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Días santos de Dios o festivales paganos?

por David C. Pack

¿Enseña la Biblia que hay días específicos los cuales Dios hizo santos? De ser así, ¿cuáles son
— y están aún en efecto? Y ¿los planeó Dios solamente para el antiguo Israel? ¿Abolió Jesús
estos días y los cambió por Navidad, Pascua florida, Año Nuevo y otros días de origen
pagano? ¿Cuáles días debe guardar usted? ¿Acaso importan? ¡Prepárese para ser sacudido
por lo que la Biblia enseña en realidad!

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La mayoría de las personas jamás reflexionan acerca de porque creen los que creen,


o hacen lo que hacen. En un mundo lleno con costumbres y tradiciones populares,
pocos buscan entender el origen de las cosas. La mayoría generalmente acepta las
prácticas religiosas comunes sin cuestionar, y elige hacer lo que el resto de la gente
hace, porque es fácil, natural y cómodo — ellos pueden estar “en sintonía”.

Muchos siguen lo que les ha sido enseñado, asumiendo que lo que creen y lo que hacen
es correcto. Ellos dan por hecho sus creencias y jamás se toman el tiempo para
comprobarlas.

En ninguna parte es más cierto esto que en la observancia de Navidad, Pascua florida,
Halloween, Día de San Valentín y otros supuestos festivales cristianos. Muchos millones
de personas guardan estos días sin saber por qué — o dónde se originaron. Muchos
suponen que estos “se encuentran en la Biblia” porque ven a millones quienes se
profesan cristianos observándolos. Ciertamente cientos de millones de personas no
pueden estar equivocadas. ¿O sí?

He aquí lo que Cristo dijo acerca de las costumbres y las tradiciones populares de este
mundo: “Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de
hombres... bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra
tradición” (Marcos 7:7, 9).

La Biblia, de hecho, si menciona la Navidad y la Pascua florida — y ciertos otros


festivales familiares — pero los condena directamente como costumbres paganas. Las
pruebas son abrumadoras respecto a que estos días son “tradiciones” y “mandamientos
de hombres”. ¡Sin embargo, vastas multitudes los guardan de todas maneras,
aparentemente contentas de adorar a Cristo en vano!

Dado que la Biblia condena estos casi universalmente observados festivales


“cristianizados” de hombres, ¿cómo llegaron éstos a la práctica popular?

Abra su mente

Usted debe estar dispuesto a abrir su Biblia y a aceptar con honestidad lo que ésta dice
acerca de los festivales de hombres — y acerca de los Días Santos de Dios. Se ha
enseñado, casi universalmente, que estos días de reposo anuales de la Biblia han sido
“abolidos” — que solamente eran para el antiguo Israel, o “los judíos”. Muchos han
supuesto que Cristo “los clavó a la cruz” junto con todo lo demás del Antiguo
Testamento.

La mayoría de las personas defienden firmemente lo que sólo han asumido como


correcto o bíblico. Estas personas leerán con prejuicio cualquier otra cosa que
contradiga sus asunciones.

Si usted se va a tomar el tiempo para leer este folleto, ¿no debería usted al menos
leerlo con una mente abierta — y sin prejuicios? Pídale a Dios que le guíe — que le
ayude a probar lo que Él dice en Su Palabra. La Biblia es “útil para corregir” (II Timoteo
3:16) para todos aquellos que estén dispuestos a aceptarla — para aquellos quienes
verdaderamente quieran servir y agradar a Dios.

La Biblia es la Palabra inspirada de Dios — Su Libro de Instrucciones escrito para la


humanidad. ¡Ésta responde toda pregunta importante en la vida y explica cómo vivir —
revela el camino a la salvación!

II Timoteo 2:15 ordena: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como


obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Dios
espera que conozcamos Su Palabra para que así podamos actuar conforme a ella.

El apropiado estudio de la Biblia lleva a la aprobación de Dios. Tanto del Antiguo como
el Nuevo Testamento afirman: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4; Deuteronomio 8:3).

Pablo explicó que las personas son siervos de cualquier cosa y de cualquier persona a la
que obedezcan: “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para
obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o
sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16). ¡Las personas ya sea sirven y
obedecen a Dios, y reciben vida eterna (versículo 23) – o sirven y obedecen al pecado, y
obtienen muerte eterna!

Si Dios una vez ordenó y ciertos Días Santos fueron guardados, ¿no debería usted estar
seguro de por qué eligió no observarlos? Sin importar cuán cómoda pueda ser una
práctica de toda una vida, ¿no debería usted basar su decisión de continuarla
en pruebas — evidencias sólidas — en vez de asunciones?

Dios dice: “miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi


palabra” (Isaías 66:2) y “comprobad cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta” (Romanos 12:2).

¿Buscará usted sinceramente, con mente abierta y temblará ante la verdad de la


Palabra de Dios acerca de Sus Días Santos — o irá usted junto con las masas y con sus
tradiciones de festivales paganos de hombres?

Un “pequeño cuerno” profetizado cambió el tiempo

Daniel 7 contiene una extraordinaria profecía. Cuando es correctamente comprendida,


ésta revela exactamente cómo el mundo que se profesa cristiano llegó a celebrar
festivales paganos “cristianizados” en lugar de los días anuales que Dios hizo santos y
que le dio al antiguo Israel. El significado de este capítulo es cubierto con gran detalle
en nuestro folleto gratuito “Identificando a la Bestia de Apocalipsis”.

Cuando es examinado cuidadosamente y comparado con otras escrituras, se hace claro


que este capítulo ilustra a cuatro imperios gentiles gobernando a nivel mundial,
descritos como cuatro bestias. Comenzando con el Imperio Babilonio (Caldeo) de
Nabucodonosor, éstos se extenderían sobre los últimos 2,500 años previos al Regreso
de Cristo.

Virtualmente todos los estudiantes serios de la profecía bíblica reconocen qué la cuarta
bestia de diez cuernos es el Imperio Romano (versículo 23) — y que los diez cuernos
son sus diez resurrecciones (despertares) históricas. El versículo 8 presenta a un
“pequeño cuerno” que surge entre los diez cuernos del Imperio Romano.

He aquí lo que Daniel registra: “asimismo acerca de los diez cuernos que tenían su
cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y ese mismo
cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas”. El versículo 20 describe a este
pequeño cuerno como uno que “parecían más grande que sus compañeros”.
Nuevamente, aquellos quienes entienden incluso los elementos más básicos de la
profecía bíblica saben que un “cuerno”, en profecía, se refiere a un reino o gobierno.
Por tanto, ellos reconocen que este pequeño cuerno es un pequeño reino o gobierno
que tomó una posición prominente en la historia dentro de las diez resurrecciones
sucesivas del Imperio Romano. También es obvio, en la descripción de este “pequeño
cuerno”, que es una pequeña pero poderosa jerarquía religiosa, que está
gubernamentalmente asociada con, y que controla, Roma.

Ahora lea la descripción adicional de Daniel acerca de lo que este reino religioso haría:
“y hablará palabras contra el Altísimo [Dios], y a los santos del Altísimo quebrantará, y
pensará en cambiar los tiempos y la ley” (Daniel 7:25).

Para aquellos con ojos para ver, Dios da una tremenda perspectiva referente a la obra
de este pequeño reino religioso. ¡Daniel 7 es una sobresaliente afirmación acerca de
cómo esta iglesia del “pequeño cuerno” buscó alterar las leyes de Dios en lo referente
al tiempo!

Puede probarse que el “pequeño cuerno” de Daniel 7, el cual “quebranta a los santos”,
es igual a la “mujer” de Apocalipsis 17, la cual está “ebria con la sangre de los santos”.
Esta mujer es descrita fornicando con, y gobernando sobre, los reyes (y reinos) de la
tierra. (Nuestro folleto antes referido explica esto).

A lo largo de los últimos 2000 años, solamente una iglesia encaja en la descripción de
Daniel. ¡Solamente una iglesia ha hablado continuamente “contra el Altísimo (Dios)”al
tratar de cambiar las leyes y los tiempos que Él ha hecho santos! Solamente una iglesia
ha perseguido continuamente a la verdadera Iglesia y a los santos de Dios, quienes no
han estado dispuestos a comprometer Su Ley y tiempo.

Los tiempos y las leyes de Dios

Las iglesias de este mundo frecuentemente admitirán hacer un medio esfuerzo por
guardar nueve de los Diez Mandamientos. Típicamente, ellos reconocerán que está mal
robar, matar, codiciar, pronunciar falso testimonio, y cometer adulterio. Ellos también
reconocerán que honrar al padre y a la madre, evitar la idolatría y evitar usar el nombre
de Dios en vano son cosas buenas para hacer — aunque aducen seguir al Dios descrito
en el primer Mandamiento. Sin embargo, muchos hacen un trabajo pobre al guardar
estos nueve mandamientos, y al enseñar que Cristo los abolió oficialmente y que los
“guardó por nosotros”. Y muchos estarán de acuerdo, al menos tácitamente, en que
estos nueve mandamientos son “principios agradables”.
Considere. Éxodo 20:8-11 revela que guardar el día de reposo es el
Cuarto Mandamiento — ¡y una ley fundamental de Dios! El día de reposo fue
santificado — convertido en tiempo santo — por Dios en la creación. Dios jamás
autorizó o santificó el domingo, el primer día de la semana. Cristo guardó el sábado
(Lucas 4:16; Marcos 2:27-28). Igualmente lo hizo Pablo (Hechos 13:42, 44; 17:2; 18:4) —
así como lo hizo la Iglesia del Nuevo Testamento. En Éxodo 31 fue ordenado “para
siempre” y para ser guardado “perpetuamente” por “todas las generaciones” del
pueblo de Dios.

Los teólogos y los religiosos han enseñado por mucho tiempo que el verdadero día de
reposo de la Biblia es el séptimo día. El sábado, no el domingo, es el séptimo día de la
semana. Un buen diccionario revela esto. El ciclo semanal jamás ha sido cambiado. Sin
embargo, los ministros de este mundo han tenido que idear cuidadosas “explicaciones”
que desechan a muchas claras escrituras acerca del claro mandamiento de Dios de
guardar Su día de reposo. ¡En vez de permitir que la Palabra de Dios cambie sus
creencias, para que estas se conformen a Sus verdades, ellos cambian las palabras o los
significados para hacer que encajen con sus creencias! ¡Ellos justifican la observancia
del domingo — incluso cuando la Palabra de Dios jamás la ha justificado! Lo mismo es
cierto respecto a los Días Santos anuales.

Dios siempre ha dicho: “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).


Él jamás ha dicho: “Acuérdate del primer día (el pagano día del sol) para santificarlo”, ni
ha autorizado a Su Iglesia o a la humanidad para hacerlo. Él tampoco ordenó ni permitió
que Su pueblo guardara otros numerosos festivales paganos o días de adoración. ¡Él
siempre ha ordenado en contra de su observancia, y la antigua Iglesia del Nuevo
Testamento guardó los Días Santos de Dios por más de cuatro siglos — con su
remanente guardándolos aún hoy!

La Navidad y la Pascua florida no tienen nada que ver con Dios y ambas son condenadas
en las escrituras, en los términos más fuertes posibles. (Usted puede desear leer
nuestros folletos gratuitos ‘El Verdadero Origen de la NAVIDAD’ y ‘El Verdadero Origen
de la PASCUA FLORIDA’ a fin de aprender más acerca de estos festivales que los
hombres han usado para reemplazar los verdaderos Días Santos de Dios).

Muchos festivales paganos, incluyendo la Navidad (Saturnalia), la Pascua florida


(festival de Ishtar), Halloween, Año Nuevo, Día de San Valentín y la adoración del día del
sol, eran observados a lo largo del Imperio Romano, mucho antes de la Primera Venida
de Cristo. La falsa iglesia apóstata simplemente los adoptó para la práctica, y los impuso
a todos los ciudadanos en el imperio a través del vehículo del gobierno civil.

Las maneras más obvias que el pequeño cuerno ha “pensado” para cambiar —
y falsificar — los tiempos y las leyes santas de Dios han sido a través de reemplazar Su
Día de Reposo con el pagano día del sol, alterando así Su cuarta gran ley (muchos
hablan del domingo como su “día de reposo”) — y reemplazando Sus Días Santos
anuales con numerosos festivales paganos que fueron practicados durante siglos por
los romanos y los griegos.

Pero hay otras maneras en que el “pequeño cuerno” ha cambiado la manera de Dios de
marcar el tiempo. Éste inicia el año al final del invierno, mientras Dios inicia Su año en
primavera, cuando la naturaleza está floreciendo a la vida. La “mujer” comienza sus días
a mitad de la noche, mientras Dios marca los días de puesta de sol a puesta de sol. La
iglesia romana comienza la semana laboral en el segundo día, lunes, mientras Dios
comienza el ciclo semanal de trabajo en el primer día de la semana, domingo. La Roma
pagana ha ideado un innatural calendario, basado solamente en el sol, produciendo así
longitudes distintas para sus meses, mientras que Dios basa Su calendario en la luna, y
comienza los meses con cada luna nueva.

El calendario sagrado de Dios — generalmente llamado calendario hebreo — jamás ha


sido reconocido por los religiosos, científicos, historiadores y educadores como la
manera que Dios pensó para marcar y medir el tiempo. Los judíos no inventaron este
calendario, ni contribuyeron para su imaginación. Sus principios se remontan al primer
capítulo de la Biblia, donde el sol y la luna fueron designados “...para señales para las
estaciones, para días y años” (Génesis 1:14). Ningún otro calendario armoniza los ciclos
solar y lunar. ¡Solamente el calendario hebreo, autorizado por Dios, hace esto!

El mundo entero ha sido engañado para aceptar estos y otros “cambios”, y ha sido
alejado de los claros mandamientos de la Palabra de Dios. Billones han permanecido
descuidadamente ignorantes de las instrucciones de Dios, contentos de creer en
costumbres, prácticas, días y tiempos paganos, que les han sido dados a cucharadas.

Aprenderemos que la obediencia a los días de reposo semanales y anuales de Dios está
entrelazada — estos no pueden ser separados. Aunque estén juntos, no es el propósito
de este folleto probar cuál día es el día de reposo cristiano. Este amplio tema es
cubierto a profundidad en nuestro libro gratuito “SÁBADO O DOMINGO — ¿Cuál es el
día de reposo?” Sin embargo, es imposible estudiar el tema de los días de reposo de
Dios sin estudiar tanto este folleto como aquel libro. (Usted también puede leer “El DÍA
DE REPOSO — ¿Se ha perdido el tiempo?” para obtener pruebas del ciclo inalterado
semanal desde el tiempo de la creación). Le instamos a hacer esto, porque los
argumentos y las suposiciones de aquellos quienes dicen que los claros mandamientos
de Dios ya no están en efecto se aplican igualmente al tema de la observancia del día de
reposo semanal como a la observancia del día de reposo anual.

Algunos reclaman que Colosenses 2:16-17 invalida el día de reposo y los Días Santos.
(Veremos más adelante que no lo hace). Otros reclaman que los días de reposo anuales
eran parte de la ley de Moisés. No lo eran, porque eran observados desde antes que la
ley de ordenanzas rituales de Moisés hubiera sido dada. Otros reclaman que se
realizaban sacrificios en estos días — pero Números 28:3 muestra que los sacrificios
ocurrían en cualquier día del año.

Entonces, surge esta importante pregunta: ¿Cuáles fueron los días que Dios hizo santos
y que le ordenó al antiguo Israel observar? Algunos antecedentes importantes son
esenciales para abordar apropiadamente el tema de los siete Días de Fiesta anuales de
Dios, tal como fueron enseñados en el Antiguo Testamento.

Éstos son presentados en Levítico 23.

El capítulo de los Días Santos

Levítico 23 es mejor descrito, y frecuentemente llamado, el “capítulo de los Días


Santos”. Éste contiene una breve descripción de cada uno de los siete Días Santos
anuales de Dios — también llamados Fiestas o Días de Reposo, términos que veremos
que son intercambiables a lo largo del capítulo. Examinaremos más adelante el
significado de estos días.

Note: “Habló el Eterno a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas
solemnes del Eterno, las cuales proclamaréis como santas convocaciones [asambleas
ordenadas], serán estas” (versículos 1-2). El versículo 3 presenta el día de reposo
semanal como una de las Fiestas de Dios: “Seis días se trabajará, mas el séptimo día
será de reposo, santa convocación; ningún trabajo haréis; día de reposo es del Eterno
dondequiera que habitéis”. El versículo 4 presenta el reposo de las Fiestas de Dios:
“Estas son las fiestas solemnes del Eterno, las convocaciones santas, a las cuales
convocaréis en sus tiempos”.

