Lourdes Gonzalez y Julieta Castro

Golpe militar 1976

Como se vio afectada la
literatura
Contexto:
El golpe de Estado en Argentina de 1976 depuso
los tres poderes constitucionales presididos por la
peronista María Estela Martínez de Perón, el 24 de
marzo de ese año. El golpe instaló en el poder a
una dictadura cívico-militar que se autodenominó
Proceso de Reorganización Nacional y se
caracterizó por implementar un plan sistemático de
terrorismo de Estado.
Número de víctimas
Informe secreto de Arancibia Clavel que cuantifica en 22.000 los muertos y desaparecidos a
julio de 1978.
 

Documento de la Embajada de Estados Unidos que revela que a fines de 1978, el Vaticano
había sido informado por altos funcionarios de la dictadura argentina, sobre 15.000
desaparecidos muertos.

El golpe de Estado consistió en un accionar militar que llevó al asesinato, tortura, encarcelación
y desaparición de 30 000 personas.
“30.000 desaparecidos, 10.000 presos 4.000 muertos, miles de desterrados son las cifras
desnudas de ese terror”, escribió en 1977 Rodolfo Walsh
Impulsores del golpe:
Esto impulsado por: Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo
Massera, Orlando Ramón Agosti, Roberto Eduardo Viola,
Leopoldo Galtieri, José Alfredo Martínez de Hoz, Jaime
Perriaux, entre otros. Influencias ideológicas de los
impulsores: anticomunismo, antiperonismo, liberalismo
económico, nacionalismo católico y Neoliberalismo
Prohibición de libros

¿Por qué algunos libros fueron prohibidos en la dictadura

militar Argentina?
Se censuró por tener finalidad de adoctrinamiento que resulta
preparatoria a la tarea de captación ideológica, “propia del accionar
subversivo”.
“Conmoción interior o de ataque exterior que pongan en peligro el
ejercicio de esta Constitución y de las autoridades creadas por ella”,
citaban los decretos y resoluciones que firmaba la dictadura para
prohibir libros.
Consecuencias a la literatura:
Autores como Julio Cortázar o Juan Gelman, habían salido
del país antes del golpe. No pudieron volver y los que se
quedaron vivieron al acecho de la violencia política. La
literatura argentina, acostumbrada a tejer su universo estético
con la turbulenta materia prima de su historia, quedó a partir
de los años setenta definitiva y profundamente atravesada por
la conmoción del dolor, la ausencia y el exilio.
Más consecuencias:
La Censura obligó a la literatura a volver sobre si misma, a
encriptar su contenido de modo tal para poder sortear los
controles. Haciendo que la narrativa de la época solo
sugiera, haciendo de la omisión su principal temática.
Recién a finales de la dictadura se comenzaron a decir de
modo mas explicito los hechos que sucedían, se destaco
Graffiti de Julio Cortázar por denunciar los atropellos
policiales contra la libertad creadora.
Como se ocultaban los libros:
Gabriela Pesclevi contó que:
“Forrar los libros para esconder las tapas era una de las
estrategias que utilizaban los lectores, así como también,
guardarlos en taparrollos, como aquéllos recuperados en
Quilmes, recién en el 2007; la señora dueña de casa decidió
sacarlos de allí después de treinta años de haberlos
conservado sabiendo que habían estado vedados”.
Catálogo de libros infantiles y juveniles prohibidos por la
dictadura:
Titulo: La paloma de la paz Autor: Ayala, Walmir Ilustrador: Juan
Marchesi.
Título: Ella y él: Una historia amorosa Autor: Barnes, Ayax.
Título: Los zapatos voladores Autores: Belgrano, Margarita Ilustrador:
Chacha
Titulo: El espantapájaros Autores: Belgrano, Margarita.
Título: Libro de los chicos enamorados Autores: Bornemann, Elsa Isabel
Ilustrador: Guido Bruveris.
Algunos escritores desaparecido:
Haroldo Conti: brigada del Batallón 601 de Inteligencia del Ejército los
estaba esperando. Según testimonio de su viuda, fueron golpeados e
interrogados durante varias horas, el lugar fue saqueado y destruido, y le
permitieron despedirse de Conti antes de llevárselo. Dado que sus restos siguen
sin hallarse, su nombre continúa integrando la lista de desaparecidos por la
dictadura.
Rodolfo Walsh: El Grupo de Tareas 3.3. de la Escuela de Mecánica de la
Armada, comandado por Alfredo Astiz y Jorge «Tigre» Acosta, lo emboscó y
le dio la orden de entregarse, pero Walsh se resistió, pero fue acribillado por
una ráfaga de FAL. Permanece desaparecido.
Paco Urondo: persecución por las calles de Dorrego y un tiroteo que culminó
en Remedios de Escalada y Tucumán en localidad de Guaymallén, con la
muerte de Urondo y la desaparición de Raboy. Su cuerpo fue retirado de la
morgue por su hermana.
Quema de libros:
Hace 35 años, la dictadura ordenaba quemar 24 toneladas de "libros
subversivos" – TELAM
Llevada a cabo por agentes en la localidad de Sarandí, por
considerar que eran “obras subversivas que enajenaban la
conciencia nacional” Con una orden judicial se incineraron el 26 de
junio de 1980. Entre las publicaciones que ese día se quemaron en
Sarandí había obras de Marx, Perón, el Che Guevara y Comte, entre
otros autores, además de obras que hacían referencia a la ciencia, la
historia y la economía.
Como se trata en la actualidad:
María Eugenia Meyer
Una de las motivaciones más contundentes para el abordaje de esta
temática es la inclusión de este contenido curricular en el anteproyecto de
la Ley de Educación Nacional (2006:11) en su Artículo 95 que formarán
parte de los contenidos curriculares comunes a todas las jurisdicciones:
La inclusión obligatoria puede llegar a convertirse en una conmemoración
más, en un acto o recordatorio fijo, inmóvil. La memoria como resultado de
una práctica colectiva de rememoración proveniente de sectores políticos o
impulsados por agrupaciones e instituciones parece estar en auge en este
vuelco hacia el pasado reciente