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Teoría de redes en
psicopatología: Una alternativa radical a los sistemas diagnósticos. En R. Fernández-
Ballesteros (Ed.), Progresos y crisis en Psicología clínica: Tratamientos basados en la
evidencia y crisis del diagnóstico (pp. 59-83). Madrid: Pirámide.
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Carmelo Vázquez ValVerde
Pablo roCa morales
Natalia Poyato Vega
teodoro PasCual NiColás
RESUMEN
El objetivo de la TR no es analizar, o
La TR propone que las llegar a diagnosticar, ninguna
categorías diagnósticas no son entidad subyacente sino encontrar
reales ni deben ser objeto de patrones de síntomas que covaríen
escrutinio clínico o científico. dinámicamente.
Sólo existirían síntomas que,
mediante conexiones causales Aquí se exponen algunos de los
entre ellos, van configurando principios básicos de esta
redes de síntomas. prometedora propuesta y se
discuten las promesas y
limitaciones de este nuevo modo
de concebir la Psicopatología.
TABLA 1
Algunos de los problemas atribuibles a los sistemas diagnósticos y, en
concreto, al DSM-5 (APA, 2013). (Adaptado y ampliado de Vázquez,
Sánchez y Romero, 2014)
• La fiabilidad es baja para una mayoría de trastornos, considerándose «acep-
tables» índices de fiabilidad Kappa de 0.20-0.40.
• Los estudios de campo previos a su publicación habían mostrado una
enorme variabilidad en los índices de fiabilidad entre diferentes centros (ej.:
un 0.27 en unos centros y 0.75 en otros para el diagnóstico de Trastorno
Bipolar I).
• Se publicó en 2013 sin haber publicado antes pruebas sobre su eficiencia
diagnóstica ni cómo funcionaba respecto a su antecesor DSM-IV-TR.
• Su validez es necesariamente baja si la fiabilidad es baja.
• Probablemente produce una comorbilidad artificial.
• Al suprimir los Ejes IV y V simbólicamente se suprime el interés por dar al
menos alguna información sobre estresores y dificultades psicosociales.
• Tres de cada cuatro grupos de expertos responsables de los capítulos del
DSM-5 tienen algún conflicto de interés declarado (normalmente haberes
sido financiados por la industria farmacéutica).
Teoría de redes en psicopatología 61
1
En el DSM hay muy pocas excepciones de esta ausencia de síntomas o condiciones necesa-
rias. Una excepción tiene que ver con el diagnóstico de la depresión al requerir la presencia
necesariamente de ánimo deprimido o de falta de interés. Otra bien conocida es la necesidad
de haber sufrido una experiencia traumática, según se define en el DSM, para diagnosticar
un trastorno de estrés postraumático.
2
Psicométricamente este modo de pensar «politético» también se refleja en la práctica co-
mún, que sin duda todos hacemos, de sumar puntuaciones en cuestionarios de síntomas para
valorar la gravedad del paciente, ignorando en buena medida los ítems o síntomas particula-
res contestados (Fried y Nesse, 2015).
64 Progresos y crisis en Psicología clínica
conjunto de nueve. Esto da lugar a 1497 patrones diferentes de sínto-
mas. Pero como han mostrado Fried y Nesse (2015) con una muestra
de miles de pacientes con depresión diagnosticados con el DSM, lo que
en realidad sucede es que se identifican 1030 perfiles únicos de síntomas,
lo que se traduce en 3,6 pacientes por perfil, acumulando el perfil más
común una frecuencia de 1,8 (tan solo un 41,5 % de los participantes). Es
poco probable que podamos hacer ciencia fiable, y menos aún encontrar
bases genéticas, psicológicas, o biológicas robustas con categorías tan
poco consistentes.
La TR parte de unos supuestos diferentes y en este sentido no es una
continuidad con el modo de pensar psicopatológico categorial. Estos son
algunos de los elementos más destacables, y en cierto modo rupturista,
de la TR:
1. Marco teórico no esencialista. Los síntomas o elementos de la red
no son expresión de un trastorno subyacente común sino que tie-
nen una naturaleza e identidad propias. Por lo tanto, ni «pertene-
cen» ni son expresión de ninguna categoría superior, ni tampoco
«contribuyen» (como sugieren las técnicas de análisis factorial) a
una categoría latente (Schmittmann et al., 2013).
