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La Gran Depresión de 1929-1934 supuso el colapso de la economía capitalista mundial. Comenzó con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 y llevó a una caída masiva de los índices económicos y tasas de desempleo astronómicas. La crisis no solo afectó a Estados Unidos sino también a Europa, donde países como Alemania, Austria y Gran Bretaña abandonaron el patrón oro y aplicaron controles de cambio ante la fuga de capitales.
La Gran Depresión de 1929-1934 supuso el colapso de la economía capitalista mundial. Comenzó con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 y llevó a una caída masiva de los índices económicos y tasas de desempleo astronómicas. La crisis no solo afectó a Estados Unidos sino también a Europa, donde países como Alemania, Austria y Gran Bretaña abandonaron el patrón oro y aplicaron controles de cambio ante la fuga de capitales.
La Gran Depresión de 1929-1934 supuso el colapso de la economía capitalista mundial. Comenzó con el crack de la Bolsa de Nueva York en 1929 y llevó a una caída masiva de los índices económicos y tasas de desempleo astronómicas. La crisis no solo afectó a Estados Unidos sino también a Europa, donde países como Alemania, Austria y Gran Bretaña abandonaron el patrón oro y aplicaron controles de cambio ante la fuga de capitales.
Fue un acontecimiento de extraordinaria magnitud, que supuso poco
menos que el colapso de la economía capitalista mundial, que parecía atrapada en un círculo vicioso donde cada descenso de los índices económicos (exceptuando el del desempleo, que alcanzó cifras astronómicas) reforzaba la baja de todos los demás (Hobsbawn 2009: 98). Fue una catástrofe que acabó con cualquier esperanza de restablecer la economía y la sociedad del siglo XIX. Los acontecimientos del período 1929-1933 hicieron imposible e impensable, un retorno a la situación de 1913 (114).
La crisis se inició con el crack de la Bolsa de Nueva York en octubre
de 1929. “El jueves negro (24 de octubre de 1929) de Wall Street tomó por sorpresa a la mayoríade los banqueros, inversores y dirigentes políticos del planeta. Luego vino una caída aun más fuerte el 29 de octubre, cuando el mercado colapsó” (Marichal, 2010: 107-108). Pero ¿qué había sucedido? “En medio del optimismo y de una gran liquidez, los bancos prestaban a los corredores que compraban acciones pagando solo una seña, y las vendían con ganancias al día siguiente”. Se había formado una burbuja especulativa. La Reserva Federal subió la tasa a fin de frenar dicha burbuja. Frente a la suba, los bancos reclamaron la devolución de préstamos. Y los corredores, por su parte, salieron a vender las acciones que tenían señadas, “por lo que cuando todos venden los precios se desploman y la corrida se acentúa” (Cortés Conde, 2009: 2). La situación no terminó allí. En 1930, se registraron corridas bancarias en diversas regiones de Estados Unidos. Luego aparecieron las corridas de 1931, como consecuencia de la crisis europea. Y, finalmente, vino el colapso bancario que se extendió desde septiembre de 1932 hasta marzo de 125 AVATARES DE UN SISTEMA MONETARIO
1933. Con la nueva administración del presidente Franklin Delano
Roosevelt, Estados Unidos salió del patrón oro devaluando el dólar papel en abril de 1933. La crisis no solo tuvo como epicentro a Estados Unidos, sino también a Europa. Comenzó en Austria, en mayo de 1931, cuando el gran banco Creditamstalt de Viena se declaró en quiebra. La desconfianza se extendió en Alemania, entre mayo y junio de 1931, donde provocó corridas bancarias y fuga de capitales. Ambos países salieron del patrón oro, aplicando control de cambios. Seguidamente, la desconfianza llegó a Gran Bretaña. Hacia finales de julio de 1931, el mercado cambiario londinense comenzó a sufrir una fuerte presión producto de la fuga de capitales. Entonces, en septiembre de 1931, se decidió abandonar el patrón oro devaluando la libra papel. Esto marcó el principio del fin del patrón oro como institución monetaria internacional. Pronto una veintena de países siguieron el ejemplo británico.