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INDICE

 Celebración Eucarística Domingo de Ramos 1

 Via Crucis 3

 Lectio Divina para Jueves Santo 18

 Lectio divina para Sábado Santo 22

 Celebración Eucarística 9 de abril 26

 Regina Coeli 28

 Hora Santa primer esquema 29

 Hora Santa segundo esquema 35

 Momento de oración 40

 Celebración Eucarística Domingo 30 de abril 42


CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Domingo de Ramos

Monición de entrada
Queridos hermanos: Después de habernos preparado desde el principio de
la Cuaresma con nuestra penitencia y nuestras obras de caridad, hoy nos
reunimos para iniciar, unidos con toda la Iglesia, la celebración anual de los
misterios de la pasión y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, misterios
que empezaron con la entrada de Jesús a Jerusalén.
Acompañemos con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada triunfal
a la ciudad santa, para que también podamos participar un día de su
gloriosa resurrección.

Monición a la primera lectura (Isaías 50, 4-7)


De acuerdo con la palabra que Dios inspira en el corazón del profeta Isaías,
al Siervo de Yahvé le será encomendada una misión que no será fácil: tiene
que padecer, con valentía y humildad, a causa de los pecados del pueblo. Y
lo hará sin protestar ni oponer resistencia. En los sufrimientos de este siervo
sufriente, los cristianos vemos prefigurada la Pasión de Cristo.

Monición al salmo responsorial (Salmo 21)


En una experiencia de desamparo, el salmista implora la misericordia de
Dios. Cristo hará suyas las palabras de este salmo en su abandono en la cruz.
Unamos nuestras voces a la suya diciendo:

Monición a la segunda lectura (Filipenses 2, 6-11)


En la segunda lectura de hoy, escucharemos un precioso himno que las
primeras comunidades cristianas entonaban para profesar la universalidad
del sacrificio de Cristo. Pero también, para exaltar al Señor, que mediante su
pasión dolorosa ha visto restablecida la gloria que le correspondía desde
siempre. Escuchemos.

Monición al Evangelio (Mateo 26, 14—27, 66)


Con el corazón atento a la Buena Nueva de la salvación y la entrada de Jesús
en la ciudad santa de Jerusalén, su ministerio público llega a la plenitud, y
nos situamos a las puertas del misterio pascual, centro de nuestra fe: su
pasión, muerte y resurrección. dispongámonos a escuchar la proclamación
de la Pasión de Cristo según san Mateo.

1
Oración universal
Respondan, por favor: “Escúchanos con amor, Padre”

● Por la Iglesia, que sufre en sus miembros, que quiere hacer suyo el
sufrimiento de toda la humanidad; para que sepa decir al abatido una
palabra de aliento. Roguemos al Señor.

● Por la unión de las Iglesias; para que el sacrificio de Cristo nos reúna
en la unidad a los hijos de Dios dispersos. Roguemos al Señor.

● Por los enfermos, los moribundos y todos los que sufren; para que,
apurando el cáliz de la pasión, a semejanza de Cristo paciente, tengan
la firme esperanza de participar con Él en su gloria. Roguemos al
Señor.

● Por nosotros, que nos disponemos a celebrar la Pascua del Señor; para
que su muerte y resurrección se cumplan en nuestra vida, Roguemos
al Señor.

● Por la fidelidad de los esposos, de los sacerdotes, de todos los


cristianos a nuestra fe. Roguemos al Señor.

● Para que todos los difuntos compartan la resurrección de Cristo, igual


que han compartido ya con él la muerte. Roguemos al Señor.

● Por un aumento en las vocaciones en la Vida Religiosa y Sacerdotal,


en toda la Iglesia en particular, para nuestra Congregación del
Santísimo Redentor. Roguemos al Señor.

Final
Vayamos ahora a nuestros hogares, no con el propósito de comenzar una
semana de vacaciones, sino una Semana Santa, obrando con rectitud y
participando de todos los actos litúrgicos que la Iglesia nos ofrece para
santificar nuestras vidas en estos días sagrados.

2
VÍA CRUCIS
Indicaciones: El viacrucis lo hemos dividido a lo largo de la semana mayor
para que tomes tiempo de reflexionar y meditar cada misterio.

Lunes 03 de abril

Inicio del rito


G: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Señor abre mis labios y mi boca proclamará tus alabanzas.


Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del maligno enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame y mándame a Ti, para que con tus santos
te alabe, por los siglos de los siglos. Amén.

Acto de contricción
Jesús mi Señor y redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he
cometido hasta hoy y me pasa de todo corazón por que con ellos ofendí a
un Dios tan bueno, propongo firmemente no volver a pecar y confío que con
tu infinita misericordia me has de perdonar todas mis culpas y me has de
llevar a la vida eterna. Amén.

Intención del primer día.


Este día, meditaremos las cuatro primeras estaciones de la pasión de
nuestro Señor, ofreciendolas y orando por aquellos adolescentes y jóvenes
que han sido juzgados o criticados por su personalidad y creencias, por la
cruz que cada uno carga, para que, sus malestares aminoren y puedan
disfrutar de la infinita misericordia de Dios. Amén.

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Cantos sugeridos: Clavado en la Cruz Canta Autor: Padre
Ernesto Ruiz.
Más por amor Autor: Juan Coz Asunción, amy, Coro de niños.

Estación I. Jesús es Condenado a Muerte

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
«Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención de soltar a
Jesús. Pero ellos seguían gritando: "¡Crucifícalo, crucifícalo!".
Por tercera vez les dijo: "Pues, ¿qué mal ha hecho este? No he
encontrado en él ninguna culpa que merezca la muerte. Así es que le daré
un escarmiento y lo soltaré". Pero ellos se le echaban encima, pidiendo a
gritos que lo crucificaran; e iba creciendo su griterío. Pilato entonces
sentenció que se realizará lo que pedían: soltó al que le reclamaban (al que
había metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó
a su voluntad» (Lc 23,20-25).

Cuando estaba en primero de preparatoria, Marcos, un joven de mi clase,


fue acusado de haber robado la merienda de su compañero de banco. Yo
sabía que no era cierto, pero me callé, no era mi problema, y además todos
lo señalaban a él como culpable. ¿Por qué tendría que haber intervenido?
Todavía, cada vez que lo recuerdo, siento vergüenza, me duele mi actitud.
Hubiera podido ayudar a mi amigo, decir la verdad y ayudar a que se haga
justicia, en cambio me comporté como Pilato y preferí mirar hacia otra
parte. Elegí el camino más cómodo y me lavé las manos. Hoy estoy muy
arrepentido. Hubiera querido tener un poco de valentía, seguir mi corazón
y ayudar a mi amigo en dificultad.
A veces sólo sentimos la voz de quien hace y quiere el mal, mientras la
justicia es un camino cuesta arriba, con obstáculos y dificultades, pero
tenemos a Jesús a nuestro lado, dispuesto a sostenernos y ayudarnos.

Oración
Jesús, concédenos un corazón sencillo y sincero, infunde en nosotros tu
Espíritu Santo y danos tu fortaleza, porque sólo así tendremos la valentía de
testimoniar tu verdad, que es camino de justicia y reconciliación.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.

4
Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!

R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación II. Jesús Carga con la Cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio—
y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le
ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y
comenzaron a hacerle el saludo: «¡Salve, rey de los judíos!». Le golpearon la
cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban
ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y
lo sacaron para crucificarlo (Mc 15,16-20).

Mi juventud ha sido señalada. Y no ha sido fácil lidiar con las burlas y las
miradas de aquellos que se creen superiores a mí ;a veces se siente como si
fuera privado de mi libertad y mis sonrisas. Aún así cada día voy
aprendiendo el respeto por el otro y el valor del servicio hacia el que es más
pobre. A menudo me pregunto: “¿Por qué tiene que ser así?”.No encuentro
paz entre tanta injusticia;pero ahora sé que Jesús es capaz de curar mis
heridas más profundas.Y poner fin a mi condena de sufrimiento. Jesús alivia
el peso de la cruz que me pusieron sobre los hombros.