Con una excepción, las Fiestas y los Días de Reposo son lo mismo.
El versículo 5 revela la primera de las Fiestas de Dios: “En el mes primero, a los catorce
del mes, entre las dos tardes, pascua es del Eterno”.

Luego, vemos que se presentan los siete Días de Panes Sin Levadura. En estos días,
comenzando en el día después de la Pascua, a los israelitas se les exigía que comieran
pan sin levadura: “Y a los quince días de este mes es la fiesta solemne de los panes sin
levadura al Eterno; siete días comeréis panes sin levadura…el séptimo día será santa
convocación; ningún trabajo de siervos haréis” (versículos 6, 8). El primero y el séptimo
día son Días Santos.

Los versículos del 9 al 22 dan una descripción más detallada del siguiente Día de Fiesta,
llamado Primicias — o Pentecostés, porque se deben contar cincuenta días desde el
sábado semanal durante los Panes sin Levadura para determinar cuándo debe ser
guardado. Este día era observado a finales de la primavera. Ahora leamos: “…estatuto
perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis. Y contaréis desde el día
que sigue al día de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda
mecida; siete semanas cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de
reposo contaréis cincuenta días…De vuestras habitaciones traeréis dos panes para
ofrenda mecida, que serán de dos décimas de efa de flor de harina, cocidos con
levadura, como primicias para el Eterno” (versículos 14-17).

El versículo 21 explica que la Fiesta de las Primicias es una asamblea ordenada y repite,
para énfasis, que fue ordenada por Dios para siempre: “Y convocaréis en este mismo
día santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis; estatuto perpetuo en
dondequiera que habitéis por vuestras generaciones”.

Este pasaje incluye un segundo énfasis por Dios acerca del


establecimiento permanente de estos días, a fin que nadie pudiera malinterpretar lo
que significa “para siempre”. Note que Israel había de guardar estos días “por vuestras
generaciones” (también repetido dos veces). Aún hay generaciones de Israel vivas en la
tierra hoy.

La temporada de otoño incluye los últimos cuatro Días Santos anuales, comenzando
con la Fiesta de Trompetas: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de
reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación. Ningún
trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida al Eterno” (versículos 24-25).

Luego viene el Día de Expiación, el cual es un día de reposo anual, pero no un Día de
Fiesta. Esto era porque no se permitía comida ni bebida: “A los diez días de este mes
séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras
almas [privarse de comida o bebida]… ningún trabajo haréis en este día; porque es día
de expiación, para reconciliaros delante del Eterno vuestro Dios…estatuto perpetuo es
por vuestras generaciones en dondequiera que habitéis. Día de reposo será a vosotros,
y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve días del mes en la tarde; de tarde a
tarde guardaréis vuestro reposo” (versículos 27-28, 31-32). Nuevamente, el Día de
Expiación fue ordenado para observarse “para siempre” y “por vuestras generaciones”.

Cinco días después del Día de Expiación es la Fiesta de Tabernáculos, la cual dura siete
días y es seguida por el Último Gran Día, al cual se hace referencia como el “octavo
día”.

Los versículos del 34 al 36 describen estas Fiestas: “Habla a los hijos de Israel y diles: A
los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos al Eterno
por siete días. El primer día habrá santa convocación; ningún trabajo de siervos haréis…
el octavo día tendréis santa convocación… es fiesta, ningún trabajo de siervos haréis”.

Este capítulo describe siete Fiestas y siete Días Santos anuales. La Pascua es una Fiesta
pero no un Día Santo. Expiación es un Día Santo pero obviamente no un Día de Fiesta,
dado que no se permite ni comida ni bebida.

Los versículos del 40 al 43 describen más la Fiesta de Tabernáculos y lo que Dios


pretendía que Israel aprendiera al observarla: “Y tomaréis el primer día ramas con fruto
de árbol hermoso, ramas de palmeras, ramas de árboles frondosos, y sauces de los
arroyos, y os regocijaréis delante del Eterno vuestro Dios por siete días. Y le haréis
fiesta al Eterno por siete días cada año; será estatuto perpetuo por vuestras
generaciones; en el mes séptimo la haréis. En tabernáculos [moradas temporales]
habitaréis siete días; todo natural de Israel habitará en tabernáculos, para que sepan
vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo (Dios) habitar a los hijos de Israel
cuando los saqué de la tierra de Egipto. Yo el Eterno vuestro Dios”.

Tomémonos un momento para resumir. ¡Incluyendo el versículo 41, Dios afirma cuatro


veces que Sus Fiestas estaban ordenadas para siempre! Él declara dos veces que éstas
habían de ser observadas a lo largo de las generaciones de Israel. Dios es muy serio
acerca de la obediencia a ellas, porque los versículos 29-30 afirman que cualquiera que
no las obedeciera sería “cortado” — “destruido” — ¡puesto a muerte!

Los versículos 37-38, 44 reiteran: “Estas son las fiestas del Eterno” y son “los días de
reposo del Señor”. (El versículo 39 explica que el primer día de Tabernáculos y el Último
Gran Día también son “días de reposo”). Estas no son las “fiestas judías” o “fiestas de
Israel”, como algunos que son deshonestos con las Escrituras han dicho.

Grabe esto firmemente en su mente. ¡Estos Días Santos son días de reposo de Dios –
son Fiestas del Señor!

Israel desobedeció continuamente

Israel se rehusó a permanecer fiel a los días de reposo de Dios — anuales o semanales
— por un tiempo extenso. Ellos tuvieron períodos en que no los observaron, antes de
desobedecer a Dios y de caer a las prácticas de las naciones que estaban alrededor de
ellos.

En Ezequiel, Dios describe cómo Él dio todos Sus días de reposo a Israel — y lo que
Israel hizo con ellos. Note: “Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por
señal entre mí y ellos para que supiesen que yo soy el Eterno que los santifico. Mas
se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y
desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días
de reposo profanaron en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira
en el desierto para exterminarlos” (20:12-13).

Una señal identifica. Los días de reposo identifican quién es el pueblo de Dios y que Él
es el verdadero Dios Creador. Israel no estaba dispuesto a llevar la “firma” de Dios
sobre sí, y se rebelaron para poder seguir las costumbres y prácticas de otros dioses.
Todos los que observan el día de reposo semanal son obligados a recordar (a través de
un memorial) la semana de Creación de Génesis 1:1 a 2:7. La creación identifica a Dios y
prueba Su existencia — y la observancia del día de reposo forzó a las personas a
recordar, cada siete días, quién es el verdadero Dios. Aquellos que lo guardan no
pueden extraviarse hacia la adoración de otros dioses.

Note también que Dios dijo: “Les di mis días de reposo”. Él los llamó “Mis días de
reposo” porque Él jamás pretendió que fueran considerados como los “días de reposo
de Israel”. La frase días de reposo es plural porque el día de reposo anual no es el único
día de reposo que Dios dijo que era señal perpetua entre Él y Su pueblo.

Aunque la humanidad ha estado rebelándose contra los días de reposo de Dios desde
entonces, ellos aún permanecen como la señal — la prueba de identidad — entre Dios y
Su verdadero pueblo hoy (versículo 20).
Si a la Iglesia del Nuevo Testamento aún se le ordena guardar estos días, debemos
entender qué es la Iglesia — y cuándo usó Dios el término por primera vez.

¿Qué es la Iglesia?

En Mateo 16:18, Cristo prometió edificar Su Iglesia. Mateo se encuentra en


el Nuevo Testamento. Pero ¿qué registro contiene el Antiguo Testamento, si es que lo
contiene, de Dios comenzando Su Iglesia?

Hablando de Moisés, Lucas escribió: “Este es aquel Moisés que estuvo en


la congregación en el desierto…y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida
que darnos” (Hechos 7:38). El Jesucristo (versículo 37) del Nuevo Testamento también
estuvo entre el Israel del Antiguo Testamento, llamado aquí “la iglesia en el desierto”. I
Corintios 10:4 confirma esto y revela que Cristo es el Dios del Antiguo Testamento.

A lo largo del Antiguo Testamento, la palabra “congregación” es usada para referirse a


la iglesia del Antiguo Testamento. Es virtualmente idéntica en significado a la palabra
“iglesia” cuando es usada en el Nuevo Testamento, la cual viene de la palabra
griega ekklesia. Y es esta misma palabra ekklesia la que es rendida como “iglesia” en
Hechos 7:38, cuando se refiere a la congregación de Israel del Antiguo Testamento.

El Antiguo Israel era una nación soberana — pero era iglesia y estado en una. Su primer
líder fue Moisés, seguido por Josué y otros. Aunque tenía diferentes tipos de
gobernantes (profetas, jueces, reyes, sacerdotes), las leyes de Dios también eran leyes
civiles — debían ser guardadas como ley nacional. Muchas leyes rituales y ceremoniales
— parte de la ley de Moisés — fueron agregadas, a causa de las transgresiones de
Israel, para enseñar el hábito de obedecer las leyes de Dios. Estas leyes rituales —
hechas para ser guardadas hasta el tiempo de Cristo — involucraban principalmente
ordenanzas físicas, lavamientos de varios tipos, una designación de “inmundicia” por
varias razones y varios tipos de ofrendas de carne y bebida.

El día de reposo y los Días Santos jamás fueron parte de la ley de rituales, de
lavamientos o de ofrendas de Moisés. El día de reposo comenzó en la creación y los
Días Santos fueron dados antes de que Dios ordenara ofrendas encendidas y sacrificios
(Jeremías 7:22-23). Las leyes de Moisés fueron añadidas porque el pueblo no guardaba
las ya establecidas leyes de Dios. Este es el punto crítico a entender. Éstas no eran lo
mismo. Los Días Santos habían de ser guardados para siempre, pero los sacrificios
solamente habían de ser ofrecidos hasta que Cristo — el más grande sacrificio de Dios
— muriera en la cruz y nulificara la necesidad de estos.
La Iglesia del Nuevo Testamento también es referida como “una nación santa” (I Pedro
2:9). Pero es una nación espiritual no civil. Las leyes de Dios que le fueron dadas al
antiguo Israel — la iglesia en el desierto — aún deben ser obedecidas por el Israel
espiritual — la Iglesia del Nuevo Testamento. Esta es la diferencia primaria entre el
Israel del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Todo lo que Dios hace tiene un propósito — ha sido cuidadosamente planificado y por
una razón o razones específicas. Ese es el caso con los Días Santos. ¡Dios los dio por una
razón — un propósito supremo!

¡El propósito de los Días Santos de Dios es que ellos reflejan y explican la totalidad del
Plan de Dios para la humanidad! A medida que éstos son guardados cada año, en
secuencia, los siete días de reposo anuales, o Días de Fiesta, son una especie de ensayo
de los eventos que Dios no quiere que Su pueblo olvide. Ellos son un memorial por
adelantado de las cosas que Dios pretende hacer a lo largo de las varias eras y
dispensaciones de su propósito de 6,000 años para la humanidad.

Al guardar continuamente estos días — cada año — aquellos que lo hacen son
automáticamente recordados de lo que Dios está haciendo. Ellos entienden que estos
días simbolizan e ilustran eventos muy específicos, la duración de los eventos y los
períodos de tiempo en el Plan de Dios.

Ninguna de las naciones del mundo guardó el día de reposo de Dios o los Días Santos.
Como resultado, ninguna de las naciones del mundo comprendió el propósito de Dios
— o siquiera que Él tiene un propósito. Esto ha sido cierto a lo largo de la historia.
Ninguna de las naciones del mundo sabe quién es el verdadero Dios — y el resultado ha
sido que todos sirven a dioses falsos y a ídolos.

Excepto porque ellos sí tuvieron el conocimiento de los sábados de Dios, las naciones
modernas pobladas por los descendientes del antiguo Israel no son distintas. Ellas han
caído en idolatría y en prácticas paganas junto con el resto de las naciones — porque
han olvidado el día de reposo de Dios y los Días Santos. Ellos también han perdido el
entendimiento de su verdadera identidad. El perder la señal de Dios aseguró que esto
sucedería. (Nuestro folleto gratuito AMÉRICA y BRETAÑA en profecía le relatará la
fascinante historia de quiénes son ellos y cuál es su futuro).

Las iglesias de este mundo ignoran los aspectos más fundamentales del Plan y de las
enseñanzas de Dios. Ellos no entienden el recibimiento del Espíritu Santo de Dios, el
proceso de conversión, qué significa nacer de nuevo, el verdadero evangelio del reino
de Dios, qué sucede en la muerte, la definición bíblica de pecado, que el cielo no es la
recompensa de los salvos, que la salvación tiene que ver con gobierno (para el cual se
califica luego de una vida de vencer al pecado y a la carne), el propósito de la Iglesia, la
comisión de la Iglesia, cómo vendrá la paz mundial, el origen de la naturaleza humana,
el origen del mal, la definición bíblica de fe, que la doctrina del alma inmortal es ficción,
etc. ¡Muchos ni siquiera entienden o creen verdaderamente que Cristo va a regresar —
o lo que esto significa para la totalidad de la civilización! Estos mismos millones creen
que la crucifixión de Cristo finalizó — concluyó — el plan de redención. (De hecho,
aprenderemos que el sacrificio de Cristo simplemente comenzó este plan).

Si el antiguo Israel hubiera permanecido fiel a los sábados de Dios, ellos habrían
entendido la verdad de todas estas doctrinas. Y si el mundo hubiera comenzado
repentinamente a guardar estos días, ellos habrían llegado a este conocimiento. Sin
embargo, Dios no está llamando al mundo ahora. Él está llamando individuos. Cualquier
individuo que esté dispuesto a investigar y a probar la verdad de Dios puede
ver abiertos los mayores misterios, ahora desconocidos para un mundo engañado,
confundido y cegado.

Como hemos establecido qué son los Días Santos de Dios, necesitamos examinar más
del Antiguo Testamento, y del Nuevo Testamento, para ver si son referidos y en dónde,
y para comprender su significado — para entender por qué Dios ordenó su observancia
para siempre. Debemos examinar cada uno de los días de reposo anuales, comenzando
con la Pascua, y aprender su significado.

[Ver Tabla de Días Santos]

Israel había olvidado al verdadero Dios

Casi todos comprenden que “Dios sacó a Israel de Egipto”. Pero casi nadie entiende que
Egipto fue un tipo del pecado — y que Israel estaba en esclavitud en él. Dios tuvo que
liberar a Israel de esta esclavitud — y esto requirió de una serie de milagros. Todos
aquellos llamados fuera de este mundo están en un “Egipto” moderno — una Babilonia
— de pecado, confusión y rechazo del verdadero Dios. Recuerde, Dios derramó Sus
plagas en Egipto antes de liberar a Su pueblo. El libro de Apocalipsis revela que Dios
hará esto nuevamente justo antes del regreso de Cristo.

Hollywood ha ilustrado el Éxodo en una manera adornada y en ocasiones poco exacta.


Sin embargo, la mayoría está al menos vagamente familiarizado sobre cómo Dios
estableció Su poder — e identidad — a través de milagros. Dios los usó para
reintroducirse a Sí mismo a Israel.

Considere. Dios le dio el día de reposo al antiguo Israel a través de Moisés. ¿Por qué
hizo Dios esto? ¡Él tenía que hacerlo! Israel recién había pasado cerca de 200 años de
esclavitud en Egipto. A ellos no les había sido permitido adorar al Dios de Abraham,
Isaac y Jacob — sus antepasados — durante todos esos años. Para cuando Dios los
liberó, ellos habían olvidado la identidad del verdadero Dios y Su día de reposo. Ellos no
tenían acceso a las Escrituras y les era exigido adorar a los dioses falsos de Egipto. Por
tanto, Dios tuvo que revelarse a ellos por segunda vez.

Esta es una razón por la que el mandamiento del día de reposo comienza con las
palabras “Acuérdate del día de reposo” — Israel lo había olvidado. Abraham, Isaac y
Jacob habían guardado la Ley de Dios (Génesis 26:5; Deuteronomio 30:20), pero el
conocimiento del día de reposo se había perdido a lo largo de los siglos en Egipto.

Dios decidió hacer claro el mandamiento del día de reposo a Israel mientras ellos
estaban en el Desierto de Sin (Zin). Israel había dejado atrás las “ollas de carne” de
Egipto y se quejaba con Moisés por falta de comida. Dios tenía que probar si ellos
obedecerían Su Ley. Él creó una prueba específica, a través del maná, la cual estaba
diseñada para enseñarle a Israel la singularidad del tiempo santo del día de reposo. El
recuento se encuentra en Éxodo 16. (Esto ilustra que las personas creerán casi
ansiosamente que el tiempo o las leyes de Dios pueden cambiar).

