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so número, ilustran cómo era aquella so- los regidores, de los que se analiza la
ciedad cerrada en la que el nacimiento historia familiar de los 85 individuos que
condicionaba la vida futura de la perso- ocuparon con título de perpetuos este
na. oficio entre 1606 y 1700. El poder en la
villa lo ostentaban, en definitiva, muy
Todos, marginados o no, estaban
pocas familias, agrupándose en doce de
sujetos a determinadas formas de poder,
ellas el 90% de los regidores perpetuos
por lo que para comprender a aquellos
del Seiscientos. El estudio sociológico que
grupos humanos, sus formas de vida y su
de ellos se hace, muestra, con alguna
evolución en el tiempo, se estudian los
diferencia entre hidalgos y pecheros, unas
diversos "poderes" que gravitaban sobre
características bastante comunes a todos
ellos: la Iglesia, el Concejo, la Encomien-
ellos. Concentran los cargos en pocas
da, la Inquisición ... Se estudia el sucesi-
familias, practican una fuerte endogamia
vo paso de Almendralejo de aldea de
buscando alianzas matrimoniales, sus for-
Mérida a villa y, en este caso, de órde-
tunas tienen procedencia diversa (agricul-
nes, luego de señorío y, finalmente, de
tura, ganadería, censos), son titulares de
realengo. La jurisdicción eclesiástica era,
mayorazgos, ofrecen cuantiosas dotes a
quizás, la más presente a los vecinos. Se
sus hijos, numerosos ante el temor de que
analiza el patrimonio parroquial, las vici-
se extinga la descendencia, cuentan con
situdes por las que pasaron las ermitas,
esclavos y criados en sus casas donde
cofradías, hospital y conventos, y se hace
no son extraños los objetos de lujo, algu-
una biografía colectiva de los curas y
nos de sus hijos se consagran a la Igle-
clérigos que sirvieron la Parroquia a lo
sia, ordenan un elevado número de mi-
largo de doscientos años.
sas en sus testamentos, fundan capella-
El Concejo era la institución más nías, los pecheros pretenden ennoblecer-
inmediata a los vecinos. Se le dedica una se y los nobles buscan el hábito de una
atención especial estudiando las Ordenan- Orden, han ocupado previamente las al-
zas, las áreas de actuación del Cabildo, caldías de la villa, son familiares del San-
algunas cuentas municipales y la provi- to Oficio ... : es otra forma de vida, diferen-
sión de cargos concejiles, en particular, te al común de los vecinos.
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cado interior. El estudio tiende a determi- cimiento demográfico del siglo XVI exten-
nar que, a partir de principios del XVI, el derá las ventas de la Cámara a todo lo
Concejo darocense, favorecido por un largo del año.
largo período de crecimiento demográfi-
Ahora bien, la eficacia del sistema
co y económico, inicia un proceso de
dependía de que la relativa escasez de
expansión de los servicios ofrecidos a sus
los años de carestía se viese suplida por
vecinos. El mejor exponente de esta po-
lo acumulado en los años de buenas
lítica lo constituye la intervención del
cosechas. Este delicado equilibrio se rom-
municipio sobre el mercado de cereal, que
perá a fines del Quinientos al chocar la
sufre durante el XVI una reestructuración
expansión demográfica y agraria con ren-
completa en múltiples aspectos.
dimientos decrecientes. El precio del gra-
Así, las medidas de capacidad no sufre no sólo grandes aumentos, sino
para áridos se verán modificadas para fuertes oscilaciones que desajustan el
conseguir una mayor homogeneización mecanismo clásico de compraventa de
con las existentes en el reino que favo- trigo elaborado por la Cámara y le oca-
rezca los intercambios. Con el fin de rom- sionan importantes pérdidas.
