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INSTITUTO TECNOLÓGICO DE BOCA DEL RIO

IDENTIFICACIÓN DE BACTERIAS EN LAS PLAYAS DE ANTON LIZARDO, BOCA DEL


RIO Y ANTON LIZARDO

AUTORAS: KAYSER RAMOS ZAMIRA YULIANA


NERI FRANCO PILAR BETSABE
México forma parte de los países más importantes del mundo por su biodiversidad y cuenta
con una situación geográfica privilegiada, con acceso a los dos océanos más grandes del
mundo, con una extensión de 11,122 kilómetros de costas y de 3,149,920 kilómetros
cuadrados de Mar Territorial y Zona Económica Exclusiva, así como una amplia plataforma
continental y territorio insular.

Que el uso de los recursos marinos se debe basar en el aprovechamiento sustentable de


los ecosistemas sin rebasar su capacidad de regeneración, lo cual nos permitirá seguir
disfrutando de la naturaleza en el futuro, con la finalidad de poder explotar, en forma
racional los recursos en beneficio de los mexicanos.

Que el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, publicado en el Diario Oficial de la


Federación (DOF) el día 20 de mayo del año 2013, establece como una de las Metas
Nacionales "Un México Próspero", en su Objetivo 4.4 "Impulsar y orientar un crecimiento
verde incluyente y facilitador que preserve nuestro patrimonio natural al mismo tiempo que
genere riqueza, competitividad y empleo"; Estrategia 4.4.1 "Implementar una política integral
de desarrollo que vincule la sustentabilidad ambiental con costos y beneficios para la
sociedad" determina, entre otras líneas de acción, "Impulsar una política en mares y costas
que promueva oportunidades económicas, fomente la competitividad, la coordinación y
enfrente los efectos del cambio climático protegiendo los bienes y servicios ambientales".

Que mediante Acuerdo publicado en el DOF el 13 de junio del año 2008, se creó con
carácter permanente la Comisión Intersecretarial para el Manejo Sustentable de Mares y
Costas, cuyo objeto es coordinar, en el ámbito de sus respectivas competencias, las
acciones de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal relativas a
la formulación e instrumentación de las políticas nacionales para la planeación, ordenación
y desarrollo sustentable de los mares y las costas del territorio nacional.

Que para hacer compatibles el crecimiento económico del país con la conservación y el
aprovechamiento racional de los recursos naturales, es necesario que los mares y las
costas cuenten con los procesos de planeación y ordenación, así como con las
herramientas que permitan al Estado prevenir y minimizar los riesgos para la población y la
infraestructura pública y privada derivados de los fenómenos hidrometeorológicos y
geológicos.

Que la Comisión Intersecretarial para el Manejo Sustentable de Mares y Costas elaboró la


Política Nacional de Mares y Costas de México, la cual responde a la necesidad urgente de
establecer un instrumento integral de gestión que fortalezca, oriente y apoye a la planeación
y el ordenamiento de estas regiones, con el fin de hacer más eficientes y efectivos los
procesos de toma de decisiones, detener y revertir el deterioro que han sufrido a lo largo de
décadas y así, potenciar su desarrollo actual y futuro de los mares y costas de México.
Que el día 17 de diciembre de 2015, se celebró la Décima Sesión Ordinaria de la Comisión
Intersecretarial para el Manejo Sustentable de Mares y Costas, en la que se acordó por sus
integrantes la aprobación de los contenidos de la Política Nacional de Mares y Costas de
México al término de su actualización, mismo que posteriormente fue validado por cada uno
de sus miembros.
Que el día 8 de febrero de 2017, se celebró la Décimo Segunda Sesión Ordinaria de la
Comisión Intersecretarial para el Manejo Sustentable de Mares y Costas, en la que se
informó a los integrantes los trámites para publicación en el Diario Oficial de la Federación,
de la Política Nacional de Mares y Costas de México, y la aprobación de los avances
presentados por los Coordinadores de Grupo de la Comisión, para la elaboración de las
agendas de trabajo.

