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Arquitectura Griega

La Arquitectura de la cultura griega es aquella producida por los pueblos de habla griega
(pueblo helénico) cuya cultura floreció en la península griega y el Peloponeso, las islas del
Egeo, en las colonias de Asia Menor y en Italia durante el período comprendido desde
alrededor del 900 a. C. hasta el siglo i d. C., incluyendo una especie de renacimiento con
obras arquitectónicas que datan desde alrededor del año 600 a. C.

Las arquitecturas griegas más conocidas son los templos y los teatros esto debido a que son
la mayoría de las edificaciones que lograron sobrevivir al paso de los años, pero debido a
esto la mayoría de los datos que se poseen de la arquitectura griega derivan de los templos
se conocen pocos detalles de las demás construcciones.

Los materiales empleados por los griegos fueron: La madera, para soportes y techos, adobe,
destinado a usarse solamente en las construcciones pobres o de poca importancia para los
griegos, piedra caliza y mármol, para las construcciones de templos y edificaciones
importantes de la ciudad, la terracota para ornamentos y metales, especialmente el bronce,
para detalles decorativos.

Los griegos presentaron una división del estilo arquitectónico que se define en tres órdenes
bien definidos: el orden dórico, el orden jónico y el orden corintio, teniendo efecto
profundo en la arquitectura occidental de épocas posteriores.

Orden Dórico:

El estilo dórico es el más antiguo y sencillo.

Este estilo clásico responde a una de las dos raíces del arte griego, la doria, que está en
relación con las culturas de los metales europeas. Su decoración se caracteriza por preservar
la mayor austeridad posible. La columna no tiene base. Tiene de 16 a 20 estrías
longitudinales con aristas vivas. Desde el suelo la columna va reduciendo su diámetro hasta
el capitel, formando un perfil conocido como éntasis. El pedestal está formado por una
grada de tres escalones, los dos inferiores se denominan estereóbatos y el superior
estilóbato.

Entre otros rasgos estilísticos, se caracteriza por un capitel de gran sencillez; el collarino es
una hendidura en el fuste y después tiene el equino y un ábaco cuadrado. Sobre las
columnas se apoya el entablamento formado por el arquitrabe, el friso y la cornisa. El
arquitrabe dórico es como una gran viga apoyada sobre las columnas, carece de decoración.
En el friso se alternan los triglifos y las metopas. La cornisa sobresale del friso y está
decorado con mútulas.
Se cree que tuvo su origen en las construcciones en madera, cuyas formas pasan a la piedra.
Así, los triglifos responderían a las cabezas de las vigas transversales en las construcciones
de madera.

El estilo dórico era formal y austero, se usaba normalmente en los templos de deidades
masculinas.

Orden Jónico:

Este segundo estilo clásico se relaciona con la otra raíz del arte griego, la jonia, en relación
con Asia Menor. Se usó en las ciudades de Jonia (hoy costa occidental de Turquía) y
algunas islas del Egeo. El orden jónico se hizo preponderante durante el período
helenístico, pues es más decorativo y apropiado a la estética de este período que el más
severo dórico.

El rasgo más representativo de este estilo es el capitel con dos volutas o espirales
encuadrando el equino. Del entablamento destaca el hecho de que el arquitrabe, que se
muestra usualmente descompuesto en tres fajas horizontales, llamadas platabandas y que el
friso sea una banda continua, sin metopas ni triglifos. Las columnas son más esbeltas y
ocasionalmente son sustituidas por estatuas de muchachas llamadas cariátides, como ocurre
en el Erecteión.

Orden Corintio:

El estilo corintio se empleaba en interiores o en exteriores de templos dedicados a


divinidades femeninas; el capitel está decorado con hojas de acanto, y el friso puede estar
decorado o no. El estilo corintio, más ornamentado, fue un desarrollo tardío del jónico en el
siglo V a. C.

Es el más ornamentado o recargado. Destaca como rasgo estilístico el capitel en forma de


campana invertida o cesta, en cuya parte inferior hay una doble fila de hojas de acanto, de
las cuales surgen unos calículos o tallitos que se enroscan en las cuatro esquinas, tal como
las volutas del orden dórico, y en los centros.

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