La Pascua

Dios les dijo a los israelitas que tomaran un cordero joven, sin mancha o defecto, para
representar un tipo de Cristo — el Cordero de Dios (Juan 1:29). Esto siempre había de
ser hecho en el décimo día del primer mes del año sagrado hebreo. A diferencia de
todos los calendarios creados humanamente, los cuales comienzan el año a mitad del
invierno, este año sagrado comenzaba en la primavera, alrededor del equinoccio, con la
luna nueva.

 
Israel también había perdido el conocimiento del calendario sagrado. Note lo que Dios
instruyó: “Este mes os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero de
los meses del año” (Éxodo 12:2). Tal como el sacrificio de Cristo era el principio del Plan
de Dios, la Pascua había de ser en el mes “de inicio”.

Muchos comprenden algunos aspectos del sacrificio de Cristo, pero no ven más allá de
este, hacia el gran propósito que Dios revela en cada uno de los otros Días de Fiesta que
siguen.

En el 10° día de Abib (el primer mes hebreo), Israel había de seleccionar un cordero
intachable. Cuatro días más tarde, en el 14° día de Abib, el cordero había de ser
inmolado. Éxodo 12:6 dice que había de ser inmolado “en la tarde”, pero el hebreo
original significa “entre las dos tardes”. Algunos márgenes bíblicos afirman esto
claramente. La Enciclopedia Judía explica que este es el período comúnmente referido
como crepúsculo o anochecer. Este período es descrito como el tiempo después de la
puesta del sol, pero antes de que llegara la oscuridad total. En otras palabras, había de
ser al comienzo del 14 que el cordero fuera inmolado — y poco después, la sangre del
cordero era rociada arriba de los postes de las puertas de las casas de los israelitas. A
medianoche, el ángel de la muerte hirió de muerte a todos los primogénitos de Egipto.
Pero Dios les había dicho a los israelitas: “y veré la sangre y pasaré de vosotros” — de
aquí el bien conocido término Pascua.

La palabra Pascua se encuentra en el Nuevo Testamento en la escritura más poderosa.


Pablo les escribió a los corintios acerca de cómo “Cristo nuestra Pascua es sacrificado
por nosotros”. Este versículo remueve cualquier duda acerca de quién es el centro de la
observancia de la Pascua del Antiguo Testamento. Fue Cristo — y esta es una de
nuestras primeras grandes pistas de que los Días de Fiesta del Antiguo Testamento
están directamente vinculados con el Plan de Dios. La sangre derramada del cordero del
Antiguo Testamento era un tipo de la sangre derramada de Cristo, el Cordero de Dios.
Cualquier cristiano profeso reconoce que el sacrificio de Cristo es de suma importancia
para la salvación. ¿Por qué no ven ellos — ni están dispuestos a investigar — que el
resto de Sus Fiestas pueden también tener gran significado espiritual para su
observancia?

Éxodo 12:6 explica que el cordero de Pascua había de ser inmolado “en la tarde” — al
anochecer (traducción judía original). Debemos explicar brevemente que algunos creen
que el cordero fue inmolado después del mediodía (a eso de las 3 p.m.) en la parte clara
del 14. Se piensa, entonces, que fue comido en la tarde del 15, y que Israel abandonó
Egipto la misma noche. Esta teoría es imposible. Entendamos por qué.

Deuteronomio 16:6 muestra que el cordero siempre era sacrificado a medida que el sol
descendía. Con todo, éste era comido siempre durante el 14, no después (Levítico 23:5-
6). ¡Dios hace las cosas exactamente a tiempo! ¡El tiempo es una vez al año, por la
noche, al comienzo del 14 de Abib — después de la puesta del sol!

Regresando a Éxodo 12, los versículos 8-11 describen cómo había de ser
asado y comido en la noche del 14. El versículo 12 explica cómo Dios “pasaría aquella
noche por la tierra de Egipto, y heriría a todo primogénito…”. El versículo 22 describe lo
que los israelitas habían de hacer con la sangre del cordero muerto: “…untad el dintel y
los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las
puertas de su casa hasta la mañana”.

Note cuidadosamente que a ninguno le era permitido salir de sus casas durante la
noche. El versículo 23 afirma que “a la medianoche el Eterno hirió a todo primogénito”.
Los versículos 30-31 explican que Faraón “se levantó aquella noche” y llamó a Moisés y
a Aarón para decirles a los israelitas que partieran. Los egipcios trataron de deshacerse
de ellos (versículo 33) y la Biblia registra que los israelitas “pidieron” (versículo 35) — o
“despojaron” (versículo 36) — al pueblo egipcio.

Esto significa que ellos tomaron oro, plata, joyas y ropa según lo pedían. Esto tomó
varias, o incluso muchas, horas pero no pudo haber sido durante la noche dado que los
israelitas no tenían permitido salir de sus hogares durante este tiempo. Obviamente, la
toma por parte de Israel de estos bienes físicos ocurrió durante la luz del día 14. Dado
que eran millones de israelitas y que notificarles habría sido una tarea extensa, se
requirieron más horas solamente para completar esto.

Éxodo 12:10 añade pruebas de que el pueblo no pudo haber dejado Egipto durante la
noche en que Faraón se levantó, porque ellos habían de quemar “lo que quedare (del
cordero)” en “la mañana”.

Deuteronomio 16:1 añade otra importante corroboración respecto a cuándo Israel


partió de Egipto: “…harás pascua al Eterno tu Dios; porque en el mes de Abib te sacó el
Eterno tu Dios de Egipto, de noche”. Claramente, esto tuvo que ser la noche del 15,
porque Israel permaneció dentro de sus casas durante la noche del 14.
Números 33:3 confirma que este era el 15: “De Ramesés salieron en el mes primero, a
los quince días del mes primero; el segundo día de la pascua salieron los hijos de Israel
con mano poderosa, a vista de todos los egipcios”.

Éxodo 12:41-42 introduce la “noche del Señor para guardar…” Note: “…en el mismo día
[15] todas las huestes del Eterno salieron de la tierra de Egipto. Es noche de
guardar para el Eterno, por haberlos sacado en ella de la tierra de Egipto. Esta noche
deben guardarla para el Eterno”. (Del versículo 43 al final del capítulo es una nueva
sección que clarifica a quien le era permitido comer la Pascua).

La Pascua era guardada la noche del 14, pero la noche que había de ser “guardada”,
cuando Israel partió de Egipto por la noche, era el 15. Dios planeaba que Israel
recordara su liberación de Egipto a través de una celebración especial y separada una
noche más tarde.

La Pascua del Antiguo Testamento siempre precedía al sábado anual llamado el primer
Día de Panes sin Levadura. Este día era un Día solemne o un Día de Fiesta para ser
celebrado cada año, nuevamente, en el día inmediatamente después de la Pascua. Note
Números 28:16-17: “Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será
la pascua del Eterno. Y a los quince días de este mes, la fiesta solemne”. Esta Fiesta era
el primer Día de Panes sin Levadura. Recuerde que Levítico 23:5-6 decía exactamente lo
mismo. La Pascua es el 14 y los siguientes siete días son los Días de Panes sin Levadura.

Los Días de Panes sin Levadura

Del 15 al 21 de Abib — un período de siete días — hay un festival llamado los Días de


Panes sin Levadura. Esto significa que solamente pan sin levadura — pan hecho sin
levadura u otros agentes leudantes — debe ser consumido cada día durante este
período de una semana, el cual sigue inmediatamente a la Pascua. Para el tiempo del
Nuevo Testamento, los Días de Panes sin Levadura eran mencionados o pensados
generalmente como ocho días, dado que la levadura era sacada usualmente de las
casas durante la porción clara del 14. Sin embargo, el período de siete días de pan sin
levadura comienza después de la Pascua — en el 15.

El primero y último de estos días, el 15 y el 21, habían de ser sábados anuales. Mientras


Levítico 23:4 incluye claramente la Pascua como uno de los festivales de Dios, recuerde
que Números 28:17 decía: “y a los quince días de este mes, la fiesta”.
Éxodo 12:14-16 hace una clara distinción acerca de la importancia para Dios de la Fiesta
guardada en el 15: “Y este día os será memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne
para el Eterno durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis.
Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura
en vuestras casas… El primer día [15] habrá santa convocación, y asimismo en el
séptimo día [21] tendréis una santa convocación…”

Este pasaje deja claro que la Fiesta del 15 era un memorial para Dios. Él planeó
que este día (no el 14 como lo reclaman algunos) fuera un memorial — un recordatorio
anual — de que Dios había liberado a Israel de Egipto. Éste había de ser un “estatuto
perpetuo” — “por vuestras generaciones”. Los Días de Panes sin Levadura son
importantes para Dios, y esto repite lo que Él dijo en Levítico 23 acerca de la
permanencia de esta y de Sus otras Fiestas. Recuerde que “santa convocación”
significa asamblea ordenada. Dios ordenó que Su pueblo se reuniera en este día, de
manera perpetua, a lo largo de todas las generaciones — ¡para siempre!

En el versículo 17, Dios conduce Su propósito de que este día sea guardado “para
siempre”. Pero este versículo también comienza a explicar por qué: “porque en este
mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este
mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua”. Algunas
traducciones reflejan que Dios planeó este “período” completo como “una institución
eterna”. (El versículo 24 también repite la palabra “para siempre” con relación a la
Pascua).

Esta ordenanza fue establecida antes de que la ley de Moisés hubiera sido dada. Pero
¿por qué fue establecida?

¿Por qué los Días de Panes sin Levadura?

La Pascua y los Días de Panes sin Levadura están o caen juntos. He aquí por qué. La
Pascua ilustra el sacrificio de Cristo a fin que el pecado pudiera ser perdonado y
removido. La Fiesta de Panes sin Levadura no anuncia el sacrificio de Cristo.

Preguntamos: ¿Qué punto habría en observar la Pascua si todos aquellos quienes son
limpiados dieran la vuelta y regresaran al pecado? Egipto es un tipo del pecado. Los
Días de Panes sin Levadura ilustran al pueblo de Dios siendo sacado del pecado — y
poniéndolo lejos de sus vidas a través de la obediencia a la Ley de Dios. Este es un
punto vitalmente importante. Considere. La Pascua es una Fiesta de un día. En un
sentido, ilustra un evento singular: el perdón del pecado por la sangre de Cristo. Los
Días de Panes sin Levadura son un período de siete días. Ellos reflejan duración de
tiempo, en vez de un momento en el tiempo. El cristiano practica el sacar el pecado de
su vida como un camino de vida. ¡Dios, a través de Moisés, le presentó todo de esta
institución a Israel antes de que Él les diera una sola palabra de los lavamientos
ceremoniales y rituales y de las leyes de sacrificios a las que nos referimos antes!

Ninguna persona honesta puede creer que Dios no planeara que todos aquellos quienes
le sirven guardaran la Pascua y los Días de Panes sin Levadura como una institución
perpetua y permanente. Pero ¿por qué haría Dios esto?

Comer pan sin levadura ilustra sacar la levadura — pecado — de las vidas de las
personas. ¿Cómo sabemos esto? ¿Establece esto la Biblia claramente? Primero note: “Y
Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día [15], en el cual habéis salido de
Egipto, de la casa de servidumbre…” (Éxodo 13:3). Este versículo coloca el escenario.

Ahora estamos preparados para entender el gran propósito de Dios para esta Fiesta.
Veámoslo claramente: “Siete días comerás pan sin leudar, y el séptimo día será fiesta
para el Eterno…Y lo contarás en aquel día a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo
de lo que el Eterno hizo conmigo [cualquier padre israelita hablándole a su hijo] cuando
me sacó de Egipto. Y te será como una señal sobre tu mano, y como un memorial
delante de tus ojos, para que la ley del Eterno esté en tu boca… Por tanto, tú guardarás
este rito en su tiempo de año en año [los memoriales son anuales]” (versículos 6, 8-10).

¡Este es un versículo extraordinario y poderoso! Guardar los Días de Panes sin Levadura
tiene que ver con la Ley de Dios obrando activamente en nuestras mentes y corazones.
Nuevamente, ¿cuál es el propósito del perdón de Cristo por los pecados pasados si uno
continúa practicando el pecado como camino de vida? ¡Por supuesto, Dios tenía que
establecer la ordenanza — el estatuto — de los Días de Panes sin Levadura como una
continuación de la observancia y el significado de Su Pascua! ¡Es absolutamente vital
que usted vea y entienda la mente de Dios — Su propósito — con respecto a este Día de
Fiesta!

La referencia a esta Fiesta como una señal “sobre tu mano” significa que implica acción
– nuestras obras. La frase “delante de tus ojos” connota la mente — la voluntad.

Todos los seres humanos pecan (Romanos 3:23). La sangre de Cristo perdona “los
pecados pasados” (versículo 25). Pero las personas no tienen la fuerza inherente para
vencer el pecado por sí mismas. Las personas deben ser liberadas de él en la misma
manera en que Israel fue liberado de Egipto. ¿Ve usted esto? ¿Puede captar con más
plenitud el significado de esta Fiesta?

Anteriormente nos referimos a I Corintios 5:6-8 cuando hablamos de “Cristo nuestra


Pascua”. Este pasaje del Nuevo Testamento se expande sobre Éxodo 13. Leamos ahora
estos versículos completos: “No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de
levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura [levadura física], para
que seáis nueva masa, sin levadura como sois [cristianos]; porque nuestra pascua, que
es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura [levadura física], ni con la levadura de malicia y maldad [levadura espiritual],
sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad”.

¿Qué podría ser más claro? La levadura y el pecado inflan la mente. El versículo 6
condena la levadura. Pablo incluso advirtió a los corintios de esto cuando dijo, en
referencia a los pecados cometidos allí: “vosotros estáis envanecidos” (versículo 2). Esta
frase, de hecho, lleva a los versículos 7 y 8.

Pablo, en el Nuevo Testamento, les instruyó a los corintios gentiles que “guardaran la
fiesta”, inmediatamente después de recordarles que Cristo era la Pascua. Algunos creen
que esto solamente significa levadura espiritual. Pero Pablo no “espiritualizó” la
extracción literal del pan leudado de nuestras “moradas” físicas — nuestros hogares. Él
enfatizó la remoción de ambas “la vieja levadura (física)” y todas las formas de levadura
espiritual — tipificadas por la malicia y maldad. Nuevamente, Él ordenó: “GUARDAD LA
FIESTA”. Los cristianos guardan la Fiesta de Panes sin Levadura tanto
física como espiritualmente. ¿Por qué un cristiano profeso ignoraría incluso esta clara
escritura del Nuevo Testamento?

El mundo — y la naturaleza humana — no desea obedecer a Dios (Romanos 8:7).


¡Muchos desean tomar el nombre de Cristo — y llamarse a sí mismos cristianos — pero
no quieren obligaciones colocadas sobre ellos para hacer algo (Lucas 6:46)!

Sacando la levadura

Las iglesias del mundo siempre dejan a Cristo colgando muerto del madero. Millones de
ídolos en las iglesias y en los hogares han colocado esta imagen permanentemente en
las mentes de todos aquellos quienes piensan de Cristo como un “Jesús muerto”. Sin
embargo, Cristo está vivo en el tercer cielo, a la diestra de Su Padre, sirviendo como
nuestro Sumo Sacerdote.
Note: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo
de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no
pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según
nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de
la gracia, para alcanzar misericordia [perdón por los pecados ya cometidos] y hallar
gracia [para vencer la tentación de cualquier pecado futuro] para el oportuno socorro”
(Hebreos 4:14-16).

I Juan 3:4 afirma que “el pecado es la trasgresión de la ley”. Éxodo 13:9 explicó que Dios
desea Su Ley en nuestras bocas. Él nos quiere practicando obediencia a Sus
mandamientos — practicando justicia (Salmos 119:172). ¡El observar la Pascua sin
continuar con los Días de Panes sin Levadura ignora nuestra necesidad de obedecer a
Dios — de dejar de practicar el pecado!

Casi cualquiera que se profesa cristiano cree que “Cristo lo hizo todo por usted”, y que
usted no tiene ninguna obligación de obedecer a Dios. Esto hace del sacrificio de Cristo
una licencia para pecar. Sin embargo, el pecado fue lo que puso a Cristo a muerte. ¿Nos
mofamos del sacrificio de Cristo al continuar haciendo exactamente aquello que trajo
Su muerte? Como dijo Pablo: “¡Lejos esté de mí!”.

Leemos, en Éxodo 13, que el memorial de la Fiesta de Panes sin Levadura era una señal.
Éxodo 31:12-17 revela que el día de reposo también es una señal — entre Dios y Su
pueblo. Ambos, los días de reposo semanal y el anual son días para descanso. No se
permite trabajo en estos días. El cristiano es llamado a descansar del pecado, no a
cometerlo libremente. ¡Cuán claro, cuán obvio es el gran significado detrás de los Días
de Panes sin Levadura, los cuales son señales que nos apuntan a Dios!