per el monopolio establecido sobre el
Como consecuencia. el tránsito al
proceso de molienda por algunos parti-
siglo XVII marca el inicio de una política
culares y poder modificar la maquila, el
más austera. El método elegido fue dis-
Concejo construirá un costoso molino de
minuir tanto las compras como las ven-
regolfo, dotado de importantes innovacio-
nes tecnológicas y un poder de moltura- tas. El grano era ofrecido a la población
ción enorme. Las panaderías se verán a un precio cada vez más alto respecto
sujetas a un control más estricto al tener al de compra, lo que tendía a disminuir la
que abastecerse en el Pósito municipal. demanda y centrarla en los meses ante-
Este organismo, la Cámara del Trigo, riores a la siega. La Cámara también
conformado de forma definitiva a princi- adelantará dinero a labradores sobre la
pios del XVI a partir de la antigua alhón- cosecha por recoger con miras a adquirir
diga, desarrollará por último una desta- trigo a buen precio. Para solucionar el
cada labor de tutela sobre el mercado de problema de renovación de los stocks
cereal. motivado por el descenso de las ventas,
el municipio sustituirá la venta de trigo
Situada en una comarca cerealista por su reparto durante los meses de sol-
por excelencia, dotada de un clima frío y dadura y su devolución tras la siega junto
seco durante buena parte del año que con un tanto destinado a cubrir los gas-
favorece la conservación del grano, la tos de la operación. Los repartos de gra-
política de compraventa de la Cámara se no, de carácter forzoso, cobrarán carta
basará en la compra de grandes cantida- plena de naturaleza a mediados del siglo
des de grano tras la llegada de la cose- XVII hasta convertirse, por su constancia,
cha a precios bajos, su almacenamiento en la actividad más importante efectuada
en los silos del Pósito y su venta a la por la Cámara.
población. Si en principio el grano se
ofertaba en los meses de soldadura para Todos estos planteamientos aca-
detener las tendencias a la especulación rrean un repliegue en la actuación direc-
y el acaparamiento, el crecimiento soste- ta del Concejo sobre un mercado del
nido de la demanda que propicia el cre- grano donde menudean las prácticas de
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En Lérida eran las órdenes religio- aportando en total 20.611 reales, o sea,
sa foráneas (Monasterio de Poblet, Mont- el 1,93% del dinero invertido en las com-
serrat y Scala Dei) quienes disponían de pras de estos censos. El resto hasta 145
las propiedades más importantes. En con- los adquirieron los típicos especuladores
junto, la transferencia de bienes desamor- que así se aseguraron una renta anual.
tizados es destacable, aunque no com-
Referente a los censales, en Lérída
parable a la de otras provincias. De las
se subastaron 10.821 censuales pertene-
57 casas de religiosos existentes en Lé-
cientes a 285 casas censalistas. Solamen-
rida, 51 fueron exclaustradas y el resto
te se vendieron 721 de 10 casas, siendo
eran 3 casas de religiosas de la caridad
adquiridos por 23 personas, de las cuales
y 3 escuelas pías que se mantuvieron
sólo 11 redimen su censal y además com-
claustradas debido a su actividad. Entre
pran otros. El resto los seguirá cobrando
el clero regular y el secular se subasta-
el Estado. En total accedieron a la adqui-
ron 3.143 fincas (249 urbanas y el resto
sición de bienes subastados 296 perso-
rústicas) que reunían 42.856 jornales (1
nas (o sociedades), de las cuales el
jornal = 2,5 hectáreas), pero no en todas
79,15% rematarán directamente y el
las fincas traspasadas se vendía la pro-
20,85% sus intermediarios. Precisamente
piedad, pues en algunas se subastaba
el estudio de éstos es interesante porque
sólo el arriendo y otras al estar dadas en
reconstruye toda una red de amistades
enfiteusis sólo se subastaba el dominio
familiares o socios del auténtico compra-
directo; además hay que tener en cuenta
dor. Hubo personas que hicieron de este
los censales subastados.
