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Por ser palabras graves terminadas en vocal n, s, no se tildan las terminadas en los siguientes

sufijos: odia, fagia, scopia, íasis, cefalía.

En algunas palabras terminadas en el sufijo osis la Real Academia Española de la Lengua acepta
dos formas de acentuación, una grave y otra esdrújula.

Las palabras terminadas en el sufijo osfera son graves, excepto atmósfera que acepta las dos
formas.

Los vocablos terminan en el sufijo opía sí se tildan en la vocal í, pues no forman diptongo sino
hiato, son graves.

Las palabras que terminan en el sufijo mancia, generalmente son graves, y no se tildan.

La vocal o en función de conjunción disyuntiva se tildan cuando va entre números para evitar que
se la pueda confundir con una cifra.

Las letras mayúsculas, al igual que las minúsculas, deben tildarse con conformidad con las reglas
ortográficas.

Las palabras formadas por verbo, enclítico y adverbio no se tildan.

Existen palabras, principalmente monosílabas, que pueden significar una cosa u otra y que, por
ello, para distinguirlas, se hace necesario tildar unas y otras no.

La tilda ayudará, en estos casos, a diferenciar palabras homófonas y a especificar el sentido y la


función de dichas palabras para evitar anfibologías.

La palabra tú se tilda cuando es pronombre personal y no se tilda cuando ésta es un adjetivo o


pronombre personal.

La palabra él se tilda cuando es un pronombre personal y no se tilda cuando es artículo


determinante.

La palabra mí se tilda cuando es forma complementaria del pronombre personal de primera


persona, singular y no se tilda cuando es adjetivo posesivo y cuando se refiere a la nota musical
Mi.

La palabra más se tilda cundo es adverbio de cantidad y no se tilda cuando es conjunción


adversativa con sentido equivalente a pero.

La palabra té se tilda cuando es sustantivo y en este caso se refiere al nombre común de un


arbusto aromático de origen chino, a la hoja seca de este arbusto y por extensión, a cierto tipo de
reuniones sociales que se realizan en horas de la tarde y en las que suele servirse té.

La palabra sé es tildada cuando es forma de los verbos ser y saber y no se tilda cuando es forma
reflexiva del pronombre personal de tercera persona, singular y cuando es símbolo del selenio.
La palabra sí se tilda cuando es adverbio afirmativo, cundo cumple función de pronombre de
tercera persona, singular, masculino y femenino y cuando desempeña el oficio de sustantivo.
La palabra dé se tilda cuando es forma del verbo dar en primera y tercera personas del modo
subjuntivo y no se tildan cuando es preposición que indica, entre otras cosas, posesión, materia o
procedencia y también cuando es sustantivo que nombra a la letra d.

La palabra aún se tilda cuando es adverbio de tiempo con significado equivalente a todavía y no se
tilda cuando significa hasta, también, inclusive, o siquiera.

La palabra sólo es tildada cuando es adverbio de modo, con significado equivalente a solamente,
sin otra cosa o de modo único y no se tilda cuando cumple función de adjetivo o sustantivo con
significado de soledad.

En el caso de las monosílabas di (del verbo dar) y si (del verbo decir) algunos proponen acentuar
dí, del verbo decir, para diferenciarlo de di, del verbo dar.

Los nombres propios, por lo general, no tienen plural, salvo casos especiales.

Los apellidos sólo se escriben en plural cuando designan a una familia o a un grupo de gentes del
mismo nombre.

Los apellidos precedidos de la palabra hermanos son invariables.

Los nombres compuestos pueden formar el plural en el primer elemento o en el segundo,


generalmente lo forman en el segundo cuando el primero es un verbo.

Palabras que no tienen plural son los nombres genéricos de sustancias que en su cantidad son
ilimitadas, principalmente cuando se refieren a ellas como un todo.

Género es el accidente gramatical que indica si una palabra es masculina o femenina, es decir,
hombre o mujer; animal macho o animal hembra, actividad u oficio de hombre o mujer.

