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LA REVOLUCIÓN

CLAUSURADA
Mayo 1 8 1 0 -Julio 1816

Editorial Biblos
Rath, Christian
La revolución clausurada: mayo 1810-julio 1816. -
la. ed. - Buenos Aires: Biblos, 2013.
319 pp.; 23 x 16 cm.

ISBN 978-987-691-130-6

1. Historia Argentina. I. Andrés Roldán. II. Título.


ODD 982.024

Me parece ridículo intentar el estudio de la


sociedad como un simple observador. Quien de·
sea sólo observar no observará nada, puesto que
siendo inútil en el verdadero trabajo y un estorbo
en las recreaciones, no se le admite en ninguna
de las dos. Observamos las acciones de los demás
en la medida en que nosotros mismos actuamos.
En la escuela del Mundo, como en la del Amor,
tenemos que empezar con el ejercicio práctico de
Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U.
aquello que deseamos aprender.
Ilustración de tapa: Carlos María Herrera, La mañana de Asencio
(detalle). Óleo sobre tela, 3,03 x 1,92 m. Museo Nacional de Bellas Artes Jean-Jacques Rousseau,
de Uruguay. Julia o la Nueva Eloísa
Armado: Hernán Diaz
Mapas: Carolina Di Gregorio

© Los autores, 2013


© Editorial Biblos, 2013
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Esta primera edición


fue impresa en Elias Porter Talleres Gráficos,
Plaza 1202, Buenos Aires,
República Argentina,
en abril de 2013.
CAPÍTULO 5

L a A s a m b le a d e l a ñ o x iii

El mito de una Asamblea “progresista”

Pocos hechos de la historia argentina merecen el grado de recono­


cimiento que suscita al día de hoy la Asamblea del año XIII. El decreto
convertido en ley que estableció 2013 “año del bicentenario de la
Asamblea General Constituyente” la declara “hito trascendental de
nuestra historia no sólo por el rol soberano asumido por quienes la
presidieron sino por su representatividad”.1 Esta consideración, refe­
rida a una asamblea que soslayó declarar la independencia y fundar
la República, anuló en los hechos las disposiciones radicales que ella
misma había votado y, en materia de representación, expulsó a los
únicos cinco diputados que eran producto de una deliberación popular
y creó las condiciones para extender la proscripción a Paraguay, es,
cuidando las palabras, una impostura.
Adviértase que los considerandos fueron votados por la totalidad
de las fuerzas políticas representadas en el Congreso, porque quie­
nes votaron en contra -los peronistas federales- lo hicieron sólo en
oposición al punto que establece el 31 de enero de 2013 -ese día,
doscientos años atrás, se iniciaron las sesiones de la Asamblea- como
feriado por única vez.
La reivindicación política de la Asamblea ha sido confirmada, por
lo tanto, como cuestión de Estado.
Los considerandos de la resolución oñcial son cuidadosos, sin
embargo, en un punto. Atribuyen a la Asamblea haber foijado “las
bases constitucionales del Estado de derecho”, no de una república
fundada en la soberanía popular. No es un debate semántico. El Es*

