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La Divina Voluntad pone sus propios actos en los actos de la criatura cuando el alma decide vivir en la Voluntad de Dios. La Voluntad Divina da su latido, respiración, palabra y pensamiento a la criatura, de modo que la Voluntad Divina es la que realmente actúa a través de la criatura. Como resultado, la Voluntad Divina y el alma que vive en Ella se vuelven inseparables, ya que la Voluntad Divina desea formar completamente su vida en el alma.
La Divina Voluntad pone sus propios actos en los actos de la criatura cuando el alma decide vivir en la Voluntad de Dios. La Voluntad Divina da su latido, respiración, palabra y pensamiento a la criatura, de modo que la Voluntad Divina es la que realmente actúa a través de la criatura. Como resultado, la Voluntad Divina y el alma que vive en Ella se vuelven inseparables, ya que la Voluntad Divina desea formar completamente su vida en el alma.
La Divina Voluntad pone sus propios actos en los actos de la criatura cuando el alma decide vivir en la Voluntad de Dios. La Voluntad Divina da su latido, respiración, palabra y pensamiento a la criatura, de modo que la Voluntad Divina es la que realmente actúa a través de la criatura. Como resultado, la Voluntad Divina y el alma que vive en Ella se vuelven inseparables, ya que la Voluntad Divina desea formar completamente su vida en el alma.
de la criatura. “Pequeña hija de mi Voluntad, tú debes saber que en cuanto el alma se decide a vivir en mi Voluntad, es tanto su Amor hacia ella, que conforme se dispone a hacer un acto, mi Fiat pone lo suyo en aquel acto, de modo que el querer humano queda como campo, y mi acto como vida; así que conforme palpita, pone su latido divino; conforme respira, pone su respiro; conforme está por hablar, pone su palabra en la voz de la criatura; conforme piensa, pone su pensamiento; y así si obra, si camina, pone su movimiento y sus pasos, así que mi Divina Voluntad es la que pone de sus actos en los actos de la criatura. He aquí el por qué su Amor incesante, sus atenciones incansables, porque quiere formar su Vida entera por cuanto a criatura es posible, en ella quiere encontrar su Santidad, su latido, su respiro, su palabra, y así de todo lo demás, ¿y cómo lo p u ed e e n co n tr ar s i n o lo d a y p o n e continuamente? Por eso hay tanta compenetración entre la Divina Voluntad y la criatura que quiere vivir en Ella, que se vuelven inseparables la una y la otra, ni mi Querer toleraría la más mínima separación en quien se presta a hacerla formar su Vida. Por eso sé atenta, y tu vuelo sea continuo en mi Divina Voluntad.” Libro de Cielo. Mayo 7, 1933. Volumen 32 “Hágase Tu Voluntad En La Tierra Como En El Cielo”
“Así es mi Divina Voluntad, más que levadura
pone la fermentación divina en el acto humano, y el acto humano se vuelve acto divino, y Yo cuando encuentro el germen de mi Divina Voluntad en el acto de la criatura, me deleito en dar mi aliento al acto de ella, y lo elevo tanto, de volverlo inmenso, mucho más que aquel acto lo podemos llamar acto nuestro, Voluntad nuestra obrante en la criatura.” Septiembre 15, 1929. Vol. 26
“Hija mía, cada acto hecho en mi Divina
Voluntad forma una resurrección divina en el alma. La vida está formada no de un solo acto, sino de muchos actos unidos juntos, así que por cuantos más actos se hacen, tantas veces resurge en mi Querer, en modo de poder formar una Vida completa toda de Divina Voluntad.” Octubre 18, 1930. Vol. 28
“si tú supieras con cuánto celo de amor estoy
en torno al alma cuando la veo dispuesta a hacer sus actos en mi Voluntad: Antes de que comience el acto, en él hago correr la luz y la virtud de mi Voluntad, a fin de que el acto tenga su principio sobre la virtud que contiene mi Voluntad. Agosto 15, 1926. Vol. 19 “Por eso, aunque te cueste la vida, no salgas jamás, jamás de mi Voluntad. “ Febrero 11, 1926 Vol. 18