Oración
Oh Dios, justicia y redención nuestra, que nos diste a tu único Hijo
glorificándolo en el trono de la Cruz, infunde tu esperanza en nuestros
corazones para reconocerte presente en los momentos oscuros de nuestra
vida. Consuélanos en toda aflicción y sostennos en las pruebas, mientras
esperamos tu Reino. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!

5
R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación III. Jesús cae por Primera Vez

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Es un Jesús frágil, muy humano, el que contemplamos con
asombro en esta estación de gran dolor. Pero es precisamente
esta caída en tierra lo que revela aún más su inmenso amor.
Está acorralado por el gentío, aturdido por los gritos de los soldados,
cubierto por las llagas de la flagelación, lleno de amargura interior por la
inmensa ingratitud humana. Y cae. ¡Cae por tierra!

Pero en esta caída, en este ceder al peso y la fatiga, Jesús vuelve a ser una
vez más maestro de vida. Nos enseña a aceptar nuestras fragilidades, a no
desanimarnos por nuestros fallos, a reconocer con lealtad nuestras
limitaciones: «El deseo del bien está a mi alcance -dice san Pablo- pero no
el realizarlo» (Rom 7,18).

Oración
Jesús, has caído debajo de la gran cruz que llevabas. También yo caigo a
menudo y me lastimo. Protégeme en mi camino y concédeme la fuerza de
llevar mis cargas junto a Ti.
Señor, has asumido nuestros sufrimientos y los has compartido hasta el
patíbulo que aplasta y humilla. No nos abandones bajo el peso de nuestras
cruces, que a veces nos parecen demasiado pesadas.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación IV. Jesús se Encuentra con su Santísima Madre

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

6
Meditación
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su
madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver
a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su
madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu
madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio (Jn
19,25-27).

Está allí, con el valor de la madre, con la fidelidad de la madre, con la bondad
de la madre, y con su fe, que resiste en la oscuridad: «Bendita tú que has
creído» (Lc 1, 45). «Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará esta
fe en la tierra?» (Lc 18, 8). Sí, ahora ya lo sabe: encontrará fe.

Oración
Santa María, Madre del Señor, has permanecido fiel cuando los discípulos
huyeron. Al igual que creíste cuando el ángel te anunció lo que parecía
increíble ˆque serías la madre del Altísimoˆ también has creído en el
momento de su mayor humillación. Por eso, en la hora de la cruz, en la hora
de la noche más oscura del mundo, te han convertido en la Madre de los
creyentes, Madre de la Iglesia. Te rogamos que nos enseñes a creer y nos
ayudes para que la fe nos impulse a servir y dar muestras de un amor que
socorre y sabe compartir el sufrimiento.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Martes 04 de abril

Cantos sugeridos: El Cirineo (Version Piano) , Quién es este que


viene Autor: Grupo AXXIS

Intención del segundo día:


Este día meditaremos cuatros estaciones de la pasión de nuestro Señor,
ofreciendolas y orando por los adolescentes y jóvenes que son apoyo para

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aquellos que no encuentran salida a sus problemas, para que al ayudarles
a cargar su cruz los ilumines y fortalezcas. Que en su acompañamiento
funjan como medio para transmitir tu amor, esperanza y misericordia.
Amén.

Estación V. El Cirineo Ayuda a Jesús con la Cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Simón de Cirene, de camino hacia casa volviendo del trabajo, se
encuentra casualmente con aquella triste comitiva de
condenados, un espectáculo quizás habitual para él. Los
soldados usan su derecho de coacción y cargan al robusto campesino con
la cruz. ¡Qué enojo debe haber sentido al verse improvisamente implicado
en el destino de aquellos condenados! Hace lo que debe hacer, ciertamente
con mucha repugnancia. El evangelista Marcos menciona también a sus
hijos, seguramente conocidos como cristianos, como miembros de aquella
comunidad (Mc 15, 21).

Del encuentro involuntario ha brotado la fe. Acompañando a Jesús y


compartiendo el peso de la cruz, el Cireneo comprendió que era una gracia
poder caminar junto a este Crucificado y socorrerlo. El misterio de Jesús
sufriente y mudo le llegado al corazón. Jesús, cuyo amor divino es lo único
que podía y puede redimir a toda la humanidad, quiere que compartamos
su cruz para completar lo que aún falta a sus padecimientos (Col 1, 24). Cada
vez que nos acercamos con bondad a quien sufre, a quien es perseguido o
está indefenso, compartiendo su sufrimiento, ayudamos a llevar la misma
cruz de Jesús. Y así alcanzamos la salvación y podemos contribuir a la
salvación del mundo.

Oración
Señor, a Simón de Cirene le has abierto los ojos y el corazón, dándole, al
compartir la cruz, la gracia de la fe. Ayúdanos a socorrer a nuestro prójimo
que sufre, aunque esto contraste con nuestros proyectos y nuestras
simpatías. Danos la gracia de reconocer como un don el poder compartir la
cruz de los otros y experimentar que así caminamos contigo. Danos la gracia
de reconocer con gozo que, precisamente compartiendo tu

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sufrimiento y los sufrimientos de este mundo, nos hacemos servidores de la
salvación, y que así podemos ayudar a construir tu cuerpo, la Iglesia.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación VI. La Verónica enjuga el rostro de Jesús.

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
«¿Qué es la ternura? Es el amor que se hace cercano y concreto.
Es un movimiento que procede del corazón y llega a los ojos, a
los oídos, a las manos. […] La ternura es el camino que han
recorrido los hombres y las mujeres más valientes y fuertes»[191].
Dentro de las formas variadas… Precisamente, aún en épocas en que las
mujeres eran más relegadas, el Espíritu Santo suscitó santas cuya
fascinación provocó nuevos dinamismos espirituales e importantes
reformas en la Iglesia. … Especialmente hay que recordar a tantas mujeres
desconocidas u olvidadas quienes, cada una a su modo, han sostenido y
transformado familias y comunidades con la potencia de su testimonio.
(Fratelli tutti y Gaudate et Exultate)

Oración
Señor Jesús, danos la ternura para ver en las personas de nuestro alrededor
tu santo rostro, para cuidarlo como la Verónica lo hizo con el tuyo. Que el
Espíritu Santo nos llene de fascinación para provocar cambios que nos
lleven a Ti aunque el mundo esté en nuestra contra.
R/. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

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Estación VII. Segunda caída en el camino de la cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
En los jóvenes también están los golpes, los fracasos, los
recuerdos tristes clavados en el alma. Muchas veces «son
heridas de las derrotas de la propia historia, de los deseos
frustrados, de las discriminaciones e injusticias sufridas, del no haberse
sentido amados o reconocidos». Además «están las heridas morales, el peso
de los propios errores, los sentimientos de culpa por haberse
equivocado»[38]. Jesús se hace presente en esas cruces de los jóvenes, para
ofrecerles su amistad, su alivio, su compañía sanadora, y la Iglesia quiere

ser su instrumento en este camino hacia la restauración interior y la paz del


corazón.
(Christus Vivit)

Oración
Jesús amado, no temes mostrarnos tus caídas, que nos recuerdan nuestros
propios fracasos. Hoy te entregamos las heridas que nos dejan para que nos
concedas levantarnos como Tú lo hiciste y seguir siendo instrumento de tu
amor.
R/. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación VIII. Jesús consuela a las hijas de Jerusalén

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Una Iglesia demasiado temerosa y estructurada puede ser
permanentemente crítica ante todos los discursos sobre la

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defensa de los derechos de las mujeres, y señalar constantemente los
riesgos y los posibles errores de esos reclamos. En cambio, una Iglesia viva
puede reaccionar prestando atención a las legítimas reivindicaciones de las
mujeres que piden más justicia e igualdad. Puede recordar la historia y
reconocer una larga trama de autoritarismo por parte de los varones, de
sometimiento, de diversas formas de esclavitud, de abuso y de violencia
machista.