1. Decreto 2.435/12 convertido en ley el 19 de diciembre de 2012. www.boletinoficial.


gov.ar
tado de derecho es el del derecho individual, es decir, de las normas
que determinan la organización del Estado y de la sociedad para Con relación a este concierto de adhesiones, Milcíades Peña, que
constituye por sí solo una corriente marxista de ascendiente, no dejó
garantizar las velaciones sociales existentes, Ignora que el derecho
referencias sobre la Asamblea del año XíII, lo que no significa que no
surge históricamente de la soberanía popular, no es anterior a ella,
haya tomado posición. En un escenario dominado no sólo por el debate
y por tanto no debería ser invocado para coartar o estrechar lo
vinculado a la independencia de las Provincias Unidas del Río de la
debería surgir de la libre e irrestricta deliberación del pueblo - o M
^e
Plata sino también con referencia a la instauración de la República
los pueblos”, según el uso que tendió a imponerse en estas orillas-.
y la soberanía popular, Peña rompe lanzas a favor de una monarquía
Finalmente, en la capital insurrecta de las Provincias Unidas de I813
constitucional:
estuvo presente, con sus límites, el debate constitucional planteado
en Estados Unidos casi cuarenta años antes: En una etapa anterior del desarrollo histórico la monarquía
absoluta fue un im portante paso hacia adelante en la constitu­
En esta sociedad en que la riqueza, más claram ente aún ción de la nación m oderna, superando el aislamiento medieval
que en el Viejo Mundo, constituía la base de la jerarqu ía, la de feudos y ciudades. Y A m érica Latina al salir de la colonia se
preocupación de las clases dominantes no difería esencialm ente hallaba precisam ente en ese estado de disgregación. De haber
de la de los lideres de Gran Bretaña: se trataba de sab er si prosperado los proyectos m onárquicos -cualquiera fuese la
la república no evolucionaría hacia la democracia. (L efebvre, intensidad del no disim ulado desprecio que sus propugnadores
1966) sentían por las m asas populares-, se habrían logrado formar en
A m érica Latina varios Estados poderosos, mucho más naciones
La reivindicación política de la Asamblea, en cualquier caso, se que las veinte republiquetas actuales, dentro de cuyas fronteras
extiende mucho más allá de la cabeza del Estado. No sólo proviene la lucha por las conquistas democráticas se hubiera dado en un
plano infinitam ente m ás favorable a las masas. (Peña, 1972)
de la historiografía liberal, que la ha definido como emblemática de
la soberanía popular - “formuló las voluntades y las aspiraciones de
La monarquía, que jugó un papel progresivo en la configuración del
la universalidad del pueblo” (Mitre, 1941)- o de la corriente moderna
Estado moderno - y a la vez fue incapaz de consumar su unificación-,
de investigación histórica - i a Asamblea de 1813 marca sin duda el
se apoyó sobre relaciones sociales en franco desarrollo. La Francia
apogeo de [una] reencontrada línea revolucionaria” (Halperín Donghi,
del siglo xvill era gobernada, exagerando los términos, por treinta
2005)-. A la elegía se suma la corriente que se presenta a sí misma
intendentes, la inmensa mayoría de los cuales provenía de la alta
como nacional y popular, que defiende la Asamblea como hechura
burguesía, que luego serian protagonistas de la gran revolución que
del ala democrático-revolucionaria que se expresó en la Revolución
barrió con el régimen feudal y mostró la superioridad del capitalismo.
de Mayo (Galasso, 2010b), el socialismo que abreva en las ideas de
En las Provincias Unidas, la búsqueda de una monarquía procuró un
Juan B. Justo y aun el anarquismo, si se acepta lo escrito por una de
manto de unión nacional a una institucionalización alentada desde
sus mayores voces que, de todos modos, intentó exponer sus límites:
el extranjero, junto con el librecambio, las mercancías y los capitales.
*No declaró la independencia ni tomó en consideración los proyectos Una institucionalización que exigía, a la vez, el aplastamiento de
constitucionales [pero] fue fecunda en reformas e iniciativas que tu­ la rebelión federal nacida en la Banda Oriental. La perspectiva de la
vieron un valor positivo y de auténtico progreso institucional” (Abad inmensa mayoría de los devenidos monárquicos no era el desarrollo
de Santillán, 1966). E incluso la izquierda.2 autónomo de las fuerzas productivas, orientado a coronar la hege­
monía de una burguesía industrial, sino una independencia formal
2. El Partido Comunista adscribió, durante la mayor parte de su trayectoria, a la in­ que ocultara el sacrificio de una revolución nacional. El ejemplo de
terpretación liberal. En otra corriente de la izquierda, Nahuel Moreno no la menciona Brasil echa por tierra los argumentos de Peña. Allí se consolidó una
en su texto dásico y único, Método de interpretación de la historia argentina, aunque el
último partido que él fundara, el Movimiento al Socialismo (MAS), luego de su muerte,
hizo una encendida defensa de la Asamblea que extendió al Congreso de Tucumán: también la que presionó en el Congreso de T\icuraán de 1816 para que se declare la
independencia, derrotando así a los sectores moderados y vacilantes que especulaban
T oe la Logia Lautaro la que dirigió el derrocamieoto del Primer Triunvirato, acusado
con un acuerdo con España u otra potencia extranjera” (Solidaridad Socialista, junio
de moderado; la que inspiró la Asamblea de 1813, donde se abolió la esclavitud y se
de 1991).
adoptaron la bandera, el himno, la escarapela, el escudo y la moneda propia. Y fue
monarquíacon una dinastía heredada de los portugueses que maritu.
vo la unidad política en el período independiente. Sin embargo, ]ej0s retiro definitivo de Napoleón—la principal fuente de ingresos para el
de ser un camino para que la lucha por las conquistas democrática sostenimiento de la guerra en su territorio fue el comercio inglés con
se diera “en un plano infinitamente más favorable a las masas”, América Latina, incluyendo México, sobre la que España mantenía un
un imperio esclavista, verdadera cárcel de los pueblos, que reprimió hilo de autoridad y que constituía el mayor mercado para sus produc­
mientras pudo los levantamientos burgueses, pronosticados por tos. Esta necesidad imperiosa de apelar a los mercados coloniales era
Mariano Moreno en el Plan de operaciones -Río Grande del Sur producto del bloqueo continental dispuesto por Napoleón y reconocía
Pernambuco, entre otros- y terminó jugando un rol completamente sólo dos competidores: Francia y Estados Unidos (las guerras libradas
reaccionario frente a Uruguay, la revuelta contra Juan Manuel de entre 1793 y 1815 provocaron, entre otros efectos, la eliminación de
Rosas y la guerra contra Paraguay. todos los rivales de Gran Bretaña en el mundo exterior a Europa, con
la única salvedad del naciente Estados Unidos).
Durante el período señalado la política británica estuvo celosamente
La guerra y la diplomacia vinculada a este objetivo, pero debió actuar en el escenario gigantesco
de revolución democrática abierto con las revoluciones en Francia y
La apreciación generalizada entre los historiadores británicos es Estados Unidos. Por eso la ecuación que guiaba su política exterior
que la guerra con Napoleón no podía sostenerse si Gran Bretaña no debió incluir forzosamente, junto a la continuidad y profundización
