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Magnetismo
¿Qué es un imán?
Un imán es un objeto que tiene una fuerza que puede atraer o repeler. Los imanes
solo funcionan con algunos metales, como el hierro y el acero. Por eso se dice que
los imanes tienen un campo Magnético. Los imanes tienen dos polos. El polo sur y
el polo norte. Los polos iguales se repelen, pero los polos opuestos se atraen.
Los imanes pueden hacer que los metales tengan propiedades magnéticas. Por
ejemplo, frotando un imán a un metal durante un tiempo, conseguiremos que ese
metal se convierta en un imán por un ratito. Si juntamos un imán a un metal y ese
metal a otro, conseguiremos que el primer metal, atraiga al segundo metal como si
fuese el imán.
¡¡El imán más grande es el planeta tierra!! Por eso las brújulas usan un imán para
decirte en qué dirección te mueves. La aguja de la brújula siempre señala al norte.
Se denomina magnetismo al poder del que disponen los imanes y las corrientes
eléctricas de generar fuerzas de repulsión o de atracción sobre otros elementos. El
término suele asociarse a la capacidad que tiene un imán para atraer al hierro.
Los imanes son cuerpos que disponen de un gran magnetismo. Por sus
propiedades, atraen a los metales ferromagnéticos, como el níquel, el cobalto y el
mencionado hierro. Las fuerzas de atracción se vuelven más intensas en los polos
(los extremos) del imán, que se unen a través del eje magnético.
En resumen, los polos magnéticos en los imanes son las regiones donde se
concentra el campo magnético y son fundamentales para las propiedades
magnéticas y el comportamiento atractivo o repulsivo entre imanes. Su interacción
es un fenómeno esencial en la física de los imanes y tiene prácticas en diversas
áreas tecnológicas y científicas.