Habiendo pastoreado a muchos miles de personas, yo he atestiguado numerosas


historias de personas que descubren piezas de pan, galletas y otros productos leudados
en sus hogares después de que los Días de Panes sin Levadura han comenzado. Esto es
muy cierto del pecado y de cómo éste se desliza sobre nosotros y es encontrado en los
lugares menos esperados, después de que pensamos que ya se había ido. Vencer el
pecado es un proceso en curso.

El claro significado

Hemos visto que Egipto es un tipo del pecado. Ciertamente, Faraón y su ejército eran
un tipo perfecto de Satanás y su ejército espiritual de demonios. La intervención y la
ayuda sobrenatural eran la única forma posible en que Israel podía escapar de sus
amos, quienes los mantenían en esclavitud exactamente igual que como los cristianos
son mantenidos en cautiverio al pecado por el “dios de este mundo” — Satanás (II
Corintios 4:4).

Israel tuvo que salir físicamente de Egipto. Esto representa el esfuerzo humano para
iniciar el proceso de liberación del pecado. Pero Israel había escapado. Su cautiverio
había finalizado. La libertad estaba frente a ellos. Dios estaba con ellos. Sin duda
Números 33:3 dice que Israel salió de Egipto con “mano poderosa”. Ellos no
necesitaban temer en tanto dependieran de Su milagrosa ayuda para ayudarles a
mantenerse.

Sin embargo, el paralelo entre Israel dejando Egipto y el cristiano dejando el pecado
tiene lecciones adicionales. Aunque aún estaban emocionados con el primer brote de
libertad, la asistencia de Dios se hizo necesaria casi inmediatamente cuando Faraón y su
ejército (el diablo y el pecado) se incorporaron para detenerlos. Algunos israelitas se
tornaron tan asustados que pensaron que iban a morir, y clamaron a Dios. Lea Éxodo
14:10, “Y cuando Faraón se hubo acercado, los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí
que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran
manera, y clamaron al Eterno”.

Dios escuchó las oraciones de los asustados israelitas. Note los versículos 13 y 14: “No
temáis; estad firmes, y ved la salvación que el Eterno hará hoy…porque los egipcios…
nunca más para siempre los veréis. El Eterno peleará por vosotros”. Esto es cierto para
los cristianos; si ellos giran sus problemas a Dios. El versículo 19 describe cómo Dios
guió a Israel: “Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e
iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y
se puso a sus espaldas”.

Pero el versículo 22 revela cómo ocurrió la completamente inesperada y milagrosa


liberación cuando quedaron rodeados por circunstancias imposibles: “Entonces los hijos
de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su
derecha y a su izquierda”. Cristo les enseñó a Sus discípulos que el agua es un tipo del
Espíritu Santo (Juan 7:37-39). Isaías 55:1 agrega, “A todos los sedientos: venid a
las aguas”.

Dios ha prometido repetidamente que Él jamás dejará o abandonará a Sus siervos. Con
Su Espíritu Santo dentro de las mentes convertidas (Hechos 2:38), ellos tienen Su
constante consuelo de que Él los guiará, protegerá, fortalecerá y librará de su constante
adversario — el pecado. Al igual que la sangre de Cristo cuando cubre nuestros
pecados, las aguas del Mar Rojo cubrieron a los ejércitos de Egipto. Cuando Cristo
remueve nuestros pecados, como a aquellos ejércitos, literalmente “no los vemos
más”.

Los sacrificios llegaron más tarde

Anteriormente referimos cómo Jeremías 7:22-23 revelaba que Dios introdujo los
sacrificios después de ordenarle a Israel que obedeciera Sus leyes. Los que se oponen a
los Días Santos argumentan lo opuesto — que Dios los creó para el propósito de tener
tiempo para ofrecer sacrificios. ¡Incluso una revisión superficial expone que esto es un
razonamiento tonto!

Jeremías muestra que los Días Santos eran guardados originalmente sin ofrendas de


carne sacrificada y bebida. Hemos visto que los Días Santos son memoriales (Éxodo
13:9; Levítico 23:24) de importantes eventos históricos. Por supuesto, también son
vistos como sombras de eventos futuros. Dios no creó los Días Santos diciendo, en
efecto: “Tengo estas ofrendas que deben ocurrir — entonces mejor creo los Días Santos
para que el pueblo tenga un poco de tiempo para entregarlas”. Los sacrificios fueron
creados para el expreso propósito de apuntar hacia el final gran sacrificio de Cristo, el
cual abolió la necesidad de ellos.

Gálatas 4:9-10

Algunos oponentes de los Días Santos citan esta escritura para probar que los Días Santos
eran condenados por Pablo. He aquí lo que él les escribió a los gálatas: “mas ahora,
conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de
nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?
Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años”.

¿Condena realmente este pasaje el guardar los Días Santos de Dios y el día de reposo?
Muchos ministros engañados enseñan que los gálatas estaban regresando a la observancia
de los Días Santos y los días de reposo.

¡Esto es imposible!

Los gálatas eran gentiles y jamás habían guardado ninguno de los días de Dios, o siquiera
escuchado acerca del verdadero Dios previo a su llamamiento. ¡Ellos no podían regresar a
algo que jamás habían conocido o practicado en primer lugar!
¡También, lea Levítico 19:26 y Deuteronomio 18:9-10 para ver que Dios condena
enfáticamente el guardar días, tiempos, etc.! Estos eran “días de reposo” o “días santos”
inventados humanamente. En Levítico 23 y Ezequiel 20, Dios habla de “Mis días de reposo”
y “Mis fiestas”. Al mismo tiempo, a lo largo del Antiguo Testamento, Él condena
consistentemente a Israel por rebelión y por observar “vuestros días”, “vuestros días de
reposo” y “vuestras fiestas” en cambio (Isaías 1:13-14; Oseas 2:11; Amós 8:10, etc.).

En ninguna parte ordena Dios la observancia de meses. Colosenses 2:8 y 20-22 muestra
que los “débiles y pobres elementos” (también referidos allí) son formas filosóficas
de adoración de la voluntad y de abnegación comúnmente encontradas en ciertas partes
del mundo. La palabra “rudimentos” (Colosenses 2:8) es la misma palabra traducida como
“elementos” aquí en Gálatas, y no tiene nada que ver con el día de reposo de Dios o con
los Días Santos.

A lo largo del mundo, casi todas las culturas gentiles observan numerosos días y tiempos
paganos. Por ejemplo: en el tiempo de Pablo, un tercio de todos los días griegos y romanos
estaban destinados como “ilegales para asuntos judiciales y comerciales…en los cuales el
estado esperaba que la ciudadanía se abstuviera, en tanto como fuera posible, de sus
negocios o labores privadas”.

Ellos también apartaban días y meses específicos con el propósito de honrar a sus muchos
dioses: abril y octubre le eran dedicados a Apolo; febrero y junio le eran dedicados
a Zeus; Artemis también era adorada en abril; Bacchus en enero. Luego de la conversión,
los gálatas abandonaron estos muchos festivales, a fin de adorar al Dios verdadero “en
espíritu y en verdad” (Juan 4:24).

En conclusión, los gálatas estaban abandonando la observancia del día de reposo y de los


Días Santos, y regresando a los festivales paganos, comúnmente observados en la antigua
Grecia y Roma, donde vivían muchos gentiles convertidos — no al revés.

¡Examinemos dos razones más por las que este pensamiento está totalmente
equivocado!

Primero, considere el día de reposo, el cual fue creado más de 2,500 años antes de que
Dios le diera la ley de sacrificios a Israel. ¡Éste era guardado por Sus siervos fieles sin
sacrificios durante todo este tiempo! Sin embargo, Dios agregó, posteriormente, los
sacrificios al sábado semanal (Números 28:9-10). ¡Es imposible que el día de reposo
permanezca o caiga con sacrificios que llegaron dos milenios y medio después!
¿Ve usted este punto? El mismo principio se aplica a los Días Santos, los cuales
aparecieron antes de que los sacrificios fueran ordenados.

Segundo, los sacrificios de carne y bebida fueron agregados a todos los días de la


semana (Números 28:3-8). Ellos debían ser hechos “cada día, para holocausto
continuo” (versículo 3). Seguramente nadie argumentará que los “días” llegaron a
existir 2,500 años después de la semana de creación de Génesis 1. (Dios también
ordenaba sacrificios en las lunas nuevas – versículos 11-15).

El día de reposo y los Días Santos son memoriales. Esto explica por qué se ordena que
sean guardados para siempre, mientras que los sacrificios físicos — y los rituales de
lavamiento (reemplazados por el “lavamiento del agua por la palabra [de Dios]” —
Efesios 5:26) — no fueron ordenados para siempre.

Guardados por la Iglesia del Nuevo Testamento

Ya hemos examinado I Corintios 5:7-8 y el mandato de Pablo de “celebrar la Fiesta”.


Pero, ¿hay otros lugares en el Nuevo Testamento que refuercen y hagan este mandato
absolutamente inconfundible? ¿Hay evidencia de que Pablo mismo lo guardó?

Revisemos. El cordero de Pascua era inmolado y comido en el 14, y la Fiesta era


guardada en el 15 (Números 28:16-17). Mateo 27:62; Marcos 15:42; Lucas 23:54 y Juan
19:14 muestran que la porción con luz del 14 era usada para prepararse para la Fiesta.
Note que la tradición de los ancianos les instruía a los judíos observar su Pascua un día
después de lo que Dios instruía.

Al comparar Mateo 26:5; Marcos 14:2 y Juan 13:29, los cuales todos discuten el tiempo
de la crucifixión de Cristo en la Pascua, antes del Día de Fiesta que le sigue, se hace
aparente que para el tiempo del Nuevo Testamento aún se entendía que la Pascua y el
Día de Fiesta eran días separados. (Usted puede leer nuestro folleto gratuito LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO NO fue en domingo para entender este punto crítico y este
período en detalle).

El libro de Hechos revela que la antigua Iglesia del Nuevo Testamento guardó los Días
de Panes sin Levadura. Esto incluía a Pablo. Note: “Y nosotros, pasados los días de los
panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en
Troas, donde nos quedamos siete días” (Hechos 20:6).

¿Por qué inspiraría Dios a Lucas a registrar esto si Pablo y aquellos con él no hubieran
recién guardado estos días?
¿Y por qué registraría Lucas: “eran entonces los días de panes sin levadura” (Hechos
12:3), si Dios no quería que el registro del Nuevo Testamento mostrara que estos días
estaban siendo guardados por Su Iglesia? Si Dios ya no quería que estos días fueran
guardados, ¿por qué inspiraría el Espíritu Santo estas palabras? ¿Cuál sería el punto,
excepto que Dios quisiera inyectar confusión en la Biblia?

Todos los que sinceramente quieren buscar y complacer a Dios reconocen que estas
referencias existen porque el Antiguo Testamento estableció su observancia para
siempre.

Las iglesias del mundo profesan observar “la muerte y Resurrección de Cristo” en su
tradición de Viernes Santo y Domingo de Pascua Florida. Su tradición está, de hecho,
profundamente enraizada en el paganismo. Estas fueron instituidas por la principal
tendencia de la cristiandad, para falsificar y reemplazar la Pascua y la Fiesta de los
Panes sin Levadura. La Pascua y los Días de Panes sin Levadura fueron observados por
Cristo, los apóstoles originales y la Iglesia del Nuevo Testamento — incluyendo gentiles.
Dios le ordena a Su pueblo que las observe hoy (I Corintios 5:6-8).

¡Dios ordenó la Pascua como estatuto perpetuo – para siempre (Éxodo 12:17, 24)! Tal
como Romanos 2:29 explica un cambio en la circuncisión — en el Nuevo Testamento
había de ser del corazón y no de la carne — Cristo alteró la manera en que la Pascua
había de ser guardada. Cristo, el Cordero de Dios, fue muerto por nosotros, removiendo
así la necesidad de que un cordero literal fuera sacrificado. Como Cristo explicó, el
tomar el pan y el vino, que simbolizan Su cuerpo quebrantado y Su sangre derramada,
sería una “mirada” anual hacia Su muerte — ¡en nuestro nombre!

Jesús guardó la Pascua una vez al año, a un tiempo establecido (Lucas 2:42), y los


verdaderos cristianos siguen Su ejemplo (I Pedro 2:21). De hecho, Cristo mismo estaba
siguiendo el ejemplo de Éxodo 13:10, el cual explicaba que la Pascua y los Días de Panes
sin Levadura habían de ser guardados anualmente. Allí se instruye: “Tú guardarás este
rito en su tiempo de año en año”.

¿Ve usted estas dos frases? Esta escritura no dice “de semana en semana”, o “de mes
en mes” – o “elija el tiempo que usted desee”. ¡Todas las tradiciones ideadas
humanamente violan esta instrucción básica!

Para los israelitas, el haber guardado esto en cualquier otro tiempo literalmente habría


puesto en peligro a sus primogénitos de la protección del ángel de la muerte. No había
lugar para errores de cálculo de su parte, o ellos no podían esperar ser “pasados” —
¡protegidos! (Lea nuestro folleto gratuito ¿Cuán frecuentemente debe ser tomada LA
CENA DEL SEÑOR? para aprender más).

¿Qué hay de Colosenses 2:16-17?

Los que se oponen a los Días Santos invariablemente justifican su posición citando
Colosenses 2:16-17, el cual establece: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida,
o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que
ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”.

¿Afirma esto que nadie puede decirles a los cristianos si están bien o mal en cuanto a las
carnes limpias e inmundas, a la observancia de los Días Santos o del día de reposo, etc.?
Esta escritura es citada casi por todas las iglesias en un intento por probar esto.

Pero el verdadero significado de estos versículos es que los cristianos no deben permitir
que la gente juzgue arbitrariamente su conducta. Solamente la Iglesia (Colosenses 1:18) —
“el cuerpo de Cristo” (2:17) — puede hacer esto. Note que la palabra “es” está en cursiva.
Esto significa que no aparecía en el texto griego original. Al agregarla, los traductores
tornaron borroso el verdadero significado de este pasaje.

La frase “en comida o en bebida” (versículo 16), traducida de la frase griega en broosei ay
en posei, significa “en el comer o en el beber”. Algunos ascetas en Colosas estaban
enseñando que la abnegación y la adoración de la voluntad (versículos 20-22) eran el
Camino de Dios. (Vea Gálatas 4:9-10).

Note que la primera frase en el versículo 17 usa el tiempo presente en referencia al día de
reposo, a los Días Santos, etc. Dice, en efecto: “lo cual es (no era) sombra de lo que ha
de venir”. Los cristianos saben que el día de reposo y los Días Santos ilustran el Plan de
Dios, el cual ciertamente involucra muchas “cosas por venir”. El versículo 18 es una
advertencia final a los cristianos, a no dejar que nadie los engañe acerca de estos temas
importantes — porque es solamente la Iglesia la que había de juzgarlos (versículo 17,
última parte).

Al igual que los gálatas, los colosenses eran gentiles. Ellos jamás habían conocido el
Camino de Dios, y no habían guardado previamente Sus Días Santos o el día de reposo.

¡Estas escrituras en ninguna manera anulan las leyes de Dios, el día de reposo o los Días
Santos! De hecho, los colosenses estaban siendo criticados por gentiles inconversos
por guardar Sus leyes — ¡por estar observando el día de reposo de Dios y los Días Santos!

La Fiesta de las Primicias — o Pentecostés


Recuerde que Levítico 23:9-22 describe el tercer día de reposo anual o Fiesta de las
Primicias. Este día es llamado Pentecostés o la “Fiesta de las Semanas”. Nuevamente,
este Día Santo fue ordenado dos veces como estatuto perpetuo (versículos 14, 21). No
es sorprendente, entonces, que encontremos la Fiesta de Pentecostés mencionada en
el Nuevo Testamento, en este caso, de manera prominente y en múltiples ocasiones. La
Iglesia del Nuevo Testamento guardó este Día Santo cada año.

Cristo prometió edificar Su Iglesia (Mateo 16:18). El cumplimiento de esta promesa está
registrado en Hechos 2 — y ocurrió en la Fiesta de Pentecostés. Aquí se afirma:
“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos” (versículo 1). Este
versículo registra un momento verdaderamente histórico — ¡el nacimiento de la Iglesia
de Dios del Nuevo Testamento!