lograba la apertura irrestricta del mercado latinoamericano a sus del comercio inglés con América Latina, otros tres componentes. El
productos y capitales. Esto se agudizó ante el embargo dispuesto por primero de ellos consistía en impedir que las colonias cayeran en
Estados Unidos al comercio con Inglaterra y finalmente con la guerra manos de las otras potencias emergentes. El segundo, imposibilitar
que los conflictos entre los países aliados -en un caso España, en
entre ambos en 1812. Sin embargo, ¿cómo satisfacer esta necesidad
frente común contra Napoleón- alteraran o disminuyeran el esfuerzo
estratégicade convertir aAmérica Latina en un receptor privilegiado
en Europa. El tercero, al que los analistas han otorgado poco valor,
de las manufacturas británicas en condiciones en que España era
era la oposición a que la rebelión de las colonias españolas se tiñera
aliada de Inglaterra contra Francia, el maltrecho gobierno español
de lo que en ese tiempo se llamó “jacobinismo” y que, de este modo,
se oponía a cualquier relación comercial regular con América Latina
se desenvolviera una conciencia nacional.
que no pasara por sus manos y las fuerzas británicas intentaban
Esta orientación nacía de las propias entrañas de la situación
constituir una cabeza de playa en la península ibérica? política en Gran Bretaña. La guerra de la independencia america­
Una primera vía de salida ya estaba en funcionamiento y era na (1775-1783) produjo un cataclismo político en Gran Bretaña. El
Brasil. En 1807 los ejércitos de Napoleón ocuparon Portugal y la régimen reveló su incapacidad y descomposición para hacer frente
corte lusitana -con la protección británica- marchó a Río de Janei­ a una guerra revolucionaria; además, las demandas de los colonos
ro. El primer acto del príncipe regente al llegar a su nuevo destino norteamericanos se parecían extraordinariamente a las de los tra­
fue acordar la apertura de los puertos brasileños al comercio de las bajadores y artesanos ingleses. Finalmente, los norteamericanos se
naciones amigas. El segundo, previo pago de 600.000 libras, fue un negaban a pagar impuestos sin tener sus propios representantes
tratado de comercio con Gran Bretaña que otorgaba a sus mercancías y proclamaban el derecho a resistir a un gobierno de opresión: ¿no
una preferencia especial del 15% con relación al resto. El aluvión de era ésta la condición de las decenas de miles de hombres y mujeres
productos ingresados fue de tal magnitud que provocó una primera de Inglaterra que se consideraban igual de oprimidos y carecían de
crisis, pero a partir de 1812 y sobre la base de un reordenamiento representantes propios?
financiero“las cuatro quintas partes de las exportaciones británicas a Esta corriente se profundizó con la Revolución Francesa, en
América del Sur pasaron a través de los puertos de la nueva colonia” particular cuando ésta dio vuelta el régimen social, abriendo una
{Goebel, 1938). Una buena parte de estos productos caía en manos de situación en la que los campesinos comenzaron a ocupar las tierras,
comerciantes británicos, españoles o nativos, de la colonia que fuese, la monarquía fue derrocada y los jacobinos -el partido que represen­
básicamente a través del contrabando. taba la alianza de las clases obreras con los sectores más avanzados
Entre 1808 -inicio de la revolución española- y 1814 -derrota y de la burguesía- tomaron el poder. No por casualidad en 1792 se
constituyó la primera organización política de la clase obrera inglesa
anatematizada como las “clases bajas”. La London Correspondió de Massachusetts, Pensilvania, Nueva Jersey y Virginia, todas las
Society (zapateros) agrupó a los trabajadores sin distinción de ofic¡0s cuales aparecen en el apéndice de las “Instrucciones”
y a fines de su año de creación llegó a contar con más de tres mil Cerrado el imaginario paréntesis impuesto por la digresión: para el
miembros agrupados en torno a su programa “jacobino”: sufragj0 Reino Unido, la oposición al jacobinismo y a la guerra revolucionaria
universal, igualdad de representación, entrega de tierras comunales en América Latina formó parte de una estrategia que se mantuvo
a los campesinos, Parlamento honesto... (El voto era calificado; para inalterable bajo los distintos cancilleres (lord Wellesley, 1809-1812, y
poder ser elector era necesaria una determinada renta anual, y desde lord Castlereagh, 1812-1822) que actuaron durante lo que podríamos
ya que sólo masculino.) Esta amenaza se había hecho presente, y al- llamar el ciclo revolucionario de la independencia en el Río de la Plata,
tamente visible y peligrosa, con la revolución en Haití que, impulsada que culmina, tentativamente, con el tratado de Pilar en 1820.
En términos de táctica, la política inglesa se ciñó, durante el
inicialmente por los acontecimientos en la Francia metropolitana,
terminaron enfrentando a los revolucionarios haitianos con las dos período de las guerras napoleónicas, a una propuesta hecha el 11 de
mayo de 1811 al Consejo de Regencia de España y reiterada, infruc­
grandes potencias de la época. Tanto los ejércitos napoleónicos como
tuosamente, durante los dos años siguientes: erigir al Reino Unido
la escuadra inglesa, cada uno a su tiempo, fueron derrotados por los
como mediador entre los rebeldes de las colonias y España, cese de
ejércitos de los “jacobinos negros”.
hostilidades, amnistía para los insurgentes, confirmación de todas
En este punto, vale una digresión que une dos continentes.
las concesiones hasta entonces otorgadas por España y, last but not
La radicalizacion obrera suscitó el pánico entre las clases propie­
least, libre comercio con una razonable preferencia para los produc­
tarias y provocó una ola de represión, entre cuyas víctimas estuvo el
tos españoles. Para favorecer el acuerdo, Inglaterra ofrecía anexar
revolucionario norteamericano Thomas Paine, obligado a huir a Fran­ una garantía al acuerdo final, es decir, un aporte en metálico que se
cia en 1794. Su libro Los derechos del hombre, una crítica implacable agregaría a los varios ya dispuestos para sostener el agónico gobierno
a la monarquía en defensa de la democracia y el republicanismo, en español (Satow, 1932).
un período inmensamente corto se convirtió, a pesar de estar prohi­ La propuesta de mediar entre los contendientes dejaba en un limbo
bido, en el texto más leído por el incipiente movimiento obrero inglés, los planteos de independencia y sugería, a la vez, algún nivel de autode­
doscientos mil ejemplares, con traducciones al galés y al celta. terminación para América Latina sin romper con España. Esta política
Casi veinte años después, a enorme distancia y en un campamento no podía contentar al movimiento por la independencia que actuaba
más que austero, Artigas habría abrevado en los textos de Paine y en el seno de las flamantes juntas. En marzo de 1811 la Junta surgida
en las Constituciones de los estados originarios de Estados Unidos con la Revolución de Mayo, ya sin Moreno, rechazó por insultantes
para elaborar lo que fue su frondosa producción, incluidas sus “Ins­ las credenciales de Robert P. Staples, nombrado por el Ministerio de
trucciones” a los representantes de la Banda Oriental que debían ser Relaciones Exteriores de Gran Bretaña como cónsul “en las riberas del