Sólo los nombres de personas y animales admiten diferentes géneros, porque sólo a ellos les
corresponde el género por propiedad, las cosas poseen género por atributo.

El género común es cuando las palabras tienen la misma terminación para el masculino y el
femenino y diferencian el género por medio del artículo.

El género epiceno se da en nombres de animales y consiste en que el género no se diferencia ni


por la terminación de la palabra ni por el artículo, por lo que se hace necesario agregar la palabra
macho o hembra.

El género ambiguo: son nombres de cosas que pueden usarse igual para el masculino como para el
femenino, especificando el género con el artículo antepuesto.

El género neutro: se da en el caso de los adjetivos sustantivos que no expresen un género


determinado.
El artículo es la palabra variable de la oración.

El artículo se escribe delante del nombre para indicar su número y su género.

El artículo se divide en definido o determinante y artículo indefinido o indeterminado.

El artículo también es parte importante en el proceso de la sustantivación por medio del cual se
logra que adjetivos, verbos y adverbios cumplan función de sustantivos, como núcleo del sujeto,
con la anteposición del artículo.

En algunos casos se usan los artículos el y un antes de palabras en género femenino que empieza
con sílaba a o ha acentuada tónica u ortográficamente, el propósito es evitar la cacofonía.

Cuando estos nombres se usan en plural llevan el artículo que les corresponde en femenino, por
que ya no hay riesgo de incurrir en cacofonía.

Si la palabra es del género femenino y empieza con la sílaba a – ha, pero su acento tónico u
ortográfico no está en la primera sílaba, la regla anterior no se aplica y antes (la – una) para que se
dé la correcta concordancia entre el artículo y el nombre.

En relación con los universitarios es incorrecto escribir: trescientos o seiscientos cincuenta


aniversarios, en tales casos es preferible decir: aniversario trescientos, aniversario seiscientos
cincuenta.
Concepto de moral y ética
10:43
la palabra ética viene del griego ethos y del apalabra moral del latín mores, ambas significan lo
mismo, costumbres, hábitos.

La ética es, entonces, de acuerdo a su etimología, la teoría de las costumbres.

Las costumbres que forman lo que se llama “mortalidad positiva” de un pueblo o una época, no es
la simple repetición de ciertas formas se conducta, sino un conjunto de práctica unida a la
convicción de quienes la realizan y esto hace que lo normal, lo acostumbrado, sea al mismo
tiempo, lo obligatorio o debido.

La costumbre es, entonces, el conjunto de actos que realiza el hombre, en una forma repetitiva, de
donde nace l conducta; en efecto, la conducta de una persona se deriva de los hábitos o
costumbres que tengan y practique en su modo social que frecuente.

Por lo anteriormente dicho, se puede decir que Ética es “la ciencia se trata de las normas a que
debe someterse la conducta” o en otras palabras, “la ciencia de los actos humanos en cuanto a su
mortalidad”.

La mortalidad consiste en relación de conveniencia o discrepancia de los actos humanos con una
ley. Es por esta razón que a los actos humanos se les clasifica en buenos o malos, según sean
conformes o no con dicha ley, llamada por eso, ley moral.

El bien es una cualidad, una idea innata que encierra la esencia de lo bueno, lo bello y lo justo.

La maldad es siempre carencia o defecto del ser. No existe el mal independiente del bien. El mal se
da con el bien; si no hubiera bien, no hubiera mal. Si no hubiera vida, que es un bien, no habría
muerte, expresión del mal.
Suicidio directo
11: 27
Éste se realiza cuando una persona se quita la vida por su propia voluntad con una acción que
causa la muerte.

Este hecho preocupa a la sociedad, porque quien se quita la vida acusa de cierta manera a la
sociedad en que vive. Por ejemplo, los divorcios ofrecen un porcentaje mayor de suicidios que los
solteros; hay más suicidios entre personas de las zonas urbanas que en el campo; hay más
suicidios entre personas sin ocupación fija que en los que tienen trabajo; hay más suicidios en las
naciones supra-desarrolladas que en las del Tercer Mundo. Generalmente el suicida es un
misántropo.

