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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

INSTITUTO DE EDUCACION SUPERIOR TECNOLOGICO


PRIVADO “SAN JOSE”

CARRERA PROFESIONAL DE ENFERMERIA TECNICA

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ANTIALERGICOS

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ASIGNATURA : ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS


DOCENTE : LIC. JORGE ELIAS GUEVARA GARCIA
CICLO : III
SECCION : “A”
INTEGRANTES: DELDITH BRICEÑO PIÑA
MIRELY LIZ CAINAMARI TUANAMA
LUZ ENITH ACOSTA ACHO
LEYLITH BARTRA FATAMA
JESUS MANUEL CAHUAZA MACA
ELSA MARGOTH SANCHEZ SANCHEZ
ALEJANDRA AMAYA YSLA
INTRODUCCIÓN

Los antialérgicos son una gama de medicamentos que tiene por finalidad combatir los
problemas ocasionados por las alergias.
Estos medicamentos están compuestos por antihistamínicos, fármaco que actúa
antagonista en los receptores H1 (Histamina). Disminuyendo o eliminando la mayor
acción de la histamina en el cuerpo, al competir reversiblemente por el por el sitio de
unión al receptor de la histamina en los tejidos.

Definición

Son fármacos que bloquean la acción de la histamina, que es el principal mediador de


las reacciones alérgicas. Sustancia o medicamento que sirve para prevenir, tratar o
aliviar las reacciones alérgicas.
Agentes que se utilizan para tratar las reacciones alérgicas. La mayoría actúan
previniendo la liberación de mediadores inflamatorios o inhibiendo accesos de
mediadores liberados sobre las células diana.

ANTIALERGICOS

La gran cantidad de mediadores liberados durante una respuesta alérgica puede


explicar la ineficacia de los fármacos que se dirigen a un solo mediador.
Existen varios grupos que pueden usarse para el tratamiento de alergias:

 Antihistamínicos
 Antileucotrienos
 Adrenalina (vaso constrictor) usado, por ejemplo: shock anafiláctico
 Glucocorticoides Estabilizadores de membranas de mastocitos
 Estabilizadores de membrana de mastocitos

ANTIHISTAMÍNICOS

Los antihistamínicos impiden que las células vean a la histamina y pueden tratar la
alergia común. Medicamentos como los esteroides pueden calmar los efectos
inflamatorios de la alergia.
La histamina es un neurotransmisor que actúa donde existen receptores los cuales se
distribuyen en todo el organismo. Se ven en el musculo liso donde genera la
contracción de musculo bronquial, células endoteliales donde producen VD (vaso
dilatación) y aumento de la permeabilidad vascular. A nivel del SNC, causando
disminución del apetito, aumento de la vigilia y al nivel periférico estimula las
terminaciones nerviosas.
Los Antihistamínicos son antagonistas del receptor H1, y disminuyendo la actividad del
receptor y compitiendo con la histamina por su unión, responsable de la acción
alérgica.
El fármaco compite con la histamina por su receptor, al unirse bloquea el sitio de unión
como una llave al cerrojo y la histamina ya no puede unirse.
Los antihistamínicos suelen clasificarse en seis o más grupos químicos, pero desde el
punto de vista clínico, se catalogan en antihistamínicos clásicos o de primera
generación, y antihistamínicos no sedantes o de segunda generación.

ANTILEUCOTRIENOS

Son fármacos fundamentalmente antiinflamatorios. En niños, en el broncospasmo


inducido por ejercicio, el montelukast ha demostrado una eficacia comparable al
salmeterol, sin la taquifilaxia de este.
Los antileucotrienos pueden ayudar a controlar al niño asmático. Los antileucotrienos
son unos de los tratamientos del asma y rinitis mas desconocidos por los pacientes.
Actúan bloqueando la acción de unas sustancias inflamatorias conocidos como
leucotrienos. Estas aumentan mucho en los bronquios y mucosa nasal cuando hay una
crisis de asma o rinitis.
Los leucotrienos se encuentran en las vías aéreas periféricas de los pulmones.

ADRENALINA

La adrenalina (o epinefrina) se usa para el tratamiento de las reacciones alérgicas


graves. Las reacciones alérgicas pueden ser de tipo asma, de rinitis, de conjuntivitis, de
la inflamación, de piel, digestivas, o generalizadas como la anafilaxia.
La acción de la adrenalina consiste en el incremento de la resistencia periférica
mediante la vasoconstricción receptor a1- dependiente y el incremento del gasto
cardiaco mediante su unión a los receptores b1.

