingredientes necesarios para producir
el color escarlata. En este caso la alúmiua , disuelta de nuevo
por el ácido sulfúrico , y el sulfato du cal son los dos cuer
pos que sirven de mordientes.

articulo V. Tinte de encarnado por la orchilla.

La orchilla se halla en el comercio en forma de una pasta


de color encarnado que tira á morado. Se distinguen principal
mente dos especies : La orchilla de yerba ó de las islas Cana
rias, y la orchilla de tierra ó de Auvernia que se llama tam
bien perellq. La primera es mas estimada ; parece que se pre
para con una especie de liquen (lidien roccella ) que crece so
bre las peñas vecinas al mar en Canaria» y Cabo- verde; la
( 202 )
segunda se fabrica con otra clase de liquen (lidien parellus)
que vegeta en las rocas de Auvernia.
Se prepara la orchilla tratando los liquenes en polvo por
el amoníaco y mas simplemente por la cal y orines añejos ; se
menea con frecuencia la mezcla añadiendo nuevas cantidades
de cal y orines. Se forma amoníaco que se deja evaporar al
fin de la operacion á fin de que tome la orchilla el olor de
violeta que se percibe en la que está bien preparada. Se con
serva la orchilla por mucho tiempo humedeciéndola con uriñes.
La orchilla comunica muy facilmente el color al agua , al
amoníaco y al alcohol. La infusion de orchilla presenta un co
lor carmesí que tira á morado ; los ácidos le dan un color en
carnado ; los alcali la vuelven mas morada d violeta ; el alum
bre forma un precipitado encarnado moreno y el líquido que
sobrenada tiene un color amarillento. La disolucion de estaño
produce un precipitado rojizo que se depone con mucha lentitud;
el líquido que sobrenada .conserva un ligero viso encarnado.
Para teñir con la orchilla , se deslie en un baño de agua ti
bia una cantidad suficiente de orchilla de yerba (i), y se aña
de un poco de disolucion de estaño ; se calienta despues basta
que el agua está á punto de hervir y se pasa la lana ó el te
jido hervido de antemano con alumbre y tártaro. Por medio
de esta adicion de la disolucion de estaño , pierde la orchilla
su color natural y toma otro que tira mas ó menos á escarlata.
Se pasa el paño en agoa caliente al salir del baño de tintura
á fin de evitar la desigualdad del color.
La lana trabajada en un baño de orchilla , sin otra prepa
racion , tomaría un color gris bastante hermoso pero sin solidez.
La orchiila no sirve tanto para teñir de encarnado como
para procurar ciertos matices tales como morados , lilas , mal
vas, flor de romero ect. y para dar mas lustre á los colores
en general.
La orchilla no se emplea sola para teñir la seda , escepto
para los colores lilas; pero se pasa muchas veces la seda por un
baño de orchilla , antes ó despues de sumerjirla en otros ba
ños colorantes, á fin de modificar el color que recibid y de
darle mas lustre. De todos modos se reduce el proceder a la
var bien las sedas y voltearlas despues por mas ó menos tiem
po en un baño de orchilla claro.

(i) La orchilla llamada de tierra no se alia con el alum


bre porque su color es destruido por esta sal.
(¿03)

Artículo VI— Tinte del encarnado por medio de cártamo.

El cártamo , alazor , azafran silvestre ., azafran rumí ó ro-


jmin (carthamus tinctorius) , es una planta anua que se cultiva
en España , en Egipto , en el Levante , en Alsacia , en Turin-
gia , en Austria y en muchas otras partes de Alemania. Hay
dos clases de cártamo , una que tiene las hojas mas grandes , y
otra que las tiene mas pequeñas.
La flor del cártamo es la única parte de esta planta que se
emplea en tintura. Esta flor contiene dos principios colorantes,
uno amarillo y otro encarnado : el primero es soluble en el agua
y no tiene uso para teñir.
El segundo no está aun bien conocido. Se sabe solamente
que tiene un encarnado subido, muy fugaz; que es insoluble
en el agua y en el alcool ; que los ácidos le dan mas viveza
á pesar de no disolverlo ; que la potasa , la sosa , y los sub-
carbonates de estas bases le hacen tomar, al disolverlo, un co
lor amarillento que se puede mudar en rosado por medio de
un ácido cualquiera, pero sobre todo por los ácidos vegetales.
Se puede obtener la parte colorante encarnada del cártamo,
perfectamente despojada de la amarilla , empleando el procedi
miento siguiente:
Se principia lavando bien en mucha agua la flor de cártamo
metida en un talego el cual se pisotea dentro de la misma agua,
y cuando esta no se colora ya de un modo sensible se trata el
cártamo , en frio , con cerca su peso de sub-carbonato de sosa
disuelto en ocho o diez partes de agua. Se deja macerar por es
pacio de una hora ; se pasa por un lienzo espeso , se vierte en
cima bastante zumo de limon para que el licor adquiera una
ligera acidez , y se hunden en esta mezcla las madejas de algo
don. El sub-carbonato de sosa es descompuesto por el ácido ci-
triteo contenido en el zumo de limon , y la parte encarnada se
precipita sobre el algodon con el cual se combina. Se lava en
seguida este con cuidado y se pasa despues por una nueva diso
lucion de sub-carbonato de sosa que vuelve á apoderarse de la
materia colorante, y se precipita esta otra vez por medio del
zumo de limon en un vaso muy limpio , al fondo del cual se
reune en el estado de su mayor pureza , porque hallándose fija
da en el algodon la pequeña cantidad de parte colorante que
estaba combinada con ella no es ya susceptible de ser atacada
por los alcalis. Estando formando el depósito se decanta el agua
que sobrenada y se hace secar el precipitado , que ofrece un
29
(zo4)
aspecto cobrizo , y puede conservarse cuanto se quiera.
La parte colorante encarnada del cártamo apenas llega á los
cinco milésimos de su peso ; no se debe pues estrañar que una
libra de esta materia tenga en el comercio el valor de i500 fran
cos ; si bien que basta una cortísima cantidad de encarnado de
alazor para cubrir y teñir una gran superficie de un hermoso
color de rosa ó de cereza.
Resulta de lo que queda dicho que el proceder para teñir
de encarnado con el cártamo, se reduce i? á separar de la flor
la parte colorante amarilla por medio del agua lavándola y pi
sándola con mucho cuidado; »9 á estraer la parte colorante en
carnada por el intermedio del sub-carbonato de sosa ; 3? á pre
cipitarla sobre el tejido por medio del ácido cítrico ó simple
mente con el zumo del limon.
La lana toma en un baño de alazor un color encarnado bas
tante hermoso; pero tiene el inconveniente de cambiarse coa-
mucha prontitud en anaranjado y de no tener, por otra parte,
sólidez. Es mas ventajoso pues por todas las razones recurrir á
la cochinilla para los matices encarnados en lana. Se emplea con
especialidad el cártamo para teñir la seda , el algodon y el lino
de punzó , encarnado , cerera , color de rosa y de carne.
Para teñir la seda de punzó ó color de fuego se la hace co
cer primeramente como para el color blanco ; se le da despues
un baño de achiote , y se pasa por un fuerte baño de cártamo
que se habrá hecho mudar en color de cereza por medio del
zumo de limon , teniendo cuidado de no sacarla del baño hasta
que no suba ya el color. Se saca entonces , se tuerce primero
con la mano y despues á clavija; se pasa por un segundo baño,
y se hace secar. Se continuan las mismas manipulaciones hasta
que haya* adquirido la seda el grado de color propio para él
punzó, y se aviva ultimamente volteándola siete ú ocho veces
en un baño de agua caliente al que debe haberse agregado cer
ca de medio cuartillo de zumo de limon por cada cubo de
agua.
Se opera del mismo modo para lograr los nacarados y cere
zas subidos con la diferencia que no se da pié de achiote y que
se pueden emplear baños mas débiles tales como los que han
íérvido para el punzó , y de este modo se acaba de apurarlo».
Los colores de cereza mas ligeros , los de rosa de todas las
gradaciones y los de carne se sacan con los segundos y últimos
baños de la coladura del alazor, que son mas débiles, pasando
primero los matices que han de ser mas subidos.
Para lograr un color de carne muy delicado se debilita el
(eos)
baño con un poco de jabon, el cual impide que el color salga
desigual. Se lava despues la seda y se aviva en un baño qu«
Laya dado colores mas fuertes.
Losábanos de cártamo se lian de emplear inmediatamente que
se acaban de preparar y siempre en frio, pues, segun hemos
advertido la parte encarnada del alazor se altera muy pronto en
contacto del aire.
No deben tampoco emplearse los alcalis causticos, y sí uni
camente los sub-carbonatos alcalinos, por tener los primeros el.
inconveniente de alterar el color haciéndole volver amarillento.
Algunos tintoreros, para economizar, mezclan con el primero
y segundo baño, para los matices subidos, una quinta parte á
corta diferencia de baño de orchilla.
Como la seda cruda se tiñe mas facilmente que la que ha
sido cocida , se sacarán los punzoes , los nacares y los cerezas
pasando la primera clase de seda en los baños que han servido
para obtener los mismos colores en la segunda.
Se lograrán en el lino ó algodon todos los matices que da el
cártamo á la seda , siempre que se hayan blanqueado antes di
chas materias , siguiendo en cuanto al resto de la operacion los
procederes que se acaban de esplicar. Despues de teñidos se lavan
ligeramente y se hacen secar en una estufa.
Todos los matices de cártamo y principalmente el de rosa
son poco sólidos; sin embargo como salen sumamente brillantes
son muy buscados , no solamente sobre la seda sino tambien
sobre el algodon.
Se obtiene con el cártamo un color muy hermoso que tira á
escarlata por medio de las operaciones siguientes:
i? Blanquear el algodon por el proceder de Berthollet.
2o Darle un verdadero pié de .achiote , que se aviva con
un baño debil de alumbre , y ponerle en agua.
3° Inmersion en el baño de primera coladura al cual se aña
de una cantidad suficiente de zumo de limon.
4? Inmersion en el baño de segunda coladura , con adicion
tambien de zumo de limon.
5o Inmersion en el baño de tercera coladura.

articulo VII.—Tinte de encarnado por medio del palo de


Brasil.

Este palo toma su nombre del punto de América que lo


suministra. Distingue Linneo al árbol que da este palo con la
denominacion de ccesalpina crista , llamándose ademas en el co.
(2"oó)
mercio esta materia colorante , palo de Fernamhuco , de Santa
Marta, de Sapan ó de Japon (coesalpina Sappan ) y de brasi-
lete ( coesalpina vesicaria ). Este último que se cultiva en las
Antillas es el menos estimado. Como es muy raro en el dia el
verdadero palo de Brasil , se reemplaza por el de Nicaragua,
provincia de Mejico.
El palo de Brasil es muy duro , y susceptible de recibir un
hermoso pulimento, pesado, encarnado en su superficie, pálido
en su interior cuando se divide , pero toma el color encarnado
que le es propio por su esposicion al ayre; tiene un sabor azu
carado , y un olor ligeramente aromático.
El agua quita al brasil toda su parte colorante ; su coci
miento ofrece un hermoso color encarnado el cual pasa algun tan
to á leonado -por medio de los ácidos sulfúrico é hidroclórico;
al amarillo por el ácido nítrico y el tartaro; al carmesí ó vio
lado subido por la potasa ó la sosa ; al encarnado con viso car
mesí por el alumbre; al encarnado moreno por el alumbre con
el tártaro; al negro tirante á violado por el sulfato de hierro,
y al rosa por la disolucion de estaño.
No estan aun bastante adelantadas las indagaciones que tiene
hechas Mr. Chevreul para determinar si la materia colorante de
este palo es la misma que la del palo Campeche ó la hema-
tina.
La esperiencia ha demostrado que el cocimiento del palo de
Brasil produce en la tintura efectos menos ventajosos cuando es
recientemente obtenido que cuando es añejo y ha sufrido cierto
grado de fermentacion.
Para hacer esta decoccion se hace hervir por espacio de dos
á tres horas el palo reducido á virutas y mejor á polvo en
diez y ocho ó veinte veces su peso de agua. Se vierte esta pri
mera decoccion en una cuba , se echa nueva agua sobre el
brasil, se hace hervir tambien por dos horas y se mezcla luego
esta decoccion con la primera.
Es muy esencial colocar la cuba ó vasija en un parage que
no esté espuesta á ciertas emanaciones , tales como las de las le
trinas , porque estos vapores alteran y destruyen con el tiempo
el color de este palo.
El palo de brasil es empleado con frecuencia en tintura : sir
ve para teñir la lana, el algodon, y el lino, de encarnado, de
rosa, de púrpura, de amaranto, de carmesí, como tambien para
dar á la seda varios matices de carmesí falso.
En el número CCIX (noviembre de i82 i ) del Bulletin de la
Société d' encouragement pour I' industrie natiouale, se halla un modo
(207)
fácil y sencillo de quitar el color leonado á los baños hechos
con palo de Brasil de una calidad inferior, como son los palos
de Bimas , de Santa Marta , de Aniola , de Nicaragua , de Siam,
de Japon , etc. y de sustituirlos con seguridad , al verdadero
Fernambuco.
Hé aqui de que modo Mr. Dingler, autor del proceder, acon
seja operar.
» Despues de raspados ó pulverizados los palos, como es cos
tumbre , se estrae, ó bien por medio de la ebullicion, ó bien
de los vapores acuosos, toda la materia colorante; se hacen eva
porar I09 cocimientos obtenidos basta reduccion de las dos terce
ras partes del líquido; despues de frio este residuo se vierte en
cima, doce horas despues, un quilogramo (algo mas de dos li
bras) de leche desnatada, se mezcla con cuidado, agitando bien
la decoccion , se hace hervir por algunos minutos , y se cuela
despues por franela muy espesa. Queda el color leonado en la
franela, junta con la materia caseosa á la que se une, y el co
lor encarnado pasa al estado de su mayor pureza sin que se
pierda la mas minima cantidad.
» Si se quiere emplear este último licor para teiiir de encar
nado , se deslie en suficiente cantidad de agua pura , y se hun
den ó pasan en ella los tejidos que se quieren teñir.
» Pero si se trata de hacer un encarnado de aplicacion , se
hará evaporar de nuevo hasta que no queden mas que cinco ó
seis libras de líquido. Se espesará en seguida con el almidon, al
que se añadirá suficiente cantidad de disolucion de estaño ó bien
de acetato de alumina , y se sacará un encarnado de aplicacion
tan hermoso como el que se hubiera logrado con el verdadero
palo de Fernambuco".
Este metodo es muy útil porque se pueden emplear desde
luego los cocimientos preparados de este modo.
Seria tal vez aplicable este proceder para separar de la rubia
la parte colorante leonada de la encarnada.

§. primero. Encarnado de Brasil en lana.

Despues de haberla dado un hervor con una cuarta parte de


«lumbre, y una octava de tártaro del peso del materiil , se lace
hervir muy ligeramente por espacio de tres cuartos de hora en
un cocimiento de palo del Brasil preparado con una parte de
palo por seis de lana , se lava despues y se hace secar. Se
obtiene por este proceder un encarnado que resiste muy bien
al ayre.
(208)
Suprimiendo el tártaro y dando unos ligeros banos de brasil
con un poco de disolucion de estaño ss llega á sacar el color
de rosa.

§. II. — Encarnado de Brasil , en algodon.

Despues de hervido y enfriado el algodon , se le da un


fuerte pie de achiote y se agalla ; se pasa despues en una di
solucion de estallo de 5 grados; se lava en seguida, para sepa
rarle el mordiente superfluo , en una pequeña porcion de baño
colorante que se echa despues; se tiñe luego dando sucesiva
mente dos baños de brasil, cocido de algun tiempo (si puede
ser) y que no estén muy cargados, ni muy calientes; se tuerce,
se ventea , se lava en agua y se hace secar. El matiz de este
encarnado se asemeja mucho al de amapola.
La disolucion de estaño de que me sirvo se prepara con dos
onzas de estaño y una libra de agua regía, hecha con dos partes
de ácido nítrico de 24 grados y tres partes de ácido hidroclórico
de 22 grados.
ROSA.

Despues de alumbrado el algodon del modo ordinario , y


habiendo sido lavado en seguida , se le da un mordiente de di
solucion de estaño de dos grados y se lava otra vez, y se conclu
ye pasándole en un ligero cocimiento de palo brasil ; operacion
que se repite si hay necesidad.

PÚRPURA.

El proceder es el mismo que para el encarnado de brasil,


con la diferencia que se mezcla en los baños de palo de brasil
un poco de disolucion de alumbre.

CARMESi.

El proceder es el mismo que para el precedente escepto que


en lugar de disolucion de alumbre se echan en el baño algunas
gotas de disolución de potasa ó de sosa.

AMARANTO.

i? se da un baño de agallas muy cargado, se seca y se lava:


2? se pasa el algodon en un baño de tina de negro hasta que haya
(209)
tomado un gris fuerte : 3? baño de agua de cal : 4? mordiente
de disolucion de estaño : 5? se tiñe en la decoccion de palo de
Brasil ó de Santa Marta : 6? se repiten las dos últimas opera
ciones.
Todos estos colores son falsos ó de medio tinte , es decir que
resisten poco al ayre , y con mayor razon al jabon.

CARMESi FALSO EN SEDA.

Despues de cocida la seda con veinte partes de jabon por


ciento de materia que se ha de teñlr , debe alumbrarse aunque
no tanto como para el carmesí fino , lavando en seguida en el
rio y teniéndola luego sumerjida por espacio de hora y media
en una decoccion de brasil cuya temperatura debe ser solamente
de 30 á 40 grados. Al salir la seda de la caldera se pasa en
una disolucion alcalina, i no ser que se prefiera añadir un poco
de alcali al baño de tintura. Basta una libra de álcali para 35
ó 40 libras de seda.
Para lograr mas subidos ó intensos los carmesíes falsos , se
añade al cocimiento de brasil un poco de decoccion de campeche y
de disolucion alcalina.

Capítulo III Del amarillo.

Artículo primero. — De la gualda y del amarillo de gualda.

La gualda (reseda tuteola de Linneo) crece naturalmente en


varios pajses; pero por motivo de su mucho uso en los tintes, se
cultiva en una gran parte de Europa ; y de ahí la distincion de
gualda silvestre y de gualda cultivada. Esta ultima , que es la
mas estimada , tiene los tallos menos altos y gruesos que la pri
mera. Toda la planta, escepto la raiz, sirve para teñir de amarillo.
Para lograr una decoccion de gualJa se hace hervir por tres
cuartos de hora -ó una hora, ó mejor hasta que se preeipite al
fondo de la caldera, y se saca, despues de cocida, con un urgon.
La canillad de gualda que debe echarse en la caldera varia segun
la intensidad del mafia que se quiere conseguir ; pero bastan co
munmente dos o tres libras para cada libra de materia que se ha
de teñir. Cuando la decoccion de gualda es muy cargada pre
senta un color amarillo algo moreno.
Esta decoccion toma un amarillo mas intenso por medio de Ios-
álcalis ; mas pálido por los ácidos y sobresales, el tártaro y el
aluaibre , por egemplo ; mas moreno por el sulfato de hierro;
(íio)
moreno verdoso por el sulfato de cobre ; amarillo de canario por
la disolucion de estaño.
Las aguas selenitosas , es decir las que tienen en disolucion
sulfato de cal, ponen mas intenso el color amarillo de la decoc
cion de gualda.
La gualda da á la lana , á la seda , al lino y al algodon un
amarillo bastantd sólido cuyos diferentes matices se pueden va
riar á voluntad, por medio de los reactivos que dejamos indi
cados.

§. primkro. Tinte en lana de amarillo de gualda.

Para teñir la lana de amarillo por medio de la gualda se


da primeramente un hervor con un cuarto de alumbre y un oc
tavo de tártaro del peso del tejido. Se pasa este en seguida en
un baño preparado con tres ó cuatro libras de gualda para cada
Kbra de materia. La lana sin hilar ecsije una cuarta parte mas
de gualda.
Añadiendo al baño ya sea alcalis , ya alumbre , sulfato de
hierro ó disolucion de estaño , etc. , se conseguirán todos los
matices de amarillo.
Se modifica tambien el color amarillo pasando el tejido, al
salir del baño de gualda, por otro baño de una sustancia co
lorante diferente. Asi es que para lograr un amarillo dorado se
termina por un ligero baño de rubia , y para obtener un color
burielado se concluye por un baño preparado con un poco de
corteza verde de nuez ó de hollin. Estas últimas operaciones se
llaman obscurecimientos.

§. — Tinte en seda de amarillo de gualda.

Para teñir la seda de amarillo puro debe cocerse con veinte


partes de jabon por ciento de seda , y despues alumbrarse y la
varse en seguida para limpiarla del alumbre. Se prepara luego
un baño haciendo hervir por quince ó veinte minutos dos partes
de gualda " por una de seda. Se cuela el baño por un tamiz ó
lienzo espeso y cuando se ha enfriado lo suficiente para poder
mantener la mano metida en él , se hunde la seda y se vol
tea hasta que se presente el color muy igual : mientras se ege-
outa esta operacion se hace hervir la misma gualda con otra
agua ; se arroja cerca la mitad del primer baño poniendo en su -
lugar igual cantidad de la segunda decoccion que esté algo mas
caliente. Se voltea como antes la seda, y se hace disolver al
(«O-
mismo tiempo un poro de potasa en una porcion de líquido d»
este segundo baño. Se saca la seda para añadir mas ó menos
solucion alcalina , segun el matiz que se quiere obtener , y se
voltea otra vez.
Se consiguen amarillos mas dorados y tirantes al color de
junquillo agregando á la disolucion alcalina un poco de baño de
achiote.
Para lograr amarillos claros debe cocerse la seda como para
el azul , es decir á razon de treinta libras de jabon para treinta
de seda. Si se quiere que el amarillo tire á verde se anade mas
ó menos porcion de baño de tina azul , en caso que la seda
haya sido cocida sin azur ó polvos azules.
Se ha publicado en los fírmales de chimie et de physique
tom. 12, pag. 398 un proceder propuesto por Mr. firaconnot
para tenir de amarillo la seda , el algodon , el lino , etc. Se di
suelve el oropimente en amoníaco líquido y concentrado ; se di
lata esta solucion incolora en cierta cantidad de agua ; se hunde
en ella la sustancia que se quiere teñir , y cuando está bien em
papada del agua del baño se saca y se espone al ayre. Se des
prende el amoníaco y va presentándosa un color amarillo cuyas
gradaciones pueden variarse desde el amarillo dorado claro hasta
el amarillo de caléndula. Este color bastante vivo y que no es
alterado por el ayre no resiste al jabon ; conviene pues única
mente á los tejidos que no se acostumbran lavar como son los
tapices , alfombras etc.

§. III. — Tinte en algodon de amarillo de gualda.

Para dar al algodon los diferentes matices de amarillo que


es susceptible de recibir por medio de la gualda se procederá del
modo siguiente.
Para el amarillo subido se cuecen dos partes y media de
gualda por una de algodon , y despues de haber añadido á la
decoccion un poco de cardenillo desleído en una porcion de baño, se
pasa en él el algodon y se va volteándolo y! manejándolo hasta
que tome un color uniforme ; se saca en seguida y se hunde en
un nuevo baño en el que se vierte un poco de lejía de sosa y
se va pasándolo en este baño por quince ó veinte minutos ; se
retira despues de esto , se tuerce y se hace secar.
Para el amarillo claro , ó pálido, se opera- del mismo modo
con la diferencia que se prepara el baño con una libra y un
cuarto de gualda solamente por libra de algodon , y que antes
de ser pasado en este baño, debe haberse alumbrado mas ó me

(3IÍ)
nos el algodón , ya sea con el acetato de alúmina , ya con el
alumbre ordinario á razon de dos ó tres onzas de alumbre
para cada libra de algodon. Se aviva en seguida en un baño
hirviendo de jabon blanco. Se lava despues en el rio y se hace
secar.
Para el amarillo de limon se diferencia únicamente el proce
der en que solo se emplea una parte de gualda y en que no se
echa en el baño mas que muy poca cantidad de cardenillo pu
diéndose tambien dejar de usarlo.
Para el amarillo dorado se alumbra con el acct3to de alú
mina que señale unos cinco ó seis grados, se sera y se lava; se
pasa despues el algodon por fuertes baños de gualda en los que
se ha vertido primeramente lejía de sosa, y en seguida una di
solucion de sulfato ó acetato de cobre que se mezcla bien con
el baño.

Artícvl* II. -- Del palo amarillo y de su uso en tintura.

El palo amarillo (morus tinctoria) es un arbol que se cria


en las Antillas y principalmente en Tábago. Es amirillo y presenta
vetas de color de naranja. Tiene muy poca dureza y pesadez.
Una fuerte decoccion de este palo presenta un color amarillo
rojizo bastante subido; dilatada en agua toma un color amarillo
naranjado.
Los ácidos producen en esta decoccion un ligero precipitado-
amarillo verdoso.
Los álcalis y la sal marina le dan un color amarillo rojizo
subido.
El alumbre y el tártaro obran casi del mismo modo que los
ácidos volviendo mas claro el amarillo.
El sulfato de hierro obscurece el color.
La disolucion de estaño forma un precipitado amarillo muy
hermoso.
El. palo amarillo se emplea en astillas ó en virutas ó bien
en polvo , y se mete de cualquiera de estos modos en un costal
haciéndole hervir como los palos de Brasil o de Campeche. Se
usa casi únicamente para teñir la lana d los tejidos de esta ma
teria , los cuales sin el ausilio de mordiente alguno toman er>
su decoccion un color amarillo tirante á moreno poco brillante
á la verdad , pero que resiste bastante bien al ayre.
Haciendo hervir el tejido en un baño de tártaro y alumbre
y echando en seguida en este baño un poco de disolucion de
estaño , se logra un color amarillo claro bastante hermoso.
("3)
Si se quisiese un color mas subido se pondría en el baño un
poco de lejía alcalina d de sal comun.
Se ve por lo dicho que el palo amarillo es susceptible de obrar
con los mordientes del mismo modo que la gualda. Pero el palo
amarillo suministra mucha mas materia colorante que la gualda,
pues una parte de aquel es suficiente para teñir de color de
corteza de limon tres partes de paño.
Debe notarse que los colores que se obtienen con el palo ama
rillo tiran mas al anaranjado y son menos vivos que los qne pro
duce la gualda , y por esto para teñir aun el algodon de
color amarillo se mezcla algunas veces el palo amarillo con la
gualda segun el matiz que se quiera conseguir. Por ejemplo para
dos manojos de gualda pueden emplearse de seis ó ocho libras
de palo amarillo. ,
Para obtener del palo amarillo un color mas vivo y hermo
so , recomienda Mr. Ghaptal que se hagan hervir en el baño de
palo amarillo retazos de pieles ó bien cola comun y que se
pasen en él inmediatamente los tejidos de lana los cuales to
man por este medio , segun dice esto sabio , el mas bello é in
tenso de todos los colores.

Aktíovlo III. — Del quercitron y d* su uso en la tintura.

El quercitron es la corteza del quercus nígra. Se le separa


con cuidado la epidermis , porque produciría un color moreno, y
se reduce en seguida á polvo la corteza. Una parte de este polvo
da tanta materia colorante como ocho 6 diez partes de gualda,
y como cuatro partes de palo amarillo. El color que produce se
asemeja mucho al de la gualda.
El agua caliente estrae facilmente la parte colorante del quer
citron y si es hirviendo le hace tomar un color tirante á mo
reno. Los ácidos le dan un viso mas claro; los álcalis y el alum
bre la obscurecen ; con la disolucion de estaño toma un amari
llo vivo ; un amarillo verdoso con el tártaro , y un color de
oliva subido con el sulfato de hierro. La decoccion de querci
tron se prepara haciendo hervir esta sustancia en el agua por do
ce minutos solamente.
Para teñir la lana por medio del quercitron se la hace her
vir primeramente por una hora y media en un baña que con
tenga un sesto ó un octavo de alumbre , del peso de la lana.
Se tille en seguida en un baño con un peso igual He quercitron
al del alumbre empleado; se mantiene el hervor hasta que el
color esté bastante subido ; se saca el tejido del baño y so echa
(•14) ' .
«n este tín poco de creta para avivar el color ; se vuelve á
hundir el paño y se hace hervir otra vez por ocho ó diez mi
nutos. ' . :
Sale el color mas vivo , segun Bancroft , echando en el baño
igual cantidad de disolución' de estaño á la que se ha empleado
de quercitron. Siete d ocho partes de esta disolucion para diez
de quercitron y cinco de alumbre bastan para conseguir un
color .de oro brillante y menos naranjado. Añadiendo á los ma
teriales precedentes un poco de tártaro se obtiene un color de
corteza de limon que tira á verde.
La materia colorante del quercitron se aplica igualmente con
mucha facilidad á la seda. Se alumbra primeramente , se tifie
despues á una temperatura de 32 á 35 grados en un baño que
contenga una ó dos partes de quercitron para doce de seda. Se
aviva el color añadiendo al fin de la operacion un poco de creta
6 de potasa. Se consigue el mismo fin empleando disolucion de
estaño con un cuarto de alumbre del peso de la seda.
Debemos sin embargo advertir que nos parece preferible la
gualda al quercitron para teñir la seda de amarillo aun cuando
se haya tratado el quercitron del modo que hemos dicho re
comienda Mr. .Cliaptal para hacer mas vivo y hermoso el color
que da el palo amarillo , es decir , haciendo hervir este palo
con retazos ó raeduras de piel d bien con cola.
Se debe al contrario preferir la gualda al quercitron cuando
se trata de teñir de amarillo las telas pintadas, porque el quer
citron apenas tifie los fondos blancos , si se tiene cuidado de no
elevar mucho la temperatura del baño. Para lograr este efecto
despues de haber desleido el quercitron reducido á polvo en el
agua fria , se introducen en ella las piezas y se calienta por
grados hasta que llegue , al concluirse la operacion , á 45 d 50-
grados á lo mas. .
Los papeles públicos anunciaron el siguiente proceder , para
teñir la seda de amarillo sólido. Se debe tener sumerjida por
mas ó menos tiempo en un licor compuesto con dos partes de
ácido nítrico de 24 grados y ciento veinte partes de alcool de
33 , í 34 grados. Este color, segun se dice, sufre, sin alterar
se la accion del jabon. }

Artículo IV. — Del achiote y de su uso en tintura.