El suicidio es contrario a los principios de la moral. Va directamente contra el precepto divino de


respetar la vida. Todas las leyes civiles y con mayor razón las leyes religiosas son drásticamente
contrarias al suicidio.

Suicidio indirecto

Es cuando una persona se quita la vida con la intención de cumplir una acción de por sí mortal,
pero hecha con otra finalidad; salvar a otra persona, la defensa de la patria, entre otra.

Para este tipo de suicidio, de relativa frecuencia en nuestra época, como el soldado que por deber
está en peligro de morir, el médico que atiende enfermos muy contagiosos, el náufrago que cede a
otros el único medio de salvarse, con actos verdaderamente heroicos. Así otros casos particulares:
el pegarse fuego por protestar contra una ley injusta, los pilotos suicidas.
La salud corporal
7:16
El hombre debe cuidar su salud corporal, no sólo para evitar enfermedades sino mejorarlas,
fomentarlas con una noble finalidad de servir a sus propios ideales y de servir mejor al prójimo.

El descanso regular, una adecuada alimentación, una esmerada higiene, el empleo adecuado y
oportuno de las medicinas coopera a un espíritu positivo y facilita la superación de muchos
obstáculos.

Particular importancia tiene la templanza, virtud que consiste en la moderación de los placeres
sensibles y sensuales: “no hay que vivir para comer, sino comer para vivir” reza un adagio
castellano.

El alcoholismo, la prostitución, la molicie, la música excitante y estridente, las drogas, son muy
dañinos a la salud, además de ir directamente contra la moral más elemental.

El ocio y la pereza, son los incubadores de tales desmanes; por eso se recomienda una constante
ocupación variada: estudio, trabajo, deportes, lecturas, buena música, hobbies, diversiones sanas,
excursiones.
Deberes para con los superiores
8:21
En el plano superior se puede situar nuestros padres, nuestros maestros, nuestras autoridades, los
ancianos a los que debemos respeto, obediencia, afecto y gratitud por sus consejos y enseñanzas
fruto de la experiencia que han tomado en la vida.

Deberes para con nuestros iguales

Son los deberes con que nos obliga la ley moral observar hacia nuestros hermanos, compañeros,
amigos para quererlos, vivir con ellos, prodigar ayuda y servicios para una convivencia en paz y
armonía.

Deberes para con los inferiores

Es el tipo de deber entre el patrón en el obrero y en forma general entre los superiores y
subalternos y con todos aquéllos que dependan económicamente de otra persona.

Las obligaciones de los padres son los hijos y la de los maestros para con los alumnos.

Deberes de cortesía

Son los deberes que se relacionan con nuestro comportamiento en la sociedad, en las diferentes
circunstancias de la vida. Es lo que se llama urbanidad, arte de ser agradables, corteses y aunque
parezca extraño a algunos, es indispensable para la vida social de cualquier individuo.
Francisco Marroquín
7:54
Nació en el valle de Toranso, Santander, España, en el año 1478. Contrajo matrimonio en su
juventud y luego enviudó. Luego se dedicó a la vida eclesiástica (los viudos honestos podían optar
a la vida sacerdotal) la cual desempeñó hasta su muerte. En 1528 conoció a Pedro de Alvarado a
quien acompañó en su viaje de regreso.

Durante más de treinta años desarrolló una vasta labor en Guatemala, hasta su fallecimiento
ocurrió un Viernes Santo, el 18 de abril de 1563.

Ya como obispo trabajó incansablemente. Levantó templos y palacio, estableció las primeras casas
conventuales y erigió la primera Catedral del reino.

Fundó escuelas de primeras letras y el colegio mayor Santo Tomás de Aquino, en 1559.

Escribió varios tratados de gramática, catecismo y vocabularios e instó a otros prelados a que
conocieran y escribieran textos de gramática de las lenguas indígenas.

