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1.

1 ¿Cómo se define el hostigamiento sexual y el acoso


sexual?

El HS y AS son conductas de carácter sexual, indeseadas e indebidas, que ocurren


en las relaciones interpersonales sin el consentimiento de una de las partes. Ambas
conductas se consideran expresiones de violencia sexual, en tanto humillan,
ofenden e intimidan a quienes la padecen.
En palabras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dichas conductas atentan
contra la libertad, dignidad e integridad física y psicológica de quienes las sufren,
constituyendo actos de violencia sexual.

Demos un rápido vistazo a la definición de violencia sexual que se presenta a


continuación:

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida libre de Violencia, en su


artículo 6, define la violencia sexual como cualquier acto que degrada o daña el
cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad,
dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder que implica la
supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto.
Forman parte de este tipo de violencia, la violación, el abuso sexual, estupro entre
otras y por supuesto, las conductas como el hostigamiento sexual y el acoso sexual.
Como podemos ver, lo que subyace a esta violencia es el caracter unilateral y
abusivo de poder.

Al ser conductas prohibidas y con efectos nocivos para las personas que las
padecen, las mismas son sancionadas por la ley. La Ley General de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia, las define como sigue:
Pulsa sobre las siguientes pestañas para conocer más.
Hostigamiento sexual Acoso sexual
La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en el artículo 13
define el “hostigamiento sexual” como “el ejercicio del poder que se realiza en el marco de
una relación de subordinación laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas
o ambas, relacionadas con la sexualidad y de connotación lasciva. ”

Establece que el “acoso sexual” es una forma de violencia con connotación lasciva en la que,
si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado
de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios
eventos.”

Veamos a continuación las diferencias y las semejanzas entre el HS y el AS:


DIFERENCIAS ENTRE HS y AS

Hostigamiento Sexual Acoso Sexual

 Se ejerce de parte de una persona con un Opera de manera horizontal


puesto superior jerárquico que utiliza su entre personas de jerarquías
posición para obtener alguna satisfacción a homólogas o de parte de
través de ofrecimientos o amenazas alguien que ocupa una
relacionadas con la situación laboral de la posición menor a la de la
persona subalterna. persona acosada.
 Se presenta en una relación jerárquica y de Se ejerce en diferentes
subordinación. espacios, sea en escuelas, las
 Se suscita principalmente en relaciones o familias, en el transporte
espacios laborales. público o en el trabajo.

SIMILITUDES ENTRE HOSTIGAMIENTO SEXUAL y ACOSO SEXUAL

 Son definidos en el artículo 13 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a


una Vida Libre de Violencia.
 Son conductas que violan la integridad y la libertad psicosexual de las personas.
 Se expresan en comportamientos verbales o físicos de índole sexual y
connotación lasciva (conducta viciosa relativa a apetitos sexuales).
 Son indeseadas y ofensivas para las personas que las reciben.
 Entrañan una forma de abuso de poder, discriminación y violencia en una
relación laboral o en el ámbito laboral.
 Conllevan a un estado de indefensión, humillación, riesgo y daño para las
víctimas.
 Vulneran y violan las oportunidades de desarrollo y los derechos humanos de
quienes las padecen.
 Son conductas difíciles de identificar y de denunciar.
 Son delitos tipificados en las leyes de nuestro país y acreditan diferentes
sanciones: penales, laborales y administrativas.
 Suele llevarse a cabo de hombres a mujeres, pero también puede suscitarse
entre personas del mismo sexo y de mujeres hacia hombres.
 Existen en espacios laborales del sector público, en empresas, instituciones
académicas o sociales.
 El tipo de sanción depende de lo especificado en la legislación
competente.Descarga la infografía en la que se especifica las sanciones en
materia penal, civil y administrativa.

Se desprende de lo anterior, que ambos conceptos (HS y AS) pueden incluir


conductas violentas tales como:

o tocamientos y manoseos;
o insinuaciones para tener relaciones sexuales a cambio de beneficios laborales;
o represalias o castigos por haberse negado a propuestas de índole sexual;
o coacción para tener relaciones sexuales;
o sufrir ataques o abusos sexuales;
o sometimiento a exhibiciones sexuales indeseadas;
o recibir piropos o frases de carácter sexual que le molesten u ofendan, entre otros.

En el Protocolo que nos ocupa en este curso, se reconocen como expresiones del
HS y el AS las conductas que se presentan en el siguiente video:

Estas conductas se señalan en el ACUERDO por el que se modifica el diverso que


tiene por objeto emitir el Código de Ética de los Servidores Públicos del Gobierno
Federal, las Reglas de Integridad para el ejercicio de la función pública, y los
Lineamientos Generales para propiciar la integridad de los servidores públicos y
para implementar acciones permanentes que favorezcan su comportamiento ético,
a traves de los Comités de Ética y de Prevención de Conflictos de Interés.

