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Universidad Nacional Mayor de San Marcos

From the SelectedWorks of Marco Andrei Torres Maldonado

2019

Una breve aproximación al proceso de


autorización judicial para disponer o gravar bienes
de menores
Marco Andrei Torres Maldonado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Available at: https://works.bepress.com/marcoandreitorresmaldonado/68/


UNA BREVE APROXIMACIÓN AL PROCESO
DE AUTORIZACIÓN JUDICIAL
PARA DISPONER O GRAVAR
BIENES DE MENORES

Marco Andrei TORRES MALDONADO(*)

I. A MANERA DE INTRODUCCIÓN
Los padres, en tanto ejercen la patria potestad (responsabilidad parental) de
sus hijos, tienen su representación legal. Les corresponde, tanto al padre como
a la madre, decidir, de forma conjunta, el bienestar de sus hijos, evitando así
los actos unilaterales que pueda efectuar solo uno de ellos. Ambos ostentan su
representación legal.
Así, de conformidad con lo previsto en el artículo 419 del Código Civil,
“[l]a patria potestad se ejerce conjuntamente por el padre y la madre durante
el matrimonio, correspondiendo a ambos la representación legal del hijo”. La
minoría de edad implica de por sí la falta de capacidad para realizar actos jurídi-
cos válidos, de modo tal que estos deben ser realizados por los padres en nom-
bre de sus hijos. Así, los padres vienen a ser los representantes naturales y legí-
timos de sus hijos(1).

(*) Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Candidato a magíster en Dere-
cho Civil en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Curso de especialización en Contratos
y Daños en la Universidad de Salamanca. Estancia de investigación en la Universidad Autónoma de
Madrid y la Pontificia Universidad Javeriana. Jefe de prácticas de Derecho Civil en la Universidad de
Lima y en la UNMSM. Asociado al Estudio Rodríguez Angobaldo Abogados.
(1) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Tomo III. Gaceta Jurídica-Fondo
Editorial de la Universidad de Lima, Lima, 2012, p. 336. Al respecto, se sostiene que el menor puede
ser titular de un derecho sustancial (legitimatium ad causam), pero no tiene capacidad para defenderlo
(legitamatium ad processum). En estos casos y otros que el hijo menor requiere de la representación.
DECKER MORALES, José. Código de familia. 3ª edición revisada y ampliada. Los amigos del libro,
2000, p. 311.

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Marco Andrei Torres

En la representación legal (necesaria), el representante es designado por la


ley para que gestione los intereses de un menor de edad. El poder del repre-
sentante legal se deriva de la ley. Con la representación legal, generalmente, se
suple la falta de capacidad de obrar de una persona o se provee al cuidado de los
bienes que están faltos de titular o cuyo titular no está en condiciones de asumir
por sí mismo su gobierno(2).
Con frecuencia, la representación de los padres exige el cumplimiento de
formalidades para que el representante legal pueda celebrar actos jurídicos que
afectan directamente los intereses de las personas imposibilitadas de actuar por
sí mismas, tal como ocurre, precisamente, con el proceso judicial de autoriza-
ción previa que necesitan los padres para enajenar y gravar los bienes de los
hijos menores(3).
En ese contexto, el presente artículo tiene como propósito realizar un análi-
sis jurisprudencial, legal y doctrinal acerca de la autorización judicial para dis-
poner (enajenar) o gravar bienes de menores –así como de cualquier persona
que no tenga plena capacidad de ejercicio– (4), a la luz del ordenamiento jurídico
peruano, tanto sustantivo como procesal.

II. SOBRE EL TRATAMIENTO NORMATIVO DE LA AUTORI-


ZACIÓN JUDICIAL PARA DISPONER O GRAVAR BIENES DE
MENORES
Según el artículo 447 del Código Civil, “[l]os padres no pueden enajenar
ni gravar los bienes de los hijos, ni contraer en nombre de ellos obligaciones
que excedan de los límites de la administración, salvo por causas justificadas de
necesidad o utilidad y previa autorización judicial (…)”.
Por su parte, de conformidad con el artículo 109 del Código de los Niños y
los Adolescentes, se señala que “quienes administran bienes de niños o adoles-
centes, necesitan autorización judicial para gravarlos o enajenarlos por causas
justificadas de necesidad o utilidad, de conformidad con el Código Civil”.

(2) TORRES VÁSQUEZ, Anibal. Acto jurídico. 3a edición. Idemsa, Lima, 2008, pp. 368-369.
(3) GOYBURU NAQUICHE, Nadia. El poder irrevocable: ¿contrasentido jurídico? Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2014, p. 15.
(4) Si bien el marco normativo regula la autorización de disposición de los bienes del menor sujeto a patria
potestad, ello “no es óbice para aplicar por extensión aquellos supuestos para la disposición de bienes
respecto de las demás clases de incapaces” (Casación Nº 714-2012-Cajamarca). Debido a ello, la legiti-
mación activa no solo recae sobre los padres, sino también podría, bajo el sistema de interdicción dero-
gado, atribuirse al curador. Así, “esta demanda de autorización para disponer de derechos de incapaces
ha sido incoada por la actora invocando su calidad de curadora legal, el curador es el representante legal
del incapaz mayor de edad, encargado de cuidar la persona de este y sus bienes, y como tal está facul-
tado para ejercer el cargo con arreglo a ley” (Expediente Nº 49254-97-Lima).

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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de

Los referidos artículos regulan “la licencia necesaria que deben tener
aquellas personas que administran los bienes de niños o adolescentes” (5). Como
se puede advertir, para la enajenación de bienes de cualquier clase, así como
para constituir sobre ellos derechos reales o transferir derechos reales que
pertenezcan a los hijos sobre bienes de terceros, los padres necesitan
autorización judicial(6).
En tal sentido, basta acreditar nada más la necesidad o bien la utilidad
–en términos de los citados artículos–, para que el órgano judicial pueda emi-
tir la autorización respectiva, a fin de disponer de bienes de un menor. En este
proceso judicial, entonces, se deberá comprobar fundamentalmente la necesidad
o utilidad que la operación –cuya autorización se solicita judicialmente– es en
beneficio exclusivo de los intereses del menor(7).
Ahora bien, la autorización judicial es necesaria para “enajenar” o “gra-
var” bienes de menores. Conforme a ello, se exige dicha autorización para todo
acto que pueda ser considerado de disposición; es decir, “todo aquel que altera o
modifica sustancialmente los elementos que forman el capital o compromete su
porvenir por largo tiempo”(8).
Lo mismo ocurre para actos de constitución de garantías sobre bienes
inmuebles (hipoteca) o muebles (garantía mobiliaria) de menores, en cuyo caso,
los jueces deberán apreciar la conveniencia de la operación, respecto a los ver-
daderos intereses de los menores. Dicha conveniencia (causas justificadas), pre-
cisamente, de acuerdo al marco normativo, puede fundarse en una cuestión de
necesidad o utilidad.
Sin embargo, según lo ha advertido nuestra Corte Suprema, “[n]o debe con-
fundirse los actos de enajenación o gravamen de los derechos de un menor, en
las cuales se exige acreditar las causas de necesidad y utilidad para transigir;
con los actos de transacción en las cuales se exige que se trate de un asunto liti-
gioso y que contenga concesiones recíprocas”(9).

(5) DE LA FUENTE Y HONTAÑÓN, Rosario. “Autorización”. En: Código de los Niños y Adolescentes
comentado. Jurista, Lima, 2018, p. 541.
(6) BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. 6ª edición. Astrea, Buenos
Aires, 2004, p. 577.
(7) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Retiro de dinero de menor autorizado judicialmente”. En: Código
Civil comentado. Tomo III. Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 178.
(8) BELLUSCIO, Augusto César. Manual de Derecho de Familia. Tomo II. 7ª edición actualizada y
ampliada. Astrea, Buenos Aires, 2004, p. 386.
(9) Casación Nº 2453-2012-Cajamarca. En igual sentido, se ha indicado que “[l]a Sala Superior incurre en
infracción normativa por aplicación incorrecta del artículo 447 del Código Civil, confundiendo la tra-
mitación de la solicitud de autorización para enajenar o gravar bienes de los hijos prevista en el artículo
aludido –para el cual exige expresamente acreditar las causas de necesidad y utilidad–, con la autori-
zación para transigir establecida en el artículo 448 inciso 3 del mismo cuerpo normativo” (Casación
Nº 4866-2012-Cajamarca).

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Marco Andrei Torres

En tal sentido, como lo veremos más adelante, la causa de necesidad o utili-


dad es exigida por la ley, únicamente, para autorizaciones de enajenación o gra-
vamen de los bienes de los hijos, no así para las autorizaciones judiciales para
transigir. El único criterio para que el juez conceda la autorización para transigir
es que la respectiva transacción sea beneficiosa para los intereses del menor.

III. SOBRE LA NECESIDAD O UTILIDAD COMO JUSTIFICAN-


TES DE LA AUTORIZACIÓN JUDICIAL PARA DISPONER O
GRAVAR BIENES DE MENORES
Según lo advertido en el punto anterior, el artículo 447 del Código Civil,
así como el artículo 109 del Código de los Niños y los Adolescentes, establecen
que el juez puede autorizar judicialmente a los padres para disponer o gravar
bienes de sus menores hijos, siempre que existan causas justificadas de “necesi-
dad” o “utilidad”.
Dentro de tal orden de ideas, corresponde declarar la autorización para dis-
poner o gravar los bienes del menor, cuando la necesidad o utilidad que invocan
resultan justificables, para lo cual “se requieren pruebas que sustenten la necesi-
dad o utilidad de tal disposición”(10).
Nótese que se tratan de categoría distintas. La necesidad es distinta de la
utilidad. La necesidad implica un estado de carencia que debe ser atendida, a
través de la disposición o la constitución de una garantía de un bien del menor.
Dicho estado de carencia equivale a todo aquello que resulta fundamental para
el sostenimiento y normal desarrollo del menor.
Tratándose de un menor de edad, su necesidad alimentaria se presume,
pues es evidente que no puede valerse por sí mismo para atender directa-
mente los costes de sus necesidades primarias; siendo ello así, con frecuencia,
“resulta plausible autorizarle retiros mensuales de dinero [a la madre] para sus
alimentos, que contribuirán a su salud, educación, recreación y bienestar en
general”(11).
La necesidad también viene justificada en brindar educación y vivienda
a un menor o menores, “en tanto viven en un cuarto pequeño en casa de sus
abuelos y comparten los tres una sola de dos plazas, siendo su situación suma-
mente precaria, habida cuenta [de] que a raíz de la trágica muerte del padre de
los menores tiene que afrontar y solventar ella sola el mantenimiento de los
niños”(12).

(10) Expediente Nº 1891-96-Lima.


(11) Expediente Nº 00447-2008-Tumbes.
(12) Expediente Nº 0016-2013-Del Santa.

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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de