El achiote , urucu ó bija se prepara en América con las si


mientes del bixa orellana. Nos viene en forma de panes que
estan envueltos en hojas de cana muy anchas. El mejor achiote
se prepara en Cayena; asi es que el de esta colonia tiene en los
mercados de Europa un valor superior al de las demas partes.
Para ser de buena calidad debe tener un color de fuego, mas
tívo por dentro que por. fuera. El que ha sido secado al sol
es negro , y el que no está bien secado se cubre de moho y
toma un color rojo pálido. El que está falsificado no se disuel
ve enteramente en el agua.
El achiote hervido en agua le comunica facilmente su parte
colorante. Esta decoccion que presenta un color rojo amarillen
to desprende un olor particular y tiene un sabor desagradable:
los álcalis le hacen tomar un color amarillo anaranjado y la
vuelven mas hermosa y clara ; los álcalis poseen tambien la pro*
piedad de facilitar la disolucion del achiote en el agua. > i- .
Los ácidos hacen mas subido su color anaranjado.
El alumbre y la disolucion de estaño la mudan en amarillo
de limon. ¡ -J ,-. :
El sulfato de hierro da al anaranjado un viso moreno.
Para preparar la decoccion de achiote , se corta en pedazos,
se hace hervir por un cuarto de hora con las tres cuartas, par?
tes de su peso, o con su peso igual de buena potasa del co
mercio. Esta disolucion alcalina de achiote se conserva mucho
tiempo sin alterarse. •.»!.. . ...
El color producido por el achiote es tan poco sólido que se
emplea muy pocas veces por esta razon para teñir la lana , aun
cuando esté preparada con el baño hirviendo de alumbre y tár
taro. Se sacan ademas por otros medios y con mas solidez todos
los matices que pudieran lograrse por el achiote.
Esta materia colorante sirve casi unicamente para la seda,
lino y algodon. . .: . . .
Para teñir la seda de color de aurora se hace cocer en vein
te partes de jabon por ciento de seda. Despues de bien lim
pia del jabon se hunde en un baño al que se añade mas ó me
nos disolucion alcalina de achiote segun el matiz que se quiere
sacar. Este baño debe tener un grado de calor medio entre el
agua tibia y el agua hirviendo. Si el color no ha llegado al
punto deseado se añade al baño una nueva cantidad de disolu
cion alcalina y se voltea de nuevo. ,
Se logrará el anaranjado , obrando primero /como acaba de de
cirse; pero para concluir la operacion se habrán de pasar las
sedas en el zumo de limon, en el vinagre ó en una disolucion de
alumbre. Cuando la seda ha sido colorada por el alumbre , se
tiene cuidado de lavarla en el rio sin batirla á no ser que el
encarnado fuese demasiado fuerte tí subido.
Las sedas tenidas por medio del achiote deben secarse á la
sombra. * i
Se podrán variar los matices empleando boños mas ó menos
fuertes ó cargados de álcali y mas ó menas calientes. -. - " - . . «
Los procederes que acaban de esponeHe podrán servir tam*
bien pura dar al lino y al algodon el color de aurora y el ana
ranjado. .- • -/
Hemos notado ya que el achiote sirve igualmente para mo
dificar ciertos colores lijados en el lino ó en el algodon.

Artículo V. — De la cúrcuma y de su empleo en ¡a tintura.

La cúrcuma mas conocida en los obradores por el nombre de


tierra mérita, ó de azafran de las Indias es una planta herbacea
que nos viene de las Indias orientales.
Se distinguen dos especies ; la curcuma larga y la redonda.
La primera tiene la raiz tuberosa , oblonga , nudosa , amari
llenta, y del grueso de un dedo. Esta raiz es de un sabor acre,
amargo y de un olor casi igual al del gengibre. Se saca de
tierra despues de la caida de sus flores. - *-¡.-< "
La segunda no tiene las raices tan tuberosas como la otra.
La raiz de cúrcuma , única parte de esta planta que es em
pleada en los tintes , es muy rica en materia colorante y no hay
otro vegetal que produzca un amarillo dorado ó anaranjado tan
brillante. Por desgracia este amarillo tan hermoso no tiene sóli
dez , ni pueda tampoco adquirirla suficientemente por medio de
los mordientes. Se han recomendado en vano la sal marina , la
sal amoníaco , y el ácido hidroolórico, pues no se ha obtenido fru
to alguno de utilidad. Algunos de estos mordientes tienen el
inconveniente de cambiar el color amarillo en rojo tirante á
moreno. . -:
La raiz de cúrcuma y la materia colorante que da han sido
al objeto de un ecsamen químico cuyos detalles han sido inser
tados en el Journal de Pharmacie et des Sciences accessoires,
tom. i, pág. 289, por MM. Vogel y Pelletier. He aqui el
estrarto de su trabajo.
El ngua fria despues de haber tenido por espacio de veinte
y cuatro horas los polvos de cúrcuma , tomó un color amarillo
tirante á moreno , y un sabor acre ligeramente amargo. Los al
calis la hicieron pasar al encarnado y no se alteró su color por
ti carbonato de potasa; calentada hasta la ebullicion no se en-
turbid, y por consiguiente no contenia albúmina. Evaporado el
licor lentamente dió un estracto moreno rojizo que tratado por
el alcool de 36 grafios se disolvió enteramente á escepcion de
una sustancia morena que se reconoció ser goma.
El agua hirviendo tuvo sobre el cúrcuma una accion mayor
- que el agua fria. La decoccion era muy glutinosa, propiedad no
solo debida á la goma , sino tambien á una gran cantidad de
fécula disuelta á beneficio del calórico. .
La cúrcuma destilado con cinco ó seis veces su peso de agua,
dio un aceite ligero de un color de certeza de limon y de un
olor muy penetrante.
El alcool ayudado sobretodo por la accion del calórico se
cargó de materia colorante hasta el punto de presentarse con un
moreno rojizo. El licor alcoólico dió por la evaporacion una ma
sa de un rojo obscuro muy delicuecente ; esta delicuecencia era
ocasionada por la presencia de cierta cantidad de muriato ó hi-
droclorato de cal.
El estracto alcoólico de cúrcuma está formado de dos sus
tancias muy distintas que se puede separar la una de la otra por
medio del éter. En efecto, este líquido disuelve la materia co
lorante amarilla que es la que forma la parte mas considerable
del estracto y deja otra materia colorante morena, soluble en el
agua y análoga á la que se saca de otros estrados.
La materia colorante amarilla soluble en el eter , es uña sus
tancia sui generis , es decir , que difiere esencialmente por su
naturaleza y propiedades , de toda otra sustancia conocida.
Esta materia colorante es de un color moreno rojizo cuando
está en masa , y de un amarillo muy hermoso cuando se hallá
dividida y dilatada en un disolvente; pesa lirias bajo ui» mismo
volumen que el agua destilada. Su sabor que primero es nulo,
se vuelve, al cabo de algunas horas, aere y como de pi
mienta.
Sometida á la accion de un calor moderado se derrite , de
jando escapar un aceité volatil semejanté al que sé obtiene por
la destilacion de la cúrcuma con el agua. Si se aumenta el calor,
se descompone del mismo modo que las sustancias vegetales no
azootizadás.
Es inalterable al ayfe seco , pero se ablanda un poco al
ayre humedo, sin duda por razon de una pequeña- cantidad de
hidroclorato de cal que siempre retiene,
Es muy poco soluble en el agua iría , y un poco mas en
el agua hirviendo.
Los alcalis se combinan facilmente con la materia colorante de
la cúrcuma y la hacen al mismo tiempo muy soluble en el
agua. La disolucion alcalina tiene un color rojo tirante á moreno.
(2i8)
Saturando los alcalis por medio de ácidos débiles se precipita la
materia colorante sin sufrir alteracion alguna.
Los ácidos dilatados en agua no egercen aocion sobre la ma
teria colorante de la cúrcuma, ni aumentan su solubilidad : lo
mismo sucede con los ácidos vegetales escepto con el acético que
la disuelve pero sin alterarla ; al contrario de todos los ácidos
minerales concentrados que la hacen pasar el encarnado. La cúr
cuma pues ha sido considerada , sin razon , como un reactivo
propio para descubrir esclusivamente la presencia de los alcalis
porque los ácidos minerales concentrados á los que se pueden
añadir algunas sales tales como el acetato y el sub-acetato de
plomo , la sal de estaño , etc. obran sobre el papel teñido coa
la cúrcuma del mismo modo que los álcalis. •
La materia colorante de la cúrcuma se disuelve muy bien
en los aceytes fijos y volátiles. -
Tiene generalmeute mucha afinidad por los cuerpos grasos;
pero debe advertirse que estos cuerpos no pueden impedir la
accion que tienen los álcalis sobre ella.
Se combina muy fácilmente con las sustancias animales de
modo que se aplica á las lanas sin el ausilio de los mordientes.
M M. Vogel y Pelletier han observado no sin admiracion que
las muestras teñidas por medio de la cúrcuma sin mordiente de
tártaro ó de alumbre son las que resistieron por mas tiempo á
la accion del ayre. i-
Para teñir la con la cúrcuma se hace hervir en cierta can
tidad de agua , mas ó menos cantidad de esta raíz redu
cida á polvo , segun el matiz que se quiera conseguir. Se cue
la el baño por un tamiz y se pasan en él la seda el algodon ó
la lana ; cuyas sustancias adquieren un color amarillo de oro muy
agradable á la vista. Sale el color mas lleno dando un segundo
baño. • \
El solo contacto con un álcali , jabon y aun con la saliva
basta para hacer pasar el color de la cúrcuma al encarnado. Este
proceder tan sencillo es el que da á conocer el amarillo de cúr
cuma , que es de medio tinte. Sin embargo cuando el amarillo
de esta sustancia ha tomado el color encarnado con la disolucion
alcalina se le vuelve con facilidad el color que le es propio tra
tándola por un ácido el cual apoderándose del alcali vuelve á
hacer aparecer el color amarillo. Se emplea alguna vez la cúr
cuma para dorar los amarillos de gualda; pero éste matiz no se
conserva por desgracia mucho tiempo : sucede el misaio inconve
niente cuando se emplea la cúrcuma para dar al escarlata nn vi
ro anaranjado.
(2i0)

Artículo VI— Del fustete y de su empleo en el arte de teñir.

El fustete (rhus cotinus) pertenece al género zumaque, de la


familia de las terebintaceas.
Es un arbolillo que crece en las partes meridionales de Eu
ropa y de la Francia , que sube hasta diez o doce pies , y cu
yos tallos son delgados , la corteza muy lisa y la madera ama
rillenta. Este palo aunque poco compacto es bastante duro : presenta
un amarillo vivo mezclado con un verde pálido. Se em lea al
guna vez para dar á los paños un color de hoja muerta? ó seca,
ó de café.
La decoccion de fustete tiene un hermoso color anaranjado,
pero sin solidez cuando se usa solo. Asi es que no se emplea si
no mezclado con alguna otra sustancia colorante y principal
mente con la cochinilla para comunicar un color de fuego al es
carlata y para los granados , azufayfas , langostas, naranjados,
junquillos , anteados etc. El color de fustete mezclado de este
modo con otros se sostiene mejor , debilitándose por otra parte
sin que se altere el matiz.
Me he convencido por algunos esperimentos que tengo hechos
sobre el fustete con el objeto de lograr un resultado favorable
para teñir con él el algodon , que no podia ofrecer este palo ven
taja alguna á esta clase de tintura á no ser que sea para- los
matices de oliva. ( Véase el Manuel du tenturier sur fil et sur
coton filé, pág. ii5.)
No nos detendremos en hablar del color amarillo que da la
granilla de Avinon, ó bayas del ranino infectorio [rhamnus
infectorius) , y otras granas semejantes, por no tener mas sóii lez
que el que se obtiene del cúrcuma o del fustete , y por emp e 1-
se por otra parte casi unicamente en la impresion de las telas.
Nada diremos tampoco del amarillo de álamo blanco, es decir del
que se puede conseguir haciendo hervir en agua las ramitas tier
nas del álamo blanco (populus alba. ) ( Véase el Manuel du teintu ier
sur fil et sur coton filé , cap. Vi, pag. i20.) Por medio del
proceder descrito en la indicada obra he teñido el algodon de
un hermoso amarillo dorado y sólido , habiendo sido el prime
ro que concebí esta idea. Debo no obstante advertir que las ra
mas tiernas del chopo suministran muy poca materia colorante,
y que seria menester aun para los matices ordinarios emplear
un peso de dicha sustancia equivalente á seis ó siete veces el
del algodon , lo que no deja de ser un inconveniente bastante
grande.
3i
(sao)

Artículo VII. — Del amarillo por el cromato de plomo.

Se conoce en mineralogía y en química con el nombre de


cromo un metal que fué descubierto por Mr. Vanquelin en i797,
haciendo la análisis del plomo rojo de Siberia.
El cromo es un metal sólido muy difícil de obtener. Tiene
un color blanco tirante á gris, es muy quebradizo, se funde con
mucha dificultad y aunque se esponga al grado de calor mas
fuerte que se le puede dar se convierte unicamente en una masa
porosa en parte granugienta y en parce cristalina. El gas ocsige-
no y el -ayre atmosférico solo obran sobre él cuando se halla á
una temptratura muy elevada. El cromo se convierte entonces
en dcsido verde. El agua no tiene sobre él accion alguna; los
ácidos la tienen muy poca ó ninguna. Calentado basta el rojo con
la potasa y al contacto del ayre se transforma en ácido cromico
el cual se une con el álcali y da nacimiento á cromato de po
tasa. Se prepara mas fácilmente esta sal sustituyendo á la potasa
el nitrato de potasa.
El cromato de potasa de que se acaba de hablar cristaliza
en prismas romboideos amarillos , muy solubles en el agua , y
se emplea esta sal para preparar todos los cromatos insolublea;
el de plomo , por ejemplo , que es el único entre estos cromatos
que es necesario hacer conocer aqui.
Se distinguen el cromato neutro de plomo y el sub- cromato
de plomo.
El cromato neutro presenta uu amarillo muy rico y brillan
te ; se obtiene echando una solucion de cromato neutro de po
tasa en otra solucion de acetato de plomo del comercio (sal ó
azucar de Saturno).
Se sigue de esto que para teñir de amarillo por medio del
cromato de potasa solo se deberá emplear el cromato neutro, es
decir , despojado de antemano ya sea por el ácido nítrico , ya
por el acetico, del esceso de álcali que puede tener y que le
constituye entonces en estado de sub-cromato.
Si se ponen en contacto dos soluciones , una de cromato ó
de sub-cromato de potasa y otra de acetato de plomo se des
componen mutuamente las dos sales , de modo que por una par
te se forma acetato de potasa que queda- en disolucion en el
líquido, y, por la otra, cromato ó sub-cromato de plomo que
se precipita por ser insoluble.
Conocido esto, veamos de que modo puede servir el cromato
de plomo para teñir de amarillo. Bastará esponer en general el
(22i)
proceder que he descubierto y que es el siguiente.
i? Mordiente de acetato de plomo dado en caliente.
z? Baño caliente de cromato neutro de potasa, esprimir, ha
cer secar, lavar:
3? Repetir las operaciones precedentes si se quiere hacer au
mentar el color ( i ).
He obtenido de este modo amarillos muy hermosos y muy
sólidos , en lana , en seda , en lino , en cánamo y en algodon.
Este proceder es tambien aplicable á las telas de impresion.
He conseguido un color de púrpura magnifico , dando pri
meramente un mordiente de nitrato de plata y en seguida una
inmersion en una solucion de cromato neutro de potasa.

Artículo VIII— Del amarillo de orin , de sus matices principa- .


les y en particular del manen.

Se llamax^asi el amarillo de orin porque se obtiene por el in


termedio del orin ó del ocsido de hierro..
El proceder es muy sencillo. Despues de bien calado el al
godon en agua caliente se pasa en un baño frio de sulfato de

. ( i ) El mordiente de acetato de plomo no debe ser muy car


gado ni demasiado caliente de modo que solo ha de tener la
temperatura de 55 á 60 grados.
Despues de sacado el tejido del baño de mordiente debe ser
bien lavado.
El baño de cromato no ha de ser tampoco muy cargado.
Parece , segun dice Mr. Berthier , que el color obtenido de
este modo tira siempre á naranjado y es poco agradable á la
vista ; pero que si , al salir del baño de cromato , se sumerje el te
jido en el ácido acetico adquiere casi inmediatamente un hermoso y
brillante color de corteza de limon. Sustituyendo el acetato neu
tro de plomo al sub-acetato se logra desde luego un bello ama
rillo: dorado. Se consigue igual efecto con el nitrato de plomo
cristalizado , que es muy empleado para este objeto en varias
fábricas de Francia.
El color de cromato de plomo no es alterado por el jabon en
frio ; pero disminuye su matiz cuando la disolucion jabonosa se
halla en estado de ebullicion , y vuelve á recobrar luego toda
su intensidad y brillo por medio del vinagre. El carbonato de
íosa, el ácid» hidroclórico y otros muchos agentes lo destruyen
intnedidmente. = Nota del traductor.
(2zi)
hierro de tres grados recientemente preparado y muy claro. Bas
tan algunos minutos para que se impregne bien el algodon. Se
saca en seguida, se esprime, se tuerce con la mano y se hun
de en uu baño frio de potasa que señale tambien tres grados.
El algodon toma en este último baño un verde sucio que, es
puesto al ayre , pasa mas ó menos pronto al color del orín ú
dcsido de hierro. Son suficientes las dos operaciones anteriores
para los matices claros; pero si se desean grados mas fuertes se
repetirán alternativamente los baños de caparrosa y de potasa
hasta que el amarillo salga bastante subido, lo que se conoce
rá por medio de una muestrecita que se deberá ecsaminar al
cabo de un largo rato despues de teñida , porque no se mani
fiesta toda la intensidad del color amarillo hasta despues de
haber estado espuesto al ayre por espacio de media hora. Al
tacar la pieza del último baño de potasa se tuerce, se lava y
se pope á secar. Si debe quedar el algodon con el amarillo de
orin se pasa por dos ó tres minutos en un baño debH de jabon
sin hervir; pero si se ha dado este color con el objeto de que
sirva de base o pie para otro color , por ejemplo para et azul
por medio del prusiato de potasa , no se debe avivar con el
jabon. ,
Entre los matices de amarillo de hierro se distinguen el
amarillo llamado de manteca fresca, el de vientre de corza
el de campana de bota y sobre todo- el mahon. Para conseguir
todos estos matices bastará emplear baños mas ó menos cargados
y repetidos. El matiz depende tambien del grado mas ó menos
fuerte de ocsidacion del metal. Asi es que el proto sulfato de
hierro producirá matices mas bajos que el deuto sulfato , etc.
Los matices claros ecsijen tambien un bañ o alcalino ligero , y
por esta razon se puede suplir en tal caso el baño de potasa
por otro de agua de cal.
Es facil penetrar i primera vista la teoría del proceder que
sirve para obtener el amarillo de orin de hierro. El sulfato de
hierro de que se impregnó primeramente el algodon es descom
puesto por la potasa ó agua de cal; estos álcalis se apoderan
del ácido sulfúrico y queda fijado el dcsido de hierro en el al
godon , cuya sustancia tiene mucha afinidad por este dcsido , y
de aquí la solidez de este color. ,
Entre todos los matices de amarillo de orin de hierro el
mahon es el que ha tenido y tiene mas aceptacion y el que
la conservará tal vez por , mas tiempo á pesar de los caprichos
de la moda. - - ,
Aunque los medios indicados pueden producir un color de
mahoa bastante agradable y medianamente sólido , sin embargo
es muy inferior por todos los motivos al mahon cuya obten
cion he dado á conocer en el Manuel du teinturier sur fil et
sur coton filé. Despues de publicada esta obra he logrado conse
guir este color de un modo mas seguro y al mismo tiempo mas
sencillo , conservándole perfectamente el viso del verdadero ma
hon de las Indias.
Doy primeramente un medio blanco al algodon ; le hago des
pues hervir por espacio de media hora en un baño que preparo
con la corteza de encina molida , en la proporcion de ocho á
diez on¿as de este ingrediente por libra de material , cuidando
de meter la corteza en un saco.
El algodon toma en este baño un color leonado muy subido.
Se deja enfriar el algodon , se lava y se aviva .por medio de un
baño debil de jabon medianamente caliente.
Comparando este proceder con el de mi Manual en el que
adamas del cocimiento de corteza empleaba el agua de cal y la
disolucion de estaño , se verá desde luego cuan preferible le es
ya por su simplicidad , ya tambien por la certeza de lograr un
matiz determinado y constante.
Para dar al color mahon el viso rojizo que presenta el de
las Indias , añado al baño de corteza de encina una centésima
parte de rubia del peso del algodon.
Sumerjiendo primero el algedon ligeramente alumbrado en
un baño de acetato de hierro de un grado , despues en otro
baño de potasa tambien de un grado , y concluyendo por un
baño muy débil de sulfato de cobre se consigue el color amari
llo pajizo.
Los amarillos de orin de hierro sirven algunas veces de pié
para otros colores. He aqui algunos ejemplos.
- Io Un amarillo ligero de orin se cambia en color de avella
na tu la decoccion de agallas.
2? - Un amarillo mas subido se muda en gris de ratón por
medio del mismo baño.
3? El amarillo precedente pasado por un cocimiento de quer-
citron se transforma en oliva.
4? Si se sumerje el algodon teñido de amarillo de orin en
una disolucion caliente de prusiato de potasa i la que se hayan
añadido algunas gotas de ácido sulfúrico , tomará el algodon
en este baño un color azul magnifico cuyo matiz será tanto mas
subido y brillante cuanto mas fuerte sea el pie que tenga de
amarillo. .- -. . : ! •. ¡ •
(224)

Capítulo III Del color leonado.

Él color leonado, que se llama tambien color de raíz , se


aplica algunas veces, por sí solo i las estofas de lana ó bien
entra en la composicion de un gran número de colores.
Las sustancias que sirven para teñir de este color son : la
corteza verde de nuez , la raiz, de nogal , la corteza de aliso , el
sándalo , el zumaque , el hollín , etc.

Artículo primero De la corteza verde de nuez.

Se sabe que el esterior de la corteza verde de nuez tiene


un color diferente del que presenta su interior ; este es blan-
eo y espuesto al ayre no tarda á tomar un color moreno casi
negro. ,. . , ¡, .. .
Esta corteza no se conserva por un cierto tiempo sino cuan
do ha sido separada de nueces perfectamente maduras. Se llenan
entonces con ella grandes cubas o tinas y se agrega la suficiente
cantidad de agua paraque la cubra de algunos dedos. Se con
serva de este modo un aílo ó mas , al paso que si se hubie
se cojijo la corteza antes de la perfecta madurez de las nue
ces fe echaría á perder al cabo de dos d tres meses.
Se prepara la decoccion de corteza verde de nuez haciéndo
la hervir en agua por espacio de una media hora.
La decoccion filtrada adquiere en contacto del ayre un co
lor bastante moreno,
Los álcalis obscurecen su color, los ácidos lo aclaran; el
alumbre no lo altera de un modo sensible; la disolucion de es
taño lo hace pasar al leonado ceniciento; la disolucion de sul
fato de hierro lo obscurece mucho mas haciéndolo volver casi
negro, :
Las partes colorantes de la corteza verde de nuez tienen tan
ta tendencia á combinarse con la lana que , aun sin el ausilio
de los mordientes , llega esta sustancia á tomar un color de
avellana ó leonado muy sólido. Los mordientes sirven unicamen
te para variar los matices ó para darles mas lustre. El alumbre
sobre todo da un color mas vivo y mas lleno.
El uso de la corteza verde de nuez es tanto mas ventajosa
cuanto que sin ecsijir el empleo de los mordientes conserva á
la lana toda,, su .suayidgd• ', v ¡: . .•- i.-
Para teñir él paño y la lana hilada por medio de la corteza^verde
de nuez basta calar estas sustancias en agua tibia antes de meterlas en
(225)
la caldera en donde se mueven con cuidado hasta que hayan
llegado al matiz que se desea , á no ser que se les dé prelimi-
nannente una alumbrada.
Los paños se tiñen empezando por los matices mas subidas y
concluyendo por los mas bajos ; pero para las lanas hiladas se
hacen primeramente los matices mas claros y se termina por los
mas obscuros , añadiendo á cada boca ó entrada corteza verde
''de nuez. "

articulo II. —De la raiz de nogal.

La raiz de nogal es , despues de la corteza verde de nuez,


la sustancia que mas conviene para obtener el color leonado.
La decoccion de esta raiz reducida á virutas se prepara como
la de la corteza verde de nuez. Los mordientes obran tambien á
corta diferencia del mismo modo en esta decoccion que en la
de la corteza verde de nuez.
Hay sin embargo alguna diferencia en el modo de emplear
estas dos decocciones.
Se debe tener cuidado en primer lugar en meter la raíz re
ducida á virutas como se ha dicho en un costal , para impedir
que las partes mas pequeñas manchen la lana adhiriéndose á ella.
Es menester tambien no sumerjir la estofa en el baño sino
cuando esté caliente de modo que se pueda mantener la mano
dentro , debiéndose ademas manejar con prudencia el fuego á los
principios , á fin de que las partes colorantes puedan distribuir
se en el baño á medida que se van separando de la raiz; se au
menta en seguida el fuego progresivamente hasta la ebullicion.
Para teñir los paños y las lanas hiladas se seguirá el mismo
orden que queda espuesto en el artículo precedente , es decir,
se empezará para los paños por los matices mas subidos, y para
las lanas hiladas por los mas claros.

Articulo III— He la corteza del aliso.

La corteza del aliso (beíula alba) hervida en agua da un


cocimiento de color leonado claro que se obscurece al ayre. .
El alumbre forma en esta decoccion un precipitado amari
llo , y la disolucion de estaño otro amarillo claro. Esta decoc
cion disuelve una cantidad bastante notable de dcsido de hier
ro por lo que es muy ventajosa para preparar las tinas de negro:
kace tambien tomar un color negro á las disoluciones de hierro.
La corteza del aliso será pues de dtilidad para conseguir eo
(S26)
la lana matices de leonado claro agradables i la vista y sólidos
al mismo tiempo , y para hacer diferentes obscurecimientos que
se usan con bastanle frecuencia en el arte de teñir.

Artículo IV— Del sándalo rojo y de la materia colorante


que suministra.

