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Que la presencia del Señor te acompañe este


día. #Dios #Jesus #Jesucristo #Cristo #EspirituSanto #Jehova #presenciadedios #Fe #B
uenosDias #Amen #Avivamiento #AdorandoalRey
El Santo Rosario
Como rezarlo: Misterios, Letanias

Guía para el rezo del Santo Rosario


Buenas noches queridos hermanos Bienvenidos a la participación del Sto. Rosario.
Qué alegría reunirnos como familia de fe a celebrar con amor, alegría y con toda
devoción a nuestra Madre Santísima.
Ofrecemos este Santo Rosario para pedir por la sanación espiritual y por la
pandemia en el mundo entero, para que la Santísima Virgen nos ayude y proteja de
todo mal Por las intenciones del Papa Francisco, el obispo Luis Gerardo Cabrera por
nuestro párroco Mauricio Romero Ronquillo por el P. Antonio Calderón Restrepo y
todos los que trabajan por nta. iglesia

Introducción

G.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios
nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.

G.- Abre Señor mis labios, para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre.

G.- Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por
ser tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco
mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que tu bondad
y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a
ofender. Amén.

G.- Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

R.- Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

G.- Envía tu Espíritu Creador

R.- Y renueva la faz de la tierra.


G.- Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu
Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre del bien y gozar de
su consuelo. Por Cristo nuestro Señor. Amén

3 Ave María, Gloria

El que dirige el rezo:


Hoy contemplaremos los misterios de la luz. Cada uno de estos misterios revela el
Reino ya presente en la persona misma del Señor Jesús. Si bien todo el misterio de
Cristo es Luz, ya que Él es la Luz del mundo, esta dimensión se manifiesta sobre
todo en los años de la vida pública, cuando el Señor anuncia el Evangelio del Reino.

El que dirige el rezo: este misterio pidamos por nuestros hermanos profesionales
de la salud para que Dios le de todo lo que necesitan para seguir en su labor.
En el primer misterio luminoso se contempla el Bautismo de Jesús en el
Jordán.

"Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el
Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia Él como
una paloma. Se oyó una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado, mi preferido"". (Mc
1, 9-11)

El que dirige el rezo:


Señor, Dios nuestro, cuyo Hijo se manifestó en la realidad de nuestra carne;
concédenos poder transformarnos interiormente a imagen de aquel que hemos
conocido semejante a nosotros en su humanidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

G.- Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del


altar.

R.- Sea para siempre bendito y alabado.

G.- Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.

R.- Quien te amara tanto que de amor muriera.

Canto.

El que dirige el rezo: Pidamos a Dios para que siempre vivamos en armonía,
siguiendo el ejemplo de Jesús.
En el segundo misterio luminoso se contempla la auto revelación de Jesús
en las Bodas de Caná.

"Faltó el vino, y la madre de Jesús le dijo: "No les queda vino". Jesús le contestó:
"Mujer, ¿qué nos va a mí y a ti? Aún no ha llegado mi hora". Su Madre dijo a los
sirvientes: "Haced lo que Él os diga". Así, en Caná de Galilea, Jesús comenzó sus
signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en Él". (Jn 2, 3-5.11)

El que dirige el rezo:


Señor, Padre Santo, que, por admirable designio, quisiste que la Virgen santa
interviniese en los misterios de nuestra salvación; concédenos te rogamos, que
dóciles a las palabras de la misma Madre de Cristo, hagamos todo lo que tu Hijo
enseñó y ordenó en su Evangelio.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

G.- Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del


altar.

R.- Sea para siempre bendito y alabado.

G.- Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.

R.- Quien te amara tanto que de amor muriera.

Canto.
El que dirige el rezo: En este misterio pedimos por la paz de nuestra patria que la
nueva La Ley de apoyo humanitario sea aplicada con justicia y respeto
Por las intenciones de nuestro corazón y para agradecer por las bendiciones que
tenemos.

En el tercer misterio luminoso se contempla el anuncio del Reino de Dios


invitando a la conversión.

"Después que Juan fue encarcelado, Jesús se dirigió a Galilea, a predicar la buena
noticia del Reino de Dios. Decía: "El tiempo ha llegado y el reino de Dios ya está
cerca. Convertíos y creed en el Evangelio"". (Mc 1,14-15)

El que dirige el rezo:


Señor Dios nuestro, que, en la Bienaventurada Virgen María, nos diste el modelo
del discípulo que fielmente guarda las palabras de vida; te rogamos que abras
nuestros corazones para escuchar las palabras de la salvación, y así, por el poder
del Espíritu Santo, resuenen a diario en nosotros y produzcan abundantes frutos de
conversión y santidad.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

G.- Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del


altar.