En otro caso, la solicitud presentada fue declarada procedente, toda vez


que se “demostró tener causas justificadas para disponer de los bienes de sus
tres hijos a favor de ellos mismos, porque se encontraba imposibilitada de tra-
bajar por ser portadora del virus del VIH y siendo que ella era la única persona
que debía mantener a los menores ameritaba autorizarla a disponer del depósito
dinerario realizado a favor de los niños para sus estudios, alimentos, medicinas,
etc.”(13).
Por su parte, la utilidad hace referencia al objeto que se pretende enajenar,
el cual debe resultar económicamente provechoso. La necesidad va referida a
un concepto vital; es decir, a la subsistencia física o moral del ser humano. Esta
obedece a un concepto sociológico, mientras que la utilidad es económica(14).
La utilidad, por ejemplo, puede radicar en lo ventajoso que, con el dinero
contenido en una cuenta a nombre de una menor, sería adquirir un inmueble, el
cual podría ser arrendado, y, más adelante, cuando sea mayor de edad, enaje-
nado o utilizado por él mismo, lo cual supone un incremento patrimonial.
Por ende, se trata de una actividad económica rentable, que asegura que el
dinero a invertir no se pierda por mala gestión, sino que se incremente y genere
utilidad. En caso no exista un gravamen sobre dicha adquisición o aquella
resulte ínfima, dicha operación no representa ningún riesgo para los intereses
del menor; por el contrario, es más eficiente, a nivel de beneficio económico,
que los escasos intereses legales que podría generar el dinero depositado en las
cuentas de una entidad financiera.
Se debe tener en consideración que la adquisición de un inmueble consti-
tuye un supuesto de utilidad que nuestro mismo ordenamiento jurídico recoge
expresamente. En efecto, según lo previsto en el artículo 453 del Código Civil,
“[e]l dinero del menor, cualquiera fuere su procedencia, será invertido en pre-
dios o en cédulas hipotecarias. Para hacer otras inversiones, los padres necesitan
autorización judicial (…)”.
Conforme a ello, el dinero de un menor de edad, cualquiera fuere su proce-
dencia (por ejemplo, transmisión mortis causa de alguno de sus padres) –que se
encuentre contenido en una entidad bancaria–, podrá ser invertido en la adquisi-
ción de predios. Para hacer otras inversiones, los padres necesitan autorización
judicial.

(13) Expediente Nº 797-2008-Lima Norte.


(14) MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, María Teresa. “Actos de disposición de bienes de los menores
sometidos a patria potestad”. En: Revista de Derecho Privado. Tomo LXX. Editorial de Derecho Reuni-
das, Madrid, enero-diciembre de 1986, p. 324.

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Marco Andrei Torres

Es decir, según el artículo 453 del Código Civil, no se requiere autorización


judicial para la inversión que consiste en la adquisición de un terreno, departa-
mento, casa, etc. ¿Qué significa ello? Que, tratándose de dicha operación, en un
proceso judicial para disponer de bienes de menor, el juez no autoriza la misma,
sino únicamente –en el caso que hemos planteado– el retiro y utilización del
dinero para tal fin.
Como lo indica nuestra Corte Suprema, “la autorización judicial tiene por
finalidad amparar los derechos del menor que se encuentre bajo la patria potes-
tad o tutela, para no poner en riesgo o peligro su patrimonio por no tener capaci-
dad absoluta o relativa”(15), riesgo que no existe tratándose de la adquisición de
un predio, toda vez que el destino del dinero para la adquisición de un inmueble
es acorde a su mejor interés, como es la posibilidad de obtener un patrimonio
que le sirva a futuro.
Así, en general, con la utilización de dinero para la adquisición a nombre
de un menor, dos cosas son seguras: i) desde el tiempo que se adquiera el bien
hasta que alcance la mayoría de edad, el inmueble podrá rendir frutos civiles; y,
ii) al ser un derecho real perpetuo, no existe riesgo considerable en que el bien
se deteriore.
Otro escenario en el que se puede advertir la utilidad es cuando se solicita
la venta de un bien mueble de un menor, a fin de que el ingreso que se obtenga
sea depositado en una cuenta de ahorros, a nombre del menor.
El beneficio radica en que el menor obtendrá un capital que se encontrará a
su libre disposición en una entidad bancaria y al cual podrá acceder en su mayo-
ría de edad, generando –hasta ese momento– intereses; toda vez que puede ocu-
rrir que el menor no tenga necesidad de contar, por ejemplo, con un vehículo
propio. Con ello, además, se evita que el vehículo, al momento en el cual el
menor alcance la mayoría de edad, no se haya deteriorado ni mermado en su
valor comercial.