Descarga el Acuerdo completo en este enlace.


1.1.1 Hostigamiento sexual, acoso sexual y acoso laboral...
¿Hablamos de lo mismo?
Con frecuencia se considera que el HS y el AS son sinónimos del acoso laboral, sin
embargo, esto no es así, aunque es necesario indicar que si hay relación entre el
acoso laboral y el HS y AS. Veamos por qué.
El acoso laboral conocido con el término anglosajón mobbing es una práctica de
abuso de autoridad y de maltrato que se realiza en los espacios laborales. Su
principal diferencia respecto al HS y AS es que éste no es una conducta de tono
sexual, aunque si de poder y maltrato. Por ello, podríamos afirmar que toda
conducta de HS y AS pueden ser parte del acoso laboral y no todo acoso laboral
puede contener conductas de carácter sexual.

Algunas de las conductas típicas de acoso laboral son:

o Asignar tareas o proyectos con plazos que se saben imposibles de cumplir.


o Sobrecargar de trabajo selectivamente a la víctima.
o Tratar de una manera diferente o discriminatoria, usar medidas exclusivas contra
él/ella, con vistas a estigmatizarlo(a), excluirlo(a), discriminarlo(a) o ridiculizarlo(a).
o Ignorar a la víctima.
o Monitorear o controlar malintencionadamente su trabajo con vistas a atacarle o a
encontrarle faltas o formas de acusarle de algo.
o Invadir la privacidad del acosado –interviniendo su correo, su teléfono, revisando
sus documentos o archivos, etc.
o Animar a otros compañeros(as) a participar en cualquiera de las acciones anteriores
mediante la persuasión, la coacción o el abuso de autoridad.
El acoso laboral también es una forma de violencia y tiene efectos nocivos en el
clima laboral. No obstante es necesario tener claro que el Protocolo que estudiamos
en este curso, no aplica para este tipo de acoso.
1.1.2 ¿Quiénes padecen hostigamiento sexual y/o acoso
sexual?
Según los datos presentados, el HS y el AS lo padecen proporcionalmente las
mujeres, lo que se explica por motivos de género, las cuales se revisarán más
adelante. No obstante, también se reconoce que el HS y el AS podría producirse
entre personas del mismo sexo o bien de mujeres a hombres, sin embargo, la
estadística en ambos casos es todavía escasa, por lo que se desconocen aspectos
de su dinámica y ocurrencia.

Tanto hombres como mujeres pueden ser receptores de estos comportamientos


relacionados con hostigamiento sexual y acoso sexual, sin embargo, son las
mujeres quienes con mayor frecuencia resultan víctimas, debido a que su condición
de género las coloca en posiciones de subordinación, con menor poder y mayor
vulnerabilidad e inseguridad.

1.1.3 Hostigamiento sexual, acoso sexual y discriminación


La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer – CEDAW - reconoce que el HS y AS son una manifestación de la
discriminación de género y de violencia contra las mujeres. Revisa el siguiente
concepto de discriminación y reflexiona en qué sentido, el HS y AS discriminan.

La discriminación es todo acto que denote distinción, exclusión, restricción o


preferencia basada en motivos de raza, género, edad, preferencia sexual o abuso
del poder y que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades
fundamentales de las personas (art. 1 CEDAW).

Por su parte, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, la define


como: "toda distinción, exclusión, restricción o preferencia que, por acción u
omisión, con intención o sin ella, no sea objetiva, racional ni proporcional y tenga
por objeto o resultado obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades, cuando se
base en uno o más de los siguientes motivos: el origen étnico o nacional, el color de
piel, la cultura, el sexo, el género, la edad, las discapacidades, la condición social,
económica, de salud o jurídica, la religión, la apariencia física, las características
genéticas, la situación migratoria, el embarazo, la lengua, las opiniones, las
preferencias sexuales, la identidad o filiación política, el estado civil, la situación
familiar, las responsabilidades familiares, el idioma, los antecedentes penales o
cualquier otro motivo. También se entenderá como discriminación la homofobia,
misoginia, cualquier manifestación de xenofobia, segregación racial, antisemitismo,
así como la discriminación racial y otras formas conexas de intolerancia..."