GLUCOCORTICOIDES
Son análogos sintéticos de las hormonas adrenocorticales, de uso común, de gran
utilidad en la práctica clínica del pediatra y se considera la piedra angular del
tratamiento farmacológico de enfermedades alérgicas.
Los glucocorticoides sistémicos se pueden dividir en:
 De acción corta: cortisona, hidrocortisona
 De acción intermedia: metilprednisolona, prednisolona, prednisona,
triamcinolona
 De acción prolongada: betametasona, dexametasona.

ESTABILIZADORES DE MEMBRANA DE MASTOCITOS

Los estabilizadores de los mastocitos impiden la liberación de histamina de los mastocitos,


reducen la hiperreactividad de la vía aérea y bloquean las respuestas temprana y tardía a los
alergenos. Se administran en forma profiláctica y por inhalación a pacientes con asma inducida
por el ejercicio o por alérgeno.

LA HISTAMINA
Es una de las sustancias que esta de tras de muchos de los procesos relacionados con
las alergias estacionales, la urticaria, el goteo nasal, el exceso de mucosidad y la
inflamación alérgica.
Según las investigaciones realizadas, constituye un mediador fundamental de la
respuesta alérgica. También se considera una enzima proinflamatoria responsable de
reacciones alérgicas, rinitis, dermatitis, migrañas y estudiada como factor de riesgos en
procesos inflamatorios que afectan a los intestinos incluso a las articulaciones.

VIAS DE CONTACTO.

Las principales vías de contacto con los alérgenos son la inhalación, la ingestión, la
inoculación y el contacto con la piel u otros órganos:

– Inhalación. Es la vía típica de acceso de los alérgenos ambientales presentes y que


penetran en el organismo con la respiración. Los más comunes son: polen (plantas,
árboles y arbustos), ácaros, polvo, hongos, moho, epitelios, pelos y plumas de
animales, etc.

– Ingestión. Es la vía de contacto característica con los alimentos que producen alergia,
como por ejemplo marisco, frutos secos, leche de vaca, huevos, etc. También las
alergias a ciertos medicamentos se producen normalmente por ingestión.

– Inoculación. Es el caso de las picaduras de insectos y de los medicamentos


inyectables.

– Contacto con la piel u otros órganos. Muchos alérgenos actúan por contacto con la
piel u otros órganos del cuerpo. Los más comunes son: minerales (níquel, cobalto y
cromo), sustancias químicas (tintes, productos de limpieza, etc.), tejidos (lana, seda,
etc.), cosméticos, perfumes, látex y un largo, etc.
¿Cómo se emplean?
Los antihistamínicos se pueden administrar por vía oral (en comprimidos, jarabes o
gotas), inyectable (intramuscular o intravenosa), o tópica (en crema, en colirio, en
espray nasal o en gotas óticas). La vía y las dosis dependerán del paciente y de la
enfermedad que se esté tratando, y será el médico responsable quien las indique.
¿Cómo actúan los antihistamínicos?
Los antihistamínicos se unen a los receptores H1 de la histamina, pero sin activarlos,
solo manteniéndolos en su forma inactiva durante horas. Con ello se logra que la
histamina no llegue a producir sus efectos sobre la piel (picor, habones o ronchas,
etc.), ni en la mucosa respiratoria (lagrimeo, picor nasal y ocular, estornudos,
destilación, etc.). Además, algunos antihistamínicos presentan también propiedades
antiinflamatorias, inhibiendo la propia liberación de histamina por los mastocitos y
frenan, hasta cierto punto, el desarrollo de las reacciones alérgicas. Esto solo ocurre a
altas concentraciones, que no es posible alcanzar a las dosis orales, aunque sí con la
aplicación directa en la conjuntiva ocular; así, la mayoría de los antihistamínicos en
colirio funcionan también como “estabilizadores de mastocitos”, o sea, como
antiinflamatorios locales.