Con esta mirada será capaz de hacer suyos estos reclamos de derechos, y
dará su aporte con convicción para una mayor reciprocidad entre varones y
mujeres, aunque no esté de acuerdo con todo lo que propongan algunos
grupos feministas. Esa es la reacción de una Iglesia que se mantiene joven
y que se deja cuestionar e impulsar por la sensibilidad de los jóvenes.
(Christus vivit)

Oración
Jesús mío, Tú escuchas nuestras tristezas y nos pides coherencia en
nuestras acciones. Permítenos a nosotros escuchar a nuestras hermanas y
nuestros hermanos para consolarlos y actuar para el bien de todos.
R/. Amén.

Padre Nuestro…
G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!
R/. Salvador del mundo sálvanos.

Miércoles 05 de abril

Cantos sugeridos: Tu cruz fue el precio Autor: Luz de Alba ,


Cuan grande es mi dios Autor: Jon Carlo

Intención del tercer día:


Este día meditaremos cuatros estaciones de la pasión de nuestro Señor,
ofreciendolas y orando por los adolescentes y jóvenes que atraviesan por
un mal momento, por los que a diario luchan contra alguna enfermedad
emocional o física, para que encuentren herramientas y medios que los
hagan sentir tu misericordia y amor infinito. Amén.

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Estación IX. Jesús cae por tercera vez

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Cuando uno descubre que Dios lo llama a algo, que está hecho
para eso –sea la enfermería, la carpintería, la comunicación, la
ingeniería, la docencia, el arte o cualquier otro trabajo–
entonces será capaz de hacer brotar sus mejores capacidades de sacrificio,
de generosidad y de entrega.

Saber que uno no hace las cosas porque sí, sino con un significado, como
respuesta a un llamado que resuena en lo más hondo de su ser para aportar
algo a los demás, hace que esas tareas le den al propio corazón una
experiencia especial de plenitud. Así lo decía el antiguo libro bíblico del
Eclesiastés: «He visto que no hay nada mejor para el ser humano que
gozarse en su trabajo» (Qo 3,22).
(Christus Vivit)

Oración
Te damos gracias Señor por las oportunidades que nos das para crecer aún
cuando el camino es largo y cansado. Te entregamos nuestros dones para
que seas Tú quien nos conceda los frutos de nuestro trabajo.
R/. Amén.

Padre Nuestro…
G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!
R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación X. Jesús despojado de sus vestiduras

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Son «más numerosos en el mundo los jóvenes que padecen
formas de marginación y exclusión social por razones religiosas,

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étnicas o económicas. Recordamos la difícil situación de adolescentes y
jóvenes que quedan embarazadas y la plaga

del aborto, así como la difusión del VIH, las varias formas de adicción (drogas,
juegos de azar, pornografía, etc.) y la situación de los niños y jóvenes de la
calle, que no tienen casa ni familia ni recursos económicos»[30]. Es un hecho
que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de
exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con
menores posibilidades de defender sus derechos»[20].
(Christus Vivit y Fratelli tutti)

Oración
Jesús mío, fuiste humillado frente a tus personas más amadas por injusticia.
Te pedimos que nos des la valentía y la fuerza para alzar la voz y luchar
contra las humillaciones que nuestras hermanas y hermanos viven
diariamente debido a la exclusión y marginación social
R/. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación XI. Jesús es clavado en la cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
«Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a
suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media
mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación
estaba escrito: "El rey de los judíos". Crucificaron con él a dos bandidos, uno
a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la Escritura que dice: "Lo
consideraron como un malhechor"» (Mc 15,24-28).

¡Y lo crucificaron! Jesús no desciende, no abandona la cruz. Permanece


obediente hasta el fin a la voluntad del Padre. Ama y perdona.
También hoy, como Jesús, muchos hermanos y hermanas nuestros están
clavados al lecho de dolor, en hospitales, asilos de ancianos, en nuestras
familias. Es el tiempo de la prueba, de días amargos, de soledad e incluso

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de desesperación: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» (Mt
27,46).

Oración
Jesús, líbranos de nuestro orgullo y de nuestros prejuicios, haz que nuestro
corazón esté abierto a los demás.
Que nuestra mano nunca sea para clavar, sino siempre para acercar,
consolar y acompañar a los enfermos, levantándolos de su lecho de dolor.
Señor, ayúdanos a ver en cada una de nuestras debilidades una posibilidad
nueva para manifestar la fuerza de tu cruz, que da vida y esperanza. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación XII Jesús muere en la cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
Hace poco, después de haber tratado el tema en el colegio,
escribí una redacción sobre los niños que eran víctimas de la
mafia. Me pregunto: ¿cómo es posible cometer acciones tan
terribles?, ¿es justo perdonar algo así? Y yo, ¿sería capaz de hacerlo?
Jesús, muriendo en la cruz, nos ha dado la salvación a todos. No vino a llamar
a los justos, sino a los pecadores que tienen la humildad y la valentía de
convertirse.

Oración
Jesús, danos la fuerza de perdonar, Tú que has dicho: “Habrá más alegría en
el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos
que no necesitan arrepentirse”.
Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

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Jueves 06 de abril

Cantos sugeridos: Entregó el espíritu Autor: Luz de Alba, Por


La Fe Autora: Verónica Sanfilippo

Intención del segundo día:


Este día meditaremos cuatros estaciones de la pasión de nuestro Señor,
ofreciendolas y orando por los adolescentes y jóvenes que se encuentran
alejados de la Iglesia, para que pronto puedan experimentar un encuentro
con Dios.

Estación XIII El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
«Al anochecer llegó un hombre rico de Arimatea, llamado José,
que era también discípulo de Jesús. Este acudió a Pilato a
pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se lo
entregaran» (Mt 27,57-58).

Antes de ser puesto en la tumba, Jesús es entregado finalmente a su Madre.


Es el icono de un corazón destrozado, que nos dice cómo la muerte no
impide el último beso de la madre a su hijo. Postrada ante el cuerpo de
Jesús, María se encadena a él en un abrazo total. Este icono se llama
simplemente «Piedad». Es desgarrador, pero demuestra que la muerte no
quiebra el amor. Porque el amor es más fuerte que la muerte. El amor puro
es perdurable.

Oración
Te damos gracias, Jesús, porque con tu muerte en la cruz nos has dado la
fuerza de la esperanza.
Oh Señor, Padre bueno, concédenos sentirte cercano, como presencia que
consuela y reconcilia, hasta el momento en que, por un don de tu
providencia, nos llames para que seamos uno solo contigo. Por Cristo
nuestro Señor. Amén.

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Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Estación XIV. El cuerpo de Jesús es puesto en el sepulcro

G: Te adoramos oh, Cristo, y te bendecimos


R/. Que por tu Santa cruz redimiste al mundo y a mí, pecador.

Meditación
«Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el huerto
un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía...
Allí pusieron a Jesús» (Jn 19,41-42).

La muerte nos desarma, nos hace entender que estamos expuestos a una
existencia terrenal que termina. Pero, ante ese cuerpo de Jesús puesto en
el sepulcro, tomamos conciencia de lo que somos: criaturas que, para no
morir, necesitan a su Creador.

El silencio que rodea ese jardín nos permite escuchar el susurro de una
suave brisa: «Yo soy el que vive, y yo estoy con vosotros» (cf. Éx 3,14).

Oración
Jesús, ayúdanos a no interrumpir nuestra oración cuando sentimos el
corazón pesado ante la piedra de tu sepulcro.
Oh Señor, Padre bueno, cuando el camino de la vida nos muestra historias
difíciles, concédenos la esperanza de la Pascua, paso de la muerte a la
resurrección. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro...

G: ¡Por tu Cruz y Resurrección nos redimiste!


R/. Salvador del mundo sálvanos.

Oración final
Señor, Padre bueno, durante esta semana hemos hecho
memoria del Vía Crucis de tu Hijo Jesús, a la luz de las
reflexiones que el Papa Francisco nos ha regalado.

