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Una Aproximación Al Desarrollo de La Ciencia en Colombia. Siglo XIX
Una Aproximación Al Desarrollo de La Ciencia en Colombia. Siglo XIX
Derechos Reservados
Primera Edición 2017
Inscripción Nº 267.036
I.S.B.N.: 978-956-307-080-4
Stgo., Chile.
Diseño y Diagramación
Ricardo Mora Quiroz
2
Dedicatoria
3
Agradecimientos
4
Stgo., y el Licenciado Patricio Leyton Alvarado, de la Pontifica
Universidad Católica de Chile, Stgo.
5
PRÓLOGO
6
escuela en este tipo de estudios, mas ahora esa tradición se enriquece
con esta compilación cuyo contenido desborda el título: es más que una
modesta Aproximación…, porque los textos que lo integran constituyen
estudios eruditos, novedosos y rigurosos sustentados en ricos aparatos
críticos; asimismo, se trasciende el espacio geográfico de Colombia no
sólo porque existen múltiples referencias a la Nueva Granada pues la
dominación colonial persistía en las primeras década del siglo XIX, sino
porque hay –ya en la vida independiente- aspectos abordados sobre la
vida cultural de Venezuela, y por el abordaje de personajes de otras
latitudes en virtud del impacto de sus actividades intelectuales en
Sudamérica.
Debo añadir otras virtudes del libro: como toda compilación muestra
pluralidad de perspectivas analíticas; consigna variedad de tópicos, no
obstante el predominio de las biografías intelectuales; abarca todos los
periodos de dicha centuria; construye la confluencia de trabajos tanto
de académicos chilenos como de colombianos, etcétera. De manera que
puede apreciarse esta obra como un aporte indiscutible por coadyuvar
al ennoblecimiento de los quehaceres científicos e intelectuales
desarrollados en esta parte de Nuestra América.
7
trayectoria en nuestros países como insumos para decantar sus
reflexiones.
8
académicas en la investigación histórica de la ciencia tanto de
Colombia, Luis Carlos Arboleda, Carlos Eduardo Maldonado y Maryorie
Maya Gallego, como de Chile, Pablo Azócar Fernández, Francisco Díaz
Céspedes, Héctor Patricio Leyton, y Zenobio Saldivia Maldonado. Con la
revisión de sus textos podremos vivenciar la experiencia de la actividad
científica durante el primer siglo de vida independiente en Colombia.
9
ÍNDICE
Pág.
10
Los Matemáticos en Colombia Durante los Inicios de la
República en el Siglo XIX
Luis Carlos Arboleda…………………………………………………………..156.
Bibliografía empleada……………………………………………………...241.
11
JOSÉ CELESTINO MUTIS Y LOS ALBORES DE LA CIENCIA
EN COLOMBIA*
El hombre
12
siguiendo simultáneamente los estudios de medicina entre 1748-1753 y
los de cirugía entre 1749 y 1752. Entre los maestros que le dejan cierta
impronta figura Pedro Virgili; quien era uno de los grandes exponentes
de la cirugía española, y quien además, logró fusionar las Facultades de
Medicina y Cirugía. Mutis de pronto se ve confuso, pero dentro de su
psiquis siente la satisfacción de ser uno de los primeros médicos-
cirujanos de España, egresado de la nueva entidad. Su práctica como
médico la realiza en el Hospital de Marina de Cádiz. Dicho colegio
poseía además un extenso jardín con plantas europeas y exóticas, que
les servía como fuente de farmacopea práctica.
13
de poco más de un mes, finalmente parte de Cádiz el 7 de septiembre,
junto a la comitiva del Virrey rumbo a Nueva Granada, en el navío la
Castilla. Las observaciones y experiencias del viaje las dejó consignadas
en su Diario de Observaciones.3 La nave la Castilla llega a Cartagena de
Indias, el 28 de octubre de 1760. Aquí, muy pronto principió con sus
anotaciones y con sus primeras observaciones botánicas y zoológicas,
soñando con conocer las especies exóticas de la flora neogranadina y
con el deseo de escribir una historia natural de América. Tras una
reposada estadía en Cartagena de Indias continuó hacia Santafé de
Bogotá; finalmente llega a Santafé de Bogotá el 28 de febrero de 1761.
3 Cf. Martín, M. Paz: Celestino Mutis, Historia 16 e Ediciones Quórum, Madrid, 1987;
pp.15 y 150.
4 Cf. Fonnegra, Gabriel: Mutis y la Expedición Botánica, El Áncora editores, Bogotá,
2008; p.153. Los lectores interesados en conocer el detalle de la Real Cédula que
designa a Mutis Director de la Expedición y las características administrativas de la
misma, pueden consultar por ejemplo: Vezga, Florentino: La Expedición Botánica, Ed.
Minerva, Bogotá, Colombia, 1936; pp. 26-28.
14
colega francés Aimé Bonpland, resultaba conveniente que el corpus
físico de Nueva Granada fuera estudiado por científicos españoles, para
no quedar atrás en este tipo de investigaciones. Por ello, “…nombró el
primero de abril de 1783 y sin autorización real una comisión científica
provisional con el nombre de Expedición Botánica del Nuevo Reino de
Granada de la que nombró a Mutis director.”5
15
El puerto de Cádiz, durante el Siglo de La Ilustración, era en uno de los
lugares más cosmopolitas del Viejo Mundo y un punto obligado para
las transacciones del comercio indiano. Era la puerta de la península
hacia las Indias. Y por ello, era un buen lugar para los contactos
científicos de Mutis. En efecto, en los años 1753 y siguientes, de regreso
en Cádiz, éste entabló una grata relación profesional con el médico
Pedro Fernández de Castilla, con quien comparten tanto sus pacientes
como el vivo interés por asistir a las demostraciones anatómicas en el
Hospital Real.7 Más tarde en esta misma ciudad-puerto, conoció a
Jorge Juan, quien influyó notoriamente sobre Mutis. Por ello, cuando
Jorge Juan instauró en 1755 la Asamblea Amistosa Literaria, entidad
donde se reunían destacados científicos, Mutis asistió a las sesiones
donde compartió con científicos tales como: Luis Godin -quien había
participado con Jorge Juan en la medición del Meridiano en el
Virreynato del Perú-, José Carbonell -Bibliotecario y maestro de
idiomas- y Pedro Virgili -Director del Colegio de Cirujanos Navales-,
entre otros. Aquí se leían disertaciones de historia, geografía, física,
matemática y otras disciplinas y se discutían nuevos inventos y
aplicaciones de la ciencia en medicina, salubridad, agricultura,
industria, construcción naval y diversas otras áreas. Esto es mutatis
mutandis, el equivalente a las preocupaciones de la Royal Society, en
este mismo período. Mutis asistía también a la Real Academia de
Ciencias de Madrid, absorbiendo toda la información astronómica, física
y matemática, que le era posible; en especial el conocimiento y
aplicaciones de las teorías de Newton y Copérnico.
16
empero, Mutis no compartía la postura antilinneana de Quer y su
nomenclatura para la clasificación de especímenes de la flora. En todo
caso, no enganchó nunca con discusiones al respecto y únicamente
luego de su arribo al Nuevo Mundo, expresó epistolarmente su
desacuerdo con Quer, pero… a Linneo; en donde además, aprovechó de
criticar algunos de los tomos de la última obra de José Quer: Flora
española, o historia de las plantas que se crían en España y que
constituía la primera historia de las plantas que se daban en España.8
Otro personaje con el que Mutis se relacionó y con quien logró decantar
una gran amistad, fue con Jacobo Gahn, cónsul sueco en Cádiz, quien
además era un naturalista autodidacta y aficionado. Gahn actuó
también como puente entre Mutis y los intelectuales suecos,
contribuyendo así, indirectamente en la retroalimentación de las
comunidades científicas de la época.
8 Vd. Quer, José: Flora española, o historia de las plantas que se crían en España (6
vol.) (1762-1784). Impr. de Joaquín Borrachina, Madrid.
9 Cf. Del Pino D., Fermín: “América y el desarrollo de la ciencia española en el Siglo
17
Además de los autores mencionados que se relacionaban con Mutis,
hay que considerar la estrecha y afectuosa relación epistémica y
epistolar mantenida entre Mutis y Karl Linneo, durante 17 años (1761-
1778). Y con otros sabios europeos a quienes Mutis les envío
colecciones, plantas, semillas y bosquejos de flores y plantas que le
valieron grandes elogios y su pertenencia a la Academia de Estocolmo y
a otras sociedades europeas.10
10
Cf. Martín, M. Paz: Celestino Mutis; op. cit.; pp. 40, 46, 57 y 151.
18
algunas publicaciones recientes de Linneo: el Sistema Naturae,
publicado en 1759 en Estocolmo; la Philosophia Botanica (1751) y el
Iter Hispanicum (1758). Tales obras, sumadas al Species Plantarum
(1753), también del mismo autor, le serían más tarde de gran ayuda al
sabio gaditano.
11Linneo, Karl: Sistema de los vegetales. Resumen de Don Antonio Paláv y Verdéra,
Segundo catedrático en el Real Jardin Botánico de Madrid, Imprenta Real, Madrid,
1788; p. 507.
19
con Humboldt ya eran más de 2.000 ilustraciones;12 también le regaló a
este sabio alemán, cientos de láminas de plantas neogranadinas.13 En
rigor, secuelas positivas para Mutis de esta vinculación sólo la recibió
algunos años después, por ejemplo cuando Humboldt publicó su obra
Plantas Equinoxiales colectadas en México, en la Isla de Cuba, etc.
(1808-1809).
Medicina
12 Cf. Ibáñez, Pedro M.: Las Crónicas de Bogotá y sus inmediaciones, Bogotá, 1981; p.
193.
13 Cf. Ramírez, Alex: “La etnobotánica latinoamericana en la obra de Humboldt”, en:
20
Sabemos que Mutis dio su examen para Bachiller en Medicina el 2 de
mayo de 1755 y que luego en julio de 1757, se presentó ante el Real
Protomedicato, en Madrid, para rendir su examen que lo habilitó como
médico cirujano; tal como ya lo hemos indicado con antelación. En
rigor, su ejercicio de la medicina profesional se desarrolló en dos
mundos: primero en España y luego en Nueva Granada. Así,
recordemos que sus primeros trabajos médicos los realizó en el Hospital
de Marina de Cádiz y en el Hospital General de Madrid. El primero de
ellos poseía además un extenso jardín con plantas europeas y exóticas,
que les servía a Mutis y a los otros médicos, como fuente de farmacopea
práctica. Y en relación a la estadía de Mutis en el Hospital de Madrid,
sabemos que la alternaba con visitas sistemáticas al Jardín Botánico de
Migas Calientes.15
15 Cf. Gómez D., Nicolás: “Madrid. Siglo XVIII de Austrias y Borbones”, en: Bernal V.,
Jaime y Gómez G., Alberto: A Impulsos de una Rara Resolución. El Viaje de José
Celestino Mutis al Nuevo Reino de Granada 1760-1763; op. cit.; p. 32.
16 Cf. Vezga, Florentino: La Expedición Botánica; op. cit.; p.37.
17 Martín, M. Paz; op. cit.; pp. 55-56.
18 Cf. Vezga, Florentino; op. cit.; p.37.
21
extranjeros, dado que en las colonias españolas eran muy escasos los
médicos con formación académica y los pacientes simplemente eran
atendidos por rivalidados o cirujanos formados en la mera práctica, o
por parteras, o por boticarios aficionados o por simples sangradores.19
En este contexto por tanto, se comprende que se presentaban muchos
pseudocientíficos y falsos médicos20 y de aquí la preocupación de Mutis.
Botánica y taxonomía
19
Cf. Knudsen, Hans-Peter: “Presentación”, en: Bernal V., Jaime y Gómez G., Alberto:
A Impulsos de una Rara Resolución. El Viaje de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de
Granada, 1760-1763; op. cit.; p. 13.
20 Cf. Peset, José Luis: “José Celestino Mutis y las etapas de la ciencia
22
La que finalmente se inició dos décadas después, como ya
adelantáramos. José Celestino Mutis quedó como Director y el
presbítero y naturalista Eloy Valenzuela, fue nombrado 2do director; a
su vez, los pintores Don Joaquín Gutiérrez y Don Pablo Antonio García,
quedaron también como miembros de la Expedición; la cual se
estableció en La Mariquita hasta su traslado a Santafé de Bogotá, en
1791.23 El interés de Mutis por la quina y su deseo de encontrar
distintas especies de esta planta, continuó en esta etapa y lo instó a
designar o comisionar a algunos de sus colaboradores, en especial a
fray Diego de García, para determinar en qué sitios se encontraba y qué
posibilidades económicas podía ofrecer. Mutis, por su parte, estudió las
características y virtudes terapéuticas de diversas variedades de la
quina. Y justamente en relación a las quinas, recordemos además que
Mutis nos ha legado su ensayo el “El Arcano de la Quina revelado a
beneficio de la humanidad” publicado por entregas en el Papel Periódico
de Santafé de Bogotá.24 Más tarde, en 1809, salió a la luz la Historia de
los árboles de la quina, editada por su sobrino Sinforoso Mutis, donde
se daba cuenta de todas las especies de este referente botánico,25 tan
significativo para la medicina y para el comercio farmacológico de la
época.
23
Cf. Ibáñez, Pedro M.: Las Crónicas de Bogotá y sus inmediaciones; op. cit.; p. 158.
24 Este trabajo fue publicado por secciones en el Papel Periódico de Santafé de Bogotá
(dirigido por Manuel del Socorro Rodríguez) a partir del N°89 del 10 de mayo de 1793,
hasta el N°129, del 14 de Febrero de 1794.
25 Cf. Martín, M. Paz: Celestino Mutis; op. cit.; pp.11-12.
23
trabajo taxonómico de Juan Ignacio Molina en el Reyno de Chile, y más
tarde también en Claudio Gay, pero ya en el Chile republicano.26
26 Al respecto puede consultarse Saldivia, Zenobio: “El abate Juan Ignacio Molina y el
saber Ilustrado”, Rev. Creces Vol. 16, N°9, Stgo., Chile, 1998; pp. 42 y ss. Y también
del mismo autor en: La Visión de la Naturaleza en tres científicos del siglo XIX en Chile:
Gay, Domeyko y Philippi; Ed. U. de Santiago de Chile, Stgo., Chile; 2003; pp. 53 y ss.
27 Figueroa, Marcelo F.: “Botanizar y herborizar la flora americana. Mutis, Gómez
Celestino Mutis”, Semanario del Nuevo Reino de Granada, Santafé de Bogotá, N°37.
29 Cf. Bernal V., Jaime y Gómez G., Alberto: A Impulsos de una Rara Resolución. El
24
quinquefido reflexo. Stilus unicus. Stigma obtusum….. nux…
orbicularis. Latius in descriptione.”30
30
Cf. Martín, M. Paz: Celestino Mutis; op. cit.; pp. 113-114.
31 Cf. Vezga, Florentino: La Expedición Botánica; op. cit.; p. 98.
32 Cf. Martín, M. Paz: Celestino Mutis; op. cit.; pp. 30-36 y 144.
33
Cf. Vezga, Florentino: La Expedición Botánica; op. cit.; p. 41.
25
como se van presentando los pétalos, el cáliz, las corolas y otras partes
de las flores indicadas, al ojo del observador experimentado.34
Viaje de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de Granada, 1760-1763; op. cit.; pp. 73 y
ss.
26
Magdalena, donde identificó a decenas de tipos de aves y de peces cuyo
hábitat es justamente este río; con razón uno de los documentos de
estudio que nos ha legado el sabio gaditano se titula: Catálogo de los
pájaros y peces del río Magdalena.38 En rigor, esta notable preocupación
taxonómica ilustrada continuó cuando contó formalmente con su
equipo de dibujantes y pintores, al constituirse la Expedición Botánica;
a quienes les exigió pintar diversos mamíferos, aves y peces que
encontraran a su paso. Y su esfuerzo en este sentido se comprende aún
más, cuando observamos que Humboldt describió a un tipo de pez
andino -el denominado “pez capitán”- tipificándolo como Eremophilus
mutisii (1805),39 como un manifiesto homenaje a Mutis. También,
sabemos que Mutis durante un tiempo se dedicó a estudiar a las
hormigas y a las termitas, observando cuidadosamente sus
terromonteros y midiendo sus alturas.40
Ecología
27
de Aguirre, que van dejando atrás las concepciones fijistas y estáticas
de la tierra,42 sí percibía a la naturaleza como un universo dinámico que
es vulnerado por la acción humana, e intuía claramente la idea central
de lo que hoy sabemos que estudia la ecología: el equilibrio y
conservación del medio ambiente, y en este sentido, hay que tener
presente que Mutis en las notas que escribía a los miembros de su
equipo técnico en relación al acopio de quinas, dejaba muy en claro que
por ningún motivo debía destruirse totalmente el árbol, sino más bien
“…cortar con hacha a una vara de altura de sus raíces: y de este modo
queda proporcionado a retoñar, ocupando un lugar útil en el monte
para la posteridad.”43
abril de 1790; citado más ampliamente por Martín, M. Paz: Celestino Mutis; op. cit.;
pp. 136 y ss.
44 Fonnegra, Gabriel: Mutis y la Expedición Botánica, El Áncora editores, Bogotá, 2008;
p. 213 y ss.
45 Ibídem.; p. 216.
28
Matemática y astronomía
29
importancia, como se ha cultivado generalmente por el dilatado espacio
de veinte siglos, se mira ya como una tierra ingrata que sólo produce
malezas y espinas”48 y por ello recalcaba que la física experimental que
Newton representa, es la que viene haciendo “de día en día mayores
progresos, introduciéndose en todas las ciencias y las artes”49. Y luego
señala que Newton “…enriqueció tanto las matemáticas con sus
profundas meditaciones cuanto es fácil de conocer por el nuevo lustre
que les dio.”50 Y así sucesivamente, va dejando de manifiesto el mayor
alcance epistémico de la física newtoniana y su mayor rango de
utilidad, al mismo tiempo que va mencionando las obras de Newton.
En suma, un claro rayado de cancha para colegas y alumnos. Tales
confrontaciones epistémicas y metodológicas en relación a la enseñanza
de la física y de la matemática seguirán en los próximos años, pero
Mutis, apoyado en la protección de los virreyes Pedro Messia de la
Cerda, Manuel Guirior y Manuel Antonio Flores,51 siguió con sus
reformas curriculares para dejar atrás la enseñanza de la filosofía
escolástica y asentar la filosofía experimental.
48 Cf. Mutis, José Celestino: “Elementos de la filosofía natural que contienen los
principios de la física demostrados por las matemáticas y confirmados con
observaciones y experiencias dispuestos para instruir a la juventud en la doctrina de
la filosofía newtoniana en el real Colegio del Rosario de Santa Fé de Bogotá en el
Nuevo Reino de Granada” (1764). Citado más ampliamente por Fonnegra, Gabriel; op.
cit.; p. 39.
49 Ibídem.
50 Ibídem.; p. 47.
51
Vezga, Florentino; op. cit.; p.86.
30
muchos otros países de la Corona española, aun falta mucho para que
cuenten con una entidad científica de esta naturaleza.
Mineralogía y metalurgia
31
parecer, finalmente no se continuó con la fase siguiente de
implantación del laboreo, puesto que no se ubicaron las vetas madres.52
Por otra parte, creemos que su trabajo en general, muestra dos etapas:
La primera de ellas, alude a la consolidación de la ciencia moderna
52
Cf. Vezga, Florentino; op. cit.; p.36.
32
identificada con el paradigma de las tesis copernicanas y newtonianas
que le tocó defender y asentar en Nuevagranada. Y la segunda, se
identifica claramente con la praxis de una ciencia útil que busca lo
vernáculo y lo identitario in situ para asentar lo peculiar novogranadino
en la ciencia universal. Ello, en virtud de la Expedición Botánica que
pensó, esperó, articuló y puso en marcha; aportando así, un perfil
cualitativo y epistémico nuevo de la ciencia en los orígenes de la actual
Colombia. Un verdadero pivote para el proceso de construcción de la
ciencia no sólo en Colombia, sino para todas las emergentes
comunidades científicas de América.
33
FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS: ENTRE LA ASTRONOMÍA
Y LA BOTÁNICA EN LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA DE
COLOMBIA
El hombre
Francisco José fue el quinto hijo del alférez español José de Caldas y
Gamba y de la payanesa Vicenta Tenorio y Arboleda, quienes tuvieron
en total 15 hijos. Aunque no se conoce un documento oficial que
registre el nacimiento de Francisco José, la fecha que se considera más
probable es octubre de 1768, en Popayán. Aquí realizó sus primeros
estudios y luego siguió con latín y filosofía en el Colegio Seminario de
Popayán. En 1788 se dirigió a Santafé de Bogotá para estudiar Derecho,
para lo cual contó con una beca previa la presentación de documentos
de hidalguía -requisito ineludible para disfrutar de tal privilegio- como
correspondía a un criollo de abolengo de la época y aunque no obtuvo
los grados de licenciado y/o de doctor, obtuvo su título de Bachiller en
Derecho53 en 1793. Fue un científico, militar, ingeniero, geógrafo,
botánico, astrónomo, naturalista, periodista, ensayista, prócer y mártir
colombiano. Por su erudición y vastos conocimientos sobre tantas
disciplinas fue conocido entre sus contemporáneos como El Sabio;
epíteto con el cual pasó a la historia de la ciencia americana. En 1808,
tras un curioso noviazgo por carta, probablemente porque sus tareas
científicas le demandaban mucha atención y no le dejaban muchos
espacios para la conquista amorosa o para el romance, contrajo
matrimonio por poder con María Manuela Barahona, joven payanesa.
53Cf. Pohl Valero, Stefan: Soy Caldas, Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría de
Cultura, Recreación y Deporte. Secretaría de Educación, Fundación Gilberto Alzate A.;
Bogotá, 2009; p. 16.
34
Caldas y su esposa tuvieron cinco hijos, dos de los cuales fallecieron en
la infancia. No quedó descendencia directa de este ilustre hombre.
54 Rueda Enciso, José Edo: “Caldas, Francisco José de” Documento electrónico
disponible en: http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/caldfran.htm
[Fecha de consulta, 2 de febrero del 2013].
55 José Félix de Restrepo fue uno de los criollos que más trabajaron durante la
segunda mitad del siglo XVIII y el primer cuarto de siglo del XIX, en pro de la
secularización del pensamiento y de la socialización de la nueva ciencia en el medio
neogranadino. La publicación de su obra Lecciones de Física, en 1825, constituye la
normalización de su enseñanza iniciada en el Colegio Mayor de San Bartolomé (1778-
1780), continuada en Popayán (1782-1812), luego en la Universidad de Antioquia
(1812-1819) y de nuevo, finalmente, en San Bartolomé (1822-1826). En Popayán,
Restrepo fue profesor de muchos de los gestores de la emancipación de Nueva
Granada.
35
entendimientos, me apliqué bajo sus dirección al estudio de la
aritmética, geometría, trigonometría, álgebra y física experimental,
porque nuestro curso de filosofía fue verdaderamente un curso de física
y matemáticas.”56
56 Cf. Caldas, Francisco José de: “Cartas de Caldas”, en: Rev. de la Academia
Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Bogotá, N°52; 1978; p. 99.
57 Vd. http://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/caldas.htm [Fecha de consulta,
36
Herschel, hipsómetro (de su propia invención), barómetro,
antracómetro, brújula de La Borda, cronómetro, cuartos de círculos,
eirómetro, gnomon, grafómetro, hidrómetro, microscopio, telescopio de
reflexión, termómetro, teodolitos y octantes de reflexión entre otros.59 La
búsqueda y adquisición de instrumentos astronómicos o científicos en
general, fue un hábito que acompañó siempre a Caldas. Por ello no es
extraño que en 1805 y recién incorporado como Director del
Observatorio Astronómico de Nueva Granada, en Santafé de Bogotá,
adquiriera un Círculo de Bird y un Péndulo de Graham para la flamante
institución. 60
59 Ibídem.
60 Cf. Minniti M., Edgardo R.: Astronomía Colombiana. Apuntes Históricos. Versión
electrónica en:
http://historiadelaastronomia.files.wordpress.com/2010/05/astronomia-
colombiana.pdf [Fecha de consulta, 28 de septiembre del 2013].
61 El lector puede consultar una edición de 1778 asequible en Internet: Feijoo, Benito
37
las obras de Pierre Bouguer y de Charles María de la Condamine
referentes a la misión científica en Quito para medir un grado del
meridiano cerca del ecuador, también eran buscadas y leídas con avidez
en su tiempo, y lo propio sucedía con los textos de Jorge Juan y
Antonio de Ulloa, tales como: Observaciones astronómicas y físicas
hechas en los reinos del Perú (1748) o Relación histórica del viaje hecho
de orden de su Majestad a la América Meridional (1748). También
muchos de sus biógrafos han señalado que Caldas consultó y estudió
las obras de Joseph Lalande, tales como el Tratado de Astronomía y las
Tables de Logarithmes, entre otras.
38
en la región de sus desplazamientos. Además por supuesto, de observar
y describir diversos aspectos topográficos, arqueológicos, médicos,
sociológicos y costumbristas de tales lugares. Sin embargo, imbuido de
su afán por el rigor científico y por la excelencia cuantitativa, una
buena parte de sus actividades de esta etapa de su vida, consistió en
confirmar en algunos casos los conceptos, datos e informes
consagrados en obras como las mencionadas.62 Es decir, en continuar
con la rutina de la ciencia normal, como diríamos hoy, luego de la
aparición de la obra de Thomas Kuhn, La Estructura de las Revoluciones
Científicas. Y en otros, sus esfuerzos apuntaron a desmitificar y corregir
muchas de las descripciones sobre referentes bióticos que aparecían en
aquellas obras. Continuó la línea de investigación de los suizos Horace
Bénédict De Saussure y Jean André Deluc para correlacionar el punto
de ebullición del agua con la altura sobre el nivel del mar, y determinar
la altitud en función de la variación del punto de ebullición del agua y
la presión atmosférica. Con razón, más tarde, en El Semanario, (1809)
llegará a presentar cuidadosas tablas de correlatos entre los niveles de
altura y los distintos grados de temperatura en que se alcanza el punto
de ebullición del agua.63
62 Rueda Enciso, José Edo: “Caldas, Francisco José de”; Documento electrónico; op.
cit.