R.- Sea para siempre bendito y alabado.

G.- Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.

R.- Quien te amara tanto que de amor muriera.

Canto.

El que dirige el rezo: Pidamos todos a Dios que hoy nos abra el corazón para vivir
estos momentos difíciles con alegría y amor, siguiendo el camino que Jesús nos ha
marcado.
En el cuarto misterio luminoso se contempla la Transfiguración

"Y sucedió que, mientras Jesús estaba orando, cambió el aspecto de su rostro, y su
ropa se volvió de una blancura resplandeciente...De la nube salió una voz, que dijo:
"Éste es mi Hijo amado, mi elegido. Escuchadle a Él"". (Lc 9, 29.35)

El que dirige el rezo:


Oh Dios, que en la Transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe
con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta
adopción como hijos tuyos; concédenos, te rogamos que, escuchando siempre la
palabra de tu Hijo, el predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por
Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.
G.- Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del
altar.

R.- Sea para siempre bendito y alabado.

G.- Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.

R.- Quien te amara tanto que de amor muriera.

Canto.

El que dirige el rezo: Por los miembros de nuestras familias y amigos que han
partido en la esperanza de la resurrección, para que Jesús los acoja en su reino
En el quinto misterio luminoso se contempla la Institución de la Eucaristía.

"Durante la cena, Jesús tomó pan, dio gracias a Dios, lo partió y se lo dio a sus
discípulos, diciendo. "Tomad y comed, esto es mi cuerpo". Tomó luego en sus
manos una copa, dio gracias a Dios y lo pasó a sus discípulos, diciendo: "Bebed
todos de ella, porque esto es mi sangre"". (Mt 26, 26-27)

El que dirige el rezo:


Oh, Dios, que en la Santa Eucaristía nos dejaste el memorial de tu pasión; te
pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y
de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu
redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Todos:
Amén.

G.- Bendito, alabado y adorado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del


altar.

R.- Sea para siempre bendito y alabado.

G.- Mi Jesús sacramentado, mi dulce amor y consuelo.

R.- Quien te amara tanto que de amor muriera.

Canto.

El que dirige el rezo: Infinitas gracias te damos, soberana Princesa, por los
favores que todos los días recibimos por vuestras manos generosas. Dígnate,
Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más
obligaros, te saludamos con una Salve:
III. CONCLUSIÓN.

Letanías de la Santísima Virgen


Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos,
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
Santa María, ruega por nosotros (*)
Santa Madre de Dios, (*)
Santa Virgen de las Vírgenes,
Madre de Jesucristo,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre Virgen,
Madre Incorrupta,
Madre Inmaculada,
Madre Amable,
Madre Admirable,
Madre del Buen Consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen digna de veneración,
Virgen digna de alabanza, 
Virgen Poderosa, 
Virgen Clemente,
Virgen Fiel,
Espejo de Justicia,
Trono de la eterna sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual, 
Vaso de honor (1),
Vaso de insigne devoción,
Rosa Mística,
Torre de David,
Torre de marfil (2),
Casa de oro,
Arca de la Alianza (3),
Puerta del cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos, 
Refugio de los pecadores,
Consoladora de los Afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina llevada al cielo,
Reina del Santo Rosario, 
Reina de la Paz.
(1) Vaso de honor, que llevó el mejor de los licores, la Sangre preciosísima de
Jesús.
(2) Torre de marfil, sólida y hermosa.
(3) Arca de la Alianza, que contiene a Jesús.

v/. Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo.


r/ .  Perdónanos, Señor.
v/.  Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
r/.   Escúchanos, Señor.
v/.   Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies nuestras


súplicas en nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen
Gloriosa y Bendita.
v/.  Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
r/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo.
ORACION A MARIA:

Oh María,
Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza.
Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste
asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de
que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la
fiesta después de este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a
hacer lo que Jesús nos dirá, El que tomo nuestros sufrimientos sobre sí mismo. Y se
cargó de nuestros dolores para guiarnos a través de la Cruz, a la alegría de la
Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las


súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen
gloriosa y bendita

ORACION POR LOS SACERDOTES

Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre


nosotros por medio de tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas,
que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean
los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios. Que
no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las
sendas de la historia con tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles
a sus compromisos, celosos de su vocación y de su entrega, claros espejos de la
propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido.
Te lo pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará
siempre presente en la vida de tus sacerdotes.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:


Contigo voy Virgen pura, y en tu poder voy confiado pues yendo de Ti amparado,
mi alma volverá segura. Dulce madre no te alejes tu vista de mí no apartes ven
conmigo a todas partes y solo nunca me dejes. Y ya que me proteges tanto como
verdadera madre, haz que me bendiga
El Padre, el del Hijo y el Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

Que la presencia del Señor te acompañe este día. 

