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Marco Torres - Derecho Procesal de Familia - Stamped
Marco Torres - Derecho Procesal de Familia - Stamped
2019
I. A MANERA DE INTRODUCCIÓN
Los padres, en tanto ejercen la patria potestad (responsabilidad parental) de
sus hijos, tienen su representación legal. Les corresponde, tanto al padre como
a la madre, decidir, de forma conjunta, el bienestar de sus hijos, evitando así
los actos unilaterales que pueda efectuar solo uno de ellos. Ambos ostentan su
representación legal.
Así, de conformidad con lo previsto en el artículo 419 del Código Civil,
“[l]a patria potestad se ejerce conjuntamente por el padre y la madre durante
el matrimonio, correspondiendo a ambos la representación legal del hijo”. La
minoría de edad implica de por sí la falta de capacidad para realizar actos jurídi-
cos válidos, de modo tal que estos deben ser realizados por los padres en nom-
bre de sus hijos. Así, los padres vienen a ser los representantes naturales y legí-
timos de sus hijos(1).
(*) Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Candidato a magíster en Dere-
cho Civil en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Curso de especialización en Contratos
y Daños en la Universidad de Salamanca. Estancia de investigación en la Universidad Autónoma de
Madrid y la Pontificia Universidad Javeriana. Jefe de prácticas de Derecho Civil en la Universidad de
Lima y en la UNMSM. Asociado al Estudio Rodríguez Angobaldo Abogados.
(1) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Tomo III. Gaceta Jurídica-Fondo
Editorial de la Universidad de Lima, Lima, 2012, p. 336. Al respecto, se sostiene que el menor puede
ser titular de un derecho sustancial (legitimatium ad causam), pero no tiene capacidad para defenderlo
(legitamatium ad processum). En estos casos y otros que el hijo menor requiere de la representación.
DECKER MORALES, José. Código de familia. 3ª edición revisada y ampliada. Los amigos del libro,
2000, p. 311.
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(2) TORRES VÁSQUEZ, Anibal. Acto jurídico. 3a edición. Idemsa, Lima, 2008, pp. 368-369.
(3) GOYBURU NAQUICHE, Nadia. El poder irrevocable: ¿contrasentido jurídico? Fondo Editorial de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2014, p. 15.
(4) Si bien el marco normativo regula la autorización de disposición de los bienes del menor sujeto a patria
potestad, ello “no es óbice para aplicar por extensión aquellos supuestos para la disposición de bienes
respecto de las demás clases de incapaces” (Casación Nº 714-2012-Cajamarca). Debido a ello, la legiti-
mación activa no solo recae sobre los padres, sino también podría, bajo el sistema de interdicción dero-
gado, atribuirse al curador. Así, “esta demanda de autorización para disponer de derechos de incapaces
ha sido incoada por la actora invocando su calidad de curadora legal, el curador es el representante legal
del incapaz mayor de edad, encargado de cuidar la persona de este y sus bienes, y como tal está facul-
tado para ejercer el cargo con arreglo a ley” (Expediente Nº 49254-97-Lima).
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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de
Los referidos artículos regulan “la licencia necesaria que deben tener
aquellas personas que administran los bienes de niños o adolescentes” (5). Como
se puede advertir, para la enajenación de bienes de cualquier clase, así como
para constituir sobre ellos derechos reales o transferir derechos reales que
pertenezcan a los hijos sobre bienes de terceros, los padres necesitan
autorización judicial(6).
En tal sentido, basta acreditar nada más la necesidad o bien la utilidad
–en términos de los citados artículos–, para que el órgano judicial pueda emi-
tir la autorización respectiva, a fin de disponer de bienes de un menor. En este
proceso judicial, entonces, se deberá comprobar fundamentalmente la necesidad
o utilidad que la operación –cuya autorización se solicita judicialmente– es en
beneficio exclusivo de los intereses del menor(7).
Ahora bien, la autorización judicial es necesaria para “enajenar” o “gra-
var” bienes de menores. Conforme a ello, se exige dicha autorización para todo
acto que pueda ser considerado de disposición; es decir, “todo aquel que altera o
modifica sustancialmente los elementos que forman el capital o compromete su
porvenir por largo tiempo”(8).
Lo mismo ocurre para actos de constitución de garantías sobre bienes
inmuebles (hipoteca) o muebles (garantía mobiliaria) de menores, en cuyo caso,
los jueces deberán apreciar la conveniencia de la operación, respecto a los ver-
daderos intereses de los menores. Dicha conveniencia (causas justificadas), pre-
cisamente, de acuerdo al marco normativo, puede fundarse en una cuestión de
necesidad o utilidad.