63 Cf. Caldas, Francisco José: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T.II., Biblioteca
39
observa en su prosa científica un tiempo después, en donde expresa
que luego de tres años de trabajo, su acopio constituye “…un herbario
respetable de cinco a seis mil esqueletos disecados en medio de las
angustias y de la velocidad de un viaje; dos volúmenes de descripciones,
muchos diseños de las plantas más notables hechos de mi propia
mano…”64
40
vez, para que José Celestino Mutis y José Ignacio de Pombo lo
contrataran para que se adelantara en tierras caucanas y quiteñas, y
realizara una cuidadosa exploración en busca de nuevas especies
factibles de ser explotadas y comercializadas66 y aunque Caldas solo
había recibido nociones básicas siguiendo el Curso elemental de
Botánica teórico y práctico de Casimiro Gómez Ortega y tan solo contaba
con las Tabulae botanicae tournefortianae y unas cuantas obras
proporcionadas por José Ignacio de Pombo, como por ejemplo la
Explicación de la Filosofía y Fundamentos Botánicos de Linneo de
Antonio Palau,67 aceptó.
66 Cf. Rueda Enciso, José Edo: “Caldas, Francisco José de” Documento electrónico,
op.cit.
67 Díaz-Piedrahita, Santiago: Caldas y la Historia Natural. Francisco José de Caldas,
41
Por otro lado, la llegada de Bonpland y del barón de Humboldt al
territorio de Nueva Granada, parece haber sido un hito muy relevante
que motivó a Caldas de sobremanera; tanto como para ofrecerse a
acompañar a estos naturalistas por el cuerpo físico de lo que hoy es
Colombia, como ya se ha señalado. Es increíble cuanto influyó la
presencia de Humboldt en las provincias neogranadinas no sólo para la
percepción de las ciencias naturales, sino hasta para el adelantamiento
político de la colonia. Y para el caso específico de Caldas, recuérdese
que Humboldt recomendó a Mutis para que designen a Caldas como
Director del Observatorio Astronómico que se había construido para la
Expedición Botánica de Nueva Granada. Así, una vez ya en el ejercicio
de su cargo, a partir de 1805, Caldas dotó a la entidad de los
instrumentos que le faltaban; entre éstos un Círculo de Bird y un
Péndulo de Graham, como ya hemos adelantado.69 Ello es consecuente
con su notorio interés por contar con instrumentos astronómicos que
venía de su juventud, como lo hemos mencionado en su momento.
69 Ibídem.
42
en 1817, el físico y químico inglés William Hyde Wollaston, presentó un
hipsómetro más perfeccionado que se caracterizaba porque el
termómetro dejaba de encontrarse inmerso en agua y pasaba a estar
expuesto únicamente a su vapor. Luego en 1845, el también físico y
químico francés, Henri Victor Regnault presentó a su vez, el hipsómetro
transportable, de dimensiones mucho más reducidas.70
70 Rueda Enciso, José Eduardo: “Caldas, Francisco José de”, Documento electrónico;
op.cit.
71 Mendoza, Diego de: Expedición Botánica de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de
43
exactamente en estos términos. “…desde los 3° 44’ de latitud austral,
faltando del todo en otra latitud menor que la asignada”. 72 Y en cierta
manera esta ubicación tan peculiar de este referente de la flora
americana, es una especie de invariante de la naturaleza, y
seguramente por ello el sabio Caldas, denominó a este fenómeno
florístico-geográfico, como el “término boreal de la Cinchona
Officinalis”.73
72 Ibídem.; p.69.
73 Ibídem.
74 Ibídem.; Cf. p.57.
75 Ibídem.; Cf. pp.62-63.
76 Ibídem.; p. 48.
44
geográficas de dicha localidad, situándola en: 0°,31’,46’’ de lat. bor. y a
0°, 23’ 28’’ al E. del meridiano de Quito.77
77Ibídem.; p.49.
78Cf. Caldas, Francisco José: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T.III., Biblioteca
Popular de Cultura Colombiana; op. cit.; pp. 150 y ss.
45
definiendo el clima como el grado de calor y frío de cada región en
interacción con variables tales como los vientos, la presión atmosférica,
la carga eléctrica, la abundancia de ríos y de lagos, las lluvias y los
truenos, entre otras, determinó que la fuerza de todos estos elementos
de la naturaleza corresponden en rigor, a lo que se denomina
“influencia del clima”. Y enseguida principió a ilustrar cómo este influjo
afecta al hombre en locus donde las situaciones son muy extremas, ora
por el frío ora por el calor. Y tras explicitar lo propio en relación a los
animales, entre los cuales destacó principalmente al elefante, al lobo, al
lince, al oso blanco, al tigre y otros, señaló que “los animales han hecho
por el clima y el clima para los animales”, continuando luego con
ejemplos en que muestra como la vida vegetal a su vez, se acomoda en
determinados niveles de altura; llegando a la conclusión de que a su
juicio, tras numerosas excursiones en los montes de Nueva Granada, la
vida vegetal solo llega hasta la altura de 5.320 varas y que este sería un
límite de la naturaleza.
79 Cf. Rueda Enciso, José Eduardo: “Caldas, Francisco José de”, Documento
electrónico; op.cit.
46
y rescató muchos elementos de las culturas precolombinas, cuyo
testimonio se podía rastrear a través de la arqueología; llamó la
atención sobre la estatuaria de San Agustín. Una buena parte de la
literatura científica de Francisco José de Caldas se publicó en los
periódicos de la época: El Papel Periódico de la Ciudad de Santafé de
Bogotá, dirigido por Manuel del Socorro Rodríguez, y el Correo Curioso,
erudito, económico y mercantil de la ciudad de Santafé de Bogotá, bajo la
tutela de Jorge Tadeo Lozano. Sin embargo, muchas de sus
aportaciones científicas aparecieron también en el Semanario del Nuevo
Reino de Granada, órgano cultural y orientado expresamente a la
difusión científica, creado por Caldas en enero de 1808 y que tuvo
vigencia hasta 1811; aquí aparecieron sus trabajos tales como: “Estado
de la Geografía del Virreynato con relación a la economía y al
comercio”80 y “El influjo del clima sobre los seres organizados”,81 entre
otros. Más tarde aparecieron once artículos llamados “Memorias”, que
constituyen el grueso de su obra científica en forma de ensayos. Este
Semanario se proponía divulgar el conocimiento de las plantas útiles,
fomentar el desarrollo de la agricultura y la industria y conocer la
naturaleza de las diversas regiones del país apoyado en datos
científicos.
47
neogranadino. Enseguida asumió diversos trabajos de importancia, y
presentó a los estudiosos de su tiempo, algunas comunicaciones o
ensayos astronómicos breves; tales como la “Descripción del
Observatorio Astronómico de Bogotá” o las “Tablas de Observaciones
Meteorológicas”, las que publicó en el primer número del Semanario
(1808). En el primero de estos trabajos, se destaca la insistencia del
autor en relación a la conveniencia de usar cuidadosamente el
barómetro para obtener resultados precisos en la medición orográfica.
En este mismo grupo de trabajos, debemos añadir la comunicación
acerca de la explicación de un fenómeno meteorológico que amortiguó
los rayos del sol en su entrada a la atmosfera; el cual comenzó a
observarse en los primeros días de mes de diciembre de 180882 y la
descripción del eclipse total de luna, observado el 9 de mayo de 1808,
en donde quedó de manifiesto que para determinar el punto máximo de
inmersión del eclipse, utilizó todos los instrumentos disponibles en su
tiempo: acromático de Dollond, el cuarto de círculo de Bird y el péndulo
astronómico de Graham.83
82
González Suárez, Federico: Un Opúsculo Inédito de Don Francisco José de Caldas.
Tipografía y Encuadernación Salesiana, Quito, 1907; pp. 5-6.
83 Cf. Caldas, Francisco José, en: Semanario del Nuevo Reino de Granada T.I, 1808;
p.55.
48
que el edificio se ubicaba exactamente a 2686,33 metros, equivalentes a
1378,54 toesas, sobre el nivel del mar.84
84
Cf. Caldas, Francisco José: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T. III, Biblioteca
Popular de Cultura Colombiana; op. cit.; p.33.
85 Saladino G., Alberto: “El papel de Francisco José de Caldas en la divulgación de la
ciencia moderna en Nueva Granada”, Rev. Cuadernos Americanos, Nueva Época N°47,
UNAM, México D.F., 1994; p. 222.
86
Caldas, Francisco José de: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T. II, Biblioteca
Popular de Cultura Colombiana; op. cit.; pp. 192 y ss.
49
Sus aportes a la geografía y cartografía neogranadina
87 Caldas, Francisco José de: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T. I, 1808; p.2.
88 Ibídem.; op. cit.; p.11-12.
50
corresponde a la línea de su propios trabajos geográficos, climatológicos
y astronómicos, tales como la medición de la altura del cerro de
Guadalupe, o sus ensayos breves aparecidos en los distintos tomos del
Semanario; v. gr.: “El estado de la Geografía del Virreinato de Santafé
de Bogotá con relación a la Economía y el Comercio”,89 o el trabajo
“¿Cuál es la propia de nuestro clima que se debería cultivar con
preferencia de las demás, y cuál la producción extranjera que nos
interesa connaturalizar en nuestro suelo?90 También entre sus ensayos
vinculados a la geografía recordemos: la “Memoria sobre el origen del
Sistema de medir las montañas y sobre el proyecto de una expedición
científica”, o el trabajo: “Ensayo de una Memoria sobre un nuevo
método de medir por medio de termómetro las montañas”.91 Y aunque
esta comunicación está fechada como realizada en Quito, en abril de
1802, no está claro cuando exactamente descubrió el nuevo método de
mensuración orográfica. Además continuando con la preocupación por
las ciencias de la tierra del autor, recordemos la comunicación: “Viaje
de Quito a las costas del Océano Pacífico por Malbucho, hecho en Julio
y Agosto de 1803.”92 Y una tercera variante de su interés por la
geografía se hace patente cuando este autor propuso a las autoridades
algo equivalente a la anterior Expedición de Mutis, ya mencionado.
89 Caldas, Francisco José de: Semanario del Nuevo Reino de Granada, T. I, Biblioteca
Popular de Cultura Colombiana, Bogotá, 1942; pp. 15 y ss.
90 Ibídem.; T. III; pp. 150 y ss.
91 Mendoza, Diego de: Expedición Botánica de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de
Granada y Memorias Inéditas de Francisco José de Caldas; op. cit:, pp. 1-43.
92 Ibídem.; pp. 43 y ss.
93 Francisco José de Caldas. Documento electrónico. [Fecha de consulta, febrero 2 de
51
Timaná y un trozo de Carta de Tocaima a Neira.94 Luego, en 1805, otra
Carta del Río Magdalena desde Neiva hasta la embocadura de Bogotá.
94
Cf. Mendoza, Diego de: Expedición Botánica de José Celestino Mutis al Nuevo Reino de
Granada y Memorias Inéditas de Francisco José de Caldas; op. cit.; p.9.
95 Cf. Gaviria O., Álvaro: “Francisco José Caldas. Ingeniero”, en: Valencia, Asdrúbal
de Granada y Memorias Inéditas de Francisco José de Caldas; op. cit.; p.94. (de las
Memorias…)
97 Ibídem.; p. 106.
52
historia natural, un laboratorio químico, máquinas físicas y una casa-
habitación para el director.98
98 Ibídem.; p. 104.
99 Cf. Gaviria O., Álvaro: “Francisco José de Caldas. Ingeniero”, en: Tres Documentos
del coronel de Ingenieros Francisco José de Caldas; op. cit.; pp. 25-26.
100 Rueda Enciso, José Eduardo: “Caldas, Francisco José de” Documento electrónico;
Op. cit.
101 Cf. Gaviria O., Álvaro: “Francisco José de Caldas. Ingeniero”, en: Tres Documentos
53
estudios de la Academia de Ingenieros en Medellín, por lo que se le
considera el padre de la Ingeniería en Colombia.102
102 Rueda Enciso, José Eduardo: “Caldas, Francisco José de” Documento electrónico;
Op. cit.
103 Cf. Gaviria O., Álvaro: “Francisco José de Caldas. Ingeniero”, en: Tres Documentos
54
topográfica u orográfica que sirvió para la posterior delimitación del
cuerpo físico del país. Pero su énfasis epistémico también se observa en
su notorio interés por cautelar la objetividad y el rigor en la aplicación
del método científico, lo que se dio aparejado a su vez, con su obsesión
por la obtención de instrumentos científicos. Todas estas
particularidades de su trabajo científico, apuntarían a su juicio, a la
obtención del progreso y al intercambio comercial entre las naciones.
También, su visión de la ingeniería fue altamente relevante para su
tiempo, toda vez que la percibió asentada sobre un énfasis militar que
pudiera ayudar al conocimiento del territorio para las futuras
transformaciones viales, o para las necesarias innovaciones para el
transporte y desplazamiento entre las regiones del país, e incluso como
elemento coadyuvante para la logística militar. No en balde es
considerado el creador de la ingeniería colombiana. Subrayó la
importancia de reconocer geográfica y etnográficamente a la América
española, pues tenía muy claro que una vez que se tiene el catastro de
lo que hubiere en Colombia y en el continente, sería posible conocer
cómo somos los americanos; y de este modo se estaría mejor preparado
para salir del estado de letargo y dependencia en que se encontraba el
continente, luego de tres siglos de dominación.
55
ALEXANDER VON HUMBOLDT, SU DERROTERO POR
COLOMBIA Y SU MIRADA CIENTÍFICA
El Hombre
104 Cf. Von Hagen, V.W.: Grandes naturalistas en América, Ed. Taurus, Bogotá, 2008;
p. 112.
105 Cf. Beck, Hanno: “Cómo el joven Alexander inició su camino. El decano de la
56
mundo de un gran amigo de la familia: el poeta, escritor, ensayista,
abogado, Johan Wolfgang Goethe.107
Su obra científica
57
fitogeografía, de la flora y fauna de esta porción de América; así como
también de diversos aspectos estadísticos, sociológicos y costumbristas
de los habitantes de esta región de América. El impacto de los trabajos,
investigaciones y publicaciones de Humboldt sobre el mundo natural y
social de América, fue tan grande durante el Siglo XIX, que los
estudiosos contemporáneos de la historia de las ideas, le atribuyen la
condición de ser el descubridor científico de América; ello en relación a
la difusión de los aspectos referentes a la naturaleza, a la sociología y
etnografía del Nuevo Mundo que realizó este autor en su tiempo. Lo
anterior, se comprende mejor si tenemos presente por ejemplo, que
Humboldt realizó un acopio de más de 60.000 plantas y que llevó a
Europa 45 cajas con muestras mineralógicas,108 aportando además al
conocimiento botánico del viejo continente, más de 5.000 plantas,
centenares de dibujos de la flora y fauna americanas, lecturas
magnéticas de diversas regiones visitadas y 459 medidas de altitud de
algunos montes.109 Además de numerosos mapas, observaciones
astronómicas y estadísticas sobre la población y el comercio de las
regiones que recorrió y exploró. Con razón, a fines del Siglo del
Progreso, fue considerado “el científico más famoso del mundo.”110
Su Viaje a América
108 Cf. Martul-Ortega, Perfecto Y.: “Humboldt e a Cultura Universal”, en: Díaz-Fierros
V., y Rozados G., Daniel (Coordinadores): Un Novo Mundo para un Home Universal.
Partida de Humboldt desde a Coruña cara á súa viaxe americana, Consello da Cultura
Galega, Santiago de Compostela, 1999; p.24.
109 Cf. Rojas Marín, Alvaro: “Una Nueva Visión de América”, El Mercurio, Stgo., Chile,
21-11-1999, p. E 13.
110 Cf. Sarton, George.: Ensayos de Historia de la Ciencia, Ed. Uteha, México D. F.,
58
Algunos autores que han estudiado las visiones europeas sobre
América, como Collier por ejemplo, hablan de tres etapas interpretativas
para comprender el Nuevo Mundo: la visión peyorativa, la imagen
fantástica y la mirada empírica. La primera partiría desde el siglo XVI y
parte del XVII y luego se iría trocando en fantástica hasta
probablemente los inicios del siglo XIX, y desde las primeras décadas
del Siglo del Progreso, se arribaría a una percepción empírica y más
asentada en el criterio de objetividad científica.111 En este estadio se
ubicaría Humboldt.
111 Cf. Collier, Simón: “Visiones Europeas de América Latina: en busca de una
Interpretación Global”, Rev. Historia, Nº21, Inst. de Historia, P.U.C.Ch, Stgo., Chile,
1986; p. 148.
112
Cf. Rojas Mix, Miguel: América Imaginaria, Edit. Lumen, Barcelona, España, 1992.
59
más de 60.000 muestras de aproximadamente 6.200 especímenes y
referentes abióticos. Y para cautelar su acopio siempre tomó todas las
providencias del caso, como por ejemplo, enviar por separado toda su
colección en cajas y barcos distintos para evitar cualquier desastre o
disminuir los efectos de la eventual intromisión del azar.113 Sus obras y
su gigantesca provisión de material fueron la base de su éxito científico
y corresponden al resultado de sus estudios y observaciones; todo lo
cual finalmente cambió la concepción interpretativa sobre la naturaleza
y la cultura americanas. Humboldt navegó por todo el Orinoco
verificando el sistema de drenaje del Amazonas; recogió especímenes de
la flora y fauna americanas, estudió las corrientes de la costa occidental
de Sudamérica y descubrió la corriente que lleva su nombre. Observó
que los volcanes del continente parecían estar en línea recta, como si
siguieran una grieta profunda de la corteza terrestre. En Ecuador
realizó una ascensión al Volcán Chimborazo y otras actividades
exploratorias. Éstas y un sinnúmero de otras actividades, sumado a
años de reflexión, lo llevaron a difundir una nueva forma de mirar y
entender a América. Así, de esta magna tarea, se construyó la imagen
científica que resultó de la incursión directa a la flora y fauna vernácula
de este continente, así como del contacto directo con los nativos.
Gracias a los descubrimientos de Humboldt sobre la gea, flora y fauna
americanas, así como por las observaciones sociológicas y
costumbristas de los nativos americanos, del centro y de parte del sur
del continente que realizó el sabio alemán, los europeos principiaron a
ver a América en un contexto menos idealizado y más distante de los
mitos que se difundían en la comunidad científica internacional. Así por
ejemplo, los dibujos sobre los indios del Nuevo Mundo que Humboldt
nos ha legado, tienen rasgos étnicos mucho más reales.
113Cf. Humboldt, A.: Viage á las Regiones equinocciales del Nuevo Mundo, En casa de
Rosa, Calle de Chartres Nº12, Paris, 1826; T. I., Introducción, pp. xii y xiii.
60
Humboldt arribó a Cartagena de Indias en marzo de1801 y aunque no
tenía planificado recorrer lo que hoy es Colombia, luego de consensuar
con su amigo Bonpland e influenciado por el economista José Ignacio
de Pombo, decidió seguir a Santafé de Bogotá en julio del mismo año,
remontando el curso del río Magdalena para apreciar la fuerza de la
naturaleza neogranadina; luego continuó por diversos lugares tales
como Turbaco, donde observó los pequeños volcanes de lodo;114
también el sector de Honda, El Zapote, Mompox, Mariquita, la laguna
de Guatavita, Tequendama, Pandi, Ibaqué, el páramo de Chingaza, la
regiones de Ibaque, Buga, Pasto y otros lugares hasta pasar al Ecuador.
De su derrotero por Colombia, Humboldt nos ha dejado algunas
ilustraciones de lugares tales como la Cascada del Río Vinagre, el Paso
del Quindío o el Salto del Tequendama. Una gran cantidad de
observaciones costumbristas y sociológicas. Y aportes específicos
referentes a la flora, fauna y gea neogranadina, vinculados a diversas
disciplinas, tales como astronomía, taxonomía, botánica, fisiología
animal, vulcanología, geografía, hidrografía y cartografía entre otras; de
las cuales sintetizaremos algunas de ellas en cada caso, a manera de
ilustración.
114 Cf. Revista Carta de España, N° 665, Madrid, 2010; p. 10. En línea. [Consulta
realizada el 6-12-2013].
115 Cf. Von Hagen, V.W.: op. cit.; p. 151.
116 Cf. Espinoza Baquero, Armando: “Humboldt y las Ciencias de la Tierra”, en:
http://www.sogeocol.edu.co/documentos/humbold_01.pdf
[Consulta realizada el 09 -12-2013].
61
Géologie et de Physique Générale (1854). Y en relación a la
paleontología, sabemos que logró un abundante acopio de fósiles de
referentes de la Nueva Granada, que los donó a diversos paleontólogos
europeos; entre éstos: a Alexander Broiniart y Georges Cuvier. Entre
otros trabajos relacionados con la geología y geografía de Nueva
Granada, recuérdese también que analizó químicamente el aire
proveniente de los volcanes de Turbaco, llegando a la conclusión de que
la cantidad de nitrógeno que desprenden, no alcanza para afectar la
salud de la población del lugar. En rigor, el trabajo realizado en dicha
ocasión, Humboldt lo resumió en estos términos: “La prueba
eudiométrica realizada en un agua (agua de lluvia) que, como el agua
destilada, de 100 partes de gas nitroso muy puro absorbía 11 partes.
El aire de los volcanes contiene a duras penas 0.014 de oxígeno, pues
100 partes de gas nitroso absorbieron solamente 5 partes. El aire
atmosférico era ese mismo día en Turbaco (con cielo nuboso) de 0,267
de oxígeno o 105 grados eudiométrieos.”117
62
metros por segundo,118 y así sucesivamente hizo lo propio en otros
lugares.
1814.
120 Cf. Nieto Olate, Mauricio: Americanismo y Eurocentrismo, U. de Los Andes, Bogotá,
Colombia, 2010.
121 Cf. Humboldt, A.: Voyage aux Régions Équinoxiales: Atlas, plancha 7, Perfil del
63
Sittas de colorido plumaje, la tanagra, la fringílla.123 Pero, al parecer,
entre los referentes de la fauna neogranadina, los tipos de zancudos le
llamaron mucho la atención, no solo porque los tiene presente como
observables bióticos, sino que además porque debe defenderse de ellos y
de sus picaduras como explorador y viajero. Por eso no es extraño que
al menos haya descrito cuidadosamente dos tipos de éstos, indicando
sus propiedades, en estos términos:
“Culex lyanopterus, abdomine fusco piloso, annulis six albis notato, alis
caeruleis ciriatis, pedum extrimitate atrofusca annulis albis variegata”.
Y enseguida agrega:
“Culex lincatus. Humb. Violaceo-fuscensens, thorace lineolis lateralibus
argentéis longitudinaliter notato. Alae viras centes. Abdomen annulis
sex. Pedes posteriores cruribus albis extrimitate alba.”124
64
Además, Humboldt nos ha legado la diagnosis de distintas quinas, pero
hay que tener presente que muchas de las mismas, ya antes las había
descrito Mutis por ejemplo. Por eso no es extraño que el mismo
Humboldt le ponga mutisia a muchas de éstas quinas, recogidas de los
bosques de Nueva Granada para reconocer respetuosamente la
colaboración y la apropiación cognitiva de Mutis.126 En todo caso, desde
el punto de vista estadístico, también dejó consignado que Nueva
Granada exportaba anualmente a Europa 200.000 libras de cinchona
indígena.127
126 Cf. Humboldt. A.: Viage a las Regiones Equinocciales del Nuevo Mundo, Impr. en
Casa de Rosa, calle de Chartres Nº12, Paris, 1826, Introducción T.I; p. xvii.
127
Alexander Von Humboldt en Colombia. Extracto de sus Diarios preparados y
presentados por la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y la
Academia de Ciencias de la República Democrática Alemana; op. cit.; p. 29.
128 Cf. Arias de Greiff, Jorge: “El Mapa de Humboldt del Río Magdalena”, Rev.
Academia Colombiana de Ciencias, Bogotá, Colombia; 13 (51); p. 399.
129 Cf. Humboldt. A.: Viage a las Regiones Equinocciales del Nuevo Mundo, Impr. en
65
27’ 23’’ lat. y 77° 40’ long.131 A la cueva del Guaracho, le asignó una
altura de 424 toesas y la ubicó a 10° 11 de latitud. Al cerro Guadalupe,
en las proximidades de Santa Fé de Bogotá, le atribuyó una altura de
1706,9 toesas sobre el nivel del mar,132 y así sucesivamente realizó lo
propio con los distintos poblados o referentes geográficos que va
encontrando en su derrotero.
Lo anterior, por cierto, no es nada más que una apretada sinopsis del
trabajo científico de Humboldt en Colombia, pero nos permite ilustrar la
envergadura de su labor y de su aportación científica.
66
de América y del mundo. En rigor, el paradigma exitoso del
romanticismo científico de Humboldt, se sintetiza en el juego
balanceado de su prosa descriptiva, sumado al dato estadístico duro y
al apoyo iconográfico.
67
temperatura, los vientos y el desarrollo de las plantas; logrando así una
verdadera radiografía de la ubicación de las distintas especies de la
flora, en este continente y de Europa. En este sentido es uno de los
precursores de la ecología.
136 Löschner, Renate: “Ya que soy un inepto en cuestión de colores…” Las
ilustraciones de las obras de Humboldt influyeron en la imagen visual que se formó de
América en el Siglo XIX”, Humboldt, Nº126, Bonn, 1999; pp. 88-89.
68
En rigor, la nueva visión de América que presentó Humboldt tanto a los
europeos como a los propios americanos, obedeció a una estrategia
metodológica que conciliaba la prosa científica y los íconos. Esto es, la
superposición cuidadosa de descripciones de lugares específicos o de
referentes de la flora o fauna, y la representación gráfica o pictórica del
mismo. Esto es una característica del período, pues todas las
expediciones románticas contaban entre los miembros del equipo
científico, algún dibujante o ilustrador especializado, y ello continuó
durante el siglo diecinueve, hasta el aparecimiento de la fotografía. Esta
última reemplazará por ejemplo desde la década del 70 del decimonono,
a los antiguos dibujantes; empero, Humboldt no alcanzó a usar esta
herramienta de apoyo científico, como medio de presentación de la
naturaleza americana, pues como hemos señalado la muerte lo visitó
en Berlín en Mayo de 1859.
69
En rigor, toda Hispanoamérica quedó imbuida de la visión romántica
en el ámbito literario, artístico y cultural, cuyas expresiones se
extendieron a lo largo de todo el siglo XIX, paralelo al proceso de
consolidación de las repúblicas recién independizadas de la Corona
Española. Esa misma influencia romántica se estima que también
estuvo presente -en el plano científico- en otros viajeros y naturalistas
que durante el siglo decimonono hicieron los primeros aprontes de
clasificación de los distintos exponentes del cuerpo físico de América
Septentrional, Centroamérica y de América del Sur; v. gr., en la obra de
Claudio Gay en Chile,137 o de Thomas Belt en Nicaragua,138 o la de Karl
Sartorius sobre México; pero esto es todavía un tema que muy
recientemente se está abordando entre los historiadores de las ciencias
en nuestro continente.