Fundo en 1548 el primer centro hospitalario para los desvalidos y estableció la primera biblioteca
pública, pagando con sus propios recursos.

Trabajó afanosamente para lograr la fundación de la Universidad en Guatemala. Casi toda su


correspondencia contiene solicitudes a ese respecto.

Puede decirse que el obispo Francisco Marroquín fue uno de los principales personajes de la época
colonial, a quien se debe una vasta labor espiritual y material.

Una universidad lleva actualmente su nombre.


La solidaridad
14:35
La solidaridad es una conducta humana a asociarse en busca de bienes comunes, es la inclinación
a sentirse unido o unida con otros, bien por motivos de igualdad, bien debido a intereses
comunes.

Generalmente se piensa en la solidaridad como algo que hay que hacer en emergencia y desastres,
sin embargo, la solidaridad es una característica de la solidaridad que inclina al hombre a sentirse
unido a sus semejantes y cooperar con ellos.

Sentimos una unión y cooperación, cada vez que ayudamos al bienestar de los demás,
participando en actividades que nos permite servirles, por ejemplo: visitando a los enfermos en un
hospital, consiguiendo ropa y alimentos para los más necesitados, alfabetizando o capacitando en
algún oficio en comunidades marginadas, participando en campañas de cuidado y limpieza de
calles y áreas recreativas de la comunidad, auxiliando a víctimas de alguna catástrofe y otros más.

La solidaridad es la ayuda mutua que debe existir entre las personas, sean o no nuestros amigos,
porque todos tenemos el deber de ayudar al prójimo y el derecho a recibir la ayuda de nuestros
semejantes.

En cada lugar de trabajo y de convivencia, las personas tienen algo interesante que aportar y que
enseñarnos; si aprendemos a interesarnos por el bienestar de las personas estamos en
condiciones de ayudarles y prestarles un mejor servicio.

La solidaridad es ver las cosas y a los otros con los ojos del corazón, mirar de otra manera, es un
sentimiento de fraternidad, de sentir la empatía por el dolor de los otros, nunca podrá ser una
actitud de piedad centrada en la limosina y en la asistencia.

La solidaridad es una virtud que no puede aceptar el individualismo y el egoísmo, su mayor


importancia es intentar solucionar las carencias espirituales o materiales de los demás, se interesa
en el servicio y busca el bien común, también es una actitud de empatía, o sea ponerse en el lugar
del otro, y todo esto porque vivimos en sociedad y por lo tanto todos necesitamos de todos,
porque somos seres humanos, iguales en obligaciones y derechos.
Confesiones
26: 18
Era su única compañía, su más fiel amiga, siempre sobre su mesa de noche. Fue un obsequio de su
tía Margarita al cumplir los 10 años. Me llamaba Flor de Martín, no sabía por qué, pero así me
llamaba.

Yo, conocía todos sus secretos, triunfos y derrotas. Conmigo se confesaba, me platicaba con toda
la naturalidad. Algunas veces fingí mi voz para sentir que yo, una muñequita de china le respondía.

Una tarde al volver del colegio depositó su bolso sobre su mesa de noche, se tendió de espaldas
en la cama. Miró al cielo, suspiró y así permaneció mucho tiempo, estaba como perdida.

- ¿Qué le habrá pasado? Me pregunté. – Hoy no me saludó, siempre al entrar, me saluda ¿Qué
pasó con usted muñequita linda, ¿cómo pasó su día? me dice. Aquí encerrada como siempre
verdad, qué bueno, así tengo con quien tengo que platicar. A mí me fue muy bien.

Pero hoy, no me saludó, está ida, ausente, su cuerpo reposa boca arriba en su cama, pero en su
mente no está aquí. Está ¡callada! ¡ida!, ¡ausente! Le llamaron para ir a comer y no bajó. Al subir
su mamá se hizo la dormida. Su madre le quitó los zapatos, las calcetas, le subió las piernas a la
cama y la tapó. Al rato sí se quedó dormida.