Los estudios en sistemas intermareales de playas arenosas son diversos en el ámbito


global (Schlacher et al., 2008); sin embargo, los que trabajan con la macrofauna bentónica
están enfocados a los aspectos generales de la estructura comunitaria en diferentes tipos
de playas (Dexter, 1987; Brown y McLachlan, 1990; McLachlan y Dorvlo, 2005), así como la
relación de la morfodinámica con dicha estructura comunitaria (Brazeiro, 2001; McLachlan
et al., 1993). También existen trabajos que estudian los efectos que ocasionan las
perturbaciones generadas por los frentes fríos sobre la estructura comunitaria (Santos y
Pezzuto, 2009), así como el impacto sobre la fauna bentónica por uso recreativo (Del
Castillo, 2003), la afluencia turística (Jaramillo et al., 1996) y el efecto por combustibles
(Junoy et al., 2005). Los estudios de macrofauna bentónica en sistemas intermareales de
playas arenosas del estado de Veracruz se reducen a los realizados por Méndez (1983) y
Méndez et al. (1985).

En estos estudios, los autores determinaron las asociaciones de especies de macrofauna


bentónica con diferentes sustratos en 29 localidades del litoral veracruzano. Encontraron
que la arena fina y muy bien clasificada de las zonas infralitoral y mesolitoral fueron los
hábitats adecuados para la fauna. En arena fina encontraron principalmente poliquetos de la
especie Scolelepis squamata, moluscos como Donax variabilis y D. texasianus; Emerita
portoricensis, Haustorius sp, Excirolana sp y Ocypode quadrata como crustáceos; en arena
gruesa, solo poliqueto de la especie Pisionidens indica, Goniadides carolinae y el crustáceo
Emerita talpoida. Cabe mencionar que dentro de las playas estudiadas por Méndez et al.
(1985) figura Playa Farallón, sitio que forma parte de este estudio.

El método de abundancia/biomasa (ABC) ha sido aplicado a nivel mundial en ambientes


intermareales arenosos de estuarios (Meire y Dereu, 1990; Craeymeersch, 199) y en
intermareal rocoso de por Rahman y Barkati (2004). También en el Golfo de México se ha
utilizado el método de curvas ABC para evaluar el impacto ambiental de la actividad
petrolera sobre el ambiente bentónico marino por Granados-Barba, (2001).

Las bacterias son un grupo de organismos unicelulares, esto es, formados de una célula, y
sólo visibles al microscopio. La estructura de las bacterias es muy sencilla en comparación
con las células de los organismos superiores (animales y plantas), que poseen
componentes internos especializados (como el núcleo y las mitocondrias) (Cervantes, C., s.f
).
Después de un siglo de no invertir en infraestructura hidráulica, pese al crecimiento urbano
y turístico de la zona conurbada Veracruz -Boca del Río, se realiza una obra pionera que
pretende abatir la contaminación en el litoral costero. Con inversión de más de mil millones
de pesos, el Gobierno Estatal, junto con los Programas de Agua Potable, Alcantarillado y
Saneamiento de Zonas Urbanas (Apazu) y Programa Fondo Concursable para Tratamiento
de Aguas Residuales, dependientes de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), se busca
eliminar las descargas de aguas residuales al mar mediante el llamado Plan Integral del
Saneamiento de la Bahía de Veracruz, iniciado en 2003, que concluirá en 2010.
Casi 6 de cada 10 litros de aguas residuales generadas en ambas ciudades eran arrojados
a la bahía sin ser tratadas, lo que propició una calificación de riesgo sanitario para al menos
tres playas veracruzanas incluídas en el catálogo de los destinos costeros más
contaminados de la República.Desde 2003, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales (Semarnat) y la Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris)
incluyeron las playas Norte, José Martí y Penacho del Indio en la lista de playas con elevada
contaminación de alto riesgo para bañistas.
Esta evaluación ha sido modificada e
los últimos tres años, pues los niveles de enterococos y sólidos suspendidos están dentro
de normatividad vigente