137 Cf. Saldivia M., Zenobio: La Visión de la Naturaleza en tres científicos del Siglo XIX
en Chile: Gay, Domeyko y Philippi, Ed. Universidad de Santiago de Chile, Stgo., Chile,
2003.
138 Cf. Saldivia M., Zenobio: Una Aproximación al Desarrollo de la Ciencia en Nicaragua,
70
AGUSTÍN CODAZZI Y SUS APORTES COGNITIVOS EN LA
REPÚBLICA DE COLOMBIA
71
Codazzi en su niñez recibió lecciones de Pier Matteo Zappi, un hombre
ciego, que le habría enseñado los rudimentos de gramática y latín. De
esta educación temprana, según se presume, pasó a los dos ciclos
bienales de la Scuole Elementari de Lugo, seguidos por cuatro años de
Scuole Ginnasiale, donde aprendió más gramática, más latín,
humanidades y retórica.142
142 Magnani, Domenico: Biografía de Agustino Codazzi, Tipografía del Lavoro, Lugo,
1880, p. 2.
143 Ibídem.; p.3.
144 Ibídem.; p.7.
72
ingresó al mundo de la milicia, sino que también al mundo de los
mapas y de la cartografía en general. Su entrenamiento como artillero y
como topógrafo, debe haber tenido lugar desde fines de 1811 hasta
principios de 1813 en la Scuola Teorético-Pratica d’Artiglieria de Pavía.
En este hito evolutivo de Italia, todo soldado, suboficial u oficial del
cuerpo de artillería, tenían la obligación de asistir a la Escuela Teórico
Práctica y éste es, sin duda, argumento suficiente para afirmar que
Codazzi tuvo allí su aprendizaje inicial en cuanto al conocimiento de las
ciencias de la tierra.145 Tales enseñanzas, giraban en torno a
asignaturas prácticas, esenciales para la formación de un buen
artillero; v. gr.: redacción de informes, diseño de trigonometría para el
dibujo de mapas, matemáticas para el cálculo de la trayectoria de
proyectiles, métodos prácticos para medir superficies, descripción y uso
de la escuadra de agrimensura, los principales métodos para medir el
área irregular, métodos prácticos de aproximación para la medida de
prismas truncados de una elevación o depresión del terreno, reducción
aritmética y gráfica de un ángulo en el horizonte, y otras; es decir, todas
las técnicas necesarias para confeccionar adecuadamente un mapa.146
Lo anterior, aseguraba un alto nivel de enseñanza basada en una
política estricta de selección de profesores y conferencistas,
normalmente procedentes de las universidades de Bolonia y de Pavía.147
Su metodología de trabajo
73
mencionamos con antelación- y por sus contactos con oficiales
franceses durante las guerras napoleónicas, en contra de Alemania,
deber haber aprendido muchos conocimientos cartográficos. Por todo lo
cual, estaba en óptimas condiciones para aplicar los conocimientos de
este tipo luego en el Nuevo Mundo. Una dificultad adicional, para hacer
esta evaluación, es el hecho de que los análisis que hasta hoy se han
realizado de sus mapas; particularmente los de Alfred Hettner y
Francisco Javier Vergara y Velasco, son superficiales, y se refieren a la
Carta General y al Atlas de los Estados Unidos de Colombia elaborados
por Manuel Ponce de León y Manuel María Paz, publicados en 1865.
Estos mapas, ofrecen una visión parcial y en gran medida distorsionada
del trabajo de Codazzi. No es mucho lo que dicen Hettner y Vergara
sobre los métodos de Codazzi. El primero, afirma que en la
construcción de su carta el sabio italiano “utilizó los puntos
astronómicos de Humboldt para la determinación de coordenadas
geográficas de ciertos lugares, y por lo demás parece basada en
levantamiento de ruta y por lo mismo tiene considerables errores en la
ubicación de los pueblos”.148 Y Vergara y Velasco, por su parte, señala
que Codazzi “procedía levantando el plano de una red de itinerarios,
siempre de mallas muy abiertas, sobre el cual apoyaba, mediante
rápidas triangulaciones, los puntos aledaños de importancia,
completando el resto de la topografía por informes de los conocedores,
excursiones breves, documentos locales, etc.”149
74
que debe quedar consignado en los mapas; Codazzi también observó
con cuidado y continuidad los fenómenos climáticos y además fue muy
cuidadoso con los datos estadísticos de la población, pues no se limitó a
consignar los más conocidos sino que partiendo de aquella información,
hizo sus proyecciones.150 Y desde el punto de vista del apoyo
bibliográfico en relación a su trabajo sobre Venezuela, utilizó las fuentes
previas de José Luis de Cisneros: Descripción Exacta de la Provincia de
Benezuela (1764); el texto de Francisco Depons: Viaje a la Parte Oriental
de Tierra Firme (1806), y el trabajo de Alexander Humboldt: Viaje a las
Regiones Equinocciales del Nuevo Continente (1799-1804), con lo cual su
obra geográfica y cartográfica va adquiriendo su perfil.151 Estas y otras
obras de Humboldt lo van marcando fuertemente para articular su
propia visión geográfica de Venezuela y Colombia.
75
recurso metodológico muy utilizado desde fines del Siglo XVIII y
comienzos del XIX.153
153 Justamente en este mismo ensayo, en el capítulo sobre Mutis, señalamos que este
recurso a fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, era utilizado como complemento
metodológico por sabios como Juan Ignacio Molina, José Celestino Mutis y Claudio
Gay entre otros.
154
Codazzi, A.: “El orijen del Magdalena i la Comisión Corográfica”, en: El Porvenir, Sta.
Fé de Bogotá, N°117, 1 de Dic. de 1857.
76
departamentos en que se dividía, no sin valor, pero sí carentes de bases
científicas y en las cuales figuraba Restrepo como autor.155 Luego, años
después, tras la lectura de algunas obras de Humboldt, Codazzi se
enteró de un trabajo reciente del alemán Robert H. Schomburgk, quien
-al servicio de Inglaterra- había explorado durante casi cinco años la
región de las Guayanas y acababa de publicar en Londres los
resultados de tales exploraciones científicas, donde se apreciaban
descripciones relativas a la geografía de la cuenca del Orinoco, entre
otros lugares. Codazzi, por tanto, decide seguir la pista a estos trabajos,
probablemente la Descripción de la Guyana británica (1840). No
olvidemos que Codazzi admiró el trabajo de Humboldt y que se apoyó
mucho en la obra Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo
Continente (1799-1804) -como ya hemos mencionado- y siempre lo
consideró su maestro. Y a su vez, Humboldt también le reconoce a
Codazzi su esfuerzo por describir el corpus geográfico de Venezuela y
Colombia, tal como se lo hace saber en una conceptuosa carta del 20 de
junio de 1841.156 Así que es un reconocimiento mutuo y caballeresco.
77
Algunas contribuciones científicas en Venezuela
157
Cf. Magnani, Domenico: Biografía de Agustino Codazzi; op. cit.; p. 8.
158 Cf. Codazzi, Agustín: Resumen de la Geografía de Venezuela; T. I., op. cit.; p. XIX.
159 Ibídem.
78
Codazzi, procedente de Puerto Cabello, había viajado a Francia por
encargo del gobierno de Venezuela para hacer grabar e imprimir su
gran Mapa de Venezuela y su Atlas ordenado por provincia. Dicha
institución honró a Codazzi, nombrándolo socio. Y en general, todos los
miembros de esta institución “admiraban su obra y lo elogiaban del
modo más sincero”.160
El Atlas Físico y Político de la República de Venezuela, se publicó en
1840 y entre los mapas que incluía, figuraban:
-Campañas de Independencia en Venezuela, Nueva Granada y Quito.
1819-1820.
-Campañas de Independencia en Ecuador, Perú y Bolivia. 1823-1826.
-Capitanía General de Venezuela.1810.
-Provincia de Guayana, Cantón Caycara,
-Provincia de Guayana, Cantón Angostura; además de los mapas de las
distintas provincias que existían a la fecha de publicación del Atlas en
comento.161
160 Ibídem.
161 Cf. Atlas Físico y Político de la República de Venezuela, Lithographie de Thierry
Freres, Paris, 1840.
162 Cf. Codazzi, Agustín: Resumen de la Geografía de Venezuela; op. cit.; T. I, II, III.
79
perspectiva contemporánea de la historia de la ciencia, llama mucho la
atención la cuidadosa identificación de los especímenes florísticos,
herbáceos, arbóreos, que señala y sintetiza el autor. Y lo propio se
observa en relación a los exponentes de la fauna venezolanis. Al
respecto, sabemos que recibió la colaboración de los sabios Roulin y
Berthelot y de estudiosos adscritos al Museo mejicano, para estos
tópicos;163 pero aún así, es impresionante el acopio descriptivo y la
inserción bien estructurada de tales referentes en esta obra. Es un
verdadero catastro que complementa la información geográfica del
cuerpo físico del país.
163 Cf. Codazzi, Agustín: Resumen de la Geografía de Venezuela; op. cit.; T. I.; p. 3.
164 Cf. Venegas F., Pascual: Viajeros a Venezuela en los siglos XIX y XX; op., cit.; p. 39.
80
conocimiento del cuerpo físico, eran una preocupación relevante para
las autoridades que requerían información para futuras decisiones
administrativas y/o para la formulación de leyes; o simplemente para
elegir eventuales lugares para asentamientos humanos y/o para
aprovechar los recursos naturales, o para el control regional.165
81
encargado de la parte geográfica y cartográfica de la misma. En lo
administrativo por su parte, quedó en una primera etapa, el abogado
Manuel Ancízar, quien fue además el secretario del jefe de la Comisión,
y también en lo científico debía responsabilizarse de la confección de
estadísticas y de dar cuenta de los aspectos costumbristas y de la vida
social y cultural de Colombia, hasta 1852. El médico José Jerónimo
Triana, a su vez, asumió como responsable del acopio de un herbario y
de los estudios de la flora; por su parte, el acuarelista Carmelo
Fernández, el pintor Enrique Price y el cartógrafo y pintor Manuel María
Paz; participaron como los dibujantes y cartógrafos de la Comisión. Por
su parte, el educador Santiago Pérez continuó en 1852 con las
actividades encargadas previamente a Manuel Ancízar; y tras la muerte
de Codazzi en 1859, el periodista y geógrafo Felipe Pérez, continúa este
esfuerzo cartográfico y geográfico iniciado por Codazzi, tomando
apuntes de los cuadernos del militar italiano y complementándolos con
su propio acopio de datos históricos y geográficos, hasta publicar en
1863 la Jeografía Física i Política de los Estados Unidos de Colombia
General. Y a su vez, en 1865, publicó también la Jeografía Jeneral de
los Estados Unidos de Colombia escrita de orden del Gobierno Jeneral. Y
luego en 1889, publicó en París el Atlas Geográfico e Histórico de la
República de Colombia; cerrando así el ciclo de los resultados científicos
esperados de la Comisión Corográfica.166
166Cf. Patiño M., Carlos A.: “Agustín Codazzi: Precursor de la Geografía en Colombia”,
en línea:
http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal9/Teoriaymetodo/Investigacio
n/02.pdf [consulta: 13 -04-2013].
82
Martínez Silva, (periodista, escritor);Enrique Price (acuarelista);Santiago
Pérez (educador, secretario a partir de 1852);Sergio Arboleda; Juan
Manuel Royo; y Felipe Pérez (geógrafo y periodista, desde 1864);Manuel
María Paz (pintor y cartógrafo, desde 1853); Manuel Ponce (ingeniero,
desde 1859), y eventualmente Domingo y Lorenzo Codazzi; entre
otros.167
167 Los miembros de la Comisión Corográfica aquí indicados, han sido tomados a
partir de: Agustín Codazzi, Vida y empresas de un geógrafo Emiliano-romagnolo en la
América Tropical; Serie Multimedial editada por Turchi, María Cristina, en línea:
http://www.codazzi.mitreum.net/es/biografia/biografia.php Fecha de consulta: [18-
11-2014]. Y también de: Villegas V., Álvaro: “El Difícil arte de gobernar la Nueva
Granada: Biopolítica y Proyecto Letrado en la Comisión Corográfica, 1850-1859”; Rev.
Historia, PUCCh, Stgo., N°46, Vol. II, 2013; p. 448. Y también de: Gómez G., Lucella:
“Codazzi, Agustín” Documento electrónico; op.cit. Y de Domínguez, Camilo Arturo:
“Felipe Pérez (1836-1891): geógrafo e iniciador de la novela histórica en Colombia”, en
línea:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/septiembre1991/sept
iembre4.htm Fecha de consulta: [25-11-2014].
83
italiano para dicha empresa, por parte del general Tomás Cipriano de
Mosquera, no fue utópica; sino más bien muy pragmática, realista y
política. En efecto, Codazzi contaba a su haber con obras similares
realizadas en Venezuela, tales como: la Geografía de Venezuela y el
Atlas físico y político de Venezuela; obras celebradas por la Academia de
Ciencias de París y la Sociedad Geográfica de Francia,168 tal como ya lo
hemos destacado. Y también porque Codazzi como militar, tenía ya de
partida, un amplio conocimiento de los planes de defensa, fortificación y
levantamiento de planos y mapas, adquirido en los distintos conflictos
armados de Venezuela y además como resultado de su formación como
ingeniero militar en Europa, estaba debidamente formado para realizar
tales registros. Por lo anterior, creemos que no hubo tanta generosidad
de Mosquera para la designación de Codazzi como director; sino más
bien realismo puro.
84
Así entonces, desde el punto de vista geográfico, para comprender mejor
este estudio holístico que va dando cuenta de las distintas provincias
de la actual República de Colombia, tengamos presente que su
estructura metodológica descriptiva, es muy completa y cubre al menos
8 puntos con los cuales va construyendo la imagen físico-hidrográfica y
social de la república. Estos son: una sinopsis con los antecedentes
histórico-políticos de cada provincia; la indicación de la población
existentes y las respectivas coordenadas geográficas; los límites de la
provincia; la presentación de las características orográfica relevantes; la
identificación de las propiedades y peculiaridades hidrográficas de cada
provincia; las características del clima regional; la división político y
religiosa regional; y el detalle cuidadoso de las vías de comunicación y
los avances agrícolas e industriales de cada provincia. Así, su prosa
geográfica, organizada bajo esta estructura, va dando cuenta de todas
las ciudades, pueblos, aldeas, montes y volcanes y sus coordenadas
geográficas, y lo propio hace con los ríos, lagos y lagunas y la
temperatura y pluviosidad de estas regiones; amén del detalle
cuidadoso sobre los referentes bióticos exógenos y endógenos de cada
provincia. Y además, considerando siempre los aspectos que puedan
servir al desarrollo de lo que hoy día denominamos agroindustria. Y al
igual que casi todos estos exploradores que recorrieron América Central
y América Meridional, destacó notoriamente los aspectos relacionados
con la vida social, las costumbres y la vestimenta; entre tantos y tantos
otros. No en balde la Comisión Corográfica nos ha legado hermosos
retratos, escenas costumbristas, paisajes e ilustraciones de la Nueva
Granada de la segunda mitad del Siglo decimonono; al respecto
recordemos los retratos de corte sociológico del antiguo militar y pintor
Manuel María Paz tales como “Notables de la Capital”, o “”India y
mestizo. Provincia de Pamplona”, o “Comerciante y minero. Provincia de
Neiva”, por mencionar algunos.170
170Cf. Tobar G., Oscar: “La obra pictórica de Manuel María Paz y la Comisión
Corográfica”: En línea:
85
Así por ejemplo, en relación a la provincia de Soto, luego de cumplir con
lo referente a la sinopsis histórico-política de la provincia, señala lo
relativo a la población en estos términos. “Piedecuesta, ciudad de 4.000
almas, fundada en 1774 al abrigo de la mesa de Jerira, es la capital de
la provincia, la cual se halla entre los 60 30’, 70 35’ de latitud Norte, y
00 13’ 50’’ y 10 longitud oriental del meridiano de Bogotá. Su territorio
es de forma irregular, más largo que ancho, midiendo el contorno 87
leguas granadinas por distancias directas.”171 Y en relación al tercer
punto relativo a los límites, acota. “Confina esta provincia con la de
Ocaña, Santander, Pamplona, y Socorro inmediatamente, y por medio
del Magdalena, con las de Córdova, y Mompós en pequeña parte.”172 Y
en cuanto al punto referente a la hidrografía, señala: “El Lebrija, por su
largo curso y el caudal que lleva, ocupa el primer lugar entre los ríos d
esta provincia. Tiene su nacimiento, a 3.050 metros de altura en la
mesa de Juan Rodríguez, al N.O. de Piedecuesta; pasa por los arrabales
de esta ciudad, y recibe el río del Hato, que viene de la misma serranía y
comienza en las filtraciones de la laguna Encantada, puesta en la
cumbre, y al aproximarse a Jirón, le tributa el Río-frío, proveniente del
páramo así llamado…”173 Y así sucesivamente Codazzi, va cubriendo los
puntos señalados con una penetrante descripción cualitativa y
cuantitativa, tanto para esta provincia cuanto para todas las de la
república. En rigor, recorre, explora y describe el corpus geográfico y
biótico de las provincias de Soto, Santander, Pamplona, Ocaña,
Antioquia, Medellín, Socorro, Vélez, Tundama, Tunja, Córdoba,
Mariquita, Barbacoas, Buenaventura, Cauca, Chocó, Popayán, Pasto,
Túquerres, Bogotá, Casanare, Caquetá y Neiva.
86
Uno de los aspectos que adquirió mayor trascendencia en el trabajo de
Codazzi, fue la necesidad de alcanzar un conocimiento geográfico de las
regiones de Colombia y enfatizar en la conveniencia de contar con las
vías de comunicación. Dicha preocupación ya había sido expresada y
enfatizada por los sabios neogranadinos de principios del siglo XIX,
como por ejemplo Francisco José de Caldas, quien en distintas
comunicaciones publicadas el Semanario del Nuevo Reyno de Granada,
ya había aludido a estos temas, destacando la situación geográfica
privilegiada de Nueva Granada que le permite contar con puertos en el
Atlántico y en el Pacífico destacando la abundancia de sus productos
como un medio de conectar e integrar a la república a través del
intercambio comercial.174 Los planteamientos de Codazzi, por su parte,
muestran un enfoque novedoso sobre las vías de comunicación. En
efecto, este militar y geógrafo sugiere la conformación de un sistema de
mercados y su relación con la consolidación del Estado. Codazzi señala
al respecto, la conveniencia de interconectar las regiones entre sí como
parte de un trazado nacional y no conectarlas individualmente con el
extranjero, como se venía haciendo hasta entonces.175
174 Vd. Por ejemplo: Caldas, Francisco José: “Estado de la geografía del Virreinato de
Santa Fé de Bogotá, con relación a la economía y al comercio”, en el T.II, de la obra
mencionada; pp. 15 y ss. de la Edición de la Biblioteca Popular de Cultura
Colombiana, Bogotá, 1942.
175 Cf. Cf. Gómez G., Lucella: “Codazzi, Agustín” Documento electrónico; op.cit.
87
cincuenta del siglo decimonono, en que principian a llegar centenares
de alemanes, como parte de este ideario.176 Y lo propio acontece en
Argentina y otros países de América. Por ello, Codazzi en su época y al
analizar el fenómeno en comento, señala valientemente que la escasa
presencia de inmigrantes europeos en Nueva Granada y Venezuela, se
debe principalmente a la inestabilidad política y a las continuas guerras
civiles. Y agrega que los obstáculos geográficos, tales como la falta de
vías, el calor, la humedad y el aislamiento regional, solo entorpecían
parcialmente la colonización europea, pero que lo más grave era la
inestabilidad política.177
176 Cf. Blancpain, Jean Pierre: Los alemanes en Chile, Edic. Pedagógicas Chilenas,
Stgo., 1985.
177 Cf. Gómez G.; Lucella: “Codazzi, Agustín” Documento electrónico; op. cit.
178 Cf. Codazzi, A.: “Carta al Gobernador de Barbacoas” (24-06-1853).
88
En relación a ciertos aspectos geopolíticos, como por ejemplo sobre el
sueño centroamericano de abrir un canal transoceánico, que ilusionaba
a nicaragüenses, costarricenses y colombianos, y que muchos
empresarios ingleses y algunos norteamericanos inducían a construirlo
lo más pronto posible en alguno de estos países;179 Codazzi aclara los
anhelos con información científica dura. En efecto, recuérdese que
Codazzi estuvo en el Darién como parte de sus exploraciones, en el año
1854 y dejó diversos manuscritos y notas sobre este istmo, en especial
a su colaborador Felipe Pérez.180 Con respecto a la construcción de esta
eventual vía interoceánica en Colombia, por el Atrato o el Darién,
Codazzi deja muy claro la imposibilidad de su ejecución, destacando
que los informes difundidos por los ingleses no aludían a la existencia
de las montañas en esta región y que son un óbice geográfico y técnico
para tal proyecto. Por ello sugiere abrir dicha vía por el Canal de
Panamá, por ser la parte más angosta del Istmo y porque ofrecería
menos problemas ingenieriles. Esta postura de identificar al Canal de
Panamá como lugar eventual de ejecución de tan caro anhelo de
progreso centroamericano, se contrapone con los informes de otros
exploradores que estaban recorriendo Nicaragua y Costa Rica
contratados principalmente por empresarios ingleses, los cuales son
respaldados por los intelectuales centroamericanos en general en este
período.181
179 Cf. Saldivia M., Zenobio: Una Aproximación al desarrollo de la ciencia en Nicaragua,
Ed. Bravo y Allende, Stgo., Chile, 2008; pp. 47-62. Y del mismo autor también en:
“Política, Tecnología e Imaginarios Colectivos de América”, Rev. Letralia, Cagua,
Venezuela, Nov., 2006. En línea: http://www.letralia.com consulta: [16-11-2013].
180 Cf. Restrepo, Vicente: Viajes de Lionel Wafer al Istmo del Darién; Impr. de Silvestre
89
exploración del Istmo de Darién; así por ejemplo, entre 1850 y 1861,
ocho mensajes presidenciales, se refirieron a los diferentes problemas
confiados a la Comisión: los límites internacionales, la exploración de la
zona del Istmo, las vías de comunicación, los proyectos de inmigración,
la conveniencia de la utilización de baldíos y la división político-
administrativa.182
182 Cf. Gómez Lucella, Giraldo: “Codazzi, Agustín” Documento electrónico; op. cit.
183
Ibídem.
184
Ibídem.
90
encargó, además, la preparación de los documentos relativos a la
campaña militar. En 1855 continuó la preparación del Resumen del
diario histórico del Ejército del Atlántico, Istmo i Mompox, llamado
después Ejército del Norte, levantado i mandado por el ciudadano
General en jefe Tomás C. de Mosquera.185
Este mismo año se dedicó al levantamiento del mapa de la hoya del río
Bogotá. En 1856 recorrió las llanuras de San Martín y Casanare,
Caquetá y Putumayo; pero durante la presidencia de Mariano Ospina
Rodríguez, su proyecto encontró menos apoyo y muchas dificultades
económicas que le impidieron emprender viaje hacia la costa norte. En
1858, Codazzi completó la geografía y los mapas del Estado de
Cundinamarca. Y al año siguiente, decidido a concluir su obra, se
dirigió hacia los estados de Bolívar y Magdalena, pero el 7 de febrero de
1859 la muerte lo sorprende en Colombia, en los alrededores de la
Sierra Nevada de Santa Marta, el 7 de febrero de 1859 producto de una
fiebre maligna.186
185
Ibídem.
186
Cf. Codazzi, Agustín: Resumen de la Geografía de Venezuela; T. I., op. cit.; p. XXIX.
91
diario histórico del Ejército del Atlántico, Istmo y Mompox, llamado
después Ejército del Norte (1855); o geopolíticos como: Apuntaciones
sobre inmigración y colonización (1850). O bien los trabajos
arqueológicos como: Antigüedades indígenas. Ruinas de San Agustín
(1858);187 o bien informes sociológicos como “Descripción General de los
Indios de la Nueva Granada”,188 por mencionar sólo algunos. Y por
supuesto, a esta enumeración debemos agregarle los textos de geografía
que se publicaron luego de la muerte del coronel Codazzi: la Jeografía
física i política de los Estados Unidos de Colombia (1862) de Felipe Pérez,
y luego la Jeografía Jeneral de los Estados Unidos de Colombia, escrita
de orden del gobierno jeneral (1865), y también el Atlas de los Estados
Unidos de Colombia, París, (1864) publicado por Manuel María Paz.
Finalmente también en París, se publicó en 1889, el “Atlas Geográfico e
Histórico de la República de Colombia”,189 y así se cerró el ciclo de las
nuevas aprehensiones cognitivas de la Comisión Corográfica.
Su legado Cartográfico
187
Cf. Gómez Lucella, Giraldo: “Codazzi, Agustín” Documento electrónico; op.cit.
188 Cf.: Patiño M., Carlos Augusto: “Agustín Codazzi: Precursor de la Geografía en
Colombia”, en línea; op. cit.
189 Cf.: Patiño M., Carlos Augusto: “Agustín Codazzi: “Precursor de la Geografía en
Colombia”; op.cit.
190 Cf. Nieto, Mauricio et al.: Ensamblando la Nación, Cartografía y Política en la
92
Carta Jeográfica de los Estados Unidos de Colombia (Antigua Nueva
Granada), 1865, edición oficial.
Atlas histórico geográfico, 1865.
Mapa de la República de Colombia (antigua Nueva Granada), Agustín
Codazzi y Manuel María Paz, 1890, edición oficial, Erhard Schieble.
Thierry Frères, Paris.
Atlas Geográfico e Histórico de la República de Colombia (Antigua Nueva
Granada), Agustín Codazzi, Manuel María Paz y Felipe Pérez, 1889,
edición oficial, Imprenta A. Lahure, Paris.
Mapa de la Provincia del Cauca.
Mapa de la provincia de Buenaventura.
Mapa Topográfico de Bogotá y alrededores.
Mapa con las líneas de Correos de Colombia, dibujado por Codazzi y
litografiado por Celestino y Jerónimo Martínez.
Mapas Corográficos:
De la Provincia de Tundama.
De la Provincia de Tunja.
De la Provincia de Vélez.
De la Provincia de Socorro.
