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Diversos factores alimentan este flujo migratorio. Las crisis financieras y de crecimiento
económico, con consecuente desempleo, incentivan a las personas a buscar naciones que
brinden mayores ingresos y oportunidades de empleo, así como un estándar de vida más
elevado. Aunque las motivaciones económicas son relevantes, también se debe considerar el
componente de violencia y seguridad. Las personas no abandonan sus raíces sin una razón de
peso, y el clima de inseguridad y violencia puede impulsar migraciones forzadas o de decisión
propia, al mismo tiempo que refleja el deterioro de la estabilidad democrática en el país.
Además de las causas anteriores, las redes de apoyo familiar y amistades juegan un papel
crucial. La literatura sobre migración internacional subraya que los individuos que emigran
tienden a valorar en gran medida las redes sociales preexistentes al momento de tomar la
decisión. Las conexiones establecidas por lazos familiares, amistades y grupos étnicos o de
nacionalidad ofrecen información sobre oportunidades laborales y actúan como un respaldo
informal en la adaptación después de la migración.
En resumen, en el caso de El Salvador, las migraciones se erigen como respuestas ante las
adversidades económicas y sociales. Tanto la migración interna como la internacional son
moldeadas por múltiples factores, incluyendo crisis económicas, violencia y el apoyo de redes
sociales. Estas migraciones no solo implican una búsqueda de mejores condiciones, sino que
también subrayan la importancia de la seguridad y las conexiones humanas en la toma de
decisiones migratorias.
Causas y consecuencias
Las migraciones han generado diversas consecuencias en El Salvador. En la migración interna, la
creciente urbanización ha provocado la degradación de los bosques, la pérdida de mantos
acuíferos, la contaminación y un aumento en la vulnerabilidad a desastres naturales debido a la
ubicación y concentración poblacional. En el caso de la migración internacional, se han
observado transformaciones significativas en el país, como la desintegración familiar debido a
la partida de progenitores y la pérdida de mano de obra valiosa, ya que los migrantes son
principalmente jóvenes. Además, se han generado nuevos roles sociales, como el
protagonismo de las mujeres en la gestión del hogar, y una dependencia económica hacia
Estados Unidos debido a las remesas.
Remesas en El Salvador: Impacto y Desafíos
Las remesas, enviadas por migrantes a sus familias en su país de origen, han generado un
profundo impacto en El Salvador. Estas contribuciones económicas fundamentales han llevado
a una creciente dependencia del dinero extranjero, representando cerca del 16% del PIB del
país. A pesar de su importancia, las remesas también generan fenómenos sociales y
económicos complejos.
Impacto Positivo:
- Durante los años 90, el aumento de las remesas contribuyó a la disminución de la pobreza
rural y a una mayor asistencia escolar.
- Las remesas financian proyectos de desarrollo local, como la construcción de infraestructuras
y el mejoramiento de servicios básicos.
- Han estimulado la actividad comercial en algunas áreas, mejorando la calidad de vida y el
acceso a servicios.
Desafíos:
- Las remesas pueden generar una falta de mano de obra en el sector agrícola y contribuir a la
desintegración familiar.
- Una "cultura de la remesa" puede fomentar la dependencia en lugar de la autosuficiencia
económica.
- Los informes indican que gran parte de las remesas se utilizan en gastos inmediatos y no en
inversiones a largo plazo.
- La reorientación de las remesas hacia gastos más productivos se presenta como una tarea
esencial para el Gobierno.
Perspectivas Futuras:
- La transformación de las remesas en inversiones productivas podría generar oportunidades
sostenibles en el país, evitando la dependencia a corto plazo.
- El enfoque en educación y emprendimiento podría permitir que los migrantes regresen y
contribuyan al desarrollo económico y social de su patria.
Cuestionario de repaso: