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MEDIO AMBIENTE

Contaminación marina: causas y métodos de lucha


Los plásticos ya han conquistado los lugares más remotos e inaccesibles del planeta. Mientras, un tratado internacional para
regular la contaminación cobra impulso.

P O R R E DAC C I Ó N N AT I O N A L G E O G R A P H I C

Botellas de plástico llenan la fuente de Cibeles en Madrid durante una exposición que llama la atención sobre el
impacto medioambiental de los plásticos desechables.

F O T O G R A F Í A D E R A N DY O L S O N , N A T I O N A L G E O G R A P H I C

20 de junio de 2016. Actualizado y ampliado el 28 de febrero de 2023. 

El plástico inunda ya los lugares más remotos del planeta y, más cerca de nuestras fronteras, supone el
95 por ciento de los residuos del Mar Mediterráneo, cuya contaminación acapara la más alta densidad
de microplásticos flotantes en sus aguas. Hasta hace poco, los científicos creían que la contaminación
por plásticos del océano venía principalmente de 20 ríos. Sin embargo, un estudio publicado en mayo
de 2021 descubrió que el plástico que inunda los océanos llega a través de más de mil ríos de todo el
mundo, lo que complica las posibles soluciones. Debido a la inmensidad y profundidad de los océanos,
el hombre creía que podría utilizarlos para verter basura y sustancias químicas en cantidades ilimitadas
sin que esto tuviera consecuencias importantes.

Los partidarios de continuar con los vertidos en los océanos incluso tenían un eslogan: «La solución a
la contaminación es la dilución». En la actualidad, basta con fijarse en la zona muerta del tamaño del
estado de Nueva Jersey que se forma cada verano en el delta del río Mississippi, o en la extensión de
1.600 kilómetros de plástico en descomposición en el Pacífico Norte para darse cuenta de que esta
política de la «dilución» ha contribuido a llevar al borde del colapso lo que tiempo atrás fue un
ecosistema oceánico próspero.

(Relacionado: Del océano al grifo, la contaminación del agua nos afecta a todos)

Diversas formas de contaminación


Los océanos han sufrido a manos del hombre durante miles de años. Sin embargo, los estudios llevados
a cabo en los últimos años demuestran que la degradación, especialmente en las zonas costeras, se ha
acelerado notablemente en los últimos tres siglos, a medida que han aumentado los vertidos industriales
y la escorrentía procedente de explotaciones agrarias y ciudades costeras.

La contaminación es la introducción de contaminantes nocivos que no son habituales en un ecosistema


determinado. Algunos de los contaminantes más comunes derivados de la actividad humana son los
plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos y
otros sólidos.

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Muchos de estos contaminantes se acumulan en las profundidades del océano, donde son ingeridos por
pequeños organismos marinos a través de los cuales se introducen en la cadena alimentaria global.
También los grandes habitantes del océano sufren las consecuencias. Los científicos incluso han
descubierto que los medicamentos que ingiere el hombre y que no llegan a ser procesados
completamente por su organismo acaban en el pescado, la sal o el marisco que comemos.

Una buena parte de los contaminantes que encontramos en los océanos son liberados en el medio
ambiente mucho antes de llegar a las costas. Los fertilizantes ricos en nitrógeno que utilizan los
productores agrícolas en zonas de interior, por ejemplo, acaban en las corrientes, ríos y aguas
subterráneas locales, y más tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas. Este exceso de
nutrientes puede provocar un crecimiento masivo de algas que consumen el oxígeno del agua,
generando zonas en las que no puede haber vida marina o apenas existe. Los científicos han descubierto
400 zonas muertas con estas características por todo el planeta.

(Relacionado: Así afecta el desequilibrio de nutrientes a la vida en la Tierra)

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Los residuos sólidos como bolsas, espuma y otros desechos vertidos en los océanos desde tierra o desde
barcos en el mar acaban siendo con frecuencia alimento de mamíferos marinos, peces y aves que los
confunden con comida, con consecuencias a menudo desastrosas. Las redes de pesca abandonadas
permanecen a la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas.

En algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de plástico en


descomposición y otros residuos hasta formar remolinos gigantescos de basura. Uno de ellos, situado
en el Pacífico septentrional y conocido como el Gran Parche de Basura del Pacífico, tiene una
extensión que según las estimaciones llevadas a cabo duplica la del estado de Texas. A principios de
2010, se descubrió otra gigantesca isla de basura en el océano Atlántico.

La contaminación de los océanos no siempre es física. En masas de agua de gran extensión, las ondas
sonoras pueden propagarse a lo largo de kilómetros sin perder intensidad. La presencia cada vez mayor
de sonidos de gran potencia o constantes procedentes de barcos, sónares, instalaciones petrolíferas e
incluso de fuentes naturales como terremotos puede alterar los patrones de migración, comunicación,
caza y reproducción de muchos animales marinos, en especial los de mamíferos acuáticos como la
ballena y el delfín.

(Relacionado: La intensificación de las precipitaciones provocará un aumento de la contaminación del


agua en el futuro)

Un problema descomunal, pero aún solucionable


En el año 2021, un tratado internacional para regular la contaminación por plástico empezó a tomar
forma. La lucha contra el plástico, por la envergadura del problema, requiere una implicación
internacional. Sin embargo, las políticas contradictorias, las incoherencias y la falta de transparencia
arraigadas en el comercio mundial de plásticos hacen difícil controlar la creciente acumulación de
residuos. 

El pasado marzo, más de 100 países expresaron su apoyo a un tratado mundial contra el plástico, y
aquellos involucrados en los debates preliminares creen que podría aprobarse uno a tal velocidad que
podría crear cambios. 

Según dos recientes estudios, para corregir el problema de los residuos plásticos se necesita un cambio
fundamental en nuestro planteamiento sobre la fabricación, el uso y la forma de desechar los plásticos,
pero aún estamos a tiempo. 

En marzo de 2022 la ONU anunció que 175 países habían emitido una resolución histórica para acabar
con la contaminación del plásticos. Según anunció la organización en su web: "Los líderes políticos han
pedido a la agencia de la ONU para el medio ambiente que redacte un tratado vinculante que limite la
contaminación que está causando el plástico con una estrategia que aborde el ciclo completo de vida de
este material, desde su producción a su eliminación, pasando por su uso". Es acuerdo definitivo se
debería firmar en 2024.

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