Cabe entonces preguntarnos…. ¿En qué sentido el hostigamiento sexual y


acoso sexual discriminan?
Como se desprende de la definición anterior, la discriminación se produce cuando
se afectan o lesionan las condiciones para que las personas ejerzan sus derechos
con libertad y de forma plena.
En ese sentido, el HS y AS son actos de discriminación por sus efectos y
consecuencias importantes en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres,
como en:

o La dignidad y libertad de las personas que las padecen.


o El normal desarrollo psicosexual.
o En el desarrollo de su vida y trayectoria laboral.
o En su derecho a vivir libre de violencia.

En el caso de Ana con que iniciamos este curso, se puede apreciar claramente
como el acoso sexual del que fue víctima la estigmatizó como “problemática” con
consecuencias importantes para sus derechos laborales, en este caso incluso la
permanencia en su trabajo.

Estas consecuencias discriminatorias explican en gran medida la dificultad que


existe para denunciar las conductas de HS y AS. Por ello, el Protocolo contempla la
aplicación de medidas para proteger a las presuntas víctimas de represalias durante
la investigación de los hechos. Entre las medidas que se establecen en el Protocolo
están la reubicación física, el cambio de unidad administrativa, cambio de horario
de trabajo y demás que sean eficaces para procurar su integridad, dichas medidas
deben contar con la anuencia de la presunta víctima.
1.2 ¿Cuáles son los efectos del hostigamiento sexual y acoso
sexual?

1.2 ¿Cuáles son los efectos del hostigamiento sexual y acoso sexual?
Los efectos del HS y AS ocurren en distintos planos y no solo son negativos para la víctima
–estrés, frustración, pérdida de autoestima, desinterés, ausentismo–, sino también para el
resto del personal, ya que el clima laboral se contamina y llena de tensión, provocando
violencia y hostilidad. Las personas especialistas señalan que estos efectos se manifiestan
en el plano individual, institucional e inclusive social y en ámbito del ejercicio de los
derechos, la salud y el ambiente laboral.

Te invitamos a revisar el siguiente esquema para dimensionar algunos de los efectos más
notables del HS y AS. No sin antes señalar y recalcar la importancia del reconocimiento de
sus graves efectos para actuar sobre ellos y propiciar el acceso a la justicia y la reparación
del daño a las presuntas víctimas:
1.3 ¿Por qué ocurren el hostigamiento sexual y acoso
sexual?

1.3 ¿Por qué ocurren el hostigamiento sexual y acoso sexual?


Como ya sabemos, el HS y AS son conductas indeseadas que dañan la integridad de
quienes las padecen.
Para los propósitos de este curso podríamos decir que estas conductas se pueden explicar
por los siguientes factores:

o Las relaciones entre mujeres y hombres


o Los estereotipos de género
o La tolerancia institucional

Vamos a revisar a profundidad cada uno de estos factores:


Las relaciones entre mujeres y hombres
Al afirmar que las relaciones entre mujeres y hombres constituyen un factor que explica la
ocurrencia del HS y AS, queremos decir que la identidad de mujeres y hombres es social,
que cambia con el tiempo y que la misma no se deriva de las diferencias biológicas que
distinguen nuestros sexos sino de los significados culturales que la sociedad le otorga al
hecho de nacer con cuerpo de mujer o de hombre. Por lo tanto, en el contexto de estas
relaciones se producen condiciones que propician las desigualdades y las disparidades de
poder entre unos y otras, favoreciendo entre otros hechos, la ocurrencia del HS y AS.

Veamos en el siguiente video, cómo se construyen las desigualdades de género:


Guión: Tonatiuh Moreno, Alicia García, Noemí moreno, Voz: Javier Lacroix, Dibujos: Sandra
Cárdenas, Música: Mari Camarena y Jorge Verdín
En síntesis, las relaciones entre mujeres y hombres no son naturales, es decir, no se derivan
de las diferencias biológicas sino de construcciones sociales. Y las mismas, producto de la
valoración diferenciada, se establecen como jerárquicas y desiguales.

Una expresión de la desigualdad entre mujeres y hombres es la división sexual del trabajo,
la cual se mide entre otros indicadores, a través del tiempo y la inserción laboral.

De acuerdo con la Encuesta Laboral y de Corresponsabilidad Social (ELCOS 2012), las


mujeres dedican 47.7% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidado, mientras que los
hombres dedican solamente 17.0%, lo que significa que mientras las mujeres destinan en
promedio 37.1 horas semanales a los quehaceres domésticos, cuidado de niños, niñas,
personas de la tercera edad o con discapacidad, los hombres dedican 10.2 horas
semanales.

Esta diferencia implica una recarga importante de tareas domésticas que limita la inserción
laboral de unos y otras. Por ejemplo, se estima que, a mediados de 2017, 42.9% de las
mujeres de 15 años y más participaban en alguna actividad económica mientras 77.6
hombres del mismo grupo de edad, lo hacían.

