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Huellas de Fe

EVANGELIO DIARIO 01 DE AGOSTO DEL 2023


NÚMERO 712
CICLO A

NOTAS DE INTERES LECTURAS DIARIAS AVISOS PARROQUIALES

LLEVANDO LA PALABRA DE DIOS A TODOS


LOS HOGARES.
San Ignacio de Loyola, cuyo nombre de nacimiento era Íñigo López de Loyola,
nació en 1491 en una familia noble en el País Vasco, España. Su juventud
estuvo marcada por una vida mundana y guerrera, sirviendo como soldado
hasta que una lesión en la batalla de Pamplona en 1521 cambió su vida para
siempre.

Durante su convalecencia, leyó textos religiosos, los únicos libros disponibles en


la residencia donde se recuperaba. Estos libros, entre ellos una vida de Cristo y
una colección de vidas de santos, encendieron en él un fervor religioso. A través
de la meditación y la oración, experimentó una profunda conversión espiritual.

Tras su recuperación, en 1522, Ignacio peregrinó a la ciudad de Manresa,


donde vivió en extrema austeridad y dedicó su tiempo a la oración y la
penitencia. Durante su estancia, tuvo experiencias místicas que formaron la
base de su libro "Ejercicios Espirituales".

Los "Ejercicios Espirituales" de Ignacio son un programa de meditaciones,


oraciones y ejercicios mentales diseñados para ayudar a las personas a
profundizar su relación con Dios. La idea central es la de "encontrar a Dios en
todas las cosas" y la búsqueda de la voluntad de Dios en cada aspecto de la
vida. Estos ejercicios han tenido un profundo impacto en la espiritualidad
cristiana hasta el día de hoy.

En 1534, Ignacio y un grupo de compañeros fundaron la Compañía de Jesús,


conocida comúnmente como los jesuitas. Esta orden religiosa, con su enfoque
en la educación, la misión y la adaptabilidad, tuvo un impacto significativo en la
Iglesia y el mundo.

San Ignacio fue un defensor del discernimiento, la educación, la dedicación a la


pobreza y la obediencia, y el servicio a Dios a través del servicio a los demás.
Fue canonizado en 1622 y su festividad se celebra el 31 de julio. Hasta el día de
hoy, su legado vive en la Compañía de Jesús, en los colegios y universidades
jesuitas alrededor del mundo, y en los millones de personas que practican sus
Ejercicios Espirituales.
2013
XXVIII Jornada Mundial de la Juventud
«ID Y HACED DISCÍPULOS A TODOS LOS

PUEBLOS» (CF. MT 28,19)

La XXVIII Jornada Mundial de la Juventud celebrada en 2013, bajo el lema "Id y


haced discípulos a todos los pueblos" (Mateo 28:19), fue un evento significativo
que resonó profundamente en los corazones de los jóvenes. Esta frase, extraída
del último capítulo del Evangelio de Mateo, es conocida como la Gran Comisión,
que Jesús da a sus discípulos, una llamada a la evangelización y a la difusión
del amor de Dios.

El mensaje es poderoso e invita a los jóvenes a tomar la iniciativa en la


construcción de un mundo mejor basado en los valores del Evangelio. Es un
recordatorio del papel activo que los jóvenes pueden y deben desempeñar en la
Iglesia y en la sociedad. No son solo los destinatarios de la fe, sino también sus
mensajeros.

Además, la universalidad del mensaje "a todos los pueblos" subraya la misión
de la Iglesia de alcanzar a todas las naciones, traspasando barreras culturales,
étnicas y sociales. En un mundo cada vez más globalizado pero dividido, este
mensaje de inclusión y fraternidad es especialmente relevante.

Por último, la Jornada Mundial de la Juventud 2013, que tuvo lugar en Río de
Janeiro, Brasil, con la participación del Papa Francisco, destacó la vitalidad y la
energía de la juventud católica global. El evento enfatizó que el futuro de la
Iglesia depende de jóvenes comprometidos, entusiastas y dispuestos a
responder al llamado de Jesús para hacer discípulos en todas las naciones.
Lecturas
de las escrituras y reflexiones

PALABRA
DE DIOS
GUÍA Y DIARIO DE ORACIÓN
Del libro del Éxodo 33, 7-11; 34, 5-9. 28

En aquellos días, Moisés tomó la tienda que había llamado "de la reunión" y la
colocó a cierta distancia, fuera del campamento, de modo que todo el que
deseaba consultar al Señor, tenía que salir fuera del campamento.

Cuando Moisés iba hacia la tienda, todo el pueblo se levantaba, se quedaba de


pie a la entrada de sus tiendas y seguía con la vista a Moisés, hasta que
entraba en la tienda de la reunión. Una vez que Moisés entraba en ella, la
columna de nube bajaba y se detenía a la puerta, mientras el Señor hablaba
con Moisés. Todo el pueblo, al ver la columna de nube detenida en la puerta de
la tienda de la reunión, se levantaba y cada uno se postraba junto a la entrada
de su tienda.

El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su
amigo. Luego volvía Moisés al campamento, pero su ayudante, el joven Josué,
hijo de Nun, no se alejaba de la tienda de la reunión.

Moisés invocó el nombre del Señor, y entonces el Señor pasó delante de él y


exclamó: "¡El Señor todopoderoso es un Dios misericordioso y clemente, lento
para enojarse y rico en amor y fidelidad; él mantiene su amor por mil
generaciones y perdona la maldad, la rebeldía y el pecado, pero no los deja
impunes, pues castiga la maldad de los padres en los hijos, nietos y bisnietos!"