Note que “estaban todos unánimes juntos” en este Día Santo anual. No había duda en
la mente de nadie respecto a que debían estar guardando ese día. De haber creído
alguien que el Nuevo Testamento había abolido los Días Santos, se habría perdido todo
lo que ocurrió. Cristo sabía exactamente lo que Él iba a hacer en el día de Pentecostés.
Él se aseguró de que los discípulos entendieran lo que Él estaba diciendo al enseñar: “…
vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos
1:5). No debe sorprendernos, entonces, que el versículo previo indique que Jesús “les
mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre”
(versículo 4).

Pedro dio un poderoso sermón, seguido por milagros y la recepción del Espíritu Santo
de Dios por 3,000 personas que se arrepintieron y fueron bautizadas. Este era el tiempo
profetizado, del cual se habla en el libro de Joel (2:28-29). Note cuidadosamente: Cristo
eligió uno de los Días Santos para comenzar la edificación de la verdadera Iglesia de
Dios. ¡Dios comenzó a trabajar dentro de mayores números de personas en una manera
organizada, a través de la presencia de Su Espíritu Santo, en este día de reposo y Día de
Fiesta anual!

En el antiguo Israel (generalmente la tierra moderna de Palestina), había una cosecha


de granos temprana en primavera. Era cuando los primeros esfuerzos de labor agrícola
llegaban a producir frutos. La Fiesta de Primicias describe esta primera, pequeña,
preliminar cosecha “de primavera” de verdaderos cristianos, la cual precede a la gran
cosecha “de otoño” profetizada para venir más tarde, cuando Dios llame y juzgue a la
humanidad. Pedro escribió: “que el juicio comience por la casa de Dios” (I Pedro 4:17).
Entonces, Dios solamente está haciendo esto ahora con la Iglesia.
Había dos cosechas anuales en Israel. La cosecha temprana de granos en primavera era
seguida por una cosecha más grande en otoño. Las personas llamadas por Dios ahora,
antes del Retorno de Jesucristo, son pocas en número. Dios, más adelante, llamará a
toda la humanidad durante el Milenio y el período de juicio que sigue. La pequeña
cosecha de primavera simbolizaba la primera y pequeña cosecha de personas. Más
adelante examinaremos lo que esta segunda, gran cosecha ilustra en el Plan de
salvación espiritual de Dios.

A la mayoría de quienes se profesan cristianos se les ha enseñado que Dios está


tratando de salvar al mundo ahora — que éste es el único tiempo para la salvación.
Apocalipsis 12:9 afirma que Satanás ha engañado al mundo entero — y el cuadro de
cómo Dios salvará eventualmente toda la humanidad es su mayor engaño. Miles de
predicadores están tratando de “salvar a las personas”. Ellos han llegado a creer que
ahora es el “único día de salvación”. Se profetiza que Cristo regresará pronto solamente
para encontrar que la mayoría de Su creación se “perdió” en la titánica batalla que
supuestamente está siendo librada ahora entre Dios y Satanás.

El diablo ha convencido a muchos a creer que Dios está en un encuentro de lucha con él
— un encuentro que Dios obviamente está perdiendo. ¡La Biblia no enseña esto! Todos
aquellos que guardan apropiadamente Pentecostés reconocen que este ilustra la
temprana cosecha primaveral de Dios de seres humanos hacia Su Reino, el cual ha de
ser establecido en la tierra al retorno de Cristo. El observar fielmente este día
les requiere a los cristianos reexaminar esta parte del gran propósito de Dios en una
base anual. ¡En cierto sentido, olvidar el propósito de Dios se torna casi imposible
cuando alguien guarda los Días Santos!

Note lo que escribió Santiago, en su epístola general, acerca de quién y que


representan los verdaderos cristianos dentro del Plan de Dios: “El, de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus
criaturas” (1:18). He aquí lo que Pablo escribió acerca de cómo la creación está
esperando la primera “cosecha” de hijos de Dios: “...también nosotros mismos, que
tenemos las primicias del Espíritu...esperando la adopción [filiación]” (Romanos 8:23).
También, los “redimidos” de Apocalipsis 14, quienes están parados frente a Dios, son
descritos como “primicias para Dios y para el Cordero” (versículo 4). Más de esto
después, pero éstos son pasajes muy específicos del Nuevo Testamento que amplían un
entendimiento crucial, el cual se pierde si la observancia de Pentecostés es relegada
como una simple aplicación del Antiguo Testamento.
Examinemos primero algunos otros aspectos vitales de la Fiesta de las Primicias.

Qué ilustra la Gavilla Mecida

La proporción de Pentecostés llamada la ofrenda de la Gavilla Mecida comienza en


Levítico 23:10. El día después del día de reposo semanal durante los Días de Panes sin
Levadura era el primer día en que los israelitas tenían permitido cosechar cualquiera de
sus granos. En una ceremonia especial, el sacerdocio levítico “mecía” (versículo 11)
“delante del Señor” la primera gavilla de grano que era cortada. El versículo 11 añade
que esta era mecida “para que seáis aceptos” — los israelitas. (Esto ya no se hace hoy
porqué este ritual era una sombra de una ofrenda mucho mayor, la cual llegó más
adelante y la cumplió).

¿Qué significaba realmente la Gavilla Mecida? ¿Qué simbolizada o ilustraba?

Después de la Resurrección de Cristo, Él encontró a María Magdalena en el jardín. Éste


recuento revela como Cristo tenía que ser aceptado por Dios en nombre de la
humanidad. Note: “Jesús le dijo: No me toques, porque aún no he subido a mi Padre;
mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a
vuestro Dios” (Juan 20:17; también Mateo 28:9).

Cristo fue un sacrificio santo, el primer ser humano en ser resucitado para vida eterna.
Su muerte (como el sacrificio por nuestros pecados) fue el cumplimiento de la ofrenda
de la Gavilla Mecida. Esta tarea había de ser realizada solamente por el sumo
sacerdote. Si esta era entregada por cualquier otra persona que no fuera el sumo
sacerdote, la ofrenda habría sido profanada (impura), considerada inaceptable a Dios.

Al tiempo que María Magdalena vio a Cristo, Él aún no había ascendido al cielo para ser
aceptado por el Padre, la primera persona nacida de nuevo de los muertos (Romanos
8:29; Colosense 1:15, 18; I Corintios 15:20, 23). Como Cristo era la ofrenda de la Gavilla
Mecida y es nuestro Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento (Hebreos 9:11-12), nadie
podía tocarlo antes de que ascendiera y Dios hubiera aceptado Su sacrificio.

No es el propósito de este folleto probar cuando ocurrió la Resurrección de Cristo, pero


baste decir que ocurrió en el día de reposo semanal (sábado) después de una crucifixión
de Pascua en miércoles. Por tanto, después de que Cristo se hubo ofrecido a Sí mismo,
Él se presentó delante del Padre en domingo, exactamente como lo instruye Levítico
23.

¿Por qué el nombre “Pentecostés”?


El Antiguo Testamento habla de la “Fiesta de las Primicias” o de la “Fiesta de las
Semanas”, mientras que el Nuevo Testamento describe este mismo Día Santo
como Pentecostés. Ésta, de hecho, es una palabra griega que no aparece en el Antiguo
Testamento, y connota el “quincuagésimo (día)”. El resto de los días de reposo y de las
Fiestas de Dios vienen en días específicos de meses específicos. Estos no involucran
conteo — pero Pentecostés sí, y es muy importante que sea contado correctamente.

Hechos 2:1 hace referencia a “cuando llegó el día de Pentecostés...” Esto significa que la
Iglesia del Nuevo Testamento sabía cómo contar apropiadamente para guardar
Pentecostés. Esto los dejaba sin duda alguna de cuando había de “llegar”. De haber
calculado mal, ellos no habrían recibido el Espíritu Santo ni habrían atestiguado el
momento del comienzo de la Iglesia de Dios.

Levítico 23:15-16 explica cómo contar este día: “Y contaréis desde el día que sigue al día
de reposo, desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida; siete semanas
cumplidas serán. Hasta el día siguiente del séptimo día de reposo contaréis cincuenta
días...”.

Al calcular el Día de Pentecostés, algunos han preguntado: “¿Por qué contar solamente
cincuenta días? ¿Por qué no cuarenta, sesenta o setenta?”

La cosecha de primavera seguía a las lluvias de invierno en Israel y terminaba alrededor


del tiempo de Pentecostés (la Fiesta de las Semanas o Fiesta de la Cosecha; Éxodo
34:22, 23:26 y Números 28:26; también conocida como la Fiesta de las Primicias).
Pentecostés significa “contar cincuenta”. Cincuenta días representan la duración de
ésta temprana cosecha. Esto generalmente constituía las primicias de cebada y trigo,
las cuales maduraban poco después. Esta cosecha temprana era relativamente
pequeña, mientras que la cosecha de otoño era siempre mucho más grande.

Muchos se equivocan al reconocer el Día de Pentecostés porque ellos no siguen las


instrucciones de Dios en Levítico 23:14-15. Mucho de esta confusión se deriva de
problemas de traducción — semántica y definiciones específicas de palabras. Las
instrucciones de Dios, dadas en hebreo, eran específicas y claras.

No mucho después de la mitad del primer siglo d.C., los fariseos ganaron el control de
todas las observancias judías de los saduceos, guiados por los sumos sacerdotes de la
familia de Boetos. Mientras los saduceos habían estado contando correctamente el día,
los fariseos incorrectamente comenzaron su conteo un día tarde, llegando a un lunes.
El Mishná, escrito alrededor de 200 d.C., afirma: “Los boetusianos dicen: ‘el corte de la
gavilla no ocurre al final del día de fiesta (primer día de Panes sin Levadura), sino
solamente al final del siguiente día de reposo regular’” (Menahot, 10, 3).

Esto no es difícil de entender. Pero al tratar de descifrar instrucciones relativamente


simples de la Palabra de Dios, las personas se salen de carril.

Considere mandatos explícitos como “Acuérdate del día de reposo para santificarlo...el
séptimo día es reposo para el Eterno tu Dios; no hagas en él obra alguna...” (Éxodo
20:8, 10). La vasta mayoría de quienes se profesan cristianos no pueden siquiera ver la
diferencia entre el primer y el séptimo día de la semana. No debería sorprendernos,
entonces, que varias sectas del judaísmo estén en desacuerdo con la instrucción de
Dios para contar Pentecostés — mientras que muchas otras sectas lo
determinan correctamente a través de seguir las Escrituras. Los caraítas y samaritanos
han estado contando correctamente Pentecostés por casi catorce siglos.

Al contar cincuenta días desde el día después del día de reposo semanal (cuando la
Gavilla Mecida era presentada) que cae durante los Días de Panes sin Levadura, usted
puede señalar Pentecostés. En ésta ceremonia de cortar y mecer la primera gavilla de la
cosecha inicial, la cuenta de cincuenta días siempre comenzaría y terminaría en el
primer día de la semana.

En teoría, el día de la ofrenda de la Gavilla Mecida — el día después del sábado semanal
— podría ser cualquiera de los días de Panes sin Levadura. Ésta es la razón por la que un
conteo es necesario. (Para entender más acerca de preguntas específicas respecto a la
cuenta de Pentecostés, usted quizá desee leer nuestro artículo gratuito “Cómo contar
hasta PENTECOSTÉS”).

Contando siete semanas, siempre en domingo

El día correcto es claramente “hasta el día siguiente del séptimo día de reposo” [El


Shabbat o sábado, que quiere decir el día de reposo]. El día después del día de reposo
(no un Día Santo, sino el día de reposo semanal) era, y siempre ha sido, el primer día de
la semana — domingo. Este día era determinado a través de contar desde — es decir,
incluyendo — el día de la ofrenda de la Gavilla Mecida. El versículo 16 de Levítico 23 no
deja duda. Nuevamente, “el día siguiente después del día de reposo” es el primer día de
la semana. De acuerdo con la Palabra de Dios, Pentecostés siempre se observa
en domingo.
Deuteronomio 16:9-10 da una instrucción más básica respecto a cómo contar
Pentecostés — y explica por qué fue llamada la Fiesta de la Semanas: “Siete semanas
contarás; desde que comenzare a meterse la hoz en las mieses comenzarás a contar las
siete semanas. Y harás la fiesta solemne de las semanas...” la palabra traducida como
“semanas” se originó del término shavuah o shabuwa. Números 28:26 añade: “cuando
presentéis ofrenda nueva al Eterno en vuestras semanas, tendréis santa convocación;
ninguna obra de siervos haréis”. Fue el conteo de estas siete semanas lo que causó que
el día de Pentecostés también fuera conocido como la “Fiesta de las Semanas”.

¿Qué significa Pentecostés?

Hemos visto que Cristo cumplió la Gavilla Mecida que era mecida delante de Dios. Pero
Levítico 23:17 también habla de dos “panes para ofrenda mecida” traídos de la
congregación, los cuales representaban “primicias para el Señor”. Al igual que con la
Gavilla Mecida, la cual era subida y mecida delante de Dios, lo mismo era hecho con los
panes para ofrenda (versículo 20). La Gavilla Mecida al ser levantada representaba a
Cristo resucitado.

Como también hemos visto que la Iglesia de Dios comenzó en Pentecostés, se hace
obvio que los panes para la ofrenda mecida representan a la Iglesia del Nuevo
Testamento siendo levantada de la tierra en la primera resurrección para incluir a todos
aquellos que Dios llame previo al Retorno de Cristo. Los panes para la ofrenda mecida
son, luego, traídos de vuelta a la tierra como un tipo de los santos que regresan a
gobernar con Cristo (I Tesalonicenses 4:16-17; Hechos 1:11; Zacarías 14:3-4). Recuerde
que los santos son las primicias (Santiago 1:18; Romanos 8:23; Apocalipsis 14:4).

Israel, ahora cegado, ha de ser salvo

En Juan 14:3, Cristo dijo: “vendré otra vez”. Apocalipsis 5:10 explica que los santos
gobernarán con Cristo. Hechos 15:16-17 expande en relación a la promesa de Cristo de
regresar y de lo que sucederá después de que Él lo haga: “Después de esto volveré y
reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a
levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre
los cuales es invocado mi nombre”.

Ésta es una escritura poderosa, que revela mucho acerca del Plan de Dios para llamar
posteriormente al mundo entero. Pero antes de que Cristo pueda llamar a toda la
humanidad y revelarles Su verdad, Él debe entrenar a un equipo interno más pequeño
de “primicias”. Las naciones modernas que han descendido del antiguo Israel y Judá no
están siendo llamadas ahora. Estas permanecen ciegas.

Todo Romanos 11 ofrece mucha percepción respecto a la forma en que estos que
permanecen ciegos serán salvos posteriormente. Éste inspirador capítulo debería ser
estudiado cuidadosamente.

Éste habla de todas las tribus de Israel. Casi nadie entiende quiénes son las tribus de
Israel. Ellos suponen que los judíos, solamente una tribu de las doce, comprenden todo
Israel hoy. Como muchos judíos han continuado, hasta cierto grado, guardando
superficialmente el día de reposo y los festivales anuales de Dios, ellos han retenido su
identidad que de una manera las otras tribus han perdido.

Romanos 11 describe como Dios un día llamará y salvará a todas las doce tribus de
Israel. El versículo 26 dice: “y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de
Sion el Libertador [El Jesucristo venidero], que apartará de Jacob la impiedad”.

Las naciones modernas (solamente tribus agrandadas) de Israel aún no han tenido su
impiedad removida de su condición espiritual. Pronto lo harán. Ellos ahora están
cegados. Pronto ellos verán.

Muchos cientos de millones de israelitas — pasado, presente y futuro — llegarán


entonces a entender el glorioso propósito del Plan de Dios. Aunque esto vendrá pronto,
el tiempo aún no ha llegado. (Ezequiel 37 describe la resurrección física de las vastas
cantidades de israelitas muertos).

Dios no está trabajando ahora con las naciones de Israel. Ellas no están recibiendo su
oportunidad para salvación. Parte de la razón está explicada en el versículo 25, donde
Pablo advierte a los romanos gentiles a ser cuidadosos: “Porque no quiero, hermanos,
que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos;
que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud
de los gentiles”. Muchos son”"ignorantes” del Plan de Dios, pero Él no quiere
que usted sea ignorante de este “misterio”.

Dios está trabajando primero con muchos gentiles en esta era, junto con muchos
israelitas físicos esparcidos a lo largo de las naciones. ¡Pero en el futuro Él trabajará con
“todo Israel” con el fin de que ellos sean salvos! Y veremos que más tarde Él también
trabajará con todas las naciones gentiles.

¿Está fallando el plan de Dios?


Las iglesias del mundo todas enseñan que Dios está luchando desesperadamente, a
toda costa, por salvar al mundo ahora. Si esto fuera cierto — si esto fuera lo que Dios
está haciendo — ¡entonces Él es un completo fracaso, y Su Plan estaba condenado
desde el principio!

