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IV.

PRÁCTICA DEL APOSTOLADO bifurcación de las carreteras, que indican la dirección y se quedan inmóviles;
marchad y arrastraréis a los demás.
Hablar y no hacer nada, es parecerse a la campana que toca a misa y que
a) LA ORACIÓN. La conversión es una gracia. Sólo Dios puede conmover
no va nunca. (San Francisco de Sales.)
los corazones y hacer que vuelvan a Él las almas; esta gracia únicamente puede
Una vida verdaderamente cristiana es una predicación muda, pero muy
obtenerse por medio de la oración. Un don tan sublime tiene que descender de
elocuente; sin darse cuenta, endereza a los demás quien anda derecho. En efecto
arriba.
dice Lacordaire:
Rezad mucho por las almas a quienes queréis hacer bien y por aquellas a
El apóstol, no es solamente un hombre que enseña la religión por medio
quienes queréis convertir; nada se resiste a esa fuerza. La oración es «la flaqueza
de la palabra, sino un hombre que predica el Evangelio, con todo su ser y cuya sola
de Dios». Vosotras tenéis a veces oraciones sin palabras; un grito del corazón, una
presencia es ya como una bienhechora aparición de Jesucristo.
lágrima, son también comprendidos por Dios.
Cuántas pobres almas encontramos nosotros los sacerdotes que nos dicen
El hombre se enreda fácilmente en sus fórmulas de oración; la mujer habla
su historia en dos palabras: «He sido arrastrada». ¡Arrastrad, pues, a los demás
y pide más sencillamente; por eso resulta, con frecuencia, verdadera la frase «lo
hacia el bien; coged su mano, tomad su corazón, apoderaos de su alma y
que la mujer quiere, Dios lo quiere».
conducidla a Jesucristo!
Por naturaleza, la mujer suplica con tal ternura y con tal efusión que resulta
«La belleza del cielo y el resplandor del firmamento – nos dice el Salmista
difícil resistir a su ruego. En efecto, hay en el corazón femenino ciertos sentimientos
– anuncian la gloria de Dios.» Vosotras, jóvenes, sois más capaces todavía, por
de angustia, de debilidad, de amor y de fe, que son los elementos mismos de la
vuestros ejemplos, de anunciar la gloria de Dios, haciendo bien a las almas. El cielo
oración victoriosa. La oración es, ante todo, el reconocimiento de la debilidad, que
estrellado no es una maravilla tan grande como un alma joven, pura, digna, tierna,
se inclina para pedir; y a vosotras, que por naturaleza sois débiles, os es más fácil
fuerte y llena de amor a Dios.
abajaros, inclinaros, manteneros en actitud suplicante.
Por la afirmación valiente de vuestra fe, por la rectitud y la piedad de
Además, tenéis vuestras lágrimas; cuando Jesús vio llorar cerca del
vuestra vida, vosotras seréis un «deber cumplido, viviente», una «virtud viva»;
sepulcro de Lázaro a los judíos y a Magdalena «se conmovió – dice el Evangelio –
vuestro ejemplo, entonces, será más poderoso que todos los discursos. No
y lloró también».
discutáis, pero vivid bien, porque la luz de las obras y el resplandor de la virtud
¿Creéis acaso que, porque el Corazón de Jesús haya dejado de vivir entre
alumbran a todo el mundo y no hieren a nadie.
nosotros, ha perdido su delicada sensibilidad?
La primera cualidad de aquel que quiere ser apóstol es la de llegar a ser el
Cuando parece que una madre, una esposa, una hijita o una hermana, han
modelo vivo de la virtud que enseña. Lo que constituye el verdadero apoyo de la
agotado todos los medios de predicación y ya, en apariencia, no pueden hacer
palabra, es el poder deslumbrante de una santa vida; sin eso, la palabra permanece
nada, les queda todavía un poder: rezar y llorar; en un repliegue del alma
infecunda y cae estéril ante el umbral de las almas.
encontrarán una lágrima que Dios hizo exprofeso y que será la salvación; Dios dará
Pero cuando el predicador es un buen ejemplo viviente, no sólo puede
por ella su gracia, tan abundante y tan fuerte, que los extraviados no podrán resistir.
decir: «escuchadme», sino, además: «imitadme». Por eso es necesario empezar a
(P. Potier.)
trabajar en la propia perfección antes de lanzarse a conseguir la perfección ajena.