IV. SOBRE EL PROCESO JUDICIAL DE AUTORIZACIÓN PARA


DISPONER O GRAVAR BIENES DE MENORES
Tratándose de un proceso en el que no existe un conflicto de intereses o
litigio, toda vez que no se presentan sujetos que asuman el papel propiamente
dicho de un demandante y demandado; el representante del menor deberá
solicitar dicha autorización vía un proceso no contencioso ante un Juzgado

(15) Casación N° 3320-2011-Cajamarca, Sala Civil Transitoria.

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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de

de Familia, de conformidad con el inciso 4 del artículo 749 del Código Pro-
cesal Civil(16).
La solicitud deberá cumplir con todos los requisitos y anexos expuestos en
los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil, en la cual se deberá explicar
y fundamentar la razón que sustentaría tal autorización. Cabe precisar que, de
conformidad con el artículo 786 del referido Código (17), se exige que se anexe
algún documento que contenga el acto para el cual se solicita la autorización
judicial.
Por ejemplo, si el representante desea adquirir un inmueble a favor del
menor –pero con los bienes dinerarios del mismo–, deberá presentar algún pro-
yecto o contrato preparatorio de compraventa que lo sustente. Ello resulta nece-
sario, a fin de generar convicción en el juez de que la disposición o constitución
de gravamen sobre el bien del menor resulta necesaria o útil para sus intereses.
Por otro lado, conforme al artículo 787 del Código Procesal Civil, el Minis-
terio Público formará parte en dicho proceso, en caso no exista consejo de fami-
lia, constituido con anterioridad. En dicho escenario, el Ministerio Público
podría actuar como simple informante, en el caso de que emita dictamen; de lo
contrario, si no tiene tal obligación, actuaría como parte, debiéndosele notificar
con todas las actuaciones.
En relación a los medios probatorios, según lo previsto en el artículo 788
del Código Procesal Civil, podrá hacerse uso de la declaración de testigos, los
cuales no deberán ser más de cinco sujetos ni menos de tres y mayores de vein-
ticinco años. Adicionalmente, tratándose de un acto de disposición de bienes o
derechos cuyo valor se encuentre determinado por criterios objetivos, se deberá
anexar los documentos que así lo acredite o, en su defecto, alguna certificación
oficial o pericia de parte sobre su valor.
Posteriormente, el juez, al admitir la solicitud de autorización judicial para
disponer o gravar bienes del menor, fijará la fecha para la audiencia de actua-
ción y declaración judicial, la que debe realizarse dentro de los quince días
siguientes, bajo responsabilidad, salvo que se trate de emplazamiento a persona
indeterminada o incierta o con domicilio o con residencia ignorados.

(16) “Artículo 749.- Procedimiento


Se tramitan en proceso no contencioso los siguientes asuntos:
(…)
4. Autorización para disponer derechos de incapaces (…)”.
(17) “Artículo 786.- Procedencia
(…) La solicitud debe estar anexada, cuando corresponda, del documento que contiene el acto para el
cual se solicita autorización”.

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Marco Andrei Torres

En dicho escenario, en cuyo caso los plazos para emplazamiento son de


quince días si el emplazado se halla en el país, y de treinta días si se halla fuera
de él o se trata de persona indeterminada o incierta, conforme a lo establecido
en los artículos 754, 758 y 435 del Código Procesal Civil.
Si existe contradicción durante la audiencia, por parte del Ministerio
Público, el juez ordenará la actuación de los medios probatorios que la sus-
tentan. Luego de ello, en caso se solicite, el juez concederá al oponente o a su
apoderado cinco minutos para que la sustente oralmente, procediendo a conti-
nuación del juez, a resolver la contradicción. Excepcionalmente, el juez puede
reservar su decisión por un plazo que no excederá de tres días contados desde la
conclusión de la audiencia.
Si no existiera contradicción, el juez ordenará los medios probatorios ane-
xados a la solicitud y luego procederá a dictar resolución que ponga término al
proceso. Habiéndose acreditado la necesidad o utilidad, el juez deberá formali-
zar la autorización, con las respectivas firmas y sellos en cada una de las hojas.

