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(Didáctica Especial)
ROCKWELL, Elsie. 2000. « La otra diversidad: historias múltiples de
apropiación de la escritura. ». DiversCité Langues. En ligne. Vol. V.
Disponible à http://www.teluq.uquebec.ca/diverscite
Introdución
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usado el concepto de múltiples alfabetismos (multiple literacies) para
acercarse a la diversidad de formas de utilizar y expresar la lengua escrita.
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Los pueblos indios y la escritura: ¿una apropiación negada?
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La multiplicidad de historias de la escritura
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necesario considerar los numerosos espacios de encuentro e interacción entre
las diversas tradiciones escritas.
Para Chiapas, la historia parece haber sido algo distinta, en parte por los
antecedentes prehispánicos. Pese a la elaborada escritura encontrada en
Palenque y otros sitios, durante la época colonial la destrucción de los usos
extraoficiales de la escritura en las lenguas indígenas fue una constante (de
Vos 1994). Ciertas prácticas de resistencia también influyeron en esa historia,
ya que los pueblos indios intentaban negarse a entrar al juego del control por
medio del registro de los nombres individuales para efectos de tributación. Por
otra parte, durante ciertas sublevaciones, como la rebelión de Cancuc en 1712
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(Viqueira 1995), los dirigentes utilizaban los géneros propios de la
colonización, incluyendo proclamas, cartas a la Corona española, y
testimonios escritos, como armas en sus luchas. Dado que las prácticas de
escritura desde la resistencia eran perseguidas, los pueblos tendían a
desarrollar alternativas de representación por medio de la oralidad, la plástica,
los textiles, el teatro, que lograron mayor arraigo que la propia escritura.
Es posible apoyar el argumento con una mirada hacia una escala que recupere
la agencia humana, la dimensión biográfica del acceso a la escritura. En este
caso, también hay camino andado. Por ejemplo, las autobiografías de
determinados personajes del inicio de los tiempos modernos en Europa
muestran esta diversidad. Estos incluyen la notable obra de Ginzburg (1978),
sobre las interpretaciones de la doctrina católica que hace un molinero
acusado de ser hereje, así como los casos documentados por Jean Hébrard
(1985) y Daniel Roche (1982) de personas autodidactas en Francia. Aunque
no conozco estudios semejantes para México, existe cierta evidencia del
aprendizaje no-escolar de la lectura y la escritura.
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alfabético. El joven llegó a ser diácono de su comunidad. Otros relatos
semejantes dan testimonio de esfuerzos individuales realizados para aprender
a leer y a escribir, frecuentemente ante la necesidad de resolver alguna
situación vital, como los requerimientos de un trabajo o la necesidad de
ayudar a los hijos con la tarea.
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Al abordar la historia social de la escritura, he intentado distinguir y evaluar
las implicaciones de diferentes concepciones acerca de la cultura escrita. En
particular, encuentro interesantes los contrastes entre dos concepciones, la
noción de escritura como herramienta cultural, o bien, la idea de escritura
como práctica cultural.
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La escritura tiene un arraigo importante en la diversidad de instrumentos,
materiales y máquinas utilizadas para leer y escribir, sin embargo, no se puede
reducir a ellas. Algo podemos avanzar si llevamos la metáfora de una
herramienta al plano simbólico, donde se presta para considerar la relación
entre la escritura, el conocimiento, y la producción cultural. La noción de la
escritura como una herramienta cultural puede incluir saberes compartidos
que subyacen a otras formas de expresión. Por ejemplo, en algunos lugares se
encuentran ciertos géneros que se desarrollan como tradiciones orales a partir
de un texto cuya lectura ya no se requiere. La reproducción oral de textos
sagrados, versos y cuentos (Cavignac 1998), así como la referencia cotidiana a
ciertos preceptos legales y morales, se sostiene sin la presencia del soporte
material original. No es excepcional encontrar este tipo de tradiciones en las
comunidades indígenas de México (Montemayor 1998).
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han destacado en décadas recientes son la lucha por la tierra, con toda la
secuela de trámites que ello ha requerido, y la vida religiosa, renovada por las
sectas protestantes y por la nueva evangelización católica (Viqueira 1995,
Leyva Solano 1995). En los dominios del litigio, la gestión y el ritual, entre
otros, estos grupos indígenas han adoptado o generado estrategias para utilizar
la lengua escrita desde sus propias perspectivas culturales. Ciertamente, la
lengua escrita no existe en abstracto, como herramienta que se puede utilizar
en cualquier momento o para cualquier fin. Sólo se le apropia como parte de
una práctica cultural concreta, y difícilmente es transferida a otros ámbitos.
Reflexiones finales
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mejor comprensión de las vías de socialización de los saberes asociados a
estas prácticas.
Referencias
BILLER, P. 1994. Heresy and literacy: earlier history of the theme. En Heresy
and Literacy, 1000-1530. P. Biller y A. Hudson (eds.). Cambridge: Cambridge
University Press.
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COOK-GUMPERZ, J. y D. KELLER-COHEN. 1993. Alternative Literacies
in School and Beyond. Multiple Literacies of Speaking and
Writing. Anthropology and Education Quarterly 24 (4) 283-287.
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HILL, J. y K. HILL. 1986. Speaking Mexicano: Dynamics of Syncretic
Language in Central Mexico. Tucson: University of Arizona Press.
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ROCKWELL, E. 1992. Tales from Xaltipan. Documenting Orality and
Literacy in Rural Mexico.Cultural Dynamics, 5 (2).
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