El sa-ndalo rojo es la madera del pterocargus santalinus. Et


un arbol del grueso de un nogal , que crece en las Indias Orien
tales , y principalmente en el rey no de Siam, y en las islas de
Timor y de Solor.
El palo de sándalo rojo es duro , compacto y pesado : sus
fibras ya son derechas ya forman aguas imitando las que se ven
en los nudos de todas las maderas. No tiene olor sensible ; su
sabor es ligerament» astringente y áspero, su color leonado mo
reno tirante á encarnado ó parecido al que presenta una sangre
obscura. Da poco color aun cuando se tenga por mucho tiempo
eo agua hirviendo.
Ecsaminando el palo de sándalo rojo Mr. J. Pelletier ha des
cubierto en él una materia colorante particular á la que ha dado
el nombre de sandalina (Bulletin de pharmacie , tom 6 pag.
454-)
Para obtener la sandalina basta tratar por diferentes veoes el
palo molido en polvo fino por el alcool muy concentrado é hir
viendo ; queda la materia colorante disuelta en el líquido , se
evapora el solutum hasta sequedad , y el residuo es la sandalina
pura.
La sandalina es encarnada , sólida y forma masa. Sometida á la
accion del fuego se reblandece y se funde á cerca i00? del ter
mometro centígrado ; se descompone en seguida , pero sin pro
ducir amoníaco.
Es muy poco soluble aun en el agua hirviendo ; es al con
trario muy soluble en el alcool , en el ácido acético , en las le
jías de sosa y de potasa , en el amoniaco , en el éter sulfdrico y
en algunos aceytes esenciales.
El cloro la destruye inmediatamente y la convierte en una
especie de resina amarilla.
El ácido sulfdrico la carboniza al mismo instante que se po
ne en contacto de ella; el ácido nítrico la disuelve y la des
compone.
Disuelta en el alcool ó en el ácido acético y puesta de este
modo en contacto de diferentes sales toma precipitados de varios
colores: el que se produce con la sal de estaño tiene un color
o?)
<le pdrpura muy brillante , y el que da con las sales de plo
mo es de un violado bastante hermoso. -
De estos hechos y de algunos otros que cita en su memo
ria dedoce M. Pelletier que ia materia colorante del sándalo ro
jo es una sustancia particular que se asemeja á las resinas.
M. Pelletier ha hecho , sohre el empleo del sándalo rojo en
la tintura , algunas observaciones que nos parece debemos trss-
ladar aquí.
-55 Todos los autores qae se han dedicado á la tintura dicen
que las agallas , el zumaque , la corteza verde de nuez , y las
demas sustancias astringentes aumentan la propiedad disolvente
que tiene el agua por la materia colorante del sándalo. He he
cho diferentes esperimentos acerca del particular y no he obser
vado jamas que la solubilidad de la materia colorante del sánda
lo se haya autnentado sensiblemente. Tal vez esta diferencia se
hace sensible Cinicamente cuando se opera en grande ; tal vez
tambien? se ha confundido con una verdadera solucion la divi-
eion de la materia colorante por el caloren un líquido cuya den
sidad está aumentada en razon de las partes estractivas que con
tiene ; pues que en este caso si se pasa el licor caliente por un
lienzo , arrastra aun consigo una cantidad bastante notable de
materia colorante que se puede separar , cuando se haya enfria
do , por medio de la filtracion.
53 Mu parece cierto que el sándalo empleado en decoccion
para los colores leonados, obra mas bien por las partes que es-
tan aun en suspension , y sirve para dar un viso rojizo. El
ácido gálico que está contenido en pequeña cantidad en el sán
dalo , puede igualmente influir sobre los colores para los cuales
se emplea; pero no tengo la menor duda de que, valiéndose de
disolventes apropiados tales como las soluciones alcalinas y sobre
todo las alcoólicas, puede usarse con utilidad en la tintura co
mo lo ha hecho ya M. Weigler. Su disolucion en el ácido acé
tico seria muy útil con particularidad para el tinte de las la
nas y de la seda. "
Pensamos tambien nosotros que á pesar de achacarse al sán
dalo el inconveniente de poner áspera la lana , debe ser no obs
tante conservado su empleo en el arte de teñir á causa de la
solidez de su color. Este color se obscurece al ayre ; se aclara
por medio del jabon y es muy poco alterado por el alumbre
y aun menos por el tártaro. T
(228)

Articulo V. — Del Zumaque.

El zumaque ( rhus coriaria ), es un arbusto que crece nata-


raímente en Siria , en Palestina , en España y en Portugal. Se
da el nombre de rédoul ó roudou , al zumaqne que se cultiva
en los alrededores de Monpeller. ( Véase mas abajo , solucion de
hierro n? 4, 4? párrafo ).
No debe estraerse el color del zumaque sjno á una tempe
ratura de 50? de Reaumur.
La infusion de zumaque filtrada tiene un color leonado
que se obscurece prontamente esponiéndola al ayre.
Los álcalis y el alumbre tiene muy poca accion sobre ella.
Los ácidos aclaran su color y la ponen amarilla.
Las sales de base de hierro la hacen pasar á pardo obscuro.
El zumaque produce por sí solo un leonado que tira á ver
de ; pero modificando su color por la accion de los mordientes,
pueden lograrse sobre el lino y algodon colores agradables y
sólidos.
El acetato de alúmina produce en ella un color amarillo
algo verdoso , pero sólido ; el acetato de hierro un poco con
centrado da un color negro y si se halla dilatado en agua pro
duce grises de diferentes gradaciones.
En general para teñir con el zumaque es preciso no pasar
de la temperatura que hemos prescrito para preparar el baño,
y trabajar entonces en él las materias por un cuarto de hora ó
algo mas , elevando un poco el calor.
Sometiendo á la análisis la corteza de aliso , la de haya,
la corteza verde de nuez , la raiz de nogal , las hojas del cas
taño de Indias , ect. ( Bulletin de Pharmacie , tomo II , pagina
247) se ha encontrado en todas ellas una combinacion de ta-
nino y de una materia animal.
» Es de creer , dicen los autores de la memoria , que la
teoría de la tintura podrá sacar nuevas luces del conocimiento
de un compuesto desconocido hasta el dia en las plantas y que
desempeña un papel particular en la produccion de los colores
que se aplican á los tejidos sin preparacion alguna.
53 Por ejemplo, resulta desde luego de nuestras -investigacio
nes , que para fijar la materia colorante leonada de los palos y
cortezas? en los tejidos vegetales, seria tal vez ventajoso dar á
estos tejidos una preparacion con materias animales , á fin de
precipitar mas abundantemente el tonino ó principio curtiente
y la materia curtida que hace soluble."
(229)

Articulo VI. -- Del hollin.

El hollin es la materia colorante negruzca y fuliginosa que


deposita el hurno en las paredes de las chimeneas y que con
tiene las partes mas volátiles de las sustancias que se queman
generalmente. Tiene ademas un aceyte empireumático muy abun
dante que le da el amargor y olor desagradable que le caracte
rizan.
Para teñir con - el hollin , se hace hervir bien en el agua
por dos horas , se deja reposar , y se vacia en otra caldera ; se
sumerjen los tejidos en este baño hasta que se haya logrado el
matiz que se desea. Se sacan entonces , se ventean , se lavan
bien y se hacen secar.
El baño de hollin que ha dado matices fuertes puede ser
vir tambien para obtener otros mas claros.
El empleo de hollin , en el tinte de las lanas ofrece algu
nos inconvenientes : los principales son dar aspereza y un olor
desagradable á los tejidos. El color pardo que se logra con el
hollin es tambien menos sólido y hermoso que el que se es
trae de la corteza verde de nuez , de la raiz de nogal , y de
la corteza de aliso.
Ademas de las sustancias que hemos citado para teñir de
color pardo ó leonado , hay muchas otras materias vegetales y
sobre todo algunas cortezas que se podrían emplear para el -mis
mo objeto ; pero como el uso de estas materias ni seria mas
ventajoso ni mas economico nos abstendremos de hablar ds ellas.

Capítulo V. Del negro.

El negro puede ser considerado como color simple, pues que


pueden teñirse inmediatamente de este color á lo menos ciertos
tejidos, con el jugo de algunos vegetales tales como la nuez del
anacardo oriental , el tocsicodendro , etc. Bajo este respecto , el
color negro del mismo modo que el azul , el encarnado , el
amarillo y el leonado , puede colocarse en la clase de los colo
res simples. >
Pero, por una parte, falta mucho paraque el arte de teñir
pueda procurarse los vegetales susceptibles de facilitar directa
mente el color negro en cantidad suficiente para el abasto de
los obradores; y por la otra, no es cierto que esta materia
colorante negra pudiese ser aplicable á toda especie de tejidos.
Ha sido pues preciso buscar un medio mas fácil y mas ge
(33°)
neral para teñir de negro , y solo se ha encontrado este me
dio en una combinacion puramente artificial. . El negro de los tin
toreros resulta esencialmente de la union del tícsido de hierro
con el acido gálico y el tanino estraidos de las agallas ó del
zumaque, aunque tambien pueden ciertas materias colorantes con
tribuir á la formacion de este; color ó á su mejora.
El sulfato, el acetato y el piroliñato de hierro son las prin
cipales sales de esta base que se usan para teñir de negro. M.
Berthollet nos dice acerca de esto que la proporcion del sulfa
to de hierro (y debe decirse lo mismo de cualquiera otra sal
ferruginosa ) parece ser la que corresponde á la cantidad de áci
do gálico y de tanino contenidos en las agallas , en el zumaque
etc. de modo que todo el dcsido de hierro que puede ser pre
cipitado por el ácido gálico y el tanino lo sea realmente,
y que la totalidad del ácido gálico y del tanino quede com
binada con el dcsido de hierro. Como es sin embargo casi im
posible llegar á esta ecsactitud , el mismo sabio advierte que va
le mas que domine la sal ferruginosa , porque cuando el áeide
gálico y el tanino se hallan en esceso se oponen á la precipi
tacion de las materias colorantes y aun gozan estos cuerpos la
propiedad de disolverlas. La esperiencia acredita, en efecto, que
se hace pasar al gris una muestra de paño negro cuando se la
hace hervir con agallas.
Se ofrece otra consideracion que es de mucha importancia
en la práctica , y es que no purde verificarse la descomposi
cion de la sal ferruginosa por el ácido gálico y el tanino siné
en los casos en que el hierro está muy ocsidado. De lo que se
sigue que la accion de las sales de base de hierro varia segun
los diferentes grados d£ ocsidacion de este metal, y que el gra
do de ocsigenacion mayor es el que mas conviene , segun lo
habia dicho Proust mucho tiempo há ; pero parece que aun
en este mismo caso , no hay sino una parte de la sal ferru
ginosa que sea descompuesta solamente á un grado- menor de
ocsidacion. Se deduce de estos hechos , que si se emplea nna,
sal -ferruginosa poco ocstdada , debe suplirse el grado de ocsi-
daíion por una cantidad mayor de ócsido.
Es menester observar tambien que las moléculas colorantes
que se precipitan en el tejido- en virtud de los principios su
ministrados por la« agallas, por el zumaque, etc. que se com
binan con el ócsido de hierro , solo ofrecen á la- vista un color
moreno mas ó menos oscuro y no adquieren un color verda
deramente negro sino cuando se dejan , hallándose aun húme
da», ea contacto del ayre atmosférico. De ahí proviene la* ae
cesidad , cuando se tifie de negro , de dividir ía operacion en
diferentes tiempos y de ventear los tejidos por un rato antes
de sumerjirlos en otro nuevo baño.
Opinan- generalmente los tintoreros y los autores que han es
crito sobre el arte de teñir que el negro es mas rico y sólido
si se han hecho entrar en su composicion otros diferentes- colores
mayormente si son muy obscuros. Por esta razon , en el tinte
de ne^ro ha sido siempre empleado el azul como un podero
so ausiliar, por tener la doble propiedad de aumentar el color
y de absorver en algun modo el matiz leonado que proviene de
las agallas y del zumaque. Asi es que se acostumbra dar siem
pre un pié de azul mas ó menos fuerte á los paños finos que
deben recibir el color negro. Para las ropas comunes se reem
plaza el pié de azul por lo que se llama pié musco ó de - raíz
que consiste en un cocimiento de la corteza verde de nuez ó
de raiz de nogal.
Por la misma razon se emplean muchas veces para teñir de
negro baños de campeche. En efecto este palo da primeramente
moléculas colorantes diferentes de las que producen mas parti
cularmente el negro, y esta diferencia aumenta aun, por ht
mezcla de estas moléculas eon el ócsido se cobre que se añade
ordinariamente , y que las hace pasar al color azul. -
En fin , un baño de rubia ó de gualda , añadiendo tambien
nuevas partes colorantes , puede contribuir á la hermosura del
matiz negro y dar ademas suavidad y blandura al tejido.
Desde mucho tiempo á esta parte he sustituido con los
mas felices resultados el piroliñato de hierro al sulfato de hier
ro que se usaba antes casi esclusivamente en el tinte de negro
y que tiene el inconveniente de endurecer los tejidos y aun
de quemarlos algunas veces, ó por el esceso de ácido que con
tiene , ó por el ácido sulfúrico que el ácido gálico ó el tanino
-ponen- en- libertad. M. Bosc (Ann. áss Manufactures- , et des Arts^
redigées por Oreilly ., tomo 5, -pag-. 37 Y es el primero que ha
indicado Su uso aunque de un mfcd» • incompleto. . 1 . r;-.
La Sociedad de fomento para los progresos de la industria
francesa , que tiene su asiento en Paris , se espresa de este mo
do acerca del particular , en su Boletin , 6? año , n? XI., oc
tubre de- i807:
» Se debe á Mr. Vitalia el mérito de haber hecho mas abun
dante el* toso- del piroliñato de hierro aplicándole al tinte ne
gro en el hilo;' y- en el algodon hilado. Esta práctica es se
guida en el dia en los obradores de Ruan en donde se da á las
ropas de algodon negras que sirven para vestidos de luto, , y de
las qufi eramos antiguamente tributarios á los holandeses , an
tinte sólido y económico por medio del piroliñato de hierro.
Este color se conserva por mucho tiempo, y no se enrojece co
mo Jos negros ordinarios."
He manifestado en diferentes Merrforias que he comunicaite»
á la Real Academia de Ciencias , Bellas Letras y Artes de Ruan
en los años i807 y i808, que el mismo proceder salia igual
mente bien sobre las lanas y sobre la seda , y que era aplica
ble á la . impresion de las telas y al tinte de los terciopelos.
He hecho ver ademas que se podía obtener con el piroli-
iíato de hierro un negro tan sólido como brillante , sin nece
sidad de dar un pié de aguí; condicion que M. Bosc conside-
raba como indispensable.
Pasemos ahora á detallar los procederes empleados para te
ñir de negro la lana , la seda , el lino y el algodon.

§. Primero. — Negra sobre lana.

. Los paños destinados á ser teñidos de buen negro deberán


recibir primeramente el pié de azul mas intenso que sea posi
ble. Se lavarán al salir de la tina y se pasarán por el batan pa
ra descargarles del tinte superfluo. Hecho esto, para cien libras
de ropa se harán hervir por dos horas en una caldera que con
tenga una cantidad suficiente de agua , diez libras de palo de
Campeche é igual cantidad de agallas.
Despues de preparado este baño se pondrá la tercera parte
en otra caldera añadiendo al mismo tiempo dos libras de car
denillo , y se pasará en el la ropa por dos horas , teniendo cui
dado de tener el baño muy caliente, pero sin que] hierva.
Se levanta entonces el paño , y se echa en la caldera un
segundo tercio del baño , con ocho libras de caparrosa añeja del
comercio (i). Se retira el fuego , se espera que se halle bien
disuelta la sal ferruginosa , se pasa despues el tejido por una
hora en este nuevo baño 1 se saca en seguida y se ventea.
Se mete en la caldera el último tercio del primer baño, se
añaden quince ó veinte libras de zumaque y se hace dar un

-.. (.1) Cuando ha estado , la caparrosa espuesta al ayre por


vierto tiempo se cubre su superficie de una eflorecencia amari
llenta y no es entonces sino una mezcla de deutóesido y de tri-
tóesido de hierro. Este estado de ocsidaeim es el que mas con
viene para el tinte negro , segun hemos advertido ya.
(233)
hervor; se echan en él dos libras de caparrosa; se refresca con
nn poco de agua ; se pasa en él el tejido por una hora ; se
saca en seguida , se ventea , se vuelve á meter en la caldera y
se pasea en el bario por una. hora. Se saca entonces, se lava
en el rio y se pasa por el batan hasta que el agua salga clara.
Se dará suavidad al tejido y se asegurará enteramente el ne
gro terminando la operacion por un baño fresco de gualda que
se habrá hecho hervir, y que se habrá refrescado en seguida an
tes de pasar en él el paño.
A pesar de esta precaucion será aun ,el tejido áspero al tac
to y no se conseguirá darle suavidad y blandura sino supri
miendo el sulfato de hierro ó la caparrosa y sustituyendo á
esta el piroliñato de hierro , que se empleará en la proporcion
de T5, relativamente á la cantidad de agua necesaria para
formar el baño en que se debe pasar el tejido.
El proceder que se acaba de indicar conviene perfectamente
para lograr un azul muy hermoso sobre paños finos ; se puede •
sin embargo, con menos gastos, conseguir á corta diferencia el
mismo fin» Hé aqui el modo de operar:
Despues de haber dado al paño el pié de azul subido , se
hace hervir por dos horas- en un baño de agallas y de campe
che. Se levanta entonces el tejido para echar en el baño ca
parrosa ó piroliñato de hierro ; se sumerje el paño y se pasa
por dos horas . sin hacer hervir ; despues de esto se ventea , se
lava y se hace pasar por el batan.
Se sigue un proceder aun mas econtímico para teñir de ne
gro ciertas ropas ó tejidos comunes, tales como las estameñas,
etc. En lugar de pié azul, lo que aumenta mucho el precio
del negro, se da en este caso un pié musco ó de raíz con la-
corteza verde de nuez ó con la raiz de nogal y se da en segui
da el color negro según queda dicho.

§. II. — Tinte negro en seda.

El tinte de negro en seda presenta algunas dificultades que


hemos procurado allanar en una memoria que salid en i809,
en las actas de la Academia di Ruan y cuyo estrado creo de
ber publicar aquí.
»El negro, dice Macquer en su Art de la Teinture en soie
pagina 62 , es un color difícil de lograr en la seda. Lo mas esen
cial que ofrece el tinte negro es , dice mas adelante , que al
tera , en general, y endurece mucho las ropas ; de manera que
las que estan teñidas de negro son usadas mucho mas pronto en
(234)
igualdad de circunstancias que las que estan tefiiilas de otros co
lores. Debe atribuirse principalmente este defecto al ácido vitrió-
lko de la caparrosa que no se halla bien saturado por el hierro.
Como este metal unido con cualquier otro ácido y aun con los
ácidos vegetales es capaz de producir con los astringentes vege
tales un color negro , hay motivo para creer que sustituyendo
otras combinaciones de este metal á la caparrosa se podria re
mediar este inconveniente. Estas son sin duda unas buenas y
útiles tentativis que deberian hacerse. "
He ejecutado con feliz écsito lo que M. Macquer recomien
da aqui, reemplazando la caparrosa por la disolucion de hierro
en el ácido piroliñicó.
Debo no obstante advertir que en el método citado por
Macquer no es la caparrosa el único ingrediente que puede al
terar la seda : el arsénico blanco ó el ácido arsenioso , el subli
mado corrosivo, el rejalgar, el oropimente, y muchas otras sus
tancias metálicas que entran en la composicion de este baño de
negro deben necesariamente ejereer una accion que, por decirlo
asi, debilita singularmente el tejido de la seda. ( Vease la espli-
cacion del proceder, Art de la Teinture ensoie, por Macquer).
No es el defecto de que acabamos de hablar el único de
que adolece este método.
Es vicioso ademas, i? por los muchos materiales que se em
plean en él, unos por los menos superíiuos y otros perjudicia
les; 2? por el gran número de manipulaciones que ecsije, lo
que aumenta bastante los gastos.
Del mismo modo opinaba- M. Tbomas Henry miembro de
la real sociedad de Londres y de la filosófica de América , j
decía acerca de esto : » Las mejoras que se han hecho en el
tinte de negro son tal vez la prueba mas convincente de la
utilidad de los conocimientos químicos; y no puede presentarse
á la vista otro ejemplo mas patente de los inconvenientes que
acarrea la ignorancia de los principios de Ja química , que el
proceder seguido en Francia , segun nos dice M-icquer , para
teñir la seda de negro , en el que entran á lo menos trein
ta ingredientes de los cuales la mayor parte son los mismos
aunque bajo diferentes nombres, y los otros tienden recíproca
mente á destruirse su accion (i)."

(i) The improvements made in dying black are perhaps the


stfongest proofs that can be given , of the utility of chemical
knowledge ; nor can a more apt instame be adduced of tlie
(235)
El proceder indicado por Macquer no puede considerarse
pues sino como una de aquellas composiciones monstruosas , hechas
sin reglas y sin principios que deberían desterrarse del arte de
teñir si los talleres no hubiesen hecho ya por sí mismos jus
ticia de él desde mucho tiempo acá.
Se prefiere en el dia con razon un proceder publicado en
1776 por Anglés en una memoria presentada á la Academia
de Lyon que habia propuesto un premio para este objeto.
Va á darse una idea de este proceder sacada de lo dice M.
Berthollet en sus Elementos del arte de teñir tom. II pag. i7
segunda edicion (traducida al castellano por D. Domingo Gar
cía Fernandez), á fin de que pueda compararse con el nuevo
método que propongo.
Anglés da primeramente á la seda un buen fondo de leona
do por medio de la cascara verde de nuez, y en seguida un
pié dé azul con el campeche y cardenillo, por no convenir
tanto al tinte negro ea seda el pié de azul de tina. Hubiera
podido añadir aun el autor que este azul es bastante perjudi
cial á la seda.
Despues de preparado un baño de agallas y de zumaque al
que se añaden partes iguales de caparrosa y de goma arábiga,
se sumerje en él la seda preparada del modo que se ha indicdo
aates, teniendo cuidado que no suba la temperatura mas allá
de 40 grados del termdmetro de Reaumur. Al cabo de dos ho
ras se ventea y se hace secar.. ¡. > ,;
Se añade entonces al baño otra nueva porcion de caparrosa
y se repite la inmersion que dura aun dos horas, mantenien
do el mismo grado de calor. Se ventea otra vez, se seca y se
le dan dos batidos.
Se hace entonces una tercera inmersion que debe durar
cuatro ó cinco horas; se saca la seda, se seca, se le dan dos
batidos y se termina por un baño de gualda para suavizarla.
Convengo en que el esceso de ácido sulfúrico que podría con
tener la caparrosa empleada aun en este proceder puede ser ab-
sorvido , á lo menos en parte , por la goma arábiga , sobre la

inconvenience arising from the zuant of it than the french process,


related by M. Macquer , for this purpose ; in which no less
than thirty different ingredients are different to be employed,
several of trhich are the same tjtings under different denomi-
nations and other tend directly , to destroy eqch other ( Reper-
tory of Arts and Manufactures , vol. II, pag. 275). .
33
cual se sabe que ejerce accion el ácido sulfúrico; pero el em
pleo de la goma, necesaria por otra parte para impedir que el
hierro se precipite con demasiada prontitud, es muy dispendio
so, y un método que no ecsijiese este empleo jue parecería,
por esto solo , merecer una justa preterencia.
En el proceder que anuncio y que se halla acreditado por
la esperiencia evito igualmente servirme de la caparrosa y de
la goma arábiga.
Hé aqui mi modo de proceder.
Aunque puede teñirse en crudo (i), doy no obstante pri
meramente á la seda el cocido ordinario con veinte libras d$
jabon : y despues de haberla lavado muy bien , la pongo á se
car.
Despues de seca paso las madejas en una decoccion de aga
llas en la proporcion de dos onzas por libra de materia. Ei ba
ño de agallas debe estar medianamente caliente. Se voltean en
él desde luego las madejas agitándolas al mismo tiempo ligera
mente á fin de hacer penetrar la aballa y de unir bien el co
lor ; se hunden en seguida en el baño que debe conservarse
tibio por quince ó diez y ocho horas , se sacan en seguida y
se secan.
Despues de seca la seda del agallado , la meto en un bario
tibio de piroliñato de hierro que marque 5 grados en el areor
metro de Baumé. Se voltea por algun tiempo en este baño par
ra unir bien el color : se sumerje en seguida y se tiene hundir
da en él teniendolo un poco caliente por cinco ó seis horas,
cuidando de levantarla y de ventearla de tiempo en tiempo.
AI sacarla del baño de piroliñato de hierro se esprime, se
tuerce á clavija y se hace secar al ayre si el tiempo fo per
mite , ó e,n un cobertizo si el tiempo es húmedo ó lluvioso.
Estando ya seca la seda se le dan uno ó dos batidos y se
procede á un nuevo agallado que se hace con el resto del pre-
ce.lente aumentado con una onza y media de agallas por libra
de seda. Se deja en el enjebe como se ha dicho , se saca des
pues, se tuerce y se seca.
Este segundo agallado es seguido de un baño nuevo y ti
bio de piroli/lato ferruginoso de cuatro grados; teniendo pre
sente lo que hemos advertido y encargado mas atrás. Se saca

{ i i La seda cruda toma mas facilmente el color que la que


ha sido cocida, pero resulta en el primer caso un negro menos
perfecto.
(237)
la seda del baño al cabo de un rato, se esprime y se pone á
secar.
Despues de haber dado uno tí dos batidos se procede á un
tercer agallado, preparado con una onza y media de agallas re
cientes por libra de materia , y se practica , respecto al resto
de la operacion , lo que queda prescrito ya.
. Se da en seguida un baño de piroliñato de hierro que se
ñale tres grados ; se seca y se lava.
Si se quiere conseguir un negro muy fuerte se hará un cuar
to agalLdo nuevo con una onza de agallas por libra de seda,
seguido de un cuarto baño de piroliñato de tres grados de con
centracion. Se seca y se- lava con cuidado.
La goma que se emplea siguiendo el proceder de Anglés da
é la seda un brilianie muy buscado en el comercio, pero yo
suplo el empleo de la goma sumerjiendo la seda despues de te
ñida y volteándola por algun tiempo en un ligero baño de ja
bon tibio; la lavo despues y la hago secar por última vez.
Por lo demas mi método no escluye el empleo de la goma
pues puede muy bien usarse disolviéndola en este caso en el
baño ferruginoso. En las tintorerías en que se sigue absoluta
mente el proceder de Anglés ú otro semejante , se podría tam
bien sustituir el piroliñato de hierro á la caparrosa , siu per
juicio por esto de practicar todas las operaciones que ecsije el
método que usan. De este modo se lograría dar mas intensidad
y solidez al color y se conseguiría igualmente no alterar tanto
la seda.

§. III. — Tinte negro en algodon.

Para obtenar un negro brillante y sólido en el algodon y


en el lino me sirvo tambien del piroliñato de hierro con pre
ferencia á cualquiera otra sal, tal como el baño de la tina para
el negro , ó la disolucion de caparrosa que vuelve el algodon
áspero , seco y facil de romper. Me he estendido bastante ea
los detalles de mi proceder en una Memoria que publiqué en
i807, y de la que se diá en el mismo año un estrado en el
Resumen analítico de lys trabajos literarios de la Academia de
Ruan.
Cuando hice esta Memoria, ciñiendorne demasiado i la preo
cupacion que reyna generalmente en los obradores, qae el algo-
don ó el lino para ser teñido solidamente de negro debe
haber recibido de antemano pié azul , aconsejaba tambien esta
práctica ; pero habiéndome demostrado nuevos esperimentos que
('38)
podía ahorrarse este trabajo sin inconveniente, la renuncié des
pues y he conseguido dar al lino y al algodon un color ne
gro tan hermoso como sólido, empleando solamente las agallan y
el piroliñato de hierro lo que hace á la vez simple y econó
mico el nuevo proceder. •
Se principia por agallar el algodon con una octava parte de
su peso de agallas de buena calidad y que sean negras , ó á lo
menos de agallas en suerte. El agallado hecho con las agallas,
el zumaque y el campeche sale aun mejor y disminuye tambien
el gasto porque no es menester en tal caso emplear tanta canti
dad de agallas. Se pasa con cuidado el algodon en la decoccion
á un grado de calor tal que se pueda apenas mantener eu elia
la mano , y se deja sumerjido por algunas horas. Se saca des
pues , se tuerce ligeramente y se hace secar al ayre libre si el
cielo está despejado; y en cobertizos, si el tiempo es húmedo ó
lluvioso-.
Despues de estar seco el algodon se sumerje en un Baño
de agua tibia en el que se echa cerca de un. décimo en peso
de piroliñato de hierro del comercio que se mezcla bien coa
. el líquido j se trabaja en él el algodon por media hora poco
Mías ó menos, y durante este tiempo se alza y se hunde por
varias veces venteando en cada vez algunas minutos; se saca
en seguida y se ventea i o ó i2 minutos.
Se agalla de nuevo, y se da despues, sin secar, un segun
do baño de piroliñato de hierro como la primera vez ; pero tanto
el agallado como el baño de tintura deben ser un, poco mas dé
biles. Se repiten, otra vez estas dos operaciones una tras otra,
sin hacer secar. Se saca entonces el algodon , se ventea por
un cuarto de hora , se lava despues y se pone á secar.
Despues de teíli Jo el algodon se le da mas suavidad y se
hace mas brillante su color pasándolo en frio en un baño blan
co semejante al que se ha empleado para el encarnado de An-
drinópoli, con 35 o 40 partes en peso de agua sosa de un
grado y con i parte de aceite. Se tuerce en seguida el algo-
don y se hace secar ; se lava finalmente en el rio con mucho
cuidad» y presenta entonces un colur neg.ro tan sólido y tan
.perfecto, como, se puede desear.
Aunque el proceder que se acaba de esplicar para teñir de
negro, et algodon sea muy preferible á cuantos se han publica
do, hasta el dia r no> obstante como, muchos tintoreros no cono
cen' mucho, el-eropleo; del piroliúato. de hierro y temen ademas
servirse de él T porque , por motivos, de interés T quieren mezclar
le, caparrosa r y otras veces ácido sulfúrico , he pensado con
(*39)
vendría esponer aquí algunos procederes antiguos.
Veamos primeramente el que , segun dice Pileur d-Apligny
(i), es empleado en las tintorerías de Ruan.
Se empieza por teñir de azul celeste en la tina , se agalla
despues en razon de una parte de agallas para cuatro de algo-
don , y se deja este por veinte y cuatro horas en el agallado.
Se echan en seguida en una cubeta cerca 5 litros [2- azum
bres ) de baño de la tina de negra por libra de algodon ; se
trabaja este por un cuarto de hora y en pequeñas porciones
en el líquido ; se tuerce y se ventea.
Se repite esta operacion por segunda y tercera vez añadien-
-do cada vez una nueva cantidad de baño blanco ; se ventea-, se
tuerce , se lava en el rio y se hace secar.
Para concluir la operacion se prepara un baño en que en
tra un peso de corteza de aliso igual al del algodon, la mi
tad solamente de zumaque y cerca de la mitad del baño de
agalla que ha servido para el agallado ; se hace hervir por una
ó dos horas ; se cuela el baño por tamiz , y cuando está frio
fe pasa por él el algodon por una hora, parte por parte, te
niendo cuidado de esponerle de cuando en cuando al aire; se
hunde despues en el baño en el que se deja veinte y cuatro
horas; se saca pasado este tiempo, se tuerce y se hace secar.
Este proceder ecsije ademas , segun Apligny , un baño de
gualda con un poco de campeche y ultimamente un baño de a-
gua tibia en el que se haya echado de antemano (je[ pes0
del algodon de aceite comun que se mezcla con el agua del me
jor modo posibíe.
Na haremos reflecsion alguna sobre este proceder al que los
maestros del arte sabrán dar sin dificultad su verdadero valor.
Algunos tintoreros , para teñir de negro el lino y el algo-
don , se contentan solamente con pasarlo alternativamente cinco
ó seis veces seguidas y sin: secar , primeramente en una decoc
cion, de- agallas,, de zumaque , de campeche y de serrin de en
cina , y muchas veces en una decoccion, mucho menos rica
en áciJo gálico* y en tanina porque suprimen las agallas-, y des
pues en una, disolucion de sultato-de hierro ó caparrosa verde.
Cuando parece el negro bastante subido terminan la operacion-
por un baño de campeche con un poco de cardenillo.
Schefler en su Essai sur V Art de la teinture, cita el si
guiente proceder ,, de M. J.-B. de Beunie , para teñir de buen:

(1) Art de la Teinture des fil-s et etoffes de coton.