Ahora bien, la desigualdad también se expresa en el tipo de ocupaciones, las cules están
segmentadas por estereotipos de género, es decir, por aquellas consideraciones culturales
sobre las “capacidades” de mujeres y hombres para realizarlas. Volvamos a los datos para
ejemplificar: los hombres se emplean mayoritariamente en la industria manufacturera, de la
construcción, de la electricidad, transportes, actividades agropecuarias, así como en
actividades de gobierno y de organismos internacionales y extraterritoriales mientras las
mujeres solo sobrepasan la empleabilidad masculina en el comercio y los servicios
personales, actividades cuya característica principal es la flexibilidad del tiempo.

Estos indicadores de la desigualdad entre mujeres y hombres específicamente en el ámbito


laboral, nos hablan de una posición diferenciada y desventajosa de las mujeres respecto a
los hombres que, de forma indirecta, contribuyen a generar contexto organizacional que
propicia el HS y AS, en el tanto refuerza estereotipos de género y brinda ventajas para el
ejercicio del poder. Recordemos que en el caso del hostigamiento sexual en el trabajo,
median las relaciones laborales, de jerarquía y entre pares en el caso del acoso sexual.

Si a este contexto propiciatorio, le sumamos el funcionamiento de estereotipos culturales


sobre la sexualidad de mujeres y hombres, comprendemos a cabalidad por qué se afirma
que el marco de las relaciones sociales entre ellos y ellas, es un factor que explica la
ocurrencia del HS y AS.

Profundicemos ahora nuestro análisis de los estereotipos.

Estereotipos de género
Los estereotipos se definen como aquellas imágenes, ideas o modelos preconcebidos con
los cuales clasificamos y etiquetamos a ciertos grupos de personas o grupos sociales. Lo
anterior significa que los estereotipos median nuestra percepción afectando también
nuestro comportamiento. Por eso se afirma que los estereotipos contribuyen a la
discriminación. Para que dimensiones cómo funciona la percepción te invitamos a realizar
el siguiente ejercicio e identificar qué estereotipos tienes:
Antes de iniciar, te invitamos a realizar el siguiente ejercicio:
Pulse las flechas laterales para avanzar.
Si volvemos a nuestro ejercicio inicial quizás te hayas percatado que eres una persona
portadora de un conjunto de estereotipos. No vamos a abundar sobre ellos, quédate con tu
reflexión personal y te anunciamos que la buena noticia es que ¡los estereotipos se pueden
eliminar!
Estereotipos de género, hostigamiento y acoso sexual
Comprendido lo anterior, continuemos con nuestro aprendizaje.

Como ya se indicó, las relaciones entre mujeres y hombres son construcciones sociales en
muchos casos alimentadas por estereotipos. Es decir, se estructuran con base a
preconcepciones sobre cómo las mujeres y los hombres son y deben comportarse.
Veamos:
Estereotipos masculinos: de acuerdo con la división sexual del trabajo, los estereotipos
de los hombres se construyen sobre su rol como proveedores de la familia y constructores
del espacio público. Por ello, pensamos que los hombres son fuertes, racionales que
controlan sus emociones, independientes, competitivos, físicamente hábiles, capaces para
tomar decisiones e incidir en la vida pública y en la política, para los negocios, con
disposición de tiempo para el trabajo remunerado, responsables de sí mismos y
conquistadores de metas.

Estereotipos femeninos “complementan” los roles que la división sexual del trabajo define
para las mujeres. De ahí que a las mujeres las consideremos: sensibles, con habilidades
“naturales” para la maternidad, emocionales, altruistas, con disposición de tiempo para la
familia y el trabajo no remunerado, el cuidado de personas con discapacidad o adultas.

En torno a la sexualidad, los estereotipos corresponden a lo visto anteriormente. Por ello,


de forma general los hombres y las mujeres son considerados “mitades de una misma
naranja”, exaltando la heterosexualidad y el propósito de la unión de las personas en la
reproducción de hijos e hijas.
A continuación se revisarán algunos de los estereotipos más frecuentes y posteriormente
veremos su relación con el HS y AS (Firestone, & Catlett, 2006)1.
Pulse sobre cada pestaña para conocer más.

Estereotipos masculinosEl deseo sexual de los hombres es incontenible


Por lo general los hombres son percibidos como personas hipersexuales y más agresivos
sexualmente. Por ello, se tiende a legitimar más la infidelidad masculina y a definir la
“hombría” por la cantidad de mujeres con las cuales tiene relaciones sexuales. Del mismo
modo, tener relaciones sexuales antes del matrimonio y sentirse en condición de escoger
las posiciones sexuales.