De la Provincia de Soto.
De la Provincia de Córdoba.
De la Provincia de Medellín.
De la Provincia de Barbacoas.
De la Provincia de Túquerres.
De la Provincia de Casanare.
De la Provincia del Cauca.
De la Provincia de Buenaventura y del Estado de
Cundinamarca.191
93
Hacia una conclusión
1890, edición oficial, Erhard Schieble. Thierry Frères, Paris. Y del Atlas Geográfico e
Histórico de la República de Colombia (Antigua Nueva Granada), Agustín Codazzi,
Manuel María Paz y Felipe Pérez, 1889, edición oficial, Imprenta A. Lahure, Paris;
entre otros.
94
asentar definitivamente el conocimiento de las ciencias de la tierra en la
República de Colombia y retomar su autognosis, en estas disciplinas,
tras el esfuerzo primigenio de Mutis.
95
ANTONIO MARÍA VARGAS REYES:
EL PRECURSOR DE LA MEDICINA COLOMBIANA
Introducción
96
naciones “céntricas” de Europa, tales como España, Francia, Inglaterra,
Holanda y Alemania.
192
Zubiria, R. “Antonio Vargas Reyes y la medicina del siglo XIX en Colombia”
Academia Nacional de Medicina, Colombia, 2002.
97
Don Antonio María Vargas Reyes: El Hombre Intelectual
193 Desde sus inicios el Nuevo Reyno de Granada se estableció a lo largo de toda su
historia como una complejidad política enunciada frente a los hechos partidarios del
quehacer económico y social, cuyas referencias se explican por sí mismas en el gran
espacio geográfico que la componen. Primordialmente entre sus dos periodos: el
primero, corresponde a los años 1550 - 1718, en el cual presidía la Real Audiencia y
gobernada por un presidente parte del organigrama político del Virreinato del Perú.
Empero, a partir de 1718 hasta 1819, los problemas financieros aumentaron, y bajo la
sabiduría del rey Felipe V de España decidió constituir el Virreinato del Nuevo Reyno
de Granada, cuya capital fue Santafé de Bogotá. A comienzos del siglo XIX, los temas
de la geografía abordados por los criollos e ilustrados se publican en El Semanario del
Nuevo Reyno de Granada, que incluía las preocupaciones tanto de economía, datos de
la población, el clima y los recursos naturales. De hecho, un hombre destacado como
El Sabio, don Francisco José de Caldas y Tenorio (1768-1816) se perfiló como el
profesional más capaz y que dominaba diversas áreas de la ciencia, tales como:
geografía, botánica, astronomía, matemático, jurista, periodista, militar, prócer y
mártir colombiano. Véase: Rev. Thélos, N° 9 (1): 58 - 78, 2014. Artículo por Francisco
Díaz Céspedes en “Francisco José de Caldas y Tenorio: Un criollo científico e
ilustrado”; p. 62.
194 Actualmente y tras el decreto ley 1644 del 2013, Churalá por su valioso aporte a
las luchas independentistas del siglo XIX es declarado Municipio del departamento de
Santander, “Patrimonio Histórico y Cultural de la Nación.” Véase en:
http://wsp.presidencia.gov.co/Normativa/Leyes/Documents/2013/LEY.
195 Cf. Zubiria, R. “Biografía del Dr. Antonio Vargas Reyes, uno de los fundadores de la
con don Antonio Fominaya, español y Gobernador de la Provincia del Socorro, en los
aciagos días anteriores a la Independencia, fue funesto para la familia al ser
considerada como realista.
98
Vargas Reyes, decomisándole todos los bienes patrimoniales del padre
(1821).
instalado el 3 de febrero de 1827. En esa época los jóvenes tenían que escoger entre
tres carreras: la teología, la jurisprudencia y la medicina; Antonio optó por la última.
99
como lo expresa la siguiente cita: “sin horma y sin atención al pie
derecho o izquierdo, que se vendían en cajetas de vender granos, de las
cuales se escogían las que más se acercaban a la proporción de pares
para cada persona.”201 Pero a pesar de todo, él era el estudiante más
destacado en las ciencias y en las técnicas propias del campo de la
Medicina.202 Por esto, los resultados de sus esfuerzos fueron observados
por el Rector de la Casa de Estudio,203 quien lo designa como asistente
voluntario catedrático de las clases de anatomía. Como preparador de
anatomía aprendió a diseccionar cadáveres, adquiriendo gran destreza
con el bisturí y a conocer todos los componentes generales del
organismo humano.
201 Camacho, R.: Bogotá, en 1849. El libro de Santa Fe, Ediciones, Colombia, 1929, p.
112.
202 Ibídem.; p. 58. Al estudio de la anatomía dedicó Vargas todo el primer año bajo la
Interior, doctor José Manuel Restrepo (Administración del General Santander), creó la
Escuela de Medicina. El Director de la Escuela era el doctor Juan María Pardo, quien
había estudiado medicina en el Colegio del Rosario. Vice-Director, doctor Benito
Osorio; Consiliario, doctor Bernardo Dasté; Conjuez, doctor José Félix Merizalde.
Como profesores figuraban el doctor Francisco Quijano, discípulo de Gil y Tejada en el
Rosario, sucesor de Broc en las cátedras de anatomía y cirugía. Completaban la
nómina de profesores los doctores José C. Zapata, Manuel María Quijano y José J;
García. En 1833 el doctor José Félix Merizalde abrió el primer curso de medicina legal
y el doctor Benito Osorio inició la primera enseñanza de química orgánica. En el
mismo año el sabio naturalista doctor Francisco J. Matiz reemplazó en la cátedra de
botánica al Padre Juan María Céspedes.
204 Ibídem.; p. 58. Don Rufino J. Cuervo era en su tiempo Rector de la Casa de
Estudio.
100
Dos años después, el estudiante más célebre de la Escuela de Medicina
enfrentaba una cuestión administrativa compleja: pagar el examen de
grado; para ello buscó todas los remediales posibles, y como solución
realizó un acto ingenioso comprometiendo económicamente al
portero,205 ante lo cual los examinadores no pudieron negarse a que el
joven diera su examen; éste se lució con sabiduría en su exposición.
205 El día señalado para el grado se presentó donde el portero y una vez entregada la
propina correspondiente, le dijo: "¿Tendría usted inconveniente en escribir en este
papel que me cede el valor de sus derechos?" "No señor", contestó el portero, y tomó la
pluma y escribió: "Cedo al bachiller Antonio Vargas Reyes los derechos que me
corresponden por su grado de doctor". Firmado N. N. Véase en Pereira Gamba,
Próspero; O. C.; p. 20.
206 Es necesario mencionar que los puestos de gobierno y los grados académicos eran
obtenidos mediante las relaciones sociales que componían las clases políticas
españolas. Por ejemplo: es el caso de Don Sinforoso Mutis Consuegra (1773-1822)
“quien tomó parte del movimiento de independencia y contribuyó a combatir al virrey
a quien algunos meses antes le había dedicado una nueva especie vegetal (…) la
actitud de Sinforoso frente a la Corona no es muy clara. Una vez establecido el nuevo
Estado y sin abandonar sus deberes como botánico de la expedición, se unió al
partido centralista de Nariño. Después de la reconquista de Pablo Morillo, fue puesto
en prisión y se le ordenó empacar todos los materiales de la expedición. A diferencia
de Caldas, Rizo y Carbonel, Sinforoso Mutis no fue ejecutado no condenado al exilio.”
Nieto, M. “Historia natural y la Apropiación del Nuevo Mundo” Instituto Colombiano de
Antropología e Historia, Colombia, 2000; p. 268.
207 Aquí lo incitaba a trabajar con su pariente común Jorge Vargas Suárez para
organizar la campaña de la vacuna contra la viruela durante las epidemias entre 1840
y 1841. En cierta prognosis en el año 1856, fue el primer paso para la creación del
Instituto Central de Propagación de la Vacuna.
208 Entiéndase que la República de Colombia tiene sus inicios en: “Tres naciones
101
Manuel González, Gobernador rebelde, quien lo incorpora a las hileras
del ejército revolucionario en 1840.209 No obstante, la campaña en que
estaba alistado el joven médico fue un completo fracaso, pero logró
sobrevivir. Y las heridas de sus compañeros en combate, lo ayudaron a
especializarse en sanarlas in situ. Sin embargo, un médico en guerra es
un plectro muy requerido, por lo que este cirujano se dedicó a salvar un
sin número de vidas, logrando una vez más destacarse, no sólo en la
teoría aprendida por sus maestros, sino en la práctica urgente de la
guerra.
Europa y Norteamérica, diseñaron el proyecto político que daría lugar a una patria
libre y autónoma. Por pretender llegar a ser, se perdió de vista la realidad nacional que
hablaba de miseria y analfabetismo, por lo que la adopción de cualquier modelo, por
exitoso que éste se mostrara, resultó ajeno e inapropiado.” Véase en: Blanco. J.
“Fundamentos Ideológicos de la República Colombiana” Revista Derechos y Valores.
Facultad de Derecho de la Universidad Militar Nueva Granada de Bogotá. 24 de
octubre de 2005; Extracto General; p. 55.
209 El presidente José Ignacio de Márquez sancionó una ley que suprimía los
conventos católicos que albergaran menos de ocho religiosos, lo que ocasionó una
rebelión que causó la primera guerra civil colombiana entre 1839 y 1842 conocida
como la Guerra de los Conventos: es el primer conflicto interno que se produjo en
la Colombia independiente. Véase en: Guerrero, M."El poder del discurso religioso en la
guerra de los supremos. Colombia 1837-1842". Revista Critica.cl. 28 de octubre del
2011.
210 Cf. Zubiria, R. “Antonio Vargas Reyes y la medicina del siglo XIX en Colombia”
Academia Nacional de Medicina. Colombia. 2002.: “Hija del argentino Don José
Antonio Miralla y de Doña Elvira Zuleta. Don Antonio Vargas Reyes conoció a la
señorita Elena Miralla cuando atendió a su madre mientras yacía de una enfermedad
grave en 1839, ésta agonizando organizó el matrimonio de su hija, con la única razón
de que Elena Miralla no quedará abandonada… Posteriormente, se anuló el
matrimonio, efectuándose un escándalo social que el ilustre médico tuvo que soportar
hasta que partió a Europa”; pp. 172-174.
211 Cf. Óp. Cit. Zubiria, R. “Biografía del Dr. Antonio Vargas Reyes, uno de los
102
Dubois en el Hospicio de Maternidad. En el año de 1844 concurrió a los
cursos de química de Orfila, de botánica de Richard, de clínica interna
de Rostan, de fisiología de Bernard y al de cirugía práctica de
Chassaignac.”212
212
Ibídem.; p. 61.
213 Ibídem.
214 Armand Trousseau (1801-1867). Sus principales obras fueron el Traité de
del jugo pancreático: desdoblamiento de las grasas, conversión del almidón en azúcar
y acción sobre las proteínas. Luego demostró la función glucogénica del hígado y aisló
el glucógeno, demostró su existencia en los músculos y su degradación hasta ácido
láctico durante el trabajo muscular, hecho clave para interpretar la contracción
muscular como fenómeno energético. Bernard, ya enfermo, se retiró a su casa de Saint
Julien, donde escribió su “Introduction à l'étude de la médicine expérimentale”,
aparecida en 1865, una de las obras más importantes en la medicina y que no ha
perdido actualidad. En ella formula las bases metodológicas de la medicina
experimental y enuncia los principios de la fisiología general. Véase en:
http://escuela.med.puc.cl/publ/historiamedicina/PositivismoClaudeBernard.html
103
Ya en 1845, el audaz médico iberoamericano terminó sus estudios de
Medicina y obtuvo su licencia médica para laborar en Francia, y por
supuesto, conoció algunos países como Inglaterra, Italia y España. Sin
lugar a dudas, Vargas Reyes mostró su habilidades y convicciones en la
praxis médica, como se explica en la siguiente cita: “Según algunas
referencias (…) la señora Cecilia Vargas de Droescher, nieta del galeno,
existe según tradición familiar la idea que durante el ejercicio
profesional en Francia le atendió a uno de los hijos del Rey de Francia,
Luis Felipe, y al parecer logró la curación de un caso bastante difícil.”216
216Op. Cit. Zubiria, R. “Antonio Vargas Reyes y la medicina del siglo XIX en Colombia”;
p. 88.
217 Don Tomás Cipriano Ignacio María de Mosquera-Figueroa y Arboleda-Salazar
104
implementar tareas de prevención y un tratamiento correspondiente de
dicha anomalía.
218 Se puede realizar una analogía entre los hechos de Caldas al editar “El Semanario”.
Revista científica que accedió a reconocer la autoridad de los Ilustrados, según los
principios de política clásica, y de las actitudes morales. Estas corrientes pueden
convertirse en el señorío eviterno de lo que les pertenecen por nacimiento del Nuevo
Reyno de Granada, y ya no de la Corona Española. En sí, este conocimiento
conformaría la élite criolla, mediante la prensa y el afianzamiento de su posición
política. Véase: Revista Thélos N° 9 (1); op. cit.; pp. 69-77.
219 De Abril a Octubre de 1852.
220 De Julio de 1864 a Diciembre de 1867.
221 Ubicada actualmente en Av. Carrera 30 No. 45-03 Bloque 471. Ciudad
Universitaria de Bogotá, Colombia. Bajo la dirección del Decano don Ariel Iván Ruiz
(2014-2016).
222 Don Antonio Vargas Villegas estudiante de medicina al igual que su padre,
traducen en la explicación de los sucesos históricos, como por ejemplo hacer mención
105
constante de investigar las patologías severas que afectaban a la
población.224 Por ello las agrupó en determinadas categorías, las
clasificó en un orden determinado para identificar el grado febril del
paciente. Este esfuerzo y los deseos de organizar centros de estudios
con sus respectivas publicaciones, tienen el reconocimiento máximo de
la nación colombiana hasta nuestros días.
principios del siglo xix y sus tratamientos” Presidente del Colegio oficial de Médicos de
Zaragoza médico de Familia del Centro de Salud Universitario Delicias Sur. Zaragoza.
Entre algunas patologías severas del siglo XIX en Colombia: Fiebre Amarilla (Plaga
Americana o vomito negro),… Tifus exantemático (tabardillo pintado, fiebre de los
campamentos)… Cólera (Cólera morbo)… Difteria (garrotillo)… Sarampión.…
Tuberculosis (tisis, consunción, escrófula, mal de Pott, plaga blanca… Viruela…; pp.
154-162.
225 Don José Celestino Mutis y Bossio nació en la ciudad de Cádiz, España; nació el 6
de Abril de 1762 y llegó a tierras Neogranadinas en el año 1760 como médico personal
del virrey Pedro Messía de la Cerda, y murió en Santafé de Bogotá el 11 de septiembre
de 1808. Caldas, F. Artículo necrológico del señor José Celestino Mutis, en Fonnegra G.
Mutis y la Expedición Botánica. Documentos. Bogotá: El Áncora Editores; 1983; pp.
15-20.
226 Don Francisco José de Caldas y Tenorio nació el 4 de Octubre de 1768 en Popayán,
106
cuyas proyecciones canalizan la búsqueda del bienestar social en
materias de salud.
227 Cf. Amaya J. “Mutis y la historia natural española. En: Mutis y la Real Expedición
Botánica del Nuevo Reino de Granada” Comisión Nacional Quinto Centenario.
Coordinación Científica: San Pío Alardeen M del P. Barcelona: Villegas/Lunwerg
Editores; 1992; pp. 99-119.
228 Carlos Linneo, también conocido como Carl von Linné o Carolus Linnaeus, es
llamado con frecuencia el Padre de la Taxonomía. Todavía se usa (aunque con muchos
cambios) su sistema para nombrar, ordenar y clasificar los organismos vivos. Véase en
http://www.jmarcano.com/biografia/linneo.html
229 Cf. Sotos Serrano C. “Aspectos artísticos de la real expedición botánica de Nueva
107
Las publicaciones científicas de la medicina de Mutis fueron escasas;
entre la más célebre recordemos “El Arcano de la Quina”, publicada por
el periódico de Santafé de Bogotá que dirigía Don Manuel del Socorreo
Rodríguez, en 1793.231 En este texto se puede apreciar el estudio a la
Quina232 considerándola como una especie medicinal capaz de curar
distintas enfermedades.233
231 Cf. Díaz-Piedrahita S. Mutis, el Botánico. Mutis y la Real Expedición Botánica del
Nuevo Reino de Granada. Comisión Nacional Quinto Centenario. Coordinación
Científica: San Pío Alardeen M del P. Barcelona: Villegas/Lunwerg Editores; 1992; pp.
77-97.
232 Mutis dedicó mucho tiempo y estudio a la quina. Las virtudes de la planta eran, a
juicio de Mutis, diferentes de acuerdo con el color. Véase en Cobo Borda, JG. José
Celestino Mutis, Biblioteca y Jardín. Bucaramanga: Editorial Sic; 2004. pp. 49-50.
233 Cf. Fernández, J.; Jiménez, C.; y Fonfría, J. “Las Quinas de Caldas” UCM Madrid,
I.E.S. Santa Teresa de Jesús. Actas VIII Congreso de La Sociedad Española de Historia
de las Ciencias y de las Técnicas. 2004: Es necesario hacer mención que la
competencia entre botánicos tenía un trasfondo doble. Por una parte, existían razones
de prestigio botánico frente a una confrontación científica; y por otro lado, se
establecían intereses económicos. Por ende, la corteza de quina era escasa y, por
consiguiente, caro, que se multiplicaba de forma considerable su valor, desde su
extracción en los bosques nublados, y su distribución en las boticas de Europa; p.
563.
234 Véase en Acero MM. De la viruela y el sistema de salud en Colombia
Editorial Panamericana; 1998. “El sabio realizó ingentes esfuerzos por vacunar a todos
cuantos pudo, pero la epidemia ocasionó muchas muertes. Se calcula que fallecieron
3.000 de las 15.000 personas que habitaban la capital. Una vez hubo pasado, el
esfuerzo de la vacunación continuó, y cuando llegó la epidemia de 1802, el número de
personas fallecidas fue mucho menor, pues no llegó a más de 300”; pp. 16-84.
108
De hecho, en uno de sus textos nos comunica: “En Julio de 1803
recorrí los bosques de Malbucho en solicitud de quinas, en octubre de
mismo año entré en Yntac, pueblo situado en las faldas occidentales de
la cordillera pr 0° 26’ de lat. Boreal., en julio de 1804 me interné en
Tagualó, Manchi etc., también en las faldas occidentales de la cordillera
pr 0º 93’ 21” de lat. Sur según mis observaciones. En Agosto del mismo
año recorrí los montes de Alausí, Cibambe pr 0º 10` de lat. Austral. En
Septiembre los de Paute, Anday, Gualasco en las cercanías de Cuenca;
y en fin pasé a visitar los de Loxa en Octubre y Noviembre.”236 El
resultado científico de su estancia en Loja237 a finales del 1804 fue su
“Memoria sobre el estado de las Quinas en general y en particular sobre
la Loxa”238 redactada al regreso de su viaje de investigación botánica,
encargada por el “maestro” Mutis. La investigación se detuvo por la
guerra de emancipación contra el Virreinato español, gesta en la cual el
mismo Caldas fue fusilado el 28 de Octubre de 1816.239
Tras la muerte de Caldas, pasarían veinte años hasta que Don Antonio
María Vargas Reyes se iniciara como médico en La Escuela de Medicina
de Colombia en 1839. Luego, en su viaje al Viejo Continente para
especializarse e informarse de los nuevos conocimientos de su época, se
contactó con varios científicos, como por ejemplo con Jean Louis Petit
(1674-1750) quien era uno de los estudiosos de los casos de trauma
craneoencefálico.240 Más tarde, el médico Vargas Reyes llegó a París,
justo en un hito significativo para la ciencia de la medicina moderna,
pues se había fundado La Sociedad de Cirugía por el profesor de Clínica
236 Caldas, F. “Memoria sobre el estado de las Quinas en general y en particular sobre
de Loxa.” 1805.
237 Actualmente Loja es una provincia meridional de la República del Ecuador ubicada
en el sur de la Sierra ecuatoriana. Tiene una superficie de 11.026 km². Forma parte de
la Región Sur comprendida también por las provincias de El Oro y Zamora Chinchipe.
238 El manuscrito de esta obra se encuentra en el Archivo Real Jardín Botánico de
Madrid. Archivo de José Celestino Mutis. División III, 62; folios 23-39.
239
Cf.: Revista Thélos, óp. cit.; p. 64.
240 Valladares Arriagada H. El traumatismo encéfalo craneano, Seix y Barral Hnos.,
109
Quirúrgica Don Augusto Berard (1802-1846) y otros nobles, el 23 de
Agosto de 1843.241 Antonio Vargas Reyes, por tanto, aprende
directamente de los mejores profesores allí reunidos, tales como:
Armand Trousseau (1801-1867), Philibert Joseph Roux (1780-1854),
Velpeau M. (1795-1867) y Mateo Orfila (1787-1853), entre otros.
También, los viajes por Europa del médico colombiano le permitieron
aprender nuevas experiencias y conocer entidades médicas similares al
de la Escuela de Medicina de París; también visitó grandes centros
hospitalarios como el Edimburgo y el de Londres.242
241 Entre los nobles fundadores se encuentran: Louis Marie Michón (1802-1866),
Alphose Robert (1801-1862), Paul Guersant (1800-1872), Adrien Gullerier (1805-
1874), Francois Joseph Malgaigne (1806-1865), Rene Marjolin (1812-1895), Gustave
Monod (1803-1890), Auguste Widal (De Cassis) (1803-1856), Edourd Chassaignac
(1804-1879), Jacques Gilles Maionneuve (1809-1897), Pierre Hugier (1804-1873),
Antoine Danyau (1803-1871) y Augusto Nelatón (1807-1873). Óp. Cit. Zubiria, R.
“Antonio Vargas Reyes y la medicina del siglo XIX en Colombia”; p. 81.
242 Ibídem.; p. 89.
243 Ibídem.; p. 91.
244 Cf. Alarcón, L.: Tesis Doctoral: Educación, Nación y Ciudadanía en el Caribe
110
trabajo, un gran número de soldados de guerra fueron atendidos por
este grupo selectivo laborioso, tal como se puede apreciar en la
siguiente cita: “Señor Intendente: Los que suscribimos, profesores de
medicina, sabemos que existen en el Colegio del Rosario más de treinta
presos heridos a consecuencia del infausto acontecimiento del día 7;
que todos son de tierra extraña, la mayor parte desvalidos, y que la
curación de sus heridas demanda mucho trabajo y constante
asistencia, lo cual es imposible que estando a cargo de una o dos
personas (…) firman: Joaquín Maldonado, Antonio Vargas Reyes,
Antonio Vargas Vega, Samuel Fajardo y Juan de Dios Riomalo.”245
245 Óp. Cit. Zubiria, R. “Antonio Vargas Reyes y la medicina del siglo XIX en Colombia”
pp. 163-164. Acto ocurrido el 7 de Mayo de 1864.
246 Cf. Ibídem.; pp. 153-159.
247 Vargas, A.: Gaceta Médica Colombiana, 13 de Septiembre de 1864.
248 Ibídem.
111
alternativas terapéuticas tan interesantes como los anestésicos de óxido
nitroso (1844), el éter (1846) y el cloroformo (1847); así como también
de medicamentos más específicos para el tipo de dolencias cardíacas,
como el nitrito de amilo (1867).249
249 Cf. Gómez, A.: Terapéutica Científica en Colombia: siglo XIX. Departamento de
Microbiología, Facultad de Ciencias, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. D.C.
Colombia, Vol. 10-2, 2006. “Posteriormente aparecerían los antipiréticos y analgésicos
como la antipirina (1883), la acetofenitidina (1887) y la nitroglicerina (1879).” p. 91.
250 Venturini, A. Historia de la Anestesia en Sudamérica. Facultad de Medicina de la U.
B. A. Argentina. 2010; p. 3.
251 Herrera Pontón. J.; Óp. cit.: “Historia de la Anestesia en Colombia, Rev. Colom.
112
padecía de edemas de los miembros inferiores (los miembros inferiores
edematosos hasta la rodilla, la cara abultada y azulada), hepatomegalia
(“El Hígado infartado subía hasta la cuarta costilla”), el pulmón afectado
gravemente, con hidrotórax. Dificultad marcada en la respiración y
flatulencia marcada en el estómago e intestinos. Entre los antecedentes
cuenta la presencia de “apoplejía” en el pulmón y en el cerebro,
accidente este último que casi le cuesta la vida. ¿Por qué? Se pregunta
Vargas. “Porque la sangre que no circulaba con entera libertad
congestionaba la mayor parte de los vasos, trasudaba por exosmosis al
través de los tejidos permeables y daba lugar a esos depósitos de
serosidad. En aquellos órganos más frágiles, más vasculares, como el
pulmón, el cerebro, el hígado, no había exosmosis, sino rotura de
algunos vasos, de ahí la apoplejía que acabamos de citar.”254
254 Se conserva la ortografía original. Op. Cit., Zubiria, R. “Antonio Vargas Reyes y la
medicina del siglo XIX en Colombia”; p. 168.
255 Ibídem.; p. 168.
256 Ibídem.; p. 169.
257 Peso que consta de 16 adarmes y equivale a 28,7 g. Es una de las 16 partes iguales
Colombia”; p. 169.
113
realizó innumerables intervenciones quirúrgicas, per destaquemos al
menos las siguientes: Operaciones sobre la glándula mamaria,
extirpación de tumor encefaloide del nervio mediano, extirpación de
tumor encefaloide del tendón de Aquiles, secciones tendinosas,
extirpación de uña encarnada, amputación de los dedos, amputación
del muslo, resecciones óseas, resección parcial de los huesos maxilares
superiores, resecciones del maxilar superior, resección de la extremidad
inferior del húmero, resección de un segmento la fosa ilíaca, resección
de la tibia, resección de una porción del fémur, resección de fragmento
de la clavícula, fracturas, tratamiento de luxaciones, ligaduras de
arterias, ligadura de la arteria lingual, ligadura de la arteria femoral,
ligadura de la arteria femoral, ligadura de la arteria subclavia,
extirpación de la parótida, extracción de una tabla de la glándula
parótida, laparotomía por imperforación anal, operaciones ginecológicas
y obstétricas extirpación de pólipos endometriales, intervenciones
obstétricas, operaciones en el sistema genitourinario, operaciones en los
órganos de los sentidos, operación sobre el seno maxilar, operaciones
oftalmológicas, operación de cataratas, operaciones sobre la nariz,
operaciones en los labios, operaciones proctológicas, extracción de
cuerpos extraños del esófago, operaciones sobre el cráneo,259 entre
otras.