Muchos enseñan que el mundo en esta era está bajo una especie de “período de
prueba”. Esta idea se desarrolla de la siguiente manera: los billones que ahora están
vivos deben decidir si seguirán a Cristo o no. ¡Sin importar que un tercio, si no es que la
mitad de las personas en la tierra hoy, jamás han siquiera escuchado acerca de
Jesucristo! Sin mencionar que la mayoría de quienes sí han escuchado de Cristo no
tiene idea de quién fue Él, qué enseñó o qué hizo.

Con todo, se supone que Dios va a hacer responsables a esas personas de algo que no
entendieron que habían de elegir. En otras palabras, Dios condenará para siempre a
muchos billones de seres humanos que han nacido y muerto a lo largo de los últimos
6000 años sin haber elegido ser “cristianos”. La enseñanza continúa relatando que
cuando Cristo regrese, el período de prueba finaliza y todos habrán hecho su
“elección”. Esta creencia incluye la asunción de que Dios ha descartado completa y
permanentemente a Su primer “pueblo escogido”, Israel.

Recuerde este punto. ¡Dios no está tratando de convertir al mundo ahora! Cristo dijo:
“ninguno puede venir a mí, si el Padre...no le trajere” (Juan 6:44, 65). Entonces Dios
solamente está llamando — acercando — relativamente pocos a Su “manada pequeña”
(Lucas 12:32), la cual es Su Iglesia. La verdadera Iglesia de Dios no se cuenta entre las
grandes iglesias de este mundo. Es una manada pequeña que existe para el propósito
de predicar el evangelio del reino de Dios al mundo — anunciando el Regreso de Cristo
a establecer Su reino y a gobernar con Sus santos (Apocalipsis 2:26; 3:21). El libro de
Hechos se refiere a esto como la “restauración de todas las cosas” (3:19-21). Tómese un
momento para leer estos versículos cuidadosamente.

El festival de Pentecostés ilustra a aquellos pocos que actualmente han sido “elegidos”


(Mateo 22:14), y quienes han “perseverado hasta el fin” (10:22; 24:13). Por 2000 años,
Dios ha estado seleccionando a Sus “primicias” de entre este mundo, en preparación
para recibir la gran cosecha otoñal de personas, representada en los últimos cuatro Días
Santos observados en el otoño del año. Después de un período de prueba, aquellos que
permanezcan fieles serán reyes y sacerdotes en Su reino (Apocalipsis 5:10).

El gobierno y la Ley de Dios establecidos


Cuando Cristo regrese, Él reunirá primero a Su pueblo Israel de donde esté esparcido
alrededor del mundo. Note: “Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que el Eterno
alzará otra vez su mano [la primera vez fue el Éxodo de Egipto] para recobrar el
remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y
Hamat, y en las costas del mar” (Isaías 11:11).

Luego que Dios reúna a Israel, ¿qué sucede después? Recuerde que dos tercios de
aquellos vivos hoy ni siquiera profesan ser cristianos, y la mitad de esta cantidad está
absolutamente desconectada incluso del nombre de Jesucristo. Si “todo Israel” tiene
predicho ser salvo, ¿qué hay de los muchos cientos de millones y billones que han
vivido desde el tiempo de Adán? ¿También recibirán ellos una oportunidad? De ser así,
¿cuándo será? Una cantidad de escrituras importantes deben ser consideradas.

El profeta Daniel revela el alcance del gobierno de Cristo a Su Regreso. Daniel 7:14
habla de Cristo regresando a gobernar “…todos los pueblos, naciones y lenguas le
sirvieran; su dominio es dominio eterno”. El versículo 18 explica el rol de los santos,
quienes “toman” y “poseen el reino” con Cristo. Mientras el versículo 22 confirma esto,
el versículo 27 afirma: “y todos los dominios [gobernantes] le servirán y obedecerán [a
Cristo]”. Al ser colocados juntos, es claro que el reino de Dios abarca toda la tierra. Toda
nación estará bajo su autoridad. ¡Los santos de hoy están en entrenamiento para un
enorme poder!

Varios otros versículos hablan del tiempo en el que los gentiles que jamás hayan
escuchado del nombre de Cristo recibirán una oportunidad para salvación. Examinemos
varios.

Ahora note Isaías 11:9-10: “No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque
la tierra será llena del conocimiento del Eterno, como las aguas cubren el mar.
Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí [Cristo es la raíz de Isaí], la cual estará
puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será
gloriosa”.

He aquí cómo vendrá Cristo — y qué hará Él: “Porque he aquí que el Eterno vendrá con
fuego…Porque el Eterno juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los
muertos del Eterno serán multiplicados…y pondré entre ellos señal, y enviaré de los
escapados de ellos a las naciones…que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y
publicarán mi gloria entre las naciones” (Isaías 66:15-16, 19).
No hay malentendidos en la claridad de esta profecía. Las naciones de la tierra buscarán
al verdadero Dios por primera vez en la historia. El alcance de conversiones reales será
sin precedentes. ¡Pero esto no está sucediendo ahora!

El propósito de Dios es eventualmente “juzgar a todo hombre” para que obedezcan Su


Ley — y para que observen Su día de reposo y Días Santos. Qué tiempo tan maravilloso
será este para todas las naciones — para todos aquellos “entre los gentiles”. Todos
escucharán de Cristo y verán Su “gloria”.

Inmediatamente, la Ley de Dios será establecida como ley internacional, aplicándose a


todas las naciones, en vez de aplicarse solamente a las tribus del antiguo Israel. Note:
“Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte del Eterno, y a la casa
del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de
Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Eterno. Y él juzgará entre muchos
pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas
para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se
ensayarán más para la guerra…En aquel día, dice el Eterno, juntaré la que cojea, y
recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré la coja como remanente, y a la
descarriada como nación robusta; y el Eterno reinará sobre ellos en el monte de Sion
desde ahora y para siempre” (Miqueas 4:2-3, 6-7).

Este versículo confirma que las naciones de la tierra buscarán a Dios. El verdadero
conocimiento del correcto camino de vida cubrirá completamente la tierra. Este pasaje
es claro. También es claro que la tierra ahora no está cubierta por la verdad de Dios.
Solamente cuando esto suceda tendrán todas las naciones una oportunidad de
entender aquello ante lo que han estado cegadas. Estas profecías contienen un
hermoso cuadro de entendimiento universal y de la remoción de la ignorancia,
confusión y terrible desacuerdo religioso, tan habituales hoy en la tierra.

Estos últimos versículos muestran que todas las naciones buscarán a Cristo como su
Libertador. Tómese el tiempo para leer todo este capítulo. Éste describe un tiempo de
paz universal, cuando incluso el temperamento de los animales será cambiado
dramáticamente de su actual naturaleza agresiva y peligrosa.

A medida que la ley esté siendo establecida, también lo estará la observancia de los
Días de Fiesta anuales de Dios. Todo el mundo llegará a entender el Plan de Dios: “Y
todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de
año en año para adorar al Rey, al Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los
tabernáculos” (Zacarías 14:16).

¡Qué tiempo tan glorioso será este para todo el mundo! La mayoría de quienes han
vivido están ahora muertos en la tumba, habiendo vivido sus vidas en completa
ignorancia del propósito de Dios para la humanidad. Incluso los muchos millones de
quienes se profesan cristianos se levantarán en la resurrección y aprenderán que jamás
fue el propósito de Dios salvar a todo el mundo durante su vida. Ellos aprenderán el
verdadero Plan de salvación de Dios y se les enseñarán todas las grandes doctrinas de
Dios por primera vez. Ellos aprenderán la verdad real de la Biblia y por qué Cristo dijo
que conocerla “os hará libres” (Juan 8:32).

Todo esto podría haber sido sabido si las iglesias del mundo hubieran guardado
fielmente los Días Santos de Dios año con año.

¿A qué días se hace referencia en Romanos 14:5-6?

Algunos concluyen que Romanos 14:5-6 autoriza que las personas observen cualquier día
que elijan. Al sacar de contexto estos versículos, y al aplicarles su propio significado, ellos
aseveran que no hay diferencia para Dios en los días que guardamos.

A fin de captar el verdadero propósito de este pasaje, debemos comenzar leyendo donde
el contexto del tema comienza. Los versículos 1-4 identifican el tema en contexto
como vegetarianismo — no cuáles días deben ser guardados.

Note: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno
esté plenamente convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el
Señor; el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el
Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da
gracias a Dios” (Romanos 14:5-6).

¿Afirma Pablo aquí que Jesús, con Su muerte, abolió los mismos días que Él guardó
durante toda Su vida? ¡No! ¿Dice él: ‘DIOS estima un día por encima de otro’ o
‘DIOS estima cada día igual’? ¡Nuevamente, no! El versículo dice: “Uno [un HOMBRE] hace
diferencia entre día y día”. Esto está diciéndonos que eran las enseñanzas de los hombres,
no lo que Dios instruye.

Cristo no va a juzgarnos por lo que el hombre cree. Él nos juzgará por Su Palabra, la Biblia:
“…la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48).
Note que los santos en Roma tenían prohibido juzgarse unos a otros: “¿Tú quién eres, que
juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque
poderoso es el Señor para hacerle estar firme” (Romanos 14:4).

Pablo no está condenando o aprobando un período particular de tiempo para la


observancia del día de reposo o para adoración, sino que él está advirtiéndoles a los
santos que no se juzguen unos a otros, ni causen conflictos teniendo diferentes opiniones
acerca de cuándo las personas elijan semi-ayunar. Aquellos en Roma eran débiles en la fe.
Ellos aún no habían madurado espiritualmente. Pablo dice: “Porque deseo veros,
para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados” (Romanos 1:11).

Esta escritura en ninguna manera da licencia para creer cualquier cosa que usted desee.
Dios ordena: “…no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5). Hasta saber lo que
Dios dice en Su palabra, ¿cómo puede usted estar plenamente seguro en su propia mente
de lo que está bien? Pablo afirmó: “las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer
sabio para la salvación” (II Timoteo 3:15).

Pablo les está escribiendo tanto a los convertidos judíos como gentiles en Roma. Él les
aconsejó que aceptaran a aquellos quienes eran “débiles en la fe” (Romanos 14:1), y que
no “disputaran” respecto a asuntos insignificantes con ellos, así como que tampoco se
sentaran en juicio de ellos. Algunos de estos recién convertidos gentiles, siendo débiles,
eran aún vegetarianos y se rehusaban a comer carne.

La razón por la que no comían carne está explicada en I Corintios 8. La mayoría de la carne
disponible en el mercado para compra había sido ofrecida previamente a ídolos en
templos paganos. Por tanto, algunos, con conciencia del ídolo, la comían “como sacrificado
a ídolos, y su conciencia, siendo débil, se contamina. Si bien la vianda no nos hace más
aceptos ante Dios; pues ni porque comamos, seremos más, ni porque no comamos,
seremos menos” (versículo 7-8). Algunos de los conversos en Roma, quienes habían
dejado la idolatría, eran gentiles. Aún siendo supersticiosos, ellos pensaban que el ídolo
había corrompido la carne.

¿Cuáles eran estos días a los cuales Pablo se estaba refiriendo? ¿Por qué irrumpió Pablo en
este pensamiento — acerca de comer carne — y mencionó “días”? La respuesta se
encuentra en la traducción Moffat: “Luego, nuevamente, uno hace diferencia entre día y
día; otro juzga iguales todos los días. Bien, cada uno debe estar plenamente convencido en
su propia mente; el hombre que valora un día en particular, lo hace para el Señor. El
que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios por su alimento; y el que no come,
para el Señor no come, y da gracias a Dios también” (Romanos 14:5-6).

¡Note! No solamente había conversos débiles quienes evitaban comer carne ofrecida a
ídolos, sino otros que se abstenían por costumbre de comidas en particular. Ellos semi-
ayunaban en ciertos días particulares. ¡Y aún otros se rehusaban a practicar un semi-ayuno
o a abstenerse de alimento, pero consideraban cada día de la misma forma!

Un número de judíos de aquel tiempo realizaba semi-ayunos dos veces por semana (Lucas
18:12). Algunos también ayunaban durante el quinto y séptimo mes (Zacarías 7:4-7). Ellos
estaban divididos en cuanto a cuándo ayunar exactamente. Los conversos gentiles
también estaban divididos en cuanto a, en qué días abstenerse de ciertos alimentos.
Debido a los diferentes antecedentes de estas personas, ellas no podían acordar en qué
días hacer esto. Había divisiones en la congregación. Jesús nos enseñó que el ayunar es
algo que se hace sin hacerlo obvio para otros (Mateo 6:16). Es un asunto personal — entre
un individuo y Dios.

El tema de esta pregunta rodeaba el asunto de la abstinencia en días particulares — en los


cuales muchos se abstenían voluntariamente de ciertos alimentos. Esto no se refería a si
se debían guardar los días festivos paganos o los Días Santos de Dios.

¡En ninguna parte de este pasaje hay referencia alguna a los “Días de Reposo”, los “Días
Santos” o las “Fiestas”!

La Iglesia del Nuevo Testamento enseñó y observó fielmente la Fiesta de Pentecostés.


Tome tiempo para leer Hechos 20:16. Aquí se habla de la urgencia de Pablo por “estar
en Jerusalén para el día de Pentecostés”. En I Corintios 16:8, Pablo les dijo a los
hermanos allí: “Pero estaré en Éfeso hasta Pentecostés”. ¿Por qué les hablaría Pablo, el
apóstol a los gentiles, a varias congregaciones gentiles acerca de la importancia de
guardar el Pentecostés con ellos, si ellos no lo hubieran estado guardando también? ¡La
respuesta es simplemente que Dios ordenó que todo Su pueblo, incluyendo a los
gentiles, guardara la “santa convocación” (asamblea ordenada) de Pentecostés!

¿Cuántos estarán dispuestos a observar Pentecostés hoy?

La Fiesta de Trompetas

En la estación de otoño del año hay cuatro Días Santos anuales más que completan, en
tipo, el resto del Plan de Dios. El primero de estos es descrito en Levítico 23:23-25, y es
llamado la Fiesta de Trompetas. Moisés se refirió a ésta como “una conmemoración al
son de trompetas, y una santa convocación”. Al igual que en los otros días de reposo de
Dios, el mandato explica que ningún “trabajo de siervos” es permitido en este día.

Hemos discutido la Pascua, los Días de Panes sin Levadura y la cosecha primaveral de
todas las “primicias” espirituales de Dios, las cuales regresarán con Cristo. ¿Qué acerca
de la Fiesta de Trompetas? ¿Cómo encaja ésta en el Plan de Dios?

He aquí lo que Pablo escribió acerca del significado de Trompetas. Él está describiendo
el mismísimo momento del Regreso de Cristo: “He aquí, os digo un misterio: No todos
dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar
de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (I Corintios 15:51-52). I
Tesalonicenses 4:14-17 también habla de este mismo evento y usa el término
“trompeta de Dios”.

En el libro de Apocalipsis, Juan registra en detalle acerca de siete ángeles tocando siete
trompetas diferentes (capítulos 8-9), las cuales tienen un impacto catastrófico en el
planeta.

El capítulo 11 describe el sonar de la séptima trompeta, y lo que ésta significa para


todas las naciones. Note la descripción de Juan de este glorioso momento y de lo que
éste significa – de cómo el más grande momento singular de la historia es cumplido: “El
séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los
reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los
siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en
sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios, diciendo: Te damos
gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque
has tomado tu gran poder, y has reinado. Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y
el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los
santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los
que destruyen la tierra. Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto
se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande
granizo” (11:15-19).

Esta es una profecía asombrosa. Las implicaciones para los habitantes de la tierra van
más allá de las palabras. Este es el momento en el cual Cristo expande Su Plan de
redención más allá de las pocas primicias con las que Él ha estado trabajando y a las
cuales ha estado entrenando por los últimos 6,000 años. No es sorpresa que Nehemías
8:2, 9-12 describa este día históricamente, como uno celebrado con gran gozo y
regocijo.

Pero, tal como lo explica la profecía, las naciones de la tierra estarán enojadas porque
no estarán preparadas para, ni comprenderán lo que esté sucediendo. Sin embargo, es
en este tiempo que Cristo comenzará el trabajo de reunir y regresar al remanente de Su
pueblo Israel a su tierra, y a “reedificar el tabernáculo de David” (Hechos 15:16).

Los ministros de este mundo han fracasado profundamente en su responsabilidad de


enseñarles a las naciones del mundo la preciosa verdad de Dios. ¡Ellos han engañado y
mentido a las masas con falsas doctrinas y fuertes malentendidos del propósito
supremo de Dios!

