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Magdalena
Introducción:
Metodología:
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como: escrituras, cédulas catastrales entre otros. Asimismo se realizaron entrevistas a
informantes locales.
Posteriormente y con el fin de completar la información sobre el primer momento constructivo
de la vivienda, objetivo de la presente, se procedió a analizar fuentes documentales existentes
en el Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires y en el Archivo General de la Nación.
El sitio está ubicado a 50 m al sur de la Plaza Principal sobre la calle Brenan Nº 1066 (antes
denominada Gobernador Obligado) en la localidad de Magdalena, situado en el centro cívico
de la ciudad muy próximo a la Municipalidad, Iglesia, plaza, museo.
Los trabajos se iniciaron a pedido de la dueña de una vivienda que realizando refacciones
visualizó paredes por debajo del piso actual y una abundante cantidad de material. La Sra.
Amira Gorrasi de Paulos compró la propiedad con el fin de restaurarla y acondicionarla como
Museo Privado, por tal motivo solicitó asesoramiento. A partir del mismo se efectuaron
excavaciones en la vivienda cuyos resultados parciales se encuentran publicados en Sempé, et
al. (1999).
En una primera etapa se procedió a evaluar el estado de la estructura edilicia con el fin de
realizar las excavaciones, también se estableció el grado de perturbación que presentaban los
distintos ambientes de la vivienda, en parte ocasionada por la propietaria que comenzó con
algunas perforaciones, levantó algunos pisos y realizó refacciones en el techo.
Luego de realizar esta evaluación se seleccionaron tres sectores para realizar las
excavaciones: sector I: el salón 1, sector II: piso de la galería que linda con el acceso al
dormitorio 1 y sector III: umbral de acceso al dormitorio 3. (Fig.1)
Sector I: en el salón 1 el piso original, de madera con cámara de aire, había sido
reemplazado por uno de mosaico. Debido a que presentaba un hundimiento central cada vez
más pronunciado la propietaria tomó la decisión de levantarlo procediendo a retirar las
baldosas en un sector de 3 m por 4,70 m. Por debajo de este piso se advirtió la presencia de
un relleno de tierra donde afloraban en forma discontinua ladrillos y restos de un marco de
puerta en muy mal estado.
Con motivo de iniciar las excavaciones se procedió a dividir la superficie libre de baldosas en
dos sectores dado que era un espacio muy amplio, y con el fin de resguardar los cimientos de
las paredes se conservó un testigo de 0,80 m de ancho por 3 m de largo en dirección NE-SO.
Estos dos sectores fueron excavados hasta 1,05 m de profundidad, a partir de la cual se
comenzó a visualizar varias hileras de ladrillos que conformaban un muro de 0,52 m de altura
de ocho hiladas. El tamaño de los ladrillos varía entre 0,35-0,38 m de largo por 0,18 m de
ancho por 0,04 m de alto y están unidos con argamasa de barro. Así también en la misma
habitación, se observó un tabique, situado por debajo de la puerta de acceso al salón 1 sobre
el pasillo de entrada que tiene su parte basal a 1,65 m de profundidad. Es una pared continua,
bien construida, de ladrillos regulares semejantes a los actuales unidos con cemento, por estas
características se evidencia su construcción posterior a la del muro.
Para caracterizar con mayor certeza las técnicas constructivas del muro antiguo se procedió
a compararlo con los muros perimetrales de las primeras casas que se conservan en el pueblo
de Magdalena, resultando semejantes tanto en la modalidad de construcción como en las
dimensiones, coloración y manufactura de los ladrillos.
Sector II: corresponde al piso de la galería que linda con el acceso al dormitorio 1. El piso
actual y patio están cubiertos por baldosas del tipo “Le Havre” más moderno y “Marsella”, en
ambos casos fabricados con máquina. Por debajo a una profundidad de 0,10 m aparece un
piso de ladrillos que coincide en orientación con el piso superior. Ambos están orientados en
dirección NE-SO, perpendicular al actual trazado de la calle. Continuando con la excavación a
unos 0,25 m de profundidad, se localizó otro más antiguo, construido por ladrillos dispuestos de
plano bordeados con una hilera de canto presentando una orientación E-O diferente a los pisos
anteriores.
Sector III se localiza en el umbral de acceso al dormitorio 3, aquí se vuelven a repetir las
superposiciones antes descritas. En este sondeo se localizó material asociado al segundo
(0,25 m de profundidad) y tercer nivel de ocupación (0,10 m - superficie).