El Plan Integral del Saneamiento de la Bahía de Veracruz se ha venido realizando por


etapas.
Del 2003 a 2005, se inició la primera etapa del programa con una inversión de 75 millones
de pesos de un
fondo integrado con recursos Estatales, Municipales y de la Conagua, para rehabilitar las
plantas de tratamientos de Costa de Oro en Boca del Río, y Norte en Veracruz, PB, PB 2,
Interconexión del Colector Reyes Heroles - Lois. Con el actual Gobierno Estatal a partir del
2005 se han aplicado recursos de manera sustancial y se programó la segunda etapa con
una inversión de 552 millones de pesos, en la cual se construyeron las plantas de
tratamiento de aguas residuales: Venustiano Carranza, Cabeza Olmeca y
Ampliación de Costa de Oro, en Veracruz y Boca del Río respectivamente, así como
construcción de colectores sanitarios.
En la tercera etapa, con una inversión de 430 millones de pesos, se interconectan los
colectores y la red de drenaje sanitario en la zona norte del puerto; se rehabilita, implementó
y amplió la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Norte para elevar su capacidad de
750 lps a 1, 600 lps.; se rehabilitó la estación de bombeo PB 1,ubicada en el recinto
portuario; y se realizaron obras de rehabilitación en las PTAR’S: Casa Blanca, Coyol y Las
Palmas.

En abril de 2003 se inició el Sistema Nacional de Información sobre la Calidad del Agua en
Playas Mexicanas mediante el esfuerzo conjunto de las Secretarías de Marina, Medio
Ambiente y Recursos Naturales, Salud y Turismo. A lo largo de ese año se logró
sistematizar y homogeneizar el monitoreo del agua de mar, de acuerdo a los criterios
descritos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las aguas de mar de contacto
recreativo.

Actualmente, las autoridades estatales de salud, siguiendo los lineamientos emitidos por la
Secretaría de Salud y en coordinación con ésta, realizan los muestreos y análisis del agua
en cada uno de los 17 estados costeros de México. Las playas que se presentan en esta
página son las que están integradas al sistema de monitoreo por ser las más concurridas;
conforme el sistema se vaya ampliando se incluirán otras playas.

Con la publicación de la presente página, construida de manera conjunta por la SEMARNAT


y la COFEPRIS, se cumple con la Ley de Transparencia y Acceso a la Información
Gubernamental y se contribuye a generar conciencia y corresponsabilidad ciudadana
respecto a los riesgos ambientales en los que todos tenemos un papel que cumplir.

Toda vez que la protección y conservación de las playas requiere de la participación de


todos los sectores y la ciudadanía, se invita a reportar cualquier anomalía en las páginas de
SEMARNAT y COFEPRIS, o bien directamente a los Comités de Playas establecidos en los
destinos turísticos.

La mayoría de los investigadores han encontrado 43 especies de bacterias, se han


realizado las primeras pruebas de bacterias capaces de degradar el petróleo, y algunos de
sus derivados entre ellos plásticos (Cruz, A., 2022).

El Golfo de México es uno de los grandes ecosistemas marinos más diversos y ricos en
recursos de la tierra, ya que en distancias relativamente cortas, ofrece gran diversidad de
ambientes templados, subtropicales y tropicales (Botello et al., 2005). En su zona costera se
presentan lagunas, dunas, playas, manglares, pastos marinos y arrecifes coralinos cuyos
servicios ambientales han favorecido un crecimiento antropogénico que ejerce una
constante presión sobre estos sistemas (Azuz-Adeath et al., 2009).

Dentro del Golfo de México, la Zona Metropolitana de Veracruz (ZMV) es un área costera
dinámica con asentamientos humanos y actividades productivas cuyos residuos y
contaminantes están afectando los sistemas costeros (Gutiérrez-Ruiz et al., 2011). Los
núcleos urbanos modifican el paisaje mediante cambios en el uso de suelo que alteran los
flujos hidrológicos y ciclos biogeoquímicos en los ecosistemas, provocando pérdida de
biodiversidad y, por lo tanto, de los servicios ambientales con los que se beneficia la
sociedad (Azuz-Adeath et al., 2009).

Uno de los sistemas costeros con más presión en los últimos años son las zonas
intermareales de playas arenosas (Finkl & Krupa, 2003). Son ambientes de transición
tierra-mar que se caracterizan por tener un tamaño de grano y una composición
mineralógica determinados, así como un contenido de material orgánico variable, los cuales
son físicamente controlados, principalmente por mareas, oleaje y/o corrientes, con zonas
altas expuestas al aire en marea baja y zonas bajas inundadas permanentemente (Carranza
et al., 1994).