parte de la Asamblea del año XIII,3 en particular las Constituciones Río de la Plata”. Forma parte de esta trama y se analiza más adelante
(ver capítulo 6) el intento de acuerdo celebrado en Río de Janeiro en
marzo de 1814 entre Manuel de Sarratea, representante del Directorio;
3. En La Gaceta del 6 de abril de 1816 puede leerse el siguiente aviso: “En una tienda Juan del Castillo y Corraz, ministro español ante la corte lusitana; bajo
frente del cuartel que era de patricios, se venden a precios cómodos dos obras en caste­ la siempre activa y sagaz intermediación de lord Strangford, proyecto
llano muy dignas de la atención del pueblo en la crisis presente. Son una historia concisa de acuerdo que el director supremo Gervasio Posadas le hiciera llegar
de Estados Unidos de América desde sus principios hasta el año 1807 que incluye la a Gaspar de Vigodet, gobernador de Montevideo.
era importante de la revolución de estos países y la Independencia de la Costa Firme
justificada 30 años ha. Escritas por Thomas Paine, en donde van insertos varios de los
mejores papeles de aquel célebre autor, se venderán también en la imprenta de niños
expósitos”. Según una investigación, estos textos -editados en 1811 en Filadelfia- ha­ La contrarrevolución porteña
brían llegado bastante antes a las manos de Artigas, como lo revelaría “la fórmula del
juramento que ante el cuerpo elector debían prestar los com isionados de distrito El 20 de junio de 1811 el Ejército del Norte enviado por la Primera
del gobierno de Canelones de 1813 [...] copiada a veces literalmente de la traducción Junta fue derrotado en Guaqui y culminó catastróficamente la primera
de García de Sena de la Constitución de Massachusetts...” (Ferreiro, 1981).
expedición patriota al Alto Perú. Tres meses después, luego de una
intensa agitación política llevada adelante por la burguesía comercia) y la Primera Junta en 1810 y el proyecto de constituir el territorio
porteña y la diplomacia británica, un cabildo abierto multitudinario del viejo virreinato como Provincias Unidas del Río de la Plata en el
-según uno de los cronistas del período (Canter, 1941)-, pero de vota­ espacio geográfico y económico a disputar para constituir una nue­
ción rigurosamente confiada a los vecinos “calificados”, eligió a Felicia, va nación. La supresión de los estancos y la pérdida de los ingresos
no Chiclana y Juan José Paso como diputados por Buenos Aires para provenientes de la minería del Alto Perú hicieron que la Aduana de
integrar la llamada Junta Grande. Aellos se sumó Manuel Sarratea Buenos Aires q uedara como única fuente de recursos en el país y único
nominado por una comisión de apoderados del pueblo “como un sigj^ canal de sustento financiero -con lo que esto significaba~ de la guerra
de la mancomunidad de los intereses y de la obsecuencia que el pa¡8 de la independencia. Una creciente deuda pública garantizada por
los ingresos de esa Aduana fue conformando un particular bloque
daba a los consejos y a las instrucciones de Gran Bretaña”, segTjn
político de acreedores, que dependían del mantenimiento de los in­
una conocida pluma de la historiografía liberal (López, 1949). Juntos
gresos aduaneros como su respaldo y que pocos años después -hacia
constituyeron el Primer Triunvirato. Quedaban atrás la Junta Provj.
1815-1817- quedó integrado mayoritariamente por los comerciantes
soria de Mayo, la Junta Grande y la Junta Conservadora, gobiernos
ingleses. Un grupo de investigadores uruguayos formula la hipótesis
que, aun luego de la desaparición de Moreno, preservaron el ordena­
de que el poder porteño fue cayendo crecientemente en manos de un
miento económico y político planteado por la Revolución de Mayo, La sector particular de la burguesía comercial que se había especializado
Junta de Buenos Aires, ya bajo la dirección de Cornelio Saavedra y el en los préstamos al Estado y la especulación con la deuda pública
Deán Funes, había rechazado, a inicios de 1811, la propuesta de lord (Sala de Touron, Rodríguez y de la Torre, 1967b). Para ese sector, el
Strangford, el todopoderoso embajador inglés en la corte de Brasil, funcionamiento déla Aduana y el control de sus rentas, que operaban
de constituirse en mediador entre Buenos Aires y el virrey Francisco como garantía para el pago de la deuda pública, pasaron a ser su
de Elío, ocupante de Montevideo a nombre de España, sobre la base objetivo inmediato y particular. Y mencionan a Sarratea, integrante
de la retirada de las tropas porteñas y el cese del bloqueo exigido con del Primer Triunvirato, como uno de los principales exponentes de
premura por los comerciantes británicos. Planteó este rechazo incluso estos comerciantes devenidos acreedores de la deuda pública. Convie­
en términos de dignidad nacional, reivindicando el alzamiento de ne que el lector lo recuerde: volveremos a encontramos varias veces
las masas orientales, rechazando lo que consideraba “un armisticio con este personaje en los próximos años, y su conducta (como la de
injurioso para esta capital” y exigiendo “la entera sujeción de ese Rivadavia) confirmaría esta hipótesis. A su tumo, este proceso revela
pueblo" (Fitte, 1965). La misma Junta, por decretos del 21 y el 25 de la debilidad del desarrollo de las fuerzas productivas sobre las que
junio de 1811, había vedado a los extranjeros el derecho de comerciar se asentaba el nuevo régimen, que llevaba a que los recursos fiscales
fuera del perímetro de la ciudad, bajo pena de fuertes sanciones, una y el novel sistema de la deuda pública dependieran de las rentas de
reacción en defensa de las economías provinciales. la Aduana.
El Primer Triunvirato -que tuvo como figura descollante a quien La Primera Junta había rebajado los derechos de importación. El
fuera su secretario de guerra, Bemardino Rivadavia- acometió una Primer Triunvirato sancionó el 31 de enero de 1812 un reglamento que
agenda dictada por los comerciantes y la diplomática británica y, en dispuso una tasa mucho más moderada, un 12,5% de derechos reales
segundo término, los estancieros, e impuso un viraje económico en más 2% de subvención, que fue asignada básicamente a productos
profundidad respecto del orden heredado de la Primera Junta y la comestibles, lo que fue acompañado por un tratamiento privilegiado
colonia. a los importadores, que contaron con un plazo de ocho meses para el
Signo de los tiempos, aun antes de su asunción se derogó el régimen pago de los derechos con un interés notoriamente bajo para la época
de los estancos (monopolio en manos del Estado), con lo que quedó (6%) y vigente sólo para los dos últimos meses de ese plazo.
libre la venta de varios productos y en particular del tabaco, dañando El 11 de septiembre de 1812 el Triunvirato sancionó una de las
así profundamente la relación económica con Paraguay por una doble medidas más reclamadas por los comerciantes británicos: suprimió
vía, porque a la vez hizo instalar una aduana en Corrientes. la exigencia de un intermediario nacional para el comercio exterior,
Este solo hecho era una confesión de que el gobierno abandonaba otorgando libertad plena a sus operadores para comprar, vender y
el rumbo de la guerra revolucionaria emprendida por Moreno, Castelli embarcar, exigencia establecida por el virrey Cisneros en 1809 y que
¡.¿ A s a m b le a d el añ o XJlf