El material recuperado del nivel medio (0,25 m) está compuesto por fragmentos de loza fina
de pasta clara arenosa, bañada en blanco crema y vidriado translúcido cuarteado fino. Uno de
ellos corresponde a un fragmento de base de plato, de paredes de 2 mm de espesor, con
reborde anular saliente y rodete muy fino. El otro fragmento presenta un espesor entre 3 y 4
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mm es muy recto y podría corresponder a un plato más grande. Ambos están fabricados con
torno.
En el nivel superior (0,10 m) se encontró un asa de loza con un delicado dibujo en rojo claro
de motivo floral, donde el rojo está esparcido en forma punteada (calco?). También se recuperó
un fragmento de botellón de gres.
Se han registrado diversos tipos de materiales, cabe aclarar que los mismos fueron
localizados en diferentes momentos por la propietaria en recolecciones y pozos de sondeo, por
tal motivo no se los registra como material de excavación.
El material de vidrio es muy diverso y abundante, se han recuperado frascos de perfume y
farmacia en correspondencia con el uso comercial que ha tenido la vivienda (peluquería y
perfumería) y material de uso doméstico como: botellas de vino, jarras y recipientes para mesa.
En metal se han encontrado restos de guarda de latón de la galería con un diseño repujado
de tipo flor de lis, bastante común en las viviendas de fin de siglo XIX y otro sin repujar
posiblemente más reciente.
El material cerámico ha sido descrito teniendo en cuenta la siguiente clasificación de las
pastas: (Sempé, 1999)
I Pastas porosas (con o sin vidriado): Alfarería o barro cocido, Mayólicas, Lozas.
II Pastas compactas vitrificadas: Gres, Porcelana blanda, Porcelana dura.
A continuación se describen algunos fragmentos de loza recuperados:
1. Restos de una sopera de loza blanca con decoración anular en azul claro y faja verde claro más
anchas, con decoración de hojas en relieve. Posiblemente pertenezca a loza inglesa del tipo perla,
pues el blanco no tiene reflejos amarillentos.
2. Fragmentos de loza blanca con decoración de hojas en relieve.
3. Fragmento de loza blanco crema decorado en color violáceo, con una escena de figuras humanas
y paisaje de fondo.
4. Un fragmento de loza crema con sello en la base que dice “A Plata”, de difícil clasificación,
acompañado de una letra G en negro.
5. Un fragmento de plato blanco crema con sello belga correspondiente a la fábrica “Bosch”, con una
inscripción Made in Belgium. Boch LA Louviers. Fabrication Belge.
6. Un conjunto de fragmentos de tazas y platos de loza más moderna perteneciente a la segunda
mitad del siglo XX elaborado en fábricas argentinas, dentro de la cual se encuentra una
denominada “de los Andes”. Hay otras pintadas con motivos florales de diseño moderno.
La clasificación del material y su interpretación ha sido analizada y su detalle específico se
encuentra publicado en Sempé et al. (1999)
Análisis documental:
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figuran las medidas del terreno según título: frente: 19,918 m y fondo 43,30 m. Según catastro
el frente noreste es de 7,25m, el contrafrente sudoeste de 12,95 m y el fondo noroeste de
44,55 m.
A partir de 1919 el salón 1 de la vivienda tiene función de negocio, su propietario el Sr. Conti
la alquila a sucesivos inquilinos quienes le dan diferentes usos: ferretería, perfumería,
peluquería, e incluso uno de sus inquilinos (Sr. Ruiz) subalquila la vivienda como inquilinato al
Sr. Mayora quien posee una ferretería. Posteriormente el Sr. Jasale lo utiliza como mueblería.
En 1990 la vivienda pasa a estar desocupada y en 1996 se divide la propiedad, con el
propósito de venderla. El cuarto propietario es Amira Gorrasi y Roberto Paulos quienes
compran la vivienda en 1997 con la finalidad de instalar un Museo Privado: “Museo Brenan”.
Historia de la vivienda:
A partir del análisis de la vivienda se postula que el primer momento de ocupación de la misma
podría haber tenido la función de posta. Antes de introducirnos en este tema específico es
interesante hacer una breve reseña sobre el contexto histórico nacional en el que se desarrolló
el sistema de postas y la política llevada a cabo sobre las comunicaciones, especialmente
sobre el origen del correo y su finalidad.
