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Universidad de Baja California

LICENCIATURA EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA
Tecnología Digital: reflexiones pedagógicas y
socioculturales

ASIGNATURA
Tecnología Educativa

NOMBRE DEL ALUMNO


Daniel Viveros Quiroz

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO


Mtro. Juan Martínez Pacheco

Aguascalientes, Ags. 20 de Sep. del 2021.


Tecnología Digital: reflexiones pedagógicas y socioculturales

En su Manifiesto del Partido Comunista, el economista, historiador, investigador


Alemán Carlos Marx afirmaba: “La historia de todas las sociedades hasta nuestros
días es la historia de la lucha de clases”; y en esta línea estaba no sólo describiendo
un cambio de época caracterizada por el gran desarrollo que en el siglo XVIII – 1700
se estaba gestando (La Revolución Industrial) de frente a la implementación de la
ciencia y su medio más evidente y patente: la tecnología; sino revelaba, también, en
lo más profundo de un análisis crítico, la base sobre la cual se llevaban a cabo las
relaciones de producción. Así también, revelaba las características de aquellas
relaciones como modos de producción.

Ante tales revelaciones, los modos de producción vinieron a explicar, en su


continuo histórico, las diversas formas de explotación que definieron a las etapas
primaria, feudal, capitalista y su, según Marx, paso natural al comunismo mediante
la revolución de una clase social naciente del 1700: el proletariado, quien,
hallándose despojado de los medios de producción (herramientas, maquinaria,
tecnología, etc.), conformaban grandes capas de población de las sociedades.

Este estudio analítico de la historia denominado Materialismo histórico o


dialéctico, configuró no sólo aspectos de la técnica, de la tecnología, y la ciencia,
sino su impacto inherente en la “super-estructura” (cultura, arte, religión, sociedad)
y justificó la importancia de su base principal: Lo económico.

Puede observarse a primera vista, que dichos cambios delimitaron un territorio


histórico, social, cultural y de información, como lo registra el movimiento de la
ilustración y su despotismo ilustrado dentro del ámbito de la filosofía, la teoría la
estética, etc. Puede en este sentido también, precisamente, definirse etapas
relativamente claras respecto a cambios de época. Continuando no así con dichos
cambios, el avance tecnológico y su evolución han derivado en lo que ya en centros
de trabajo, escuelas, instituciones, corporativos, etc. están denominando: la era
“informacionista”.

Lo que iniciaría probablemente con la proliferación de la información y su


reproducción en serie conocida como imprenta, ahora está hallando, en su forma
más amplia, espacios y territorios no exactamente sencillos y bien definidos. En los
pasillos de la sociedad actual se habla de conectividad, que parece condicionar su
funcionamiento a partir de la construcción de la ausencia: la tecnología ha
posibilitado no sólo la estructuración de identidad de los individuos fuera de núcleos
como la familia y los entornos comunitarios, sino un andamiaje de relaciones a
distancia que perfilan la producción sobreabundante de dicha información y el caos
construye las necesarias plataformas sobre las cuales se teje una red: “La Red
social” conectada a dispositivos.
Dado lo anterior, las relaciones de producción han configurado ó ampliado de
manera complejísima, aquellos sectores sociales que, a su vez, impactan
directamente en sus contextos particulares de acción. En primera instancia la
comunicación y las tecnologías de información utilizadas sólo por un relativo
pequeño estrato social que se erige en poder dado el nuevo concepto de dominación
de datos, creación de datos, y construcción de identidades; por otro lado, el
surgimiento de una cultura de la virtualidad que demarca a toda una generación,
denominada “punto com”.

¿En dónde o cómo conecta este “cambio de época”, caracterizada por la


globalización, respecto al hacer y función de la educación? Por una parte, se percibe
a una élite capaz de, aparentemente, cambiar el rumbo de las relaciones de
producción y, por la otra, la gran mayoría (ahora amorfa en su identidad) se
“atrinchera” en el hacer comunitario con todo y sus preocupaciones ambientales, de
derechos para la comunidad y conciencia planetaria.