Al día siguiente rebosaba de alegría y entusiasmo, regresó de la ducha, se vistió con el uniforme de
física, se vio al espejo por todos los lados y millones de veces, ensayó múltiples peinados, pero al
final eligió el de siempre, salió, cerró la puerta tras de sí y regresó –pensé que iba a saludarme—
pero no lo hizo. Tomó el atomizador, se roció perfume, tanto que hasta yo lo sentí, volvió a salir y
se marchó ¿y yo? Pintada ¿verdad? Tenía razón después de todo, sólo soy una muñequita de
china.

Así pasó, por un mes, me fui acostumbrando. Después de todo solo era una muñequita de china,
pero no importaba ella estaba feliz, plena de dicha hasta la veía más animada.

--Esta tarde, quizá me hable –me dije en forma optimista--, me sentí un poco nerviosa, igual que el
día que llegué en esa caja de regalo tan linda y bien adornada, pero oscura y vacía y lo primero
que uno piensa ¿cómo me irá a tratar? ¿Quién será mi dueña?, etc. Para qué estoy diciendo y
pensando en esas cosas, pronto se abrirá la puerta y Georgina entrará y me hablará.

Así fue, como abrió la puerta, entró Georgina, pero bañada en un mar de llanto. Esta vez se tiró a
la cama, pero boca abajo, lloró un buen rato hasta quedarse dormida.

Las siguientes tardes y noches regresó tranquila, ni llorosa ni lloroso ni altamente sonriente,
estable podría decirse.
Hasta que cinco meses ya, sin dirigirme la palabra y sin saber yo, porque estos cambios de actitud.
Tampoco creo que me hubiera enterado sino es porque una tarde llevó el teléfono al cuarto y
descubrí la causa de sus variables cambios de ánimo. Georgina tenía novio, pero él la hacía sufrir y
eso no me gustaba.

Por ello le pedí a un Ada que me diera voz para poder hablarle, y le dije:

--Ruego que me escuches.

--Ese tal Erick, no te amaba de verdad. Quien te ama no te hace daño.

--No me respondió nada, se recostó, lloró, sollozó y se quedó dormida.

Yo me quedé en silencio, le di gracias al Ada que me dio voz para expresarme mi sentimiento. En la
mañana del sábado, me tomó en sus manos, me limpió con un trapo, estampó un beso en mi
cabeza, y me dijo, --gracias--, y salió del cuarto.

Como dejó la puerta abierta escuché que levantó el teléfono, llamó a Erick y le dijo:

Nuestra relación de novios terminó, gracias por los momentos bonitos, hasta nunca, colgó el
audífono, saludó a sus padres con amor. Pero la perra coqueta, cerró la puerta no pude oír más.
No saber pensar
33: 41
Ves ese hombre harapiento, piojoso, sucio, hediondo a alcohol, a tabaco y a charamila, con mirada
perdida, vientre pronunciado por la cirrosis. Sin familia, casa o bien alguno; habitante de las
aceras, todo orinado y popeado. Despreciado por la sociedad, sin oficio ni beneficio, todo triste,
solitario y sin dignidad.

Años atrás fue un niño y joven como tú, que a mi manera de ver la vida y por mi experiencia no
supo pensar ni aprovechar las oportunidades que la vida le dio e incluso fue tan irresponsable con
él mismo que no puso dominar su vida, su vicio.

Todo empezó cuando más o menos tenía tu edad.

Sus amigos, le dijeron. -un cigarrito Chepe; y él dijo: - está bien, empezó a fumar, a contaminar sus
pulmones y su sangre.

Más de una vez me dijo -acéptame un cigarrito vos Héctor-, y yo le respondí:

-No gracias, el fumar no es para mí; contamino la atmósfera y también mi cuerpo, además le resto
energía, vitalidad y días a mi existencia.