la Primara Junta había preservado. No sólo uhu: anuló la ordenan?,


de la .Junta Grande que impedía la introducción de mercancías, -I la movilización de “los pueblos” de la Banda Oriental y el Litoral fue
interior por medio do comerciantes extranjeros. d el gran factor en la situación política revolucionaria que se inicia en
Un día ante« del golpe de listado que pondría fin a su gestión, tj 7 1806 en el Río de la Plata, una movilización que no tuvo parangón
do octubre de 1812, el Triunvirato declaró libre de todo gravamen I· dentro de sus límites en todo el periodo. Esta lucha fue apuñalada
exportación de carne, eliminando todo impuesto, además, a la irnp(Jr. por el Primer Triunvirato casi al momento de asumir, lo que definió
tación y exportación de todo» lo» útiles e instrumentos necesarios p;lra de entrada la naturaleza de su gobierno. El 20 de octubre de 1811
el desarrollo de los saladeros, uria medida fuertemente reclamada p<„. sus representantes firmaron con los del virrey Elío, asentado en
los estancieros. La Primera Junta y antes la propia administración Montevideo, la entrega de una guerra que estaba siendo ganada por
virreinal habían rehusado habilitar la exportación de carne, a sabien- las milicias patriotas. El 18 de mayo las fuerzas de Artigas habían
das de la carestía y escasez que ello podía acarrear para un producto aplastado a las españolas en la batalla de Las Piedras, lo que había
asegurado su dominio en el interior de la Banda Oriental y creado
esencial en la canasta alimentaria de entonces. El Triunvirato avanzó
las condiciones para el asalto victorioso de Montevideo. Dos meses
H¡n embargo, todavía más en este rumbo, disponiendo un gravamen
después el ejército portugués invadió la hipotética “provincia Cispla-
aproximado del 2 0 % sobre bu consumo en el país.
tina" y abrió una crisis generalizada. La diplomacia británica hizo
Kn julio de 1812, Martín de Álzaga, uno de los héroes de la resisten­
un enorme esfuerzo por aparecer enfrentada a la decisión de la corte
cia frente a las invasiones inglesas, fue fusilado y colgado de la plaza
de Portugal que era, como ya se ha dicho, una agencia del gobierno
de la Victoria, acusado por el gobierno de liderar una conspiración inglés, pero, en cualquier caso, la ocupación de las fuerzas lusitanas
junto con los espartóles de Montevideo. Con él fueron ajusticiados más fue determinante para imponer el “armisticio” que pretendería con­
de treinta jefes militares, sacerdotes y comerciantes, cuyos bienes vertir una victoria en derrota.
fueron expropiados. La campaña contra la supuesta conspiración tuvo Este acuerdo, bajo la inspiración reconocida del embajador in­
dos caras visibles: Bernardina Rivadavia y Bernardo de Monteagudo, glés en Brasil lord Strangford (Sala de Touron, Rodríguez y de la
en nombre de la Sociedad Patriótica. La muerte de Álzaga marcó Torre, 1967a), estableció el reconocimiento por parte del Primer
simbólicamente el fin del dominio de los monopolistas hispanos, ya Triunvirato de la unidad de la nación española con sus colonias y
dictado por la política del Primer Triunvirato a favor de los comer­ de Femando VII como rey, el compromiso de auxiliar a España en la
ciantes y los financistas ingleses. guerra con Napoleón, el abandono inmediato de la Banda Oriental,
Concepción, Gualeguay y Gualeguaychú por las tropas de Buenos
Aires, que quedarían bajo el dominio de las fuerzas españolas (re­
Lu Hunda Oriental: insurrección y entrega párese que entregar Concepción, Gualeguay y Gualeguaychú era,
en ese momento, prácticamente entregar la provincia de Entre Ríos,
l‘ü Primer Triunvirato Be hizo cargo del gobierno de Buenos Aires pues allí se concentraban casi la totalidad de su población y de sus
el 28 de septiembre de 1811. Siete meses antes, en un todo de acuerdo recursos en explotación) y el “compromiso” de Elío de “recabar el
con lo previsto en el 1‘ltm de operaciones de Mariano Moreno, había retiro” de las tropas portuguesas. Finalmente, hecho no menor para
estallado la insurrección de la campaña de la Banda Oriental, un al­ la diplomacia británica, se estableció el levantamiento del bloqueo y
zamiento cuyo objetivo inmediato era abatir el centro de la resistencia el restablecimiento de las comunicaciones y el comercio por tierra y
española erigido en Montevideo, que había declarado la guerra a la mar entre Buenos Aires y Montevideo.
Revolución de Mayo, bloqueado el puerto de Buenos Aires y esta­ Una decisión de esta magnitud provocó lo que se conoce como la
blecido un dominio absoluto sobre los ríos circundantes. Numerosos Redota y el Exodo oriental. “Artigas y la asamblea de comprovincianos
historiadores han hecho la crónica de una movilización asentada en convocada al efecto repudiaron las cláusulas del convenio [...] pero
las masas rurales e indígenas -no es ocioso destacar este segundo como la decisión ya estaba tomada, no quedaba otra alternativa que
componente- que barrió con las posiciones españolas en todo el inte­ levantar el sitio de la ciudad, disolver el ejército y aceptar la hege­
rior del actual Uruguay en un período llamativamente breve. monía de España sobre todo el territorio cedido. Entonces se produjo
ínnombrada en la mayoría de los casos, omnipresente siempre, lo insólito. Se llevó a cabo un éxodo total. Una retirada con tierra
El É xodo oriental (1811)