A este respecto, Franco Berardi “Bifo” en su ensayo “La Generación Alfa”, en un


extraordinario desplazamiento conceptual sobre el surgimiento del estrato social que
se aglutina desesperadamente en el uso de la tecnología, denomina a las relaciones
de producción actual como “…ese capitalismo rapaz que produce un “cognitariado”
en el “info-trabajo”. Dicha Generación Alfa está, estará, condicionada a la
adquisición de todo nuevo avance en dispositivos tecnológicos y sus posibilidades
de construcción identitaria.

Es en este sentido que, al considerar la revolución ya no como la presencialidad


de una masa social determinada en pos del reclamo y despojo de los medios de
producción de manos de una clase dominante, se puede observar, como lo apunta
De Souza, que el accionar revolucionario se configura socioculturalmente, ahora, en
la defensa de un mundo mejor; ó como rentabilidad económica, modernización,
globalización; ó la tecnología digital como uso y camino obligado. Esto es, en
resumidas cuentas: Las revoluciones tecnológicas, económicas, y las holísticas.

Aquélla revolución tecnológica exige, entonces, en el ámbito de la educación y la


escuela, al uso, conocimiento, y actualización de lo que aprende por vía del
razonamiento sin desligarse, por supuesto, del teléfono celular, la televisión, el
dispositivo, etc. dada su demanda de síntesis de información, análisis,
razonamiento, inmediatez, y accesibilidad virtual por medio del sonido, lo visual, y
la imagen.

Se deduce, irremediablemente, que quienes no estén capacitados para el uso de


las tecnologías de información y comunicación, serán los excluidos de esta nueva
época pues no sólo serán incapaces de comunicarse y desarrollar procesos de
pensamiento… incapaces de desarrollar destrezas.
A la luz de lo anterior se comprende que, a cierto uso y desarrollo de la tecnología,
corresponderá una forma de pensamiento que asumirá dimensiones mecánicas,
holísticas o económicas. Y al pensar en la influencia de la tecnología en el ámbito
de la escuela y la educación, los rezagos en cuanto a la construcción de
conocimiento entrarán en franca contradicción. Esto es, no sólo es concebir la
introducción de la tecnología en un ambiente áulico, sino la capacidad de concebirla
y diferenciarla de las tecnologías de información y comunicación, pues dependerá
en mucho, como se menciona líneas arriba, su uso puramente mecánico.

Aquél uso puramente mecánico, dejará en su estado primario la propiedades y


características de la herramienta así como las habilidades físicas y cognitivas en
estado puramente elementales. Nuevamente, el investigador Marx junto a su
contemporáneo Engels, en su estudio sobre el desarrollo del hombre, apunta hacia
ciertos umbrales en el desarrollo de la mano del hombre en relación al trabajo que
aplica sobre las herramientas.

Esto es, la tecnología por sí misma y en su concepción, puede entenderse en el


sentido de una idea que, en su evolución histórica, ha sido inventada por el hombre
para resolver y ayudarse en la satisfacción de necesidades; la aplicación continuada
de esta tecnología conduce a la evolución de herramientas y utensilios. No así
cuando ha de conceptualizarse y entenderse a las tecnologías de comunicación e
información pues, estas, se encuentran ancladas, ideadas, desarrolladas en ámbitos
de electrónica cuya función almacena información y son capaces de enviar y recibir
mensajes, reproducir imagen y sonido.

La evolución de las tecnologías de Información y Comunicación tienen un


alcance tal que, ahora, en un dispositivo como un teléfono celular o un computador,
se puede no sólo captar, reproducir y crear imagen y sonido, sino programar a través
de ciertas aplicaciones funciones que, con base en operaciones matemáticas,
interrelacionar información, contenidos visuales, etc. Esto es, demandan en quien
ha de operarlas, un alto grado de desarrollo cognitivo y de habilidad operacional.