-No sabes qué me dijo. -no sos hombre, sos una gallina. Sólo los hombres fumamos porque somos
machos. Le respondí:

-Pero son hombres irresponsables, además aún somos muy jóvenes y vos deberías estar
estudiando, no pensando en fumar.

Al terminar la primaria, después de recibir nuestro diploma. Algunos compañeros y compañeras,


sus padres se lo celebraron con un repaso (repaso le llamábamos antes a una fiestecita con radiola
y discos de acetato). Nos invitaron y así acompañamos a los amigos y amigas más allegados.

Aquí Chepe y otros se empezaron a tomar tragos: ron, cerveza y se pusieron bolos. Todos
mareados llegaron a sus casas y aunque algunos sus papás los regañaron o cinchacearon, no
entendieron, entre ellos, Chepe.

Después de eso nos dejaron de ver a diario, pero para la Navidad de ese año y para la fiesta de
Año Nuevo Chepe y otros andaban con el cigarrote en la boca y tomados, armando problemas.

La mayoría nos volvimos a juntar en el instituto nacional de la cabecera municipal. Algunos ya


habían desarrollado y estaban grandotes, pero Chepe y su grupito, siempre fumando y tomando
bebidas alcohólicas, con notas muy bajas lograron sacar el tercero básico y como era de
costumbre, a celebrar. Los que no fumábamos, ni bebíamos también participábamos en los
repasos, pero no hacíamos uso del tabaco y el ron, tomábamos fresco y comíamos, eso sí.

En el diversificado a Chepe, sus papás lo metieron a Bachillerato Industrial y entre chencas y litros,
logró graduarse y otra vez se la puso, como se dice de forma vulgar. Consiguió un buen trabajo,
ganaba mucho dinero, se vestía bien, tenía billete para gastar, pero viernes, sábado y domingo se
la ponía.
Los muchachos que son bien allegados le pusieron de sobrenombre Chepe Guaro, y él en vez de
molestarse se sentía orgulloso que nadie le aguantaba chupar.

Para que Laura, la chica más bonita de la zona, le hiciera caso, dejó un tiempo la bebida y se casó
con ella, tuvo dos hijos lindos, fue a la iglesia y se veía muy bien, compró carro, moto, casa y tenía
buenos ahorros en el banco.

Pero luego volvió al vicio, empezó a tratar mal a Laurita, a sus hijos, se quedaba tirado en las calles
de lo borracho. No fue a la universidad, fue a parar varias veces a la cárcel por ebrio, escandaloso y
pendenciero.

Don René, casado de suplicarle responsabilidad en el trabajo lo tuvo que despedir. Con su tiempo
puso un taller y le iba muy bien, pero todo era para el vicio, hasta que lo perdió, empezó a vender
sus cosas carro, moto, casa y muebles.

Golpeaba a Laurita, hasta que ella y sus hijos lo tuvieron que abandonar, luego de quererlo lo
despreciaron porque les daba vergüenza.

Con muchos esfuerzos Laura mantiene a sus chamacos y Chepe Guaro en las calles pidiendo su
cuto, todo enfermo, sucio y para qué decirte, tú lo ves.

Un día de estos amanecerá muerto, no tendrá ni quien lo entierre. Pobre Chepe, el vicio acabó con
él,

Procura tú hijo mío, no verte jamás en ese cuadro.


El vacío mental
53:07
Apartada de la construcción principal de la casona en la finca de los Molina, estaba la habitación
de Ar, ella la había escogido cuando recibió la invitación de sus padrinos al perder a sus padres en
una desesperación misteriosa.

Don Manual Molina y doña Angelina de Molina, vivían con sus seis hijos en una finca
apartada del bullicio de la ciudad principal del municipio. Al nacer Argelia, fueron solicitados por
los padres de ésta, don Ricardo Andrino y doña Margarita de Andrino, para ser sus padrinos, pero
hiendo 10 años después del apadrinamiento de viaje al lejano Oriente, el avión se perdió y nadie
más supo de ellos y de cuantos viajaban en la nave aérea.