de ser silente: la regimentación de las milicias surgidas luego de la


resistencia con las invasiones inglesas, en nombre de la constitución
de un ejército “profesional”.

P rep a ra n d o la Asamblea

Quizá el hecho histórico más conocido de la regimentación de las


milicias sea el motín de las trenzas,4que tuvo por protagonista al Re­
gimiento de Patricios en diciembre de 1811 frente a las disposiciones
del Triunvirato ordenando la unificación de los cuerpos militares 1°
y 2° bajo el único mando de Manuel Belgrano. El Triunvirato hizo
gala de un juego político siniestro: colocó en las manos de uno de los
reconocidos “hombres de Moreno” la tarea reaccionaria de regimentar
a las tropas. En su último reclamo, presentado en un petitorio ante el
Triunvirato, habían expuesto lo que surgía de su tradición: “Quiere
este cuerpo que se nos trate como a ciudadanos libres y no como a
tropas de línea”, pidiendo a continuación la destitución de Belgrano
y el nombramiento de suboficiales como jefes del regimiento. En el
cuartel asediado estaba preso Juan José Castelli, enjuiciado por la
derrota de Guaqui, quien moriría poco tiempo después. La represión
fue feroz y también participó en ella, junto con civiles, otro “hombre
de Moreno”, Domingo French. Hubo ocho muertos y treinta y cinco
heridos. Once personas, entre sargentos, cabos y soldados, fueron
fusilados y sus cuerpos colgados en la plaza de la Victoria, la actual
Plaza de Mayo. Veinte fueron recluidos en la isla Martín García con
de octubre al 10 de diciembre de 1811 miles de orientales recorrieron unas
100 leguas (500 kilómetros). penas de cuatro a diez años.
La rebelión pasó a ser considerada por la historiografía liberal
como la última batalla de la facción “conservadora” de Saavedra,
arrasada” (Orsi, 1969). Con sus familias, carruajes y enseres, miles de representante de las relaciones de producción vigentes bajo el vi­
orientales se trasladaron hasta la otra banda del río Uruguay, a Salto rreinato, pero ésta fue sólo la cobertura ideológica de un proceso de
Chico y luego a Ayuí -territorio de Entre Ríos-, donde acamparon reacción política orientado a cortar todos los vínculos entre la tropa
durante meses, en un gigantesco campo de refugiados (ver mapa). y la movilización urbana y, a la vez, consolidar una virtual dictadura
El Éxodo fue la gesta inicial de un movimiento que debutó como del nuevo Ejecutivo. El Primer Triunvirato había iniciado su gestión
nacional -antiespañol- y policlasista. Se mezclaron en él hidalgos desconociendo primero el reglamento de la Junta Conservadora que
con vistosos carruajes, sus familias y esclavos, junto con hacendados lo había precedido en el poder político, disolvió luego la propia Junta
con capataces, peones y una masa, mayoritaria, de paisanos e indios. y se autoproclamó “gobierno superior provisional de las Provincias
La movilización expresó, además -también por primera vez-, una Unidas del Río de la Plata”.
desconfianza profunda hacia las direcciones porteñas que habían
sido protagonistas del acuerdo, un sentimiento que perduraría en 4. El nombre deriva de las disposiciones disciplinarias e higiénicas ordenadas a los
el tiempo. milicianos, una de las cuales era el corte de su coleta o trenza, motivo de orgullo para
En Buenos Aires, entretanto, se asistía a un proceso que trató los combatientes. Vista en el tiempo, esta exigencia quizá fuera una provocación unlida
deliberadamente.
En octubre de 1812 un golpe militar con fachada civil depUso
Primer Triunvirato, levantando las banderas de la independencia9 Rosas; de Paraguay y del Alto Perú. La estancia originaria, expresión
la organización nacional y explotando el hartazgo de la población c</ de un régimen social de desarrollo, dará paso al latifundio y la expro­
un gobierno cuya última acción había sido ordenarle a Belgrano é| piación de las masas agrarias e indígenas, bloqueando el desarrollo
repliegue en el norte, que felizmente el creador de la bandera deseo histórico concebido genialmente en el Plan de operaciones.
noció librando y ganando la batalla de Tucumán. Ese foco imaginario, proyectado en el tiempo, podría constatar
El papel protagónico de este golpe correspondió a la Logia Lautaro veinte años después que los integrantes del Primer Triunvirato -Paso,
y la Sociedad Patriótica, centros de deliberación política de los in¡]¡. Chiclana y Sarratea- se han integrado al Partido Federal, expresión
tares expatriados y de los hombres que se declaraban continuadores política de los terratenientes bonaerenses y oposición viva al ideario
del pensamiento de Moreno. La Logia y la Sociedad expresaban un federalista de los más lúcidos hombres de Mayo.
momento de transición. Actuaron bajo la benevolencia de la diplo. “Los cambios revolucionarios iniciados por el Triunvirato crearon
macia británica, se pronunciaron frente al Primer Triunvirato por la condiciones que hicieron posible eventualmente una vida establecida
independencia de las Provincias Unidas y la constitución de un nuevo y segura para los intereses británicos”, dice un valorado historiador
país. ¿No fueron, sin embargo, un factor de orden? No se podrán leer inglés. Y prosigue:
pronunciamientos de la Sociedad o discursos de Monteagudo que vin-
Si la revolución hubiera terminado en la etapa alcanzada
culen el proceso de emancipación de las masas urbanas y rurales de en 1813, la comunidad británica en la Argentina hubiera tenido
Buenos Aires al proceso de insurrección en la Banda Oriental y, lej03 pocos problemas... (Fems, 1968)
de oponerse, fueron un factor vivo y actuante en la profesionalización
de las fuerzas armadas. Lo advierte alguien que identifica a la Logia El golpe de octubre de 1812 partió de una triple constatación: la
y la Sociedad con el movimiento revolucionario: continuidad y la profundización del levantamiento en la Banda Orien­
tal, la persistencia de la guerra social en el Alto Perú, donde la pro­
La constitución misma de la Logia y el reconocimiento de su clama de libertad de los indígenas y la supresión de los tributos había
papel como fuente y supervisora del poder político reflejan muy creado una corriente de adhesión que se prolongaba en la “guerra de
bien, por una parte, la limitación progresiva del sector dotado las republiquetas”,5más allá de las derrotas militares de los ejércitos
del poder de decisión política en la Buenos Aires revoluciona­ patriotas junto al despliegue de las contradicciones sociales en todo
ria, de los regimientos milicianos a la Sociedad Patriótica, y el mapa del viejo virreinato por el arrasamiento de las industrias y
por fin a la Logia; en segundo lugar, implicaba la aceptación
producciones del interior a favor de las importaciones inglesas.
por parte de los dirigentes revolucionarios del hecho de que,
La Asamblea del año XIII fue convocada por el Segundo Triunvirato
puesto que su poder estaba cada vez menos lim itado p o r la
presión de sectores sociales más amplios, los m ayores peligros
frente al colapso del primero, con el propósito de foijar una “unión
para el curso de la revolución se encontraban en ellos mismos.
nacional” de la oligarquía porteña con las oligarquías provinciales,
(Halperín Donghi, 2005) bajo el protectorado de la diplomacia británica. Estas fuerzas sociales
coincidían en la necesidad de “impedir que el populacho tomase en la
Por un momento pongamos el foco de una imaginaria cámara gestión de los negocios públicos una participación directa y activa”,
fotográfica en el punto previo a la convocatoria a la Asamblea Consti­ como lo planteara Bartolomé Mitre y lo resalta Luis Franco (1954).
tuyente del año XIII y también imaginariamente proyectémoslo hacia Una clarificación sobre la supuesta “soberanía” de la Asamblea
el fin de la década. La coalición formada por la burguesía comercial del año XIII lo da la comunicación del Segundo Triunvirato a lord
Strangford: “Este gobierno no quiere prevenir el juicio de la Asamblea
porteña y los comerciantes británicos, bajo la tutela del Reino Unido
Constituyente, pero se atreve a anticipar a usted el seguro concepto
y la anuencia de los estancieros de la provincia de Buenos Aires, va a
de que la independencia de estas provincias no será nominal”, es
dominar el escenario político bajo el Triunvirato y luego el Directorio
decir, no será (Giannello, 1968). Era lo que antes había reclamado el
hasta fines de la década del 20, cuando aquellos estancieros asciendan
al gobierno. En el período se operó la separación de la Banda Oriental,
que rubricaría más tarde, en nombre de la Nación, Juan Manuel de 5. La desarrollada entre 1811 y 1825 en el territorio jurisdiccional de la Real Audiencia
de Charcas (ver capítulo 9).
embajador inglés para preservar la alianza de Inglaterra con Esn -
contra Napoleón. ^ orientales, unidos a los sanmartinianos, que también sustentaban
Que la Asamblea del año Xill no declarara la independencia fUe los postulados de independencia y Constitución, hicieran mayoría”
una imposición pactada entre el gobierno convocante de la Asaiti^' (Ravignani, 1937).
y la diplomacia británica. Cuando el Triunvirato dio “seguridade*» Recordemos que el Segundo Triunvirato impuso un derecho de
sobre este punto se basaba en que la “elección” de los diputados hab¡ tres pesos por arroba ingresada de tabaco, un ataque directo a las