Bernardino Rivadavia fue quien entendió la importancia del correo como elemento de
civilización y progreso, en el sentido de la concepción iluminista vigente por ese entonces en
Europa. Desde el momento en que fue nombrado Secretario del Triunvirato, el 20 de
septiembre de 1811, hasta que renuncia a la Presidencia en los primeros días de julio del año
1827, estuvo abocado a la organización del correo. En su gestión como miembro del
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Triunvirato el problema de las comunicaciones constituyó una preocupación fundamental y
ocupó muy especialmente los objetivos del gobierno. Su esfuerzo estuvo dirigido, en este
período, a cuestiones concernientes a la organización de este servicio y a resolver los
problemas cotidianos que la escasez de recursos le creaban.
El Gobierno del Triunvirato empleó la organización del correo como soporte estratégico en los
desplazamientos de tropas y artillería para sus ejércitos del Norte y del Uruguay. Por lo tanto, el
11 de diciembre de 1811 ordenó reparar las postas de los correos al Alto Perú proporcionando
caballos a quienes los necesitaran, o incitando a los vecinos a que los prestaran, con el fin de
evitar demoras en los correos y chasques. El 8 de octubre de 1812, Rivadavia fue desplazado
del gobierno. Posteriormente, en 1815, viajó a Europa oportunidad en que visita las postas de
Inglaterra y Francia, organizadas de forma eficaz. Mientras tanto, en Argentina, sucedieron
varios cambios en la organización del correo. En 1814, el Director Posadas dictó el primer
decreto de nacionalización de este servicio, dando al administrador Principal, Dn Melchor Albín,
el título de Administrador General de Correos y una jurisdicción más amplia sobre todos los
correos del país. Más tarde, el correo sirvió a las urgencias de los Ejércitos del Norte y de los
Andes y, tras las victorias de Chacabuco y Maipo, vivió la anarquía y posterior disolución
nacional.
El 21 de julio de 1821 Rivadavia fue nombrado Ministro por Martín Rodríguez, por entonces
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Por tal motivo la organización del correo a su
cargo ya no era nacional, si no que comprendía sólo la jurisdicción de dicha provincia.
El 6 de diciembre de 1821, Rivadavia dictó un decreto fundamental para el aumento de las
comunicaciones, en el que se dispuso que a partir del año siguiente, debía funcionar un correo
mensual a todas las jurisdicciones de la provincia. En este sentido y con el fin de organizar su
implementación, el 3 de enero de 1822 se dictó otro decreto dividiendo la campaña de Buenos
Aires en cuatro carreras generales (Bose, W. 1945):
1. La primera carrera comprendía: San Isidro, San Fernando, Conchas, Pilar, Capilla del
Señor, Cañada de la Cruz, Areco, Baradero, San Pedro y San Nicolás. El correo de esta
carrera saldría el 15 de cada mes.
2. La segunda carrera comprendía: San José de Flores, Morón, Luján, Guardia del mismo
nombre, Fortín de Areco, Salto, Arrecifes, Rojas, Pergamino y Mercedes. El correo de esta
carrera saldría el 18 de cada mes.
3. La tercera carrera comprendía: Remedios, San Vicente, Chascomús, Ranchos, Monte,
Lobos y Navarro.. El correo de esta carrera saldría el 21 de cada mes.
4. La cuarta carrera comprendía: Quilmes, Ensenada y Magdalena. El correo de esta carrera
saldría el 24 de cada mes.
Dicho decreto fijó valores de porteo de la correspondencia en uno, uno y medio, dos, y dos y
medio reales en carta de peso. Así también estableció el tiempo de permanencia en los
pueblos, guardias o curatos.
En sus distintas gestiones de gobierno Rivadavia adoptó medidas para incentivar y mejorar
tanto el establecimiento como el funcionamiento de dicho servicio. En tal sentido entre las
medidas tomadas se menciona el beneficio de acordar dos suertes de estancias, libres de
canon por ocho años, a los que quisieran establecer casas de postas en las carreras que
comunicaban con las nuevas fronteras. Como estrategia para lograr una mayor eficiencia y
unificar los servicios se suprimieron las postas militares. En 1826, Rivadavia fue elegido primer
presidente argentino, siendo una de sus primeras medidas proponer la nacionalización de
determinados servicios públicos entre los que se incluye el correo. Una vez obtenida la ley de
nacionalización de los correos, dictó el 10 de marzo de 1826 un extenso decreto, por el cual se
dispuso que todo personal de correos de las provincias pasaba a depender de la Nación.