114
conocimiento específico para que otros médicos pudieran continuar con
el desarrollo de tratamientos patológicos y combatir mejor a los males
de salud que afectaban a los pueblos hispanoamericanos.
115
Por lo tanto podemos definir a Don Antonio María Vargas Reyes como
un médico científico ilustrado, con una brillante trayectoria práctica en
la Colombia de mediados del siglo XIX. Es considerado como uno de los
mejores cirujanos de su tiempo, principalmente por las exitosas
intervenciones quirúrgicas ya mencionadas.
116
TOMÁS CIPRIANO DE MOSQUERA Y SUS APORTES
CIENTÍFICOS ENTRE LA NUEVA GRANADA Y LOS
ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA
261 Cf. Chapman Q., Willian Alfredo: “Empleos Estatales y Redes Socio-familiares de
Poder en Popayán 1832-1853”, Rev. Diálogos, Vol. 16 (1), 2015, U. de Costa Rica, San
José, Costa Rica; p. 91.
262 Cf. Castrillón A., Diego: Tomás Cipriano de Mosquera, Litografía Arco, Bogotá,
1979; p. 5.
263 Cf. Otero Buitrago, Nancy: Tomás Cipriano de Mosquera Análisis de su
117
fueron Francisco Arboleda Salazar y su hijo Francisco Antonio Arboleda
Hurtado; Cristóbal de Mosquera y sus tíos paternos, Marcelino
Mosquera y el doctor Joaquín Mosquera Figueroa, oidor de la Real
Audiencia de Santafé de Bogotá y Regente de España. Así pues, por su
estirpe, esta familia ocupaba una posición privilegiada en la comunidad
popayanesa del siglo XVIII; no sólo por la prestancia de las
personalidades citadas, sino también por su añejo origen español
particularmente por la línea Figueroa, Suero Fernández y Teresa, y cuyo
linaje a su vez se remontaba hasta los años en que los pueblos
cristianos del Mediterráneo -ya asentados en España- se convirtieron al
catolicismo y enfrentaron a los moros.265
De Tomás Cipriano en sus primeros años, se sabe que era parte de una
gran familia aristocrática, como ya se ha señalado. Su hermano mayor
fue enviado a Santafé de Bogotá a los dieciocho años a estudiar
derecho, dejando a Tomás Cipriano a los cinco o seis años de edad
como hijo interino en una familia de tres mujeres y dos infantes.266
http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/20_05ens.pdf [Fecha de
consulta: 05-09-2015].
265 Cf. Castrillón A., Diego: Tomás Cipriano de Mosquera; op. cit.; pp. 13 y ss.
266 Ibídem.
267 Cf. Paz Otero, Victor: El Demente exquisito: La Estrafalaria vida de Tomás Cipriano
118
formación académica de Tomás Cipriano por tanto, fue interrumpida
por la emigración forzada de Don José Joaquín María Mosquera y su
familia al norte, con motivo de los disturbios entre las fuerzas españolas
y los republicanos durante la insurrección contra el virrey Amar y
Borbón en Santafé de Bogotá; Tomás Cipriano cursó después
latinidades en el Real Colegio Seminario, pero no terminó sus estudios
superiores. El joven estudiante se rodeaba de republicanos ardientes
guiados por el rector del seminario, Don José Félix de Restrepo, quien
reunía a todos los que se mostraban con una animadversión al régimen
colonial. Aunque Tomás Cipriano nunca volvió a estudiar formalmente,
había aprendido a leer y a escribir, y de joven su padre le insistió
mucho en que tratara de mejorar su ortografía y caligrafía. Esto debe
haberle sido de gran utilidad más tarde puesto que el uso de la
correspondencia para él fue muy relevante para entablar comunicación
desde la distancia con su familia, con sus amigos o con sus
enamoradas y para sus tareas económicas y políticas.268 No se sabe con
certeza cuales fueron los textos que influyeron más notoriamente en su
formación intelectual, pero si sabemos que la familia Mosquera-
Arboleda apreciaba mucho los libros. Su cuñada y prima hermana
María Josefa Mosquera y Hurtado, tenía una biblioteca que llamaba
mucho la atención en su tiempo por la gran cantidad de textos que
incluía. El acopio de textos de la biblioteca personal que Tomás
Cipriano de Mosquera logró formar a lo largo de su vida, al parecer,
correspondió a una de las más completas existentes en Colombia en las
primeras décadas del siglo XIX; por tanto, podemos colegir que
Mosquera era un hombre con muchas inquietudes intelectuales.
Además, dominaba medianamente el inglés, francés e italiano.269
119
Arboleda. En 1824, en la defensa de Barbacoas, recibió un tiro en la
mandíbula, lo que le trajo una secuela en relación a su expresión oral
puesto que se vio obligado a realizar una serie de gesticulaciones y
ruidos por el resto de su vida, cada vez que hacía uso de la palabra; por
ello se ganó el apelativo de “Mascachochas”.270
120
eximía de los servicios local y militar, a los maestros de escuela
primaria como un estímulo para la formación de un universo de
profesores instructores. Y por otra parte, ya en 1849, el gobierno de
Mosquera había instaurado escuelas normales en gran parte de las
provincias de la Nueva Granada y las había dotado de libros,
mapamundis y otros implementos.271
El sistema de educación secundaria, si bien no tuvo grandes cambios
curriculares recibió a un par de profesores franceses contratados por el
gobierno (1846), para enseñar matemática y física. Y al final del
gobierno de Mosquera, los alumnos de enseñanza media que en 1845
eran 742, se habían incrementado a 1809 estudiantes en el año
1849.272
271 Cf. León Helguera, J.: “La Educación durante el Primer Gobierno de Mosquera:
1845-1849”; (Traducido por Enrique Hoyos Olier), en línea en:
http://www.pedagogica.edu.co/storage/rce/articulos/rce26_04ensa.pdf [Fecha de
consulta: 09-11-2015].
272 Ibídem.
273 Ibídem. (También recuérdese que Bentham propagaba el ideal filosófico, moral y
121
Eboli para enseñar química y metalurgia en la Universidad de Popayán,
donde además realizó investigaciones en altimetría e instaló un
laboratorio de química.275
275 Ibídem.
276 Ibídem.
277 Cf. Ahern, Evelyn J.G.A. “El Desarrollo de la Educación en Colombia 1820-1850”,
122
actividades en 1848 con una planta docente de excelencia, que incluía
destacados generales para los ramos militares y profesores tales como
Lino de Pombo, para servir las cátedras de trigonometría, geometría
descriptiva, geometría práctica y otras; o como Aimé Bergeron para
dictar matemática y astronomía; o Ramón Guerra Azuola para los
cursos de dibujo lineal y resoluciones gráficas de problemas
geométricos.279 También se había contratado a Agustín Codazzi para la
cátedra de práctica topográfica, y quien asumió al año siguiente,
conjuntamente con otras labores directivas dentro del la institución.
279 Cf. Torres S., Jaime y Salazar H., Luz Amanda: Introducción a la Historia de la
Ingeniería y la Educación en Colombia, U. Nacional de Colombia, Bogotá, 2002; p. 164.
280 Vásquez, William: “Antecedentes de la Escuela Nacional de Bellas Artes de
123
ello, el Colegio Militar y la Escuela Politécnica ofrecían para la
formación científica algunas cátedras en común, tales como dibujo
lineal, levantamiento de planos, y la formulación de mapas. Mosquera
tenía una idea muy ambiciosa en relación a la educación universitaria y
se había propuesto crear la Universidad de los Estados Unidos de
Colombia, pero no pudo materializar este proyecto, porque fue depuesto
del gobierno en mayo de 1867.282
282
Torres Sánchez, Jaime y Salazar, Luz Amanda: Introducción a la Historia de la
Ingeniería y la Educación en Colombia, Universidad Nacional de Colombia, 2002.
283 Cf. “Historia extensa de la arquitectura en Colombia”. En línea en:
http://aplicaciones.virtual.unal.edu.co/blogs/hacolombia/2011/08/28/1-el-
capitolio-y-tomas-reed/ [Fecha de consulta: 09-10-2015].
284 Cf. Ahern, Evelyn J.G.A. “El Desarrollo de la Educación en Colombia 1820-1850”;
op. cit.
285 Cf. Restrepo Forero, Olga: “En Busca del Orden: Ciencia y Poder en Colombia”,
124
que diera cuenta de todo el cuerpo físico de la Nueva Granada y por ello
el gobierno de Mosquera contrató al militar y cartógrafo Agustín
Codazzi, para que levantara un Mapa general y otro corográfico de todas
las provincias existentes a la fecha en el país, lo que permitiría conocer
la realidad del ordenamiento territorial de la época y las propiedades
físicas, orográficas, potamológicas y geográficas en general de las
regiones. Y en abril de 1849, Codazzi arribó a Santafé de Bogotá para
iniciar esta labor y las actividades docentes en el Colegio Militar, como
ya se mencionó, para contribuir así también desde este Colegio, en la
formación de los primeros ingenieros de Colombia.286 En otro plano,
recuérdese también que Mosquera propició el primer censo del período
republicano y que formuló algunas políticas públicas para evitar la
destrucción masiva de los bosques.287
Algo similar aconteció tras su salida forzosa del gobierno en 1867 por la
acción del general Santos Acosta, lo que obligó a Mosquera a exiliarse
en Lima por los siguientes tres años, durante los cuales escribió un
libro titulado Cosmogonía (1868). Esto es, un estudio sobre los diversos
sistemas de la creación del universo, que comentaremos en su
momento.
286 Cf. Patiño M., Carlos: “Codazzi: Precursor de la Geografía en Colombia.” En línea
en:
http://observatoriogeograficoamericalatina.org.mx/egal9/Teoriaymetodo/Investigacio
n/02.pdf [Fecha de consulta: 10-11-2014]. Y también en: Restrepo Forero, Olga; op.
cit.
287
Cf. Castrillón A., Diego: Tomás Cipriano de Mosquera; op. cit.; p. 286.
125
de geógrafos, astrónomos, botánicos, naturalistas y mineralogistas en
boga en su tiempo; fundamentalmente de los trabajos de la Expedición
Botánica y de los escritos de algunos científicos europeos.288
126
salieron muy fluidas a Mosquera puesto que esta zona y en particular la
zona sur-occidental del país, era una de las más conocidas por él, pues
era su área natural de movimientos toda vez que aquí se ubica
Popayán, su ciudad natal. Y también porque ya en 1825, Tomás
Cipriano de Mosquera había sido gobernador de dicha región e incluso
había elaborado en ese mismo año, el Mapa geográfico de la Provincia de
Buenaventura en el Departamento del Cauca.291 Actualmente los
estudiosos han contrastado los mapas de Agustín Codazzi y el de Tomás
Cipriano de Mosquera, en relación a la región que ambos dibujaron de
la Costa Pacífica. Así por ejemplo, en la carta de Mosquera, se observa
un mayor detenimiento en el dibujo de las islas e islotes de la región, lo
que seguramente proviene del conocimiento directo que tenía de la zona
el autor, tal como lo hemos venido mencionando.
Por otra parte, aunque Mosquera no indica en las fuentes que haya
utilizado en su Carta de la República de la Nueva Granada, conforme a
la última división Política de 1852, el mapa previo de José de Acosta:
Carta de la República de Nueva Granada (1847),292 al comparar los
mapas de José Acosta (1847) y de Tomás Cipriano Mosquera (1852)
referentes al territorio nacional, queda claro que el de Acosta buscó
mayor rigurosidad en el trazado de la geografía física al relacionar el
mayor número de fuentes e incluir medidas astronómicas de autores
como Fidalgo, Humbodlt, Boussingault y Roulin. Y Mosquera por su
parte, enfatizó los espacios desde una perspectiva ideológica y política,
lo que se expresa en el hecho de que resaltó de sobremanera los límites
políticos de la Nueva Granada. La diferencia en las fuentes utilizadas y
en los énfasis puestos por cada mapa, hace que los límites del sur y
sur-oriente del país, principalmente con Ecuador, Perú y Brasil,
resulten distintos en cada documento. Así, en la carta de Tomás
Cipriano de Moraleda los límites se extienden hacia el sur del río
291 Ibídem.
292 Duque Muñoz, Lucía: “Vasos comunicantes entre la Cartografía, Historia y
Geopolítica en el Mapa de la República de Nueva Granada (1847) de José de Acosta”
En línea en: http://www.sbhc.org.br/revistahistoria/view?ID_REVISTA_HISTORIA=47)
[Fecha de consulta: 10-11-2014].
127
Putumayo, hasta el río Solimoes o Amazonas. Por su parte en el mapa
de Acosta, el límite está puesto precisamente en el Río Putumayo, desde
donde se trazó una línea imaginaria hasta unirla con el Río Caquetá y,
a partir de ese punto, se dio una curva en dirección nor-oriental hasta
el Río Negro. Por tanto, tal como lo ha destacado Duque, queda claro
que cada uno de estos mapas propone una lectura diferente
principalmente con respecto a los límites del territorio nacional en estas
regiones.293
293 Cf. Duque Muñoz, Lucía: “Territorio Nacional, cartografía y poder en la Nueva
Granada (Colombia) a mediados del siglo XIX”; op. cit.
294 Mosquera, Tomás Cipriano de: Memoria sobre la geografía física y política de la
128
Providencia a 12º 35’ long. occidental la segunda; y once en el
archipiélago de la bahía del Almirante, llamado laguna del Chiriquí; de
las cuales la principal es Boca del Toro, cuyo nombre se ha dado a todo
el territorio…”295 Y luego sigue: “En la costa de Cartagena hai unas 20
islitas desde Barú, hasta el Golfo de Marrasquillo y puerto de
Zispata…”296 Y tras nombrar otras del sector, más adelante expresa:
“En el Occidente Pacífico posee el archipiélago de Las perlas en el Golfo
de Panamá, que consta de unas 10 islas…”297 Y así sigue indicando los
otros archipiélagos e islas. Para luego seguir con las hoyas
hidrográficas, los montes, los ríos y otros aspectos del cuerpo físico de
su país y hasta una enumeración de los referentes de la flora y fauna de
la república.
295
Ibídem.; p. 8.
296 Ibídem.
297
Ibídem.
298
Ibídem.; p. 18.
129
nombre científico de cada uno. V. gr. en relación a los gorriones,
menciona a las diversas familias que los constituyen, luego da los
nombres vernáculos y científicos respectivamente. Así, mencionando a
una de las tantas familias de gorriones que incluye en su listado acota:
130
norte de la línea equinoxial llega hasta 12° 30’, que es su latitud Norte,
y por la parte al Sur de la línea llega hasta 5° 8’ que es su latitud
sur.”301 Y respecto a la longitud señala que va desde “…los 8° 23’ 3’’ al
este del meridiano de Bogotá, hasta 8° 50’ 45’’ al oeste del mismo.”302
301 Mosquera, Tomás Cipriano de: Compendio de Geografía General Política, Física y
Especial de los Estados Unidos de Colombia, Impr. Inglesa y Extranjera de H. C.
Panzaer, Londres, 1866; pp. 7-8.
302
Ibídem.
303
Ibídem.; p. 271.
131
mamíferos; a las aves, a los peces, a los crustáceos, así como a los
anélidos, ortópteros, himenópteros, lepidópteros y coleópteros diversos;
entre otros exponentes de la fauna colombiana de su tiempo. V.gr., en
relación a los Himenópteros acota: “En el órden de los Hymenopteros se
encuentran diferentes especies de Abejas Apig mellifica, Apis peronii, y
Apis unicolor; que es la mas comun, y todas dan buena miel; pero la
cera no puede blaquearse, sino en las del oriente, que es la verdadera
abeja de miel, Avispas Clorion lobatum, y Abejones Bombus Dahlboni.”304
304
Ibídem.; p. 256.
305
Ibídem.; p. 258.
132
en un momento de su prosa y en relación a la determinación de la
temperatura media de algunas regiones expresa: “ En todos los lugares
del interior de la Nueva Granada puedo asegurar que los términos
medios están en la siguiente proporcion: á 360 m. 26º, á 667 m. 25º, á
874 m. 24º, á 900 m. 23º, á 1000 m. 21º, á 1500 m. 20º, á 1770 m.
19º, á 2000 m. 18º, á 2500 m. 16º, á 2660 m. 14º, á 2700 m. 13º, á
3211 m. 10º, á 3500 m. 9º, á 4000 m. 7º, á 4500 m. 5º, á 4800 m.
1º,5.”306
306 Mosquera, Tomás Cipriano de: “Memoria sobre varias observaciones meteorológicas
hechas por el Jeneral Tomas C. de Mosquera”; apéndice incorporado en: Memoria
sobre la geografía física y política de la Nueva Granada; op. cit.; p. 83.
307 Cf. Vásquez L., Claudia: “Mosquera, Tomás Cipriano de” en línea en:
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/mosqtoma.htm [Fecha de
consulta: 08-12-2015]. Y también sus reconocimientos han quedado consignados en
el frontispicio de algunas de sus obras, como por ejemplo en su Memoria sobre la
geografía física y política de la Nueva Granada, 1852, donde él autor se preocupó de
ponerlos debajo del título de la obra.
308
Mosquera, Tomás Cipriano de: Cosmogonía. Estudio sobre los diversos sistemas de
la Creación del Universo y de los adelantos hechos en las Ciencias en los últimos
Tiempos, Impr. del Estado, Lima, 1868.
133
un folleto de 1869, supuestamente de Sergio Arboleda,309 en el que
presenta una comparación de muchas de las páginas del texto de
Mosquera, con otras del francés A. Victor Guillemin sobre una obra
similar y en las cuales se observa una similitud considerable. Por
tanto, este texto de Mosquera podría no tener la originalidad
deseable.310 Independientemente de esta situación, hay que ser
cauteloso pues este folleto es muy irónico y burlesco y parece ensañarse
por la condición de masón de este autor.311 El resto de la obra científica
de Mosquera sigue a pie firme.
309 Cf. Arboleda, Sergio (?): La Cosmogonía del Gran General, Impr. de Focion Mantilla,
Bogotá, 1869. (8 pp.)
310
Independientemente de esta situación, hay que ser cauteloso pues este folleto es
muy irónico, burlesco y parece ensañarse con la condición de masón de Mosquera.
311 Cf. Acevedo L., Antonio: “Los Principales masones de Colombia y que es la
121 y ss.
134
cuanto a su vinculación con las ciencias, ahí están sus aportes que
fueron el resultado directo de las dos vías que hemos mencionado: su
actividad como Presidente y como estudioso solitario. A nuestro juicio,
sus trabajos si bien fueron discontinuos, contribuyeron a estructurar y
complementar adecuadamente el cuadro científico de la República de
Colombia de las décadas del cuarenta al setenta del Siglo del Progreso;
principalmente en las áreas de educación, geografía, cartografía,
cosmografía y otras. También -desde la perspectiva de la historia de las
ciencias- nos llama la atención tanto el esfuerzo personal de este
hombre público como el entramado histórico, social y político que le
tocó vivir. Dichos factores gatillaron los esfuerzos científicos de este
político, pues si bien no tuvo una preparación académica formal, logró
fortalecer a la comunidad científica colombiana, gracias a su propia
constancia de autodidacta y al estudio que realizó de los sabios de su
tiempo. Y principalmente por estar imbuido del deseo de dejar una obra
científica que marcara la presencia geográfica de Colombia en América
toda y en Europa.
135
JEAN BAPTISTE BOUSSINGAULT Y SUS APORTES A LA
CIENCIA EN COLOMBIA
Su formación
Sus primeros estudios básicos los realizó con una señora que enseñaba
a leer a los párvulos de su barrio, entre los años 1806 y 1807, como el
313 Vallaud, D. y Ayala, Roseline de: Petite Cronologie Universelle, Librairie Générale
Francaise, Paris, 2005.
314 España, Gonzalo: Jean Baptiste Boussingault. El padre de la Agricultura Moderna.
136
mismo Boussingault lo relató más tarde en sus Memorias. Luego
estudió en el Liceo Imperial Louis-le-Grand. Más tarde, ya en los años
veinte del Siglo del Progreso, en relación a su educación superior, el
joven Boussingault consiguió tomar los cursos libres de química con
Thénard, los de física con Lefebvre y Gay Lussac, los de botánica con
Cuvier y los de mineralogía con el abate Hauy. En ésta época, hacían
furor en París los cursos libres dictados por los sabios ilustres. Su
madre le compró los cuatro tomos de la Química de Thénard y su padre
pensaba que su hijo llegaría a ser un gran farmaceuta militar.
Posteriormente ingresó a la Escuela Práctica de Mineros de Saint-
Etienne; dicha localidad correspondía a un pequeño pueblo minero
situado cerca de Lyon. Boussingault, además de estudiar química, física
y matemáticas; se interesó también por la metalurgia, la geología, la
mecánica y la geometría subterránea. Uno de sus profesores, Le
Boulanguer, lo inició en el análisis de muestras metálicas.315
137
prolongaron por dos años más.316 De esta manera, Boussingault recibió
una amplia educación en ciencias naturales, minería y química; tales
estudios le permitieron graduarse en dicha escuela como Ingeniero.317
Su vida en América
Con esta tarea en mente, Francisco Antonio Zea viajó a Francia con el
título de “Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario”, con el
propósito de “…reunir un grupo de hombres capacitados que viajaran a
Colombia, para fundar allí un establecimiento dedicado al estudio de las
ciencias naturales”.319 Para ello se contactó en los primeros días de
mayo de 1822, con el barón de Cuvier, el ilustre sabio francés, para que
le sirviera de intermediario ante los directivos del Museo de Historia
Natural y los de la Academia de Ciencias de París. Los trámites debían
cumplirse en absoluto sigilo. Tras la caída definitiva de Napoleón, los
316 Ibídem.
317 Boussingault, J. B. Sección Miscelánea. “Recuerdo de la América del Sur”. Revista
de la Instrucción Pública, Vol. III, Nº31: 1896-1897; p. 490.
318 España, Gonzalo: Jean Baptiste Boussingault. El padre de la Agricultura Moderna;
138
Borbones fueron restituidos en Francia, y el gobierno de Luis XVIII se
mostró totalmente adverso a la causa de los patriotas americanos. Por
ello, la policía secreta efectuaba batidas en los puertos y apresaba a los
sospechosos que querían unirse a las legiones extranjeras que peleaban
al lado de Simón Bolívar y de José de San Martín.320
139
perfil barométrico de todas las alturas entre aquella ciudad y luego
también de Santafé de Bogotá, la capital de la Nueva Granada.322
322Ibídem.; p. 23.
323 Boussingault, J. B.: Sección Miscelánea. “Recuerdo de la América del Sur”,
Revista de la Instrucción Pública, Bogotá, Vol. III, Nº31: 1896-1897; p. 491.
140
su principal inquietud al respecto, apuntaba a responder a la pregunta
¿Por qué unos pueblos habían sido destruidos por la fuerza telúrica y
otros no? Esto fue un acicate para su mente de científico y lo motivó a
nuevas investigaciones. Por ello, decidió recorrer los alrededores de
Caracas para estudiar los suelos de la región. Igual cosa realizó en las
otras ciudades y con ello se va desplazando por toda Venezuela.324 Sus
trabajos geológicos finalmente le ofrecieron poco a poco un indicio
científico: las ciudades donde los temblores habían causado grandes
estragos, habían sido construidas fundamentalmente sobre terrenos
cristalinos, granitos y traquitas; en cambio, los poblados que sufrieron
poco o ningún daño estaban construidos sobre terrenos formados por
rocas sedimentarias: arenisca, calcáreas y aluvión. Muy probablemente
entonces, el choque subterráneo del terremoto, se propagó con gran
intensidad en la roca cristalina, pero resultó atenuado por las rocas
arenáceas y los depósitos de aluvión del subsuelo, que se encontraban
superpuestos en capas.325
141
Una de las cosas que llamó mucho la atención de Boussingault, y que lo
asombró, fue el hecho de que las mujeres venezolanas fumaran largos
cigarros; así, cierto día, la esposa del general Páez lo sorprendió dándole
a probar un pellizco de tabaco de mascar. Boussingault encontró el
bocado terrible, entre otras cosas, debido a que tenía un gusto picante
derivado de una sustancia extraña que llamaban urao, y que era
extraída del fondo de una pequeña laguna, en la provincia de Mérida. A
su paso por allí se las arregló para que unos indios sacaran de sus
aguas dos extraños compuestos minerales. Los estudió con
detenimiento y concluyó que éstos no figuraban aun en los catálogos de
mineralogía, cuyos contenidos se sabía de memoria. El urao resultó así,
ser un sesquicarbonato de soda.327 Y el otro mineral, al que los indios
daban el nombre de clavo, con apariencia de agudos cristales;
prismáticos, trasparentes e irregulares, cuya característica es que rayan
la cal sulfatada; era en rigor, un carbonato doble de cal y de sosa,
análogo a la dolomia que recibió el nombre de Gay-Lucita por haber sido
dedicada al sabio físico y químico Gay-Lussac.328
142
de este mismo nombre. Esta materia negra de estructura lamelar,
presentaba todos los caracteres físicos y químicos de la blenda negra
ordinaria; pero al analizarla y examinarla con atención, dejó de
manifiesto una composición bastante diferente y suficiente para
constituir una especie mineral nueva que recibió el nombre de
marmatila. Esta blenda no es solo un sulfuro de zinc sino un doble
sulfuro de zinc y de protosulfuro de fierro.330
143
vaca y tenía el mismo sabor, a pesar de ser más viscosa; tenía una
composición química diferente. Estaba compuesta de: cera, fibrina, un
poco de azúcar, sal de magnesia y fosfato de cal. A la fibrina entonces,
debía sus propiedades nutritivas el árbol nodriza.333
144
el Valle del Cauca, las Minas de oro de la vega de Supía y de la
provincia de Antioquia; luego pasó de la cordillera central por el
Quindío, donde realizó estudios de la cera de la palma del mismo
nombre y se internó en la región aurífera y platinífera del Chocó. En su
deseo de realizar estudios sobre la región volcánica, emprendió el
ascenso a distintos volcanes a los cuales les va calculando su respectiva
altura; por ejemplo, entre éstos al volcán Puracé, asignándole 4700 m.,
al de Pasto, 4266 m., y al Cumbal 4764 m.335 Luego visitó las
localidades de Popayán y Pasto; en esta última permaneció por algún
tiempo para luego dirigirse al Ecuador y enfrentar el ascenso a los
volcanes de Pichincha, Antisana -y al igual que Humboldt- también el
Chimborazo, en el Ecuador en el año de 1831.336
335 Cf. Mc Cosh, F.W.J.: Boussingault, D. Reidel Publishing Company, Holanda, 1984;
p. 46.