La totalidad de Ezequiel 34 describe las acciones del “ministerio” colectivo de este


mundo, el cual se sirve a sí mismo mientras dice representar a Dios. Este capítulo
concluye con una descripción de cómo David será resucitado y colocado sobre las tribus
de Israel. Sin embargo, un mundo engañado e ignorante estará completamente
confundido al Regreso de Cristo y no reconocerá que Él está a punto de imponer —
de forzar literalmente — la paz mundial sobre todas las naciones.

He aquí cómo Isaías describe el cumplimiento de la Fiesta de Trompetas — y que ésta


señala que Cristo reunirá el remanente de Su pueblo: “Acontecerá también en aquel
día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la
tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán al Eterno en el
monte santo, en Jerusalén” (Isaías 27:13).

Esta profecía involucra mucho más que un regreso de judíos a Palestina. Los “Sionistas”
modernos disminuyen terriblemente el vasto alcance de esta profecía al restringirla a
los judíos en esta forma. Cristo reunirá a todas las doce tribus de Israel moderno, las
cuales estarán entonces en cautiverio, y las llevará a su tierra.

Aunque no podemos estar seguros, el Regreso de Cristo puede incluso ocurrir en el día
de la Fiesta de Trompetas. Él fue crucificado en la Pascua y el Espíritu Santo fue dado,
en cumplimiento de Joel 2:28-29, en el día de Pentecostés. Ciertamente es posible que
Cristo pueda regresar en el día de Trompetas — y todos aquellos que no lo estén
guardando, quienes hayan ignorado Su instrucción de “velar” (Lucas 21:36), se
perderán este grandioso evento mundial. A todos se les advierte que mantengan en
mente esta posibilidad real a medida que se preparan para el final de esta era.
El Día de Expiación — El día de ayuno

El quinto de los siete días de reposo anuales de Dios no es una fiesta, sino, en cambio,
es un día de ayuno. Conocido para el mundo como Yom Kippur, este día es mencionado
más apropiadamente como el Día de Expiación. Éste es descrito en Levítico 23:26-32.

El Día de Expiación ilustra al mundo entero finalmente “a una” con Dios, porque
Satanás habrá sido atado y arrojado al “abismo” (Apocalipsis 20:2-3), donde él ya no
podrá engañar a las naciones.

Este día de reposo conlleva un simbolismo muy importante. La totalidad de Levítico 16


(34 versículos) está dedicado a este día. Los versículos 29 y 31 afirman: “Y esto tendréis
por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez días del mes, afligiréis vuestras
almas (ayunar), y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que mora entre
vosotros… Día de reposo es para vosotros, y afligiréis vuestras almas; es estatuto
perpetuo”.

Levítico 23:32 añade: “de tarde a tarde guardaréis vuestro reposo”. Este es el pasaje de
la Biblia citado por quienes guardan el sábado para probar que el día de reposo
semanal debe ser guardado comenzando y terminando a la puesta del sol. No obstante,
muchos otros “sabáticos” están renuentes a guardar el propio Día de Expiación al cual
este versículo se refiere.

Como con todo el otro entendimiento que fluye de guardar los Días Santos de Dios, el
mundo ignora el hecho de que un día estará “a una” con el verdadero Dios de la
creación. Al guardar este día, ellos comprenderían que el plan de redención de Dios
involucra a muchos más que aquellos quienes piensan que “ahora es el único día de
salvación”. Ellos reconocerían que Dios “no quiere que ninguno perezca” (II Pedro 3:9)
— que Él “quiere que todos los hombres sean salvos” (I Timoteo 2:4).

Los pecados del mundo lo han cortado de Dios (Isaías 59:1-2). Ahora es imposible para
la humanidad estar a una con el Dios de la Biblia. Pero Dios tiene un plan muy
específico, simbolizado en el Día de Expiación, para redimir a la humanidad hacia Él.

Es importante examinar los versículos clave de Levítico 16 para entender el propósito


de este Día Santo. El versículo 5 establece: “Y de la congregación de los hijos de Israel
tomará (el sumo sacerdote) dos machos cabríos para expiación, y un carnero para
holocausto”.
Luego, el sumo sacerdote “hará traer el becerro de la expiación que es suyo, y hará la
reconciliación por sí y por su casa”.

Los versículos 7-8 muestran que habían de echarse suertes sobre estos dos machos
cabríos. Continúa: “Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante del
Eterno, a la puerta del tabernáculo de reunión. Y echará suertes Aarón sobre los dos
machos cabríos; una suerte por el Eterno, y otra suerte por Azazel.”

La palabra hebrea original que se traduce aquí es Azazel. Este simbolismo de Azazel
generalmente no ha sido comprendido. Es crucial que reconozcamos de qué — de
hecho de quién — está hablando Dios.

Está claro en el texto que un macho cabrío representa al Eterno, o Jesucristo. Pero, ¿por
qué tendría Dios a un segundo macho cabrío representado en el simbolismo? Aunque
algunos explican que el segundo macho cabrío también se refiere a Cristo, virtualmente
todo comentario respetable afirma que los judíos y los estudiosos de la Biblia
reconocían a Azazel como el diablo.

El One Volume Commentary (Comentario de un volumen) afirma que “víctima de


propiciación” no es realmente una traducción, sino, en cambio, un intento de los
traductores para interpretar lo que ellos pensaban que significaba el segundo macho
cabrío. Recuerde, la palabra hebrea original es Azazel y no víctima de propiciación. Y
entendamos que una víctima de propiciación es una que es culpada, o que lleva la carga
por algo que no hizo en realidad. Veremos que el segundo macho cabrío no simboliza,
en ninguna manera, a una víctima de propiciación. Baste decir que el macho Azazel
representa a Satanás el diablo.

Por supuesto, ambos machos cabríos son tipos. Pero, ¿por qué es que deben usarse
suertes — las cuales son una apelación solemne a Dios en cualquier asunto dudoso —
para determinar cuál macho cabrío debe ser Satanás y cuál debe ser Cristo? ¿No
debería ser obvio cuál es cuál? ¡Considere! ¡El mundo no ha conocido la diferencia
entre Satanás, quien es llamado “el dios de este mundo” (II Corintios 4:4) y quien tiene
“sus ministros” (II Corintios 11:13-15), y el verdadero Dios de la Biblia y Jesucristo! En
esta, y en cada una de las verdades doctrinales de la Biblia, Satanás ha “engañado al
mundo entero” (Apocalipsis 12:9).

Dios tiene que revelar la verdad y el entendimiento apropiado de cada doctrina,


pequeña y grande. Dios tiene que revelar — y Él lo hará al mundo un día — la gran
diferencia entre Cristo y Satanás el diablo, el dios al cual este mundo obedece
actualmente.

Los hombres no podían discernir la diferencia entre los dos machos cabríos. El echar
suertes es una ocasión muy solemne. Es una sincera apelación a Dios para que
intervenga y revele la verdad de un asunto que no está claro.

En el versículo 9, el macho cabrío sobre el cual cayó la suerte para representar al


“Eterno” había de ser “ofrecido” — sacrificado. Este es un tipo obvio que representa el
sacrificio de Jesucristo por los pecados del mundo.

En el versículo 10, vemos que el sumo sacerdote tenía instrucciones de enviar al otro
macho cabrío “vivo…al desierto” — donde no estaba “habitado”.

Al sumo sacerdote luego le era instruido ofrecer un becerro para él y su familia en el


versículo 11. Esto era hecho para purificarse a sí mismo, dado que él, como el sumo
sacerdote, representaba a Cristo llegando frente al propiciatorio — el trono de Dios.
Esta es la razón por la que él había de rociar la sangre del becerro sobre y frente al
propiciatorio del tabernáculo. Esto completaba los pasos necesarios para que el sumo
sacerdote llevara a cabo el resto de sus deberes en el Día de Expiación.

El Sumo Sacerdote representaba a Cristo

El sumo sacerdote había de ofrecer entonces al macho cabrío que representaba a


Cristo: “Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y
llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre
del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio. Así
purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones
y de todos sus pecados… (Versículos 15-16).

Después de la Resurrección de Cristo, Él ascendió al cielo. Algunos han malentendido a


Azazel y lo consideran una representación de alguien que, como tipo de Cristo, fue al
cielo. Esto está absolutamente equivocado. El cielo ciertamente no es un desierto
inhabitado. El cielo es habitado por Dios y cientos de millones de ángeles santos, y está
muy lejos de ser un desierto. Es claro que el sumo sacerdote representaba el rol de
Cristo como Sumo Sacerdote al llevar la ofrenda del macho cabrío degollado (Cristo, el
Eterno) ante el propiciatorio de Dios.
Establezcamos esto: Cristo ahora se sienta a la diestra de Dios como nuestro Sumo
Sacerdote. Pedro escribió: “quien habiendo subido al cielo está a la diestra de Dios; y a
él están sujetos ángeles, autoridades y potestades” (I Pedro 3:22).

Es importante entender el rol de cada macho cabrío — y del sumo sacerdote levítico.
Esto nos permite poder identificar apropiadamente a quién representaba Azazel. Pablo
da una explicación que aclara cómo el sumo sacerdote levítico era un tipo del rol de
Cristo como Sumo Sacerdote en nombre de los cristianos: “La cual tenemos como
segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró
por nosotros como precursor, hecho sumo sacerdote para siempre según el orden de
Melquisedec” (Hebreos 6:19-20).

El macho cabrío que fue ofrecido no puede ser un tipo de Cristo como Sumo Sacerdote.
Este macho cabrío fue degollado cada año por siglos hasta que el verdadero Cristo
murió y fue al cielo para convertirse en nuestro Sumo Sacerdote. Hasta ese tiempo —
hasta el sacrificio de Cristo — el sumo sacerdote levítico fue un tipo de Cristo como el
Sumo Sacerdote.

Esta parte está clara. El sumo sacerdote iba, en tipo, ante el propiciatorio como Cristo
ofreciendo Su propia sangre en nombre de todo aquellos a quienes Dios redime. Azazel
entonces queda eliminado como una representación del sumo sacerdote, porque él no
llevó la sangre “detrás del velo” — un tipo de ir delante del Padre en el cielo.

En resumen, el primer macho cabrío es Cristo sacrificado. El sumo sacerdote levítico


cumplió el rol de Cristo, como nuestro Sumo Sacerdote resucitado, ofreciendo Su
sacrificio al Padre. Finalmente, veremos más acerca de por qué el segundo macho
cabrío debe ser el diablo. Pero entienda que Satanás ciertamente no querría ser
pensado como el diablo (Azazel), sino como Cristo glorificado (Sumo Sacerdote) a la
diestra de Dios.

El rol del macho cabrío Azazel

He aquí lo que el sumo sacerdote hacía después: “Cuando hubiere acabado de expiar el
santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo; y
pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre
él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus
pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por
mano de un hombre destinado para esto. Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas
las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión… Lavará luego su cuerpo con agua en
el lugar del santuario…y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la
expiación por sí y por el pueblo…El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel, lavará
sus vestidos, lavará también con agua su cuerpo, y después entrará en el campamento”
(versículos 20-24, 26).

Hemos explicado que Azazel representa a Satanás. El Nuevo Testamento muestra que él
será colocado en un “abismo” (Apocalipsis 20:2-3) por 1,000 años, antes de ser liberado
por “un poco de tiempo” (mismo versículo), y eventualmente enviado a “la oscuridad
de las tinieblas” (Judas 13) por toda la eternidad. El macho cabrío de Azazel es un tipo
perfecto de ser enviado a la oscuridad exterior (el “hombre destinado para esto” es un
tipo obvio de un poderoso ángel).

Haga esta importantísima distinción: Cristo voluntariamente llevó nuestros pecados,


aunque Él era completamente inocente. ¡El diablo no es inocente! Él es un homicida y
un mentiroso (Juan 8:44), un engañador (Apocalipsis 12:9) y un destructor (Apocalipsis
9:11, ver margen), y está muy lejos de ser inocente. Como el autor de confusión, él es
culpable de enormes transgresiones y tiene mucho por qué ser acusado.

El diablo es el ser quien verdaderamente es el autor de los pecados del mundo. El


verdadero Dios es un Dios de justicia y equidad — un Dios quien es justo en todo. Él
jamás le requeriría a un Cristo inocente que muriera por pecados que Él no cometió, y,
al mismo tiempo le quitaría responsabilidad al diablo. Dios siempre coloca la culpa
directamente sobre los hombros de aquel a quien corresponde.

Por supuesto, todos los seres humanos han pecado (Romanos 3:23) y son responsables
por estos pecados. Nadie puede decir que es inocente porque, como se dice en broma,
“el diablo me hizo hacerlo”. El diablo influye y tienta a todos aquellos
quienes facultativamente cometen pecados por su propia voluntad.

El mundo jamás podría estar a una con Dios si Satanás permaneciera libre rondando la
tierra, tentando, engañando, confundiendo, destruyendo, mintiendo y matando. Como
la causa final de los pecados y problemas del mundo, él debe ser removido de la tierra,
del cielo (Job 1:6 y 2:1 muestran que él tiene acceso libre al cielo ahora, para
“presentarse delante del Eterno”, tal como sucedió a ambos machos cabríos) y de
cualquier parte del universo habitado.
Cristo llevó nuestros pecados. ¡No hay duda de ello! Pero, ¿debe Él llevarlos por toda la
eternidad? ¡La respuesta es un rotundo NO! El sumo sacerdote confesó los pecados de
Israel sobre la cabeza de Azazel y lo envió lejos llevando aquellos pecados.

¿Vemos el maravilloso Plan de Dios en acción aquí? ¿Podemos ver el profundo


significado de esta parte del Día de Expiación? ¿Podemos reconocer que el diablo
llevará los pecados de la humanidad a la parte más profunda del universo — y los
mantendrá allí por toda la eternidad?

El acusador

El mundo está lleno de acusación. Los políticos se acusan unos a otros sin parar. La
prensa acusa a los políticos de cualquier mal posible. Los países hacen lo mismo unos
contra otros. Los esposos y las esposas frecuentemente caen en esta práctica,
usualmente a partir de una discusión. Los vecinos y los compañeros de trabajo
constantemente se acusan unos a otros.

El mayor acusador de todos es el diablo. Y él es la fuente del espíritu de acusación que


impregna al mundo. Una vez que él sea atado y removido, toda oportunidad de
continuar haciendo esto desaparecerá.

Apocalipsis 12:10 llama a Satanás “el acusador de nuestros hermanos”. Juan registra


que él “los acusaba (a los cristianos) delante de nuestro Dios de día y de noche”. El
diablo odia a aquellos quienes han escapado de su cautividad (II Timoteo 2:26) y
reserva sus más grandes acusaciones para aquellos quienes sirven a Dios.

¡Cristo fue odiado! ¡Él fue perseguido! ¡Él fue puesto a muerte por crucifixión, la cual es
una de las más dolorosas y tortuosas muertes jamás ideadas por los seres humanos — a
causa de falsas acusaciones! El diablo usó a Judas para hacer esto.

Dondequiera que la verdadera Iglesia es encontrada, se ve acusación y persecución. El


diablo busca frustrar, estorbar y acusar falsamente a la Iglesia. Cuando Pablo deseaba
llegar a la Iglesia tesalonicense, él afirmó: “Satanás nos estorbó” (I Tesalonicenses 2:18).
Satanás estorba el propósito de Dios a través de usar agentes e instrumentos humanos
falsos. La obra de Dios ha superado muchos de estos obstáculos y persecuciones. Éstas
continuarán hasta que el establecimiento del gobierno de Dios reemplace al sistema de
este mundo. Satanás entonces será desvanecido.

Satanás ataca y acusa constantemente a los verdaderos siervos de Dios. El infinito


patrón de acusación del diablo solamente cesará al Regreso de Cristo.
El diablo debe ser removido para que el mundo escape de la incesante acusación del
gran acusador. Cargado con la culpa por todo lo que él ha hecho durante 6,000 años,
Satanás debe ser enviado fuera del camino — enviado a prisión por sus crímenes
espirituales contra la humanidad. Solamente entonces podrá el mundo estar a una con
Dios.

El “hombre destinado para esto” debía lavar sus vestimentas después de haber tenido
contacto con el diablo. De otra cuenta, él no podía reingresar a la presencia del pueblo.
Además, recuerde que el sumo sacerdote colocaba los pecados perdonados de Israel
sobre Azazel después de abandonar el santuario (“dentro del velo”). El perdón de los
pecados estaba completo antes de que Dios le requiriera al diablo que se hiciera
responsable de sus acciones. Esto es, obviamente, un tipo de Cristo regresando a la
tierra y atando a Satanás (Apocalipsis 20:3).