La idea esencialista de descubrir y describir categorías por detrás
de síntomas o conductas no sólo pertenece al pensamiento no-
sológico categorial, sino que incluso entre los defensores de una
perspectiva dimensional de los fenómenos psicológicos es también
muy común esta idea (ej.: Krueger, Watson y Barlow, 2005). Por
ejemplo, considerar que determinados factores como el Neuroti-
cismo causan la emergencia de ciertos problemas (ej.: emocionali-
dad negativa), es habitual en los enfoques teóricos y psicométricos.
Una perspectiva alternativa, dentro del espíritu de la TR, sería
considerar que esos elementos que se toman como indicadores de
un constructo latente pasen a ser considerados entidades causales
autónomas (Schmittmann et al., 2013; MacNally, 2017).
Respecto a la heterogeneidad diagnóstica, la TR admite que hay
variaciones individuales en los patrones de síntomas pero no se
considera que dichas variaciones sean diferentes aspectos de una
misma entidad subyacente. Lo que se plantea desde la TR es que
las variaciones serían configuraciones causales diferentes de un
mismo grupo de síntomas (Hofmann et al., 2016).
2. Perspectiva dinámica. Es posible que la aparición o activación
de algunos síntomas se produzcan por la activación anterior de
algún otro, generándose así cascadas causales de síntomas. Esta
perspectiva dinámica, como han resaltado los teóricos de la TR
(Barabasi, 2011), es también un modo diferente al modo estático
de considerar los síntomas en los sistemas categoriales. Sin duda,
esta visión es muy próxima a la que los clínicos de orientación
más conductual han enfatizado sobre el análisis funcional de los
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5.1. La depresión
El uso de modelos diagnósticos categoriales y la amplia heterogenei-
dad encubierta bajo la categoría diagnóstica de Depresión Mayor (DM
en adelante) podrían ser dos de los factores responsables de la falta de
progresos notables en la investigación de los biomarcadores en depresión
y la escasa eficacia de los antidepresivos para el tratamiento de la misma
(Fried et al., 2015). El marco del Análisis de Redes podría ser una alter-
nativa viable a esta situación.
En la figura 1 hemos recogido de modo sintético algunos de los prin-
cipales hallazgos empíricos de los estudios de redes en depresión hasta
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Irritab.
A4 ↓ peso
D5
Fatiga Anhed.
T. musc.
B1 D2
A3
SVE I. suici.
Tristeza
Insom. D4
D1
B2
Miedo
A1
↓ conc. Culpa
B3 D3
A.S.B.
Preoc. Resil.
V1
A2 P1
Sesgos
V3
S. Inter.
V2
5.3. Psicosis
Finalmente, el uso del AR se está expandiendo a muchos otros pro-
blemas psicológicos. Aquí haremos una breve mención a algunas apor-
taciones relevantes en el área de las psicosis como ejemplo de dicho
crecimiento.
El AR se ha empleado recientemente para el estudio del impacto de
los factores ambientales en la etiopatogenia de la esquizofrenia (Isvo-
ranu, Borsboom, van Os y Guloksuz, 2016). A tal fin, introdujeron sínto-
mas clínicos pero también otros elementos como el consumo de cannabis,
trauma infantil y entorno urbano. La red resultante mostró que no todos
los factores ambientales parecen igualmente relevantes. Únicamente el
trauma infantil estaba relacionado con la expresión psicótica de manera
directa. El consumo de cannabis se relaciona con los síntomas de psicosis
pero sólo a través de otros dominios psicopatológicos como la ansiedad
o depresión a los que está más fuertemente asociado. A su vez, se halló
que el entorno urbano tiene una relación menor con las medidas psico-
patológicas puesto que sólo se relaciona débilmente con la somatización
aunque muestra una fuerte relación con el uso de cannabis. Más allá de
la interpretación específica de la red resultante, estos nuevos análisis per-
miten evaluar cómo se modifica la topología de la misma con la adición
o sustracción de elementos, o la comparación de redes entre diferentes
subgrupos de personas. En esta línea, los autores decidieron investigar
si la hipótesis de Guloksuz et al., (2015) que propone que los factores
ambientales incrementan el riesgo de psicosis a través de un incremento
en la psicopatología general era cierta. Para ello, compararon las redes
de medidas psicopatológicas y psicóticas de personas expuestas y no
expuestas a factores ambientales. Los resultados suscriben dicha hipó-
tesis planteada dado que, aunque la estructura de las redes generadas
no difería de unas a otras, sí lo hacía la fuerza de las conexiones, siendo
estadísticamente mayor en el grupo expuesto a factores ambientales. En
otras palabras el AR pueden contribuir también a la validación empírica
de modelos psicopatológicos específicos.