16
Ayúdanos a ser como tú, necesitados de todo, abiertos a la vida. Haz que
volvamos a adquirir la pureza de la mirada y del corazón.
Te pedimos que bendigas y protejas a todos los adolescente y jóvenes del
mundo, para que puedan crecer en edad, sabiduría y gracia, para que
conozcan y sigan el proyecto de bien que Tú has pensado para cada uno.
Bendice también a los padres y a cuantos colaboran con ellos en la
educación de estos hijos tuyos, para que se sientan siempre unidos a ti al
dar vida y amor.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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LECTIO DIVINA JUEVES SANTO EN LA CENA
DEL SEÑOR
«Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte»
Iniciemos nuestro encuentro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo
Invocamos al Espíritu Santo
Espíritu Santo llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente
para poder entender la Palabra de Dios.
Amén.

Oración Introductoria

Señor Jesús, dame la gracia para que sepa guardar el silencio que me pueda
llevar a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creo en ti
Señor, te amo y confío en que tú también quieres estar conmigo. Amén.
Petición

Señor, ayúdame a prepararme para poder vivir el encuentro del Jueves


Santo en la última cena tal como tú quieras que lo viva.

Evangelio según San Juan 13, 1-15.


Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado
la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado
a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote,
hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había
puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se
levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la
cintura.
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos
y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los
pies a mí?».
Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo,
pero después lo comprenderás».

18
«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si
yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
«Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las
manos y la cabeza!».
Jesús le dijo: «El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies,
porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios,
aunque no todos».
El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: «No todos ustedes
están limpios».
Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les
dijo: «¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman
Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también
deben lavarse los pies unos a otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.»
Palabra del Señor.

Lectura, ¿Qué dice el texto?

Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los
pies a mí?».
Jesús le respondió: «No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo,
pero después lo comprenderás».
«No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!». Jesús le respondió: «Si
yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
«¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman
Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.
Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también
deben lavarse los pies unos a otros.
Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.»
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que
atraen tu atención, tu interés?

19
Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
El lavar los pies no era un acto de purificación de la conciencia sino un
servicio de esclavo, que aquí es muestra de amor. Jesús quiere mostrarnos
que el servir es uno de los actos más misericordiosos, humildes, de amor
que no juzga en capacidades, en dones; es decir lo importante es dar amor
sin importar que, aunque no comprendamos porque. El Señor siempre se
acerca a nosotros, ¿Dispongo mi corazón, mi alma, mi cuerpo, mi voluntad,
mi mente para que el Señor me sirva?; al igual que Pedro no entendemos
porque el Señor, no importando quienes somos y como somos, ahí está
siempre para darnos amor, ¿Qué le diría a Jesús si me dijera: «Si yo no te lavo
o te sirvo, no podrás compartir mi suerte»?; el Señor dijo: Les he dado el
ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes, ¿He seguido y
sigo el ejemplo del Señor?
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión
personal?

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?


Señor, quiero siempre estar dispuesto de corazón, de alma, de cuerpo para
que me sirvas y yo ser tu instrumento para servir, es cierto no entiendo que
hay más allá, solo sé que el servir y dar amor es el principio, la puerta que
abre a tu Reino y es así como compartiré tú misma suerte. Seguramente no
sigo muy bien tu ejemplo, pero de algo si estoy seguro, que hago mi mejor
esfuerzo y doy mi mejor voluntad por seguirte, ayúdame mi Señor para que
cada día, cada momento este más cerca a tu ejemplo.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada uno pone sus intenciones; al termino de todas se dice Amén.

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?


«Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte».
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o
actitud que te ayuda a recordar este texto?

Acción, ¿A que me comprometo con Dios?


Tomemos un tiempo, dispongamos todo lo que somos, nuestro cuerpo,
nuestro espíritu, nuestro corazón y nuestra mente y dejemos que el Señor
nos sirva.
Vayamos al templo y sirvamos hoy que inicia el Triduo Pascual.

Vayamos con algún amigo, hermano, o alguien y sirvamos dando algo de nosotros.

20
Oración
Señor Jesús, te doy gracias porque a la luz de tu palabra he podido
acercarme un poco más a ti en este tiempo santo en que espero tu
resurrección; te pido, que sigas siendo lámpara de mis pasos en medio de
la obscuridad para que pueda resucitar contigo a una vida nueva. Señor,
no alejes tu mirada de mí, condúceme por el buen camino y no permitas
que me separe de Ti.
Porque tu Palabra nos convoca y alimenta:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos purifica e ilumina:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos anima y alegra:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos enriquece y consuela:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos interpela y compromete:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos juzga y nos salva:
Te doy gracias, Señor.
Finalizamos nuestro Encuentro diciendo:
† El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.

LECTIO DIVINA SÁBADO SANTO


Santa Vigilia Pascual
«Ha resucitado»
Iniciemos nuestro encuentro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo

Invocamos al Espíritu Santo


Ven, Espíritu Santo, Consolador, hazte luz para quienes todo lo ven oscuro;
amor, para quienes se creen o están solos; fuerza, para quienes perciben la
debilidad física y también en su espíritu. Tú eres el mejor Abogado,

21
defiéndenos de nosotros mismos, de nuestras melancolías y
desesperanzas.
Espíritu Santo ven a estos momentos donde nos disponemos de corazón y
mente para escuchar el mensaje de Dios y ponerlo en acción en nuestra
vida.
-Amén-

Oración Introductoria
Señor Jesús, dame la gracia para que sepa guardar el silencio que me puede
llevar a tener un momento de intimidad contigo en esta oración. Creo en ti,
Señor, te amo y confío en que Tú también quieres estar conmigo.

Petición
Señor, que sepa prepararme adecuadamente a la celebración de la Vigilia
Pascual.

Evangelio según Mateo 28, 1-10


Transcurrido el sábado, al amanecer del primer día de la
semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el
sepulcro.
De pronto, se produjo un gran temblor, porque el Ángel del Señor bajó del
cielo y acercándose al sepulcro, hizo rodar la piedra que lo tapaba y se sentó
encima de ella. Su rostro brillaba como el relámpago y sus vestiduras eran
blancas como la nieve.
Los guardias, atemorizados ante él se pusieron a temblar y quedaron como
muertos.

El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: «No teman. Ya sé que buscan a
Jesús, el Crucificado.

No está aquí; ha resucitado, como lo había dicho. Vengan a ver el lugar


donde lo habían puesto. Y ahora, vayan de prisa a decir a sus discípulos: ‘Ha
resucitado de entre los muertos, e irá delante de ustedes a Galilea; allí lo
verán’. Eso es todo».
Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro, y llenas de temor y de gran alegría,
corrieron a dar la noticia a los discípulos.
Pero de repente Jesús les salió al encuentro y las saludó. Ellas se le
acercaron, le abrazaron los pies, y lo adoraron.
Entonces les dijo Jesús: “No tengan miedo. Vayan a decir a mis hermanos
que se dirijan a Galilea. Allá me verán”. Palabra del Señor.

22
Lectura, ¿Qué dice el texto?

El Ángel dijo a las mujeres: «No teman. Ya sé que ustedes buscan a Jesús, el
Crucificado.
No está aquí; ha resucitado como lo había dicho.
Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que
atraen tu atención, tu interés?

Meditación, ¿Qué nos dice Dios en el texto?

Para vivir, hay que morir. Somos cuerpo y espíritu, Dios nos creó físicamente
y nos Dios un espíritu, y estamos aquí para cumplir un plan, una misión que
Dios nos ha dado; al morir hay la separación y nuestro espíritu va al Reino de
Dios. ¿Comprendo que soy cuerpo y espíritu?, ¿Entiendo que, Dios al
crearme como ser humano (cuerpo y espíritu) lo hace con un propósito y
tiempo determinado?, ¿Porque era necesario que Jesucristo fuera
entregado en las manos de los pecadores?, ¿Qué significado tiene la
crucifixión y resurrección de Jesucristo en mi vida y en de la humanidad?

