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El pase y los restos sintomáticos

Eric Laurent

diferencia de la Venus de Botticelli que emerge de la ola, el deseo del psi-


caída, la cadena de las iden-
previa en
A ruptura
coanalista supone una una
Debe haber
tificaciones, especialmente de las identificaciones fálicas.
una caída y el reemplazo de una
identificación por otra, ligada ésta al discurso
inconsciente al discurso
analítico: tal es la metáfora del pasaje del discurso del
del psicoanálisis.
Ahora bien, esta metáfora no se realiza sin restos. La elaboración del matema
de uno mismo no es la transmisión integral de uno en silencio. como en las nove-
las de ciencia-ficción que imaginan la teletransportación, o como en las de Michel
Houllebecq donde los clones encarnan el mito de una identidad separada del
cuerpo, conectada a un viviente puro, retorno del alma del mundo. Si el pase fuera
así, sería una soteriología para intelectuales distinguidos. Lo vivo no se transmite
integralmente. No hay cternidad, hay restos. Como cl ser |ëtre]. el resto |reste] se
dice de muchas formas: tales como los restres o los rétres.

Eric aurent cs psicoanalista, micmbro de la tCt Esta intervención fue prescntada en las Jornadas de la FT que se
lievaron a cabo ls días 10 y 11 de julio de 2010 en Renncs. cllas tuv icron por titulo "El nacmiento del deseo del psi
Canalista cn el uglo xNI" y el cuadro de Botticclli inspirs cl afiche
DR Saint Simon reanima para nosotros cste término en singular "le vieut r étre, Treschove. res soigneur des
e e ' t de von éne". Iittré incluye tambicn el verbr tre "terme vicilli. Err de nouvcau. se conjugur comme étre"

REVISTA LACANIANA DE PSIcOANÁLISIs N° 11


Los restos del significante

El recorido de un psicoanálisIs se inaugura con la instalación del incon


ciente transferencial por la asociación de dos significantes S S,. Se termino
en un horizonte donde los significantes-amo del sujeto se separan de los mil
ples lazos que habían tejido y toman, de ahi en más, una dimensión real. Su re.
torno a las cadenas identificatorias es imposible: Sj se encuentra aislado
separado de So.
Pero siempre quedarán significantes que no estarán del todo solos. No espere.
mos que todos los significantes-amo de un sujeto sean producidos así: basta con
que algunos lo sean suficientemente. Asi, un sujeto evoca, en las primeras sesio-
nes. las tres generaciones de deseo que han provocado la trabazón en la que se en-
cuentra. Primero. la desafortunada unión del abuelo que, para los hijos, molesta a
toda la familia. Luego. una madre que maltrata a sus propios niños. Al fin, él, el
hijo. que se divorcia en la cuarentena con la firme intención *de no hacer sufrir a
su esposa", mientras que se produce justamente lo opuesto. El análisis habrá de
desenredar este complicado ovillo.
Los significantes-amo circulan entre las generaciones, más allá de los indivi-
duos -como aquella bofetada con la que Lacan evocaba la trasmisión2 Producir
estos S eonsiste en librar al sujeto de su ingenuidad y de su perplejidad, y en re-
correr el laberinto de goce en el cual se anudan repetición, culpabilidad, agresivi.
dad, depresión y agitación violenta. Habrá que aislar los significantes familiares
que, en su contingencia, contribuyen a la formacióny a la estabilización de los
modos de satisfacción que constituyen el fantasma. Se pasa así del desarrollo de
la cadena significante a las relaciones del sujeto con los objetos de su goce: 8 0a.
Este pasaje se hace gracias a la doble función del psicoanalista, por un lado, como
dirección de las demandas del sujeto, y por otra, como objeto que detenta la clave
del goce imposible: a S .
La identificación de un modo de gozar no es la identificación a un modo de
gozar. Es lo que nos enseña el final de "La dirección de la cura..." Cuando el psi-
coanálisis de la época apuntaba a la identificación del sujeto con su fantasma,
Lacan muestra cómo el sujeto es devuelto, por la pulsión, a la contingencia del
amor. El fantasma puede "atravesarse". La identificación de un modo de gozar
modifica lo que entendemos por identificación. Como lo indica el seminario del
mismo nombre, el desarrollo de una serie donde se mezclan significantes y valor

de goce o que puede escribirse (1 + a)- permite definir un valor de goce para
toda la serie. Lacan aclara así los debates donde el psicoanálisis se empantanaba,
entre la transferencia en tanto repetición de la cadena significante y la transteren

Lacan, J., "El psicoanálisis y su enseñanza", Escritos 2, Siglo Veintiuno ed., México D.F., 1998, p. +21*
Lacan, J., "La direceión de la curay los principios de su poder", Escritos 2, op. cit.. p. 620-62

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cia en el presente, articulada a la puesta en juego del fantasma en la realidad de la
sesión. Entonces, una cura psiICoanalitica no se hace sin restos.