De los hombres se espera la “solvencia económica”, “la capacidad” y “la iniciativa” para los
encuentros de la relación y sobre todo que estén atentos a las señales que emiten las
mujeres para avanzar en su “conquista”. En el trasfondo de este estereotipo se ha
sobredimensionado la parte biológica de la naturaleza sexual masculina que los presenta
como seres centrados en su satisfacción viril por encima de sus necesidades amorosas o
sexo-afectivas. Un ejemplo de esto es la promoción farmacéutica de medicamentos que
ayudan a los hombres a “cumplir con su desempeño sexual”.

El ser “masculino” implica la competitividad, la responsabilidad, la fuerza física y se justifica


la poca capacidad emocional para expresar afectos y hacerse responsables por el cuidado
de otras personas, de los y las hijas e hijos pequeñas, las personas adultas mayores,
enfermas, y hasta de sí mismos.

Estereotipos femeninosEl deseo sexual femenino es pasivo


En contrapartida al estereotipo masculino a las mujeres se les caracteriza como
sexualmente pasivas y se les asigna el rol de complacer y serle fiel a su pareja.

Por ello, se les atribuye el “reinado de la seducción” y de ellas se espera que protagonicen
mensajes o insinuaciones sugestivas, la exhibición del cuerpo y de sus “potencialidades
sexuales” o a través del uso estereotipado de las “habilidades femeninas” al mostrarse
frágiles, delicadas y necesitadas de la protección masculina, o las que deciden “hasta dónde
llegan los hombres”, entre otras conductas que forma parte del aprendizaje de “ser mujer”
“educada para conseguir al esposo ideal” y de la demostración de la atracción sexual.

En correspondencia a las mujeres se les atribuye una supuesta condición de “coquetas”


cuyo comportamiento incita el deseo y despliegue de la sexualidad masculina. Se les
considera románticas, con la tarea de contener emocionalmente a los hombres y a las
familias. Sin embargo, es paradójico porque al mismo tiempo se espera que el despliegue
sexual de las mujeres “no sea exagerado” ni ralle en lo vulgar pues de lo contrario, serán
responsable de la incitación del deseo masculino. Por ello, la decencia es una virtud que se
espera de las mujeres y ella, está intrínsecamente articulada con la sexualidad y la moral
sexual.

Como se observa, los estereotipos sobre la sexualidad son dicotómicos y establecen un


modelo de complementariedad heterosexual en el que se establecen reglas y códigos
mutuamente comprendidos que permiten tanto la demostración de la atracción sexual como
el abuso de poder especialmente de los hombres hacia las mujeres. Estas últimas
condiciones son las que dan pie al HS y AS en tanto naturalizan la conquista masculina y
objetualizan a las mujeres, reforzando su rol pasivo.

Pero como ya fue expuesto, este modelo encierra una trampa para las mujeres porque son
ellas quienes están inducidas a ser coquetas y, sin embargo, sobre ellas recae el peso de
la autocensura por el “uso” de sus “dotes femeninas”, las cuales incitan el comportamiento
imparable de los hombres. De esta forma, frases como las siguientes justifican
cotidianamente el HS y el AS en el trabajo, en los espacios públicos y privados.

o “Ella se lo buscó por su manera de vestir”;


o "Ella lo provocó al aceptar sus halagos e invitaciones a salir”;
o “Ellas usan el poder del cuerpo para conseguir lo que quieren”.

En suma, los estereotipos de género propician la ocurrencia del HS y AS justificando el


comportamiento de ellos y estableciendo un doble parámetro para “juzgar” el
comportamiento de las mujeres, quienes deben ser “serviciales”, “coquetas” y “femeninas”
siempre y cuando no se excedan en provocar la fuerza sexual masculina, siempre al
acecho.

El efecto negativo de los estereotipos es que naturalizan la violencia sexual que conllevan
los actos de HS y AS, “trivializando” la responsabilidad de quien acosa u hostiga y culpando
a las víctimas por los incidentes violentos de carácter sexual.

Te invitamos a revisar el siguiente video en el que dos especialistas en el tema, nos explican
la relación del género con el HS y AS:

Ahora que escuchaste a los especialistas, nuevamente a modo de auto reflexión:

o ¿Qué pasaría si los hombres decidieran construir y vivir de otra manera su masculinidad?
o ¿De qué manera los hombres “naturalizan” el hostigamiento sexual y el acoso sexual?
La tolerancia institucional
La tolerancia institucional también puede considerarse un factor importante que propicia la
ocurrencia del HS y AS.