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión


personal?
(Tomemos un tiempo para meditar)

Reflexión

Cristo resucitado se conmueve ante el amor desinteresado y fiel de la


Magdalena y la llama por su nombre. No puede seguir ocultándose y se le
descubre. Y es que un amor así, a pesar de nuestras debilidades pasadas,
conmueve a nuestro Señor hasta lo más profundo de su ser y se siente
“desarmado”, no puede no corresponder a nuestro amor.

Jesús ha vencido al mal – incluso el que nosotros hemos cometido –, y


nosotros hemos triunfado con Él. La Magdalena se postra ante Él, y Él la llena
del gozo de su resurrección, como quiere llenarnos a nosotros en este rato
de oración. Sólo basta perseverar en la prueba y pedir su gracia, buscar para
encontrarlo.

Pero Cristo Resucitado nos muestra que Él no se deja ganar en generosidad.


María Magdalena no pensaba encontrar más que un cadáver, y sin
embargo, Cristo se le muestra con su cuerpo glorioso, vivo para siempre.
Animados por esta confianza, debemos también acercarnos con una
disposición de entrega a Jesucristo, para pedirle que nos ayude a vencer al
hombre viejo, a vivir como hombres o mujeres nuevos...

La resurrección obra una auténtica transformación en la Magdalena. Ya no


llora. Ahora es enviada por Cristo a anunciar el gozo de su triunfo: "Ve y dile
a mis hermanos…" ¡Por primera vez en el Evangelio Cristo nos llama

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hermanos suyos! ¡Se ha realizado la filiación divina: somos verdaderamente
hijos adoptivos de Dios y hermanos de Cristo! Y como tales, participamos de
su misma misión... La resurrección no podemos guardarla en el baúl de los
recuerdos, sino anunciarla a los cuatro vientos como María Magdalena, de
manera que muchos otros hombres y mujeres se conviertan en apóstoles
convencidos del Reino de Cristo.

María Magdalena sale a dar testimonio de la resurrección, pero su amor no


le permite sólo rezar y dar ejemplo con su vida virtuosa para que los demás
conozcan a Cristo. Ella siente la necesidad, esencial a nuestra vocación
cristiana, de hacer algo, hablar, predicar, atender, ayudar, etc., todo lo que
pueda, para dar a conocer el amor de Cristo al mundo.

Oración, ¿Qué le decimos a Dios?


Cristo resucitado, me atrevo a ponerme en tu presencia para que me llenes
de Ti y del gozo de tu triunfo sobre el mal y la muerte. Creo firmemente en
tu presencia renovadora, pero aumenta mi pobre fe.
Confío que eres Tú quien me guiará en esta meditación y en toda mi vida
para vivir como un hombre o mujer nuevo(a). Enciéndeme con el fuego de
tu amor, para que me entregue a Ti sin reservas y quemes con tu Espíritu
Santo mi debilidad y cobardía para darte a conocer a mis hermanos.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada uno pone sus intenciones.
-Amén-

Contemplación, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?

«Ha resucitado»
(Repetimos)
«Ha resucitado»
«Ha resucitado»

Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o


actitud que te ayuda a recordar este texto?

Acción, ¿A qué me comprometo con Dios?

1. Entender que en aquí no somos eternos y Dios nos creó con un plan
y misión.
2. Al igual que Jesucristo, debemos servir, amar, entregarnos y
sacrificarnos por amor, porque así él nos lo pidió, que siguiéramos
su ejemplo.
3. Agradecer su inmenso sacrificio muy profundamente porque
gracias a ello, él vino a darnos salvación para ir al Reino de Dios.

24
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita
a realizar?

Propósito:
Hoy buscaré servir humildemente a una persona que provoque en mí,
sentimientos negativos.
Ahora, demos gracias a Dios por este momento de encuentro que hemos
tenido para meditar su palabra:
Señor Jesús, te doy gracias porque a la luz de tu palabra he podido
acercarme un poco más a ti en este tiempo santo en que espero tu
resurrección; te pido, que sigas siendo lámpara de mis pasos en medio de
la obscuridad para que pueda resucitar contigo a una vida nueva. Señor,
no alejes tu mirada de mí, condúceme por el buen camino y no permitas
que me separe de Ti.
Porque tu Palabra nos convoca y alimenta:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos purifica e ilumina:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos anima y alegra:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos enriquece y consuela:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos interpela y compromete:
Te doy gracias, Señor.
Porque tu Palabra nos juzga y nos salva:
Te doy gracias, Señor.

Finalizamos nuestro Encuentro diciendo:


† El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
Amén.

25
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Domingo 9 de abril 2023

Monición de entrada
Queridos hermanos, este es un día de fiesta. Cristo ha resucitado y esta es la victoria
que solemnemente celebramos con toda la Iglesia. ¡Cristo está vivo!
Este es el Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor, una celebración
revestida de una alegría inmensa, provocada por nuestra esperanza en la vida
eterna: si por medio del bautismo hemos muerto con Cristo al pecado, sabemos
que también resucitaremos con Él.
Dispongámonos entonces, con un corazón nuevo y lleno de luz, a celebrar estos
sagrados misterios, poniéndonos de pie y entonando el canto de entrada.

Monición a la primera lectura


En el libro de los Hechos de los Apóstoles nos encontramos hoy con
aquellos primeros cristianos que fueron la «comunidad de Jesús
Resucitado». El pasaje que leemos hoy es el testimonio de Pedro, en casa
del pagano Cornelio, sobre la resurrección de Cristo. Escuchemos.

Monición a la segunda lectura


De las cartas de San Pablo a los de Colosenses escuchemos un pasaje
breve pero denso y estimulante para buscar las cosas de arriba, después
de haber experimentado la resurrección con Cristo Jesús. Escuchemos.

Monición al Evangelio
El Evangelio de San Juan nos presenta hoy a los primeros testigos de la
Resurrección de Cristo, quienes encontraron el sepulcro vacío el primer día
de la semana. Escuchemos.

Oración universal
Dirijamos nuestra oración a Dios nuestro Padre, para que la comunidad cristiana,
confirmada en la fe, dé razón de su esperanza ante todos los hombres. Digamos
todos:
Por la resurrección de tu Hijo, escúchanos, Señor.

 Por el Santo Papa Francisco, los obispos y sacerdotes. para que tengan clara
conciencia de que son parte activa y misionera de la comunidad pascual,
generada por Cristo humillado en la cruz y glorificado en la
resurrección. Oremos.
 Por todos los que tienen cargos de gobierno, para que no cierren los ojos
ante la verdad. sino que acojan con honestidad las denuncias de sus
desaciertos y busquen siempre un diálogo sincero y constructivo. Oremos.
 por los bautizados, para que en la aspersión de la sangre y del agua que
brotan del costado de Cristo. renueven la gracia de su nacimiento en el
Espíritu y busquen los bienes de allá arriba, donde está Cristo sentado a la
derecha del Padre. Oremos.

26
 Por nuestros hermanos difuntos, para que Jesús. primicia de los resucitados,
que ha llevado la humanidad a la diestra del Padre, los acoja en la morada
de la luz, en la vida eterna. Oremos.
 Por nosotros, que celebramos esta Pascua; para que, cuando aparezca
Cristo, vida nuestra, aparezcamos juntamente con él en gloria. Oremos.

Monición antes del ofertorio


Cristo ha resucitado y vive entre nosotros; presentémosle ahora las ofrendas
del pan y el vino, y con ellos nuestras vidas para que nos permita un día
gozar de la gloria de su resurrección.

27
REGINA COELI
V/. Reina del Cielo, alégrate; aleluya.
R/. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V/. Resucitó según dijo; aleluya.
R/. Ruega por nosotros a Dios; aleluya;
V/. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R/. Porque resucitó en verdad el Señor; aleluya.