Otra ventaja de la TR es que permite ahondar en las relaciones esta-
blecidas en los modelos resultantes de una manera intuitiva y sencilla.
Siguiendo con el ejemplo anterior, el modelo obtenido ha relacionado de
manera directa el trauma infantil y la sintomatología psicótica positiva
pero cabe ahondar más aún en subcomponentes (ej.: tipos de trauma
infantil experimentados, tipos de síntomas psicóticos, efectos sobre sín-
tomas afectivos o cognitivos, etc.). Isvoranu et al. (2017) emplearon esta
estrategia de análisis adicionales, en una muestra de 552 participantes
diagnosticados con un trastorno psicótico no afectivo. Como era de es-
perar, el nodo más central fue el de contenidos inusuales de pensamiento.
Inesperadamente, y en oposición a las relaciones establecidas en el ante-
rior estudio de los autores, no se encontraron conexiones directas entre
los nodos de trauma y nodos referentes a la sintomatología psicótica
tanto positiva como negativa. Sin embargo, sí se hallaron conexiones
entre distintos tipos de trauma infantil y diferentes subtipos de síntomas
psicóticos. En concreto, y por poner algún ejemplo relevante, se observó
que el abuso físico se asociaba positivamente con preocupaciones somá-
ticas y control deficiente de impulsos. Sin embargo, el abuso emocional
se asociaba positivamente con síntomas de ansiedad, y el abuso sexual
correlacionaba con síntomas de culpa. Análisis adicionales revelaron que
el trauma puede conducir a la psicosis a través de elevados niveles emo-
cionales de malestar, lo que apoya la idea de una via afectiva causal hacia
la psicosis). Sin entrar en más detalles, este estudio reveló otras posibles
vías particulares causales. Por ejemplo, el retardo motor (que además es
un síntoma característico de la depresión) parece ser el camino principal
entre la negligencia física y otros síntomas negativos.
6. CONCLUSIONES
Creemos que la principal característica de la TR no es tanto su apro-
ximación metodológica como su separación radical de la lógica del diag-
nóstico tradicional (tanto en los sistemas del DSM o CIE como en las
alternativas más actuales como los RDoC). La idea fundamental es que
se aparta de una visión esencialista de la patología mental, según la cual
la tarea última del diagnóstico es desvelar categorías reales existentes
detrás de los síntomas (Insel, 2013).
La TR no va a cumplir a corto plazo ninguna función práctica esen-
cial ni es algo que deba esperarse en este momento de la misma. Al me-
nos de momento, hay que entender su aportación como una herramienta
conceptual y de investigación que abre nuevos caminos inexplorados.
Conviene reconocer que clasificar los trastornos mentales según una
serie de categorías sintéticas ordenadas tiene aún muchas funciones.
Recibir o no un diagnóstico puede determinar recibir un determinado
tratamiento, ser internado o no en un centro, recibir una determinada
sentencia judicial o recibir determinados beneficios sociales. Como han
demostrado encuestas a psicólogos y psiquiatras de muchos países, los
sistemas diagnósticos son usados no por su valor científico sino por su
valor de comunicación para sintetizar y ordenar la realidad (Evans et al.,
2013). En ese sentido, es muy poco probable que podamos reemplazar la
necesidad de seguir utilizando los sistemas categoriales y por ello no hay
que abandonar su mejora, aun siendo conscientes de los límites quizás
insalvables que tienen.
La TR en Psicopatología se mueve fundamentalmente en el terreno de
los síntomas, pero obviamente éstos no son el único plano de la realidad
humana. Los síntomas pueden estar interconectados y tener relaciones
entre ellos. Pero a su vez, están conectados con otros elementos en una
red mucho más amplia que explique de modo más acabado la realidad:
motivaciones y deseos, red social e interacciones sociales cotidianas, cir-
cunstancias (ej.: momento del día, tipo de actividad que se está haciendo
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