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Un día un ratón interrumpió la siesta de un león y este lo atrapó con su garra. El ratón le rogó que lo perdonara y prometió ayudarlo en el futuro. Más tarde, unos cazadores atraparon al león con una red y lo ataron a un árbol. El ratón escuchó sus lamentos y procedió a roer la cuerda para liberarlo, cumpliendo así su promesa de ayudar al león algún día.
Un día un ratón interrumpió la siesta de un león y este lo atrapó con su garra. El ratón le rogó que lo perdonara y prometió ayudarlo en el futuro. Más tarde, unos cazadores atraparon al león con una red y lo ataron a un árbol. El ratón escuchó sus lamentos y procedió a roer la cuerda para liberarlo, cumpliendo así su promesa de ayudar al león algún día.
Un día un ratón interrumpió la siesta de un león y este lo atrapó con su garra. El ratón le rogó que lo perdonara y prometió ayudarlo en el futuro. Más tarde, unos cazadores atraparon al león con una red y lo ataron a un árbol. El ratón escuchó sus lamentos y procedió a roer la cuerda para liberarlo, cumpliendo así su promesa de ayudar al león algún día.
una tarde calurosa de verano, en la sabana africana, un viejo león
dormía tranquilamente, cuando un despistado ratón empezó a juguetear encima de su cuerpo. despertó el león y rápidamente atrapo al ratón con su garra. -has interrumpido mi sueño y lo pagaras con tu vida. a punto de ser devorado, el ratón le suplico: -perdóname y prometo compensarte en cuanto tenga ocasión.
El león se echó a reír y lo dejo marchar.
- ¿ya me dirás como me vas a pagar? ¡si eres un animal insignificante! pocos días después unos cazadores apresaron al rey de la selva con una red y lo ataron con una cuerda a un frondoso árbol. andaba por allí cerca el ratoncillo, quien, al oír los lamentos del león, corrió al lugar y con sus diminutos dientes se puso a roer la cuerda hasta dejarlo libre. -días atrás -le dijo-, te burlaste de mi pensando que nada podría hacer por ti en agradecimiento. ahora es bueno que sepas que los pequeños ratones somos agradecidos.