Oración

¡Oh, Dios!, que te dignaste alegrar al mundo por la Resurrección de tu Hijo, Nuestro
Señor Jesucristo: concédenos, te rogamos, que, por la mediación de la Virgen
María, su Madre, alcancemos los gozos de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo,
Nuestro
Señor. Amén.

28
HORA SANTA
Monición:
Señor Jesús, queremos estar contigo esta hora gustando anticipadamente el gozo
de tu gloria que manifestarás en tu segunda venida y por ello mismo, alabarte,
bendecirte y darte gracias porque tu reino es un reino de verdad y de amor, de
libertad, de justicia y de paz.
A ti venimos, ¡Jesús, Señor nuestro!, míranos aquí en tu presencia. Creemos que Tú
estás oculto bajo la especie del pan, estás aquí, tan real, verdadero y tan glorioso
como lo estás a la derecha del Padre. Creemos que nos miras, nos escuchas y que
te agrada tenernos en tu presencia. Queremos creer con una fe tan viva como
creían tus Apóstoles y todos tus santos.
Todos: Amén.

Canto: Entraré de Jeséd

Exposición Del Santísimo Sacramento


Sacerdote: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado.
Todos: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
Sacerdote: Oh Señor, habiendo celebrado el memorial de tu pasión, muerte y
resurrección reconocemos la entrega total que has hecho por amor a nosotros,
haznos sensibles a ti, para saber reconocer el amor infinito y misericordioso que
nos tienes y así poder caminar hacia ti.
Todos: Amén.
Canto: Que bien se está aquí de Athenas
Lector:
Antes que nada, Señor, queremos agradecerte, agradecerte por la vida que nos
regalas, por todos los pequeños detalles que, aunque parecen insignificantes, te
has fijado en ellos y nos concedes cosas maravillosas.
Gracias por nuestras manos, por este increíble instrumento que has puesto en
nosotros, porque con ellas podemos sentir, acariciar, dibujar; gracias porque nos
concediste ese maravilloso don de crear cosas maravillosas.
Gracias por estos ojos que nos concediste, con ellos podemos ver la maravilla de tu
creación, su perfección, el amor tan grande con el que realizaste hasta el mínimo
detalle; por este maravilloso don con el que somos capaces de observar.
Gracias por la nariz que nos brindaste, que nos llena de vida en cada respirar, el
sentir al inhalar y exhalar la vida en nuestros pulmones; por el increíble don de
identificar los olores, el perfume de la naturaleza, tan fresco; el de la comida, tan
apetitoso; el olor de sentir a nuestros hermanos cerca.
Gracias por nuestros maravillosos oídos, con los que podemos escuchar el canto de
las aves, el soplar del viento, el son de la música, el respirar de nuestro hermano;
por la bendición de poder escuchar el sentir de nuestros hermanos y por la dicha
de poder escuchar tu voz.
Gracias Señor por nuestra boca, un instrumento de amor, con el que podemos
comunicarnos, dar palabras de amor; probar los exquisitos sabores; cantar, reír,

29
gritar; porque mediante ella podemos sentirte en la eucaristía Señor, ese
sentimiento inigualable.
Te agradecemos Padre por estos detalles en los que te has fijado al crearnos y con
los que nos bendices en nuestro día con día, por lo maravilloso que son. Gracias
porque no te has olvidado de proveernos de vida en cada amanecer.
En un momento de silencio de manera personal agradezcamos al Señor por
alguna intención especial

Canto: Tu Señor sabes bien

Lector:
Te pedimos perdón Señor, por todas las ocasiones en las que te hemos ofendido,
perdón por las veces en las que no te hemos sabido amar con tal fortaleza como tu
lo hiciste, perdón porque no somos fuertes ante las tentaciones, perdón porque a
veces somos nosotros quienes nos alejamos de ti, perdón porque te ofendemos a
través del hermano a quien no ayudamos o escuchamos, perdónanos por tantos
momentos en los que te hemos fallado, perdón Señor.
En un momento de silencio reflexionemos sobre las ofensas que hemos cometido
y pidamos perdón al Señor

Liturgia de la Palabra

Lector:
Señor en este día en que recordamos lo infinita que es tu misericordia, también
queremos agradecerte por el perdón que nos concedes cada vez que con un
corazón arrepentido nos acercamos a ti en el sacramento de la reconciliación.
Escuchemos con atención la parábola de la Oveja Perdida Lc. 15, 3-7 los invitamos
a poner especial atención en alguna palabra o frase que resuene en su corazón
“Entonces Jesús les dijo esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y
pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca
de la oveja perdida, hasta encontrarla?” Y cuando la encuentra, contento la pone
sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice
“Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido”. Les
digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte
que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.”
Palabra del Señor
Todos: Gloria a ti Señor Jesús

Lector:
En un momento de silencio meditemos aquella palabra o frase que ha resonado
en nuestro corazón

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Canto: Eran cien ovejas

Jesús a través de esta parábola que seguramente hemos escuchado antes, nos
invita a pensar un momento en todas aquellas ocasiones en las que nos hemos
alejado del Señor, tal vez por las distracciones del mundo, por haber caído en
alguna tentación o por algún motivo personal, sin embargo a pesar de nosotros
alejarnos o dejar que las circunstancias nos alejen, es él quién va a nuestro
encuentro, nos busca incansablemente a veces a través de lo que vamos viviendo,
o de amigos, familiares cercanos o incluso en alguna palabra que escuchemos.
Hoy Jesús nos quiere invitar a recordar que no importa aquello que haya sucedido,
él siempre nos va a amar infinitamente y abrazar con su misericordia que no juzga,
al contrario, acoge y perdona. Porque, así como el día en que el hijo prodigo decidió
regresar con su padre el Señor se alegra inmensamente al encontrarnos, busca la
manera de limpiarnos de nuevo, renovarnos, cambiar lo que posiblemente nos
puede dañar de nuevo o llevarnos lejos de su presencia.

Solo está en nosotros el querer sentirnos amados por Dios, el camino ya lo hemos
iniciado desde aquella primera vez que nos encontramos con él, recuerda el primer
momento en el que sentiste este amor único que no se compara con nada, que en
este momento puedes gozar al estar en su presencia, recuerda lo que te motivo a
iniciar este camino de conversión y sobre todo que la misericordia de Dios está
siempre contigo solo basta arrepentirse de corazón por haberle ofendido y creer
que nos perdona para gozar de su misericordia.

Siente desde lo profundo de tu corazón lo maravillosa que es su misericordia. Él


que te ha cargado cuando no podías más, él que se ha entrega por ti, por mi por
todos, él que quiere continuar renovando tu vida, recordarte que para él lo más
importante eres tú y no lo que has hecho, porque te ama infinitamente, eres su
creación divina.

Momento de silencio para meditar

Canto: Al contemplarte en la cruz

Lector:

Dios es el Padre de toda la misericordia. En Él ponemos nuestra fe al elevar estás


peticiones a cada petición respondemos

Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

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Lector:
Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, nuestros obispos, sacerdotes y todos
los fieles, para que cada uno de ellos dé testimonio del amor y la misericordia de
Dios. Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por los que hayan cometido un pecado grave y temen ir a confesarse, para que sus
temores se disuelvan frente al deseo que tiene Jesús de perdonar y estar
reconciliado con ellos. Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por quienes sirven en oficios públicos, para que gobiernen con verdadera
compasión hacia los más vulnerables entre nosotros, especialmente los niños por
nacer, los ancianos y las personas discapacitadas; Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por los padres, por sus consejos y el testimonio de su vida, que puedan enseñar a
sus hijos a amar y a perdonar cuándo hayan sido ofendidos; Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por la protección de los derechos de conciencia y la libertad religiosa y para que
todas las personas de buena voluntad colaboren contra las crecientes amenazas a
estos derechos fundamentales; Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por la paz en el mundo, y especialmente en áreas de conflicto abierto, que antiguos
prejuicios y aversiones sean reemplazados por un espíritu de misericordia y
hermandad; Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Lector:
Por todos los adolescentes y jóvenes aquí reunidos para que en los momentos de
dificultas recordemos la infinita misericordia de Dios y nos acerquemos cada vez
más a él. Roguemos al Señor:
Todos: Por tu dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero

Se pueden agregar algunas intenciones especiales

Lector:

32
Señor, te pedimos bendigas nuestras manos, para que sean delicadas y sepan
tomar sin jamás aprisionar, que sepan dar sin calcular y tengan la fuerza de
bendecir, actuar con misericordia y consolar.