Actualmente, las autoridades sanitarias estatales y federales realizan el muestreo y análisis


del agua en los 17 estados costeros de México a través del “Programa Playas Limpias”
(SEMARNAT, 2012), cuyo criterio para uso recreativo establece como “apta” el agua de
playa que contenga de 0-200 NMP enterococos/100 mL, mientras que se considera “no
apta” al agua de playa con valores mayores a 200 NMP enterococos/100 mL.
Este criterio es utilizado por las autoridades para “cerrar las playas” como medida de
protección para la salud de los usuarios; sin embargo, generalmente éste criterio no se
adecúa a situaciones locales o regionales como son la estructura particular de la playa, la
dinámica marina o situación epidemiológica (Pérez et al., 2006).

Por ejemplo, el “Programa Playas Limpias” no incluye la calidad sanitaria de la arena de las
playas, con la cual los usuarios están en contacto directo a pesar de que se ha demostrado
que el “lavado” del sedimento y el agua intersticial (aquélla que ocupa los espacios entre los
granos del sedimento) de la zona intermareal representan un papel relevante en el control
del nivel de enterococos en la columna de agua (Wright, 2008)

La playa de Antón Lizardo Ubicado en el municipio de Alvarado es catalogado como la


quinta con mayor frecuencia en bacterias fecales a nivel nacional, esto de acuerdo a un
estudio realizado por la Comisión Federal de Protección Contra Riesgos Sanitarios
(COFEPRIS)

Esta playa es la más contaminada del Estado, seguida por Villa del Mar en la ciudad de
Veracruz, con 44 enterococos por cada 100 mililitros de Agua.

Las bacterias son microorganismos que se encuentran en todos los ecosistemas y son
capaces de sobrevivir en ellos y en diversos ambientes su presencia es indicativo de
contaminación. Las playas ocupan el primer lugar en contaminación microbiológica y es el
resultado del incremento de la población, de actividades agrícolas e industriales y el
tratamiento inadecuado de aguas residuales. Esto ha generado problemáticas ecológicas y
de salud. Habiendo indicadores muy específicos para valorar la calidad del agua como lo es
la presencia de coliformes. Las playas son nichos ecológicos importantes y presentan
condiciones variadas de temperatura, salinidad y pH para el desarrollo de diversas bacterias
que además de ser indicadores clínicos poseen potencial biotecnológico. El presente trabajo
tuvo como objetivo aislar e identificar cepas de microorganismos aisladas de cinco playas
del puerto de Veracruz-Boca del Río. Se aislaron cepas a partir de columnas de agua y
sedimento marino a través de cultivos enriquecidos y mediante diluciones seriadas, hasta
obtener cultivos axénicos. Estas cepas fueron caracterizadas morfológicamente, mediante
pruebas bioquímicas convencionales y secuenciación, para lo cual se extrajo el DNA
cromosómico para amplificar el gen 16S ribosomal. Las amplicones fueron secuenciados en
la Unidad de Síntesis y Secuenciación del Instituto de Biotecnología de la UNAM. Una vez
obtenidas estas secuencias, se corroboraron y analizaron mediante el programa Basic Local
Alignment Search Tool (BLAST) a través de la base de datos del National Center for
Biotechnology Information (NCBI) obteniendo un alto porcentaje de homología que
confirman la identidad de Acinetobacter junii, Bacillus Cereus, Acinetobacter baumanii y
Enterococcus faecalis entre otras. A partir del estudio se puede concluir la evidente
presencia de microorganismos de importancia clínica, muchos de los cuales están
asociados a multirresistencia a antibióticos y capacidad de comprometer la salud del ser
humano y cuya presencia puede ser asociada a factores humanos o ambientales. Sin
embargo, estas bacterias poseen genes que codifican para enzimas con potencial
biotecnológico que podrían ser estudiadas en aplicaciones futuras (Rivera Michel 2019).

Las amibas de vida libre (AVL) son organismos anfizoticas, debido a que tienen la
capacidad de vivir como organismos de vida libre y también como parásitos oportunistas. Se
les considera organismos cosmopolitas debido a que se distribuyen en toda la biosfera,
principalmente en las interfaces: agua-suelo, agua-planta, agua-aire, agua-animal (Gallegos
y col., 2014).