336 Memorias de Boussingault 1830-1832. Del Chocó al Ecuador. El Puracé. Quito. El
145
Chocó, aceptaron cubrir todos los gastos de correría de Boussingault, a
cambio de que los visitara y les diera sus consejos y asesorías. La
medida también favoreció al negro Johnston, su ayudante de campo.338
Con ello, el problema de la manutención de este científico y su
ayudante, quedó resuelto y pudo dedicarse a nuevas exploraciones.
146
bajar a la orilla del Cauca, al frente de una cuadrilla de macheteros,
donde se empeñó en hacer roces para combatir el monte y preparar
terrenos para la siembra. En efecto, aquí sembró yuca, arracacha, maíz
y banano.339
Por otro lado, cuando se piensa en los aportes científicos de este oficial
en Colombia, es imposible no mencionar sus obras tales como: Viajes a
los Andes Ecuatoriales. Colección de Memorias sobre Física, Química e
Historia Natural. Nueva Granada, Ecuador y Venezuela (1849), puesto
que aquí encontramos diversas descripciones sobre los ríos, montes,
minas y pueblos de Colombia; así como también datos estadísticos de
su población y la determinación de las coordenadas geográficas de los
pueblos y ciudades de Colombia. También aquí se observan algunas
menciones sobre diversos especímenes del mundo biótico de la
Colombia de su tiempo. Uno de sus estudios en este sentido, hacía
referencia al jugo de un árbol que los nativos denominaban “ajuapar” y
que utilizaban como un complemento más de sus artes de pesca;
finalmente determinó que correspondía a lo que Linneo había tipificado
como uva crepitans. Luego en el laboratorio, Boussingault estableció
que la composición química de la misma correspondía a: albúmina,
aceite volátil cáustico, alcalí vegetal, nitrato de potasio y otras
sustancias salinas.340 Y en las cercanías de Santafé de Bogotá describió
a algunos tipos de sauces, salix humboldtiana y otros y a algunas flores
del tipo pasifloras y a plantas hiérbaceas como las daturas.341
147
Su mirada sobre algunas regiones de Colombia
343 Ibídem.
344 Robledo, Emilio: Boussingault en Antioquia, Repertorio Histórico de la Academia
Antioqueña de Historia, año 1920; Nº3.
345 Ibídem.
346 Ibídem.
148
22º,4 el higrómetro se mantuvo allí a 70º y 80º y solo una vez lo vi
marcar una sequedad excepcional: 30º.”347
347 Ibídem.
348
Boussingault, Jean Baptiste y Roulin, Francois Desire : Viajes Científicos a los
Andes Ecuatoriales. Colección de Memorias sobre Física, Química e Historia Natural.
Nueva Granada, Ecuador y Venezuela, Traducida por J. Acosta, Laserre Editor, Paris.
1849; p. 8
349 Boussingault, Jean Baptiste y Roulin, Francois Desire : Viajes Científicos a los
149
Ahora bien, el plano mineralógico, tal como hemos vendo señalando, es
el ámbito cognitivo teórico-práctico donde Boussingault realizó sus
mayores contribuciones científicas para Colombia;352 tanto por la
clasificación, ubicación geográfica y determinación de la altura de las
minas, cuanto por las descripciones y explicitaciones técnicas de los
distintos filones en que le tocó visitar y/o trabajar, como por los
estudios y sugerencias técnicas para mejoras en los métodos de
amalgamación, aplicaciones y nuevos procedimientos para incrementar
la producción de oro y de plata.
Su Regreso a París
150
En relación a trabajos colegiados, recuérdese que ejecutó con J. B.
Dumas los memorables experimentos sobre la composición del aire
atmosférico.354 Al final de su carrera, Boussingault se ocupó mucho de
la metalurgia, sus análisis de muestras de hierro y acero han prestado
servicios señalados a una de las ramas capitales de las aplicaciones de
la química. Nuestro eminente profesor cesó su curso de Artes y Oficios
en 1873, siendo reemplazado por M. Schloesing y desde entonces vivió
retirado de la academia,355 pero no del estudio.
151
descomponen el agua para apropiarse de su hidrógeno. Además,
demostró que los cereales sacan el azoe de la tierra y que según la
formula de Lavoisier, en la naturaleza vegetal y en un laboratorio, “nada
se crea ni nada se pierde”. Lo que se pone en el suelo como abono, se
encuentra en la planta como cosecha.357
357 Boussingault. J.B. Sección Miscelánea. Recuerdo de la América del Sur. Revista
de la Instrucción Pública. Vol. III. Nº31, 1896-1897; p. 492.
358 Vd. Informes hebdomadarios de las sesiones de la Academia de Ciencias de Paris,
152
deben, pues, considerarse como determinantes del valor de un guano
como materia fertilizante.”359
359 Larroque, Luis (Injeniero de minas): Informe sobre los Depósitos de Guano de
Mejillones presentado al Señor Ministro de Hacienda, Impr. Nacional, Stgo., Chile,
1863; p. 43.
360 España, Gonzalo: Jean Baptiste Boussingault. El padre de la Agricultura Moderna;
apresurado”, Rev. Creces, Stgo., Chile, Vol. 11, N°10; pp. 18-21.
153
creador de la química agrícola y el padre de la agricultura moderna. Sus
estudios y conclusiones al respecto, han quedado consignadas en los
cinco tomos de una obra denominada Agronomía, Química Agrícola y
Fisiología, publicados entre 1860 y 1874. Además, todavía en relación a
la agricultura científica, no se puede olvidar la obra de Boussingault:
Économie Rurale avec la Chimie, Physique et la Météorologie, donde
aborda los fenómenos físicos y químicos de la vegetación; su estructura,
las materias minerales, los contenidos de las plantas, su origen y
composición. También en esta línea, recordemos el estudio sobre suelos
que realizó este científico. Cabe señalar que dentro de las plantas que
analizó Boussingault, también se encuentran: las guaduas, los
bananos, las papayas, el árbol de la vaca, el opio, el curare, diversas
gomas y resinas y la caña de azúcar.363
Su Muerte
154
Antes de morir, sufrió una cruel enfermedad que lo llevó a su deceso a
los 85 años de edad, en mayo de 1887. Sus trabajos ocupan lugar
distinguido en la Historia de la Química, de la Teoría Agrícola, de la
Zootecnia, de la Economía Rural y de la Fisiología, entre otras
disciplinas. Boussingault fue sin duda una de las grandes figuras que
contribuyeron al desarrollo de la ciencia no solamente en Colombia,
sino también a la evolución científica en América meridional y a la
ciencia europea y universal.365
365 Boussingault, J.B.: Sección Miscelánea. Recuerdo de la América del Sur. Revista
de la Instrucción Pública. Vol. III. N°31,1896-1897; p. 494.
155
LOS MATEMÁTICOS EN LOS INICIOS DE LA REPÚBLICA
DE COLOMBIA DURANTE EL SIGLO XIX
Introducción
156
de Humboldt, el cual aparece en una carta que envió a Mutis a su paso
por Popayán el 10 de noviembre de 1801 (Hernández de Alba, 1983).
Poco después Caldas tendrá la oportunidad de conocer esta opinión de
Humboldt cuando el prusiano le muestra algunos de los apartes de su
diario en su encuentro de Quito. Caldas lo transcribe, lo traduce del
original en francés y, por supuesto, le da amplia divulgación a través de
su red de amigos y corresponsales. Este es el texto según la versión
francesa transcrita por el mismo Caldas (Carta a Mutis del 6 de abril de
1802, ver: (Caldas, 1978); comparar con la traducción castellana en
p.151):
“Este Caldas es un prodigio en astronomía. Nacido en las tinieblas de
Popayán y sin haber ido nunca más allá de Santafé, ha construido
barómetros, un sector, un cuarto de ciclo en madera. Mide meridianos y
latitudes mediante gnomones de 12 a 15 pies.
¡Qué no habría hecho este joven hombre en un país con más medios, en
donde no hay que aprender todo por sí mismo! Las obras de Bouguer y
de La Condamine han tenido una influencia singular sobre los
americanos de Quito a Popayán. El territorio (sol) de este país ha
llegado a ser clásico y podría decirse que esto tiene que ver con una
característica telúrica (sol natal).”
157
Caldas del hipsómetro es tal vez el ejemplo más representativo. El
modelo lineal empleado por Caldas para calcular las alturas de los
lugares por medio de las correlaciones entre medidas del termómetro y
del barómetro era anacrónico con respecto al modelo exponencial
europeo (básicamente de Saussure y De Luc) que Humboldt ya conocía
cuando Caldas le explicó el suyo en el encuentro de Quito de noviembre
de 1801(Arboleda, 2007).
158
propiedades del espacio geográfico local fue un motor de creatividad en
Caldas. Esto le permitió incluso ir más allá de las descripciones
incompletas de las obras de este género que se esmeró en consultar.
Refiere Humboldt la admirable competencia de Caldas en la apropiación
del estado del arte en el conocimiento astronómico para la
determinación de la latitud y longitud de las alturas de ciertos lugares
de la Nueva Granada empleando para ello instrumentos construidos por
él mismo:
159
En cuanto al interés personal de estas mediciones, hay que recordar
que para Caldas y otros miembros de la élite de científicos criollos, la
apropiación social del conocimiento astronómico y geográfico apunta al
mismo tiempo a la búsqueda de legitimidad con respecto al Estado y a
apuntalar sus roles en la categoría socio profesional emergente. El
contrato para elaborar este mapa le brinda la primera oportunidad para
vender sus servicios profesionales como geógrafo a las administraciones
locales, en una carrera que va a conducirlo, a la muerte de Mutis, a
ocupar la dirección del Observatorio astronómico de Santafé. La figura
de Caldas, el astrónomo cuyos méritos intelectuales y profesionales
fueron elogiados por Humboldt, no podría ser comprendida en su real
dimensión histórica si no se tiene en cuenta el propósito que caracterizó
su práctica científica: ser útil en la ciencia y con la ciencia al doble
proyecto social de la élite criolla (Arboleda, 1994). Esta idea se
encuentra presente en varios de sus escritos. Por ejemplo, en el
siguiente extracto del prefacio del almanaque de 1811, año I de la
independencia de la Nueva Granada (Caldas, 1966):
“Observar el cielo por observarlo sería una ocupación honesta, pero no
pasaríade ser una curiosidad estéril que llenase los momentos del
hombre ocioso y acomodado. Este observador sería inútil, y la Patria lo
miraría como un consumidor de quien no esperaba nada. Nosotros no
queremos representar este papel en la sociedad: queremos que nuestros
trabajos astronómicos mejoren nuestra geografía, nuestros caminos y
nuestro comercio.”
160
enseñanza y divulgación científica como uno de sus pilares. Al
introducirse este género de publicaciones educativas, se abre en el país
una época de formación en la nueva ciencia distinta al saber privado
que reproducían en la cátedra los eruditos ilustrados. Uno de los textos
más representativos de este programa fue Lecciones de física de José
Félix de Restrepo, publicado en Bogotá en 1825 (Restrepo, 2002),
(Rodríguez & Arboleda, 1993). Maestro de la élite de criollos a la cual
perteneció Caldas, Restrepo jugó un papel importante en la transición
del régimen colonial a la república en las actividades educativas,
investigativas y en la administración de las nuevas instituciones. Fue
uno de los pioneros de la modernización cultural del país, en contra de
las viejas tradiciones del método escolástico y la filosofía peripatética.
161
dirigida a ayudarle al lector a captar el entramado filosófico del sistema
del mundo de Newton, como a presentarle una exposición positiva de
las leyes y principios de la gravitación universal, la mecánica racional, y
la teoría de la luz.
Sin embargo, todas estas teorías no se presentan de manera
transparente en las Lecciones de Restrepo. De acuerdo con el ideario
republicano de ciencia integral y utilitaria al cual suscribe Restrepo, la
obra se propone enseñar a la juventud los fundamentos de la nueva
cosmovisión científica. Restrepo es ecléctico en cuanto a la presentación
de los contenidos, pues no se limita a seguir el canon de texto de la «
nueva ciencia » que debía limitarse a exponer los principios de la
mecánica, óptica, teoría de fluidos, neumática, calor, meteorología,
geofísica, electricidad y magnetismo.
También incorpora en las Lecciones otros temas de las ciencias
biológicas, la química y la medicina que correspondían a la visión
globalizante y cualitativa de la física tradicional. Pero también es
ecléctico en cuanto a la orientación pedagógica de tales contenidos. En
su empeño de darle a los estudiantes la explicación que le parece más
clara y sencilla, Restrepo no manifiesta ningún escrúpulo intelectual
cuando apela a tradiciones científicas sustancialistas y mecanicistas
(Wolff, Descartes), que le parecen más convincentes que las teorías de
Newton para explicar ciertos fenómenos, particularmente la naturaleza
de la luz.
162
desarrollar en el país ciencia académica de alto nivel pero para un
número muy reducido de miembros de la élite, eran ahora parte de un
pasado, si bien heroico lleno también de frustraciones. Como parte de la
política de Santander de ampliar la base de ciudadanos con formación
científica, las Lecciones de Restrepo promueven la aplicación del “orden
matemático” al entendimiento de la lógica de distintos fenómenos
naturales, sociales, económicos o políticos. Es llamativo que la
exposición en varios apartes retome el estilo de los eruditos ilustrados
de apelar al sentimiento telúrico como pulsión de conocimiento. Un
ejemplo significativo es el papel central que le asigna Restrepo a la
narración del acontecimiento de la expedición a la Nueva Granada para
medir el grado de meridiano en el ecuador, cuando se trata de presentar
la teoría de la tierra como parte del capítulo de la gravitación universal
newtoniana.
163
república” era pues, acrecentar el capital cultural del Estado
representado en la reproducción del cuerpo de profesionales con
formación técnica e intelectual. Y una manera de garantizar la
idoneidad de esta formación era la escritura de textos autóctonos.
164
1856). En la dedicatoria a Pombo, se reconocen las nuevas
circunstancias del contexto educativo republicano que tuvo en cuenta
Liévano en la producción. En primer lugar, el Tratado busca emular con
el “patriota filósofo” en sus designios de formar a la juventud en
aritmética y coadyuvar a su “celo patriótico y filantrópicos deseos”.
También es posible percibir en la dedicatoria el interés de utilizar el
Tratado como instrumento de ascenso social a través del conocimiento.
Esto se expresaría en la retórica de gratitud al maestro y en la
manifestación de lealtad a la República, en el énfasis de dedicar su
primer trabajo profesional como matemático y profesor a alguien como
Pombo, y en la búsqueda de legitimidad social a través de la aprobación
del ingeniero mejor situado en el campo del Estado.
165
presenta a Liévano como el joven instruido autor del ingenioso tratado
de aritmética que le presta un meritorio servicio al país. Como muestra
de la originalidad de su aporte conceptual a la Aritmética (anexo, p.
175), incluye en anexo dos proposiciones de Liévano que formulan
relaciones aritméticas de la clase de fracciones irreductibles en
términos de las nociones de mínimo común múltiplo y máximo común
divisor. Pombo transcribe el enunciado y la demostración de los
algoritmos para el cálculo de estas relaciones en la forma más general,
con sus respectivos ejemplos.
166
Pero el pensamiento de Liévano oscila entre un razonamiento positivo
dirigido a caracterizar las propiedades matemáticas nuevas del objeto
que se propone construir (los números inconmensurables), y un
discurso escolástico que trata de conducir ese razonamiento a las
especulaciones ontológicas y sustancialistas. En todo caso, la propuesta
de Liévano rompe con la tradición aritmética consistente en restringir el
número a una relación entre magnitudes homogéneas.
167
Su actividad educativa se desenvolvió principalmente en torno a la
enseñanza de los fundamentos del análisis matemático moderno, la
mecánica racional y las teorías de Newton sobre el sistema del mundo.
A diferencia de sus antecesores, Garavito se preocupó por publicar y
mantener intercambios con instituciones y colegas de otros países.
También asumió conscientemente el papel de divulgador en nuestros
establecimientos educativos, los lineamientos de la cultura científica
francesa en la organización de los programas de formación de
ingenieros. Sus trabajos matemáticos se acompañaron generalmente de
reflexiones pedagógicas y filosóficas.
Esta actitud no fue el resultado del atraso cultural del medio, ni del
aislamiento de Garavito con respecto a los centros intelectuales
europeos, ni de un capricho de un individuo. Esta actitud se explica
ante todo por la manera como Garavito se representa la formación en el
pensamiento de la noción de espacio geométrico. En otra parte hemos
tratado de caracterizar esta concepción que, si no estamos equivocados,
comporta una ambigüedad filosófica sobre la cual Garavito pasa de
largo. Por una parte toma partido por la idea kantiana de espacio, en
168
virtud de la cual nuestro conocimiento de las propiedades de
dimensión-3 y de continuidad del espacio son empíricas, es decir,
deducibles de los fenómenos. En consecuencia, el objeto legitimo de la
geometría es ese espacio inherente a nuestro ser y que corresponde
perfectamente con la realidad. Por otra parte, a partir de su lectura de
Poincaré, Garavito le reconoce a otras geometrías la posibilidad de
existir, pero como entes imaginarios, como artefactos teóricos, como
constructos mentales que, en todo caso, no pueden explicar la realidad.
Por su pertinencia conceptual, comodidad y carácter intuitivo, la
geometría euclidiana era la única geometría que podía tener cabida en
los programas educativos y en los espacios sociales de formación de
cultura científica. Esta posición refractaria frente a la introducción de
las GNE en la enseñanza, fue asumida a rajatabla por varios de los
alumnos de Garavito. Mientras Garavito mantuvo un debate académico
abierto con base en la publicación de sus argumentos filosóficos y
pedagógicos, otros como Álvarez Lleras asumieron una defensa
dogmática de las ideas del maestro. Incluso las extrapolaron a tal
punto, que entrabaron la enseñanza de la física relativista; su
propuesta prácticamente reducía los programas educativos e
investigativos al desarrollo de la llamada “ciencia clásica”.
Conclusión
169
producciones a las que dieron lugar, estuvieron impregnadas de los
colores particulares del momento en que se desempeñaron.
Estos individuos sabían por otra parte que, en el fondo, los problemas a
los cuales la matemática aportaba solución eran comunes a otras
naciones y trascendían por ello las fronteras del país. Generalmente la
clase de matematizaciones que les eran familiares, resultaron de
ejercitar el razonamiento matemático en sus funciones básicas de
medir, calcular, aproximar. Pero, de nuevo, no les era desconocido que
este universal de la razón matemática se declinaba de manera diferente
según el contexto socio-cultural, ya que los logros esperados en
términos de desarrollo y progreso, de prestigio y ascenso social a través
de la ciencia, y de obtención de beneficios en oficios y profesiones
calificadas, jamás eran comparables en las potencias imperiales y en las
repúblicas emergentes. A pesar de esta inequidad estructural y del
desasosiego producido por un entorno con un comportamiento cada vez
más imprevisible, estos pioneros perseveraron en sus empeños de
desarrollar una razón matemática culturalmente diversa como proyecto
de vida.
170
HACIA LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA ASTRONOMÍA:
LOS CASOS DE COLOMBIA Y CHILE EN EL SIGLO XIX
Presentación
366 Cf. González, Francisco José: Astronomía y navegación en España. Siglos XVI-XVIII;
Editorial MAPFRE, Madrid, 1992; pp. 47-54.
367 Gruzinski, Serge: Las cuatro partes del mundo. Historia de una mundialización;
171
estructuras políticas, económicas y culturales de la sociedad.368 La
astronomía en este contexto fue parte de ese proceso, puesto que en el
año 1753 se fundó el Observatorio de Cádiz bajo la dirección del
astrónomo francés Louis Godin, siendo éste el primer centro
astronómico creado en el imperio español, fomentando la entronización
de esta disciplina.369
368 La ciencia como actividad social comenzó en el ámbito hispánico con la fundación
de instituciones científicas y educativas, la contratación de sabios y la publicación de
textos de ciencia, principalmente, gracias al apoyo dado por los monarcas y los
primeros ministros, en espacial se destacó el rol de Carlos III como promotor de la
ciencia en la Metrópoli. Sobre este punto consúltese en Sellés, Manuel (et. al.): Carlos
III y la ciencia de la Ilustración; Alianza Editorial, Madrid, 1988.
369 Sobre el proceso de fundación del Observatorio de Cádiz y la institucionalización de
fundada en América del Sur fue el Observatorio Imperial de Rio de Janeiro en 1827, a
través de una autorización del gobierno, sin embargo, éste comenzó su
funcionamiento efectivo sólo en 1850, cuando Antonio Manuel de Melo asumió su
dirección. Por lo tanto, el Observatorio Astronómico Nacional de Chile fue la tercera
corporación científica en ser fundada en el extremo austral del continente, empero,
para términos de este artículo, fue el segundo en la América española, razón por la
cual mantendremos esa posición dado el problema cronológico anteriormente descrito.
Con respecto a este tema examínese en Keenan, Philip: “The Earliest National
Observatories in Latin-America”. Journal for the History of Astronomy, Vol. 22, N° 1,
1991; pp. 21-26.
172
Dentro de los factores sociales externos, cabe señalar, fue fundamental
que tanto en el primer como en el segundo caso, arribara a los
respectivos países una expedición científica extranjera con personas
dotadas con conocimiento e instrumental adecuado para la práctica
científica de la astronomía. Mientras que en los elementos internos fue
de suma importancia el apoyo dado por el poder político y de la elite
ilustrada, tanto económicamente como en términos culturales, puesto
que tanto en Colombia como en Chile, existía un ambiente en el cual se
valoraba positivamente el quehacer de la ciencia como promotor del
progreso y del bienestar de la nación.
Por lo tanto, en este artículo realizaremos un estudio histórico
comparativo entre la fundación del Observatorio Astronómico de
Santafé de Bogotá en 1803 (que posteriormente se llamará Observatorio
Astronómico Nacional de Colombia) y el Observatorio Astronómico
Nacional de Chile en 1852, de los cuales se analizarán la creación y los
primeros años de funcionamiento de estas dos instituciones, las que
posibilitaron que la astronomía se consolidara socialmente en sus
respectivos países.
173
además estaban directamente vinculados con la Expedición Botánica
que dio origen al Observatorio, y asociados a la tradición universitaria
neogranadina. En tanto que en Chile, los antecedentes astronómicos
que precedieron a la creación del Observatorio Astronómico Nacional,
estuvieron en manos de personas individuales sin ligazón la una con la
otra, cuyos esfuerzos estuvieron dirigidos a realizar algunas
observaciones esporádicas y a la difusión y enseñanza de esta
especialidad; tal y como veremos a continuación.
antes del arribo de la Real Expedición Botánica, por asunto de prioridad histórica y
espacio se decidió no incluirlos. Para pormenorizar sobre este tema consúltese en
Arias de Greiff, Jorge: “Historia de la astronomía en Colombia”, en Arboleda, Luis
174
Mutis (1732-1808) recibió instrucción en astronomía por parte del físico
y astrónomo peninsular Jorge Juan, gracias a quien “se hace un
seguidor de las teorías de Copérnico y del sistema filosófico de
Newton”,374 siendo uno de los primeros científicos profesionales en
asentarse en la Colombia colonial a su llegada en el año 1762. Esto
significó que “en el virreinato de la Nueva Granada, José Celestino
Mutis se hace pionero de la enseñanza de esta “nueva filosofía”,375 vale
decir, el sabio gaditano fue el primero en difundir la filosofía natural
moderna que surgió tras la revolución científica de los siglos XVI y XVII.
Fue así como Mutis definió el rol de la “nueva filosofía” en el contexto
neogranadino, indicando que “el objetivo de la filosofía natural es
describir los fenómenos de la naturaleza, descubrir sus causas, exponer
sus relaciones, y hacer descubrimientos sobre toda la constitución y
orden del universo”.376
175
“nueva astronomía”, debido a que en “la España de la segunda mitad
del Siglo XVIII” era considerado opuesto “a la ortodoxia por los grupos
religiosos más reaccionarios, a la cabeza de los cuales se encontraban
los dominicos y la Inquisición”.379 Estas disputas deben entenderse a
partir de las “controversias que se dieron en la América española entre
las órdenes religiosas, especialmente entre los jesuitas y dominicos”, las
cuales “se trataba de luchas por conquistar los privilegios de enseñar y
conferir grados”.380 Cabe hacer notar que si bien la Inquisición romana
se mostró hostil ante las ideas de la cosmología copernicana, su par
española no solía sentirse obligada a adoptar cada una de las medidas
provenientes desde el Vaticano.381
379 Soto Arango, Diana: Mutis: Educador de la élite neogranadina; op. cit.; p. 109.
380 Ibídem.; p. 111.
381 Sobre el copernicanismo y su relación con la Inquisición española véase en Pardo
Tomás, José: Ciencia y censura: La Inquisición española y los libros científicos en los
siglos XVI y XVII: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1991; pp.
183-189.
382 Silva, Renán: Los Ilustrados de Nueva Granada 1760-1808: Genealogía de una
176
La influencia del naturalista prusiano Alexander von Humboldt fue
trascendental en la formación de Caldas como astrónomo,384 debido a
que éste último pudo comparar sus observaciones con las del científico
alemán y así poder determinar el nivel de exactitud de las mismas, tal y
como señala el astrónomo neogranadino al respecto: “Yo no creía que
obraba con tanto acierto hasta la llegada del Barón. He confrontado mis
observaciones, he manifestado mis pobres y miserables instrumentos, y
han agradado á este viajero”.385 El astrónomo y geógrafo de la Real
Expedición Botánica se destacó por “esa escrupulosa exactitud, nada
desechable en las ciencias, es la actitud de conjunto de Caldas frente a
su actividad investigativa, la que impresiona a sus compañeros en
Popayán, como lo hará luego en Santafé”.386 Humboldt no solo elogió los
resultados de las mediciones hechas por Caldas, sino que también le
proporcionó y le instruyó en las más modernas técnicas en astronomía,
tal y como el mismo Francisco José indica:
“Es preciso confesar en honor de este sabio y de la verdad que me ha
dado luces inmensas en la astronomía, me ha perfeccionado en el uso
del optante, me ha dado un catálogo de quinientas sesenta estrellas, la
fórmula para el cálculo de las declinaciones, tablas de refracción á
diferentes elevaciones sobre el mar, los métodos de La Borda para las
distancias de la luna al sol, mil pequeñas prácticas para la perfección
de las observaciones; todo esto y mucho más le debo á este
prusiano”.387
384 La relación entre Caldas y Humboldt fue de gran admiración mutua y causó gran
euforia en un comienzo en el criollo neogranadino, convirtiéndose al pasar el tiempo
en una gran frustración para éste, producto del posterior rechazo que tuvo hacia su
persona el naturalista prusiano. Para profundizar en esta materia consúltese en Nieto,
Mauricio: “Alexander von Humboldt y Francisco José de Caldas: Americanismo y
Eurocentrismo en el Nuevo Reino de Granada”, en Cuesta Domingo, Mariano y Sandra
Rebok (coordinadores): Alexander von Humboldt: Estancia en España y viaje
americano; Real Sociedad Geográfica, Consejo Superior de Investigaciones Científicas,
Madrid, 2008; pp. 127-142.