Señor, bendice mis ojos, para que sepan ver la necesidad y no olviden nunca lo que
a nadie deslumbra; que vean detrás de la superficie para que los demás se sientan
felices por mi modo de mirarlos y a través de mi puedan reconocer tu misericordia.
Señor, bendice nuestros oídos, para que sepan oír tu voz y perciban muy
claramente el grito de los afligidos; que sepan quedarse sordos al ruido inútil y la
palabrería, pero no a las voces que llaman y piden que las oigan y comprendan con
misericordia, aunque turben mi comodidad.

Señor, bendice nuestra boca, para que dé testimonio de Ti y no diga nada que hiera
o destruya; que sólo pronuncie palabras que alivian, que nunca traicione
confidencias y secretos, que consiga despertar sonrisas.

Señor, bendice nuestro corazón, para que sea templo vivo de tu Espíritu y sepa dar
calor y refugio; que sea generoso en perdonar con misericordia y comprender y
aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor.

Celebrante:
Padre Todopoderoso y misericordioso, te damos gracias por todas tus bendiciones,
y te rogamos que escuches nuestras plegarias en el nombre de tu Hijo, nuestro
Señor y Salvador Jesucristo, quien vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

Canto: Cuando estas en el altar de Athenas

Mientras se canta el canto, mientras el celebrante inciensa el Santísimo


Sacramento.

Celebrante:
Jesús Maestro, te adoramos como el amado del Padre, único camino para llegar a
Él. Te damos gracias porque te has hecho nuestro modelo, nos abrazas con
misericordia; nos has dado ejemplo de santidad e invitando a todos a seguir tú
mismo camino. Atráenos a ti para que busquemos únicamente tu voluntad,
siguiendo tus huellas y renunciando a nuestro egoísmo. Acrecienta en nosotros la
esperanza activa y el deseo de asemejarnos a ti, para que al final de la vida podamos
poseerte eternamente.

33
Todos: Amén.

Celebrante: Les diste Señor el Pan del cielo.


Todos: Que contiene en sí todo deleite. Sacerdote: Ilumina, Señor, con la luz de la fe
nuestros corazones y abrásalos con el fuego de la caridad, para que adoremos
resueltamente, en espíritu y en verdad, a quien reconocemos en este Sacramento
como nuestro Dios y Señor. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos: Amén.

Celebrante:
Oremos.
Oh, Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el memorial de tu Pasión,
te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo
y de tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu redención Tú,
que vives y reinas por los siglos de los siglos
Todos: Amén.

Bendición con el Santísimo.

Celebrante:
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Reserva

Canto: Tu modo de Cristóbal Fones

34
HORA SANTA
Se puede ambientar el lugar con frases o señalamientos que hacen alusión
a Jesús Buen Pastor.

Exposición del santísimo

Monición:
Nos disponemos para estar en presencia de Jesús Sacramentado, (se invita
aponerse de rodillas)

Evangelio según Mateo 28, 1-10


Mis ovejas conocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo
les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará. Lo
que el Padre me ha dado es más grande que todo, y nadie se lo
puede quitar. El Padre y Yo, somos uno solo.
Señor en tu infinita misericordia me has llamado… dame tu gracia que con
ella podré ser fiel a tu palabra y dame tu Espíritu Santo para que me ilumine
a entender tu voluntad en mi vida. Palabra de Dios

Canto: Entrare de Jesed

Monitor:

El Evangelio de San juan nos habla del buen pastor, de su entrega por cada
una de sus ovejas, y nos invita a imitarlo por medio de ese pastoreo que se
verá reflejada en la coherencia de vida que cada uno lleva.
Una vida construida en el amor, que nace del Padre que nos entrega a su
hijo, para que cada oveja, sienta que conoce la voz del pastor.

Vamos a acompañar esta Hora santa al Pastor que nos preside, vamos a
contemplar el momento en el que el miedo se apodera de quien es
consciente de la muerte que va a sufrir, a través de la cruz, con el objetivo
de cumplir la misión encomendada por el Padre, y así poder darnos el
camino de la Salvación y que se hace presente en medio de nosotros por
medio de la Eucaristía.

En definitiva, el Buen Pastor es Cristo Eucaristía, que se da como alimento


para reparar nuestras fuerzas disminuidas por los obstáculos de la vida, en
este rato de oración traigamos al Señor, toda nuestra vida y la de los

35
nuestros, pongamos delante de Él, todo aquello que tenemos en nuestros
corazones.

El máximo Don de la comunicación plena de lo que él es, no se trata de que,


por su muerte, se nos conceda algo venido de fuera, se trata de que su vida,
puesta al servicio de todos, prende y se desarrolla en los demás y nos lleva a
una entrega total por el prójimo.

Es un darnos sin límite de la prueba de que su vida está en nosotros, Jesús


realiza el modelo más alto de amor por el rebaño: el dispone libremente de
su propia vida, nadie se la quita, sino que la dona en favor de las ovejas. En
abierta oposición a los falsos pastores, Jesús se presenta como verdadero y
único pastor del pueblo: el pastor malo piensa en sí mismo y explota a las
ovejas; el pastor bueno piensa en las ovejas y se dona a si mismo

Canto: Al contemplar en la cruz de Athena

Salmo 23: El Señor es mi Pastor, nada me falta.

Lector 1:
Gracias Señor porque vamos descubriendo que estando contigo estamos
completos, sólo junto a ti tenemos lo necesario para ser felices, libres,
humildes, amables. Sólo contigo sabemos ser amigos y hermanos,
especialmente de quienes más sufren.
En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce

Lector 2:
Gracias Jesús porque el sólo hecho de estar contigo es para nosotros un
alivio, junto a ti experimentamos el verdadero descanso. Descubrimos que
es bueno confiar en ti, porque a donde tú nos lleves y nos guíes, siempre
será el mejor lugar. Perdona nuestros miedos que en ocasiones nos
paralizan y no nos permiten continuar avanzando junto a ti.
Me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su
nombre.

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Lector 3:
Tú, mejor que nadie, sabes que muy fácilmente nos cansamos o nos damos
por vencidos ante alguna situación que implique para nosotros un reto, un
problema familiar o personal, en fin, es para nosotros muy sencillo decaer,
sin embargo, cuando estamos ante ti y te adoramos y te alabamos, nuestras
fuerzas se renuevan, toda nuestra vida se hace nueva.

Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno,
porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.

Lector 4:
Aprovechamos este momento Señor para pedirte perdón, porque no
siempre hemos puesto nuestra total y absoluta confianza en ti, hemos
llegado a confiar más en el amuleto, en la buena suerte, en los astros o
cualquier otra cosa que no sea tú, es más, a veces confiamos demasiado en
nuestras propias fuerzas y fácilmente te dejamos de lado, sobre todo
cuando todo parece oscuro y desesperante. Sin embargo, hoy queremos
reconocer que es en los momentos de oscuridad y peligro, en los que más
sales a nuestro encuentro, son los momentos más bellos de tu presencia. No
retires nunca de nosotros tu mirada y síguenos cuidando como hasta ahora.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido
perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar.

Lector 5:
Reconocemos que tu misericordia es infinita y eterna, no tomas en cuenta
nuestro pecado, te importamos cada uno de tus hijos y eres tan grande que
tú mismo te haces nuestro servidor, pones en nuestra mesa el mejor
alimento que es Jesucristo en la Eucaristía y nos revistes de una dignidad
altísima, tú, más que nadie en este mundo, estás realmente ocupado en
embellecernos y haces todos los esfuerzos porque nadie nos arrebate el
tesoro de nuestra dignidad. Te pedimos señor por los adolescentes y jóvenes
que son expuestos a la burla por los vicios y las adicciones, por aquellos cuya
dignidad ha sido pisoteada y hoy viven un sin sentido de su existencia;
¡siéntalos a tu mesa! Y recuérdales su valor tan grande que tienen, llénalos
hasta que rebose su persona de tu Espíritu de Amor.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, oh,
Señor, por siempre viviré.