Dios se vale de muchos medios para conseguir entrar en el íntimo
Llegad a ser santas y veréis qué ricas y abundantes cosechas recogeréis.
santuario de las almas, pero casi siempre penetra por una brecha sangrienta,
En Argonne (Francia), después de un duro combate, un herido que se
abierta por las lágrimas y por el dolor.
había arrastrado con otros varios hasta las cuatro paredes de una casa medio
b) EL BUEN EJEMPLO. «La voz es un sonido, el ejemplo es un trueno»,
derruida, dijo a la enfermera que se acercó a curarle: «Yo sé que usted tiene fe; yo
ha dicho san Bernardo. En efecto, los buenos ejemplos que saltan a la vista y dan
no la tenía, pero lo que acabo de ver y oír me ha convertido. Mire usted – añadió
fuerza a las palabras, son comprendidos por los menos inteligentes y se graban en
señalando el cuerpo inanimado de uno de sus compañeros que yacía junto a la
las memorias con rasgos imborrables. Una palabra conmueve a los hombres, pero
pared – ese hombre, herido como yo, llamó pidiendo un sacerdote, mientras tuvo
un acto los domina. Jesús dijo: «Coged vuestra cruz», pero Él la cogió primero.
un soplo de vida, hasta que al sentirse desfallecer, exclamó: «¡Soy cristiano y quiero
Napoleón, queriendo que le siguieran sus soldados sobre el puente de Arcole,
morir como cristiano!» Luego, apelando al recurso supremo de sus últimas fuerzas,
barrido por la metralla, se lanzó a la cabeza de sus tropas. Predicadores no faltan;
mojó su dedo en la sangre que brotaba de su herida y escribió sobre la pared: «¡Yo
lo que faltan son modelos. No imitéis esos postes indicadores colocados en la
creo en Dios!»; después de escrita esta afirmación, cayó muerto, Ahora, yo también
creo; el ejemplo de ese compañero que ha muerto proclamando su fe, Al mismo tiempo, una madre que estaba al lado de la verja y que desde
atestiguándola con su sangre, me ha conmovido, me ha convertido, me ha hacía tres años llevaba a Lourdes a su hijo sordomudo, cogió a este y
transformado. ¡Yo también quiero morir como un cristiano!» presentándoselo al Padre, dijo entre sollozos: «Tomad a mi hijo y ofrecedlo a María
Por otro lado, el apostolado del buen ejemplo es tan fácil; no os exige por la conversión de ese pobre desdichado». En el mismo instante la pequeña
ninguna fatiga, ningún gasto, ninguna molestia; sólo os pide el cuidado de cumplir paralítica salía curada de la piscina, y el impío, al verla, caía de rodillas exclamando:
estrictamente vuestros deberes de cristianos. «¡Dios mío, perdón; yo creo!»
Y esto está tan de acuerdo con vuestro modo de ser… «La misión de las El sacrificio había subido hasta el cielo, e inmediatamente había
mujeres, por regla general, consiste menos en explicar la verdad que en hacerla descendido la gracia. ¡Oh, jóvenes generosas que queréis convertir almas, tal vez
sentir.» Haced penetrar alrededor vuestro el delicado perfume de la virtud; sed un alma querida, acaso la de un padre, la de un hermano, la de un pariente, la de
suaves, amables, atrayentes, alegres y arrastraréis las almas detrás de vosotras. un amigo de la familia; creed firmemente que podéis atraerla a Dios, si así lo queréis!
