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Si bien el año de 1492 marca el contacto inicial entre la sociedad occidental renacentista y

el Nuevo Mundo.  A los colonizadores les causaron asombro y admiración no sólo la


arquitectura y las costumbres de la civilización descubierta sino también la apariencia
física de sus pobladoresEn sus Cartas de Relación, Hernán Cortés comenta al emperador
de España:

... es una gente de mediana estatura. de cuerpos y gestos bien


proporcionada, excepto que en cada provincia se diferencian ellos mismos
los gestos. unos horadándose las orejas y poniéndose en ellas muy grandes y
feas cosas, y otros horadándose las temillas de las narices hasta la boca, y
poniéndose en  ellas unas ruedas de piedras muy grandes que  parecen
espejos, y otros, se horadan los bezos de la parte de abajo hasta los dientes,
y  cuelgan dellos unas grandes ruedas de piedras o de oro, tan pesadas, que
les traen los brazos caídos y parecen muy disformes

algunas de las características físicas, específicamente mayas o compartidas con otros


grupos amerindios, pasaban de una generación a otra, Entre ellas se encuentran la
complexión robusta y una estatura relativamente baja, de aproximadamente 1,60 m en el
caso de los hombres y 1.50 m en el de la población femenina, La cabeza era relativamente
ancha y en ella destacaban el cabello castaño obscuro y lacio, el epicanto (pliegue semilunar
de piel que cubre el ángulo interior del ojo y le da un aspecto almendrado), la nariz
aguileña, tan característica de muchos de ellos, y los pómulos salientes.

Podemos suponer que las personas afectadas, como los enanos o los jorobados,
desempeñaban un papel social y ritual muy especial en la sociedad maya prehispánica.
Aparecen abundantemente retratados. asociados al juego de pelota o a la corte de los altos
dignatarios mayas.

Otros atributos físicos se produjeron artificialmente. Al parecer. la costumbre de modificar


el aspecto externo del propio cuerpo tenía un profundo valor social y religioso para los
antiguos mayas. Algunas ornamentaciones corporales transitorias, como la pintura de la
piel, eran aplicadas cotidianamente o reservadas para ocasiones festivas, para resaltar los
elaborados arreglos del cabello, las vistosas joyas, los tocados y otros atributos del atuendo
indígena.

Otros adornos, como las cicatrices y tatuajes decorativos, dejaban una marca permanente
en la piel. Igualmente, la colocación de ornamentos en la nariz, los labios, la frente y las
orejas requería una perforación previa que resultaba en la extensión permanente de los
epitelios afectados. Tenemos pruebas abundantes de esas decoraciones en la iconografía
prehispánica. Por su parte, fray Diego de Landa refiere que las madres volvían bizcos a sus
hijos mediante cuentas de cera que colgaban entre los ojos infantiles.
-En los vestigios del arte maya encontramos seres humanos con características muy propias.
De cabezas alargadas, narices aguileñas, ojos rasgados, y con pómulos prominentes. ¿Qué
dicen los estudios sobre este aspecto? ¿Así lucían?
De hecho sí. A grandes rasgos los mayas desde el Preclásico Temprano (2000-1000 A.C)
cumplían con esas características: ojos almendrados, pómulos prominentes, cabeza alargada
(muy alargada), estatura relativamente baja (hombres de 1.60 en promedio y mujeres de 1.50),
nariz aguileña, etc., Cabe apuntar que en todo el periodo de existencia maya prehispánica hubo
también variaciones de habitantes en la zona, por lo que hablamos de un aspecto generalizado,
más no total.

Sobre la impresión que tuvieron algunos religiosos, o el mismo Hernán Cortés sobre el aspecto


de los mayas tenemos diversos escritos, como el de Fray Diego de Landa sobre la
deformación craneal que se hacían (antes de los tres años porque es cuando la cabeza es más
flexible):

… a los cuatro o cinco días de nacida la criaturita poníanla tendidita en un lecho pequeño,
hecho de varillas, y allí, boca abajo, le ponían entre dos tablillas la cabeza: la una en el
colodrillo y la otra en la frente entre las cuales se la apretaban tan reciamente y la tenían allí
padeciendo hasta que acabados algunos días les quedaba la cabeza llana y enmoldada, como
la usaban todos aquellos. (Landa, 1982).
¿Cómo deformaban su cabeza?

Cabe anotar que en otras civilizaciones como la Inca o la Egipcia se hicieron deformaciones
craneales alargadas muy parecidas. Según el investigador Arturo Romano una de las manera
consistía "en comprimir la cabeza de los niños recién nacidos, aprovechando su plasticidad, ya
fuera aplicando simplemente dos planos compresores, uno anterior y otro posterior, sostenidos
de manera sencilla o complicada, vendando la cabeza con bandas bien ajustadas o empleando
gorros o cofias”. Se cree que la adecuación la hacían con fines sociales de identidad
comunitaria.

Incrustaciones en los dientes


Otra de las manera más vistosas en que los mayas hicieron adecuaciones a su cuerpo (además
de las expansiones en nariz, boca y orejas) fue con las incrustaciones de ornamentos en los
dientes. Colocaban en ellos sobre todo rocas preciosas con una perforación parcial,
incrustaciones de relleno orgánico como mineral o roca: jadeíta, pirita, hematite o turquesa,
como se muestra en la ilustración anterior.
¿Cuál era la estatura de los mayas?
Si consideramos, en términos generales, que la estatura promedio de los mayas es de 162 cm en el
caso de los hombres y de 150 cm en el de las mujeres

A la hora de describir su complexión, se ha de señalar que los mayas eran


robustos y de estatura baja. Los hombres, según los huesos hallados, podrían
haber llegado a medir 1,60 metros y las mujeres alrededor de 1, 50 metros.
Las cabezas parecen ser anchas y en ellas el cabello se representa como
oscuro y lacio. Otras facciones son la nariz aguileña y los pómulos salientes.
Pero hay un aspecto a cubrir en el físico de los mayas que les hace una población
especial: las deformaciones artificiales del físico maya.

Parece ser que la costumbre de modificar el cuerpo podría tener un


significado social y religioso para los mayas. Algunos eran transitorios y eran
cosa de una fecha señalada: pinturas, peinados, joyas, tocados... Pero otros eran
permanentes. Como Hernán Cortés menciona, algunos pueblos mayas se
colocaban ornamentos en la nariz, los labios, la frente y las orejas. Estas
decoraciones requerían unas perforaciones previas. 

Otra de las decoraciones más singulares del mundo maya es


el estrabismo. Según fray Diego de Landa, las madres volvían bizcos a sus hijos
por medio de la colocación de cuentas de cera que colgaban entre los ojos de sus
niños durante la infancia. 

 la deformación craneal. 
Se empleaban dos aparatos principales para realizar estos cambios. El primero
consistía en en una tablilla frontal y otra posterior, unidas por medio de bandas
laterales y ajustadas sobre la cabeza del infante dando forma oblicua al cráneo.
La otra forma era una cuna que daba como resultado un cráneo más alto y ancho
de la cabeza. 

La ornamentación dental también es muy interesante y curiosa. Se daba en los


hombres y mujeres pasada la adolescencia. En Mesoamérica destaca el limado y
la incrustación. El limado de la dentadura se producía a través del abrasamiento
de parte de los dientes acabando con el esmalte dental y la dentina parcialmente.
La incrustación, por su parte contaba con un proceso de perforación del diente
para incrustrar pequeños detalles de relleno orgánico, de roca o mineral. Las
piedras más usadas eran el jade, la pirita o la hematita.

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