(24°)
negro las materias vegetales. Creemos que se aplicaría igualmen
te u los t»jidos de lana.
Se empezará dando un pié fuerte azul en caliente y des
pues de haber lavado bien , se pasará en un baño de alumbre
neutralizado n? i. se esprimirá con la mano y se hara secar
á la sombra. Se tendrá en seguida por dos horas en agua cor
riente ; se lavará bien y se hará escurrir. Estando las materias
casi enjutas se harán hervir por medid hora en un baño de
pulo campeche n? 2, al que se añadiran dos dracmas ó cuatro
adarmes por libra de materia, se lavará y se pondrá á secar.
Se tendrá en seguida por una hora en el baño caliente de aga
llas n? 3; se torcerá y tenderá en perchas para que se venule
por algunas horas; se pasará segunda vez en el Daño de aga
llas y en seguida en la solucion de hierro n? 4; se dejará es
currir , se pondrá á secar y se lavará en agua corriente hasta
que esta no tome color.

Alumbre neutralizado n? i.

Háganse disolver en sesenta pintas (poco menos de 28 azum


bres ) de agua caliente , diez libras de alumbre en polvo y añá
danse á la solucion diez onzas de potasa del comercio disuelta
en diez pintas ( unos 4 \ azumbres ) de agua , agitando bien la
mezcla de los dos líquidos.

Baño de palo de Campeche, n° 2.

Háganse hervir por una hora veinte y cinco libras de cara-


peche en cincuenta pintas ( 23 azumbres á muy corta diferen
cia ) de agua ; pásese el líquido por un tamiz y échese en una
cuba ; viértase sobre el campeche nueva cantidad de agua ha
ciéndolo hervir por una hora j cuélese tambien el líquido de es
ta decoccion y reunase con el primero, adadiendo al mismo tiem
po mientras el todo está aun caliente , cardenillo en cantidad
conveniente disuelto en una pequeña porcion del baño.

Baño de agallas , n? 3.

Háganse cocer de seis á ocho libras de agallas quebrantadas


groseramente, en cincuenta pintas (unos 23 azumbres) de agua,
y despues de cocidas sepárese el baño claro del poso, colando
la decoccion por un tamiz. .
(24i )

Solucion de hierro , n? 4.-

Viértanse sobre veinte y cinco libras de hierro viejo dos


cientas pintas (unos 92 azumbres) de buen vinagre ó de ácido
pirolíñico dilatado en dos d tres veces su peso de agua ; saque
se vinagre de cuando en cuando por el espacio de un mes, dejese
espuesto al aire por algunas horas , y vuelvase á echar luego en
la cuba. Pasado este tiempo se podrá ya hacer uso de esta so
lucion de hierro, que se llama ordinariamente , licor de hierro
viejo ó baño de tina para el negro. Debe no obstante adver
tirse que cuanto mas añeja tanto mejor es.
Podría sustituirse con ventaja al baño precedente el piroliña-
to de hierro que se encuentra preparado en Paris y en otras
ciudades principales de Francia. Se procurará no emplear en
cuanto sea posible e! sulfato de hierro (caparrosa del comercio)
porque á mas de tener esta sal el inconveniente de dar aspe
reza á los tejidos y de alterarlos muchas veces , les hace ade
más tomar un color azulado.
Será también el negro tanto mas hermoso , cnanto menos se
habrán economizado las agallas pues que solo puede esta sustan
cia ser reemplazada con desventaja por el zumaque , y con ma
yor razon por la corteza de aliso , por la de encina y roble y
aun por el zumaque herbaceo ó redoul de los franceses.
El zumaque herbaceo llamado en Francia redoul ó rondole
( coriaria ) es un género de plantas que comprende una clase de
arbustos de tallos cuadrangulares de los que se distinguen tres
especies : i? el redoul de hojas de arrayan que tiene las hojas
oblongo-ovaladas crece con mucha abundancia en los paises me
ridionales de Europa, Sus hojas reducidas á polvo son muy usa
das en el arte de teñir y de curtir. Son preferidas al zumaqne
con el que se confunden muchas veces , y por esta razon han
sido un objeta de comercio bastante importante en el mediodía
de la Francia : sirven en el Levwite para teñir los marroqui-
nes de negro ; 2? el redoul de hojas de b rusco que tiene las
hojas en forma de corazon ovalado. Se halla tambien en el Pertí
en donde se usa para teñir de negro; 3? el redoul sarmentoso
que tiene laí hojas sem jantes al precedente, pero cuyos tallos-
arrastran por tierra. Se halla ademas en Egipto y en Arabia en
cuyos parages 1» emplean para el mismo objeto que en Europa,
(242)

Capítulo VI. — De los grises.

Aunque no son en verdad los grises sino matices de negro,


desde el mas bajo hasta el mas subido , no obstante como sean
muy buscados ya esten aplicados en lana, ya en seda, ya en
lino , ya en algodon, hemos creído deber dedicarles un capítulo
particular en lugar de colocarlos simplemente á continuacion de
los colores negros.
Los grises son muy variados ; los principales son el gris blan
quizco , el de ágata, el de avellana , el de raton, el de espino,
el de hierro, el de pizarra, el de moro, el de Amiens, el
americano, etc.
Entre todos estos grises los únicos qce ecsijen pié azul son
los de pizarra, de hierro y de moro. Algunos de ellos se hacen
mezclando con el gris propiamente dicho el matiz de otro co
lor como por ejemplo el azulado, el rojizo ó el amarillenta.
Esplicaremos luego el modo de ejecutar esta operacion.

Artículo primero. — De los grises en lana.

El proceder genaral consiste en hacer cocer agallas quebran


tadas y metidas en un talego de lienzo claro; en retirar des
pues este esprimiéndolo encima la decoccion ; en hacer hervir
el tejido en el baño por una hora agitándolo en él y en sa
carlo en saguida. Se añade á este baño un poco de disolucion
de sulfato d mejor de piroliñato de hierro y se pasa por él el
tejido que debe quedar con el matiz mas claro. Si se quieren
obtener gradaciones mas subidas ó morenas se añaden sucesiva
mente nuevas disoluciones de hierro.
Cuando no hay necesidad de teñir teniendo á la vista la mues
tra , se puede empezar por los matices mas subidos concluyen
do por los mas bajos; pero es menester que el baño no hier
va y que esté mas bien tibio que muy caliente. Se ve que los
grises serán mas ó menos fuertes segun que se haya emplea
do una cantidad mayor d menor de agallas y de disolucion
ferruginosa y que permanezca el tejido mas ó menos tiempo en
el baño. ^ • .
Si resultase un gris mas subido que el de la muestra que
se tuviese de imitar se podría conseguir el mismo matiz de ella
pasándolo en un baño reciente de agallas , el cual disolviendo
una parte de la materira colorante haría el gris mas claro; pe
ro es mucho mejor procurar llegar directamente al matiz que
(«43)
se desea en lugar de recurrir i un medio que perjudica y empa
ña siempre un poco el color.
Si se da i los tejidos ún pié de azul mas ó menos fuerte
y se aplica . en seguida el proce.ler general , se obtendrá fa
cilmente el gris de moro, de hierro y de pizarra.
La denominacion de'gm blanquizco manifiesta bastante por
sí sola que se deben economizar mucho las agallas y la caparro
sa y que no se deben dejar por mucho tiempo los tejidos en
los baños.
Se conseguirá el gris de raton no empleando tambien sino
en corta cantidad las agallas y la caparrosa y añadiendo al ba
ño de esta dos ó tres draemas de alumbre por libra de mate
ria que se haya de tefiir.
El gris de perla se logra pasando primeramente el tejido
por un bafio de zumaque y de campeche y despues por una
disolucion de sulfato ó de piroliñato de hierro. Se termina por
un baño muy débil de gualda con un poco de disolucion de
alumbre.
Para tefiir de gris de ágata ó de avellana se añadirá á las
agallas palo amarillo ó campeche j saldrá el color mas perfecto
¿i se toma la precaucion de teñir sobre blanco.
El gris de Amiens es un gris azulado qne se obtiene pa
sando el tejido agallado ligeramente por un .baño de campeche
al que se haya añadido de antemano un poco de acetato de
.cobre (verdete ó cardenillo ).
Se llega al gris americano ó amarillento dando >al tejido,
i? un baño de palo amarillo ; 2? otro baño débil de agallas
con un poco de alumbre ; 3? el mismo baño precedente, al
que se debe haber añadido de antemano , despnes de sacado el
tejido , un poco de caparrosa disuelta en una decoccion de pa
lo campeche.
El gris vinoso ecsije el proceder general terminando por un
baño ligero de orebilla.
No estrañarán seguramente los que se dedican al arte de
teñir que no hayamos fijado aquí la cantidad precisa de ios
ingredientes y de agua , y el tiempo que debe durar ca
da operacion ; porque saben muy bien que no puede adqui
rirse el perfecto conocimiento de estos detalles sino por una
larga práctica y por un tino muy ejercitado. Lo que hemos di
cho es suficiente para poner al tintorero en estado de poder ob
tener no solamente los diferentes grises que hemos anunciado
tino tambien una multitud de otros matices á que dan cada dia
nacimiento la moda y el capricho.
34
( 244)

articulo II.—.De los grises en seda.

Los grises en seda , esceptuando el de moro , no ecsijen el


agallado.
Los baños de. gris se preparan con el fustete, campeche,
orchilla y la caparrosa ó el piroliñato de hierro. No puede de
terminarse ecsactamente la cantidad de cada uno de los ingre
dientes pues será esta diferente segun el matiz que se quiera
" conseguir. Se ha de emplear mas orchilla para los grises que
tienen un viso rojizo; mas fustete para los que deben tirar i
verdoso y mas campeche para los oscuros ó subidos.
En general deben emplearse con mucho cuidado el palo
campeche y la caparrosa porque dan un viso que tira de
masiado á negro.- El zumaque y la corteza de aliso son en cier
tas circunstancias mas convenientes que el campeche.
Las sedas que deben ser teñidas de gris ecsijen ser muy la
vadas y limpias del jabon que ha servido para cocerlas , y bien
torcidas i clavija.
Para el gris de hierro y de pizarra se emplea tan solo
campeche y disolucion de hierro. Los baños deben tener un
calor moderado , y las sedas será mejor que se hayan cocido
como para el azul á fin de que tenga brillo el color.
El gris moro debe ser precedido del alumbrado. Se lava bien
y se da un baño de gualda. Cuando se halla casi apurado el
baño se echa una parte de él y se reemplaza por una decoc
cion de campeche. Cuando está impregnada la seda de la parte
colorante de este palo se añade á este mismo baño la cantidad
suficiente de disolucion de caparrosa para hacer pasar el color
al gris oscuro ; se lava en seguida , se tuerce y se pone á se
car.
Para obtener el gris de avellana se prepara un baño echan
do en el agua algo caliente , decoccion de fustete , de orchilla y
muy pequeña cantidad de la de campeche. Se pasan las sedas
por él , y cuando se halla casi apurado , se lavan; se añade al
baño disolucion de caparrosa y se pasan de nuevo las sedas por
él agregando otra porcion de disolucion de caparrosa cuando
sea necesario.
La disolucion de caparrosa endurece singularmente la seda,
por cuya razon es menester emplearla con mucho cuidado. Se
evitará este grave inconveniente sirviéndose del piroliñato de hier
ro , procurando quitar bien la espuma que se forma en la su
perficie por la accion del calor.
Si se hubiese obtenido un gris demasiado moreno se reme
diaría dando algunos batiJos á la seda en el rio ó pasándola
primeramente por una disolucion de tártaro y despues por el
agua caliente.
El uso y la práctica suplirán facilmente á los detalles de
los procederes que deben seguirse para lograr las demas clases
de grises.

Articulo III— De los grises en lino y en algodon.

Los grises de moro, de hierro y de pizarra en lino y en


algodon ecsijen , como cuando se aplican á la lana , un pié azul
mas ó menos intenso ; se da en seguida primeramente un enje
be de agallas , y despues uu baño de disolucion de hierro de la
fuerza conveniente al matiz que se trata de conseguir.
El agallado es una condicion indispensable para todas las
clases de grises en lino y algodon pero que varia en su fuerza se
gun la gradacion que se pretende obtener. Los baños de agallas
que han ya servido son suficientes para lograr matices claros.
Luego que se hallan secos los hilos despues de haber reci
bido el agallado , se voltean en una barquilla llena de agua
fría en la que se ha echado de antemano cierta cantidad de di
solucion de hierro y de decoccion de campeche. Recomendamos
tambien aqui el empleo del piroliñato de hierro.
Si en lugar de las agallas se hace uso de la corteza de aliso
se obtiene un gris bastante vivo que tira al color de avellana.
Se puede igualmente sustituir el zumaque á las agallas; pe
ro como este cuerpo da un viso rojizo es menester hacerlo des
aparecer pasando el lino ó el algodon por el agua acidulada con
el ácido sulfúrico despues de haber estas sustancias tomado el
gris en una disolucion de hierro.
Se da un poco mas de solidez á los grises en lino ó algo-
don terminando por un baño ligero de rubia.
Por lo que toca al modo de producir todas las gradaciones
de gris ya sea en el lino ya en el algodon podrá consultar el
lector lo que- queda dicho acerca los grises en lana.
Habiendo ya espuesto cuanto concierne á los procederes pro
pios para lograr los colores primitivos ó simples nos falta so
lo tratar de los compuestos, es decir de los que resultan de
la mezcla y combinacion de los colores simples entre sí , lo
que vamos á hacer en la segunda seccion.

*
(246)

SECCION SEGUNDA.

De los colores compuestos.

Los colores compuestos se forman de los colores simples


combinados entre si , de dos en dos , de tres en tres , etc.
Empezaremos por las mezclas de los colores mas simples.

Capitulo primero. — De la mezcla del azul y del encarnad*.

Con esta mezcla se obtiene el pdrpura , violeta trinitaria,


amaranto, ciruela flor, columbino, flores de malva y de me
locoton , mordoré , aleli y otros muchos matices que dependen .
de la proporcion de los ingredientes, de las diferentes clases de
azules y de encarnados que se combinan , de la superioridad,
del azul sobre el encarnado j al contrario , d en fin de algunas
circunstancias particulares en la manipulacion , tales como el
grado de calor del baño , y el mayor ó menor espacio de tiem
po que habrán permanecido los tejidos en él.
Seria no solo muy largo si que tambien superfluo entrar
minuciosamente en los detalles del proceder que conviene para
cada uno de estos matices. Indicaremos pues unicamente por
alto la composicion de los matices principales dejando á la in
teligencia del esperto tintorero los medios de ejecucion para la
práctica : medios que no pueden aprenderse bien sino en los mis
mos obradores.

Artículo primero. — Mezcla del azul y del encarnado en lana.

Los colores suministrados por esta mezcla serán mas ó me


nos hermosos y sólidos segun que se empleará el- azul de tina.
ó el de Sajonia con el encarnado de cochinilla, con el de rubia,
con el de brasil , y aun con el color del palo de campeche.

§. Primero. — Mezcla del azul de tina con el encarnado


de cochinilla.

Se logrará por esta mezcla el pdrpura , el violeta , el


lilas , el! columbino , las flores de malva y de melocoton.
Pú-pura. Hé aqui el pródeder de ejecucion : pié de azul
claro ; hervor con un, cuarto de alumbre y dos quintos de tár
taro del peso del tejido :. baño, preparado con los dos tercios de:

4
( 247')
la cantidad de cochinilla necesaria para la escarlata y al que se
añadirá un poco de tártaro.
Violeta. El mismo proceder con la diferencia que se da un
pie azul mas fuerte, ó el azul de azur, y que el baño de
cochinilla debe tambien ser mas cargado.
Los dos colores precedentes se hacen ordinariamente en se
guida del de escarlata añadiendo suficiente cochinilla y tártaro.
Lilas, columbino , flor de malva: Estos tres colores solo ec-
sijen un ligero pié azul ; pudiéndose pasar despues en el baño
que ha servido para el violeta añadiendo alumbre y tártaro ; se
da en fin un baño de cochinilla mas ó menos ligero.
Flor de melocoton. Este color se ejecuta como los tres 'que
preceden ; se añade solamente para el enrojado un poco de di
solucion de estaño.
Debe hacerse una advertencia general sobre la cantidad de
tártaro que conviene emplear y es que se ha de añadir tanta
mas cuanto mas subido deba ser el color. Se podrá pues au
mentar la cantidad de tártaro de un cuarto, de un quinto, etc.
segun; el matiz que se trate de obtener.

§. II. — Mezcla del azul de Sajonia con el encarnado


de cochinilla.

Se pueden conseguir por medio de esta mezcla todos los


colores del párrafo precedente y aun muchos mas. Pero tam
poco se debe perder de vista que si este proceder es menos lar
go y económico , los colores son tambien menos sólidos aun
cuando se tome la precaucion encargada por Poerner de añadir
alcali al azul de Sajonia:
Por lo demas se preparan los tejidos por medio de un ba
ño- de tártaro' y de ' alumbre ó de la disolucion de estaño en
cantidades mas ó menos fuertes ; se tiñe en seguida de azul de Sa
jonia mas ó menos subido y se da el enrojado con una canti
dad de cochinilla proporcionada al matiz que se quiera sacar.

(j. 27/. — Mezcla del azul de tina con el encarnado de rúbia..

Facilita esta mezcla el color de rey, el de mínimo ó de


ala de mosca y el de amaranto.
Se añaden agallas i la granza para los matices subidos y
palo brasil para los claros.
Para aumentar el viso de los colores se da algunas veces
un. oscurecimiento con la disolucion de una sal ferruginosa. Se
(U8)
obtienen colores mas finos mezclando un poco de cochinilla
o de quermes con la rubia.

§. IV. — Mezcla del azul de Sajonia con el encarnado de rubia.

Nacen de esta mezcla casi los mismos colores oscuros que


se han visto en el párrafo precedente.
Algunos tintoreros preparan los tejidos para recibir el azul
de Sajonia por un baño de alumbre y de tártaro hirviendo , y
otros lo suprimen. Despues de haber dado el pié azul se tiáe
con la rubia sin agregar otra sustancia. Se varían los matices
cambiando los del azul y del encarnado ó haciendo dominar uno
de estos dos colores sobre otro.

§. V. — Mezcla de azul de tina oon el encamado del brasil.

Esta mezcla solo ofrece colores empaiiados y sin solidez,


por cuya razon no nos detendremos en hablar de ellos.

§. VI. — Mezcla del azul de Sajonia con el encarnado


del brasil.

Los colores que provienen de esta mezcla pueden tomar se


gun se quiera un viso azul ó rojizo; son bastante hermosos pe
ro no tienen solidez aun cuando se empleen los mordientes or
dinarios.
Sustituyendo el campeche al brasil se produce el azul vio
laceo , ciruela pasa , y otros matices del mismo género.
Para lograr un azul violaceo se da primeramente por dos
horas un hervor con siete libras y media de alumbre y dos
libras y media de tártaro para cien libras de ropa. Se pasa en
seguida por una hora en un baño caliente preparado con quince
ó diez y ocho libras de palo campeche y tres libras de caparrosa.
Se hace el color de ciruela pasa por el proceder siguiente:
se pasa primero la ropa por dos horas en un baño Se agallas y
de campeche; se saca en seguida y despues de haber añadido al
baño un poco de sulfato ó de piroliñato de hierro se samerje
en él la ropa y se maneja esta dentro hasta que se haya obte
nido el matiz que se busca. Es por demas advertir que este
color no es muy sólido.
Se conseguirá el color de ciruela flor haciendo una mezcla
conveniente de la decoccion de campeche con la de brasil y
modificando las partes colorantes de estas dos especies de ma
(249)
deras , ya sea por medio de Hna sal de base de cobre ya por
la disolucion de estaño.

Artículo II. — Mezcla del encamado y del azul en seda.

El color principal que resulta de esta mezcla es el violeta


ó morado. Se distinguen dos especies de violetas en seda : el
violeta ó morado fino y el falso.

primero. — Violeta fino , 6 violeta por medio de la cochinilla


y del azul de tina.

Se cuece , se alumbra , y se da el baño de cochinilla del


mismo modo que para el carmesí, pero con la diferencia que el
alumbrado es algo menos fuerte y que no se pone en el baño
de cochinilla ni tártaro ni disolucion de estaño.
La cantidad de cochinilla para un hermoso violeta es de dos
onzas por libra de seda. Al salir de la caldera se lava y se
dan dos batidos en el rio. Se pasa en seguida por una tina de
azul mas 6 menos fuerte segun el matiz de violado que se desea;
se lava de nuevo y se pone á secar en perchas. Para hacer
subir el color y darle al mismo tiempo brillo se termina ordi
nariamente por un baño de orchilla. Este baño es indispensable
para los matices ligeros , pues sin esta operacion serian siem
pre deslucidos.

§. II. Violeta 6 morado falso en seda.

El morado falso eri seda puede lograrse de dos modos; ó


por el encarnado de orchilla y el azul de tina , ó por el baño
de brasil y el de orchilla.
Primer proceder. Despues de bien lavadas las sedas y des
pojadas de su jabon se les da un batido en el rio , y se vol
tean despues en un baño de orchilla mas ó menos cargado has
ta que hayan tomado un color bastante subido. Para estar cier
to de que el color se halla á su debido punto se pasa una pe
queña muestra por la tina y si sale con el matiz de violeta
que se pretende hacer, se da entonces un batido i la seda y
se pasa por la tina como para los violetas finos. Se emplea
maS ó menos azul y orchilla según que se quiera dar al violeta
un viso azulado ó rojizo.
Segundo proceder. Se pasa la seda alumbrada por un baño
de brasil; se lava y se termina por un baño de orchilla.
(25o)
No ¡riendo el color lilas sino un violeta claro se ve que
para obtenerle se deberá disminuir la cantidad de los ingredien
tes ya de preparacion ya de tinte, y tener la seda algun tiem
po jnenos en el baño. El violeta tirará á encarnado o á azul se
gun que se habrá hecho dominar uno ú otro de estos dos co
lores.
La mezcla del encarnado y del azul sirve tambien para dar
á la seda el color purpureo, alelí, el gris de lino, y la flor
de melocoton. . -
El púrpura se consigue tiítiendo primeramente con la cochi
nilla y dando despues un matiz de azul muy ligero ; lo que ec-
sije que se pase por un baño de agua fria en la que se echa
uu poco de baño de tina. Para los matices mas subidos se po
dría pasar por una tina débil.
Dando un baño de cochinilla menos fuerte y operando en
cuanto á lo demás del modo que hemos indicado se logrará el
color de alelí , el gris de lino , etc.

Artículo III— Mezcla del azul y del encarnado en algodon.

Si se tratase de combinar directamente el azul con el encar


nado sobre el lino d el algodon no se conseguirían sino colores
sombríos , sucios y sin ninguna solidez. Para teñir de morado
el algodon es preciso recurrir á procederes particulares que va
mos á esponer.

§. primero. — Violeta , y lilas de gran tinte sobre algodon.

El algodon destinado é ser teñido de violeta sólido debe ha


ber recibido de antemano las preparaciones con el aceite de que
hemos hablado al tratar del encarnado de Andrinópoli.
Dos ó tres aceites y una sal son suficientes. Despues de ha
ber en seguida desengrasado bien el algodon se agalla con una
onza d onza y media da agallas por libra de algodon segun la
fuerza del matiz que se quiere obtener, y se hace secar.
Se pasa entonces el algodon por un mordiente en el que,
para cien libras de algodon , se echan :
Caparrosa verde de 30 á 36 libras.
Sulfato de cobre de 6 á 8.
Se hacen disolver las dos sales reducidas á polvo , en cerca
i00 pintas (poco mas de 46 azumbres) de agua muy caliente
y luego que las sales se han disuelto se decanta el líquido cla
ro en una vasija y se trabaja en ella el algodon por partes de
(«50
niodo qne se impregne bien y sobre todo con igualdad del mor
diente, lo que ecsije que se sumerja muchas veces en él el al
godon despues de haberlo esprimido cada vez del baño preceden
te. Se esprime y se tuerce con la mano por última vez; se lava
fuertemente y se tuerce de nuevo. El algodon tiene entonces un
hermoso gris azulado y no necesita ser secado para recibir el
baño de rubia.
El enjebe de rubia se. hace en razon de seis 6 siete cuartos
de libra de rubia por libra de algodon , con las precauciones que
hemos encargado en otra parte. Aconsejamos tambien dar el en
jebe en dos veces á fin de poder conseguir un color mas igual
y unido.
Despues de haber recibido el algodon el baño de rubia se sa
ca de la caldera y luego que se ha enfriado se lava con cuidado
en agua corriente y se le da en seguida el avivo.
El avivo se hace únicamente con jabon si se quiere que el.
color de violeta tire á azul , y si se trata de dar un viso ro
jizo se aviva con jabon disuelto en una lejía de sosa débil, de un
grado por ejemplo.
Se maneja por lo demas la operacion del modo que hemos
dicho al hablar del avivo del encarnado de Andrinápoli ó de
Turquía. Ocho ó diez libras de jabon son suficientes pero ne
cesarias para cien libras de algodon ; se mantiene la ebullicion
hasta que una muestra que se mira de tiempo en tiempo , des
pues de haber sido bien esprimida de su baño de tintura y ras
cada con la uña, presente el matiz que se desea ó á lo menos
un viso hermoso , sino hay precision de teñir arreglándose á
la muestra.
Si fuese preciso , al contrario , lograr un matiz determina
do se comparará de* cuando en cuando la muestra dada y moja
da con la que se saque de la caldera de avivo y se juzgará por
ella si se dehe cesar o continuar el avivo.
Cuando se habrá obtenido el matiz -propio, se parará al
fuego y se dejará enfriar el algodon en la caliera. Se sacará en
seguida , se lavará en agua corriente y se hará secar.
El violeta que se obtiene por el proceder que se acaba de
describir es bastante subido ; pero puede lograrse mas claro dis
minuyendo la fuerza del agallado ó la del mordiente. El enjebe
de rubia y el avivo deben sufrir entonces algunas modificacio
nes que conocerá facilmente todo tintorero por poco observador
que sea.
Añadiendo al mordiente cinco ó seis libras de alumbre se
conseguirá el matiz violeta que se llama morado de Obispo.
35
(«50
Debo advertir tambien que los colores morados serán mas
hermosos si se emplean las rubias de Esmirna ó de Chypre ó á
lo menos si se mezclan con las rubias comunes de Provenza,
de Alsace ó de Holanda. Puede hacerse la mezcla por partes
iguales ó en la proporcion de dos tercios de las primeras y de
un tercio de las segundas ó viceversa.
He sustituido muchas veces al mordiente de violeta arriba
indicado un baño caliente de piroliñato de hierro ó de tina de
negro habiendo añadido en ambos casos acetato de cobre o car
denillo. Empleaba este baño que señalase de cuatro á seis gra
dos del areómetro y obtuve matices morados sólidos y hermo
sos ; pero es preferible la caparrosa por ser de un empleo mas fá
cil y económico.
Los lilas de gran tinte se hacen á imitacion de los morados
tambien de gran tinte.
Se dan primeramente dos baños aceitosos y aun bastaría
tal vez uno solo para ciertos matices muy claros ; se desen
grasa siempre con cuidado , se lava y se hace secar. No se da
baño de agallas; se pasa solamente por el mordiente de viole
ta debilitado con agua de molo que solo señale de 2 á 4 gra
dos á lo mas del areómetro. Se lava inmediatamente para sepa
rarle el mordiente; se tiñe en seguida con cerca una libra y
media de rubia por libra de algodon , y se dan dos avivos uno
tras otro con solo el jabon.
Conviene recurrir á la rubia de Chypre ó Esmirna sobre to
do para obtener los lilas hermosos.
Variando las cantidades respectivas de las sales que entran
en la composicion del mordiente para el color violeta , se conse
guirán diversos matices de la misma clase que tirarán mas ó
menos á encarnado ó á moreno. .