En lo anterior radica la importancia en la utilización de las tecnologías de


Información y Comunicación en el territorio de educación, pues integra la
herramienta informática a la ciencia pedagógica con fines de construcción de
conocimiento, no sólo de su uso mecánico.

En épocas recientes, a la par del desarrollo de la tecnología comunicacional e


informática, se ha delineado considerar o visualizar desde tres perspectivas el uso
de la tecnología digital:

La visión mecánica considera a la tecnología digital como un uso puro de


mecanismos o dispositivos cuyo mantenimiento preventivo y correctivo es suficiente
para que el mundo, considerado como un “un mundo máquina”, siga su curso. No
hay un cuestionamiento acerca de su existencia. Los individuos tanto como las
herramientas digitales trabajan para mantener cierta eficiencia en su accionar diario.

La visión económica visualiza a la tecnología digital como un instrumento de


eficiencia y rentabilidad financiera y de competencias. La competencia en el
mercado dependerá no sólo del número de computadoras en las corporaciones e
instituciones, será necesario mantener un estándar alto de competitividad frente al
mercado. “capital humano”: rentado, rentable, sustituible en su calidad, etc.

La visión holística, por otro lado, contempla la digitalización de las relaciones de


producción como un medio en cuya plataforma han de construirse redes de ayuda
y apoyo comunitario, social, ecológico, que dialoga estrechamente con lo humano
de las relaciones: los derechos, el accionar laboral en función de la armonía social,
etc. esto es, la sostenibilidad social es sustentada por una conciencia mayor en la
preservación de la memoria de los individuos cuyos talentos son fomentados en aras
de una sociedad sensible, abierta al bien común.

¿Qué visión ha de guiar el uso de la tecnología de comunicación e información


en la educación, específicamente en la escuela?

Para Ivan Ilich, en su ensayo: “Un mundo sin escuelas”, dada la crisis que se
está experimentando en el sentido de que la escuela se ha alejado de su función
primordial ya que al estar incerta en un contexto social específico necesariamente
ha de copiarlo y, a todas luces, dicho contexto social ha colapsado, se pregunta si
tal crisis de la escuela y la educación necesita la implementación de nuevos planes
y programas ó necesita elegir la alternativa tecnológica.

En este punto e interrogante es preciso ponderar los resultados que se han


producido respecto a la implementación y uso de la tecnología educativa. La
interrelación entre pedagogía y tecnología educativa, como aplicación de la ciencia
respectiva, habla de los lentos avances que se han producido dado que, por una
parte, o se usa como instrumento de construcción de conocimiento o como mero fin.
En sentido estricto, debe pensarse que la tecnología por sí misma no construye
conocimiento, sino es medio en sí mismo para ello.

La información es poder: bajo esta premisa, las visiones acerca del uso de las
tecnologías delinearán las formas en que los alumnos no sólo la usen, sino cómo
organicen la información, cómo la analicen, cómo la construyan y, sobre todo, cómo
y cuándo la desarrollen, esto es, la capacidad de observar, analizar, sintetizar, y
accionar de frente a los contextos específicos.

Frente a la premisa anterior, se puede regresar párrafos arriba y comparar,


analíticamente, el asunto entre los cambios de época y sus indicios revolucionarios
y la base pedagógica construccionista observando uno de sus principios base en el
estudio de las etapas de desarrollo de aprendizaje de los niños (de Jean Piaget).
Esto es, las tecnologías de información y comunicación delinean un panorama en el
cual, su uso, ha de estar supeditado al grado de desarrollo cognitivo y de habilidades
respecto a la edad específica de los individuos; en todo caso, si no se adapta dicha
tecnología, dentro de la educación, a las distintas edades infantiles se entrará
irremediablemente en una contradicción.