Cuando las condiciones ambientales son desfavorables, estos organismos pueden formar
quistes como estrategia de supervivencia, por ejemplo, cuando hay grandes periodos de
escasez de alimento o un cambio en las condiciones ambientales (Gallegos y col., 2014).

Las temperaturas elevadas favorecen la proliferación de las AVL por lo que se les
encuentra con frecuencia en aguas termales naturales y en aguas contaminadas
térmicamente por descargas industriales (Ávila y col., 2006).

Como depredadores de bacterias, las amibas contribuyen a la estabilidad de


comunidades microbianas, manteniendo el tamaño de la población que promueve la
diversidad de especies de microorganismos. Además, recientes publicaciones han
documentado la interacción huésped-hospedero en la que diversas bacterias son
endosimbiontes naturales o parásitos obligados de las amibas, llamándose a estas
“bacterias resistentes a la fagocitosis” (Gallegos y col., 2014).

El estudio de las AVL, ha demostrado que son un grupo de protozoos de gran importancia
ecológica y médica. A algunos géneros de estas amibas se les considera organismos
oportunistas e invasores, capaces de producir infecciones severas en el Sistema Nervioso
Central (SNC), como son la Meningoencefalitis Amibiana Primaria (MEAP), Encefalitis
Amibiana Granulomatosa (EAG), Queratitis amibiana y Acantamebiosis Cutánea. Las
infecciones humanas por AVL son ocasionadas principalmente por los géneros: Naegleria,
Acanthamoeba, Sappinia y Balamuthia (Ávila y col., 2006). Estos géneros se caracterizan
por ser termófilos, se encuentra idealmente entre los 25 a 45 °C, por lo que se localizan en
climas tropicales y subtropicales, durante todo el año y en zonas geográficas templadas,
proliferando durante el verano (Goñi y col., 2014).

Se han descrito diversos géneros de amibas tanto para agua dulce como marina y en
algunos casos, especies ocupando ambos ambientes. Es conocido que algunos géneros
desarrollan la habilidad de adaptarse a los cambios en la salinidad. Un ejemplo es el género
Acanthamoeba, que se ha aislado repetidamente de agua marina contaminada (Oshima y
col., 1986).

Sawyer aisló 26 especies de AVL en el Golfo de México y el Océano Pacífico, incluso se


han encontrado nuevas especies de AVL en algas marinas (El Kadiri, 1992) y recientemente
en Corea se descubrió una nueva AVL marina con cromatóforos fotosintéticos originados
por la endosimbiosis con cianobacterias (Kim y Park, 2016). A su vez se ha demostrado que
la distribución de AVL en cuerpos de agua, es similar en la superficie como en el sedimento.

La contaminación de los sistemas acuáticos es un problema mundial debido a los desechos


domésticos e industriales que se vierten sin tratamiento previo o pobremente tratados. La
eliminación inadecuada de excretas humanas es uno de los problemas sanitarios más
críticos que, además de contaminar los recursos hídricos, se asocia a la transmisión de
enfermedades intestinales producidas por bacterias, virus y parásitos. Las playas de uso
recreacional también son susceptibles de sufrir contaminación fecal por escorrentías
pluviales, descargas cloacales y presencia de animales. La arena funciona como un filtro
natural que atrapa partículas, materia orgánica y microorganismos que contiene el agua,
representando un riesgo sanitario para las personas que mantienen contacto directo con
ella. Sin embargo, en los estudios de calidad de las playas tradicionalmente se evalúa la
calidad bacteriológica del agua pero no se tiene en cuenta el potencial riesgo sanitario que
representa la arena. (Jimena Suarez 2020).

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó ayer que investigadores de


esa casa de estudios han identificado y protegido bajo el modelo de secreto industrial 43
cepas de bacterias que existen en las profundidades del Golfo de México y son capaces de
degradar petróleo, por lo que realizan actualmente investigaciones en las que limpian o
biorremedian áreas experimentales de mar y playa, con condiciones controladas y
seguridad.