§' II — Violeta y lilas de medio ó pequeño tinte.

Para teñir el hilo ó el algodon d« morado de medio tinte


se calan primeramente estas sustancias en agua tibia , se meten
despues en baños repetidos y calientes de palo campeche , á los
que se añade de cardenillo y J5 de alumbre , del peso del
algodon , hasta que el matiz esté bien decidida. Se deja ver
desde luego que las cantidades que acabamos de indicará deben
variar segun la intensi lad y viso del matiz , que puede tirar
mas ó ' menos al blanco ó al encarnado.
Los lilas de medio tinte se hacen del mismo modo , pero
basta un solo baño , sobre todo para los matices claros ; el ba
(253)
fio de campeche ha de ser tambien muy débil, y las cantida
des de alumbre y de cardenillo han de disminuirse tambien
mucho (i).
Se saca en el algodon un hermoso color morado de ciruela
flor pasándolo, despues de haber recibido un ligero agallado y
un débil alumbrado, por un baño caliente hecho con partes igua
les de cocimiento de palo brasil y de campeche. Repitiendo el
baño saldrá el color mucho mas igual. -

Capítulo II. — Mezcla del azul con el amarillo , ó del


color verde.

Aunque el reyno vegetal pueda dar algunos jugos útiles y


muy propios para teñir directamente de verde , sin embargo, co
mo este medio seria muy limitado , ha sido preciso recuTrir á
otro procedimiento que consiste en componer el verde con la
mezcla del azul y amarillo.
Hay pocos colores cuyos matices sean tan variados como
los del verde. Los principales , son : verde naciente , verde ale
gre, verde yerba, verde primavera, verde laurel, verde mar,
verde celedon , verde papagayo , verde col , verde de pato etc.
Se ve desde luego que los matices de verde son de tal mo
do dependientes del pié azul que este ha de estar siempre
en proporcion con la intensidad de verde que se quiere produ
cir. Asi es que para el verde de pato se necesitará un azul su
bido; un azul celeste para el verde papagayo; un azul ligero
para el verde manzana y el verde celedon ; y un azul aun mas
ligero para el verde naciente.

.Articulo primera -- Del verde en lana.

El verde sobre lana puede ser de gran tinte ó sólido y de


pequeño tinte ó falso.

(i) Pasando alternativamente el algodon, primero en una


disolucion muriática de estaño , y en seguida en . otra de oro,
he sacado un color lila muy fino. En cuanto al modo de pric~
ticar la operacion , se puede consultar el Manual du Teintu-
tier etc. pag. i40.
( 254)

J. primero. — Del verde sólido en- lana.

Para teñir de verde sólido los tejidos de lana se princi


pia por darles un pié -de azul de tina : se lavan en seguida
muy bien en el rio , y aun tambien en el batan. Por lo co
mun se dejan hervir con una cuarta parte de su peso de alum
bre y una decima sesta de tártaro T con el cuidado de disminuir
la cantidad de estas dos sales, si se quieren sacar matices cla
ros. Se tiñe despues por media hora ó tres cuartos de hora
en un baño de gualda mas ó menos fuerte , segun el matiz
mas ó menos subido que se quiera lograr. El baño ha de es
tar hirviendo para los matices subidos ; pero no para los colo
res claros.
Se acostumbran sacar primeramente [os matices sabidos pa
ra pasar despues con el mismo baño á loa claros.
Se terminan los verdes muy subidos dándoles un oscureci
miento con decoccion de palo de Campeche y un poco de sul
fato de hierro.
Para los verdes de papagayo ó de col se da el baño de
hervor menos cargado. Se emplea tambien casi la mitad menos
de gualda ; no se hace hervir el baño de tintura , y se dejan
en él los tejidos por menos tiempo.

§. i7. = Verde de medio tinte en lana.

Se diferencia este verde del precedente en que se reemplaza,


el azul de tina por el de Sajorna , lo que le ha hecho distin
guir con el nombre de verde de Sajonia. . .
Para conseguir este verde se da ei hervor como para el ba
ño de gualda y se lava despues el paño. Se prepara en seguida
un baño con palo amarillo que se hace hervir en agua por es^
paei» de llora y media. Se refresca despues hasta el punto de
poder aguantar dentro la mano y se vierten en él las dos ter
ceras partes de azul de Sajonia que se juzgue necesario para lo
grar un hermoso matiz. Se mezcla bien, se hunde despues el
tejido- y se hace circular rapidamente haciéndole dar dos ó tres,
vueltas. Se alza en seguida el paño , se añade la última terce
ra parte del azul de Sajonia 3 se mezcla bien otra vez , se hun
de el paño y se dan vueltas muy lentamente con el torno, te
niendo cuidado de levantar la ropa antes que el baño entre en
ebullicion.
(*5S)
Si el paño no tomase bien el color se echaría en el baño,
un poco de alumbre calcinado.
En esta operacion se debe emplear el palo amarillo con pre
ferencia á la gualda porque el color de este palo resiste mejor
al ácido sulfúrico que el de la gualda. El efecto de este ácido
es debilitar considerablemente el tono ó matiz del amarillo.
El verde manzana de Sajonia se hace con el baño que ha
dado el verde sajon , arrojando antes la tercera parte ó la mi-
tfid del agua del baiio y reemplazándolo con agua tria. Se vol
tea 'entonces la ropa hasta que llegue el baño casi á punto de
hervir.

Artículo II. — Verde en seda.

Los verde» muy unidos sobre todo si deben ser bajos ó cla
ros son m;ia dificiles de obtener en la seda que en la lana.
Se cuece la seda como para el azul si se trata de aplicarle
on verde ligero; y se cuece del modo ordinario si el matiz de
verde ha de ser subido.
En lugar de aplicar el amarillo sobre el azul se da , al con
trario, el azul sobre el amarillo, operando como sigue:
Se da un fuerte alumbrado y se lava en agua corriente ; se
voltean despues las madejas en un baño de gualda , hasta que
el amarillo hay* Ifegado á su debido punto, lo que se ve pa
sando una pequeña muestra en la tina. .
Si et amarillo no es bastante subido se añade al baño un
nuevo eodmientc* de gualda, y se continua volteando en di las
sedas. Cuando el matiz del verde es bastante fuerte se lava , se
pasa despues en la tina de azul en frio de madeja en madeja
comio si se tratase de venir de azul.
Se da mas fueraa al color y se vanan los matices , uniendo
é la gualda ó bien una decoccion de palo campeche ó de fus
tete ó bien baño de achiote.
El verde manzana , y el verde celedon ecsijen un amarillo
ligero.. A ira de no esponerse á qúre et matiz de amarillo salga
muy sabido será' mejor teñir en baños de gualda qne hayan ser
vido ya ; pues como para estos colores recibe la seda un alum
brado. muy fuerte tomaría un matiz demasiado intenso si se em
pleasen baños nuevos.
M. Bertholkt habla de un verde inglés mas hermoso que el'
comun y mas sólido que el de Sajonia. Güliche, autor del pro
cedimiento, despues de haber calado la seda en agua tibia le da
primeramente un azul claro en una tina en frio compuesta de'
(256)
una libra de indigo, tres libras de cal viva apagada al aire , otras
tres libras de caparrosa y una libra y ruedia de oropimente.
A medida que esta tina, que conviene bastante para el lino y
el algodon , se va apurando , se la gobierna añadiéndole una ter
cera parte de los ingredientes.
Al salir de la tina se pasa la seda en agua caliente , se lava
en el rio, se le da un ligero alumbrado, despues un baño de azul
de Sajonia al cual se añade un poco de disolucion de estaño,
y una tintura de granilla de Aviñon hecha por medio de un
ácido vegetal ; se mantiene la seda en el baño hasta que haya
tomado el matiz que se desea , se lava despues y se hace secar
á la sombra.
A continuacion de los matices mas subidos se van obtenien
do los mas claros. Serán mas ó menos azules ó amarillos los
colores segun que se habrá empleado mas ó menos materia co
lorante azul ó amarilla. La esperiencia es, tanto en este como
en otros muchos casos , la mejor y aun la única guia que se
puede seguir.
Para teñir la seda de color de mierda de oca, se le da pri
meramente un azul ligero, se mete en seguida en agua caliente,
se lava bien, y se pasa despues, estando aun húmeda, en un
baño de achiote.

Artículo III. Verde en algodon.

El lino y el algodon toman el color verde por medio de


operaciones análogas á las que se han indicado para aplicar el
mismo color á la lana y á la seda.
Si se quiere sacar un verde sólido en el lino ó en el al
godon se principia por desgomarlo bien ; se tiñe en la tina dé
azul en frio se limpia bien en el agua y se termina por
uno ó dos baños de gualda á los cuales se añade un poco de
lejia de potasa, o de cardenillo.

(i) La tina de azid en caliente no conviene en este caso,


pues se ha observado que los verdes obtenidos con ella salen
siempre tristes y deslucidos. La tina en frio que mas conviene
para dar al pié azul al algodon destinado á ser teñido despues
de verde es la de Güliche de la que se ha hablado ya en el
segundo artículo de este capitulo*. En efecto , se logra con difi
cultad un hermoso verde con una tina en frio demasiada car
gada de caparrosa ; y el sulfuro de arsénico ú oropimente que
(257)
Se avivan los verdes solidos dándoles un ligero bario de ja
bon despues de haber sido lavados al salir de la caldera , y
secados á la sombra. ,
El verde de pato y el verde botella ecsijen un fuerte pié
azul ; este pié ha de ser menos tuerte para los demas matices,
para el verde papagayo por ejemplo , y con mas razon para el
verde naciente.
Por lo que toca á los verdes de Sajonia se tifie primero
de amarillo por medio de la cúrcuma y se concluye con la diso
lucion sulfúrica de indigo.
Se hacen tambien verdes de medio tinte pasando el algodon
i? en un baño de palo de campeche cuyo color se haya mu
dado por medio de un poco de sulfato de cobre ó de cardenillo
disuelto 'en una porcion del baño ; 2? en uno ó mas baños de
gualda cuyo color se haya modificado por una ú otra de las
dos sales cobrizas que se emplean en el primer baño.
Los verde* de pequeño tinte pueden tambien conseguirse con
un solo baño compuesto de dos partes de decoccion de gualda
y una parte de campeche ; se hace en seguida tomar al baño
un color verde vertiendo en él un poco de disolucion de sul
fato de cobre y de lejia de potasa. Se voltea primeramente, se
hunde despues en el baño y cuando empieza á enfriarse se sa
ca entonces , se lava y se pone á secar á la sombra. He nota
do constantemente que el verde de medio tinte resulta menos
vivo por este procedimiento que si se hace en dos baños sepa
rados.
El verde pistacho se obtiene muy simplemente pasando pri
mero por una fuerte infusion de zumaque ( una libra y media
de zumaque por cada libra de lino ó de algodon) y despues
en un baño de alumbre ó bien de acetato de alúmina.
Dando primeramente un baño de campeche al cual se haya
mezclado un poco de disolucion de alumbre y pasando despues
en un baño de gualda que contenga un poco de disolucion de
hierro , se saca el verde americano.
Se conoce en Ruan con el nombre de verde primavera un
verde de Sajonia que se diferencia del que hemos indicado mas
atra's en que el amarillo se da con la gualda y no con la cúr
cuma.

entra en la composicion de la tina de Güliche permite emplear '


menos caparrosa que la que se necesitaría no añadiendo el sul
furo de arsenico.
(«58)
El verde primavera es un color muy fino y agradable , pero
que, para ser bien sacado, requiere mucha destreza y algunas
precauciones. Hé aquí mi método.
Despues de haber alumbrado fuertemente con el acetato de
alúmina lavo bien para separar el mordiente superfluo y dejo se
car.
Tiño en seguida en un fuerte baño de gualda como para el
amarillo dorado, y aun empleo algunas veces .otro segundo si
por el primero no resulta el amarillo bastante subido.
Cuando he llegado al punto conveniente preparo el baño de
azul vertiendo en el agua tibia bastante disolucion sulfúrica de
índigo á fin de que , despues de haber mezclado bien,
tenga el baño un hermoso azul ; echo entonces en él , gota á go
ta , disolucion de potasa de 8 á i0 grados que igualmente in
corporo bien al baño ; sumerjo en seguida en él una muestrecira
de algodon teñido de amarillo como ya he dicho , y que ha sido
calada de antemano en agua tibia. Si sale la muestra de un
verde brillante paso el algodon en el baño , y en el caso contra
rio sigo añadiendo agua de potasa hasta que la muestra salga
bien. Se voltea primeramente el algodon en el baño , se hunde
despues en él , y no se saca hasta que aparezca de un hermoso
verde puro. Se esprime entonces y se hace secar á la sombra.
Sin embargo, antes de ponerlo i secar se puede lavar ligeramente
en agua bien limpia: por este pequeño lavado toma el verde un
viso algo amarillo que es bastante estimado.

Capítulo III. =z Mezcla del gris y del amarillo ó del color


de aceituna ú oliva.

Los matices de oliva son unos grises verdosos o amarillentos:


eesijen por consiguiente que los grises que les sirven de pié ti
ren mas ó menos al azul.
Se distinguen dos matices principales de oliva d aceituna á
saber : la aceituna verde , y la pasada.
Se hace muy poco uso de los matices de oliva en la lana.

Artículo primero — Color de oliva en lana.

Para conseguir el color de aceituna verde se tiñe el paño


de gris azulado , se lava bien en el rio y se pasa despues en
un b¿iño de gualda al cual se añade un poco de cardenillo.
Se obtiene del mismo modo el color de aceituna pasada pero
con la diferencia que en lugar de dar un baño de gualda se
(259) de
pasa en un ligero baño de fustete, a raíz de nogal 6 de cor
teza verde de nuez segun e\ mitiz mas ó menos cargado que se
quiera lograr.
Artículo II. — Color de oliva en seda.

Las sedas destinadas á recibir los colores de oliva deben ser


cocidas del modo ordinario.
Para teñir las sedas de verde aceitunado despues de haber
las alumbrado y lavado en seguida en el rio , se pasan en un
baño muy cargado de gualda. Luego que se ha estraido el co
lor de esta sustancia se levantan las sedas y se añade al baño
decoccion de campeche ; se sumerjen otra vez y cuando se ha
lla el baño casi agotado , se vuelven á levantar para añadir un
poco de lejia de potasa ; se hunden por tercera vez y se dejan
asi hasta que hayan tomado el matiz conveniente ; se sacan en
tonces y se dejan secar sobre perchas.
El procedimiento para conseguir la aceituna pasada se dife
rencia solamente del que precede en que despues de dado el ba
ño de gualda , se añade al baño decoccion de fustete y de cam
peche sin lejia de potasa. Para ciertos matices se emplea tan
solo una de las dos decocciones. La dosis respectiva de estos
dos cocimientos contribuye igualmente ,á que varíen mas d me
nos los matices.

Artículo III. =. Color de oliva en algodón.

Se agalla mas ó menos ligeramente , y se pasa despues en un


baño de tina de negro ó de pirolmato de hierro hasta que ad
quiera el algodon un hermoso gris mas ó menos pizarreño. Se
lava y se da despues un baño de gualda en el que se pone un
poco de cardenillo disuelto de antemano en una porcion del mis
mo baño. Se puede emplear de dos á cuatro adarmes de sal por
libra de algodon.
Se aclara el color por medio del alumbre d de la sal de es
taño, y se oscurece añadiendo al baño de gualda decoccion de
fustete ó de campeche.
El color de oliva es , á la verdad , una especie de verde;
pero no se llegaría jamas á conseguirle si se pasase primeramen
te en la tina de azul y en seguida en los baños de gualda mo
dificados del modo como se acaba de decir , porque entonces el
color sé inclinaría demasiado al verde.
Para obtener ciertos matices es preciso algunas veces asociar
el azul con el encarnado y el amarillo.
(26o)
*
Capítulo IV. — De la mezcla del encarnado y del amarillo.

Son muchos los colores que se forman por esta mezcla, y


serán infinitos si se atiende que el tono de los matices depende
de la naturaleza del encarnado ó del amarillo que entra en la
composicion del color.

¿Írtículo primero. — Mezcla del encarnado y del amarillo


en la lana.

La mayor parte de colores que nacen de esta mezcla se ha


cen ordinariamente á continuacion del escarlata.
i? - El color de cierva se saca en seguida del hervor o en
jebe de escarlata sin adicion alguna ;
2o Para el color de fuego se empieza haciendo hervir en el
baño del enrojado de escarlata un talego de fustete , que se sa
ca para añadir en seguida al baño cochinilla y disolucion de
estaño, pero en menos cantidad que para el enrojado ordinario
de escarlata ;
3? El color de granada se hace á. continuacion del prece
dente. Se hace hervir de nuevo en el baño el talego de fuste
te que ha servido para el color de fuego; se saca en seguida
para echar en el baño tártaro y disolucion de estaño ; se palea
bien , y se pasa el paño del modo ordinario;
4? Los colores de flor de capuchina se obtienen i conti
nuacion del baño precedente , haciendo hervir -en él primera
mente fustete, y añadiendo despues tártaro y disolucion de es
taño. ,
Puede servir el baño anterior para los colores de langosta,
de naranja , de junquillo , de oro y de casis. A este efecto
se hace hervir en él fustete , añadiendo ademas un poco de co
chinilla con mas ó menos tártaro y disolucion de estaño.
Algunos de estos colores pueden sacarse inmediatamente des
pues del hervor de escarlata.
Para el color de oro se añade fustete , disolucion de estaño
y un poco de rubia.
El casis ecsije jubia , pero menos fustete y un poco mas
de disolucion de estaño que el color de oro.
El- color agamuzado, el de café con leche y el de cho
colate con leche se obtienen tambien despues del hervor de es
carlata.
El primero de estos colores solo requiere un poco de fus
tete y muy poca disolucion de estaño.
El segundo ecsije poco fustete y disolucion de estaño y so
bretodo muy poca rubia.
EL tercero, á mas denlos ingredientes del color que precede,
necesita un poco de cochinilla y de tártaro.
Se conseguiría igualmente el color de aurora , el de caléndu
la , y el naranjado combinando el amarillo con el encarnado de
la laca ó del quermes.
Se pueden igualmente sacar varios matices de la combinacion
del amarillo con el medio-escarlata , carmesí , medio-carmesí y
aun con el encarnado de rubia y el del palo de Brasil.
Si , despues de haber preparado el paño por un hervor de
alumbre y de tártaro , se pasa primeramente en un baño de
rubia , y despues en otro de gualda , se tendrán los mordorés.
Dando un baiio de rubia menos fuerte ó sirviéndose- del que
ha servido para el mordoré, se obtendrá el color de canela.
Se podrán variar los matices de los dos colores precedentes
ya sea haciendo dominar el encarnado ó el amarillo , ya sea a-
ñadiendo agallas d zumaque al baño de gualda , ya sea , en
fin , dando un oscurecimiento con un poco de disolucion de hier
ro.
Algunas veces se combina con el amarillo el encarnado de
Brasil ya solo ó bien mezclado con la cochinilla ó la rubia , pa
ra lograr colores análogos á los que preceden.
Observaremos por último que sustituyendo al amarillo de gual
da el amarillo leonado del zumaque , de la raiz de nogal ó de
la corteza verde de nuez, se producirán los colores de tabaco,
de costaría , muscos , etc.

Artículo II. — Mezcla del encarnado y amarillo en la seda.

Los colores que resultan de esta mezcla se hacen en la seda


con el palo ds Campeche , con el de Brasil y con el fustete.
Los principales entre estos colores son los castaños , canelas y
todos los matices intermedios.
Se cuece la seda del modo acostumbrado y se da un alum
brado mas ó menos fuerte. Se preparan separadamente las decoc
ciones de cada uno de los tres palos y se mezclan en seguida
en proporciones convenientes al matiz que se quiere obtener.
Estando el baño á un calor moderado se voltean las sedas, en
él hasta que haya sido apurado. Se sacan entonces, se tuercen
y se pasan en un segundo baño semejante al primero y que
debe arreglarse al efecto que habrá producido el primero. De
este, modo se consigue mas facilmente y con mayor seguridad
un color igual y se llega á lograr mejor el matiz que se bus
ca.
Artículo III. — Mezcla del er.ca-nado y del amarillo
en algodon.

Combinando los diferentes amarillos y principalmente el de


la gualda con el encarnado de achiote , de palo brasil ó de
rubia , se obtienen con facilidad todos los colores que puede
dar la mezcla del encarnado y del amarillo. ,
Para el color de aurora se pasa en baños de achiote y se
aviva con el alumbre y la sal de estano.
Para el naranjado despues de haber teñido de encarnado
subido con el brasil se termina por baños de gualda.
Para el de caléndula se seguirá el mismo proceder advir
tiendo que solo se deberá dar un pié de encarnado claro.
Para el color carmelita , despues de haber agallado se pasa
en un baño de achiote y se termina por un oscurecimiento.
Los mordorés y canelas se hacen del mismo modo que si
se tuviesen de obtener en la lana.
Para los matices de amapola de ladrillo y de capu hiua,
se pasa primeramente en un mordiente de acetato de alúmina,
despues en un baño de brasil ó bien en un ligero baño de ru
bia y se concluye por otro de gualda. Estos tres últimos co
lores pueden recibir diferentes matices segun sea la proporcion
de ingredientes colorantes , el predominio del uno sobre el otro
y en fin el tiempo que el algodon permanezca en los baños.

Capítulo IV. = De la mezcla del negro con los demas colores.

Resultan de esta mezcla los oscurecimientos de los cuaíes he


mos Iiablado algunas veces en esta segunda parte.
En general para hacer un oscurecimiento se pasa el tejido
que ba recibido un color cualquiera en una disolucion de hierro
en la que se ha puesto decoccion de agallas , de zumaque , de
corteza de aliso , etc., lo que forma un baño de negra. Algunas
veces büsta pasar la estofa en agua- que contenga un poco- de
disolucion de hierro; otras veces en fin, aunque raras, se aña
de sulfato de hierro al mismo baño de tintura.
Algunos ejemplos harán compren 1er mejor en que casos debe
hacerse uso de los oscurecimientos , y de que modo deben prac
ticarse segun las circunstancias.

.
(*63)
Para los castaños , pasas , cafes y los demas matices oscu
ros se tiñe primeramente y se termina despues por el baño de
negro compuesto del modo que queda dicho.
Para el color de rey se da un pié de azul celeste en la ti
na de pastel ; se tiñe en un bario de gualda al que se ha aña
dido un sesto de agallas y se concluye por un baño de capar
rosa.
La lana que ha sido primeramente alumbrada y agallada ad
quiere colores morenos variados en las decocciones de brasil y de
campeche empleadas en partes iguales ó en cualquiera otra pro
porcion y mezcladas con un poco de disolucion de hierro.
En todos los casos de que se acaba de hablar el efecto del
oscurecimiento es añadir un negro mas ó menos subido al co
lor que se babia dado primeramente á la estofa.
No sucede el mismo efecto segun advierte Berthollet, si se
pasa simplemente la estofa en una disolucion de hierro; porque
en este caso las moléculas- colorantes que se han fijado primera
mente en el tejido obran sobre el tícsido de hierro , y de la
combinacion de estas moléculas con el dcsido en el tejido resul
ta un color que no depende tanto del de las moléculas coloran
tes como de la accion de estas sobre el dcsido metálico. Por
esta razon los palos de Brasil y de Campeche que entren en la
formacion de un color producirán mayor efecto en el oscureci
miento que la' cochinilla y la rabia ; y será este efecto aun mas
decidido con las agallas y el zumaque á pesar de haber contri-,
buido solamente en el color primitivo con el leonado que les
es propio.
Si se mezcla baño de negro ya en el baño de tintura , ya
en mordientes tales como el alumbre , la disolucion de estaño
ó la de indigo se modificará necesariamente el color negro por
que estos mordientes disuelven una porcion de las moléculas ne
gras. Lo mismo debe decirse de los acidos fuertes. El nitro per
judicaría tambien á los oscurecimientos.
En la tintura de las lanas es algunas veces mas ventajoso
dar los oscurecimientos con la corteza verde de nuez que con
las disoluciones de hierro , pues su color no amarillea por una
larga esposicion al aire como sucede cuando se emplean las di
soluciones de hierro, conservándose por mucho tiempo sin sufrir
la menor alteracion.
Para teñir el lino ó algodon de color castaño > se agallarse
pasa sucesivamente primero en un baño de negro y despues en
otro de cardenillo , se da en seguida un bailo de gualda y se
hace subir el amarillo por medio de un baño de palo amarillo
(i64)
en el que se echa segun lo ecsija la necesidad un poco de sosa
y de alumbre ; se lava , se da un baño de rubia muy cargado,
se pasa en una ligera disolucion de sulfato de cobre y finalmen
te en agua de jabon.
Para los canelas y el mordoré se da un baño de gualda em
pleando un poco de cardenillo , se pasa en una disolucion de
hierro y se hace secar ; se agalla en seguida á razon de dos
onzas de agallas para cada libra de algodon ; se seca otra vez,
se alumbra y se da un baño de rubia ; se lava bien y se aviva
en una agua de jabon muy caliente.
Por medio de un oscurecimiento particular ha conseguido M.
Chaptal teñir solidamente el algodon de nacarado. Hé aquí el
proceder : se dan al algodon las preparaciones del encarnado de
Andrinópoli , se agalla , se pasa en seguida en un baño de nitra
to de hierro hecho con este metal y ácido nítrico del comercio
dilatado en la mitad de su peso de agua , se agalla otra vez,
se alumbra, se da un baño de rubia y se aviva del modo or
dinario.
El algodon pasado en los baños aceitosos y agallado se
vuelve negro dándole un alumbrado al que se haya añadido un
octavo del peso del algodon de nitrato de hierro. Pero cambia
el negro en color de ciruela por medio de un baño de rubia
seguido del avivo.
Pasando primeramente el algodon en un mordiente hecho con
partes iguales de acetato de alúmina jr de acetato de hierro, y
dando en seguida un baño de rubia , se obtendrá un mordoré
subido.
Será mas bajo este mordoré y tirará al color de pulga em
pleando dos partes de acetato de alumina y una de acetato de
hierro.
Una duodécima parte solamente de acetato de hierro dará
con el baño de rubia el color de amaranto.
Se obtienen tambien en la lana por medio de los oscureci
mientos los colores bronceados , saboyardo , cabeza de negro, etc.
El primero de estos colores se consigue del modo siguiente.
Para veinte y cinco libras de paño se hacen hervir por dos ho
ras cuatro libras de palo amarillo reducido á virutas y metido en
un costal. Estando el palo cocido se saca el talego del baño y
se pasa en él la -ropa por una hora, pasada la cual se alza y se
añaden al baño de cuatro á seis onzas de caparrosa y una libra
de rubia morena 6 dos libras de sándalo; ce hunde otra vez el
paño y se mantiene el hervor hasta que se presenta el matiz que
se desea ; se ventea en seguida , se lava , y se hace secar.
El color sáboyano se obtiene como el precedente advirtiendo
tan solo que debe emplearse una cantidad tres veces mayor de
rubia ó de sándalo.
Para sacar el color*de cabeza de negro se da primeramente
por una hora un hervor de agallas y de palo amarillo ; se le
vanta el paño para añadir ocho onzas de caparrosa de Salzbourg,
ó seis onzas de caparrosa ordinaria y dos onzas de cardenillo con
una libra de rubia morena ó dos libras de sándalo; se sumer
ja el tejido en el baño y se mantiene la ebullicion hasta que se
logre el matiz que se busca ; se ventea , se lava , y se hace
secar.
Aunque hayamos esplicado los procederes que anteceden pa
ra hacer uso de ellos únicamente en la lana , no será sin em
bargo muy difícil aplicarlos á la seda , al lino ó al algodon.
Atendiendo á cuanto se ha dicho en este último capítulo,
sin duda se penetrará cualquiera del importante papel que de
sempeñan los oscurecimientos en el arte de teñir ; y por lo mis-
rao no podemos dejar de encargaí á los que quieran distinguirse
en este bello arte que se imbuyas bien en las reglas que he
mos dado sobre este objeto.
(¡¡66)

TERCERA PARTE.

DEL ARTE DE IMPRIMIR LAS TELAS Y DE FABRICAR

TODA CLASE DE INDIANAS.

IjI arte de imprimir las telas es muy antiguo y parece haber


pasado del Egipto á la India , desde donde se fué estendiendo en
la Europa i mediados del siglo pasado.

Capítulo primero. = De las operaciones que deben preceder á


la impresion de las telas.