¿Hay que tomar todos los días o solo cuando aparecen síntomas?
Los antihistamínicos son un tratamiento sintomático; es decir, contrarrestan los
síntomas de las enfermedades alérgicas, pero no se considera que “curen” la
enfermedad. Por ello, parece lógico tomarlos “a demanda” en función de los síntomas
alérgicos. Sin embargo, muchas enfermedades alérgicas, como la rinitis alérgica o la
urticaria, pueden ser muy persistentes en el tiempo y beneficiarse del tratamiento
continuo durante varios meses; además, las propiedades antiinflamatorias de los
antihistamínicos pueden contribuir a la prevención de nuevos síntomas. Por todo ello,
la decisión de indicar un tratamiento continuo o a demanda con antihistamínicos
dependerá siempre del médico que lo prescriba, en función de cada paciente.
Elegir antihistamínicos de dosis única diaria aumenta el cumplimiento cuando es
necesario un tratamiento continuo.
En cualquier caso, es importante suspender la toma de antihistamínicos varios días
antes de someterse a pruebas cutáneas de alergia, ya que, por su propio efecto,
invalidan los resultados.

¿Qué antihistamínicos son los más adecuados en la rinoconjuntivitis alérgica?


Los antihistamínicos de segunda generación son el tratamiento de elección en las
rinitis y rinoconjuntivitis alérgicas. Se pueden administrar por vía oral (en comprimidos,
jarabes o gotas), o tópica (en colirio o en espray nasal). La vía y dosis dependerán de
cada persona y de su médico.
o Uso tópico: en la conjuntivitis alérgica, los colirios antihistamínicos
tienen un rápido inicio de acción, de 3 a 15 minutos, y la ventaja ya
comentada de un cierto efecto antiinflamatorio local. En la rinitis
alérgica, los antihistamínicos en espray nasal tienen un comienzo de
acción más rápido que los orales y pueden ser igual de eficaces, aunque
algunos tienen un sabor amargo.

¿Qué antihistamínicos son los más convenientes en otras indicaciones?

 Picaduras de insectos. Los antihistamínicos no sedantes pueden controlar el


picor y la hinchazón inmediatos en las picaduras no complicadas de mosquitos
y algunos otros insectos. Tradicionalmente se emplean antihistamínicos clásicos
por vía tópica (en cremas o en barra) como la clorfenamina o el dimetindeno,
actualmente no recomendados por la posibilidad de provocar reacciones
alérgicas.
 Dermatitis atópica. El picor en el eccema atópico está mediado no solo por
histamina (a través de los receptores H1 y H4), sino por otras muchas
sustancias. Los antihistamínicos H1, pues, no son efectivos en esta enfermedad.
Sin embargo, en un intento de interrumpir el círculo vicioso picor-rascado, se
suelen emplear antihistamínicos sedantes por la noche. Por otra parte, el uso
continuado de cetirizina en niños pequeños con dermatitis atópica ha
demostrado retrasar la aparición de asma en edades posteriores.
 Náuseas y mareo. Varios antihistamínicos de primera generación
(dimenhidrinato, cinarizina, meclozina, prometazina, etc.) resultan eficaces en
el tratamiento y prevención del mareo del movimiento, náuseas y vértigos, por
su efecto antihistamínico sobre el SNC y por su efecto anticolinérgico. Los
antihistamínicos de segunda generación no sirven para tratar o prevenir las
náuseas ni el mareo.

Los antihistamínicos clásicos, además, se emplean tradicionalmente en otros muchos


procesos, a pesar de la falta de evidencia sobre su efectividad:

 Control del picor intratable de causas no dermatológicas, como el prurito


metabólico asociado a enfermedades crónicas de la sangre, del hígado o el
riñón.
 Tratamiento sintomático de infecciones respiratorias (rinitis catarral, otitis
media, sinusitis) y de la tos inespecífica aguda o crónica.
 del insomnio
 Falta de apetito de origen diverso.

¿Pueden tomarse antihistamínicos durante el embarazo y la lactancia?

En general, es aconsejable evitar durante la gestación cualquier tipo de


medicación que no sea imprescindible; el primer trimestre es especialmente
importante, sobre todo hasta la octava semana de gestación. Sin embargo,
antihistamínicos de primera generación con efecto antiemético (como el
dimenhidrinato o la meclozina) se han utilizado tradicionalmente para
contrarrestar las náuseas y los vómitos del embarazo, y muchos otros
antihistamínicos clásicos se encuentran en productos anticatarrales de venta
sin receta. Los datos epidemiológicos no sugieren un aumento de riesgo fetal o
de malformaciones asociado al uso de estos antihistamínicos clásicos. Merece
una excepción la hidroxicina, que está expresamente contraindicada durante el
embarazo, ya que cruza la placenta con facilidad, alcanzando concentraciones
mayores en el feto que en la madre, y se ha relacionado con toxicidad fetal.

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