papel casi un oficio. El 3,04% de los com-
Los 42.856 jornales de tierra perte- pradores acapararon el 20,12% de las fin-
necientes al clero teníán distintos usos: el cas, el 74,18% de las tierras y pagaron el
51,51 % era tierra campa de secano; 38,71 % del capital invertido en toda la
el 1,75% era tierra campa de riego; desamortización en Lérida. Además parte
el 1,16% era tierra huerta de secano; de ellos pagaron en vales reales con lo
el 0,94% era tierra huerta de regadío; cual la adquisición les resultó bastante
el 3,47% era viña, el 14,95% era prado; económica. Si estudiamos el lugar de re-
el 7,83% era tierra yerma; el 18,40% era sidencia de estos compradores veremos
bosque. La redención de censos enfitéu- que predominan los compradores de la
ticos fue casi nula pero esta vez tampoco ciudad de Lérida y de Barcelona. De to-
faltan razones para convencernos. Sólo das formas y en líneas genrales podemos
se subastaron 525 censos, de los cuales sintetizarlo en la frase siguiente: parte de
se vendieron 145 todos ellos pertenecien- las fincas las comprarán los leridanos, pero
tes a tierras de buena calidad. Sólo 4 parte de las tierras las adquirirán los bar-
personas redimen el total de 7 censos celoneses. En cambio, económicamente,
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Se inicia este trabajo con el análi- a 1845, al coincidir la venta de los bienes
sis y la crítica de las numerosas y sólidas del clero regular y del secular. Sin em-
fuentes que en él se han utilizado: cartas bargo, ya a partir de ese año las ventas
de pago, Boletín Oficial de la Provincia se hundieron violentamente para no recu-
de Badajoz, Boletín Oficial de Ventas de perarse hasta el final del proceso en 1852.
Bienes Nacionales, Protocolos Notariales,
Se vendieron 7.525 fincas (rústicas
Contadurías de Hipotecas, libros de re-
y urbanas) por un remate de 130.342.385
dención de censos, el libro de impuestos
reales; datos que situaron a la provincia
individuales de la provincia de Badajoz
de Badajoz entre las ocho primeras del
del año 1852, amillaramientos y actas mu-
país en lo que a intensidad desamortiza-
nicipales, periódicos y libros de la época,
dora se refiere. El 90,23% de las fincas
etc ...
totales fueron rústicas (115.630.831 rea-
Después se pasa a cuestiones les de remate), con una superficie movi-
metodológicas y de procedimiento, entre lizada de 81.009 hectáreas. Se trató prin-
las que destacan la valoración que se cipalmente de dehesas y tierras de ce-
hace de la utilidad del ordenador en el real de secano, de escaso valor por uni-
tratamiento de los datos y el estudio de dad de superficie, mientras que otras de
las equivalencias existentes entre las más valía (huertas, olivares, viñedos, etc.)
medidas superficiales de la época y las apenas tuvieron importancia. El papel de
actuales, en especial la fanega de marco las fincas urbanas fue muy poco lucido
real castellana (6.439 m) y la cabeza la- (el 9,23% de las fincas enajenadas y
nar (3.656 m2), que tuvieron una gran 14.711.554 reales de remate), con las
importancia en el cómputo de las fincas casas y los conventos como inmuebles
rústicas. fundamentales.
A continuación se afronta la cuan- Los bienes nacionales tuvieron una
tificación de las fincas enajenadas. Su triple procedencia: el clero regular, el
venta se inició a buen ritmo en el período secular y las instituciones civiles (pero
1836-41, en que se vendieron sólo fincas estas últimas apenas tuvieron relevancia).
del clero regular y de procedencia civil. El clero secular aportó la mayoría de las
Pero su mayor nivel se alcanzó entre 1842 fincas (el 52% del total), pero se trataba
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burguesía agraria. Por una u otra motiva- republicanismo constituyó durante déca-
ción, las formas de dominación política das el referente político del grueso del
mostraron en Andalucía en esa época un obrerismo societario español, y una refe-
clasismo más descarnado y nítidamente rencia imprescindible para comprender
sostenido en la coerción, lo que alimentó las iniciativas y propaganda de las van-
en anarquistas y republicanos un apego guardias ácrata y socialista. El republica-
superior por las estrategias insurreccio- nismo ha merecido interpretaciones his-
nalistas. toriográficas muy dispares, muchas de
ellas certeras aunque parciales, debido a
Los anarquistas y un republicanis-
que incluía una compleja y variable gra-
mo popular, tan numeroso o más que
dación de tendencias, incapaces de co-
aquellos aunque también incapaz de arti-
incidir de modo estable en plataformas
cular una plataforma de masas estable y
políticas con propuestas o responsabili-
coherente en la región, rivalizaron en im-
dades de gobierno. La significación de
pulsar las diferentes reivindicaciones cita-
esas tendencias alcanzaba desde las que
das y en la afirmación de un modelo de
operaban como complementos más o
sociedad más igualitario, libre, participati-
menos críticos al sistema apoyados por
vo y no sometido a la tutela ideológica de
colectivos burgueses conservadores con
la Iglesia Católica. Con frecuencia fue
intereses, ideas o trayectoria política que
confusa la divisoria entre los anarquistas y les situaron en los márgenes del sistema
las fracciones izquierdistas del republica- de partidos de la Restauración, hasta
nismo, o ambos se alternaron en influen- otras fuerzas caracterizadas por sus apo-
cia sobre unas mismas clases populares y yos populares y proletarios y posiciones
colectivos concretos. Unas clases cuyas de populismo radical e incluso claramen-
experiencias de explotación, conciencia te socializantes.