A continuación, veamos cómo dicha tolerancia institucional puede manifestarse a través de:
La falta de medidas para la prevención y atención
Algunas instituciones públicas o privadas suponen que, al omitir mencionar, reconocer o
incluso al ocultar un problema, éste de manera automática desaparece o deja de existir. Sin
embargo, el efecto es su persistencia o agravamiento. Si no hay prevención, menos aún
acciones y capacidad alguna para responder o incluso dar atención a presuntas víctimas
de HS o AS. Ambas carencias son una clara manifestación de tolerancia institucional y por
tanto un factor que, al permitirlos perpetua el hostigamiento sexual y acoso sexual.

Una débil cultura de denuncia y sanción


En un ambiente laboral sin advertencias preventivas o acciones contundentes para la
atención de casos de HS o AS, resultará imposible desarrollar una cultura de denuncia y
sanción ante estas conductas. Una cultura de denuncia puede ser débil o inconsistente
incluso en espacios laborales, aunque en éstos existan instancias, procedimientos y
sanciones previstas a nivel normativo, y suele serlo por la posición vulnerable y subordinada
de la víctima y la posición ventajosa del agresor, que desalientan su aplicación y la viabilidad
de una cultura confiable y sólida para quienes deciden denunciar.

Del reinado de la impunidad


Al no presentarse denuncias o inclusive en algunas ocasiones si al presentarse las
sanciones no se aplican, en poco tiempo va ganando terreno el reinado de la impunidad.
Como se mencionó, la falta de denuncias es muy frecuente por miedo a convertirse en
blanco de hostilidades en un ambiente que protege al agresor, vulnera una serie de
derechos y pone en riesgo el trabajo, afectando, en algunos casos, además la vida y
armonía de la familia de la víctima. La impunidad no sólo se alimenta de la falta de
sanciones, sino por estilos de liderazgo y ambientes laborales verticales y masculinizados.

Cultura laboral jerarquizada


A pesar de que en México y en el mundo se han impulsado iniciativas renovadoras de los
ambientes y las culturas laborales desde un enfoque respetuoso de los derechos humanos
y de liderazgos democráticos que propician el trabajo colaborativo, la nuestra aún se
caracteriza por conductas de sumisión, complacencia y obediencia acrítica a las jerarquías,
concibiendo el acceso y permanencia al trabajo como un privilegio y no un derecho; el abuso
de poder disponiendo de los horarios laborales o del personal en tareas para las que no
están contratados, entre otras, ahondan la impermeabilidad de la organización ante los
derechos, como el de trabajar libres de coacción o violencia.

Prevalencia de estereotipos de género


La prevalencia de estereotipos de género en los ambientes laborales y la complacencia
ante el sexismo imperante en el clima organizacional, que se manifiesta en chistes, bromas,
complicidades masculinas respecto al prestigio, el cuerpo y la sexualidad de mujeres o de
personas homosexuales, transexuales, transgéneros, que se salen de los estereotipos
binarios de la feminidad y la masculinidad. Recordemos el caso de Ana que vimos al inicio
de esta unidad, y cómo las complicidades masculinas propician el acoso sexual de Joaquín.
Estas complicidades se basan en los estereotipos de género que funcionan como un abono
para la impunidad, ya que propician el pensamiento de que los hombres tienen "luz verde"
para satisfacer sus deseos sexuales en donde sea y con quien quieran - "porque es su
naturaleza y no la pueden controlar" - y más aún cuando son hombres con poder, y se lo
han "ganado".

La falta de un Protocolo para actuar y atender casos


La prevención, atención, sanción y eliminación de la impunidad, y la construcción de una
cultura libre de estereotipos y proactiva hacia la denuncia se puede forjar y articular a través
de mecanismos normados e institucionales como el Protocolo de actuación que establece
criterios y medidas claras para la prevención, atención, sanción y registro de casos de HS
y AS y por ser materia central de este curso, abordaremos con detalle más adelante.

Finalmente, es importante destacar la responsabilidad que todas y todos tenemos para


lograr cambiar y erradicar de nuestros espacios de trabajo estas conductas tan dañinas. La
tolerancia institucional adquiere su máxima expresión en la prevalencia de prejuicios y
actitudes de todos las y los integrantes de la organización, desde el o la titular, o las
personas de áreas jurídicas, sustantivas, de recursos humanos o de los órganos auditores
o internos de control, que son quienes deben asumir los principios, las responsabilidades,
el compromiso y las actitudes propias de quienes construyen un ambiente laboral sano y
libre de acoso y hostigamiento.

Por ello, una de las primeras medidas es la declaración o el pronunciamiento en pro de los
ambientes libres de violencia es fundamental para romper con la ceguera institucional que
propicia el desarrollo de estas conductas. Por ello, como también lo veremos más adelante,
una de las medidas preventivas que establece el Protocolo es la emisión por parte de las
autoridades de un ambiente ¡Cero tolerancia al HS y AS!