sido ferozmente regimentada y en la proscripción, previamente cotf exportaciones de Paraguay. Enfrentado a esta provocación, Paraguay
decidió no enviar sus diputados a la Asamblea (a la que además no
certada, de quienes no se atuvieran al “pacto”. La designación de lo
habían sido convocados), adoptar escudo y bandera propios y decla­
representantes a la Asamblea quedó en manos de los “notables”, 68
rarse república independiente. Fue la primera provincia en separarse
decir de las oligarquías de cada provincia, pues, aunque se disponía
formalmente del territorio que constituía el antiguo virreinato, como
censo y una elección, los cabildos “quedaban facultados para sustituir consecuencia de una política consciente de quien, para Juan Bautista
este método por el que creyeran oportuno” (Giannello, 1968). Alberdi, Domingo F. Sarmiento, Bartolomé Mitre y una larga lista,
En el caso de la Banda Oriental, en cambio, según lo reconoce un es ejecutor del “pensamiento de Mayo”, Bernardino Rivadavia. En
estudioso de nota que jamás fue tributario del pensamiento de Ar­ palabras del fundador del diario La Nación, “el más grande hombre
tigas, “el envío de los diputados estuvo precedido por una compu]sa civil de la tierra de los argentinos”.
popular exhaustiva para la época: veintitrés pueblos eligieron a sus Los mandatos de la mayoría de los representantes, en gran medida
representantes [...] durante varias jornadas estudiaron los puntos impostados, rechazaban el planteo de la independencia. “Se mandará
que deberían presentar los diputados a la Asamblea General”. Los a los diputados que de ninguna manera consientan en la determina­
documentos aprobados “tenían un contenido que sería explosivo ción de independencia, que a más de ser prematura, nos traerá un
para los sinuosos dirigentes porteños: exigían la declaración de la torrente de males y contradicciones....”, rezaron las instrucciones a
independencia absoluta de España, la organización de las provincias los de Tucumán (que, además, repudiaban la “tolerancia o permisión
en un sistema federativo, la designación de una capital que no fuera de todos los cultos religiosos” por cuanto “este pueblo no reconocerá,
Buenos Aires” (Luna, 1993). no permitirá más religión que una, cual es la católica apostólica ro­
Llegados los delegados orientales a la Asamblea, ésta resolvió, mana”). Las instrucciones a los diputados “cordobeses” -en realidad,
en sesión secreta, oponerse a su incorporación, una maniobra que el español Juan Larrea y el porteño Gervasio Antonio de Posadas-
tuvo por protagonistas a los diputados de la Logia Lautaro, con el rol determinaban someter a acuerdo “si conviene o no declarar en las
eminente de Carlos María de Alvear. Al mismo tiempo, el gobierno actuales circunstancias la independencia de la América”. En el caso
de Buenos Aires lanzó una represión salvaje contra el movimiento de las instrucciones de Jujuy: “La declaración de la independencia que
liderado por Artigas “que se desenvolvió sangrienta y prolijamente se promueve con tanto ardor es ciertamente el caso más arriesgado, y
durante todo el año XIII” (Franco, 1954). capaz de retardar los progresos de nuestra causa”, entre otras razones
Para algunos historiadores, la negativa a reconocer a los repre­ porque “la declaración de nuestra independencia puede comprometer
sentantes de la Banda Oriental se explica porque “el ingreso de un al gobierno inglés, que parece no ha reconocido todavía la de Caracas”.
sector numéricamente importante y de homogeneidad ideológica, como Una excepción fueron las instrucciones a los delegados de Potosí: “Los
hubiera sido el constituido por los diputados orientales y paraguayos, diputados ratificarán la declaración de la independencia nacional de
habría modificado sin duda la orientación de la Asamblea, variando las Provincias Unidas del Río de la Plata”, además de plantear que “la
también, en consecuencia, el curso de los acontecimientos nacionales” Constitución que dicte el Congreso debe ser propiamente federativa”,
(Orsi, 1969). El mismo punto de vista es compartido por Diego Abad un mandato que los emparienta políticamente con la representación
de Santillán. Esta interpretación sostiene que la maniobra apuntó a proscripta de la Banda Oriental.
impedir una eventual alianza de los representantes referenciados en La denominada provincia Oriental envió seis diputados, corres­
San Martín con los de la Banda Oriental, aunque no aporta documen­ pondientes a los cinco cabildos responsables de la administración
tación sobre el punto. Un autor riguroso sostiene que “el rechazo fue de veintitrés pueblos, electos luego de deliberaciones y asambleas.
una maniobra de los alvearistas, tendiente a evitar que los diputados La sola lectura de las “Instrucciones” a los diputados, aprobadas el
5 de abril de 1813, permite caracterizar la distancia abismal Con
el resto de representaciones, salvo lo dicho sobre Potosí (ver Anex0 magna, lo que abría el debate sobre la organización social y política
1). Se plantea allí la independencia absoluta, la creación de Uria de las Provincias Unidas.
confederación basada en el pacto recíproco entre las provincias, en
el que cada provincia retiene soberanía, libertad e independencia y
todo poder que no sea delegado expresamente “por la Confederación La verdad sobre la Asamblea del año xm
a las Provincias Unidas en Congreso”. Los orientales proclaman la
libertad de conciencia, la libertad civil y religiosa “en toda su exten. Se han repetido h asta el cansancio los supuestos logros de la
Asamblea del año XIII y se la ha erigido en hito de la constitución de
sión imaginable”. Toman posición frente al intento de convertir ]a
la A rgentina como nación.
Aduana y el puerto de Buenos Aires en instrumento de sujeción de
¿Qué resolvió en términos efectivos?
los pueblos, oponiéndole la habilitación de los puertos de Maldonado
En primerísimo lugar, hecho que ningún historiador se detiene a
y Colonia para que “todos los buques concurran a la introducción de
considerar, mantuvo sin variantes la profunda reorganización eco­
efectos y exportación de frutos”. Plantean la eliminación de todo tipo
nómica dictada por el Primer Triunvirato, un ordenamiento dictado
de vallas y aduanas dentro del conjunto de las Provincias Unidas
a la medida de la burguesía comercial porteña, la diplomacia del
y proponen la constitución de una república basada en la división Reino Unido y, aunque no en la primera línea, de los ascendentes
de los tres poderes. Plantean cláusulas especiales para una futura estancieros y los nacientes acreedores de la deuda pública. Se adoptó
Constitución que permitan defender la soberanía de los pueblos bandera, moneda, escudo e himno, se suprimieron los títulos nobi­
frente al despotismo militar, pero se detienen en lo esencial en este liarios, pero el régimen colonial virado hacia la metrópoli inglesa no
punto, al defender el principio de la población en armas: “No podrá varió en absoluto.
violarse el derecho de los pueblos para guardar y tener armas”. Peor aún. En julio de 1813, bajo su mandato soberano, se dispuso
Sobre la base de estas “Instrucciones”, los diputados elaboraron un levantar un empréstito forzoso de 500.000 pesos a un año de plazo,
proyecto de Constitución liberal federativa para las Provincias Uni­ y se afectaron a su reintegro las rentas generales y las contribucio­
das de América del Sud que innova en algunos aspectos. Propone un nes extraordinarias. Una operatoria normal en tiempos de crisis fue
Poder Ejecutivo compuesto de “un presidente que ejercerá su oficio convertida en el inicio de un endeudamiento público imparable. Cada
durante el término de dos años, sin que por ningún motivo o causa prestamista recibía un pagaré que, luego de dos meses, podía utili­
sea reelegido”. Plantea, además, que los individuos que ocupen el zar para cancelar deudas propias de ese prestamista con el Estado
Ejecutivo se turnen para que todas las provincias puedan ejercer el y, pasados seis meses, para abonar impuestos con un interés del 6%
cargo y romper el monopolio de alguna de ellas. Lo expuesto en las anual. Antes del fin de ese año se les dio a aquellos pagarés el carác­
“Instrucciones” es llevado al texto constitucional pero reafirmando ter de moneda para cancelación de derechos de aduana, atención, a
la absoluta prohibición de impuestos o derechos sobre importaciones quienquiera sea que los presentara. Aquel empréstito original y los
o exportaciones de las provincias que constituyan el nuevo Estado, numerosos que se sucedieron “originabafn] la emisión de certificados
así como la defensa de las fronteras existentes como garantía de que eran aceptados en pago de impuestos, principalmente derechos
estabilidad interna: de aduana. Se trataba en realidad del cobro anticipado de la renta
aduanera, principal recurso financiero de los gobiernos patrios”
Ninguna nueva provincia será formada o erigida dentro de (Bliss, 1958).
lajurisdicción de alguna provincia, ni se formará ninguna por la Varios años más tarde, el 5 de febrero de 1826, el Congreso General
unión de dos o más [...J sin el consentimiento de las legislaturas convocado entonces dispuso la consolidación de toda la deuda interna