El interés por preservar los correos se vio reflejado en distintas acciones como la ley por la
cual se aplicarían gravámenes a quienes en las carreras de postas alquilaran caballos a los
viajeros, violando el monopolio que tenían los maestros de postas.
El servicio de comunicaciones se enfrentaba con serias dificultades a resolver. Por un lado, la
necesidad de mantener fluidas comunicaciones con los ejércitos en operación como los que se
encontraban en Uruguay y posteriormente en Brasil. Por otro lado, se proponía reconstruir las
carreras de postas al Alto Perú y a Chile, destruidas por la organización anterior. Asimismo,
pretendía generar vías de comunicación en territorios recién conquistados y ocupados por
aborígenes.
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Las dificultades fueron creciendo y en los primeros días de julio de 1827, Rivadavia presentó
su renuncia, y con su retiro, comienza la declinación de las organizaciones de correo.
En este contexto nacional de la política sobre las comunicaciones y la concepción de este
servicio resulta de interés conocer algunos aspectos del funcionamiento de las postas. La posta
representó, en el terreno de las mismas, el conjunto de caballos apostados en los caminos a
distancias de 2 o 3 leguas; para que los correos y otras personas pudiesen trasladarse
utilizando este servicio con toda rapidez ; también era la casa o lugar de recambio de éstos
caballos y donde vivía el correista o encargado de la posta y su familia.
En la época colonial el Virreinato del Río de La Plata poseía un sistema de postas de gran
extensión. A partir de las ordenanzas de correos de 1762 dictadas por la Corona Española, el
cargo de maestro de posta debería ser ocupado por un “vecino honrado” que estaría “obligado
a mantener un determinado número de caballos”. Para esta fecha entonces se establecieron
las primeras postas que constituirían el camino Sud, uno de los 4 caminos establecido por el
correo para llegar a todo el país y a sus fronteras con los países vecinos.
Según algunos relatos de la época las postas como unidad ocupacional eran descritas de la
siguiente forma: ...”Es un gran rancho, construido con estacas torcidas, bastas, clavadas en el
suelo; cruzadas sobre estas, y atadas con lonjas de cuero, hay otras maderas, con las cuales
se entrelazan ramas de arbustos o cañas, atadas también con guascas. La armazón así
obtenida se revoca por fuera y por dentro con barro azotado a mano. El techo está construido
en la misma forma que los costados, con palos unidos por lonjas de cuero; la cumbrera del
techo se apoya, en el interior de la casa, sobre dos postes y todo va recubierto con pasto...”
(Miers, 1819 en Historias del Correo en la Argentina, 1993:47). El maestro de posta y su familia
vivían en esa habitación única. Adosado a este rancho existía otro, de menores dimensiones,
para uso de los pasajeros. Algunas postas estaban divididas en dos habitaciones, una de las
cuales era el almacén o despacho de bebidas y la otra, el dormitorio.
En 1810 la Primera Junta Provisional de Gobierno, establecía que cada posta debía tener
una “pieza de posta” que se continuaría a 25 varas de la casa principal “debiendo tener 10
varas de largo por 5 de ancho, un corredor a la puerta, 4 catres, una mesa y 4 sillas, una tinaja
con un jarro. Además debía haber en cada posta vino, aguardiente, aceite, vinagre y
legumbres”. (Moncaut, C.1993: 37)
Las postas se hallaban a cargo de un empleado postal que recibía la denominación de
“maestro de postas”. Estos gozaban del fuero de la renta de correos, de la exención de cargas
concegiles, quintas, levas y milicias durante el tiempo que sirviesen verdadera y realmente la
maestría de postas. El cargo podía pasar, a la muerte del titular, a los hijos, yernos u otras
personas que cuidaran de la posta. El maestro era comúnmente el hombre más pudiente y
mejor conceptuado del lugar. Algunas veces sabía leer y con mayor frecuencia poner
únicamente las firmas en los pasaportes del correo.
Su obligación como maestro de postas, era proveer remudas de yegüarizos para los chasquis
y viajantes particulares. El número de caballos que el maestro tenía que mantener alcanzaba a
centenares, salvo en el caso de postas menores. Las provisiones producidas en la casa debían
estar a disposición de sus huéspedes. El beneficio residía en el alquiler de sus caballos.
