Está en la página 1de 2

Fe y Conversión

La fe es la seguridad o confianza en una persona o cosa. (Hebreos 11:1) Es como el wifi.

Nos proporciona tranquilidad, confianza y seguridad en una relación mas cercana con Dios.
Nos hace vencer el temor, y es importante no solo creen en él, sino, creerle a él, en lo
que dice, y en lo que hace.
La fe, nos lleva a actuar conforme a lo que creemos, cambiando nuestra forma de vivir.
La fe, debe ser tanto interior como exterior, una fe que no se manifiesta, ni se
demuestra, es como un fuego que no calienta. Cuando en verdad le creemos a Jesús, nos
subimos a la cruz, dejando todo aquello que no nos deja vivir como él.

La palabra conversión, viene del griego “Epistrepho” que significa “volver atrás” o “dar
media vuelta”. Es un fruto de la fe, una cosecha que se da después de sembrar la confianza
en Jesús, porque ya lo hemos aceptado como nuestro Dios y como nuestro guía.
Es la decisión de renunciar al pecado y vivir en Dios.
A través de esta conversión, hace falta que nosotros aceptemos y recibamos lo que
Jesús ya ha ganado por nosotros, LA SALVACIÒN.
El querer cambiar, es el resultado de Dios en nuestro interior. Dios quiere darnos una
nueva vida, un nuevo corazón, donde El, este presente.

A comienzos del siglo XIII, un joven acaudalado se hizo soldado, soñaba con proezas heroicas,
fama, romances, pero Dios tenia otros planes. El joven Francisco Bernardone fue
capturado y encarcelado, para regresar finalmente a casa, como un decepcionado
aspirante a héroe. Pero después se dedico a reparar “iglesias destruidas” Ahora lo
conocemos como San Francisco de Asís.
A mediados del siglo XIV, hubo en Jerusalén una prostituta, que siguiendo un grupo de
peregrinos llego a las puertas de la iglesia del Santo Sepulcro; pero cuando trato de
entrar, una fuerza invisible se lo impidió. Después de tres frustrados intentos, se retiro
llorando a una esquina del patio de la iglesia y comenzó a orar. A instancia una voz interior,
se arrepintió y abandono la vida de pecado.
Santa Maria de Egipto, nombre por el cual fue conocida, paso el resto de su vida en
retiro y oración, adorando a quien la había rescatado.
Estas 2 personas, cada uno a su manera, experimentaron una conversión a Cristo.
La conversión es justamente eso, es un acto humano de arrepentimiento y decisión de
querer cambiar, porque Dios nos ha demostrado su gran amor y ha obrado en nosotros.
Recordemos que es una decisión libre y consciente de entregarnos a Dios por medio de
Jesús.

a) Reconocer nuestro pecado: Reconocer que le hemos fallado a Dios, y a nosotros.


b) Arrepentimiento: Es un dolor de corazón, y es el rechazo al pecado, con el propósito
de no volver a pecar. Es como cuando nos sentimos mal, por lastimar a alguien que
amamos, nos arrepentimos mucho.
c) Confesar nuestros pecados: Reconoceremos y confesaremos nuestros pecados y
como hemos fallado.
d) Reparación y reconciliación: Tratar de restaurar esa unión con Dios y restaurar
los daños provocados.
e) Convertirse a Jesucristo: Buscar ser como Jesús, que nuestra conversión nos lleve
El. Y aceptar que El, es la única solución a nuestros pecados.

Con ayuda de esa fe tan grande que vamos a ir obteniendo, mientras estemos en el
camino del Señor, nuestra conversión será mas pronta, confiando en que Jesús ya nos
ha salvado, y que ahora debemos cambiar la forma en como vivimos, para tratar de
ser como el, seguir su ejemplo y sus pasos.

También podría gustarte