de las provincias interesadas, como también del Congreso. contraída hasta el 31 de enero de 1820 y que la Nación se hiciera car­
go de la misma (los acreedores eran, en su mayor parte, británicos).
Ninguno de los proyectos de Constitución -hubo otros dos, uno de Para este fin se dispuso hipotecar a favor de los acreedores el conjunto
la Sociedad Patriótica y otro de una comisión oficial- fue considerado, de las tierras públicas, declarándose que todas las existentes en la
desde el momento en que la mayoría encuadrada por el Triunvirato República pertenecían a la Nación y no a las provincias. Poco tiempo
tema posición tomada en contra de la independencia y de una carta
después, el 20 de mayo de 1826, y en esta dirección se sancionó i
el yanaconazgo y el servicio personal de los indios bajo todo concep­
ley de enfiteusis nacional, siguiendo el modelo de la establecida e^
to, lo que creó un precedente para la emancipación de habitantes
la provincia de Buenos Aires.
sometidos a la esclavitud de hecho bajo estas modalidades, aunque
Sólo “entre el 27 de septiembre de 1824 y el 1 de mayo de 1837
de alcance limitado con relación al siglo XVIII y en particular al Alto
período que cubre los mayores repartos, se concedieron 1.004 leguas Perú, perdido luego de la derrota de Sipe Sipe en 1815. Eliminó
171 enfiteutas, de los cuales 86 recibieron 85 tierras de pan llevar y 1/ los mayorazgos (los privilegios según los cuales ciertas familias se
85 restantes la dilatada extensión de 919 leguas de pastoreo” (BliSsS aseguraban la propiedad perpetua de sus bienes), a la medida del
1958). Esto significó, además, la expulsión en masa de pobladores desarrollo capitalista bajo la tracción de las exportaciones de cuero
asentados en tierras fiscales ahora entregadas a los acreedores. aunque, para algunos autores (Bustos Argañaraz, 2013), la medida
Ahora, tomemos cada hecho producido por la Asamblea. no tuvo ningún efecto pues los que había continuaron sin cambio. Se
Se dice que declaró la libertad de vientres acabando así con la declaró extinguida la Inquisición, una disposición casi formal, y el
esclavitud. En realidad, la resolución de la Asamblea fue luego “regla. Estado naciente se reservó el derecho de patronato sobre lo referido
mentada” (ya en los tiempos de la colonia, la parte dispositiva de una a la religión católica, que hasta ese momento detentaban los reyes
ley podía anular su contenido), pero el tratamiento de la libertad de españoles en todos sus dominios. Se eliminó la tortura como parte de
vientres es una historia en sí misma. La disposición votada establece los procesos judiciales, lo que no impidió que se la siguiera aplicando.
que los niños que nazcan en todo el territorio de las Provincias Unidas Todavía en 1817 el alguacil mayor de Buenos Aires pedía el arreglo
del Río de la Plata, así como los que hubiesen nacido en otro territorio del potro de castigo en la cárcel por haberse inutilizado debido al uso
desde el 31 de enero de 1813, serán libres sólo que “bajo las reglas (Rodríguez Molas, 1985).
y disposiciones que al efecto decretará la Asamblea Constituyente” Las dos vertientes de la oligarquía porteña, estancieros y comer­
La reglamentación estableció que los niños esclavos quedarían bajo ciantes, tres años después van a convocar al Congreso de Tucumán
dominio de sus patrones hasta los veinte años, y liberados preferen- casi en soledad y con el país al borde de la disolución, con un ejército
cialmente para integrar los ejércitos patrios. No estamos hablando español en el Alto Perú dispuesto a atacar y otro portugués internán­
de cifras menores: la constitución del Ejército de los Andes significó dose en la Banda Oriental, bajo la anuencia del Directorio y con el
la convocatoria de diez mil negros. El 22 de abril de 1819, sólo seis objetivo de aplastar los ejércitos liderados por Artigas. Las provincias
años después de la Asamblea, la Constitución aprobada entonces dominadas por éste -todo el Litoral y el Uruguay- fueron excluidas
volvía a proclamar la libertad de los esclavos y un decreto del 23 de una vez más. “Muchas de las provincias estuvieron representadas,
agosto determinaba en su artículo l 8que “los esclavos varones desde si ésta es la palabra adecuada, por porteños o por provincianos pro
porteños” (Lynch, 1980). Y la elección prevista de los diputados “no se
diez años para arriba sean presentados por sus amos en el término
respetó casi en ninguna parte”. El gobierno porteño planteó entonces
de ocho días en los cuarteles de la Brigada de Argentinos”. En 1832,
a los enviados de Artigas “una alternativa drástica: independencia
casi veinte años después de la Asamblea del año XIII, Rosas decretó
total de la Banda Oriental o envío incondicional de diputados a re­
la última leva oficial de negros (Lanata, 1994).
unirse en Tucumán” (Giannello, 1968), una disyuntiva que el caudillo
El 4 de febrero la Asamblea votó una resolución casi revolucionaria
no aceptó, planteando la guerra a portugueses y españoles bajo la
para la época, según la cual todos los esclavos que acudieran de países bandera del federalismo.
extranjeros quedarían libres por el solo hecho de pisar territorio de En ese Congreso declararán la independencia las mismas fuerzas
las Provincias Unidas. políticas que se habían opuesto a ella tres años antes y en primer
La decisión provocó la reacción inmediata de la corte de Portugal lugar los agentes de la diplomacia británica, la cual había dejado
en Brasil, previendo lo obvio: que los esclavos negros de la mayor atrás su alianza con España y quería usufructuar sin intermediarios
economía esclavista de América Latina escaparían en masa a tra­ su dominio sobre el Río de la Plata. El Congreso no será expresión de
vés de la frontera. El planteo tuvo el respaldo de Gran Bretaña y la soberanía popular alguna por su propia composición, además, porque
Asamblea dio marcha atrás, disponiendo que sólo serían libres los los representantes de Buenos Aires (absoluta mayoría) llevaban pre­
que ingresaran para ser vendidos como esclavos. cisas instrucciones en el sentido de no aceptar organización federal
La Asamblea sí resolvió la eliminación de la mita, las encomiendas,
Christian Rath y And·*»
— -----
de cualquier tipo que afectara el monopolio porteño de la Adu
el armamento. Por esta razón el Congreso de Tucumán es, en p^ 8y
CAPÍTULO 6
lugar, el de la guerra a muerte contra el movimiento democrátic*1*^
derado por Artigas. El director supremo nombrado por el Congreso!' La conform ación de la
Tucumán, Juan Martín de Pueyrredón, entregará la Banda Orieni.! Liga de los Pueblos Libres (1814-1815)
a los portugueses, que derrotarán a los patriotas orientales en UJ
guerra de tres años. Es esta derrota la que sanciona la secesión de i
Banca Oriental, bajo directa inspiración inglesa y contra el planteo i
un Estado federal unido que Artigas va a defender hasta el momento
de su muerte. El mismo Congreso de Tucumán, trasladado a Buen08
Aires, fue autor de la Constitución de 1819, que privaba del voto y
la ciudadanía al “doméstico asalariado, por no tener propiedad u oficio
lucrativo y útil al país" (Ravignani, 1937), y estableció un régimen El lugar de José Gervasio Artigas en el proceso de la independencia
dictatorial absoluto a favor de la oligarquía porteña. de las provincias del Plata durante la primera década después de Mayo
Pero antes de dedicamos al Congreso de Tucumán, que merecerá es decisivo. Fue el líder que encabezó la revuelta en la Banda Oriental
un tratamiento pormenorizado en el capítulo 8, detendremos nuestra en 1811, el que se enfrentó muy tempranamente con las tendencias
atención en la Banda Oriental y las provincias del Litoral que cons­ conservadoras que comenzaron a emerger en Buenos Aires a partir
tituyeron la Liga Federal. de 1811 y quien hacia 1815 llegó a encabezar un amplio movimiento
popular que abarcó desde la Banda Oriental hasta Córdoba y Santiago
del Estero. El federalismo de esa década lo tiene como su principal
dirigente y fue, además, el impulsor del ReglamentoAgrario de 1815,
que intentó llevar una política de poblamiento y reforma agraria a la
campaña oriental. El primer Triunvirato con Rivadavia y Sarratea y
luego el Directorio lo atacaron con saña feroz y cuando, tras la caída
de Alvear, parecía que se abría una etapa de concordia, el Directorio
conspiró con el Congreso de Tucumán para atraer a los portugueses y
acabar así con la “anarquía” artiguista. Los sectores más acomodados
de Montevideo tampoco vieron con buenos ojos la política agraria del
artiguismo, y esto a pesar de todos los esfuerzos de Artigas por mitigar
los enfrentamientos con los hacendados orientales.
Si confundir el ideario federal de Artigas con su caricatura rosista
es una mistificación, también lo es calificar a Artigas como un cau­
dillo oriental, padre de una supuesta nacionalidad uruguaya. Una y
otra vez Artigas rechaza los ofrecimientos de los gobiernos porteños
para que segregue a la Banda Oriental del resto del cuerpo de las
provincias del Plata.
Por el contrario, fue la política porteña, que prefirió entregar la
Banda Oriental a los portugueses antes que convivir con el “anar­
quismo” artiguista, la que preparó el terreno para la segregación de
Uruguay.

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