Los restos del pasaje entre el inconsciente y el modo de gozar

El inconsciente es ese lugar del discurso donde el principio de no contradicción


no rige. Una zona donde nos salimos de la oposición entre el sí y el no, lo verda-
dero y lo falso. Esias oposiciones se levantan como el velo que cubría la división
del sujeto porel goce [a S].
Conforme se despliega el análisis, el sentido del síntoma nos conduce a su mas
ailá. El sentido del síntoma constituye en efecto la principal vía hacia su identifi-
cación; la cura deviene el lugar para una nominación del síntoma; Lacan, enton-
ces, invocaba a propósito de esto la caza del Snark de Lewis Carroll. porque esta
caza del significante que vendrá a nombrar verdaderamente el síntoma se
opone
al principio de sustitución: el Snark era un
Boojum.
La solución nos será dada por un contemporáneo de Lewis Carroll. Oscar
Wilde, que describía la caza del zorro como "lo indecible persiguiendo lo inco-
mible" [The unspeakable in pursuit of the inedible]. La identificación de un sín-
toma, en la medida en que el aflojamiento de la identificación a un
significante-amo -S- permita el ajuste de un agujero, dará acceso a la identifi
cación síntoma por la reintroducción del goce.
a un

Tomemos el ejemplo de un sujeto marcado por la escena en la cual ha descu-


bierto los juegos parentales. Guarda el recuerdo de una frase
madre: "Volverás cuando el cielo sea violeta". Los recursos al
enigmática de su
lo han dejado errar largamente, del enamoramiento de
equívoco de la frase
jóvenes andróginas a la fas-
cinada contemplación de sexos develados de manera
pornográfica. Cuánto
tiempo la fijación escópica del síntoma lo mantendrá al abrigo de la constatación
de que jamás regresó de esa designación de la mujer prohibida, inaccesible? Del
significante-amo al agujero en el lenguaje, el pasaje no se hace sin restos.

Los restos del pasaje el


en agujero
Mientras desarrollan las identificaciones que han tramado la
se
historia del su-
jeto, se revela no solamente que la identificación es sino, múltiple sobre todo, que

"In the midst


of the word he was trying to say,/ In the midst of his
laughter and glee. I He had
Boojum, you see'" [Carroll L.. The Hunting of the Snark, Thesoftly
Vanished away / For the Snark was a
-
and suddenly
led Lewis Carroil,
London. Wordsworth Edition Complete llustra-
Limited 08. p. 788]. [En medio de la palabra que intentaba decir,
cn medio de su risa y júbilo, / suave y repentinamente,
sino un Boojum.] desapareció por completo. porque, vea usted, el Snark no era

Anibal Leserre Cuestiones generales para un informe 143


ella es imposible. Nadie puede identificarse a su propio inconsciente. El
Suieto
puede soñar en aislar la fórmula. pero nosotros conocemos los límites de esa e
presa -lo testimonia la tentativa de Serge Leclaire, que intentó reducir su
n-
conseiente a su raíz "Poordjeli" y salir de la alienación a través de ese rodeoI
separación del Otro no se alberga en la cadena significante, incluso reducidaa s
tallo. Resulta imposible para el sujeto significarse a si mismo. No habrá última na.
labra, nos dice Sonia Chiriaco'. No existe una univocidad tan absoluta que al
cance la universalidad literal. La separación vendrá, por contrario, del lado del
objeto a, agujero de la letra en la mediocridad del sentido, como lo evoca "Tele-
visión"S. Es en la vertiente de la cura, en tanto que experiencia lógica, donde se
produce el agujero en la lengua del sujeto. Lacan aísla así la función lógica de la
letra como argumento de una función, Ft), la de un agujero en el lenguaje. Evoca,
así el poder de "expulsión", de "sopladero" [souflage] de la escritura: "Todos los
animales son mortales, quitan (soufjlez) aninmales y quitan (soufflez) mortales, y
ponen en su lugar el colmo de lo escrito, es decir, una simple letra".9
Esta concepción de la escritura no es la de la escritura como impresión, ni la
de una homología entre esas dos dimensiones que son la palabra y el
lenguaje.
Para que, via la repetición, el agujero pueda ser ahondado, hay que comenzar por
decir y no por escribir, en el sentido de la literatura. Lacan avanza a propósito de
esto: "el autoanálisis de Freud era una writing-curey creo que porello fue un fra-
caso. Escribir es diferente de hablar. Leer es diferente de escuchar" 10