¿Ya conoces la declaración o el pronunciamiento de la persona titular de tu


institución?
1.4 Claves para detectar el hostigamiento sexual y acoso
sexual

1.4 Claves para detectar el hostigamiento sexual y acoso sexual


A lo largo de esta unidad hemos aprendido que el HS y AS , son actos que atentan
contra la libertad, dignidad e integridad física y psicológica principalmente de las
mujeres y constituyen una expresión de abuso de poder. La SCJN señala que este
abuso es una expresión de la “supremacía masculina sobre las mujeres, al
denigrarlas y concebirlas como objetos” (sentencia del 1 de marzo de 2017, Primera
Sala SCJN).

La detección del HS y AS no siempre es una tarea sencilla ya que, como lo vimos,


estos actos ocurren bajo la fuerza de la normalización de la violencia sexual y del
control del cuerpo y la sexualidad de las mujeres. Además, los mismos pueden
encontrar -como hemos dicho, en la tolerancia institucional condiciones que
propician su ocurrencia a través del uso abusivo del poder en caso de tratarse de
actos de hostigamiento que ejerzan quienes ocupen puestos de jefatura o bien a
través del silencio y las complicidades que se tejen entre colegas de trabajo. Por
ello, desde el punto de vista jurídico, el HS y AS se definen como “delitos de
naturaleza oculta” cuya comprensión requieren de la claridad y del valor para
denunciarlos.

Algunas claves para detectar si se viven situaciones de HS y AS son las siguientes:


Reciprocidad y consentimiento:

Si nos enfrentamos a un hecho de seducción sexual o coqueteo que no es recíproco


ni consentido estamos frente a una conducta acosadora u hostigadora de nuestra
libertad psicosexual.

Mediante el coqueteo, las personas expresan su deseo o interés sexual o emocional


hacia otras. El mismo implica el despliegue de miradas, mensajes corporales,
verbales o insinuaciones que le hacen saber a la persona que los recibe, que es
objeto de la simpatía y atracción de quien los emite. En suma, se trata de un
comportamiento propio de la sexualidad humana que puede ser reconfortante y
estimulante siempre y cuando sea mutuamente aceptado. En algunas ocasiones, el
coqueteo es el preludio de un encuentro sexual ocasional o de una relación estable.

El coqueteo se da en todos los espacios públicos de la convivencia humana: la calle,


el cine, la escuela, el supermercado y por supuesto, el trabajo. Y cuando éste no es
recíproco y se convierte en un acto agobiante, puede ser el inicio de una acción de
hostigamiento u acoso sexual, según se exprese en el marco de relaciones
laborales jerárquicas y/o de subordinación laboral o entre cargos del mismo nivel.
Distinguir el hostigamiento y acoso sexual del coqueteo es importante porque existe
la creencia generalizada que le atribuye a las mujeres que son acosadas u
hostigadas la responsabilidad del hecho “porque son coquetas” o “seductoras” y
mediante su “comportamiento” y “forma de vestir” “provocan” el deseo sexual
masculino, estereotipado como “natural” e “incontenible”. Estas creencias son muy
comunes en los casos de hostigamiento y/o acoso sexual y tienen la función social
de responsabilizar a las mujeres al tiempo que se exime al agresor por su conducta.
Recordemos o pensemos por ejemplo que las respuestas o los juicios que
prevalecen cuando una mujer es hostigada o acosada son:

o “ella le coqueteó”
o “ella lo provocó”
o “para qué prende el boiler si no se va a meter a bañar”

Frases populares como las anteriores son elocuentes de estas consideraciones.

Ahora bien, es necesario reconocer que no siempre las presuntas víctimas tienen
capacidad para expresar abiertamente su rechazo o falta de consentimiento ante
hechos de acoso u hostigamiento sexual. Ya que, como vimos, en nuestras
organizaciones laborales prevalece la impunidad, el sexismo en el clima
organizacional o la prevalencia de jerarquías y estereotipos que limitan las
posibilidades de las víctimas, generalmente mujeres que, por sus posiciones
vulnerables, necesidad o deseo de preservar el trabajo enfrentan fuertes dilemas
para denunciar o poner un alto a las situaciones de acoso y hostigamiento que viven.

Por ello, cuando estamos frente a una situación de HS y AS tenemos que tener
capacidad para comprender el CONTEXTO de PODER en que se producen los
hechos, así como la sensibilidad para identificar los síntomas del rechazo que las
presuntas víctimas han manifestado. Vale señalar que estos síntomas pueden
haber sido expresados mediante enfermedades, enojos, desequilibrios emocionales
u otro tipo de actos que reflejen la impotencia ante lo que se vive.