Antes de pintar las telas de algodon se deben sujetar á cier


tas operaciones preliminares que se conocen todas juntas con el
nombre de preparacion.
La preparacion consiste i? en desengrasar bien las telas ; 2?
en quemarles la pelusa ó el pelillo que presentan en su super
ficie ; 3? en blanquearlas; 4? en tratarlas por el agua ácida; 5?
en pasarlas por la calandria.
Vamos á esplicar detalladamente cada una de estas opera
ciones.
Desengrasado de las telas. Es bastante sabido que los que
tejen las telas de algodon untan el hilo con cola y alguna mate
ria grasa á fin de hacerlo correr con mas facilidad. Esta grasa,
por la operacion de quemar la pelusa de las telas , fundiría in
faliblemente y penetraría en el tejido perjudicando esencialmente
á la impresion, sino se separase antes de las telas. A este efecto se
dejan por veinte y cuatro horas en una disolucion de potasa
algo cáustica que señale i ó 2 grados del areómetro de Baur
mé y que tenga la temperatura de 30 grados; se lava despues,
y se hacen hervir en seguida por quince i veinte minutos en la
misma lejia de potasa , y se lavan despues bien para quitarles en
teramente el alcali. Es facil comprender desde luego lo que tie
ne lugar en esta operacion : la potasa se combina con la mate
ria grasa de ia tela y iorma una especie de jabon que el lava
do arrastra en seguida consigo muy facilmente.
Operacion de quemar la pelusa de las telas. Es indispensa
ble para que quede la impresion con toda limpieza destruir por
medio del fuego la especie de vello que cubre la superficie de
las telas de algodon. Para practicar esta operacion se cosen or
dinariamente diez piezas unas en seguida de las otras por sus
cabos. Se arrollan estas piezas en un cilindro de madera , y de
encima de este, despues de haber pasaio sobre un seiai cilin
dro de hierro , vuelven á arrollarse en otro cilindro de madera
y de este pasan otra vez sobre el seini cilindro de hierro que
debe estar calentado hasta e¡ rojo casi blanco , y se arrollan por
segunda vez en el primer cilindro de madera de donde habian
calido.
Es sin duda muy digno de admiracion ver unos tejidos tan
ligeros sufrir esta operacion sin que se echen á perder; pero
la pequeña cantidad de aire que arrastra consigo la tela por su
movimiento es suficiente para impedir que se queme ; de modo
que solo queda destruido completamente el vello, d pelusa, que
dando la tela con una superficie igual que la hace mas propia
para ser estampada.
Si despues de concluida esta operacion se observasen algunas
manchas de grasa que , estando antes ocultas , hubiese hecho
aparecer el calor , seria menester poner otra vez las telas y aun
hacerlas hervir en una Iejia débil de potasa cáustica , del mo
do como hemos dicho mas atrás.
Blanqueo de las telas. Aunque Widmer , que ha dirigido
por mucho tiempo los trabajos de la célebre fábrica de Jouy,
haya dicho que las telas blanqueadas con el cloro tomaban en
la impresion colores mas llenos y stílidos , la esperiencia no obs
tante parece haber demostrado lo contrario. Así es que casi todas
los fabricantes de indianas han abandonado erta método de blan
queo , que no ataca, segun dicen ellos , sino la superficie de las
telas , y prefieren el antiguo proceder que se ejecuta del modo
siguiente : Despues de lavadas las telas se colocan en una cuba
en la que se echa una lejia fuerte que se prepara con la po
tasa y la cal viva en la proporcion de una onza de la prime
ra y una onza tambien de la segunda por libra de materia (i).

(i) Puede emplearse con mas ventaja para el blanqueo de


hs telas la lejia de potasa preparada del modo dicho en La no
ta de la pagina io8. = Nota del traductor.
37
(•48)
Se reducen á polvo estas dos sustancias , se mezclan bien y se
les echa encima en seguida cierta cantidad de agua fria; se agita
tres ó cintro veces la. mezcla en el espacio de veinte y cuatro
horas, se deja reposar y .se toma el líquido claro en el que
se hacen hervir las telas por cinco ó seis horas teniendo eí ba
ño tan caliente como sea posible. Al salir de la. lejia se lavan
bien las piezas y se dejan en el prado por cinco ó seis dias. Se
repiten las lejias y la esposicion en el pra io hasta que hayan ad
quirido las tehs el grado de blancura conveniente.
Paso de las telas por el agua acida. Como es muy raro
que no hayan adquirido las telas en su fabricacion algunas man
chas ferruginosas, y como fuese por otra parte muy difícil qui
tar enteramente por el solo lavado el alcali que queda fijado en
su tejido á causa de la operacion precedente, se ha tratado por
esta razon de pasarlas en un baño de agua acidulada con el
ácido sulfúrico (i). Se ejecuta la operacion del modo siguiente:
se llena en parte de agua una caldera de plomo colocada sobre
un hornillo, y se añade una cantidad de ácido sufúrico con
centrado equivalente en peso á la 6o? parte del peso del agua.
Se calienta hasta 35 á 40 grados, y se pasan despues en él las
telas unidas entre sí por sus cabos , haciéndolas circular, rapida
mente por un cuarto de hora por roadlo de un torno colocado
encima de la caldera. Las piezas deben siempre, hundirse en el
baño , lo que se habrá de hacer muchas vece? valiéndose de un
palo. Cuando se han de sacar ya las piezas se tuercen encima
del baño y se llevan inmediatamente al rio en donde sin di
lacion alguna se lavan con el mayor cuidado , volteándolas rá
pidamente ya con tornos ordinarios, ya con cilindros acanalados,
.y no. se para, esta nnniobra hasta que esgrimiendo las piezas y
chupándolas en diversos puntos no.se perciba el mas pequeño
resto de acidez. Pueden entonces ponerse á secar , pero por po
co sabor ácido que tengan es preciso contiuuir lavándolas, pues
que, sin esta precaucion, concentran Jpse el ácido en la tela
por la evaporacion del agua con la que estaba unido, la atacaría
y quemaría rompiéndola infaliblemente. •,:.;

( i ) Tanto para el blanqueo de las telas como para el del li


no , cánamo y algodon parece preferible el empleo del agua aci-
did-ada por el ácido hidroclórico , por lograrse con, este ácido la
ventaja de hacer solubles las partes calcáreas que ya por las
lejias, ya por el lavado etc. se adhieren siempre á diehas sus
tancias y las ponen mas ó menos ásperas, zz Nota del traductor-
(269)
Paso de -las tilas por la calandria. Deben pasarse la» telas
en frio. Por medio de esta operacion se pone igual su superii-
cie y al mismo tiempo adquiere lustre. Las telas que han reci
bido esta preparacion se imprimen mejor y con mas facilidad ; se
aplica el molde con mas igualdad y por consiguiente no se echa
á perder tan pronto. Puede suprimirse esta operacion cuando se
han de estampar las telas por medio de cilindiv ó de plancha
ó lámina plana.
Capítulo II. — De los mordientes para la impresion de las te
las y del modo de ^pesarlos.

Solo se deben emplear aquí los mordientes que sean muy


solubles y cuyo ácido susceptible por otra parte de volatilizarse
esté muy ligeramente adherido á su base. De este modo se
aplica el mordiente en la tela en un estado de concentracion
mayor, y deponiéndose en ella toda la cantidad de base de la
disolucion salina por la descomposicion completa de la sal y el
desprendimiento de la totalidad del ácido , se logran obtener
colores muy llenos. El acetato de alúmina , el de hierro, y las
diferentes soluciones de estaño llenan perfectamente todas las con
diciones de que se acaba de hallar : por esta razon se -emplean
muy frecuentemente estas clases de mordientes en la impresion
de las telas.
Los mordientes de que se hace uso para estampar las telas
son á corta diferencia los mismos que sirven para dar solidez á
los colores en el algodon; pero el modo de aplicarlos es ente
ramente diferente. Se ve en efecto que no puede adherirse el
mordiente á la lámina que debe ponerle sobre el tejido sino se
encuentra suficientemente espesado, y se conoce haber llegado
á este punto cuando presenta en la tela en que ha sido fijado
los contornos ó perfiles del objeto grabado en la lámina.
En general , se espesa con una libra de goma arábiga o al
gunas veces dos onzas de goma tragacanto por pote o dos litros
(una azumbre) de mordiente para los colores finos y delicados,
y con cuatro onzas de almidon por litro ( media azumbre ) de
mordiente para los colores fuertes.
Debe colarse la disolucion de la goma.
Algunas veces en lugar de la goma se emplea el almidon
ligeramente tostado. Por este medio, ha dado á conocer M.
Bouillon-Lagrange, adquiere «l almidon la propiedad de hacerse
soluble «n el agua como la goma, i la temperatura ordinaria.
Para tostar el almidon se reduce á polvo y *se echa ien este
( «7° )
estado en una sarten ú otro aparato cualquiera que se mantie
ne á un color suave, y se menea continuamente coh una espá
tula de madera hasta que haya adquirido la mattria un color
como de ceniza.
El almidon preparado de este modo toma un sabor dulce
mucilaiiinoso y se hace enteramente soluble en ti agua fria. El
agua caliente disuelve mas cantidad. En ambos casos adquiere
la disolucion una perfecta transparencia asimismo que una diso
lucion de goma. Si se evapora hasta sequedad se obtiene una
masa sólida , quebradiza , soluble en el agua y que tiene la ma
yor analogía con la goanfc

Artículo primero Mordientes para encarnados.

i20 Potes (i) de agua hirviendo;


i50 libras de alumbre muy puro;
50 libras de sal de Saturno (acetato de plomo);
6 libras de potasa d de sosa del comercio;
6 libras de creta;
3 libras de palo de Brasil molido.
Se echa la decoccion de palo brasil y el alumbre reducido
i polvo en una tina en que puedan caber doscientos potes,
y que contenga ya los ciento veinte potes de agua hirviendo;
se agita hasta que se haya disuelto el alumbre , y se añade
despues la sal de Saturno reducida tambien á polvo. Se me
nea con cuidado por algun tiempo y cuando empieza el licor á
ponerse claro se le echa primeramente la potasa , y en seguida
la creta por pequeñas porciones para evitar una efervescencia
demasiada viva ; se agita aun por una hora , se deja reposar y
se saca líquido claro á medida que se necesita.
Se da color á este mordicóte a- fía de que sirva de guia
al impresor en su trabajo.
Es fácil esplicar lo que pasa en esta operacion. El alumbre
y la sal de Saturno se descomponen recíprocamente y se forua
por una parte , sulfato de plomo que se precipita y por la otra
acetato de alúmina que queda en disolucion en el licor. Contie
ne este además un poco de sulfato de potasa ó de sosa y aun
tambien de sulfato de cal ; pero estas dos sales no perjudican
al coLr encarnado que debe producir este mordiente despues de
dado el baño de rubia. Seria fácil evitar la presencia de estas

(i) Se ha advertido ya que cada pote equivale á un litra 6


media azumbre.
(371)
dos dirimas sales suprimiendo la potasa y la cret* . pera seria
preciso entonces emplear doble cantidad mas de sal de Saturno
de la que se ha prescrito; lo que aumentaría consiJerablesnen-
te el precio de este mordiente, cuya composicion varía por otra
parte en los diferentes obradores.
Se espesa con el almidon para el encarnado fuerte, llama
do primer encarnado.
Si se quieren encarnados de un matiz mas bajo se espesará
el mordiente con la goma, como va á verse.
Para el segundo encarnado se espesarán tres pintas ( cerca
de una azumbre y media ) de mordiente con dos libras y me
dia de goma que se hará disolver bien en una pinta ( media a-
zunibre ) de agua fria. Se mezclará perfectamente el todo agi
tando por un tiempo conveniente.
Para el tercer encarnado, se mezclará un pote de mordiente
con la disolucion de cinco libras de goma hecha con tres potes,
de agua fria. '
Será fácil conseguir todos los encarnados desde el mas subi
do al de rosa mas delicado.
El mordiente de encarnado cuya composicion se acaba de dar
sirve tambien para los amarillos de gualda, de palo amarillo y
de quercitron y para todos sus matices.

Artículo II Mordiente para negro.

Tómense i 2 pintas ( 5 j azumbres ) de licor de hierro viej«


ó de tina de negro (i).
Hágase disolver la caparrosa en el licor ; y despues de ha
ber decantado el líquido claro deslíanse en él poco á poco cua
tro libras de almidon ; calientese el todo en una caldera menean
do sin cesar , y cuando el almidon esté bien cocido sepárese del
fuego.
Otro mordiente para negro.

Para ocho libras de licor de hierro viejo se toman unas dos>


libras y media de harina muy fina de trigo puro que se deslie
poco á poco , formando una masa homogénea , en una porcion
del licor; se añade en seguida el resto del líquido y se deja

(i) Prefiero á este licor el piroliñato de hierro empleado en


el mismo grado de densidad indicado por ti areómetro . para
el baño de tina de negro.
en reposo por doce 6 veinte y cuatro horas y aun algunas veces
por mas tiempo. Se hace hervir en seguida por media hora has
ta que la mezcla haya adquirido la consistencia de una pasta;
se saca entonces la caldera del fuego; se agita el mordiente
hasta que se haya enfriada , se cuela por un lienzo ó por ua
tamiz y sirve de este modo para la impresion.
Estos mordientes suministran un hermoso negro por el baño
de campeche , y sobretodo dando un baño de rubia.

Articulo III— Mordientes para morados ¿violados.

Los diferentes matices de violetas ó morados se hacen todos


con una disolucion cualquiera de hierro mas ó menos fuerte.
Cada fábrica tiene su proceder particular por el cual es modifi
cada la disolucion ferruginosa ya sea por el alumbre, por el ni
tro ó la sal marina-; ya por la adicion de sales de base de co
bre que dau un viso mas ó menos sensible de encarnado ó de
azul.

Primer violado.

i 6 pintas ( unas 7 § azumbres ) de licor de hierro viejo.


8 pintas de agua.
4 onzas de vitriolo de Chypre.
Se espesa con la goma reducida á polvo á razon de una li
bra para cada pinta ó media azumbre á corta diferencia.

Segundo violado.

Mezclar tres partes del mordiente anterior con uua parte de


agua y espesar tambien del mismo modo.

Tercer violado.

Dilatar dos partes del mordiente del primer violado en tres


partes de agua.
•Se conseguirán de este modo todos los matices -desde el vio
leta mas subido al 'rilas mas bajo.
Combinando el mordiente de encarnado con el de negro ó
de violeta en ciertas proporciones se obtendrán facilmente Tm
gran mlmero de colores.
Hé aquí algunos ejemplos :
(«73)
Color de cafe; i0 pintas ( unos 4 £ azumbres) de licor de hier
ro viejo.
2 pintas ( i azumbre) de mordiente de primer
encarnado.
4. pintas ( cerca de 2 azumbres ) de agua.

Color depulga ó carmelita. 3 pintas de mordiente de primer en


carnado.
v pinta de licor de hierro, viejo.

Moreno fuerte. 2 pintas de mordiente de encarnado.


5 pinta de licor de hierro viejo.

Color castano. 2 pintas de mordiente de violeta.


i pinta de mordiente de encarnado.
8 onzas de caparrosa verde que se hará disolver en
la mezcla de los dos- mordientes que preceden.

Mordoré. 8 pintas ( algo mas de 3 | azumbres ) de mordiente


para violado ;
i 2 pintas ( 5 -| azumbres ) de mordiente para encarnado.

Lilas subido. i Pinta de mordiente de violeta ;


i pinta de mordiente de segundo encarnado.

Lilas claro. i Pinta de mordiente para violeta ;


3 pintas de mordiente de segundo encarnado.

Color musco. i Pinta de mordiente para encarnado ;


3 pintas de mordiente para negro.

Color encarnadino ( entre el


color de cereza y el de rosa). i0 Pintas de mordiente de encarnado;
i pinta de mordiente de negro.

Color de oliva. Baño de gualda sobre mordiente de primero, se


gundo y tercer violado.

Color de reseda. Bano de gualda sobre mordiente de color de


pulga.
(274)

Capitulo III. = Be los colores de aplicacion.

Se da este nombre á los colores espesados ya con la goma,


ya con el almidon , y que se aplican inmediatamente sobre la
tela.
Entre estos colores solamente dos son sólidos , á saber el azul
de indigo y el amarillo de orin.

Articulo primero. Azul de aplicacion.

En 6o pintas (algo mas de 27! azumbres ) de agua se ha


cen hervir por media hora i5 libras de potasa y 6 libras de
cal viva á fin de volver la potasa cáustica ; se anaden en .se
guida 6 libras de oropimente (sulfuro de arsénico) reducido á
polvo fino , y se continua la ebullicion por un cuarto de hora
teniendo cuidado de agitar continuamente con una espátula. Se
echan entonces en la caldera de 6 á 8 libras de indigo bien mo
lido y se agita de nuevo hasta que esté bien disuelto, lo que
se conoce cuando puesta una gota de licor sobre un vidrio blan
co parece amarilla. Mientras el baño está aun caliente se espesa
con una libra de goma ó con ocho onzas de almidon por pote
de licor.
Debe tenerse un gran cuidado en conservar esta preparacion
al abrigo del contacto del aire y en no emplearla sino cuando
su color es amarillo verdoso. Si este color se vuelve azul se
tratará de nuevo el licor por algunas libras de potasa cáustica y
de oropimente.
Este azul de aplicacion muy empleado antiguamente apenas
se usa en el dia ; se le prefiere otro azul menos sólido pero
mas brillante , y que se prepara con el azul de Prusia del mo
do siguiente :
Se- ponen en una vasija de barro cuatro onzas de azul de
Prusia reducido á polvo y pasado por tamiz muy fino ; se echa
por encima poco á poco, desliendo en cada una de las veces que
ae ecKa , suficiente ácido hidrocltírico ó espíritu de sal para que
tome la mezcla la consistencia de jarabe; se agita bien de hora
en hora por todo un dia y se espesa en seguida con cuatro hasta
ocho potes de agua de goma segun el matiz que se trata de
obtuner.
(«75)
Artículo II. — Encamado de aplicacion.

Se hace cocer una libra de palo de Brasil en dos potes de


tgua , por espacio de dos horas ; se decanta la decoccion y se
reduce á un pote. Se añade entonces suficiente mordiente de en
cantado para poder lograr un hermoso matiz y se espesa en fin
con ocho onzas de almidon. Será el coler tanto mas brillante
cuanto mas añeja sea la decoccion, de brasil.
En defecto de palo brasil podrán emplearse los palos de Sa-
pan , de Santa Marta , de Nicaragua con tal que se les separe
la parte leonada que contienen siguiendo para esto el método que
hemos dado- al hablar del palo de Brasil , y que se encuentra
descrito en el n? ii9 del. Bulletin de la Société d' encourage-
ment pour f industrie nationale, del mes de noviembre de iÜ2i.

Artículo III. — Amarillo de aplicacion.

Se prepara haciendo cocer cuatro libras de grana de Persia


ó de Aviiion en doce potes de agua que se hacen reducir á la
mitad. Se toma el licor claro y se hace disolver en él una li
bra y media de alumbre. Para el amarillo claro , se espesa con
la goma, y para el amarillo subido, con el almidon: Este ama
rillo de aplicacion no resiste al agua de jabon : el siguiente es
sólido al mismo tiempo que agradable.

Otro amarillo de aplicacion.

En ocho pintas ( alga mas de 3 § azumbres ) de agua se ha


cen hervir cuatro libras de corteza de quercitron en polvo , has
ta reduccion de la mitad ; se cuela , se espesa con tres libras
de goma y se le mezcla poco á poco suficiente disolucion de
estallo para que resulte un color amarillo brillante.- Este amarillo
resiste bien á los ácidos vegetales y al jabon; puesto sobre un
fondo azul forma un hermoso verde.
La mejor disolucion de estaño que se puede emplear para
-el amarillo de aplicacion de que se acaba de hablar , es la que
se hace con una mezcla de tres onzas de ácido marino , cuatro
onzas de ácido nítrico y cuatro onzas de agua pura. Se hacen,
disolver poco á poco en este licor dos onzas de estaño puro.
Guando está hecha la disolucion se añade media onza de sal de
Saturno; se agita bien, se deja reposar y se decanta el líquido
claro. Se emplea media onza efe esta disolucion por pinta ( me
(2?6)
dia azumbre á corta diferencia ) de baño de amarillo.
Mezclando con el bano de gualda un poco de bario de achiote
se conseguirán los amarillos naranjados.

Amarillo de orin.

Este amarillo de aplicacion es el mas sólido de todos. Se pre


para con la disolucion de hierro en el vinagre ó en el baño de
tina de negro (i). Se espesa con la goma para los colores claros
y con el almidon para los subidos.
El amarillo de orin , aplicado sobre el azul, da un rer inten
so que sirve para hacer los tallos de ciertas flores. . . ; -

Artículo TV. — Verde de aplicacion.

Se compone esta preparacion de una mezcla de azul y de


amarillo de aplicacion en la que domina mucho el amarillo. De
be hacerse la mezcla pono á poco y con el mayor cuidada á fin-
de poderse parar cuando se llegue . al matiz que se trata de con
seguir.

articulo V.— Color aurora de aplicacion.

Se anade al baño de achiote suficiente alumbre en disolucion


y se espesa con la goma.

Artículo VI. ~ Negro de aplicacion.

En- i 2 pintas ( 5 -} azumbres ) de tina negro d de pirolinato


de hierro de 4 grados del areómetro de Baumé , se añaden 4
onzas de vitriolo de Chypre disuelto en el agua, y suficiente
cantidad de decoccion de agallas para llegar á un buen negro.
Se espesa con 3 \ libras de almidon que se deslie poco á poco

(i) Se compone la tina de negro con 6 pintas (cerca de 3


azumbres ) de vinagre comun para cada libra de hierro viejo;
se saca por abajo tres veces al dia la 20? -parte del licor y se
vuelve á echar cada vez en la tina. Al cabo de un mes de ha
cer esta operacion podrá emplearse ya el baño, pero cuanto mas
añeja tanto mejor será. Es bueno añadir á los ingredientes de
la tina de negro 20 ó 26 libras de co*teza de ahso por las ra
zones que se han espuesto en otra parte.
(«77)
en una porcion de licor. Se hace cocer, ee saca despues del fue
go , se agita continuamente hasta que la mezcla se haya enfria
do, y se cuela en seguida.

. Otro negro de aplicacion.

Se cuecen en 24 pintas (ii azumbres) de agua 2 libras de


campeche , otras 2 de zumaque y 3 onzas de agallas , hasta que
se haya reducido el licor á la mitad de su volumen ; »se añade
entonces i pinta ( media azumbre ) de tina de negro , se hace
hervir hasta reduccion de un poco mas de la mitad, se toma la
parte clara del baño y se disuelven en ella dos onzas de vitrio
lo de Chypre y una onza de sal amoníaco ; se espesa despues
de esto con el almidon y se cuela.

Articulo VII. — Violado y lilas de aplicacion.

En 30 pintas (cerca de i4 azumbres) de agua se hacen co


cer 6 libras de palo de Campeche molido ó en virutas hasta
reduccion de i0 pintas (poco mas de 4 § azumbres); se decan
ta la parte clara y se hace disolver en ella una onza de alumbre
por pinta ( media azumbre ) de licor. El violeta fuerte se espesa
con el almidon y el violeta bajo coa la goma que se hace di
solver en frio.
Este color se altera facilmente , y por esta razon debe pre
pararse solamente en el momento que se necesita y emplearse
desde luego.

Capítulo IV. — Modo de imprimir las telas.