Con algunas de esas bacterias trabajan en pequeñas simulaciones de derrames de


petróleo, en una zona experimental controlada, en Sonora. Con otras cepas de bacterias
iniciarán experimentos de limpieza o biorremediación de arena contaminada con petróleo.
Las 43 especies de bacterias fueron detectadas como parte de los hallazgos del Consorcio
de Investigación del Golfo de México (CIGoM), donde colaboran Liliana Pardo López y Fidel
Alejandro Sánchez Flores, ambos investigadores del Instituto de Biotecnología (IBt), de la
UNAM.

Desde hace seis años ambos especialistas participan en las campañas oceanográficas del
CIGoM junto con investigadores del CICESE (Ensenada), la Universidad Autónoma del
Estado de Morelos, y el CINVESTAV-Mérida, con el objetivo de conocer qué tipo de
microorganismos habitan el Golfo de México y hoy pueden ser aprovechadas como
herramientas para biorremediar playas o aguas contaminadas.
Con éxito se han realizado las primeras pruebas de bacterias capaces de degradar el
petróleo, y algunos de sus derivados entre ellos plásticos; el siguiente paso es utilizarlas en
beneficio de la humanidad, de acuerdo con esta línea de estudio impulsada por
investigadores del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.

Un total de 3 playas locales que se encuentran altamente contaminadas con diversos virus
que pueden afectar el sistema digestivo, provocar enfermedades respiratorias,
dermatológicas y conjuntivitis, ello derivado la descarga de aguas residuales sin tratamiento
en las ciudades de Veracruz-Boca del Río.
La Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) Decreto como
“riesgo sanitario” las playas de Penacho de Indio e Iguanas II; mientras que el sector de
Veracruz, tan sólo reconoce este parámetro de playa norte, todas ellas asentadas en
Veracruz-Boca del Río.

Se cabe mencionar 1992 este sistema arrecifal fue declarado Área Natural Protegida y en
2006 se convirtió en Reserva de la Biosfera, ya que a causa de las bacterias ha afectado a
los corales. Los estudios realizados por PNSAV muestran la presencia de enfermedades y
síndromes en corales escleractinios, pero no denotan el agente causal de la enfermedad.
Por esta razón, el presente estudio tuvo como objetivo hacer el diagnóstico de bacterias
causantes de daños al coral escleractiniano y su relación con las descargas de las áreas de
influencia del PNSAV (Galaviz, I., 2014).
Las playas de Antón Lizardo, municipio de Alvarado, es la quinta más sucia del país según
el último estudio sobre la calidad del agua que realizó la Comisión Federal para la
Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
El estudio se basó en los análisis de laboratorio de agua de mar tomando mil 600 muestras
de ellas lo que midió la bacteria Enterococcus faecalis. El informe indica que 269 playas
analizadas, 268 son aptos para su recreativo, sin embargo varias de ellas presentan altos
niveles de contaminación.

La contaminación se mide según la concentración de bacterias y para determinar esto se


hacen muestreos. Así mismo, el muestreo es un conjunto de actividad desarrollada para
obtener volúmenes de agua de playa, con el propósito de encontrar bacterias y ser
identificadas.

Para ello, se puede utilizar frascos de vidrio con tapón, se pueden tomar en zonas de
oleajes tranquilo, puede ser en áreas donde la profundidad llegue a la cintura o tomar la
muestra a contracorriente del flujo entrante y a 30 centímetros, aproximadamente bajo la
superficie del agua y cuidar que la muestra tenga la mínima de cantidad posible de arena.
Por seguridad, cuando la pendiente del fondo es pronunciada, tomar la muestra en la orilla,
donde la profundidad del agua esté entre el tobillo y la rodilla del verificador, también
etiquetar los frascos para ser identificados. Llenar los datos de la etiqueta del envase con
fecha y hora del muestreo, identificación de la muestra e iniciales del verificador
(COFEPRIS, 2022).

En el proceso de identificación bacteriana tradicional, la experiencia es fundamental para la


elección de una prueba o una batería de pruebas de forma secuencial en función de la
fiabilidad de las mismas, del género o de la especie bacteriana que se pretende identificar,
del origen del aislado bacteriano, así como del coste de las mismas. El cultivo, cuando es
factible, continúa siendo el método diagnóstico de elección; permite el aislamiento del
microorganismo implicado, su identificación, el estudio de sensibilidad a los antimicrobianos
y facilita la aplicación de marcadores epidemiológicos. En el cultivo es esencial la correcta
elección del medio de crecimiento y las condiciones de incubación (Bou, G.).