Lector 6:
¡Tanto es lo que recibimos de ti! y tanto es lo que nos permites entregarte y
entregar a los demás que, no nos queremos ir de tu lado, déjanos vivir en tu
casa, danos paciencia y humildad para no separarnos nunca de la
comunidad, aunque a veces hay cosas que no nos gustan, asumimos que la

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Iglesia, la familia, el grupo, los amigos, es decir, la vida juntos, es donde Tú
vives y quieres ofrecernos la vida y una vida de calidad.

Canto: Yo soy el buen pastor

Plegaria Universal

Lector:
Oremos al Padre y pongamos nuestra vida en sus manos de Jesus, buen
pastor para que oriente nuestra vida diciendo
R: Jesús buen pastor enséñanos amar

Lector:
Para que los obispos, los presbíteros y diáconos apacienten santamente a
los pueblos que tienen encomendados. Oremos

Lector:
Para que el Señor sea nuestro pastor, que nada nos falte y nos conduzca a
caminos tranquilos y repare nuestras fuerzas. Oremos

Lector:
Para que el Señor sea nuestro guía y podamos seguir por el sendero
correcto con su amor. Oremos

Lector:
Para que el señor con bondad y misericordia nos acompañe todos los días
de mi vida. Oremos

Lector:
Para que el señor sea nuestro pastor, para que nos conceda la vida eterna.
Oremos

Lector:
Para que las familias cristianas, sigan al buen pastor y con espíritu de piedad
y de renuncia a lo mundano, hacer germinar abundantes vocaciones a la
vida sacerdotal y religiosa. Oremos

Lector:

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Para que la paz que Jesucristo concedió a los discípulos prevalezca con
fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones de odio y guerras.
Oremos
Lector:
Para que los enfermos, pobres y todo los que sufren encuentren en nosotros
la luz de la esperanza para vidas. Oremos

Lector:
Para que nuestra parroquia siga siendo lugar de encuentro y
descubrimiento de quien es buen Pastor. Oremos

Canto: Incondicional - Kair Marques (entre cada petición)

Actividad:
“Dios ama con alegría a los jóvenes y los invita a seguirlo”

Hacer cruz de papel donde venga el nombre de las personas que se les
quiere dar a conocer la Buena Nueva de la Pascua, recordando que Jesús
resucitado es quien siempre sale a nuestro encuentro como el pastor que
nos guía a la vida eterna.

Momento de reflexión: Buscar que el joven o adolescente busque una


postura cómoda para él e invitarlo a meditar sobre la dinámica que se a
realizado con anterioridad.

Canto: Quédate con nosotros de Jesed

Reserva del Santísimo

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ORACIÓN PARA ESTE MES
Material:
 Globos
 Telas
 Hojas de color
 Paliacates (de color azul, verde, amarillo, rojo)

Para el Altar se recomienda:


 Imagen de Jesús Buen Pastor, Cristo resucitado, o imagen del sermón
de la montaña
 Velas para cada uno de los integrantes de los distintos colores ya
mencionados
 Una Biblia
o Recuerda que la Biblia deberá estar al centro del altar
 Flores o alguna planta que represente la vida
 Un mantel
 Veladoras

Canto de inicio: Te entrego de Jully & Johns

Oración inicial:

Señor tú que nos has regalado la alegría y el vigor de la juventud, danos tu


gracia para ser dentro de nuestro grupo signo de esperanza y vida,
ayúdanos a ser protagonistas de la vocación que nos has dado, para que
otros puedan tomar las decisiones correctas para su vocación, y así puedan
prepararse para el futuro de nuestra iglesia y nuestra sociedad, has que
nuestro encuentro contigo nos dé la fortaleza para poder ser mensajeros de
tu evangelio, a fin de que logremos vivirlo con alegría y gozo.

llénanos del deseo de ser promotores de amistad, así como tu con tus
discípulos, seamos buscadores de perdón y reconciliación como tu con la

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mujer adultera, ayúdanos a ser constructores de una casita común, donde
si se pierde alguien salgamos en su búsqueda a ejemplo del buen pastor.
Derrama tu Santo Espíritu de amor, a fin de lograr un testimonio de unidad
en el camino de la verdad.
Amn

Canto de inicio: Este Corazón de Jael Música

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CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
Domingo 30 de abril

Monición de entrada

Adolescentes y jóvenes este cuarto domingo del Tiempo Pascual, en el que


Jesús, como el Buen Pastor, conociéndonos íntimamente, como la palma
de sus manos, nos ama, guía y acompaña en nuestro día a día,
dispongámonos a invitarlo, escucharlo y pedirle que permanezca en
nuestro corazón para siempre. Comencemos poniéndonos de pie.

Monición a la primera lectura

En la primera lectura encontraremos que el apóstol Pedro, proclama que


Dios constituyó a Jesús: Señor y Mesías. Así como, que el reconocer a Jesús,
muerto y resucitado, como Señor y Mesías, nos lleva a la conversión de fe en
Él y al bautismo en su nombre. Principio básico del kerigma de Pedro en sus
discursos. Escuchemos con atención.

Monición a la segunda lectura

En la segunda lectura, San Pedro nos recuerda de la vulnerabilidad juvenil


que nos lleva a desviarnos del camino que el pastor nos va marcando, al
tener que afrontar dificultades, sufrimientos y rechazos, en nuestra labor
pastoral, con la frase “andaban descarriados como ovejas, pero ahora han
vuelto al pastor y guardián de sus ovejas”. Recordando que “por sus llagas
hemos sido curados” Caminemos tras sus huellas, aunque en ocasiones se
nos presenten tribulaciones en el andar. Escuchemos con atención.

Monición al Evangelio

“Yo soy la puerta de las ovejas”. El texto de san Juan destaca que el buen
pastor conoce, guía, acompaña y llama por su nombre a sus ovejas.
Resaltando que Cristo es la puerta a la salvación y la vida. Escuchemos con
atención este hermoso mensaje.

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Oración universal

En este domingo que conmemoramos a Cristo Buen Pastor, pidamos por


los adolescentes y jóvenes de nuestra comunidad, para que juntos
descubramos el amor que tiene para nosotros y permitamos que Él sea
nuestra guía en este caminar pastoral. A cada intención contestaremos
diciendo: «Jesús Buen Pastor, escúchanos»
 Para que los asesores y promotores de adolescentes y jóvenes de
nuestras Diócesis a ejemplo de cristo buen pastor acompañen a sus
grupos juveniles para que juntos lleguen a la santidad.
 Para que nuestros obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos y
religiosas, siguiendo las huellas de Cristo Buen Pastor, sean nuestra
luz a la puerta de la salvación.
 Por todos los jóvenes que se encuentran en el discernimiento de su
vocación, para que, en conjunto con sus familias, Cristo buen
Pastor, los ilumine y acompañe al emitir la decisión.
 Para que los gobiernos del mundo sigan la Imagen del Buen Pastor
y conduzcan a los pueblos hacia el progreso en libertad.
 Por aquellos adolescentes y jóvenes que sufren soledad y vagan por
el mundo como ovejas sin pastor, para que encuentren la puerta
del rebaño que es Cristo nuestro Señor.
 Por los que estamos presentes en esta celebración eucarística para
que a imagen del buen pastor cuidemos a nuestra familia y juntos
descubramos la puerta de la salvación.

Comunión espiritual.

Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento


del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Más
como no puedo recibirte ahora sacramentalmente, te pido vengas al menos
espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y
me uno enteramente a ti. Oh, Jesús, no permitas que jamás por el pecado
me separe de ti.

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