Se pone la pieza de tela de algodon sobre una mesa de ma


dera gruesa y muy sólida cuya superficie sea bien lisa. Serian
aun preferibles mesas de mármol ó de piedra dura porque no se
alabean ó se comban como las de madera las cuales es preciso ace
pillar de tiempo en tiempo á fin de poner su superficie plana y
recta.
Estas mesas deben estar cubiertas con dos tapetes de paño ó
de otra tela de lana delgada bien tirantes y fijados en las cua
tro esquinas de la mesa de modo que puedan quitarse facilmen
te y poner otras cuando las primeras estan sucias del color que
atraviesa algunas veces la tela que se estampa.. .
Para el empleo del mordiente se sirven de una cubeta y de
dos bastidores.
( 278 )
La cubeta, que en algunas partes se llama baque, es un
aparato de figura redonda las mas veces , ó bien de figura cua
drada , cuyas duelas y piezas de su fondo o asiento deben estar
muy bien ajustadas para que no pueda escaparse el agua. Se lle
na esta cubeta hasta la mitad de una disolucion de. goma que
tenga la consistencia de puches , d mejor de una composicion
llamada falso color que se prepara con i parte de linaza 2 de
harina de la misma sustancia , y se deslie el todo en una can
tidad de agua suficiente para poder formar una especie de pu
ches espesos.
Se coloca encima del falso color un bastidor que entre en la
cubeta de modo que deje á su alrededor un espacio de una pul
gada á lo menos á fin de que se pueda mover libremente y sea
al mismo tiempo fácil el sacarle. Los bordes de este bastidor tie
nen tres pulgadas de altura y su fondo está formado por un en
cerado clavado en los bordes por la parte de afuera , de modo-
que no pueda el falso color penetrar en su interior.
Dentro de este primer bastidor se coloca otro segundo cuyos
bordes solo tienen dos pulgadas de altura y que está cerrado en
su fondo con paño fino clavado tambien por la parte de afuera
alrededor del bastidor.
Estando todo dispuesto de este modo se estiende el mordien
te con un cepillo en el fondo del segundo bastidor descrito úl
timamente - y llamado en algunas fábricas tamiz. Se unta mu
chas veces el parto de este bastidor por las dos partes á fin de
que se empape bien del mordiente. Es de advertir que se de
berán tener tantos tamices cuantos sean los mordientes que se
hayan de aplicar.
Detras del impresor ó pintador hay un muchacho encargado
de esten ler el mordiente en el tamiz á medida que el oficial lo
va gastando. Sirve además este muchacho para ir tirando fuera
de la mesa la parte de la tela que está ya estampada y para po
ner bien lisa en la misma mesa otra porcion de tela no impresa
aun.
Si el mordiente no tiene color alguno como el acetato de
alúmina , se colora comunmente con la decoccion de palo de
Brasil ó con otra sustancia ; esta coloracion del mordiente sirve
al impresor para distinguir bien todas las partes del dibujo,
para colocar su molde con mas presteza y regularidad y para ver
si falta mordiente. Hé aquí el modo de aplicar el mordiente en
la tela.
El oficial coje con una mano el molde y lo apoya ligeramente
sobre la superficie del tamiz de modo que todo el dibujo tome
( 279)
una suficiente cantidad de mordiente. Cuando juzga que está
el molde suficientemente cargado lo aplica encima la tela y le
da con una maza algunos golpes mas ó menos fuertes segun lo
ecsija el dibujo. El impresor continua de este modo llevando
alternativamente el molde desde el tamiz á la tela hasta que to
da la pieza esté estampada de mordiente.
Esta impresion de mordiente ecsije una multitud de precau
ciones para que sea ejecutada la operacion con toda la regula
ridad que requiere la naturaleza del trabajo: i? Se debe mirar
si el. molde tiene color seco ert los intersticios del grabado , ó
si está muy usado , torcido d combado lo que le priva sena
lar con igualdad el dibujo en todos los puntos. Es menester
entonces enderezarlo mojando para esto la parte hundida y ca
lentando suavemente la otra.
2? Debe atenderse si las cuatro puntitas de metal que se
hallan fijados en el molde por la parte del .grabado y que so
bresalen un poco de su superficie forman un cuadrado perfecto.
Hay ademas otras precauciones que guardar las cuales no pue
den describirse , pero que el uso y la esperiencia harán conocer
facilmente.
Cuando la indiana ha de tener varios colores ; por ejemplo,
negro, diversos encarnados, muchos violados, etc., es menes
ter dar tantos mordientes como colores diferentes hay que de
ben aplicarse por medio del primer molde llamado de impre
sion.
Se aplican los mordientes con moldes llamados contramoldes
que están grabados siguiendo los mismos dibujos de los moldes
de impresion , pero de modo que solo puedan llevar los nuevos
mordientes á los puntos del dibujo que han sido reservados por
los primeros moldes. Ya se deja ver cuan necesario es que es
tos moldes tengan entre sí unas relaciones ecsactas , sin cuya
circunstancia no quedarían los colores contenidos en los límites
que deben terminarlos. Este defecto se observa harto frecuen
temente en las telas comunes, á causa de la celeridad con que se
trabaja y del poco cuidado que se tiene en la fabricacion. Para
que ocupe cada color el lugar que le corresponde en el dibajo
iluminado sé ponen en el molde unas puntitas de metal con cu^
yo ausilio se aplican los mordientes que deben ser aplicados des
pues del primero, precisamente en el punto del dibujo en que
debe haber el color que cada uno de estos mordientes ha de
producir. Se ponen estas puntitas en el estretpo de una hoja o
en un tallo , y son menester á lo menos dos d tres para obtener
todo el grado de ecsactitud que requiere este trabajo.
(28o)
Para imprimir la» telas cuyo fondo debe estar lleno de pun-
titos negros se entran en el molde de impresion tantas pumitas
de hilo de laton como puntos se quieran conseguir en el fondo.
Es menester que estas puntúas estén limadas con igualdad á fin
de que no agujereen o echen á perder la tela.
Se obra casi del mismo modo para estampar en un fondo
puntitos blancos.
Para imprimir los pañuelos llamados de dos caras se aplica
el molde en cada parte con tanta ecsactitud que parezca que
las dos caras han sido estampadas de un mismo golpe de molde.
Inmediatamente que se deja de servir de un molde se debe
lavar al momento con agua clara para quitarle el color que siem
pre le queda encima y que , sin esta precaucion , se secaría allí.
Se imprime unos veinte años há por medio de un eiliHt]ro
ó de una lámina ó plancha de cobre grabada en dulce.
La impresion por medio del cilindro reune á la ventaja de
una gran celeridad la de la ecsactitud y limpieza.
Este cilindro es hecho de laton , es de unas cuarenta y dos
pulgadas de largo y de cuatro ó cinco de diámetro. Tiene en su
superficie un dibujo grabado con el mayor cuidado.
Cuando el cilindro se halla en movimiento se carga por sí
solo del color que debe estar espesado convenientemente, y ée
separa él mismo el color superfluo por medio de una lámina ó
cuchillo de acero bastante recio el cual roza con su super
ficie y hace su oficio luego que va saliendo la parte del cilindro
que estaba metida en la caja que contiene el color. Se obtiene
el grado conveniente de presion del* cilindro en la tela por me
dio de un mecanismo muy sencillo que permite aumentar o dis
minuir la presion segun se quiere. De este modo el cilindro deja
sin cesar el color 6 el mordiente en la estofa al paso que va
dando vueltas.
A medida que se imprimen las telas pasan en una especie
de estufa en la que se secan hasta el grado conveniente en muy
poco tiempo , de modo que se ejecuta el trabajo con una faci
lidad , presteza y ecsactitud singulares.
Sirve el cilindro para imprimir reservas , mordientes , con
tramordientes, estraentes ó corroentes de colores, y colores de
aplicacion.
Se emplea el cilindro sobretodo para imprimir en las telas di
bujos de un solo color quedando el fondo blanco.
De al^un tiempo á esta parte se han inventado varios apa
ratos que hacen mover dos y aun tres cilindros de modo que se
pueden estampar á la vez en una tela dos y aun tres colores
(s8k)
diferentes ( véase la obra titulada, Essais chiimques sur les arts
et manufactures de la Grande- Bretagne , duodécimo ensayo);
pero dudamos que estos aparatos puedan llenar bien el fin que
se ha esperado de ellos , y no sabemos que haya aun en Fran
cia obrador alguno que los use.
Sea como fuere , no se puede negar que la impresion por
medio del cilindro lleva la ventaja de economizar mucho tiem
po y trabajo y de sacar los dibujos mas correctos que por los
medios ordinarios.
La impresion de un soUk color en una tela ecsijia tres ho
ras á un hombre y á un muchacho ; y eran menester á lo me
nos seis para estampar, dos (olores, mientras que, por medio
del cilindro, se ejecuta la operacion en tres ó cuatro minutos,
y, mucho mejor que por los procederes antiguamente conocidos.
La plancha metálica plana se diferencia únicamente del ci
lindro en que en lugar de ser grabado el dibujo sobre una su*
perficie convecsa está trazado sobre una superficie plana. Por lo
demas , se hace la impresion á corta diferencia del mismo modo,
empleando no obstante un mecanismo particular perfeccionado
poco tiempo há. La lámina plana del mismo modo que el ci
lindro sirve únicamente para los fondos blancos; pero la impre
sion con el cilindro es generalmente preferida , á pesar de ser
mucho mas considerables los gastos qué ocasiona este último gé
nero de estampado.
Cuando el dibujo grabado en el cilindro se halla muy- usa
do ó no es ya de moda se tornea el cilindro y despues de pu
lida su superficie se graba en ella nuevamente el dibujo que se
quiere.
Hay fábricas de indianas que tienen varios cilindros con un
dibujo diferente cada uno , y de este modo reparten en el co
mercio una inmensa cantidad de telas estampadas por este gé
nero de impresion , independientemente de Jas indianas comunes.
Despues de tener impresas las telas todos sus mordientes se
colocan en una estufa en la que se mantienen tendidas por es
pacio de veinte y cuatro horas á lo menos, sufriendo una tem
peratura de 25 á 30 grados de Reaumur, A este grado de ca^
lor los ácidos empleados en la preparacion de los mordientes se
evaporan y las bases de los mordientes se fijan solidamente en
las telas.
Si se ha empleado para la impresion alguna solucion ferru
ginosa como se hace para los colores negros, aceitunados, etc.,
es menester , al salir de la estufa , esponer las telas por muchos
dias al aire atmosférico : por este medio toman los colores mas
intensidad.
(282)
Despues de secas enteramente las piezas se llevan al lava
dero , se echan en el agua y se dejan así por dos ó tres- horas;
se les da despues algunos - batidos , ó bien se pasan por muchas
veces entre cilindros acanalados , y se hacen escurrir.
Pero como á pesar de este lavado- podrían las telas conservar
y conservan aun , principalmente en invierno , algunas porciones
de mordiente que no están combinadas con la tela, y que, mez
clándose con el ba\lo de tintura , podrían manchar el- blanco ó
alterar algunos puntos del dibujo se acaban de limpiar pasándo
las por espacio de media hora y á una temperatura procsiiua á
la de la ebullicion en agua en que se haya desleído una sufi
ciente cantidad de boñiga para enverdecer el baño. Se sacan en
seguida, se lavan de nuevo en agua corriente y se dejan escurrir.
- Debemos advertir aquí que no se limita , segun parece , el
baño precedente á limpiar las piezas quitándoles las porciones de
mordientes que no se les han combinado , sino que es muy pro
bable que las telas que se pasan en este baño reciben algunas
materias animales que obran como un nuevo mordien
te , lo que hace mas íntima de lo que hubiera sido la com
binacion de las materias colorantes, y realza al mismo tiempo
el tono de los colores. La esperiencia ha decidido este punto
sin contradiccion alguna.
Para completar cuanto- tiene relacion con el modo de imprimir
las telas por medio de los mordientes darémos aquí algunos de
talles que seran tanto mas interesantes cuanto que servirán de
norte al fabricante de indianas para guiarle en el drden de las
operaciones que le convendrá seguir para hacer debidamente cier
to género de indianas.
Comprende este género las indianas llamadas , de una mano,
de dos , de tres , de cuatro , de cinco , de seis , etc. segun
que pasan una, dos, tres, cuatro, cinco, ó seis veces por la
mano del impresor.
Bastarán para dirijir al artista en la ejecucion de un dibujo
cualquiera algunos ejemplos sobre el modo como debe gobernar
se para fabricar cada una de las especies de indiana que perte
necen á este género.

Indiana de una mano.

Primer ejemplo.

Color del dibujo : Violado sobre fondo blanco.


Proceder de ejecucion : i? Impresion del mordiente de vio-
lado ; 2o paso de la tela en el bailo de boñiga , y lavado;
. 3? balío de rubia ; 4° lavado con algunos batidos y esposicion
en el prado á fin de limpiar el fondo.

Segundo ejemplo.

Colores del dibujo : Negro sobre fondo amarillo.


Proceder de ejecucion : i ? Baño de mordiente de amarillo;
£? baño de gualda ; 3? negro de aplicacion.

Indiana de dos manos.

Primer ejemplo.

Colores del dibujo : Primero y segundo oliva sobre fondo


blanco.
Proceder de ejecucion: i? Impresion del mordiente- de pri
mer oliva ; 2? impresion del mordiente de segundo oliva ; 3?
baño de gualda.
Segundo ejemplo.

Colores del dibujo : Encarnado y azul en fondo blanco.


Proceder de ejecucion : i? Impresion del mordiente de en
carnado ; 2? baño de rubia; 3? impresion de azul de aplicacion
por medio de un contramolde.

Tercer ejemplo.

Colores del dibujo: i? Amarillo y negro sobre fondo blanco.


Proceder de ejecucion: i? Impresion del mordiente de ama
rillo, baño de gualda; 2? impresion del negro de aplicacion.

Indiana de tres manos.

Ejemplo.

Colores del dibujo : Piimero y segundo oliva , y amarillo con


fondo blanco.
Proceder de ejecucion : i? Impresion del mordiente de primer
oliva ; 2? impresion del mordiente de segundo oliva ; 3° impre
sion del mordiente de amarillo; 4? baño de gualda.
Se hubiera tambien podido ejecutar la tercera mano por la
impresion del amarillo de aplicacion.
39
(2a4)

Indiana de cuatro manos.

Ejemplo.

Colores del dibujo : Negro , encamado , violado y amarillo


sobre fondo blanco.
Proceder de ejecucion: i? Impresion del mordiente de negro;
2? impresion del mordiente de encarnado; 3? baño de rubia;
4? impresion del amarillo de aplicacion , ó bien mordiente de
amarillo y baño de gualda.

Indiana de cirtco manos.

Ejemplo.

Colores del dibujo: Negro, encarnado, violado, amarillo y


azul.
Proceder de ejecucion: i? Impresion del mordiente de negro;
s? impresion del mordiente de encarnado ; 3? impresion del mor
diente de violado ; 4? baño de rubia , impresion del azul con
contramolde y en seguida estampado del amarillo del mismo
modo.
Indiana de seis manos.

Ejemplo.

Colores del dibujo : Primero y segundo oliva , negro ; prime


ro y segundo encarnado y amaiillo en fondo blanco.
Proceder de ejecucion: iV impresion del mordiente de ne
gro; 2? impresion del mordiente de primer encarnado; 39 im
presion del mordiente de segundo encarnado; 4? baño de rubia;
5? impresion del mordiente de primer oliva ; 6? impresion del
mordiente de segundo oliva ; 7? impresion del mordiente de ama
rillo ; 8? baño de gualda.
Se ve por estos ejemplos que nos lian parecido bastantes pa
ra dar una idea sobre este punto cuan fa'cil es variar ios coiotes
de los dibujos , combinándolos con gusto, y de que modo de
be procederse en la ejecucion.
Pero no se hacen ya en >el dia indianas tan cargadas de co
lores como se fabricaban antes. Es muy raro que sean de mas
de tres manos por razon del alto precio á que este trabajo ha-
zia subir la indiana.
(285)
Por lo que toca al modo de ejecutar Ja impresion de las fe-
las por pequeño tinte nos contentarémos en dar un ejemplo que
será suficiente para servir de guia en todos los casos.
Colores del dibujo: Violado , negro , cncarnsdo y amarillo en
fondo blanco.
Proceder de ejecucion : Se aplican sucesivamente estos cua
tro colores de aplicacion por el orden que se lia indicado aquí.
( Véase mas adelante el capítulo VI ).
Las indianas. de gran tinte, despues de estampadas, secas
y lavadas de sus mordientes , se hallan en estado de poder ser
pasadas en el baño de rubia.

Capítulo V Del baño de rubia y del modo de blanquear


lot fondos.

El paso de las telas en el baño de rubia es una de las ope


raciones mas importantes del arte de fabricar indianas.; pues que
depende de ella la hermosura , brillo , y solidez de los colores.
Para pasar las piezas en el baño de rubia , despues de ha
ber recibido sus mordientes, se llena de agua de rio una calde
ra bien limpia , en la que se echa una libra y media de bue
na rubia de Holanda para cada pieza de fondo blanco. Si tienen
las telas el fondo de color sen menester tres libras para cada
pieza , sobretodo si los fondos son encarnados ó negros. Se deslie
la rubia en el agua y se da fuego debajo la caldera ; cuando
empieza. á calentarse el baño se pasan en el las piezas unidss
entre sí por medio de nudos en las puntas ó cabos de cada es
tremo de pieza , y se van haciendo pasar arrollándolas en el tor
no y cuidando dos oficiales de hundirlas en el baño con dos
palos á fin de que no se enreden y de que tomen un color
igual. Cuando estan ya arrolladas las piezas se rueda el torno
al contrario y se continúa esta maniobra hasta que llegue á
hervir el baño , lo que debe suceder en el espacio de unas des
horas teniendo cuidado para esto en graduar bien el calor. Se
deja hervir por siete ú ocho minutos, algunas veces mas
y otras menos, segun que se observe mayor ó menor oscureci
miento en las colores. Cuando juzga el oficial que han tomado
ya las telas bastante color se sacan, y despues de escurridas se
dejan bien colocadas en el rio de modo que no puedan man
charse.
Se da un solo baño de rubia á las telas de fondo blanco y
d os á las que lo tienen de color. Se prepara el primer baño
c on una libra de rubia para cada pieza y se uiaatienea en
(286 )
él las piezas hasta que no se pueda ya aguantar la ruano den
tro del baño y que se distingan bien los colores ; se sacan en
tonces y se llevan al rio para que se descarguen del color su
perfino. Durante este tiempo se vacia y limpia bien la calde
ra ; se prepara un nuevo baño con una libra y media ó do&
libras de rubia para cada pieza ; y se da este segundo baño co-
, rao el primero haciendo hervir al concluir la operacion un cuar
to de hora á lo mas.
Despues que han recibido las telas los baños de rubia es
menester separar de los fondos blancos las manchas encarnadas
ó amarillas de que se han cargado en el baño.
Para llenar este objeto se dejan empapar bien las telas en el
baño y despues de sacadas de este se baten bien y se esponen
en seguida por cuatro ó cinco dias en el prado de modo que
el revés de la tela caiga encima. Se sujetan las piezas por las
cuatro puntas y por las orillas á pequeñas estacas colocadas de
trecho en trecho. Cuando empiezan las telas á secarse se rocían
con una especie de pala ó bien con una regidera especialmente
cuando el sol calienta mucho. Luego que empiezan á blanquear
se se pasan en un baño de boñiga ; se hacen aun muchas veces
hervir en agua de salvado y se repite esto hasta que los blan
cos se presenten bien limpios.
Widmer ha propuesto , para blanquear los fondos que de
ben quedar blancos , un método que , segun dice , es mucho
mas espedito. Consiste, i? en tener las telas, bien lavadas y
batidas , espuestas cuatro dias en el prado ; . 2? en pasarlas en un
baño de boñiga ; 3° en esponerlas otra vez cuatro dias en el
prado ; 4° en tenerlas sumerjidas cerca de media hora en la
lejía de Javela dilatada en treinta á treinta y seis partes de
agua; 5° en darles una segunda inmersion y en dejarlas toda
vía en el prado por dos dias teniendo cuidado de lavar y ba
tir bien las telas entre cada esposicion.
Se blanquean del mismo modo las telas que han recibido el
baño de gualda ; pero como el amarillo se pone un poco desco
lorido y pierde el brillo se le vuelve su viveza y lustre pasando
las piezas por tres ó cuatro minutos á lo mas en agua ligera
mente acidulada con el ácido hidroclorico ( espíritu de sal ) el
cual acaba por otra parte de quitar las manchas que hubiesen
podido quedar ya en el fondo, ya en el dibujo.
A pesar de la autoridad de Widmer somos de parecer qu&
el método ordinario con que se blanquean los fondos es prefe
rible al que él propone.
Cuando los fondos de las telas que han sido estampadas da
(«87)
mordiente de encarnado, de negro 6 violado ó de cualquier
otro color que se forme con el baño de rubia , estan bi^a lim
pios se pasa entonces á imprimir el amarillo y el azul con los
con a amoldes cuando así lo ecsije el dibujo.

Capítulo VI. rs Impresion de las telas por pequeño tinte.

Aunque se estampan algunas veces las telas de pequeño tin


te sin embargo se emplea casi únicamente esta clase de impre
sion para las muselinas é indianas que no han salido bien im
presas ó cuyo dibujo no es ya de moda. Se hace tambien uso
de este estampado para las telas que han servido para varios ob
jetos , como vestidos , etc.
Se principia primeramente por quitar los colores primitivos*
sometiéndolas primeramente á la accion de una lejia alcalina y
del cloro , y despues á la esposicion en el prado ; y cuando se
han blanqueado ya, se estampan por el revés , es decir por la
parte opuesta á la que habia sido impresa.
Los encarnados se obtienen con la rlecoccion de los palos
de Brasil ó de Fernanbuco, de Santa Marta, etc.
Se consiguen los amarillos de todas las gradaciones con la
grana de Persia , con la granilla de Aviñon , con la tierra mé-
rita, y con el achiote.
El azul , el violado , el negro , y el gris se hacen con el
palo de Campeche.

Artículo primero. — Negro.

Háganse cocer en 24 pintas (ii azumbres) de agua 2 libras


da campeche , 2 libras de zumaque y 8 onzas de agallas hasta
reduccion de la mitad ; añádase entonces i pinta ( muy cerca
media azumbre ) de vinagre , y continúese haciendo hervir hasta
reduccion de 6 pintas ( cerca 3 azumbres ); tdmese entonces la
parte clara del baño , y háganse disolver en ella 2 onzas de ca
parrosa y i onza de vitriolo de Chypre. Espésese con el almi
don, pásese por tamiz é imprímase el color.

Artículo II. — Encarnado.

Disuélvanse de i2 á i 6 adarmes de alumbre en cada pinta


(cerca media azumbre) que se quiera tomar de decoccion de
palo de Brasil preparada de algun tiempo, y espésese con el
almidon.
Se conseguirá un color mas agradable y un poco mas sólido
añadiendo á la decoccion algunas gotas de disolucion de estaño.
Si se desea que el encarnado tire á púrpura se añadirá ua
poco de agua de cal ó de lejia de sosa.

Artículo III. — Violado y lilas.

Se harán cocer 3 libras de palo de Campeche en i5 pintas


(muy cerca de 7 azumbres) de agua hasta reduccion de 5 pin
tas (cerca de a J azumbres), y se hará disolver una onza de
alumbre en cada pinta (media azumbre) de decoccion.
El morado ó violeta subido se espesa con el almidon , y el
bajo con la goma , que se hace disolver en frio en la decoccion.
Solo debe ^prepararse este color en el momento que se nece
sita , y es menester emplearlo inmediatamente despues de hecho.
Se obtendrán varios matices de colores muy agradables mez
clando entre sí las decocciones de palo de Brasil y de palo de
Campeche ya sea en partes iguales , ó ya haciendo que una de
las dos decocciones do nine mas ó menos sobre la otra y aña
diendo á la mezcla algunas gotas de disolucion de estaño. Se
empezará con la goma ó con el almidon segun la intensidad
de color que se quiera conseguir.

Artículo IV. — Azul.

En una pinta ( media azumbre) de decoccion de palo de Cam


peche caliente y recientemente preparada se hace disolver media
onza de vitriolo de Chypre , y se espesa con la goma.
Este color tira á negro cuando se estampa, pero toma luego
por el lavado un matiz azul bastante hermoso.
Se hace tambien un bello azul con el azul de Prusia. ( Véa
se lo que se ha dicho sobre esto en el capítulo de los colores
de aplicacion ).
Artículo V. ~ Amarillo.

Este amarillo es el mismo que se prepara con la decocoion


de la granilla de Aviñon. ( Véase el capítulo de los colores de
aplicacion ).
Articulo VI. Aurora.

Se obtiene este color espesando con la goma una porcion da


baño de achiote al cual se haya agregado disolucion de alum
bre. (Véanse mas atrás los colores de aplicacion).
(»**>
Articulo VII. — Verde.

Hiérvanse 6 libras de gualda y 2 libras de palo de Campeche


en doce potes de agua hasta reduccion de un tercio ; decántese
la parte clara y échense en la otra seis potes de agua que se
harán reducir á dos por la ebullicion ; decántese esta segunda
decoccion , mézclese con la primera , hágase disolver en la mez
cla i onza de cardenillo , y espésese con la goma ó con el al
midon.
Capítulo VIL — Impresion de las telas por reserva.

Las telas estampadas por reserva son llamadas de este modo


porque no coje el color la superficie entera de la tela sino óni
camente algunas partes.
Es claro que no puede producirse este efecto á no ser que
las partes de la tela que no deben ser teñidas , y que al
gunas veces han de quedar blancas , estén preservadas de la ac
cion del baño colorante. Este es pues el efecto que se ha con
seguido por medio de una composicion particular á la que se ha
dado el nombre de reserva.
La reserva se compone del baño de reserva y de este mis
mo baño espesado.
Bario de reserva.

Para prepararle se hacen disolver en una pinta ( media azum


bre ) de agua seis onzas de sulfato de cobre ó vitriolo de Cby-
pre, tres de cardenillo, dos de alumbre y cuatro de goma ará
biga. .
Otro bario.

Háganse disolver ; en un pote de agua cuatro onzas de


vitriolo *dc Chypre , seis de cardenillo y dise y seis de go
ma arábiga ; y despues de bien disueltos todos estos cuerpos cué
lese por un tamiz fino , ó bien déjese reposar y decántese.

Modo de espesar.

Para espesar el baño se deslie una libra de tierra de loza


pasada por un tamiz muy fino en tres ó. cuatro onzas de
agua; se añade con cuidado á esta pasta el baño de reserva y
se muele bien el todo antes de servirse de ék
(290)
Se imprime la reserva en las telas como los mordientes; pe
ro se estitnde .en un bastidor cuyo fondo sea de cuero muy uni
do , y se aplica ligeramente con el molde , golpeando este con
la mano y no con la maza : hay sin embargo ciertos dibujos
que ecsijen algunas veces el empleo de la maza.
Despues de veinte y cuatro horas de la impresion se pue
den ya pasar las telas en el baño colorante.
Empezetnos por el caso mas sencillo en que se trata de re
servar una parte blanca en un fondo que debe ser azul. Des
pues de aplicada y bien seca la reserva se pasa la tela en una
tina de a*»l en frio del modo siguiente :
Se sujetan las piezas por la orilla en cuadros guarnecidos di
clavitos de gancho ; las barras de lo alto de estos cuadros se
mueven ea correderas y se 6jan por medio de clavijas segun la
longitud de las telas. Se ata á los cuadros una cuerda con la
que se levantan , se bajan y se cambian de tina á voluntad. En
siete ú ocho minutos de inmersion toman las telas todo el azul
de que pueden cargarse.
Cuando se ha conseguido el matiz de azul que se desea st
sacan las piezas de la tina y se dejan bien escurrir encima de
la tina.
Estando las piezas bien escurridas y secas se pasan en un ba
ño de agua ligeramente acidulada por el ácido sulfúríco (i):
operacion que tiene por objeto quitar á las telas las moléculas
de cal suspendidas en el baño colorante y que quedando en la'
tela , empañarían el color.
Al salir las telas del baño de mordiente se llevan al rio en
el que se dejan hasta que haya el agua separado enteramente la
reserva. Presentan entonces las telas dibujos blancos en un fon
do azul , ordinariamente muy subido ; y se llega á este azul
fuerte pasando sucesivamente las telas de la una á la otra tina,
empezando por la mas débil y terminando por la mas cargada
de indigo hasta que hayan adquirido el color conveniente.
Luego de concluidas las telas se lavan bien y se dejan al
gunos dias en el prado.
La- teoría de la reserva es muy sencilla : el dcsido de co
bre que forma la base de la reserva restituye al indigo *el ocsí-
geno que le había quitado el sulfato de hierro; el indigo reoc-
«genado pierde pues su disolubilidad, y no puede por consiguiente
fijarse en la tela.

(t) Se ha dicho en otra parte que era preferible el agua


acidulada por el ácido hidroclórico. — Nota del traductor.
(«90
Como la reserva, destinada á hacer nula la accion del in
digo , no obra esencialmente sino por el dcsido de cobre que
contiene , es por esta razon indispensable emplear el sulfato y
el acetato de cobre en cantidad suficiente para que puedan su
ministrar bastante dcsido de cobre para anular este la accion del
indigo ; sin cuya precaucion una porcion del baño colorante
atacaría mas ó menos la parte reservada , y quedaría por con
siguiente un blanco mas ó sucio.
Sucedería el mismo inconveniente si no se hubiese espesado
ó* secado bien la reserva , para impedir que corra ; efecto que se
evita con mas seguridad , añadiendo , co.no se acostumbra, un
poco de alumbre al baño de reserva. Suepone , dicen , en que
apretando el alumbre los hilos de la tela presenta un segundo
obstáculo á la introduccion del baño colorante en la parte re
servada. Si embargo este uso no es general; lo que prueba que
puede muy bien prescindirse de seguirle.
Las proporciones absolutas ó relativas de sulfato y de ace
tato de cobre que entran en el baño de reserva son diferentes
en cada obrador.
Se concibe facilmente que las cantidades absolutas de la una
ó de la otra sal deben ser tan pequeñas como sea posible á cau
sa del efecto que producen sobre el indigo ; pues que si es
tuviesen las sales cobrizas en esceso en la reserva se estenderia
su efecto hasta el mismo indigo tenido en suspension en la tina.
En cuanto á las proporciones relativas algunas veces domina
el sulfato de cobre , como en la reserva siguiente :

Sulfato de cobre 20 libras.


Acetato de cobre ia
Goma. i6
Alumbre 5
Agua. . . , i6 potes.

Otras veces se emplea mas acetato que sulfato, como se


puede ver en el baño de reserva siguiente usado algunas veces:
Sulfato de cobre i6 libras.
Acetato de cobre 24
Alumbre 4
Goma i5§
Agua 4 potes.
Se espesa siempre con el polvo de loza fina.
Las telas impresas por reserva ofrecen un gran numera de
yariedade*.
40
( 292 )
Se da ordinariamente el nombre de azules por reserva i las
telas que tienen el color blanco sobre el azul ; y se llaman
en general reservas las telas que ademas de estos dos colores
presentan el verde, amarillo y encarnado.
Hemos enseñado ya el modo de imprimir las telas que llevan
( el color blanco sobre el azul; manifestaremos ahora de que ma
nera se hacen los demas azules por reserva , bastándonos indicar
las operaciones.
Azul celeste, sobre azul subido: i?Teíiir la tela de azulee-
leste ; 8o aplicarle la reserva ordinaria ; 3° pasarla en una fuerte
tina azul. Se aviva se lava y se hace secar.
Azul celeste, azul subido y blanco: i° Aplicar la reserva^
í° tetlir de azul celeste; 3° aplicar de nuevo la reserva; 4*
pasar en una tina suficientemente cargada.
Azul subido , azul celeste , verde , amarillo y blanco : i ?
Estampar la reserva ; s¡° pasar en una tina débil , hacer despues
tres ó cuatro inmersiones en el agua, secar avivar por medio
del ácido sulfúrico dilatado en mucha agua , lavar y secar de
nuevo ; 3° imprimir otra vez con la reserva ordinaria ; 4? teñir
en una tica mas fuerte que la anterior hasta que el azul se
presente bastante subido; secar, avivar como antes, lavar y ha
cer secar; 5° imprimir con el mordiente de encarnado y secar;
6? dar un baño de gualda y de quercitron. El mordiente apli
cado sobre una porcion de blanco da amarillo y verde , quedan
do puntos blancos que no contienen mordiente, coa su mismo
color blanco.
Se hacen tambien reservas en sedas. La que se aplica i
los pañuelos llamados en Francia foúlards se prepara de este mo
do : se derrite una mezcla de sebo y resina y se pone en los
pañuelos por medio de un mol Je; se pasan en seguida en un
baño azul y resulta que estando las partes reservadas al abrigo
de la accion del indigo quedan blancas , mientras que el resto
de la tela toma un color de azul sólido.
Azul celeste, encarnado y blanco: i? Aplicar la reserva or
dinaria; 2? aplicar el mordiente de encarnado espesado con el
polvo de loza y secar ; pasar eu una tina débil de azul para
conseguir el azul celeste ; lavar en el rio , dar un baño de ru
bia , lavar y dejar en el prado á fin de limpiar bien el blanco.
Se pueden imprimir dos azules en un fondo blanco sin ne
cesidad de reserva. Las telas estampadas de este modo se llaman
azules ingleses.
Los dos azules se estraen únicamente del indigo; pero se
modifica su color moliéndole con los tres quintos de su peso da
(»93) ,
sulfato de hierro muy puro y que sobretodo no contenga sales
4e base de cobre : el indigo debe ser de superior calidad.
Se espesa el indigo preparado de este aiodo con su igual
peso de agua de goma , para el primer azul , y coa cinco veces
su peso de la misma agua para el segundo.
, Como se hace muy diñcil el espesar , es menester agitar la
mezcla por mucho tiempo , y pasarla en seguida por un tamiz
de crin, dos veces diferentes, á fin de que sea muy fina y ho
mogénea.
Se imprime en primer lugar el azul subido y se espera que
esté seco para estampar el segundo azul ó el claro. Cuando es-
tan impresos los dos azules , se dejan reposar por veinte y cinco
dias antes de pasarlos en las tinas de que vamos i hablar.
Estas tinas son en número de cuatro, á saber: la tina de
cal , la de caparrosa , la de potasa , y la de aceite de vitriolo.
Se arregla la i? poniendo 45 libras de cal en i50 potes de
agua de rio ; agitando bien la cal durante su estincion y dejan
do reposar.
Se prepara la «? haciendo disolver 90 libras de sulfato de
hierro ó caparrosa verde bien pura en i50 potes de agua. De
be presentar el baño un hermoso verde ; se añade ademas cierta
cantidad de la misma sal hasta que el agua rehusa disolver ítias.
En la 3? tina se apagan 90 libras de cal viva con i50 po
tes de agua; se añaden despues de i5 i 20 libras de potasa ó
de sosa y se agita bien el todo.
En fin se echan en la 4? tipa i50 potes de agua á la que
se añade ácido> sulfúrico en la proporcion de un litro ( media
azumbre ) de ácido por 30 potes de agua tibia. Se reemplaza
con ventaja esta tina por la caldera de plomo que sirve en las
fábricas de indianas para pasar las piezas en el agua acidulada.
Estando las telas bien secas despues de la impresion se po
nen en cuadros semejantes ú los que sirven para el azul reser
vado , y se pasan en las tinas del modo , como se puede ver
por la tabla siguiente :

r? En la tina de cal, . . . calar 5 minutos, escurrir 4min.


de caparrosa. . .
de cal
de caparrosa. . . .
5d de cal.
de caparrosa. . .
7?
de aceite de vitriolo.
*
(a94)
Luego de terminados los pasages en las tinas se sacan las te
las de los cuadros , y se lavan bien en el rio hasta que el agua
no tome ya color azul.
A medida que van pasando las telas en las tinas presentas
un verde sucio que se hace cada vez mas y mas subido, pero
que desaparece en el agua acidulada.
Se pasa en seguida en la caldera de plomo llena de agua
acidulada por el ácido sulfúrico y un poco tibia , hasta que
se descubra bien el color blanco ; se lava despues de esta ope
racion en el rio con el mayor cuidado y se dejan las trias, con
cluido esto , por dos ó tres noches en el prado á tin de que
el fondo adquiera un blanco perfecto.
Para asegurar el buen écsito de este género de impresion
es preciso tomar muchas precauciones .
i° Es menester palear las tinas por medio cuarto de ho
ra antes de pasar en ella las piezas , y debe repetirte esta ma
niobra cada vez que se pasan de una tina á la otra.
2? Es bueno no dejar descansar los cuadros en la tina, y sí
el darles algun movimiento de tiempo en tiempo.
3? Se debe siempre atar al cuadro una pequeña muestre-
cita de modo que entre antes que el cuadro en el agua acidulada.
Sino presenta la muestra un azul bastante vivo , se vuelve á.
sumerjir el cuadro en la tina de potasa y aun primeramente en
la de caparrosa.
Si por no haber tenido la precaucion que se acaba de in
dicar no saliese bien el azul# inglés , seria preciso despues
de hervidas las piezas del modo conveniente volver á empezar
las operaciones siguiendo el mismo drden.
4? Es menester añadir cada dia á la tina de cal algunas li
bras de nueva cal viva.
5? Si despues de haber pasado 50 ó 60 piezas en las dos
primeras tinas se observa que, al pasar otra nueva pieza en
la tina de cal por cinco minutos se pone la tela mas ó menos
amarilla , es prueba entonces de que la tina de cal se halla car
gada de caparrosa ; en cuyo caso se debe arrojar y compo
ner otra nueva.