V. SOBRE LA INSCRIPCIÓN DE LA AUTORIZACIÓN JUDICIAL


PARA DISPONER O GRAVAR BIENES DE MENORES
Una vez otorgada la autorización judicial para disponer o gravar los bienes
del menor, surge la duda acerca de que si dicho mandato resulta o no inscribi-
ble y, en caso de que sí resulte, en qué Registro debería inscribirse. En efecto, a
nivel registral, no se ha definido con exactitud dónde debería inscribirse la auto-
rización concedida; sin embargo, el Tribunal Registral ha emitido algunos crite-
rios referentes al tema(18).
Así, en relación al acto de disposición sobre bienes de menores de edad, el
Tribunal Registral(19) ha establecido que “[p]ara la inscripción de los actos de
disposición celebrados por los padres en representación de los hijos menores de
edad, no se requiere la previa inscripción de la autorización judicial otorgada
para la realización de los referidos actos, siendo suficiente que dicha autoriza-
ción conste inserta en la escritura pública respectiva”.
Por otro lado, respecto al acto inscribible en el Registro de Propiedad Ve-
hicular, se ha indicado que “[e]s inscribible en el Registro de Propiedad

(18) MENESES GÓMEZ, Alberto. “La autorización para disponer de bienes de menores. ¿Se inscribe en la
partida del bien objeto de disposición o en otro registro?”. En: Parthenon. Asociación Civil Foro Acadé-
mico, Lima, 28 de agosto de 2018, p. 1.
(19) Resolución Nº 195-2013-SUNARP-TR-L.

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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de

Vehicular la autorización judicial que permita practicar actos inscribibles sobre


muebles”(20).
Adicionalmente, tratándose de la autorización judicial para venta de un
inmueble, se sostiene que “[l]a autorización judicial para la venta de predio
no es un acto inscribible en ninguno de los registros que conforman el Regis-
tro de Personas Naturales. De conformidad con el inciso 9 del artículo 2019 del
Código Civil, dicha autorización puede ser inscrita en la partida del Registro
de Predios correspondiente. En ese sentido, corresponde encauzar el título al
Registro competente”(21).
Como se puede apreciar, no existe un criterio definido en cuanto a la ins-
cripción de la autorización judicial. En algunas ocasiones resulta innecesaria, en
caso ya se encuentre inserta en la escritura pública de transferencia; y, en otros,
sí resulta necesaria su inscripción en el Registro de Propiedad Vehicular o de
Propiedad Inmueble.
Ante la carente falta de determinación, se recomienda que la autorización
judicial para disponer o gravar bienes del menor se inscriba en el Registro del
bien objeto de disposición, ya sea en el Registro Vehicular o el Registro de Pro-
piedad Inmueble, de conformidad con el inciso 9 del artículo 2019 del Código
Civil, a fin de tener una adecuada publicidad de la disposición del bien del
menor(22).

VI. SOBRE LA DIVISIÓN Y PARTICIÓN JUDICIAL CUANDO


EXISTEN BIENES DE MENORES
De conformidad con el artículo 855 del Código Civil, “[l]a partición judi-
cial es obligatoria en los siguientes casos: 1. Cuando hay heredero incapaz, a
solicitud de su representante. 2. Cuando hay heredero declarado ausente, a soli-
citud de las personas a quienes se haya dado posesión temporal de sus bienes”.
La citada disposición debe ser entendida en su justo sentido y concordada
con el inciso 2 del artículo 448 del Código Civil (23). El artículo 855 del Código
Civil, por sí solo, “podría inducirnos a creer que en tales casos la partición

(20) Resolución Nº 1887-2013-SUNARP-TR-L.


(21) Resolución Nº 2164-2016-SUNARP-TR-T.
(22) MENESES GÓMEZ, Alberto. Ob. cit., p. 1.
(23) Según la citada disposición, los padres necesitan también autorización judicial, en nombre del menor,
para “hacer partición extrajudicial”.