Debemos abrir nuestra mente y abandonar el estereotipo que indica que las mujeres
no son claras al decir no y reconocer cuando estamos frente a situaciones no
consentidas. No es No, tan simple como lo muestra el siguiente video.

Copyright ©2015 Emmeline May and Blue Seat Studios, Video original:
https://vimeo.com/126553913
Repetición e intención:

Como se indicó en las definiciones del tema 1 de la presente unidad, la LGAMVLV


establece que el acoso sexual se puede acreditar desde la primera vez que ocurre
mientras el hostigamiento sexual necesita ser recurrente. Asimismo, la intención
lasciva en ambos casos se convierte en un elemento que denota el sentido
abusador y transgresor de la autonomía y la libertad psicosexual de las presuntas
víctimas

¿Cuánta es la repetición consentida? Es una pregunta repetida dados los distintos


criterios citados en el párrafo anterior. No obstante, la respuesta es simple porque
tanto el acoso como el hostigamiento sexual son prácticas sistemáticas de asedio
que incomodan y que se pueden reconocer inmediatamente porque no son
consentidas ni recíprocas. Por ello, rara vez ocurren solo una vez, aunque ésto no
es descartable y si llega a pasar, la conducta puede ser denunciada y castigada,
sobre todo si se trata de acoso sexual.

En el caso del hostigamiento debe tenerse presente que dada la relación de


autoridad existente entre quien lo ejerce y quién lo sufre se pueden generar
circunstancias que aíslen a las presuntas víctimas, que eviten personas que
atestigüen los actos, que naturalicen el abuso en circunstancias de coqueteo y
complicidades masculinas, como se presenta en el caso de Ana que revisamos al
iniciar este curso.

Otra clave es la capacidad que toda persona podemos desarrollar de tener claro
cómo nos sentimos, reconocerlo y expresarlo. Es decir, basta con reconocer cuando
una conducta hacia tu persona te incomoda o molesta, por “simple” que parezca, un
tocamiento en la cintura en la mano, en el hombro, un comentario sobre tu cuerpo
o aspecto o una pregunta que tiene una intención negativa o que -como ahora
puedes identificar- encaja en alguna de las conductas que implican HS y As, puede
y debe ser detenida, alertada y no tolerada a tiempo.

Evaluación unidad uno


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Evaluación
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Contesta las siguientes preguntas:


Representa el ejercicio del poder que se realiza en el marco de una relación de
subordinación laboral y/o escolar.
Violencia Sexual

Acoso Sexual

Hostigamiento Sexual correcto

Se define como "Cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o sexualidad de la
víctima"
Hostigamiento Sexual

Violencia Sexual correcto

Acoso Sexual

El consentimiento se define cómo:


El coqueteo, seducción y vestir provocativamente

Autorizar, no mostrar oposición o resistencia para que algo suceda correcto

Aceptar invitaciones a comidas, bebidas y paseos


¿Cuál es la diferencia principal entre el hostigamiento sexual y el acoso sexual?

Que opera en el ámbito laboral

Que opera en la vida cotidiana

La posición laboral que tiene el/la victimario/a sobre la victima correcto

La principal diferencia entre conductas de hostigamiento sexual, acoso sexual y el


acoso laboral, radica en:
No todas entrañan un abuso de autoridad y de maltrato en el marco de relaciones
laborales.

Que el acoso laboral es conocido como mobbing, práctica de abuso de poder de


quienes ostentan autoridad en los espacios laborales.

Que el acoso laboral no es una conducta de tono sexual, aunque sí de poder y


violencia con efectos nocivos en las personas y en el clima laboral. correcto
¿Por qué el hostigamiento sexual y acoso sexual son actos de discriminación?

Por la gran dificultad que existe para denunciarlas; una es la vergüenza en el caso de
acoso, y el miedo a perder el empleo en caso de hostigamiento.

Porque se violan derechos como la dignidad y libertad, el normal desarrollo


psicosexual, la trayectoria laboral y a vivir libres de violencia. correcto

Porque durante el proceso de denuncia e investigación las presuntas víctimas siempre


van a sufrir rechazo de sus compañeros y represalias.

Son las principales claves para detectar si existe una situación de HS o AS:
Distinguir las conductas que violan las reglas de integridad, la afectación en los
derechos de la persona que las recibe, el no consentimiento, los estereotipos de género, la
repetición e intencionalidad y el entorno permisivo organizacional. correcto
La posición de poder de la persona que discrimina y suele dañar a quienes están bajo
su autoridad y el consentimiento de quienes están a su cargo.

Considerar siempre las diferencias entre coqueteo y acoso; y la intención y repetición


del acosador u hostigador.

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