¡No tiene sentido en lo absoluto que el macho cabrío vivo represente al Cristo
resucitado, quien lleva los pecados de la humanidad sobre Él por segunda vez! Al diablo
le encantaría que las personas creyeran que él es una “víctima de propiciación” quien
está siendo elegida injustamente por Dios. Satanás es un engañador y está engañado. Él
estaría demasiado feliz si las personas malentendieran su rol, el cual está claramente
revelado dentro del simbolismo del Día de Expiación. Debemos ser consistentes. Cristo
no puede llevar los pecados de la humanidad dos veces, mientras el diablo no asume
responsabilidad alguna.

Debemos preguntar: ¿Muestra el registro del Nuevo Testamento que la Iglesia de Dios
guardó el Día de Expiación? Sí lo muestra. Note: “Y habiendo pasado mucho tiempo, y
siendo ya peligrosa la navegación, por haber pasado ya el ayuno, Pablo les
amonestaba” (Hechos 27:9). Enfoque su atención en la referencia de Pablo al “ayuno”.
El margen de la mayoría de las Biblias revela que esta es una referencia directa al Día de
Expiación.

Cuando se revisa cuidadosamente la cronología y el entendimiento de que Pablo se


estaba refiriendo a un tiempo de navegación peligrosa — el otoño en el Mar
Mediterráneo — se hace evidente que la Iglesia del Nuevo Testamento estaba, de
hecho, marcando el tiempo con este día. Esto solamente podía ser porque lo estaban
observando. ¡No tendría sentido que el Espíritu Santo de Dios inspirara una referencia a
un día el cual Dios quería que las personas comprendieran que había sido abolido!

¡Acepte el claro significado de la Palabra de Dios por lo que ésta dice!


La Fiesta de Tabernáculos

Quedan dos Días Santos anuales. El sexto festival, la Fiesta de los


Tabernáculos (también de siete días de duración), ilustra los últimos 1,000 años del Plan
de Dios de 7,000 años, cuando Cristo y los santos resucitados reinarán sobre la tierra.
Esta Fiesta es descrita en Levítico 23:33-35. Al igual que los Días de Panes sin Levadura,
esta fiesta había de durar siete días porque ilustraba un período de tiempo — 1,000
años — en vez de representar un evento singular como la Pascua o Pentecostés.

Levítico 23:40-41 explica la intención de Dios respecto a cómo Su pueblo debe guardar
esta Fiesta: “…y os regocijaréis delante del Eterno vuestro Dios por siete días”. El
versículo 41 reitera que esta Fiesta estaba ordenada como “estatuto perpetuo”.

El libro de Deuteronomio da una perspectiva adicional de la instrucción de Dios acerca


de cómo guardar los siete días de la Fiesta de Tabernáculos: “La fiesta solemne de los
tabernáculos harás por siete días, cuando hayas hecho la cosecha de tu era y de tu
lagar. Y te alegrarás en tus fiestas solemnes, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el
levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que viven en tus poblaciones. Siete
días celebrarás fiesta solemne al Eterno tu Dios en el lugar que el Eterno escogiere;
porque te habrá bendecido el Eterno tu Dios en todos tus frutos, y en toda la obra de
tus manos, y estarás verdaderamente alegre. Tres veces cada año aparecerá todo varón
tuyo delante del Eterno tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los
panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los
tabernáculos. Y ninguno se presentará delante del Eterno con las manos vacías; cada
uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que el Eterno tu Dios te
hubiere dado” (16:13-17). (Note que una ofrenda especial era tomada de todos
aquellos quienes guardaban la Fiesta de Tabernáculos — así como las otras Fiestas
anuales).

Este festival ilustra el Milenio — el reino de Cristo por 1,000 años sobre la tierra con los
santos. Éxodo 34:22 afirma que esta Fiesta había de ser guardada “a la salida del año”,
porque comienza la culminación de los últimos pasos dentro del Plan de Dios. Leamos
este versículo: “También celebrarás la fiesta de las semanas, la de las primicias de la
siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a la salida del año”.

Recuerde que Pentecostés era la primera cosecha primaveral de cebada y trigo, con la
gran cosecha de otoño en seguida. Note que la última también es llamada “la fiesta de
la cosecha”. Aquí es cuando Dios literalmente comenzará a cosechar a los vastos
billones que no han sido parte de Su Plan hasta ese momento.
El libro de Zacarías contiene muchas claves acerca de cómo se desarrollarán las últimas
partes del Plan de Dios. Los capítulos 12 y 13 describen al mundo volviendo a una con
Dios después de la finalización de las plagas de la séptima trompeta en Apocalipsis 8 y
9, y el tiempo de la Ira de Dios y del castigo sobre un mundo rebelde, el cual sigue.

Note ahora Zacarías 14:9, 11: “Y el Eterno será rey sobre toda la tierra. En aquel día el
Eterno será uno, y uno su nombre…Y morarán en ella, y no habrá nunca más
maldición, sino que Jerusalén será habitada confiadamente”.

¡Jerusalén es hoy uno de los lugares más inseguros en el mundo! Qué cambio tan
grande será este — y éste es un tipo de cómo el mundo entero morará un día en paz y
seguridad. El versículo 8 describe aguas literales, y lo que deben ser las aguas del
Espíritu de Dios (Juan 7:38-39) saliendo de Jerusalén.

Todas las naciones guardan la Fiesta de Tabernáculos

En este tiempo, todas las naciones aprenderán a guardar la Fiesta de Tabernáculos. No


habrá excepciones. Note esta clara profecía: “Y todos los que sobrevivieren de las
naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, al
Eterno de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16).

Antes de continuar, debemos preguntar directamente, ¿por qué requeriría Dios que la
Fiesta de Tabernáculos fuera guardada en el Milenio si no les correspondiera a los
cristianos de hoy el observarla? Recuerde, hemos visto que Él la ordenó — así
como todas Sus Fiestas anuales — para ser guardada para siempre. ¿Qué persona
honesta puede creer que los cristianos no necesitan hacer lo que le será requerido
hacer a todos los seres humanos sobre la tierra por 1,000 años? Sin embargo, algunos
continuarán creyendo que Cristo “lo clavó a la cruz”.

Isaías 66:23 muestra que el sábado semanal también será guardado durante el Milenio.
No obstante, muchos que conocen este versículo y su claro significado, se rehúsan a
guardar el día de reposo de Dios hoy. Ellos prefieren encontrar excusas para explicar
por qué Dios no hace tal requerimiento durante la “era cristiana” o la “dispensación”.

Preguntamos seguidamente: ¿Qué le sucederá a aquellas naciones que se rehúsen a


obedecer el mandato de Dios de congregarse en la Fiesta de Tabernáculos? Ahora
continuemos en Zacarías 14: “Y acontecerá que los de las familias (naciones) de la
tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey, el Eterno de los ejércitos, no
vendrá sobre ellos lluvia. Y si la familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no
habrá lluvia; vendrá la plaga con que el Eterno herirá las naciones que no subieren a
celebrar la fiesta de los tabernáculos. Esta será la pena del pecado de Egipto, y del
pecado de todas las naciones que no subieren para celebrar la fiesta de los
tabernáculos” (vers. 17-19).

Algunas naciones se plantarán y se rehusarán a obedecer a Dios. El castigo será severo


para aquellos quienes no crean necesario guardar la Fiesta. Eventualmente, el mundo
entero aprenderá los beneficios y experimentará el regocijo que se genera de celebrar
el maravilloso significado que esta Fiesta representa. Ellos aprenderán por qué Dios le
instruye a Su pueblo que se regocije al observarla.

Cristo está entrenando a Sus santos para ser reyes y sacerdotes. Ahora piense por un
momento. Todo Juan 7 describe la observancia de Cristo de la Fiesta de Tabernáculos.
Los cristianos son aquellos quienes “siguen Sus pasos” (I Pedro 2:21). Todos deben
hacer una seria pausa cuando sean tentados a creer que pueden calificar para enseñar,
con Cristo, a todas las naciones a guardar la Fiesta de Tabernáculos, mientras ignoran
los claros mandatos de Dios de guardarla ahora.

El significado de la Fiesta

Abraham, Isaac y Jacob vivieron en tabernáculos o tiendas durante su tiempo de


estancia en la tierra que el antiguo Israel habitó posteriormente. Note: “Por la fe habitó
(Abraham) como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en
tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa” (Hebreos 11:9). Estos
hombres comprendieron que esta vida era temporal. Ellos eran solamente herederos,
aún no poseedores de salvación y de vida eterna. Ellos entendieron que su cuerpo era
una morada física y temporal, al igual que una tienda o un tabernáculo.

Levítico 23:42-43 dice esto del tiempo de Israel en el desierto — y de cómo esto se
relaciona con la Fiesta de Tabernáculos: “En tabernáculos habitaréis siete días… para
que sepan vuestros descendientes que en tabernáculos hice yo habitar a los hijos de
Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto”. Oseas añade más al entendimiento de
cómo a cada persona le es requerido atravesar pruebas, experiencias duras y
dificultades para convertirse en poseedores de las promesas de Dios. Este siguiente
versículo usa a Efraín como un tipo de todas las tribus israelitas: “Pero yo soy el Eterno
tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te haré morar en tiendas, como en los días de la
fiesta” (12:9).
Durante el tiempo de Israel en el desierto, ellos no tuvieron un hogar permanente. Ellos
vagaron por 40 años antes de entrar a la Tierra Prometida, de lo que ahora es Palestina.
Esto conlleva un simbolismo importante. Durante el milenio, las naciones del mundo
permanecerán como seres humanos mortales, y, por tanto, simplemente como
herederas de la salvación, aún no como poseedoras. La posesión vendrá más adelante.

Pablo escribió: “Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar
el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción” (I Corintios 15:50). ¿Cómo es
que algunos dicen que aquellos que vivan durante el Milenio permanecerán mortales
para siempre? El cuadro completo de la salvación se resume en la afirmación de Cristo a
Sus discípulos: “Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre,
heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo” (Mateo
25:34).

La meta de todos los seres humanos sobre la tierra es, algún día, “heredar el reino”.
Esto comienza al recibir el Espíritu de Dios en el bautismo y el arrepentimiento (Hechos
2:38), es seguido por una vida de crecimiento, de perseverancia y calificación, y culmina
al escuchar a Cristo decir las palabras “heredad el reino”.

Cuando son entendidos de manera apropiada, los Días Santos de Dios son maravillosas
y hermosas bendiciones dadas por un Dios amoroso a Su pueblo. ¡Éstos están llenos de
un rico e inspirador significado, y el observarlos año tras año mantiene este significado
vivo y real para todos aquellos quienes lo hacen!

¡Pondere estas palabras a medida que considera lo que usted hará!

El Último Gran Día

Finalmente, hay un último Día Santo en el Plan de Dios — el séptimo festival — el cual
es llamado el Último Gran Día. Éste ilustra el Juicio del Gran Trono Blanco, cuando el
libro de la vida (Apocalipsis 20:12) será abierto para todos los humanos que hayan
vivido — comenzando con Adán. ¡En ese tiempo, todos recibirán eventualmente una
oportunidad de salvación!

Apocalipsis 20, versículo 10 describe a Satanás siendo “lanzado en el lago de fuego y


azufre” y, una vez más, removido de toda posibilidad de engañar e inyectar su espíritu a
las naciones (Efesios 2:2). Continuando en Apocalipsis 20, los versículos 11-13 describen
este maravilloso período después del Milenio en que todos los que hayan vivido previo
al Regreso de Cristo recibirán una oportunidad de salvación. Aquellos nacidos durante
el Milenio reciben su oportunidad en ese tiempo.

La mayoría de las personas eventualmente recibirán salvación — vida eterna— porque


la influencia de Satanás habrá sido removida de la tierra. Ellos no tendrán que vencer ni
su influencia ni las atracciones o tentaciones de su mundo, las cuales se habrán ido para
entonces.

Un festival más

En la conclusión de su folleto Festivales paganos o Días Santos de Dios — ¿cuáles?,


Herbert W. Armstrong, al describir el séptimo día de reposo anual — el Último Gran Día
— escribió esto bajo el subtítulo “La última Fiesta”:

Ilustra el Día del Juicio

“Este es el día del juicio mencionado en Mateo 10:15. Es el momento en que tendrán la
oportunidad de salvarse los gentiles que murieron en la ignorancia. Aun los de Israel
que murieron en el pecado tendrán su primera oportunidad de comprender la verdad
de Dios y su camino (Ezequiel 37). El profeta escribió que Dios pondría su Espíritu en los
resucitados (versículo 14). Esta es precisamente la salvación que Jesús mencionó en su
sermón aquel gran día de la fiesta en el otoño del año 30 D.C.”

“Este octavo día, que sigue inmediatamente después de los siete días de la fiesta de los
tabernáculos, figura la terminación del plan de redención. Tiene lugar inmediatamente
antes del cielo nuevo y la tierra nueva. Todos serán resucitados: padres e hijos, jóvenes
y viejos”.

“Note que se abre el ‘libro de la vida’, símbolo de la salvación (Apocalipsis 20:12). El


libro de Apocalipsis nos muestra la escena final del día del juicio, cuando se acaban el
cielo y la tierra materiales y los fieles reciben su recompensa eterna delante del trono
de Cristo. Los malos, los desobedientes, perecen en un lago de fuego”.

“¡Cuán maravilloso es el plan! Todos tendrán igual oportunidad”.

“Por último, veamos Levítico 23:37-38. Terminada la descripción de los días santos,
dice: “Estas son las fiestas solemnes del Eterno, a las que convocaréis santas
reuniones... además de los días de reposo del Eterno”. Nosotros, entonces, hemos de
guardar estos días además del día de reposo del Señor.
“El domingo es el día de descanso semanal para las iglesias de nuestra época, pero el
sábado es el día del Señor”.

“La Navidad, el Año Nuevo, la Semana Santa y muchas fiestas más nos fueron legadas
por Roma, ¡pero estos siete días del año son los días santos de Dios! Dejemos de
observar las fiestas de este mundo y celebremos los verdaderos días santos de Dios”.

Un asunto serio

En el Antiguo Testamento, ignorar los Días Santos era castigado con la muerte (Levítico
23:29-30). Lo mismo era cierto para el quebrantamiento del sábado (Éxodo 31:14-15;
35:2). II Corintios 3:7-8 describe la administración del Antiguo Testamento de una pena
de muerte civil, la cual ya no se aplica más. Esto es porque Dios ahora está edificando la
nación de Israel espiritual (Romanos 2:28-29; 8:9; 11:24-26; Gálatas 3:29; Efesios 2:11-
13, 19; I Pedro 2:5, 9).

Los Días Santos habían de ser guardados de manera perpetua, para siempre y a lo largo
de las generaciones de Israel. Aún hay generaciones de Israel hoy — y está el Israel
espiritual (la Iglesia) hoy, el cual también guarda el resto de los mandamientos de Dios
(Mateo 19:16-17; Romanos 2:13; Santiago 1:8-12; Apocalipsis 12:17).

Sería una terrible inconsistencia de Dios el haber requerido la pena de muerte para


aquellos quienes ignoraban los Días Santos en el antiguo Israel, y el castigar
severamente a naciones enteras por desobedecerlos durante el Milenio — aún declarar
que a Él no le importa si Su pueblo los guarda durante la era cristiana.

Cristo observó los Días Santos — y Pablo escribió: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y
por los siglos” (Hebreos 13:8). En Malaquías 3:6, Dios (de hecho, Cristo, el Dios del
Antiguo Testamento) dice: “¡Porque yo el Eterno NO CAMBIO! ¡Poderosas palabras!

Preste atención a si usted obedecerá a Dios, y cómo lo obedecerá. Porque “El que viola
la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere
por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu
de gracia?” (Hebreos 10:28-29).

¡La seriedad de esta advertencia no puede ser exagerada!

Ahora, ¿qué hará usted?

Información de Fiestas
Muchas personas alrededor del mundo observan los Días Santos anuales de Dios con
otros cada año. Otras los observan por su cuenta. Usted puede estar preguntándose
dónde hay otros cerca de usted que estén convencidos acerca del Plan de Dios y del rol
de Sus fiestas en él.

La Iglesia de Dios Restaurada tiene representantes en muchas partes del mundo,


quienes están disponibles para responder a sus preguntas acerca de dónde puede usted
reunirse con otros quienes estén determinados a obedecer a Dios y a guardar Sus días
de reposo anuales — así como Su día de reposo semanal. Nuestra Sede puede ayudar a
aquellos para quienes no haya un representante disponible. Pero usted debe
contactarnos — usted debe solicitar información y asistencia nuestra, porque nadie le
llamará a menos que usted nos haya contactado por su propia voluntad.

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