CANTOS PARA EL JUEVES
ten piedad de mí.
HOY VENIMOS A LA FIESTA
Hoy venimos a la fiesta,
que es principio de unidad,
que construye nuestra Iglesia
como gran fraternidad.
Quien nos sirve la comida
es Jesús nuestro señor:
/los manjares son su vida
que él ofrece por amor/
Todos juntos como hermanos
este pan comamos
que es pan del amor.
Construyamos nuestra Iglesia
con la vida nueva que nos da el
Señor.
La Palabra nos congrega,
ilumina el corazón
fortalece y nos consuela,
nos confirma en nuestra unión.
Nos convierte en los testigos
de Jesús nuestro Señor,
/en obreros y en amigos
que trabajan con fervor/
Solidarios compartiendo
nuestra vida y nuestro pan,
y su reino construyendo
en justicia y libertad.
Nuestras manos siempre unidas
en Jesús nuestro Señor
/seguirán fortalecidas
en el gozo y el dolor/
SEÑOR SEÑOR TEN PIEDAD DE MÍ
///Señor Señor ten piedad de mí///
ten piedad, ten piedad
ten piedad de mí.
///Oh Cristo mío ten piedad de mí///
ten piedad, ten piedad
YO CREO EN LA PALABRA DE
DIOS
//yo creo en la Palabra Dios//
de mi Señor.
Si soy fiel en lo poco
Él me confiara más.
Si soy fiel en lo poco
mis pasos guiará.
EJEMPLO OS HE DADO
Ejemplo os he dado
de amor y de humildad;
amaos como hermanos,
servíos con bondad.
Si hacéis lo que yo os digo
viviendo en el amor,
seréis fieles testigos,
como vuestro Señor
Renace la esperanza
en los campos de Dios;
sus frutos la bonanza,
de humildad y de amor.
Servidores y guías,
testimonio de luz,
hoy entregan sus vidas
prolongando a Jesús.
El que ofrezca acogida
y albergue al que yo envié,
con el cielo su vida
le recompensaré.
No me habéis elegido,
fui yo quien os elegí;
os hice mis amigos
y hasta mi vida os di.
En vuestros corazones
grabad esta lección:
No son los servidores
más dignos que el Señor.
Si a mí me persiguieron
también perseguirán
a los que consiguieron,
mis pasos alcanzar.
NO ME HABÉIS VOSOTROS
ELEGIDO
No me habéis vosotros elegido
fui yo mismo quien os elegí,
ya no os llamo siervos sino amigos,
permaneceréis para siempre junto a
mí.
Recordad mi nuevo mandamiento
por el cual os reconocerán:
que os améis los unos a los otros,
como yo os ame, hasta mi vida
entregar.
Yo soy la verdad, soy el camino
soy vida y la Resurrección.
Quien me sigue no andará perdido,
pues yo soy la luz, yo soy vuestra
salvación.
Tomad y comed esto es mi cuerpo,
que se entrega por vuestra salud:
tomad y bebed esta es mi sangre,
que yo derrame por vosotros en la
cruz.
SANTO ES EL SEÑOR
/Santo es el Señor,
Dios de los hombres, es el Señor/.
Dios hizo el mar, hizo el cielo, hizo la
tierra, dios hizo al hombre, Dios es
amor.
Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria, el cielo y tierra de tu amor
ANUNCIAMOS TU MUERTE
/Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección/
Ven Señor, ven Señor
ven Señor a nuestro pueblo, ven
Señor.
CORDERO
Cordero de Dios que quitas
el pecado de los hombres;
cordero de Dios permites
que haya paz entre los hombres;
limpia nuestros corazones
y tráenos hoy la paz.
DONDE HAY CARIDAD
/Donde hay caridad y amor
allí está el Señor/
Una sala y una mesa, una copa, vino
y pan,
los hermanos compartiendo en amor
y en unidad.
Nos reúne la presencia y el recuerdo
del Señor,
celebramos su memoria y la entrega
de su amor.
Invitados a la mesa del banquete del
Señor,
recordamos su mandato de vivir en
el amor.
Comulgamos en cuerpo y en la
sangre que él nos da
y también en el hermano, si lo
amamos de verdad.
Este pan que da la vida y este cáliz
de salud,
nos reúne a los hermanos en el
nombre de Jesús.
Anunciamos su memoria,
celebramos su pasión,
el misterio de su muerte y de su
resurrección.

VIVIR EN CARIDAD

Si yo no tengo amor, nada soy,

si yo no tengo amor, solo estoy
si yo no tengo amor, soy vanidad.
//vivir en caridad es cielo y paz,
vivir con Dios//

La caridad es paciente y es humilde,

no tiene envidia y es siempre
servicial.
No es jactanciosa ni busca vana
gloria,
es decorosa y se fía en la verdad.

La caridad no se alegra en la justicia,

nunca se irrita, no toma en cuenta el
mal;
no es egoísta la ofensa siempre
excusa;
cree y espera, soporta hasta el final.

La caridad no termina ni se acaba;

la profecía y la ciencia cesarán;
son imperfectas y pasan como el
viento;
solo es perfecta la inmensa caridad.

Ahora subsisten la fe y la esperanza,

y las preside la santa caridad;
tiene en el cielo su gloria y su
morada;
allá veremos su excelsa claridad.

ALABADO SEA EL SANTÍSIMO