social y aspiraciones proporcionaron con-
tinuidad a sus luchas por encima de los En la última parte de la tesis, se
cambios en su expresión política y en las analiza de un modo más sistemático los
demandas y tipología conflictiva adecua- procesos de trabajo y las estrategias pro-
das a cada coyuntura económica y política. ductivas adoptadas por la burguesía agra-
ria en varios de los principales cultivos y
Principalmente en el Sexenio, pero formas de explotación en los que se cen-
también aunque en diferente modo en la traron en la región los conflictos de tipo
Restauración, la militancia política y la sindical. Se ha intentado con ello descu-
conflictividad social de las clases traba- brir la lógica específica de las diferentes
jadoras andaluzas condicionaron signifi- reivindicaciones obreras y de sus formas
cativamente la política en general, que a de conflicto, así como la posible inciden-
partir de 1874 evolucionó hacia un siste- cia de tal conflictividad en la propia defi-
ma representativo de otros intereses de nición de dichos procesos de trabajo y
clase, con la penalización de los partidos estrategias patronales. Unas pautas de
que se apoyaban en esa militancia como explotación caracterizadas, como era de
fuerza auxiliar. Adicionalmente, esa mili- esperar, por métodos menos intensivos en
tancia popular contribuyó a alimentar la trabajo que los sistemas de cultivo prac-
incompatibilidad entre las fracciones re- ticados en las pequeñas explotaciones,
publicanas, en cuyas propuestas subya- así como por un considerable diferencial
cían proyectos sociales antagónicos. El respecto a los superiores rendimientos de
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tos de los cereales y las leguminosas cias a una mayor disponibilidad de suelo
(medidos en cantidades físicas) aumen- por parte de los campesinos que hizo
taron entre un 80 y un 90 por ciento en rentable el empleo de maquinaria agríco-
las superficies sembradas, y en un 140 la moderna, A esto, hay que añadir el
por ciento en las tierras cultivadas, mien- incremento del consumo de abonos quí-
tras que los viñedos duplican su produc- micos para entender el crecimiento expe-
tividad en el mismo período, rimentado por los rendimientos de la tie-
rra, y por tanto, de la productividad agra-
Por ahora poco sabemos sobre el
ria durante el primer tercio del siglo XX,
comportamiento de la productividad de
la mano de obra, pero los datos recopila- La agricultura española no había
dos permiten señalar que durante el siglo conseguido reducir la diferencia entre sus
XIX no se produjeron cambios destaca- cifras de productividad y las de los paí-
bles, Pero es a partir de 1910, intensifi- ses más avanzados, pero a principios del
cándose en las décadas posteriores, siglo XX las transformaciones habían sido
cuando tiene lugar un crecimiento impor- lo suficientemente importantes en nues-
tante y sostenido de la productividad del tros campos como para desvanecer, o al
trabajo (del 54 por ciento entre 1900 a menos, matizar esa imagen de arcaísmo
1930/31 ó del 55 por ciento desde 1891/ y subdesarrollo que ha transmitido buena
95 a precios constantes de 1910), gra- parte de nuestra historiografía,
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se fue consolidando a lo largo del perío- los aceites para consumo humano), la re-
do. Por otra parte, era preciso descender cuperación de los países mediterráneos
a la realidad más concreta a fin de carac- productores afectados por la Primera
terizar las diferentes coyunturas y averi- Guerra Mundial, así como la creciente im-
guar hasta qué punto repercutieron en la portancia de otros tipos de aceites (semi-
evolución demográfica y de los cultivos. llas). A ello hay que añadir el efecto de
Seguidamente, y como contrapunto al ca- factores coyunturales como el azote de la
rácter cuantitativo de los dos preceden- sequía (ya iniciada en la década de 1910-
tes, se hacía necesario profundizar en un 20), causa directa de las pérdidas conti-
análisis cualitativo tanto de las diversas nuadas de producción y elemento que
orientaciones productivas y comerciales acabó por cuestionar la viabilidad de las
como de los mecanismos tendentes a ga- explotaciones familiares y que comportó
rantizar la reproducción social por los que importantes pérdidas demográficas para
