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El estado de los muertos

1. Declaración de la creencia
2. Citas bíblicas sobre la creencia
3. Citas de Elena de White sobre la creencia
4. Cómo llega la creencia a la Iglesia Adventista
5. ¿Quiénes fueron sus mayores exponentes?
6. Los libros que hablen sobre la creencia

Declaración de la creencia

La paga del pecado es la muerte. Pero Dios, el único que es inmortal, otorgará vida eterna a sus
redimidos. Hasta ese día, la muerte constituye un estado de inconsciencia para todos los que han
fallecido. Cuando Cristo, que es nuestra vida, aparezca, los justos resucitados y los justos vivos
serán glorificados, todos juntos serán arrebatados para salir al encuentro de su Señor. La segunda
resurrección, la resurrección de los impíos, ocurrirá mil años después.

Citas bíblicas sobre la creencia

(Rom. 6:23:1 Tim. 6:15,16; Ecl. 9:5, 6: Sal. 146:3, 4; Juan 11:11- 14; Col. 3:4; 1 Cor. 15:51-54; 1 Tes.
4:13-17; Juan 5:28,29; Apoc. 20:1-10).

Citas de Elena de White sobre la creencia

Personificación de los muertos

Satanás es un enemigo astuto. Y para los ángeles malignos no es difícil hacerse pasar por los
santos y pecadores muertos, y lograr que su encarnación sea visible para los ojos humanos. Estas
manifestaciones serán más frecuentes a medida que nos aproximemos al tiempo del fin, y habrá
demostraciones de carácter asombroso.—El Evangelismo, 439 (1875). EUD 138.1

Es el engaño más exitoso y fascinante de Satanás, calculado para captar la simpatía de aquellos
que han dejado a sus amados en la tumba. Ángeles malignos toman la forma de esos seres
amados, relatan incidentes relacionados con sus vidas y realizan actos como los que ellos
realizaban mientras vivían. De esta manera inducen a la gente a creer que sus amigos muertos son
ángeles que flotan en torno a ellos y se comunican con ellos. Estos ángeles impíos, que pretenden
ser los amigos muertos, son considerados con cierta idolatría, y para muchos su palabra tiene
mayor peso que la Palabra de Dios.—The Signs of the Times, 26 de agosto de 1889. EUD 138.2

Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es
perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud
maravillosa [...]. Muchos tendrán que vérselas con espíritus de demonios que personificarán a
parientes o amigos queridos y que proclamarán las herejías más peligrosas. Estos espíritus
apelarán a nuestros más tiernos sentimientos de simpatía y harán milagros con el fin de sostener
sus asertos.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 608, 616 (1911). 

Cómo llega la creencia a la Iglesia Adventista


¿Quiénes fueron sus mayores exponentes?

Los libros que hablen sobre la creencia

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