Tomar una muestra adicional en el primer punto de muestreo (testigo o blanco de campo),
con el fin de determinar la temperatura de conservación de las muestras durante el
transporte hasta la entrega al laboratorio. Las muestras de agua deben preservarse de a 1 a
5 °C aproximadamente y en la oscuridad durante su transporte al laboratorio. Para ello,
deben colocarse dentro de una hielera con hielo. En todo momento debe evitarse la
contaminación de la muestra, cuidando que los contenedores nunca queden inmersos en el
agua deshielo y por ningún motivo, una muestra debe congelarse (COFEPRIS, 2022).

Los humanos pueden ser expuestos a patógenos en aguas recreacionales a través de la


ingestión, inhalación o contacto corporal. Los patógenos responsables de estas
enfermedades pueden ser bacterias, virus, protozoarios, hongos o parásitos que viven el
tracto gastrointestinal de animales de sangre caliente. Sin embargo, debido a las
dificultades en los análisis para detectar los posibles microorganismos patógenos, se usan
como indicadores primarios de contaminación fecal las concentraciones de bacterias
coliformes totales, coliformes fecales, enterococos y Escherichia coli. Clostridium
perfringens y las concentraciones de esteroles fecales entre otros, se han usado también
como indicadores de contaminación. Las enfermedades no entéricas pueden ser
transmitidas por contacto con aguas marinas recreacionales contaminadas con aguas
residuales, la exposición a coliformes fecales fue predictiva de enfermedades del oído, entre
otros. (J, Lopez Pedro 2019).

Se usa el muestreo directo del agua en las playas, las cuales se someten a un análisis a
través de programas especializados de computación. Este muestreo requiere un análisis de
laboratorio de un día para detectar el riesgo que existe en una playa contaminada para la
salud de los seres humanos. Las bacterias fecales llegan a la playa por el excremento
animal, y se reproducen más rápidamente en las playas cálidas y calmadas. Algunas
bacterias pueden provocar algunos síntomas ya sea vómitos, diarrea y dolores
abdominales, entre otros (Acevedo, J., 2015).

La contaminación por aguas de origen cloacal es frecuente en las zonas costeras con
producción animal intensiva o sin adecuado saneamiento, está asociada al número de
habitantes y llega a la costa por descarga de efluentes o el subsuelo. Este tipo de
contaminación es monitoreada a través de la abundancia de microorganismos indicadores
fecales (coliformes, enteroccocos) que se asocian a distintas probabilidades de desarrollo
de enfermedades hídricas (ej. gastrointestinales, respiratorias, dermatológicas). Los
programas de monitoreo de estos microorganismos están dirigidos a reducir el riesgo de
exposición de la población a la recreación en aguas y arenas contaminadas. El grado de
exposición también depende del conocimiento de la población sobre los efectos de la
contaminación y su percepción al respecto.

Los cuerpos de agua, particularmente de las costas y los grandes lagos proveen de una
fuente de comida, empleo, recreación y residencias, son la primera defensa de varios
terrestres y peligros naturales (Stewart y col., 2018). La creciente población en las zonas
costeras del mundo continúan aumentando la presión de la interface tierra/océano (Knapp y
col., 2002) entre el 70 y 80% de la población mundial se ubican las costas o cercas de ellas
y se espera que en los próximos 25 años el número de personas cercanas a la costa se
duplique (Liebens y col., 2006).
Un número de actividades y fuentes contaminantes específicas han sido identificadas como
potencialmente perjudiciales a la calidad ambiental y bienestar social y económico de los
paises de la región.

La diversidad de ambientes costeros en Veracruz ha favorecido la presencia de


asentamientos humanos que directa o indirectamente buscan su uso y aprovechamiento,
sea para actividades portuarias y/o turísticas, cediendo paso a la construcción de
urbanizaciones integradas por equipamiento hotelero de amplias dimensiones, marinas,
puertos deportivos, malecones y otros espacios de recreación (Benseny, 2006). En el caso
de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, estos asentamientos humanos están
ejerciendo una constante presión sobre dichos ecosistemas, y es por ello necesario evaluar
sus efectos para coadyuvar a su entendimiento en relación a un desarrollo sustentable en la
región.

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