optaron los diferentes estratos de propie- la comarca (fundamentalmente jornaleros
tarios en función de las perspectivas de y pequeños propietarios) hasta más allá
futuro que podían entrever. de 1950. Todo esto redundó en una dis-
minución de la oferta de fuerza de traba-
En un nivel estructural la zona es-
jo que se traduciría, a su vez, en una
tudiada se caracteriza por una polariza-
merma de la rentabilidad de las grandes
ción de la propiedad media que sufrió un
explotaciones habida cuenta de que,
proceso de concentración ininterrumpido
además, el policultivo (las plantaciones de
aunque ralentizado durante el período
olivos continuaban asociando diversos
1880-1945 con lo que se díferenciaban
aprovechamientos) y la dispersión de las
dos coyunturas perfectamente delimítadas
parcelas dificultaban una mecanización
por la crisis finisecular. El principal me-
capaz de garantizar, en ese contexto de
canismo que permitió superar allí la gran
secano, una producción mínima econó-
crisis agropecuaria fue la profundización
micamente suficiente.
en la especialización aceitunera, tenden-
cia que culminaba un largo camino inicia- La crisis de la postguerra no haría
do en las últimas décadas del siglo XVIII. más que alargar y profundizar una situa-
Se trataba de una estrategia incompati- ción ya de por sí crítica que se venía
ble con la introducción de innovaciones arrastrando, al menos, desde los años
técnicas ahorradoras de mano de obra y veinte. La expansión aceitunera aunque
que entraría en contradicción, a partir de en un primer momento permitió superar
la tercera década del siglo XX, con toda una fase depresiva no sirvió para sentar
una serie de circunstancías que eviden- las bases de un crecimiento autososteni-
ciaron sus límites. De entre estas cabe do. Este aspecto permite explicar el pro-
destacar la superación de la crisis en ceso de marginalización creciente hasta
Andalucía (que convirtió a esa región en convertirse en una de las áreas más de-
un importante competidor en el sector de primidas del Principado.
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ha sido llevado a cabo sin eludir, por católico, y de sus colaboraciones en pren-
supuesto, el análisis de la labor propia- sa se desprenden unas concepciones
mente científica del centro, pero se ha económicas y sociales que no deberían
tratado de exprimir al máximo toda aque- encontrar difícil acomodo en las circuns-
lla información y vertientes de su activi- tancias derivadas del 18 de julio. Pese a
dad que permitiesen aventurarse en as- ello, y aunque en principio la EFA pare-
pectos de interés más general. Así, nos cería encajar a la perfección en la alter-
sirve como observatorio a lo largo de su nativa "técnica" del franquismo a la refor-
dilatada existencia de los diferentes plan- ma agraria redistributiva de la época re-
teamientos vigentes en el Ministerio con publicana, los años 40 nos muestran un
respecto a la agricultura gallega y a las centro que se debate por superar la pe-
pautas que debían regir las relaciones de nuria en todos los sentidos que caracte-
los técnicos con el medio que los rodea- rizó a la España de la autarquía: Dejan
ba. Tras unos inicios esperanzadores de recibirse las publicaciones científicas
(1926-1929) superando la cicatería de los provenientes de los países anglosajones,
medios puestos a su disposición, la Esta- escasez de personal, congelación de los
ción es desmantelada de resultas de una presupuestos, insuficiencia del suministro
miope medida de ahorro que reinstaura eléctrico, etc. Si a todo ello le sumamos
el sesgo geográfico en la distribución de la imposible conexión con la realidad que
estos centros en favor de la agricultura lo circundaba debido al vacío creado por
mediterránea existente con anterioridad a el desmantelamiento del entramado so-
1926. Reabierta en 1933, la EFA se invo- cietario de preguerra (vacío que las Her-
lucra a marchas forzadas en la pluralidad mandades no llegaron a paliar), no es
de iniciativas que en los años 30 carac- extraño que nos hallemos ante un centro
terizaban al agro gallego, recogiendo los cada vez más cerrado en sí mismo, y
frutos de un proceso que abarca las cua- cuyos esfuerzos divulgadores se van di-
tro primeras décadas del siglo y cuyas sipando a medida que nos acercamos a
múltiples facetas vienen siendo rescata- 1950.