Argelia Andrino, se había quedado con su ama de llaves y nana a la vez, pero ella quedó
sola en la hacienda de los Andrino. Permaneció con Antonia, su nana, varios meses después de la
desaparición de sus padres y hubiera permanecido así, pero por complacer a sus padrinos decidió
pasar unas vacaciones en la finca “El Zarzal”.

En realidad, Ar, (qué así se hacía llamar Argelia, pro la simplicidad, aunque al principio
prefería usar sólo la A). Por cariño a su mamá le agregó la ere, su madre decía que así, (Ar) su
nombre tomaba más identidad, me contó que no por situaciones emocionales respecto a la
pérdida de sus padres o por complejos ni por tampoco es habitación que había escogido sino
porque desde lo interior sentía que eso debería hacer dado a su tendencia natural y hacia la
naturaleza.

Ya que Ar, prefería el silencio mental, el vacío mental y por ello seleccionó tal lugar de la
finca.

Ar también decía que mantener la mente en quietud, libre de pensamientos inútiles y


vanos, es más significativo para la vida ya que por este estado percibían reflejos de la realidad y de
las verdades universales.

Ella compartía con Abraham Maslow, que es el estado Muga para nuestra mente, es útil
para nuestras vidas. Esto es lo mismo que el estado y de los chinos. Mantener la mente vacía.

Al entrar la noche y después de beber tan sólo una taza de té de higo que ella mismo
preparó. Se despidió de la familia y caminó suave y lentamente pasa a su apartada habitación,
penetró en ella.

Era un enorme único cuarto de aproximadamente de 20m por 15m, su padrino lo había
usado para bodega. Por ellos sus paredes eran altas, como de 6m y en él un catre improvisado
para dormir. Ar no quería nada en su habitación ni el catre, pero su padrino insistió y terminó por
aceptarlo, si por ella fuera lo sacaría y se quedaría completamente a solas.

Al ingresar al enorme y solitario cuarto, prefirió no encender la luz y quedarse con la


claridad de la luna creciente que ingresaba por los vidrios de una única ventana que daba al Norte
de la Tierra.

Aflojó su ropa, se puso su camisón de dormir, cuando escuchó uno toquidos y la voz de su
padrino diciendo: -puedo entrar Ar.
-Sí padrino -respondió.

-¡Hija! ¿estás bien aquí?

-Esto es perfecto padrino -respondió.

-En la otra construcción, hay una alcoba para ti. Tiene televisión, aparato de sonido, nintendo,
computadora, una marquesa, baño privado, ventanas con cortinas y hasta un radio receptor, por si
deseas escuchar alguna emisora. Además, tiene teléfono por si deseas pedir que te ponga tu
melodía preferida.

-Mi melodía preferida es el silencio padrino. El poder del vacío mental es tan beneficioso para
nuestra vida que yo no lo cambiaría por nada -le respondió- y agregó:

-Todo lo que a ti y a cualquier ser humano le rodea, incluye en él y en sus componentes, cuerpos,
alma, espíritu y mente. Es tan grande su influencia que trasciende a su futuro. Por ello los grandes
sabios afirman que las personas somos lo que las cosas externas nos hacen sentir.

Por ejemplo, padrino: si tú vas a una discoteca encuentras música que te revienta los
oídos, una atmósfera cargada de humo de cigarrillos, aire contaminado y alcoholizado, focos,
rayos láser, luces estroboscópicas y un estrépito constante que bombardea tu cerebro, ocasiona
un caos mental que te impide pensar y eres presa de esos estímulos para reaccionar de la forma
más primitiva instintiva que existe.

-Esas cosas para mí, dañan tu mente, merman tu energía y opacan tu luz interior. En
cambio aquí… -ven padrino -le dijo-, y lo haló para el cuarto de la habitación.