El agujero así ahondado en los enunciados del sujeto no es siempre suficiente:


aún hace falta que este úlimo se sumerja en ese agujero abierto en y por el in-
consciente, que Lacan compara al agujero del sopladero [souffleur]. Luego de
haber evocado el acto analítico, precisa: "Solo hay pasaje al acto más que como
una inmersión en el agujero del sopladero, el sopladero que es, por supuesto,el
inconsciente del sujeto". El analista marca el lugar de ese agujero al mismo tiempo
que lo vela la > $]. La operación lógica en la cura no puede, sin embargo, redu-

cirse a la escritura de funciones de goce como en una suerte de Begrijffsschrift


Conceptografial psicoanalítica." Aunque esta eseritura hace aparecer el agujero
en los enunciados -a semejanza de la que produce el argumento de la función-,
el sujeto puede, no obstante, permanecer en los bordes.
En la serie de veinte conferencias que pronunció en 2005 en France-Culture,
Jacques-Alain Miller exploraba precisamente eso que se produce "cuando las curas

Cf. Leclaire, S., "Le rêve à la licorne", Psychanalyser, Seuil, Paris. 1968. p. 117.
Cf. Lacan, J., "Posición del inconsciente",Escritos, op. cir.. p. 801.
En su testimonio en las Jornadas de Rennes.
(7.Lacan,.. "Televisión'", Psicoanálisis. Radiofonia y Televisión. Anagrama, Barcelona, 1996.
acan,.El seninario, Libro 23, De un discurso que nofuera delsemblante. Paidós, Bs. As.. 2009. p.
10
novembre 19/).
Lacan, J., "Conférences et entretiens dans les univers nord-américaines", Yale University, 24
Scilicet, n° 7, 1976, p. 35-36.
"
CJ.Lacan, J., Séminuire xv, L'acte psychanalytique, leceión del 31 de enero del968, inedito

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mueho tiempo.pero el sujeto n0 se "sumerge en el
duran
agujero del sopladero
loffenr Fste punto muestra un obstáculo con el cual los testimonios del pase
pareren colindar Por cemplo, aquel que cra el niño de mamá. vuelto hombre de
mueres ontinin queriendo seducir a la Fscuela durante el procedimiento. A la
quc era niña de su padre. y rechazaba a su madre. le gusta el pasador varón y le
desagrada la pasadora mujer El hombre marcado por el secreto familiar arrastra
consigo una atmósfera de clandestinidad. que
atestigua durante el dispositivo.
se

Aquella quc estuvo marcada por la soledad


en la infancia
quiere ser adoptada por
la Escuelay encontrar alli su nueva
familia. Esta declinación de restos muestra
la presencia. en el abismo. del fantasma
Como puede producirse.
entonces. la susodicha inmersión? Lacan da una in-
dicacion muy precisa: es necesario que el sujeto descomplete el síntoma del Otro.
Debe haberse formado como analista. Solamente cuando está formado, de tanto
en tanto eso se le escapa: formado es haber visto cómo el síntoma, eso se com-
pleta Es via la incompletitud que el salto en el agujero podrá producirse. Esto
supone que los restos de identificación fantasmática y los restos de identificación
al analista sean franqueados.

Los restos de la identificación al analista

El principio del fracaso del acto analítico reside, en última instancia, en la iden-
tificación con el analista, la que se da bajo dos formas distintas.
Por un lado, la identificación al analista como adherencia al
psicoanalista que
ha sido el instrumento de la operación analítica: el
sujeto se vuelve analista como
lo quiere su analista o a semejanza de éste. Angelina Harari ha mostrado clara-
mente las consecuencias de estas autorizaciones
engañosas." La identificación al
analista se hace a la sombra de los juegos narcisistas donde uno es a la
del imagen
otro. ldentificaciones fantasmáticas y narcisistas se cubren como en los "juegos de
la orilla con las ondas donde
se encantaban los
poetas manieristas", nos dice
Lacan Esta identificación puede producirse, también, cuando el sujeto nom-
brado pasador por el analista no se presente a continuación al pase, permaneciendo
así ligado a la satisfacción obtenida de su analista.
Por otro lado, la identificación al analista como adherencia a ideal o a una
un
norma de lo que sería el analista: lo
que impide que esta perspectiva, idealizante

Miller. J. A., "Histoires de...psy hanalyse", conferencias en F'rance-Culure, 2005, inédito.