385 Caldas, Francisco José de: “Memoria sobre el origen del sistema de medir las
montañas y sobre el proyecto de una expedición científica”. Obras de Caldas; op. cit.;
p. 77.
177
Mientras que en Chile, en tanto, a diferencia de la Colombia colonial, no
hubo una tradición científica que desembocara en la fundación de un
observatorio astronómico, sino que más bien los primeros precursores
de la ciencia de los cielos fueron personas que no tuvieron una
formación científica adecuada, y solo se registran algunos aportes
esporádicos y sin continuidad en el tiempo. Más bien, fue a partir de
iniciativas personales o colectivas que al final no trascendieron, ni
dieron cuenta de una institucionalización social de esta ciencia. El
primer registro documentado corresponde “al soldado Pedro Cuadrado
Chavino, residente de la plaza de Valdivia a fines del siglo XVI.
Siguiendo las instrucciones de la Corona, observó el eclipse de Luna del
19 de junio de 1582; utilizando el antiguo método griego de los eclipses
para calcular la longitud geográfica”.388
178
cielos, pero vale advertir que a éstos no se les pueden catalogar de
científicos. Siendo el primero en esta disciplina, la cosmografía
publicada por el fraile dominico Sebastián Díaz (1741-1812), quien “fue
miembro del claustro de la Universidad de San Felipe como doctor en
teología, desde 1763, y fue examinador de esta materia”.391 Cuya obra
se titula Noticia general de las cosas del mundo por el orden de su
colocación. Para el uso de la casa de los señores marqueses de la Pica, y
para instrucción común de la juventud de reino de Chile, impresa en
Lima en 1783.392 Mientras que un segundo caso correspondió al fraile
franciscano, de origen paraguayo, avecindado en Chile llamado Manuel
Antonio Talavera (1761-1814) quien estudió en la Universidad de
Córdoba y escribió un manuscrito que utilizó como “libro de texto para
la física redactado, mientras dictaba en el Convictorio Carolingio el
curso de 1792”.393 El cual llevó por nombre Trienalis philosoficicursus
institutiones phisicae. Secundam naturalisphilosofiae partem phisicam
scilicet particularem complectentes. Tras el período de independencia
hubo que esperar hasta el año 1848, cuando el sabio caraqueño,
Andrés Bello, publicó un texto astronómico para la enseñanza en los
liceos de Chile titulado La Cosmografía, el cual contiene los últimos
descubrimientos hechos en esta ciencia hasta el año de publicación del
libro, el cual se imprimió un año antes de la venida de la expedición
astronómica que fundará el Observatorio Astronómico Nacional.394
Contexto histórico social
391Ávila Martel, Alamiro de: “La Universidad y los estudios superiores en Chile en la
época de Carlos III”. Estudios sobre la época de Carlos III en el reino de Chile; Ediciones
de la Universidad de Chile, Santiago, 1989; p. 196.
392 El texto de fray Sebastián Díaz es un tratado astronómico que sigue los cánones de
los manuscritos cosmológicos del Renacimiento del siglo XVI. Al respecto consúltese
en Iommi, Virginia y Uribe, Ignacio: “Esferas: Una aproximación a la cosmología
renacentista en Chile colonial”. Asclepio Vol. 66 N° 2, 2014; pp. 4-7.
393 Ávila Martel, Alamiro de: “La Universidad y los estudios superiores en Chile en la
época de Carlos III”. Estudios sobre la época de Carlos III en el reino de Chile; op. cit.;
p. 194.
394 Andrés Bello fue una persona que escribió sobre los ámbitos más variados de la
cultura, siendo la astronomía uno de sus temas científicos predilectos, en la que tuvo
injerencia desde el punto de vista literario, político y educacional. En relación a esto
véase en Leyton Alvarado, Patricio: “Andrés Bello y la Cosmografía: la literatura
científica desde la perspectiva de la historia cultural de la ciencia”. Cuadernos de
Historia Cultural, N° 3, 2014; pp. 77-108.
179
Como hemos propuesto, fue fundamental el apoyo dado a la astronomía
por parte del poder político y de la elite ilustrada, tanto en el Virreinato
de Nueva Granada como en la República de Chile, para que esta ciencia
se institucionalizara. De esta forma, la fundación de ambos
observatorios fue producto de las condiciones sociales y culturales que
posibilitaron el desarrollo de esta disciplina, ya que los gobiernos
implementaron medidas a favor de la enseñanza y difusión de la ciencia
en ambas naciones.
395 Silva, Renán: Los Ilustrados de Nueva Granada 1760-1808: Genealogía de una
comunidad de interpretación; op. cit.; p. 39.
396 La existencia de una Ilustración o cultura ilustrada en la América colonial ha sido
180
propios actores del proceso, amigos y enemigos, llamarán “filosofía
moderna”, o “filosofía natural”.398
398 Silva, Renán: Los Ilustrados de Nueva Granada 1760-1808: Genealogía de una
comunidad de interpretación; op. cit.; p. 51.
399 Soto Arango, Diana: Mutis: Educador de la élite neogranadina; op. cit.; p. 45.
400 Ibídem; p. 135.
401 Ibídem; p. 49.
181
cierta estabilidad política, económica y social que logró alcanzar el
sistema administrativo se pudieron dar los primeros pasos y afianzar la
actividad científica en el país. A partir de los primeros años de la
experiencia republicana “los chilenos se enteraban de las nuevas
construcciones racionales, cientificistas, secularizadoras y eclécticas
que les inspiraron a pensar a partir de nuevos supuestos
epistemológicos”.402 De esta forma, a partir de la década de los treinta,
en Chile se comenzó a construir “un Estado nacional soberano y
representativo [el cual] era congruente con el afán de incorporarse a la
economía internacional y a la revolución científica y técnica”.403
402 Stuven, Ana María: La seducción de un orden: Las elites y la construcción de Chile
en las polémicas culturales y políticas del siglo XIX; Ediciones Universidad Católica de
Chile, Santiago, 2000; p. 31,
403 Serrano, Sol: Universidad y nación: Chile en el siglo XIX; Editorial Universitaria,
182
naturalistas y científicos por parte del poder político, ya que éstos
posibilitarán, “por una parte, la institucionalización de la actividad
científica en el país y, por la otra, el conocimiento del propio cuerpo
físico del territorio”.406
183
conocimiento utilitario sobre la naturaleza americana, sobre todo
valorando las aplicaciones comerciales que le podían brindar la flora, la
fauna y la mineralogía del Nuevo Mundo. Por lo cual, los intereses
científicos y políticos de estas comisiones estaban íntimamente ligados.
La Real Expedición Botánica tenía como función principal, como señala
Carlos III, de realizar “el examen y conocimiento metódico de las
producciones naturales de mis dominios en América” y para lo cual se
debía, en palabras del rey, “enriquecer mi Gabinete de Historia Natural
y Jardín Botánico de la Corte, remitiendo a España semillas y raíces
vivas de las plantas y árboles más útiles, señaladamente de las que se
empleasen o merezcan emplearse en medicina y construcción naval.”
Además, la ciencia de los cielos tenía un rol fundamental dentro de la
práctica científica que debía llevar a cabo la expedición, ya que según el
monarca no se debía “omitir las observaciones geográficas y
astronómicas que se puedan hacer de paso en adelantamiento de estas
ciencias”.407 Si bien la delegación científica tenía como misión
primordial estudiar el cuerpo biótico del virreinato, las otras ciencias,
como la astronomía, tuvieron su cabida e importancia dentro de la
comisión, razón por la cual el rey nombró a Mutis como “mi primer
Botánico y Astrónomo de la expresada Expedición por la América
Septentrional”.408
184
los objetos y fines importantes que abraza el plan propuesto por el
mismo don José Celestino Mutis en su presentación”.409
El sabio gaditano y el resto de los miembros de la expedición se
instalaron en la localidad de Mariquita, en donde “Mutis fundó un
Jardín Botánico y organizó investigaciones en diferentes áreas. La
expedición se dedicaría al estudio de las plantas medicinales (quina,
canela, té), la domesticación de abejas, la minería, la recolección de
aves y de insectos”.410 El médico español y su comitiva tuvieron que
trasladarse a la capital virreinal en 1791, debido a que “el gobierno
español, ávido de ver resultados, temía que el sacerdote, quien cada día
estaba más enfermo, nunca completara los tan esperados trabajos.
Desde Madrid Mutis recibió órdenes de trasladar la expedición a
Santafé”.411 El encargado de la delegación, ante la petición del gobierno
peninsular de desplazar la comisión científica a otra ciudad, se mostró
algo disgustado, ya que consideraba la determinación como “puramente
arbitraria y sin designio directo de los progresos de la misma Flora”.412
Si bien el naturalista hispano mostró cierto malestar ante la decisión,
finalmente terminó aceptando la disposición, para lo cual, ante la
inminencia del cambio de locación, solicitó una amplia residencia para
el desarrollo de las actividades de la misión, indicando que:
“trasladándose de golpe a la capital ignoro la espaciosa casa que
necesito, si no para la decencia de mi estado según mantuve siempre
antes de entrar al real servicio, a lo menos la extensión necesaria a las
principales oficinas y un jardín para los depósitos de las plantas
vivas”.413
185
finalizada dicha comisión, la cual fue la formadora de la primera
generación de científicos neogranadinos, dentro de los cuales se pueden
nombrar a “Francisco Antonio Zea, más tarde director del Real Jardín
Botánico de Madrid, Jorge Tadeo Lozano, el zoólogo de la expedición,
José y Sinforo Mutis, los sobrinos del director, y Francisco José de
Caldas”.414 Además, se debe agregar un hecho se suma relevancia para
la astronomía colombiana, la cual está relacionada con la creación del
primer observatorio astronómico de América del Sur, gatillado por el
interés que el médico peninsular demostró tener hacia la ciencia de los
cielos. La afinidad de Mutis hacia esta disciplina la podemos identificar
claramente a partir de su propia formación científica obtenida en
España, y también por el hecho de ser nombrado astrónomo real por
Carlos III al embarcarse con dirección al virreinato neogranadino en
1783. Asimismo, el sacerdote y naturalista español dedicó parte de su
tiempo a la enseñanza de la astronomía en Nueva Granada siendo
relevante su actuar en la difusión de la ciencia moderna y la cosmología
copernicana, por lo cual no es de extrañar que haya estado dentro de
sus planes fundar un observatorio.
414 Nieto, Mauricio: Remedios para el imperio: Historia natural y la apropiación del
Nuevo Mundo; op. cit.; p. 239.
415 Londoño, Roberto José y Alessandra Morales: Observatorio Astronómico de Bogotá:
186
el proceso de diseño y construcción del Observatorio”.416 Fue así como
el primer edificio construido para el estudio científico de los astros en
América del Sur dio inicio, el cual “llamado inicialmente Real
Observatorio de San Carlos, fue promovido y financiado por José
Celestino Mutis, con planos y dirección de fray Domingo de Petrés”.417
Además, el sabio gaditano contó “con el apoyo del poder político, en
particular del Ministro Marqués de Sonora”.418
187
determinante rol que jugó el poder político en la instauración de los dos
primeros observatorios astronómicos fundados en la América hispánica.
En 1849 recaló en Valparaíso una comisión científica estadounidense al
mando del Teniente de Marina James Meville Gilliss, quien tenía por
misión calcular el ángulo de paralaje de la Tierra al Sol utilizando el
tránsito de Venus. Para dicho cometido se necesitaba realizar
“observaciones simultáneas desde dos lugares de la tierra tan
separados en latitud como sea posible”,422 de esta forma era menester
ubicar un punto que estuviera a una latitud similar al Observatorio
Naval de Washington, razón por la cual “la isla de Chiloé entre las
latitudes -42° y -43°, había sido originalmente sugerida por Gilliss como
estación austral, en parte porque era en esa época uno de los puntos
más meridionales de Chile”.423 Esta locación fue descartada por motivos
climatológicos siendo el lugar escogido, finalmente, “el Cerro Santa
Lucía, cerca del centro de Santiago. En esta colina de pórfido columnar
había dos viejos fuertes españoles. Sobre uno de ellos, en el costado
norte, justo bajo la cumbre, a una altitud de 53 metros sobre la ciudad,
se levantaron los dos edificios del observatorio”.424
422 Keenan, Philip (et al.): El Observatorio Astronómico Nacional de Chile: (1852-1865);
Universidad de Chile, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Santiago, 1985; p.
100.
423 Ibídem; p. 100.
424 Ibídem; p. 103.
425 Ibídem; p. 104.
188
autoridades estadounidenses sobre la instalación de un observatorio en
el territorio chileno, antes que la comisión astronómica zarpara, señaló
“que unos seis años antes se había tratado en Chile de fundar un
observatorio astronómico, y que si no había sido posible llevar entonces
a cabo ese proyecto por la falta de hombres competentes, no se
desperdiciaría ahora esta ocasión.”426 Si consideramos válida la
información entregada por Barros Arana, entonces podemos concluir
que al interior de la elite gobernante se habría proyectado la posibilidad
de establecer un centro astronómico con antelación a la venida de
Gilliss y sus hombres.
426 Barros Arana, Diego: Un decenio en historia de Chile (1841-1851): tomo segundo;
Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2003; p. 281.
427 Aldunate Phillips, Arturo: Chile mira hacia las estrellas: pequeña historia
189
La fundación del Observatorio Astronómico Nacional430 se concretó a
través de una ley firmada por el Presidente de la República Manuel
Montt (1809-1880) y el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública
Silvestre Ochagavía (1820-1883) el 17 de agosto de 1852, la cual
indicaba: “Con lo espuesto en la nota que precede del Delegado
universitario encargado de recibir los instrumentos i demás objetos del
Observatorio Astronómico comprados por el Gobierno, conforme a lo
dispuesto por decreto de 30 de junio último”.431 Con este decreto se da
inicio a la práctica científica y a la institucionalización de la astronomía
en la República chilena, siendo la participación del poder político clave
en esta materia, ya que fue el Estado quien hizo las compras del
material científico y de los inmuebles de la expedición, las que se
materializaron a través de “los Ministros de la Tesorería [quienes]
entregarán del Tesoro Nacional, a M. Gilliss, Jefe de la Expedición
científica Norte-Americana, la suma de siete mil ochocientos veinte i
tres pesos en que han sido apreciados los instrumentos, edificios i
libros del Observatorio Astronómico”.432 La suma de 7.823 pesos que
desembolsó el gobierno chileno en la adquisición del Observatorio,
según Karl Moesta (primer director del Observatorio Astronómico
Nacional), se modificará ya que el “valor se había ajustado en la suma
de 7,939 pesos”.433
Santiago de Chile en los años 1853, 1854 i 1855, Imprenta del Ferrocarril, Santiago,
1859; p. I.
190
Los instrumentos científicos adquiridos por el Estado republicano a la
delegación astronómica norteamericana consistieron en:
“Un Círculo-Meridiano hecho por Pistor i Martins; una Ecuatorial, cuyo
objetivo mide 6.4 pulgadas (inglesas), hecho por Fitz; una Ecuatorial de
Fraunhofer, objetivo de 4 pulgadas; un Círculo de refleccion[sic] hecho
por Ertel; dos termómetros normales, hechos por Simms i Barlow; dos
sizemómetros(inservibles); un péndulo de tiempo sidéreo, hecho por
Molineaux; un cronómetro de tiempo sidéreo, N° 2671 de Parkingson i
Frodsham; un cronómetro de tiempo medio, N° 2598 de Parkingson i
Frodsham; varios catálogos de estrellas, efemérides astronómicas i
algunos libros, i dos casitas de madera”.434
434Ibídem; p. I.
435 Sobre las causas y consecuencias políticas de las guerras de emancipación en el
Virreinato de Nueva Granada, véase en Calderón, María Teresa y Thibaud, Clement:
La majestad de los pueblos en la Nueva Granada y Venezuela (1780-1832); Taurus,
Universidad Externado de Colombia, Colombia, 2010.
191
de la rebelión social que afectó a Chile en el año 1851, un año antes de
la fundación del Observatorio. Esto posibilitó que la astronomía se
desarrollara de forma sistemática y continua.
436 Caldas, Francisco José de: “Descripción del Observatorio Astronómico de Santa Fé
de Bogotá, situado en el Jardín de la Real Expedición botánica, Semanario de la Nueva
Granada: Miscelenea de ciencias, literatura, artes e industria; op. cit., p. 45.
437 Ibídem; p. 45.
192
Una de las primeras tareas astronómicas que realizó el director del
centro astronómico fue determinar la latitud y longitud del inmueble,
para lo cual tuvo algunos inconvenientes, puesto que “las nubes que
ocultaron al sol en el solsticio de diciembre de 1805, y en los de 1806, y
uno de 1807 no han permitido concluir de modo invariable é
independiente de toda suposición la latitud de este edificio”. A pesar de
los importunos que las nubes causaron, Caldas pudo determinar la
latitud geográfica del lugar haciéndose valer de “numerosas alturas
meridianas del sol y estrellas, tomadas al Norte, al Sur y al cenit he
hallado que está á 4° 36’ 6’’ N., determinación que no puede incluir 5’’
de error, atendiendo al cuidado que hemos puesto en este elemento
capital para un Observatorio”.438
193
Los trabajos científicos que llevó a cabo Francisco José de Caldas en el
centro astronómico entre los años 1805 a 1810 estuvieron relacionados
con la observación del “paso de un cometa que coincidió, exactamente,
un año antes, con la fecha de muerte de Mutis. Se registraron estrellas,
estrellas dobles y otros fenómenos naturales. Se tomaron datos
barométricos que procuraban pronosticar el clima”. Además, el director
del Observatorio dejó un proyecto inconcluso de “producir el catálogo de
las estrellas australes”.442 Junto a las labores astronómicas efectuadas
por sabio y astrónomo neogranadino, también se elaboraron estudios de
tipo meteorológico y geográfico. Pero no solo el Observatorio
Astronómico será una corporación en la que se desarrollarán
actividades científicas múltiples, sino que incluso será un lugar en
donde un grupo de patriotas se reunían, ya iniciadas las acciones
independentistas, debido a “que se hallaba entonces en un sitio aislado
de la ciudad, para el trazado de sus planes y organización de sus
acciones”.443
194
Torres”.445 Cabe señalar que Caldas, producto de las guerras de
Independencia, dejó la dirección de la institución científica en 1810
quedando el edificio clausurado hasta 1823, fecha en que llega al país
la Misión de Boussingault,446 tiempo en que se vuelven a retomar las
actividades astronómicas y que para dicho periodo su primer director se
encontraba fallecido en 1816.
Una de las primeras ocupaciones que tuvo Karl Moesta, como director
del Observatorio, fue establecer la latitud y longitud de la ciudad de
Santiago. Para la primera medida se logró establecer mediante la
corrección de “las distancias zenitales por el efecto de la refracción se
han convertido en distancias al polo septentrional, adoptando la latitud
del círculo meridiano en -33° 26’ 25.’’ 38”, este cálculo lo obtuvo Moesta
mediante “una discusión preliminar de un número de observaciones
practicadas en el año 1853 i 1854”.447 La longitud se pudo determinar
por medio de “la diferencia de los meridianos de este Observatorio i del
de Greenwich he deducido hasta ahora esclusivamente [sic] de las
Santiago de Chile en los años 1853, 1854 i 1855, Imprenta del Ferrocarril, Santiago,
1859; p. XXXIII.
195
culminaciones de la Luna i de ciertas estrellas, situadas cerca de su
paralelo, comparándolas al efecto con observaciones correspondientes a
ellas i hechas en localidades, cuya diferencia de longitud está conocida
exactamente”.448
Finalmente la “longitud adoptada del Observatorio = 4h 42m 33s al
Oeste de Greenwich”.449 Lo interesante es que el director emplea el
meridiano de Greenwich como longitud cero o punto de referencia
meridional antes del año 1884, año en que se establece por convención
esta medida. Además, a Moesta le “pareció conveniente practicar de
preferencia observaciones meridianas de estrellas”. Junto a esto el
astrónomo alemán estudió “las ocultaciones de estrellas por la luna,
[que] se comenzaron a hacer desde el día 19 de septiembre de 1852, día
en que me hice cargo del establecimiento”.450 A raíz del interés primario
del director del Observatorio Nacional en la investigación sobre las
estrellas, es que en 1856 Moesta hizo entrega de un catálogo de 999
estrellas boreales al gobierno chileno. Asimismo, efectúo un viaje al
Perú con ocasión de un eclipse solar donde participarían científicos y
astrónomos de Europa y Estados Unidos. Así como realizó
observaciones sobre cometas y meteoritos, e incluso, trabajos geológicos
analizando algunos extraños fenómenos acaecidos en el cerro Santa
Lucía, entre otros estudios de tipo astronómico y meteorológico.
Conclusión
La institucionalización de la astronomía en Colombia como en Chile, se
gestó, principalmente, por la positiva valoración que se dio a la ciencia
en ambas naciones, especialmente por la clase política dirigente y la
elite cultural, las cuales consideraron que esta actividad sería fructífera
para el progreso material y social de los respectivos países. Esta actitud
ante el conocimiento de la naturaleza permitió la generación de una
incipiente comunidad científica, así como la enseñanza en las
universidades de disciplinas afines y de filosofía natural. Además, se
196
crearon las primeras corporaciones científicas que darán paso a la
institucionalización de esta actividad mediante la socialización y
difusión de los distintos saberes.
Se suma a lo anterior, las circunstancias externas que favorecieron el
crecimiento de la ciencia en ambas realidades, las cuales fueron
determinantes para el desarrollo de la astronomía, como lo fueron las
expediciones científicas que arribaron a Colombia y Chile en el siglo
XVIII y XIX respectivamente. Estas comisiones trajeron consigo el
capital humano, científico y tecnológico necesario para que se
establecieran las condiciones basales de la práctica científica de la
astronomía, debido a que los científicos y sabios llegados permitieron
que la sociedad colombiana como la chilena tuvieran acceso a los
instrumentos, libros y publicaciones necesarios para el cultivo y estudio
del cosmos.
197
MAPAS HISTÓRICOS DE COLOMBIA:
UN ANÁLISIS EPISTEMOLÓGICO DESDE LA
CARTOGRAFÍA
Introducción
198
El objetivo de seguir el desarrollo histórico de Colombia a través de sus
productos cartográficos es aplicar el esquema teórico de paradigmas en
cartografía a una realidad latinoamericana como es el caso de la nación
colombiana. Se han analizado corrientes de pensamiento y tendencias
paradigmáticas en la concepción de los mapas que explican el
desarrollo de la cartografía especialmente en el contexto europeo y
norteamericano. Sin embargo, las investigaciones y estudios para
latinoamerica apenas existen. Este capítulo pretende asociar, a grandes
rasgos, dicho marco conceptual al desarrollo histórico de Colombia a
través de los mapas resultantes de dicha evolución.
199
Las comisiones de “Cartografía Teórica” e “Historia de la Cartografía”
pertenecientes a la Asociación Cartográfica Internacional-ICA han
incursionado tópicos en cartografía y mapas que van más allá de
consideraciones tecnológicas. Como el desarrollo teórico en cartografía
ha sido mínimo en la región latinoamericana, frente a la tradición
anglosajona, germana y europea oriental (especialmente Hungría y
Rusia), se pretende un análisis que contribuya al cuerpo de
conocimiento de la disciplina. De esta manera, se ha analizado la
cartografía en el contexto de las ciencias451 y la mirada epistemológica
de los paradigmas que han permeado la disciplina en su desarrollo
reciente.452
451
Para temas y principios en cartografía, veáse: Azócar, P.: “Hacia una Formalización
Teórica en Cartografía: Temas y Principios de la Praxis Cartográfica”. Revista
Cartográfica, Instituto Panamericano de Geografía e Historia. México, 2006, N° 82; pp.
75-91. Para el análisis de cartografía y ciencias, veáse: Azócar, P.: “La Cartografía en el
contexto de las ciencias: Aproximaciones teóricas de la disciplina”. Revista Geográfica
de Chile Terra Australis, Instituto Geográfico Militar, Santiago, 2007-2008, N° 51-52;
pp. 133-140; junto con: Buchroithner, M. and Azócar, P.: “Cartography in the Context
of Sciences: Theoretical and Technological Considerations”, The Cartographic Journal.
2011, Vol. 48, N°1; pp. 4-10. Para reflexiones epistemológicas en cartografía y paisaje,
consultar: Azócar, P.: “Una mirada epistemológica de la representación cartográfica del
paisaje”. Revista de Historia y Geografía. Universidad Católica Silva Henríquez,
Santiago, 2012, N° 27; pp. 89-100.
452
Para mayores detalles de paradigmas en cartografía, veáse: Azócar, P.: Paradigmatic
Tendencies in Cartography: A synthesis of the Scientific-Empirical, Critical and Post-
Representational Perspectives. Doctoral Thesis. Dresden University of Technology,
Faculty of Environmental Sciences. 2012a, Dresden, Germany. Consulta en sitio web
http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:bsz:14-qucosa-83806. Para actualización y
mayores referencias de documento anterior, consultar: Azócar, P. and Buchroithner,
M.: Paradigms in Cartography. An Epistemological Review in the 20 th and 21st
Centuries. Springer-Verlag Berlin-Heidelberg, 2014.
453
Edney, M.: “Recent Trends in the History of Cartography: A Selective Annotated
Bibliography to the English-Language Literature”, Coordinates, Series B, Nº 6, 2007
http://purl.oclc.org/coodinates/b6.htm
200
Kuhniana454 la disciplina estaría enmarcada por un paradigma
científico-empírico, un paradigma crítico y un paradigma post-
representacional.455 Desde un punto de vista epistemológico, el primer
paradigma tiene un carácter esencialista (nivel científico), el segundo un
perfil constructivista (nivel sociológico), y el tercer paradigma
mencionado posee un carácter emergente (nivel ontológico). Sin
embargo, el presente capítulo se centra principalmente en los primeros
dos mencionados.