Capítulo VIII. — Impresion de las telas por los estraentet


ó corroerttes. . •

Este género de impresion se ejecuta de dos modos : 6 ha


ciendo obrar el estraente ó corroente sobre el mordiente que ha
sido aplicado i una tela ó sobre el color que ha recibido ya la.
tela..
til estraente que sirve en el primer caso se Mama contra
mordiente porque destruye la parte del mordiente que toca , é
impide que se combine esta parte con el color que hubiera to
mado sino se hubiese hecho esta operacion. El corroente que
se hace obrar sobre un color puede tambien llamarse contra-
color.
Aunque pueda emplearse aisladamente cada uno de estos dos
métodos , se combinan sin embargo muchas veces los efectos de
los dos para ciertos dibujos como veremos mas adelante.
Se sacan los estraentes de la clase de los ácidos ya minera
les ya vegetales , ó de algunas disoluciones salinas.
Los estraentes ácidos minerales mas usados son los ácidos
sulfúrico , nítrico , Iñdroclórico y agua regia ; entre los ácidos
vegetales se emplean el cítrico, el tartárico, el ocsálico, á los
que se agrega algunas veces el ácido sulfúrico en pequeña, can
tidad para ausiliar la accion de aquellos. Deben espesarse estos
estraentes con la goma arabiga , con la goma tragacanto y aun
con el almidon.
Los corroentes tomados de las disoluciones metálicas son
la disolucion de sal de estallo (i), d« clorato de potasa, etc.
Se emplea tambien el sobre arseniato de potasa como se dirá
en otra parte. Vamos á dar ahora algunos ejemplos del modo
de operar por ambos métodos primeramente aislados , y despues
reunidos.

Artículo primero. Impresion por contramordiente.

Sirve este proceder para las indianas de luto que se compo


nen de un dibujo blanco sobre un fondo negro. Se comienza
por pasar la pieza en mordiente de negro ; cuando está bien
seco este mordiente se imprime el contramordiente preparado con
el ácido nítrico ú ocsálico espesado con el almidon tostado ; se
hace secar, se lava y se da un baño de rubia. Al salir de este

( i ) Se añade á la disolucion de sal de estaño un poco de


ácido hidroclórico ; se espesa con el almidon cocido de antemano,
muy espeso y frio , teniendo cuidado de echar la disolucion por
pequeñas porciones á fin de ligar mejor las partes de la mezcla.
Luego de impresa la tela con -este estraente se lava en el
rio á fin de que no obre demasiado tiempo esta mezcla sobre
* el color. Si el dibujo ecsijiese un color negro ve deberia aplicar
este antes del contracolor.
(«96)
baño se lavan bien las piezas y se esponen en el prado hasta
que los blancos se presenten bien limpios.
Es claro que todas las partes de la tela en que no habrá
tocado el contramordiente tomarán un negro mas ó menos in
tenso en el baño de rubia, mientras que en los puntos en que
habrá sido destruí lo el mordiente solo quedará un ligero color
propio de la rubia que se quitará con la sola esposicion de las
piezas en el prado la cual deberá durar hasta que se presente
en aquellos puntos un blanco limpio y perfecto.
A imitacion de este proceder se conseguirán facilmente di
bujos blancos sobre un fondo ile color encarnado , carmelita,
violado , pulga , etc., pasando primeramente en mordiente de uno
de estos colores , aplicando despues el contramordiente y dando
liltimamente un baño de rubia.
Se practicarla lo mismo para obtener un dibujo blanco en
un fondo de color de oliva pero en lugar de baño dé rubia
M daria otro de gualda 6 de quercitron.
Bastan estos ejemplos para guiar á un artista inteligente.

Articulo II — Impresion por medio de oontracolor.

Si despues de seca una tela tenida de negro por medio de


un baño de campeche y de disolucion de hierro se imprime en
ella con una disolucion de estaño convenientemente espesada , se
destruirá la parte ferruginosa tocada por el estraente, y los puntos
de la tela en que el mordiente habrá sido atacado por este e»-
traente pasarán del negro fuerte á un carmesí muy brillante.
Sometiendo á la misma operacion las telae teñidas de dife
rentes colores y matices que hayan sido determinados por di
versos grados de ocsidacion del hierro se producirá una mul
titud de variaciones en los colores.
Los colores que solo tienen el hierro por mordiente desapa
recen por la accion de la disolucion de estaño , y queda en los
puntos que ocupaban un amarillo bastante agradable.
Por una operacion semejante se pueden hacer en las telas
dibujos de un hermoso verde tiñiendolas primeramente de un
azul bajo en una tina de indigo , pasándolas en seguida en
un baño de zumaque y de sulfato de hierro y terminando por
un baño de quercitron con alumbre. El color verde producido
por el in ligo y el quercitron como tambien los demas colores
quedan ocultos , á causa del dcsi lo de hierro del sulfato , has
ta que aplicándose la disolucion de estaño hace desaparecer loa
demas colores y da á los que quedan un lustre que no hubieras
(«97)
tenido sin esta operacion ; porque la disolucion de estaño da
mas viveza al amarillo del quercitron y de este amarillo vivo
asociado al azul , debe resultar como en efecto resulta un ver-
mas brillante.
Se puede obtener un dibujo de color de aurora sobre fondo
de oliva pasando primero la tela en un baño de zumaque y de
sulfato de hierro , lavando en seguida en una decoccion alcali
na de fustete , é imprimiendo , en fin 4 con una disolucion in
colora de estaño.
Citemos por illtimo ejemplo el modo de hacer un dibujo
amarillo en un fondo de oliva. Debe emplearse un cuerpo que
destruyendo el color facilitad* por el hierro , pueda al mismo
tiempo hacerle pasar á amarillo. Este cuerpo estraente d este con
tracolor y contramordiente á la vez,*es la disolucion de estallo
espesada del modo ya dicho (i).

Articulo III. zz Impresion de las telas por los métodos de con


tramordientes y contracolores combinados entre sí. -

Primer ejemplo.

Color del dibujo : Oliva , amarillo y blanco.


Proceder de ejecucion: i?, Pasar en mordiente de oliva; 2?
imprimir el contramordiente , secar y lavar; 30 dar un baíio de
gualda; 4° estampar el contracolor.

Segundo ejemplo.

Color del dibujo : Encarnado vivo y encarnado mas descolo


rido , blanco , amarillo y negro sobre un fondo de oliva.
Proceder de ejecucion : i? Imprimir con mordiente de en
carnado; 2? dar un baño de rubia; 3? pasar en mordiente de
oliva ; 4? imprimir el contramordiente; 5? dar un bano de gual
da ; 6? imprimir el contracolor y el negro de aplicacion, y la
var.

(i) Si se espesa este contracolor con un tercio mas de


almidon de lo ordinario y se colora con decoccion de graca de
Persia ó de palo de Brasil , se obtendrá en el primer caso un
amarillo mas fuerte; y un amarillo mas naranjado en el se
gundo.
(«9*»)
Artículo IV. = Dibujo blanco sobre telas teñidas de
encarnado de Andrinópoli.
$\ se trata de conseguir un dibujo blanco en telas teñidas ya
de encarnado de Andrindpoli se imprimirán con un licor ácido
que se prepara del modo siguiente : se mezcla una parte de
ácido sulfúrico (i) con seis partes de agua y se espesa con cer
ca de una libra y me da de goma arábiga para cada pote de li
cor acidulado y se imprime. Luego que se halla la tela estam
pada de esta mezcla estraente se pasa en una disolucion de
cloruro que señale i8 grados del areometro, y casi inme
diatamente es destruido el encarnado en todos los puntos que
han sido tocados por el ácido sulfúrico quedando un dibujo blan
co sobre un hermoso encafnado.
Es fácil penetrar lo que tiene lugar en esta operaeion. El
ácido sulfúrico aplicado sobre la tela descompone el cloruro de
cal , se apodera de su base , y pone el cloro en libertad ; y ha
llándose este gas abandonado de la cal en los poros mas peque
ños de la tela que han sido penetrados por el ácido obra alli
mismo sobre el encarnado , lo destruye y deja un color blanco
eu todas las partes en que ha podido ejercer su accion.

Capítulo IX. = De los lapis (2).

Se ha convenido en dar el nombre de lapis á las telas que,


despues de haber sido impresas de reserva estraente d corre.cate"
y de diversos mordientes , pasan sucesivamente primero en tina
de azul y luego en han» de rubia. Si se quiere amarillo d ver
de se da el mordiente de amarillo ó continuacion del lavado des
pues del baño de rubia , y se pasa en un baño de gualda ó dt
quercitron.
Supongamos que se trate de estampar en la tela un dibujo
en el que entre blanco, encarnado, negro, verde y amarillo. Es
tando ya las telas perfectamente blanqueadas se procederá del
modo siguiente :

( i ) En algunas fábricas se valen de una mezcla de ácido


tartárico y sulfúrico.
(2) Aunque la palabra lapis equivalga á lapislázuli en
español se ha dejado sin embargo sin traducir , por conocerse la
clase de telas á que se refiere mas bien con el nombre de lapis
que con el de lapislázuli.
i9 Se apücs la reserva estraeute (i)} 2? se Imprime el mor»
cliente de encarnado espesado con polvo fino de loza ; 3? se es»
tarapa el mordiente denegro espesado del mismo modo; 4? cua
renta y ocho' horas á lo mas despues de terminada la impre
sión se pasan las telas eto uira' trrra fuerte : debe durar la inmer
sión seis minutos á lo mas en dos Teces, y antes de sumerjir por
la segunda vez se dejan espuestas al aire por espacia , de cinc»
minutos ; se llevan efl seguida las' telas' al' rio , se dejan en él
en remojo por una hora y se lavan; 5° se pasan en un baño de
boñiga ; 6? se pasan en seguida en agua de salvado ; se me
ten en un baño de rubia ; 8? se les da con cuidado algunos ba
tidos y se hace secar; 9? se aplica . el mordiente de encarnado,
que sirve ta.mbien de mordiente de amarillo , y se- limpian des
pues bien las piezas;, iq? .se pasan en un- baáo de quereitron¡,
se lavan y últimamente se hacen secar.
Se puede sacar el dibujo de los lapis sobre un fondo azul,
encarnado , verde , etc.; lo que facilita una multitud de varie
dades. Se ha dado. en. su origen la denominación de lapis é estas
clases de telas porque tenían el dibujo trazado sobre un fondo>
azul de záfiro ó de lapislázuli.. ¡
Por poco que se reflecsione sobre el particular se verá fácil
mente de que modo son producidos aquí los diferentes colores.
El azul es el producto inmediato de l* tina ; el encarnado y él'
negro son facilitados por el baáo; do rubia, y -per los mordien
tes respectivos d« estos colores. La combinacion dél aáiil con el
amarillo sobre el mordiente de este último color proporciona> el'
.verde; el amarillo resulta .de. la .parte colorante det quereitron
fijada por el mordiente de encarnado qué lo es también del' ama
rillo; y en fin el blanco es- determinado por el eontfamordiénttí
de la reserva estraent*.
Se esplicaria con. la misma' facilidad lo que pasa en cada
una de las variedades arriba5 indicadas»
'. i . ' ;' . - -) ' ' '

(i) Se prepara esta reserva haciendo fmdir jürttos'> mante


ca: de cerdo y miera .6 resina de pino> bien purificada, . y cuando'
se ha enfriado. la meiola- se deslie, con- aceite dé trementina f
se añade en. seguida sobre arseniato de potasa- y uñ poco' de su
blimado corrosivo, reducido á polvo; se meada bien., se muelt
en la moleta , y se imprime en seguida.
INDICE

DE TODAS LAS MATERIAS CONTENIDAS EN LA OBRA.

Página?.
PROLOGO del traductor. • r.
Id. del autor «,

PRIMERA PARTE.

DEL ARTE DE LA. TINTURA I.


SECCION PRIMERA. — De los principios sobre que se
afianza «l arte de la tintura ibid.
Capítulo primero. — Del objeto de la química y de sus
medios x.
Capítulo II. — De la atraccion química 3.
Capítulo III. — De las causas que modifican la accion
de la afinidad. _ 6.
Capítulo IV. — De algunos cuerpos simples ponderables
y de sus propiedades 9.
Artículo primero. — Del ocsígeno y del gas ocsígeno. ibid»
Articulo II. — Del azoe y del gas azoe. .... i2.
Articulo III. — Del hidrógeno y del gas hidrógeno. i 3.
SECCION SEGUNDA. — De las cansas que ejercen una
influencia notable sobre los colores i5.
Capítulo primero. — De la luz. , i5.-
CapítulO II. — Del calórico 16.
Capítulo III. — Del aire atmosférico i9.
Capítulo IV. — Del agua. 2i.
SECCION TERGERA De los agentes químicos que sir
ven en el arte de tenir para obtener los colores. 26.
Capítulo primero. — De los metales y de los ócsidos me
tálicos considerados en general ibid.
Capítulo II. — De los ócsidos metálicos mas usados en
tintura 2g.
Artículo primero Ocsido de aluminio {alúmina). 29.
Articulo II. — Ocsido de calcio, (cal). 30.
Articulo III. — De los ócsidos de potasio ( potasa ). . 3i.
Articulo IV. — De los ócsidos de sodio (sosa). . 32.
Articulo V. — Del amoníaco (alcali volátil). . . . ibid.
Articulo VI- — De los ócsidos de estaño. . . . . 33.
Articulo VII. — De los ócsidos de plomo ibid.
Articulo VIII. — De los ócsidos de cobre. . . . . 34.
Articulo IX. — De los ócsidos de hierro ibid.
Capitulo III.— De los ácidos .. . 35.
¿Írticulo primbro. — Del ácido sulfuroso. . . . ibid.
Articulo II. — Del ácido sulfúrico ( aceite de vitriolo ). 36.
Articulo III., — Del ácido nítrico (agua fuerte). . 4i.
Articulo IV. — Del ácido hidroclórico (ácido muriático,
espíritu de sal humeante) 4S>
Articulo V. — Del ácido carbónico 43*
Articulo VI. — Del ácido acético ( vinagre). . , . 44a
Articulo VII. — DeZ ácido cítrico 47.
Articulo VIII. —Del ácido tartárico 48.
Articulo IX. — Del ácido ocsálico ibid.
Articulo X. ,— Del ácido gálico y de las principales
sustancias que lo prestan 49.
Capítulo IV. — De las sales 5i.
Articulo primero. — Sulfatas '. . 53-
C. primero. — Sulfato de hierro ( caparrosa ). . ibid.
J. II. Sulfato de cobre (vitriolo azul ó de Chypre). 55'
§. III. — Sobre sulfato de alúmina y de potasa (alumbrey. 56.
Articulo II. — Nitratos 57-
§. primero. — Nitrato de potasa ( nitro ó salitre ). .. 58.
§. II. — Nitratos de hierro. 59.
Articulo III. —. Hidrocloratos. . ...... ibid.
§. primero. — Hidroclorato de sosa (sal comun). . . 60.
§. II. — Hidroclorato de amoníaco ( sal amoníaco ). . ibid.
§. III. — Hidroclorato de estaño ( sal de estaño. ). . 6i.
Disoluciones de estaño números i, 2, 3, 4, 5 y 6. . 62.
Articulo IV. — Acetatos 65.
§. primero. — Acetato de plomo ( sal de Saturno ). . ibid.
§. II. — Acetato de alúmina ( mordiente de entornado
de los impresores de telas ) 66.
§. III. Acetato de cobre ( cardenillo , verdete cristali
zado) 67.
§. IV. — Acetato de hierro ( tina para el negro ). . 68.
Articulo V. — Sub-carbonatos 69.
§. pktmkro. — Sub- carbonato de potasa (potasa del co
mercio) 69.
§: II. — Sub carbonato de sosa (sosa del comercio). . 72.
§. ///. _. Sub- carbonato de hierro (orin) 73,
¿- IV. ^. Sub-carbonato de cal (creta) 74.
Artículo VI. De los tartratos íbich
Articulo VIL _ De los prusiatos 75.
Capítulo V. _ De loa sulfures de arsénico 78.
Capitulo vI. — De los aceites en general y de algunos
aceites en particular 79.
Capitulo VII. — De los jabones 83.
Articulo primero. — Jabones de base de sosa (jabones
duros ibid.
Articulo II. — Jabones de base da potasa (jabones
blandos ) 86.
Capitulo IX. — De los mordientes 88.
SECCION IV. — De las materias propias para ser
teñidas y de las preparaciones que ecsijen antes
de recibir el color 94.
Capitulo primero. — De la lana ibid.
Capitulo II. — De la seda. 96.
Capitulo 1l1. — Del algodon. . 102.
Capitulo. IV. — Del lino y del cáñamo. . . . . i05.
Capitulo V. — Del blanqueo del algodon , lino y cá
ñamo. i 07 «i22.

SEGUNDA PARTE.

De las operaciones de la tintura 1*3.


SECCION PRIMICIA. — De los colores simples. . . ibib:
Capitulo primero — Del azul. ibid.;
Articulo primero. — Del indigo ibid:
Articulo II. — Del pastel. .v . . . i28.
Articulo III. — Del vovedo ibid.
Articulo IV. -— Del modo de preparar las tinas para
teñir de azul sólido. . . 129.
§. primero. — Tina por el glasto ó pastel, ó por el va-
. vedo - sus alteraciones y modo de corregirlas. i290i40.
(j. II — Tina de la Lidia . i40.
§. ///. — Tina de caparrosa 6 vitriolo M3--
Articulo V. —• Del azul de medio ó pequeño' tinte. . i48.
§. primero — Tinte, de azul de S.ijonia ibid.
§, II. — Tinte por el anuí de Pruúa. . . . . . i5a.
g, III. — Tinte de azul por el palo de Indias 4 de
Campeche. i53.
^. IV. -— Tinte azul realzado. * .. •. . , . i55.
Capitulo II. — Del encarnado. . - / V • . ibid.
Articulo primero. — De la rubia y de la tintura
por la rubia. . . ...... . . * . - ibid,
§. primero. Tinte de encarnado sólido sobre lana con
la rubia. . . '58.
II. — Tinte de encarnado de rubia en el algodon. .- ibid.
J. III. .— Tinte de encarnado de Indias ó de Andri-
nópoli en algodon. . »-.-».-. . .„ . - . . i59.
Marcha al gris y al amarillo. . . . .- r , . i67.
g. IV.-, Tinte del algodon de encarnado ahumado. . 177.
j.- V. — Tinte del algodon de color cereza y rosa. . ibid.
Articulo II. — De la oochinilla y de los colores que
da al arte- de teñir. .. i78.
§. primero. — Tinte de escarlata en lana con la cochi
nilla. - i83.
§. i/. —Tinte de carmesí en lana por medio de la co
chinilla. . . . . i85.
§. 1/7. — Tinte de carmesí fino en seda con la cochi
nilla. - .. • . • • . • ... . . ' . ibid-
• IV. -—- Tinte de carmesí fino en algodon con la cp-
chinilla. . . :. :»', . : -. . . itt.
Articulo III. ~— Del Kermes ó quermes. . . , . . 187.
Articulo IV. — Del tinte de escarlata por la laca. 1 89.
6. primero. Tinte de escarlata. por la laca natural, . i9i.
§. II. — Tinte de escarlata con lacas artificiales. . • ibid.
Articulo V. — Tinte de encarnado con la orchilla. . 20i.
Articulo VI. — Tinte de encarnado con el cártamo. 203.
§. primero. — Encarnado de Brasil en lana. . . . 207.
§. II. — Encarnado de Brasil en algodon. . . . . 208.
Carmesí falso en seda • 209.
Capítulo III. — Del amarillo. . . . . . , . . ibid.
Articulo primero. — De la gualda y del amarillo
de gualda. . . . ibid.
§. primero Tinte en lana de amarillo de gualda. . - 2 i o.
§. II. — Tinte en seda de amarillo de gualda, . . ibid.
§. III. — Tinte en algodon de amarillo de gualda. . ibid.
Articulo II. .— Del palo amarillo y de su uso en tin
tura. ....„.... . . , , . . . 2i2.
.Articulo III. — Del quercitron y de su uso en la
tintura. . .. ..... -ti¡,
42
Articuco IV. — Del 'achiote y de su uso en la tintura. «14.
Articulo V. — De la cúrcuma y de su empleo en la
tintura. .. ....#..,*«.,. , ..... . 2i6.
Articulo VL — Del fustete y de su emplea en el ar te
de teñir. . '» . . . . . ... ing.
Aluticvio VIL — Del ¡amarillo por el cromato de .plomo. 220.
AiiTicuto VIH. — Del amarilla de orín , de sus mati
ces principales y en particular del mahon. . . 22/.
Capítulo IV. — Del color leonado. ... . . . - .224.
Articulo paijm o. — De la cortesa verde de nuez. ibid.
AifTicuio II. — J)e la. raíz de nogal. ,. r . , . . 225.
Articulo III. —r De la corteza deí aliso. ..... ibid.
Articulo IV. — Del sándalo rojo y de la materia va
lorante que suministra 226.
Articulo V. — Del zumaque. ... ., . •>,• .. ' . . . . 2í8.
yixricuLO VI. —r Del .hollín* . . «,..*.. 229.
Capítulo V. —.Del negro. . . . '. ibid.
primero, — Negro sobre lana. .. ... * * . . 232.
§. 77. — Tinte negro en seda. . . ..•), •l.«. . -. 233.
j. III. — Tinte negro en algodon. ....... i . 2 37-
Capítulo ^- De los grises. . ... .. - ..' . . .243.
Artículo primero. —. De los grises en lana. ... , . ibid.
ArticuloJLI..—^- De los .grises en seda. . . 244.
Articuto III, — De los grises en lana y en '.al
godon* \ . 245.
SECCION SEGUNDA. — De los colores compuestos. . 246.
Capítulo piumero. — De la mezcla del azul y del en
carnado ibid.
Artícuto primero. Mezcla del azul y del encarnado
en lana. .. . . . . . ." '. . . ibid.
§. primero. — Mezcla del azul de tina con el encarna
do de cochinilla. . ibid'.
j. II. ^— Mezcla del azul de Sajonia con el encarna
do de cochinilla. ; . . . 247.
<j. III — Mezcla del azul de tina con el encarnado de
rubia . . . ibid.
§. IV. — Mezcla del azul de Sajonia con el encarnado
de rubia . . ... . '. . 248.
§. V. — Mezcla del azul de tina con el encarnado del
Brasil ibid.
§, VI. — Mezcla del azul de Sajonia con el encarna
do del Brasil. . . ' - <- . . . ibid.
Amtjcuao II. —~- Mezcla del encarnado y del azul en
seda. . -. «49.
J. primero. -— Violeta fino , 6 violeta por medio de la
cochinilla y del aznl de tina. . . .... ibid.
§. II. — Violeta o morado falso en seda. .... ibid.
Articulo III. — Mezcla del azul y del encarnado
en algodon 25o-
§. primero. -—. Violeta y lilas de gran tinte sobre al
godon ibid.
§. II. —. Violeta y litas de pequeño tinte «52,
Capítulo II. .— Mezcla del azul con el amarillo ó del
color verde. . 253.
Articulo primero. — Del verde en lana. . . . ibid.
§. primero. — Del verde sólido en lana 254.
tj. II- — Verde de medio tinte en lana ibid.
Articulo II. — Verde en seda 2 ¿5.
Articulo III. Verde en algodon 256.
CapítuU) III. -^-Mezcla del gris y del amarillo ó del
color de aceituna ú oliva 258.
Articulo primero. — Color de oliva en lana. . . . ibid.
Articulo II. —Color de oliva en seda . . 259.
Akticulo III. — Color de oliva en algodon. . . . ibid.
Capitulo IV. — De la mezcla del encarnado y del
amarillo 260.
Articulo primero. — Mezcla del encarnado y del
amarillo en lana. . ibid.
Articulo II. ~ Mezcla del encarnado y del amarillo
en seda. . . « 26i.
Artículo III. — Mezcla del encarnado y del amarillo
en algodon 262.
Capítulo IV. De la mezcla del negro con los demas
colores ó de los oscurecimientos . ibid

TERCERA PARTE.

Del arte de imprimir las telas y de fabricar toda cla


se de indianas 266
Capitulo primero. — De las operaciones que deben
preceder á la impresion de las telas s6j?.
Capítulo II. — De los mordientes para la impresion
de las telas y del modo de espesarlos 269
Artículo primero. — Mordientes para encarnados. . 270.
Articulo II. •.— Mordientes para negros. . . *. . 27i
Articulo III, ^— Mordientes para violados , y para los
colores de cafe' , carmelita , moreno fuerte , castaño
mordoré, lilas, musco, encarnadino, reseda. . .
Capitulo III. — De los colores de aplicacion. . . . 274.
Articulo primero. — Azul, encarnado, amarillo, ver
de, aurora , negro , violado y lilas de aplicacion. . ibíd.
Capitulo IV. Modo de imprimir las telas. . . . ibid.
Indianas de una , de dos , de tres , de ' cuatro , de
cinco, de seis manos . . '. . > 282.
Capitulo V. — Del baño de rubia y del modo de blan
quear los fondos 285.
Capítulo VI Impresion de las telas por pequeño tinte. 2S7.
Capitulo VII. — Impresion de las telas por reserva. . ibid.
Capitulo VIII. — Impresion de las telas por los estraen-
tes ó corroentes 294.
Artículo primero Impresion por contramordientes. . 295.
Artículo II — Impresion por medio de contracolores. 296.
Artículo III. Impresion de las telas por los dos
métodos de contramordientes y contracolores combi
nados, entre si. 2 97-
Artículo IV. — Dibujo blanco en telas teñidas de
encarnado de Andrinópoli. ,. 298.
Capítulo IX. — De los lapis ibid.

ERRATAS.

Pág. Lin. Dice. Léase.

IV. i4. Cartaginenses Cartagines


VII. i. tendrán tendrían
XVI. 96. percision precision
4. 3. desunidos desunidas
»3. s6. destilado con debilitado con
32. 33- dcsidos ácidos
54- 25. tintas de azul tinas de azul
69. de álamo blanco de aliso
i i0. 26. luminosos laminosos
i56. 5. Se pasaba Se pasa
i85. 8. y si el enrojado y el enrojado
204. 5> si bien que pues que
2i8. 25. Para teñir la Para teñir con

Nota : En todas las equivalencias de la obra se ha tomado


siempre ]a libra castellana ó de diee y seis onzas.
r
1

Se hallará en las librerías siguientes.

Barcelona Sola , calle de la Boqueria pla


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Tarragona Verdaguer.
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