Sin embargo, según lo ha advertido nuestra Corte Suprema, “[n]o debe con-
fundirse los actos de enajenación o gravamen de los derechos de un menor, en
las cuales se exige acreditar las causas de necesidad y utilidad para transigir;
con los actos de transacción en las cuales se exige que se trate de un asunto liti-
gioso y que contenga concesiones recíprocas”(9).
(5) DE LA FUENTE Y HONTAÑÓN, Rosario. “Autorización”. En: Código de los Niños y Adolescentes
comentado. Jurista, Lima, 2018, p. 541.
(6) BOSSERT, Gustavo y ZANNONI, Eduardo. Manual de Derecho de Familia. 6ª edición. Astrea, Buenos
Aires, 2004, p. 577.
(7) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. “Retiro de dinero de menor autorizado judicialmente”. En: Código
Civil comentado. Tomo III. Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 178.
(8) BELLUSCIO, Augusto César. Manual de Derecho de Familia. Tomo II. 7ª edición actualizada y
ampliada. Astrea, Buenos Aires, 2004, p. 386.
(9) Casación Nº 2453-2012-Cajamarca. En igual sentido, se ha indicado que “[l]a Sala Superior incurre en
infracción normativa por aplicación incorrecta del artículo 447 del Código Civil, confundiendo la tra-
mitación de la solicitud de autorización para enajenar o gravar bienes de los hijos prevista en el artículo
aludido –para el cual exige expresamente acreditar las causas de necesidad y utilidad–, con la autori-
zación para transigir establecida en el artículo 448 inciso 3 del mismo cuerpo normativo” (Casación
Nº 4866-2012-Cajamarca).
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El proceso de autorización judicial para disponer o gravar bienes de
de Familia, de conformidad con el inciso 4 del artículo 749 del Código Pro-
cesal Civil(16).
La solicitud deberá cumplir con todos los requisitos y anexos expuestos en
los artículos 424 y 425 del Código Procesal Civil, en la cual se deberá explicar
y fundamentar la razón que sustentaría tal autorización. Cabe precisar que, de
conformidad con el artículo 786 del referido Código (17), se exige que se anexe
algún documento que contenga el acto para el cual se solicita la autorización
judicial.
Por ejemplo, si el representante desea adquirir un inmueble a favor del
menor –pero con los bienes dinerarios del mismo–, deberá presentar algún pro-
yecto o contrato preparatorio de compraventa que lo sustente. Ello resulta nece-
sario, a fin de generar convicción en el juez de que la disposición o constitución
de gravamen sobre el bien del menor resulta necesaria o útil para sus intereses.
Por otro lado, conforme al artículo 787 del Código Procesal Civil, el Minis-
terio Público formará parte en dicho proceso, en caso no exista consejo de fami-
lia, constituido con anterioridad. En dicho escenario, el Ministerio Público
podría actuar como simple informante, en el caso de que emita dictamen; de lo
contrario, si no tiene tal obligación, actuaría como parte, debiéndosele notificar
con todas las actuaciones.
En relación a los medios probatorios, según lo previsto en el artículo 788
del Código Procesal Civil, podrá hacerse uso de la declaración de testigos, los
cuales no deberán ser más de cinco sujetos ni menos de tres y mayores de vein-
ticinco años. Adicionalmente, tratándose de un acto de disposición de bienes o
derechos cuyo valor se encuentre determinado por criterios objetivos, se deberá
anexar los documentos que así lo acredite o, en su defecto, alguna certificación
oficial o pericia de parte sobre su valor.
Posteriormente, el juez, al admitir la solicitud de autorización judicial para
disponer o gravar bienes del menor, fijará la fecha para la audiencia de actua-
ción y declaración judicial, la que debe realizarse dentro de los quince días
siguientes, bajo responsabilidad, salvo que se trate de emplazamiento a persona
indeterminada o incierta o con domicilio o con residencia ignorados.
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(18) MENESES GÓMEZ, Alberto. “La autorización para disponer de bienes de menores. ¿Se inscribe en la
partida del bien objeto de disposición o en otro registro?”. En: Parthenon. Asociación Civil Foro Acadé-
mico, Lima, 28 de agosto de 2018, p. 1.
(19) Resolución Nº 195-2013-SUNARP-TR-L.
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(24) FERNÁNDEZ ARCE, César. Derecho de sucesiones. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad
Católica del Perú, Lima, 2014, p. 544.
(25) LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. “Partición judicial obligatoria”. En: Código Civil
comentado. Tomo IV. 2ª edición. Gaceta Jurídica, Lima, 2007, p. 670.
(26) PÉREZ LASALA, José Luis y MEDINA, Graciela. Acciones judiciales en el Derecho sucesorio.
Depalma, Buenos Aires, 1992, p. 189.
(27) LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo. Ob. cit., p. 670.
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