454
Kuhn, T.: La Estructura de la Revoluciones Científicas. 1993. Fondo de Cultura
Económica Chile S.A.
455
Azócar, P.: Paradigmatic Tendencies in Cartography: A synthesis of the Scientific-
Empirical, Critical and Post-Representational Perspectives; op. cit.
456
Vico, E. y Bentancor, N.: “Evolución y Método de la Geografía”. ANEP Departamento
de Educación a Distancia; Edición 1999.
201
- Los autores en Geografía (…) son hombres de su época, influidos
por las ideas del momento y colaboradores en la expansión del
conocimiento
202
dependen del contexto en que son creados. Esta postura se contrapone
a la tendencia tradicional en cartografía que considera el mapa como un
reflejo de la realidad -un producto estable, objetivo, exacto y libre de
valores. En este contexto se habla de una postura crítica o cartografía
crítica, la cual, si bien ha sido sistematizada recientemente, ha existido
de manera paralela a la visión científica de los mapas.458
458
Crampton, J. and Krygier, J.: “An Introduction to Critical Cartography”, ACME: An
International E-Journal for Critical Geographies, Vol. 4, N°1; pp. 11-33.
459
Harley, J. B.: La Nueva Naturaleza de los Mapas. Ensayos sobre la Historia de la
Cartografía; op. cit.
203
imagen del mapa la cual se extiende más allá de los usos estipulados en
cartografía. De esta forma, el mundo es disciplinado y normalizado.
460
Wood, D.: The Power of Maps, 1992, New York: Guilford Press.
461
Monmonier, M.: How to Lie with Maps, (2nd Edition): 1996, University of Chicago
Press.
462
Pápay, G.: “Politics and Cartography”. Dagmar Unverhau (Ed.) Sate Security and
Mapping in the GDR: Map Falsification as a Consequence of Excessive Secrecy? 2006;
(pp. 1-13), Berlin: Lit Verlag.
204
Análisis cartográfico-histórico de la construcción de Colombia
463
Díaz, Sebastían; Muñóz, Santiago y Nieto, Mauricio.: Ensamblando la Nación.
Cartografía y Política en la Historia de Colombia. 2010, Universidad de Los Andes.
Bogotá; p. 9.
205
geográficos ingleses del siglo XVIII”,464 y “la cartografía de Nueva
Inglaterra y los nativos norteamericanos”.465 En el artículo Mapas,
conocimiento y poder Harley analizó algunos casos considerando, entre
otros, el imperio británico a una escala global de análisis, mensajes
propagandísticos alemanes a una escala regional y casos de
propiedades rurales y urbanas a escala local, pero siempre el análisis
centrado en Europa.466 En sus escritos quedó ausente este análisis a
nivel latinoamericano. Sin embargo, las incipientes naciones del
llamado Nuevo Mundo, como es el caso de la construcción de Colombia
como la “Nueva Granada”, es un claro ejemplo que estos territorios no
se sustrayeron al poder ejercido con la cartografía como instrumento de
conocimiento y control.
464
Harley, J. B.: “Power and Legitimation in the English Geographical Atlases of the
Eighteenth Century”. John A. Wolter and Ronald E. Grimm (eds.), Images of the World:
The Atlas through History; (pp. 161-204). 1997, New York: McGraw-Hill.
465
Harley, J. B.: “New England Cartography and the Native Americans”. Emerson W.
Baker, Edwin A. Churchill, Richard D’Abate, Kristine L. Jones, Victor A. Konrad and
Harald E. L. Prins (eds.), Beginnings: Exploration, Culture, and Cartography in the Land
of Nurumbega; (pp. 287-313), 1994, Lincoln: University of Nebraska Press.
466
Harley, J. B.: “Maps, Knowledge, and Power”, Denis Cosgrove and Stephen Daniels
(eds.) The Iconography of Landscape: Essays on the Symbolic Representation, Design
and Use of Past Environments (pp. 277-312) 1988, Cambridge: Cambridge University
Press.
467
Díaz, Sebastían; Muñóz, Santiago y Nieto, Mauricio.: Ensamblando la Nación.
Cartografía y Política en la Historia de Colombia; op. cit.; p. 31.
206
Se evidencia así el paradigma dominante: el mapa como modelo de la
realidad, en este caso la realidad físico-natural. Las mapas no sólo
deben representar en forma fidedigna los territorios, sino también el
orden natural imperante. Esta es una visión de conjunto acerca de la
naturaleza, en la que se explicita la interrelación de factores naturales,
formando un todo armónico y bello. El naturalista prusiano Alexander
von Humboldt (1769-1859) es el principal exponente de esta corriente
en el período de la Ilustración y que puede ser entendida con clave
positivista. Es decir, este planteamiento se enmarca en el proyecto
ilustrado europeo que consistía en comprender, clasificar y ordenar el
mundo. Por tanto, el mapa con toda su rigurosidad y exactitud es un
factor de vital importancia en dicho proyecto.
468
Del Castillo, Lina: “La Gran Colombia de la Gran Bretaña: la importancia del lugar
en la producción de imágenes nacionales 1819-1830”. Araucaría Revista
Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, 2010, Vol. 12, N° 24; pp. 124-
149.
207
gobierno republicano fue grabado e impreso en Londres, en 1823, y se
titula Colombia tomada de Humboldt y de otras autoridades recientes. Se
incluyó en un libro publicado tanto en inglés como en español por
encargo de Francisco Antonio Zea, quien se desempeñaba como
representante internacional de Colombia, con el fin de promover la
inversión, el comercio y la migración europea al país”.469
469
Díaz, Sebastían; Muñóz, Santiago y Nieto, Mauricio.: Ensamblando la Nación.
Cartografía y Política en la Historia de Colombia; op. cit.; p. 41.
470
Ibídem.; pp. 44-46.
208
geógrafos, cartógrafos, botánicos, pintores y escritores, cuyas tareas y
estudios se iniciaron en el año 1850. Respecto a los mapas que esta
comisión originó, se puede señalar que: “A diferencia de los mapas
manuscritos, la cartografía terminada de la Comisión borra toda alusión
al recorrido de la expedición. Este mapa ya no es el producto de la
experiencia de un observador en el lugar, sino que es una
representación objetiva del espacio. En este proceso, las convenciones
son necesarias para transformar esa experiencia del trabajo de campo
en un producto cartográfico neutro, en el cual desaparece el punto de
vista del observador. El territorio se convierte así en un dispositivo
móvil, en un dibujo de dos dimensiones que facilita el control a
distancia de un inmenso territorio. La sistematización de la información
en patrones comunes -distancias, alturas, temperaturas, productos de
cultivo y caminos- permitió dar cuenta de las particularidades de cada
región y de su importancia dentro de los proyectos nacionales”.471
471
Ibídem.; p. 51.
209
Posteriormente, en el año 1889 se publicó el Atlas Geográfico e Histórico
de la República de Colombia (Antigua Nueva Granada) el cual constituye
una narración que, hasta ese entonces, entrelaza el espacio y el pasado
de la nación. “En el atlas, la geografía y la historia son efectivos medios
para hacer de la nación un hecho natural y consolidar el sentido de
pertenencia a un territorio y a una comunidad política imaginada”.472
472
Ibídem.; p. 54.
473
Ibídem.
210
encontrar cuando Harley muestra algunas apreciaciones acerca de los
silencios de los mapas. Para el autor existe “los silencios intencionales”
y “los silencios epistemológicos o no intencionales de los mapas”. En
estos últimos existe el discurso científico junto con los discursos
político y social de los mapas. En cuanto al segundo discurso, Harley
señala: “[…] Una categoría es el silencio toponímico. Los Estados
conquistadores imponen un silencio a la población minoritaria o
sometida a través de la manipulación de su toponimia. Todo el estrato
de identidad étnica es suprimido del mapa en actos que equivalen a un
genocio cultural. Mientras que estas manipulaciones, en cierto nivel,
son resultado de censura deliberada o de políticas de aculturación, en
otro nivel, el epistemológico, también se pueden ver como
representantes del rechazo inconsciente de este “otro” pueblo por parte
de los que pertenecen a los grupos políticamente más poderosos”.474
211
A continuación se analiza algunos planteamientos de la autora Lina del
Castillo al mapa del año 1823 titulado Colombia tomada de Humboldt y
de otras Autoridades Recientes. Como ya fue señalado anteriormente,
este mapa tuvo vital importancia en los albores de la República. Aquí
será analizado bajo dos perspectivas o visiones contrapuestas desde un
punto de vista epistemológico.
475
Ibídem.; p. 104.
212
imagen alegoriza la situación política de Colombia a comienzos de 1820.
Las tropas venezolanas (el Orinoco masculino con bastón de mando)
habían ganado importantes victorias militares en la Nueva Granada
(liberando a la atractiva joven Magdalena). Quito, al todavía estar en
manos de los ejércitos expedicionarios, no se antropomorfiza en esta
imagen, pero sí sirve como un escenario pasivo, aunque imponente en
la imagen del Chimborazo. El mensaje no es sutil; Colombia era una
nación cuya unidad geográfica estaba sancionada por la naturaleza
misma. El intercambio de miradas románticas penetrantes entre el
Orinoco y el Magdalena, a la sombra del Chimborazo, prometen un
futuro fértil que sólo podría alcanzarse mediante la unidad entre la
fuerza de armas y la riqueza natural. El cartucho, por lo tanto, anuncia
a sus lectores que Colombia es el resultado de un enlace entre
territorios distintos cuyas trayectorias apuntaban al matrimonio, no al
divorcio”.476
476
Del Castillo, Lina: “La Gran Colombia de la Gran Bretaña: la importancia del lugar
en la producción de imágenes nacionales 1819-1830”; op. cit.; p. 142.
477
Ibídem.; pp. 143-144.
213
diseñadores del mapa de 1823 nunca fueron explícitos sobre la causa
de sus silencios cartográficos. Lo que sí se puede acertar es que el texto
geográfico escrito, el mapa que lo ilustra con su cartucho oficial y
aquellos préstamos notariados con sellos oficiales fueron todos parte de
la parafernalia simbólica y material que le daba credibilidad oficial a la
entidad política de la Colombia independiente. Por medio de ellos, se
intentaba capturar y estabilizar un discurso oficial sobre cómo
Colombia debía ser identificada por las audiencias internacionales”.478
478Ibídem.; p. 147.
479Harley, J. B.: La Nueva Naturaleza de los Mapas. Ensayos sobre la Historia de la
Cartografía; op. cit.
214
Colombia como parte de los esfuerzos por ganar reconocimiento y
aceptación de la incipiente república en el exterior, especialmente en
Gran Bretaña.
Conclusiones
480Del Castillo, Lina: “La Gran Colombia de la Gran Bretaña: la importancia del lugar
en la producción de imágenes nacionales 1819-1830”; op. cit.; p. 148.
215
Europa. La interpretación crítica de la historia de la cartografía ha
tomado como ejemplos los imperios europeos y los territorios
norteamericanos durante los siglos XVI al XIX, no así el caso
latinoamericano. Esta ha sido una oportunidad para darse cuenta que
hay autores que han desarrollado análisis crítico de los mapas en
nuestra región, pero faltaba situarlos en un marco teórico explicativo
como son los planteamientos de John B. Harley. De esta manera, se
han tratado dos importantes documentos centrados en la cartografía de
Colombia, a la luz de dos visiones paradigmáticas que han permeado el
desarrollo de la cartografía: las perspectivas positivista y crítica.
216
construidos sobre redes matemáticas precisas en cuanto a dimensiones
y distancias. Paradojalmente, el producto cartográfico es tan “exacto y
preciso” –es decir, verdadero- que aquello que no muestra u omite, se
invisibiliza o deja de existir en el imaginario. En otras palabras, el poder
y autoridad del mapa se impone en clave científica. No es casual que los
autores declaren el subtítulo del texto como “Cartografía y Política en la
Historia de Colombia”.
217
momento, transitorios, fugaces, contingentes, relacionales y
dependientes del contexto. En este sentido, aquel mapa que es objetivo
y subjetivo a la vez, corresponde a esta categoría. Por supuesto que esta
mirada alternativa y paradigmática que nos proporciona la cartografía
post-representacional no es el tema que nos ha convocado; no obstante,
deja abierta la posibilidad de superar el dualismo positivismo-criticismo
(objetividad-valoración) que ha estado implícito en la lectura del
presente capítulo.
218
EL POSITIVISMO COMO PROBLEMA EN COLOMBIA.
Evaluación crítica de una ausencia
Introducción
481Cfr.
J. S. Mill, Auguste Comte and Positivism, Create Space Independent Pub, 2015;
M. Forrin, J. D. Martz, Latin_American political Thought and Ideology, The University of
North Carolina Press, 1970.
219
En Colombia, el positivismo (como por lo demás la mayoría de las cosas
en la historia de este país) entró tardíamente; con alguna propiedad,
apenas en el siglo XX. Los nombres más destacados que incorporan
(parte de)el ideario positivista incluye a filósofos como Carlos Arturo
Torres, Fernando González, Luis López de Mesa, Luis Eduardo Nieto
Arteta, Baldomero Sanín Cano y Cayetano Betancur, entre otros. Todos
ellos liberales por convicción o militancia.
482Sin embargo, la historia desde 1991 hasta la fecha es la del desmonte sistemático
de los supuestos liberales de la Constitución de 1991 y el retorno amañado a criterios
más ortodoxos y conservadores, en economía y religión, en materia social y de
seguridad y mecanismos militares, en temas energéticos y de medioambiente, por
ejemplo.
220
mezclada con otros componentes filosóficos de la época, algunos de los
cuales se debatían en círculos de América Latina.
221
El neopositivismo resalta particularmente tres aspectos, en el desarrollo
de la actividad científica, a saber: la importancia de la cuantificación
(estadística, por ejemplo), el conductismo y la epistemología
propiamente positivista.Mientras que de un lado, la idea de base de
Compte es la de elaborar un cuadro científico del mundo, más allá de
supuestos y prejuicios idealistas y metafísicos y, de otra parte,
establecer una ciencia de los seres humanos análogamente a la ciencia
existente en su momento. El neopositivismo resalta la idea misma de
unidad o unificación de las ciencias y gira la mirada más hacia el papel
de las matemáticas y la lógica. Vale recordar que el curso de filosofía
positiva de A. Comte se compone de dieciocho lecciones sobre
matemáticas, algo que se desconoce generalmente. En cualquier caso,
gracias a Compte nacen las ciencias sociales o las ciencias humanas
(sciences humaines) por primera vez en la historia de la humanidad. Y
es también gracias al positivismo que se establece un diálogo entre
ciencia y filosofía en términos de lo que habrá de conocerse como
filosofía científica.
222
figura de M. Schlick, conjuntamente con R. Carnap y O. Neurath
influyen grandemente sobre una pléyade de filósofos y científicos entre
los cuales se incluyen a K. Gödel, A. J. Ayer, H. Feigl, R. Von Mises, E.
Nagel, K. Popper, W. V. Quine, H. Reichenbach, F. Ramsey, A. Tarski, y
L. Wittgenstein, entre otros. Culturalmente representa un momento
sorprendente y maravilloso.483
223
amplio, y la filosofía, en sentido preciso, conocen una inflexión
maravillosa consistente en una crítica y distanciamiento del idealismo,
notablemente el neokantismo y las formas de neotomismo.
Pues bien, el eslabón, por así decirlo, que unifica el esquema presente
en el Cuadro 1 es el del surgimiento de la filosofía científica. Esto es, la
filosofía de espíritu crítico y abierto pero riguroso y metódico gracias a
la cual se sientan las bases del más fructífero de los diálogos entre
ciencia y filosofía que tiene lugar en el siglo XX.
El positivismo en Colombia
224
versión amañada y conservadora, como utilitarismo y spencerismo, de
la mano del conservador Rafael Núñez, el padre de la Constitución de
1886, cuyas dos consecuencias más inmediatas son: la proscripción del
pensamiento liberal y por tanto de cualquier pensamiento progresista
en el país, y el fundamento para el sistema de Frente Nacional que nace
en 1953 pero que se proyecta con nombres diferentes hasta la fecha.
485Cfr. Núñez, R., “Sociología” (1883), en: Cien años de la sociología en Colombia,
Bogotá, Universidad Nacional de Colombia, 1982, pp. 15-22.
225
posible establecer una relación de causalidad necesaria entre una cosa
y otra.486
Como quiera que sea, entre los expositores y difusores del positivismo
ocupa un papel destacado el educador suizo Ernst Röthlisberger (citado
por O. Saldarriaga, 2004) gracias principalmente a las reformas
radicales y que hicieron posible introducir estudios científicos.
Asimismo, vale recordar a César Guzmán, quien tradujo en 1883 una
compilación con el título Curso de filosofía experimental, que incluía
textos de y sobre Stuart Mill, Taine, Spencer, Claude Bernard y otros.
486 Por lo demás, vale recordar que Colombia es el único país de la región que a la
fecha carece por completo de un sistema de ferrocarriles nacionales. Esta es otra
historia que raya con lo anecdótico.
487 Cfr. S. Camacho Roldán, “Discurso leído por Salvador Camacho Roldán en la sesión
226
se refiere a la influencia de Spencer por encima de la del propio Comte,
olvidando incluso por completo la importancia de Stuart Mill o de
Bentham, por ejemplo, à la limite.
227
En el caso colombiano y, mutatis mutandi, para el conjunto de América
Latina, cuando el conjunto de factores mencionados no tienen lugar en
el sentido preciso y fuete de la palabra, cabe sencillamente hablar de
recepción – de una escuela, un movimiento, un pensador, por ejemplo.
Dicho en otras palabras, la apropiación social y cultural de una filosofía
determinada demanda la participación activa de los procesos mismos de
normalización del conocimiento. Así por ejemplo, deben existir
congresos en torno al tema, revistas especializadas, debates orales y
escritos consignados en prestigiosos órganos académicos, participación
en el circuito internacional de conferencias y de publicaciones, en fin,
deben poder crear y permearse a través de currículos y ser el objeto
normal de discusión y debate por parte de diferentes actores sociales.
Nada semejante aconteció en Colombia en el caso del positivismo. No
hubo, por así decirlo, una fuerza social que movilizara y nutriera los
ideales, programas, problemas y tesis positivistas y de sus extensiones.
En unos lugares, se trató de la fuerza de círculos y grupos de judíos; en
otros lugares, de académicos y científicos prestigiosos, y casi siempre de
sectores nacionales de la burguesía con una clara conciencia nacional y
mundial acerca de los avances y tendencias más progresistas del
conocimiento.
228
Quisiera subrayar un elemento puntual, importante tanto desde el
punto de vista filosófico, como cultural e histórico. Se trata del criterio
semántico de la verificación. Este puede ser adecuadamente entendido
como la columna vertebral que unifica y atraviesa al positivismo, al
neopositivismo, al empirismo lógico, la filosofía analítica, el utilitarismo
y el pragmatismo. Sencillamente, no debemos poder hacer uso del
lenguaje de manera impune. Si, de un lado, los límites del mundo son
los límites mismos de nuestro lenguaje (Wittgenstein), al mismo tiempo
el análisis del uso del lenguaje tiene consecuencias de tipo ético, social
y cultural innegables.
489La lógica formal clásica, esto es, la lógica sin metafísica (la expresión es de E.
Nagel), comienza a nacer en 1847, gracias a los trabajos pioneros de Boole y de
Morgan, y termina de nacer en 1933-36 en virtud de las contribuciones de Tarski, y
con aportes significativos
229
Peano o Turing, por ejemplo. Lo mismo no puede decir en general ni de
la filosofía ni de la ciencia en general. Como es sabido, a lo largo de la
historia ha habido numerosos casos de connivencia entre regímenes
autoritarios, en toda la acepción de la palabra, y ciencia o filosofía;
desde Aristóteles a Hegel, desde Von Braun a Von Neumann, por
ejemplo. La lista puede extenderse sin dificultad. Pero nada semejante
puede decirse con propiedad en el caso de la lógica y de los lógicos.
230
Dicho de forma más amplia, como es sabido, aunque se trata de una
expresión après la lettre, lo que caracteriza al positivismo en general y
su familia es el reconocimiento explícito de la importancia tanto de la
historia de la ciencia, como de la filosofía de la ciencia. Pues bien, el
proceso de normalización de la filosofía es un fenómeno tardío en
Colombia que apenas se inicia en la década de los años 1950s y 1960s,
con figuras como D. Cruz Vélez. Esta historia ha sido narrada mil y
unas veces. Por su parte, la filosofía de la ciencia es un capítulo aún
más reciente cuya normalización ocurre apenas a finales del siglo XX,
cuando comienzan a crearse sociedades, currículos y congresos en
torno a la filosofía de la ciencia.491
tres cosas son distintas: los paramilitares, las autodefensas y las bacrim (bandas
criminales). Y así han manejado a buena parte de la opinión pública.
491 Sin embargo, en rigor, el estado de la filosofía de la ciencia es precario
231
Un ejercicio de contrafácticos
232
Por lo anterior, quisiera adentrarme en un experimento mental, para lo
cual haré uso de la lógica de contrafácticos.
i) A→B
ii) A
iii) ¿B?
233
¿qué hubiera sucedido si el positivismo hubiera tenido una presencia
real, más allá de algunos intelectuales y académicos? (¿B?).
234
La ciencia y el pensamiento racional, el lenguaje adecuado y no
incendiario no habrían sido, plausiblemente, los catalizadores de la vida
nacional. De manera sencilla, el pensamiento abstracto, la lógica y la
filosofía, las matemáticas y la filosofía de la ciencia y la epistemología
habrían tenido una existencia decente y amplia en el país. De manera
puntual, el grupo de los Leopardos no habría existido (Silvio Villegas y
demás autores fascistas de los años 1920s y 1930s), y como derivación,
tampoco el gobierno de Laureano Gómez. El quintafalangismo de
Gilberto Alzate Avendaño no habría alcanzado las proporciones que
conoció, y, mucho tiempo antes, verosímilmente, Panamá no hubiera
sido cercenada de Colombia (en 1903).
Hay que decir que Colombia crea apenas en el año 1991 el sistema
nacional de ciencia y tecnología (SNCyT) pero que éste desaparece
cuando es integrado o subsumido en Abril del 2015 bajo el
Departamento Nacional de Planeación, el cerebro económico del Estado,
y más exactamente este se subsume bajo el Sistema Nacional de
Innovación y Competitividad (SNIC).492
492De ser admitida Colombia en la OCDE será el único país que carece de un sistema
nacional de ciencia y tecnología.
235
pensamiento abstracto –esto es, la lógica, las matemáticas, la filosofía y
la música no ocupan los principales renglones de interés educativo y
profesionales de los colombianos, en contraste con otras áreas:
administración, educación, derecho, medicina, ingeniería. Durante
muchos años, la educación es éticamente normativa (con el Manual del
Padre Astete),493 y la religión se convierte en una materia obligatoria de
enseñanza a todos los niveles.
493 Se trata en verdad del Catecismo del Padre Astete, promulgado ya desde 1836, y
cuya enseñanza, aprendizaje y repetición se hace compulsiva en los colegios públicos
y en muchos privados.
494 No es extraño que en las conversaciones cotidianas de los colombianos, a distintos
236
conjunto de los países de América Latina. Pero Zea no lleva a cabo un
ejercicio de contrafácticos. ¿Qué hubiera sucedido si la importancia del
tomismo y el neotomismo no hubiera sido tan fuerte y hubiera podido
entrar el positivismo a Colombia y se hubiera hecho una apropiación
social? Una consecuencia inmediata: no habría habido conflicto
armado: el conflicto más largo de toda la historia de Occidente.
Supuesto, claro, que el positivismo era el respeto a los hechos, por
encima de las ideologías y los credos. Facts es el leit motiv del
positivismo en el sentido más amplio de la palabra. Facts es, al fin y al
cabo, la piedra arquimédica de toda la filosofía de L. Wittgenstein. Y no
que los hechos son tozudos. Son el primero de los criterios para la
identificación y crítica de los pseudo-problemas (Carnap).
Conclusiones
237
Colombia jamás dejó de participar en todas y cada una de las guerras
del siglo XX (I guerra mundial, II guerra mundial, guerra de Corea,
guerra de Vietnam, tropas en el Sinaí, las dos guerras de Irak, y fue el
único país que estuvo contra Argentina en la guerra de las Malvinas,
por ejemplo). Toda la historia de Colombia ha estado signada por
guerras y violencias, físicas o simbólicas, de baja o de alta intensidad.
Verosímilmente nada de esto habría ocurrido si la familia del
positivismo hubiera permeado a la vida social, intelectual y cultural del
país. Colombia jamás tuvo una política proteccionista y por el contrario,
estuvo desde siempre abierta y entregada a las potencias mundiales:
España, Francia, Inglaterra y EE.UU., respectivamente. La burguesía
colombiana jamás cumplió el papel histórico que le correspondía en la
historia, y de lo cual Europa y Estados Unidos son ejemplos
conspicuos. O que en América Latina desempeñaron, mal que bien, las
burguesías de México (Lázaro Cárdenas), Brasil, Chile o Argentina, con
todos y sus imperfecciones.
238
habrían de sentirse por lo menos durante los próximos cuarenta o
cincuenta años en la historia mundial, pero ya desde otro foco: los
Estados Unidos (Reisch, 2009).
239
hubiera sido deseable que el positivismo hubiera tenido un papel
protagónico en la cultura y la sociedad colombianas. Las cosas habrían
podido ser bastante más amables.
240
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Colegio de México, 1944.
252
REFERENCIAS SOBRE LOS AUTORES
253
Metropolitana UTEM. Hizo sus estudios de postgrado en la Universidad
Técnica de Dresden (Alemania) en el tema de cartografía teórica. El
profesor Azócar ha participado en varios congresos nacionales e
internacionales, así como en diversas publicaciones en el tema de
geografía, cartografía y medioambiente urbano en Chile y América. Una
de sus más recientes publicaciones es el texto “Paradigms in
Cartography”, editado por la Editorial Springer. Actualmente con el
Profesor Zenobio Saldivia participa en una investigación interna
patrocinada por la Dirección de Investigación y Desarrollo Académico de
la UTEM, (Proyecto Inv. N°L 215-11), cuya temática alude a determinar
el poder ejercido por los mapas durante el siglo decimonónico en Chile.
254
Doctora en Planificación Territorial y Medio Ambiente. Universidad de
Barcelona, España.
Profesora e investigadora. Universidad de Antioquia, Medellín.
Colombia.
255
256