Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Butler
Butler
277
cés, de! existencialismo, de la fenomenología y de varias formas ya no tienen un hogar en un país y que todavía no tienen un
de formalismo lingüístico. Yo creo que tendría sentido decir, hogar en un nuevo país, sino que viven en una zona de ciuda-
como hace Braidotti, que a veces yo me mantengo dentro de la danía en suspenso? ¿Qué formas toman e! dolor y e! sufri-
teología de la falta, que a veces me centro en e! trabajo que rea- miento en los procesos de colonización continuada? ¿Qué es
liza lo negativo, en e! sentido hegeliano, y que esto me lleva a lo que significa estar desplazado en e! propio hogar, lo que sin
considerar la melancolía, e! duelo, la conciencia, la culpabili- duda es la experiencia actual de los palestinos bajo la ocupa-
dad, e! terror y temas parecidos. Yo tiendo a pensar que esto es ción?
simplemente lo que ocurre cuando una niña judía con una be- Creo que Braidotti no desestimaría dichas escenas de sufri-
rencia psiquica de! Holocausto se sienta a leer filosofía a una miento como tal, sino que, metodológicamente, trataría de
edad temprana, especialmente si recurre a la filosofía en cir- identificar dichos lugares de fractura y de movilidad como las
cunstancias violentas. También podría ser que a menudo estu- condiciones para abrir nuevas posibilidades. En este sentido,
viera interesada por las cuestiones de supervivencia porque no su modo crítico de lectura trata de identificar las posibles loca-
estaba segura de que ni mi propío género ni mi sexualidad lizaciones para la transformación, trata de abrir lo que de otra
-cualquiera que sea e! signifícado último de estos términos- manera podría considerarse como una trampa o un cut de sac,
me permitirían ser inmune a la violencia social de varios tipos. y encontrar allí una nueva condición social para la afirmación.
La supervivencia no es lo mismo que la afirmación, pero no hay Un estado fracturado, o un estado de desplazamiento, es sin
afírmacíón sin supervivencia (a menos que interpretemos cier- duda un lugar de sufrimiento, pero también puede ser e! em-
tos actos suicidas como afirmativos). Sin embargo, la supervi- plazamiento para una nueva posibilidad de agencia. Podemos
vencia no es suficiente, aunque no le puede acontecer nada lamentar la pérdida de la proximidad y de la privacidad como
más a un sujeto si no hay supervivenciaY Cuando Braídotti condiciones para la comunicación humana, pero también con-
considera e! dolor y e! sufrimiento y la limitación, se siente im- siderar las posibilidades tanto para la transformación mediante
pulsada a buscar e! camino a través y más allá de ellos, a invo- redes globales como para una alianza global.
lucrarse en cierto tipo de activismo que supera la pasividad sin Creo que en Metamorfosis no se presenta un programa
transformarse en dominio o control. Éste es un dificil arte que para la transformación que ofrezca un plan detallado acerca
se desarrolla a base de insistir en encontrar las posibilidades de lo que debería transformarse y cómo. Más bien, e! trabajo
tanto para la afirmación como para la transformación, en temas de transformación está ejemplificado en e! propio libro, en su
que pueden resultar difíciles, cuando no potencialmente peli- práctica de lectura, en su incansable búsqueda de lo que se
grosos, como las nuevas tecnologías corporales, las redes de co- mueve y genera. Por otra parte, Braidotti contesta a las pre-
municación global y los patrones de inmigración y desplaza- dicciones pesimistas de una izquierda que cree que los proce-
miento transnacional. sos sociales ya han hecho todo e! trabajo sucio y que actual-
Supongo que algunas de las preguntas que me siento im- mente vivimos como las consecuencías inertes de su previa
pulsada a formular acerca de la inmigración forzosa serían: eficacia. Además, critica las formas de agencia -usualmente
¿qué formas de pérdida sufren aquellos que son forzados a presentadas como e! falogocentrismo dominador- que o bien
emigrar? ¿Qué tipo de disonancia experimentan aquellos que níegan e! cuerpo o bien rechazan la diferencia sexual; así pues,
278 DESHACER EL GÉNERO ¿EL FIN DE LA DIFERENCIA SEXUAL? 279
sentido, entonces ¿por qué temer e! hecho de que puede que opuso al psicoanálisis, Braidotti no se opone. Para Deleuze, e!