Al instante Moisés cayó de rodillas y se postró ante él, diciendo: "Si de veras
gozo de tu favor, te suplico, Señor, que vengas con nosotros, aunque seamos
un pueblo de cabeza dura. Perdona nuestras maldades y pecados, y recíbenos
como herencia tuya".

Moisés estuvo con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni
beber agua. Y escribió en las tablas las palabras de la alianza, los diez
mandamientos.
Salmo Responsorial Salmo 102, 6-7. 8-9. 10-11. 12-13

R. (8a) El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor hace justicia


y da la razón al oprimido.
A Moisés le mostró su bondad
y sus prodigios al pueblo de Israel.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

El Señor es compasivo y misericordioso,


lento para enojarse y generoso para perdonar.
El Señor no estará siempre enojado,
ni durará para siempre rencor.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

No nos trata como merecen nuestras culpas,


ni nos paga según nuestros pecados.
Como un padre es compasivo con sus hijos
así es de grande su misericordia.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.

Así como un padre es compasivo con sus hijos,


así es compasivo el Señor con quien lo ama,
pues bien sabe él de lo que estamos hechos
y de que somos barro, no se olvida.

R. El Señor es compasivo y misericordioso.


Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
La semilla es la palabra de Dios y el sembrador es Cristo;
todo aquel que lo encuentra vivirá para siempre.
R. Aleluya.

Del Santo Evangelio según San Mateo 13, 36-43

En aquel tiempo, Jesús despidió a la multitud y se fue a su casa. Entonces se


le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña
sembrada en el campo".

Jesús les contestó: "El sembrador de la buena semilla es el Hijo del hombre; el
campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña
son los partidarios del demonio; el enemigo que la siembra es el demonio; el
tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles.

Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del
mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su
Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los
arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces
los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que
oiga''.
Reflexión

Las lecturas seleccionadas de Éxodo y Mateo ofrecen dos vistas distintas pero
complementarias sobre la relación entre Dios y su pueblo. Estas lecturas,
enraizadas en diferentes momentos y contextos históricos, reflejan una
constante dialéctica de cercanía y distancia, claridad y misterio, ley y gracia.

En la lectura de Éxodo, vemos a un Moisés que es tanto mediador como


participante activo en la relación entre Dios e Israel. Es él quien habla
directamente con Dios "cara a cara", como un amigo, y quien recibe las leyes
que regirán la vida de Israel. Esta relación íntima, sin embargo, contrasta con la
distancia que el pueblo debe mantener. Mientras Moisés entra en la "Tienda de
Reunión" para encontrarse con Dios, el pueblo permanece a distancia,
postrándose cada vez que ve la columna de nube que representa la presencia
de Dios. Aquí, Dios es a la vez cercano y distante, accesible a través de
Moisés pero distante para el pueblo en general.

En la antigüedad, el Éxodo representaba el establecimiento de una relación de


pacto entre Dios e Israel, con Moisés como mediador clave. La ley que se da
en este contexto es un regalo de Dios, una guía para la vida comunitaria y
personal, y un recordatorio constante de la presencia y las expectativas de
Dios.

La parábola de la cizaña en el campo, relatada en el evangelio de Mateo, es un


reflejo de la realidad innegable de nuestra sociedad actual. Vivimos en un
mundo donde el bien y el mal, la verdad y la falsedad, la justicia y la injusticia
conviven en el mismo terreno, mezclándose entre sí de tal manera que a veces
parece casi imposible distinguir uno del otro.

Esta parábola ilustra la paciencia de Dios ante la maldad del mundo y la


confianza que tiene en la capacidad de crecimiento y transformación del bien.
Aunque la cizaña se haya sembrado en el mismo campo donde crece el trigo,
el dueño del campo opta por permitirles crecer juntos, confiando en que al final,
en el momento de la cosecha, el trigo podrá ser separado de la cizaña.

Este hecho contiene una sabiduría profunda para nuestra sociedad actual. A
menudo, ante la presencia de injusticias, mentiras y maldad, nos sentimos
tentados a arrancar la cizaña de inmediato, a imponer un juicio rápido. Sin
Reflexión

Este hecho contiene una sabiduría profunda para nuestra sociedad actual. A
menudo, ante la presencia de injusticias, mentiras y maldad, nos sentimos
tentados a arrancar la cizaña de inmediato, a imponer un juicio rápido. Sin
embargo, la paciencia y la confianza de Dios nos enseñan otra forma de
actuar. Nos enseñan a resistir la tentación de emitir juicios precipitados, y a
tener paciencia, confiando en el proceso de crecimiento y la eventual victoria
del bien sobre el mal.

Además, esta parábola nos llama a la reflexión personal. Todos llevamos en


nosotros la semilla del trigo y de la cizaña. Tenemos en nuestro interior tanto la
capacidad de hacer el bien como la tentación hacia el mal. Esta realidad dual
nos invita a cultivar lo que hay de bueno en nosotros y a resistir lo que puede
causar daño a nosotros mismos y a los demás.

Finalmente, la parábola de la cizaña sembrada en el campo es un recordatorio


de la esperanza. Aunque a veces parezca que la cizaña domina el campo, la
cosecha final aún está por llegar. En ese momento, Dios, con sabiduría y
justicia infinitas, separará el trigo de la cizaña. Esta esperanza en la justicia
definitiva de Dios es un faro que nos guía en medio de las dificultades de la
vida y nos impulsa a seguir trabajando por un mundo más justo y amoroso.

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