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Marco Andrei Torres

judicial debe ser llevada necesariamente en la vía contenciosa; no es así, si


tomamos en consideración el artículo 987 del Código Civil”(24).
Según el artículo 987 del Código Civil, si alguno de los copropietarios es
menor o ha sido declarado ausente, la partición convencional se somete a apro-
bación judicial, acompañando a la solicitud, tasación de los bienes por tercero,
con firma legalizada notarialmente, así como el documento que contenga el con-
venio particional, firmado por todos los interesados y sus representantes.
Así, en las situaciones contenidas en el artículo 855 del Código Civil, la
partición judicial será obligatoria, pero podrá tramitarse por vía contenciosa o
convencional. Ergo, como indica Lohmann(25), la partición puede realizarse
extrajudicialmente y de manera convencional, pero requiere de aprobación judi-
cial cuando el heredero (o legatario de parte alícuota) sea menor o haya sido
declarado ausente.
La doctrina argentina califica dicho escenario, acertadamente, como un
supuesto de “partición mixta”(26), pues, pese a la inexistencia de una litis, se
debe acudir al órgano judicial para que autorice la división y partición, garanti-
zando que la misma no resulte desproporcional para el menor.
En tal escenario, el juez y el representante del Ministerio Público no par-
ten ni dividen ni se sustituyen a la voluntad de todas o alguna de las partes, sino
que se limitan a examinar si hay o no perjuicio a los derechos del incapaz o del
ausente(27). Siendo ello así, si el representante del menor consideró que habían
llegado a un acuerdo con los demás coherederos, dicho acuerdo queda subordi-
nado a aprobación judicial correspondiente.

BELLUSCIO, Augusto César. Manual de Derecho de Familia. Tomo II. 7ª edición


 REFERENCIAS
actualizada y ampliada. Astrea, Buenos Aires, 2004.
BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. 6ª edición.
Astrea, Buenos Aires, 2004.
DE LA FUENTE Y HONTAÑÓN, Rosario. “Autorización”. En: Código de los Niños y
Adolescentes comentado. Jurista, Lima, 2018.

(24) FERNÁNDEZ ARCE, César. Derecho de sucesiones. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima, 2014, p. 544.
(25) LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. “Partición judicial obligatoria”. En: Código Civil
comentado. Tomo IV. 2ª edición. Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 670.
(26) PÉREZ LASALA, José Luis y MEDINA, Graciela. Acciones judiciales en el Derecho sucesorio.
Depalma, Buenos Aires, 1992, p. 189.
(27) LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 670.

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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de

DECKER MORALES, José. Código de Familia. 3ª edición revisada y ampliada. Los


amigos del libro, Bolivia, 2000.
FERNÁNDEZ ARCE, César. Derecho de sucesiones. Fondo Editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 2014.
GOYBURU NAQUICHE, Nadia. El poder irrevocable: ¿contrasentido jurídico? Fondo
Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2014.
LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. “Partición judicial obligatoria”. En:
Código Civil comentado. Tomo IV. 2ª edición. Gaceta Jurídica, Lima, 2007.
MARÍN GARCÍA DE LEONARDO, María Teresa. “Actos de disposición de bienes de
los menores sometidos a patria potestad”. En: Revista de Derecho Privado. Edito-
rial de Derecho Reunidas. Tomo LXX. Madrid, enero-diciembre de 1986.
MENESES GÓMEZ, Alberto. “La autorización para disponer de bienes de menores.
¿Se inscribe en la partida del bien objeto de disposición o en otro registro?”. En:
Parthenon. Asociación Civil Foro Académico, Lima, 28 de agosto de 2018.
PÉREZ LASALA, José Luis y MEDINA, Graciela. Acciones judiciales en el Derecho
sucesorio. Depalma, Buenos Aires, 1992.
TORRES VÁSQUEZ, Anibal. Acto jurídico. 3a edición. Idemsa, Lima, 2008.
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Retiro de dinero de menor autorizado judicialmente”.
En: Código Civil comentado. Tomo III. Gaceta Jurídica, Lima, 2007.
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Tomo III. Gaceta
Jurídica-Fondo Editorial de la Universidad de Lima, Lima, 2012.

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