haya formas en las que la masculinidad surja en las mujeres y psicoanálisis se centra en e! problema de la falta; en cambio yo
que lo femenino y lo masculino no pertenecen a cuerpos que tiendo a centrarme en e! problema de la negatividad. Una de
han sido sexualizados de forma diferente? ¿Por qué no debería las razones por las que me opongo a De!euze es que no hallo
ser e! caso que estuviéramos al borde de la diferencia sexual ninguna referencia a lo negativo en su trabajo, y me temo que
para e! cual e! lenguaje de la diferencia sexual no es suficiente, lo que él propone es una defensa a ultranza frente a la negativi-
y que esto sea, en cierta manera, consecuencia de una manera dad. Braidotti vuelve a enlazar a De!euze con e! psicoanálisis de
de entender e! cuerpo como constituido por múltiples fuerzas una forma nueva y, por tanto, posibilita una nueva lectura de
y constituyente de múltiples fuerzas? Si esta construcción es- De!euze. Pero ¿cómo reconcilia Braidotti e! rechazo de! in-
pecifica de! deseo excede e! marco binario o confunde sus tér- consciente de De!euze con un psicoanálisis que, de forma co-
minos, ¿por qué no podría ser un ejemplo del múltiple juego rrecta, insiste sobre el inconsciente?
de fuerzas que Braidotti acepta en otras ocasiones?
con nuestro lenguaje, no es lo mismo que e! significado que Estoy totalmente de acuerdo con e! punto de vista de Brai-
conscientemente expresamos. Es en este sentido que los signi- dorti según e! cual e! niño siempre está enamorado de una ma-
ficados de! cuerpo exceden las intenciones de! sujeto. dre cuyo deseo se dirige a otra parte, y que esta triangulación es
la condición de! sujeto que desea. Si ésta es su formulación de
la edipalización, entonces ninguna de nosotras rechaza la edi-
LA HETEROSEXUALIDAD palización, aunque ella no la interpretará a través de la falta, y
yo incorporaré la prohibición en mi explicación de la heterose-
Sería un error decir que estoy en contra de la heterosexua- xualidad obligatoria. Sólo tiene sentido preguntar, como lo
lidad. Sencillamente creo que no pertenece sólo a los heterose- hizo Freud en Tres ensayos sobre teoría sexual, cómo se lleva a
xuales. Además, las prácticas heterosexuales no son lo mismo cabo la heterosexualidad dentro de! modelo que postula la dis-
que las normas heterosexuales; la normatividad heterosexual posición heterosexual en e! niño como un hecho dado. En
me preocupa y ocasiona mi crítica. Sin duda, los heterosexua- otras palabras, sólo si partimos de la tesis de una heterosexua-
les tienen todo tipo de perspectivas críticas y cómicas sobre la lidad primigenia surge la cuestión de la homosexualidad pre-
normatividad heterosexual. En las ocasiones en las que he tra- via, ya que se necesita alguna explicación sobre cómo se esta-
tado de dilucidar la melancolía heterosexual, es decir, e! recha- blece la heterosexualidad. Mi compromiso critico con estos
zo al apego homosexual que surge dentro de la heterosexuali- esquemas de desarrollo ha tratado de mostrar cómo la teoría de
dad como la consolidación de las normas de género «<soy una las disposiciones heterosexuales presupone lo que las venceria,
mujer, por lo tanto no quiero a una mujer»), intento mostrar a saber, una historia erótica previa a la heterosexualidad de la
cómo una prohibición de ciertas formas de amor se instala cual ésta surge. Si existe una triangularidad a la que llamamos
como una verdad ontológica acerca de! sujeto: e! «soy» de «yo edipalización, ésta sólo surge sobre la base de una serie de
soy un hombre» lleva codificada en sí la prohibición «no pue- prohibiciones o restricciones. Aunque acepto que, sin duda, la
do amar a un hombre», de forma que la afirmación ontológica triangularidad es una condición de! deseo, también me cuesta
conlleva la fuerza de la prohibición misma. Sin embargo, esto aceptarla. Que me cueste sin duda prueba que ya está operati-
sólo ocurre bajo las condiciones de la melancolía, y no signifi- va, dado que es lo que introduce la dificultad en e! deseo, con-
ca que la heterosexualidad se estructure de esta forma o que, siderado de una forma psicoanalítica. Sin embargo, lo que más
por parte de algunos heterosexuales, no pueda haber una sim- me interesa es desarticular la edipalización de la tesis de una
ple «indiferencia» hacia la cuestión de la homosexualidad más heterosexualidad primigenia o universalizada.