Cruza tus piernas, puso en medio de loto, pon manos en las rodillas, y paga tu lámpara.
Respira profunda y lentamente, coloca tu energía en tu coronilla. No pienses en nada, relájate,
suave, en silencio, a solas, sin pensamientos. Así es. ¡Qué divino! Silencio, silencio, silencio, silen…
Padrino e hija se quedaron en silencio hasta el amanecer.

-Esta fue la ausencia de luz solar más significativa que he pasado en mis cuarenta años, Ar, -dijo
don Manuel-, pero Ar no había escuchado, aún no regresaba de su meditación. Su padrino tuvo
que moverla para que regresara y entonces agregó:

-¡Qué enorme poder tiene el vacío! Hija, -así es padrino.

-Si me haces favor, al final del día me ayudas a hacerlo, yo aprendo hija.
-Será un honor padrino- y así lo hicieron.

Hoy cuatro semanas después. Ar está ayudando a su padrino a saber vivir ese vacío
durante el tiempo del día, sin dejar de hacer lo que deben. Contemplando el poder del vacío
mental. Santo remedio para los males y achacos que sufría su padrino.

Manual A de
mecanografía y
computación
El secreto más grande del éxito
19: 32
Largo gorro azul, con estrellas plateadas de capa roja, camisa amarilla, pantalón también amarillo
y zapatillas negras. Larga barba blanca, ojos azules debajo de las gafas cristalinas redondas y
pequeñas, sentado sobre un baúl, con las manos en las quijadas y los codos sobre las rodillas. Así
permanecía el guardia del secreto más grande del éxito.

Teresa, Antonio y Glenda se aproximaron curiosamente a Seferino, el guardián del más grande
secreto del éxito y le preguntaron:

-¿Qué hace usted señor, sentado en ese baúl día y noche?

-Durante todos los siglos que han pasado cuido un gran secreto -les respondió Seferino.

-¿Cuál es ese secreto, volvieron a preguntar las tres niñas?

-Sólo puedo dárselo a quien o quienes me respondan correctamente a las preguntas siguientes.
¿Quieren que se las digan?

-Sí, -respondieron, las chicas.

Preguntan número uno:

¿Entre otros inventos, Thomas Alva Edison inventó?

Antonia se secreteó con Teresa Y Glenda y al unísono respondieron: -La bombilla eléctrica.

-Excelente, -respondió Seferino y continuó.

Preguntan número dos:


¿Nombre del científico que enunció “la luz de la gravitación universal”?

Glenda, llamó a Teresa y Antonia, hablaron en secreto y respondieron.

-Isaac Newton.

-Correcto asintió Seferino, su rostro había cambiado, estaba muy feliz porque estaba a punto de
ser liberado del cargo que le había dado al principio de la vida.

Tercera y última pregunta:


¿Inventor olvidado del teléfono alámbrico?

-Antonia dirigió esta vez la conversación en secreto y las tres respondieron.

-Antonio Meucci.

-ja, ja, ja, Seferino soltó la carcajada y exclamó.


-Correctísimo.

Se puso de pie, se colgó a la par del viejo baúl y a la vez que el baúl se abría y salía de su interior
humo color rojizo. El guardián del gran secreto del éxito rejuveneció hasta quedar como un chico
de catorce años.

-Como ustedes ven -dijo Seferino-, soy un príncipe encantado. Si una de ustedes quiere venir
conmigo al país de la felicidad y de la eternidad, deme un abrazo y me la llevaré.

-Yo quiero -dijo Teresa- y se metió en sus brazos.

La puerta del baúl terminó de abrirse y de su interior salió un hombre que Antonia atrapó.
Seferino saltó con Teresa al interior del baúl, el cual se cerró de inmediato y luego desapareció.

Con mucha emoción Antonia abrió el sobre y sacó su contenido, un viejo mapa con una flecha que
señalaba a una vieja cueva no muy lejos de allí, en cuyo dintel de la puerta se encontraba una
copa.

Las dos niñas se dirigieron hacia ella y sacaron de su interior un papiro que decía:

“El secreto más grande del éxito es una


constante curiosidad”
Albert Einstein

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