Lacan,J., "Conférences el entretiens dans les universités
Vease
presentación en las Jonadas de lkennes.
su
nord-américaines", op, cu.
1.acan, J., "ObservaciÓn sobre el infome de Daniel
Jorme de LDuniel Lagache", Escritos,
Lagache", Esritos, op. i., p. 681. Observacion sobre el in-
op. ciu., p. 681. Tomemos el ejempto siguiente en el que los juncos los Sueños
estan en y
espejo: "L onmbre de cete fleur vermeille I et celle
des joncs pendants /paraissaient ètre la-dedans / les songes
deTeau qui sommeille" [Tristan l'Hemitle, "Promenoir de deux amants", in Les Amours (1638)|.

Anibal LeserreCuestiones penerales nara un informa 1A5


y normativa. sea abandonada. El objetivo de la Comisión del pase es dejar de en
carar la existencia de un analista con la vara de una excepción a la regla, para, por
contrario. descifrar a partir de la excepción una faceta de lo que es un analista
Partimos así no ya de lo que es comun o corriente, sino mas bien de lo que es in-
habitual. Es segin esta perspectiva que "Cromwell fue juzgado el inglés más ti.
pico de su tiempo simplemente porque era el más extraño" o Esta lógica de la
singularidad es aquella donde el vacioy el goce se ponenen juego, más allá de los
significantes-amo que hacen la ley para cada uno.

Una topología del resto a producir

Para concluir, propongo que nos enfrentemos de nuevo al dibujo atribuido a


Rembrandt y que está expuesto en el Museo de Bellas Artes de Rennes. Lacan se
sirve de él para oponer la construcción del sinthome y los embrollos de la
asigna-
ción a la residencia de la imagen del cuerpo. "Solo en la medida en que los seres
son inertes. es decir, están sostenidos
por un cuerpo, se le puede decir a alguien,
como se hizo por iniciativa de Pompilio - He fabricado un redondel alrededor de
ti y no saldrás de este antes de haberme promerido tal cosa""
El sintoma nos permite no hundir la singularidad en la individualidad o en la
inercia del cuerpo. El supone la puesta en juego del recubrimiento de los orificios
pulsionales del cuerpo y de los agujeros del inconsciente. En su "Nota pas0 a
paso", J.-A. Miller nos invita a reconocer "en el círculo pompiliano, el círculo
vacío . . .. Pompilio solamente forma pareja con el presuntuoso monarca orien-
tal si se lo separa de sus órganos, consultativos y militares. y si se rebaja su infla-
ción, hasta reducirlo a una vejiga vacía".i8 Prosigamos en este sentido e
imaginemos que la ronda que cerca a Antíoco y la multitud que hace un círculo al-
rededor de la pareja formada por Pompilio y Antíoco trazan el borde de un agu-
jero. En el lugar de Antíoco, suntuosamente vestido, ponemos a Venus
suntuosamente desvestida. Le abrimos la boca, entonces, como lo hace Freud en
Su sueño de la inyección puesta a Irma. El abismo así abierto introduce la cuestion
de la singularidad del modo de gozar, de quien tiene un cuerpo pero no por ello se
reduce a él. Al responder a la angustia que nos aqueja, tenemos la oportunidad de
responder a la invitación de Demócrito, según la lectura que Lacan nos
propO
en Aún y en "El atolondradicho". El átomo de Demócrito, como el sinthome de

Lacan, es a la vez. cuerpo y *elemento de significancia cambiante. El SOce d

Geertz, Cl., Bali, Interprétation d'une


Lacan, ., El seminario, Libro 23, El culture, Gallimard, Paris, 1973.
7

sinthome, Paidós, Bs. As., 2006, p. 107.


Miler,J-A., "Nota paso a paso",
en Lacan, J., El seminario, Libro 23, El sinthome. Paidos, Bs. AS.. 006 .219.

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cuerpo es a la vez cuerpo y vacío, "no más cuerpo que vacío"." No se trata esto
de una última palabra sino de una articulación de una topología a producir, la del
lugar de "ya nadie"

TRADUCCIÓN: MANUEL MARTÍNEZ NovILLO


REVISIÓN: SILVIA ELENA TENDLARZ

Séminaire, livre Xx, Encore, Seuil, Paris, p. 66-67 et "I'étvurdit", Aures écrits, op.«
, p. Se leerá
19
LacanJ . , entario deBarbara Cassin acerca de li relerenca de Lacan a Demócrito en Badiou A., Cassin
Lambien Sexuel. Deux leçons sur l'Etourdit de Lacan, Paris, Fayurd, 2010. B., l n'

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