que un repudio inconsciente (he tomado este punto de Eve
Kosofsky Sedgwick), Tampoco trato de sugerir que defiendo
un modelo de desarrollo en e! cual se dé en primer lugar un MIMESIS
amor homosexual, pero que ese amor se reprime y que enton-
ces la heterosexualidad surge como consecuencia. Sin embar- Braidorti relata e! placer que le produjo hallar en e! Institu-
go, me parece interesante que esta concepción parece seguir to de Arte Contemporáneo de Londres una pieza que contenia
los propios postulados de Freud. la frase «la mimesis irónica no es una crítica». Me pregunto si
284 DESHACER EL Gf:I\ERO ¿EL FIN DE LA DIFERENCIA SEXUAL? 285
esta afirmación es cierta. ¿El tipo de mimesis crítica que per- biente, para nombrar sólo algunas. Es notoria la dificultad que
forma Luce Irigaray en The Speculum of the Otber Woman tienen las feministas de Estados Unidos y los teóricos en gene-
debe ser incluida en ese punto de vista? ¿Es que Braidotti quie- ral para tener en cuenta los privilegios de los que gozan en el
re deshacerse de aquella parte de Irigaray que entra en el len- Primer Mundo sin caer en una culpabilidad autoengrandece-
guaje de la filosofía como su sombra, para infiltrar sus térmi- dora o en una autoocultación histriónica. La teoría surge de la
nos, para manifestar lo femenino que queda oculto, y para situación y la situación misma está en crisis en Europa, ya que
trastornarla mediante la escritura que cuestiona la autoridad de sus fronteras son precisamente lo que está siendo cuestionado
la filosofía masculina basada en sí misma? ¿Por qué no debería en las disputas acerca de quién pertenece a la Unión Europea y
considerarse a este típo de mimesis como crítica? Creo que es quién no, acerca de las leyes concernientes a la inmigración (es-
erróneo pensar que este tipo de mimesis sólo deriva en una pecialmente en Bélgica, Francia y Holanda), así como los efec-
moralidad de esclavo, que acepta y refuerza los términos de la tos culturales de las comunidades islámicas y de las poblacio-
autoridad. Irigaray hace algo más con estos términos. Ella les nes árabes y norteafricanas. Yo soy norteamericana pero he
da la vuelta; crea un lugar para la mujer donde antes no lo ha- sido formada en filosofía europea. Hace sólo unas décadas yo
bía; expone las exclusiones a través de las cuales proceden al- formaba parte de una familia que se definía a sí misma como
gunos discursos; y muestra que dichos lugares de la ausencia judía europea y crecí rodeada de adultos que hablaban en va-
pueden ser movilizados. La voz que surge actúa como un «eco» rias lenguas que no entendía y en un inglés con un acento muy
del discurso del amo; sin embargo, este eco deja claro que exis- marcado. Cuando fui a Alemania a estudiar el idealismo ale-
te una voz, que hay un cierto poder de articulación que no ha mán mi abuela consideró que estaba «volviendo» adonde yo
sido obliterado y que está reflejando las palabras mediante las pertenecía, y que esto era bueno y apropiado. Sus hermanos
cuales tiene lugar su propia obliteracíón. Hay algo que persiste fueron a la escuela en Praga y ella sabía que existía una heren-
y que sobrevive, y las palabras del amo suenan diferente cuan- cia intelectual germano-judía. Yo pasé demasiados domingos
do son pronunciadas por alguien que, mediante su habla, su re- leyendo a Benjamin y a Scholem, y puede que esta herencia
citado, está socavando los efectos supresores de su afirmación. (que puede trazarse a través de Derrida) sea más importante
para mí que cualquier sociología o antropología norteamenca-
na. Yo escucho a Braidotti hablar en inglés sabiendo que el ita-
LA SEPARACIÓN ANGLOEUROPEA liana es su primera lengua (aunque vivió en Australia durante
muchos años) y soy consciente de que su inglés es más ágil que
Según Braidotti, en Europa la teoría femínista ha estado el mío. Cuando reflexiono sobre ello apostaría a que ella tiene
sujeta a la hegemonía del feminismo norteamericano, y yo su- más amigas que yo en la comunidad feminista norteamericana.
pongo que se está refiriendo también a la teoría de las muje- Mi alemán no es del todo malo y paso más tiempo discu-
res blancas. Para ella es importante defender un feminismo tiendo con seguidores de Habermas de lo que la mayoría de la
europeo con el fin de tratar de cuestiones claves, como, por gente está dispuesta a creer. Hay un intercambio transatlántico
ejemplo, la inmigración, los nuevos racismos europeos, la ética que funciona entre nosotras: ambas cruzamos hasta la otra on-
de las tecnologías reproductivas y las políticas del medio am- lla. Braidotti ha contribuido a mostrarnos lo que es este proce-
¿EL FIN DE LA DIFERE:-JCIA SEXUAL? 287
286 DESHACER EL GÉNERO