Los Postillones eran unos auxiliares que acompañaban a los correos ordinarios y
extraordinarios en los tránsitos de una posta a otra; y cuando acaecía que un correo se
imposibilitaba de continuar su viaje, éste debía encargarse de llevarlo a cabo. No poseían
sueldo ni renta, sino el salario recibido al servir a los maestros de postas; que los elegían y
removían a su arbitrario, según estaba expuesto en el Art. “postas y maestros de postas”; los
cuales en sus contratos con la Renta incluyen el número de caballos y postillones con que
aseguraban el servicio.
A partir del análisis de la Rendición de Cuentas de los Maestros de Postas cito en el Archivo
General de la Nación, se determinó que en el año 1822 se habría asentado la primera posta en
el Partido de Magdalena siendo sus maestros de postas, en primer término, Gregorio
Domínguez desde el 8 de junio de ese mismo año y posteriormente José Manuel Arce. De los
años subsiguientes no se consignan datos acerca de quienes fueron los sucesivos maestros de
postas, hasta que en el Anuario de la Revista de Correos de los años 1862-1865, aparece
como Maestro de Posta para Magdalena el Sr. Cipriano Muslero.
Finalmente, se considera que el sistema de postas y carreras de postas continuó hasta 1876,
año en el cual entra en vigencia la actual “ley de correos nacionales, Nº 816”.
En el período entre 1822 a 1876, las postas tenían la función de nexo entre los fortines y
estancias de frontera y las poblaciones de retaguardia. Tanto los fortines, estancias, postas
como las pulperías constituyeron la base para la instalación de las futuras poblaciones de
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campaña. Cabe destacar que para la mitad del siglo XIX unos pocos caminos cruzaban la
pampa. En general eran las viejas rastrilladas indígenas, determinadas por la ubicación de las
aguadas, que fueron utilizadas por las carretas convirtiéndolas en “huellas”. Citando a Gazaneo
“...de Buenos Aires partían: el camino del Bajo, el del Alto, el del Oeste, que era el más antiguo
y llegaba hasta el Alto Perú y Mendoza, y el del Sur, que bifurcándose alcanzaba
respectivamente Magdalena y Chascomús”. (Gazaneo 1980: 77).
Las fundaciones de ciudades han tenido varias modalidades, en algunos casos la fundación
de una capilla ponía los cimientos de la futura ciudad ya que nucleaba a su alrededor a los
habitantes de la campaña, tal es el caso de Magdalena que no tuvo fundación oficial. Esta se
origina como paraje de la “Isla”, posteriormente se construye la capilla el 20 de noviembre de
1776 “Capilla de la Isla”, que comienza como viceparroquia, y el 28 de septiembre de 1880
asciende a Parroquia.
Es por ley del Estado de Buenos Aires Nº 35 del 10 de octubre de 1854 que se organizan la
Municipalidades de Campaña. El 22 de noviembre se declaró que la nueva Municipalidad de
Magdalena se instalara el 27 de enero de 1856, siendo sus integrantes Calixto Moujan,
Estanislao Miguens, Lázaro Miranda y José Meana, el Presidente y Juez de Paz sería Lázaro
Miranda.
La primera Municipalidad estuvo ubicada en la esquina de las calles Pinto y Obligado,
esquina de la vivienda de referencia, hecho que destaca el lugar de preferencia del
emplazamiento. Este primer momento de ocupación podría ubicarse cronológicamente a partir
de 1830, e indudablemente constituyó una construcción de tipo rural pero con un significado
relevante en la vida del pueblo. Por lo anteriormente expuesto se puede concluir que a pesar
de no poseer documentación fehacientemente que sustente la ubicación de la posta en dicho
terreno, sí se confirma la existencia de una posta en la localidad de Magdalena coincidente tal
vez con la primera construcción de esta vivienda.
Agradecimientos:
Deseamos expresar nuestro agradecimiento al Prof. Roberto Guillaume; quien gracias a su
paciencia y dedicación, nos orientó en la búsqueda efectuada en el Archivo Histórico de la
Provincia de Buenos Aires.
Lo expresado en este trabajo es exclusiva responsabilidad de las autoras.
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Fuentes Documentales.
Autores:
Angélica Uvietta.
Alumna de quinto año de la Licenciatura en Antropología de la Facultad de Ciencias Naturales
y Museo. UNLP. Pasante del Laboratorio de Análisis Cerámico, FCNyM. UNLP.