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Escribe sobre el guión la letra que falta y corrige las faltas de ortografía.

 
En un lugar de la _ancha
de cuyo nom_re no quiero acordarme,
vivio ace mucho tienpo un _idalgo alto y seco de carnes
que  ronda_a  los sincuenta años
y tenía fama de ho_bre bueno.
cuentan que se llama_a Alonso Quijano
y que llebava una vida modesta y sin lu_os,
Aun que en su casa nunca  falt_ la comida
ni unas buenas  cal_as   de tersiopelo
que lucir los d_as de fiesta.
don Alonso vi_ía con una criada
que  pasa_a de los cuarenta años
y con una sobrina que no llegava a los _einte,
y éra un  _ombre madrugador y amigo de la Caza
que habia tra_ado una estrecha amistad con el cura
y el barvero de la _aldea .
Por su  condici_n de hidalgo,
apenas tenia o_ligaciones,  así que dedicava
sus muchas horas de hocio a leer libros de caba_erias.
Y tanto se afisionó a las historias de _igantes y bata_as,
caballeros andantes y princesas cauti_as,
que llego a _ender buena parte de sus tie_as
para co_prar libros y más libros.
De día y de noche, don Alonso no _acía  otra cosa más que leer.
Por culpa de los libros, a_andono  la caza
y descuido su _acienda,
 _asta que a  fuer_a de tanto leer y tan poco dormir,
Se le seco el cere_ro y se bolvio loco.
Aveces soltava de g_lpe el libro que tenia entre manos,
blandia con fuerza su _ieja espada
y empesaba a  acuchi_ar las paredes
cómo si se estu_iera defendiendo de una le_ión de fieros gigantes.
se había co_vencido de que todo
lo que contaban sus libros era _erdad,
y asi fué como se le ocurrió el ma_or disparate
que _aya pensado nadie en el Mundo:
desidió hacerse ca_allero andante

y _echarse a los caminos en busca de abenturas.

"me llamare don Qui_ote  de la Mancha", se dijo.

 "bata_are contra gigantes y malandrines,
defendere a los _uerfanos y a las viudas
y me  _are  famoso con mis _azañas".
de modo que un día de _ulio al amanecer
se puso una armadúra de sus _isabuelos,
monto a lomos de su  ca_allo
desidido a pro_ar su _alentía en mil y una a_enturas.
Yevaba una lansa y una  _espada   que habian criado polvo
en un rinc_n duránte muchos años,
y lo primero que _iso al salir de su _ldea
Fué pensar en su amada  _ulcinea del Toboso.
Y es que, como todos los ca_alleros andantes
ama_an a una prinse_a,
don Quijote se hab_a buscado una dama
a la que adorar y  ser_ir.
tras darle muchas  _ueltas al asúnto,
había ele_ido a una mosa la_radora
del pueblo del toboso de la que habia estado
enamorado en otro tie_po.