Estad seguras de que vuestro ejemplo fructificará. En esta compañera Hay movimientos del corazón humano ante los cuales el corazón de Dios no puede
vuestra que no tiene valor para imitaros despertará tal vez el remordimiento, que es menos de conmoverse. Podéis conseguir que bajen del cielo las gracias por medio
el primer paso en el camino del bien. En tal otra, buena, pero débil, será su de heroicos sacrificios. ¿Tendréis ese valor?
indispensable apoyo. En las mejores será el impulso para caminar hacia una Veuillot ha escrito: «Hay bendiciones de Dios que penetran rompiendo los
perfección más elevada. Para todos será un beneficio. cristales.»
c) LOS BUENOS CONSEJOS. Un ser amante es esencialmente Si hay cristales rotos, si hay lágrimas, si hay sufrimientos en vosotras, las
comunicativo. «El bien tiene tendencia a extenderse», dice santo Tomás. bendiciones de Dios descenderán sobre las almas que os son queridas, sobre esas
Precisamente porque sois buenas, piadosas, suaves y caritativas, tendréis almas que vosotras queréis salvar.
forzosamente gran empeño en que esas virtudes reinen en torno vuestro, del modo No os llaméis a engaño; la conversión de un alma es cosa muy difícil.
más intenso posible. Un ser que ama, suele ser amado; y quien es amado y sabe Jesús, para salvarnos, quiso morir, y ¿creéis que os bastará a vosotras rezar
hablar al oído del corazón amado, es para este extremadamente poderoso. He aquí algunas oraciones por las almas que anheláis salvar? No, hijas mías, sed más
una fuerza más con que podéis contar; hay cosas que dichas por vosotras llegan al generosas; la oración es muy buena cosa, pero el trabajo es todavía mejor, y el
corazón y en cambio serían punzantes en boca de otro. Si veis caminar por mala sufrimiento está por encima de todo.
vereda a una de vuestras amigas, amadla, rogad por ella y aconsejadle con tierna Si la Humanidad tiene un horror instintivo al sacrificio, no puede por otra
solicitud; mostradle los peligros que corre, y, para que vuestros consejos sean más parte substraerse a su irresistible encanto. Hay en quien se sacrifica una belleza
eficaces, haced de vuestro propio ejemplo una predicación. que subyuga, un poder que vence las voluntades y las obliga a obrar.
d) EL SUFRIMIENTO. Si las oraciones, los ejemplos y los consejos no han Si queréis ser apóstoles, aprended a sufrir. Si queréis atraer a Dios un alma
dado resultados prácticos, añadid el sacrificio. Por la cruz nos salvó Jesús; que os es querida, sufrid por ella. Os lo repetiré: hay renunciamientos que desarman
únicamente sufriendo llegaremos nosotros a ser salvadores. Sufrir por alguien es a Dios.
rescatarle, es salvarle. El dolor hace brotar, instintivamente, la plegaria de su alma Haced que suban al cielo vuestros sacrificios y la gracia del Cielo
y las lágrimas de sus ojos. Las lágrimas son la sangre del corazón, sangre que descenderá sobre vuestras peticiones, porque, como dice el P. Didon, «la mayor de
también es redentora. las fuerzas es un corazón inmolado que ama y sufre ante Dios».
Un impío había consentido en llevar a Lourdes a una niña pequeña que
estaba imposibilitada de sus miembros, diciendo previamente: «Si la veo curada, si
la veo levantarse, me convertiré. Pero eso no sucederá. ¡Yo no creo!» TAREA
Mientras la niña estaba en la piscina, el Padre Bailly, advertido por un
sacerdote, exclamó: «Hermanos míos, ¿hay entre vosotros alguno que quiera Lea y responda es su cuaderno:
ofrecerse en sacrificio por la salvación de un alma que se niega a convertirse? ¿Hay 1. ¿Con qué frase resumiría la explicación de cada práctica de
entre los enfermos que están aquí uno sólo que consienta en ofrecer a Dios el apostolado?
sacrificio de continuar enfermo hasta su muerte por la conversión de este impío?» 2. ¿Cuál práctica le cuesta más trabajo realizar?
En medio del profundo silencio que reinaba, un pobre enfermo apoyado en sus 3. ¿Por qué almas desearía hacer estas prácticas?
muletas exclamó: «¡Yo!»

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