El Santo Rosario
Buenos días queridos hermanos Bienvenidos a la participación del último Rosario de
la Aurora. Qué con alegría nos reunimos como familia de fe a celebrar con amor y
con toda devoción a nuestra Madre Santísima.
Rezamos este Santo Rosario por las intenciones de la Santísima Virgen María, por tu Divina
Voluntad que se haga en la tierra como en el cielo, por la sanación espiritual, por la paz
en el mundo entero.

Introducción

G.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios
nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

G.- Abre Señor mis labios, para alabar tu nombre y el de Tu Santa Madre.

G.- Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador y redentor mío, por
ser tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón
haberte ofendido. Quiero y propongo firmemente confesarme a su tiempo. Ofrezco
mi vida, obras y trabajos en satisfacción de mis pecados. Y confío en que tu bondad
y misericordia infinita, me los perdonarás y me darás la gracia para no volverte a
ofender. Amén.

G.- Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles

R.- Y enciende en ellos el fuego de tu amor


G.- Envía Señor tu Espíritu Creador

R.- Y renueva la faz de la tierra.

G.- ¡Oh Dios!, tú único Hijo nos ha conseguido con su muerte y resurrección los
bienes de la salvación eterna: concédenos que, venerando estos misterios en el
Santo Rosario de la Virgen María, imitemos aquello que contienen y obtengamos
aquello que prometen.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amén.
G.- Dios te salve, María santísima, hija de Dios Padre, virgen purísima y
castísima antes del parto, en tus manos encomendamos nuestra fe para que la
ilumines. Llena eres de gracia...
Dios te salve, María santísima, madre de Dios Hijo, virgen purísima y castísima en
el parto, en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que la alientes. Llena
eres de gracia... 
Dios te salve, María santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, virgen purísima y
castísima después del parto, en tus manos encomendamos nuestra caridad para que la
inflames. Llena eres de gracia..

MISTERIOS GOZOSOS
G.- Hoy contemplaremos los misterios gozosos. Ellos se caracterizan por el gozo
que produce el acontecimiento de la encarnación. Meditar los misterios "gozosos"
significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido
más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la
Encarnación y sobre el preanuncio del misterio del dolor salvífico.

G.- En el primer misterio gozoso se contempla la Anunciación.

G.- Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea,
llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre, llamado José, de la casa
de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba dijo:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo...vas a concebir en el seno y vas a
dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús"... Dijo María: "He aquí la
sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra.

G.- Oh Dios, autor de la salvación, que enviaste a tu ángel Gabriel a Santa María
para hacerla Madre del Redentor; aviva en nuestra mente la firme convicción de ser
tus hijos y de querer vivir siempre en comunión con el Cuerpo de Cristo, que es la
Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amen

G.- Ofrecemos este misterio por las intenciones del Papa Francisco, el obispo Luis
Gerardo Cabrera por los sacerdotes y religiosos en especial por nuestro párroco
Mauricio Romero y por el P. Antonio Calderón, también pedimos por las necesidades
de la Iglesia y por vocaciones para la vida religiosa y el sacerdocio.
Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria al Padre
y Jaculatoria.
Canto.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la
hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,


R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu
misericordia. Amén

G.- El Rosario de María nos libre de todo mal,


R.- Alabemos noche y día a la Reina Celestial.

G.- En el segundo misterio gozoso se contempla la Visitación de Nuestra


Señora.

G.- En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa,
a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. Y en cuanto oyó
Isabel el saludo de María...quedó llena del Espíritu Santo.

G.- Oh Señor, sabiduría y fuerza de los profetas, que inspiraste a la Madre del
Verbo encarnado visitar a su distante y anciana prima, para que tu Hijo, que ella
llevaba en su seno, santificase a Juan, el más grande profeta; concédenos obtener
las gracias y las virtudes por la presencia operante de la Madre de la Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amén.

G.- Ofrecemos este misterio por la paz de nuestro país y del mundo entero
Para que los gobernantes de las naciones, responsables de promover el bien común
y la concordia entre las naciones, establezcan entre los pueblos relaciones de
justicia, de reconciliación y de paz.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria al Padre


y Jaculatoria.
Canto.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la
hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,


R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu
misericordia. Amén

G.- El Rosario de María nos libre de todo mal,


R.- Alabemos noche y día a la Reina Celestial.