das en los últimos años del olvido por la
La impresión general que se impo-
historiografía (puesta en funcionamiento
ne tras la lectura de este trabajo es la de
de centros científicos, consolidación de
un centro que nace tarde, ya que las prin-
prensa técnica y agraria, participación
cipales plagas hacen su aparición en el
cada vez más intensa de las sociedades
último tercio del siglo XIX como indesea-
y sindicatos de todo signo en la genera-
da consecuencia de la internacionaliza-
lización de las mejoras agrícolas, etc.).
ción de la agricultura, que despliega una
La guerra civil cercena drástica- actividad notable en relación con los
mente este proceso y las consecuencias medios a su disposición (Urquijo Landa-
a largo plazo se dejan sentir incluso en luce es el único licenciado superior en
centros como el que nos ocupa que no plantilla entre 1933 y 1940) Y al que el
sufrieron merma alguna de su personal nuevo orden de cosas resultado de la
por razones políticas. De hecho, su di- rebelión militar priva de la posibilidad de
rector a partir de 1933, Pedro Urquijo influir en mayor medida en la realidad que
Landaluce (1901-1992), es objeto de un lo rodeaba. Ello no quiere decir que no
estudio particularizado que pone de ma- se alcanzasen en la postguerra logros
nifiesto su compromiso con el agrarismo científicos notables (a cargo principalmen-
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te de Juan Rodríguez Sardiña en Virolo- tegui o por la relación con las Socieda-
gía y de Urquijo en la lucha contra la "tin- des Agrarias para la Granja Agrícola de
ta" del castaño), pero cada vez es más La Coruña. Así se entra a finales de la
patente la desconexión de la agricultura década de los cincuenta en un indudable
de todos los días, falto el centro de una declive, describiéndose por ello en este
correa de transmisión como la represen- estudio el período que transcurre desde
tada antes de la guerra por el Sindicato entonces hasta la desaparición de la Es-
de Productores de Semillas para la Mi- tación en 1972 en breves páginas y como
sión Biológica de Galicia de Cruz Gallás- mera referencia.
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retornos son las dos bases fundamenta- mas de enfrentarse a un entorno con
les de su éxito. pocas posibilidades.
En la tercera parte, continuando Asimismo, su actitud ante las inno-
con las contestaciones de los cuestiona- vaciones no puede ser calificada de ho-
rios, he mostrado la actitud de los agri- mogénea, aunque son el nivel económi-
cultores hacia los factores de producción, co, la consecución del beneficio y la
las innovaciones y el clima, distinguiendo adaptación de las nuevas técnicas a las
claro está, a los agricultores tradicionales condiciones específicas de sus explota-
de los modernos. Aparecen así factores ciones, las dos razones más explicativas
explicativos de los mercados de trabajo, de adopción de los nuevos métodos.
tierra y capital. Es de destacar la peque-
ña integración que los agricultores tradi- Conclusiones finales, bibliografía
cionales, con pequeñas explotaciones, acerca del paso de la agricultura tradi-
tenían con el mercado y también la racio- cional a la moderna y del momento actual
nalidad económica que se observa en sus de la agricultura, y anexos de los balan-
decisiones. Mercados reducidos de tie- ces de la cooperativa, completan el tra-
rra, capital y trabajo son otras tantas for- bajo.
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