En ese sentido, si el individuo aprende según la interacción que entable con su


entorno físico, social y cultural, se precisa, entonces, que los medios que se le
proporcionen para continuar con un aprendizaje de manera más estructurado en
etapas ulteriores de su desarrollo, le hable sobre su participación directa en la
construcción de su aprendizaje; la contradicción es evidente: si las tecnologías de
la información y comunicación no lo posibilitan de manera holística sino como
simples contenedores de conocimiento ya empaquetado, ¿qué utilidad tendrá la
introducción de las tic en la expansión y autoconstrucción de la experiencia cognitiva
por parte de los alumnos?

De lo anterior se desprende la importancia que ha de ponerse en el aprendizaje


del individuo por sobre la masificación, estandarización, metodologías
determinadas…en sí, la procuración de resultados en masa. Entonces, ¿qué
relación han de tener las tic y el individuo dentro de la escuela? Para el científico e
investigador Seymur Papert y su pedagogía construccionista, la tecnología, y
particularmente la computadora ha de ser esa estructura ideal donde el niño pueda
genuinamente construir conocimiento desde “un sentido de dominio de un elemento
de la tecnología más moderna y de las ideas más profundas de la ciencia, la
matemática y el arte de construcción de modelos intelectuales.”

“…el objetivo es básicamente mostrar cómo la máquina, la computadora, afecta


la forma de pensar y aprender… (…) en la que ésta deja de verse como una
herramienta propia de ingenieros o personas de cierto nivel educativo, sino por el
contrario, empieza a verse desde una perspectiva inclusiva, abierta a otros usos.”

Aún cuando las reflexiones y estudios pedagógicos de Papert sobre la tecnología


hacen referencia a contextos sociales y educativos de los años 70, es interesante
observar cómo desde sus perspectivas se delineaban ya las consideraciones sobre
las cuales el uso de los dispositivos propios del avance de las tic pueden
implementarse respecto a las visiones técnicas, económicas, u holísticas; lo que
lleva irremediablemente a colocar en el panorama central las funciones,
competencias y aptitudes que los docentes han de dominar frente a grupos
escolares.

Se trata pues de repensar, poner en perspectiva y complejizar (de por sí) el


territorio en el cual los docentes se encuentran: la línea difusa entre un cambio de
época y otra, dentro de la cual tengan visión que posibilite no sólo el diálogo entre
lo holístico, económico, y lo técnico, sino el manejo inteligente de las tecnologías
dadas sus posibilidades de aglutinamiento, concentración, multiplicación,
jerarquización, comparación, interrelación, análisis, y síntesis de información que
están configurando a las nuevas generaciones dentro de relaciones de producción
que empodera al individuo que más información tenga.

Es aquella línea difusa la que se dibuja como revolucionaria, por convulsa, por
ambigua, y es la que está planteando las preguntas esenciales sobre la relación
entre las tic y la educación: ¿Para qué utilizar la tecnología en las aulas?, ¿Cómo?,
¿Cuándo?
BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

Badilla S., E. (1994). Hacia una política de informática educativa en el sistema


educativo de Costa Rica. San José, Costa Rica: Departamento de Informática
Educativa. Ministerio de Educación Pública.

Chavarría, M. C. (1993). Tendencias políticas de la educación preescolar. San


José. Costa Rica: Editorial de la Universidad de Costa Rica.

Marx, Carlos. (1848) Manifiesto del Partido Comunista. La emancipación.

De Souza S., J. (2003b) Exposición: “Pedagogías en conflicto para la educación en


la universidad del siglo XXI”. Primera jornada de intercambio de experiencias
innovadoras en la educación universitaria. Actividad organizada por el Consejo

“BIFO” Berardo, Franco. (2007) Generación Post-Alfa. Tinta Limón, Buenos Aires.

Rodriguez Medina, J. Camilo. El construccionismo como modelo pedagógico para


el uso de las Tics en la educación. Universidad de Santo Tomás. Bogotá DC. 2017.

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