G.- En el tercer misterio gozoso se contempla el nacimiento de Jesús.

G.- José y María salieron de Nazaret hacia Belén y, "mientras ellos estaban allí se le
cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, lo
envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre.

G.- Oh Señor del cielo y de la tierra, que te complaciste en poner en movimiento a


las estrellas del cielo y encaminar a los humildes y doctos hacia la fría cueva en
donde María dio a luz a tu Hijo divino; concédenos unirnos en la humildad y el amor
a la vida del Verbo encarnado.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amén.

Ofrecemos este misterio por todas nuestras familias:


Para que por medio del rezo constante del santo rosario, nuestros hogares vivan
cimentados en el amor y en la paz de Cristo. También por las pobre almas del
purgatorio, especialmente aquellas de nuestras familias y por todos los fieles
difuntos.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria al Padre


y Jaculatoria.
Canto.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la
hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,


R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu
misericordia. Amén

G.- El Rosario de María nos libre de todo mal,


R.- Alabemos noche y día a la Reina Celestial.

G.- En el cuarto misterio gozoso se contempla la purificación de la Virgen.

G.- Cuando, según la ley de Moisés, se cumplieron los días de la purificación,


subieron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está prescrito en la
Ley del Señor: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor

G.- Oh Dios, libertador del pueblo elegido, que acogiste en el templo a tu Hijo
divino con su Madre Virgen; concédenos por intercesión de la misma Madre de Dios
ser presentados a ti en el Paraíso.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amén.

G.- Ofrecemos este misterio por los enfermos del cuerpo, la mente y el alma:
Para que el Señor Jesús y nuestra Madre Santa María, salud de los enfermos, los
visiten con su amor misericordioso y les den la salud deseada.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria al Padre


y Jaculatoria.
Canto.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la
hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,


R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu
misericordia. Amén

G.- El Rosario de María nos libre de todo mal,


R.- Alabemos noche y día a la Reina Celestial.

G.- En el quinto misterio gozoso se contempla el Niño perdido y hallado en


el templo.

El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres...Al cabo de tres días,
lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y
preguntándoles

Oh Padre del cielo, que consentiste que tu Hijo divino se entretuviera contigo, entre
los doctores del templo, no obstante las grandes angustias de sus padres por el
temor de haberlo perdido; haznos perseverantes en la oración para conseguir los
frutos de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R.- Amén.

Ofrecemos este misterio por los que sufren y por el desempleo:


Para que unidos con amor y esperanza a la Cruz del Señor Jesús, experimenten el
amor del Padre, la presencia confortadora del Espíritu Santo, y la caridad de sus
hermanos cristianos.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías, un Gloria al Padre


y Jaculatoria.
Canto.

G.- Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a
nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo.
R.- Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en tentación y
líbranos del mal.

G.- Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres tú
entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre: Jesús
R.- Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores; ahora y en la
hora de nuestra muerte.

G.- Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,


R.- Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos.

G.- María, Madre de Gracia y Madre de Misericordia,


R.- En la vida y en la muerte ampáranos Gran Señora.

T.- Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados y líbranos del fuego del infierno, lleva
al cielo a todas las almas y socorre especialmente a las más necesitadas de tu
misericordia. Amén

G.- El Rosario de María nos libre de todo mal,


R.- Alabemos noche y día a la Reina Celestial.

G.- Infinitas gracias te damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días
recibimos por vuestras manos generosas. Dígnate, Señora, tenernos ahora y
siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, te saludamos con
una Salve:

Yo imploro estas palabras en tu nombre,


Oh señor de todos los cielos, para pedir
por la salud de tu hija amada Esther Touma.
En este momentos difícil que será operada y es
en donde la fe se pone más a prueba, y por esto
demuéstrame que las esperanzas que colocamos
en ti son siempre escuchadas.
Esther tu hija afrontará una dura prueba por el
bien de su salud y solo con tu ayuda ella podrá
salir victoriosa de la operación y recuperación,
con la frente en alto, fuerte, vigorosa y con ánimo
de seguir adelante, si tu voluntad divina le permite,
amado señor, Ella seguirá siendo la sierva que
siempre ha sido y su fe en ti se verá fortificada.
Por favor, te pido que recojas estas palabras
con cariño y les des sentido por la salud de
tu querida hija.
Amén.

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